• corazon remendado emoji - Tarina Deaton

    https://gigalibros.com/corazon-remendado-corazones-de-combate-1.html

    Como auxiliar medico de la Fuerza Aerea, Bree Marks vio lo peor de la guerra contra el terrorismo. Ahora, como fisioterapeuta, utiliza su experiencia para ayudar a otros veteranos a curarse de sus heridas fisicas, mientras ella lucha contra su propio dano emocional.

  • Emoji símbolo de corazón, frente de libro, corazón ...

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  • Taza Smiley "corazón roto" Emoji, Smiley, Trend, culto ...

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  • “💔” significa: corazón roto Emoji | EmojiAll

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    Un corazón roto, que se muestra en rojo en la mayoría de las plataformas y en rosado en la plataforma Samsung. Puede representar tristeza, corazón roto, ...

  • “❤️‍🩹” significa: corazón curándose Emoji | EmojiAll

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    Un corazón rojo❤ envuelto en una venda blanca🩹. Es un nuevo emoji lanzado en 2020, que pertenece a Emoji 13.1. Todavía no es compatible con todas.

  • Corazón roto - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Coraz%C3%B3n_roto

    Un corazón roto o corazón destrozado es una metáfora común que hace referencia al intenso dolor emocional o sufrimiento que se manifiesta después de haber ...

  • Qué emoji de corazón usar, según la persona con la que hablas

    https://www.cosmopolitan.com/es/consejos-planes/familia-amigos/a33524345/emoji-corazon/

    11 ago 2020 — Así como las flores y sus colores tienen distintos significados, el color de los emojis de corazón que usamos también transmiten distintas ...

  • Corazón roto emoji | Etsy España

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  • Emoji de corazón roto 3d con emoticon de amor - Freepik

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  • Corazon Partido (Corazones de Combate 1.5) de Tarina Deaton

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    Denise Reynolds esta acostumbrada a tener una buena coraza para mostrarse al mundo como una mujer fuerte y capaz, pero mantiene muchas cosas enterradas en lo profundo de su ser.

  • Si me escogieras de Elizabeth Urian

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    ?Que puede hacer una mujer cuando casi ha perdido la esperanza que el hombre que aprecia se de cuenta de que existe?

  • Dulce Inocencia y otras historias cortas de Evelyn Romero

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    Francisco Gonzalez, se preparaba para otro dia laboral. Se acomodo la corbata frente al espejo, pero sin querer su mirada se dirigio al lado izquierdo donde se reflejaba una fotografia. Dio media vuelta, se acerco lentamente hacia la mesa de noche donde tomo la fotografia. En ella aparecia el junto a su fallecida esposa Cintia, respiro con pesadez al recordar el dia de su muerte. Dejo el portarretratos de nuevo a su lugar, y cerro el cajon que se encontraba entre abierto donde unos documentos se visualizaban. Salio poco despues de su habitacion hacia el comedor donde su pequena hija Valeria, lo esperaba para desayunar. --Buenos dias mi princesa--la saludo con amor. Valeria, al verlo se levanto de su asiento y lo abrazo fuertemente. El la sostuvo mientras ella practicamente lo asfixiaba. --Buenos dias papi--respondio con una amplia sonrisa. Francisco la contemplo por un momento, tenia mucho parecido con su difunta esposa: su cabello era Castano y lacio, su piel era como la porcelana y sus ojos eran verdes como una esplendida esmeralda. La pequena al ver que su padre la miraba con nostalgia interrumpio sus pensamientos. --La extranas ?cierto?--le pregunto su hija aun sujetandose de su cuello. Francisco sonrio levemente para disimular su dolor. --Si, como todos los dias--respondio--. Pero te tengo a ti para recordarla siempre. Eres tan parecida a ella--le dijo dandole un beso en la frente--. Sera mejor que desayunemos, debes ir a la escuela y yo a trabajar--le comento ayudandola a ponerse de pie. Valeria regreso a su lugar. Muchas veces su padre le mencionaba su gran parecido con su madre, sino fuera por las fotografias que el mismo le mostraba dudaria de su afirmacion. Ella no pudo conocerla ya que murio despues del parto. A pesar que Valeria solo tenia seis anos, era una nina muy madura para su edad. Se entristecia al ver a su padre solo y nostalgico, ser padre soltero y viudo era dificil. Comenzo a desayunar mientras pensaba en sus amiguitas de la escuela quienes tenian a una madre con quien jugar, charlar o simplemente les leian un cuento. Francisco, a pesar de haber tenido un par de citas en los ultimos anos, jamas pudo encontrar a una mujer con la cual pudiera compartir una vida. Vio con detenimiento a su pequena y se dio cuenta que ella necesitaba una figura materna, pero en especial necesitaba encontrar a alguien que lo hiciera feliz y con la cual pudiera olvidar todo el dolor que sentia su alma: una que estaba totalmente rota. En ese instante con un motivo en especifico se le ocurrio una idea: necesitaba urgentemente encontrar a una mujer que estuviera dispuesta no solo en ser una madre para su hija, sino tambien en ser su esposa temporal. Capitulo II Valeria, llego al salon de clases donde su amiga Karen la estaba esperando. Su maestra la senorita Gutierrez ingreso poco despues. --Buenos dias ninos, como sabran en dos dias iremos al zoologico. Les dare esta nota para que sus padres firmen el permiso--le menciono entregandoselos a cada uno. La senorita Gutierrez, se mudo de su pequeno pueblo al culminar la secundaria para estudiar lo que mas le apasionada: la docencia. A sus veinticinco anos era una joven hermosa, gentil, honesta, humilde y con un gran corazon. Para ella sus alumnos eran como los hijos que no pudo tener, ya que los habia perdido en los numerosos abortos que su cuerpo no soporto; esta fue la causa principal de su divorcio. A pesar de los golpes de la vida, ella jamas perdia la sonrisa que la caracterizaba, miraba con otros ojos las pruebas que Dios le deba a cada ser humano. El dia escolar finalizo rapidamente. Los padres o encargados llegaban a recoger a los ninos; sin embargo, Valeria se encontraba todavia en la banca exterior donde los ninos debian esperar. Decidio sentarse al lado de la pequena para hacerle compania. --Hola mi nina ?Todo bien?--le pregunto con una dulce sonrisa. --Si Miss, Sandra no tardara en llegar--le respondio la pequena refiriendose a su nana--, Pero al parecer se le hizo tarde--le dijo la pequena. --Bueno en ese caso llamare a tu padre para informarle que todavia estas aqui--le comento Su maestra. La informacion que tenia de la vida familiar de su alumna era basica. Sabia que solo vivia con su padre y su nana. Valeria al observar la calle, se dio cuenta que la persona que estaba ingresando al centro educativo no era su nana, sino su padre. --No es necesario miss, mi papi acaba de llegar--contesto la pequena alegremente. Francisco se acerco a su hija y la saludo fuertemente. --!Papi que bueno que viniste por mi!--le dijo la pequena con emocion. --Cancele una junta hoy para pasar el resto de la tarde contigo princesa--le informo su padre. --!Eso es fantastico papi!--musito dando brinquitos--. Papi, te quiero presentar a mi maestra favorita--le dijo llevandolo de la mano hasta donde se encontraba Abigail. -- Miss Gutierrez, le presento a mi padre Francisco --menciono la pequena con una gran sonrisa. Abigail lo observo bien: su cabello estaba corto, cabello negro, piel morena, cuerpo corpulento y ojos color caramelo. --Es un placer conocerlo senor Gonzalez--logro decir con nerviosismo. El, estrecho su mano para corresponsales el saludo. Francisco tambien quedo impresionado por la belleza de la docente: su cabello era castano hasta la cintura, su piel era como la nieve, sus ojos eran como el azul del cielo y su sonrisa era como la de un angel. --El placer es mio senorita Gutierrez--le respondio tomando su mano contra la suya. Una calidez se instalo en su interior al sentir el contacto de su piel. Se pregunto mentalmente si habia encontrado a la mujer que estaba buscando. Capitulo III Francisco no pudo olvidarse de Abigail, le habia parecio una mujer realmente hermosa. Los dias posteriores iba a la escuela con la excusa de recoger a su hija, pero en realidad deseaba ver a la mujer que lo tenia sonando despierto. Despues de tanto pensarlo tomo el valor de invitarla a salir. --Senorita Gutierrez, disculpe mi atrevimiento con lo que le voy a decir--se disculpo anticipandose a una respuesta negativa--. ?Le gustaria salir a cenar conmigo este viernes?-- interrogo con nerviosismo, no recordaba la ultima vez que se sentia tan nervioso por una invitacion. Abigail, se sorprendio por la invitacion de Francisco y aunque etica y personalmente ella misma juro no involucrarse con ningun padre de sus alumnos; el tenia algo especial que le atraia, no sabia si era quimica o que simplemente era amor a primera vista. Luego de unos segundos de lucha interna, tomo la decision de aceptar la invitacion: ella desea profundamente esa cita. Con las mejillas sonrojadas y la verguenza invadiendola acepto. Francisco, tuvo que disimular su felicidad expresando una leve sonrisa; no obstante, internamente saltaba como un nino pequeno que acababa de ganar un premio. Despues de pedirle su numero telefonico, Francisco se despidio de ella. --Pasare por usted este viernes a las ocho de la noche. Que tenga una linda tarde--le dijo despidiendose caballerosamente. Francisco, con una nueva ilusion en su pecho se alejo del lugar, mientras Abigail lo observaba alejarse en su auto con el corazon acelerado. Ahora, ambos debian esperar que las horas pasaran velozmente para su tan anhela: primera cita.

  • El show de las marionetas de M.w. Craven

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    Una novela de suspense oscura y repleta de giros brillantes, ideal para los fans de Michael Connelly, Peter James y de la serie de television Luther.
    Bienvenidos a El show de las marionetas.

  • Las rosas de las espinas de Alexandra Martin Fynn

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    Elizabeth Colt, la propietaria de la fabrica de revolveres mas importante de los Estados Unidos, se hallaba trabajando frente al pequeno escritorio que habia dispuesto en su alcoba. A traves de los enormes ventanales, enmarcados por cortinas satinadas, se atisbaba el hilo ceruleo que comenzaba a ganar la batalla a la noche. Una lampara de aceite iluminaba el gesto concentrado de la mujer, que respondia a la carta que le habia enviado Abraham Lincoln. Desde que iniciara la Guerra de Secesion, un ano atras, la demanda de armas se habia duplicado y la compania recibia permanentes presiones por parte del Gobierno. La elegante caligrafia de la <>, tal como la llamaban, ornaba las paginas de la misiva que dirigia al jefe de Gobierno: Respondiendo a su inquietud, senor presidente, confie en que la compania Colt seguira funcionando al maximo de su capacidad para apoyar su magnifica gesta. Si los mas de mil empleados con los que cuento no alcanzan para sostener la produccion, contratare a mil mas. Debemos ganar esta guerra, para que el sueno de la libertad de los esclavos se vuelva realidad. Si los estados del sur se independizan de los Estados Unidos y fundan una nacion basada en el trafico de personas, la humanidad toda habra fracasado. Esta fabrica no descansara hasta que la Union se alce victoriosa. La mujer debio abandonar la tarea por un momento para limpiarse la enrojecida nariz. Desde hacia dos dias no paraba de toser y estornudar. Sin duda, aquella indisposicion era consecuencia de todos los pesares que habia debido sobrellevar en los ultimos diez meses: su esposo habia fallecido el pasado enero, victima de la enfermedad de la gota y, en agosto, debio afrontar la perdida de su embarazo, que se encontraba en estado avanzado. Aquella criatura que llevaba en el vientre habia sido el unico consuelo frente a la muerte de Samuel. Pero el destino se llevo tambien a su pequena nina, dejandola devastada. En aquel momento, entro en el cuarto la senora Witts, el ama de llaves de la mansion. Cualquiera la hubiera confundido con la duena de la casa, de tan orgullosa y augusta que era su postura. --Buenos dias, senora --saludo--, ya son casi las seis de la manana, ?desea que le haga traer una taza de chocolate? --Buenos dias, querida. En un rato, por favor. Aun no termino con esto --respondio Elizabeth, entre toses. --En media hora le hare subir el servicio. La mujer ya se retiraba, pero se volvio y dijo: --No lo tome a mal, senora, pero, ?me permite hacerle una sugerencia? --Por supuesto. --Quiza le convendria guardar cama, al menos por un par de dias. Y llamar al medico. Aunque usted insista en ignorarlo, es evidente que esta cursando un fuerte constipado. Elizabeth desestimo aquello con un ademan y replico: --Querida, agradezco mucho su preocupacion, pero no tengo tiempo para caer enferma. Estamos en guerra; no puedo permitirme ni la debilidad ni el descanso. --Lo se, senora, pero… --Tengo apenas treinta y cinco anos. Dormire cuando sea vieja. En aquel momento, una doncella entro a la habitacion. --Senora Colt, disculpe la interrupcion --dijo--. Acaba de llegar un jinete; un soldado. Dice que trae una carta urgente de parte del comandante del Ejercito del Potomac, el general George McLellan, y que debe entregar el sobre en mano. Le dije que usted no estaba en condiciones de recibirlo, pero el insistio mucho. Ante la mencion de su viejo amigo, Elizabeth se envolvio en su pesada bata e indico: --Que pase a verme. --Pero... !usted esta en ropa de cama! --reclamo el ama de llaves. --El cabalgo tres dias seguidos desde Arlington Heights para llegar aqui y no lo voy a tener esperando. Hagalo subir y prepare un cuarto para que el pobre se asee y descanse. Las dos empleadas se retiraron y cerraron la puerta tras de si. El joven militar se mostro avergonzado cuando sus botas dejaron un reguero de barro en la lujosa alfombra Aubusson. Estaba tan sucio que el azul de su uniforme casi no se distinguia bajo las capas de polvo que lo cubrian. No acepto la invitacion a sentarse, por temor a dejar inservible la silla que le ofrecian. --?Cual es su nombre, muchacho? --se intereso Elizabeth. --Gregory Hall, senora. --Muy bien, Gregory. Digame, ?cual es el mensaje que desea entregarme personalmente? --El comandante McLellan me pidio que le de esta carta. Debo aguardar a que usted escriba la respuesta, para llevarsela a el lo antes posible. --La leere en este mismo instante. Ahora, vaya con la senora Witts. Ella le esta preparando un cuarto para que pueda lavarse, comer y descansar un poco. --Le agradezco su generosidad, senora Colt, pero debo partir lo antes posible. Si tengo sueno o hambre, no tiene importancia. Debo responder a mi comandante. Elizabeth sonrio. Era sabido que McLellan era idolatrado por sus tropas. --Si no come ni duerme, caera rendido en el camino y no podra cumplir la orden de su superior --la mujer tiro del cordel que llamaba al servicio--. El ama de llaves lo acompanara. El muchacho agradecio y siguio los pasos de la empleada. Cuando se encontro a solas, Elizabeth rompio el sobre con el sello del Ejercito y leyo la carta que contenia. De inmediato comprendio porque McLellan no habia utilizado ni el correo militar ni el telegrafo para comunicarse con ella. Arlington Heights, Campamento General del Ejercito del Potomac, 5 de octubre de 1862 Querida E.: Espero que te encuentres muy bien y que el pequeno Caldwell este creciendo sano y fuerte. Lamento mucho no haber podido visitarte luego del fallecimiento de tu esposo. Bien sabes el afecto y el agradecimiento que le he profesado a lo largo de estos anos, pues el ha sido para mi una fuente invalorable de inspiracion y apoyo. Yo me encuentro bien, aunque mi alma sangra por el resultado de la batalla de Antietnam. Obtuvimos una victoria sobre el ejercito que comanda el general Lee, pero eso no me brinda mas que la tibia satisfaccion de haber cumplido con mi deber. En un solo dia perdi a 12 000 soldados, entre muertos, heridos, prisioneros y desaparecidos. Desde el parapeto en el que me encontraba mientras se producia la lucha, vi a mis muchachos caer y amontonarse como pilas de carne inerte. Y observe a los sobrevivientes, arrastrando sus maltrechos espiritus, con los miembros agarrotados y los ojos secos de tanto llorar a sus companeros. Al final de aquella dramatica jornada, recibi ordenes de Lincoln en las que me instaba a lanzarme, de inmediato, tras las tropas confederadas. Su plan era cortar la retirada a Lee, antes de que el pudiera reponerse de sus perdidas en el campo de batalla. Sin embargo, desoi sus demandas, pues hacer aquello hubiera implicado sacrificar miles de hombres mas. El se niega a comprender que hoy no cuento con los recursos necesarios para asegurar una victoria: los regimientos estan mermados y las municiones escasean. Tambien tenemos una urgente necesidad de nuevas armas, pues muchas de las que teniamos se averiaron en la refriega y hemos perdido miles a manos de los rebeldes. Tengo la conciencia tranquila, pues se que mi decision fue acertada. Sin embargo, todos se han vuelto en mi contra: los politicos, los oficiales y los periodistas opinan que soy indeciso y cobarde. Peor aun; me llaman traidor, por haber dejado escapar a Lee. Y Lincoln sigue presionandome para que lance mis tropas al campo de batalla, aun en la precaria situacion en la que se encuentran. Yo resisto en mi conviccion, pero se que, mas temprano que tarde, seran sus ordenes las que se ejecuten. Por ello, me urge recuperar mis recursos. Nuestro ejercito sera arrasado si no contamos con armas suficientes antes de una nueva lucha. En suma, necesito tu ayuda. No te pedire nada en concreto, pues lo ultimo que deseo es comprometerte. Si lo unico que puedes enviarme son palabras de aliento, estas seran para mi un tesoro en este escenario de desolacion. De mas esta decir que esta comunicacion y todas las que sigan, sea cual fuere su naturaleza, deben mantenerse en el mayor de los secretos. Si envias a alguien a reunirse conmigo, asegurate de que sea una persona de nuestra mutua confianza. Recelo de todo el mundo. Tuyo, G. Elizabeth dejo la carta sobre el escritorio y se tomo el rostro con las manos. Penso que McLellan debia estar realmente desesperado para ponerla en una situacion tan delicada como aquella. El no podia ignorar que, si se descubria que ella le habia enviado armas de manera ilegal, aquel seria el fin de la compania Colt. Y habia sido inteligente al elegir las palabras que estampara en su carta: ?como podria alguien negarse a brindar una ayuda que evitaria la muerte de miles de seres humanos? La mujer se restrego los ojos, como si de ese modo pudiera aclarar su vision. Pero solo un cumulo de ideas contradictorias se enredaron en su mente. --Si tan solo Sam estuviera aqui… --susurro. Entonces, se puso de pie y se acerco a la enorme pintura en la que estaba plasmada la figura de su esposo. Y con un suave ademan, extendio la mano para acariciar el marco dorado. --?Que debo hacer, querido mio? --le pregunto a la imagen del retrato. Elizabeth sabia muy bien que el padre del comandante habia sido una persona muy importante para Samuel Colt. Su apoyo habia sido clave en un momento en el que el contexto economico y politico se presentaba muy adverso para el inventor de armas. Tan estrecha se volvio la amistad entre ambos que, en el lecho de muerte del anciano doctor McLellan, Samuel le juro que velaria por el porvenir de sus dos hijos varones. Dado ese compromiso, Elizabeth estaba segura de que su esposo hubiera deseado que ella honrara la promesa hecha a un moribundo. Aquella certeza la inclinaba en favor de enviar la ayuda que el militar le solicitaba. Por otra parte, ella no dudaba de que McLellan ansiaba salvar la vida de miles de soldados; una gesta que apoyaria cualquier persona con corazon. Sin embargo, comprendia cabalmente que enviarle armas al comandante, sin la anuencia del Gobierno, era una jugada que podia poner en riesgo el futuro de su fabrica y de todo aquello por lo cual ella y su esposo habian luchado tanto. Urgida por resolver su conflicto interior, la mujer unio las manos en oracion. Su padre, el reverendo William Jarvis, le habia inculcado el camino de la fe, y ella lo transitaba cada vez que necesitaba reunir fuerzas para salir adelante. En aquel momento, requeria mas que nunca la guia del Senor, pero de El solo obtuvo un angustioso silencio. Agobiada por la roca que le pesaba en la espalda, volvio a dirigir la mirada a la imagen de su amado. Fue entonces cuando los primeros colores del alba iluminaron la habitacion y un reflejo rojizo parecio dar vida al retrato de Samuel Colt. A Elizabeth se le empanaron los ojos y, por un instante, tuvo la impresion de que el le sonreia. Entre lagrimas, tomo aquello como la senal que estaba esperando y se sintio algo mas aliviada. En su corazon y en su mente, la decision estaba tomada: no ignoraria el pedido del general McLellan, en honor a todo lo que su padre habia hecho por Samuel Colt. Y, menos aun, dejaria indefensos en la batalla a miles de soldados que luchaban por una causa noble. Estaba dispuesta a correr los riesgos que fueran necesarios. Con la decision asumida, regreso a su escritorio, coloco la mano sobre la carta que habia estado escribiendo a Lincoln y dijo, en voz alta: --Perdoname, Abraham, por hacer esto a tus espaldas. Es en beneficio de tu causa. Con algo de alivio por la resolucion adoptada, era menester reflexionar acerca de como instrumentar la ayuda que le ofreceria a McLellan. Lo primero que debia decidir era que tipo de armamento enviar. Sabia que al comandante le convendria recibir rifles Springfield, los mismos que el Ejercito distribuia entre los soldados; pero aquello no seria posible. Deshacerse de un gran numero de armas largas implicaria incumplir el contrato que la Colt habia firmado con el Gobierno y aquello resultaria en multas monstruosas para la compania. Elizabeth decidio, en consecuencia, entregar revolveres que, ademas, serian mas simples de transportar de incognito. George habia mencionado que muchas de las armas con las que contaba se habian averiado en batalla. Ella sabia que algunas podrian ser reparadas por sus empleados, pero la fabrica no podia prescindir de los brazos de sus operarios, dada la enorme cantidad de trabajo que tenian pendiente. Sin embargo, si se reordenaban los turnos y se ajustaban algunos procesos, podia hacer el sacrificio de enviar algunos hombres. Pero solo serian unos pocos; los suficientes para sacar del aprieto a McLellan. La idea era que los enviados permanecieran unos dias en el campamento militar, tratando de arreglar la mayor cantidad de revolveres y rifles que fuera posible. Ahora Elizabeth debia pensar en quienes serian las personas idoneas para realizar semejante labor. Sin duda, deberian ser excelentes trabajadores, ademas de hombres de su entera confianza. Casi sin proponerselo, tres nombres acudieron a su mente: William Green, George Arlen y Jim Carson, tres obreros que, ademas de ser excelentes personas, eran incansables y muy capaces. Los tres habian sido esclavos fugitivos que, tras su huida, se refugiaron en la fabrica de Colt, al amparo de Samuel y de ella. Y Elizabeth sabia que el honor de aquellos hombres haria que dieran su vida por cualquier causa en la que ella se embarcara. Por ultimo, McLellan habia enfatizado que, si ell

  • Vindolanda de Adrian Goldsworthy

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    Ano 98 d. C.

  • Causas naturales de Barbara Ehrenreich

    https://gigalibros.com/causas-naturales.html

    ?Para que sirve cuidarse si nuestros cuerpos no son de fiar?

  • No eres mi dueno (El Club 5) de Nina Klein

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    No eres mi dueno es la quinta parte de la serie "El Club".

  • La leyenda del lipizano de M. F. Masvil

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    De las cenizas de la guerra nacera una leyenda…

    La lipizana, una de las mas bellas y finas razas de caballos que existe en el mundo… Sus ejemplares son los favoritos de las principales escuelas ecuestres del planeta.
    Son animales muy agiles, dotados de movimientos graciles, mucha inteligencia y agudos sentidos.
    Desarrollan, con sus jinetes, fuertes lazos que solo pueden equipararse con el de los hermanos entre si…
    Estos caballos tienen, ademas, una particularidad que los hace unicos: nacen con su pelaje de color negro o muy oscuro y al crecer, se les vuelve blanco, el por que ocurre este cambio es todo un misterio.
    Toda raza tiene una historia y las mejores merecen su leyenda…
    He aqui un relato que se remonta a antes del principio y cuenta cual fue el origen de todo lo que hace a estos caballos tan especiales.
    Una historia de amor y sacrificio, donde el valor y la mas pura lealtad daran origen a una magica y conmovedora leyenda que sera, simplemente… inolvidable.

  • Todo contigo, Dina Reed de

    https://gigalibros.com/todo-contigo-dina-reed.html

  • La escapista de Brad Meltzer

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    ?Quien es Nola Brown? Un misterio. Un problema. Y se supone que esta muerta.

  • El libro de las almas (La biblioteca de los muertos 2), Glenn Cooper de Glenn Cooper

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    ?Que harias si supieras la fecha del fin del mundo?

  • Cerca de un nuevo paraiso de Luciana V. Suarez

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    Una intensa historia de amor que sorprendera a la protagonista en el momento que menos se lo espera pero que mas lo necesita.

  • Perfectos Extranos de Christina Hortet

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    Skyler es una persona fuerte, independiente y altiva o al menos, eso cree. Jared tiene la mision de hacer que deje su trabajo. Ella, una dominatriz insegura. El, un agente secreto mentiroso y sin escrupulos. ?Conseguira Jared ablandar su duro corazon?

  • Luz de febrero de Elizabeth Strout

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    A primera hora de la tarde de un sabado de junio, Jack Kennison se puso las gafas de sol, se monto en su deportivo descapotable, se abrocho el cinturon de seguridad pasandoselo por encima de la prominente barriga y se fue hasta Portland, a casi una hora de viaje, a comprar una botella grande de whisky, cualquier cosa con tal de no encontrarse con Olive Kitteridge en el colmado de Crosby, Maine. Ni con aquella otra mujer que le habia hablado del tiempo mientras el esperaba en la cola del colmado con el whisky en la mano. !Del tiempo! Aquella otra mujer (no recordaba su nombre) tambien era viuda. Mientras conducia, se apodero de el algo muy parecido a la calma y, una vez en Portland, aparco y fue a dar un paseo junto al mar. El verano ya habia hecho acto de presencia y aunque todavia hacia frio para mediados de junio, el cielo estaba azul y las gaviotas sobrevolaban el muelle. Habia gente en las aceras, muchos jovenes con ninos pequenos o empujando cochecitos de bebe, y todos parecian conversar. Aquello no dejaba de asombrarlo: !como daban por sentado el hecho de estar los unos con los otros, de hablar! Nadie parecia prestarle atencion y se dio cuenta de algo que ya sabia pero que ahora entendia de otro modo: que era solo un viejo con una barriga fofa en quien no merecia la pena fijarse. Y casi resultaba liberador. Atras quedaban esos anos en que habia sido un hombre alto y guapo, sin barriga, que se paseaba por el campus de Harvard, y que llamaba la atencion. Los alumnos lo miraban con respeto y las mujeres, las mujeres tambien lo miraban. En las reuniones del departamento imponia; se lo decian sus colegas y el no lo dudaba, porque precisamente ese era su proposito. Ahora, al pasar por uno de los muelles frente a los que habian construido zonas residenciales, se le ocurrio que tal vez debiera trasladarse a vivir alli, donde habia agua por todas partes, y tambien gente. Saco el telefono movil del bolsillo, le echo un vistazo y volvio a guardarlo. Era con su hija con quien queria hablar. Por la puerta de uno de los edificios de apartamentos aparecio una pareja de su misma edad: el hombre tambien tenia barriga, aunque no tan grande como la suya, y la mujer parecia preocupada, pero por su manera de estar juntos le parecio que llevaban muchos anos casados. <>. Pasaron por delante de el (sin advertirlo) y cuando se giro para mirarlos un instante despues, le sorprendio --vagamente-- ver que la mujer se habia cogido del brazo del hombre mientras avanzaban por el muelle hacia aquella ciudad pequena. Jack se quedo alli quieto, mirando el mar; primero hacia un lado, despues hacia el otro. Una brisa que no habia notado hasta ese momento levantaba unas cabrillas en el agua. Alli atracaban los ferris que venian de Nueva Escocia. Una vez, Betsy y el se habian subido a uno. Habian pasado tres noches en Nueva Escocia. Hizo un esfuerzo por recordar si Betsy lo cogia del brazo; tal vez si. Y le vino a la mente una imagen de ellos dos bajando del ferri, ella cogida de su brazo. Se dio la vuelta para irse. --Menudo cabeza de chorlito. Nada mas decirlo, vio que un nino que habia cerca, en el muelle, se habia girado y lo miraba desconcertado, lo que queria decir que era un viejo que hablaba solo en un muelle de Portland, Maine. Y no conseguia comprender como el --Jack Kennison, con sus dos doctorados-- habia llegado a ese punto. --!Vaya, vaya! Eso tambien lo dijo en voz alta, despues de adelantar al nino. Habia unos bancos y se sento en uno que estaba vacio. Saco el movil y llamo a su hija; todavia no debia de ser mediodia en San Francisco, que era donde vivia ella. Le sorprendio que respondiera. --Papa --dijo--. ?Pasa algo? El alzo la vista al cielo. --Ah, Cassie --dijo--. Solo queria saber como estas. --Estoy bien, papa. --Ah, vale, bien. Me alegro de oirlo. Ninguno de los dos dijo nada durante unos instantes, hasta que ella le pregunto: --?Donde estas? --Oh, estoy en el muelle de Portland. --?Y que haces ahi? --le pregunto ella. --Nada, se me ha ocurrido venir a Portland. Ya sabes, para salir un rato de casa. Jack entorno los ojos y miro hacia el agua. Otro silencio. Entonces ella dijo: --Bien. --Oye, Cassie --dijo Jack--. Solo queria decirte que ya se que soy una mierda. Eso lo se. Para que lo sepas, nada mas. Se que soy una mierda. --Papa --dijo ella--. Venga, papa. ?Y ahora que se supone que tengo que decir yo? --Nada --respondio el, afable--. No tienes que decir nada. Solo queria que supieras que lo se. Se hizo otro silencio, esta vez mas largo, y el tuvo miedo. Ella dijo: --?Esto es por como me has tratado o por la relacion que tuviste todos esos anos con Elaine Croft? El bajo la vista y la clavo en los tablones del embarcadero, se fijo en las zapatillas deportivas negras, de senor mayor, sobre los tablones desgastados. --Por las dos cosas --dijo el--. O escoge tu la que prefieras. --Ah, papa --dijo ella--. No se que hacer. ?Que se supone que tengo que hacer por ti? El meneo la cabeza. --Nada, nina. No tienes que hacer nada por mi. Solo queria oir tu voz, nada mas. --Papa, ibamos a salir. --Ah, ?si? ?Y donde vais? --Al mercado de productos locales. Es sabado, y los sabados vamos a ese mercado. --Esta bien --dijo Jack--. Pues idos. Ya hablaremos. Adios. Le parecio oirla suspirar. --De acuerdo --dijo ella--. Adios. Y nada mas. Nada mas. Jack se quedo mucho rato sentado en el banco. La gente pasaba por delante, o tal vez habia ratos en que no pasaba nadie, pero el seguia pensando en su mujer, Betsy, y le entraban ganas de aullar. Solo entendia una cosa: que se merecia todo lo que le habia pasado. Se merecia estar llevando en ese momento una compresa para las perdidas como consecuencia de su operacion de prostata; se lo merecia. Se merecia que su hija no quisiera hablar con el, porque durante anos el no habia querido hablar con ella. Su hija era lesbiana; era lesbiana, y eso aun le provocaba cierta sensacion de incomodidad. Pero Betsy no merecia estar muerta. El que merecia estar muerto era el, pero Betsy no. Aun asi sintio una rabia repentina hacia su mujer: <>, murmuro. Cuando se estaba muriendo, era ella la que estaba furiosa. Le dijo: <>, y el le dijo: <>. Y ella le dijo: <>. Pero el se lo decia en serio. ?Como iba a echarle la culpa a ella? No podia hacer eso. Y las ultimas palabras que le dijo fueron: <>. Al levantar la vista y ver una gaviota, penso: <>. * * * El bar del Hotel Regency estaba en el sotano, las paredes eran de un verde oscuro y las ventanas daban a las aceras, pero estas quedaban muy arriba y casi lo unico que veia el eran piernas que pasaban. Se sento en la barra y pidio un whisky solo. El camarero era un tipo agradable. --Bien --respondio Jack cuando el joven le pregunto como estaba. --Pues me alegro --dijo el camarero.

  • Somos naturaleza de Katia Hueso

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    La tecnologia, el turismo de masas, la urbanizacion, los trajines del dia a dia y las exigencias de la vida moderna parecen habernos hecho victimas de lo que Richard Louv --reconocido escritor y periodista-- llamo “sindrome de deficit de naturaleza”.

  • El Highlander y el demonio espanol de Gema Gil Gutierrez

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    Escocia, 1330. Dos espiritus indomables pertenecientes a diferentes epocas se encuentran por mediacion de un anillo que alberga un secreto extraordinario. Paula, una policia espanola del siglo XXI, decepcionada con su trabajo y con el mundo que la rodea, irrumpe en la vida de Patrick, el jefe del clan mas poderoso de las Highlands.
    El caracter, intrepidez, valentia y belleza de la joven no dejaran indiferente al magnifico guerrero.
    ?Podran los sentimientos que surgen entre ambos y su tozudez superar las barreras del tiempo y del corazon?

  • El novio stripper de Liah Jones

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    Las dificultades economicas son la causa de que Raul tenga que trabajar como stripper, al principio su novia esta asustada y no confia en esta profesion, que saneara sus cuentas, pero tambien se convertira en toda una aventura. Una aventura que pondra a prueba el amor entre los dos.

  • La manipulacion del lenguaje de Nicolas Sartorius

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    Con motivo de los ultimos acontecimientos politicos en Cataluna, se ha puesto de manifiesto el mal uso del lenguaje y de algunos conceptos acunados a lo largo de la historia, tanto por los politicos, como por los medios de comunicacion o la sociedad en general.

  • Adicta a Scott – Emily Delevigne de Emily Delevigne

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    Scott McCain cometio el gran error de abandonar a la mujer que amaba para alistarse en la Marina de Estados Unidos y asi dejar atras la mala reputacion que lo perseguia y que parecia estar a punto de destruirlos a ambos.

  • La tercera persona (Alt autores 3) de Ava Hocsem

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    “La tercera Persona” es una comedia de enredos que te provocara asombro y arrancara un buen numero de sonrisas y mas de una carcajada, aunque lo mas sorprendente de esta novela, en apariencia tan simple, es que habla de la nueva realidad social de nuestro siglo XXI contada desde el punto de vista de tres mujeres liberadas sexualmente.

  • En un rincon de Irlanda de Sarah Rusell

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    El dia que un mensajero me trajo una orquidea, mi vida cambio. No tenia a nadie en este mundo y el, de repente, se convirtio en alguien indispensable.
    El amor nos dio de lleno, pero la vida quiso arrebatarmelo tambien a el.
    Un amor verdadero y una lucha por la felicidad que te hara sonar que la mas tonta casualidad puede cambiar tu destino para siempre.

  • Hechas polvo de Alba Duro

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    Estas frente a una coleccion que incluye 3 libros escritos por Alba Duro.A continuacion te dejo los titulos de las obras:

  • Tu hoy no te casas de Maria Jose Vela

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    Coco esta fabulosa envuelta en su exclusivo vestido de novia. Incluso su madre, la editora de moda mas poderosa del momento, parece dar su visto bueno.

  • La pasion de Vangelis (Mon 3) de Cristo Alcala

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    Vangelis Coppola. Empleada, de una de mis empresas. Mi rayo de sol. Mi nena. Simple, graciosa y algo torpe. La mujer a la que le pido casamiento y la muy cabrona me rechaza. Si, lo se…porque mis propuestas apestan. Bonita. Testaruda. Jodidamente, testaruda. Y la duena absoluta, de mis anginas de pecho obsesas. ?Yo? Heronimo Mon. El senor oscuro. Dueno de las metalurgicas, mas grandes del mundo.El rey del acero.Arrogante.De humor acido. Y con un vocabulario 90% sarcastico, temperamento controlador y 10% oso de peluche.Esta, es la continuacion de nuestra historia hasta el final. En directo, dura y sin algodones de azucar.Desde el punto de vista de mi nena, con algo de humor y desde el mio, con mi caracter de un T-Rex con picazon en la entrepierna. Nuestra historia de amor verdadero, natural y sexualmente directa.?Pueden dos personas, que viven y ven la vida de perspectivas diferentes, despues de haber afrontado y luchado juntos con los demonios del pasado, vivir sus felices para siempre? Vas a reir. Vas a llorar. Y te vas a emocionar… ?Dije, que vas a reir? Porque, nuestra historia es especial…

  • Clarissa y las mujeres sin importancia de Alicia Cameron

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    En Inglaterra, en la epoca de la Regencia, la Academia para senoritas de la Sra. Thorne esta a punto de cerrar debido al fallecimiento de la madre de la joven Clarissa, hace ya un ano. Esto deja a Clarissa Thorne, de solo dieciocho anos, y a sus tres amigas sin mas opcion que acudir a la caridad de sus familias, para ser por siempre las despreciadas “parientes pobres” – y atender a todo deseo y necesidad que ellos manifiesten por el resto de sus vidas.

  • Un juego millonario de Emma Winter

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    Storm miro las imponentes escaleras de marmol y penso, no por primera vez, lo impresionante que era el salon. Nunca habia entendido por que Leo Parker habia preferido comprar una casa con una linea tan sobria. No pegaba mucho con su personalidad. A el le pegaba una casa como la que tenia su padre, por ejemplo, de lineas modernas y minimalistas. Sin embargo, su salon tenia una mesa para doce comensales de madera con unos sillones preciosos, pero recargados. Igual que recargada era la chimenea de marmol, o las escaleras del mismo material. Los muebles eran caros, robustos y rusticos. Eran bellisimos, no tenia nada en contra de ellos, pero jamas los hubiese imaginado en la casa de alguien como Leo. El era tan... infantil. Pese a llevarle varios anos, siempre se comportaba de forma inmadura. A veces, en exceso, sobre todo cuando de sus lios amorosos se trataba. Cualquier mujer veria una casa como aquella y se dejaria enganar pensando que es la casa de alguien que pretende asentarse y formar una familia. Por fortuna, Storm no era cualquier mujer. Leo no podia enganarla. Lo habia conocido anos atras, cuando ella no era mas que una adolescente enfadada con el mundo y el habia ocupado el puesto de capitan en el equipo de hockey en el que habia jugado su padre. Leo y su padre tenian una relacion... complicada. Y es que para su padre no fue facil admitir que no podria volver a jugar debido a la lesion que habia sufrido en la pierna. Tampoco lo fue darse cuenta de que un chaval mucho mas joven ocupaba su puesto y la vida seguia como si nada. Por fortuna, justo en esa epoca ella, su madre y su hermano irrumpieron en su vida y pronto el resentimiento paso a ser parte del pasado. No era su padre biologico, pero la adopto con catorce anos y desde entonces ella no habia vuelto a pensar en el que de verdad le dio la vida. Tampoco pensaba mucho en su madre, la verdad. Ya lo hizo mucho en el pasado, cuando se convirtio en la causa de que nunca llegaran a final de mes por sus muchas adicciones. Al principio, cuando murio, Storm se paso la vida justificandola por todo. Incluso justificaba su consumo de drogas. Pensaba que asi se sentiria mejor, pero no sirvio. Lo unico que la ayudo de verdad, o mejor dicho, la unica que la ayudo de verdad fue su tia, Blue, que se ocupo de su custodia y la de su hermano, que era solo un bebe, enfrento su resentimiento adolescente y le demostro que no pensaba ir a ninguna parte. Eso, y que la queria como de verdad debe que querer una madre. Storm todavia se preguntaba cada dia que habia hecho para merecer a alguien como ella en su vida, porque bien sabia todo el mundo que no se lo habia puesto precisamente facil. --?Eres mi regalo? Dime que eres mi regalo. La voz de Leo la saco de sus ensonaciones. Se giro y lo observo detenidamente. Su pelo del color del trigo, sus ojos claros, su sonrisa torcida... Todo en el hacia que una mujer fantaseara inmediatamente con tenerlo a solas, a poder ser sin ropa. Storm, sin ir mas lejos, habia tenido un enamoramiento adolescente con el bastante intenso. Por fortuna crecio y se convirtio en una mujer con otras metas en la vida. --Te encantaria, ?verdad? --pregunto elevando una ceja de un modo sugerente. --No sabes cuanto, tormentita. Odiaba que la llamara asi, aunque fuera el significado de su nombre. Empezo a hacerlo al poco de conocerla, cuando se empenaba en tratarla como a una nina. No tenia ningun problema para flirtear con su tia, pero a ella la trataba como si no tuviera mas de ocho anos. --Lastima que yo no entre en el menu, aunque estoy segura de que es tan extenso y variado que ni siquiera lo notaras. El sonrio, se acerco mas y beso su mejilla. --?Como te va con los chicos Campbell? Los hombros de Storm se relajaron de inmediato. Era el efecto que producia en ella hablar de su trabajo. --Muy bien. Nos seguimos ocupando de que cada persona encuentre su hogar ideal. --Miro en derredor y detuvo el recorrido en el autorretrato de un perro. Ni siquiera era de Leo. Ella sabia bien que jamas habia tenido mascota--. Podrias habernos buscado antes de comprar esta casa. No es muy de tu estilo. --?Y por que no? --Te pega algo mas... juvenil. --Me gustan estos muebles. Son fuertes y bonitos. Demuestran que pueden vencer al tiempo. ?Hay algo mejor que eso? --Supongo que no --claudico, porque sabia que dar su punto de vista no serviria de nada. --Aunque, de haber sabido que trabajabas con ellos, habria tenido en cuenta a la empresa a la hora de buscar casa. Ella le sonrio con cierta arrogancia. --Lo sabias perfectamente, pero te encanta cabrear a Cam y Keith --La sonrisa que se dibujo en su cara fue la confirmacion--. Ademas, no necesito que el amiguito de mi papa me de trabajo o buena fama. Me lo se ganar solita. --No tengo ninguna duda de que eres muy capaz de hacer lo que te propongas --le dijo el con voz suave--. Pero quizas deberia haber aprovechado la oportunidad de pasar mas tiempo contigo... Storm bufo. Y un segundo despues rio. Y luego volvio a bufar. No sabia en que momento Leo habia pasado de portarse como un santo con ella, a insinuarse a la minima de cambio. Lo que si sabia es que para el era una broma. No la veia de verdad como a una mujer con la que pudiera acostarse. Estaba segura. Tenia demasiado arraigado eso de que era hija de un amigo. Dio un sorbo a su copa de champan, lo miro a los ojos y se pregunto que pasaria si decidiera demostrarle que habia dejado de ser una nina hace mucho, y si de jugar se trataba, ella era ya una experta... Leo Estaba preciosa, pero no era una novedad. Storm siempre habia sido una chica absolutamente perfecta fisicamente. Cuando la conocio no lo penso de un modo sexual, desde luego. Ella tenia catorce anos, era una nina a sus ojos. Y lo siguio siendo durante anos. De hecho, deberia seguir siendolo, pero en algun momento, entre su baile de fin de curso, sus estudios universitarios y su incorporacion a la vida laboral Leo se habia descubierto pensando, en mas de una ocasion, como seria Storm sin ropa. Inapropiado. Del todo. Sobre todo porque su padre era uno de los amigos mas preciados para Leo. Empezaron con mal pie, es cierto, pero con el tiempo el jefe asimilo su situacion y empezo a tratarlo como a un amigo. Tuvo mucho que ver su mujer, Blue. Joder, Kilian cambio tanto cuando ella aparecio en su vida que no podia dejar de preguntarse si alguna vez una mujer seria capaz de devolverle la ilusion a el de esa forma. No habia sufrido ninguna lesion, como le paso a Kilian. No, lo de Leo era algo un poco mas enrevesado, porque por fuera todo el mundo percibia a un hombre contento con su presente. Un hombre que estaba celebrando en aquellos momentos una fiesta de jubilacion, porque habia decidido dejar el hockey por voluntad propia despues de haber ganado la copa Stanley, que es el trofeo mas preciado en este deporte. Un hombre que lo dejaba porque aseguraba que preferia marcharse asi, por todo lo alto, y ser recordado como una leyenda. Un hombre que no admitia frente a nadie que sus rodillas fallaban y sabia, porque no era tonto, que de haber seguido jugando habria seguido el camino de Kilian. No queria eso. Habia visto a su excompanero sufrir como si estuviera en el infierno, asi que prefirio adelantarse a la jugada. Tenia 30 anos, estaba retirado y tenia tantas ideas sobre que hacer con su vida que no sabia por donde empezar. No estaba deprimido, no era eso, pero si sentia incertidumbre ante el futuro que se le planteaba. Tenia inversiones que le daban mas dinero que el hockey, y el hockey ya le habia dado mucho dinero. Durante un tiempo, valoro la posibilidad de regresar a Oakbank, Canada, donde se habia criado, pero lo vio absurdo, teniendo en cuenta que hizo que sus padres se mudaran a Nueva York para que estuvieran cerca de el. Su padre trabajo en la construccion toda la vida, hasta que Leo empezo a triunfar. Entonces les compro un piso en Manhattan, lujoso, pero sin exageraciones, porque eran muy humildes y se habrian sentido sobrepasados. Puso a su padre al cargo de algunas de sus inversiones, despues de pagarle algunos cursos, y ahora vivian a escasos minutos caminando de distancia.

  • Hijo del pasado de Blanca Miosi

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    Blanca Miosi, una de las autoras mas sobresalientes del mundo literario latinoamericano nos trae esta vez un personaje vivido, con un pasado de luces y sombras.

  • Torpe de mi de Patricia C. Ramos

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    ?Que haces cuando te das cuenta que te has estancado en algun punto en tu vida?

  • El secreto de Blackstone House de S.f. Tale

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    Una historia de amor y secretos en plena campina inglesa.

  • Destinados a encontrarnos (Destino 1) de Raquel Diaz

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    Hay veces en la vida, que crees que ya no hay forma de recuperar lo perdido, y asusta; sobre todo, cuando te das cuenta de que te has perdido a ti mismo.

  • Tu eres mi baronesa (Matrimonio de conveniencia 2) de Claire Phillips

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    Lord Marcus, Baron de Varite, uno de los mas deseados caballeros, tenia todo lo que se podia desear; Posicion, fortuna, un aspecto que le granjeaba el deseo de las damas y la envidia de los caballeros... Sin embargo, un error del pasado le perseguia e impedia lograr lo unico que realmente deseaba; Una verdadera familia. Ver a sus amigos felices con sus esposas e hijos no hacia sino avivar su anhelo. Animado por poner solucion a su error y con ello lograr, por fin, remediar su soledad, decide pedir a lord Jillers, un lord americano con talento para investigar discretamente, que le ayude, pero ?como imaginar que no solo solucionaria su problema inmediato, sino que seria tambien la solucion a su soledad? Su temeraria hija seria la que tendria su felicidad en sus manos, al menos cuando solucionase el engorroso asunto de averiguar quien, precisamente cuando habia encontrado a su baronesa, queria matarlo.

  • Las horas robadas de Maria Solar

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    Una novela coral que nos lleva a traves de la vida de tres generaciones para demostrar que no hay edad para el amor, y que cuando las cosas no cambian por nuestra voluntad, algo insospechado puede hacerlas cambiar. Para siempre.

  • La conquista romana de Hispania de Javier Negrete

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    Esta es la historia ilustrada de una de las mayores epopeyas de la Antiguedad, la conquista romana de Hispania. Marcada por continuas guerras y conjuras, la llegada de Roma a la peninsula forjo el caracter y el destino de este territorio a lo largo de sucesivos siglos. Javier Negrete nos introduce con su habitual maestria en una epoca fascinante apoyado por la reconocida ilustradora Sandra Delgado, que ha realizado treinta obras originales para plasmar la vida, la lucha y la muerte en la Hispania romana. Cartago, los pueblos iberos o las guerras civiles, se entremezclan en un relato trepidante con personajes como Escipion, Anibal, Viriato o el gran Julio Cesar para ofrecer al lector uno de los episodios historicos mas apasionantes de nuestro pasado.

  • El calentamiento global de Daniel Ruiz

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    Federico Castilla es director de Responsabilidad Corporativa y Desarrollo Sostenible de Oilgas International, multinacional del sector petroquimico con implantacion en Europa, Africa y Oriente Medio. Una manana recibe una llamada desde Oilgas Iberica, su planta de distribucion de refino en Espana, y le comunican que se acaba de producir un accidente laboral en dicha planta; un empleado, que ha caido desde varios metros de altura mientras realizaba trabajos de reposicion de luminarias, se encuentra en estado critico. Inmediatamente, se activan todos los protocolos y Federico toma un avion para viajar hasta Pico Paloma, la poblacion donde esta la factoria. Se trata de un municipio enclavado en pleno parque natural de El Roqueo, en una zona del litoral donde convive la industria petroquimica, la actividad turistica y el paisanaje local.

  • El destino de los heroes de Chufo Llorens

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    La novela mas ambiciosa de Chufo Llorens.

  • Que de lejos parecen moscas de Kike Ferrari

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  • El Hombre Invisible de H. G. Wells

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    Escrita en 1897, poco despues de La maquina del tiempo, El hombre invisible cuyo personaje central ha alcanzado, como Dracula o Frankenstein, un lugar en el imaginario del mundo moderno da forma definitiva a uno de los motivos que habrian de cobrar mas relieve,

  • El collar de los Balbases de Jorge Eduardo Benavides

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    Con el telon de fondo de la primera guerra carlista, mientras Espana decide su futuro y vive en la confusion de las revueltas y con- juras politicas que acosan al gobierno de la Reina regente, un famoso ladron, un du- que enamorado y un ingles poliglota entre- mezclan sus destinos a causa de un collar antiguo y, segun se dice, maldito. Una galeria de ambiguos, oscuros y cautivadores personajes --politicos, intelectuales y artistas-- desfilan por esta novela escrita con la maestria de quien se confirma en estas paginas como uno de los grandes narradores de aventuras.

  • Lady Amelia de Lydia C. Ramirez

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    En el Londres del siglo XIX, lady Amelia Phillips sufre por el amor no correspondido del duque de Pendleton, ademas de tener que lidiar con su insoportable madre, se enfrenta al repudio social por culpa de su hermano mayor. Entonces ante ella se abre la oportunidad de salir de ese infierno de la mano del joven heredero Robert Bradford. ?Podra Amelia conseguir al fin el amor de William? ?O debera rendirse?

  • El Silencio De Tu Nombre de Andres Perez Dominguez

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    Cuando Erika Walter, viuda de un agente secreto aleman, huye a Madrid con un importante legajo de documentos que implican a altos cargos nazis en el exilio, su amante Martin Navarro, ex miembro del PCE, se ve obligado a abandonar Paris y perseguirla. Aunque sabe que en Espana le espera la carcel si es capturado por la policia franquista o la muerte por traicion si sus camaradas del partido le descubren, Martin lo arriesgara todo, incluso sus convicciones ideologicas, por volver a reunirse con Erika. Con la policia, los nazis, los comunistas y la CIA pisandoles los talones, ambos amantes se veran envueltos en una trama de espionaje e intereses ocultos mas compleja y peligrosa de lo que nunca hubieran imaginado. Plagada de espias desencantados, idealistas convencidos y heroes a su pesar, El silencio de tu nombre auna historia, aventura, intriga y romance. Una novela que refleja con maestria como en una Europa arrasada por la intolerancia y el fanatismo politico y hay lugar para el amor, la amistad, el honor y la esperanza.

  • La cara norte del corazon de Dolores Redondo

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    “Cuando Amaia Salazar tenia doce anos estuvo perdida en el bosque durante dieciseis horas. Era de madrugada cuando la encontraron a treinta kilometros al norte del lugar donde se habia despistado de la senda. Desvanecida bajo la intensa lluvia, la ropa ennegrecida y chamuscada como la de una bruja medieval rescatada de una hoguera, y, en contraste, la piel blanca, limpia y helada como si acabase de surgir del hielo.”

  • Guapo, pero maldito de Anisa Gjikdhima

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    LA HISTORIA QUE HA ENLOQUECIDO A MILES DE FANS EN WATTPAD

  • Quedate esta noche de Olga Salar

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    Dafne es una mujer de exito, fantastica en su trabajo como fotografa de moda. El problema es que es un desastre en la vida real, propensa a los accidentes y con un nulo sentido de la orientacion, su vida transcurre entre percances domesticos y cuartos oscuros de revelado.
    El unico instante en que todo su cuerpo coordina a la perfeccion es cuando mira a traves de la lente de su camara. No obstante, su vida dara un giro cuando su habitual rescatador, el atractivo policia de la puerta de al lado, le pida que le ayude en un asunto delicado.
    El regreso inesperado de su hermana Chloe, y los mordaces comentarios de su amigo Pablo, volveran patas arriba su tan valorada tranquilidad.

  • Loco por ti (Los Graham 3) de Mia Del Valle

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    Amanece, la tenue luz de un nuevo amanecer comienza a invadir la habitacion. Desconcertada abro los ojos y aunque lo intento, el intenso dolor de cabeza no me permite ubicarme, para males me encuentro completamente desnuda, y el peso de un brazo rodeando mi cintura me indica que no me encuentro sola <> una gran mano sujeta mi muneca de forma protectora, y el tatuaje que decora el brazo de mi acompanante me indica con claridad la identidad del no tan misterioso caballero, ademas huele de maravillas, huele a el… mis hormonas se despiertan de golpe, y no es necesario ver su rostro para saber de quien se trata. Volteo de golpe, su sonrisa y sus pequenos ojos somnolientos son la cosa mas hermosa que vere durante el viaje de “negocios” pero no son los ojos de Max… porque me encuentro completamente desnuda en la cama de Samuel Graham, y por el estado en que se encuentra la habitacion, puedo intuir que no solo hemos dormido. --No puedo creer que nuevamente cai --tomo asiento en la cama y sujetando mi cabeza con ambas manos niego --que una vez mas cai en los brazos de la tentacion. --?Tan malo fue? --Sam imita mi posicion, y por como rasca su rostro intuyo que debe tener incluso mas resaca que yo. --No lo se Sam, porque no recuerdo nada de nada --llorisqueo --esto esta mal. --Tampoco recuerdo nada carino, pero tu y yo juntos, desnudos en una cama, ?nunca puede salir mal verdad? !Vamos Vikinga! vayamos a desayunar, me duele la cabeza y necesito un cafe. --Antes necesito una ducha y ropa limpia, ?o puedes imaginar lo que pensaran todos si nos ven bajar juntos y yo usando el vestido de la noche anterior? --?Que dormiste con el jefe? --!Exacto! --Bueno carino, lamento informarte que eso es la pura verdad… --agrega con una media sonrisa tan seductora, que puedo sentir cuando cierta zona de mi cuerpo comienza a humedecerse. --Pensaran que soy una trepadora, una caza fortunas, que lo hago para recibir un aumento de sueldo, o peor aun --observo sus ojos con terror --!que quiero destruir tu matrimonio Sam! Con cuidado de cubrir mi cuerpo con la sabana me pongo de pie y Sam rie. --Cubrete bien Susan, Dios no quiera que estos ojitos te vean desnuda… una vez mas. --Estupido --respondo, cuando en un limpio movimiento Sam arrebata mi sabana dejandome como Dios me trajo al mundo. Cubriendo mis partes intimas como puedo corro al tocador, pero antes de cerrar la puerta Samuel ingresa. --Ven aqui maldita caza fortunas --grune mientras me carga, lleva hasta la ducha y el agua completamente helada comienza a caer sobre nosotros. Chillo y rio todo a la vez, hasta que los labios de Sam me silencian de golpe y en un limpio movimiento me levanta por la cintura hasta que mis piernas rodean su cadera, y aunque pude sentir su ereccion matutina contra mi abdomen mientras me besaba, fue una sensacion diferente cuando se introdujo dentro de mi. --Eres mia aunque estes con el. Y aunque se que no debi responder, al menos no lo que dije, no pude evitar confesar: --Lo soy. La ducha que tomamos fue agradable, y casi… casi me hizo olvidar que a kilometros de distancia un hombre <>aguardaba por mi. Cambio mi atuendo por un jean casual, unos mocasines y una blusa a rayas, Sam bajo antes que yo a pedido mio, en un intento mas de no ser tan evidentes, pero intuyo que todos ya deben saber lo que paso entre el numero uno de la empresa y yo, y asumo que el lunes seremos el chisme del momento en la empresa. Respiro hondo y decido llamar a Max, y aunque mi esposo ignora mi furtivo encuentro con mi jefe, la verdad es que me siento una mierda y la culpa me carcome por dentro, una vez mas, como tantas otras veces sucumbi a los encantos de Samuel Graham. En ocasiones siento la culpa como un liquido de color negro, algo sucio, espeso y maloliente que habita dentro de mi y que en momentos como este, comienza a brotar por mi nariz y boca como lava caliente, y si bien la imagen de mi misma es cruel y repulsiva, mi fuerza de voluntad es limitada y siempre, siempre vuelvo a recaer. Su telefono movil suena un par de veces, pero soy enviada al buzon de voz: “Hola, soy Max, en este momento no te puedo atender, por favor, dejame un mensaje y te llamare en breve” el dulce tono de voz de mi esposo me forma un nudo en la garganta y esa cruel pero acertada voz que habita en mi interior, una vez mas me dice que no merezco estar casada con alguien como el. Intento dos veces mas pero nada… observo mi reloj y siendo las once de la manana pienso que quizas decidio ir al gimnasio por mas tiempo que el acostumbrado, o posiblemente se encuentre reunido, o simplemente dejo el movil en el carro. --Carino… espero te encuentres bien, nosotros por aqui ya finalizamos todo lo que teniamos en la agenda… te veo en casa por la tarde --por un momento dudo, aunque al instante agrego --te amo. Luego del desayuno Donald llamo para darnos el ok con las inversiones y negocios hablados en la reunion del dia de ayer, noticia que a todos nos puso muy felices, ya que ambos viajes fueron un exito para la compania. Al momento de volver a la habitacion decido que debo de ir por mi ropa interior a la habitacion de Sam, ya que al no encontrarla esta manana, solo coloque mi vestido y chaqueta y con prisa <> me largue a mis aposentos. --Adelante --responde reconociendo mi forma de golpear tan caracteristica. Primero asomo mi cabeza por la puerta, y sonrio al verlo comodamente recostado en el sillon, mirando un juego de futbol mientras sostiene una helada cerveza en su mano. Cierro la puerta, camino hasta su encuentro y tomo asiento junto a el, imitando su posicion, recuesto mi cuerpo en el agradable sillon de cuero cafe y elevo mis piernas y cruzo los pies en la pequena mesilla. --Felicidades jefe --sonrio y entrego mi mano para saludar al cabecilla del equipo, Sam acepta mi saludo y luego de estrechar mi mano, de forma casual y como otras tantas veces a lo largo de estos anos me entrega la cerveza, doy un sorbo y me deleita lo helada que se encuentra. --Gracias senora Williams, la verdad es que fue un buen trabajo, y el equipo es todo en estos casos --sonrie de lado --hacemos buen equipo Vikinga --agrega de forma socarrona. --Lo hacemos --respondo mientras fijo mi vista en una gran pintura algo surrealista que se encuentra a un lado del televisor --?como se encuentra tu resaca? --Mucho mejor carino, nada como tomar una ducha fria con una bella mujer, un cafe y dos ibuprofenos para la resaca. --Eres un patan Sam --sonrio, aunque me sobresalto cuando llaman a la puerta, bajo inmediatamente mis pies de la mesilla, pero cuando estoy a punto de ponerme de pie, Sam apoya una de sus manos sobre mi hombro indicandome en silencio que no me preocupe, que el se encargara de todo. Samuel se pone de pie, y con calma abre la puerta, colocandose de forma tal, que el visitante no pudiera ver dentro de la habitacion. --Senor Graham --puedo escuchar la voz de Mariela <> --estoy buscando a Susan, alguien dijo que pudiera estar --carraspeo --reunida con usted. Sam se hizo a un lado permitiendo a Mariela ingresar, ella le hablo de cerca, y Sam masajeo su rostro con cansancio, como si lo que acababan de decirle le hubiera agregado varios anos encima. --Susan --Samuel capto mi atencion --debo darte malas noticias carino… se trata de Max. Con el corazon en la boca me pongo de pie, y aunque el tono de Sam anticipaba que algo malo habia ocurrido, jamas uno se prepara para lo que estaba por escuchar. Mariela sale en silencio dejandonos nuevamente solos. --?El se encuentra bien? --pregunto en un balbuceo casi imperceptible. Sam camina hasta mi, y tomandome de las manos responde: --Lamento ser yo quien deba darte esta noticia carino --sus ojos verdes comienzan a llenarse de lagrimas --Max murio. De pronto me falta el aire y la habitacion comienza a girar a mi alrededor, puedo escuchar desde lejos la voz de Sam preguntar si me encuentro bien… ?Susan me escuchas…? !Susan! Capitulo 1 — Todo final anuncia un nuevo principio. Cuando despierto todo es un alboroto. Me encuentro recostada sobre la cama y siento que alguien mantiene una bolsa de hielo sobre mi frente. A lo lejos veo a Samuel caminar impacientemente de un lado para el otro mientras habla por telefono y grita indicaciones varias a los presentes. No entiendo que es lo que sucede, hasta que un leve recuerdo llega a mi mente, y todo el dolor, miedo y desesperacion regresan con fuerza. --Desperto senor Graham --grita una persona que no logro reconocer, aunque por su indumentaria puedo suponer que sea enfermero o medico. Yo tomo asiento de golpe, mientras Samuel lo hace velozmente junto a mi. Con los ojos cargados de lagrimas observo el rostro de mi mejor amigo y negando suplico… --Dime que todo fue una pesadilla por favor… !dimelo! --Sam niega. --!Nooo! --grito tan fuerte que automaticamente la habitacion queda sumergida en el mas profundo silencio --dime que es mentira, dime que hubo una equivocacion por favor --las lagrimas caen como una gran cascada y siento cuando los brazos de Sam rodean mi cuerpo. --!Sueltame! --chillo mientras que como una demente me pongo de pie y con ira observo a los presentes, se que todos me quieren acompanar y consolar, pero en este momento quiero estar sola, soy la unica que ha perdido a alguien muy especial y la presencia de todos me hace sentir mas sola e incomprendida que nunca. --!Fuera! --grito --todos se van --caigo de rodillas sobre la moqueta y tomando mi rostro con ambas manos lloro… mi alma llora. La soledad me acompana durante las horas de vuelo, donde ya nadie intento hablarme… apenas una joven azafata se limito a traerme una pequena botella de agua y darme el pesame. Debi reconocer el cuerpo, algo de las cosas mas fuertes que vivi en mis veintiocho anos de vida, y aunque fue una de las cosas mas inapropiadas del mundo, Samuel me acompano, el forense retiro la sabana que cubria a mi esposo sobre la fria camilla metalica, a pesar del palido color de su piel y labios, aun seguia siendo el… mi esposo, la persona que elegi para dar el si… mi companero. Doy un paso y sin saber que hacer tomo una de sus frias manos entre las mias, acaricio sus largos dedos entre los mios… sus unas moradas, los golpes varios en el pecho que causaron el accidente de transito que arrebato su vida, uno grande en su abdomen, otro en el pecho y alguno mas en la frente. --Fue una rotura de bazo senora --agrega el medico forense --tambien habian danos en algunos organos mas, mi mas sentido pesame senora --agrega con educacion.

  • la muneca tatuada de Abigail Villalba Sanchez

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    “A veces, ni siquiera yo se quien soy, ni que me trajo aqui. El tiempo pasa a mi alrededor como un velo de lluvia llevado por el viento, como un susurro gritado a la nada. Pero estoy aqui, guardando un secreto que nadie quiere conocer, que a nadie le interesa. Estoy sola, completamente aislada en la negrura y, sin embargo… continuo esperando. ?Que espero? No lo se. ?A quien? Tampoco. Solo tengo la certeza de que, al final, tras los dias que escapan por mi ventana llegara algo, y ese algo, cambiara mi vida” Ara releyo las lineas que estaban escritas en la pared. Tras dos largas semanas de busqueda, habia encontrado la puerta que daba a esa habitacion. Por fin. Apenas se habia fijado si algo era diferente a la primera vez que habia entrado, pues lo unico que le interesaba era saber si aquellas frases seguian alli. Suspiro profundamente y las acaricio con la yema de los dedos, con dulzura. A pesar del tiempo que habia empleado en investigar sobre ellas, no habia encontrado nada que arrojara un poco de luz sobre su misterio. Incluso habia buscado mas letras en su habitacion, Aun sabiendo que en esas cuatro paredes no habia nada de interes. Era frustrante y, a la vez, emocionante. De hecho, era lo unico emocionante que habia alli. --?Quien demonios eras? --pregunto, en un susurro y arrastrando las silabas, como si le costara vocalizar. Carraspeo, sacudio la cabeza y dejo su voz escondida en un rincon, apartada para otro momento. Despues se sento en el suelo y apoyo la espalda en la pared, justo al lado del parrafo. Sus ojos violetas se entrecerraron, mientras luchaban contra el polvo que ella misma habia levantado. Intento no toser pero, tras un incomodo momento, su pecho se contrajo dolorosamente en una serie de espasmos. Poco a poco, el polvo se asento y Ara consiguio tomar un poco de aire, pese a que este no era el mejor. Efectivamente, la habitacion seguia tal y como ella recordaba: mas pequena que el resto, pintada en un brillante tono azul y decorado con pequenos elefantes amarillos. Aparentemente, la habitacion de un nino. Pero ?por que parecia que ese nino nunca habia nacido? Todo estaba sin usar, impecable… salvo por la gruesa capa de polvo que cubria todo a su alrededor. Tras unos segundos de completo silencio, en los que ni siquiera ella se atrevio a pensar, Ara se levanto y deambulo por la habitacion, como si fuera la primera vez que lo hacia. Observo cada detalle, cada minuscula particula que conformaba ese pequeno y extrano universo. Acaricio los juguetes pulcramente colocados en la estanteria, y sonrio cuando noto en ella una inesperada ola de carino y esperanza. Ignoraba por que, pero aquellos sencillos elementos llenaban su mente de musica, de risas y de un incontrolable anhelo. No era la primera vez que le pasaba, asi que desecho como pudo los sentimientos y continuo con su escrutinio, esta vez, para acercarse a la cuna. Nunca antes lo habia hecho pero, como de costumbre, ignoraba por que. Quiza fuera porque las letras la habian llamado mas la atencion o, simplemente, porque le daba miedo encontrarse algo alli que no quisiera ver. Esa vez, sin embargo, impulsada por esa repentina necesidad de saber mas, se acerco y aparto el cobertor de seda azul con toda la lentitud del mundo. Y la vio… Y grito. Como si la poca voz que le quedaba quisiera escapar. En la cuna habia una muneca, una pequena, desnuda y con los ojos abiertos. Y en su frente, bajo el pelo rubio, habia dos palabras escritas, dos palabras que a ella se le tornaron eternas, hermosas y siniestramente vacias. Porque, ?quien se atrevia a decir “te quiero” a alguien que, en realidad, no existia? *** Ignoraba cuanto tiempo habia pasado desde que cerro los ojos. ?Una, dos horas? ?Quiza mas? La oscuridad rodeaba todo lo que tenia al alcance de la mano, incluso el reloj que marcaba las cinco y media de la manana. Enzo se estremecio cuando el frio acaricio sus brazos desnudos y su rostro, apenas despierto. Somnoliento, se paso la mano por la barba de tres dias que nacia en su menton y despues, bostezo sonoramente. No recordaba cuando se habia quedado dormido, ni siquiera recordaba haberse desnudado. Fruncio el ceno, se rasco la nuca y contemplo el reflejo de la television encendida, justo frente a el. Una pelicula porno brillaba en la pantalla, aunque sus gemidos baratos quedaban ahogados por el silencio de la habitacion. Ignoro por completo la pelicula y cogio el mando que reposaba junto a su cadera, apenas cubierta por la sabana. Aun asi, no fue consciente de que los canales pasaban ante sus ojos, en un vano intento de venderse a el, a sus ojos y a ese bolsillo que, cada dia, se llenaba de mas billetes. En realidad, su mente estaba muy lejos de alli, oculta en un lugar al que nadie queria entrar, ya que podian perderse tanto como el lo estaba haciendo. Al cabo de un rato, Enzo suspiro, cerro los ojos y se levanto. Era evidente que no podia dormir y, si podia evitarlo, no iba a perder el tiempo. Cogio de la silla sus pantalones de traje, su camisa blanca y una corbata que le gustaba bastante. Despues se paso una mano por el pelo, dejo que este se alborotara bajo ella y se puso los zapatos. Justo en ese momento, su movil, que habia quedado relegado a uno de los bolsillos, vibro con insistencia. --?Si? --pregunto, con suavidad. --?Papa? ?Eres tu? --Una voz sutil, apenas un silbido, atraveso la barrera del sueno y le hizo despejarse. --?Ocurre algo, princesa? --Enzo suspiro profundamente y se detuvo junto al ascensor. Una triste sonrisa se dibujo en sus labios, como tantas veces a lo largo de esos dos meses. --No… o si, no lo se. --La voz de la pequena parecio titubear, porque casi desaparecio--. La abuela dice que no vas a volver hasta dentro de mucho. ?Es verdad? Enzo se estremecio con fuerza al notar la tristeza implicita en esa frase, una desolacion tan arrolladora como la que el mismo cargaba. Trago con fuerza, carraspeo y se obligo a dar un paso mas, a seguir adelante a pesar de todo. --Volvere, Adriana. No se cuando, pero lo hare lo antes posible --contesto, sin ser capaz de mentirla--. ?Te ha explicado la abuela por que no estoy alli? ?Por que tengo que quedarme aqui? El silencio parecio alargarse durante lo que solo fueron unos segundos. Casi podian escucharse las dudas de la pequena hacerse palabras. --No demasiado bien. Dice que tienes una mision, como los heroes que salen en la tele --susurro, emocionada--. ?Es verdad? --Es verdad, si. Pero no soy ningun heroe de la tele --contesto, en el mismo tono cadente y dulce de la nina--. Solo soy un hombre que hace lo que tiene que hacer. De nuevo, el silencio se apodero de la conversacion. Ninguno dijo nada durante unos momentos, hasta que Enzo cayo en la hora que era. Tomo aire y lo solto con un suave bufido. --?Te has dado cuenta de la hora que es, canija? ?No deberias de estar en la cama? -- ?Si? Oh. --Adriana dejo escapar una carcajada llena de dulce picardia--. Ahora voy, promesa. --?Promesa de verdad? --!De la buena! Enzo sonrio, como solo el podia hacer en esos momentos: calmadamente, con suavidad, con paciencia. Con carino. Su corazon acelero sus latidos hasta que resonaron sobre el ruido del ascensor al llegar, sobre el ultimo silencio de la conversacion. Suspiro, aferro el telefono con mas fuerza y apreto la mandibula hasta que esta crujio. Como echaba de menos estar con ella. Como anhelaba volver atras en el tiempo, a esos estupidos momentos en los que sus brazos no eran el unico refugio. Como deseaba regresar a ese ideal que mantenia vivo en su cabeza, cual frenetica llama a punto de morir. Como dolia la cruda verdad. --?Adriana? --susurro, con la voz rota. --?Si, papa? --Te quiero. --?Estas…llorando? --pregunto, con tanta tristeza que el sintio como se le encogian las entranas de puro desasosiego. --No, carino. Los heroes no lloramos --contesto y tras dejar que una lagrima desbordara sus ojos, colgo. *** Hacia un frio horrible en aquella habitacion y Ara no tardo en ser consciente de ello. Se cruzo de brazos, se mordio el labio inferior y observo, de nuevo, la dichosa muneca que habia trastocado su mundo en tan solo unos segundos. ?Cuanto llevaba alli? ?Y por que? ?Era para ella o, simplemente, pertenecia a esa habitacion, como todo lo demas? Frustrada, se aparto de la cuna unos pasos y miro a su alrededor, sin saber bien donde posar sus ojos. De pronto, alli donde posaba su mirada veia algo nuevo, algo inquietante que hacia que su corazon latiera desbocado. Incluso el espejo que la reflejaba, con sus perfectas grietas a los lados, le parecia distinto. Ara se estremecio cuando el miedo que llevaba por dentro amenazo con salir mas deprisa de lo que ella podia soportar. La sensacion de que todo se le iba de las manos no fue tan fugaz como pensaba porque permanecio con ella incluso cuando, momentos despues, decidio salir corriendo. Hacia anos que no recurria a eso y hacia incluso mas que no huia de nada. Al menos, no estando despierta o consciente. El resto… bueno, con el resto de los miedos no podia hacer nada, porque incluso ella sabia que en las pesadillas no habia una manera justa de lucha. El pasillo parecia infinitamente largo y oscuro, lo cual era curioso, porque estaba perfectamente iluminado por pequenas lamparas de pared que apenas titilaban. Como siempre, las puertas se sucedian unas a otras: hechas de madera, de cristal, acero. Habia puertas desvencijadas, rotas, nuevas… cada una cerrando la entrada a un secreto que, tarde o temprano, descubriria. Sin embargo, y aunque su curiosidad innata la llevaba a querer abrirlas todas, esa vez solo se detuvo al llegar a una puerta en concreto. Una discreta, blanca y limpia, con un brillante veintidos anclado en ella. Ara suspiro freneticamente, abrio la puerta y volvio a cerrarla tras de si. Poco a poco sus latidos fueron tranquilizandose, hasta que se convirtieron en un murmullo apenas tapado por el ronco sonido del ventilador que giraba en el techo de la habitacion. Alli se iniciaban sus recuerdos, precisamente en aquella habitacion. Podria decirse que, de alguna manera, todo habia empezado alli, aunque no entendia ni como, ni por que. De aquel lugar, con sus paredes pintadas en verde y con aquellas cortinas blancas que rozaban el suelo, solo podia decir cosas buenas. --Por fin en casa --susurro quedamente, mientras se quitaba la fina camiseta de manga larga y la dejaba en el respaldo de una silla, donde se podian ver otro monton de prendas apiladas. Nadie contesto a su timido saludo aunque ella tampoco esperaba respuesta. Ignoraba el tiempo que llevaba alli, pero nunca se habia encontrado con nadie mas, aunque tenia la certeza de que no estaba sola. ?Como iba a estarlo, a fin de cuentas? Tendria que ser tonta para creer que toda la comida, el agua y la ropa aparecian por arte de magia. Alli, en algun lugar, habia alguien mas y era cuestion de tiempo que le encontrara. Ara sonrio brevemente cuando la conocida sensacion de bienestar acaricio su piel erizada. Obvio la television apagada y los relojes que marcaban las seis de la tarde, y despues, tras acariciar el lomo de los libros que se acumulaban en la mesilla, se dirigio al bano contiguo. Adoraba la rutina del dia a dia, a pesar de todo: despertar, sonreir, descubrir que habia tras la siguiente puerta. Despues, regresar a aquella habitacion, perderse en la dulzura del agua caliente… y esperar al dia siguiente. Era agradable, aunque una tarea solitaria que, poco a poco, mermaba su espiritu. A veces, no podia evitar hacerse preguntas mientras el agua mecia sus caderas llenas de cicatrices, rojizas, que parecian recientes. ?Por que ella? ?Por que alli? ?Por que siempre tenia la sensacion de que su vida era un sueno inconcluso? Pero las respuestas nunca llegaban, o al menos, ella nunca sabia interpretarlas correctamente, lo que era realmente frustrante.

  • Desdichas modernas de Sophie Divry

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    Una Emma Bovary de nuestros dias.

  • 29 balas y una nota de amor de Alfonso Egea

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    En 29 balas y una nota de amor, Alfonso Egea relata el crimen que ocurrio en el seno de la Guardia Urbana y que acabo con el encarcelamiento de Rosa Peral y Albert Lopez, detenidos como sospechosos del homicidio de Pedro Rodriguez, miembro tambien del cuerpo y pareja de Rosa Peral. Egea, periodista especializado en investigacion y sucesos de Espejo Publico, realiza en este libro una reconstruccion pormenorizada de la investigacion basada en todo tipo de fuentes y documentos, que aportaron las diferentes partes del caso.

  • La historia de una criatura de la lluvia de Luz Ros

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    Vas a conocer enseguida a Monica y La Vintage, una cafeteria especial y casi magica. Vas a tener que descubrir a Ela, dudar a veces y sentir casi siempre, hasta que su incognita se desvele hacia el final de la historia..., o no. Y, sobre todo, te aseguro que te engancharas hacia la pagina... Pero vamos a empezar por el principio, ?no crees? Iban dos y se cayo el del medio. <>, te preguntaras. Pues algo, pero muy poquito, la verdad. Pero por algo hay que empezar... Iban dos y se cayo el del medio. Que si. Que el del medio se cayo. El caso es que <> se cayo... Una caida de esas de ir al hospital y analisis y placas y horas y horas y todo eso. !Ah! Por cierto, el del medio era la del medio. Y se cayo. --?De donde cayo?, ?del segundo piso? --Pues un poco mas alto, mas arriba. --?Del sexto? --En realidad, cayo del cielo. --?Que? --Que cayo del cielo. Con la lluvia, exactamente. ?Que si es un angel? Pues no, la verdad, de eso no entienden arriba ni yo tampoco. Los angeles suenan a buenos y santurrones... Tecnicamente, se trata de una criatura de la lluvia. --?Y eso que es? Pues eso es lo que vamos a contarte: la historia de una criatura de la lluvia. Principios de agosto, tras un mes de julio pesado, pesado de calor. Monica va por la calle sudando y de repente se forma una tormenta. Y cae una criatura de la lluvia. Pero, claro, eso Monica aun no lo sabe. Me refiero a que no sabe que ha caido ni que es una criatura de la lluvia. Lo tipico..., hadas, duendes, elfos, sirenas..., cosas de esas. Bueno, y tambien vampiros y hombres lobo, por tanto, libro crepuscular. ?Que? ?Que quieres saber que es? Pues, querido lector, vas a tener que esperar, porque toda historia comienza por el principio, que puede ser lo mejor... o no, igual que el final. Capitulo 1 Todo comienza Voy de camino a la cafeteria donde trabajo como camarera, cocinera, limpiadora, psicologa, cajera, reponedora, contable... Si, mi nombre es Monica y soy la senora duena del local, con sus pros y tooodos sus contras. Para que te voy a contar como estamos los autonomos en Espana..., pero, en fin, no me quiero quejar, que tampoco se como estan en otros lares. Como decia: primeros de agosto y yo de camino a la cafeteria, pensando en que estos zapatos me van a molestar de aqui a un rato. !Inocente de mi! Que ese fuera el mayor de los problemas. Aquel mes de agosto no tenia ni idea de lo que me esperaba, ni lo que me esperaba tenia idea de mi. Ela cayo cual pesado fardo en medio del trocito de cesped que habia en el parque infantil de las afueras. En un primer momento disfruto del color verde del cesped, de su textura, de como guardaba las gotas de lluvia, la humedad de la tierra, esponjoso, frio, fuerte y delicado..., hasta que todo el cuerpo le empezo a doler dolorosamente amargamente profundamente, sin saber que parte del cuerpo era la que no dolia, porque no parecia que hubiera alguna que no doliera o fuera a doler. Anadamos, ademas, que experimentar un cuerpo nuevo de esta forma, asi tan de golpe y golpes, es una de las peores maneras de empezar. Aunque, desde luego, le hizo notar cada una de las partes de aquel delicado cuerpo. Coger aire, suspirar, gemir de dolor. Asi no habia pensado Ela empezar en la tierra. Ella queria que sus primeros sonidos fueran dulces, ?angelicales?, equilibrados, armoniosos..., al menos al principio, porque con la practica ya veria como cambiar las cosas..., jejeje. Pero no, solo salian lamentos y parecia mas un perro apaleado que ninguna otra cosa. Cruzo la calle y... !vaya! O !caramba! Ahi estaba el hospital. --!Que casualidad! --dijo mirando hacia arriba hacia el cielo o mas alla, pero enseguida bajo la mirada por el dolor que le supuso estar en esa postura. Bueno, tampoco era momento de despreciar la ayuda. Horas despues, estaba en la puerta con unos cuantos papeles, un brazo enyesado, moratones en las piernas y una tirita en la cara. No habia mas que pensar que era su dia de suerte. Aunque Ela no tenia experiencia en caidas desde arriba ni sabia de nadie que hubiera caido con anterioridad, decidio mirar las cosas con optimismo, concluyendo en pensar que el comienzo habia ido muy bien. Pero, dado que era inquieta, sentia en su interior que ya llevaba bastantes horas quietecita, sin hacer nada. Y esa desazon tenia que calmarla, porque no era buena. No, nada buena. Un toquecito y el semaforo se pondria en verde y, !oh!, los peatones pasando. Frenazos, pitidos, gritos, ofensas. Ji, ji. Ya empiezo a pasarlo bien. Un poco de diversion, por favor. Y, mientras decidia el siguiente paso que daria, volvio al parque, a desembarazarse de vendas, potingues, papeles, moratones, dolores grandes y pequenos..., hasta volver a ser ella misma. La cafeteria La Vintage luce una decoracion muy cuidada con base vintage parisina, londinense y de casino espanol, con elementos eclecticos que la hacen muy especial. Vamos, un mezclaillo con mucho encanto. ?Recuerdas los carteles donde se ponia el menu en la puerta de los bares, que imitaban a un cocinero con su gorro, casi a tamano real? !Pues uno de esos tengo yo! A mi me recuerda a sitio turistico de los setenta, veraneo familiar, olor a salitre y bronceador de zanahoria..., a sensaciones de mucha vida. Me costo encontrarlo, pero ahora lo tengo aqui, junto a uno de los bojs que flanquean la puerta de madera acristalada, a la entrada de La Vintage. Entras en La Vintage y entras a otro mundo donde todo tiene cabida, donde cabe relajarse, hablar con los amigos, disenar un videojuego, montar un club de lectura, jugar a la Play... o tomar el te. Un gran espacio con secciones diferenciadas. Una gran biblioteca de suelo a techo, repleta de libros de todo tipo, en el rincon junto a la cristalera de la entrada, con sofas, butacas y lamparas de lectura. Junto a este rincon, escritorios antiguos de madera, restaurados; y, sobre ellos, los ordenadores mas modernos y potentes que pude conseguir. Sillones, sillas de colores, sofas, mesas y mesillas distribuidas por todo el local, donde cada grupo es un mundo, o un submundo, en el que se respira distinto, se crea, se transforma, se rie, se llora, se lee, se investiga, se siente..., se vive. Y lo mas emocionante es ver a un joven de veintipocos anos disfrutar comentando un libro con una senora de sesenta, que no solo esta disfrutando, esta ganando vida. O ver al tipico friqui (cara al ordenador) que no se da cuenta de que le sonrie la timida muchacha del fondo, que ha venido con sus amigas a tomar un batido. Los ruidosos de todas las tardes, pero con esa energia que dan los diecisiete, dieciocho o mas, que nunca se tiene bastante, que se quiere mas, se vive mas, se rie mas fuerte y mas alto, se exagera, que son buena gente y animan hasta al mas grunon. No puedo olvidarme de mis clientes fijos del cafe de la manana. Cada uno (!que curioso!) tiene su sitio. Es como una tradicion o un habito sentarse cada dia cada uno en su sitio. Si, alguna vez, por lo que sea, esta ocupado, se quedan unos segundos indecisos, fuera de lugar, sin saber que hacer o donde sentarse, desubicados totalmente, porque aun no han comprobado que ver el mundo desde otra perspectiva, desde otro punto de vista, en otro entorno, te abre los ojos y la mente y puede que hasta el corazon. Hasta a mi me descoloca que alguien nuevo ocupe un sitio <>. Pero me coloco mi mejor sonrisa, porque un cliente nuevo no solo es un cliente nuevo, es una oportunidad unica de tener esa primera impresion que dicen que nunca se pierde. Y yo, lo siento, pero disiento completamente, porque si las personas tenemos capacidad de cambiar, ?como no van a cambiar nuestras actitudes y las impresiones que nos hacemos de otras personas que, a su vez, tambien pueden cambiar? Como decia William Blake, <>. Pues eso. Y, la verdad, crecemos constantemente, no solo cuando somos ninos, de mayores tambien estamos creciendo, aunque siempre tan ocupados que no nos damos cuenta. Ya, ya lo se. Vuelvo al tema. Estabamos con un nuevo cliente. Un nuevo cliente que aun no sabe que saludar es gratis, que la sonrisa es gratis y que ser amable es gratis, que te pregunta que que se puede comer... con sus ojillos de nuevo, con su nariz de nuevo, su boca de nuevo, su pelo o su no pelo de nuevo..., y que no es consciente de todo lo nuevo que es; no sabe todavia que al entrar en La Vintage todo puede ocurrir, lo imaginable y lo que no todo el mundo es capaz de imaginar, porque La Vintage no es tan solo una cafeteria, es... algo mas. Y ya no volvera a ser un cliente nuevo, porque aprendera y aprenderemos de el, porque formara parte de este espacio y de este tiempo.

  • Perdernos para encontrarnos de Silvia C. Carpallo

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    Novela ganadora VI Premio Romantica Kiwi RA
    ?Cuanto vale nuestra felicidad? La de Paula, por lo visto, un salario fijo al mes.
    Vivimos nuestra vida segun las normas marcadas: un trabajo estable, un alquiler, una pareja, boda, hijos. Y en ocasiones eso significa vivir toda la semana pensando en el fin de semana, y todo el ano pensando en las vacaciones. Para Paula, por algun motivo, eso ya no es suficiente. Pero aunque empieza a tener las preguntas, no termina de encontrar las respuestas.

  • Desinformacion de Pascual Serrano

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  • !Como puedes comer eso! de Christophe Brusset

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    Carne de caballo vendida como carne de buey, te verde chino rico en pesticidas, azafran espanol que en realidad es irani, mermelada de fresa sin fresas, guindilla india aderezada con excrementos de raton, leche infantil al toque de melamina... Bienvenidos al lado oscuro de la industria alimentaria, en el que las regulaciones se estiran hasta el limite para ampliar el margen de beneficio, incluso a cambio de poner en riesgo la salud de los consumidores.

  • Elijo elegir de Ana Forner

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    Siempre he odiado los lunes; si fueran comida, serian un plato de acelgas hervidas, seguro. Nunca he podido ni con las acelgas ni con los lunes, pero, desde que estoy en el paro, he empezado a valorarlas, con ese color verde tan bonito, tan blanditas y tan insulsas… !Si es que no apreciamos nada! !Con lo buenas que estan! Tanto quejarnos de los lunes cuando trabajamos y luego, si estamos desempleados, nos descubrimos mirando con envidia a los pringados que, con cara de no poder con su vida, se dirigen al curro y pensamos <> Como para no querer… Tengo la cuenta corriente en numeros rojos, he tenido que volver a vivir con mis padres, con lo que me costo independizarme, y para colmo de males mi novio me ha dejado por WhatsApp. Si mi vida fuera un cuento corto, seria algo asi: <> Voy caminando cabizbaja hacia mi coche; otra manana perdida, para variar. Suena mi telefono y lo miro sin ganas; es Laura, mi mejor amiga. --Dime --le suelto mas seca que un esparto mientras llego hasta donde esta aparcado mi vehiculo. --Desde luego, eres la alegria de la huerta, hija, desprendes simpatia por los cuatro costados. --A ti querria verte en mi situacion, chata, a ver lo simpatica que estabas. --?Otro dia en busca y captura de empleo? --Y otro dia desperdiciado. --Estamos en La Lola; ven a tomarte una cervecita, a ver si entre todas conseguimos animarte. --A mi solo puede animarme un trabajo. --No te creas… si empiezo a contarte las putadas que me hace mi jefe, casi preferiras estar en el paro. !Me tiene hasta las narices! !Venga, vente, que no nos hemos visto en dos semanas! --A tu jefe le hacia yo la ola --le respondo riendome por no llorar. !Esto es deprimente! --!Tu estas un poco flipada! Con tu genio, durarias en mi puesto dos dias. --De eso nada. Alucinarias con lo comprensiva que me he vuelto, ni yo misma me reconozco; el Dalai Lama a mi lado no tiene nada que hacer, !te lo aseguro! --!Que idiota eres! --me dice soltando una carcajada--. ?Vas a venir o tengo que ir a buscarte? --Voyyyyy… Cojo el coche y me dirijo a traves de un trafico infernal hacia La Lola, el pub donde solemos reunirnos todos los viernes las amigas para cotillear y desconectar despues de toda una semana de duro trabajo, aunque en mi caso ya no recuerde ni lo que es eso. Somos como cotorras y, cuando nos juntamos, no hay quien nos calle, asi que supongo que me vendra bien pasar alli un rato, a ver si se me pasa el cabreo que llevo. Cuando llego, las veo sentadas en la mesa del fondo. Saludo a Lola, la duena del pub, y me acerco a ellas. Deben ir por la segunda ronda de cervezas, a juzgar por la cantidad de vasos vacios que hay ya sobre la mesa. --Mira que os gusta darle al drinking --les digo sonriendo y dandoles dos besos a cada una--. Anda, hazme un hueco, Laurita, que tu sola ocupas todo el banco --le pido mientras la empujo un poco para sentarme junto a ella. --Joder, acabas de llegar y ya estas dando por saco, punetera -- comenta haciendose a un lado--. !Lola! !Una cervecita para Paula! -- brama desde la mesa. --Vuelve a pedirselo, que no se si te habra oido --apuntillo con guasa--. !Mira que eres bestia! --!Mira quien fue hablar! --?Como vas con lo del curro? ?Tienes algo a la vista? --me pregunta Sandra. --Que va… ya quisiera yo… Estoy valorando entre irme fuera a trabajar o meterme de cabeza debajo del primer trailer que pase por delante. --Tendras que elegir una tercera opcion… las dos primeras son una mierda. --Lo digo en serio, Laura, esta situacion me esta sobrepasando. Estoy pensado en irme a Francia, igual encuentro trabajo y a un frances que este muy bueno y me susurre guarradas al oido. !Os juro que necesito las dos cosas! --les suelto con una carcajada. --De eso nada, tu no te vas a ningun sitio, te quedas aqui conmigo, en los madriles, que se esta muy a gustito; ademas, aqui tambien tenemos tios buenos que pueden decirte todas las cochinadas que quieras. --Para tio bueno, este --nos interrumpe Raquel, que hasta ese momento ha permanecido callada mirando una revista--. !Joder, que macizo esta! --A ver --murmura Sandra--. !!!Madre miaaaaa, esta tremendisimo!!! Seguro que es gay… !todos los gays estan buenorros! --Este tiene de gay lo que tu de monja, chata, lo que yo te diga… ?Sabeis que pienso?, que los tios que estan tan buenos deberian considerarse patrimonio de la humanidad, para que todas pudieramos catarlos --remata lamiendose el labio y poniendo los ojos en blanco. --!Mira que eres bruta! --le espeto riendo. --?Bruta? !Miralo y alegrate el dia! ?Por que no encuentro yo tios asi? ?Se esconden de mi o es que tengo un iman especial para atraer a todos los cardos borriqueros de la zona? --Yo mas bien diria que te has vuelto un pelin quisquillosa… sera la edad --anado para pincharla. --Con este no me pondria quisquillosa… te lo aseguro. --Que pesadita te estas poniendo, ?eh, maja? Parece que no hayas visto un tio bueno en tu vida. --Como este, no --asegura convencida. --!Anda ya! --No lo has visto, Paulita --me dice con retintin--. Estas haciendote la dura con un tio de una revista; realmente lo tuyo ya es grave, tia. Y suelto una carcajada sin poder evitarlo, !que idiota es la pobre! --Ni dura ni leches; por muy bueno que este, seguro que no le llega ni a la suela de los zapatos a David Gandy. !Ese si que esta bueno! Os prometo que, si lo tuviera delante, no sabria por donde empezar. --!Anda que no esta tonta la tia! !David Gandy! En el anuncio de Dolce & Gabbana esta para comerselo enterito, !nam, nam! --?Que te comerias, cochina? --pregunta Laura acompanando la pregunta con una sonora carcajada. --?Tu que crees? --le contesta descojonandose--. !Te aseguro que yo si sabria por donde empezar! Lo dejaria exprimido. --Pues no se que deciros, a mi me gusta mas este que David Gandy --murmura Sandra con la mirada aun fija en la revista--. Tiene una pinta de follador perdonavidas que te mueres. --A ver, trae aqui que le eche un vistazo --le indica Laura quitandole la revista de un tiron--. !Madre mia! Paula, en serio, !miralo! !A este si que le haria yo la ola! !Y todo lo que quisiera! !Yo quiero uno asi para mi! !Menudo rallador de queso tiene! !Eso son abdominales, leche! --Tu ya tienes a Juan, no seas codiciosa --suelto y cojo la revista por fin--. A ver, exageradas, que no sera para tanto. --Juan es un amor, pero en su vida ha tenido esos abdominales, por eso compro el queso ya rallado --remata riendose. Oigo a Laura de fondo… estaba equivocada, si que es para tanto; de hecho, creo que se han quedado cortas, pero lo que me asombra es como reacciona mi cuerpo ante su fotografia: mi mirada queda atrapada con la del hombre que me observa fijamente y dejo de respirar momentaneamente. Devoro las fotografias con ansia; en ellas se lo ve junto a la modelo Jenny Clause a bordo de un yate. Es un reportaje bastante extenso, en el que principalmente la fotografian a ella, pero tambien hay varias fotos en las que aparece el solo. En una de las imagenes se los ve juntos haciendose un selfie; en otra, el esta de perfil mientras las gotas de agua se deslizan por su cuerpo y en la ultima… esa me tiene fascinada, es un primer plano suyo, esta mirando fijamente a la camara y es como si llegase hasta mis entranas, deshaciendome. ?Quien es este hombre que me esta trastornando asi? Busco su nombre en la revista y lo encuentro… Philip Jones. --!Paula! Estas babeando, jodida. ?Era para tanto o no? --me demanda Raquel descojonandose--. !Ese tio desprende sexo por los cuatro costados! !Lo que daria yo porque me empotrara contra la pared! !Que barbaridad! Oigo a mis amigas tronchandose y empezando a soltar burradas, pero paso de ellas y leo el articulo a toda pastilla. ?Estan juntos? Pone que es un importante empresario de Sidney, pero no se menciona si son o no pareja, y mi vista va de nuevo a el. !Madre mia, esta canon! Pero no es solo eso… hay mas, aunque ni yo misma se que es. Terminamos con las cervecitas y me marcho a mi casa. Mis amigas han quedado para salir esta noche, pero yo no estoy de humor, lo unico que quiero es darme una ducha y dormirme. !Estoy molida despues de patearme todas las empresas del poligono suplicando un trabajo! Total para nada, !mierda de crisis! Ceno con mis padres, me ducho y me pongo el pijama, pero, a pesar de estar hecha polvo, no tengo sueno. No dejo de pensar en ese hombre y acabo conectandome a Internet para buscar informacion sobre el, aunque para decepcion mia apenas hay nada, las escasas fotos que ya he visto en la revista y poco mas. Asi que decido buscarlo por Facebook y !!!ahi esta!!! No tiene el perfil bloqueado y puedo acceder a el; no es que ponga mucho, pero me entero de que es dueno de una compania de publicidad, Virmings Group. !Yo he estudiado publicidad! Como si realmente importara… y hablo ingles, frances y aleman, pero el vive en Sidney y yo en Madrid. <>, pienso con guasa. Pero, aun asi, le mando una solicitud de amistad y pongo un <> en la pagina del Face de su empresa. Me acuesto y me duermo en seguida. Las siguientes semanas son una copia de esta ultima: me pateo todo Madrid y todos los poligonos, total para nada; muchas empresas estan cerradas, otras han reducido su plantilla a la mitad y las que no lo han hecho tampoco tienen necesidad de ampliarla. Me siento en el coche desanimada. Al final tendre que ceder y ponerme a trabajar en el supermercado de mi tio Miguel; con veintiseis anos, no puedo seguir dependiendo economicamente de mis padres… eso o largarme fuera. Paris estaria bien, o alguna ciudad de Alemania, para mejorar mi aleman… algo tendre que hacer seguro, si no quiero terminar con una depresion de caballo