• cuando acabe el invierno - Angela Drei

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    Alex bajo del taxi frente al portal de la casa de Marie. Volvio a mirar el ramo de flores que habia comprado. Siete rosas rojas, una por cada mes. Recordaba el primer dia en que ella aparecio en su cafeteria con su gran bolso azul y sus gafas de sol. Habia cambiado mucho desde entonces. Ya no se escondia tras unos cristales oscuros, no tenia ojeras y su vestuario se habia llenado de color. Hasta su pelo era diferente. Sonrio como el bobo enamorado que era y toco el boton del videoportero mientras escondia las flores a su espalda. Marie le esperaba en la puerta, y el la siguio al interior con una sonrisa traviesa. En cuanto estuvieron dentro, Alex le entrego el ramo de flores. Ella las observo sorprendida. Siete rosas de un vivaz color rojo. Fruncio el ceno sin entender y lo miro en espera de una explicacion. --Hoy hace siete meses que apareciste en mi cafeteria. ?No te acuerdas? Alex disfruto al ver como ella se ruborizaba. No, estaba claro que no se acordaba. Pero el no se enfado, al contrario. Se sintio orgulloso y feliz de haberla sorprendido. --Vaya, asi que te has olvidado. --Lo siento, de verdad. No recordaba la fecha. --Pues algo tendras que hacer para que te perdone. Marie sonrio con coqueteria al ver como el le guinaba un ojo ladeando su sonrisa. Habia vuelto a ser el hombre sexi y atrevido de siempre. No quedaba ni rastro de aquella mirada triste, la que aparecia cuando los recuerdos del pasado llegaban si avisar. --No se que puedo hacer. Podemos salir y comer algo fuera..., o tal vez podemos quedarnos... El no la dejo continuar. Con un beso interrumpio lo que fuera que iba a decir y las rosas acabaron aplastadas entre ellos. --Las flores, deja que las coloque. Marie trato de apartarse un poco, pero el la tenia sujeta por la cintura con firmeza. --Te comprare mas. Te comprare flores cada dia --dijo sin separarse de ella--. Celebraremos el primer dia que te hice el desayuno, nuestra primera cita, la primera vez que te lleve en mi moto. Mientras hablaba, iba dejando besos desde su cuello hasta su hombro, y desabrocho el primer boton de su camisa para poder tener mas piel cerca de sus labios. Ella rio cuando sintio sus dedos cosquillear en su cintura subiendo la tela y entonces Alex se aparto lo suficiente para mirarla. --Me encanta escucharte reir. Adoro tu risa. --Y era cierto, la habia visto llorar incluso antes de saber su nombre y habia odiado cada lagrima que oscurecia su preciosa mirada de chocolate. Ahora tenia entre sus brazos a una Marie muy distinta, ligera y sonriente, vibrante como esas zapatillas con rayas doradas que se habia comprado el fin de semana anterior. Marie aprovecho ese momento para escabullirse y fue a la cocina. Antes de que las rosas estuvieran en un jarron con agua, Alex ya habia llegado y la envolvia entre sus brazos. --No te escapes --le rino mientras se colocaba tras ella. --Deja que las ponga en agua. --Solo si me prometes hoy no salimos de casa. --Esta bien, no salimos --acepto ella mientras colocaba las flores en un sencillo jarron de plastico junto a la ventana de la cocina--. ?Que quieres comer? ?Comida china, pizza, sushi? ?Que pedimos? --Tengo delante lo que quiero comer. Marie abrio mucho los ojos y fue a decir algo mas, pero el la cogio en brazos y cargo con ella hasta el dormitorio. --Vamos, galletita, me muero de hambre. --?Galletita? --Si, galletita. Estoy pensando que quiza con un poco de chocolate... ?Tienes sirope? ?Nata? Marie sintio como sus mejillas ardian y oculto el rostro con las manos. --No tengo de nada. Intento hacer dieta. --?Dieta? ?Para que? Mientras esperaba una respuesta, Alex no se quedo quieto. Fue desabrochando el resto de los botones de la camisa que ella llevaba y bajando por la linea de su esternon hasta descubrir su ombligo. --Pues veras, por culpa de alguien que conoces, los pantalones me quedan tan estrechos que no puedo casi abrocharmelos. --?Que pantalones? ?Estos? Alex se puso de rodillas entre sus piernas y desabrocho el boton de los vaqueros que ella llevaba puestos. --Tengo una solucion mejor: tira estos pantalones a la basura. Se inclino hasta dejar un beso en su estomago y ella intento incorporarse. --No es gracioso --dijo fingiendo mas enfado del que sentia. --No. No es gracioso. --Alex, deja de hacer el tonto y escucha. --Esta bien, te escucho --acepto y volvio a sentarse en la cama, aunque en lugar de mirarla a los ojos se quedo prendado del sujetador gris oscuro que resaltaba sobre su piel, tan palida como el azucar. --!Mirame a los ojos! --No puedo --dijo echandose a reir. Marie cogio la almohada y le golpeo, pero el era mucho mas grande y con un solo movimiento la tuvo inmovilizada bajo su cuerpo. --Estas preciosa. A mi me gustas. --?Te gusto gorda? --No estas gorda, Marie. Pero es que aunque lo estuvieras me daria igual. --Ya, seguro. --No estas gorda --repitio muy serio--. Y quitate los vaqueros. --?Que me quite los vaqueros? --?No te quedan estrechos? Pues quitatelos. O mejor, te los quito yo. Alex la sujeto de los tobillos y bajo los pantalones hasta conseguir deshacerse de ellos. Cogio uno de sus pies y beso con cuidado sus dedos. Llevaba las unas pintadas de rojo oscuro. Le encantaba que fuera tan coqueta: a Marie le gustaba llevar las unas de colores, aunque no llevara sandalias y nadie las viera. Eso era perfecto, porque sabia que ahora ella se ponia guapa para sentirse bien, no para agradar a los demas. --Eres tan suave… --susurro pasando los labios por su tobillo. Marie sintio un escalofrio cuando el aliento de el le hizo cosquillas. Su boca iba subiendo muy despacio dejando un camino de besos por el interior de su pierna. --?Sabes? Conozco una forma de quemar calorias. Alex dio un pequeno mordisco en su muslo antes de mirarla. --?Si? ?Cual? --pregunto Marie con un jadeo. --Primero tienes que quitarte toda la ropa. Mientras ella se dejaba desnudar, el no dejaba ni un trozo por besar. Era su plato preferido, su dulce Marie, la que habia conseguido atraparle y llenar su corazon. Siete meses. Todavia le costaba pensar que no estaba solo. Como su hermano le habia dicho, ella habia llegado para dinamitar los muros que habia construido, y ahora tenia que volver a aprender a vivir sin miedo a sentir. Podia ser feliz. Era como lanzarse del trampolin a diez metros. Daba miedo, pero sabia que merecia la pena esa sensacion de zambullirse y sentir cada musculo del cuerpo cargado de energia. Marie sintio sus manos, sus besos, que recorrian su piel hasta que todo fue calor. Su corazon latia cada vez mas rapido. No solo era sexo. Con Alex se convertia en una experiencia divertida donde ella podia devolverle cada caricia. El nunca ponia mala cara, nunca fruncia el ceno, ni siquiera cuando ella se echaba a reir de forma escandalosa porque le hacia cosquillas al besar su cadera. El sexo era genial con Alex. Vivir a su lado era genial. Se sentia segura y querida. No se avergonzaba si no llevaba la ropa interior conjuntada, si habia escogido un sujetador demasiado sexi o si ese dia estaba cansada y queria pasar la tarde viendo la tele con una vieja camiseta. Con el podia ser libre. --!Alex! --se le escapo un grito y rodeo sus caderas con las piernas para atraerle mas cerca, tanto que no habia ni un centimetro entre sus cuerpos. El tenia el cabello revuelto, respiraba agitado y en cada movimiento mezclaba sus jadeos. La beso largo y despacio. Su ritmo era lento, saboreaba cada gemido de ella. Terminaron temblando y sin aliento. --Dios, Marie, creo que no deberia haber ido a la piscina hoy. Si muevo cualquier musculo, voy a terminar desmayado. --Ha sido culpa tuya. Yo solo queria quedar a comer --repuso Marie. Alex habia terminado tumbado boca arriba en la cama, sin preocuparse por cubrirse con las sabanas, y su abdomen todavia subia y bajaba muy rapido. --?No te ha gustado? --pregunto mientras se ponia de lado para poder atraparla y volver a tenerla cerca. --No he dicho eso. El unico que te has quejado eres tu. --Llevas razon. Me quejo --dijo y la beso--. Me quejo de que eres tan suave que no puedo quitarte las manos de encima. Me quejo de que desde que te veo tengo ganas de desnudarte y hacer mil flexiones contigo. Y sobre todo me quejo --anadio mientras golpeaba con el dedo indice su nariz--, de que eres una cabezota que no quiere vivir conmigo y me hace ir todo el dia de aca para alla perdiendo un tiempo precioso que podriamos gastar en otras cosas, cosas interesantes como estar en la cama, en la ducha o sobre la alfombra del salon

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  • A la orilla del mar (Hermanos Inclan 1) de Ana F. Malory

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    Primera entrega de la serie <>.

  • El largo viaje a un pequeno planeta de Becky Chambers

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    Rosemary Harper se une a la tripulacion de la Peregrina, una vieja nave tuneladora, sin saber muy bien que esperar de su primer trabajo. Aunque la nave ha visto tiempos mejores, le ofrece un pequeno lugar al que llamar hogar durante un tiempo, algo de aventura en los confines mas alejados de la galaxia y, lo que es mas importante para ella, la oportunidad de dejar atras su pasado.

  • En Cuerpo y Alma 5 de April Russel

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    Mikhail tras sufrir ese horrible accidente, ha quedado en coma. los medicos no pueden decir un diagnostico concreto, cosa que hace que Megan se desespere cada vez mas, pero no deja de luchar por estimular el que su esposo recobre la conciencia. Despierta del coma y su lucha realmente comienza, cuando de topa con un esposo deprimido, decaido que piensa que es un estorbo para todos, en especial para su esposa ya que no puede cumplirle como el desearia. A ambos se les pone el amor a prueba. Limitaciones fisicas retaran el amor que Megan siente por Mikhail. Pues ahora su esposo no puede sostenerse en pie. Estara en ella entregarse en cuerpo y alma a Mikhail, el hombre que ama y por el que es capaz de luchar demostrandole que no todo es sexo, y que lo que mas importa es demostrarle que de pie o en una cama sigue siendo muy importante en su vida.

  • Pecados Ardientes de Ariel Omer

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    Todos tenemos un amor al cual nos aferramos, un amor verdadero que jamas vamos a olvidar.

  • Un invitado inesperado de Shari Lapena

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  • Matrimonio pactado de Rosa Saenz

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  • El Principe de Kiera Cass

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    La vispera de su cumpleanos, Maxon se da cuenta de que la Seleccion, que le parecia tan estimulante, es ahora muy intimidante. Cuando se confiesa con su amiga de toda la vida Daphne, la princesa francesa, queda sorprendido por su respuesta: ella lleva mucho tiempo enamorada de el y lo que de verdad le gustaria es poder optar a ganarse el corazon del principe, algo que el proceso de la Seleccion hace imposible.
    La agria discusion con Daphne y las acusaciones que esta le hace provocan que Maxon se plantee algunas cuestiones:
    ?Sera verdad que tenia el amor al alcance de la mano y no se dio cuenta? ?Y si no tiene la capacidad de sentir una emocion tan profunda?
    Sin embargo, la noche antes de que la competicion empiece de verdad conocera a America Singer. Le pilla desprevenido la antipatia que la chica parece sentir por el y se toma a broma lo brutalmente sincera que es, pero eso no hace mas que aumentar su curiosidad por ella.
    En El principe, accedemos al corazon de Maxon, vemos su humildad, sus miedos y su humor y habilidad para no tomarse en serio a si mismo al mismo tiempo que empezamos a entender las razones que hacen que se enamore de America.

  • El maestro de la perversion de Liah Jones

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    Cristina planea conseguir una cita a ciegas, para su amiga Fabi, con Andres, un hombre atractivo e interesante, pero con una forma de entender el sexo y la relacion de pareja muy peculiares. Fabi decide conocer a Andres y sus particulares normas. Este le propondra acatar cada una de ellas, como senal de que es la mujer perfecta. ?Sucumbira la amiga de Cristina ante el maestro de la perversion?

  • Deseos rojos (Chasing Red) de Isabelle Ronin

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    Llega aquello que todos los fans de <> estaban esperando: la historia de Kara y Cameron.

  • La fuga de Carmen Domingo

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    Navarra, 22 de mayo de 1938, penal de San Cristobal. La mayor evasion de la historia esta a punto de comenzar.

  • Sonando con Molly de Lori Beasley Bradley

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    Cuando la exitosa autora Sherri Lambert regresa a su ciudad natal despues de 40 anos, no espera encontrarse con Dylan Roberts, el rompecorazones de la escuela secundaria, ni tampoco con las visiones que atormentaron su infancia.

  • Raoul Wallenberg de Ingrid Carlberg

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    La biografia definitiva del Schindler sueco.

  • Hay amores de un verano (Rendicion 1) de Lina Perozo Altamar

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    Alessandro Bonanzierri es un extraordinario actor italiano, para quien el exito es una constante en su vida, hasta el punto de ser aclamado como un idolo de generaciones. Tiene una novia hermosa que se siente orgullosa de tenerlo a su lado. Ha estado ligado al mundo del espectaculo desde temprana edad por lo que el publico cree conocer todo de el.

  • Theodor Chindler de Bernard Von Brentano

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    Alemania, 1914. Los Chindler son una clasica familia burguesa alemana. En su casa se toca el piano y los domingos se va a misa. Theodor Chindler es diputado en el Reichstag por el Partido Catolico de Centro. Elisabeth, su mujer, es tambien muy conservadora y su principal preocupacion es que su familia ascienda social y economicamente. Ambos piensan que nada pondra en duda su autoridad, ni el orden ni la paz que reina en la familia. Pero ha estallado la guerra y, mientras sus hijos Ernst y Karl se dirigen al frente, en casa se empieza a discutir acaloradamente sobre el emperador, la miseria en los hospitales de campana, la guerra naval… Las fisuras familiares se terminaran de ahondar cuando la hija, Maggie, se va a vivir con su novio socialista y se une a las luchas del movimiento obrero en contra de la voluntad de su padre; mientras Leopold, el hijo mas pequeno, se enamora de un companero de estudios; y a Ernst y a Karl la vida y la muerte en las trincheras les va a cambiar en distintos sentidos. Ya nada sera igual ni en Alemania ni en la familia Chindler, por mucho que Elisabeth quiera seguir viviendo como si la guerra no existiese, como si nada hubiera pasado. Brentano escribio ” Theodor Chindler ” en 1936, desde su exilio suizo. Un retrato del fin de una epoca, y un anticipo de lo que iba a venir despues, a traves de los miembros de una familia burguesa alemana. La novela, que recuerda en parte a ” Los Buddenbrook ” de Thomas Mann, fue comparada con ” El subdito ” y ” El profesor Unrat ” de Heinrich Mann. Conto, entre otros, con los entusiastas elogios de Thomas Mann y de Bertolt Brecht, que se la recomendo a Walter Benjamin.

  • Cuando me miraste (Novela 1) de Reyes Ramirez Llamas

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    Cuando Sara emprende el que es el viaje de sus suenos a Nueva York junto a sus dos mejores amigas, no podia imaginar que lo que iba a ser un viaje para conocer la ciudad de sus suenos iba a cambiar su vida por completo la noche que deciden ir a la discoteca mas famosa de Nueva York, El Blue Note. Alli conoce a Robert. Su mirada y sus enormes y penetrantes ojos azules hacen que Sara sea consciente de que hasta el momento no habia amado, no habia disfrutado con el sexo y lo que es peor… no habia vivido. Juntos tendran que superar los numerosos obstaculos que la vida les va poniendo para que se pueda cumplir su destino que es estar juntos… ?Lo conseguiran? Conoce la historia de Robert y Sara, y como una sola noche puede cambiar tu vida.

  • Por ser mujer de Mila Reyes

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    Aqui, los personajes juegan un papel muy importante. Libra, es la oprimida pero que con la ayuda de su madre logra escapar de un futuro de sumision. Yares, es la luz con la que todas suenan y a la que estan dispuestas a seguir. Y Lago Verde, no es otro que el camino hacia la libertad.

  • Mi vida, mis reglas de Julianne May

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    Siempre existen esos momentos en los que crees que tu vida no puede empeorar mas, hasta que un dia -o una noche- descubres que no hay imposibles y mucho menos en la ciudad en la que los suenos se vuelven realidad. Claro que esto puede ser tan maravilloso como peligroso, pues no solo depende ti, creeme, sino tambien del hada madrina que este disponible para ayudar… Mi nombre es Adam Style, y esta es mi historia… o, al menos, esa pequena parte de mi vida que jamas podre olvidar. Capitulo 1 <>. Si. Esas fueron las primeras palabras que habia oido en el dia. Bueno, en realidad, las segundas despues del matutino <> de mis dos hijos mellizos y preadolescentes. Digamos que solia ser el saludo afectuoso que me daban cada manana antes de que partieran a la escuela. Y Vicky, mi escultural esposa, pues… no tenia tiempo ni para eso. Pero era algo que yo entendia. Vivia trabajando, pues ser una de las mejores relacionistas publicas de Hollywood implicaba varios sacrificios, o por lo menos eso era lo que ella decia. Y a mi de verdad que solo me importaba verla feliz, asi que… si, luego de esas mananas, debia esperar durante todo el dia hasta la noche a que alguien me dirigiera la palabra. Suena extrano, pero asi era… Bueno, tal vez no siempre. Monica y Bea, del sector de contabilidad, a veces me hablaban. No era que fueran largas conversaciones -porque, siendo honestos, no lo eran-, pero escuchar que alguien se dirigiera a mi aunque fuera con un <> era para mi suficiente. Al menos para saber que para alguien de mi trabajo yo existia. Y se lo que estaran pensando: <>. Lo mismo que mi unico y mejor amigo, Robert, me decia cada vez que nos juntabamos en la playa para terminar hablando de mi vida. Claro que lo ultimo de lo que yo queria conversar era de mi, pero, luego de que lo observara montar y domar esas tremendas olas del mar californiano, pues se relajaba en la arena junto a mi a reflexionar al estilo Robert. En fin… Sabia a lo que se referia cuando me decia que renunciara, pero ese habia sido mi primer y unico trabajo por casi veinte anos. En serio. Y se que comprar papel higienico o ser el eterno asistente personal de Hugh Lawrence, director de la compania, nada tenia que ver con mi sueno de ser un gran columnista o escritor, pero lo tomaba como el trampolin ideal para lograrlo, pues no habia persona que en todo el estado no deseara trabajar para el California News, el periodico mas leido del oeste del pais. Y el ver mi empleo de esa manera no era una mera fantasia mia. Hugh mismo me lo habia asegurado el dia que empece a trabajar con el, cuando aun vivia mi madre. Me conocia desde mi infancia y, si bien aun no habia cumplido del todo su promesa de nombrarme columnista de alguna de sus secciones, no dejaba de ser un gran hombre…, al menos hasta esa tarde de viernes. -Lo siento mucho, Adam -dijo luego de que yo elevara la vista desde mi pequeno escritorio al haber oido el <>. No suelo ser una persona de esas que viven quejandose, pero, a decir verdad, aquella diminuta mesa nada se parecia a las del resto de la oficina. Eso sacando que la silla que solia usar tenia una de sus rueditas averiada desde tiempos inmemoriales… y esto sin tener en cuenta que estaba ubicado en un rincon, lo que me mantenia alejado de todo el departamento de inquietos y triunfadores periodistas. Sin embargo, segun Hugh, el que yo me mantuviera al margen, alejado de todo el mundo, no era mas que una ubicacion estrategica para darme una mejor vista de lo que seria mi futuro. No estaba tan seguro de su metodo, pero el insistia en que la visualizacion directa era la mejor tecnica para inspirarme. Solte la agenda en la que organizaba su dia a dia -ya que carecer de un ordenador o tablet era parte de la tecnica, pues se suponia que, al no poseer nada de todo eso, creceria en mi el deseo por adquirirlo- y parpadee mas de la cuenta antes de que pudiera abrir la boca, algo a lo que me animaba solo porque ya no habia nadie en la oficina a excepcion de nosotros dos. -?Es… es una broma, Hugh? -Mi titubeo se entremezclo con mi agitada respiracion. Bajo la mirada y, al tiempo que inspiro profundo, coloco las manos en jarra sobre su cintura. Aquello hizo que pasara lo que todo el dia murmuraban Monica y Bea, pues su pecho, claramente trabajado en el gimnasio, se elevo mas y se fundio con la camisa slim fit[3] turquesa que amaba lucir cada viernes. Y claro, sus jeans de tiro bajo me confirmaron que era cierto que usaba ropa interior fluorescente… Como fuera, largo todo el aire, calculo que con pena, y volvio a mirarme a los ojos. -En serio, me agradas y no tengo nada para decir en contra de ti, pero… -Suspiro inseguro. Se tomo unos segundos y, tras sacudir la cabeza, continuo determinante-. Pero ya es hora de que tomes un nuevo rumbo. Lo siento, Adam. -Y resoplo como si se hubiera sacado un enorme peso de encima. ?Era cierto? Veinte anos trabajando para el y otros tantos mas de relacion cercana que habia tenido -pero que no va al caso mencionar-, !?y no tenia nada mas para decirme?! Frunci las cejas y el sudor frio que senti en mis sienes me impulso a levantarme. Claro que la vieja silla de escritorio hizo que casi me cayera gracias a su jamas reparada ruedita. Pero, por fortuna, Hugh me tomo por el brazo, lo que evito que terminara en el suelo junto al clasico asiento de los noventa. -?Despedido? -Volvi a parpadear varias veces y, tras un incomodo silencio, necesite seguir-. Hugh, ?me estas diciendo lo ultimo que hubiera esperado escuchar de ti y no puedes darme un motivo mas que debo tomar un nuevo rumbo? -exprese sin quitarle la mirada de encima, pero el no se atrevia a elevar la vista, y crei saber por que. Pero mi silencio y mi espera lo obligaron a hacerlo. -!Oh, por Dios! !No hagas esto mas dificil de lo que ya es, Adam! -exclamo alterado y al tiempo que se paso una mano por su gris pero moderna cabellera. Nos quedamos mirando fijamente por varios segundos. Y pude haber continuado presionando para saber por que, pero, ademas de que no era mi estilo ni por lejos, sus cejas fruncidas, su respiracion nerviosa y su mirada, suplicante y llena de culpa, me decian que el motivo era tan impronunciable que no sabria si seria mas doloroso para el, al tener que decirlo, o catastrofico para mi al tener que escucharlo. No hacia falta hacer grandes deducciones… Tenia bien en claro que el <> que mis hijos usaban como saludo por la manana era la palabra con la que toda la oficina me identificaba. En pocas palabras, Hugh nunca habia creido en mi como futuro periodista. O peor aun: en todo ese tiempo, yo no habia conseguido que el creyera en mi. Baje la mirada, asenti con la cabeza y simplemente hice lo que Adam Style haria: -Esta bien, Hugh. No lo sientas. Te entiendo. -Y lo abrace. Sin dudas que aquello lo sorprendio y dejo sin aliento, pues apenas se animo a apoyarme una mano en la espalda, y yo, despues de eso, simplemente me marche. *** -!?Eres idiota?! -grito Rob. Por poco, destruye mi oido y el sistema de sonido de mi automovil, por lo que agradeci no haber tenido el movil pegado a mi oreja. -Hey, calmate, ?si? -Suspire mientras mantenia la vista fija en el camino para volver a mi casa. Necesitaba relajarme-. Deberias haber estado alli. Pude sentir su culpa. Su mirada lo decia todo, Rob. Si tu hubieras… -!Si yo hubiera estado alli, le hubiese apretado las bolas contra aquel estupido escritorio que jamas te cambio desde que trabajas con el! !Y no lo hubiese soltado hasta que rogara perdon y te diera el maldito puesto que te prometio desde siempre, Adam! -Y largo todo el resto de aire que tenia contenido. Revolee los ojos y frene ante la luz roja del semaforo. -Rob, se lo que dices y por que, pero entiendo la posicion dificil de Hugh. -Suspire enojado conmigo mismo y avance tras ver el cambio a verde-. El problema soy yo. Y si hay algo que debo admitir es que tampoco he hecho nada por merecerme un mejor lugar alli, asi que… -!Cierra el maldito pico de la version drogada del Buda que te hayas aspirado! !El que ahora tiene una posicion dificil eres tu! !Acabas de perder el trabajo y todavia te queda lo peor! !Ni yo quisiera lidiar con la zorra esa! -Calma, Rob… -le adverti, como siempre. -OK, perdon. No debi llamar <> a la zorra de Vicky… -Suspiro al tiempo que yo negue con la cabeza-. En fin… Calculo que aun no le has dicho nada, ?cierto? De lo contrario, no estarias vivo… -Rob… -suspire. La verdad era que, de algun modo, tenia razon. Vicky tenia un temperamento digamos que… fuerte, y sus aspiraciones eran, cada ano, mas altas. Y siendo honestos, no sabia como tomaria mi despido. O tal vez si…

  • Los perros de agosto de Alexis Ravelo

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    El 6 de agosto de 2007, Gonzalo Santana Caralt fue nombrado presidente del consejo de administracion de Permucasa. La noticia fue portada en todos los periodicos regionales e incluso ocupo una columna en alguno nacional. Esa misma manana, el cadaver de Andres Ortiz Benitez, alias Reverendo, aparecio en el puerto de La Luz y de Las Palmas. El hallazgo ocupo un sueltillo en la pagina de sucesos de la prensa local y una entrada en un periodico digital. Ambas noticias estaban estrechamente relacionadas, pero nadie lo sabia. 2 En periodismo existen cinco preguntas a las que todo articulo bien redactado debe responder. Los pedantes las llaman las cinco uves dobles del periodismo: What, Who, When, Where, Why. Para los de frances: Que, quien, cuando, donde y porque. En la pagina anterior he respondido a cuatro de esas preguntas. Para responder a la quinta, tendre que extenderme un poco mas. Si te interesa y tienes un rato libre, continua leyendo. Si no, cierra inmediatamente el libro y utiliza ese tiempo que tu crees que te sobra en ocupaciones mas meritorias, como cortarte las unas de los pies o enchufarte a la consola. Tu te lo pierdes. 3 ?Sigues ahi? Vale. Comenzare por el principio. En el verano de 2007 yo hacia practicas de empresa en Realidad Canaria, un periodicucho digital que entro en quiebra unos meses despues. Por cierto, aprovecho para jurar por enesima vez que no tuve nada que ver con ese fracaso. Me encontraba en el ultimo ano de carrera y me vino muy bien pasar ese tiempo en casa de mi familia. En Realidad Canaria no me sobrecargaban de trabajo. Solo me encargaron documentar las secciones de Politica, Sucesos, Economia y Sociedad, ademas de un blog, el blog del Gordo Castro, donde aprovechaba para poner a parir sistematicamente a todo bicho viviente. Tener a un machaca cerca les venia de perlas a los otros tres redactores y enseguida me converti en un veapor: <>, <>... Ya se sabe: no hay mayor tirano que un enano con el latigo en la mano. En los ratos libres, igual que los otros, espiaba a traves de la ventana a la artista del atico de enfrente, que se pasaba la vida embadurnando lienzos como su madre la trajo al mundo. Todos sospechabamos que lo sabia. <>, como la llamaba Olga, nos tenia siempre despistados. En fin, de cualquier manera, y artistas nudistas aparte, yo trabajaba mas que el psicoterapeuta del Gollum, y aprovechaba la minima oportunidad para escaquearme de la redaccion. Por eso, ese lunes me apunte a llevar un paquete al ferry que hacia la linea entre Gran Canaria y Fuerteventura. Realidad Canaria hacia concursos imbeciles entre sus lectores. De que color era el caballo blanco de Santiago o cuantos dias de la semana llevan la letra eme. Los premios eran igual de tontos que las preguntas: una depiladora, un microondas, un juego de vasos para tomar tequila. Esa semana, la ganadora habia sido una majorera. Para ahorrarse los gastos de mensajeria, Viera, el director, pidio a un amigo suyo, que trabajaba como contramaestre, que le hiciese el favor de llevarlo. No recuerdo como se llamaba el tipo, pero me ofreci voluntario para acercarselo en Babieca. Babieca era el pobre scooter amarillo que en aquella epoca soportaba habitualmente mis noventa y ocho kilos, y estaba aparcado, como siempre, delante del edificio. Viera, que de todos modos me lo hubiera ordenado, me agradecio el favor. Asi que cogi el paquete (que contenia un robot de cocina marca Acme) y sali para el muelle. He caido en la cuenta de que no me he presentado. Me llamo Jorge. Jorge Castro Fajardo. Aunque todos me llaman el Gordo. El Gordo Castro. Y no porque caiga en Navidad, sino porque me sobran unos kilillos. En concreto, casi veinte. Desde antes de tener uso de razon, ya queria ser periodista. Ahora que lo tengo, preferiria ser fontanero, pero que se le va a hacer, estudie para esto y en esto es en lo que voy consiguiendo trabajo. Mis padres son buena gente. El es maestro y ella enfermera. Dicho asi, parece todo muy convencional, como sacado de una peli yanqui, ?verdad? Pues agarrense: mi hermano mayor, Eduardo, es policia. Eso si, un mero agente. Sin embargo el piensa que es Harry el Sucio. Yo soy un tipo mas bien raro, eso hay que reconocerlo. A lo mejor por eso ligo poco. Y cuando digo <>, quiero decir <>. Y cuando digo <>, quiero decir <>. Me gustan los cuentos de H. P. Lovecraft, las pelis gore y Led Zeppelin. Me aburren las comedias romanticas y los emos. Y hay dos cosas que detesto minuciosamente: las corbatas y mi hermano Eduardo. Digo todo esto porque asi casi no tendre que volver a hablar de mi y podre en adelante dedicarme a contar lo que tengo que contar. Ya sabes mas o menos como soy y como es mi vida habitualmente. En cuanto a la apariencia, mejor no contar demasiado. Si te cruzas por la calle con un tipo que lleva una melena negra descuidada, camiseta cutre sin planchar y vaqueros destrozados a la altura de las rodillas, quiza sea yo. Procura no pararte a olerme, porque sudo como un cerdo, sobre todo en verano.

  • Lo que hacemos por amor de Margot Early

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    Mary Anne Drew estaba enamorada de un hombre que se iba a casar con otra mujer, asi que, para conquistarlo, decidio comprar una pocion amorosa. No estaba convencida de que los hechizos y las pociones funcionaran, pero tenia que hacer algo. Desafortunadamente, el brebaje se lo bebio otro hombre, Graham Corbett y, a partir de entonces, empezaron a pasar cosas extranas.

  • Colgada en Nueva York de Erina Alcala

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    Nerea Gonzalez estaba en la puerta del piso numero 25 del edificio de una de las avenidas de Manhattan donde vivia su amiga de Malaga, Adriana Sanchez, llamando a su puerta sin que nadie le respondiera. Eran las diez de la noche. Habia llegado a Manhattan hacia apenas dos horas y atraveso la ciudad en un taxi desde el aeropuerto, en busca de su amiga. Habia hablado apenas la semana pasada con Adriana desde Malaga y le dijo donde estaria, la direccion que reviso dos veces, bajando y subiendo en el ascensor y preguntando al portero. Se estaba impacientando, ya que Adriana no contestaba al telefono tampoco, le saltaba el contestador las quince veces al menos que la habia llamado. --No, senorita, no la he visto, apenas acabo de entrar a mi turno --le dijo el portero. --?Pero la conoce? --Claro que conozco a la senorita Adriana Sanchez, es la unica extranjera del edificio. --Bueno, subo de nuevo y la espero en la puerta. --Si sabe algo de ella, es mi companero de la manana, pero claro, hasta manana... Y alli que cargo de nuevo con las dos maletas y el bolso de mano hasta el ascensor. Adriana vivia bien, era una ejecutiva de un despacho de marketing en Manhattan. A veces viajaba, ?no se habria ido sin decirle nada? O quiza habria tenido un viaje de improvisto y alli no tenia cobertura o estaba en una reunion... Penso mil cosas. Se estaba impacientando. La semana anterior cuando hablaron, no menciono nada de irse a algun viaje. Por eso ella quiso ir y darle una sorpresa. Iba a quedarse en Estados Unidos, encontrar una buena editorial para sus novelas, aunque en Amazon sus novelas se vendian como rosquillas, no podria pagarse un piso de ese nivel en Manhattan, pero bueno, buscaria en otra zona. Y buscaria un trabajo de chef a media jornada, le encantaba la cocina y probar platos nuevos, lo tenia como una aficion, pero podria hacer esos dos trabajos a la vez. Habia hecho un curso de cocina especializada. O tambien podria buscar en un instituto dar clases de castellano o de literatura americana, de lo que habia realizado su master. Pero eso le iba a resultar mas complicado y quiza era mejor empezar desde abajo, aunque intentaria todo. De eso estaba segura. Ya habia discutido lo suyo con su madre y su padre, divorciados ambos y con parejas y ninguno queria que se fuera tan lejos, aunque su mejor amiga estuviese alli. Nerea habia hecho algunas sustituciones en institutos, bajas de maternidad, bajas... En total, casi dos anos, pero necesitaba el master para las oposiciones y pensaba hacerlo cuando su amiga la animo a irse porque alli en Estados Unidos no se necesitaba ese master. Solo con tener un trabajo podia acceder mas adelante a dar clases en alguno. Y se le metio el gusanillo. Y con el dinero ahorrado en esos dos anos, al final consiguio que sus padres cedieran y con veintiseis anos, se hallaba sola esperando en la puerta de su amiga. Se quedo sentada en una de las maletas y puso la cabeza en la pared entre el piso de su amiga y el de al lado, esperando por si venia Adriana. La llamo de nuevo al movil y siempre le salia el contestador. Estaria hasta las doce, si no, llamaria a un taxi y se buscaria un hotel cerca para esa noche, quiza estuviera pasando la noche fuera. Estaba cansada de tantas horas de vuelo, y eso que durmio en el avion como una cosaca. Bueno, a esperar un par de horas. Estaba muerta de hambre. Taylor Larsson era alto, guapo y rico, tenia un cuerpo espectacular con su 1,88 de altura y hasta tenia un chofer. Habia heredado una empresa de publicidad y marketing en el centro de Manhattan de cinco pisos. Era de las mejores. Estaba mas que satisfecho de que su abuelo se la dejara. No tenia mas nietos, solo tenia un hijo, su padre, que era un cirujano prestigioso en el hospital Monte Sinai, y su madre que era enfermera y vivian tambien en Manhattan, pero en una zona distinta. No muy lejos de el. Al dejarle su abuelo la empresa y retirarse a los Cayos de Florida con su abuela, el tomo las riendas de la empresa, modernizo todo lo que estaba obsoleto, pinto, cambio mobiliario y con sus conocimientos y trabajo la empresa y subio como la espuma. Claro que, a base de jornadas de trabajo de muchas horas y ganas. Y a sus veintinueve anos era un todoterreno. Iba con su chofer a casa esa noche, estaba cansado. Habia sido un dia intenso de trabajo y reuniones. --?Esta cansado, senor? --le dijo Peter, el chofer. --Si, Peter, hoy ha sido un dia largo. !Maldita sea! --le dijo, acordandose de algo. --?Que pasa, senor? --Que quede con la chica de servicio a las ocho y son las diez. Me la recomendo un amigo de mi padre. -- Quiza lo este esperando aun. --!Joder! Ahora tengo unas cuantas celebraciones en casa y la necesito las veinticuatro horas. --Tiene espacio en casa. --Si, pero me temo que la he perdido. Manana ya vere llamarla de nuevo. Cuando llego al piso 25, salio del ascensor y vio a una chica joven, morena y de pelo largo, adormilada sobre dos maletas. Le dio pena, la pobre habia esperado casi dos horas. Estaba esperando entre la puerta de al lado y la suya con la cabeza apoyada en la pared. --!Hola! Y ella dio un respingo. --Perdona, se me ha pasado la hora. Te he dejado tirada dos horas. Menos mal que me has esperado, te necesito sobre todo por las fiestas que tengo que dar para la empresa, te agradezco que estes aun aqui. --Pero yo, yo... --balbuceo Nerea. --Soy Taylor Larsson y tu eres... --le dijo, extendiendole la mano. Ella se levanto y se aliso la falda. --Nerea Gonzalez --lo saludo. --Ya no recordaba el nombre, cuando el amigo de mi padre te recomendo no preste atencion, lo siento. Ha sido un dia duro. Abrio la puerta de al lado de la de Adriana. --Vamos, Nerea, pasa y te enseno el trabajo y la casa. Tengo que dejarte las instrucciones dadas para manana. --El trabajo... --dijo ella. Ese hombre la habia confundido, pero bendita confusion, y cogio sus maletas y entro, a ver que le deparaba el destino en esa casa. Al menos hasta que su amiga contestara al movil. --!Dios mio! --dijo sin pensar al entrar. --Si, es sorprendente, ?verdad? --Es una pasada. --Taylor rio, se quito la chaqueta y entro en lo que debia ser un dormitorio. Entro de nuevo a esa inmensidad de salon en dos pisos, con dos escalones que lo separaban, con un ventanal alucinante, y unas vistas y una terraza a la ciudad que ya quisiera ella cuarto y mitad de ese piso. Era elegante, tenia cuadros y sofas, mesas y una cocina abierta al salon que era una inmensidad. Una mesa de comedor para doce comensales. --Esto es... Lo se, demasiado grande para ti, pero te pagare bien. Ademas, tienes tu espacio propio y comida gratis. --Si --dijo ella. --Ven por aqui, trae las maletas, te lo explico todo y tomamos algo. Ya manana te ocupas tu de todo. ?Has visto?, esto es la terraza, enorme, si tengo invitados solemos salir, estas mesas se abren y hay asientos de sobra. Aunque la gente suele estar de pie. --Ya lo veo. --Las flores, tendras que regarlas. Se me van a secar. La senora que tenia se fue la semana pasada. --No se preocupe. --Bueno, has visto el salon comedor y la cocina. Dos aseos y el despacho. --Y se los enseno. --Es todo enorme. --Si, ahora, a este lado tres puertas. Te enseno mi cuarto que da a la avenida y a la terraza, como mi despacho al otro lado del salon. Necesito luz. Su cuarto era... por Dios... ?Cuantos botes de perfume y cremas tenia ese hombre espectacular? Un vestidor con mas de 100 trajes, camisas corbatas, relojes... Horroroso. --Mira, esta percha es solo para la ropa del tinte, por eso esta vacia. Si te dejo algo en ella la llevas al tinte. El portero te dira donde esta, un poco mas abajo en la avenida. --Bien. Entendido. --El resto de la ropa la dejo en el cubo del bano, creo que ya hay para un lavado o dos. Ya ni hablaba del bano que ese hombre tenia. ?Para que? --Tendras que limpiar en unos cuantos dias, ya lleva como te digo una semana sin hacerle nada al piso. --No pasa nada. --Este es un cuarto de invitados, al lado mio, todo completo, vestidor y bano, cama grande. -- Era su cuarto, pero la mitad. --Bien. --Por si se queda algun invitado. --Y esta es tu zona. La puerta da frente a la cocina, pero tienes luz por el otro lado de la avenida. Es una suite, pequena. Un saloncito con todo lo imprescindible, un dormitorio, vestidor y bano. --!Que bonito! Es como un apartamento pequeno.

  • El viaje de los colibries de Sue Zurita

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    Despues de casi ocho horas sentada en aquel viejo autobus intentando dormir, por fin escuche al conductor hablar por el altavoz: Bienvenidos a la ciudad de Puebla, la temperatura es de 4o centigrados y el reloj nos indica las 5:55 am, a los pasajeros que bajan, les deseamos que tengan una excelente estancia y a los que continuan su viaje a la ciudad de Mexico, tendremos un descanso de 20 minutos. Di un suspiro que contenia una mezcla de angustia y emocion, el frio calaba hasta los huesos y mi descolorida sudadera azul no tenia ningun efecto abrigador. No podia mover las manos de lo congeladas que las tenia. Intente acomodar mi cabellera, humedeci mis labios partidos y resecos, uni las manos y las coloque en la boca para darles calor con mi aliento, me pare del asiento y recogi la maleta que estaba en el portaequipajes, arriba de mi lugar y baje del autobus lentamente. Espere a que me entregaran una segunda maleta, color azul marino con ruedas ya desgastadas y camine a la salida de la terminal, aun incredula de mi osadia. Sali de la C.A.P.U. (Central de Autobuses de Puebla) y eran las siete de la manana. Las calles repletas por vendedores ambulantes, la gente que iba a prisa se tropezaba conmigo, hacian un mal gesto y me miraban como diciendo: Avanza o retrocede, pero haz algo porque justo ahi donde estas parada estorbas. Un empujon y luego otro, levante la vista y me encontre con esa extraordinaria postal que desde entonces me causa una admiracion emocional: el Popocatpetl arrodillado junto al Iztaccihuatl, parecian alcanzar el cielo, me senti tan diminuta. Y es que la leyenda que hay sobre estos volcanes enamora a cualquier visitante. Trata de aquel guerrero azteca que ama a Xochiquetzal, quien tras ser enganada sobre la muerte de su amado se casa con otro. El guerrero, al volver, vence a su enemigo en un duelo, y va en busca de Xochiquetzal, pero la encuentra muerta, ya que ella no soporto la verguenza de haber sido de otro. El se hinco a su lado y le lloro tan amargamente que del cielo cayeron piedras de fuego, la tierra temblo, y al llegar el amanecer, donde ellos estaban, aparecieron los majestuosos volcanes como simbolo de su amor eterno. Y ahi estaba yo, tan pequena como me sentia, observando cada detalle de la silueta de la mujer acostada y su guerrero a lado. Un empujon mas y una de las maletas se me escapo de las manos. En el sitio de taxi solicite uno que me llevara a un hotel cercano, preferentemente de bajo costo. Avanzamos un par de calles y llegamos a un motel de paso, que daba un aspecto de descuidado y viejo. En la recepcion un joven flaco, de dientes grandes, me dio la llave de la habitacion. Ni siquiera me sente en la cama, tenia la impresion de que esas sabanas no habian sido cambiadas en varias semanas. Con los ojos agotados, prendi el televisor y veia las noticias locales, para tratar de ubicarme como era la ciudad en estos dias. Esperaba que se hiciera un poco mas tarde para salir en busca del desayuno, un cafe y el periodico. El recepcionista que iba de salida, se monto en su bicicleta y me acompano al puesto de periodicos y me recomendo la fonda de la esquina. --Los chilaquiles rojos, son excepcionales --afirmo. Mientras degustaba los famosos chilaquiles de la senora Mari Carmen, buscaba en los clasificados un lugar donde alojarme, tenia que darme prisa para instalarme y buscar empleo. Con los pocos ahorros que traia no sobreviviria mas de un mes, asi que subraye con una pluma roja de escasa tinta, los anuncios que podrian ajustarse a mi presupuesto. Me marche sonrojada del puesto de comida, pues no me alcanzaba para dejar propina. "Av. 9 Poniente, a un par de cuadras de la Catedral, calles adoquinadas, y casas de estilo colonial, con enormes ventanales, todo Patrimonio de la Humanidad desde 1987", decia el anuncio del periodico. Me comunique a otros lugares antes de dar con esta opcion; departamentos compartidos fuera de mi presupuesto en bonitos edificios, pensiones de estudiantes economicas sin nada de privacidad. Pero en la Avenida 9 Poniente me esperaba una casa con balcones que daban a la calle, un porton grande que estaba entre abierto, un patio espacioso lleno de plantas y flores. En medio, como si todo lo anterior fuera poco, habia una fuente de querubines en sequia, rodeada por las habitaciones. Subi las anchas escaleras detras de la fuente y toque en la puerta 22. --Buen dia --salio Nora sonriente, una anciana simpatica y sin dientes, de escaso cabello ondulado y piel con machas propias de la edad --?Romina? --me pregunto. --Romina Parmeno --me presente. Estreche mi mano con la suya, me invito a pasar a su sala. Cuatro gatos ronroneaban por ahi. Me sirvio un champurrado, una bebida milenaria que se sirve caliente, de consistencia espesa y espumosa, sabia a chocolate con un ligero aroma a vainilla, justo lo que necesitaba para calmar el frio que penetraba mis huesos. La pequena sala estaba abarrotada de muebles antiguos. La alfombra, de un color grisaceo opaco, cubria el suelo, dando la impresion de no haber sido aspirada en mucho tiempo. Estornude. --!Salud! --dijo de inmediato Nora. Las paredes estaban cubiertas por repisas y jugueteros de madera repletos de gatos de porcelana y varios cuadros con fotografias en blanco y negro de una nina. El comedor estaba frente a mi y tenia un mantel rosa palido, tejido con estambre. Despues supe que Nora lo habia hecho, pues a eso se dedicaba en sus ratos libres. Algunas ocasiones un grupo de senoras, y una que otra jovencita, se reunian en el jardin a tejer. Los domingos colocaban una mesa en el zaguan y exhibian sus piezas para vender a los que pasaban por ahi. El mueble tipo consola, detras del comedor, llamo mi atencion, era precioso, del siglo XIX, que ella me platico pertenecio a su abuela, en el tenia una variedad de piezas de una vajilla de autentica Talavera poblana. Quise preguntar por la nina de las fotos pero pense que podria ser inapropiado. Salimos de ese lugar, subimos escaleras y entramos a la habitacion que yo ocuparia. --Esta es la habitacion disponible --abrio la puerta con una llavecita antigua y oxidada, rechinaron las bisagras como el llanto agudo de un nino, el cuarto era

  • Retaguardia roja de Fernando Del Rey

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    Desde una perspectiva centrada en los ciudadanos de a pie, a los que se les pone rostro y voz, Retaguardia roja indaga en las logicas subyacentes a la violencia que se desplego de forma brutal contra los adversarios politicos en la zona republicana durante la guerra civil espanola (1936-1939). En contraposicion con las modas y los estudios mayoritarios al uso, que han tendido a priorizar la historia de las ciudades y la poblacion urbana pese al perfil abrumadoramente agrario que presentaba la sociedad de entonces, la mirada se ha focalizado aqui en el mundo rural, escenario privilegiado para calibrar el significado y el alcance politico de los conflictos y contradicciones que recorrieron la Espana de los anos treinta.

  • Me olvide de olvidar de Ariadna Tuxell

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    En <> la protagonista, Sabela, vive la peor experiencia de su vida al convertirse en una de las victimas de un asesino en serie que esta sembrando el panico en la ciudad de Barcelona. La tiene sometida y juega con ella como le viene en gana haciendola participe de sus violentos asesinatos creando en ella una gran impotencia al no poder hacer nada ni hablar con nadie. La sexualidad estara muy presente ya que el asesino es un psicopata compulsivo con trastornos sexuales que viola y mata a sus victimas sin compasion alguna.

  • La hermosa burocrata de Helen Phillips

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    <>. Karen Russell, autora de Tierra de caimanes <>. Ursula K. Le Guin <>. Lauren Groff, autora de En manos de las furias <>. Jenny Offill, autora de Departamento de especulaciones <>. Joshua Ferris, autor de Entonces llegamos al final <>. Kelly Link, autora de Magia para lectores Si las perspectivas laborales no hubieran sido tan sombrias durante ese humedo verano, es probable que Josephine no hubiera aceptado el puesto de administrativa en un edificio sin ventanas situado en la periferia. Su tarea consiste, exclusivamente, en introducir interminables series numericas en la enigmatica Base de Datos. Pero a medida que pasan los dias y los inescrutables impresos llenos de cifras se van acumulando, Josephine empieza a sentirse cada vez mas amenazada por el inquietante entorno: el zumbido de la ventilacion, el color rosaceo de las paredes, el eco en los largos pasillos… Cuando su marido desaparece de improviso y la verdad sobre la naturaleza de su empleo comienza a perfilarse, su creciente malestar se transforma, ahora si, en absoluto temor. La oficina es, a la vez, el infierno y su contrario: un espacio inmejorable para lo distopico y lo surrealista, al tiempo que un no-lugar en el que cumplir los mas acabados suenos de perfeccion existencial. Como Margaret Atwood o Murakami, Phillips hace saltar las costuras de la realidad saturandola de extraneza y significado, logrando asi que las cotidianas preguntas sobre el sentido del trabajo o de la vida en pareja alcancen tanto al ser humano como al perpetuo enigma de su origen.

  • Caballeros andantes espanoles de Martin De Riquer

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    Un libro, como indica su titulo, sobre los caballeros andantes espanoles, un prototipo social de la Espana del siglo xv, tal como atestiguan las cronicas de la epoca. Si existieron los caballeros andantes fue, en parte, gracias a Lancelote, Curial o Amadis, pero estos reflejan, no siempre tan exageradamente como se ha dicho, la realidad en la que fueron imaginados. Asi, de la mano de quien tambien nos hizo llegar la musica de los trovadores a traves de sus textos, presentamos algunos de aquellos personajes en los que se inspiro la novela de caballerias, el genero que hizo enloquecer al mas inmortal de los hidalgos.

  • Llegaste para quedarte, Carol S. Brown de Carol S. Brown

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    Elliot Wise, segundo hijo del duque de Lennox, ya no ha vuelto a ser el mismo desde hace un ano. Una horrible tragedia se cernio sobre el, destruyendo su vida, por eso, ante la noticia de ser el heredero de el ducado de Weston, no muestra demasiado entusiasmo. Dicha herencia conlleva un titulo y responsabilidades con nombre de mujer. ?Quien es esa joven, que no se comporta como una dama, pero que le despierta sentimientos que creia olvidados hace ya mucho tiempo?
    Cassie Price, vive de cerca la perdida del viejo duque de Weston, siendo este su padrino, ahora vera como un desconocido hereda su titulo y se instala en la casa. Algo le dice que el nuevo duque no sera tan permisivo con ella. Ese hombre querra tener voz y voto en su futuro, y eso es algo que ella no piensa permitir.

  • Transicion de Santos Julia

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    Este es sin duda uno de los libros mas importantes escritos por Santos Julia. Y uno de los analisis mas lucidos, completos y profundos del concepto de transicion en las ultimas decadas de la politica espanola. Porque el libro no se limita al analisis del periodo posterior a la muerte de Francisco Franco -la Transicion que unos elevan a categoria de modelo mientras es vilipendiada por otros como regimen del 78-, sino que se retrotrae a cuando ese concepto entro en el lexico politico espanol hace ya ochenta anos como una propuesta para clausurar la Guerra Civil, y llega hasta el uso que de el se hace en el presente. En sus origenes y diversos significados durante la misma guerra, y luego, en la oscura edad de la posguerra, en los anos cincuenta al socaire de una nueva generacion, en los sesenta con las pancartas al viento reclamando libertad y amnistia, la transicion fue una expectativa que acabo por formularse como una pregunta: despues de Franco, ?que? Y a la respuesta en la decada de los setenta como libertad, amnistia y Estatutos de Autonomia acompano un extendido desencanto, disuelto como por ensalmo el 23-F con el fondo de guardias civiles asaltando un Parlamento. ?Fin de la historia? Que va, comienzo de los usos politicos. La Transicion, que con la Guerra Civil es uno de los dos hechos que han marcado con sello indeleble el siglo xx de Espana, sigue ahi, para unos como causa de todos los males, un candado que habria que reventar; para otros, como motivo de orgullo. Santos Julia nos ofrece una apasionante historia politica de este largo proceso de transicion a la democracia, investigando en las huellas que ha ido dejando antes, mientras y despues de que sucediera.

  • La reticente amante del principe (Atracciones innegables 2) de Elizabeth Lennox

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    Wyndi Carmichael contuvo el aliento cuando el hombre, sorprendentemente alto y escalofriante, entro en el restaurante barato y grasiento del muelle. Se sento a una mesa de la zona donde estaba ella, recogio el menu plastificado y contemplo las opciones. Definitivamente no encajaba entre la clientela habitual que frecuentaba ese restaurante barato y grasiento. Ella lo observo detenidamente, desconfiando al momento y limpiandose las manos con nerviosismo en el sucio delantal que llevaba atado alrededor de la cintura. Ese hombre era alto y elegante, y de el emanaba un poder en cierto modo escalofriante. Sus ojos negros otearon el restaurante como si el fuera el dueno, y tambien al resto de clientes. Su nariz de aguila y su mandibula cuadrada anadian un toque de peligro a su aspecto. No se le podia considerar guapo de ninguna forma, pero era locamente atractivo. Habia un aspecto crudo en el que era… tentador, a muchos niveles, haciendo que fuera el doble de peligroso. Wyndi se acerco a su mesa con precaucion, insegura de que esperar. El vestia ropas demasiado caras para ser de la misma clase socioeconomica que sus clientes habituales y sus ojos estaban inquietos, como si buscara a alguien. ?O quiza esperaba a alguien? No estaba segura. Pero el estaba en su zona, asi que se acerco a la mesa. No pudo mostrar su sonrisa habitual, pero intento mostrar un semblante educado en lugar de su tipica amabilidad publica. Le gustaba relacionarse con otras personas, le parecian fascinantes. Uno de los motivos por los que era tan buena en su trabajo. Las propinas que recibia como camarera estaban por encima de lo normal, pero incluso en las raras ocasiones en que recibia una propina mayor que la media, la cantidad no era excesiva. En ese restaurante de esa parte de la ciudad, los clientes no ganaban montones de dinero como en Wall Street. No vestian a la ultima moda y desde luego que no tomaban vino para comer. Lo normal era una cerveza el dia de la paga, y agua el dia de antes, cuando iban justos de dinero. Asi que, ?por que estaba ese hombre, vestido con un traje que probablemente costaba mas que los sueldos de todos los demas clientes juntos, sentado a una mesa y mirando en direccion a ella con expectacion? Wyndi se acerco a la mesa, fingiendo que no le temblaban los dedos mientras rebuscaba su boligrafo y libreta de comandas en su delantal. -?Que desea tomar hoy? -pregunto, mas alejada de la mesa de lo que estaria normalmente. Acostumbraba a apoyar la cadera o el muslo contra la mesa, conectando en cierta manera con los comensales. Pero aquel hombre era aterrador. Su mirada penetrante le creaba una sensacion de poder amenazante. La observaba con aquellos ojos negros, quiza atravesandola, evaluandola. Tamar levanto la mirada y se sorprendio al ver los delicados rasgos de la encantadora criatura que le devolvia la mirada. Sus ojos azules y sus gruesos rizos rubios eran sorprendentemente bellos. Tenia una boca amplia con unos labios sensuales que se mordia con unos dientes blancos y bonitos. Pero lo que mas le llamo la atencion fueron los asustados ojos azules que le devolvian la mirada. Normalmente no causaba ese efecto en las mujeres. Se amontonaban ante el, invitandole al juego del apareamiento. Por su experiencia, la mayoria de ellas esperaba conseguir un dije caro; la mas ambiciosa buscaba el prestigioso titulo de esposa. Los ojos azules de esa mujer eran precavidos, como si ella pudiera sentir el poder que el tenia y lo temiera. Para el era un misterio por que esa adorable mujer estaba tan nerviosa, pero estaba intrigado. -?Que me recomendarias? -pregunto el, fascinado por el destello de sus iris y su respiracion entrecortada. Su cuerpo respondio del mismo modo mientras pensaba en todas las maneras en que le gustaria morder ese carnoso labio inferior. Entre otras partes exquisitas de su cuerpo. Wyndi vio el fulgor de su nariz, el calor que emanaba de aquellos ojos negros y misteriosos, y quiso huir, esconderse en algun lugar hasta que ese hombre perturbador desapareciera. La asustaba hasta los huesos, y ella no era alguien a quien le gustara burlarse del peligro o provocar a un oso. Aunque, desde luego, ese hombre no podia ser considerado un oso. <>, penso ella cada vez con mas escalofrios de conciencia que se esforzaba por sofocar. No era que creyera que el pudiera saber cual era su mision secreta. Cuando ella lo miro a los ojos, sospecho que podria saber el resto de cosas. Lo cual era mucho, mucho peor. Ella aparto la mirada y se metio las manos en los bolsillos. -Hay una hamburgueseria genial tres locales mas abajo. Tamar se rio levemente de esa <>, sorprendido no solo porque intentara mantener la distancia, sino por que intentara echarlo del restaurante. -He escuchado que la comida aqui es bastante deliciosa -mintio sin remordimientos. El unico motivo por el que se encontraba en ese restaurante era porque sus tecnicos habian rastreado la senal de un hacker hasta esa direccion. Encontrar a ese angel entre los trabajadores del lugar no fue mas que un hecho fortuito. Ella parpadeo extranada por su lenguaje formal, insegura de que pensar de el. Definitivamente no encajaba alli. Aquel era un barrio obrero. Los clientes del lugar eran del tipo brusco que se toman una hamburguesa rapida y varias cervezas tras un duro dia de trabajo en los muelles. El lugar de aquel hombre parecia ser una sala de juntas, no sentado en la cabina de una excavadora. Ella hubiera apostado a que ni siquiera se habia ensuciado las manos nunca. Probablemente tampoco seria muy bueno en una pelea a punetazos, aunque sus hombros parecian bastante anchos y robustos bajo el tejido fino de su traje. Wyndi se encogio de hombros, como si la comida fuera pasable. -No parece usted el tipo de hombre que come hamburguesas y bebe cerveza -contesto, preparada para despacharlo. -Quiza tu y yo podamos cenar esta noche y ver que tipo de hombre soy -ofrecio el, fascinado por la nerviosa criatura. En un instante, supo que esa bella rubia de precavidos ojos azules seria su siguiente amante. Se froto la barbilla mientras calculaba mentalmente cuanto tardaria en tenerla ronroneando, rogandole que la tocara. Wyndi jadeo, sorprendida por lo directo que era el. -No lo creo -replico ella-. ?Va a pedir algo? Si no, hay otras mesas que debo atender. Tamar solto una risita mientras la observaba atentamente. <>, penso. -Traeme la especialidad de la casa -le dijo el devolviendole el menu plastificado y ligeramente grasiento. Wyndi le devolvio la mirada, intentando comprender que pretendia. ?Quien se creia que era? ?La especialidad de la casa? Aquello era un restaurante de un barrio de clase obrera, no el Ritz. No tenian una especialidad de la casa. Pero en lugar de discutir con el, se encogio de hombros, ignoro el menu ya que su sitio estaba en los asperos soportes de madera que habia sobre la mesa, al lado de la ventana, y se dio la vuelta sobre el tacon revestido de sus zapatillas deportivas. ?Queria la especialidad de la casa? <>, penso con una sonrisa de deleite. El no podia verla, por suerte, pero ella escribio algo en su libreta de comandas y despues clavo el papel en la rueda metalica de comandas, girandola para que Billy, el cocinero ese dia, pudiera ver la comanda. Tras hacer eso, fue a las demas mesas, sonriendo y saludando a los clientes. Relleno sus tazas con cafe o sus vasos con agua e ignoro completamente al hombre de la mesa, que ahora hablaba por el movil. Intento escuchar disimuladamente, sin importarle que fuera de mala educacion. Solo queria comprender que hacia el alli. Era muy extrano, pero hablaba en un idioma que ella no podia entender, asi que se alejo con la intencion de dejarle en paz todo lo posible. Cuando Billy grito que la comanda estaba lista, ella volvio a la cocina y sonrio en anticipacion a lo que venia. Llevo el pesado plato a la mesa y lo coloco delante del hombre junto a una gran jarra de agua y un vaso. -!Buen provecho! -dijo ella, intentando ocultar su diversion mientras el observaba el enorme plato. Tamar contemplo el plato de comida con interes, inseguro de que era exactamente, pero pudo ver en la encantadora mirada de ella que creia haberle hecho una jugarreta. Lo que ella no sabia era que el viajaba por todo el mundo en representacion de los intereses de Surisia. Su primo era el jeque y habian crecido juntos desafiandose el uno al otro a probar las comidas mas exoticas que pudieran encontrar. Aquella hamburguesa con multitud de condimentos no iba a poder con el. -?Imagino que el agua es por mi propio bien? -pregunto el. Su deseo de llevarse a esa mujer a la cama, de doblegar su voluntad, era incluso mas intenso ahora que ella le habia desafiado de esa manera. Wyndi se encogio de hombros, mirandolo y sonriendo triunfante. -El chile es bastante picante. Y los jalapenos tampoco se quedan muy cortos -ella se pauso, intentando esconder su sonrisa-, pero si desea otra cosa, solo tiene que decirmelo. Tamar rio, encantado con ella. -Tiene una pinta maravillosa. Gracias por tu ayuda. Le excitaba tanto el travieso destello en la mirada de ella que queria levantarla, sentarla sobre la mesa y besarla hasta que ronroneara bajo sus caricias. No dudo ni un momento mas y agarro la hamburguesa con ambas manos como si fuera un profesional devorando las comidas mas pringosas posibles. Wyndi se aparto, sintiendose derrotada de alguna forma. Se esforzo por ignorarlo, pero mientras atendia el resto de tablas mantenia la mirada sobre ese hombre y su hamburguesa. Cuando dio el primer bocado y no se quejo, ella comenzo a sentirse culpable. !Era una hamburguesa enorme! !Tenia guacamole, un huevo frito, montones de rebanadas de jalapeno, una gran cucharada de chile picantisimo y tambien crema agria! Era una de esas hamburguesas que algunos se comian por la noche, tras un largo y duro dia de trabajo, y normalmente les encantaba. !Pero aquel hombre no era uno de ellos! Era demasiado elegante, demasiado refinado. Ella se dio la vuelta cuando el dio otro bocado, pensando que deberia pasar otra comanda para el. Quiza una buena ensalada o algo ligero. No tardaria en tener el estomago revuelto. !Bueno, lo tendria si seguia comiendose esa maldita cosa! Se sintio tan mal por lo que habia hecho que ni siquiera podia mirar en direccion al hombre. Se quedo mirando fijamente la bandeja de vasos limpios, con el corazon retorciendosele por la sucia jugada que le habia hecho. Ese hombre la habia asustado, ?

  • Los amantes clandestinos de Ana Cabrera Vivanco

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    La historia de un hombre y una mujer que se amaron por encima de sus familias y sus propios temores, zarandeados por los vientos politicos de una isla hermosa y exuberante, calida y cruel.

  • Sin alas en el sur de Angelo Azzurro

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    Sin alas en el sur es la primera novela de Angelo Azzurro, una escritora novata de Genova.
    Cuenta una historia parcialmente real, vivida entre Sicilia y Francia. Un giro romantico dara un nuevo impulso a la historia y algunos acontecimientos dramaticos nos haran reflexionar sobre el todavia demasiado oprimido y amenazado mundo de las mujeres. La protagonista es una de muchas, una de nosotras… Algunas querra sonar, algunas mas se reconocera a si misma.
    Increible pero cierto, un extracto fue premiado en el concurso y en otro la novela entera merecio una mencion especial!

  • Mi corazon irlandes de Francine J.c

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    Una novela romantica ambientada en la idilica y verde Irlanda.
    Una historia de segundas oportunidades y amores prohibidos.

  • Secretario de Compania de Noni Garcia

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    Los rayos del sol entraban tenuemente por la acristalada pared del despacho de Daniela. A pesar de ser tan solo las siete y media de la manana, ella ya habia tenido tiempo de hacer varias gestiones y contestar mas de diez correos. Era adicta al trabajo desde que creo, un par de anos atras, su empresa de organizacion de eventos. Se levanto de la silla maldiciendo que todavia no hubiera llegado Adrian, su secretario, para prepararse un cafe, aunque no podia quejarse. El chico, a sus veinticinco anos, habia resultado un gran fichaje unos meses atras, cuando su amiga Aitana se habia ido a vivir a Nueva York con Henry. Recordar la boda que le habia organizado con aquel rubio larguirucho la hizo sonreir mientras la maquina siseaba al expulsar el cafe de la capsula. Hacia un par de dias que no sabia nada de ella, ahora sus horarios eran tan diferentes que era complicado coincidir, asi que saco su movil y le mando un mensaje que leeria unas horas despues. La echaba mucho de menos, pero sabia que Henry era su felicidad y que estaba donde debia estar. Soplaba el cafe que ardia como el mismo infierno cuando escucho a alguien abrir la puerta. Bien podia ser la persona que enviaba la empresa de limpieza cada manana, pero no, era Adrian, que como siempre llegaba con bastante tiempo de antelacion a su hora de entrada. Adrian era alto, pelo castano, ojos verdes, cara aninada y desbordaba timidez, siempre escondido tras sus gafas de pasta y su mirada gacha. Lo observo durante el tiempo que el no fue consciente de su presencia, vio como se deshacia del abrigo y, sin entender muy bien por que, deseo que siguiera quitandose ropa. Sacudio la cabeza para apartar esos pensamientos de su cabeza y carraspeo para que el supiera que estaba alli, que ella estaba observandolo. El chico levanto la mirada, en ese momento desnuda de sus gafas, que estaban impregnadas de la fina lluvia que estaba cayendo en ese momento sobre Madrid. Por primera vez, en el tiempo que llevaba trabajando para ella, Daniela se encontro con una mirada llena de seguridad que hizo que su corazon saltara un latido. --Buenos dias --dijo Adrian, volviendo a esconderse en su halo de timidez. --Buenos dias, Adrian. ?Que tal el fin de semana? --Bien. Tranquilo. Estudiando en casa y poco mas. --No sabia que estabas estudiando. --Si, un master. --Me has dejado sorprendida. ?De que es? --De Direccion de Empresas. --Si te soy sincera, no entiendo que haces trabajando de secretario para mi. Estoy segura de que podrias aspirar a mucho mas. --El mercado laboral no esta muy bien, y necesitaba el dinero, aunque voy a tener que seguir trabajando los fines de semanas para poder pagar todo... --Adrian puso cara de no haber querido pronunciar esas ultimas palabras. --?Trabajas los fines de semana? ?De que? --En la noche. --Eres una caja de sorpresas, chico. Bueno, vamos a trabajar que hoy tenemos muchas cosas que hacer. Adrian siguio a su jefa pensando en la conversacion que acababan de tener. Cuando unos meses atras encontro el trabajo, se prometio que dejaria de hacerlo en el mundo de la noche, pero eran tantos los gastos que tenia con los estudios y la hipoteca, que mucho se temia que tendria que volver a retomarlo. Solo esperaba que no le afectara en su actual empleo. Se sento donde le habia indicado con su bloc de notas y su boligrafo, y espero pacientemente las tareas que Daniela tenia para el. Tenia razon su jefa al decir que tenian mucho trabajo por delante ese dia y toda la semana. No tendria tiempo para aburrirse, y menos para estudiar, porque mucho se temia que iba a trabajar bastantes horas extras. Salio del despacho, se sento en su sitio y comenzo a hacer llamadas. Con un poco de suerte, terminaria temprano y tendria tiempo de ir a alguna clase esa tarde, aunque tuviera que comer un bocadillo en la cafeteria que habia en la esquina. La manana paso volando y el reloj marcaba las dos y media cuando la puerta del despacho se abrio y salio Daniela. Lo miro extranada, hacia media hora que habia terminado su jornada laboral y pensaba que, probablemente, Adrian le habia dicho que se iba, pero, como estaba tan enfrascada en sus cosas, no se habia dado cuenta. --Crei que ya te habias marchado. --No, me quedan por enviar un par de correos... --Pues ya lo haras manana. Ahora vete a casa a descansar que el dia ha sido bastante intenso. --Ya no me da tiempo de ir a comer a casa. Tengo clase a las cuatro y no quiero faltar. --?No vas a comer? --Si, ahora parare en la cafeteria de la esquina y pedire un bocadillo para comermelo en el metro. --No vuelvas a hacer eso. Tu hora de salida es las dos, si no te da tiempo a terminar algo, me avisas y listo. Yo lo hago o se hace al dia siguiente. --Vale. Pero ya hoy voy a terminar... --No vas a terminar nada. Te invito a comer y te llevo adonde tengas que ir. --No... --Siii. Daniela lo aparto de su mesa, aprovechando que la silla tenia ruedas, y apago el ordenador. Adrian sonrio y no pudo evitar que el pulso se le acelerara al ver tan de cerca el precioso trasero de su jefa. Sacudio la cabeza y desecho cualquier pensamiento calenturiento que pudiera provocarle la mujer que tenia delante. Su madre siempre le habia dicho un refran que cumplia a rajatabla: <>. Incluso en su otro trabajo, cosa que solia ser bastante complicada, pero esa era el unico limite que habia puesto cuando empezo a trabajar para la agencia. Salieron del edificio y se dirigieron al bar de la esquina, donde Adrian tenia pensado comprar el bocadillo, pero Daniela hizo que se sentara y pidieron algunas tapas. --Y... ?donde trabajas los fines de semana? --No me gusta hablar de ello. --Organizo eventos, no voy a asustarme de nada. --Ya... Bueno... Soy un poco reservado. --No hace falta que me lo jures, creo que esta es la conversacion mas larga que hemos mantenido desde que empezaste a trabajar para mi. --No soy muy hablador. --Ya no te hablo mas de tu otro trabajo. ?Tienes que hacer practicas para el master? --Si, pero las hare cuando termine el curso... --?Estas hablandome en serio? --Si. --Manana tienes una nueva tarea que hacer. Incluye Dan Events en la red de empresas colaboradoras del master. Asi convalidare las practicas con tus horas de trabajo. --Pero... Yo solo soy tu secretario. --Haces labores que van mucho mas alla de las de un secretario, y pondre mis conocimientos a tu disposicion. --Pues estaria bien. Asi podre ir a visitar a mi familia cuando tenga vacaciones. --?De donde eres? --De un pequeno pueblo de Cadiz. --?Y que haces en Madrid? --Estudiar. Continuaron hablando durante un buen rato de los estudios de Adrian, hasta que llego la hora de ir a sus clases. Daniela lo llevo hasta el lugar que el le indico y volvio a la oficina. Tenia muchas cosas que dejar resueltas antes de volver a casa y darse ese bano relajante que tanto le gustaba

  • El legado de los espias de John Le Carre

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    Peter Guillam, leal colega y discipulo de George Smiley en los servicios secretos britanicos -conocidos como El Circo-, disfruta de su jubilacion en la finca familiar de la costa meridional de Bretana, cuando una carta de su antigua organizacion lo insta a regresar a Londres.
    ?El motivo? Su pasado en la Guerra Fria lo reclama. Unas operaciones de inteligencia que habian sido el orgullo del Londres secreto y habian implicado a personajes como Alec Leamas, Jim Prideaux, George Smiley o el propio Peter Guillam estan a punto de ser investigadas con criterios perturbadores, por una generacion sin memoria de la Guerra Fria ni paciencia para atender a sus justificaciones.
    Entretejiendo pasado y presente para que ambos cuenten su tensa historia, John le Carre ha urdido una unica trama tan ingeniosa y apasionante como la de las dos predecesoras sobre las que se ha basado: El espia que surgio del frio y El topo. El pasado ha venido a cobrarse sus deudas.

  • Al final de la tarde de Kent Haruf

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    Kent Haruf, autor de Nosotros en la noche, vuelve al pueblo imaginario de Holt en esta continuacion de la <> que inauguro con La cancion de la llanura.

  • Esposa por contrato de Rita Blak

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    Claudia tendra que vencer el temor a ser una conquista mas en la lista de Marco, y el debera derribar las barreras que ella ha erigido para proteger su corazon.

  • Esquemas rotos y brujulas desviadas de Irene Anton Cortes

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    Al fin y al cabo no es mas que otro libro de poesia. Un libro en el que muestro mis sentimientos mas puros. Mis miedos. Mis logros. Mis tristezas. Espero que te sientas como en casa con este libro. Subraya, haz anotaciones, pon marca-paginas, haz lo que quieras. Pero disfrutalo. Disfrutalo como yo lo disfrute

  • Danalia de Tomas Altamiranda

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    Danalia es la historia de un romance no verbal entre Dante y Natalia. Dante es un muchacho de dieciocho anos introvertido y taurino, bien taurino. Natalia es una poderosa hechicera gitana corrompida por su propio poder. Un encuentro les sucedera, y un ser superior les aclarara el porque de ese encuentro. Contenido para adultos y explicito.+

  • Las rosas de Stalin de Monika Zgustova

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    Mi nombre es Svetlana Alliluyeva. Naci el 28 de febrero de 1926. Mi padre murio en 1953. Se llamaba Yosif Stalin.’ Svetlana Alliluyeva fue la hija unica del dictador sovietico. Y su destino parecio reunir las peores catastrofes. Su madre se suicido cuando Svetlana tenia seis anos, harta de la convivencia con su esposo. A los dieciseis Svetlana se enamoro de un cineasta judio, a quien su padre envio al gulag. Mas tarde, en 1963, se enamoro de nuevo, en esta ocasion de un intelectual de izquierdas hindu, y cuando el murio Svetlana quiso llevar sus cenizas a la India. Una vez alli, solicito asilo politico a traves de la embajada de Estados Unidos.

  • ?Amor o Venganza? de Cristina Gl

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    Segunda entrega de ?Amor o Amo? El desenlace que te hara sonar, enamorarte y vivir un amor como nunca antes. Os invito a adentraros en un mundo de seduccion donde no podras salir ?Te atreves?

  • De Enfermeras Y Pacientes de Magela Gracia

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    ?Te han dicho alguna vez que reir es bueno para la salud?
    ?Te han dicho alguna vez que llorar cura?
    ?Te ha intentado llevar a la cama alguien alegando que el sexo le sienta fantasticamente bien a tu organismo?
    ?Y te lo has creido?
    !Pues es verdad! Porque sentir y explotar nos descarga, que a veces llevamos demasiado a nuestras espaldas. Si reir quita las arrugas, llorar aleja las penas y el sexo alarga la vida. ?por que no llorar, reir y follar?
    Este libro te lo pone facil, porque sentir es lo mas importante. Tres curas para todos los males que se te puedan presentar en la vida.
    Y te lo receta una enfermera.
    No siempre son los medicos los que tienen cura para todo.

  • Te mando un beso de Gabriela Valdivia Marquez

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    En los anos 2009 y 2010 Mexico esta contrastado. Por un lado estan en puerta los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolucion; y por otro, la violencia e inseguridad, debido a los enfrentamientos del ejercito contra los carteles.

  • La invencion ocasional de Elena Ferrante

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    Vuelve la escritora mas misteriosa y fascinante de la actualidad, autora de la saga Dos amigas, con mas de treinta millones de lectores.

  • Una Mancha en la Cama de Magela Gracia

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    El parque. Horas que nos pasamos sentadas en el banco con los tacones enterrados en la arena, viendo las nubes pasar por encima de nuestras cabezas. Gritos de ninos, gritos de madres peleando con los ninos. Gritos de madres hablando con otras madres... Abuelas que dan de comer a las palomas y menean sistematicamente un cochecito de bebe, buscando que el sol no incida directamente sobre la cara del crio. Hace mucho tiempo que acudo al parque sola. No tengo hijos, pero si una perrita a la que le encanta perseguir mariposas entre las flores. Los ninos salen de su zona acotada de vallas de colores para ir a rascarle la cabeza entre las orejas, en cuanto llegamos a nuestro banco. Y alli, desde hace unos meses, me da por ponerme a sacarle historias a las personas que lo frecuentan. No que me las cuenten ellos, por supuesto, que para eso ya tengo yo mi imaginacion... y me encanta usarla. Parejas de enamorados que pasean por los caminos que rodean la arboleda; adolescentes tirados en el cesped, jugando al juego de estar enamorados; mujeres solitarias con un libro en la mano, sentadas al borde de la fuente de piedra; hombres corriendo por las pistas de atletismo, sorteando bicicletas... ?Cuantos de ellos llevarian meses sin tener sexo? ?Cuantos todavia llevaban prendidos sus olores en el cuerpo? ?Cuantos, al igual que yo, morboseaban con la idea de follar, alli, con cualquier desconocido? ?A cuantos les apeteceria poder mirar, por una rendijita de la puerta abierta, el combate de dos cuerpos entregados a los deleites del desenfreno? Debia confesarlo. De cualquier escena saco algo erotico, algo libidinoso, algo pornografico. Va a ser que tengo la mente sucia... Me siento, observo, elijo. Y cuando llego a casa, me centro en escribir. No me dedico a ello, pero es una buena forma de pasar mi tiempo libre tras la dura jornada laboral. El ocupar unos minutos estando delante del papel, con la pluma que me regalaron por navidades entre los dedos, hace que mis fantasias cobren un poco mas de vida. Ver las palabras plasmadas en el blanco folio, jugando entre ellas para unirse, hace que mi estancia en el parque requiera mucha mas atencion al detalle de las personas a las que observo. Cada matiz en la forma de acercar una mano, cada destello en la mirada, cada rubor. Asi me pruebo la piel de la persona a la que imagino. Siento sus deseos, se me acelera el corazon recordando los contactos, me revoluciona el fondo del abdomen con el calor que se despierta alla abajo. ?Te has sentido alguna vez observado en el parque? Puede que haya sido yo... Puede que formes parte de las fantasias que escribo. Luego, en la intimidad de mi dormitorio, cuando los folios se han amontonado ya en una pila de hojas que cogeran polvo a medida que les va llegando el olvido, me acuesto en la cama y ensucio las sabanas... FANTASIA I Una mujer lleva un rato sentada en una de las sillas que componen la zona de la terraza, en la cafeteria del parque. Ha pedido una botella de agua sin gas, muy fria. Esa mujer es infiel. Lo se porque lleva un panuelo cubriendo todo su cabello. Tambien usa unas enormes gafas de pasta, oscuras como el carbon. Y una gran pamela. Mira con nerviosismo su reloj de pulsera, e imagino que su amante se esta retrasando, y que no le gusta estar expuesta a las miradas indiscretas. No lleva maquillaje, pero va muy bien vestida. Esta estrenando zapatos de tacon, vertiginosamente altos. Y luce un collar muy vistoso, destacando en el escote de la perfecta blusa planchada, que no insinua nada y, sin embargo, promete todo... Se ha arreglado para un hombre, y ese no es su marido. Esta mujer va de caza. Bueno, puede que solo este esperando a una amiga que llega tarde, y se acabe de hacer un tratamiento en la piel y no quiera coger sol. Si me acercara a preguntarle, probablemente, habria miles de explicaciones a su indumentaria, tan de anuncio de perfume caro, propio de un paisaje con mar de fondo y un coche descapotable brillando a la luz del sol. Pero me encanta la idea de que vaya a serle infiel a su pareja. ?Cual es el motivo por el que se decide que se va a traicionar sexualmente a la persona con la que compartes algo mas que mananas estresantes al levantarse, o noches de confidencias entre las sabanas? Enfado, aburrimiento, distanciamiento, oportunidad... El calenton que hace que todo pierda sentido. ?Va en el caracter, igual que lo de ser constante? ?Se puede ser infiel solo una vez en la vida, y nunca mas volver a pensar en otra persona? ?O cada vez que tenemos una fantasia con alguien distinto a nuestra pareja, somos infieles? Creo que la gracia esta, seguramente... en que eso nunca se decide. Simplemente, ocurre. INFIEL La pregunta que nunca debi hacerte... -- ?Donde se deja de ser fiel? Y la respuesta que nunca debiste darme... -- Probemos... Bajar la cremallera de mi vestido negro, dandote la espalda, mostrando la piel del hombro, sacando una manga. Terminar de bajarla, sabiendo que tus ojos acompanan mis dedos en el proceso. Pense, y dije despues, que desnudarme delante de ti no era ser infiel... Y tu, complice, no dijiste nada. Sacar el otro brazo y dejar caer el vestido a mis pies, para mostrarte la lenceria que en mi intimidad para ti habia comprado, fantaseando con algun dia poder mostrarte. Negras braguitas de topitos blancos; sujetador a juego con el escote engalanado en encaje, desdibujando la linea del busto abultado. Separar las piernas para que las braguitas se hundan en mi raja y quede la mayor porcion de nalga expuesta a tus ojos malditos. Inclinarme para mejorar mis vistas, y para verte devorarme a su vez... Que te abras la bragueta en dos movimientos puede que tampoco sea ser infiel... Y ver tu polla tiesa entre tus dedos supongo que tampoco. Esbelta, tersa, con el capullo rosado, hinchado y babeante. Saber que si no hubiera un anillo en mi mano esa verga estaria ahora recorriendo mis entranas calientes. Eso es aun mas excitante. Ojala las ataduras y los juramentos desaparecieran tan convenientemente como se puede esconder por unas horas un anillo en el bolsillo de una chaqueta... !Que digo unas horas, unos simples minutos! No me hace falta para saciar la sed que me atormenta la garganta mas que unos cortos y maravillosos minutos, entregada a los placeres de tu carne traviesa. Tu mano aferrando tu polla, y el brillo de un anillo en uno de tus robustos dedos. Ese anillo ahora se frota contra la piel endurecida por el morbo que te ofrece mi cuerpo, y no puedo evitar imaginarme el momento en el que tu esposa lo puso alli, vestida de blanco, tal vez sin haberte separado todavia las piernas para que pudieras olerla. Me encanta observar el oro rozarse con tu polla, haciendola tan prohibida... Puede que tampoco sea considerado infidelidad apartar un poco las bragas para ensenarte mi conito rasurado y mojado... Y al hacerlo comprendo que el hecho de que te masturbes mirando como muevo la tela negra sobre mi entrepierna, estimulando mis zonas nobles, no puede ser tan malo... !Como va a ser malo si me esta gustando tanto! Esto no es ser infiel, es disfrutar de mi imaginacion mientras hay un hombre que hace lo mismo con la suya. Ahora, en tu cabeza, me la estas metiendo fuerte... Lo se, lo intuyo... En esa misma postura, por detras, apartando las braguitas a un lado para que tu verga se empotre contra el fondo que te ofrezco, una y otra vez... La siento menearse en mi interior como si en verdad lo hiciera. Deliciosa plenitud contra la que apretarse mientras me torturo el clitoris con la yema de los dedos a traves de la tela de las braguitas elegidas. No, definitivamente verte masturbar no puede ser serle infiel a mi marido... No te estoy tocando... Ver como te la machacas con la mano cerrada contra la carne dura es lo mas excitante que he hecho en anos. Tu imagen empalmada mientras te muerdes los labios y me clavas los ojos en las nalgas como harian tus dedos si te estuviera permitido me tiene tremendamente mojada. !Maldita moralidad la tuya! Horrible sensacion de impotencia al saber que si me acerco un poco mas a ti huiras con la polla tiesa a medio meter en la bragueta, a la carrera. O tal vez no... Invitarte a que entres... Invitarte solamente a tocarme. Me acuesto en la cama boca abajo y separo las piernas. El dormitorio de la casa de tu amigo es tan impersonal como puede ser cualquier otro de un hombre que solo lo usa para follar. Esa etapa la pasamos ambos hace ya mas de una decada, cuando eramos jovenes y pensabamos que comerse el mundo incluia comerle el sexo al menos a una pareja distinta cada semana. Las cosas se complicaron con el paso de los anos, y se desdibujaron los deseos en pos de una estabilidad tan efimera que cuando nos quisimos dar cuenta lo unico que quedaba para sustentar nuestra realidad era el punetero anillo en el dedo indicado. Anillo de condena. Anillo de castigo. Aun asi, impersonal y todo, la cama es comoda y amplia. Una pena que los dos seamos fieles a nuestras parejas, y no te animes a tumbarte a mi lado, o sobre mi, como deseo tanto. Aunque este boca abajo puedes ver mis dedos entrar y salir de mi cono, y escuchar el chapoteo. De eso estoy segura, porque yo lo escucho y se que se te sigue endureciendo, ya que te veo a traves del espejo que hay al lado de la cama. Me miras tocarme, te miro yo hacerlo... Y me excito con la idea de que me poseas y me retuerzo por ello entre las sabanas de la cama. Te enseno mi anillo de casada... juego con el mientras lo deslizo de mi dedo y enmarco mi clitoris con el para hacerme sentir mas atada a algo que ahora mismo no comprendo. El anillo cae a la cama con el juego, y tu lo observas entre mis piernas, depositado en las sabanas de tu amigo. ?Gemir pensando en otro es ser infiel? Porque estoy gimiendo... Empiezo a no ver la linea y me doy cuenta de que no me molesta tanto. Pero, sobre todo, te escucho gemir. Me estremezco al verte temblar a mi lado, ya que te has acercado a la cama. Estas parado a un lado, con la verga en la mano, dura como una roca. Me duele el cuerpo de la impotencia, me duele el alma por la falta de contacto y el cono porque esta vacio... Y me duele el dedo porque he perdido el anillo. Aun asi estoy tan excitada que no puedo contenerme, y me pregunto si un avance mas sera posible estando tan cerca tu cuerpo del mio. -- ?Se puede considerar infidelidad ofrecerte mi culo para que lo huelas? Te he herido de muerte, y lo sabes... Elevo las nalgas, hinco las rodillas en la cama, y te ofrendo mi culo... tal como siempre quisiste. Se que estas a punto de caer, y no se si podre sostenerte. Provocarte hasta ese extremo ha sido peligroso, pero sabia que no podia dejar de ofrecerte mi olor, con lo que se que lo deseas. Tal vez, solo tal vez, sea miedo lo que brilla en mis ojos, a la vez que deseo. Pero tu te inclinas con toda tu mala leche, y dices, con tu rostro junto a mi culo, que si no hay roce, no hay pecado... Y tus palabras retumban en mi cuerpo mientras te escucho olerme, aspirando fuertemente mi aroma. Y pareces satisfecho, porque la polla, tan dura como la llevas, ha empezado a babearte, con un brillo delicioso que estoy deseando llevarme a la boca. Estoy segura de que te falta poco para eyacular encima de mi. Algo, por otro lado, que nunca creimos que fuera a llegar a ser posible. Aun recuerdo tus primeras palabras, cuando nos conocimos. Eras de esas personas con las que te encuentras en el mundo, de vez en cuando, y piensas que conocias de toda la vida. Un hombre resuelto, picaro y decidido, que hacia que lo miraras de arriba abajo mientras te lo cruzabas en el supermercado... y mientras te recorria el a ti, tambien, de arriba abajo. Ahora, medio desnudo a mi lado, poco te parecias a ese hombre que me hizo volver la cabeza mientras tu volvias la tuya, y soltabas con gran desparpajo una frase que me acompano durante muchos dias... y muchisimas mas noches. -- Si quieres te doy mi numero de telefono--, me habias comentado, antes de seguir cogiendo un bote de tomate frito para ponerlo en tu carro, justo con los panales de recien nacido. -- Si quieres te doy yo el mio... En mi cesta de la compra iba amontonando poco mas que un par de cosas para los rapidos desayunos antes de salir al trabajo, ya que pasaba la mayor parte de mi tiempo fuera de casa, al igual que mi marido. Y aquella noche, cuando ya el sueno me vencia, la ocurrencia de intercambiarnos los numeros escritos en sendos botes de mahonesa hizo que mi vida cambiara. Aun estaba por verse si para mejor... -- Sexo telefonico no se considera infidelidad, ?no? -- Depende... -- te habia contestado yo--. Si es solo decirme que me harias o si te tocas mientras lo haces... -- ?Y que diferencia habria, si no es a ti a quien mis manos tocan? -- ?Y a quien tocarias, a tu esposa? La idea te habia encantado. Follarme por telefono mientras te imaginabas haciendole lo mismo a tu esposa habia resultado ser una fantasia de lo mas excitante para ambos. Cosas que no te habias atrevido a hacerle nunca salian de tu boca perversa y me calentaban el cuerpo, mientras me retorcia en la cama imaginando que estaba mi marido conmigo, haciendome lo mismo. Tarde mucho en llevar mi mano a mi entrepierna, pero cuando lo hice no pude entender por que habia tardado tanto. Por fin conseguiste que me escondiera bajo las sabanas, con la luz apagada, para correrme con tu boca traviesa. Mi marido trabajaba tantas noches... No, habia pensado entonces. Masturbarme con tu voz no es ser infiel... Follar con nuestros respectivos luego, con los olores despertados en los sexos por el otro, tampoco. Escucharte decirle a tu esposa las cosas que me habias dicho a mi, dejando el movil encendido en la mesilla de noche mientras la follabas al otro lado de la ciudad fue lo siguiente. Escucharte gemir por lo que ella te hacia, aunque fuera pensando en mi cono y mi boca, me excitaba. Y yo... seguia preguntandome... ?Estoy siendo infiel al escucharte?

  • El club del Grim (Witches 2) – Tiffany Calligaris de Tiffany Calligaris

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    La vida de Madison Ashford ha dado un vuelco en el ultimo ano. No solo encontro al amor de su vida, sino que ademas el desperto su magia a traves de un hechizo y la convirtio en bruja. Madison debe decidir si esta lista para asumir un compromiso tan grande mientras todavia lucha por sobrellevar los recuerdos de su secuestro. Sobre todo ahora, cuando Alexa Cassidy, la exnovia de Michael, la sigue de cerca.

  • San Valentin en Alaska (Alaska 2) de N. Q. Palm

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    <>, o eso afirmaban las historias que Susan habia oido siendo pequena. Los hombres que alli vivian no eran unos simples mortales, y habia uno en especial, que llamaba poderosamente su atencion. Storm era alto, musculoso y muy atractivo. Mas o menos como el hombre que la habia atacado dos meses atras, y al que no reconocio. Asi que no iba a haber un acercamiento por su parte. Ella desconfiaba de esos tipos.
    Storm miraba con deseo a la mujer que se cruzaba de vez en cuando en la ciudad, pero el ya habia cubierto el cupo. En su linaje habia unas normas, y el no estaba exento de ellas. Seguiria admirando su curvilineo cuerpo y sonando con poseerla. Nada mas que eso. Pero esos ojos azules no hacian mas que aparecer en su mente, una y otra vez.
    Cuando un suceso precipita las cosas, tanto Storm como Susan tendran que superar los obstaculos que una cultura y otra impone sobre ellos.

  • Sesion nocturna de Michael Connelly

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    Renee Ballard trabaja en el turno de noche en Hollywood. Empieza muchas investigaciones, pero no termina ninguna, porque cada manana entrega sus casos a los detectives del turno de dia. A la que fuera prometedora detective le han asignado ese puesto como castigo despues de presentar una demanda por acoso sexual contra un superior.
    Sin embargo, una noche le tocan dos casos de los que no quiere desprenderse: la brutal paliza a una prostituta que es abandonada y dada por muerta en un aparcamiento, y el asesinato de una joven camarera durante un tiroteo en un club nocturno. Ballard esta decidida a no renunciar a los casos al amanecer. Contra las ordenes y los deseos de su propio companero, se dedica a ambas investigaciones de dia mientras cumple con su turno de noche. Los casos se complican y acercan a Ballard a sus propios demonios y a la razon por la que no renunciara al trabajo por mas dificultades que le ponga el departamento.

  • La deshonra de Sarah Ikker de Yasmina Khadra

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    El teniente Driss Ikker esta en el mejor momento de su vida. Disfruta de un feliz matrimonio con Sarah, la hija de un alto cargo de la policia marroqui; vive de forma mas que acomodada y le han dado un destino sin complicaciones en Tanger, a las ordenes de uno de los hombres de confianza de su suegro. Pero todo se le va a venir abajo cuando un dia regresa antes de tiempo a su chalet y se encuentra a Sarah en la cama, desnuda y maniatada. Cuando intenta socorrerla, recibe un fuerte golpe. Al recuperar la conciencia se va a enterar de que Sarah ha sido violada.
    La desesperacion se apodera del joven teniente. Su unica obsesion es averiguar quien cometio tal crimen. Aunque sus mandos intentan apartarle del caso, Driss Ikker va a hacer sus propias pesquisas al margen de la investigacion oficial. Sin imaginarse que el resultado de sus investigaciones puede llegar a ser peor que el dano ya cometido.
    Una nueva novela de intriga de Yasmina Khadra; un retrato de la sociedad magrebi en sus distintos niveles sociales; una reflexion sobre el honor y los prejuicios, sobre la condicion femenina en el mundo musulman.

  • Bienvenidos a Italia de Estefania Scioli

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    Marlene Flores es una joven periodista que viaja a Brasil por el suplemento de verano del diario “Cronicas del dia”; y aprovecha la oportunidad para buscar un poco de tranquilidad, definir un nuevo rumbo y tratar de reencontrarse con ella misma luego de una separacion amorosa. En medio del cambio, conoce a Tomas Ruan, uno de los duenos de la redaccion que, antes de que ella pueda permitirlo, se introduce en su vida y en pocos dias la cambia completamente, dejando que sus emociones vuelen, que sus sentimientos crezcan y autorizando al destino que haga con ellos lo que quiera.
    Aceptan que sus caracteres fuertes, explosivos y, a veces, inmaduros, choquen constantemente hasta que Marlene descubre que el corazon de ese hombre esta tan danado y destruido que se preguntara mas de una vez si es lo que verdaderamente necesita, si podra salvarlo de la tristeza que esconde, de los suenos que tuvo una vez sobre formar una familia, de la agonia por sobrevivir y del deseo por querer ser un buen padre.
    ?Podran superar todos los obstaculos que el destino le presente y dejar los celos y las peleas de lado para darle lugar al amor?

  • Amor Temporal de Mary Schechtel

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    NOVELA GANADORA WATTYS 2017
    Quien iba a decir que una reunion de antiguos alumnos podia cambiarlo todo.
    Adele es una chica reunuente a los compromisos a largo plazo. Por alguna broma del destino acaba conociendo a Jake, un acompanante temporal, que llega a transformar su vida.
    Y es que cuando el amor llama a la puerta ni tan siquiera Adele puede resistirse. Juntos dejaran a un lado sus miedos, conociendose a si mismos y mostrando sus verdaderas personalidades al mundo.
    Una comedia romantica desenfadada, descarada y adictiva

  • Barridos por el salitre de Lena Moreno

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    La primera vez que Daniel vio a Monica no sonaron campanas, no se detuvo la tierra y, por supuesto, no se le paro el corazon. Daniel habia sido contratado como monitor de tenis en un club, en el que solian pasar los calurosos dias de verano muchas familias de clase media-alta. Su tia le habia conseguido el trabajo, no pensaba darle ni un duro ese verano, ya que habia suspendido tres asignaturas para Septiembre. No le consentiria que ese ano no terminase el instituto, ya habia repetido curso en dos ocasiones, no estaba dispuesta a darle mas oportunidades, lo tenia claro, debia trabajar. Aun asi, no estaba tan mal, solo tenia que darles clase a unos ninos, que carecian de talento alguno para el tenis, pero desde luego, no seria el, quien se lo descubriera a sus padres. De hecho, podia ser peor. El ano anterior habia estado vendimiando y eso si que no se lo recomendaba a nadie. Ademas, su jefe era un tio bastante legal y le permitia utilizar la piscina y otras instalaciones del recinto, cuando acababa su jornada. Eran las ocho de la tarde y habia terminado con el grupo de ninos de cinco anos, que ese dia estaban especialmente revoltosos. Gracias al cielo, no los veria hasta el dia siguiente. Tenia muchas ganas de llegar a casa, su estomago grunia de hambre y esa noche su abuela le habia prometido hacer canelones para cenar, su comida favorita. Pero hacia tanto calor que no podia dejar pasar la oportunidad de darse un bano antes. Se encamino a la piscina con sus cosas, desde las pistas de tenis, por un sendero rodeado de cesped. Dejo todo bajo un arbol y se tiro de cabeza al agua, sin pensarselo mucho. Resultaba agradable zambullirse en el agua fresca, tras las altas temperaturas que habia padecido durante todo el dia. Al salir del agua, una chica castana, con el pelo muy corto, lo abordo. --!Hola!, soy Eva --le solto la muchacha sin darle tiempo a tomar aire. --Hola --respondio Daniel, intentando salir de su asombro. --Soy la hermana de Nico, le das clase de tenis por las mananas. Dice que aprende muchisimo contigo. -- !Ah! Si, Nico es muy buen chico. --Menudo calor hace hoy, ?No? --Si, la verdad es que si. -- ?Es el primer ano que das clases de tenis aqui? --insistio Eva, buscando tema de conversacion. --Si, no he sido antes monitor. --Pues se te da genial --comento zalamera--. Supongo que no conoceras a nadie por aqui. Yo vengo todos los dias con mis amigas y siempre nos ponemos alli -- explico, senalando un sauce, donde se encontraban dos chicas que miraban boquiabiertas la escena--. Si algun dia te apetece sentarte con nosotras, seras bienvenido. Ahora, nos vamos a tomar algo por aqui cerca, ?Te apetece venir con nosotras? --No, no, gracias. No puedo, me estan esperando en casa. --titubeo el muchacho un poco cohibido. Daniel no tenia ninguna intencion de irse a tomar nada aquella tarde, y menos aun con aquellas tres, que parecia que se estaban riendo de el. --Vale, pues otro dia, el verano el muy largo. Eva le dio dos besos y regreso con una sonrisa triunfal junto a sus amigas. Daniel no espero a secarse para ir a coger su moto y marcharse a su casa. Saludo a las dos amigas de Eva, que estaban sobre unas toallas, cuando paso a su altura con un gesto, recogio rapidamente sus cosas y desaparecio. --No me puedo creer el morro que tienes tia --sentencio Monica tan pronto como Eva se hubo sentado, y las tres chicas estallaron en risas. --Ya, !Menuda cara ha puesto, pobrecillo, se ha largado como una exhalacion! --exclamo Eva, sin poder parar de reir. --Ese ya no nos saluda en todo el verano Eva, !Que manera de espantarlo! -- tercio Lucia. --Hijas, es que esto es el toston de todos los anos. Para una vez que hay un buenorro por aqui, nos tenemos que hacer amigas suyas, ?No? --explico Eva, poniendose un poco mas seria--. A ver... Siempre estamos con los mismos chicos de siempre. En invierno, con los del instituto, que, con todos mis respetos, son unos pardillos. Bueno, todos menos tu Juan, Lucia, que ya sabemos que es un portento de la naturaleza y, ademas, como ya es universitario no cuenta --preciso guinandole un ojo a Lucia--. Pero vamos, que todos los demas son un autentico conazo. Asi que chatas, o nos espabilamos un poco este verano o, como dice mi abuela, nos quedamos para vestir santos. --No creo que estemos tan mal como para tener que ir por ahi abordando a todos los que se banen en la piscina, !Que verguenza! --se quejo Monica riendo. --Todos no, solo a los que sean guapos --contesto Eva, mientras le lanzaba un gesto de complicidad--. Y, ademas, tu no hables que tienes mucho que callar. ?Como te hago yo entender, que lo de Rafa, es un amor imposible y que hay mas peces en el mar? --No me hables --se lamento la muchacha mirando al horizonte--. La verdad es que esta muy bien el monitor de tenis... --admitio Monica, intentando desviar de ella la atencion. --Pues que quereis que os diga, a mi me da mal rollo, me recuerda a los ninos del maiz con esos ojos, da miedo --apunto Lucia. --Tiene unos ojos increibles, super verdes, cuando hablaba con el me he perdido en ellos --explico Eva teatralmente, mientras se ponia la mano en la frente--. Casi me desmayo. Las tres pasaron el resto de la tarde pensando en el viernes por la noche. Tenian previsto celebrar el cumpleanos de Lucia e iban a hacerlo por todo lo alto. Habian planeado hacer botellon en la playa. Delante de las discotecas de la curva, la zona en la que se congregaban la mayor parte de sitios de marcha de la ciudad. Ultimamente, las tres amigas salian con los hermanos gemelos de Monica, que, a su vez, eran amigos de Juan, el novio de Lucia. Cosa que a ninguno de sus hermanos le acababa de convencer. Pero, poco a poco, las amigas de su hermana, de ser unas mocosas, habian pasado a convertirse en unas chicas bastante aceptables. Harian el sacrificio. Por ultimo, estaba Rafa, amor platonico de Monica. Los siete jovenes estaban pasando un verano sin mas preocupaciones que broncearse y buscar sitios para salir de fiesta. Todo un lujo, que terminaria con el verano, por lo que todos tenian claro que lo principal era disfrutar el momento. Daniel llego al pasaje, donde se encontraba el piso en el que vivia con sus abuelos y su tia Carmen. Aparco la moto en la acera y entro en el. Vivian en pleno centro de la ciudad. El pasaje habia sido construido en 1925, y no habia perdido un apice de su magnificencia y encanto. De estilo modernista, estaba cubierto por un magnifico tragaluz de cristal con arcos de hierro. La parte inferior estaba destinada a locales comerciales, separados por unas impresionantes columnas renacentistas, con adornos modernistas y neobarrocos historicistas. Mientras que las tres plantas superiores alojaban viviendas. El conjunto arquitectonico estaba considerado como una de las construcciones mas emblematicas de la ciudad. Los turistas que lo visitaban siempre se maravillaban de los herrajes de los balcones y las puertas. A esto se sumaba que, segun pasaba el dia y variaba la luz, el pasaje tambien cambiaba su aspecto, por lo que Daniel estaba acostumbrado a encontrar gente admirada, ante la puerta de su casa, mirando los techos, las esculturas y el tragaluz, que era una obra de arte. Entro en la cocina y vio como su abuela metia la bandeja de canelones en el horno. Le dio un beso en la frente y dejo sus cosas en una silla. --!Pero que bien huele! --exclamo Daniel, exhalando el delicioso aroma. --Pensaba que llegarias mas tarde, ?Tienes hambre? --le pregunto su abuela secandose las manos en el delantal. --Un hambre atroz. --?Como te ha ido hoy? --se intereso la mujer. --Bien, no me puedo quejar. --Tu tia esta a punto de llegar. Ve a tu habitacion, y abre los libros mientras termino la cena, que se va a llevar una alegria si te ve estudiando un poco, para variar -- le dijo la mujer con un tono de reproche, pero con los ojos inundados de amor. --Vale, abuela --respondio el muchacho cansinamente. Llego a su cuarto por el estrecho pasillo. La casa era de techos altos, sus estancias bastante amplias y casi todas daban al pasaje. Daniel abrio la puerta de su habitacion y el caos se hizo patente ante sus ojos. Era muy desordenado y, aunque su abuela se afanaba en tenerlo todo perfecto, habia desistido con su nieto, ahora, cerraba la puerta y fingia que su cuarto no existia. Daniel escondio la ropa que habia tirada por todas partes debajo de la cama y se sento en el escritorio, con los apuntes dispersos. A los cinco minutos, llego su tia y se asomo a su habitacion, lo saludo y le dijo que no queria interrumpirlo, que siguiese estudiando, ya le avisaria cuando la cena estuviera lista. Le quedaban solo dos asignaturas para obtener el titulo de BUP. No sabia que haria luego, pero lo que si tenia claro es que no queria seguir estudiando, aunque su tia se pusiera como una fiera. Los libros le aburrian, le gustaba hacer cosas mas practicas, trabajar con las manos se le daba bien, encerrarse a estudiar le costaba un esfuerzo titanico, que normalmente solo le reportaba frustracion. Daniel habia vivido desde que tenia uso de razon con sus abuelos y su tia. A su madre la habia visto tan solo en tres ocasiones, a lo largo de toda su vida, en las que acudio a sus abuelos para pedirles dinero. Segun habia escuchado, espiando las conversaciones entre su abuela y su tia, su madre se quedo embarazada con dieciocho anos y se fugo con un comercial unos diez anos mayor que ella. Dos anos despues de que naciera Daniel, se rompio la relacion y cada uno tomo su camino. Su madre queria empezar una nueva vida en la capital y Daniel no encajaba en sus planes, por lo que lo dejo con sus abuelos, que, una vez pasada la sorpresa inicial, lo trataron y quisieron como a un hijo. En todos esos anos, su tia, que tenia tan solo diecisiete anos cuando Daniel empezo a vivir en la casa, habia adoptado el rol de madre y se habia hecho cargo de todas sus necesidades. Carmen era una mujer seria y discreta, trabajaba en un banco donde antes lo habia hecho su padre y, pese a la gran competencia, habia logrado ir ascendiendo, ahora era la directora de una sucursal. No le gustaba mucho salir, le encantaba quedarse en casa leyendo o escuchando opera, una de sus pasiones. De vez en cuando, salia a tomar cafe con sus amigas, con las que, poco a poco, habia ido perdiendo el contacto, la mayoria se habian casado y ya eran madres. Cada vez, tenia menos cosas en comun con ellas y la relacion se iba enfriando, pero Carmen era feliz, cuidaba de su pequena familia y habia visto crecer a Daniel. No queria nada mas. Monica llego a su casa temprano, sus padres habian ido a hacer la compra y sus hermanos, los gemelos, estaban tirados en el salon viendo la tele. Hizo ademan de saludarlos, pero ellos, como casi siempre, la ignoraron. Subio a su cuarto y se puso sus zapatillas de correr, bajo las escaleras y salio por la puerta. Vivian en un chalet adosado a las afueras. Era un lugar bastante tranquilo, al pie de la montana, donde terminaba la ciudad. Calento los gemelos, despues los brazos rapidamente y echo a correr calle arriba, hasta el lugar donde la ciudad desaparecia y era sustituida por una pequena carretera, que conducia al santuario ubicado en el interior de un parque natural de gran belleza. Era su lugar favorito en el mundo, y siempre que podia subia a ver alli atardecer. Se trataba de un emplazamiento unico, que ofrecia unas vistas increibles, un espacio al margen de todo lo demas. Eran cuatro kilometros de subida, por lo que al final del camino, siempre tenia que parar y seguir andando. Las sensaciones que le ofrecia correr, constituian una adiccion para ella. Se sentia libre y su mente se despejaba de cualquier preocupacion. Paso las zonas habilitadas para barbacoas, la fuente, los columpios y, al dejar atras la ultima curva, se alzo ante ella el santuario. No era una persona especialmente devota. De hecho, desde que tomara la Comunion, no habia vuelto a pisar una iglesia, pero aquel lugar la sobrecogia, al tiempo que le reportaba una inmensa paz. Se sento en la roca en la que siempre lo hacia, y contemplo el espectaculo fascinada. El sol, se fue poniendo y las luces comenzaron a iluminar la ciudad, con el mar al fondo. Como de costumbre, se habia quedado embobada, absorta en sus propios pensamientos... Miro el reloj y se dio cuenta de lo tarde que era, debia darse prisa en llegar a casa o su madre se enfadaria con ella. La bajada era mucho mejor que la subida, aunque a veces tenia la sensacion de que perdia el control, y le costaba coordinar los pies en algunos tramos, donde la pendiente era mas pronunciada. Cuando llego, vio a sus padres aparcando ante su casa, bajando la compra semanal del coche. --Hola ?Os ayudo? --pregunto, tratando de recuperar el aliento, desde la puerta de la casa. --Si, carino, gracias. Dile a tus hermanos que vengan tambien a echar una mano --le dijo su madre dandole un beso--. Si me haces el favor, coloca tu las cosas, tu padre y yo llegamos tarde al cine; y sube a ducharte, estas sudando. Monica grito a sus hermanos a modo de llamada, y comenzo a meter algunas cosas en el frigorifico. --No hay problema, pero que Luis y Fernando se hagan su propia cena, se piensan que soy su criada --protesto. --No te preocupes, teneis una bandeja de lasana en el horno, solo teneis que calentarla --le contesto su madre risuena--. Nos vamos, que tu padre esta nervioso por la pelicula. --?Bruce Willis? --Si, esta vez contra un asteroide. En ese momento, entraron en la cocina su padre y sus hermanos, con las ultimas bolsas de la compra. --Hola cielo --le dijo el hombre a Monica--. Vamonos carino --apremio a su mujer--. Que no llegamos. --No sufras papa, para Bruce, un asteroide no es nada --bromeo Monica. --Tienes razon --le dijo alborotandole el pelo a su hija--. Pero me gustaria no llegar tarde para comprobarlo. Una vez sus padres se hubieron marchado, Monica continuo ordenando alimentos y encendio el horno mientras sus hermanos se escabullian. --!Oye... Haced el favor de poner por lo menos la mesa, o tiro la lasana a la basura! --vocifero. --Bueno, tampoco hay que ser tan drasticos, yo te ayudo --se ofrecio su hermano Luis, regresando a la cocina y dandole un capon. --!Ay, ya te vale! --le gruno Monica, frotandose la cabeza--. !Que dano!, !Toma, coloca tu la leche!, que eres mas alto. --De acuerdo, enana. --Mas te vale larguirucho, o cuando venga mama le contare lo temprano que llegaste el sabado. --Yo que tu mantendria la bocaza cerrada o el viernes os quedais sin chicos guapos, para el botellon del cumpleanos de Lucia. --Creo que lo superariamos, ninguno sois Leonardo Dicaprio, precisamente. --Ya le gustaria a ese taponcillo ser la mitad de guapo que yo --se burlo su hermano ironicamente. --Mira que eres payaso Luis --replico Monica riendose--. Anda, haz el favor de ayudarme, que me tengo que duchar. --No hace falta que lo digas, menuda peste guapa --exagero Luis entre carcajadas, mientras se tapaba la nariz-- .Ve, que ya acabo yo con esto y, cuando termines, preguntale al rey Fernando que si puede levantarse del sofa y honrarnos con su presencia durante la cena. --Trato hecho --asintio Monica sonriendo, mientras subia las escaleras. Durante la ducha, Monica penso en sus hermanos, siempre hacian todo juntos, era como si solo los hubiesen separado los diez minutos que se llevaron al nacer. Ese ano, habian empezado la universidad, y era la primera vez que no iban a la misma clase. Fernando estudiaba Magisterio de Educacion Fisica; y Luis habia optado por Derecho. Tenian suerte, ya que sus facultades estaban una frente a la otra y, de momento, ese ano los dos tenian un horario similar. Al comienzo del curso, se notaba que les faltaba algo cuando estaban separados, se ponian nerviosos, como desubicados, pero poco a poco cada uno empezaba a tomar su propio camino, aunque en cuanto entraban en casa, se buscaban el uno al otro, como un perro a su amo. Aquel ano tambien se cortaron el pelo de forma diferente. Fernando se lo habia dejado crecer y se habia puesto un pendiente en la oreja, cosa que no entusiasmaba a su padre y era motivo recurrente de discusion entre ellos, pero hizo que fuese mas facil distinguirlos, para sus nuevos amigos universitarios. Aunque fisicamente habian sido identicos hasta ahora, no podian tener un caracter mas diferente. Fernando era muy independiente, pasaba de todo y, cuando te hacia caso, era como si te estuviese haciendo un favor. Los dos se metian todo el dia con Monica, pero con Luis mantenia una relacion mas estrecha, se preocupaba por sus cosas y hablaba con ella a menudo. Monica busco un pijama, se seco el pelo con una toalla y se peino. Cuando paso por el salon, le dijo a Fernando que la cena estaba lista y se encamino a la cocina, donde comprobo que Luis tenia la situacion bajo control. Todo estaba en su sitio y la mesa estaba dispuesta para los tres. Rapidamente tomaron asiento y se dispusieron a dar buena cuenta de la lasana, que era el plato estrella de su madre

  • Maldita Sarah de Eva M. Soler

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    Cosas que haces cuando tu novia te deja:
    1) Odiar a su nuevo novio, como corresponde.
    2) Evitar coincidir con ella.
    3) Refugiarte en tu familia y tus amigos.
    4) Pensar que de buena te has librado.
    5) Plantearte si quieres seguir trabajando para su padre.
    6) Tragar bilis cuando se dedica a restregarte a ese punetero musculitos.
    7) Buscar a una chica que te deba un favor y hacerla pasar por tu pareja, aunque tengas que refinarla antes.
    8) Espera. borra eso.
    En los planes de Liam no entra que su novia actual, Sarah, le abandone tras enamorarse de otro durante sus vacaciones en Australia. Tampoco que peligre su posible ascenso en el bufete donde trabaja, que su hermana se ponga a salir con un guaperas que a todas luces le partira el corazon, y mucho menos que su atractiva, aunque plebeya vecina, Summer, le destroce el coche durante un accidente en el aparcamiento.
    Harto de que Sarah se dedique a amargarle la vida paseando a su nuevo ligue ante sus ojos, este abogado estirado decide seguir un consejo poco sensato: convencer a Summer de que se haga pasar por su novia ante ciertos eventos del bufete. Para que todo salga bien solo necesita refinarla un poco, pero lo que en principio parecia algo sencillo acaba derivando en un giro inesperado.

  • Bajo las cenizas de la Navarreria de Begona Pro Uriarte

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    Desde su exilio en Calahorra, los caballeros navarros vencidos en la guerra de la Navarreria de 1276 ni olvidan ni perdonan. Los ocho anos que han transcurrido desde entonces, no han contribuido a restanar las heridas. Lo han perdido todo: sus bienes y sus tierras han sido confiscados y sus apellidos han quedado marcados con el infamante calificativo de banido. Mientras luchan por preservar su estatus en Castilla, el reino que les prometio ayuda frente a los franceses y que les abandono en el ultimo momento, los desterrados no dejan de mirar a Navarra, a la espera de una senal que les permita regresar y recuperar todo aquello que les fue arrebatado.