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    Belgravia. Julian Fellowes · DEBOLSILLO , octubre 2021. La novela en la que se basa la exitosa serie de televisión. Por el creador de Downton Abbey.

  • Belgravia, de Julian Fellowes: novela llena de intrigas en el ...

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    9 ago 2017 — He sido companion en la TARDIS y Lady en el Londres victoriano. Ahora me dedico a hablar de series y libros por aquí.

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    BELGRAVIA, FELLOWES, JULIAN, 9,95€. La nueva novela del creador de Downton Abbey. Muy cerca de Buckingham Palace, tras las puertas de las grandes mansiones ...

  • Belgravia - Julian Fellowes - Babelio

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    Críticas (10), citas extractos de Belgravia de Julian Fellowes. El libro sobre todo trata de misterios del pasado que todo el mundo tr...

  • Pasado imperfecto de Julian Fellowes

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  • El cuchillo en la mano (Chaos Walking 1) de Patrick Ness

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  • Veinte de Manel Loureiro

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  • Una manana cualquiera de Esteban Moneo

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    --!Esteban! !Senor! ?Me oye? !Esteban! !Esteban! --Una senora bajita y regordeta, enfundada en un chaleco naranja fosforescente y rodeada de media docena de personas del servicio de asistencia y de la policia municipal, vociferaba con cara de pocos amigos. La condenada chillaba como las pescaderas en esos antiguos mercados de abastos de los puertos: <>. Jureles no, pedazo de atun inmovil, que no reaccionaba ante semejante griterio. Y Marta, su mujer, con un ataque de panico al verlo convertido en un guinapo. Todos en torno a la cama, contemplando un tesoro, algo divino, digno de contar por la noche en sus casas. Nada que ver. Un cuarenton, con los pelos revueltos despues de una noche de sudor y fiebre, no despertaba. Quizas, tantos decibelios por parte de la dichosa senora provocaron el chispazo. El cable rojo y el cable azul se rozaron, encendiendo una bombilla dentro de el. La alarma del despertador le hizo incorporarse y miro la habitacion. Su pequeno espacio privado invadido por gente con uniforme que vociferaba y escudrinaba. ?Que sucedia?, ?que...? <>. No, perdon, jureles no; eso es lo que a el le resonaba en la cabeza, a punto de explotar por ese grito ininteligible: --!Senor! ?Me oye? !Estebaaaan! Del mismo modo que desperto, atonito ante las voces de la medica a medio metro de su rostro, se desplomo sin decir palabra. No pudo. Sus fuerzas se consumieron en una simple mirada desencajada. Esos ojos de atun y su cuerpo, un saco de patatas recien descargado, cayeron hacia atras, sumergidos de nuevo en otra dimension. Senal suficiente para que la senora del chaleco determinara la gravedad de su estado y cambiara los chillidos por ordenes a sus companeros: --!Protocolo ictus! !UVI movil! !Vamos, senores, traslado urgente al hospital! Mientras, su mujer solo pensaba en disimular para que sus hijos no se asustaran por la situacion. Tarea complicada a la hora del desayuno en una casa con cuatro ninos, ante tal despliegue de personal uniformado que efectuaba su trabajo sin miramientos: entraban y salian, subian y bajaban escaleras. Y habia dos ambulancias y un coche de policia en la puerta. Una vecina, muy amiga de la familia, corria en camison en busca de la llave de la salida de emergencias de la urbanizacion. Al marido, mas para alla que para aca, dos fornidos facultativos del Samur lo bajaron en una silla de ruedas por las escaleras. Un espectaculo. Varios vecinitos, en vez de seguir rumbo al colegio, se detenian en la puerta del domicilio para verlo. Lo de pasar de largo, pura quimera. Otro chispazo. Otra mirada fugaz. El traqueteo del descenso conecto de nuevo los dos cables mal pelados de su cerebro y volvio a enchufarse a la realidad. Lo metieron en una ambulancia. No pronuncio palabra, ni balbuceo. Se iba rodeado de luces y personal sanitario, ante la cara de susto de su mujer y el nino cotilla de turno, que se habia quedado paralizado en la puerta. De milagro, en esa breve conexion fue consciente de que no era el, ni su cuerpo. Diez segundos dentro de un saco, mirando con los ojos de un extrano. Con el mismo impulso que vino, se fue, como aquellas bombillas de filamento de toda la vida, no estas modernas repletas de puntitos, que se agitaban a contraluz para comprobar si estaban fundidas o dando sus ultimos coletazos. Se apagaron su mirada, sus recuerdos y su escasa, por no decir nula, capacidad de reaccion. El personal sanitario lo aseguro con bridas a la silla. El viaje hasta el hospital de la zona, uno de los mas modernos de la ciudad, era corto. Cuantas veces habian hablado de lo conveniente que era tener semejante mole cerca de casa, por si algun dia ocurria aquello que piensas que nunca te va a pasar a ti. Ni en el peor de sus suenos ni en sus quejas continuas sobre su estado de salud, habia imaginado que su primera visita al complejo hospitalario seria por la puerta grande, como los primeros espadas de la tauromaquia, pero al reves: ellos triunfan y salen, no entran. Los cuatro ninos apuraban sus desayunos, ajenos a lo sucedido y al trago dificil por el que pasaba su madre. Calma absoluta. Su padre estaba con gripe en la cama, los medicos habian venido a verlo. Nimiedades, una enfermedad comun no impedia que continuaran con la misma rutina de cada manana: risas, colacaos, cereales, y zumbando a clase. Sin saber que le ocurria a su marido, inconsciente de camino al hospital, aderezaba su incertidumbre con la idea de que el vecinito cotilla, que iba a clase con uno de sus hijos y habia contemplado la funcion matutina desde primera fila, le contara, con la habitual inocencia infantil, que su padre se estaba muriendo. Estas preguntas, muchas mas y toda la tension contenida salieron disparadas, como si se abriera la espita de una olla expres, cuando los ninos brincaron del coche, rumbo al patio. Con el cierre de las puertas, la madre rompio a llorar. La noche anterior, se habia planteado si una simple gripe era motivo suficiente para hacer que el medico se desplazara a su casa. Los telediarios ya habian avisado de que las urgencias estaban colapsadas por los casos de gripe. ?Que les iba a decir? <>. Vamos, igual que el resto de los contagiados por el virus en ese frio mes de enero. Ellos mismos lo habian comentado en mas de una ocasion: --Si estas enfermo, caldito, y a la cama. Sin exageraciones, que el sistema sanitario bastante tiene con lo suyo. Pero esa manana, al despertar, fue consciente de que algo anormal sucedia. Ni gripe ni catarro. Temio que fuese a mayores. Si otras veces procuraba hacer el minimo ruido posible para dejarlo descansar, ese dia no. Por fortuna, su sexto sentido femenino le advirtio que no debia salir sin mas. --Esteban, Esteban, ?estas bien? ?Como te encuentras? No obtuvo respuesta. Su marido no despertaba. No estaba. --Esteban, Esteban, ?que te pasa? --insistia Marta--, ?sabes quien soy? Igual que sucederia una hora mas tarde con los gritos de la sanitaria, los ojos de su marido dieron un repaso al cuarto traspasando el cuerpo de ella; esa forma de mirar de quien no esta viendo. Y no pronuncio palabra. Eso activo las alarmas de Marta. Las llamadas de sus vecinas la hicieron volver al crudo presente. Los ninos estarian en el colegio hasta media tarde; llegados a ese punto, ya veria como se las arreglaba para contarles lo sucedido. Lo primero era lo primero: ir al hospital para informarse del estado de Esteban. Solo sabia que a esa persona con la que llevaba mas de media vida la habian metido en la ambulancia como un fardo, inconsciente. Pero habia visto su mirada dura, distante; la misma que un familiar suyo anos atras, ese que no tuvo un final feliz. La llegada al hospital fue un nuevo mazazo. A diferencia de esas series hospitalarias que tanto gustaban a los televidentes, donde cirujanos, interinos, enfermeras y celadores vivian aventuras dignas de un culebron a la par que la sangre surgia a borbotones (eso si, sus batas blancas se mantenian impolutas), la realidad que se encontro Marta fue una sala de gran tamano a rebosar de ancianos en camillas agolpadas en las esquinas y pasillos, a la espera de su turno o a mitad del tratamiento que calmase sus sintomas gripales. Sofocada y con el susto en el cuerpo, la llevaron hasta los boxes de urgencias. Las paredes de cristal, con un enorme punto rojo en el centro para que las personas no se dieran de bruces, y las cortinas a medio descorrer apenas preservaban la intimidad de los enfermos: un abuelito, que pocas horas mas tarde pasaria a mejor vida, y un par de accidentados. La enfermera le senalo con amabilidad la esquina, justo donde empezaba el pasillo: ese era el de su marido.

  • Prisionera de tu venganza (Los Mendoza 2) de Natalia Roman

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    Monica Mendoza es una muchacha sonadora que suena con encontrar a un hombre que la ame para formar una familia y vivir en Nube Blanca. Aunque vive rodeada de militares, se ha prometido a si misma que jamas se desposara con uno de ellos y, a pesar de que sus padres nunca la obligarian a casarse, el tiempo pasa y ningun hombre llama su atencion. Hasta que un dia el destino cruel y jugueton pone en su camino a Gabriel.

  • Acuestala sobre los lirios de James Hadley Chase

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    Era una de esas calidas y agotadoras mananas de julio, agradables cuando estas en banador en la playa junto a tu rubia favorita pero dificiles de soportar si estas encerrado en una oficina, como era mi caso. Por la ventana abierta se colaba el murmullo de las olas, el zumbido de los aviones y el ruido del trafico del Orchid Boulevard. El sistema de aire acondicionado, escondido en las entranas de los edificios Orchid, se las apanaba perfectamente para mantener a raya las temperaturas en ascenso. Los rayos del sol, calientes y dorados, proyectaban dibujos sobre la alfombra que Paula habia comprado para impresionar a los clientes y que a mi me parecia demasiado cara para ponerle un pie encima. Me sente en mi escritorio, sobre el cual habia dejado unas cuantas cartas para que Paula creyera que estaba trabajando, si llegaba a entrar. Detras de unos espectaculares libros legales habia un vaso de whisky lo suficientemente fuerte para rajar cemento. Cada vez que me acercaba a el, el hielo tintineaba. Solo tres anos y medio antes habia fundado la compania Universal Services, una organizacion que se hacia cargo de cualquier cosa: desde pasear a un cachorrillo hasta coger por las orejas a un usurero en pleno festin con el dinero de mi cliente. Era, en esencia, un negocio para millonarios y con tarifas muy caras. Pero, en fin, en Orchid City los millonarios son tan numerosos como los granos de arena de la playa. Durante estos tres anos y medio nos habiamos divertido, habiamos jugado, habiamos ganado algo de dinero y aceptado trabajos de lo mas variados. Incluso tuvimos que hacernos cargo de un asesinato. Pero en los ultimos dias, el negocio estaba tan tranquilo como un soltero comiendo bollos en una sala de conferencias. Seguian llegando trabajos rutinarios, pero de esos se encargaba Paula Bensinger; unicamente cuando aparecian asuntos fuera de lo comun, mi companero Jack Kerman y yo nos poniamos manos a la obra. Pero no habia aparecido nada fuera de lo comun, de modo que no haciamos mas que esperar sentados, vaciando botellas de whisky y fingiendo estar muy ocupados delante de Paula. Jack Kerman estaba recostado sobre la silla de los clientes. Era un hombre largo, delgado y elegante, con mechones blancos que se destacaban entre su pelo oscuro y un bigotito a lo Clark Gable. Se paso el vaso helado de whisky por la frente para refrescarse. Llevaba un inmaculado traje color verde oliva, una corbata a rayas rojas y unos llamativos zapatos de piel de ante, blancos con motas verdes. Cada centimetro de su ser tenia el aspecto de haberse fugado de las pagina de Esquire. --!Vaya! --dijo despues de un prolongado silencio--. !Quitale los brazos y podrias confundirla con la mismisima Venus! Se acomodo sobre la silla y suspiro. --!Por cierto, me encantaria que alguien le arrancara los brazos! !Chico, que fuerte era! Y yo fui lo suficientemente tonto para creer que podria manejarla. --No empieces --le rogue, levantando mi vaso--. Lo ultimo que necesito en una manana como esta es un resumen de tu vida amorosa. Prefiero las obras completas de Krafft-Ebing. --Ese viejo no te llevara a ninguna parte --dijo Kerman con sorna--. Ademas, todas sus nonerias estan en latin. --Te sorprenderias de la cantidad de gente que estudia latin solo para descubrir que dice. Es lo que llamo matar dos pajaros de un tiro. --Lo cual nos lleva nuevamente a mi rubia --dijo Kerman, estirando las piernas--. Me la encontre en la tienda de Barney anoche. --No me interesan las rubias --le dije con firmeza--. En lugar de estar aqui hablando de tus conquistas, deberias estar en la calle tratando de conseguir nuevos clientes. A veces me pregunto para que te pago. Kerman se quedo pensativo. En su cara habia una expresion de sorpresa. --?Quieres trabajar? --pregunto de golpe--. Creia que la idea era que Paula lo hiciera todo mientras nosotros descansabamos. --Esa es la idea general, pero no estaria mal que de vez en cuando hicieras algo para ganarte la vida. Kerman se sintio aliviado. --Por supuesto, de vez en cuando. Por un momento crei que te referias a este momento. --Tomo un trago de su vaso y cerro los ojos--. Ahora, esta rubia de la que te estaba hablando es guapa como ninguna. Cuando le pedi una cita me dijo que no queria saber nada de hombres. ?Sabes lo que le dije? --?Que le dijiste? --le pregunte, porque de todos modos me lo iba a contar. Ademas, si yo no le escuchaba sus mentiras, ?quien iba a escuchar las mias? Kerman solto una risotada. --Senorita, puede que usted no vaya detras de los hombres, pero las ratoneras tampoco van detras de los ratones. ?A que estuve listo? Pues mira, se derritio. No tienes por que mirarme con esa cara de vinagre. Puede que tu ya lo hayas oido antes, pero para ella era la primera vez. Y surtio efecto. Despues la puerta se abrio sin que me diera tiempo a esconder mi vaso. Entro Paula. Era alta, morena y adorable. Tenia unos ojos castanos y atentos, y una silueta que suscitaba toda clase de ideas lascivas. A mi, no a ella. Era rapida, implacablemente eficiente e incansable. De hecho, fue ella quien me animo a comenzar con Universal Services, e incluso me presto dinero durante los dificiles seis meses posteriores a la puesta en marcha de la empresa. El exito comercial de Universal Services se debia, sin duda, a su habilidad para administrar el negocio. Si yo era el cerebro de la organizacion, Paula era la medula. Sin ella habriamos cerrado en una semana. --?No teneis nada mejor que hacer que estar ahi sentados bebiendo? --espeto, plantandose delante del escritorio y dirigiendome una mirada acusatoria. --?Es que existe algo mejor? --respondio Kerman con insolencia. Paula le dedico una mirada gelida fugaz y acto seguido volvio a clavar sus brillantes ojazos marrones sobre mi persona. --De hecho, Jack y yo discutiamos sobre la necesidad de conseguir algun nuevo cliente -- informe, echandome el pelo para atras--. Venga, Jack, vayamos a ver que podemos encontrar. --?Donde buscareis? ?En el bar de Finnegan? --pregunto Paula con sorna. --Esa es una idea absolutamente brillante --dijo Kerman--. Es probable que Finnegan tenga algo para nosotros. --Antes de iros, podriais ver esto --pidio Paula, y me acerco un sobre alargado--. Acaba de traerlo el portero; lo encontro en el bolsillo de uno de esos abrigos que tan amablemente le has regalado. --?De veras? --Cogi el sobre--. Que extrano. No he usado esos abrigos desde hace mas de un ano. --El matasellos lo confirma --dijo Paula, con ominosa calma--. La carta fue enviada hace catorce meses. Supongo que algo paso: no es posible que la guardases y luego te olvidaras de ella. No serias capaz de hacer algo asi, ?verdad? El sobre iba dirigido a mi y estaba escrito con una caligrafia apretada y femenina. No lo habian abierto. --Ni siquiera recuerdo haberlo visto antes. --No me sorprende. Te olvidas de todo lo que yo no te recuerdo --recrimino Paula con aspereza. --Uno de estos dias, querida harpia --dijo Kerman--, alguien se te plantara y te dara una bofetada. --No creo que eso la detenga --observe, rasgando el sobre--. Lo he intentado y solo consegui enfadarla mas. Meti los dedos en el sobre y saque una nota y cinco billetes de cien dolares. --!Santo Dios! --exclamo Kerman, poniendose en pie--. ?Le diste eso al portero? --No empieces tu ahora --dije, y lei la carta. Crestways Foothill Boulevard Orchid City 15 de mayo de 1948 ?Podria citarse conmigo en la direccion arriba indicada manana a las tres de la tarde? Estoy desesperada por obtener informacion sobre alguien que esta chantajeando a mi hermana. Entiendo que usted se dedica a estas cosas. Por favor, considere esta carta como confidencial y urgente. Le adjunto quinientos dolares como garantia. JANET CROSBY Siguio un largo y doloroso silencio. Ni siquiera Jack Kerman encontro algo que decir. Nuestro negocio dependia de las recomendaciones, y retener durante catorce meses un pago de quinientos dolares sin siquiera saberlo no era la mejor carta de presentacion. --Urgente y confidencial --murmuro Paula--. Despues de olvidarlo durante catorce meses, se lo da al portero para que se lo cuente a sus amiguitos. !Brillante! --!Cierra el pico! --gruni--. ?Por que nadie reclamo? Debio de creer que su carta se perdio… !Un momento! Esta muerta, ?verdad? Una de las chicas de la familia Crosby murio. ?Fue Janet? --Creo que si --dijo Paula--. Lo averiguare. --Y desentierra todo lo que tenga que ver con Crosby. Cuando salio del despacho, dije: --Estoy seguro de que ha muerto. Creo que tendremos que devolverle este dinero a su familia. --Si hacemos eso --observo Kerman, a quien no le gustaba devolver dinero--, puede que llamemos la atencion de la prensa. Una noticia asi seria una pesima publicidad, Vic. Puede que lo mejor sea no decir nada en absoluto. --No podemos hacer eso. Prefiero ser ineficiente que deshonesto. Kerman volvio a su butaca. --Es mas seguro dejar que los perros duerman. Crosby es petrolero, ?verdad? --Lo era. Esta muerto. Murio en un accidente con armas de fuego hace un par de anos. --Cogi el cortaplumas y empece a agujerear el cartapacio--. No entiendo como pude olvidar esa carta. Paula nunca me lo perdonara. Kerman, que conocia bien a Paula, sonrio comprensivamente. --Pues si --dijo Kerman--. Y me alegra no estar en tu pellejo. Segui haciendo agujeros hasta que Paula aparecio con un monton de recortes de periodico. --No me sorprende que no hayas sabido nada de ella. Murio de un ataque al corazon el 15 de mayo, el mismo dia que escribio la carta --dijo, cerrando la puerta de la oficina. --?De un ataque al corazon? ?Cuantos anos tenia? --Veinticinco. Deje el cortaplumas y busque a tientas un cigarrillo. --No parece una edad para morir de un infarto. De todos modos, sigamos adelante. ?Que mas tienes? --No mucho mas. Casi todo lo sabiamos ya --dijo Paula sentandose en el borde del escritorio --. MacDonald Crosby gano millones con el petroleo. Era un hombre duro y dificil de querer, con una mente tan amplia como el espacio entre dos dientes. Hasta 1943 vivio en San Francisco; luego se retiro del negocio y se instalo en Orchid City. Se caso dos veces y tuvo dos hijas: Janet, la mayor por cuatro anos de diferencia, era producto de su primer matrimonio, mientras que Maureen fue fruto de la relacion con su segunda mujer. Las dos eran completamente opuestas. Janet era estudiosa y se pasaba el dia pintando (varios de sus oleos estan en el Museo de Arte). Al parecer tenia mucho talento, un caracter reservado y un temperamento acido. Maureen es la guapa de la familia; lleva una vida plagada de excesos, salvaje, vaga y licenciosa. Antes de la muerte de Crosby era frecuente verla en los titulares de los periodicos, de escandalo en escandalo. --?Que clase de escandalos? --pregunte. --Hace un par de anos arrollo y mato a un muchacho en la avenida Central. Los rumores dicen que iba borracha, lo cual parece factible teniendo en cuenta que bebia como si no hubiera manana. Crosby hablo con la policia y la chica quedo en libertad tras pagar una cuantiosa multa por conduccion temeraria. En otra ocasion, recorrio Orchid Boulevard a caballo sin nada encima; alguien aposto a que no se atreveria a hacerlo, de modo que lo hizo. --Dejame comprobar si lo he pillado --dijo Kerman, excitado--. ?Quien iba sin nada encima, el caballo o la chica? --La chica, so burro. --?Y donde estaba yo? No la vi. --Solo pudo cabalgar cincuenta metros antes de que la detuvieran. --Si yo hubiera estado alli, no la habria dejado avanzar ni siquiera eso. --No seas basto. Y callate. --Parece la victima ideal de un chantaje --agregue. Paula asintio con la cabeza. --Ya sabes lo del accidente de Crosby. Estaba en su despacho limpiando un arma que se disparo y lo mato. Le dejo tres cuartos de su fortuna a Janet, sin condiciones, y un cuarto a Maureen, bajo fianza. Cuando Janet murio, Maureen se quedo con todo y, al parecer, se reformo. No ha aparecido en la prensa desde que murio su hermana.

  • Camino a renacer de Anabella Franco

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    Con Camino a renacer, Anabella Franco retoma la historia de amor de Julian y Natalia. La novela que las lectoras estaban esperando.

  • Por ultimo, el corazon de Margaret Atwood

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    Duena de una de las mentes mas lucidas del panorama literario actual, Margaret Atwood no es solo una institucion de las letras canadienses, sino tambien una figura relevante que se ha volcado por igual en la promocion de la literatura y la proteccion del medioambiente. Esta novela, su ultima obra publicada, se inscribe en el ambito de la ficcion especulativa, genero en el que Atwood ha cosechado algunos de los mayores exitos de su formidable bibliografia.
    Victimas de la debacle economica, Stan y Charmaine se instalan en el coche tras perder su casa. Malviven gracias a los escasos ingresos que ella consigue en un bar de poca monta. Es entonces cuando llama su atencion un anuncio acerca del Proyecto Positron, un experimento social en el que los habitantes de la idilica ciudad de Consiliencia se dividen en dos grupos que alternan su modus vivendi cada treinta dias: mientras el cincuenta por ciento se recluye en la Penitenciaria Positron para mantener el sistema, la otra mitad disfruta de plena libertad y lleva un estilo de vida propio de la clase media. Al cabo de un mes, intercambian sus roles: los libres ingresan en prision y los encarcelados se instalan en las viviendas que ocupaban los nuevos reclusos, haciendo uso comun de todos los objetos, enseres y aparatos. Agotado el entusiasmo inicial, Stan y Charmaine no tardan en percatarse de que Consiliencia no es el paraiso que habian imaginado y pronto se ven envueltos en una serie de aventuras disparatadas, atrapados en un torbellino de lujuria que les hara cuestionarse sus valores y sentimientos mas profundos.

  • Las palomas de la Boqueria de Jordi Baste , Marc Artigau

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    Despues del exito de Un hombre cae, regresa el detective barcelones Albert Martinez con un nuevo caso por resolver.

  • Nosotros, en singular, se dice tu y yo de Paula Minana

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    Nosotros: pronombre personal, primera persona del plural. Pero, ?existe el singular de nosotros? ?se puede decir nosotros en singular? ? es posible ser tu y yo mientras somos nosotros? Todas estas preguntas son las que Ada se hace tras dejar a su novio numero dos, un terrorista psicologico que se resiste a salir de su vida y volver con su novio numero uno, alguien a quien ella considera perfecto por el simple hecho de ser normal.

  • Kat la retorcida (Apocalipsis 1) de Magenta Perales

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    Erik Rowe era el Rey.
    Lider indiscutible de su ciudad.
    El Alfa en una corte de Betas.
    En una ciudad de Omegas esclavos.

  • El caso contra William de Mark Gimenez

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    William Tucker es la estrella del equipo de futbol americano de la universidad. Cuando la policia lo detiene por la violacion y el asesinato de una estudiante, su padre, Frank Tucker, sabe que es imposible que William haya cometido un crimen tan terrible. Frank, que tuvo que abandonar su carrera como abogado por culpa del alcoholismo, debera dejar de lado su adiccion a la bebida para defender a su hijo. Juntos aprenderan que hay tres cosas seguras en la vida: la muerte, los impuestos y el amor de un padre por su hijo. Pero ?sera Frank lo bastante fuerte para salvar a William del corredor de la muerte?

  • LA DAMA DE HAWTHORNE (Hawthorne House 2) de Kristi Ann Hunter

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    ?Ganara el amor o lo haran la riqueza y la posicion?
    Lady Georgina Hawthorne se ha esforzado mucho para ser la mas admirada en la temporada social tras su debut. En el primer baile al que asiste en Londres, espera despertar el interes de algun noble.
    Colin McCrae tiene dinero y buenos contactos en el mundo de los negocios, pero ningun titulo. Lo invitan a todas las estas, pero de hecho nadie le acepta en sociedad. La primera vez que ve a la bella lady Georgina, le irrita sentirse atraido por una mujer a la que solo le importan el estatus y las apariencias.
    Lo que Colin no sabe es que las desesperadas aspiraciones sociales de Georgina se deben al vergonzoso secreto que guarda.
    En los planes de Georgina no esta casarse con Colin y, sin embargo, como sus caminos no dejan de cruzarse… ?Que hara? ?Apostara por el amor o se sacrificara por sus suenos de riqueza y posicion? ?Y el?

  • La locura de la senora Bale de Edmundo Diaz Conde

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    Los suplicios del amor son tan reales como distintas son las clases de amor; pero de una cosa hay total seguridad: habian nacido el uno para el otro.

  • La mujer de cristal de Caroline Lea

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    El paisaje inhospito y desfigurado por la lava puede tragarse a un hombre sin que los volcanes exhalen un solo suspiro.
    Islandia, 1686. Tras su inesperado compromiso matrimonial con Jon Eriksson, Rosa abandona su hogar para instalarse en la remota e inhospita aldea de Stykkisholmur. Pero sus nuevos vecinos desconfian de los forasteros. Sobre todo, de una mujer que, como ella, procede de los misteriosos umbrales de la civilizacion.
    Pero Rosa tambien abriga sus sospechas. Su marido enterro a su primera esposa solo y en plena noche. Jon se niega a hablar de ello, pero le regala una figurilla de cristal cuyo significado Rosa no entiende. Los lugarenos los miran no solo con recelo, sino con temor. Murmuran siniestras amenazas. Rosa intuye la presencia del mal. Aislada y lejos de su hogar, ve cernerse sobre ella la oscuridad. Y teme ser su proxima victima.
    Con la Islandia del siglo XVII como escenario, con su trasfondo de juicios por brujeria y turbulencias volcanicas, La mujer de cristal es un relato poderoso y apasionante acerca de la supersticion y la salvacion, el amor y el miedo.

  • Warcross 1 de Marie Lu

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  • La disculpa de Eve Ensler

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    Que extrano me resulta escribirte. ?Te estoy escribiendo desde la tumba, desde el pasado, desde el futuro? ?Escribo como si fuera tu, o como querrias que fuera, o como quien de verdad soy desde mi propia comprension limitada? ?Acaso importa? ?Estoy escribiendo en una lengua que nunca hable ni entendi, que has creado en el interior de nuestras mentes para salvar distancias y remediar nuestra falta de conexion? Quiza este escribiendo tal como soy de verdad, ahora que me has liberado con tu presencia. O puede que no este escribiendo nada y que sencillamente me estes utilizando como un medio para satisfacer tus propias necesidades y tu version de la historia. No recuerdo haberte escrito jamas. Raras veces escribia cartas. Escribir cartas, acudir a alguien, habria sido una senal de debilidad; eran los demas quienes me escribian a mi. Jamas habria permitido que nadie pensara que me importaba lo suficiente como para escribirle una carta. Hacerlo me habria rebajado, me habria puesto en inferioridad de condiciones. Incluso contarte esto me resulta extrano. No es algo que de ordinario sabria o diria, a menos que hubieses entrado en mi mente. Pero no lo discutire, pues se me antoja certero. Tu siempre me escribias cartas. Me parecia peculiar y extranamente conmovedor. Viviamos en la misma casa y aun asi me escribias, con tu caligrafia de nina pequena, tratando de formar renglones rectos, pero desviandote por toda la pagina. Era como si estuvieras tratando de establecer contacto con algun aspecto de mi, con una parte que no encontrabas en los momentos mas intensos de nuestro conflicto, como si mediante poesia trataras de apelar a un yo secreto que una vez te deje ver. Normalmente, escribias cartas de disculpa. Que apropiado que ahora quieras una carta de disculpa por mi parte. Siempre te estabas disculpando, suplicando perdon. Te habia reducido a un degradante mantra diario de <>. Un dia te mande a tu cuarto sin cenar y te obligue a quedarte alli hasta que comprendieras y reconocieras tu mal comportamiento. Al principio te mostraste terca, callada durante veinticuatro horas. Tu madre estaba preocupada. Pero puede que entonces te entrara hambre o te aburrieras, porque me escribiste una carta en un pedazo de carton que traian mis camisas de la tintoreria. La pasaste por debajo de la puerta de mi dormitorio. Era una suplica dramatica, una lista. Siempre te gustaron mucho las listas. Ahora veo que necesitabas catalogar las cosas, darles sentido con una especie de aritmetica literaria. Era una lista de todo lo que habias aprendido y todo lo que no volverias a hacer. Recuerdo que lo primero era mentir; no volverias a mentir. Y yo sabia, a pesar de perseguirte diariamente y de hacerte creer que eras una vil mentirosa, que eras la nina mas sincera que habia conocido jamas, aunque no conocia a muchas. Detestaba a los ninos. Hacian ruido y lo desordenaban todo y se portaban mal. Era demasiado viejo para tener hijos, solo los tuve para dejar mi legado. Pero estoy divagando. Aquella carta de carton con tu apresurada caligrafia en rotulador morado y las flores torcidas que habias dibujado en los margenes te saco de la habitacion, y ahora me pregunto si por eso seguiste escribiendo, como si se tratara de una especie de pasaporte hacia la libertad. Desde que abandone el mundo de los vivos he estado atrapado en un lugar de lo mas debilitante. Se parece mucho a lo que la gente suele decir del limbo: la nada, el olvido. El limbo no es un lugar externo, no exactamente. Al contrario, he estado basicamente en ningun sitio. Flotando, sin amarres, dando vueltas. Aqui no hay nada, nada que ver, no hay arboles, no hay oceano, no hay sonidos ni olores, no hay luz. No hay lugares tal como los concebimos, no hay arraigos, nada a lo que aferrarse. No, no hay nada, excepto el reflejo de lo que mora en mi interior. <> Eso es de Eliot. Tal vez no sepas que era mi poeta favorito. Sus palabras acuden a mi a menudo en este limbo. Llevo casi treinta y un anos de tu tiempo dando vueltas en este lugar, pero es extrano, porque aqui no hay tiempo, no hay mas que un vacio agonizante, un espacio infinito que me engulle y que es terrorificamente vasto y sumamente claustrofobico a la vez. Deje el mundo de los vivos cargado de resentimiento y rencor. Incluso en mi lecho de muerte, la virulencia de mi ira fue mas poderosa que el cancer que consumia mi cuerpo. Mi rabia era tan perniciosa que era capaz de luchar contra la morfina y el delirio, y darme energia para disenar y ejecutar mis ultimos castigos. Y tu pobre madre, ?que podia hacer? La habia amedrentado durante tantos anos, atizandola con mis gritos, mi condescendencia y mis amenazas, que para entonces se habia convertido en una complice apocada y fiel. Trato de seguirme la corriente, me decia que tal vez no fuera el mejor momento para tomar decisiones tan extremadas como aquellas. Lo hizo todo excepto decirme que habia perdido la cabeza. Mis ultimos pensamientos y alientos estuvieron tenidos por el deseo de hacer dano, el deseo de crear un sufrimiento que perdurara en el tiempo. Puede que no lo sepas, pero en ese momento final insisti en que te eliminaran de mi testamento. No heredarias nada, <>, dije con mucha fuerza. Incluso en mi fragilisimo estado, aquel acto de venganza me dio vida. Fue la ultima oportunidad que tuve de abolirte, de erradicarte, de castigarte. Y cuando tu madre me pidio que me lo replanteara, insisti en que tu te lo habias ganado. ?Por que iba a dejarle nada a una hija que habia sido tan obstinada y desleal? El cuestionamiento de tu madre avivo mi furia todavia mas y me volvi mas vengativo, tratando incluso de eliminar tu caracter. La obligue a prometerme que, dijeras lo que dijeras tras mi muerte, no te creeria jamas, ya que hacia muchos anos habia quedado plenamente demostrado que eras una mentirosa descarada. Mentirosa. Obligue a tu madre a que se comprometiera, en esencia, a desconfiar y dudar de ti para siempre. En ese sentido, la obligue a exterminarte igual que yo lo habia hecho. La obligue a escoger a su marido antes que a su hija, pero aquello no era nada nuevo, tu madre tenia mucha practica en hacer ese sacrificio. Se lo habia exigido durante la mayor parte de tu vida. Y yo sabia perfectamente lo mucho que se despreciaba por consentirlo. Veia como, con los anos, habia minado el respeto que se tenia como madre, eliminado su seguridad y su voz, y como la habia debilitado hasta el punto de no gustarse o no reconocerse siquiera y, aun asi, segui insistiendo. La primera etapa de mi tiempo en este reino de muerte, que senti como si hubiese durado anos, la pase inmerso en un bucle infinito compuesto de todas las traiciones y decepciones vividas, de todas las formas en que mis companeros, hijos y supuestos amigos habian puesto de manifiesto su estupidez o debilidad, reviviendo toda aversion justificable y ejecutando venganzas imaginadas. Naturalmente, tu estabas entre las primeras de la lista. Abandone el mundo tan furioso contigo, que para castigarte me negue incluso a avisarte de que me estaba muriendo. No te llame para despedirme. Queria que las esquirlas de mi rabia te cortaran y te hicieran sangrar para obligarte a llevarme contigo, para que arrastraras una hemorragia de culpa y desesperacion y te preguntaras durante el resto de tu vida por que nunca estuviste a la altura, por que nunca fuiste la hija que esperaba que fueras. Resuelto a dejarte sin cierre ni final, no planee ni permiti siquiera que se celebrara una ceremonia o un funeral. Me parecian demostraciones vulgares y pateticas de emociones absurdas e inutiles. Y, ademas, si me llorabas, era muy probable que terminaras desprendiendote de mi. Retenerte era el unico poder que me quedaba a esas alturas, la unica forma de agarrar tu ser, la unica forma de llamar y conservar tu atencion. Pocos dias despues de morir, antes de entrar en este plano, te vi sentada en el suelo de mi armario en Florida con la cara hundida en mi viejo jersey amarillo de cachemira. Al principio no entendi que estabas haciendo, pero luego, a medida que te observaba, comprendi que estabas oliendo lo que quedaba de mi, inhalando mi colonia y mi esencia, tratando de hallar un lugar en el que depositar tu dolor. Y, a mi pesar, aquello me conmovio. Me devolvio a un tiempo que habia sido docil entre los dos, un tiempo albergado por un carino casi insoportable. Verte en el suelo ante mi armario, tratando de hallarme, de hallar esa ternura, provoco en mi una oleada de tristeza y perdida; y entonces desapareci. Deje atras tu mundo, deje atras la belleza, deje atras la posibilidad de la salvacion. Y fui arrojado al interior de una desenfrenada repeticion de ofensas y agravios. Dicen que asi como vives, moriras. Y es cierto que con el tiempo mi furia se volvio letal. <>, solia advertirme mi madre, ya que siempre estaba inexplicablemente furioso. Y entonces mi rabia cambio de sentido y me pudrio el cuerpo inundandolo de un terror insufrible. Fue como si la ira se hubiese replegado sobre si misma, devorando y asfixiando mi angustiada psique en un callejon de lamentos, de una ansiedad insoportable, de dudas desgarradoras y de una torturadora autorrecriminacion. No podia avanzar. No podia retroceder. No habia salida. Paralizado en este lugar del limbo, carecia del lenguaje y de la voluntad, y de la comprension para liberarme. Se que fui un cinico que rechazaba con desden todas las sandeces relacionadas con el mas alla. Pero ?que sabia yo sobre nada? Y a esto ni siquiera lo llamaria el mas alla. No esta <> de nada, sino a continuacion. En este sentido, la muerte es atroz e infinita. O quiza solo lo sea esta muerte concreta que me ha tocado a mi. Imagino que habra otros a quienes su buen proposito los lleve en sus alas a lugares mas resplandecientes. Si he aprendido algo aqui -y no ha sido facil aprender gran cosa, pues mi cerebro esta ofuscado por la angustia-, lo que he descubierto es que es de suma importancia resolver los conflictos mientras vives, puesto que todos los asuntos pendientes te persiguen al siguiente plano y determinan el estado de tu ser. Todo agravio que hayas ocasionado en vida, todo dano cuya culpa no hayas asumido, se convierte en una especie de fango espiritual, una sustancia viscosa que construye tu encierro. Es una jaula, pero esta dentro de ti, y eso resulta todavia mas insufrible e inquietante. Estas atrapado en ti mismo, absorbido por el barro de la obsesion eterna. Gritarias, pero el lodo es tan denso que impide que te salga la voz. No hay alivio posible. Por eso te doy las gracias, Eve, por invocarme, por darme esta oportunidad de rendir cuentas por mis espantosas acciones. Se que no hay ninguna garantia de que vaya a ser liberado de este angustiante limbo, pero tu ofrecimiento de recibir esta disculpa ya ha modificado este paisaje de desesperacion. Soy consciente de que tu proposito es claro. La profundidad y la sinceridad y la necesidad de tu mision son evidentes y potentes. Se que me estas pidiendo que me disculpe, y debo decir que este terreno me resulta desconocido y antinatural. No recuerdo haberme disculpado jamas por nada. De hecho, se me inculco que al pedir perdon uno muestra debilidad, se vuelve vulnerable. Imagino que es mi vulnerabilidad precisamente lo que necesitas de mi, tal vez fue lo que siempre necesitaste. Hare todo lo posible por no justificar ni racionalizar mis acciones. Al contrario, tratare de dar cuenta de mis acciones e intenciones. Al contartelas, no pretendo obtener comprension ni perdon, se trata de una confesion en el sentido mas profundo. Ciertamente, es algo que preferiria que permaneciera oculto ante ti, ante Dios, ante mi mismo. Pero ha llegado el momento de someterme, sin reservas, sin justificaciones, a esta rendicion de cuentas. Me he preguntado: ?que es una disculpa? Es humildad; es la admision de las ofensas y una rendicion; es un acto de intimidad y conexion que exige un gran autoconocimiento y entendimiento. Estoy seguro de que no dare la talla.

  • Una espina en mi costado de Karin Slaughter

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    Senti de nuevo el sabor desagradable en mi boca mientras ABBA llenaba el aire. En las dos ultimas horas, el bajo de Britney Spears que retumba en el pecho y las mezclas de club de Beyonce habian sido poco menos que tolerables; pero la introduccion presuntuosa del supergrupo sueco fue demasiado lejos. Dancing Queen se incrusto en mi oido bueno como algodon azucarado en una feria estatal. Pegajoso. Dulce. Conjurando el deseo animal de defecar en publico solo para interrumpir la demencia. Kirk estaba abstraido, moviendose al ritmo de la musica, estirando ocasionalmente un brazo en el aire en lo que era claramente un ademan de John Travolta. Tengo que reconocer que mi hermano es un bailarin increible. De algun modo se las arregla para ser uno con la musica y comienzas a preguntarte si esta conectado acaso a otro enchufe en el respaldo de la mesa del DJ. La forma en que se apropia de una cancion y la hace suya palidece en comparacion con la expresion de puro gozo en su rostro cuando esta bajo el reflejo de las luces. Te das cuenta de que ama lo que hace. No son muchas las personas que pueden decir lo mismo con sus trabajos, sus familias, sus vidas. Pero a Kirk le encanta bailar. Y a la gente le encanta mirarlo. Y a el le encanta que lo miren. Durante los ultimos quince anos, Kirk ha adornado todos los clubes nocturnos de Atlanta con sus pasos de baile. Sin importar cuantas veces lo vea la gente, siempre sucede lo mismo: se detienen. Observan. Sus labios se separan en senal de sorpresa. El no es solo el centro de atencion; es el ojo de la aguja. Incluso esta noche, segundos antes de entrar al Pink Pony, el se las arreglo para tomar el control de la pista girando sus caderas, moviendo sus pies en tiempo doble. Las mujeres sonreian abiertamente, aplaudiendo de alegria. Los hombres observaban maravillados. Y luego vinieron las miradas inevitables hacia mi: desconcierto, lastima, repugnancia. Era la maldicion de ser gemelo: el hermano menor, el menos dominante, el hermano que empezo a perder el pelo mas temprano y cuyo cuello se asemejaba mucho al que un granjero cortaria en dos partes con su hacha en cualquier manana del dia de accion de gracias; el que siempre fue un hombre extrano. A los treinta y ocho anos, he llegado a aceptar esto como mi destino en la vida. Kirk siempre ha sido el fascinante, el energetico, el divertido. Aquel con quien todas las chicas querian estar. Incluso mientras las ruidosas armonias de Fernando invadian el club nocturno atiborrado de humo y todos salian a bailar, yo solo podia estar alli con la mano en el bolsillo y la cabeza agachada, siendo el tic ocasional de mis hombros la unica senal de que yo no habia caido en un coma irreversible. Unos dedos finos recorrieron la parte posterior de los hombros de Kirk. Senti un estremecimiento, una extrana contraccion en el estomago y en la entrepierna. Cerre los ojos y trate de no oir nada salvo el latido de mi corazon, mientras los suecos, sacarinosamente dulces, me decian que esta noche habia algo en el aire. Yo habia vivido tantas veces esta situacion que podia adivinar la conversacion: Mujer: <>. Kirk: <>. La negociacion tardo poco --Kirk nunca pagaba al menudeo-- y luego senti un tiron, como si se tratara de una pelota de kickball amarrada a una cuerda. Y todo comenzo de nuevo. Kirk se dirigio a la salida trasera, empujando a todo aquel que se interpusiera en su camino. No tuve mas opcion que seguirlo. El aire me golpeo la cara como un manotazo helado. Mire a Kirk. El cambio habia sucedido tan repentinamente como la disminucion de la temperatura. Su sonrisa beatifica de la pista de baile habia desaparecido. Tenia la mandibula desencajada. Sus ojos se habian entrecerrado en su fulgor y pequenez habituales. Este era el Kirk que solo unas cuantas personas habian visto. Era el Kirk que yo conocia demasiado bien. --Deberiamos... --me aventure a decir. --Por aqui --asintio con la cabeza hacia nuestro Chrysler Town and Country. La minivan era de primera linea; color plateado metalico. Revestimientos interiores de cromo. Sillas de cuero. Sistema completo de entretenimiento en la parte posterior. Kirk oprimio el mando inalambrico y la puerta lateral se abrio. De repente, la mujer parecio inquieta. --?Cual es el problema? --le espeto Kirk, quien ya no era el encantador pseudoTravolta del Pink Pony. --?No quieres saber como me llamo? --dijo la mujer despues de tragar saliva. Kirk abrio la boca para decirle que no, que le tenia sin cuidado, pero yo hable primero. --Me llamo Wayne. El es Kirk, mi hermano --vacile con nerviosismo en busca de palabras--. Por supuesto, creo que ya sabes que somos hermanos. Sus ojos se posaban alternativamente entre nosotros. Sus pupilas se hicieron tan grandes que parecian platillos. O estaba completamente volada, o acababa de sufrir un derrame cerebral. Tal vez eran las dos cosas. El brillo de las luces de xenon del estacionamiento me revelo que no era tan joven y atractiva como te llevarian a creer las luces de la discoteca. Su vestido ajustado y negro estaba raido y no le quedaba bien. La desigualdad en el color de su cabello denotaba que desde hacia dos semanas necesitaba tintura capilar. Sus brazos delgados se asemejaban a palos. Palos con costras. Mire a Kirk. Obviamente, ella se habia inyectado. Por supuesto, no siempre encuentras a una senorita libre de drogas dispuesta a subir al auto de un extrano en las afueras de un club derruido. --Vamos. Kirk subio a la van. Por poco me golpeo la cabeza contra el techo al seguirlo. El se movia con rapidez, ansioso por acabar con esto. Halo el cerrojo y giro la silla para mirar a la mujer, quien no se habia movido salvo para frotarse los brazos con nerviosismo. Kirk saco la billetera y conto dos billetes de veinte y uno de cinco. --?Vamos a hacer esto o no? Ella miro el interior de la van como si esperara ver plastico y cinta adhesiva. Finalmente, ella me miro. --Costara mas si el mira. --No lo hara --Kirk me miro de reojo--. A lo tuyo, nino. Saque los audifonos de la consola y conecte el enchufe al sistema de entretenimiento. Kirk agito los billetes en el aire. Ni siquiera se molesto en despegarlos, flacidos como estaban por la humedad de su billetera. Se adhirieron al dorso de su mano como la lengua de un Labrador. --?Quieres el dinero, o no? Ella nos miraba, sopesando los peligros y las probabilidades. El sentido comun termino por sucumbir ante los atractivos del dinero. La chica subio a la van. Permanecio en la puerta abierta y nos miro. --Todo esto es muy raro. --Hagamoslo y ya --Kirk espero a que ella diera otro paso hacia dentro; oprimio el control inalambrico y la puerta se cerro. Las luces interiores se redujeron a un suave resplandor. Habiamos pagado un poco mas para que instalaran luces graduables; yo pense que era para efectos de ambiente pero Kirk las queria porque hacia que las mujeres que levantaba parecieran mucho menos lamentables y grotescas. Por lo menos esta era delgada. Las chicas grandes hacian imposible que los tres pudieramos movernos con comodidad en el interior. Hace tres semanas estuve a un paso de sufrir una concusion luego de golpearme la cabeza contra el techo. Kirk manoseo los botones y dijo: --Reglas basicas: no decir mi nombre... --Oh --ella parpadeo--. No recuerdo tu nombre. --Me llamo Wayne y el es... --le dije. Kirk me dio un punetazo en el hombro. --Callate --volvio a manosear los botones--. Simplemente mantente a mi lado --le ordeno --. Solo besame, mirame. No toques el culo. --Pero el esta aqui. Puede oirte --se quejo ella. --No --dijo Kirk--. Lo digo literalmente: no toques el culo. Es suyo. --?Suyo...? --El culo, la pelota izquierda, la tetilla izquierda. Todo lo que esta en el lado izquierdo. No lo toques. --?Y que de...? --Su garganta se asemejaba a la de una anaconda tragandose a un Chevelle--. Ya sabes. ?Y que de...? Senti el pecho de Kirk subir y bajar con una irritacion evidente. --Solo hay una verga, carino. Creeme, el nunca se acostaria si hubieran dos. Ella tosio, emitiendo un sonido que oscilaba entre la fascinacion y el alivio. --?Desde hace cuanto son...? --?Gemelos siameses? --Mi pecho subio y bajo con el de Kirk mientras llenabamos nuestros pulmones de aire. Esa era de lejos la pregunta mas estupida que nos habian hecho. Me habia acostumbrado desde hacia mucho tiempo a las miradas asustadas y a las expresiones de terror. Teniamos un espejo en casa. Yo sabia que eramos un espectaculo muy extrano cuando caminabamos por las calles. Dos cabezas. Un par de piernas. Un par de brazos. Crecimos de nuestros torsos como las ramas unidas de un manzano. Kirk tenia dos hombros, y yo uno y medio. Compartiamos un estomago, un corazon, un conjunto de intestinos, un bazo, el higado y el pancreas. La mayoria de las veces nuestros brazos se movian de manera independiente. Ambos controlabamos las piernas pero ninguno de los dos podria explicarse como lograbamos caminar al mismo tiempo; tampoco la medicina moderna, a la cual habiamos renunciado varios anos atras. Hasta donde yo podia decir, era un asunto de voluntades y de quien era el mas fuerte, lo cual significaba que Kirk se salia generalmente con la suya. Si el sentia picazon, yo me rascaba. El se echaba un pedo y yo decia perdon. El bebia y yo empezaba a cantar himnos a todo pulmon.

  • Echadme a los lobos de Patrick Mcguinness

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    EL PASADO ES UN LUGAR DONDE SIEMPRE ES AHORA. Un caustico y certero noir literario basado en un caso real. <>. JONATHAN LEE <>. FRANCINE PROSE <>. JOHN BANVILLE Poco despues del anuncio del Brexit, aparece en el estuario del Tamesis el cuerpo sin vida de una joven. Casi de inmediato, su vecino ;solitario, elegante, profesor jubilado del Chapleton College; es detenido para su sorpresa como principal sospechoso y convertido por la prensa en un monstruo con el que ensanarse. Tampoco el circunspecto detective Ander Widdowson, encargado del interrogatorio, puede creer que algo asi le este sucediendo: el hombre sentado al otro lado de la mesa es alguien a quien conoce, alguien a quien no ha visto en casi treinta anos, desde que el mismo ocupaba como alumno uno de los viejos pupitres de Chapleton; Un presente saturado por la impiedad de los medios de comunicacion y un pasado anclado en el abusivo sistema escolar ingles de los anos ochenta; dos sombrios tiempos que Patrick McGuinness maneja y conecta con una precision heredada de los grandes maestros del genero en este lucido y reflexivo noir literario, basado en un caso real.

  • El Polvo de su Vida de Elena Romero

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    Estoy de vuelta. En la ciudad. En su mundo.

  • 101 razones para odiarla de Emma Mars

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    Claudia Martell y Olivia Simon nacieron el mismo dia, en el mismo hospital, separadas unicamente por el espacio que hay entre la alcoba 311 y la 312 del Hospital Gregorio Maranon de Madrid. Son tantas las cosas que las unen y sus familias tan cercanas, que deberian ser amigas. Pero esa es solo la teoria. En la practica, el carino que se profesan sus madres es inversamente proporcional al odio que se profesan las hijas.

  • Shinobi enamorada de Laura Cruz

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    Xaina habia sido entrenada como Samurai.
    Iba a ser la obra de su vida. Su mision.
    Hasta que se enamoro. Y lo perdio todo.
    Ahora era una Shinobi. Una paria.

  • El corazon de Jupiter de Ledicia Costas

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    No fue facil para Isla cambiar de ciudad y empezar de cero en un nuevo instituto. Ella ansiaba pasear por el espacio, avistando planetas a traves de su telescopio, sumergida en el vientre del universo. Casiopea, el nombre de la tortuga magica de Momo, era el nick que utilizaba en los foros sobre astronomia en los que solia participar. Alli fue donde conocio a Jupiter, alguien que parecia saber mucho sobre las estrellas. Las largas conversaciones que ambos mantenian hasta bien entrada la madrugada, encendieron una luz. Entre los dos existia una magia que traspasaba las fronteras del ciberespacio. Isla sentia la necesidad de saberlo todo sobre Jupiter: donde vivia, a que instituto iba, su nombre real… Se citaron para conocerse una noche de San Juan de hogueras y mar embravecido. Fue entonces, despues de despedirse de su amiga Mar, cuando Isla se precipito en la oscuridad. Su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

  • No lo llames deseo de Noelia Amarillo

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    El amor no es tan maravilloso como lo pintan. El amor es deseo, caricias y risas, pero tambien traicion y dolor. Es agonizar hasta desaparecer, hasta darte cuenta de que no eres capaz de reconocerte ante el
    espejo. He amado con locura. Por amor he soportado mucho mas de lo soportable, he llorado y he sangrado. Me he roto en pedazos y he tardado meses en volver a ser poco mas que una sombra del hombre que era. Asi que no pienso caer en el mismo error. Porque amar es un enorme y terrible error.

  • Triple de Ken Follett

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    Nat Dickstein, uno de los mejores agentes secretos israelies, tiene una mision crucial: hacer desaparecer el barco que transporta el uranio que Egipto necesita para poseer la bomba atomica. Ciertamente una mision casi imposible, ya que egipcios y palestinos no estan dispuestos a contemplar pasivamente como se esfuma su gran baza para inclinar a su favor el conflicto de Oriente Medio... Una novela electrizante a partir de un suceso real.

  • Siete susurros de Roser A. Ochoa , Yolanda Garcia

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    Desde el principio de los tiempos han existido romances que se hicieron eternos. Entre estas paginas encontraras siete efimeras historias de amor, cargadas de ternura, sensualidad, nostalgia, magia, alma…

  • Cactus de Rodrigo Munoz Avia

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    Viaje a Estados Unidos durante el verano de 2009, huyendo de todo aquello que pudiera recordarme a mi mismo, a mi pasado y tambien, incluso, a mi futuro, un futuro que me aburria ya antes de haberlo vivido. Fue Lidia, mi prima, tan tenaz, siempre velando por mi estabilidad, la que casi me obligo a hacerlo. --?Cactus? --le pregunte. --Cactus y suculentas. Les he dicho que eres un gran experto y que hacer ese curso es el sueno de tu vida. Lidia es de esas personas que piensan que no pasa nada por mentir un poco si las cosas se hacen de corazon. Para ella, decir que yo era un gran experto en cactus era solo mentir un poco. Me habia sacado de la cama, en un sabado que ya debia de ser de abril. Estaba muy exaltada al otro lado del telefono. --Lidia, falta mucho para el verano, estaba durmiendo --le dije. En realidad era incapaz de asimilar nada de lo que me habia dicho hasta ese momento. --He conseguido que te dejen una casita en Escondido Village, donde ibamos nosotros. El curso es barato, te gustara, no sabes como es Stanford para estas cosas. Jenny me ha insistido en que si no haces un curso, no puedes alojarte en el campus. Te va a encantar aquello. Me das mucha envidia, se me saltan las lagrimas solo de recordarlo. --A mi se me saltan las lagrimas de pensar lo a gusto que estaba en la cama, Lidia. Mi prima no dijo nada. Creo que realmente estaba llorando. Tiene una gran facilidad. A Lidia no le hacen llorar ni los alumnos ni ninguno de los especialistas en provocar el llanto ajeno que tanto abundan en nuestro colegio. A Lidia solo le hacen llorar los momentos de felicidad, ya sea suya o de las personas a las que quiere. En cuanto esta muy contenta llora, es increible. Es una persona bastante intensa. Esta convencida de que el mundo esta lleno de felicidad, y tiene un radar especial para detectarla. La Universidad de Stanford esta en California, en la bahia de San Francisco, al lado de Palo Alto. Palo Alto ofrece la mayor densidad de millonarios menores de treinta anos de todo el mundo. Todos se metieron en algun garaje mientras estudiaban la carrera y se inventaron alguna chorrada de internet que los hizo ricos. Lidia siempre me hablaba de todo esto. Ella habia pasado muchos veranos alli con su marido y sus hijos. Su marido es un cientifico reputado, pero el no se metio en ningun garaje para hacerse rico. En realidad es rico de familia, gracias a la conservera de anchoas de sus padres. A mi personalmente las anchoas me parecen una manera mucho mas digna de hacerse rico. Mi trayectoria personal en aquel ano hizo que Lidia pusiera todo su empeno en mandarme a Stanford. Solo conociendo a Lidia puede uno hacerse idea de lo que esto quiere decir. Que me gustaran o no los cactus, que estuviera en condiciones economicas de afrontar un verano asi, o que no hubiera manifestado en ningun momento interes alguno por una propuesta que consideraba tan ajena a mi eran, desde el punto de vista de Lidia, obstaculos menores. --No quiero ir, Lidia, no se me ha perdido nada alli. --Por eso mismo. En lugar de quedarte aqui lamentandote por todo lo que has perdido te propongo ir a un lugar donde no has perdido nada. Ya lo veras, alli nadie ha perdido nada, es impresionante. Solo miran hacia delante. --?Cuando me he lamentado yo de algo? Aqui o en Pernambuco seguire siendo el mismo, digo yo. Me parecio oir un ruido. --?Mama? --dije--. Mama, cuelga ahora mismo, por favor. Te he oido. Mi madre tenia casi ochenta anos. Estaba sorda como una tapia. Era imposible mantener una conversacion telefonica con ella y, sin embargo, le encantaba escuchar las conversaciones ajenas. Sorprendentemente, se enteraba de bastantes cosas. Lidia intervino y le dijo que se iba a acercar un dia por casa para llevarle un par de frascos de anchoas, pero a mi madre no era eso lo que le interesaba. Tuve que asegurarle dos veces que no tenia ningun proyecto de viaje a Pernambuco, y que ignoraba por completo donde se encontraba tal sitio. Luego, cuando mi madre colgo el telefono, le dije a Lidia que ya hablariamos de los cactus y de Estados Unidos, pero que dificilmente se podrian aunar dos conceptos que me interesaran menos. Habia sido un curso malo, tenia que reconocerlo. Las cosas empezaron a torcerse el dia en que insulte a cuatro alumnos en una sola clase y el director me llamo a capitulo en su despacho. Eso fue en enero. Luego llegaron la gripe y las otitis que se me iban pasando alternativamente de un oido a otro. Mi cabeza retumbaba como una sandia hueca y el timpano me crepitaba. No soportaba que mis alumnos hablaran a la vez. A uno le dije que si no se callaba en ese mismo momento haria huevo hilado con sus testiculos. Quiza fue excesivo. Mas tarde, al comienzo de la primavera, el director me llamo de nuevo a su despacho y me dijo que al ano siguiente no continuaria de profesor de Literatura en su colegio. Entre otras cosas estaba molesto porque en Navidades habia puesto notable a un alumno que llevaba dos meses sin aparecer por el centro y porque unos padres me habian visto fumando con sus hijos cerca del aparcamiento. Sali del despacho del director y me fui a comer con el profesor de Religion de los pequenos. Comiamos juntos con frecuencia. Hicimos nuestro particular ranking de alumnos indeseables y luego hablamos de temas mas elevados que el conocia mejor que yo: el panteismo, la vida despues de la muerte o la espiritualidad de los animales. En el computo total nos bebimos dos botellas de vino tinto. El, media, yo, el resto. Despues cogi el coche y de camino a casa me trague una furgoneta en un semaforo en rojo que por algun misterio yo no habia visto de ese color. Fue un desastre. Tras la multa me quede sin coche, sin carnet y practicamente sin dinero. Llegue a casa bastante tarde (no se si fue ese dia, pero da lo mismo) y no encontre a Eva. Me extrano. Baje a preguntarles a mis padres, que vivian en el piso inferior de mi duplex. Mejor dicho, era yo el que vivia con Eva en el piso superior del duplex de mis padres. Eva habia sido mi companera en los ultimos seis anos. Habia estudiado Bellas Artes y por entonces preparaba la tesis doctoral sobre un artista conceptual y aragones cuyo nombre, la verdad, no viene al caso. Se suponia que lo que le gustaba era pintar, pero lo unico que hacia era estudiar. Mi madre me dijo que se habia cruzado con Eva en el portal. Que se iba el fin de semana a Zaragoza, a ver a sus padres. Pero no volvio. La llame por telefono. Aunque era ella la que me abandonaba, adopto completamente el papel de victima. Dijo que yo ya no era la misma persona. Que era imposible intercambiar dos frases en serio conmigo. Que no le hacia caso. Que cada dia me comprometia menos con las cosas y bebia mas. Que no hacia mas que rehuirla y en el fondo rehuirme a mi mismo. Que me estaba convirtiendo en un ser pasivo y conformista. Que no le plantaba cara a la vida y no asumia que yo tambien era responsable de las cosas que me pasaban. Que estaba harta de vivir en casa de mis padres y compartir la asistenta, la vajilla y la tortilla de patatas. Que para eso se iba a vivir con los suyos. Fue muy convincente. Los primeros dias llegue a creerme que a la pobre chica no le habia quedado mas opcion que irse. Luego ya no se muy bien lo que pense. Creo que me entregue a un victimismo bastante lastimero. Unas dos semanas mas tarde decidi llamarla para que entre los dos reconsideraramos la situacion y hablaramos despacio. Pero Eva ya no estaba en casa de sus padres, sino en casa del artista conceptual y aragones. Aquello escocia bastante. Me habia dejado solo, en el centro de la cama, con las sabanas y las mantas cada dia mas embarulladas. Fue entonces cuando Lidia aparecio en escena. Lidia, ademas de mi prima, era profesora de Ingles en mi colegio. Fue ella la que, cinco anos atras, me recomendo al director. Primero fue capaz de convencerme a mi de que ser profesor de Literatura era una de las cosas que mas me pegaban en el mundo. A mi favor tenia mis estudios de Filologia y mi aficion a la lectura, era cierto. Lidia pensaba que mis experiencias como dependiente de libros en la Fnac, como guia turistico por Madrid y como redactor en una revista de fotografia tambien me ayudarian en mi labor frente a los alumnos. <>. Sin embargo, yo solo encontraba elementos en contra: mi caracter, mi poca empatia con el mundo adolescente y mi desconocimiento total de la materia (hacia mas de quince anos que habia terminado la carrera). En realidad, de los grandes autores sabia el precio con IVA de sus libros, pero poco mas. <>, y algo asi fue lo que debio de pensar el director del colegio. Creo que albergaba tanta confianza en Lidia que no necesitaba mas razones para darme el puesto. Le bastaba con una: era primo de la mas convincente y entusiasta de sus empleadas. Ahora, tras los reveses de las ultimas semanas, Lidia se sentia obligada a impulsar de nuevo mi vida. Ella no se creia responsable de lo que habia sucedido, pero si se creia responsable, siempre lo creia, de lo que podia llegar a suceder. De modo que si me habia hecho pasar por experto en literatura en un colegio, pensaba ella, ?por que no me iba a hacer pasar ahora por experto en cactus en California? Para Lidia no habia duda de que aquel momento de mi existencia era el idoneo para dar el salto americano, abrir mi mente y olvidar mis pesares entre estudiantes del mundo entero. La cuestion es: ?por que le hice caso? Realmente, no lo se. Creo que fue una mezcla de cosas y ninguna en particular. En cierto modo fue algo ciego, es lo que tiendo a pensar. Tambien creo que hubo una especie de sabiduria interior de mi cuerpo, una certeza no enunciada de que un cambio le vendria bien. Y aunque la idea de que Lidia ejerciese de tour operator podia ser cansina por momentos, a decir verdad resultaba muy comoda. Ademas estaba el hecho de que mi madre me animara por todos los medios a quedarme en Espana. Me sugirio que, dado que ese ano no tenia la compania de Eva, a lo mejor podia ir con mi padre y con ella a Galicia en el verano, ya que la tia Celsa tenia muchas ganas de verme y queria reeditar la foto de familia con todos los primos, esa que llevabamos tantos anos sin hacer. --?Por que no cenas en casa, hijo? --me dijo un dia--. Ya no tiene sentido que te empenes en cenar solo todas las noches… Te basta con bajar las escaleras. Fue el detonante. La tercera vez que me dijo esto, sali de casa y me acerque a la libreria del barrio. Habia varios libros sobre el tema que buscaba, pero supe perfectamente cual era el que mejor se adaptaba a mis necesidades. Su titulo era Manual del experto en cactus. Por la noche llame a Lidia. --Lidia, estaba pensando una cosa: ?las casas de Stanford tienen lavadora? Se quedo en silencio. Supe que unas lagrimas grandes le nublaban los ojos al otro lado del telefono.

  • Nunca dejes de bailar de Pat Casala

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  • Hasta que el mundo vuelva a creer en la magia (Sin Mar 4) de Cherry Chic

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    Amelia ha tenido muchos deseos a lo largo de su vida. Algunos se han cumplido y otros no, pero solo uno le agujerea el cuerpo despertando su anhelo desde que tiene memoria: descubrir que la magia existe. Una tonteria, si tenemos en cuenta que tiene treinta y un anos y su trabajo consiste en tratar cada dia con personas que, por diversas razones, lo pasan mal en la vida. Pero cuando se tumba en el cesped de su casa, observando las nubes entre briznas de hierba, no puede evitar pensar que pasaria si un dia su sueno se hiciera realidad. A lo mejor, con un poquito de suerte, podria encontrar a alguien que estuviese tan dispuesto como ella a buscar y encontrar la magia que tanto ansia. Quiza todavia no es tarde para perder la esperanza...

  • El mesias ario de Mario Escobar

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    Madrid, verano de 1914. Varios profesores se han automutilado en la Biblioteca Nacional y dos agentes, Hercules Guzman Fox y George Lincoln, tienen que averiguar por que lo han hecho. Todo parecer tener relacion con un enigmatico libro traido a Europa por Vasco de Gama en su primer viaje a la India. Ambos deberan emprender una vertiginosa carrera que los lleva de una clave a otra, descifrando mensajes ocultos durante siglos. Un rompecabezas que debera resolverse antes de que Europa entre en guerra y las profecias se cumplan. El origen de la leyenda del advenimiento del Mesias Ario y las profecias del Cuarto Rey Mago.

  • Poseida 2, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Liz esta en Nueva York con Sacha y todo el equipo de Courcelles Inversiones. Sus encuentros con el apuesto multimillonario son explosivos. Aunque la colma de regalos, a cada cual mas elegante y caro que el anterior, se sigue mostrando inaccesible. ?Conseguira ella ganarse su confianza y descubrir que se esconde detras de ese hombre increiblemente irresistible?

  • Varsovia de Carlos Sisi

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    La humanidad por fin se ha puesto de acuerdo en algo: hemos decidido dormir y sonar hasta desaparecer.

  • Amor de Hanne Orstavik

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    Esta es la historia de Vibeke, una madre soltera, y de su hijo, Jon. Se acaban de trasladar a una pequena localidad perdida en el norte de Noruega. Es el dia antes del noveno cumpleanos del nino y una feria ambulante ha llegado al pueblo. Mientras la madre se dirige a la biblioteca, Jon recorre las calles vendiendo numeros de la loteria de su club deportivo. En esa noche fria de invierno, son dos personas que viajan separadas. Esta es una envolvente e implacable novela que ahonda en la relacion entre una madre y su hijo, una historia sobre el amor o su ausencia.

  • Hielo rojo de Julia De La Fuente

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    Cuando el lago se congela y los lobos aullan, el pequeno poblado junto al fiordo se estremece. Una magia oscura campa a sus anchas por el bosque.
    Aila no es mas que una granjera pero, cuando un cuervo la visita en suenos, descubrira que tal vez tenga que empunar un hacha que no le pertenece para salvar a aquellos a los que quiere.

  • El aprendiz del tejedor de Cristina Palacio

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    Ano 1535. Escalonilla es un pueblo perdido en la meseta castellana, similar a cualquier otro, con su iglesia y su fuente, su cura y su alcalde, sus viejos tomando el sol en la plaza, sus mujeres con el cantaro en la cadera y sus ninos jugando.
    Se acerca el dia de Navidad y la fecha de elegir los nuevos cargos municipales.
    Una noche de tormenta, un asesinato, un testigo.
    ?Que oculta un pueblo que parecia tan inocente?

  • Muriendo sin ti, Freya Asgard de Freya Asgard

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    En un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar...
    Victoria, quien desde pequena lucho por mantenerse a flote en su precaria vida, junto a su madre, ahora puede tenerlo todo. Ella es una joven a la que todo le ha sido dificil, y que a pesar de ello aun sigue en pie. Pero de un momento a otro se halla a solo instantes de conocer las mas crudas mentiras y enganos que la haran enfrentarse a una realidad nefasta. Rodrigo, entretanto, es un hacendado que se ha esforzado dia y noche por conseguir lo que tiene, y tras la llegada de una extrana teme perder todo aquello, no sin antes pelear por lo que es suyo.
    En ”Muriendo sin ti” los secretos son mas fuertes que cualquier verdad, porque una vida llena de enganos conseguira que, aun despues de la muerte, no logres llegar a comprender como un ser amado es capaz de cometer las peores atrocidades, y quien deberia ser tu enemigo, terminara convirtiendose en tu mas fiel compania.
    ?Amar u Odiar? No existen mas opciones. Por lo tanto, no pueden dejar pasar la oportunidad de conocer y descubrir la historia que hay detras de ” El rancho Terranova”, envolviendose poco a poco en ella, disfrutando de la pluma de su autora, porque Freya Asgard nos regala con su libro momentos inolvidables, demostrandonos que los secretos no duran toda la vida.

  • El club de los estrellados de Joaquin Berges

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    Francho, cartero por vocacion y soltero irremediable por su fisico, lleva una vida rutinaria, pulcra y ordenada. Desayuna y almuerza a diario con Hortensia en el cafe de su mejor amigo, y los fines de semana se deja arrastrar por este a su grupo de aficionados a la astronomia, un peculiar club de solitarios que se dan cobijo entre si.

  • Una luna para Tyler de Elena Garquin

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    Ella sobrevivio a pesar de mi mismo.
    Nunca tuve tanto miedo como cuando permiti que las consecuencias de mis errores destrozaran el corazon de la mujer de mi vida.Nunca fui tan ambicioso como cuando me propuse conservarlo todo, para terminar no teniendo nada.
    Nunca me senti tan vacio como cuando volvi a verla, gracias a la clausula descabellada de un testamento que me removeria por dentro. Ni tan valiente como cuando decidi que merecia la pena tentar al destino de nuevo, solo para alcanzar mi propia luna. Hermosa, pero desconocida. Inaccesible. Llena de interrogantes, de secretos y preguntas de las que soy el unico culpable.

  • La melodia de la inocencia de Sofia Ortega Medina

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    Dicen que los villanos no solo existen en los cuentos… Dicen que el pasado siempre vuelve… Dicen que Gonzalo Guzman nunca deja un cabo suelto… Guille vive una monotonia gris y aburrida, sin sobresaltos, sin emociones, salvo las que siente al tocar el piano. A sus cuarenta y cuatro anos, cree que el amor ya no llamara a su puerta, formar una familia no tiene cabida en sus pensamientos y su corazon late con mas grietas de las que puede contar, aunque un casi atropello lo pondra frente a una mujer demasiado joven, demasiado espontanea, demasiado italiana… Y cuando el gris se una al color para formar la obra de arte perfecta, una amenaza se cernira sobre ellos. Una guerra de fichas de ajedrez se desatara. Las piezas estan dispuestas, pero falta el jaque mate… <>.

  • Lola (Moteros 3) de Patricia Sutherland

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    .Porque, a veces, el amor llega cuando menos te lo esperas…

  • La bruja de Biertan de Veronica Cervilla

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    Crina desperto, sobresaltada y algo aturdida. Oyo los golpes en la puerta y palpo el otro lado de la cama. Habia vuelto a pasar la noche sola, pero ya estaba acostumbrada. Ultimamente eran contadas las noches que su marido pasaba en casa. Ataviada con un camison celeste, se levanto y se cubrio con la manta de piel de oso que reposaba sobre la cama. Descalza, a pesar de las bajas temperaturas, se dirigio a toda prisa hacia la puerta de madera pintada y acerco el oido con cautela. --?Quien es? --!Abre, Crina! --respondio al otro lado una voz grave, de sobra conocida. Cosmin habia sido su confesor desde que tuvo edad suficiente para asistir a las liturgias. Era un antiguo amigo de la familia: confiaban en el lo suficiente como para relatarle sus miserias y aceptar el perdon que les ofrecia. Crina no le habia notado nunca tan preocupado como aquella manana, asi que abrio la puerta con un nudo en el estomago. Por la expresion grave del hombre, comprendio que no traia buenas noticias. --Guarda un par de mudas de ropa --la apremio el en cuanto vio asomar la cabeza de la joven --, los hombres del obispo se dirigen hacia aqui. --?Que sucede? ?Es Velkan? --Si, me temo que tiene algo que ver con tu esposo. No habia tiempo para mas explicaciones. El revuelo en los alrededores anunciaba que los hombres del obispo ya andaban cerca, asi que se apresuro a regresar al dormitorio y metio un par de vestidos y calzas en un bolso de cuero. Despues, cambio el camison por algo mas abrigado. El invierno ya asomaba por las empedradas calles de Biertan y pronto llegarian las nieves a los Carpatos. --!Crina Ardelean! !El Obispo de Biertan reclama tu presencia! Aquellos gritos, unidos al rumor expectante de los vecinos, que sin duda ya se habian congregado frente a la casa para cotillear, aceleraron los latidos de su corazon. Ya iba a salir cuando se percato de que aun andaba descalza, asi que tuvo que volver para colocarse las botas. --!Senora Ardelean! !Por favor! No nos obligue a utilizar la fuerza. --No sera necesario --Crina aparecio en la puerta con el bolso al hombro y forzando un gesto de dignidad en el rostro--. ?Por que me requiere el obispo de esta forma? --se acerco para susurrar a uno de los hombres--: ?No ve que me esta poniendo en evidencia? --El obispo sera quien le revele sus motivos. Por favor --respondio el hombre, un tipo de cuerpo espigado y bigote, apartandose a un lado y senalando el camino hacia la iglesia con un gesto de la mano. El otro caballero, mas corpulento, se situo delante para marcar el paso. Caminaba con la cabeza alta, el ceno fruncido y la boca encogida como si estuviera masticando un pomelo. Crina lo seguia, haciendo esfuerzos por no fijarse en las mujeres que cuchicheaban a su paso. Cada mirada que se cruzaba con la suya y cada dedo que la senalaba le recordaban que estaba siendo escoltada por los hombres del obispo, un <> reservado a delincuentes y condenados. El pasillo de curiosos se le hizo eterno y, a pesar del frio invernal que acechaba Biertan, sus mejillas se encendieron con un rojo intenso. No fue capaz de continuar con el rostro descubierto, asi que opto por colocarse la capucha del vestido. La iglesia no estaba lejos, pero le parecia que llevaba horas caminado. Durante el resto de la marcha no despego los ojos del suelo pedregoso, ni siquiera cuando subieron los ciento setenta y dos peldanos de la escalera cubierta con techo de madera que llegaba hasta la cima de la colina. Alli, en la parte mas alta del pueblo, se encontraba la muralla que abrazaba las tres naves de la iglesia. Con cada paso su furia y su preocupacion aumentaban, pero como la joven bien educada que sus padres la habian obligado a ser, lo disimulaba apretando los dientes y levantando las cejas, forzando una serenidad ficticia. No fue necesario atravesar la puerta de la capilla principal, el obispo los esperaba fuera con cara de circunstancias. A pesar de la barba y los cabellos blancos, el anciano era robusto y todavia conservaba una postura firme. Crina corrio hacia el hombre y se arrodillo. --?Que puede haber sido tan grave como para enviar a sus hombres a por mi y castigarme con esta deshonra, mi senor? --Levantate, Crina --le pidio el obispo con dulzura poniendole la mano en la cabeza, y luego la ayudo a ponerse de pie--. No soy yo ni es la Iglesia quien te reclama por tus pecados, solo he accedido a cumplir la solicitud que se me ha hecho. Pesa una amenaza sobre los sagrados lazos de tu matrimonio, hija. --?De mi matrimonio? --pregunto Crina, arqueando las cejas--. Senor, ahora si me esta asustando. --Y asustada debes estar, nina --el anciano se dirigio con pesar a los hombres que la habian traido--: llevadla a la Torre de la Prision. --!?A la Prision?! --grito, con las mejillas incandescentes y las lagrimas asomando a sus pequenos ojos azules. --Lo siento, Crina --susurro el obispo y luego bajo la cabeza. Crina sabia lo que eso significaba. Todo el pueblo lo sabia. La escoltaron hasta la Torre de la Prision sin que se resistiera y, con cada pisada sobre los peldanos de piedra que conducian a la parte superior, iba perdiendo un trocito de dignidad. En su familia habia algun matrimonio que habia recurrido a tal extremo y que habia sufrido la verguenza y el desprecio de sus conocidos. ?Como habia podido pasarle a ella? Los dos hombres abrieron la puerta de barrotes que daba acceso a la celda sin muchos miramientos y la empujaron dentro. A continuacion, volvieron a cerrar con llave y se marcharon. --?Quien ha sido? --grito Crina a los hombres que se alejaban--. ?Quien ha pedido nuestro encierro? Como respuesta, un portazo. I --He sido yo --respondi desde la unica silla de la minuscula estancia. --!Velkan! --se volvio hacia mi, confundida. --Tienes dos semanas, Crina --hice una pausa para empujar el nudo que tenia en la garganta --. Dos semanas para ser sincera o el divorcio sera efectivo. Crina se dejo caer hacia el suelo, despacio, y alli permanecio en silencio, con aquella mirada penetrante y triste, tan llena de odio. Habian pasado horas y Crina no se habia movido de los barrotes. Yo la observaba desde la esquina de enfrente, a tan solo un par de metros y, sin embargo, sentia que nos separaba un oceano. Mi esposa… y ni siquiera se dignaba a mirarme. De vez en cuando dejaba escapar un suspiro de hastio que me daba esperanzas: tal vez aun era posible conservarla. --Se que ahora me odias… --Dejare de odiarte si terminas con esto y nos vamos a casa, a seguir con nuestras vidas --me interrumpio ella con un tono de suplica al que poco antes habria sucumbido. --No puedo hacer eso --respondi, aunque deseaba hacerlo y continuar fingiendo que nos queriamos. --?Es por mis reproches cuando llegas tarde a casa? Porque puedo dejar de hacerlo… --?Y que pasara despues? --dije, acercandome a ella--. ?Que haras cuando ya no te quede mas espacio donde guardar tu rencor? Seras una vieja amargada… --Entonces deja de comportarte como un nino --Crina se levanto y me sujeto la cara con ambas manos, buscando mi mirada--. Ahora tienes una esposa. !No puedes andar por ahi cada noche! --?Por que te casaste conmigo? Crina dudo un momento, desvio su mirada ofendida y no respondio a la pregunta. Iba a necesitar algo mas que un par de horas para hacerla entender, asi que no retrase el momento mas y saque el diario de mi petate. Lo sujete con delicadeza, pues las cubiertas de cuero ya se estaban cuarteando y las hojas se habian vuelto fragiles y amarillentas. Me acerque a ella y lo deje a su lado, en el suelo. --?Que es eso? --pregunto mirandolo de soslayo, intentando ocultar su curiosidad. --Dos semanas tienen muchas horas y aqui no hay nada que hacer, salvo conversar y pensar. Intuyo que este libro puede hacer tu estancia mas amena. --!Ja! --solto ofendida--. !Que detalle! Gracias por encerrarme aqui y darme este libro mohoso para entretenerme. --?Tienes algo mejor que hacer? Incapaz de encontrar una respuesta ingeniosa, tomo el libro y lo abrio por la primera pagina. Estaba escrito a mano, pero bastaba con reparar en los renglones perfectamente rectos, en la letra redondeada y cuidada, para saber que quien lo escribio era meticuloso y seguro de si mismo. Crina poso el dedo en la primera linea y comenzo a leer en voz alta: --<> --cerro el libro de un golpe y lo lanzo con fuerza, haciendolo aterrizar bajo la estrecha mesa que habia en la celda--. Pero, ?como te atreves a darme un libro sobre brujeria? Es eso, ?no? !Hay otra! --se cubrio la boca con la mano como si hubiera descubierto un secreto y no pude evitar soltar una carcajada--. Dios mio, estas embrujado, ?no es cierto? Tengo que salir de aqui. Debo llamar al obispo y… --Pero, ?que dices? --la interrumpi. Me agache y la sujete por los hombros. --!No me toques! !No quiero que me contagies! --me empujo.

  • Capitan Struk de Thiago Silva

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    Struk fue probado en el corazon del oceano. Se recupera y en poco tiempo, encara una mision de rescate compleja.
    Liderando a un equipo entrenado, enfrenta sus miedos y vuelve al mar. Debe traer a su compatriota a casa sin volcar una gota de sangre.

  • El valle sin nombre de Ibon Martin

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    Trescientos anos antes de que la Revolucion Francesa proclame la igualdad entre los seres humanos, un clamor se aduena de los valles vascos: el de los hombres y mujeres que ansian su libertad. Sus anhelos coinciden con un nuevo tiempo en el que las villas asumen el liderazgo frente a la opresiva atmosfera del feudalismo. Con este vibrante telon de fondo, Aitor, un joven campesino, huye de su senor decidido a cambiar su destino. Su lucha sera pronto la de toda una sociedad, que no cejara en su empeno hasta acabar con las injusticias en el mundo rural.

  • Luchando contra sus fantasmas, Marian Arpa de Marian Arpa

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    Sandra Molina es una mujer joven con un pasado tormentoso. Ejerce como ayudante del fiscal, y el personal a su cargo valora su alto grado de exigencia y el desempeno brillante de su labor diaria.
    Adam Guerrero es un agente que se traslada de Madrid a Barcelona y que esta desencantado con la ley. Su trabajo consiste en arriesgar su vida para limpiar las calles de malhechores y, sin embargo, los delincuentes vuelven a estar libres antes incluso de que el termine de completar el papeleo.
    Cuando se conocen, ella recela de el, pero con el tiempo descubre que tras su fachada se esconde un hombre con un gran corazon.
    Dos personas en apariencia tan opuestas ?podran resistirse a la irrefrenable atraccion que sienten desde el primer momento en que se ven?

  • Eres solo una esclava. Reina de Aina Castillo

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    Ya vienen. Ya vienen. --No podemos tenerla aqui. La mataran. --Tenemos que hacer algo urgente. No podemos quedarnos aqui. El ruido de los pasos que avanzaban, sonaban como la marcha de la muerte. De fondo, los gritos de desesperacion que se ahogaban en las detonaciones de las armas. En la oscuridad, la discusion era llevada en susurros. A pesar del miedo que sentian, ese hermoso bebe dormia placidamente en los brazos de su madre. La mujer la envolvio aun mas porque, a pesar del terror, la noche estaba mas fria que nunca. La contemplo por un rato. La expresion de serenidad y de completo amor le hizo pensar que por un momento nada malo podria suceder. Pero no era asi, el sonido del peligro se hacia cada vez mas intenso y sabia que no habia escapatoria. --Vete. --?Pero de que hablas? --Vete, vete con la nina. Vayanse. --No te puedo dejar aqui. --Vete, te he dicho. El le tomo el rostro y una lagrima recorrio la mejilla. Ella supo que el final era inminente por mas que lo negara en su alma. --Vete... Hazlo ya. La voz fue mucho mas suave pero igual se sintio como una sentencia cruel. El dolor estaba en el aire pero eso era lo que se podia hacer. No habia otra solucion. Entonces, la mujer diviso una puerta en el medio de la oscuridad y antes de irse, giro para ver por ultima vez al hombre que siempre habia amado. Se encontro en la calle, en ese lugar que habia sido su hogar por tanto tiempo y que ahora era solo un escenario de destruccion y dolor. Los gritos aumentaban, por lo que tomo a su bebe entre los brazos para protegerla de todo lo que habia alrededor. Se convertiria en su escudo sin importar nada mas. Sorteo lugares con cuerpos y sangre, reconocio los rostros de vecinos y de las mascotas que tambien se habian convertido en parte de su familia. Casas destruidas y ese ambiente de desolacion. Ese era el futuro que le esperaba a su hija. Corrio con todas las fuerzas de su cuerpo, al mismo tiempo que sus brazos actuaban como la barrera de proteccion contra todo lo demas. Poco a poco, la mujer dejo atras aquello que tanto amaba. Recorrio caminos que no habia conocido jamas, con la sensacion de que la pesadilla aun no habia terminado... Y tenia razon. Justo cuando penso que por fin estaba lejos de todo, fue interceptada por un grupo de hombres altos y muy amenazantes. Se quedo muda y comprendio que su destino ya no era el de estar con ella, pero al menos haria el intento de salvarla. --Por favor, mirenla. Es solo una bebe. No tiene culpa de nada. Tenia los ojos cargados de lagrimas y la voz quebrada por la desesperacion. Si alguien tenia que vivir, sin duda, era la pequena. --Hagan conmigo lo que quieran, no me importa. Pero por Dios, se lo ruego, no le hagan dano. Es un ser puro e inocente. Se lo ruego, por lo que usted mas quiera. Tuvo la sensacion de que todo estaba perdido hasta que un hombre emergio entre el grupo. Ella no lo pudo detallar porque todo estaba oscuro y la angustia era demasiado grande. Entonces, el estiro los brazos para recibirla. La madre, le sonrio agradecida y antes de despedirse de ella, le dio un beso en la frente. --Estes en donde estes, siempre estaremos contigo. La dejo sobre los brazos del desconocido con la esperanza de que ella tuviera un futuro. Luego, se quedo alli de pie, mirando como su hija se separaba de ella, mientras aun dormida en la tranquilidad. Ese ligero cambio fue suficiente como para que la bebe pudiera despertar. Abrio esos grandes ojos azules y miro fijamente a esa persona que la sostenia. No lloro, no se puso inquieta, mas bien estaba tranquila y curiosa. --No te preocupes. Todo saldra bien. II El hombre subio a un coche de color negro mate mientras aun cargaba a la nina en brazos. Se quedaba mirandola, como ensimismado y se dio cuenta que queria cuidarla como si fuera el mas preciado de los tesoros. No estaba seguro de lo que habia pasado pero sintio que la amaba mas que nunca. Lo cierto es que todo el caos que habian dejado atras fue producto de un cambio que movio los cimientos de una sociedad fracturada. El mundo quedo ahogado en la oscuridad y en la incertidumbre, no habia una alternativa y solo quedo la necesidad de hacer una lucha de clases encarnecida y violenta. Era una especie de guerra civil, la cual sirvio para dividir aun mas a la gente. Los pobres contra los poderosos y, en el medio, la gente que apenas pudo salvarse al escoger de bando. Por supuesto, esto tambien represento que el futuro cambiaria por completo y para siempre. Eso, sin embargo, era solo la punta del iceberg. El conflicto social se vio bordeado por el politico y economico. La llamada burbuja exploto y acarreo un conflicto sin precedentes. No hubo oportunidad de recuperar nada, solo mirar el caos desde lejos. La crisis de los hidrocarburos tambien hizo mella, sin dejar de lado los conflictos sobre migrantes y refugiados. Poco a poco, las naciones comenzaron a aliarse entre si, con la finalidad de erigir muros para protegerse. La multiculturalidad se convertia en una especie de sombra del pasado. Gracias a ello, se hicieron movimientos civiles para purgar a esas clases "incompetentes". Ejercitos financiados por hombres de poder, se encargaron de eliminar a todo aquello que representara una potencial amenaza. La intencion era clara, se trataba de acaparar todo el control posible a traves del miedo. Los resultados se veian claramente. De esta manera, la sociedad mundial se organizo en ciudades estados y con una division social muy marcada: en el tope, los Alfas, individuos con todo el poder posible y unicos capaces de disfrutarlos privilegios de ello. Los Beta tendrian una postura menor pero hasta cierto grado influyente. Surgieron por medio de alianzas como metodo para salvarse el pellejo. Al final, tendria la ventaja de poder participar en ciertas decisiones relevantes, pero aun preservando una posicion inferior. En el fondo de la piramide, estaban los Omegas, considerados como la clase mas detestable que podria existir. Generalmente, estaba conformada por ladrones, prostitutas, drogadictos y todo aquel que no se le considerada medianamente decente o siquiera importante. Eran de lo peor y tenian que lidiar con ese destino hasta el dia de su muerte. Asi pues, luego de las purgas y de la caida de lo que se conocia en la humanidad, la sociedad volvio a resurgir de las cenizas pero de una manera radical. Ya nada seria como antes. Por ejemplo, en estas grandes ciudades-estados tambien se amurallaron entre si, con el fin de separar aun mas las clases. Los Alfas optaron por quedarse en el mejor lugar, seguidamente los Betas, ubicados en los alrededores. Los Omegas, por otro lado, fueron enviados a la periferia como si fueran desechos de la peor clase. Por ende, se resignaron a vivir en un ambiente hostil y dificil, sin la posibilidad de que pudieran mejorar sus condiciones de vida. En vista de todo aquello, el hombre negro no queria que su hija viviera entre extranos y maleantes, la queria lejos de todo aquello que pudiera corromperla. Por cuestiones de la vida, ni el ni su esposa podian concebir, asi que la llegada de esa criatura cambio todo. Por completo. --?Te parece bien? Los ojos de la mujer reflejaban una inmensa necesidad de amar. El solo verla la convencio de que era lo mejor que podia hacer por ella misma. Asi que la tomo en brazos y se quedo prendada de esos ojos grandes y azules. Tan brillantes, tan vivos. --Si... Que se quede con nosotros siempre, siempre. Siguio mirandola ensimismada por su belleza y termino por decir. --Louise... Ese sera tu nombre, Louise. La bebe sonrio como si estuviera de acuerdo con el nombre. Y desde ese momento, Louise Walker se convertiria en una de las Alfas mas importantes de ese lugar. Sus padres adoptivos hicieron lo posible por ocultar su verdadera identidad. Entonces, modificaron documentos y se inventaron una historia para hacerles entender a los demas que ciertamente se trataba de su hija. Sin embargo, estaba la constante pregunta que rondaba en el aire: "?Como lograron concebir?", esa misma que parecia ensombrecer su felicidad pero que era algo que lograban evadir de manera exitosa. Asi pues, Louise Walker crecio poco a poco rodeada de los lujos y de la tranquilidad de una sociedad Alfa que la apreciaba cada vez mas. Su caracter dulce y justo, su inteligencia y su fuerza resultaban admirables. Todo aquello vivia dentro de ella y resultaba ser conmovedor. Aunque era indudablemente encantadora, su padre se encargo de senalarle que el mundo era un lugar peligroso, por lo que tenia que aprender a defenderse de aquellas personas que estaban dispuestas a hacerle dano. --Aprenderas a pelear para que no dependas de nadie, salvo de ti misma. --?Por que? ?Acaso no tenemos personas que nos cuidan, papa? El viejo Walker recordo el momento en que su madre rogo por su vida en medio del fuego y de la muerte. Esa imagen punzo las neuronas de una manera que penso que perdia las fuerzas en las piernas. Entonces, tuvo que recordarse a si mismo que estaba alli, frente a su hija, con el fin de hacerle entender que tenia que hacerle caso

  • La herencia de Agneta de Corina Bomann

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    Una esplendida finca en el sur de Suecia se convierte en el escenario de los acontecimientos del vertiginoso siglo XX, protagonizados por varias mujeres de una misma familia.

  • Paginas de sangre de Thomas Harding

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    En junio de 2006 el anciano Allan Chappelow, un reputado fotografo y experto en George Bernard Shaw, fue encontrado en su casa londinense bajo una montana de papeles y desperdicios. Lo habian golpeado brutalmente hasta matarlo. Casi tres anos despues, Wang Yam, un disidente politico chino, fue declarado culpable de su asesinato.

  • Incendio de Tess Gerritsen

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    En una sombria tienda de antiguedades de Roma, la violinista Julia Ansdell tropieza con una curiosa pieza musical, un vals, ” Incendio ” , que la hechiza de inmediato. La composicion, apasionada, atormentada y estremecedoramente bella, de notas sombrias y febriles arpegios, parece dotada de vida propia. Julia esta decidida a dominar su compleja ejecucion y mostrarsela al mundo entero. De nuevo en Boston, en cuanto el arco y las cuerdas de su violin reproducen por primera vez las notas encendidas del vals, comienzan a suceder cosas extranas que trastocan su tranquila existencia. La musica tiene un efecto inexplicable y aterrador en Lily, su pequena de tres anos, que parece sufrir una brusca transformacion. Convencida de que los hipnoticos compases de ” Incendio ” estan urdiendo un hechizo maligno, Julia se propone encontrar al creador de la pieza y averiguar el origen de esta. Su busqueda la lleva a la ancestral ciudad de Venecia, donde descubre el oscuro secreto de una familia peligrosamente poderosa que no se detendra ante nada para impedir que la violinista desvele la verdad.

  • El mal que nos devora de Andrea P. Munoz

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    Diana Thorne es una joven policia atormentada por el recuerdo de su hermana, victima en su infancia del asesino en serie Black Demon. Quince anos despues el pueblo de Nollsbury vuelve a estar en boca de todos cuando la pequena Monique Brown desaparece de su cama en mitad de la noche. Max Chandler es enviado en calidad de reportero y asesor policial por su despota jefa una manana fria donde la niebla parece envolver cada parte de la excentrica estacion ferroviaria. Ambos se uniran en una investigacion que los guiara a las entranas de un circo anclado en el tiempo debido a un pacto con el mismisimo Diablo.

  • Mala Coincidencia de Miki Russo

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    Termine de redactar el mensaje, adjunte el archivo con el presupuesto y le di enviar al correo electronico. Acto seguido cerre mi laptop y cogi el abrigo tan rapido como pude; el reloj marcaba las seis y treinta de la tarde y la reunion de padres era a las siete en punto. Corri al metro y, de pura buena suerte, llegue a la escuela cuando los apoderados ingresaban al salon. Me apresure porque no queria ser la ultima en entrar, pero accidentalmente choque contra un hombre de traje gris que iba hablando por celular. --Perdon --me disculpe. --Fijese por donde camina, senora --me gruno. Me dio una mirada de desprecio, se sacudio el saco donde lo habia tocado y continuo hablando. Era extrano: jamas lo habia visto en las reuniones anteriores, en los cuatro anos de secundaria, y eso que Melisa, mi hija, habia estado siempre con los mismos companeros. Tome asiento y puse atencion porque en el ultimo ano habia muchas cosas de las que hablar; la graduacion, el viaje final, los test vocacionales que ayudarian a los chicos a decidir que hacer con su futuro y un monton de asuntos mas. Al terminar la sesion, Franco, el profesor, alzo la voz. --Necesito que se quede un momento, senor FitzGerald --anuncio. El hombre del traje gris, aquel desagradable sujeto con quien me tropece en la entrada, puso una expresion de ira y se detuvo. Bingo, el era el padre cuyo hijo seguramente seria un problema y por eso debia quedarse tras la junta. Cuando pase junto al maestro no dudo en alabar a mi pequena. --Maya, digale a Melisa que le fue muy bien en el examen de geometria --sonrio. --Claro que se lo dire --le devolvi la sonrisa. Me despedi de las demas madres y sali triunfante, porque Melisa era una de las mejores estudiantes y tenia una conducta intachable, asi que jamas recibia quejas por ella, solo felicitaciones. 2 Llegue a casa cerca de las nueve de la noche. Me encontre a Melisa sentada en el sofa frente al televisor; apenas me vio entrar se levanto y corrio a la cocina a encender el microondas. Dos minutos mas tarde me servia un suculento trozo de pizza napolitana, mi favorita. --?Como estuvo todo, mama? --pregunto, bajandole un poco el volumen al televisor. --De maravillas --respondi, tragando mi pizza. --?El profesor Franco se quejo de mi? --Muchisimo --bromee, arqueando una ceja--. Dijo que tu examen de geometria esta excelente. --Y eso que casi no estudie --alardeo. --Engreida --resople, dandole un pellizco en la mejilla. Charlamos un rato, mientras limpiabamos la casa, y a eso de las diez Melisa me dio un beso en la mejilla y se fue a su cuarto. Le gusta leer un rato antes de dormir, asi que cogio su Kindle que se cargaba sobre la mesita lateral y se la llevo a su cuarto. Melisa y yo somos solamente las dos, ella es mi razon de vivir y por eso me gaste un dineral en comprarle el Kindle, una buena laptop y su movil, cosas que jamas me pidio pero que yo crei que de sobra merecia. Es una excelente hija, carinosa y atenta, ademas de una estudiante de primera ?Que mas puede pedir una madre? Ella es perfecta para mi. La que ha cometido los errores he sido yo. A los quince anos me enamore de un chico y el dijo sentir lo mismo por mi. A los dieciseis nos hicimos novios y a los dieciocho, poco antes de graduarme, supe que estaba embarazada. Mi novio fue aceptado en una universidad al otro lado del pais, a donde se marcho con sus padres. Me prometio que me ayudaria, que estariamos juntos para siempre y que se pondria en contacto conmigo apenas se instalara en su nuevo hogar, pero... no volvi a saber de el. Al principio puse mis esfuerzos en buscarlo, pero al cuarto mes mis padres supieron de mi estado y se volvieron locos de ira. Me echaron de la casa, unicamente con un bolso con ropa y un par de libros bajo el brazo. Habia arruinado mi vida, dijeron, ya no podria ser una profesional ni viajar por el mundo como era mi sueno. Mis notas en la escuela eran excelentes, pero no pudieron ayudarme cuando me vi sola en el mundo. A duras penas llegue donde mi abuela paterna, que vivia a cien kilometros de mi antigua casa. La veiamos poco porque no se llevaba bien con mi madre, pero apenas estuve de pie en su puerta, asustada y con una criatura creciendo en mi interior, me sonrio y me hizo pasar. Claro, una vez que mis padres supieron que ella me recibio dejaron de hablarle y no volvieron a hacerlo nunca mas. Yo era la verguenza de la familia y ella la traidora que le tendia la mano. Trabaje limpiando casas en un condominio hasta que estuve muy gorda para continuar, entonces tuvimos que vivir de mis escasos ahorros, de la pension de mi abuela y de la venta de algunos muebles y electrodomesticos, que ambas fingiamos no necesitar. Cada noche lloraba pensado en mi novio, que seguia sin volver, hasta que una madrugada en medio del llanto comenzaron las contracciones. Mi abuela pidio ayuda a algunos vecinos y me llevaron hasta el hospital, donde una manana de primavera nacio mi pequena Melisa, una preciosa criatura de piel clara y ojos verdes, quien me devolvio la alegria y, de paso, me ayudo a resignarme y asumir que su padre no regresaria jamas. Durante los primeros dos anos de Mel continue trabajando aseando casas, hasta que mi abuela aparecio un dia con una inscripcion para el examen de seleccion universitaria. --Ya has perdido mucho tiempo --suspiro--. Tienes que estudiar una carrera. --Pero Abue, no podemos pagar una universidad --dije triste. --Lo solucionaremos --sonrio. --Pero Melisa esta muy bebe y... --!Basta de peros, Maya! --exclamo--. Yo cuidare a la nina, tu preocupate de estudiar para el examen. Y lo hice; en cada rato libre que tuve, por las noches y temprano antes de ir a trabajar, estudie duro para el examen, y al publicarse los resultados supe que habia quedado aceptada en la universidad nacional, tenia una beca de gratuidad de carrera y, como si fuera poco, me daban un trabajo en el campus, en labores administrativas. El sueldo era escualido pero en mi caso era una ayuda celestial. Despues de ocho semestres de sacrificio, donde estaba todo el dia en la universidad mientras mi abuela cuidaba a mi hija, obtuve mi titulo de disenadora de interiores y ambientes. En aquella epoca Melisa ya tenia casi siete anos y mi abuela rondaba los ochenta, pero seguia manteniendo intacta su energia, esa que le permitia cargar a su bisnieta a caballo sin mayores inconvenientes, a pesar de mi oposicion ante esos juegos para los que claramente ya no estaba en condiciones. Consegui empleo en una oficina de decoracion de departamentos y, por primera vez, comence a recibir un sueldo digno, lo que nos permitio darnos pequenos lujos, como reponer los muebles que habiamos vendido en aquellos dificiles anos. La vida comenzo a sonreirnos, ya que por fin tenia un trabajo fijo. Tambien por primera vez pude celebrarle un cumpleanos a mi hija, el numero nueve: invito a sus amiguitos del colegio, comimos pasteles y dulces y recibio muchos regalos. Incluso contrate un servicio de juegos inflables y un malabarista. Fue el cumpleanos perfecto, el que ella siempre recordaria. Por la noche, al marcharse los invitados, mi abuela me pidio que terminara de ordenar sola, porque se encontraba cansada. Me parecio rarisimo, pues jamas antes se quejo de cansancio. Dos dias despues, un frio lunes, el autobus recogio a Melisa para llevarsela a la escuela y yo fui al cuarto de mi abuela. Ahi estaba ella, metida en la cama, demacrada. De inmediato tuve un mal presentimiento y llame a la oficina avisando que no podria ir. Volvi a su habitacion, me sonrio y me pidio que me acostara a su lado. --Abue, deberiamos ir al doctor... --sugeri. --No, Maya, no estoy enferma --contesto--. Simplemente llego mi hora. Nos cogimos de la mano y durante horas charlamos, recordamos esos anos de vida en comun, nos reimos de algunas anecdotas y llore cuando note que comenzaba a despedirse de mi. --No llores, May, la muerte es parte de la vida --me consolo. --No quiero que te mueras... --Estaran bien --tosio--. Ahora abre el armario y trae la caja que esta al fondo. Obedeci; del closet cogi una caja de carton roida por la humedad y la puse en la cama. A una sena suya la abri y vi que su interior estaba lleno de fotos: de ella, de otros familiares, mias y de Melisa. --Tu y Mel le han dado luz a la existencia de esta pobre vieja, asi que esta es tu herencia -- hablo firme--. No son solo las fotos. Busca abajo. Debajo de las fotografias habia una carpeta verde y en su interior estaba su testamento, donde me nombraba unica heredera y, por tanto, duena de la casa. --Vende la casa y mudate a un barrio mejor. No te daran mucho dinero, pero de algo te servira. No estuvo muchos minutos mas conmigo. Ya nos habiamos dicho todo lo que necesitabamos, nos habiamos despedido de la forma mas tranquila y carinosa posible. No queria que Melisa la viera muriendose, por eso dejo de respirar antes de que la nina volviera de la escuela. La agitacion de los dias siguientes a la muerte de mi abuela fue enorme. Tanto el velorio como el funeral fueron muy concurridos, por vecinos y otras personas que apreciaban a mi Abue, pero ningun familiar asistio. Sus hijos la habian abandonado por completo, sus hermanos estaban muertos y su unica familia eramos mi hija y yo. Durante algunas semanas pense en sus palabras sobre vender la casa, lo que me causaba una pena enorme; esa no era solamente una casa, habia sido nuestro hogar en aquellos anos que fueron los mejores y los peores de mi vida. Pero ella, siempre tan sabia, tenia razon, el barrio ya no era el mismo de antano y lentamente se habia contaminado con delincuencia y drogas. No era el mejor lugar para una madre soltera y su hija pequena. Puse un anuncio y rapidamente logre vender la casa de mi abuela. Fue triste, pero eran sus deseos. Con la mayor parte del dinero pague el pie para una casa mas bonita y moderna, en un vecindario seguro, cuyo dividendo, pactado a treinta anos, pagaba mes a mes sagradamente. No era lujosa, pero si muy acogedora. En la oficina donde trabajaba conoci a Claudia, una chica casi de mi misma edad y de la misma profesion y nos hicimos buenas amigas. Durante mucho tiempo hicimos planes, medio en broma medio en serio, de abrir nuestra propia agencia de decoracion de ambientes... hasta que lo hicimos. Nos lanzamos a la piscina, pedimos un credito de emprendedores en el banco y nos asociamos. No nos podemos quejar, porque las cosas resultaron bastante bien, aunque en base a muchisimo esfuerzo. Con treinta y seis anos habia conseguido vivir en completa paz junto a mi hija, que gracias al cielo era una buena chica. Y, sobre el estante junto a la escalera, nos observa la fotografia de la mujer que lo hizo posible... mi amada Abuela.

  • Los dominios del lobo de Javier Marias

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    Empezada a los diecisiete y terminada a los dieciocho anos, Los dominios del lobo fue la primera novela de Javier Marias, una obra transgresora e insolita.

  • Sobre los puentes de Paris de Africa Ruh

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    La mejor duelista de Paris se enfrenta a tres amenazas: un asesino enmascarado, un complot contra el Rey y los encantos de un joven aristocrata.

  • Fuego y furia de Michael Wolff

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    Los primeros nueve meses de la presidencia de Donald Trump han sido tempestuosos, atroces. y absolutamente fascinantes.