• el amor puede esperar el hambre no - Oscar R.Campos

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  • El amor es hambre Versi�n Kindle - Clavel, Ana - Amazon.es

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    Compr� el libro porque me gust� mucho Territorio Lolita y Las violetas son flores del deseo, sin embargo, creo que en este libro queda a deber.

  • El amor puede esperar Tapa blanda - Libros - Amazon.es

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    Una comedia rom�ntica sencilla y fresca que te atrapar� desde las primeras p�ginas. Elena no entiende a los hombres. Unos meses antes estaba a punto de ...

  • El Amor puede esperar, el hambre no! - Arrecifes ...

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  • HAMBRE DE AMOR | ANA MORENO | Casa del Libro

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  • Enlazando el destino de Claudia Cardozo

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    Claire Jones es una joven abogada con un prometedor futuro, un empleo envidiable y una solida relacion con David, el hombre que ama. Cree ser feliz y considera que su vida es casi perfecta, pero todo cambia cuando conoce a Simon, un detective de policia que parece decidido a obligarla a replantearse toda su existencia y la seguridad de sus sentimientos.

  • Llega un nuevo dia de Sayed Kashua

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    Sayed Kashua ha sido elogiado por el New York Times como un maestro de la sutileza en el trato de las sociedades arabe y judia. Arabe-israeli que vivio en Jerusalen la mayor parte de su vida, Kashua comenzo a escribir con la esperanza de crear una historia con la que tanto palestinos como israelies pudieran identificarse, en lugar de presentar dos relatos distintos que no pueden coexistir. Dedica sus novelas y su columna semanal satirica publicada en Haaretz a contar la historia palestina y explorar las contradicciones del Israel moderno, mientras que tambien captura los matices de la vida familiar cotidiana en toda su ternura y caos.

  • La hora muerta (Cronicas del Homo mortem 1) de Vicente Silvestre Marco

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    Cuando Antonio extrajo un cigarrillo del paquete de tabaco y prendio el extremo no imaginaba que seria el ultimo que se fumaria en la vida. Eran la tres y media de la madrugada del veinte de mayo y habia terminado la ronda por su zona de patrulla, la circunscrita entre la valla interior y la exterior de la instalacion, aquella que todavia se consideraba territorio espanol. Las noches todavia eran demasiado frescas y lo unico que deseaba era quedarse en la garita de guardia hasta las cinco o cinco y cuarto, momento en que tendria que hacer la segunda y ultima ronda. Durante ese tiempo se tomaria un par de tragos de vodka y seguiria viendo la serie de television que tenia preparada en el ordenador portatil. Las patrullas eran, a su parecer, una tarea inutil, pero no es que se quejara por ello ya que eran parte del trabajo y, en resumidas cuentas, le gustaba su trabajo. En los ocho anos que llevaba como vigilante de seguridad, durante el turno de noche, jamas habia tenido ningun problema. Ninguno en absoluto. Ni el mas minimo suceso que mereciera ser anotado como tal, mas alla de las averias o desperfectos tipicos debidos al tiempo o al uso: una camara estropeada, un foco que perdia potencia, o cuando el aire acondicionado dejaba de funcionar correctamente. Esta ausencia de incidentes serios no era casual, sino que se debia como consecuencia directa al aislamiento que proporcionaba aquel emplazamiento agreste, recogido entre colinas plagadas de pinos silvestres, tejos y robles, y al que tan solo se podia acceder por una anodina y serpenteante carretera secundaria de montana que zigzagueaba sobre el escarpado terreno. Sin embargo, aquella noche habia sido una excepcion, por partida doble. Por una parte, se habia encontrado con la puerta de la valla interior entreabierta y, por otro lado, Javier, el companero del turno previo al suyo habia abandonado su puesto antes de que el llegara para recibir el relevo. Al menos eso es lo que Antonio supuso al no encontrar ni a Javier en la garita ni a su vehiculo aparcado como de costumbre. Lo cierto es que si Antonio se hubiera asomado por el pronunciado terraplen que quedaba muy cercano al aparcamiento habria distinguido el Suzuki todoterreno de Javier atravesando con el morro un tramo de la verja interior. Y si no hubiera cerrado la puerta metalica con una total ausencia de interes, habria distinguido el parpadeo tenue, semioculto entre la floresta, anaranjado y ritmico como un sol moribundo, procedente del edificio de los americanos. Pero no hizo ninguna de estas dos cosas. En su lugar, despotrico para si mismo sobre la falta de profesionalidad de su companero, anoto la ausencia en el registro de su turno, y se preparo para continuar viendo la ultima temporada de "The walking dead". A mitad de un capitulo, durante una de aquellas escenas en que Rick y Negan se enfrentaban otra vez --en aquella ocasion el enfrentamiento se produjo en las entranas de un edificio en ruinas-- le surgio la idea fugaz de que Javier, su companero del turno anterior, debia haber abandonado el puesto mucho antes de que el mismo llegara al complejo militar, ya que no se cruzaron durante la estrecha carretera de acceso, y esta se prolongaba solitaria durante casi una hora. Pero esta idea no prevalecio, solo fue el eco de un pensamiento que pronto quedo anegado por los vapores del alcohol y el agradable ensimismamiento de perderse en la serie de los muertos vivientes. A lo largo de todos aquellos anos trabajando como vigilante de seguridad habia reflexionado sobre el lugar en que trabajaba. Tanto el como el resto de los companeros de la empresa de seguridad, eran el primer y mas inofensivo obstaculo para acceder a aquella instalacion militar sin nombre. Su funcion principal consistia en controlar el acceso, dar paso a los trabajadores de la instalacion (en su mayor parte estadounidenses, al menos a sus ojos) y, en caso de necesidad, ponerse en contacto con su enlace de la Guardia Civil. No estaban armados ni tenian autoridad para usar la fuerza como medida disuasoria. A efectos practicos eran poco mas que espantapajaros con un comunicador. Con los anos se habia enterado de que el puesto estuvo antes ocupado por miembros de la Benemerita, pero tras alguna clase de acuerdo interno la tarea de vigilancia habia recaido en una empresa privada de la que se rumoreaba que el propietario era un alto cargo del ejercito. La unica diferencia con otros puestos en los que habia trabajado con anterioridad consistia en una clausula al final de su contrato laboral. Una clausula de confidencialidad que le prohibia filtrar informacion del lugar o el trabajo que realizaba. Otra soberana estupidez, ya que ellos apenas mantenian contacto con los trabajadores de la instalacion y no estaban al tanto de lo que sucedia entre sus muros, pero tampoco se quejaba por aquello ya que debido a esa clausula cobraba bastante mas de lo que cobraria en cualquier otro puesto de condiciones similares. Donde uno podia encontrarse en serias dificultades era a partir de la segunda verja, cuando pasaba a ser territorio estadounidense. Hacia tres anos, un companero veterano al que solo le quedaban unos dias para jubilarse, le habia confesado con aire conspirativo que el origen de aquella instalacion se debia a una concesion del gobierno de Espana a Estados Unidos, fruto de las simpatias y el acuerdo del Trio de las Azores, cuando los presidentes Aznar, Blair, y Bush hicieron causa comun para invadir Irak. Antonio no tenia motivos para dudar de aquella afirmacion. Alli tenian sus propios guardias. Y no eran vigilantes de una empresa armados con comunicadores, sino soldados profesionales. Rara vez los veia o se cruzaba con ellos, pero no creia que a nadie en su sano juicio se le ocurriera atacar a militares pertrechados con fusiles de asalto. Se rumoreaba que, en el interior del recio edificio, aparte de soldados, tambien podia encontrarse un importante numero de trabajadores a los que se suponian cientificos. Rara vez salian y, a principio de cada mes, llegaban camiones cargados con suministros, lo que les hacia pensar que la instalacion estaba preparada para una reclusion prolongada. El edificio, a pesar de tener diez pisos de altura, se hallaba construido en una cuenca natural, de forma que las montanas y los arboles se elevaban mas de una veintena de metros por encima del helipuerto que coronaba la parte superior, aprovechando la orografia del lugar para camuflarlo. Sin embargo, la cuestion mas interesante, la pregunta del millon, seguia sin respuesta. ?Que es lo que hacian alli? ?Que era lo que investigaban con tal secretismo hasta el punto de hacerlo en un lugar tan recondito? El companero veterano que se habia jubilado hacia unos anos afirmaba convencido --con el convencimiento de quien no necesita argumentos ni pruebas, solo su experiencia-- de que alli dentro hacian ensayos de armas que los militares estadounidenses no estaban dispuestos a probar en su propio pais. Javier, por otro lado, defendia que se trataba de una especie de Guantanamo; una prision fuera del radar, donde nadie pusiera en duda los metodos que empleaban para conseguir informacion. Y Antonio habia llegado a la conclusion de que no le importaba en absoluto lo que se hiciera dentro de aquellos muros. Cuanto menos supiera del asunto mucho mejor para el. Que otros se encarguen de los misterios que todavia quedaban en el mundo. El lo unico que deseaba era vivir bien. Viajar a algun paraiso tropical durante las vacaciones. Tener relaciones esporadicas con una chica, sin ataduras ni giros dramaticos. Ver los partidos de futbol los domingos por la tarde con los amigos. Estaba en paz consigo mismo y con lo que esperaba de la vida. De forma que tras aquella reflexion en la que parecia el ser mas henchido de satisfaccion del universo, le dio una prolongada calada al cigarro y sostuvo el humo en los pulmones durante varios segundos, antes de exhalarlo en una ondulante marea gris que se difumino con el frio de la noche. Uno de los focos titilo y Antonio fruncio el ceno extranado. Volvio a titilar y se apago. --No me jodas. Menuda suerte la mia. En respuesta al comentario de Antonio un zumbido electrico, como una ola que reventara contra la valla, resono con violencia y todas las luces se apagaron a la vez. --No puede ser --y solto un suspiro de protesta. Las nubes cerraban la noche. En la siguiente calada el cigarro brillo con intensidad. Lo arrojo al suelo y se dirigio a ciegas al interior de la garita, donde guardaba la linterna. Antes de entrar escucho el leve crujir de la gravilla, pero no le otorgo ningun significado en especial. La noche estaba plagada de pequenos ruidos y, tras tantos anos, uno aprendia a mantenerlos en un segundo plano; un ruido blanco sin ningun interes. Ya en el interior de la pequena garita, recorrio con las manos, tanteando, la mesa del vigilante, hasta que por fin encontro la linterna. Comprobo que los monitores de las camaras de seguridad tambien se habian apagado. Les dio unos golpecitos como si aquello pudiera devolverlos a la vida. Lo unico que le mostraba la superficie de los monitores era su propio y oscuro reflejo sobre la pantalla… pero aquello no era del todo exacto, porque tambien mostraban el rostro de alguien mas, alguien detras de el. --?Javier? --la pregunta de Antonio surgio forzada, tratando de aparentar normalidad, como si al hacerlo pudiera espantar el miedo, acido y fluido, que le subia por la garganta desde el fondo del estomago. Antonio se giro y el haz de luz de la linterna se poso sobre el rostro sanguinolento de Javier. Este ultimo no aparto la mirada. La pregunta habia surgido automatica porque el corte de pelo de aquel individuo --rapado hasta la raiz del cuero cabelludo-- era el de su companero Javier. Y el uniforme tambien; si se ignoraba la camisa abierta y desgarrada; si se ignoraba la sangre que cubria la ropa, convertida en un amasijo sombrio. Pero, sobre todo, si se ignoraba… si se ignoraba, aquel rostro descarnado al que le habian arrancado la nariz, al que le faltaban los labios y parte de los pomulos y parte de las mejillas. Javier se balanceaba como si el solo hecho de mantenerse de pie fuera un acto extenuante. Esta borracho. Esta borracho y ha tenido un accidente, penso Antonio, pero la idea no le resultaba tranquilizadora. Lo que quedaba del rostro de Javier fue adoptando una actitud agresiva, rabiosa. El rostro se inclino un poco. Los ojos se entornaron con un brillo maligno y salvaje. Y se lanzo hacia delante, silencioso y voraz. La linterna cayo al suelo. Antonio se descubrio forcejeando con su antiguo companero. --!Para! !Para! ?Te has vuelto loco? --logro decir entre jadeos, sosteniendo a Javier desde las munecas. Apenas podia verlo, pero si que podia oler su aliento. El olor metalico e incisivo de la sangre coagulada. Cerca, muy cerca de la cara. Demasiado cerca… Sintio la saliva, cayendo sobre el como gotas de rocio hediondo. Se le estaba tirando con todo el cuerpo encima. No lo golpeaba, solo lanzaba el rostro hacia delante, mordiendo, ansiando (Dios, oh dios, suplico para sus adentros) un bocado de su cara. Empujado por el enloquecido companero Antonio choco de espaldas contra la mesa donde descansaban los monitores. En un movimiento desesperado golpeo la rodilla de Javier, haciendole perder el equilibrio, y tiro de sus brazos hacia un lado. Logro arrojarlo al suelo y tanteo, desesperado, por encima de la mesa en busca de algo, algo contundente, algo con lo que defenderse… La linterna iluminaba los pies de Javier. Ya empezaba a levantarse de nuevo y Antonio adivino la mirada, la horrible mirada de su companero, que prometia no detenerse jamas hasta lograr acabar con el. Su mano se cerro sobre un objeto duro. Sin vacilaciones, Antonio golpeo donde creia que debia estar la cabeza de Javier. Fue un golpe directo entre los ojos. El objeto revento en una lluvia mordiente de cristales y el aire se lleno de un intenso, invasivo, olor a alcohol. El instinto de supervivencia tomo las riendas de Antonio y, antes de que el mismo se diera cuenta de lo que hacia, ya estaba saliendo de la garita del vigilante. Cerro la puerta con violencia confiando en que, debido a su estado enloquecido, Javier no pudiera abrirla. Su primera idea fue ir al aparcamiento, pero la desestimo al instante. La llave del vehiculo estaba en el interior de la garita y antes de volver a entrar alli estaba dispuesto a buscar ayuda, aunque fuera caminando. Por muy lejos que estuviera de la civilizacion. Quizas los americanos pudieran ayudarle y, sin embargo, aquella idea tampoco acababa de convencerlo. Detuvo las cavilaciones al escuchar de nuevo el crujir de la grava. Un crujido arrastrado, prolongado, demasiado regular y cercano. Pero no podia ser Javier porque todavia estaba encerrado en la garita. Entonces… Entonces se dio cuenta de que el sonido provenia de varias direcciones y todas ellas tenian como origen, provenian, de la base militar. Supo, con cristalina certeza, que aquellos pasos terminaban en el. Suspiro de alivio al notar en el bolsillo de los pantalones el mando con el que podia abrir y cerrar la verja metalica a los vehiculos. Se apresuro hacia alli, casi a ciegas, confiando mas en la memoria de tantos anos de trabajo que en su limitada vision. Pulso el mando. No paso nada. Lo volvio a pulsar, en esta ocasion con fuerza. Repitio el gesto, desesperado, sintiendo como las lagrimas del panico saltaban desde las comisuras de los ojos. --Por favor, por favor, joder, por favor, funciona… !Funciona! Pero la puerta (la condenada puerta) seguia sin abrirse. Y entendio por que. El motivo era tan evidente que lo habia pasado por alto. La corriente electrica habia saltado para toda la instalacion y este hecho incluia, por supuesto, el brazo hidraulico que desplazaba la verja. Sintio como tras el varias formas se aproximaban. Pausadas. Ineludibles. Pero el brazo hidraulico podia desbloquearse. Solo se hacia en caso de que se estropeara y se requiriera abrir la verja manualmente. Recorto los metros que le faltaban hasta el enrejado mientras, tanteando, soltaba el manojo de llaves que le colgaba del cinturon. Las manos le temblaban incontrolables en busca de una llave pequena. Las llaves tintinearon escandalosas, o por lo menos asi le parecio a Antonio, cuando se le cayeron de las manos para rebotar contra el suelo. Escucho un grunido tras de si. Un grunido de satisfaccion. En respuesta el vello de los brazos se le erizo como si hubiera recibido una descarga. Sus dedos se cerraron en torno a una llave pequena, diminuta, y suplico silencioso que fuera la correcta. La cerradura no giro de inmediato. Gimio, protesto, y, por fin, libero el brazo hidraulico del entramado metalico de la verja. No comprobo a que distancia se encontraban las figuras de el. Abrio la puerta y salio de la instalacion. Un momento de duda le hizo considerar cerrar la puerta, pero le alcanzo de nuevo aquel sonido arrastrado y torpe sobre la grava e imagino, aterrorizado, el rostro encarnado, abiertas las heridas, de Javier. --A la mierda con todo. Y con aquella frase tan apropiada para la situacion, pues albergaba tintes profeticos, Antonio dejo libre a la mayor plaga en la historia de la humanidad.

  • Un don un tanto molesto (+qav 2) de M. N. Mera

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    Segunda parte de la saga familiar "Mas q. un amor de verano (+qav)"
    Maria
    De una manera u otra, y aunque no lo hubiera buscado, siempre habia estado unida a la muerte, por ello desde hacia un par de anos trabajaba en una funeraria. Mis companeros de trabajo enseguida se habian dado cuenta de los beneficios de tener una licenciada en bellas artes trabajando con ellos; yo era capaz de llevar a cabo cosas que ellos no sabian hacer y que ni siquiera les gustaban, por eso siempre me reservaban los casos mas complejos. Como el que tenia en ese momento entre manos. Aunque... ?Que estaba sucediendo? ?Seria otra sorpresa de mi don?

  • Entusiasmo de Pablo D'ors

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    ‘El momento en que un joven toma una decision y se pone en camino para hacerla realidad es sin duda el mas hermoso que una vida pueda brindar.’ Y ese precisamente es el momento que se relata en estas paginas vibrantes y conmovedoras. Una novela que se lee practicamente de un tiron y que suscita comprension hacia el ser humano, esperanza en su destino y, algo aun mas insolito en la narrativa contemporanea, piedad. Un relato lleno de imagenes indelebles, lucidos pensamientos y episodios trepidantes. El que aun ame la vida con todas sus polaridades y contradicciones podra identificarse con el protagonista, siempre a caballo entre la escritura y la espiritualidad. Con notable maestria narrativa, Pablo d’Ors despliega aqui una historia sospechosamente parecida a la suya: la de un hombre que, para responder a una inapelable llamada interior, se abre al amor y a la amistad, por supuesto, pero tambien a la incoherencia y al dolor y, en definitiva, al sentido de la vida entendida como servicio a los demas. Un delicioso juego auto-ficticio de consecuencias incalculables. Una botella que se tira al mar para que la recoja quien aun cree que es posible una literatura del alma. Con exquisito sentido del humor y admirable claridad narrativa, este novelista nos brinda aqui, seguramente, la obra que sus muchos lectores estaban esperando. Con un estilo limpido y eficaz, d’Ors -sin duda uno de los narradores espanoles vivos mas singulares- contagia mediante la intensidad de su prosa una actitud entusiasta y vital. Un relato sobre las experiencias iniciaticas propias de la juventud. Un homenaje, tan humilde como rotundo, a la luz.

  • Me olvide de olvidar de Ariadna Tuxell

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    En <> la protagonista, Sabela, vive la peor experiencia de su vida al convertirse en una de las victimas de un asesino en serie que esta sembrando el panico en la ciudad de Barcelona. La tiene sometida y juega con ella como le viene en gana haciendola participe de sus violentos asesinatos creando en ella una gran impotencia al no poder hacer nada ni hablar con nadie. La sexualidad estara muy presente ya que el asesino es un psicopata compulsivo con trastornos sexuales que viola y mata a sus victimas sin compasion alguna.

  • No te atreveras de Ana Maria Gonzalez Lopez

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    Tras la repentina muerte de su prometido, Sofia decide mudarse a Madrid con una antigua amiga del colegio. Buscando trabajo como profesora, se encuentra con Leonardo. Este es un futbolista de elite el cual tiene un problema con su hijo de ocho anos. Inicialmente, su relacion profesional y personal sera un verdadero desastre, debido a que ella se instalara en su casa como profesora interina, y hara estragos en la vida de pareja que tiene Leonardo con la famosa modelo Isabella. Leonardo poco a poco vera en Sofia aspectos de su difunta mujer, mientras que Sofia tendra que lidiar con los abusos sexuales que se produjeron en su ninez. Entre los dos nace algo mas que atraccion. ?Podran lidiar con sus nuevos sentimientos?

  • Vi a un hombre de Owen Sheers

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    Una novela literaria escrita con el pulso de un thriller. Una magistral exploracion de las relaciones humanas, el dolor, la culpa y la redencion.

  • Brais (Black Butterfly 2) de Adrian Blake

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    Me llamo Brais y trabajo en el Black Butterfly, el pub de mi mejor amigo. Hoy es el peor dia de mi vida… porque la mujer a la que amo va a casarse con otro. Deberia impedirlo, raptarla y meterla en mi cama para hacerle el amor hasta que confiese que ella tambien sigue enamorada de mi… pero soy incapaz de hacerlo. Ahora solo me queda resignarme… o pedir que se produzca un milagro.

  • Pon un fantasma en tu vida de Rosa Grau

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    La vida de Wilhelmina Josefina Frances Nelson, Willi para los amigos, cambiara por completo cuando pierde lo que nadie deberia perder, su cuerpo.

  • La Ninera de Papa de Alicia Bloom

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    “Una hermosa historia a traves de una serie de eventos desafortunados para ambos personajes que termina siendo lo mejor que les pudo pasar en sus vidas. Noah y Mia, dos completos desconocidos que terminan siendo los mejores amantes.

  • Domina, L.S. Hilton de L.s. Hilton

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    Segundo volumen de la trilogia que ha estado en boca de miles de lectores en todo el mundo.EL PASADO DE JUDITH RASHLEIG LA PERSIGUE DE NUEVO. UN JUEGO FRENETICO EN EL QUE, AHORA, SI NO GANA, MUERE.

  • Una sombra de duda de Leovigildo Zamora

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    Henry, un abogado, experto criminologo y analista de informacion, esta acostumbrado a resolver los crimenes mas inexplicables. Y con la llegada de un nuevo caso, va a tener que poner toda la carne en el asador si quiere salvar su bien ganada reputacion. Rockford John, un exalumno de la Universidad Estatal de California, muere en circunstancias extranas al practicar la escalada. Sus averiguaciones lo llevaran a trazar una linea recta entre los excompaneros de universidad del occiso y un supuesto y misterioso homicida.

  • Amor en la fila 27 de Eithne Shorthall

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    ?Que pasa cuando Cupido juega a ser copiloto? Todavia recuperandose de una ruptura, Cora Hendricks ha renunciado a encontrar el amor. Para ella, en realidad. Para pasar el tiempo, mientras trabaja en el mostrador de check-in de Aer Lingus en Heathrow, Cora empieza a jugar a ser cupido con parejas solteras durante el vuelo. Utilizando solo su intuicion, Internet y la afable asistente complice, Nancy, la fila 27 se convierte en el laboratorio del amor de Cora. En lugar de sentarse al azar, dos pasajeros, de forma involuntaria, se sentaran junto a la persona de sus suenos, o no. Cora asegura que la fila 27 es solo algo de diversion, pero mientras ella esta ocupada haciendo que salte la chispa a gran altura, el amor que habia abandonado para si misma podria haber aterrizado justo en frente.

  • La debil mental de Ariana Harwicz

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    NO VENGO DE NINGUN LADO. El mundo es una cueva, un corazon de piedra que aplasta, un vertigo plano. El mundo es una luna cortada a latigazos negros, a flechazos y escopetazos. Cuanto hay que cavar para dar con el desprecio, para hacer que mis dias ardan. Yo podria haber nacido con ojos blancos como este bosque de pinos lisos y, sin embargo, me despiertan las cenizas de un volcan sobre los treboles del jardin. Y sin embargo, mama se arranca mechones y los tira al fuego. El dia comienza, soy un bebe y mama esta sentada de espaldas en su sillon y llora. Me despierto nina, afuera las lavandas, adentro mama y sus cabellos negros entre las brasas. Hay extractos de nubes en todas partes, bajas y blancas, altas y pasajeras, oscuras e intermedias. Me invento una vida en las nubes sentada en mi clitoris. Vibro, me agito, me trato con morfina en los dedos y durante ese lapso, todo esta bien. Mi mano adentro es mil veces su cara dentro de mi, cuanto se puede poseer una cara, cuanto se puede meter una cara en el sexo. Durante ese tiempo la hierba es hierba y puedo correr entre pastizales. De las mil maneras de existir que hay, me toco esta, no reconozco a nadie y cuando me ataca la gran desesperacion, vivo en cualquier parte. Mama dejo de llorar, ya camino sola, ya hablo, ya compartimos la ropa. Quiero que el regrese contra todo pronostico, contra todo duelo, quiero que sus ojos me destierren y ver la punta de los arboles. Mi cabeza toma un giro. Mi cabeza en picada se incrusta. De pronto, tengo el tono de una muerta. La cara hinchada de una adicta en la banera. El cuerpo epico de la que va a saltar al vacio rocoso. De pronto, noto que es mediodia y los ojos azules de las liebres brillan frios y salgo a comer, pero es pasado. Me pongo a orar o es que estoy enamorada. Le pido que me escupa, que me rompa la cara de una bofetada. Me lo quedo mirando. No estoy tocada, solo poseida, siempre es la misma respuesta. Me aburro, mama. Mi cerebro son polillas en un jarro y se ahorcan. MAMA Y EL TIPO SE AGARRAN DEL CUELLO y se frotan contra el piso de cemento resbaloso. El tipo acaba en mama mirando las alturas y todo empieza. Pongamos un microscopio en mi cuerpo amorfo esta tarde de moscas lentas. Podrian colgarlo como cuadros abstractos en el salon. A esta hora aparecen arboles calientes, hojas resbaladizas, me escondo de ella. La oigo gritar. Estoy pateando en el monte, hacia donde. Por el momento hay solamente el ruido del viento sobre la cima y algunos cantos. Por el momento el misticismo dura y son hormigas en mi brazo. Si te gusta vivir en un sueno, quedate ahi, protesta, y se encierra y todo es humo sin ella. Tengo siempre este recuerdo de fiebre de la infancia en un auto calcinado. La mirada de mama de frente, mama en la nuca como un insecto de caparazon duro. La mirada de mama fumando en el sillon de cuerina roto del tren. Yo despierta en el auto cerrado, sin poder hablar, los vecinos llamando a la policia. Me muevo mansa, donde esta ahora. Me agacho a besar la tierra. Como es posible este deseo repetitivo, molesto, el primo idiota de la familia que viene a interrumpir los desayunos al sol con medialunas con membrillo y termina tirandose por el balcon. El primo profundamente retardado que se toca la nariz, diciendo, nariz. Este deseo epileptico, este deseo deforme, un discapacitado deseante y baboso al que hay que levantar entre dos y cargar como una carreta para poder coger sobre el colchon blando. Y sin embargo, no tiene otra cosa que hacer que cogerme, que desearme desde su silla. Y sin embargo, la aureola densa y transparente en el colchon, prueba que vivo. Preparo el dedo, pero pienso tanto que despues me desvanezco. La idea del deseo sobre el deseo me deja chiflada, parasita con ojeras hasta el cuello. Mama, donde te metiste, estoy fastidiada, trabaje nueve horas parada, los empleados necesitan reposo. Mama, tibio tibio, caliente se quemo. Si me viera le daria miedo, descargo un odio impresionante. Si queres quedarte en suenos, alla vos, me insulta desde su ratonera. ?POR QUE SOMOS TAN BOBAS delante de las gondolas sin saber que comer? ?Por que compramos albahaca y perejil industrial si tenemos en la huerta?, y nos reimos. Morir es una buena opcion cuando se le caen todos los frasquitos de condimentos que levantamos uno a uno como particulas de esqueletos y nos queda ajo entre los dedos. Acostarme sobre la arena, sobre la hierba corta, sobre la tierra seca. Dejar de luchar con los brazos de mama. Trato de concentrarme en el gusto de los zapalli-tos. Estan frescos, digo. Apenas los reboce, dice, sin casi nada de aceite de oliva. Mira el pasto, mira como crece por partes, que raro, hay pedazos secos, como si el sol solo hubiera dado ahi, hay partes hundidas, como pantanos. Misterio, hija, para que preguntar mas. Buen provecho. Parece que las gallinas tienen hambre, no paran de chillar. Comemos, ida y vuelta de la mano a la boca. Donde esta mi telefono mama. No esta. Dijimos que ibamos a hacerlo, lo estamos haciendo muy bien las dos, echale algo de sal. Yo tampoco pregunto por los vasos de culo gordo. Mama. El pudo haber llamado. Concentrate. Mira un punto en el espacio y sigamos cenando. Hicimos bien en comprar esta mesa rectangular, ?no? Con las sillas no fue cara, nos faltaria una sombrilla y tal vez una reposera reclinable. ?Amarillas o a rayas? Asi damos algo de color. Dicen que el color da vida. Que payasada. ?O a lunares? Miro un punto en el espacio, ?y? Nada existe. La sensacion de que se aleja es una punalada seca en el estomago. Te llenas de imagenes que son una porqueria para tu salud, ?por que mejor no te concentras en la nina alegre y tontilla que eras antes de conocerlo armando hospitales para hormigas agonizantes? No arruines esta cena, que desagradecida te vuelve, que tipa aspera. No era alegre. Cocino en vez de recalentar y ni un gracias. LEVANTAMOS LOS PLATOS entre grillos. Que suerte tengo de que no haya un hijo, un plato menos, nada de restos pegados, ninguna voz cortando la mia. Nada que me suceda cuando me arranque la cabeza de un tiron. Crece algo blanco, una niebla que nos come, alla atras, que nos envuelve, que nos arrasa en la estepa. Mi mama se acuerda riendose de cuando se le resbalo mi cuerpito todavia con el cordon violeta en sus manos, todo remite a eso, a cuchillitos bajo el agua, a anguilas. Las dos lavando los platos con detergente barato y guantes, las dos guardando los cubiertos en sus cajones con compartimentos, tenedor con tenedor nos decimos cantando, cuchara con cuchara y hacemos el pasito de baile como una tarantela. Las dos yendo a tomar una botella de pastis afuera, nada pasa. Algo minusculo basta para ser infeliz, nos pica un abejon en el codo, se rompe un vaso con el viento, o las ventanas y puertas permanecen quietas. Una hamacandose, la otra espera su turno en el banco. Las dos calientes, desde el cuero cabelludo, las dos puercas abandonadas. Dos lindas zorritas de hocico naranja. Dos alergicas. En realidad, sonando que entran dos individuos de sombrero de ala ancha por la tranquera, piden permiso y pasan a violarnos contra las sillas, contra el subibaja de madera, en la pergola, a una por atras, a la hija por delante. Contra el lavabo le meten algo a mama, un palo de beisbol del rubio, y no le gusta tanto pero se esfuerza para que vea que goza. Nada importa mientras nos miramos poseer los ojos enfrentados y negros. Nos agarran de las axilas, nos dan vuelta y nuestros pelos largos caen en cortinados tenebrosos contra el forraje. ?Queda whisky en la despensa, hija? Que bueno que haya pasado tu infancia, que alegria que todo quede tan lejos que casi no haya sido, que ya no este en esta vida ese olor a eucaliptus mojado de cuando te agarraste el dedo con la puerta automatica. Ese olor a lona caliente, a goma, a local de alquiler de bicicletas. Ese olor a garrapinada, a manzana, a azucar rosa. Desde que naciste espere este momento. ?Fuimos o no a los medanos cuando cumpliste seis? ?Haciamos equilibrio en la escollera? ?Nos tirabamos como milanesas hasta el borde aguas vivas? ?Es cierto aquel dia que escuchaste ese disparo desde la habitacion del hotel y creiste que habia sido yo? ?Dormimos todo un verano clandestinas en las carpas de los turistas, tus montoncitos de caca apilados como murallas? Esos dias dorados conteniendo el aliento agrio y llevandote a patinar, dias enteros ayudandote a hacer la vertical en la orilla, haciendote saltar en la cama elastica, lavandote la bombachita con los nudillos. Escondiendome al atardecer playero en la arena fria a vomitar tu ninez. WHISKY CON MAMA desde el azul electrico hasta la madrugada y ahora, lejos de la casa, tengo las manos cubiertas de excremento. No conocia mi olor, la capa de olor que se forma en el cuerpo con el correr de las horas sin agua. Mi lengua se distrae comiendo pasto. Chupar las tetas duras de un animal, chupar su pelaje, los dientes vestidos, o imaginar la muerte de los padres, es igual. A partir del momento en que el entro en mi cabeza, el infierno salado. Fanatico martilleo sobre mis venas. El problema del cerebro es que no consigo retenerlo, siempre avanzando entre asperezas, siempre adelante como topadora. Donde me meti, no reconozco estas mansiones y nunca pase esta curva pronunciada. Deseo degenerado. Deseo nocivo. Deseo lunatico. Ya no encuentro como volver y mama debe estar inconsciente pendiente abajo. Espero que sin los pies tallados. Y a estas altas horas las nubes son troncos y la resaca no afloja y me tiro en cualquier posicion a masturbarme, mi pelo electrizado, la piel caliente, los parpados rigidos. Mi mano dandome para despues quedar quieta como un bicho, y que nada alcance. El y yo en un descapotable. El y yo en una carretera sucia. Las tetas no deberian estar en el cuerpo despues de cierta edad. Voy a extirparlas, pensando en mi pecho, cuando sean carne gruesa. Tampoco deberia abrirse el sexo. Busco una palabra que reemplace la palabra. Busco una palabra que indique mi devocion. Esa palabra que sea el punto, la distancia, el centro exacto de mi delirio. Deberiamos ser como pequenas serpientes hasta el final y ser enterradas asi, en huecos alargados como cunetas. Ahi me levanto nerviosa, la cabeza en sangre espesa. Camino por la casa y le abro las ventanas. El viento barre los cuerpos de los insectos atrapados en el mosquitero. Alla atras guarda recipientes de agua oxidada y fosiles de todas las especies. Se lo ve como si no hubiera dormido nunca, siempre necesitando un bano, un nuevo corte de pelo, un pantalon sin orina. Y que es al fin de cuentas ese escaso placer que tomamos en la juventud de los dedos. Que es ese escaso liquido dorado cayendo, diluyendose, si despues, mas tarde, cuando por fin la encuentro con el vaso de culo gordo batiendo el hielito y pidiendole al mozo una ronda mas, estamos con mama sentadas en la mesa del jardin con una fuente de caldo y dos cucharas. Que es ese deseo restante, hundido, mientras bebemos la sopa y el vapor nos da en la cara, y ya no queda nada, pero nada.

  • El momento perfecto de Kate Dawson

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    Lexie Quennell tenia una vida perfecta: un marido que la ama, dos hijas maravillosas y un trabajo que le gustaba. Un terrible e inesperado accidente hara saltar por los aires toda esa falsa estabilidad y la llevara de vuelta a River Place, el lugar del que escapo doce anos atras. Ante ella se presenta una nueva oportunidad de amar… si es capaz de arriesgarse.

  • Tranquilas. Historias para ir solas por la noche de Varios Autores

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  • La matanza del cerdo de Varios Autores

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    RELATOS DE TEMATICA THRILLER

  • Querida Enemiga de Vanessa Lorrenz

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    Marian nunca supo lo que era tener una familia, la unica que siempre habia estado a su lado era su amiga Olivia, ambas encontradas el mismo dia abandonadas en la puerta de un orfanato. Eran inseparables y para Marian su amiga era su hermana. Por eso cuando Olivia entra en la alta sociedad londinense al ser hija de un duque, la vida de Marian cambia por completo.
    Intrigas, pasion, enemistades disfrazadas de amistad, una lucha entre dos mujeres por conseguir recuperar su pasado, y el dolor de la traicion, es un poco de lo que encontraras en Querida enemiga: ?Hasta donde eres capaz de llegar por amor?

  • El fantasma enmascarado de Raul Garbantes

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    Illinois, 1960. Nathan Jericho es un hombre anticuado y el detective perfecto para clientes que necesitan resolver casos imposibles. Son especialmente las mujeres en apuros quienes tienen una afinidad especial con el detective caradura y hallan en el un protector reservado que no cejara en su empeno por hallar la verdad, sin importar los riesgos. En esta oportunidad una viuda desequilibrada solicita sus servicios para que la salve de ser asesinada por su esposo, el cual ha muerto hace muchos anos y ahora se le aparece usando la misma mascara que llevaba el dia que la conocio en un baile de disfraces. ?Como es esto posible? ?Testimonio de locura o experiencia paranormal? Jericho no cree en historias de fantasmas y debera resolver este misterio antes de que sea demasiado tarde.

  • Gimpel, el tonto de Isaac Bashevis Singer

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    El primer libro de relatos de Isaac Bashevis Singer, Premio Nobel de Literatura.

  • A sus ordenes de Sophie Saint Rose

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    Azahara es teniente del ejercito del aire y lucha por conseguir su sueno. Y esta a punto de alcanzarlo cuando su Coronel se jubila, dando paso a un heroe de guerra con malas pulgas que la tiene entre ceja y ceja. El Coronel Parker le hace saber continuamente que es una desgracia para el ejercito y solo esta en su mano demostrarle que se equivoca y que ella siempre consigue lo que quiere. Y le quiere a el en su cama.

  • ?Donde crece el dinero? de Laura Mascaro

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    ?Por que las huchas tienen forma de cerdito?

  • Fuera de juego de Chus Iglesias

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    El desahogo de Alba despues de aquel partido, en el que habia insultado al arbitro a placer, no tenia comparacion con la verguenza que empezaba a sentir y mas cuando descubrio que David seria el nuevo tecnico de prevencion de riesgos y abogado de la asesoria en la que ella trabaja en Santiago de Compostela. Lo que esta claro es que el no ha llegado en son de paz precisamente, cuando ha comprobado que era la misma ninata del campo de futbol.

  • Ines es todas las ciudades (LGBT) de Helena Lago

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    A veces, cuando dos personas se conocen, el mundo cambia. Es verano. Ines suena con ser escritora y quiere volar por encima de todas esas estrellas que contempla desde el jardin. Oscar piensa que Ines es inalcanzable, como un cometa que pasara fugaz sobre su cabeza. Ambos sobreviven como pueden a su matrimonio. Ines encuentra a Adrianne una noche y, de repente, pajaros en el estomago. La conexion que se establece entre ellas es inmediata, abrumadora, hermosa. Pero su relacion parece imposible. Y sin embargo, Ines es todas las mujeres, en todas las ciudades, o al menos eso es lo que siente Adrianne. Tras "Me alquilo para el 14 de febrero" y "Ayer empezo el resto de mi vida", Helena Lago nos invita a conocer a dos mujeres que dormitaron en su cabeza durante mucho tiempo. En esta primera novela de la autora, Lago vuelve a demostrar que las palabras fluyen entre sus dedos para mecer al lector con la suavidad y delicadeza que caracteriza a esta autora. Una excelente “opera prima” que cimenta la transicion natural de Helena Lago como escritora de relatos a novelista.

  • La mujer fetiche (Fetiches 2) de Mimmi Kass

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    <<…y de pronto, el mundo se redujo a la superficie de su piel>>.
    Gabriel Garcia Marquez – Cien anos de soledad

  • Aprendiendo a amar de Covadonga Perez-lozana

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    Miro el presente y veo muchos seres humanos despistados. Pareciera que nos interesa mas encontrar agua en Pluton o lograr acelerar un proton que aprender a vivir nuestras vidas en plenitud y agradecimiento. No sabemos vivir, y una de las pruebas de ello es que la gran mayoria de nuestras relaciones aun albergan algun tipo de conflicto. Les pedimos a los demas que nos hagan felices o, por lo menos, que no nos hagan dano. Esa mirada externa, tan practicada en nuestra forma actual de vivir las relaciones, nos distrae de la mirada interna: aquella que se mira a si misma y se encuentra, aquella que al encontrarse entra en paz. Todos buscamos amor, felicidad y paz, sin embargo, la perspectiva externa de esa busqueda no tiene nada que ver con su perspectiva interna. La primera reclama a la vida y a los demas que nos aporten aquello que creemos que no somos capaces de alcanzar por nosotros mismos. La segunda, en cambio, se basa en un autodescubrimiento que agradece todo lo que ocurre, porque, al ocurrir, nos permite conocernos un poquito mas. La primera mirada camufla nuestras debilidades y construye una mascara atractiva para atraer a aquellos que nos van a hacer felices. La segunda mirada considera la debilidad como una oportunidad de crecimiento y la mascara como un obstaculo innecesario que oculta una vision honesta hacia uno mismo y el mundo que le rodea. Somos una especie aun inmadura que cree estar realizada y completa. Creemos que ya hemos terminado nuestro viaje de autodescubrimiento cuando conseguimos el ultimo modelo de telefono movil. Sin embargo, todavia mendigamos amor, respeto y comprension a los demas, convirtiendo asi las relaciones en una especie de bufe libre de desequilibrios emocionales: culpa, resentimiento, remordimientos, frustracion e ira son los mas solicitados del menu. ?Te imaginas a dos personas cuyo discurso matutino dentro de sus cabezas sea decirle constantemente al otro: <>? Esta inmadurez de la que hablo no es, ni mucho menos, algo malo. Mas bien refleja un enorme potencial por descubrir y ser vivido. De ahi nace mi gran interes en invitarte, por un lado a que seas consciente de esta bella inmadurez, y por el otro a que te des cuenta de tu ignorancia (que es la de todos nosotros). Reconozcamoslo, no sabemos como relacionarnos de forma pacifica y amorosa con los demas, ni tampoco sabemos hacerlo con nosotros mismos. No sabemos respetarnos, escucharnos ni amarnos. Nos escondemos detras de nuestra personalidad pensando que esto nos hara sentirnos mejor con nosotros mismos y tambien con los demas. Quiza con este libro descubras que existe otra manera de relacionarse. Quiza sientas en tu corazon que es hora de dar un paso mas alla del temor, las quejas y los caprichos, y encontrar una forma de relacionarte basada en la unidad, que, a su vez, nace de la mirada interna. Covadonga nos invita a poner el foco en ello desnudando a la protagonista en las paginas de este libro, exponiendo su ignorancia a la luz del Sol y compartiendo con nosotros, los lectores, el resultado de esta valentia. Aprender a culpar a los demas de nuestras desdichas o responsabilizarlos de nuestra felicidad es una leccion mas que aprendida. Somos grandes maestros del victimismo, del drama y de regalar nuestra integridad a todos aquellos que tienen pinta de poder hacernos felices, aunque luego solo nos hagan desgraciados. Nacemos integros y, a medida que crecemos, aprendemos a desintegrarnos regalando a los demas algo que solo nos pertenece a nosotros: la capacidad de alcanzar la felicidad. Te invito a andar, junto a Covadonga, hacia ese proposito. Su forma de narrar y su manera de alcanzarlo son suficientemente claros y honestos como para que el camino personal de la protagonista de esta historia se vuelva transparente y te permita vislumbrar ese proposito que todos compartimos. No temas ser feliz. Sergi Torres INTRODUCCION Este libro comienza con el <>. Escribo las primeras lineas reproduciendo ese tortuoso patron de pensamiento egoico que dirigio y domino la existencia de la protagonista de este libro hasta mas alla de la treintena. Afortunadamente, la vida, en su infinita sabiduria, supo proveer a Guadalupe de las experiencias vitales necesarias para su dulce transformacion. Guadalupe no es una victima, nunca lo ha sido. Ha vivido muchas experiencias que la sociedad catalogaria como desgracias, pero ella sabe que no han sido tales, y tambien sabe que ha sido responsable de todas y cada una de ellas. Guadalupe esta agradecida a sus maestros por mostrarle el camino hacia su interior, hacia el empoderamiento personal. En este libro quiero compartir su experiencia para que del mismo modo que ella pudo transformar su mente, este relato ayude a otras personas a transformar la suya. Comienzo describiendo su egoica forma de pensar y finalizo mostrando una mente mas alineada con su conexion esencial, una mente mas limpia. Una mente que le permite vivir relajada y en paz. Espero que este relato ayude a otras personas a transformar su mente y responsabilizarse de su vida. INDICE 1. El desamor 2. Naranjas completas 3. Aprender a amarme 4. Que es el ego 5. El sistema de creencias 6. Mi flamante nuevo novio 7. Mi nueva vida 8. Repeticion de patrones 9. Quien no aprende de su historia... 10. Mi vida en soledad 11. Cuando tu cambias, todo cambia 12. La vida es un espejo 13. ?Desde cuando sabe la humanidad que la vida es un espejo? 14. La pareja como espejo 15. El enamoramiento 16. La pareja como maestro 17. El amor no implica sacrificio 18. Los contratos 19. Decir <> es un acto de amor hacia ti mismo 20. La presencia 21. El nino interior 22. Como influye el estado de presencia en nuestras relaciones 23. El estado de presencia y el sexo 24. Aceptacion 25. La aceptacion aplicada a la pareja 26. La victima 27. El compromiso 28. Los celos y la confianza 29. Si tu pareja te engana o te abandona 30. Liberate de la necesidad de tener razon 31. Mi relacion plena 32. El apego 33. La aceptacion de una ruptura 34. La independencia emocional 35. El origen de la dependencia emocional 36. Mi descubrimiento 37. La influencia del sistemico en los ordenes del amor 38. El perdon 39. El perdon en los ordenes del amor 40. Escuchar al corazon, la intuicion 41. El espacio de tu corazon y el amor universal 42. La pulsion de unicidad 43. La mision 44. La mision compartida: puro extasis vital 1. EL DESAMOR Me llamo Guadalupe y quiero contarte mi historia, la historia de un descubrimiento que me cambio la vida para siempre y que quiero plasmar en estas paginas para ayudarte a que tu tambien lo hagas. Pero antes de llegar a eso empecemos por el principio. Me quedaban dos meses para cumplir treinta anos y mi cabeza no paraba de darle vueltas a la idea de que iba a cambiar de decada y aun no me habia casado. Una parte de mi se repetia que eso eran historietas, convencionalismos sociales pasados de moda, pero otra parte, que en ocasiones tomaba el control, sentia que habia fracasado. Era como si en algun momento hubiera apretado la tecla equivocada, hubiera escogido el camino erroneo y todo hubiese dejado de funcionar. Me sentia profundamente vacia. <>, me repetia a mi misma. Llevaba 3 anos con Rodrigo, que era lo que oficialmente se considera un tio bueno. Era guapo, elegante, fino... tenia un lenguaje culto y elaborado, y era tremendamente atractivo. De lunes a viernes se vestia de traje para ir a la oficina y, por si esto fuera poco, encima se ponia una gabardina que le daba un toque misterioso. Parecia salido de un anuncio de Massimo Dutti. Yo podia sentir la envidia de otras mujeres cuando caminaba cogida de su brazo, cuando iba con el a una fiesta o cuando se enteraban de que era mi novio. Me sentia afortunada de estar con un chico tan guapo y elegante; llevaba su foto en mi cartera y subia constantemente fotos nuestras al facebook. Me encantaba mostrar en la red social fotos en las que saliamos abrazandonos, besandonos o haciendo planes juntos. Eramos la viva imagen de la felicidad, los dos tan ideales. En esa epoca descubri una aplicacion que te informa de quien te visita en facebook, y me regodeaba contando el alto numero de visualizaciones que tenian nuestras fotos y disfrutando de la atencion que suscitabamos. Sin duda eramos una pareja perfecta. Sin falsa modestia he de decir que yo siempre he sido muy atractiva fisicamente, sobre todo en aquella epoca. Aunque iba a cumplir treinta aparentaba veintitantos; estaba delgadita pero tenia formas muy sensuales. Mido 1,76, tengo unos ojos de color verde intenso y mis facciones desprenden feminidad. Siempre he llamado la atencion de muchos hombres, y en aquella epoca eso me parecia importante.

  • El Soltero (Los hermanos Walker 1) de Amanda Adams

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    Algunos suenos son dificiles de matar.

    Cuando Chance Walker era un nino, sonaba con ser muchas cosas.

  • El castigo de Bella Hayes

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    En el futuro, los crimenes son pagados con sangre, sudor y lagrimas, impera el principio del ojo por ojo. El castigo para las narcotraficantes es la violacion.Rose Hamilton tiene 22 anos, acaba de graduarse de abogada, su mejor amiga la invita a un viaje de vacaciones a Mexico, de regreso se encuentra droga en su equipaje y es condenada a una violacion multiple.

  • Baila solo para mi de Marta Frances

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    Esto se repite Clara, cinco meses despues, intentando olvidar lo que sucedio, olvidarlo a el para pasar pagina y dejar de comparar al resto de hombres con aquel chico de ojos verdes.
    Javier la recuerda muchas veces, demasiadas. Sus besos, su cuerpo, como bailaba. No cree que vuelva a verla. Solo sabe su nombre, y es falso.

  • Dragon dorado de Sophie Saint Rose

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    Lady Camille, temiendo por su vida, huyo de casa para no acabar como su madre y desamparada por las calles de Londres, encuentra un buen amigo que le ensena como sobrevivir. Pero por su culpa esta a punto de perderle y solo se le ocurre una solucion. Buscar al hombre mas influyente y temido de Londres para que le eche una mano, pero desgraciadamente se ha vuelto decente. Su destino esta a punto de cambiar. de nuevo.

  • Narrenturm de Andrzej Sapkowski

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    El fin del mundo no llego en el Ano del Senor de 1420, aunque senales muchas hubo de que asi habiade ser… Transcurre la turbulenta primera mitad del siglo XV en Silesia, un pais entre los grandes reinos polacos, alemanes y bohemios. Los seguidores de la herejia fundada por Jan Hus -los husitas- se extienden por la region. Aceptada por pobres y villanos, la nueva fe produce convulsiones sociales y politicas. Los grandes senores estan divididos: algunos se muestran a favor de los husitas, otros en contra. La poderosa Iglesia de Roma lanza una cruzada tras otra contra los herejes, intentando destruirlos. La horca y la antorcha recorren los campos del corazon de Europa. Pero los espias husitas estan por todas partes y sus ejercitos, formados por campesinos y aldeanos, derrotan a los nobles y los pasan a cuchillo. Reinmar de Bielau, llamado Reynevan, es un joven noble silesio, un medico estudioso de la alquimiay ferviente partidario de trovadores y minnesanger. Su apasionamiento por una mujer casada lo llevara a enfrentarse a una poderosa familia, los Sterz. Perseguido por encargo de ellos, Reynevan huye por todo el centro de Europa, escondiendose de los asesinos a sueldo. En un principio la huida es poco mas que un juego, pero pronto las cosas empiezan a complicarse. Reynevan no lo sabe, pero la huida emprendida transformara por completo su vida. Encontrara asiel verdadero amor y la verdadera amistad, vivira aventuras y peligros, y por fin participara en laguerra del lado de los mas debiles. O al menos eso cree.

  • Un Vaquero de Ojos Verdes (Rancho Atkins 2), Tess Curtis de Tess Curtis

    https://gigalibros.com/un-vaquero-de-ojos-verdes-rancho-atkins-2-tess-curtis.html

  • Corazon de hojalata de Danielle Paige

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    Basada en El mago de Oz, llega esta cuarta precuela digital de la serie Dorothy debe morir.

  • Redencion (La Profesional 3) de Kris Buendia

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  • Me gusta este idiota de Linda Meller

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    Giulia:

  • Manana lo dejo, Gilles Legardinier de Gilles Legardinier

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  • En casa, al amanecer de Alexis Harrington

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    Octubre de 1918. Mientras viaja de Nueva York a Seattle, la doctora Jessica Layton hace una parada en su pequeno pueblo natal de Oregon, donde se reencuentra cara a cara con Cole Braddock, el primer y unico amor de su vida.

  • Pajarito de Hugo Valero Munoz

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    Es dificil levantarse cada dia cuando lo que te espera no es de tu agrado.
    Silvia, una muchacha de dieciseis anos, debe soportar a un grupo de companeras que se dedica a amargarle la vida en el instituto; en silencio, sin la ayuda de su madre, que la ignora para dedicarse a su trabajo.
    Cansada de la situacion, da un giro a su vida y toma comienza a tomar las riendas, rompiendo con todo lo anterior.
    La joven inicia asi una aventura en la que buscara cumplir los suenos propios de su edad: alcanzar la fama y el exito por todos los medios a su alcance.

  • ?Suave como la seda? (Amigos del barrio 3) de Noelia Amarillo

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    El esplendido principe azul vencio al fiero dragon, desafio a la malvada bruja y rescato a la hermosa princesa. Con los primeros rayos de sol, montaron sobre el blanco corcel y emprendieron viaje hacia un castillo de cuento de hadas...

  • Un mundo sin ti de Bel Diciembre

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    Vuelve Bel Diciembre con una novela romantica llena sensibilidad, ternura y sentimientos a flor de piel.

  • El nino filosofo de Jordi Nomen

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    La herramienta ideal para que familias y educadores desarrollen la inteligencia filosofica de los ninos
    Los ninos tienen una extraordinaria capacidad de asombro y una curiosidad practicamente ilimitada, dos cualidades que los convierten en pequenos grandes filosofos. El nino filosofo es una herramienta clave, tanto en casa como en la escuela, para potenciar esta inteligencia filosofica que les permitira desenvolverse como ciudadanos activos y comprometidos.
    El libro esta organizado en dos partes: la primera parte nos invita a considerar los beneficios que la educacion filosofica puede conllevar en el desarrollo intelectual, personal y social de los ninos. La segunda parte plantea doce grandes preguntas, legado de doce importantes pensadores de la tradicion occidental, y propone ejercicios practicos para que familias y educadores puedan abordarlas con los ninos desde la critica, el dialogo, el juego y la creatividad.

  • La botella de la etiqueta roja de Carlos Lloret Sirerol

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    Adrian “Adry” Rodriguez es un chico timido que, contando tan solo con la compania de dos amigos, detenta acrecentar su status social dentro de su clase, y esta dispuesto a hacer cualquier cosa para lograr su objetivo. Empecinado en llevar a termino exitosamente sus anhelos de ascender en una jerarquia que lo ha relegado al ultimo de sus estratos, encontrara su esperadisima oportunidad en el aniversario Maria Sendra, la chica mas guapa y deseada de su populosa clase. Siendo asi, emprendera su viaje en busca de una mejora de la aceptacion que le prodigan sus renuentes companeros.

  • Trieste de Dasa Drndic

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    Haya Tedeschi espera junto a un cesto repleto de cartas, fotografias, recortes, versos, testimonios, listados… A los ochenta y tres anos, su historia, reflejo de un pasado turbulento, se ha quebrado ya en mil pedazos que Haya repasa uno a uno: la infancia en Gorizia, en el seno de una familia judia multilingue, Trieste y el ascenso del totalitarismo, los anos de juventud, el cine y el primer amor. Pero tambien estan la guerra, los trenes cerrados y los campos de exterminio, como la antigua arrocera de San Sabba, de la que dia y noche salian humo y ceniza que se transformaban en un barro negro en el que jugaban los ninos. El mismo barro donde hubiese jugado su hijo de no haber sido secuestrado para formar parte del siniestro proyecto Lebensborn de Heinrich Himmler.
    Haya Tedeschi espera el reencuentro con su hijo y, mientras lo hace, desmenuza la compleja marana de su vida revelando la fragilidad de la memoria y las limitaciones de la Historia, que nunca pueden agotar la realidad. Asi, poco a poco, se va componiendo el rompecabezas de esta obra, en la que la autora entremezcla magistralmente realidad y ficcion para, con un impactante manejo del lenguaje, ofrecernos una cruda cronica de las profundas heridas que la Segunda Guerra Mundial ha dejado en Europa.

  • Puentes de papel de Caterina Gravina

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    Suzanne, una joven divorciada madre de dos adolescentes, se encuentra en un momento de su vida donde no ve la felicidad en ninguna parte. Sus valores, el respeto y la lealtad a la familia, le obligan a zanjar una situacion que ha estado atormentandola durante mucho tiempo.
    Una noche, mientras esta valorando como vivir otra vez de manera intensa, se encuentra con una verdad que no conocia. Esa realidad la empuja a enfrentarse cara a cara con su pasado.
    ?Que o quien tendera ese fragil puente que une el pasado y el presente?

  • Los caidos de Carlos Manuel Alvarez

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    En Los caidos, novela ambientada en la Cuba contemporanea, asistimos al desmoronamiento de una familia cuyos miembros, sin saber realmente como, han acabado convirtiendose en adversarios que comparten el territorio del hogar. Mariana sufre ataques epilepticos y ya no es el elemento aglutinador del hogar. Diego, el hijo menor, esta a punto de terminar el servicio militar, alimentando su resentimiento contra la mentira de su epoca, Armando debe lidiar con sus inamovibles convicciones socialistas, las pequenas corruptelas de sus empleados y el hecho de que su hija mayor, Maria, haya abandonado los estudios en busca de unas condiciones de vida dignas. Compuesta a cuatro voces con una naturalidad solo al alcance de los grandes narradores, Carlos Manuel Alvarez se confirma entre ellos.

  • El Sendero Del Dragon de K. Spencer

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    La tarde presentaba un aire plomizo que se pegaba a las nubes, convirtiendolas en masas gigantescas que caerian de un momento a otro sobre la faz de la Tierra aplastando todo vestigio de vida de un plumazo. La ciudad convivia con la agitacion propia de cada tarde: vehiculos que desfilaban en una y otra direccion, llevando y trayendo gente sin parar por las principales avenidas que parecian un circuito infinito de carreras. Manipulados por alguna voluntad que jugase con un mando a distancia, a la que le gustara jugar con los humanos y ver hasta donde son capaces de soportar entre tanto estres e insufrible rutina. En los suburbios se respiraba, sin embargo, el esperpentico lado trasero de ese espejo donde todo parecia brillar y resultar consumible, apetecible. Alli, en construcciones extremadamente humildes y pesimas en habitabilidad, se ve a quienes no pueden acceder a la voragine empresarial, financiera, y glamurosa de Detroit. Y es en esas condiciones --muchas veces miserables-- donde se encuentran, entre quienes acaban como carne de canon de la delincuencia, las verdaderas perlas de la ciudad, pues han sabido apartarse de ese margen de vertigo en medio de la adversidad conservando un minimo de dignidad humana. En algunos centros educativos, como el que tiene a Pamela como profesora, parece que se producen milagros, que se intenta llevar a cabo una nueva integracion de jovenes de esos suburbios para ofrecerles algo mejor que no sea delinquir, drogarse, o entrar en negocios clandestinos. Pero puede que algo oscuro se este fraguando en esas altruistas intenciones. Algunos de esos jovenes estan empezando a demostrar un nivel de vida demasiado alto para lo que se pueden permitir. Estamos hablando de chicos con 16 anos que, aunque a duras penas pueden sus familias pagar el suministro de luz en sus casas, ellos llevan al instituto demasiado dinero en sus bolsillos... y eso esta empezando a ser demasiado sospechoso. Pues ni sus padres estan al corriente de donde viene esa fuente de ingresos. Y aqui comienza esta historia, en esa tarde en la que nuestra profesora va a tener una extrana visita... Pamela seguia en su despacho, rodeada de dossiers por corregir. Todos en el instituto habian marchado ya, pero ella se quedo para estudiar un caso especialmente particular: el de su alumno mas problematico, tratando de comprobar si la ayuda recibida por parte del equipo psicopedagogico habia surtido efecto, o no, en sus avances academicos. Tampoco queria que ese muchacho cayera --como los otros-- en esa red que seguramente estaria poniendole el cebo hasta que picara. Tenia obsesion por conseguir mejoras en todos sus alumnos, hasta el punto de sacrificar su vida privada, entregandose por completo a su labor como tutora. Y aun mas ahora que sentia que podria desenmascarar toda una mafia que quizas se aprovechaba de algunos de sus alumnos. Despues, seria ya demasiado tarde, todo se desvaneceria como la niebla al amanecer. El instituto cerraria sus puertas el curso siguiente. La arquidiocesis tenia problemas financieros y decidio vender colegios para salir a flote. Solo los seleccionados profesores pasarian --desde su entonces central ubicacion-- al nuevo edificio: en el ala superior oeste de la ciudad. Por ello, se dejaba el alma en su particular investigacion, ademas de ser una perfecta educadora. En el dossier de ese muchacho, llamado Oliver, figuraban los ejercicios de la semana, todos ellos llenos de garabatos y tachaduras, haciendo que la frustracion se apoderara cada vez mas de Pamela, agotada tras una jornada intensa de valoraciones del segundo trimestre. Se echo las manos a la cara, intentando apaciguar la sensacion de impotencia que la estaba invadiendo. ?Como podia hacer para que ese atormentado estudiante se tomara en serio las clases? Sabia de sus problemas personales. Practicamente, se habia criado solo, en ausencia de los grandes pilares paternales, que desaparecian continuamente de su atormentada vida. Abrio el cajon de la derecha y saco una caja de aspirinas. Le dolia mucho la cabeza y no le hacia gracia tener que conducir hasta su casa con un nuevo episodio de migrana que le impidiera siquiera manejar su vehiculo. Dio un sorbo del cafe que le quedaba ya frio en la taza para tragar la pastilla, cerrando los ojos, como de costumbre. Permanecio asi unos instantes, entrando en un estado de relajacion que le hacia falta para olvidar todos sus problemas, todos sus pesares. Para concentrarse en algo mas placentero, cogio entre sus manos el colgante que llevaba puesto: una cadena de plata con un espejito enmarcado. Se miro a traves de el buscando el reflejo de todo lo que ese objeto representaba. Aparto unos mechones del flequillo para ver mejor sus ojos…tal y como le habian indicado en un extrano grupo de amistades que hacia muy poco habia conocido en internet. De repente, sintio como si alguien estuviese detras de su espalda. Una corriente de panico atraveso su cuerpo, dejandola inmovil, quizas para congelar ese momento y que no avanzase, tratando de considerarlo una alucinacion. Pero no lo era. Alguien, con extranas intenciones, habia entrado en su despacho. En silencio, sin que ella se diera cuenta. Iba vestido de negro, con una capucha que ocultaba su cabeza; y su rostro, tras una mascara. Acto seguido, unas manos frias rodearon su cuello. Una voz masculina, llena de tension, pronuncio: --No te des la vuelta o te mato. Quedate quieta y escuchame bien --un tipo le ordenaba mientras pasaba la hoja de un cuchillo por delante de su cara a la vez que con el otro brazo la sujetaba contra su cuerpo. Pamela, desde su asiento, sin poder moverse apenas, con el corazon a todo galope, queria girarse para ver su rostro, pero sus ojos no pudieron ver mas que una masa oscura, una capucha y la mascara blanca, que sonreia igual que un nino ante su tarta de cumpleanos, y que cubria toda la cara del misterioso intruso. --He dicho que no te gires --insistio el asaltante, con la voz amortiguada por la careta, y siguio--: Y ahora quiero que grabes esto en tu puta cabeza: !Deja en paz a Oliver, o tendras que lamentarlo! --?Oliver? Yo solo quiero ayudarle --dijo temblorosa Pamela, a punto de darle un infarto. --Se lo que estas haciendo. Te lo advierto. Deja de meterte en su vida --ordeno el tipo--. No juegues a salvar vidas. ?Te ha quedado claro? --No se a que se refiere. Soy su tutora, nada mas --intento justificarse Pamela. --la hoja del cuchillo iba dando vueltas, como si el agresor quisiera deslumbrarla con el brillo de su acero. --Si que lo sabes, senorita Pamela, lo sabes perfectamente. Y como sigas metiendo tus narices en todo lo que haga o diga Oliver, te puede ocurrir una verdadera desgracia. Y seria una pena. Tanto trabajar para acabar pasto de las ratas --sentencio el cinico extrano, con un tono realmente siniestro. Las manos de ese individuo rozaron las mejillas de la tutora, estremecida al maximo, la cual esparcio una lagrima que recorria su cara como si fuera puro acido. Despues, bajaron por su cuello y presionaron un poco. Ella intento tragar saliva, notando sus gruesos dedos, que le parecian mortalmente repudiables. El intruso enmascarado retiro sus manos del cuello de Pamela, bajando aun mas hacia sus pechos, pero se detuvo. Pamela emitio un quejido, queria desembarazarse de esas manos, apartandolas con las suyas, y eso provoco que el atacante se exasperara y continuara con su advertencia. --Dejeme, por favor. Hare lo que me dice. Pero dejeme. --suplicaba Pamela, viendo que podria acabar agredida en su intimidad, en manos de ese hombre que, por su voz, estaba deseando hacer dano y disfrutar con ello. --Espero que todo se solucione por las buenas. A ver, ?te ha quedado suficientemente claro lo que no debes hacer? --exigio el, alzando el cuchillo para indicar que se levantara. Ella tenia casi inmovilizadas las piernas. Era como si el cerebro la ordenase quedarse asi, quieta, esperando que --de alguna manera-- esa orden fuera enseguida anulada, y, mientras, las neuronas trabajasen en inteligentes sinapsis para convencer al agresor de que lo que queria hacer con ella no podia ser, que eso no estaba bien. Que el minimo resquicio de conciencia y humanidad que le quedara en su cabeza le hicieran desistir en su empeno por dejarle una marca de espanto de por vida. --Ya le he dicho que lo he entendido, y que no intervendre mas en cuanto a Oliver. Ahora dejeme ya, por favor. Vendra enseguida el conserje. --concluyo Pamela, mintiendo, ya que no quedaba nadie en todo el instituto. Solo estaba ella. Y el asaltante, claro. --Mentirosa. ?Te crees que soy idiota? Se muchas cosas de este instituto. Y tambien sobre ti -- dejo bien claro ese tipo que estaba al corriente de los movimientos del centro, y que no se andaba con rodeos. Iba en serio. --Esta bien. No le miento. Puede que haya salido, pero el conserje suele quedarse hasta tarde supervisando el trabajo de las limpiadoras --se excuso Pamela. Su mente no paraba de buscar pruebas para no sentirse desamparada. Pero la realidad era que asi lo estaba. Estaba completamente a merced de ese hombre, cuya mascara le producia, ahora que se habia levantado y podia verle de soslayo, verdadero terror. --Date la vuelta --le exigio mirandola, como si estuviera mordiendola con sus ojos afilados. --No hagas algo de lo que te puedas arrepentir. --?Arrepentirme? Eso se lo dejo para las santurronas como tu, que van de Madres Teresa de Calcuta por la vida. Pero no te preocupes, haga lo que haga, iras derechita al cielo. Te lo has ganado --la asusto al limite. Pamela se iba acercando a la pared con gran nerviosismo. Solo la idea de sentir el filo de ese cuchillo por su fina piel, la dejaba en estado de shock… Porque, aunque saliera viva de alli, ya no seria lo mismo. Habia caido en un pozo del que no se puede salir mas que cuando en este se deja caer una cuerda por la que subir. Y alli no habia ni Dios ni cuerda alguna. El hombre seguia mirandola, y a la vez iba haciendo saltar el cuchillo para sujetar su mango en cada vuelta al aire que lo lanzaba, a escasos centimetros de su mano, pero de vez en cuando la apuntaba como si se lo fuera a lanzar de un momento a otro. --No me mate, por Dios. Hare todo lo que me diga, sin decirselo a nadie. Y deje de apuntarme con el cuchillo. Me esta dando algo. No me haga sufrir, por favor. Yo no he hecho nada, y si le molesta que me preocupe por Oliver, desde ahora dejare de hacerlo. Se lo juro --confesaba presa del panico, espantada de pies a cabeza. --Venga, dejate de suplicas. No te voy a matar, solo quiero que sepas de lo que soy capaz -- volvia a recordarle su falta de escrupulos. --Perfecto, senorita --murmuro el, con un tono de conformidad--. Tiene un cuello precioso. Fragil, delicado... --?Le gusta asustar a las mujeres? Pues que sepa que lo esta consiguiendo. Asi que dese por satisfecho. --Ella se oponia por dentro a atacarle verbalmente. Pero tenia delante al mismisimo diablo, con la intencion de pasar el filo de la hoja de ese cuchillo por su delicada piel si es que le incitaba a ello, y aunque lo intentara, sabia que no podia huir de esa situacion. --Esta bien, senorita. Date la vuelta y quedate ahi hasta que me haya ido, ?entendido? Ella vio salir el sol en ese momento. Se giro y se puso contra la pared, apretando su cuerpo con sus manos, como si se abrazara recuperando su vuelta a la vida, dejando atras, literalmente, al terror y a la muerte. Y ese individuo, tal como habia entrado por la ventana, desaparecio subitamente, en silencio y el aire de la calle entro y lleno los pulmones de Pamela, como si acabara de nacer. Ella se dirigio, tras unos segundos, hacia la ventana que, en un primer piso, era facilmente accesible, al poder ser escalada la pared de ladrillos de la fachada con la soltura propia de una persona atletica. Juraria que tenia la ventana cerrada antes de que ese tipo entrara, pero quizas una de las hojas de la ventana quedara sin ajustar. Se asomo pero no vio a nadie, era evidente que ese hombre habia torcido a la derecha. Justamente, su despacho estaba ubicado hacia la esquina del edificio. Cogio sus cosas: su bolso, su abrigo y se tapo por delante con una mano. Abrio la puerta del despacho y se dirigio por el pasillo hacia la salida del centro, pasando por las clases en las que retumbaban sus tacones al estar con las puertas abiertas en medio de aquel vacio que hacia eco. Ya en la puerta, metio la llave que no acababa de centrar y salio apresuradamente del instituto, dirigiendose a su coche, que estaba estacionado en el aparcamiento, a unos diez metros. Busco sus llaves en el bolso, y se le iban cayendo cosas con los nervios, como recibos de los supermercados y algun que otro pintalabios, se agacho a recogerlas mientras maldecia por no haberse ido, como todos, a la hora del cierre del centro. Encontro por fin el llavero con la inicial P, apreto el boton del mando y, antes de sentir el clic de apertura de puertas, acciono la maneta de la puerta, lo que bloqueo el sistema y hubo de esperar para volver a activar el sistema de apertura: cosa que acabo por desquiciarla en su intento por escapar de alli lo antes posible. Mientras tanto, uno de sus pechos se habia salido con los movimientos. Al verse asi, expuesta a las miradas de quienes en ese momento pasaban por alli, y darle igual si habian visto o no su semi desnudez, no escucho o no lo quiso hacer, los comentarios de esas personas que la miraban: <>. Eso si, ganas le dieron de decirles lo que le acababa de pasar. <>, penso. Se sento, cerro las puertas, bloqueandolas, puso la llave en la toma de contacto y la giro para arrancar. Nada, no arrancaba. Siguio intentandolo, una y otra vez pero lo que en realidad estaba haciendo era ahogar el motor. Ya no pudo mas, se estiro sobre el volante, apoyando los brazos contra su frente, descargando en el llanto toda la tension, todo el miedo que se habia aduenado de su cuerpo dejandola incapaz ni siquiera a reaccionar. Un golpe seco en la ventanilla de alguien que se habria acercado a su coche, hizo que cesara el llanto y se preparara para lo peor, abriendo de golpe los ojos --ya desorbitados de tanta angustia --, echandose hacia el asiento del copiloto, tratando de evitar ser de nuevo violentada por el misterioso agresor. Con las manos protegiendo su cara, a traves de los dedos trato de ver, muerta de panico, lo que le esperaba; cuando una voz amable resono como las campanas de un despertador de pesadillas, pues no parecia ser el agresor que en su despacho la violento, y algo le decia en su interior que podria confiar en quien estuviera ahi fuera picando a la ventana de su coche. Una cara amable de un hombre de mediana edad se asomaba para ofrecerle ayuda. --!Hola! !Tranquila, solo queria ayudarla! He visto que tenia dificultades para arrancar su vehiculo. ?Esta usted bien? -le dijo, mostrando su mejor voluntad para sacarla del apuro. --!Ah!…Si, gracias, es que me asuste pensando que se trataba de otra persona. !Por favor, ayudeme! !Alguien ha intentado matarme! --le respondio, soltando el lastre de desconfianza del que estaba poseida. Desbloqueo las puertas para poder salir, pues veia por la cara de incertidumbre que ese hombre no escuchaba nada a traves del cristal de la ventana, aunque ella si pudo escucharle, dado que su tono era lo suficientemente alto para conocer su bienintencionado proposito. El hombre acompano la puerta hasta abrirla del todo, facilitando que Pamela fuera socorrida. --!Dios mio! !Gracias que ha aparecido usted! !Casi me matan ahora mismo en el instituto! Y siguio desahogandose: --!El coche no arrancaba, y ...! Entonces, un mar de lagrimas inundo sus ojos, ahogando sus palabras. --!No se altere, tranquila! Llamaremos a la policia. Ahora respire y deje que ellos se ocupen. --!No! !La policia no! --interrumpio Pamela horrorizada ante la idea de "molestar" con su declaracion al misterioso asaltante, que seguro no tendria escrupulos en acabar con ella en cualquier momento, en el instante mas inesperado. --Bueno, esta bien, pero al menos deje que la lleve a tomar una tila, ahi mismo --propuso, senalando el bar que se veia al otro lado de la carretera. --!Esta bien! !Gracias! Sera lo mejor --reconocio Pamela mirando hacia los lados intentando identificar a su agresor en toda persona que deambulaba por esas calles. Se fijo, algo mas detenidamente, en su "angel de la guardia". Era todo un gentleman: por su exquisita forma de vestir y ademanes corteses, propios de un ejecutivo que esta acostumbrado a llevar su imagen siempre impecable, asi como la actitud: inspiraba confianza, la que requiere alguien que debe defender la representacion de una gran firma empresarial. Su cabello estaba cortado en un estilo jovial, con esa graciosa caida de flequillo que invitaba a desordenarlo, como cuando tocamos la cabeza de un nino mostrando afecto revolviendo su pelo. El corte y la calidad de su traje bien podrian ser de los mejores modistos italianos, a la vanguardia de la elegancia y la comodidad. Pamela cerro el coche cogiendose del brazo de ese amable desconocido, pues le faltaban las fuerzas con todas las angustias que acababa de sufrir. --Me llamo Alexander Stone, he venido a Detroit unos dias para firmar un acuerdo con una sucursal de nuestra compania. La Central esta en Paris, donde resido habitualmente, aunque mi origen es britanico. --Su presentacion no podia ser mas "glamurosa". Solo oir "Paris" parece que las neuronas aplican una transmision de sensualidad y elegancia en todo aquel que pronuncia esa palabra..."Paris", esa ciudad que representa la esencia del romanticismo y la exquisitez. --!Vaya! !Alli me querria ir ahora mismo, para olvidarme de todo lo que me ha pasado! --!Nunca se sabe!… dijo el galante ejecutivo, que, mirandola a los ojos, arqueo una ceja como si del Arco del Triunfo se tratara... Caminaron hasta la cafeteria "Chance" donde una pareja solitaria, al fondo, se confesaba en un cuchicheo divertido. --?Que deseas tomar? --le pregunto el empresario a la tutora, que no cesaba de mirar a la pareja para ver si se daba la vuelta el chico y poder comprobar si se trataba del "sospechoso". --!No temas! --la calmo Alexander--. No estara aqui... ese individuo debe estar bien lejos ya. Cuentame, ?que te ocurrio? Pamela conto con todo detalle el suceso ocurrido en su despacho: el asalto, la amenaza (que quedo grabada en la memoria de los miedos que jamas se olvidan), las sensaciones de impotencia injustas que devoraron esos interminables segundos... haciendo que Alexander cada vez expresara mas preocupacion en su rostro. La apariencia amable de Alexander se fue convirtiendo en rabia contenida. Hasta sus manos, antes acogedoras, ahora se cerraban en vengativos punos dispuestos a hacer justicia. El ceno fruncido y los labios apretados siguieron a un golpe seco en la mesa con su mano, haciendo sonar uno de los gemelos de su camisa. --!Ese malnacido no deberia seguir asustando asi a ninguna mujer y menos a usted, que se ha preocupado tanto por todo alumno conflictivo! La tarde se iba cerrando en una oscura noche, que invadio de repente la atmosfera con voluminosas nubes de un gris cercano al negro, en su avance al centro de Detroit. Una mujer y su hijo corrian por la calle tratando de huir de la tormenta que se avecinaba. No se esperaba este cambio de tiempo tan brusco en un dia de lo mas soleado, propio de mediados de abril, en plena primavera. --Deberia ir ya hacia el vehiculo, pronto se desatara la tormenta y no se podra conducir --dijo Pamela algo asustada, comenzando a poner los pies en el suelo y seguir dirigiendose a su rutina diaria. --No utilizo aqui el coche, me desplazo en taxi, es mas comodo. ?No le importaria llevarme unas calles mas alla? No tengo ninguna prisa en llegar al hotel --dijo Alexander, intentando estar mas tiempo con ella. Pamela le miro y por su mente se cruzaron pensamientos enfrentados: por una parte, se sentia halagada de tal peticion; por otra, aparecian miedos ante los numerosos crimenes que habia visto en las series policiacas. No se consideraba una rompecorazones ni una Dulcinea para nadie, pero siempre guardaba un aspecto delicadamente femenino que, sin saberlo, causaba una especial atraccion a algun que otro companero del centro. Podria contemplar la posibilidad de que ese hombre quisiera tener un affaire con ella, pues es lo que muchos hombres de negocios hacen cuando salen de su guarida y prueban a soltar una cana al aire. Pero, en cuanto penso en todas sus responsabilidades, dio carpetazo a cualquier tentacion al respecto: en cuando llegara a casa tendria que dar de comer al gato, o este daria la serenata a todo el vecindario; poner la lavadora, darse una ducha, cenar algo y preparar la comida del dia siguiente. Siempre se llevaba un tapper al centro para comer alli, pues seguia una dieta estricta para mantener la figura. Ensaladas, tofu o seitan, hamburguesas vegetales y sobre todo fruta para ir calmando el apetito entre horas.

  • Hora de despertar de Mano Book

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    “!Expulsa a esta mujer! !Arrojala al mar!”.
    Sin reconocer la verdadera identidad de Debbie Nian, Carlos Huo la ignoro por completo.
    “Senor Huo, ella es tu esposa”, le recordo el secretario de Carlos. Al escuchar eso, el lo miro con frialdad y se quejo: “?por que no me lo dijiste antes?”.
    A partir de entonces, Carlos la empieza a valorar y mimar. Sin embargo, nadie se imaginaria que terminarian en un divorcio.

  • Los pecados del padre de M.j. Fernandez

    https://gigalibros.com/los-pecados-del-padre.html

    A lo largo de veinticinco anos, en cuatro paises de Europa, un asesino en serie acaba con la vida de parejas jovenes, enganando a la policia para que crean que el muchacho en cada una de ellas es el culpable. Michael Sterling, comisario de Scotland Yard, que conoce su modus operandi y esta obsesionado con detenerlo, emplea todos sus esfuerzos para descubrirlo. La investigacion se lleva a cabo con un equipo policial que involucra dos paises, Inglaterra y Espana, mientras un pecado familiar surge del pasado para exigir su expiacion.
    Una novela intrigante con un final sorprendente.

  • Siempre seras nuestro superheroe de Natalia Roman

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    Sebas y Veronica tenian una vida tranquila y feliz. Ella, dirigiendo el hospital de su amigo Marcos y el, surcando los cielos en helicoptero.
    Pero un terrible accidente cambiara sus vidas de la forma mas inesperada. Una persona muy especial entrara en ellas haciendo que esa vida tranquila y feliz que llevan se multiplique en todos los sentidos.
    La fuerza de un superheroe no esta en sus brazos, sino en su corazon, y Sebas demostrara tener un corazon gigantesco destinado a dar amor y proteccion a todo aquel que lo rodea o lo necesite.
    En colaboracion con la Asociacion Esperanza y Sonrisa destinada a la ayuda a la colaboracion del cancer infantil

  • Eva (Serie Falco) de Arturo Perez Reverte

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    Vuelve Arturo Perez-Reverte con una nueva aventura de Lorenzo Falco.

  • Mi nombre no es Aireen de Elizabeth Betancourt

    https://gigalibros.com/mi-nombre-no-es-aireen.html

    Ella es una ayudante de peluqueria sin exito alguno en su vida personal y profesional. Toda la vida ha sido una simple sirvienta para otros y apenas llega a fin de mes. Su nombre nunca lo recuerdan porque pasa a ser invisible muchas veces, nunca llama la atencion y su mayor aspiracion en la vida es llegar a ganar de la loteria y acabar con sus penurias. Una noche al salir del trabajo, cansada y hambrienta, se queda alucinada al ver a la mujer mas rica del entorno sin vida en el cuerpo. !Aireen Kellog ha sido asesinada! Lo unico que se le ocurre a esta protagonista tan desdichada es robar la identidad de la muerta y adoptar su vida.
    Atticus Kellog es el presidente de la empresa de su abuelo. Pertenece a una familia adinerada y una de las pocas que han quedado en Inglaterra con titulo nobiliario. Encontrarse con su supuesta prima Aireen, hara que su vida gire a ciento noventa grados.