• con los pies en la tierra y la mirada en el cielo libro - Monica Lopez Aunon

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    Cuando tu vida esta llena de sombras, aprendes a no fiarte de la luz.

  • Con los pies en la tierra y la mirada al cielo Tapa blanda

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  • Libro con los pies en la tierra y la mirada al cielo - IberLibro.com

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  • Libro con los pies en la tierra y la mirada al cielo - AbeBooks

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  • CON LOS PIES EN LA TIERRA Y EL CORAZON EN EL CIELO

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    El libro CON LOS PIES EN LA TIERRA Y EL CORAZON EN EL CIELO de DAVID LIFAR en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Con los pies en la tierra y el corazón en el cielo - Lecturalia

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  • Los pies en la tierra, los ojos en el cielo - Loqueleo

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    1 abr 2016 — Descarga aquí la suscripción anual al libro digital con actividades. Descarga aquí la guía docente. Guía Docente.

  • «Don Javier Echevarría tenía los pies en la tierra, la ...

    https://www.betafilmsplay.org/index.php/video/86/%C2%ABdon-javier-echevarr%C3%ADa-ten%C3%ADa-los-pies-en-la-tierra-la-mirada-en-el-cielo-y-el-coraz%C3%B3n-en-la-gente%C2%BB/

    3 mar 2017 — Madrid 01-03-2018 El jueves 1 de marzo de 2018 se presentó en Madrid “En la tierra como en el cielo”, el primer libro sobre don Javier ...

  • Con Los Pies En La Tierra y El Corazon En El Cielo

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    Es un libro bien intencionado pero fue llevado adelante de una manera muy pobre. Capítulos muy cortos, ideas contradictorias y repetitivas, vagas, sin brindar ...

  • La llama del amor de C. H. Dugmor

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    Diana ha crecido rodeada de castanuelas, toros y verbenas en la preciosa Espana. Es hija de un aclamado Matador, y ve a su padre como un ejemplo a seguir. Sin embargo, un fatidico accidente le arrebata la vida al grandioso Armando Vidal, lo que hace que el destino de Diana de un vuelco.

  • Destino imperfecto de Paulina Maggi

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    Cuando los suenos pueden cambiar tu pasado, tambien lo haran con tu presente. Solo ten en cuenta la pieza clave para que el primero sea por el bien del segundo.

  • Los angeles no tienen helices de Mercedes Alonso

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    ?Recuerdas ese momento en el que tu vida dio un giro de ciento ochenta grados? Olivia jamas podra olvidarlo pues, en su caso, como en el de otras muchas personas de carne y hueso, no fue una de esas etapas facilonas en las que solo falta la musica de unos magistrales violines para endulzar el gran momento.

  • Arte en la sangre, Bonnie Macbird de Bonnie Macbird

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  • Toda una Lolita (Yo soy tu candidato 4) de Miranda Wess

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    Catalina es una joven chispeante y divertida que no se deja vencer por las circunstancias. Entre la universidad, sus amigos y los romances efimeros se pasa la vida.
    Bruno es un empresario exitoso, ecuanime y un ejemplo de rectitud para su familia. Pero pronto descubrira Catalina que en la intimidad es un hombre sexy y ardiente acostumbrado hacer las cosas de la unica forma que conoce.
    La suya.
    ?Sera Bruno aquel destinado a amarla a pesar de las diferencias o simplemente sucumbira a la pasion pasajera que le despierta esta Lolita?

  • Simplemente Sara (Sara Summers 4) de Susanna Herrero

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    Sara ya tiene veinticuatro anos. Y tanto sus saltos, como sus caidas y sus decisiones la han llevado a ser lo que es: simplemente Sara.

  • El destino de Michael (Security Ward 8) de N. Q. Palm

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    Tel Aviv es la ciudad que lo vincula a su familia y en la que paso largas temporadas, a pesar de no estar pasando por su mejor momento, Michael se alegra de volver. Aunque sea para una mision en la que su equipo debera desenmascarar a varios terroristas.Cuando la unidad de Security Ward aterriza en Israel, es el el que debe dar la cara e involucrarse hasta el cuello debido a su conocimiento de la ciudad y del idioma.

  • La posada del viajero, Armando Rodera de Armando Rodera

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    Cantabria, finales del siglo XIX. Tras la inesperada muerte del cabeza de familia de los Abascal, su viuda e hijos deberan sacar adelante una pequena posada de viajeros, en el corazon de la villa marinera de Suances.

  • La receta del amor de Fernando Claudin

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    En este magno cuento de hadas para todos los publicos el autor nos ofrece su particular receta del amor.

  • Los moteros del MidWay 1 (Extras Serie Moteros 1) de Patricia Sutherland

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    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • Agente exterior de Brad Thor

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    Brad Thor, autor superventas en Estados Unidos, deslumbra con un thriller politico de alto nivel. En un piso franco, cerca de la frontera de Siria, un grupo de operaciones estadounidense se prepara para llevar a cabo una mision preparada con meses de antelacion.Su objetivo es Abu Muslim-al-Naser, uno de los jerarcas del ISIS. Numerosos analistas, incluida una congresista, estan alli para monitorizar el ataque, pero sorpresivamente el piso franco es atacado. Los sangrientos momentos posteriores a la irrupcion, difundidospor internet, se convierten en una pesadilla politica. En Washington, la tormenta de acusaciones se centra en el modo en que se manejo la informacion, los preparativos de la operacion y como y quien consiguio filtrarla. Scot Harvath, el agente especializado en antiterrorismo que habia identificado a al-Naser mientras trabajaba para una agencia privada de inteligencia, es convocado por la CIA.Cargando con el peso del ataque y con algunos poderosos congresistas pidiendo su cabeza, Harvath se ve obligado a montar su propiaoperacion para averiguar que salio mal y tomar venganza. <> TheWashington Times <> Providence Journal <> Suspense Magazine <> Townhall <> Bookreporter.com

  • Las sombras de Caloris (Cronicas de Caloris 2) de Myriam Alonso Hidalgo

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    En busca de su hermano, la centinela del cuerpo de elite, Adara Zacaride, se ve enrolada en una mision suicida al Exterior, organizada por el grupo terrorista “Neoprodotes”. Sin embargo, la expedicion se vera truncada por una extrana senal de radio que les guiara hacia un futuro ominoso.

  • Lunas de Estambul, Sophie Goldberg de Sophie Goldberg

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    Ventura, una hermosa joven turca, tiene que viajar a Mexico para casarse con Lazaro porque su familia lo ha dispuesto asi. Con un baul con apenas pertenencias y la ilusion de enfrentarse a lo desconocido, se embarcara en un viaje sorprendente para comenzar una nueva vida lejos de su tierra natal. La llegada, su primer matrimonio, el segundo, sus hijos, su viudez, sus nietos, el regreso a Turquia: Ventura vivira cada acontecimiento con una profunda intensidad e ira aderezando sus dias con la riqueza de aromas, sabores, ritmos, colores y proverbios que trajo consigo del lejano Oriente. Entre recetas turcas y sefardies y las costumbres heredadas de una cultura milenaria, encontrara el mejor antidoto contra la anoranza, aunque su memoria no pueda borrar el recuerdo de las lunas de Estambul.

  • El mar blanco de Roy Jacobsen

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    Nadie puede estar solo en una isla… Sin embargo, Ingrid esta sola en Barroy, la isla que lleva su nombre, mientras la guerra de su infancia ha sido sustituida por una guerra aun mas terrible y Noruega se encuentra bajo el dominio de los nazis.
    Cuando el mar arrastra a la orilla los cuerpos de los soldados de un buque bombardeado, Ingrid no se imagina que uno de ellos aun tendra vida suficiente para borrar toda una existencia de soledad.
    Tampoco se imagina lo que sufrira para proteger a su amante de los alemanes y de los colaboradores noruegos ni el periplo al que se enfrentara para volver a casa tras ser arrancada de su isla. Ni que, durante los estragos de la guerra, rodeada de refugiados que huyen de la hambruna por tierra quemada, recibira un regalo de valor inconmensurable.
    Roy Jacobsen retoma a los personajes de Los invisibles y nos sumerge con mayor profundidad en sus vidas al tiempo que hace un poderoso retrato de un ano decisivo en la historia de Noruega.

  • Roza, tumba, quema de Claudia Hernandez

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    Ella sobrevivio a la guerra, dejo las armas, pero conservo el vertigo. Cuidar a sus hijas continua siendo su lucha. Aunque roza, tumba, quema es una forma de agricultura itinerante, ella debe quedarse en el mismo lugar para que sus hijas sepan a donde regresar.

  • El millonario de Silicon Valley de Joshua A. Aguilar

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    Como El millonario de Silicon Valley puede convertirte en una persona mas sabia, rica y feliz.

  • El libro de mi destino (Narrativa), Parinoush Saniee de Parinoush Saniee

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  • La Mejor Apuesta de Nora Roberts

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    Serena MacGregor ya estaba cansada de que su acaudalada y bienintencionada familia se metiera en su vida. Estaba decidida a depender de si misma y, de paso, poner un toque de aventura en su vida. Fue asi como acabo trabajando como crupier en un crucero y en los brazos del jugador Justin Blade. El encanto y atractivo de aquel hombre parecian tenerla hipnotizada, pero no lo suficiente como para que no se percatara de que Justin le estaba ocultando algo.

  • La ciudad sentida de Manuel Longares

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    Un juego de ficciones y certezas, originalidad y vanguardia. Una ciudad que alberga un secreto…

  • Volando alto de Carmen Gracia

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    Susana lleva anos trabajando como azafata en vueltos intercontinentales. Una vida cansada pero gratificante, la cual sufre un “revuelo” inesperado cuando el piloto del avion cambia. Eduard, a diferencia del anterior capitan, es alto, apuesto, simpatico, atletico y con una sonrisa arrebatadora. Por supuesto, Susana comenzo a ir con una sonrisa mas grande al trabajo. Hasta que una noche, en el hotel, mientras todo el equipo del avion celebraba con motivo de ano nuevo, la joven termino bebiendo una ultima copa con Eduard y acabaron en su habitacion. A la manana siguiente, bueno, ya no habia nada que lamentar, asi que se podia repetir. Y ya puestos, en el avion mismo si hacia falta. Pero por supuesto, tener relaciones en el trabajo estaba mal visto, sobretodo cuando comienzas a mezclar trabajo con placer de verdad.

  • Desatame 2 de Christina Ross

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    De Christina Ross, autora de Aniquilame, llegan tres nuevos libros en la serie con mas de dos millones de libros vendidos en todo el mundo.

  • Puzzle. Fusion perfecta de Moruena Estringana

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    Peyton siempre ha sentido que no encaja en la perfecta vida de su padre. Ha vivido toda su vida en un internado, pues su padre preferia tenerla lejos desde que volvio a casarse, haciendo que Peyton se sienta como un error que prefiere mantener oculto. Pero todo va a cambiar, su padre la quiere de vuelta en la ciudad donde es Alcalde. Ella no tiene mas remedio que regresar y estudiar la carrera elegida por su padre. Tiene una razon de mucho peso, pese a que ya es mayor de edad.

  • Fuera de juego (HQN) de Anna Casanovas

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    Era la peor semana de su vida, de toda su miserable y jodida existencia. Si lograba salir adelante, algo que le parecia mas que improbable en ese momento, cuando tenia la mirada fija en el fondo de un vaso de whisky, jamas le ocurriria algo peor. El mundo podia partirse en dos, el kraken podia atacarlo y arrancarle la cabeza y nada conseguiria jamas empeorar su situacion actual. En cierto modo era liberador, penso mientras vaciaba ese vaso, igual que llevaba haciendo toda la noche. No habia tocado fondo, no senor, el habia ido mucho mas alla. El lo habia perdido todo y ahora ni siquiera sabia quien era ni que queria hacer durante el resto de sus dias. Patetico, sin duda, y lamentable. Volvio a llenarse el vaso de whisky y siguio compadeciendose de si mismo. Estaba harto de mantener las formas y de fingir que era un hombre razonable. Estaba hecho una mierda, se sentia estafado y enganado, y lo peor de todo era que estaba furioso consigo mismo porque todo, absolutamente todo, era culpa suya. El era el unico culpable de esa debacle. El y solo el. El habia sido el chico perfecto, habia estudiado la carrera perfecta en la universidad perfecta y se habia enamorado de la chica perfecta. Despues se habia casado y tenia la esposa perfecta para el trabajo perfecto. Y una mierda. Ben se bebio ese whisky y se sirvio otro, ?cuantos llevaba? ?Seis, siete? Daba igual, nadie lo levantaria de ese sofa ni le obligaria a dejar esa botella hasta que el lo decidiese. Estaba solo, igual que lo habia estado en los ultimos meses y, quiza, en los ultimos anos. Por mas que lo intentaba no conseguia encontrar ese punto en el tiempo, aquel instante en el que todo se habia ido a la mierda. El creia que lo estaba haciendo todo bien; habia estudiado derecho por vocacion, durante los anos que habia trabajado como fiscal se habia ganado el respeto de sus companeros y de sus contrincantes, el paso a la politica lo habia dado porque creia desde lo mas profundo de su corazon que podia ayudar a crear una ciudad mejor, un pais mejor. Y, Dios, penso, pasandose las manos por el pelo, habia colaborado sin saberlo con un psicopata que habia asesinado a cuatro personas a sangre fria y cuyo sueno empresarial consistia en inundar el pais de armas. Otro whisky, el ardor de la garganta no era nada comparado con el que le estaba destrozando el estomago y la cabeza. Si los agentes encargados de investigar el caso de esos asesinatos no hubiesen desconfiado de las pruebas y no hubiesen llegado hasta el final, ahora estaria en la carcel. O peor aun, muerto. Sin embargo estaba vivo, y dejando a un lado el pequeno detalle de que su esposa se habia enamorado de ese maldito agente y lo habia abandonado para irse con el a Boston, habia salido relativamente indemne del asunto. La botella estaba vacia, observo aturdido, pero por suerte habia sido previsor y tenia otra preparada al lado. La abrio, no sin cierta torpeza, y se lleno el vaso de nuevo. Su matrimonio se habia hundido al mismo tiempo que su carrera. Habria podido salvarlos a ambos, Victoria se habia quedado con el el tiempo necesario para no danarlo politicamente y el fiscal habia accedido a mantener en secreto su participacion en todo lo relacionado con los asesinatos. A el, al fin y al cabo, le habian utilizado y su ayuda habia sido vital para resolver el caso y para reunir las pruebas necesarias para condenar a los verdaderos culpables. Pero no fue capaz de salvarlos, quiza no lograria recordar jamas el momento en que todo se fue a la mierda, pero si que recordaria el momento en que decidio que no queria seguir enganandose ni conformandose con una vida perfecta. No la queria perfecta, la queria suya. Derramo unas gotas de whisky sobre la mesa y sobre la mano con la que estaba sujetando el vaso que vacio tras levantarlo. El ni siquiera recordaba la ultima vez que habia sido feliz con Victoria, verdaderamente feliz, ni la ultima vez que habia sentido emocion por despertarse e ir al trabajo. Estaba casado con una mujer perfecta y tenia el trabajo perfecto, asi que sencillamente cumplia con lo que se esperaba de el. Era lo menos que podia hacer. Ese mismo dia habia firmado los papeles del divorcio. Victoria y el se habian citado en el despacho de abogados que habian elegido para llevar, muy discretamente, el tema. Victoria no estaba con Harrison. Asi se llamaba el sucedaneo de James Bond del que se habia enamorado. Al parecer el se habia puesto en plan heroe y le habia dicho que no queria que estuviera a su lado mientras estuviera herido. Si Victoria le hubiese insinuado, aunque hubiese sido solo durante un segundo, que ellos dos podian reconciliarse, Ben habria dicho que si. Asi de triste y asustado, por que no reconocerlo, se habia sentido en medio de aquel lujoso despacho de abogados. Pero ahora no. Ben sabia que habria sido un error, habria sido volver al camino facil, aquel por el que llevaba anos, toda la vida, transitando y que nunca le habia hecho feliz. ?Cuando habia sido feliz por ultima vez? La cabeza le daba vueltas cuando volvio a llenarse el vaso. Tras firmar los papeles y despedirse de Victoria, Ben camino por la calle. Al principio habia creido que no tenia un rumbo fijo, queria pensar en lo que su ya exesposa le habia dicho, "Quiero volver a ser tu amiga. Te he echado de menos todo este tiempo". Aunque le doliera en el orgullo, Victoria tenia razon, ellos dos siempre habian sido amigos. Habia sido una estupidez querer convertir esa amistad en algo mas, pero eran tan perfectos el uno para el otro, sus vidas encajaban tan bien, que la tentacion habia sido demasiado grande. El sabia que Victoria lo queria, y el la queria a ella, pero la suya no era ni habia sido una gran historia de amor. Esas historias no existian, se sirvio otro whisky, igual que tampoco existian los politicos honestos, ni los mares donde navegar sin llegar nunca al horizonte. Ni las noches interminables de sexo apasionado. Derramo el vaso que tenia en la mano y se sirvio otro. ?Desde cuando le importaban esas cosas? Era culpa de Victoria y de su discurso sobre el amor de verdad, la pasion, la amistad y gilipolleces de esa clase, penso bebiendose el liquido ambarino. Lo del mar, sin embargo, era otra cuestion. A Ben le apasionaba navegar, pero hacia anos que no se subia a un barco y mucho menos a un velero. Le costaba recordar la ultima vez que habia sentido el viento del mar en el rostro o el sabor de la sal en los labios. No habia tenido tiempo libre para dedicarse a eso, ni a su matrimonio, ni a si mismo. Pero eso habia acabado, ahora disponia de todo el tiempo del mundo. Quiza habia abandonado el despacho de los abogados sin un destino en mente, pero sus pies lo habian llevado hasta la sede de su partido. No le costo decidirse, subio un escalon tras otro y cuando llego a la oficina donde practicamente habia vivido esos ultimos meses encendio el ordenador y tecleo su dimision. La gente le hablaba, el no oia a nadie. Con la hoja de papel en la mano camino hasta la sala de reuniones donde estaba el presidente del partido y sus asesores y se la entrego sin decir nada. Intentaron detenerlo, le pidieron que se tomase tiempo para pensar. El se limito a contestarles que ya no habia marcha atras. Ese Ben, el congresista, ya no existia. Ahora era solo Ben. Solo Ben estaba borracho. Lleno de nuevo el vaso y sonrio como un idiota al recordar las amenazas nada veladas que habia recibido de la direccion del partido: "Estas acabado". "No podras volver a dedicarte a la politica en tu vida". "Si nos dejas tirados ahora, Holmes, jamas lograras nada en Washington". Dias atras esas frases le habrian encogido el estomago y se habria echado atras al segundo de escucharlas. Ahora las anadio a la coleccion de pruebas que demostraban que su vida era un fracaso y que en realidad llevaba tiempo sin importarle. Por eso estaba bebiendo esa noche, porque acababa de darse cuenta de que ni perder a Victoria ni perder su carrera politica le habia importado demasiado. Se habia asustado, se habia sentido enganado, estafado, incluso insultado, pero no le habia importado. No realmente. Si el escandalo de Wortex no se hubiese producido, el habria seguido adelante con esa vida gris, con una mujer que no lo amaba apasionadamente y trabajando en proyectos politicos inutiles. Ahora lo habia perdido todo, pero ni siquiera eso habia sido decision suya. Al menos Victoria habia conseguido librarse, penso bebiendo el whisky, ella habia recuperado la pasion, habia descubierto el amor con un jodido espia, y le habia abandonado. A Ben le dolia, en el orgullo y quiza tambien en otra parte, pero el principal sentimiento que lo embargaba si pensaba en ello era la envidia

  • Hablame de ti. Carta a Matilda de Andrea Camilleri

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    Andrea Camilleri, el querido maestro de la novela negra fallecido en julio de 2019, escribe una carta a su bisnieta Matilda. En ella repasa los episodios mas representativos de su trayectoria personal y profesional junto con los hechos historicos mas notables del ultimo siglo.

  • ENTRE VINEDOS (Blue Heron 1), Kristan Higgins de Kristan Higgins

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  • Hazmelo como tu sabes de Amanda Seibiel

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    Lucia es un ama de casa que se dedica en cuerpo y alma a su marido Roberto y cuyos unicos conflictos son saber el menu diario y evitar los encontronazos con la cotilla de su cunada.

  • Charmed (Traduccion) de Alexa Riley

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    Todos los dias, Charlie va a dibujar un hermoso edificio que esta en construccion. Ella se siente atraida por alguna razon, y hace que sus pinturas cobren vida. El dia en que se termine la pintura, el desfile del Dia de San Patricio esta en la ciudad. Pero una escaramuza entre su bandeja de pinturas y una gran bestia malhumorada con un traje la hace huir por seguridad.

  • Relativo Completo, Naobi Chan de Naobi Chan

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    Todo es relativo, nada es como deberia ser, pero no se rinde, durante el dia es la esposa perfecta, pero cuando cae la noche.

  • Odiare de Mar Montes

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    Beatriz lo tiene todo. Unas buenas amigas, unos hijos estupendos y un marido que la adora. Sin embargo, esta a punto de echarlo todo a perder por culpa del trabajo. ?Que precio estara dispuesta a pagar para salvar lo que ama?

  • Te mereces esto y mas: Encuentra la inspiracion. Recupera tu identidad – Nuria Perez Paredes de Nuria Perez Paredes

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    Los primeros anos de maternidad engullen a las madres en un mundo de biberones, extraescolares y coladas que no dejan tiempo para nada mas.

  • Cecile de Nancy G. Ayala

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    !Una historia fantastica completamente adictiva!

  • Lo que oculta la nieve de Rocio Mulas

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  • Hasta que llegaste tu de Ariadna Tuxell

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    En <> la escritora nos explica la vida de Giovanna, una profesora que esta separada y tiene un hijo pequeno. La protagonista iniciara una relacion sentimental con su hombre ideal que le hara volver a creer en el amor verdadero haciendola sentir una mujer totalmente deseada, amada, querida y afortunada.

  • Sin senal de Daniela Bascope

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    Los ojos de Cheito se asomaron por las rendijas de la ventana para asegurarse que sus papas se habian ido. Con la mano derecha, le hizo senas a Tomas, su hermano mayor, quien se fue corriendo al armario principal. Jurungaron como pudieron y donde pudieron, tratando inutilmente, de no dejar evidencias de la buscadera y el afan. Cayeron rendidos en la alfombra; derrotados porque no encontraron nada. En eso, una idea se asomo en los ojos saltones de Tomas quien otra vez y a las carreras, salto hasta la puerta de la casa. Tomo unas llaves guindadas y se fue veloz al garage. Abrieron el cajon de la camioneta. Tomas brinco como mono y reviso el perolero. Debajo de unas toallas consiguio unas bolsas y en las bolsas (brillaron los ojos de Tomas), los juguetes. Los hermanitos se taparon la boca para que sus gritos de emocion no se escucharan. Empezaron a curucutear todo y encontraron: una patineta blanca y brillante; una pista de trenes; una caja de construccion para ninos; 4 potes de plastilina azul y dos Walkies Talkies fluorescentes que funcionaban como los de la gente grande. Escucharon un ruido y aunque no eran los papas, decidieron guardar todo como estaba y cerrar el cajon de la camioneta. Esa noche, Cheito y Tomas se desvelaron pensando en todo lo que harian con esos juguetes. Imaginaban pasear por la cuadra y ser el centro de atencion de sus amigos. Fantaseaban con comunicarse por los Walkies Talkies fluorescentes y montar a Pancho, el gato tuerto pero tierno de la casa, encima del tren de la pista. Eran las dos de la madrugada y los dos hermanos sonaban despiertos; sonrientes, viendo su futuro en el techo. Llego el 25 de Diciembre. Tomas bajo a las carreras por las escaleras. Eran las seis de la manana y el sol apenas alumbraba. Cheito, en un pijamas que le quedaba grande, bajo aun dormido pero emocionado; siempre mas lento y tropezandose. Euforicos, abrieron los regalos y no encontraron nada. Si habian juguetes y eran para ellos, pero no los mismos del cajon de la camioneta ni los de tantas madrugadas de desvelo y fantasia. Con un vaiven agridulce, los hermanos Ramirez jugaron en las calles de su vecindario; sin armar mucho alboroto y sin ser centro de atencion de nadie. Algunas tardes, antes del ano nuevo, Tomas se quedaba fantaseando con la patineta blanca y brillante que jamas habia llegado y se preguntaba que habria pasado con ella. Con frecuencia, las fantasias lo encontraban a la hora de la comida, y no faltaba un "!Tomas! !se te enfria!" que lo sacudia y lo devolvia a la realidad de sus buenos pero no tan queridos juguetes. Dos dias antes de noche vieja, los hermanos Ramirez salieron con su papa al parque. Tomas y Cheito ya se acostumbraban a sus nuevos juguetes y hasta se la pasaban bien con ellos. Cheito brincaba torpemente sobre el avioncito dibujado con tiza en el piso mientras sostenia uno de sus munecos de guerra. Cantarruteaba una cancioncita de un comercial de television mientras Tomas corria y corria por el parque. De pronto, sus ojos y su cuerpo se detuvieron en seco: a lo lejos estaban dos ninos jugando con una patineta blanca, una pista de tren y dos Walkies Talkies. Tomas no creia lo que veia; eran exactamente como los juguetes que habian descubierto en la camioneta de su padre a quien volteo a ver con sus ojos saltones; intrigados y atonitos. El padre le devolvio una sonrisa leve pero Tomas le quito la mirada y no le hablo en todo la tarde. Anos despues, Tomas y Cheito conocieron a sus hermanos. Sin senal Quedaron solos en una habitacion. No habia senal asi que hablaron como se hablaba antes; sin selfies, sin historias de 24 h, sin mensajes ni llamadas. Eran ellos a solas con sus conversaciones. Se dieron cuenta que tenian el mismo lunar en el mismo sitio del cuerpo; los mismos gustos musicales y los mismos intereses pseudo espirituales. Las miradas ya no pudieron sostenerse y se acercaron; a penas se rosaron los labios pero no se besaron. Se tocaron como los ciegos para reconocer las caras pero no se besaron. Se sintieron iguales, pares, pareja, cercanos. Se amarraron las manos, las ganas. Contuvieron; aguantaron. Quedaron abrazados en un espacio que habia dejado de ser el de esa habitacion, imaginando como seria hacer el amor. Dias despues se vieron en el cumpleanos de su padre quien durante anos habia querido reencontrar a su hija con su hermano. Actuaron cordiales en la fiesta y despues de eso, nunca mas se hablaron. El silencio Mary era el estorbo ruidoso del que su mama tanto se quejaba; tenia prohibido gritar, aplaudir o escuchar musica. Habian dias en los que tenia que cuidar el pasar de las paginas de su libro o el rechinar de las puertas cuando entraba o salia. Forraba la suelas de sus zapatos para cuando llegaba del colegio y cuidaba que los platos no chocasen demasiado con los cubiertos durante la comida. Un dia llego del colegio. Sigilosa, comio sola en la cocina, hizo sus deberes y se bano. Ya eran las 8:45 de la noche y aun no habia visto a su madre que por lo general, siempre estaba en la casa escribiendo en miles de hojas de papel reciclado y un par de botellas de vino. A las 9:30 pm, Mary sintio una extrana curiosidad y camino en puntillas hasta la habitacion de su madre. La puerta estaba cerrada asi que prefirio regresar a su cuarto para evitar el ruido de las bisagras. A la manana siguiente, cuando estuvo lista para salir al colegio, decidio abrir la puerta con sumo cuidado. Habian 6 tomos de la Enciclopedia Britanica; La Iliada y 8 revistas despedazadas que formaban una torre sobre el suelo. Unos centimetros mas arriba, los pies de su madre suspendidos en el aire. El cuerpo inerte colgado de una soga y los ojos, afortunadamente, cerrados. Fue la primera vez que Mary grito; grito sin parar; grito agudo; grito largo. El Perro Fue a las siete de la manana cuando Casimir salia del garage. El perro habia esperado toda la madrugada para fugarse. Se escondio entre los otros autos de la casa para que no lo amarraran. Con el frio de la madrugada recordaba aquel dia en que habia llegado a esa casa. Apenas tenia dos meses de nacido. Queria tener familia, lamer, querer y ser querido. Con el tiempo, la ilusion del hogar calido desaparecio y el nombre que alguna vez tuvo se fue desvaneciendo: ahora solo era El perro. En esa casa era estorbo; fastidio; el desastre indeseable. Por eso, aquella manana, El Perro espero la salida del sol para irse cuanto antes. Casimir encendio el auto, tomo el control de la reja automatica y presiono el boton de salida. El Perro se acerco al porton. Ni siquiera corrio. Nadie lo vigilaba, nadie lo detenia. Salio por la reja sin mayores estrategias, sin mayores prisas. Casimir retrocedio el auto y cerro la reja automatica. Acelero mientras cambiaba la estacion de radio. Choque. Ruido. Quejido de perro. Llanto. Agonia. Casimir se bajo del auto y vio a su perro en al pavimento. Temblaba. Lo cargo como pudo: camisa llena de sangre; asientos llenos de sangre. El Perro murio. Casimir lo enterro en el jardin de su casa y lloro como cuando era nino. Lo quiere mas que nunca. Lo quiere como nunca lo quiso. Lo quiere porque ya no esta. Pian Orestes Pian Orestes era su amor platonico. Lo veia con admiracion tras bambalinas mientras el hacia escenografias, actuaba o esculpia esculturas. -!Es un renacentista!- decia con suprema admiracion. Laura Mariela visitaba brujas y adivinadoras esperando que le dijeran que el tambien la amaba, que no se lo decia porque tenia ese misterio timido y atormentado del artista que no lo deja. Aunque pasaron algunos anos, hombres y viajes para Laura Mariela, Pian Orestes seguia en sus fantasias; la esculpia, la besaba en una escena; le escribia una carta prohibida y la encontraba en una fiesta. Siempre hermosa en sus idilios y con las palabras perfectas. Fue hasta un 4 de Marzo de 1977 cuando, en un bar de Praga en el que sonaba Louis Amstrong, lo reconocio a lo lejos. Estaba solo, leyendo y tomando cafe. Laura Mariela quedo paralizada ante la imagen de su Dios. Tomo una respiracion profunda como quien esta a punto de sumergirse en el agua y camino en camara lenta hasta su mesa. Se detuvo el planeta tierra y las estrellas fugaces alumbraron la escena. Al verla, Pian Orestes se sonrio y la invito a sentarse. Hablaron durante casi dos horas y el se volvio accesible, vulnerable y cotidiano; cada vez mas humano. Se despidieron en la puerta del bar y caminaron, cada quien, en sentido contrario. Laura Mariela llego a su hotel y se puso el pijamas. Una lagrima se asomo sin muchos animos y con un solo reclamo: Pian Orestes habia matado al hombre de sus fantasias. A la manana siguiente, se levanto llena de energia y con ligereza de haberse liberado de un hombre que nunca existio.

  • Dios salve a mi Reina de Javier Guerra Espinosa

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    “Si hubiera de empezar alguna vez la novela que solo escribiria para ti, que puede ser justo lo que estoy haciendo en este momento, te diria las palabras que quisiera decirte si tuviera el tiro de gracia de poder hablarte sabiendo que habia de ser la ultima vez. Te diria, si las palabras no huyeran pavorosas al verte para dejarme solo ante la musica de tus ojos, que lo mas importante de la novela, de la creacion o de la vida, nunca sera como empieza, con que palabras se escribio o con cuales se acabaria porque lo unico importante es que tu hayas sido la musa que ha inspirado todas esas cosas accesorias, la unica protagonista de la vida que a mi manera he vivido para ti”.

  • Lo que te hace grande de Valenti Sanjuan Gumbau

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    Pense que correr servia para escapar. Asi empezo todo. Corria para escapar. Para dejar fantasmas atras. Huyendo de personas, sentimientos y decepciones que todavia ardian demasiado hondo como para poder meter el dedo dentro del cazo sin quemarte la piel hasta arrasarla. Sin arrancarla de cuajo demasiado pronto. Como cuando arrancas el Ironfix transparente de un libro de la escuela que estabas forrando y, al ver que queda una pequena burbujita, o que queda desencajado, intentas despegarlo y te llevas todos los colores que habia en la portada. Todos los rostros. Todas las miradas. Todos los recuerdos. Todos los todos. Un all included en toda regla. O como cuando arrancas un bluetag de la pared, porque la foto que aguantaba ya no debe estar ahi, ni en la pared ni en tu vida, y al quitarlo te llevas por delante medio centimetro de pladur. Porque la pared no era pared, y el recubierto de pintura era menos solido que lo que te unia a la persona de la foto que acabas de romper a pedacitos. Por eso corria yo. Solia hacerlo a todas horas. Corria por la manana, a mediodia, antes de comer o despues de hacerlo, a media digestion. Corria en ayunas, antes del amanecer, mientras la ciudad todavia no se habia despertado, como sintiendo que les estaba robando a todos unas cuantas horas de ventaja. Incluso puede que pensara que absorbia alguno de sus suenos, minutos antes de que se levantaran --os levantarais-- para ir a trabajar. Haciendole trampas al reloj, desactivando la cuenta atras para que no estallara la bomba. Corria a la hora de la siesta, o despues de hacerla, o mientras todo el mundo veia El diario de Patricia. Corria antes de hacer el amor, o recien follado. Corria habiendo merendado un zumo de naranja con cereales, o sin ganas de correr. Con las calles iluminadas por el sol, por farolas, o por nada. A ritmo de buena musica, de un podcast de radio o de mis propios pasos contra el suelo. Derecha izquierda, derecha izquierda, uno dos, uno dos, vamos vamos tira tira tira tira, vamos vamos vamos, de forma casi hipnotica. Corria mientras echaban futbol por la tele, aunque fuera la final de la Champions. O mientras el 90 por ciento de la gente de mi edad y en esa misma ciudad preciosa que es Barcelona estaba emborrachandose en el Razzmatazz o en el Apolo. Corria en verano, en invierno, en primavera o en otono. Incluso en epoca interestacional, si es que esto existe. Muerto de hambre porque aun tenia que cenar o jodido de frio porque ese dia diluviaba y habia salido a lo Sanjuan, es decir, sin un puto cortaviento. Y ni hablar de chubasquero: es lo que tiene la vida, que los chaparrones no avisan. El que avisa es el hombre del tiempo de las noticias, y no da una ni en pintura. Life is life, dicen en ingles. O <>, que dicen en mi barrio. Corria por la ciudad. Asfalto en vena. Como sintiendo que gastando suela gastaba dolor. Como creyendo firmemente, y juro por el de la religion y el de las biblias que es verdad, que a cada paso que daba, estaba un metro mas lejos de aquello que me atormentaba. Asi de ingenuo era entonces. Cuanto mas corras, mas habras huido. Cuanto mas corras, menos te perseguira el ruido. Corria por la carretera de les Aigues, un santuario que todo corredor que vive en mi ciudad venera como una especie de pulmon al que escapas cuando los archivadores verticales ya te han comido demasiado terreno y tienes el alma a media asta. O cuando la alegria que te caracteriza te obsequia con un minuto de silencio que dura dias. O Semanas. O meses. O con un cerrado por defuncion. Ahi es donde antes solia refugiarme: poca gente, vistas privilegiadas de las calles, hormigas que se mueven en plena ebullicion. Y tu, en medio de la montana. Lejos. Pero no tan lejos como para no ver todo lo que sucede. Cerca, pero no tanto como para no sentirte superior: estas por encima. Muchos metros por encima. Y a la tranquilidad que eso te da, hay que anadirle un inevitable sentimiento de superioridad: <>. Bueno, esto fue hasta que de repente ese templo, en una referencia casi biblica, se convirtio en un mercadillo de poca monta. O en una analogia mas nuestra: hasta que la carretera de les Aigues se transformo en las Ramblas. Corria por Collserola. Por la avenida Diagonal, arriba y abajo. Al lado de Sagrada Familia, donde vivia en ese momento. Y bordeando el mar que le da vida a la capital catalana. Siempre el mar. Siempre el romper de las olas. Siempre el vaiven del agua contra las rocas. Asi que fuera la hora que fuese, en algun momento de mis carreras, a medio sprint o recuperando despues de hacer series, olia esa libertad que venia manchada de Mediterraneo. Siempre ese olor a mar roto. A sal apetecible. A helado no dulce ni comestible, pero que te llena la boca solo con su aroma. Daba igual si era al amanecer. Por la tarde. A la hora de la siesta o a la hora del polvo mananero. Pero sobre todo corria de noche. Y los que habeis corrido de noche sabeis que correr de noche no es correr. O no es solo correr. Corria de noche. De madrugada, incluso. Porque la oscuridad de la noche oculta tu fragilidad ante la gente que te cruzas por la calle. Y eso ya es algo. Pero la soledad de la madrugada hace que no haya nadie por las calles que pueda juzgarte. Paz absoluta. Tranquilidad sanadora. Segundos que se convierten en minutos, que mutan en horas, que vacian tu cabeza y te recargan el alma. Cuantas mas horas corria, mejor me sentia. Cuanto mas sudaba, menos pensaba. Cuanto mas lloraba, menos recordaba. Cuanto mas escapaba, menos me alcanzaban. Mis fantasmas. Mis problemas. Mis horas turbias. Como si fuera un poema, en fondo y forma. La primera epoca en que sali a correr con regularidad, sin que eso tuviera nada que ver con un entreno o un objetivo deportivo, fue por una chica que me dejo. El tema de siempre. Mas viejo que Van Gogh, que se corto la oreja para mandarsela a una chica; mas gastado que Laura Pausini. Si, si, la de <>. Pues superalo, mujer, y no nos atormentes con tu musica. Y aun asi, cai en lo mismo en lo que caemos todos desde el inicio de los tiempos. Asi de previsibles somos. A mis veinticinco anos estaba convencido de que iba a ser la mujer de mi vida. Recuerdo que cuando me dejo por otro que trabajaba conmigo no podia evitar los ataques de panico. De inseguridad. Hasta tal punto que durante unos dias me sentia incapaz de hacer lo que llevaba ya siete anos haciendo: una simple entrevista. Un reportaje. Unas preguntas divertidas con el micro por la calle. Lo unico que me tranquilizaba en ese primer gran duelo que senti en mi vida era meterme en la cama abrazando su cuerpo desnudo. Pequeno. Menudo. Agarrable. Aunque, claro, despues de una primera noche sin ser novios pero durmiendo abrazados y desnudos, me di cuenta de que iba a ser peor el remedio que la enfermedad. Y sin pensarlo, sin que nadie me lo hubiera recetado, sin saber muy bien de donde lo saque ni por que, sin esperar que lo anunciara el hombre del tiempo, que de todas formas no iba a acertar, a la siguiente madrugada sali a correr. Corri toda la noche. Corri toda la madrugada. Corri por toda la madrugada. Un rato y paraba. No estaba demasiado en forma. Andaba y corria. Corria y me paraba. Lloraba y pensaba, y volvia a correr. Y a llorar. Y a parar. Y arrancaba de nuevo. ?A que? Pues a todo un poco. Y asi paso mi primera madrugada corriendo. Ese fue mi bautizo. Porque en cierto modo se puede decir que esa noche volvi a nacer. Y ese 25 de octubre de 2005 empezo una nueva vida para mi. Aunque en ese momento yo no lo sabia. De dia seguia hecho trizas. Porque mi cabeza pensaba. Porque mi corazon sentia. Porque mi alma anoraba. Y que cojones, porque me habia tirado la noche corriendo y llorando, y llorando y corriendo. O al reves. En esa epoca las hice bastante gordas. Eso si que eran sanjuanadas y no lo que hago ahora. Recuerdo que saliamos a tomar unas copas con los amigos. Al Jamboree, por ejemplo. De hecho, a cualquier local de la plaza Real. Salir, o estar fuera de casa, que no es lo mismo, me convenia. Porque a pesar de ser mi casa, mi casa no era mi casa si no estaba ella. Total, que, a la minima que podia, montaba un plan para salir a darlo todo. Aunque fueran solo unas horitas, para enganar al cuerpo y hacerle pensar que todo iba bien, y que al llegar a casa, una vez desnudo, despojado de problemas, y de noche, y de oscuridad, me meteria en la cama y ahi estaria la agarrable. La menuda. La que me acababa de dejar por un companero de trabajo

  • Desconocidos de David Lozano

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    Dos vidas que se cruzan de madrugada a traves de las redes. Pronto daran el siguiente paso: una cita a ciegas. Sin embargo, encontrarse con un desconocido siempre entrana riesgos. Porque todos ocultamos secretos. Un cadaver. El cuerpo de un muchacho, desfigurado por la violencia de la caida. Una vida joven arruinada para siempre, una muerte que suscita mas preguntas que respuestas.

  • Los nombre de las cosas de Mariano Peyrou

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    Todos los jueves, tres amigos se reunen en un bar. Uno es director de cine y parece difuminar constantemente el limite que separa lo real de lo imaginario. Otro es novelista, aspira a la maxima libertad posible en la escritura y en la vida y tiene tantas caligrafias como amigas. El tercero trabaja en un ministerio y siente que no sabe casi nada de su esposa ni de su hijo. Haciendo gala de un extraordinario oido para el dialogo, asociaciones de ideas imprevisibles y una ironia efervescente, con su segunda novela Mariano Peyrou se aventura sin aspavientos a plantearnos una serie de preguntas sobre el amor, las relaciones familiares, la politica y el arte.

  • Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato de Jaron Lanier

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    Un brillante manifiesto que llama a la accion para comenzar a reinventar Internet.

  • Alas para volar de Miriam Prados

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    Volver a Madrid fue un sueno en si: perderme en sus calles, entre la multitud, sentarme en una cafeteria a leer un guion y vivir sus noches llenas de vida, tambien de recuerdos. Habia cosas a las que todavia no conseguia acostumbrarme, como llamar a ese estudio en el que vivia hogar o el sentimiento de soledad que a veces me invadia; no obstante, al final del dia siempre sentia que era el lugar en el que queria estar, y aunque aun se me escapase el trabajo, estaba recuperando aquella parte de mi en una ciudad que, sin saberlo, guardaba promesas. El tiempo que paso fue... revelador. Echaba en falta a los mios, especialmente a Lucas, quien casi todos los dias que llamaba me preguntaba cuando iba a volver y siempre le contestaba que pronto. Se me rompia un poco el corazon cada vez que lo escuchaba, pero el cambiaba de tema al momento y me contaba cualquier cosa a la que yo prestaba total atencion. Oscar y Nuria se las apanaron bastante bien, mi cunada pidio una reduccion de jornada que le permitia pasar mas tiempo con el nino y, a su vez, invertir en lo que una vez dejo aparcado: su trabajo como maquilladora profesional. Candela me echaba de menos como la que mas, habia venido a visitarme unas tres veces desde que me fui. Cada vez estaba mas cansada de su trabajo, era algo que hacia por inercia, pero aun le daba miedo apostar por algo diferente, algo que ella realmente quisiera hacer. Por otra parte, estaba aprendiendo a respetarse y quererse un poco mas, a dedicarse tiempo y crecer, era algo que admiraba de ella. En cuanto a Hugo, sabia que estaba bien, me lo dijo en algun mensaje que intercambiamos y Candela, que se refugio mucho en el cuando me fui, me aseguraba que asi era. La boda seguia hacia delante y con ello sus planes de futuro. ?Que si lo echaba de menos? Mentiria si dijese que no, sin embargo, es como si sintiera que ambos lo estabamos haciendo bien, quiza porque estabamos creando una calma ficticia, imaginaria, antes de volverla a romper. Capitulo 1 <> Me desperece y remolonee un rato en la cama mientras me llegaba el olor a cafe recien hecho. Matias era una de esas personas que preferian la cafetera italiana y que el olor a cafe tostado inundase la casa antes que someterse a un cafe de capsula. Por si os lo estais preguntando, no, Matias y yo no teniamos una relacion seria, simplemente intentabamos fluir, haciamos cosas juntos de vez en cuando y lo pasabamos bien. Yo diria que nos entendiamos en muchos aspectos, y aunque nunca me presiono ni saco el tema de conversacion mas que algun comentario al aire, se que a el le gustaria que siguiesemos fluyendo mas... a menudo. Algo como dejar mi cepillo de dientes en su casa y viceversa para no cargar con una bolsa cada vez que haciamos planes, pero yo lo tomaba como un paso mas, me asustaba y tiraba balones fuera. A veces, cuando la conversacion se acercaba, maniobraba con un beso y conseguia que nos olvidasemos de ello. Decidi levantarme de la cama y me fui directa al bano a poner en orden mi pelo y lavarme los dientes. Cuando estuve, volvi a mi habitacion, agarre la camisa de Matias para cubrir parte de mi desnudez y me la puse. Sali al salon, lo encontre con un pantalon liviano de pijama, apoyado en la barra de la cocina mientras consultaba su movil. Dejo de mirarlo en cuanto noto mi presencia y esbozo una de esas sonrisas descaradas con las que lograba que me sonrojase. --Buenos dias, Bella Durmiente --dijo apartando su cafe a un lado y colocandome entre sus piernas. Me saludo con un beso casto en los labios y me apoye en el hueco de su cuello--. Vaya, ?te has levantado retozona? Ronronee acariciando su piel con la punta de mi nariz y me estrecho aun mas contra si. --Matias... ?Que haces aqui conmigo? Todavia me lo sigo preguntando. Lo hacia porque el era un hombre pragmatico, profesional, detallista y un amante de categoria mientras yo... Yo era un desastre que vivia de ahorros y pequenos trabajos a la espera de que ocurriese un milagro. --Alejandra... --Levanto mi cara y me miro con esos ojos de un profundo azul--. Me siento bien contigo, ya te lo he dicho mil veces. --Mirate y despues mirame a mi. Por favor, es como si yo fuera la Sirenita macarra y tu el principe Eric con un palacete convertido en atico. Matias se rio y nego con la cabeza, divertido. --Olvidate de los mil motivos que te alejan de mi y piensa en los que te acercan. --?A parte del sexo? --A parte del sexo. Me quede pensativa y me mordi el labio. El sabia que yo era de las que cocinaban los sentimientos a fuego lento, muy, muy lento, especialmente cuando aun no habia olvidado a quien ya sabemos. Eso de que un clavo saca a otro clavo es mentira, ni lo saca ni lo sustituye, solo hace de ese vacio algo mas llevadero. --Tengo que entrar a trabajar en un rato, ?me devuelves mi camisa? --Ni hablar, me queda mejor que a ti. --Nos reimos y le rodee el cuello con mis brazos para acercarlo y juntar mis labios con los suyos en un beso que, segundos despues, dejo de ser inocente. --?Me vas a hacer quitartela? --Me miro con lascivia y mordio mi labio inferior. --Te espero en la ducha. --Me fui tras guinarle un ojo y lo deje terminando aquella taza de cafe. Las mananas de lunes eran, como decirlo, un asco. Olivia, mi amiga y agente, decidia que era dia de vernos para hacer cosas de provecho y asi poder localizar los castines que estaban abiertos. Llegue tarde a aquel Starbucks, tarde y atontada, para que negarlo, el agua y los orgasmos de buena manana eran un somnifero mas que un chute de energia y una patada en el culo. Cuando entre la localice en una de las mesitas con dos comodos sillones, ya que soliamos hablar largo y tendido. Olivia y yo nos conocimos cuando ambas estabamos terminando nuestras carreras, vino al musical que se estreno en mi promocion y se ofrecio desde un primer momento a ser mi agente. Recuerdo que me dijo que iba a parecerme algo de locos, pero que sin conocerme ya creia en mi. Poco despues comenzamos a trabajar juntas y no tardamos en depositar la confianza de la una en la otra, el problema fue que un tiempo despues... Bueno, ya sabeis lo que paso. Por eso, en cuanto volvi a Madrid no dude en llamarla. Me sorprendi cuando me conto que durante varios anos ella tampoco trabajo de agente, se habia dedicado a hacer varios cursos, le encantaban los idiomas, y acabo trabajando como profesora en una academia hasta que se quedo embarazada. Le propuse que volviesemos a trabajar juntas, yo necesitaba una agente y ella vio la oportunidad de volver a retomar todo aquello que una vez dejo y que echaba de menos, asi que volvimos a conectar en una especie de tandem que se extendia mas alla de lo profesional. --Buenos dias, Oli. ?Como esta mi pequenaja? --pregunte acariciando su ya abultada barriga. --Me ha dado una noche horrible, no pienso comer mas chocolate despues de las doce, le gusta demasiado, y lo peor es que me lo hace saber en forma de patadas --se lamento--. No aprendo. --Dile a Ivan que te lo esconda. Eso si, luego no lo amenaces de muerte si no te lo da. Nos reimos, me escape a la barra a pedir nuestros cafes y volvi minutos despues sentandome frente a ella y tendiendole su descafeinado. --?A que se debe hoy tu retraso? --Matias..., ya sabes. Olivia dibujo una sonrisa comprensiva. --Lo intenta. --Y lo aprecio. De verdad, lo hago, aunque aun me cuesta... --Me frote la sien y mire a Olivia --. Es como si sintiera que no es el mejor momento, pero cuando estamos juntos todo va bien. --Piensas demasiado, Ale, tanto que parece que no eres consciente de que no solo Matias lo esta intentando, sino que tu tambien. --Acaricio mi mano en un gesto carinoso y saco su agenda en la que tenia apuntadas mil fechas en un monton de colores a cual mas fluorescente. Estuvimos hablando de ese anuncio en el que participe, de la campana de publicidad que hice con una marca de zapatos y, en especial, de las audiciones fallidas a las que me presente desde que volvi. Le exprese un poco ese desaliento que me agitaba cuando algo se me resistia hasta que, finalmente, ambas nos recordamos que este mundo era asi de incierto, parecia que no cabian las seguridades en el. --Ayer publicaron una nota de prensa. Al parecer van a hacer una adaptacion de la pelicula Por primera vez. No se si sabes cual es, yo la vi hace anos y la verdad es que me gusto. --?Cuando es la audicion? --El dieciocho de mayo --contesto mientras subrayaba la fecha. --En poco mas de un mes... --Di un sorbo a mi cafe y rasque nerviosa ese carton que lo rodeaba. --Tienes que intentarlo, Ale. Yo confio en ti, si no ?que iba a hacer aqui con un bombo de cinco meses? Me hizo sonreir y asenti. Olivia se habia convertido en ese apoyo que necesitaba alli, ella me rescataba cuando me invadian sensaciones poco amables que me hacian dudar de lo que era capaz. Habian pasado muchos anos desde que nos vimos por ultima vez, pero decia que nada de lo que yo era habia cambiado, que seguia teniendo esa luz por la que desde que nos conocimos sintio que tenia que acompanarme ya que, segun ella, iba a llegar alto y lo queria ver. Cuando salimos de la cafeteria dimos un paseo por la Gran Via, me obligo a entrar en una de esas tiendas que tenia cositas en miniatura y a la que no se podia resistir. Cada vez que ibamos salia con algo para Alma, aquella vez fue un conjunto playero de lo mas mono. --Ay, Alma, tu madre no tiene remedio. --No puedo esperar a verla con estas cositas. Voy a esconder la bolsa, como Ivan vea que le compre algo mas me echa de casa. --Tienes muy poca fuerza de voluntad. --Ni te lo imaginas. Tan poca que mira como acabe aquella noche. --Miro hacia su barriga y me rei. Anduvimos hasta la estacion de metro y nos despedimos alli, prometiendole que la llamaria para comer un dia de esa semana. Al llegar a casa recogi todo lo que no me dio tiempo por la manana y me sente en el sofa mientras esperaba a que el suelo se secara. Mi telefono comenzo a sonar apoyado en la barra de la cocina, tuve que saltar del sofa a la silla, apoyar las rodillas en la pequena mesa y estirar uno de mis brazos hasta que lo alcance. --?Si? --respondi con la respiracion agitada. --?Te he chafado un polvo? No me digas que te he chafado un polvo. --No, mas bien ha sido un intento de <>. --Un dia de estos me llaman diciendo que te has roto la crisma por ahi. --Hoy no ha sido el dia, sali victoriosa. --Nos reimos y volvi al sofa--. ?Ya es tu hora del almuerzo? --Podria decirse que si. Mire el reloj y agite la cabeza.

  • Inocencia de Andrea C. Pereira

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    Verano de 1925 Habia pasado todo el mes de enero, y febrero se iba acercando a su inevitable final, se agotaban aquellas emocionantes vacaciones escolares que, a pesar de haberse iniciado a mediados de diciembre, para mi comenzaron cuando llegue a la estancia pampa grande, situada en el pueblo de los toldos, y durarian hasta la primera semana de marzo. Los dos meses mas libres de mi vida. La ciudad de Junin, donde yo vivia, y el pueblo de los toldos no eran paisajes diferentes, ambos al norte de la provincia de buenos aires comparten, como en toda la gran region pampeana, su interminable llanura y sus fertiles tierras. El pueblo era el mas importante de la region y debia su nombre a los asentamientos de los nativos mapuches del lugar, que vivian en construcciones de ramas y cueros de animales llamadas toldos. Tampoco se encontraban tan alejados pueblo y ciudad, pero a mi juicio eran dos mundos opuestos. La ciudad con sus casas pegadas unas a otras, la luz electrica, las calles empedradas, el encierro y la soledad. La estancia con su interminable llano, sin calles delimitadas, la luz en lamparas de aceite, la libertad y Eve. La estancia me habia ensenado lo que era respirar hasta llenarme los pulmones sin preocuparme de recibir una reprimenda por ello. podia quedarme tumbada en el verde pasto mirando las interminables hectareas de campo sembrado o correr por sus pequenos bosques verdes protegidos por gigantes y anosos arboles, que cooperaban entre si para aplacar el ardiente sol que golpeaba despiadadamente en los tres meses de verano. Al amparo de sus sombras, Eve y yo nutriamos nuestra naciente amistad. Alli estabamos esperando aquella tarde. Eve con impaciencia y yo despreocupada, mas pendiente de evitar los intrepidos rayos de sol que se filtraban en el denso follaje, que de aquel bello ejemplar que se acercaba a nosotras. Nunca habia hecho algo asi en la vida. Ocultas tras un tronco caido lo veiamos acercarse lentamente, Eve lo queria para ella. --!Lo atrapare! !Ya veras! --Puedes salir lastimada si lo intentas. --Es grande y fuerte pero puedo dominarlo sin problemas, lo he hecho muchas veces antes. --Es muy esquivo. --Una vez que los tienes en tus manos, son mansos como unos gatitos, puedes sentir su piel suave y caliente contra tu pecho. Me arrojare encima de el y le murmurare al oido, veras que en un par de horas estara durmiendo pacificamente a mi lado. --Yo creo que tomara lo que tu le des, luego saldra corriendo y quedaras toda magullada. Pero sera solo culpa tuya. --Juliana, no sabes nada de machos grandes, si tienen un nido caliente y comida a disposicion se quedan donde los colocas. --Tu madre lo matara y lo pondra en una olla, antes de que tu le armes un nido. --!Silencio! Lo espantaras. !Quedate quieta! !Agachate, se esta acercando! Unos minutos despues la sonriente chiquilla, envuelta en una capa de polvo, levantaba de las orejas una liebre mediana, exhibiendola orgullosamente ante mis ojos asombrados al comprobar lo rapido que podia moverse. --!Te dije que podria hacerlo! Miralo. ?No es precioso? Mire sorprendida y entusiasmada a la suave criatura gris, de largas orejas, que despues de dar varias patadas al aire con sus poderosos cuartos traseros, se resigno al cautiverio y me miraba suplicando por su libertad. --!Le duelen las orejas! Prestamelo, Eve. --Tu no querias que lo atrapara y… ?Ahora lo quieres cargar? --No dije que no queria que lo atraparas, dije que no podrias hacerlo, que te lastimarias en el intento, y mirate las rodillas. -- Espere paciente que la nina bajara la mirada hasta sus rodillas y continue haciendole notar mi acertado predicamento--. Tienes ambas rodillas ensangrentadas y untadas con tierra. --No importa. Me las lavare despues de encerrar a mi liebre, y quedaran como nuevas --dijo de forma engreida, y paso frente a mi para poner manos a la obra. --!Yo te ayudare! --declare, sin darle importancia a los aires arrogantes de mi pequena amiga. En aquella epoca yo era una nina que no tenia muchas oportunidades de compartir momentos de total libertad en el campo. Mis padres o, mejor dicho, mi padre me mantenia encerrada dentro de la casa de la cuidad. Asistia a la escuela por las mananas, a la escuela dominical y a misa los domingos. En mis primeros ocho anos de vida, solo dos veces me habian llevado a la estancia Pampa Grande, propiedad de la familia Solari Crespo que habia heredado mi padre, y la primera vez no cuenta en mi memoria porque solo tenia dos anos. La gran estancia, que debia su nombre a la extensa porcion de campo que ocupaba en la region pampeana, en la que en aquel maravilloso verano de 1925 me encontraba descubriendo una vida sin restricciones y en la que habia conocido a Eve, la pequena Eve. El verano estaba llegando a su fin, pronto tendria que volver a mi lugubre y solitaria vida en la casa de la ciudad, pero al menos me consolaba pensando que volveria a ver a mi madre enferma. El autoritario de mi padre me habia enviado al campo para no tener que cargar conmigo todos los dias en la casa, a todas horas husmeando cual mosca molesta que vaga por la casa, fastidiando a los demas ocupantes. Pero a diferencia de la mosca, yo no era ignorante de ese sentimiento. Mi padre aborrecia la idea de tenerme alli, ademas de aborrecer el hacerse cargo de su esposa convaleciente, que no podia manejarse sin ayuda tras sufrir un ataque durante las ultimas celebraciones de fin de ano. Segun habia oido al medico decirle a mi padre, la tarde que mi madre enfermo, la sangre habia desbordado una parte de su cerebro y los danos eran irreversibles. Desde ese momento, ella se quedo con la cara y la mitad derecha del cuerpo paralizados. Mis dos hermanos adolescentes, Guillermo, de catorce anos, y Martin, de trece, habian sido despachados a Francia el mismo dia que yo fui enviada a la estancia. Ellos iban a disfrutar unos meses en casa de mi tio Eduardo, hermano de mi madre, que residia en aquel lejano pais desde que tengo uso de razon, antes de internarse en un prestigioso colegio frances que los hospedaria a ambos los proximos seis anos. Sin importar el motivo por el que me encontraba en ese lugar, estaba viviendo el mejor verano de mi corta vida, sin tener que esconderme en cuanto mi padre ponia un pie en la casa y sin escuchar los gritos constantes hacia mi madre. Lamentaba la enfermedad, pero agradecia esos meses de calma. Tenia estrictamente prohibido salir de la casa de campo, pero los criados alli no seguian al pie de la letra las rigurosas ordenes de su patron, como lo hacia la servidumbre de la cuidad. El habia aparecido por alli dos veces en esos tres meses y la ultima vez me habia ordenado tener todo listo para el 6 de marzo, fecha en la que iria a buscarme para que iniciara las clases en la escuela de la ciudad de Junin. Faltaba, a mi juicio de nina, mucho tiempo para la fecha senalada como el fin de un verano maravilloso, siete dias era mucho tiempo para dejar que un momentaneo desacuerdo me privara de una semana de juegos y compania. Disfrutaria de los ultimos dias de libertad y no me dejaria amedrentar por una nina altanera y mandona, que para colmo era dos anos mas pequena que yo. --!Mejor me quedare y atrapare a mi propio conejo! --anuncie con determinacion. Eve se detuvo al oirme, se volvio hacia mi y comenzo a reir. Su enmaranado pelo oscuro se sacudia, despidiendo una nube de polvo con el movimiento. --?Tu? Nina de ciudad, no puedes siquiera atrapar una mariposa. ?Alguna vez has atrapado alguna? --Vivas no, pero podria hacerlo si quisiera. Y veras que podre atrapar a un conejo mas grande que el tuyo. --No es conejo es liebre, y no sabes donde buscarlas. --Me quedare aqui esperando a que aparezca otra. Esa ha venido aqui, ?no? --Te ensuciaras tu lindo vestidito rosa y tu criada te dara una tunda. Toma, cargala hasta mi casa. --La pequena nina delgaducha me ofrecio su trofeo como signo de renovada amistad y yo acepte sin esperar que volviera a insistir. --Solo te acompanare hasta el cerco, despues volvere a casa. --Nadie te vera si lo cruzas, ademas tu padre no esta en tu casa --decia la pequena, intentado convencerme para que atravesara el cerco que marcaba el limite de mi propiedad y el comienzo de la estancia La Union, propiedad del padre de Eve.

  • El cielo es azul, la tierra blanca: Una historia de amor, Hiromi Kawakami de Hiromi Kawakami

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  • En el corazon del bosque de John Boyne

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    Una manana muy temprano, mientras sus padres aun duermen, Noah Barleywater se escapa de casa. En ayunas y sin dinero, se adentra en el bosque y no se detiene hasta llegar a un pueblo donde se encuentra con la tienda de juguetes mas especial que cabe imaginarse: no solo las hermosas marionetas de madera que pueblan los estantes se comportan como si estuvieran vivas, sino que tambien hay animales, vehiculos y todo tipo de objetos inesperados. Un amable anciano, que fabrica los juguetes, lo invita a comer e intenta averiguar el motivo de su huida, y ante el silencio del nino, le cuenta la historia de su vida. Noah, perplejo, escucha atentamente el relato, lleno de aventuras increibles, de orgullo por las proezas logradas, pero sobre todo de remordimiento por las promesas no cumplidas. Las palabras del misterioso anciano llevaran al nino a tomar una decision que cambiara su vida. Con la sensibilidad y la inteligencia narrativa que lo caracterizan, John Boyne hace un guino al cuento de Pinocho para crear una fabula sobre la infancia, el dolor y las decisiones que debemos tomar desde que somos ninos.

  • La cruz de madera de Lola Solana

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    Hay algo que ni la guerra ni la muerte pudieron destruir: el honor de una familia

  • Cementerio prohibido de Francois Villanueva Paravicino

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    El conjunto de relatos de Cementerio prohibido de Francois Villanueva Paravicino mezcla el terror y lo fantastico con un estilo finamente descarnado, en cuyas paginas desfilan verdugos, canibales, condenados, catastrofes, asesinatos, longevos, pesadillas, alienados, y zombis. El autor hace gala de un tacto hipersensible para sufrir y recrear el miedo, aquel temor que obsesiona al lector de este genero, y que le revelara el oscuro rostro del Mal. Tal vez esta propuesta sea un tributo a Poe, Maupassant, Lovecraft, Shelley, Kipling, Byron, Quiroga, Clemente Palma, y otros genios que vislumbraron en las tinieblas una luz para forjar el oficio de la escritura literaria. El que se aventure en estas misteriosas paginas, se intrigara con las historias que lo cuestionaran sobre lo real, lo tragico, la muerte, la verdad o sobre la propia existencia. Por ello, la puerta esta abierta.

  • La gallera de Ramon Palomar

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    Narcos, polis corruptos y peleas de gallos.

  • Te mando un beso de Gabriela Valdivia Marquez

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    En los anos 2009 y 2010 Mexico esta contrastado. Por un lado estan en puerta los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolucion; y por otro, la violencia e inseguridad, debido a los enfrentamientos del ejercito contra los carteles.

  • En el punto de mira de Arantxa Rufo

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    Londres. Un letal francotirador mantiene en jaque a Scotland Yard desde hace anos. Es infalible, y su habilidad para no dejar pistas le ha granjeado el apodo de el Fantasma. A su pesar, el inspector Daniel Ryman recibe el encargo de investigar su ultimo trabajo, el asesinato de un importante multimillonario en medio de la City, a plena luz del dia.
    Lo que nadie imagina es que el Fantasma es una mujer, Kathleen Addams, quien interpreta a la perfeccion el papel de exitosa empresaria al mismo tiempo que ofrece sus servicios como asesina a sueldo con la ayuda de su socio, un conocido hacker.

  • Sin te quieros (Bolonia 3) de Laimie Scott

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  • Gamiani de Alfred De Musset

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    La leyenda dice que el poeta Alfred de Musset, en una platica de absenta con sus amigos, apostaba a que la literatura erotica no necesitaba de la vulgaridad ni del lenguaje soez para ser altamente calentante. Siendo muy joven, cumple con su promesa, entregandoles a sus amigos un trabajo nunca pensado para la imprenta. Pero al ser un clasico de la pornografia, pronto ya estaba editandose profusamente.

  • El ladron del siglo de Luis Mario Vitette

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    “Las cosas buenas que dicen de mi no son tantas y las malas no son tan pocas”.

  • El Jeque y la Ladrona de Maya Blake

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    Allegra miro al auxiliar de vuelo y sonrio. Rechazo la copa de champan con un movimiento de la cabeza y una sonrisa desvaida. Afortunadamente, el compartimiento de primera clase estaba casi vacio. Nadie podia presenciar su preocupacion, nadie podia saber que seguia impresionada por la noticia que le habia dado su hermano Matteo hacia dos dias. ?Como era posible que su abuelo le hubiese ocultado la gravedad de su enfermedad? Ella sabia que estaba haciendose pruebas porque los medicos sospechaban que la leucemia habia vuelto, pero le habia quitado importancia cuando, hacia dos meses, le habia preguntado el pronostico. En ese momento, sabia que le quedaba un ano de vida. Tenia al corazon encogido. No podia creerse que el hombre que parecia mas grande que la vida misma no fuese a estar alli en la proxima Navidad. Los ojos se le empanaron de lagrimas. Se las seco precipitadamente cuando noto que volvia el auxiliar de vuelo. No podia perder la compostura. Todo el mundo estaba mirando y tenia que mantener las apariencias, sobre todo, cuando las tecnologias avanzaban a la velocidad de la luz. Era Allegra di Sione, la nieta mayor de uno de los hombres mas poderosos del mundo. Tambien era la cara visible de la Fundacion Di Sione, una fundacion benefica a la que dedicaba su vida. Era feliz realizando ese trabajo tan absorbente aunque significara que casi siempre se sintiera muy sola. Intento pensar en otras cosas y miro por la ventanilla del avion que ocupaba su posicion en la pista del aeropuerto internacional de Dubai. Era principios de mayo y el sol era deslumbrante. Casi tan deslumbrante como habian sido los invitados y el exito de ultima gala que habia celebrado la fundacion. Su equipo le habia asegurado que habia sido la mejor hasta la fecha, que habia recaudado casi el doble que la del ano anterior, pero ella, aunque estaba muy orgullosa, no podia pensar en eso cuando seguia dandole vueltas a lo que le habia contado Matteo. Aparte de la noticia sobre la salud de su abuelo, su hermano habia dejado caer otra bomba. La pequena fabula que les contaba su abuelo no era una fabula en absoluto, segun Matteo. Siempre le habia emocionado la historia que les contaba su abuelo sobre las amantes perdidas. Incluso, habia llegado a preguntarse si su abuelo habia llevado una vida tan disoluta como la de sus propios padres. Sin embargo, habia descartado esa posibilidad porque sabia que su abuelo habia adorado a su esposa hasta que ella murio. Su integridad era una de las muchas virtudes que ella habia intentado emular. Aparte, su prioridad absoluta siempre habia sido levantar la fortuna de los Di Sione. Sin embargo, no estaba preparada para descubrir que las amantes perdidas tenian un significado verdadero. ?Por que le habia encomendado su abuelo a Matteo que recuperara un collar perdido hacia mucho tiempo? Ademas, la expresion de los ojos de su hermano cuando le dijo que volviera a casa sin demora... Tomo una bocanada de aire cuando el avion se elevo en el arido cielo del desierto. Cuando tenia seis anos, habia hecho frente a la perdida de sus padres de 6 la forma mas atroz y entre la atencion de todos los medios de comunicacion. Habia sofocado su propio dolor para ayudar a sus seis hermanos a pesar de lo mucho que echaba de menos a su madre, cuyo amor habia sido tan volatil como abundante. Haria frente a lo que tuviera que decirle su abuelo, fuera lo que fuese. A pesar de todos los animos que se habia dado a si misma durante el vuelo, no podia dejar de temblar mientras el coche tomaba el camino que llevaba al lugar que ella llamaba su hogar. Tenia un piso con tres dormitorios en Manhattan, pero la residencia de los Di Sione en Long Island, donde se habia criado con sus hermanos, era su verdadero hogar. Como pasaba con casi todos los hogares, tenia recuerdos agridulces, aunque en su caso, y en el de sus hermanos, eran mas agrios que dulces. No podia apartar la mirada de la impresionante mansion. Estaba rodeada de cesped impecablemente cortado y se veia a lo lejos el Estrecho de Long Island. Alli la llevaron despues de la noche que estuvo en la casa de sus padres y presencio la que seria su ultima pelea a gritos inducida por las drogas. Dos horas despues, llego un coche de policia, se bajo un agente y, con cuatro palabras, sus hermanos y ella se convirtieron en huerfanos. Allegra enterro ese recuerdo espantoso en el rincon mas recondito de la cabeza y se bajo del coche. Se abrio la puerta doble y salio Alma, el ama de llaves que habia formado parte de la familia desde que ella tuvo uso de razon. Aunque la sonrisa de la anciana italiana era tan amplia y acogedora como siempre, Allegra capto la preocupacion en sus ojos marrones y en su forma de agarrarse las manos. -Senorita Allegra, cuanto tiempo... -la saludo Alma cuando entro en el enorme vestibulo. Allegra asintio con la cabeza, pero ya estaba buscando a su abuelo con el corazon desbocado ante la posibilidad de que se lo hubieran llevado de alli. -?Donde esta el? ?Como esta? La sonrisa de Alma se apago un poco mas. -El medico le ha aconsejado que descanse en la cama, pero el senor Giovanni... insiste en que tiene un buen dia. Esta sentado fuera, en su sitio favorito. Allegra se aparto de la imponente escalera de hierro fundido que subia los tres pisos y fue a dirigirse hacia el ala oeste de la villa, al sitio donde su abuelo habia desayunado toda su vida. -Senorita Allegra... Se detuvo y se dio la vuelta para mirar a Alma. El desasosiego que vio reflejado en su rostro le produjo un escalofrio en la espalda. No habia dudado de su hermano ni por un momento, pero la verdad era que Matteo habia estado un poco absorto por la mujer que lo habia acompanado a la gala de la fundacion. En cierto sentido, habia esperado que hubiese exagerado la gravedad de la situacion cuando habia hablado con ella en Dubai. Sin embargo, la expresion del ama de llaves confirmaba que Matteo no habia exagerado. -No esta como la ultima vez que lo vio. Preparese. 7 Allegra asintio con la cabeza. Tenia la boca seca y se paso las manos humedas por el vestido de lino azul marino mientras seguia por el pasillo. No veia la luz que entraba por los ventanales e iluminaba las obras de arte que adornaban las paredes. Solo le importaba llegar al final del pasillo y salir por las puertas acristaladas que daban a la terraza con columnas. Alma le habia dicho que se preparara, pero, a pesar de la advertencia, se quedo boquiabierta cuando salio al exterior. Habia esperado que su abuelo estuviese sentado en su butaca favorita. Se quedo helada cuando vio la cama con lo que parecia una bombona de oxigeno. Su abuelo estaba tumbado con unas mantas de cachemira por encima de la cintura. El pecho le subia y bajaba lentamente y tenia los ojos cerrados. Sin embargo, lo que mas le impresiono fue que su rostro, normalmente resplandeciente, estuviese palido y demacrado. El cambio, desde la ultima vez que lo vio hacia dos meses, era increiblemente asombroso. -?Vas a quedarte todo el dia como una estatua? Allegra dio un respingo y se acerco a esa figura, cuya fragilidad quedaba cruelmente resaltada por la luz del sol. -Abuelo... -Sientate -le ordeno Giovanni dando unas palmadas en la cama con una mano nudosa. Ella se sento en el borde de la cama y tuvo que contener un sollozo cuando miro a su abuelo a los ojos. No habria podido soportar que tambien se hubiese apagado el espiritu indomable del hombre que llego a la isla de Ellis hacia mas de medio siglo. Sin embargo, y afortunadamente, sus ojos grises eran tan penetrantes como siempre, aunque un poco ensombrecidos por el dolor. -?Por que no me lo dijiste? -susurro ella con la voz ronca por las emociones que estaba intentando contener-. Hemos hablado muchas veces por telefono desde la ultima vez que estuve aqui. ?Por que no me has dicho que viniera? -Tenias otras cosas en la cabeza. -?Como que? -pregunto ella con el ceno fruncido. -Se lo importante que era para ti la gala de la fundacion y, a juzgar por lo que he oido, fue un exito clamoroso. No queria que te preocuparas por un anciano cuando ese acontecimiento tan importante exigia toda tu atencion. -Mi trabajo nunca sera tan importante como tu para mi. Lo sabes. !Deberias haberme avisado! -Considerame debidamente reganado -replico el con media sonrisa. Allegra, avergonzada, sacudio la cabeza. -Lo siento. -No lo sientas. Tu pasion serena es una de las muchas cosas que admiro de ti, piccola mia -el le tendio una mano muy grande y ella la tomo. Era calida y tranquilizadora, pero no tenia la fuerza de antes-. Entonces, ?Matteo ha hablado contigo? 8 Allegra asintio con la cabeza mientras tragaba saliva. -La leucemia ha vuelto y el pronostico es que te queda un ano si tenemos suerte, ?no? Le temblo la voz al preguntarlo y sintio un vacio enorme cuando miro a su abuelo. Habia deseado con cada celula de su cuerpo que no fuese verdad, pero Giovanni asintio con la cabeza. -Si -el la miro a los ojos para que no diera la espalda a la realidad-. Ademas, esta vez no habra intervencion. La ultima vez ya fue bastante arriesgada, o eso me han dicho los medicos. -?Estas seguro de que no se puede hacer? Podria hacer algunas llamadas... -Allegra, querida, no te he pedido que vengas por eso. He roto todos los pronosticos durante mas de quince anos, desde que me lo diagnosticaron la primera vez. He vivido muy bien y me han bendecido de muchas maneras. He aceptado mi destino, pero antes de que me marche... -Por favor, no hables asi -le interrumpio Allegra. Su abuelo la miro con compasion y sacudio la cabeza. -Asimilaras esto como has asimilado muchas cosas dolorosas en tu vida. Eres fuerte, Allegra. Se que seras mas fuerte todavia en este trance. Ella queria taparse los oidos como una nina, pero nunca habia eludido la realidad. Era una nina cuando tuvo que hacerse responsable de sus hermanos menores de un dia para otro. Alessandro, su hermano mayor, y Dante y Dario, los gemelos que habian hecho la vida imposible a todas y cada una de las personas que habian estado en contacto con ellos en la residencia Di Sione, fueron a un internado en cuanto fueron lo bastante mayores, pero sus tres hermanos menores habian sido responsabilidad de ella. Si bien sabia en el fondo de su corazon que no habia conseguido ser el mejor modelo a seguir, si habia intentado por todos los medios que sus vidas como huerfanos fuesen lo mas faciles posible. Habia intentado darles estabilidad en un mundo donde las nineras entraban y salian como si las puertas fuesen giratorias y donde su abuelo habia estado plenamente dedicado a levantar su emporio. Habia fracasado muchas veces y Giovanni habia tenido que intervenir. Con cada fracaso habia dudado que tuviese la capacidad de ser lo que tenia que ser para su familia, pero nunca habia dejado de hacer lo que tenia que hacer, y lo que tenia que hacer era su familia. Su abuelo y sus hermanos siempre eran lo primero. Sofoco el dolor que le atenazaba el corazon, tomo aire y asintio con la cabeza. -?Que necesitas que haga? Fuese por la decision de su voz o porque habia aceptado que no podia cambiar los designios del destino, su abuelo se sento con algo mas de color en la cara. Ella se alegro aunque tenia el corazon acelerado. Giovanni no la habria llamado si no fuese a pedirle algo importante. -Necesito que recuperes algo, algo unico y muy preciado que perdi hace mucho tiempo. -De acuerdo -Allegra asintio con la cabeza-. Llamare al director de la agencia de detectives que utilizo para...