• actua como si estuvieras loco por mi pdf - Doris P

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    Ocurrian muchas cosas en mi vida, pero estaba bien. Habia heredado un hermoso departamento, tenia un buen trabajo, y despues de un tiempo volvia a tener novio, con todo lo sabroso que eso implica. Sentia que las cosas iban bien.
    Hasta esa manana.
    No crei ser la tercera en discordia, y el muy poco hombre ni si quiera lo nego. Enterarme que todo mi castillo fue construido en el aire me hizo pedazos. Nada que una buena copa de vino con mi mejor amiga no solucione, o empeore.
    No me lo pregunten, pero termine en el departamento de mi vecino, ebria y lastimada, una horrible impresion, sin mencionar que el tipo era una delicia con piernas y brazos musculosos, este no era mi dia, pero no me importaba por el momento, yo simplemente, no lograba entender como un hombre puede jugar asi con los sentimientos de alguien.
    Tuve que ser fuerte, porque habia que volver al trabajo y la vida sigue. Sin creer que una semana despues me toparia de frente con mi ex y su novia, y aqui ustedes me entenderan, siempre digna, los salude, pero mi sorpresa fue mayuscula cuando me invitaron a su fiesta de compromiso. PERFECTO. Estupefacta me quede sin saber que decir, cuando senti como su presencia me contuvo. Mi vecino. El dio una sonrisa hermosa e hizo que mis fuerzas volvieran. Pero mi problema ahora era otro. Se hizo pasar por mi novio y ahora debiamos fingir ser la pareja perfecta.

  • Actua como si estuvieras loco por mi - Doris P. - Debeleer.com

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    No solía haber tanta actividad en ese apartamento cuando mis otros vecinos todavía vivían allí. Se escuchaban los televisores, radios, puertas cerradas de golpe ...

  • Actúa Como Si Estuvieras Loco Por Mi - Doris P. (2019)

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  • Actúa como si estuvieras loco por mi: Romance con mi vecino

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  • Al final de la calle 118 de Clara Cortes

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    La calle que lleva al motel donde vivo es larga y ancha, y una acera no tiene nada que ver con la otra. Es como si una barrera invisible separara ambos lados. Por supuesto, siempre que quieras puedes cruzar al otro lado, pero eso no significa que la gente lo haga. Es como la valla que rodea un instituto: aunque muchos querrian y podrian saltarla, eso no significa que la salten de verdad. Porque saben que su lugar esta dentro. Cuanto mas camino de la derecha recorro, mas grietas me encuentro. Y mas suciedad. Y menos casas. En la otra acera, sin embargo, la fila de chalets de color amarillo y naranja sigue hasta mas alla del motel, hasta alcanzar la carretera del norte. Aunque pueda sonar a mentira, me gusta mucho mas la acera de la derecha que la de la izquierda. Es mucho mas real. La vida es asi, rota, con hierba seca entre los huecos que deja la piedra de los adoquines. Si conoces a alguien con una vida-chalet, probablemente todo se quede en esa fachada amarilla, tan igual a lo largo de toda la fila. Probablemente su sitio tambien este en este lado, nuestro lado, pero no quieran aceptarlo. Antes de llegar al motel, en la acera de la derecha, la calle esta flanqueada por la verja de un orfanato. Es el que cubre la zona norte de la ciudad, adonde se sabe que llegan muchos ninos todos los meses. A veces lloran tanto y tantos a la vez que puedo oir sus sollozos sincronizados desde mi habitacion, y eso que no tiene ninguna ventana que pueda cerrar para acallarlos. Son gritos desgarradores. Cuando pasa me pregunto si habra alguna nina especial ahi dentro, alguien que se parezca a mi y que llore mas fuerte que todos los demas. Tambien me pregunto si la habre visto alguna vez cuando he pasado por delante y todos los ninos estaban jugando fuera, aunque me desespera pensar que he podido hacerlo y que no la he reconocido. Normalmente me gusta pasar la mano por la verja de rombos metalicos mientras camino. El sonido que hacen los anillos de mis dedos contra los alambres es musical y, si lo cuento en mi cabeza, sigue cierto ritmo que puede llegar a ser agradable. Siempre logro encontrarlo, aunque cada vez es diferente, pero eso es lo que mas me gusta. Sin embargo, ahora paro de hacerlo, porque, como todos los dias, tengo que mirar. Siempre me obligo a hacerlo al menos una vez, porque seria una persona horrible si no me molestara en dedicarle unos segundos al dia; busco un par de coletas desiguales que yo podria haber conocido, a esa nina que deberia tener mi nariz, o mis ojos, o los de Raven... Como de costumbre, no veo nada -porque no hay nada, ni siquiera suerte-, asi que tengo que seguir andando para volver a casa. Solo que, esta vez, si que hay algo cuando me pongo a andar otra vez. No lo habia visto porque mi mente habia elegido omitirlo y concentrarse en buscar, como cada dia; es curioso como nuestro cerebro es capaz de aislarnos hasta el punto de no dejarnos ver cosas tan obviamente claras. Porque, cuando vuelvo a andar, hay ahi otro sonido que esta vez no es mio. No rozo la verja con la yema de los dedos, pero, aun asi, en alguna parte hay musica. Y son notas. Notas de verdad, quiero decir, no solo en mi cabeza. Sol. Do. Re. La. No es metalico. Es una guitarra, y creo que viene de dentro. Vuelvo a mirar hacia alli sin dejar de andar. Ahi esta. No tardo demasiado en localizarla. La guitarra. Obviamente, alguien la esta tocando. Es un chico. Esta al fondo, encorvado y sentado sobre un banco. A pesar de todos los ninos que hay a su alrededor, parece estar muy solo. El chico es larguirucho y grande, o eso es lo que parece desde aqui. Tiene los dedos agiles, pero, a pesar de eso, se mueve como si no se sintiera seguro; vacila cuando hace amago de levantar la cabeza y al final nunca aparta la vista del movimiento de sus dedos sobre las cuerdas, como si de verdad temiera perderse o equivocarse. Esta cantando y lo que oigo en la distancia es grave y fuerte, pero a la vez suave y agradable. Cuando han pasado unos segundos y creo haber escuchado lo suficiente, decido que me gusta su voz. No parece que el este muy de acuerdo en eso, sin embargo. Tiene el ceno levemente fruncido y los hombros tensos. Las gafas de pasta negra que lleva juegan a ser equilibristas sobre la punta de su nariz, y me pregunto por que no puede, simplemente, hacer algun tipo de movimiento para subirselas. Siempre me ha puesto nerviosa la gente que mira el mundo por encima de la montura de sus gafas, como la senora que se encarga de la biblioteca del centro, aunque no se exactamente por que me molesta. Cuando acaba la cancion se queda un momento mirando la vibracion de las cuerdas antes de subir la cabeza y sonreirles a los ninos, un publico realmente desagradecido. Si, han estado tranquilos, pero no escuchandole. Gritan, saltan y rien mientras se persiguen los unos a los otros, y el baile sigue para ellos aunque ya no haya musica para acompanarlo. Me sobresalto al darme cuenta de que he estado parada tarareando todo el rato, aunque ni siquiera se como se llama la cancion. He debido de oirla en la radio alguna vez, o en el centro comercial, o en alguna sesion de fotos. No era consciente de habermela aprendido. Me doy la vuelta y sigo mi camino justo despues de que el chico se suba las gafas con un gesto despreocupado. El no me ve. No reanudo el sonido de mis anillos, simplemente meto las manos en los bolsillos y ando mas rapido, porque quiero llegar ya al motel. Solo unos treinta y cinco o cuarenta metros lo separan del orfanato. Cuando subo las escaleras metalicas que llevan al segundo piso y entro en el apartamento 36, la sensacion tan rara que se me habia puesto en el estomago tras escuchar esa cancion es sustituida por la colonia postsexo de Raven. Tengo que aguantar la respiracion y pasar directamente a la cocina. Y aunque alli no es mejor, porque ella esta fumando, al menos no es ese tufo a fruta, sudor y suciedad. -Ah, hola -dice, tranquila-. No he oido la llave. -Hola. Vacio mi mochila en la mesa blanca donde comemos. El tablero esta lleno de quemaduras y manchas marrones que no se pueden quitar. Caen las llaves, un libro, una camiseta sucia y un sobre. Justo antes de venir he pasado por el banco para sacar lo que me han pagado hoy. Raven apaga el cigarrillo dentro de una lata de cerveza arrugada y se acerca a mi con curiosidad. -?Cuanto? -Cincuenta pavos. -La ultima sesion fueron mas. -Porque me pase seis horas en ese estudio sin parar ni para mear, Raven. Por eso fueron mas. Mi hermana agarra el sobre antes de que yo pueda alcanzarlo y sale de la cocina contoneandose. Me dan ganas de gritarle que no hay nadie mirando, que no hace falta que haga eso, pero no quiero discutir. Necesita montar un espectaculo todo el tiempo. Ademas, suele estar de muy mal humor despues de estar con un cliente, por eso me callo. Se agacha junto a su cama y mete la mano debajo. Saca una caja de metal rosa que tiene un pequeno candado. Ahi es donde guardamos todo nuestro dinero. Esta llena de polvo y tiene un par de pelusas enganchadas en las esquinas. Muchas veces pienso en que pasaria si alguien entrara a robar, porque no seria nada dificil hacerlo. No seria dificil encontrar la caja bajo la cama y que alguien rompiera ese estupido candado y nos robara todo lo que tenemos. De hecho, yo misma podria hacerlo si quisiera. Podria agarrar una piedra de fuera, acercarme, golpearlo hasta que se partiese... Y luego irme lejos de aqui con el dinero. Pero Raven abre la caja y me quedo a medias preguntandome adonde iria. A un lado, los billetes estan sucios, algo rotos y arrugados. Al otro lado, el monton de mi dinero, es decir, el dinero que yo gano y que sale directamente del banco, descansa en pilas mas o menos agrupadas por su valor. Mis billetes estan limpios, en todos los sentidos posibles. En total no hay demasiado dinero, pero si mucha diferencia entre ambos lados. <>, pienso. Es como si cada monton saliera de un mundo completamente distinto, o viniera de una cara diferente de la luna, y en parte, si lo piensas, es un poco asi. -Bueno, supongo que esta vez, cuando venga ese baboso del casero, podre pagarle en condiciones. No soporto tener que tocarlo cuando vamos un poco justas. Doy la vuelta a su cama para ir hacia mi habitacion. -No necesitaba saber eso. -C'est la vie, Valeria. No puedes ser tan tiquismiquis. Las cosas son como son, a ver si lo aprendes de una vez. <>, dice siempre Raven. Raven, la que esta hecha de piedra. La que es dura y fria como el hielo. La que tiene muchos problemas y muchas responsabilidades que siempre prefiere evitar. Es Raven, es casi una extrana

  • Tuya por una noche 1 de April Russel

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    Megan MacMillan es una joven violinista que suena con algun dia ser reconocida por sus melodias, pero los problemas economicos la persiguen por lo que se ve obligada a buscar un segundo trabajo. Sin muchas esperanzas, presenta a una entrevista de trabajo en biofarmaceutica rusa como recepcionista. Al conseguir el trabajo cree haber solucionado sus problemas economicos, trabaja de dia, es violinista de noche.
    Pero su vida da un giro de ciento ochenta grados cuando su jefe y dueno de la biofarmaceutica le exige una noche de sexo a cambio de conservar su empleo.
    ?Aceptara Megan los chantajes de su jefe para conservar su trabajo y poder lograr sus suenos?
    Solo se necesita una noche para que del odio y el chantaje surjan pasiones desenfrenadas.

  • Las tres bodas de Manolita de Almudena Grandes

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    En el Madrid recien salido de la guerra civil, sobrevivir es un duro oficio cotidiano. Especialmente para Manolita, una joven de dieciocho anos que, con su padre y su madrastra encarcelados, y su hermano Antonio escondido en un tablao flamenco, tiene que hacerse cargo de su hermana Isabel y de otros tres mas pequenos. A Antonio se le ocurrira una manera desesperada de prolongar la resistencia en los anos mas terribles de la represion: utilizar unas multicopistas que nadie sabe poner en marcha para imprimir propaganda clandestina. Y querra que sea su hermana Manolita, la senorita <>, quien visite a un preso que puede darles la clave de su funcionamiento. Manolita no sabe que ese muchacho timido y sin aparente atractivo va a ser en realidad un hombre determinante en su vida, y querra visitarlo de nuevo, despues de varios periplos, en el destacamento penitenciario de El Valle de los Caidos. Pero antes debera descubrir quien es el delator que merodea por el barrio.

  • El gen viajero, Silvia Carrandi de Silvia Carrandi

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  • Mia en silencio (Confesiones en la noche 2) de Marion Marquez

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    Francis Laughton, conde de Welltonshire, no ha tenido una vida facil. A pesar de todo, desde su infancia ha aprendido a enfrentar las adversidades con sabiduria y un increible optimismo. Es por esa razon que reconoce su interes por los mas debiles, hasta el punto de ser incapaz de ignorar la desgracia ajena. Melanie Hefferman, hija de un antiguo vizconde, es una joven envuelta en un pasado demasiado oscuro para que alguien se atreva a traerlo a luz. Ignorada por los ojos de la mayoria, se ha refugiado en la soledad... hasta que se encuentra con el. Francis estara decidido a quitarle la mascara y hacerla hablar, no importando que tenga que soportar y a que deba recurrir, incluso, casarse con ella.

  • La espada del diablo de Mariano F. Urresti

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    La luz de las velas proyectaba la gigantesca sombra del monarca sobre la tienda de campana. Pedro II de Aragon caminaba alrededor de los dos gruesos tendales, los postes que sostenian aquella fabrica de telas y brocados donde se alojaba. Desde los extremos superiores de los fornidos maderos coronados por una pieza de cuero partia un haz de cuerdas clavadas en la tierra mediante estacas, y sobre ellas se disponian las lonas y alabes que hacian las veces de paredes y puertas. Los dos metros de altura del aragones parecian ser cuatro gracias al juego de sombras que provocaban las parpadeantes llamas, y la fiera expresion de su rostro, que tanto espanto habia provocado a los infieles un ano antes en la batalla de las Navas de Tolosa, hubiera acobardado al mas templado en aquel claroscuro. El monarca evidenciaba su irritacion por aquel retraso; y es que el no estaba acostumbrado a esperar, y menos a una mujer. Un grunido escapo a traves de su poblado bigote, y sobre sus cabellos, largos y enmaranados, resbalo por un instante la luz dorada de las velas. En el exterior de la tienda se escuchaban las voces de los soldados, el piafar de los caballos y el miedo, porque el miedo habla en voz alta con los hombres en la vispera de una batalla. Pedro II escupio al suelo de tierra y paja seca. El aire olia a cera quemada, sudor, estiercol, arena y vinagre, con el que los hombres limpiaban sus cotas de malla. Y a orines viejos, a cuerpos sucios y a tierra humeda. El monarca reanudo su ir y venir por la tienda dando enormes zancadas. Tenia treinta y cinco anos y estaba viudo. Su esposa, Maria de Montpellier, habia fallecido meses antes, pero no la echaba de menos. En realidad, de no haber sido porque el papa se opuso a ello, se hubiera divorciado de aquella mujer que a punto estuvo de no cumplir con su deber de darle un heredero. Y aunque al final pario a su hijo Jaime, el monarca necesitaba muchas mujeres para saciar su sed de sexo, y justamente ese era el motivo de su impaciencia y malhumor aquella noche. --?Donde se ha metido esa dama? --bramo. Dos arrugas verticales atravesaron su ceno. Sin embargo, nadie respondio, porque el rey estaba solo en su tienda. Minutos antes habia ordenado salir a todo el mundo. Los condes de Tolosa, de Foix y de Cominges se vieron arrojados al exterior de un modo que juzgaron humillante, pero no se atrevieron a levantar la voz ante el iracundo monarca a quien habian jurado vasallaje y a cuya fortaleza militar habian apostado su propia supervivencia y la de su gente, muchos de ellos entregados a la fe catara. Pero al soberano aragones los cataros y sus ideas religiosas le traian sin cuidado. Si estaba alli, en el bello y ansiado Languedoc, no era por una guerra de credos, sino para lograr que Aragon reinara al fin al otro lado de los Pirineos. Ademas, los occitanos le enervaban. Todo en ellos era diferente: su lengua, mas parecida a la catalana que a la francesa; su peculiar cultura, que incluia la presencia de trovadores en los castillos --algo que Pedro consideraba un sintoma de la propia debilidad de una nobleza--, o aquel peculiar compendio de virtudes religiosas, morales y sociales por el que se regian y al que denominaban paratge. Aquellas gentes extranas hablaban de cristianismo, pero no eran catolicos; al mismo tiempo, brindaban por el disfrute de la vida y eran excesivamente corteses para el gusto del aragones. En cuanto al orgullo del que hacian gala, el rey lo ridiculizaba cuando hablaba con los condes recordandoles su incapacidad para formar un ejercito unico, solido y capaz de enfrentarse a los soldados del papa y del rey frances. La causa principal de aquella debilidad militar era la existencia de una constelacion de pequenos senores feudales debido a que en aquellas tierras no imperaba la costumbre del mayorazgo, de manera que al no heredar el feudo el primogenito, las haciendas se subdividian y enflaquecian de ese modo sus fuerzas. En resumen, aquella gente vivia lejos de lo que un rey como el, aguerrido y virtuoso en la batalla, consideraba principios morales. Y, para colmo, los occitanos eran indisciplinados y carentes de virtudes militares. Aquella misma manana, sin que el hubiera autorizado semejante aventura, los milicianos procedentes de Tolosa se habian lanzado a la toma de la ciudad y fortaleza de Muret, frente a la cual todos estaban acampados. Aquel ataque, contraviniendo su voluntad, habia puesto en grave riesgo la estrategia que el habia disenado para derrotar definitivamente a Simon de Montfort. El rey se detuvo de nuevo y sintio como la sangre le hervia en la entrepierna y en el pecho. La primera se saciaria en breve, se consolo, pero la ira que habia provocado aquel ataque no consentido no se aplacaria facilmente. ?Como hacer entender a aquellos estupidos occitanos que el objetivo no era vencer a los defensores de Muret, sino acabar con el maldito Simon de Montfort de una vez por todas? --?Donde se ha metido? --gruno de nuevo y, colerico, levanto uno de los alabes de lona que cerraban la tienda a modo de puerta. Los soldados que custodiaban la entrada se envararon, pero el rey los ignoro. Sus ojos negros se achicaron buscando entre la oscuridad salpicada de antorchas del campamento a la mujer que aguardaba, Azalais de Boissezon, esposa de uno de aquellos faidits, como se llamaba a los senores occitanos que habian perdido hacienda y posicion por el empuje de los soldados del papa en aquella guerra. El rey habia quedado prendado de aquella belleza morena desde el mismo instante en que la vio, tiempo atras. Y ahora el destino la ponia a su alcance, puesto que era una de las damas que habian visitado a sus maridos antes de la batalla. Al verla en el campamento, el rey le hizo llegar una ardorosa carta en la que le ordenaba, mas que solicitaba, un encuentro en su tienda aquella misma noche, sin preocuparle lo mas minimo la presencia del esposo de Azalais. La amaria hasta el amanecer, rubricaba el gigantesco aragones al final del billete. Pero Azalais se retrasaba. Los guardias miraban al frente y el rey paso entre ellos olvidando durante unos segundos a la dama de sus anhelos. Contemplo en silencio la ciudad amurallada de Muret y se prometio que al dia siguiente seria suya. Tras sus muros, juro, no habria sino enemigos muertos o derrotados. --Mi senor. --La voz joven de una mujer le saco de sus pensamientos, y el rey se giro dejando a su espalda Muret--. Mi senor, traigo una nota de la dama Azalais de Boissezon, a quien tengo el honor de servir. Pedro II arrebato el papel de las manos de la joven sin ceremonia ni palabra alguna. La muchacha, paralizada por el temor, se palpo instintivamente su abultado vientre. En un mes, pariria. El rey entro en su tienda y leyo la nota a la luz de las velas. Cuatro lineas le habia escrito la dama Azalais. En las dos primeras, elogiaba el valor del monarca y expresaba su rubor por el interes del aragones hacia su persona; en las dos ultimas, declinaba la invitacion de visitar su lecho, pues su esposo le habia ordenado retirarse, junto a las mujeres de otros caballeros y senores, a alguna de las fortalezas cataras que aun podian conceder cierta seguridad. El monarca estrujo la nota entre sus poderosos dedos y, furioso, levanto el alabe y salio al exterior. Necesitaba respirar el aire frio de la noche. Por un instante, penso en dar muerte al incomodo esposo, pero comprendio que aquella decision lo enemistaria irremediablemente con el conde de Tolosa y con los demas nobles occitanos. --!Por todos los diablos! ?Es que esta gente no respeta nada? --grito. Los soldados mas proximos se estremecieron y procuraron desviar la mirada. El rey bufo una vez mas y miro a su alrededor con los ojos extraviados. Y de pronto, reparo en la joven mensajera y, por primera vez, poso sus ojos en su abultado vientre. Pero tambien admiro sus jugosos labios, su cabello rubio y su piel blanca. No debia tener aun veinte anos, presumio. Y asi agoto el monarca el ultimo pensamiento racional de aquella jornada. --?Como os llamais? --Ysabela, mi senor --respondio con un hilo de voz la muchacha. Y quiso anadir algo mas--: Soy dama de compania de... --No preciso saber nada mas de ti --atajo el rey--. Esta noche, solo me serviras a mi. Los ojos claros de Ysabela se encharcaron y volvio a palpar su vientre antes de que el aragones le rasgara el vestido con sus dedos de oso. Simon contemplo desde la torre Prima del castillo de Muret el mar de tiendas de campana de sus enemigos. Cientos de antorchas alumbraban el campamento dando forma a un inquietante ejercito titilante. Las tiendas de los aragoneses y occitanos se extendian como una plaga a tres kilometros al noroeste de la ciudad, y aun mas cerca, entre el arroyo Saudrune y una zona pantanosa proxima, podia divisar el campamento de los milicianos tolosanos. Sus ojos verdes se cerraron, pero no con pesar, sino con esperanza. Dos noches antes, mientras estaban en Fanjeaux, su esposa, Alix de Montmorency, habia tenido un sueno terrible. En la pesadilla, un torrente de sangre manaba de sus brazos, y Alix desperto angustiada. Llorosa y con voz entrecortada, le explico lo sucedido. --Hablais como una mujer --respondio Simon a los lamentos de su mujer, que le suplicaba no acudir al combate--. ?Creeis que doy fe a los augurios como hacen los aragoneses o esos herejes occitanos? Si yo hubiera sonado que iba a morir en la batalla, iria a ella aun mas seguro para burlarme de esos malos cristianos que dirige el rey Pedro --anadio rubricando sus palabras con un poderoso punetazo sobre la cama de nogal, que temblo como una hoja. Hacia tiempo que Simon de Montfort sospechaba que el rey Pedro II de Aragon cruzaria los Pirineos para alinearse con los condes cataros, y por ello habia salido de Carcasona dispuesto a ir al encuentro del aragones. Al mismo tiempo, ordeno a su hijo Amaury partir desde Cominges para encontrarse con el. Sus sospechas se confirmaron poco despues, cuando un correo llegado desde Muret le advirtio de la presencia de un formidable ejercito acampado frente a esa ciudad. En Muret no habia ni hombres ni viveres suficientes para resistir un asedio mientras llegaban refuerzos. No obstante, se encomendo a Dios y, aunque aun lo separaban sesenta kilometros de Muret, ordeno a sus hombres avanzar hasta la abadia cisterciense de Boulbonne, donde se detuvo para rezar. --!Oh, Senor! Tu me has elegido, pese a mi indignidad, para tus combates --murmuro en la soledad de la iglesia, rodilla en tierra, tras depositar su espada sobre el altar. A continuacion, se concedio unos segundos de introspeccion durante los cuales creyo escuchar dentro de si una voz reconfortante. Despues, recogio su espada, y anadio--: De tu altar recibo hoy de ti mis armas para que en el momento de la batalla estes a mi lado. Cuando salio de la iglesia, sus hombres lo miraron como si contemplaran a un profeta. Todos lo conocian ya como el conde de Cristo. De pronto, entre todos ellos se abrio paso un clerigo que dijo ser sacristan de la abadia de SaintAntonin de Pamiers y llamarse Maurin de Montlaur. --Mi senor, teneis poca gente en comparacion con vuestros enemigos --advirtio el enjuto hombre de Dios--. He visto su campamento, y entre ellos esta el rey de Aragon, hombre muy experto en la guerra. Junto a el estan los ejercitos de los condes de Tolosa, Raimundo VI, de Cominges, Bernardo IV, y el de Foix, Raimundo Roger. Simon escucho al sacristan imperturbable, y cuando el de Pamiers concluyo, se limito a sacar de su limosnera una carta y se la entrego a su informador. Desconcertado, el clerigo leyo su contenido y descubrio que habia sido escrita por el rey aragones y dirigida a la dama Azalais de Boissezon. En la nota, Pedro hablaba de amor y sexo del modo mas desvergonzado. --?Que quereis decir con esto, mi senor? --pregunto el sacristan, perplejo. --?Que que quiero decir? --trono Montfort. Su enorme corpachon ensombrecio al canijo capellan--. ?Aun lo preguntais? --Agarro por los habitos al clerigo y lo zarandeo como a un muneco, evidenciando su fuerza herculea--. ?Que clase de fe teneis vos? ?No veis acaso que Dios me envia una senal? ?No veis que Dios dispuso lo necesario para que nos hicieramos con esa carta? No temo a un rey que en lugar de cuidar del negocio de Dios viene a la batalla para fornicar con una mujer. A continuacion, empujo al sacristan apartandolo de su camino, monto sobre su imponente caballo blanco y ordeno a los suyos partir rumbo a Saverdum, adonde llegaron al atardecer. Al dia siguiente, atravesaron un arroyo que desembocaba en el rio Aure y dejaron atras las colinas de Terrefort. Estaban a pocos kilometros de Muret, y todos aguardaban el inminente ataque que, presumian, ordenaria el rey de Aragon para evitar que llegaran a la ciudad. Pero, para su sorpresa, la emboscada nunca se produjo y llegaron al pie de las murallas rojizas de Muret sin sobresaltos. Envalentonados, sus hombres propusieron cruzar de inmediato el puente sobre el rio Garona y cargar contra el enemigo acampado, pero Simon les disuadio de ello. --Estamos cansados, y ellos frescos --dijo aun sin descender de su montura, y girandose contemplo el inmenso campamento, cuya extension era superior a la de la propia ciudad de Muret--. Dejemosles que sigan creyendose superiores solo porque lo sean en numero. A continuacion, entraron en la ciudad por la Puerta de Salas, atravesaron el Mercadal, la enorme plaza que era el corazon de la ciudad, y mientras sus hombres se instalaron en la Villa Nova, el se traslado al Castillo Viejo, desde lo alto del cual contemplaba en aquel momento el mar de hogueras y antorchas de sus enemigos. --?Por que nos han permitido entrar en Muret? --murmuro para si. Se habia hecho aquella pregunta mil veces a lo largo del camino. Una rafaga de viento removio la barba y el cabello, salpicados de canas, de aquel hombre cuya mano creia guiada por Dios. De pronto, se sintio demasiado lejos de su hogar, y viejo. Estaba en la cincuentena, y se pregunto si regresaria a su casa antes de morir. Era de origen franco-normando, y su linaje hundia sus raices en Montfor-l'Amaury, al oeste de la Isla de Francia. Sin embargo, desde hacia cinco anos, cada primavera y cada verano, habia entregado su vida a imponer la verdadera fe en aquellas tierras, erradicando de raiz la herejia. --!Cinco anos! !Que rapido se escapa el tiempo! --murmuro. El 10 de marzo de 1208, el papa Inocencio III habia convocado una cruzada contra los occitanos, deseoso de extirpar la herejia catara de aquellas tierras. El asesinato en Sant Geli un ano antes de su legado, de fray Pierre de Castelanau, a manos de un soldado al servicio del conde de Tolosa, le sirvio en bandeja la excusa necesaria para tomar una decision como aquella, sin precedentes: !una cruzada contra otros cristianos! Voluntarios de Normandia, Champana, Anjou, Flandes o Picardia acudieron a la llamada del pontifice. Muchos eran pecadores que ansiaban el perdon de sus faltas; otros, salivaban imaginandose ya senores de las ricas tierras del sur, y otros encontraron en aquella cruzada el modo de evitar cumplir su promesa de acudir a Tierra Santa para combatir al infiel. Y de entre todos aquellos senores, Simon de Montfort fue elegido como brazo armado del pontifice, aunque fuera Arnaud Amaury, legado papal y abad de Citeaux, quien capitaneara a aquella gigantesca hueste. --!Malnacidos! --escupio con la mirada clavada en el campamento aragones y occitano. Si hasta entonces ningun cataro habia logrado derrotarle, ?por que iba a ser diferente al dia siguiente?, penso. Las aguas del rio Louge, que discurrian mansas a los pies del castillo, le parecieron de pronto siniestras. El rio Garona abrigaba la fortaleza por el lado opuesto. Un foso inundado por las aguas de ambos rios aislaba el Castillo Viejo de la Villa Nueva de Muret, aunque un puente levadizo permitia la comunicacion entre ambos. Desde su atalaya, Simon podia contemplar a su derecha el puente de Sant Serni, que permitia abandonar la fortaleza hacia el este, donde estaban acampados los voluntarios occitanos. El castillo se erguia, orgulloso, aranando el cielo negro con sus cinco torres. La de Lissac tenia mas de treinta metros de altura, y vigilaba el rio Garona; la del homenaje, o de Loja, superaba los cuarenta metros de alto, y se alzaba sobre el vertice en el que se abrazaban las aguas de los dos rios que rodeaban la fortaleza. Simon se encontraba en la torre de Prima, y a su espalda se alzaba la torre de Dantin. La quinta torre defendia el puente levadizo que unia el castillo con la ciudad, y las cinco se enlazaban por muros de quince metros de altura y tres metros de anchura. Simon contemplo el paseo de ronda que rodeaba las murallas de aquella fortaleza de mas de cinco mil metros cuadrados y, a pesar de ello, se sintio indefenso. --Si nos quedamos aqui, moriremos --penso. Entonces, alzo la mirada al cielo y pidio ayuda a Dios; el mismo Dios en nombre del cual habia matado, mutilado y torturado a mujeres, ninos y ancianos desde que estaba en aquella maldita tierra de herejes. El sol salio poco antes de las siete y media de la manana. Era jueves 13 de septiembre; un buen dia para matar a Montfort, penso el rey Pedro al despertar. En el suelo, hecha un ovillo, permanecia Ysabela. La muchacha tenia los ojos enrojecidos por el llanto, las nalgas enrojecidas por los azotes, los pechos enrojecidos por los mordiscos del monarca, el cuerpo molido tras sentir el gigantesco corpachon del aragones en todas las posturas que el deseo durante aquella interminable noche, y el alma en los huesos. Por un instante, parecio que el rey se apiadaba de ella pero el brillo en sus ojos nada tenia que ver con la piedad. Pedro se levanto del jergon, puso sus pies en el suelo cubierto de paja, y acerco su virilidad a la boca de la joven. La muchacha comprendio, mientras las lagrimas caian por sus mejillas. Minutos despues, el rey se aparto de ella.

  • La casa de la caridad de Ulrike Schweikert

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    Berlin, 1831. El colera ha llegado a la ciudad. Los destinos de tres mujeres se cruzaran en la Charite, el hospital mas antiguo de Berlin.

  • Infidelidad (Mentiras con amor 1) de Chris Razo

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    Primera entrega de la trilogia <> de Chris Razo.

  • Rabell Falls de Clara Ann Simons

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    Julia borro el mensaje y apago la pantalla del telefono movil. Casi admiraba su persistencia y tenacidad; seria logico haber abandonado hace ya mucho tiempo y ya no sabia que debia hacer para que la dejasen en paz de una vez. Ellos en cambio, seguian intentandolo, incluso cambiando de numero de telefono. ?Acaso no estaba lo suficientemente claro que no queria saber nada de ellos? Al fin y al cabo, sus padres tampoco habian querido saber nada de su vida, sobre todo tras el divorcio. Ya no era la pequena Julia de doce anos que se encerraba en el bano a llorar mientras sus padres discutian y se gritaban como si estuviesen locos, ahora era una mujer adulta y totalmente independiente. Lo habia sido desde muy joven; tras el divorcio, la falta de atencion de sus padres y el continuo ir y venir entre ambas casas y la de su abuela cambiando casi cada ano de instituto la habian hecho madurar muy rapido. Quiza demasiado. --!Que les den! --exclamo entre susurros mientras revisaba los numeros de la que seria su siguiente adquisicion antes de llamar a su mano derecha en la empresa. Mark Troy se habia convertido en una pieza casi fundamental para el negocio, aunque a Julia, a veces, le costase aceptarlo. Casi tan ambicioso como ella, no le importaba dedicar horas y horas a analizar los interminables datos financieros de las empresas que serian su objetivo, digiriendolos para presentarselos a los inversores de la manera mas atractiva posible. Mark era lo que en el mundo de las finanzas llamaban un "quant" alguien capaz de utilizar modelos matematicos para conseguir una ligera ventaja sobre los competidores, y Julia nunca habia trabajado con un quant mejor que el. --Ya esta todo analizado, Julia--anuncio Mark orgulloso nada mas entrar en el despacho.--No creo que tengamos problema para convencer a los inversores, si se cierran el sesenta por ciento de las operaciones de la empresa, el cash flow empieza a ser positivo a partir del segundo ano y podemos trocear las distintas divisiones vendiendolas por partes. --?De cuantos despidos estamos hablando? --pregunto Julia sin dejar de mirar a traves de la enorme ventana de su despacho en pleno distrito financiero de Boston. --De unos cuatrocientos, habra que negociar con los sindicatos, pero en estos momentos nos ven casi como a unos heroes que venimos a salvar su barco a la deriva--admitio Mark. --Bien, concreta una reunion con los posibles inversores para dentro de una semana, estare unos dias fuera--anuncio Julia--y, por favor, Mark, quiero que todos los numeros cuadren a la perfeccion y que cada inversor reciba un dosier en color con la propuesta, ya sabes lo mucho que le gustan a los fondos buitre los graficos. --Y que negociemos los despidos por ellos--anadio el matematico casi como un robot. Realmente Mark no era matematico, tenia un doctorado en fisica cuantica por una prestigiosa universidad, pero en la empresa casi todos se referian a el como "el matematico" o simplemente el quant. Su trabajo analizando datos financieros le proporcionaba un salario muy superior al que conseguiria dando clases en cualquier universidad o trabajando como investigador, aunque Julia nunca se habia detenido a preguntarle si lo disfrutaba, ni siquiera se lo habia planteado. --Julia, otra cosa--anadio Mark antes de salir del despacho. --Dime. --He estado dando vueltas a lo de la compra del hotel rural ese en Vermont y sigo sin verlo. Lo siento, no pretendo dudar de tu olfato para las operaciones financieras, nos has llevado muy lejos, pero por mas simulaciones que hago me sigue pareciendo un negocio que no esta a la altura del resto de nuestras adquisiciones--reconocio el quant bajando la mirada. --Tengo mis motivos, limitate a prepararme los numeros que te he pedido y que la semana que viene esten listas las propuestas de los estudios de arquitectura para remodelar el hotel. Del resto ya me ocupo yo, manana partire hacia alli para analizarlo sobre el terreno--replico Julia muy seria. Una vez que Mark abandono el despacho y se quedo sola, Julia no pudo evitar reflexionar sobre la adquisicion del pequeno hotel rural sin apartar la vista de la ventana. Al dia siguiente partiria hacia Rabell Falls, una pequena poblacion en el estado de Vermont para arrasar hasta la ultima piedra de aquel hotel rural y convertirlo en un moderno centro de convenciones en miniatura para que las empresas y los hipsters ricos pudiesen hacer retiros junto al lago o en la temporada de esqui. Reconocio que Mark tenia razon, habia dado en el clavo con su comentario sobre la adquisicion, era cierto que no estaba a la misma altura que el resto de sus operaciones habituales, ni siquiera cerca de ellas. Sin embargo, esta no era en modo alguno una operacion habitual; se trataba de algo personal, como cuando hacia tres anos compro la empresa donde trabajaba su padre para cerrarla. Aquella vez apenas consiguieron cubrir los gastos y poco mas, con el consiguiente enfado de uno de los fondos buitre con los que trabajaban. Al menos en este caso, el hotelito rural de Rabell Falls significaba una inversion lo suficientemente pequena como para poder asumirlo con los fondos propios de su empresa, sin necesidad de inversores externos. Ese pequeno hotel era el ultimo escollo que le quedaba para romper con su pasado; una vez que acabase con el, no habria nada que le recordase a la Julia asustada y fragil de anos atras. Ni a sus padres. Y de todos sus recuerdos de cuando era nina, el maldito hotel era una espina que tenia clavada desde hacia muchos anos, odiaba ese hotel con todas sus fuerzas. Recordaba aquel aciago verano cuando todavia era una nina, cuando acompano a sus padres a pasar una semana de vacaciones en un pequeno hotel junto a un lago en la localidad de Rabell Falls, en el estado de Vermont. Supuestamente era la oportunidad para arreglar las cosas entre ellos, aunque acabo siendo el detonante que se llevaria por delante su matrimonio. Es mas que probable que ese matrimonio estuviese ya herido de muerte, pero a partir de esas vacaciones todo se precipito demasiado rapido. De sus recuerdos de aquel verano solamente guardaba gritos y mas gritos, lloros, frustracion, desesperacion. La sensacion de ser la hija que nadie queria. Odiaba ese hotel con toda su alma. La alarma del telefono sono de improviso sacandola de sus pensamientos y con un suspiro recordo que habia quedado para comer con Jacob Harmon. Ya pasada la edad de jubilacion, Harmon era una especie de leyenda en el mundo de los fondos buitre, temido e idolatrado a partes iguales entre sus companeros y competidores. A pesar de la diferencia de edad, era lo mas parecido que Julia tenia a un amigo. Poco despues de terminar la facultad supo reconocer el potencial de aquella joven que se pasaba horas y horas trabajando sin importarle nada mas en la vida. Fue entonces cuando la tomo bajo su tutela y se convirtio en su mentor, fue el quien le enseno a canalizar la ira, la frustracion y el odio que llevaba dentro y convertirlas en algo productivo. El viejo zorro le desvelo valiosos trucos del oficio y la convirtio en lo que era hoy en dia, volviendose aun mas rico en el proceso. --Perdona, Jacob, se me ha hecho un poco tarde, ya sabes que estamos preparando una adquisicion importante--se disculpo al llegar a la mesa de uno de los restaurantes mas lujosos del distrito financiero. --Tranquila, Julia, yo acabo de llegar tambien, he aprovechado para observar a las otras mesas --respondio el viejo inversor esbozando una sonrisa. Ni siquiera necesitaba dar una explicacion, Julia sabia perfectamente las reglas del juego y era consciente de que a esos restaurantes no se va solamente por la comida sino que es mucho mas importante dejarse ver y enviar un mensaje. Nada mas enfocar su mirada tres mesas hacia la derecha se dio cuenta de que los representantes de dos grandes bancos de inversion estaban sentados junto a los directivos de una empresa de software puntera de la zona de Cambridge. --Lo que tu suponias--musito de manera criptica asintiendo con la cabeza ante la sonrisa de satisfaccion del viejo zorro. --Por cierto, Julia, estaria muy interesado en aumentar mi participacion en la nueva adquisicion, ?habeis terminado de analizarla? --inquirio inclinandose hacia ella y bajando la voz. --Mark esta poniendo en orden los analisis y vamos a concretar una reunion la proxima semana con posibles inversores para la primera ronda de financiacion, aunque por supuesto ya sabes que tu fondo tiene prioridad a la hora de invertir con nosotros. Le dire a Mark que te adelante el dosier en cuanto este listo sin esperar a la reunion general--respondio ella con una breve sonrisa. --?Sigues pensando en comprar ese hotelito en Vermont? --Salgo manana hacia alli a ver si logro convencer al dueno de una vez. Hasta ahora solo he tenido muy buenas intenciones, pero nada mas, no acaba de decidirse a firmar la compraventa. Pasare alli el fin de semana--aclaro Julia con un gesto de desagrado. --No parece que tengas muchas ganas de ir--apunto el viejo inversor. --Ninguna. Preferiria no volver a ver ese sitio en mi vida, pero tengo que convencer a ese viejo imbecil de que firme antes de que el banco se quede con el hotel. Ya le han cortado todas las lineas de financiacion, ni siquiera se como es capaz de aguantar--le informo Julia negando con la cabeza. El viejo inversor se quedo callado al observar al camarero acercarse a ellos con los primeros platos, retomando la palabra en cuanto estuvo lo suficientemente lejos como para no poder escucharlos. --?Estas segura de que quieres hacer esto? --pregunto Harmon mirando por encima de las gafas

  • Las cenizas de la inocencia de Fernando Benzo Sainz

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    Una novela de gangsters ambientada en el Madrid de los anos 40.

  • Forjada en acero vikingo (Skjaldmo 1) de A. R. Cid

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    El invierno siempre habia sido su estacion favorita. Eyra se sentia reflejada en la crudeza de sus temperaturas, en la crueldad que podias hallar en la blanca nieve que cubria el bosque. Los arboles apenas soportaban el peso y se plegaban ante la joven, los animales estaban escondidos y la convertian en la unica inconsciente que alli se encontraba. Alzo los ojos azules euforica, deseando forzar sus musculos todavia mas, furiosa en el fondo. No sabia que le pasaba, no queria pensar en ello. Se dejo caer sobre una piedra y estiro los dedos, recordando la primera vez que se habia visto forzada a cruzar la linea. Ese instante que debia convertirla en una verdadera guerrera y que la transformo en un fantasma hurano que apenas soportaba la presencia de otras personas. "Siempre has sido una asesina. ?Acaso lo has olvidado?" La voz de su abuelo inundo su cabeza. --Solo era una nina. Tu me obligaste a hacerlo... --gimoteo Eyra, sin atreverse a alzar la voz contra el fantasma de quien tanto dano le habia causado. En la aldea todos festejaban. Bebian y comian en honor a los vencedores, disfrutando de un botin maldito. Sin embargo, eran sus preguntas y comentarios para los que ella no estaba preparada. Ellos esperaban una gran historia, palabras que ensalzarian las hazanas de su pueblo sin comprender que lo que Eyra habia visto era solo oscuridad y dolor, tristeza y lagrimas, que dejaban sobre su piel una ponzonosa sensacion. ?Por que habia elegido ir? Ya no habia marcha atras. "He protegido a mi pueblo, a mis hermanos", se dijo Eyra. ?Por que entonces no habia sido capaz de volver a levantar la espada desde esa incursion? Ahora preferia correr, saltar los arroyos y alejarse tanto como podia, hasta que la proximidad de la noche la obligaba a regresar. El orgullo que los ojos de los suyos le mostraban era el peor de los venenos. "Jamas podre olvidarlo", comprendio Eyra, ahogandose en un sollozo que no permitio salir. Ella no lloraba, no caia, no se rendia. Fue el silencio sepulcral que ahora preferia el que la ayudo a escuchar lo que estaba demasiado lejos. Aunque puede que fuera su instinto, lo cierto era que giro la cabeza y miro en direccion a su pueblo sin saber que era lo que buscaba. Una columna negra se alzo buscando las blancas nubes. "No se atreverian", ni siquiera ella fue capaz de creerse tamana mentira. ?No se atreveran? La venganza era un sentimiento poderoso que conferia fuerzas a quienes ya habian sido derrotados. Solo un pueblo los odiaba lo suficiente, perdio unos valiosos segundos ante la sensacion de que se lo merecian. Entonces, ?por que corria? Era sencillo, puede que mereciera morir, mas eso no implicaba que fuera a permitir que acabasen con los que apreciaba, que permitiera que colocasen unas cadenas en sus munecas y convirtieran sus vidas en un infierno permanente. La aldea era un caos cuando llego. Rostros con marcas de guerra perseguian a otros que buscaban como defenderse. No quiso reconocer a nadie, cerro los ojos con fuerza mientras llegaba a su choza y buscaba a una vieja amiga que nunca creyo que volveria a empunar. "Son tiempos de guerra", solia comentar su abuela cuando se sentaba frente al mar en verano. Para ella siempre lo eran y, lo cierto, era que rara vez se equivocaba cuando se aventuraba a discernir lo que el futuro les habia preparado. --Y para que la paz llegue es preciso dar un tributo a Tyr --solto Eyra, disculpandose cuando se planto ante un hombreton y flexiono las piernas--. Supongo que de poco valdra que trate de negociar. --Os arrancaremos la cabeza a todos. No habra prisioneros --prometio el guerrero, sediento por la sangre de sus enemigos. Sus pupilas eran tan diminutas que Eyra dudaba que pudiera verla, estaba perdido en otro lugar y otro tiempo. No por eso era menos peligroso. --Lamento esa decision. Nunca fue mi intencion arrancar mas vidas. --?Tu? --escupio el hombreton lanzando el hacha sobre su cabeza. Golpe que esquivo de tal forma que parecia bailar, sus pies se movian con tanta habilidad que ella no tenia que pensar como, permitir que su instinto tomase el control era suficiente --Deja de correr, de nada te servira. --Estoy segura. Llevo escapando de quien soy anos y, aqui nos hallamos. Mis pecados me escupen de frente. --Sonrio con los labios, sin que el gesto llegase a sus ojos. Su interior estaba tan helado como el bosque que habia dejado atras, eso no impedia que un fuego explotase en sus musculos cuando la espada estaba en su mano--. Estoy destinada a ser una asesina. El guerrero era inmenso y sus movimientos lentos. Ella buscaba herir y fue a por su gemelo, apunto a sus piernas sabiendo que habia muchos otros a los que debia detener. Rapida y eficiente, tanto que se detuvo tras cuatro cuerpos caidos sin recordar como habia llegado tan lejos. Su cerebro desconectaba como si pelear fuera todo cuanto necesitase, como si fuera ella misma arrancandose las cadenas, cadenas que su conciencia trataba de grabar a fuego en un alma negra como la noche misma. Era ella y no queria serlo. No queria sonreir al demostrar que podia doblegarlos, no queria ulular cuando corria ni cerrar los ojos de placer cuando el viento movia su pelo y refrescaba su piel. Viva, se sentia viva. Gritos, promesas, amenazas y ruegos. ?Para que? Eso no cambiaria nada. Los enemigos no se rendirian y ellos no dejarian de luchar por sobrevivir. Algo le llamo la atencion, hizo girar la espada en su mano mirando hacia el norte sin comprender por que ese hombre atraia sus ojos. Un paso, dos pasos, tres pasos... Llego hasta la esquina y esquivo un golpe mortal. Giro sobre si misma y aprovecho la nieve para cegar a alguien, que gruno furioso haciendo que los ojos verdes, de quien tanto le habia llamado la atencion, virasen a su persona. "Hermoso..." Eyra retuvo el aire que pugnaba por salir de sus pulmones. El estaba cubierto por sangre, sangre de los suyos. Debia matarlo... "?Por que?" --?Una mujer? --se carcajeo Snorri, alzando la ceja derecha. ?Debia sentirse insultada? Ella lo miro con mas curiosidad-- ?Ahora mandan a las mujeres a protegerlos? Eyra miro a su alrededor buscando a la joven debil que el parecia estar observando, desde luego no se sentia identificada. Se senalo a si misma con la empunadura de la espada y volvio a hacerla girar, un gesto que demostraba su nerviosismo y, al mismo tiempo, lo bien que se desenvolvia con ella. Era un apendice mas. --Debo detenerte --se dijo, ?o se lo habia dicho a el? ?Importaba? --No te matare. --?Estas loca? --inquirio el, pareciera verdaderamente interesado en la respuesta a dicha pregunta. Se habrian pasado horas mirandose si el grito que rasgo el aire no perteneciera a Lena. El estaba en el medio, lo convirtio en un hermoso estorbo. Ataco cegada, sintiendo la prisa espoleando sus movimientos. Grito dandole fuerza a sus golpes, haciendo que las espadas chocasen de tal forma que Snorri acabo retrocediendo.

  • Nunca digas nunca de Ana Ximena Santibanez

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    Entro a su cuarto con cierta resignacion. El dia que tanto habia esperado estaba aqui, pero no como ella lo habia sonado. Sabia que este deberia ser un dia emocionante y lleno de felicidad, pero no podia evitar pensar en los grandes ausentes. Grace fijo su mirada en la casita de munecas que estaba en una esquina, rodeada de peluches y juguetes que ahora parecian una vitrina mas del museo. Contemplo el hermoso vestido que le habian disenado para esta noche. Por un momento le parecio casi tan especial como anos atras le habia parecido esa casa de munecas, no podia creer que fuera suyo. Al acercarse noto que habia un paquete con un mono y un sobre encima de la cama. Emocionada vio el sobre con la letra de su madre y su tradicional dedicatoria: "Para mi princesa". Las palabras la emocionaban aun mas que lo que pudiera encontrar detras de la envoltura y el mono. No habia pasado aun mucho tiempo, pero cada segundo que su madre no estaba con ella parecia una eternidad. Ella, su eterna complice, protectora y companera. Creciendo como hija unica, rodeada de tantas cosas tan anormales, su madre y la familia de ella, eran su unico y verdadero contacto con el mundo ordinario. Con las manos un tanto temblorosas y los ojos llenos de lagrimas, abrio el sobre y leyo: "Grace: No estes nerviosa amor, hoy es un gran dia y tanto papa como yo estamos convencidos que haras un excelente papel. Perdona mi ausencia amor mio, ni el tiempo ni la distancia lograrian separarnos, pero hay cosas mas grandes y dificiles de comprender que me alejan de ti. No tienes nada de que preocuparte, todos hemos dudado en algun momento si seremos capaces de cumplir con el papel que nos toca al ser parte de esta familia. Y mira que si lo se yo, que me negue durante anos a cargar con la presion y la historia de estar parada en donde estaras en tan solo unas horas. Solo ten presente que el papel que te toca desempenar no es un peso, sino un privilegio. El universo es perfecto y si Dios te ha permitido tener todo lo que haz gozado durante tu vida, es por algo. Nunca te sientas culpable o responsable, sientete bendecida y agradecida. Papa y yo creimos que este dia seria el mejor momento para que tuvieras esto en tus manos. Es tu historia, escrita en mi diario, desde mi perspectiva y por lo tanto tengo que pedirte un gran favor. Cuando la leas, por favor no hagas mucho caso de los juicios y criticas que hice de la gente que mas amamos tu y yo. Cuando se es joven, todo se ve de una manera distinta. Y no solo por una cuestion de edad, sino por falta de experiencia, de paciencia y de humildad. Cuando somos jovenes nos da tanto miedo reconocer que sabemos tan poco del mundo, que nos aferramos a lo que conocemos y lo defendemos como cierto con unas y dientes. Espero que no sea tu caso y precisamente por eso quiero que tu tengas este libro. Mi mayor deseo es que al ver los errores que cometimos todos nosotros, tu te puedas mantener alejada de ellos. Ten en mente que todo lo que hicimos, tus abuelos, tu papa, tus tios y yo, lo hicimos por amor. Por amor a las cosas que creiamos que eran mas importantes. Bien o mal, todo lo que hicimos en el pasado, nos ha permitido gozar de ti y de las bendiciones que ha traido tu presencia en nuestras vidas. Esto no es uno de los cuentos que te contaba papa, o las novelas que has leido con heroes y villanos. Es mucho de lo que te vas a encontrar en la vida. Con el tiempo veras que todos hacemos lo mejor que podemos hacer con los conocimientos, los valores y el talento que tenemos en determinado momento. Este mundo mas que blanco y negro, esta lleno de colores y matices que en realidad lo hacen mas hermoso e interesante. La vida es corta amor mio, disfrutala y no la sufras, mucho menos por decision propia. Nada en esta vida me ha resultado mas absurdo y doloroso que perderme de dias o anos de felicidad por miedo. Siempre estoy contigo princesa, aunque no este fisicamente a tu lado. Te amo con toda mi alma y aun mas si fuera posible. Mama" Interrumpiendo los pensamientos de Grace, Francine y Manolo entraron en la habitacion. Francine la ayudo a ponerse el vestido y Manolo realizo el peinado que habian acordado para la noche. Ambos se extranaron de ver a Grace tan callada, pero se limitaron a pensar que era solo el nerviosismo de la noche. Unos minutos antes de que estuviera lista, su padre entro al cuarto. --?Lista princesa? --pregunto mientras miraba asombrado como habia crecido su nina los ultimos anos. --Ya casi papi. --Contesto aun sumergida en sus pensamientos. --Me imagino que esa carita es porque abriste tu regalo. --Si. No lo puedo evitar. Me va a hacer mucha falta hoy. Conteniendo sus propias emociones, Arthur se esforzo por dibujar una sonrisa en su rostro. --Lo se princesa. Y se que ella hubiera dado lo que fuera por estar aqui contigo, yo tambien la voy a extranar mucho, pero agradezco enormemente el privilegio de poder estar aqui y caminar contigo de mi brazo esta noche. La idea de bajar por las escaleras de palacio del brazo de su padre si le regreso la sonrisa a los labios. Afino algunos detalles, agradecio a Francine y Manolo su ayuda y cuando estaba por levantarse su padre le mostro otro obsequio. Este venia en una caja de terciopelo azul y Grace la reconocia perfectamente. La habia visto en aquella vitrina miles de veces. La abuela le habia permitido sacarla un par de ocasiones y le mostro la frase que su padre le habia grabado hace mas de cincuenta anos atras cuando ella habia sido presentada en la corte: "leantainn do chridhe". Siempre le parecio un tanto extrano que una corona dijera "sigue tu corazon", pero esa frase se habia convertido en una especie de lema familiar. Parecia que dos de las mas grandes ausentes de la noche se habian puesto de acuerdo y eso la hizo reir. Arthur sabia que el regalo la alegraria, pero como siempre tambien estaba consciente de que no entendia lo que pasaba por la mente de su hija. Ese era un don que solo compartian Barbara y ella y eso hacia que el sintiera aun mas la ausencia de su esposa. Grace se sentia increiblemente orgullosa de poder portar la tiara y la banda real por primera vez. Bajar esas escalinatas del brazo de su padre y cumplir con todos los pasos del protocolo sin olvidar el mas minimo detalle. No pudo evitar extranar a su abuela y a su madre ese dia. Pero sentia su presencia, en la tiara y la banda que portaba como ellas lo habian hecho en algun otro momento. Disfruto enormemente ver el carino que profesaba la gente afuera del balcon y se sentia privilegiada de que su tio le hubiera concedido ese privilegio, normalmente restringido solo para sus propios hijos. No entendia quizas la importancia tan grande de este evento para toda la familia real. No solo era esa maravillosa oportunidad, sino el momento de magia que podian permitirse y permitirle a su pueblo en medio de un momento increiblemente critico para todos ellos. Aunque como casi siempre, ni el pueblo ni el resto del mundo sabian lo que estaba pasando a tan solo kilometros del palacio. Grace, a pesar de todas las emociones y alegrias, no podia dejar de pensar en leer aquellas palabras que tanto su madre como su padre pensaban que debia conocer. Su pasado no era un enigma, pero habia muchas cosas que todo mundo parecia evitar mencionar. Antes, como ahora, el palacio era un colmenar con zumbidos de rumores y medias verdades, y contando con un libro lleno de verdad, no podia esperar para leerla. Asi fue que en cuanto termino la velada, corrio a su cuarto y sin esperar a quitarse la tiara o el vestido comenzo a leer el pequeno libro recubierto en piel color vino. 15 de Abril de 1999 ?Como se puede escribir y hablar de un gran amor cuando nunca se ha vivido? Nunca entendi como una de las mas grandes escritoras romanticas del mundo pudo escribir a esos increibles hombres que defendieron ante todo el amor, para morir sola y lejos de quien sea que los haya inspirado. Por eso, inicio este nuevo diario con una nueva aventura. Tomo todos mis ahorros y me costo trabajo conseguir tiempo libre del trabajo, pero aqui estoy. Yo, la mujer que mas rehuye del romanticismo en la vida real, persiguiendo cada huella que haya dejado ella para entender al menos por un momento, de donde salieron sus historias... Sus personajes... Y todo esto, con un sabor un tanto agridulce, pero no pienso permitir que una mala experiencia me quite todo lo que los maravillosos paisajes naturales han logrado inspirarme. Despues de varias horas de viaje en avion, un autobus y un tren, por fin llegue al bed and breakfast en el que pasare la proxima semana. Es un lugar pequeno, pero acogedor. Joan, la senora que esta a cargo, ha sido increiblemente amable y me ayudo a conseguir informacion de todos los recorridos que habia planeado realizar. No me deja de fascinar este pais. Amo mi Mexico, sin lugar a dudas, pero cada vez que viajo me contagio de algo magico que me hace disfrutar todo un poquito mas y anhelar conocer todo un poco mas, si es que eso tiene algo de sentido. Hay algo sin lugar a dudas que me atrae a Inglaterra desde hace tiempo. No se por que, pero una serie de cosas han coincidido en el hecho de que el dia de hoy este aqui, justo en un momento en que necesitaba estar conmigo misma. Todo se fue acomodando poco a poco para que este viaje fuera posible, en un momento en el que en mi vida, pareciera haber demasiados imposibles. Inglaterra siempre ha tenido un gran atractivo para mi. Pero en esta visita, el orden, la elegancia y lo importante que es la naturaleza para la gente de esta zona me tiene fascinada. Los colores son impresionantes. Todos los paisajes estan pintados de un verde que parece casi artificial. No se como explicarlo, pero pareciera que la iluminacion o algo hace que todos los paisajes sean radicalmente distintos a los que acostumbro ver en mis tierras, incluso a lo que he conocido en Canada, Estados Unidos y otras grandes obras naturales que he visto en otros paises. Pero eso no es lo unico. La gente me atrapa por completo, no lo puedo evitar. Es un carino y una empatia que no logro comprender. Hay algo que me atrapa entre las tradiciones historicas de su elegancia, su protocolo y el enorme amor literario y cultural que me tienen embobada por completo. Culpo a Jane Austen, sin lugar a dudas. Culpe hace anos a William Shakespeare con ese ritmo y el maravilloso entendimiento de la locura y el amor humano que me aporto. Tambien podria culpar a Laura Esquivel, pero unas cuantas recetas e Isabel Allende me ayudaron a levantarle tan severa acusacion. Ademas, siento una empatia con Jane Austen que no puedo explicar, cada libro que lei de ella parecia invitarme a vivirlo y entenderlo. Y, sin embargo, hay un lado de ella que no he logrado comprender, a pesar de lo mucho que la he estudiado. Esa fe que la movio en todo momento y que de alguna manera la hizo llegar a realizar tantos "imposibles", la envidio y me parece tan ajena...

  • Cristiano y Leo de Jimmy Burns

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  • Implicate (Mac 3) de Sonia Lopez Souto

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    Con un duro pasado del que no logra olvidarse, las noches de Rory MacBay estan plagadas de pesadillas, fruto del recuerdo de las barbaridades que tuvo que acometer durante su estadia en el ejercito. Aunque disfruta de la vida sin ataduras de ningun tipo y jactandose de ser un espiritu libre, la cruda realidad es que teme arrastrar a su mundo de oscuridad a quien se acerque demasiado a el.

  • La teoria de Marie de J. R. Valk

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    Mark es un joven ruso que vive en la ciudad de Samara, en la cual tiene una gran amistad con sus vecinos.
    su pasion por la ciencia y la escritura, le sirven como refugio y esperanza para encontrar respuestas a lo que acontecera en el dia que comience a escribir este diario.
    las secuelas y el desamparo, le haran buscar las raices de los suenos y el pensamiento humano entre libros.
    como lo que desato el comienzo de la sentencia de quienes lo abrazaban, cuando el alma Alemania dormia en un sueno, del cual solo los afortunados lograron despertar.

  • Desde aquella orilla de Juan Alberto Alfaro Saavedra

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    “Helenio, al que todos llaman Hely, da un giro a su vida dedicandose a viajar y vivir de ello. Lo que no sabe es que, en un solo dia, una historia de amor cambiara por completo su diario de viajes, ese que nunca debio cerrar. Alba, su amor, es el principio y el fin. India es el escenario de una aventura inacabada”.

  • Horizonte (Guardianes Del Alma 3) de Kim Richardson

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    Kara Nightingale estaba sentada sobre un piso frio de piedra. Se sentia entumecida y vacia, vacia de todo sentimiento. Podia oir el coro desgarrador de gemidos distantes de los otros prisioneros, y se pregunto cuando empezaria a tener alucinaciones ella misma. No queria que las sombras de la oscuridad perenne de su celda le hicieran perder la cabeza. Las voces de los muertos y los olvidados eran sus unicos companeros. Con el tiempo, los muros grises irregulares se habian convertido en un alivio para ella. No habia tenido ningun visitante desde que el arcangel Zadkiel se la habia llevado a la carcel y encerrado en su celda. Habia montado en la parte posterior de una de las grandes aguilas, como un caballero montado en un corcel de gran calce. Ella habia viajado suspendida por debajo entre las garras afiladas del ave, como una presa lista para ser comida. Zadkiel habia sido la ultima persona que habia visto, y se pregunto si alguna vez veria a alguna otra alma otra vez. Kara suspiro. Tomo una piedra afilada y se volvio contra la pared detras de ella. Se acerco y raspo la roca en la piedra con suficiente presion para hacer un pequeno guion en forma de una linea dura. Se sento sobre sus talones y admiro su labor. Cada marca representaba un dia. Conto veintiocho pequenas marcas. No estaba segura si sus calculos eran correctos; era dificil determinar el tiempo en Horizonte, porque la oscuridad la rodeaba todo el tiempo, y nunca veia la luz del dia. Pero penso que su calculo era mas o menos correcto, dando de margen un par de dias. Pero, ?que importaba de todos modos? Los angeles no eran mortales. El tiempo tenia un significado totalmente diferente en Horizonte. Su primera asignacion como una guardiana le habia ensenado eso. Con la garganta apretada, recordo la primera vez que habia estado encerrada en el Tartaro. Podia recordar la cara sonriente de David cuando llego a rescatarla y se habia parado en el umbral de su celda. Su caballero de brillante armadura, habia dicho el. Pero nadie habia venido por ella esta vez. Ella habia estado encerrada durante casi un mes, olvidada como un par de zapatos viejos. No le hacia ningun bien pensar en el pasado. Ella estaba realmente asombrada de que todavia no habia perdido la cordura. Los locos gemidos y aullidos de sus vecinos la hacian pensar que habian al menos una docena de otros presos encerrados… ?Cuantos niveles y celulas habian en el Tartaro? No tenia ni idea. Miles tal vez. Se pregunto cuanto tiempo habian dejado abandonados a los otros presos desvaneciendose en el tiempo para que sus mentes no pudieran reconocer mas entre la ilusion y la realidad. ?Cuanto tiempo tendria que pasar hasta que ella empezara a gemir y a marchitarse? Tal vez contar los dias mantendria su mente funcional y sana. Ardia con el deseo de hablar con el Consejo y reclamar una vez mas su inocencia. La energia de esa idea la mantenia viva. Confiaba en que algun dia, pronto, podria enfrentarse a ellos y probar de una vez por todas que no era un espia del demonio, sino un angel adolescente normal, si es que tal cosa existia. No era el enemigo que la acusaban de ser. Podian confiar en ella. Era una de las buenas, ?cierto? Kara reclino su cabeza contra la pared. Ella sabia que realmente habia hecho mal un monton de cosas. Casi habia matado a un companero tutor. Luego, escapo del Tartaro sin esperar su juicio. Habia olvidado su mandato para salvar a los mortales y habia estado preocupada con una busqueda egoista para salvar el alma de su madre. Se habia convertido en un vigilante, una marginada del mundo sobrenatural. Ella solo podia adivinar lo que el consejo haria con ella, aunque sabia que iba a ser muy desagradable... Con un suspiro, Kara dejo caer su cabeza sobre sus rodillas. Recordaba la sonrisa malvada en la cara del Arcangel Zadkiel. Polvo y pequenos escombros habian caido desde el techo a sus ojos cuando golpeo la puerta de la prision para cerrarla. Sus ojos habian destellado con satisfaccion. Amplias arrugas, como patatas fritas, se habian formado en la parte superior de su calva cabeza. Sus profundos ojos negros y cejas pobladas se habian burlado de ella. Recordo preguntandose por que estaba el tan satisfecho. Le parecia que el Arcangel tenia una vendetta personal contra ella y no podia esperar hasta que la encerraran. Zadkiel habia ignorado sus alegatos para llevarla directamente a Gabriel. Habia ignorado su informacion sobre los planes de Asmodeus… ella no estaba segura de que le hubiera escuchado nada de lo que habia dicho. Era como si se hubiera quedado sordo. No deseaba nada mas que hacerla callar, echarla en la carcel y deshacerse de ella para siempre. Kara se trago su resentimiento y meneando su cabeza murmuro: “Estoy realmente jodida...” “Todavia no”. Kara se congelo. Esforzo sus orejas y se dio cuenta de que la voz venia de atras de la pared. “?Quien es? ?Quien dijo eso?” Kara volteo sobre sus rodillas y vio de frente hacia la pared. Una inspeccion mas cercana revelo una gran grieta con forma de rayo en la roca irregular. La voz venia a traves de ella. Se acerco mas al agujero. “Tienes que salir de aqui, Kara", dijo una ronca voz a traves de la fisura. Kara imagino que la voz pertenecia a un anciano. La imagen de Merlin el Mago con largo cabello blanco y barba blanca desalinada que le llegaba hasta el piso, le vino a la cabeza. “Tienes que detener a Zadkiel antes que sea demasiado tarde”. “?Que--? ?Quien eres? ?Y como sabes mi nombre?" pregunto Kara con sus labios rozando la pared de roca afilada. Ella se esforzaba para lograr ver algo a traves de la grieta, pero solo lograba ver una sombra. Hubo un momento de silencio y entonces el hombre hablo otra vez. “Escuche a los guardias hablar de ti. Se que eres el angel de la guarda Kara Nightingale. Tambien se que eres diferente de la mayoria de los Angeles, y que posees poderes unicos e increibles, poderes que asustan y enojan al Alto Consejo. Tienes muchos enemigos en la Legion, querida. Kara escucho como el anciano aclaraba su garganta, y luego hablo otra vez. “Entiendo que esta es la segunda vez que estas en el Tartaro, y que eres hija de Asmodeus”. Kara se estremecio a la mencion de las ultimas palabras. Le resultaba extrano como el hombre lo habia dicho sin emocion alguna, como si fuera un conocimiento comun entre todos los prisioneros. Se encontro preguntandose si este hombre era otro loco y si todavia guardaba algun rastro de cordura. ?Seria el tipo de loco que nunca callaba y seguia divagando para siempre? ?La acompanarian sus divagaciones hasta el fin del tiempo o hasta que se volviera completamente loca? El sabia quien era. Tal vez los otros presos no estaban tan locos. “Mi nombre es Legan", dijo el desconocido. Su voz era suave y gentil, para nada el tono de un loco incoherente. El continuo, "… y lo que tengo que decir ahora es muy importante. Tienes que prometerme que le diras al Consejo exactamente lo que voy a decirte. No puedes olvidar un solo detalle. Prometemelo, Kara”. Kara se enderezo. Ella no podia evitar asombrarse despues de lo que habia escuchado. “Eh… encantada, Legan. Pero, ?de que estas hablando? ?Que es exactamente lo que quieres que le diga al Consejo? Es probable que nunca llegue a ellos… asi que podrias estar perdiendo el tiempo. Tengo el presentimiento de que vamos a estar aqui por mucho, mucho tiempo”. Kara escucho pies arrasandose y luego un suave “plop”. Ella sabia que Legan se habia sentado. Ella presiono su mejilla contra la pared y sintio un hormigueo fresco contra su piel de angel. El prisionero estaba silencioso otra vez. Kara se pregunto si estaba preparando sus proximas palabras cuidadosamente, para tratar de convencerla de alguna manera. “Tienes que decirle al Consejo", dijo Legan “que Zadkiel es un traidor”, dijo entre dientes. Kara noto su disgusto cuando pronuncio el nombre de Zadkiel, como si el propio nombre se pudriera en su boca. A ella nunca le habia gustado el Arcangel Zadkiel; siempre la hizo sentir incomoda y grotesca. La habia llamado porqueria del demonio mas de una vez. Kara sonrio y sintio una empatia inmediata hacia Legan, porque tambien odiaba a Zadkiel. Tal vez podian ser amigos. “Nunca me agrado", anuncio Kara. “Siempre me dio escalofrios. ?Dices que es un traidor? ?Estas seguro?” Ella cruzo los dedos. “?Tienes pruebas?” “Todavia no”, respondio Legan y Kara pudo escuchar la decepcion en su voz. “Tiene a todo el Consejo enganado. Pero a mi no me engana. Se a que amo es al que verdaderamente sirve. Por eso termine aqui. El sabia que yo estaba tras de el. Tenia que deshacerse de mi. Veras, yo estaba a punto de revelar su marca”. Kara se estremecio ante la mencion de la marca. La marca era el simbolo de lealtad al demonio. Una horrible cicatriz, la marca de un demonio parecida a la tela de arana, se habia envuelto alrededor de su tobillo una vez. La Legion entera la habia acusado de ser un espia del demonio a causa de ello. David habia desconfiado de ella cuando la vio en su piel. Su pecho se encogio cuando recordo su cara enojada y confundida cuando ella le mostro su tobillo. Ella solo lo habia frotado, como si no fuera nada importante. Nunca podria haber imaginado el caos que causaria mas adelante. Aunque el arcangel Raphael la habia removido, el dano estaba hecho. Sabia que los angeles no confiarian nunca mas en ella. “?Donde esta marcado?” pregunto Kara abruptamente, con un tono de voz mas alto de la que ella hubiera querido usar. No podia imaginar donde estaria la marca en el. Claramente, estaba oculta. “No lo se”, dijo Legan, y Kara lo oyo suspirar. “La marca esta bien escondida. No puedo decir como se las arreglo para ocultarla, aunque debe estar usando a algun tipo de ilusion para enmascararla. Un dispositivo de camuflaje de algun tipo, no estoy seguro. !Pero se que el esta marcado!” Kara se mordio el labio. Se preguntaba sobre la historia de Legan. Tal vez Zadkiel habia encerrado al viejo, y ahora el queria vengarse de el de alguna manera. Involucrarse con un loco no podria ayudar su situacion actual de ninguna forma, ella sabia eso. Con un suspiro de resignacion, se empujo lentamente de la pared y se sento con la espalda contra la roca irregular. Despues de unos minutos de silencio, Kara escucho decir a Legan: “No me crees, crees que soy un viejo loco, ?no? Crees que lo invente todo”. "Ya no se que creer. Si tienes algun problema con Zadkiel... ese es tu problema. Tengo suficientes problemas propios. No necesito esto ahora. Tal vez deberias pedirle a alguien mas que te ayude". Kara lanzo una piedra contra la pared opuesta y dejo caer su cabeza. “No puedo pedirle esto a nadie mas. Eres la unica. Esta es tu tarea y solo tu puedes llevarla a cabo. Tienes que creerme, cuando digo que solo tu puedes hacerlo, Kara", dijo Legan. Kara sintio una cierta urgencia en su voz que la hizo sentir incomoda. “Zadkiel no devolvio el alma de tu madre al Salon de las Almas... ” “!?Que?!” Kara salto a sus pies y golpeo su frente en la pared de la celda. “?Como supiste sobre el alma de mi madre?” Recordaba la sonrisa de satisfaccion en la cara de Zadkiel cuando ella le habia dado el frasco que contenia el alma de su madre. Ella se dio cuenta en un momento de horror que no sonreia porque podia devolver el alma al Salon de las Almas -- estaba sonriendo porque no iba a hacerlo. Habia sentido un escalofrio en ese momento y sentia otro ahora. ?Que le habia pasado al alma de su madre? “Yo sabia muchas de las cosas que ocurrian en Horizonte, querida”. Continuo Legan, “he vivido, vamos a decir… durante mucho, mucho tiempo. No se me escapa nada...bueno, no se me pasaba nada hasta que me metieron aqui. Pero eso ya no importa. Lo que importa ahora es lo que tu hagas ahora. Creeme cuando te digo que no regreso el alma de tu madre". La tierra temblo ligeramente y Kara se sujeto de las paredes para evitar caer. El unico pensamiento feliz que la habia mantenido todo este tiempo en la prision era esa conviccion de que el alma de su madre estaba segura entre todos los otros globos brillantes, flotando en el Salon de las Almas. Pero ahora esa esperanza se habia perdido. Trabo su mandibula. Que tonta habia sido. La habian encerrado en la carcel para nada. Kara espero que la sensacion de mareo se le pasara antes de hablar otra vez. “?Como se que me dices la verdad y que estas no son algunas fabricaciones fantasticas de tu mente enferma? ?Como se que no estas trabajando con Zadkiel para que me maten?” “No hay forma de hacerlo. Tienes que confiar en mi", dijo con una voz suave. Cuando Kara no contesto, Legan continuo. “Creeme, Kara. Te digo la verdad. Parte de ti sabe que digo la verdad... puedo sentirlo". El silencio descendio en la habitacion. Kara realmente deseaba volver a estar con su madre. Si lo que el viejo decia era cierto, entonces su madre estaba en peligro. Tenia que hacer algo. “?Que puedo hacer?”, dijo Kara, y sabia que no podia ocultar el temblor en su voz. “!Estoy atascada aqui! ?Como voy a poder hacer algo? ?Sabes acaso como salir de aqui?” Kara lanzo su peso contra la dura pared, pero era como intentar mover un elefante. Ella sabia de sobra que no podria abrirse camino hacia fuera. Penso intentar forzar la cerradura, pero ?habia una cerradura en la puerta de su celda? Ella no recordaba haber visto una. La desesperacion la ahogo. ?Como iba a salir? “No estaras encerrada en el Tartaro por mucho tiempo", le informo Legan, como si leyera su mente. “Pronto seras convocada a una audiencia para enfrentar los cargos impuestos sobre ti por el Alto Consejo. No sera facil, ya que el Consejo ha sido enganado por el veneno de la boca de Zadkiel. Pero debes detenerlo. Esta sera tu unica oportunidad. Nuestra unica oportunidad. ?Entiendes? Si no tienes exito, estamos muertos”. Kara sintio otro escalofrio subir por su espalda. Se estremecio involuntariamente. “?Que quieres decir exactamente?” Ya era bastante malo que fuera en parte responsable de permitir que los demonios cruzaran al mundo mortal. Ella no queria que la caida del mundo angelico tambien recayera en su conciencia… Seria demasiado para una sola alma. “Uh… Estoy completamente perdida. ?Que es exactamente lo que debo hacer?” “Lo debes tocar”. Kara sacudio la cabeza. “?Disculpa? ?Estas loco? !?Tocarlo?!” “Si", dijo Legan, “un solo toque y la marca se mostrara”. El panico broto dentro de su pecho. No podia ver como ella podria conseguir acercarse lo suficiente como para tocarlo. Este plan iba de mal en peor. “Nunca me dejaran acercarme a el. Yo soy el engendro del demonio; ?Recuerdas? Me mataran si me acerco a alguien del Concilio, y entonces ?a donde iriamos a parar?… "Pero debes hacerlo, Kara. Debes tocarlo y mostrarle al Consejo a que amo es al que realmente esta sirviendo. Te creeran una vez que la marca se revele. Lo prometo”. “No lo se. Esto no suena como un buen plan". Kara apoyo la cabeza contra la pared. Una imagen del bello rostro de su madre bailaba delante de sus ojos. Musica de camara se colo por sus orejas. Recordaba como escuchaba a Billie Holliday mientras lavaba los platos con su madre cantando en coro y derramando agua por todo el piso de linoleo. Sus nervios se agitaban como gelatina. Debia intentarlo, por su madre.

  • Como te veo yo de Abril Camino

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    !Cumpleanos feliz! !Cumpleaaaaaanos feliz! --La voz de una Hazel absolutamente desafinada entra atronadora en mi dormitorio, cuando aun no he tenido tiempo de abrir del todo los ojos--. Te deseeeeeeo, Holly Rose. !Cumpleaaaaaanos feliz! Siempre me he preguntado como es la vida de las personas que no son capaces de reirse de si mismas. O, mejor dicho, siempre me he compadecido de ellas. He tenido la suerte de criarme en una casa en la que la carcajada estaba a la orden del dia, y creo que eso ha moldeado mi caracter de una manera que algun dia tendre que recordar agradecerles a mis padres. Cuando abandone el nido para ir a la universidad, vino el segundo gran golpe de fortuna de mi vida: dar con una companera de habitacion tan payasa que hace que mis padres hasta parezcan serios. Con Hazel entendi que ser hija unica no es un impedimento para tener una hermana, una que me regalo la vida y la casualidad de que el orden alfabetico nos colocara juntas en aquella residencia universitaria de Stanford. Por todo eso, por lo mucho que la quiero y por la enorme capacidad de ambas de reirnos de nuestros avatares vitales, consiento el espectaculo que tengo ante mis ojos: Hazel, portando una bandeja llena de cupcakes, coronados por una vela con el numero uno. No, no cumplo un ano hoy. De hecho, mi cumpleanos es en primavera, y el verano hace ya semanas que ha acabado. Hoy hace un ano que no me acuesto con nadie, y a Hazel le ha parecido fantastico despertarme con este festejo, justo en el que va a ser mi primer dia de trabajo. --Sopla la vela, Holly. Y, por lo que mas quieras, pide como deseo echar un buen polvo. --Cada dia es mas dificil soportar tus excentricidades. --Pese a mis palabras, le hago caso. En lo de soplar la vela, no en la eleccion del deseo. En realidad, como me ocurre siempre, me acuerdo de que deberia haber pedido algo cuando la cera ya amenaza con estropear la cobertura del pastel--. Pero gracias por el desayuno, pequena. --A tus ordenes. Siempre. --Me da un beso en la mejilla y se lanza en mi cama. Se mete bajo las sabanas y se acurruca para combatir el frio de estas horas de la manana. Frio en octubre. Ver para creer. --?A quien le has robado todo esto? --?Y quien te ha dicho que no me he pasado la noche cocinando para ti? --El hecho de que la casa no este en llamas me ha dado una pista. --Nueva York es el puto paraiso. Hay una pasteleria en Queens que envia cupcakes a domicilio las veinticuatro horas. Eres tan marmota que ni has oido el timbre. --Ya veremos si Nueva York te sigue pareciendo el paraiso cuando llegue el invierno. --!?El invierno no es esto?! Somos dos chicas del sur de California recien llegadas a la ciudad que nunca duerme. Hazel se crio en una de esas zonas de Los Angeles que nadie recomendaria a los turistas, arrastrando una historia familiar de la que odia hablar y que yo solo conoci gracias a una noche de borrachera en la que se le solto la lengua. Yo, en cambio, creci en las colinas de West Hollywood, en una casa en la que, en cada armario, cabria nuestro apartamento actual entero, y en la que Hazel encontro, bajo la manta protectora de mi madre, lo mas parecido a un hogar que la vida decidio darle. Me gusta California. Me gustan el sol y la playa; me fascina el encanto decadente del Hollywood que se ve en las peliculas y del que solo se conoce desde cerca; tengo, ademas, la firme conviccion de que poder ir todo el ano en sandalias es un lujo que no se paga con dinero. Pero... !Ay, Nueva York! Cuando, hace un par de meses, me vi ante las pantallas de Times Square, con Hazel a mi lado y con nuestro miedo compartido por estar por primera vez tan lejos de casa, entendi que habia encontrado mi lugar en el mundo. No era la primera vez que visitaba la ciudad. Habia estado muchas veces con mis padres y tambien en un viaje con amigos el segundo ano de universidad. Pero, en ese momento, ya no estaba en calidad de turista. Tenia en la mochila las llaves y el contrato de alquiler de nuestro nuevo apartamento, asi que ya nos sentiamos neoyorquinas. Estabamos en casa. En realidad, nuestro piso queda un poquito lejos de Times Square. A unos cuarenta y cinco minutos en metro y mas kilometros de los que estoy dispuesta a calcular. En el Brooklyn profundo, por mas que desde la azotea del edificio se vislumbren las copas de los arboles de Prospect Park. Es un apartamento de unos cuarenta metros cuadrados, con dos habitaciones que en algun momento tendremos que molestarnos en decorar, un cuarto de bano diminuto y un saloncocina que podria ser retro, pero me temo que se queda en viejo. Pero... a quien le importa. Es Nueva York. --Como no muevas el culo, vas a llegar tarde en tu primer dia --me recuerda Hazel, sacandome de la ensonacion que todavia me produce pensar que estoy viviendo en la ciudad con la que siempre fantasee. --?Me ayudas a elegir que ponerme? --!Venga ya! ?La mismisima Holly Rose no tiene decidido el atuendo de su primer dia de trabajo desde hace una semana? --Si, por supuesto que si. --Se me escapa una carcajada porque, si Hazel tuviera un dia especialmente malevolo, rebuscaria entre mis cosas y encontraria un cuadro con todas las posibles combinaciones de ropa que me he planteado para el dia de hoy--. Pero es el rollito que se trae la revista el que me hace dudar. Dentro de una hora y cuarenta y siete minutos, si la eleccion de ropa o mis todavia precarios conocimientos del sistema de metro no lo impiden, comenzara mi vida laboral. Cuando me gradue en Periodismo y Lenguas Modernas en Stanford, hace unos meses, dedique unas semanas de mi vida a enviar curriculums a diestro y siniestro. No quedo una sola publicacion, canal de television, emisora de radio o agencia de noticias en todos los Estados Unidos que no recibiera ese exiguo documento en el que se detallaba que tenia un expediente estupendo en la carrera, pero ninguna experiencia profesional. Ah, y tambien tenia un orgullo muy arraigado que me impidio, desde el primer momento, tirar de los contactos de mis padres para acabar colocada en un puesto que, sin duda, no me mereceria. Contra todo pronostico, a principios del mes de agosto, recibi la llamada que me ha traido hasta aqui. Hasta Nueva York y hasta esta manana de nervios instalados en el estomago. No habia oido hablar de la revista online Millenyal en toda mi vida, pero fingi al telefono que era una lectora asidua de esa pequena publicacion de temas variados dirigida al publico neoyorquino menor de treinta anos. Buscaban una redactora junior, y la prueba de acceso consistia en elaborar un articulo de opinion sobre un tema libre y un reportaje completo sobre algun aspecto relacionado con el arte y con Nueva York. Creo que acepte, en parte, por el reto que suponia prepararlo todo. Elegi, puede que con muy poca cabeza, dedicar la columna a hacer un alegato de los votantes de Donald Trump y sus motivaciones, a pesar de que me habia pasado semanas despotricando contra ellos. Para el reportaje, espere a que Hazel y yo nos mudaramos a Nueva York, algo que ya habiamos decidido incluso antes de que llegara mi oportunidad laboral, y me pase dos semanas recorriendo las calles de South Bronx con mi camara reflex, aparentando mucha seguridad cuando me encontraba con alguna banda, pero cruzando internamente los dedos para no dar con la persona inadecuada. De aquella experiencia salio un reportaje de dieciseis paginas titulado El arte urbano de los grafitis de South Bronx y una entrevista personal en la sede de la revista, que acabo conmigo firmando, casi sin tener tiempo para asimilarlo, un contrato de un ano para trabajar alli. --Pantalon negro y camisa vaquera es una combinacion ganadora. --Hazel entra en el cuarto de bano con una percha en cada mano, y yo me limito a echar un vistazo a lo que ha elegido, con el cepillo de dientes metido en la boca. --?No sera demasiado informal?

  • Proyecto Thule de Javier Mas

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    Cinco caminos conducen a la verdad que ocultan la CIA y la Sociedad Thule sobre el final de los jerarcas nazis y la tecnologia militar que deslumbro al mundo. Una investigacion que destapa la conexion de la Sociedad Thule con Espana y Hitler y que pone al descubierto la importancia que tiene hoy dia Madrid y Valencia para el entramado politico-economico contra el que lucha la CIA. Un thriller apasionante, lleno de misterios, revelaciones sorprendentes, realidades historicas y claves que el lector tendra que descubrir poco a poco.

  • Algo inesperado de Pilar Cabero

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  • Tierra sobre la memoria de Estela Melero Bermejo

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    En la posguerra espanola, en la humildad mas absoluta, surge el amor entre dos personas que no deben estar juntas por sus circunstancias personales. Son Irene y Arturo. Un hecho inesperado hace que se separen. Mientras sufren los abusos mas descabellados, trataran de volver a encontrarse. La fuerza de Irene, que se resiste a ser una mujer manipulada por los dictamenes de la sociedad, la hara salir adelante. Sus vidas y las de los personajes que les rodean, estaran marcadas por la ideologia politica que presentan ahora o que demostraron durante la guerra civil.

  • La jaula de cristal de Hilary Mantel

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    Una mujer britanica de mediana edad acompana a su esposo ingeniero en una estancia laboral en Jeddah, Arabia Saudi. Desde su llegada, la total privacion de derechos de las mujeres afectara su intimidad y su relacion con los demas expatriados. Ademas, un misterio que tendra lugar en un piso vecino presuntamente vacio asi como la muerte por un oscuro accidente y un intento de asesinato nos mantendran en vilo hasta que la protagonista y su marido abandonen el pais.
    Publicada originalmente en 1988, es un thriller sorprendentemente actual basado en los meses que la autora vivio en Arabia Saudi, estamos ante una novela de suspense que narra la lucha de una mujer occidental por adaptarse a la opresiva sociedad saudi y que pone sobre la mesa temas como la corrupcion politica, el machismo en las sociedades islamicas, el fanatismo religioso y la lucha de culturas entre Oriente y Occidente.

  • Prometo liberarte de Diana V

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    Andy no es como todos los chicos del instituto, y Anna lo sabe. Apodado El Monstruo, luego de golpear hasta dejar inconsciente a uno de sus companeros por una broma que nadie logro oir, es conocido por todos por mantenerse siempre en silencio, en el fondo del salon, lejos de la mirada de los maestros. Anna intuye que puede estar en malos pasos, pero tambien cree que tras su oscura vestimenta y sus ojos perdidos puede existir algo mas. Pero Anna no tiene idea de lo que tras la puerta de la casa de Andy sucede

  • Alberto de Diego Schurman

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    Del prologo de Diego Schurman

  • Infinito de Beatriz Gomez Lorenzo

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    Gines Martin, es un trabajador del departamento de tanatopraxia del Anatomico forense solitario y carente de relaciones que solo se permite el recuerdo de Susana cada 7 de noviembre. En esa fecha realiza un pequeno ritual para recordar a su amiga fallecida diez anos antes.

  • Carlota y el cactus de color rojo de Andrea Longarela , Neira

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    Carlota lleva una vida tranquila. Esta terminando sus estudios de Periodismo, vive con su madre y pasa el rato con su amigo Basil. Tambien fantasea de vez en cuando con su profesor favorito y evita pensar en unos ojos azules con los que se cruzo hace ya muchos anos, en un pasado que prefiere olvidar, aunque lo recuerde cada dia cuando despierta.

  • Besame Diez Veces – Karo Leiva Arriaza de Karo Leiva Arriaza

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    ?Se puede borrar el pasado aun cuando te persiga al presente? ?Sera posible amar nuevamente a quien un dia te hizo tanto dano?
    Matilde Altamirano es directora creativa; una mujer con un caracter fuerte y una gran coraza en su corazon. Su vida es, sin lugar a dudas, su trabajo y disfrutar, pero sin enamorarse. Agustin Miller, por su parte, dedico su vida a su carrera para lograr ser el mejor en ella. Los anos lo traen de regreso a su pais natal, donde el pasado lo alcanzara irremediablemente. Porque los amores de juventud siempre dejan una marca en cada corazon y son tan fuertes que parecen inquebrantables. Pero basta un solo error para derribarlos y hacer de cuenta que gracias a ello no volveras a amar con la misma intensidad que un dia lo hiciste.
    Matilde y Agustin tienen una deuda pendiente con el pasado y ahora sera el momento de pagarla, ?con creces? Dicen que diez anos no son suficientes para olvidar el dano y menos a quien lo causo.
    Dejate enamorar por esta bella historia, en la cual encontraras amor juvenil, reencuentros y donde las trampas del destino y los viejos fantasmas aparecen de una despiadada manera.
    Porque nunca es tarde para volver a creer. Porque nunca es tarde para amar de nuevo.
    ”Besame por todo el tiempo que no lo hiciste, Besame Diez veces”

  • Pensamientos desde mi cabana de Kamo No Chomei

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    A finales del siglo XII, Tokio fue devastado en buena medida por incesantes catastrofes: tornados, terremotos e incendios. Su poblacion vivia sumida en un clima de inquietud constante. Chomei, que acababa de cumplir cincuenta anos y habia rechazado la buena vida del funcionario de la corte por la incierta existencia del poeta, abandona la aristocratica residencia familiar de la capital para vivir en una modesta casa a las afueras, donde busca mas libertad para escribir y un mayor dominio sobre su propia vida.

  • Necesitamos nombres nuevos de Noviolet Bulawayo

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    Finalista de los premios Man Booker y Guardian First Book, y galardonada con numerosas distinciones de todo tipo -entre las cuales destacan el Caine de literatura africana, el PEN/Hemingway y el Art Seidenbaum-, NoViolet Bulawayo agito los circulos literarios de Estados Unidos con esta primera novela sobre la capacidad ilimitada de las personas para afrontar las mayores adversidades y salir fortalecidas de la experiencia. Duena de una prosa en la que reverberan las voces, la cadencia y la intensidad de los contadores de cuentos que marcaron su infancia en la recien creada Republica de Zimbabue, la critica resalto sus extraordinarias dotes de narradora, en especial una inusitada franqueza que seduce y conmueve a la vez.

  • Un dia de playa de Nina Klein

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    L U N O a brisa del mar me acaricio la piel, cerre los ojos y respire hondo. Estaba mucho mejor en la playa que en la oficina, donde iba a parar. Habia decidido que ese dia --un miercoles por la manana-- era el dia perfecto para ir a la playa. Llegue a esa conclusion despues de ver el dia que se habia presentado en mi ventana nada mas levantarme: soleado y agobiante. La ola de calor duraba ya mas de una semana, y se me estaban agotando las fuerzas. Podia sentir mis neuronas derritiendose ya desde primera hora. Me habia vestido para trabajar, pero la blusa beige y el traje de chaqueta, las medias y los zapatos de tacon de tres centimetros que me habia puesto para ir la oficina se me pegaban al cuerpo. Y solo eran las siete y media de la manana. Asi que hice lo que nunca habia hecho: llame al trabajo diciendo que estaba enferma. No era la primera persona que lo hacia en la oficina aquella semana, pero si era la primera vez que yo lo hacia. Llevaba cinco anos en aquel trabajo y no me habia cogido ni un dia por enfermedad, tambien era verdad que habia tenido suerte y no habia estado enferma, pero tampoco me habia cogido ningun dia para ir al dentista, o de asuntos propios, ni nada por el estilo. Era, y siempre habia sido, la persona mas responsable del mundo. Sin embargo, de repente la sola idea de pasar un dia como aquel metida en la oficina, a pesar del aire acondicionado, se me hacia insoportable. Asi que no tuve ningun problema cuando llame, incluso la secretaria se mostro comprensiva, mejorate, me dijo, mientras yo fingia una tos y tiraba de topicos para hacerlo todo mas creible: el aire acondicionado, ya sabes. Los cambios de temperatura. Sonrei un poco mientras me extendia el protector solar de coco por el brazo derecho, luego el izquierdo. Factor 50. No habia mucha diferencia entre el color de la crema y el de mi piel. No solia ponerme morena, pero siendo abril, estaba casi fosforescente. Aunque tampoco destacaba mucho entre los otros cuerpos diseminados por la arena. Pocos, muy pocos, apenas una docena de personas repartidas por toda la playa: era un miercoles laborable de abril, y eran las diez de la manana, por mucha ola de calor que hubiese. Todos los cuerpos tenian un tono similar al mio, iban desde blanco puro hasta alguna tonalidad de rosa, exceptuando los de los chicos jugando al voleibol a unos metros de donde me encontraba tumbada en la toalla. Suficientemente lejos como para que no me diesen un pelotazo sin querer, suficientemente cerca como para poder deleitarme con el espectaculo. Volvi a mirar en su direccion al oir sus bromas y risas. Universitarios, o al menos esa era la edad y el aspecto que tenian, saltandose las clases. Aunque a juzgar por la piel morena, no era el primer dia que se las saltaban, tampoco. Amparada por las gafas de sol, admire los cuerpos bronceados, ligeramente brillantes de sudor, los musculos de los brazos al golpear la pelota. Eran tres, dos a un lado de la malla, uno al otro lado, al que le estaban pegando una paliza mientras reian. Uno de los chicos del equipo de dos se retiro un poco y saco una botella de agua de una pequena nevera que tenian junto a sus toallas. Habian ido mas preparados que yo, que estaba muriendome de sed, el agua que habia metido en la bolsa de playa se habia recalentado casi antes de salir de casa. Le observe mientras bebia, me fije en su garganta, en su cuello. Le hacia falta un corte de pelo. Se le rizaba un poco en la nuca y le caia sobre la frente. Al terminar de beber me parecio que miraba en mi direccion --el chico tambien tenia gafas de sol-- y sonreia ligeramente. Pero no estaba segura, estaba demasiado lejos para saberlo. Quizas habia visto a alguien detras de mi. Algunas chicas tambien universitarias, quizas, rubias, bronceadas y en forma, que venian a jugar con ellos. Gire la cabeza y mire por encima de mi hombro. No habia nadie, mas que un hombre de unos sesenta anos tirandole un frisbee a un perro. No habia nada de malo en mirar, me dije. Era mi dia de hacer cosas que normalmente no haria. A esa hora --mire mi reloj de pulsera, ya eran casi las once-- estaria en alguna reunion aburrida y horrible, rodeada no de cuerpos jovenes y hermosos, sino de mis companeros de oficina, hombres de mediana edad que habian perdido el pelo --solo el de la cabeza, lamentablemente-- hacia mas de una decada y si su forma de peinarse no me enganaba, todavia no se habian resignado. Con sus barrigas sobresaliendo por encima del cinturon del traje, enganando a sus mujeres habitualmente. No conmigo: ademas de no dejar que me tocasen ni con un palo, y de no creer en las relaciones en el trabajo, increiblemente, con treinta y cinco anos, era demasiado vieja para aquellos tipos de cuarenta y pico y cincuenta, que sonaban con liarse con jovencitas de veinte. Vivir para ver. Asi que decidi seguir alegrandome la vista. No solia ir por ahi acosando a hombres con la mirada, mucho menos a jovenes a los que sacaba probablemente diez anos, quizas algo menos, pero no hacia dano a nadie, recogia material para mis fantasias y, repito, era el dia en el que estaba haciendo cosas que no solia hacer nunca. Asi que le devolvi la sonrisa al chico del voleibol. Vi como volvia a inclinarse sobre la nevera, cogia otro botellin de agua y empezaba a andar hacia mi. Resisti la tentacion de volver a mirar por encima de mi hombro, en caso de que no se estuviese dirigiendo a mi, sino a alguien detras de mi. El joven atractivo se acerco. Abdominales marcados, musculos en los brazos y en las piernas. Se dio la vuelta para lanzar la pelota que tenia en la mano hacia donde estaban sus amigos, y pude admirar la espalda musculada y los biceps flexionandose. Los amigos siguieron jugando mientras el joven se acercaba. Llevaba un banador negro, no uno de esos ajustados --menos mal-- sino uno suelto que le llegaba a la mitad de los muslos musculados y morenos. Mejor no mirar muy fijamente. Volvi a alegrarme, por enesima vez, de tener las gafas de sol puestas. --Hola --dijo, con una voz grave y profunda. --Hola --sonrei. Me tendio el botellin de agua helada.

  • El Muro de las Tormentas de Ken Liu

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    Kuni Garu, ahora emperador Ragin tras su victoria en la Guerra del Crisantemo y el Diente de Leon, se enfrenta a la tarea de hacer realidad sus ideales de justicia y conservar el poder en una corte en la que las rivalidades son cada vez mas abiertas. Distintas fuerzas y grupos pugnan por imponerse y se preparan para una lucha a largo plazo. Entre tanto, una nueva amenaza existencial se cierne sobre Dara desde el exterior. En la esperada continuacion de ” La gracia de los reyes ” Ken Liu da un nuevo giro a la fantasia con una poderosa novela en la que tienen cabida batallas epicas y controversias filosoficas, intrigas politicas y criaturas sobrenaturales, invenciones tecnologicas y luchas entre los dioses. y el examen mas extraordinario que se haya narrado nunca.

  • Inocente belleza de Clare Connelly

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  • Historia de la criptografia de Manuel J. Prieto

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    Desde que el ser humano escribio la primera palabra, se han querido ocultar y codifican mensajes. Secretos de Estado, ordenes militares, asesinatos o la simple privacidad entre personas han servido para desarrollar complejos sistemas de encriptacion que han desempenado un rol fundamental en la guerra y la politica.

  • El senor Sapo y la pareja feliz de Anys Felici

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    Alguien podria asegurar que no es amor, sino dependencia, una linea muy fina que nuestros protagonistas traspasan una y otra vez. Wendy piensa que el futuro no traera mas esperanza que el presente y no merece la pena arriesgarse.
    El amor de una madre es incomparable, fuerte y grande, capaz de superar los obstaculos que le ponga la vida, de sacrificios inmensos por la seguridad y felicidad de su hijo. Matteo desaparecio un 12 de octubre de la Romeria, tenia dos anos. El duelo de su madre sera un camino pedregoso, cargado de tristeza y desconsuelo. Una soledad y un vacio que nadie podra llenar. A ella la privaron de un lugar donde ir a llorar, un sitio al que visitar y encontrar consuelo. Sobre ella revolotea la incertidumbre, no acepta que su hijo murio y esta dispuesta a encontrarlo. Ana Brenda nos demostrara que no hay dolor como ese, ni palabra que lo defina.

  • Cuando el grajo vuela bajo de Pedro Tijera Alvarez

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    Ambientado en la posguerra y ubicado en un pueblecito de la provincia de Leon (en aquel tiempo un importante nudo ferroviario a nivel nacional), y abusando adrede de los elementos propios del genero folletinesco, este relato cuenta la historia de una monja, hija natural de un indiano millonario, que tras dieciocho anos de clausura, sale por primera vez del convento para hacerse cargo del funeral de su padre y de la inmensa fortuna que le corresponde heredar, pero con la orden explicita de la madre superiora de volver al convento con el montante que resulte de la venta de todo lo heredado.
    Sin embargo los calculos de la abadesa se tuercen cuando la monjita se enamora del hijo de uno de los carniceros del pueblo el cual, tras una relacion turbulenta, y a pocos dias de la fecha establecida para la boda, decide romper su compromiso para casarse con otra mujer.
    La ruptura hace que la monjita pierda la razon y se empecine en pasarse la vida sentada en un banco frente a la carniceria del su antiguo prometido, vestida de blanco y pintarrajeada y enjoyada como un payaso.

  • El Gran Capitan de Jose Calvo Poyato

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    Con su maestria de narrador y sus profundos conocimientos de historiador, Jose Calvo Poyato nos introduce en la vida del soldado espanol mas insigne de todos los tiempos: Gonzalo Fernandez de Cordoba, el Gran Capitan.

  • La guarida del raposo, Antonio Orozco Guerrero de Antonio Orozco Guerrero

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    Mi nombre es Jose Raposo. Siendo un crio me fui a guardar cabras con Perico el Cojo. Luego, trabaje como jornalero en el cortijo de los Galvez. Hasta que los dos hijos pequenos del patron violaron a mi hermana Juana.
    Ellos pagaron su culpa y yo la mia: Los mate y a mi me condenaron a cadena perpetua. Fueron anos terribles. Ahora que lo pienso, no bebia para olvidarme de todo, sino para acabar con aquella pesadilla.
    Un dia, aparecio por el penal una persona excepcional que me hizo ver que yo podia ser un buen hombre. Comprendi que para ser alguien como los demas tenia que huir de alli. Cuando lo hice, supe que mi hermana habia tenido un hijo y que la familia de los violadores se lo quito a la fuerza. Me encontre con la nina que habia jugado conmigo de pequeno, y me asombre al comprobar que ya era una mujer.
    Y me escondi en una guarida, como hacen los animales que llevan por nombre mi apellido. Los carabineros siguen mi rastro; los Galvez han mandado a Publio Cano, un cazador de recompensas, para que me mate. Pero tambien tengo amigos que me ayudan,
    No me voy a dejar coger. Si salgo de mi escondrijo, sera con los pies por delante o como un hombre libre.
    Pero eso es imposible… ?O no?

  • Confusion. Cronicas de los Cazalet de Elizabeth Jane Howard

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    Primavera de 1942, el mayor conflicto armado de la historia de la humanidad se adentra en su cuarto ano. Las incursiones aereas y el racionamiento son moneda corriente, el caos se ha convertido en una forma de vida. Sin embargo, algo empieza a moverse entre los jovenes Cazalet: el tiempo de espera ha terminado y el ingreso en el incitante mundo adulto parece haber llegado por fin. Bajo la petrea moral victoriana del sacrificio y el esfuerzo belico apuntan, sobre todo para las mujeres, unos habitos menos encorsetados que permiten amar y trabajar con mayor libertad. Y asi, en una sucesion de nacimientos y perdidas, de matrimonios y relaciones ilicitas, va desarrollandose la vida del clan, de sus amigos y de sus amantes, que con la cabeza alta siguen adelante y suenan con la paz despues de la guerra, con el momento en que las familias volveran a reunirse y las heridas empezaran a sanar, con la igualdad y la justicia que el nuevo orden traera consigo, con el dia en que, definitivamente, acabara tanta confusion.
    La monumental saga de Elizabeth Jane Howard, una de las construcciones novelisticas mas ambiciosas y acabadas de la literatura inglesa del siglo XX, sostiene con toda precision en este tercer volumen el tempo y la intensidad a los que nos tiene habituados.

  • El sentido de la vida de Carla de A. M. Irun

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    Mi novia ha insistido en que cuente como nos conocimos. Yo no soy periodista como ella y no se mucho acerca de como estructurar un relato, asi que lo voy a hacer a mi manera intentando encontrarle un sentido a todo esto. Yo soy una chica de rutinas. Lo sigo siendo a pesar de todo. Desde que destripe un reloj con seis anos supe que era asi como queria ser. Precisa, puntual, un diente de la rueda detras de otro, esperando paciente su turno. Me levantaba, corria cinco kilometros en menos de 25 minutos, me duchaba, desayunaba algo con alto contenido en fibra (unos cereales concretos y algo de fruta). Me secaba y me planchaba el pelo y bajaba al metro a una hora determinada para poder entrar en el mismo vagon de siempre. Con tanta precision era facil olvidarse de esa puesta a punto necesaria de vez en cuando debido a ese ligero desvio de los elementos que hace que todo se vaya a la mierda. Tenia unos ocho anos cuando crei comprender por primera vez el sentido de la vida. Huia de mi hermano Jaime al que le encantaba pelearse conmigo y me escondi en la habitacion de mis padres. Con la emocion, no me dio tiempo a frenar y choque contra una de las mesillas. El reloj despertador que habia sobre ella se cayo al suelo y se rompio, dejando al descubierto el mecanismo que lo hacia funcionar. Mi hermano no paraba de reirse y de decirme que me la iba a cargar cuando se enteraran nuestros padres, pero pronto deje de oirle. Quede hipnotizada por el tic-tac del segundero y el movimiento milimetrico de las ruedas dentadas que habia en su interior. Comprendi al instante su funcionamiento. Era un mecanismo muy complejo, casi inescrutable, pero con una precision propia de un super ingenio. Como digo, traslade aquello a mi vida y me converti en un reloj. Puntual, rutinaria, paciente. Como uno de aquellos dientes de la rueda del reloj, a la espera de mi turno para hacer sonar la alarma. Encontraba series, secuencias y patrones en todos los lados, explicaba mis dudas existenciales con cadenas de causa y consecuencia. Si algo habia salido mal, lo analizaba, destripaba sus partes y daba con el error. Lo corregia y lo incorporaba a mi manual para una vida feliz. Pero todo reloj pierde el compas, la precision. La hora no es algo exacto, sino que depende de la orbita de la Tierra alrededor del Sol y, si no se corrige, un reloj puede acabar siendo una pieza completamente inutil. Solo cuando la orbita de mi vida perdio completamente el eje entendi que no entendia nada de la vida. SEPTIEMBRE I Es dificil decir donde comienza una historia. Si nos pusieramos a buscar el punto exacto donde todo empieza, podriamos remontarnos hasta el origen del universo porque es ahi desde donde surge todo. Pero somos humanos y nos gusta pensar que todo empezo con nosotros. Y no ya solo con nosotros como especie, sino en nosotros como personas unicas. Asi que yo no voy a ser menos porque esta es mi historia. Siempre recomiendan arrancar una historia con una imagen visual que ponga a la persona que escucha en un estado de atencion y que le ayude a empanizar con el protagonista. Asi que esta historia comienza conmigo, Carla Pi Fonseca, corriendo a primera hora de la manana, una rutina que rara vez me saltaba. Correr cinco kilometros al punto de la manana me ponia en modo superheroina y sentia que podia con cualquier cosa que ocurriera ese dia. Era finales de septiembre y hacia calor pese a que eran las 8 de la manana. Me puse los auriculares con una playlist que habia hecho el dia anterior eligiendo cada cancion segun sus revoluciones por minuto, y sali a correr. Empece con fuerza, pero a los dos kilometros note que me habia pasado con la motivada. Baje un poco el ritmo pensando en recuperarme un poco y aumentarlo en el ultimo kilometro. Pense que quiza me habia pasado con lo de las revoluciones por minuto. Corregir, redisenar, aplicar de nuevo. Dios, como me gustaba el aire fresco en la cara, los pulmones a pleno rendimiento, el corazon a tope, el viento haciendo remolinos en mis oidos. A pesar del flato, las piernas me iban solas y la aplicacion del movil me senalaba que llevaba mi mejor ritmo hasta la fecha. Ahora es cuando la cosa se tuerce. Note un pinchazo en el vientre. No muy fuerte. Algo ligero y fugaz. No pare de correr pero si me vi obligada a bajar el ritmo. Adios, record personal. Hola, meses de pesadilla. No bati mi record y me costo bastante completar los cinco kilometros de mi recorrido habitual. Me sentia lenta y pesada. Algo no iba del todo bien. No pasa nada, me dije. Manana ira mejor. Me diagnosticaron sindrome de colon irritable hace un par de anos. Al principio lo achaque al cambio del Instituto a la Universidad. El menu de la cafeteria, las prisas, el estres. Ingenieria Industrial mola pero exige mucho. Y el divorcio de mis padres lo agravo. Me dolia la tripa y mi medico me dijo que tenia el colon irritable, que hiciera deporte, comiera sano y evitara las bebidas gaseosas y el alcohol. Fieston. Al principio fue duro, sobretodo lo de ir a fiestas y ser la rara que bebe agua o zumos. Pero enseguida note el cambio y segui con un estilo de vida saludable. Comenzaron a definirse los musculos de mis brazos y piernas, desaparecio por completo mi dolor de espalda causado por horas y horas de estudio y tenia un vientre plano que era la envidia de mis amigas en verano. Recuerdo como fue mi primer kilometro corriendo sin parar. Pense que se me iba a salir el higado por la boca, tenia la garganta sequisima y los hombros me pesaban. Me obligue a superar la pajara hasta que consegui mi objetivo. Si hubiera tenido fuerzas habria bailando, pero apenas podia sostenerme en pie. Estaba a punto de caer de rodillas y sin embargo me sentia toda una ganadora. --?Que tal ha ido, hija? --me pregunto mi madre nada mas salir de la ducha aquella manana en que todo iba a cambiar. --Mal. He notado un pinchazo aqui --le dije tocandome un lateral del estomago--. Me ha costado mucho acabar. --Manana ira mejor. Madres. Aunque esten destrozadas por dentro siempre tratan de animar a sus hijos. Mi padre nos dejo por una chica mas joven. Digo "nos" porque nos abandono a los tres: a mi hermano, a mi madre y a mi. No fue un abandono en plan “ahi os quedais”. Le seguimos viendo, paga lo que le corresponde de nuestra universidad, y si necesitamos algo mas, sabemos que va a estar ahi, pero por lo demas, se ha quedado una relacion bastante fria. Jaime y yo teniamos 18 cuando dejo a mi madre. Nos quedamos helados. Mi madre un poco menos porque supongo que se lo esperaba. Asi que ahora somos solo los tres. Tenemos un hermano mas, Dario, pero vive en Berlin con su increiblemente adorable y sexy novia alemana Gertha, y le vemos tres o cuatro veces al ano. --?Donde estan mis cereales? --pregunte rebuscando en los armarios de la cocina. --Aqui --senalo mi hermano. Tenia la caja delante de el y una sonrisa malevola en la boca. Mi hermano es en terminos generales lo que llamariamos un gilipollas. Mis padres tuvieron a Dario, y enseguida quisieron ir a por la parejita. Les costo cuatro anos hasta quedarse embarazados, y al final, la tan ansiada parejita vino junta. Jaime y yo somos mellizos. Solo tenemos igual los ojos, con forma de dos pequenas almendras y del color de la miel. El resto no podria ser mas diferente. El es de Letras, yo de Ciencias; el es un vago, yo me lo curro cada dia; el se ligaba a una tia cada finde, y yo… yo solo bebia los vientos por una. Me acerque a la mesa donde estaba mi hermano desayunando para coger la caja de cereales. La levante y note que estaba vacia. Jaime se llevaba a la boca la ultima cucharada de leche con cereales. Sonreia tontamente mientras la leche le caia por el labio de abajo. --?Te has comido mis cereales? --le grite. --Oh, lo siento --respondio con parsimonia. Se levanto y dejo el bol en el fregadero. --Mama, dile algo a este gilipollas. --!Carla! --me regano mi madre--. No llames gilipollas a tu hermano. Jaime me hacia la burla a espaldas de mi madre. --Sabes que necesito desayunar esos cereales para… --!Para cagar! --termino Jaime que hizo una pedorreta con la boca y salio de la cocina. Y ese tio queria entrar en la Sorbona. El dia habia empezado torcido y no parecia que fuera a enderezarse. Solo habia una cosa que si sabia que iba a ocurrir. Y era lo unico que me podia alegrar la manana. Me planche el pelo con esmero. Lo tenia largo y negro y si no me lo planchaba se me erizaba y quedaba fatal. Busque las lentillas, pero en la caja solo habia una. Seguro que mi hermano habria perdido alguna suya y me habria robado la mia. Gruni, me puse las gafas y sali de casa para ir a la facultad. II Una manana de hace un par de semanas, nada mas empezar el curso, me subi al metro pensando que seria un trayecto mas. Entre al vagon y me sente sin prestar mucha atencion a la gente. Escuchaba musica y, en un momento dado, me sorprendi a mi misma cantando por lo bajo. Pare en seco y mire a mi alrededor por si alguien me habia escuchado. Entonces la vi. Vi a la chica del metro. La chica del metro tenia algo que me gustaba mucho, pero no sabria describirlo. Tenia el pelo y los ojos castanos. Unas pestanas largas y preciosas que no hacia falta maquillar y un look desalinado. Echaba vistazos rapidos a la gente y se detenia en detalles aparentemente insustanciales del vagon como senales o carteles. Parecia un gorrion asustado que acababa de caer del nido. Solia pensar que eran idas de olla mias, pero cada dia que pasaba y la veia, me convencia de que la chica del metro era sensible y divertida. Asi era como yo me la imaginaba. Y me encantaba. Toda aquella primera semana trate de encontrar el momento para coincidir con ella en el metro, y lo consegui. No fue facil puesto que era comienzo de curso y aun no teniamos las rutinas definidas. La siguiente semana me deje ver, me esmere en arreglarme con mis mejores prendas. El verano se estaba acabando, pero la ropa aun daba algo de juego. Camisas con un boton de mas desabrochado, tirantes, coletas para mostrar el cuello... Supe que habia conseguido llamar su atencion cuando, a la tercera semana, coincidimos todos los dias. Creia eso de verdad. Creia que habiamos hecho un pacto silencioso en el cual quedabamos en un vagon concreto, a una hora determinada. Queria creerlo. El tren entro en la estacion. Mire mi reloj de pulsera, regalo de mi padre tras acabar el Instituto, pocos dias antes de que nos anunciara su decision de dejarnos. Cuando nos lo dijo, hubiera lanzado el reloj por la ventana, pero era precioso y me encantaba. A la saeta del minutero le faltaban tres rayitas para llegar a la hora senalada, asi que deje pasar el tren. Espere al siguiente tren. Siempre tenia cosquillas en el estomago durante ese rato, como si estuviera pixelado. Cuando por fin llego, respire hondo y entre. Ahi estaba ella, con sus vaqueros caidos, su camiseta de rayas y su cazadora vaquera. Suspire y, como en todos los viajes, nos dedicamos a esquivarnos la mirada. No se por que lo haciamos. No se por que ninguna de las dos no daba el paso despues de tanto tiempo. O si lo se. Lo se perfectamente. La razon romantica era para no romper la magia. La razon real era porque ninguna de las dos habiamos hecho eso antes y no estabamos seguras de si lo que veiamos en la otra eran senales o imaginaciones.

  • Censurado de Darlis Stefany

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    Anabell hizo de todo para que Dylan, su relacion mas larga llevara a la relacion a otro nivel. en la cama. Fueron meses de coqueteos, insinuaciones y profundos escotes. ?Que fue lo que hizo Dylan? Enganarla, enganarla con su prima la rusa. El despecho es peligro ?Pero algo mas peligroso que eso? Una botella de Vodka. Entonces con estos dos ingredientes peligrosos Anabell decide tomarse una sexy, caliente y reveladora foto con destino a Dylan para demostrarle que hizo la eleccion equivocada de chica rusa. ?El problema? Ella escribio un 0 y no un 8 en el destinario de la foto. Jared solo queria dormir la noche que su celular sono, pero el sueno se fue en el momento en el que vio la linda e inolvidable foto que cierta chica le envio. El no es Dylan y no conoce a ninguna rusa, pero sin duda alguna le gusta lo que vio. Ahora Jared y Anabell viven una doble vida de mensajes picantes y comentarios en persona. En lo que ambos coinciden es en dos cosas: Las fotos no van a detenerse y nadie debe saber mas que ellos de las fotos. Despues de todos son fotos censuradas. Entre divertidas experiencias, amigos alocados, un hermano con desvios sexuales, perversion y muchos recuerdos confusos de una ninez traumatica Anabell y Jared van cayendo el uno por el otro. Cuando todo se complica, el pasado emerge y los recuerdos regresan ellos deberan demostrar que tan capaces son de sostenerse y continuar con su alocada y epica relacion…

  • Las Palabras y los Mitos de Isaac Asimov

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    Las informaciones y comentarios de este ameno e instructivo ensayo conducen al lector por los vericuetos de la creacion mitologica griega como si se tratase de una novela de aventuras, comentando la poderosa influencia que los mitos han ejercido en la genesis y evolucion del pensamiento humano, con particular enfasis en la formacion de las principales lenguas que se hablan en el mundo.

  • Protegeme de Sophie Saint Rose

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    Laia hacia anos que no tenia una relacion con un hombre y en la despedida de soltera de su amiga Grace, se solto un poco la melena. Bueno, igual no fue un poco porque las consecuencias de esa noche iban a cambiar su vida para siempre. Lo preocupante era que no recordaba muy bien lo que habia ocurrido.

  • Sr. Moore de Myriam Ojeda Moran

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    AUTORA DEL BESTSELLER ” SI TAN SOLO FUERA SEXO ” MAS DE DOS MILLONES DE LECTURAS ONLINE.Nadia Sanchez trabaja en una de las editoriales mas grandes de Espana.Todo parece ir bien, cuando un monton de circunstancias ponen su vida patas arriba. Un ex que parece un modelo estirado. Un manuscrito bajo un pseudonimo que la enamora, y un autor que la vuelve loca. El Sr. Moore ha llegado a su vida para mucho mas de lo que ella se puede imaginar. RISAS, MOMENTOS FRENETICOS Y MUCHO, MUCHO AMOR… CONOCE ESTA HISTORIA , Y VIVE JUNTO A NADIA ESTA AVENTURA QUE NO TIENE DESPERDICIO.

  • Desesperada (Novias 2) de Eva Alexander

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    Ni la mitad. Estaba recorriendo la carretera que me llevaba a mi ciudad natal y no sentia ni la mitad de la felicidad que deberia sentir, esa felicidad que era un sueno para mi. Mi primer recuerdo era de la entrada a la ciudad, el camino rodeado de arboles verdes y altos hasta el cielo. Recuerdo que iba sentada en el asiento de atras sosteniendo un muneco de Mickey Mouse, mirando por la ventanilla del coche y escuchando a mis padres hablar. Se por lo que me contaron mis padres y por las fotos que llenaban cada pared de nuestra casa que ese dia volviamos de Disneyland, que me llevaron para celebrar mi tercer cumpleanos, pero lo unico que yo recuerdo es que estaba muy feliz, que mientras el coche iba por esa carretera era la nina mas feliz del mundo. Mi madre decia que era porque era la primera vez que salia de la ciudad y que nada se puede comparar con la felicidad de volver a casa. No digo que no tenia razon, pero no he vuelto a sentir esa felicidad, ni ahora ni en las otras veces que he vuelto a casa. Tal vez tiene algo que ver con el hecho de que mis padres ya no estan. ?Tal vez? Seguro que si. Estaba volviendo a casa, mejor dicho, estaba corriendo de vuelta a casa. He conseguido hacer un desastre de mi vida y todo por buscar esa felicidad que ahora me doy cuenta de que no existe para mi. Anos y anos de busqueda para nada, tiempo perdido, esfuerzo y lagrimas en vano. El nunca llego. El, el hombre que me haria tan feliz como mi padre hizo a mi madre. Se que estas pensando, que estoy persiguiendo un sueno que no es mio, que si algo fue bueno para mi madre no necesariamente sera bueno para mi. Que estoy buscando algo para sentirme cerca de ellos, de tenerlos a mi lado a pesar de que llevan veinte anos muertos. Deberia saber mejor que eso, ?verdad? Al fin y al cabo, soy psicologa, se todo lo que hay que saber sobre traumas. !Dios! A cualquier paciente le diria que deberia olvidar el pasado, le ayudaria a encontrar algo mas en que centrar su atencion. Pero ?lo hago? No, yo sigo adelante con la busqueda de ese hombre sin importar las consecuencias y eso es lo que me ha llevado a este momento, a volver a casa llorando. Abandone mi consulta, mis pacientes, mis amigos, para ir a casa a llorar, a curar mis heridas. Lo que no sabia era si iba a conseguirlo, nunca en mi vida estuve tan herida, tan humillada y avergonzada. Nunca senti ese dolor tan atroz en mi corazon. La ultima vez que pase por algo parecido consegui sobrevivir aqui, en casa, tuve ayuda, mucha, y por eso estaba volviendo. Kent Village, mi ciudad natal, la ciudad de mis padres, la ciudad donde nacieron mis abuelos y bisabuelos. Un pueblo pequeno en la montana rodeado de bosques, donde la gente vivia tranquila y eso era justo lo que necesitaba. Soledad, tranquilidad. Queria ir a pasear por el bosque, respirar el aire fresco y aclarar mi mente. Queria poner orden en mi vida y este era el lugar perfecto. Poco despues de entrar en el pueblo gire a la derecha echando un vistazo a la senal oculta por las ramas de los arboles. Mountain Lounge. !Dios! Mi padre era el mejor del mundo, pero ahi habia fallado y mira que no era muy dificil encontrar un buen nombre para las cabanas. No se como hizo para encontrar clientes, pero lo consiguio. Las cabanas estaban siempre reservadas, invierno y verano, los huespedes llegaban para pasar un buen rato. No habia mucho que ver excepto la montana, pero me imagino que eso era lo que ellos buscaban. Soledad, tranquilidad. Se notaba la falta de cuidados y no solo en los hierbajos que rodeaban el camino, el propio camino era un desastre. Mi pequeno hibrido Lexus de color rojo solido era perfecto para la ciudad, para la montana no tanto y solo de pensar en la factura del taller mecanico me entraba un ataque de panico. Habia ahorrado durante mucho tiempo para comprarme el coche y no pense que un dia iba a tener que hacer un viaje en la montana por caminos llenos de rocas, baches y socavones que iban a destrozarlo. Era mi culpa por haber salido corriendo de la ciudad y no pensar en el coche, pero la verdad es que no pense en nada mas que no fue correr. Correr de mi vida. Correr de esa mirada que veia cada vez que cerraba los ojos. Correr de esa palabra pronunciada con tanto asco. Desesperada. Ahora tampoco era un buen momento para pensar en lo que me hizo coger el coche y venir aqui, tenia que concentrarme en llegar a las cabanas con el coche de una sola pieza. Muchos minutos despues llegue al claro que debia ser el aparcamiento, pero en cambio era solo un mar de hierbajos. Ni loca iba a dejar a mi precioso coche ahi asi que segui adelante y me detuve delante de la fuente. Justo enfrente estaba la cabana principal y a los lados las otras cabanas. Tres a la izquierda, tres a la derecha y otras cuatro detras de estas. Todas formaban un circulo y en el medio estaba la fuente, una que habia construido mi madre con piedras que recogio en el rio que bajaba de la montana t corria detras de la propiedad. Tenia una forma extrana, piedra sobre piedra con el agua saliendo de un lugar que no podia ver, y de pequena pasaba horas mirando e intentando averiguar que era. A veces me parecia que era un elefante, otras que era una nube. Cuando estaba convencida de que habia conseguido dar con la forma justa iba corriendo a contarle a mi madre y ella me abraza riendo, diciendo que debia intentar una vez mas. Nunca averigue lo que mi madre quiso construir y tal vez no esta mal, tal vez es asi como debe ser, tal vez deberia pasar el resto de mi vida sentada en el porche intentando descifrar el misterio de la fuente. Las cabanas estaban en mal estado y no queria imaginarme como estaban en el interior, con el exterior tenia suficiente. Pintura que una vez fue blanca ahora estaba gris ahi donde quedaba algo, algunas ventanas estaban rotas, el techo de la cabana Rosa tenia un agujero. Si, cabana Rosa. Mi padre nombro el establecimiento y mi madre las cabanas. Rosa, Blanca, Roja, Azul, Verde, Morada, Gris, Violeta, Amarillo y Turquesa. La verdad es que mis padres hicieron muchas cosas que ahora me cuesta entender, mira que hicieron con los nombres con lo facil que hubiera sido poner numeros como en los hoteles. Baje del coche y al poner el pie en el suelo maldije. Mis sandalias eran tan ideales para este sitio igual que el Lexus para un camino de montana. Salir corriendo no fue una buena idea y ahora me tocaba pagar el precio. Maldije entre dientes mientras caminaba y sentia los tacones hundiendose en el barro, mientras la hierba raspaba mis tobillos. Me sente en el pequeno banco que estaba enfrente de la fuente y mire la cabana principal. Mi casa. Yo naci ahi, mi madre se puso de parto durante la nevada mas horrible de ese invierno y sobrevivi gracias a que mi abuela estaba de visita y ayudo a mi madre. Creci ahi, dije mis primeras palabras, di mis primeros pasos, hice muchas cosas y me faltaban muchas por hacer. Este sitio siempre fue mi lugar feliz y ahora solo era uno abandonado, deteriorado por el tiempo y por el dolor. Veinte anos cambian un lugar, cambian a las personas. Cerre los ojos y recorde como estaba antes. Las cabanas blancas, las flores de todos los colores brillando en tiestos en cada porche. El sonido del hacha de mi padre cortando los troncos para la chimenea. El olor a galletas que estaba horneando mi madre. Las risas de los ninos que llegaron por la manana con sus padres y se hospedaban en la cabana Blanca. No habia soledad o tranquilidad, solo ruido, risas y felicidad. Lo queria para mi, lo busque sin encontrarlo durante los ultimos diez anos de mi vida y empiezo a creer que lo estuve buscando en el lugar equivocado. Abri los ojos mientras una idea se formaba en mi cabeza, pero no tuve tiempo para dejarla fluir. El sonido de un coche llego y aun despues de tantos anos reconoceria ese motor entre miles. Era un milagro que todavia estuviera funcionando y tambien era un milagro que la persona que lo estaba conduciendo pudiera hacerlo. Me quede quieta mientras aparcaba el coche, mientras bajaba y caminaba hacia mi y solo cuando se detuvo detras de mi me levante. --Hola, abuela --dije sonriendo. --Hija. Eso fue todo, una sola palabra y las lagrimas empezaron a salir a una velocidad increible como si el tono de la abuela fue la senal de que podrian comenzar. --Hija --repitio la abuela mientras yo le rodeaba los hombros con los brazos y la abrazaba con fuerza. Llore recordando la ultima vez que lo hice en los brazos de ella. Fue hace veinte anos cuando la policia llamo a la puerta y dijo que mis padres habian fallecido en un accidente de coche. El ultimo fin de semana de cada mes era para mis padres, era su ritual, su tiempo de enamorados como lo llamaba mi padre y el accidente ocurrio justo cuando volvian de uno de esos fines de semana. Nunca supe a donde iban, si iban en coche o en avion, y no me importaba ya que ellos volvian felices. Yo pasaba esos dias con los abuelos y hacia todo lo que mis padres me prohibian. Era feliz hasta ese dia, cuando mi padre ignoro los avisos de tormenta y condujo a casa, bueno, debido a la falta de visibilidad y a la carretera mojada condujo hacia un barranco. Cayeron, el coche exploto, se incendio y no quedo nada para enterrar. Me quede huerfana a los diez anos y gracias a mis abuelos, los padres de mi madre, he sobrevivido. Estaba en su casa cuando me dijeron sobre mis padres y es ahi donde me quede hasta que me fui a la universidad. Nunca mas volvi a casa. Dos dias despues del funeral la abuela quiso llevarme a casa para recoger algo de ropa y en cuanto tomo el camino que llevaba a las cabanas empece a llorar y a gritar. Paso lo mismo semanas despues, meses despues, hasta que entendieron que no podia, que no queria volver a este lugar que habia sido mi hogar. Ya no lo era, lo que lo convertia en mi hogar eran mis padres y ellos ya no estaban ahi asi que no tenia sentido volver. Los abuelos respetaron mi decision, no vendieron la casa, no la cuidaron, no la tocaron, la dejaron como estaba que fue lo que yo les pedi. Hasta cuando llego el momento de enfrentar al pasado, de olvidar y de darle una oportunidad al futuro, de darme la oportunidad de ser feliz sin la necesidad de tener lo que ellos tenian. Sin amor. La abuela sintiendo que mi crisis habia terminado rompio el abrazo y en esos dos segundos que tarde en bajar mis brazos ella consiguio sacar un panuelo que me entrego. Blanco, planchado, doblado perfectamente y con sus iniciales bordadas. C.A.K. Caroline Anne Kent, mi abuela que a sus ochenta anos tenia una mirada que expresaba vitalidad, confianza y optimismo y eso es algo que yo no habia heredado. La confianza la tenia, bueno, en mi vida profesional si, en lo de privado no tanto. ?El optimismo? Nunca lo tuve y con cada paciente que no conseguia ayudar me iba mas hacia el lado oscuro, ese en el que no habia esperanza. --Has vuelto --dijo la abuela. --Si --asenti limpiando mi rostro con el panuelo que olia a vainilla. --Vamos a devolverle la gloria a este lugar --dijo ella mirando hacia las cabanas. ?Como diablos sabia que habia vuelto para hacer justo eso cuando ni yo misma no lo sabia hasta hace poco? La mire con los ojos entrecerrados y ella me atrapo. Se acerco, levanto la mano y acaricio mi mejilla. Sus ojos azules, y los de mi madre, brillaban con una emocion desconocida mientras que sus labios esbozaban una pequena sonrisa ensenando sus dientes perfectos. Ochenta anos y tenia la dentadura perfecta, el cutis de una mujer de sesenta y el cabello blanco, pero ni una de esas cosas delataban su verdadera edad. Para cualquiera podria pasar por una mujer mucho mas joven y mas de una vez me pregunte como lo hizo. Como sobrevivio a una infancia dificil, a la perdida de dos bebes, a la muerte de la unica hija que le quedaba y finalmente a perder al que fue su amor durante mas de cincuenta anos, el abuelo.--Este es tu lugar, Jane, siempre lo fue. Solo tenias que darte cuenta tu misma --declaro la abuela antes de darse la vuelta y caminar hacia la casa principal. Me quede mirandola, extranada por la agilidad de sus pasos. Parecia que estaba flotando, su chaqueta de punto que le llegaba hasta los tobillos pareciendo la capa de un superheroe. Malva, su chaqueta era de color malva igual que la falda y la camisa. El pequeno sombrero era blanco como el cabello que le caia poco por debajo de los hombros. Seguramente olvido que tenia cita en la peluqueria para cortarlo, a la abuela le gustaba el mismo corte desde hace mas de cincuenta anos. Corte bob a la altura de la mandibula y le sentaba tan bien que hace anos se lo robe, ahora era mi corte de cabello y la unica diferencia era que mi color era castano, un castano normal y aburrido. La abuela llego a la puerta y empezo a buscar en sus bolsillos, en los de la chaqueta, en los de la falda. Nada, la llave no estaba. Sonrei acercandome al pillar del porche, el de la izquierda donde justo a metro y medio de altura habia un escondite. Mi padre hizo un agujero en la madera y ahi guardaba la llave de repuesto, mejor dicho, las llaves. Veras, la abuela es muy olvidadiza en cuanto a las llaves y no es de ahora que ya tiene ochenta anos, no. Eso le viene de muy joven, es alguna mierda genetica que heredo mi madre y luego yo. Mi padre, harto de volver de donde estaba para abrirle la puerta a mi madre cada vez que ella olvidaba las llaves tuvo la idea de esconder algunas. Llaves, muchas llaves. Es extrano como funciona la mente humana, mi madre recordaba cada lugar en las que estaban escondidas, pero nunca recordaba coger la llave cuando salia de casa. A mi me pasa algo parecido, tanto que tengo al cerrajero en la lista de contactos favoritos. Intente todo lo posible, poner una nota en la puerta para verla antes de salir, colgarla de una cadena a mi cuello como los ninos, hice cincuenta copias y las guarde en todos mis bolsos. ?Y sabes que? Pues que en vez de mirar hacia la puerta y ver la nota yo miraba mis zapatos, la cadena me la quitaba cuando llegaba a casa y olvidaba ponerla de nuevo, las cincuenta llaves se acabaron un dia y olvide hacer otras copias. Al final renuncie y puse una cerradura electronica ya que el codigo nunca se me olvidaba. La parte mala es que no es muy barata y para reemplazar todas las cerraduras de las cabanas iba a salir muy caro, tanto que no podia permitirmelo. Voy a tener que seguir el ejemplo de mi padre y encontrar nuevos lugares para guardar llaves fuera de la casa. Recordar hacer copias tambien era buena idea. Menos mal que no hay muchos robos en el pueblo que si no los ladrones tendrian una manera muy facil de entrar a mi casa. --Jane, la puerta se ve muy floja. ?Por que no le das una patada a ver si la abres? -- pregunto la abuela. Mire la puerta despues de recoger la llave de su escondite y muy floja no parecia, la verdad es que la madera se veia muy solida. Y sucia, me arme de valor mientras miraba las telas de aranas y buscaba a esos bichos que me provocaban un miedo atroz. --?Por que romper la puerta si tengo una llave? --pregunte acercandome. --Esta es mi chica. --Sonrio la abuela. Meti la llave en la cerradura y la gire, la puerta se abrio haciendo un ruido espeluznante y juro que casi espere ver una arana gigante en la casa. Pero no, el sonido era algo normal en una puerta que llevaba veinte anos cerrada. Tal vez deberia reconsiderar mi decision. Tal vez. Segui a la abuela dentro, pero mientras ella iba hacia la cocina Dios sabe porque, yo me quede en la entrada. Justo delante estaba el escritorio que usaba mi madre para todo relacionado con las cabanas. Encima estaba el ordenador y la agenda de mi madre con su boligrafo favorito. Detras, en la pared, estaba el armario de las llaves con llaveros coloridos para saber a que cabana pertenecia. Amaba ese rincon, de pequena me sentaba ahi y me imaginaba que era mayor, que este era mi negocio. Pero lo que mas amaba era la agenda de mi madre, que no se porque razon encontraba tan fascinante. Me acerque al escritorio e ignorando el polvo cogi la agenda y la abri. Nombres, fechas, numeros de telefonos. Mi madre nunca me dejo tocarla y creia que ahi escondia secretos oscuros, pero lo unico que habia era la lista de clientes y las citas de mi madre. Jueves, diez de la manana, peluqueria. Viernes, ocho de la tarde, cena en el CP. Sabado, diez de la noche, CP con FP. Esas eran las ultimas notas de mi madre, las ultimas citas que hizo y de repente ya no quise recordar. Cerre la agenda y la deje en el mismo lugar. Limpie el sudor de mis manos en el vestido veraniego que llevaba y camine hacia el salon. Era el lugar en el que mas tiempo pasabamos como familia, fue mi lugar favorito, pero ahora solo podia sentirme agobiada. Las paredes de un marron extrano, las estanterias que cubrian todas las paredes de la habitacion, los muebles grandes y feos, los objetos que llenaban cada superficie. Me estaba ahogando, la habitacion parecia que me queria ahogar y tuve que dar media vuelta e ir a buscar a la abuela. La encontre en la cocina. Limpiando. --?Abuela? --Coge un trapo y ayudame --dijo ella. Despues de seis horas de conducir sin una sola parada para comer o ir al servicio, lo que menos me apetecia era limpiar suciedad de veinte anos. Estaba mirando los trapos y buscando la manera de convencer a la abuela de que esto era una mala idea cuando ella se dio la vuelta, puso las manos en las caderas y me miro. --?Vas a limpiar o vamos a casa y me cuentas sobre lo que te ha traido de vuelta a casa? --pregunto la abuela. Suspirando di un paso hacia la mesa y cogi un trapo. --Voy a limpiar --murmure. --Lo sabia. Claro que lo hacia, ella lo sabia todo y antes de darme cuenta iba a saber la razon de mi vuelta, pero no ahora. Lo que importaba en ese mismo instante era pasar tiempo con la abuela en lo que fue mi casa durante los primeros anos de mi vida y lo que esperaba que iba a ser mi hogar hasta el fin de mis dias.

  • Una noche contigo de Christian Martins

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  • Heima es hogar en islandes, Laia Soler de Laia Soler

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    ?Puede estar tu hogar a miles de kilometros de casa?
    Ver la vida en blanco y negro no es divertido.
    Laura padece una extrana enfermedad que le impide apreciar los colores, pero si ultimamente su vida es gris no es solo porque sufre acromatopsia. Acaba de romper con su novio y sus padres no dejan de pelearse tras el divorcio. Por eso, decide alejarse de todo y toma el primer avion que sale del aeropuerto.
    El destino la lleva hasta Reikiavik, Islandia. Alli conoce al simpatico Orri, quien le propone emprender un viaje para recorrer el pais con el y su no tan simpatico amigo Gudjon. Quiza no sea una idea sensata, pero no es que Islandia ofrezca muchas opciones a una chica que se ha escapado de casa.
    Lo que Laura nunca podria sospechar es que los dos islandeses esconden un secreto imposible de creer, incluso para alguien como ella, y que ese viaje la cambiara para siempre.

  • Breve historia del liberalismo de Juan Granados

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    La apasionante historia del pensamiento libertario, contra toda forma de dominacion. Desde los origenes mas o menos lejanos del pensamiento liberal, rastreables en Aristoteles, Ciceron o los neoplatonicos florentinos y de forma mas clara en el pensamiento politico del siglo XVII europeo, con Baruch Espinoza y John Locke a la cabeza; se analiza la evolucion del liberalismo de los siglos XIX y XX en sus diferentes escuelas y tiempos, desde el esbozo de la teoria y su configuracion doctrinaria, a traves del estudio de los grandes movimientos revolucionarios de 1830 y 1848, su posterior desarrollo economico y politico a traves de los siglos XIX y XX, hasta el varapalo que supuso para sus presupuestos teoricos la profundisima crisis economica en la que aun nos hallamos inmersos

  • Culpable (Doctora Klein 1) de Diana Scott

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    Dia a dia Brenda Klein se dirige feliz a su consulta, comparte profundas reflexiones con sus pacientes y regresa con Max Brown, el marido que todas suenan pero pocas consiguen. Guapo, inteligente y arquitecto, Brenda ama a Max y Max ama a Brenda.
    Una manana la doctora chocara con una profunda mirada enfrentandola con sus propios temores. Akim ha llegado a su vida como vendaval para demostrarle que la perfeccion no existe.
    Acosada por sus propios consejos, Brenda debera decidir entre salvarse o vivir en un mundo para el que pocos estan preparados.

  • La desaparicion de Josef Mengele de Olivier Guez

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    El North King surca el agua cenagosa del rio. Los pasajeros, que han subido a cubierta, escrutan el horizonte desde el amanecer, y ahora que las gruas de los astilleros y la linea roja de los tinglados perforan la bruma, unos alemanes entonan un canto militar, unos italianos se persignan y unos judios rezan, pese a la llovizna, unas parejas se besan, el transatlantico arriba a Buenos Aires tras una travesia de tres semanas. Solo en la borda, Helmut Gregor cavila. Esperaba que acudiera a buscarlo una lancha de la policia y asi evitar los incordios de la aduana. En Genova, donde ha embarcado, Gregor ha suplicado a Kurt que le haga ese favor, se ha presentado como un cientifico, un genetista de altos vuelos, y le ha ofrecido dinero (Gregor tiene mucho dinero), pero el intermediario se ha zafado sonriendo: los favores de esa indole se reservan para los peces gordos, para los dignatarios del antiguo regimen, raramente para un capitan de las SS. Aun asi, enviara un cable a Buenos Aires, Gregor puede contar con el. Kurt se embolso los marcos pero la lancha no ha aparecido. De modo que Gregor aguarda en el gigantesco vestibulo de la aduana argentina con los demas emigrantes. Sostiene con firmeza dos maletas, una grande y otra pequena, y observa a su alrededor a la Europa del exilio, las largas filas de personas anonimas, elegantes o desalinadas, de las que se ha mantenido apartado durante la travesia. Gregor ha preferido contemplar el oceano y las estrellas o leer poesia alemana en su camarote; ha pasado revista a los ultimos cuatro anos de su vida, desde que abandono Polonia a la desesperada en enero de 1945 y se diluyo en la Wehrmacht para escapar de las garras del Ejercito Rojo: su internamiento durante unas semanas en un campo norteamericano de prisioneros, su liberacion gracias a su documentacion falsa a nombre de Fritz Ullmann, su escondite en una florida granja de Baviera, no lejos de Gunzburg, su ciudad natal, donde corto heno y selecciono patatas durante tres anos haciendose llamar Fritz Hollmann, despues su huida en Semana Santa, dos meses atras, la travesia de las Dolomitas por caminos sembrados de contrabandistas, la llegada a Italia, a Tirol del Sur, o Alto Adigio, donde paso a ser Helmut Gregor, a Genova por fin, donde el bribon de Kurt le facilito las gestiones ante las autoridades italianas y la emigracion argentina. 2 El fugitivo tiende al funcionario de aduanas un documento de viaje de la Cruz Roja Internacional, una autorizacion de desembarco y un visado de entrada: Helmut Gregor, 1,74 metros de altura, ojos castano verdoso, nacido el 16 de agosto de 1911 en Termeno, o Tramin en aleman, municipio de Tirol del Sur, ciudadano aleman de nacionalidad italiana, catolico, mecanico de profesion. Direccion de Buenos Aires: calle Arenales 2460, barrio de Florida, c/o Gerard Malbranc. El aduanero inspecciona su equipaje, la ropa meticulosamente doblada, el retrato de una mujer rubia de rasgos delicados, libros y algunos discos de opera, y hace una mueca al descubrir el contenido de la maleta pequena: jeringuillas hipodermicas, cuadernos de anotaciones y dibujos anatomicos, muestras de sangre y de celulas: un poco extrano para un mecanico. Llama al medico del puerto. Gregor se estremece. Ha corrido riesgos descabellados para conservar el maletin comprometedor, fruto inestimable de anos y anos de investigaciones, toda su vida, que se llevo consigo cuando abandono precipitadamente su puesto en Polonia. Si los sovieticos lo hubieran capturado en posesion de aquello, lo habrian ejecutado sin mediar juicio alguno. De camino hacia el oeste, en la primavera de 1945 de la gran debacle alemana, se lo confio a una enfermera comprensiva, con la que se reunio posteriormente en el este de Alemania, en zona sovietica, un periplo demencial tras su liberacion del campo estadounidense y tres semanas de viaje. Despues se la traspaso a Hans Sedlmeier, su amigo de la infancia y hombre de confianza de su padre, industrial de profesion; Sedlmeier, con quien se vio regularmente en los bosques que rodeaban la granja donde se enterro durante tres anos. Gregor no habria abandonado Europa sin su maletin: Sedlmeier se lo devolvio antes de su marcha a Italia con un grueso sobre lleno de dinero, y ahora un estupido de unas mugrientas lo esta echando todo por la borda, piensa Gregor, mientras el medico del puerto inspecciona las muestras y las anotaciones hechas con apretada letra gotica. Como el medico no entiende nada, interroga a Gregor en espanol y este le contesta en aleman; el mecanico le habla de su vocacion de biologo aficionado. Los dos se miden con la mirada y el medico, que tiene ganas de irse a comer, con un gesto le indica al aduanero que puede dejarlo pasar. Aquel 22 de junio de 1949, Helmut Gregor ha alcanzado el santuario argentino. 3 En Genova, Kurt le habia prometido que en el puerto lo esperaria un medico aleman que lo conduciria a casa de Malbranc, pero el intermediario ha vuelto a enganarlo. Gregor da mil vueltas bajo la lluvia, tal vez su contacto ha pillado un atasco. Escruta los muelles, el trajin de los estibadores, las familias reunidas que se eclipsan sonriendo, las pilas de cuero y los fardos de lana de las zonas de los cargueros. Ningun medico aleman a la vista. Gregor consulta su reloj, gime la sirena de un barco frigorifico, Gregor, angustiado, duda en correr a casa de Malbranc, pero decide esperar, es mas prudente. Pronto es uno de los ultimos pasajeros del North King, que sigue en el muelle. Dos calabreses cargados como mulas le proponen compartir un taxi. Gregor se sorprende yendose con los piojosos; ese primer dia en tierra sudamericana no le apetece quedarse solo, y, ademas, no tiene adonde ir. 4 En el hotel Palermo, comparte una habitacion sin lavabo ni servicios con sus acompanantes, que se burlan de el: Gregor, el tiroles del sur, no sabe ni una palabra de italiano. Maldice su eleccion, pero asume la situacion en que se halla, acepta unas lonchas de salchichon con ajo y se duerme exhausto, con el maletin fuertemente encajado entre la pared y el, a salvo de la codicia de los dos hombres. A la manana siguiente, esta al pie del canon. En casa de Malbranc, nadie contesta al telefono: sube a un taxi, deja el maletin en la consigna de la estacion de tren y se dirige a una calle tranquila del barrio de Florida. Gregor llama a la puerta de una espaciosa villa de estilo neocolonial. Regresa al cabo de una hora, llama de nuevo a la puerta, despues telefonea tres veces, en vano, desde el cafe en que ha buscado refugio. Antes de abandonar Genova, Kurt le ha facilitado un segundo contacto en Buenos Aires: Friedrich Schlottmann, un hombre de negocios aleman, dueno de una floreciente empresa textil. En 1947, Schlottmann financio la exfiltracion de aviadores e ingenieros del ejercito del aire aleman, via los paises escandinavos. <>, le dijo Kurt. Al llegar a la oficina central de la Sedalana, Gregor exige ver a Schlottmann, pero este va a estar toda la semana de vacaciones. Ante su insistencia, una secretaria lo conduce ante un responsable de recursos humanos, un germano argentino con traje cruzado cuya pinta le desagrada de inmediato. Gregor es candidato a un puesto de gerente, pero, en vez de eso, el joven de pelo aceitoso le ofrece un trabajo de obrero <>: cepillar la lana que llega a diario de Patagonia; es lo que suele darseles a los camaradas recien llegados. Gregor tuerce el gesto, podria saltar a la garganta de aquel mequetrefe. ?El, un hijo de buena familia, con dos doctorados, uno en antropologia y otro en medicina, ponerse a frotar, a friccionar tonsuras de corderos en compania de indios y extranjeros, inmerso en los efluvios de productos toxicos, diez horas al dia, en un suburbio de Buenos Aires? Gregor sale dando un portazo del despacho del empleado y jura retorcerle el pescuezo a Kurt cuando regrese a Europa. 5 Gregor analiza la situacion mientras se toma a sorbos una naranjada. Encontrar un trabajo, aprender cien palabras de espanol cada dia, echarle el guante a Malbranc, un exagente de la red Bolivar de la Abwehr, los servicios de inteligencia nazis; sobrellevar la situacion con paciencia permaneciendo con los dos calabreses aunque podria permitirse un buen hotel. No entiende el dialecto de los meridionales, solo que son veteranos fascistas de la conquista de Abisinia. Unos soldados no lo traicionaran, asi que mejor mantener un perfil bajo y sus preciadas divisas, el futuro es incierto, Gregor nunca ha sido temerario. Avellaneda, La Boca, Monserrat, Congreso…, ante un mapa desplegado, se familiariza con la topografia de Buenos Aires y se siente diminuto ante el damero, insignificante como una pulga, el, que hasta hace poco tenia aterrorizado a todo un Reich. Gregor piensa en otro damero, barracones, camaras de gas, crematorios, vias ferreas, donde paso sus mejores anos como ingeniero de la raza, una ciudad prohibida sumida en el olor acre de carne y pelo socarrados y rodeada de torretas y alambre de espino. En moto, en bicicleta y en coche, circulaba entre las sombras sin rostro, infatigable dandi canibal, botas, guantes y uniforme deslumbrantes, gorra levemente inclinada. Cruzar su mirada y dirigirle la palabra estaba prohibido; sus propios camaradas de la Orden Negra le temian. En la rampa donde se clasificaba a los judios de Europa, ellos estaban borrachos, pero el permanecia sobrio y silbaba entre dientes compases de Tosca con una sonrisa. No abandonarse nunca a un sentimiento humano. La piedad es una debilidad: con un movimiento del fino baston, el omnipotente sellaba la suerte de sus victimas, a la izquierda la muerte inmediata, las camaras de gas, a la derecha la muerte lenta, los trabajos forzados o su laboratorio, el mayor del mundo, que el alimentaba con <> (enanos, gigantes, tullidos, gemelos) con la llegada diaria de los convoyes. Inyectar, medir, sangrar; descuartizar, asesinar, practicar autopsias: a su disposicion, un zoo de ninos cobayas con el fin de desvelar los secretos de la gemelaridad, de producir superhombres y de acrecentar la fecundidad de las alemanas para poblar algun dia con campesinos soldados los territorios del Este arrancados a los eslavos y defender la raza nordica. Guardian de la pureza de la raza y alquimista del hombre nuevo: despues de la guerra le esperaban una formidable carrera universitaria y el reconocimiento del Reich victorioso. Sangre para el suelo, su demencial ambicion, el gran proyecto de Heinrich Himmler, su jefe supremo. Auschwitz, mayo de 1943-enero de 1945. Gregor es el Angel de la Muerte, el doctor Josef Mengele. 6 Bruma, lluvias violentas, el invierno austral se apodera de Buenos Aires y Gregor, tumbado en la cama, se deprime, esta resfriado. Observa la carrera de una cucaracha surgida de un conducto de ventilacion y se estremece bajo las mantas. No se habia sentido tan indispuesto desde el otono de 1944. Los sovieticos se lanzaban al asalto de Europa Central: el sabia que la guerra estaba perdida y no lograba conciliar el sueno, agotado por los nervios. Logro levantar cabeza gracias a su mujer, Irene. Durante el verano ella se presento en Auschwitz y le mostro las primeras fotos de su hijo, Rolf, nacido unos meses antes, y pasaron unas semanas idilicas. Pese a su ingente tarea tras la llegada de cuatrocientos cuarenta mil judios hungaros, vivieron una segunda luna de miel. Las camaras de gas funcionaban a pleno rendimiento; Irene y Josef se banaban en el Sola. Los SS quemaban a hombres, mujeres y ninos en los fosos; Irene y Josef recogian arandanos con los que ella preparaba confituras. Las llamas brotaban de los crematorios; Irene le chupaba el pene a Josef y Josef poseia a Irene. En menos de ocho semanas fueron exterminados mas de trescientos veinte mil judios hungaros. Cuando a comienzos de otono Josef habia amenazado con venirse abajo, Irene permanecio a su lado. Se habian mudado a un nuevo barracon equipado con banera y cocina, y tenian testigos de Jehova a su servicio. Gregor mira el retrato de Irene colocado en la mesita de noche, una foto de 1936, el ano en que se conocieron, en Leipzig. El trabajaba en el hospital universitario, ella estaba de paso, estudiaba historia del arte en Florencia. Un flechazo: la joven tenia diecinueve anos, el cabello rubio y el cuerpo delgado, el porte de una Venus de Cranach, su ideal femenino. Gregor tose y se acuerda de Irene, con un vestido de verano, colgada de su brazo en el Jardin Ingles de Munich; de Irene embobada en el cupe Opel corriendo por las autopistas del Reich el dia de su boda, en visperas de la guerra. Y Gregor se subleva al contemplar por milesima vez los labios finos de su esposa en la fotografia. Se nego a acompanarlo a Argentina con su hijito, a llevar una vida de fugitiva allende el oceano. Mengele figura en la lista estadounidense de criminales de guerra y su nombre ha salido a relucir en varios juicios.

  • El lenguaje de los bosques de Hasier Larretxea

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    Este libro quiere ser el sendero que escojas cuando te adentres en un bosque. Este libro quiere que crezca un arbol en tu palma de la mano desplegada. Este libro quiere mostrar el aliento y la respiracion de los pasos pendiente arriba. El sonido del rastro sobre el manto de hojas del otono. Este libro quisiera ser guia, brujula y esencia de todo aquello que rodea al arbol. Este libro es tierra, raiz, corteza, rama, hoja y fruto. Es nudo y temblor. La esencia espolvoreada de una vida curtida entre la espesura de la naturaleza. A este libro le gustaria sortear la niebla que lo cubre todo para amanecer en un rincon del paisaje en el que los pajaros le cantan al nuevo clarear del dia. Este libro es la semilla de una vida que florece en los reencuentros y en la busqueda de la hoja de ruta de la infancia que curte miradas y esencias. Este libro quisiera representar la ramificacion que se eleva hacia el cielo claro, donde se reencuentran las generaciones, el mundo rural y la vida en la ciudad. Este libro quiere ser indagacion y reflexion, ruta y cobijo.

  • No llores, princesa de Nuria Rivera

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    Dicen que de una boda siempre sale otra… y esto encontraremos en esta apasionante novela romantica de Nuria Rivera.

  • Cuando el alma tiene dos caras de Doli Pereira

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    Elena es una joven que solo tiene un proposito: dejar el tipo de vida que tiene.
    Cuando Javier, un importante hombre de negocios, se cruza en su camino, ve en el la oportunidad de conseguir lo que siempre ha sonado, aunque ello implique comenzar una nueva vida en un nuevo pais. Sin saber que la persona con la que se casa esconde un gran secreto, que provocara que aflore una personalidad totalmente opuesta a la que conoce y que la vida que ha construido al lado de Javier se resquebraje por completo.
    ?Hasta que punto merecio la pena dejarlo todo atras? ?El poder da la felicidad?