• El Mago De Papel de Charlie N. Holmberg

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    Ceony llevaba cinco anos deseando ser fusionadora. Sin embargo, mientras que la mayoria de estudiantes de la Escuela Tagis Praff para Talentos Magicos habia elegido a que material iba a dedicar su arte, a Ceony se lo habian impuesto. --No hay suficientes plegadores --le habia explicado la maga Aviosky en su despacho. Hacia menos de una semana que se lo habian dicho y aun sentia las lagrimas picandole en los ojos. --El papel es un medio fantastico --habia proseguido la maga Aviosky-- pero su reputacion se ha deteriorado en los ultimos anos. Como solo hay doce magos en activo en esta disciplina, no nos queda otro remedio que asignarsela a una parte de nuestros aprendices. Lo lamento. Ceony tambien lo lamentaba. Esas palabras le habian roto el corazon y, ahora, en la entrada que conducia a la guarida del mago Emery Thane, deseaba que le hubiera dejado de latir. Su mano aferraba el asa de madera de la maleta y sus ojos examinaban aquella monstruosidad, que era incluso peor de lo que se habia imaginado. Por si no fuera bastante malo que el mago Thane, el unico plegador a aquel lado del Tamesis, viviera en la periferia salvaje de Londres, su morada parecia sacada de un cuento de terror. Las paredes negras se alzaban en seis plantas. La pintura desgastada se desconchaba bajo el efecto de un viento repentino que se levanto en el momento en que Ceony puso un pie en el camino sin pavimentar que surgia de la carretera principal. Tres torres irregulares emergian de la casa como si se tratase de la corona del diablo; una de ellas tenia un amplio agujero en el lado este. Habia una chimenea rota, en la que se oia el graznido de un cuervo, o quizas de una urraca. Todas las ventanas de la casa -- Ceony solo conto siete-- quedaban ocultas detras de postigos negros, bloqueados por completo con cadenas, sin que se pudiera apreciar el mas minimo brillo en su interior. Hojas muertas de una docena de inviernos obstruian las cornisas del tejado que, a su vez, estaban incrustadas bajo tejas dobladas y retorcidas, tambien negras; y algo que desprendia un olor a vinagre y sudor goteaba en las proximidades. En la tierra que rodeaba el edificio no habia flores, ni cesped, ni siquiera una coleccion de piedras. El pequeno patio tan solo contenia rocas y parcelas de tierra sin cultivar, demasiado secas y agrietadas como para que la hierba echara raices. Las baldosas que formaban el camino que llevaba a la puerta principal, que se sostenia unicamente con la bisagra superior, estaban rotas en pequenos trozos y Ceony dudaba que alguna de las corroidas tablas grises del porche pudiera soportar su peso el tiempo suficiente como para llamar al timbre. --Me han enviado al infierno --murmuro Ceony. La maga Aviosky, su escolta, fruncio el ceno a su lado. --No se fie nunca de lo que ven sus ojos en el hogar de un mago, senorita Twill. Ya lo sabe. --Ceony trago con la garganta seca y asintio. Lo sabia bien, pero no le importaba, ya no. La sombria y solariega casa se le antojaba un reflejo de ella misma y de todo lo que le habia ido mal en los ultimos dias. Tal vez se habia maldecido a si misma la noche anterior al amontonar todos los papeles que habia encontrado en el hotel y quemarlos uno a uno en la chimenea mientras la maga Aviosky consultaba un mapa en el recibidor. O, quizas, el mago Thane era la prueba de que Ceony necesitaba potenciar su imaginacion. Reprimio un suspiro. Tenia diecinueve anos y habia llegado tan lejos... y lo que habia logrado hasta ahora, contra todo pronostico, se le escurria entre los dedos, dejandola fria y vacia. Todas sus aspiraciones estaban a punto de quedar reducidas a simple papel. Ceony se pasaria el resto de sus dias escribiendo en cuadernos de notas y leyendo libros obsoletos. Su unica alegria en la vida consistiria en escribir cartas que se abririan solas al llegar a su destino. De todos los materiales que podian haber elegido para ella --cristal, metal, plastico, incluso goma-- habian optado por el papel. Era evidente que la maga Aviosky no se daba cuenta de que la razon por la que el Plegado se habia convertido en un arte moribundo era porque las habilidades que otorgaba eran completamente inutiles. Despues de rechazar la idea de que la llevaran a rastras como a una nina pequena, Ceony enderezo la espalda y camino hacia la entrada. La verja no era mas que una serie de lanzas clavadas en el suelo con la pica hacia arriba, atadas con alambre de espino. La fuerza del viento aumentaba a cada paso y amenazaba con llevarse el sombrero de Ceony mientras estiraba el brazo hacia la manilla del porton. La escena a su alrededor cambio de forma tan abrupta que Ceony dio un respingo y casi suelta la maleta. Tenia la mano apoyada sobre una verja normal, en lugar de aquella que parecia hecha con los restos de una batalla. El sol asomo entre las nubes y el viento se calmo hasta convertirse en una ligera brisa irregular. La casa que tenia frente a ella se encogio hasta transformarse en una de tres plantas, construida en ladrillo de color amarillo. Los postigos, todos abiertos, eran blancos, y el porche parecia lo bastante robusto como para que una manada entera de caballos saltase sobre el. Ceony alzo la mano, sus ojos todavia estaban asimilando la transformacion. Casi habia esperado que, al dejar de tocar la portezuela, volviera a ver la tetrica ilusion, pero la casa permanecio exactamente igual cuando solto la manilla. El camino hacia la puerta estaba sin pavimentar, pero un despliegue de tulipanes rojos, violetas y amarillos lo limitaban ahora, en vez de las piedras dentadas que habia visto al llegar. Ceony abrio la puerta pestaneando y avanzo unos pasos. No eran tulipanes. Al menos, no se trataba de tulipanes reales. Todas las flores del patio parecian confeccionadas con papel, cada petalo minuciosamente doblado. Los capullos parecian tan reales que cuando una nube tapo durante unos minutos el sol de la tarde, todos cerraron ligeramente sus petalos. Como flores que se esforzaban demasiado por ser flores. Con un vistazo rapido, Ceony descubrio las tiras de papel que colgaban de la verja, y mas alla, unos folios de papel mas altos que una persona y mas anchos que el automovil que la habia llevado hasta alli. Una ilusion. Ceony recordo la clase sobre espionaje que habia recibido en la escuela el invierno anterior, donde el profesor habia mencionado la utilizacion de munecos de papel para ocultar la verdadera apariencia, pero a ella nunca se le habria ocurrido que la tactica sirviera para ocultar toda una casa. La maga Aviosky la siguio y empezo a deshacerse de los guantes de seda de forma despreocupada, dedo a dedo. La transformacion no la habia alterado ni un poquito. Ceony habia tenido la certeza de que el mago Thane se presentaria en la entrada en ese mismo instante, pero la puerta, que ahora era de madera solida y estaba pintada de un marron tan clarito que parecia naranja, seguia cerrada y todo estaba en silencio. <>, penso Ceony frunciendo el entrecejo, <>. Ceony dejo atras las flores de papel y subio unos peldanos hasta la puerta principal, la maga Aviosky la seguia apenas un paso por detras; llamo a la puerta firmemente con los nudillos, intentando mantenerse todo lo erguida que le permitia su metro sesenta de altura. Se toco el pelo de manera distraida, que era del color de las batatas sin cocinar, y se coloco la trenza en el hombro izquierdo. Aquella manana habia decidido no hacersela bien a proposito, del mismo modo que no llevaba su mejor vestido ni su uniforme de estudiante. No habia ningun motivo por el que sentirse entusiasmada: ?para que arreglarse? Era evidente que el mago Thane no habia hecho concesiones especiales por ella. El pomo se giro sin que hubiera escuchado pasos al otro lado y, cuando la puerta se abrio, Ceony grito y dio un paso atras. Un esqueleto salio a recibirlas. Dio la impresion de que hasta la maga Aviosky se habia sorprendido, aunque solo lo demostro arrugando los labios y ajustandose las gafas de montura redonda sostenidas por una nariz bastante prominente. --Vaya --profirio ella. La cabeza sin ojos del esqueleto miraba arriba y abajo de manera mecanica y Ceony, con una mano sobre el corazon, advirtio que su metro ochenta de altura estaba hecho de papel: la cabeza, la espina dorsal, las piernas... Cientos, quizas miles de trozos de papel de color blanco estaban enrollados, plegados y comprimidos unos contra otros para conectarse formando una variedad de articulaciones. --Esta loco --declaro Ceony, esta vez en voz alta. La maga Aviosky resoplo de manera sonora en un intento sutil de renirla. El esqueleto se aparto a un lado. --?Alguna otra sorpresa? --pregunto Ceony a nadie en particular mientras se adentraba en la casa, manteniendose tan lejos del esqueleto como le permitia el estrecho marco de la puerta. La casa tenia un largo recibidor que olia a madera vieja y se abria en tres direcciones, dos a la derecha y una a la izquierda. La primera a la derecha daba a una pequena habitacion que, a pesar de estar llena de trastos, se encontraba habilmente ordenada: todo, desde los candelabros hasta los libros, estaba colocado en los estantes de una forma exquisitamente sistematizada, junto con ocarinas de arcilla, juegos de marmol y mas libros apinados en lineas rectas a lo largo de la repisa de la chimenea. Ceony se fijo en cada detalle de la habitacion, era curiosa por naturaleza, y tambien en el desgastado cojin del sofa, lo que indicaba que el mago Thane preferia sentarse en el lado izquierdo. Una pequena campana de viento colgaba en un rincon. Era un lugar extrano para una campana como esa, ya que el viento no se podria colar en aquella habitacion a no ser que abriera la ventana e, incluso asi, soplaria con muy poca intensidad. Llego a la conclusion de que al mago Thane le gustaba su aspecto estetico, pero no su sonido. Chiflado, sin duda. Una pila perfecta de cartas sin leer se encontraba sobre una mesita auxiliar en un rincon junto a lo que parecia una caja de musica y una especie de rompecabezas de alambre, que estaba perfectamente alineado con las cartas y la caja. Ceony nunca habia conocido un coleccionista de trastos tan... ordenado. Le inquietaba. La puerta cerrada a la izquierda del recibidor ocultaba otra habitacion, pero en lugar de seguir caminando hacia el interior de la casa para descubrir lo que escondia la segunda puerta de la derecha, Ceony grito: --!Mago Thane! !Sus invitadas estan aqui y agradecerian a una persona real para recibirlas! --!Senorita Twill! --la regano la maga Aviosky en susurros mientras el esqueleto de papel cerraba la puerta delantera--. !Esos modales! --Bueno, su ausencia tambien denota malos modales, ?no? -- pregunto Ceony, que detesto lo infantiles que sonaron esas palabras en su boca. Carraspeo y respiro hondo--. Lo siento. Estoy un poco nerviosa. --No necesita jurarmelo --respondio en tono de broma la maga Aviosky al tiempo que una persona de verdad aparecia en la segunda puerta de la derecha con una especie de libro de notas en las manos. El mago Thane era mucho mas joven de lo que Ceony imaginaba; rondaba los treinta anos, y tampoco se habia tomado la molestia de arreglarse. No llevaba su uniforme de etiqueta de mago, ni nada particularmente elegante, tan solo unos sencillos pantalones con una camisa de cuello alto sin adornos, sobre la cual vestia un liviano abrigo azul oscuro que era demasiado grande y que le llegaba hasta los tobillos, con unas mangas sueltas que casi le ocultaban las palmas. Tenia un aspecto bastante corriente: su piel no era ni clara ni oscura; no era alto ni bajo; y su constitucion no era ni delgada ni ancha. El cabello oscuro le llegaba justo por debajo de las orejas, lo que ofrecia un aspecto arreglado pero despeinado. Tenia unas patillas negras hasta la mandibula y su nariz tenia un pequeno bulto, justo en el punto superior del puente. Lo unico extraordinario en el era el brillo de sus ojos: verdes como las hojas en verano y brillantes como si alguien hubiera puesto una vela en su interior. El mago Thane miro a Ceony sin mostrar una sonrisa, o cualquier otro gesto, pero en esos ojos chispeantes ella advertia que el hombre se estaba divirtiendo. Que fuera a costa de ella o de el mismo era dificil de decir. Ceony apreto los dientes. --Mago Thane --comenzo la maga Aviosky con un ligero saludo con la cabeza, y Ceony se pregunto como de bien se conocian--, le presento a Ceony Twill, la muchacha de la que le hable en el telegrama. --Si, ya --respondio el mago Thane, que dejo el libro en la pila de cartas sin leer junto al sofa y alineo las esquinas del libro cuidadosamente. Se dio la vuelta para encontrarse con la mirada de Ceony--. Ceony Twill, la mayor de cuatro hermanos y primera de su promocion. ?Cuantos estudiantes han conseguido librarse de esa prision este ano? Ceony se ajusto el sombrero; lo hizo tan solo para proporcionarle a su mano libre algo que hacer. --Veintidos. --Aun asi, es un logro --comento de manera relajada--. Esperemos que aqui pueda hacer buen uso de esos habitos de estudio que tiene. Ceony asintio. Lo cierto era que poseia buenos habitos de estudio, de lo que se enorgullecia, pero los deberes del colegio siempre le habian resultado faciles. Gozaba de una memoria privilegiada y a menudo recordaba cosas que solo habia leido una o dos veces. Era una bendicion que la habia ayudado a soportar numerosas lecciones complicadas y aburridas. Con suerte, tambien la ayudaria alli. La maga Aviosky carraspeo, rompiendo el silencio antes de que se alargara demasiado. --Tengo el nuevo uniforme de la senorita Twill en mi maletin. Digame que ha preparado la union. --En efecto --contesto, restandole importancia a la pregunta con una ligera sacudida de la mano. Poso sus ojos en los de Ceony--. Imagino que le gustaria realizar una visita por la casa. Ella sintio que encogia. !Con que facilidad podria aquel hombre destruir su futuro con una sacudida de la mano! Una vez se uniera a un material, no habria vuelta atras: la union era para toda la vida. Intento encontrar alguna via de escape en caso de que le hiciera falta y descubrio al esqueleto de papel justo detras de ella. Grito otra vez. ?Quien necesitaba fantasmas para embrujar una casa cuando podias crear sus propios demonios a base de papel? --Jonto, detente --ordeno el mago Thane y el esqueleto se desplomo en el suelo en una pila de huesos de papel; su calavera cuidadosamente plegada descansaba en la cima. Ceony se aparto. ?Que clase de hombre chiflado construia un mayordomo de papel? ?No habia otra persona alli para abrir la puerta? --?Vive usted solo? --pregunto Ceony. --Tal y como me gusta --replico el mago Thane, guiandolas a traves del recibidor--. Ese es el estudio --senalo con un gesto hacia la puerta cerrada de la izquierda--, y el comedor esta por ahi -- anadio, deteniendose ante la segunda entrada a la derecha del recibidor. Ceony lo siguio con paso lento y echo un vistazo hacia el rincon, esperando que otra atrocidad hecha de papel le asaltara. En lugar de eso se encontro con una pequena antesala con espejos que colgaban uno frente al otro en ambas paredes, un banco y una sencilla comoda sobre la que descansaba un florero vacio. Triangulos de papel de color verde azulado y amarillo estrechamente plegados cubrian las paredes donde la antesala daba paso a una pequena pero bien provista cocina. Una encimera de marmol rodeaba un fregadero, habia armarios oscuros a ambos lados, pero dejaban espacio suficiente para trabajar. Una rejilla de metal encima del fregadero contenia un pequeno juego de ollas y cacerolas, cuyas bases oscuras demostraban que se utilizaban con asiduidad. En las esquinas de la rejilla habia una vid de papel enrollada que tenia un aspecto muy similar a los huesos de Jonto, el esqueleto. ?Tenia alguna utilidad? ?O el mago de papel simplemente se aburria tan apartado de la vida real? ?En que medida el papel decorativo de aquella casa se usaba para los encantamientos? Y ?en que medida era ornamentacion inutil? ?Se pasaria el resto de sus dias siendo decoradora? Ceony se sacudio aquellos pensamientos de la cabeza y examino el resto de la cocina. El mago Thane tenia un fogon mas estrecho de lo que ella estaba acostumbrada a ver; ademas estaba anticuado, pero no parecia de mala calidad. De algun modo, a Ceony le reconfortaba la idea de saber que, entre leccion y leccion de Plegado, podria escaparse hasta alli para cocinar. Al fin y al cabo, si no hubiera conseguido la beca, su alternativa habria sido la de asistir a una escuela de cocina. El precio de la matricula era la decima parte de lo que exigia la Escuela Tagis Praff y Ceony poseia un don para la cocina. Habia confiado en que la admitirian. Ceony dejo atras la cocina para llegar al comedor. Cientos de pajaros de papel que parecian vivos pendian del techo por hilos. Colgaban silenciosamente, sin estorbar, suspendidos encima de una sencilla mesa cuadrada situada sobre una alfombra tejida de color marron. Cerca habia una comoda alta de color negro, abarrotada de platos, libros, servilletas, frascos y jarras, y todo estaba encajado de tal forma que, si se extrajera tan solo uno de los articulos, se provocaria una avalancha. En la superficie de la comoda habia unas extranas bolas y conos de papel, hechos de bolas y conos mas pequenos y, estos, hechos de bolas y conos aun mas pequenos. A Ceony le hacian dano a la vista. La casa habria resultado acogedora si no hubiera estado tan llena de chismes. Avanzo hasta una gruesa pila de pergaminos en el borde de la mesa y descanso la mano encima, pensando en las ilusiones de papel que se extendian por la valla de la casita de campo. --La decoracion del exterior de su casa es horrible --declaro con ligereza. La maga Aviosky le lanzo a Ceony una mirada de advertencia al entrar en el comedor. El mago Thane simplemente contesto: --Si. Una delicia, ?verdad? El mago paso a su lado y abrio una puerta. Unas escaleras empinadas conducian al piso de arriba. --Siganme, si son tan amables. Ceony empezo a subir tras el con la maleta todavia en la mano. El noveno escalon crujio bajo su peso y las rodillas le dolian cuando alcanzo el segundo piso. --Su dormitorio --senalo el mago Thane mientras habria la puerta de un empujon--, puede dejar el equipaje, si lo desea. Ceony se adentro en el dormitorio, que contrastaba sobremanera con el resto de la casa, pues las estanterias se encontraban vacias. No habia montanitas, ni pilas, ni trastos, pero a juzgar por las marcas de la moqueta, la habitacion habia contenido muebles que se habian trasladado o tirado recientemente. El mago Thane probablemente acabara de prepararla para su llegada, a pesar de haber contado con toda una semana. Pero lo mas raro era que no habia adornos de papel en las paredes o en el techo, se habian dejado completamente desnudos. Una sencilla cama individual se apoyaba contra la unica ventana junto a la que habia tres estantes en la pared y un escritorio sencillo con un cajon a unos pasos del pie de la cama. Tambien habia un armario pequeno, pero lo bastante grande para las pocas prendas de Ceony y una mesilla con un candelero nuevo y un portavelas. Era algo mas espacioso que su dormitorio en Tagis Praff, aunque tenia menos estantes. Aun asi, aquel dormitorio se le habia hecho mas acogedor y hospitalario que este, aunque tal vez se debiera a que se habia ganado aquella plaza. Habia deseado estar alli. --Gracias --dijo, y dejo la maleta en el suelo.

  • Nunca en la escalera de Maureen Johnson

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    ?Donde buscas a alguien que en realidad nunca esta?

  • El aleteo de la mariposa (Oli 2) de Luis A. Santamaria

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    Cierto dia del verano de 2006, cuando el pequeno Oli se atrevio a husmear en los resultados medicos de sus padres, una mariposa cualquiera aparecio de la nada, y, sin ningun motivo aparente, batio sus alas.
    Ese otono, en Oxford, un solitario agente de policia es atracado mientras dormia, la misma noche que se produce un sangriento asesinato en la otra punta de la ciudad.
    Ajena a ello, una joven inglesa toca el violin en la calle mientras piensa en un amor imposible del pasado.
    En Madrid, un talentoso neurocirujano es acusado del homicidio de su propio paciente, el multimillonario dueno de una famosa empresa.
    Aparentemente, ninguna de estas historias esta relacionada con los sucesos del pasado 12 de octubre protagonizados por Oli y el Yayo.
    Aparentemente...

  • La cancion de la espada (IV) de Bernard Cornwell

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    El guerrero Uhtred, ahora casado, con dos hijos y propietario de tierras, parece destinado a gozar de una paz semejante a la que hay en Inglaterra, donde el reino danes del norte y el reino sanon de Wessex inician una nueva etapa de paz. Pero los vikingos siguen al acecho en Londinium, dispuestos a conquistar Wessex, para lo cual precisan la ayuda del su viejo camarada Uhtred. Por su parte, el rey Alfredo el Grande confia en que sea el quien encabece una operacion destinada a expulsar a los vikingos, lo que llevara a Uhtred a enfrentarse de nuevo a su ambivalente identidad, y a poner en la balanza su origen vikingo y la lealtad a su rey; en cualqueir caso, su ardor guerrero pesara mas que la placidez familiar.

  • Niebla y acero (Las cenizas de Hispania 2) de Jose Zoilo Hernandez

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  • Desde aquella orilla de Juan Alberto Alfaro Saavedra

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    “Helenio, al que todos llaman Hely, da un giro a su vida dedicandose a viajar y vivir de ello. Lo que no sabe es que, en un solo dia, una historia de amor cambiara por completo su diario de viajes, ese que nunca debio cerrar. Alba, su amor, es el principio y el fin. India es el escenario de una aventura inacabada”.

  • Amor en Tierra de Lobos (Lobos de Montana 1) de Angela Bennett

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    Era la oportunidad de su vida. Laura sabia que no podia desperdiciarla, era lo que habia estado esperando desde que se habia licenciado con honores en la universidad. Tenia que conseguir la noticia y ser la primera en publicar la informacion. Aquello podria significar el salto a un periodico de renombre y poder asi abandonar su ciudad natal. Llevaba como periodista del Helena Cronicles desde que habia vuelto de la universidad. Era un periodico que se distribuia solo a nivel local, por lo tanto todas las noticias que se publicaban en el mismo eran de hechos acontecidos en la ciudad o alrededores. Nada emocionante, se repetia Laura con hastio todos los dias. La poblacion de Helena no alcanzaba para que surgieran noticias interesantes y si no las habia, sus posibilidades de poder aspirar a trabajar para un gran medio de comunicacion eran casi nulas. Por eso, cubrir esta noticia era vital para ella. Tenia que hacerlo bien, y convertir este incidente en un articulo brillante. Mientras conducia en direccion norte, hacia la reserva india de los Blackfeet, se repetia una y otra vez que esta era la noticia que la iba a hacer triunfar. Ademas, por primera vez desde que habia empezado a trabajar como periodista iba a realizar una verdadera labor de investigacion. Eran muchos los motivos por los que estar entusiasmada ante la perspectiva de pasar unas semanas en un pueblo perdido del norte del estado. Le habia costado muchos anos el poder terminar la carrera, habia tenido que trabajar y ahorrar durante mucho tiempo. Su tio la habia acogido cuando ella tenia diez anos, puesto que sus padres habian muerto en un accidente de coche. Era el hermano mayor de su padre y por lo tanto, se llevaban una buena diferencia de edad entre ambos. Su tio habia sido bombero, cuando acogio a Laura se acababa de jubilar, y aunque a ella nunca le habia faltado nada, fue obvio que el hombre jamas podria haberle pagado la universidad. Asi que tuvo que hacerlo sola, cuando termino el instituto empezo a trabajar en una fabrica donde estuvo cuatro anos. Eso le permitio ahorrar para la matricula y el material necesario de los dos primeros anos. Para el tercer ano Laura sabia que no iba a poder continuar con sus estudios, se habia planteado el tomarse un ano para trabajar y volver ahorrar dinero. Lo que habia ganado trabajando de camarera en una cafeteria los dos primeros anos en la universidad solo habia servido para sus gastos y no tener que pedirle nada a su tio. Entonces este la sorprendio un dia con un cheque que le cubria todos los gastos de un ano de la universidad. Intento rechazarlo, pero el no lo consintio. Le explico que habia liquidado un fondo de pensiones y que el dinero era para ella. Laura lloro aquella noche abrazada a su tio, y al dia siguiente fue a la universidad a formalizar la matricula. Dos meses despues, su tio murio de un infarto inesperado. Laura se volvio a quedar sola y el dolor que sintio fue inexplicable. Su tio lo habia sido todo para ella, y ahora sentia que la vida la golpeaba de nuevo. Aunque lo peor vino cuando el abogado de su tio la cito en su despacho para leer el testamento de este. Todo lo que tenia se lo legaba a ella, pero habia un problema: su tio habia hipotecado dos meses atras la casa en la que ambos vivian y por lo tanto, la obligacion de pagar la misma pasaba a ella. Laura no tenia dinero, habia invertido el regalo de su tio en la matricula y las clases de la universidad, asi que no le quedo mas remedio que vender la casa y liquidar la hipoteca. Se mudo a un minusculo apartamento a las afueras de Helena y comenzo a trabajar duro. Tardo tres anos mas en terminar sus estudios. Consiguio que la contrataran en el Helena Cronicles despues de terminar las practicas en este mismo periodico, y alli llevaba cuatro anos trabajando. Laura necesitaba un cambio, necesitaba un verdadero trabajo de periodista. Sabia que era buena y que podia conseguir grandes cosas, pero no podia lanzarse e ir a una gran ciudad como Chicago o Los Angeles, puesto que no tenia dinero para empezar desde cero. Se consideraba una persona ambiciosa, ya no habia nada en Montana que la retuviera y sabia que podia aspirar a mas. No tenia familia y su trabajo no la llenaba, conseguir realizar un buen articulo con esa noticia seria una buena adicion a su curriculum y le permitiria hacer el cambio que tanto necesitaba en su vida. Condujo durante dos horas, paro en una gasolinera de Choteau para llenar el deposito y comprar un sandwich. Segun su GPS no encontraria mas gasolineras en esa carretera hasta llegar a Browning, su destino. Despues de estirar las piernas y andar unos minutos, se monto en el coche y retomo el camino. El paisaje a su alrededor no era especialmente llamativo, eran tierras llanas que se extendian hacia el este de manera ininterrumpida. Las vistas al oeste eran mucho mejores, podia divisar a lo lejos las Rocosas y sus cumbres nevadas. Era principios de otono, pero en aquellas latitudades las temperaturas seguian siendo bajas, sobre todo por la altura a la que se encontraban. De todas formas, las montanas quedaban a bastante distancia, por lo que no podia disfrutarlas. Intento pasar el rato escuchando la radio, pero las emisoras iban y venian, algunas se perdian y convertian en estatica y otras eran bastante aburridas. ?A quien le interesaba que el condado hubiera ayudado con la fumigacion de los cultivos? Pasado el mediodia al fin llego a Browning. Fue directa al hotel donde iba a hospedarse mientras estuviera en el pueblo. Se habia imaginado que seria una ciudad, pero habia comprobado la poblacion en internet antes de salir y pasaba un poco de los mil habitantes. Con ese numero de personas aquella localidad no podia denominarse ciudad, aunque Laura tambien habia leido que los numeros podian no ser correctos, puesto que las cosas dentro de una reserva india eran diferentes. Las reservas se regian por sus propias normas y leyes, en teoria no atendian a la legislacion estatal, que en este caso seria la del estado de Montana. Pero por lo que habia averiguado, si debian atenerse a las leyes federales que estuvieran vigentes a nivel nacional para todos los estados. La verdad era que el tema le habia parecido un poco complicado y no pensaba que fuera relevante para su cometido. Su fin era lograr escribir un articulo que dejara sin palabras a los grandes editores de importantes periodicos, y eso era lo que pretendia hacer. Convertiria una noticia de un pueblo perdido en una reserva india en algo sobre lo que todos quisieran leer. Aparco y saco su pequena maleta del coche. En la recepcion del hotel la recibio una chica bastante joven, con trenzas negras como la noche y una deslumbrante sonrisa. --Buenas tardes, bienvenida al Glacier Peaks Hotel, ?en que pueda ayudarla? --Hola, tenia una reserva para una habitacion individual --contesto ella. La chica se volvio hacia su ordenador, hizo una busqueda y le confirmo que tenian su reserva. Le pregunto si queria una habitacion cuya ventana diera a la calle principal a la que daba el hotel o preferia una a la parte posterior. Pidio una habitacion que mirara hacia la entrada, teniendo en cuenta lo que habia visto al cruzar el pueblo para llegar al hotel, no creia que las vistas posteriores del hotel fueran nada del otro mundo. Las montanas seguian estando demasiado lejos y el terreno en Browning era tan plano como una plancha de asar. Subio a su habitacion, comprobo que estaba limpia y no faltaba nada. Deshizo la maleta y colgo la ropa en el armario. --Bien, hora de ponerme en marcha --se dijo a si misma en voz alta. Comprobo que llevaba la grabadora, el cuaderno y varios boligrafos en su bolso. Su movil tenia suficiente bateria para durar hasta la noche, lo necesitaba por si tenia que sacar alguna foto. Salio de su habitacion, abandono el hotel y cogio el coche en direccion a la comisaria de policia, aunque creia haber leido que alli lo llamaban de otra forma. Puso el GPS y arranco, cuando salio de la calle principal que cruzaba el pueblo empezo a conducir mas despacio. Para llegar a la comisaria tenia que pasar por calles residenciales, si es que a aquello se le podia considerar como zona residencial. Las casas tenian todas el mismo aspecto. Parecian ser casas prefabricadas, todas estaban recubiertas en el exterior por laminas de madera. Algunas habian sido pintadas de vivos colores, Laura imagino que seguramente habia sido un intento de sus inquilinos de darles un aspecto mas alegre. El entorno era deprimente, penso mientras continuaba avanzando con lentitud con el coche. Las casas no tenian jardines a su alrededor, aunque disponian de bastante terreno que las separaba unas de otras. Pero la tierra era solo una zona yerma, con un poco de hierba amarilleada y poco mas. No habia cesped, ni setos ni vallas pintadas de blanco. Quiza era por el clima, alli nevaba durante muchos meses y, tal vez, aquello no permitia mantener un verde jardin. Cuando llego a la altura de la comisaria aparco el coche en un lateral de la calle y se bajo con el bolso colgando del hombro. Miro a su alrededor y la sensacion de tristeza la embargo de nuevo. Las calles no tenian aceras, el unico pavimento era la carretera en si, y estando el dia nublado todo tenia una apariencia lugubre. No podia apartar de su mente que la rodeaba una enorme pobreza, reflejada en esas calles y casas. Sacudio la cabeza para apartar esos pensamientos y con paso firme cruzo hacia la comisaria. Al llegar a la puerta se le cayo el alma a los pies: estaba cerrada, y por lo que indicaba la nota pegada a la puerta, lo estaria todo el dia. Volvio a su coche un tanto decepcionada, se sento tras el volante y tamborileo con los dedos en este. ?Que clase de pueblo era ese donde una comisaria cerraba un dia entero? Esperaba no haberse equivocado al elegir lo que habia ocurrido en Browning como la noticia que queria usar como trampolin en su carrera, porque ese pueblo no parecia muy prometedor. --Tendre que reorganizar mi plan del dia y dejar la visita al jefe de policia para manana -- murmuro. Echo un vistazo a las notas de su cuaderno. Tenia una lista de sitios a los que tenia pensado ir, la comisaria habia sido el primero del listado porque era esencial intentar obtener la mayor informacion posible de la policia. Aquello le podria servir para esbozar la historia, aunque en realidad no sabia como de colaboradoras con la prensa serian alli las fuerzas del orden. Por norma general la policia solia facilitar la informacion de la que disponian, asi de cara a la opinion publica siempre podian decir que no ocultaban nada y colaboraban con los periodistas. Se mordisqueo una una mientras decidia que hacer. Giro la cabeza en direccion al oeste, en la lejania se podian divisar las grandes montanas del Parque Nacional Glacier y aquello resolvio sus dudas. Se puso el cinturon de seguridad, arranco y dio media vuelta para volver a la calle principal de Browning. Giro a la izquierda en el cruce y puso rumbo al pico Two Medicine, la montana en la que habia muerto Jimmy Lunak. 2 Conforme avanzaba hacia el oeste la temperatura comenzo a descender y tuvo que subir la ventanilla del coche. El aire que se colaba era frio y le cortaba el rostro. Recordo que no habia cogido la chaqueta, la cual colgaba comodamente dentro del armario de su habitacion de hotel. Se dijo que no iba a tardar tanto y que estaria de vuelta antes de que anocheciera. El primer tramo de la carretera era una extension de la que la habia llevado hasta Browning. Llana, recta y en bastante buen estado. Pero cuando llevaba diez minutos conduciendo noto que la vegetacion a su alrededor se espesaba, y el verdor empezo a pasar rapidamente a su alrededor. Al llegar a la altura de Kiowa, tomo el desvio a la izquierda que indicaba el GPS de su coche e hizo caso omiso al aviso que emitia sobre que era una carretera con bastantes curvas y que debia elegir una ruta alternativa mas segura. Disminuyo la velocidad y continuo conduciendo. Aunque no podia ver mas alla de los arboles que bordeaban la carretera, sabia que estaba subiendo en altitud y por lo tanto lo que habia detras de ellos eran precipicios por los que se extenian rocas y denso follaje. Bajo mas la velocidad del coche, no sentia miedo, pero era absurdo arriesgarse cuando, en realidad, no tenia prisa alguna.

  • Cartero de Charles Bukowski

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    Cartero es la primera novela publicada de Charles Bukowski, considerado uno de los autores mas influyentes e imitados de la generacion actual de escritores estadounidense gracias a su particular estilo, propio del realismo sucio y la literatura independiente. Con una prosa plana, sobria y precisa, Bukowski ha producido algunas de las piezas mas hermosas de la literatura contemporanea, no por la belleza de su lenguaje sino por la sinceridad de sus ideas malsonantes que consiguen reproducir magistralmente los ambientes pestilentes y marginales que frecuento durante su juventud. La novela describe, a traves de su alter ego Chinaski, los doce anos que estuvo empleado en una sordida oficina de correos del Servicio Postal de Estados Unidos, hasta que un editor, deslumbrado por su fuerza poetica, le ofrecio cien dolares mensuales de por vida para que dejara el trabajo y escribiera a tiempo completo. Bukowski, con 49 anos encima, decide aceptar y abandona la miserable seguridad de su empleo para escribir Cartero, su primera novela, en menos de un mes. Una satira brillante destinada a convertirse en clasico de la literatura moderna pues gracias al tiempo libre que obtiene con su nuevo trabajo de escritor, el alcoholismo y su adiccion por las carreras de caballos, Bukowski empieza una serie de novelas autobiograficas que lo convertirian, muy a su pesar, en heredero indiscutible de la generacion beat.

  • El secreto del millonario de Ryanne Corey

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    El millonario Zack Daniel mantenia su riqueza en secreto para asegurarse que sus companeros de la policia lo aceptaban. No habia nada que lo hiciera disfrutar mas que luchar contra el crimen… hasta que se encontro encerrado en un sotano con la bella Anna Smith. Zack estaba temporalmente de baja en la policia de Los Angeles, por eso acepto gustoso el trabajo que le ofrecio Anna: tenia que hacerse pasar por su novio.

  • Alias Candy de Monica Benitez

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    Candy Tengo todo el cuerpo descolgado hacia atras, los pies de gato ajustados al maximo a las presas inferiores, mi mano izquierda aferrada a una con forma de luna por encima de mi cabeza en una de las paredes mas desplomadas del rocodromo, mientras balanceo mi cuerpo un par de veces antes de lanzar mi mano derecha a por la presa que necesito para avanzar. Finalmente tomo un ultimo impulso y me lanzo, alcanzando mi objetivo casi por los pelos, dos de mis dedos se aferran a esta nueva presa, noto la tension en todos los musculos de mi cuerpo y observo con rapidez la pared en busca del siguiente apoyo que necesito, estoy en una posicion realmente incomoda, es de esas en las que solo puedes aguantar unos segundos, o encuentro el modo de avanzar o me espera un espaldazo sobre la colchoneta. --Venga Candy, casi lo tienes--oigo que dice Eli, una chica que conoci aqui en el rocodromo, donde imparto clases de escalada un par de horas cada tarde despues de salir del trabajo y con la que sorprendentemente, he entablado una amistad muy sincera en poco tiempo. Los dedos de la mano izquierda comienzan a resbalarme, me suelto y me agarro rapido esperando poder cogerme mejor, pero la tension acumulada, sumada a que estamos llegando a final de semana y estoy cansada, me obligan a hacer un movimiento desesperado para salvar la caida. Cambio la posicion de los pies con agilidad, escuchando el silbido de asombro de Eli, y consigo avanzar a traves de varias presas casi hasta el final de la zona desplomada, digo casi porque en uno de los pasos no he logrado agarrarme a la presa y acabo de pegar un espaldazo sobre la colchoneta que me tiene atontada. --Joder--me quejo haciendo una mueca. Eli se planta a mi lado y me mira desde arriba con una amplia sonrisa. --?Estas bien? --Si, creo que tendras que seguir soportandome--bromeo. Mi amiga resopla y me tiende una mano que acepto con gusto para ayudarme a ponerme en pie. --Creo que ya esta bien por hoy--sonrie. --Si--sonrio yo tambien, a veces parece que la profesora sea ella y no yo. Nos apartamos a un lado para no molestar y ambas hacemos unos cuantos estiramientos antes de dar por acabada la sesion. --?Sabes algo de tu abogado? ?Has hablado con el? --pregunta con interes. --Si, precisamente me reuni con el hace un par de dias--digo lanzando un suspiro al aire. --?Y? --Pues regular, mas bien tirando a mal. --?Quieres hablarlo? --pregunta preocupada. --No hace falta, es mas de lo mismo y no quiero aburrirte--digo encogiendome de hombros. --Tu nunca me aburres so burra, ademas, ya sabes que soy una masoca sin remedio-- bromea. Se que hablar de mi problema con Eli no lo resolvera, pero supongo que al menos me permitira sacar un poco de mierda, a veces pienso que ya no me cabe mas y me da miedo explotar cualquier dia de estos. --Esta bien, pero en otro sitio, aqui hay demasiada gente. --Si quieres nos damos una ducha y tomamos algo en la cafeteria de la esquina. Yo te invito. --La ultima vez pagaste tu, hoy pago yo o no voy--le aseguro muy seria. --Eres un chollo de entrenadora, que lo sepas--dice sonriente. --Y tu la que aguantara toda mi chapa. --Eres mi entrenadora favorita Candy, ya lo sabes. --Me vale con que seas mi amiga, desde que empezo toda esta mierda me siento como el bicho raro al que todo el mundo senala. --Espabila, anda, a ver si se me van a saltar las lagrimas--me dice con su eterna sonrisa en la boca. En la ducha, dejo que miles de gotas caigan sobre mi cuerpo desnudo haciendo que me olvide momentaneamente de todos los problemas. Siento la presion del agua sobre los musculos de la espalda, tensos del esfuerzo de la escalada, y me permito unos segundos para que el calor me relaje. La voz de Eli me devuelve a la realidad. Odio que me interrumpan en esos momentos. Podria pasar horas bajo una buena ducha de agua caliente y en la ratonera a la que llamo casa no puedo permitirmelo. Tengo que ahorrar cada centimo que caiga en mis manos si quiero llegar a final de mes, asi que las duchas largas son siempre en el gimnasio. Al salir, ella ya ha terminado de secarse. Bromea mientras nos vestimos para intentar sacarme una sonrisa, tratando de que me olvide aunque sea por unos instantes, del desastre de vida que me han dejado mis padres. Si, mis padres, ellos son los culpables de mi situacion actual. Al llegar a la cafeteria, elegimos una mesa un poco mas alejada del resto en la que poder hablar tranquilas. Tras pedir una cerveza y algo de picar, Eli me mira con cara seria y a la vez expectante. --Venga, suelta eso que te preocupa tanto --exige mi amiga. --Yo no he dicho que este preocupada --murmuro alzando una ceja. --Ya claro, por eso llevas media tarde dandole vueltas a la bola del piercing, cualquier dia te arrancas el labio. --?Que tiene que ver el piercing con esto? --Cada vez que estas preocupada o pensativa le das vueltas a la bola. --?Eh? No es verdad--comento sorprendida. --Claro que lo es, venga--asegura convencida--cuentame. --Pues pinta bastante mal Eli, para que te voy a decir otra cosa--digo encogiendome de hombros--he conseguido reunir todos los papeles para llevarselos al abogado, aunque me ha costado la misma vida porque mi padre los tenia desperdigados por todos los rincones del taller. Eso cuando los tenia, porque he tenido que ir pidiendo copias a proveedores, bancos... En resumen, un desastre. --?Y que te dijo el abogado al ver la documentacion? --Fue una autentica pesadilla. Tuve que esperar a que un mediador aceptase mi caso e intentase negociar con los acreedores, pero ninguno de ellos ha querido llegar a un acuerdo de pago. --Bueno, pero por lo que me han contado eso pasa bastantes veces. Ahora vais a juicio, ?no? --Pues ahi es donde tengo el problema, ahora tendria que ir a juicio, el juez verificaria el intento de acuerdo con los acreedores, comprobaria mis bienes, que son nulos claro, y concederia o no la condonacion de la deuda. --Entonces, ?que problema le ves? --pregunta sin comprender--para eso esta la Ley de Segunda Oportunidad. --No es tan facil, Eli. Tras la negociacion con los acreedores he tenido que pagar al abogado y al mediador, asi que ahora estoy aun peor de lo que estaba cuando empece. Si vamos a juicio, parte de las deudas son con Hacienda y la Seguridad Social que tienen prioridad, y como mucho el juez me aprobaria un plan de pagos a cinco anos, sin garantia de que me lo vayan a conceder. Tal y como estan las cosas, ni siquiera se si seguir adelante. --Bueno, pero tienes que intentarlo, ?no? ?Que pierdes? --Pues para empezar mi independencia economica, porque el abogado concursal tomaria el control de mi cuenta, pero bueno, eso lo dejaremos a un lado--digo al ver la cara de circunstancias de Eli. --Joder--murmura con los ojos muy abiertos. --Pues la cosa es mucho mas complicada. --?Mas aun? --Para mi desgracia, si. --?Y eso? --Dos de los acreedores amenazan con llevarme a juicio por estafa. --!Pero si tu no has hecho nada! --exclama indignada. --Ya, pero aparezco como administradora de la empresa, firmaba las cuentas todos los anos. Recuerda que el cabron de mi padre se ocupo de que todo estuviera a mi nombre, el no aparece en ningun documento. --?Y si te condenan? --Me caen de seis meses a tres anos. --Joder, !vaya putada! Pero bueno, se podria probar que tu no tuviste nada que ver. ?Que dice el abogado? --Se podria intentar probarlo, pero si no lo consigue, ve dificil que me puedan caer mas de dos anos en caso de que acabemos en un juicio y sea condenada. --Entonces no entrarias en prision, ?no? --No, pero si me condenan no puedo acogerme a la Ley de Segunda Oportunidad. Pierdo en todos los casos, es una mierda. Y son aun mas gastos entre abogados y procuradores, te juro que a veces me entran ganas de coger la mochila y desaparecer. --No me extrana !Menuda situacion que te dejo montada tu padre, guapa! --A mi me lo vas a contar... --?Puedo ayudarte de algun modo? --pregunta con sinceridad. --Salvo que te sobren unos cincuenta mil euros mas los intereses de cada mes para pagar las deudas que me ha dejado mi padre, no. --Sabes que si los tuviese te los dejaria. --Lo se, pero no los aceptaria porque no podria devolverlos tampoco. --?Te has planteado pedir un prestamo al banco? --Con las deudas, mi nombre sale en todas las listas de morosos, ahora mismo no podria cambiarme ni de compania de telefono--resoplo incredula. --No se que decirte Candy, la verdad es que tienes una situacion muy complicada. A ver si tienes suerte y llegais a un acuerdo con los que te quieren demandar o algo. !Vaya faena! Siento no poder ayudarte mas. --Ya me ayudas bastante escuchandome, de verdad. Ahora mismo solo puedo esperar algun tipo de milagro en mi vida para salir de esta. --O atracar un banco. --Solo me faltaba eso--me rio--bastantes problemas me han causado ya las actividades ilegales de mi familia como para meterme yo tambien.

  • Almas Silenciosas de Ann Cleeves

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    Un nuevo caso para la inspectora Vera Stanhope.

  • Los abrazos robados de Pilar Mayo

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    Irene, madre soltera de una adolescente, Clara, por fin ha conocido el amor verdadero: Mario.

  • Sangre, sudor y paz de Lorenzo Silva

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    Su asunto, el nacimiento, auge, caida y extincion forzada de uno de los grupos terroristas mas letales y persistentes del ultimo siglo en Europa Occidental, esta narrado desde un lado de la grieta que su actuacion provoco en el seno de las sociedades vasca y espanola: en particular, desde el lado de quienes lo combatieron y finalmente lo redujeron a la mas absoluta inoperancia. Esta es, por tanto, la historia de la lucha contra ETA tal y como la vivieron los guardias civiles y sus familias: el colectivo mas golpeado por la accion de la banda --con mas de doscientos muertos y muchos centenares de heridos--, y tambien aquel que acabo demostrando un compromiso mayor en su neutralizacion y liquidacion.

  • Velos rotos – Nora Roberts de Nora Roberts

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    Gwen Lacrosse era una ingenua con la cabeza llena de pajaros cuando dejo su pueblo para irse a la gran ciudad. Volvia ahora a casa convertida en una mujer sofisticada y sagaz. Sin embargo, el nuevo huesped de su madre la cautivaba como nadie la habia cautivado antes. Luke Powers tenia fama de ser experto tanto en palabras como en mujeres… y pronto convertiria la fria racionalidad de Gwen en algo enteramente distinto.

  • El laberinto azul (Inspector Pendergast 14) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    En la decimocuarta entrega de la serie del inspector Pendergast, la siniestra sombra de una venganza ancestral amenaza la vida del agente del FBI.

  • La sinfonia del tiempo de Alvaro Arbina

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    Una joven escritora que trata de desentranar la misteriosa desaparicion de su marido…

  • Beauty Too (2a parte), Susana Rubio Girona de Susana Rubio Girona

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  • Cometierra de Dolores Reyes

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    Dice Cometierra:
    “Me acoste en el suelo, sin abrir los ojos. Habia aprendido que de esa oscuridad nacian formas. Trate de verlas y de no pensar en nada mas, ni siquiera en el dolor que me llegaba desde la panza. Nada, salvo un brillo que mire con toda atencion hasta que se transformo en dos ojos negros. Y de a poco, como si la hubiera fabricado la noche, vi la cara de Maria, los hombros, el pelo que nacia de la oscuridad mas profunda que habia visto en mi vida”.

  • Mr. Star (Speed 5) de Rose Gate

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    Cuando el abogado mas prestigioso de Barcelona muere asesinado, las vidas de Andres Estrella y Esmeralda Martinez cambian por completo.
    Esmeralda, una rica influencer, es acusada de parricidio y decide ponerse en manos de Andres, un abogado recien licenciado que odia todo lo que ella representa.
    Si mezclas dos mundos opuestos, dos personas que jamas apostarian el uno por el otro, el resultado no puede ser mas explosivo. Ambos se veran envueltos en una partida al amor que no estan dispuestos a jugar.
    ?Podran los sentimientos ganar la batalla a los prejuicios?
    ?Podran dar con el asesino antes de que acabe con ellos?
    Descubre esta trepidante historia de la mano de Rose Gate donde el humor, la accion, la pasion, el dolor, la amistad y la familia haran que:
    Vivas la ley de la pasion hasta que pierdas el juicio.

  • El espia del rey de Jose Calvo Poyato

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    Espana a mediados del siglo XVIII. La Ilustracion empieza a ser realidad, pero la Inquisicion aun tiene fuerza. Los marinos espanoles publican obras de gran importancia cientifica. Es el caso de Jorge Juan, que ha medido el meridiano terrestre y acaba de publicar un libro sobre ello, pese a los reparos de la Inquisicion. Por su parte, el marques de la Ensenada, principal ministro de Fernando VI, esta dispuesto a potenciar la flota moderna capaz de enfrentarse a la britanica.

  • Faster de Eduardo Berti

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    Buenos Aires, finales de los setenta. Dos adolescentes apasionados por los Beatles viajan a las afueras de la ciudad, rumbo a un concesionario de la Mercedes. Buscan, al gran mito de la Formula 1: Juan Manuel Fangio. Ese dia cambiara por siempre sus vidas. Desenfadada cronica personal, autobiografia fragmentaria, <> es un compendio de breves episodios en los que Fangio y los Beatles actuan como detonadores y el <> se coloca en el centro de la diana. Siguiendo la estela de Perec, Berti se entrega a un minucioso ejercicio de memoria que lo lleva a hablar sobre la velocidad de las carreras y de la vida, sobre la amistad y la idolatria, desplegando una red de recuerdos, falsamente desordenados, para forjar un relato lleno de frescura sobre el paso de la ninez a la vida adulta.

  • Pesadilla (Ametsgaiztoa) de Jon Hernandez Quintana

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    <>

  • Peccata Minuta de E. Wolf

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    Entre cheesecakes, madalenas y pasteles de chocolate, la vida de Marina transcurre rutinaria en su cafeteria despues de ser despedida de un famoso restaurante por ciertas “discrepancias” con el chef principal. Hasta que la invitan a participar en uno de los mejores y mas prestigiosos concursos de reposteria del mundo. Teo Massague es uno de los criticos culinarios mas mordaces del panorama, su nivel de exigencia es demencial y su paladar, exquisito. No le tiembla el pulso a la hora de hacer una critica ni de ser un verdadero cinico al puntuar un restaurante. Tras un encuentro fortuito entre ellos donde la situacion se les va de las manos vuelven a verse, esta vez como juez y concursante en << El mejor postre del 2020 >>.?Podran evitar caer de nuevo en la tentacion?

  • Una cierta edad de Marcos Ordonez

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    <>, dice Marcos Ordonez en el portico de este variadisimo dietario, que abarca de 2011 a 2016. En el afirma tambien: <>
    Ordonez entiende los dietarios como unas memorias con otra forma, mitad <> y mitad <>. Y que revele, senala, el <> del escritor, <>. Pero hay mucho mas.

  • A Quemarropa de Richard Stark

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    Parker era un profesional. Cada uno de sus trabajos era garantia de exito. No importaba cuan dificil o peligroso pudiera ser: si conseguia reunir un buen equipo y los beneficios eran razonablemente elevados, no habia banco o caja fuerte que se le resistiera. Incluso bajo las condiciones mas desfavorables, su sangre fria y su falta de escrupulos pasaban por encima de cualquier obstaculo que se interpusiera en su camino. Por ello, cuando su mujer y sus socios creyeron que seria una buena idea traicionarle y huir con su ultimo botin, cometieron sin saberlo el mayor error de sus vidas. Peor aun: cuando le dispararon a quemarropa para acabar con su vida, deberian haberse cerciorado de que, efectivamente, Parker jamas seria capaz de levantarse de nuevo para cumplir la mas sangrienta y cruel de las venganzas. A quemarropa, publicada por primera vez en 1962, no solo es una de las obras cumbre de Richard Stark (seudonimo de Donald E. Westlake), sino que ha acabado convirtiendose en un titulo imprescindible de la literatura criminal norteamericana.

  • El sonido de tu mirada de Inma Cerezo

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    Nathan, una vez superados sus errores del pasado, ha dejado atras lo que es mas importante para el: Los Angeles, su familia, sus amigos y su grupo de rock. Se refugia en la universidad, y lo unico que le llena es seguir componiendo canciones.
    Leah esta a punto de empezar la facultad, y cree que esta nueva etapa, en otra ciudad, con nuevas amigas y junto a sus hermanos, sera emocionante..., pero estos ultimos no tienen pensado perderla de vista, sobre todo si ven algun roquero tatuado revoloteando a su alrededor...
    Ambos se encuentran en un presente plagado de desconfianza y ante un futuro que parece negarse a darles la oportunidad de estar juntos, pero... ?y si el destino tuviera otros planes?

  • Otono en Manhattan (Loca seduccion 1) de Eva P. Valencia

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    Gabriel Gomez es un joven y guapo arquitecto que deja Barcelona huyendo de la atraccion que siente por la prometida de su hermano Ivan. A su llegada a Manhattan no le faltan candidatas dispuestas a conquistar su maltrecho corazon, pero la unica mujer que despierta su interes es su sexi, autoritaria y exigente jefa, Jessica Orson.

  • La extincion de las especies de Diego Vecchio

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    Gracias al legado de Sir James Smithson, Zacharias Spears funda en Washington D. C. un museo destinado a albergar las colecciones de especimenes recolectados en las expediciones de exploracion del Oeste, amenazados por el apetito sacrilego de las polillas. El sueno de Mr. Spears es poner al alcance de todos la posibilidad de viajar hasta espacios y epocas remotas, recorriendo por dos centavos y en cuarenta minutos aquello que se halla separado por miles de millas y millones de anos. El sueno, parece ser, se hace realidad. Al museo afluyen multitudes con sed de fosiles y medusas flotando en una solucion de formol al diez por ciento.
    Pero los museos, como la literatura, son criaturas canibales, dispuestas a engullir piedras, plantas, pelicanos embalsamados, monedas, fetiches, cabelleras escalpadas, obras de arte, reptiles voladores o nadadores, ahogados o desplumados en el Cretacico antes de devorarse unos a otros. Con una pizca de ingenio, una buena iluminacion y un cuidador que vigile que nadie toque nada, cualquier particula del mundo puede ser expuesta en una vitrina o colgada en una pared.
    La extincion de las especies es una historia natural de los museos, que nacen, se expanden, se agotan y se derrumban para atesorar aquello que fue, que ya no es, ni volvera a ser, pero que se obstina en persistir. Es, tambien, una historia alternativa y estrafalaria sobre la fe en el progreso, el ansia de descubrimiento, la pulsion taxonomica, la mania de coleccionar y restaurar. Es, en fin, una novela coral y singular, impecable y deliciosa; es una novela inextinguible.

  • Taddeo Colonna de Florencia Palacios

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    Audrey Hamilton penso que los italianos eran tipos muy ardientes y locos, llevaba mas de dos meses viviendo en Florencia terminando un curso de arte y nunca dejaban de sorprenderla en cuanto a eso. Es que no podia entender demasiado su temperamento ardiente, griton y obsesivo, ella tenia sangre yanqui por todas partes, era Bostoniana y para ella la palabra paz y mesura era clave. Todo aquello que la intrigaba y perturbara lo desechaba incluyendo al amor romantico. Algo que no entendia del todo y lo definia como una pasion compleja y efimera pariente del deseo y la lujuria. Y los italianos eran casi como ese amor loco y lujurioso, todos ellos: impulsivos, espontaneos, ardientes y al parecer siempre listos para una chica guapa y extranjera. No podia siguiera prestarles la mas minima atencion pues una mirada significaba: sexo, quiero sexo, a toda hora, no importa, siempre estoy listo y pillo todo lo que se me cruce. Al menos los hombres que se le habian cruzado. En su mayoria... Audrey apuro el paso nerviosa, debia tomar el autobus. De pronto se detuvo, trataba de pasar desapercibida, pero todos notaban que era la chica rubia extranjera. Pero algo estaba mal ese dia... De nuevo ese hombre. Respiro hondo al sentir la mirada oscura y maligna clavada en cada centimetro de su piel. No debia sorprenderse, ya la habian mirado con un deseo exacerbado haciendola sentir un trozo de carne que uno de esos italianos jovenes y ardientes queria comerse. Pues ella no queria ser devorada ni ahora ni nunca. Se detuvo y suspiro molesta. En otra circunstancia se habria reido por lo bajo. Sabia que despertaba eso en los hombres. Y no le gustaba, la ponia nerviosa. Era tan incomodo a veces... Pero algo en ese sujeto la asustaba, no se sintio halagada porque estuviera alli mirandola como un demonio agazapado en la sombra, como el retrato ese que vio en el museo de Florencia hacia tiempo. Trago saliva y penso que debia dejar de ser tan tonta y asustadiza. Y de pensar que en ese pais les hacian cosas horribles a las extranjeras. Apuro el paso, visiblemente nerviosa al ver que ese hombre se le acercaba. No era la primera vez que lo veia y la forma en que la miraba y la seguia le ponia los nervios de punta. Porque era raro que siempre estuviera cerca cuando tomaba el metro. Solo esperaba que no fuera uno de esos horribles hampones y proxenetas que secuestraban una chica para prostituirla o algo peor... Hasta tambien podian quitarte un rinon, era mucho mas valioso que obligarte a dormir con hombres. Un rinon u otro organo pues era joven y saludable, no fumaba, no bebia y de lo otro ni hablar... Audrey miro su reloj y sintio una horrible ansiedad al ver que el metro demoraba. Habia un monton de gente a su alrededor y sin embargo se sentia tan sola en esos momentos. No tenia altura ni tampoco fuerza como sus amigas italianas. Ellas si sabian defenderse y ninguno se atrevia a meterse con ellas. Trago saliva al notar que el desconocido se habia acercado un poco mas y luego se habia sentado en un asiento de la estacion. La forma en que apoyo los brazos le hizo pensar que estaba descansando. No. Solo la estaba mirando a ella. Y se habia puesto comodo para verla a ella. Atrevido, como muchos italianos, osado y muy enamorado al parecer... O eso queria que ella creyera, pero Audrey no era tonta, ese hombre queria algo de ella: sexo o un rinon, o embaucarla en algo turbio, no se enganaba. Sintio ganas de correr, de alejarse, algo en la mirada de ese sujeto le parecia maligno y muy peligroso. Aunque bien vestido, con jeans y una camisa blanca, siempre iba bien vestido, pero sabia que en esa ciudad habia un monton de tipos asi que parecian millonarios y solo trabajaban para la mafia. Mucho dinero sucio. Y el dinero sucio compraba esa apariencia. Trago saliva y miro su celular. Tenia una llamada perdida de su madre y temblo. Su madre estaba en Boston, a miles de kilometros de distancia, pero no dejaba de llamarla casi a diario para ver como iba todo... la llamo para que no se preocupara. --Mami ?que paso? --hablo en voz baja para que nadie lo notara. --Audrey... al fin carino. Solo llame para saber como estabas. --Estoy bien. --?Y que tal te va en el curso? --Bien... todo bien--dijo al nerviosa--Estuve en una exposicion el otro dia. Su madre la escucho distraida, pensaba en otra cosa. --?Cuando regresaras? Siempre le preguntaba lo mismo. --En dos meses, tal vez mas. --?Dos meses? --Tengo la beca para estudiar arte y pienso aprovecharla. --Pero ten cuidado ?si? Se oyen cosas terribles de ese pais. --Mama, deja de pensar cosas. Estoy en Italia, la cuna del arte. --Si, y tambien la cuna del crimen y la trata de personas. --No digas eso mami, por favor. Aqui no hay mafias... Ella no mentia, no sabia si habia mafias, era muy cauta y nunca iba de noche a ningun lado. Pasaba el dia entre el curso, las visitas a los museos y en su trabajo en la cafeteria de medio tiempo para tener su propio dinerillo. Tambien iba a la capilla a rezar y se reunia con sus nuevos amigos italianos. El padre Mateo Ricetto y el padre Antonio. Ellos habian sido de mucha ayuda desde su llegada hacia casi un mes. Se sentia como en casa, Italia era un pais fascinante, lleno de tesoros artisticos, lugares antiguos y demas... --Audrey, ten cuidado, por favor. --Todo esta bien mama, no voy a fiestas ni salgo de noche. --?Y las chicas con las que compartes el piso? --Son chicas tranquilas, ya te di sus nombres. Pudiste fijarte en las redes supongo. --Si, lo hice... --Y supongo que habras podido apreciar que son tranquilas, estudiantes de intercambio una y la otra es una campesina italiana del norte que estudia abogacia. --?Y no llevan muchachos al piso? --No

  • Maraton de Brian Freeman

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    Una bomba estalla en pleno maraton en la ciudad de Duluth. El detective Jonahtan Stride se suma a la frenetica busqueda del autor. Alguien asegura haber visto a un joven musulman con una mochila, y pronto se desata la caza al hombre. Pero las cosas son mas complejas de lo que parecen…

  • Que sea para siempre de Bryan Valarezo

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    La vida puede sorprendernos con sus giros inesperados,con las casualidades que sacuden nuestra forma de ver el mundo.Caleb es un joven que ya ha perdido mucho. Primero debio despedirse de sus padres de forma repentina y hace poco tambien tuvo que decirle adios a su abuela. Y es justo en ese momento, cuando la tristeza se carga sobre sus hombros, que por su camino se cruza alguien que podria dibujar nuevas sonrisas en su rostro.Kensei es una chica de mirada melancolica y de emociones profundas. Transita sus dias acompanada por una guitarra con la que expresa las verdades de su corazon. Con personalidad altanera y hambrienta de aventuras, se preparara para realizar un viaje muy importante para ella.El primer encuentro sucede en una heladeria, el segundo en un cafe. Y cuando el tercero se concreta en la estacion de tren, ya no hay vuelta atras.A medida que ambos personajes se abren el uno al otro, descubren que la felicidad no esta tan lejos como habian pensado, que las casualidades existen y que a veces las sonrisas pueden dibujarse tan solo con pequenas muestras de carino.

  • Suero de una noche de verano de Enfermera Saturada

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  • Ortografia facil para la ESO de Guillermo Mirecki

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    ORTOGRAFIA FACIL PARA LA ESO es una recopilacion de todos los resumenes, esquemas, cuadros, sinopsis y apuntes imprescindibles para aprender y aprobar la materia sin dificultades. LOS ESTUDIANTES tendran todos los conocimientos necesarios resumidos y de facil consulta para aprobar la materia. LOS PADRES encontraran el apoyo perfecto para ayudar a sus hijos de forma rapida en aquella materia que mas esfuerzo les supone. LOS PROFESORES hallaran en estos resumenes, esquemas y cuadros el mas eficaz aliado para que sus alumnos comprendan y aprendan la materia que imparten.

  • Antes de medianoche de Kristel Ralston

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    Agobiada porque su visado de trabajo en Holanda esta a punto de expirar, Lauren Wade empieza una carrera contra el tiempo en plenas festividades navidenas para lograr un empleo que le garantice permanecer en Amsterdam. Nada le importa con tal de conseguir sus metas. Por eso, cuando una anciana, en absoluto indefensa, le ofrece un empleo a cambio de que logre que su obtuso nieto asista a una fiesta familiar, Lauren no se lo piensa dos veces. El verdadero reto empieza cuando conoce a Caleb Bescott, y se da cuenta de que no solo es un hombre atractivo, sino tambien un formidable enemigo cuando descubre que intentan manipularlo o burlarse de el.

  • La isla de las mujeres del mar de Lisa See

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    Una inmersion fascinante en una cultura en vias de desaparicion.

  • Porque lo dice Low (Sea Breeze 2), Abbi Glines de Abbi Glines

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  • 2065 (Thriller y suspense), Jose Miguel Gallardo de Jose Miguel Gallardo

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    Tras una ola de calor sin precedentes, un huracan amenaza la peninsula. Una carrera contrarreloj frente al poder corrupto que controla los hilos del calentamiento global.

  • La dama y el misterio de Stephanie Laurens

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    Montague ha dedicado su vida a gestionar el capital de la elite londinense, pero pagando un precio muy alto por ello: no poder disfrutar de una familia propia. Hasta que aparece en su vida la encantadora Violet Matchman, buscando su ayuda. Ante el enigma que le presenta, Montague encuentra un intrigante desafio tanto profesional como personal.

  • Bajo la Luz de la Luna de Aryam Shields

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    Para Andersson Scott, la luna era todo lo que tenia, era su confidente, lo unico constante en su vida, la que entendia su naturaleza, el la amaba como se ama a una amante que siempre lo consuela, lo conoce y lo acaricia.
    La luna, la noche y el… El, un hombre solitario que fue marcado a fuego por el destino, recluido en su casa donde nadie entraba o salia, la razon no era, precisamente, que se avergonzara de la cicatriz en su rostro, ni del terrible humor del hombre hurano en el que se habia convertido con los anos.
    La verdadera razon residia, en que cada noche, en cuanto el reloj marcaba las doce campanadas, Anderson, se transformaba, su rostro se desfiguraba y su cuerpo se retorcia hasta adquirir otra forma, era cuando el monstruo cobraba vida, ese que en su ser dormia durante el dia.

  • El optimismo de la voluntad de Jorge Herralde

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    Durante cuarenta anos nos dice Juan Villoro en el prologo Herralde ha dirigido su editorial, Anagrama, con el intrepido placer de quien organiza una fiesta en una pais con toque de queda. Y sobre los preparativos y los invitados de este convite nos habla su organizador en El optimismo de la voluntad: un collage de homenajes a autores y editores “Sergio Pitol, Carlos Monsivais, Ricardo Piglia, Roberto Bolano, Mario Muchnik, Arnaldo Orfila, entre otros”, ademas de notas sobre la experiencia de editar en el contexto latinoamericano. Como recuento historico la obra es imprescindible y como lectura es uno de los libros mas memorables que se hayan escrito sobre el tema.

  • Algun dia nos lo contaremos todo de Daniela Krien

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    Es verano, un verano caluroso, esplendido. La finca consta de tres edificaciones. En el centro, una casa alargada e independiente, de dos plantas y un gran desvan. A la izquierda, el granero anejo; se entra por un porton de madera en el frente y se sale por otro en la parte posterior. Detras, a unos metros de distancia, una construccion ancha y plana, de madera: el aserradero. Campos y prados se extienden hasta el rio. Un trecho rio arriba, poco antes de llegar a una vieja presa, hay un cobertizo medio en ruinas. En la otra orilla se yergue una pronunciada colina poblada de arboles. La construccion de la derecha da cobijo a las vacas y las gallinas. Detras, en una casita de madera elevada del terreno y con suelo cubierto de viruta y paja, se alojan los gansos. En un anejo que amplia en diez metros los mas de treinta que mide el establo estan los vehiculos. Tambien aqui, igual que en el granero y el establo, se accede por un porton y se sale por otro igual en la pared posterior. Mirando a la izquierda, desde alli se divisa el redil, junto al huerto; al frente se ven campos cercados y el terraplen de la via ferrea y, tras los railes, a cierta distancia pero claramente reconocible, la finca de Henner. La granja de los Brendel y la de Henner son las mayores del lugar. Dicen que en esta ultima todo sigue como antes de la guerra: los muebles, las estufas, los suelos, los ventanucos que no cierran bien. En invierno probablemente hace frio. En este aspecto los Brendel son mas modernos, cuentan incluso con calefaccion central. Al entrar en la casa se accede a un pequeno recibidor. A izquierda y derecha se abren puertas que dan a la cocina y las habitaciones; todo recto, una escalera conduce arriba; tras la escalera estan la puerta por la que se sale al huerto y la entrada al sotano. Los cuartos de abajo los ocupan Siegfried, Marianne y Lukas; los de arriba, Frieda y Alfred; la buhardilla es nuestra, de Johannes y mia. En la cocina, que es la estancia mas grande, se conserva la vieja cocina economica, que aun puede usarse, pero la abuela Frieda se acostumbro hace tiempo a la electrica. Los asientos tienen mas anos que ella, al igual que la gran mesa de comedor y la solida alacena. Solo los armarios colgados de la pared y una encimera datan de los tiempos de la RDA. Todo esta limpio y ordenado, aunque siempre a oscuras. Ahora, en verano, las ventanas suelen permanecer abiertas. Son ventanas antiguas, con manija giratoria; de los marcos se desprende pintura blanca cuarteada. El techo, bajo, resulta opresivo y protector a la vez. Siegfried, el padre, esta sentado a la mesa. Dada la imponente sombra que desde fuera proyecta el castano, por las ventanas solo entran pequenos jirones de luz vespertina. Nadie habla; los rostros de la familia estan tan poco iluminados que apenas los distingo. Poco a poco van sentandose los otros. Marianne, la madre; Frieda, la abuela; el viejo Alfred, al que antes habrian llamado mozo; Johannes y Lukas, los hermanos. Siegfried corta una gruesa rebanada de consistente pan y la unta con mantequilla. Encima pone unos trozos de pimiento rojo que su mujer ha partido. Come despacio, sin decir palabra. --Me alegro de que ahora podamos comprar pimientos, son muy sanos, ?lo sabiais? -- comenta luego, sonriendo. Y mira hacia arriba sin levantar la cabeza. Los hijos no responden. --Pronto habra muchas mas cosas --afirma su mujer asintiendo. Siegfried coge el plato del pimiento y se lo ofrece a Frieda: --Toma, madre --dice, animandola. Yo miro alrededor, intento entender las normas que rigen en esta casa; no llevo mucho tiempo aqui. Un domingo por la manana, en mayo, Johannes me dijo: <> Y me quede, ya no me fui. Ahora estamos en junio. Comemos en silencio. Escucho los ruidos de los demas al masticar. Al que mas se oye es a Alfred, que farfulla sin mirar a Siegfried: – Liese parira esta noche. Tiene toda la pinta. Siegfried asiente y mira por la ventana hacia el establo. Johannes se levanta pesadamente con la mirada baja. --Me voy. He quedado con unos amigos en la ciudad. --?En moto? --pregunta Marianne, que tambien se pone de pie. --Sentaos. La voz del padre tiene ahora ese deje bajo, amenazador, que me gusta e infunde cierto miedo. A los demas no los asusta. --?No me llevas contigo, Johannes? --le pregunto, clavando la mirada en su cabeza gacha. Sin embargo, el no me mira. Ni responde. Continua de pie y luego sale de la habitacion. En silencio. Una carretera pasa por delante de las dos granjas y dos estrechos caminos conducen hasta las casas. Al otro lado de la carretera, a unos trescientos metros de las fincas, se encuentra el pueblo. La carretera del pueblo esta flanqueada de tilos, que ahora, en junio, exhalan una intensa fragancia. Cerca del puente que cruza el rio se halla el bar, el Linden. Detras se alinean las casas y granjas de menor tamano, correos, el economato y la iglesia dispuestos en circulo alrededor del pequeno lago. Angostas callejuelas serpentean entre las casas y llevan hasta otras casas y granjas. Uno de esos caminos que arrancan del centro del pueblo en forma de haz conduce directamente hasta dos construcciones de cemento alargadas que parecen estar en el campo por error: las oficinas de la cooperativa de produccion agricola local. Y detras, orgullosa, la gran porqueriza comunitaria. Es un pueblo especial. Ni la guerra ni la RDA pudieron con el, como le gusta decir a Frieda. Aparte de algunas casas y la cooperativa no hay muchas cosas nuevas. Algo asi ya no se encuentra a menudo, y los fines de semana viene gente de la ciudad a dar una vuelta. Las gallinas corretean por fuera. Marianne se ha olvidado de encerrarlas en el establo. Frieda se asoma a una de las ventanas de arriba y grita: --!Marianne, vendra el zorro por las gallinas! Despues de veinte anos sigues sin enterarte. Cuando oscurece, hay que meterlas en el establo. El viejo castano proyecta sombras sobre la casa entera pero, segun ha anunciado Siegfried, pronto lo talaran. Quiere plantar uno nuevo; este ha crecido demasiado. Marianne se acerca al final del granero y sigue con la mirada a su hijo, que se marcha estrepitosamente en su MZ negra. Le he cogido una panoleta del armario y me la he echado por los hombros. La observo desde la puerta de casa. --Te queda bien --dice ella cuando vuelve, y anade--: No le pasara nada. Yo no me preocupo. Es ella quien no pegara ojo hasta que su hijo haya regresado. Ultimamente ha habido varios accidentes mortales en la carretera. En uno de ellos murio un amigo de Johannes. Yo estoy tranquila, fumando y echando el humo al aire fresco del campo; despues la ayudo a encerrar las gallinas. Casi es medianoche cuando oigo el petardeo de la moto y luego el motor que se apaga. Las habitaciones de la buhardilla acumulan el calor diurno; me he quitado el vestido de verano y llevo un camison blanco que encontre en uno de los numerosos arcones que hay aqui arriba. Seguro que antes lo usaba Frieda. Si miro por la ventana trasera, ante mis ojos se extienden el paisaje ondulado y el susurrante rio; veo los bosques y el ganado en los pastos. Por la parte delantera diviso la granja y la fronda del castano, que se llena de pajaros; y por el tragaluz, los campos, el redil y la via ferrea hasta la finca de Henner. Hasta que vine aqui no sabia lo bonito que es este paraje. Por el momento, no puedo imaginar un lugar mejor. Sin embargo, ahora es de noche, asi que solo veo a Johannes, que mete la moto en el cobertizo, sale, enciende un cigarrillo y mira hacia arriba. No puede verme. He apagado la luz para no tener que aguantar las aranas que se descuelgan del techo por hilos transparentes. Me dan asco, pero se que a el le parece ridiculo ese miedo infantil mio. Ha estado en la ciudad, con los artistas. Cuando entra en la habitacion, finjo dormir. Se desviste y tira la ropa al suelo de cualquier manera, se cepilla los dientes lo justo, como siempre. Es tarde y manana tendriamos que salir temprano. Volvere a mentir, dire que no tengo clase hasta tercera hora, y asi me quedare en la cama hasta que el vuelva. Johannes esta en ultimo curso; vamos al mismo instituto, el a duodecimo y yo a decimo. Cuando aun vivia con mi madre y mis abuelos, tenia que bajar a diario del monte a la pequena ciudad --tres cuartos de hora de caminata-- y despues coger el autobus para llegar a la capital del distrito. En total tardaba alrededor de una hora y cuarto. La vuelta no era tan rapida, pues era monte arriba.

  • Cientos de miles de millones de sonrisas de Veronica Diaz

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    Cientos de miles de millones de motivos para perseguir tus suenos.

  • Delirio de mi sangre de Karina Sagredo

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    En la Italia de mediados del siglo XIX, un pais en ese entonces dominado por otros reinos, una familia de aristocratas revolucionarios establece su fortaleza en la cima del Monte Sant’Angelo, para guiar desde alli su guerra contra la tirania extranjera y su restablecimiento como una sola nacion republicana.Lorenzo, el hijo mayor, regresa a la casa familiar despues de una larga ausencia. Su imagen, su capacidad intelectual, sus valores patrioticos y sociales, llaman la atencion de la menor de los Castiglione.

  • Momentos especiales (Extras Moteros 5) de Patricia Sutherland

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    Despues de semanas viendo a Pau echar el resto para poder estar juntos, Tina decide, por una vez, ser quien de el paso, y se presenta por sorpresa en Menorca.

  • No te dejare atras de Linda Howard

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  • Mi error fue ser solo tu vecina. Parte 2 de Moruena Estringana

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    Holly es una chica con quien la vida no se ha portado bien, no lo ha tenido nada facil. Desde nina tuvo que cuidar de su hermano y procurar que no le faltara de nada, comportandose como la madre responsable que nunca tuvieron. Holly esta dispuesta a todo por la felicidad de su hermano, incluso renunciar a sus propios suenos.

  • Un dia de invierno de Paula Gallego

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    Dinamarca,1940.

  • Antipodas de Grace Lloper

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    Dichoso el que resiste la tentacion porque, al salir aprobado, recibira la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. |Santiago 1:12|

  • La pieza que me faltaba de Alejandra Inclan

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    Karol va al orfanato donde crecio a buscar respuestas, a saber el por que su mama la dejo ahi. Busca las piezas que le faltan para sentirse completa y asi dejar de sentirse reprimida. Karol fue bautizada cuando la dejaron recien nacida como Carlos, pero luego, cuando fue adoptada, no permitio que le llamaran de otra forma que no fuera Karol. Esta es su historia, una nina trans tratando de encontrar respuestas.

  • Ensename a olvidarte de Isabella Marin

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    Supe desde el principio que amarle tan intensamente iba a traer ciertas consecuencias. Lo supe, y, aun asi, le ame. En realidad fue bastante sencillo hacerlo, incluso algo natural. Nada estaba planeado. El amor surgio sin mas; me golpeo de repente con su aplastante fuerza y trastoco todo mi mundo en un abrir y cerrar de ojos. Yo misma me daba cuenta de que su nombre se colaba en casi cada frase que salia por mi boca. Empece a buscar mas y mas su compania, cada vez que sus ojos se desplazaban hacia los mios, todo lo que me rodeaba se desvanecia en el aire, y lo unico que quedaba era la intensidad azul de su mirada. Sencillamente, el empezo a fluir por mis venas y ni siquiera cuando acabo con todo lo que yo habia sido hasta ese momento, ni siquiera cuando todo se quebranto, fui capaz de dejar de amarle. Desde entonces he visto el mundo, podria decirse que lo he conquistado. He hecho de todo, lo he experimentado todo y he estado en todas partes, pero nunca mas he podido sentir lo que sentia cada vez que el me besaba. Claro que de aquello hace mucho, mucho tiempo… Han pasado mas de diez anos desde que cruce la frontera de Vail, un pequeno pueblo del centro oeste de Colorado. No le eche ni un solo vistazo al retrovisor de mi viejo Ford para despedirme de mi antigua vida. Ni siquiera les dije adios a las puntas blancas de las Montanas Rocosas, que se quedaron atras, solemnes, imperterritas y casi tristes por mi partida. La sucesion de momentos que formaron aquel dia aun desfila dentro de mi mente, como si todo hubiese tenido lugar ayer mismo, no hace tanto tiempo. Recuerdo, por ejemplo, que el aire arrastraba un ligero olor a humo, supongo que de las chimeneas recien encendidas. Tambien recuerdo que el cielo estaba tenido de un deprimente gris plomizo. Habia una densa cortina de nubes cubriendolo, como un oscuro techo, y eso impedia que los rayos del endeble sol de otono lo atravesaran. Aunque no es nada de todo eso lo que hace que me estremezca cada vez que evoco los recuerdos de mi huida. Hay un recuerdo mas, el mas poderoso de todos, uno que por mucho que lo intente, nunca he sido capaz de expulsar. De vez en cuando regresa a mi mente en forma de deja vu, cuando menos me lo espero, y es como si pudiera sentir otra vez la gelida caricia del viento del noroeste que se filtraba a traves de mi ventanilla bajada. Nunca pude sacarme esa sensacion de la cabeza y creo que nunca lo conseguire. Su toque fue algo similar al agarre de los esqueleticos dedos de un ser fantasmal. Al principio, se acerco a mi para traerme un poco de consuelo, pero en cuanto baje la guardia, cuando mas vulnerable estaba, me apunalo el corazon con unos dardos de hielo, congelandolo todo, menos mi dolor. Acababa de cumplir diecinueve anos. Tenia el rimel corrido, los zapatos manchados de barro y el corazon roto en millones de helados y diminutos pedazos. Mientras conducia sin apenas visibilidad y sin ser capaz de dejar de sollozar, me hice a mi misma dos promesas. Uno: jamas volveria a pisar Vail. Y dos: nunca, jamas, bajo ningun concepto, volveria a permitir que me partieran el corazon. Lo que se traducia en que no tenia intencion alguna de volver a amar. Hoy, una decada mas tarde, acabo de romper la primera promesa. Nada mas pasar por delante del cartel que reza: Bienvenidos a Vail, Colorado, aminoro la velocidad para poder disfrutar de las vistas. A pesar de todos los malos recuerdos que me despierta este sitio, he de reconocer que, si hay un paraiso sobre la faz de la tierra, ese es mi pueblo natal. Vail, construido al estilo de una villa alpina y emplazado en el corazon de las Montanas Rocosas, fue fundado en los anos sesenta y, en poco tiempo, se corono como la base de una de las mas famosas estaciones de esqui del mundo entero. En invierno, se convierte en un glacial paraiso abarrotado de turistas y aficionados a los deportes de la nieve, como el snowboard y el esqui, mientras que en verano es un oasis verde y lleno de vida, rodeado de pinos, cristalinos riachuelos, y amplias y esplendorosas zonas para pasear y disfrutar de la austera belleza del paisaje de montana. Mis padres aun viven aqui, en una casa de piedra oculta por frondosos arboles y por altas montanas que forman un protector valle a su alrededor, pero yo no he vuelto ni siquiera para visitarlos. Las pocas veces que nos hemos visto en estos ultimos diez anos, ha sido porque ellos vinieron a Washington, mi ciudad de acogida. Al recordar mi perfecta vida en el centro politico del pais, maldigo por enesima vez las circunstancias que hoy me hacen volver. Para mi, Vail supone el Paraiso y el Purgatorio a la vez. Me sorprende que aun no me haya cruzado con nadie. En los pueblos pequenos eso es casi imposible. Siempre hay alguna anciana paseando por la calle o algun jovencito enredando con la bici. Pues hoy no hay nadie, salvo por un perro que esta rascandose las pulgas mientras me sigue con su marron mirada desde el lado derecho de la carretera. Supongo que este letargo se debe a que esta lloviznando y tiene pinta de hacer bastante frio. No podia haber elegido peor el atuendo: unos zapatos descubiertos, a juego con un vestido negro cuya tela es tan fina que resulta casi transparente. Despues de tantos anos fuera, se me ha olvidado que mientras que en Washington estamos a veinticinco grados, en Colorado, si rozamos los dieciocho, es que hace un calor del carajo y la gente empieza a preocuparse por el calentamiento global. La sirena de un coche patrulla me arranca de mi contemplacion. Miro por el retrovisor y veo que estan dandome las luces rojas para que me detenga. !Maldita sea! ?De donde diablos ha salido ese coche? Si no hubieses estado mirando las musaranas, lo habrias visto venir, me regano a mi misma. --Detenga el vehiculo en el lado derecho de la carretera y permanezca en el interior --me indica el policia por el megafono, pese a que yo ya he senalizado hacia la derecha. !Este tio es tonto! Me detengo y, mientras espero las consecuencias de mis ilegales maniobras, me examino en el espejo interior para asegurarme de que no se me ha corrido el maquillaje, y de que aun llevo el pintalabios rojo que me puse hara media hora, cuando, nada mas cruzar la frontera del condado de Eagle, pare a tomar un cafe en una gasolinera. Quiero causarle una buena impresion al sheriff. Tal vez me libre de la multa, quien sabe. Al menos voy a intentarlo. Por norma general, poner ojitos me funciona de maravilla. Satisfecha a causa de la imagen que me devuelve el espejo, bajo la ventanilla y miro por el retrovisor al hombre de un metro noventa que se me acerca perezoso. !Menudo cuerpazo! No le veo el rostro, puesto que tiene la cabeza bajada y lleva una gorra para protegerse de la lluvia, pero su modo de caminar y la impresionante sensualidad que desprenden sus movimientos, me aseguran que el nuevo sheriff de este pueblo esta para comerselo. En mis tiempos, el sheriff era el senor McGrath, un hombre viejo y siempre malhumorado, que me sermoneo mas de una vez por intentar comprar alcohol siendo menor de edad. Gracias a Dios, nunca se entero de que incluso llegue a consumirlo (en mas de una ocasion). En un sitio como Vail, eso acarrea la expiacion. Mientras yo me deleito siguiendo con felino interes los andares del sheriff supermodelo, el levanta la cabeza, lo cual hace que mis oscuros ojos se crucen con el azul hielo de los suyos a traves del retrovisor del conductor. Y entonces, mi corazon deja de latir por completo. El frena en seco, separa los labios y se queda mirandome como si el aire hubiese dejado de alimentar sus pulmones. Su hermoso rostro muestra una expresion de lo mas descompuesta, el ceno arrugado, las pupilas dilatadas, y algo me dice que mi rostro trasparenta exactamente lo mismo que el suyo. Creo que tarda todo un siglo en encontrar las fuerzas para acercarse a mi ventanilla. --Liv… --murmura, y aun parece muy descolocado. --En carne y hueso

  • Los cuatro habitos de la gente delgada de Luis Navarro Sanz

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    Con este revolucionario metodo aprenderas a gestionar tu ansiedad y tus emociones y a aplicar, poco a poco, los 4 habitos cotidianos que te ayudaran a perder peso progresivamente y sin esfuerzo. Es decir, adelgazaras de una forma natural y saludable. Es, ademas, una aventura en la que descubriras la inteligencia de tu estomago, aceptaras tu cuerpo y te liberaras de la mentalidad de dieta, que es la causante de la ansiedad, la culpabilidad y el sobrepeso.

  • Que vas a hacer con el resto de tu vida de Laura Ferrero

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