• decisiones arriesgadas - Mar Carrion

    https://gigalibros.com/decisiones-arriesgada.html

    Megan Lewis es una joven periodista que trabaja en un periodico importante de Pittsburgh y que escribe sobre asesinatos violentos. Cuando una noche acude a la casa de su vecina de enfrente y descubre accidentalmente su cuerpo apunalado y sin vida, decide investigar el brutal asesinato. La victima trabajaba como chica de compania en La Orquidea Azul, una agencia cuyos clientes son hombres influyentes y adinerados. Para asegurarse el puesto de redactora jefe del periodico, Megan decide infiltrarse en la agencia, pero pronto se encontrara con los obstaculos que el policia encargado de la investigacion, el atractivo detective de homicidios Derek Taylor, pone en su camino. Megan tendra que debatirse entre la atraccion que siente hacia el policia, que es mutua y evidente, y el deber profesional que la reclama.

  • Decisiones arriesgadas Versión Kindle - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Decisiones-arriesgadas-Mar-Carri%C3%B3n-ebook/dp/B076QGKFJ4

    Decisiones arriesgadas eBook : Carrión, Mar: Amazon.es: Libros. ... Mirar en el interior de este libro. Decisiones arriesgadas de [Mar Carrión] ...

  • DECISIONES ARRIESGADAS | MAR CARRION | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-decisiones-arriesgadas/9788492617630/1806835

    El libro DECISIONES ARRIESGADAS de MAR CARRION en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • DECISIONES ARRIESGADAS - CARRIÓN MAR

    http://quelibroleo.com/decisiones-arriesgadas

    Iniciar sesión · DECISIONES ARRIESGADASCARRIÓN, MAR · Resumen · Información del libro · Compra este libro · Mi biblioteca · Otros libros del autor · Otros libros que ...

  • Mar Carrión - Decisiones arriesgadas - El Rincón de la ...

    https://www.rnovelaromantica.com/criticas/item/mar-carrion-decisiones-arriesgadas

    Para ser un libro con las dos cosas (que normalmente no me gusta mucho), creo que es el que más me ha gustado, o el que mejor ha sabido entrelazar el suspense y ...

  • Decisiones arriesgadas : Mar Carrión - Roca Libros

    https://www.rocalibros.com/terciopelo/catalogo/Mar+Carrion/Decisiones+arriesgadas

    Ficha técnica: ISBN: 9788415952343; Fecha de publicación: 07-04-2014. Comprar en: Amazon · Casa del Libro · Apple ...

  • Decisiones arriesgadas - Libro de Mar Carrión - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/54084/decisiones-arriesgadas

    Resumen y sinópsis de Decisiones arriesgadas de Mar Carrión. La joven periodista Megan Lewis encuentra el cadáver de su vecina cuando pasa a recoger a su ...

  • DECISIONES ARRIESGADAS. CARRIÓN, MAR. Comprar libro

    https://www.popularlibros.com/libro/decisiones-arriesgadas_395341

    DECISIONES ARRIESGADAS 16,15€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Un buen cóctel de enredo sentimental aderezado con una trama policial trepidante.

  • Decisiones arriesgadas - Libros De Mario

    https://www.librosdemario.com/decisiones-arriesgadas-leer-online-gratis/5-paginas

    Leer Libro Completo: Decisiones arriesgadas de Mar Carrión | NOVELA ONLINE GRATIS.

  • decisiones arriesgadas - carrion,mar - Botica de Lectores

    https://www.libreriaboticadelectores.es/libro/decisiones-arriesgadas_282390

    DECISIONES ARRIESGADAS, CARRION,MAR, 17,00€. Un buen cóctel de enredo sentimental aderezado con una trama policial trepidante.La joven periodista Megan ...

  • Cuando vuelva a encontrarte de Mar Carrion

    https://gigalibros.com/cuando-vuelva-a-encontrarte.html

    Para la adinerada familia de Alice Mathews lo mas importante es el exito profesional, el dinero y las apariencias, por eso, para Wayne Mathews, el tirano de su padre, el unico futuro posible para su hija
    es que se convierta en la abogada de la empresa que el dirige en Chicago. Recien licenciada, Alice se traslada a Nueva York para realizar las practicas en el bufete de un amigo de su padre. Sin embargo, ahora que esta tan lejos de casa y del control del patriarca, encontrara una oportunidad maravillosa de ver realizados sus propios suenos.

  • Dame un motivo de Gwendolen Hope

    https://gigalibros.com/dame-un-motivo.html

    Tras la muerte de Isaac Myers, sus hijos heredan Llanura de los Robles, tierra que es un simbolo familiar, a la que todos han estado indisolublemente ligado por generaciones. Edward Sanders y sus hijos, ricos industriales, duenos de las tierras con las que confina la propiedad Myers, quieren apropiarse a toda costa de ella y estan dispuestos a utilizar todos los medios posibles, tanto licitos como ilicitos, para alcanzar su proposito. Victoria Sanders, en particular, quiere ganar esas tierras mas que nada en el mundo y, por ese motivo, no duda en jugar sucio. ?Pero que sucede cuando conoce a Cam Myers y se da cuenta que lo que esta en juego no es unicamente la propiedad sino su propia felicidad?

  • El jefe supremo (Los jefes 5) de Victoria Quinn

    https://gigalibros.com/el-jefe-supremo-los-jefes-5.html

    Tatum Titan ahora es mia.

  • Mariposas en tu estomago 9 de Natalie Convers

    https://gigalibros.com/mariposas-en-tu-estomago-9.html

    Voy a joderlo todo y, aun asi, decido seguir adelante... Acabo de despedir con un par de billetes de los grandes al tipo delgaducho con gafas que ha traido la ropa de cambio de Beca. Cierro la puerta con suavidad y me guardo despreocupadamente la cartera, mucho mas vacia, en uno de los bolsillos traseros del pantalon. Abstraido, echo un vistazo alrededor a medida que me dirijo de nuevo a la cama cargado con todo. La ultima vez que estuve aqui, las paredes eran de un blanco brillante, pero ahora son de un gris opaco. No obstante, la habitacion del hotel sigue conservando toda esa clase de detalles escrupulosamente ubicados, que te hacen pensar que en cualquier momento saldra un solicito Sebastian Michaelis detras de ti, para atender todas tus necesidades. No se oyen ruidos del exterior, y todo parece limpio y tranquilo, justo lo que precisamos en estos momentos. Gruno satisfecho. Beca sigue sentada sobre el negro edredon nordico, en el que la he dejado hace tan solo unos minutos. --Pedi que te lo trajeran. Manana te hara falta si quieres ir a buscar a tus hermanos --explico despues de dejar toda la ropa a su lado en la cama. Ella asiente de manera casi imperceptible. La estudio con curiosidad unos instantes. La enorme toalla de bano la envuelve como una crisalida blanca. El cabello, todavia humedo, se le ha rizado en ondas oscuras por encima de las orejas y por el cuello al igual que una planta enredadera en primavera. Ignoro mi pulso acelerado, y lo preciosa que esta incluso con aquella expresion de honda tristeza. --Hay algo mas... --continuo despacio con la voz ligeramente ronca. Hurgo en el bolsillo trasero de mi pantalon y extiendo la carta que yo mismo tome de su casa anoche, cuando ella fue a recibir a Marta y yo me entretuve en poner un poco de orden en el salon. Los ojos de Beca se agrandan y lanzan destellos de curiosidad recuperando parte de su brillo habitual, pero no hace ningun movimiento por tomarla. Implacable, empujo la carta en su direccion por segunda vez, contra sus manos menudas hasta que la acepta. Antes de abrirla, Beca analiza el sobre de forma minuciosa y el semblante se le ensombrece. Mientras la observo, el corazon me oprime en el pecho y las entranas se me enroscan hasta formar una montana rusa, pero no permito que ningun sentimiento se refleje en mi cara. Contemplo como sus dedos largos y delgados acarician la solapa con las yemas, y me parece distinguir un leve temblor de emocion en ellos previo a extraer el documento que hay dentro. Poco a poco, la inquietud y el dolor se apodera de su rostro mientras lee cada vez mas rapido. Surcos de piel se le dibujan sobre la frente y las comisuras de la boca tensa, y el oro fundido que corea sus pupilas se intensifica, mas dorado en el derecho bajo la luz led de la habitacion. Beca retuerce los bordes de los papeles entre los dedos. Parpadea lento varias veces. De repente, suelta los documentos como si no pudiera tenerlos cerca de ella, pero no aparta la mirada de ellos hasta que la ultima hoja ha tocado el suelo. Entonces, alza la cabeza.

  • Por ti. Hare lo que sea de Lucia Gonzalez Lavado

    https://gigalibros.com/por-ti-hare-lo-que-sea.html

    Ha llegado septiembre y con ello el inicio del nuevo curso. Es viernes por la noche y me encuentro en casa de mi mejor amigo, Simon, con algunos mas. Muy pronto todos estaremos centrados en los estudios y salvo los descansos entre clase y clase, en rara ocasion nos veremos. Es el ultimo curso, las aspiraciones que tenemos son muy elevadas y esta pequena fiesta sera uno de los ultimos momentos que tendremos antes de tomarnos otro respiro en Navidades. Tras dedicar una sonrisa a Simon, me dirijo al bano. Mi inicio de curso no podria haber sido peor. Un virus estomacal ha hecho que me pierda los tres primeros dias de clase, aunque Simon me ha mantenido al dia de las asignaturas, los horarios y todo lo que tenia que saber, incluso los ultimos rumores, a pesar de que el sabe cuanto detesto esos absurdos cotilleos que forman parte de nuestro dia a dia. Una vez cierro la puerta tras de mi, lanzo un suspiro. Aun no me encuentro del todo bien, quizas permanecer en casa hubiera sido lo mejor, pero mi padre y amigos insistieron en que tomar un poco el aire me vendria bien. Tras enjuagarme el rostro con agua fria me echo un vistazo en el espejo. Estoy algo palida y ojerosa, pero muestro mejor aspecto que dias atras. Tras tomar un pequeno neceser de mi bolso, me dispongo a retocarme. Normalmente no uso maquillaje, salvo un poco de brillo de labios, pero hoy ha sido una excepcion. Doy algo de color a mis mejillas y labios. No aplico rimel a mis ojos. Es uno de los rasgos que mas destacan de mi pequeno rostro, pues son verdes, enmarcados por unas finas cejas. Llevo el pelo largo, liso, hasta los hombros. Mi color es castano, pero hace unas semanas me aplique algunos reflejos dorados y cobrizos, y la verdad es que me gustan mucho. De nuevo salgo del bano y me dirijo al comedor, donde se han reunido todos con algunas snacks, chocolatinas y cervezas. Tomo asiento junto a Simon, en el suelo, donde han esparcido varios cojines para que estemos mas comodos y a la misma altura. Realmente llamar a esto una fiesta, es exagerar. En realidad, solo somos seis que se han reunido un viernes por la noche. A Simon le gusta llamarnos los inadaptados, en cambio Rose es mas severa calificandonos como aquellos a los que nadie quiere ver y Alex simplemente nos llama frikis. Es cierto que somos un grupo peculiar. Alex y Simon son unos expertos en informatica; saben todo sobre ordenadores, internet y la red profunda. Alex alardea de querer convertirse en un hacker y aunque Simon nunca me ha dicho nada, se que el tambien aspira a serlo. Despues esta Rose; su pasion es la musica, toca el violin desde nina y es gotica. Lleva el pelo muy negro y largo, los ojos casi ocultos debido al lapiz de ojos y la sombra oscura. Despues estamos los artistas, el grupo donde yo entro. Tanto Laurel como yo formamos parte de el. Ambas escribimos, aunque Laurel se dedica mas a la poesia y las dos dibujamos tambien. Yo me decanto por el arte digital, mientras que Laurel siente devocion por el arte mas clasico, como los oleos. Y por ultimo esta Connor, el genio, el cientifico del que todos sabemos tendra un gran futuro y ademas, gran admirador de la serie The Big Bang Theory. Es raro el dia que no lleve una de las camisetas que tan populares se han vuelto tras la serie. --Es agradable ver como la reina cae --anade Alex, con una sonrisa. Esta mirando un video en su movil, que pronto pasa a los demas y al ver mi cara de hastio, me encara--. Disfruta de lo que esta pasando, Elle, se lo merece. --!Es la teoria del karma! --interrumpe Connor. --No puedo creer que hayas sido tu quien haya pronunciado el karma --anade Laurel mientras se levanta y va a la cocina. Cuando regresa trae consigo dos colas light, me tiende una y de buena gana la tomo. Laurel es delgada y muy alta; tiene el cabello rubio, largo y rizado, con algunos mechones en rojo que hacen juego con el color de la pasta de sus gafas. Tiene el rostro pecoso y lleva ortodoncia. Le encantan los tonos pasteles y siempre suele vestir con ropa estilo vintage en tonos suaves, como el vestido rosa con lunas doradas que ha elegido hoy--. Siempre buscas una logica a todo lo que esta pasando. --Solo intento no desencajar demasiado en el grupo y ya que vosotros creeis en esas tonterias, pues ahi va. Lo que le ocurre a Claire es debido al karma... Todos ponemos los ojos en blanco al escucharlo. Su cinismo ha vuelto y me hago a un lado cuando toma asiento junto a Simon. Ambos son pareja y al parecer ha llegado el momento de darse mimitos, observo al ver como se abrazan. Sin duda Connor fue una buena compania para Simon al volverlo mas social e introvertido. Connor es mucho mas alto que Simon, casi llega al uno noventa y sin duda su altura es una de las razones por las que muchos no se burlan de sus estramboticas camisas o vestuario en el instituto, pues se sienten intimidados. Tiene el cabello moreno y lleno de ondas. Normalmente utiliza gafas de pasta negra, pero hoy lleva lentillas, lo que hace que sus ojos marrones se vean mucho mas. Simon es mucho mas delgado, enclenque y bajo. Lleva el cabello corto, de color cobrizo y sus ojos son de un claro avellana. --Eh, eh, algo esta pasando en la fiesta de Elisa --anade Alex, euforico--. Lo de estos dias no esta siendo nada con lo de esta noche. Y los muy capullos estan retrasmitiendo la fiesta en directo. !Eh, cerebrito! --anade mirando a Simon--. No podemos perdernos esto, vamos a enchufarlo en el televisor. Mientras Simon y Alex trastean, Laurel, Rose y yo nos sentamos juntas. Es cierto que Simon me ha contado algunos cotilleos estos dias sobre Claire, pero no he hecho mucho caso. Claire y yo fuimos amigas un tiempo. Realmente llamarnos amigas es algo exagerado. Mi hermano Dominic y su hermano Cameron eran muy buenos amigos; pasaban mucho tiempo juntos y cada vez que mi hermano iba a casa de Cameron, me llevaba con el, y Claire y yo jugabamos. Nuestra relacion no termino al entrar al instituto, seguimos en contacto, aunque como era de esperar, todo eso acabo, al fin y al cabo eramos muy diferentes. Claire era lo que la gente califica como "normal". Le gusta las cosas que a la gran mayoria, hace lo que todos, es simpatica y cae bien. Si, la tipica chica popular que va con otros como ella y se burlan de gente como mis amigos y yo. Este iba a ser su gran ano, seria la mas exitosa del baile y todas esas chorradas a la que aspira gente como ella, es decir, !ser el centro de atencion! --?Que es lo que ha pasado estos dias? --pregunto al fin, lanzando un amargo suspiro. Ya que al parecer nuestro encuentro se ha convertido en un cotilleo sobre los demas quiero saber que es lo que les tiene tan excitados. --!Rachel ha regresado! --exclama Laurel--. Borra esa expresion de tu cara. No es como la recuerdas. --Ahora es otra Barbie mas de Malibu --anade Rose con desprecio--. Ha cambiado mucho en estos anos. No solo en su aspecto, no parece ella... es su personalidad. !Fuimos a saludarla en el descanso y nos ignoro! --Al menos di la verdad --interrumpe Connor--. Sus palabras textuales fueron: !Antes de sentarme con una panda de frikis como vosotros prefiero pasearme desnuda por el campo de futbol delante de todo el instituto! --!Pues a mi me gustaria ver ese cuerpo correr sin nada de ropa! --exclama Alex--. Fue un corte que tales palabras vinieran de ella, pero me puso cachondo. Todas ignoramos a Alex. Es cierto que formamos un peculiar grupo. Nuestros gustos musicales no encajan con los demas o nuestra forma de vestir, ni tampoco muchas de otras actividades que nos gustan. Pero Alex no es asi. Es extrovertido, alegre y tiene una envidiable manera de encajar en todo tipo de grupos. Es de mi misma altura, es decir, apenas supera el metro sesenta, aunque como el dice, compensa su baja estatura con sus pectorales, pues en su habitacion tiene un banco de pesas con el que hace ejercicios todos los dias. Tiene el cabello castano, muy corto, y al igual que Connor utiliza gafas, aunque el siempre lleva lentillas, ya sea de dia, noche o de madrugada, pudiendo apreciar mucho mejor sus profundos ojos negros. --Los amigos de Claire rieron --prosiguio Rose--. Y la invitaron a comer con ellos. Lo peor ha sido hoy. En solo dias Rachel se ha camelado a Brandon, el novio de Claire. --?Camelar? --pregunta Alex, volviendo a tomar asiento--. ?De verdad se sigue usando esas palabras hoy en dia? Le habra tocado... --Vale, vale, me hago una idea --le interrumpo. --Los han pillado en el bano de las chicas --prosigue Laurel--. Y te habras imaginado la escenita que monto Claire, llorando, gritando. !Un dramon! Pero lo mas sorprendente vino cuando Brandon le dijo que estaba harta de sus dramas. !Se acabo! Que en solo tres dias Rachel le habia hecho ver lo diferente que eran las relaciones y se quedaba con ella. --!Ahi esta! --dijo Simon--. Conexion en directo con la fiesta de las divas en casa de Elisa. Todos dirigimos la mirada a la pantalla. Es cierto que la fiesta se esta retrasmitiendo en directo, al menos lo que ocurre en el salon. Es muy comun que Claire y Elisa hagan eso. Instalan una camara en una de las habitaciones donde durante la noche envian saludos a todos aquellos que los ven desde las redes sociales, que suele ser todo el instituto. El salon de la casa de Elisa ya empieza a ser algo comun para mi. No es la primera vez que nos colamos virtualmente en alguna de las fiestas. No tardo en localizar a Claire y Elisa, ambas estan juntas y al parecer, Elisa, consuela a Claire. Ambas tienen la mirada puesta en el telefono movil, mientras que los demas rien y miran a Claire. --?Que estara pasando? --formula Rose la pregunta que todos nos estamos haciendo. --Es facil averiguarlo, voy a meterme en los moviles de uno de ellos --anade Simon. Se pone en pie, saca el ordenador de su mochila y tras instalarse en un escritorio, comienza a realizar su magia. Es una pasada verlo trabajar, abrir una ventana tras otra, indagar en pantallas donde yo solo veo codigos y demas extranezas--. Ya esta, estoy conectado al movil de Elisa. Estamos viendo lo mismo que ella.

  • Confesiones en la despensa de Juvenal Alvarez Uzcategui

    https://gigalibros.com/confesiones-en-la-despensa.html

    Al entrar a la casa de Cien Victorias, un arbusto de ajies dulces enredado en un rosal que sostenia un universo de telaranas nos impidio el paso al portoncito de la entrada. Dicen que los arboles de ajies duran poco, pero tia Candela juro haber sembrado ese hacia cuarenta anos atras, junto con Eloisa. <>, decia tia, recordandola. Por todos lados habia arbustos y planticas de condimentos y de hierbas, de todas cuantas se conocian, y de las que los viajeros llevaban por saber que Eloisa les buscaria algun buen uso. <>, recordaba tia Candela, de una tarde en que llego un arriero de mulas a Cien Victorias tratando de ganar un almuerzo. <>, se burlaba Eloisa del regalo de su aspirante. El portoncito de atras de la casa fue imposible atravesarlo: con una enredadera de alambre de puas alguien habia sellado aquella otra entrada, y entre aquel huerto de ajies olvidados era trabajoso el intento. Tia Candela mando a romper la puerta principal de la casona con un peon que algun dia pidio al abuelo Manuel morir en aquella casa, y el nonito lo dejo como un traste mas de aquella finca olvidada, que para entonces ya no valia nada. --Aquel era mi cuarto y el de tu mama --senalaba hacia un altillo tia Candelaria--. Por aquella baranda nos bajabamos a escondidas cuando tu abuelo nos castigaba por no querer probar un horrendo jugo de rabanos que el aseguraba que impedia para siempre el catarro. Eloisa nos tapaba bajo su falda y nos cambiaba aquel menjurje por una aguita dulce que papa jamas sospecho. Eloisa era capaz de invertirlo todo en la cocina, conocia cualquier nuevo sabor que podria cambiar otro y tambien enganar los ojos de cualquiera, haciendo ver lo que no habia. Papa, entre alborotos de hombre necio, jamas sospecho que lo que nos tomabamos era un agua de cayena y lima que en olor y color semejaba el terrible rabano, pero en sabor era el agua mas dulce y fresca que Eloisa habia inventado para nosotras. Al caer la enorme puerta de la casona, una oleada de palomas salieron despavoridas de todos los rincones de Cien Victorias. Aquella puerta gigante de madera hizo un ruido aterrador que rompio las baldosas enlutadas por la corrosion del terrible gallinazo. Aun se lograba ver, entre la invasion de la hiedra que lo envolvia todo, la forma dormida de un sinfin de trastes y objetos olvidados por la vida y el afan que hubo en algun tiempo. <>, repetia insistentemente tia Candela, envejecida, ya sentada en un anden, como rendida por su memoria. Tia Candelaria y mama habian huido durante cuarenta anos del recuerdo de Cien Victorias y ahora tenian que enfrentarse a ella y a cada presencia que con el lugar viniera. <>, me mostraba Tia, aun llamandome como si fuera un nino. <>, y me contaba, asi, que habia estado tan contento que vendio trecientas reces para el casorio. <>. --Justo ahi habia un chifonier con dos puertitas pintadas a mano; las habia pintado mama, un manojito de flores en cada puerta --continuaba tia Candelaria--. Dentro de el solia esconderme de tu abuelo: yo siempre de penosa con papa, me daba un aire de verguenza el temerle. No se si era por ser tan perfecto, tan alto y tan callado que preferia a veces no verlo; tu mama, en cambio, era una regalada, lo esperaba en el balconcito de nuestro cuarto y cuando escuchaba el galope del caballo, se venia corriendo a recibirlo, sentada aqui en el salon; se le guindaba atras como un animalito del monte, mientras papa siempre le decia <>; entonces el sacaba algunas piedras con formas raras que habia encontrado en el rio, o un trozo de palo que, segun le decia a Nina, se lo habia regalado especialmente para ella algun duende en el camino. Nina se impresionaba, luego se dormia en las piernas de papa hasta que llegaba Eloisa y se la llevaba para nuestro cuarto. Y yo, siempre desaparecida, me quedaba dormida dentro del chifonier, escondida; luego llegaba Eloisa, me encontraba, y me llevaba a dormir, tarareandome unas lindas canciones inventadas al instante. Eloisa fue un regalo de los cielos. Papa mando a buscar en Las Virtudes a quien fuera, para que se hiciera cargo de tu mama y de mi cuando murio tu abuelita. Llego aqui para ensenarnos cosas buenas, como decia papa. Nina dejo de hablar por mucho tiempo luego de la muerte de tu abuela. Quedamos tan tristes y solas las dos, que papa, desesperado al vernos tan vacias, y con la plena conciencia de su incapacidad para criarnos solo, mando a buscar a alguna buena muchacha con buenas costumbres que nos ensenara a leer y al menos a terminar la labor inconclusa de mama en la crianza de nuestros primeros anos. Hablo con Jacinta, una vieja cocinera que habia trabajado aqui desde la fundacion de Cien Victorias, y asi fue como llego Eloisa, nuestra amada Eloisa, traida por la vieja Jacinta, por ser parientes de algun modo. Recuerdo algo de cuando llego: era tan jovencita, tan decente, cargada de folletines y manuales para ensenarnos tantas cosas a nosotras, que ya comenzabamos a ser salvajes en esta casa envuelta en cafetales; pero este sitio le transformo su labor de maestra y, sin que ella se diera cuenta, termino siendo tambien cocinera, eso si, la mejor de Cien Victorias. Nos ensenaba a contar seleccionando los granos de las sopas, y a leer con un fantastico librito de cocina, mientras terminaba algun guisado. Al morir Jacinta, Eloisa no solo quedo a cargo de nosotras, termino dirigiendo la casa entera, la comida de papa, el orden de la casa, la comida de los peones, las fiestas y reuniones. Ella, en medio de su escondite, termino siendo la casa misma, lo sabia todo, lo ordenaba todo. Nina decia siempre que cuando creciera no tendria esposo, sino que se casaria con Eloisa para estar siempre con ella... tu mama y sus desvarios. Tia Candela no paraba de contar algo de cada rincon de la casa; todo volvia a ella de una manera tan precisa y lucida como nunca la habia visto antes: animosa en el habla, con una rapidez inusual y una clarividencia que llegaba a asustarme en instantes. --Este era el cuarto de papa; asomate por esa ventana, veras entera toda Cien Victorias. Aqui se paraba el cada manana y planificaba sus jornadas, la recolecta del cafe, el arreglo de alguna tostadora, o aquellos viajes que Nina y yo tanto detestabamos y temiamos. Papa se iba de vez en cuando y tardaba semanas en volver. Cuando los pagos demoraban en llegar del puerto, el mismo iba y los cobraba, mientras tu mama y yo nos quedabamos solas con Eloisa, y aunque en la luz del dia no parabamos de corretear por la casa, se que en las noches las tres nos sentiamos desprotegidas por la ausencia de papa. El premio de aquellas largas noches era el retorno de tu abuelo, pues nos premiaba con un sinfin de regalos que nos hacian olvidar las penas de los monstruos de nuestras noches.

  • El chico del chubasquero amarillo de Sweet Melibea

    https://gigalibros.com/el-chico-del-chubasquero-amarillo.html

    Alice Evans, disenadora de moda, esta comprometida con Edward Brown, socio del padre de Alice del emblematico hotel de los Evans.
    No obstante, no esta muy segura de dar ese paso, sobre todo cuando Josh, un profesor de musica, sencillo, con pelazo y ojos de infarto se cruza en su camino de forma accidental.
    El destino, a pesar de que Alice no cree en el, pondra a prueba su capacidad de eleccion para poder alcanzar la felicidad.
    ?Y Josh? ?Que papel tendra el en esa decision?
    Descubre esta divertida historia en la que el amor es el protagonista.

  • Votos de traicion de Kristel Ralston

    https://gigalibros.com/votos-de-traicion.html

    Zoey Reynolds crece al amparo de la desconfianza y la discriminacion. Con el paso de los anos, la vida parece menos acida, en especial cuando conoce Elizabeth y Albert Wolfe, quienes la adoptan como la hija que nunca tuvieron. Bajo los cuidados de la generosa pareja, Zoey florece y se convierte en una mujer distinta a la nina que paso de una familia de acogida a otra durante anos. Pero la vida le tiene reservada una prueba por sortear todavia mas complicada que llegara con unas caracteristicas muy especificas: un metro ochenta y cinco de estatura, sonrisa sexy, y un fisico capaz de cautivar a cualquier mujer. Una lastima que Zoey no fuera parte del comun de las mujeres, y que Nick solo quisiera exponerla ante el matrimonio Wolfe como una cazafortunas. Ella no iba a permitir que el destruyera lo poco que habia valido la pena tener en su vida: una familia.

  • La mujer inexistente de Jaime Mesa

    https://gigalibros.com/la-mujer-inexistente.html

  • Sangre de Clara Penalver

    https://gigalibros.com/sangre.html

  • Nuestro tiempo perfecto de Leah Heart

    https://gigalibros.com/nuestro-tiempo-perfecto.html

    Viola Halley, estudiante de los primeros anos de Historia del Arte en la Universidad de Saint Andrews, durante una de las visitas de aprendizaje de campo en una de las galerias del Londres se ve atraida por la pintura del joven Duque de Somerset.

  • Feliz Vida de Lorena Franco

    https://gigalibros.com/feliz-vida.html

    Si te gusto Maldito karma, disfrutaras leyendo las aventuras de esta ex “Top model” al borde de un ataque de nervios en su inesperada y proxima vida. Laura Smith, una popular y egocentrica top model, muere de manera absurda e inesperada cuando estaba en su mejor momento profesional en Nueva York. En su primer paseo como espiritu en la ciudad de los rascacielos coincide, entre otros, con el mismisimo John Lennon. Pero al llegar a la luz y conocer a San Pedro, este le dice que tiene que volver. Con otro cuerpo, con otra vida y en otro lugar, recordara mas de su anterior existencia que de la actual, con un toque del otro lado que hara que su nueva vida se complique por momentos. Laura empezara a vivir en el cuerpo de Marta, una cajera de supermercado extremena que vivia en un pequeno pueblo de Extremadura con varios problemas a los que la nueva inquilina de su cuerpo se tendra que enfrentar. <>.

  • Canciones para Paula 1 de Blue Jeans

    https://gigalibros.com/canciones-para-paula-1.html

    Paula es una adolescente de casi 17 anos que encuentra el amor por primera vez en Internet. Despues de estar dos meses hablando con Angel, un joven periodista que trabaja en una revista de musica, decide quedar con el y comprobar si lo que siente a traves de la pantalla tambien lo experimenta en el cara a cara. Pero el chico llega tarde y, mientras espera, Paula conoce a Alex, un aspirante a escritor con una sonrisa maravillosa. A partir de ese momento comienza una historia de amores y desamores, de la que seran testigo “la Sugus”, el grupo de amigas de Paula. Una chicas desenfadadas, alegres y, a veces, dificiles de tragar (como los caramelos Sugus), que ayudaran a la protagonista a tomar decisiones importantes en aquellos dias de marzo en un lugar de la ciudad.

  • El granero, tu y yo (Bdb) de Antonella De Quevedo

    https://gigalibros.com/el-granero-tu-y-yo-bdb.html

    Eloisa, aparentando calma y normalidad, inspiro con intensidad y extendio sobre la gran mesa el mantel de los domingos. Apoyo las manos a ambos lados y agacho la cabeza para intentar tranquilizarse. Cuando termino de preparar la mesa, se sento sin dudar un instante de que Julian, su hijo, regresaria pronto y se sentaria con ella. Confiaba en que el berrinche cesara pronto si le dejaba su espacio. Despues de largo rato, escucho el chirrido de la puerta al abrirse y unos pasos cansados que se dirigian hacia el comedor. Eloisa dejo escapar un suspiro de alivio cuando vio que su hijo estaba de vuelta. Venia bastante sudado y con sintomas de haber estado llorando, pero aun asi se sintio menos angustiada. Julian, antes de tomar asiento, miro a su madre con frialdad, con escrutinio, se sento agachando la cabeza y comenzo a comer. Queria evitar cualquier tipo de conversacion. --Espero que te guste, hijo. --Eloisa esbozo una sonrisa. --?De verdad te importa? --le solto disgustado sin apartar la mirada de su plato. --Claro que si, he guisado la carne como te gusta. --Estaba equivocado si pensaba que ella se iba a rendir. Tenia toda la paciencia y el amor del mundo para el. --Asi es como la odia papa --protesto Julian clavando sus ojos castanos en los de su madre, que brillaban y amenazaban con inundarse de lagrimas. --Papa ya no esta, no tiene sentido que cocine a su gusto --aclaro decidida pero sin alterarse. Golpeando la mesa con los punos cerrados, Julian retiro la silla de un empujon y se marcho a su habitacion ante la mirada triste de su madre. Los malos modos cada vez eran mas frecuentes en Julian, un chico que siempre habia sabido comportarse. Una vez que estuvo en su habitacion, cerro la puerta con pestillo y se tumbo en el puf gigante que tenia en el suelo. No tenia herramientas para apaciguar su frustracion, pero si era consciente de que no queria herir de manera gratuita a su madre. No se sentia orgulloso por su comportamiento, pero de alguna manera necesitaba rebelarse contra alguien, y se daba la circunstancia de que solo estaba ella. No soltaba por su boca todo lo que pensaba y no por falta de ganas, un rescoldo de sensatez lo frenaba, porque, despues de todo, no conocia al cien por ciento todo lo ocurrido entre sus padres. Era joven pero no imprudente, asi que antes de odiar a su propia madre con todas sus fuerzas, sentia la necesidad de saber quien habia sido el verdadero culpable de que su vida se tambaleara de esta manera tan asquerosa. Los adoraba a ambos, y su madre siempre estaba ahi, pero el apoyo y la seguridad que le transmitia su padre eran cuanto creia que necesitaba para terminar de convertirse en un hombre. Sabia que su padre habia tocado fondo por algun motivo que se le escapaba, pero para eso estaban ellos alli, para apoyarlo y ayudarlo. No compartia en absoluto con su madre la decision de echarlo a la calle como a un perro sarnoso. No, Julian sabia que de haberse tratado de un perro sarnoso, Eloisa le hubiese dado atencion veterinaria y cobijo. Gritos, reproches y una maleta. Esa maldita imagen lo acompanaria por siempre. Solo habia podido entender, desde la planta de arriba, parte de la discusion. Eloisa habia echado a Fernando de la casa para siempre. El le habia pedido que lo dejara al menos despedirse de Julian, pero no se lo permitio alegando que eso complicaria aun mas las cosas, que ya lo haria en otro momento. Lanzando la pelota una y otra vez contra la puerta, sentado en el puf, desistio de su intento de contener las lagrimas. Necesitaba alguna via fisica de escape, y llorar por segunda vez tal vez lo ayudaria. Pero tras un rato durante el cual el derroche de lagrimas no habia sido capaz de apaciguar su malestar y su dolor, decidio ir en busca de la unica persona con la que no debia guardar las formas ni las apariencias. Era su mejor amigo, solo que se trataba de una chica. Estela descansaba en el granero leyendo uno de sus libros. Como cada tarde, incluso en domingo, se refugiaba en el granero de los padres de Julian huyendo del ruido de la maquina de coser de su madre, una mujer incansable que cosia de sol a sol para sacar adelante a su familia y ayudar a su marido. Julian acudia en busca de Estela cada vez que tenia ocasion. Vivian muy cerca y sus familias se apreciaban y ayudaban de forma mutua desde hacia muchos anos, de ese modo habian crecido juntos. Cuando ninos, su relacion habia sido natural, fluida y divertida. Sus preocupaciones se habian basado en quien recogia mas huevos o quien cruzaba mas rapido el cercado. Pero desde que la adolescencia habia hecho acto de presencia, ambos tenian la sensacion de tener que medir sus palabras. Julian era algo arisco, y ella, bastante susceptible. A pesar de eso, sobrellevaban bien el descontrol hormonal, y la necesidad mutua los mantenia unidos. Cada vez eran mas los vecinos que se rendian y vendian sus tierras, sus animales o sus casas en la zona para ir a vivir a la ciudad, asi que eran casi los unicos adolescentes que habitaban aquel lugar tan hermoso de la sierra. La situacion era muy dificil. Durante los ultimos meses, la inestabilidad en el hogar de Julian lo habia trastocado a el y de paso a su caracter ya de por si complicado. Pero Estela, como buena amiga, se aguantaba las ganas de patearle el culo y pasaba por alto sus malas contestaciones. Comprendia lo dificil de la situacion y no queria ni imaginar que sus padres llegaran a separarse. La puerta del granero se abrio con su caracteristico chirrido por el oxido en las bisagras, y Estela supo que Julian venia en su busca. Habia visto a Fernando salir de la casa con cara de pocos amigos, asi que supo que Julian necesitaba hablar.

  • Desafio Max, Elsa Pataky y Fernando Sartorius de

    https://gigalibros.com/desafio-max-elsa-pataky-y-fernando-sartorius.html

    Intensidad Max, ahora llega Desafio Max: un libro que te ensena una forma de vida que puedes seguir para convertirte en la mejor version de ti misma.

  • Amor intempestivo de Rafael Reig

    https://gigalibros.com/amor-intempestivo.html

    Con mas de cincuenta anos, seguia echandome de menos a mi mismo, y empece a escribir en un cuaderno de doscientas cuarenta paginas tamano cuartilla, de pie, en un barril del bar de Lucia, con un whisky y frente a la piedra de La Maliciosa coronada de nieve. Tarde meses en llenarlo y cuatro anos en llegar hasta el final, desde el que ahora escribo. Las novelas --como la vida-- se leen desde el primer capitulo hasta al ultimo, pero se escriben siempre desde el final --tambien como la vida, que solo adquiere sentido una vez vivida--. Intente apartarlo de mi, escribi otras cosas (las novelas Senales de humo y Para morir iguales), pero el cuaderno de tapas negras seguia esperandome sobre la mesa con sus ciento veinte paginas escritas a lapiz por una sola cara; y otras tantas en blanco, al dorso. Quedaba una cara de mi que no me atrevia a descubrir. Como si hubiera hecho la cama al contrario, con la almohada a los pies, oia el ruido amenazador de mis pasos acercandose. Por eso decidi terminar la otra cara de las paginas: para salir a mi encuentro. Todo empezo con una reunion de viejos amigos, fantasmas del pasado. El Festival Ene se celebra en el Circulo de Bellas Artes de Madrid y cada ano lo organiza una persona distinta, a la que llaman comisario. En 2016 la comisaria fue Marta Sanz y --como es costumbre-- lo lleno todo de amigos de su edad, escritores nacidos en los anos sesenta. Marta me invito a lo que la prensa llama <> --como llama a las elecciones <>-- para que participara en una mesa redonda. Acepte por ver a los amigos y porque no puedo resistirme a nada que me proponga Marta, menos aun con su placa de sheriff. Tambien necesitaba que me diera el aire. Llevaba mas de un ano sin escribir, porque me habia convencido de que mis novelas eran como los inventos del profesor Bacterio: o no funcionaban o, si lo hacian, era siempre en contra del lector. La mesa redonda, que tuvo lugar el viernes 4 de noviembre a las 21:30, se titulaba <>, y el programa (que conservo) la presentaba asi: Hace veinte o treinta anos coincidieron en las aulas y en el bar de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Autonoma de Madrid cuatro muchachos que se han convertido en figuras centrales de las letras espanolas por su labor docente y literaria. Javier Azpeitia, Eduardo Becerra, Antonio Orejudo y Rafael Reig reviviran viejas conversaciones y sus temas de interes de ayer y de hoy. Me recordo a los dibujos de mi infancia, las Merrie Melodies, que se anunciaban como <>. Quiza fuera intencionado y Marta Sanz queria insinuar que nuestros <> son propios de los dibujos animados. Baje temprano a Madrid en el autobus de linea, el 684 de Larrea, decidido a administrarme en el oportuno bar la anestesia necesaria para afrontar la intervencion. Contra todo pronostico, la charla sobre el exito y el fracaso, sobre la lealtad y la traicion, no solo me parecio entretenida, sino que me devolvio las ganas de escribir. Esa noche dormi en Madrid y volvi a casa a mediodia, y al dia siguiente me levante, como siempre, a las cinco de la manana. Desayune y me di una ducha que termine con agua fria, hasta que empezo a salir el agua de <>, como se dice en el pueblo con tono solemne e intimidatorio. Aqui el agua siempre sale del grifo muy fria, te deja los dedos morados, pero llega un momento en el que aparece de pronto un agua heladora que viene de la remota tuberia profunda, soterrada bajo el nevero perpetuo de la montana, y que puede hacer que se te pare el corazon de golpe. Eso dicen en Cercedilla. Llevaba tanto tiempo resistiendome a escribir, que el ordenador se nego a arrancar. Por eso me fui a escribir a mano en el barril. David, el amigo informatico que todos tenemos, probo el <>, que no funciono, y me dijo que iba a buscar un <>. Segun me explico, el ordenador almacenaba el estado del sistema en varias fechas a las que podia retroceder para ponerse en marcha tal y como se encontraba entonces. Lo que hubiera sucedido a partir de ese momento, desapareceria --programas, archivos, documentos-- y volveriamos atras (sin memoria ni deseo) para empezar de nuevo. La idea me parecio sugerente. Igual que los ordenadores, quiza nosotros tambien establezcamos hitos en el tiempo, a los que volver cuando ya no seamos capaces de seguir adelante: antes de la primera novia, de la primera claudicacion, del nacimiento de un hijo, de la muerte de un ser querido. Como era previsible, la mesa redonda me transporto a uno de esos instantes: antes de terminar la carrera, cuando todos eramos genios y todavia inmortales. En mi caso, ese estado se prolongo un ano mas, porque obtuve una beca como lector en la Tufts University, en Boston, donde pude seguir siendo inmortal y un genio, mientras mis companeros preparaban la oposicion a secundaria y daban clases particulares o repartian pizzas en motocicleta para poder hacer el doctorado. Treinta anos despues, ya calvos, mediocres y mortales, con barrigas, canas y ojeras, arrastrando los pies y llevando a cuestas divorcios, hipotecas, deudas y sinsabores, nos fuimos encontrando en la famosa Pecera del Circulo, junto a la mujer desnuda esculpida por Moises Huerta y bajo los lienzos del techo pintados por Jose Ramon Zaragoza. Era dificil no mirar aquel cuerpo de marmol, tendido a nuestros pies en una postura muy poco natural, y con los ojos cerrados. No esta dormida, nos dijo Chavi Azpeitia: esta muerta. En mi familia todos tenemos dibujos de Zaragoza, que era de Cangas de Onis y debio de ser buen amigo de mi abuelo Benito. Sus pinturas, demasiado clasicas, sin duda se parecen al modelo y son --como tantos matrimonios-- fieles pero aburridas. De los dibujos lo que llama la atencion es que todos los que tenemos son de hombres desnudos. Alli, mirando con timidez el hermoso cadaver y las acartonadas pinturas, estabamos la presunta generacion de los sesenta, que casi nunca ibamos al Circulo de jovenes. En los ochenta aquello era poco mas que un casino de provincias, cuando decidieron resucitarlo con una primera medida decisiva: cobrar la entrada. A veinte duros. Y por supuesto funciono, aunque nosotros siguieramos yendo al Deportes (que estaba al lado de la editorial Cambalache), al Casa Riera, al Galdos o a tabernas como La Dolores. Si existiera una <> (pero no es mas que una conjetura), su caracteristica mas sobresaliente tendria que ser nuestra inoportunidad. ?Que clase de jovenes sonarian con ser novelistas cuando la literatura ya habia perdido toda relevancia social? Los ultimos que llegaron a tiempo fueron los que tenian diez o quince anos mas que nosotros: Javier Marias, Munoz Molina, Millas, Mendoza, Llamazares... Con veinte anos, en los ochenta, les vimos triunfar, pero no nos dimos cuenta de que eso nunca iba a volver a suceder. Debiamos de ser los tontos de la clase, el peloton de los torpes, porque el resto de los jovenes de nuestra edad no querian ser escritores, sino cantantes, directores de cine, arquitectos o simplemente ricos. Si existiera esa generacion (pero insisto, se trata de una idea de bombero), habria que llamarla <>, siempre estuvimos, como dice el diccionario, <>. Asi nos va. Nuestros predecesores aguantan el tipo como pueden, a sabiendas de que son un anacronismo. Miralos: uno escribe a maquina y se comunica por fax, otro se hace pasar por neoyorquino de Brooklyn con acento andaluz, otro se mete en armarios empotrados que dan a su otro yo... En fin, se comportan como cunados con una copa de mas en la boda de su hermana, o como filatelicos obsesos y empecinados. ?Y nosotros? No somos mas que un hatajo de acreedores, se nos debe la gloria y vamos reclamandola por los rincones. Nuestras novelas pertenecen todas al mismo genero literario que los cartones que ponen los mendigos al lado de su manta: pedimos una limosna de gloria contando nuestra triste vida, y lo llamamos autoficcion. Eso somos las <> que escupiamos en corro <>. Salvo por la ausencia de torres de vigilancia, aquella Universidad Autonoma de Madrid era identica a una prision provincial de grises muros de hormigon, aislada y laberintica, con patios interiores y escaleras supernumerarias que dificultaban la huida. La blanda hierba que decoraba el campus tambien le daba --combinada con la arquitectura penitenciaria-- ese aspecto de inocencia simulada que caracteriza a los laboratorios farmaceuticos y a los emplazamientos militares secretos. Lo mas acogedor era el bar de la Facultad. !El inolvidable bar de Juanjo! Con la no menos inolvidable tortilla de patatas en olla que hacia Mercedes, la mujer de Juanjo. Aquellos eran los tiempos, primera mitad de los ochenta, y en el bar de Juanjo habia parejas de literatos discutidores: Gerena y Echevarria, al que llamabamos Echabarriga, Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra, Pepe Ridao y Juan Blazquez, y Orejudo y yo. Ninguno esperabamos cumplir los treinta: moririamos jovenes, como los heroes, fulminados por nuestro propio talento, igual que el olmo viejo hendido por el rayo (y en su mitad podrido). Juan era el mas ambicioso de todos: bebia ginebra por las mananas y ni siquiera confiaba en cumplir los veinticinco. El bar tenia una barra en forma de ele; el lado corto acababa junto a una ventana que daba a la entrada principal; el largo recorria la sala hasta una pared, tras la que estaba la estacion de tren. En las otras dos paredes habia repisas para dejar las copas, los cafes o los botellines, y para apoyar el codo con displicencia y la cadera dibujando esa curva caracteristica de Praxiteles. El pequeno espacio de barra junto a la ventana era el lugar privilegiado, que ocupaban siempre los modernos, palidos, ojerosos, recien exhumados de sus tenebrosas sepulturas en el Penta, la Morasol, el Morgenstern o el Rock-Ola. Los plumiferos nos repartiamos el resto: Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra en el otro extremo de la barra, Echabarriga y Gerena en la repisa mas cercana a la puerta; Orejudo y yo en el angulo de la ele; Blazquez y Ridao, al lado de la entrada: todos incansables en nuestra liturgia de bendiciones y maldiciones. !Tolstoi es Dios! Mejor Dostoievski: !es el Demonio! !Clarin es un estrenido! !Las novelas de Galdos huelen a repollo, como un descansillo de escalera! !Neruda es mas plomo que el catastro! !Pues anda que Vallejo: un indio deslumbrado por las baratijas del simbolismo frances! Y asi cada manana. ?De que hablabamos? De nosotros mismos, todo el tiempo, de la identidad que intentabamos construirnos. Por eso eramos tan categoricos --estabamos dando palos de ciego-- y por eso estabamos tan impacientes: !teniamos los dias contados! Y sin embargo Azpeitia y Becerra siguen vivos (uno es un escritor bastante reconocido y el otro es catedratico), y viven tambien Echabarriga (alto cargo en una multinacional de fabricacion y distribucion textil) y Gerena (que fue actor y periodista, y ahora arregla el pais en las tertulias de la tele); y vive y publica libros Pepe Ridao (aunque ahora se llame Jose Maria y sea embajador, ademas de un ensayista importante), por no hablar de Orejudo y de mi, que insistimos en publicar novelas, pero cada vez mas cansados, porque ya solo hablamos de nosotros mismos, incapaces de encontrar nada de mayor interes. El unico que murio --pero no antes de los veinticinco-- fue Juan Blazquez, que tantas ambiciones tenia, el primero que publico una novela, aunque ya no volvio a escribir jamas hasta su muerte, de una cirrosis devastadora, a la edad de Garcilaso y sin ninguna gloria, salvo la de ser recordado por sus amigos treinta anos despues en la barra de un bar, a partir de la tercera copa. Alli los que queriamos ser escritores nos vigilabamos unos a otros. ?Y si alguno de pronto iba y escribia la gran novela de nuestro siglo? Esa era la amenaza, y a mi entonces lo que mas me aterrorizaba era que la escribiera Antonio Orejudo. Durante varios anos fuimos inseparables. Mas que amistad, se trataba de una folie a deux que ambos alimentamos, no tanto por espiritu de cooperacion, sino sobre todo porque ninguno estabamos lo bastante locos como para mantener el delirio por nuestra cuenta. Convertirse en novelista es como atracar un banco o cometer un crimen: se necesitan complices. Asi sucedia con Gerena y Echabarriga, con Chavi y Eduardo, con Ridao y Juan, y con Orejudo y conmigo. Solo he conocido a alguien lo bastante chiflado y con tanto ego como para intentarlo en solitario: Benavides. Una vez, seria por el 86, tras el referendum de la OTAN, en el semaforo de la calle Sagasta, a punto de cruzar hacia la taberna de Araceli, Jose Carlos Benavides nos revelo a Orejudo y a mi que el iba a ser <>. Tal cual. Casi nos atropellan, porque nos quedamos paralizados, mudos de admiracion, e intercambiamos esas miradas que indican que uno se halla por fin en presencia de un autentico orate. Benavides compaginaba Derecho y Filologia, asi que poco despues afirmo que Tomas y Valiente queria que, en su momento, le sustituyera en el Tribunal Constitucional, y luego que Lazaro Carreter le estaba tanteando para la Academia Espanola. Todo lo decia con el aplomo de los lunaticos: era fascinante. Y siempre actuaba solo, como un agente secreto o un francotirador. Durante un tiempo fue secretario de Estado de Cultura y ya no se por donde andara ahora: quiza haya remplazado a Lola Flores, a Tina Turner o a la madre Teresa de Calcuta --nada estaba fuera de su alcance-- o quiza este dando alaridos encerrado en una gavia. Orejudo y yo colaboramos para convencernos el uno al otro de algo no menos disparatado que las salidas de pata de banco de Benavides: que ambos ibamos a cambiar el curso de la literatura universal. Juan Blazquez en cambio no representaba una amenaza para nadie por una razon obvia: follaba demasiado. Gustaba a las chicas, las volvia locas, como si acabara de despertarlas de un profundo sueno en pleno dia, o tal vez de rescatarlas de una pesadilla. Tenia ojos azules, labios grandes y abultados, un flequillo rebelde que atravesaba la frente buscando un atajo, y cara de nino bueno, interrumpida de pronto por una sonrisa esquinada y provocativa que parecia decir: se lo que quieres, aunque tu todavia no lo sepas, y te lo voy a dar. Esa sensacion de peligro inminente --?quien no prefiere seguir ignorando su deseo oculto?-- debia de ser lo que les gustaba de el: el fondo pantanoso de sus labios bajo el agua diafana de su mirada. ?Que necesidad tenia de escribir novelas, si ya era tan atractivo? Ademas, para tener exito en los ochenta, bastaba con declararse cantante, actor, pintor o disenador; ya no era necesario ni aconsejable encerrarse a escribir cientos de folios que nadie iba a leer de todas formas. Los plumiferos nos habiamos convertido en mamarrachos, nos dabamos mucha importancia, pero actuabamos como exploradores polares cuando los polos --y la misma Antartida-- ya estaban repletos de McDonald's y cajeros automaticos. Mis unicos amigos no plumiferos eran los del club de ajedrez que formamos algunos de la Facultad, el club Al Paso, con el gran Ostolaza de presidente, el gordo Tomas, Macarena, Escalona y Carmen Avellan (a la que quise tanto y me dejo sin mas por Jaime Escalona). A Juan Blazquez mis amigos ajedrecistas le causaban bastante asombro: se negaba a creer que quisieran --tal y como afirmaban-- llevar vidas normales y corrientes. Estaba convencido de que esas vidas siempre desembocan en diverticulos en el colon, en la ominosa tos improductiva o en una inflamacion cronica de los tobillos. No eran mas que una perdida de tiempo, del buen humor y de la circulacion de retorno, eso decia, con su vaso de ginebra en la mano. Nosotros creiamos que solo se hacia escritor el que no tenia mas remedio. Si no tienes cuentas pendientes con el mundo, no te pones a escribir novelas. Eso es lo que les faltaba tanto a Juan como a Benavides: la inagotable energia del rencor. A final de cuarto Blazquez ya empezo a dejar de tener encanto. Cuando volvia del bano no era raro que trajera el pantalon manchado de pis, vomitaba en las fiestas o se quedaba dormido; y sus comentarios puede que siguieran siendo agudos, pero apenas se entendian tras la segunda ginebra. Nada mas terminar la carrera, se caso con Ines Baraona, una chica de provincias bastante pavisosa, y dejo de escribir. ?Por que dejo de escribir? Frente a una pregunta como esa hay varias respuestas posibles. La mas natural y razonable es otra pregunta: eso depende de para que escribiera. Otras opciones son: porque tenia otras cosas que hacer. Porque se aburria. Porque no recibio la recompensa que esperaba. Porque le parecia un esfuerzo excesivo. Porque prefirio la ginebra. Porque no se le ocurria nada. Ademas, ?que tiene de misterioso que alguien deje de escribir? Escribir no es tan importante. Todo el mundo deja muchas cosas: una carrera universitaria, a su pareja, de comer carne, una ciudad, de fumar, de llevar corbata o de ponerse vaqueros; pero nadie se preocupa, intrigado, de por que Fulano habra dejado de jugar al parchis, a las damas o a la petanca. En la Pecera le preguntamos a Azpeitia como sabia que la mujer de la escultura estaba muerta. Lo se, aseguro: y todos la conoceis. Creo que no fui el unico que se sintio acusado, tambien quiza culpable. ?Quien es?, pregunto Becerra, y en ese momento la comisaria Sanz nos aviso de que teniamos que empezar la tertulia. Al salir de alli ninguno pudo evitar mirar hacia el suelo, a la mujer desnuda, pero a mi me dio verguenza o quiza preferi despedirme, mirando al techo, de los tres tristes lienzos del amigo de mi abuelo: El Amanecer, El Dia y La Noche.

  • BELLA (SAGA BELLA OSCURIDAD 1) de Jessica Rivas (jessre)

    https://gigalibros.com/bella-saga-bella-oscuridad-1.html

    “Nunca es demasiado tarde para ser lo que podrias haber sido” -George Eliot.

    Las malas acciones de Aleksi Kozlov bastan para perder lo unico valioso en su vida.
    Basta una sola mirada de Bella Foster para comprender que solo ansia libertad.
    Basta una promesa inquebrantable de alguien nuevo para luchar hasta el final.
    Y he ahi el punto de encuentro entre polos opuestos.
    Cuando la belleza es poder, el dinero debilidad, y la imperturbabilidad un don; el deseo de romper las reglas predispuestas se convierte en lo unico razonable.
    Porque basta con solo ver una rosa roja en su maxima expresion para comprender que su encanto desvirtua las espinas que brillan ante su mencion.
    Una historia llena de pasiones, y traiciones con protagonistas inigualables. Un juego sin fin en el cual las apariencias cumplen el rol mas importante.
    El sufrimiento sera inevitable.

  • La casa del padre de Karmele Jaio

    https://gigalibros.com/la-casa-del-padre.html

    Ismael esta bloqueado. Lleva dos anos intentando escribir su proxima novela, pero no consigue producir mas que borradores sin vida, y no llega a los plazos acordados con su editor. Se cuestiona todo lo que escribe, algo que no le habia ocurrido nunca. Su situacion se complica el dia en que su madre tiene un accidente e Ismael se ve obligado a pasar todas las tardes con su padre para cuidar de el. Esas horas lo transportaran de golpe a un momento que quedo congelado en su infancia y que Ismael ha mantenido oculto hasta ahora entre sus recuerdos.

  • El llanto de los terneros de Daniel Cardona

    https://gigalibros.com/el-llanto-de-los-terneros.html

    E El llanto de los terneros s la tercera vez que suena el CD de Stone Temple Pilots. Es el unico que tengo en la guantera y al viaje a Santa Ana le quedan todavia varias horas por delante. No hay senal de radio que entre en esta carretera olvidada por el olvido. Parece que le hubieran arrancado a pedazos los pocos vestigios de vida que le quedaban. Ni un arbol en pie, ni una rata agonizante en el camino, ni una estacion de gasolina. Nada, una carretera desierta en la que vararse podria costarte la vida. Tengo varias garrafas de agua en el maletero y comida enlatada en caso de que me falle esta carcacha. Son las provisiones necesarias para caminar hasta Santa Ana en caso de averia mecanica. Tambien llevo un pasajero en la parte de atras. Mas adelante te hablare de el. Apago el CD. Me gustan los Pilots pero si escucho otra vez a Scott Weiland repitiendo las mismas canciones terminare con el cerebro mas frito que el suyo. Apretar el boton del stop me sienta bien. Un poco de silencio me ayuda a concentrarme en lo que he venido a hacer. No es la primera vez que me envian a este pueblo perdido, pero igual nunca voy a acostumbrarme. El trayecto es lo de menos, lo que sientes al pisar el suelo de Santa Ana no se lo deseo a nadie. Espera un poco y lo entenderas. Aumento la velocidad, quiero llegar y salir de este lugar lo antes posible. El calor es insoportable, el sudor me bana los ojos y dificulta la visibilidad. Veo todo en forma difusa, como si un borrador de goma hubiera tratado de desaparecerlo todo, los arboles, las rocas, el asfalto. A lo lejos veo una figura que se retuerce a la orilla de la carretera. Al principio parece un animal, pero al acercarme puedo ver que se trata de un ser humano, o lo que queda de el para ser exacto. Desacelero al avanzar. El tipo tiene las manos sobre su estomago y su camisa esta ensangrentada. No luce nada bien y no parece estar fingiendo. Mi cerebro procesa informacion a una velocidad endemoniada. Mi yo humanitario me susurra al oido que debo socorrer al moribundo. Mi yo calculador me susurra al derecho que esto es una trampa, que de bajarme del auto terminare rodeado por una banda de asesinos que no dudarian un segundo en sacarme el corazon con tal de quedarse con mis provisiones. Cuando las decisiones son de vida o muerte prima tu instinto de conservacion. Acelero, tomo una botella de agua sin empezar y al pasar al lado del extrano se la lanzo lo mas certeramente posible. Tengo buena punteria y esta vez lo he vuelto a hacer. La botella cae justo al alcance de sus manos. Se que esto no le va a salvar la vida pero a mi si puede mantenerme respirando. Miro por el retrovisor y solo alcanzo a ver un bulto difuminado por el aire ardiente que flota sobre el asfalto. Te dije que llevo un pasajero en la parte de atras. Es una chica de 24 anos en avanzado estado de embarazo a quien tengo prohibido dirigirle la palabra. La recogi en el lugar acordado a primera hora de la manana, le entregue una bolsa llena de monedas de oro, le abri la puerta trasera y le sonrei como se le sonrie a alguien que acaba de enterrar a un ser querido o a quien se le acaba de diagnosticar un tumor cerebral. Ella no me devolvio la sonrisa, sabe a que ha venido y ha aceptado las condiciones. La suma que ha recibido le permitira vivir sin preocupaciones por el resto de sus dias. Lo que esta dispuesta a realizar a cambio del dinero acordado le puede costar su cordura. Todas estas chicas tienen la misma mirada, la de alguien que sabe es demasiado tarde para dar marcha atras. El viaje de ida a Santa Ana lo hacen con los ojos de los que estan a punto de perder su tesoro mas preciado. El de regreso lo hacen con el alma vacia. Piensa en una finca de ganaderia. El destino de las vacas es ser prenadas y ver como sus crias son arrebatadas al nacer, una y otra vez, en un ciclo interminable. Su tristeza es diferente porque ellas no eligieron hacerlo por cuenta propia ni existe recompensa por su sacrificio. Soy Caronte, el barquero que transporta las almas perdidas a traves de las aguas que conducen al infierno. Lo hago en un Cadillac destartalado a traves de una carretera fantasma y no en una barca del inframundo. Lo que suceda alla no me corresponde, mi papel es el de hacer llegar el encargo. No le dispares al mensajero. El sol comienza a esconderse y el calor se hace mas insoportable. Miro el reloj. No falta mucho para llegar. Acomodo el espejo para echarle un ojo a la muchacha. Sigue en lo suyo. Absorta, acariciando su vientre y sumida en sus pensamientos. Es una imagen que he visto multiples veces pero que me sigue golpeando de la misma forma. Fijo mi vista en la carretera. Un letrero descolorido me indica que quedan cinco kilometros para llegar a mi destino. Justo a tiempo. Cuando llegas a un pueblo, cualquiera que sea, esperas encontrarte con un minimo de civilizacion. Es lo normal en cualquier asentamiento. Un puesto de policia, un minimercado, una gasolinera, un bar, un motel y una iglesia. Aqui no encuentras nada de eso. Al entrar en Santa Ana te topas con un punado de casuchas abandonadas cuyas puertas estan marcadas con un signo rojo en forma de T. Tambien escuchas esa mezcla de llantos de bebes y gritos de mujeres arrepentidas que te hacen helar la sangre. Sonidos que rebotan en las rocas de las colinas circundantes y regresan multiplicados por el eco para meterse a la fuerza hasta el fondo de tu cabeza. Pero es apenas el comienzo. Lo peor es el olor a carne quemada y los rezos incomprensibles de los encapuchados que vienen a recibirte. El proceso es siempre el mismo. Debo parquear el auto en el centro de lo que alguna vez fue la plaza de este lugar. Es ahi cuando ves a lo lejos al grupo de seres de la noche siguiendo a una muchacha desconsolada a traves de un callejon estrecho, portando antorchas y banderas adornadas con el mismo simbolo rojo que decora las casuchas del pueblo. Poco a poco te va llegando el sonido de sus rezos combinado con los lamentos de la muchacha. Se te eriza la piel y se te acelera el pulso. La fonetica de sus rezos no encaja con ningun idioma que conozca. No hay correspondencia latina, sajona o eslava ni nada medianamente cercano a lo que haya escuchado antes. Puede ser un idioma fabricado o una lengua hablada al reves que se te mete por los poros a traves del sistema nervioso para atacar tus funciones motrices y dejarte tan petrificado como un condenado a muerte tras recibir la primera inyeccion letal, esa que te paraliza por fuera y te dibuja una sonrisa de angel para camuflar el dolor de las punaladas que recibes por dentro. El lider del grupo levanta su antorcha y los rezos se detienen. Le da una bolsa de tela a la muchacha y le indica que se dirija hacia mi auto. La chica viene a mi encuentro y me entrega la bolsa. Abro la puerta trasera y le indico a mi pasajera que ha llegado el momento. Ambas muchachas se miran de frente. Una tiene la mirada de quien esta a punto de perder su tesoro mas preciado. La otra tiene los ojos vacios. Entro al auto con una chica hecha pedazos. La otra desaparece en medio de los encapuchados. A lo lejos, los sollozos de los pequenos se hacen mas intensos, como suplicando auxilio a quien esta a punto de dejarlos a su suerte. Sollozos que se combinan con los rezos de los seres de la noche y los gritos de las muchachas. Es la sinfonia del infierno. Un requiem por un mal sueno. Saco a los Pilots de la guantera y subo el volumen al maximo. Scott Weiland viene a mi salvacion y me revienta la cabeza con su voz rasgada. Camufla todo sonido exterior y me trae algo de tranquilidad de regreso. Bueno, parte de ella, el olor a carne quemada no hay nada que lo camufle. PS/ Este cuento fue premiado en el XIV Concurso de Cuento Nuestra Palabra que se celebra cada ano en Canada. SOMBRAS !Senor, protegeme con tu Santa Sangre! Esas fueron las palabras que pronuncie cuando aquella entidad poso sus ojos sobre mi humanidad. Senti un profundo alivio al notar que mi invocacion habia surtido efecto. La oscura figura se alejo de inmediato. Entre Canibales Algunos diran que soy un monstruo. Otros, que soy su heroe. Tal vez ambos tengan razon, tal vez ambos esten equivocados. Tu decide. Escucha esta historia y saca tus propias conclusiones. Estoy en la cocina de mi apartamento. Llevo puesta una bata de laboratorio, unos guantes de latex y una mascara de enfermero. Diras que no es el atuendo habitual para preparar una cena. Tienes razon, pero esta no es una cena cualquiera. He invitado esta noche a la Profesora Norma y a su esposo, el Doctor Cuesta, a una comida inolvidable. Ambos me han inspirado, cada uno a su manera, como nadie lo ha hecho; y ha llegado el momento de devolverles un poco de todo lo que me han entregado. Te voy a adelantar algo, el Doctor Cuesta no va a llegar a la cita, puedes darlo por hecho. Te voy a decir algo mas, el Doctor Cuesta (o lo que queda de el), se encuentra en el refrigerador. El resto lo acabo de poner a cocinar. Diras que soy un monstruo. Tal vez tengas razon. Espera a que termine la historia y toma una decision. Tomo el celular del Doctor Cuesta y le envio un mensaje de texto a su esposa. --A las ocho en la casa del arrastrado --Jajaja. Te pasas, a las ocho entonces. Xoxoxoxo --responde la profe Norma segundos despues. Arrastrado es el apodo que me puso el Doctor Cuesta gracias a la empalagosa admiracion que le profeso a su esposa, mi profesora de apreciacion cinematografica. Una mujer fina, culta, delicada. Esa mujer perfecta a quien no imaginas casada con alguien tan despreciable como Cuesta. Hay que decir que el tipo es exitoso en su campo y a nadie le gusta apostar por un caballo perdedor. Mi zalameria con la Profe Norma siempre fue parte del plan.

  • Yo por dentro de Sam Shepard

    https://gigalibros.com/yo-por-dentro.html

    De madrugada, echado en la cama, debatiendose entre el sueno y la vigilia, un hombre solitario medita, evoca escenas y ajusta cuentas con el pasado. Por su cabeza merodean recuerdos, en ocasiones fugaces, de su juventud, de su carrera como actor, de la relacion compleja con su padre y del papel de las mujeres en su vida.

  • Disparando al cielo de Silvia Cruz

    https://gigalibros.com/disparando-al-cielo.html

    Claudia y Jorge son dos personas a las que su pasado les ha tratado mal. Se sienten solos e incomprendidos hasta que se conocen, bajo extranas circunstancias y rodeados de terror y locura. El amor nace entre ellos y luchan por cerrar sus heridas. Pero nada es lo que parece y el pasado vuelve a llamar a sus puertas. Un thriller pasional y sorprendente, que te enganchara hasta el final.

  • El Beso del Vampiro de Sara Toledano

    https://gigalibros.com/el-beso-del-vampiro.html

    Ella no es tonta. Sabe no puede pasearse sola de noche. No de noche. En mi ciudad. Pero lo hizo. Y ahora me toca educarla. Llevo siglos dedicandome a esto. Controlo el crimen. Los clubes. Y todo el mundo conoce mi nombre. Kilian. El intocable. El inmortal. Normalmente no hubiera pasado nada. Pero paso, y me toco salvarle la vida. Por desgracia para ella, todo tiene un precio. Y el precio era ella. Su cuerpo. Su mente. Su alma. No debio salir sola con un vestido rojo. No estando yo de guardia. Ahora es mia. MIA. Collar incluido. A mis pies. Acariciandome. Besandome. Rogando por el roce de mis manos. Mi aliento. Mis besos. Mi sangre. Alissa es mi mascota. Ahora. Pero va a convertirse en mucho mas que eso. Va a ser la reina del senor de los Vampiros. Advertencia: Una novela romantica y erotica paranormal con BDSM entre una joven inocente y el senor del crimen de la ciudad, un Vampiro centenario obsesionado con su nueva amante.

  • Redencion de Fernando Gamboa

    https://gigalibros.com/redencion.html

    La nueva novela de uno de los autores espanoles mas leidos en todo el mundo.

  • Torres en la cocina 3 de Javier Torres , Sergio Torres

    https://gigalibros.com/torres-en-la-cocina-3.html

  • Amantes con conservantes y colorantes de Brandy Manhattan

    https://gigalibros.com/amantes-con-conservantes-y-colorantes.html

    Una novela desenfadada, con toques de humor y grandes momentos de alta carga erotica.

  • La dalia negra de James Ellroy

    https://gigalibros.com/la-dalia-negra.html

    Jamas le conoci en vida. Existe para mi a traves de los otros, mediante la evidencia de lo que su muerte les obligo a hacer. Trabajando con el pasado, busque solo hechos, y la reconstrui bajo la forma de una muchachita triste y una puta, en el mejor de los casos como alguien que-pudo-ser..., una etiqueta que podria serme aplicada tambien a mi. Desearia haber podido concederle un final anonimo, relegado a unas pocas palabras laconicas sobre el informe de un policia de Homicidios, la copia en papel carbon que se manda a la oficina del forense, mas papeleo necesario para llevarle al cementerio. Lo unico que habia de malo en mi idea es que ella no hubiera querido que las cosas ocurrieran de ese modo. Por brutales que fueran los hechos, ella hubiese querido que tales hechos llegaran a ser conocidos. Y dado que le debo mucho, y soy el unico conocedor de la historia, he empezado a escribir esto. Pero antes de la Dalia estuvo la relacion, y antes de eso, la guerra, los reglamentos militares y las maniobras en la Division Central, los cuales nos recordaban que tambien los polis eramos soldados, aunque fuesemos mucho menos populares que quienes estaban combatiendo contra los alemanes y los japoneses. Despues del trabajo de cada dia, los patrulleros tenian que participar en simulacros de ataque aereo, pruebas de oscurecimiento y entrenamientos para la evacuacion en caso de incendio, lo cual nos obligaba a ponernos firmes en la calle Los Angeles, a la espera de que el ataque de un Messerschmitt nos hiciera sentir un poco menos estupidos. La llamada para los servicios del dia seguia siempre un orden alfabetico, y poco despues de haberme graduado en la Academia, en agosto de 1942, conoci a Lee alli mismo. Ya habia oido hablar de el por su reputacion y estaba enterado de nuestros historiales respectivos: Lee Blanchard, peso pesado, 43 victorias, 4 derrotas y 2 nulos; con anterioridad, atraccion regular en el estadio de la Legion de Hollywood. Y yo: Bucky Bleichert, peso ligero, 36 victorias, ninguna derrota, y ningun nulo, colocado una vez en el puesto numero diez del ranking por la revista Ring, tal vez porque a Nat Fleisher le divertia la mueca desafiante con que solia contemplar a mis adversarios, en una exhibicion de mis dientes de caballo. Pero las estadisticas no contaban toda la historia. Blanchard pegaba duro, y recibia seis golpes para poder colocar uno, un clasico cazador de cabezas; yo bailaba, hacia fintas y buscaba el higado, siempre con mi guardia en alto, pues temia que si recibia demasiados punetazos en la cabeza mi aspecto se estropearia aun mas de lo que mis dientes lo estropeaban. En cuanto a los estilos de pelear, Lee y yo eramos como el aceite y el agua, y cada vez que nuestros hombros se rozaban cuando nos repartian las tareas a primera hora del dia, yo me preguntaba quien ganaria. Durante cerca de un ano nos estuvimos midiendo mutuamente. Jamas hablabamos del boxeo o del trabajo policial y limitabamos nuestra conversacion a unas cuantas palabras sobre el tiempo. En lo fisico, eramos tan distintos como pueden serlo dos hombres: Blanchard, rubio, de complexion sanguinea, media metro ochenta y dos y tenia los hombros y el torax enormes, con las piernas gruesas y arqueadas y el nacimiento de una tripa dura e hinchada; yo era de tez palida y cabello oscuro, un metro noventa de flaca musculatura. ?Quien ganaria? Finalmente, deje de intentar predecir quien seria el ganador. Pero otros policias habian adoptado la pregunta como suya y, durante ese primer ano en la Central, oi docenas de opiniones: Blanchard por un KO rapido; Bleichert por decision de los jueces; Blanchard parando el combate, siendo retirado de este por heridas... Todo, salvo Bleichert noqueando a su adversario. Cuando no me veian, les oia susurrar nuestras historias fuera del ring: el ingreso de Lee en el Departamento de Policia de Los Angeles; sus rapidos ascensos, conseguidos gracias a los combates privados a los cuales asistian los peces gordos de la policia y sus amigotes de la politica; como capturo a los atracadores del Boulevard-Citizens, alla por el 39, y se enamoro de una de las chicas de los ladrones, lo que le impidio engrosar las filas de los detectives cuando la chica se fue a vivir con el --en una completa violacion de las reglas del Departamento sobre no mezclar el trabajo y la vida privada-- y, por ultimo, la peticion de ella para que dejara de boxear. Los rumores sobre Blanchard me llegaban igual que los golpes y las fintas del ring, y yo me preguntaba hasta que punto serian ciertos. Los fragmentos de mi propia historia eran como punetazos en el estomago, por su veracidad al ciento por ciento: el ingreso de Dwight Bleichert en el Departamento para escapar de problemas bastante graves; la amenaza de expulsion de la academia cuando se descubrio que su padre pertenecia al Bund germano-estadounidense; las presiones sufridas para que denunciara ante el Departamento de Extranjeros a los chicos de ascendencia japonesa con los cuales habia crecido para asi asegurar su posicion dentro del Departamento de Policia de Los Angeles... No le habian pedido que celebrara combates privados porque no era un buen pegador, de los que dejan inconsciente a sus adversarios a las primeras de cambio. Blanchard y Bleichert: un heroe y un desgraciado. Acordarme de Sam Murakami y de Hideo Ashida, esposados y camino a Manzanar, hizo que las cosas quedaran bastante simplificadas entre nosotros dos..., al principio. Mas tarde entramos en accion, codo a codo, y mis primeras impresiones sobre Lee --y sobre mi mismo--, se fueron al garete. Era a principios de junio de 1943. La semana anterior, los marineros se habian peleado con unos cuantos mexicanos vestidos de cuero negro en el muelle Lick de Venice. Corrian rumores de que uno de los chicos habia perdido un ojo. Empezaron a producirse escaramuzas tierra adentro: personal de la marina procedente de la base naval de Barranco Chavez contra los pachucos de Alpine y Palo Verde. A los periodicos llegaron noticias de que los mexicanos llevaban insignias nazis, ademas de sus navajas de muelle, y centenares de soldados, infantes de marina y marineros de uniforme cayeron sobre las zonas bajas de Los Angeles, armados con bates de beisbol y garrotes de madera. Se suponia que en la Brew 102 Brewery, en Boyle Heights, los pachucos se agrupaban en numero similar y con armamento parecido. Cada patrullero de la Division Central fue llamado al cuartel y alli se le proporciono un casco de laton de la Primera Guerra Mundial y una tranca enorme conocida como sacudenegros. Al caer la noche, fuimos conducidos al campo de batalla en camiones que habian sido prestados por el ejercito y se nos dio una sola orden: restaurar la paz. Nos habian quitado los revolveres reglamentarios en la comisaria; los jefazos no querian que ningun 38 cayera en manos de esa asquerosa y jodida ralea mexicano-argentina, los gangsters morenos. Cuando saltamos del camion en Evergreen y Wabash, llevando en la mano solo un garrote de kilo y medio con el mango recubierto de cinta adhesiva para que no resbalara, me senti diez veces mas asustado de lo que jamas habia estado en el ring, y no porque el caos estuviera acercandose a nosotros desde todas las direcciones. Me sentia aterrado, porque, en realidad, los buenos eran los malos. Los marineros estaban reventando a patadas todas las ventanas de Evergreen; infantes de marina con sus uniformes azules destrozaban sistematicamente las farolas, lo cual producia cada vez mas y mas oscuridad en la que poder trabajar. Soldados y marineros de agua dulce habian dado de lado la rivalidad entre las distintas armas y volcaban los coches aparcados ante una bodega al tiempo que jovencitos de la marina vestidos con sus acampanados pantalones blancos molian a palos a un grupo de mexicanos, al que superaban con mucho en numero, en un portal de al lado. En la periferia de la accion pude ver como unos cuantos de mis companeros se lo pasaban en grande con gente de la Patrulla Costera y policias militares. No se cuanto tiempo permaneci alli, quieto y aturdido, mientras me preguntaba a mi mismo que debia hacer. Entonces, mire hacia la calle Primera, al final de Wabash, donde vi casitas y arboles; nada de pachucos, polis o infantes de marina sedientos de sangre. Antes de saber muy bien lo que hacia, corri en esa direccion a toda velocidad. Hubiera seguido asi hasta derrumbarme pero una aguda carcajada que broto de un porche me hizo frenar en seco. Fui hacia el lugar de donde me llegaba el sonido. --Eres el segundo de los polis jovenes que sale como si se le quemara el culo de la animacion --me dijo una voz bastante cascada--. No te culpo. Resulta bastante dificil saber a quien le has de poner las esposas, ?verdad que si? Me quede en el porche, sin moverme, y mire al viejo. --La radio dice que los taxistas han ido hasta los cuarteles de la parte alta de Hollywood para traer a los marineritos hasta aqui. Segun la KFI, esto es un asalto anfibio, han estado tocando Levando anclas cada media hora y he visto unos cuantos reflectores giratorios al final de la calle. ?Crees que esto es lo que llamais vosotros un asalto anfibio? --No tengo ni idea, pero yo me largo. --No eres el unico, ?sabes? Hace muy poco, un hombreton paso corriendo por aqui. El abuelo comenzaba a parecerme una version de mi padre, aunque algo mas correosa. --Hay unos cuantos pachucos que necesitan ver su orden restaurado. --?Y cree que eso es sencillo, amigo? --A mi me lo resultaria. El viejo lanzo una risita de placer. Baje del porche y volvi hacia donde debia estar, mientras me daba golpecitos en la pierna con el garrote. Ahora, todas las farolas estaban rotas; resultaba casi imposible distinguir a los mexicanos de los soldados. El observar aquello me proporciono un camino facil para salir de mi dilema, y me dispuse para lanzarme a la carga. Entonces, a mi espalda, oi gritar: <>, y supe quien era el otro tipo que tambien habia salido corriendo. Retrocedi. Alli tenia a Lee Blanchard. <>, enfrentandose a tres infantes de marina de uniforme azul y un pachuco con todos sus cueros de gala. Los tenia acorralados en el camino que cruzaba el patio de una cabana bastante maltrecha y los rechazaba con rapidos gestos de su sacudenegros. Los marineritos le lanzaban golpes con sus garrotes, y fallaban siempre porque Blanchard no paraba de moverse, atras y adelante, hacia un lado, sosteniendose con gran agilidad sobre las puntas de los pies. El pachuco no cesaba de acariciar las medallas religiosas que le colgaban del cuello y su expresion era la de no entender nada.

  • Antes de las lluvias, Dinah Jefferies de Dinah Jefferies

    https://gigalibros.com/antes-de-las-lluvias-dinah-jefferies.html

    Eliza es una mujer muy independiente para la sociedad britanica de los anos treinta. Fotografa de profesion, tras haber perdido a su marido en un desafortunado accidente, regresa a India por encargo de la administracion britanica. Alli paso su infancia hasta que su padre murio en un atentado.

  • Un oscuro anhelo (Amor encubierto 4) de Lori Foster

    https://gigalibros.com/un-oscuro-anhelo-amor-encubierto-4.html

  • La Octava Condicion (Ordinales 2) de Phavy Prieto

    https://gigalibros.com/la-octava-condicion-ordinales-2.html

    Segunda obra literaria de la Saga Ordinales.

  • En la oscuridad de la noche (HQN) de Alissa Bronte

    https://gigalibros.com/en-la-oscuridad-de-la-noche-hqn.html

    <> Lola maldecia entre dientes mientras aquel hombre la obligaba a seguirlo. Su padre era un mal nacido que la habia vendido a ese degenerado que mantenia sus vicios ocultos bajo el uniforme. El, que estaba en la cuspide del poder, era un gran hijo de perra. No entendia por que su esposa, la dulce Catalina, permanecia a su lado, aunque supuso, no era capaz de plantarle cara. Igual que le sucedia a ella. Nunca iba a borrar de su memoria el dia que su padre la entrego para salvar su avejentado y alcoholizado culo de los calabozos, con la excusa de que trabajaria como dama de compania de la esposa. Asi leeria y hablaria con la pobre mujer, que habia perdido la vista y que, lentamente, iba perdiendo tambien la movilidad de los musculos. <>, comentaban en el pueblo. Y ahi estaba, inocente y confiada, pensando que su padre por una vez en la vida habia hecho lo correcto, lo mejor para ella, algo bueno y desinteresado por su hija. Hasta que sintio el putrido aliento del capitan en su boca y su sudor sobre el vestido. Habian pasado algunos dias sin que la reclamara. Habia estado mas ocupado de la cuenta tratando de dar caza a la banda de forajidos liderados por el Caballero. Habia rezado, a pesar de ser algo contrario a sus creencias, rogando para que le sucediera algo terrible y, a ser posible, perdiese la vida en ello. Pero esa noche habia vuelto enfurecido por ser incapaces de dar con ellos a pesar de sus continuadas pesquisas; la gente del pueblo los protegia con celo. Habia escuchado algunas historias acerca de ellos y la verdad era que no le parecian peligrosos, mas bien hombres que se sublevaban contra animales como el capitan. Lo odiaba con todas sus fuerzas y sabia que esa noche iba a ser dura; pagaria sus frustraciones con ella. Siempre lo hacia. Le indico que lo siguiera a su despacho, su guarida, en la que cometia esos actos despreciables contra ella. Las piernas le temblaban, sentia que no iba a ser capaz de soportarlo de nuevo. Aun le quedaban algunos moratones en las piernas y en el cuello despues de su anterior visita a su cuerpo. Saboreo la bilis que lleno su boca con ese sabor amargo, tanto como lo estaba siendo su vida. No habia sido feliz nunca. Era duro admitirlo, pero era la realidad. Se agarro a la barandilla de madera que adornaba la escalinata hasta la planta superior, cuando llamaron a la puerta. Era el dia libre de Hector, el mayordomo, por lo que el dirigio su voluminoso cuerpo hacia la puerta farfullando improperios acerca de quien seria a esas horas. Abrio la puerta y varios guardias, sin esperar invitacion, entraron ocupando el gran vestibulo de la planta superior. Llevaban a un hombre maniatado y flanqueado por dos de ellos a los lados y varios mas a su espalda que esperaban la oportunidad de asestarle algun golpe si se atrevia a intentar escapar. Lola permanecio a un lado rezando para que su amo tuviese algo mejor que hacer que yacer sobre ella para descargar su frustracion y saciar sus bajos instintos. El preso levanto la cabeza y Lola pudo ver que sus ojos, grises al igual que una nube de tormenta, la miraban directamente, no a ella, sino dentro de ella, leyendola como un mapa abierto. Sintio un escalofrio que recorrio su larga espina dorsal y la dejo anclada en el sitio; helada. El preso no dejo de mirarla ni un solo instante. Ninguno se atrevio a pestanear para no romper el hechizo que los habia hipnotizado, atrapandola en el turbulento mar que eran sus ojos. El capitan los miro sin entender que sucedia. -Lo hemos pescado mientras haciamos la ronda. No hemos sido capaces de dar con el campamento, tampoco sabemos si estabamos lejos o cerca... No ha soltado prenda. - ?Acaso es mudo? -bramo con esa rabia animal que lo gobernaba. -No lo sabemos, pero no ha dejado escapar el mas leve sonido; ni siquiera cuando le hemos golpeado -confeso el guardia con satisfaccion. Lola observo el color purpura que adornaba su mejilla advirtiendo en ese momento que tenia el labio inferior inflamado y que un reguero de sangre, ya reseco, cubria la herida. -Quiero verlo -exigio el capitan. Uno de los guardias, ansioso, golpeo al joven en el estomago y este, a pesar de doblarse por el dolor, no dejo escapar nada mas que el aliento. Ella no podia creer lo que estaba viendo. Quizas si que era mudo, pues no era posible que un hombre aguantase esa embestida brutal en el estomago sin soltar ni la mas leve de las quejas. -Otro -pidio curioso.

  • Somos lo que hablamos de Luis Rojas Marcos

    https://gigalibros.com/somos-lo-que-hablamos.html

    Descubre el inmenso poder terapeutico del habla. Un texto interesante, emotivo e imprescindible sobre la importancia y los beneficios de hablar para comunicarnos asi como de hablarnos a nosotros.

  • Las virgenes suicidas de Jeffrey Eugenides

    https://gigalibros.com/las-virgenes-suicidas.html

    En menos de un ano y medio, cinco hermanas adolescentes hijas de una catolica ferviente que no las dejaba salir con chicos, se suicidaron. Veinte anos despues, varios hombres que fueron sus vecinos intentan desentranar el enigma de esas muertes relacionadas con los misterios de la feminidad y el deseo. Una esplendida primera novela que ha sido llevada al cine con gran exito por Sophia Coppola.

  • Mi mejor casualidad de Mireia Hernandez Bellavista

    https://gigalibros.com/mi-mejor-casualidad.html

    Laia es una chica que tiene todo lo que ha sonado, pero su zona de confort se ha derrumbado. Decide escapar para encontrarse.
    ?Sera capaz de encontrarse a si misma?
    ?Podra cerrar la puerta del pasado?

  • Dejame conocerte de Emma Sheridan

    https://gigalibros.com/dejame-conocerte.html

    Brendan Connolly es un hombre atractivo, exitoso y con una aparente seguridad en si mismo que dista mucho de ser real. Las heridas de su tortuoso pasado le han dejado profundas cicatrices, pero aun asi, no se rinde y lucha para ser feliz.
    Julia Rivera, es una madre que intenta dia a dia salir adelante, tratando de dejar atras el dolor causado por quien penso que mas la amaba, dejandola sola y enfrentando las consecuencias.
    Un encuentro fortuito unira las vidas de Brendan y Julia, dos almas heridas que deberan luchar en contra de sus inseguridades, el miedo y la desconfianza. ?Podran encontrar la cura para sus almas rotas y volver a amar, o las sombras de su pasado no les dejaran espacio para alcanzarlo?

  • La aldea de Silvia Salgado

    https://gigalibros.com/la-aldea.html

    Carlota Santamaria es una arquitecta separada, madre de un hijo adolescente, que lleva una vida tranquila en Madrid. Fotografia casas y escribe sobre diseno en una revista de interiores. ?Pero es feliz?
    Un anuncio en la seccion de empleo de un periodico le hace replantearse su vida, una ONG solicita arquitecto para reconstruir una aldea en Chengdu, en China, que colapso durante el terremoto de 2008.
    ?Abandonarias todo por cumplir un sueno? ?Empezar de cero?

    Atrevete a acompanar a Carlota en este viaje interior mas alla de las fronteras del Continente Asiatico, atrevete a descubrir la aventura y el amor, a vivir la vida que siempre quisiste tener.
    ?Estas preparado para superar tus miedos?

  • Una dama para el duque Rothsay de Mimi Ferrer

    https://gigalibros.com/una-dama-para-el-duque-rothsay.html

    Un terrible secreto. Una leyenda. Un amor imposible.

  • El anillo de Polidoro de Andrea Maggi

    https://gigalibros.com/el-anillo-de-polidoro.html

    En una ciudad sumida en el caos, Apolofanes se enfrenta a su mision mas dificil. Un anillo sera su salvoconducto para adentrarse en los lugares mas oscuros y secretos. La vida de la mujer que ama esta en peligro y el destino de Esparta depende de su libertad. Ambientada en una ciudad guerrera, maltrecha por el hierro y el fuego, Andrea Maggi atrapa al lector con una apasionante novela historica, un protagonista inteligente y astuto que no se detiene ante nada y una mujer independiente que quiere escribir su propio destino.

  • El mosquetero del Alcazar de Mavi Tome

    https://gigalibros.com/el-mosquetero-del-alcazar.html

    Segunda entrega de la bilogia <>, cuya historia sucedera dos meses despues de los hechos transcurrido en La menina del Louvre.

  • Todo lo que nunca te dije de Chris Razo

    https://gigalibros.com/todo-lo-que-nunca-te-dije.html

    Ano 2009. Me llamo Chelsea, tengo diecisiete anos, estoy a tan solo unos meses de cumplir los dieciocho. Vivo en San Francisco, en el distrito de Richmond, aunque naci y creci hasta los cinco anos en Santa Barbara. A mi padre le salio una oportunidad de trabajo, y aqui estamos. Me siento afortunada, tengo buenos amigos y me encanta el barrio donde resido. Justo en la casa de al lado vive mi amiga Arizona con su hermano Matt --suspiro poniendo los ojos en blanco--. Si, lo admito, estoy loca por el, a pesar de que no sea un amor correspondido. Para Matt, dos anos mayor que nosotras, no soy mas que la amiga de su hermana, y la hermana de uno de sus mejores amigos. Es alto, con el pelo algo revuelto y rubio, unos ojos azules que tienen el poder de dejarte hipnotizada. Mi amiga, por supuesto, sabe que suspiro por su hermano, y ambas creemos que es algo imposible. Matt se esta tomando un ano sabatico para reflexionar sobre si quiere ir a la universidad. Mientras tanto, da clases de refuerzo a los alumnos del instituto. Si, no solo es el chico mas guapo, tambien es inteligente, a lo cual, de momento, no le saca partido. Nosotras, por el contrario, ya tenemos pensado a que universidad iremos, a Standford; en realidad, cabe la posibilidad de que sea a Berkeley. Lo que tenemos claro es que no queremos separarnos. Tenemos un grupo de amigas increibles, en el que Arizona es mi apoyo incondicional: Kenisha, Baby, Blue, Lyn, Cady y nosotras dos formamos una pina desde que empezamos en el colegio. Por desgracia, el ano que viene nuestros caminos tomaran rumbos diferentes. Nos hemos hecho una promesa: mantener el contacto, a pesar de que nuestros caminos vayan a separarse. 1 La noche que lo cambio todo Esta misma tarde es la fiesta de fin de curso, Arizona y yo hemos quedado en su casa para prepararnos. Ella esta obsesionada con dejarme uno de sus increibles vestidos, maquillarme y dejarme preciosa. Algo que, por supuesto, no me apetece. Al final, me decanto por un modelo de color azul oscuro y tirantes, nada llamativo. En un principio decidimos que iriamos solo chicas, lo cual no tardamos en romper. Cuando me quiero dar cuenta todas estamos emparejadas, hasta yo. Me han buscado acompanante: Dorian, un chico con el que apenas he cruzado dos palabras y con el que seguramente no tenga nada en comun. Ir a ese baile no me apetece en absoluto, no es mi ambiente, no es mi sitio, aun asi, quiero estar con mis amigas. Los chicos vienen a buscarnos, nos vamos los cuatro en el coche. No puedo evitar estar nerviosa. Ari me coge la mano en varias ocasiones sonriendome. Sabe perfectamente como me siento. Al llegar, todas estamos juntas, pero, conforme avanza la noche, cada una va con su chico, excepto yo, porque Dorian ha desaparecido nada mas entrar, ha encontrado a otra con la que divertirse, lo cual no me parece raro. Me acerco a beber algo, mirando la hora una y otra vez. Observo lo que sucede alli, todo el mundo con sus parejas, bailando, riendo, divirtiendose. Me siento estupida aqui. No tenia que haber venido. Trato de contener las lagrimas, pero las malditas acarician mis mejillas sin poderlo remediar. Salgo de alli despavorida, mientras camino, pongo un mensaje en el grupo de las chicas: The Babies. Chelsea Hola, chicas. Lo siento, no me encontraba muy bien y he decidido marcharme. Nos vemos manana. Un beso. Media hora despues estoy sentada en el jardin de mi casa sin ganas de entrar. Contemplo las estrellas, desde pequena me ha encantado y me aporta tranquilidad. Cuando estoy metida en mis pensamientos, alguien se acerca por detras. --!Eh! ?Ya habeis vuelto? Si que ha durado poco el baile. Es Matt. Va vestido con una chupa de cuero, unos vaqueros ajustados y su pelo revuelto. Tan guapo como siempre. Tan especial... --Bueno, para mi si. Estaba cansada. --?Has vuelto sola? ?Y tu acompanante? --Se sienta a mi lado, me mira esperando una respuesta. Coloco mis gafas y respondo con sinceridad, como siempre. --Ese no es mi sitio, Matt, todos lo sabemos. He ido por las chicas, pero cada una estaba con su pareja --lo digo con tristeza, a pesar de que tendria que tener asumido que eso iba a pasar. --?Y la tuya? --A la mia no le he parecido una buena compania. Suele pasar, para ninguno lo soy. No pasa nada. --Matt me observa desconcertado, acaricia mi brazo y mi vista va directa a sus ojos. Esos en los que nunca me tendria que haber fijado o no de esa manera. --?Por que dices eso, Chelsea? Eres una chica estupenda. El chico que no sea capaz de verlo es un idiota. --Consigue sacarme una sonrisa. --Ya, pero a las chicas simpaticas nunca las besan, solo a las guapas. Me rio porque en realidad tampoco me afecta. No soy fea, si bien tampoco llamo la atencion, y cuando lo hago es por mis gafas y mi poco estilo con la ropa. --Chelsea, no se quien te habra metido todas esas tonterias en la cabeza... Estas muy equivocada. Matt se acerca lentamente a mi, juntando sus labios con los mios. Yo lo recibo con torpeza. Las mariposas revolotean por mi estomago. Nunca hubiera imaginado que Matt fuera a darme mi primer beso, tantas veces lo he sonado..., por fin se ha hecho realidad. No se cuanto dura, lo que si se es todas las emociones que despierta en mi. Nos separamos, lo miro con una sonrisa idiota, y el acaricia mi pelo. --Los chicos besamos a las chicas simpaticas, pero, ademas, es que tu eres preciosa, Chelsea, que nadie te diga lo contrario, por favor. --Me acurruco entre sus brazos y cierro los ojos disfrutando de este instante que se que acabara--. A pesar de que estoy muy a gusto contigo, es tarde y te vas a quedar helada aqui fuera. --?Quieres entrar? --Ni siquiera lo pienso--. No hay nadie en casa en todo el fin de semana. --Al ver su gesto desconcertado, me doy cuenta de que he metido la pata--. Olvidalo, es tarde, tienes razon. Hablamos. --Me levanto y comienzo a andar, el coge mi brazo. --Si quiero, pero no debo. No estoy seguro de ser capaz de parar de besarte, Chelsea. No quiero darte problemas. --No pasa nada. Lo entiendo. Cuando abro la puerta, el vuelve a estar detras de mi. Me coge de la cintura y entramos en casa. Cuando cierro, el me coge la mano, acaricia mi mejilla, y yo, tras cerrar los ojos, tiemblo al sentir de nuevo su roce. Sigo pensando que estoy en un sueno. Matt me quita la chaqueta despacio, vuelve a poner sus labios en los mios, un beso calido, delicado. Una faceta que dista mucho de la que yo conocia de Matt. --?Estas nerviosa? --!Claro que lo estoy! ?Como no estarlo? Estoy con el chico que me gusta, me esta besando, no hay nadie mas que pueda interrumpirnos. Asiento--. Chelsea, no quiero que te sientas obligada a nada. Me gusta mucho todo esto, aun asi, no tiene por que pasar de aqui. --No me siento asi. Es mas, estoy en una nube. Hace muchos anos que nos conocemos, Matt, y tu nunca... --No hablemos de eso ahora. No lo hacemos. Cojo su mano, subimos la escalera y abro la puerta de la habitacion. El se queda embobado observandolo todo. Solo las chicas han entrado aqui hasta ahora. Es mi pequeno rincon. Un sitio muy mio al que no dejo pasar a nadie. Se acerca a los cuadros. --?Esto lo has hecho tu? !Es impresionante! --Si --anado algo avergonzada. --No tenia ni idea de que te gustara la pintura. Siempre pense que tu vida eran los libros. --En cierto modo tambien lo son, pero la pintura es como una via de escape. Me siento feliz cuando cojo los pinceles, solo es un hobby. --?No piensas dedicarte a eso? --?Que? !Claro que no! --Es evidente que mi respuesta lo defrauda. --No lo puedo creer. !Tienes mucho talento! Podrias ganarte la vida con esto. --Gracias por los animos, Matt, en realidad, no creo que eso sucediera. No tengo tanto talento. --?Por que siempre tienes esa desconfianza en ti? --Agacho la cabeza. No entiendo como es capaz de leer en mi todos mis miedos. --Solo tienes que mirarme. --Lo hago. Siempre lo he hecho. --Sus palabras vuelven a ponerme nerviosa. ?Por que me dice eso? El nunca se ha fijado en mi. Para el siempre he sido la amiga de su hermana, nada mas. Me acaricia de nuevo, erizando mi piel--. Chelsea, eres muy especial

  • De Vuelta Al Mercado De La Solt de Deiby Diaz

    https://gigalibros.com/de-vuelta-al-mercado-de-la-solt.html

    De frente al espejo, mientras decoro mi cabello con las flores mas delicadas que consegui en el camino de regreso a casa, no puedo evitar notar que las cremas con acido hialuronico cumplieron su promesa de hacerme lucir radiante en tan corto tiempo; jamas crei que llegaria a usar una ligera capa de maquillaje para ocultar el cansancio, las ojeras y las imperfecciones que me ha ocasionado este matrimonio. Dicen que la felicidad siempre esta cargada con sorpresas que te cambian la vida o por lo menos eso dicen los que se han topado la felicidad de frente, y hoy mas que feliz me siento fantastica, porque poder entrar en este vestido pequeno casi talla esqueletica y que mi abdomen luzca tan plano sin una gota de sudor en el gimnasio, gracias solamente a la dieta sencilla de jugos verdes y una muy buena alimentacion balanceada por 15 dias es algo extraordinario, seguro que de haberla continuado por un par de semanas habria logrado acabar con esa grasita milenaria de los lados que traigo desde mis antepasados. Pero sin duda lo que mas me llena de felicidad, es la sensacion de total relajacion y tranquilidad de mi dedo anular izquierdo, al no tener que recibir un pinchazo mas por ajustar este vestido, aunque debo confesar que mas pinchazos he recibido en el corazon y sigo viva o por lo menos eso creo cada manana que despierto sola sobre la cama en posicion cucharita. Esta tarde tan pronto ponga un pie en el altar me sentire realizada por dejar atras el pasado y todos en la ceremonia se giraran para verme entrar triunfante, sera ese grandioso momento que he anhelado en estos ultimos anos y que espero jamas en la vida se vuelva a repetir, porque siendo muy sincera me considero la maga del vestido, en especial porque despues de ser 12 veces dama de honor en este ultimo ano y no tener el mejor salario como repostera, he aprendido a improvisar en la costura con las cortinas de mi apartamento y el recuerdo mas preciado de mi abuela, una maquina Singer modelo ano 50; juro que esta sera la ultima boda a la que asistire como la dama de honor, es que en serio, no tiene nada de honor estar vestida como munequita de pastel tras una amiga que abandona la solteria y que esta frente al altar con una sonrisa con mezcla de emocion y susto, uniendose en matrimonio con el hombre de sus suenos o de sus pesadillas, pero que al final no estan como yo a los 41 anos deambulado en el oscuro, tenebroso, visceral, abarrotado y humedo "Mercado de la solteria". Asistir a estas bodas me ha ensenado a encontrarle el lado divertido a la incomoda pregunta ?y por que no te has casado todavia?... desde la primera hasta la quinta vez que me lo preguntaron, estalle como una loca solterona que se niega a aceptar, que esta sola los fines de semana en su apartamento, dejando sus melones o limones como es mi caso en libertad porque el sosten le incomoda, vistiendo un camison viejo y nada sexy, cantando la cancion mas romantica que recuerda, preparando comida para ella sola, con una copa de vino en la mano y el televisor encendido con alto volumen para sentirse acompanada; mientras sus amigas disfrutan del plan hogar sexual de los recien casados. Asi que ante esa pregunta que me abria la herida y me traia el recuerdo de mi ultima frustrada relacion amorosa, prepare un repertorio con las mejores respuestas. (La positiva) No me he casado porque el matrimonio es algo para toda la vida. (La ocupada) Trabajo tanto, que no me queda tiempo para pensar en el matrimonio. (La gay) Estoy tan cansada de los hombres que decidi volverme lesbiana. (La mentirosa) No puedo creer que no te lo dije, !me caso el proximo ano! (La moderna) Es mejor irse a vivir juntos y luego si las cosas van bien nos casamos. Y la que mas me gusta de todas (La sonadora) Todavia no he encontrado a mi principe azul ... ?Es en serio?... "Principe azul" ... Cuando digo esta frase no puedo evitar juzgarme y traerme a la realidad, como cuando me caigo de la cama en una de mis noches humedas, al intentar algo excitantemente con mi nuevo vibrador que llamo Pepe Grillo y no porque sea pequeno en tamano, si no por su color verde escarchado luminoso; pero a veces no es tan duro caer de la cama y no es porque los bordes esten llenos de los cojines que me ha regalado mi santa madre, por tratar de llenar el espacio vacio de mi cama king, sino porque me hace recordar mi maravillosa infancia. Desde nina siempre fui mas alta e inteligente que los ninos, de hecho, todavia sigo siendolo, creci bajo la estricta educacion televisiva de las princesas de Disney y vaya que siempre espere que llegara ese principe azul, pues si Ariel pudo salir del mar llena de algas, perfumada a mariscos, con un pez como mejor amigo y una langosta como ninero, cosa que denota un fuerte desequilibrio mental y, aun asi, consiguio conquistar al principe Erick; ?por que no podria hacerlo yo? … Eso si, quiero dejar claro que amo las historias de princesas con finales felices y donde los malos se vuelven buenos o reciben su castigo, pero en mi proximo viaje a los parques tematicos, tendre que sentarme a hablar con todas las princesas muy seriamente y bajarlas de la nube a taconazos, porque el principe azul siempre viene cargado de una serie de defectos nada simpaticos o agradables, y si de paso me encuentro a Papa Noel tambien hare muchisimas reclamaciones. Sin embargo, a los 10 anos cuando no tenia idea de la realidad de la vida, tuve a mi primer principe sonado, Tomasito Duarte Urquijo, era tan, pero tan bello de ojos verdes grandes y expresivos, cabello rizado oscuro, tez blanca y manos grandes; era el mejor vecino y companero de escuela que he podido tener, siempre me compartia la mitad de su sandwich de pavo, me regalaba su yogurt de vainilla y sin importar que a veces esto me generaba horribles episodios por mi intolerancia a la lactosa, yo me tomaba absolutamente todo el yogurt hasta limpiar el recipiente con el dedo; por amor me atrevia a soportar todos los vientos huracanados en mi tierna pancita en aquel entonces, era simplemente un amor dulce con aderezos de inocencia. Una pequena sonrisa de Tomasito podia cambiar toda mi realidad, me encantaba barrer el jardin de mi casa solo por verlo montar su bicicleta de color azul, me fascinaba mirarlo a los ojos, verlo sonreir y hablarnos por el telefono que comunicaba nuestras casas, y que construimos improvisadamente con dos vasos plasticos e hilo en contra de la voluntad de mi madre, quien no paraba de cortarme el hilo cada vez que yo no queria limpiar mi habitacion. Tenia claro que queria ser la novia de Tomasito y cada vez que intentaba decirselo, mi corazon se aceleraba en cada latido y mis piernas se colocaban rigidas como dos turrones de azucar, pero en un dia extremadamente soleado mientras regaba las rosas rojas que estaban sembradas y de las cuales mi abuela no hacia mas que alardear por ellas, fui sorprendida por un rocio de agua que cayo sobre mi mejilla derecha y al girar para gritar a quien lo hacia, vi que era Tomasito quien no paraba de echarme agua con un spray y de inmediato empezo nuestra batalla campal de agua hasta el punto, que en el momento de mas diversion le confese todo mi amor y nos dimos un besito en la mejilla sin que nadie nos viera, fue uno de los momentos mas bello de mi vida que Tomasito arruino al revelarme que se iria a estudiar a los Estados Unidos en menos de un mes y que los gritos de mi madre flamearon al ver que el jardin se habia convertido en un lodazal con pequenas piscinas improvisadas. Desde ese momento y tras superar una interminable semana de castigo por arruinar parte del jardin, fui la mejor de las novias e hice lo que podia hacer una nina de mi edad desesperada a punto de perder su primer amor, !le propuse matrimonio y el acepto!; no habia tiempo para preparaciones o ultimar detalles porque su viaje seria pronto, asi que ese mismo dia nos casamos en secreto delante de mi unico testigo y padrino de bodas, "Coco" mi fiel perro pastor aleman. Nuestros corazones saltaban de felicidad porque nos habiamos casado, nos sentiamos invencibles, realizados y despues de unos 15 minutos de nuestro matrimonio no sabiamos que teniamos que hacer, asi que nos fuimos al parque sin avisar y jugamos toda la tarde hasta que sus nuestros padres llegaron muy enojados por salirnos sin permiso

  • Einstein y el arte de montar en bicicleta de Ben Irvine

    https://gigalibros.com/einstein-y-el-arte-de-montar-en-bicicleta.html

    Ben Irvine nos explica como experimentar la sabia manera de ver la vida de Einstein a traves del sencillo placer de montar en bicicleta. Esta obra arroja una nueva luz sobre la vision holistica del mundo de uno de los grandes iconos de la ciencia y explora como alcanzar el equilibrio y la atencion plena a traves del placer de montar en bicicleta. Ben Irvine nos muestra una forma de vida ecologicamente consciente, integrando conceptos filosoficos, practicos y personales.

  • El compromiso del creador de Felix Ovejero Lucas

    https://gigalibros.com/el-compromiso-del-creador.html

    En el arte, desaparecida la tradicion y sus reglas, incapazel mercado de deslindar el trigo de la paja, y con las criticasy las reflexiones esteticas, cuando resultan inteligibles, bajosospecha, los artistas andan perdidos a la hora de tasarla calidad de su quehacer y tampoco confian en unos colegasque, como ellos, empenan la vanidad en el oficio.

  • Campo de cielo de Mariano Quiros

    https://gigalibros.com/campo-de-cielo.html

    Hace mas de cuatro mil anos, en una extensa region del norte argentino, se produjo la mayor lluvia de meteoritos sobre la Tierra. Se cuentan cientos de historias sobre ese fenomeno que parece haber determinado la conducta y las costumbres de la gente en los alrededores. Como Julio, el boxeador del pueblo que ve la imagen de un extraterrestre cuando recibe un golpe en la cabeza, o Jorgelina, la cantora, que no puede parar de cantar zambas y chacareras.

  • Pasion Prohibida (Juego Peligroso 1) de Lisa Blanc

    https://gigalibros.com/pasion-prohibida-juego-peligroso-1.html

    Alina: – Mierda ! Mire por encima del hombro para ver el pelo rojo rizado de Harry asomandose por debajo de las almohadas. Todavia estaba dormido, gracias a Dios . Con cuidado, me quite las sabanas de encima y sali de la cama, maldiciendome por dormir demasiado. ?Que hora era? Claramente, el sol habia salido, pero era casi imposible ver a traves de las gruesas cortinas. Cogi mi movil de la mesita de noche, deslizando hacia arriba para ver nueve llamadas perdidas de papa. !Mierda! Mala suerte para mi, mi ropa se extendia por el suelo como si hubieramos estado en un frenesi salvaje. Y pensar que el sexo habia sido horrible. ?Donde diablos estaban mis bragas? Me pasee de puntillas por la habitacion desnuda buscando algo que probablemente nunca encontraria. Mierda … Recogiendo mi vestido, corri al bano cerrando la puerta entreabierta. Mi vestido azul estilo sirena tardo cinco minutos enteros en estar ajustado a mi cuerpo . Uf … Volviendo a la habitacion, agarre mis zapatos, mi bolso y … Oh, si … Me acerque a la cama de Harry y saque la tarjeta de acceso del bolsillo de su pantalon. Se agito, volviendose a su lado. Esa fue mi senal para salir de alli. Sorprendentemente, el corredor estaba vacio. Ni siquiera el servicio de habitaciones o la senora de la limpieza deambulaban por los pasillos. Extrano … Me apoye contra la puerta, deslizandome por el suelo, intentando huir sigilosamente … --?Gertrude? Me di la vuelta. !Mierda! Harry. --?Gertrude? Por lo que parecia, estaba caminando por la habitacion. Me puse el segundo zapato en el pie y corri por el pasillo. Cuando tome el elevador hacia mi piso , el nombre de papa aparecio en mi pantalla por tercera vez. Tuve que llegar a salvo a mi puerta antes de responderle comodamente. Debido al trabajo de alto riesgo que hice, todos mis movimientos tuvieron que ser calculados. Deslice para responder cuando el movil sono por cuarta vez , --?Si, papa? --Alina. He estado llamando ?Donde has estado? No tengo tiempo para llamarte todo el dia. --Estaba afuera haciendo tu trabajo. --?Tienes el archivo? Suspire, prediciendo exactamente lo que estaba a punto de decir despues de mi respuesta, -- No, pero hice algunos progresos. --Alina, avanzar no me va a dar lo que quiero … Mientras continuaba diciendome lo decepcionado que estaba, abri la puerta de mi piso . Me congele, molesta porque Dean habia entrado y ya se habia puesto comodo en sus boxers. Mi nariz se ensancho al verlo comiendo patatas fritas en mi sofa beige recien lavado. Frunci el ceno. -- ?Hola? Alina? ?Me estas escuchando, nina? Nina … Y pensar que habia estado haciendo el trabajo sucio de mi padre durante nueve anos desde que tenia dieciocho anos. Yo era mas que una nina … Su esclava … --Si, papa. --Si no haces esto antes del viernes, entonces conseguire que alguien mas lo haga. No seas un fracaso como tu madre. Colgo. Mi madre … ?Por que siempre tenia que mencionarla ? Dios, lo odiaba. Me dirigi a la habitacion ignorando la evidente presencia de Dean. Practicamente estaba masticando y crujiendo sus chips como un puto hipopotamo. Me quite el vestido y lo meti en una bolsa de basura. Incluso arroje mis zapatos y sujetador adentro. Me envolvi en una toalla y regrese al salon . --?Donde estabas? Pregunto Dean mientras pasaba detras de el con la basura. La meti debajo del fregadero de la cocina, recordandome quemarla en el incinerador mas tarde. Cuando no respondi, bajo la television y se volvio para mirarme. Puse los ojos en blanco, molesta. Una y otra vez teniamos que pasar por la misma mierda. Aunque no sabia exactamente lo que hacia para mi padre, sabia que estaba trabajando con el. Y trabajar para mi papa significaba horas extras. Me burle, --La ultima vez que revise no eras mi jefe. --Pero estamos juntos, y tengo derecho a saber donde estaba mi mujer. -- ?Mujer? No sabia que estabamos juntos. Acaso acabamos de follar? ?Por que estas aqui de todos modos? ?No tienes recompensas que cazar? Dean metio la mano en la bolsa de patatas fritas. Mis ojos se entrecerraron al ver las pequenas migas esparcidas por mi alfombra persa. Arrugue la nariz con disgusto, --?Y podrias dejar de comer asi? Acabo de limpiar mi piso . Me sorprendio que no se preocupara por mi comentario con nosotros siendo follamigos de mierda. Saque la aspiradora del armario y la enchufe. --Todavia no me has respondido. ?Donde estabas? Empuje la cabeza de la aspiradora cerca de sus pies, --Levanta tus pies. Cuando volvio a sumergir su mano, le arrebate la estupida bolsa. Las hormigas no serian mis companeras de piso por el resto del ano. --Alina. Pare la maquina, doblando el cable para volver a colocarla en su lugar. No tenia que responderle. No tenia control sobre mi y ciertamente no tenia poder. Solo mi papa tenia ese lujo. --Estaba haciendo un trabajo para mi padre. ?Por que sigues preguntandome esta mierda cuando ya sabes la respuesta? --?Asi que pasaste toda la noche haciendo su trabajo? Me enfureci: --No estoy haciendo esta mierda contigo. Tire la toalla sobre el tocador y entre al bano, ajustando la ducha a la temperatura mas alta. El vapor lleno el pequeno espacio, empanando el vidrio a mi alrededor. Mientras me enjabonaba el cuerpo, el aire frio penetro en el bano y me puso la piel de gallina. Dean habia entrado por detras. Gruni, cerrando los ojos con fuerza. Habia tenido sexo horrible, horrible con un tipo geek llamado Harry hace menos de ocho horas, mi cono no estaba de humor. Dean me atrajo hacia su piel desnuda y de chocolate, dejando que mi espalda descansara sobre su robusto pecho. Su ereccion palpitaba contra mi firme trasero. Beso mi cuello, --Lo siento. Yo solo te extrane . Dios, todo lo que queria hacer era relajar mis huesos. No necesitaba follar. Pero si no lo hacia, el sabria que algo estaba pasando. Cuando alcance la manilla de la ducha, el agarro mi nuca , golpeando mi cuerpo contra los azulejos blancos. Jadee cuando el penetro mi calor, levantando mi pierna para el anclaje. --!Mierda! El gruno por lo bajo, respirando pesadamente contra mi cuello. Mientras me acariciaba, el contacto resbaladizo de nuestra piel de ebano resono en el pequeno espacio. Trate de no moverme tanto porque solo queria que terminara. Tal vez, solo tal vez si todavia no tuviera el asqueroso residuo de Harry sobre mi, lo habria disfrutado. Me quede quieta con la mejilla contra la pared, esperando hasta que se saciara. El sexo era lo unico que solucionaba nuestras diferencias . No hubo ninguna discusion o discusiones acaloradas que nos hicieran dejarnos de hablar durante dias … Cada vez que Dean y yo teniamos una pelea, follabamos, y eso resolvia nuestros problemas. Eso era lo que lo habia hecho tolerable como mi companero durante dos anos seguidos. Cuando termino, me quede en el bano hasta que estuve segura de que todo estaba en calma . Me vesti con una gran camiseta de franela y regrese al salon con mi diario. Apunte toda la informacion pertinente sobre Harry y volvi a dibujar el bosquejo del plano del edificio del piso treinta. Al menos mi gran contribucion de veinticinco grandes para la recaudacion de fondos anoche valio la pena. Lo unico que quedaba era descubrir como superar toda la solida seguridad sin que se dieran cuenta . Gire la tarjeta de acceso de Harry entre mis dedos … Tal vez el equipo de informatica de papa lo sabria … Esto debia haber sido divertido … Me dije a mi misma . Pero en realidad, me ponia de los nervios . Irrumpir en Volkov Corporation siempre habia sido una mision delicada desde mi ultimo encuentro con ellos. Robe el archivo equivocado y sali desapercibida , pero de alguna manera habian reforzado la seguridad. Dos anos mas tarde, volvi a hacerlo con la informacion correcta y una estrategia diferente. Ajustando la correa de mi bolso sobre mi hombro, respire hondo antes de empujar la puerta de cristal. El edificio era enorme. Tenia suficiente espacio en el area principal para un pequeno concierto. Todo, excepto los muebles y los azulejos, era azul marino o gris. Un edificio ejecutivo para delincuentes. Mire al tipo tatuado calvo con el mini auricular de pie a mi derecha. Definitivamente de seguridad … Despues de pasar el escaner, me dio una vuelta y me dijo que procediera. Con todo el bullicio a mi alrededor, mis talones aun resonaban contra los azulejos de porcelana blanca. Me dirigi hacia la recepcion, observando todas las areas de salida de emergencia. Es bueno saber que no habian cambiado desde mi ultima visita. Una mujer rubia con un mono impecable estaba sentada en la recepcion tecleando en su ordenador . Estaba junto a un chico nerd y de pelo lacio que estaba clasificando miserablemente las insignias de visita. ?Que pasaba con todos los nerds? Me detuve frente al chico y toque la encimera, --Hola … soy Claire. Soy nueva aqui. Vine ayer pero parece que no puedo encontrar el camino de nuevo, hice un puchero, dirigiendole una mirada inocente . Me miro sin pestanear. Tartamudeo, --Uh … Um … Aunque trate de enmascarar mi cara con mucho maquillaje, no la ocultaba del todo. Alise mi corto peinado bob y me incline mas cerca, mirando su etiqueta con su nombre, --Uh … Barry, ?como llego al tercer piso? Por supuesto, iba al trigesimo, pero no podia decir eso. --S-Lo siento, senalo hacia mi izquierda, --Ve hacia abajo y gira a la derecha. Toma el ascensor. ?Tienes tu placa? Le mostre mis blancos dientes perlados, --Si. --Vale, adelante, Claire. Me dijo sonriendo . Escanee la identificacion de Harry con mi foto falsa en el ascensor y seleccione el piso treinta. Pan comido . De haber sabido que era tan facil, lo habria hecho a principios de semana. El ascensor sono y sali. !Malditos sean mis tacones por hacer tanto ruido! Todos en el pasillo se volvieron, mirandome como si fuera un extraterrestre. Una morena baja y gordita se dirigio hacia mi. --?Puedo ayudarte? ?Estas perdida ? Ah si … Penelope. Harry me habia hablado de ella. Estaba enamorada del hijo del jefe y no tenia ninguna posibilidad. Pensandolo bien, ella parecia bastante mas pequena de lo que el la describia. Al ver que me habia topado con un obstaculo y avanzar era casi imposible, dije: -Oh, ?no es este el piso veinte?

  • El, viaje de Eva de Maria Rosendo

    https://gigalibros.com/el-viaje-de-eva.html

    ?Nunca es tarde?
    Con “El, viaje de Eva” entenderas que si, que a veces es tarde; que el tiempo siempre nos aventaja y que no debemos olvidarnos de vivir.

  • Antologia de relatos romanticos. San Valentin 2020 de Varios Autores

    https://gigalibros.com/antologia-de-relatos-romanticos-san-valentin-2020.html

    Este febrero dejate enamorar con la nueva Antologia de relatos romanticos de Selecta.

  • Geranios en el balcon de Carolina Pobla

    https://gigalibros.com/geranios-en-el-balcon.html

    Cuando la familia se convierte en fuente de inspiracion: una cautivadora novela basada en la historia de los abuelos de la autora.

  • Deseos rojos (Chasing Red) de Isabelle Ronin

    https://gigalibros.com/deseos-rojos-chasing-red.html

    Llega aquello que todos los fans de <> estaban esperando: la historia de Kara y Cameron.

  • Terra Alta de Javier Cercas

    https://gigalibros.com/terra-alta.html

    Un crimen terrible sacude la apacible comarca de la Terra Alta: los propietarios de su mayor empresa, Graficas Adell, aparecen asesinados tras haber sido sometidos a atroces torturas. Se encarga del caso Melchor Marin, un joven policia y lector voraz llegado desde Barcelona cuatro anos atras, con un oscuro pasado a cuestas que le ha convertido en una leyenda del cuerpo y que cree haber enterrado bajo su vida feliz como marido de la bibliotecaria del pueblo y padre de una nina llamada Cosette, igual que la hija de Jean Valjean, el protagonista de su novela favorita: Los miserables.

  • La recepcionista que sabia holandes de Cristina Perez Feito

    https://gigalibros.com/la-recepcionista-que-sabia-holandes.html

    Maria, recepcionista florero de un elegante edificio de oficinas en La Castellana, ve como todo su mundo se viene abajo en un solo dia: pierde su trabajo, su pareja y la casa donde vive en apenas unas horas. “Un cambio de aires no es forzosamente malo”, piensa para consolarse. Pero eso solo es cierto si no te persigue un policia corrupto y la prensa del corazon, si no guardas documentacion de alto secreto en tu zapato y si evitas enamorarte de la unica persona que te esta ayudando en todo ese caos: un tranquilo funcionario del INEM de profundos ojos verdes.

  • Crueles cadenas (Suenos de libertad) de Isabella Abad

    https://gigalibros.com/crueles-cadenas-suenos-de-libertad.html

    Esta novela es la secuela de Asmina, amores y pasiones de una esclava. Como ella, es autoconclusiva.
    ?Has pensado cuan duro puede ser la vida para aquellos que tienen la marca de la miseria?
    ?Cuan cuesta arriba pueden ser el empleo, la educacion, la libertad? ?Cuan dificil enamorarse de alguien que parece una estrella lejana?

  • El olvido que seremos de Hector Abad Faciolince

    https://gigalibros.com/el-olvido-que-seremos.html

    La obra maestra de Hector Abad Faciolince, uno de los libros fundamentales de la literatura contemporanea en espanol.

  • Vacaciones al amor de Isabel Keats

    https://gigalibros.com/vacaciones-al-amor.html

    Pase, el senor Anglada la recibira enseguida --anuncio la desdenosa secretaria, al tiempo que abria la puerta de un amplio despacho de paredes de cristal. El contraste entre el antiguo edificio senorial, con sus grandes ventanales, y la decoracion vanguardista del interior llamaba la atencion. Detras de la mesa interminable un hombre de pelo castano claro, sentado de espaldas, hablaba por el movil. Cuando termino la conversacion giro el sillon de cuero hacia mi y pude verle la cara. Le reconoci de inmediato. Su rostro permanecio inexpresivo; sin embargo, sus ojos turquesa, que brillaban con regocijo al devolverme la mirada, le delataron. Era evidente que el tambien se acordaba de mi, y esos ojos burlones me obligaron a retroceder en el tiempo hasta la semana anterior… Como marcaba la tradicion, las antiguas alumnas de las Esperanzadas en la Fe --una especie de nucleo duro de las Ursulinas--, promocion de… (he olvidado la fecha), celebrabamos nuestro aquelarre anual navideno. Una cena en la que el vino fluia como el petroleo en el golfo de Mexico y donde las colillas parecian castellers intentando fugarse del cenicero, a pesar de los ingentes esfuerzos de los camareros que no daban abasto vaciandolos; mientras nosotras, inseparables desde el colegio, poniamos a caldo a los maridos que quedaban o a los ex que aumentaban de ano en ano. Yo seguia soltera y, tras cortar con mi ultimo novio --la lista de nombres comenzaba a ser dificil de recordar--, sin compromiso. Mis amigas me acusaban de inmadura, de tener una puntuacion de once --en una escala del uno al diez--, del sindrome de Peter Pan. Quiza fuera cierto, pero, como yo les decia a menudo, su ejemplo no invitaba a tirarse de cabeza al abismo del matrimonio y al averno de los hijos, precisamente. La verdad es que no estabamos sacando conclusiones provechosas sobre aquel tema recurrente. Las casadas hacian proselitismo de la familia y los ninos, a pesar de echar pestes de ellos, y las separadas exaltaban la libertad de volver a bailar la danza del apareo una vez cumplido el ciclo natural de la reproduccion y cuidado de las crias; pese a quejarse amargamente de que, a esas alturas, no quedaba ni un solo tio al que se le pudiera aplicar el calificativo de normal. En realidad, dudo mucho que ninguna de ellas estuviera capacitada para extender a nadie el certificado ISO de <>. Cualquier fulano que viera su actitud de perras en celo, siempre a la caza y captura, no entenderia que alguna de ellas hubiera pasado mas de cinco anos en el delicioso estado marital; es mas, incluso podria llegar a pensar que esos anos transcurrieron entre los muros inexpugnables de un convento de clausura, en el que el unico polvo que entro jamas fue el que se acumulaba en los reclinatorios. Yo hacia loas de la vida sin ataduras de ninguna clase. Por un lado, no tenia que aguantar por obligacion los ronquidos de un tipo a mi lado cada noche, conteniendo las ganas de tirarlo al suelo de una buena patada. Tampoco debia soportar la presencia de pequenas alimanas pululando a mi alrededor volviendome la cabeza del reves y sin posibilidad de mandarlas a jugar a la autopista. Pero, al mismo tiempo, renegaba de los donjuanes canis y, a veces, de la soledad. En ese momento de la noche, mi estado era bastante… como lo diria… quiza la palabra mas adecuada fuese <>. Hacia rato que las ganas de hacer pis no me permitian atender a la conversacion, asi que me levante -- estuve a punto de tirar la copa de vino y el platito del pan-- y, un poco tambaleante, me dirigi al lavabo. Aliviada como un hipopotamo en el zoo, me di un retoque de brillo en los labios, ahueque mi melena y sali. Justo en ese instante, se abrio la puerta del bano de caballeros y de el salio un hombre alto, de unos cuarenta anos, de pelo castano y unos impactantes ojos color turquesa. --Oiga! --exclamo y me agarro del brazo. Indignada, me desasi con brusquedad y grite: --No se le ocurra tocarme, baboso! --Solo queria decirle… --insistio el hombre a pesar de todo. No le deje terminar. Sintiendo una agresividad que se me escapaba hasta por las unas de los pies --puede que como consecuencia de la conversacion con mis amigas o, quiza, fuera el efecto de los dos gin-tonics que me habia tomado-- le espete: --?Pero es que no puede una mujer decente salir a cenar sin que cualquier viejo verde se vea en la obligacion de intentar ligar con ella? Los derechos de las mujeres, ?los enmarcamos y nos olvidamos de ellos? ?Acaso seguimos en la Edad Media, aquella deliciosa epoca en la que cualquier pelado barrigon tenia derecho de pernada? A medida que iba disparando una pregunta tras otra, implacable, sentia que de un momento a otro comenzaria a soltar espuma por la boca. El tipo parecio encogerse ante semejante retahila de cuestiones de dificil respuesta y se hizo a un lado asustado. Envalentonada con mi victoria, ergui la cabeza y me deslice triunfante hacia mi mesa, esquivando las de los demas comensales. Debian haberlo oido todo, pues, a medida que avanzaba, podia escuchar a mis espaldas risas disimuladas de apoyo, lo que me produjo una gran satisfaccion. Al llegar donde estaban mis amigas, Ana me dijo: --A ver, date la vuelta, oh, reina de la liberacion de la mujer! De manera teatral, di una vuelta sobre mi misma, sintiendome como una modelo de pasarela o, tal vez, la Bella bailando sin la Bestia; pero, de repente, repare en que las risas de mis amigas se habian convertido en carcajadas histericas. Ahi estaban todas ellas retorciendose en sus sillas, mientras se les saltaban las lagrimas. --?Que pasa? ?Que pasa? --masculle, al tiempo que mi sonrisa se convertia, poco a poco, en una mueca rigida. Por fin, Angela, que era el alma candida de la pandilla, me lo solto: --Hija, al ir al bano se te ha quedado la falda metida por la goma de las bragas y te las ha visto todo el restaurante; pero no te preocupes, que son bastante monas. --Y estan limpitas… --anadio la mala pecora de Isabel, que siempre disfrutaba con las desgracias ajenas. Con la rapidez del viento cuando no hay, coloque la falda en su sitio y me sente, agachando la cabeza hasta que mi larga melena me cubrio la cara. Ahora oia las carcajadas sin reservas de todos presentes; tenia la impresion de que incluso el cocinero habia abandonado sus fogones para venir a reirse de mi. Por un resquicio entre los mechones de mi pelo mire hacia la mesa de al lado… y alli estaba el hombre del bano, mirandome y sufriendo convulsiones. Incapaz de resistir aquella sonada humillacion por mas tiempo, me levante, tire unos cuantos billetes sobre la mesa, y me fui a casa corriendo, dispuesta a no salir de ella durante el tiempo que me quedara de vida. ?Alguien puede imaginarse mi sorpresa y mi consternacion cuando, pocos dias despues, al ir a realizar una entrevista de trabajo --para la que me habia preparado a conciencia durante semanas-- resulto que mi entrevistador era, nada mas y nada menos, que el tipo odioso del restaurante? --Bueno --exclamo aquel mismo hombre, cascando como una nuez el opresivo silencio que reinaba en el despacho--, quiza habria sido mejor que viniera usted hoy con pantalones… Completamente abochornada, senti que me ruborizaba hasta el blanco de los ojos. Entonces, eche mi silla hacia atras, aranando sin piedad el inmaculado parque, le lance mi mejor mirada de desprecio, agarre el bolso con fuerza y me largue de alli dando un portazo; aunque, si tenemos en cuenta que la puerta era de cristal, el efecto no resulto muy dramatico que digamos. Lo que mas rabia me daba de todo el asunto era que, durante un segundo de enajenacion letal, habia encontrado atractivo a ese aborrecible bicharraco. Taconeando con fuerza, sali al vestibulo y me dirigi a toda prisa --es decir, a la velocidad de crucero de una muneca de Famosa dirigiendose al portal que era lo maximo que me permitia mi estrecha falda de tubo-- hacia el ascensor. Las pesadas puertas de acero comenzaban a cerrarse cuando una mano, de dedos largos y fuertes y unas cortas e inmaculadas, aparecio de la nada y las obligo a abrirse de nuevo. --Senorita Poliakova, si fuera tan amable de volver a mi despacho. Todavia no ha terminado la entrevista --comento muy tranquilo. --Para mi si lo ha hecho, senor Anglada, no voy a permitir que nadie se ria de mi.