• anatomia de una mente criminal - Patricia Rodriguez Reyes

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    Martina Stevenson es una sicologa forense de Medicina legal, que ademas de atender en su consulta a asesinos y violadores, tiene como habilidad perfilar acertadamente las motivaciones de los victimarios mas peligrosos del pais. Su fama la precede y aunque su dedicacion en el trabajo, le ha costado su vida personal, el exito laboral solapa cualquier momento de soledad. Martina es una mujer valiente, defensora de la igualdad de genero y de la necesidad de erradicar el machismo de raiz, lo que la anima a ser una de las pocas sicologas que osa trabajar con victimarios, pues piensa que al no hacerlo, la sociedad se quedara reparando victimas para siempre.

  • ANATOMÍA DE UNA MENTE CRIMINAL Tapa blanda

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  • ANATOMÍA DE UNA MENTE CRIMINAL Versión Kindle

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  • AnatomÍa De Una Mente Criminal (spanish Edition)

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  • Anatomia de una mente criminal - Patricia Rodriguez Reyes

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    Martina se había entrenado a sí misma para abrir los ojos en medio de la noche y escribir lo primero que le viniera a la mente en un diario de sueños, ...

  • LA MENTE CRIMINAL | VICENTE GARRIDO GENOVES

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  • La Mente Criminal - Vicente Garrido -5% en libros | FNAC

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    15 ago 2019 — La Mente Criminal, libro de Vicente Garrido. Editorial: Booket. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.

  • Lanzamientos de los libros de Patricia Rodriguez

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    ANATOMÍA DE UNA MENTE CRIMINAL. FECHA:Noviembre 2 de 2019; LUGAR:Virtual. Un thriller sicológico, un enfrentamiento entre el feminismo y el machismo, ...

  • La mente criminal by Vicente Garrido - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/18111490-la-mente-criminal

    El libro es cuanto menos interesante. Hay momentos que te atrapa y es imposible dejar de leerlo, pero otras veces... Todo lo contrario en mi caso. No obstante, ...

  • Capitan Roy de Francisco Correa

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    La economia se habia convertido en una balanza completamente inestable que llevaba a las personas a hacer cosas completamente inesperadas. Los profesionales se habian dedicado a oficios que no tenia nada que ver con lo que hayan estudiado, Chicago, era la cuna de la pobreza, y a pesar de que habia algunos que aun no podian manejar su crisis, otros simplemente se adaptan a los nuevos cambios con la intencion de poder superarse y llevar algo de comer a la mesa. Los Estados Unidos habia atravesado por una de las crisis economicas mas agresivas, los mercados bursatiles se habian desplomado, muchos habian perdido los ahorros de toda su vida, otros, simplemente habian sido despedidos de manera masiva mientras todos los suenos, proyectos y el futuro se iban por el cano. Aunque eran tiempos dificiles, algun corazon noble aun permaneci en la ciudad, ya que, algunos habian acumulado fortunas que aun les permitia mantenerse a flote, garantizando una vida plena, estable y llena de lujos. Era completamente dispareja la imagen que se generaba en las calles, al ver coches del ano, realmente lujosos, brillantes e impactantes a la vista, pasar justo frente a una gran cantidad de personas que se habian ido a las calles a tratar de mendigar algo para comer. Esto, habia llevado directamente a Amanda Murray a tomar una decision desde una edad muy temprana. Desde los 17 anos de edad, esta chica habia comenzado a desarrollar un profundo interes por ayudar a los menos afortunados. Habia nacido en una familia privilegiada, su padre, habia hecho inversiones en diferentes mercados mundiales, por lo que, el desplome de la economia en los Estados Unidos parecia no afectar. Con corporaciones en Europa, este sujeto habia logrado abarcar una gran cantidad de necesidades de la poblacion a traves de la produccion, y de esta manera, habia logrado amasar una fortuna increible. Pablo Murray habia sido uno de los ejemplos a seguir para esta chica, quien despues de crecer a su lado, aprendiendo todos los elementos vinculados al negocio de los bienes raices y la produccion de alimentos, encontro que los necesidades mas fuertes que podrian generar una necesidad incontenible, donde ella misma podria actuar para ser compensadas en parte por los contactos que habia acumulado a lo largo de los anos. Anualmente, un evento de caridad se llevaba a cabo en un gran salon de festejos muy popular y reconocido entre la alta sociedad, generalmente era solicitado para conciertos, eventos de gala, y exposiciones de arte. Pero Amanda, con la ayuda de los contactos de su padre, utiliza estos espacios para reunir a todas las personas que se encontraban en una situacion de pobreza extrema con el unico objetivo de brindarles una esperanza y la oportunidad de salir adelante. En cada uno de estos eventos, se sorteaban algunos empleos vacantes que se mantenian en las corporaciones de su padre, si hubiese dependia de ella, le habria dado trabajo absolutamente a todos, pero esto era completamente imposible. El indice criminal en la ciudad habia incrementado significativamente, esta situacion financiera tan catastrofica habia llevado a muchos a estar en una situacion realmente desesperada, incurriendo en crimenes y faltas a la sociedad que terminaba dejando los muertos o encerrados en la carcel. Era completamente absurdo encontrarse en las calles si no era necesario, se respiraba el miedo, la inseguridad, la duda, no era normal la vida que se llevaba a cabo en una ciudad como esta, la cual en momentos anteriores, se habia convertido en una verdadera fabrica de millonarios. Las oportunidades estaban al alcance de todos, los bancos estaban en su mejor momento y todos podian acceder a financiamientos, creditos, gastar dinero que no tenian, algo que los llevo directamente hacia la catastrofe en el momento en que este tiempo de bonanza se acabo. Pero aunque Amanda y sus eventos eran un aporte significativo para la sociedad, no terminaba de corregir el verdadero dano social interno que se llevaba a cabo en el interior de muchos de los habitantes de la ciudad. Esto no corregia los valores que se habian perdido, se necesita un saneamiento total que permitiera que las personas vieran en el mundo nuevamente con esperanza y amor. El concepto del mundo que tenia esta chica en la mente era completamente utopico, y de una manera bastante desagradable conoceria lo que realmente habitaba en la ciudad de Chicago, aquella misma noche despues de siete anos consecutivos realizando eventos a beneficencia de los mas desamparados. Cada ano, este evento se convertia en uno de los mas especiales, ya que, Amanda llevaba a cabo una inversion masiva para alimentos, ropa, y el sorteo de empleos nuevos para personas que tenian las capacidades y cumplian con el perfil necesario. Tampoco se llenaria de personas completamente ignorantes y que no contaban con ninguna preparacion, esto seria completamente y responsable. Era muy triste para esta chica tener que respirar el mismo aire de otras personas que sentian que la vida era completamente una perdida de tiempo, la desesperacion los consumian, la depresion los estaba llevando hacia la muerte, por lo que, los eventos realizados por esta chica se convertian en una pequena luz al final del tunel. En esta oportunidad, Amanda habia contratado a un mayor equipo de seguridad, ya que, el indice criminal cada vez se hacia menos manejable, y la pobreza aumentaba con cada ano que pasaba, lo que no permitia darse abasto con la totalidad de los que debian entrar. Como consecuencia, a las afueras de aquel salon se llevan a cabo peleas, las cuales, terminaban con motines que eran controlados por las autoridades. Muchos no podian entrar, no hay espacio para ellos, pero en sus cuerpos, existia el hambre, la desesperacion y la necesidad, por lo que, era dificil poder hacer entender a alguien como ellos que simplemente en esta oportunidad no corrieron con suerte. La desgracia siempre estaba presente en la vida de estas personas, las cuales encontraban una posibilidad de tener una esperanza al recurrir a la ayuda que proporcionaba Amanda Murray. Durante los primeros anos, siempre habia contado con el apoyo y respaldo de su padre, pero despues de su muerte, esto se habia convertido en una forma de rendirle tributo a su memoria. Pablo Murray habia fallecido de un infarto en su oficina, la propia Amanda lo habia encontrado despues de haber realizado algunas llamadas a su telefono movil y tratar de comunicarse con su secretaria. Este, completamente adicto al trabajo y constantemente entregado a sus responsabilidades, se habia quedado en la oficina mas tiempo del necesario, dedicandose algunos asuntos vinculados a sus transacciones financieras. Un fuerte golpe economico que habia recibido tras el cierre de una de sus filiales, lo habia llevado a entrar en un estado de tension constante durante las ultimas semanas. Lamentablemente, esto terminaria en un desenlace completamente inesperado, lo que lo llevaria sufrir un infarto estando en la soledad es oficina, su lugar favorito y donde siempre habia deseado morir. Amanda habia vivido uno de los momentos mas desesperantes de su vida tras haberlo encontrado en aquel lugar. Llamadas, mensajes, todos eran completamente ignorados, y habia un solo lugar donde la chica sabia que podia encontrar al viejo empresario. Al ingresar a la oficina con su propia llave, la chica vio al hombre tendido sobre el escritorio mientras aun sostenia en su mano el boligrafo para firmar algunos cheques. Todo habia cambiado significativamente a partir de aquel dia, ya que, Amanda debia convertirse en la encargada de aquella compania, la cual era mucho mas grande de lo que ella podia imaginar. Pensaba que habia aprendido absolutamente todo del negocio gracias a su mentor y padre, pero ahora, deberia conocer la manera real en que realmente se hacian las cosas. No habia forma de estar preparado para la muerte, cuando esta llegaba, la generalmente toma a las personas por sorpresa y termina transformando absolutamente todo su entorno. Todo se tornaba en una montana rusa de cambios y momentos inesperados que se convierten en un cincel para forjar una nueva vida. Amanda se habia aferrado a la idea de que tenia que ayudar a la sociedad que la rodeaba, y este tipo de eventos, se convirtieron en su razon de ser. Pero el corazon de esta chica parecia ser demasiado dulce y bondadoso para estar ubicado en un lugar tan toxico y deteriorado, parecia ser una rosa creciendo en medio de un pozo lleno de gases y sustancias letales, ya que, todo lo que hacia, generalmente generaba criticas completamente adversas a las intenciones de esta chica. Todos decian que tarde o temprano Amanda se convertiria en una candidata a alcaldesa, algo que vendria trabajando quizas desde muy temprana edad. Amanda no tenia intereses en la politica, la detestaba, y aunque muchas veces recibia llamadas de los miembros de la politica actual para tratar de obtener una ventaja en medio de sus eventos, frecuentemente terminaba rechazandolos o desviando las llamadas para ni siquiera tener que escuchar sus voces. Habia un rechazo profundo hacia la forma en que se estaba llevando la sociedad y Amanda sentia que desde su pequena ayuda, podia proveer un poco de esperanza en medio de tanta desesperacion. Aquel evento habia abierto sus puertas, y la gran masa de personas que esperaban a las afueras de aquel lugar desde el dia anterior, comenzaron a entrar a este lugar que se convertia en el sueno de tantos. Muchos esperaban un ano entero para volver a ser parte de algo tan espectacular, ya que, Amanda cerraba las puertas de este lugar y trataba de proyectar una realidad completamente diferente durante algunas horas. Las personas eran provistas de vestiduras nuevas, alimentos fresco y deliciosos, grandes e importantes chef de la ciudad eran contratados especialmente por Amanda para que cocinar los mas deliciosos manjares para ser provistos a estas personas que se convertian en una responsabilidad para la chica, haciendole ver como una verdadera diosa. Todos la adoraban, querian acercarse a ella para agradecerle tanta abnegacion y entrega a este objetivo, pero Amanda contaba con un fuerte anillo de seguridad que la mantenia completamente a salvo, ya que, asi como habian algunos agradecidos, siempre se encontraba con algunos adversos que tenian una necesidad increible de hacerle pagar por el hecho de ser simplemente una millonaria. El inicio del evento habia sido llevado a cabo especialmente por ella, quien habia dado la bienvenida a todos y agradecia la receptividad que siempre demostraban. Ella, siempre dulce y completamente angelical, se mostraba frente al podio sosteniendo el microfono con algo de timidez, mientras veia a absolutamente todos tomar asiento, guiados por alguno de los miembros del equipo de protocolo que habian sido contratados por los empleados de Amanda. --Es un honor tenerlos aqui esta noche. Me llena de ilusion poder ser siempre una gota de esperanza dentro de toda la desesperacion que se respira en las calles. Espero que algun dia las cosas puedan cambiar y todos podamos compartir bajo las mismas condiciones. --Dijo la chica. Todos aplaudieron euforicos ante sus primeras palabras, esto era basicamente lo que todos deseaban, un mundo igualitario, oportunidades similares, no tener que mendigar por un trozo de pan o un lugar donde dormir. El dinero se habia hecho muy valioso, y no solo era su valor financiero, era lo que representaba, el acceso a bienes, alimentos, recursos, algo que practicamente era absolutamente escaso en el entorno. Durante muchas ocasiones, Amanda habia recibido asesorias vinculadas a este tipo de eventos, los cuales no parecian ser muy atractivos para algunas de las personas que la rodeaban. La chica estaba generalmente rodeada de una gran cantidad de criminales, personas desadaptadas, inestables mentalmente, victimas de la propia situacion financiera y la crisis que se estaba llevando a cabo en la ciudad de Chicago. Pero esta, de alguna u otra forma era mas inocente de lo que deberia, ya que, no pensaba realmente en el nivel de maldad que proyectaban las personas, en lo unico que podia pensar era en que necesitaban un poco de ayuda y aliento. Aquel evento dio inicio, Amanda continua con sus palabras, dio inicio al evento, y los platos de comida comenzaron a circular por todo el lugar, sirviendose en las mesas mientras los hambrientos invitados, disfrutaron de los mejores sabores en su paladar. Era una experiencia emocionante tanto para ella como para los asistentes, ya que, de alguna otra forma se respiraba la buena energia que emanaba en el ambiente. Fuera de aquel lugar, la desesperacion continuaba imperando, la crisis comenzaba a devorar cada vez mas a las personas hasta los huesos, dejandolos en una perdida de peso increible. Muchos de los companeros empresarios de su padre, los cuales habian quebrado anos atras, acudian a eventos como estos, despues de ser unos empresarios obesos y despotas, ahora eran simplemente despues que caminaban practicamente por inercia con la unica intencion de conseguir algo de alimento. Era una mezcla de emociones realmente fuerte la que se llevaba a cabo en el interior de la chica, quien tenia que aprender a lidiar con esta idea de que ella aun permanecia siendo muy afortunada y la suerte continuaba estando de su parte. Caminaba por el lugar estando escoltada por dos hombres realmente fuertes y atentos, en sus oidos, llevan instalados unos sistemas auriculares a traves de los cuales se mantienen comunicados con absolutamente todos los miembros del equipo de seguridad. A las afueras, el habitual motin generado por los que no pudieron ingresar, comienza a gestarse de una manera violenta. Hombres empujan tratando de ingresar, ellos tambien quieren una oportunidad, ellos sienten que la merecen, y una simple puerta y un grupo de hombres no son quienes para poder limitarnos. Hay musica en vivo en el interior, un hombre toca el piano mientras que los asistentes disfruten de una cena que parece ser la de un importante millonario, las personas sienten agasajadas, importantes, tomadas en cuenta. Amanda simplemente se desplaza por el lugar tratando de saludar a algunos de los asistentes mientras los platos de comida van llegando a las mesas. Saluda a ninos, ninas, ancianos, se compenetra con ellos, comparte historias, es un dia realmente agotador para la ella, pero que es capaz de renovar su espiritu de una manera absoluta. No importa Juan bondadosa sea el alma de Amanda, nadie puede ser realmente ingenuo y bueno en medio de un entorno como este, el cual esta completamente podrido y lleno de personas hambrientas de venganza hacia un sistema que les ha arrebatado todo. A las afueras de aquel lugar, se encontraban tantas personas necesitadas que basicamente era ya casi imposible controlar su entrada. Los miembros del equipo de seguridad y las autoridades policiales habian tenido que trabajar en conjunto para tratar de controlar a las personas, por lo que, todo se habia vuelto violento. Algunos eran golpeados, se usaba electricidad para limitar a muchos, otros simplemente era rociados con fuertes chorros de agua que lo dejaban tendidos en el suelo practicamente inconscientes. Era una escena completamente caotica en el exterior, completamente diferente a lo que queria lograr Amanda. Cada ano se le decia claramente a la chica que era contraproducente llevar a cabo un evento asi, ya que, las personas cada vez estaban mas desesperadas y habia mas hambre. Haciendo caso omiso a las indicaciones que se le habian proporcionado, Amanda habia seguido adelante con sus ideas. Para ella, simplemente era una oportunidad de ganar nuevas amistades y conectar con personas humanas que tenian una vida normal tan solo hacia unos anos atras y que ahora tenia que vagar por las calles sin ninguna oportunidad de exito. El sorteo de los empleos se llevaba a cabo al final de la velada, y esta era una de las cosas que mas llenaba de ilusion a profesionales y personas preparadas. Aunque tenian unas hojas de vida absolutamente impecables, no habia lugar donde trabajar, y esto habia multiplicado la pobreza de una manera violenta. Algunos de los miembros del equipo de seguridad habian sido fuertemente golpeados a las afueras, y en medio de la confusion, habia logrado colarse un hombre en particular que de alguna manera pondria las cosas muy electrizantes aquella noche. Otto Levine habia entrado en este recinto sin ser notado, parecia haber sido una especie de camaleon que habia logrado infiltrarse, y tras entrar, no parecia ser algo irregular, ya que, era uno mas de todos estos que buscaban la oportunidad de sentirse tranquilos y felices al menos durante una noche. Las criticas que se llevan a cabo hacia Amanda, eran tan duras, que la chica practicamente entraba en un estado de aislamiento durante los proximos dias. No reservada noticias, no leia articulos de los diarios, ya que, aunque muchos la elogiaban, otros simplemente criticaban el hecho de que proyectara una vision tan ficticia de lo que era la vida, y durante un tiempo tan limitado. Para los criticos, no habia ningun tipo de sentido en proyectar una vida llena de lujos y comodidades durante tan solo unas horas para lanzar a las personas posteriormente hacia las calles a continuar con esa vida miserable. Experimentarian un vacio que posiblemente se prolongaria y se multiplicaria durante los proximos dias, hasta que el proximo ano se llevara a cabo un evento similar. A pesar de que tenia algo de sentido este analisis, para Amanda no habia posibilidad alguna de detenerse en medio de sus eventos, para ella seguia siendo una esperanza para la sociedad, una oportunidad de conectar con los mas necesitados. En esta oportunidad, su cercania a esta crisis, seria mucho mas real que en otros momentos. La chica se desplazaba tranquilamente por uno de los pasillos sin notar la presencia de nadie en particular, todos eran importantes para ella, tanto los mas pequenos como los mas adultos eran parte de la noche especial, asi que, para todos habia una sonrisa y un saludo. La hermosa chica de 24 anos de edad camina llevando puesto su abrigo gris, su vestido de color blanco, tacones del mismo color, un maquillaje perfecto y un perfume que embriaga a todos aquellos que se encuentran alrededor de ella. Su aspecto es absolutamente impecable, es elegante pero a la vez sencillo, no pretende llamar demasiado la atencion, pero no importa lo que se ponga, Amanda Murray siempre se ve espectacular con absolutamente cualquier vestimenta. Es ese tipo de chicas que siempre lucen elegantes asi lleven su pijama antes de dormir. Se ha convertido en un icono para las personas necesitadas, la miran, la abrazan, muchos quieren tocarla, pero los efectivos de seguridad tratan de mantenerla completamente a salvo, pero los vacios en un anillo de seguridad siempre estan presentes, solo hay que encontrar el momento adecuado. Otto habia sido paciente para poder encontrar el momento ideal para atacar. No habia una razon en particular para convertirse en la imagen de la noche, pero parecia que era su mision mas importante. Aquel nombre habia logrado ingresar un arma de fuego, y manteniendola en la parte trasera de su pantalon, habia caminado lentamente como si se tratara de un jaguar cazando a una gacela. La hermosa chica estilizada sonrie mientras algunas camaras fotograficas de la prensa dejan salir sus flashes para retratar a la hermosa joven llevando a cabo su evento anual. Pero Los ojos sombrios del joven Levine, la observan con mucha insistencia, la detallan, la miden, la analizan, mientras cada uno de los hombres que tienen como unica responsabilidad cuidarla, observan hacia los lados llevando a buscar las oscuras, mientras dan reportes de absolutamente todo lo que ven. Aun faltan muchas horas de evento, apenas practicamente ha comenzado, asi que, Amanda esta en la cuspide del climax y la emocion, ya que, no hay forma de que algo pueda salir mal. Ano tras ano todo ha sido un absoluto exito, pero para Otto, han sido anos de frustracion en los que no ha podido ingresar a ninguno de estos eventos organizados especialmente por Amanda para los mas necesitados. El se ha sentido excluido una y otra vez tanto por la sociedad, por la economia, por los benefactores, todos se han convertido en sus enemigos, pero el simplemente es un desafortunado que ha llegado en el momento equivocado. Simplemente es parte de un grupo que no puede disfrutar de la fortuna de la que otros simplemente gozan por cuestiones de suerte o esfuerzo. Otto caminaba lentamente tratando de ocultarse entre las personas, y al ver un vacio en aquella muralla que se levantaba alrededor de Amanda, salto sobre ella, sosteniendo en su mano su arma de fuego cargada, pasando justo a un lado de los miembros de seguridad y colocando el arma de fuego en la cabeza de la chica millonaria. --!Que nadie mueva un solo musculo o le volare la cabeza! --Exclamo el perturbado chico, quien mostraba sus completamente ojos abiertos y llorosos. Su rostro era completamente perturbador, se veia que no habia dormido en dias, su cabello era grasoso, su piel en la palida, habia ojeras debajo de sus ojos y respirar era completamente agitado. Para Amanda era absolutamente irreal el hecho de que esto estuviese pasando, siempre habia confiado en los hombres que la rodeaban y garantizaba que estos no la dejaria sola ni un minuto. Pensaba en el hecho de que este hombre pudiese estar jugando una broma, pero al sentir el frio acero en su sien, pensaba que todo terminaria pronto. Se sentia tembloroso, nervioso inestable, y se habia ubicado en una zona segura pegado a una pared para evitar que alguien lo sorprendiera por la espalda. --Baja esa arma y calmate. Ella no es tu enemigo. ?Que es lo que quieres? --Dijo uno de los efectivos de seguridad mientras llevaba su mano hacia su chaqueta. Otto, sin pensarlo, disparo directamente al pecho de aquel hombre que trataba de sacar su arma, algo que alerto a todos y les demostro que este hombre no se encontraba jugando. Si alguno de los que estaba en aquel lugar trataba de hacer algo estupido, posiblemente la siguiente bala terminaria volandole la cabeza en pedazos a la joven chica. No se trataba de algo normal, es una situacion completamente descontrolada que ha llevado a todos los presentes a lanzarse al suelo, tratando de proteger sus vidas.

  • Las Alas de la Esfinge de Andrea Camilleri

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    Despues de lo acaecido en Ardores de agosto, la relacion entre Montalbano y Livia ha dado un giro tan pronunciado que Salvo se encuentra sumido en un mar de dudas, presa de un profundo desasosiego que el paso del tiempo no parece sino agravar. En tal estado de animo se encuentra el comisario cuando una llamada de Catarella lo obliga a zambullirse en la investigacion de un crimen. Ha aparecido el cadaver desnudo de una joven, y la unica pista sobre su identidad es un tatuaje en la espalda que representa una pequena esfinge, una mariposa nocturna. Con el buen pulso al que nos tiene acostumbrados, el escritor siciliano vuelve a poner el foco en la inmigracion ilegal y la explotacion que conlleva para mostrarnos, una vez mas, la turbia idiosincrasia en la que se asienta nuestra sociedad, con la doble moral como bandera y la complicidad del poder politico, el economico y el mediatico como sosten de los mas variados entramados, tan lucrativos como abyectos. Andrea Camilleri sigue dibujando con trazo fino los desvelos de su famoso personaje, en pleno debate amoroso y existencial. Sus teatrales excesos y geniales estrategias para sonsacar informacion forman parte de su persona tanto como su sabiduria de zorro viejo, su sentido del humor o su golosa sensualidad.

  • Sexo. cuando y por que de Jesus Maria Silva

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    <> (Sagrada Congregacion para la Educacion Catolica, <>, 106). Efectivamente, es urgente abordar un tema sobre el que durante muchos anos ha caido un pesado silencio: la afectividad y la sexualidad de nuestros adolescentes y jovenes, que muchas veces ahora esta en manos de quienes no tienen un verdadero interes en su felicidad ni en su salud. Desde la revolucion sexual, se han potenciado unas voces y se han acallado otras. Es hora de romper ese silencio, y es algo que algunos llevamos ya bastante tiempo haciendo, convencidos de que es necesario proponer otro modo de ver la sexualidad mas humano, mas pleno, mas adecuado. Aunque eso haga que a algunos les escueza, porque preferirian una Iglesia callada y encerrada en si misma. Sin embargo, el Santo Padre ya nos recordo que no debe ser ese nuestro estilo: <> (EG 49). Este libro tiene la virtud de romper ese silencio y de aportar una mirada humana y cristiana sobre la sexualidad, apropiada a lo que esta es, y enfocada a la mayor felicidad y plenitud de la persona humana. No es un libro lleno de moralismos, ni tampoco carente de rigor: en el puedes encontrar razones convincentes a favor de una sexualidad vivida <>. Su lenguaje es facil y desenfadado, y no evita ningun tema, por escabroso que sea. Y, al mismo tiempo que propone una comprension de nuestra debilidad desde la infinita Misericordia de Dios, propone con la misma fuerza la verdad de todo lo que estamos llamados a vivir, sin recortarlo ni <>. Por ello, creo sinceramente que puede aportar mucha luz tanto a los adolescentes y jovenes, como a los matrimonios, a los padres y a los formadores que no quieren conformarse con la propuesta reductiva de la sexualidad que se nos ofrece hoy desde el pensamiento unico. Existe un modo alternativo de vivir, y esa es la mayor luz que los cristianos podemos ofrecer al mundo de hoy, un modo de vivir orientado por la Palabra de Cristo y por el sentido comun. Te invito a que leas este libro con el corazon y la mente abiertos, porque te aseguro que tiene mucho que ofrecerte para tener una vision mas completa sobre el misterio del amor y de la sexualidad. Eso si, como dice el mismo autor, es un libro que invita a nadar a contracorriente. Vas a encontrar en el un modo verdadero de vivir, que no es facil, pero merece la pena. Como dije hace un tiempo en mi cuenta de Twitter: <>. Eso es lo que te ofrece este libro: un ideal verdadero. Rezo para que te ayude a redescubrir el sentido profundo que Dios ha querido para nuestra sexualidad, de modo que pueda convertirse para ti en una fuente de autentica plenitud. + Jose Ignacio Munilla Aguirre Obispo de San Sebastian PARA ABRIR BOCA Hace doce anos salio una parodia en forma de cancion que se llamaba <>, creada por el grupo ficticio The Happiness para una campana publicitaria para MTV. En esa cancion, que aun se puede ver en YouTube, dos chicos y dos chicas cantaban: <>. Con estas y otras frases, y con su forma de vestir trasnochada y tradicional, se burlaban de la idea de mantenerse virgen hasta el matrimonio. El mensaje del video es claro: quien espera hasta el matrimonio es un pringao retrogrado y de otra epoca que no sabe lo que se pierde. La mayor parte del video transcurre en una pradera verde, intercalando escenas de uno de los jovenes dando una flor a su chica, o de otro de los jovenes aconsejando a una pareja que se esta besando: <>. En el video no se menciona ni aparece la mas minima alusion al cristianismo, pero resulta bastante evidente, ya que no existen muchos grupos <> que defiendan la pureza y la virginidad hasta el matrimonio fuera del cristianismo, al menos que yo sepa. Por desgracia, esta imagen patetica es la que ha quedado de la idea de la pureza y de la virginidad hasta el matrimonio. Los jovenes que quereis vivir este ideal estais en medio de un mundo que no entiende esta idea, que no la respeta y la ridiculiza. Por descontado, si le planteas a un joven no creyente el tema, lo mas probable es que piense que le estas tomando el pelo, o que se eche a reir. Incluso muchos jovenes creyentes quiza no esteis de acuerdo con este ideal, o penseis que ya ha quedado atras y que la Iglesia ha dejado de ensenar esas cosas. Recuerdo a una chica que queria permanecer virgen hasta el matrimonio y que salia con un chico que queria tener relaciones. Esto suponia un tema de discusion para la pareja. En una ocasion, el le conto a la chica que habia tenido que decir en su grupo de amigos que se habia acostado con ella para no quedar como un idiota... Porque, evidentemente, si llega a contar que no se habia acostado con ella, o que ella queria permanecer virgen hasta el dia de su boda, ?que iban a pensar de el? Se burlarian, se reirian de el, se convertiria en la mofa del grupo. ?Y ella? Quedaria como una puritana, una estrecha, una rara. EN TAL AMBIENTE, ?TIENE SENTIDO QUE SE ESCRIBA UN LIBRO COMO ESTE? A lo largo de mi vida, he propuesto abiertamente este ideal a aquellos jovenes con los que me he ido encontrando, sin recortarlo ni rebajarlo, mostrandolo en toda su fuerza y su integridad. Y, cuando lo he presentado con motivos, con un amor sincero y con toda claridad, no ha generado rechazo ni burla, sino mas bien sorpresa y admiracion. No todos lo han asumido, y, de entre los que si lo han hecho, algunos han caido por el camino en un momento de descuido, enfriamiento o tentacion. Para ellos he escrito el libro Virginidad 2.0 Recuperar la inocencia[1]. Pero todos, todos, han visto la coherencia y la belleza de una perspectiva sobre la sexualidad diferente a la que se nos impone desde los medios de comunicacion, redes sociales, libros, canciones, peliculas... Todos han reconocido esa belleza, incluso aunque pensaran que no era para ellos o no se vieran capaces de vivirla. Muchos me pedian razones para esperar, que les explicase mas hondamente los porques; querian saber <>, que sentido tenian ciertas cosas... En todos latia lo mismo: curiosidad hacia algo tan atractivo y tan bello como es la sexualidad, y miedo a perderse algo genial aguantandose para nada. Tambien me he encontrado con jovenes --y no tan jovenes-- que habian vivido una vida desordenada sexualmente, o que simplemente habian mantenido relaciones sexuales, y que despues se habian dado cuenta del verdadero significado de la sexualidad, y habian decidido empezar a vivir la castidad. Cuando me han escuchado hablar del tema, muchos me han dicho con tristeza: <>. Y lo decian porque experimentaban las consecuencias negativas de no haberse guardado, mientras asentian con la cabeza durante las charlas, cuando yo iba explicando los motivos por los que el ser humano ha sido creado para vivir la pureza y permanecer virgen hasta el matrimonio. Despues de estas experiencias, debo cambiar la pregunta: ?COMO NO ESCRIBIR UN LIBRO COMO ESTE? Nuestra sociedad se caracteriza por que muchas veces solo se publicita lo que la gente quiere oir o lo que se quiere que la gente piense. Pero, en mi trabajo con jovenes, me he dado cuenta de que faltan referentes y testigos que digan la verdad, aunque puedan ser tomados por locos, intolerantes o trasnochados. La verdad nunca pasa de moda. Y la verdad sobre el hombre, menos todavia. No quisiera que fuese un libro solo para creyentes. Las razones por las que estamos llamados a vivir la pureza y permanecer virgenes hasta el matrimonio estan inscritas en nuestra naturaleza; no brotan de una moral religiosa. Por eso espero que, incluso si no eres creyente, este libro pueda ayudarte a ver las cosas de una manera distinta a la opinion mayoritaria de nuestro mundo. No obstante, escribo sobre todo porque jovenes creyentes me habeis pedido motivos por los que nuestra fe nos dice que permanezcamos virgenes hasta el matrimonio: porque no lo entendeis, porque os cuesta, o porque intuis la belleza y la verdad de esta propuesta, pero no la sabeis explicar. Este libro no brota de la reflexion de un cura en su despacho, sino de la experiencia de cientos de conversaciones con jovenes, de confesiones, de charlas y conferencias en colegios mayores, grupos de jovenes y matrimonios; de recoger las lagrimas vertidas de tantos corazones heridos que han experimentado la tristeza de perder algo que no va a volver, al mismo tiempo que la misericordia de un Dios que lo perdona todo. Y brota sobre todo del amor; del amor que siento hacia vosotros, los jovenes, que muchas veces andais tan despistados o sin referentes en medio de un mundo que intenta atraeros con cantos de sirena; del amor hacia Dios, que nos llama tiernamente a realizar su voluntad en nuestras vidas, que es lo mejor para nosotros; del amor a la verdad, que tan en crisis esta hoy; y del amor al Amor, en toda su fuerza y su belleza.

  • Mientras estas sola (Rancho Triple K 3) de Laia Sinclair

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    La soledad no es mala si has escogido libremente vivir asi tu vida, pero cuando te la han impuesto por culpa de la incomprension de tu familia y allegados; cuando es lo que soportas porque el hombre que creias que era toda tu vida, te abandona; cuando no te queda mas opcion porque todo el mundo se aleja de ti, entonces, es lacerante. Mi vida no ha sido un camino de rosas. No soy lista, ni guapa, ni divertida, ni interesante. Soy una mujer del monton, de las que nadie mira dos veces, de las que nunca levantan pasiones. Por eso, cuando con quince anos Justin se fijo en mi, no pude creerlo. El era guapo, popular en el instituto, capitan del equipo de rugby, y todas las chicas andaban locas por el. Yo era virgen en todos los aspectos, ni siquiera me habian besado alguna vez. Justin fue el primero, en todo. Tenia dos anos mas que yo, y cuerpo de hombre. Era alto, ancho de hombros, con el pelo rubio que brillaba al sol como si fuese de oro, unos ojos calidos, como chocolate derretido, y la piel morena por culpa de todas las horas que se pasaba al sol, entrenando. Sus manos eran grandes pero suaves cuando me acariciaban, y su voz, cuando me hablaba muy bajito al oido, hacia que mi piel se erizara y deseara entregarle todo. Iba dos clases por delante, y siempre estaba rodeado por las animadoras. Por eso, cuando un dia se acerco en el pasillo del instituto y me invito a su fiesta, crei que se estaba burlando de mi. Pero aquel sabado, a la seis en punto, estaba con su coche ante la puerta de mi casa, esperandome. Fue el inicio de una historia que yo crei maravillosa pero que, dos anos despues, se revelo una autentica pesadilla para mi. Justin ya estaba en la universidad. Yo permanecia todavia en Cascade, en mi ultimo ano en el instituto. Deseaba terminar de una vez para poder irme a vivir con el. El plan era que yo iba a trabajar mientras el terminaba la carrera; despues, cuando el ya estuviera establecido, me tocaria a mi estudiar. Pero mi embarazo lo echo todo al traste. O, mejor dicho, me obligo a abrir los ojos ante la verdadera personalidad del que creia que era el hombre de mi vida. --?Que estas embarazada? --me dijo gritando por telefono cuando se lo dije. Estaba realmente furioso--. ?Como has podido permitir que pasara algo asi? ?Es que has dejado de tomar las pastillas? No, no habia dejado de tomarlas, pero habia estado enferma con un inicio de pulmonia y el medico me habia recetado antibioticos. Yo no sabia que estos podian restarle eficacia a los anticonceptivos y, cuando Justin habia venido el fin de semana a Cascade e insistio en hacer el amor aunque yo no estaba todavia bien del todo, no fui consciente de que corria el riesgo de quedarme embarazada. Cedi, como siempre, porque el era el amor de mi vida y mi mision era hacerlo feliz; asi que a pesar de que no deseaba hacerlo, de que todavia tenia decimas de fiebre y dolor de cabeza, deje que se desahogara en el coche. En aquel entonces todavia era muy nina e inocente, a pesar de tener diecisiete anos. !Sabia tan poco de la vida! No me daba cuenta de su egoismo, ni de que yo realmente no le importaba nada. Bebia los vientos por el, y era capaz de hacer cualquier cosa, !cualquier cosa! por hacerlo feliz. Me sentia orgullosa cada vez que me decia <>, y terriblemente mal cuando yo intentaba negarle algo y el me acusaba de haber dejado de amarlo. Era convincente, con su mirada triste y su voz rota. Me manipulaba como queria, y yo ni siquiera me daba cuenta. Mis padres no me ayudaban en nada, con su estricta moral religiosa y sus sermones constantes. <>. Esa era la frase preferida de mi padre, que le repetia a mi madre constantemente, y me inculcaba a mi. Creci creyendo que mi unico objetivo en la vida era hacer feliz al hombre que me estaba destinado; y, en aquel entonces, estaba convencida de que Justin era ese hombre. Por eso acepte su primer beso cuando sus labios me lo exigieron, en aquella primera fiesta. Por eso me entregue a el dos meses despues, a pesar de que yo no estaba preparada para ello. Y segui haciendolo cada vez que me requeria, a pesar de que para mi era molesto y doloroso, y de que nunca, jamas, supe que era el placer con el. Esa fue la causa de que empezara a tomar las pastillas anticonceptivas que el me suministraba, y que nunca supe de donde sacaba, porque, decia, no le gustaba usar condon. <>. Cuando me acuerdo de esa epoca, me pregunto como pude llegar a ser tan estupida. Como pude permitir que lo que yo creia amor, me cegara hasta el punto de no darme cuenta de que Justin solo me estaba utilizando. Tenia a su disposicion a una muchacha bien dispuesta a esperarlo en casa cuando se fuera a la universidad, y a trabajar para mantenerlo mientras el estudiaba (su familia, como la mia, no nadaba precisamente en la abundancia); a satisfacerlo siempre que el lo exigia, sin protestar. Ese era su plan, que yo trabajara como una esclava para mantenerlo mientras el seguia estudiando. Ni siquiera me enfade cuando, a las pocas semanas que se fuera, una conocida que estudiaba en la misma universidad que el, me dijo que lo habia visto enrollarse con una chica en una fiesta. !Como podia enfadarme! El era un hombre, tenia unas necesidades y yo no estaba alli para poder satisfacerlas. Ademas, en la universidad habia mucha golfa suelta, y Justin solo era un hombre propenso a caer en el pecado. Aquello, lo unico que hizo, fue reafirmarme en la necesidad de ir junto a el cuanto antes. !Que estupida era! Cuando supe que estaba embarazada, crei que aquello lo haria feliz. !Ibamos a formar una familia! Si, iba a ser una complicacion, pero lo superariamos. Nos casariamos, yo me quedaria en Cascade mientras el estudiaba, para cuidar de nuestro pequeno, y nos reuniriamos mas adelante. El seguiria viniendo algunos fines de semana para vernos, y pasaria las vacaciones entre semestres con nosotros. No seria perfecto y tendriamos que hacer algunos sacrificios, pero todo valdria la pena. --Tienes que abortar. Ya. Sus palabras me dejaron helada. ?Abortar? ?Como podia decir algo asi? --!No! --grite, sorprendida--. !No puedo hacer algo asi! Es una vida que esta creciendo en mi interior y... --Es un maldito error al que le vas a poner remedio, Elsa. --Su voz, dura y fria, se me hizo irreconocible--. Si te empenas en tenerlo, lo vas a estropear todo. Yo no puedo hacerme cargo de un nino ahora. --!Pero Justin! No tienes que preocuparte, carino. Una vez que nos hayamos casado, yo me quedare con mis padres. Mi madre me ayudara con todo, y tu podras seguir estudiando. --?Casarnos? ?Estas loca? El plan era que tu trabajarias para que yo pudiera dejar de hacerlo y concentrarme en mis estudios. ?Como pretendes hacer eso si tienes que ocuparte de un mocoso? ?O es que pretendes que yo siga trabajando y estudiando mientras tu te quedas tranquilamente en casita sin dar golpe? ?Sabes lo dificil que es eso? ?Lo cansado que voy siempre? No, de eso nada. Vas a abortar, o todo habra terminado entre nosotros. --?Como...? ?Como puedes decir algo asi? --susurre, viendo que el mundo a mi alrededor se estaba desmoronando--. No puedes dejarme, me quieres... --?Quererte? --se rio, haciendo que mi corazon se rompiera en mil pedazos, triturado por sus palabras--. Nunca te he querido, mujer tonta. Tienes un buen polvo y eres buena en la cama, aunque eso es merito mio por haberte ensenado a hacer lo que me gusta. Pero puedo sustituirte por otra chasqueando los dedos. Si quieres seguir siendo mi chica y que nuestros planes sigan adelante, deshazte de eso. Ya lo sabes. Colgo, dejandome en un estado de shock en el que no era ni capaz de llorar. Para verguenza mia, lo pense. Pense seriamente en abortar, en quitarme de encima a ese ser que estaba creciendo en mi interior y por culpa del cual estaba a punto de perder al amor de mi vida. Lo medite durante dias, terriblemente asustada por el futuro tan desolador que se abalanzaba sobre mi, como un monstruo con las fauces abiertas dispuesto a engullirme. Los dias pasaron, mi tripa iba creciendo, y mi madre lo supo sin necesidad de que yo se lo contara. Llevaba cuatro meses sin tener la menstruacion, no necesito nada mas para imaginarselo, y cuando me lo pregunto, no pude mentir. Mi mundo acabo de derrumbarse. Mis padres, tan religiosos, tan preocupados por el pecado ajeno, se pusieron de parte de Justin. Tambien quisieron que abortara.

  • 49 penurias de Troy de C. J. Benito

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    Troy estaba parado delante del ventanal de su despacho, desde alli podia ver gran parte de Llos Angeles. Nadie podia llegar a imaginar que el hombre mas rico de toda la costa oeste, lo daria todo por encontrar a una mujer que lo amara. A sus treinta anos, habia logrado crear la mayor compania petrolera del planeta, lo habia conseguido todo, incluso le propusieron presentarse para senador, pero a el nunca le intereso la politica. Tras el, sono el timbre de su telefono fijo, se acerco a su escritorio y pulso uno de los botones para accionar el manos libres. --?Si? --La senorita Thelia Komo del canal seis, esta aqui. --Hagala pasar. Thelia estaba temblando, hacia poco que la habian contratado como becaria y para su desgracia, la periodista que estaba a cargo de su formacion, se habia puesto enferma justo el dia en que debia entrevistar al magnate del petroleo, Troy Khasondo. Al menos, todo se reducia a hacerle unas preguntas, sacar la grabadora y salir corriendo a la menor oportunidad. La secretaria de Khasondo abrio la puerta del despacho y Thelia entro, decidio fingir seguridad y en cuanto escucho que se cerraba la puerta, camino con decision por el inmenso despacho. Tropezo con la alfombra, cayo rondando hasta una mesita de cristal, con la que se dio un cabezazo, se levanto como pudo, pero estaba muy mareada y perdio pie, se cayo contra una vitrina llena de figuritas de vidrio y se agarro a ella para mantener el equilibrio, pero esta cedio y se le cayo encima, junto con todos los objetos que acabaron estrellandose y rompiendose en mil pedazos contra el suelo. Troy se quedo mirando el espectaculo, no entendia como habian podido enviarle a una periodista tan torpe. Camino hasta la chica y levanto la vitrina para liberarla, le ofrecio la mano para ayudarla a levantarse y fue entonces cuando sus ojos se fundieron en una mirada que acabaria cambiando sus vidas para siempre. Troy palidecio al ver aquellos ojos verdes llenos de inocencia, mil y una imagenes brotaron de su mente, la vio tumbada en su cuarto secreto, adoptando mil posturas eroticas. --?Se encuentra bien? --Si. --contesto Thelia apartando de su boca una figura con forma de pene que se le habia caido encima--. Lo siento, le pagare todo lo que he roto. --No es necesario, solo son objetos. Llamare al servicio de limpieza para que arregle este estropicio, tenga cuidado, esta cubierta de cristales. Troy saco su panuelo y con cuidado fue apartando todos los pequenos cristalitos del pelo de Thelia, de su cuello, de su vestido.... Thelia estaba cada vez mas nerviosa, podia sentir mariposas en el estomago, las manos de Troy parecian muy expertas, ahora estaba tras ella, limpiando su espalda. Troy fue bajando por su espalda, lentamente, retirando cada pequeno cristalito y dejandolo caer en la moqueta. Deslizo su mano hasta el trasero de Thelia, procurando no hacer presion, no queria parecer un aprovechado, se agacho y apreto un poco con el panuelo sobre su culo para quitar un cristal que estaba muy enganchado. Thelia se tiro un pedo, al parecer no eran mariposas lo que sentia, se puso colorada como un tomate y Troy se quedo paralizado con los ojos muy abiertos, ?se acababa de tirar un pedo en su cara? Nooooo, no podia ser, habria sido la tela que habria crujido con la presion. --Por favor, sientese. --pidio Troy--. Martina, que limpien mi despacho. Troy se sento al otro lado del escritorio, se dejo caer sobre su sillon negro de ejecutivo y clavo sus ojos en ella. Thelia saco su grabadora y la coloco sobre el escritorio con torpeza, busco una libreta y leyo algo. Una parte de el queria meterle presion, pero otra se habia quedado encandilado con su belleza, no debia maquillarse y parecia muy joven. --Aqui esta la lista de preguntas, pan, cebollas, lechuga, tomates... esta no es, perdon. --Pulso el boton de grabacion y lanzo su primera pregunta--. ?Como logro convertirse en un empresario de exito? Duncan suspiro, le fastidiaba que siempre le preguntaran lo mismo. --Trabajo duro, cultivar sabias amistades y elegir bien a mis socios. --Debe ser muy inteligente, no todo el mundo es capaz de conseguir convertirse en millonario. --No todo el mundo se ha criado en la mas absoluta pobreza, el hambre es un gran motivador y yo jure que nunca mas volveria a padecerla. Thelia lo miro, aquellos ojos azules le intimidaban y haberse tirado un pedo en su cara de ricachon..., solto una carcajada involuntaria y Troy la miro sin comprender. --?Le hace gracia que pasara hambre? --No, perdon, me despiste pensando en otra cosa. --Una periodista con experiencia deberia saber concentrarse mas en su trabajo. --!Ah, no! Soy becaria, mi jefa se puso enferma y me enviaron a mi, parece que todo el mundo le tiene miedo, nadie queria venir. --?Y usted me tiene miedo, senorita Komo? --No, solo es un hombre con dinero y a mi eso no me impresiona. Troy la miro lleno de curiosidad, Thelia era la primera mujer que no quedaba impresionada nada mas verlo. --Continuemos con la entrevista. --pidio Troy. Thelia, trato de concentrarse y hacer las preguntas lo mas rapido posible, empezaba a sentirse incomoda con las miradas de Troy. El se sentia como hipnotizado, no podia dejar de mirarla, contestaba a cada pregunta con frialdad, siempre le hacian las mismas preguntas por lo que podria contestarlas hasta con los ojos cerrados. Thelia apago la grabadora, estaba muy nerviosa. Tras ella, se abrio la puerta y el equipo de limpieza se afano barriendo y aspirando la moqueta. --!Ya esta!, muchas gracias por recibirme y siento los danos que he provocado. Troy la miro, sonrio y la acompano hacia la salida. Thelia acelero el paso, necesitaba alejarse de el y el muy pesado no dejaba de seguirla. Pulso el boton de llamada del ascensor y espero a que las puertas se abrieran, en cuanto lo hicieron, se metio dentro. --Adios senor Khasondo. --Adios senorita Komo. Las puertas del ascensor se cerraron y pillaron la cabeza de Thelia, que se aparto y se rasco la cabeza dolorida. Troy se quedo mirando las puertas cerradas del ascensor, Thelia seria suya. Thelia salio del ascensor, arrascandose la cabeza, menudo chichon le iba a salir y ahora a correr, tomar el autobus hasta la cadena, dejar la grabadora en el despacho de su jefa y tomar otro bus a casa. El bus olia fatal, estaba sentada junto a un tipo que parecia que llevara una hamburguesa bajo cada brazo. Saco su pequeno frasco de colonia y disimuladamente, lanzo una pulverizacion hacia el tipo que solo arrugo un poco la nariz y continuo leyendo su periodico. Se levanto y pulso el boton de parada, estaba loca por salir y entregar la grabadora. Corrio hacia la entrada de la cadena y saludo al vigilante que la miro negando con la cabeza. Subio las escaleras hasta la primera planta y luego resoplo y continuo su ascenso, no tomaria el viejo ascensor para quedarse atrapada otra vez. Paso entre sus companeros de oficina y noto que algunos la miraban raro, entro en el despacho de su jefa y dejo la grabadora sobre su mesa, cerro la puerta y se topo de frente con Fred, el jefe de redaccion. --?Has hecho la entrevista? --Si, acabo de dejar la grabadora en el despacho de Linsy. --Bien, recoge tus cosas, estas despedida. --?Queeeeeeee? !Pero si ni me pagas! --Lo se, pero la cadena ha decidido no tener becarios durante una temporada. Thelia, cabizbaja, camino hasta su mesa, cogio la papelera vacia y aprovechando que tenia una bolsa limpia, fue metiendo en ella sus pocas pertenencias, una foto de su madre, su lapicero, un reloj con forma de ranita y poco mas, bueno , un paquete de galletas de chocolate, casi se le olvida. Hizo un nudo a la bolsa y camino hacia la salida, bajo la atenta y triste mirada de los que hasta ese dia fueran sus companeros, pero... ?seran asquerosos? Ni uno se habia levantado para despedirse de ella, ni siquiera Ted que le toco el culo hace unos dias, ahora que el guantazo que le pego, casi le pone todos los dientes en el mismo lado de la boca. Unas horas mas tarde, estaba sentada en su apartamento, un cubiculo de no mas de treinta metros cuadrados, compuesto por una unica habitacion que hacia de cocina, dormitorio, salon y bueno, tenia un cuarto de bano tan pequeno que tenia que entrar de lado, y para ducharse, poner un barreno en el suelo y conectar una manguera al grifo del lavabo. Para hacer sus necesidades, disponia de un agujero en el suelo, vamos, que su casero no habia reparado en lujos.

  • Una destacada aprendiz de Regina R.

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    --En B & D Energy, nos enorgullecemos de dos cosas: de conseguir que la gente tenga la energia que necesita en la forma que desea, y de ganar dinero. Durante los ultimos tres anos, hemos conseguido llevar a cabo lo primero y ahora ha llegado el momento de lograr lo ultimo. Tenia a todos los ejecutivos junior reunidos en la sala de juntas. Durante los ultimos tres anos, mi compania de gas natural se habia enfocado en adaptar nuestras necesidades al publico en general. Nos ramificamos y ampliamos a toda la costa este, pero ahora habia llegado el tiempo de enfocarnos en obtener algo de dinero. --Si bien la compania ha estado creciendo, no podemos dejar de comparar los ultimos tres anos con los diez anteriores, y las cifras muestran que nuestras ventas e ingresos en realidad han disminuido --dijo Norman. --Ahora, ?cual es la explicacion instintiva a esa afirmacion? --Nuestra expansion --respondio Julian. --Esa es la respuesta habitual, si. Ahora, ?alguien puede decirme por que esa es una explicacion mediocre? --Porque la expansion a otros estados deberia significar mas consumidores, aunque no deberiamos olvidar las deudas que estamos contrayendo para conseguir el dinero --explico Julian. --?Alguien mas en la habitacion esta despierto? --pregunte--. ?Anderson es el unico ejecutivo que vino a trabajar hoy? Los murmullos de los ejecutivos junior incompetentes rebotaban en la habitacion, y todo lo que podia hacer era suspirar. Julian Anderson era el unico hombre prometedor del grupo, pero incluso el necesitaba un poco de refinamiento. Norman Dyer era mi mano derecha, sin mencionar que tambien era el hombre al cual le compre la compania hace ocho anos. Le estaba yendo bien solo, pero tenia miedo de diversificarse y le asustaba llevar su compania al siguiente nivel. No se puede dirigir una empresa en la base del temor, asi que entre y decidi hacerlo por el. Al principio estaba molesto. ?Por que confiaria en un hombre mas joven, como yo, que entro con un traje a medida y una serie de empresas con las que solo habia pasado unos pocos anos, proclamando que podia resolver todos sus problemas de repente? Incluso, si me pongo en su lugar, hubiera olido a estafa. Pero estaba seguro de mi mismo y le dije que podia pasar dos semanas mejorando todo lo que lo rodeaba, sin costo alguno. Si no le gustaban los cambios y no veia la mejora, yo seguiria mi camino y el ni siquiera tendria que pagarme. Demas esta decir que probe mi punto. Las cosas mejoraron y me pagaron. --?Puedo descartar la primera idea? --pregunto Julian. --Eso es mejor que lo que todos los demas estan haciendo --contesto Norman. --Suponiendo que las proyecciones nos hagan tener utilidades el proximo trimestre, ?por que no ampliamos los contratos con el gobierno? --agrego Julian--. Estamos estancados en Baton Rouge por el amor de Dios, y estamos a una hora de distancia de Nueva Orleans. Solo los contratos de la marina ayudarian a esta compania. --Esta bien --dije--. Suponiendo que eso sea bueno para nuestra imagen, ?por que no comienzas a investigar esa avenida, Julian? De esa forma, si lo hacemos, sera algo que podras usar en tu curriculum. Esa declaracion empapo el paladar de la perezosa sala de ejecutivos junior que habia reunido. De repente, sus bocas estaban riendose como hienas listas para dar un mordisco a la carne que se les presentaba, y yo estaba mas que feliz de complacerlos. A veces solo basta un poco de tentacion para generar resultados. Y crear tentacion es lo que hago mejor. --?Que hay de este trato "del gas"? --pregunto otro ejecutivo--. ?Que pasa si nos metemos en eso? --Unete a la investigacion --dije. --?Que nos impide expandirnos a la costa oeste? --agrego otro. --!Investigacion! --exclame. --?Que pasa con las obras de caridad? --comento alguien mas--. ?La empresa dona dinero? En esta cultura, si una empresa apoya una causa de caridad, generalmente produce mas ingresos con su actividad principal. --Profundiza en eso y luego vuelve a mi --sugeri--. En realidad, es una idea en la que he estado pensando en las ultimas semanas, pero no he tenido tiempo para analizarla en detalle. --?Algo mas? --pregunto Norman. Despues de algunos latidos de silencio, asenti con la cabeza. La habitacion se comenzo a desocupar cuando los entusiasmados ejecutivos se retiraban charlando sobre sus nuevas tareas. Arregle los archivos frente a mi, preparandolos para volver a colocarlos en mi maletin, pero luego una mano ligera se poso sobre mi hombro. --?Si, Norman? --le pregunte. --Tengo algo que preguntarte. --Algo que no era apropiado para la reunion, supongo. --Correcto. Es mas un… favor personal. Lance mi mirada hacia el antes de asentir, diciendole que podia continuar. Si habia algo que disfrutaba de Norman Dyer, era el hecho de que nunca pidio nada. Era ingenioso, tenia conexiones con personas que abarcaban tres rolodex completos y tenia una cabeza decente sobre sus hombros. Despues de todo, el era quien habia construido la compania para convertirse en la compania de gas natural mas utilizada en Luisiana. Yo solo acababa de llegar, aunque la converti en la compania de gas mas utilizada en la costa este.--Bueno, escupelo, Dyer. ?Que es? --Realmente me ayudaria si lo consideraras. --Norman, en todos los anos que te conozco, nunca me has pedido nada. Valoro mucho tu amistad, no solo tu actitud y conocimiento profesional. Haria casi cualquier cosa por ti. Tu lo sabes. ?Que diablos es, hombre? --Ciara esta en casa. Ya termino la universidad. --Bueno, apuesto a que es divertido para tu nueva esposa --le dije, sonriendo. --Ella esta creando un infierno en la casa, Matt. Me refiero a un infierno serio. Y esta haciendo enojar a Kayla. --Estoy bastante seguro de que Kayla todavia esta pasando por la pubertad, por lo que cualquier cosa puede molestarla. --No es divertido. --Eso es lo que obtienes por casarte con alguien que es solo unos anos mayor que tu hija. ?Que edad tiene Ciara ahora? ?Veintitres? --Veintidos. --?Y Kayla? Meti mis manos en mis bolsillos y espere a que Norman respondiera. Me encantaba fastidiarlo sobre su nueva esposa. Ella era la belleza exotica estereotipica: rasgos finos y delgados, piernas largas, cabello oscuro con ojos profundos y melancolicos a juego. Incluso si ella simplemente estaba mirando al espacio, parecia como si estuviera tratando de descubrir el origen del universo mismo. --Veintiseis --respondio, casi en un murmuro. --Ella nunca envejece --dije, riendome--. ?Y que es lo que necesitas? --Ciara es una chica inteligente. Realmente lo es, pero nos esta volviendo locos. Tenerla en la casa es demasiado para los dos. Ella necesita algo para ocupar su tiempo y que coincida con su titulo. --Ella fue a Dartmouth College, ?verdad? ?Cual es su titulo? --Licenciatura en negocios. --Igual que su padre, ya veo. --Honestamente, no lo supe hasta la mitad de su carrera universitaria. Cuando llegaba a casa, la unica cosa de la que hablaba era de fiestas, alcohol y chicos. --Suena como una nina salvaje, pero de nuevo, ella siempre ha sido asi. --Me encogi de hombros. --Ella no tiene ningun deseo de conseguir un trabajo decente, ningun deseo de mudarse, ningun deseo de comenzar una vida propia. Se queda sentada en la casa fastidiando a Kayla y a mi, y provocando el huracan de maldad que le gusta crear. --No te mentire. Es facil hacer enojar a Kayla. Yo tambien lo haria por diversion si pudiera... Ahora, ?que es lo que necesitas, Norman? --Me preguntaba si tenias una pasantia aqui que ella pudiera tomar. La solicitud me sorprendio por un segundo. ?Queria que tomara a su hija gamberra como pasante? Eramos una compania de gas natural y de los labios de esa joven se escupia suficiente aire caliente como para volar la mitad de las plataformas petroliferas de Luisiana. --Eso la sacaria de la casa --agrego Norman--. Le daria algo de experiencia en el campo en el que consiguio su titulo, y eso nos daria a Kayla y a mi algun tiempo para respirar. --Y para tirar, supongo. --Matt. --Oye, tu eres el que esta preguntando. --Puedo darme cuenta que no estas muy interesado. --Me estas pidiendo que aborde a una persona que incluso tu describes como una salvaje. Si, estoy un poco indeciso de hacerlo. --Solo piensalo por un segundo, ?de acuerdo? --pregunto--. Mira a estos ejecutivos que acaban de salir de esta habitacion. Has cogido a un grupo de idiotas inadaptados y los has convertido en trozos de carne de primera calidad para el mundo de los negocios. Las ideas que arrojaron aqui son muy buenas, y es por tu tutela. --No me tienes que besar el culo en este caso, Norman --le dije, sonriendo. --No, estoy hablando en serio. Si hay alguien que puede poner a Ciara en forma, eres tu. Honestamente no me importa sobre que sea la puta pasantia, siempre y cuando tenga algo aqui en lugar de algo en mi casa. --Te das cuenta de que estas hablando de tu propia hija, ?verdad? --Mira, todo lo que digo es que Ciara necesita un poco de orientacion. --?Orientacion que su propio padre no puede darle? --Mira, Matt, las cosas fueron dificiles. Cuando Abby murio... Norman dirigio su mirada por la ventana, y en el momento en que sus ojos comenzaron a brillar, supe que aceptaria la pasantia. Sabia que fue una experiencia dificil cuando su esposa murio. Fue una de las cosas que fortalecio nuestra amistad. Entendi su dolor por perder a su esposa, porque yo habia perdido la mia hace poco mas de una decada. Norman al principio no habia tenido ningun deseo por crear alguna relacion sustancial con alguien, y mucho menos con una mujer, pero luego lo vi rebotar de mujer en mujer hasta que un dia tomo la decision de casarse con una joven bastante idiota solo unos pocos anos mayor que su hija.--Lo se Norman, creeme. Lo entiendo. Si hay alguien en esta jodida compania que te ayudara, soy yo. Pero tienes que entender que no soy padre… --Eso es cierto. No lo eres. Todo lo que estoy preguntando es si hay alguna pasantia que mi hija pudiera solicitar. Ella necesita la experiencia por si alguna vez quiere hacer algo con su titulo o con su vida. Todo el mundo sabia que Ciara habia empeorado cuando Abby fallecio, pero era algo que Norman no sabia como manejar. El habia estado lidiando con su propia perdida, y Ciara necesitaba a su padre, cuando llego el momento, ella no lo tuvo. Al menos, asi fue como lo vi. --Ni siquiera tienes que pagarle --agrego, mientras volvia su mirada hacia mi. --Le pagare por la pasantia, pero tendre que descubrir donde encajara mejor. Seria una mala idea ponerla como pasante para los ejecutivos junior. Esos tipos se la comerian viva. --Entonces, ?lo haras? --pregunto. --Si, lo hare. --Muchas gracias, Matt. En serio. Solo informame que hara y cuando comenzara. Le dire esta noche que tenemos algo. --Te avisare cuando lo tenga. Norman se retiro del salon, y pase mi mano por mi cabello. No podia creer que acabara de acordar asumir tener al mismisimo diablo entre mis pasantes. Ciara causaba problemas dondequiera que fuera, y parecia enorgullecerse de ello. Ella era obviamente inteligente. Obtener una licenciatura en negocios de una escuela de la Ivy League no era poca cosa, pero no tenia dudas. Era facil ver por que Kayla la queria fuera del camino. No podria acercarla a los ejecutivos junior. Esos hombres no se la comerian viva porque era una joven sin experiencia, sino porque era hermosa. Incluso yo podia apreciar la belleza femenina mas joven cuando se presentaba de la manera adecuada, y Ciara era el ejemplo perfecto de la forma femenina apropiada. Tenia tetas grandes, una cintura pequena y un trasero en el que podias botar una moneda. Norman habia hecho solo medio esfuerzo para criar a una hermosa hija que lo unico que haria seria coquetear con los ejecutivos todo el dia. Si iba a ser pasante en esta compania, al menos tendria que obtener algo de su trabajo, pero si no podia fraternizar con los ejecutivos junior, realmente habia un solo lugar donde podria vigilarla y moldearla de la forma en que Norman queria que lo hiciera. Debia tenerla a mi lado. La unica opcion que tenia era hacerla mi asistente personal. Durante anos me habian estado diciendo que buscara una secretaria, pero no queria gastar dinero solo para que alguien se sentara fuera de mi oficina. Pero una asistente personal haria mas que solo contestar el telefono. Realmente podria ayudarme con algunos trabajos y me dejaria tiempo para hacer cosas mas importantes. El unico problema seria mantenerla distraida de los jovenes que circulan por este lugar. Si esos muchachos la vieran realmente, estarian encima de ella. Y a ella le encantaria. Tener la atencion de los hombres para una chica que sabe lo sensual que es, es como encender los focos de un escenario, entraria en escena y ya no podria controlarla, ni a ellos. Si hay algun hombre en esta compania que puede controlarse con una mujer hermosa, ese soy yo, por no mencionar la relacion personal que tengo con su padre. Tenerla a mi lado y trabajar conmigo no solo representaria una oportunidad de tutoria, sino que la mantendria a salvo. Podre espantar a los perros hambrientos y mostrarle que el lugar de trabajo no es un lugar de confraternizacion. Eso es algo que una chica escandalosa como Ciara realmente necesita aprender. Confiaba en mi mismo, asi como en mi relacion con su padre, mas que nada en este planeta, asi que me dirigi a recursos humanos para notificarles sobre mi decision y tuve que hacerles saber que tenian que hablar con la contabilidad para liberar los fondos necesarios para contratar a Ciara Dyer como mi asistente personal. 2 CIARA Me acoste en mi cama y busque imagenes en mi aplicacion de citas. Cada vez que encontre a alguien que coincidia conmigo, me senti muy decepcionada. Ninguno de esos chicos justificaba ningun tipo de esfuerzo. Ninguno de ellos parecia tener experiencia debajo de sus cinturones. Yo queria un hombre, alguien que pudiera usar su lengua para algo mas que sobreestimar su destreza sexual. Queria a alguien exitoso que tuviera sed de exito tanto como sed de mi cuerpo. Estos muchachos eran todos jovenes, tontos y yo habia tenido suficiente de eso en Dartmouth. Un golpe en la puerta sono en mi habitacion de la infancia, y mi telefono me golpeo la cara. Gruni, tirando mi telefono al piso. Entonces escuche que se abria la puerta antes de que la voz de mi hermana sonara. --Ciara, es hora de cenar. --Paso --dije. --Ciara, vamos. No puedes simplemente ignorar el mundo para siempre. --No lo se. Puedo hacer lo que sea que me proponga, Alba. Ella se cruzo de brazos, y una sonrisa burlona me cubrio la cara. Me encantaba fastidiar a mi hermana. Era mi actividad favorita despues de molestar a la nueva esposa de papa. --Vamos --insistio ella--. ?Por que no te unes a nosotros para la cena? --Porque nunca hicimos lo de la "familia" hasta que Kayla aparecio en la escena. Ahora todo es "sentarse a la mesa a cenar" y "ver una pelicula familiar" y "no salir los viernes porque es noche de familia". ?Quien demonios hace eso? --Eso es lo que hacen las familias normales --dijo Alba. --Bueno, no hemos sido una familia normal desde que mama murio. Mama murio cuando tenia quince anos. Maldito cancer. Se arrastro sobre ella como un fantasma y la tomo antes de que supieramos lo que estaba pasando. Fue su autopsia la que revelo el cancer, no los medicos que habian declarado que querian "salvar su vida". Claro, me dolio. Pero tambien tuve que planear el funeral. Tambien tuve que estrechar la mano de aquellos que vinieron con comida durante semanas. Tambien tuve que obligar a mi padre a comer mientras Alba se encerraba en sus estudios porque nadie mas sabia que diablos hacer con ellos mismos. Lo menos que podian dejarme hacer ahora era comer en mi estupida habitacion. --Entiendo tu punto, lo entiendo. De verdad lo hago. Pero estas viviendo bajo su techo, y no parece que planees mudarte pronto. Si quieres vivir aqui, debes seguir sus reglas. --?Te refieres a las reglas de Kayla? --le pregunte. --Las reglas de quien sea. Y si no quieres, entonces adelante. Come en tu habitacion todas las noches. Deja todos tus montones de ropa sucia y platos de comida a medio comer en cualquier lugar que desees. --?Estas molesta porque mi habitacion es mejor que la tuya? --le pregunte, sonriendo. --?Mejor? Huele como un vertedero de basura. ?Alguna vez lavas la ropa? --Cuando lo necesito, seguro. Pero de todos modos estoy descansando desnuda, ?quien necesita ropa limpia? --Ugh. Baja a cenar, Ciara. Deja de ser una perra. --?Por que no consigues un apartamento conmigo? --le pregunte mientras se volvia para irse--. Seria mas barato para las dos. --Buen intento. Eres una perra odiosa. Estoy muy bien viviendo con papa y su juguete, y lo hare hasta que termine mis estudios de posgrado. --Oh si. El master en Musica. ?Que planeas hacer con eso? --Convertirme en uno de los mejores directores femeninos del mundo. --Suena apasionante. --Mejor que obtener un titulo en negocios para tratar de llamar la atencion de papa. --No obtuve ese grado para el. Lo tengo porque quiero dirigir mi propia empresa algun dia. Quizas empiece mi propio negocio. Franquicia. Diversificarme. Dominar la costa oeste antes que papa o algo asi. --Bueno, para alguien que quiere apoderarse del mundo o lo que sea, tu actitud es de una mujer bastante perezosa. --No soy perezosa. Solo estoy esperando mi momento. No te iras hasta que baje a cenar, ?cierto? --No. --?Puedo bajar desnuda? --le pregunte. --Solo si quieres que Kayla te vea como una competencia. --Eso podria ser divertido --le dije, sonriendo. --No hagas eso. Ven ya. Ven a comer. Honestamente, no queria. Hubiera sido mas feliz subiendome a mi automovil y conducir por la carretera para conseguir una hamburguesa. Pero para hacer eso tendria que justificarme con mi padre y luego enfrentar la idiota mirada de "mama" de Kayla. Que desastre. Me levante de la cama y recogi mi cabello en un mono. Cogi mi telefono y lo meti en mi bolsillo trasero. Si me aburro en la mesa, simplemente seguiria deslizando. Incluso si los muchachos de mi telefono no supieran absolutamente nada sobre lo que necesitaba una chica como yo, al menos serian guapos de ver. Pero cuando llegue a la mesa, una bomba cayo sobre mi que me hizo olvidar sus caras en un abrir y cerrar de ojos. --Te consegui una pasantia en la empresa, Ciara --anuncio papa. --Espera. ?Que? --Seras la asistente personal de Matt Benjamin --dijo, sonriendo. --!Oh, eso es fabuloso! --exclamo Kayla--. Carino, ?como demonios pudiste conseguir algo asi? --Probablemente le chupo el pene o algo asi --murmure. Alba me dio un codazo mas fuerte de lo que esperaba, y me frote la caja toracica. Aparentemente, papa no me escucho. Estaba demasiado ocupado contemplando los profundos ojos oscuros de su exotica prostituta legal. --Vas a trabajar para el, desde manana --aclaro. --Eso no es necesario, papa. Ya he postulado para algunos puestos gerenciales de tiempo completo en varios lugares. Estare bien. --Me costo mucho convencerlo para obtener este puesto, y con Matt nada menos. Cualquiera clamaria por este trabajo. --Entonces dejalos clamar por eso. Estoy esperando saber de mis aplicaciones. --Sera bueno para ti, Ciara --intervino Kayla. --Si --dije, mirandola--. Me sacaria de la casa. Ella no mordio el anzuelo. Kayla solo se encogio de hombros y tomo un sorbo de vino. --Comienzas a las ocho de la manana --dijo papa. --?Ocho de la manana? !Papa! ?Por que diablos te interesas por mi ahora? --!Ciara! --exclamo Kayla. --?Por que de repente tienes interes en mi ahora, papa? --reformule mi pregunta sin siquiera mirarla. --Eres mi hija. Siempre he tenido interes en ti. --?Es por eso que no sabias lo que estaba estudiando hasta la mitad de mi carrera? -- pregunte. --Llegabas a casa y hablabas mas de chicos que de cualquier otra cosa. ?Como se supone que iba a saberlo? --Con solo preguntarme, papa. Kayla puso los ojos en blanco y, de repente, quise tirarle un punado de la ensalada que tenia enfrente. Ella era altanera, era una mocosa, y gastaba el dinero de mi padre casi tan rapido como el lo ganaba. --?Por que no usas ese costoso titulo tuyo para algo mas que un cargo gerencial basico? -- pregunto ella. --?Que? ?Como casarme con alguien rico? --le pregunte. --Es suficiente. Ciara --Papa alzo la voz--. Ya hemos terminado. Tuve una larga conversacion con Matt, y el te recibira manana. O apareces o no tendras lugar en esta casa. --No lo puedo creer, ?estas bromeando? --le pregunte. Alba me dio un codazo otra vez, y patee su espinilla debajo de la mesa. Si realmente pensaba que iba a retroceder en esta pelea, estaba muy equivocada. --Levantate temprano manana y ve a tu nuevo trabajo. Es una pasantia remunerada y todo. Quince dolares por hora, con el potencial de crecer si deseas permanecer mas de un ano. Y si no quieres ir, entonces haz las maletas. --?En serio me vas a echar si no aparezco? --pregunte. --Levantas un infierno constantemente en esta casa --intervino Kayla--. Lo menos que puedes hacer es ser productiva antes de llegar a casa y hacerlo. Mire a Kayla y a mi padre antes de descubrir el verdadero sentimiento detras de sus ojos. De eso se trataba todo esto. A Kayla no le gustaba tenerme cerca, asi que papa me estaba tirando a algun lado donde sabia que estaria a salvo, para que su hermosa esposa no tuviera que lidiar conmigo. No podria soportar mas esto. Arroje mi servilleta sobre mi plato, trague el te que tenia delante y me levante. ?Que demonios estaba haciendo? ?De repente se intereso en mi? !No se ocupaba de mi desde que tenia quince anos! Desde que mama murio. ?Por que demonios penso de repente que ahora tenia algo que decir en mi vida? Tenia veintidos anos y tenia una buena cabeza sobre mis hombros. Claro, alborote un poco las cosas en esta casa. Tambien me gustaba mirar a hombres ardientes. Pero, ?a que mujer no? --Que demonios. --Golpee la puerta de mi habitacion detras de mi antes de arrojarme de nuevo sobre mi cama. ?Por que mi padre no podia seguir jugando solo a la "casa" con su esposa Barbie? ?Por que diablos tenia que arrastrarme a eso? Ya no queria estar en la casa, asi que busque las llaves del auto, agarre mi bolso y revise para asegurarme de que tenia la tarjeta de credito de papa. Luego me aventure a salir por la puerta antes de que alguien pudiera detenerme. Si el gustaba de personas que gastaban su dinero mas rapido de lo que podia contarlo, entonces eso era lo que yo empezaria a hacer. Si el queria jugar a la familia feliz, seria la chica caprichosa, consentida y divertida de papi. Mal gastaria su sueldo, total bien poco le importaba que la "mami" reventara sus tarjetas de puro gusto. Subi a mi auto y maneje al bar mas cercano. Comi algo y pronto ya habia bebido cuatro tragos. Me reia con el camarero mientras se inclinaba y me sonreia, y por un breve segundo, pense en llevarlo a casa. Si realmente quisiera enfadar a mi padre, podria despertarme con un chico en mi habitacion a la manana siguiente, pero habia algo atractivo acerca de tener sexo borracha en el auto que se me hizo agua la boca. Pero un letrero de neon atrapo mi mirada por la ventana, asi que me volvi para ver que era. El cartel parpadeante decia <>, y me atrajeron sus colores. Pague mi cuenta y deje una cantidad insana de propina para el hermoso hombre que hizo mis bebidas. Luego sali del bar y cruce la calle. Mis labios sonreian y mi nariz estaba entumecida, y cuando pude tomar un respiro decente, un hombre estaba agarrando mi teta. --?Estas segura de que quieres hacer esto? --pregunto. --!Adelante! --exclame. El alcohol entumecio el dolor de los piercings, y por un momento, lo olvide todo. Me olvide de mi madre muriendo y del funeral. Me olvide de todas las manos que tuve que sacudir. Me olvide de caminar sola ocho kilometros hasta su tumba todos los dias porque papa no podia soportar llevarme. Me olvide de todos los chicos que me gustaron y de los que no pude hablar con mi madre y de todos los consejos que no se habian dicho porque papa estaba demasiado incomodo con esos temas. Me olvide de como papa desfilo a diferentes mujeres cada semana antes de que nos diera cuenta de que se estaba casando con Kayla. Olvide de como el no estuvo presente en el momento de subir al escenario para obtener mi diploma universitario. ?Como podia haberlo olvidado? Claro, el habia llegado para abrazarme despues de la ceremonia, pero la mirada en sus ojos me decia que habia algo mas importante. Junto con los chupones en el cuello de Kayla, era facil darse cuenta de con que se habia enredado y que era mucho mas importante que la graduacion de su hija menor. Sone con dirigir mi propio negocio algun dia. Suenos de convertir mi propio negocio en un conglomerado. Suenos de intervenir como el CEO de una empresa. Suenos de tener suficiente dinero como para comprar una empresa, como lo hizo Matt Benjamin con la de mi padre. Espera. Iba a trabajar para Matt Benjamin. Iba a trabajar a su lado... Esto en realidad podria ser util para mi. --Aqui tienes --dijo el tipo--. ?Como se sienten? Mire hacia abajo a mis piercings de pezon y sonrei. Las barras eran de oro rosa y tenian pequenas bolas de discoteca en cada extremo. Atraparon la luz y brillaban todos los colores que pude imaginar, y eran perfectos para alguien como yo. Desde nina nunca pude elegir que color era mi favorito. El amarillo era tan brillante. El rojo era tan sensual, y el azul simplemente llamaba la atencion. ?Por que no podria tener todos los colores? Bueno, ahora lo tenia, alli mismo en mis tetas.

  • Melocotones de vina de Lola Lopez De Lacalle

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    En la inmediata postguerra, Pilar y Paulina, dos sencillas vecinas de un pueblo de la Rioja Alavesa, temerosas de Dios, que nunca se han saltado una misa en una fiesta de guardar, comparten un terrible secreto. Viuda una con dos hijos, despues de que su marido fuese cuneteado por los falangistas, y madre de doce criaturas la otra, tejeran una urdimbre de lealtad para protegerse a si mismas y a sus familias, incluso mas alla de la muerte.

  • Si solo fuera un cuento de hadas de Victoria Vilchez

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    Alice no ha tenido demasiada suerte en el amor. En realidad, sus experiencias hasta ahora han sido desastrosas. Sin embargo, eso esta a punto de cambiar con la aparicion en su vida de Jay Forevermore, el hombre atractivo pero de caracter bastante hosco que se presenta ante ella como… !su hada madrina! Y es que parece que en el pais de Nunca Jamas creen que Alice necesita ayuda urgente para encontrar a su alma gemela.
    Alice se vera empujada a un monton de citas con distintos hombres y, mientras Jay realiza la labor para la que ha sido enviado, ambos van a descubrir que resulta imposible elegir de quien te enamoras y que a veces la unica magia necesaria es la del amor.
    Y tu, ?estas dispuesto a creer en cuentos de hadas?

  • La maldicion de Cowland de Samantha E. King

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    Cuando al inspector de policia Nicola Segreto le asignan el caso de una mujer fallecida en condiciones sospechosas en un hotel de su Napoles natal, nada hacia presagiar que su vida estuviera a punto de cambiar para siempre.
    En su afan por encontrar respuestas, Segreto iniciara un viaje sin retorno que lo llevara hasta el condado de Cowland, Inglaterra. ?Estara preparado para descubrir la verdad que se oculta tras la cadena de muertes y crimenes en las que se vera involucrado?
    Pero. ?Y si te cuento que nuestra historia no comienza ahi? ?Y si te hablo de una mujer casada con un conde cruel y sanguinario? ?Y si es ahi, en el siglo XVIII, cuando comienza realmente esta historia y la terrible maldicion que sus habitantes se empenan en olvidar?

  • Detras de una mascara de Kelly Dreams

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    Victoria Queen estaba acostumbrada a los tropiezos, a caer y volver a levantarse. La vida la habia ensenado desde una edad temprana que solo podria alcanzar lo que queria peleando y se habia tomado ese mantra al pie de la letra. Carismatica mujer de negocios y exitosa empresaria, mostraba al mundo la cara que querian ver, una mascara bajo la que se encontraba otra mujer, una que solo emergia en los momentos mas oscuros de la noche.

  • Dime que me perdonas de Sophie Saint Rose

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    Serina Colton lleva casi toda la vida ocultando algo de su personalidad, que provoca que los que la rodean la teman. El regreso de Jett al pueblo, no podia hacerla mas feliz. Al fin habia vuelto a casa y Serina tenia que cumplir una promesa. Intentar que volviera a ser aceptado en el pueblo y que fuera feliz. Si para eso tenia que descubrir su secreto, tenia claro que Jett era lo primero.

  • En mil pequenas piezas de Lorena R. Jeffers

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    Ser humillado, herido y roto, hasta el extremo de llegar a dudar de su propia existencia. Shiroyama Mitsue sabe como es eso. El ha luchado cada dia, durante anos, contra los recuerdos que de aquel amargo suceso y las pesadillas que vuelven durante las noches lluviosas, para echarle en cara lo debil que es; lo patetica de su existencia.

  • La noche que no paro de llover de Laura Castanon

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    Valeria Santaclara necesita reunir la fuerza necesaria para abrir un sobre cerrado que esta en su poder desde hace anos y en cuyo exterior alguien ha escrito <>. Para ello, y no por casualidad, acude a la consulta de la psicologa Laia Vallverdu, quien a traves de las sesiones de terapia la ayudara a recomponer el puzle de su existencia desde la infancia acomodada en el Gijon burgues de finales de los anos 20, la relacion conflictiva con su hermana, las circunstancias historicas de un tiempo convulso, y la culpa que vive en el fondo de su ser y cuya naturaleza ultima no es capaz de confesarse.

  • El sueno de la razon de Berna Gonzalez Harbour

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    La comisaria Ruiz vuelve a Madrid para preparar su defensa. El viejo Jefe Superior de la policia ha logrado su suspension en venganza por una antigua investigacion y Maria esta temporalmente fuera del cuerpo.
    Pero eso no la va a frenar. Es el mes de mayo, tiempo de fiestas en torno al rio Manzanares, y la aparicion de unos animales muertos es el primer indicio de una anomalia que pronto dejara mas huellas letales: la ejecucion de una joven becaria de Historia del Arte en uno de los puentes del rio. Y no sera la unica.

  • La reina del baile (Bajo sospecha 5) de Mary Higgins Clark

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  • Ardiente verano de Noelia Amarillo

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    Maria, una joven con un hijo adolescente, se prepara para afrontar las vacaciones estivales en el pueblo de su exmarido. Solo hay un pequenisimo problema. !Odia el pueblo! ! ?Que va a hacer alli durante todo un mes? ?Visitar el castillo? ?Banarse en la fuente? ?Pasear? !Aburrirse como una ostra! O quiza no. Un dia, harta del calor, se escapa al bosque. Sus pasos la llevan hasta una cabana escondida, donde experimentara juegos prohibidos a manos de un hombre que impide que vea su rostro... Un desconocido que le susurra ordenes y al que desea mas de lo que jamas pudo imaginar. Un extrano que parece conocer sus mas intimos deseos, satisfaciendolos, y del que es incapaz de alejarse.
    ?Podra ignorar sus mas secretas fantasias o se rendira a ellas... a el, a un hombre al que ni siquiera puede ver el rostro?

  • Amame ahora y siempre de Priscila Serrano

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  • Al hombre que deje atras de Isabella Marin

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    Una chica regresa a Boston para hacer las paces con su pasado.
    Un hombre acude cada vez que llueve a un bar de soul, se sienta siempre en la misma mesa, se pide una copa de whisky y espera en silencio a que empiece una cancion vinculada al pasado.
    Dos existencias vacias. Dos almas desgarradas por la soledad. Un abismo de tiempo separandolos.

  • Una semana de siete lunes de Jessica Brody

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    SI TUVIESES LA OPORTUNIDAD DE EMPEZAR DE CERO, ?LA APROVECHARIAS?
    Ellison Sparks descubre que esta reviviendo una y otra vez el mismo lunes de pesadilla. Cualquier otra adolescente hubiese optado por volverse loca, pero Ellison lo ve como una oportunidad. La oportunidad de lograr que sus suenos se hagan realidad y, sobre todo, la oportunidad de recuperar a su novio.
    Pero, a pesar de sus esfuerzos, las cosas nunca salen como ella desea. ?Descubrira Ellie como arreglar este dia? ?O quedara atrapada en un lunes de pesadilla para siempre?

  • En busca de la verdad de Carolina Suarez

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    Andrew, recien graduado, decide cambiar de ciudad tras terminar con su relacion. Y las cosas en su nuevo hogar no seran normales. Unas vecina algo extrana y una serie de homicidios lo mantendran en vilo y en busca de la verdad

  • Abandono de M. W. Craven

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    Los animales no mueren de viejos. Bueno, algunos si, claro. Puede que alguna tortuga de Galapagos llegue hasta el final. O una de esas medusas eternas. Tal vez alguna mascota adorada. Pero esos no son muchos. No lo son si piensas en todos los animales que no son tortugas, medusas o mascotas adoradas. Para la mayoria de ellos, la vejez es una existencia hambrienta y aterradora. Los depredadores se mueren de hambre. Los animales de presa son devorados. Las vacas de carne son sacrificadas. El ganado lechero deja de producir y se convierte en un lastre economico. Las mascotas ancianas y con problemas de incontinencia se vuelven un problema. Pero a veces, y solo a veces, ocurre algo mucho peor. Mas brutal que la vejez. Indiscriminado. Implacable. Devastador. Y, de manera indirecta, a veces mata a seres humanos. El sargento Washington Poe no estaba pensando en una existencia hambrienta y aterradora aquella manana: pensaba en que bonito dia hacia. El y su amiga y companera Tilly Bradshaw desayunaban fuera. Se estaba planteando tomar otra tostada antes de ir a la Oficina de Turismo de Sellafield. El no queria ir a la Oficina de Turismo de Sellafield. Como le habia dicho a Bradshaw, antes preferiria prenderse fuego a los dientes. Pero ella habia insistido, aduciendo que deberia ver el edificio antes de que lo demoliesen. Bradshaw lo habia visitado tres veces, y ella vivia en New Hampshire, le dijo. Poe nunca habia ido y apenas estaba a media hora de su casa. Poe contesto que con eso se podia hacer una idea de su interes por el combustible nuclear. Al final, habian llegado a un acuerdo. Es decir, el cedio. Como siempre. En realidad, tampoco le importaba. Tenian una semana entera libre y disfrutaba de la compania de Bradshaw. Ademas, habia un pub encantador cerca de la oficina. Hacian pastel de carne y rinones con pure de patatas y mantequilla. Y salsa de verdad. Si no se demoraban mucho en el parque cientifico, como lo llamaba Poe, podrian ir al pub antes de que cerrasen la cocina. --Va a ser genial, Poe --dijo ella--. Tienen uno de esos juegos interactivos en los que te puedes disfrazar de isotopo. El se quedo mirandola. --No me hagas cambiar de idea --contesto. Antes de ponerse en marcha, Poe tenia que sortear la conversacion sobre su alimentacion. Esta iba de pan integral, concretamente de la negativa de Poe a comerlo. --La vida es demasiado corta como para no comer pan blanco, Tilly. Cogio la ultima tostada. La unto con una generosa capa de mantequilla salada y le dio un mordisco. --No paras de decir eso, Poe --contesto ella--. Pero lo unico que haces es acumular problemas para el dia de manana. Levanto el pan. --Solo es una tostada. --<> es solo una tostada, Poe. Pero tambien lo eran las otras siete que te has comido. --Crei que te gustaria --dijo el--. Siempre dices que como demasiada carne. --Es que es verdad, pero ocho tostadas son demasiadas tostadas. Poe suspiro e intento devolver la tostada al plato, pero solo consiguio que cayera al suelo. Afortunadamente, Edgar, su springer spaniel ingles, estaba en alguna otra parte persiguiendo zarapitos, por lo que Poe consiguio recuperarla a tiempo. Coger comida del suelo solia ser la manera mas rapida de que te mordiera la mano. --Tipico --gruno. La tostada habia caido por el lado de la mantequilla y se habia cubierto de hierba seca y polvo. Probablemente, caca de oveja. Y aunque Poe era un defensor entusiasta de la ley de los cinco segundos, todo tenia un limite. La dejo en su plato, desilusionado. Ahora ya no podria pensar en otra cosa. Volvio a cogerla. Se planteaba rasparle un poco la mugre. --?Que es tipico, Poe? --?Eh? --Has dicho que algo era tipico... --Mi tostada, que siempre cae por el lado de la mantequilla. Es tipico de mi mala suerte, supongo. Ella le lanzo una mirada que conocia bien. --Es matematica, Poe, no suerte --dijo sin rastro de ironia--. La tostada suele caer desde la mesa y, cuando lo hace, casi siempre tiene la parte untada hacia arriba. A no ser que haya factores externos involucrados, la velocidad de rotacion no suele ser lo suficientemente rapida como para que complete una vuelta entera antes de alcanzar el suelo. Si las mesas midieran tres metros de alto, entonces diriamos que la tostada siempre parece caer con el lado de la mantequilla hacia arriba. Poe no dijo nada. --De hecho, yo no diria que la tostada siempre parece caer con la mantequilla hacia arriba, pero la gente que no sabe de constantes fisicas fundamentales si lo haria. Si quieres, te lo explico con numeros. --Prefiero vestirme de isotopo. Bradshaw no contesto. --?Que pasa? --dijo Poe. --Viene alguien. Poe no solia recibir visitas informales. Su aislada cabana de pastor se encontraba en Shap Fell, una montana azotada por el viento y atestada de ovejas. La carretera mas cercana estaba a algo mas de tres kilometros y solo se podia acceder a pie o con un quad. La mayoria de la gente no lograba encontrarla, aunque les diera indicaciones. Sin embargo, Bradshaw tenia razon: alguien venia. Era un hombre. Observaron como se acercaba. Estaba claro que era un policia: el pelo corto y el traje practico y apto para lavadoras lo decian todo. Esperanzado, Poe penso que su semana libre tal vez estaba a punto de perder un dia. --Hola --dijo Bradshaw. --Hola --contesto el hombre--. Disculpen, he interrumpido su desayuno. --Que va, me gusta sostener tostadas --dijo Poe--. ?Quien es usted y que quiere? --Soy el agente Mike Penhaligon. Me han pedido que venga a buscarle. --?Por que? --Tenemos un problema. --?Que problema? --Me han dicho que sus primeras impresiones son especialmente intuitivas, de modo que tengo ordenes de decir solo una cosa: hemos encontrado dos cadaveres. --Ya no trabajo para la policia de Cumbria. Tilly y yo trabajamos para la Seccion de Analisis de Delitos Graves de la Agencia Nacional del Crimen. --Lo sabemos, sargento Poe, pero la comisaria Nightingale esta a cargo de la investigacion y le ha solicitado personalmente a usted. Eso era extrano. Nightingale era una gran policia, gran comisaria y tenia un solido equipo a su alrededor. --?Por que? --pregunto Poe--. Jo sabe lo que hace. --Las circunstancias son... poco habituales. Creyo que tal vez usted podria aportar algo mas. --Vamos --dijo Poe. Condujo Penhaligon. Hasta Carlisle y luego a la izquierda. Hacia un dia caluroso. Poe y Bradshaw llevaban la ventanilla bajada. El aire empezo a cobrar un desagradable olor dulzon. Cuando Penhaligon giro hacia el aerodromo de Great Orton, Poe empezo a atar cabos. Subio la ventanilla y aconsejo a Bradshaw que hiciera lo mismo. --?Vamos adonde creo que vamos? --le pregunto a Penhaligon. --Si. --?Que ha pasado? --Sera mejor que lo vea usted mismo. El brote de fiebre aftosa de 2001 destrozo a Cumbria. Fue la epidemia animal mas grave de la era moderna y convirtio un condado normalmente tranquilo en un lugar de confusion, matanza y desesperacion. Mas de una cuarta parte del ganado de Cumbria, la mayoria sano, tuvo que ser sacrificado. Programas de cria que se habian ido acumulando con las generaciones anteriores cayeron aniquilados por la pistola del matarife. Y sus legados, borrados. Poe recordaba aun los miles de pediluvios quimicos, los carteles que decian <>, las senales de <>, y de <> en parques, bosques y hasta en zonas infantiles. Recordaba lo inquietantes que se veian las montanas sin ovejas. Los pubs y los pueblos vacios. La fiebre aftosa habia diezmado la industria turistica. Prohibida la entrada a los lagos y las montanas, Cumbria tenia poco mas que ofrecer. Con sus casi tres kilometros y medio de fosas comunes, el aerodromo abandonado de la Royal Air Force en Great Orton se convirtio en el cementerio de la fiebre aftosa en Cumbria. Localmente conocido como el <>, es el lugar de enterramiento masivo mas grande del mundo. Medio millon de animales estan sepultados en sus veintiseis fosas. El ganado muerto, sacrificado en las granjas, era transportado hasta alli dentro de contenedores a prueba de fugas en camiones articulados. Los animales sanos llegaban vivos, eran colocados en fila y sacrificados por matarifes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentacion. Luego los echaban a fosas de veinte en veinte. Los animales siguen alli. Pudriendose. Descomponiendose. Goteando... Penhaligon aparco al final de una larga fila de vehiculos. La mayoria de ellos eran de policia, pero tambien habia furgonetas de la Agencia del Medio Ambiente. Poe podia distinguir siluetas informes vestidas con grandes trajes de proteccion biologica trabajando dentro un cordon montado apresuradamente alrededor de una fosa recien abierta. Algunos estaban dentro del agujero, otros se movian por los bordes. No sabia si eran de Medio Ambiente o de la policia cientifica. Probablemente, ambos, penso. Un monton de policias esperaban junto al cordon exterior, todos ellos con mascarilla. --La jefa le esta esperando ahi dentro, sargento --dijo Penhaligon. Les entrego una mascarilla a cada uno--. Sera mejor que se las pongan. No anulan del todo el olor, pero al menos no se les metera nada flotando por la boca. --Pongame seis, por favor --dijo Bradshaw. Poe se acerco al grupo de policias junto al cordon. A cada paso que daba, el apestoso olor a animal se tornaba mas intenso. Cuando llego al cordon, el hedor denso y empalagoso a tejidos en descomposicion, el fango de cuerpos pudriendose, penetraba ya la barrera permeable de su mascarilla. Le recordaba a un caso anterior, en el que quemaban a hombres vivos en los muchos circulos de piedra de Cumbria. Uno de los policias que participaban en aquella investigacion describio el olor como miasmatico. Poe tuvo que buscarlo en el diccionario. Significaba vapores nocivos procedentes de materia organica en descomposicion. No podia haber una palabra mas adecuada para aquel dia. El olor le llego a la garganta produciendole una arcada. --?Sabias que la nariz es el unico organo que puede ver el pasado, Poe? --pregunto Bradshaw--. El olor es retrospectivo. Ya ha ocurrido. Poe agradecia su intento de distraerle: creia que a ella le servia tanto como a el. Y habria funcionado si no hubiese empezado a oir un zumbido. Miro hacia el foso. Los cuerpos parecia que se movian. Sabia que solo se trataba de una ilusion. Eran moscas. Millones de rechonchos moscardones dandose un banquete con su rancio botin. Poniendo huevos. Al cabo de pocos dias, el foso estaria lleno de gusanos. --Puedes quedarte en el coche si quieres, Tilly. Bradshaw nego con la cabeza y endurecio la expresion. Parecia decidida. Ella habia venido para quedarse. Una mujer alta se separo del grupo. Tenia el pelo corto y oscuro, y los ojos mas verdes que Poe habia visto jamas. Se llamaba Jo Nightingale y ya habian colaborado en varios casos. Esa mujer era uno de los pocos policias que respetaba. --Cuanto tiempo, Poe --dijo--. ?Que hay, Tilly? --Hola, comisaria Nightingale. --?Sigues intentando que Poe deje de comer como un adolescente? --?Que ha pasado, jefa? --pregunto Poe, queriendo evitar otra conversacion sobre pan blanco. Ella senalo el hoyo. --Esta es la fosa numero catorce. Estaban haciendo un control rutinario de la tierra en la zanja interceptora, una especie de foso alrededor de la fosa, para monitorizar la bioseguridad y la calidad del agua, y detectaron una rotura. --Y eso significa... --Que la fosa tiene una fuga. --?No estaban selladas? --Si. --Pero tiene fugas... Creia que estas cosas eran impenetrables. Nightingale se encogio de hombros. --Se supone que lo son. DEFRA utilizo revestimientos de arcilla geosintetica en ellas. De medio metro de grosor. La fosa tiene sumideros y zanjas de desague. Pozos de perforacion para comprobar el nivel freatico. --Pero ?ha fallado?

  • La mano de Fatima de Ildefonso Falcones

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    En la opulenta Cordoba de la segunda mitad del siglo XVI, un joven morisco, desgarrado entre dos culturas y dos amores, inicia una ardiente lucha por la tolerancia religiosa y los derechos de su pueblo.

  • La increible y triste historia de la candida Erendira y de su abuela desalmada de Gabriel Garcia Marquez

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    Novela corta o cuento largo escrito por Gabriel Garcia Marquez en 1972, no fue publicado sino hasta 1978. La candida Erendira y su abuela desalmada personifican la inocencia y la maldad, el amor y su perversion, y el relato recuerda al mismo tiempo las gestas medievales y los cantos provenzales o trovadorescos, aunque, como siempre, inmersos en ese mundo denso y frutal del Caribe americano. Otra obra maestra de este premio Nobel de literatura.

  • Te amare por siempre (La chica de Indhira Jacobo

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    Arrastrando los pies llego a mi casa. Me duele la cabeza y me siento el cuerpo pesado. Una vez mas agradezco a la virgencita que no hay nadie, mi hermano no ha llegado del trabajo, confirmo la hora y me doy cuenta que tengo tiempo para ducharme y acostarme a dormir. No quiero tener que enfrentarme a un interrogatorio, por lo menos no hoy. Necesito una aspirina con urgencia, !mierda! Ni siquiera se si puedo tomar una maldita aspirina. Al llegar al bano, me miro en el espejo, estoy palida, tengo los ojos rojos e hinchados. No me reconozco y no me gusta mi reflejo. Siempre he sido amante de los banos despues de un dia agotador para relajarme, hoy tengo ganas de tomar una ducha rapida que acabe con todo. <>. Porque no solo me duele el cuerpo sino que tambien me duele el alma. Me desvisto y meto debajo del chorro de agua caliente y nuevamente las lagrimas me asaltan. Quiero parar de llorar pero las lagrimas siguen cayendo, parece como si tuvieran vida propia. <>. --"fue algo de ultimo momento" --dijo. --Ultimo momento, !una mierda! --grito--. Te casaste porque quisiste. Preferiste escogerla a ella y destrozarme la vida a mi. Varios sollozos se escapan de mi boca y las fuerzas me abandonan. Poco a poco me deslizo contra las baldosas y me dejo caer en el piso de la banera. Encojo mis piernas, las rodeo con mis brazos y escondo mi cabeza entre las rodillas. Me quedo bajo el chorro de agua caliente pensando en todo lo que ha pasado en estos ultimos meses. En como ha cambiado mi vida. Yo que siempre fui una persona precavida, inteligente, que intentaba evitar cualquier tipo de problemas. No entiendo como me meti en algo que no iba a poder manejar. Sabia que estaba mal, pero no supe detenerme a tiempo. Mi cabeza siempre supo que el no la dejaria, pero mi corazon escogio creer en el. Puede que sea la romantica que llevo dentro que penso que se quedaria conmigo como en las telenovelas o en los cuentos de hadas. ?Quien en su sano juicio iba a dejar a una rica heredera que le permita entrar en la crema y nata de la sociedad italiana? Nadie, y mucho menos para estar con una simple empleada que apenas esta comenzando en el mundo. Salgo de la ducha cuando ya se ha acabado el agua caliente y tengo las manos arrugadas, me pongo la pijama, me meto en la cama y vuelvo a llorar. Lo ultimo que recuerdo antes de caer rendida es que mi vida es una mierda y que soy la persona mas infeliz en la faz de la tierra. --!Hey! --escucho que alguien me llama mientras me dan palmaditas en el hombro. Abro los ojos y me encuentro con la mirada de preocupacion de Alex, la misma que me ha lazado en los ultimos dias cada vez que nos vemos--. Despierta dormilona. --!Hola! --lo saludo con la voz ronca. Tengo la garganta reseca--. ?Hace cuanto que estas en casa? --Hace una hora mas o menos. Solo he venido a banarme y por un poco de ropa, este fin de semana me quedo con Michelle y no queria marcharme sin hablar contigo --me dice mientras me incorporo. Miro por la ventana de mi cuarto y ya ha oscurecido. --?Que hora es? --Son pasada las ocho. --?Que ocurre? --Nada solo que casi no te veo y queria saber como van tus cosas --se interesa al mismo tiempo que me examina como si fuera un bicho raro bajo un microscopio. --No hay mucho que contar todo esta como siempre. Mi hermano resopla. --Como siempre significa que sigues sin alimentarte como es debido, estoy muy preocupado Adri cada dia estas mas delgada, parece que te estas consumiendo desde adentro. No puedes seguir asi. Tienes que ver un medico. --Fui a ver un doctor --respondo a la defensiva, un poco mas alto de lo que deberia e inmediatamente me pincha la sien. Cierro los ojos, me llevo los dedos al lugar de mi molestia y masajeo en pequenos circulos--. Me ha dicho que tengo problemas de tiroides y que por eso estoy perdiendo peso. <>. --Me alegra escuchar eso. ?Por que no me comentaste que irias a verlo? hubiera sacado un tiempo para acompanarte. Se acomoda a mi lado y apoya la cabeza en la cabecera acolchada de mi cama. Abro los ojos y me asalta la culpa. Alex siempre se ha preocupado y ha cuidado de mi, me duele no poder contarle la verdad. --?Que mas te dijo? --me pregunta y me entra panico, de repente tengo miedo de que haya percibido mi angustia. --?Que te hace pensar que me dijo algo mas? --Por favor Adriana, no hay que ser medico para saber que no te encuentras bien, ?Es que no has visto lo palida que estas? Algo mas has de tener a parte de ese problema de tiroides --dice y el tono es demasiado alto para mi cabeza. Me acaba de llamar por mi nombre muestra de que esta hablando en serio y que no esta para juegos. --Tambien ha dicho que tengo anemia --miento descaradamente--, debo tomar unas vitaminas y por favor baja la voz que me duele la cabeza. --Lo siento no quiero ponerme pesado pero entiendeme, estoy muy preocupado por tu salud --ladea la cabeza y me mira detenidamente--. Le dije a mami que cuidaria de ti y ultimamente siento que no te he dedicado el tiempo necesario. --No seas exagerado Alexander que no soy una nina --me quejo con cierta irritacion--, es solo una anemia y pronto estare bien. Me mira sin estar del todo convencido, asi que me apresuro a decir suavizando la voz: --Te lo prometo. Me estudia con sus ojos grandes durante unos segundos hasta que finalmente asiente con la cabeza. --Tambien te desperte porque tengo que comentarte algo. Ahora es mi turno de observarlo cautelosamente. Conozco esa mirada y por lo general viene acompanada de algo que no me va a gustar. --Michelle no deja de quejarse que casi no nos vemos, como ultimamente estoy saliendo tarde del trabajo, a veces hago doble turno; solo la veo los fines de semana. --Aja. Tomo un hondo respiro y retengo todo el aire de mis pulmones. --Pues que me ha propuesto irnos a vivir juntos --dice y su tono de voz deja entrever que hay algo mas importante aun. Vuelvo a respirar mas tranquila. No es lo que esperaba que dijera pero teniendo en cuenta que llevan saliendo juntos tres anos no es algo que me sorprenda. --Felicidades. Lo miro a los ojos y le digo con toda la sinceridad de la que soy capaz a pesar de mi falta de entusiasmo. Michelle es una excelente muchacha, muy bien criada, estudiante de medicina y lo que es mejor aun, esta loca por los huesitos de mi hermano. --Me alegro mucho por los dos. --Bueno aun no le he dicho que si, le dije que tenia que comentarlo contigo primero. --?Conmigo? --inquiero sorprendida--. Si me estas pidiendo permiso de una vez te digo que no me molesta que se venga a vivir con nosotros; la casa es grande, es mas hasta sobra espacio. Conozco tan bien a mi hermano que por la forma en que arruga la nariz, demostrando asi su nerviosismo y la manera en la que sus ojos se mueven, me da a entender que esta escogiendo cuidadosamente sus proximas palabras. Eso hace que me ponga nuevamente en alerta. Presiento que no me va gustar lo que me dira. --He estado pensando que deberiamos vender la casa... --dice bajito--... y mudarnos a un apartamento mas pequeno y mas cerca de nuestros respectivos trabajos. <>. --!?Mudarnos!? --casi grito. !Que horror! Me siento totalmente erguida, giro un poco el cuerpo y lo miro escandalizada-- ?Quieres mudarte del lugar donde hemos vivido toda la vida? <>. Eso no. !Joder! No ahora. Cuando crees que tu mundo se esta desmoronando viene tu hermano mayor y te lanza una bomba de ese calibre. !Dios! ?Pero que es lo que esta pasando?

  • La maldicion Silach de Antonio Martin Morales

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    Las almenaras recitaban en alto poemas de fuego, cuando Lord Veleron irrumpio en el palacio del Rey Tendon de Vestigia. Concluyeron las plegarias fabuladas a los dioses, despues de la gran cena en el salon de embajadores. Rilmor, capitan que ejercia como jefe de armas de la casa de los Veleron, acompanado de tres de sus mejores hombres, mostro sus credenciales a los custodios de la puerta del gran salon. Los acordes de las arpas y las gargantas finas de los juglares se apagaron cuando Rilmor entono la presentacion ostentosa de su senor. --!De las tierras del Este, de la region del gran Valle de Lavinia, el noble hijo de la casa Veleron, mi senor y mi protector: Rolento Veleron, hace acto de presencia! El noble cruzo en ese momento el gigantesco porton,_ a paso ligero, ruidoso, hasta arrimarse a la gran mesa. Se detuvo en la distancia prudente para que todos los comensales pudieran verlo. Ataviado con armadura de combate, levanto murmullos por doquier. Hablo el Rey y los demas guardaron silencio. --Amigo Rolento, tu visita es grata e inesperada... ?Que esconden tus ojos apenados? Ese rostro no corresponde a tu afamada tranquilidad -- pregunto directamente Tendon. Se detuvo el postre. Se paro el discurrir del vino y el paso de gargantas cuando Lord Veleron narro, sin tomar asiento, una historia terrible. A viva voz, sin la precaucion de pedir audiencia privada con el Rey Tendon, parecia al borde de la locura pronunciando estas palabras: --Traigo el corazon destrozado por los terribles acontecimientos que sucedieron en mi casa no hace ni cinco dias. En la noche mas apacible que los dioses nos han regalado, durmiendo placidamente resguardado en mi castillo, rumores picotearon la tranquilidad. Me desvele con la sensacion precipitada de abandonar la cordura. Asomado a la balconada de mis dependencias, vi a varios de mis hombres correr en el patio interior del palacio, sombras agitadas, escuche gritos, cristales rotos, metales cruzados en combate, sonidos que acompanan a la muerte rebotaban en los muros de mis dependencias, como si el pasado volviera para recordarme las manchas de sangre en mis propias manos. Corri por los pasillos tratando de averiguar por mi mismo lo que sucedia, alarmado ante aquellos estruendos. Jamas, ni en la peor de mis pesadillas imagine que... Rolento hizo una pausa, trago saliva como alfileres, mientras los invitados del Rey lo miraban con los ojos hinchados de sorpresa, sin mover un musculo, sustraidos por el encantamiento de aquella noche ominosa que el noble describia. Rolento ahora desgarro con sus manos el aire gritando... --!Despedazaron a los guardias! Yo luche a vuestro servicio en la Gran Guerra y jamas vi semejante destrozo. Las visceras de algunos de los moribundos... !las habian esparcido por el suelo, hasta amontonarlas como si fueran reses cuarteadas! Las puertas de mi castillo permanecieron cerradas. Sus muros son fuertes y altos y no sirvieron para contener la entrada de esos salvajes. No hay cuerdas ni escalas. No se si tuvieron tiempo de llevarselas o si encontraron otro medio para saltar dentro. No queda un solo hombre vivo que mantuviese combate con ellos. Los demas vieron muertos, escucharon ruidos y cuentan locuras... !locuras! No robaron nada, pero vinieron a por mi tesoro mas preciado. Se llevaron a mi hijo, Patrio, matando a cualquiera que se interpuso en su camino. De nuevo otra pausa en su discurso. Esta vez sombria y dolorosa como el luto de un heroe. --Agarre mi espada, mi peto metalico, convoque a mi guardia y sali en busca de fantasmas ensillando mis mejores caballos. Segui las pistas de la muerte pues, en las cercanias de mi palacio, cometieron los intrusos los mas abominables crimenes. Logre averiguar que eran diez o doce caballos y un carromato. Pero despues de perseguir el rio de muerte, todo rastro se perdio. En las estribaciones de mis tierras ya no podia estar seguro de cual fue la direccion que tomaron. Ocultaron bien sus huellas. Supieron escoger bien su retirada. Y mi pobre y bello hijo ahora esta a merced del capricho de esos asesinos... El llanto de un padre asolaba las oquedades del palacio real. Las llamas de las chimeneas eran el unico acompanamiento a sus lamentos. La voz del Rey se deslizo entre sus sollozos. --Destino funesto el vuestro, querido amigo. Manana en la madrugada trataremos ese asunto en reunion de gobierno... --Mi senor, mi sabio monarca. --Ahora Rolento Veleron se arrodillo y ese gesto provoco murmullos de condolencia--. Suplico varias informaciones inmediatas, si alguno de los presentes posee algun rumor, alguna presuncion sobre tan desdichado acontecimiento. --Lord Veleron espero y ninguno de los que alli habia invitados tuvo algo que decir--. Imploro que partan emisarios a los pasos fronterizos con Nuralia, que recaben informacion sobre cierto contingente de hombres, a caballo y a pie, y sobre todas las cosas, ruego permiso de su majestad para enviar un grupo de rescate a la vasta Nuralia y traer de vuelta a mi divino hijo Patrio. Entre los comensales se instalo un rumor de comentarios a media voz. El Rey, en ese momento, cambio su semblante apacible y trepo en su asiento hasta la postura erguida de quien atiende asuntos serios, abandonando la placidez del agotamiento del final de una cena copiosa. Su esposa, la reina Itera asistida por tres damas de compania, se retiro a sus aposentos despues de dar sus condolencias al recien llegado. --Seria una imprudencia absurda enviar hombres armados a Nuralia -- intervino Rosellon, quien fuera General de los ejercitos y a quien ahora el Rey habia empleado como consejero personal--. Comprendo la horrible pena y la incertidumbre que lo han animado a venir aqui, pero le recuerdo a nuestro querido amigo Rolento Veleron que, en los tratados de paz firmados tras la Gran Guerra, se prohibe expresamente la incursion de contingentes armados, mas alla de la escolta minima de los diplomaticos con salvoconducto real. El capitan de la guardia de Lord Veleron se ayudo de sus hombres y arrojo al suelo un brazalete metalico y un punal que, al estrellarse en la pulida piedra oscura desprotegida de tapices, produjo un escandaloso estruendo. --!Encontramos pruebas de que nos atacaron hombres armados de Nuralia! !Ellos han roto el tratado! --grito Rilmor. --Senores --ahora fue el Rey quien tomo la palabra--, permitid que despida a mis invitados para que podamos tratar este asunto. El desfile de graciosos vestidos y capas elegantes parecia interminable para besar la mano del Rey antes de enfilar la gran puerta y salir silenciosamente. La mayoria comentaban cosas como <>, cuando pasaban junto a Rolento. A el no lo besaban suponiendo que no estaba ahora para rituales afectuosos... Los esclavos y esclavas de palacio se afanaban en desmontar las mesas y retirar la abundancia de desperdicios. Provocaban cierta aversion al contemplarse en los platos, frente a las sillas vacias. Mas tarde, en privado, el Rey abrazo al noble y le dio muestras de comprender su dolor. Rosellon, implacable en sus consejos, seguia argumentando que jamas se deberian romper los tratados por muy lamentable que fuese el suceso; que debia llamarse a consultas al embajador de Nuralia y exigirle que su Rey persiguiese a los culpables. Antes de marcharse, el Rey sosego la inquietud de Lord Veleron, a solas, sin consejeros ni escolta, de hombre a hombre. Rolento Veleron financiaba con su fortuna los intereses de la corona, pagando abultados impuestos comerciales por su exportacion de aceite a Plubea, y albergaba en sus tierras un gran contingente armado sumiso a la orden real de los Caballeros Rojos de Vestigia. El Rey y el noble se arrimaron a la enorme chimenea del salon. Hipnotizado por las llamas, Tendon hablo asi. --Rosellon expone bien las razones Rolento, pero comprendo el dolor que debes sentir. Jamas podre respaldarte publicamente; sin embargo, te preparare un salvoconducto especial, asi la entrada de tus hombres en Nuralia sera posible. Si alguna vez fuesen apresados esos hombres, si acaso se pidieran responsabilidades argumentare que es falso ese documento y que, dejandote llevar por la pasion de padre, infringiste la Ley. Seras multado en Vestigia y en Nuralia y habras de responder con un porcentaje de tus negocios a la multa, asi que ten cuidado de actuar con discrecion en Nuralia, no queremos mas guerras, no sirven mas que para matar hombres. Las voces, copiando la tiritera de las llamas, rebotaron en las piedras oscuras del salon, y llegaron a oidos de un hombre que escuchaba en la oscuridad...

  • La cocinera de Oak Farm (Oak Hill 3) de Marian Viladrich

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    Tercera entrega de la serie <>, iniciada con La chica de su hermano y Regreso a Oak Hill.

  • Tristeza de los citricos de Liliana Blum

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    Sabado al fin. Lucia se levanto de la cama con ese pensamiento y una sonrisa. Las ensonaciones que acumulo en su mente durante todos los otros dias iban a tomar forma al fin. La semana habia sido eterna. Asi eran todas desde que conocio a Marcelo. Camino por el pasillo rumbo a la cocina, moviendo un poco las caderas al ritmo de una musiquita dentro de su cabeza. La casa olia a encierro: abrio la ventana que daba al patio y el jardin. Se habria fijado en el polvo acumulado en el alfeizar, pero algo mas capturo su atencion. Una de las macetas parecia haber sufrido un ataque con granada: sus entranas de tierra expuestas, fragmentos de planta y trozos de barro yacian dispersos por los adoquines. No eran ni las ocho de la manana. Sin pensar, su dedo indice fue a posarse sobre el lagrimal para quitarse una lagana: tardo unos segundos en procesar la totalidad de la escena. No era muy buena para la jardineria, pero intentaba mantener vivas las plantas en las macetas mas bonitas que podia encontrar: un ama de casa se valora por la limpieza de su hogar, el cuidado de su jardin y el buen cuerpo a pesar de los hijos. Por la brutalidad de la imagen no habia advertido en primera instancia al Capitan Capibara, pero el grito de Eloisa la arranco de tajo de aquella mezcla de indignacion e incredulidad ante el destino de las violas. Se sorprendio por encontrar a su hija alli. ?Por que le afectaba a ella la tragedia de aquella planta si la unica preocupacion de la nina a esa hora era ver Discovery Kids? Aquello era tragedia para senoras de cierta edad. Su abuela solia decir que una maceta rota en la manana era presagio de un mal dia que solo empeoraria a medida que corrieran las horas. Pero Lucia no era supersticiosa, sino pragmatica. Aquello solo significaba mas trabajo para ella. Las caritas formadas por las motas de los petalos regadas entre la tierra contribuian a dar el efecto de una masacre. Cerro los parpados y se convencio a si misma de que ese accidente no podia arruinar su sabado: nada que no pudiera resolverse con una visita al vivero, una escoba y un recogedor. El sabado era el mejor dia. Algo tan nimio como eso no cambiaria sus planes. Abrio los ojos y percibio el cadaver del cobayo. Extendido tras una tortuga de barro que albergaba a las dalias, con la cabeza destrozada por detras, parecia llevar una corona de cuajos de cerebro y sangre. Comprendio al fin el grito de su hija que, aullando, tiraba con fuerza de su ropa, como si quisiera castigarla a ella por la muerte de su mascota. ?Le daria tiempo a limpiar aquello antes de su cita? II Un, dos, tres, cuatro... y cinco. Lucia conto despacio, con parsimonia, antes de cortar el chorro del aceite y poner el sarten sobre la flama. Vertio todo un tramo de chorizo hasta verlo expulsar su propia grasa rojiza sobre el teflon. Luego de unos minutos, cuando el aroma inundo la cocina, fue rompiendo uno a uno los cinco huevos para incorporarlos. El desayuno tan bellamente dispuesto frente a el provoco en Cesar esa expresion de gula que ella conocia muy bien: un vaso con medio litro de jugo de naranja, una taza de cafe con leche, cinco tortillas de harina y los huevos con chorizo, brillantes como charol. Lucia lo miro engullir aquello desde la puerta de la cocina. El doctor le habia prohibido grasas, azucares y alcohol, ademas de haberle ordenado una vida menos sedentaria. Prediabetico, hipertenso, con mas placa en las arterias que un hombre del doble de su edad, el candidato ideal para un infarto. Pero su marido no daba indicios de entender los riesgos de ignorar las recomendaciones medicas. ?Por que, entonces, le habia preparado Lucia aquel desayuno? Era obvio: no lo queria y le daba igual lo que le pasara; aun mas, si se moria pronto por comer asi, mejor. No. No era cierto. Lo hizo porque lo amaba tanto que no podia negarle nada, porque lo respetaba y sabia que era un adulto capaz de tomar sus propias decisiones, y no queria actuar como si fuera su madre. Regreso a la cocina. El reloj con silueta de cafetera de la pared parecia estatico. Se volvio a sentir como en la primaria, contando los minutos para salir de clase. Comenzo a preparar un huevo estrellado y sirvio un vaso de leche con chocolate para Eloisa. Cuando escucho la voz de Cesar, estaba a punto de ponerle unos ojitos de catsup a la yema. --?Por que esta llorando la nina? Lucia enderezo la espalda y respiro hondo para controlarse: le crispaba que Cesar se refiriera asi a su hija, sobre todo porque Eloisa estaba sentada frente a el en la mesa. ?No podia preguntarle? Desde la barra de la cocina, ella grito como si estuviera muy lejos: --Elo, dile a tu papa que paso. Lucia termino de pintarle una boca a la cara amarilla y decoro las orillas con picos rojos para simular un sol. Le puso un popote al vaso y contemplo su obra: podrian decir lo que fuera de ella, pero nunca descuidaba a su hija. Al contrario, detalles como este hacian que Eloisa diera grititos de alegria y se colgara de su cuello para decirle que era la mejor mama del mundo. Pero hoy el esfuerzo se veria neutralizado por la muerte del roedor vegetariano que la esclavizaba obligandola a cortar dos veces al dia trozos de apio, zanahoria y lechuga para alimentarlo. --Mataron al Capitan Capibara, papi. La voz de Eloisa se quebro; la nina sorbio mocos y luego uso el dorso de la mano para limpiarse. Lucia entro en ese momento y puso el huevo-sol frente a su hija. Cesar hizo contacto visual con ella, esa expresion patetica de perfecto inutil, como siempre que no sabia como actuar con Eloisa. Con el paso de los anos, ambos habian llegado a perfeccionar aquella comunicacion no verbal hasta llegar a niveles insospechados: incluso a veces podian mandarse al carajo con un simple gesto, o incluso un suspiro con la fuerza adecuada. Se acerco para recoger la taza vacia de su marido y le susurro: --El cuyo --luego, en voz mas fuerte--: voy a traerte mas cafe. --?Que le paso al cuyo, mija? --pregunto el con falsa seguridad. --Tenia la cabeza toda explotada por atras. --La nina se cubrio la cara con las manos y se solto a llorar--. Solo tenia su carita... Lucia contuvo el aliento por unos segundos haciendo acopio de paciencia. Tras descubrir el cadaver, le habia tomado casi media hora hacer que su hija dejara de llorar y ahora estaba chillando otra vez. ?Podria volver a calmar a Eloisa y aun asi llegar a tiempo a su cita? --?La cabeza, dices? --Cesar introdujo un tenedor lleno de huevo en la boca y ella rogo a los cielos que no continuara hablando mientras masticaba. ?Pero cuando han escuchado los santos las plegarias de una esposa?--. Si le arranco la cabeza, entonces fue un cacomixtle --dio un trago a jugo de naranja--. No hay duda. El hombre masticaba y discurria al mismo tiempo sobre los habitos depredadores de esos animales. El ruido de la comida triturada, la saliva haciendo su parte en el proceso de deglucion y la mandibula moviendose obligaron a Lucia a recoger rapido algunos trastes usados y volver a la cocina en busca de refugio. Era repugnante. Quisiera pensar que si de novios lo hubiera visto hacer algo asi, jamas se habria casado con el. ?Estaba ciega? ?O a partir de cierto tiempo a el dejaron de importarle los modales? Al menos Eloisa ya habia dejado de llorar y escuchaba con interes la informacion sobre el asesino del Capitan Capibara. Lucia abrio el grifo para lavar los trastes. Mezclada con el sonido del agua, llegaba a sus oidos la voz de su marido describiendo el modus operandi de los cacomixtles. El olor a huevo del sarten le provoco nauseas y tuvo que verter un chorro de cloro en gel en el recipiente del jabon. Eso arruinaria la suavidad de sus manos; tendria que usar una buena crema para revertir el efecto. Era sabado y necesitaba que su tacto fuera el mas terso del mundo. III Consulto su telefono: faltaba una hora para el inicio de su primera clase. La de reposteria habia sido recomendacion de su mama y la de natacion, de la suegra. El camino al corazon de un hombre es a traves del estomago, habia dicho su madre, una de las mujeres mas ingenuas que Lucia conocia. Tal vez por eso creia que usar refranes populares era el mejor vehiculo para transmitir la sabiduria. Como las parabolas de Jesus a sus discipulos, decia con una mano en la cintura y la otra tocando el crucifijo que pendia de su cuello. Parecia una taza: una taza muy devota. La suegra, en cambio, abatida por la obesidad y la diabetes, era menos religiosa y mucho mas pragmatica. Una tarde, durante una comida familiar, se habia acercado a su nuera para apretarle con el indice y el pulgar una lonja sobre la cintura. <>. Lucia la contemplo como si no creyera lo que habia oido: ?como se atrevia a decirle algo asi, ella, que parecia una ballena? Entonces, como si fuera psiquica, la suegra agrego: <>. Luego exhalo: se agitaba por cualquier movimiento, hasta por hablar. El papa de Cesar no volvio a tocarme desde que me puse asi. Lucia habia comenzado a apilar los trastes para llevarlos al fregadero. La senora la seguia del comedor a la cocina, esperando una reaccion, pero ella apreto los labios y tenso la quijada en directa proporcion a como se sentia ofendida. <>. En ese instante, las dos hicieron contacto visual. Sus ojos parecian decir: sabes a lo que me refiero. Metio en su maleta deportiva traje de bano, gorra, toalla, goggles, y un estuche en donde guardaba el champu, jabon, desodorante, crema corporal y perfume, luego puso su delantal y una cofia en una bolsa de plastico que guardo junto con lo demas. Frente al espejo, sumio el vientre. Eloisa se quedaria en casa con Cesar un rato, pero mas tarde el la dejaria con alguna de las abuelas, que se peleaban por cuidar a la unica nieta en ambas familias. Los sabados por la tarde el jugaba futbol con sus amigos. Aunque aquello sonaba como una actividad atletica, en realidad se trataba de un partido en el que todos los jugadores, panzones y con calcetines que les cubrian las pantorrillas, se quedaban parados lanzandose pases mediocres con la pelota. Si alguno llegaba a correr, era solo por unos diez o veinte metros antes de parar y encorvarse para recuperar el aliento con las manos apoyadas en las rodillas. Media hora despues llegaban a la conclusion de que ya habian hecho suficiente ejercicio y buscaban una sombra, abrian la hielera y sacaban las cervezas. En el hipotetico caso de que alguno hubiera llegado a quemar alguna caloria, la recuperacion del partido los hacia volver a su casa mas gordos que al salir a la cancha. Pero eso si: la culpa habia sido de Lucia y sus kilos de mas por el embarazo; sus estrias y la grasa extra en su cuerpo habian provocado que Cesar le fuera infiel. Como si las gallinas fueran responsables de que las degollaran por tener plumas. Era estupido. No tenia logica. Y sin embargo, esa habia sido su excusa. Termino de quitarse la ropa y la arrojo con fuerza al cesto de mimbre en el bano. Desnuda, tomo la crema depilatoria y se agacho para untarla en sus piernas. Un olor quimico y punzante impregno sus pulmones. Esta sustancia no podia ser buena, pero no tenia tiempo ya de depilarse con cera caliente. Eloisa asomo su cabecita por la puerta del bano: --Mami, ?vamos a comprar otro cuyo? Doblada hacia el frente y con las manos embadurnadas de blanco, Lucia tuvo una vista privilegiada de las lonjas de su vientre y de sus pechos colgantes. Penso en las perras callejeras. Se irguio de inmediato y succiono aire antes de enfrentarse con el espejo para comprobar que aquella imagen era reversible con tal solo cambiar de posicion. Estoy hecha una vaca, penso. No hablo en voz alta porque la psicologa de la escuela les habia advertido que los comentarios vengativos sobre el cuerpo moldeaban las mentes de las ninas. Un futuro de anorexia, bulimia y frustracion perpetua las esperaba si escuchaban a sus madres denostar sus propias figuras. --Vamos a ver, mi amor. --El reloj indicaba que ya habian pasado los tres minutos requeridos. Tomo el rastrillo sin filo para remover la crema--. Si va a andar libre en el jardin como el otro, lo va a matar tambien ese animal. --Se llama cacomixtle. --Habia un cierto aire de superioridad en la vocecita de su hija. Le fascinaba poder corregir a su madre--. Pero puede vivir en una jaula. --Eso, el cacomixtle. --Lucia enjuago el rastrillo en el lavabo y vio caer grumos de crema y vellos negros--. Si lo ponemos en una jaula se va a morir de tristeza. Eloisa puso cara de compungida, como siempre que estaba a punto de hacer un berrinche. Maravilloso. ?Por que no podia ir a importunar al papa que no estaba haciendo nada? Su marido le habia sido infiel con la asistente del contador que llevaba las cuentas de su microempresa. El idiota habia cerrado la ventana del navegador, pero sin salir de su cuenta de correo electronico, una direccion que Lucia desconocia. A la hora en que se sento a revisar sus mensajes en la computadora familiar, se encontro con la bandeja abierta y una carta no leida. Era una carta de amor cursi y con pesima ortografia. Cuando Cesar regreso del trabajo hubo gritos e incluso algunos ridiculos punetazos que lanzo Lucia y que el neutralizo sin problema tomandola de las munecas. Mientras montaba su escena, Cesar se defendia diciendo que no era su culpa que ella hubiera perdido interes en el sexo y que lo tuviera abandonado, ocupada a tiempo completo con la bebe. Eso, sin mencionar lo mucho que habia engordado durante el embarazo. --Elo, no llores. A lo mejor compramos un gatito. --Se acerco a la nina y le acomodo el cabello detras de las orejas--. O tal vez un cachorro que no vaya a crecer mucho. La carita infantil se ilumino con aquellas palabras y Lucia no pudo dejar de experimentar un estrujamiento en el corazon, un dolor bueno, tierno. Si por atender a esta criatura el cerdo de su esposo habia corrido a los brazos de esa puta, bien habia valido la pena. Con el tiempo, la terapia, la inercia y las intervenciones de su madre y suegra, que terminaron enterandose, el matrimonio se habia repuesto de aquel <>. La infidelidad habia sido un episodio del pasado, como aquella vez que la lavadora se descompuso o ella olvido sacar un pollo del horno y la cocina quedo apestando a quemado durante dias. Pero no habian dado los pasos necesarios para resolver el problema de fondo. Solo lo guardaron al fondo del closet, como los regalos que no gustan pero no se pueden reciclar. Lucia no lo perdonaria nunca. --?De veras, mami? --Si --Lucia se puso un sosten que le aumentaba el busto un par de tallas y que la hacia parecer una paloma golona. Analizo su cuerpo desde varios angulos y se puso perfume en la y griega que se le formaba entre los pechos rebosantes--. Aunque papa no quiera. IV Lo que Lucia tenia con Marcelo era sexual. Tras conocerse, nunca se habian visto fuera del motel: jamas habian compartido una comida o ido al cine. No conocian a ningun miembro de sus respectivas familias y nunca irian juntos al supermercado. Ella no le traeria a la cama un remedio para la gripa ni el la veria recien levantada y sin maquillaje. Ningun futuro. Solo sexo. Marcelo la hacia sentir ligera, sin peso, radiante incluso, como una medusa que flota en el oceano y no piensa nada porque no tiene cerebro. Al volver a casa tras estar con el, Lucia permanecia varias horas suspendida en esa ingravidez deliciosa, como cuando de nina patinaba durante horas y al quitarse los patines tardaba en adaptar de nuevo sus pies al piso. Encendio la luz: siempre la sorprendia la distribucion de los muebles, que podia variar de un cuarto a otro; el kit de condon, champu, jabon y pastillas de menta sobre el lavabo; la regadera de paredes transparentes, visible desde la cama. El aroma a productos quimicos queria enmascarar los olores sexuales de las parejas que habian estado alli, pero a ella le parecia que mas bien los exaltaba. Marcelo bajo la hielera del carro; saco una cerveza para el y una bebida preparada de lata para Lucia. Si las rutinas de su vida domestica le resultaban tediosas, las que habia desarrollado con su amante la prendian: quedarse de ver cerca de la escuela de reposteria, dejar su carro alli y subir al de Marcelo, que la esperaba sonriente, oliendo a locion Calvin Klein y con una cara que la hacia sentir como si ella fuera lo mejor que le habia sucedido en toda la semana, manejar hasta el motel en las afueras de la ciudad, ponerse una gorra deportiva y lentes oscuros antes de entrar. Luego sexo por el tiempo exacto de sus clases de reposteria y natacion juntas, y regresar a casa banada, como si hubiese nadado. Pocas veces hablaban de camino al motel: apenas sobre el clima, si Marcelo habia tenido que esperarla mucho tiempo, la falta de fluidez en el trafico. Aunque el conocia la situacion de Lucia y la existencia de una hija (la cicatriz de la cesarea y las estrias eran imposibles de pasar por alto), no sabia detalles de su vida. Ya en el cuarto, el intercambio de palabras entre ambos se reducia a peticiones especificas o a indicativos de que algo iba bien. Entre ellos habia sexo y nada mas. Ese era el proposito del oasis. Lucia dejo la bolsa sobre el tocador y acepto la bebida que Marcelo le puso en la mano. Sentados muy cerca uno del otro, en la orilla de la cama, bebieron en silencio sin quitarse los ojos de encima. Necesitaban tiempo para pasar de sus respectivos mundos a este privado, como el pez angel que hace un ano le habia comprado a Eloisa. Segun el empleado de la tienda de mascotas, era necesario ponerlo en la bolsa de agua dentro de la pecera de la casa, y abrirla poco a poco. <>. Asi con ella: requeria un periodo para que su cerebro, pero sobre todo su cuerpo, supiera que ahora estaba con Marcelo. Al terminar su margarita, Lucia se sintio aclimatada al olor de Marcelo, a la textura de su piel. Se desvistieron sin ayudarse y se acercaron para cerciorarse de la realidad del cuerpo ajeno. Se besaron despacio al principio, pero a medida que se adentraban uno en el otro, sintio la urgencia de besarlo mas rapido y de modo casi violento, como necesitara devorarlo. Estaba acostumbrada a gritar muy fuerte cuando cada particula de su ser se estremecia con lo que ella solo podia definir como felicidad. Esta vez no pudo: ya estaba cerca, pero perdio el impulso a mitad del camino, igual que un jabon que se resbala entre las manos. Cambiaron de posicion varias veces y por fin fingio su orgasmo. ?Para que alargar el tormento? Poco despues, Marcelo se convulsiono debajo de ella con ese ruido animal y viril que a Lucia le parecia el sonido mas hermoso del planeta, pero que hoy estaba manchado de rencor. El si, pero ella no. Se dejo caer de espaldas sobre la cama, brazos y piernas extendidos como una estrella de mar, la vulva humedecida. El ambiente impregnado de su propio olor marino, del sudor de los dos, de semen, oscilaba sobre ellos como el Espiritu Santo en el libro de catecismo de su hija. Lucia giro la cabeza hacia Marcelo, que ostentaba ese gesto de agradecimiento y satisfaccion que tienen los hombres despues de eyacular. Cuando lo vio por primera vez, nunca imagino que terminaria asi con el, esperando a que el ritmo cardiaco se les normalizara y el sudor se secara en la piel mientras el cansancio del orgasmo les recorria cada fibra de sus musculos. Movio la mano hasta tocar la de Marcelo: entrelazaron los dedos y ella cerro los ojos. Se habian conocido en un negocio de insumos para oficinas y escuelas. Lucia hacia fila para sacar fotocopias; el revisaba unos mapas sobre el mostrador perpendicular a ella. ?Arquitecto? Marcelo la sorprendio mirandolo y le sonrio. Sin duda soltero. Tenia aun ese aire de osadia y ligereza de espiritu que nunca sobrevive a los primeros anos de matrimonio. Ella se sonrojo: hacia anos que no coqueteaba, anos tambien sin que un hombre la mirara asi. Al levantar la cara para darle al empleado el cuaderno con las recetas de la abuela para fotocopiar, se dio cuenta de que el seguia mirandola. Sin mas la invito a un cafe. ?Que encontro en sus ojos que intuia la posibilidad de que ella aceptara? ?O era algo que hacia con todas? No importaba. Habia aceptado de inmediato, sintiendo un calor intenso que la recorria completa. Era como una de esas comedias romanticas: se emocionaba a una distancia segura. Pero de pronto se habia convertido en el personaje principal, sentada en un cafecito con decoracion retro y frente a un hombre mucho mas joven que ella. Contra todos los consejos maternos y de revistas femeninas, tuvo sexo con el en la primera cita, si es que a eso se le podia llamar cita. Si se habia vuelto un personaje de pelicula cursi, una mujer que en realidad no era ella, ?que mas daba? La noche despues de haber estado con Marcelo por primera vez, Lucia paso por todos los estados posibles: feliz, angustiada, feliz, arrepentida, feliz, entusiasmada, feliz, avergonzada, feliz, con ganas de repetir. ?Pensaria el que era una puta que hacia eso con cualquiera? Tras varias vueltas sobre el colchon habia decidido que no importaba: nadie, salvo ellos, lo sabria. Ademas, si no la tomaba en serio, era irrelevante: ella ya estaba casada. ?No era ese el unico proposito de ser tomada en serio? Lucia se coloco a horcajadas sobre las caderas de el y le regalo la vista de su cuerpo entero. Coloco sus palmas abiertas sobre el pecho y jugo con esos vellos oscuros y gruesos. Quiso iniciar el sexo otra vez, pero no pudo. El deseo la habia abandonado y se sentia sin fuerzas, como un juguete sin baterias. El la jalo hacia si para besarla: ella correspondio sin ganas y fue evidente para los dos. --?Que pasa? Quien sabe si fuera el dia del mes (faltaba una semana para su periodo), o si en verdad la escena del cuyo la habia afectado mas de lo que pensaba, pero la tristeza ensombrecio su cara. Nunca habia sido buena para ocultar sus estados de animo: su desolacion era evidente. No hubiera querido contaminar este espacio, lo que sea que Marcelo y ella tenian, con el tedio de su otra vida, con sus problemas de ropa sucia, las fechas limites de pago, comidas balanceadas o como limpiar un dibujo con crayola de las paredes. Pero ante la pregunta de Marcelo, su cerebro no tuvo mas opcion que contarle lo que habia pasado esa manana: la maceta, el cuyo, el llanto de Eloisa, la actitud desesperante de Cesar, la culpa que la embargaba por haberse reunido con el cuando su hija se habia puesto tan mal. --?Que es un cuyo? Lucia puso los ojos en blanco por un segundo. ?Que pasaba con el vocabulario de los jovenes de hoy? --Es lo mismo que un conejillo de indias --intento que su voz no adquiriera el tono didactico que usaba con su hija. Marcelo tenia cara de no entender--. Los animalitos que usan en los laboratorios para experimentar... Tampoco. Los roedores no estaban en el repertorio de conocimientos de su amante. Iba a agregar que los cuyos eran un platillo muy apreciado en Peru, pero el ya estaba tocandole las tetas y no era precisamente agradable. --Basta --tomo las munecas de Marcelo--. No me estas escuchando. Vio la expresion de su amante: impaciencia, fastidio. Queria sexo y ella estaba hablando de sus sentimientos. Un parpadeo. El deseo de Marcelo de estar en cualquier otra parte. Quizas con una mujer de su propia edad, con preocupaciones de chica joven y sin hijos. Un segundo, pero alli estaba, era evidente. ?Lo habia arruinado todo? Un silencio incomodo se concentro en el aire, como la humedad pesada antes de una tormenta. Marcelo se puso de pie y comenzo a vestirse. --Quede de llevar a mi hermana al centro comercial. Tal vez la maternidad la habia vuelto mas sensible para detectar las mentiras, pero esta era la primera vez que Marcelo mentia y era tan estruendoso como un vaso que se estrella contra piso. Lucia sintio un malestar que se extendia por su cuerpo. Fingio consultar la hora en su celular y dijo que tambien debia irse. Se metio a banar y mojo su traje de bano en la regadera. Seco su cuerpo con la toalla que habia traido de su casa. Una puesta en escena para beneficio de su estabilidad conyugal.

  • Mis pensamientos por tu silencio de Henar De Andres Miguelsanz

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    Perder a alguien puede significar perdernos a nosotros mismos, dejar de buscar cualquier cosa porque todo se esconde en el dolor y es tan dificil salir de alli. Todo se ve tan oscuro… Tenemos tanto miedo que nos abrazamos a la tristeza como si esta pudiera ser nuestra unica salvadora. Y nos equivocamos. Llevamos toda la vida cometiendo errores porque creemos que todos y cada uno de los dias hay examen. Nos sentimos culpables por no haber podido hacer mas cuando quizas deberiamos haber hecho otra cosa. Nunca se sabe. Nunca nadie sabe nada. Y por eso, seguimos sorprendiendonos. Un dia, de repente, estamos fuera de todo eso que hablamos al principio. Esa persona que amabamos sigue sin estar, pero nosotros hemos vuelto. Quiza con ayuda de alguien. Quiza estemos dispuestos a arriesgarnos de nuevo y correr el peligro de perder a otro a alguien. Quiza, entonces, nos queramos, el uno al otro y a nosotros mismos.

  • La caida de Aquilae de Claudio Hernandez

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    Las huellas siempre quedan. El sol estaba radiante --como de costumbre-- en mi pueblo natal, bello y lleno de historia. Tengo el pulso debil y, fijate tu, he decidido escribir a mis ochenta anos. Pero creo que merece la pena. He indagado en la profundidad del corazon de mi ciudad y me he encontrado con tantos secretos que ni yo misma puedo ocultar. Ahora veo una montana a lo lejos, desde el cristal de mi ventana, y a veces, en la siniestra nube que parece un fuego elevandose hacia el cielo, me muestra algun que otro edificio. Los puneteros no han construido la Residencia mirando al sur, a la playa, al pico de la Aguilica. Hacia el castillo San Juan de las Aguilas, que sigue resistiendo siglos, imponente, desde lo alto de una pequena montana que se come el mar embravecido. Desde el reinado de los romanos, los piratas y los arabes. Siempre estuvo alli. Y la historia siempre ha existido. Pero las personas se van. Y yo. Yo quiero contaros la caida del Imperio romano de Aquilae y una bella historia de amor. Imposible, si. Pero cierta. Algo que supuso un punto y aparte en la Historia. Giro como una peonza y rompio muchos estatutos y normas. Pero al fin y al cabo era el amor imposible del capitan romano Inisio y la pobre esclava Sisha. Asi que voy a escribir como pueda, con estas gafas tan grandes y estos boligrafos tan pequenos. Esta es la historia. 2 Despues de todo, en el siglo III d. C. comenzo a florecer la cultura romana en Aguilas. Mientras que la legion --capitaneada por el cruel y despiadado Inisio, cual gladiador--nunca existio mas que para hacer reir a la gente de Roma, este hombre, de fortaleza descomunal y barba espesa, solo conocia la sangre en el filo de su espada: tan pesada como las posaderas de su caballo Romin. Un hombre que hacia sacar de quicio --en una burla-- al propio emperador de Roma, quien se habia acomodado en una cama de lustro, cubierta de sedas, al igual que Neron dos siglos atras, o Vitelio --cuyos nombres se habian lapidado en piedra caliza-- tras crear <>, con al menos cuatro bestias como valor para identificar su simbolo de poder. Eso era una legion, e Inisio estaba en otra. Pero mucho, mucho despues, envuelto en una gran nube de polvo y arena que los caballos, al galopar, lanzaban por detras, como las ruedas de los coches de formula 1 --algo nada comparable en esa epoca--, o quiza como un tornado en medio de una tierra seca, despues de su gloria, tras la caida de la Cartagena punica, tenia que cumplir su ultima locura. Porque todas su decisiones en el reinado de Aquilae eran puro terror. Conquistar Aguilas y matar a cuantos se resistieran. El anciano aguileno tenia la mano como visera sobre sus pobladas cejas, y, resoplando, dijo: --Se acercan. Y muy rapido. El anciano, con rostro oscuro y piel curtida por el sol, se dio media vuelta con el corazon fuera del pecho y camino cojeando hacia la multitud. El jolgorio era tal que podia confundirse con el galopante ruido de todo un batallon con siluetas, que crecia de forma amorfa. Podian verse los dientes de los caballos y de los romanos. Tan blancos y apretados como dos piedras una encima de la otra. El sol lucia en un cielo celeste; y, abajo, en la Tierra, todo era luz sobre la aridez de la arena. Pero pronto habria sangre. Tanta que Aguilas se teniria de rojo. El mar estaba zozobrando ante la llegada de aquellos monstruos y las algas quisieron escapar de las orillas hacia adentro para no degustar el sabor empalagoso de la sangre. El castillo seguia ahi. Imponente, y mirando con su ojo bizco. Habia sido reconstruido varias veces y en cada una de ellas le crecia un apendice. El ala este estaba ajena a todo el ajetreo, debido a que miraba hacia el otro lado del mar. Mucho mas lejos, y donde las olas no existian mas que cuando llovia una o dos veces al ano. El perturbador ruido crecia sin cesar, y en los oidos de aquellos pobres desgraciados se escuchaban los gritos de los soldados y los llantos de los ninos. Pero, sin duda alguna, eso no iba a ser el fin. 3 --?Esta usted escribiendo una poesia? --pregunto Ana, una de las auxiliares de geriatria. Yo la llamaba asi, porque dentro de este orden comunal habia tantos titulos y distinciones que me perdia, y al final acababa llamandolas por ese nombre, o por el de "mi medico". Alce la vista y la mire fijamente. --No es una poesia --respondi. Recuerdo que le mostre una leve sonrisa, pero albergando a la vez, dentro de ella, algo sordido y doloroso como la soledad y los recuerdos que se evaporaban como el humo de la lena en el fuego. Ella agacho la cabeza para mirar mi libreta. --Elena. Esto es una historia cualquiera --me dijo, al tiempo que se apartaba el cabello que la envolvia sus ojos. --No, claro que no. Es una novela historica --le explique, en un dia que tenia mal humor. <>, pense. Es por ello que querer recordar es despertar el alma adormecida y eso duele. Mucho. Agache la cabeza y pose literalmente mis ojos sobre aquellas letras irregulares --. ?Crees en el amor? --Si, claro --acucio ella. Se habia despertado la sonrisa tonta. Sin mirarla, me di cuenta de que mostraba todos sus dientes blancos. --No me refiero a follar --le dije, con total vehemencia. Desde luego que ese dia no estaba yo de muy buen humor, porque sabia que… Eso tenia una explicacion. Ella, alarmada y con los brazos en jarra mientras movia la cabeza como si la tuviera atada a un muelle, dijo: --Esas palabrotas no se dicen. --A mi me vas a ensenar --conteste, y por sorpresa sonrei un poco, pero lo cierto es que aquello me parecio mas un rictus malevolo. Si, era eso. --Claro, porque tenga cierta edad no significa que… --No significa que cuando usted haya venido, ?yo haya ido tres veces? Esta vez si la mire. Tenia unos ojos preciosos y sus labios estaban arrugados ahora, como dos morcillas de esas rojas, pisoteadas. --Bueno. Viendolo asi… --No se preocupe --le corte alzando mi mano izquierda. A traves de la luz del sol me di cuenta de que mis hematomas eran cada vez mas oscuros--. Le contare un secreto --menti. Ella se arrodillo ante mi como si quisiera pedirme la mano y, toda atenta, observandome con aquellos ojos celestes que nunca olvidare ni despues de mi muerte, me pregunto: --Y, ?se puede saber cual es el secreto? --Me case tres veces y yo mismo los envie a la tumba. Ella se llevo la mano a la boca. Sus unas estaban negras, o mejor dicho, se las habia pintado con esmalte negro. <>, pense. --Oh, lo siento. Sin duda alguna, estaba desconcertada la pobre. --Pero todo acabo bien --anadi con cierto sarcasmo, montado a lomos del tono de mi voz. Ella meneo la cabeza en sentido de nones. --Oh, vaya.

  • Tientame solo tu – Elena Montagud de Elena Montagud

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    Una huida a un lugar paradisiaco. Un regreso que jamas debio darse. Una traicion inesperada. Una mujer obsesionada que quiere recuperar lo suyo. Un hombre al que le gusta la sumision. Una mansion donde cualquier practica erotica es posible. Un peligro del que es dificil escapar. Dejate arrastrar por la tentacion.

  • Alfileres en el corazon de Erika Gael

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    --Disculpe, senorita, creo que me he equivocado de puerta. Despues de tres meses trabajando en el museo, Danielle necesitaba distracciones con urgencia, de las que habia anhelado cuando decidio cambiar su tedioso pueblo del sur por la alocada Nueva Orleans. Una distraccion como esa, por ejemplo. Clavo sus ordinarios ojos negros en el desconocido que se apoyaba en el quicio con indolencia. Le hizo una radiografia rapida. Pelo rubio, ojos azules, rostro anguloso, musculos por todas partes. Banda de cuero al cuello. Abrigo largo. Todo negro. Y --ooooohhh, siiii, ven con mama, bebe-- NewRocks[1] en los pies. Un autentico pura sangre de los que cabalgan por Decatur Street[2]. Le dedico su mejor sonrisa --su mas caliente sonrisa--. --Depende de que esperabas encontrar del otro lado. El desconocido le devolvio el gesto, ensenando una hilera de dientes perfectos. Habia que ser muy tonta para dejar escapar a un ejemplar del sexo contrario como ese. --Bueno, en realidad venia a hablar con Steph. Oh, claro, Steph. Todos venian a ver a Steph, pero no era algo que reprocharles. Melena rizada y cobriza, grandes ojos verdes, piernas de vertigo enroscadas como hiedras bajo la minifalda. --Steph no esta --aclaro con expresion compungida, casi de verdad--. Ha salido a tomarse un cafe. Y tarda mucho --anadio--. Mucho. Nunca he visto a nadie girar la cucharilla con tanta parsimonia. No te aconsejo que la esperes. El desconocido chasqueo la lengua. Parecia contrariado. --?Quieres que le deje tu recado? --se apresuro a ofrecerle--. Si rellenas este formulario con tu nombre, tus datos personales y tu numero de telefono, sabra quien ha venido y podra llamarte. Un suave aleteo de pestanas --cortas, si, pero tan utiles en casos de emergencia...-- acompano el movimiento de su muneca mientras le tendia un papel cualquiera, tal vez una hoja de reclamaciones, o incluso puede que fuera el ultimo recibo de la luz. Si es que los jefes tenian el valor de pagarle a la compania de electricidad por algo que no se consumia en el siniestro y oscuro Museo del Vudu. Unas cuantas letras y un par de tachones despues, el desconocido se largo por donde habia venido con una mueca suspicaz, y Danielle ondeo su tesoro para que se secara la tinta. Habia que ser redomadamente idiota para dejar escapar a un hombre como ese. Y ella no lo era. Corrio al establecimiento de la senora Laveau en cuanto termino su jornada laboral. Nueva Orleans bullia de excitacion, entre tiendas que aun no habian echado el cierre y bares que ya estaban abiertos. La senora Laveau no era la original senora Laveau --los malos espiritus la tengan con ella--. Era la amiga de la hija de una cunada de la antigua manceba que habia acompanado a la celebre Marie Laveau en sus comienzos como diosa del vudu. En Nueva Orleans todo el mundo lo sabia --en Nueva Orleans todo el mundo se conocia--, pero a pesar de eso le guardaban un gran respeto a la recientemente bautizada como senora Laveau junior. La senora Laveau junior --Dory, para los amigos--, la recibio con una sonrisa y los ojos entrecerrados. Cuando el carrillon sobre la puerta aun no habia dejado de sonar, ella ya se habia precipitado a la lugubre trastienda, desde donde regreso con un monton de cajas cubiertas de polvo. --Sabia que volverias --dijo en cajun[3], con su perfeccionada voz de hechicera popular--. ?Como se llama tu elegido? A Danielle no le hizo falta repasar la informacion escrita en la hoja. Ya se la sabia de memoria. --Kieran Reid. 1525 de Prytania Street. Telefono 504-50... Dory sacudio una mano ante los ojos de la joven, que guardo silencio. --Ya, ya, nina. Te dije que con el nombre seria suficiente. Danielle se encogio de hombros. --Por si las moscas. --?Y por que crees que el es el elegido para ti? --Dory balanceo una rama seca de solo ella sabia que especie vegetal a su alrededor. Romero, identifico cuando su ropa y su pelo quedaron impregnados del fuerte olor. --Es el hombre mas guapo que ha pasado por el museo desde que trabajo alli. Ademas, usted leyo en las cartas que mi hombre llevaria botas militares. La anciana enarco una ceja. --?Y? Mas de la mitad de los hombres de esta ciudad las lucen. --?Como que y? --Danielle se llevo un dedo a la sien--. !Este lleva NewRocks, por el amor de Dios! La senora Laveau se santiguo y corrio a esparcir unas cuantas semillas sobre la mesa tipo altar tras la que despachaba. Hizo varios paquetitos con ellas, que etiqueto con esmero y cerro con varias vueltas de cordel. Despues de sacar pequenas cajas de hierbas y anadirlas al pedido, cogio tres libros de una estanteria, agrego varios folletos, un minusculo bote de agua perfumada, tela de arpillera, varios saquitos de arena, un alfiletero y tres o cuatro amuletos con dientes y colmillos de animales. O eso prefirio pensar Danielle, que tamborileaba los dedos con impaciencia sobre el mantel del mostrador.

  • Adicta a Scott – Emily Delevigne de Emily Delevigne

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    Scott McCain cometio el gran error de abandonar a la mujer que amaba para alistarse en la Marina de Estados Unidos y asi dejar atras la mala reputacion que lo perseguia y que parecia estar a punto de destruirlos a ambos.

  • Mi mundo a los 20 de Cristina Bermudez

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    Y alli estaba yo, sentada tranquilamente en la oficina, fingiendo que trabajaba muy duro cuando en realidad me esforzaba por no quedarme dormida. No me entiendas mal, soy muy trabajadora, pero a ciertas horas de la tarde mi capacidad de concentracion va disminuyendo hasta que desaparece. Cuando Juan me llamo para proponerme una salida de chicas, fue como ver la luz al final de un tunel: mi mente rapidamente desperto y se puso a planificar el modelito de la noche: vestido, tacones y por supuesto, mucho maquillaje. Juan era uno de mis mejores amigos, no me preguntes el porque: cotilla, criticon, chivato, egocentrico, narcisista… Pero a pesar de sus defectos, lo queria. Y si, era gay. En cuanto lo conocias te dabas cuenta de que Juan era gay. No porque lo dijese abiertamente, sino por su vestimenta. Siempre iba a la ultima moda, le daba igual que la ropa no le favoreciese, se ponia todo lo que llevaban los maniquies de las tiendas, iba (en mi opinion) excesivamente depilado y daba igual en la fecha que estuviera, siempre estaba bronceado. Era muy alto y delgado, y como el siempre dice: bello como una rosa. Y realmente lo era. --Sera poca cosa, saldremos a cenar y luego tomaremos unas copas -- me aviso Juan. --Mierda --susurre, llevaba al menos dos semanas sin salir de fiesta y el plan no era nada del otro mundo. Yo no tenia problema en ir a cenar y tomar unas copas, pero estaba cansada de ver a la misma gente de siempre. Vale, a los mismos tios de siempre. Queria conocer a alguien nuevo, especial y estaba segura de que aqui no lo encontraria. ?Deberia mudarme? De manera que cuando Juan me confeso en que consistia la salida de chicas, supe que aquel tampoco seria el dia en que mi principe azul entraria en escena. --?Sigues ahi? --Escuche decir impacientemente desde el otro lado del telefono. --Si --conteste. --?Contamos contigo entonces? --Por supuesto --dije con fingida alegria. En fin, tuve que ceder sin oponerme demasiado. Trate de convencerme de que no podia salir con el unico proposito de encontrar un hombre, debia disfrutar de mis amigas. Pero como no lograba convencerme, tuve que repetirmelo varias veces. --Cambiando de tema. !Tengo un cotilleo de los gordos! --exclamo, intentando crear expectacion. --Cuenta, cuenta --dije impaciente, sin duda habia logrado crearla. --!Carola se ha acostado con Migui! --exclamo, emocionado--. Con lo bueno que esta… --?Me tengo que sorprender? --Vaya desilusion, que mierda de cotilleo. !Si se veia venir! --Fingire que no te he oido. La cuestion es que el le ha pegado un herpes o algo por el estilo. --!Que horror! --Claro que eso le pasaba por ser tan rapida. No me interpretes mal, no es que sea una chica facil que se acuesta con cualquiera, no, lo que le ocurre es que se enamora demasiado rapido, y cuando digo rapido no me refiero a semanas sino mas bien a horas. Y pasa lo que pasa, no conoce al tio y se acuesta con el. Mas tarde se entera de que tiene novia, esta casado, es bisexual o como en este caso, tiene alguna enfermedad de transmision sexual. --La pobre lo esta pasando muy mal, dice que es culpa suya por haberse acostado con el en la primera cita. Pero ya le he dicho yo que la culpa no es suya. ?Como sabes si es el hombre adecuado si no lo pruebas antes en la cama? Juan si era un chico facil de los que se acuesta con cualquiera. Para el, el sexo no era la demostracion fisica de los sentimientos entre dos personas, no, el lo definia como el aire que respiramos, algo fundamental para vivir. Incluso es bueno para el cutis solia aconsejarnos. --Que razon tienes Juan, lo mas logico es preguntar su nombre y a continuacion llevartelo a la cama --exclame con ironia. --No, despues del nombre viene la profesion. !No pretenderas ligar con un muerto de hambre! --Me contesto con tono de burla. La conversacion se vio interrumpida por la llegada de un cliente. --Tengo que colgar. Luego nos vemos --dije con un hilo de voz. --Vale, a las diez te quiero en mi casa --me ordeno. --A sus ordenes, mi senor --le conteste obediente. No suelo hacerle caso, la prueba esta en que siempre llego tarde (unos veinte minutos mas o menos). Pobre, cree que porque me lo ordene llegare puntual algun dia. La culpabilidad que me invade cuando lo veo sentado en el escalon de la puerta de su casa, fumando y sin una pizca del glamour que lo caracteriza, hace que le siga la corriente cuando me regana. No es que llegue tarde a proposito, siempre me surge algun imprevisto: un pelo rebelde que decide salir a ultima hora en mis perfectas cejas, una una que se rompe justo cuando voy a salir, ir de camino y recordar que no me pinte los labios… situaciones de emergencia que me impiden llegar a mi hora. --Hasta luego petarda --se despidio con su habitual simpatia. --Adios corazon --y colgue. 2 Sali de trabajar y corri a casa para arreglarme con tiempo. Hoy seria el dia en que llegaria puntual, o al menos lo intentaria. Abri mi armario y vi una etiqueta que colgaba de una prenda. Algo extranisimo ya que cuando me compro algo lo estreno el mismo dia. Era un maravilloso pantalon vaquero con rotos en las rodillas. Sin dudarlo me lo puse, junto con una camisa y unas bailarinas. Me maquille discretamente y me dirigi a casa de Juan. --Te dije a las diez --me reprocho. --?Seguro que no dijiste a las diez y cuarto? --Me atrevi a bromear. Tras unos segundos de mirada asesina, nos pusimos en camino. A las diez y media llegamos al restaurante. Era italiano, lo habian abierto hacia poco tiempo y nos lo habian recomendado, tanto por la comida como por los guapisimos camareros. ?Algun sitio mejor para una noche de chicas? Aunque apenas habia sitio para moverse. Era muy amplio, pero estaba abarrotado de mesas y sillas. En las paredes colgaban grandes espejos de estilo barroco. Habia lamparas de arana y carisimas esculturas. El suelo de madera le daba un toque acogedor. Era, sin duda, el restaurante mas bonito en el que habia estado. --Adriana, cuanto me alegro de verte --me saludo Carola. --Hola corazones --las salude mientras les daba un beso en la mejilla a cada una. Una vez estabamos todos sentados, un camarero se abrio paso entre los muebles y vino a tomarnos nota. Todos pedimos unos refrescos light y un hombre como ese como regalo de Navidad. --!Que hombre! --exclamo Elena sin ningun tipo de disimulo. Elena tenia novio: Guille. El era amigo mio desde mucho antes de que el conociera a Elena, incluso desde antes de que yo conociera a Elena. Lo que siempre me divirtio de ella (su descaro para ligar con los chicos) ahora era un motivo de enfado entre nosotras. --Cierto, pero como mi Migui no hay otro --dijo Carola. Carola siempre que se sentia atraida por alguien del sexo opuesto, algo que ocurria muy a menudo, actuaba de la misma manera: miraba al chico, en realidad lo desnudaba con la mirada, le invadia la culpabilidad y enseguida alababa las virtudes del novio/rollo que tuviese en ese momento. --Es gay. ?Habeis visto que solo me miraba a mi? --dijo Juan. La modestia claramente no formaba parte de sus cualidades. --De eso nada. !Le he gustado yo! --Dije entre risas. --Carola, ?como te encuentras? --se intereso Juan. --Bien --contesto ruborizandose. --Bueno, ?y que explicacion te ha dado? --Quiso saber Juan. Por suerte llego el guapisimo camarero con nuestras bebidas y Juan se puso a coquetear con el, evitandole asi el mal rato a Carola. --Chicas lo confirmo: es gay. Aunque debe de ser muy timido o aun no ha captado mis indirectas --dijo Juan, llamando indirectas a guinarle un ojo varias veces, como si no lo hubiera visto la primera vez, y tirandole besos al aire. --?De que estabamos hablando? --pregunto Elena intentando retomar el tema. --Deberiamos decidir que vamos a pedir antes de que vuelva a preguntarnos el camarero --tuve que decir para salvar a Carola. Era consciente de que no podria evitar el tema mucho tiempo, ya que empeno en estudiar o trabajar no tendrian mucho, pero en cotillear… nadie les ganaba. --?Que os parece una ensalada para cada una y una pizza para compartir? Asi compartimos calorias --nos intento convencer Juan. --Vale --Dijeron las demas al unisono. No se como lo hace pero siempre se sale con la suya. Durante la comida estuvimos hablando de ropa y cosas por el estilo, nada importante. La comida estaba muy rica, aunque yo hubiera preferido una pizza para mi sola: con mucho queso, peperoni… La noche transcurria con tranquilidad. Por un momento pense que se habian olvidado de Carola y su herpes. Me alegre por ella, aunque la verdad es que me moria de curiosidad por saber lo que habia ocurrido. Tras pagar la cena, nos fuimos a por unas copas. Eligieron un pub en la zona centro, mejor dicho lo eligio Carola porque alli trabajaba Migui. Cuando llegamos, el portero nos abrio la puerta. !Ni siquiera nos pidio los carnes! Habia dos posibilidades: o aparentabamos nuestra edad o no hacia bien su trabajo. Desgraciadamente me inclino mas por la primera. Carola y Juan tenian veintiuno anos, Elena y yo veinte. Ellos no le dieron importancia pero yo si. !No queria envejecer! Nada mas llegar, Migui nos puso unos chupitos. Ventajas de que el camarero fuera novio de una de nosotras. Despues pedimos unas cervezas, no queriamos emborracharnos hoy. Carola se quedo en la barra con Migui. Nosotros nos sentamos en una mesa. --No me lo puedo creer, ?como sigue con el? --Pregunto Juan, aunque al parecer no queria respuesta. --Me parece increible, yo en su lugar no lo volveria a ver --anadio Juan. Elena y yo asentimos con la cabeza. --Pensandolo mejor --dijo Juan con gesto pensativo--, si la tiene muy grande se puede entender que… --!Juan! --lo interrumpi--. Es cosa suya, ya nos lo contara cuando se encuentre mejor. --O cuando el la deje, seguro que ocurre antes --dijo molesto--. Es demasiado guapo para estar siempre con la misma mujer. --!?Cuando nos vamos a emborrachar?! --Exclamo Elena--. !Toda la semana aguantando al imbecil de mi novio y ahora a vosotros! Juan y yo cruzamos miradas de asombro. --?Problemas en el paraiso? --Se atrevio a preguntar Juan. --Vosotros os creeis que como no teneis pareja sois unos desgraciados --dijo Elena irritada--. Pues sois afortunados por no tener que aguantar a nadie. Juan y yo intercambiamos miradas y estuvimos de acuerdo en que habia que emborracharse. --Tres chupitos de tequila --ordene a Migui--. ?Ha pasado algo con Guille? --dije dirigiendome a Elena. --A ti te lo voy a contar precisamente --me dijo con sarcasmo. --?Que te pasa? --le pregunte intentando suavizar el ambiente. --Mira, si necesitara contarle a alguien mis problemas con Guille, serias la ultima persona a la que se los contaria. Tu, que no me consideras buena para el e intentas cambiarme. ?Por que te importa tanto? ?Acaso estas enamorada de el? --dijo, cada vez mas enfadada. --?Por que te pones asi? Yo no he intentado cambiarte, Guille es amigo mio desde hace mucho y no me agrada que vayas por ahi coqueteando con otros --?Logre defenderme o empeorar la situacion? --?Que no has intentado cambiarme? --Gruno--. Nunca te habia importado mi aspecto y desde que estoy con el solo sabes ponerme faltas e intentar vestirme como tu --dijo con voz estridente. Eso es cierto, pero lo que ella no sabe es que me lo pidio Guille. Cada una tenemos nuestro estilo, pero Guille no lleva demasiado bien que vaya siempre en zapatillas: da igual si va a hacer deporte o si va a una cena de gala. El problema de las zapatillas es que no conjunta con todo, suele vestir en chandal o muy informal. Elena era extremadamente guapa: pelo negro, ojos oscuros, tez morena y muy buen cuerpo. En mi opinion no se sacaba partido alguno, no era muy femenina vistiendo. Yo en cambio, normalmente llevo tacones y suelo ir muy arreglada. Ni siquiera tenia zapatillas, el deporte y yo no nos llevabamos demasiado bien. Pero aun sabiendo que vestia mejor que ella, no veia correcto transformar a Elena. Guille me pidio que intentase que dejara las zapatillas atras cuando saliesemos de fiesta y en acontecimientos familiares. Por desgracia no salio bien; no cambio de estilo y se enfado conmigo. --Perdona si te ha dado esa impresion --encima de todo, tuve que disculparme. --?Por que no me ves buena para el? --Su voz sonaba dolida. --No es eso, quizas lo sobreprotejo porque no quiero que sufra --me excuse. --?Seguro que no te gusta? --Me pregunto a la vez que me acribillaba con la mirada. --No. Pero se que no me crees, me lo has preguntado cientos de veces -- le recrimine--. Y se que lo volveras a hacer. Se hizo un silencio incomodo. No sabia que hacer ni a donde mirar. Decidi retirarme a dormir. Esta, no era mi noche. 3 Realmente no me gustaba. Guille era otro de mis mejores amigos. Nos conocimos unos cinco anos atras. Yo salia con uno de sus amigos, Erik. Erik era de la edad de Guille, cuatro anos mayor que yo. Nos presentaron unos conocidos en comun. Me quede prendada de el: su piel morena, su cabello negro, sus ojos negros, su culo, sus tatuajes, su peinado, su moto… un poco bajito para mi gusto, pero algun defecto debia de tener. Fue un flechazo. Nuestras miradas se cruzaron, llamame cursi si quieres, pero te juro que el resto de la gente desaparecio y nos quedamos solos, el y yo. No habia nada ni nadie que importase, nos habiamos encontrado. Aquel instante maravilloso termino cuando, por culpa de un codazo que me dio Carola, volvimos a la realidad. Despues de varios encuentros casuales, casualmente yo pasaba por su instituto, por la biblioteca, por su trabajo… Erik me invito a salir. Tras varias citas, empezamos a intimar. Al principio lo interpretaba como que me respetaba mucho. Soliamos vernos a solas, nos cogiamos de la mano, nos abrazabamos, siempre me decia que estaba guapisima, hablabamos muchisimo… pero nada mas. Estaba impresionada porque no intentaba meterme mano. Con quince anos no se me pasaba por la cabeza acostarme con nadie. ?Pero ni un beso? Estuvimos asi durante un ano, viendonos cada fin de semana. Me pasaba las citas con los nervios a flor de piel, esperando un beso en la despedida. Pero ese beso nunca llegaba

  • Esta noche mando yo de Daniel De La Pena

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    Una comedia romantica que toca temas como el feminismo, las redes sociales, las relaciones sentimentales en estos tiempos y que provocara mas de una sonrisa.

  • La mascara del herrero de Susana F. Ameijeiras

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    Las cajas inundaban el suelo y eso hacia que, de un momento a otro, pudiera acabar entrando en colera, pero lo sabia disimular. De hecho, disimular, era una de mis especialidades. --Maca, no creo que te cueste tanto meter al menos la ropa en el armario --dijo Esteban. Esteban nunca fue un hombre demasiado alto, le faltaba algo de pelo, pero sus ojos tenian una caida que solo define a los hombres buenos y profundos… a los hombres bienintencionados y serenos. Macarena, mi hija, era por aquel entonces una adolescente de 15 anos cuando nos mudamos a la nueva casa. Al nuevo hogar. Llegamos una tarde de sabado a finales de septiembre. Habiamos decidido darnos la oportunidad de vivir frente al mar aprovechando el nuevo puesto de trabajo de Esteban en un bufete de abogados de un pequeno pueblo costero de cuyo nombre prefiero no acordarme (para algo sirven las grandes frases de los que fueron grandes sintiendose, a veces, bastante pequenos). A medida que nuestro coche se acercaba a aquella calle estrecha, me iba dando cuenta de que el cielo gris inundaba gran parte del paisaje y de que, apenas al fondo, habia un destello de luz sobreviviendo a los ultimos dias de verano. Aquel dia no supe como describir aquella sensacion, pero, para algun organo de mi cuerpo, no paso desapercibida; algo se movio dentro de mi, ni bueno ni malo, solo algo. Ese efecto duro unas pocas decimas de segundos; era una emocion extrana, casi imposible de saborear. No pude saber que era porque se esfumo de golpe, pero dejo en mi un mensaje que solo unas pocas semanas mas tarde empece a descifrar. Ya no habia vuelta atras, ya estabamos dentro de aquel pueblo medio esperanzador... medio oscuro. Esteban abrio la puerta del maletero; la mayoria de las cosas ya estaban dentro, puesto que la empresa de mudanzas se habia encargado de traerlas unos dias antes. Nosotros solo llevabamos unas cuantas maletas y bolsas con algo de comida, abrigos, zapatos... Mire de frente hacia nuestro nuevo hogar. Dos pequenas plantas se alzaban bajo un escaso terreno de hierbas y maleza que se sumaban al aspecto grisaceo del cielo aquella tarde de sabado. Las paredes eran blancas, recien pintadas. Las ventanas, rojas, algo curioso y pintoresco que no me desagradaba en absoluto. Al entrar, subi directamente las escaleras al primer piso en donde se encontraban los dormitorios. Deje dos maletas y mire por la ventana: el mar azotaba con fuerza y el cielo cada vez se oscurecia con mayor rapidez. "Quizas no haya sido buena idea venir una tarde tan oscura", pense, "No es la mejor hora para hacer cambios". Esteban seguia peleandose con Maca para que, al menos, guardara su ropa y su calzado... el resto podriamos hacerlo poco a poco. Maca no hacia caso, y yo, tampoco. Seguia mirando hacia esa ventana y no conseguia saber que era eso que me incomodaba. La mayoria de la gente quiere estar frente al mar, pero esa imagen idilica e inspiradora que otros parecen percibir en ese enorme charco interminable, yo no conseguia verla. Algo oscuro salia de aquel movimiento que desprendia espuma con el empuje de sus olas. Algo queria decir esa fuerza inquieta e infinita que sabemos que jamas se va a detener: una y otra vez golpea y golpea sin cansarse... --Olivia, no pareces muy contenta de poder tener una casa con vistas al mar --dijo Esteban con un tono carinosos mientras ponia su mano en mi hombro. --No, no es eso, me gusta, pero... tal vez ahora mismo solo sea una sensacion de miedo por empezar algo nuevo --dije mientras lo miraba con una leve y, en cierto modo, fingida sonrisa para que no se preocupase en exceso por mi mas que notable cara de cierta tristeza--. Echo de menos nuestro pequeno piso, supongo. Ademas, es tarde, mejor sera que deje de mirar por la ventana y empiece a colocar lo mas necesario --continue diciendo mientras me dirigia al dormitorio dando zancadas entre las cajas. Esa misma noche cenamos comida preparada que compramos por el camino. Todavia aquella casa no parecia un hogar. Demasiadas cosas sin colocar, demasiado caos alrededor. Supuse que no dormiria de noche, no es que lo haya supuesto, es que creo que fue una sentencia firmada desde el mismo momento en que lo pense. Y asi fue. Al dia siguiente, cuando desperte a las cinco de la madrugada, sin apenas haber dormido unas cuatro horas, me di cuenta de que habia sido una pesima idea haber hecho la mudanza un sabado para amanecer un domingo con el cielo completamente gris y el pueblo hundido en un inquietante vacio. "No estoy preparada para este recibimiento tan cutre", pense. Mire las cajas, y todavia me senti peor. Desorden, cielo gris, frio y soledad. Una buena combinacion para empezar de cero… Baje a la cocina, busque la caja donde se encontraba la cafetera, la cogi y mire hacia los lados tratando de encontrar un lugar donde poder colocarla. Es curioso, primero busque un espacio para unos cuantos gramos de plastico antes que uno para mi, pero asi fue. Supongo que en ese momento pensaba que no era nadie sin un cafe en la sangre, lo mismo que no eres nada sin sangre corriendo por las venas. Una vez que la mezcla de sangre y cafeina empezo a burbujear por mis arterias, consegui levantarme por dentro (por fuera llevaba algo mas de una hora despierta). No sabia que hacer, todavia no eran ni las siete de la manana. Asi que, con mucha pereza y con bastante miedo..., volvi a asomarme a la ventana y ver el mar. "No lo entiendo", pense. "No me parece ni tan bonito ni tan magico como todo el mundo recuerda en sus instantaneas de verano. No consigo ver esa sensacion tantas veces repetida en anuncios de television y campanas publicitarias en las que el mar es el elemento mas persuasivo para vender cualquier cosa, aunque sea una cafetera. Nunca compraria una cafetera en cuyo reclamo publicitario saliera el mar". Mientras terminaba ese pensamiento, volvi a darme la vuelta para ver que podia hacer que no fuera desempaquetar cajas; para eso preferia tener a Esteban y a Maca levantados, y no pasar el tormento yo sola. No se me ocurria nada, solo dos opciones: o arreglar la gran duna de carton que se levantaba a cada paso que daba, o mirar por la ventana y ver el mar. Pocas opciones y, todas, desoladoras. Asi que cogi el movil. Y entonces me senti fatal por mirar a una pantalla teniendo en frente de mi al todopoderoso oceano, al que no queria ni ver. Hubo suerte: Esteban se levanto. --Buenos dias --dijo Esteban mientras trataba de despejar los ojos con sus dos dedos de la mano y si dirigia hacia la ventana--. Que maravilla de vistas tenemos por la manana, ?no te parece precioso? --me pregunto, con una mirada de satisfaccion esperando que yo le contestara con su mismo entusiasmo. --Si, es precioso, llevo viendolo desde que me levante, tenemos mucha suerte de poder vivir cerca del mar --conteste, sabiendo que la ironia se habia adentrado durante unos segundos en mi cuerpo, "sera culpa de la cafeina, tal vez debiera dejar de tomar cafe y conformarme con una sosa infusion". --Veo que has sacado primero la cafetera, buena idea --continuo Esteban, y se dirigio con una envidiable actitud hacia la cocina. Tras desayunar y vestirnos, comprobando asi que la ducha funcionaba, que el calentador funcionaba, que el agua corria con soltura (como no podia ser de otra forma, dado que estabamos al lado del mar), Esteban decidio estrenar su primer dia en el pueblo yendo a buscar el periodico. Me invadio una extrana envidia al percibir la ilusion con la que salia por la puerta, la curiosidad por adentrase en el entorno de su nuevo hogar y captar todos los detalles para hacerlos suyos. Yo no podia, habia una extrana barrera entre ese nuevo espacio que me amenazaba con hacerme un pulso y ser mas fuerte que yo. Tal vez estaban saltando todos mis soldados con sus canones preparados para que el territorio no se revelara contra mi. Una osadia que nunca quise analizar demasiado para no caer en la tentacion de pensar que pudiera ser castigada por querer controlar algo que era mas grande que yo. Tal vez los dioses no me lo perdonaran y apareciera su furia en cualquier momento desde cualquier parte de ese cielo gris a traves de esa ventana desde la cual se suponia que teniamos casi las mejores vistas del pueblo. --Buenos dias, Maca --dije con mucha alegria, pero sin mucho exito, puesto que Maca suele levantarse con los auriculares incorporados en sus orejas y no atiende a nada, no escucha... solo clava la mirada en la pantalla de su telefono y levanta la vista a modo de saludo. Quizas es mucho pedir que levante la mano, y que salga un "buenos dias" de su boca, ya es algo con lo que no cuento desde hace un largo tiempo.

  • Maltrato animal, sufrimiento humano de Mauricio Garcia Pereira

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    Acuciado por la necesidad de conseguir un empleo tras tres anos en el paro, Mauricio Garcia Pereira, un gallego emigrado a Francia, acepta un trabajo en el matadero de Limoges, el mas grande del pais. Durante casi siete anos, aspira la medula espinal de centenares de vacas e hincha cabezas de ternero con una pistola de aire comprimido, entre otras tareas. El trabajo es duro, muy fisico, los accidentes son continuos y la normativa no siempre se respeta. Las condiciones, precarias, y los jefes abusivos llevan al limite de sus fuerzas a los empleados, muchos de los cuales recurren al alcohol y a las drogas para soportar el ritmo.

  • My Angel de Dama Beltran

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    Thomas Sanders y Virginia Wallace quedaron unidos en el pasado por una apuesta, pero cada uno siguio su camino imaginando que lo sucedido no alteraria sus vidas.

  • Confusion. Cronicas de los Cazalet de Elizabeth Jane Howard

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    Primavera de 1942, el mayor conflicto armado de la historia de la humanidad se adentra en su cuarto ano. Las incursiones aereas y el racionamiento son moneda corriente, el caos se ha convertido en una forma de vida. Sin embargo, algo empieza a moverse entre los jovenes Cazalet: el tiempo de espera ha terminado y el ingreso en el incitante mundo adulto parece haber llegado por fin. Bajo la petrea moral victoriana del sacrificio y el esfuerzo belico apuntan, sobre todo para las mujeres, unos habitos menos encorsetados que permiten amar y trabajar con mayor libertad. Y asi, en una sucesion de nacimientos y perdidas, de matrimonios y relaciones ilicitas, va desarrollandose la vida del clan, de sus amigos y de sus amantes, que con la cabeza alta siguen adelante y suenan con la paz despues de la guerra, con el momento en que las familias volveran a reunirse y las heridas empezaran a sanar, con la igualdad y la justicia que el nuevo orden traera consigo, con el dia en que, definitivamente, acabara tanta confusion.
    La monumental saga de Elizabeth Jane Howard, una de las construcciones novelisticas mas ambiciosas y acabadas de la literatura inglesa del siglo XX, sostiene con toda precision en este tercer volumen el tempo y la intensidad a los que nos tiene habituados.

  • Solo tuya 3 de Anabel Garcia

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    Elizabeth nunca fue consciente de las devastadoras consecuencias que tendrian sus actos. Acostumbrada a ser ella la que huye siempre del amor y el compromiso, esta vez se dara de bruces contra su propio sino. Aunque la intrepida guerrera lo intente remediar, puede que sea demasiado tarde para ambos. ?Merecera la pena intentarlo, o el orgullo supondra un obstaculo infranqueable entre ellos? ?Quien estara intentando sabotear la relacion? ?Como recuperar la confianza en alguien una vez que se ha perdido? En esta tercera y ultima entrega por fin podran tener respuesta todas estas preguntas y muchas mas. Hay veces en las que la vida nos pone a prueba y solo nosotros mismos tenemos el poder de decidir en nuestras manos, a veces en tan solo cuestion de segundos. Que dicha decision haya sido la correcta o no, nunca lo sabremos.

  • Laila Winter y el corazon de las sombras de Barbara G. Rivero

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    Las sombras se extienden y amenazan con invadir cada rincon de Ialanthilian. Los tenebrii revelaran sus intenciones y sera necesaria la union de todos para hacerles frente. Laila tendra que dar lo mejor de si ante las adversidades que se interpondran en su camino para intentar salvar el mundo del mayor peligro de su historia. Ella y sus amigas conoceran traiciones, amistades rotas y amores imposibles, que pondran en riesgo todo aquello por lo que luchan. ?Dejara Maeve a un lado sus ambiciones por el bien comun? ?Recordara Jack el amor que sentia? ?Que ocurrira con Nia? Este libro cierra, con broche de oro, la mejor y mas exitosa saga de fantasia en espanol de los ultimos anos. Lo acontecido en los volumenes anteriores confluye, gracias a una fabulosa narrativa, en un desenlace trepidante que nos revelara al fin todos los secretos que aun permanecian ocultos.

  • Un hombre de familia de Kristel Ralston

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    Tracy Goldstein entiende muy bien lo que implica estar enamorada: ilusiones rotas, perder sus ahorros, y ver la empresa que construyo con arduo trabajo en manos de otro. ?Cometer el mismo error? No, gracias. Estaba advertida sobre los hombres.
    No obstante, el dia en que empieza a trabajar para el frio y distante CEO de S.W. Group, Tracy sabe que esta en graves problemas. A medida que avanzan los dias, la tension entre ambos se cuece a fuego lento, y a ella le resulta cada vez mas dificil no cruzar la delgada fina entre la cordura y el riesgo.

  • El secreto de la painita de Julio Carreras Llisterri

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    Lucas Benavente es un joven y exitoso informatico que disfruta de una confortable vida, pero todo su mundo se tambaleara cuando Victor, un misterioso personaje, se pone en contacto con el para revelarle un secreto que se esconde tras la muerte de su padre. En su busqueda por descubrir la verdad su camino se cruzara con el de Marc, un montanero que perdio a su esposa, y con Ana, cuya hermana fue asesinada en un robo. Todos ellos tienen algo en comun: Cronium, una poderosa empresa del sector farmaceutico que parece estar detras de lo que les ha sucedido. Poco a poco, con ayuda de algunos amigos, iran componiendo un rompecabezas de dimensiones inimaginables y donde nada es lo que parece ser.
    Conocedores de la verdad, solo les quedara una salida posible, vengarse de Cronium y las personas que se esconden tras la muerte de sus seres queridos.
    Sin embargo hay algo que desconocen, todos ellos son victimas de un plan mucho mayor.
    Inspirada en El Impostor de Jeffrey Archer, y El Conde de Montecristo de Dumas, esta novela, de escritura fresca y dinamica, nos adentra en un mundo de traiciones, sorpresas y accion trepidante.
    “Una historia de enganos y conspiraciones que mantiene en vilo al lector de principio a fin”.

  • Antes de septiembre de Mario Escobar Goleros

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    La conmovedora historia de una familia separada por el Muro de Berlin y su lucha por reunirse de nuevo.

  • Ni aqui ni alli de Tommy Orange

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    Estamos ante una voz que nunca hemos escuchado, una voz llena de poesia y de rabia, que estalla en la pagina con un apremio y una fuerza asombrosos. Una novela que sorprende por su forma de abordar una Historia compleja y dolorosa, un legado de belleza y de una profunda espiritualidad, asi como la plaga de adicion, maltrato y suicidio entre los nativos americanos.

  • Me faltabas tu de Sophie Saint Rose

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    Madeline Burton queria cambiar de vida y ?que mejor que trasladarse a un rancho de Australia por un ano, para vivir una autentica aventura por una vez en la vida? Lo malo es que su companero de viaje se empenaba en que debia volver a Nueva York…

  • Arriesgate conmigo (Unidos por el amor 3) de Fernanda Suarez

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    Tercera y esperada entrega de la serie de Fernanda Suarez <>.

  • Razones para odiar a Bruno Ballester de Alex Divaro , Fanny Ramirez

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    Se suponia que seria una noche tranquila para Camila, dejaria la energia fluir, escucharia musica y escribiria un rato. En cambio termino inmiscuyendose con uno de los escritores mas vendidos del pais, al criticar las partes eroticas de sus novelas. Sin embargo, es esa ocurrencia la que logra sacar del tedio en el que se encontraba esa noche, a Bruno Ballester, que con alevosia se dispone a fastidiarla por tal osadia.

  • Alma viva: La guru del desamor de Ava Cleyton

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    La nueva novela de Ava Cleyton que hara las delicias de los lectores.

  • Las defensas, Gabi Martinez de Gabi Martinez

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    Ante un ataque de locura violenta, un competente neurologo es ingresado en un psiquiatrico. Solo el sabe que su diagnostico es erroneo. Pero aun no es capaz de imaginar que la misma enfermedad autoinmune a la que ha dedicado obsesivamente su vida lo acecha. Su increible lucha contra la enfermedad y el estres corre pareja a la de la historia de este pais desde la Transicion y a la de uno de los pilares de la democracia espanola, un sistema sanitario herido hoy por la jerarquia y por una corrupcion que castiga o expulsa a quien disiente.

  • Despojos de Rachel Cusk

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    Mi marido y yo nos separamos recientemente y, en cuestion de unas semanas, la vida que habiamos construido juntos se desarmo, como un puzle convertido en un monton de piezas con los bordes recortados. A veces, la matriz de un puzle no se detecta una vez montado --hay creadores de puzles magistrales que presumen de estas cosas--, pero, en general, se nota. La luz incide en las hendiduras de la superficie y unicamente vista de lejos la imagen parece completa. A mi hija pequena le gusta hacer puzles. A la mayor no: construye casas de carton, recintos en los que todo el mundo tiene que estar callado y quieto. En ambas actividades veo un intento de ejercer el control por distintas vias, pero tambien intuyo que demuestran que hay mas de un modo de ser paciente y que la intolerancia puede adoptar formas muy diversas. Mis hijas se toman quiza demasiado en serio estas diferencias de temperamento. A las dos les fastidia la tendencia contraria de la otra: de hecho, casi diria que dedicarse a actividades diferentes es para ellas una forma de discutir. Al fin y al cabo, discutir no es mas que la necesidad imperiosa de definirse a uno mismo. Y alguna vez me he preguntado si una de las dificultades de la vida familiar moderna, con su alegria continua, su optimismo totalmente infundado, su dependencia no de Dios o de la economia, sino del principio del amor, no reside quiza en la incapacidad de reconocer --y tomar precauciones para protegerse-- la necesidad humana de entrar en guerra. <> era una expresion que oia a todas horas esas primeras semanas: la gente la empleaba para describir mi situacion, como si en cierto modo representara un avance. Pero la verdad es que era una regresion: la vida habia metido la marcha atras. De repente no avanzabamos, sino que retrocediamos, volviamos al caos, a la historia y la prehistoria, a los comienzos de las cosas y al tiempo anterior a que esas cosas comenzaran. Un plato se cae al suelo: la nueva realidad es que esta roto. Tenia que acostumbrarme a la nueva realidad. Mis dos hijas tenian que acostumbrarse a la nueva realidad. Sin embargo, la nueva realidad, hasta donde yo era capaz de ver, sencillamente estaba rota. El plato habia existido y cumplido su funcion durante anos, pero hecho anicos --a menos que fuera posible pegarlo-- no servia de nada en absoluto. Mi marido creia que yo lo habia tratado monstruosamente. No habia quien le quitara esa idea de la cabeza: su mundo entero dependia de ella. Ese era su relato, y de un tiempo a esta parte he llegado a odiar los relatos. Si alguien me preguntara que desgracia me habia ocurrido, es posible que yo preguntara a mi vez si queria conocer el relato o la verdad. Diria, a modo de explicacion, que un importante voto de obediencia se habia roto. Explicaria que, cuando escribo mal una novela, termina colapsando, se viene abajo, se detiene y no se deja seguir escribiendo, y tengo que retroceder y buscar los defectos de su estructura. El problema reside normalmente en la relacion entre el relato y la verdad. El relato tiene que obedecer a la verdad para representarla, lo mismo que la ropa representa el cuerpo. Cuanto mejor sea al corte, mas agradable sera el resultado. Desnuda, la verdad puede ser vulnerable, desgarbada, horrorosa. Demasiado arreglada se Mi marido y yo nos separamos recientemente y, en cuestion de unas semanas, la vida que habiamos construido juntos se desarmo, como un puzle convertido en un monton de piezas con los A veces, la matriz de un puzle no se detecta una vez montado --hay creadores de puzles magistrales que presumen de estas cosas--, pero, en general, se nota. La luz incide en las hendiduras de la superficie y unicamente vista de lejos la imagen parece completa. A mi hija pequena le gusta hacer puzles. A la mayor no: construye casas de carton, recintos en los que todo el mundo tiene que estar callado y quieto. En ambas actividades veo un intento de ejercer el control por distintas vias, pero tambien intuyo que demuestran que hay mas de un modo de ser paciente y que la intolerancia puede adoptar formas muy diversas. Mis hijas se toman quiza demasiado en serio estas diferencias de temperamento. A las dos les fastidia la tendencia contraria de la otra: de hecho, casi diria que dedicarse a actividades diferentes es para ellas una forma de discutir. Al fin y al cabo, discutir no es mas que la necesidad imperiosa de definirse a uno mismo. Y alguna vez me he preguntado si una de las dificultades de la vida familiar moderna, con su alegria continua, su optimismo totalmente infundado, su dependencia no de Dios o de la economia, sino del principio del amor, no reside quiza en la incapacidad de reconocer --y tomar <> era una expresion que oia a todas horas esas primeras semanas: la gente la empleaba para describir mi situacion, como si en cierto modo representara un avance. Pero la verdad es que era una regresion: la vida habia metido la marcha atras. De repente no avanzabamos, sino que retrocediamos, volviamos al caos, a la historia y la prehistoria, a los comienzos de las cosas y al tiempo anterior a que esas cosas comenzaran. Un plato se cae al suelo: la nueva realidad es que esta roto. Tenia que acostumbrarme a la nueva realidad. Mis dos hijas tenian que acostumbrarse a la nueva realidad. Sin embargo, la nueva realidad, hasta donde yo era capaz de ver, sencillamente estaba rota. El plato habia existido y cumplido su funcion durante anos, pero hecho anicos --a menos que fuera posible pegarlo-- no servia de nada en Mi marido creia que yo lo habia tratado monstruosamente. No habia quien le quitara esa idea de la cabeza: su mundo entero dependia de ella. Ese era su relato, y de un tiempo a esta parte he llegado a odiar los relatos. Si alguien me preguntara que desgracia me habia ocurrido, es posible que yo preguntara a mi vez si queria conocer el relato o la verdad. Diria, a modo de explicacion, que un importante voto de obediencia se habia roto. Explicaria que, cuando escribo mal una novela, termina colapsando, se viene abajo, se detiene y no se deja seguir escribiendo, y tengo que retroceder y buscar los defectos de su estructura. El problema reside normalmente en la relacion entre el relato y la verdad. El relato tiene que obedecer a la verdad para representarla, lo mismo que la ropa representa el cuerpo. Cuanto mejor sea al corte, mas agradable sera el resultado. Desnuda, la verdad puede ser vulnerable, desgarbada, horrorosa. Demasiado arreglada se convierte en una mentira. Para mi, la dificultad de la vida ha consistido generalmente en el intento de reconciliar estas dos cosas, como los hijos de una pareja divorciada intentan reconciliar a sus padres. Mis hijas hacen eso: obligan a mi marido a que me coja de la mano cuando estamos juntos. Intentan que el relato vuelva a ser verdad, o que la verdad sea mentira. Yo no tengo ningun inconveniente en darle la mano, pero a el no le gusta. No son formas, y la forma es importante en los relatos. Todo lo que en nuestra vida comun era amorfo ahora me pertenece. Por eso no me altera, no me molesta darle la mano. Al cabo de un tiempo la vida dejo de ir hacia atras. Aun asi, habiamos retrocedido un buen trecho. En esas pocas semanas deshicimos todo lo que habia conducido al momento de la separacion; deshicimos el propio relato. Ya no quedaba nada por desmantelar, aparte de las ninas, y eso requeriria la intervencion de la ciencia. Pero estabamos en un tiempo anterior a la ciencia: habiamos vuelto mas o menos a la Gran Bretana del siglo vii, antes de que se hubiera constituido la nacion. Inglaterra era en aquella epoca un pais de compartimentos: recuerdo que, en el colegio, cuando miraba un mapa de la Heptarquia en la Alta Edad Media, me desconcertaba su falta de claridad y de poder centralizado, de un rey, una capital y una institucion. En vez de eso, solamente habia regiones --Mercia, Wessex--con nombres de resonancias femeninas, sumidas en incesantes batallas que se saldaban con pequenas y arduas perdidas y ganancias desprovistas de una fuerza motriz unificadora que, si me hubiera parado a pensarlo, podria haber identificado como masculina. Nuestra profesora de historia, la senora Lewis, era una mujer de envergadura y gracia, una especie de elefante-bailarina en quien los principios del volumen y la feminidad libraban una guerra sin cuartel. La Alta Edad Media era su especialidad: habia estudiado en Oxford y ahora daba clases en un mediocre colegio catolico para ninas, embutida en trajes de color beige hechos a medida --con zapatos de tacon a juego-- de los que daba la sensacion de que su imponente forma rosa podia surgir cualquier dia por sorpresa, como emerge una estatua de una sabana polvorienta. La otra cosa que sabiamos de ella, por su apellido, es que estaba casada. Pero no teniamos la menor idea de como relacionar estos dos aspectos diferentes de la senora Lewis. Daba mucha importancia a Offa de Mercia, en cuya vision de una Inglaterra unificada se detectaba la primera ofensiva de ambicion masculina, y cuya obra de ingenieria monumental, la muralla de Offa, nos sigue recordando que la division tambien es un aspecto de la unificacion, que un modo de definir lo que somos consiste en definir lo que no somos. Y lo cierto es que los historiadores nunca se han puesto de acuerdo en si la muralla se construyo para defenderse de los galeses o solo para delimitar la frontera. La senora Lewis tenia una actitud ambivalente sobre el poder de Offa: ese era el camino de la civilizacion, sin duda, pero a costa de una perdida de diversidad, del florecimiento sosegado que sigue su curso cuando las cosas no se construyen artificialmente y los objetivos no se fuerzan. A la senora Lewis le entusiasmaba el mundo primitivo de los sajones, donde los conceptos del poder aun no se habian reformulado; y, en cierto modo, la Edad Oscura era una version de <>, eran los trozos rotos del plato mas grande de todos los tiempos: el Imperio Romano. Unos lo llamaban oscuridad, los despojos de esa unidad megalomana dispuesta a conquistarlo todo, pero la senora Lewis, no. A ella le gustaba, le gustaban las ruinas abandonadas, le gustaban los monasterios donde se cultiva en silencio la creatividad, le gustaban los misticos y los visionarios, los primeros textos religiosos, le gustaban las mujeres que iban ganando importancia a lo largo de esos siglos amorfos y embrionarios, le convierte en una mentira. Para mi, la dificultad de la vida ha consistido generalmente en el intento de reconciliar estas dos cosas, como los hijos de una pareja divorciada intentan reconciliar a sus padres. Mis hijas hacen eso: obligan a mi marido a que me coja de la mano cuando estamos juntos. Intentan que el relato vuelva a ser verdad, o que la verdad sea mentira. Yo no tengo ningun inconveniente en darle la mano, pero a el no le gusta. No son formas, y la forma es importante en los relatos. Todo lo que en nuestra vida comun era amorfo ahora me pertenece. Por eso no me Al cabo de un tiempo la vida dejo de ir hacia atras. Aun asi, habiamos retrocedido un buen trecho. En esas pocas semanas deshicimos todo lo que habia conducido al momento de la separacion; deshicimos el propio relato. Ya no quedaba nada por desmantelar, aparte de las ninas, y eso requeriria la intervencion de la ciencia. Pero estabamos en un tiempo anterior a la ciencia: habiamos vuelto mas o menos a la Gran Bretana del siglo vii, antes de que se hubiera constituido la nacion. Inglaterra era en aquella epoca un pais de compartimentos: recuerdo que, en el colegio, cuando miraba un mapa de la Heptarquia en la Alta Edad Media, me desconcertaba su falta de claridad y de poder centralizado, de un rey, una capital y una institucion. En vez de eso, solamente habia regiones --Mercia, Wessex--con nombres de resonancias femeninas, sumidas en incesantes batallas que se saldaban con pequenas y arduas perdidas y ganancias desprovistas de una fuerza motriz unificadora que, si me hubiera parado a pensarlo, podria haber identificado como Nuestra profesora de historia, la senora Lewis, era una mujer de envergadura y gracia, una especie de elefante-bailarina en quien los principios del volumen y la feminidad libraban una guerra sin cuartel. La Alta Edad Media era su especialidad: habia estudiado en Oxford y ahora daba clases en un mediocre colegio catolico para ninas, embutida en trajes de color beige hechos a medida --con zapatos de tacon a juego-- de los que daba la sensacion de que su imponente forma rosa podia surgir cualquier dia por sorpresa, como emerge una estatua de una sabana polvorienta. La otra cosa que sabiamos de ella, por su apellido, es que estaba casada. Pero no teniamos la menor idea de como relacionar estos dos aspectos diferentes de la senora Lewis. Daba mucha importancia a Offa de Mercia, en cuya vision de una Inglaterra unificada se detectaba la primera ofensiva de ambicion masculina, y cuya obra de ingenieria monumental, la muralla de Offa, nos sigue recordando que la division tambien es un aspecto de la unificacion, que un modo de definir lo que somos consiste en definir lo que no somos. Y lo cierto es que los historiadores nunca se han puesto de acuerdo en si la muralla se construyo para defenderse de los galeses o solo para delimitar la frontera. La senora Lewis tenia una actitud ambivalente sobre el poder de Offa: ese era el camino de la civilizacion, sin duda, pero a costa de una perdida de diversidad, del florecimiento sosegado que sigue su curso cuando las cosas no se construyen artificialmente y los objetivos no se fuerzan. A la senora Lewis le entusiasmaba el mundo primitivo de los sajones, donde los conceptos del poder aun no se habian reformulado; y, en cierto modo, la Edad Oscura era una version de <>, eran los trozos rotos del plato mas grande de todos los tiempos: el Imperio Romano. Unos lo llamaban oscuridad, los despojos de esa unidad megalomana dispuesta a conquistarlo todo, pero la senora Lewis, no. A ella le gustaba, le gustaban las ruinas abandonadas, le gustaban los monasterios donde se cultiva en silencio la creatividad, le gustaban los misticos y los visionarios, los primeros textos religiosos, le gustaban las mujeres que iban ganando importancia a lo largo de esos siglos amorfos y embrionarios, le gustaban los cimientos --lo personal-- sobre los que ahora teniamos que dirimir las cuestiones de justicia y de creencias, a falta de esa gran civilizacion administradora. La cuestion era que esa oscuridad --llamenla como quieran--, esa oscuridad y esa desorganizacion no eran simple negacion o ausencia. Eran al mismo tiempo rastrojo y preludio. Los rastrojos son los tallos de la mies que quedan en la tierra despues de la siega, despojos sobre los que se siembra la nueva cosecha despues de la recoleccion. La civilizacion, el orden, el significado, las creencias no eran cumbres soleadas que pudieran conquistarse con una escalada constante. Se construian y caian, se reconstruian y volvian a caer, o se destruian. La oscuridad y la desorganizacion posteriores tenian su propia existencia, su propia integridad; estaban indisolublemente ligadas a la civilizacion, como lo esta el sueno a la actividad. En la vida compartimentada reside la posibilidad de unidad, lo mismo que la unidad lleva implicita la posibilidad de atomizacion. En opinion de la senora Lewis, mejor vivir una vida compartimentada y desorganizada, mejor sentir la oscura agitacion de la creatividad, que instalarse en una unidad civilizada y atormentada por el impulso de destruccion. Por la manana llevo a mis hijas al colegio y por la tarde vuelvo a recogerlas. Ordeno sus habitaciones, lavo la ropa y cocino. Pasamos la tarde casi siempre solas: las ayudo a hacer los deberes, les doy la cena y las acuesto. Cada pocos dias se van con su padre, y entonces la casa se queda vacia. Al principio me costaba sobrellevar esos intervalos. Ahora me parece ver en ellos cierta neutralidad, algo firme aunque vacio, algo ligeramente acusador a pesar de la vacuidad. Es como si estas horas solitarias, en las que por primera vez en muchos anos no se espera ni se necesita nada de mi, fueran mi botin de guerra, lo que he recibido a cambio de todo este conflicto. Las vivo una a una. Me las trago como la comida de los hospitales. Asi es como subsisto. Y tu te llamas feminista, me decia mi marido, con rabia, en las semanas de amargura brutal que siguieron a nuestra separacion. Creia que era el quien habia desempenado el papel de la mujer en nuestro matrimonio, y al parecer esperaba que yo lo defendiera de mi misma, del macho opresor. Creia que hacer la compra, cocinar y recoger a las ninas en el colegio eran tareas femeninas. Yo, en cambio, cuando mas asexuada me sentia era cuando hacia esas cosas. A mi mi madre no me parecia un modelo por su forma de cumplir con sus obligaciones maternales: al contrario, me parecia que esas tareas amenazaban su feminidad en lugar de subrayarla. Por aquel entonces viviamos en un pueblo de las llanuras de Suffolk; mi madre pasaba mucho tiempo hablando por telefono. Me hipnotizaba su tono de voz, como si hablara consigo misma. Sus frases me sonaban preparadas, su risa, ligeramente artificial. Sospechaba que impostaba la voz, como una actriz. ?Quien era la mujer que hablaba por telefono? Mi madre era alguien a quien yo solo conocia de puertas adentro; compartia su punto de vista, me parecia vivir envuelta en su aburrimiento, su placer o su irritacion. Vivia dentro de su personaje, perdida. ?Como podia saber quien era mi madre? ?Como podia verla? Su atencion era como la mirada de un ojo interior que nunca se fijaba en mi directamente, que extraia su conocimiento de mi intimo conocimiento de mi misma. Solo cuando la veia relacionandose con otras personas era capaz de mirarla objetivamente. A veces, mi madre invitaba a una amiga a comer y entonces, de pronto, ahi estaba la cara mi madre. De repente podia verla, podia compararla con su amiga y encontrarla mejor o peor, podia ver si la gustaban los cimientos --lo personal-- sobre los que ahora teniamos que dirimir las cuestiones de La cuestion era que esa oscuridad --llamenla como quieran--, esa oscuridad y esa desorganizacion no eran simple negacion o ausencia. Eran al mismo tiempo rastrojo y preludio. Los rastrojos son los tallos de la mies que quedan en la tierra despues de la siega, despojos sobre los que se siembra la nueva cosecha despues de la recoleccion. La civilizacion, el orden, el significado, las creencias no eran cumbres soleadas que pudieran conquistarse con una escalada constante. Se construian y caian, se reconstruian y volvian a caer, o se destruian. La oscuridad y la desorganizacion posteriores tenian su propia existencia, su propia integridad; estaban indisolublemente ligadas a la civilizacion, como lo esta el sueno a la actividad. En la vida compartimentada reside la posibilidad de unidad, lo mismo que la unidad lleva implicita la posibilidad de atomizacion. En opinion de la senora Lewis, mejor vivir una vida compartimentada y desorganizada, mejor sentir la oscura agitacion de la creatividad, que instalarse en una unidad Por la manana llevo a mis hijas al colegio y por la tarde vuelvo a recogerlas. Ordeno sus habitaciones, lavo la ropa y cocino. Pasamos la tarde casi siempre solas: las ayudo a hacer los deberes, les doy la cena y las acuesto. Cada pocos dias se van con su padre, y entonces la casa se queda vacia. Al principio me costaba sobrellevar esos intervalos. Ahora me parece ver en ellos cierta neutralidad, algo firme aunque vacio, algo ligeramente acusador a pesar de la vacuidad. Es como si estas horas solitarias, en las que por primera vez en muchos anos no se espera ni se necesita nada de mi, fueran mi botin de guerra, lo que he recibido a cambio de todo este conflicto. Y tu te llamas feminista, me decia mi marido, con rabia, en las semanas de amargura brutal que siguieron a nuestra separacion. Creia que era el quien habia desempenado el papel de la mujer en nuestro matrimonio, y al parecer esperaba que yo lo defendiera de mi misma, del macho opresor. Creia que hacer la compra, cocinar y recoger a las ninas en el colegio eran tareas femeninas. Yo, en cambio, cuando mas asexuada me sentia era cuando hacia esas cosas. A mi mi madre no me parecia un modelo por su forma de cumplir con sus obligaciones maternales: al contrario, me parecia que esas tareas amenazaban su feminidad en lugar de subrayarla. Por aquel entonces viviamos en un pueblo de las llanuras de Suffolk; mi madre pasaba mucho tiempo hablando por telefono. Me hipnotizaba su tono de voz, como si hablara consigo misma. Sus frases me sonaban preparadas, su risa, ligeramente artificial. Sospechaba que impostaba la voz, como una actriz. ?Quien era la mujer que hablaba por telefono? Mi madre era alguien a quien yo solo conocia de puertas adentro; compartia su punto de vista, me parecia vivir envuelta en su aburrimiento, su placer o su irritacion. Vivia dentro de su personaje, perdida. ?Como podia saber quien era mi madre? ?Como podia verla? Su atencion era como la mirada de un ojo interior que nunca se fijaba en mi directamente, que extraia su conocimiento de mi intimo conocimiento de mi Solo cuando la veia relacionandose con otras personas era capaz de mirarla objetivamente. A veces, mi madre invitaba a una amiga a comer y entonces, de pronto, ahi estaba la cara mi madre. De repente podia verla, podia compararla con su amiga y encontrarla mejor o peor, podia ver si la aceptaban, la envidiaban o la provocaban, saber cuales eran sus costumbres personales y su humor, distintos de los de su amiga. En esos momentos, su personaje, mi morada, me resultaba inaccesible; estaba oscuro, como una casa vacia. Si llamaba a esa puerta, me despachaban secamente, a veces de malos modos. Parecia como si alguien hubiera empaquetado y se hubiera llevado ese cuerpo, normalmente tan amplio, tan naturalmente ubicuo. Y, entonces, mi madre tambien se quedaba fuera, aislada, liberada temporalmente de la obligacion de ser quien era. En vez de eso, actuaba; era pura ficcion, bien o mal contada. Sus amigas, en general, tambien eran madres, mujeres con una geografia reconocible para mi: la sensacion de enigma oculto debajo de las mascaras del maquillaje y la conversacion, como el campo abierto que se extiende alrededor de una ciudad. Era imposible entrar en esos campos, aunque sabias que estaban ahi. Mi madre tenia una amiga, Sally, que no era como las demas. Entonces yo no entendia por que, pero ahora lo entiendo: Sally no tenia hijos. Era una mujer grande e ingeniosa, aunque tenia una cara triste. Se podia pasear por la tristeza de esa boca y esos ojos: estaba abierta a todo el mundo. Sally vino un dia que mi madre habia hecho un bizcocho de chocolate y quiso darle la receta. Sally dijo: <>. Yo no sabia que una mujer pudiera comerse un bizcocho entero. Me parecia una proeza, como el levantamiento de peso. Pero vi que a mi madre no le habia gustado la respuesta. Por alguna razon incomprensible, Sally habia estropeado el juego. Sin darse cuenta, habia abierto una grieta en la muralla de la feminidad y me habia dejado ver lo que habia al otro lado. De determinados acontecimientos de la vida no es posible tener un conocimiento previo: de la guerra, por ejemplo. El soldado que va a la guerra por primera vez no sabe como va a responder al enfrentarse con un enemigo armado. No conoce esa parte de si mismo. ?Es un asesino o un cobarde? Cuando llegue la hora respondera, pero no sabe de antemano cual sera su respuesta. Mi marido dijo que queria la mitad de todo, incluidas las ninas. Dije que no. ?Que quieres decir con eso?, pregunto. Esto fue por telefono. Yo estaba mirando el jardin por la ventana, un rectangulo entre otros rectangulos urbanos, con gatos merodeando por los limites. Nuestro jardin estaba abandonado ultimamente. Las malas hierbas ahogaban los arriates. El cesped habia crecido mucho, como el pelo. Pero, por mas que creciera el desorden, la cuadricula nunca se alteraria: los demas rectangulos conservarian su forma de todos modos. No puedes dividir a las personas por la mitad, dije. Tienen que pasar la mitad del tiempo conmigo, contesto. Son mis hijas, insisti. Son mias.

  • Cuando Cupido mete la pata de Nisha Scail

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    Cup observo como el sol despertaba elevandose en el horizonte, la tranquilidad de la manana, el canto de los primeros pajaros y el suave viento meciendo las copas de los arboles lo hizo sonreir. Este era el dia que esperaba ano tras ano, en el que daba comienzo su tarea y al mismo tiempo ponia punto y final, un trabajo eterno para un ser inmortal, pero uno del que disfrutaba como solo el dios del amor podia hacerlo. --Dios, haces que los demas quedemos a la altura del betun levantandote antes de que salga el sol. El saludo llego desde sus espaldas, sonrio interiormente y se giro para ver al hombre que llevaba el camping en el que llevaba un par de anos viviendo. Eros llevaba una taza de humeante cafe en las manos, a juzgar por su aspecto, el retirado Ranger no parecia de muy buen humor. --No te preocupes, dudo que nadie mas, exceptuandote a ti, este despierto a estas horas de la manana y menos en esta parte del pais --replico con tono jocoso--. Somos los unicos que nos despertamos al mismo tiempo que las gallinas. --Habla por ti, Cup, yo todavia estoy intentando quitarme las leganas. Sonrio. Eros era el gerente del camping The Woods, una serie de cabanas de madera destinadas al turismo rural, perfectas para aquellos que necesitaban escapar del mundanal ruido y las bulliciosas ciudades o, como hoy, para celebrar una romantica noche o largo fin de semana. --Sera mejor que empiece a hacer cafe para los demas, hoy va a ser un dia movidito -- continuo con una mueca, giro sobre sus talones y volvio a entrar en la cabana principal, el centro del camping y donde se encontraba el comedor, la cocina, el salon comun y las dependencias privadas del hombre. --No tienes idea de cuanto --replico en voz baja, mas para si mismo que para el. Las reservas para ese dia estaban completas, algunos de los campistas ya estaban alli y otros llegarian a lo largo de la manana, al final del dia, el complejo estaria lleno. Se llevo la mano al bolsillo trasero del pantalon y extrajo el cuaderno con solapas de color rojo. --Hora de ponerse a trabajar --murmuro abriendo el cuaderno y empezando a revisar sus paginas--. Veamos... tu no... tu tampoco... todavia no ha llegado tu momento… Repaso una a una cada pagina haciendo pequenas anotaciones aqui y alla con una pluma en forma de flecha dorada hasta encontrar lo que buscaba. --Ah, si. Aqui estas --golpeo un par de veces el papel--. Bien, bien... todo va segun lo planeado. Cerro el cuaderno satisfecho y lo devolvio al lugar de donde lo habia sacado. Tenia una larga jornada de trabajo por delante, una fiesta que organizar y un pellizco de romanticismo y deseo que esparcir por el camping. Solo esperaba que este ano algo de eso cayese tambien sobre Eros, ese hombre ya habia pasado bastante tiempo solo. CAPITULO 1 El silencio se rompio por la insistente y repetitiva melodia del despertador. Valentina odiaba aquel sonido que aguijoneaba la conciencia y obligaba hasta al mas dormido de los mortales a abandonar la calidez del lecho para enfrentarse a un nuevo dia. Se revolvio en la cama, refunfunando, deseando con todas sus fuerzas que aquel maldito cacharro se quedase sin pila, o mejor aun, estallara en pedacitos. No funciono, la melodia continuaba abriendose paso con abrumadora insistencia en su cabeza. Con un suspiro de rendicion, deslizo el brazo por debajo de las mantas y palpo a ciegas hasta encontrar el interruptor de la lampara de noche. La luz rosada que emitia despejo la oscuridad del dormitorio. Abrio un ojo a modo de prueba y volvio a cerrarlo inmediatamente ante la molesta claridad antes de suspirar y volver a intentarlo. Enfoco hasta conseguir leer la hora en el reloj digital que seguia vibrando sobre la mesilla. --Mierda. --mascullo, su voz pastosa por el sueno. Tenia que levantarse, le esperaba por delante un viaje en coche de lo mas estresante. ?En que momento se le habia ocurrido la brillante idea de ayudar a su madre con las entregas de la tienda online? !Y el catorce de febrero, nada mas y nada menos! En serio, ?quien diablos queria salir a la carretera, hacer un monton de kilometros para entregar una caja de San Valentin? Charleen Vishow era como la version femenina de Cupido cualquier mes del ano, pero en este era incluso peor y eso hacia que se le pusieran los pelos de punta. La semana anterior la habia llamado para pedirle que le echase una mano con las entregas, la ultima de las cuales tenia que entregar hoy. La dichosa caja tenia que ser entregada en Bear River, un pequeno pueblo a las afueras, tan a las afueras que le llevaria mas de seis horas llegar conduciendo. --Gracias por el palizon que voy a tener que pegarme, mama. Suspiro, hizo las mantas a un lado y se levanto de la cama. La luz del sol habia empezado ya a filtrarse por las rendijas de la persiana que habia quedado mal cerrada, lo cual era toda una novedad ya que la ultima semana habia llovido para llenar un lago y el sol apenas se habia dejado ver entre las nubes. Hoy, sin embargo, la manana presentaba un aspecto diferente. Tras levantarla y abrir la ventana para que entrase un poco de aire fresco, confirmo lo que podria llegar a ser un buen dia si las nubes llegaban a despejarse completamente. --Hora de darse una ducha y espabilarse --murmuro estirandose, le dio la espalda a la ventana y cruzo la habitacion para meterse en el bano y empezar su jornada. Le habria gustado quedarse en casa, abrir el frigorifico, coger un helado y pasarse todo el dia viendo peliculas, pero habia tenido que elegir entre hacerle ese favor a su madre o pasarse el dia envolviendo ramos de rosas en su floristeria; el encargo de su progenitora prometia ser menos vomitivo. No. No le gustaba San Valentin. Demasiado rojo, demasiados corazones y demasiado azucar, era como si la gente solo recordase ese dia que existia el amor y sintiesen unas ganas irrefrenables de restregarles su felicidad a todos en la cara. Consumismo puro y duro, eso era lo que era el catorce de febrero. Una excusa para comprar y gastar, esa fecha que no se olvidaba como los cumpleanos y los aniversarios y en los que, si no recibias una punetera flor o unos chocolates, eras practicamente una apestada. Amor. Oh si. A ella tambien le habria gustado creer en el amor, sentir ese cosquilleo en el estomago y soltar corazoncitos por los ojos, pero a lo largo de sus treinta y seis anos de vida, habia llegado a la conclusion de que Cupido ni siquiera conocia su direccion. Asi que, ?cual era el mejor sustituto del amor? El sexo. Que se olvidasen del chocolate, una sesion de cama podia arreglarle la noche a una chica, sobre todo si dicha sesion era con el companero adecuado. --Una pena que Keith no este en la ciudad --murmuro pensando en el abogado que habia conocido un par de meses atras y con el que solia salir muy de vez en cuando a tomarse algo. Su relacion se basaba en <>. Quien pensara que una mujer no podia tener la iniciativa en el sexo, era gilipollas. ?Donde decia que el hombre era el unico que podia salir a divertirse sin ser pisoteado despues? Su vision de las relaciones personales estaba bastante tocada, lo sabia, pero la culpa la tenia en gran medida la educacion liberal de su madre y los fallidos amorios que habia tenido a lo largo de su vida. Si, Cupido se habia olvidado completamente de ella. Termino de ducharse en tiempo record, se envolvio en una toalla y salio secandose el pelo con otra. Limpio el espejo con una pasada de la mano e hizo una mueca al ver su aspecto. --No. Ni el mejor de los estilistas va a poder arreglar esto. Llevaba el pelo casi a la altura de los hombros, cortado en lo que en algun momento habian sido dos capas, un color a caballo entre su natural color zanahoria y los reflejos que todavia le quedaban del ultimo cobrizo que se habia aplicado. --Semana que viene, a la peluqueria --se recordo. Suspiro y se apresuro en darle unas ultimas pasadas con la toalla para reemplazarla por el aire caliente del secador. El tiempo jugaba en su contra, los minutos parecian pasar mas rapido de lo normal, pero siempre era asi cuando se tenia prisa. Su estomago rugio recordandole que todavia no habia desayunado y si no se daba prisa en enfundarse la falda, la blusa y las botas para salir disparada hacia la cocina, seguiria rugiendo hasta que pudiese parar para comer

  • Panna cotta de Andrea Acosta

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    Andrea Bloom quiere conseguir su sueno: convertirse en chef profesional y abrir su propio restaurante. Un programa de television, Supreme chef, le dara la oportunidad de su vida: un curso de cocina en The Culinary Institute of America y la estancia durante un mes en la cocina de uno de los jueces del concurso. Prometida a Samuel y a punto de casarse con el, Andrea congela sus planes de boda y se marcha a Italia para cocinar al lado de uno de los mas grandes: Luca Graziani, el cocinero italiano superestrella de la television, juez del programa y propietario de varios restaurantes repartidos por el mundo. El sera el encargado de completar la formacion culinaria de Andrea durante ese mes. Petulante, engreido y despota, cocinar a su lado se convierte en un suplicio para ella y pronto surge la animadversion. Una antipatia mutua que marcara las vidas de ambos, una relacion tormentosa que se convertira en obsesion. Dicen que del amor al odio hay solo un paso y ocurre tambien en cocina que, a veces, de la combinacion de los ingredientes mas extranos se obtienen los mejores sabores, tan maravillosos que pueden poner en jaque corazones congelados, suenos y bodas. ?Volvera a ser Andrea la misma despues de esta experiencia?