Ver todos los libros de: Manu Ponce
Mire a traves del amplio ventanal y lo unico que me vino a la mente es que no podia haber llegado a un lugar mejor. Cierto que yo venia del mismisimo infierno y eso ayudaba, pero no le restaba meritos a aquel paisaje tan maravilloso, el mas bonito que mis ojos habian visto. Ray hubiera pensado que yo era "un monas" por pensar asi, pero atras habia quedado el tiempo en el que me importaba lo que el dijera. De hecho, atras habia quedado toda mi vida anterior, a la que ya veia muy lejana. El hombre que me alquilo aquella cabana de madera acababa de irse y me habia dejado todas las instrucciones claras. Vino con su esposa, la cual me parecio adorable, con ese aire bohemio que me recordo a mi abuela, tan distinto por cierto al de mi madre. Yo me habia criado en un ambiente bastante estricto, ya que mi madre, Laura, no queria tener nada que ver con la suya, mi abuela Doris, una mujer a la que yo venere hasta la saciedad y que ya no estaba entre nosotros. En cuanto a mi padre, Fernando, el estaba de acuerdo con todo lo que dijera mi madre. Mi hermana Noelia siempre lo llevo mejor que yo, que fui un rebelde sin causa, mucho mas parecido a mi abuela Doris y, por tanto, el favorito de esta. Fue esa misma rebeldia de la que hablo la que me llevo a meterme en la banda de moteros de Ray, una mala decision de esas que te cambia la vida. El resto de moteros con los que yo paraba me lo advirtieron. Y en concreto mi amigo Adri, ese que llevaba conmigo desde la infancia y que sabia que yo era una bala perdida. --?Con la gente de Ray? Tu estas loco, Ruben, no sabes como se las gasta ese tio. Ademas, eso es como una jodida secta, menuda jerarquia, dicen que reparte leches a diestro y siniestro en cuanto se le contradice. --Dicen, dicen, se dicen tantas cosas, Adri, no me seas nenaza. --Eso, encima arremete contra mi, ?que te juegas a que si te vas con esa gente saldras escaldado? Joder, Ruben, ?por que siempre tienes que meterte en lios? --Porque yo no sirvo para llevar una vida como la tuya y lo sabes. --Algun dia espero que no tengas que tragarte esas palabras, que se te da sensacional meterte en problemas, tio. --No seas pajaro de mal aguero--le conteste con prepotencia. Me queria comer el mundo y si era transgrediendo todas las normas que encontrase en mi camino, mejor que mejor, esa era la realidad. Mi vida era un tanto caotica, sin horarios y con una chica cada noche en mi cama, ?como se conseguia eso? Con un trabajo online y pasando olimpicamente de todo lo que sonara a compromiso de cualquier estilo. Desde los veinte me habia dedicado a mi pagina web de complementos moteros, en los que vendia desde monos de miles de euros hasta la mas minima pijotada que tuviera que ver con la que era mi verdadera pasion; aquellas fieras de dos ruedas cuyos rugidos me sonaban al menos tan excitantes como el de las leonas con las que pasaba las noches. Y pasados los treinta y cinco, la pagina me generaba unos dividendos para vivir como Dios, solo que, a ese Dios, como al resto del mundo, a mi me encantaba retarlo. No tarde en comprobar que en esa banda motera no se perdonaba una, con una jerarquia muy marcada, como decia Adri. En ella ocurrieron dos cosas; que me gane enseguida la simpatia del mal bicho de Ray y la enemistad del resto, que me vio subir como la espuma y convertirme en su mano derecha en menos de seis meses. Mas de un disgusto le costo a alguno de ellos, porque el dia que Ray pillo a Loren soltando por la boca que "igual Ray se ha cambiado de acera y ahora le va el culito respingon de Ruben" tuvo que ir volando a por pinos nuevos, porque le dio la del pulpo. Cualquiera diria que que necesidad tenia yo de estar en un sitio asi, en el que la mas minima se saldaba a punetazos y con una Mire a traves del amplio ventanal y lo unico que me vino a la mente es que no podia haber llegado a un lugar mejor. Cierto que yo venia del mismisimo infierno y eso ayudaba, pero no le restaba meritos a aquel paisaje tan maravilloso, el mas bonito que " por pensar asi, pero atras habia quedado el tiempo en el que me importaba lo que El hombre que me alquilo aquella cabana de madera acababa de irse y me habia dejado todas las instrucciones claras. Vino con su esposa, la cual me parecio adorable, con ese aire bohemio que me recordo a mi abuela, tan distinto por cierto al de mi Yo me habia criado en un ambiente bastante estricto, ya que mi madre, Laura, no queria tener nada que ver con la suya, mi abuela Doris, una mujer a la que yo venere hasta la saciedad y que ya no estaba entre nosotros. En cuanto a mi padre, Fernando, Mi hermana Noelia siempre lo llevo mejor que yo, que fui un rebelde sin causa, mucho mas parecido a mi abuela Doris y, por Fue esa misma rebeldia de la que hablo la que me llevo a meterme en la banda de moteros de Ray, una mala decision de esas El resto de moteros con los que yo paraba me lo advirtieron. Y en concreto mi amigo Adri, ese que llevaba conmigo desde la --?Con la gente de Ray? Tu estas loco, Ruben, no sabes como se las gasta ese tio. Ademas, eso es como una jodida secta, --Eso, encima arremete contra mi, ?que te juegas a que si te vas con esa gente saldras escaldado? Joder, Ruben, ?por que Me queria comer el mundo y si era transgrediendo todas las normas que encontrase en mi camino, mejor que mejor, esa era la Mi vida era un tanto caotica, sin horarios y con una chica cada noche en mi cama, ?como se conseguia eso? Con un trabajo Desde los veinte me habia dedicado a mi pagina web de complementos moteros, en los que vendia desde monos de miles de euros hasta la mas minima pijotada que tuviera que ver con la que era mi verdadera pasion; aquellas fieras de dos ruedas cuyos Y pasados los treinta y cinco, la pagina me generaba unos dividendos para vivir como Dios, solo que, a ese Dios, como al En ella ocurrieron dos cosas; que me gane enseguida la simpatia del mal bicho de Ray y la enemistad del resto, que me vio Mas de un disgusto le costo a alguno de ellos, porque el dia que Ray pillo a Loren soltando por la boca que "igual Ray se ha cambiado de acera y ahora le va el culito respingon de Ruben" tuvo que ir volando a por pinos nuevos, porque le dio la del pulpo. Cualquiera diria que que necesidad tenia yo de estar en un sitio asi, en el que la mas minima se saldaba a punetazos y con una gente que tenia cuentas que saldar con la justicia por doquier. Pues ninguna, pero yo es que era especialista en complicarme la existencia. Una cosa si hice bien; dejarle claro a Ray que a mi no me metiera en sus movidas hasta el punto de tener problemas con la ley. Y el agradecio "los cojones que has tenido para decirme eso", palabras literales, dandome aun mayor protagonismo en la banda, porque a su parecer era un tio de fiar. Noche si y noche tambien salia con ellos y acababa con una belleza distinta entre mis sabanas. Todo eso cambio el dia que llego Serena. Ray nos presento y su advertencia no fue precisamente sutil. --Ruben, tio, esta es mi hermana Serena, que viene de estudiar en Londres. Echale un vistazo y no dejes que ningun imbecil se pase un pelo con ella. Y, por cierto, tampoco a ti se te ocurra ponerle un dedo encima, ?estamos? Yo no era un perrito faldero de Ray, por mucho que el se creyera el amo del mundo. Y, es mas, su advertencia solo provoco en mi unas enormes ganas de saltarmela, por lo que un rato mas tarde, Serena y yo estabamos morreandonos a saco en el exterior de aquel garito. Aquella rubia, alta y espigada, nada tenia que ver con su hermano, que era un autentico palurdo en muchas cuestiones. Serena era una mujer de mundo, culta, bella y con un entusiasmo que me cautivo desde el minuto cero. --?Me llevas a tu casa? --me pregunto juguetona. --Afirmativo, solo que te pediria... --?Un poco de discrecion? Tranquilo, Ray siempre me vera como una nina, no hay manera de hacerle comprender que ya soy una mujer... --Pues no sera porque no salte a la vista. Vamonos... Estabamos llegando a mi moto cuando nos pillo. --Ruben, ?eres sordo o es que de repente no tienes el menor aprecio por tu vida? --me pregunto en un tono que le habia escuchado mil veces con otros, pero no conmigo. --Perdona, hermanito, es que le he insistido en que no me encontraba bien y queria que me llevase a casa--disimulo ella. --Pues la proxima vez que quieras que alguien te lleve en moto me lo dices a mi, ?me has entendido? --Venga, Ray, no te cabrees, que estamos celebrando mi llegada de Londres, ?no? --Serena le echo el brazo por encima y se lo llevo al interior del local. --Si la subes en tu moto, eres hombre muerto, Ruben--me advirtio antes de perderse con ella. Media hora mas tarde, Serena y yo nos bebiamos los kilometros en direccion a mi casa. Con una vil excusa, ella habia logrado despistarlo y contabamos los minutos para devorarnos vivos. El que no contaba minutos, pero si iba mirando el maldito WhatsApp, fue el conductor del coche que se nos cruzo en la carretera. --!Cuidadoooooooooo! --le chille a Serena. Solo recuerdo que de repente se apago la luz. Y que, cuando por fin se encendio, yo estaba solo, con un metalizado sabor a sangre en la boca... gente que tenia cuentas que saldar con la justicia por doquier. Pues ninguna, pero yo es que era especialista en complicarme la existencia. Una cosa si hice bien; dejarle claro a Ray que a mi no me metiera en sus movidas hasta el punto de tener problemas con la ley. Y el agradecio "los cojones que has tenido para decirme eso", palabras literales, dandome aun mayor protagonismo en la banda, porque a su parecer era un tio de fiar. Noche si y noche tambien salia con ellos y acababa con una belleza distinta entre mis sabanas. Todo eso cambio el dia que llego Serena. Ray nos presento y su advertencia no fue precisamente sutil. --Ruben, tio, esta es mi hermana Serena, que viene de estudiar en Londres. Echale un vistazo y no dejes que ningun imbecil se pase un pelo con ella. Y, por cierto, tampoco a ti se te ocurra ponerle un dedo encima, ?estamos? Yo no era un perrito faldero de Ray, por mucho que el se creyera el amo del mundo. Y, es mas, su advertencia solo provoco en mi unas enormes ganas de saltarmela, por lo que un rato mas tarde, Serena y yo estabamos morreandonos a saco en el exterior de aquel garito. Aquella rubia, alta y espigada, nada tenia que ver con su hermano, que era un autentico palurdo en muchas cuestiones. Serena era una mujer de mundo, culta, bella y con un entusiasmo que me cautivo desde el minuto cero. --?Me llevas a tu casa? --me pregunto juguetona. --Afirmativo, solo que te pediria... --?Un poco de discrecion? Tranquilo, Ray siempre me vera como una nina, no hay manera de hacerle comprender que ya soy una mujer... --Pues no sera porque no salte a la vista. Vamonos... Estabamos llegando a mi moto cuando nos pillo. --Ruben, ?eres sordo o es que de repente no tienes el menor aprecio por tu vida? --me pregunto en un tono que le habia escuchado mil veces con otros, pero no conmigo. --Perdona, hermanito, es que le he insistido en que no me encontraba bien y queria que me llevase a casa--disimulo ella. --Pues la proxima vez que quieras que alguien te lleve en moto me lo dices a mi, ?me has entendido? --Venga, Ray, no te cabrees, que estamos celebrando mi llegada de Londres, ?no? --Serena le echo el brazo por encima y se lo llevo al interior del local. --Si la subes en tu moto, eres hombre muerto, Ruben--me advirtio antes de perderse con ella. Media hora mas tarde, Serena y yo nos bebiamos los kilometros en direccion a mi casa. Con una vil excusa, ella habia logrado despistarlo y contabamos los minutos para devorarnos vivos. El que no contaba minutos, pero si iba mirando el maldito WhatsApp, fue el conductor del coche que se nos cruzo en la carretera. --!Cuidadoooooooooo! --le chille a Serena. Solo recuerdo que de repente se apago la luz. Y que, cuando por fin se encendio, yo estaba solo, con un metalizado sabor a sangre en la boca...
General
Para leer y descargar el libro "Dos ruedas y un destino " puedes hacerlo gratis aquí.
dos ruedas y un destino