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  • Mi ladron favorito, Emma Fraser de Emma Fraser

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    Vera decide viajar a Escocia tras un desengano amoroso con la unica intencion de olvidar el amor. Sin embargo, se cruzara en su camino Caillen, un escoces sexy, atractivo y sinverguenza que le roba la documentacion solo para volver a verla.
    Sus caminos se uniran cuando Caillen se ofrece a llevarla a traves del pais. Poco a poco, apareceran sentimientos que ambos creian no volver a sentir en sus corazones.
    No obstante, todo se torcera cuando el pasado complicado de Caillen aflora y se ven envueltos en una red peligrosa.
    ?Sobrevivira su amor al peligro?

  • Amar sin contratos (Esposa por contrato 2) de Seren Dally

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    En su habitacion del hotel, Emma Reed miraba la pantalla de su tablet, conectada a la camara de vigilancia de su hija Maddie. Su marido estaba tendido con ella en la cama, aunque despierto. Emma sabia que estaba nervioso, angustiado, por la forma en que se masajeaba la frente con sus dedos, con un codo en alto, en la oscuridad. A pesar del dolor que el le habia causado, Emma Reed sintio que el corazon le daba un brinco en el pecho. Llevaba ya en el hotel cuatro dias. Emma se habia ido de la casa en mitad de la noche, en un taxi, a un hotel alejado del centro, donde no corriese el peligro de encontrarse con Jared Whiteman. Echaba de menos a Maddie. Esa manana, habia ido a verla, despues de llamar a Eloisa y asegurarse de que Jared habia salido. Le pidio a la asistenta que no le dijese nada. La mexicana, fiel a su jefe, asintio con reticencias, sintiendose desleal. Estaba incomoda, e insistio en que se fuera pasados apenas quince minutos, lo suficiente para que Emma Reed pudiese abrazar a su nina aunque, claro, para la asistenta mexicana, ella no era mas que la madrastra de Maddie Whiteman. Con la luz apagada y acostada sobre su fria cama de hotel, Emma espiaba cada noche a su hija a traves de aquella camara. Veia a Jared leerle un cuento, arroparla antes de salir del cuarto, dejando la puerta entreabierta, para que Maddie no llorase si se despertaba en mitad de la noche. Emma no sabia bien si se conectaba cada noche para ver solo a Maddie o para verlo a el. Y aquel dia era diferente. Emma habia llorado. Tenia los ojos enrojecidos y la nariz hinchada. Un peso dentro del estomago. Necesitaba a Jared mas que nunca. A ese amor se superponia una rabia profunda y dolorosa, que provenia de lo mas recondito de su vientre. Cogio su movil y le envio un escueto mensaje de texto. Lo vio a traves de la camara, alargar la mano para alcanzar su movil, leer su mensaje e incorporarse como si le hubieran pinchado. Volver a releer el mensaje de su esposa, levantandose, apresurandose hacia la puerta para llamarla. El telefono de Emma vibro sobre su mano. Seguramente estaba hablandole desde su habitacion. - Emma, vas a volver a la casa inmediatamente - fue lo primero que dijo, en un tono duro, autoritario. Ella se quedo en silencio, escuchando la entrecortada respiracion de su marido. - ?Me estas escuchando? Quiero que vuelvas a casa ahora - remarco esa ultima palabra, subiendo el volumen de su voz y espaciando las silabas - Tenemos que hablar. - No - respondio Emma, con una impasible calma, sin alterarse - Ire el martes a su oficina, a las cuatro, con mi abogada. Le aconsejo que avise a Sterling - lo trato con formalidad a proposito. Sabia que eso le molestaba. Jared resoplo, desesperado. Guardo silencio sin saber que decir unos segundos, hasta que, finalmente, se atrevio a preguntar: - ?Me vas a pedir el divorcio? - Hablaremos el martes - respondio Emma, impasible. - Dime donde estas y yo ire a hablar contigo esta... Corto la llamada sin dejarlo decir nada mas. Ahora era ella quien iba a dictar las normas. Capitulo 2 Era dificil entender como habian llegado a aquella situacion apenas tres meses despues de la boda. Todo parecio ir bien durante un tiempo hasta que una serie de fatalidades se encadenaron de forma impredecible y caprichosa. Incluso antes de conocer a Emma Reed, el millonario habia dirigido su vida "sentimental" de una forma un tanto excentrica, como alguien que no cree en el amor ni sabe que es. Su primer matrimonio, con su amiga y socia Nora Mitchell, fue por pura conveniencia y estaba basado unicamente en la amistad. Cuando Nora supo que tenia un tumor, acordaron casarse para proteger la empresa. Ella le pidio adoptar a una nina, ya que no queria morir sin saber lo que era la maternidad, y Jared Whiteman accedio sin demasiado entusiasmo, solo para complacer a una vieja amiga por la que nunca sintio nada mas alla de la lealtad y el afecto. Fue al morir Nora cuando empezo a plantearse como queria que fuese la vida de Madelaine Whiteman. Adoraba a la nina, pero su trabajo y la empresa siempre estuvieron por encima de lo demas. Fusiones, absorcion de consorcios rivales, viajes de negocios, reuniones. Su empresa crecia. No le importaba el dinero, pero era adicto al poder. Su trabajo ocupaba su vida y se le hacia cada vez mas dificil aranar algunas horas para ver a Maddie. Incluso en el fin de semana, con frecuencia, tenia cenas de negocios y se veia obligado a dejar a la nina al cuidado de Eloisa Flores, su asistenta. Y entonces, un dia Maddie empezo a preguntar por que ella no tenia una mama como las otras ninas. Jared hizo el esfuerzo de salir con alguna que otra mujer, pero todas lo hastiaron. Ninguna parecia ser lo suficientemente buena para el, siempre exigente al juzgarlas. Llevo a algunas para que conocieran a su hija, pero en ninguna vio ni la mas minima senal de encajar bien con Maddie. Todas fingian un interes en su hija adoptada un tanto artificial, impostado, y la trataban como un medio para conseguir el claro proposito de convertirse en la esposa de un millonario hombre de negocios bostoniano, portada en dos ocasiones de la revista Bloomberg Businessweek, viudo, y muy atractivo. Ademas, todas requerian una atencion que Jared Whiteman no estaba dispuesto a concederles. No era un hombre muy dado al galanteo. Pedia lo que queria, y casi siempre era solo sexo. Con eso le bastaba y hacia su ajetreada agenda mucho mas simple. Tratar de complacer a una mujer y tomarse el tiempo de conocerla eran dos tareas agotadoras para el, asi que despues de acostarse con ellas unas cuantas veces, dejaba de llamarlas o les decia, sin rodeos y sin compasion, que aquello no funcionaba y que no volveria a verlas mas. - ?Nunca te has preguntado quien y como sera la madre biologica de Maddie? - le pregunto un dia Laurie Martinez, esposa de su mejor amigo. Esa pregunta obsesiono al millonario. Por la noche, en su cama, consideraba que tal vez esa era la solucion que estaba buscando. Quien, mejor que su verdadera madre, podria cuidar a Maddie, dedicarle el tiempo y la energia que ella necesitaba, con afecto y entrega. La semana siguiente, llamo a su abogado, Alexander Sterling, y le explico su plan. Lo primero: buscar a un investigador privado, comprar informacion, seguir a la madre biologica durante algunos meses, cerciorarse de que cumplia con las expectativas del Sr. Whiteman y de que no era un peligro para Madelaine. No tenia demasiadas esperanzas de dar con una madre biologica a la altura de su hija y de el mismo. Sin embargo, se sorprendio al toparse con aquella doctorada en historia del arte por la Universidad de Chicago, especialista en pintura europea del Renacimiento y del Barroco. Cuando Emma Reed lo conocio, bajo el pretexto de comprar una de las piezas de su galeria de arte, Jared ya lo sabia todo sobre su tediosa rutina diaria, las horas a las que solia volver a su casa, sus intereses, la informacion que compartia en sus redes sociales, las relaciones sentimentales que habia tenido en los ultimos anos, en que y como gastaba su dinero, su historial de credito, su limpia ficha policial, y su expediente medico. La agencia de investigacion le habia pasado incluso un interesante dosier sobre las tortuosas circunstancias que rodearon la concepcion de su hija adoptiva. Su intencion era ser duro y frio con Emma Reed, a la que no conocia mas alla de aquellas fotos y documentos. Por fin, se dijo, tenia la oportunidad de ser dolorosamente claro con sus intenciones y sus propositos con respecto a una mujer, y los suyos eran contratar a una esposa. De manera que la trato como a la candidata a un puesto. Alexander Sterling ya tenia redactado el contrato matrimonial y estaba listo para imprimirlo una vez que Jared Whiteman diese su aprobacion a aquella bonita pasante de Chicago: "Adelante", fue el escueto mensaje que Jared Whiteman le envio despues de conocer a Emma Reed en su oficina, un lunes por la tarde. Ella se habia sentido ofendida por aquel contrato. Por la subita y sorpresiva oferta que Jared Whiteman le hizo al dia siguiente de estrecharle la mano por primera vez. Sin promesas de amor, sin falsas perspectivas. La guapa pasante de Chicago entendio que el solo queria a alguien que se ocupase de Maddie como una madre y construyese con el la grata ilusion de una familia feliz. Conveniente sexo sin las molestias de cortejar a una mujer. Una esposa bonita que llevar a sus cenas de negocios. A cambio: un millon de dolares o un negocio propio, ropa y zapatos caros, una casa en la mejor zona de Boston, vacaciones en cualquier parte del mundo. Las seguridades y las comodidades que concede el dinero en America. A ella lo que realmente le importaba era recuperar a su hija. Todo estaba claro y era un acuerdo entre adultos. Y sin embargo, Emma Reed no fue facil. Tenia escrupulos, era timida, y se nego a su deseo durante casi un mes, rehuyendolo, incluso cuando el ya tenia el derecho de tomar de ella lo que quisiese. Emma lo rechazaba con la altiva sutileza de quien se niega a ser una propiedad o un juguete. Esa actitud mojigata no hacia sino excitar aun mas al millonario, que acabo por rendirla, casi a la fuerza, en su noche de bodas. Habia despertado un deseo que Emma Reed no acababa de comprender. "El chofer estara ahi a las doce. Hoy almorzaras conmigo", le envio Jared Whiteman a traves de Telegram a las nueve, apenas tres dias despues de la boda. "Digame como tengo que vestirme", respondio ella, imaginando que se trataba de algun compromiso de negocios. "Uno de esos femeninos vestidos que me provocan una ereccion. Y no te pongas bragas", fue su respuesta. Emma Reed se sonrojo, leyendo aquel mensaje. "Sr. Whiteman, yo tenia razon. Es usted un millonario pervertido". Jared replico: "Tambien yo tenia razon. Usted es una mojigata incurable, Sra. Whiteman". A Emma le cosquilleo el estomago, viendolo referirse a ella como Sra. Whiteman. Al cabo de un momento, le llego la respuesta seria: "Vamos a ser tu y yo". Eso solo podia significar que a el le gustaba pasar tiempo con ella, se dijo Emma Reed. Empezaba a fantasear con que Jared se enamorase. Luego, agitaba la cabeza sacudiendose esa estupida ensonacion y se recordaba a si misma que aquello no era mas que un contrato. El restaurante en el que se vieron estaba en la ultima planta de un rascacielos, con unas increibles vistas del centro de Boston. Tras el almuerzo, al bajar en el ascensor, Jared Whiteman presiono el boton de parada. A Emma Reed se le estremecio el vientre, y empezo a sudar, cuando el se le puso delante, y la estrecho entre sus brazos. Con sus manos acariciandole las nalgas, comprobo si ella habia sido lo suficientemente atrevida como para no ponerse ropa interior. Arrugo la nariz, con decepcion, al notar los bordes elasticos bajo la fina tela de su vestido. Exhalo un tanto melodramatico. - Esos juegos eroticos no estan en el contrato - le recordo ella. - Ya - dijo el, deshaciendo el abrazo y dando un paso para ponerse a su lado. Presiono de nuevo el boton para reanudar la bajada - Era mucho esperar que te atrevieras a complacerme. Emma insistia en mantener las distancias, tratandolo de "usted" en privado. En ese pequeno detalle, Jared Whiteman supo leer las reticencias de Emma Reed y se negaba a darle tregua. Cada noche, al acostar a Maddie, Jared exigia de su esposa lo que le pertenecia. Ella obedecia, sin querer admitir lo mucho que empezaba a gustarle que Jared Whiteman insistiese en su intento de domenarla. El le hacia el amor una, dos veces. Emma no se negaba. De hecho, esperaba con la misma impaciencia que el el momento de meterse bajo la colcha. Y sin embargo, aun buscaba formas de herirlo con pequenos desprecios, apenas perceptibles, que no escapaban a la atencion de su esposo. - Anda, quitate la ropa - le susurraba, robandole los primeros besos de la noche. Unas veces divertido y otras desesperado por su obcecacion, Jared Whiteman la acogia en sus brazos: - Todas las noches volvemos a empezar - bromeo - Si sabes que te lo voy a pedir, por que no te acuestas desnuda de una vez. Emma Reed grunia, avergonzada. No podia evitarlo. Era su forma de mantener la cabeza y el corazon frios.

  • Lo que queda de nosotros: Paris de Lina Perozo Altamar

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    Mientras Brigitte estuvo sentada en aquella banca en la estacion de trenes Victoria, con su mundo y sus sentimientos hechos pedazos, nunca llego a pensar que conseguiria rehacer su vida lejos del hombre que la hizo feliz, pero que tambien termino causandole un profundo dolor.
    Timothy, hundido en su desesperacion por haber perdido a Brigitte, tendra que aprender de la manera mas dura a que en la vida nada se puede dar por sentado, ni siquiera aquel amor que creia incondicional.
    A su vez, Donatien luchara por ser el hombre que despierte nuevas emociones en ella, ese que la acompane en el viaje de autodescubrimiento, que la convertira en la mujer que siempre quiso ser.
    Paris sera el escenario de un reencuentro que trastocara sus vidas, justo en el momento en que todo parecia ser perfecto y creian el pasado superado. Y los hara cuestionarse la posibilidad de un nuevo comienzo o aceptar que ya no queda nada entre ellos.
    Lo que queda de nosotros: Es una novela donde cada personaje luchara por tener una segunda oportunidad, pero quizas no todos sean merecedores de la misma.

  • El palacio de Urania de Enrique Joven Alvarez

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    Francis Davies es un brillante matematico que malvive en una realidad distopica proxima. Casi alcoholico y arruinado, acepta un extravagante encargo: robar el famoso e indescifrable Manuscrito Voynich de la Biblioteca de Libros Raros de la Universidad de Yale. Pero las cosas no salen como el espera. Envuelto en un crimen, tiene que plegarse al chantaje de sus misteriosos mecenas, que ademas del robo le exigen su traduccion. Francis comienza entonces una larga investigacion a la que se unen, con distintos intereses, sus antiguos companeros de estudios en el MIT. Poco a poco van resolviendo los enigmas que contiene, adentrandose en la historia oculta del extrano volumen. El principal de ellos, su autoria, les depara una inesperada sorpresa: dos geniales astronomos del Renacimiento --Tycho Brahe y Johannes Kepler-- cifraron sus secretos en el manuscrito. ?Por que? ?Que escondieron alli? ?Que interes tiene para sus poderosos y anonimos padrinos el viejo contenido?

  • Eres mi condena (Trilogia Sin mentiras 1), Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton de Monica Hoff , Norah Carter , Patrick Norton

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  • Corazon indomable (Trilogia Corazon 2), Elena Montagud de Elena Montagud

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    Esta historia tierna y pasional puede provocarte los suenos mas eroticos.

  • La cancion secreta del hada de Claudia Cardozo

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    ?Que palabra mas anhelada que el nombre de quien se quiere? ?Que murmullo mas audible que el que permite llamar a esa unica persona? Esa es la cancion mas secreta, la primera voz que puede articular quien no sabe hablar, a la espera de que acudan a su llamado.

  • Soledad de Carlos Bassas Del Rey

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    El dolor por la muerte de un hijo es innombrable y se manifiesta de modos muy distintos. Tambien lo hacen la soledad, el vacio, el miedo, la culpa y la rabia que traen consigo al saber que esa vida ha sido arrebatada. De la noche a la manana, Soledad se convierte en la madre muerta de una nina muerta. El inspector Romero, encargado de investigar el caso, vivira su propio calvario tratando de descubrir la verdad. La de la muerte de la nina y otra que solo le atane a el.
    Soledad narra esa doble busqueda desde la duplicidad constante de voces. Tambien es un recordatorio de que, en ocasiones, la verdad no libera, sino que lo calcina todo a su alrededor.

  • Tan lejos… tan cerca de Kat Martin

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    Julie Ferris, una agente inmobiliaria ambiciosa y entregada a su trabajo, esta disfrutando de un dia de playa con su hermana Laura cuando el aire se carga con una energia extrana y casi imperceptible. Luego, bajo el ardiente sol de Malibu, el tiempo se detiene por completo.
    Ninguna de las dos hermanas puede explicar aquel dia “perdido”, ni los horribles dolores de cabeza y las pesadillas que le siguen, pero Julie lo atribuye todo al estres que sufre desde que el hijo de su jefe se hizo cargo de la agencia inmobiliaria Donovan.
    Patrick Donovan seria un gran partido si no fuera por su estilo de vida y su actitud de playboy. Un ataque al corazon causado por la cocaina lo pone al borde de la muerte, pero Patrick se recupera con sorprendente (y sospechosa) rapidez. Julie apenas lo reconoce: no parece el mismo hombre al que antano ella luchaba por resistirse. Puede que su extrana experiencia en la playa la este volviendo paranoica, pero tiene la sensacion de que algo no encaja.
    Mientras sus sentimientos por Patrick se intensifican, Julie descubrira como aquel dia en la playa enlaza su nueva felicidad con sus mas absurdas sospechas.

  • Ensayo sobre el jukebox de Peter Handke

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    En la serie de cinco “ensayos” que ha venido publicando desde 1989, Peter Handke (1942) ha explorado y desarrollado nuevos caminos en el campo de la creacion literaria, en unos peculiarisimos textos que combinan el recuerdo, la autobiografia y la reflexion, al tiempo que alumbran una nueva mirada sobre la cotidianidad. En “Ensayo sobre el jukebox” (1990), la vision de unos de estos aparatos en un establecimiento viajando por Espana desencadena en el narrador una mezcla de sentimientos y reflexiones que le sirven como pretexto para volver acerca de las connotaciones, relaciones, experiencias y vivencias relacionadas con el, asi como sobre el tiempo en que era un objeto familiar en establecimientos publicos de esparcimiento.

  • LONDON: ?Destino o casualidad? de Luz Rios

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    El mundo conspira, las circunstancias se acoplan y las piezas de mi vida encajaron hasta llevarme a mi alma gemela. ?Casualidad o destino? Mi respuesta es destino, no puede haber otra cuando el viaje de tu vida te lleva a encontrar a ese ser que te ilumina, te mejora, te comprende y te acompana; ese amor que tiene el poder de destruirte, pero que dentro de la destruccion te hace renacer en una mejor version de ti. Esta novela habla de lo que me llevo a encontrar ese amor, aceptarlo en mi vida y permitirme renacer.
    Se que a el lo encontrare en cada una de mis vidas.

  • Me entregue a ti (Por amor 4) de Maria Beatobe

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    Cuando al darme la vuelta vi a Mora pense que me moria. Las piernas me empezaron a temblar y por un momento crei que me iba a desmayar. Esa sonrisa de autosuficiencia todavia me revolvio mas el estomago. ?Realmente pensaba que iba a atenderle despues de lo que me hizo? ?El muy cabron todavia tenia ganas de seguir jodiendome la vida? No debia de estar bien de la cabeza, porque nadie en su sano juicio podria ser tan cruel con otra persona. Me quede paralizada mientras le miraba fijamente presa del panico. ?Que cojones estaba haciendo alli? ?Sabia que trabajaba en esa tienda o habia sido una casualidad? No se por que, pero algo me decia que no habia sido una mera coincidencia. --?No me vas a saludar? --me reto. A mi no me salian ni las palabras. Bastante que aun las piernas me sostenian. Mi cuerpo no era capaz de reaccionar ante su cruel visita. En mi cabeza empezaron a arremolinarse un monton de imagenes horribles de aquella noche, y ahora todavia me entumecia mas mientras Mora me sonreia cinicamente, acompanado de su amigo Rafa. Oi como Gael salia del despacho y se ponia a mi lado. --Buenas tardes --saludo dirigiendose a ellos. --Buenas tardes, jefe --respondio Mora. Ante mi pasividad, Gael se dio la vuelta para mirarme. Y por como lo hizo me di cuenta de que mi cara no debia de tener buen aspecto. --Naira, ?estas bien? Evidentemente, no lo estaba. Pero no podia decirle <>. En ese momento, empece a notar unos sudores frios que me subian desde la punta de los pies hasta la coronilla. Mi respiracion empezo a acelerarse y mi pulso tambien. Intente mantener la compostura, pero comence a sentir una presion y un mareo horrible en la cabeza y, por instinto, me agarre al hombro de Gael mientras me ponia la otra mano en la frente y cerraba los ojos. --Naira, ?que pasa? --volvio a insistir. --Creo que necesito sentarme un momento. Solo sera un segundo. Lo peor de todo era que Mora seguia de pie frente a mi, sin dejar a un lado esa mueca de superioridad, con las manos en los bolsillos y una malefica media sonrisa. Que asco senti. Me hubiera encantado poder abalanzarme sobre el y pegarle hasta perder todas las fuerzas. Descargar toda mi rabia como si fuera un saco de boxeo. Jamas habia experimentado esa sensacion en mi cuerpo, incapaz de moverlo ni controlarlo. La tension me tenia totalmente agarrotada. Gael me acerco con rapidez un taburete que teniamos tras el mostrador y lo coloco a mi lado. --Ven, sientate. Y eso hice. Di dos pasos hacia atras y me deje caer en el asiento mientras Gael me sostenia. --Vaya... Parece que la dependienta no se encuentra muy bien --dijo Mora con sorna. Vi como Gael alzaba la vista para mirarle y juraria que no lo hizo de buenas maneras. --Pues no. Pero no se preocupe, porque puedo atenderles yo --dijo incorporandose. --Fijate que queriamos que fuera ella la que nos atendiera. ?Verdad, Rafa? --Verdad, verdad --se burlo el poniendo la mano sobre el hombro de su amigo. --Es evidente que ella no lo va a hacer, asi que si os sirvo yo..., bien, si no... --Espera, Gael, yo les atendere --me apresure a decir. Enseguida me puso la mano en el hombro para evitar que me levantara. Gael no solamente habia cambiado el tono de voz, que era cada vez mas desafiante, sino que fui consciente de que estaba perdiendo los papeles cuando dejo de tratarlos de usted y paso a tutearles. En su trabajo era extremadamente perfeccionista y jamas le faltaban las buenas formas, pero ahora todo eso estaba desapareciendo ante la actitud retadora de Mora y su amigo. --No --dijo rotundo--, no vas a atenderles. Lo voy a hacer yo -- respondio sin dejar de mirarles. --Lo cierto es que poco favor te hace tener esta dependienta, que a la minima esta por los suelos --increpo Mora sin dejar de sonreir. En ese instante vi que Gael cogia aire y se acercaba a ellos con gesto provocador. Eso no pintaba nada bien. Y yo me encontraba tan mal que no estaba para ponerme a mediar en una pelea. --Mira, chico... --comenzo. --Mora, me llamo Mora --respondio altivo. --No me importa como te llames, no te lo he preguntado. Para empezar, ya decidire yo si ella es buena o no; tu opinion me importa realmente poco. Y segundo, creo que en esta tienda no hay nada para vosotros. Mora sonrio con suficiencia, puso los ojos en blanco y luego miro hacia otro lado. Hasta que volvio a encararse. --?Nos estas echando? --No queria decirlo asi, pero si. Sera lo mejor. --Eso no dice nada bueno de tu tienda. --Gente como tu, sinceramente, me da lo mismo lo que piense. Los dos idiotas se miraron alzando las cejas y, al volverse hacia Gael, Mora fijo su mirada en mi. --Bueno, Naira, pues ya nos veremos, ?no? ?No le has contado a tu jefecillo que tu y yo pasamos muy buenos ratos juntos? Le asesine con la mirada. Y a Gael no le paso desapercibido mi gesto. Ese tio definitivamente era un gilipollas desalmado. Me tenia cogida por el trabajo de mi padre, porque si no... ya habria hablado mas de la cuenta. --Buenas tardes --dijo Gael extendiendo el brazo hacia la salida e indicandoles que abandonaran el local. --Nos vamos, pero que sepas que la ropa de tu tienda es una mierda de pijos. La verdad es que tampoco pensabamos comprar nada, ?verdad, Rafa? Solo veniamos a ver a la dependienta, que esta para hacerle un favor, aunque ella no se deje. Y ambos chocaron las manos y empezaron a carcajearse. Gael dio un paso adelante con decision, hasta que le cogi la mano para detenerle. Pasaron unos segundos que a mi se me hicieron eternos. El cruce de miradas brutal entre Mora y Gael hizo que se me encogiera el estomago. Se estaban perforando el uno al otro solo con los pensamientos que cruzaban por sus cabezas. --He dicho que adios --dijo Gael asertivo, sin cambiar un apice su expresion. Oi un <> que susurro Mora antes de darse la vuelta para irse de la tienda. Segun salieron, Gael cerro con pestillo, se acerco hasta mi y se puso de rodillas para quedar a mi altura. --?Estas bien? --Si, lo siento... No se que me ha pasado. --Naira, ?de que los conoces? --Iban a mi instituto. --Lo que tengo claro es que algo te ha pasado con ellos, Naira, porque te has quedado bloqueada. --?A mi? No... Me habra sentado algo mal; no te preocupes, Gael. --He visto como le mirabas. --?A quien? --Al chico que estaba delante. Al tal Mora. Que no se de que, pero su cara me suena de algo. !Mierda! Espero que no se acuerde de que cuando le vio estaba conmigo el dia de la fiesta. Nos cruzamos cuando Hugo y el volvian de comprar y yo estaba en la puerta con Mora y con mis amigas. Por favor, que no lo recuerde; si no, si que ya me vengo abajo. --No, de verdad, Gael. Esta todo bien. Y me levante para ir al bano y poder volver a respirar. Porque desde que el impresentable de Mora habia entrado, yo habia dejado de hacerlo inconscientemente. 58 El resto de la tarde lo pasamos casi sin hablar. Yo me dedique a atender a la gente que entraba mientras el hacia numeros y llamadas desde el mostrador. No habia ido al despacho en ningun momento y por un instante llegue a pensar que no lo habia hecho porque no queria dejarme sola en la tienda por si Mora y Rafa volvian. Aunque apenas hablamos (lo hicimos unicamente por temas de la tienda), si que nos miramos... y muchas veces. Me sentia tan mal por no contarle lo que habia pasado entre Mora y yo que no era capaz ni de sostenerle la mirada. A la hora de cerrar entre a cambiarme al despacho mientras el bajaba la persiana, como todos los dias. Aun me temblaba algo el pulso despues de haberme reencontrado con Mora, con el chico que me habia dejado una huella imborrable en el corazon para siempre, y no precisamente por algo bueno. Estaba en sujetador colocandome la camiseta cuando Gael entro en el despacho sin llamar. Por inercia, me tape el pecho con ella y le mire sorprendida. Pero el prosiguio sin inmutarse y cerro la puerta despacio tras el. Yo trague saliva y espere para descubrir cuales eran sus intenciones. Se acerco poco a poco hacia mi sin dejar de mirarme. Yo solamente llevaba puesta una faldita plisada estampada, mientras el sujetador asomaba ligeramente a traves de la camiseta con la que intentaba taparme. En decimas de segundo lo tenia pegado a mi. Me puso las manos en la cintura y me dio un suave beso en el cuello, que recibi con los ojos cerrados. --?Estas mejor? --susurro. --Si. --?Por que te fuiste asi esta manana? Me he vuelto loco al no encontrarte en mi cama cuando me he despertado. Continuaba besandome y eso hacia que me resultara bastante dificil concentrarme en una respuesta medianamente decente. --Lo siento. Me asuste. Dejo de regalarme caricias en el cuello para pasar a mirarme mientras apoyaba suavemente su frente en la mia. --No tengas miedo, Naira. ?Que es lo que te asusta? --susurro. --No es facil, Gael. --Confia en mi, por favor. Dime todo lo que sientes. Necesito saber a que atenerme. --Me da terror lo que estoy empezando a sentir por ti. Al tenerle tan cerca y notar como sus manos me rozaban el vientre, conteste sin pensar. En ningun caso queria ser tan explicita en mi respuesta, pero es que mi corazon deseaba gritar a los cuatro vientos que el me hacia sentir cosas que no habia sentido antes por nadie. Me moria por abrazarle y entregarme a el en cuerpo y alma, pero eso suponia tener que soltar la camiseta y que me viera en sujetador. Vale que el ya me habia visto en ropa interior de cintura para arriba, pero seguia siendo vergonzosa, que le ibamos a hacer, y la verguenza no desaparecia de un dia para otro. Ademas, para que nos ibamos a enganar: no era uno de mis mejores sujetadores; si lo hubiera sabido, habria elegido el que me compre en La Perla no hacia mucho tiempo.

  • Con mi tanga no se juega, !bruja! (Brujas 1) – Monica Garub de Monica Garub

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    “Dicen que las brujas debemos estar escondidas, que nuestro don ha sido otorgado por un ser de la oscuridad y que ante todo no sabemos amar sin utilizar nuestra magia.

  • El Sueno de Valentine de Maite R. Ochotorena

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    Catorce anos atrapada en un psiquiatrico. Valentine Borderer acaba de salir gracias a la ayuda de su psiquiatra, Amanda Flemming. Pero su futuro es incierto. Solo Amanda cree en ella, en que podra afrontar una nueva vida, libre de las espantosas pesadillas que la han estado atormentando desde los seis anos. Puede que pese a su criterio, respetado y valorado gracias a su dilatada carrera como profesional, el consejo del centro donde ha pasado su vida logre devolverla a su encierro y retenerla para siempre. ?Por que?
    Mientras viaja a Nueva York, acompanada del hombre de confianza de Amanda, el padre Jiggs, tiene un extrano encuentro...
    Tropieza con un desconocido. No sabe quien es, pero el conoce su nombre. Cuando la sujeta, sus manos hacen que su corazon se dispare, un fuego abrasador recorre su cuerpo, desbarata sus sentidos, llenan su alma de algo desconocido... Valentine apenas se sostiene, y entonces el desaparece.

  • 60 Dias con Ben de M. C. S

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    Gabrielle siempre observo a Benjamin de lejos. Fue de lejos que ella supo que su amor platonico sufrio un accidente lo dejando paraplejico, hasta que un dia, poco despues de que Ben empezara su rutina despues de dos anos aislado, la madre de Elle los une de una forma inesperada, dando a una amistad, transformandose en un amor algo improbable.

  • Yo soy tu candidato 3; Silla presidencial de Miranda Wess

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    Enrollo distraidamente un mechon de mi cabello. Se siente bien, considerando lo corto que lo deje a raiz de una rabieta que agarre con Joseph. El idiota de Joseph. Me dijo--con esa mirada de bobo que me pone a veces--que le encantaba mi cabello castano y oso tocarmelo, !Que atrevido! Le meti un empujon que lo tiro al piso, saque mi navaja, estire mi cabello y lo corte. Luego se lo lance al imbecil. !Hey, si tanto te gusta quedatelo! Estoy verdaderamente aburrida de sus tontos intentos de ganarse mi interes. Para que, por Dios !Solo tengo doce anos! No quiero que me pase lo de Ana que teniendo mi misma edad ya esta embarazada. Eso le pasa por idiota. Recostada de la pared de la casa-hogar extrano mi melena hasta la cintura y centro mi atencion en el vejete que de vez en cuando corta los arbustos del jardin. No es su trabajo; lo hace para ayudar a los pobres huerfanos que nadie quiere. Ja. Que joda a su madre con esa pobre excusa, a leguas le veo comerse con los ojos el culo de Rosario a cada oportunidad que tiene. Asco de hombre. Ha dejado sus cigarrillos y encendedor y, con mucho cuidado de no ser vista por el, rapidamente me hago de un entretenimiento. Con el fastidio a un nivel insostenible me paseo por el patio central de la casa hogar. La pintura de las paredes esta desgastada de lo viejo--inicialmente era de color verde esmeralda pero ha adquirido con los anos una apariencia blanquecina-- y es un recuerdo perenne de lo miserable que somos sus ocupantes. A pesar de todo, es un sitio limpio y ordenado. Y mas con la dictadura de Rosario metomentodo. Son las tres de la tarde, algunos chicos van a la escuela cercana, otros, duermen la siesta, sobre todo los pequenos; otros cuchichean en el patio central. Yo, como termine mis deberes en tiempo record y sinceramente no se me da eso del arte de la conversacion con idiotas descerebrados, sufro de aburrimiento frecuente. Me recuesto de la pared afincando bien mi bota en ella para dejar la marca impresa. Menudo cabreo se llevara la Rosario al verla. !Que se jodan, ella y sus normas! Oh, no. Joseph viene hacia mi acompanado de su amiguita inseparable, Claudia. Solo el no se da cuenta de que ella esta babeada por el. Pero bueno, Jo no se destaca por su inteligencia. No tiene por que utilizar las neuronas para llamar la atencion al sexo opuesto, con su cabello castano liso que le cae en la frente, ojos avellanas, y cuerpo atletico es--como le dicen las lerdas-- <>. ?Que le hace pensar que me interesa enrollarme con el? ?Sera que es masoquista? ?O se certifica su idiotez? ?O una combinacion de ambas quiza? Lo veo factible. Veo con arrogancia mis unas pintadas de negro, a juego con mi ropa, mi maquillaje y mi alma. Y ya tengo al frente al <>. Hago como que no existen. Es una maravillosa tecnica perfeccionada con los anos. --Mira, esto te lo envia Jo. Quiere una respuesta--me tiende un sobre. Yo lo tomo mas que nada para quitarmelos de enfrente. Mientras mas rapido mejor. Leo solo la primera frase de la cartita de amor: ?Clarissa quieres ser mi novia? Se le volo la cabeza o que. La rompo y se la lanzo a la cara. Claudia se enfurece y me toma del brazo zarandeandome. --Estupida, Jo es el mejor chico de aqui. No deberian llamarte Clarissa sino <> porque estas de atar. No le digo nada. Saco mi navaja y de un movimiento centelleante y preciso corto las tiras de su blusa dejandola semidesnuda. Sonrio. Estoy encantada de verla irse con la verguenza reflejada en el rostro. !Estupida tu! Joseph me ve con ojos desorbitados y actitud cobarde. Era de esperarse. Es un idiota. Como todos los malditos estupidos que me rodean. Los odio a todos. --!Mi respuesta es NO! Apenas soy capaz de desperdiciar con ellos una que otra palabra de desprecio. Pero nada mas. Incitada por su mirada avellana--amedrentada--tomo mi navaja y deslizo mi lengua por el lateral de la misma con la mirada de odio mas pura y sincera de la que soy capaz. Esperanzada de--finalmente con ese gesto--disuadirlo de sus intenciones romanticas. Su rostro horrorizado me dice que he acertado. Finalmente. Apenas se me asoman los pechos y ya los chicos se vuelven locos. Son animales. Que asco me dan. De ninguna manera me dejare manosear por ninguno de ellos. Me alejo de la vista de todos. Segura de que Rosario no vera con buenos ojos mi forma de socializar con mis pares. Ja, para lo que me importa su opinion. Refugiada entre los matorrales saco un cigarrillo del bolsillo de mi vaquero y un gastado encendedor que hurte al jardinero. Le doy un jalon y me entretengo formando circulos y viendo como desaparecen en el aire. Que se sentira desaparecer. Estar y de pronto no estar mas. Veo la punta del cigarrillo enrojecida y ardiente. Que se sentira arder y volverse cenizas… La idea de desaparecer de la faz de la tierra me resulta tentadora. Lanzo la colilla por la reja que da a la calle y rebusco en el bolsillo la navaja. Detallo su filo y me pregunto si sera lo suficientemente afilada para abrir mi carne de par en par. La coloco sobre la palida piel de mi muneca y la sensacion fria de la navaja contra mi piel me resulta agradable, invitadora. Si tan solo… El ruido del motor de un auto interrumpe mis siniestras cavilaciones. Guardo la navaja de nuevo en el bolsillo y pego el rostro a la reja. !Menudo carrazo! Veo descender a un tipo bien elegante. !Joder, como me gusta ese coche! Si viene aqui buscando a un huerfano que adoptar seguramente no sere yo. No a mi no. Los de mi edad estamos todos bien fritos. Lo sabemos. Somos la mierda con la que nadie quiere lidiar. --!Hola! Me fastidia ver la cara de Catalina asomarse entre las ramas. Posee unos enormes ojos cafe siempre maravillados casi por cualquier pendejada donde se posen. Que pesadita. No le contesto el saludo, me tiene con el humor en rojo. En verdad esa carajita tiene un radar para conseguirme escondame donde me esconda. Por mas desplantes que le haga, insiste en ello. --Te estaba buscando… --me dice sin dejar de sonreir como si fuesemos las mejores amigas del mundo. Cosa que nunca pasara-- ?por que estas metida aqui solita, Issa? ?Viste lo que le paso a Clau? Pobrecita, paso llorando. Te gusta estar sola aqui ?verdad? Es un sitio silencioso ?cierto? A mi tambien me gusta. Da fresquito. Y es medio misterioso… --!Cono, te quieres callar! Catalina, que solo tiene nueve anos, se sorprende de mi reaccion. Pero solo le dura pocos segundos. Casi me siento culpable. Casi. --Oye, tratame con carino, Issa--menea su cabeza y sus largas trenzas se mecen--. Te perdono porque eres buena onda--sonrie y pongo los ojos en blanco considerando la idea de sacar mi navaja y meterle un susto a la fastidiosa cria-- ?Viste al tipo que acaba de llegar? A que no adivinas. Yo se quien es… Fijo mis ojos ambar en su rostro risueno--satisfecho como nunca de tener algo que decir--me desespero ante su ridiculo gesto. --?Que? --exclamo exasperada. --Es un loquero y te esta buscando. --?A mi? --estoy estupefacta. --Si, Rosario lo llamo. Le dice a todo el mundo que no sabe que hacer contigo. --!Maldita sea esa Rosario metomentodo! --Pronto vendra con el loquero. Yo le dije donde te escondias. Lo siento. --!Maldita seas tu y tu bocota Catalina! --grito furiosa. En efecto, no tarda en aparecer Rosario con su cara amargada como cada vez que me ve. Da la casualidad que ultimamente ando haciendo de las mias. Segun ella. Me lleva a rastras hasta el despacho donde se encuentra el misterioso sujeto. Me irrita que me halen del brazo, me jamaqueen y me pregunten si no me canso de causar problemas. Son los otros los que no se cansan de buscarme bronca... Y el que busca encuentra. Apenas entro al estudio quedo impresionada con el porte del tipo. Es tan grande y corpulento como un toro. Su mirada es profunda y da la sensacion de que puede ver hasta mis mas intimos pensamientos. --Hola, Clarissa, soy el Doctor Victor Spillman, he venido a hablar contigo. Por favor sientate. Algo en su voz y en su manera de verme me insta a obedecerle. Detallo su ropa. Tiene buena pinta. Zapatos lustrosos, pantalon de vestir con filo marcado, camisa manga larga, cabello bien cortado, bien afeitado. Se ve que tiene plata. Y mucha. --Usted es un hombre muy rico ?verdad? Lo digo por el coche y la ropa. --Asi es, Clarissa. ?Eso te llama la atencion? --Digamos que si. Eso de tener mucha pasta y finura me sentaria al dedillo. --Para ser como yo debes cambiar alguna que otra cosa. Dime, por que no les hablas a los otros chicos. Resoplo, repleta de fastidio. ?Por que siempre se trata de eso? ?Por que cono no me dejan tranquila y punto? Me recuesto en el asiento con desparpajo. --Son unos idiotas de mierda. Solo estan pendientes de follarse unos a otros y de echarse una fumada a escondidas. --Dicen que eres rara. --!A la mierda con ellos! --Parece que no les tienes nada de estima. Sin embargo, conmigo si conversas. ?Por que? Me encojo de hombros. --No lo se, parece alguien importante y me cae bien, creo. --Tu tambien me caes bien, Clarissa, pareces una chica inteligente. He escuchado que te gusta leer. ?Es eso cierto? --Supongo--digo encogiendome de hombros como si tal cosa. --Tengo unos libros que me sobran. Te los puedo regalar, si te apetece. Me enderezo en el asiento sorprendida por su oferta. ?Ese senor importante que no me conoce me va a regalar algo a mi? --Me apetece, senor. --murmuro. --Dime, Clarissa, ?te gustaria ser una dama? Eres una joven con mucha energia, seria cuestion de encausarla por el buen camino. Podria darte una mano en tu travesia, quiza. En tu busqueda personal del Santo Grial. En el caso de que eso te interese, por supuesto. Quedo alucinada por sus palabras con el corazon palpitandome al galope. ?Una oportunidad? Una oportunidad real de salir de la miseria donde mi alma muere dia a dia. --?Puedo serlo? digo ?en verdad? --pregunto incredula y emocionada.

  • ?Que quieres de mi?, Mary Orvay de Mary Orvay

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  • Algo aun mas grande (Algo muy grande 2) de Kattie Black

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    Han pasado cinco anos y Amber ha encarrilado su vida. Ahora estudia robotica en la universidad, se ha independizado y ha decidido casarse con su novio, Mike, el hombre ideal con el que tendra hijos pelirrojos como siempre ha sonado. Todo parece ir sobre ruedas, pero la sombra de Donovan, su padre mafioso, vuelve a alcanzarla cuando sus enemigos secuestran a su prometido. Furiosa y dispuesta a todo, Amber contacta con la unica persona en el mundo que puede ayudarla a recuperar a su novio: Eric, el mercenario con el que vivio la mayor aventura de su vida.

  • A la caza de un seductor de Alexia Mars

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    Con paso decidido, Sara cruzo el verdoso parquecito que adornaba la entrada de la Ciudad de la Justicia. Traspuso las grandes puertas de cristal y se dirigio al puesto de control. Armando, el guardia civil que controlaba las entradas y salidas, la saludo con una brillante sonrisa. --?Otra vez por aqui, letrada? --Me temo que si, Armando --le respondio ella con tono apagado. --Vaya, no parece usted muy alegre hoy. ?Un dia duro? --apunto observando el aura de tristeza que la rodeaba. --Peor, me siento como si fuese la primera vez que vengo al juzgado. --Y sin que el la oyese senalo--: Bueno, y en cierto modo asi es. --Tranquila, eso nos ha pasado a todos. Vera como manana ve las cosas de otro color. No hay nada que no se arregle con un sueno reparador. --Sara penso en su problema y deseo que pudiese desaparecer tan facilmente. No, lo suyo no se solucionaba durmiendo. --Eso espero --le contesto, mientras pasaba por su lado--. Que tenga un buen dia, Armando. --Lo mismo le digo, abogada. -- Inclino la cabeza a modo de despedida y observo el contoneo de las caderas de la atractiva joven. Suspiro. <> Las puertas del ascensor se abrieron y Sara emprendio el camino hacia el mostrador. Un recorrido que habia hecho cientos de veces, pero que ahora se le antojaba diferente, quiza porque esta vez le atania directamente... Miro el reloj. Nueve menos diez. Bien, tendria que aguardar hasta que llegase su turno. Se dirigio a la zona de espera y tomo asiento. De reojo observo a la mujer que hablaba con la auxiliar y un extrano nerviosismo invadio cada poro de su piel. Cerro los ojos e inspiro. ?!Que le pasaba!? Esto era lo que tanto habia deseado, ?no? Taconeo con sus stilettos negros y entrelazo las manos, masajeando inconscientemente la preciosa alianza que todavia decoraba su dedo anular. Su corazon, ya de por si agitado, sufrio una sacudida cuando un estruendo seguido de un poderoso <> sono tras ella. Observo la escena con el ceno fruncido; una joven habia arrollado a un hombre y ahora se encontraba encima de el, rodeados por un monton de papeles. La rubia del abrigo fucsia se puso en pie con dificultad y se deshizo en disculpas con su victima, quien farfullo algo acerca de <>, recogio sus documentos y desaparecio entre maldiciones.

  • Luchando por tu amor de Oliver Cruz

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    En el momento menos esperado, cuando Sandra descubre que lo que siente por su mejor amigo es algo mas, la vida la pondra a prueba. La lucha por el corazon del chico al que ama no sera facil, pero Sandra tampoco se rendira facilmente. ?Lograra la felicidad junto a el?

  • Seduciendo a Liliana de Dylan Martins

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    Cuando Brian acepta la oferta de su mejor amigo para unirse a el y a su mujer a un viaje a Cuba tras su regreso de la luna de miel, no puede imaginar que esto le cambiara la vida para siempre.
    Liliana, una cubana que conoce de casualidad, pondra su vida patas arriba. Y Brian esta decidido a conseguirla.
    ?Te atreves a conocer sus armas de seduccion?
    La vida de Brian dejara de ser la misma y Enzo y Emma lo acompanaran en la aventura de su vida.

  • La otra (Quinteto de la muerte 3) de Sandra Heys

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    Tercera y esperada entrega de la serie <> de Sandra Heys.

  • Todas hemos perdido algo de Liliana Blum

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    Todas hemos perdido algo reune los libros de cuentos No me pases de largo (2013) y El libro perdido de Heinrich Boll (2008), asi como la novela breve Residuos de espanto (2008). Las mujeres que los protagonizan son sobrevivientes, personajes que han tenido que afrontar el abandono, la condicion que les fue impuesta, los suenos rotos y el pasado como una herencia que no se ha pedido, pero se lleva a cuestas. Con un estilo sordido y como solo en la literatura es posible, la autora revela un descarnado retrato de la feminidad tocada por la soledad en sus diferentes aristas.

  • Hija unica de Mi-ae Seo

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    Se informo del incendio en el barrio de Eungam-dong a las 3.37 de la madrugada del 17 de junio. El aviso <> aparecio en la pantalla de la sala de control del cuartel general de la Direccion Nacional de Bomberos de Namsan y de inmediato se informo al cuerpo de bomberos del distrito Oeste, las comisarias de la zona y el equipo de investigacion sobre incendios de la Oficina Forense de la Policia Metropolitana de Seul. El investigador de incendios Lee Sang-uk, de la Direccion Nacional de Bomberos, estaba de guardia cuando llego la informacion, durmiendo en la sala de descanso del personal. Lo llamaron al movil y se levanto frotandose los ojos. Habia dormido apenas dos horas, porque habia tenido que quedarse hasta despues de la una de la madrugada redactando un informe. Los parpados se le caian, pero salio a tomar aire y el viento frio le espabilo. El aire fresco de la madrugada incluso se llevo los ultimos rastros del sueno. Sang-uk fue caminando al aparcamiento. Antes de subirse al coche, llamo a su companero, el sargento Yu Dong-sik. Su voz delataba que tambien lo habian cogido durmiendo. --Ya estoy despierto, ya. Al parecer, lo habian llamado antes desde la Policia de Seul. Aun sin verlo, visualice su reaccion. Estaria sentado en la cama sacudiendo la cabeza para impedir que su mente, que rehusaba despertar, se durmiera nuevamente. Tratando de espantar el sueno y escuchando con los ojos cerrados la voz al otro lado del telefono. Habia veces que el sargento Yu se movia como un nino, lo que contrastaba con su cuerpo fornido. Reprimiendo una risa que se le escapaba entre los labios, Sang-uk le aviso de que se dirigia al lugar del incendio. --No tardes. --Espera… --?Si? Cuando estaba por colgar, Yu le detuvo con prisa. Sanguk, pendiente de las palabras del otro, presto atencion. --?Donde dijiste que era el incendio? Seguramente sabia donde era. Sin embargo, pregunto de nuevo a Sang-uk, quiza porque la informacion se le habia pasado por estar medio dormido o para cerciorarse de que lo habia escuchado bien. --En Eungam-dong. Esta vez, en la calle Baeknyeonsa-gil, cerca de la interseccion del Colegio Chungam. Se oyo al sargento Yu suspirar. Un momento despues, un breve silencio. Estaria tratando de ordenar sus pensamientos. Pero a los pocos segundos se escucho un pequeno gemido y Yu murmuro. Probablemente estaria maldiciendo mientras se levantaba de la cama. Sang-uk se imaginaba como estaba, aunque no dijera nada, porque simpatizaba con el. --Si… A mi tampoco me hace gracia. --Esta bien. Me preparo y salgo enseguida. Nos vemos alli. Sang-uk colgo y se subio al coche. Introdujo la llave para arrancar y miro la hora. Ya eran mas de las cuatro de la madrugada. Suponia que no habria mucho trafico en las calles porque era de madrugada y penso que llegaria a su destino en unos veinte minutos, pasando por la puerta Sungnyemun y la zona de Muakjae. Saliendo del aparcamiento, intento enumerar los incendios que habia habido recientemente en el barrio de Eungam-dong. Desde el inicio de la primavera, la cifra ya ascendia a seis. A estas alturas, en Eungam-dong, un simple comentario sobre alguien con una cerilla ponia los pelos de punta a cualquiera. El primer caso tuvo lugar no muy lejos de unas obras de construccion, en el distrito Siete de Eungam-dong, cerca del Hospital Municipal de Eunpyeong. Habia mucho desorden en la zona por estar en marcha la edificacion de un megacomplejo residencial en las faldas del monte Baeknyeonsan, pues los materiales de construccion se amontonaban por doquier, asi como los camiones utilizados en esas obras. El incendio se produjo en un terreno baldio en la calle Baeknyeonsa-gil, frente a las obras, y lo extinguieron sin que muriera nadie. Aunque se quemaron planchas de madera y otros materiales de construccion, el dano material no fue grande y pudieron reprimir el fuego porque un obrero dio el aviso a tiempo. El cuerpo de bomberos a cargo tampoco encontro indicios sospechosos sobre las causas del incendio, de ahi que concluyera que habia sido accidental, quiza causado por un cigarrillo sin apagar que alguien habia arrojado. Sin embargo, como lo siguieron otros incendios en el mismo barrio de Eungam-dong, empezaron a investigar de nuevo ese primer caso que dieron por accidental. Hasta se planteo una nueva hipotesis: alguien pudo haberlo provocado deliberadamente, aprovechando que por la noche, cuando se interrumpian las obras, casi no pasaba gente ni coches por la zona. El incendio intencionado que mas danos ocasiono fue el tercero. Fue entonces cuando se incorporaron al equipo de investigacion el agente Lee Sang-uk, de la Direccion Nacional de Bomberos, y el sargento Yu Dong-sik, de la Oficina Forense de la Policia Metropolitana de Seul. Ese incendio, al otro lado de la calle Baeknyeonsa-gil, cerca de la iglesia que hay detras de la escuela de primaria de Eungam-dong, dejo perdidas serias, pues afecto a un edificio de viviendas al propagarse el fuego por culpa de las tormentas de arena que soplan cada ano en esas fechas. Asi que se quemaron tres apartamentos y fallecieron tres personas que estaban durmiendo, integrantes de la misma familia. Aunque ocurrio alrededor de las tres de la manana, al tener lugar en un area residencial, aparecio un testigo. Este declaro haber visto a una persona con una conducta sospechosa en las proximidades del lugar del incendio mientras regresaba a casa tras hacer horas extra en el trabajo. Atestiguo que, despues de que esa persona desapareciera por la calle principal, el fuego se extendio. Sin embargo, debido a que estaba oscuro, no pudo ver como era ni la ropa que llevaba. Junto con Yu, buscaron y rebuscaron entre las cenizas en el punto donde, segun el testigo, habia comenzado el fuego, para dilucidar las causas del incendio. No obstante, la investigacion se estanco, pues no coincidian las declaraciones del testigo ni el estado fisico del lugar. Los vecinos alegaron que los incendios reiterados podrian tener alguna conexion con el conflicto que existia desde hacia tiempo entre los residentes de la zona y la constructora por un proyecto de reurbanizacion. Le sono el movil a Sang-uk cuando el coche entraba en la calle Moraenae-gil desde la interseccion de Hongje tras atravesar Muakjae. --?Donde estas? --Yu hablaba en tono bajo y serio--. ?Ya has llegado? --No. Estoy en camino. --?No quedamos en vernos alli? --Es ya el sexto, ?no, Sang-uk? --Si. El silencio se prolongo. --?Tienes algo que decirme? --le pregunto Sang-uk en voz alta para asegurarse de que aun seguia al telefono. --Es que… He tenido una pesadilla… --?Un sueno? Sang-uk parecia estar inquieto por la pesadilla que habia tenido y encima va y le dicen que ha habido otro incendio, probablemente intencionado. Ese repentino momento de debilidad del sargento Yu lo perturbo. Nunca actuaba asi. Quiza su conducta se debia al estres por los incendios en serie. Sang-uk y el sargento Yu investigaban juntos los mismos siniestros; no obstante, sus perspectivas diferian. El trabajo de Sang-uk era analizar los restos de los incendios y el estado de los lugares afectados, asi como las declaraciones tanto de los testigos como de las victimas, para llegar a la causa. Mientras tanto, el sargento Yu se encargaba de inspeccionar los lugares de los mismos en caso de existir indicios de dolo o intencion deliberada con base en los hallazgos obtenidos en la investigacion preliminar, con la colaboracion de investigadores como Sang-uk. Luego su objetivo era encontrar rastros de los autores de los incendios y resolver los casos desde el punto de vista criminal. En otras palabras, el trabajo de Sang-uk terminaba en el lugar de los siniestros. En cambio, para Yu ese era el punto de partida. Si se trataba, en efecto, de un incendio intencionado, uno que involucraba un crimen, su trabajo no acabaria hasta encontrar al autor. Colaboraban intercambiando sus opiniones sobre los incendios; pero, inevitablemente, quien padecia mas estres era el sargento Yu. Para colmo, se habian producido varios en serie en un mismo barrio en un lapso de apenas unos meses. Era de esperar que se sintiera angustiado. En situaciones ordinarias, no acudiria al lugar del siniestro con tanta prontitud ante una denuncia. Pero, con el aumento de los incendios en Eungam-dong, a Sang-uk y al sargento Yu los requerian inmediatamente cada vez que surgia un nuevo caso. Sang-uk no sabia como responder. Solo ansiaba que el de ese dia fuera el ultimo. Que cogieran al autor y que no hubiera mas incendios. --?No crees en los suenos? --Si. Mi madre tuvo uno muy revelador durante mi nacimiento, y gracias a ese sueno me converti en bombero. ?No te lo he contado? Sang-uk aludia al sueno de su madre en un tono jocoso, que no solia usar, con la intencion de relajar a Yu, aunque fuera un poco. Pero el sargento, que habia escuchado aquella historia mil veces, colgo antes de que Sang-uk terminara. Sang-uk bajo el movil con una sonrisa y acelero el coche. Aunque faltaban varios metros hasta la interseccion del instituto Chungam, el caos ya avisaba de que habia habido un incendio en la zona. La gente, pese a la hora, estaba en la calle para ver que ocurria y los conductores desaceleraban con el mismo proposito y obstaculizaban el paso. Sang-uk pudo entrar por la calle que daba acceso al templo Baeknyeonsa despues de pitar varias veces, incluso con la luz de emergencia sobre el coche. Esquivando a la gente, logro estacionar en una esquina y se acerco al lugar del siniestro, donde se percibia el ambiente inquieto tipico de estas situaciones.

  • Sole, Soledad de Luisa J.c

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    El dia de la boda de Jimena, una de sus mejores amigas, Sole, conoce a Javi y, desde entonces, mantienen una relacion muy practica ?para ambos?. Eso supone Javi hasta que Sole cree que ha llegado el momento de poner punto y final a esa “relacion”.
    ?Estara Javi de acuerdo con todo lo que Sole ha decidido de un dia para otro?
    ?Se arrepentira Sole de la decision que ha tomado?

  • La geografia de tu recuerdo de Laia Soler

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    Podria quemarlo todo. Una vela bastaria para convertir este monton de basura en una pira funeraria. Oigo el crepitar de mis peluches, veo sus ojos derritiendose como mantequilla, los papeles ardiendo, el humo pegandose al techo y a las paredes. Podria hacerlo. Lo unico que me detiene es que no hay agua corriente, y no estoy tan loca como para incendiar la casa entera. Imagino el anuncio: <>. La luz de las velas se derrama por las paredes, desnudas por primera vez desde que tengo memoria, y trastabilla por la montana de basura creando un tetrico juego de luces y sombras. Mi viejo colchon gime al dejarme caer sobre el. Ropa, posteres, cuadros, diarios, zapatos, peluches, apuntes, libros, discos. Todas mis cosas estan ahi. Podria quemarlo todo porque no necesito nada de lo que deje en esta casa. Barcelona, eso es lo que necesito. Mi Barcelona, la que me acogio hace tres anos; mi ciudad, mis dos trabajos, mi diminuta habitacion en un barrio demasiado turistico y mis companeros de piso, todos de un pais diferente. Ese lugar desaparecio hace dieciocho dias; el primer viernes de enero sali de casa con dos trabajos y volvi con dos cartas de despido. Ni siquiera me moleste en escuchar las razones de Paula. Desconecte a su tercer <>; firme donde habia que firmar y dije que si, que yo tambien preferia que ese fuera mi ultimo dia. Mientras recogia mis cosas, Carla se acerco a mi mesa para compartir el rumor del dia: Paula y Daniel peleandose por mi. El queria despedirme en diciembre; a ella le horrorizaba la idea de mandarme al paro antes de Navidad. Me fui con mis cosas y el consuelo de las noches en el Molly Malone's. Apareci en el pub dos horas antes de lo habitual, asi que aproveche para calentar la voz con cerveza y la historia de como los cabrones de mis jefes me habian sustituido por dos becarios. Si hubiera sabido que Jorge ni siquiera esperaria a que guardara a Helvetica en su funda para pedirme que hablaramos en el almacen, habria bebido mucho mas. --Sabes que estamos contentos contigo, ?verdad? --Me voy. --No necesitaba escucharle para saber que venia a continuacion. El se puso delante de la puerta. --Espera. La decision ya estaba tomada. Queria decirtelo el domingo, pero visto lo visto, creo que mejor hoy, mejor todas las noticias de golpe, ?no? Las malas noticias de golpe y asi es mas facil… Si, ?verdad? Tu sabes que aqui te apreciamos mucho y que estamos contentos contigo, lo sabes. Pero ya llevas aqui mucho tiempo y a veces es bueno cambiar. Los cambios son buenos. Para todos: para ti, para nosotros, para todos. Y no es facil, a veces uno tiene que tomar decisiones que… Lo siguiente con sentido que escuche fue la mejor excusa de despido que podia esperar: <>. Algo mas irlandes, dijo el muy imbecil. El, Jorge Diaz, me estaba diciendo que yo, Ciara O Rinn, no era lo suficientemente irlandesa para un pub que se creia que estaba en Temple Bar por llamarse Molly Malone's y servir Guinness y tener algunos cuadros con castillos en ruinas colgados en las paredes. No le rompi a Helvetica en la cabeza por respeto a mi guitarra. No merece ese final. Cuando un par de dias despues me trague mi orgullo y volvi al Molly Malone's para hacer cambiar de opinion a Jorge, entendi a que se referia con algo <>. Irlandes, en masculino. Esa noche, tras la barra estaban las tres camareras de siempre, y tras el microfono, donde habia estado yo de miercoles a domingo durante los ultimos dos anos y medio, habia un chico rubio de metro noventa con ojos azules, brazos como troncos y sonrisa de idiota. Esa misma madrugada, tirada en el sofa de casa en completa oscuridad, comprendi, con una certeza abrumadora, que Barcelona estaba rompiendo conmigo. Unas horas despues, compre un billete de ida a Cork y llame a Ailis para anunciarle que volvia al pueblo. Su forma de darme la bienvenida ha sido dejar unas velas en el recibidor junto a una nota: <>. Es coherente, una mujer de palabra. Durante estos ultimos anos, ha hecho lo posible por cumplir lo que me dijo la ultima vez que nos vimos: <>. Desde entonces no me ha llamado ni una sola vez. Siempre ha respondido a mis llamadas, eso si, porque si algo aprendio de Edna es a ser una mujer educada. Dime, Ciara. Hola a ti tambien, Ailis. Hola. ?Como esta Aidan? Bien. ?Y Connor? Bien tambien. ?Ya habla? Tiene seis meses. ?Pero habla? No, Ciara, no habla. ?Algun comprador para la casa? No. ?Ningun interesado? Una pareja. Dijeron que olia raro y que llamarian. ?Y llamaron? No. Cuando le dije que volvia a Kilkerry no me dedico mas de cinco minutos, asi que no deberia sorprenderme que esta tarde no haya venido a recibirme. Y eso que mi vuelta es todo un acontecimiento. Un milagro, habria dicho Edna. Si estuviera aqui, le aclararia que no es un milagro. ?Dos despidos en un dia? Mensaje recibido. Es lo mejor que podria haberme pasado, en realidad. Hace demasiado tiempo que estoy posponiendo este viaje. Se agradecida. Edna vuelve a colarse entre mis pensamientos. El plan de Dios, diria. Da las gracias a Nuestro Senor. Deberia dar las gracias. Por Barcelona, por mis despidos, por esta casa, por esa montana de basura y por esta noche y esta cama y este colchon que no deja de grunir. Deberia dar las gracias, si. Hay que mirar el lado bueno de las cosas. Eso diria Edna, con las manos en las caderas, sus perlas brillando sobre un vestido estampado y una sonrisa dividiendole la cara, y la gente asentiria a su alrededor, porque Edna siempre conseguia que le dieran la razon, aunque estuviera diciendo la mayor estupidez del mundo. Yo no soy ella, asi que le hago una peineta a Dios, al universo o a quien quiera o lo que sea que este observando, si es que hay algo o alguien, y apago las velas para que la noche caiga tambien en la habitacion. La ultima llama se apaga y los fantasmas que cubrian las paredes corren hasta tus parpados. Te remueves en la cama, como hacias cuando de pequena las pesadillas te atrapaban los pies. No puedo moverme, murmurabas en suenos. No puedo moverme, no puedo moverme, no puedo moverme Lo repetias hasta que alguien te oia y corria hasta tu cuarto, y solo entonces, cuando te despertabamos y veias que estabas en tu habitacion, a salvo de los peligros de tus suenos, tu respiracion se calmaba. Esas pesadillas que te atrapaban los pies desaparecieron hace muchos anos. Lo que te ha atrapado esta noche es peor, porque impregna cada rincon de esta casa. Oscuridad y silencio, los companeros que nunca quisiste y que siempre te han sido fieles entre estas paredes. Son ellos quienes empapan tu edredon y hacen que te ahogues y te revuelvas en la cama como si yacieras en un lecho de brasas. Ellos te arrancan palabras desterradas y las dejan caer entre tus suenos para que las escuches ahora y las recuerdes cuando despiertes. Y tu gritas con los labios apretados, pero ya no llamas a nadie como cuando eras pequena y las pesadillas te atrapaban los pies. Dices que no necesitas a nadie y por eso nadie puede ayudarte. Yo siento y te observo y me resigno a ser silencio.

  • El tiempo es lo unico que no vuelve de Ana Hernandez Sarria

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    No hay lazo mas fuerte que el de la amistad.Los sentimientos y los suenos son la materia prima de nuestras vidas, lo que nos define y hace que todo tenga sentido.

  • Ecos del destino de Miranda Kellaway

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    Una nueva y talentosa autora romantica debuta con una apasionante novela historica de la Regencia.

  • La catedral del Anticristo de Fabio Delizzos

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    Bienvenidos al mas alla del bien y del mal. Rezar no os va a servir de nada

  • Porque si de Daniel Glattauer

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    Una intriga policiaca por el autor de Contra el viento del norte y Cada siete olas.

  • Nueva historia de la Revolucion rusa de Sean Mcmeekin

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    La historia mas original, polemica y definitiva sobre la Revolucion Rusa en el ano de su centenario.

  • Refugiado de Alan Gratz

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    JOSEF es un chico judio que vive en la Alemania nazi de los anos treinta. Ante la inminente amenaza de los campos de concentracion, su familia y el se embarcan en un navio rumbo al otro extremo del mundo ISABEL es una nina cubana en 1994. Con los disturbios y la agitacion que asolan su pais, su familia y ella se echan a la mar en una balsa con la esperanza de hallar la seguridad en Estados Unidos MAHMOUD es un muchacho sirio en 2015. Con su patria desgarrada por la violencia y la destruccion, su familia y el inician una larga caminata hacia Europa Los tres ninos partiran en un terrible viaje en busca de refugio. Los tres se enfrentaran a peligros inimaginables: desde la posibilidad de morir ahogado hasta los bombardeos y las traiciones. Pero siempre existe la esperanza de un manana, y, aunque Josef, Isabel y Mahmoud estan separados por los continentes y las decadas, sus historias acabaran por entrelazarse de manera sorprendente.

  • Erasmo de Rotterdam. Triunfo y Tragedia de un Humanista de Stefan Zweig

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    Zweig cultivo con acierto el genero biografico, siendo un buen ejemplo este Erasmo. Su acierto consistio en no escribir una historia cronologica o temporal de sus personajes, sino una historia sentimental, vivencial y de pensamiento. Para Zweig, Erasmo es el intelectual integro que mantiene equidistancia entre las dos fuerzas en conflicto, entre el papado y el luteranismo. Asi, si bien el europeo sin patria que fue Erasmo se mostro critico con una iglesia que parecia haber perdido los valores evangelicos, sin embargo no se atrevio a apoyar a Lutero, por entender que su revolucion religiosa no traeria la pureza evangelica sino que provocaria la discordia. Esta equidistancia, este buscar siempre los espacios de encuentro, esta critica no rupturista, hace precisamente de Erasmo uno de los personajes europeos mas universales.

  • El testamento del Diablo de Mario Escobar

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    En 1917, Europa se desangra por la gran guerra, la Rusia zarista se encuentra al borde del colapso y los servicios secretos alemanes estan dispuestos a colaborar con los comunistas, con tal de desestabilizar a sus enemigos. Los crimenes ocurridos en un apartado monasterio ortodoxo parecen tener relacion con la busqueda de un libro al que todos conocen con el nombre de El testamento del diablo. Las Centurias Negras lo buscan desesperadamente para evitar la caida del zar, pero no son los unicos: el misterioso psiquiatra Carl Gustav Jung, el lider sionista Leo Motzkin, el joven Iosif Stalin y los servicios secretos rusos tambien desean hacerse con el libro. Si Hercules Guzman Fox y sus amigos no se adelantan, Europa puede verse sumida en el peor genocidio de la historia…

  • Palmeras de la brisa rapida de Juan Villoro

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    Juan Ruiz llego a Yucatan a ver por que los yucatecos comian tanta azucar. Trabajaba para una compania sonorense dispuesta a hacer grandes negocios con el apetito peninsular. En Progreso conocio a una muchacha que acababa de despachar a un pretendiente "porque fumaba cigarros rusos muy apestosos". Estela Milan pertenecia a una familia cuya buena reputacion emanaba, no de sus blasones nobiliarios, como hubieran querido algunos de sus miembros, sino de sus sabrosos helados. A unos pasos de la estacion del tren, la Neveria Milan ofrecia sorbetes y chufas. Durante anos, la familia habia probado su habilidad para confitar en frio, pero su verdadera aspiracion era el bel canto. Estela Milan solia interrumpir los bailes para interpretar un aria, el codo apoyado en el hombro de su galan. Juan Ruiz tomaba decisiones con la llana simpleza de quien es rustico y es espanol. Un dia abrio la puerta de su choza en la sierra de Leon, vio la nieve en derredor, penso en el trabajo que lo aguardaba en el corral de las ovejas y decidio irse al continente donde todas las frutas son posibles. En sus primeros anos americanos "labro futuro" durmiendo en el mostrador que atendia por las mananas. Sus penurias fueron tantas que aquel mostrador acabo por parecerle confortable. Varios anos despues habia logrado reunir algun dinero. El salon de bailes de Progreso debio parecerle un recinto del imperio austrohungaro y aquella muchacha que se abanicaba sin cesar, una princesa de Dalmacia (algo que ella no hubiera vacilado en aceptar). Ante Estela, sus mejores credenciales eran su acento espanol (en las raras ocasiones en que hablaba) y su "pinta distinguida" (una manera de decir que a pesar de su corta estatura y la calvicie incipiente, sus facciones alargadas sobresalian en los salones yucatecos donde abundaban las caritas picnicas). Asi como un dia el aire helado cuajo en una insolita palabra, "America", asi supo que viviria toda su vida con Estela. Nada mejor para un profugo del frio que una muchacha para quien la nieve era algo que sabia a guanabana. Yo los conoci muchos anos despues como mis abuelos. Su matrimonio tuvo el tipo de exito que solian tener los matrimonios de entonces: no se divorciaron y no se hablaron en los ultimos veinte anos. Viviamos en el duplex que mi abuelo construyo en Mixcoac y que era un ejemplo de su caracter; si el arquitecto decia que las paredes debian tener medio metro de espesor, el disponia que fueran de dos metros; no habia manera de convencerlo de que no estaba edificando las murallas de Campeche. Y no solo le molestaban las paredes de medio metro. En su caso, "estar de buen humor" significaba elogiar durante dos minutos a Rojo, el caballo de su infancia, o apiadarse de su unico amigo, el senor Maranon, que tenia un trapo en la cara porque le habian quitado la nariz. No le entusiasmaba nada que no fuera beber cafe negro en una botella de refresco o morder bolillos durisimos. En esa epoca era identico a Fernando Pessoa, cosa que, por supuesto, todos ignorabamos. Sin embargo, a diferencia del poeta, lo permanente en el no era la depresion sino el enojo. De las muchas emociones simples de que dispuso en vida, el abuelo escogio la colera para sus ultimos anos. A veces, al ver que los jugadores de futbol americano se pegan en el casco para celebrar una jugada, pienso que los coscorrones del abuelo eran cripticas felicitaciones. Como quiera que sea, nada podia impedir que pasaramos la mayor parte del tiempo en la parte inferior del duplex, la casa de los abuelos. Ellos si tenian television. --Chiquiti pollo, chiquiti pollo --decia mi abuela, y se pellizcaba el cuello repetidas veces, cuando el 7deg de caballeria liberaba a "los buenos". Esta era su forma de decir "lero lero candelero". Para nosotros Yucatan era la peculiarisima forma de hablar de la abuela. Sabiamos que venia de un lugar remoto y que varios de nuestros parientes habian muerto luchando contra Mexico. Tal vez porque el abuelo no daba otros signos de vida que un bastonazo de ocasion, su patria no parecia tan lejana. Mi abuela tenia una amplia memoria, siempre mejorada por su imaginacion. Nos conto mil veces el bombardeo de Progreso (la familia corrio hasta Chicxulub y se refugio en una casa repleta de alacranes), la llegada del cometa Halley, la visita de Madero a Yucatan: el heroe la tomo en brazos en un parque, dijo "que bonita nina" y le planto un beso en la mejilla (para mi abuela, la Revolucion habia sido obra de forajidos, pero guardo un buen recuerdo del "pobre hombre" que la beso de nina). Lo mas interesante de sus historias era que estaban llenas de misterios insolubles. Todo lo que contba de su abuelo, Jose Nicoli, era para demostrar que no era negro. El habia llegado de Honduras en compania de su esclava, la futura nana de mi abuela... "Era un hombre de pelo crespo, boca amplia, algo morenito, pero no negro." La ignominia maxima para una mujer consistia en no ser blanca (pronunciaba con tal enfasis que se oia balanca) y la siguiente (disponia de una vastisima escala de oprobios) ser blanca y "revolcarse con un turco". Todos los dias renovaba su decencia describiendo con lujo de detalle la indecencia de los demas. Si hubiera dicho "Fulana se fue con Mengano" jamas habria reparado en ello, pero cuando se referia a "!esa que se revuelca con los turcos!", me daban ganas de conocerla. La frase tenia una innegable carga sexual y hacia pensar en amores circenses, arabigos, magnificos. Una tia abuela mia habia sido raptada (y devuelta) en su juventud... "pero no por un turco", aclaraba mi abuela. La sangre arabe solo le parecia recomendable para la cruza de los caballos a los que mi abuelo le apostaba los domingos. Los apellidos de ciudades suelen senalar un origen judio sefardita y los Milan no debian ser la excepcion, pero mi abuela habia dado con un documento (perfectamente imaginario) que la vinculaba con Fernando VII. Vivia para ser blanca, decente y hasta santa. Cuando mi abuelo y yo regresabamos del hipodromo, nos informaba que alguien habia ido a preguntar si ahi vivia la santa. --Se conoce que estan enterados --anadia, con un gesto de la mas transparente vanidad. --!Esta mujer! --farfullaba mi abuelo. Yo estaba de parte de la abuela. Era carinosa, inventiva, malediciente y encontraba una justificacion extralogica para cualquier cosa. Una de nuestras actividades centrales consistia en sopear panes en su cafe con leche (acaso por ese don yucateco para azucarar las cosas, el suyo sabia mas rico que el de los demas). Cuando mi madre nos encontraba lamiendo las gotas que habian ido a dar a nuestros antebrazos, iniciaba una reprimenda: --!Que porqueria! Entonces ocurria la fabulosa explicacion de mi abuela: --Si asi lo hacen los americanos --y a continuacion inventaba una pelicula de gente refinadisima que sopeaba el pan, con un reparto avasallador: Ingrid Bergman, James Stewart, Grace Kelly y Humphrey Bogart. --Pero ellos no se lamen los antebrazos. --H'm. Se acabo --y las lagrimas fluian puntuales de sus ojos. --!Si, hazte la victima! --Tienes razon --sollozaba--, se me figura que la Bergman no estaba en la pelicula, sino Rita Hayworth --era imposible regatearle un argumento. Mi abuela es la unica persona que he visto llorar sin sentirme mal. Las lagrimas eran la exacta puntuacion de sus historias. Me gustaba que contara el episodio del chocolate. En una epoca en que fueron muy pobres, su padre gasto sus ultimas monedas en comprar un trozo de chocolate que tuvo que repartir entre sus siete hijos. La primera lagrima siempre caia en la palabra "trozo". Pero su capacidad histrionica conocia momentos mas intensos. Sus desmayos y sus ataques eran esplendidos. Sabiamos que los fingia, pero parecian tan veridicos que nos arrodillabamos a rezar mientras mi abuelo iba por el alcohol. Mi abuela habia querido ser cantante de opera. Por suerte para nosotros su padre no la dejo; de lo contrario nos hubiera privado de las escenas que iban del arbol de hule en el jardin a la azotea donde recitaba un aria de fin de mundo hasta que descubria que no valia la pena lanzarse de algo que no fuera un castillo. Esta pasion la llevo a incluirme en un drama: --Te voy a costurar un trajecito --me dijo cuando le hable con entusiasmo de la pelicula El Cid Campeador. Su inagotable capacidad de extravagancia tambien pasaba por la Singer. Habia hecho titeres en forma de dedales, la familia Tuch (ombligo). Por desgracia he olvidado los parlamentos que le asignaba a los diez ombligos. En el caso del Cid, nada le parecio mas natural que yo llevara mis gustos castizos a la calle. Velamos las armas en el antecomedor y luego me hablo pestes de los moros (un moro era un enemigo terrible, un turco historico). Asi, un dia de gracia de 1964 sali a combatir moros a la calle de Santander, enfundado en un traje medieval, con cruz roja al pecho y espada de palo a manera de la Colada. Por una vez los indios y los vaqueros se unieron para destruir esa incoherente aparicion. Mi abuela quedo feliz con la escaramuza. Curo mis heridas con violeta de genciana, arreglo el traje y se ofrecio a confeccionar una cota de malla con un mosquitero. No soporte la idea de un nuevo enfrentamiento. Le hable de los penachos indios y las afiladas botas de los vaqueros, con tal intensidad que se aficiono al rodeo. Ante la mirada disolvente de mi abuelo, la sala se transformo en un lienzo donde mi abuela toreaba perros de peluche. --Lo mas importante es el publico --no podia iniciar una escena sin testigos suficientes; pasabamos la mayor parte del juego abarrotando la falsa chimenea de munecos y mascotas. Alguien tan habil para contar descalabros ajenos debia tener una fuerte nocion del que-diran. Y mi abuela la tenia, pero solo abarcaba a los yucatecos. Si le llegaba una boleta de luz excesivamente alta, decia: --!Machis!, se me figura que me quiere perjudicar un yucateco de la compania de luz. En su mente, el pequeno mundo de Progreso se habia trasladado a la ciudad para observarla. Sus actos seguian siendo tan comentados como cuando iba a la neveria o al teatro Melchor Ocampo. A juzgar por su recelo, Yucatan debia ser una sociedad de conspiradores. Si alguien le ofrecia presentarle a un paisano, exclamaba: --!Fo!, !a redo vaya! --que mas o menos significa "fuchi, vete al diablo". En cuanto a la familia, solo entraba en su vida en forma de molestia. Su madre era una figura tiranica. Se acostaba en su hamaca, el unico sitio donde estaba "comodita", a comer platanos con leche y decidir la vida de sus hijos. A Florinda la destino a la solteria: "Eres la fea, tu me vas a acompanar de vieja". Florinda desarrollo tal fobia a los espejos que gritaba si le colocaban uno enfrente. Ernesto, el hermano mayor, era malisimo, se comia todo el arroz de los anos pobres "y ni siquiera engordaba". Este apetito sin provecho apenas era compensado por el humor "del pobre Gonzalo" (mi abuela no podia hablar de alguien bueno sin pobretearlo). Gonzalo murio joven y lo unico que se de el es la frase que dijo en una alberca: "Hago tan bien el muertito que hasta me empiezo a pudrir". Elvia tenia jaquecas todos los dias a las cuatro en punto; se acostaba unos minutos antes, a esperar su hora de dolor. La unica amiga de mi abuela era la senora Villa, una italiana (sus elaborados prejuicios le hubieran impedido tratar a alguien que se apellidara como el Centauro del Norte), casada con un ex piloto de Mussolini que se mantenia jovencisimo gracias a una dieta de miel. Ademas de la senora Villa, Italia tenia otras virtudes: era el pais de la opera y no era Espana. Y es que la abuela habia emprendido una cruzada antihispanica. Aunque el Cid merecia su aval moral para decapitar moros, los espanoles del duplex (mi abuelo y mi padre) solo podian ser objeto de intriga. En aquellos dias primarios, me convencio de que Espana era el pais donde la gente no se cambiaba de camisa. Ella era fanatica de la limpieza; los jabones que pasaban por sus manos cobraban otra consistencia, como si hubieran servido a un regimiento, y tenia no menos de tres polveras en servicio. El caso es que una de nuestras complicidades consistia en contar los dias que mi padre llevaba con la misma camisa. Es obvio que alguien que crecio en un internado jesuita, donde habia que romper el hielo en el aguamanil para lavarse la cara, no podia tener la misma relacion con el agua que una dama del tropico, pero mi abuela aprovechaba cualquier oportunidad para que la vida de la casa se volviera interesante, es decir, sospechosa. Vivia rodeada de extranjeros. Mi hermana y yo eramos "mexicanos", y por mas lastima que esto le causara, jamas hubiera pensado en compartir nuestra suerte. Mi madre nacio en Yucatan, pero su vida estaba marcada por el estigma de los descastados: habia empezado a fumar. Todas sus ideas eran fijas: mi hermana Carmen y yo eramos perfectos, a pesar de que jamas lograramos cumplir una de sus mas caras obsesiones: dibujar "un tucho nadando". El tema estaba a la altura de nuestros gustos estrafalarios, pero desperdiciamos cientos de crayones sin lograr que el simio nadara. Cuando mi madre le dijo (llorando en serio, sin la menor teatralidad) que yo era sonambulo y hablaba solo, ella respondio: "Como sufre el nene". Los culpables de mis defectos siempre eran otros, en especial mis insoportables amigos: --!Estos chiquitos solo vienen a hacer laberinto! --se quejaba.

  • En mil pequenas piezas de Lorena R. Jeffers

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    Ser humillado, herido y roto, hasta el extremo de llegar a dudar de su propia existencia. Shiroyama Mitsue sabe como es eso. El ha luchado cada dia, durante anos, contra los recuerdos que de aquel amargo suceso y las pesadillas que vuelven durante las noches lluviosas, para echarle en cara lo debil que es; lo patetica de su existencia.

  • Celeste 65 de Jose C. Vales

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    En los anos 60, Linton Blint, un hombre con una vida gris, amargado por su falta de caracter y maltratado por su familia, se ve obligado a huir de Inglaterra.

  • Cuando nos quebramos de Piper Lennox

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    Estoy flotando sobre ella, volando. Consumido por Colby Harlowe de una manera que he deseado desde esa tarde en Kona.
    Hasta esta noche, no crei que sucediera. Jure que no lo permitiria.
    “?Porque tomo tanto tiempo?”, Susurra ella.
    De repente, no tengo ni idea.

  • Prohibido creer en historias de amor de Javier Ruescas

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  • Revoluciones de Joaquin Estefania

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    El ultimo medio siglo (1968-2018) ha sido testigo de una generacion que amanecio a la madurez con la alegria revolucionaria de Mayo del 68 y que se esta jubilando en pleno vigor de una revolucion conservadora y de los populismos de extrema derecha que amenazan con llevarse por delante muchas de las conquistas civilizatorias de este tiempo. Esa generacion es la que ha mandado. Una generacion que con sus aciertos, sus contradicciones, sus arrebatos de colera (a veces ingenuos; a veces violentos; casi siempre justos) o su resignacion ha tratado de cambiar el mundo, aunque no con la profundidad y la velocidad que previeron sus protagonistas, algunos de los cuales podrian decir: ‘Queriamos cambiar el mundo y el mundo nos ha cambiado a nosotros’. A cada ano magico revolucionario (1968: Paris, Praga, Mexico; 1999: movimiento antiglobalizacion; 2011: los indignados) le ha sucedido una reaccion (1979-1980: Thatcher y Reagan; 2011: los neocons; 2017: Trump) que ha pretendido siempre volver al statu quo anterior, a lo que creian un estado natural de las cosas, utilizando los principios de coercion y persuasion, el poder duro y el poder blando. Durante aquellos anos magicos, los jovenes como categoria historica han disputado a la clase obrera el monopolio del protagonismo redentor de los cambios que esta tuvo durante el siglo xix y primera parte del xx. El sentido de la historia lo daba el progreso, pero el motor de la historia no ha sido solo la lucha de clases, sino las ansias de un grupo transversal de ciudadanos que ha reivindicado su lugar en la politica, la economia y la cultura.

  • Los desertores de Joaquin Berges

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    Jota observa los camiones que entran y salen del mercado de frutas y verduras donde ha trabajado hasta su jubilacion cuando, de pronto, sin comunicarselo a nadie, sube a uno de ellos en direccion a la frontera francesa. Va en busca de la tumba de Albert Ingham, un soldado britanico que, con su amigo Alfred, combatio en la batalla del Somme, en 1916. Ambos vivieron juntos los horrores de la guerra y asi es como fueron enterrados, el uno al lado del otro en un pequeno cementerio del norte de Francia; en la tumba de Albert Ingham figuran unas enigmaticas palabras que su padre ordeno inscribir al enterarse de las circunstancias en que habia muerto su hijo.

  • Arenas blancas de Geoff Dyer

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    Del autor de Pero hermoso, un magnifico libro de viajes sobre los lugares que visitamos y el poder de la memoria. Un precioso homenaje al arte y a la literatura.

  • Sentirme enamorado de Julieta Bono

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    Hasta el momento, que Lilly tuviera un mal dia en el trabajo era el peor de sus males. Para colmo el dueno del Club donde estaba trabajando, habia ido sin previo aviso. Las cosas no estaban para buenas impresiones. Pero eso resulto no ser nada comparado con presenciar un asesinato.
    De un momento a otro se encuentra sin poder pedir ayuda y teniendo que emprender una travesia que, entre otras cosas, la lleva a conocer a un multimillonario y misterioso hombre. En el encuentra la proteccion que anhelaba y algo mas.
    Lo que ninguno de los dos sabe, es que para que las cosas salgan bien, tendran que enfrentar sus pasados, sus presentes y a un enemigo muy poderoso que podria poner en peligro sus vidas. Ambos pondran a prueba su suerte en esta historia donde la corrupcion, la traicion, la fe y el amor, se entrelazan en cada capitulo. Al final ambos tendran que luchar para intentar salvar no solo sus vidas sino tambien el amor que ha crecido dentro de ellos.

  • Jose, mas alla del olvido de Andrea Nusan

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    Jose aun no daba credito a lo que acababa de escuchar. --?Quiere decir que no recordare nada? ?Nada en absoluto? --Noto que su garganta se resecaba y que empezaba a faltarle el aire. --Es algo mas complicado que eso, don Jose. El doctor Llopis era amigo de su familia desde hacia treinta anos, y le costaba mucho tener que pronunciar aquellas palabras. Pero sabia que ser el portador de malas noticias era el precio que llevaba implicito, a veces, su profesion. --La enfermedad no solo afectara a su memoria --continuo--, tambien a sus habitos diarios: comer, andar, hablar... Es algo asi como una vuelta a la infancia. --Solo que esta vez no es para empezar a vivir, ?verdad? --Jose suspiro mientras miraba, por la ventana de la clinica, como la gente andaba por las calles con prisa, de un lado para otro. Los almendros estaban en flor y llenaban la acera de color y de un ambiente casi poetico. Sin embargo, nadie parecia darse cuenta; tenian demasiadas cosas en que pensar y no tenian tiempo para detenerse a observar aquella maravilla. Pronto el olvidaria hasta el nombre de la calle. El doctor se acerco por detras y le toco el hombro de forma amigable. --Sera mejor que se siente, don Jose; asi podre explicarle que debera hacer a partir de ahora. --Sus palabras sonaban en la cabeza de Jose como un eco lejano--. Va a necesitar de toda la ayuda que le puedan prestar, asi que deberia decirselo cuanto antes a su familia. Tambien seria conveniente que fuera delegando el cuidado de dona Amparo a manos mas profesionales. Con las ultimas palabras del doctor revoloteando por su mente, recogio todos los informes y salio de la clinica con el corazon en un puno. <>, le habia preguntado antes de salir. <>. <>, habia insistido. <>. Aquel hombre de mirada triste, barba y pelo cano, y arrugas en la piel, sentia que su mundo acababa de desmoronarse como un castillo de naipes. A sus ochenta y seis anos, recien cumplidos, ya se habia hecho a la idea de que algun dia dejaria este mundo, y eso no le daba miedo. Estaba preparado. Habia sido feliz en su vida. Es decir, todo lo feliz que alguien puede ser cuando, estando enamorado de una persona, se casa con otra, sabiendo que jamas la querra como a la primera. Y eso era lo que mas lo atormentaba desde que salio de la consulta del doctor. ?Acaso seria posible olvidar al amor de su vida? ?Olvidar el azul de su mirada, el rojo de sus labios, la suavidad de su piel? Habian pasado cuarenta anos desde que vio por ultima vez a Ana, pero recordaba cada gesto, cada palabra y cada sentimiento como si hubiese sido ayer. Y la esperanza de volver a verla, aunque fuese solo una vez mas, lo habia mantenido vivo todos esos anos al lado de su mujer y sus hijas. 2 Cuando llegue a Moraleja en mayo de 1957, solo pensaba en divertirme. Y me sorprendio lo facil que me resulto adaptarme a mi nuevo habitat. El pueblo era precioso; el aire era mas limpio que en Valencia; el cielo, mas azul, y la gente parecia sonreir siempre a pesar de sus problemas. Mis padres me habian mandado alli recomendados por unos amigos extremenos. Iba con una cuadrilla de albaniles valencianos y murcianos a restaurar el tejado de la iglesia del pueblo. Pensaron que asi sentaria, por fin, la cabeza, pues hasta entonces ni siquiera me habia planteado el buscar un trabajo de verdad y formar una familia, como el resto de mis amigos. Preferia ir de guateque en guateque y reirme todo lo que pudiera. Yo no habia salido nunca de Valencia, exceptuando los dos anos que pase en Ceuta haciendo el servicio militar, asi que aquello me parecio una aventura. Mi tia Belen, hermana de mi madre, vivia en una casa humilde a las afueras del pueblo y me habia ofrecido quedarme alli las semanas que durase el trabajo. Ella, mujer trabajadora y vitalista, conservaba, a sus sesenta anos, aquella belleza y fortaleza que me habian contado que tuvo en su juventud, aunque a mi siempre me parecio ver en su mirada un halo de tristeza. Vivia sola, pues nunca se habia casado. Y es que, segun me contaron, el amor de su vida, un joven militar frances llamado Francois Fontaine, habia fallecido seis meses antes de la boda, tras las trincheras de la gran guerra. Mi tia jamas se recupero de ese mazazo emocional, y con solo veinte anos decidio emigrar a Extremadura junto con su mejor amiga, Manuela, y el marido de esta, Justino. El, extremeno de nacimiento, se habia trasladado a Valencia por trabajo, y alli conocio a Manuela y se enamoro de ella. Llevaban casados dos anos cuando decidieron volver a Moraleja, el pueblo de Justino. Los padres de el ya habian fallecido, y le habian dejado en herencia lo poco que tenian: un terreno a las afueras y una casa. Asi que convencio a Manuela para regresar a su tierra y que su legado no se perdiese. Ella acepto con una unica condicion: que parte de ese terreno se lo cediesen a Belen para que pudiera construirse una casa y empezar de cero. Y es que, al parecer, la noticia de la muerte de Francois habia corrido como la polvora entre los familiares y amigos de mi tia, y entre los muchos dimes y diretes de la gente, decidieron ponerle el sobrenombre de <>. Manuela sabia que si mi tia se quedaba en Valencia, le esperaba una vida de soledad y chismorreos, y ella no consentiria eso para la que se habia convertido, por derecho, en su hermana, aunque no fuera de sangre. Justino cedio a las peticiones de su mujer, pues la amaba y, ademas, tenia mucho aprecio a Belen, quien siempre apoyo la relacion y vio con buenos ojos sus ganas de volver a su tierra natal. Al llegar a Moraleja sin estudios ni padrinos, todos se tuvieron que poner a trabajar en el unico sitio en el que entonces podian hacerlo: la hacienda de los De Mora, familia de la que yo no sabia nada en aquella epoca, y que seria mi ruina tiempo despues. Para cuando llegue, mi tia ya hacia anos que habia dejado de trabajar en el campo y sobrevivia dando clases de costura a jovenes casaderas que querian estar preparadas para ser buenas esposas y madres. Ella y Manuela seguian siendo muy buenas amigas y se ayudaban en todo. Sobre todo desde siete anos atras, cuando Justino murio a causa de un ataque al corazon mientras recogia patatas en los campos de la familia De Mora. A pesar de que yo nunca habia tenido trato con mi tia, pues cuando se marcho de Valencia, ella y mi madre se distanciaron y no volvieron a hablarse, solo hizo falta una carta para que Belen me aceptara como si siempre hubiesemos sido una familia unida. Yo tenia treinta anos y muchas ganas de comerme el mundo. Lo que nunca pude imaginar es que el mundo acabaria comiendome a mi a traves de los ojos azules mas bonitos que he visto y vere en toda mi vida. --?Que haces, papa? --Carmen, la hija pequena de Jose, entro en su despacho. --No sabia que ya habiais venido -- contesto el apagando la pantalla del ordenador--. ?Y la fiera? --Le dio un beso. --Viene ahora con Pedro. Ana queria chuches, y ya sabes como se pone cuando quiere algo. -- Jose sonrio pensando en lo terca que se ponia su nieta de cuatro anos cuando se le antojaba algo --. ?Y mama? --Creo que esta en la cocina con Avelina, acabando de hacer la comida. --?Han venido ya Isabel y los peques? --No, tu hermana no ha llegado aun. --Vale, pues voy a saludar a mama para que tu puedas seguir haciendo lo que sea que estuvieras haciendo... --dijo con tono burlon y una sonrisa. Jose se la devolvio con un cierto sentimiento de culpa. Habian pasado tres meses desde su cita con el doctor Llopis, y estaba hecho un lio. Aun no habia decidido si queria contarle a su familia lo de su enfermedad. Sin embargo, si habia tomado la decision de escribir sus memorias para narrar su historia con Ana. No podia aceptar que algun dia olvidaria al amor de su vida y el tiempo tan maravilloso que habia pasado con ella. Y penso que tal vez si lo escribia podria recordarla. Los gritos de sus nietos, David y Jorge, entrando por la puerta lo devolvieron a la realidad.

  • Reir al viento de Sandra Barneda

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    <>. SENECA <>. SUSAN SONTAG <>. VINCENT VAN GOGH Quiero ser ese aire puro que levanta cometas, que huele a canela de ofrendas y humedece pieles que no se olvidan de sonreir. Quiero estar cerca de esos dioses y diosas para vivir eternamente en ese lugar bendecido. No creo en religiones, ni en personas que castran, dividen… creo en la magia, en la ilusion, en la belleza. Tierra hermosa, lugar perdido que ofrece y ofrenda. Todo aquel que va a buscar… !encuentra! !Luchadora! Abandona las batallas, suelta las armas. Vive como quieras, levanta las manos y quitate las cadenas invisibles que el miedo nos construye a base de lamentos. Comprueba la fortaleza, siente la energia que, como de la misma tierra, brota dentro de ti. Viento que sopla en contra o a favor. Huracan que destruye, rafagas que despejan, brisa que alivia… pero viento. Libre, hermoso e imposible de atrapar. Uno 29B. Me acuerdo perfectamente de mi numero de asiento y poco de mi companero de vuelo: pelo canoso, gafas metalicas, ojos… ?marrones? y nada hablador. ?O fui yo la que selle la boca para que no me saliera un exabrupto cuando le veia comer como un cerdo? Veinte horas de vuelo dan para mucho o para nada; como la vida: decides exprimirla o dejarla secar como una pasa. Estoy convencida de que a el le paso lo mismo: nos dejamos secar porque nos resultamos indiferentes. Nuestras energias chocaron y nuestras neuronas decidieron no perder el tiempo e ignorarse. No fue culpa suya. En ese vuelo, aunque hubiera aparecido el tio mas sexy del planeta --Keanu Reeves--, no le habria hecho ni caso. Mis ojos estaban ciegos y mi corazon tan helado como un glaciar de su era y no de la nuestra. Mi relacion con Gonzalo habia llegado a su fin. Nueve anos de amor: la Relacion se habia desmoronado como un castillo de naipes. Ni siquiera recuerdo como le dije: <>. La belleza de las cosas esta en que no duren para siempre. Pero en ese avion no era capaz de llegar a esa reflexion, ni a ninguna otra. Estaba destrozada y sin saber por donde empezar a tirar del hilo. Hacia tan solo dos semanas que Gonzalo se habia marchado de casa, con cara de poquer y sin entender nada. Siempre ha tenido el don de la relatividad o de <>. Muy de tio; quedarse en la primera definicion del diccionario por norma y, como excepcion, mirar el resto. Mi memoria, ademas de ser selectiva, es caprichosa y decide siempre quedarse con los recuerdos placenteros y enviar al exilio los dolorosos. La ruptura con Gonzalo esta dentro de mi, pero muy desdibujada. Incluso metida en ese avion tantas horas y con la cabeza martilleando frases sueltas de aquella noche, de aquel final. <>. <>. <>. <>. <>. Fui incapaz de recomponer el rompecabezas. ?Que nos paso? ?Cuando empezamos a arrugar el amor hasta convertirlo en una bola de papel destinada a hacer canasta? Llore mucho en ese asiento: por mi, por no entender y por saber que habria dado lo que fuera para evitar la caida. Despues de aclararme con el mando y sus botoncitos e inspeccionar sus multiples posibilidades, escogi cine: El exotico hotel Marigold. Me costaba concentrarme por mi vecino, Mr. Nasty1 , y sus ruiditos. Tambien habia una nina negra de pelo muy rizado que se paseaba arriba y abajo. A veces se quedaba mirandome fijamente: los ninos tienen ese don de atravesar barreras y desarmarte en un ya. No nos dijimos nada, pero nos comunicamos sin el habla. La primera vez que la vi fue porque tropezo y cayo directa sobre mi. Su madre, un bellezon mulato, la fue a buscar y, sin levantar demasiado la voz, le echo una pequena reprimenda que la nina encajo estoicamente. Me recordo a Yago cuando tenia su edad. A los cinco anos y despues de una soberana bronca con Gonzalo, nos fuimos los dos al parque. Yago no quiso jugar, se sento a mi lado en un banco y se quedo mirandome fijamente en silencio. Despues de un rato me dijo: --<>. Me quede patidifusa, petrificada, convertida en estatua. No habia encontrado una replica a ese comentario, cuando vino el siguiente: --Papa te pone triste y ya no sonries. Me trague las lagrimas y lo abrace. --Yago… mama y papa son muy felices, lo que pasa es que… a veces se enfadan un poco. Como cuando tu y yo nos reganamos, pero nos queremos mucho. Miraba a aquella nina y me imaginaba a Yago ese dia, con sus ojos tan grandes y redondos, sentado a mi lado, tan pequeno pero siempre tan protector conmigo. Deseando a toda costa mi felicidad, incluso por encima de la suya. Siete anos despues de esa conversacion, se me saltaban las lagrimas mientras me bebia una Coca-Cola y pensaba en mi hijo, que ahora, con doce anos, no entendia nada y me culpaba de lo ocurrido. La adolescencia es muy mala compania, y como nino, futuro hombre, estaba muy unido a su padre. --!No! !No nos puedes hacer esto! No supe que responderle. Ni antes ni ahora ni nunca. Volver habria sido hacerme eso mismo a mi. Por eso estaba en ese avion, con el desconsuelo de maleta, el aturdimiento y la culpa de acompanante. Todo por una noche de insomnio y desesperacion en la que me plantee volver a fumar despues de casi ocho anos. Termine con un cubata, la mesa llena de fotos y hablando por telefono con mi amigo Pablo. Decidi que me tenia que ir de viaje, tenia que encontrarme. Llevaba una semana encerrada en casa. Lloraba, hablaba de Gonzalo y Yago en un bucle de culpabilidad, dormia, volvia a llorar, apenas me aseaba, apenas deseaba nada. Esa noche, mientras hablaba con mi amigo y me abria en canal mirando fotos, en la tele echaban un documental sobre Bali. --Encima viendo un documental sobre el destino preferido de los recien casados, !no te jode…! Pablo era un enamorado de la isla. --Alex, ?por que no te vas a Bali? Es un paraiso y necesitas pensar y sanarte. Me preocupas. --!Tu estas fatal! De paso me llevo alguno de mis libros de <> o <>. --No te iria nada mal aplicarte uno de esos manuales que escribes. --Sabes que no creo en esas chorradas. Solo me gano la vida con ellas. Son las biblias de las religiones de los agnosticos. En realidad, nada cura la decepcion, la desesperacion… Nada. Solo aprendes a vivir con ello. --Necesitas salir de ahi. Dejar esa casa por un tiempo y pensar. Pablo siguio enumerandome las multiples razones por las que tenia que irme a Bali mientras yo descartaba cada una de ellas a golpe de cubata y argumentos cada vez mas insostenibles. Sabia que tenia que hacer algo, pero mi cuerpo, mi mente y mi corazon se mantenian inmoviles. --Podrias aprender a hacer surf. Alli es el lugar ideal. --Si, a los cuarenta y tres y con una forma fisica deplorable. --?Por que no? Siempre has querido aprender, ?no? Pues ya tienes un motivo para irte. Aclararte y aprender a surfear… ?Hola? ?Alex? ?Estas ahi? Me entro un ataque de risa. Hacia tiempo que no me reia de aquella manera tan… como si se me acabara el aire y me fuera reventar la vejiga. Me parecio la razon mas surrealista de la noche y, a la vez, la que mas sentido tenia para mi. Irme a hacer surf, recuperarme, escucharme, aislarme y decidir si cerrar la puerta <> definitivamente o volver a abrirla. --!Pablo, tengo que colgarte! He decidido que me voy a Bali. Sin esperar al dia siguiente por temor a que se me pasara el pedo y me echara atras, inicie la busqueda de billete. Me meti en foros para saber algo de esa isla y me apunte en una lista todas las cosas que tenia que hacer: --Hablar con Gonzalo (!va a flipar!) --Hablar con Yago (no se si me perdonara por dejarle) --!Llamar al trabajo y pedir vacaciones ya! --Llamar a mi padre…

  • Salitre de Diana G. Romero

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    Cuenta la leyenda que una joven sirena quiso saber lo que era sentir emociones humanas. Para ello, tuvo que adentrarse en las profundidades marinas y aceptar un intercambio. Cambio su corazon helado por uno fragil, inestable... humano. Para ello, tuvo que dar algo a cambio. Algo que afectaria al rumbo de su existencia. Esta es la historia de Natalia, la hermana de Alex, en su busqueda por conocer el amor. Una busqueda que irremediablemente cambiara no solo su destino, sino tambien el de Alex, Alba y Alvaro. Si te quedaste con ganas de mas sobre los protagonistas de Marejada y Sizigia, esta historia es para ti. Eso si… el rumbo de los acontecimientos, como la marea, es totalmente impredecible.

  • Polvos de fuego de Roberto Casin

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    Un enigma de siglos. Suenos indescifrables. Una avioneta que se estrella cargada de droga en una playa. Asesinatos, misterio e intriga en un pequeno pueblo que vive hermeticamente atado a su pasado. Una historia de pasiones, amor y venganza con un inesperado desenlace y en la que lo magico se funde con lo real. Todo de la mano de personajes fascinantes: el intrepido patriarca don Anselmo Montero, el vehemente cura Aristeo, el pintoresco cuatrero Indalecio o la ingeniosa prostituta Mariangelica.

  • Antes de medianoche de Kristel Ralston

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    Agobiada porque su visado de trabajo en Holanda esta a punto de expirar, Lauren Wade empieza una carrera contra el tiempo en plenas festividades navidenas para lograr un empleo que le garantice permanecer en Amsterdam. Nada le importa con tal de conseguir sus metas. Por eso, cuando una anciana, en absoluto indefensa, le ofrece un empleo a cambio de que logre que su obtuso nieto asista a una fiesta familiar, Lauren no se lo piensa dos veces. El verdadero reto empieza cuando conoce a Caleb Bescott, y se da cuenta de que no solo es un hombre atractivo, sino tambien un formidable enemigo cuando descubre que intentan manipularlo o burlarse de el.

  • Tengo un plan (A la deriva 1) de Sira Duque

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    Ser tan impulsiva, ruidosa y despistada no fue un obstaculo para que Cleo se adaptara al ritmo frenetico de la empresa familiar o para que se atreviera a estar orgullosa y feliz con el resultado de sus esfuerzos. Lo estaba. Al menos hasta que, en uno de sus descuidos, perdio algo. Y resulto que ese algo era del tipo de cosas que alguien con un poco de sentido comun no perderia de vista. Jamas.
    Durante anos, Joel habia formado parte del mismo puzle, pero solo cuando se vio obligado a abandonar la comodidad de sus costumbres y buscar otras nuevas, fue consciente de que no estaba muy orgulloso de la persona en la que se habia convertido.
    Y sucede.
    El chico perdido en su propia vida y la chica demasiado perseverante y cabezota para abandonar lo que se ha propuesto se encuentran. Y lo que empieza como un imprevisto termina siendo el pegamento que une y le da sentido a todo.

  • Su fria mirada de Raimundo Ruiz Toca

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    Su Mirada Fria es una novela corta en formato thriller, primera parte de la compilacion El Diablo en los Detalles, y que engancha con un sugerente comienzo, manteniendo la intriga hasta su inesperado e intenso final. Matias Ariza lleva varios dias planeando su fuga del sanatorio mental en el que esta confinado. A pesar de las dificultades planteadas por su medicacion, se ha estado preparando. Sabe que ha llegado el momento de escapar. Mientras que aguarda la ocasion propicia, le hierve la sangre pensando en la que fue su suegra. Ella es una mujer cruel, de familia adinerada, capaz de provocar su encierro y que no ha dejado de acosarlo tras su divorcio. Matias se refiere a ella como la Gran Bruja y su influencia fue la responsable de todas las desgracias que sufrio, venganza tras venganza, hasta arrebatarle finalmente a su hija Natalia. En su intento de huida para recuperar su vida, Matias repasara las circunstancias que lo llevaron a sufrir si situacion actual, pasando por una inesperada y macabra propuesta realizada por un desconocido personaje.

  • Disparo al corazon, Emma Fraser de Emma Fraser

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  • Antes de que las hojas caigan de Maite Aleu

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    1918, Chicago
    Estados Unidos esta inmerso en la Primera Guerra Mundial. La sociedad esta sufriendo profundos cambios, favorecidos por la masiva salida de hombres rumbo a Europa. Sin embargo, los hospitales siguen siendo reinos masculinos.
    La doctora Elizabeth Scott ha luchado mucho para llegar a ser residente en el prestigioso hospital del condado de Cook, y ambiciona un puesto en su laboratorio. Para conseguirlo se enfrentara a varios obstaculos, incluida la intensa atraccion que siente por uno de sus companeros.
    El doctor William Foster todavia no ha sido llamado a filas. Durante la incierta espera se centra en su trabajo en el laboratorio del Cook, donde no puede evitar fijarse en su companera, Elizabeth, una mujer prohibida para el.
    Ambos sucumbiran a sus sentimientos en un entorno marcado por los prejuicios, las diferencias sociales, la guerra y los avances medicos. La terrible pandemia de gripe espanola pondra a prueba su amor y su vocacion.

  • Julio Cesar en Hispania de Miguel Angel Novillo

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    Miguel Angel Novillo ofrece al lector, con un estilo riguroso y dinamico, un recorrido completo por la vida y la obra de Cesar en torno a su anos en Hispania. Desde la II Guerra Lusitana, hasta las miticas y decisivas batallas de Ilerda y Munda, pasando por el establecimiento de un sistema juridico y administrativo que se convertiria en un modelo posterior para todo el imperio, sus anos en la propretura de la Hispania Ulterior fueron absolutamente definitivos para comprender la grandeza del personaje que dirigio con gloria los designios de Roma Una perspectiva fundamental que nos conduce a una lectura diferente, vibrante y peculiar de un joven Cesar desde multiples facetas como politico, militar, estratega, estadista, literato, amante y visionario que le llevaron a ganarse, por derecho propio, un lugar eterno en la Historia.