• el accidente del teletransporte - Ned Beauman

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    La historia es <>. Por eso, a pesar de que El accidente del teletransporte empieza en Berlin y en pleno auge del nazismo, no es una novela sobre los nazis. La novela trata de las dos obsesiones del escenografo Egon Loeser: volver a hacer el amor con una mujer y montar un escenario que reproduzca un artilugio inventado en el Renacimiento capaz de mover a los actores en el espacio y en el tiempo.

  • EL ACCIDENTE DEL TELETRANSPORTE | NED BEAUMAN

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  • El accidente del teletransporte - Alba Editorial

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    En 2012 El accidente del teletransporte fue finalista del Premio Man Booker, además de Libro del Año para The Observer, The Daily Telegraph y The Evening ...

  • El accidente del teletransporte (Contemporánea) - Amazon.es

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    El accidente del teletransporte (Contemporánea) : Beauman, Ned, Cárdenas Cerón, Juan Sebastián: Amazon.es: Libros.

  • El accidente del teletransporte - Libro de Ned Beauman

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  • Libro: El accidente del teletransporte - 9788484289203

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    El accidente del teletransporte.[ Beauman, Ned; ]. Infinitamente ingeniosa y furiosamente imaginativa. Beauman, a sus veintisiete años, se consolida como un ...

  • el accidente del teletransporte - Cervantes y compañía.

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  • EL ACCIDENTE DEL TELETRANSPORTE · BEAUMAN, NED

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    Por eso, a pesar de que El accidente del teletransporte empieza en Berlín y en pleno auge del nazismo, no es una novela ... Comenta y valora este libro.

  • El accidente del teletransporte - Librería Vagón de Libros

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    EL ACCIDENTE DEL TELETRANSPORTE, BEAUMAN, NED, 22,95€. Una novela de aventuras llena de guiños históricos donde, como telón de fondo, se reconstruye el ...

  • el accidente del teletransporte - Machado Libros.

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  • Me enamore mientras dormia (Huerfanos enamorados 1), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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    Mi nombre es Haidee. Han pasado tres anos desde que desperte del coma, pero aun siento como me estremezco cada noche cuando sucumbo al sueno. Y lo que es aun mas intrigante, noto como mi subconsciente trata de decirme algo. ?Que?

  • Afronus de Felix A. Bas

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    Afronus lleva la realidad virtual al nivel definitivo. No es una red social, ni un videojuego online multijugador masivo, sino una experiencia tan real como la vida misma. En Afronus el dolor y el placer se siente como si fuera real, por lo que salir de la seguridad que aporta la Tierra virtual es un precio que pocos estan dispuestos a pagar. Aquellos que lo hagan viajaran a los llamados mundos ilegales, peligrosos planetas que homenajean la edad de oro de los videojuegos y el cine, donde podran obtener poderes inimaginables: habilidades que superan los limites humanos y magias que podran desarrollar al escoger senda.

  • La rebelion de la reina de Rebecca Ross

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    Cuando llega su solsticio de verano numero diecisiete, Brienna desea solo dos cosas: dominar su pasion y ser elegida por un mecenas.

  • Pequenas cicatrices de Luisa R. Bueno

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    Celia se sentia como una tonta, !una relacion de cinco anos al carajo! Alli iba, a sus veintisiete anos, calle arriba, tirando de dos enormes maletas camino de casa de su madre. Una casa que llevaba casi cinco anos sin pisar y a la que tan solo la imperiosa necesidad del momento le hacia volver. Llevaba la frente alta, digna, queriendo compensar con este gesto su hondo sentimiento de patetismo. La indignacion que sentia le impedia escuchar el estruendo de los dos maletones rodando por el suelo y ni siquiera era capaz de notar como su frente comenzaba a humedecerse con el esfuerzo. Aquel era el agosto mas caluroso que recordaba en mucho tiempo. Apenas eran las nueve de la manana y ya se adivinaba que aquella humedad iba a convertir el dia en otro tan pegajoso y plomizo como los anteriores. A pesar de la hora, la calle permanecia vacia; tan solo, de cuando en cuando, el ruido lejano de algun coche osaba competir con el del rodar de las maletas. <>, se decia mientras emprendia la ultima cuesta con gesto decidido, <>. La rabia que sentia era mayor que las ganas de llorar, !ni una lagrima!, y eso era justamente lo que Enrique le habia reprochado cuando le abria la puerta y le dejaba salir con los dos maletones. --No te apena nada de esto. Yo creia que me querias. Celia le dedico una larga y acusadora mirada. !Pues claro que le queria!, cinco anos juntos eran prueba de ello. Pero eso no significaba que fuera un amor eterno; ?acaso existia algo asi? Cuando salio por la puerta estaba completamente convencida de que la culpa de todo aquello era de Enrique, como siempre. ?No podia dejar las cosas tranquilas? El sabia de sobra que ella no creia en el matrimonio; ya habia visto a su alrededor suficientes matrimonios rotos como para embarcarse en uno de ellos. ?No era mejor vivir el dia a dia sin pensar en otra cosa? Y, sabiendo todo eso, ?como se le ocurria pedirle que se casara con el? Celia habia llegado del trabajo con ganas de darse una ducha, las piernas le estaban matando. Llevaba todo el dia en pie y su mente solo pensaba en la mesita del pequeno salon donde, sin duda alguna, iba a poner sus piernas en alto. Solo necesitaba quince minutos para reponerse, un cigarrillo antes de cenar y una ducha reconfortante. Al parecer eso era pedir mucho. Enrique la esperaba sonriente en la entrada, todavia llevaba puesto el uniforme de policia. Algo importante tendria que decirle para haberle esperado sin ni siquiera cambiarse. Aquel gesto tan suyo de satisfaccion le iluminaba la mirada de tal manera que Celia olvido al instante todo el cansancio. Observo divertida el brillo de sus ojos, verdes como la primavera en el campo, verdes como las ramas de los espartafilos que tenian en la mesa del salon. Aquel brillo tenia la misma intensidad que la de un nino en la manana de Reyes, y eso le hizo sonreir. Se acerco con la intencion de abrazarse a aquel hombre que habia traido paz a su vida cuando mas falta le hacia. Todo en el era bonito: sus manos tenian la virtud de calmarla o excitarla dependiendo de la ocasion. Sus anchas espaldas le daban la seguridad de que nada malo podria pasarle a su lado, y sus verdes ojos sabian leer en ella de una manera sencilla y certera. Se abrazo a Enrique y su boca se lleno con aquellos labios jugosos y dulces que tanto la excitaban. Fue un beso breve, porque el se metio la mano en el bolsillo y puso ante los ojos de Celia una pequena cajita abierta que mostraba un precioso anillo de compromiso. El roce de algo aspero sobre sus parpados hizo que Celia abriese mecanicamente los ojos. Se separo de un respingo de aquel hombre, que parecia la viva imagen de un triunfador y le miro con miedo. --!Casemonos, que ya toca! --Exclamo Enrique moviendo las manos con torpeza delante de la cara de Celia. Los nervios y la excitacion del momento le gastaron una mala pasada y casi se le cae la cajita con el anillo. La cogio al vuelo, enredando, sin querer, sus dedos en el pelo de Celia que permanecia atonita delante de el. Celia dio un paso atras. Contuvo el aire. Apreto los labios. ?Que ya toca? ?Se podia ser mas simple? Sintio la tentacion de salir de la estancia con el deseo de que todo fuese distinto al entrar de nuevo. Su estomago habia sentido una sacudida y no precisamente de alegria. ?A que venia este arranque? Era verdad que estaban muy bien juntos, pero lo que esta bien hay que dejarlo asi y no cambiarlo. Y menos porque <>. La alegria en el rostro de Enrique se fue borrando, dando paso a la incredulidad ante la cara tensa e impavida de Celia. --?Es que no quieres? Celia se dejo caer en el pequeno butacon. De pronto se le habia puesto seca la boca. Tanteo con la mano sobre la mesita de centro buscando su paquete de tabaco. No iba a fumar, pero necesitaba tocarlo. Aquel tacto era lo mas parecido a llevarse un cigarro a la boca y algo tan toxico y adictivo era lo unico que podia calmarla en ese momento. --?Es que no quieres? --repitio. !Pues claro que no queria! Vivir juntos era una cosa, pero casarse era algo mucho mas serio. --?Por que voy a querer? --pregunto indignada--. Sabes que nunca me casare, es algo que nunca ha entrado en mis planes. ?Por que no dejas las cosas como estan? Enrique la miro con expresion desencajada. Con el anillo aun entre los dedos, sonrio con una mueca y hablo de sopeton: --Carino, voy a cumplir los treinta y tres, Cristo murio a esa edad. No quiero pasar mis mejores anos esperando algo que nunca va a llegar. No dijeron mas. Enrique dejo el anillo sobre el aparador de la entrada y se marcho. No hubo despedidas ni explicaciones. Algo muy intimo acababa de romperse entre ellos y Celia casi pudo escuchar el chasquido, el mismo que habria producido una vara de madera al quebrarse, dejandola profundamente confundida. A la manana siguiente Celia se encontro las maletas en la puerta del cuarto. Las mismas que habia usado para mudarse con Enrique. Unas lagrimas quisieron asomarse a sus ojos, pero las seco incluso antes de que salieran. No era pena lo que sentia, era rabia. Una rabia dolorosa y agria porque la sinrazon de Enrique le hacia volver al sitio del que, un dia, vino huyendo. Metio sus cosas apresuradamente, a bulto. De nuevo huia. Llegaria a ser toda una experta en abandonos. Suspiro. Le tocaba volver a la casilla de salida y eso le daba una sensacion de desamparo que le oprimia el pecho. ?Por que tenian que romper por una peticion de matrimonio? Enrique tenia que saber que no iba a aceptarlo. !Jamas habia creido en el matrimonio! Cerro como pudo la ultima maleta y, antes de cogerlas para marcharse, recorrio con la mirada el pequeno apartamento, alli habia sido feliz cinco anos. Se detuvo en las cortinas del pequeno salon, que habian comprado en una tienda de chollos cuando llevaban casi un ano juntos. Seguian arrastrando su tela mal rematada, pero ya no les molestaba verlas asi. Habian bromeado mil veces con quedarse una noche y montar un pequeno taller de costura para arreglarlas, pero nunca encontraron el momento. Despues fijo la vista en el minusculo aparador donde guardaban las llaves. Dentro de un cajon seguia escondido un paquete de tabaco. <>, decian entre risas. No soportaban la falta de un cigarro despues de un buen polvo. Abrio el cajon y miro la cajetilla. Estaba medio vacia. Igual que se sentia ella. Estuvo tentada a cogerla, despues de todo ya no les iba a hacer falta, pero cerro de golpe el cajon. Enrique llego justo cuando Celia abria la puerta. Se miraron. Tenia ojeras, la noche no habia sido buena tampoco para el y, por su gesto serio, se veia que aun estaba dolido. Por un momento penso que venia a disculparse, que nada de lo ocurrido la noche anterior tenia la menor importancia. Pero no. --Piensa bien lo que haces. --Le recrimino con gesto adusto--. Sabes que te quiero, que lo que te pido es lo logico en una relacion. Si te vas, si no me aceptas, el amor acabara por apagarse y no estare aqui siempre. Aun estas a tiempo. Aquello, que sonaba a amenaza, acabo de alterar a Celia que, sin decir nada, cogio las dos maletas y cerro la puerta tras ella. Celia llego a casa de su madre con la frente rociada de sudor por el esfuerzo y el calor. Unos pocos mechones de su negra melena se habian pegado por su cuello y mas que incomoda la ponian de un humor de perros. Aquella manana amenazaba con convertirse en un dia insoportable. Al sonido del timbre acudio una mujer de pelo blanco y profundas ojeras. El paso del tiempo la habia castigado hondamente, pero no habia conseguido quitarle ni un apice de su elegancia natural. Se le ilumino la cara, pero no se sorprendio. Miro primero las maletas y despues el rostro inexpresivo de aquella hija que un dia desaparecio y de la que no volvio a saber nada. Quiso abrazarla, quiso preguntarle si todo en su vida iba bien, pero el gesto distante, con el que Celia camuflo su inquietud ante la reaccion de su madre, apago sus deseos y se limito a cederle el paso. --?Que traes ahi, nina? --pregunto, como si hiciera poco que se habian visto. --!Mis ultimos cinco anos! --espeto con rabia contenida. Paso como una tromba por el pasillo sin pararse ni a saludar. La voz de su tia Leo se escucho al fondo de la casa. --?Quien es, Adela? Se dirigio al que habia sido antes su cuarto, dejando a su madre, tan confundida que renuncio a seguirla. A su espalda Adela contesto dubitativa, como si aquello no pudiera estar pasando: --Es la nena, mi hija. Abrio la puerta de su antiguo dormitorio. Una bofetada de infancia agredio todos los sentidos de Celia. Todo seguia igual, hasta la cinta del pelo que Olga le habia regalado en su noveno cumpleanos seguia anudada a la lampara de la mesilla. Tiro las maletas encima de la cama intentando no pensar. El olor a su vida anterior se le agarraba al cuello impidiendole respirar. Los sonidos del ayer volvian, involuntariamente, hasta sus oidos. El taconeo incesante de la senora Valeria, la vecina de arriba, le recordo que, desde que su marido la habia abandonado, hacia mas de diez anos, seguia arreglada y vestida como si en cualquier momento fuera a volver. El soniquete imperterrito de las teclas del piano de Beatriz, la nina de al lado, le hizo ponerse las manos en los oidos. Celia sonrio con un deje de burla; las notas seguian sonando igual de desacompasadas. El ladrido intermitente de Ruido, el perro que un dia el senor Valentin recogio de un cubo de basura cuando apenas era un cachorro de pocos dias, le hizo recordar la historia que, en mas de una ocasion, el mismo habia contado: --?Pero... que te hicieron, pequeno? --Valentin retiro de encima del cachorro los cascotes de unas botellas y las bolsas de plastico rotas y lo limpio con cuidado con el frontal de su camisa--. ?Que salvaje te tiro alli, mi hijito? El cachorro lamio con ternura las manos de su salvador, poco mas hacia falta para acabar de conquistar a aquel hombre solitario. --!Que hijoputas!, !maldita mala baba, cabrones! --se repetia, entre dientes, mientras acurrucaba al cachorro. Valentin habia llegado a Espana en los anos ochenta huyendo del hambre que asolaba Argentina. Su vida de migrante habia consistido en dar tumbos de un lado a otro, hasta que dio con el apartamento del tercer piso y poco despues encontro el carino de su pequeno amigo. Su vida nunca fue facil. Enlazo trabajos sin conseguir nada fijo y casi llego a acostumbrarse a ese sentimiento cruel de provisionalidad que no te deja echar raices en ningun sitio. Cuando se jubilo se encontro totalmente solo. Penso en volver a su anorada Argentina, pero alli ya no le quedaba nadie. Reunio todo lo ahorrado en aquellos casi cuarenta anos de esfuerzo y se compro un pequeno pisito. No necesitaba mucho, solo tranquilidad y el amor de su pequeno, al que puso el nombre de Ruido.

  • Bombay express de Alfredo De Braganza

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    La organizacion secreta que dirige Julian Fernandez en Madrid recluta de nuevo a David Ribas para una importante mision: eliminar a un terrorista islamista que vive oculto en Occidente dispuesto a cometer su gran atentado.
    La India, Marruecos e Inglaterra son los escenarios en los que se desarrolla este thriller contemporaneo.

  • Juego de apariencias de Ingrid Desjours

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  • Quiero volver a bailar bajo la nieve de Beatriz Saiz

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    Entro en su casa. El silencio me acompana mientras acudo a la cocina a dejar la compra. Hara unos dos meses que deje de fingir. Desde aquella tormenta de principios de diciembre. Asi que no pienso poner ninguna excusa. Me he mudado porque le amo, y estaba equivocada. El no es sexo, es mucho mas, pero me da miedo confesarselo. No quiero asustarlo. Se siente seguro detras de esa fachada, pero he visto mas alla. He permanecido atenta en los momentos que no tenia la mascara puesta. He descubierto su yo de verdad, y me fascina. Muchisimo. Me seducen sus intensos ojos marrones. Me cautiva su sonrisa ladeada. Me apasiona en la cama. Adoro su cuerpo. Me hipnotiza la manera en la que no quiere implicarse, sin poder evitar entregarme pequenos trocitos que atesoro bajo llave. El es distinto a lo que se cree que demuestra. Antes de meterme en el meollo, subo a cambiarme de ropa. Cojo una camiseta de el, en concreto, la que se puso anoche para dormir. La huelo nada mas ponermela e inspiro profundamente. Su olor persiste. Pillo unos pantalones de yoga y me pongo unos calcetines. Me hago un mono en lo alto de la cabeza y regreso a mi lugar favorito de la casa. Aprovecho mi dia libre para preparar una cena romantica para cuando regrese de trabajar. Tras colocar las cosas en su sitio, me lavo las manos y comienzo a pelar las patatas. Las dejo en un bol con agua y pico las cebollas en juliana. Corto, a su vez, la verdura para la salsa; las introduzco en una olla y dejo que se haga a fuego lento. Me pongo con el pescado, su comida favorita; en este caso, salmon. Seguro que me comera a mi de postre, despues de este festin. Escucho el tintineo de las llaves muy cerca de la puerta. Esta a punto de entrar y mi cuerpo se excita por la anticipacion. Como siempre que estoy con el. Me contempla desde el umbral. Le echo una rapida mirada y percibo en sus ojos varias emociones, pero no consigo distinguirlas. Me pregunto en que estara pensado para que tantos sentimientos lo atraviesen en un par de segundos. Me giro para prestar atencion a la salsa que se cuece en la olla. El me abraza por la espalda y apoya la barbilla en mi hombro. Me da un tierno beso en el cuello y me muerde. Rio en sus brazos y el se queda medio embobado con el sonido de mi risa. Regresa a mi hombro despues de repartir pequenos besos por mi clavicula e inhalar mi aroma. Lo se porque entierra la nariz en mi cabello y aspira profundo, varias veces. Ojala pudieramos estar siempre asi. Pero, por desgracia, uno de los sentimientos que sus ojos me gritan con claridad es: culpa. ?Culpa? ?Por que? Zarandeo la cabeza para aquietar esas ideas. No me gusta hacia donde van mis pensamientos. Hago un esfuerzo por bloquearlos. Siguen presentes en mi mente. ?Que narices me ocurre? Meto las patatas y las cebollas en el horno, y me volteo para contemplarlo fijamente. Tengo miles de preguntas instaladas mi rostro, en mis ojos, pero temo lanzarlas. Lo mas seguro es que para el sea facil descifrar lo que pienso... Mi mirada me delata. A el, sin embargo, siempre le ha resultado sencillo ocultarlo. No es un libro abierto ni pretende serlo. Y, al contrario de lo que piense, adoro su caracter reservado. Es una de las cosas que han hecho que me enamore de el. Es como una de esas buenas recetas, que no elaboras tan a menudo porque necesitan su tiempo de coccion, junto con una pizca de paciencia; pero, al final, el resultado es de lo mas delicioso. Asi es mi amor por el. Le confieso que lo quiero, pero se mantiene inmovil, sin dejar de estudiarme, sin moverse. Mantengo la mirada fija en el, aguanto la respiracion, esperando una respuesta, pero el solo me contempla. En su mirada soy capaz de leer con claridad que siente lo mismo, pero teme meter la pata. ?Me quiere? Seguro que pensara que esa clase de sentimientos van en contra de sus planes. Acerca su boca despacio, sin apartar la vista, como si sus ojos pudieran transmitirme lo que acaba de descubrir y tiene miedo a decir. Le sonrio y me besa. Aparto mis manos de el y solloza en mi boca, pero se relaja cuando las enredo en su pelo. Necesito su contacto. Sus manos, su lengua, su cuerpo, comprender que esta conmigo. El chico que me enamoro y es incapaz de decirme lo que siente, aunque sus ojos lo gritan por el. De algun modo, adivino lo que intenta explicarme, y lo quiero mas si cabe. Pero no son mas que los deseos de una necia enamorada. A la manana siguiente, su ordenador me arroja toda la verdad. Comprendo que imagine lo que me clamaban sus ojos, quise creer que sus caricias silenciosas marcaban mi cuerpo con pequenos <> y pretendi escuchar a sus labios posesivos. No fue mas que eso. Una mentira. Un engano. Una traicion. Capitulo 1 PASADO Bad Wolves – Zombie 23 de febrero de 2017. Me llamo Mackenzie y no es oro todo lo que reluce. Mi vida es perfecta, poseo lo que cualquier otra persona sonaria o querria. Estudie Derecho y ejerzo de abogada para la empresa de mi padre. Gracias a la carrera conoci a mi unico y gran amor, mi marido Jason. Es un hombre atractivo, alto; no muy delgado, quiza mas bien fuerte; ojos azules, pelo castano, detallista, simpatico y leal. En la soledad de mi despacho, me pregunto como es que acabo conmigo. No soy guapa, por lo menos para mi no lo soy: tengo la belleza de lo que hoy en dia se conoce como curvy, el pelo rojo (tenido, por supuesto), los ojos color miel, y doy gracias al senor de que por lo menos soy simpatica. Los ninos del colegio me senalaban y se burlaban de mi, veia el rechazo en los ojos de la gente, y no me gustaba nada. No paro de pensar en como mi marido se fijo en mi; soy masoquista. <>. Me centro en el trabajo a la vez que me tomo un cafe y reviso en el ordenador las cuentas de la empresa. Me meto en internet para comprobar el correo, hay mas de cien sin leer. Un suspiro se escapa de entre mis labios; es mas agotador de lo que pensaba. No les echo un ojo siquiera, me levanto de la silla y camino por mi despacho: ?que es lo que me pasa? ?Por que parece que no estoy contenta con nada? <>. El sonido de la puerta hace que me paralice en medio del despacho. Respiro e intento concentrarme. Aviso a quien ha tocado de que pase y compruebo que es mi odiada secretaria. Bueno, mas bien yo soy su odiada jefa, porque a mi ella me da igual. Hace algun tiempo comprobe que lo que yo hacia, luego lo acababa haciendo ella. ?Me tenia el pelo? Alla que iba Rachel a tenirselo; adquiria un coche, y tardaba menos de dos segundos en tener el mismo; ?que me compraba una falda? Al dia siguiente la traia ella. Lo mejor de todo es que me critica a escondidas como si no pudiera escucharla, pero si que lo hago. --Senora Mackenzie, acuerdese que tiene una reunion a las cuatro de la tarde --senala Rachel --, y no se olvide de la cena con su marido por la noche. --Lo olvidaba: tambien quiere a Jason, de ahi el retintin de su tono. --Gracias --contesto sin mas. Rachel cierra la puerta y vuelve a dejarme en la soledad de mi despacho. Esa que a veces asfixia, me aprieta, y me impide respirar. Tomo un par de bocanadas de aire, y unas tres veces mas. Y, cuando al fin me tranquilizo, me preparo la reunion de esta tarde. No se cuanto mas va a durar mi actitud, fingiendo ser alguien cuando en realidad la verdadera Mackenzie pugna por salir. Y ultimamente no veas como lucha, me cuesta mantenerla encerrada en un rincon de mi cuerpo, en un minusculo escondrijo donde nadie pueda encontrarla. La reunion no salio tan mal como pensaba gracias al perfecto de mi marido, porque yo no sabia ni lo que estaba haciendo. Sin embargo, los socios se quedaron impresionados y ese es el resultado que necesitamos. Antes de ir a cenar, me desplazo hasta mi casa para ducharme; me encontrare con Jason en el restaurante, porque tiene que hacer un par de cosas mas en el despacho. Me pongo los cascos, cojo un libro, lleno la banera y me zambullo en ella. Abro el libro por donde me habia quedado y leo un poco. Tras el bano, me visto con un traje negro, unos zapatos de tacon rojo, me dejo el pelo suelto y me maquillo un poco. Los labios, por supuesto, me los pinto del mismo color que mis zapatos; en mi opinion, es un tono que me sienta de maravilla. Al entrar en el restaurante, Jason, el increible y dulce Jason, me esta esperando con un ramo de flores. Me lo como a besos hasta que el camarero tose a nuestras espaldas. Entonces decidimos sentarnos y pedir para comer. --?Que tal, preciosa? --se interesa cuando el camarero se aleja. Ambos tenemos por norma no hablar de nuestro trabajo y, aunque el me salva el culo la mayoria de las veces, eso es lo que hacemos. No queremos que el trabajo interfiera en la vida familiar, y viceversa. --Muy bien, mejor ahora que estoy contigo. --El me regala su dulce sonrisa ladeada y me agarra la mano--. ?Tu? --Fantastico, no sabes lo estupendo que es verte. --Tu siempre tan adulador --digo, incluso me pongo timida. --Es la verdad, Kenzie. No sabes lo bella que eres, me tienes loco. Cuando llegamos a casa, la cosa ha subido de tono, bastante, para ser sinceros, y hacemos el amor. Al terminar, Jason me abraza desde atras, me da un beso en la nuca y me desea buenas noches. Yo me siento sucia, vacia. Me odio. Me odio por no sentir lo mismo que el por mi, me odio por no poder amarlo de la misma manera, y me odio por volver a dejar salir a la verdadera Mackenzie a la luz. A la manana siguiente me doy una ducha, me visto y me dirijo a la cocina a prepararme un cafe; solo que ese cafe ya esta hecho, y me lo entrega un hombre con una dulce sonrisa en los labios. --Te quiero --expresa cuando llego a el, y me agarra por la cintura--. No me cansare de decirtelo. --Yo tambien te quiero. --Y es verdad. El problema es que no lo amo. --He de ir al curro. No tardes; no abuses por ser la hija del jefe. --Me guina un ojo y me besa. --No lo hare.

  • No me avisaste, corazon de Loles Lopez

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    Tras recuperarse de un accidente automovilistico, Idalia decide hacer un paron en su esquematizada vida y viajar a Verona para pasar una temporada con su alocada y querida prima Alba. Nada mas llegar, esta la arrastra a la casa de Julieta, donde, a los pies de la famosa estatua, Alba pide que el amor les sonria a las dos.

  • Traicionada de Danielle Steel

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  • Como en una cancion country de Lorraine Coco

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    Cuando Brock Ashby, el afamado pitcher de los Rangers de Texas, vuelve a Riverhall, su poblacion natal, se forma un gran revuelo. Regresa huyendo de una gran encrucijada que esta arrasando toda su vida. Y espera que la boda de su mejor amigo le ofrezca lo que necesita en ese momento; tiempo para pensar y por que no, algo de diversion.
    Pero no contaba con que los problemas que dejo atras, al marcharse para triunfar, le han estado esperando. Tampoco con la hermana de la novia, y dama de honor principal. Una mujer de armas tomar, que no le va a dar cuartel, ni a consentir sus descaros, ni a ponerle las cosas faciles. A pesar de que nada mas conocerla, esa insolencia y frialdad hacia el, hacen que la senale como su siguiente y excitante objetivo.

  • Cria cuervos de Carmen Galvez

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    Faltaban algunos dias para las fiestas. Madrid lucia nevada al amanecer, como si el tiempo quisiera regalar a sus habitantes una Navidad de postal. Monsalve se desperto al alba despues de una noche larga, repleta de momentos de insomnio que convivieron con otros tantos de pesadillas. En la pared, se reflejaban los primeros rayos de luz ambar que se colaban entre las rendijas de la persiana. Despues de dar algunas vueltas en la cama, logro vencer el sopor. Sin encender la luz, se dirigio a la cocina. La manana comenzaba a invadir de luz la estancia, embadurnando los blancos baldosines que cubrian las paredes y dejando entrever el frio de fuera. Puso en marcha la cafetera y, mientras, miraba su reflejo en el espejo del bano con una mano en la barbilla, moviendo la cabeza de un lado a otro. Aquel reflejo no enganaba. Sus sienes habian sido invadidas por un sinfin de cabellos blancos que proyectaban sin piedad la edad del inspector. Se veia mayor, se sentia mayor. El avisador de la cafetera interrumpio sus pensamientos. Se tomo el cafe en un abrir y cerrar de ojos y se dirigio a la comisaria. Andres Monsalve ocupaba el cargo de inspector de policia en una comisaria madrilena. De aspecto bonachon, gastaba bigote y barba incipiente. Sus pequenas gafas de lectura le daban un aire interesante. De complexion fuerte y altura media, podria pasar inadvertido si no fuera por un fuerte caracter que contrarrestaba con creces su aspecto. Se habia ganado a pulso su buena fama trabajando incansablemente desde unos ya lejanos veinte anos. En la comisaria, Monsalve era admirado y respetado por la implicacion en sus casos. Un inherente sexto sentido lo acompanaba en la resolucion de la mayoria de los desafios que se le presentaban. Sin embargo, los ultimos anos se presentaron algo complicados, hasta el punto de sentirse cansado y deseoso de disfrutar de una jubilacion dorada. No sabia que el dia que comenzaba pondria patas arriba su decision. * Ya en su despacho, miro a traves de la ventana, con la vista perdida entre los arboles cubiertos de blanco. El inspector miraba sin ver, escribiendo palabras sueltas en los cristales empanados por el vaho de su respiracion. Desde que habia tomado la decision de jubilarse, meses atras, no era el mismo. Una tormenta de sentimientos encontrados aparecia sin avisar en su interior dia si y dia tambien. Creia que era lo que necesitaba, mimetizarse en el entorno de un pueblo pequeno de la sierra madrilena. Alli se olvidaria de los criminales, asesinos sin escrupulos y la multitud de victimas traumatizadas dificilmente recuperables. Se dedicaria a escribir sus memorias, pasear y jugar al mus con sus vecinos sin que el reloj interfiriese mas en su vida. Aquel pensamiento le arrancaba una vaga sonrisa en su rostro de facciones endurecidas. Pero esa sensacion mudaba de pronto por otra de panico. Era dura la idea renunciar a todo lo que habia sido su vida, lo que nadie como el sabia hacer, para lo que consideraba que habia nacido. Y la pena de dejar a unos companeros que podian considerarse su familia: Marin, Lopez, Dolores Ramirez, la doctora Martinez... y la ultima incorporacion: Jimena. Con ella mantenia una relacion muy especial. La habia acogido y protegido desde que anos atras tuvo que investigar el asesinato de sus progenitores. Retrocedio a aquel 25 de junio de hacia quince anos. Recreo en su mente la escena del crimen de los padres de Jimena. Ambos se encontraban arropados por un gran charco de sangre, inertes, el uno a poca distancia del otro. No era una escena especial, mas bien una de tantas, pero para Monsalve cambio la perspectiva cuando averiguo que la nina, fruto del matrimonio, habia desaparecido. Apenas tenia ocho anos. A partir de aquello unos fuertes lazos unirian al inspector con la pequena. Jimena se habia convertido en una encantadora joven, sumamente atractiva, de belleza natural, con unos ojos del color del trigo maduro que acompanaban el tono de su pelo. La chica habia revolucionado al equipo con su inteligencia, sencillez y simpatia. La inspectora Jimena era mucho mas que eso, era su mano derecha, quien ocuparia su lugar el dia en que se jubilara. Penso luego en Marin, su leal companero, siempre dispuesto a cumplir sus ordenes. Tenia mas o menos su edad, o quiza algo mas joven, pero su figura rechoncha lo hacia lucir mayor. Marin, por su parte, se definia como un excelente sabueso que sabia tratar con los delincuentes mas indeseables, sacarles informacion y servirse de ellos como confidentes a cambio de pasar por alto algun que otro desliz. Trabajaba sin contar las horas y dedicaba su vida a atrapar malhechores. Tambien, reconocio el inspector, lo echaria de menos. Los pensamientos agolpados de Andres Monsalve se vieron interrumpidos por una llamada a la puerta. --Buenos dias, Jimena-- saludo amablemente el inspector--. ?Algo nuevo? --Me temo que si --respondio con solemnidad--. Un homicidio a escasos diez minutos de aqui... --informo, al tiempo que entregaba a Monsalve un sobre cerrado. --?Que es esto? --pregunto el inspector enarcando las cejas. --!Ah!, no se. Llego en el correo esta manana y han pedido que te lo entreguen cuanto antes en mano. Parece importante. El sobre, apaisado y con un elegante color crema, mostraba un membrete que al inspector le era conocido, no sabia bien donde lo habia visto, pero no era la primera vez que tenia un sobre asi en sus manos. Leyo en voz alta el remite: Miguel Aguirre Donaire. --!No me lo puedo creer! --exclamo, para volverse a sentar con parsimonia en el sillon frente a su escritorio--. !Despues de tanto tiempo ha decidido bajar al mundo de los mortales! Miguel Aguirre habia sido companero de Monsalve en los anos de primaria y de instituto. Le perdio la pista cuando, al terminar la universidad, Aguirre heredo una multinacional con sede en Madrid y factorias en varios puntos de Europa. El nino simpatico y timido que conocio en su etapa de estudiante se habia convertido en una de las fortunas mas elevadas del mundo, segun la revista Forbes. Recordo la ultima vez que se encontro con el, por casualidad, en el aeropuerto de Barajas. Monsalve iba a coger un avion para ir a visitar a sus padres en las islas Canarias y, al reconocer entre una multitud arremolinada de viajeros al que consideraba un buen amigo de la infancia, se le acerco. --!Que alegria verte! --lo saludo de forma entusiasta--. ?Que haces por aqui? ?No iras a Tenerife por casualidad? --No --contesto con frialdad y mirando hacia otro lado--. Espero a mi piloto. Viajo en mi propio avion --le espeto, mientras se alejaba del que fue su companero durante tantos anos. Desde entonces no se habian vuelto a ver. Solo sabia lo que de vez en cuando publicaban las revistas de economia o veia en la television. Ahora, con aquel sobre en las manos y su mas absoluta extraneza, se preguntaba que habia podido hacer que aquel altivo caballero se dirigiera a un detective del monton como el. Con sumo cuidado y ceremonia, libero el contenido del sobre con ayuda de un vetusto abrecartas y leyo: Estimado Andres, Te parecera extrano que te mande esta peticion. Creeme si te digo que a mi tambien. Y despues de como me he portado contigo, no lo habria hecho si no fuera cuestion de vida o muerte. No puedo confiar en nadie mas. Te estaria muy agradecido si me dieras la oportunidad de disculparme y exponerte lo que necesito de ti. Si lo tienes a bien, te espero esta tarde en mi residencia de La Moraleja. Un chofer te recogera en tu despacho a las cuatro y te acompanara de vuelta cuando desees. En espera de que aceptes mi invitacion, Recibe un cordial saludo Miguel Aguirre Despues de leer varias veces aquellos parrafos, Monsalve doblo la cuartilla con esmero, haciendo coincidir cada doblez hasta dejarlo en un rectangulo perfecto. Hecho esto, lo guardo bajo llave en el primer cajon de su escritorio y salio en busca de Marin y Jimena para desplazarse al lugar del homicidio. --?Te pasa algo, Andres? --se preocupo Jimena. --Nada importante --respondio de forma algo automatica--. Pero quiza me ausente unas horas esta tarde. Tendras que ocuparte de todo. Aunque, tanto Marin como Jimena sabian que algo extrano pasaba, ninguno de los dos se atrevio a preguntar al inspector. Cuando llegaron a la escena del crimen, la policia habia precintado el lugar de los hechos, lo que impedia el paso a cualquier persona ajena a la investigacion. Una pareja de agentes mantenia a los curiosos lejos e impedian, en la medida de lo posible, que nadie sacara fotos con sus telefonos moviles. El fallecido se encontraba tumbado boca abajo en el portal de acceso a su vivienda, ubicada un edificio de cuatro plantas de un buen barrio madrileno. En la fachada, pintada de un blanco reluciente, podia leerse el numero 15. Debia de haberse construido a mediados de los anos sesenta, pero se encontraba en un excelente estado. Cubrieron a la victima con una sabana blanca que hubo que retirar para que los inspectores analizaran el cadaver. A primera vista, habia muerto de un unico disparo por la espalda, pero habria que esperar el resultado de la autopsia para corroborarlo. --Todo tuyo, Jimena. ?Que ves? --pregunto Monsalve. Jimena introdujo su larga melena dentro de su gorro de lana para no obstaculizar la inspeccion y evitar contaminar la escena del crimen y, arrodillandose junto al cuerpo, comenzo su examen. --Varon blanco, de entre 25 y 35 anos --canto en voz alta--. Presenta un disparo en la espalda, con orificio de entrada, pero no de salida. No se ha encontrado ningun casquillo en las inmediaciones. Quiza se lo haya llevado la persona que disparo. --?Que nos indica eso? --la interrumpio el inspector. --!Ay, Andres! Me sigues tratando como una nina y llevo contigo varios meses... --Cierto --encajo el detective--. Estas mas que preparada para comenzar tu camino en solitario. --No, eso no. No me hables de irte que sabes que no quiero que nos dejes tan pronto. --Bueno, bueno. A lo que vamos... --De todas formas, una vez extraida la bala, tendremos algo para empezar. --?Algun detalle mas? --Si --apunto Jimena--. Tiene marcas de jeringuillas por todo el cuerpo, brazos, pies, incluso en las rodillas. Sin duda era consumidor de estupefacientes. No lleva documentacion. Nadie sabe quien es. --Sigue observando Jimena --inquirio Monsalve--. ?Algo fuera de lugar? --Yo diria que lo unico que hay fuera de lugar es el fallecido --respondio Jimena. --Asi es. Definitivamente estas mas que preparada. De todas formas, que tomen huellas y recojan muestras. Mientras no tengamos otra escena, esta es la del crimen. !Marin! --llamo Monsalve--. Pregunta entre los curiosos si alguien ha visto u oido algo. --Enseguida, jefe --respondio Marin con diligencia. Marin realizo las preguntas de rigor a los habitantes del inmueble que en aquel momento se encontraban en sus domicilios. Todos coincidian en que la victima no era vecino del lugar. No sabian quien era ni lo habian visto nunca por alli. Todo parecia indicar que, tal y como imaginaban Jimena y el inspector, aquello no era la escena del crimen. Los primeros analisis del cuerpo y los alrededores apuntaban a que le habian disparado en otro lugar y posteriormente habian trasladado el cadaver alli por alguna razon, pero... ?que razon? Monsalve ordeno investigar a todos y cada uno de los habitantes del edificio con objeto de averiguar si alguno de ellos ocultaba algo o tenia alguna relacion con el desconocido. Los hechos esconden siempre una razon de ser, aunque de momento no supieran cual. En la comisaria, el equipo de investigacion de Monsalve se encontraba reunido para comenzar con los primeros tramites y las primeras averiguaciones. Podia respirarse un ambiente mas alborotado del normal. Se encontraban todos enfrascados en sus quehaceres. Lo unico que seguia, como siempre, descansando en una de las mesas, era una caja de donuts, companera en los dias de trabajo. Los agentes no daban respiro a sus respectivos telefonos y los cuadernos de notas se iban completando con frases inconexas que para ojos ajenos carecerian de sentido pero que, finalmente, en unos dias, darian luz sobre el caso del homicidio del desconocido. Mientras tanto, en su despacho, Monsalve releia la nota recibida esa misma manana. Penso en declinar la invitacion y despedir al chofer con una frase de disculpa, pero su curiosidad y los terminos de <> incluidos en la carta le hicieron reconsiderar su decision. Almorzaria algo por ahi y esperaria a ser recogido por el conductor que lo llevaria a casa de Miguel Aguirre.

  • Cross [LGBTI] de Maria Jose Marquez

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    Cuando la vida es dificil, tienes que buscar la manera de sobrevivir. Esta es la historia de una comunidad en la que los robos, atracos y asaltos es la forma de vida.Su unica salida.
    Cross, la mano derecha del jefe. El mas respetado.Tom, un chico que apenas sabe donde acaba metido. En sus manos quedaran el destino de muchas familias y el de sus propias vidas. Sexo, drogas y alcohol es la unica manera de pasar el tiempo. ?Y el amor? Tom se encargara de hacerle ver a Cross que es mas fuerte que nada.

  • La isla de cristal (Los Guardianes 3) de Nora Roberts

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    Tercer libro de la <<Trilogia de los Guardianes>>.

  • El ultimo aullido del lobo, Cecilia Barale de Cecilia Barale

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    Treinta anos despues de la misteriosa muerte de Pedro en una protesta en Estambul, su hija Julia recibe un sobre con fotografias en las que reconoce a su padre, envejecido y caminando junto a una joven. El mundo de Julia se desmorona. ?Esta vivo, oculto en algun lugar del mundo?

  • El Placer de tus Suenos 1 de Auraluna

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    Una historia llena de romance y erotismo.

  • Mas alla de marte y venus de John Gray

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    El autor del libro sobre parejas mas famoso de todos los tiempos vuelve con una guia actualizada para las nuevas generaciones. Un verdadero experto entiende que a medida que los tiempos cambian, los metodos que se consideraban probados deben ser reexaminados y actualizados. Hace mas de dos decadas, John Gray revoluciono la forma en la que concebimos al amor y la pareja con su libro Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus.

  • Mi mejor cliente de Emma K. Johnson

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    !Mujer, eres una maravilla! --Dijo el senor Quevedo al leer el contrato en sus manos-- !?Como diablos conseguiste estos terminos de compra?! Sonrei al verlo poner los papeles en la mesa a un lado de su bebida, sacar una pluma de su chaqueta y firmar sin aguantar su risa rasposa de satisfaccion. --Le prometi el mejor trato posible para comprar Wextler Avionics, senor Quevedo -- sentada al lado opuesto del senor Quevedo apoye mi espalda en el respaldo de la silla y le mire a los ojos--. Yo cumplo mis promesas. --No te mentire, querida --dijo el senor Quevedo antes de darle un sorbo a su bebida y cerrar la carpeta con el contrato--. Cuando Beatriz de Marin me dijo que asignaria la negociacion de la compra a alguien mas me senti desplazado. Como si ya no fuera un cliente importante para ella ni para su bufete, pero me aseguro --apunto con su dedo indice hacia mi-- que estaria tan satisfecho con tu representacion que aposto los honorarios de este mes de que asi seria. "Con razon estaba nerviosa cuando me asigno la negociacion," pense, recordando aquella reunion con mi jefa. --?Entonces, senor Quevedo? --Dije mientras esforzaba una sonrisa arrogante-- ?Trabaje gratis o me gane mis honorarios? El senor Quevedo rio por unos momentos antes de que su asistente le susurrara algo al oido. Dejo de reir, pero no de sonreir. --Lo siento, querida --dijo al deslizar la carpeta hacia mi--. Necesito atender un asunto urgente, pero sobra decir que te has ganado tus honorarios y quiza hasta un ascenso. Hice lo mejor posible para no saltar de mi asiento. --Estamos para servirle, senor Quevedo. Me levante y estreche su mano. Le mire mientras el y su asistente dejaban el bar. Deje que pasara una cantidad razonable de tiempo antes de levantar mis brazos por encima de mi cabeza y bambolear mis caderas celebrando con una danza ridicula que me salio del alma. Menos mal que estabamos en un bar o la gente me habria mirado como si estuviera loca. Caray, hubo varios comensales que si lo hicieron. Alguien me toco el hombro. Gire y vi a Esther dando saltos pequenos compartiendo mi emocion. --?Ese bailecito tan lindo significa lo que pienso? --pregunto con su inconfundible voz de nina pequena. Eche mi cabello hacia atras e incline mi cabeza a un lado. --Futura socia --dije. Esther dejo salir un chillido de emocion antes de cogerle el brazo al camarero que pasaba junto a nosotros tan fuerte que casi se le cae la bebida que traia en las manos del susto. --!Margaritas, por favor! --grito. Reiamos al sentarnos. Me habian dicho que no debia ser tan amigable con mi asistente, pero ?como no serlo? Esther poseia una alegria que contagiaba hasta al mas amargado, aunque a veces su energia y entusiasmo espantaba a la gente como al camarero cuando trajo nuestras bebidas. --!Por la futura socia! --grito Esther al levantar su margarita tan rapido que la derramo un poco encima de su brazo y de mi frente. --!Por Dios, Esther! --dije entre risas mientras me secaba con la servilleta en la que el camarero dejo mi bebida. --!Lo siento, jefa! !Lo siento! --dijo Esther cubriendo su boca sin duda tratando de ocultar que tambien estaba al borde de soltar una carcajada. --No ha pasado nada --dije sonriendo. Cogi mi propia margarita y la toque despacio con la de ella--. Por la futura socia. --!Si! --dijo Esther sonriendo de oreja a oreja. Tras beber la mitad de su margarita de un trago miro alrededor y asintio-- Este lugar no esta nada mal, ?por que nunca habiamos venido? Mire a mi alrededor. Hacia el otro lado del bar estaba la salida hacia el Casino Crescendo. Aunque llevaba un par de anos con las puertas abiertas todavia se veia como nuevo. Note las mesas llenas de personas mirando las pantallas colgadas cerca del techo del bar mostrando algun partido de futbol, carreras --ya sea de caballos o galgos--, pelea de artes marciales mixtas y cualquier otro evento en el que se pudiera apostar. "Deberia investigar que deporte estaba viendo el senor Quevedo mientras esperaba," pense. "Puede que yo me encargue de su cuenta de ahora en adelante." --No tengo interes alguno en los juegos de azar o los deportes --dije antes de dar un sorbo a mi bebida--, pero reconozco que hacen excelentes margaritas. --Creo que convencere a los chicos para que vengamos aqui de ahora en adelante. --No estaria mal --mire a mi asistente--. Si me ofrecen ser socia vendremos aqui a celebrarlo. --!Cuando te ofrezcan ser socia! --dijo, terminando su margarita--No seas ridicula, acabas de generarle al bufete una comision de mas de doscientos mil dolares. Tienen que ofrecerte un lugar entre los socios. --Atencion, atencion --dijeron en el altavoz--, en media hora iniciara el torneo satelite que dara como premio una entrada pagada al Abierto de Poker de Ciudad del Sol. Participantes, favor de... Muchos comensales se pusieron de pie y abandonaron el bar. A algunos se les notaba nerviosos, otros entusiasmados y muy pocos se les veia emocionados. --?Abierto de que...? --pregunto Esther, mirando algunos pasar hacia el casino. Cogi un panfleto encima de nuestra mesa. --"Primer Abierto de Poker de Ciudad del Sol" -- lei y me detuve al ver las cifras de los premios garantizados--. Joder, con razon esta gente quiere participar. Esther cogio el panfleto y casi se atraganta. --!Es una locura! --?Que es una locura? --preguntaron desde atras de mi. En cuanto vi el rostro de Esther iluminarse supe quien estaba detras de mi. Gire siguiendo a Esther correr hacia el hombre de su vida a darle un beso tan apasionado que hubiera entendido si ella se subia encima de el en ese momento. --?Estas borracha, bombon? --pregunto entre risas. Esther asintio rapido y rio. --Borracha de amor por ti, bombon. Gire mis ojos hacia arriba y negue con la cabeza. --?Nos acompanas, Eric? --le pregunte-- Tienen muy buenas margaritas. Yo invito. --Estoy muerto, Gina --dijo, abrazando a su chica--. Acabo de salir de mi turno, pero -- miro a Esther-- si quieres quedarte... Esther me miro. --Tenemos que tomar una declaracion manana --le dije--, asi que... --Mierda, tengo que llegar temprano a preparar la sala de juntas --gruno Esther. Ella y Eric se miraron a los ojos y cualquiera que los viera podria ver que estaban locos uno por el otro. --?Necesitas que te llevemos, Gina? --pregunto Eric. "?Y aguantar verlos dandose besitos y diciendose cositas dulces todo el camino?" pense. "Joder, no. Me dara diabetes solo de verlos." --No, me quedare otro rato. --?Segura? No tenemos problemas con... --Segura --le insisti a Eric--. Me termino mi margarita y tomo un taxi --apunte hacia una television--, o quiza me quede viendo el juego. --Tu eres la jefa, jefa --dijo Esther, cogiendole la mano a su chico y caminando hacia la salida-- !Nos vemos manana! Rei mientras los veia irse abrazados. Respire profundo y me puse en el lugar de Esther unos instantes antes de dejar salir una risita. Eric estaba guapo y tenia un buen fisico como cualquier buen bombero lo tendria, pero no era mi tipo. Era demasiado... No se, lindo, supongo seria la palabra para describirlo. "Pero algunos de sus amigos," pense, sonriendo para mi misma y atreviendome a imaginar. "Olvidalo, Gina, no tienes tiempo para liarte con alguien." Mi estomago se retorcio tanto que alcanzo a tirar de mi garganta, y un vacio familiar dentro de mi aparecio al mirar alrededor del bar. Habia chicos muy atractivos ahi. "No seas tonta, Gina. Recuerda la ultima vez que conociste a un chico en un bar." Me puse de pie, termine mi margarita y pase una mano entre mi cabello mientras veia a mi alrededor. --Hola, muneca --dijo un sujeto detras de mi antes de pararse a mi lado y apoyar su mano en la mesa. Lo mire de arriba abajo y sonrei de la forma mas educada posible, y esperaba que viera en mis ojos que no tenia interes alguno en el. --Ya casi te acabas tu copa --dijo--, deja te invito ot... --Tengo novio --le interrumpi y mire hacia otro lado. --No lo veo por ningun... --Viene en camino --le dije antes de apoyar mi menton en mi mano--, y es muy celoso. --Deberia serlo, teniendo una mujer tan guapa como... Suspire y gire hacia el. --Mira, amigo... --?Si, Fabiola? --Dijo un hombre al ponerse entre nosotros dandome la espalda mientras ponia su gigantesca mano en el hombro del casanova-- !Claro, Pedro se porta de maravilla! !Es un gran tio! Aun con el ruido del bar a nuestro alrededor la voz de aquel tipo alcanzaba a escucharse. Mi supuesto conquistador abrio sus ojos de par en par al mirar al tipo que tenia la mano en su hombro. --Le dire que lo estas buscando --dijo--. Adios, hermosa --el hombre guardo su movil en el bolsillo de su pantalon y le quito la mano del hombro. Imposible no notar ese trasero tan espectacular que lucia en sus jeans ajustados a la perfeccion. --No estaba haciendo nada --dijo mi conquistador mucho mas nervioso que cuando me dirigio la palabra.

  • Un debut en la vida de Anita Brookner

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  • La Espana maldita de Lorenzo Fernandez Bueno

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    La Espana Maldita es un ambicioso recorrido por nuestro pais en el que se visitan enclaves donde todavia hoy el ambiente se condensa y la historia se alia con la leyenda para invitarnos a marchar cuanto antes. Y es que, ?que llevo a tachar de maldito al pueblo aragones de Trasmoz, al punto de que setecientos anos despues continua excomulgado por la Iglesia? ?Por que los lugares donde se ubican construcciones templarias estan ligados a oscuros tesoros, a reliquias sagradas o a fenomenos de dificil explicacion? ?Que hay detras de las muertes que se han producido en el triangulo de los suicidas andaluz? ?Existen los pueblos malditos? ?Y los santos apocrifos por decreto del mal?

  • Monte a traves de Peter Stamm

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    Thomas y Astrid viven junto a sus dos hijos en un pueblo acogedor de Suiza. Una noche, mientras toman una copa de vino en el jardin, uno de los ninos reclama su atencion, por lo que Astrid entra en la casa para atenderlo, convencida de que su marido la seguira en unos momentos. No obstante, Thomas se levanta y, tras vacilar un instante, abre la verja y se marcha. Sin las ataduras del dia a dia--la familia, las amistades, el trabajo--, Thomas emprende una ruta a pie por la montana, expuesto por primera vez al implacable invierno alpino. En casa, Astrid se pregunta primero donde habra ido, despues cuando volvera y, finalmente, si aun esta vivo.
    Una vez mas, Peter Stamm pone de manifiesto su extraordinaria capacidad de convertir lo ordinario en sobrecogedor al retratar la fragilidad del mundo contemporaneo, que parece convertir la vida de sus personajes en una sucesion de dolorosas rupturas y la posibilidad de conocerse a ellos mismos y a los demas, en una quimera.

  • El tiempo que nos falta de Ruelas Biorato

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    Clementina es la mujer que siendo lo que es, quiere ser un poco mas, convirtiendose en un poco menos. Es una mujer que habia vivido una vida simple, y dejandose llevar por cotidianidades se ve absorbida por el mundo de la prostitucion. A pesar de poder dejar atras todo aquello, resuelve entregarse por completo, dandose una oportunidad, o dandoselas a todos los demas.Las desgracias vienen a su vida, y cree que puede evitarlas moviendose entre dos mundos que igualmente validan su existencia y sus pensamientos.
    Perdida en el silencio descubre que su camino es a traves de la soledad. Eso no le impide hacerse con la compania de otros, donde se encuentra, donde tambien se pierde.
    Critica de si misma busca los pensamientos ajenos, para hacerlos suyos. Enaltecida en esas ideas no teme destruir todo lo que es, solo para tener la oportunidad de construirse una vez mas.

  • El otro proceso de Elias Canetti

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    El otro proceso. Las cartas de Kafka a Felice es uno de los ensayos mas lucidos de Elias Canetti. Nadie mejor que Canetti, premio Nobel de Literatura, para comentar las Cartas a Felice de Franz Kafka. Canetti, quien, como Kafka, ha descrito magistralmente las funciones del poder, nos ofrece en este lucido ensayo un detallado analisis del sufrimiento del escritor durante los cinco anos de su correspondencia con Felice Bauer.

  • Nosotros en la noche de Kent Haruf

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  • Florecer. Otra vez de Silvia Cruz

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    El mundo de los sentimientos puede ser un lugar oscuro y solo apto para valientes. Alice y David sufren una ruptura anunciada y Sally y Nick son victimas de sus pasados y de personas que quieren separarlos una y otra vez. Como la vida misma, Florecer otra vez nos ensena que amar incondicionalmente es tan bonito como doloroso y a veces tienes que tomar las decisiones mas dolorosas para que un amor tan aplastante no te consuma por completo.

  • Princesa La Hija Prometida de de Alena Garcia

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    Los pasos de Eva sobre la nieve hacian a esta crujir como si fueran cristales aplastados. Una vez, un amigo de su padre, un ruso de origen cosaco, del Don, le dijo que aprenderia a conocer la intensidad del frio en cuanto diese dos pasos por la nieve. Y asi era. Cuando la nieve cruje mucho, es que el frio se acerca o pasa de los veinte grados bajo cero. Hacia veintiseis grados bajo cero aquella tarde de febrero en Moscu. Eva caminaba ensimismada, hipnotizada por el sonido de cada uno de sus pasos sobre la durisima y crujiente nieve. Tras una caminata de mas de veinte minutos, entro en un cafe para calentarse un poco y descansar. La cafeteria era pequena, coqueta y acogedora. Habia entrado alli sin saber muy bien por que; algo atrajo su atencion. Se sento en una mesa de la esquina, la mas alejada de la puerta. De inmediato aparecio un camarero para preguntarle que deseaba. El chico era alto, rubio, de grandes ojos verdes un tanto rasgados, con salientes pomulos casi mongoles. El tremendo atractivo fisico del muchacho no pudo pasar desapercibido a Eva, a la que le subio un leve rubor a las mejillas. Una cara como aquella era mas apropiada para el teatro o para el cine que para estar en aquel diminuto cafe de Barvija, a las afueras de Moscu. El joven le entrego a Eva la carta, pero ella la rechazo con un gesto de la mano. --No hace falta, gracias. Solo quiero te, te negro. Que este ardiendo, por favor. He entrado solo para calentar un poco el estomago y la garganta -- dijo ella elevando imperceptiblemente las comisuras de sus labios en un intento, vano, de sonreir. --Ahora mismo se lo traigo, senorita -- dijo el amable camarero con una franca y preciosa sonrisa que dejo ver las dos filas de dientes perfectos y blancos. Eva se sentia a gusto en ese lugar, como no se habia sentido desde hacia anos. No queria irse. Pidio otro te y un trozo de pastel casero que le recomendo el guapisimo camarero. Algun ingrediente no identificable por su paladar la traslado a su infancia. Recordo las fiestas en su casa de Marbella, en el sur de Espana, en la luminosa y sin par Andalucia, su amada tierra de adopcion. Su padre le preparaba unas fiestas de cumpleanos que eran la envidia de todos los ninos ricos de la zona de San Pedro de Alcantara, casi todos ellos hijos de extranjeros de todas las partes del mundo afincados en ese paraiso natural que es la Costa del Sol. Tantos recuerdos provocaron que Eva perdiera la nocion del tiempo. Se quedo alli sentada, como un barco anclado en alta mar, con el tenedor en la mano derecha y el ultimo trozo de pastel pinchado, pero sin terminar de llevarselo a la boca. El camarero noto que algo le ocurria a aquella extrana chica. No pudo dejar de percibir que era millonaria. El abrigo de pieles y el anillo de diamantes que lucia bastaban. --Senorita, ?se encuentra usted bien? ?Necesita que le llame un taxi? --Si, si, estoy bien, gracias -- contesto ella saliendo del letargico bucle de recuerdos que se habia apoderado de su mente. --Es que tengo que cerrar. Hace tiempo que dieron las once. No queria interrumpirla, lo siento, pero he de cerrar y marcharme a casa, es tarde. Son casi las doce. --Oh, perdoneme. ?Por que no me dijo nada? Estoy tan bien aqui, tan a gusto… Se me ha pasado el tiempo volando. Eva se levanto de la silla con apresuramiento. Rebusco en su bolso, saco la cartera y dejo un billete de cinco mil rublos sobre la mesa. La cuenta de los dos tes y el pastel no pasaban de los setecientos rublos, por lo que el camarero se apresuro a ir a la caja para darle el cambio. Cuando volvio a la mesa, Eva ya salia, diciendole buenas noches y dejandole alli con una propina de mas de cuatro mil rublos. Sasha salio a la calle. --Senorita, oiga, el cambio, se deja el cambio -- grito el. Eva estaba a punto de entrar en un Mercedes negro, de lunas tintadas, con un hombre de mas de dos metros que le abria la puerta. Ella se giro y le dijo, con una sonrisa: --Por las molestias. Sasha se quedo mirando, con la boca abierta, como desaparecia la berlina de lujo a toda velocidad, pero sin hacer un solo ruido. Se habia quedado con las ganas de decirle algo mas. Eva le parecio la mujer mas bonita que habia visto nunca. Y tambien la mas triste. * * * * --Me habeis seguido, ?verdad? – inquirio Eva tanto al chofer que conducia como al copiloto. --Esta zona, de noche y con esta helada, no es apropiada para una mujer joven -- contesto severo y frio Andrei, el copiloto. --Solo he salido a estirar un poco las piernas, a pasear. Os lo he dicho. Que salia a pasear. Me habria gustado volver andando a casa. --Tenemos ordenes, Eva Valerievna -- respondio Andrei con el tratamiento formal de nombre mas patronimico. --Si, lo se, lo se. Soy su esclava. No hace falta que me lo recordeis a cada paso. Yo misma renuncie a mi libertad -- le corto Eva, apretando los labios mientras intentaba contener una lagrima que pugnaba por precipitarse por la mejilla. * * * * El Mercedes llego al palacio de Viktor Sokolov, tras pasar tres controles de seguridad donde, en cada uno de ellos, salieron dos hombres con chalecos antibala y armados con fusiles de ultima generacion. Eva salio del vehiculo, entro en la casa y se dirigio a su habitacion, subiendo por las escaleras de madera. Una voz la interrumpio en su ascension. --!Eva! --Si, Viktor, dime… --?Por que has vuelto tan tarde? Hace mucho frio, te puedes resfriar. No estas acostumbrada a estos inviernos. --Solo he salido a estirar un poco las piernas. Queria andar. Finalmente he entrado en un pequeno cafe que hay a veinte minutos de aqui, en la carretera. Alli he perdido la nocion del tiempo. No me diras ahora que estabas preocupado por mi. Viktor subio unos pocos escalones y se quedo a dos metros por debajo de ella. La miro a los ojos, con intensidad, con una mirada que Eva aun no era capaz de descifrar. No sabia si la mataria algun dia o la forzaria como un salvaje cualquiera, amparado en su poder y su "trato". Pero Eva no bajo su mirada y se la sostuvo con firmeza. Finalmente, Viktor dijo: --Esta bien, haz lo que quieras. Despues, bajo las escaleras y se introdujo en su despacho, un cuarto al que Eva tenia prohibido el acceso. Ella entro en su dormitorio, una estancia de casi cien metros cuadrados, con bano propio y muebles italianos de lujo. La habitacion estaba demasiado recargada para su gusto. No se podia decir que fuera hortera, como sucedia en muchas casas de nuevos rusos (nuevos ricos), pero con menos de la mitad, se decia Eva, habria quedado mas elegante y espaciosa. Se tumbo en la cama sin quitarse la ropa y cogio el libro que estaba leyendo desde hacia unos dias. Doctor Zhivago, de Boris Pasternak. La pasion por los libros de Eva le venia de su madre, Natalia, poetisa y critica de arte, especialista en el Siglo de Plata de la literatura rusa, con varios ensayos publicados sobre el tema. Pero Natalia se caso con Valeri Novikov, un inteligente hombre de negocios que acabo metido en asuntos sucios de mafias. Se trasladaron a vivir a Espana y alli nacieron sus dos hijas: Yevguenia y Eva. Natalia dejo de escribir ensayos, mas nunca abandono la lectura, un habito que lego a la menor de sus hijas: Eva. Eva leia y leia. La lectura de los clasicos rusos suponia su unico consuelo y un eficaz antidoto contra la depresion y la amargura que amenazaban con instaurarse para siempre en su alma. Pensaba en el camarero que habia conocido esa tarde, y en el acogedor cafe donde se sintio libre por unas horas. Manana volveria a ir, se dijo, mientras recorria con la mirada las peripecias que les sucedian a Yuri y a Larisa. Al dia siguiente, hacia las cinco de la tarde, se disponia a salir de la mansion para tomar te en la pequena cafeteria que habia descubierto. Cuando cogia del perchero su abrigo de vison blanco, Viktor salio de su despacho para interesarse por su repentina salida. --?Adonde vas ahora? – inquirio groseramente. --A dar un paseo y a tomar un te. Llevo aqui todo el dia sin estirar las piernas, me duele la cabeza y necesito aire -- contesto Eva. Esta tarde vienen unos amigos a cenar y quiero que estes en casa. La cena es a las ocho en punto. No vengas mas tarde de las siete y media. --Podrias haberme avisado -- senalo ella. --Si, podria haberlo hecho. Pero ya ves que no ha sido asi -- zanjo el entrando en su despacho. Eva agarro el abrigo con rabia y salio al frio exterior donde la helada le golpeo en la cara nada mas abrir la puerta. Seguia haciendo veintiseis grados bajo cero, y ademas habia una leve brisa que metia el frio por el cuerpo a traves de los ojos. A Eva, de todas formas, le gustaba respirar la helada, sintiendo como el aire descendia hasta sus pulmones, siendo por vez primera consciente de tener esos organos

  • El cuenco de la alegria congenita de Esther Llull

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    Aida y Ana se conocen en El Escorial, en una de las escuelas de bailes de salon y danza que organiza la residencia de estudiantes. Alli, Aida, que es la joven adolescente, empieza a despertar su inocencia y sus primeras sensaciones ante el amor y los sentimientos. Su amiga Ana, joven mas experta, la instruye y la anima a que se defiendan juntas de las intenciones de algunos chicos. Lo cierto es que Aida despierta un sentido comun mucho mas resguardado por su inocencia y por su gran fuerza e idealismo, al conservar la pureza de sus sentimientos. Mientras que Ana, que es una gran seductora, se divierte mas con las contradicciones que despierta ante el deseo de los hombres y, al mismo tiempo, ella es presa de sus propios deseos y contradicciones. Ella no inhibe sus inclinaciones naturales, pero es presa de la misma moral que ella critica.”Epilogo de la inocencia perdida: A Ana lo bello no le parece bueno o malo, ella trata de recuperar la inocencia perdida, tal vez, y la encuentra en su amiga Aida. Pero Aida, al mismo tiempo, desarrolla otro vinculo de amistad mas solido y que le da mas apoyo. La moralidad juega con cierta inhibicion de los instintos, pero se desvela en ella otra cosa, que es que la falta de moralidad nos hace perder la inocencia. Tampoco podemos soportar por mucho tiempo un orden de razon superior, porque desarrollamos muchos mecanismos defensivos que nos enganan. Contra la indiferencia de los demas, cuando uno se enamora, se atreve completamente en todos los sentidos, es lo que nos ensena Aida. Ella sentia curiosidad por el mundo, y era como amarlo: es lo mismo. Esa inocencia radical es el amor, esa curiosidad, que luego le ensenan a perder. Porque a medida que ella crecia en su ser, su inocencia florecia por si sola. Solo un dia encontraria asi en su corazon el amor que lo aceptaba todo. Pero Ana piensa de forma diferente, uno siempre es inocente de aquello de lo que se enamora, pero una cosa es la inocencia y otra es la simpleza. Ella pone muros, fabrica defensas emocionales, fisicas e intelectuales y luego como Penelope las desteje a su antojo. Pero puede perder en este juego de la vida y ella lo sabe.Pero Aida, protegida por una inocencia interior, cree que el amor es como una sensacion fisica especial de lo infinito, que a ella le parece muy hermosa. Ella no focaliza ese amor en un punto, en una persona, en una circunstancia, sino que agrandaba su vision y veia todo como un gran paisaje y eso, la persona amada, estaba en ese paisaje. Aida creia que el amor estaba muy relacionado con esto, con una especie de busqueda hacia el inconsciente, hacia el infinito, y se necesitaba mucha inocencia y mucha pasion, de nuevo, ante la resistencia al cambio y a la incomprension de los otros.

  • La Cita Millonaria (Cita para Rehacer 1) de Susan Hatler

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    Abigail Apple va con retraso a su cita a ciegas al ser detenida por exceso de velocidad. Por desgracia, al poli <> no le importa que ella llegue tarde y mucho menos que ella tenga el corazon roto debido a que su protectora de perros favorita corra peligro de ser cerrada. Tras ello, acudira a su cita con barro seco en sus tacones, pelo de perro cubriendo su vestido y olor a establo en su pelo. Cuando llega, sin embargo, Abigail se da cuenta de que su cita a ciegas no es otra que el policia que la detuvo.

  • Una fotografia para Victoria de R. Cherry

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    ?Que pasa cuando tu vida da un giro de ciento ochenta grados? Todo cambia, ?no? Pues eso es lo que le ha ocurrido a Victoria, despues de mucho esfuerzo y dedicacion ha tenido que abandonar su amado Boston para llegar a San Francisco, donde le esperara una empresa llena de gente que no hara mas que traerla de cabeza. Por casualidad, Victoria conocera a un hombre de ojos miel: Samuel, tan terriblemente atractivo como inteligente, casi perfecto, o eso cree ella... Lo que no sabe es que, en su camino se cruzara un misterioso hombre, el mismo que despertara su curiosidad y, la envolvera en una enigmatica nube que provocara a todos sus sentidos.
    ?Descubrira Victoria quien ese hombre? ?O sera Samuel quien la conquiste?

  • Mas que una condena: 2 (Trilogia Sin mentiras), Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton de Norah Carter

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  • Bartleby, el escribiente de Herman Melville

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    Narra la historia un abogado de nombre desconocido que tiene su oficina en Wall Street, Nueva York, quien, segun sus propias palabras, “en la tranquilidad de un comodo retiro, trabaja comodamente con los titulos de propiedad de los hombres ricos, con hipotecas y obligaciones”. Tiene tres empleados, con los apodos de Turkey (“Pavo”), Nippers (“Tenazas”) y Ginger Nut (“Nuez de jengibre”), a los cuales describe en la obra. Turkey y Nippers son copistas, o escribientes, en tanto que Ginger Nut, que tiene solo doce anos, es el chico de los recados. Los dos escribientes no son suficientes para hacer el trabajo de la oficina, por lo cual el narrador pone un anuncio para contratar un nuevo empleado, al reclamo del cual acude Bartleby, quien es de inmediato contratado. Su figura es descrita como “palidamente pulcra, lamentablemente respetable, incurablemente solitaria”.

  • La pasion lo es todo de Milagro Sanchez

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    Lucas es el irreconocible que salvo a Jacqueline de una acometida a manos de otro estudiante. Jamas se habia fijado en este enigmatico chico hot y tatuado, pero desde ese momento se lo encuentra por todas partes. La atraccion entre ellos es instantanea y arrolladora. Pero ?puede Jacqueline confiar en el o acabaran los misterios de Lucas interponiendose entre ellos? Juntos lucharan contra el mal y la responsabilidad, pero ademas van a descubrir el poder inesperado del amor.

  • El senor Origami de Jean-marc Ceci

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    A los veinte anos Kurogiku se enamora de una desconocida y deja atras Japon para encontrarla. Cuarenta anos mas tarde vive como un ermitano en la Toscana, dedicado al arte del washi, el papel artesanal japones con el que se practica el origami. Un dia, un relojero llamado Casparo llega hasta alli con la intencion de crear un reloj que contenga todas las medidas del tiempo. Su presencia alterara la tranquilidad del lugar y el alma de Kurogiku, quien debera, por fin, hacer frente a su pasado. Bella y sobria, El senor Origami es una novela que nos hace ver aquello que no se muestra y comprender aquello que no se pronuncia, y que se apoya en una premisa esencial: <>.

  • Revoluciones de Joaquin Estefania

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    El ultimo medio siglo (1968-2018) ha sido testigo de una generacion que amanecio a la madurez con la alegria revolucionaria de Mayo del 68 y que se esta jubilando en pleno vigor de una revolucion conservadora y de los populismos de extrema derecha que amenazan con llevarse por delante muchas de las conquistas civilizatorias de este tiempo. Esa generacion es la que ha mandado. Una generacion que con sus aciertos, sus contradicciones, sus arrebatos de colera (a veces ingenuos; a veces violentos; casi siempre justos) o su resignacion ha tratado de cambiar el mundo, aunque no con la profundidad y la velocidad que previeron sus protagonistas, algunos de los cuales podrian decir: ‘Queriamos cambiar el mundo y el mundo nos ha cambiado a nosotros’. A cada ano magico revolucionario (1968: Paris, Praga, Mexico; 1999: movimiento antiglobalizacion; 2011: los indignados) le ha sucedido una reaccion (1979-1980: Thatcher y Reagan; 2011: los neocons; 2017: Trump) que ha pretendido siempre volver al statu quo anterior, a lo que creian un estado natural de las cosas, utilizando los principios de coercion y persuasion, el poder duro y el poder blando. Durante aquellos anos magicos, los jovenes como categoria historica han disputado a la clase obrera el monopolio del protagonismo redentor de los cambios que esta tuvo durante el siglo xix y primera parte del xx. El sentido de la historia lo daba el progreso, pero el motor de la historia no ha sido solo la lucha de clases, sino las ansias de un grupo transversal de ciudadanos que ha reivindicado su lugar en la politica, la economia y la cultura.

  • 28 dias de David Safier

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    Varsovia 1943: Mira, una chica de 16 anos, sobrevive como puede en el gueto de Varsovia dedicandose al contrabando de alimentos. Su unico objetivo es proteger a su hermana pequena, Hanna. Cuando empiezan a deportar a los habitantes del gueto a los campos de concentracion, Mira se une a la Resistencia. Juntos consiguen hacer frente a las SS mucho mas tiempo de lo imaginado. 28 dias. 28 dias en los que Mira experimentara la traicion, el sufrimiento y la felicidad.
    28 dias para vivir toda una vida.
    28 dias para descubrir el amor verdadero.
    28 dias para convertirse en una leyenda.
    28 dias para contestar la mayor de las preguntas: ?que clase de persona quieres ser?

  • 17 mujeres Premios Nobel de ciencia de Helene Merle-beral

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    Hasta el momento, solo los trabajos cientificos de 17 mujeres han sido galardonados con el Premio Nobel. Marie Curie fue la primera, en 1903 y 1911, seguida de su hija Irene Joliot-Curie en 1935, pero otras permanecen en la sombra. Son conocidas las biologas Francoise Barre-Sinoussi, premiada en 2008, Barbara McClintock (1983) y Rita Levi-Montalcini (1986), pero ?quien ha oido hablar de Linda Buck, Ada Yonath, Elizabeth Blackburn o Tu Youyou?
    Este libro presenta las trayectorias, a menudo sorprendentes, de estas mujeres que alcanzaron la excelencia en un medio que fue y sigue siendo en gran medida masculino. ?De donde surge su curiosidad? ?Como conciliaron la investigacion con la vida familiar? ?Como las acogio el mundo cientifico?
    Esta brillante serie de biografias muestra la diversidad de sus origenes sociales y sus caracteristicas particulares, con una feroz independencia de espiritu y una perseverancia a toda prueba como puntos comunes. El cuadro cientifico no es menos variado, desde el nucleo atomico hasta los ribosomas y los genes saltarines, aunque solo existen tres mujeres Premios Nobel en el ambito de la fisica. Este libro es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia cultural y social del genero en la investigacion cientifica. La vieja maxima de “La mente no tiene sexo” no deja de verificarse.

  • FEAST. El Juego de Rafael Alcolea

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    La especie humana ha sido doblegada a la esclavitud por otra especie superior que habia aguardado durante siglos en las sobras: los vampiros. Hartos de ver como el ser humano destruia el planeta, decidieron conquistarlo, y antes de que los hombres pudiesen reaccionar, los supervivientes se convirtieron en esclavos, con suerte, y los demas… en comida.
    Solo existe una forma de escapar de Isla Muerte, el lugar donde confinan a todos los humanos supervivientes:
    Ganar un juego diabolico durante una noche, en la que una treintena de humanos deben sobrevivir a las pruebas de los vampiros hasta el amanecer, aquellos que lo consiguen, obtienen su libertad.
    Mara, hija de dos ganadores del juego, ha crecido en libertad y es una adolescente feliz, hasta que al senor de los vampiros se le ocurre arrebatarle la libertad y hacerla que participe en el juego cuando alcance los 18 anos.
    La joven se muestra decidida a ganar ese juego mortal para reunirse con sus padres y volver a ser libre. Para ello tendra que escapar de los segadores, vampiros cazadores, entre los que se encuentra Caleb. Solo una cosa escapara al control de Mara y Caleb: la atraccion que sienten al verse.
    Victima y verdugo caen en las redes de un juego amoroso que se mezclara con las reglas de otro juego aun mas importante:
    la supervivencia.
    ?Que es mas valioso el amor o tu libertad?

  • la sombra del secreto. El arcano de Beatriz Caceres

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    ” El Rey es asesinado en circunstancias muy extranas. Su cadaver es descubierto desnudo y atado a una silla Luis XV en su dormitorio en Palacio. Todo indica que hay una mujer involucrada.”

  • Hackers en guerra (El genio de Vervaeck 1) de Claudio Hernandez

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    Internet tambien tiene sus profesias, Allan Vervaeck, un vidente famoso de la decada del cincuenta, pronostico: la aparicion de un hombre que dominaria la Informatica como nunca nadie y que tanta seria la diferencia entre el y el resto de los hombres, que tendria el poder para crear y destruir; una mente capaz de causar el desequilibrio tecnologico, alguien que podria llevar a la humanidad a dar un gran salto o sencillamente destruirla.
    El submundo tecnologico lo ha denominado “El Genio de Vervaeck”
    Daniel camina sobre arenas movedizas, . es hacker, y esta en guerra con M.A.R.Y.N., una compania productora de armamento no convencional (armas de radiofrecuencia, satelitales, microfonos ultrasensibles, luces estroboscopicas, robots, aviones no tripulados, nanotecnologia, sistemas de hardware y software para control de armamento, software de seguridad, etc.) responsable de la muerte de sus padres.

  • El jardin de los sospechosos de Marina Sanmartin

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    Martin Guidu tiene que asistir a la jornada de padres de su sobrino Lucas porque su hermano Anakin esta en el hospital. Todo deberia ser facil: los padres explican sus oficios a los ninos bajo la mirada benevolente de la profesora Natalia Holden. Parece un dia sencillo en Caivelan, hasta que descubren el cadaver de una nina muerta, companera de clase de Lucas. Reunidos en el jardin de la escuela, convertida en el escenario involuntario de un crimen, Martin, Natalia y el inspector de policia Lorenzo Barriuso, tres desconocidos que se veran obligados a resolver juntos el atroz asesinato, se sumergiran hasta las profundidades de la maldad.

  • Sushi para dos de Patty Love

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    Mei Dube tiene un restaurante de sushi en
    Montreal, un amigo gay demasiado entrometido
    y una manipuladora madre con el firme proposito
    de hacer cumplir una tradicion familiar. Mei,
    en cambio, no las tiene todas consigo. Esa tradicion
    es arcaica y no esta dentro de sus planes a corto
    plazo pasar por el aro. Sin embargo, las cosas se
    complican un poco cuando su madre se presenta
    en su puerta con un enigmatico hombre,
    y lo haran todavia un poco mas cuando conozca
    a un simpatico camarero, que hace que su corazon
    se dispare, la respiracion se le acelere y la sangre
    le hierva en las venas.

  • La mala reputacion de Andrea Evich de Tatiana M. Alonzo

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    En el corredor camino a la clase de Espanol, Aaron y su grupo de amigos pasan corriendo uno por uno a mi lado, dandome un empujon. Suspiro. Otro hermoso dia en la Preparatoria. Casi toda mi vida he estudiado en casa con profesores particulares, papa tiene embolia cerebral y no es conveniente dejarle solo. Por lo mismo, Byron se mudo con nosotros hace un ano y mama aprovecho para convencerme de que debo darme una oportunidad y llevar una vida mas "normal", y me inscribio en la Prepa Yo le dije que ella no tiene derecho a decirme que hacer despues de abandonarnos a mi y a papa, pero insistio; y heme aqui, intentando ser un adolescente normal, segun mama. De eso hace ya seis meses. Me he adaptado bien a este lugar. Aaron ya casi no me acosa y los chicos del equipo de futbol ya no tiran mi mochila en el vater. Soy el segundo mejor estudiante de la clase y mi amistad con la senora Pratt sigue progresando. Ayer la invite a tomar un cafe, y estuvimos platicando hasta que a eso de la seis su hijo paso por ella para llevarla con el ortopedista. Ella insiste en no utilizar un baston, pero ya le cuesta caminar. Es una anciana necia, pero es mi mejor amiga. Cuando nos despedimos bese su mano y le recorde cuanto me importa su amistad. Pero no ha venido a dar su clase desde hace tres dias, y eso me tiene preocupado. El salon de clases es un caos, el sustituto tiene que callarnos. --Buenos dias --saluda. Por su tono de voz presiento que todavia intenta ser nuestro amigo. Todo lo hace mal. El es joven y se llama Derek, y por la actitud que toman algunas chicas, asumo que lo encuentran atractivo a pesar de su olor a pollo rostizado. Derek, una vez mas, nos asegura que no debemos preocuparnos por la salud de la senora Pratt. --Pronto la tendran de vuelta--dice, quitado de pena. Si, por favor… Chris, aprovechando la situacion, me da unas palmaditas en la espalda y me asegura que todo estara bien con mi "amada". Si, se esta burlando de mi. Todos rien. Genial, otro hermoso dia en la Preparatoria, insisto. Trato de sonreir para no verme tan patetico. ?Que tiene de raro el ser amigo de una senora de setenta anos? Mejor no respondan. --Es su novia --aclara Chris a Derek, que intenta ocultar una sonrisa. Sospecho que ser la figura de autoridad aqui le impide formar parte del coro de risas, pero le gustaria. Al bastardo le gustaria. No me agrada Derek. --Silencio --pide a todos y coge un marcador. Despues garabatea en la pizarra "Yo me identifico con..."--. Su profesora me envio la agenda de trabajo para esta semana --informa--. Tienen una tarea en parejas. Ni bien Derek termina de decir esto, todos empiezan a buscar con la mirada a su mejor amigo o amiga. --Olvidenlo --chasquea el--. La senora Pratt me entrego un listado. Yo les dire quien trabajara con quien. Un giro inesperado. Todos en el salon se muestran inconformes, pero yo me siento aliviado. Estoy seguro de que la senora Pratt lo decidio de esa manera por mi. Porque nadie en este salon me elegiria como su companero. Nadie. Me pregunto con quien me asigno la senora Pratt. Miro a Daniel Yura y sonrio, seguro sera el, porque es casi tan marginado como yo. Casi. Tal vez seriamos amigos si a mi me gustaran las matematicas, y si el no pasara gran parte de su tiempo liderando el club de algebra. ?A quien engano? No seria mi amigo de ninguna manera.Nadie seria mi amigo de ninguna manera. ?Quiero tener amigos? Tal vez no. Pensare en ello. Wow, una revelacion... --Claudia y Chris... --empieza a leer el listado Derek, y Claudia es la primera en quejarse--. No, no te puedo cambiar. Venga, Christopher no es tan malo --intenta convencerla. No sabe lo que dice, Chris es un enfermo de mierda. !Tiene su telefono movil atascado de videos pornograficos! --Andrea --susurra Chris, apoyandose en mi hombro, e intentando atraer la atencion de la chica que se sienta frente a mi--. Hey, Andrea, mirame. Oh no... Andrea Evich es por mucho la chica mas popular de este instituto... y de otros institutos, y tambien universidades, creo. No lo digo yo, lo dicen todos. Aunque admito que a mi no me consta. Y no es que ser popular sea malo, pero en este caso, bueno...Andrea no es deportista o canta o baila. Ella es popular por ser quien es. --Andrea... --sigue intentando atraer su atencion Chris, pero Andrea lo esta ignorando deliberadamente. Ella esta jugando con su lapiz, pero cansada de tanto chist chist decide ceder y se vuelve a Chris. Eso me da un asiento en primera fila para verla. Su cabello es rubio, con un estilo Bob desordenado. Sus ojos son avellanados y sus labios tienen forma de corazon. Es guapa, lo acepto, pero... Byron dice que no debo hablar mal de las mujeres, asi que no repetire lo que he escuchado sobre Andrea, pero es malo, realmente es malo. --?Que quieres? --pregunta a Chris como si le asqueara verle. Lo que es raro porque todos dicen que esta saliendo con el. --Hola --responde el intentando sonar seductor, y despues su grupo de amigos rie como si todos fuesen retrasados mentales. Andrea pone los ojos en blanco y vuelve la vista a la pizarra. Ultimamente a Chris y a sus amigos les divierte enojar a Andrea. ?Por que? No lo se. Somos seres de entretenimiento facil, supongo. --Esta molesta porque no la llame anoche --explica Chris a todo el que quiera escucharle--. Tuvimos sexo, pero tuve que dejarla sola en el motel porque ya iba tarde a una reunion familiar. El no es discreto al decir eso, pero Andrea tampoco intenta callarlo. No se, es como si ella fingiera no estar escuchando. Pero vamos, Chris se sienta detras de nosotros dos, ?como puede no escucharlo? En consecuencia a lo que dice Chris, las chicas sentadas a nuestro alrededor empiezan a mirar a Andrea con desprecio. La odian, en serio la odian. Puede que alguna de ellas este enamorada de Chris. En cualquier caso, ?a mi que me importa todo esto? --Ana y Joseline. Fredo y Esteban... --continua Derek leyendo. Ojala Daniel prefiera que nos reunamos en la cafeteria del colegio, en su casa o en algun parque cercano, porque no me gusta llevar a nadie a mi casa. No me gusta que juzguen a papa. --Andrea y Oliver... Escuchar mi nombre me saca mi burbuja personal. Tardo un par de segundos en darme cuenta de que esto no es una pesadilla. Santo Cristo resucitado al tercer dia, la senora Pratt no me puso de pareja de Daniel Yura. Hare el trabajo de Espanol con Andrea Evich. Andrea Evelyn e-Bitch. 2 Conserva la calma, Oliver, me digo en silencio a mi mismo. Respira. Piensa en el mar, sereno y repleto de agua en calma...Toso. !ME AHOGO! Estoy tosiendo como un desquiciado. Vaya manera de intentar NO llamar la atencion. Porque justo ahora, todos, excepto Andrea, me estan observando. Respira con la boca, Oliver. Respira con la boca. Respira... Dios, la virgen Maria, Jesus, Jose y el pesebre con la mula y el buey. ?Por que? ?Por que yo si soy un buen cristia... Okay, no. Me calmo, o por lo menos eso intento. Necesito una ruta de escape. Mordisqueo mi lapiz. Todos se estan riendo de mi. Cielo santo, ?por que la senora Pratt eligio a Andrea como mi companera? Las pocas veces que me he cruzado con Andrea, la ignoro y le cedo el paso. No soy el tipo de chico que busque problemas; y ella, sin duda, es uno. Vamos, no soy inmune a su encanto. Es decir, es increible verla caminar por los corredores de la Preparatoria, porque ella siempre se ve espectacular. Tiene una forma de vestir unica, asi con ropa holgada, y usa esos lentes Ray-Ban que le anaden mas enigma a su personalidad... Un momento, ahora estoy hablando como el presidente de su club de fans. Tiempo. Tiempo. Tiempo. Aterricemos. Chris me da mas palmaditas en la espalda. --!Por fin dejaras de ser virgen, campeon! --me felicita a toda voz y siento mi cara enrojecer. Toda mi sangre debe haberse drenado a mi cara porque tampoco siento mis pies. Todo el salon continua dando un concierto de carcajadas. !Rayos!, el resto de mi vida tendre pesadillas sobre esto. Andrea no dice nada, esta distraida jugando con su telefono movil. Tenemos prohibido hacer eso, pero a Derek parece no importarle que la mitad del salon este conectado a Facebook. --Hey, silencio --Derek por fin intenta callar a todos--. Voy a terminar de leer este listado... Muy bien. Enfoquemonos otra vez, Odom. Tiene que ser una broma. ?La senora Pratt me esta tomando el pelo? Quiza sea un error. Si, eso !un error! Y no, no estoy exagerando, digo, se trata de Andrea Evich. Yo he escuchado que Joseline dice, que Karla dice... Vaya, quiza estoy siendo demasiado pre-juicioso. Tal vez le deberia de dar una oportunidad. --Tienen quince dias para entregar sus ensayos --dice Derek. --?Ensayo? --pregunta Fredo. --Es una tarea de Espanol, amigo, ?que pensabas entregar? --quejas y mas quejas--. Animo, chicos. Yo me identifico con les esta dando la oportunidad de conocer a un personaje en la historia e identificarse con este. ?Esta hablando en serio? ?Eso dira para convencernos? Game over, amigo. --?Cuantas hojas debe tener el ensayo? --pregunta Claudia. Que sea una hoja. Una hoja, por favor. Solo una hoja... --Minimo quince hojas --responde Derek y las quejas no cesan, al contrario. Derek se encoge de hombros fingiendo estar apenado. !Que no me joda!, a el le divierte esto. Debe ser uno de esos profesores qu e disfrutan torturar estudiantes, porque cuando el estaba en nuestro lugar tambien lo torturaron. El ciclo de la vida le llaman en Radio-pasillo. --Yo escribire sobre Adolfo Hitler --suelta Chris y sus amigos le aplauden. Dios, es como si estuvieran obligados a festejar con cada estupidez que el dice. Los nombres de Frida Kahlo, Julio Cortazar, Albert Einstein y Napoleon Bonaparte tambien se escuchan en elsalon. Vaya, quiza no todos aqui sean tan cabezas huecas como Chris. No obstante, yo aun tengo mis dudas, y decido todavia no escoger sobre quien escribire. De momento lo unico que me preocupa es mi companera de trabajo. Lo que me hace pensar... --?Por que el trabajo es en parejas si es un ensayo personal? --hago enfasis en personal. --Buena pregunta. Alguien tenia que hacerla --Y el idiota fui yo, supongo--. La idea es que tu elijas un personaje con el que te identifiques, ?de acuerdo? Se lo presentes a t u companero y viceversa --miro a Andrea, o mejor dicho miro la esbelta espalda de Andrea--. Ustedes no escribiran sobre ustedes mismos o el personaje que eligieron. La idea es que lleguen a conocer tanto a su companero, que podran redactar quince hojas sobre el, en relacion al personaje que eligio. Estoy tan jodido. Tan putamente jodido. Suspiro. De cualquier manera, basta ya de lamentaciones. !Enfrentalo, amigo!, me animo. Espalda recta. No mas hombros caidos. ?Que puede salir mal? Solo tengo que escribir un ensayo de quince hojas sobre Andrea. Andrea e-Bitch, como la llama el resto de la Prepa. Y me prometi no ser pre-juicioso. Quiza esto resulte bien.

  • Muerte de un rey pirata 4 de Josh Lanyon

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    La carrera como escritor del librero gay y, muy a su pesar, detective aficionado Adrien English de repente comienza a despegar. El actor de Hollywood Paul Kane, cuya fama es de sobra conocida, ha comprado la opcion por los derechos de su primera novela, El crimen siempre es descubierto.

  • Medias verdades de Lisa Unger

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    La periodista Ridley Jones recibe un dia la visita del FBI y una desagradable sorpresa: en varias de las fotografias que ha tomado durante sus vacaciones, aparece siempre un misterioso personaje confundido entre la multitud. El fantasma de su tio Max Smiley, su padre biologico, el hombre al que quiso toda su vida y que demostro tener un lado oscuro y criminal, vuelve a acecharla. Lo sorprendente es que Max esta muerto y la propia Ridley vio quemar su cuerpo? De nuevo, su fragil mundo se desmorona y deja a la vista una realidad demasiado cruel para creerla. Y, como antes, sabe que ha de seguir intentado descubrir la verdad? aunque le cueste la vida.

  • Los ascensores dormidos de La Habana de Carlos Diaz Dominguez

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    <>. Esa fue la singular sugerencia que le planteo el presidente de la editorial al exitoso escritor Alberto Rodriguez-Conde. La aceptacion del nuevo proyecto le va a arrastrar a una aventura que cambiara su destino.

  • La Prima Del Vizconde de Vanny Ferrufino

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    Para toda la poblacion londinense: los vizcondes de Portman tienen el matrimonio perfecto que se basa en el respeto y se rige por la cordialidad, lo que cualquier noble espera de una union por conveniencia. Lo que nadie sabe es que dicha union jamas fue consumada por la falta de atraccion fisica del vizconde de Portman hacia su reciente esposa, quien por voluntad propia decide autoexiliarse en el campo para no seguir siendo la burla de toda la bendita e hipocrita sociedad, haciendole la vida mucho mas sencilla. Sin embargo, lo que Lucien Pierce nunca espero: es que su esposa regresaria despues de dos anos a la ciudad con la clara intencion de hacerle la vida imposible al pretender tener un amante en sus propias narices. Guiado por un terrible instinto de posesividad, Lucien tendra que evitar que Seraphina ceda su cuerpo a otro hombre que no sea el.

  • El deshielo de Lize Spit

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    En 1988 nacieron tres ninos en la pequena ciudad de Bovenmeer: Laurens, Pim y Eva. Durante la infancia, y debido a la dificil situacion familiar que vivia, la nina se volco en su amistad con sus companeros. Al llegar a la adolescencia, y azuzados por una incipiente curiosidad sexual, los chicos iniciaron un escabroso juego que tendria graves consecuencias para ellos. Transcurridos trece anos de ese ultimo verano juntos en que todo se desboco, Eva regresa a Bovenmeer dispuesta a ajustar cuentas con el pasado.

  • Imperfecta armonia de Paula Gallego

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    Grite. Pero nadie escuchaba. Aunque estaba sola en casa y nadie me oiria, mi alma gritaba por dentro, sin atreverse a levantar la voz. Sabia que era aquello. Sabia que si mi interior desataba todo lo que habia guardado esos meses, estaria algo mas en paz y no tendria ni que plantearme lo que me disponia a hacer en esos instantes. Pero esa era la unica forma que tenia de desahogarme. Y por eso me encerre en el bano, me sente en el suelo de marmol y vacile con la cuchilla sobre mi piel unos segundos para, despues, cortarme. Y ahi estaba. La sangre, la liberacion. Ya me sentia mejor. No era ingenua. Habia leido sobre ello. Sobre los "cutters"; gente que se autolesiona, que generalmente se corta, buscando una forma de expresar lo que no puede decir con palabras. Se por que lo hacia. Se que el subidon que experimentaba justo antes de cortarme, y la descarga de tension despues, el alivio, eran lo que me llevaban a hacerlo una y otra vez. Era mi droga, mi adiccion. Y era completamente consciente de ello. Pero no tenia intencion de parar. No era una suicida, ni una persona que quisiera llamar la atencion. Si la gente lo supiera, habria dicho que estoy enferma. La mayoria no lo entenderia, es "insano". Pero, para mi, en cambio, era la unica forma de mantenerme mentalmente "sana". Si no pudiera cortarme, me habria derrumbado hace mucho tiempo. Me levante despacio, y limpie la sangre y la cuchilla. Me la meti al bolsillo, baje las mangas de mi camiseta y volvi a mi cuarto, para esconderla en el cajon de los calcetines. Mi tia Beatrice no suele fisgar. De hecho, no creo que entre nunca en mi habitacion. Pasa mucho tiempo fuera de casa, y yo me encargo de hacer mi propia colada y de mantener ordenado mi cuarto; no soporto el desorden. Me acerque al tocador. Y una chica paliducha de dieciseis anos me devolvio la mirada desde unos ojos azules y cansados. Frente al espejo habia un cepillo y a su lado un botecito con pastillas. Es triste que a mi edad estuviera tomando antidepresivos. Pero me consolaba la idea de que podria ser peor. Si mi tia o mi psicologo se enterasen en algun momento de que me cortaba… Bueno, me imagino que los antidepresivos habrian sido el menor de mis males. Guarde la cuchilla que llevaba en el bolsillo, cogi una de las pastillitas, y me asegure de que eran las cuatro de la tarde. Cerre los ojos y la trague sin pensar. Despues me arrepenti de no tener cerca un vaso de agua, pero ya era tarde. Aun asi, con un desagradable regusto en la garganta, baje al piso de abajo a por uno. Mire mi muneca desnuda. Alli, hacia tan solo una hora, habia estado mi querida pulsera azul; la que me regalo mi madre por mi noveno cumpleanos. Y su perdida, en parte, era una de las cosas por las que estaba triste aquel dia. Mi tia Beatrice me habia regalado una blusa de una de aquellas tiendecitas autonomas del centro, esas demasiado pobres como para asentarse en la Gran Avenida, pero que se encuentran a tan solo unas calles de distancia de esta. No me quedaba bien, y tenia que ir a descambiarla. Tendria que haber ido con mi tia, porque odio ir de compras sola. De hecho, odio cualquier actividad que implique salir sola de casa. Pero el caso es que la tienda cerraba pronto y era el ultimo dia para descambiar la prenda. Mi tia estaba trabajando y tenia que acercarme yo sola. Y ademas de la verguenza que pase diciendole al dependiente que la mayoria de la ropa que me ensenaba no me gustaba, habia perdido mi pulsera azul. No es que fuera algo irremplazable. Hacia mucho que no me la ponia, pero ultimamente me gustaba llevarla conmigo. Ahora ya no podria hacerlo. Dentro de la tienda habia estado jugueteando con ella, y seguramente la habia perdido en un descuido. Suspire, resignada, y enfile las escaleras. Cuando subi, me quede paralizada en la puerta de mi cuarto. Deje caer el vaso y se hizo anicos sobre el suelo de madera. Delante de mi, y al otro lado de la habitacion, habia un chico mirando distraido por la ventana. Con unos dedos delgados y alargados retiraba cuidadosamente la cortina, con la vista fija en la calle otonal. Era alto y moreno. Llevaba unos vaqueros ajustados, y una camiseta negra con la que se le marcaban los biceps. Me quede sin respiracion, y me recorde a mi misma que lo impactante no era su fisico, sino que se hubiese colado en casa. Sacudi la cabeza para reponerme y entonces cai en la cuenta de que podria ser peligroso. Pero me daba miedo moverme, mi tia aun tardaria en llegar. Ademas, si intentaba salir corriendo puede que me alcanzara; a lo mejor resultaba ser rapido. Bueno, mas rapido que yo seguro. Me decante por el plan B. --?Quien diablos eres tu y que haces aqui? --Eso me preguntaba yo. --Su voz era suave, pero grave. --?Quien eres? --Me llamo Jack. --Muy bien, Jack… ?Y que se supone que haces en mi casa? --Ya te he dicho que no lo se. Entonces oi que se abria la puerta del piso de abajo. Escuche el tipico repiqueteo del llavero de mi tia y me relaje un tanto. Ella sabria que hacer. No parecia un tipo peligroso, pero aun asi podria ser alguien desequilibrado. Volvi a darle un repaso; no parecia un loco. --!Beatrice! --Grite sin apartar la mirada del extrano que habia irrumpido en mi cuarto. Espere. --!Beatrice, date prisa! --Ya voy, ya voy. Sus tacones resonaron en el entarimado de madera. Por fin, tras unos interminables segundos en los que imagine como el guapo y pacifico Jack se convertia en Jack el destripador y nos mataba a las dos, Beatrice llego a mi lado. La mire a ella y, despues, al frente. Ella siguio mi mirada. Bien. No parecia asustada. ?Tal vez lo conocia? ?Estaria haciendo el ridiculo? --!?Pero que has hecho?! --Exclamo. --?Te encuentras bien? --Miro al vaso hecho pedazos en el suelo y luego me miro a mi. --Beatrice… --Susurre, alzando la mano hacia el desconocido. Pero ella se me adelanto, y camino hacia el con paso seguro y firme. --?Por que tienes esto a oscuras? !Por eso se te ha caido el vaso, porque no veias nada! -- Dijo, mientras se dirigia a la ventana, hacia donde estaba Jack y… y paso por delante de el. Por su lado, sin inmutarse siquiera. Incluso pude ver como rozaba su brazo sin que se dignara a levantar la cabeza hacia el; como si no lo hubiera visto. Ahogue un grito y me quede con la boca abierta. Mi tia volvio a mi lado y me dijo que iria a por una escoba. Yo asenti, sin apartar la mirada del desconocido que se encogia de hombros como si la cosa no fuera con el. Instintivamente, mire hacia el bote de pastillas del tocador. Y entonces cai en la cuenta de que me habia vuelto rematadamente loca. Era oficial. La senorita Mel estaba peor que una cabra. Capitulo 2 Cai derrotada sobre la cama. Tenia dos opciones: me lo callaba, o lo contaba. Ambas incluian cosas buenas y cosas no tan buenas que me preocupan mas. Si hablaba, era probable que me medicasen aun mas, que doblasen las sesiones del psicologo y, probablemente, que descubriesen lo que hacia con mi cuerpo… Y, con un poco de mala suerte, quiza me internasen en algun centro. Pero si no lo decia… Bueno, lo unico que estaba en juego era mi propia salud mental. Jack cotilleaba, curioso, cada rincon de la habitacion mientras yo iba acostumbrandome a mi locura con la cara enterrada entre las manos. Estaba en shock. Despues de un rato, en el que ninguno hablo, me decidi a romper el hielo. --Jack. --Pronuncie, con prudencia. --?Que haces aqui? --Dimelo tu. --Dijo mientras jugueteaba con el marco de una foto. --Oh. Asi que… ?Quien eres en realidad? ?Un espiritu o un angel que quiere que descubra por mi cuenta por que necesito su ayuda? --No. --Nego con la cabeza. --Cuando te he dicho que me lo dijeras tu, era exactamente porque creia que tu lo sabrias mejor que yo. No tengo ni idea de que hago aqui. Solo se que me has traido tu. --Aja… --Murmure con cansancio, sintiendome ridicula por seguirle la corriente a un producto de mi imaginacion, de mi mente. --?Y quien eres exactamente? --Soy Jack. --?Jack que mas? --Solo Jack. Me deje caer en el colchon. Madre mia, !estaba hablando con alguien que no existia! Tras unos segundos de absoluta desesperacion, me incorpore y cruce el pasillo que separaba mi cuarto del bano. Lo acabas de hacer. No, no lo hagas. Lo acabas de hacer. Lo acabas de hacer. Lo acabas de hacer… --Me repeti, una y otra vez, delante del espejo. Pero no tenia fuerza de voluntad. Busque una cuchilla de depilar, pues no queria que mi nuevo amigo Jack viese como sacaba mi cuchilla especial del cajon de los calcetines, y la hice vacilar sobre la piel de mi brazo. Lo acabas de hacer. Otra vez no… --Grito alguien desde algun rincon de mi interior. Pero nadie le escucho, porque los gritos de mi alma afligida amortiguaron el sonido. Y en mi cabeza solo podia pensar en la gloriosa sensacion que vendria despues de hacerlo. Derrame un hilillo de sangre. No mucha, la suficiente para sentirme mas serena. Limpie todo concienzudamente y volvi a mi cuarto, donde me esperaba mi nuevo trastorno. Pase a su lado sin prestarle atencion y me pregunte que debia hacer. Tenia que distraerme hasta la hora de la cena. Pero solo pensar en ver los programas que retransmitian a esas horas en la tele… me ponia enferma. Tampoco queria salir. En esos instantes, no me apeteceria ver a nadie. Y, aunque quisiera, ?con quien podria quedar? Seamos sinceros, solo tenia una amiga y casi siempre estaba ocupada. Pero ese no era el mayor de mis problemas en aquel momento. El mayor de mis problemas media mas de uno ochenta, era moreno y tenia una sonrisa de infarto. Ojala pudiera decir que solo era la tipica chica colada por el bombon de clase. Ojala. Pero no era asi. Cogi un libro y baje al salon. Por algun motivo, me daba reparo quedarme a solas con el. Me tire en el sofa y escuche a Beatrice mover cacharros en la cocina. Eso me relajo. Sin embargo, al cabo de unos minutos, oi como Jack bajaba las escaleras y se acercaba a mi. --?Tu quien eres? --Me dijo, como si fuera el el sorprendido. No le conteste, volvi a distraerme con la lectura y procure no prestarle atencion. --Dime al menos como te llamas. Yo te he dicho mi nombre. Hice como que no le escuchaba. --!Eh, vamos! --Me chillo. --!No grites, trato de leer! --Le espete, malhumorada. --?Dices algo, Mel? --Oi la voz de mi tia desde la cocina. --No… Nada. --Le dije, consciente de que acababa de gritarle a mi propia imaginacion. Volvi a mi habitacion atropelladamente y me encerre dentro. --No me hables en publico. --Le pedi a Jack. --Entonces prestame un poco de atencion cuando estemos a solas. --Alzo una ceja. Sacudi la cabeza. No podia creer lo que estaba pasando. --Escuchame. --Le dije, senalandolo con el dedo. --No pienso hablarte, ni mirarte, ni prestarte atencion. Estas en mi cabeza, y cuando deje de pensar en ti, te iras. Entonces tome una decision. Haria como si todo fuera normal. Jack podia ser un efecto secundario de los antidepresivos. Seguramente, si dejaba de pensar en el, se acabaria yendo. Desapareceria sin mas, igual que aparecio…

  • Un problema encantador de Catherine Brook

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    Ella solo queria una vida tranquila.
    El solo podia ofrecerle todo lo contrario.
    Cuando su vida amenazo con convertirse en un infierno, Arleth Ritter tomo una decision drastica: huir de su casa y conseguir empleo. Su idea era convertirse en institutriz y ensenar a una nina tranquila las buenas maneras, nunca imagino terminar en una familia de locos, que le traerian mas problemas de los que ya tenia, y mucho menos penso en sentirse atraida por aquel irritable, problematico, y encantador hombre que casi provoca su muerte.
    Richard Allen tenia una reputacion de granuja. Miembro de la “familia problemas” a su lado solo podian acontecer desgracias. Siente una gran curiosidad, y una fuerte atraccion por esa mujer que oculta mas de lo que dice, y se decide a ayudarla, olvidandose de que por su apellido, solo la metera en mas lios.
    ?Sera que Arleth podra salir indemne de la situacion? o por el contrario, el apellido hara de las suyas y ambos terminaran enredados en ese gran lio que la gente llama amor.

  • El aprendizaje de la creativida de Jose Antonio Marina

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  • Despues de ver (Nada mas verte 2) de Mhairi Mcfarlane

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    En Nada mas verte, aquel que desaparecio de su vida regreso… pero ?que sucedio despues?
    Una vez juntos, luego se separaron. Rachel y Ben vivieron muchos altibajos hasta llegar aqui. Ahora, juntos y enamorados otra vez, todo lo vivido les parece que ha valido la pena.
    Sin embargo, cuando alguien que habia desaparecido de la vida de ambos vuelve a aparecer, los problemas regresan. ?O no? ?Seran, al final, felices para siempre?

  • Lagrimas de libertad de Raquel G. Estruch

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    La vida de Maria, una conocida escritora, cambiara por completo de la noche a la manana. La tragica muerte de Gonzalo, su marido, unida a la desaparicion de Elena, su mejor amiga, provocara en ella un inmenso vacio y confusion.
    Una madrugada, harta no encontrar explicacion a ninguno de los recientes sucesos de su vida decide hacer la maleta y dejarlo todo atras durante un tiempo.

  • Judas y otros ensayos sobre lo divino y lo humano de Thomas De Quincey

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    Thomas de Quincey estaba comprometido con la inteligencia, la verdad, el humor y las polemicas. Este volumen recoge algunos de sus trabajos mas definitivos sobre Judas Iscariote, suicidio y supersticion.