• Comiendo sonrisas a solas de Tadea Lizarbe

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  • AIDAN (Genesis 4) de Maricela Gutierrez

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    Cuando apenas era un nino, Aidan fue entregado para convertirse en esclavo del mal. Durante mucho tiempo lucho ferozmente para no permitirle a su peor enemigo doblegarlo, pero este encontro la unica forma para hacer que el guerrero se rindiera. Desde entonces, el solo espera a que sea el momento correcto para escapar de las garras de su opresor y, recuperar lo que le fue arrebatado. Su busqueda lo llevara mas alla, a los brazos de una pequena chica que se encuentra esclavizada, aunque esta vez por la maldad de los hombres.

  • Los peligros de fumar en la cama de Mariana Enriquez

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    A mi abuela no le gustaba la lluvia y antes de que cayeran las primeras gotas, cuando el cielo se oscurecia, salia al patio del fondo con botellas y las enterraba hasta la mitad, todo el pico bajo tierra. Yo la seguia y le preguntaba abuela por que no te gusta la lluvia por que no te gusta. Pero ella, nada, evasiva, con la palita en la mano, frunciendo la nariz para oler la humedad en el aire. Si finalmente llovia, fuera garua o tormenta, cerraba puertas y ventanas y subia el volumen del televisor hasta tapar el ruido de las gotas y el viento -- el techo de su casa era de chapa--; y si el aguacero coincidia con su serie favorita, Combate, no habia quien pudiera sacarle una palabra porque estaba perdidamente enamorada de Vic Morrow. Yo adoraba la lluvia porque ablandaba la tierra seca y permitia que se desatara mi mania excavatoria. !Que de pozos! Usaba la misma pala que la abuela, una muy chica, del tamano que usaria un nino para jugar en la playa, pero de metal y madera, no de plastico. La tierra del fondo albergaba pedacitos de botellas de vidrio color verde, con los bordes tan lisos que ya no cortaban; piedras suaves que parecian cantos rodados o pequenas rocas de playa, ?por que estarian en el fondo de mi casa? Alguien debia haberlas sepultado. Una vez encontre una piedra ovalada, del tamano y color de una cucaracha pero sin patas ni antenas. De un lado era lisa, del otro unas muescas formaban los claros rasgos de una cara sonriente. Se la mostre a mi papa, enloquecida porque creia encontrarme ante una reliquia, y me dijo que las marcas formaban un rostro de casualidad. Mi papa nunca se entusiasmaba. Tambien encontre dados negros, con los puntos blancos ya casi invisibles. Encontre restos de vidrios esmerilados verde manzana y turquesa. Mi abuela se acordo de que habian sido parte de una puerta vieja. Tambien jugaba con lombrices y las cortaba en pedacitos bien chiquitos. No me divertia ver el cuerpo dividido retorciendose un poco para al final seguir adelante. Me parecia que si picaba bien la lombriz, como una cebolla, sin dejar contacto alguno entre los anillos, no iba a poder reconstruirse. Nunca me gustaron los bichos. Encontre los huesos despues de una tormenta que convirtio el cuadrado de tierra del fondo en un charco de barro. Los guarde en el balde que usaba para llevar los tesoros hasta la pileta del patio, donde los lavaba. Se los mostre a papa. Dijo que eran huesos de pollo, o a lo mejor de bifes de lomo, o de alguna mascota muerta que debian haber enterrado hacia mucho. Perros o gatos. Insistia con lo de los pollos porque antes, en el fondo, cuando el era chico, mi abuela tenia un gallinero. Parecia una explicacion posible hasta que mi abuela se entero de los huesitos y empezo a arrancarse los pelos y a gritar <>. Pero el escandalo no duro mucho bajo la mirada de papa: el admitia las <> (asi las llamaba) de la abuela siempre y cuando no se desbordara. Ella le conocia el gesto de desaprobacion y se tranquilizo a la fuerza. Me pidio los huesitos y se los di. Despues me pidio que me fuera a la habitacion a dormir. Yo me enoje un poco porque no entendia la causa de la penitencia. Pero mas tarde, esa misma noche, me llamo y me conto todo. Era la hermana numero diez u once, mi abuela no estaba demasiado segura, en aquel entonces no se les prestaba tanta atencion a los chicos. Se habia muerto a los pocos meses de nacida, entre fiebres y diarrea. Como era angelita, la sentaron sobre una mesa adornada con flores, envuelta en un trapo rosa, apoyada en un almohadon. Le hicieron alitas de carton para que subiera al cielo mas rapido, y no le llenaron la boca de petalos de flores rojas porque a la mama, mi bisabuela, le impresionaba, le parecia sangre. Hubo baile y canto toda la noche, y hasta hubo que echar a un tio borracho y reanimar a mi bisabuela, que se desmayo por el llanto y el calor. Una rezadora india canto trisagios, y lo unico que les cobro fueron unas empanadas. --?Eso fue aca, abuela? --No, en Salavino, en Santiago. !Hacia un calor! --Entonces no son los huesos de la nena, si se murio alla. --Si que son. Yo me los traje cuando vinimos para aca. No la quise dejar porque lloraba todas las noches, pobrecita. Si lloraba con nosotros cerquita, en la casa, !lo que iba a llorar sola, abandonada! Asi que me la traje. Ya era huesitos nomas, la puse en una bolsa y la enterre aca en los fondos. Ni tu abuelo sabia. Ni tu bisabuela, nadie. Es que nomas yo la escuchaba llorar. Tu bisabuelo tambien, pero se hacia el tonto. --?Y aca llora la nena? --Cuando llueve nomas. Despues le pregunte a mi papa si la historia de la nena angelita era cierta, y el dijo que la abuela ya estaba muy grande y desvariaba. Muy convencido no parecia, o a lo mejor le resultaba incomoda la conversacion. Despues la abuela se murio, la casa se vendio, yo me fui a vivir sola sin marido ni hijos, mi papa se quedo con un departamento de Balvanera, y me olvide de la angelita. Hasta que aparecio al lado de la cama, en mi departamento, diez anos despues, llorando, una noche de tormenta. La angelita no parece un fantasma. Ni flota ni esta palida ni lleva vestido blanco. Esta a medio pudrir y no habla. La primera vez que aparecio crei que sonaba y trate de despertarme de la pesadilla; cuando no pude y empece a entender que era real grite y llore y me tape con las sabanas, los ojos cerrados fuerte y las manos tapando los oidos para no escucharla, porque en ese momento no sabia que era muda. Pero cuando sali de ahi abajo, unas cuantas horas despues, la angelita seguia ahi con los restos de una manta vieja puesta sobre los hombros como un poncho. Senalaba con el dedo hacia fuera, hacia la ventana y la calle, y asi me di cuenta de que era de dia. Es raro ver un muerto de dia. Le pregunte que queria pero como respuesta siguio senalando como en una pelicula de terror. Me levante y sali corriendo hacia la cocina, a buscar los guantes que usaba para lavar los platos. La angelita me siguio. Apenas una primera muestra de su personalidad demandante. No me amedrento. Con los guantes puestos la agarre del cogotito y aprete. No es muy coherente intentar ahorcar a un muerto, pero no se puede estar desesperado y ser razonable al mismo tiempo. No le provoque ni una tos, nada mas yo quede con restos de carne en descomposicion entre los dedos enguantados y a ella le quedo la traquea a la vista.

  • Candela y acero de Adrian Arangon , Miguel Aragon

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    --NADIE ME OBSERVA, podre cazar tranquilo --se dice el Predicador y sonrie de manera perversa. Con la mano derecha sostiene un carton de vino barato, parte de su imagen de vagabundo. Y con la izquierda acaricia las empunaduras de sus dos <>, los cuchillos de caza que lleva en el bolsillo. Desde la penumbra que le proporciona el acceso a una vieja ferreteria vigila con disimulo la acera de enfrente. Parece un indigente mas que puebla las aceras nocturnas de la ciudad y en el que nadie se fija. --Ahi esta --dice clavando los ojos en el hombre alto que sale cargando dos bolsas fucsias del restaurante japones--. Puntual como todos los miercoles. Menu para dos. El Predicador es meticuloso, observa a sus presas durante meses, aprende sus costumbres, memoriza itinerarios; y todo ello sin que sus victimas se percaten de que estan siendo vigiladas. Hay muy poca gente por la calle porque se juega un importante partido de semifinales de la Liga de Campeones. De vez en cuando se escuchan los aplausos y gritos de gol que escapan desde bares y ventanas abiertas. El hombre de la comida japonesa camina despreocupadamente, hablando por el movil con alguien de su oficina. El cazador le sigue unos metros por detras, parapetandose tras los coches aparcados. Estan llegando al edificio de la victima, que se detiene un par de minutos ante el portal mientras hace malabares con las bolsas y el movil, y busca las llaves en su mochila. El cazador tiene tiempo de sobra para ocultarse tras la marquesina de la parada de autobus, a menos de dos metros de la puerta. El hombre sigue inmerso en su conversacion y no se percata de la sombra felina que se cuela tras el antes de que se cierre el porton de entrada. El Predicador se deleita imaginando la cara de horror de su victima cuando descubra lo que le esta esperando en casa. --Eres especial, Manuel, llevo tanto tiempo deseando hacerte sufrir --piensa el cazador--, y por ello te espera una sorpresa en tu salon. No es un asesino primerizo, ha tenido ocasion de <> varias veces antes de esa noche. La prensa le ha bautizado como el Predicador, y no le disgusta el nombre porque en verdad esta predicando, igual que Moises cuando bajo de la montana con la palabra de Dios grabada en piedra. El tambien transmite la palabra, pero grabada en carne. Desde que La Orden entro en su vida, su existencia ha cobrado sentido: ser un instrumento adiestrado para conseguir que su causa triunfe. Un instrumento muy eficaz y sanguinario. Manuel sale del ascensor al rellano del tercer piso canturreando la cancioncilla de un anuncio. Se quedo sin cobertura y tuvo que colgar la llamada. El cazador se ha deslizado con rapidez escaleras arriba. Sigiloso, aguarda entre las sombras tras la puerta del ascensor. --!Carino! --El hombre abre la puerta y le da un empujoncito suave con el pie para que se cierre sola tras el--. !Traigo la cena! No hay respuesta. --?Hola? No hay respuesta. Suelta las llaves en un cuenco de la entrada y frunce el ceno, Ingrid siempre esta en casa cuando el llega con la cena. Extranado, y con las bolsas aun en la mano, enfila el pasillo. El cazador le sigue un par de pasos por detras con los cuchillos ya desenfundados. Manuel asoma la cabeza por la puerta de la cocina. Nadie. Sigue caminando por ese largo pasillo tipico de los pisos antiguos del centro de Madrid. Un bano, el despacho, un dormitorio, otro. Nadie. Al Predicador ni siquiera le sudan las manos, no le tiembla el pulso, conoce el guion de lo que va a suceder esa noche. Esta sereno, como las veces anteriores, con la mirada fija en la espalda de su victima. --!Ah!, hola, cielo. --Manuel ve la cabeza de Ingrid asomando tras el sofa. Esta sentada y, como el sillon mira hacia las ventanas, solamente le ve la coronilla--. ?No me oyes? Seguro que ya estas con los cascos enchufada a tu serie en la tableta. El hombre rodea el enorme chester y se queda paralizado al ver que Ingrid esta sentada, amordazada, atada de pies y manos con unas sogas. Un reguero de sangre le cae desde la frente tinendo la blusa con una extensa mancha roja. Esta palida y tiene los ojos cerrados. Manuel aun no recupera la respiracion, pero el ruido de las bolsas de comida al chocar contra el suelo lo saca de su ensimismamiento. Se acerca a toda velocidad a su mujer. --Pero ?que…? --No entiende que esta pasando, le tiembla todo el cuerpo y le cuesta respirar. Coge la cara de Ingrid entre ambas manos. La acaricia. Esta inconsciente--. !Ingrid, despierta! ?Que ha pasado? Ella abre los ojos despacio, aturdida, oye la voz de su marido, pero esta debil y le cuesta enfocar la vista. Le deslumbra la luz y vuelve a cerrar los ojos. Manuel observa las sogas de las manos, estan tan apretadas que le han desgarrado la piel de las munecas, las tiene en carne viva. Esta mareada, pero consigue concentrar las pocas energias que tiene en parpadear con fuerza. Lo primero que logran ver sus ojos es una difusa figura que sonrie maliciosa detras de su marido. Le entra el panico. Una chispa de lucidez la despeja de golpe, reconoce esa cara, el miedo le hace revivir el ataque que ha sufrido. Intenta gritar para avisarle a Manuel del intruso, pero algo le cubre la boca y no consigue soltar mas que un gemido ahogado. Demasiado tarde, el cazador se abalanza sobre Manuel agarrandolo por el cuello con fuerza y apretando un cuchillo contra su yugular. La presa no puede zafarse, el Predicador es muy fuerte. Cae de rodillas. Ingrid esta tan debil y paralizada por el terror que no puede forcejear ni golpear al atacante, solo le queda observar los acontecimientos. --Por fin ha llegado este momento, Alcazar. --La voz del asesino sisea en su oreja como una serpiente. Esta saboreando el terror de su victima. El olor de la sangre, del sudor salado, del miedo llena la habitacion. Manuel apenas puede respirar bajo ese tenaz abrazo. Todo se oscurece a su alrededor. --Preparate para convertirte en el mensaje. --Con un movimiento rapido y calculado le propina a su victima un fuerte golpe en la cabeza con la empunadura de su cuchillo de caza. Manuel cae al suelo, inconsciente, y la sombra del atacante se abalanza de nuevo sobre Ingrid. Lo ultimo que ve, antes de perder el conocimiento, es el destello de los dos cuchillos que se acercan lentamente hacia ella. Esta hecho. UNAS HORAS MAS TARDE, en plena noche, un hombre bien vestido, con una mochila y satisfecho consigo mismo sale de la casa del matrimonio Alcazar, dejando la puerta abierta. Un haz de luz sale del piso e impacta en el rellano. Se concentra en un tramo de la escalera, en el que deposita un pequeno obsequio. La puesta en escena es fundamental y el lo sabe. Todo esta preparado para que el mundo entero descubra su nuevo regalo. El Predicador acaba de dejar un mensaje, pero su obra esta inacabada… Todavia quedan muchos invertidos, desviadas y simpatizantes que deben ser erradicados. 2 U NA P E S A D I L LA --!YA va, ya va! Candela aun no ha abierto los ojos, no sabe que hora es, pero lo que si sabe es que va a asesinar al que esta fundiendo el timbre de su puerta. Se levanta de mala gana, embotada como si tuviera resaca, y se tropieza con la pata de la cama. --!Me cago en…! Un dolor intenso, como si un martillo le hubiera machacado los dedos del pie, le sube por toda la pierna. Medio cojeando y maldiciendo alcanza la puerta y gira la pestana de laton de la antigua mirilla. --Martin, ?que narices haces aqui tan temprano? --Candela se alegra de ver a su padrino y socio capitalista de su agencia de investigacion Benites Consulting. Esta deseando contarle lo bien que ha ido la vigilancia de anoche--. Espero que por lo menos hayas traido algo que compense el madrugon. El hombreton alza un poco los brazos. Un gran vaso de carton blanco y una cajita con el logotipo del Horno San Onofre llenan las pupilas de Candela, que abre la puerta a toda velocidad, salivando con el aroma que desprenden el cafe y la bolleria recien hechos. --Ahora si que son buenos dias. --Candela sonrie, le hace un gesto a Martin para que vaya al salon, coge el vaso de carton con una mano y levanta la tapa de la caja con la otra--. Mmmm... !Rosquillas de Alcala! --Los ojos le brillan como si hubiera descubierto la moneda del Ratoncito Perez bajo la almohada--. No sabes cuanto necesitan mis venas este desayuno. Anoche, al final, estuve hasta las tres de la madrugada plantada en la puerta del hotel Axor del aeropuerto, pero ha merecido la pena, las fotos que he sacado de ella dandose el lote con el amante han salido perfec... Candela se da cuenta de que el gesto de Martin es extremadamente serio, desencajado. Ni siquiera la mira a los ojos. Se frota las manos sobre los muslos del pantalon de arriba abajo. Mal signo. Ella sabe que algo no va bien. Cierra la boca y se sienta en el sofa, a su lado. La ultima vez que su amigo se comporto asi fue cuando le confeso el agresivo cancer de pancreas de su mujer, Nerea, poco antes de que ella muriera. En una fraccion de segundo Candela baraja mentalmente algunas opciones, deseando que no sea ninguna de ellas, pero sobre todo piensa en el avanzado embarazo de su hija mayor. Se le acelera el pulso. --?Es Estibaliz, o el bebe? Martin niega rapido con la cabeza, pero el silencio se hace muy denso y lo mejor es quitar la tirita de golpe porque en realidad no sabe ni por donde empezar. --Esta manana me ha llamado el inspector Amoros para que fuera a verle a comisaria. -- Martin coge las manos de Candela y mira directo a sus penetrantes ojos negros--. Nela, han asesinado a los padres de Vanessa Alcazar. Se queda con la boca abierta, casi sin respiracion. --Pero que... --Unas lagrimas involuntarias asoman en los ojos de Candela--. ?Como...? No pueden ser ciertas esas palabras. Tiene que ser un error. De repente el mundo gira sin control a su alrededor. De fondo, le llega la voz de Martin mientras sigue hablando, pero no consigue escuchar nada, solo su respiracion y un fuerte pitido que le retumba en la cabeza. Las paredes de su salon desaparecen y en su lugar ve dos enormes pantallas de cine en las que se reproducen en bucle las imagenes del asesinato televisado de su amiga Vanessa. El caos posterior. Los ojos en blanco de su amiga en un cuerpo que convulsiona en el suelo empapado en la sangre que brota a chorro del agujero de su pecho. La sonrisa lunatica del asesino blandiendo el cuchillo justo antes de ser abatido a tiros por un policia. La rabia y el dolor infinito de los padres, Ingrid y Manuel, que se funden en un abrazo desgarrador. Han pasado cinco anos, pero en las retinas de Candela el recuerdo permanece fresco, como si la pesadilla hubiera sucedido ayer mismo. --... el Predicador. --Solo esas dos ultimas palabras que acaba de pronunciar su amigo la devuelven a la realidad. A Candela le parece que su ensimismamiento solo ha durado dos segundos, pero, por lo visto, Martin lleva un buen rato hablando solo mientras ella asentia como un automata. --?Como dices? --pregunta Candela luego de salir de su trance. El hombre suspira con paciencia y comprende que ella ha estado ausente. --Te decia que ha sido ese asesino quien los ha matado. Amoros forma parte del equipo que lleva los crimenes del Predicador. Extraoficialmente, me ha llamado en cuanto se entero de quienes eran las victimas porque sabe de tu relacion con la familia Alcazar; y si podemos aportar algo a la investigacion, tambien extraoficialmente, no les vendria mal. --?El Predicador? Candela recupera poco a poco los sentidos, pero necesita despejar la mente y concentrarse o caera en un pozo de tristeza y no podra parar de llorar. El asesino en serie que sale en todas las noticias y que tiene en jaque a la Policia de Madrid ha matado a sus amigos, y ella debe hacer algo. Recurre al truco que le enseno su padre: <>. Este extrano truco siempre le ha funcionado cuando la vida la ha puesto a prueba... con el asesinato de su propia madre, el de Vanessa, la muerte de su padre y al abandonar el Cuerpo Nacional de Policia.

  • Se hace tarde y anochece de Cardenal Robert Sarah

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    “En la raiz de la quiebra de Occidente hay una crisis cultural e identitaria. Occidente ya no sabe quien es, porque ya no sabe ni quiere saber que lo ha configurado, que lo ha constituido tal y como ha sido y tal y como es. Hoy muchos paises ignoran su historia. Esta autoasfixia conduce de forma natural a una decadencia que abre el camino a nuevas civilizaciones barbaras”. Esta afirmacion del cardenal Robert Sarah resume el proposito del tercer libro de entrevistas con Nicolas Diat, la profunda crisis espiritual, moral y politica del mundo contemporaneo: crisis de la fe y de la Iglesia, declive de Occidente, traicion de sus elites, relativismo moral, globalizacion sin limites, capitalismo desenfrenado, nuevas ideologias, agotamiento politico, entre otros.

  • El senor Sapo y la pareja feliz de Anys Felici

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    Alguien podria asegurar que no es amor, sino dependencia, una linea muy fina que nuestros protagonistas traspasan una y otra vez. Wendy piensa que el futuro no traera mas esperanza que el presente y no merece la pena arriesgarse.
    El amor de una madre es incomparable, fuerte y grande, capaz de superar los obstaculos que le ponga la vida, de sacrificios inmensos por la seguridad y felicidad de su hijo. Matteo desaparecio un 12 de octubre de la Romeria, tenia dos anos. El duelo de su madre sera un camino pedregoso, cargado de tristeza y desconsuelo. Una soledad y un vacio que nadie podra llenar. A ella la privaron de un lugar donde ir a llorar, un sitio al que visitar y encontrar consuelo. Sobre ella revolotea la incertidumbre, no acepta que su hijo murio y esta dispuesta a encontrarlo. Ana Brenda nos demostrara que no hay dolor como ese, ni palabra que lo defina.

  • Nunca crei ser tan feliz de Sophie Saint Rose

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    Jessica Foeller guarda un secreto desde hace anos, que si fuera revelado terminaria con la excelente reputacion de los Halleran. Pero una promesa la ata de pies y manos, asi que tiene que reprimir su odio por la familia mas rica del pueblo. Cuando Everett Halleran pone sus ojos en ella no se lo puede creer, porque apenas se habian dirigido la palabra en su vida. Pero lo que mas le preocupa, es que no sabe si podra resistirse mucho tiempo porque cada vez que la aborda es mas dificil negarse a sus deseos. ?Podria llegar a olvidar el dano que habian provocado a su familia? ?Podrian llegar a amarse?

  • El libro de la felicidad de Nina Berberova

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    Paris, 1923. Sam, un joven violinista miembro de la alta burguesia judia de San Petersburgo, se suicida de un disparo en la cabeza. Esta noticia produce en Vera, su amiga de la infancia, una fuerte conmocion que agita los cimientos de su adormecida memoria. A partir de este suceso, tragico y doloroso, y alternando imagenes del pasado que confluyen en las circunstancias del presente, Nina Berberova narra la vida, las adversidades y los sobresaltos de la joven Vera, desde su infancia hasta el dia en que, finalmente, logra encontrar la felicidad que estaba dispuesta a conseguir a cualquier precio.

  • Las hijas de otros hombres de Richard Stern

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    <>. Estamos en verano, a finales de la decada de 1960. Las calles de Cambridge, Massachusetts, estan llenas de hippies de pelo largo y coloridas prendas, pero el doctor Robert Merriwether, que ensena en Harvard y lleva mucho tiempo casado, no repara lo mas minimo en toda esa vida bullendo a su alrededor. Cultivado, reflexivo, animal de costumbres… Merriwether es todo menos un hombre impulsivo. Por eso es tan extrano, tan deslumbrante e inesperado, que mientras su esposa Sarah esta de vacaciones conozca a Cynthia Ryder, y que en poco tiempo profesor y alumna empiecen un intenso romance.
    La novela de Richard Stern -discreto clasico moderno de la literatura norteamericana- es un elegante examen de la pasion amorosa, de su epicentro y sus replicas, de sus devastadoras consecuencias. <>, piensa el doctor Merriwether. <

  • La oscura cara del exito de Aurora Fuertes

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    La vida para Natascha no es facil en su ciudad natal. Corren los anos 70 en una pequena poblacion de la Union Sovietica; y la imposibilidad de prosperar y alcanzar sus suenos, junto a la mala relacion mantenida con sus padres, le obligara a tomar la decision de abandonar su hogar. Con muchas ilusiones, escaso equipaje e incertidumbre por un futuro incierto, viajara a Moscu buscando alojamiento en casa de su amiga de la infancia, que la acogera sin dudarlo.
    Pero en la capital, no todo sera facil; sentira como esos suenos, se desvaneceran en los diferentes empleos, a los que le tocara recurrir para subsistir. Lo que ella desconoce, es que esta situacion no sera por mucho tiempo. Jean, un atractivo y adinerado cazatalentos parisino, se fijara en ella. Fascinado por la joven, la ofrecera algo que ella no podra rechazar: conseguir lo que tanto desea.
    Pronto su vida cambiara radicalmente. ?Sera entonces, Natascha, capaz de asimilar el giro inesperado que el destino le tenia reservado? ?Sera lo suficientemente astuta, para ver mas alla de las apariencias que de pronto la rodean?

  • Nuestra epopeya de Manuel Longares

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    Asi es nuestra epopeya. Pediamos la luna y nos dieron una carretera…

  • Querida Rosaura de Lujan Fraix

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    Rosaura Waner fue una persona que no supo entender la vida. Se entrego a los demas en un ir y venir de situaciones divididas. Amo a su madre Magdalena quien cerceno, desde nina, sus deseos mas queridos; la obligo a ser una mujer y a llevar sobre si las cargas de un adulto. No disfruto de los momentos por hallarse inmersa en un pasado que le dejo secuelas hondas: la muerte temprana de Magdalena y la de su hermano Juan Jose de treinta y cinco anos.
    Rosaura vivio para el dolor, para llorar de la manana a la noche a sus muertos, para velar por su hermano menor, Ruben, hasta el ultimo dia. A Maria, su hija, la cuido como un tesoro que le costo mucho concebir. Sintio terror por su salud porque conocia de memoria el sabor de las ausencias; ahogo su juventud con reclamos absurdos y extendio la doctrina de su madre hasta el final de su historia.
    Segun sus propias palabras amo a un Dios que le arrebato la vida.

  • Recuerdame (You make me feel 2) de Kathalee Trueba

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    "Alena tuvo que tomar una decision.
    Su futuro, el de Milenka, Eithan y Christopher dependian de ella.
    Mientras cada uno asume las consecuencias de dicha eleccion y aprenden a vivir con ello, los recuerdos, los nuevos retos y la duda llaman a su puerta.
    El pasado no siempre se queda atras ".

  • Franquismo S.A de Antonio Maestre

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    Esta obra relata y desmonta las fructiferas relaciones, con nombres y apellidos, que proporcionaron a grandes empresas e importantes familias de industriales el trato directo con las cupulas franquistas. Un pormenorizado repaso por los origenes de las oligarquias economicas franquistas y su implicacion directa en los crimenes del franquicia y del nazismo, y cuyas herencias manchada de sangre fueron blanqueadas durante la transicion para que hoy en dia ocupen los lugares mas emblematicos del Parque espanol y de las altas esferas industriales y empresariales espanolas. Un libro que confronta los procesos de preparaciones y de memoria que se vivieron en Alemania y Espana estudiando el poder mas importante y mas temido, el economico.

  • La decision de Olivia de Kate L. Morgan

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    Olivia es una mujer que trata de salvar su maltrecho matrimonio que se ha convertido en enteramente convencional y rutinario. Ella siempre imagino que su vida en Londres y al lado de Charles seria completamente diferente, pero se equivoco.
    En un momento decisivo de su vida, Olivia conocera a un apuesto y viril desconocido que la ayudara a reencontrarse asi misma, y a enfrentarse a todos sus fantasmas. Un hombre que parece ser su redencion y supervivencia, hasta el punto de valorar si continua con su actual vida o no.

  • Nadie me ofende impunemente de Elisabeth Urian

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    ?No es demasiado temprano para beber? Uno esperaria que te contuvieras al menos hasta la cena. El hombre alzo la vista de la partida de ajedrez que se desarrollaba ante si y, al reconocer a su amigo, solto una risotada burlesca. Se recosto en la silla de madera de caoba tapizada en cuero oscuro. Sostenia en la mano una copa de absenta, un licor de sabor anisado y color verdoso que ya habia probado anteriormente, en uno de sus viajes a Francia. Se relamio los labios. --?Temprano? --pregunto despacio y arrastrando las palabras--. Nunca lo es para beber; y menos si el motivo es una celebracion --alzo la voz en el ultimo momento para que todos pudieran escucharle de nuevo. A Neil Bishop le gustaba hacerse notar y jactarse de sus victorias. Desde que se instalo en Irvine, un ano atras, sus amigos y conocidos habian comenzado a percatarse de sus alardes y gustos caros. Por ello, necesitaba una cantidad ingente de dinero que sufragase sus gastos. Esa tarde se sentia afortunado. El negocio que se traia entre manos desde hacia un tiempo comenzaba a dar sus frutos: prestar capital a nobles con problemas financieros. Su ultimo cliente, por asi decirlo, era un baron del norte de Inglaterra que habia acudido a Irvine con la unica intencion de hacer tratos con el. Tras investigar sus finanzas y su patrimonio, Neil le presto la suma requerida... Eso si, con unos intereses descomunales. No sabia como lo habia conseguido, pero el caballero habia devuelto el prestamo en solo tres meses, aumentando con ello sus riquezas. En la ultima hora, todos clientes del Milne's Inn conocian la cantidad exacta que habia ganado. Un movimiento poco inteligente, si se era consciente de las envidias que podria llegar a despertar. Sin embargo, se sentiria orgulloso de provocar semejantes sentimientos. Edwards arqueo una ceja y lo miro con aire socarron, para sentarse despues junto a el. Los otros dos hombres seguian jugando al ajedrez sin mostrar el minimo interes en la conversacion. --?Y por que sera...? --expreso muerto de curiosidad. Puesto que su amigo desconocia la noticia, era el momento de ponerle al corriente. Despues podria regodearse. --!La vida me sonrie! ?Que si no? --?Eso quiere decir que vas a invitarme a una cena? --sugirio el hombre en tono jocoso. Estaba acostumbrado al exagerado modo de actuar de Bishop, y era igual de fanfarron. Quizas por ello se llevaban tan bien--. Podriamos aderezarlo con compania femenina. Neil no tuvo tiempo de valorar la oferta de su amigo. Por su mente cruzo la imagen de una joven dama, de cabellos dorados y ojos seductores. Su rostro fino y delicado iba acompanado de un temperamental caracter que yacia escondido bajo una apariencia angelical. Era a ella a quien queria poseer, y no a una vulgar ramera. Sus gustos eran demasiado elevados como para conformarse con una simple mujerzuela. Para un dia cualquiera, tal vez, pero en aquel momento se sentia euforico. Se dijo que ya era hora de someterla a sus caprichos y hacerle tragar sus palabras de desprecio. Rehuia su presencia, apenas le dirigia la palabra y lo trataba como si no fuera un caballero lo suficientemente bueno para ella. Aunque era buen amigo de su padre y el daria por bueno un acercamiento entre ambos, ella insistia en rechazarle. Penso que con Elliot Singht en Edimburgo aquella era la ocasion perfecta para hacer una visita a la isla. No estaba ebrio; se necesitaban unas cuantas copas mas para conseguir emborracharlo y, aunque era tarde, no podrian negarle cobijo. Sonrio para sus adentros, complacido. No podia negar que la deseaba y que le hervia la sangre ante la perspectiva de tenerla. Aquella repentina idea estaba cobrando vida propia. Podia imaginarse a la dama entre sus brazos, solo para si. Le diria unas palabras bonitas y le contaria lo bien que le iba en los negocios. Eso cambiaria la opinion tan misera que tenia de el. Una vez ablandada, le seria muy facil meterse entre sus piernas. Neil decidio que aquella noche seria suya, costara lo que costara. --?Sabes que? Te invitare a una cena otro dia. --?De repente tienes mejores cosas que hacer? Aunque Edwards no parecia molesto, Bishop dedujo que le debia una explicacion. --Cierta dama me espera. De repente, estaba impaciente por volver a verla. Si todo salia segun lo esperaba, la noche seria muy larga. --?Y quien es, que te hace abandonar a tus amigos? Por una vez tuvo el buen juicio de bajar la voz y hablarle de la joven casi en confidencia. Edwards ya estaba al tanto de que ella le gustaba. Lo que le sorprendio fue la osadia de su plan. Trato de hacerle cambiar de opinion. Podia cometer una estupidez por una simple noche de placer. No era bueno aventurarse en el mar a aquellas horas, mas cuando quedaba tan poco para el anochecer y con el fuerte viento que soplaba. No logro convencerlo. Neil dejo el Milne's Inn de High Street poco despues. Se monto en un carruaje de alquiler y dio las indicaciones al cochero. --Al puerto --anuncio impaciente. A pesar de tratarse de una orden directa y sencilla, el chofer vacilo un momento. --?Algun problema?--mascullo Bishop en voz alta. No estaba de humor para que un simple cochero le planteara los mismos inconvenientes que Edwards. El sabia lo que se hacia. --No, senor --le escucho decir, dandose por satisfecho. Bajaron por Bridgegate, cruzaron el rio y se dirigieron hacia la zona de Fullarton, donde le dijo al cochero que esperara. Eran cerca de las cuatro de la tarde y el sol desaparecia tras el horizonte, aunque todavia habia suficientemente luz como para moverse con libertad. Eso si, no tenia mucho tiempo. Asi que se puso el sombrero, se subio las solapas del abrigo, largo y marron, protegiendose del frio, y fue en busca de cualquier hombre dispuesto a llevarle a la Isla de Beith a pesar del temporal. En contra de lo que habia esperado, a esas horas el puerto parecia desierto. Comenzaba a creer que tendria que volver a casa sin haber podido satisfacer sus necesidades. Estaba a punto de dar media vuelta, frustrado y todavia sin aceptar del todo una derrota, cuando se fijo en el viejo marinero que faenaba en la cubierta de un bajel. El barco de pesca era pequeno, de aproximadamente veinticinco pies, y poseia un casco poco profundo. Al parecer, dedujo Bishop, solo necesitaba de un tripulante para navegar. Neil Bishop sonrio por lo bajo. Confiaba en que aquel viejo estuviera lo bastante loco como para arriesgarse a salir en ese mismo instante. Si no era asi, tenia una formula infalible para convencerlo. *** --Sus ojos miraban fijos hacia adelante y dominaba su persona una rigidez petrea. Pero, cuando pose mi mano sobre su hombro, un fuerte estremecimiento recorrio su cuerpo; una sonrisa malsana temblo en sus labios, y vi que hablaba con un murmullo bajo, apresurado, ininteligible, como si no advirtiera mi presencia. Inclinandome sobre el, muy cerca, bebi, por fin, el horrible significado de sus palabras: ?No lo oyes? Si, yo lo oigo y lo he oido. Mucho, mucho, mucho tiempo… Muchos minutos, muchas horas, muchos dias lo he oido, pero no me atrevia… !Ah, compadeceme, misero de mi, desventurado! !No me atrevia…, no me atrevia a hablar! Ayla hizo una breve pausa para aumentar la tension dramatica que requeria el cuento. Si bien, antes de proseguir con el relato, echo un rapido vistazo a las dos mujeres que estaban sentadas en el pequeno salon. Complacida al advertir que ambas la escuchaban con atencion, repitio la ultima frase: --!No me atrevia…, no me atrevia a hablar! !La encerramos viva en la tumba! --!Jesus! --La exclamacion de la senora Davies sobrevino con la misma intensidad que un trueno en una tormenta de invierno. Ayla dejo la lectura y sonrio con benevolencia. Ella y su hermana habian decidido leer aquel libro, olvidado el ano anterior por algun invitado de su padre, descubriendo que era mas interesante de lo que habian supuesto en un principio. --?Se encuentra bien? --le pregunto a su queridisima ama de llaves; mujer de cabellos blancos y rostro afable. A pesar de su aspecto tierno y afectuoso, la senora Davies no poseia un alma endeble o impresionable; la vida le habia ensenado demasiado para eso y estaba acostumbrada a no esperar mucho de los demas. Pero con las muchachas siempre se comportaba de una manera casi maternal. En noches frias como esa, la senora Davies solia acompanarlas un rato, antes de irse a dormir. Ellas leian en voz alta mientras la mujer ocupaba el tiempo en sus bordados, como si su relacion con las jovenes fuera familiar. Ciertamente, las muchachas la querian incluso mas que a un pariente. Era una de las pocas personas a las que podian abrir su alma sin ser juzgadas con dureza. Las comprendia, toleraba sus rarezas y, a menudo, les daba consejos. Para las hermanas Singht aquella mujer era mucho mas que un ama de llaves. --Ese tipo de lectura es impropio de una dama. ?Que clase de escritor es? --pregunto la mujer con evidente indignacion, aunque sabia que las jovenes rara vez se comportaban como damas. Propiamente si lo eran; su padre habia puesto mucho interes en su educacion y contratado a las mejores institutrices. Pero a pesar de ello, el comportamiento de Cadha y Ayla distaba mucho de asemejarse a una: a menudo eran deslenguadas, insolentes, nada disciplinadas, odiaban los actos protocolarios, los cortejos, las visitas sociales y cabalgaban a horcajadas como los hombres. Ayla se encogio de hombros y examino la cubierta del libro. --Edgar Allan Poe --leyo--. No lo habia oido en mi vida. --Creo recordar, vagamente, alguna conversacion acerca de el --Cadha, la menor de las hermanas, fruncio el ceno tratando de hacer memoria--. Si, se trata de un escritor americano que por lo visto residio en Irvine... --murmuro, admitiendo que no poseia mas informacion. Si bien era el unico relato del senor Poe que caia en sus manos, estaba disfrutando tanto de la lectura como Ayla. Por lo cual le rogo: --?Proseguimos? --Creo que deberiamos dejarlo por hoy. ?No creeis?--opino el ama de llaves. --Es que quiero saber el final --protesto Cadha al tiempo que hacia un puchero que no convencio a nadie--. ?Usted no? No tenia ni idea de que fuera tan asustadiza… Ella las miro y, como siempre, termino accediendo a sus deseos. Asintio y continuo dando puntadas al bordado. Ayla retomo el relato.

  • FRANKCO HONOR de Claudia A. Perez R

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    Frankco Harper es un hombre que se ha ganado el respeto y admiracion de las personas que lo rodean en base a su firme conviccion y entrega a su trabajo, proteger al Conde Terry Grandchester como su jefe de seguridad y mano derecha.

  • Una historia de Espana de Arturo Perez Reverte

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  • La iglesia y sus enigmas de Lourdes Gomez Martin

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    La historia de la Iglesia esta llena de fenomenos sin explicacion aparente, personajes con facultades extraordinarias y objetos a los que se les atribuye un poder divino. Aunque la teologia catolica defiende que no sustenta su fe en estas manifestaciones, en las biografias de los santos encontramos multitud de prodigios y los templos cristianos estan rodeados de leyendas fascinantes. Esta obra profundiza en las reliquias mas importantes, como el Grial o la Sabana Santa; se adentra en los santuarios marianos que acogen las advocaciones mas enigmaticas, como Guadalupe o Fatima; asi como en el mundo de los milagros, las animas, el exorcismo o las luminarias.

  • La tierra del viento de Javier Arias Artacho

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    A finales del siglo XIX, durante los ultimos anos de la Inglaterra victoriana, una joven muchacha se ve abocada a viajar hacia los confines del mundo despues de quedar huerfana. Se trata del sur de Argentina, casi el ultimo puerto habitado antes de alcanzar la Antartida. De Ushuaia, aquel pequeno y lejano enclave fundado por los misioneros anglicanos, solo sabe de asesinatos de colonizadores a manos de sus indigenas, pero tambien de la construccion de un poblado rodeado de una belleza tan inesperada como desconocida.

  • Capitan Struk de Thiago Silva

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    Struk fue probado en el corazon del oceano. Se recupera y en poco tiempo, encara una mision de rescate compleja.
    Liderando a un equipo entrenado, enfrenta sus miedos y vuelve al mar. Debe traer a su compatriota a casa sin volcar una gota de sangre.

  • El pintor de Cracovia de Joseph Bau

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    El pintor de Cracovia, una de las memorias mas increibles que nos ha deparado el Holocausto.

  • Un dueto oscuro de Victoria Schwab

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    El mundo cae a pedazos. Y ellos tambien. Kate Harker no teme a los monstruos. Los caza. Y lo hace muy bien. August Flynn alguna vez tuvo el anhelo de ser humano. Pero ya no. Tiene un papel que cumplir. Y va a cumplirlo, cueste lo que cueste. EMPEZO LA GUERRA. LOS MONSTRUOS ESTAN GANANDO. Kate tendra que regresar a Verity. August tendra que dejarla entrar otra vez. Y un nuevo monstruo espera… un monstruo que se alimenta del caos y que hace aflorar los demonios internos de sus victimas. ?Cuales seran mas dificiles vencer: los monstruos contra los que pelean, o sus monstruos internos?

  • Vorrh. El bosque infinito de Brian Catling

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    EL PRIMER GRAN HITO DE LA FANTASIA EN ESTE SIGLO <>. ALAN MOORE Mas alla de la ciudad colonial de Essenwald se extiende un inmenso bosque, tal vez infinito, en el que habitan angeles y demonios, guerreros y sacerdotes. Floresta magica y sensible, el Vorrh retuerce el tiempo, absorbe las almas, borra la memoria y cuentan las leyendas que en su corazon se conserva intacto el mismisimo jardin del Eden. Ahora, un soldado rebelde ingles se propone ser el primero en atravesar su extension y emprende el viaje armado solo con un extrano arco fabricado con la espina dorsal de su amante. Pero alguien que teme las consecuencias de su mision enviara para detenerlo a un implacable tirador nativo. Alrededor de ellos orbitaran decisivamente historias tan dispares como la de un ciclope criado por robots de baquelita o la de figuras historicas como Sarah Winchester, heredera del imperio del rifle, y el inclasificable escritor Raymond Roussel. Patrick Rothfuss y China Mieville, Alasdair Gray y Philip Jose Farmer, los mas nuevos y los grandes maestros resuenan y se amplifican en esta novela exuberante y devoradora, una arrolladoramente original creacion literaria que, ignorando las fronteras entre los generos, combina sin fisuras el steampunk, el surrealismo y el terror gotico. Vorrh. El bosque infinito es de lejos lo mejor que le ha pasado a la fantasia en lo que va de siglo.

  • El resurgir de Ana (La tentacion de Ana 3) de Christian Martins

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    La musica esta alta. Me aferro al brazo de Leo con fuerza, como si tuviera miedo de que un ente invisible fuera a tirar de mi cuerpo y a raptarme. Me digo a mi misma que no tengo por que estar nerviosa, pero es inevitable sentir ese cosquilleo intenso en mi bajo vientre. Suspiro hondo, muy profundamente, procurando calmarme. El me aprieta de forma carinosa el brazo y sonrie. Yo le devuelvo la sonrisa mientras el camarero nos pregunta que queremos tomar. Nos sentamos en dos taburetes altos y pedimos un par de gintonics. El ambiente es tranquilo, no hay mucha gente y la mayoria de los presentes han venido en parejas. No se por que, eso me tranquiliza. Si, es absurdo. --?Puedes relajarte y disfrutar? Asiento con la cabeza, aunque en el fondo ambos sabemos que no lo hare. Levanto la vista hacia Leo y me pierdo durante unos segundos en sus ojos azules. Son tan intensos, tan profundos... A diferencia de mi, tiene los ojos pequenos. Pero el color de su iris es tan fascinante que es capaz de cautivar a cualquiera con tan solo una mirada. --Y ahora... ?Que? --pregunto con curiosidad antes de darle un sorbo largo a la copa. No se muy bien como debo actuar y eso hace que mi intranquilidad aumente todavia mas. Me siento fuera de lugar. --Ahora lo que nos de la gana --me cuenta--. Como hemos venido juntos, podemos pasar al resto de las salas e... inspeccionar. --?Al resto de las salas? Leo me guina un ojo, sin anadir nada mas. Supongo que quiere que lo descubra por mi misma, sin adelantarme nada. --?Y si hubieramos venido por separado? --Si hubieramos venido por separado tu podrias pasar al resto de las zonas, pero yo sin una invitacion previa, no --me explica--. Aqui hay unas normas y las personas que frecuentan este sitio son bastante estrictas a la hora de cumplirlas. --?De quien tendria que ser la invitacion? La verdad es que cada vez me siento mas perdida. No se si en un lugar como este sere capaz de cumplir ninguna de mis fantasias sexuales. En realidad, ?las tengo? ?Tengo alguna fantasia sexual? Empiezo a pensar que soy demasiado simple --o poco perversa, segun se mire--. Creo que esto de querer descubrir nuevos placeres y abrirme al mundo no esta hecho para mi, pero como ya estamos aqui, no digo nada y decido dejarme llevar sin pensar en nada mas. Despejar la mente y ponerla en blanco, de forma que solamente tenga que dejarme llevar por Leo. --La invitacion tendria que ser de otra pareja, por ejemplo --me dice--. ?Quieres que pasemos al resto de las salas? ?Te apetece verlas? No se si estoy preparada o si, antes, necesito ingerir un poco mas de alcohol para conseguir desinhibirme. Leo puede ver la confusion en mi rostro, asi que me atrae hacia el y me susurra en el oido que sera divertido y que nos lo pasaremos bien. Me gustaria creerle, pero tengo serias dudas al respecto. Me sujeta por la cintura y me atrae hacia su cuerpo antes de encarcelar mi rostro con delicadeza entre las palmas de sus manos. Despues, me besa. Un beso humedo, intenso y muy sensual. Uno de esos que son capaces de despertar el deseo en mi interior. Noto ese familiar cosquilleo en mi bajo vientre mientras el desliza la mano con delicadeza por mi cuello y va descendiendo muy despacio hasta culminar justo en el lugar en el que la tela de mi vestido se extingue. Introduce la mano por debajo, levantando la tela, hasta llegar a mi sexo. Me toca por encima de la ropa sin dejar de besarme. Yo suspiro de placer, ignorando por completo que estamos en un lugar publico y que cualquiera podria estar vigilandonos. Escondo mi rostro en su pecho mientras le suplico en un susurro involuntario que se este quieto. Es curioso, porque una parte de mi sabe que no es momento para esto y otra, en cambio, no quiere que pare. No quiere que se detenga. --Se me ocurre por donde podriamos empezar... --ronronea en mi oido. Le miro fijamente con expectacion, intentando adivinar que es lo que esta pensando. Pero, si he de ser sincera, Leo es una autentica caja de sorpresas. Nunca tengo ni la mas remota idea de lo que piensa dentro de esa cabecita suya. --Ven conmigo --dice, tirando de mi brazo. Cojo la copa y le sigo por la sala. Varios de los presentes se quedan mirandonos, un par de ellos con descarada fijacion. Me fijo en una pareja cercana a la puerta porque ella me guina un ojo. Ella es alta, pelo rizado y cobrizo. Tiene los ojos verdes o marrones muy claros, no lo se. El lugar esta tan oscuro que no se diferenciarlo bien. El tambien es alto, pero muy moreno. Tanto de piel como de cabello. No se por que, se me antojan un tanto exoticos. Ambos parecen extranjeros y..., extranos. Derrochan un aire mistico. --?Quieres quedarte un rato mas aqui? --pregunta Leo al ver que me detengo con curiosidad--. Si nos quedamos podria... --No, no. Vamos a donde quieras --le corto. La verdad es que no se como desenvolverme y eso me hace sentir un poco torpe. Decido dejarme guiar por Leo y, si por lo que fuera esto se complicara o se fuera de madre, salir corriendo. Si algo he aprendido de Laura es que uno siempre esta a tiempo para salir corriendo y desaparecer. Caminamos por un pasillo oscuro de color rojizo. En el suelo hay una moqueta escarlata que le da un aspecto bastante tetrico. Las luces del techo son rojas, a juego con el suelo. Se que el objetivo es crear un ambiente sensual, pero he de admitir que a mi solamente me transmite cierto desasosiego. "Cambia de actitud, Ana", me digo a mi misma mientras me repito de forma interna eso de que si he venido aqui es para disfrutar y dejarme llevar. --?Estas bien? --repite el, apretandome la mano con carino. Dejamos atras varias puertas. No paso por alto que Leo conoce este lugar increiblemente bien y que parece desenvolverse por aqui con soltura. Es evidente que lo ha frecuentado bastante, pero... ?Cuanto? Le miro mientras camina. Me tiene agarrada de la mano, muy pegadita a el. Me gusta tenerle tan cerca porque no me siento insegura. En el fondo, no puedo evitar preguntarme que hago aqui y si este lugar esta hecho para mi. Si, se muy bien cual seria la respuesta de Laura: que desconecte de mis pensamientos por un rato. Que deje de pensar y libere la mente. Leo abre una puerta y se hace a un lado para que pase al interior de la sala. Esta vacia, no hay nadie. Es una sala redonda con sofas de cuero y poco mas. No se por que, me esperaba algo parecido a una mazmorra, con latigos y gente con el rostro oculto por siniestras mascaras. Pero no, nada. Estamos a solas y lo unico que hay es sofas. Sofas bonitos, grandes y comodos. Me dejo caer en uno y le doy un sorbo a la copa, acabandomela casi de un trago. Despues la dejo en una pequena mesita auxiliar que hay a mi lado y miro a Leo con curiosidad. --?Que hacemos aqui? --pregunto sin comprender nada, con una sonrisa en los labios. --Jugar --me responde con un tono de voz tan provocador que me vuelvo loca solo al escucharle. Vuelve a besarme. Sus manos se deslizan por mis piernas y vuelven a ascender suavemente por encima de la tela de mi vestido. Tira de mis medias, desgarrandolas por completo. Le lanzo una mirada asesina y el se echa a reir con picardia. Esta vez, la yema de sus dedos se desliza por mi piel provocandome un escalofrio que me hace temblar de placer. Estar al lado de este chico y mantener el ritmo normal de mis pulsaciones es algo imposible. --Leo... --murmuro, mientras el hace a un lado mi ropa interior. Una oleada de placer inunda mi cuerpo. Soy consciente de que estamos expuestos y de que, en cualquier instante, alguien podria entrar por la puerta. --?Y si...? --comienzo, pero el me interrumpe con otro beso. --Para eso estamos aqui --responde, adivinando mis pensamientos. Que alguien pueda interrumpirnos justo en este instante me resulta tan confuso como excitante. Jadeo de forma involuntaria mientras intensifico el beso que recibo de el. Mis manos recorren su torso, anhelando mas, pero sin atreverse a ir mas lejos. No termino de estar comoda, de sentirme a gusto y en mi entorno. Las luces son tan tenues que practicamente estamos a oscuras. Hay la justa iluminacion para poder apreciar lo que nos rodea, aunque concediendonos la intimidad necesaria para no sentirnos expuestos. Leo introduce un dedo en mi interior, despues dos. Su lengua acaricia mi cuello y va bajando con un excitante reguero de besos hasta mi escote. Entonces, en ese instante, la puerta de la sala se abre. Doy un respingo, sobresaltada, pero el, no se detiene. Mas bien, lo contrario, me atrae con mas fuerza contra su cuerpo e intensifica sus caricias con el claro objetivo de desquiciarme. Levanto la vista, sintiendome expuesta. Son ellos; la pareja que he visto antes en el bar del local. Me siento extrana, observada e... Intento hacerme a un lado, nerviosa, pero Leo me besa con tanta intensidad que todo da vueltas y la pasion se aduena de mi. Por un segundo, se me olvida, incluso, que ese par de desconocidos ha entrado dentro. El no parece preocupado por ellos, y deduzco que a mi tampoco deberia importarme. Se sientan en el sofa que esta frente al nuestro. Hay la suficiente distancia como para sentir que tenemos espacio, pero es imposible no notar sus miradas clavadas en nosotros. Mis ojos se cruzan con los de la chica pelirroja mientras Leo tira de mi vestido para sacarmelo de la cabeza. "Joder", pienso, incapaz de decidir si esto me gusta o me espanta. Entonces, me sonrie. Ella me sonrie y se muerde el labio de forma juguetona. Se lleva una mano al cuello y retira su cabello a un lado con sensualidad. Yo, en bragas y en sujetador, noto como las tres personas con las que comparto espacio me dedican toda su atencion, y... !Uf! La intensidad de todo lo que siento es tan inmensa que me siento desbordada. Muy excitada. Leo me besa la clavicula con suavidad. Es increible que este aqui, en ropa interior, delante de unos autenticos desconocidos... Las manos de mi acompanante rodean mi espalda para desabrochar con soltura mi sujetador y liberar mis pechos. Su lengua se desliza suavemente por mi pezon y todo da vueltas a mi alrededor. Cuando miro hacia delante, me fijo en que la chica pelirroja le ha desatado el pantalon a su acompanante y que esta acariciandole, masturbandole. Una intensa oleada de calor recorre mis entranas y siento que, poco a poco, voy perdiendo el control y me dejo llevar... Miro a Leo.

  • La hermosa burocrata de Helen Phillips

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    <>. Karen Russell, autora de Tierra de caimanes <>. Ursula K. Le Guin <>. Lauren Groff, autora de En manos de las furias <>. Jenny Offill, autora de Departamento de especulaciones <>. Joshua Ferris, autor de Entonces llegamos al final <>. Kelly Link, autora de Magia para lectores Si las perspectivas laborales no hubieran sido tan sombrias durante ese humedo verano, es probable que Josephine no hubiera aceptado el puesto de administrativa en un edificio sin ventanas situado en la periferia. Su tarea consiste, exclusivamente, en introducir interminables series numericas en la enigmatica Base de Datos. Pero a medida que pasan los dias y los inescrutables impresos llenos de cifras se van acumulando, Josephine empieza a sentirse cada vez mas amenazada por el inquietante entorno: el zumbido de la ventilacion, el color rosaceo de las paredes, el eco en los largos pasillos… Cuando su marido desaparece de improviso y la verdad sobre la naturaleza de su empleo comienza a perfilarse, su creciente malestar se transforma, ahora si, en absoluto temor. La oficina es, a la vez, el infierno y su contrario: un espacio inmejorable para lo distopico y lo surrealista, al tiempo que un no-lugar en el que cumplir los mas acabados suenos de perfeccion existencial. Como Margaret Atwood o Murakami, Phillips hace saltar las costuras de la realidad saturandola de extraneza y significado, logrando asi que las cotidianas preguntas sobre el sentido del trabajo o de la vida en pareja alcancen tanto al ser humano como al perpetuo enigma de su origen.

  • La receta del amor en pareja de Victoria Cardona

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    ?Como animar y revitalizar el amor para que perdure una union profunda, la correspondencia de sentimientos y asi alcanzar la felicidad? Las claves para un amor en pareja que perdure las encontramos en las demostraciones de carino, la entrega total con ternura y pasion, el respeto por la autonomia y promocion de la personalidad del conyuge, la comunicacion sincera y el buen humor ante les dificultades.

  • Sudor frio de Mari Carmen Sinti

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    Me parece oportuno aclararlo: no soy prologuista, ni academico, ni un profesional del ambito literario. Simplemente soy un lector, uno de tantos. Por eso cuando Mari Carmen Sinti me pidio unas lineas para introducir su primera novela, decline amablemente el ofrecimiento. Le dije que no le costaria demasiado encontrar a alguien mucho mas preparado que yo, alguien que estuviera a la altura de lo que su Sudor frio merecia. Pero insistio. Y lo hizo con tanta determinacion, que no me atrevi a negarme de nuevo. Y ahora se lo agradezco. Sudor frio me ha resultado una lectura gratamente sorprendente, que para nada parece la obra de una debutante. Aunque la autora ya ha publicado relatos breves en varias antologias, el salto a una novela me parece algo serio, una empresa mayor. La historia debe sostenerse en un espacio mucho mas prolongado. Y eso hay que trabajarlo duro, ademas de tener la capacidad de los buenos escritores para lograrlo. Y Sinti la tiene. Desde las primeras paginas te quedas con la sensacion de estar ante un proyecto maduro. Detras de cada palabra, de cada frase, de cada parrafo, se adivina una tarea concienzuda para encontrar la mejor forma de transmitir lo que quiere. Y lo consigue sin aspavientos innecesarios ni giros imposibles, con una prosa alejada de toda arrogancia, de manera sencilla. Lo de <> viene a colacion porque ultimamente he tenido que dejar bastantes novelas a medio leer. Tal vez sea que con la edad te vas volviendo mas selectivo, y si al cabo de unas paginas ves que la historia no te llena lo suficiente, cierras el libro sin mas contemplaciones y lo mandas directamente a la estanteria. O es que quizas de un tiempo a esta parte se ha puesto de moda intentar imitar a los autores barrocos del Siglo de Oro. Y eso me cansa de manera soberana. Hay quien cree que su obra tendra mas nivel literario por el hecho de emplear palabras que obliguen al lector a tirar de diccionario. Y utilizan hasta el aburrimiento figuras retoricas y metaforas que no vienen a cuento. !Que pereza! A todos ellos les recomendaria que tomaran buena nota de como escribian Jim Thompson, Mario Puzo o el Umberto Eco de El nombre de la rosa. Por suerte, Sinti ya lo hizo. El comienzo de Sudor frio apunta alto, es de esos que te dejan pegado a tu sofa orejero favorito, con el alma en un puno y una necesidad incontenible de seguir pasando paginas. Paginas de una historia de suspense de dialogos jugosos y con sentido, que discurre por una trama bien enlazada, que siempre mantiene el pulso, donde nada sobra. Los capitulos fluyen con deliciosa cadencia, te agarran, te sumergen en la ficcion. Sin darte cuenta, pasas a formar parte de ella, como un personaje mas. He disfrutado con la lectura de Sudor frio, me ha hecho pasar gratos momentos. Y me ha dejado ese dulce aroma que solo te dejan las buenas novelas. Y creo no equivocarme si afirmo que Sinti nos brindara grandes momentos literarios en el futuro. Y si no, al tiempo. Josep Camps Sudor frio Diciembre 2018 Capitulo 1 I always have an alibi You allow me there But tonight I have no conscience So what comes after that? Siempre tengo una coartada Tu me dejas ahi Pero esta noche no tengo conciencia Entonces, ?que viene despues de eso? <>, Robbie Williams. La noche estaba siendo un fracaso hasta que aparecio Marius. Alto, rubio y con una sonrisa seductora, le habia hecho olvidar que estaba en aquel pub de moda, en lo alto de Montjuic, totalmente asqueada de haber decidido aceptar la invitacion de su companera de piso. De hecho, ni siquiera era companera. Lo compartian cuatro chicas con derecho a una habitacion, lavabo y cocina, pero la mayoria de los dias ni siquiera se cruzaban. Hoy era el cumpleanos de Irina y no pudo negarse aun sabiendo que no era santo de su devocion. Lo notaba en aquellas miradas de envidia que se clavaban en su agraciada figura pues, no teniendo las proporciones perfectas, sabia sacar provecho de ellas. Y no entendia por que, ya que no tenia nada de exito con el genero opuesto. Quizas fuera su maldita falta de autoestima. Pero Marius, al contrario del resto para el que pasaba desapercibida, la vio nada mas cruzar sus miradas y ya no habia dejado de hacerlo hasta que, con el vaso en la mano y con total descaro, se habia sentado a su lado y, con un par de frases bonitas con esa voz que encandilaba, habia trocado su hastio desde hacia mas de una hora, sentada en aquel pub, en todo un mundo de colores, el corazon palpitando, el cuerpo incandescente y con la expectativa de acabar la noche con el hombre de sus suenos. Lejos de acelerar la situacion, Marius se tomo su tiempo. Durante hora y media le regalo los oidos con toda clase de piropos, y aunque algunos de ellos eran manidos, a ella le supo a gloria poder experimentar lo que tan solo habia leido en aquellas noveluchas romanticas que, de pequena, veia como devoraba su madre. Y siguieron bebiendo, incluso acepto cuando el se levanto para traerle otra copa. <> penso con una risita tonta, esperando a que le trajera el combinado y dando por hecho la obviedad del porque y del como iba a acabar la noche. Siguio flotando en su nube, escuchando su boca y sus ojos que la seducian, formando parte de aquel ritual de conquista. Incluso cuando ella se excuso para ir al lavabo, el la siguio con la mirada, recorriendo tanto su cuerpo por delante cuando se levanto, como por detras cuando se dirigia a la otra parte del local. Lo sabia, la sentia clavada en su culo. Y eso hizo que un latigazo de fuego le recorriera desde su sexo hasta la garganta, algo que hacia mucho tiempo que no sentia. Con la promesa de que iba a pedir una cancion para bailarla juntos, ella se tomo su tiempo en el servicio, arreglando su maquillaje y componiendo un poco las ojeras que, sorprendentemente vio en su reflejo del espejo. <> penso, aunque la cabeza le empezaba a dar vueltas, seguramente a causa de la bebida, ya que no acostumbraba a tomar alcohol. Volvio con una sonrisa en la boca, pero se le congelo sintiendo en las entranas el dolor de la evidencia. Marius estaba en la pista bailando demasiado agarrado a una rubia con un jersey de plumas rosas, de un modo en el que no cabian equivocos. El le decia algo al oido y ella reia con esa coqueteria de las chicas que estaban siendo seducidas con placer. Se tuvo que agarrar a la columna para no perder el equilibrio. Sintio el rechazo en lo mas profundo del pecho, un aguijonazo que le lastimo fisicamente y la hizo tambalearse. Por un momento no supo que hacer. Queria huir de alli, solo pensaba en alejarse precipitadamente de aquel lugar y sobre todo de aquella persona que estaba destrozando sus ilusiones y su dignidad. Pero habia venido con las chicas, no tenia coche ni medio de llegar a casa. Con los ojos anegados en lagrimas y mareada por el impacto, se acerco a la mesa, recogio el abrigo y el bolso y, sin tenerlo aun claro, se dirigio a la puerta. Aire, al menos tomaria el gelido aire del exterior y pondria los pensamientos en claro. En su escapada choco con un tipo. Sorprendida le miro. Aquellos ojos negros se le clavaron y con voz pastosa le solto: --!Que rica estas, nena! Vente conmigo. Te comeria el cono como nadie te lo ha comido jamas. Horrorizada salio por la puerta del pub con el unico pensamiento de abandonar todo aquello que se estaba distorsionando para convertirse en un infierno y, sin pensarlo siquiera, corrio carretera abajo. Estaba lejos, casi en el fin del mundo, en la cima de la montana, pero no se paro a pensarlo. Necesitaba llegar al centro de la ciudad, en la plaza Espana cogeria algun autobus y una vez en casa se tranquilizaria e intentaria olvidar esa mierda de noche. Bajaba trastabillando, no entendia por que las piernas le pesaban de aquella manera y por que le costaba tanto mantenerse derecha. La carretera estaba insuficientemente iluminada y en cada curva creia ver las sombras al acecho. El miedo empezo a apoderarse de su mente y no le ayudaba nada que estuviera empezando a ver todo borroso. Le faltaba el aire y la respiracion se le estaba volviendo desacompasada. El corazon le iba a estallar. No sabia cuanto le faltaba para llegar abajo, a la civilizacion tranquilizadora y segura, cuando una furgoneta se paro a su lado. No la oyo llegar, y en ese momento solo penso cuanto tiempo hacia que estaba siguiendola. Solo noto por el rabillo del ojo que la puerta lateral se abria y unas manos la agarraban cuando estaba a punto de desfallecer. Sintio el suelo frio y duro debajo de su espalda sin poder ni siquiera chillar. Debia haber sentido dolor por la brusquedad en que la arrojaron dentro, pero no lo noto. La paralisis en todo su cuerpo la hacia insensible y el sopor de su mente vulnerable. Un sudor frio le recorrio la espalda desde la nuca y antes de desvanecerse creyo ver en su delirio un pelo rubio que hacia poco tiempo le habia parecido maravilloso, unos ojos negros y unas plumas rosas. Con los ojos cerrados escucho a alguien decir: --Con mas cuidado. No vayas a estropear la mercancia ahora que todo nos ha salido a las mil maravillas. Eso fue lo ultimo. Perdio el conocimiento.

  • Donde los hombres se atreven de Ariel A. Berretta

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    Una guerra sin cuartel sumerge a Mexico en un bano de sangre.
    Un coronel comprometido con su tierra y un narco sin escrupulos cruzan sus vidas en un final para un solo superviviente.
    Opuestos en sus valores, no tanto en sus ideales, se enfrentan a muerte en lo que termina siendo una guerra personal.
    Esta novela muestra la descomposicion social y politica de un pais asolado por la corrupcion y el narcotrafico, donde la impunidad se construye desde las mas altas esferas del poder.
    Agil, dura y violenta, esta novela mantendra al lector sin aliento desde la primera pagina.

  • Sangre de hielo de Elly Blake

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    Descubre un mundo en el que el fuego y el hielo son enemigos mortales.

  • La estrella mas oscura de Jennifer L. Armentrout

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    Cuando Evie Dasher, una muchacha de diecisiete anos, queda atrapada en una redada en una importante discoteca reconocida como uno de los pocos lugares en los que los humanos y los Luxen sobrevivientes pueden mezclarse libremente conoce a Luc, un chico con una belleza antinatural, e desde el principio da por hecho que es un Luxen pero el es, de hecho, mucho mas poderoso. Su creciente atraccion por Luc la ira adentrando cada vez mas y mas profundo en un mundo del que solo escucho, un mundo que pondra de cabeza todo lo que penso que sabia. Jennifer L. Armentrout, autora best seller #1 del New York Times y USA Today, regresa al universo Lux en esta nueva saga, protagonizada por los viejos y nuevos amados personajes. -El esperado spin off de la aclamada saga Lux. -Jennifer Armentrout es una autora de literatura YA y adulta reconocida a nivel mundial, con gran aceptacion entre los lectores.

  • La chica danesa de David Ebershoff

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    Copenhague, en 1925. Greta y Einar son una pareja de jovenes pintores. Ella es conocida, sobre todo, por sus delicados, sugestivos retratos de mujeres. Pero aquella tarde, la modelo no ha venido. Y Greta le pregunta a Einar si por una vez, para que ella pueda terminar la parte de abajo de un cuadro, el se pondria un par de medias de seda, se calzaria unos zapatos de tacon, acaso tambien un vestido que le permitiera acabar de pintar los pliegues de la falda. Einar acepta, y el instante en que la seda del vestido se desliza por su cuerpo supone una revelacion, el momento de la sensacion mas verdadera, como cuando se sumerge en el mar en verano. Pero el oceano de esta zambullida, que ya no tendra vuelta atras, es un mundo de suenos, el sueno por ser Otro. Y asi, acompanado por Greta -porque ambos habitan ese oscuro espacio secreto entre dos personas que constituye un matrimonio-, Einar recorrera un arduo camino al final del cual se encuentra una mujer llamada Lily Elbe, que fue Einar, y que ahora es una chica danesa.

  • La tormenta infinita de Laura Perez Caballero

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    Veo, veo. ?Que ves? Una cosita. ?Y que cosita es? Veo la cama de Eva Simon Marquez. Veo la cama de una estudiante de enfermeria de veinte anos que comparte piso en Oviedo con dos companeras mas. La cama esta deshecha. Faltan las sabanas y el colchon esta cubierto de sangre. Falta algo mas. Falta un cuerpo. El cuerpo a quien pertenece la sangre. Cuerpo que no es dificil imaginar envuelto en las sabanas ausentes de esa cama. Las camas sin vestir dan sensacion de mudanza, de dia de colada o de casa abandonada. No puedo evitar pensar en alguna de esas situaciones cuando veo una cama sin sabanas. En este caso, ademas, la sangre indica una agresion, una pelea, puede que un crimen. Veo a los de la cientifica afanandose en su trabajo, zumbando como moscas a mi alrededor, con ese aspecto aseptico que los rodea y que los vuelve impenetrables, ajenos a todo lo que no les parezca que pueda ser una prueba. Ajetreados en obtener todo aquello que pueda ser util, antes de que la escena se contamine, como se contamina todo aquello que toca la mano humana. Mis ojos se desplazan por el cuarto tomando nota. Persiana levantada, cortinas cerradas. Algo de sangre salpica la pared a la que esta pegada la cama, pero en general se concentra toda en el colchon. En el suelo una huella borrosa de un zapato, dibujada con el rojo de la sangre de la victima. --Supongo que alguien habra fotografiado eso --digo. Aunque lo hago en un susurro, mas para mi misma que para el resto, uno de la cientifica se apresura a responder que si. Su tono es neutro. No hay reproche por la intrusion en su trabajo. Las dos companeras de piso de Eva permanecen en el salon del pequeno piso alquilado. Esta en El Cristo, muy cerca del Campus, es facil saber porque lo han elegido. Es una tercera planta, en un edificio viejo en el que recientemente han instalado un ascensor que baja hasta los estacionamientos del sotano. En seguida hablare con ellas, pero primero quiero ver con detalle la escena del crimen. ?El crimen? Por la cantidad de sangre que empapa el colchon yo diria que si, que la pobre chica no puede seguir viva despues de haber perdido tanta. ?La chica? Estoy haciendo conjeturas demasiado rapido. No hay cadaver, la sangre podria ser de otra persona y la inquilina de la habitacion ser su asesina. ?Asesina? Todavia no se nada. Dejo hacer su trabajo a los de la cientifica y observo. Observo una mesita junto a la cama. Sobre ella una lamparilla de noche antigua, con una de esas tulipas que se llevaban tanto en los anos ochenta, un paquete de panuelos de papel, la funda de unas gafas, una botella de agua mineral y un libro. El libro se titula Tiempo de silencio. Esta escrito por Luis Martin Santos. Yo no leo demasiado. En la portada hay un par de ratas blancas, de esas de laboratorio. Giro el libro y leo la sinopsis. Va de un estudiante de medicina. Muy adecuado para alguien que estudia enfermeria, aunque tiempo es lo que alguien ya no tiene. Y silencio, bueno, no es silencio exactamente lo que se escucha ahora mismo en este piso, pero son gajes del oficio, el alboroto es basico en el inicio de una investigacion. El alboroto y el caos que se forma cuando cuatro personas nos movemos con premura en una habitacion de apenas ocho metros cuadrados. Uno de los agentes sale de un pequeno bano con lo que parece una servilleta de cafeteria. --Estaba dentro de la taza del vater, tiene algo escrito pero no es legible --dice dirigiendose a mi. La guarda con cuidado en una de las bolsitas plasticas que usan. Imagino a alguien extrayendola del servilletero de un bar, rojo (no se por que, pero lo imagino de ese color con la publicidad de una marca de cerveza serigrafiado en el) y garabateando algo en ella. Que se anota en una servilleta. Un numero de telefono, una direccion, un poema, o se hace un dibujo de forma distraida mientras se toma algo en un bar. Estas en la barra, sentada en uno de esos taburetes altos, tomandote un vino o una cervecita, mientras picoteas del coctel de frutos secos que te han puesto en un platillo y de pronto te llaman por telefono. El interlocutor te dicta un numero o una direccion y ?que haces? Sacas una de esas servilletas que no absorben absolutamente ningun liquido y le pides un boligrafo al camarero para apuntar en ella lo que te estan dictando. Veo una comoda un poco mas alla, apoyada contra la pared pintada de color azul cielo. A primera vista se distingue un cepillo de cabello, del que seguramente alguno de la cientifica habra recogido algun pelo, un foulard muy bien doblado, una caja que parece un joyero, un frasco de perfume. Y pienso que ni volcando todo el contenido del perfume podriamos dejar de respirar ese olor metalico tan caracteristico de la sangre. Ese olor se mete por la nariz y tarda mucho en abandonarte, se instala en la pituitaria y se repite una y otra vez a lo largo del dia, con mucha mas intensidad al tragar saliva. Veo una foto. Es la foto de una nina sentada frente a una tarta de cumpleanos con una vela de numero. El numero es un seis. Una mujer la abraza desde la espalda y su cabello, largo, claro y brillante, cae sobre los hombros de la nina, mezclandose con el suyo. Supongo que son Eva y su madre. Estan al aire libre, parece que es el patio de una casa. Hacia un dia esplendido, se puede apreciar por la luz en la fotografia, el sol estaba alto, asi que debia ser primera hora de la tarde cuando se la sacaron. Pienso en su madre, en que tendre que llamarla para darle la noticia de la desaparicion de su hija. No sera la primera vez, tampoco la ultima, pero todas son igual de incomodas, dolorosas. --Nosotros hemos terminado aqui --dice el jefe de la cientifica. El resto de sus hombres ya han salido de la habitacion. Es un hombre enorme, debe medir cerca de dos metros y tiene algo de sobrepeso, pero su voz es suave y amable -- ?Como esta tu madre, Lujan? --Sigue igual. Eres el unico del que recuerda su nombre --miento. Les digo lo mismo a todas las personas que tienen la delicadeza de preocuparse por ella, aunque sea con una simple pregunta. Puede que ni siquiera les importe, pero se agradece el que la recuerden ya que ella no puede hacer lo mismo. Sonrie y me aprieta el hombro con una de sus manazas antes de dejarme sola en el cuarto. Sola con los fantasmas. La habitacion se vacia y el silencio se vuelve, ?como se dice?, si el silencio se vuelve atronador. Vuelvo la vista de nuevo hacia la foto y despues observo la imagen que me devuelve el espejo que tengo enfrente. Veo una mujer de cincuenta y seis anos. Una piel lechosa, con pecas que, de nina, fueron el deleite de los abusones del colegio. Veo un cabello que llega a la altura de los hombros, cobrizo, con canas brillando en las sienes, intrusas peleando por destacar entre el tinte. Un rostro que se ha ido rellenando con carne y arrugas. Veo ojeras y bolsas bajo los ojos. Si, esa soy yo. Veo a Lujan Garcia Prieto, inspectora en el cuerpo de policia de Oviedo. Veo, en resumen, que otro caso mas me esta esperando. 2. ALEJANDRA Menuda noche, vaya manera de echar agua, hacia anos que no caia una tormenta asi. Lo se porque siempre me ha gustado ver los rayos mientras me siento a salvo, como ahora tras la ventana. Cuando era una nina, mi abuelo siempre nos contaba a los nietos como le habia caido un rayo a un vecino del pueblo mientras araban la tierra. Los ojos se le enrojecian y la voz salia temblorosa de su boca, acompanada de aliento con olor a vino y queso. Decia que el rayo le habia destrozado la ropa, que el vecino habia quedado tendido en el suelo, con el cuerpo abrasado y la ropa desperdigada a su alrededor. Los nietos le escuchabamos en silencio, sobrepasados por la historia y sobre todo por las lagrimas de mi abuelo. En nuestras cabezas se dibujaba la imagen de un hombre desnudo y chamuscado. Durante la infancia tuve miedo a las tormentas. Era un miedo que al mismo tiempo me atraia. Como el vertigo que se siente al montar en una montana rusa, o el cosquilleo mientras ves una pelicula de terror. Hace anos que lo supere para disfrutar del espectaculo natural que suponen los hilos de luz que caen sin piedad sobre la tierra, como si la castigara por haber cometido algun pecado. Eva me llamaba pesada porque yo contaba aquella historia, la de mi abuelo, siempre que habia tormenta. --Pero que pesada que eres, de verdad. Superalo ya --me decia usando aquellas expresiones de adolescentes que escuchaba en la escuela o leia por las redes. Sin embargo, el haz de luz que atraveso los cristales de mi habitacion no era el de un relampago. Era sin duda la luz que proyectan los focos de un coche. Instintivamente dirigi la mirada hacia el reloj despertador que tenia sobre la mesita para, entrecerrando los ojos, comprobar que era mas de la una de la madrugada. Luca, la perra pastor que le habiamos regalado a Eva cuando cumplio ocho anos, ladro en el salon, donde tenia su cama para dormir. El viento habia cambiado de direccion y las gotas de lluvia ya no golpeaban contra los cristales de la ventana. Contuve la tentacion de abrir las hojas para inspirar el olor a tierra mojada y observe sorprendida que se encendia el farolillo de entrada de la casa del jardin. La casa que mi marido habia construido para Eva cuando ella apenas tenia dieciseis anos y reclamaba intimidad. --Yo te construyo la casa, pero tu prometes ser responsable. Su padre siempre la habia mimado y consentido. --Es una cria --habia protestado yo. --Asi aprendere a dejar de serlo --replico ella. --Asi ?como? --Asumiendo responsabilidades, como dice papa --dijo mientras se colgaba del cuello de su padre. Sabia que habia ganado la batalla, que tenia a su padre vencido. Y eso bastaba. --A ver, a ver a ver. Cierra los ojos y desealo con fuerza, con mucha fuerza, con toda tu alma. Sabes que lo que se desea con toda el alma se acaba cumpliendo --reia Benjamin, encantado con los arrumacos de su hija. --Papa --protestaba Eva--, que ya no soy una nina pequena para creer en esas milongas. Y ya se habia salido con la suya. Eva siempre se salia con la suya. Su padre, arquitecto, dibujo los planos y se ocupo de construir una pequena casa de una sola planta con una cocina que hacia las veces de sala, una habitacion y un bano minusculo. Yo la observaba entrar y salir acompanada de Nestor. Me averguenza reconocer que algunas veces llegue a asomarme a traves de los cristales para tratar de ver lo que hacian dentro, deseando descubrir algo que me diera la razon en mi postura de que aun era una cria irresponsable, pero con el paso de los meses acabe por acostumbrarme y Eva se instalo a vivir en la casita de a hecho. Luca se quedo con nosotros en la casa grande. Eva habia rogado por tener un perro, pero se habia cansado de la perrita en muy pocas semanas. Benjamin era quien se ocupaba de sus cuidados, comprarle la comida, cambiarle el agua, sacarla a pasear por el monte. Luca le adoraba. La cortina de lluvia me impedia ver quien era la persona que abria la puerta y accionaba la luz del recibidor, pero si distinguia la figura de una mujer. Regrese a la mesita de noche y tome el telefono mientras buscaba su numero entre los contactos. Al tercer pitido su voz me llego como desde otro mundo. --?Mama? ?Te he despertado? --Eva ?eres tu? ?Estas en la casa del jardin? --Si, soy yo, mama. --?Que ocurre? ?Como has venido a estas horas? Y ademas con la que esta cayendo. --No pasa nada, mama, acuestate. --Voy a verte. --No, mama, acuestate. Estoy bien, de verdad, pero estoy muy cansada y no quiero que vengas con este diluvio. Manana con calma hablamos, necesito dormir un rato. Las madres sabemos cuando nuestros hijos no estan bien, pero ademas yo tenia una ventaja, o dos: la hora que era y el tiempo que hacia. Nadie se aventuraria desde Oviedo hasta Valmilar por gusto bajo aquella lluvia torrencial, pero como buena madre tambien sabia cuando era mejor ceder. --Esta bien, carino. Manana me paso a verte. Tuve que ir hasta el salon a tranquilizar a Luca que no dejaba de ladrar. Me miraba con esos ojos grandes y cansados, su pelaje se habia poblado de canas y cada vez aspiraba mas de sus pelos de los suelos y los sofas, ya tenia doce anos y comenzo a lloriquear cuando le dije con voz firme que se callase. --Tonta, tonta, ?que pasa? Es Eva. ?Por que te asustas asi? Eres una cagona, menuda perra guardiana estas hecha. La perra se dejaba mimar, mi mano pasaba una y otra vez sobre su cabeza, entre las orejas, arrastrado pelos entre mis dedos. En cuanto daba un paso para alejarme comenzaba a aullar desesperada. Al final me la lleve al cuarto y le permiti echarse sobre la alfombra, a mi lado, como si fuese una nina pequena asustada que quisiera dormir con su madre. Algo que Eva nunca habia hecho. A Luca no se lo habia permitido mientras Benjamin estaba vivo, sin embargo, al morir el fue como si Luca se volviera mas asustadiza. Benjamin habia sido el faro que guiaba su vida, ahora tenia que acostumbrarse a su ausencia y a mis cuidados, sustituir las rutinas que mantenia con mi marido a las que yo misma mantenia. Me parecio que su vida ya se habia vuelto lo suficientemente dura como para negarle algun capricho de vez en cuando, como el dormir en la habitacion conmigo cuando se mostraba mas estresada, como ahora. Lo ultimo que vi antes de meterme en la cama y quedarme dormida, hasta que me desperto la llamada al movil, fue un rayo caer en el terreno, cerca de la casa del jardin. O quien sabe, quiza solo hubiese sido parte de un sueno, el inicio de un sueno del que seria dificil despertar.

  • Torrijos Parador de Helena Acosta

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    En pleno siglo de Oro Espanol, en un parador de Toledo, un muchacho al que apodan El Pequeno se cuela por los rincones y recorre los pasillos para luego sentarse a la mesa de la cocina y deleitar a los sirvientes con sus historias. Nada escapa a la mirada curiosa del Pequeno, y menos cuando se trata de los devaneos y amorios prohibidos de los nobles senores ahi alojados. Esta obra es un compendio de alguno de esos relatos, que te transportaran a un mundo lleno de erotismo y sensualidad en las postrimerias del siglo XVI.

  • El secreto mejor guardado de Jackson (Amar a un multimillonario 1) de Towanda Richardson

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    Cuando Tiffany buscaba su primer trabajo como profesora, no podia imaginar que acabaria dando clase a los reclusos de la prision de Westmoore Fields. Ni que uno de ellos seria Jackson Higgins, con toda la leyenda negra que acarrea a sus espaldas.

  • Buscandome te encontre, Mile P. D. Bluett de Mile P. D. Bluett

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    Cecilia tiene 19 millones de seguidores en su exitoso canal de YouTube y una belleza que puede sofocar al hombre mas dificil. Pero cuando apaga la camara solo es una chica a punto de casarse, que no quiere llegar al altar con los secretos que se ha dedicado a coleccionar. Necesita con urgencia ayuda para que sus planes de boda no terminen en fracaso. Cuando acude a terapia y conoce al Doctor Huxley, alias Doctor Tentacion, descubre que no cumple con su estereotipo de psicologo: “viejo aburrido que podria escucharme por horas sin parpadear”. Un pensamiento se le queda grabado: “Deberia haber una prohibicion para que los hombres guapos no puedan ejercer como terapeutas”.
    Lo que ella no sabe es que Alex, quien la recibe en el consultorio del psicologo, piensa algo similar sobre ella: “Preciosa y prohibida, de esas mujeres que no deseas tener de pacientes ni en un millon de anos”.

  • El quinteto de Nagasaki de

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  • Perdida en el amor de Gabriela Juarez Cuesta

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    Una bella novela romantica donde el espacio se desdobla y el espejo de la vida nos muestra multiples posibilidades al encuentro con nuestro verdadero amor

  • Mi maldita droga dura (Tabu 1) de Noelia Medina

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    Nicolle tiene diecisiete anos, poca maldad y varios frentes abiertos que la obligan a volver a Francia, su ciudad natal. En su vida se cruza irremediablemente Marc Ferrera, un imponente hombre separado, mucho mayor que ella, y padre de su mejor amiga. Sera quien pueda ayudarla a solucionar sus problemas. O no. Tambien puede convertirse en la gran piedra de su camino, en su mayor adiccion.
    Por otro lado, Eric, un malabarista callejero que habita en el barrio bohemio de Paris, capaz de hacer magia con las manos y con los sentimientos.
    Una intensa, morbosa y erotica historia que habla del tabu en su maxima potencia y de manera explicita entre un hombre experimentado y una nina inocente a la que el sexo le cambiara la vida.
    Un hombre adicto al sexo.
    El padre de su mejor amiga.
    El novio de su madre.
    Su maldita droga dura.

  • Las Navidades de mi vida de Ariadna Baker

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    --Clara, te acompano en el sentimiento --me dijo Don Damian, el cura del pueblo. --Muchas gracias, se lo agradezco de corazon. --Un corazon muy grande es el que siempre has tenido tu, nina. No cambies, ?eh? --Don Damian, un poco enfadada si que estoy con el de ahi arriba, a usted no le puedo mentir. --Hija mia, no digas eso ni en broma. Dios nuestro Senor ha tenido a bien acogerlos en su seno por alguna razon, ?no te parece? --No, lo siento mucho, Don Damian, pero no me parece. Mire sus lapidas y las lagrimas cayeron como punos desde mis ojos... Con el cuerpo completo perlado de sudor, me sente en la cama de un salto. Un salto mas... Y una madrugada mas sin pegar un ojo. Aquella situacion era insostenible. Seis meses habian transcurrido desde el fallecimiento de mis padres y seis meses en los que estaba por primera vez que lograra dormir a pierna suelta. Imposible hacerlo. No cuando aquella pesadilla me asaltaba una y otra vez. Ni que decir tiene que la clave estaba en que yo no podia soportar su marcha. Me lo decia mi amiga Carla, que estaba estudiando Psicologia. Y me lo corroboraba cada noche, mientras charlabamos un ratito despues de la cena, mi tia Marita, la unica hermana de mi madre, con la que yo me habia marchado a vivir desde la muerte de mis progenitores. --Carino, ?otra vez la misma pesadilla? --Ya la tenia en el quicio de la puerta, como cada noche cuando aquello ocurria. --Me temo que si. Y lo que mas siento es que te despierto a ti, no es mi intencion. --No seas bobita, mi nina. Te voy a preparar un vasito de leche calentita y, si quieres, te doy un poquito de palique mientras te vas durmiendo, como cuando eras pequenita y te quedabas a dormir aqui en mi casa algun fin de semana, ?te acuerdas? --Como no voy a acordarme, tita, si eras la mejor cuenta cuentos del mundo... --Imaginacion si que he tenido siempre, es cierto... Pero es que no me costaba ningun trabajo, carino, tu has sido siempre tan agradecida... --Y tu la mejor tita del mundo... No exageraba, pero lo cortes no quitaba lo valiente. Mi tia, que ademas era mi madrina, siempre habia derrochado carino conmigo, pero ello no le restaba ni un apice de dolor a mi corazon por el fallecimiento de mis padres. Cincuenta anitos tenian, justo el doble de mis veinticinco. Estaban en la flor de la vida, mejor que nunca, ahora que creian que por fin me habian metido en vereda haciendome estudiar. Cuanto me arrepentia de no haberles dado antes ese gusto, pero es que yo estaba convencida de que no servia para hincar codos con los libros. Y ellos, que no habian tenido esa oportunidad de jovenes, morian porque su unica hija fuera universitaria. Total, que, siguiendo mi instinto, me puse a trabajar en la panaderia de la senora Lola a los dieciocho anos, cuando termine el Bachillerato. Y alli permaneci hasta que cumpli los veintiuno. --Hija, que poco nos gusta a tu padre y a mi que te deslomes en esa panaderia por cuatro duros --me decia cada dos por tres. --Mami, pero es que tengo que trabajar, ?o quieres que sea como los ninis esos que no dan palo al agua? --Claro que no, Clarita, pero tu tienes cabeza para hacer la carrera que te venga en gana, otra cosa es que para coger los libros si que eres mas floja que un muelle guita y eso tienes que reconocerlo. Lo reconocia, pero tanto me lo dijeron mis padres que finalmente me matricule en Sociologia a los veintiun anitos. Y justo iba a graduarme cuando ellos fallecieron. Solo una semana faltaba. Ni acudir al acto de graduacion queria. No me sentia con fuerzas. Si no hubiese sido por mi tia Marita, que me llevo practicamente a rastras, alli no me hubieran visto el pelo. Fue acabar el acto y volver para casa. No quise ir a la cena de celebracion con mis companeros. A diferencia de ellos, que se sentian victoriosos, yo pensaba que aquella victoria se la debia a mis padres y ya no estaban para verlo. El verano fue una autentica pesadilla para mi, con unos dias largos que invitaban al ocio y que se me hacian eternos, dado que el mencionado ocio era lo ultimo que me apetecia. A decir verdad, ni me apetecia el ocio ni absolutamente nada. Aquel accidente de trafico habia truncado mis suenos. Mis padres fueron, mientras vivieron, el gran puntal de mi vida y yo me sentia tremendamente desgraciada por su marcha. A medio verano, volvi a trabajar a la panaderia de la senora Lola. --Pero vamos a ver hija, ?se puede saber como una senorita licenciada va a desempenar el mismo trabajo de cuando no tenia estudios? --me recrimino mi tia. --Es que, empezar a buscar trabajo de lo mio, me supone marcharme del pueblo y tenerme que ir a la capital y eso no me llama ahora. Salamanca capital me encantaba y yo habia sido muy feliz estudiando alli, pero desde la marcha de mis padres no habia tenido agallas para volver y ahora solo queria refugiarme en el pueblo. La senora Lola fue la primera sorprendida en verme aparecer por su local con la intencion de trabajar, pero como yo habia dado el callo como la primera mientras estuve alli, me acogio con los brazos abiertos. Desde entonces ya habian transcurrido varios meses y, dado que alli tambien se vendian dulces, con la campana de Navidad a las puertas estabamos a tope. Despues de una noche toledana como la que he descrito, tuve que disimular mis ojeras para poder ir a trabajar como Dios manda. Por el camino me encontre a la senora Ana, quien no tardo en pararme. --?Como estas, Clarita? En el pueblo todos me llamaban por mi diminutivo. Dias atras yo le habia preguntado a mi tia por cuando creia que dejaria la gente de hacerlo y me comento que probablemente nunca. --Hija, es que como pareces una chiquilla... Con esas facciones tan tiernas, ese pelito rubio y esos ojos azulitos, pues que dan ganas de achucharte. Me dio uno de sus achuchones habituales y se quedo en la gloria con su explicacion. Lo peor no era ya solo que me trataran como a una nina, sino que en los ultimos meses habia vivido asi. Atras, en Salamanca capital, quedo mi noviazgo con Cesar. La muerte de mis padres se lo termino de llevar por delante, aunque no voy a decir que ese fuera el unico motivo. Cesar y yo llevabamos saliendo un par de anos. El era el hijo de la pareja que nos alquilo un piso de estudiantes a mi y a mis companeras, Mara y Raquel, mientras duraron nuestros estudios. Un buen dia, cuando ya llevabamos dos cursos alli, Cesar aparecio para sustituir una lampara estropeada y lo que se ilumino entre nosotros fue la llama del amor. Eso si, pasados los primeros meses, la relacion tampoco es que fuera la bomba y un par de anos despues yo me planteaba hasta que punto era el hombre con el que deseaba compartir mi vida. El fallecimiento de mis padres le dio jaque mate a nuestro noviazgo, pues yo me aparte del mundo por completo, lo que le incluia a el. Y tampoco es que Cesar luchara demasiado por lo nuestro. Digamos que ambos fuimos dejando que nuestro amor muriera poco a poco, dando paso a una cierta amistad y poco mas. --Ahi vamos, senora Ana --le conteste con muy pocas ganas de entrar en honduras. --Poco a poco, hija. Ya en nada tenemos aqui las Navidades y... La mujer lo solto de sopeton y en automatico se callo, pues debio darse cuenta de su metedura de pata. Malditas ganas que tenia yo de celebrar las Navidades ese ano. Si hasta me queria zafar de decorar la casa con mi tia y no sabia como hacerlo. La pobre me habia "amenazado" con que el puente de la Constitucion debiamos hacerlo y yo no paraba de darle largas. --Ya, ya... Por cierto, ?y Lucas? Hace mucho que no lo veo. Su hijo Lucas y yo habiamos sido grandes amigos en la infancia y adolescencia. --Dificilito esta que lo veas, hija. Se fue con la muchacha esa con la que salia, con Elsa, a Laponia a vivir. --?A Laponia? --Si, si, hija, a la gran puneta, vaya, que ademas hace alli un frio que pela. Pero como a ellos les ha encantado, pues nada. --Me quedo loca, yo no veia a Lucas demasiado lejos del pueblo, vaya vueltas que da la vida. --Ni yo, hija. Pero se fueron este verano y alli estan, regentando una tienda de galletas de jengibre que por lo visto para los lugarenos son lo mas de lo mas. --Que personaje este Lucas.... Me despedi de la senora Ana y pense en lo sorprendente que era la vida. De ninos, yo le decia a Lucas que seria jefa de una gran compania y el a mi que astronauta. Y ahora resulta que el vendia galletas en Laponia y yo en el pueblo. Y eso pese a que los dos eramos licenciados.... Una casualidad que me saco la sonrisa, cosa que no ocurria todos los dias en los ultimos meses. Llegue a la panaderia y la senora Lola me indico el cerro de trabajo que debiamos realizar. Hasta la espalda se me estaba resintiendo desde que teniamos la Navidad en puertas. --Clarita, ya le he dicho a Lorenzo, mi marido, que como esto siga asi al final vamos a tener que ampliar el negocio. Francisco, el chico del local de al lado, lo deja en breve y creo que seria una gran oportunidad para hacerlo de una vez por todas tambien pasteleria. --?Y no lo es ya, senora Lola? Por el amor de Dios, si aqui servimos mas dulces que gente hay en la guerra. --Es verdad, hija, incluso nuestros turrones artesanales estan teniendo un exito de no te menees. Son ya muchas las personas de otros pueblos que se estan acercando a por ellos. De hecho, yo queria hacerte luego un ofrecimiento, Clarita, a ver que te parece. --De acuerdo --asenti mientras me cambiaba y me ponia el uniforme de trabajo que recientemente la buena mujer habia encargado para mi.

  • Transgenicos sin miedo de J.m. Mulet

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    La alimentacion y los transgenicos se han convertido en uno de los debates cientificos por excelencia en Espana y el mundo entero en los ultimos anos. La manipulacion genetica de los alimentos es hoy uno de los mayores tabues en nuestra sociedad. Los grupos ecologistas han organizado campanas contra ellos y contra sus supuestas consecuencias negativas para la salud. ?Pero alguien se ha preguntado cuales son los beneficios de los transgenicos y de los avances cientificos aplicados a la alimentacion? ?Que opinan los cientificos acerca de este tema? ?Tenemos toda la informacion que necesitamos para poder juzgar por nosotros mismos? ?O estamos sometidos a la influencia de intereses cruzados que nada tienen que ver con lo que nos conviene o no?

  • Domada de Liss Moura

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    Mi cliente era apuesto, carismatico y como todo hombre un mujeriego, no lo podia culpar, yo tambien amaba las relaciones de una noche, sin complicaciones. Pero en esta industria, si quieres sobrevivir, debes saber mantenerte bajo perfil.
    Soy buena en lo que hago, y por eso me dieron este caso complejo. Un jugador de Futbol americano: lo tiene todo, pero para ellos nunca es suficiente. No tengo que tratar con un nino, simplemente debo ensenarle como se hacen las cosas. A fin de cuenta tengo experiencia de otros clientes y con mi propia vida.
    No era un obstaculo ser mujer y trabajar con hombres, esas tentaciones estaban delimitadas, yo tenia un codigo. Hay suficientes peces en el rio; no seria tan idiota de entrometerme con uno de mis casos. Aun que el me mostrara su mejor cara y viera lo honesto, leal y bueno que es, yo no podia . ?Resistirme? No, yo jamas he sido una chica simple. Yo soy independiente, fuerte y no hay hombre que me pueda domar, o ?Si?

  • Una noche loca de Liah Jones

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    Llega la cena anual de empresa y se celebra una gran fiesta, en la ciudad condal. Dos amigas y companeras deciden disfrutar de la noche… ?Lo que pase en Barcelona, se quedara en Barcelona…?
    Una historia de emociones, amistad, complicidad y sexo. No recomendada para menores de dieciocho anos, por contener escenas de sexo explicito.

  • Escandalo en Venecia de Caitlin Crews

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    Era una pasion prohibida… y un embarazo, !escandaloso!

  • El viaje de las mujeres de Elena Garcia Quevedo

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    La autora busco los secretos que guardan mujeres reconocidas por su sabiduria en zonas de raiz matrifocal, que les hace sentirse cada vez mejor, vivir mas anos y ser cada vez mas poderosas. El periplo le llevo por los hogares de mujeres reconocidas por su poder y alegria que eran -son- guias para su gente: antiguas kumaris en Nepal, viudas en India, campesinas en Turquia, indigenas lideres en Colombia, herederas de los saberes ancestrales en la Peninsula Iberica, matriarcas en Egipto o tejedoras de los hilos del alma o chamanas indias en Estados Unidos; Al final del viaje encontro a las ancianas herederas de los saberes milenarios femeninos que hoy recorren pueblos y paises para recordar a las mujeres -y cada vez mas a los hombres- donde reside su propio poder y como rescatarlo; como convertirse en oro a medida que envejecen y despertar entre todas el femenino global para enfrentar los grandes retos actuales de la humanidad. Dicen que el despertar femenino se trata del transito que va de la cabeza al corazon y esa es el telon de fondo de este viaje.

  • El dia en que los leones comeran ensalada verde de Raphaelle Giordano

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    El nuevo libro de Raphaelle Giordano, autora de Tu segunda vida empieza cuando descubres que solo tienes una y artifice del fenomeno de la novela terapeutica, es una historia fresca y positiva que esconde las claves para manejar las actitudes toxicas y controladoras que aparecen en nuestro camino.

  • Un diario para Jo de Eneida Wolf

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    Jo Foster colecciona cactus en su cocina, Shakespeare es su autor favorito y esta convencida de que, si hubiese algun episodio de fuerza mayor en el que tuviera que sobrevivir, seria de las que moriria nada mas empezar la catastrofe.

  • Las pioneras de Rita Levi-montalcini

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    “Este libro -escribe la mitica biologa Rita Levi-Montalcini, Premio Nobel de Medicina- esta destinado a las nuevas generaciones. Su objetivo es hacerlas conscientes de las fundamentales aportaciones cientificas que hicieron sus antepasadas desde dos siglos antes de la era cristiana hasta el siglo XX. Durante siglos las mujeres estuvieron excluidas. En el pasado las que destacaban por su sabiduria se consideraban brujas y eran enviadas a la hoguera, e incluso cuando se abolio esta persecucion, tan feroz como absurda, los filosofos y los cientificos, incluidos los conocidos como ‘ilustrados’, siguieron alimentando el mito de la absoluta superioridad intelectual del hombre”. Para demostrar que las mujeres tambien tienen un pasado, y un presente, cientifico, mostrando al mismo tiempo las injusticias y dependencias que tuvieron que sufrir a lo largo de siglos, el procedimiento que Rita Levi-Montalcini y Giuseppina Tripodi han seguido en este apasionado y apasionante libro es presentar la incuestionable evidencia que proporcionan sucintas biografias de mujeres cientificas como las matematicas Hipatia, Sophie Germain, Sofia Kovalevskaia y Emily Noether, las astronomas Caroline Herschel, Williamina Fleming, Henrietta Leavitt, Cecilia Payne Gaposchkin, Margaret Burbidge y Vera Rubin, Mary Wortley Montagu, a la que tanto debe la vacunacion moderna, las fisicas Emile du Chatelet, Marie Curie, Lise Meitner, Irene Joliot-Curie, Maria Goepper Mayer y Chien-Shiung Wu, quimicas como Rosalind Franklin y biologas como Gerty Cori, Barbara McClintock, Dorothy Crowfoot Hodkin y Christiane Nusslein-Volhard .

  • Nunca mas olvidada de Christina Mcknight

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    Una dama olvidada por todos…

  • El sindrome de Korsakoff de Alberto Fausto

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    Cuando Vanessa de Laurentis, la madre del afamado escritor Hugo Esmerodes, fallece presumiblemente asesinada durante la presentacion de su ultimo libro, el caos se desata. ?Quien? ?Como? ?Por que? y ?Donde? Son preguntas que quedan en agua de borrajas, dada la complejidad del argumento.

  • Vuelve el Boss de Lexy Timms

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    Jamie Connors ha decidido que tener trabajo es mas importante que tener novio. Ha conseguido un puesto extraordinario como asistente personal del multimillonario Alex Reid. Todo deberia ser profesional, pero Jamie acaba en la cama de Alex. Ella es inteligente, guapa y esta ligeramente gordita; no piensa que sea lo suficientemente atractiva para un hombre como Alex. Intenta cumplir con su trabajo y sacar todo el tiempo posible para la boda de su hermana. Asi, Jamie acaba queriendo complacer a todo el mundo. Toda al atencion de la familia esta puesta en la boda de la hermana, algo que a Jamie no le importaria si su hermana no fuera tan mandona, si su madre no la molestara tanto y si su desagradable ex no estuviera a punto de convertirse en su cunado.

  • Textrovert de Lindsey Summers

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    ?Podrias enamorarte de alguien a quien nunca has conocido?