• La buena esposa de Meg Wolitzer

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    Joan Castleman, mujer de un famoso escritor norteamericano, acompana a su marido a Helsinki, donde posiblemente le den un premio literario casi tan importante como el Nobel. Ya en el avion, el lector se entera de que pase lo que pase, despues de toda una vida juntos, ha decidido dejarle. Esta harta de el y de su egolatria. Al mismo tiempo empieza a rememorar como lo conocio en la Universidad donde era uno de sus profesores y como acabo casandose con el despues de separarse de su mujer anterior y de una hija pequena a las que abandono. Tambien ella ha tenido dos hijos con Joe, pero no se llevan bien con su padre. En un texto muy agil, tipico de Wolitzer, se van desarrollando dos temas paralelos: el triunfo literario de Joe y su pasion por las mujeres, y la frustracion creciente de una mujer que, de joven, queria convertirse en una gran escritora.

  • La unica historia de Julian Barnes

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    <>, reflexiona al inicio de la novela su protagonista. En la decada de los sesenta, cuando tenia diecinueve anos y regreso de la universidad para pasar el verano en casa de sus padres, Paul se apunto a un club de tenis en el que conocio a Susan Macleod, de cuarenta y ocho anos, casada no muy felizmente y con dos hijas ya mayores. Entre ese joven inexperto en asuntos de amor y sexo y esa mujer madura, ingeniosa, inteligente y que bebe mas de la cuenta se inicia una relacion que marcara a Paul el resto de su vida. Ahora, muchos anos despues, el evoca esa aventura juvenil, se confronta con una experiencia que fue crucial e indeleble y rememora los momentos felices, pero tambien los dolorosos que vinieron despues.

  • Asuntos ocultos (eLit 2) de Maggie Price

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    La sargento Carrie McCall iba a romper la primera norma del cuerpo, pues tenia la mision de investigar al sargento Lincoln Reilly. A pesar de su brillante historial, habia pruebas circunstanciales que sugerian que Reilly mataba a delincuentes ya absueltos con la frialdad del peor asesino.

  • El submayordomo Minor de Patrick Dewitt

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    Lucy Minor, un joven que esta dejando atras la adolescencia y adentrandose en el mundo adulto, se marcha del pueblo entre montanas del que no ha salido jamas. Lo hace despues de sufrir un desengano amoroso y constatar que en ese lugar en el que abundan los rudos gigantones sera siempre un marginado. Lleva en el bolsillo una carta con una oferta de trabajo: un puesto de ayudante de mayordomo en el castillo Von Aux.

  • Tiempo de odio de Andrzej Sapkowski

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    La catastrofe se abate sobre el mundo de Geralt de Rivia. Decir que la conoci seria una exageracion. Pienso que, excepto el brujo y la hechicera, nadie la conocio de verdad jamas. Cuando la vi por vez primera no me causo especial impresion, incluso pese a las extraordinarias circunstancias que lo acompanaron. Se de algunos que han afirmado que al instante, a primera vista, percibieron el halito de la muerte que seguia a esta muchacha. A mi sin embargo me parecio completamente normal, y ya por entonces sabia yo que no era normal, por eso me esforce en mirar, descubrir, percibir lo extraordinario en ella. Pero nada vi y nada percibi. Nada que pudiera haber sido senal, presentimiento ni profecia de los tragicos acontecimientos posteriores. Aquellos de los que fue causa. Y aquellos que ella misma provoco.

  • Lo que sembramos de Regina Porter

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    Iluminando mas de seis decadas de cambios radicales, desde la lucha por los derechos civiles y el caos de Vietnam hasta el primer ano de Obama como presidente, las familias de James, un exitoso abogado de origen irlandes, y Agnes, una hermosa mujer afroamericana que vive en el Bronx, se uniran de manera inesperada, intima y profundamente humana.
    Con un penetrante humor, dialogos cargados de autenticidad y un dominio narrativo que te transporta a cada uno de los lugares y epocas descritos, el debut de Regina Porter es a la vez un retrato familiar intimo y una exploracion brillante de como la raza, el genero y la clase chocan en la America moderna.

  • El retorno del mundo de Marco Polo de Robert D. Kaplan

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    A finales del siglo XIII, Marco Polo emprendio un largo viaje hacia Oriente, siguiendo una Ruta de la Seda por la que Europa extenderia su influencia. En las primeras decadas del siglo XXI, el sentido de esta ruta esta cambiando y el poder en el escenario internacional se esta moviendo. Nuevas potencias emergentes luchan por imponerse, mientras que los paises que antiguamente dominaban el mundo se enfrentan a nuevos desafios.
    Con su habitual clarividencia, Robert D. Kaplan analiza en esta recopilacion de articulos el mundo que nos espera: desde las dificiles decisiones debera tomar Estados Unidos en un futuro proximo hasta los dilemas de la Union Europea, pasando por los movimientos estrategicos de paises como Iran o India, o por el puente que esta construyendo China hacia Europa.

  • Sueno de cristal (Suenos 1) de Marta Sebastian Perez

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    Antia se mira en el espejo y no se reconoce. Su rostro sigue marcado por la paliza que le ha dado su novio.
    Antia se mira en el espejo y ya no sabe quien es. Aun no se cree que su madre haya estado toda su vida enganandole sobre su padre.
    Es hora de cortar con todo, de dejar su Galicia natal, de viajar a Madrid en busca de su padre y, quizas, por el camino, encontrarse a si misma y conseguir volver a confiar en las personas y en el amor.

  • A+ Relatos eroticos de un profesor de Kris Buendia

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    Habiamos quedado para conocernos…tomar algo y charlar. Era verano y ella se presento con una falda corta, una blusa ajustada y una chaqueta de cuero. Jess media uno setenta y cinco. Aproximadamente, y yo dos metros, casi tres. Era morena, ojos color miel, unos labios carnosos, 21 anos, malaguena. Nos sentamos en una terraza cerca de la plaza de Lavapies y estuvimos conversando todo el rato, entre risas y cervezas. Hubo muy buena quimica entre los dos, pero siendo la primera cita, era su profesor, era mi alumna en la clase de historia. Cuando me di cuenta que no era correcto y queria irme de inmediato, la bese en la boca notando que ella sacaba su lengua y jugaba con la mia. ?Como carajos iba a detenerme ahora? Estaba sedienta, pero a mi no me importaba y empapaba mi lengua en su boca. Me di cuenta entonces que ella tenia tantas ganas como yo y que era una chica muy traviesa. No nos importaba que estuviesemos rodeados de gente, y tras diez minutos de intensos besos y juegos previos, me invito a su casa. !Mierda, mierda, mierda! Se estaba saliendo de control. Pero la dureza de mi verga me exigia en silencio que accediera. Y lo hice. Durante el trayecto en mi Ducati, no pense hacerle nada, pero, !que mierda! si ella no queria, me quitaria la mano. Podia manejar la moto con una mano, y la otra la apoye en sus muslos. No me detuve y quise ver hasta donde era capaz de llegar ella, asi que subi un poco mas la mano, hasta llegar a sus bragas. La postura de ir en moto sentada hacia que fuese abierta, por lo que mi mano toco directamente su sexo. Lo toque sin vacilar, mientras la brisa nos tocaba tambien. Mi sorpresa fue cuando ella se echo a un lado la braga para que mis dedos tocaran directamente el interior de su sexo para que la siguiera masturbando. !Joder, ambos estabamos mojados! Al llegar a un semaforo en rojo, pense que me quitaria la mano cuando otros coches parasen a nuestro lado, pero mi otra sorpresa fue que ella no hizo nada. Yo ya le habia metido dos dedos en su empapado sexo y ella se movia lentamente apretando contra el asiento. El primer coche en parar fue un taxi, que se coloco a nuestra derecha. Mire al conductor y a los pasajeros que iban atras. Eran dos chicas jovenes, bastante guapas. Luego mire al otro coche que se paro a la izquierda. Un tipo de bastante edad, debo decir. Ese minuto alli parados, masturbando a mi alumna, me parecieron diez. Jess ensenaba sus muslos abiertos y mi mano desaparecia descaradamente entre ellos. El taxista que nos tenia a medio metro miraba descaradamente los pequenos movimientos que hacia mi chica para sentir mas a dentro mis dedos. Seguramente nos hubiese dicho algo, pero de no ser por llevar a aquellas chicas detras, como hombre se que tambien le gustaba lo que miraba. El otro conductor miraba tambien descarado mientras desde nuestra posicion veia como se tocaba la verga por encima del pantalon. Notaba como ella aumentaba el ritmo de cadera sentada sobre mi mano mientras yo la seguia masturbando. Vaya que lo hizo. No quedaba mucho tiempo, pues el semaforo ya estaba intermitente. Mientras Jess estaba apoyada en el baul que llevo detras del asiento y que sirve de respaldo. Abrio un poco mas las piernas, ahora cinicamente y yo empece a frotarle el clitoris con mis dos dedos, haciendo lo posible por rozarle el punto exacto. A los pocos segundos, empezo a temblar y a soltar fluidos que empaparon el asiento y mi mano. Semaforo en verde... El unico comentario que hizo el taxista antes de irse fue: --Que suerte tienes, cabron. Y me guino un ojo antes de que acelerase y les dejase alli a todos con esa imagen de mi pequena Jess corriendose en el asiento de atras de mi Ducati. Pero, mierda. Si solamente supieran que el que le estaba metiendo mano, era su jodido profesor. NOCHE BUENA Siempre se dice que la navidad es una fecha para compartir, mas aun en mi situacion economica, mejorada sustancialmente respecto de aquella en la cual me origine. Veinticuatro, fui a la casa de mi madre llevando regalos para ella, mis hermanos menores y mis sobrinos, ademas de todo lo necesario para preparar la cena; mi pareja de ese entonces no me acompano. Y que bueno que no lo hizo, pues al cruzar la calle y por ser noche buena, los vecinos de mi madre, eran los padres de Less. Mi alumna. El dia fue agotador, por un lado los ninos que iban de un lugar a otro desordenando todo a su paso, y por otro, Less pasando sus manos disimuladamente por mi pierna o la de mi hermano cada vez que se presentaba la ocasion, la calentura subia y bajaba en mi cuerpo a cada agarron o comentario subidito de tono, con lo cual solo queria que terminara la cena para darme un buen revolcon con ella. No era que no lo habia hecho antes. Pero esa es otra historia. Rapidamente nos fuimos y al subir a uno de mis autos, ella me entrego mis regalos de navidad, que me habia dicho aun quedaban, un par de zapatos de cuero negros. En cambio yo, le tenia un vestido negro que se veia ser muy cortito con un gran escote y su espalda formada solo por tiras cruzadas y paralelas que se unian a una vertical en el medio, que naturalmente dejaria totalmente descubierta su espalda y su culito. Solo ver la imagen del mismo en su caja me hacia imaginar el efecto que produciria si se pasease con el en las calles de Boston. Acariciando su pelo, le pedi que se lo pusiese, se maquillase y se soltase su pelo. Siempre le decia que me encantaba su pelo suelto pues hacia destacar aun mas su cara de pequena perra inocente, nuevamente parecia una. Rumbo a casa me pregunto si me habia gustado mi regalo y si me gustaria ser un regalo, por respuesta solo lleve mi mano a su entrepierna y le dije que me encantaria ser regalado, que ella sabia que me calentaba el hacerlo con mi pequena alumna. A lo cual le pregunte si le molestaria que la regalase a conocidos, ya mi calentura no daba mas, mi entrepierna se encontraba totalmente dura Tome una de sus manos y la pose en mi verga para que sintiese lo duro que ya estaba. El contacto la hizo suspirar inmediatamente, y mientras sostenia su mano entre mis piernas, le pregunte: --?Para que naciste, Less? Y sin esperar su respuesta me respondio: --Para ser culpable. --?De quien eres? --pregunte. --De cualquiera, profesor Blake... de todos. --?Puedes prestarlo? ?Puedes venderlo? ?Arrendarlo o regalarlo? Ella solo me miraba y se reia, yo tambien lo hacia. --Me da lo mismo, si voy a hacer un regalo, me da lo mismo

  • Cabezas cortadas de Pablo Gutierrez

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    Maria se marcha al extranjero escapando de la mediocridad y el aburrimiento. Un cuaderno, un sueldo precario y un techo son todo lo que necesita. A su alrededor, brigadas de voluntarios persiguen a los inmigrantes, hay redadas nocturnas y suburbios donde no se adentra el hombre blanco. Atraida fatalmente por un deseo de destruccion, se guarece en el pasado y se adentra en una espiral de mentiras y autoenganos mientras vuelca sus recuerdos en unas paginas que pueden convertirse en un arma para cortar
    cabezas.
    Cabezas cortadas es una novela sobre una generacion perpleja y vapuleada por la crisis, y sobre la ira y el desconcierto que sobrevienen cuando la juventud se agota y los suenos se desvanecen.

  • La cancion de los caballos de Ricarda Jordan

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    Las andanzas de la romantica y aventurera Aenlin en la Espana del Cid Campeador.

  • Buscando a Carmen de Serafin Fanjul

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    La imagen exterior de Espana cristalizo hace tiempo, conformando un conjunto de rasgos que, en puridad, se reducen a unos pocos estereotipos en los cuales la mayor parte de los espanoles no nos reconocemos, aunque, paradojicamente, hayamos terminado por aceptarlos en el plano colectivo; este libro estudia como los viajeros europeos del XIX crearon esta imagen falsificada de Espana y los espanoles.

  • Amor a toda velocidad de Tina Isabel Leung

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    “?Quieres un trago?” rompe el silencio. Su voz es aterciopelada y al mismo tiempo me indica que el fuma. “Recuerdo tu rostro.”
    “Yo tambien recuerdo el tuyo,” respondo.
    “Quizas el alcohol pueda refrescar nuestra memoria,” comenta y le hace una senal al mesero. Unos segundos despues, colocan en frente de nosotros una bandeja de metal con shots de vodka que irradian colores rosados y morados. Empezamos a beber y trato de ponerlo en diferentes periodos de mi vida. No era facil, ya que estoy bastante ebrio y todo esta revuelto en mi mente.
    “?Cual es tu nombre?” me pregunta finalmente.
    Y aqui estamos, presentandonos entre nosotros como si fueramos dos extranos sin relacion alguna. De alguna forma extrana duele como si ya lo hubiera perdido antes y ahora lo estoy volviendo a conocer. Solo para perderlo de nuevo, para olvidarlo.
    “Soy Lance,” digo.
    Sus iris brillaron instantaneamente con familiaridad. Al mismo tiempo, como si estuvieramos conectados por una corriente electrica, yo tambien lo recuerdo.

  • Te deseo para mi (Rosa blanca 6) de Laura A. Lopez

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    Llega la sexta entrega de la serie de romance historico <> de Laura A. Lopez con la historia de Lucy y Dylan.

  • El secreto de Toledo de Jaime Garcia Simon

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    Jaime Garcia Simon nos introduce, con este thriller de misterio, en la apasionante busqueda de un secreto fraguado en el pasado, que tambien atane al presente.

  • Un dia de playa de Nina Klein

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    L U N O a brisa del mar me acaricio la piel, cerre los ojos y respire hondo. Estaba mucho mejor en la playa que en la oficina, donde iba a parar. Habia decidido que ese dia --un miercoles por la manana-- era el dia perfecto para ir a la playa. Llegue a esa conclusion despues de ver el dia que se habia presentado en mi ventana nada mas levantarme: soleado y agobiante. La ola de calor duraba ya mas de una semana, y se me estaban agotando las fuerzas. Podia sentir mis neuronas derritiendose ya desde primera hora. Me habia vestido para trabajar, pero la blusa beige y el traje de chaqueta, las medias y los zapatos de tacon de tres centimetros que me habia puesto para ir la oficina se me pegaban al cuerpo. Y solo eran las siete y media de la manana. Asi que hice lo que nunca habia hecho: llame al trabajo diciendo que estaba enferma. No era la primera persona que lo hacia en la oficina aquella semana, pero si era la primera vez que yo lo hacia. Llevaba cinco anos en aquel trabajo y no me habia cogido ni un dia por enfermedad, tambien era verdad que habia tenido suerte y no habia estado enferma, pero tampoco me habia cogido ningun dia para ir al dentista, o de asuntos propios, ni nada por el estilo. Era, y siempre habia sido, la persona mas responsable del mundo. Sin embargo, de repente la sola idea de pasar un dia como aquel metida en la oficina, a pesar del aire acondicionado, se me hacia insoportable. Asi que no tuve ningun problema cuando llame, incluso la secretaria se mostro comprensiva, mejorate, me dijo, mientras yo fingia una tos y tiraba de topicos para hacerlo todo mas creible: el aire acondicionado, ya sabes. Los cambios de temperatura. Sonrei un poco mientras me extendia el protector solar de coco por el brazo derecho, luego el izquierdo. Factor 50. No habia mucha diferencia entre el color de la crema y el de mi piel. No solia ponerme morena, pero siendo abril, estaba casi fosforescente. Aunque tampoco destacaba mucho entre los otros cuerpos diseminados por la arena. Pocos, muy pocos, apenas una docena de personas repartidas por toda la playa: era un miercoles laborable de abril, y eran las diez de la manana, por mucha ola de calor que hubiese. Todos los cuerpos tenian un tono similar al mio, iban desde blanco puro hasta alguna tonalidad de rosa, exceptuando los de los chicos jugando al voleibol a unos metros de donde me encontraba tumbada en la toalla. Suficientemente lejos como para que no me diesen un pelotazo sin querer, suficientemente cerca como para poder deleitarme con el espectaculo. Volvi a mirar en su direccion al oir sus bromas y risas. Universitarios, o al menos esa era la edad y el aspecto que tenian, saltandose las clases. Aunque a juzgar por la piel morena, no era el primer dia que se las saltaban, tampoco. Amparada por las gafas de sol, admire los cuerpos bronceados, ligeramente brillantes de sudor, los musculos de los brazos al golpear la pelota. Eran tres, dos a un lado de la malla, uno al otro lado, al que le estaban pegando una paliza mientras reian. Uno de los chicos del equipo de dos se retiro un poco y saco una botella de agua de una pequena nevera que tenian junto a sus toallas. Habian ido mas preparados que yo, que estaba muriendome de sed, el agua que habia metido en la bolsa de playa se habia recalentado casi antes de salir de casa. Le observe mientras bebia, me fije en su garganta, en su cuello. Le hacia falta un corte de pelo. Se le rizaba un poco en la nuca y le caia sobre la frente. Al terminar de beber me parecio que miraba en mi direccion --el chico tambien tenia gafas de sol-- y sonreia ligeramente. Pero no estaba segura, estaba demasiado lejos para saberlo. Quizas habia visto a alguien detras de mi. Algunas chicas tambien universitarias, quizas, rubias, bronceadas y en forma, que venian a jugar con ellos. Gire la cabeza y mire por encima de mi hombro. No habia nadie, mas que un hombre de unos sesenta anos tirandole un frisbee a un perro. No habia nada de malo en mirar, me dije. Era mi dia de hacer cosas que normalmente no haria. A esa hora --mire mi reloj de pulsera, ya eran casi las once-- estaria en alguna reunion aburrida y horrible, rodeada no de cuerpos jovenes y hermosos, sino de mis companeros de oficina, hombres de mediana edad que habian perdido el pelo --solo el de la cabeza, lamentablemente-- hacia mas de una decada y si su forma de peinarse no me enganaba, todavia no se habian resignado. Con sus barrigas sobresaliendo por encima del cinturon del traje, enganando a sus mujeres habitualmente. No conmigo: ademas de no dejar que me tocasen ni con un palo, y de no creer en las relaciones en el trabajo, increiblemente, con treinta y cinco anos, era demasiado vieja para aquellos tipos de cuarenta y pico y cincuenta, que sonaban con liarse con jovencitas de veinte. Vivir para ver. Asi que decidi seguir alegrandome la vista. No solia ir por ahi acosando a hombres con la mirada, mucho menos a jovenes a los que sacaba probablemente diez anos, quizas algo menos, pero no hacia dano a nadie, recogia material para mis fantasias y, repito, era el dia en el que estaba haciendo cosas que no solia hacer nunca. Asi que le devolvi la sonrisa al chico del voleibol. Vi como volvia a inclinarse sobre la nevera, cogia otro botellin de agua y empezaba a andar hacia mi. Resisti la tentacion de volver a mirar por encima de mi hombro, en caso de que no se estuviese dirigiendo a mi, sino a alguien detras de mi. El joven atractivo se acerco. Abdominales marcados, musculos en los brazos y en las piernas. Se dio la vuelta para lanzar la pelota que tenia en la mano hacia donde estaban sus amigos, y pude admirar la espalda musculada y los biceps flexionandose. Los amigos siguieron jugando mientras el joven se acercaba. Llevaba un banador negro, no uno de esos ajustados --menos mal-- sino uno suelto que le llegaba a la mitad de los muslos musculados y morenos. Mejor no mirar muy fijamente. Volvi a alegrarme, por enesima vez, de tener las gafas de sol puestas. --Hola --dijo, con una voz grave y profunda. --Hola --sonrei. Me tendio el botellin de agua helada.

  • Mentiras legales de Yolanda Revuelta

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    Telma Olivares regresa a su tierra natal, Cantabria, con los suenos hechos pedazos. Poco queda de aquella joven llena de ilusion y con ganas de comerse el mundo.Una vez instalada en su cabana situada en Ubiarco, el mar le entregara algo muy especial, alguien que ella decide cuidar y proteger celosamente.Eric Dufort casi muere ahogado en las aguas del mar Cantabrico. Cuando recobra la consciencia y abre los ojos se encuentra en un lugar desconocido junto a con una mujer preciosa, de increible belleza que no es, como el creia, una sirena.

  • En la mitad de la vida de Kieran Setiya

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  • El recuerdo del viento (Aire y viento 2) de Marta Marquez

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    El recuerdo del pasado es mucho mas profundo que lo que ninguno de los dos imagina.

  • 6 Pequenas historias de sexo para todos de Baby Pink

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    PEQUENO LIBRO CON 6 RELATOS CORTOS SOBRE EL MUNDO DEL SEXO. SE ABORDA DESDE EL SEXO GAY, LESBIANAS, DOMINACION, EXHIBICIONISMO… COMO DICE EL TITULO, SON 6 MINICUENTOS EROTICOS QUE PUEDEN DISTRAERTE UN RATO, DIVERTIRTE O ESTIMULARTE. TODOS HAN SALIDO DE MI IMAGINACION, PERO VARIOS HAN SIDO INSPIRADOS EN HECHOS REALES DE GENTE QUE CONOZCO Y CUYO PERMISO TENGO. ES UN LIBRO CORTO, ENTRETENIDO, Y CONTIENE MAS QUE SEXO. CADA HISTORIA LLEVA UNA ENSENANZA, UNA MORALEJA. GRACIAS POR VUESTRA ATENCION.

  • En cada cancion de Susanna Herrero

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    Justo antes de empezar su nueva vida, Penny llega a Riviera Maya dispuesta a enfrentarse a aquello que removio todo su mundo anos atras. Mike es un joven apuesto que muestra sonrisas enigmaticas y que viaja al Caribe con sus primos para pasar unos dias lejos de todo su mundo: ha tenido que crecer demasiado rapido y no confia en nadie. No puede hacerlo. La caida de una toalla propicia un encuentro entre ellos que derivara en un amor de verano de los que dejan huella. Pero no es mas que eso: una historia corta de quince dias. Intensa pero imposible de continuar. Mike y Penny vuelven a la realidad dispuestos a olvidar el mejor verano de su existencia, pero la vida les tiene preparada una sorpresa.

  • Soy Leyenda de Richard Matheson

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    Robert Neville es el unico superviviente de una guerra bacteriologica que ha asolado el planeta y convertido al resto de la humanidad en vampiros. Su vida se ha reducido a asesinar el maximo numero posible de estos seres sanguinarios durante el dia, y a soportar su asedio cada noche. Para ellos, el autentico monstruo es este hombre que lucha por subsistir en un nuevo orden establecido. Todo un clasico en su genero, este es un perturbador relato sobre la soledad y el aislamiento y una reflexion sobre los binomios como normalidad y anormalidad, bien y mal, que se evidencian como una mera convencion derivada del temor y el desconcierto ante lo diferente.

  • El granero, tu y yo (Bdb) de Antonella De Quevedo

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    Eloisa, aparentando calma y normalidad, inspiro con intensidad y extendio sobre la gran mesa el mantel de los domingos. Apoyo las manos a ambos lados y agacho la cabeza para intentar tranquilizarse. Cuando termino de preparar la mesa, se sento sin dudar un instante de que Julian, su hijo, regresaria pronto y se sentaria con ella. Confiaba en que el berrinche cesara pronto si le dejaba su espacio. Despues de largo rato, escucho el chirrido de la puerta al abrirse y unos pasos cansados que se dirigian hacia el comedor. Eloisa dejo escapar un suspiro de alivio cuando vio que su hijo estaba de vuelta. Venia bastante sudado y con sintomas de haber estado llorando, pero aun asi se sintio menos angustiada. Julian, antes de tomar asiento, miro a su madre con frialdad, con escrutinio, se sento agachando la cabeza y comenzo a comer. Queria evitar cualquier tipo de conversacion. --Espero que te guste, hijo. --Eloisa esbozo una sonrisa. --?De verdad te importa? --le solto disgustado sin apartar la mirada de su plato. --Claro que si, he guisado la carne como te gusta. --Estaba equivocado si pensaba que ella se iba a rendir. Tenia toda la paciencia y el amor del mundo para el. --Asi es como la odia papa --protesto Julian clavando sus ojos castanos en los de su madre, que brillaban y amenazaban con inundarse de lagrimas. --Papa ya no esta, no tiene sentido que cocine a su gusto --aclaro decidida pero sin alterarse. Golpeando la mesa con los punos cerrados, Julian retiro la silla de un empujon y se marcho a su habitacion ante la mirada triste de su madre. Los malos modos cada vez eran mas frecuentes en Julian, un chico que siempre habia sabido comportarse. Una vez que estuvo en su habitacion, cerro la puerta con pestillo y se tumbo en el puf gigante que tenia en el suelo. No tenia herramientas para apaciguar su frustracion, pero si era consciente de que no queria herir de manera gratuita a su madre. No se sentia orgulloso por su comportamiento, pero de alguna manera necesitaba rebelarse contra alguien, y se daba la circunstancia de que solo estaba ella. No soltaba por su boca todo lo que pensaba y no por falta de ganas, un rescoldo de sensatez lo frenaba, porque, despues de todo, no conocia al cien por ciento todo lo ocurrido entre sus padres. Era joven pero no imprudente, asi que antes de odiar a su propia madre con todas sus fuerzas, sentia la necesidad de saber quien habia sido el verdadero culpable de que su vida se tambaleara de esta manera tan asquerosa. Los adoraba a ambos, y su madre siempre estaba ahi, pero el apoyo y la seguridad que le transmitia su padre eran cuanto creia que necesitaba para terminar de convertirse en un hombre. Sabia que su padre habia tocado fondo por algun motivo que se le escapaba, pero para eso estaban ellos alli, para apoyarlo y ayudarlo. No compartia en absoluto con su madre la decision de echarlo a la calle como a un perro sarnoso. No, Julian sabia que de haberse tratado de un perro sarnoso, Eloisa le hubiese dado atencion veterinaria y cobijo. Gritos, reproches y una maleta. Esa maldita imagen lo acompanaria por siempre. Solo habia podido entender, desde la planta de arriba, parte de la discusion. Eloisa habia echado a Fernando de la casa para siempre. El le habia pedido que lo dejara al menos despedirse de Julian, pero no se lo permitio alegando que eso complicaria aun mas las cosas, que ya lo haria en otro momento. Lanzando la pelota una y otra vez contra la puerta, sentado en el puf, desistio de su intento de contener las lagrimas. Necesitaba alguna via fisica de escape, y llorar por segunda vez tal vez lo ayudaria. Pero tras un rato durante el cual el derroche de lagrimas no habia sido capaz de apaciguar su malestar y su dolor, decidio ir en busca de la unica persona con la que no debia guardar las formas ni las apariencias. Era su mejor amigo, solo que se trataba de una chica. Estela descansaba en el granero leyendo uno de sus libros. Como cada tarde, incluso en domingo, se refugiaba en el granero de los padres de Julian huyendo del ruido de la maquina de coser de su madre, una mujer incansable que cosia de sol a sol para sacar adelante a su familia y ayudar a su marido. Julian acudia en busca de Estela cada vez que tenia ocasion. Vivian muy cerca y sus familias se apreciaban y ayudaban de forma mutua desde hacia muchos anos, de ese modo habian crecido juntos. Cuando ninos, su relacion habia sido natural, fluida y divertida. Sus preocupaciones se habian basado en quien recogia mas huevos o quien cruzaba mas rapido el cercado. Pero desde que la adolescencia habia hecho acto de presencia, ambos tenian la sensacion de tener que medir sus palabras. Julian era algo arisco, y ella, bastante susceptible. A pesar de eso, sobrellevaban bien el descontrol hormonal, y la necesidad mutua los mantenia unidos. Cada vez eran mas los vecinos que se rendian y vendian sus tierras, sus animales o sus casas en la zona para ir a vivir a la ciudad, asi que eran casi los unicos adolescentes que habitaban aquel lugar tan hermoso de la sierra. La situacion era muy dificil. Durante los ultimos meses, la inestabilidad en el hogar de Julian lo habia trastocado a el y de paso a su caracter ya de por si complicado. Pero Estela, como buena amiga, se aguantaba las ganas de patearle el culo y pasaba por alto sus malas contestaciones. Comprendia lo dificil de la situacion y no queria ni imaginar que sus padres llegaran a separarse. La puerta del granero se abrio con su caracteristico chirrido por el oxido en las bisagras, y Estela supo que Julian venia en su busca. Habia visto a Fernando salir de la casa con cara de pocos amigos, asi que supo que Julian necesitaba hablar.

  • Una oportunidad mas de Fernanda Suarez

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    Cuando el mas puro amor corre el riesgo de ser envenenado por la sed de venganza, hara falta mucha valentia para perdonar y dar una oportunidad mas.

  • El anillo de Polidoro de Andrea Maggi

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    En una ciudad sumida en el caos, Apolofanes se enfrenta a su mision mas dificil. Un anillo sera su salvoconducto para adentrarse en los lugares mas oscuros y secretos. La vida de la mujer que ama esta en peligro y el destino de Esparta depende de su libertad. Ambientada en una ciudad guerrera, maltrecha por el hierro y el fuego, Andrea Maggi atrapa al lector con una apasionante novela historica, un protagonista inteligente y astuto que no se detiene ante nada y una mujer independiente que quiere escribir su propio destino.

  • Igual que ayer de Susana Mohel

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    Conoci el paraiso solo para ser expulsada de este, al igual que Eva, quien tuvo que pagar por sus errores.
    Tenia la vida perfecta, en el lugar correcto.
    Eso era lo que todos veian. Sin embargo, eso no era mas que un espejismo, el reflejo del sol sobre la arena del desierto, un castillo de naipes que no resistio la envestida del viento. ?Ven? Lo que tengo dista mucho de ser maravilloso.
    Deambulo perdida en un mundo que desconozco, difuminada entre las sombras de la rutina y la soledad.
    Sin embargo, estoy decidida a seguir adelante, a encontrar eso que llaman felicidad, jugando con piezas que jamas crei que arriesgaria.
    Quiero que la primavera vuelva a mi vida, porque el sol sale para todos cada manana, igual que siempre, igual que ayer.

  • Los moteros del MidWay, 1 de Patricia Sutherland

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    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • Alianza de A.g. Keller

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    El dia que el principe Kadar regresa a palacio en compania de Kelly, su novia britanica, despues de pasarse siete anos viviendo en Londres, se entera que esa noche se celebrara en su nombre un banquete para anunciar al mundo entero, su compromiso. Un acuerdo pactado por sus padres hace quince anos, con la princesa Amira; una desconocida para el.

  • Jovenes promesas de Juanjo Diaz Polo

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    Corre el ano 1920 y el comite olimpico espanol va a enviar por primera vez en su historia una seleccion de futbol a un campeonato internacional. Pero la tarea no sera nada facil: las diferentes federaciones regionales recelan unas de otras y cada una quiere que sus jugadores tengan protagonismo.
    Con tal escenario, los responsables de la expedicion no guardan grandes esperanzas, pero no cuentan que, sobre el terreno de juego, estaran los Zamora, Pichichi,
    Pagaza, Belauste o Samitier, componentes de un equipo de leyenda. Inspirada en hechos reales, Jovenes promesas se desarrolla en los inicios del futbol y el olimpismo y narra, a traves de la voz de Elena Diaz, la idealista hija de un veterano cronista deportivo, la gesta historica de un equipo inolvidable, en el que nadie creia y que alcanzo la gloria.

  • Inocencia salvaje, Cathryn de Bourgh de Cathryn De Bourgh

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    Novela erotica +18

  • Palmeras de la brisa rapida de Juan Villoro

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    Juan Ruiz llego a Yucatan a ver por que los yucatecos comian tanta azucar. Trabajaba para una compania sonorense dispuesta a hacer grandes negocios con el apetito peninsular. En Progreso conocio a una muchacha que acababa de despachar a un pretendiente "porque fumaba cigarros rusos muy apestosos". Estela Milan pertenecia a una familia cuya buena reputacion emanaba, no de sus blasones nobiliarios, como hubieran querido algunos de sus miembros, sino de sus sabrosos helados. A unos pasos de la estacion del tren, la Neveria Milan ofrecia sorbetes y chufas. Durante anos, la familia habia probado su habilidad para confitar en frio, pero su verdadera aspiracion era el bel canto. Estela Milan solia interrumpir los bailes para interpretar un aria, el codo apoyado en el hombro de su galan. Juan Ruiz tomaba decisiones con la llana simpleza de quien es rustico y es espanol. Un dia abrio la puerta de su choza en la sierra de Leon, vio la nieve en derredor, penso en el trabajo que lo aguardaba en el corral de las ovejas y decidio irse al continente donde todas las frutas son posibles. En sus primeros anos americanos "labro futuro" durmiendo en el mostrador que atendia por las mananas. Sus penurias fueron tantas que aquel mostrador acabo por parecerle confortable. Varios anos despues habia logrado reunir algun dinero. El salon de bailes de Progreso debio parecerle un recinto del imperio austrohungaro y aquella muchacha que se abanicaba sin cesar, una princesa de Dalmacia (algo que ella no hubiera vacilado en aceptar). Ante Estela, sus mejores credenciales eran su acento espanol (en las raras ocasiones en que hablaba) y su "pinta distinguida" (una manera de decir que a pesar de su corta estatura y la calvicie incipiente, sus facciones alargadas sobresalian en los salones yucatecos donde abundaban las caritas picnicas). Asi como un dia el aire helado cuajo en una insolita palabra, "America", asi supo que viviria toda su vida con Estela. Nada mejor para un profugo del frio que una muchacha para quien la nieve era algo que sabia a guanabana. Yo los conoci muchos anos despues como mis abuelos. Su matrimonio tuvo el tipo de exito que solian tener los matrimonios de entonces: no se divorciaron y no se hablaron en los ultimos veinte anos. Viviamos en el duplex que mi abuelo construyo en Mixcoac y que era un ejemplo de su caracter; si el arquitecto decia que las paredes debian tener medio metro de espesor, el disponia que fueran de dos metros; no habia manera de convencerlo de que no estaba edificando las murallas de Campeche. Y no solo le molestaban las paredes de medio metro. En su caso, "estar de buen humor" significaba elogiar durante dos minutos a Rojo, el caballo de su infancia, o apiadarse de su unico amigo, el senor Maranon, que tenia un trapo en la cara porque le habian quitado la nariz. No le entusiasmaba nada que no fuera beber cafe negro en una botella de refresco o morder bolillos durisimos. En esa epoca era identico a Fernando Pessoa, cosa que, por supuesto, todos ignorabamos. Sin embargo, a diferencia del poeta, lo permanente en el no era la depresion sino el enojo. De las muchas emociones simples de que dispuso en vida, el abuelo escogio la colera para sus ultimos anos. A veces, al ver que los jugadores de futbol americano se pegan en el casco para celebrar una jugada, pienso que los coscorrones del abuelo eran cripticas felicitaciones. Como quiera que sea, nada podia impedir que pasaramos la mayor parte del tiempo en la parte inferior del duplex, la casa de los abuelos. Ellos si tenian television. --Chiquiti pollo, chiquiti pollo --decia mi abuela, y se pellizcaba el cuello repetidas veces, cuando el 7deg de caballeria liberaba a "los buenos". Esta era su forma de decir "lero lero candelero". Para nosotros Yucatan era la peculiarisima forma de hablar de la abuela. Sabiamos que venia de un lugar remoto y que varios de nuestros parientes habian muerto luchando contra Mexico. Tal vez porque el abuelo no daba otros signos de vida que un bastonazo de ocasion, su patria no parecia tan lejana. Mi abuela tenia una amplia memoria, siempre mejorada por su imaginacion. Nos conto mil veces el bombardeo de Progreso (la familia corrio hasta Chicxulub y se refugio en una casa repleta de alacranes), la llegada del cometa Halley, la visita de Madero a Yucatan: el heroe la tomo en brazos en un parque, dijo "que bonita nina" y le planto un beso en la mejilla (para mi abuela, la Revolucion habia sido obra de forajidos, pero guardo un buen recuerdo del "pobre hombre" que la beso de nina). Lo mas interesante de sus historias era que estaban llenas de misterios insolubles. Todo lo que contba de su abuelo, Jose Nicoli, era para demostrar que no era negro. El habia llegado de Honduras en compania de su esclava, la futura nana de mi abuela... "Era un hombre de pelo crespo, boca amplia, algo morenito, pero no negro." La ignominia maxima para una mujer consistia en no ser blanca (pronunciaba con tal enfasis que se oia balanca) y la siguiente (disponia de una vastisima escala de oprobios) ser blanca y "revolcarse con un turco". Todos los dias renovaba su decencia describiendo con lujo de detalle la indecencia de los demas. Si hubiera dicho "Fulana se fue con Mengano" jamas habria reparado en ello, pero cuando se referia a "!esa que se revuelca con los turcos!", me daban ganas de conocerla. La frase tenia una innegable carga sexual y hacia pensar en amores circenses, arabigos, magnificos. Una tia abuela mia habia sido raptada (y devuelta) en su juventud... "pero no por un turco", aclaraba mi abuela. La sangre arabe solo le parecia recomendable para la cruza de los caballos a los que mi abuelo le apostaba los domingos. Los apellidos de ciudades suelen senalar un origen judio sefardita y los Milan no debian ser la excepcion, pero mi abuela habia dado con un documento (perfectamente imaginario) que la vinculaba con Fernando VII. Vivia para ser blanca, decente y hasta santa. Cuando mi abuelo y yo regresabamos del hipodromo, nos informaba que alguien habia ido a preguntar si ahi vivia la santa. --Se conoce que estan enterados --anadia, con un gesto de la mas transparente vanidad. --!Esta mujer! --farfullaba mi abuelo. Yo estaba de parte de la abuela. Era carinosa, inventiva, malediciente y encontraba una justificacion extralogica para cualquier cosa. Una de nuestras actividades centrales consistia en sopear panes en su cafe con leche (acaso por ese don yucateco para azucarar las cosas, el suyo sabia mas rico que el de los demas). Cuando mi madre nos encontraba lamiendo las gotas que habian ido a dar a nuestros antebrazos, iniciaba una reprimenda: --!Que porqueria! Entonces ocurria la fabulosa explicacion de mi abuela: --Si asi lo hacen los americanos --y a continuacion inventaba una pelicula de gente refinadisima que sopeaba el pan, con un reparto avasallador: Ingrid Bergman, James Stewart, Grace Kelly y Humphrey Bogart. --Pero ellos no se lamen los antebrazos. --H'm. Se acabo --y las lagrimas fluian puntuales de sus ojos. --!Si, hazte la victima! --Tienes razon --sollozaba--, se me figura que la Bergman no estaba en la pelicula, sino Rita Hayworth --era imposible regatearle un argumento. Mi abuela es la unica persona que he visto llorar sin sentirme mal. Las lagrimas eran la exacta puntuacion de sus historias. Me gustaba que contara el episodio del chocolate. En una epoca en que fueron muy pobres, su padre gasto sus ultimas monedas en comprar un trozo de chocolate que tuvo que repartir entre sus siete hijos. La primera lagrima siempre caia en la palabra "trozo". Pero su capacidad histrionica conocia momentos mas intensos. Sus desmayos y sus ataques eran esplendidos. Sabiamos que los fingia, pero parecian tan veridicos que nos arrodillabamos a rezar mientras mi abuelo iba por el alcohol. Mi abuela habia querido ser cantante de opera. Por suerte para nosotros su padre no la dejo; de lo contrario nos hubiera privado de las escenas que iban del arbol de hule en el jardin a la azotea donde recitaba un aria de fin de mundo hasta que descubria que no valia la pena lanzarse de algo que no fuera un castillo. Esta pasion la llevo a incluirme en un drama: --Te voy a costurar un trajecito --me dijo cuando le hable con entusiasmo de la pelicula El Cid Campeador. Su inagotable capacidad de extravagancia tambien pasaba por la Singer. Habia hecho titeres en forma de dedales, la familia Tuch (ombligo). Por desgracia he olvidado los parlamentos que le asignaba a los diez ombligos. En el caso del Cid, nada le parecio mas natural que yo llevara mis gustos castizos a la calle. Velamos las armas en el antecomedor y luego me hablo pestes de los moros (un moro era un enemigo terrible, un turco historico). Asi, un dia de gracia de 1964 sali a combatir moros a la calle de Santander, enfundado en un traje medieval, con cruz roja al pecho y espada de palo a manera de la Colada. Por una vez los indios y los vaqueros se unieron para destruir esa incoherente aparicion. Mi abuela quedo feliz con la escaramuza. Curo mis heridas con violeta de genciana, arreglo el traje y se ofrecio a confeccionar una cota de malla con un mosquitero. No soporte la idea de un nuevo enfrentamiento. Le hable de los penachos indios y las afiladas botas de los vaqueros, con tal intensidad que se aficiono al rodeo. Ante la mirada disolvente de mi abuelo, la sala se transformo en un lienzo donde mi abuela toreaba perros de peluche. --Lo mas importante es el publico --no podia iniciar una escena sin testigos suficientes; pasabamos la mayor parte del juego abarrotando la falsa chimenea de munecos y mascotas. Alguien tan habil para contar descalabros ajenos debia tener una fuerte nocion del que-diran. Y mi abuela la tenia, pero solo abarcaba a los yucatecos. Si le llegaba una boleta de luz excesivamente alta, decia: --!Machis!, se me figura que me quiere perjudicar un yucateco de la compania de luz. En su mente, el pequeno mundo de Progreso se habia trasladado a la ciudad para observarla. Sus actos seguian siendo tan comentados como cuando iba a la neveria o al teatro Melchor Ocampo. A juzgar por su recelo, Yucatan debia ser una sociedad de conspiradores. Si alguien le ofrecia presentarle a un paisano, exclamaba: --!Fo!, !a redo vaya! --que mas o menos significa "fuchi, vete al diablo". En cuanto a la familia, solo entraba en su vida en forma de molestia. Su madre era una figura tiranica. Se acostaba en su hamaca, el unico sitio donde estaba "comodita", a comer platanos con leche y decidir la vida de sus hijos. A Florinda la destino a la solteria: "Eres la fea, tu me vas a acompanar de vieja". Florinda desarrollo tal fobia a los espejos que gritaba si le colocaban uno enfrente. Ernesto, el hermano mayor, era malisimo, se comia todo el arroz de los anos pobres "y ni siquiera engordaba". Este apetito sin provecho apenas era compensado por el humor "del pobre Gonzalo" (mi abuela no podia hablar de alguien bueno sin pobretearlo). Gonzalo murio joven y lo unico que se de el es la frase que dijo en una alberca: "Hago tan bien el muertito que hasta me empiezo a pudrir". Elvia tenia jaquecas todos los dias a las cuatro en punto; se acostaba unos minutos antes, a esperar su hora de dolor. La unica amiga de mi abuela era la senora Villa, una italiana (sus elaborados prejuicios le hubieran impedido tratar a alguien que se apellidara como el Centauro del Norte), casada con un ex piloto de Mussolini que se mantenia jovencisimo gracias a una dieta de miel. Ademas de la senora Villa, Italia tenia otras virtudes: era el pais de la opera y no era Espana. Y es que la abuela habia emprendido una cruzada antihispanica. Aunque el Cid merecia su aval moral para decapitar moros, los espanoles del duplex (mi abuelo y mi padre) solo podian ser objeto de intriga. En aquellos dias primarios, me convencio de que Espana era el pais donde la gente no se cambiaba de camisa. Ella era fanatica de la limpieza; los jabones que pasaban por sus manos cobraban otra consistencia, como si hubieran servido a un regimiento, y tenia no menos de tres polveras en servicio. El caso es que una de nuestras complicidades consistia en contar los dias que mi padre llevaba con la misma camisa. Es obvio que alguien que crecio en un internado jesuita, donde habia que romper el hielo en el aguamanil para lavarse la cara, no podia tener la misma relacion con el agua que una dama del tropico, pero mi abuela aprovechaba cualquier oportunidad para que la vida de la casa se volviera interesante, es decir, sospechosa. Vivia rodeada de extranjeros. Mi hermana y yo eramos "mexicanos", y por mas lastima que esto le causara, jamas hubiera pensado en compartir nuestra suerte. Mi madre nacio en Yucatan, pero su vida estaba marcada por el estigma de los descastados: habia empezado a fumar. Todas sus ideas eran fijas: mi hermana Carmen y yo eramos perfectos, a pesar de que jamas lograramos cumplir una de sus mas caras obsesiones: dibujar "un tucho nadando". El tema estaba a la altura de nuestros gustos estrafalarios, pero desperdiciamos cientos de crayones sin lograr que el simio nadara. Cuando mi madre le dijo (llorando en serio, sin la menor teatralidad) que yo era sonambulo y hablaba solo, ella respondio: "Como sufre el nene". Los culpables de mis defectos siempre eran otros, en especial mis insoportables amigos: --!Estos chiquitos solo vienen a hacer laberinto! --se quejaba.

  • Amurao. Las princesas no lloran de Fran Barrero

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    La aparicion de un cuerpo enterrado en la playa es solo el comienzo de un macabro hallazgo que pondra a prueba los nervios y la paciencia de los investigadores. El Ministerio del Interior quiere tapar el suceso, la prensa, por contra, sacar tajada y exprimir a la Policia. El inspector Marcos Navarro llegara a su limite personal.

  • Faraon – Wilbur Smith de Wilbur Smith

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    Egipto es atacado. El viejo faraon Tamoses yace mortalmente herido y la antigua ciudad de Luxor esta rodeada. Solo Taita sera capaz de conducir a su tierra de nuevo a un destino de gloria.
    En la hora mas desesperada, el ex esclavo y ahora general del ejercito de Tamoses se prepara para la batalla final. Su ingenio nunca es mas agudo que cuando todo parece perdido. La oportuna llegada de un antiguo aliado altera el equilibrio de fuerzas y pronto el ejercito egipcio celebra la retirada del enemigo. Pero apenas entra victorioso en Luxor, Taita es atrapado y acusado de traidor. Tamoses ha muerto y un nuevo faraon detenta el poder.
    El faraon Utteric es joven, debil y cruel, y se siente amenazado por la influencia de Taita en el palacio, en especial por su amistad con su hermano menor, Ramases. Con el encarcelamiento de Taita, Ramases debera hacer una eleccion: ayudar a Taita a escapar y enfrentar a su hermano o avalar en silencio la tirania de Utteric.
    Desde los resplandecientes templos de Luxor hasta la ciudadela de Esparta, Faraon nos transporta a un tiempo epico de sangre y peligro. Wilbur Smith vuelve a demostrar que es el maestro indiscutido de la novela historica de aventuras.

  • El chico de las mil almas de Maria Herrejon

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    Misterio, amor y superacion se unen en esta primera novela de Maria Herrejon.

  • La piel de Mica de Paloma Bravo

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    Esta es la historia de Micaela, veinte anos de su vida, de intentar trabajar y querer en un mundo que a veces no la quiere. Sus amores, sus jefes y, sobre todo, su ex. Una vida en la que se mezcla el amor y el trabajo, y en la que a veces todo falla al mismo tiempo.

  • Una joya (Stage Dive 2,5) de Kylie Scott

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    Relato corto con Mal y Anne (Solo fue un juego), de la serie Stage Dive.
    A la atractiva encargada de una libreria hipster le choca ver la enorme lista de libros que ha seleccionado un cliente, todos sobre sexo. El, arrogante, experimentado y muy seguro de sus encantos, inicia un divertido <> verbal con ella para intentar seducirla. La chica se mantiene indiferente hasta que es ella quien lo reta a el a que le muestre los atributos de los que tanto presume. En la trastienda de la libreria la pareja nos regala un final excitante e inesperado.

  • Soy una mama de Megan Maxwell de

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    Las manos aterciopeladas y fuertes de mi guapo marido recorren mi cuerpo, produciendome millones de estupendas sensaciones, y no solo sexuales. <> El olor a los aceites corporales con los que me masajea me hace suspirar con deleite, mientras siento y escucho la dulce y suave musica chill out que suena a nuestro alrededor y me dejo llevar por el momento. !Que paz! !Que tranquilidad! Esto es vida. <> <> Abro un ojo sobresaltada. ?Que suena? ?Que es ese punetero <>?, y ?donde estan Alfonso y la musicachill out? !Oh, noooooooooooooooo! Al instante, soy consciente de la realidad. Estoy sola en medio de mi enorme cama, porque mi currante maridin ya se ha marchado a trabajar y lo que suena es mi despertador. !Que asco! Las 7.30. Alargo la mano y lo apago. Esperare a la segunda alarma. Tengo cinco minutos antes de que suene la del movil y tenga que ponerme como Rambo, alerta y en accion. Me arrebujo debajo del edredon de plumitas de oca. <>, pienso mientras dejo que mi cuerpo entre en un perezoso coma, hasta que de pronto oigo: <>. !La alarma del movil! Rabiosa, niego con la cabeza. Pero ?ya han pasado los puneteros cinco minutos? Resignada, y tras acordarme de todos los antepasados habidos y por haber del listo que un dia invento el madrugar, saco un pie del edredon de plumitas de oca. --Uf..., !que frio! Pero antes de que mi cabeza piense en meter el pie de nuevo debajo, me reactivo y busco las zapatillas, que, oye..., siempre alguna se cuela bajo la cama. ?Por que mis puneteras zapatillas tienen que hacer lo mismo casi todas las mananas? Cuando consigo rescatarla, me la pongo y, aun con las pestanas pegadas por el sueno, me dirijo hacia las habitaciones de mis tres hijos. Angelitos, seguro que duermen como troncos, cuando digo desde el pasillo abriendo las dos puertas al mismo tiempo: --!A levantarse! Vamos..., vamos..., que hay que ir al cole. Como es habitual, no me hacen ni caso. ?Para que? Simplemente se arrebujan en sus edredones de plumitas y continuan durmiendo a pata suelta. Cinco minutos despues, despues de lavarme los dientes, mirarme en el espejo y maldecir porque no soy la chica que fui hace anos, que a cualquier hora estaba lozana como una lechuga, vuelvo al ataque amenazando como una posesa: --Una de dos: u os levantais o vais al cole en pijama. Ni que decir que a esa segunda llamada, y en especial por mi tono de voz de mala malota, abren los ojos, me miran con ganas de decirme de tooooooooo..., pero se levantan. !Ja! Menuda soy cuando me pongo en plan madrastrona. Una vez que veo que han puesto sus piececitos en el suelo, regreso a mi habitacion y me visto con rapidez. Vaqueros, camiseta y deportivas. ?Donde quedaron los tacones y los trajes que hace anos me ponia y me hacian estar impresionante? Ay..., que pena..., que pena me doy a veces. Con lo que yo fui, lo mona que iba a trabajar a la gestoria y lo que actualmente soy. Eso si, lo soy por dejada, no porque sea un trol, porque fea, fea, no soy. Lo se, no hace falta que nadie me lo diga. Pero lo que si es cierto es que fue tener ninos y deje de sacarme partido. ?Por que? Cuando tuve a Nerea, mi hija mayor, un flotadorcillo aparecio alrededor de mi cintura. Con Aaron, se afianzo y, tras David, el flotadorcillo se instalo definitivamente y, aunque haga ejercicio o me ponga a dieta, no desaparece. Sin duda, ya es parte de mi. Eso si, cada manana, cuando lo veo, pienso: <>. Y lo pienso porque Alfonso, mi marido, desde hace tiempo es un obseso de la dieta y el ejercicio. El tio esta fibroso y estupendo. Tambien se lo curra. Como diria mi insoportable suegra: <>. !Lamadrequelapario! ?Por que no se quedaria muda al nacer? Pero llega el lunes, y mi poca falta de voluntad me hace comerme un cruasan con mantequilla para desayunar, y pienso: <>. Al dia siguiente, en vez de un cruasan, me como dos y, cuando estamos a miercoles, vuelvo a pensar: <>. Saber..., saber..., se que lo empezare un lunes. Lo que queda por determinar es de que ano sera. Una vez acabo de arreglarme, bajo a la planta inferior de mi bonito adosado, ese que mi maridin y yo compramos con esfuerzo y sudor, y comienzo a preparar desayunos, almuerzos y mochilas. Cuando pongo un pie en la planta baja, mi perra, esa gran... gran... GRAN bonachona y paciente que nos soporta a todos y a la que llamamos Torrija, se levanta con las orejas aun a la virule y me saluda. Ay, Dios, !que rica es mi perra! Nos la encontramos hace tres anos una Semana Santa que fuimos a Toledo a ver las procesiones. Al regresar al coche, la vimos asustada y temblando como una hoja debajo de las ruedas del vehiculo. Cuando conseguimos sacarla ensenandole una de las ricas torrijas que habiamos comprado, la pobre se abalanzo sobre ella y, con el cachondeo de <>, con Torrija se quedo, y por supuesto se vino con nosotros a casa para ser uno mas de la familia. Donde caben cinco, caben seis. Tras nuestro saludo mananero de lametazos y cabezazos mientras le digo cosas como si la pobre fuera tonta del bote, la dejo satisfecha de mimitos y entro en la cocina y me pongo en accion. Abro la nevera, saco leche, mantequilla y embutido. Luego, de un armarito, cojo cereales, Cola Cao, pan de molde, papel de plata y galletas. Todas las santas mananas, lo mismo, !que monotonia! Con rapidez, preparo los desayunos y me enfrasco en los almuerzos. Si, esos sandwiches que envuelvo en papel de plata por las mananas y que, a veces, revisando las mochilas de mis queridos retonos, aparecen chafados y con un extrano color verde del tiempo que algunos llevan alli olvidados. Cuando mis tres hijos, Nerea, Aaron y David, entran en la cocina, es el mismo cantar de todas las mananas. Si la mayor no se pega con el pequeno, el mediano chincha a la mayor, o el pequeno empuja al mediano. !Todos los santos dias lo mismo! Al final, como siempre, tengo que ponerme en plan Cruella de Vil --ya lo de madrastrona les sabe a poco--, doy quince voces, porque con dos no reaccionan, y asi consigo poner algo de orden. Pero no..., no creais que el orden dura mucho. Es darme la vuelta y el show de mis ninos vuelve a comenzar. Veinte minutos despues, llega el momento <>. Oh, Dios..., ?como no? Ese tambien es otro clasico mananero. Pero, !ja!, ya soy graduada en dolores matutinos y no les hago mucho caso, que me los conozco. Se que, si presto atencion a esas dulces vocecitas o miro sus ojillos candorosos y suplicantes de <>, me compadecere del liante en cuestion y dos horas despues lo tendre repanchingado en el sillon, mas feliz que una perdiz jugando con la PlayStation y con una cara de satisfaccion al mas puro estilo <>, y no, !eso se acabo! Tras conseguir que desayunen, dejen de pegarse y cojan sus mochilas, logro que se pongan los abrigos. Nerea se lo abrocha. A sus catorce anos, !por fin! se ha dado cuenta de que, si no se cuida, enferma, pero Aaron, con diez, y David, con casi seis, es otro cantar. Estamos en febrero, hace un frio que pela, pero mis hijos parecen nordicos: !nunca tienen frio! Eso si, se cogen unos gripazos que es para matarlos. Por mas que les explico que cuando hace frio uno tiene que abrigarse, no lo entienden, y cuando voy a recogerlos al colegio, se me ponen los pelos como escarpias al verlos salir remangados y sin el abrigo puesto. Pero ?en que idioma tengo que hablarles? En fin, salvado el tema de salir abrigaditos de casa, abro la puerta y, una vez fuera de nuestra parcelita, nos dirigimos los cuatro juntitos y en armonia al colegio. Bueno, lo de la armonia es un decir, porque aunque yo quiero mucho a mis ninos, reconozco que son pesaditos... pesaditos, pero pesaditos, y continuan martirizandose los unos a los otros todo lo que pueden y mas, hasta que de pronto, las suplicas del que le dolia la tripa y sus malas caras se esfuman al ver a su amiguito o amiguita en cuestion, y eso me hace creer con fervor que seguramente voy a tener un hijo o una hija que dentro de unos anitos ganara el Goya al mejor actor dramatico y podre poner la estatua sobre la chimenea como un trofeo. Uisss..., !que mono me va a quedar!

  • Te elegi eternamente (Por amor 10) de Maria Beatobe

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    A Naira y Gael se les ha complicado el fin de semana, debido a la inesperada noticia que reciben a su vuelta. Y es que, para Naira, las cosas perfectas siempre acababan estropeandose por algun motivo.

  • Contigo hasta el infinito de Niamh Byrne

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    ?Pueden los polos opuestos enamorarse sin remedio?
    Cuando Frances y Georgia se conocieron en sus anos de instituto nadie hubiera apostado ni un penique por que hicieran buena pareja. Ni siquiera mala. No podian ser mas diferentes ni vivir en mundos mas separados. Frances es la hija menor de un matrimonio que se sostiene a duras penas; con un padre alcoholico y un hermano boxeador y bastante conflictivo, su infancia y adolescencia han sido una constante huida hacia delante. Por el contrario, Georgia MacFarland es la hija unica de una pareja dedicada al mundo de la publicidad, que atesora una herencia noble dentro de la sociedad escocesa.
    Pero lo que Facebook unio anos atras. No parece que nada ni nadie pueda separarlo, ni siquiera Brianna, pese a todo su empeno. O Niall Campbell, que parece haberse encaprichado de Gigi.
    Cuando Frankie deja Amsterdam y vuelve a Glasgow para reencontrase con los viejos fantasmas familiares no imagina que su relacion con Gigi va a llegar a un punto sin retorno: una encrucijada vital donde las decisiones que tome marcaran su destino.
    Esta pareja tan dispar se vera enfrentada, cuestionada y desafiada constantemente a lo largo de su relacion; solo la inquebrantable voluntad de Frankie y el amor a prueba de bombas de Gigi podran superar todos los obstaculos y mantener su amor a flote contra viento y marea.
    Juntas son capaces de llegar al infinito y mas alla.
    ?Las acompanas?

  • Lolita de

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    La historia de la obsesion de Humbert Humbert, un profesor cuarenton, por la doceanera Lolita es una extraordinaria novela de amor en la que intervienen dos componentes explosivos: la atraccion <> por las ninfulas y el incesto. Un itinerario a traves de la locura y la muerte, que desemboca en una estilizadisima violencia, narrado, a la vez con autoironia y lirismo desenfrenado, por el propio Humbert Humbert. “Lolita” es tambien un retrato acido y visionario de los Estados Unidos, de los horrores suburbanos y de la cultura del plastico y del motel. En resumen, una exhibicion deslumbrante de talento y humor a cargo de un escritor que confeso que le hubiera encantado filmar los pic-nics de Lewis Carrol.

  • El vaso de plata de Antoni Mari

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    La nostalgia de las excursiones dominicales, la desolacion por la muerte de un amigo, el trastorno de los sentidos al viajar por primera vez lejos de casa, el vertigo que provoca el riesgo de una travesura, la ebriedad de los primeros dias de vacaciones…

  • Esta noche dime que me quieres de Federico Moccia

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    Tancredi es uno de los hombres mas ricos del mundo. Joven, apuesto y brillante, es incapaz de entregarse al amor por culpa de un terrible incidente ocurrido anos atras. Sofia era una joven promesa del piano, hasta que una estupida discusion con su novio Andrea cambio su vida para siempre. Alegre y sonadora, decidio aparcar su carrera y sus suenos para cuidar de Andrea, en silla de ruedas tras aquella fatidica noche. Tancredi y Sofia. Dos mundos diferentes, opuestos, como el dia y la noche, se veran unidos, al fin, por la lluvia y el destino.

  • Peligroso amor de Sophie Saint Rose

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    Steffani se levanta con el pie izquierdo en su primer dia de trabajo en Nueva York. No funciona la calefaccion, se le estropea la cafetera y para su sorpresa, la secuestran metiendola en una persecucion policial. El culpable es el tarado del teniente Ralf Richardson que se empena en meterla en lios cuando lo que Steffani quiere es vivir tranquila y perderlo de vista.

  • No Eres Tu de Yara Ariza

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    Heredera de una de las empresas mas prosperas de la ciudad de Boston, Eva Thompson es la CEO de la empresa familiar. Mujer ejecutiva, fuerte, que ha destacado en un negocio dominado por hombres. Ser la hija de un multimillonario la puso en muchas ocasiones, durante sus anos de universidad, en las portadas de las revistas de chismes. Los paparazzi no perdian ninguna oportunidad de tomarle fotos.
    Pero de repente su vida dio un giro y ya no estaba dispuesta a que su vida privada dejara de ser eso, privada. Ella controla en que revista aparece o quien le toma una foto. Los fotografos no son sus personas favoritas, por eso cuando conoce a Mathew Ward, un famoso fotografo, intenta alejarse de el.

  • Unas vacaciones en invierno de Bernard Maclaverty

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    Libro del ano 2017 segun The Guardian, The Sunday Times, The Irish Times, The Herald Scotland y Mail on Sunday

  • Un velo de libertad de Laila R. Monge

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    ?Como es posible que Raquel, una nina buena y estudiosa que va todos los domingos a misa, se sienta atraida por el velo de las mujeres musulmanas?

  • La rosa de medianoche de Lucinda Riley

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    Una historia de misterio, amor, traiciones y secretos del pasado. Una novela con una trama precisa y emotiva, repleta de sorprendentes giros argumentales y de toques de suspense.

  • El Jeque – Scarlett Butler de Scarlett Butler

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    Dicen que existen leyendas que hablan del amor verdadero, ?sera Elizabeth una de las afortunadas en vivir una de ellas?

  • Lavinia de Ursula. K Le Guin

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    Lavinia crece sin conocer otra cosa que la paz y la libertad hasta la llegada de sus pretendientes. Su madre exige que contraiga matrimonio con el apuesto y ambicioso Turno. Pero los augurios y las profecias de los manantiales sagrados afirman que debera casarse con un extranjero, que provocara una guerra y que su marido no vivira demasiado tiempo. Al ver que una flota de barcos troyanos llega remontando el Tiber, la joven decide tomar las riendas de su propio destino. Y asi nos cuenta lo que Virgilio no hizo: la historia de su vida y del amor de su vida. Le Guin da voz a este personaje surgido de la Eneida de Virgilio en una novela que nos transporta al mundo semisalvaje de la Italia antigua, cuando Roma no era mas que una aldea mugrienta situada cerca de siete colinas. Lavinia es un libro sobre la pasion, la guerra y el precio de la guerra, generosa y austeramente escrito por una autora en la cuspide de su talento.

  • Oro sucio de Karin Slaughter

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    Preparate para un trepidante relato corto, de unas ochenta paginas, de la mano de dos de los mas aclamados escritores de thriller.

  • Angel caido de Anyta Sunday

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    Pax Polo es el intrepido guitarrista de Serenity Free.

  • El Ano del Diluvio de Eduardo Mendoza

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    Mendoza narra el conflicto en el que se ve envuelta sor Consuelo, una monja que administra un ruinoso hospital. Para conseguir la financiacion, se dirige al cacique de San Ubaldo de Bassora, aunque todo empieza a complicarse cuando este la seduce. La invencion expresiva constante de Mendoza y su inigualada habilidad para la recreacion de estilos y generos sustenta el canamazo de una historia rica en hallazgos y sorpresas. Por su maestria narrativa, desplegada en los mas varios registros, y por el empuje y poder de conviccion con que transmite al lector un mundo propio y unos personajes de contorno imborrable, El ano del diluvio se cuenta entre los logros mayores de Eduardo Mendoza.