• eduardo arias villa - Eduardo Arias

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  • Eduardo Arias Villa | Penguin Libros ES

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  • Eduardo Arias Villa - El Corte Inglés

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  • Ni si ni no, sino todo lo contrario, Eduardo Arias Villa, Karl ...

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    ... sino todo lo contrario, Eduardo Arias Villa, Karl Eduard Troller Pardo, ISBN: 9789589007372 Librerías Proteo y Prometeo. Desde 1969 entre Libros.

  • El periodista Eduardo Arias Villa nos cuenta cuál es el ...

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    28 nov 2014 — El escritor y periodista colombiano Eduardo Arias Villa dijo que la autobiografía de Nelson Mandela, “El largo camino hacia la libertad&rdq.

  • Eduardo Arias Villa - OtroLunes

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    Cada uno en su estilo es un gran libro. Parece que va a llover es una historia bogotana que lo atrapa a uno desde el comienzo, con una dosis de humor muy bien ...

  • NI SI NI NO, SINO TODO LO CONTRARIO (EBOOK) - Agapea

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  • Ni Si Ni No, Sino Todo Lo Contrario | Eduardo Arias Villa

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    Eduardo Arias Villa · Grijalbo. Idioma: Español. Formato: Libro Impreso. Presentación: Tapa Blanda. Dimensiones: 15.0 X 23.0 X 1.2. Páginas: 184 ...

  • Ni si ni no, sino todo lo contrario - Eduardo Arias Villa, Karl ...

    https://books.google.com/books/about/Ni_si_ni_no_sino_todo_lo_contrario.html?id=tieTDQAAQBAJ

    20 nov 2016 — Este libro reúne de nuevo a Eduardo Arias y Karl Troller, quienes de una manera divertida e ingeniosa sacan a relucir las frases más ...

  • arias villa eduardo caballero antonio perez dioscorides bustos ...

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    ... de Arias Villa Eduardo - Caballero Antonio - Pérez Dioscórides - Bustos óscar Emilio - Almanza Mónica - entre otros y una gran selección de libros, ...

  • Radiografía del Divino Niño y otras crónicas sobre Bogotá

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    Radiografía del Divino Niño y otras crónicas sobre Bogotá book. ... by. Eduardo Arias Villa, ... This book is not yet featured on Listopia.

  • Ciencia Ficcion. Seleccion 40 de Aa. Vv

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    En esta seleccion se incluyen varios relatos clara y deliberadamente inspirados en grandes temas y autores de la narrativa fantastica.

  • Algo para recordar de Lydia C. Ramirez

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    Senti el golpe de su mano contra mi mejilla, aunque me esperaba algo parecido, me sorprendio igualmente que lo hiciera, ya que esperarlo no lo hizo menos doloroso, por lo que me cai al suelo de golpe. Mire a mi padre desde el suelo con los ojos llorosos, pero el hizo caso omiso a las lagrimas que luchaban por salir de mis ojos, darme cuenta de ese echo hizo secar mis ojos como si fuera cosa de magia. --Quiero que te largues de mi casa-- me ordeno bajando la mano que aun tenia levantada tras el golpe-- Eres una verguenza para mi. Mire a mi madre que estaba en un rincon como si esa historia no fuera con ella, ni siquiera se digno a mirarme, lo cierto era que nunca habia sido una mujer que se enfrentara a las decisiones de su marido, por lo que no me sorprendio que no dijera nada, es mas yo habria sido la primera en sorprenderme si hubiera ocurrido lo contrario. Jamas trataria a un hijo mio como ellos me estaban tratando... Senti como se formaba un sentimiento frio en mi interior, no queria seguir alli... Posiblemente tenia razon yo era una verguenza, pero no por los motivos que el decia... Yo tampoco queria continuar alli, asi que me levante del suelo y fui a mi habitacion para hacer la maleta. Una hora despues me encontraba a la salida del pueblo haciendo autostop, consegui que una pareja me llevara a la ciudad y observe desde la ventana como ese infierno se hacia mas y mas pequeno... <> Aunque en ese momento no sabia cuando, ni... como. El Viaje Me desperte con los golpes constantes de mi madre en mi puerta, ella era mi mejor amiga y mi unica familia, pero lo cierto es que nunca habia necesitado a nadie mas aparte de ella, nunca me habia planteado la posibilidad de que mi vida hubiese sido mejor de tener un padre, una familia mas extensa... Por lo menos eso creia en ese momento. --Caitlin, cielo-- dijo entrando y subiendo las persianas, haciendo que toda la luz del sol penetrara en mi habitacion, mientras yo arrugaba la cara en senal de protesta-- Si no empiezas a vestirte, llegaremos tarde. Asenti lentamente haciendo ruidos de queja y la escuche reirse mientras salia de mi habitacion. Tarde unos minutos en levantarme mientras miraba a mi alrededor, la habitacion blanca, con tonos azules claros, habia un escritorio en madera blanca tambien, una comoda y una mesita en el mismo material. Habia veces que me paraba a mirar todo aquello y me decia a mi misma que todo era demasiado blanco, aseptico... Aunque, a decir verdad, algo si desentonaba en toda aquella nube blanca... mi colcha con el simbolo de la paz formado por distintos estampados de colores diferentes, yo misma la habia comprado en una tienda, pase por delante del escaparate la vi y no pude evitar comprarla, era necesario un poco de color en la habitacion, queria hacerla un poco mas personal. Me levante de la cama y casi me tropiezo con la maleta abierta que estaba en el suelo, la aparte de una patada y cogi la ropa que tenia preparada en una silla, me la lleve conmigo al bano y me duche. Cuando sali un rato despues, con la toalla en la cabeza fui directamente a la cocina a por un vaso de zumo de naranja. Por el arco de la cocina que daba al salon vi a mi madre leyendo una carta con los ojos llorosos. --?Que pasa? ?Que dice? -- le pregunte preocupada haciendola sobresaltarse. --No, nada, no te habia visto-- me dijo mientras volvia a meter la carta en el sobre y lo guardaba en una cesta que habia encima de la mesa-- En realidad no estaba leyendola, estaba pensando en otra cosa. --Parecias como… triste-- le dije sentandome a su lado. --Es porque mi nina se hace mayor-- me dijo sonriendo. Lo que quiere decir es que nos vamos de viaje el fin de semana a un spa para celebrar mi veintitres cumpleanos, ademas ya era toda una mujer pero estaba segura de que para mi madre siempre seria su nina, es mas a mi me hacia ilusion seguir siendolo, no me sentia preparada para enfrentarme al mundo yo sola. Le pase el brazo por los hombros y le di un beso en la mejilla. --Pero vamos a celebrarlo-- le dije sonriendo-- Y sera uno de los mejores dias de nuestras vidas. Mire a sus ojos marrones claros y algo dentro de mi me dijo que mi cumpleanos no era el unico motivo que la habia puesto tan triste... Aunque... ?Por que darle mas vueltas a todo aquello? Mi madre nunca me habia enganado, siempre habia dicho la verdad, pensandolo bien ella siempre habia estado junto a mi, lo cierto es que siempre estabamos juntas, algo que no me importaba, ella era mi mejor amiga tambien. El motivo era bastante sencillo o quiza no tanto, porque cuando yo tenia veinte anos mis padres y yo tuvimos un accidente, en el que mi padre fallecio y yo resulte gravemente herida. Durante esos dias en los que me movia en la semiinconsciencia, mi mente fue capaz de darse cuenta de trozos de conversaciones entre mi madre y su mejor amiga, Rebecca (a la que yo llamo Tia Becca), luego me dio la sensacion de que mi madre dejo de visitarme bastante tiempo, pero como en esos dias estuve casi todo el tiempo sedada no podria decir con exactitud si fue de verdad asi. Cuando desperte no era capaz de recordar nada anterior a ese momento, vi la mirada de mi madre y luego comenzo a contarme lo que habia sucedido, los siguientes meses fueron bastantes complicados, ya que era incapaz de recordar nada, asi que como no conseguia llenar esos huecos, ella fue ayudandome contandome pequenos trozos de nuestra historia, lo que hizo que aquello pasara mas rapidamente. Con todo ese lio de mi enfermedad su obsesion por mi se elevo al cubo y hasta no me dejaba encargarme de las tomas de mis pastillas, ya que ni yo misma recordaba, obviamente, que estaba enferma del corazon, pero comprendia porque lo hacia por lo que, cuando aun habia veces que me lo recordaba, yo la miraba sonriendo y obedecia como si fuera una nina pequena. --Pero date prisa, Caitlin-- me hizo levantarme del sofa y yo fui a peinarme al bano. Me quite la toalla de la cabeza y me mire al espejo, no era la primera vez que pensaba lo diferentes que eramos mi madre y yo, ni siquiera me parecia a mi padre, me daba pena no recordarle y habia visto fotos, pero cuando le pregunte a ella me dijo un poco nerviosa que su madre era como yo, por lo que el tema quedo zanjado. Mi madre era pelirroja, pero de una tonalidad mas castana, era obvio que el sol habia aclarado su cabello, tenia los ojos marrones, una nariz pequena y una sonrisa perenne en el rostro, era alta y delgada, era joven, asi que asumi que quiza ella no se llevaba bien con sus padres porque fui un accidente adolescente, de todas formas, nunca me habia atrevido a preguntar, ya que ella no hablaba casi nada de su familia. Yo por el contrario era mas bajita, rubia de un tono muy claro, casi platino, mis ojos eran de color azul claro siempre estaba palida, muchas veces me encontraba deseando haber nacido mas parecida a mi madre, ella se bronceaba muy facilmente, sin embargo, si yo me ponia mas de dos horas al sol, el unico color que cogia era un dramatico rojo cangrejo. Mientras me peinaba, vino a mi mente un recuerdo de cuando tenia doce anos, no recordaba ni como salio el tema de conversacion, solo sabia que debia llevar un pastel al colegio y decidi hacer, junto con mi madre, un pastel de calabaza, ademas ni siquiera recordaba bien la escena, simplemente recordaba la voz de mi madre diciendo: <<--?Donde aprendiste a hacerlo? -- le pregunte inocentemente, metiendo la punta del dedo en el bol de la masa. --No hagas eso, calabaza-- me regano sonriendo-- Me lo enseno mi madre, aunque mejore la receta un poco. --Esta rico-- dije disfrutando del sabor de la masa. --Dicen que es el mejor de todo Texas-- suspiro cerrando los ojos-- Aunque no es cierto, todavia necesita mejorar.>> Movi la cabeza de un lado a otro despejando mi mente. << ?Porque he recordado eso ahora?>> me pregunte poniendome un pasador en el pelo. Me convenci de que el recuerdo no tenia importancia, negue con la cabeza y lo aparque en al fondo de mi mente, ya tendria tiempo de analizarlo despues. Me tome la pastilla para el corazon y sali del bano. Mi madre ya me esperaba impaciente en la puerta, asi que cuando me uni a ella, ambas salimos y emprendimos nuestro viaje. Al principio, nos dedicamos a hablar de todo un poco, luego cantamos algunas canciones de la radio y nos reimos un poco de nuestra nefasta hipotetica carrera como cantantes, no sobresaldriamos en ese mundillo, yo lo tenia asumido. Ademas mi madre tenia suficiente con su profesion y era muy buena en ella, era una gran abogada, casi siempre ganaba los casos que le asignaban, me conto levemente lo dificil que habia sido para ella cuidarme y estudiar a la vez, porque tuvo que dejar los estudios cuando naci y luego cuando enferme con seis anos del corazon, para retomarlos y terminarlos por fin cuatro anos despues de aquello. En esa epoca, ella tenia dos trabajos para pagar mis medicinas y costear su carrera, ademas mi padre tambien trabajaba en dos sitios a la vez para poder pagar sus propios estudios y mantenernos, pero lo mejor de todo habia sido que jamas faltaron a mis recitales o teatros escolares, sonrei mirando por la ventana. Sin darme cuenta me quede dormida y me desperte cuando habiamos parado en el parking. --Vamos, despierta dormilona, ya estamos aqui-- me dijo mientras me tocaba el brazo para sacudirme levemente. Sonrei sin abrir los ojos y musite: --Si no condujeras como una senora mayor, no me habria dormido-- la escuche reirse y ambas salimos del coche. Nos registramos en recepcion y nada mas dejar las maletas cogi mi traje de bano y me cambie para ir a la piscina climatizada. El spa tenia un aire oriental muy relajante, daba a una playa privada que solo podian utilizar los clientes del lugar, era un sitio donde todo el mundo acudia para relajarse y disfrutar, alli no habia cabida para preocupaciones, eso quedaba a dos horas de aqui, en la ciudad de Tallahassee, Florida, donde nosotras viviamos… Fue el mejor fin de semana de mi vida en verdad, con todos aquellos cuidados, mascarillas, banos, masajes… Me senti una princesa, ademas tenia la mejor compania del mundo, lo cierto es que no se me ocurria un sitio mejor donde estar, suspire relajada mientras tomabamos el sol. Por eso me dio tanta pena que el fin de semana terminara, habia cogido un poco de color, pero mi madre se habia puesto morenisima. --Vas a ligar con algun abogado-- dije sonriendo montandome en el coche. --Callate, Caitlin -- me regano poniendose el cinturon y arrancando el coche. --Pero a mi no me importaria-- no me miro, pero la vi enarcar una ceja-- Es cierto, me gustaria que tu… Te enamoraras y eso, ya sabes-- conteste mirando por la ventana. --?Estas segura de que quieres hablar de hombres conmigo? -- pregunto sonriendo. --No, bueno, no se… Yo… ?Todavia estas enamorada de papa? -- sabia que era un tema doloroso para ella. --Aun no estoy preparada para tener esa conversacion… ?me entiendes? Asenti y mire por la ventana. --No importa-- y era cierto, no importaba. Mire por la ventana y en lo que duro un parpadeo se desato el comienzo de una pesadilla. Al abrir los ojos me di cuenta de que no estaba en una situacion normal, por lo que mi cabeza fue capaz de repasar los acontecimientos como si pasaran lentamente ante mis ojos. Lo primero que vi fue un gran camion que parecia haber perdido el control y se dirigia sin piedad hacia nuestro coche, bueno en realidad se estrellaria frontalmente contra nosotras, sabia que no habria posibilidades para ninguna, por el otro lado habia un acantilado, asi que no habia nada que hacer. Mire a mi madre y por decimas de segundo ella me miro a mi, suspire y vi que ella pego un volantazo en direccion al acantilado. <> pense mientras solo era capaz de escuchar el latir de mi corazon en el oido. A partir de ahi todo sucedio muy deprisa escuche al camion estrellarse contra otros coches que habia detras nuestra y tambien note un fuerte tiron hacia delante y luego hacia atras porque mi madre coloco el brazo delante de mi. Abri los ojos respirando entrecortadamente y mire a mi madre que tenia unos los ojos abiertos por el miedo. --Mama…-- susurre mirando hacia delante y sintiendo como se balanceaba el coche hacia el lado de mi madre. --Ssh… Caitlin, escuchame-- contesto ella susurrando, como si el mas minimo ruido pudiera hacer que el coche cayera-- No te muevas, tienes que hacerme caso, solo recuerda que te quiero y quiero que vayas a Landonville. --No, yo me quedo aqui contigo-- le conteste, sin hacer caso a lo que me estaba diciendo, no era tonta, sabia que mi peso era lo que mantenia equilibrado el coche, si yo me bajaba… --No puedes, Caitlin, hazme caso, sal de coche-- me suplico ella medio reganandome. --?Y tu? -- le pregunte llorando. --Saldre detras-- me prometio ella. Un hombre se acerco a nosotras y hablo por el cristal roto de mi puerta. --Ayude a mi hija a salir, por favor-- le suplico mi madre quitandome el cinturon. Negue con la cabeza agarrandola de la mano, ella miro al hombre y el, que era mas fuerte que yo, me agarro por las axilas y me saco del coche por la ventana. El perdio el equilibrio y ambos caimos al suelo, escuche el sonido del coche cediendo hacia abajo para finalmente caer ante mis ojos dando vueltas imposibles y mortales, para llegar al suelo y explotar. --!Mama! !Mama! -- grite llorando mientras el senor intentaba apartarme de alli. --Cielo, es mejor que no mires-- me dijo el abrazandome. --Pero tenemos que bajar a ayudarla-- intente deshacerme de su abrazo y finalmente lo logre. Volvi a mirar hacia abajo y luego al cielo cayendo de rodillas al suelo, el caos se desataba tras de mi, posiblemente habria muchos muertos y heridos, pero lo mas importante para mi en esos momentos era rezar y suplicar por un milagro que yo ya sabia que era imposible.

  • La llave de la buena vida de Joan Garriga

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    El mayor regalo que le hacemos a un hijo es, sin duda, entregarle su propia vida. A lo largo de ella, disfrutara de muchos momentos de crecimiento, expansion y felicidad, pero tambien sufrira otros de perdida, recogimiento y dolor. En el relato que abre este libro, unos padres deciden regalarle a su hijo, al cumplir los dieciocho anos, una llave de tres
    dientes para ayudarle a abrir las distintas puertas que se iran mostrando ante si.
    A partir del relato, Joan Garriga toma posicion y habla desde su amplia experiencia como terapeuta en un texto que nos ilumina en el intento de vivir plenamente en un mundo cada vez mas complejo. Los tres dientes de la llave son los tres recursos a los que debemos
    acudir siempre, sea cual sea la situacion, y son la verdad, la valentia y la conciencia. Es decir, el ser uno mismo, el coraje para perseverar ante los contratiempos y el mantenerse despierto a la propia existencia y lo que nos rodea. Si usamos esta llave, alcanzaremos la buena vida,
    que no es otra cosa que ser capaces de tomar y soltar con alegria aquello que la vida tiene reservado para nosotros, o, lo que es lo mismo, <>.

  • La esposa de un amigo me pide que la ayude de Fernando Neira

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    Mi vida se ve alterada cuando un buen dia Patricia, la esposa de un amigo, acude a mi pidiendo mi ayuda y me cuenta que quiere divorciarse porque Miguel la ha pegado. Viendo las marcas de la paliza en su cara, me crei su version pero al ir a recriminar a su marido su comportamiento, este me confirmo que era cierto pero que si le habia puesto la mano encima habia sido por ser infiel. No sabiendo a que atenerme, la pongo bajo mi proteccion sin tener claro si esa rubia tenia razon y buscaba en mi a un protector o era una mentirosa y su peticion de ayuda era en realidad una forma de encontrar un sustituto de su ex que la mantuviera.

  • El peon del Rey: La secta de los banqueros de Alma Sampedro

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    La vida de Sofia parece haber firmado un pacto con el destino tras haber sobrevivido a las peores semanas de su vida y haberse comprometido con el hombre de sus suenos. Pero su universo dara un dramatico giro de ciento ochenta grados al escuchar una enigmatica y demoledora conversacion privada entre su hermana y su prometido.

  • Tambien esto pasara de Milena Busquets

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    Cuando era nina, para ayudarla a superar la muerte de su padre, a Blanca su madre le conto un cuento chino. Un cuento sobre un poderoso emperador que convoco a los sabios y les pidio una frase que sirviese para todas las situaciones posibles. Tras meses de deliberaciones, los sabios se presentaron ante el emperador con una propuesta: <> Y la madre anadio: <> Ahora es la madre de Blanca quien ha muerto y esta novela, que arranca y se cierra en un cementerio, habla del dolor de la perdida, del desgarro de la ausencia. Pero frente a este dolor queda el recuerdo de lo vivido y lo mucho aprendido, y cobra fuerza la reafirmacion de la vida a traves del sexo, las amigas, los hijos y los hombres que han sido y son importantes para Blanca, quien afirma: <> Esta y otras frases y el tono de la novela, tan ajena a cualquier concesion a lo convencional, evocan aquella Bonjour tristesse de Francoise Sagan, que encandilo a tantos (y escandalizo a no pocos) cuando se publico en 1954. Todo ello en el transcurso de un verano en Cadaques, con sus paisajes indomitos y su intensa luz mediterranea que lo bana todo. Milena Busquets transforma en literatura vivencias personales y partiendo de lo intimo logra una novela que rompe fronteras y se esta traduciendo con inusitada rapidez a las principales lenguas, como el ingles, el frances, el aleman, el italiano y el portugues. Y lo logra porque a traves de la historia de Blanca y la enfermedad y muerte de su madre, a traves de las relaciones con sus amantes y sus amigas, combinando prodigiosamente hondura y ligereza, nos habla de temas universales: el dolor y el amor, el miedo y el deseo, la tristeza y la risa, la desolacion y la belleza de un paisaje en el que fugazmente se entreve a la madre muerta paseando junto al mar, porque aquellos a quienes hemos amado no pueden desaparecer sin mas.

  • Tinisima de Elena Poniatowska

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    Convertida en leyenda, tanto por su vida como por su obra, Tina Modotti tuvo una existencia llena de pasion y de furia, que encontro en la fotografia el medio ideal para expresar su disconformidad y compromiso con el tiempo que le toco vivir.

  • Entre dos bandos de Laura Nuno

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    A Lucia de Galan, la bella y jovencisima hija del marques de Luengo, le ha llegado el momento de conocer a su prometido, el duque de LaFontaine, con quien su cruel y malvado padre la obliga a casarse. El apuesto duque no solo es frances, enemigo de la Patria, sino tambien un feroz cazador de guerrilleros. La disyuntiva se presenta porque la dulce Lucia, siempre preocupada por hacer justicia y proteger a los mas debiles, ha estado ayudando a los guerrilleros de Velilla de San Antonio a luchar contra el bando enemigo. Sin embargo, el duque se presenta como un hombre justo y ecuanime, seductor y comprensivo, y ni siquiera pretende hacer uso de sus derechos de alcoba. ?Podra alguna vez confiar en el? ?Se dejara Lucia arrastrar por la pasion que prometen sus ojos? Sus primeros dias de casada la empujan a un torbellino de emociones y dudas que amenazan su lealtad y su oscuro secreto. Pero el duque tambien oculta algo a su joven y chispeante esposa…

  • Por el camino de las grullas de Cristina Cerezales

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    Cristina Cerezales ha escrito una novela coral en la que varios personajes se unen en el trayecto vital y catartico del camino de Santiago. Por el camino de las grullas es una novela sobre las complejas relaciones familiares, sobre la amistad, sobre el nexo que une a personas que buscan, sobre la carga del pasado individual y, en definitiva, sobre el sentido del transito en si mismo. Cristina Cerezales crea un fresco de varios personajes complejos -que a la postre somos todos nosotros- en una narracion conmovedora.

  • Por nuestro bien de Sophie Saint Rose

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    Karen acaba de perder a su abuela y empaquetando sus cosas se lleva la sorpresa de su vida, porque descubre que durante anos oculto un secreto familiar que era para dejarla de piedra. Su curiosidad la lleva a Inglaterra y conocer a Colton fue otra sorpresa mas. No solo porque era el hombre que mas le habia alterado el corazon en su vida sino porque se sintio unida a el. Aunque sospechaba que se hacia el tonto y que sabia mucho mas de lo que le decia, esa atraccion la volvia loca. ?Tanto como para olvidar la razon por la que ha ido hasta alli?

  • Jodido Doctor de Abril Lainez

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    Emma no estaba segura de poder hacerlo. No lo iba a conseguir. Le resultaba imposible administrar el oxigeno que entraba en sus pulmones. Se recordo que debia volver a ponerse en forma, cuanto antes, con caracter de urgencia. Jadeando, con la boca abierta, con las mejillas a punto de entrar en erupcion, y con una rodilla dolorida, debido a los constantes golpes recibidos por una de las hebillas de su bolso de viaje durante la carrera, subio los escasos tres escalones que le separaban del interior del vagon y se sujeto a una de las barras que se encontraban junto a la puerta. Escucho el pitido que anunciaba el cierre de las puertas, y se pregunto si todavia estaba a tiempo de abortar la operacion y bajar al anden. No se veia con fuerzas de buscar su asiento y mucho menos de enfrentarse a las miradas de algunos viajeros, que la observaban como si fuera una terrorista con una granada en la mano. ?Que estaba ocurriendo? O bien todas esas personas nunca habian visto a alguien correr --algo no demasiado extrano en una estacion de tren--, o bien los sonidos que emitia su garganta, en un intento de normalizar su respiracion, eran algo exagerados. Emma prefirio no seguir indagando en la respuesta, lo unico que le interesaba en ese momento era encontrar su asiento; rezo para que no estuviera demasiado alejado. <>, se dijo. Solo tenia que atravesar seis vagones, solo seis. Cuando por fin llego a su destino, se arrepintio de no haber dedicado mas tiempo e interes a realizar la reserva. De haberlo hecho, se habria centrado mas en escoger una fila con un solo asiento, pero no fue asi, al parecer iba a viajar con un companero de viaje. Observo que su acompanante era un hombre joven que, a juzgar por su expresion nada mas verla a ella, se sentia igual de entusiasmado por tener compania. Emma cogio su bolso de viaje y lo alzo sobre su cabeza para colocarla en la estanteria que se encontraba sobre los asientos. Al alzar los brazos, la fina tela de su blusa se sumo al movimiento dejando parte de su torso desnudo. Esa sensacion le produjo un escalofrio e hizo que sus brazos flaquearan, provocando que el bolso cayera justo en el regazo de su futuro companero de viaje. El hombre dio un respingo. No solo por el intruso que habia aterrizado en su regazo sino por el dolor que le produjo el impacto. Alzo bruscamente la cabeza con el ceno fruncido y la fulmino con la mirada. Si hubiera podido volatilizarla no lo hubiera dudado. --Lo siento, se ha caido --logro decir Emma avergonzada consciente del fuego que se habia instalado en sus mejillas. --Ya lo he notado --exclamo el con frialdad. A continuacion se levanto e impulso el bolso para colocarlo. Espero a que ella se acomodara y volvio a sentarse. --Gracias --susurro Emma molesta. No le habia gustado la forma en la que le habia hablado. !Solo era un pequeno accidente! El no se molesto en decirle nada mas. Se acomodo en su asiento y cerro los ojos fingiendo que se disponia a dormir. Emma desvio la mirada hacia la ventana intentando ocultar el malestar que le habia producido ese hombre. El caso es que era guapo... <>, se dijo intentando desviar sus pensamientos. El impresionante fisico de su acompanante no era un asunto que quisiera que permaneciera en su mente. Su amiga Irene se habia ofrecido a llevarla en coche hasta la estacion, pero una vez mas, Emma, antes de aceptar, no habia tenido en cuenta que su forma de conducir solo era apta para aquellos casos en los que no hay prisa, ninguna prisa. En el caso de haberla, lo mas sensato era declinar la oferta o bien emprender el viaje con un par de horas de antelacion. A Punto habia estado, en dos ocasiones, de empujarla del asiento, aunque se encontrara el coche en marcha, para apoderarse del acelerador. No era capaz de entender como a esas alturas todavia no la habian multado por ir por debajo de la velocidad permitida. Una sonrisa se dibujo en sus labios al recordar los dias que habian pasado en Barcelona. Irene era una pesima conductora, al menos desde el punto de vista de una mujer impaciente como Emma, pero una buena amiga. Se sobresalto con el sonido de su movil. Nunca se acordaba de cambiar la melodia que notificaba los mensajes: un pitido agudo y estridente, que por lo general resultaba molesto. Por suerte, no habia reservado uno de esos vagones en los que se debe permanecer en absoluto silencio. A pesar de mantener la vista al frente pudo sentir la mirada asesina de su companero de viaje. Emma no movio ni un solo musculo, no tenia intenciones de disculparse, pero tampoco deseaba que el rubor que habia vuelto a instalarse en sus mejillas se apreciara. Con un movimiento rapido elimino el sonido del aparato y se centro en el mensaje que acababa de recibir. Irene le preguntaba si habia perdido el tren. Le contesto rapidamente prometiendole una llamada al llegar a Madrid. Quedaban tres largas horas por delante y necesitaba entretenerse en algo, o su mente acabaria reproduciendo las mismas imagenes que la habian acompanado durante el ultimo mes. Debia evitarlo a toda costa. Saco un libro de su bolso. No le apetecia leer, pero tenia que obligarse a estar entretenida. Sus pensamientos, si se dejaban en completa libertad, eran un arma muy peligrosa para ella en ese momento. El libro, recomendado por su amiga, era una guia <>, palabras del autor, para que una mujer recuperara su autoestima. Observo la portada centrandose en el titulo. ?Que queria decir exactamente recuperar la autoestima? ?Solo era una guia practica para mujeres que la habian perdido? ?Y si nunca se habia llegado a tener? En ese caso, ?el libro no servia? ?O era tan bueno que se recuperaba la perdida y la que nunca se habia tenido? Ella tenia las paces hechas con su autoestima, al menos eso creia. ?Que le habia hecho pensar a Irene que necesitaba ese tipo de libros? Volvio a introducir el libro en el bolso. De inmediato aparecio en su mente que debia darle una pequena oportunidad y volvio sacarlo. Leyo la introduccion y fruncio el ceno, convencida de que aquel libro no era para ella. Lo apoyo sobre su regazo y lo miro de reojo. ?Tendria algo que Irene habria considerado importante para ella? Lo abrio de nuevo e hizo un intento de leer la pagina siguiente, pero no pudo. Aquello definitivamente no le interesaba. Si esas paginas le indicaran como olvidar a Alvaro de una forma indolora, sin duda se adentraria en ellas. Pero debia incorporar una varita magica, muy magica, para que eso fuera posible. Emma reprodujo en su mente la varita haciendo circulos en el aire al tiempo que invocaba el olvido; dibujo una sonrisa ante su ocurrencia. No, no habia nada tan efectivo. Habia trascurrido poco mas de un mes desde su ruptura con Alvaro y todavia era incapaz de pensar en ello sin sentir que el corazon se le iba a salir del pecho. Dos anos de relacion. Ese era el tiempo que habian pasado juntos desde que se conocieran en Barcelona, la ciudad en la que habia residido Emma, la misma que la vio nacer. Alvaro se encontraba de paso en la ciudad por asuntos de trabajo. Una mirada en un restaurante, unos guantes olvidados en una mesa, una sonrisa de agradecimiento, una invitacion a cenar... Esos fueron los elementos que dieron inicio a su relacion. Alvaro, cansado de viajar constantemente a Barcelona para poder estar con ella, tardo dos meses en proponerle que se fuera a vivir con el a Madrid. Emma acepto sin pensarlo dos veces. Tardo poco tiempo en encontrar un trabajo, su curriculum atrajo el interes de un colegio para cubrir la vacante de recepcionista, aunque sus labores abarcaban muchos campos. Desde hacer fotocopias, abrir la puerta por las mananas --con cuidado de que la marabunta de ninos que esperaban al otro lado no se le echaran encima--; concertar reuniones con los padres, aguantar con paciencia a que una madre de un alumno la visitara en siete ocasiones para comprobar si habia aparecido el gorro extraviado de su hijo; y su preferida: acompanar a los pequenos, a los de tres y cuatro anos, en sus excursiones, como refuerzo para los profesores. Su relacion con Alvaro habia empezado con mucha fuerza, una relacion intensa que solo se veia interrumpida por los frecuentes viajes de trabajo de Alvaro a Japon. Le costo acostumbrarse a ellos, pero con el tiempo lo consiguio. El trabajo de Alvaro como ingeniero en una empresa japonesa le obligaba a viajar dos semanas cada dos meses al pais del sol naciente. Durante esas semanas se comunicaban mediante videoconferencia, aunque era complicado encontrar el momento adecuado, debido a la diferencia horaria. En los meses anteriores a la ruptura habia sido mas complicado. No solo viajaba con mas frecuencia, sino que parecia que el universo conspirara para que todos los vuelos de vuelta a casa estuvieran senalados por todos y cada uno de los contratiempos que se pueden encontrar al viajar en avion: retrasos, huelgas, aterrizajes forzosos por culpa de la climatologia, cancelaciones por... un millon de razones. Cuando ocurria, Emma maldecia esas fuerzas del universo que parecian empenadas en retrasar sus encuentros. !Que ingenua habia sido! Alvaro no tenia tan mala suerte como ella creia, lo que tenia eran pocas ganas de llegar a casa. Habian planeado en mas de una ocasion que Emma le acompanara en uno de esos viajes, pero nunca llegaba la ocasion. En un principio el problema era que Emma no podia ausentarse tanto tiempo fuera del periodo vacacional escolar, pero con el tiempo, aunque dispusiera de vacaciones Alvaro siempre encontraba alguna excusa, bien que se podia prolongar mucho mas, bien que el tipo de reuniones le impediria pasar tiempo con ella. Cada vez los viajes eran mas largos y mas intensos. Japon se quedo sin su visita, las catastrofes aereas dejaron de sobrevolar a Alvaro, y ella dejo de maldecir al destino empenado en que permanecieran juntos menos tiempo, para pasar a maldecir al verdadero culpable de su separacion. Treinta y seis dias antes, acabando el mes de julio, habia recibido la llamada. La ultima llamada. Alvaro habia viajado a Japon apresuradamente, a pesar de llevar tan solo tres semanas en Madrid desde su ultimo viaje, debido a unos asuntos muy importantes que tenia que tratar. Debian pasar al menos dos dias para que recibiera la primera llamada por videoconferencia, tal y como acordaban siempre, pero ese dia la llamada llego un dia antes. --?Alvaro? --pregunto Emma sorprendida al escuchar su voz--. ?Todo va bien? --Emma... estoy en Madrid --pronuncio el con dificultad. --?En Madrid? --No pudo ocultar su entusiasmo. No le importaba la razon por la que el se encontrara en la ciudad, para ella solo podia significar que estaba a punto de verlo. --Escuchame, Emma, se que no deberiamos tener esta conversacion por telefono, pero no soy capaz de hacerlo de otra forma... Yo... --?Alvaro, que ocurre? Me estas asus... --Por favor, escuchame --la interrumpio--. Mi viaje a Japon no es hasta dentro de ocho dias. Te menti. Necesitaba estar solo, pensar y... tomar una decision sobre nosotros. Emma no dijo nada. Estaba intentando procesar la informacion que estaba recibiendo. Siguio escuchando atentamente sus palabras. --Esto se ha terminado, Emma. No puedo continuar. !No puedo! -- le dijo sin hacer ninguna pausa. --A... Alvaro, ?que es lo... lo que no puedes...? --!Emma, no me lo hagas mas dificil! Intento decirte que hemos terminado --aclaro sollozando--. No importan las razones. --?No importan las razones? --Hizo una pausa para respirar--. Veamos, si estas en Madrid, ven a casa y hablamos... !No entiendo nada! ?Que te ocurre? Solo se escuchaba la respiracion agitada de Alvaro. Emma continuo: --No me puedes estar diciendo que hemos terminado, ?que ha pasado? Yo te quiero, tu me quieres, ?no? Estamos bien..., ?no? --Se detuvo para escuchar su voz, pero esta no llego--. !Alvaro! --Emma, se ha terminado. No tiene sentido seguir hablando de ello. Se que mereces una explicacion y que deberiamos haber tenido esta conversacion en persona, pero no quiero pasar por esto --Resoplo con fuerza--. No tengas prisa por recoger tus cosas. Estare en un hotel hasta la proxima semana y luego viajare a Japon. Eso si, cuando vuelva, me gustaria que ya no... que hubieras recogido tus cosas --Suspiro con fuerza. Emma apenas pudo pronunciar las siguientes palabras a causa del nudo que se hizo en su garganta: --?Hay alguien mas, Alvaro? --Logro preguntar. --Te vuelvo a pedir que no lo hagas mas dificil. Por favor, aceptalo. No llegaremos a ningun sitio dandole vueltas. Se ha terminado, Emma. Se hizo un silencio que a Emma le parecio eterno. Se rompio con el pitido que anunciaba que a Alvaro le estaba entrando otra llamada. --Lo siento, pero... --dijo con impaciencia-- Tengo que dejarte, estoy esperando una llamada importante. Yo... !Cuidate, Emma! Emma se froto los ojos alejandose asi de esos dolorosos recuerdos. Cerro los ojos y suspiro acomodandose por quinta vez en el asiento. Pero por mucho que lo intentara no era capaz de apartar esos pensamientos de su mente. Aquella habia sido la ultima vez que habian hablado. Se sonrojo, avergonzada, al recordar las veces que intento comunicarse con el tras ese dia sin que el atendiera sus llamadas. Ese pensamiento la llevo a recordar la conversacion que tan solo un par de dias atras habia mantenido con su amiga Irene. --Emma, entiendo por lo que estas pasando, pero... creo que todavia no has reaccionado --le dijo su amiga con ternura. --?A que te refieres? --contesto con el ceno fruncido. --Emma, pareces estar en shock. Deja el duelo, cuanto antes empieces a ver las cosas como son, antes podras enfrentarte a ello. --?Ver las cosas como son? ?Acaso crees que no lo tengo claro? -- pregunto Emma molesta. --No del todo --le sonrio con dulzura--. Emma, hablas de echarle de menos, de vacios, de bonitos recuerdos... --?Y de que quieres que te hable? --Quiero que veas lo que ha hecho y como lo ha hecho. Todos esos recuerdos estan muy bien, y si quieres conservarlos !estupendo!, pero deberias empezar a ver la clase de final que te regalo. Estaria bien que dejaras el duelo y vieras la realidad. --Irene, se lo que quieres decir, pero todavia estoy un poco...

  • Viernes de Pecado de Mar Alvarez

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    Un regalo sorpresa lleva a Alana a Los Viernes de Pecado, una sala en la que el anonimato es la excusa perfecta para dar rienda suelta a la lujuria, a las pasiones desenfrenadas y a los contactos clandestinos. En su primera experiencia en ese local, coincide con un hombre cubierto por un antifaz de zorro a quien de inmediato identifica como el companero de trabajo que la trae de cabeza y, a pesar de su innata timidez, se deja arrastrar a un excitante laberinto de sexo desconocido para ella.

  • Sola en mi oscuridad (Eternity) de Carolyn Sanfel

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    Primera entrega de la saga Eternity, promete una historia llena de amor y romanticismo, accion, y mucho sexo… Vampiros, licantropos, brujas… todos juntos seran tu companero ideal. Todo en la vida de la joven Juliette era tranquilo. Tenia diecisiete anos, una familia que la adoraba, un novio que la queria… hasta que un dia un barco pesquero llego a Livorno. Giovanni era un poderoso vampiro creado en el siglo XII, cuando llego al puerto de Livorno, jamas penso que se enamoraria perdidamente de una humana.

  • El Imbecil de mi Hermanastro (Amanecer contigo 2) de Chus Iglesias

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    El amor es muy caprichoso, y por mucho que escapemos de algunas personas, si tiene que ser, sera.
    Andres es la nueva pareja de mi madre, un hombre como Dios manda, el sueno de cualquier mujer, al menos eso ha dicho ella y no se ha equivocado.
    El me habia contado como era su hijo, porque tenia un sexto sentido y ya veia cosas que nosotros solo nos tomamos como un juego. Oscar como mujeriego y ligon no tenia competencia, eso era de dominio publico, su padre me advirtio que me anduviese con mucho cuidado con el, pues sabia que yo no era de esa clase de chicas que el buscaba. Pero a mi tambien me gusto jugar a “calentarnos mutuamente” con palabras, roces y algunos besos de los considerados de “amigos”.
    Porque el es guapo y la tentacion fue enorme, como para no caer en ella. Pero a la vez se convirtio en un poco imbecil, porque de llevarnos muy bien pasamos al termino de que mi hermanisimo empezo a amargarme la vida y ese Oscar educado, adulador, elegante, siempre con esa sonrisa y la palabra adecuada, muy bueno en su trabajo como abogado, y en muchas otras cosas que podeis imaginaros. Paso a convertirse en el mismisimo demonio escapado del infierno, sacando de quicio a toda la familia.
    A el se le vino grande lo de tener dos hermanas asi de repente, con Catia se llevaba genial, porque ella estaba con Lucas y no le llamo la atencion, pero conmigo pronto cambio la cosa, yo le hice la puneta “inconscientemente” en dos ocasiones y la pelota vino de rebote. Porque el nino estaba acostumbrado a ser el ojito derecho del abuelo Fernando y al viejo lo de que su hijo rehiciese su vida tras quedarse viudo, no le gusto mucho, y a Oscar tampoco. Que otra mujer ocupase el sito de su madre, lo entusiasmaba e indignaba a partes iguales.
    Lo que mas odiaba, era tener que soportar las bromas que los chicos de la fabrica de conservas, esa de la que su padre era propietario en Villagarcia de Arosa, o lo bien que me llevaba con sus amigos de esa localidad. Y menos como su padre me trataba igual que si fuese su verdadera hija.
    A este hombre lo de compartir “no le mola”, aunque otras cosas si que las habia compartido, como por ejemplo, mujeres en el Dragon de Oro, porque esas eran un numero mas sin importancia. Su comportamiento imbecil y gilipollas empezo cuando vio que yo podia gustarle a otros hombres y lo demostro amargandole la vida a su padre, abuelo y a mi, haciendo que nuestros enfados afectasen a toda la familia.
    La cosa fue a peor, cuando Andres nos mando a los dos a esa feria de Alimentacion a Napoles. Oscar no se corto un pelo en demostrar su fastidio con mi presencia y eso me dolio un huevo. El sabia lo que podia pasar con Enzo Romano y Piero Mancini, en esas fiestas a las que teniamos que acudir, ya que estos dos empresarios italianos, eran el mismo tipo de hombre que era el y mi hermanastro seguia sin querer compartir nada que “le perteneciese”.
    Si quereis reiros con nuestras discusiones, que nos han llevado hasta el limite en numerosas ocasiones, porque la paciencia que he tenido con el se merece un premio, este libro puede alegraros el dia.

  • La Noche Sonada de Maxim Huerta

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    En la vispera de San Juan de 1980, los habitantes de Calabella, en la Costa Brava, esperan a la mitica Ava Gardner, que va a inaugurar el cine de verano del pueblo. Todo el mundo esta pendiente de la actriz, salvo Justo, el benjamin de la peculiar familia Brightman. En el dia mas magico del ano, el muchacho ha decidido que, en vez de pedir un deseo, va a hacer todo lo que este en su mano por cambiar el destino de los suyos. La noche sonada es una historia sobre la busqueda de la felicidad. De la mano de Maxim Huerta, el lector descubrira que el viaje mas arriesgado es el que se emprende hacia el amor, tantas veces doloroso e imposible, pero con el que nunca deberiamos dejar de sonar.

  • La Vidriera del Duque de Raquel Campos

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    Granada, ano del senor de 1565
    A la finca de la Vidriera, un lugar aislado y fascinante, llegara un misterioso caballero que cambiara la vida de todos sus habitantes. Luchara contra las injusticias que ira descubriendo y una joven de cabellos triguenos hara que su mundo se tambalee.

  • Antes mueren los que no aman de Ines Plana Gine

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    En las Navidades de 2009, con un pais aplastado por la crisis, una funcionaria de la Seguridad Social muere al ser empujada violentamente contra una cristalera. Quien lo hace es una joven que huye del lugar sin dejar rastro. Este es el caso que investiga Julian Tresser, teniente de la Policia Judicial de la Guardia Civil, cuando surge la primera pista fiable sobre el paradero de Luba, una chiquilla de doce anos que desaparecio misteriosamente dos anos atras.

  • No soy tu novio de Dina Reed

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    Era una manana calurosa, a pesar de ser mediados de octubre, tanto que a James le entraron unas ganas tremendas de pedir sushi y bajar a zamparselo a Central Park sentado en el cesped con los pies descalzos, como si fuera un turista mas de los que a esas horas frecuentaban el parque. Desde su maravilloso despacho en una de las mejores torres de la ciudad tenia unas vistas privilegiadas al parque, ese parque que tanto le gustaba y que disfrutaba a diario cuando al amanecer salia a correr durante una hora. Pero en ese momento el parque lucia tan hermoso, con esa variedad de ocres, con esa luz dorada y calida mas propia de un verano que se resistia a irse, que era dificil no caer en la tentacion de salir a disfrutar del dia. Ademas estaba tan feliz, pues despues de unos meses de duras negociaciones por fin habian cerrado la compra del 1.8% de la farmaceutica Danles, que sentia que merecia mas que nunca tomarse un par de horas libres. Si bien ante de premiarse con nada, debia hacer algo importante y que le fastidiaba como nada en el mundo: llamar a su padre. Estaba obligado a comunicarle la noticia de la compra porque, a aunque el viejo vivia en las Bahamas, todavia seguia al frente de la Presidencia y en breve tendria que reunirse con los de la farmaceutica para proceder a la firma final. Respiro hondo y le telefoneo frustrado como siempre que le tocaba hacer esa clase de llamadas, a las que cada vez encontraba menos sentido. Su padre vivia en la playa, apenas pisaba las oficinas asi que ?por que narices no soltaba de una vez la Presidencia de la empresa y le dejaba al fin operar a sus anchas? Ademas habia demostrado con creces que estaba mas que preparado para asumir la Presidencia, ya que desde que el estaba al frente de todo la empresa habia presentado sus mejores balances. Por tanto ?a que esperaba su progenitor para entregarle al fin las riendas de la empresa? Sin saber ya ni que responderse a si mismo para serenarse, se desanudo un poco la corbata y espero a que su padre descolgara el telefono... Doce tonos despues, James escucho a su padre, con su inconfundible tono de voz contundente y firme, decir: --Estoy a punto de hacer un birdie, espero que lo tengas que decirme sea importante. James bufo desesperado ya que no sabia como se las apanaba su padre que siempre le hacia sentir como si tuviera tres anos. --Se lo importante que es el punetero golf para ti, asi que como imaginaras no te llamo para avistarte de que me he quedado sin papel higienico. --Tu siempre tan a la defensiva, hijo. ?Cuando aprenderas a relajarte? --?Tal vez cuando empieces a tratarme como a un adulto? Te llamo porque hemos cerrado al fin la compra de la farmaceutica. No pienso detallarte lo que ha sido la fase final de las negociaciones, pero imagina el infierno mas jodido que conozcas y multiplicalo por mil... --James, tu siempre tan exagerado... --No, padre, ha sido una negociacion durisima. Pero lo hemos logrado, ya solo falta que nos sentemos para la firma final. --Perfecto. Avisame cuando sepas dia y hora. Y ahora te dejo... James se paso la mano por la cara porque aquella respuesta tan fria le parecio el colmo: --?No me vas a felicitar? --No. Siempre te he dicho que no debes buscar mas aprobacion que la tuya propia. ?Tu estas satisfecho con el trabajo que has hecho? --!Para no estarlo! Tu sabes muy bien que todo el mundo desea meter la cabeza en esa maldita farmaceutica. --Pues ya esta... No necesitas ni mi felicitacion ni la de nadie. James se mordio los labios, pues habia algo que le quemaba por dentro y lo solto como quien arroja aceite hirviendo desde lo alto de un castillo: --Lo que si que necesito es que me pongas de una vez al frente de la Presidencia. Con lo a gusto que estas en tu retiro, ?por que diablos no sueltas de una vez la Presidencia? --Que cansino eres, hijo mio. ?Cuantas veces tengo que decirte que ese momento llegara cuando estes preparado? --?Te parece poca preparacion mi estudios en Harvard y los ochos anos en la direccion con unos resultados excelentes? El senor Nash lanzo un suspiro de puro aburrimiento porque el tema le tenia bastante harto y le recordo: --Solo cuando tengas una familia estaras preparado... --!Familia! --bufo James, dando un manotazo al aire--. !No se necesita una familia para dirigir un emporio como el nuestro! Al contrario, al no tener familia puedo entregarme en cuerpo y alma a los negocios. ?Es que no lo entiendes, viejo testarudo? --El que no lo entiendes eres tu. Solo cuando tengas una existencia plena y equilibrada estaras preparado... --Argggg, padre. Me pones de los nervios cuando hablas asi. ?Acaso las personas solteras no pueden dirigir empresas? !Que bobadas dices! --Claro que pueden pero yo hablo de ti. Te conozco mejor que nadie y se que necesitas formar una familia para dar lo mejor de ti. --O sea que hasta que no tenga siete hijos no vas a soltar la punetera Presidencia. --Me basta con que te cases... James estuvo a punto de echarse a reir porque para el casarse era como poco sinonimo de cadena perpetua. El tenia amigas con las que tenia perfectamente cubiertas sus necesidades afectivas y sexuales y desde luego que no pensaba a renunciar a ellas para dedicarse a una sola mujer. El no iba a cometer el mismo error que el resto de sus amigos que estaban atrapados en unos matrimonios convencionales y aburridisimos que como mucho les procuraban unos instantes fugaces de felicidad tediosa. Desde luego que el no queria eso para su vida y lo tenia tan claro que le replico a su padre: --Sabes que jamas pasare por ese aro. --Y tu sabes que jamas te pasare la Presidencia como no lo hagas. --Me parece que he demostrado en estos anos suficiente compromiso, responsabilidad, dedicacion, exigencia y excelencia como para merecerme de una vez por todas ese puesto. Llevar una alianza en el dedo no me va a hacer mejor... --Claro que si. Espera a llevarla y me cuentas... --No me interesa el matrimonio, padre. No se como tengo que decirtelo. --Ay, hijo, no insistas. Se perfectamente lo que te conviene. --?Incluso mejor que yo mismo? --pregunto ofuscado, apretando fuerte el puno. --Incluso mejor que tu mismo. Y ahora voy a colgar que estoy perdiendo la concentracion... Avisame para la firma... James colgo como siempre que hablaba con su padre de ese tema, furioso y desesperado, y cayo derrotado en el sofa de piel al tiempo que Joana su secretaria llamaba con los nudillos a la puerta. Sabia que era ella porque su forma de llamar insistente y machacona era irreconocible. Le irritaba como nadie lo habia hecho jamas llamando a su puerta... --Senor Nash, traigo el informe que me pidio hace un rato... --dijo tras asomar la cabeza. James la miro con los ojos echando chispas y un rugido de tripa enorme que le hizo replicar: --Pideme sushi, el menu superespecial que trae de todo. Tengo un hambre de mil diablos. Joana le entrego el informe y justo en ese instante James se percato de que su secretaria llevaba la puntera del zapato de tacon medio envuelta en cinta aislante. --Sushi... Si... Claro... --balbuceo muerta de la verguenza porque su jefe se habia percatado del percance con el zapato. --Dios mio, Joana, ?tan mal estas de dinero que no puedes comprarte unos zapatos nuevos? Y lo que es peor ?te haces una ligera idea de la imagen que estas dando de la compania? Joana se ruborizo, se cruzo de brazos y, deseando que la tierra la tragara, replico: --Es que se me ha despegado la suela cuando venia esta manana al trabajo. Vengo caminando... Solo es una horita y media... Y los zapatos ya tenian unos anos... Pero le juro que cuando he salido de casa estaban perfectos... James penso que no se podia ser mas desastre que esa chica a la que precisamente habia elegido por su penosa situacion financiera. La habia investigado lo suficiente como para saber que no solo tenia un curriculum brillante, sino que estaba hasta arriba de deudas, lo que le hacia la candidata perfecta para ocupar el puesto. Era obvio que alguien tan brillante y necesitado de dinero iba a dar el resto para no perder su empleo, como asi habia sido con Joana que trabajaba mas que nadie. Claro que de vez en cuando tenia esas cosas como que se plantara en la oficina con unos zapatos viejos que daban pena... Pero era una buena chica, inteligente, trabajadora, competente, servicial... y... La sucesion de adjetivos ceso de pronto porque inesperadamente una idea loca, descabellada, tal vez estupida, asalto su mente...

  • El ultimo epitafio de Jaime Saiz

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    El cadaver de un hombre despierta no solo la curiosidad, sino el temor, ya que es un importante politico. Un pueblo de solo 300 habitantes que prefiere ir muriendose uno a uno los miercoles de cada semana. Un joven con sindrome de Down que se convierte en detective para solucionar el crimen. Un caso entreverado entre asesinato y raras creencias de un pueblo aislado del mundo, habitado por ancianos que fueron abandonados por sus descendientes y estan obsesionados con la muerte. Un alcalde que no recibe salario y un cabo de la policia incapaz de actuar. Entre maldiciones, misterios, el asesino suelto llega al pueblo embrujado el teniente Torrealta quien junto a Ulises trataran de resolver el caso.

  • La calma luchada de Sergio Bero

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    Sinceramente, amigxs, ?quien soy yo para dar consejos de amor? Me tengo que reir y os invito a reiros conmigo. Soy una mujer soltera de 39 anos, exigente, economicamente independiente, feliz con sus elecciones y llena de experiencias sentimentales, unas mejores que otras. Pero ?soy sana en mis relaciones? (Fase de reconocimiento del problema). Os prometo que en algunas entrevistas me miran como un bicho raro cuando cuento mi situacion personal. Me miran como buscando esa parte <> de mi persona que debo tener para no estar ya casada y con tres churumbeles colgados del brazo. A mi, que a los ocho anos ya tenia mi propia muneca, a la que bautice como <> y que se asemejaba tanto a un bebe que, en ocasiones, rineron a mi madre por la calle cuando la sostenia en brazos porque pensaban que estaba maltratando a una nina real. La llevaba siempre a la moda, con gafitas y todo, y si se le rompia el cuerpecito, una rapida operacion quirurgica con mi papa y la dejaba como nueva. Aun tengo guardada a <>, a las dos. Soy la pequena de una familia de tres hermanos y tia de dos preciosas sobrinas que me llenan el corazon y las ganas frustradas de ser mama. Ok, pues, <>. Hubo un tiempo en que llegue a negar que era esa romantica que vivia enamorada del amor. Quise ser una <> y mas bien termine siendo un <>. La eterna enamorada enganandose a si misma. (Fase de negacion). No se cuantas canciones de amor y desamor he podido escribir y cantar mientras las lagrimas me caian por la cara; cuantos poemas de amor dedicados a ese desconocido que mi mente imagino como el ser perfecto que todxs lxs romanticxs empedernidxs sonamos que existe en ese lugar al que aun no hemos ido. La esperanza es lo ultimo que se pierde, ?para que negarlo? Sonar es gratis y, sobre todo, NO DUELE. (Fase de ira o enfado). Vinimos a este mundo a aprender a traves de los demas y de nuestras propias experiencias, tratando de ser cada dia una mejor version de nuestro ayer, de nuestros errores y de nuestros miedos. Pero ?quien dijo que fuera facil? Yo no, y quien diga que si, miente. En esta busqueda de la felicidad de dos, y digo DOS pues hay quien goza del amor en mayor variedad numerica --uf, que tedio, si con uno ya me cuesta, con dos o tres me daria algo--, he acudido a psicologos y coaches para ahondar en la problematica y en la dificultad relacional amorosa del mundo actual. Aunque sigo pensando que <>, no soy de las que busca el amor en las redes, ni de las que envia fotos sexys a ciberpretendientes. Eso no va conmigo, sorry. Mis amigas me suelen decir que estoy chapada a la antigua, pero que le voy a hacer si aun creo en las mariposas en el estomago y en los primeros besos de amor. (Fase de negociacion). Moulin Rouge se convirtio en una pelicula esencial para mi. Y esto es lo mejor, amigxs: los finales en los que uno de los dos moria eran mi descanso emocional ante el pensamiento de tener que manejar una larga vida en comun. Me marcaba un <>: mejor rapido e intenso, que vale por dos. Finalmente, no lo pude negar: ?quien no se ha encontrado perdidx dentro de su propio caos emocional en algun momento de su vida? (Fase de aceptacion). Asi surgio esta guerra interior por alcanzar la calma luchada, tan deseada por nuestro protagonista, una calma que es mia y de todxs nosotrxs. Y me vuelvo a preguntar: ?quien me dio BOLI en este LIBRO cuando mi querido amigo Sergio Bero me propuso escribir este prologo? Si, como diria aquel, <>. Si algo he aprendido en todos estos anos de busqueda introspectiva y de estudio amoroso-social, es que nunca podra haber un amor duradero y una relacion sana sin (redoble de bateria): --Volver al origen, entender quien es unx. --Regresar al perdon y a la sanacion. --Amarse a unx mismx. Nadie se libra de escribir su propia aventura en la que, sin excepcion, y aunque algunxs lo nieguen, todxs buscamos lo mismo: AMAR Y SER AMADXS. Como decian los grandes: <>. Ainhoa Cantalapiedra Abril de 2020 ASALTO 1 SABER(SE) <>. Jose Luis Perales Sin mayor proposito Si hubiera un motivo real por el que siempre se me echa el tiempo encima, podria admitirlo ahora mismo... pero no lo hay. Quiza una siesta mas larga de lo necesario, una maleta sin terminar de cerrar, una inoportuna conversacion de WhatsApp o simplemente la certeza en mi mundo imaginario de que los minutos tienen mas de sesenta segundos que, inevitablemente, nunca coinciden con los reales. Sin proponermelo, y a pesar de que me haya planificado lo mejor posible, llego al aeropuerto con la lengua fuera, pensando que esta vez si, que esta vez me quedo en tierra. Mi mala organizacion para calcular los plazos es multiple porque, aunque parezca incongruente, paradojico y discordante, la realidad es que esta vez dispongo de veinte minutos para disfrutar en la terminal. El espacio temporal discurre en mi mente como el Airbus volando a Nueva York: desafiando los husos horarios. Me bajo del taxi no sin antes comprobar que tengo las llaves y la cartera en el bolsillo: no seria la primera vez que el taxista me vocea advirtiendome de mi olvido. Una vez que esta todo en orden, el control de seguridad es mi siguiente objetivo. Lo que si he aprendido es a ir preparado. <>, que decia mi abuela, y en algo le tenia que hacer caso: nada de calzado complicado por si me lo hacen quitar; siempre un pantalon de felpa y una camiseta. No hay que esperar cola, asi que en cinco minutos paso el control. Ahora si, lo contrario a mi sino: tiempo para mi. Recojo los pocos objetos que deje en la bandeja, levanto la mirada y compruebo mi vuelo en la pantalla de salidas.

  • Nunca dejes de bailar de Pat Casala

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  • El regalo mas grande de Moruena Estringana

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    Dalia tuvo a su hija a la tierna edad de quince anos. Un hombre la engano aprovechandose de su inocencia, truncando asi su vida.
    Dejo de ser nina para ser solo madre y, ahora, dieciocho anos mas tarde, su hija se va a la universidad y ella no sabe ser algo que no sea la madre de Lila. Tendra que encontrarse a ella misma y tal vez sea hora de que viva la juventud robada que un dia se fue sin pedirle permiso, y mas si es al lado del atractivo Kellan.
    Lila siempre ha sabido que no deberia haber nacido cuando lo hizo. Que su nacimiento trunco la vida de su madre. Se siente culpable por esto y porque su padre fuera una mala persona que acabo en la carcel por sus delitos.
    Su familia la ha protegido tanto que ahora solo piensa en volar libre y disfrutar de la universidad.
    Lo hara por primera vez sin su mejor amigo Brenan, alguien que siempre la ha amado en silencio porque la conoce mejor que nadie y sabe leer en los ojos de su amiga que no es amor lo que reside en su mirada cuando sus iris violetas le contemplan.
    Dos vidas, dos mujeres fuertes, divertidas y con mucho que contar. Es hora de que ambas vivan su propia historia.

  • La buena gente de Ursula Werner

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  • Tres coronas oscuras de Kendare Blake

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    EN CADA GENERACION DE LA ISLA DE FENNBIRN NACEN TRILLIZAS... ...y las tres son reinas, herederas en partes iguales de la corona, cada una poseedora de una magia codiciada. Mirabella es una elemental feroz, capaz de encender llamaradas voraces o tormentas brutales con un chasquido de dedos. Katharine es una envenenadora, alguien que puede ingerir los venenos mas mortales sin nada mas que un dolor de panza. De Arsinoe, una naturalista, se dice que tiene la habilidad de hacer florecer la rosa mas roja y controlar al mas salvaje de los animales. Pero convertirse en Reina Coronada no es unicamente una cuestion de nacimiento real. Cada hermana tiene que pelear por ello. Y no es solamente un juego en el que se gana o pierde... es vida o muerte. La misma noche en que las hermanas cumplen dieciseis anos comienza la batalla. LA ULTIMA REINA EN PIE SE QUEDA CON LA CORONA.

  • Mi pecado: Premio Primavera de Novela 2018 de Javier Moro

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    Javier Moro recrea en Mi pecado una historia que sucedio realmente. Su protagonista es la actriz espanola Conchita Montenegro quien, en 1930 con apenas 19 anos, desembarco en Hollywood.

  • En el jardin de ayer de Niko Montemer

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    <> es un cuento para jovenes y adultos sobre la imaginacion, el temor, la alegria y la pureza del amor; y sobre el impacto magico que pequenos gestos producen en el tiempo.

  • Silencio, Thomas Raab de Thomas Raab

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  • Amor por destino 2 de Sophie Saint Rose

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    Jenny bajo de su ranchera y dio un portazo. Gimio cuando la manilla cayo al suelo y resignada se agacho para recogerla. --Estupendo --siseo intentando colocarla de nuevo, pero al parecer esa vez no habia suerte y algo se habia salido de su sitio. La tiro a traves de la ventanilla abierta y suspirando se paso el dorso de la mano por la frente apartando un mechon rubio platino. Hacia un calor espantoso--. Mierda de dia. --A traves de las ventanillas sus ojos azules vieron el rostro de Bob Bentley en la acera y se le corto el aliento agachandose de golpe. Gimio al ver sus zapatillas desgastadas. Estaba hecha una pena, asi que agachada fue hasta el final de la camioneta intentando que no la viera. Su risa le llamo la atencion y se incorporo poco a poco para ver como hablaba con una morena guapisima que reconocio enseguida porque habia ido con ella al instituto. Gruno porque Alison Reidy era muy simpatica y agradable. Ademas su padre era el dueno del concesionario y tenia dinero. Seria una buena novia para Bob, que era el hermano del dueno del rancho mas grande del condado. Desde alli vio como le guinaba un ojo antes de alejarse y como ella se le quedaba mirando antes de suspirar. Estaba loca por el y no era para menos porque no solo era guapo, era un buen hombre y siempre estaba dispuesto a echar una mano. Muchos le llamaban oso porque era enorme. Media uno noventa y gracias a su trabajo con el ganado tenia buenos musculos. Mas de uno se habia arrepentido de meterse con los Bentley despues de enfrentarse a Bob o a su hermano Marc. Eran los duenos de la zona y hasta que su hermano se habia casado hacia unos meses con su mejor amiga, eran los solteros mas cotizados por cualquier femina a cien kilometros a la redonda. Suspiro recordando sus ojos grises y su sonrisa socarrona cuando alguien carraspeo tras ella sobresaltandola. Se volvio de golpe para ver ante ella a su mejor amiga acariciando su voluminoso vientre de siete meses. Megan divertida levanto sus cejas pelirrojas sin quitarle sus preciosos ojos verdes de encima. --?Que haces? --Oh... Nada. --Se incorporo. --Es que le he hecho otro rayon a la camioneta. Su amiga vio su machacado vehiculo que tenia rayones por todos lados e incluso un abollon en la defensa. --Si quieres... --Ni se te ocurra decirlo, Megan. Ya has hecho bastante. --Puedo hacer mucho mas y lo sabes. --?Como esta Marc? --pregunto para que cambiara de tema. --Esta bien. Algo nervioso con la llegada de nuestro primer retono. Ya no me deja salir de casa sola por si tengo un frenazo y mi barriga choca contra el volante. Me ha traido Bob. --Sonrio maliciosa. --?Le has visto? --?Yo? No --dijo haciendose la tonta--. Bueno, me voy a comprar que necesito... -- Penso rapidamente. --Compresas. --Creo que he llegado en mal momento a esta conversacion. --Jenny gimio por lo bajo y se volvio para encontrarse a Bob tras ella con una sonrisa en el rostro. --Hola, Jenny... Su voz la estremecio de arriba abajo y sonrojada susurro --Hola, Bob. El se aparto el sombrero texano de la frente mostrando el principio de su cabello negro. -- ?Que tal? ?Como van las cosas por el rancho? --Muy bien, desde que Megan se encarga van muy bien, gracias. --Yo no me encargo. Solo te he prestado a cinco de mis chicos. Jenny chasqueo la lengua. --Miente como una bellaca. Esta todo el dia diciendome lo que tengo que hacer. Su amiga jadeo mientras Bob sonreia aun mas. --?Y que tal tu padre? Hablar de el la avergonzaba un poco. --Mucho mejor, gracias. Si todo va bien en un mes podra venir los fines de semana. --Eso es estupendo --dijo Megan alegrandose por ella. --Me han llamado esta manana, por eso no te lo habia dicho. --Sonrio mirando a su amiga. --Y se que te alegras. Gracias. --Mucho, me alegro mucho por ti. Jenny sonrio mirando de reojo a Bob y se hizo un silencio que le resulto muy incomodo. -- Bueno, debo irme. Tengo algo de prisa. --?Por que no vienes a cenar esta noche al rancho? --pregunto su amiga tan amable como siempre para que no se sintiera sola en su casa--. Asi te ensenare lo que me ha comprado Alice. Esta como loca con el nacimiento de su primera biznieta. --Oh, me encantaria, pero esta noche no puedo. Te llamo, ?vale? --dijo antes de salir casi corriendo. Megan confundida la vio alejarse. --Que raro. ?Que puede tener que hacer? --Desde que regreso de la universidad para cuidar a su padre esta muy rara. Y conmigo ni te cuento. Como si fuera tonta miro a su cunado interrogante. --?Y eso por que? --No tengo ni idea --dijo molesto--. Pero es verme y parece que le ha comido la lengua el gato. Debo caerle mal o algo. Ni idea --dijo como si le importara poco. La miro de arriba abajo--. ?No has comprado nada? --Esta en la camioneta. --Megan, como Marc se entere de que has cargado pesos, me rompe las piernas. --Por eso no se lo vas a contar. Sobre Jenny... --Bah, igual son imaginaciones mias. Cuando su padre se emborrachaba todos los dias se volvio rara con todo el mundo. ?Nos vamos? Tengo mil cosas que hacer en el rancho. Preocupada camino a su lado hasta su camioneta negra y su cunado le abrio la puerta como todo un caballero. --No es rara. Paso un mal momento --dijo subiendose y poniendose comoda. Bob chasqueo la lengua cerrando la puerta. Cuando se sento a su lado y arranco el motor ella pregunto --?Por que piensas que es rara? --Mira, antes de irse a Nueva York no es que la conociera mucho, era una cria. La veia contigo de vez en cuando y nunca fue de hablar demasiado, ?pero despues de que muriera su madre y tuviera que regresar de la universidad por el alcoholismo de su padre...? Ya no abria la boca. Y no es lo que opino yo. Mucha gente piensa que es algo rara. Megan jadeo llevandose la mano al pecho. --No puede ser. Pero si es un amor. Intento cuidar al senor Parker y abandono una carrera que le apasionaba... --Pues sera un amor contigo y con su padre, pero con los demas es hosca y muy seca. --?De veras? --La ultima vez que hable con ella fue poco despues de tu boda. Una manana me la encontre en el banco. Coincidi tras ella en la cola. Intente ser amable, pero solo me respondia con monosilabos y estuvimos alli media hora. Me miraba como si quisiera salir corriendo y te juro que hubo momentos en que me senti como un pesado de primera. Megan no salia de su asombro. --Marc dice que se avergonzaba por la situacion que estaba pasando. Se quedaron en la ruina y encima su padre no dejaba de beber... Para ella que era tan buena estudiante y que sonaba con ser el medico del pueblo, tuvo que ser un shock con todo lo que habia trabajado. Siempre odio el rancho. --Miro la carretera. --Me gustaria poder ayudarla mas. --Si no hubiera sido por ti lo hubieran perdido todo. Tu pagaste sus deudas y le prestas a tus vaqueros para que la ayuden en el rancho. Has hecho muchisimo mas que nadie. --Es lo que hacen los amigos. Bob la miro de reojo. --Pues solo a ti te considera su amiga. Asi que supongo que dio gracias a Dios porque regresaras con tu gente. --?Por que dices eso? --pregunto extranada. --Venga Megan, ?no te has dado cuenta? No tiene mas amigos que tu en la ciudad. No se relaciona con nadie. Cuando murio su madre muchos quisieron ayudarla al ser conscientes de su situacion y la situacion de su padre. Les rechazo a todos. Y debo decir que algunos de muy malas maneras. --No me lo puedo creer. Jenny siempre es muy agradable. --Marc y yo fuimos a verla un dia que tuvo que sacar a su padre del calabozo por una bronca en un bar. Tu marido le ofrecio nuestra ayuda, incluso con el rancho a pesar de que en ese momento teniamos muchisimo trabajo. ?Y que le dijo ella? Que se arreglaba muy bien sola y que no necesitaba la ayuda de los Bentley. Casi nos echa del rancho a patadas. Megan se sonrojo. --Eso debio ser porque yo me habia enfadado con Marc. Siempre ha sido una amiga fiel y eso que necesitaba vuestra ayuda. --Bob gruno entrando en el rancho y ella vio que estaba molesto. --Ahora todo mejorara. El rancho empezara a dar dinero de nuevo y cuando su padre se encargue del trabajo otra vez, podra volver a estudiar. De eso me encargo yo, vaya que si --dijo tozuda--. Con lo lista que es, no puede llevar el rancho.

  • Reino de ladrones de Leigh Bardugo

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    Kaz Brekker y su equipo han dado un golpe tan temerario que ni siquiera ellos pensaban sobrevivir. Pero en lugar de conseguir una buena recompensa, a su regreso de la Corte de Hielo tienen que seguir luchando por sus vidas. Traicionado y debilitado, el equipo esta corto de recursos, aliados y esperanza. Mientras poderosas fuerzas de todo el mundo llegan a Ketterdam para desentranar el secreto de la peligrosa droga conocida como jurda parem, viejos rivales y nuevos enemigos emergen para desafiar el ingenio de Kaz y poner a prueba las fragiles lealtades del equipo. Una guerra se aduenara de las oscuras y tortuosas calles de la ciudad, una batalla por la venganza y la redencion que decidira el destino del mundo Grisha.

  • El Leon, la Bruja y el Armario de C. S. Lewis

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    Cuatro hermanos descubren un armario que les sirve de puerta de acceso a Narnia, un pais congelado en un invierno eterno y sin Navidad. Entonces, cumpliendo con las viejas profecias, los ninos --junto con el leon Aslan-- seran los encargados de liberar al reino de la tirania de la Bruja Blanca y recuperar el verano, la luz y la alegria para todos los habitantes de Narnia.

  • Factor de riesgo de Harlan Coben

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    LA ESPERANZA PUEDE CONVERTIRSE EN EL PEOR ASESINO
    Un laboratorio de Manhattan esta a punto de encontrar la cura para una de las enfermedades mas aterradoras de las ultimas decadas. Los resultados de las pruebas estan siendo un exito, pero el ensayo esta provocando muertes inesperadas. En menos de un mes, alguien ha asesinado a dos de los cuarenta pacientes sometidos al tratamiento y a uno de los doctores responsables de la clinica. Y seguramente no se detendra ahi.

  • Mil formas de decir te quiero (Forever 3) de Cristina Bosca

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  • Autopsia blanca de Luis Miguel Cajal

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    Aquel pueblecito perdido en la Espana mas profunda habia amanecido un poco frio, con un todavia timido sol que luciria con fuerza a lo largo del dia y con una muy ligera brisa. Era jueves. Jose estaba desayunando con unos amigos en el bar de toda la vida. Mientras la television estaba a todo volumen para que los clientes en la barra pudieran escucharla con atencion, algo que pasaba raras veces, el preferia charlar con el companero jornalero que tuviera al lado o enfrascarse en la lectura del periodico si no tenia nada que decir. Le incomodaba profundamente ver el telediario porque en algunas ocasiones, mientras estaba comiendo, aparecian en la pantalla imagenes muy desagradables. Y con sonido. El agricultor preferia por ese motivo leer el periodico tranquilamente y pasar las paginas que no le interesaban. Jose no era desconocedor de que los periodicos tenian un <>, y tampoco podia fiarse mucho de lo que en ellos estaba escrito. En mas de una ocasion comparaba, si podia hacerlo, dos periodicos distintos para contrastar mas las noticias. No le gustaba ser enganado. A Jose no le interesaba mucho la politica. El era un hombre de campo, desde pequeno. Su interes por la mundanal actualidad no era excesivo, le interesaba mucho mas el estado de sus tierras. Lo que hubiera pasado en cualquier otra parte del pais o del mundo no era algo que le quitara el sueno. Simplemente leia el periodico cuando la conversacion con los otros companeros no le resultaba interesante. Cerro el diario, pago su consumicion y despidiendose de sus colegas del campo salio del establecimiento. Se monto en su Cuatro latas y se dirigio a las afueras del pueblo. Conduciendo el viejo Renault, primero por las calles de Mestre y luego por una carretera secundaria que comunicaba dicho pueblo con la partida de Cuerno, llego a su finca; un terreno situado a diez minutos de cualquier atisbo de poblacion. Aminoro la marcha del vehiculo para tomar un camino de tierra con algun que otro bache totalmente salvable para los resistentes amortiguadores del coche. Ese dia penso en podar algunos de los arboles que tenia en su pequena parcela. Posiblemente empezaria con los almendros. Habia escuchado como algunos de los otros jornaleros recomendaban la poda de aquellos arboles a principios de otono o a finales de invierno. Pero Jose preferia guiarse por su intuicion y por el aprendizaje que le daba dia a dia el campo; ademas, aquello no era una ciencia exacta, las estaciones no siempre eran iguales de un ano a otro. Las temperaturas muy frias no venian bien a aquellos arboles, asi que decidio que enero seria una buena fecha para empezar las podas. Echo un vistazo a los cultivos. Era una zona preciosa. El sol ya empezaba a brillar poco a poco y la tierra banada por la luz mostraba unos colores verdosos, amarillentos y cobrizos impresionantes. A pocos metros de donde habia aparcado el coche habia una vieja casa en la que Jose guardaba sus aperos de labranza. Antiguamente esa casa habia estado habitada por un maestro de escuela. Posteriormente, sus padres y el vivieron en ella. Fue entonces cuando su padre se hizo con algunas de las parcelas de alrededor. La casa quedo deshabitada con el fallecimiento de sus progenitores y solo la utilizaba como almacen para sus herramientas, puesto que al casarse decidio vivir en una zona mejor comunicada para que su mujer pudiera hacer la compra de manera mas comoda y no tener que limpiar una casa tan grande, porque por dentro era mas amplia de lo que parecia. Se metio la mano en el bolsillo para buscar las llaves que abririan el candado de la puerta principal. Miro el manojo de llaves que habia en su palma y eligio la indicada. A pocos metros de la entrada fue cuando se percato de ello. El candado no estaba. Jose fruncio el ceno. La puerta estaba entreabierta. --Me cago en todo… --musito Jose. Habia vuelto a pasar. No era la primera vez que forzaban la pequena puerta principal y terminaban destrozandola. Aquella era la tercera ocasion en la que alguien se colaba en el interior de la casucha. La otra puerta que tenia la vivienda, de mayor tamano y de hierro y madera, era, al parecer, impenetrable. Todos los ladrones preferian reventar un candado de acero en lugar de forzar los goznes de la pesada puerta. En una ocasion incluso intentaron abrir un boquete en la vieja estructura, sin conseguirlo. --La pena negra… !Otra vez! --se lamentaba el agricultor. Como todo hombre de campo, llevaba encima una navaja. La abrio para tener algo con lo que protegerse si acaso en el interior se encontraban todavia los ladrones y tenia que defenderse. Jose abrio la puerta y echo un vistazo al interior. La casa tenia una estancia principal con una chimenea, usada como salon hacia muchos anos, una cocina con un amplio fregadero, un bano y tres habitaciones con espacio para dos camas. Jose habia pensado en mas de una ocasion en volver a vivir alli, pero su mujer le habia convencido de no hacerlo: si se mudaban a esa zona dependian del coche para todo, puesto que el pueblo mas cercano estaba a unos nueve o diez kilometros de distancia. El agricultor se asomo a la cocina. Vacia. Avanzo hasta la estancia principal y noto el desorden que alli habia. Sin duda alguien habia entrado en la casa. Habian estado revolviendo todos los pocos enseres que habia dentro y habian tirado al suelo botellas y tazas de porcelana. Algun que otro plato de cristal se habia hecho anicos y habian volcado algunas sillas. --?Que cono andarian buscando? --se pregunto Jose. Decidio mirar en las habitaciones. Quizas habian entrado para robar los colchones y los somieres, ya que otros objetos de valor no habia. En la primera habitacion, a la derecha del salon, la puerta estaba entreabierta. No le hizo falta acercarse mucho para ver, por la estrecha abertura, el extremo de una de las camas. Con alguien tumbado en ella. Tal y como estaba la puerta solo alcanzaba a ver los pies de la persona. Parecia alguien joven por las zapatillas deportivas que llevaba. Jose respiro hondo, agarro con fuerza la navaja y abrio de un empujon la puerta. --!Tu! --grito con enfado--. !Arriba, cojones! Sobre el viejo colchon de la cama se encontraba tumbada una chica. Parecia una adolescente. Jose suspiro aliviado al ver que era una joven y no, por ejemplo, el tipico vagabundo de aspecto amenazante. --!Eh, tu! !Despierta! --dijo Jose dando una patada a la cama--. ?Que haces aqui? La chica seguia tumbada, sin moverse. Ni siquiera abrio los ojos. Jose se acerco mas y meneo con su mano uno de los pies de la intrusa. --!Oye! --dijo Jose acercandose mas a la chica--. ?Estas dormida? En ese momento fue cuando se dio cuenta de que la chica no reaccionaba. Pudo ver con claridad como la cara de la adolescente presentaba un color extrano. Estaba muerta. Jose salio corriendo de la casa. Se monto de nuevo en el Renault 4 y condujo a toda velocidad hacia el cuartel de la Guardia Civil.

  • Para siempre contigo de Maria Ferrer Payeras

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    Un intenso y apasionado amor de verano en Mallorca no acabara como Amanda espera… pero la vuelta a la rutina le traera nuevas sorpresas.

  • Lluvia de Yolanda Quiralte

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    La miro desconcertado y suspiro. Jamas hubiera podido llegar a imaginar, ni siquiera por un breve instante de tiempo, que aquella mujer, a la que siempre habia deseado de una manera sobrenatural, iba a dejar de satisfacer esa parcela tan importante de su vida. No era el, ni mucho menos, un sonador, o uno de aquellos hombres que se dejaba enamoriscar y engatusar por cualquier mujer; no, mas bien era todo lo contrario. Oscar se enorgullecia de ser uno de esos tipos duros y poco romanticos que hasta la fecha se dejaba llevar mas por impulsos sexuales que por verdaderos sentimientos. No es que no creyese en el amor, pero habia decidido no compartir su vida con nadie, al menos por el momento. Solo tenia veintiocho anos y aun le quedaba un largo camino por recorrer en el terreno de las conquistas. Volvio a mirar a su acompanante de cama. Ella dormia. Sus cabellos rubios se desparramaban por las almohadas y brillaban bajo aquel sol de primavera que entraba casi a escondidas por la ventana. Las sabanas, de un verde claro, formaban extranas formas mientras cubrian el esbelto e impresionante cuerpo de la mujer que descansaba a su lado. Ella tenia la maravillosa cualidad de poseer la piel mas tersa y suave del mundo, y el lo sabia muy bien, pues la habia recorrido con sus manos mas de mil veces. !En cuantas ocasiones habia temblado con solo imaginar en su cama que rozaba esa exquisita piel! !Cuantas! Y sin embargo... No es que la muchacha no tuviera otras facultades. Era de una belleza deslumbrante, con sus ojos azul cobalto y su boca, algo grande, pero bien formada. Podria considerarse que era toda una belleza. Conquistarla le habia costado lo suyo. No habia sido cosa de uno ni dos dias, ni siquiera semanas, y eso para el encantador ego de Oscar Quintana, habia supuesto todo un reto a vencer, incrementando sus ganas de hacer frente a aquella batalla con forma de cuerpo femenino. Y sin embargo... Sin embargo alli estaba, tendido junto a ella en aquel enorme lecho, exhausto tras haber gozado de ella una tarde mas. Una vulgar tarde mas. Al mismo Oscar le sorprendio la frialdad con la que describio lo que un buen observador hubiera denominado como la escena mas torrida jamas contada. Si, era cierto, sus cuerpos se entendian a la perfeccion. Cada vez que el rozaba con sus manos los lustrosos pechos, ella disfrutaba, al igual que lo hacia cuando, minuto tras minuto, la penetraba con fuerza una y otra vez hasta conseguir llevarla al mas profundo abismo. Y ella, !ay, ella!, era capaz de volverle loco con tan solo acariciarle el torso desnudo o besar su abdomen. Su virilidad siempre respondia con entusiasta satisfaccion a los masajes que aquella mujer, hecha para el placer, le proporcionaba. Y sin embargo... Sin embargo, lo supo. Lo supo tras haber derramado su semen una vez mas. Tras aquella explosion multicolor que lleno su cuerpo de temblores, descubrio que aquello ya no le producia la misma sensacion de placidez que en ocasiones anteriores. Algo habia cambiado. Fisicamente estaba claro,seguia disfrutando, pero en su alma empezaba a abrirse paso un vacio preocupante y nada comun. Volvio a mirarla. Quizas si la poseyera una vez mas, eliminaria todos esos pensamientos ridiculos que le martilleaban el cerebro. Y no porque se hubiera cansado de su amante, sino porque si era franco con sus emociones, siempre habia pensado que aquella mujer seria la amante definitiva, no su mujer, eso estaba claro. Nunca hubiese afirmado tal cosa. Martina conocia a la perfeccion el arte del sexo, pero no tenia las cualidades suficientes como para pedirle que se casara con el algun dia. Era una cortesana, muy habil, pero cortesana. Ella suspiro, y quizas eso fue lo que le distrajo de sus pensamientos. Decidio volver a poseerla a pesar de que aun dormia. Oscar deslizo sus manos despacio entre las sabanas hasta alcanzarle el trasero. Aquello fue la senal. Ella rodo en el lecho hasta ponerse con la espalda tocando el mullido colchon de plumas y abrio las piernas. El hecho de que durmiera, no importaba. Hasta en suenos sabia distinguir cuando Oscar estaba excitado. Y lo estaba, vaya si lo estaba. El se coloco entre sus piernas, y sin ni siquiera despertarla, la penetro con fuerza. Ante tal invasion, ella, adormilada, sonrio y fue abriendo los ojos a medida que el la embestia una y otra vez. La poseyo con dureza durante un buen rato, y solo tras lograr que ella obtuviera su orgasmo, se derramo en ella, volviendo a temblar con la misma intensidad de siempre, sin miedos, porque como ella decia siempre, no habia posibilidad alguna de quedar embarazada. Nunca habia sucedido a lo largo de sus muchos anos de matrimonio con el difunto conde. A pesar de todo, antes de dormirse, Oscar penso que aquello ya no tenia remedio. No le quedaba otra opcion que dejar de visitar a aquella diosa del sexo. Ya no le bastaba. Capitulo 1 Oscar Quintana era guapo, irremediablemente guapo, y lo peor de todo es que era consciente de ello. No es que se aprovechara de la situacion, pero su belleza, unida a una muy bien modelada educacion, hacian de el el perfecto prototipo de caballero. Los rumores que volaban por la ciudad susurraban que era un conquistador empedernido, un coleccionista de amantes. Se decia que por sus brazos habian pasado tantas mujeres que no cabian juntas en un gran salon de baile. La fama le precedia, y alla donde iba, antes de que el senor Oscar Quintana hubiera hecho su aparicion, podia verse a todas las mujeres, incluidas las casadas, expectantes y esperanzadas ante la posibilidad de lograr un buen beso de tan deseado caballero. Y todas las mujeres estaban satisfechas con el hasta entonces. Todas excepto quizas una,su madre Valeria. --Habladurias, mama --rio antes de preguntar--: ?Desde cuando has hecho caso a los rumores? --dijo Oscar besuqueando mimoso a su madre, una dama de la alta sociedad, bien situada y muy hermosa. --Oscar, es cierto. En esta ciudad los cotilleos se engrandecen pero, Dios mio, estos rumores empiezan a martillear mi conciencia. Hablan ahora de una condesa... --!Mama, por Dios! No es algo que deba preocuparte, puedo asegurartelo... --exclamo Oscar con la intencion de calmar a su madre, mientras la miraba con recelo--. La mitad de las conquistas que me adjudican son falsas. Cierto es que como soltero me permito algunas licencias mas... --Querido, ? algunas licencias? Desde que volviste de la universidad hasta ahora no hay semana en la que no me lleve algun sobresalto. Oscar miro a su madre de soslayo. ?Que sucederia si llegara si quiera a imaginar como fueron sus anos universitarios? Fue el despertar a la sexualidad. Alli descubrio el genero femenino. Alli comenzaron sus andanzas. --No dejo de escuchar rumores sobre el hecho de que hayas coleccionado << amistades>> una tras otra, sin tan siquiera plantearte la posibilidad de encontrar una mujer adecuada y casarte --concluyo su madre, mientras se ahuecaba las faldas color berenjena. << Maldicion>> , penso Oscar. !Ya estaba alli el dichoso tema! Sabia que a su madre le preocupaba que ninguno de sus hijos, cuatro para ser exactos, dos varones y dos damas, hubieran contraido matrimonio. Oscar, el primogenito; y Pablo, con quien tan solo se llevaba un ano de diferencia, ya estaban en edades de analizar la situacion. Lorena, de diecinueve; y Amelia, de catorce, aun podian sin embargo retrasar tan magna decision por un tiempo, aunque no demasiado,si se regian por los canones de la epoca. --Madre --comenzo a replicar con voz severa, tono que cambio cuando vio la tristeza que asomaba en sus ojos verdes y que se reflejaba en todo su rostro--. Mama, aunque considero razonables tus preocupaciones al respecto --dijo con un tono mucho mas dulce--, no deseo que ellas te impidan disfrutar de tu tiempo. Admito que quizas tengas un punto de razon en algunos de tus comentarios, pero te ruego dejes esa eleccion en mis manos. Confieso --anadio de forma silenciosa y un tanto apesadumbrado por los recuerdos-- no haber encontrado aun una mujer con la que poder vivir una historia de amor. --En tiempos anteriores, hijo --alego Valeria--, el amor era algo secundario. Bien sabes que cuando tu padre y yo nos casamos no habia entre nosotros ningun sentimiento romantico y, si te fijas, el destino hizo que nos enamorasemos. --Quizas sea por ello, madre --empezaba a agotarse su paciencia--, puesto que he sido testigo durante anos del amor que padre y tu os profesais, puedo aspirar a disfrutar de algo semejante, ?no? Jaque mate. Sabia que acababa de dejar a su madre sin palabras. --Bien, bien, Oscar, prometo concederte una tregua, puesto que he observado que este tema te produce cierta desazon. --Sonrio la dama, ahuecandose de nuevo las faldas para sentarse, con el mayor decoro posible, en el sillon de estilo romantico que presidia aquel cuartito de estar--. Lamento haber sacado tan espinoso asunto --y dicho esto procedio a ojear la nueva revista de moda que le habian facilitado zanjando asi el tema... De momento. La gran casa familiar presidia una de las principales calles de la ciudad. Tenia una gran balconada desde la cual se podia divisar el enrevesado e imponente parque, El Olmedar. Se decia de el que habia sido testigo silencioso de los principales romances de la ciudad, guiados, quizas los enamorados por el bucolico entorno de aquellos parajes centenarios, donde los caminos cubiertos de bellos olmos evocaban en la imaginacion escenas de amor furtivo, ese que aprovecha la oscuridad y la penumbra del follaje para dar rienda suelta a la pasion mas absoluta. La Mansion Quintana, como era conocida la finca, era descrita por Oscar como un gran cuartel de caballeria, salvando las distancias, por supuesto. Llena de alegria y luz, era de todo menos silenciosa. Alli se habian criado numerosas generaciones de Quintana, entre ellas, el ultimo batallon, como decia su padre, Alonso Quintana. La decoracion era impecable, cinendose a los canones actuales, desde luego, pero dotada tambien de cierta comodidad y bienestar, algo poco comun entre las casas aristocraticas de la zona. Abundaban los amplios sillones de terciopelo amarillento, cuyas almohadas cobijaban recuerdos de conversaciones secretas. Cabia destacar tambien la presencia de la amplia biblioteca, que hacia las delicias de toda la familia, desde el primero hasta el ultimo, incluyendo al numeroso personal domestico que ayudaba a mantener la mansion en perfecto estado. Estos ultimos constituian sin duda alguna un gran grupo de personas de confianza, ganada a pulso gracias a los numerosos anos de servicio a la familia, logrando con ello que los vinculos que se habian establecido entre senores y trabajadores se hallaran marcados por el afecto y la cordialidad, hecho que dotaba al servicio de ciertos privilegios, como el acceso a la biblioteca y a los libros, la participacion en tertulias familiares y la satisfaccion de ser tratados como autenticos miembros de la familia Quintana. El ama de llaves, Maria, llamada en la intimidad familiar con el diminutivo Marita, era una inflexible y organizada mujer que habia ayudado a traer al mundo a todos los actuales Quintana. Su mano firme y su capacidad de decision ferrea y autoritaria desaparecia por completo cuando ante ella se posaba cualquier par de ojos que perteneciera a un Quintana, especialmente el joven Oscar, puesto que el la habia salvado sin duda de una gran catastrofe. Marita estaba casada con Victor, tutor de estudios de todos los hermanos Quintana. Juntos vivian en una casita cubierta de jazmin amarillo que se encontraba en el jardin de gran la finca senorial. Formaban una estupenda y maravillosa pareja, que aun todavia, de vez en cuando, a pesar de los muchos anos que llevaban casados, eran sorprendidos por alguno de los hermanos dandose algun beso furtivo o alguna caricia sofocada. Tenian una hija, pequena aun, la traviesa y escurridiza Victoria, a la que todos llamaban Lluvia, en recuerdo de la magica noche en que fue hallada. Casi todos los miembros de aquella familia habian olvidado por completo que Lluvia en realidad no era hija de Marita y Victor. La nina aparecio de repente en sus vidas como un torbellino de fuerza y alegria. Sucedio una noche de tormenta. Todos los hermanos Quintana adoraban las tormentas. Les encantaba permanecer durante horas apoyados contra las enormes cristaleras de la mansion mientras disfrutaban de << la gran batalla>> , nombre popular con el que la familia solia llamar a las tan temidas, por otros, tormentas. La idea surgio de Alonso, el padre de familia, hombre dotado de una gran imaginacion y aficionado a escribir en sus ratos libres. Habia desarrollado toda una serie de fantasticas historias que entretenian a su numerosa familia durante las horas que duraban las descargas electricas. Una de esas noches, toda la familia al completo, incluyendo a Marita y a Victor, los Quintana se hallaban reunidos, acurrucados en torno a los ventanales, escuchando una de las maravillosas historias que Alonso solia narrar. Merecia sin duda la pena ver las caras de los ninos, mientras el patriarca gesticulaba, gritaba,susurraba y saltaba, a la vez que contaba su ultimo cuento. En aquellos dias, Oscar ya tenia 16 anos, y pronto comenzaria la universidad en una prestigiosa institucion donde habian estudiado todos los miembros varones de su familia. Pablo, con 15 anos, terminaba la escuela superior mientras comenzaba a convertirse en un alocado joven que traia de cabeza a sus padres con sus incesantes y constantes aventuras, pues era un enamorado de las piedras y las rocas, razon por la cual siempre andaba metido en alguna cueva buscando material geologico. Lorena, la mayor de las muchachas, con siete anos y una cara llena de pintorescas pecas, ademas de a sus obligaciones escolares, se dedicaba, no con demasiada fortuna, a tocar el piano; y Amelia, la benjamina de la familia, con solo tres anos, hacia las delicias de toda la familia, ahora que ya habia dejado de ser un bebe regordete y jugueton, mas bien dado a romper todo lo que encontraba a su paso. --... De pronto,se abrio de forma repentina el baul que con tanto esfuerzo habia llevado Baltasar al desvan y... ?Sabeis que encontro? --pregunto Alonso misterioso. Siete caras expectantes se movieron con rapidez a la vez que negaban con la cabeza... --!Pues encontro el viejo mapa del tesoro familiar que se habia perdido durante el viaje del tatarabuelo a las colonias! --!Oh, papa, es sin duda una de tus mejores historias! --Si, querido, hacia tiempo que no disfrutaba con tanta intriga. --?Crees que publicaras tambien este cuento? --?Lo haras bajo tu nombre secreto? Todas estas preguntas salian con atropello de las gargantas de los Quintana mientras hablaban a voz en grito preguntando al compas de los truenos y relampagos que sacudian con fuerza las hermosas ramas de los arboles que poblaban el jardin. --Tranquilos, hijos, tranquilos... Si, es probable que esta sea una mas de las increibles historias del legendario escritor Augusto Sancho --rio el padre con esa risa profunda y gutural a la que tan acostumbrada estaba ya su prole. De repente, un gran relampago ilumino la estancia, acompanado de un estruendo tan ensordecedor que por un instante ninguno de los Quintana oyo el grito desgarrador que bramo en medio de aquella salvaje tempestad. --?No habeis oido gritar a alguien?

  • El lobo y la rosa (Destinos en la tormenta 1) de Zahara C. Ordonez

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    Malaga, agosto de 1845 Todo empezo con una tormenta. El cielo era una planidera llorando una muerte y los truenos eran gritos de su garganta anunciando desgracia. Aun no lo sabia, pero era la mia. La lluvia parecia clamar el fin del mundo y desde la seguridad de mi dormitorio la observaba, ajena a una realidad que pronto me encontraria y de la que no podria escapar. De pie junto al ventanal observaba los barcos alla en el puerto vapuleados por olas furiosas. Eran todo un simbolo de resistencia pues, aunque sus cascarones fueran embestidos una y otra vez, siempre se mantenian a flote. Me gustaba imaginarme tan fuerte, tan brava, tan resistente a las tempestades como ellos y fantaseaba a veces con que me subia a bordo de uno de esos fastuosos navios y lo comandaba hasta los confines de la Tierra. La culpa de tal fantasia, decia mi madre, la tenia Espronceda, y pronto me disuadia de mis ensonaciones contandome historias atroces de terribles y despiadados piratas. Ella de eso sabia mucho, pues sus antepasados levantaron su fortuna con barcos mercantes, asi que escuchaba sus relatos olvidando durante un tiempo mis pretensiones de darme a la pirateria hasta que mis ojos volvian a mirar el puerto y una sensacion de fuerza y libertad sin igual me embargaba. La voz de mi madre me saco de mis pensamientos. --Apartate de la ventana, Victoria. En su tono autoritario habia un deje tembloroso, pues temia a las tormentas mas que a la propia muerte. En aquel instante un relampago, que se me antojo que dibujaba la guadana de la Parca, cruzo el cielo y ella dio un respingo. El trueno pronto lo siguio con un bramido inmisericorde que retumbo en la estancia y que la hizo persignarse y advertirme de nuevo que me alejase de alli. Obedeci y mi madre llego al punto, corriendo los cortinajes de seda en color crema que habia estrenado unos meses atras con la llegada del verano. El fulgor de los quinques que habiamos tenido que encender desde primera hora en aquel dia gris ilumino la estancia oscura con sus tonos dorados. --?Todavia no estas vestida? --se quejo tras mirarme de arriba abajo y comprobar que seguia envuelta en mi comodo batin de organza. Mi madre fue hacia mi mesita de noche y agito la campanilla que reposaba sobre esta mientras yo fruncia el ceno, algo desconcertada. --?Vestida? ?Para que? --Hoy es el entierro de don Agustin de Herrera. Don Agustin era amigo de la familia desde que yo tenia memoria. Tanto el como mi padre eran propietarios de una ferreria y habian acabado trabando amistad mas alla del ambito comercial, pues compartian sus tribulaciones por las idas y venidas del comercio de hulla y otros asuntos del negocio. Pasaban los dias hablando de proyectos que habrian de encumbrarlos en lo mas alto de la sociedad industrial. Algunos llegaban a buen puerto y otros quedaban varados, pero nunca les falto ilusion. Don Agustin tenia familia en Bath, una ciudad inglesa, y a menudo expresaba su deseo de equiparar Espana a la isla en cuanto a avances industriales se referia, y ya hablaba de ferrocarriles y otras hazanas. Pronto se dio cuenta de que, aun habiendo dado algunos pasos hacia adelante, aqui las cosas iban a un ritmo distinto al del resto de Europa. Cuando a mi padre se lo llevaron las fiebres, Agustin se hizo todavia mas presente en nuestra familia. Ayudo a mi madre en los asuntos legales, acompano a mi hermano en sus primeros pasos en solitario al frente de la ferreria y pronto se hablo de que colmaba a mi madre de atenciones poco propias para una mera relacion de amistad. Las malas lenguas tuvieron trabajo de sobra con ellos, pues el estaba casado. Todo el mundo pensaba que su esposa, de mal caracter y peor salud, lo dejaria viudo y el se desposaria con mi madre; sin embargo, para sorpresa de todos, el pobre Agustin, de cabellos aun oscuros y rostro lozano, se fue antes que la macilenta senora de Herrera. Tras el velatorio, al que la viuda prohibio la entrada a mi madre, iban a enterrarlo en el Cementerio de San Miguel, en una tumba sobre la que algun dia se alzaria el panteon que habia ordenado construir. La muerte, asi de caprichosa, gusta de llevar la contraria llevandose a quien menos lo espera. Yo sabia lo mucho que don Agustin significaba para ella, pero si de por si acudir a un entierro era del todo inapropiado, ir al suyo transgredia todos los limites, y asi se lo hice saber. --No necesito el permiso de nadie para ir a despedir a un amigo -- respondio mi madre con gesto resuelto. --Madre… Ya sabe lo que dice la gente --insisti, recordandole las habladurias. --Ire a decirle adios a Agustin les guste o no --zanjo. --Como quiera --suspire--. Mas el tiempo tampoco acompana. Parece mentira que estemos en agosto. --Nunca llueve para siempre, Victoria. Y menos en Malaga. Si de algo sabemos aqui es de sol. Guillermina, mi doncella, a quien yo llamaba <> de forma carinosa, llego en ese instante y mi madre le dio ordenes de que preparase un vestido adecuado para las circunstancias. La muchacha, de apenas veinte anos, cabello dorado y rostro dulce, se quedo por unos segundos petrificada. Logro sobreponerse y hacer lo que le pedia. La observe mientras abria cajones y roperos y sacaba de ellos varias prendas que creyo convenientes, dejandolas estiradas sobre la cama, hasta que mi madre senalo al poco un vestido de raso negro con volantes de blonda y guarnecidos en azabache. Eligio tambien un echarpe de cachemira a rayas, un sombrero de capota a juego, cerrado con un lazo de raso violeta, y unos guantes de encaje. --Lastima que no haga dia para lucir sombrilla. La ultima que te regalo tu hermano habria sido perfecta para ese vestido --observo mi madre, que sentia pasion por los adornos--. Escogeremos un paraguas apropiado. Mina guardo el resto para despues ayudarme a vestirme. --?Que opina…? --Deje la pregunta a medias, pues me apreto con tanto brio el corse que me quede sin aliento. Era ingles, de raso, de los que todavia necesitaba ayuda para poder anudarlos por detras. Mi madre habia comprado algunos mas nuevos, con unos enganches delanteros que facilitaban la tarea de vestirlos, mas ese dia me puse aquel porque su tejido era muy fresco. --Afloja, Guillermina, que Victoria tiene la costumbre de respirar. --Perdon, senora --se disculpo, y me libero un poco de la presion. --Endiablados corses. Cada vez los hacen mas rigidos --me queje. --?Por que crees que Napoleon lo llamaba <>? --apunto mi madre. --Ni que hubiera tenido que llevar uno --le recorde. --Igual le habria ido mejor en Rusia de haber sido mujer --dijo ella--. Somos mas precavidas y siempre llevamos un chal por si refresca. --No creo que podamos llamar <> al frio de aquellos lares, madre. En medio del semblante enturbiado que lucia aquella manana, emergio una breve aunque animada sonrisa. Mina solto una disimulada risita por aquel comentario y termino de ponerme el vestido. Despues me sente en el tocador para que me peinase. --Un recogido sencillo bastara --le indico mi madre, observandome en el espejo. Me miraba con ternura y quise pensar que se sentia orgullosa de la hija que habia criado--. Es una pena que tu padre no este aqui para verte. Te habria dicho lo mucho que te pareces a mi cuando tenia tu edad: mi mismo pelo, mis mismos ojos negros… --Me gustaba mucho parecerme a ella, pues su belleza me resultaba ejemplar. La mire con carino, notando en su voz la nostalgia--. El siempre decia que terminariamos por casarte bien. Hacia tiempo que habia aprendido que la decision sobre cuando y con quien me desposaria estaba en sus manos, o en cualquier caso en las de mi hermano, y no en las mias. A ella le habia ocurrido lo mismo, a pesar de que habia quedado claro que sus sentimientos nunca habian pertenecido a mi padre y que si lo habia querido era a causa de la costumbre y no del corazon. Mi madre decia que el amor y el matrimonio eran cosas distintas, y que en contadas ocasiones confluian ambas, como si hablase de dos astros que se alinean y no de algo tan humano como los sentimientos. Por lo que de existir un enamoramiento por mi parte que no conviniese a sus prioridades, que eran su posicion social y economica, seria fuertemente reprobado. --?Y eso cuando sera? Usted se caso con dieciseis y yo ya tengo diecinueve. A su lado soy casi una solterona --dije, fingiendo un gesto amargo. --Sabes de sobra que no podria consentir que te casases con el primero que pasara a pedir tu mano. Hallar al esposo adecuado para ti lleva su tiempo. --Y supongo que vive en la luna, dado que no lo ha encontrado aun. --No digas tonterias --me regano--. Tu hermano y yo solo queremos lo mejor para ti. --Hablando de mi hermano --comence a decir con intencion de formular la pregunta que habia rondado antes por mi cabeza--, ?que opina el de que vayamos al entierro? --Rafael ha salido temprano para Sevilla a tratar asuntos de negocios. No tiene por que enterarse de nada --ordeno, dirigiendonos una mirada severa a Mina y a mi. Ella asintio de forma diligente y yo alce una ceja. --Pues tendra que sellar con cera los labios de media Malaga, porque como aparezcamos por el cementerio vamos a ir de murmuracion en murmuracion. --En ese caso ya me las sabre yo arreglar. --Se enfadara. --Victoria, puede que tu hermano, al ser hombre, sea el jefe de la familia por disposicion divina y humana, pero yo soy su madre, y sabe Dios que lo que una madre dice va a misa. Suspire, rezando porque, de darse conflicto, lo resolvieran entre ellos. Cuando Mina termino, pronto abandonamos la casa y llegamos en carruaje hasta la explanada previa al cementerio. Don Agustin era muy querido, asi que el lugar estaba abarrotado. Los carruajes se agolpaban unos junto a otros, con sus ocupantes en el interior esperando que la tormenta amainase. A resguardo de la lluvia, bajo algunos arboles cercanos, se agrupaban gentes de aspecto humilde. Supuse que serian sus trabajadores, o quiza solo curiosos que no perderian la oportunidad de asistir a un evento de tales caracteristicas. De entre la espesa lluvia, al final del paseo que conducia al cementerio, emergio un carruaje oscuro que parecio invocado de la nada. Era negro como la brea y estaba tirado por seis caballos de identico color, que en su testuz presumian de grandes plumas de igual tono. De entre las nubes grises surgio un repentino rayo de sol que ilumino el asombroso carruaje. Percibi entonces sus muchos detalles: angeles para guiar su alma, relojes de arena alados, flores de adormidera, letras griegas que simbolizaban el principio y el fin de los tiempos, asi como buhos y antorchas. Todo el estaba lleno de simbologia en referencia a la vida y la muerte. --Nunca he visto nada igual --murmure, estremecida. Era hermoso, aunque lugubre a la vez, dado su cometido. --Al parecer su viuda se opuso. No le parecia bien que a Agustin le llevasen el feretro animales en lugar de personas, como se ha hecho toda la vida --relato mi madre--. Aunque como ves ha prevalecido su voluntad, pues lo dejo todo por escrito. He oido que su sobrino lo ha hecho traer de Barcelona. --?Su sobrino? --pregunte extranada, pues desconocia de su existencia. --Julian Withmore --indico mi madre--. ?No lo recuerdas? Agustin no suele hablar mucho de el, quiero decir… solia --se corrigio--, pero estuvo en su casa por Pascua, hace unos diez anos. Tu padre vivia aun. A pesar de que intente rebuscar en mi memoria aquel recuerdo, no lo halle, asi que negue con la cabeza. --Es normal. Eras muy pequena. Fue antes de que sus padres lo mandaran a colegios de prestigio para… --se interrumpio, como si estuviera buscando las palabras concretas--, para suavizar su caracter. Estudio en Madrid, mas tuvieron que sacarlo de alli cuando tenia veintitres anos por asuntos de romances, contaba su tio. Volvio a Bath con sus padres hasta que murieron la primavera pasada --comento ella, sin dejar de atisbar el exterior. --?Los dos? --Los dos --afirmo--. Don Agustin era la unica familia que le quedaba. <>, pense. --Creo que ahora esta instalado otra vez en Madrid y he oido que va a hacerse cargo de buena parte de su fortuna, asi que tendremos que llevarnos bien con el. Las palabras de mi madre se perdieron bajo el sonido de los cascos de los seis ejemplares que tiraban del carruaje de don Agustin. Llego hasta las puertas del camposanto y, a pesar de la lluvia, bajaron el feretro entre varios hombres ataviados con elegante levita oscura y lo portaron sobre sus hombros, echando a andar solemnemente. La gente comenzo a abandonar su transporte, clavando los pies en el barro para seguirlo. Toda la burguesia malaguena se habia reunido alli para despedir a Agustin; grandes magnates del comercio, poseedores de navieras, fabricas o negocios en Ultramar. Ni uno solo faltaba, pues todos lo consideraban un gran amigo. La tormenta, que parecio apiadarse de nosotros, dio tregua, quedando apenas una llovizna que, aunque molesta, permitia estar al aire libre. Mi madre y yo descendimos de nuestro transporte, cuidando de no meter los pies en algun charco y resbalar; y aunque nos quedamos mas atras intentando no llamar en demasia la atencion, pronto todas las miradas se clavaron en nosotras. Al sentirme observada agache la cabeza, algo abrumada. Mi madre, sin embargo, alzo el menton y continuo caminando con paso decidido. Nadie le dijo nada, pero todos murmuraron. Y en sus ojos estaba el reproche que anidaba en sus labios. Algunos, muy pocos, los mas allegados a nuestra familia, se acercaron y nos saludaron de forma cortes, aunque parca. Por fin llegamos hasta una de las callejas del cementerio, entre las que comenzaban a perfilarse las parcelas que un dia ocuparian fastuosos panteones. La muchedumbre se agolpo frente a la que seria la tumba familiar de los Herrera y, mientras el feretro ocupaba su lugar, el sacerdote que asistia al entierro pronuncio su sermon con gran aplomo. Observe a mi madre y supe que estaba conteniendo las lagrimas, asi que la tome de la mano, buscando reconfortarla.

  • ?Donde crece el dinero? de Laura Mascaro

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    ?Por que las huchas tienen forma de cerdito?

  • A tu lado 1 de Helena Sivianes

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    Haley afronta el ultimo ano de instituto con grandes expectativas e ilusion, y la llegada del nuevo curso no la defraudara, pues vendra acompanada de una espiral de emociones, vivencias y aventuras.

  • Una furtiva lagrima de Nelida Pinon

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    Una furtiva lagrima es el diario luminoso, intimo y singular de una de las escritoras mas importantes de la literatura latinoamericana. En este collage impresionista, formado por las reflexiones y los retazos mas lucidos de una inteligencia imparable, Nelida Pinon compone un autorretrato de su historia personal, de su familia y de sus raices.

  • Una mentira de alto Standing de Ariadna Baker

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    !Ya voy, Eric, amor! ?Te estas quemando? --No, mama. --Se rio como solo el sabia hacerlo, con esa sonrisa de oreja a oreja que me recordaba cada dia por que debia sentirme la mujer mas afortunada del mundo. --?Quien es el bichito mas impaciente del globo? --Le hice cosquillas y volvi a pensar que aquella risa bien valia cualquier esfuerzo que yo tuviera que hacer, por mucho que a veces mi dia a dia me pareciera titanico. Cualquiera que mirase a mi alrededor no lo entenderia. Aquel maravilloso atico de 300 metros cuadrados en uno de los edificios mas modernos de Madrid valia una pasta gansa. Suerte que ese si que lo pagamos durante mi matrimonio con Edu, que ya era agua pasada. Edu, o Eduardo Manostijeras, como yo solia referirme a el cuando estaba de chachara con mi amiga Sofia (dado que todo lo que tocaba terminaba hecho jirones), habia sido mi marido hasta un ano antes. Un buen dia, despues de volver de un viaje de negocios a Nueva York, me comento que su secretaria y el mantenian una relacion "un poco mas estrecha" de lo que podria considerarse meramente profesional, lo que se tradujo en que a mi me fueran dando, mas o menos, por donde amargan los pepinos. Me quede petrificada porque yo estaba enamorada de Edu como el primer dia y jamas habia sospechado que una cosa asi me pudiera suceder a mi. De hecho, a ojos de todas nuestras amistades, eramos la pareja perfecta; tan monos y amorosos. Lo que yo no sabia entonces era que hasta las "parejas perfectas" podian irse al garete de la noche a la manana, con tal que soplara un aire un poco mas fuerte del habitual. Llore a mares ante aquella confesion que no tardo demasiado en hacerme. Marga, que asi se llamaba su secretaria, lo esperaba ya en su casa, pues lo suyo estaba mas avanzado de lo que parecia; como un tumor que se extendia a mi alrededor sin que mis ojos hubieran podido detectarlo. La nueva parejita de moda se instalo en plena Moraleja poco despues y yo maldije mi suerte; una decada perdida a su lado, de los dieciocho a los veintiocho... Bueno, decir perdida seria escupir al cielo, que para eso tenia a mi pequena joya de la corona; mi Eric, que contaba con seis anitos. No hace falta calcular demasiado para comprobar que lo tuve muy joven, a los veintidos. Probablemente fue engendrado en la noche de mi graduacion en Derecho cuando Edu y yo caimos en aquel hotel, borrachos como piojos. Digamos que mi padre, que era diplomatico y que vivia un tanto de cara a la galeria, no tomo aquello nada bien. Y no porque el chico no fuera de lo que llaman "de buena familia", que era hijo de uno de los principales asesores de una de las companias de electricidad mas celebres del pais, sino porque ya apuntaba maneras, segun el. Yo no veia aquellas maneras por ninguna parte, sino solo a un joven enamorado que puso el mundo a mis pies. De hecho, cuando me quede embarazada, no tardo en pedirme matrimonio. Nos casamos antes de que Eric naciera, asi de fuerte, aunque de mi padre no hubo rastro en aquella boda. Meses antes habiamos tenido una fortisima discusion y ambos nos retiramos la palabra. Tan orgullosos fuimos que ni el volvio a dar senales de vida en los siguientes anos ni yo tampoco. Hubiera esperado una llamada por su parte cuando nacio Eric, pero en mi telefono no se registro y no creo que lo hiciera a traves de un vaso de yogur con un hilo, como solian hacer los ninos antiguamente. Desde entonces mi padre estaba desaparecido en combate pues, al jubilarse, dado que ya me tuvo con cuarenta anos, se habia marchado a vivir a Suiza. Por aquel entonces me entere de que habia rehecho su vida con una marquesa llamada Agueda y que les iba bastante bien. De aquello si que me alegre mucho, pues el hombre apenas habia tenido ninguna relacion seria desde que mi madre murio, cuando yo contaba con dos anitos. Ya era hora de que fuera feliz como una perdiz y de que me dejara serlo a mi. Mi vida con Edu, en ese instante podia por fin verlo, habia sido un enganabobos como otro cualquiera. Para mi que todo iba sensacional, pero, cuando nos separamos, algunos de esos "amigos" de nuestro circulo empezaron a darle al pico y me dijeron que yo habia tenido mas cuernos que un ciervo. Entrecomillo lo de amigos porque ese tipo de personas siempre me han parecido correveidiles al uso. Mi verdadera amiga era Sofia, una especie de hermana a la que conoci en mi epoca del instituto, que se convirtio en mi tabla de salvacion desde que me separe. El verdadero problema fue que mi ex establecio una contienda legal de categoria a raiz de nuestra separacion. Por lo que pude saber, Marga era la ambicion en persona y le apreto bien las tuercas. --Yo he sido una tonta, siempre crei en tu palabra de que debia dedicarme en cuerpo y alma al nino durante sus primeros anos y que no nos faltaria de nada, ?y ahora que? --le pregunte cuando puso sobre la mesa de mi abogado aquella propuesta de convenio que no podia ser mas penosa para mi. --Tendrias que haber espabilado antes, Dafne, el mundo es como una jungla, ahora lo comprobaras... Si el mundo era una jungla, el era el rey de las hienas. Su unico proposito era sacar la maxima tajada de aquel divorcio a costa de cortarnos el grifo a tope a Eric y a mi. No quiero que se me malinterprete. Cierto que fui una incauta al creer en su palabra y al dedicarme a nuestro matrimonio y al nino, pero siempre tuve en mente volver a trabajar pronto. El caso es que cada vez que lo intentaba, Edu me decia que esperara un poco mas, a que Eric fuera algo mayor y entonces podria incorporarme con el en la compania en la que tambien ocupaba un altisimo cargo ya por aquel entonces, tras la jubilacion de su padre. Tonta de mi, porque lo que no queria mi marido bajo ningun concepto era que yo metiera las narices en sus asuntos. Y, como dinero era precisamente lo que le sobraba, preferia tenerme en una jaula de oro a salvo de comentarios...

  • Tango a medianoche de Isabella Marin

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    En la ciudad del jazz y el color, vive una joven mujer profundamente infeliz, atrapada en un matrimonio a la deriva, y un hombre que ha huido de un aserradero de Maine persiguiendo un sueno dorado de riqueza y bienestar.

  • Entre mi hermana y la pared de Alma Fernandez

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    --"Me llamo Cristina, Cristina, Cristina, Cristina, Cristina..." Mi hermana se pasaba el dia entero con la dichosa cancioncita y yo tenia claro que si, que ella se llamaba Cristina, pero que yo ya no sabia ni cual era mi nombre. ?Una cruz? No voy a negar que si, aunque mi Cris era tambien una autentica bendicion. Claro esta que yo no vivia con ella y eso me suponia un alivio, porque mis padres llevaban tambien a la espalda buena parte de su carga. A sus veintidos anitos, Cris llevaba ya dos en ese estado y la cosa no tenia visos de mejora. Un accidente sufrido en plena via publica cuando una moto la arrollo la habia dejado en un estado dificil de calificar. O, mejor dicho, bastante facil de hacerlo; mi Cris era ahora como una nina pequena. Si, se dice pronto, pero la cosa no era moco de pavo. Si hasta habiamos tenido que comprarle un buen monton de Barbies que amontonaba en su cuarto y, mientras habia dias que se pasaba el dia peinandolas y poniendolas guapas porque las consideraba sus amigas, otros les pintarraqueaba la cara como si tuviera dos anos. El caso es que nunca parecia tener mas de seis, por muy formalita que la pillaramos. A mi madre, Maria, que demasiada paciencia no habia tenido nunca, la situacion la sacaba de quicio. Y mi padre, Manuel, bastante tenia el hombre con sus interminables servicios como guardia de seguridad para echarle demasiada cuenta a una chiquilla que tenia la cabeza a la jineta, como solia decir el. El nuestro, por suerte, era un pueblo no demasiado grande en el que todos nos conociamos. Y digo por suerte porque mi hermana cogia la puerta cada vez que le venia en gana y cuando nos dabamos cuenta estaba con sus munecas en el parque, o bien echando de comer a las palomas pan duro que almacenaba en su cuarto a ese efecto, o bien subida a los columpios con un nutrido grupo de chiquillos que la miraban alucinados. Por mi parte, yo, que me llamo Veronica y tenia veintisiete anos en ese momento, acababa de independizarme. Bueno, si por independizarme puede entenderse vivir con dos locos de remate; Julio y Fatima, mis dos mejores amigos. Y es que los tiempos no estaban para demasiado derroches y dadas las ganas que los tres teniamos de volar del nido paterno unimos fuerzas para alquilarnos un pisito muy mono que estaba en todo el centro del pueblo, enfrente del ayuntamiento. Si algo tengo que agradecer a la vida es que mis amigos no solo eran mas buenos que el pan conmigo, sino tambien con Cris, a la que adoraban, por lo que ella se sentia de lo mas a gusto en nuestro piso y, cada dos por tres, la teniamos alli con un papelon de churros. Escuche la cancioncita y supe que era ella. --Cris, carino, la cancioncita esa es que me taladra las sienes, ?que haces aqui? --He venido con churros y a ver a mi novio. --Saco la mejor de sus sonrisas mientras yo tiraba de un churro, pues que otra cosa podria hacer. Su "novio" como ella le decia, no era otro que Raul, un atractivo militar que vivia puerta con puerta con nosotros y al que Fatima y yo le habiamos echado el ojo desde el mismo dia que llegamos. Claro esta que no eramos las unicas porque, por lo visto, Cris tambien bebia los vientos por el. --Carino, ya te he dicho que Raul no es tu novio, tienes que entenderlo. --?Y por que? ?No le gusto? ?Es porque yo no tengo hecha la manicura como vosotras? Esta tarde nos vamos a que me la hagan en tu gabinete, ?vale? No me faltaba a mi mas que eso, que llevar a mi hermana al gabinete de estetica en el que trabajaba y que formara alli un numerito de los suyos. Que mi nina era muy buena y muy santa, pero bastaba con que algo le molestara para que la emprendiera a gritos como si hubiera llegado el mismisimo Armagedon. No me lo queria ni imaginar, con la mala leche que destilaba mi jefa, Carmen, por todos los poros de su piel. Carmen era una especie de bruja del cuento, pero en version pueblo y con los dientes rematadamente torcidos, para mas inri. Normalmente me tenia que reir tela con mi Cris, porque ella me habia escuchado a veces criticarla con Fatima, que era higienista dental en una clinica tambien del pueblo, y entonces me decia que cuando quisiera le daba un punetazo y le ponia los dientes derechos. --A mi no me va a pasar nada, porque todo el mundo sabe que estoy malita de la cabeza y que no se lo que hago--confesaba en aquellos momentos en los que tenia algo mas de lucidez y entendia que lo suyo era un problema. Y luego estaban aquellos otros muchos en los que era capaz de liar una pajarraca buena si un nino no queria compartir sus chuches con ella, por ejemplo. El caso es que aquella manana venia con los churros y ya sabia yo lo que me tocaba hacer a continuacion. Dado que ella al dinero no le daba la mas minima importancia no dejabamos que lo manejara. Sobre todo, desde la ultima vez que se quedo sin pan duro para las palomas y les echo para comer un billete de veinte euros cortadito a trocitos pequenos. Total, que Cris no llevaba un duro encima y todos en el pueblo le fiaban con la condicion de que despues fueramos nosotros a pagar, como es natural.

  • Los planificadores de Un-su Kim

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    Lo importante no es quien dispara, sino quien esta detras del que aprieta el gatillo.

  • Azul. La Coleccion Completa de Mercedes Franco

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    Este libro contiene las series completas de AZUL: Un Despertar a la Realidad.

  • Eres lluvia aun sin saberlo (Somos Agua 3) de Elsa Garcia

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    Hace una decada, Jorge perdio a Malena. Hace un poco menos, Jorge perdio la mitad de su mundo.Hace una decada, Malena perdio a Jorge. Hace un poco menos, Malena se perdio a si misma.Ellos fueron dos ninos que se enamoraron cuando no sabian que, a veces, los miedos pueden mas que el amor.Reencontrarse significa volver a un pasado demasiado bonito, en el que los abrazos curaban y los monstruos no tenian piel ni huesos. Reencontrarse quiere decir que tienen una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor, aunque sea como amigos. Porque ya no deberia existir otra posibilidad. Porque todo aquello quedo superado.A fin de cuentas, nadie conoce al amor de su vida con ocho anos....?Verdad?"Eres una tormenta de verano que llega y arrasa, que te pilla por sorpresa, que te hace reir y querer correr, todo a la vez. Siempre me haces desear lanzarme a saltar sobre los charcos y dejarme arrastrar a esos anos donde todo era mas facil y mejor. Esos donde estabas tu”.

  • Los Indeseados de Yrsa Sigurdardottir

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    Un thriller nordico contundente que reune lo mejor del genero: misterio y ambientacion.

  • Me he despertado pensando en ti de Elisabet Masip

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    Martina, Daniela, Carlota y Nora son cuatro jovenes, amigas desde la infancia, que empiezan un nuevo y esperado momento en sus vidas: su etapa universitaria. Mientras Martina y Daniela dejaran el pueblo y se instalaran en la ciudad compartiendo piso con el hermano de Nora y con un companero inesperado y muy atractivo (con todo lo que implica empezar a compartir piso con gente joven... !risas y fiestas aseguradas!); Carlota y Nora han decidido mudarse a la capital, viviendo este nuevo periodo en una residencia de estudiantes (rodeadas de chicos guapos, jovenes y que duermen a escasos metros de ellas), en la que tendran que hacer frente a un oscuro suceso que no las dejara indiferentes y que las mantendra en vilo hasta conseguir hacer justicia, ya que encontrar todas las piezas del puzle para solucionar el caso no sera nada sencillo.

  • Te amare toda la vida de Susana Oro

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    Cuando Sami Ferguson se enamoro era demasiado joven. A pesar de su corta edad ella estaba segura que seria para toda la vida. Lo que no se imagino fue lo doloroso e injusto que podia ser el amor, ni las dificultades que tendria que soportar porque los dos eran de clases sociales diferentes. Sami era la hija de Rosi, la empleada domestica de la familia Arias, y Magda Arias no iba a permitir que su hijo Alvaro perdiera la cabeza y el brillante futuro que tenia por delante por culpa de sus ridiculos sentimientos por la hija de su sirvienta.
    Alvaro Arias se enamoro de Sami cuando ella era demasiado ingenua e inocente. El sabia que tendria que esperar que ella creciera para concretar ese amor que les llego demasiado pronto.
    Cinco anos despues los dos se reencuentran, y Alvaro esta convencido que ese es su momento con Sami. Pero nada salio como el se lo habia imaginado.
    Odios, culpas, resentimientos del pasado y celos seran los obstaculos que se interpondran en la vida de los dos.
    ?Podran Sami y Alvaro sortear tantos escollos, olvidar las culpas y perdonar los errores? ?Podra el amor superar tantas pruebas?

  • La Senora de Montesco de Sofia Navarro

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    La famosa obra de teatro “Romeo y Julieta”, de William Shakespeare, es mundialmente conocida. En ella, dos familias, los Capuletos y los Montescos, luchan a plena luz del dia en las calles de Verona. En la obra de Shakespeare, conocemos bien a la familia de Julieta, los Capuletos, pero apenas conocemos a la de Romeo. De la madre de Julieta sabemos que era ambiciosa y manipuladora, pero, ?y la de Romeo? Con la novela “La Senora de Montesco”, Sofia Navarro nos cuenta la vida de esta mujer, calculadamente alejada de la escena por parte de William Shakespeare, y nos presenta el interesante punto de vista de una mujer pacifista en un mundo de constante conflicto por el honor y la sangre. Una joven mujer que vivira su propia historia de amor y que enfrentara, como madre, la trajedia shakespeariana.

  • Un Romance para Recordar (Romance de Bahia Zafiro 4) de Sandra Edwards

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    El mayor deseo de Rosalee es regresar al lugar donde se enamoro por primera vez – hace cincuenta anos. Arrastrando a Rose, su nieta, Rosalee queda consternada al descubrir que las cosas han cambiado en la isla de Oahu. Ahora hay un hotel despampanante junto a la antes desierta playa donde ella y Nick acostumbraban encontrarse.

  • Has cambiado mi vida de Sophie Saint Rose

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    Hanna es una de las editoras mas importantes de Nueva York y necesita con urgencia un Best Sellers infantil antes de la junta de accionistas. Estaba harta de tener que demostrar continuamente su valia, pero lo iba a conseguir. Lo que no sabia, era que el autor se le iba a resistir tanto y que su vida iba a cambiar para siempre.

  • Un Sheriff De Alabama de Erina Alcala

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    Rosa Vera habia nacido hacia veintinueve anos en Martos, un pueblo de la provincia de Jaen, situado en Andalucia, en el sur de Espana. Ahora habia vuelto a su tierra que la vio nacer, y no precisamente para felices reencuentros. Era hija y nieta unica. Sus abuelos y sus padres habian sido ricos terratenientes de la zona. Poseedores de una de las mas extensas tierras de olivos de la provincia de Jaen y, por consiguiente, de infinidad de fabricas de aceite de oliva, repartidas por los pueblos de dicha provincia y tambien de parte de la provincia de Cordoba. Para desgracia de Rosa, a los catorce anos se habia quedado huerfana. Sus padres murieron una noche lluviosa de invierno, en un accidente de coche, cuando se desplazaban de un pueblo cercano hacia su casa, a solo cinco kilometros de distancia: TorreDonjimeno. Ese era uno de los muchos pueblos donde tenian una fabrica de aceite de oliva. Una de un total de mas de cien fabricas. La fortuna de sus padres la habian generado por ellos mismos, y no eran menos ricos que los abuelos. Y estos, cuando murio su unico hijo, el padre de Rosa, eran los unicos familiares de la pequena, asi que se hicieron cargo de ella. Le dieron siempre lo mejor. Rosa estudio bachiller en Martos, un pueblo de casas blancas de veinte mil habitantes a unos doce kilometros de la capital de la provincia, Jaen. Cuando quiso ir a la Universidad a estudiar medicina, sus abuelos, al igual que lo hubiesen querido sus padres, la enviaron a estudiar a una universidad de EE. UU. En parte, porque daba prestigio y porque la carrera de medicina era lo que Rosa habia querido estudiar desde siempre. La admitieron en la Columbia University de Manhattan. Alli permanecio, desde los diecisiete anos, edad en que termino el instituto, hasta los veinticinco. De la universidad salio con un doctorado en cirugia y su titulo de medicina. Era buena, por lo que en poco tiempo empezo su trabajo en el Presbyterian Lower Manhattan Hospital. Alli permanecio especializandose durante cuatro anos. Llego a ser, en esos anos, una cirujana de reconocido prestigio, a pesar de su edad. Era, sin duda, de las mejores que tenia el hospital. Ademas, Rosa caia bien. Siempre estaba dispuesta a hacer horas extras y guardias. En el transcurso de los anos, solicito la Green Card, que le otorgaria la nacionalidad americana. Y le fue concedida. Tenia doble nacionalidad y hablaba tres idiomas, frances, ingles y castellano, por supuesto. Mientras vivio en EE. UU., habia vuelto al pueblo, cada dos anos, a ver a sus abuelos. Utilizaba sus vacaciones para ello. El trabajo en el hospital era tan estresante, que las utilizaba para ir a ver a sus abuelos, que ya eran mayores y la unica familia que tenia en el mundo. Se querian mucho, y no era para menos. La habian criado de pequena y eran su unica familia. Rosa recordaria con carino esas vacaciones. Ahora hacia un ano que su abuela habia fallecido. Evidentemente fue a su entierro y sintio una pena infinita por su abuelo, que se quedaba solo despues de perder a su esposa por un ictus, del cual no consiguio sobreponerse del todo, y cuando sufrio el segundo, le fue imposible superarlo. Ahora estaba de nuevo en el pueblo, porque el que habia muerto era el abuelo. Ya no le quedaba a nadie en esta vida. Habia pedido veinte dias de vacaciones en el hospital, y utilizo tres con solo hacer la maleta, sacar los vuelos y llegar al pueblo. Un periplo amargo con el unico objetivo de despedirse del que ya no estaba. No se atrevio a ir a casa del abuelo para pasar la noche. Rosa se habia quedado en el hotel del pueblo. Ya tendria tiempo de recoger las llaves cuando fuera de dia. Miro por la ventana la noche estrellada que abrazaba al pueblo que la vio nacer. Parecia mentira que, aunque estuviera lejos, siempre llevaba un pedazo de esas calles en su corazon. A la manana siguiente a su llegada, se dirigio a la oficina del abogado justo despues de desayunar. El era el albacea de sus abuelos, como lo fue de sus padres. El abogado, Juan Medina, era un hombre alto, de mediana edad, algo calvo por la coronilla, muy serio y educado. Era el hijo de los abogados que toda la vida tuvieron sus familiares y que mantenia el bufete de su antecesor. Nada mas verla entrar en su despacho la invito a sentarse. --Sientese, senorita Vera. --Y ella se sento. --Como sabra, mi padre y yo, por ende, somos los albaceas de sus padres y de sus abuelos. Como mi padre murio, no le queda mas remedio que tratar conmigo de todos sus asuntos legales.--Bien, muchas gracias, senor Medina, siento lo de su padre. --Gracias. Y yo, lo de su abuelo. Mientras ponia encima de la mesa una carpeta negra algo gruesa, con el nombre de Familiares Vera, ella observaba sus movimientos metodicos y tranquilos. --Como sabra, su abuelo fue enterrado ayer junto a su abuela. Era lo que solicito, su ultima voluntad y su deseo. No se pudo esperar a que llegase. Nos hicimos cargo de todo. --Lo se. Y se lo agradezco. He venido lo antes posible, pero estoy lejos. Aunque pasare mas tarde por el cementerio. O estos dias que permanecere aqui. --Bueno, si esta lista, empiezo. Aqui tengo todas sus propiedades. Paso a enumerarselas: cincuenta fabricas de aceite (sus abuelos vendieron la otra mitad de las fabricas, antes de morir su abuela), diez mil fanegas de olivos, tres cortijos, mas la propiedad de sus abuelos que es la casa del pueblo, mas el dinero que tenian en el banco. --?Todo eso tenian mis familiares? Sabia que eran ricos, pero esto es una barbaridad. --Si, senorita. Eso hace un total aproximadamente de ciento cincuenta y tres millones de euros aproximadamente. Evaluandolo por encima, claro. --El abogado la miro con una sonrisa blanca por primera vez. Rosa se quedo en blanco. Ella, de sus abuelos habia recibido lo suficiente para estudiar, sin que le sobrara el dinero. No habian sido tacanos con ella mientras estudiaba, pero en modo alguno dadivosos. Y luego al acabar la carrera y empezar a trabajar, no recibio un euro. Ganaba mas de doce mil euros mensuales en el hospital y desde luego, no los necesitaba economicamente. Ella habia conseguido ahorrar con sus guardias y recibiendo un buen sueldo de cirujana en esos casi cuatro anos, unos doscientos cincuenta mil dolares y algo mas, porque vivia bien. Tenia alquilado un apartamento pequeno, pero caro en Manhattan y le gustaba vivir bien, ropa cara, maquillaje y perfume. Ir de vez en cuando a darse masajes, mas bien por necesidad y cuando podia ir al gimnasio a desentumecer los musculos. Salir a tomar unas copas algunos fines de semana o comer en algun restaurante. El resto lo hacia en casa. Tampoco eran demasiados lujos si se lo podia permitir con su sueldo. Lo que nunca penso es que sus padres y sus abuelos tuvieran tal cantidad de propiedades. Ella, nunca pregunto y ellos nunca le dijeron nada. El abogado, la saco de sus pensamientos. --?Como? --dijo ella sin haberlo escuchado--, perdone, me habia perdido. --Le decia, senorita Vera, que su abuelo ya tenia compradores para todas sus propiedades. El senor Vera, sabia que usted no iba a volver aqui, que se quedaria en Estados Unidos. Y habia conseguido hablar con algunos futuros compradores para sus propiedades. Y asi usted recibir el dinero en metalico. --Si, alli tengo mi trabajo y mi vida. No voy a vivir aqui, ni a volver a Espana. Ya no tengo a nadie. Mi intencion es vivir en Estados Unidos. --Entonces, ?que piensa hacer? --Creo que lo que tenia mi abuelo pensado. Vender todas las propiedades. ?En cuanto tiempo cree que podria venderlos? Tengo apenas quince dias para cerrar esos asuntos. ?Lo podria conseguir en ese tiempo? --No es mucho tiempo, pero lo podemos intentar, ya que tenemos a los compradores adjudicados a cada propiedad. Eso si, puede llevarse los objetos personales de la casa, si quiere. Y quedarse en ella hasta que terminemos todo el asunto. --Me llevare las fotografias, el resto no. Y si es necesario, me quedaria a vivir en el hotel en que me aloje anoche durante ese tiempo. Si los compradores quieren entrar antes, claro. --No sera necesario. Esperaran. Tras una breve pausa. --Bien. Hoy mismo me pondre en contacto y resolvemos esto lo antes posible. Mi bufete trabajara incansable en este asunto para que pueda irse con sus propiedades vendidas. La llamare para firmar todos los documentos. Mis ayudantes trabajaran estos dias para usted, antes de que regrese. Le advierto, que hay que descontar lo de Hacienda y nuestra minuta. --No se preocupe, lo entiendo. Es lo normal. --Hacienda se lleva un buen pico. --?Cuanto? --pregunto ella, porque no sabia lo que en Espana se cobraba por la venta o compra de propiedades. No estaba al tanto, pero miraria en internet por la tarde. No por desconfianza. Sus abuelos y sus padres habian confiado en ese bufete toda la vida y ella confiaba tambien. Tenian un gran prestigio, no solo en Martos, sino en los alrededores. --Un veinte por ciento. --Habra que pagarlo antes de irme. Quiero dejar pagado todo, para que no se me reclame nada una vez este fuera del pais. No quiero problemas con Hacienda, si ustedes pueden encargarse tambien de ello, se lo agradeceria. Y en todo caso, les voy a dejar mi tarjeta y mi telefono por si fuese necesario. Y yo, tambien los llamare. --Perfecto. Pues en eso quedamos. Le avisaremos para las firmas y necesitaremos un numero de cuenta para el ingreso antes de que venga de nuevo. --Y ella, se lo dio--. Aqui tiene las llaves de la casa de sus abuelos. --Estupendo. Espero su llamada. Gracias, senor Medina --dijo, levantandose y saludando al abogado que tambien se levanto y la acompano a la puerta. --A ustedes, por confiar en nosotros. Se despidio del abogado y cuando salio a la calle, al centro de la ciudad, casi le da un ataque de ansiedad. Sabia que sus abuelos eran ricos, pero eso era una barbaridad. Con esos pensamientos en la cabeza, lo primero que hizo fue ir a un bar y tomarse un par de cervezas y un par de tapas e irse al hotel donde se habia quedado la noche anterior, pagar la cuenta y subir a casa de los abuelos, en la parte alta del pueblo. La casa era maravillosa, una gran casona andaluza, estilo antiguo con un gran patio de flores. Ella recordaba haber estado alli cuando era nina jugando y de adolescente durante el instituto. Dormiria en su antigua habitacion; donde se quedaba cuando iba a ver a sus abuelos desde Nueva York. Se hizo un cafe y se tumbo en el sofa. Habia dormido poco desde que el vuelo desde Nueva York la dejara en Madrid, y de ahi el Ave hasta Cordoba y otro tren a Jaen y tomo un taxi hasta Martos. Ya estaba cansada y no iba a tomar el autobus. Tendria que hacer lo mismo a la vuelta. Se quedo dormida hasta el dia siguiente. Nunca habia dormido tanto. Ni habia tanto silencio en la casa. Abrio su maleta y se ducho, se cambio de ropa y salio a desayunar. Se dio una vuelta por el pueblo y se compro un libro para esos dias de espera, el periodico y una revista del corazon. Era 25 de marzo y el tiempo aun era frio en ese tiempo, a pesar de estar ya en primavera. Despues de cinco dias, se puso algo nerviosa al ver que el abogado no la habia llamado, pero decidio esperar. Recorrio el pueblo de parte a parte, e incluso un dia subio a la Pena, al cementerio, con flores para sus abuelos y sus padres. Al siguiente dia de espera, fue a ver el Castillo de Jaen y paso la manana en la capital, donde comio y paseo. Volvio por la tarde despues de tomar el cafe. Al sexto dia, la llamo el abogado. Deberia pasar manana por la tarde para firmar los documentos. Ella estuvo de acuerdo. !Que eficiencia! CAPITULO 2 <>, penso Rosa. Habia firmado los documentos y el abogado vendio las propiedades. Tal como le habia indicado, tambien pago a Hacienda, para que no tuviera que preocuparse de nada. Le paso su numero de cuenta donde le hicieron una transferencia. Cuando Rosa salio del despacho, despues de entradas y salidas, tenia en su haber: ciento veinte millones de euros que cambio a dolares. Casi ciento cuarenta millones de dolares, mas lo que tenia ahorrado, daban un total de ciento cuarenta millones doscientos cincuenta mil dolares. Una fortuna millonaria. A eso habia que anadirle el dinero que llevaba encima para el viaje, que era la ultima nomina. Con ella saco los pasajes, pago el hotel y lo que se gasto alli. Toda una locura. Tendria que invertir en algo, quizas en propiedades. Pero todo eso lo haria cuando llegara a Estados Unidos. Tres dias despues, volaba a Nueva York. Solo se llevo una maleta y una bolsa de fotografias de sus seres queridos, una cuenta abultada y una ansiedad latente por volver al hospital. Esos dias, en el pueblo le hicieron querer recobrar una paz que no habia conseguido desde que termino el instituto. La Gran Manzana podia ser estresante. Su trabajo en el hospital mucho mas y su vida emocional cero. Su vida sexual y romantica, menos que cero. Suspiro mientras miraba por la ventanilla del avion. Con el dinero que tenia, incluso podia dejar de trabajar, pero eso no era lo que queria. Se habia pasado anos estudiando para trabajar y le gustaba ser doctora y tambien cirujana. Pero desde que habia pasado esos dias en el pueblo le rondaba una idea en la cabeza: dejar Nueva York. Si, no era necesario dejar de ser doctora, pero podia abandonar Nueva York, el bullicio y el estres e irse a un lugar mas tranquilo. No sabia donde, ni cuando, pero tal vez... lo antes posible. Un hospital pequeno, puede que no de un pueblo, se conformaba con una pequena ciudad... El lugar no era tan importante. Ese cambio era algo que necesitaba en esos momentos. Siendo cirujana y medica, dos ramas en las que era buena, no le faltaria trabajo. Tenia veintinueve anos y necesitaba un cambio en su vida. El haber pasado por el pueblo le habia hecho pensar en su estilo de vida. Al final era de pueblo, no de ciudad. Le gustaba la gente mas que la soledad de un apartamento en un lugar de millones de personas que ni se saludaban. Por no pensar en que en ese ambiente no se sentia comoda, le costaba hacer amigos con la gente de la urbe, siempre recelosa. En cuanto a los hombres... No tenia suerte, aunque Rosa era una chica guapa de uno sesenta centimetros. Morena, con el pelo largo ondulado y ojos verdes claros como el agua de un lago transparente, que cuando te miraban siempre se veian risuenos. Su nariz respingona estaba salpicada de pecas. Llevaba las unas cortas y sin pintar, todo a causa de su profesion. Tenia un buen cuerpo y los pechos generosos, sin llegar a ser demasiado exagerados. El gimnasio hacia su efecto. Era una mujer feliz por naturaleza. Y no solo estaba por su alegria, sino tambien por sus andares seguros. Atraia a los hombres, pero era quizas demasiado distante, independiente e ironica y cuando ligaban con ella, desconfiada. Se creia la mitad de la mitad de lo que los hombres le contaban. Y no se cortaba un pelo al hablar o decir lo que tuviese que decir. No habia tenido novios al uso. Nunca. Pero se habia acostado por necesidad con algunos hombres. Cuando habia salido sola algun fin de semana a tomar una copa a algun lugar de moda y le habia gustado un hombre se acostaba con el, pero nada mas. No daba nunca su telefono, quizas porque no le habia interesado ninguno. ?Que le gustaria encontrar a su media naranja?, claro, pero eso era dificilisimo. Y su reloj biologico iba a darle cualquier dia un disgusto. Pero ella sabia que era una chica familiar, que en un futuro no muy lejano querria hijos y un marido y ese ultimo era el que tenia que encontrar. Un hombre con quien formar una familia. Suspiro de nuevo. Seguro que en la Gran Manzana no habria un hombre para ella.