• A que estas esperando de Megan Maxwell

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    Hola, Guerreras/os: Queria contaros que justamente comence a escribir esta novela cuando, por desgracia, aparecio en nuestras vidas el famoso covid-19, que en poco tiempo se convirtio en una terrible pandemia. Durante los primeros dias de confinamiento, que coincidieron con el inicio de la novela, me surgio una duda. ?Debia meter el covid en la trama o, por el contrario, debia omitirlo? Pues bien, lo sopese y, como escribo ficcion, decidi que el virus NO apareciese. A mi manera, saque mi espada de guerrera, me encare a el y le dije: <>. Y… no entro. No queria que estuviera presente porque deseaba que los personajes pudieran vivir, viajar, disfrutar del sexo y amar con la normalidad que cualquiera de nosotros tenia antes de que el virus entrara en nuestras vidas. Os explico este detalle porque seguramente alguno podria pensar por que el covid no aparece en la novela si esta ambientada en 2020. Pues bien, la razon es la que os acabo de dar: porque mi lado guerrero decidio que no. Una vez aclarado esto, quiero dar mi mas sentido pesame a todos aquellos que habeis perdido a algun familiar o ser querido en este tiempo por culpa del virus. Sin duda lo sucedido es terrible, y os mando toda la fuerza del mundo y todo mi carino. Tambien deseo agradecer a TODAS las personas anonimas y profesionales que han estado al pie del canon, y siguen estando, ayudando, protegiendo y salvando millones de vidas todos los dias mientras exponen las suyas. GRACIAS…, GRACIAS Y MILLONES DE GRACIAS. Sois nuestros heroes y, sin vosotros, !nosotros no somos nada! Aplaudir, hemos aplaudido durante muchos meses a la hora indicada para demostrar nuestro agradecimiento, pero ahora toca ayudar a esos heroes cumpliendo con lo que nos piden, para que entre todos podamos vencer al virus. Asi pues, unamonos y vayamos todos a una. Es la unica manera de que esta maldita pandemia pueda terminar. Un beso muy grande, MEGAN Capitulo 1 El desfile de moda <>, organizado por diversos disenadores de renombre a nivel mundial para recaudar fondos para la investigacion de enfermedades raras, estaba a punto de comenzar. La sala de eventos londinense estaba llena a reventar de todo tipo de personas: famosos, no famosos, fotografos, periodistas… Nadie queria perderse el gran acontecimiento. El backstage era un hervidero de gente que corria de un lado para otro, mientras por los altavoces sonaba la voz de Lady Gaga cantando Stupid Love. El caos controlado, los nervios templados y las prisas de ultima hora se fusionaban con las ganas de que comenzara el espectaculo y con los deseos de brillar. Sonia Beched, una sonriente joven morena, acababa de saludar a una amiga y, cuando volvia hacia el box donde estaba su gente tras pasar por el aseo, se cruzo con Luis Guzman. Aminorando ambos el paso, se hablaron con la mirada, intercambiaron una sonrisa y, tras echar un vistazo a un pasillo de la derecha donde habia una puerta, se dirigieron hacia alli con disimulo. Una vez dentro del reducido espacio, cerraron la puerta y se miraron. Era un pequeno probador con un espejo. Sonriendo, se acercaron el uno al otro y ella, al notar como el le pasaba las manos por la cintura, murmuro en un perfecto espanol: --Si me estropeas el maquillaje o el peinado, Ginger te matara y yo te rematare. Luis rio. Ella tambien. Sonia y el eran amigos especiales desde hacia tiempo. Esa clase de amigos que no se daban problemas, no interferian en la vida del otro, no exigian nada, pero, cuando lo deseaban, disfrutaban de un sexo divertido y sin complicaciones. En decimas de segundo, la temperatura en el pequeno cuarto subio varios grados. No hacia falta hablar. No hacia falta decir nada. Ambos sabian lo que deseaban. Las manos de Luis ascendian por los muslos de Sonia mientras ella, gustosa, le tocaba el trasero, que tenia duro y muy apetitoso. Sin apartar su boca de la piel de el, bajo con la lengua por su cuello y, separandose unos milimetros, musito: --Tengo menos de cinco minutos. --Nos sobraran tres --respondio Luis con una sonrisa. Divertida por aquello, ella rio mientras sentia como la mano de el se perdia dentro de sus bragas. !Si! Eso era lo que deseaba. Luis, caliente, paseo el dedo con delicadeza por el ya hinchado clitoris de la joven mientras ella recorria con la mano su abultada ereccion. Abrio su pantalon, aparto el calzoncillo y, agarrando con decision su duro pene, lo acaricio. Placer por placer. Ese era su trato. No habia mas. Y, cuando ambos jadearon tremendamente excitados, el murmuro: --Te besaria, pero se lo rarita que eres para eso. Sonia asintio. Desde hacia tiempo no daba besos profundos. Daba picos en la boca. Era carinosa. Sensual. Pero evitaba los besos intensos. Era algo que, sin saber por que, se guardaba para ella misma desde que paso lo de Manuel. --Sabes que esto suele ser mas largo, pero… Sin necesidad de mas palabras, la joven lo entendio. Deseaba sexo y, tan acalorada como el, musito: --Hagamoslo. No hay tiempo. Sonrieron. Sus miradas plagadas de morbo y complicidad los excitaban cada vez mas, hasta que Sonia, dandose la vuelta, se puso de cara al espejo y clavo la mirada en el. Con cuidado y mimo, Luis, que ya tenia su duro pene fuera, se saco un preservativo de la cartera, que llevaba en el bolsillo del pantalon, y se lo coloco. Luego la beso en el cuello. A continuacion, le termino de levantar el corto vestido de lentejuelas azules que ella llevaba, le bajo las tupidas medias negras hasta los tobillos, echo hacia un lado las braguitas y, tras colocar su duro pene en la entrada de su vagina, la penetro. Ambos jadearon. El placer y el morbo del momento al oir el ruido de la gente al otro lado de la puerta los excitaba muchisimo. Entregados al disfrute, gozaban de lo que hacian sin pensar en nada mas. Luis, gustoso, la agarro de la cintura para que no se moviera mientras se introducia una y otra vez en su mojada vagina y ella se entregaba a el. Hechizada por el momento, Sonia se dejo hacer. Deseaba aquello, lo deseaba con todo su ser. Y, al sentir el pecho de el totalmente pegado a su espalda, musito gozosa: --Si…, no pares. A Luis lo enloquecio su orden, sintiendose a cada segundo mas duro, fuerte y rapido. Cada embestida que daba hacia gemir de gusto, placer y locura a la joven. --Cierra los ojos --le pidio mirandola a traves del espejo. Ella lo hizo sin dudarlo y el, jugueton, musito en su oido: --Hay un hombre que nos esta mirando y, por su expresion, diria que le gusta como te follo. Imaginar eso hizo que Sonia jadeara. --Si… --Creo que desearia estar en mi lugar… --susurro Luis cada vez mas excitado. Pensarlo la provocaba, la acaloraba, le hacia querer mas. En ocasiones, Sonia acudia sola o acompanada a un spa swinger muy exclusivo llamado Zafiro, al que habia ido varias veces con Luis, donde, olvidando su lado romantico, se dedicaba a disfrutar del sexo sin mas. Estaba soltera, asi que, ?por que no hacerlo con quien quisiera? Siempre que habia ido sola encontraba un hombre con el que disfrutar, y cuando iba acompanada de algun amigo tambien hallaba a quien quisiera mirar mientras lo hacian. Aun no habia probado las orgias, ese era un tema que tenia pendiente y que solo haria cuando ella asi lo decidiera. En ese instante Luis aceleraba sus embestidas, firmes y profundas, y ambos contenian sus ruidosos jadeos para que no los oyeran. Se miraban a traves del espejo con lujuria y perversion y sonreian cuando el, cerrando los ojos, supo que estaba a punto de correrse y Sonia tambien se dejo ir gustosa. Cuando el caliente momento acabo, dejandolos rendidos y sin aliento, se miraron de nuevo a traves del espejo. --Colosal --aseguro el. El sexo repentino y casual como ese siempre era divertido. Tras salir de ella, Luis se quito el preservativo y Sonia, que por suerte llevaba un paquete de clinex en la mano porque regresaba del bano, saco uno, se lo entrego y el se limpio. Ella tambien lo hizo y, luego, tras subirse las bragas y las medias y recolocarse el vestido, le guino un ojo. --Opino lo mismo --afirmo. Estaban sonriendose cuando comenzo a sonar por los altavoces la cancion Material Girl de Madonna. Quedaba poco para que empezara el desfile. Por ello, Sonia dijo tras darle un rapido pico en la boca: --Primero salgo yo. Luis asintio. Despues la joven abrio la puerta y salio del reducido probador sin ser vista por nadie con una sonrisa en la boca. Lo habia pasado bien. Iba caminando hacia donde estaba su gente cuando se encontro con varios de sus modelos. Desde hacia unos anos era la propietaria de una agencia de organizacion de eventos junto con Ginger, una empresa que ya funcionaba sola por el buen hacer de sus duenos y que, anos atras, habian ampliado para la representacion de cierta clase de modelos, entre ellos, la propia Sonia. --Halleloo! Al oir eso, sonrio. La primera vez que habia oido esa magica palabra habia sido en la television, y la dijo Shangela Laquifa Wadley, una increible drag queen estadounidense a la que sus amigos y ella seguian a traves de las redes sociales. !Una reina, como diria Ginger! Divertida por aquello, miro hacia atras y vio que quien habia dicho la palabra era Minerva, mas conocida como Reina Negra, una impresionante a la par que guapa mujer transgenero de origenes africanos, amiga suya. Minerva se acerco a ella moviendo con sensualidad las caderas y, al ver como una mujer que pasaba por alli la escaneaba de arriba abajo, afirmo sonriendo: --Si, carino, lo se: Beyonce es identica a mi. Al oirla, Sonia se carcajeo. Si algo tenia Reina Negra muy subido era la autoestima. Pero, la verdad, podia tenerla, porque era un mujeron impresionante. Y, si, podria ser la gemela de Beyonce. Tras ella caminaban Henry, Sean, George y Robbie, mas conocidos dentro del mundo drag como la Bella Despierta, Marylycra, Lola Mento y Divinicienta. Se trataba de otros amigos gais que durante el dia ejercian distintos oficios, pues dos de ellos eran cocineros, otro cartero y otro, vendedor de perfumes, y, por la noche, en O'Pera, el local de Lola Mento, disfrutaban de su faceta como drag queens.

  • Cam (Genesis 5) de Maricela Gutierrez

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    Aunque Cameron pasa las noches sirviendo tragos en la barra de un bar y mostrando su mejor sonrisa, en el fondo sabe que eso no es lo que quiere, pues ese lado oscuro que lo habita pide a gritos ser liberado y el no conoce una mejor forma de hacerlo que luchar contra los demonios que, ocultos en las tinieblas, acechan a diario a los humanos. Cuando su mejor amigo es asesinado tratando de protegerlo, la resolucion de Cam se vera manchada por la culpa y los deseos de venganza y a todo esto debera sumarle una nueva lucha, esta vez con sus sentimientos, cuando una noche se presente en la puerta el pequeno Steven.

  • Proscritas de Lyndall Gordon

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    En 1915, en su primera novela, Fin de viaje, Virginia Woolf predecia: <>. Mas de un siglo despues, aunque es indudable que en ciertas sociedades se ha avanzado, cabe preguntarse si la prediccion se ha cumplido. En todo caso, mirar atras, recordar el camino que abrieron las pioneras, y de que modo, siempre es util para dar nuevos pasos. Esto es lo que plantea Lyndall Gordon en Proscritas, donde ofrece ilustrativas y detalladas semblanzas biograficas de cinco grandes escritoras que tomaron la palabra en una sociedad que habria preferido que estuvieran calladas: Mary Shelley (<>), Emily Bronte (<>), George Eliot (<>), Olive Schreiner (<>) y Virginia Woolf (<>). Trazando vinculos a veces dolorosos entre su vida y su obra, Gordon escarba en sus ambiguas relaciones familiares, en su deseo de educacion (rara vez cumplido con la ayuda de sus padres), en su concepcion del anonimato, en su posicion frente a la jerarquia social, los hombres y el sexo, en su rechazo de los artificios de feminidad y en su indagacion productiva en el silencio y la sombra. En uno de sus ultimos libros, Virginia Woolf se declararia miembro de la Sociedad de las Proscritas, una organizacion secreta de mujeres que, como dice la autora de este libro, <>. Una causa que empieza con Mary Shelley y que acaba ampliando el feminismo <>.

  • Mil Mariposas (Amor y sangre 2) de M.c. Sark

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    Mon dieu! En el mismo instante en el que la conoci, mi pobre corazon quedo rendido ante lo que mi cerebro no quiso entender.
    Ahora mi alegre e indecoroso modo de vida me pasa factura. Durante todos estos anos no he sido precisamente un ejemplo a seguir y empiezo a pensar que mas que mi oscura naturaleza, es ese el muro invisible que hay entre los dos.
    Necesito que confie en mi.
    ?Sera mi amor capaz de derribar sus murallas?

  • El principio del mal de Nadia Noor

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    Max Trent es un joven abogado que trabaja en un prestigioso bufete y, harto de las humillaciones de su jefe, le planta cara y presenta su renuncia consiguiendo su liberacion, pero de camino a casa sufre un terrible accidente que lo deja sumido en un coma durante meses.
    Al despertar, se encuentra que el rumbo de su vida ha cambiado por completo y no sabe como adaptarse a su nueva realidad. El psicologo que lo esta tratando le aconseja hacer un viaje a un destino paradisiaco junto a su mujer para comenzar de nuevo y el, con tal de recuperar el tiempo perdido, acepta sin mas.
    Bianca Borowski rompe su noviazgo cuando conoce y se enamora perdidamente de Max. Su felicidad se ve truncada en el momento en el que, en una excursion a la selva, es secuestrada. Durante el cautiverio, su verdugo le hace pensar que el hombre que encargo su secuestro es nada mas y nada menos que su propio marido.
    El principio del mal es una novela llena de intriga, accion y suspense que no podras dejar de leer hasta descubrir quien es el culpable. ?Podra perdonar tal acto por parte de la persona que mas ama?, o ?por el contrario conseguira averiguar cual es la verdad?

  • Alex, Quizas? – Jenn Bennett de Jenn Bennett

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    Bailey “Mink” Rydel cree haber conocido al chico de sus suenos. Los dos comparten su amor por el cine, pero si vinculo es solo online . Basicamente, Alex es el chico perfecto, aunque ninguno de los dos revelo aun su verdadera identidad. Ahora Bailey se muda con su padre, tendra la oportunidad de conocer a Alex. Es el momento de decifrar quien es el realmente, asi que Bailey usara todas sus habilidades detectivescas para descubrirlo antes de atreverse a una cita.. pero en el camino conocera a Porter Roth, un joven carismatico y guapisimo. ?Bailey llegara a conocer a Alex u optara por un joven real, que la seduce y la desafia todo el tiempo?

  • La boda de Rachel Chu de Kevin Kwan

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    La vispera de su boda con Nicholas Young, heredero de una de las grandes fortunas asiaticas, Rachel deberia sentirse feliz. Tiene un diamante sin igual, un vestido de novia de ensueno y un novio que esta dispuesto a ignorar a sus entrometidos familiares y a renunciar a su fortuna con tal de casarse con ella. Sin embargo, a Rachel le entristece la ausencia de su padre biologico, al que nunca conocio. Cuando un fortuito accidente le revela su identidad, Rachel se ve inmersa de repente en el fastuoso esplendor de la alta sociedad de Shanghai. En ese mundo de lujo desmedido conocera a Carlton, un chico malo con tendencia a estrellar Ferraris; a Colette, una celebrityde las redes sociales perseguida por enfervorecidos paparazzi, y al hombre al que Rachel ha estado esperando toda su vida: su padre.

  • Cuando acabe el invierno de Angela Drei

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    Alex bajo del taxi frente al portal de la casa de Marie. Volvio a mirar el ramo de flores que habia comprado. Siete rosas rojas, una por cada mes. Recordaba el primer dia en que ella aparecio en su cafeteria con su gran bolso azul y sus gafas de sol. Habia cambiado mucho desde entonces. Ya no se escondia tras unos cristales oscuros, no tenia ojeras y su vestuario se habia llenado de color. Hasta su pelo era diferente. Sonrio como el bobo enamorado que era y toco el boton del videoportero mientras escondia las flores a su espalda. Marie le esperaba en la puerta, y el la siguio al interior con una sonrisa traviesa. En cuanto estuvieron dentro, Alex le entrego el ramo de flores. Ella las observo sorprendida. Siete rosas de un vivaz color rojo. Fruncio el ceno sin entender y lo miro en espera de una explicacion. --Hoy hace siete meses que apareciste en mi cafeteria. ?No te acuerdas? Alex disfruto al ver como ella se ruborizaba. No, estaba claro que no se acordaba. Pero el no se enfado, al contrario. Se sintio orgulloso y feliz de haberla sorprendido. --Vaya, asi que te has olvidado. --Lo siento, de verdad. No recordaba la fecha. --Pues algo tendras que hacer para que te perdone. Marie sonrio con coqueteria al ver como el le guinaba un ojo ladeando su sonrisa. Habia vuelto a ser el hombre sexi y atrevido de siempre. No quedaba ni rastro de aquella mirada triste, la que aparecia cuando los recuerdos del pasado llegaban si avisar. --No se que puedo hacer. Podemos salir y comer algo fuera..., o tal vez podemos quedarnos... El no la dejo continuar. Con un beso interrumpio lo que fuera que iba a decir y las rosas acabaron aplastadas entre ellos. --Las flores, deja que las coloque. Marie trato de apartarse un poco, pero el la tenia sujeta por la cintura con firmeza. --Te comprare mas. Te comprare flores cada dia --dijo sin separarse de ella--. Celebraremos el primer dia que te hice el desayuno, nuestra primera cita, la primera vez que te lleve en mi moto. Mientras hablaba, iba dejando besos desde su cuello hasta su hombro, y desabrocho el primer boton de su camisa para poder tener mas piel cerca de sus labios. Ella rio cuando sintio sus dedos cosquillear en su cintura subiendo la tela y entonces Alex se aparto lo suficiente para mirarla. --Me encanta escucharte reir. Adoro tu risa. --Y era cierto, la habia visto llorar incluso antes de saber su nombre y habia odiado cada lagrima que oscurecia su preciosa mirada de chocolate. Ahora tenia entre sus brazos a una Marie muy distinta, ligera y sonriente, vibrante como esas zapatillas con rayas doradas que se habia comprado el fin de semana anterior. Marie aprovecho ese momento para escabullirse y fue a la cocina. Antes de que las rosas estuvieran en un jarron con agua, Alex ya habia llegado y la envolvia entre sus brazos. --No te escapes --le rino mientras se colocaba tras ella. --Deja que las ponga en agua. --Solo si me prometes hoy no salimos de casa. --Esta bien, no salimos --acepto ella mientras colocaba las flores en un sencillo jarron de plastico junto a la ventana de la cocina--. ?Que quieres comer? ?Comida china, pizza, sushi? ?Que pedimos? --Tengo delante lo que quiero comer. Marie abrio mucho los ojos y fue a decir algo mas, pero el la cogio en brazos y cargo con ella hasta el dormitorio. --Vamos, galletita, me muero de hambre. --?Galletita? --Si, galletita. Estoy pensando que quiza con un poco de chocolate... ?Tienes sirope? ?Nata? Marie sintio como sus mejillas ardian y oculto el rostro con las manos. --No tengo de nada. Intento hacer dieta. --?Dieta? ?Para que? Mientras esperaba una respuesta, Alex no se quedo quieto. Fue desabrochando el resto de los botones de la camisa que ella llevaba y bajando por la linea de su esternon hasta descubrir su ombligo. --Pues veras, por culpa de alguien que conoces, los pantalones me quedan tan estrechos que no puedo casi abrocharmelos. --?Que pantalones? ?Estos? Alex se puso de rodillas entre sus piernas y desabrocho el boton de los vaqueros que ella llevaba puestos. --Tengo una solucion mejor: tira estos pantalones a la basura. Se inclino hasta dejar un beso en su estomago y ella intento incorporarse. --No es gracioso --dijo fingiendo mas enfado del que sentia. --No. No es gracioso. --Alex, deja de hacer el tonto y escucha. --Esta bien, te escucho --acepto y volvio a sentarse en la cama, aunque en lugar de mirarla a los ojos se quedo prendado del sujetador gris oscuro que resaltaba sobre su piel, tan palida como el azucar. --!Mirame a los ojos! --No puedo --dijo echandose a reir. Marie cogio la almohada y le golpeo, pero el era mucho mas grande y con un solo movimiento la tuvo inmovilizada bajo su cuerpo. --Estas preciosa. A mi me gustas. --?Te gusto gorda? --No estas gorda, Marie. Pero es que aunque lo estuvieras me daria igual. --Ya, seguro. --No estas gorda --repitio muy serio--. Y quitate los vaqueros. --?Que me quite los vaqueros? --?No te quedan estrechos? Pues quitatelos. O mejor, te los quito yo. Alex la sujeto de los tobillos y bajo los pantalones hasta conseguir deshacerse de ellos. Cogio uno de sus pies y beso con cuidado sus dedos. Llevaba las unas pintadas de rojo oscuro. Le encantaba que fuera tan coqueta: a Marie le gustaba llevar las unas de colores, aunque no llevara sandalias y nadie las viera. Eso era perfecto, porque sabia que ahora ella se ponia guapa para sentirse bien, no para agradar a los demas. --Eres tan suave… --susurro pasando los labios por su tobillo. Marie sintio un escalofrio cuando el aliento de el le hizo cosquillas. Su boca iba subiendo muy despacio dejando un camino de besos por el interior de su pierna. --?Sabes? Conozco una forma de quemar calorias. Alex dio un pequeno mordisco en su muslo antes de mirarla. --?Si? ?Cual? --pregunto Marie con un jadeo. --Primero tienes que quitarte toda la ropa. Mientras ella se dejaba desnudar, el no dejaba ni un trozo por besar. Era su plato preferido, su dulce Marie, la que habia conseguido atraparle y llenar su corazon. Siete meses. Todavia le costaba pensar que no estaba solo. Como su hermano le habia dicho, ella habia llegado para dinamitar los muros que habia construido, y ahora tenia que volver a aprender a vivir sin miedo a sentir. Podia ser feliz. Era como lanzarse del trampolin a diez metros. Daba miedo, pero sabia que merecia la pena esa sensacion de zambullirse y sentir cada musculo del cuerpo cargado de energia. Marie sintio sus manos, sus besos, que recorrian su piel hasta que todo fue calor. Su corazon latia cada vez mas rapido. No solo era sexo. Con Alex se convertia en una experiencia divertida donde ella podia devolverle cada caricia. El nunca ponia mala cara, nunca fruncia el ceno, ni siquiera cuando ella se echaba a reir de forma escandalosa porque le hacia cosquillas al besar su cadera. El sexo era genial con Alex. Vivir a su lado era genial. Se sentia segura y querida. No se avergonzaba si no llevaba la ropa interior conjuntada, si habia escogido un sujetador demasiado sexi o si ese dia estaba cansada y queria pasar la tarde viendo la tele con una vieja camiseta. Con el podia ser libre. --!Alex! --se le escapo un grito y rodeo sus caderas con las piernas para atraerle mas cerca, tanto que no habia ni un centimetro entre sus cuerpos. El tenia el cabello revuelto, respiraba agitado y en cada movimiento mezclaba sus jadeos. La beso largo y despacio. Su ritmo era lento, saboreaba cada gemido de ella. Terminaron temblando y sin aliento. --Dios, Marie, creo que no deberia haber ido a la piscina hoy. Si muevo cualquier musculo, voy a terminar desmayado. --Ha sido culpa tuya. Yo solo queria quedar a comer --repuso Marie. Alex habia terminado tumbado boca arriba en la cama, sin preocuparse por cubrirse con las sabanas, y su abdomen todavia subia y bajaba muy rapido. --?No te ha gustado? --pregunto mientras se ponia de lado para poder atraparla y volver a tenerla cerca. --No he dicho eso. El unico que te has quejado eres tu. --Llevas razon. Me quejo --dijo y la beso--. Me quejo de que eres tan suave que no puedo quitarte las manos de encima. Me quejo de que desde que te veo tengo ganas de desnudarte y hacer mil flexiones contigo. Y sobre todo me quejo --anadio mientras golpeaba con el dedo indice su nariz--, de que eres una cabezota que no quiere vivir conmigo y me hace ir todo el dia de aca para alla perdiendo un tiempo precioso que podriamos gastar en otras cosas, cosas interesantes como estar en la cama, en la ducha o sobre la alfombra del salon

  • La sonrisa de los pajaros de Lea Velez

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    Alma, periodista y escritora de treinta y cuatro anos, regresa a Paraiso, la urbanizacion en pleno campo en la que vivio hasta la adolescencia, veinte anos despues de que un tragico accidente acabara con su
    felicidad familiar. Llamada por un impulso inconsciente, alquila la casa en plena naturaleza donde crecio para tratar de reencontrarse con los recuerdos, en la esperanza de que sirvan de respuesta a sus preguntas vitales.

  • El senor Origami de Jean-marc Ceci

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    A los veinte anos Kurogiku se enamora de una desconocida y deja atras Japon para encontrarla. Cuarenta anos mas tarde vive como un ermitano en la Toscana, dedicado al arte del washi, el papel artesanal japones con el que se practica el origami. Un dia, un relojero llamado Casparo llega hasta alli con la intencion de crear un reloj que contenga todas las medidas del tiempo. Su presencia alterara la tranquilidad del lugar y el alma de Kurogiku, quien debera, por fin, hacer frente a su pasado. Bella y sobria, El senor Origami es una novela que nos hace ver aquello que no se muestra y comprender aquello que no se pronuncia, y que se apoya en una premisa esencial: <>.

  • Desaparecido de Pablo Poveda

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    Una extrana mujer le encarga que encuentre a su marido. El acepta, a cambio de una generosa suma.
    Lo que parece un asunto facil de resolver, se convierte en un turbio caso que pondra en peligro su vida.

  • El Precio de una venganza (Bdb) de Victoria Magno

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    Marzo de 1885 [?]Jack, necesito ir al pueblo por provisiones para el dia de campo que celebraremos el sabado, ?podrias acompanarme? -le pregunto John[?]. Todos los otros se han marchado ya, y no queda nadie mas para ayudarme a cargar. [?]Por supuesto, senor Walker, ?quieres que vaya preparando la carreta? [?]Te lo agradeceria, hijo. -El hombre le palmeo el hombro[?]. Y perdona por ponerte a trabajar en tu dia libre, se que preferirias estar con los demas pasando una buena velada en la taberna. [?]No te preocupes por eso, me complace poder ayudarte en lo que pueda, senor. -Y en realidad era asi; despues de todo, ese amable hombre le habia dado trabajo y habia confiado en el, cuando nadie mas lo hizo. Sin duda, toda su vida Jack se sentiria en deuda con el. [?]Eres un buen muchacho, Jack, y muy trabajador. Te agradezco la ayuda -le dijo el hombre, dedicandole una sonrisa paternal, antes de marcharse de vuelta a su casa, donde su mujer y sus dos hijos pequenos lo esperaban para despedirse de el. Jack los observo con carino, ellos eran la perfecta familia, como la que nunca pudo conocer. Su madre habia hecho lo posible para criarlo ella sola, despues de que su padre murio de tifoidea, y lo consiguio por un tiempo. Hasta que tuvo que casarse con ese maldito borracho de Fynn, y todo su mundo se vino abajo. El desgraciado era un embaucador y un abusivo que no hizo mas que meterlos en un problema tras otro, eso ademas de golpearlos a la menor oportunidad. Por suerte, su madre no tuvo que soportarlo mucho tiempo, una epidemia de colera se la llevo al otro mundo antes de cumplir el ano de casada con ese hombre, dejandolo a solas con su abusivo padrastro. Pero Jack no era tonto, si aguanto al bastardo fue para proteger a su madre en lo que pudo. Con ella muerta, ya nada lo retenia en el que una vez fue su hogar, por lo que a la primera oportunidad, Jack empaco sus escasas pertenencias y escapo. Como todo nino sonador, se dirigio al oeste en busca de una nueva vida, colmada de aventuras, cielos azules, vastos campos y la promesa de la prosperidad. Pero pronto la realidad le dio de frente, haciendole saber que el mundo no era benevolo con los desamparados. Consiguio algunos empleos mal pagados con jefes abusivos que buscaban sacarle el maximo provecho a un nino sin familia, algunos de forma ultrajante, de los que pudo librarse por muy poco. Al final, tuvo que terminar robando para sobrevivir, viajando de polizon de un lado a otro en los trenes y vagando sin parar, para huir de la policia y de los matones abusivos que buscaban a un nino sin familia del que poder aprovecharse o abusar de la forma mas vil. Pronto Jack aprendio que el mundo era mas duro de lo que parecia dentro de las paredes de su casa, ademas de que nunca debia confiar en nadie. Cerca de un ano despues de haber escapado de su hogar, consiguio llegar a Texas, buscando la oportunidad de trabajar como vaquero. Sin embargo, como le habia sucedido antes, nadie parecia dispuesto a darle trabajo a un nino sin hogar. Fue un dia cualquiera cuando se topo por casualidad con John Walker. Jack habia intentado robarle el reloj, y el hombre lo atrapo antes de que pudiera culminar el acto. No obstante, en lugar de mandar llamar al alguacil para que lo encerrara por robo o propinarle una buena paliza, como Jack estaba esperando, el hombre lo llevo consigo a su hogar, un prospero rancho ganadero, donde lo recibio como a uno mas de sus empleados, le dio un sitio donde dormir y comida caliente, ademas de ropa limpia y, por primera vez en mucho tiempo, le hablo con respeto. Sus terminos eran sencillos: trabajo duro y honrado, y Jack podria quedarse a vivir alli el tiempo que deseara. Y ante el primero ser humano que le otorgo un trato digno, el nino no dudo en aceptar. Con el paso de los anos, Jack hizo lo posible por ganarse la estima de aquel buen hombre que lo habia ayudado cuando nadie mas lo hizo, ademas comenzo a instruirle en toda clase de tareas que le serian fueron utiles en adelante John Walker no solo habia sido un buen samaritano, era el hombre que le devolvio la vida. Ya hacia ocho anos de aquello, y ahora que Jack era mas un hombre que un nino, con diecisiete anos de edad, tenia la fortuna de ser considerado por su patron como uno de sus mas fieles empleados y al que mas afecto le tenia, llegando a estimarlo casi como a un hijo, como en muchas ocasiones John se lo habia dicho. Por ello, Jack no podia dejar de sentir menos que la mas grande gratitud, respeto y admiracion por aquel amable patron que lo habia ayudado cuando solo era un crio de nueve anos, sucio, famelico y sin instruccion alguna sobre nada. Ahora podia presumir de ser uno de los mejores vaqueros de la zona, conocer todo cuanto habia que saber de ganado y pastura y, sin duda, de ser el mejor tirador del estado, proeza que habia demostrado en las innumerables competencias que se llevaban a cabo en el pueblo entre los vaqueros de la localidad. Otro logro que le debia a su patron, pues habia sido John quien le enseno a usar un arma, cuando Jack comenzo a quedarse a cargo de cuidar el ganado en los campos. Tan orgulloso estaba John de su titulo, que en su ultimo cumpleanos le habia regalado una Colt de lujo, que Jack siempre llevaba bien guardada en su cartuchera, atada al cinto. [?]?Todo listo, muchacho? -le pregunto el amable hombre, volviendo a su lado tras despedirse de su mujer y de sus dos hijos pequenos, un nino y una nina de diez y doce anos. [?]Si, senor -contesto Jack, subiendo al pescante a toda prisa, para ayudar al hombre, ya entrado en anos, a hacer lo mismo. [?]Excelente. -El hombre se situo a su lado y tomo las riendas, antes de dejar sobre sus piernas un paquete tibio envuelto en una servilleta de tela [?]. Mi esposa te envia un poco de pan de maiz, dice que si te hemos de explotar, al menos te deberiamos alimentar de forma correcta para que no desfallezcas de hambre en el camino. Jack rio y agradecio a la mujer, que aguardaba de pie en el umbral acompanada por sus dos hijos, todos ellos despidiendose de ambos: ella con una sonrisa amable y sincera en los labios, los ninos gritando a viva voz cuanto querian a su padre y pidiendole que no tardara en regresar. Seria la ultima vez que lo verian con vida... Caia la noche mientras volvian por el terroso camino principal, con las provisiones ya cargadas en la carreta, cuando cinco jinetes les salieron al paso. Jack se tenso y su primer instinto fue llevarse la mano al cinto para sacar su revolver, pero John lo detuvo. [?]Espera, conozco a esos hombres, son el alguacil y los Montgomery. [?]?Que querran? -pregunto Jack, frunciendo el ceno. Nunca le habian agradado los Montgomery, los vecinos de su patron y propietarios de la mayor cantidad de tierras de la region, ni tampoco el alguacil, que se sabia era corrupto, comprado por esa familia. John fruncio el ceno, Montgomery habia intentado comprarle las tierras en varias ocasiones, ofreciendole una miseria por ellas. Y el siempre se habia negado a ceder. [?]!John Walker, no intente nada! -grito el alguacil desde su caballo[?]. He venido a buscarlo. Usted y su acompanante bajen de la carreta con las manos en alto. [?]?Para que me busca? -pregunto John, estrechando los ojos para ver mejor. El sol caia en el horizonte, cegandolos parcialmente e impidiendole ver bien a los hombres delante de ellos. [?]No haga preguntas y obedezca, a menos que quiera que mis hombres vayan por usted. [?]!El no ira a ningun lado! -grito Jack, apretando el mango de su Colt en su cartuchera, dispuesto a sacarla a la primera provocacion. Al verlo, los hombres alzaron sus rifles contra ellos, dispuestos a responder del mismo modo. [?]Jack, tranquilizate. En esta llevamos la de perder -le dijo John en voz baja.

  • Buenaventura de Toni Aparicio

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    Una tragedia familiar la condujo a la mansion de los Campoamor; una misteriosa desaparicion le devolvio la libertad.

  • Sobre hielo de Peter Kurzeck

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    Sobre hielo es la primera novela del ciclo autobiografico Das alte Jahrhundert, cuyo punto de partida es la ruptura de Kurzeck con Sibylle, la madre de su hijo, y su posterior mudanza a un almacen de paredes tremolantes que comparte con un piano. Se trata de un monologo poetico sobre la ciudad y el tiempo, repleto de encuentros y anecdotas, escrito en una prosa personalisima de frases cortas o directamente amputadas, en continuo staccato.

  • Heit (Juegos salvajes 4) de Lena Wolf

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    Ultima entrega de la serie Juegos Salvajes. Gracias por llegar hasta aqui.

  • La leyenda del Holandes de Antonio Pascual-garcia

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    Marc es un famoso escritor londinense, que harto del estres de la ciudad, decide seguir el consejo de su agente y viaja a un hotel situado en la costa de Dover. Desde la llegada, el autor queda prendido de la belleza y de la amabilidad de los propietarios. Pero no todo es lo que parece, un misterio por resolver altera la tranquilidad de Marc. Un enigma que rodea una vieja leyenda es el engranaje que utiliza el autor en este nuevo relato. Una obra de misterio recomendada para todos los publicos.

  • Belleza Enredada, K. L. Middleton de K.l. Middleton

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  • Una pareja escandalosa de Marcia Cotlan

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    Una novela muy entretenida, que arrancara mas de un suspiro y muchas sonrisas. Aimee Du Maurier es la beldad del condado. Tiene diecisiete anos y pertenece a una de las familias mas antiguas de Carolina del Sur. Obligada a casarse con el mujeriego Edward Robilard, el odio que sienten el uno hacia el otro acabara por transformarse. Marcia Cotlan (Asturias, 1975) ha estudidado Filologia y en la actualidad trabaja como profesora de Literatura. Lectora voraz, la escritura ha sido su camino logico.

  • Como acabar con la escritura de las mujeres de Joanna Russ

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    En ‘Como acabar con la escritura de las mujeres’, coeditado entre Editorial Barrett y Editorial Dos Bigotes, la galardonada novelista y ensayista Joanna Russ expone las estrategias sutiles, y no tan sutiles, que la sociedad usa para ignorar, condenar o menospreciar a las mujeres que producen literatura. Publicada originalmente en 1983 y nunca traducida al espanol, esta obra, tan relevante hoy como entonces, ha motivado a generaciones de lectores con su poderosa critica feminista. Con un tono sarcastico e irreverente, Russ examina las fuerzas que sistematicamente impiden un amplio reconocimiento del trabajo creativo de las mujeres.
    La autora se centra en la literatura escrita en ingles a la hora de analizar los once patrones que se repiten para acabar con la escritura de las mujeres, y es por eso que encontramos nombres de escritoras clasicas y contemporaneas, como las hermanas Bronte, Sylvia Plath, Emily Dickinson, George Eliot, Tillie Olsen, Katherine Mansfield, Rebecca Harding Davis, Anais Nin, Sara Teasdale, Anne Sexton, Adrienne Rich, Margaret Cavendish, Mary Shelley, Mary Hogarth, Mary McCarthy, Ursula K. Le Guin, Elizabeth Barrett Browning, Kate Millet, Charlotte Mew, Joan Didion, Susan Sontag, Dorothy Richardson, Alice Sheldon, Christina Rossetti, Amy Lowell, Aphra Behn, Anne Finch, Virginia Woolf, Hilda Doolittle, Marianne Moore, Jane Austen o Jane Anger, entre muchas otras. Si algunas ni siquiera os suenan, Russ os explica por que.
    Exhaustiva sin ser aburrida y seria sin carecer de sentido del humor, esta edicion cuenta con un nuevo prologo de Jessa Crispin, autora de ‘Por que no soy feminista: un manifiesto feminista’.

  • Detras del hielo de Marcos Ordonez

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    Una mujer [?]la escritora Klara Liboch[?] vuelve a su pais para recuperar la memoria de su juventud, en la que todo parecia posible. Klara recuerda como el descubrimiento de la literatura, la musica y el teatro le abrio las puertas de un mundo pleno de libertad. Sin embargo, lo que realmente la marco fue su relacion con dos hombres: Oscar Klein, fotografo judio, de familia acomodada; y su hermano del alma, el inaprensible Jan Bielski, un rebelde salido de un reformatorio, un seductor nato, fundador de un importante grupo politico clandestino. El relato de Klara nos habla de sus ideales de juventud, de la construccion de su identidad, del descubrimiento del amor; de una educacion sentimental a la que puso fin la llegada al poder de una terrible dictadura.

  • El dia del juicio final de Amaya Felices

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    Sucubo, transgresora, letal.

  • Mas perversa de Sheila Maldonado

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    Frederick Valverde, famoso escritor, lleva una doble vida.Casado con la aristocratica Marlene, y amante de la mejor amiga de esta, Claudia, con la que mantiene desenfrenadas sesiones de sexo duro. La madre de Marlene, Joana, interviene para delatar al infiel marido de su hija, pues ha sorprendido a Frederick en una de sus visitas a un club nocturno muy selecto para exquisitos de experiencias eroticas de diversa indole en el mismo Napoles.
    Frederick descubre quien es realmente Joana, su suegra, en esa escapada a Italia con Claudia,sorprendiendola en ciertas actividades poco recomendables para una senora de su condicion social y sufre una encerrona en las mazmorras de un viejo castillo por parte de esta al ser descubierta. Pronto saldra a relucir el pasado de Joanna, algo oscuro se esconde en la vida de jovencita que tuvo en Napoles, su ciudad natal y por fin se desvelara la verdadera historia de como conocio a Alfred Montalvan,el supuesto estudiante madrileno con el que se caso.

  • Si Un Dia Me Besaras (Besos En Richmond 2) de Ana Alvarez

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    Olivia se toco una vez mas, nerviosa, el largo cabello rubio, y sintio de nuevo crecer su irritacion hacia Scott. Los ojos grises, en general tan claros que parecian traslucidos, refulgieron de rabia y se oscurecieron mientras apretaba los labios para no expresar su enfado. El reloj de la cocina marcaba las seis y diez de la tarde y la celebracion del sesenta cumpleanos de Andrew, su padre, se retrasaba en espera del invitado que aun no habia hecho acto de presencia. Si por ella hubiera sido, haria rato que habrian comenzado a tomar la merienda, preparada de antemano para agasajar el cambio de decada. Pero el homenajeado queria demasiado a Scott, el hijo de su gran amigo de la infancia y al que consideraba un miembro de su familia tambien, para no esperarle. Y lo que la irritaba mas, le disculpaba por la tardanza. Como siempre. Su padre, conocedor de su desagrado, le hizo una caricia para que suavizara el gesto. --No seas tan dura con el, carino. Seguro que tiene un buen motivo para llegar tarde. --Seguro que si --mascullo entre dientes. Se apostaba el sueldo del mes a que el retraso tenia nombre de mujer. Y ella sabia ese nombre: Stefany. No es que le importase, pero tenia veinticuatro horas al dia para estar con su vecinita, mientras que Andrew solo cumplia los sesenta anos una vez en la vida. Ella habia cambiado su turno para estar presente en el acontecimiento y, junto con su madre, habian elaborado una merienda en la que no faltaban los emparedados preferidos del hombre ni la tarta casera que reposaba sobre la mesa. --Si en cinco minutos no ha llegado, comenzamos sin el --advirtio a los padres del culpable, que guardaban silencio, rogando para que su vastago llegase pronto y evitar otro enfrentamiento. Rara era la reunion familiar en que ambos jovenes no se lanzaran pullas y miradas asesinas. Desde pequenos era evidente que no se soportaban, y si aceptaban estar bajo el mismo techo era por el gran carino que los dos sentian hacia Andrew. Al fin, el timbre de la puerta les hizo a todos exhalar el aire que estaban conteniendo, y a Olivia apretar los labios con fuerza, mientras su madre abria al recien llegado. Tendria que contenerse, una vez mas, para no estropear la fiesta. Scott Howard, el hijo del mejor amigo de su padre, hizo su aparicion en la estancia, llenandola con su presencia. Era un hombre corpulento, de ojos marron oscuro y cabello negro peinado hacia atras, lo que permitia ver unas facciones regulares y agradables. Vestia una camisa a cuadros sobre un pantalon negro, signo de que asistia a una celebracion, en lugar de sus habituales sudaderas y camisetas. Se dirigio hacia Andrew con paso decidido y le beso con carino, tras encerrarlo en un abrazo afectuoso. --!Felicidades, tio! A pesar de no ser parientes carnales, siempre le habia llamado asi. Hasta los siete anos Scott fue el hijo que Andrew y Melissa no habian tenido en una decada de matrimonio y lo consideraban un sobrino. Pero entonces llego Olivia, adoptada a la edad de cuatro anos. para cambiarlo todo. Aunque el carino que sentian hacia Scott no mermo, este tuvo que compartirlo y no lo acepto demasiado bien. Tras felicitar a Andrew, continuo besando al resto de la familia. Al llegar a ella, esta se limito a poner la mejilla sin devolver el gesto, algo que no parecio sorprenderlo en absoluto. --Espero que tengas una buena excusa para hacernos esperar casi media hora --mascullo en su oido. --Por muy valida que sea, a ti no te convencera. --La puntualidad es importante para mi. Scott se mordio la lengua para no decirle que, si no fuera el retraso ya buscaria alguna otra cosa que recriminarle. No tenia intencion de entrar en la provocacion, esa tarde no. De todas formas, no era a Olivia a quien debia pedir disculpas. --Siento llegar tarde --se excuso, dirigiendose a Andrew--, tenia que resolver un asunto que se ha alargado mas de lo previsto. La mirada de Olivia se elevo hacia el techo en un gesto de incredulidad. A continuacion, se perdio en la cocina para coger la comida preparada. --No importa, ya estas aqui y no es tan tarde --afirmo Andrew con una sonrisa. Dudaba mucho que ella pensara lo mismo, pero decidio dejar el asunto. De todas formas, estaba seguro de que a lo largo de la tarde se las arreglaria para continuar con sus recriminaciones. Su prima no dejaba escapar una ocasion de hacerle reproches, sobre todo si habia un delito y habia llegado tarde, eso era indiscutible. Una vez servida la merienda, todos se sentaron alrededor de la mesa a disfrutar de la celebracion. Como siempre, la comida estaba exquisita. Las mujeres Wood eran excelentes cocineras y el gozaba de un apetito envidiable. Mientras disfrutaba de las delicias que habia sobre el mantel, trataba de ignorar la aviesa mirada que le dirigia Olivia, sentada al otro extremo de la mesa. Llevaba mas de veinte anos viviendo situaciones parecidas, pero nunca terminaba de acostumbrarse. De pequenos habian tenido sus diferencias y rencillas, propias de crios que luchaban por la atencion de los mayores o por un juguete. Pero aquellas peleas infantiles, en vez de cesar con el tiempo, como hubiera sido natural, dieron paso a una rivalidad que no tenia mucha logica en la edad adulta. Al principio, Scott se habia sentido celoso de aquella nina rubia y encantadora, porque de pequena lo fue: buena, docil y maravillosa, la hija perfecta que cualquiera desea tener. Su llegada le robo la atencion absoluta de su tio Andrew a la edad de siete anos y le hizo sentirse desplazado, pero ya era lo bastante adulto para saber que este le seguia queriendo tanto como siempre. Su resentimiento hacia Olivia se hubiera suavizado si ella no continuase tratandole con desprecio y haciendole victima de sus pullas y mal humor. No sabia donde habia ido a parar la nina dulce que llego a Richmond muchos anos atras, porque ahora era una autentica arpia, al menos siempre que el estaba presente. Desde su puesto en la mesa, podia verla comer con frugalidad. Olivia cuidaba con ferrea voluntad cada caloria que se llevaba a la boca, aunque no necesitara vigilar la linea. Poseia un cuerpo esbelto, demasiado delgado para su gusto, pero muy elegante. Ello le facilito la entrada en las aerolineas donde trabajaba como azafata de vuelo. Su fisico se habia sumado a unas calificaciones extraordinarias que la habian llevado a cumplir su sueno. Al tipo se unia una cara bonita, de facciones regulares y agradables, pero eran sin duda los preciosos ojos, de un gris muy claro, lo que mas llamaba la atencion en su rostro. Ojos que se oscurecian cuando estaba enfadada, y el los habia visto pocas veces en su tono natural. Tampoco en aquellos momentos lo estaban y sabia quien era el causante de su irritacion. El, como siempre. Tras la merienda llego el momento de entregar el regalo que, junto con sus padres, habia preparado para Andrew: un viaje al Caribe para que lo disfrutara con Melissa. Siempre fue el sueno de ambos y nunca habian logrado materializarlo. La emocion en los ojos de Andrew logro enternecer lo suficiente a Olivia para hacer que abandonara su expresion adusta y esbozara una tenue sonrisa. Tras los besos y abrazos de agradecimiento por el presente, llego la hora de que la chica entregara el suyo. Observo como Olivia le obsequiaba con un libro de arte, descatalogado hacia anos y que su padre habia buscado con ahinco. No le debia haber resultado facil conseguirlo, ni barato, pero la expresion de felicidad de su tio y la forma en que acariciaba la cubierta le hacia saber que el esfuerzo habia valido la pena. La vio abrazar al hombre que habia llenado de felicidad su vida, desde el momento en que el y Melissa decidieron adoptarla, y como lagrimas de emocion inundaran sus ojos haciendo que parecieran transparentes. Ella parpadeo con fuerza para evitarlas al percatarse de que la miraba. --Gracias, carino. Me lo llevare al viaje y le ire echando un vistazo en los ratos libres. --!Ni se te ocurra! --protesto su mujer--. El viaje es para disfrutarlo conmigo y no tengo intencion de dejarte ningun tiempo libre. Ademas, no quiero pensar en lo que le habra costado a Livvy conseguirlo, y podria deteriorarse. El libro se quedara en casa y ya lo leeras cuando volvamos. --?Cuando volvamos? Esta misma noche. La mujer alzo una ceja para evidenciar que tenia otros planes y todos sonrieron con benevolencia. Scott observo como Olivia, tras separarse de su padre, se limpiaba con disimulo una lagrima que habia logrado escapar de su ferreo control. Al sentirse observada, se giro con rapidez para huir de su mirada y salio en direccion a la cocina musitando una excusa. La siguio con decision dispuesto a hacerle saber que habia descubierto su momento de debilidad. Silencioso como un gato, se situo a su lado junto a la encimera y le tendio un paquete de panuelos de papel. Olivia se volvio con expresion irritada y los ojos humedos. --Ten --ofrecio. La chica extrajo uno del envoltorio de plastico y se enjugo el lagrimal con una esquina. --Se me ha metido algo en el ojo --aclaro. --!Seguro! --dijo sarcastico--. Estas llorando como una nina sensiblera, pero no es algo de lo que te debas avergonzar. No es malo tener sentimientos aparte del enfado y la irritacion. --!Que sabras tu de mis sentimientos! --Salvo de los que he mencionado, nada. Pero acabo de ver que eres capaz de tenerlos, de emocionarte y de llorar. --Por mi padre, por supuesto. Y por mi madre. Tambien aprecio mucho a Diane y a Conrad. -- La alusion a sus propios progenitores le hizo sonreir --Y ahi acaba todo. No hace falta que mientas y me incluyas en el lote, ya se que a mi no me soportas. --Es mutuo, ?no? --Lo es. --En ese caso, vuelve al salon y dejame sola con mi mota en el ojo --exclamo adusta--. Y si se te ocurre mencionar algo de esto... --Me sacaras las tripas con tus unas afiladas y las serviras como colofon de la merienda. --Se me indigestarian. --Seguro que si. Apenas has probado una pequena muestra de todas las exquisiteces que hay sobre la mesa. --No como mucho. --No comes nada. Deberias ir a un psicologo que trate tu anorexia. --No soy anorexica. Me alimento bien, a base de comida sana. Los dulces y las grasas los mantengo muy controlados. --?Hay algo que no mantengas muy controlado? Come, bebe, rie, sacate el palo que tienes metido en el culo, Olivia... Ya has demostrado lo buena chica que eres, ahora se tu misma. --No pretendo demostrar nada. --Si tu lo dices... --Suspiro y se aparto de ella--. Me vuelvo al salon a seguir comiendo. Seria una ofensa a la cocinera no hacer los honores a tan deliciosa merienda. Tu sigue intentando ser perfecta, ya te daras cuenta algun dia del error que cometes. A Olivia le vino una frase malsonante a la boca, pero se contuvo a tiempo. No entraria en la provocacion ni caeria en la trampa que sin duda Scott le habia tendido. Ella no era tan vulgar como el. No decia tacos, no perdia el control ni se comportaba de forma soez. Era una mujer correcta y educada, por mucho que le costara si el estaba presente. Cuando salio de la cocina dejandola sola, abrio el frigorifico y se sirvio un vaso de agua fria, que no calmo la irritacion que le habia provocado. Despues, regreso junto a su familia, que bromeaba alrededor de la mesa, y se unio a ellos. El sesenta cumpleanos de su padre y la felicidad de este por compartirlo con las personas que amaba bien merecia el esfuerzo de soportar a Scott. Capitulo 2 Olivia llego a casa con la firme determinacion de hablar con sus padres de un asunto que llevaba posponiendo durante un par de semanas. Era consciente de que les daria un disgusto, pero no deseaba retrasarlo mas. Habia esperado a que regresaran de su viaje al Caribe y despues dejo pasar unos dias mas, consciente de la cara de felicidad que mostraban a su vuelta. No dudaba de que habian disfrutado de una segunda luna de miel durante el tiempo que estuvieron fuera. Pero no podia, ni queria, continuar retardandolo mas tiempo. Tras una ducha rapida, se reunio con ellos en el salon, donde solian pasar las tardes y se preparo para abordar el tema que la inquietaba. Se sento frente a ellos en una silla, en lugar de ocupar su butacon habitual, y lo abordo sin mas dilacion. Siempre habia sido partidaria de afrontar las situaciones dificiles cuanto antes y de forma directa. --Me gustaria comentaros un asunto --dijo resuelta. La pareja, que miraba la television, clavo la vista en ella ante la seriedad de su tono. --?Que ocurre, carino? --pregunto Melissa, preocupada. --Si tienes algun problema, sabes que estamos aqui para lo que sea. --No tengo ningun problema, es solo... --?Que? --Que tengo veintinueve anos y aun vivo con vosotros. --Lo solto de golpe. Habia planeado decirlo con mas suavidad, pero le resulto imposible. La cara de sus padres se suavizo. --Quieres independizarte. --No fue una pregunta. --Si --admitio. A continuacion, trato de exponer sus argumentos, de hacerles comprender que no era nada contra ellos--. No penseis que no me siento a gusto aqui, con vosotros. --En ningun momento hemos pensado eso, pequena. De hecho, tu madre y yo, hace tiempo que lo estamos esperando. Sintio que el corazon se le aligeraba al oir la frase de Andrew. --?Lo esperabais? --Pues claro, Livvy, es lo normal. Tienes tu trabajo, eres una mujer adulta, y quieres tener tu casa. ?Pensabas acaso que no lo entenderiamos? --Me preocupaba un poco, si. No quiero que penseis que tengo algun problema con vosotros. --Ya lo se. Se trata del ciclo normal de la vida. Tambien algun dia nos diras que has encontrado un hombre, que quieres formar una familia, y nos haras abuelos. --!Quita, quita! No hay nada de eso. No me apetece en absoluto tener un hombre en mi vida. --Ya te llegara el momento, nadie se libra del amor. --Pues que tarde mucho, entonces --anadio con una mueca. --?Tienes ya algun plan sobre lo que quieres? Me refiero a tu traslado. --He pensado alquilar algo con una companera en una zona cercana al aeropuerto. Eso me ahorrara mucho tiempo y kilometros, ya sabes los horarios que tengo a veces. --?Algo amueblado? --Prefeririamos que estuviera vacio, y escoger nosotras los muebles a nuestro gusto. --Me parece una idea excelente. La mayoria de los pisos amueblados son horribles. --Puedes pedirle a Scott que os eche una mano con la decoracion. La empresa de diseno para la que trabaja hizo una labor fantastica en la casa de sus padres. Quedo preciosa. Reconocio que tenia razon, pero no le apetecia en absoluto tener a Scott cerca y tampoco a su odiosa vecina. No obstante, no se sentia capaz de rechazar la propuesta de su padre despues de lo bien que se habian tomado su marcha. Andrew no parecia darse cuenta de que entre ella y el hijo de su amigo no fluia ningun tipo de afinidad. --No creo que sea buena idea, papa. --Dale una oportunidad al chico, mujer. Es hora de que enterreis el hacha de guerra. --No hay ninguna guerra entre Scott y yo, simplemente no nos caemos bien. --De todas formas, yo me quedaria mas tranquilo si el revisara la instalacion electrica y te colgara las cortinas. Suspiro sin poder evitarlo. Sentia sobre ella los ojos de su madre, que no se habia pronunciado, pero evito mirarla a su vez. --De acuerdo --admitio--. Lo hablare con Patty, no estoy sola en esto. Tal vez ella desee decorar el apartamento por si misma. --Dile que yo pagare los honorarios, asi seguro que la convenceras. --!Como si el fuera a cobrarte! Si algo tenia claro respecto a Scott, era que haria cualquier cosa que su padre le pidiese, y gratis. El carino que le profesaba era incuestionable. Esperaba que en aquella ocasion rechazara el encargo, aunque no confiaba demasiado en ello. Su presencia le resultaba soportable de tarde en tarde y en pequenos lapsus de tiempo. De todas formas, era incapaz de negarle nada a sus padres, de modo que se mentalizo para soportarlo durante el periodo que durase la instalacion de su nuevo hogar. --De acuerdo. --Se rindio con un gesto teatral--. Tratare de convencer a Patty y, si Dios no lo remedia, Scott colgara las cortinas. --Solo las colgara, carino, no tiene porque escogerlas por ti --aseguro Andrew.

  • Placer oral de Simona Coz

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    Capitulo 1 – Consuelo Vale, asi que no es tan malo como pense que seria, aunque la adrenalina fluye por mi cuerpo como si me preparara para luchar contra un oso. Es la unica explicacion para la reaccion de pelear o huir que estoy experimentando ahora mismo. Pero no, esto es solo un sex shop. La verdad esto es mucho mejor de lo que esperaba. En mi cabeza tenia esta imagen de un lugar oscuro con la decoracion de la guarida de Dracula, con cadenas y consoladores colgando del techo, pero ahora mirando alrededor, me averguenzo de cuantas veces camine arriba y abajo por la calle antes de permitirme entrar. Mi corazon todavia late con fuerza y me siento incomoda como el infierno, pero debo reconocer que la tienda es bonita. Todo son vitrinas de cristal y musica divertida. Me recuerda a una tienda de accesorios de belleza por la forma en que esta disenada, excepto por todos los juguetes sexuales…. Saco mi telefono para comprobar la hora de la clase. Todavia es temprano. Eso significa que debo seguir caminando por la tienda mirando torpemente cosas que nunca he pensado en usar. Despues de vagar unos momentos, me detengo junto a una exhibicion de productos con el logo de Pleasure Chest, que consiste en un par de piernas enredadas eroticamente, y un pequeno letrero que dice lo que hay dentro. Mis ojos se fijan en uno llamad--. Kit para una mejor mamada. --y resoplo en voz alta. Ojala fuera tan facil. Me alejo de ese mostrador rapidamente, tratando de ignorar la punalada de dolor y tristeza que acompana al pensamiento. Dario se habria reido, y no porque pensara que el kit fuera gracioso, sino porque habria pensado que era una buena idea. Que necesito ayuda. Su burla me sigue doliendo. Salio de nuestro apartamento hace 23 dias sin previo aviso. Cuando le pregunte por que, se rio. Practicamente fue una risa de super villano de las peliculas. --Es el sexo, Consuelo. Es…. bueno, apesta. --Se volvio a reir--. Necesito una mujer que sepa que hacer con su boca y no que actue como si fuera la primera vez que toca un pene. No me malinterpretes. El resto tambien es terrible, pero una buena mamada puede hacer la diferencia. Trate de decir que podria mejorar. Que podria aprender. Que no acabara con nuestra relacion por algo que se podia arreglar. Pero antes de que pudiera decir algo, el continuo. --Consuelo, no te enganes. El resto de ti no compensa lo terrible que eres en la cama. --Y luego se fue. Honestamente, no lo entendi, y sigo sin entenderlo. Pense que eramos felices. Hasta entonces habia sido dulce y nunca dijo nada sobre no estar satisfecho. Asi es como termine aqui. Una noche de borrachera solitaria termine buscando clases de sexo y finalmente tropece con una clase mamadas. En ese momento parecia la solucion perfecta, pero ahora estoy aqui, de pie en una habitacion llena de penes de silicona lamentando mi decision. Solo espero que nadie vea mi cara. Me arrastro de vuelta al presente, tratando de alejar el dolor de las palabras de Dario. Realmente pense que venir aqui seria una buena idea, que ya me habia recuperado lo suficiente como para levantarme y seguir adelante, pero ya no estoy tan segura. Si una exhibicion en un sex shop puede hacer que mis emociones se disparen asi, ?Estare realmente lista para seguir adelante? --?Puedo ayudarte a encontrar algo? Salte hacia atras asustada por la voz y golpee directamente un estante. En camara lente vi con horror como consoladores de todos los tamanos y colores y las cajas detras de ellos caian al suelo en la cadena de dominos mas pornografica del mundo. Oh, Dios mio. ?Que acabo de hacer? Mire a mi alrededor y encontre a un hermoso hombre asiatico con un delantal negro mirandome a mi y a los restos de la estanteria, con una expresion de sorpresa estampada en su cara. Su cabello esta peinado hacia atras y noto que tiene lindos pomulos, pero eso es todo lo que puedo observar antes de mirar hacia otro lado, porque estoy tratando de no derretirme de la verguenza. Mi cara es de un rojo brillante y puedo sentir el calor del rubor que irradia de mi. Me inclino para ayudar a ordenar el desastre y me sonrojo mas porque de repente estoy sosteniendo dos consoladores frente a un completo extrano. El se agacha y empieza a recoger las cajas, enderezando el estante y volviendolas a poner en su sitio. --Lo siento mucho. --me las arregle para decir en voz baja, con la esperanza secreta de que se abra un agujero en el suelo y me trague. --?Primera vez aqui? --Si, lo siento, de verdad. --Puse los juguetes en el estante--. Es primera vez que visito una tienda como esta. Busque en su delantal una etiqueta con su nombre, pero no vi ninguna. En vez de eso, hay un boton redondo que dice 'Maestro de traseros'. Siento que el rubor me sube por el cuello con todas las tonalidades que podria tener. --Esta bien, tranquila. --dice--. Puede ser raro la primera vez. Hasta yo me puse nervioso la primera vez que vine aqui. --Es bueno saberlo. --dije e intente reirme un poco. --?Buscas algo especifico? Tal vez pueda hacerte algunas sugerencias. --Me guino el ojo y me sonroje de nuevo, apresurandome a levantarme y poner la ultima de las cajas de vuelta en el estante. --En realidad estoy aqui por la… um… la clase. --Su rostro se ilumino. --!Perfecto! Te llevare. Busco mi celular otra vez para ver la hora, asegurandome de no dejar un mar de penes en el suelo otra vez. --Creo que te va a gustar mucho. --dijo mi guia turistico mientras me llevaba a la parte trasera de la tienda donde visualice una zona con cortinas de color rojo exuberante--. Es una buena clase. Desafortunadamente, nuestra profesora habitual, Carmen, esta enferma. Una punzada de decepcion me atraveso. Entonces, ?Se cancelo la clase? Me di cuenta de que la deseaba mas de lo que habia pensado bajo toda mi ansiedad. Supongo que pense que seria un buen paso para ayudarme a superar lo de Dario. --Pero no te preocupes. --continuo--. Consiguio que alguien viniera a remplazarla. Estoy seguro de que sera genial. Me dio unas palmaditas en el hombro mientras me dejaba en la entrada. --!Diviertete! Por un segundo pense en irme. Quiero decir, no es la verdadera profesora, asi que no es la experiencia real. Asi que tal vez deberia volver a su proxima clase y asegurarme de que aprendere correctamente. Pero si me voy ahora, se que me arrepentire. Pasare el resto de la noche castigandome por lo gallina que soy. De todas maneras, siempre podre volver a la siguiente clase si siento que esta no fue lo suficientemente buena. Enderece mi columna y levante la barbilla, y pase mas alla de la cortina. Ya hay algunas mujeres sentadas en las sillas, esperando. Todo el mundo parece estar relajado, mucho mas relajado que yo. Esto no es gran cosa. No estoy sola. Puedo hacerlo. Puedo aprender. Aplastando mi torpeza y ansiedad, tome asiento en la segunda fila. No quiero estar demasiado adelante o atras, simplemente quiero mezclarme estrategicamente. Esto es casi como elegir un nuevo asiento al comienzo del ano escolar. Reviso nuevamente la hora, y aun me quedan unos minutos. En la parte delantera de la clase hay una mesa larga, y en ella veo una variedad de juguetes sexuales, incluyendo algunos consoladores y vibradores. Esto es una clase de sexo oral y no estoy segura de para que se usaran, aunque no estoy segura de querer averiguarlo. Oh, Dios, seria estupido que nos hicieran practicar con eso, ?Verdad? Hay un caballete con el titulo de la clase escrito en colores brillantes y letra cursiva: !Mamadas y mas alla! Tambien hay un beso dibujado y un lapiz labial. Me pregunto que es lo que significa 'mas alla'. No lei el resumen de la clase en tanto detalle y todo lo que recuerdo que decia era que me encantaria. Pero ahora, mirando esos consoladores, estoy pensando que deberia haber leido mas de cerca y asegurarme de que no habia un aspecto practico en la clase. De cualquier modo, debo confesar que estoy menos preocupada de que me guste y mas preocupada de que a mi proxima pareja le guste. Si alguien mas reacciona de la forma en que lo hizo Dario, no creo que pueda soportarlo. Aunque sus palabras fueron una mierda, me siento terrible porque tuvo que fingir que fue feliz durante tanto tiempo. Siento no haber visto el problema antes y no haberlo solucionado. Si lo hubiera hecho, tal vez seguiriamos juntos. Unas cuantas mujeres mas han entrado en la habitacion y las sillas estan casi llenas. Es hora de empezar la clase, pero no hay senales de nuestra profesora sustituta. Vuelvo a revisar mi telefono por costumbre, notando que todavia siento una punzada cuando descubro que no hay ningun mensaje de Dario. Realmente no espero ninguno, pero hay una parte de mi que todavia tiene la esperanza. Me dispongo a borrar algunos correos electronicos de spam cuando escucho un grito ahogado de una de las otras mujeres, y un silencio colectivo cae sobre la pequena habitacion. Levanto la vista y me encuentro con uno de los hombres mas guapos que he visto. Incluso en mi cabeza suena ridiculo, pero realmente lo es. Lleva botas y jeans, una camisa con un par de botones desabrochados y las mangas enrolladas. Parece que estaria mucho mas comodo sin camisa, con un hacha en la mano cortando un arbol. No se si alguna vez he encontrado a alguien que encarne la esencia del hombre, pero en este chico la testosterona practicamente sale en olas. Su cara es salvaje, como si perteneciera a la naturaleza y no hubiera sido domado. Se ve feroz, aspero y algo tiembla en el fondo de mi. Luego sonrie y se le ilumina toda la cara. Siento que el aliento abandona mis pulmones. En una fraccion de segundo paso de ser salvaje a calido y encantador, pero igualmente bello. Me mira con esa sonrisa, y de alguna manera, siento que solo me mira a mi. Siento que todo mi cuerpo se vuelve gelatina. Incluso desde esta distancia puedo decir que sus ojos son de un peculiar tono de azul oscuro. --Lamento llegar tarde, senoritas. --dijo, con una voz profunda y aspera, que encaja perfectamente con ese exterior salvaje--. Ya saben como es el trafico en Los Angeles. Hay risas dispersas de todas las mujeres de la habitacion. El chico avanzo a la parte delantera de la habitacion y se apoyo casualmente en la mesa--. Mi nombre es Jaime Pettersen, y hoy sere su instructor.

  • Esta tormenta de James Ellroy

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    James Ellroy retoma la historia de Perfidia con esta nueva y brutal entrega del segundo Cuarteto de Los Angeles, durante los anos de la Segunda Guerra Mundial.

  • El enemigo conoce el sistema de Marta Peirano

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    Todo lo que no quieres pero necesitas saber sobre el poder, la economia, la sociedad y las telecomunicaciones en la era de la informacion.

  • Alex (Los hijos de monica amder 2) de Erina Alcala

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    La madre de Alex Ponce siempre estuvo enamorada desde que tuvo 12 anos del padre de Alex, Nolan Wilson, su vecino del rancho de al lado, pero este, unos anos mayor que ella nunca se fijo en esa chica seria, timida pequena y callada que fue. A parte de tener novia desde el instituto, Pam, la chica rubia, animadora y guapa. Su madre, Monica Ponce, habia nacido en Malaga, Espana, de padre malagueno y madre americana, cuyo abuelo, el bisabuelo de Alex, tenia un rancho en Dubois, un pueblo del estado de Wyoming y cuando este murio, los padres de su madre tuvieron que irse desde Malaga a hacerse cargo del rancho. Y su abuelo lo hizo prospero. Sin embargo, la noche de la fiesta de graduacion del instituto, sus padres lo concibieron. Sin saberlo, su abuelo, el padre de su madre quiso que su madre Monica, estudiara en la universidad de Malaga y asi estar con sus abuelos paternos. Y alli nacio Alex, al que su madre le puso su apellido y nunca, ni su abuelo ni su padre supieron de el hasta que su madre, regreso al rancho seis anos despues. El era pequeno y recordaba poco, recordaba haber conocido a su padre en el rancho cuando volvieron de Espana, poco tiempo, pero tambien recordo que su padre iba a tener otra hija con su novia que se habia ido a California y habia vuelto embarazada, llevandose a su padre consigo. Sin embargo, la novia de su padre perdio a su hija en el parto. Pero se caso con ella, meses despues y el siguio con su madre que tuvo que hacerse cargo del rancho y ponerlo a punto al morir su abuelo. Recordaba como estuvieron los dos solos y como su madre trabajo e iba de un lado a otro hasta dejar el rancho precioso. Contrato a trabajadores y se enamoro del cocinero, un chico de Montana, West y al que quiso mas que a su propio padre que no fue a verlo nunca mas, salvo llamarlo por telefono y mandarle dinero mensualmente. No lo volvio a ver hasta los 17 anos. Sin embargo, si recordaba irse al rancho de al lado de pequeno y hasta los 17, con sus abuelos, los padres de su padre que lo querian mucho. Su padre nunca le puso el apellido y su madre no quiso que West, su marido, le pusiera el suyo, para no hacer dano a su verdadero padre Nolan, y paso a llamarse Alex Ponce, el apellido de su madre que siempre tuvo y no quiso cambiarlo. Su madre tuvo dos gemelos de su padre West, el que lo habia criado con amor y lo queria como su propio hijo, y a los gemelos les puso su segundo apellido para que todos sus hijos tuvieran el suyo, Ponce, asi sus hermanos a los que llevaba siete anos, West y John, se llamaban Amder Ponce. Cuando Alex acabo el instituto, tanto sus abuelos paternos como su madre, vendieron sus ranchos y se fueron a Nueva York. Su madre le dijo que iban a cumplir el sueno de su padre West. West era un tipo alto, mas que su padre, guapo y fuerte de ojos negros profundos como sus hermanos. Era de Montana y tenia un rancho, que su hermana mayor, le hizo vender cuando murio su padre. Y aun conservaba la mitad del dinero de su rancho, pero al ver el anuncio de su madre buscando cocinero anos atras, fue a Dubois y nunca se arrepintio. Anos atras habia estado cuatro anos en Nueva York haciendo un curso extenso de chef, pero dejo su sueno de montar un restaurante por su madre. Se enamoro perdidamente de ella y nunca habia visto una pareja que se amara mas que sus padres. Siempre se lo decia a su madre, que queria un amor como el de ellos y una mujer como su madre, que se amaban tanto. El no veia que discutieran sino por tonterias y su padre cogia a su madre en alto y se le quitaba el enfado, y siempre estaba cogiendola y besandola y ella a su padre igual. Siendo el pequeno, participaba en esos juegos. En la adolescencia, le parecian pesados, pero despues eran una envidia para todo el mundo. Eran su media naranja, el amor de su vida cada uno. Cuando se fueron a Nueva York, compraron un apartamento enorme y precioso y sus padres montaron una cafeteria justo en el bajo del apartamento. El edificio tenia gimnasio y piscina. Y su madre siempre era la madre generosa que no queria que no le faltara nada a sus hijos, y su padre era mas recto y lo respetaban y querian y West, se emocionaba a veces, sin disimular nada. Justo el ano que se cambiaron a Nueva York, Alex recibio una beca para estudiar en Harvard, habia solicitado Derecho y alli, conocio a su mejor amigo, de Wyoming, de Cheyenne, la capital y durante los seis anos que permanecieron en la universidad, fueron los mejores amigos. Iban juntos a todos lados, estudiaban, salian con chicas. Mas un tonteo que otra cosa los primeros anos, pero el cuarto ano de universidad, Alex creyo enamorarse de una chica que en una de las fiestas que hicieron, chocaron y ella le echo su refresco encima. Tenia 21 anos y cuando miro la cara de esa chica asustada y preciosa, supo que habia tenido la mayor suerte del mundo. --!Ay Dios! Lo siento, siento haberte echado... --No pasa nada, ha sido un accidente --Dijo el casi encantado. -- Lo siento de verdad --Dijo de nuevo la chica. --Te lo perdono si vienes a que me cambie. --?A tu habitacion? --No te voy a comer. --?Que estudias? --Derecho ?y Tu? --Le pregunto Alex. --Yo tambien. --?Que ano? --Cuarto. --Yo tercero --Dijo ella. --Pero no eres de aqui por el acento, digo... --No, soy espanola, de Malaga. Marbella en concreto. --?En serio? --Si, ?Por que? --Yo naci alli, mi abuelo tambien lo era y mi madre, pero me viene a los casi seis anos a Wyoming a nuestro rancho, ahora vivimos en Nueva York --Le contaba mientras caminaban hacia su dormitorio. --!Que casualidad! Yo soy de Marbella y mis padres quisieron que estudiara en esta universidad. --?Tienes beca? --No, ?Tu si? --Si --Dijo Alex. --!Que suerte! --?Como te llamas? --Sofia ?Y tu? --Alex encantado, ya llegamos y me cambio. --Vale. Y lo acompano a traves del campus y se metio en el bano y se cambio. --Bueno, ya esta. ?Volvemos a la fiesta? --Si. --?A que se dedican tus padres? --Mi padre es medico y mi madre tambien. --?Son ricos? --No demasiado, solo que ganan bien y mis abuelos me dan algo para la universidad. --?Tienes mas hermanos? --Si, tengo uno mayor. Julio. Es policia en Malaga, pero ya es independiente. --?Que edad tienes? --20, pronto cumplire 21 en marzo. --Yo 21. Y cumplire en unos meses 22. Nunca te he visto por aqui --Siempre estoy en la habitacion o en la biblioteca. Tengo que estudiar, no puedo dejar que mis padres se sacrifiquen y no aprobar los examenes. A partir de esa noche, Alex, un chico de 1,85, de ojos verdes, pelo oscuro y cuerpo formandose, se creyo enamorado de Sofia, pequena como su madre, si pasaba de 1,60, con unos ojos castanos claros y un pelo castano por media espalda que era su debilidad, tenia un cuerpo precioso. Y cada vez que tenian un rato libre estaban juntos. Eran inseparables, asi como su amigo Jim de Wyoming que se echo otra novia Karen de Nueva York. Iban los cuatro a la biblioteca, a comer y cenar y salian por Cambridge. Y dos meses despues de conocerse, hicieron el amor en un hotel de Cambridge un fin de semana que se quedaron solos. El, ya se habia acostado con algunas chicas en tonteos los anos anteriores. Pero para Sofia era su primera vez y fue muy especial para los dos. Fue intenso y estaban enamorados como adolescentes. El adoraba a esa chica buena que lo adoraba a el. No habia otra. No se lo quiso contar a sus padres hasta que esa relacion tuviera mas tiempo, y ademas no queria preocuparlos y que pensaran que no estudiaba y estudiaba mas con ella. Alex era muy carinoso, y lo que aprendio de su padre West, lo ponia en practica, la cogia al vuelo, la besaba siempre, la tocaba y era su pequena espanola. Asi estuvieron un ano y medio, saliendo. Y cuando Alex empezo el master, justo a la mitad del primer ano de los dos que hizo de master, y cuando Sofia, terminaba la carrera, los padres de Sofia murieron en un accidente de coche y tuvo que volver a Espana para no volver mas. Y aquello fue muy duro para ambos que estaban tan enamorados. Alex recordaba como lloraban el dia que ella tomo el tren para irse al aeropuerto de Nueva York. Era el fin de todo. Alex se hundio en los libros y su amigo Jim, hacia lo que podia porque sabia lo enamorado que estaba de ella. Hablaban por Skype, pero sabia que eso no llevaba a ningun lado y ella no queria sufrir mas de que ya sufria por la muerte de sus padres, y dejo de hablar con el. Le dijo que se buscara otra chica y la olvidara. Alex termino su master, pero nunca olvido a Sofia, estuvo dos anos en casa de sus padres y lo llamaron para trabajar en un bufete, y a los 26 anos, se independizo, tenia trabajo, un apartamento situado en la misma avenida que vivian sus dos padres, y que le pagaron y decoraron entre ambos padres, y ademas tenia dinero. Sus abuelos cuando vendieron el rancho le habian dado un millon de dolares que su madre junto con lo que le habia ido dando su padre Nolan a lo largo de los anos, recibio. Y su cuenta fue aumentando con los dos anos que vivio en casa de sus padres y que no quisieron cobrarle nada. Vivia feliz, tenia todo, chicas no le faltaban y a veces veia a su amigo Jim que se mudo a Nueva York y seguia con Karen y cuando los veia juntos, se acordaba de Sofia, pero eso ya no podria ser. Sin embargo, ninguna chica fue como Sofia en esos anos. Sofia por su parte, al ano siguiente y con uno de retraso, tuvo que repetir curso en Malaga, el ultimo de Derecho, en cambio el master duraba un ano alli, asi que cuando acabo tenia 24 anos y vivia con sus abuelos. No habia olvidado a Alex y nunca mas salio con otros chicos. Queria ir a Nueva York, pero ?Como encontrarlo?, quiza tuviera novia, quiza... Pero iria. Asi que una noche cuando habia acabado su master quiso irse a Nueva York y asi se lo dijo a sus abuelos que, acongojados, no querian perder a su nieta. Su hermano en cambio le dijo que si ese era su deseo, se fuera y probara, si no, que volviera. Era su vida. --Pero abuelo, esta mi hermano Julio, he hablado y con el y con Manuela. --?Y que te ha dicho tu hermano y tu cunada? --Que haga mi vida. Hemos repartido el dinero y vendido la casa de mis padres. --?Y cuanto tienes hija? --Despues de pagar el master, casi 500.000 euros, seran mas en dolares, alquilare un apartamento en Manhattan. Donde vivia Alex con la intencion de verlo. Esa era la unica intencion, encontrar trabajo tambien, pero verlo...

  • Black out de Maria Moreno

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    Novela, memorias, retrato de epoca, microensayo, cronica social, diario intimo, registro cientifico, desnudo, critica, mapa: de la magistral mixtura de generos a las fronteras entre Plaza Miserere y Barrio Norte, o a los parecidos entre Emilio, el mozo que le alcanza la cartera cuando tropieza hacia la vereda, y Georges, el barman del Ritz que ante Hemingway ignora a Scott Fitzgerald.

  • Volvere cuando me encuentre de Tamara Sr

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    Esta es la historia de Irene, una chica normal y corriente.
    Nunca sabes que puedes llegar hacer o en quien te puedes llegar a convertir, cuando tu vida da un giro inesperado de 180o.
    Todo lo que conocia ya no volvera a existir, ahora la gente le tiene miedo, cruzan de calle, la senalan.
    Todo se complicara, porque ella guarda un gran secreto, que por ahora no debe ser descubierto.
    Todos su planes cambian, su vida vuelve a dar un giro, su corazon vuelve a latir, cuando menos se lo espera, aparece el, Brian.

  • Jamas Digas Mentiras de Lexy Timms

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    !La autora de Best Sellers del USA Today, Lexy Timms te trae una sexy y dulce novela romantica que te tendra apoyando a la mas debil todo el tiempo!

  • La gran fortuna de Olivia Manning

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    Una pareja inglesa de recien casados, Guy y Harriet Pringle, llega a Bucarest, la llamada Paris del Este, en el otono de 1939, apenas unas semanas despues de la invasion alemana de Polonia. Los habitantes de esta ciudad llena de contrastes, inmersa en la incertidumbre por la guerra y la inestabilidad politica, se aferran a una vibrante vida cotidiana mientras el caos se apodera de Rumania y del resto de Europa. Entretanto, Harriet empezara a conocer realmente a su marido, un extrovertido profesor universitario que se rodea de un animado circulo social, y tratara de encontrar su lugar dentro de ese peculiar elenco formado por estirados diplomaticos, damas acaudaladas, picaros seductores y arribistas.

  • La urbanizacion de Carlos Alvarez Parejo

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    Emma huye de la mafia rusa junto a su hija Anna por la costa de Espana. Su marido las ha abandonado a su suerte al contraer una gran deuda. Ahora, no tienen nada. Ni trabajo, ni casa, ni posesiones, ni dinero.
    Su huida las lleva hasta La Urbanizacion, un lugar paradisiaco y oculto en la ladera de una montana, cerca del mar. Alli solo existe la riqueza.
    Vanesa, su nueva y unica amiga, sera la encargada de presentarles a los hombres mas influyentes del lugar, ademas de mostrarles la unica y extrana norma que deben cumplir si quieren permanecer en este paraiso terrenal.
    Ni Emma ni Anna son capaces de imaginar que el eden en el que acaban de aterrizar puede convertirse en una autentica trampa.

  • Cuando llegaron las lluvias de B.j. Daniels

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    El sheriff Mitch Tanner, el soltero mas atractivo del condado, sabia que no iba a faltarle el trabajo… pero no estaba preparado para enfrentarse a un caso de asesinato.

  • Tuyo Para Siempre de Gwendolen Hope

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    A este tengo que hacerlo sufrir. Es parte del encargo, y si ese fue el pedido, solo puedo pensar que debe merecerselo. A mi, honestamente, no me importa. Puedo usar el baston y demorar unos cuarenta segundos o tomarme dos buenas horas en la bodega que Turturro pone a mi disposicion para esta clase de trabajos. Este, por ejemplo, debe terminar en la bodega, eso fue lo que me dijeron. Y alli terminara. Apago el cigarrillo y lo veo saldar la cuenta del restaurante con el camarero. Tiene el estomago colmado con su ultima cena y yo estoy listo para irme con el. Ha dejado de nevar pero la calle aun se encuentra resbaladiza, por este motivo una mujer que pasa a mi lado esta a punto de perder el equilibrio y habria terminado en el suelo si el hombre que la acompanaba no la hubiese sostenido. Rien del accidente que han evitado, luego intercambian algunas palabras, se besan rapidamente en los labios y me superan. La gente feliz me deja totalmente indiferente; no la envidio, no la compadezco. Simplemente no comprendo como se puede tener tanta necesidad de alguien mas. Sera que yo siento que no necesito a nadie. Me envuelvo con mas fuerza en mi chaqueta. Hace frio. Tengo que estar listo. Miro al otro lado de la calle. Mi objetivo ha pagado la cuenta pero aun no ha abandonado la mesa. Esta estudiando su telefono. Escribe, escucha una nota de voz. Luego, a su vez, graba una. Soy paciente, metodico, no me importa esperar, ni bajo la nieve, ni bajo el sol que quema la piel. Lo importante es completar con exito el trabajo que me han encomendado. Finalmente hace a un lado su telefono y se pone de pie. Se coloca su abrigo, en el ingreso saluda al maitre, quien le hace una reverencia. La ultima. Atraviesa la puerta del restaurante y se encuentra en la calle. Yo cruzo, comprobando fugazmente que no vengan coches, y me posiciono detras de el. Confundirse entre las personas que pasan, hoy es facil. Son las nueve de la noche y estamos proximos a Navidad, las calles del Queens estan repletas de personas que van en todas las direcciones, con las cabezas gachas y las manos llenas de regalos y bolsas de compras. Todos estan atontados por las luces, nadie mira exactamente donde deberia. Regresan a casa para cenar o pasar la noche luego de una jornada de trabajo y diligencias. La gente es adicta a estos habitos, tanto que no nota lo demas, lo que la rodea, los detalles. Mi hombre no es la excepcion. En lugar de girarse cada tanto para comprobar si alguien lo sigue, mira fijo, saca el telefono y responde una llamada, termina y devuelve el movil al bolsillo. Y con todo, no se trata de un santo, una minima sospecha deberia tener. Sin embargo, no. Se detiene en una tienda y me veo obligado a demorar el paso y luego a detenerme tambien yo, a distancia para no ser descubierto. Finjo estudiar un escaparate pero lo mantengo bajo control con el rabillo del ojo. Cuando las calles estan discretamente atestadas es dificil hacer lo que tengo que hacer sin ponerme en evidencia. Pero no me importa. Ni un gramo de preocupacion pesa sobre mi alma. Me siento completamente vacio y no me detengo a preguntarme si eso es algo bueno o malo. Mi objetivo comienza a caminar de nuevo y lo mismo hago yo. En la esquina gira. Se dirige a buscar su coche. Vive un tanto lejos de aqui y yo he estudiado bastante bien sus movimientos como para saber que no utiliza medios de transporte publicos. Se mueve en su propio automovil y nosotros estamos en las proximidades de un gran parking subterraneo. Podria haberlo dejado alli abajo. Parking subterraneo quiere decir camaras de vigilancia. Tengo que poder interceptarlo antes. Para mi sorpresa, no baja al aparcamiento sino que se dirige a otro lado. Gira en un callejon aun menos concurrido. Se acerca a un coche pequeno, coge las llaves de su bolsillo y, mientras tanto, mira una vez mas al telefono. Esta maldita mania de los moviles hace que la gente se vuelva estupida, como el. Si no estuviese mirando su telefono, podria ver a un hombre con gorro de lana aproximandose y tener una pequena duda acerca de lo que quiere. Pero no, no lo hace. De modo que, cuando apresuro el paso, me avecino y le hablo, desconoce por completo la situacion y no se encuentra preparado. --?Tienes fuego? --le pregunto cuando estoy practicamente a su lado. --No --responde en forma poco cortes y sin levantar la vista. Mirar menos el telefono en ocasiones puede salvar vidas, seria necesario tenerlo presente. Ya he sacado la mano derecha del bolsillo, la que empuna la pequena jeringa llena de Rohypnol. La clavo en su cuello con un gesto seco. Se gira, insulta y me mira primero con sorpresa y luego con terror. Sostengo su mirada mientras tomo las llaves directamente de su mano. Con un brazo rodeo su cintura para evitar que caiga y con el otro abro la puerta del coche. Se ha aflojado y rapidamente lo deposito en el asiento del conductor, luego con un par de maniobras muevo su cuerpo al sitio del pasajero. Le ajusto el cinturon de seguridad y me ubico detras del volante. Su cabeza se balancea, la posiciono de modo tal que parezca que esta dormido. Bien, ahora puedo trasladarlo a mi lugar secreto para terminar aquello con lo que acabo de comenzar. Si debe sufrir, sufrira. *** Me tomo cuatro horas, de las cuales una la utilice para limpiar. Sali del viejo sotano arrastrando dos bolsas de residuos negras y reforzadas. Las cargue en el furgon para descartarlas. Luego regrese y limpie con meticulosidad. Lo hago siempre, cada vez que vuelvo aqui todo debe estar en perfecto orden. Me muevo en absoluto silencio, como de costumbre. Ninguna distraccion, nada de musica, nada de pensamientos que se entrometan en mi cabeza. Es mi trabajo, lo demas no me importa. Llevo el furgoncito al vertedero que funciona dia y noche. Hay un hombre de Turturro en el ingreso. Me conoce, sabe que debe dejarme pasar y de hecho lo hace, levanta la barrera sin hacer preguntas y estoy dentro. La maquina que se ocupa del tratamiento de los residuos trabaja siempre y yo despacho alli los dos sacos. Hecho. Giro y me voy sin sentir nada: ni alivio, ni remordimiento, ni nervios. Nada de nada. ?Que puedo hacer? Beber algo. En este momento, es la unica idea que consigue despertar algo de interes en mi. Subo nuevamente al furgon y lo llevo al sotano. Tomo el coche y conduzco hasta un bar que se encuentra en la carretera principal, al que visito con bastante frecuencia. No dejo que nadie aqui dentro se me acerque demasiado ni entre en confianza conmigo y, mientras nadie ponga atencion en mi, podre continuar viniendo. Me siento en la barra y el barman me pregunta que quiero. --Un whisky solo --respondo. He aprendido a decirlo asi, aunque lo que verdaderamente querria es un rakija torcibudella, de esos que bebia cuando era chico en Sofia. Tomaba fundamentalmente brlja porque el alcohol de calidad no podia permitirmelo. Bebo pequenos sorbos del liquido, disfrutandolo. Es lo unico bueno, lo unico que esta noche puede suscitar un sentimiento positivo en mi. Pero pronto se acaba y deja tras de si un sabor amargo. Apuro la copa y abandono el bar. Necesito descansar. Capitulo 2 Anna Han llamado a la puerta. --!Yo voy! --Ya estoy bajando las escaleras que del piso de arriba conducen al salon, por lo tanto no me cuesta nada acercarme a la entrada. Tocan nuevamente, quien quiera que sea debe estar impaciente y yo se quien es. --!Voy! --digo en direccion a nadie en particular. Abro la puerta de casa y una rafaga de aire frio me golpea precisamente en el momento en que veo a mi hermana y a su novio en el portico. --Haznos pasar, !hace un frio de perros! Su entrada a la casa trae salpicones de agua mezclada con nieve por doquier y una sensacion de frio intenso y penetrante. Rose tiene un abrigo verde salvia que se enlaza en la cintura y que cubre gran parte de sus piernas. Guantes, bufanda y gorro son negros, al igual que su bolso. Pero su bufanda es demasiado ligera y el gorro lleno de lentejuelas es solo decorativo si se tiene en cuenta el frio que hace por estos dias. Ronald, su novio, es tan elegante como ella pero sufre menos el frio. Su abrigo gris debe ser pesado, con toda esa piel de oveja en el interior, y ademas lleva guantes acolchados que parecen mantener sus manos bien calientes. Para los hombres es mas simple ser elegantes. Para los hombres todo es siempre mas facil, al menos en mi familia. Rose hace que Ronald la ayude a quitarse el abrigo y mientras tanto no deja de hablar. Se deshace del sombrero y una cascada de cabellos oscuros y gruesos flota sobre sus hombros. Sus ojos brillan por el entusiasmo. Ha vivido alguna aventura, esta contenta y no puede esperar para contarnoslo. --?Donde esta mama? Tenemos que hablar del almuerzo de Navidad, aun no hemos acordado la segunda parte del menu y debemos hacerlo cuanto antes. Los padres de su novio pasaran Navidad con nosotros y Rose quiere causar la mejor de las impresiones. Es por eso que en estos ultimos dias previos al evento esta siempre alterada y nerviosa. Sera la ocasion perfecta para una presentacion oficial, un paso mas para sellar la amistad de nuestras familias. Yo no tengo novio, por lo tanto no puedo comprender que se siente pero creo que, incluso si lo tuviera, de todos modos no entenderia. Rose y yo somos completamente diferentes y no solo esteticamente hablando. Ella tan femenina y refinada, y yo tan simple y practica. --?En que punto te encuentras con tus regalos? --me pregunta jadeante mientras hurga en su bolso. --Voy bien --respondo. Para no decir que no he comenzado aun. --Debes darte prisa, si esperas al ultimo minuto no encontraras nada. --Ha cogido su celular y comienza a revisar sus mensajes. No encontrar nada en Manhattan es practicamente imposible, pero no se lo senalo porque Rose esta en pleno delirio. En cambio miro a Ronald, quien me hace un guino comprensivo que yo devuelvo con una sonrisa. En terminos generales me gusta Ronald, es perfecto para Rose. Y no lo pienso solo yo, lo piensa tambien mi familia y en especial mi padre, Joe Turturro. Si el no lo quisiera, mi hermana no podria ver a Ronald ni siquiera con binoculares. En la familia Turturro uno no se casa por amor o por eleccion. El matrimonio es un contrato, un trampolin, un modo de estrechar alianzas entre familias. Afortunadamente mi padre quiere. Y quiere porque Ronald es un Russel y su familia es lider en el sector de la cria intensiva de aves de corral. Parece que, para mi progenitor, los Russel son socios indispensables en la gestion de su cadena de restaurantes. Sea como sea, Ronald es un hombre guapo, parece enamorado de Rose y eso es suficiente para mi. Sera el mechon rubio que cae sobre su frente o ese aire de principe azul de cuento de hadas. Son perfectos el uno para el otro, como dos piezas de un puzzle que encastran a la perfeccion para formar un diseno. Los sigo al gran salon de la planta baja, alli a donde me dirigia antes de que llamaran a la puerta. El gran pino fue ubicado frente a la ventana que da a la calle. Siempre en el mismo sitio, cada ano, desde que tengo memoria el arbol de Navidad en mi casa nunca ha cambiado de ubicacion. Marita, nuestra ama de llaves, esta de pie en el ultimo peldano de las escaleras y sigue con la frente fruncida las instrucciones de mi madre que le dirige: un poco mas arriba, un poco mas abajo, para colocar la guirnalda. Mi madre lleva un vestido moteado que no estiliza su figura en absoluto, pero a ella no le importa porque es de disenador y eso es lo unico que basta para convertirlo automaticamente en una prenda apta para formar parte de su guardarropas. No puede conjugar la pasion por la moda con la que siente por la mesa, especialmente por la pasta y los platos italianos, pero tambien eso parece no interesarle. Para ella unicamente es importante hacer ver que tenemos dinero, lo demas viene solo. --Rose, Anna, vengan aqui. ?No deberia estar mas alto ese grupo de bolas rojas? ?Aquel bajo el puntal? !Marita, date prisa con ese puntal! --Marita se pone en puntillas balanceandose hacia delante y hacia atras y por un instante pienso que sucederia si cayera de la escalera. Mi hermana se lanza inmediatamente en la discusion y tambien ella le da instrucciones a Marita. A mi, sinceramente, no me importa. Solo me limito a notar lo similares que son mi madre y mi hermana. Rose es mas alta y mas delgada pero dentro de treinta anos sera redonda como mama. Tienen los mismos ojos oscuros y el cabello de una tonalidad de negro que parece casi azul. Ambas poseen un desarrollado sentido del buen gusto y no saldrian de casa si no pudieran hacer combinar correctamente zapatos y bolso. Yo soy diferente. Tengo la impulsividad y la impaciencia de mi padre, ademas de dos ojos de color verde melancolico y tez clara. Verde melancolico. No verde claro u oscuro o verde intenso. Durante un periodo lo defini como "bosque" para ser menos cruda, pero mi madre siempre ha dicho melancolico, un adjetivo que por si solo tiene el poder de absorber toda la poesia del verde. Luego esta mi palidez. Siempre me veo asustada, con estos grandes ojos que destacan en un rostro demasiado redondo. No soy fea, pero tampoco guapa, lo que es seguro es que soy muy diferente a Rose. No tengo su altura, no tengo su clase, no tengo su belleza. Solo tengo el mismo apellido. Marita ejecuta las ordenes de pie sobre la escalera, mientras mama y Rose no consiguen decidirse. Llaman nuevamente a la puerta. Estoy lista para ir otra vez, ya que soy la menos implicada en la decoracion, pero Ronald me detiene en el corredor tomandome por un brazo. Literalmente me frena, con bastante energia, como si pudiera escapar de su agarre. --Deja, voy yo. --No entiendo el por que pero le hago un gesto de asentimiento con la cabeza. Me adelanta y con su altura obstruye mi campo visual. No deberia importarme, pero soy curiosa por naturaleza y el brazo por el que Ronald me ha cogido me duele todavia un poco. Echo un vistazo nuevamente hacia el salon y luego miro la entrada. La puerta esta abierta, hay un hombre en el umbral, que veo con dificultad debido a la presencia de Ronald. Intercambian algunas palabras, luego el prometido de mi hermana lo hace entrar y entonces yo lo veo al pasar. No lo conozco, debe ser alguien que esta aqui para ver a mi padre. Es alto, robusto y macizo. No me mira. Giro de inmediato la mirada hacia el corredor que lleva al estudio. Ronald va a sus espaldas, escoltandolo, aunque el desconocido es mas alto y poderoso que el. Ambos desaparecen rapidamente de mi vista. Un escalofrio recorre mi cuerpo. No se por que, pero ese hombre me ha causado un sentimiento de inquietud y miedo. Rose se asoma. --?Ronald? --Esta con papa --respondo-- con un tipo que acaba de llamar a la puerta. --Quisiera agregar "alguien que mete miedo con solo verlo" pero me contengo. Fue simplemente una sensacion y es usual que a casa vengan personas desconocidas, socios de negocios de mi padre. Pero son en su mayoria hombres distinguidos, envueltos en abrigos de cachemira, no tipos grandes y robustos que parecen recien salidos de la carcel. --?Quien? --No lo se. Casi dos metros de alto, macizo, no le he visto bien la cara. Rose no responde, entonces dejo de mirar el corredor y me giro. Su rostro esta serio, casi asustado. --?Lo conoces? Pero no tiene tiempo de responder porque la voz de mi madre interrumpe la conversacion. --?Quereis venir? ?O tengo que hacer todo sola? *** Han pasado mas de cuarenta minutos. Casi hemos terminado de adornar el arbol y yo he ido cien veces del salon al corredor, asomandome con frecuencia ante el mas minimo sonido. Quiero ver al hombre que se encerro con Ronald en el estudio de mi padre. Tengo curiosidad, ni siquiera yo se por que. Era tan alto, grande, con un aire esquivo y misterioso. No misterioso. Temible. Debo llamar a las cosas por su nombre. Estoy colocando las guirnaldas que hemos decidido no usar en la caja que se encuentra justo fuera de la sala de estar, cuando escucho que la puerta del estudio de mi padre se abre y luego se cierra. Pasos en el corredor. De dos personas. Me tenso pero permanezco inclinada guardando los adornos y luego levanto la cabeza para mirar. Ronald escolta al desconocido hasta la puerta de entrada. Lo miro nuevamente, esta vez de espaldas y una vez mas tengo la sensacion de encontrarme junto a un hombre que da miedo. Ronald abre la puerta de casa. No se estrechan la mano y el hombre se marcha ya. Yo estoy inmovil, como hipnotizada, mirando ese par de hombros gigantes que hacen parecer pequeno incluso al novio de mi hermana. El sujeto voltea por un instante en mi direccion. Ahora si, me ha visto, estoy segura. Por una fraccion de segundo nuestras miradas se cruzan y advierto una extrana sensacion en la base de la espina dorsal, como un hormigueo insistente, una senal de alarma que induce a escapar a toda velocidad sin mirar atras. Me siento como paralizada mientras Ronald abre la puerta y el tipo sale. Se va. El novio de mi hermana abandona el corredor y regresa sobre sus pasos en direccion al estudio de mi padre. Hay algo en el suelo, un trozo de papel, tal vez un boleto, no se que es. Yace alli, en la alfombra. Sin pensarlo, avanzo hasta la puerta ahora cerrada. Podria ser suyo, del hombre que acaba de dejar nuestra casa. Podria ser importante o no representar nada. No estoy segura que es lo que me lleva a hacerlo, pero abro la puerta. Una rafaga de aire frio me golpea, como antes, sin piedad, pero de todas formas avanzo y bajo los pocos escalones que separan nuestra casa de la calle. El hombre de enorme figura y contextura de luchador ha hecho varios pasos ya y esta casi llegando a la esquina. Mis pantuflas se empapan con la nieve y mis pies comienzan a enfriarse, pero de todos modos avanzo, con una mezcla de temor y expectativa. Ni siquiera se por que lo estoy haciendo pero probablemente me arrepentire. --!Disculpe! --llamo. Pero el no voltea. Hay viento y avanzo con dificultad. --!Hey! --continuo y lo alcanzo. Mi voz tan cercana hace que se gire y, en el instante en el que voltea su cuerpo hacia mi, me pregunto que se me paso por la cabeza. Me detengo y siento que me falla la respiracion. El me mira y yo no se que decir. Parece que lo he olvidado. El hecho es que hay algo raro en su cara. Tal vez la mirada. Si, debe ser eso, tiene un ojo mas abierto y en el otro el parpado esta algo bajo, ambos son de un azul intenso pero no exactamente identico. En conjunto posee una belleza ruda y desconcertante, una belleza no para ser admirada sino temida. De cerca su rostro es serio. Si esta sorprendido no lo deja ver, mas bien parece indiferente. No sabria bien como definir su aspecto, sino diciendo que me resulta interesante en un modo tosco y casi temible. Tiene la barba rasurada pero evidentemente, acaba de volver a crecerle, negra y poblada. Sus cabellos, por lo poco que se puede ver en las sienes, son oscuros y cortisimos y sus labios estan cerrados y se ven duros. Parece un condenado a cadena perpetua que evadio su pena. Esta comparacion me salta en mente tan de repente que ciertamente no consigue tranquilizarme. No dice nada, espera que yo le esclarezca por que lo detuve. Y subitamente parece que lo he olvidado. Extiendo la mano, la que tiene el folleto y, para mi gran pesar, tiemblo. --Creo que se te ha caido a ti --le digo tendiendole el papel pero mirandolo a los ojos. Esos ojos: ?que tienen de diferente? El alarga su mano y toma lo que le doy sin dejar de mirarme. Nuestros dedos se rozan ligeramente pero no esta prestando atencion a mi mano. Me mira solo a mi. No dice gracias, no dice nada. --Tal vez es importante --dejo caer avergonzada. Algo no esta bien. ?Por que no habla? ?Por que no dice nada? Aunque sea un simple gracias seria suficiente para romper la tension. --Ok, era solo eso --agrego casi arrepentida de mi impulsivo gesto. Yo soy impulsiva. Si no lo fuera no lo habria seguido, me hubiese quedado adornando el arbol de Navidad y no hubiese pasado mas de media hora con las orejas paradas para controlar quien salia del estudio de mi padre. Ahora que he aplacado mi curiosidad, ?que he ganado? Solo verguenza. Cuando ya he perdido las esperanzas de que este tipo pudiera decir algo, me sorprende. --Gracias --pronuncia con un acento extrano. Tiene una voz baja y profunda. --De nada --respondo. Es extranjero, seguro. --?Como te llamas? --me arriesgo. Si ha hablado una vez... Parece pensarlo mientras no deja de penetrarme con sus ojos. Luego mira a su alrededor, como comprobando si habia alguien mas ademas de nosotros, como si satisfacer mi curiosidad no fuese una buena idea y estuviese dispuesto a hacerlo solamente si no hubiese gente en las inmediaciones. --Andrei --responde al final. Definitivamente es extranjero. --Entonces, !chau, Andrei! --digo. El no me devuelve el saludo. Simplemente me da la espalda y se va.

  • Baluarte, Elvira Sastre de Elvira Sastre

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  • Los trillizos sorpresa del multimillonario de Ciara Cole

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    El bebe sorpresa de un multimillonario. !por tres!

  • El ultimo tren de la estacion del norte de Andres Gonzalez-barba

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    Carlos Agudo es un detective privado especializado en resolver casos de poca monta hasta que un dia recibe un extrano encargo, buscar un antiguo codice medieval que se creia perdido, el <>. Mientras tanto, Arturo Enigma, un escritor que antano tuvo mucho exito con un best seller, es requerido por un estrafalario personaje para escribir la historia mas inquietante que jamas le haya llegado a sus manos. Ambos aceptaran estas pruebas del destino para intentar escapar de la anodina existencia en la que se encuentran, pero al mismo tiempo se introduciran, sin pretenderlo, en una peligrosa espiral que tendra unas consecuencias poco esperadas para ellos. Misterio y terror se mezclan por iguales dosis en esta novela que no dejara indiferente a nadie.

  • Cuentos Descorteses de Leon Bloy

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    Leon Bloy, coleccionista de odios, no excluyo de su amplio museo a la burguesia francesa. La ennegrecio con lobregas tintas que justifican el recuerdo de los suenos de Quevedo y de Goya. No siempre se limito a ser un terrorista; uno de sus mas curiosos relatos "Les captivs de Longjumeau" prefigura asimismo a Kafka. El argumento puede ser de este ultimo; el modo feroz de tratarlo es privativo de Bloy. (...)

  • La Caceria de Alejandro Paternain

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    Esta es una novela singular, insolita en la literatura actual en lengua espanola. Relata las peripecias y combates de una goleta corsaria uruguaya entre 1819 y 1821, durante la campana naval que abarca el periodo de las invasiones portuguesas. Su autor, Alejandro Paternain, ha sido calificado como un clasico vivo, en quien se dan feliz cita la literatura, la historia y la aventura. Pero esta vez ha hecho algo mas que escribir una novela sobre el mar. Su gran logro es trasladar al lector a la cubierta de esas embarcaciones, con todo el trapo arriba, el viento en la jarcia, y en la boca el sabor de la sal y el aroma del peligro. Eso es lo que me hizo admirar sin reservas estas paginas desde el momento que cayeron en mis manos, en noviembre de 1996, en su primitiva edicion uruguaya. Digna de figurar junto a los mejores relatos navales de Patrick O'Brian y C. S. Forester, La caceria es una epopeya ruda e inolvidable. Nos devuelve al tiempo en que una raza especial de hombres aun surcaba los mares en busca de gloria, de fortuna y de libertad. ARTURO PEREZ-REVERTE.

  • El terror – Dan Simmons de Dan Simmons

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    La verdadera historia de una legendaria expedicion al Artico, transformada en una excitante y extraordinaria novela en la linea del mejor Stephen King o Patrick O’Brien y llevada a la TV en una extraordinaria serie de 10 episodios.

  • Lecturas con daiquiri de Manuel Vicent

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    Vuelve Manuel Vicent con una recopilacion de articulos en los que brilla su mirada inteligente, critica e ironica de la realidad.

  • Cada pequeno beso (Besos junto a la Bahia 1), Susan Hatler de Susan Hatler

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    Cuando Wendy Watts dejo la bahia de la Luna Azul juro que nunca mas volveria a la pequena ciudad costera donde sus padres la habian abandonado junto a su hermano. Ahora era una agente inmobiliaria de gran exito y una adicta al trabajo, algo que la mantuvo alejada de complicadas emociones hasta que su abuela murio, dejando a Wendy la posada en la bahia de la Luna Azul y ordenando que la vendiera, siendo la misma Wendy “en persona” la que la pusiera en el mercado.

  • Lucia (Serie Hermanas Egea 1) de Marilo Lafuente

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    Lucia es una mujer alegre, guapa, presumida y tambien muy responsable. Estudio Direccion de empresas y dirige el negocio familiar: una fabrica de cafes, junto a sus hermanas y padres, donde ponen todas sus energias e ilusion.
    Manuel, su novio, es un hombre serio, reflexivo e inteligente. Tambien estudio Direccion de Empresas, como Lucia y se convirtio en un agresivo directivo de una famosa multinacional.
    Se conocieron en la universidad y lo suyo fue amor desde el primer tropezon. Durante los primeros anos, viven en Barcelona muy cerca de la playa y su convivencia es la de una pareja normal, con sus enfados y sus momentos de pasion. Pero siempre hay algo que enturbia ese amor y en este caso, el orgullo de ambos sera un mal ingrediente, ya que antes de dar su brazo a torcer, seran capaces de destrozar su vida.
    Lucia; el primer volumen de la serie, Las Hermanas Egea, llega para demostrarte que a veces, lo que mas importa no es el orgullo, si no la persona que tienes al lado. ?Podran doblegar cada uno su caracter?

  • El silencio de Clara Lyndon de Elene Lizarralde

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    Su talento la hizo duena de su vida.

  • Aqui le echamos muchos huevos… a la tortilla, Garcia de Saura de Garcia De Saura

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    Maica, alias Zape, es hija de un camionero, ferviente odiador de los franceses, y, a sus veintiseis anos, finalmente ha conseguido graduarse en Quimica.

  • Bruja de Mary Ann Taylor

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    Cuando acude esa noche a una playa para iniciarse en la brujeria lo unico que Pat pretende es vengarse de su ex novio, sin embargo, cuando los acontecimientos empiezan a precipitarse en el pueblo ella decide echarse atras… pero ya es tarde.

  • 7 Alas de Victor Diaz Sanchez

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    ?Te imaginas un mundo en el que existen hadas y elfos que, unidos a los humanos, luchan codo con codo contra las huestes de orcos? Ese mundo existe y se llama Malphalis. En el se esta librando una guerra cruenta desde hace siglos, aunque a dia de hoy se siguen sin conocer muchos aspectos de los comienzos de esta.
    ?Y si existiera un modo de acabar con la guerra? ?De conseguir un periodo de paz que permita prosperar? El precio a pagar es la traicion hacia las hadas. Lo que las obligara a huir de ese mundo al que ya no pertenecen. ?Hay alguna posibilidad de restablecer la antigua alianza? Cuatro hadas regresaran a su antiguo mundo tras descubrir el deplorable estado en el que se encuentra despues de su marcha para intentar conseguirlo y de paso desvelar, poco a poco, todos los enigmas que se ocultan en la contienda.

  • El bosque oscuro (Trilogia de los Tres Cuerpos 2) de Liu Cixin

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    La esperada continuacion de El problema de los tres cuerpos, el mejor libro de ciencia ficcion y fantasia de 2016 segun El Periodico, y uno de los diez mejores libros de ficcion de 2016 segunPlayground.

  • Biovigilados de Roxana Tabakman

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    Un peligro viral se extiende sobre varias poblaciones sin que la comunidad cientifica tome cartas en el asunto. Una talentosa investigadora desarrolla la vacuna que podria evitar la tragedia, pero cuando inicia la inmunizacion libera involuntariamente una dosis alterada que produce mutaciones geneticas monstruosas.

  • La hija mayor (eLit) de Dani Sinclair

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    Hayley Thomas siempre habia sido la mas atrevida y audaz de las dos gemelas herederas de Heartskeep… hasta que comenzaron los desvanecimientos, las puertas que se cerraban solas y los susurros a media noche. Parecia que alguien estaba jugando con ella, ?o acaso se estaba volviendo loca?

  • Desde mi piel de Maria Moreno

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    Cuando me desperte me dolia terriblemente la cabeza y quise llevarme las manos a las sienes. Entonces me di cuenta de que estaba atada a la cama. Abri los ojos y mire a mi alrededor prestando toda la atencion que era capaz de prestar. Estaba aturdida y no veia con claridad, mi alrededor se presentaba borroso ante mi. Todo parecia muy blanco, muy limpio, y percibi el olor aseptico de los hospitales. No sabia que habia pasado o que estaba haciendo en este lugar. Entre imagenes que mi memoria se empenaba en traer a mi mente, olores que no podia identificar y un miedo atroz que no sabia de donde procedia, mi nombre aparecio de repente: "Miriam. Soy Miriam", me repeti mentalmente como si el mero hecho de recordar como me llamo fuera un triunfo Me llamo Miriam Santa Cruz y hoy he recibido un regalo que he estado pidiendo desde el mismo dia en que abri los ojos en este lugar: un cuaderno y un boligrafo. Parece ser que la doctora C ya no considera un peligro un simple boligrafo. En realidad nunca lo ha sido. Lo unico que queria era ordenar todo lo que va apareciendo en mi mente. Al principio eran imagenes sueltas que no significaban nada para mi, pero ahora son piezas del puzle que es mi vida que me quieren contar la historia de como he llegado hasta aqui. Cuando abri los ojos en un entorno tan blanco y tan limpio senti el inmenso alivio de haber conseguido lo que queria: por fin habia muerto. Eso era lo que pretendia aquella tarde en que me corte las venas y me meti en la banera para entregarme lentamente a mi destino. Y fue tan dulce el vaiven del agua carmesi contra mi fragil cuerpo, proporcionandome la paz que tanto habia ansiado, que este lugar inmaculado no podia ser otra cosa sino el final del camino. Por unos instantes pense que mis hijos aparecerian en algun rincon y los busque...los busque con los ojos y con el corazon, pero no estaban. Y me invadio una tristeza de otro mundo al recordar que ya habia despertado en lugares similares en otras muchas ocasiones, entumecida, dolorida, sedienta, con los ojos cerrados por la hinchazon de tal forma que no podia ver con claridad donde estaba y presa de un dolor fisico que se me antoja ahora mas leve que este sentimiento tan profundo que se ha aduenado de mi. El dolor fisico puede paliarse. El dolor del alma no. Me volvi a dormir sin querer. No podia mantenerme despierta, casi no podia ni fijar la vista. Ademas, durmiendo recuperaba la fantasia de que estaba muerta porque era un sueno sin suenos, un sueno en paz provocado por la medicacion, la misma medicacion que callaba las voces de mi cabeza que me decian que mis hijos me esperaban en algun lugar. La siguiente vez que recuerdo haber despertado vi a una mujer vestida con una bata blanca que me miraba. No la distinguia muy bien porque no podia enfocarla, pero recuerdo que me dijo: -No te preocupes. La vision borrosa y la somnolencia son efectos secundarios de la medicacion que iran desapareciendo poco a poco. Su voz tambien desaparecio lentamente en mis oidos, como en tantas ocasiones en que no pude despertar del todo. Hasta que un dia o una noche, por fin logre mantenerme despierta. Recuerdo que entro una mujer con una bata blanca que no reconoci como la que habia hablado conmigo en otras ocasiones hasta que oi su voz al preguntarme: -?Como te encuentras? Entonces me di cuenta de que jamas olvidaria esa voz porque me recordaba a la de mi madre. Hay voces que son eternas, que sobreviven mas alla del tiempo y la muerte y en aquel momento llegue a pensar que era a mi madre a la que estaba escuchando. La mire fijamente unos instantes. Era alta, de complexion media y con el pelo rizado por encima del hombro. Debia tener unos cincuenta. Esta vez se acerco a mi y me toco suavemente el brazo donde tenia las vias para el suero y la medicacion, en un intento de transmitirme su apoyo. Por fin me volvio a hablar y yo pude comprobar que esta voz que me era tan familiar iba acompanada de un rostro que no recordaba haber visto en mi vida. -?Como te encuentras? ?Puedes verme bien? ?Sabes donde estas? Y juro por lo mas sagrado que queria hablar aunque solo fuera para decirle que la razon por la que estoy aqui es porque fui lo bastante idiota como para no cerrar con pestillo la puerta del cuarto de bano cuando decidi que no podia aguantar tanto dolor. Sin embargo, las palabras se perdian en el camino a mis labios, agolpandose en mi garganta luchando por salir. Aquella vez no lo consiguieron. Lo que si salio fueron mis lagrimas a borbotones, que quemaban al recorrer mi rostro. Me dolian los ojos y cuando el liquido salado alcanzo mis labios, me escocieron terriblemente. Pasado un tiempo descubri que llevaba sedada dos semanas seguidas desde el dia en que, antes de que me ataran a la cama, intente saltar por la ventana una vez y acabar con mi vida a golpes contra la pared en otra ocasion, llegando incluso a mancharla de sangre. No fue mi unico intento de acabar lo que habia empezado aquella tarde en mi banera, al parecer tenia una gran habilidad para darme cabezazos con las paredes o usar cualquier instrumento que las enfermeras trajeran a mi habitacion para autolesionarme, nunca a los demas, solo a mi. Yo solo queria morir... y no me dejaban. Y por eso seguia atada. La doctora C creia que habia que esperar a que dejara de autolesionarme antes de pensar en soltarme las manos. Tambien los pies los tenia atados por seguridad. Una enfermera salio al pasillo a avisar al medico mientras yo descubria que en esta habitacion no habia ventanas. Por eso habia perdido por completo la nocion del tiempo. Por eso este cuarto era tan horriblemente blanco y brillante de dia y tan descorazonadoramente negro por la noche. Por eso y por los sedantes, supongo. Por desgracia, a partir de aquel momento empece a pasar mas tiempo despierta que dormida. No me gustaba la habitacion. Me recordaba a una despensa o al temido cuarto de las ratas donde las monjas del colegio amenazaban con encerrarnos si nos portabamos mal. A lo mejor era el infierno... o el purgatorio. Mire a mi alrededor. Nada. Ni cuadros, ni sillas. Nada. Solo la cama en que permanecia postrada y el suero que me mantenia con vida. En algun momento, supongo que por la manana o a medio dia, aparecio una enfermera en la habitacion y me dijo que me iba a liberar de algunas cosas entre las que no se encontraban mis ataduras. Era una mujer ya mayor, muy delgada, pequena y arrugada como una pasa. Recuerdo que tenia los ojos y los dientes pequenos. Nunca me gustaron las personas con ojos y dientes pequenos. De pequena se me antojaban duendes malos y supongo que nunca lo supere. Me quito la aguja que llevaba el suero a mis venas y luego la sonda. Casi me regano cuando me dijo: -Ya esta bien, bella durmiente. Si quieres hacer pis tendras que levantarte. Tuve la impresion de que estaba enfadada conmigo, pero no se me ocurria por que pues no recordaba ni haberla visto antes. -Quiero que quede clara una cosa- me dijo mientras enredaba alrededor de la cama- Te vamos a dar manzanilla y yogur para ver como toleras las alimentacion. ?Puedes negarte? Puedes. Entonces volvere con una sonda naso-gastrica y a eso si que no te podras negar. ?Esta claro? La presencia de esta mujer pequena y chillona me intimidaba enormemente. Salio de la habitacion y unos minutos despues aparecio la doctora que me era familiar. Traia consigo una silla plegable que abrio y coloco junto a mi cama antes de sentarse. -Hola - me dijo intentando aparentar indiferencia - Me alegra verte despierta. Quiero hablar contigo sobre algo muy importante. Quiero quitarte las ligaduras que te tienen sujeta a la cama, pero para eso necesito tu colaboracion. Mi mirada bajo instintivamente hasta las ligaduras de mis manos y subio para volver a encontrarse con los ojos de la doctora: -Necesito saber que no te vas a intentar hacer dano. ?Puedo confiar en ti? Parpadee. No sabia que decir. No sabia que queria decir con aquello. Imagine que debia haber hecho algo terrible para que todos en este lugar estuvieran enfadados conmigo y no confiaran en mi, pero no lo recordaba. -Fijate en tus munecas. Baje de nuevo los ojos hasta ellas. -Despues de tres semanas aun estan vendadas. ?Te digo por que? Porque la primera vez que te libere las manos, apenas sali por la puerta, te quitaste las vendas y te arrancaste los puntos a bocados. Una vaga imagen de sangre corriendo por mis brazos parecia querer confirmar que lo que esta mujer estaba diciendo era cierto. No dije nada. Simplemente segui mirandola a los ojos esperando mas instrucciones, o algun otro comentario. La doctora se acerco a mi y empezo a desatarme la mano derecha, que era la que le quedaba mas cerca. No parecia tener miedo de que la atacara, porque en lugar de rodear la cama para soltarme la otra mano, lo hizo desde donde estaba, colocando su cuerpo muy cerca del mio. Se retiro un poco, pero no volvio a sentarse. Supongo que queria observar mi reaccion. No hice nada extraordinario, con una mano me cogi una muneca y luego repeti el mismo gesto con la otra. Hice el ademan de apartarme el pelo del hombro, por pura costumbre y descubri que mi melena rojiza no caia sobre mis hombros. Mi mirada interrogante se clavo en los ojos de mi interlocutora: -Lo siento. No nos quedo mas remedio que cortarte el pelo. Has estado demasiado tiempo en la cama. Es una medida puramente higienica. Volvi a mirarme las manos, esta vez los dedos y las unas. Estaban inmaculadas, blancas y aterciopeladas. Mientras tanto, la doctora liberaba tambien mis pies. -Ya esta. Si todo sigue bien hoy tomaras algo suave y te sentaras un rato en la cama. No quiero que te marees cuando te levantes. Yo seguia mirandome las manos. Tenia la extrana sensacion de que eran de otra persona, como si no las recordara asi.

  • Testigo secreto de Jessica Andersen

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