• La locura de la senora Bale de Edmundo Diaz Conde

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    Los suplicios del amor son tan reales como distintas son las clases de amor; pero de una cosa hay total seguridad: habian nacido el uno para el otro.

  • Era mas grande el muerto de Luis Miguel Rivas

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    En el momento mas algido de la guerra en Villalinda por el control del narcotrafico, dos adolescentes sin dinero descubren que en la morgue consiguen ropa de marca que los cadaveres nunca van a reclamar; el mafioso mas temido del pueblo toma clases de cultura para enamorar a una mujer que lo desprecia, y una pareja de sicarios intenta matar el fantasma de un hombre que asesinaron meses atras. Entre tangos, rancheras, vallenatos y salsa Era mas grande el muerto nos introduce en la vida intima y cotidiana de personajes que habitan un fallido universo criminal.

  • Tu me ensenaste a amar de Claudia Velasco

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    Heredero directo del Alto Rey de Irlanda Brian Boru, Brian Dunboyne, llevaba en la sangre la guerra y un espiritu de rebeldia inflexible que lo habia convertido desde nino en un luchador excepcional. Hijo de un lord rico y poderoso, Brian nacio el ano 1532 en medio de una familia de senores, guerreros y comerciantes que vieron en su nacimiento una esperanza en el futuro. Fue el primer varon tras cuatro hembras y su padre lloro de felicidad al comprobar su sexo. Una condicion que le otorgo muchisimos privilegios desde su mas tierna infancia. Brian Dunboyne crecio feliz y libremente, oyendo historias sobre los antiguos senores de Irlanda, fuertes, aguerridos y valientes caballeros que habian convertido la isla Esmeralda en el mejor lugar del mundo para vivir. Una certeza de la que el jamas dudo, mas aun, despues de visitar Francia, los Paises Bajos, Espana o Inglaterra de la mano de su padre, que se habia convertido en un comerciarte respetado de sedas, hilos y pano irlandes, reclamado por las damas y las cortes de media Europa. Se educo como un erudito. A los catorce anos conocia mas tierras que la mayoria de sus iguales, y era despierto, agil de mente, un negociante de primera y un chiquillo trabajador y responsable, al que su padre confiaba las decisiones de su negocio y del cual escuchaba sus ideas y proyectos. El era feliz trabajando, le gustaba el dinero mas que la espada, aunque sabia usar cualquier arma con destreza y su envergadura fisica le facilitaba imponerse ante cualquier adversario sin mayor esfuerzo, ademas era simpatico, abierto, listo como el demonio, decia su madre, y el mas seductor de los caballeros. A los 16 anos Brian habia roto corazones y virtudes sin demasiado esfuerzo y a los 18 se caso, como mandaba la tradicion de su familia, con una de sus primas, la jovencisima Keira de apenas dieciseis anos, con la que pretendia tener una vida larga, apacible y llena de hijos. Una intencion muy loable que sin embargo se vio rota con la muerte de la joven al dar a luz a su primogenito, el pequeno Kevin, hecho que sumiria al joven Brian Dunboyne en un ostracismo del que tardaria anos en salir. De este modo, diez anos despues de la muerte de su esposa, Brian seguia volcando su energia en su hijo, sus negocios y su gente, dejando de lado la idea de casarse nuevamente o de formar esa gran familia de la que todo el mundo le hablaba, dolido como estaba aun por la injusta perdida de Keira, a la que no habia llegado a amar como correspondia a un buen esposo, pero a la que habia respetado y cuidado con todo su corazon. --Padre, la abuela dice que esta vez me traeras una madre. --?Como? --Una madre, la abuela dice que ya es hora de que traigas una madre para mi. --!Santa madre de Dios! --exclamo Brian sin mirar a su hijo de diez anos, suspiro y siguio cargando los fardos de pano sin hablar. --?Es verdad o no? --No Kevin, no es verdad ?para que quieres una madre?, tu madre esta en el cielo y eso es mas que suficiente. --Bien. --Bien --repitio y se giro para clavarle los ojos claros-- ?por que no ayudas a tu tio Seamus a subir aquellas cajas al barco? --Si, padre. Kevin salto al pantalan y busco a su tio favorito que en ese momento organizaba el cargamento de sedas y encajes, y se entretuvo en ayudarle. Brian lo miro durante un rato y se concentro en su trabajo, el chiquillo se estaba haciendo un hombre, era fuerte, listo y ya no necesitaba de una madre, decidio mentalmente, aunque quizas el ya necesitara de una mujer. * * * Una semana despues entraba en la ciudad de Londres decidido a cobrar una deuda pendiente con Harold Boyle, el comerciante de la avenida Strand que hacia meses se escabullia con los pagos, cuando una mano fuerte y amistosa lo detuvo en su carrera por las calles atestadas de gente. Brian sujeto aquel brazo con fuerza antes de comprobar que se trataba de su amigo Albert Fitzgerald. --Albert, maldito seas, ?quieres que te maten? --Lo siento, Dumboyne, ?que haces por aqui? --Trabajo ?y tu? --Algo asi, te invito a una cerveza, tu trabajo seguro que puede esperar y tu milagrosa aparicion me viene como anillo al dedo, !venga!, concedeme diez minutos. --?En que andas metido? --Brian se desplomo en la banqueta de madera de la taberna y estiro sus largas piernas, miro a Albert y comprobo el semblante serio en la cara de su siempre apacible amigo-- ?que ocurre?, ?va todo bien? --Es por un asunto familiar, en realidad un asunto que atane mas a mi mujer que a mi, Brian, pero estoy metido hasta el cuello. --?Necesitas dinero? --No, ?Cuando dejas Londres? --Manana. --?Y donde vas? --Amberes. --?Espana? --Dentro de unas semanas ?por que?, dime de una maldita vez que ocurre. --Una prima espanola de mi mujer esta encerrada aqui en Londres, su tutor la ha traido para comprometerla con el mejor postor, ya sabes, la chica tiene diecisiete anos y varios titulos a su espalda, tierras, dinero… en fin, el tutor no puede desposarla porque es un religioso, pero pretende negociar con su virtud y sus posesiones… --suspiro-- la chica me ha pagado una fortuna por liberarla y ayudarla a regresar a Espana. --?Que dices? --Brian solto una carcajada grave y sincera-- solo tu eres capaz de meterte en algo asi, Albert. --El tipo ese se hizo con su tutela de forma ilegal, Isabel solo quiere regresar a Madrid y poner una denuncia ante el rey, desenmascarar al individuo y recuperar su autonomia, es lo justo. --Y paga bien, claro. --Eso no tiene nada que ver, es una muchacha increible, Brian, no podemos dejarla sola, mi esposa me ha presionado hasta lo indecible y creo que podre sacarla esta noche de la legacion espanola, solo me faltaba el transporte para mandarla a Espana y milagrosamente apareces tu, bribon, me has caido del cielo. --?Legacion espanola?, ?esta en la embajada? --Si. --Te meteras en un lio. --No, ?puedes llevarla contigo, Brian?, por favor, por los viejos tiempos. --Albert… --Brian Dumboyne miro largamente a su amigo ingles, lo conocia desde hacia mas de una decada, el padre de Albert habia nacido en Irlanda y habia hecho un estupendo matrimonio con una dama inglesa que lo habia llevado a vivir en Inglaterra como un senorito, Albert habia estudiado con Brian en Oxford un curso entero de leyes y se habian hecho muy amigos, se veian poco, pero Brian lo apreciaba-- ?quieres que suba a una fugitiva en mis barcos? --No es una fugitiva, ese hombre la rapto practicamente, ha intentado abusar de ella, la quiere casar con quien mejor pague… es un secuestrador y un delincuente, amigo, solo estamos intentando hacer justicia.

  • El secreto de las hermanas Blackwood de Ellen Marie Wiseman

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    L CAPITULO 1 LILLY Julio de 1931 Blackwood Manor Horse Farm Debbin's Comer, Nueva York ILLY BLACKWOOD, DE NUEVE ANOS, SE PLANTO EN LA buhardilla del atico de Blackwood Manor por milesima vez, deseando que la ventana se abriera y poder asi oler el aire fresco. Al dia siguiente seria su cumpleanos y no podia pensar en un regalo mejor que aquel. Seguramente, papa le traeria un vestido nuevo y otro libro cuando volviera de Pensilvania, pero habia estado lloviendo y queria saber si afuera se estaba igual que adentro. Se pregunto si las gotas de lluvia habrian impregnado el ambiente de suavidad y frescura, como le pasaba al agua cuando se daba un bano de esponja. ?O afuera tambien estaria el aire caliente y pegajoso como el de su cuarto? Le habia pedido cientos de veces a mama que cambiara la ventana por otra que pudiera abrir, y quitar aquella reja enroscada para poder ver mejor, pero mama, como de costumbre, nunca la escuchaba. Si mama supiera que papa la dejaba jugar en la otra parte del atico cuando ella se iba a misa, papa estaria en apuros. Mas que cuando la enseno a leer; mas incluso que cuando le regalo una gata en su tercer cumpleanos. Lilly suspiro, saco el telescopio por el alfeizar, y arrimo el ojo. Por lo menos era verano y no tenia que rascar el hielo del cristal. Papa llamaba a aquella hora del dia <>, cuando el paisaje parecia pintado unicamente con dos colores, verde y azul. La hilera de pinos al otro lado del establo, pasando por los prados donde jugaban los caballos, parecia hecha del mismo fieltro que Lilly usaba como mantas para las munecas. Las sombras, cada vez mas oscuras, estaban por todas partes. Fue deslizandose por el borde del bosque buscando al ciervo que habia visto el dia anterior. Ahi estaba el sauce torcido; la roca junto al arbusto que el invierno pasado se puso roja; el tronco quebrado junto a la valla de piedra; y ahi estaba la... Paro y volvio con el telescopio a la valla. Habia algo diferente al otro lado del bosque, cerca de las vias del tren que atravesaban el lejano prado. Aparto el telescopio del ojo, parpadeo, miro nuevamente y jadeo. Le silbo el pecho, como cada vez que se ponia nerviosa. Habia una serie de luces azules, rojas, amarillas y verdes, como las que papa colgaba en su cama en Navidades, colgando sobre una gigantesca casa de tela. Habia otras luces rodeando mas casas con forma de fantasmillas regordetes. Lilly no pudo distinguir las palabras, pero tambien habia senales con letras iluminadas por bombillas de colores. Las banderas ondeaban desde lo alto de sus postes, y una linea de luces amarillas flotaba a lo largo de las vias del ferrocarril. Parecian las ventanas de un tren que estuviera detenido. Uno de los largos. Lilly dejo el telescopio, espero a que sus pulmones dejaran de silbar, fue a la estanteria y cogio su libro ilustrado favorito. Paso las paginas hasta encontrar lo que estaba buscando --un colorido dibujo de una tienda a rayas rodeada de vagones, caballos, elefantes y payasos--. Se apresuro de vuelta a la ventana para comparar la forma de la tienda del libro con la casa brillante del otro lado del bosque. Estaba en lo cierto. Era un circo. Y podia verlo. Normalmente, las unicas cosas que podia ver a traves de su ventana eran caballos y pastizales, y a papa trabajando junto a su ayudante junto a las vallas blancas, o el establo amarillo de los caballos. A veces, mama paseaba cruzando los pastos hasta el establo, con su larga melena rubia arrastrandose tras ella como un velo. Otras veces, los camiones paraban a la entrada del establo y el ayudante de papa subia y bajaba los caballos de los remolques o descargaba sacos y balas de heno. Una vez, dos hombres vestidos con ropas anchas --papa los llamo gandules-- se encaminaron hacia la entrada, donde el ayudante de papa salio a recibirlos con la escopeta. Cuando Lilly tenia suerte, podia ver a los ciervos asomando por el bosque, o a los mapaches corriendo a lo largo de la valla en direccion al cobertizo, o el tren acercandose por las vias. Y si pegaba la oreja a la ventana, el ruido de la maquinaria del tren o el pitido del silbido llegaban hasta ella atravesando el cristal. Pero ahora habia un circo ahi fuera, al otro lado de la ventana. !Un circo de verdad, en ese mismo instante! Por primera vez en su vida, estaba viendo algo diferente y lo estaba viendo en vivo, no en un libro ilustrado. Se puso muy contenta, pero al mismo tiempo, tambien se puso triste. Si no se hubiera pasado la tarde leyendo, habria podido ver como descargaban las cosas del circo en la parada del tren; podria haber visto como traian las tiendas; podria haber visto los elefantes, las cebras y los payasos. Ahora estaba demasiado oscuro para ver nada salvo las luces. Dejo el libro y conto los travesanos de la ventana. A veces contar la hacia sentirse mejor. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Nada. No funcionaba. No podia dejar de pensar en lo que se habia perdido. Apreto la oreja contra el cristal. A lo mejor podia oir los gritos del director o la musica del circo. Pero lo unico que oyo fue el pitido de su pecho y los latidos acelerados del corazon. En el alfeizar de la ventana, su gata, Abby, se desperto y parpadeo con somnolencia. Rodeo con el brazo al atigrado felino anaranjado, atrayendola hacia si, y hundiendo su nariz en el suave pelaje del animal. Abby era su mejor amiga y la gata mas lista del mundo. Podia apoyarse en sus patitas traseras para dar besitos y levantar la zarpita para tocarla y llamar su atencion. Incluso podia saltar a la cama de Lilly o bajarse de ella cuando se lo pedias. --Apuesto a que mama ira al circo --dijo Lilly-- porque la gente no le tiene miedo, asi que ella no tiene por que preocuparse de eso. La gata ronroneo. ?Como sera el hombre elefante?, se pregunto Lilly. ?Que se sentira al tocarle la piel arrugada y quedarte mirando esos ojos marrones y grandotes? ?Y montar en el caballo rosa y blanco de un carrusel? ?Como sera? ?O caminar entre la gente, comer cacahuetes y algodon de azucar? ?Y ver un espectaculo de leones autentico, en vivo y en directo? Habia noches en las que, tras apagar las luces y acurrucarse en la cama, los pensamientos salian de su mente abandonando la habitacion, corriendo escaleras abajo. Habia leido bastantes libros como para saber que la casa tenia mas de una planta, y se imaginaba a si misma escabullendose por el atico, encontrando una escalera, abriendose paso por las plantas inferiores de Blackwood Manor, y saliendo por la puerta principal. Se imagino alli fuera, con los pies sobre la tierra, respirando profundamente, oliendo a algo mas que madera vieja, telaranas y polvo caliente, para variar. Durante las visitas semanales de papa, uno de sus juegos favoritos consistia en adivinar a que olia su ropa. A veces olia a caballos y heno; otras veces a betun o humo, pan horneado o... ?Como se llamaba esa cosa que se suponia que era una mezcla de limones y cedro? ?Colonia? Bueno, fuera lo que fuese, olia bien. Papa le habia hablado mucho del mundo exterior. Tambien sabia como era por lo que habia leido en los libros, pero no tenia ni idea de lo que era sentir la hierba entre los dedos, ni como era el tacto de una corteza. Sabia que las flores eran aromaticas porque su padre le traia un ramillete cada primavera, pero se moria por pasear a traves de un campo de margaritas y dientes de leon y poder sentir la tierra y el rocio en los pies descalzos. Queria oir a los pajaros cantando y escuchar el viento. Queria sentir la brisa y el sol sobre su piel. Habia leido todo lo que se podia leer sobre plantas y animales, podia recitar el nombre de cada uno de ellos si era necesario, pero al margen de Abby y el raton que habia visto correr por el zocalo aquel invierno, jamas habia visto ningun otro animal de cerca. Su otro juego favorito era escoger un lugar en el atlas y leer todo lo que pudiera sobre el para, seguidamente, planear un viaje hasta quedarse dormida, decidiendo que hacer y donde ir cuando estuviera alli. Su lugar favorito era Africa, donde se imaginaba corriendo con los leones, los elefantes y las jirafas. A veces imaginaba que rompia la ventana de la buhardilla, se arrastraba hasta el tejado y se deslizaba hacia abajo por un lateral de la casa, escapando furtivamente hasta el establo para ver los caballos. Y es que por todo lo que habia visto y leido, eran sus animales favoritos, aparte de los gatos, por supuesto. No es solo porque fueran fuertes y hermosos, sino porque podian tirar de remolques, trineos y arados. Dejaban que la gente los montase y podian encontrar el camino de regreso a casa si se perdian. Papa decia que los caballos de Blackwood Manor estaban demasiado alejados de la ventana del atico, asi que Lilly los bautizo con nombres de su propia invencion: Gypsy, Eagle, Cinnamon, Magic, Chester, Samantha, Molly y Candy. Como le habria gustado acercarse a ellos, acariciarles las crines y cabalgar sobre sus lomos por los prados. Si esos estupidos barrotes de la ventana que mama decia que eran por su propio bien no estuvieran ahi... Entonces recordo la advertencia maternal, y sus suenos se convirtieron en pesadillas. --Esos barrotes son para protegerte --le habia dicho su madre en mas de una ocasion--. Si alguien se atreviera a entrar y te viera se asustaria, y trataria de hacerte dano. Cuando Lilly le pregunto por que tendrian que tener miedo de ella, mama le dijo que era porque era un monstruo, una abominacion. Lilly no sabia lo que era una abominacion, pero sonaba mal. Bajo los hombros y suspiro en mitad de la quietud de su habitacion. No habria circo para ella. Ni ahora ni nunca. Jamas podria salir del atico. El unico modo en el que podria ver el mundo seria a traves de los libros. Papa decia que afuera el mundo tampoco es que fuera una maravilla, como ella creia, y que debia estar agradecida y feliz por tener una cama caliente y comida que echarse a la boca. Habia mucha gente que no tenia casa ni trabajo, y tenian que hacer cola para que les dieran un trozo de pan y algo de sopa. Le conto algo sobre bancos y dinero, y no se que crisis financiera, pero ella no entendio ni jota. Y tampoco la hizo sentir mejor, la verdad. Rodeo a Abby entre sus brazos y se sento en la cama de hierro que habia medio escondida debajo de un rincon de papel pintado de un cielo azul redondeado. La lampara de su mesilla de noche proyectaba sombras alargadas sobre el suelo de madera, lo cual significaba que pronto oscureceria y seria hora de apagar la luz. No queria olvidarse de apagarla. De lo contrario, tendria que aguantar las monsergas de mama, siempre con la misma cantinela. Le habia dicho mas de cien veces que si alguien veia luz en su habitacion y la descubria alli se la llevarian lejos y nunca mas volveria a verlos. Pero la semana anterior hubo una noche que se olvido de hacerlo porque habia empezado a leer un libro nuevo y se habia quedado durmiendo. Dejo a la gata en la cama y examino las cicatrices de sus dedos. Papa tenia razon, la locion estaba surtiendo efecto. !Pero hay que ver como quemaba la llama de la lampara de mama! --La letra con sangre entra --habia dicho mama. Lilly estuvo a punto de preguntarle si la Biblia decia algo sobre aquello de la letra con sangre entra, pero al final no se atrevio. Se suponia que debia saber lo que decia la Biblia. --Me pregunto que haria mama si supiera que me paso el dia leyendo los libros de papa en lugar de esa vieja Biblia --le dijo a Abby. La gata restrego el hocico contra el brazo de Lilly. Despues se hizo un ovillo y se volvio a dormir. Cogio la Biblia de la mesilla de noche --no se habria atrevido a ponerla en ningun otro lugar --, movio el punto de lectura hasta situarlo unas cuantas paginas mas adelante, y volvio a dejarla en el mismo sitio. Mama solia revisar cuanto avanzaba la lectura, y si el marcapaginas no se movia, empezaban los problemas. De acuerdo a su madre, la Sagrada Biblia y el crucifijo que habia colgado en la pared sobre su cama eran las dos unicas cosas que necesitaba para ser feliz. El resto de cosas que habia en la habitacion eran cosa de papa: la mesa de mimbre para las fiestas de te, con tapete de encaje, su bandeja de plata y sus tazas de porcelana, la mecedora a juego y el osito de peluche que habia sentado en el taburete acolchado de color azul junto al armario; la casa de munecas con los muebles en miniatura y sus munequitas; la maqueta de la granja de animales asomando desde la balda superior de la biblioteca, con aquellas caras que parecia que se iban a poner a cantar de un momento a otro; tres munecas de porcelana con vestidos de encaje en un cochecito de bebes, de esas que tenian ojos que se abrian y se cerraban. Y, por supuesto, la biblioteca llena de libros. Hubo un tiempo en que parecia que no habia cosa en el mundo que papa no fuera capaz de darle, hasta que leyo Blancanieves y le pidio un espejo. A veces, en mitad de la noche, cuando estaba segura de que todo el mundo estaba durmiendo y no habia mas que una oscura negrura al otro lado de la ventana, encendia la luz y estudiaba su reflejo en el cristal. Lo unico que veia era una mascara fantasmagorica y borrosa devolviendole la mirada, con los barrotes rizados serpenteando sobre su piel. Observaba aquel reflejo blanco detenidamente, se tocaba la frente, la nariz y las mejillas, intentando hallar lo grotesco, o el trozo que faltaba, pero todo parecia encajar a la perfeccion. Cuando le preguntaba a papa que habia de malo en ella, le decia que para el era muy hermosa y eso era lo unico que importaba. Pero ponia ojos comicos cuando lo decia, asi que no creia que dijera la verdad. Pobre de el si mama llegaba a enterarse alguna vez, porque su madre siempre decia que mentir era pecado. Por suerte para el, ella nunca le delataria. Papa le habia ensenado a leer y escribir, a hacer sumas y restas. Fue el quien decoro las paredes de su habitacion con el papel pintado rosa, y era el quien le traia vestidos y zapatos cuando los que tenia se le quedaban pequenos. Traia comida para Abby y dejaba que Lilly fuera a la otra parte del atico para que pudiera estirar las piernas. Una vez, hasta trajo un fonografo para ensenarle a bailar el charleston y el tango, pero ella se ahogo de cansancio y tuvieron que parar. Le encantaba la musica. Le suplico que dejara el fonografo en su habitacion pero tuvo que llevarselo de vuelta abajo, y es que si mama se hubiera llegado a enterar de que lo habia cogido, se habria puesto hecha una furia.

  • El Highlander y el demonio espanol de Gema Gil Gutierrez

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    Escocia, 1330. Dos espiritus indomables pertenecientes a diferentes epocas se encuentran por mediacion de un anillo que alberga un secreto extraordinario. Paula, una policia espanola del siglo XXI, decepcionada con su trabajo y con el mundo que la rodea, irrumpe en la vida de Patrick, el jefe del clan mas poderoso de las Highlands.
    El caracter, intrepidez, valentia y belleza de la joven no dejaran indiferente al magnifico guerrero.
    ?Podran los sentimientos que surgen entre ambos y su tozudez superar las barreras del tiempo y del corazon?

  • Viuda, al fin de Minna Lindgren

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    Una divertida novela llena de ternura y humor negro sobre como la amistad y el amor cambian cuando te haces mayor.

  • Black Rose (Traicion 1) de B. Castillo , S. Pugliese

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    Una gala de mascaras cruzara los destinos de un cantante y una modelo con la lider de Black Rose, una antigua organizacion secreta que ha dominado el mundo desde tiempos inmemoriales. Ahora sus vidas se convertiran en una persecusion a muerte en la que seres inmortales haran lo necesario por mantener su identidad oculta.

  • La traviesa alumna del Maestro (Blackish Masters 1) de Nisha Scail

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    Luna Coulter no era la mujer que parecia… su fuerza encerraba una fragilidad que lo atraia como un iman, que hacia que desease doblegarla, reclamarla… y ensenarle que ocultaba en lo mas profundo de su ser. Ella negaba ser sumisa, ni siquiera estaba segura de que hacia en la clase de iniciacion, parecia tan fuera de lugar en sus dominios que no podia evitar querer liberarla de sus propias dudas.

  • Dos historias para no dormir de Stephen King

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    Un grupo de chicos y chicas sale a navegar en una balsa sobre un pacifico lago, donde una oscura mancha viscosa los acosa; en la carcel, un interno tiene extranas pesadillas en las que aparece una mujer que le atrae y repele a la vez, porque se convierte en una inmensa rata. Dos cuentos ineditos del gran maestro del terror, un terror que se instala en situaciones cotidianas con total familiaridad. Una realidad sobrenatural que traspasa los limites de lo fantastico para infiltrarse en nuestras vidas y sembrar la angustia en las noches de insomnio.

  • Poseida 1, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Liz es joven y hermosa, Sacha es un seductor endiabladamente rico. No han nacido para conocerse, !pero su relacion hara que salten chispas! ?Hasta donde estara Liz dispuesta a llegar para seguir a su extraordinario amante? Y Sacha, ?que quiere realmente?
    Entre en el fascinante mundo de la nueva saga de Lisa Swann: ?Cedera Liz a la llamada del lujo y el placer? ?Sabra Sacha satisfacer el deseo ardiente de la joven?

  • Un lord acomodado (Familia Marston 2) de Christine Cross

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    Las historias de la familia Marston continuan, de mano de Christine Cross, en esta segunda entrega de la serie.

  • Natasha de Esteban Navarro

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    Sabino se enamora de Natalia, una chica a la que conoce en el autobus. Los dos comienzan a salir juntos, pero cada vez que Sabino la acompana hasta su calle ella no quiere que la siga mas alla de una esquina donde se va caminando sola.
    Pasadas unas semanas, Natalia fallece en un fatal accidente de trafico. Cuando Sabino se entera descubre que no viajaba sola y que su acompanante, tambien muerto, era un varon apodado 'Turco'. La policia le toma declaracion a Sabino y entonces se entera que la chica no es quien le dijo que era. Para empezar ni siquiera se llamaba Natalia.

  • El hombre triste del puerto de Sabrina Blanco Lavado

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    ?Quien seria ese hombre que espiaba su casa cada atardecer y cada amanecer, semana tras semana, dia tras dia sin descanso? Virginia no lograba comprenderlo.
    Ezequiel Chauntel, herido y traicionado por este mundo en el que perdio a su esposa Luna, y a su hija tragicamente odia a todos aquellos que han vivido o viven en su casa, encantada como si la hubiera sacado de los fondos de los mares.

  • Imperio Sucio de Jorge Borges

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    Alba era una joven preciosa.
    Una joven promesa de la moda.
    Un mundo peligroso y oscuro.
    Donde se trepa de rodillas.

  • Angeles y Luciernagas de Junior Perez Lagombra

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    Una inesperada tragedia ha derrumbado los cimientos de la familia Robles. En un intento de recuperar, por lo menos, una parte de su unica hija, y con las esperanzas de escribir un nuevo capitulo en sus vidas, un pequeno pueblo pintoresco se ha convertido en su nuevo hogar temporal. Camila debera luchar contra si misma para salir del limbo en que se encuentra, donde la culpa y el constante recuerdo de su pasado no le permite abrirse a lo unico que la librara de las cadenas que la atan.

  • Tus increibles besos de albaricoque de Raquel Antunez

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    -Me llamo Diana, debo reconocer que estoy un pelin tarada y que soy una persona directa, descarada y con un caracter de princesa -no, es mentira, a veces soy peor que un horco-. Solo contemplo una forma de vivir: sin lamentaciones y a por todas. Soy adicta a la Coca Cola y no creo en el amor. Soy todo virtudes, ya lo se.

  • La Jugadora apuesta a su Baron de Christina Mcknight

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    Cuando felices por siempre es el nombre del juego, los jugadores deben arriesgarlo todo en esta conclusion emocional de la serie Craven House, un exito en ventas de Christina McKnight.

  • Eden de Pilar Parralejo

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    El pequeno reloj de pared marco las seis con su habitual y peculiar crujido, avisando a Ellie que ya era hora no solo de su fin de jornada sino de la particular fiesta de cumpleanos que tenia en menos de una hora. Se levanto, con una sonrisa de oreja a oreja despues de apagar su ordenador y, tras guardar todo debidamente, cogio su abrigo del perchero, lo dejo sobre su escritorio, se colgo el enorme bolso de su hombro derecho y camino hacia el despacho de su jefe, un tipo guapisimo del que llevaba casi tres anos platonicamente enamorada. Y es que… ?Como no estarlo? Chris era un seductor nato, rubio, ojos verdes, cuerpo atletico, alto, con una voz hipnotizadora… Tenia lo que ella consideraba un gran defecto y es que, aunque era como un Dios encarnado, era el tipo mas mujeriego del mundo, nada que una chica decente, como lo era ella, necesitaba. Llamo a su puerta con un par de toques y, cuando Chris le dio permiso para abrir, simplemente le dijo que ya era la hora de marcharse y que, si no necesitaba nada mas, se marchaba. --Puedes irte. --Dijo con una sonrisa--. Pero antes espera. Se levanto de la silla de cuero blanca y se acerco a ella. Ellie trato de dar un paso atras al creer que iba a hacer lo que ella pensaba, y no se equivoco, no al menos del todo. Chris la rodeo por la cintura, trayendola contra si, se inclino ligeramente y la beso. No fue un beso como el que cualquiera hubiera deseado, ella aparto la cara y sus labios terminaron en su mejilla izquierda, hecho que le hizo sonreir ya que Chris sabia que iba a hacer justo lo que hizo. --Feliz cumpleanos. --Gracias --respondio ella, colorada como un tomate. Chris volvio a su sillon con una sonrisa en la cara y ella simplemente salio de alli. En los casi tres anos que llevaba trabajando para Chris, ni una sola vez le habia felicitado en su cumpleanos. Supuso que, como todo estaba patas arriba por la boda de su hermano, el tambien estaba, en cierto modo, un poco traspuesto. Estaba recogiendo su abrigo cuando escucho unos tacones aproximandose. Al girarse se encontro con Tessa, la prometida de Kalos, el hermano de Chris. Esta se sorprendio al verla, como si acabase de pillarla infraganti con algo. --?Ya te marchas? --Pregunto, fingiendo desinteres. Ellie supo a lo que se referia con esa pregunta, y tampoco tenia motivos por los que quedarse, de forma que asintio con la cabeza y se alejo de su mesa--. Buenas noches. --Buenas noches, senorita Carpenter. Tenga un buen fin de semana. --!Tu tambien! --Exclamo con una sonrisa. Tessa era una mujer deseable, preciosa, simpatica, con buen cuerpo y muy buen gusto a la hora de vestir, sexy y provocativa sin ser vulgar. La miro un instante sintiendo algo de envidia, pero siguio su camino hacia el ascensor oyendo como se dirigia al despacho de Chris. Estaba subiendo al autobus cuando recordo la bolsa que habia olvidado bajo la mesa de su escritorio, algo que no podia dejar ahi sin mas hasta el lunes. Era el regalo para su sobrina, quien, de casualidad, tambien cumplia los anos el mismo dia que ella, solo que con casi veinte anos de diferencia. Habia caminado durante diez minutos y supuso que ya no habria nadie en el edificio, normalmente todos salian a la misma hora. --Hola Milo --sonrio al guardia de la entrada. --?Trabajo de ultima hora? --Que va. He olvidado algo de vital importancia en mi mesa. Corrio por la recepcion hasta el ascensor y llamo, esperando impaciente a que bajase. Habia quedado con su familia en una hora y ya habia perdido veinte minutos. Cuando las puertas se abrieron en la planta numero veinte, el corazon se le detuvo. Los gemidos de Tessa se mezclaban con los de Chris y llenaban toda la planta. Lo peor no era saber que su jefe estaba teniendo sexo en su oficina creyendo que no habia nadie, sino saber que, quien estaba teniendo sexo con el no era otra mas que su cunada, la prometida de su propio hermano. Se acerco despacio a su mesa para tirar del regalo de su sobrina y sin querer, desvio la mirada hacia el despacho. Chris arremetia contra Tessa, quien estaba completamente desnuda y pegada al cristal mate que separaba su despacho de la recepcion, desde el que se veia todo, algo borroso, pero sin dificultad, incluyendo a Chris, quien tenia los pantalones en los tobillos. Ella tuvo que ser testigo de ello sin querer. Desvio la mirada inmediatamente, tan avergonzada como deberian estar ellos y, sin hacer el menor ruido, regreso al elevador. En el vestibulo ni siquiera se despidio debidamente del guarda, simplemente le hizo un gesto con la mano y salio del edificio con un sentimiento de injusticia indescriptible. Kalos era un tipo bastante seco, y malhumorado. Fisicamente era igual de atractivo que su hermano Chris, o mas. Su pelo era oscuro, lo tenia algo mas largo que Chris y sus ojos no eran verdes, sino de un tono oscuro que parecia negro. Era mas alto que su hermano y con una complexion mas trabajada. Pero era una persona dificil de tratar en la empresa, solia reganar a los empleados que no hacian bien su trabajo, se enfadaba si las cosas no salian como el queria y era hosco y demasiado estricto con los horarios, todo lo contrario que su hermano, a quien todo parecia darle igual. A pesar de ser como era, le supo mal que, tanto su hermano como su prometida, estuvieran haciendole eso, en el mismo edificio en el que los dos trabajaban. Se arrepintio de haber vuelto a por el regalo, tendria que haber comprado otra cosa de camino y haberle dado el de la oficina en otro momento, de esa forma no se sentiria tan incomoda como lo estaba haciendo. --?Y esa cara? --Pregunto Jackson, el cunado de Ellie, quien estaba fuera, fumando, cuando ella llego. Habia estado tan sumida en sus pensamientos que no se habia percatado del trayecto desde la oficina hasta la casa de su hermana. --No es nada --dijo, sonriendo ampliamente. Adoraba a su cunado. Despues de su padre era el hombre al que mas admiraba. Cuando su hermana Chloe tenia dieciseis anos, se cayo al subir a un autobus, con tan mala pata que se dio contra un bordillo de la acera y se rompio la espalda. Fue la caida mas tonta de la historia, pero le costo sus piernas y desde entonces era invalida. Jackson habia estado toda su vida enamorado de ella y, aunque Chloe le rechazo creyendo que ya no era aceptable para ningun hombre, el insistio e insistio. A pesar de no poder salir con ella como lo haria con cualquier chica, no se separo de su lado y anos mas tarde se casaron. La adoraba, la queria con locura y junto a sus hijas, eran la familia mas entranable del mundo. Se acerco a el y, despues de un abrazo y un beso en la mejilla, entro en la coqueta casita en la que vivian. Saludo a sus padres igual que habia hecho con su cunado, con un abrazo y un beso en la mejilla, se inclino para besar tambien a su hermana mayor y levanto en brazos a la pequena cumpleanera. --Muchisisimas felicidades, mi pequena Missy. --Dijo levantandola por las axilas lo mas alto que pudo y empezo a girar con ella, algo que a la nina le encantaba. --Muchisisimas felicidades, tia Lizzy --rio. A pesar de llamarse Elisabeth, no le gustaba que la llamasen asi ya que le parecia un nombre demasiado serio para lo que ella era, siempre prefirio Ellie o Lizzy. Despues de bajarla, la llevo hasta el uno de los sofas del salon y le dio su regalo. --?Que es? --Pregunto la nina al ver la caja con un papel morado brillante envolviendola. --No es un elefante… --La nina rio--. Tampoco es… un panda… --le dijo, riendo esta vez ella --. Anda, abrela. La pequena no lo penso. Abrio el regalo rompiendo el papel y, cuando vio que se trataba de la muneca que mas queria, solto la caja a un lado y salto a los brazos de su tia. Envidiaba la familia tan bonita que hacian, los envidiaba por no haber podido hacer ella tambien una familia, mas aun, cuando tambien su hermana menor estaba felizmente casada y con un par de gemelos en camino. Pero Ellie no habia conocido al hombre indicado, si a chicos con los que salir a divertirse o con los que pasar el rato, pero no hombres con los que formar un hogar. Ese pensamiento le trajo a la mente a su jefe, al hermano de su jefe y a la prometida de este. Se pregunto si las familias ricas eran todas tan disfuncionales como la que iba a formarse el siguiente fin de semana, cuando la bella Tessa y Kalos se casaran. Mientras la nina corria a ensenarle a su hermana pequena su mas preciado regalo de cumpleanos, Chloe agarro la mano de su hermana y la llevo a la cocina mientras con la otra mano arrastraba su silla. --Hoy estas distante. --Le dijo. --No… Es solo que he olvidado el regalo de la nina al salir y cuando he vuelto a por el he tenido que ser testigo de una infidelidad. --Uuuuh… cuenta, cuenta. --Pidio curiosa. --Eran Chris y la prometida de su hermano. Chloe se llevo las manos a la boca con sorpresa. Ella no conocia a ninguno de ellos, pero Ellie le habia contado lo guapo y sexy que era su jefe. --Entiendo que estes asi… --Estaban en su despacho… contra los cristales de la mampara… --?Y como has contenido a la justiciera que llevas dentro? --Queria sacarla a pasear antes de ir a casa. Iba a ir al apartamento de Kalos, que vive a tres calles de aqui, y a decirle lo que he visto. --No te metas. Esa gente se junta con individuos como ellos. Chris es un mujeriego, la prometida de Kalos una indecente… ?Como crees que sera el? --Ellie levanto los hombros en un gesto de duda. --Casi no lo conozco. Solo lo poco que lo he visto en la oficina. Es despota, y altivo, y soberbio. Es malhumorado y grunon. --A lo mejor por eso su prometida le engana con su hermano, porque es todo lo opuesto. --No se… Pero no importa. No quiero pensar mas en ellos. Volvamos a la fiesta --le dijo, girando la silla de su hermana y empujandola de vuelta al salon. La fiesta no duro mucho, Jackson habia comprado billetes para llevar a su familia a Disney World, en Orlando, por lo que saldrian de viaje esa misma noche y estarian toda la semana en la otra punta del pais. A las ocho de la tarde se despidio de ellos en la puerta de su casita y emprendio camino hasta su apartamento. De camino a la parada del autobus miro en direccion al apartamento de Kalos, vivia a solo una manzana de ahi. Podia ir, decirle que su prometida y su hermano le estaban enganando y volver para coger su transporte. Asi lo hizo. Tomo una respiracion profunda, se aferro con fuerza al asa de su bolso y se encamino al lujoso edificio de tres plantas en el que vivia uno de los dos directivos de la empresa para la que trabajaba.

  • El cerebro matematico de Stanislas Dehaene

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    ?De donde vienen realmente los numeros y como llegan a nuestra mente? ?Por que algunas personas tienen facilidad para lidiar con ellos y a muchas otras les resulta tan dificil dominarlos? Este libro ofrece respuestas a estas y otras apasionantes preguntas que delinean lo que Stanislas Dehaene llama "el sentido del numero": nuestra capacidad para representar cantidades y, con un poco de esfuerzo y otro de educacion, para entender esos simbolos abstractos, relacionarlos, sumarlos y, con un esfuerzo mas, multiplicarlos o dividirlos. Al igual que la percepcion del color o el reconocimiento de la ubicacion de objetos en el espacio, este sentido !esta instalado en nuestro cerebro!

  • Me entregue a ti (Por amor 4) de Maria Beatobe

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    Cuando al darme la vuelta vi a Mora pense que me moria. Las piernas me empezaron a temblar y por un momento crei que me iba a desmayar. Esa sonrisa de autosuficiencia todavia me revolvio mas el estomago. ?Realmente pensaba que iba a atenderle despues de lo que me hizo? ?El muy cabron todavia tenia ganas de seguir jodiendome la vida? No debia de estar bien de la cabeza, porque nadie en su sano juicio podria ser tan cruel con otra persona. Me quede paralizada mientras le miraba fijamente presa del panico. ?Que cojones estaba haciendo alli? ?Sabia que trabajaba en esa tienda o habia sido una casualidad? No se por que, pero algo me decia que no habia sido una mera coincidencia. --?No me vas a saludar? --me reto. A mi no me salian ni las palabras. Bastante que aun las piernas me sostenian. Mi cuerpo no era capaz de reaccionar ante su cruel visita. En mi cabeza empezaron a arremolinarse un monton de imagenes horribles de aquella noche, y ahora todavia me entumecia mas mientras Mora me sonreia cinicamente, acompanado de su amigo Rafa. Oi como Gael salia del despacho y se ponia a mi lado. --Buenas tardes --saludo dirigiendose a ellos. --Buenas tardes, jefe --respondio Mora. Ante mi pasividad, Gael se dio la vuelta para mirarme. Y por como lo hizo me di cuenta de que mi cara no debia de tener buen aspecto. --Naira, ?estas bien? Evidentemente, no lo estaba. Pero no podia decirle <>. En ese momento, empece a notar unos sudores frios que me subian desde la punta de los pies hasta la coronilla. Mi respiracion empezo a acelerarse y mi pulso tambien. Intente mantener la compostura, pero comence a sentir una presion y un mareo horrible en la cabeza y, por instinto, me agarre al hombro de Gael mientras me ponia la otra mano en la frente y cerraba los ojos. --Naira, ?que pasa? --volvio a insistir. --Creo que necesito sentarme un momento. Solo sera un segundo. Lo peor de todo era que Mora seguia de pie frente a mi, sin dejar a un lado esa mueca de superioridad, con las manos en los bolsillos y una malefica media sonrisa. Que asco senti. Me hubiera encantado poder abalanzarme sobre el y pegarle hasta perder todas las fuerzas. Descargar toda mi rabia como si fuera un saco de boxeo. Jamas habia experimentado esa sensacion en mi cuerpo, incapaz de moverlo ni controlarlo. La tension me tenia totalmente agarrotada. Gael me acerco con rapidez un taburete que teniamos tras el mostrador y lo coloco a mi lado. --Ven, sientate. Y eso hice. Di dos pasos hacia atras y me deje caer en el asiento mientras Gael me sostenia. --Vaya... Parece que la dependienta no se encuentra muy bien --dijo Mora con sorna. Vi como Gael alzaba la vista para mirarle y juraria que no lo hizo de buenas maneras. --Pues no. Pero no se preocupe, porque puedo atenderles yo --dijo incorporandose. --Fijate que queriamos que fuera ella la que nos atendiera. ?Verdad, Rafa? --Verdad, verdad --se burlo el poniendo la mano sobre el hombro de su amigo. --Es evidente que ella no lo va a hacer, asi que si os sirvo yo..., bien, si no... --Espera, Gael, yo les atendere --me apresure a decir. Enseguida me puso la mano en el hombro para evitar que me levantara. Gael no solamente habia cambiado el tono de voz, que era cada vez mas desafiante, sino que fui consciente de que estaba perdiendo los papeles cuando dejo de tratarlos de usted y paso a tutearles. En su trabajo era extremadamente perfeccionista y jamas le faltaban las buenas formas, pero ahora todo eso estaba desapareciendo ante la actitud retadora de Mora y su amigo. --No --dijo rotundo--, no vas a atenderles. Lo voy a hacer yo -- respondio sin dejar de mirarles. --Lo cierto es que poco favor te hace tener esta dependienta, que a la minima esta por los suelos --increpo Mora sin dejar de sonreir. En ese instante vi que Gael cogia aire y se acercaba a ellos con gesto provocador. Eso no pintaba nada bien. Y yo me encontraba tan mal que no estaba para ponerme a mediar en una pelea. --Mira, chico... --comenzo. --Mora, me llamo Mora --respondio altivo. --No me importa como te llames, no te lo he preguntado. Para empezar, ya decidire yo si ella es buena o no; tu opinion me importa realmente poco. Y segundo, creo que en esta tienda no hay nada para vosotros. Mora sonrio con suficiencia, puso los ojos en blanco y luego miro hacia otro lado. Hasta que volvio a encararse. --?Nos estas echando? --No queria decirlo asi, pero si. Sera lo mejor. --Eso no dice nada bueno de tu tienda. --Gente como tu, sinceramente, me da lo mismo lo que piense. Los dos idiotas se miraron alzando las cejas y, al volverse hacia Gael, Mora fijo su mirada en mi. --Bueno, Naira, pues ya nos veremos, ?no? ?No le has contado a tu jefecillo que tu y yo pasamos muy buenos ratos juntos? Le asesine con la mirada. Y a Gael no le paso desapercibido mi gesto. Ese tio definitivamente era un gilipollas desalmado. Me tenia cogida por el trabajo de mi padre, porque si no... ya habria hablado mas de la cuenta. --Buenas tardes --dijo Gael extendiendo el brazo hacia la salida e indicandoles que abandonaran el local. --Nos vamos, pero que sepas que la ropa de tu tienda es una mierda de pijos. La verdad es que tampoco pensabamos comprar nada, ?verdad, Rafa? Solo veniamos a ver a la dependienta, que esta para hacerle un favor, aunque ella no se deje. Y ambos chocaron las manos y empezaron a carcajearse. Gael dio un paso adelante con decision, hasta que le cogi la mano para detenerle. Pasaron unos segundos que a mi se me hicieron eternos. El cruce de miradas brutal entre Mora y Gael hizo que se me encogiera el estomago. Se estaban perforando el uno al otro solo con los pensamientos que cruzaban por sus cabezas. --He dicho que adios --dijo Gael asertivo, sin cambiar un apice su expresion. Oi un <> que susurro Mora antes de darse la vuelta para irse de la tienda. Segun salieron, Gael cerro con pestillo, se acerco hasta mi y se puso de rodillas para quedar a mi altura. --?Estas bien? --Si, lo siento... No se que me ha pasado. --Naira, ?de que los conoces? --Iban a mi instituto. --Lo que tengo claro es que algo te ha pasado con ellos, Naira, porque te has quedado bloqueada. --?A mi? No... Me habra sentado algo mal; no te preocupes, Gael. --He visto como le mirabas. --?A quien? --Al chico que estaba delante. Al tal Mora. Que no se de que, pero su cara me suena de algo. !Mierda! Espero que no se acuerde de que cuando le vio estaba conmigo el dia de la fiesta. Nos cruzamos cuando Hugo y el volvian de comprar y yo estaba en la puerta con Mora y con mis amigas. Por favor, que no lo recuerde; si no, si que ya me vengo abajo. --No, de verdad, Gael. Esta todo bien. Y me levante para ir al bano y poder volver a respirar. Porque desde que el impresentable de Mora habia entrado, yo habia dejado de hacerlo inconscientemente. 58 El resto de la tarde lo pasamos casi sin hablar. Yo me dedique a atender a la gente que entraba mientras el hacia numeros y llamadas desde el mostrador. No habia ido al despacho en ningun momento y por un instante llegue a pensar que no lo habia hecho porque no queria dejarme sola en la tienda por si Mora y Rafa volvian. Aunque apenas hablamos (lo hicimos unicamente por temas de la tienda), si que nos miramos... y muchas veces. Me sentia tan mal por no contarle lo que habia pasado entre Mora y yo que no era capaz ni de sostenerle la mirada. A la hora de cerrar entre a cambiarme al despacho mientras el bajaba la persiana, como todos los dias. Aun me temblaba algo el pulso despues de haberme reencontrado con Mora, con el chico que me habia dejado una huella imborrable en el corazon para siempre, y no precisamente por algo bueno. Estaba en sujetador colocandome la camiseta cuando Gael entro en el despacho sin llamar. Por inercia, me tape el pecho con ella y le mire sorprendida. Pero el prosiguio sin inmutarse y cerro la puerta despacio tras el. Yo trague saliva y espere para descubrir cuales eran sus intenciones. Se acerco poco a poco hacia mi sin dejar de mirarme. Yo solamente llevaba puesta una faldita plisada estampada, mientras el sujetador asomaba ligeramente a traves de la camiseta con la que intentaba taparme. En decimas de segundo lo tenia pegado a mi. Me puso las manos en la cintura y me dio un suave beso en el cuello, que recibi con los ojos cerrados. --?Estas mejor? --susurro. --Si. --?Por que te fuiste asi esta manana? Me he vuelto loco al no encontrarte en mi cama cuando me he despertado. Continuaba besandome y eso hacia que me resultara bastante dificil concentrarme en una respuesta medianamente decente. --Lo siento. Me asuste. Dejo de regalarme caricias en el cuello para pasar a mirarme mientras apoyaba suavemente su frente en la mia. --No tengas miedo, Naira. ?Que es lo que te asusta? --susurro. --No es facil, Gael. --Confia en mi, por favor. Dime todo lo que sientes. Necesito saber a que atenerme. --Me da terror lo que estoy empezando a sentir por ti. Al tenerle tan cerca y notar como sus manos me rozaban el vientre, conteste sin pensar. En ningun caso queria ser tan explicita en mi respuesta, pero es que mi corazon deseaba gritar a los cuatro vientos que el me hacia sentir cosas que no habia sentido antes por nadie. Me moria por abrazarle y entregarme a el en cuerpo y alma, pero eso suponia tener que soltar la camiseta y que me viera en sujetador. Vale que el ya me habia visto en ropa interior de cintura para arriba, pero seguia siendo vergonzosa, que le ibamos a hacer, y la verguenza no desaparecia de un dia para otro. Ademas, para que nos ibamos a enganar: no era uno de mis mejores sujetadores; si lo hubiera sabido, habria elegido el que me compre en La Perla no hacia mucho tiempo.

  • Una asesina rendida (Atraccion peligrosa 4) de Alina Covalschi

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    El destino volvera a unir los caminos de Victoria y Andrew en esta novela que pone fin a esta serie llena de misterios, mentiras, enganos y juegos entre policias y asesinos.

  • Rezad 60 minutos antes de morir de Diego Garcia Andreu

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    La muchacha abrio los ojos aturdida. Cuando tomo consciencia de la realidad descubrio aterrada que se hallaba atrapada dentro de un ataud de madera. ?Habia sido enterrada viva? Mientras lucha por su vida, Noa, Aitor y su hijo Guillermo viajan hasta Bicorp para pasar unas fantasticas vacaciones en una casa de campo aislada en el monte. Emilio, el propietario de la casa, parece el perfecto arrendador, una persona atenta, amable y servicial. Sin embargo, toda esa falsa cordialidad oculta las verdaderas intenciones de Emilio. Una novela de suspense donde cualquier cosa puede ocurrir y te mantendra enganchado hasta averiguar el sorprendente desenlace.

  • Quedate siempre a mi lado de Victoria Magno

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    Una historia romantica que sorprende, enamora y seduce.

  • Besame y Quedate de Sophie Kiss

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    Sabrina es una mujer como ninguna otra, vive de lo que ama, y ama lo que le permite tener una vida relajada, llena de varios logros que la catalogan como una mujer exitosa dentro de su area. Sabrina es periodista, pero antes que nada es escritora. Trabaja en el periodico El Temple, cuyo editor en jefe es uno de sus mejores amigos de la universidad, el senor Martin, quien es apenas un poco mayor que ella pero que se ve casi como un anciano cuando ella realmente luce muy joven para tener 40 anos. Sabrina tiene 40 anos, pero cualquiera que la vea podria pensar que ella es apenas una mujer de 30 o quizas menos. Esta manana, ella esta viendose frente al espejo y no piensa en eso, no piensa en que sus senos se ven bastante firmes para una mujer de su edad, de hecho, mientras se ve y recoge el cabello con ambas manos, solo piensa en su rostro de una manera distinta a como tal vez lo haria casi cualquier otra mujer. Sabrina se mira en el espejo que esta en la sala de su casa, ubicado justo al lado de la puerta. Ha sido colocado alli de manera estrategica para ella poder echarse un vistazo a si misma antes de salir, pero no por razones de estetica o por que le preocupe demasiado como luce antes de salir, sino porque verse en ese espejo antes de abandonar la casa, la invita a pensar y recordar cualquier cosa que necesite llevar, y haya olvidado. Verse en ese espejo antes de salir es una ritual que Sabrina cumple desde hace mas de 10 anos, desde epocas en las que tuvo varios novios, entre ellos Kenneth, su mas reciente ex y del que hoy en dia no desea saber nada, porque los problemas con el podrian haberle hecho perder su trabajo, y hoy en dia, por cosas que escapan tanto de sus manos con de las manos de su propio amigo Martin, ella podria perder su actual trabajo si algo pasara, si se involucrara en algun escandalo, porque los principales inversores, los que financia el periodico, son personas muy conservadoras que no desean ningun tipo de escandalo entre los reporteros que trabajan para ese periodico. Hoy, mientras ella se ve en el espejo, no piensa en nada de eso, sino que piensa en que debe ir al trabajo y no deberia olvidar su camara fotografica, asi como tampoco su grabadora de audios. --Te espero cuanto antes puedas llegar a la oficina, porque hay una encomienda especial para ti. --Le decia Martin a traves de un mensaje de texto que la invitaba a apresurarse un poco para ir hasta lo oficina donde por lo visto algo especial esperaba por ella. Sabrina leyo el mensaje de texto y decidio no responder sino actuar, por lo que tomo sus llaves, su bolso, y un par de lentes de sol que coloco sobre su cabeza antes de cruzar la puerta de la sala y abandonar la casa para abordar su escarabajo, un auto sincronico que heredo de su difunto padre. Una vez dentro del rosado auto, que ella misma habia pintado con ayuda de un amigo que trabaja en un concesionario de autos, encendio el radio reproductor y coloco musica instrumental, su favorita para conducir. Sabrina siempre ha sido una mujer muy decidida y al mismo tiempo independiente con caprichos muy poco comunes y que por lo general siempre logra cumplir, como ese detalle de pintar ella misma su auto. Mientras conduce rumbo a la oficina, la brisa mueve sus rubios cabellos y le da un aire de mujer independiente, pareciendo una postal de una revista feminista. La sola escena de ella conduciendo un auto rosado, con lentes oscuros a una velocidad que solo ella decide cual es, hacen de Sabrina una mujer digna de imitar por otras mujeres o por lo menos de fotografiar. Al entrar al edificio de apenas dos pisos, Sabrina es una mujer que capta la mirada de todos, y no precisamente por sr la tipica mujer coqueta que se viste para eso. Sabrina es mas una mujer de belleza natural y espontanea. Ella baja de su auto, camina despacio si nada le urge, pero siempre con pasos firmes, como quien sabe muy bien a donde va y a que se enfrentara. En esta oportunidad, Sabrina lleva unos jeans bastante desgastados, no de esos que tienen huecos en las rodillas, pero si de los que alguna vez fueron azules muy tupidos y ya muestran un color mas parecido al blanco con algunos destellos de celeste, en lo que sin duda es una prenda ya destenida por el tiempo y por las veces que ha ido a la lavadora. Ya dentro, cruza el lobby, se quita sus gafas oscuras, y suelta su cabello, que estaba recogido con una cola alta. Ahora ya con el cabello derramado sobre los hombros y sin los lentes que cubrian su mirada, se ve todavia mas genuina de lo que ya proyectaba su estampa antes de entrar. Luego de cruzar la recepcion, Sabrina llega hasta donde esta su oficina, que es apenas un escritorio rodeado por 4 laminas de fibra de vidrio que delimitan su espacio pero no necesariamente le dan la privacidad que ella siempre ha pensado que merece. --Algun dia mi oficina dejara de ser cuatro paredes transparentes que supuestamente indican cual es mi espacio pero que en realidad, en vez de protegerme, me expone. Esto no es una oficina, esto es una vitrina. --Dijo Sabrina en voz alta para que Martin, quien estaba en la oficina contigua, escuchara. -- !Mira, nina! ?Serias tan amable de dejar de quejarte y venir a mi despacho inmediatamente? .--Exclamo Martin desde la oficina de al lado que si tenia paredes de yeso y donde la puerta totalmente abierta dejaba ver un escritorio revuelto de papeles, lleno de cosas hasta mas no poder, y frente a el un hombre gordo, calvo, un tanto mayor, que fumaba un tabaco mientras leia algo al mismo tiempo que hacia magia para evitar que sus lentes resbalaran por su rostro y cayeran al piso, en lo que deberia ser tal vez el rostro mas asimetrico con todas las facciones de un gigante y una nariz contrastante del tamano que la tendria un bebe de apenas meses. Sabrina solo sonrio luego de lograr su cometido, esa era su manera de saludar a su amigo y jefe, quejandose para hacerse notar, y luego de captar su atencion, dirigirse hasta su oficina a gastarle alguna broma para despues finalmente hablar de trabajo entre algunas cosas personales tambien. -- ?Que dice mi calvo favorito? --Pregunta Sabrina desde la puerta, asomando solo parte de su cuerpo, especificamente la parte superior, como quien oculta la otra mitad del cuerpo por algun motivo de picardia. --Nada, aqui esperando que me digas cuando vas a ganar un premio que haga que este periodico se convierta en algo que acapara las miradas internacionales y yo comience a ganar millones de dolares. --Bueno, querido. Tu sabes que eso no pasa porque no me dejas escribir sobre lo que yo quiero y se que es importante, sino que siempre te inventas unos reportajes muy raros y a veces hasta tontos, pero que yo igual cubro porque te tengo mucho aprecio y eres mi mejor amigo. --Y el unico que realmente te da la oportunidad de escribir sobre lo que siempre has querido, aunque te cueste admitirlo o te empenes en decir cosas contrarias a la verdad. Para ser una periodista, eso esta muy mal de tu parte. Deberias ser mas profesional y apuntar mas a la verdad. Sabrina termino de entrar a la oficina, se sento en la silla frente al escritorio de Martin y mientras ambos sonreian, ella se puso lo mas comoda que pudo hasta colocar sus pies sobre el escritorio mientras Martin la veia con ganas de llamarle la atencion al mismo tiempo que contenia la risa. --Vamos Sabrina, Tu sabes que jamas tendras un jefe como yo. Tu lo sabes y yo lo se. ?Es tan dificil decirlo? Sabrina creo un silencio de mas de tres segundos para luego estallar en una carcajada. --Claro que si, algun dia lo dire. Pero por lo pronto, cuentame. ?De que se trata esta extrana y nueva mision especial? ?Voy al espacio exterior? ?Entrevistare a una tribu canibal en Suramerica? ?Entrare a lo mas profundo de un volcan en Australia? --No, nada de eso. Aunque si guarda mucha relacion con temas polemicos y la naturaleza, que de por si ya bastante que lo es en estos tiempos. --Respondio Martin mientras colocaba sobre el escritorio los papeles que tenia en las manos, los mismos que leia antes de que Sabrina llegara, para luego abrir una gaveta y extraer otros documentos que dejo caer sobre la tabla de escritorio, justo al lado de los pies de Sabrina. --Alli lo tienes, alli esta todo. Sabrina bajo los pies del escritorio, tomo los papeles con sus manos mientras Martin la observaba como estudiandola, como tratando de traducir sus gestos mientras ella leia de que se trataba este nuevo trabajo. Sabrina leia con calma, muy concentrada, con el ceno fruncido. Martin por su parte solo la miraba, esperando alguna reaccion, al mismo tiempo que parecia ocultar una ligera sonrisa. -- ?En serio voy a cubrir la noticia de dos tipos muy millonarios peleando por un bosque? --Bueno, mirale el lado positivo. Lo mas importante es que no vas a gastar un centavo, te hospedaras en un hotel de mala muerte pero por lo que no tendras que pagar nada. Tambien tendras tres comidas diarias gratis en el mismo hotel, y ademas no gastaras tampoco un solo centavo en pasajes. ?No te parece maravilloso? La respuesta de Martin le hizo cambiar totalmente el rostro a Sabrina, por lo que Martin debio apresurarse a agregar algo en su comentario: --Mira, creo que no lo has leido bien --Dijo Martin quitandole los papeles de la mano para senalarle un apartado especial en los archivos-- Si te fijas, parece ser una disputa que involucra corrupcion, al mismo tiempo de que tengo la sospecha de que uno de los dos millonarios no es tan malo como crees, de hecho, si revisas su perfil podras notar que el sujeto en cuestion es u hombre totalmente altruista, filantropo, que ayuda a la humanidad... En fin, parece una suerte de superheroe sin capa luchando contra un villano, ambos en el terreno del dinero dentro de un pueblo que no es pobre ni rico, sino mas bien un lugar muy tranquilo en el que seguramente te sentiras comoda, relajada y... -- !Aburrida! Eso es lo que me voy a sentir, aburrida. Pero bueno, no importa. Estas son las cosas que uno hace por los amigos. ?Cuando salgo? ?La proxima semana? Ante la pregunta, Martin abrio otra gaveta del escritorio para sacar de ella unos boletos de autobus que le entrego en sus manos a Sabrina. -- ?En serio voy a ir por tierra de nuevo? ?Algun dia dejaras de ser tan tacano y me pagaras, aunque sea un pasaje de clase turista en alguna aerolinea de esas extranas que sabemos que son mas lavado de dinero que otra cosa? Puede ser, pero mientras te sigas quejando, lo seguire pensando. Ambos soltaron una carcajada para luego dejarse de juegos, de bromas, y ponerse un poco serios los dos. -- ?De cuanto tiempo estamos hablando? --Pregunto Sabrina. --Bueno, sales hoy en la tarde noche, y si duras una semana por alla seria demasiado, lo ideal es que lo hagas en tres o cuatro dias, pero si por alguna razon tu trabajo se extiende, pues no hay de otra, se hace. Pero eso, yo preferiria que cuando mucho te tomaras una semana, no mas de eso. --Bueno, esta bien. Voy a casa a terminar de arreglar mis cosas y de ahi me marcho directamente hasta el terminal. Te diria que me voy en mi carrito, pero prefiero gastar tu dinero. Martin no hizo mas que reir y se despidio de ella lanzandole un beso. --Guarda eso para tu secretaria, a mi no me des ese tipo de mala suerte. -- Dijo Sabrina antes de abandonar la oficina de Martin y el edificio, no sin antes hacer una pequena parada en su oficina, recoger algunos articulos como un pen drive, un block de botas y un panuelo que segun ella le da buena surte cuando viaja. Un par de horas despues ya Sabrina se encontraba leyendo un ejemplas de un periodico local, que en parte significaba la competencia para El Temple, el periodico donde ella trabajaba para su amigo Martin. Mientras Sabrina leia noticias locales de poca relevancia, sonreia imaginando que pensaria su amigo si supiera que ella preferia leer a aun periodico como La Pared de La Verdad al que el tanto odiaba. El viaje hasta el Bosque Foresty, ubicado en la localidad de Tozark, un pequeno pueblo de clima muy agradable y donde todo parecia ser muy calmado, fue de aproximadamente cuatro horas. En esas cuatro Horas Sabrina tuvo tiempo para pensar en todo, para recordar a sus difuntos padres, para preguntarse una vez mas, por enesima vez, como seria su vida si ella estuviese casada y si ello le permitiria tener ese trabajo que tanto le apasiona. Pero entre tantas otras cosas, a Sabrina tambien le dio tiempo de imaginar como seria volver a hacer el amor despues de tanto tiempo. La ultima vez que tuvo pareja fue hace ya varios anos, y desde entonces solo ha tenido relaciones inestables y sexo casual, cosas de apenas una noche. Este viaje le hizo recordar la vez que fue a las montanas a cubrir un reportaje sobre unas plantas y fue acompanada de un guia experto con el que termino teniendo un sexo desenfrenado en las rocas, a muchisimos metros de altura, en diferentes posiciones, entre ellas de perrito, la que sin duda era su favorita porque a Sabrina le gusta mucho sentir ser dominada y en esa posicion generalmente suele pedir que la tomen del cabello y la presionen fuerte para sentir el choque entre ambas carnes al ritmo del placer. Sabrina ya ni recuerda el nombre de aquel sujeto, de hecho, solo recuerda que su pene no era muy grande, pero al menos era muy bueno en lo que hacia, especialmente con el sexo oral. En esa oportunidad, el sujeto no solo la coloco de perrito, sino que tambien la volteo dejandola ver el cielo mientras la tuvo abierta de piernas devorando lo que ella tenia para el. Ya ha pasado mucho, ya no recuerda casi nada de aquello salvo que el sexo fue muy bueno. El viaje por fin parece acercarse a su fin y ella ya esta llegando a donde debe ir ahora a cumplir otro reportaje y no evita preguntarse si en esta oportunidad tambien conocera a alguien. Sabrina tiene la certeza de que, si sus padres estuviesen vivos, estarian muy orgullosos de ella. Tambien sabe que una vida de casada en cierta medida le entorpeceria poder cumplir sus funciones como periodista y corresponsal. Todos esos son temas que siempre estan dando vueltas en la cabeza de Sabrina. Finalmente, luego de cuatro horas en un viaje que le permitio pensar en muchas cosas, ya se encontraba en la localidad de Tozark. Alli, Sabrina se dirigio de inmediato al primer puesto de comida apenas puso sus pies en el terminal. Pidio un sandwich en una especie de cafetin para transeuntes, y luego de devorarlo se dirigio caminando hasta donde estaba ubicado el hotel aparentemente muy economico que Martin le habia conseguido. Sabrina tenia consigo un mapa de los lugares que debia visitar, en su mayoria podian recorrerse a pie, excepto por el propio bosque Foresty cuyas dimensiones eran tan gigantescas como enigmaticas. Luego de una corta caminata, finalmente llego hasta el hotel mientras durante el breve recorrido pudo observar lo espeso de un bosque que lucia como magico, como lleno de vida, de buenas energias, de cosas positivas tanto para los habitantes del lugar como para cualquier visitante que se deleitara con la imponente estampa de un lugar natural, exotico, y al mismo tiempo aparentemente tan maravilloso al que Sabrina solo habia visto por unos segundos y desde muy lejos pero por el cual ya se sentia muy atraida. --Buenos dias, senor. Mi nombre es Sabrina Lutens, y debo tener una reservacion bajo mi nombre. --Buenos dias, senorita --Le respondio el recepcionista del hotel La Alameda en lo que seguramente fue todo un cumplido para una mujer de 40 anos-- En efecto su nombre esta en la lista de espera para ubicarle una habitacion apenas haya vacante, pero la verdad es que aun ninguno de nuestros huespedes se ha marchado. Hemos tenido una semana muy convulsa, llena de mucho movimiento en el pueblo, especialmente por las disputas por el bosque, y por lo tanto hemos estado muy llenos y aun nos mantenemos asi. Si gusta puede dejar su numero telefonico, y con gusto podremos llamarle apenas tengamos alguna habitacion disponible. Los comentarios del joven recepcionista habian comenzado muy bien, llamandola senorita y utilizando un lenguaje muy educado y a la vez considerado, pero la verdad fue que esa ultima noticia de que no habia realmente una reservacion concreta para ella, fue caso un insulto. Por un momento tuvo ganas de realizar un reclamo inmediato, luego penso en querer conversar con algun gerente, pero despues todas esas ideas se disiparon cuando tambien considero la posibilidad de llamar a Martin para reclamarle, hasta que al final penso que no debia ser culpa de nadie, que no solo habia tenido muy mala suerte. --Esta bien. Ya vere que resuelvo. ?Podrias darme mejor los datos de algun otro hotel que este cerca? Necesito estar ubicada lo mas cerca del bosque posible, porque tengo asuntos pendientes con el. Necesito entrevistarlo. -- Dijo con una sonrisa envolviendo el buen humor que suele caracterizarla. --Seguro --Respondio el empleado del hotel-- Tome esta pequena lista donde estan los datos de todos los demas hoteles del pueblo. Puede usar nuestro telefono si gusta, y le ruego una vez mas que nos disculpe por no poder ofrecerle una habitacion en este momento. De verdad lo lamentamos mucho. Sabrina paso de estar un poco disgustada a quedar realmente impresionada con la amabilidad del recepcionista, y sin mediar mas palabra, haciendo apenas un gesto con su cabeza, tomo los datos que el joven le paso y se dedico a llamar uno por uno a los diferentes hoteles que aparecian en aquella lista, hasta que oyo una conversacion de dos personas que iban saliendo del hotel y que antes de cruzar la puerta hacia las afueras de la propiedad, pasaron por un lado de ella citando el bosque y la problematica que ella habia ido a cubrir para el periodico de su amigo Martin. -- !Vamos rapido que alla estan los dos hombres esos peleando! --Le dice un sujeto rubio alto y delgado a otro un tanto moreno que caminaba a su lado. -- !Bueno, vamos! !No me quiero perder ese show!

  • 25 noches de insomnio 3 de Marcelo Di Marco

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    Debo confesar que no suelo frecuentar el mundo de los relatos de terror, pero creo que la literatura argentina no abunda en autores del genero. Fuera de Horacio Quiroga y mi amigo Juan-Jacobo Bajarlia, podria mencionar escasos nombres. De modo que la propuesta de Marcelo di Marco para que ocupara este espacio, me dio la oportunidad de bucear en aguas para mi casi desconocidas. Fue una instructiva y placentera experiencia que agradezco. Valio la pena disfrutar de una prosa ajustada y entretenida, que suena segun la necesidad del sujeto y deriva de la procacidad mas chabacana a un lenguaje terso y cuidado que introduce al lector en infinitos e inesperados universos. Como a Publio Terencio, nada humano le es ajeno a Marcelo, que propone en estos cuentos una galeria de personajes y situaciones de perversidad y horror que no excusa ni a los ninos ni a las escuelas. En las paginas finales, el libro propone una interesante serie de comentarios sobre la estructura de los relatos y devela utilisimos trucos del oficio que, con seguridad, seran aprovechados por la legion de alumnos que desfilan por sus talleres. Ruben Tizziani

  • A pocos centimetros: La fidelidad en pareja contada en tres historias, Jadine Tyne de Jadine Tyne

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  • Eres lo mejor que tengo de Gema Samaro

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    Sofia se siente atrapada en su vida en Bruselas y ya no puede mas. Desesperada, decide dejarlo todo atras y presentarse por sorpresa en casa de su hermano Hector, en Madrid, con un regalo en el que tiene depositados sus suenos, ilusiones y esperanzas.
    Sin embargo, la sorpresa la recibe ella cuando descubre que Hector se ha marchado de viaje y que quien esta viviendo en la casa es Mateo.
    Precisamente Mateo que no puede caerle peor...
    Mateo es el jefe de su hermano y esta atravesando una mala racha. Su novia le ha dejado y ademas acaba de descubrir un secreto familiar que le tiene trastornado, por lo que decide mudarse a casa de Hector hasta que las aguas se calmen.
    Claro que estando esa chica en la casa poco puede calmarse porque Sofia le desquicia y le atrae a partes iguales.
    Es impulsiva, alocada, desordenada, caotica, habla por los codos, se dedica a hacer esculturas raras y le encanta robarle todo lo que pilla.
    Sofia no soporta al estirado del jefe de su hermano que es su perfecto polo opuesto. No obstante, el tio tiene tan buen gusto que no puede resistirse a cogerle cosas del armario, de la nevera, del despacho... Y de nada mas.
    Porque a pesar de que Mateo sea un canonazo y le ponga como nadie, lo ultimo que haria seria enamorarse de el.
    Y lo mismo le sucede a Mateo con ella…
    Ambos son demasiado diferentes, ambos estan cerrados al amor...
    Si bien, una noche por culpa de una chaqueta de esmoquin y de un beso de lo mas apasionado, descubren que su atraccion es irremisible, que poco mas pueden hacer que dejarse llevar y tener una relacion de puro sexo sin compromiso.
    ?Pero de verdad que lo suyo es solo sexo o sexo y algo mas? ?Podria surgir el amor entre dos personas que se desean y detestan a partes iguales? ?Se atreveran a ir mas alla de sus prejuicios y temores y lanzarse a vivir un amor de lo mas apasionado y excitante?

  • La Pension Eva de Andrea Camilleri

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    El despertar a la vida de un muchacho algo ingenuo, a finales de los anos treinta, sobre el trasfondo del mundo provinciano y sonoliento de Vigata, la ciudad imaginada por el autor para situar al comisario Salvo Montalbano. Con sus persianas permanentemente cerradas, la misteriosa casa de nombre tan sugerente es como un iman irresistible para el adolescente Nene y sus amigos del alma, Ciccio y Jacolino, que fantasean con lo que ocurre en el interior de la pension y suenan con acceder algun dia a ese mundo desconocido que imaginan rebosante de sensualidad. Cuando, al cabo de unos anos, consiguen traspasar inesperadamente sus puertas, descubren un cumulo de personajes e historias dificiles de olvidar. La guerra va cobrando protagonismo hasta que su presencia se vuelve abrumadora y, finalmente, tragica. Entonces, el amor y la amistad aparecen como el unico sentimiento capaz de devolvernos la ilusion y la voluntad de vivir.

  • Mi protector de Christian Martins

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    Harry Hunter siempre ha sido el mejor en lo que hace por varias razones: no tiene familia, ni amigos, ni pareja. Vive, exclusivamente, para cumplir con sus misiones y sobrevivir al dia a dia. Pero su rutina se ira al traste cuando le ofrezcan una nueva mision; una que no podra rechazar y en la descubrira a la joven Bailey Kim. La teoria se la sabe muy bien: no debe establecer lazos sentimentales si quiere continuar con vida. Pero en la practica es otra cosa. Bailey tiene algo especial que le atrae, algo que le impide desentenderse de todo y renunciar, algo que no le permite traicionarla. Protegerla, liberarla y cuidar de ella no sera sencillo, pero ya no tiene nada que perder.

  • Enemigos de Esparta de Sebastian Roa

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  • Mary Ventura y el noveno reino de Sylvia Plath

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    Un relato inedito de Sylvia Plath, la escritora que sigue fascinando generacion tras generacion, ilustrado por Monica Bonet y con epilogo de Mariana Enriquez.

  • Petit Paris de Justo Navarro

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    Paris, marzo de 1943: Alemania e Italia estan perdiendo la guerra. Despues de la invasion angloamericana del norte de Africa y la rendicion en Stalingrado del mariscal de campo Paulus, se respira la hecatombe militar nazi-fascista, el inminente desembarco de los aliados en Europa. Veinte anos antes de resolver los crimenes sobre los que giraba Gran Granada, el comisario Polo se encuentra por accidente en Paris, temeroso de no poder acabar nunca un viaje que solo iba a durar unos dias. En tiempos de guerra no es raro que lo previsto como una excursion de setenta y dos horas se dilate meses, anos o decadas, o se convierta en el exilio eterno.

  • El secreto de Gadiro (Kepler 3) de B. E. Raya

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    A Gadiro siempre le ha gustado la adrenalina y los retos, siempre tuvo inquietudes por vivir lo que estaba fuera de los estandares de lo que se esperaba de el por ser hijo del rey. Desafeaba a su padre, aunque el jamas se entero, nunca tuvo tanta valentia para hacerlo cara a cara. Tal vez no era tan valiente despues de todo, y no fue consciente de ello hasta que se dio cuenta de sus propios errores, habia ocultado parte de su vida de sus hermanos, de sus padres, de su pueblo por peticion de una persona, y Gadiro penso que le importaba, que no significaba nada mas que una pura aventura. Que equivocado habia estado. Nunca antes le importo ser un sucio secreto para su amante. Pero ahora que veia la felicidad de su hermano mayor al lado de su consorte, de su hermanita con sus dos companeros, Gadiro se dio cuenta que el deseaba lo mismo para el. Deseaba mucho mas que simplemente sexo. Y era triste darse cuenta que Adelphos no podia darle mas que eso.

  • La Ciudad de los Hombres Santos (Los buscadores 3), Luis Montero Manglano de Luis Montero Manglano

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  • La huida de las ratas de Eric Frattini

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    El gobierno de Franco y el Vaticano ayudaron a escapar de Europa y de ser juzgados en Nuremberg a importantes nazis acusados de genocidio y de crimenes contra la humanidad. Adolf Eichmann, el <> del Holocausto, Josef Mengele, el <> de Auschwitz, Franz Stangl, el verdugo de Treblinka, Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, John Ivan Demjanjuk, Erich Priebke, Gustav Wagner, Hermine Braunsteiner, Otto Wachter, Walter Rauff, Herberts Cukurs y Erich Rajakowitsch son las <> que escaparon de Europa dejando tras de si una gran marca de sangre y horror.

  • La venganza del ciego y otros cuentos de Victor Garcia Barquero

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    “La venganza del ciego y otros cuentos” es un libro de relatos de intriga, misterio e investigacion policial. Algunos de estos relatos son continuacion de los casos de los detectives Mark y Marcus (“Una llamada en mitad de la noche”, Editorial Planeta).

  • Cual es tu historia de Ana Paula Benitez

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    Al desnudo, esta historia comenzo asi. Desperte aquella manana con casi la mitad del cuerpo sobre el escritorio. Me habia quedado escribiendo hasta muy tarde y, como siempre, me habia dormido frente a la laptop. Mire la pantalla por un momento y note que al menos no habia arruinado la escritura. Si habia babeado el escritorio de manera descomunal… Buen trabajo. Mire hacia la ventana y la luz del sol me cego por unos segundos. Me cubri los ojos con una mano y me apoye en el escritorio con la otra. Me levante y camine lentamente hacia la ventana. Sin antes bostezar y estirarme, corri las cortinas blancas y abri un poco la ventana para que el viento de la manana refrescara la habitacion. Me voltee y camine hacia la cocina con la idea de prepararme un cafe, pero no pude ni siquiera completar medio trayecto cuando fui atacada por una pieza de Lego. Si, leyeron bien. --!Ah! !Tony! !Deja de robar las cosas de los vecinos! --Con furia me dirigi hacia la cuna del gato y como de costumbre me encontre con nadie--. Desagradecido, te compro una cuna hermosa y sigues durmiendo en cualquier otro lado. !?Sabes cuanto cuesta una cuna como esa?! Calle al darme cuenta de lo inutil que era quejarme. Aun asi, se sentia muy bien. Escuche un estruendo en el patio trasero del edificio y al fin supe hacia donde debia gritar. Corri hacia la ventana y sali al balcon cargada de colera y autoridad. Asi es, soy duena de un gato y lo trato como tal... o algo asi. --!Tony! !Te voy a matar! Mire hacia el patio y note que el causante de tal estrepito no habia sido Tony. Despegue los labios para hablar, pero lo unico que salio fue un balbuceo bastante incoherente. --Hola. Al desnudo, asi comenzo. Un hombre de tez palida y ojos azules y profundos estaba parado detras de una reposera. Se veia muy nervioso y apresurado. Y lo unico que traia puesto era un reloj de oro. ?Quien era el? ?Por que estaba desnudo? ?Donde estaba Tony? Frunci el ceno y abri la boca de nuevo, pero segui sin hablar. --Tuve una mala noche --bromeo el--. ?Podrias ayudarme? --Am... --!Vivo en el noveno piso! --aclaro repentinamente--. No soy un extrano. Tu eres la duena del gato cleptomano, ?verdad? --S-Si. Mi Tony es popular entre los vecinos. --Entonces... ?me ayudas? --!E-Espera alli! Me voltee y corri hacia el dormitorio. Resbale con un calcetin y cai de espalda. Oh, bendita habitacion la cual no habia ordenado desde la ultima visita de mi madre... Tome una toalla y corri hacia el balcon de nuevo procurando no pisar otro calcetin asesino. Arroje la toalla por el balcon y le indique a mi desvestido vecino del noveno piso que esperara en la puerta. Me coloque las pantuflas y baje por el ascensor hasta la planta baja. Estaba nerviosa, avergonzada, como siempre cuando tenia que socializar con alguien. Abri la puerta y mi vecino entro con una sonrisa y una expresion de alivio en el rostro. --Gracias. --De nada. Hice una mueca nervuda con los labios y me mire los pies. --Necesitaria otro favor --mi vecino se rasco la nuca al hablar. Luego bufo, pero no dejo de sonreir ni por un segundo. --Claro. --?Me prestarias tu telefono? Necesito llamar al cerrajero para que abra la puerta, no tengo las llaves encima y, bueno... Hizo un ademan y al fin deje escapar una risilla. --No hay problema. Subimos por el ascensor en silencio, ni siquiera me atrevi a verlo. Escuche alguna que otra risa suelta en el aire por parte de el, pero no me atrevi a mirar ni una sola vez. !Adios, manana cuasi tranquila! --Soy Benjamin. --Cara. --?Cara? --Si. --Ya veo. Benjamin apreto los labios y contuvo la risa. Lo ignore por completo. Habia sido el centro de bromas en la escuela primaria y secundaria, ya estaba acostumbrada. Entramos al departamento y me dirigi a la mesa del comedor en busca del telefono celular. Escuche que la puerta de la entrada se cerro con suma delicadeza y supuse que aquel hombre envuelto en la toalla era bien educado. --Ten. --Le entregue el telefono y me aleje mientras el marcaba el numero--. Tony --murmure --. Tony, ?donde te metiste? Me incline un poco para mirar debajo de la mesa, pero no encontre nada. Junte el bloque y lo sacudi de arriba abajo por unos segundos, en silencio trate de especular donde podria estar husmeando mi felino amigo. --?Tony? --la voz de Benjamin me hizo voltear. --Mi gato --respondi mientras me sumergia en aquellos orbes llenos de curiosidad--. Sientate... donde quieras. Lo siento. Educacion Cara. Se educada tambien. --Estoy bien --contesto sin dejar de mirar los cuadros--. Bonita decoracion. --Gracias... --En especial las tazas sucias y los paquetes vacios en el escritorio --menciono y apunto el escritorio con el dedo indice. --Es mi zona de trabajo --trate de defender injustificable. --Oh, claro, necesitas ese paquete para... ?En que trabajas? --Con una ceja arqueada hacia arriba me miro. --Soy... escritora. --!?Escribes?! !Eso es fantastico! --?Eso es ironia? --pregunte con desconfianza. --?Que? !No! ?Por que haria algo como eso? Am... ?Porque la mayoria del tiempo las personas que conozco piensan que no es un trabajo real? ?Porque ni siquiera mi madre esta conforme con lo que hago? --No lo se --bufe y oculte la verdad en tres palabras. Note un brillo especial en los ojos de Benjamin. Aquel hombre con clase paso a comportarse como un nino en cuestion de segundos. --?En serio crees que es fantastico? --!Por supuesto! --Benjamin alzo las manos en el aire y me miro como si fuera una ingenua--. Me encantan los libros --comento--. Quiero decir, los buenos libros --esclarecio--. Cuando era pequeno no tenia muchos amigos. --?En serio? Con esa increible apariencia era dificil de creer. Lindos ojos, lindos labios, lindos modales... --Oye --Benjamin murmuro ofendido--. Me enfermaba mucho, tenia un sistema inmunologico deplorable. --Alli iba el y sus complejas y elegantes palabras. Benjamin se rasco la nuca por unos segundos, suficientes como para permitirme memorizar los detalles de su sonrisa--. Leia muchos libros --conto el--, Julio Verne, Edgar Allan Poe, Mark Twain, ?los conoces? --No personalmente --bromee--. Pero si, los he leido. --Lo que hacen con las palabras --hablo inmerso en su mundo--. !Son artistas! ?No crees? -- Asenti con la cabeza y el me senalo--. Los escritores son artistas, nobles artistas que viven haciendo lo que aman y que no son tan valorados como deberian. --Supongo --murmure. No supe que decir, senti las mejillas calidas y me rasque la nariz para tratar de ocultar el notorio rubor que probablemente tenia en el rostro. --!Claro que si! --reafirmo--. Crean mundos, personas, historias... --Benjamin miro el escritorio--. Pero tu casa es un desastre, si me permites decir. Benjamin tenia un modo bonito de insultar a las personas. Te ofendia, pero con cierto respeto que te provocaba mas frustracion que enojo. Benjamin se coloco las manos en la cintura, pero segundos despues cambio de postura y se puso en accion. Mi vecino tomo algunas tazas de sopa instantanea sin esperar un segundo mas y las tiro en el tacho de basura. Luego camino hacia el escritorio, arrugo los paquetes vacios e hizo lo mismo que antes. Yo solo admire la espalda de Benjamin en silencio por unos segundos. --Oye, no hagas eso. Excelente reaccion, Cara, verdaderamente apresurada y certera. --?Acaso los necesitabas? --pregunto con ironia. --N-No, pero... --?Pero...? --Es mi casa. --Y se nota --bromeo Benjamin. --!Oye! --No creo que sea una buena idea tener tantas cosas tiradas, al menos que estes construyendo una granja de cucarachas en tu propia sala. --Tal vez lo este haciendo. --?Si? --Son populares en los paises asiaticos. Benjamin dejo escapar una risilla y miro el polvo de los estantes con cierto pudor. --Oh, ya entiendo --susurre. --?Que tienes un gran problema? --No --respondi--, eres un obsesivo compulsivo por la limpieza. Benjamin me miro con la boca abierta y sonrojado, aun mas sonrojado que yo. !Touche! --!El cerrajero! --cante con felicidad al oir el timbre del departamento. Ignore los reproches de Benjamin y atendi al cerrajero con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando al fin el cerrajero pudo abrir la puerta, Benjamin me agradecio una vez mas y se despidio. Y asi, la tortura comenzo. 1 Drama innecesario ?Por que tortura? Porque al dia siguiente de aquel encuentro no tan maravilloso decidi salir al mundo por uno de los objetos mas preciados por el ser humano y al volver a mi dulce hogar me encontre con que Benjamin estaba esperando frente a la puerta. --Es un chiste --dije con la bolsa de arena para gato aun en brazos. --No --respondio con seguridad--. No puedo dejar que esa cosa nos consuma a todos. --?Cosa? --Solo abre. --De acuerdo. --?Y tu gato? --Todavia no volvio. --Tal vez este muerto debajo de toda esa basura. --!No bromees con eso! --No era una broma. Tony no estaba muerto. Volvio horas despues con la ropa interior de la vecina del quinto piso. Un gato cleptomano y un vecino obsesivo compulsivo, fantastico. --Tu casa no se ve tan mal cuando esta limpia. --Benjamin dejo la escoba por un momento y suspiro cansado. --Tienes razon. Mire a Benjamin y comence a reir sin poder evitarlo. El me miro con cierta incredulidad y curiosidad. --Esperaba un agradecimiento. --!Lo siento! Me cubri el rostro para que no me viera reir. Benjamin se veia muy gracioso con el delantal puesto, y los guantes, y el panuelo en la cabeza, y las mejillas rosadas de tanto trapear. Eso si, conste que yo no lo habia obligado a nada. El se ofrecio solo. Bueno, “ofrecer”, mas bien, se metio en mi departamento y lo considero parte de su habitad natural, pulcro y refinado. --Grosera. Me compuse segundos despues y lo mire con cierta pena, pero me di cuenta que el solo estaba bromeando. Benjamin sonrio un poco y se saco el panuelo de la cabeza. Se sento en el sofa y Tony se acerco a el. --?Tienes agua al menos? --Si. Fui a la heladera a buscar la botella y el aprovecho la oportunidad para mirar mi trabajo en la laptop. Ignoro el interrogatorio realizado por los maullidos extranos de Tony, se saco los guantes y enseno el reloj de oro. Se sento en la silla del escritorio y en silencio leyo algunas oraciones. Observe como los labios de Bejamin se movian mientras el pronunciaba de manera inaudible cada palabra. Note que reaccionaba con cada palabra, que las sentia, y que sus ojos brillaban con cada uno de esos sentimientos. Trague saliva al ver que estaba sucediendo. Me estaba enamorando. --Escribes muy bien. --Supongo. --Algo detallista. --?Lo crees? --Si, es como si observaras demasiado las cosas. --Mi madre siempre dice eso --comente mientras dejaba un vaso de agua fresca en el escritorio--. Que observo mucho, que pienso mucho. --?Lo haces? --Eso creo. --?Tienes portavaso? Tome un papel lleno de garabatos y se lo di. Benjamin tomo el papel y bufo por la nariz. Mi vecino del noveno piso bebio un poco de agua y dejo el vaso encima del papel. --Di algo de mi. --?Sobre ti? Aquella pregunta me tomo por sorpresa. --Si, algo. Note que los labios de Benjamin estaban humedecidos por el agua y sonrei un poco. Entrecerre los ojos y mire hacia la ventana, luego volvi a mirar a Benjamin y deje escapar aire por la boca. --Cuanta concentracion --bromeo el. Benjamin sonrio un poco y el foco imaginario se encendio encima de mi. --?Que tal tu sonrisa? --?Mi sonrisa? Benjamin amplio mas aquella mueca de felicidad cuando escucho mis palabras. --Si... por ejemplo, cuando te ries, tus labios se estiran junto con tus fosas nasales --le explique. El se toco la nariz, curioso--. Tienen una perfecta armonia, y se hacen unas pequenas muecas en los costados, como unos hoyuelos casi perfectos... casi. --Arrugas, malo para mi edad. Rei un poco y negue con la cabeza. --Pero cuando sonries con tranquilidad no se notan las muecas y los labios se vuelven mas finos y delicados, como si supieran que era el momento perfecto para moverse de aquella manera. --Por algun motivo habia bajado el tono de voz al hablar. Note que me habia inclinado para verlo mejor y que estaba demasiado cerca de el--. !Sin mencionar que parecen bien cuidados! --Me separe casi un metro de el. Lo se, a veces exagero demasiado--. ?Usas manteca de cacao? --Solo en invierno --dijo con una sonrisa burlona. --Y esa sonrisa burlona de costado es muy diferente a la ganadora o a la nerviosa. --?Existen mas sonrisas? --Si --respondi. Hice un ademan para que se moviera. Benjamin se levanto de la silla y se paro al lado del escritorio. Yo me sente en la silla y respire hondo para tratar de concentrarme y volver al trabajo. --Eres muy buena --murmuro Benjamin--. Pero no sabes nada de los detalles del hogar. Puse los ojos en blanco y deje escapar un quejido. Quise enojarme, quise sentirme ofendida. Pero no pude hacerlo ni un poquito. Tampoco pude evitar enamorarme de el. Aprendi cada detalle de el como si fuesen parte de una pintura. Desde el lunar debajo de su barbilla hasta la profundidad de su voz. El dia que nos conocimos, el habia salido con una chica por segunda vez. Una chica a la que jamas habia llamado de nuevo, a la que creyo jamas haberla visto o invitado a una cena y con la que aprendio una gran leccion. La dulce venganza de una mujer resentida. La mujer lo dejo en un cuarto de hotel, desnudo, atado a la cama y solo con el reloj para que se preparara cuando la mucama entrara y lo viera alli con una camara a un lado, una nota, y una foto de el desnudo. Rei lo suficiente como para que el tambien se riera de la desgracia que le habia pasado. Odie eso, odie caerle tan bien. Odie aquella sonrisa y aquellos gestos. Y los ame, ame todo de el. Odie que me abrazara cada vez que queria y que se parara tan cerca para leer la pantalla. Odie que me ayudara a escribir porque me resultaba cada vez mas dificil ser independiente. Depender de alguien de aquella manera... pateticamente romantico. Y ame los abrazos, calidos y llenos de afecto. Ame los juegos y las palabras aburridas que salian de su boca. Ame el orgullo que le salia por los poros cada vez que hablaba del trabajo, de alguna mujer o de un buen dia. Ame cuando bromeaba con sinonimos absurdos e inexistentes. Ame aquella sonrisa variante, aquellos ojos brillantes y aquella actitud deslumbrante. Amar y odiar al mismo tiempo las mismas cosas solo me hacian sentir confundida y nerviosa. Era una tortura eterna. Una tortura que yo misma cree.

  • Adolescente en el Bosque de Aina Castillo

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    18 anos. Virgen. Sola el bosque.
    Y el.

  • El intruso honorifico de Felipe Benitez Reyes

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    El intruso honorifico viene a ser una enciclopedia personal en la que se mezclan la interpretacion y el dato, la parodia y el analisis, la vision critica y la vision ironica, dando pie a una especie de caleidoscopio ensayistico en el que se analizan o se definen objetos cotidianos y conceptos universales, obras artisticas y creadores de todas las disciplinas, con el foco centrado en los aspectos mas extranos e imprevistos de nuestra realidad.

  • Cenizas de carnaval de Mariana Travacio

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    Un anciano que cumple con la ultima voluntad de su esposa y arroja sus cenizas en el rio. Una madre obsesionada con la limpieza que obliga a los hijos a rituales insolitos. Un hombre perturbado por el movimiento de las cosas pretende que todo quede inmovil, como el mosquito que mato en la pared. Una hija que recuerda a su madre muerta, que nunca la escuchaba y la hacia comer todo el tiempo.

  • Dale vida a tu cerebro de Raquel Marin

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    Raquel Marin nos explica que tiene el cerebro, como funciona y que debemos comer para mantenerlo joven.

  • Una mujer inalcanzable de Candace Camp

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    Kyria Moreland era lo bastante hermosa como para ganarse el sobrenombre de “La Diosa” y lo bastante rica para atraer a todos los caballeros de Londres, pero se negaba a casarse hasta que no hubiera encontrado el amor verdadero. Entonces recibio un extrano paquete en misteriosas circunstancias, y se vio enfrentada al peligro, al asesinato y a un atractivo americano cuyo destino parecia estar unido al suyo.

  • Por amor a la musica de Jan Swafford

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    En Por amor a la musica, el reconocido misicologo y compositor Jan Swafford nos muestra que, a lo largo de los siglos, la musica clasica ha sido cosas muy distintas, y dentro de su rica historia todos podemos encontrar algo con lo que conectar. Swafford traza aqui la historia de toda la musica occidental, convirtiendose en un guia complice y experto que nos introduce en los compositores y sus obras, y comparte con nosotros las ideas y percepciones que confieren a la musica sus cualidades universales y su capacidad unica para transmitir amor, esperanza, entusiasmo o desesperacion.

  • En los Brazos de tu Pasion de Anna Crenwood

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    Sairin vivia felizmente con su tia tras la dolorosa muerte de sus padres. Estaba enamorada de Edward, un hombre que cualquier mujer desearia.
    Pero una amenaza se cierne sobre la joven, y con la ayuda de Edward intentara resolver el por que quieren verla muerta.

  • Vacaciones en los Hamptons de Sarah Morgan

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    ?La escapada veraniega perfecta?

  • Venganos Tu Reino de Juan Gabriel Vazquez

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    Rodney R. Campbell es un policia que hace su recorrido por Manhattan . Ese dia pasa algo que cambiara su vida , Mandandolo mas tarde a algunos paises latinoamericanos, hasta llegar a Mexico.Sonora, Mexico. Francisco Villavicencio, el candidato a la presidencia por parte del PRI (Partido Revolucionario Institucional), da un discurso para convencer a todos, que es la solucion de los problemas de ese pais. Lo que no sabe que un magnicidio se esta preparando hacia su persona.Luca, un asesino letal, esta a punto de hacer su trabajo mas importante de su carrera. El jefe de un cartel, con ayuda de un poderoso politico, se escapa de una carcel de alta seguridad, pero al poco tiempo se da cuenta que lo han traicionado y lo que realmente quieren, es verlo muerto.Don German De La Rivera, es el padrino de Mexico y mantiene un poderoso imperio. Sin embargo, Armando Logrono, dueno de la televisora mas importante de ese pais, suena con obtener ese imperio y empieza a mover sus piezas para lograrlo, aunque sabe que un paso en falso, le costara la vida.Abigail Najera, la actriz del momento, suena con llegar a Hollywood y su inspiracion es Salma Hayek. Pero antes tiene que recorrer un largo y obscuro camino en ese medio.

  • Las caidas de Sara (Sara Summers 2) de Susanna Herrero

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    Bum bum bum. El corazon de Sara late desenfrenado. El castillo de naipes que con tanto cuidado ha construido a su alrededor cae sin remedio. Los sentimientos que creia conocer comienzan a desdibujarse, y los que creia controlar se escapan, sin previo aviso, de su control. Aun asi, la vida le va a ensenar que es mejor un corazon descontrolado, un corazon indomable, a uno que deja de latir. Un acontecimiento inesperado y espeluznante provocara que Sara, Oliver y Adam se vean obligados a replantearse todo su futuro.

  • Esclava de tu venganza (Los Mendoza 1) de Natalia Roman

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    Corre el ano 1829, una epoca muy dificil para las mujeres, una epoca en la que los hombres mandan y las mujeres obedecen. Una epoca en la que las jovenes son educadas para ser sumisas y complacientes para sus maridos, y posteriormente ser vendidas al mejor postor sin tener ningun derecho a protestar. Todas excepto Monica.Monica Salazar, una muchacha orgullosa, rebelde e indomable a quien su padre nunca ha obligado a hacer nada que no quiera, no esta dispuesta a casarse y dejar que un hombre la domine. Pero todo su mundo cambia cuando conoce al capitan Mendoza.

  • Amor Sublime de

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    Fernando Alvarado vive atormentado por su suerte, ser el senor de Bellavista con el trasfondo que eso encierra. Lo unico que aplaca el alma del rico y joven heredero es la llegada de las vacaciones y el arribo de la senorita Celeste a la hacienda vecina. Cuando lo mandan a estudiar a Europa, teme que a su retorno la encuentre comprometida, le ruega que lo espere, que a su regreso la convertira en su esposa y sellan el pacto con un beso en los labios: <>.

  • Requiem por la bailarina de una caja de musica de Jose Ramon Gomez Cabezas

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    Angel Buendia desesperaba por vaciar sus intestinos. Llevaba ocho anos como guardagujas en la estacion de ferrocarril y nunca le habian entrado esas irreversibles ganas de evacuar estando de servicio. Saco el reloj del bolsillo de su chaleco para comprobar que restaba algo de tiempo antes de que el mercancias pasase por su posicion camino de otra que se le antojaba muy lejana. Con gesto nervioso volvio a depositar el reloj en su pequena prision a la vez que en su cabeza y estomago revoloteaban los ingredientes de la copiosa comida que se habia metido esa misma manana entre pecho y espalda. Habria sido el jodido bacalao del atascaburras o la carne lo que estuviera en mal estado; el caso es que los retortijones se le clavaban en el espinazo, y sus rinones no aguantarian otro envite. Tomo una decision. Disponia de algunos minutos antes de que llegara "La paloma". Con una mano agarro el farolillo y con la otra empezo a desabrocharse el cinturon del raido pantalon azul al salir de la garita. Se encamino a un rincon oscuro. El murete que delimitaba el entorno de la via y la frondosidad de un par de arbustos le proporcionaban, a pesar del frio y la humedad de la noche, una letrina de lujo. Apenas habia acomodado el cuerpo a la ocasion, un ruido no muy lejano le puso en alerta. Se subia los pantalones a toda prisa, cuando distinguio las siluetas de dos o tres personas moviendose por entre las vias. Encendio su farol y se dirigio hacia donde creia haberlos visto, maldiciendo en su camino por igual a esas figuras, los retortijones y el barro. Entre todos prometian fastidiarle lo que hubiera podido ser una noche tranquila. Avanzo unos metros e ilumino la zona. A lo lejos los vio correr por entre las traviesas. No parecian chavales. Algo no encajaba en aquel paisaje tantas veces pateado a lo largo de dias y noches de servicio. A la derecha de los railes, distinguio multitud de pisadas y rastros de matorrales destrozados. Esto no era normal. La luz roja del farolillo se iba proyectando, uno a uno, sobre cada recoveco, cada mata, cada pedrusco. De pronto, choco con lo inesperado. Angel Buendia habia asistido a multitud de entierros, pero todos aquellos difuntos que habia visto no se parecian en nada al bulto tenido de barro purpura que yacia en el suelo. Definitivamente, no iba a ser una noche tranquila. Primera parte Verbo temer, presente de indicativo, primera persona del singular Capitulo 1 Arpegio desafinado 22 de Noviembre de 1925 Al despertar, noto que no va a ser una manana como otra cualquiera. Un incesante martilleo golpea mis sienes mientras intento incorporarme. Oigo un respirar profundo y vuelvo la cabeza con dificultad. Mi tio Domingo dormita en una vieja mecedora, cerca de mi. --Agua... Un poco de agua, por favor --mi voz suena ronca y profunda. --Sera mejor que no hables durante un rato --dice mi tio, desperezandose--. Esta vez ha sido mas fuerte que las anteriores. Su afable imagen contrasta con un timbre de voz tembloroso y un pulso renqueante; al servir el agua derrama un poco por entre la colcha y el suelo. --?Cuanto tiempo llevo asi, tio? Se echa la mano al bolsillo del chaleco y consulta su pequeno reloj. --Aproximadamente, unas… cincuenta y cuatro horas. Nos has tenido muy preocupados muchacho; muy, pero que muy preocupados. --No recuerdo gran cosa. ?Que me ha pasado? En lugar de responder, se lleva la mano a la frente y comienza a pasar los huesudos dedos por el escaso cabello lacio. Su mirada vaga por una de las paredes del cuarto, incluso mientras responde: --Ya hablaremos luego, mas tranquilos. El doctor Messia te recomendo reposo, asi que cuando te recuperes nos iremos una temporada al Viso: alli te pondras bueno. ?Que te deciamos de pequeno? <> no seria la palabra adecuada. Queda con Dios, que yo voy a verlo ahora a misa de ocho y llego tarde. Cruzo lo que me resta de camino desconcertado por las palabras del medico. ?Que es <>...? Paco Carrion aun no ha terminado de limpiar; barre el suelo arenoso del local con un cepillo de ramas. Las pocas sillas de madera reposan encima de las mesas. Aturdido aun, traspaso el umbral. La mirada del viejo mesero se hunde en la mia como un punal de circo, y con un par de zancadas se planta frente a mi. Recibo un empujon que me arroja afuera de la taberna. El gesto del que hasta ahora consideraba casi un amigo me duele probablemente mas que el golpe que recibo en la frente contra una columna. --Aqui no quiero gente como tu, por muy hijo de tu padre que seas --y un sonoro portazo pone punto final a sus palabras. Las pocas personas que pasan por la plaza me miran como a un delincuente al que deberian ajusticiar. No entiendo nada. Esta pesadilla no tiene sentido alguno. Sin saber como, me he convertido en un autentico paria en mi propia ciudad. ?Que carajo ha sucedido durante mi convalecencia? Me apoyo en la pared de la posada "El Sol" para recomponer mi maltrecha figura. Al pasarme la mano por la frente se mancha de sangre: una pequena brecha marcara durante algun tiempo mi desafortunado encuentro con el tabernero. Paso hasta el recibidor de la pension esperando que dona Josefa tenga algo de yodo y un panuelo. Mis ojos se posan como perros cazadores en la pequena mesa de la entrada. Un par de ejemplares de La Gaceta son ahora muy valiosos para mi. Un muchacho de no mas de quince anos casi me sorprende guardandomelos en la chaqueta. --?Desea una habitacion, senor?

  • Julia Vidal de Lydia Kentil

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    Julia Vidal es una chica que vive con su madre y sus cuatro hermanas en la ciudad de Girona, en el siglo XIX. Son pobres y solteras, la madre esta desesperada porque no encuentran marido. Julia esta enamorada de Ignacio Campeny, pero este ama a Catalina, la hermana mayor de Julia. ?Conseguira Julia que Ignacio se enamore de ella? Catalina tiene un admirador misterioso, un capitan muy orgulloso, Alejo Estruch, que cuando conoce a Julia queda locamente enamorado de ella. Estalla la guerra de la Independencia, los hombres de Napoleon quieren invadir la ciudad, Julia hace de enfermera y lucha por su tierra bayoneta en mano, como una brava. Pierde a su familia, sufre con la crueldad del enemigo, mientras Alejo Estruch e Ignacio Campeny se disputan su amor.

  • Trigesimo cumpleanos de Jossy Loes

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    Trigesimo cumpleanos es una novela escrita en el 2014 y reeditada incluyendo escenas y un extendido epilogo.
    Emma es una joven anglo-canaria, con una carrera exitosa y grandes amigos, aunque no todo en su vida es como esperaba, su parte sentimental es nula. El dia de fin de ano anunciaria su ascenso de directora creativa en una gran agencia de publicidad y su hermana menor decide opacar la noticia con otra: !se casa!
    Todas las miradas recaen en Emma, haciendole recordar un detalle importante. !Su edad! Emma cumpliria treinta anos en el recien comenzado ano 2013 y deberia asentar cabeza.