• Desterrados de Alfredo Molano

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    < solo sean memoria, todo aquel que quiera conocer lo que sucedio
    en Colombia desde mediados del siglo XX al presente tendra que
    leer al sociologo, periodista y escritor Alfredo Molano Bravo>>.
    Jorge Cardona Alzate

  • Operacion Beowulf de Eloy M. Cebrian

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    Ambientada en los meses en los que la aviacion nazi bombardeo Londres de manera intensa y constante buscando la rendicion de Gran Bretana durante la Segunda Guerra Mundial, una pareja de jovenes una muchacha inglesa y un joven austriaco inicia una investigacion en los pasadizos que han aparecido tras el derrumbamiento de un tunel del metro. La busqueda les conducira al descubrimiento de unas ruinas prerromanas lo cual desatara una divertida aventura para los dos con un final inesperado. (2010-10-06)

  • Un Marques y muchos fantasmas de Olympia Russell

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    El canto del gallo le desperto, como todas las mananas. Apenas unos minutos antes, el sol habia empezado a limpiar las tinieblas de la noche y una luz, muy tenue aun, se colaba a traves de las ventanas del palacio. Ese dia Viola cumplia veintitres anos y sus hermanas habian organizado una comida en su honor. Nada exagerado, a ninguna de ellas le gustaban los grandes eventos (bueno, excepto a Katerina), asi que se iba tratar tan solo de una comida juntas. La novedad frente al resto de los dias era que iban a estar todas, las siete, algo que no ocurria desde las pasadas navidades, y ya habian pasado cuatro meses desde entonces. Al mediodia llegarian Cassandra y su marido Michael, y un poco mas tarde lo harian Silvania, Aidan y su hijito Darren, que acababa de cumplir nueve meses. Desde que dos de sus hermanas se habian casado, eran pocas las veces que coincidian todas juntas, asi que ese solo hecho era ya una fiesta y excepcional. Lo cierto es que Viola estaba deseando volver a ver a Silvania y Cassandra, pero, al mismo tiempo, lo que habian organizado le abrumaba un poco. Ella era especialmente sensible, la mas sensible de todas de hecho (muy seguida de la pequena, India), y los grandes grupos le alteraban un poco. Por eso, cuando todas se juntaban, con el bullicio que creaban, charlando sin parar, discutiendo, riendose y, sobre todo, quitandose la palabra unas a otras, ella acababa agotada. Aunque el problema, en realidad, no eran sus hermanas, sino el resto del bullicio que habia siempre a su alrededor. Un bullicio que solo ella podia escuchar. Porque Viola vivia en un mundo diferente al resto. Diferente y mucho mas poblado que el del resto de los mortales. Y esa ultima palabra, mortales, estaba muy bien escogida para explicar lo que le ocurria, porque Viola no veia y escuchaba solo a sus hermanas y cunados, a los criados y criadas y a los escasos visitantes que acudian al palacio, sino que estaba siempre rodeada de multitud de fantasmas. Si, fantasmas. O seres sobrenaturales. Fallecidos. Angeles... A ella le daba igual el nombre que les pusieran, lo que tenia claro era que no eran de este mundo. Todo habia comenzado al dia siguiente de morir su madre, cuando ella tenia seis anos apenas. Hasta entonces habia sido una nina sonadora, mas metida en su mundo que en el exterior, con "una gran imaginacion", decia su padre siempre. Viola sospechaba que su vision de seres del otro mundo ya existia desde siempre y que esa "gran imaginacion" eran ya sus visiones desde que habia tenido uso de razon, pero era cierto que se habian intensificado y cambiado a partir de la muerte de su madre. Cuando su madre estaba al final del embarazo de India, la que iba a ser su septima hermana, las cuatro mayores, que ya eran conscientes de lo que ocurria, habian estado expectantes y deseosas de conocer al nuevo hermanito (es lo que esperaban sus padres y ellas: un varon por fin). Una noche de noviembre su madre se habia despedido de ella dandole un beso de buenas noches, como hacia todos los dias con cada una de sus hijas, y Viola se habia dormido feliz y despreocupada. Pero a las seis de la manana se habia despertado de golpe y se habia sentado sobre la cama, alarmada, pero sin saber muy bien por que. Le habia costado un minuto darse cuenta de lo que habia ocurrido: en la entrada de su habitacion estaba su madre, con el precioso camison de noche aun puesto y su pelo, rubio, rizado y sedoso, suelto. Viola se calmo inmediatamente porque su madre le transmitia siempre paz y sensacion de proteccion. Ademas, le sonreia abiertamente, como hacia casi siempre, ya que era una mujer dulce y bondadosa y rara vez se enfadaba con ella. Pero era extrano que estuviera alli esas horas, asi que Viola, sin alarmarse, pero intrigada, le pregunto: --Mami, ?que haces aqui tan temprano? Su madre sonrio ampliamente y le dijo: --He venido a decirte que todo ira bien, cielito mio. Y ahora duermete de nuevo --y le mando un beso con la mano desde la distancia y cerro la puerta con cuidado. Viola sonrio y envuelta en el ambiente protector que habia dejado su madre, volvio a dormirse. Pero cuando un par de horas mas tarde la doncella que se ocupaba de ella vino a despertarla, descubrio la terrible realidad: su madre habia muerto durante el parto de su septima hija, India, unos minutos antes de las doce de la noche. Vinieron unos meses oscuros de tristeza y lagrimas diarias. Las ninas se tuvieron que hacer a la idea de la perdida de la madre, cada una reacciono como pudo, pero fueron saliendo hacia adelante. Pero quien mas cambio con la experiencia, al menos a ojos de los demas, fue Viola. --Yo vi a mama a las seis de la manana. --No puede ser hija, te equivocas de hora o fue un sueno. --No papa, ya estaba amaneciendo, y no fue un sueno, vino a decirme que todo iria bien. Esta conversacion se repitio durante muchos meses entre padre e hija, con sus hermanas como testigo, pero Viola no consiguio convencer, ni al padre ni a sus hermanas, de lo que ella no tenia ni una duda: que su madre se le habia aparecido en espiritu para darle un consuelo por su perdida. La explicacion familiar a aquel fenomeno que Viola se empenaba en afirmar era la que daba el padre: equivocacion con la hora o sueno. Su hermana Livia, que tomo el papel de la madre (no por voluntad propia, sino por insistencia del padre, ya que era la hermana mayor), era la mas insistente con la version paterna. Anadia, ademas, que Viola siempre habia sido muy sensible -- cierto-- y fantasiosa --no tan cierto segun la propia Viola. Y tambien que la muerte de la madre no habia hecho mas que exacerbar aquella sensibilidad y fantasia. Al cabo de un tiempo, Viola dejo de hablarles del espiritu de la madre, porque no se le volvio a aparecer, pero si les hablo de todos los espiritus que empezaron a rodearle a diario, y que, a diferencia del de la madre, no se dirigian a ella, sino que hablaban entre ellos, pero ninguna de sus hermanas le creyo. En cualquier caso, sus hermanas continuaron siendo carinosas con ella y no le dieron mucha importancia a aquella "rareza" suya, asi que con el paso de los anos Viola se acostumbro a vivir rodeada de fantasmas, pero a no hablar demasiado de ellos. Y tambien a buscar la soledad, porque, aunque nadie la creyera, los fantasmas existian, ella los veia y, lo mas llamativo de todo, los escuchaba constantemente. Normalmente no se dirigian a ella, como habia ocurrido con su madre. Era como si ella hubiera logrado introducirse en su mundo como espectadora, pero no tuviera la posibilidad de relacionarse con ellos. Andaban a su alrededor y no paraban de hablar entre ellos, pero a ella no le decian nada. En cualquier caso, los veia y los escuchaba y aquel murmullo permanente se mezclaba con el de la vida real y la algarabia en la que andaba envuelta era excesiva. Esa era una de las razones por la que se levantaba siempre tan temprano: le gustaba aprovechar las primeras horas de soledad y de silencio de su vida real. Al amanecer sus hermanas aun dormian y la mayoria de los criados tambien. Siempre habia algun fantasma a su alrededor, pero su murmullo era mucho mas soportable al ser el unico que tenia que escuchar. Y habia otra razon tambien para levantarse tan temprano: que podia acudir al lugar que mas amaba en este mundo: la capilla del palacio. La capilla estaba situada en el lateral mas alejado de la parte principal del palacio y se accedia a ella tras un paseo por un caminito encantador, al aire libre y rodeado de macizos de flores que iban cambiando de color a medida que cambiaban las estaciones. Para Viola, el mejor momento del dia era cuando daba ese pequeno paseo, de ida y vuelta, y el rato que pasaba en la capilla: era lo mas cercano que tenia a estar en soledad. No sabia muy bien por que, los fantasmas no entraban en la capilla, y durante el paseo de ida y vuelta aparecian muchos menos de lo habitual, uno o dos a lo sumo, asi que ese paseo y la estancia en la capilla se habian convertido en sus unicos momentos de casi soledad. Y eso, para una persona que jamas estaba sola, era casi vital. En cualquier caso, sola del todo no estaba jamas, ya que la capilla estaba todo el dia cerrada excepto media hora, la que duraban los oficios religiosos que celebraba todos los dias el pastor Adams, la unica persona que tenia llaves para abrirla. Se trataba de un anciano encantador (y un poco sordo) pastor de la iglesia del pueblo mas cercano, pero que se ocupaba tambien de los oficios del palacio del Duque de Rochester, padre de Viola y dueno de la propiedad. Llevaba haciendolo desde la epoca en la que vivia la Duquesa, pero en aquella epoca habia oficio solo los domingos, que era cuando acudia toda la familia. Habia sido Viola la que habia provocado que el anciano hiciera un oficio todos los dias, a las siete de la manana, solo para ella, ya que sus hermanas continuaban acudiendo solo los domingos. Lo cierto es que el hombre sabia lo que le ocurria a la joven Viola, pero no porque ella se lo hubiera contado. Habia sido el padre de Viola, el Duque de Rochester, quien habia informado al pastor de la peculiaridad de su hija (aunque el Duque estaba practicamente todo el ano ausente, se preocupaba por sus hija y trataba de que estuvieran protegidas siempre) y el pastor, que era anciano y sordo, pero muy bondadoso, habia decidido abrir la capilla para ella todos los dias. Aquello habia empezado diez anos atras, cuando Viola tenia trece anos, y desde entonces el hombre solo habia fallado dos veces: un dia que cayo una nevada como nunca antes y otro dia que se habia levantado indispuesto. No solian hablar mucho. Cuando Viola llegaba, el ya estaba dentro de la capilla, ella entraba, le sonreia, se sentaba y escuchaba el oficio. Luego, al terminar, se acercaba donde el anciano, y le saludaba y ahi es donde el hombre le preguntaba que tal estaba. Ella siempre contestaba que bien, el sonreia, le decia "me alegro, jovencita" y eso era todo. Pero para Viola era como un oasis de paz. Media hora en la que solo escuchaba una unica voz y durante algunos ratos, cuando el pastor callaba, nada. Los unicos momentos de silencio durante toda su vida. Aquel dia, mientras se acercaba a la capilla, hizo una recopilacion de aquellos diez anos: su cumpleanos le ponia siempre un poco nostalgica. Penso tambien que el pastor, si la vida seguia su curso natural, moriria antes que ella y entonces acabarian aquello momentos de tranquilidad. Y se empezo a angustiar un poco. Pero enseguida paro esos pensamientos y se dijo que el hombre gozaba de muy buena salud y aun faltaba tiempo para que aquello ocurriera. Asi que abrio la puerta con un poco mas energia de lo habitual: despues de lo que acababa de pensar, estaba deseando ver al pastor. Asi que la sorpresa fue mayuscula. Porque el pastor no estaba y, en su lugar, se encontro de frente con el hombre mas apuesto que habia visto en su vida. Capitulo 2 Tenia los ojos negros, al igual que el pelo, que llevaba muy corto. La piel, bronceada, como si pasara mucho tiempo al aire libre, o como si tuviera ancestros meridionales. Era muy alto y tenia los hombros anchos y unos brazos fuertes, hechos para proteger. Para protegerla. Este ultimo pensamiento hizo que Viola se asombrara aun mas. Jamas habia pensado nada parecido acerca de ningun hombre, y habia varios en su vida que podian encajar en una idea asi: su propio padre o Lord Atkinson, el hombre al que su padre le habia encargado vigilarlas. Pero lo mas asombroso de todo era que aquel hombre en concreto, ademas de producirle ese tipo de pensamientos, llevaba puesta una casulla de pastor. Era, evidentemente, un nuevo pastor. Y para que no quedara ninguna duda, en ese momento, el nuevo pastor dio comienzo al oficio. Como si fuera lo normal, como si no fuera todo extrano y nuevo. Viola se sento y se dispuso a escucharlo. No podia hacer otra cosa, pero en cuanto vio que el pastor nuevo hacia lo mismo que el otro, se volvio de nuevo a su interior y a sus pensamientos. ?No sera un fantasma?, se le ocurrio, aunque enseguida desecho la idea. Sabia distinguir perfectamente a los seres de otro mundo de los de este, y aquel pastor nuevo estaba bien vivo y era bien carnal. Viola se concentro de nuevo en observarlo. Estaba haciendo exactamente lo mismo que hacia el pastor Adams, actuaban como dos gotas identicas respecto a los oficios, pero solo eran iguales en eso. De hecho, mientras el nuevo pastor realizaba la lectura de las escrituras, Viola cerro un poco los ojos para escuchar su voz. Y era tan impactante y maravillosa como su fisico. Era una voz grave y varonil, con un ligero tono ronco que, a pesar de que estaba leyendo un pasaje de las escrituras, a Viola le hizo pensar de nuevo en sus brazos varoniles y fuertes protegiendola. ?Que le estaba ocurriendo?, ?quiza lo mismo que a sus hermanas Silvania y Cassandra quienes, contra todo pronostico, se habian enamorado a pesar de haber mantenido siempre que no querian saber nada de hombres? No aquello no le podia estar pasando a ella, tenia que haber otra explicacion a lo que le estaba ocurriendo, porque ella era diferente a sus hermanas: tampoco habia pensado nunca en tener un hombre cerca ni en casarse, pero en su caso no se trataba de una eleccion consciente y largamente reivindicada, era, simplemente, que en su vida no entraba nadie mas porque estaba demasiado llena de gente. Pero precisamente en el unico lugar en el que se sentia casi sola, aparecia aquel pastor nuevo y empezaba a pensar y sentir cosas que jamas hubiera imaginado. Justo en ese momento, el pastor termino el oficio. Y se la quedo mirando. Fijamente. Y tras un momento que a ella se le hizo eterno, empezo a moverse hacia ella. Viola se quedo paralizada, hasta que comprendio lo que debia hacer. El nuevo pastor estaba repitiendo el ultimo paso que daba todos los dias el pastor Adams: acercarse a la salida de la capilla para tener unas breves, pero siempre afectuosas, palabras con ella y luego despedirse los dos hasta el dia siguiente, yendose el hacia el pueblo y ella al palacio. En cuanto se dio cuenta de que, dentro de lo extrano y absurdo que estaba siendo todo, habia una logica y una cotidianidad, repitio los pasos que daba todos los dias y se dirigio a la salida de la capilla por delante de el. De todas formas, cuando le dio la espalda, siguio notandolo. Estaba segura de que el la seguia mirando con la misma intensidad que hacia un momento, que estaba fijandose en su forma de andar, en la forma que le quedaba el vestido…y Viola noto como se estaba poniendo roja por culpa de aquellos pensamientos que no podian ser menos apropiados en un lugar como aquel. Quiza por eso, nada mas salir al exterior y colocarse junto al arco de la puerta de salida, como hacia siempre, no espero a que el tomara la palabra y lo hizo ella. De una manera brusca y cortante como no habia hecho jamas con nadie: --?Quien es usted? ?Donde esta el pastor Adams?. Justo antes de que ella le espetara la pregunta de aquella manera, rayando la mala educacion, el nuevo pastor la habia sonreido sin mostrar sus dientes pero si dandole una luz increible a sus ojos negros. Aquello habia provocado que el corazon de Viola se pusiera a batir aun mas aceleradamente y seguramente habia provocado tambien su brusquedad. Pero el nuevo pastor no bajo un apice la intensidad de su sonrisa ni parecio ofenderse por su brusquedad. El unico gesto que denoto que le habia sorprendido la forma en que ella se habia dirigido a el fue el gesto de levantar su ceja izquierda. Un gesto que no hizo mas que acrecentar su atractivo, para terminar de alterar a Viola. Ademas, espero mirandola asi, entre divertido y asombrado, mas tiempo de lo correcto. Finalmente, lo que le contesto despues tampoco sirvio para aclararle nada: --Viola, ?verdad?. Y Viola volvio a perder la paciencia: --Eso ya lo se, no ha contestado usted a mi pregunta. En ese momento el pastor, ajeno al enfado que iba apoderandose de ella, amplio su sonrisa y esta vez, si, le enseno la dentadura, que era perfecta y blanca: --Disculpe ,senorita Arlington, debe usted perdonarme, pero pensaba que ya sabia usted quien era yo, ?el pastor Adams no le ha avisado? Con aquella respuesta Viola se tranquilizo un poco: al parecer todo tenia explicacion, aunque no se la habian comunicado. --Estuve ayer con el y no me dijo nada. --Seguramente no le quiso importunar --continuo el, formal, pero sin dejar de mirarla con aquella sonrisa que hacia que sus piernas flojearan. --Seguramente saber la verdad me habria importunado menos que encontrarle a usted hoy aqui. Viola siempre habia sido docil y tranquila, nada que ver con la mayoria de sus hermanas, que eran guerreras y luchadoras, pero, por alguna razon que se le escapaba, aquel pastor estaba sacando de ella comportamientos totalmente inusuales.

  • Flor en la Oscuridad de Julio Poder

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    Una noche.
    Una calle oscura.
    Solitaria.
    3 condiciones.

  • La Isla de Asa Avdic

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    Una tarde, la secretaria de la unidad vino a mi despacho. --Quiere verte en la planta catorce del Edificio de Secretariado. --?Quien? --!El quiere verte! La secretaria de la unidad parecia muy exaltada. Sus gruesas gafas se deslizaron hacia abajo en la punta de la nariz y se las empujo hacia arriba en un gesto frenetico, para que volvieran a resbalar de inmediato. Entendi por que estaba tan nerviosa. Era raro que los del Edificio del Secretariado mostraran interes por nuestras actividades, y mas aun en uno de nosotros personalmente. Cuando finalmente volvi a casa desde Kyzyl Kum, el Presidente envio un ramo de flores a mi despacho con mi nombre mal escrito en la tarjeta, asi que supuse que no le importaba. Por lo visto, me equivocaba. Me senti halagada y nerviosa al mismo tiempo. --?Cuando? --Esta tarde. Miro un segundo de mas mi camisa arrugada, como si sopesara algo. --Tienes tiempo de ir a casa a cambiarte --dijo, luego dio media vuelta y se fue tan rapido que ni siquiera tuve tiempo de fingir que estaba ofendida. Tres horas despues estaba cruzando el patio del Edificio del Secretariado entre el viento cortante y una lluvia helada. Grandes capas de aguanieve medio congelada soplaban de lado y me azotaban la cara, para de pronto cambiar de direccion y atacar desde el otro lado. Era uno de esos dias de febrero en que todo esta gris y humedo y frio y la luz no es mas que una esperanza. Aquel invierno habia habido muchos dias asi. Se mencionaba cada dia en las noticias que nunca habiamos tenido tan pocas horas de luz solar como el ano anterior. Tal vez fueran las emisiones, el cambio climatico o ambas cosas. O algo aun peor, pero eso no lo decian en las noticias, claro. Era ese tipo de cosas de las que solo se hablaba cuando uno estaba seguro de que no escuchaba nadie mas. El edificio se irguio ante mi mientras subia la escalera, como si entrara en las fauces de una ballena gigante, y el viento casi me arrojo contra las puertas. Dentro del vestibulo me registre en el mostrador de recepcion, me dieron una placa de visita, me hicieron pasar por varias puertas de seguridad, entregue el abrigo y el bolso al guardia y me indicaron un ascensor. Las paredes y el techo estaban cubiertos de espejos de color humo que me hicieron ser dolorosamente consciente de mi chaqueta nueva y los anodinos botines de vieja de la cadena de ropa mas cercana a la oficina. La chaqueta me quedaba bien, pero era de un material rigido que picaba y empece a sudar ya antes de salir del ascensor. Tenia los pies humedos y frios y las medias caidas. Me habia maquillado con la esperanza de parecer menos demacrada de lo que me sentia, pero sospechaba que habia conseguido el efecto contrario. La lluvia me habia corrido el maquillaje y habia eliminado casi todo el colorete barato de las mejillas; lo que quedaba se estaba descascarillando sobre el eccema en el puente de la nariz y en el nacimiento del pelo. Me sentia fuera de lugar, como si llevara un disfraz. Lo primero que me impresiono cuando sali del ascensor de la planta catorce fue que el sonido era distinto, mas amortiguado. Los suelos estaban cubiertos por una moqueta gruesa de pared a pared, lo que hacia casi imposible caminar con tacones sin dar un traspie. Era un suelo para hombres. Madera oscura, acero cromado, grandes plantas verdes: todo reluciente, caro. Las paredes, el suelo y el techo estaban impregnados de poder. Un aparato de aire acondicionado zumbaba cerca, sonando como un helicoptero distante. No sabia que hacer: no habia donde sentarse, ni cuadros para fingir contemplarlos. Se abrio una puerta y salio una elegante mujer mayor. Pronuncio mi nombre y me pidio que la siguiera. Fui tras ella por el pasillo y me percate de que, pese a los tacones, se movia por el suelo blando con pasos seguros y rapidos. Abrio la puerta al final del pasillo y me hizo pasar a una sala de reuniones con unas vistas de vertigo. --?Cafe? ?Te? ?Agua? --Cafe, por favor. Solo. Asintio, hizo un leve gesto con la mano, como para darme permiso para tomar asiento, y luego me dejo sola. Se oyo un sonido de succion cuando cerro la puerta, como si se hubiera hecho el vacio en la sala. Me vi en el centro. Todos los detalles, desde el pomo de la puerta hasta los zocalos, parecian bien disenados. Era como si estuviera violentando ese interior tan coordinado por el mero hecho de estar alli. Cuando estaba a punto de sentarme en una silla, la puerta se abrio de nuevo y la elegante secretaria hizo pasar al Presidente. Era un hombre alto con el pelo espeso y viejas cicatrices de acne en el rostro y, pese a que llevaba un traje caro que podia ser importado o hecho a medida, parecia que no le quedaba bien, como si alguien hubiera vestido a una estatua. Lo habia conocido en una ocasion, cuando visito nuestra unidad. Recuerdo que todos nos quedamos de pie junto a nuestras mesas, como huerfanos que esperan ser adoptados, mientras el se paseaba con los jefes e inspeccionaba la zona de trabajo y al personal. El ambiente fue tenso y forzado durante aquella visita, y ahora la sensacion era mas o menos la misma. Dio unos pasos hacia mi y me tendio la enorme mano. --!Anna Francis, es maravilloso conocerla por fin! Me miro y, cuando lo hizo, entendi por que, pese a su poder, la gente hablaba de el con tanto carino. Tenia una expresion totalmente sincera y afable: te hacia sentir atendida, como si fueras la persona mas importante del mundo. Como si de verdad pensara que era fantastico conocerme, a mi. Estuve a punto de creerle. --El placer es mio --consegui decir. --Por favor, sientese. El Presidente hizo una senal hacia las sillas alrededor de la mesa, y mientras yo tomaba asiento el la rodeo y se sento frente a mi. --En primer lugar, me gustaria aprovechar la ocasion para agradecerle sus fantasticos esfuerzos en Kyzyl Kum. Fue esplendido, simplemente esplendido -- dijo con tanto enfasis que me plantee si la conversacion se estaba grabando. Continuo--: Espero que sepa lo contentos que estamos con su trabajo. El Ministerio tambien le envia saludos. Estan encantados, por supuesto. Hacia muchos anos que no teniamos tan buena reputacion. Somos una potencia humanitaria. Justo lo que ordeno el doctor, todos lo pensamos. Y, por supuesto, estamos encantados de haber podido apoyarla en un trabajo muy, muy importante, Anna. --Le agradezco mucho la oportunidad --me oi decir, al tiempo que me percataba de que no era el mejor inicio para mi. Solo llevabamos unos minutos de reunion y el Presidente ya habia conseguido que le agradeciera la oportunidad de destrozarme a mi misma y mi vida durante muchos anos. Resultaba obvio que era muy listo. Empece a preguntarme por que estaba ahi en realidad. El se inclino sobre la mesa. --Anna, lo que quiero comentar contigo es estrictamente confidencial. Lo que estoy a punto de decir debe quedar entre tu y yo, en cualquier circunstancia. Me miro directamente a los ojos para comprobar que realmente entendia lo que estaba diciendo. Lo entendi. Habia pasado tiempo suficiente con la junta y el ejercito en Kyzyl Kum para saber que eso significaba <>, asi que asenti. Si, lo entendia. El continuo: --Anna, ?has oido hablar del Proyecto RAN? Asenti de nuevo, y me senti aun mas nerviosa. El Proyecto RAN era de esos de los que todo el mundo habia oido hablar, pero en realidad nadie sabia que era. A juzgar por el enorme secretismo que lo rodeaba, tampoco era de esas cosas que uno desea saber. Una vez en Kyzyl Kum, uno de los soldados menciono un caso que habia asumido el grupo RAN, pero cuando empece a hacerle preguntas se mostro incomodo, casi asustado, y cambio de tema, asi que lo deje. Hay un tipo de conocimiento al que no es necesario tener acceso. --Se que existe, pero no se que es. El Presidente hizo un gesto de desaprobacion. --Bueno, en realidad prefeririamos que ni tu ni nadie supiera ni siquiera eso. --Se inclino un poco mas sobre la mesa--. Antes de seguir, Anna, necesito saber si puedo contar con tu discrecion. Si no, la reunion ha terminado. Trague saliva y sopese las opciones que tenia. Ninguna. --Por supuesto --conteste--. ?De que se trata? El Presidente, satisfecho, dejo una carpeta sobre la mesa. <>, pense confundida. No habia visto ningun maletin, y la mesa estaba vacia cuando entramos en la sala. --Anna, estas aqui hoy porque queremos tu ayuda. Como imaginaras, tiene que ver con el Proyecto RAN. No te voy a abrumar con demasiados detalles, solo una cantidad limitada de personas tiene acceso al trabajo del grupo, y ahora, por lo que parece --se reclino en la silla y suspiro antes de continuar--... por lo que parece, el brazo operativo del proyecto ha sufrido una desercion. El hecho es que nos falta un hombre, o una mujer. La frase quedo suspendida en el aire y a mi se me seco la boca. --Le agradezco mucho su confianza en mi, pero no estoy segura de que yo... Me calle al ver la cara de estupefaccion del Presidente. Me miro unos segundos con las cejas levantadas y luego solto una fuerte carcajada amable. --!No, no estoy insinuando que tu formes parte del grupo RAN! No, querida Anna, debo decirte que tenemos otros candidatos con... bueno, distintas cualificaciones. Pero nos gustaria que nos ayudaras durante la fase de seleccion. Senti una verguenza increible, como cuando respondes a un saludo y luego ves que iba dirigido a alguien que esta detras de ti. Me la trague lo antes posible y procure continuar. --?Como puedo ayudar? El Presidente dio una palmada. --Estoy seguro de que entenderas que estamos viendo a muchos candidatos ahora mismo, cada uno con cualificaciones excelentes a su manera. Lo que queremos hacer es ponerlos a prueba en una situacion de gran estres. Podriamos decir que es como un ejercicio de campo. Y ahi es donde intervienes tu, Anna. Tienes mucha experiencia en tratar y evaluar a gente en condiciones extremas. Servirias para valorar los puntos fuertes y las flaquezas. Sabes hasta donde pueden llegar las personas, y tambien cuando estan al limite. Ese conocimiento es unico, Anna, no mucha gente lo tiene.

  • Vivir al dia de Miguel Delibes

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    En Vivir al dia, Miguel Delibes reune una seleccion de articulos publicados en los principales periodicos nacionales. Como el propio Delibes senala en el prologo, el libro recoge “intentos humoristicos y preocupaciones trascendentes, puntos de vista optimistas y enfoques decididamente sombrios”. De este modo, tras la descripcion de los apuros de un padre de familia numerosa ante un revisor demasiado exigente o la reconstruccion de un entierro a la Federica -con carrozas y aurigas con peluca-, encontramos una lucida reflexion sobre la agonia de los pueblos de Castilla o sobre la educacion. Tambien nos habla de futbol, de la siesta, de cine y de ciclismo, del afan desmedido de los artistas por parecer originales o de la dificil vida del escritor. Con un lenguaje sencillo, casi coloquial, ocurrente y preciso, Vivir al dia nos acerca a la realidad cotidiana, que se revela, una vez mas, como la mas profunda de las experiencias.

  • Mi maldita droga dura (Tabu 1) de Noelia Medina

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    Nicolle tiene diecisiete anos, poca maldad y varios frentes abiertos que la obligan a volver a Francia, su ciudad natal. En su vida se cruza irremediablemente Marc Ferrera, un imponente hombre separado, mucho mayor que ella, y padre de su mejor amiga. Sera quien pueda ayudarla a solucionar sus problemas. O no. Tambien puede convertirse en la gran piedra de su camino, en su mayor adiccion.
    Por otro lado, Eric, un malabarista callejero que habita en el barrio bohemio de Paris, capaz de hacer magia con las manos y con los sentimientos.
    Una intensa, morbosa y erotica historia que habla del tabu en su maxima potencia y de manera explicita entre un hombre experimentado y una nina inocente a la que el sexo le cambiara la vida.
    Un hombre adicto al sexo.
    El padre de su mejor amiga.
    El novio de su madre.
    Su maldita droga dura.

  • La conjura de Cortes (Martin Ojo de Plata 3) de Matilde Asensi.

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    La conjura de Cortes culmina el recorrido de Matilde Asensi por el Siglo de Oro espanol, visto esta vez desde la Nueva Espana. Una manera de contemplar la historia que le ha hecho acreedora del reconocimiento de los lectores y la critica, y que, como no, esta plagada de intrigas, corrupcion, aventuras e imaginacion.

  • Amor armado de Jennifer Clement

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  • El universo en expansion de Mario Hamuy

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    El destacado astronomo chileno construye en este libro

  • La ciudad infinita de Sergio C. Fanjul

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  • Amar sin contratos (Esposa por contrato 2) de Seren Dally

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    En su habitacion del hotel, Emma Reed miraba la pantalla de su tablet, conectada a la camara de vigilancia de su hija Maddie. Su marido estaba tendido con ella en la cama, aunque despierto. Emma sabia que estaba nervioso, angustiado, por la forma en que se masajeaba la frente con sus dedos, con un codo en alto, en la oscuridad. A pesar del dolor que el le habia causado, Emma Reed sintio que el corazon le daba un brinco en el pecho. Llevaba ya en el hotel cuatro dias. Emma se habia ido de la casa en mitad de la noche, en un taxi, a un hotel alejado del centro, donde no corriese el peligro de encontrarse con Jared Whiteman. Echaba de menos a Maddie. Esa manana, habia ido a verla, despues de llamar a Eloisa y asegurarse de que Jared habia salido. Le pidio a la asistenta que no le dijese nada. La mexicana, fiel a su jefe, asintio con reticencias, sintiendose desleal. Estaba incomoda, e insistio en que se fuera pasados apenas quince minutos, lo suficiente para que Emma Reed pudiese abrazar a su nina aunque, claro, para la asistenta mexicana, ella no era mas que la madrastra de Maddie Whiteman. Con la luz apagada y acostada sobre su fria cama de hotel, Emma espiaba cada noche a su hija a traves de aquella camara. Veia a Jared leerle un cuento, arroparla antes de salir del cuarto, dejando la puerta entreabierta, para que Maddie no llorase si se despertaba en mitad de la noche. Emma no sabia bien si se conectaba cada noche para ver solo a Maddie o para verlo a el. Y aquel dia era diferente. Emma habia llorado. Tenia los ojos enrojecidos y la nariz hinchada. Un peso dentro del estomago. Necesitaba a Jared mas que nunca. A ese amor se superponia una rabia profunda y dolorosa, que provenia de lo mas recondito de su vientre. Cogio su movil y le envio un escueto mensaje de texto. Lo vio a traves de la camara, alargar la mano para alcanzar su movil, leer su mensaje e incorporarse como si le hubieran pinchado. Volver a releer el mensaje de su esposa, levantandose, apresurandose hacia la puerta para llamarla. El telefono de Emma vibro sobre su mano. Seguramente estaba hablandole desde su habitacion. - Emma, vas a volver a la casa inmediatamente - fue lo primero que dijo, en un tono duro, autoritario. Ella se quedo en silencio, escuchando la entrecortada respiracion de su marido. - ?Me estas escuchando? Quiero que vuelvas a casa ahora - remarco esa ultima palabra, subiendo el volumen de su voz y espaciando las silabas - Tenemos que hablar. - No - respondio Emma, con una impasible calma, sin alterarse - Ire el martes a su oficina, a las cuatro, con mi abogada. Le aconsejo que avise a Sterling - lo trato con formalidad a proposito. Sabia que eso le molestaba. Jared resoplo, desesperado. Guardo silencio sin saber que decir unos segundos, hasta que, finalmente, se atrevio a preguntar: - ?Me vas a pedir el divorcio? - Hablaremos el martes - respondio Emma, impasible. - Dime donde estas y yo ire a hablar contigo esta... Corto la llamada sin dejarlo decir nada mas. Ahora era ella quien iba a dictar las normas. Capitulo 2 Era dificil entender como habian llegado a aquella situacion apenas tres meses despues de la boda. Todo parecio ir bien durante un tiempo hasta que una serie de fatalidades se encadenaron de forma impredecible y caprichosa. Incluso antes de conocer a Emma Reed, el millonario habia dirigido su vida "sentimental" de una forma un tanto excentrica, como alguien que no cree en el amor ni sabe que es. Su primer matrimonio, con su amiga y socia Nora Mitchell, fue por pura conveniencia y estaba basado unicamente en la amistad. Cuando Nora supo que tenia un tumor, acordaron casarse para proteger la empresa. Ella le pidio adoptar a una nina, ya que no queria morir sin saber lo que era la maternidad, y Jared Whiteman accedio sin demasiado entusiasmo, solo para complacer a una vieja amiga por la que nunca sintio nada mas alla de la lealtad y el afecto. Fue al morir Nora cuando empezo a plantearse como queria que fuese la vida de Madelaine Whiteman. Adoraba a la nina, pero su trabajo y la empresa siempre estuvieron por encima de lo demas. Fusiones, absorcion de consorcios rivales, viajes de negocios, reuniones. Su empresa crecia. No le importaba el dinero, pero era adicto al poder. Su trabajo ocupaba su vida y se le hacia cada vez mas dificil aranar algunas horas para ver a Maddie. Incluso en el fin de semana, con frecuencia, tenia cenas de negocios y se veia obligado a dejar a la nina al cuidado de Eloisa Flores, su asistenta. Y entonces, un dia Maddie empezo a preguntar por que ella no tenia una mama como las otras ninas. Jared hizo el esfuerzo de salir con alguna que otra mujer, pero todas lo hastiaron. Ninguna parecia ser lo suficientemente buena para el, siempre exigente al juzgarlas. Llevo a algunas para que conocieran a su hija, pero en ninguna vio ni la mas minima senal de encajar bien con Maddie. Todas fingian un interes en su hija adoptada un tanto artificial, impostado, y la trataban como un medio para conseguir el claro proposito de convertirse en la esposa de un millonario hombre de negocios bostoniano, portada en dos ocasiones de la revista Bloomberg Businessweek, viudo, y muy atractivo. Ademas, todas requerian una atencion que Jared Whiteman no estaba dispuesto a concederles. No era un hombre muy dado al galanteo. Pedia lo que queria, y casi siempre era solo sexo. Con eso le bastaba y hacia su ajetreada agenda mucho mas simple. Tratar de complacer a una mujer y tomarse el tiempo de conocerla eran dos tareas agotadoras para el, asi que despues de acostarse con ellas unas cuantas veces, dejaba de llamarlas o les decia, sin rodeos y sin compasion, que aquello no funcionaba y que no volveria a verlas mas. - ?Nunca te has preguntado quien y como sera la madre biologica de Maddie? - le pregunto un dia Laurie Martinez, esposa de su mejor amigo. Esa pregunta obsesiono al millonario. Por la noche, en su cama, consideraba que tal vez esa era la solucion que estaba buscando. Quien, mejor que su verdadera madre, podria cuidar a Maddie, dedicarle el tiempo y la energia que ella necesitaba, con afecto y entrega. La semana siguiente, llamo a su abogado, Alexander Sterling, y le explico su plan. Lo primero: buscar a un investigador privado, comprar informacion, seguir a la madre biologica durante algunos meses, cerciorarse de que cumplia con las expectativas del Sr. Whiteman y de que no era un peligro para Madelaine. No tenia demasiadas esperanzas de dar con una madre biologica a la altura de su hija y de el mismo. Sin embargo, se sorprendio al toparse con aquella doctorada en historia del arte por la Universidad de Chicago, especialista en pintura europea del Renacimiento y del Barroco. Cuando Emma Reed lo conocio, bajo el pretexto de comprar una de las piezas de su galeria de arte, Jared ya lo sabia todo sobre su tediosa rutina diaria, las horas a las que solia volver a su casa, sus intereses, la informacion que compartia en sus redes sociales, las relaciones sentimentales que habia tenido en los ultimos anos, en que y como gastaba su dinero, su historial de credito, su limpia ficha policial, y su expediente medico. La agencia de investigacion le habia pasado incluso un interesante dosier sobre las tortuosas circunstancias que rodearon la concepcion de su hija adoptiva. Su intencion era ser duro y frio con Emma Reed, a la que no conocia mas alla de aquellas fotos y documentos. Por fin, se dijo, tenia la oportunidad de ser dolorosamente claro con sus intenciones y sus propositos con respecto a una mujer, y los suyos eran contratar a una esposa. De manera que la trato como a la candidata a un puesto. Alexander Sterling ya tenia redactado el contrato matrimonial y estaba listo para imprimirlo una vez que Jared Whiteman diese su aprobacion a aquella bonita pasante de Chicago: "Adelante", fue el escueto mensaje que Jared Whiteman le envio despues de conocer a Emma Reed en su oficina, un lunes por la tarde. Ella se habia sentido ofendida por aquel contrato. Por la subita y sorpresiva oferta que Jared Whiteman le hizo al dia siguiente de estrecharle la mano por primera vez. Sin promesas de amor, sin falsas perspectivas. La guapa pasante de Chicago entendio que el solo queria a alguien que se ocupase de Maddie como una madre y construyese con el la grata ilusion de una familia feliz. Conveniente sexo sin las molestias de cortejar a una mujer. Una esposa bonita que llevar a sus cenas de negocios. A cambio: un millon de dolares o un negocio propio, ropa y zapatos caros, una casa en la mejor zona de Boston, vacaciones en cualquier parte del mundo. Las seguridades y las comodidades que concede el dinero en America. A ella lo que realmente le importaba era recuperar a su hija. Todo estaba claro y era un acuerdo entre adultos. Y sin embargo, Emma Reed no fue facil. Tenia escrupulos, era timida, y se nego a su deseo durante casi un mes, rehuyendolo, incluso cuando el ya tenia el derecho de tomar de ella lo que quisiese. Emma lo rechazaba con la altiva sutileza de quien se niega a ser una propiedad o un juguete. Esa actitud mojigata no hacia sino excitar aun mas al millonario, que acabo por rendirla, casi a la fuerza, en su noche de bodas. Habia despertado un deseo que Emma Reed no acababa de comprender. "El chofer estara ahi a las doce. Hoy almorzaras conmigo", le envio Jared Whiteman a traves de Telegram a las nueve, apenas tres dias despues de la boda. "Digame como tengo que vestirme", respondio ella, imaginando que se trataba de algun compromiso de negocios. "Uno de esos femeninos vestidos que me provocan una ereccion. Y no te pongas bragas", fue su respuesta. Emma Reed se sonrojo, leyendo aquel mensaje. "Sr. Whiteman, yo tenia razon. Es usted un millonario pervertido". Jared replico: "Tambien yo tenia razon. Usted es una mojigata incurable, Sra. Whiteman". A Emma le cosquilleo el estomago, viendolo referirse a ella como Sra. Whiteman. Al cabo de un momento, le llego la respuesta seria: "Vamos a ser tu y yo". Eso solo podia significar que a el le gustaba pasar tiempo con ella, se dijo Emma Reed. Empezaba a fantasear con que Jared se enamorase. Luego, agitaba la cabeza sacudiendose esa estupida ensonacion y se recordaba a si misma que aquello no era mas que un contrato. El restaurante en el que se vieron estaba en la ultima planta de un rascacielos, con unas increibles vistas del centro de Boston. Tras el almuerzo, al bajar en el ascensor, Jared Whiteman presiono el boton de parada. A Emma Reed se le estremecio el vientre, y empezo a sudar, cuando el se le puso delante, y la estrecho entre sus brazos. Con sus manos acariciandole las nalgas, comprobo si ella habia sido lo suficientemente atrevida como para no ponerse ropa interior. Arrugo la nariz, con decepcion, al notar los bordes elasticos bajo la fina tela de su vestido. Exhalo un tanto melodramatico. - Esos juegos eroticos no estan en el contrato - le recordo ella. - Ya - dijo el, deshaciendo el abrazo y dando un paso para ponerse a su lado. Presiono de nuevo el boton para reanudar la bajada - Era mucho esperar que te atrevieras a complacerme. Emma insistia en mantener las distancias, tratandolo de "usted" en privado. En ese pequeno detalle, Jared Whiteman supo leer las reticencias de Emma Reed y se negaba a darle tregua. Cada noche, al acostar a Maddie, Jared exigia de su esposa lo que le pertenecia. Ella obedecia, sin querer admitir lo mucho que empezaba a gustarle que Jared Whiteman insistiese en su intento de domenarla. El le hacia el amor una, dos veces. Emma no se negaba. De hecho, esperaba con la misma impaciencia que el el momento de meterse bajo la colcha. Y sin embargo, aun buscaba formas de herirlo con pequenos desprecios, apenas perceptibles, que no escapaban a la atencion de su esposo. - Anda, quitate la ropa - le susurraba, robandole los primeros besos de la noche. Unas veces divertido y otras desesperado por su obcecacion, Jared Whiteman la acogia en sus brazos: - Todas las noches volvemos a empezar - bromeo - Si sabes que te lo voy a pedir, por que no te acuestas desnuda de una vez. Emma Reed grunia, avergonzada. No podia evitarlo. Era su forma de mantener la cabeza y el corazon frios.

  • Alias Candy de Monica Benitez

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    Candy Tengo todo el cuerpo descolgado hacia atras, los pies de gato ajustados al maximo a las presas inferiores, mi mano izquierda aferrada a una con forma de luna por encima de mi cabeza en una de las paredes mas desplomadas del rocodromo, mientras balanceo mi cuerpo un par de veces antes de lanzar mi mano derecha a por la presa que necesito para avanzar. Finalmente tomo un ultimo impulso y me lanzo, alcanzando mi objetivo casi por los pelos, dos de mis dedos se aferran a esta nueva presa, noto la tension en todos los musculos de mi cuerpo y observo con rapidez la pared en busca del siguiente apoyo que necesito, estoy en una posicion realmente incomoda, es de esas en las que solo puedes aguantar unos segundos, o encuentro el modo de avanzar o me espera un espaldazo sobre la colchoneta. --Venga Candy, casi lo tienes--oigo que dice Eli, una chica que conoci aqui en el rocodromo, donde imparto clases de escalada un par de horas cada tarde despues de salir del trabajo y con la que sorprendentemente, he entablado una amistad muy sincera en poco tiempo. Los dedos de la mano izquierda comienzan a resbalarme, me suelto y me agarro rapido esperando poder cogerme mejor, pero la tension acumulada, sumada a que estamos llegando a final de semana y estoy cansada, me obligan a hacer un movimiento desesperado para salvar la caida. Cambio la posicion de los pies con agilidad, escuchando el silbido de asombro de Eli, y consigo avanzar a traves de varias presas casi hasta el final de la zona desplomada, digo casi porque en uno de los pasos no he logrado agarrarme a la presa y acabo de pegar un espaldazo sobre la colchoneta que me tiene atontada. --Joder--me quejo haciendo una mueca. Eli se planta a mi lado y me mira desde arriba con una amplia sonrisa. --?Estas bien? --Si, creo que tendras que seguir soportandome--bromeo. Mi amiga resopla y me tiende una mano que acepto con gusto para ayudarme a ponerme en pie. --Creo que ya esta bien por hoy--sonrie. --Si--sonrio yo tambien, a veces parece que la profesora sea ella y no yo. Nos apartamos a un lado para no molestar y ambas hacemos unos cuantos estiramientos antes de dar por acabada la sesion. --?Sabes algo de tu abogado? ?Has hablado con el? --pregunta con interes. --Si, precisamente me reuni con el hace un par de dias--digo lanzando un suspiro al aire. --?Y? --Pues regular, mas bien tirando a mal. --?Quieres hablarlo? --pregunta preocupada. --No hace falta, es mas de lo mismo y no quiero aburrirte--digo encogiendome de hombros. --Tu nunca me aburres so burra, ademas, ya sabes que soy una masoca sin remedio-- bromea. Se que hablar de mi problema con Eli no lo resolvera, pero supongo que al menos me permitira sacar un poco de mierda, a veces pienso que ya no me cabe mas y me da miedo explotar cualquier dia de estos. --Esta bien, pero en otro sitio, aqui hay demasiada gente. --Si quieres nos damos una ducha y tomamos algo en la cafeteria de la esquina. Yo te invito. --La ultima vez pagaste tu, hoy pago yo o no voy--le aseguro muy seria. --Eres un chollo de entrenadora, que lo sepas--dice sonriente. --Y tu la que aguantara toda mi chapa. --Eres mi entrenadora favorita Candy, ya lo sabes. --Me vale con que seas mi amiga, desde que empezo toda esta mierda me siento como el bicho raro al que todo el mundo senala. --Espabila, anda, a ver si se me van a saltar las lagrimas--me dice con su eterna sonrisa en la boca. En la ducha, dejo que miles de gotas caigan sobre mi cuerpo desnudo haciendo que me olvide momentaneamente de todos los problemas. Siento la presion del agua sobre los musculos de la espalda, tensos del esfuerzo de la escalada, y me permito unos segundos para que el calor me relaje. La voz de Eli me devuelve a la realidad. Odio que me interrumpan en esos momentos. Podria pasar horas bajo una buena ducha de agua caliente y en la ratonera a la que llamo casa no puedo permitirmelo. Tengo que ahorrar cada centimo que caiga en mis manos si quiero llegar a final de mes, asi que las duchas largas son siempre en el gimnasio. Al salir, ella ya ha terminado de secarse. Bromea mientras nos vestimos para intentar sacarme una sonrisa, tratando de que me olvide aunque sea por unos instantes, del desastre de vida que me han dejado mis padres. Si, mis padres, ellos son los culpables de mi situacion actual. Al llegar a la cafeteria, elegimos una mesa un poco mas alejada del resto en la que poder hablar tranquilas. Tras pedir una cerveza y algo de picar, Eli me mira con cara seria y a la vez expectante. --Venga, suelta eso que te preocupa tanto --exige mi amiga. --Yo no he dicho que este preocupada --murmuro alzando una ceja. --Ya claro, por eso llevas media tarde dandole vueltas a la bola del piercing, cualquier dia te arrancas el labio. --?Que tiene que ver el piercing con esto? --Cada vez que estas preocupada o pensativa le das vueltas a la bola. --?Eh? No es verdad--comento sorprendida. --Claro que lo es, venga--asegura convencida--cuentame. --Pues pinta bastante mal Eli, para que te voy a decir otra cosa--digo encogiendome de hombros--he conseguido reunir todos los papeles para llevarselos al abogado, aunque me ha costado la misma vida porque mi padre los tenia desperdigados por todos los rincones del taller. Eso cuando los tenia, porque he tenido que ir pidiendo copias a proveedores, bancos... En resumen, un desastre. --?Y que te dijo el abogado al ver la documentacion? --Fue una autentica pesadilla. Tuve que esperar a que un mediador aceptase mi caso e intentase negociar con los acreedores, pero ninguno de ellos ha querido llegar a un acuerdo de pago. --Bueno, pero por lo que me han contado eso pasa bastantes veces. Ahora vais a juicio, ?no? --Pues ahi es donde tengo el problema, ahora tendria que ir a juicio, el juez verificaria el intento de acuerdo con los acreedores, comprobaria mis bienes, que son nulos claro, y concederia o no la condonacion de la deuda. --Entonces, ?que problema le ves? --pregunta sin comprender--para eso esta la Ley de Segunda Oportunidad. --No es tan facil, Eli. Tras la negociacion con los acreedores he tenido que pagar al abogado y al mediador, asi que ahora estoy aun peor de lo que estaba cuando empece. Si vamos a juicio, parte de las deudas son con Hacienda y la Seguridad Social que tienen prioridad, y como mucho el juez me aprobaria un plan de pagos a cinco anos, sin garantia de que me lo vayan a conceder. Tal y como estan las cosas, ni siquiera se si seguir adelante. --Bueno, pero tienes que intentarlo, ?no? ?Que pierdes? --Pues para empezar mi independencia economica, porque el abogado concursal tomaria el control de mi cuenta, pero bueno, eso lo dejaremos a un lado--digo al ver la cara de circunstancias de Eli. --Joder--murmura con los ojos muy abiertos. --Pues la cosa es mucho mas complicada. --?Mas aun? --Para mi desgracia, si. --?Y eso? --Dos de los acreedores amenazan con llevarme a juicio por estafa. --!Pero si tu no has hecho nada! --exclama indignada. --Ya, pero aparezco como administradora de la empresa, firmaba las cuentas todos los anos. Recuerda que el cabron de mi padre se ocupo de que todo estuviera a mi nombre, el no aparece en ningun documento. --?Y si te condenan? --Me caen de seis meses a tres anos. --Joder, !vaya putada! Pero bueno, se podria probar que tu no tuviste nada que ver. ?Que dice el abogado? --Se podria intentar probarlo, pero si no lo consigue, ve dificil que me puedan caer mas de dos anos en caso de que acabemos en un juicio y sea condenada. --Entonces no entrarias en prision, ?no? --No, pero si me condenan no puedo acogerme a la Ley de Segunda Oportunidad. Pierdo en todos los casos, es una mierda. Y son aun mas gastos entre abogados y procuradores, te juro que a veces me entran ganas de coger la mochila y desaparecer. --No me extrana !Menuda situacion que te dejo montada tu padre, guapa! --A mi me lo vas a contar... --?Puedo ayudarte de algun modo? --pregunta con sinceridad. --Salvo que te sobren unos cincuenta mil euros mas los intereses de cada mes para pagar las deudas que me ha dejado mi padre, no. --Sabes que si los tuviese te los dejaria. --Lo se, pero no los aceptaria porque no podria devolverlos tampoco. --?Te has planteado pedir un prestamo al banco? --Con las deudas, mi nombre sale en todas las listas de morosos, ahora mismo no podria cambiarme ni de compania de telefono--resoplo incredula. --No se que decirte Candy, la verdad es que tienes una situacion muy complicada. A ver si tienes suerte y llegais a un acuerdo con los que te quieren demandar o algo. !Vaya faena! Siento no poder ayudarte mas. --Ya me ayudas bastante escuchandome, de verdad. Ahora mismo solo puedo esperar algun tipo de milagro en mi vida para salir de esta. --O atracar un banco. --Solo me faltaba eso--me rio--bastantes problemas me han causado ya las actividades ilegales de mi familia como para meterme yo tambien.

  • Todo esta muy oscuro (Las doce puertas 3) de Vicente Raga

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    ?Te atreves a entrar en el universo de Las doce Puertas? Piensalo bien porque te costara salir.

  • 49 y mas alla de Isabel Cortijo

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    La ventana de la habitacion se encontraba entreabierta y el aire, que hasta hacia unos dias habia sido tan agradable sentir por la manana, me obligaba a estirar de la sabana y arroparme hasta el cuello. Dormia en un colchon de uno cincuenta. Una cama en la que podia dar vueltas de lado a lado sin encontrar obstaculos, porque desde hacia mas de seis anos no compartia con nadie besos, abrazos y gemidos. Era una mujer de cuarenta y nueve anos y mi vida, en aquella epoca, transcurria apaciblemente entre mi trabajo, mis hijos, mis amigos y mi madre. Atras quedo mi separacion, el duelo por la muerte de mi padre y mi cancer de mama. Me habia divorciado de Victor y, salvo los dos primeros anos despues de la separacion, en los que tuvimos bastantes asperezas, nuestra relacion era cordial. Durante mi enfermedad me presto una gran ayuda. Se comporto como el mejor padre y atendio a los chicos con la mayor dedicacion. Sabia que necesitaba gran parte de mi energia para curarme y asumio lo que yo no podia sobrellevar; eso hizo que olvidara rencores y volviera a sentir un verdadero afecto por el. En apariencia, mi vida no habia cambiado mucho, pero solo en apariencia, porque esos acontecimientos vividos en los ultimos anos me marcaron y me hicieron mirar con otros ojos mi presente. A veces tenia la sensacion de que, antes de esas situaciones traumaticas, mi vida no era la mia. A excepcion del nacimiento de mis hijos, me deje guiar por los caminos que te lleva la inercia, y aquellos choques emocionales me habian hecho despertar, hacer un stop, mirar a mi alrededor y darme cuenta de que mis pasos, quiza, me condujeron a donde no queria ir. Existia un antes y un despues, una especie de linea divisoria que separaba a <> de vivir aquellos sucesos de <>. La nueva Elisa ya no se dejaba llevar por inercias y habia aprendido a tomar decisiones, reduciendo los miedos que se agrandan en la mente y que dejan poco espacio para volar. Estaba experimentado lo que Julia me contaba: <>. Y lo sentia asi, a pesar de que en algunas ocasiones a <>, en el trasiego de lo cotidiano, tambien le enrabietaran las pequenas contrariedades, aunque le fuera dificil mantener el enfado cuando se percataba de que carecia de sentido enojarse por una nimiedad. Despues de la destruccion y pasado el duelo, la reconstruccion me estaba haciendo sentir mas viva y fortalecida, renovada tras desprenderme de la piel muerta. Consciente de la brevedad y la fragilidad de la existencia, queria saborearlo todo. Degustaba las cosas mas sencillas, los pequenos detalles, intentaba compartir mas momentos con las personas que queria y consideraba todo aquello como un regalo de la vida... Si, disfrutaba de casi todo, salvo de una parcela que pensaba que se habia borrado para siempre. No habia vuelto a retomar mi vida en el plano sentimental. Esa parte la suprimi. Tenia la sensacion de que en el terreno sexual y amoroso todo estaba acabado para mi. Habia recibido alguna que otra proposicion y aceptado alguna que otra cita, aunque no sabia muy bien por que lo hacia. ?Quiza con la idea de que surgiera algo? Pero cuando llegaba o se insinuaba el <>, no queria ni podia continuar hacia adelante. A veces me dejaba dar algun que otro beso para ver si el sapo se convertia en principe, y no, no habia principes para mi. La ultima proposicion fue la de Pedro. Pedro era el asesor fiscal de la empresa en la que trabajaba. Un viudo tan solo unos anos mayor que yo, de buena presencia, con los hijos ya independizados y la vida resuelta economicamente. Empezo a frecuentar la oficina. Se mostraba siempre dispuesto a personarse en la empresa ante cualquier contratiempo y a resolver el mas minimo problema, aunque a veces parecia que los creaba el para justificar su presencia. Nieves y Rosario, que eran mis ayudantes, me lo decian: <>. Yo no le prestaba atencion hasta que un dia me invito a cenar. Me pillo con el dia tonto y le dije que si. Pedro tenia un atico al final de la avenida del Oeste, enfrente del Mercado Central. Era un piso de esos que te dejan con la boca abierta: mas de doscientos metros y una terraza espectacular desde la que se divisaba la Valencia monumental, con sus tejados, torres y cupulas. Un escenario unico, embellecido con la calida iluminacion nocturna de la ciudad. Era una noche de verano y en la terraza habia preparada una mesa adornada, vestida con un mantel blanco de ligeros bordados, un jarron de cristal con flores frescas, velas perfumadas con llamas que temblaban ligeramente a cada golpe de brisa, y una vajilla y cristaleria muy vistosas y coloristas. Colgaban por la pared, enredadas en algunas plantas, ristras de diminutas lucecitas que creaban una atmosfera con un cierto toque navideno. Todo un entorno que parecia sacado de la mejor revista de decoracion. El conjunto estaba predispuesto con todos los detalles para abandonarse a los sentidos. El mismo se molesto en preparar personalmente la cena. Se deshacia en atenciones. La velada estaba siendo agradable, hasta que empezo a intentar algun que otro acercamiento que me llevo a <>, buscando distancia fisica. A cada aproximacion, yo iba levantando una barrera mas alta, no una simple valla que se cae con el viento, sino un verdadero muro que me separaba del deseo de sentir el cuerpo de aquel hombre. El problema no era que no me hiciera tilin, el problema era que no me hacia tilin ningun hombre. Me habia convertido en una especie de <> sexual, ajena a todo lo que suponia una atraccion por el otro sexo, incluso se podria decir que sentia rechazo. En lo relacionado con el deseo estaba muerta y enterrada. Los acercamientos fisicos para intentar besarme habian sido frustrados, por lo que Pedro opto por las palabras. Me cogio la mano que tenia languidamente apoyada sobre la mesa y me la apreto con la suya. --Elisa, te quiero decir que llevo bastante tiempo pensando en ti, no se si te habias dado cuenta. --Si, me he dado cuenta de que pasabas a menudo por la oficina sin una necesidad real. --Habia una necesidad: la de verte. Estaba viviendo una situacion incomoda. Su mujer habia fallecido hacia dos anos y el no era ningun picaflor; me estaba desnudando su corazon y yo, en lo que se referia a la piel, era una cyborg. Pedro continuo hablandome. --Me gustaria tener una relacion contigo. Me gustas. Me apetece rehacer mi vida, compartirla con una mujer como tu. Creo que eres idonea para mi. En honor a la verdad, me senti atraido por ti antes de quedarme viudo, pero respetaba demasiado a mi mujer como para haberte insinuado algo. Yo escuchaba atenta su discurso que, tras una pausa, como para tomar aliento, continuo. --Si te digo que empezaste a gustarme cuando estabas en pleno tratamiento y llevabas la peluca... Iba alguna vez por la oficina, te veia por el cristal de tu despacho y Nieves me decia que apenas faltabas al trabajo y que tu talante era el de una mujer positiva y luchadora; y eso, precisamente, es lo que empezo a gustarme de ti: me parecias una mujer fuerte. A mi mujer la quise mucho, pero se quejaba por todo y la menor contrariedad le superaba. --No soy tan fuerte, no lo creas. El cancer lo viven cientos de hombres y mujeres y seguro que con mas valentia que yo. Por suerte, el mio lo cogieron a tiempo y no fue muy virulento, pero he de confesarte que tuve bastantes momentos de debilidad. Aunque me resulta curioso lo que dices, que te sintieras atraido por mi cuando entonces, fisicamente, estaba hecha un adefesio. !Vaya, tambien era un hombre sensible! !?Que mas se podia pedir?! No sabia que decir para no herirle. Era encantador y poseia muchas cualidades: todavia guapo, con buena conversacion, con un agradable perfume a Acqua di Parma y me miraba con los ojos embelesados. Cualquier mujer se hubiera sentido halagada y estaria saboreando esos momentos. Desde luego, el problema debia estar en mi. --Pedro, no se que decirte --le conteste--. Yo, de momento, no me veo compartiendo mi vida con un hombre. --No digas eso, Elisa. Eres una mujer todavia joven y atractiva --me dijo con una expresion indefinida, supongo que intentando disimular su decepcion al escuchar mis palabras. No le explique que, para tener una relacion, lo primero que habia que sentir eran ganas y yo habia dejado de tenerlas. Ya no me apetecia meterme en la cama con un hombre. Recordaba los ultimos encuentros sexuales con Victor. Por decirlo de alguna manera, el hacia el amor por un lado y yo por otro, es decir, no lo haciamos. Esos encuentros se convirtieron en una sucesion de movimientos mecanicos, desapasionados y sin conexion que buscaban la propia satisfaccion sin pensar ya en el otro, o eso es lo que me parecia a mi. Pero ?que sentiria el cuando me venia a buscar y yo, simplemente, me dejaba hacer? Seguro que percibia mi falta de ganas..., pero nunca lo hablamos; ya habia demasiadas cosas rotas entre nosotros que no tenian reparacion alguna. Incluso esos encuentros sexuales llegaron un dia a terminarse e inicie una especie de hibernacion, un letargo sexual. Dormia en el larguero de la cama evitando cualquier contacto que supusiera un comienzo de la ceremonia sexual. El calor se esfumo y en nuestra cama se formaban tempanos; podian construirse iglus. Seguro que todo eso me habia dejado huella, pero ?por que no pusimos remedio antes a aquella situacion? ?Tal vez no habia tenido buen sexo y para mi empezar una nueva relacion era como retomar mas de lo mismo? ?Existia el buen sexo? ?Podria volver a recuperar el deseo? ?Queria volver a recuperarlo? ?Para que lo necesitaba? ?Por que crearme una necesidad que no tenia? Acabamos la cena y el pobre Pedro, en los meses siguientes, insistio alguna que otra vez mas, hasta que desistio, y yo me alegre. Capitulo 1 Al levantarme, antes incluso de pasar por el aseo, iba derecha a poner la cafetera. Me gusta el cafe de cafetera italiana. Hasta me resulta agradable escuchar su pitido y ver como sale el vapor cuando empieza a subir. Mi madre me habia regalado una de capsulas que solo usaba cuando venia de visita. Se empenaba tambien en traerme de vez en cuando las dichosas capsulas, pero yo se las regalaba a mi amiga Julia y hacia como que las gastaba para que no sospechara que seguia prefiriendo el olor y el sabor del cafe de mi cafetera italiana. Que mentirijillas tan absurdas usamos los humanos; todo para no herir su corazon cuando se enterase de que su regalo no me habia gustado y no tenia ninguna intencion de darle uso. Al olor del cafe aparecia Rocco, reclamando tambien su desayuno. Un poco de pienso y arreglado. El siguiente paso era la emision de unas cuantas voces combinadas con la apertura de las puertas de las habitaciones de mis hijos para invitar a Violeta y Marcos a levantarse. Al poco tiempo, aparecian por el pasillo, somnolientos, dirigiendo entre bostezos sus pasos a la cocina, que se convertia en el primer lugar de encuentro familiar al empezar el dia. Violeta estaba a punto de cumplir los dieciseis y Marcos tenia veinte. No eran ningunos ninos, pero su madre, que era yo, les seguia preparando las tostadas y su vaso de leche, con la intencion de que se fueran bien desayunados a clase. Cosas de las madres. Ellos tomaban el desayuno en la mesa, pero yo habia cogido la costumbre de dejar el mio sobre la encimera de la cocina. De pie, agarraba mi taza de cafe y, entre sorbo y sorbo, ponia el lavavajillas o hacia cualquier otra cosa de logistica domestica. Esos eran mis desayunos diarios salvo los fines de semana, en los que me acercaba a la terraza del bar de al lado y me sentaba, sin mirar el reloj, a tomar un capuchino y leer la prensa acompanada de Rocco. Le encantaba bajar conmigo el sabado y el domingo por la manana. Se tumbaba en el suelo con paciencia y, cuando lo miraba, me parecia que pensaba: <>. Creo que Rocco pensaba eso, y he de decir que yo tambien. Ya estaba establecido que era yo quien bajaba al perro por la manana. Habia optado por dejar de renir con mis hijos; desgastaba mas el entrar en debates mananeros sobre a quien de los dos le tocaba sacarlo que madrugar un poco mas y bajarlo sin batallas. Despues de ducharme ya lo tenia detras de mi porque sabia que era la encargada de su paseo matutino. Desayunados, duchados y vestidos saliamos de la casa para afrontar el dia, dejando a Rocco como guardian del hogar. Tardaba en llegar a mi lugar de trabajo unos veinte minutos a pie; habia decidido hacer el trayecto andando para disfrutar de un paseo mientras aspiraba el aire de la manana y, de paso, hacer un poco de ejercicio. Usaba zapato plano para hacer el recorrido, pero en la taquilla de mi despacho siempre guardaba dos pares con algo de tacon, unos negros y otros marrones, que me calzaba en ocasiones para ir por la oficina.

  • Nunca subestimes el poder de la estupidez de

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    Pase unos dias en Madrid de puro relax, simplemente paseando por la calle y dedicando la tarde a tomar el sol en la amplia terraza de mi habitacion del hotel, visitando museos y yendo a ver peliculas en los geniales Cines Golem y Cines Renoir. Mi rutina en estos dias de relax me llevaba a comer siempre en el mismo restaurante, donde me sentia atendido y ademas donde se habian acostumbrado ya a mis habitos; al fin y al cabo soy un hombre de costumbres. En uno de los ultimos dias entable una agradable (y larga) conversacion con el encargado del local y hablamos sobre la politica que empezaba a llevar su empresa, una empresa multinacional dedicada a la restauracion. Normalmente suelo comer temprano, casi con un horario europeo (que no mediterraneo), por lo que tuvimos tiempo de tener una conversacion profunda en la que me dijo esta frase: – Durante la epoca de la expansion economica a niveles que no eran normales, se contrataba a cualquier persona porque lo importante era mantener las mesas llenas, circulando y servidas. Ahora la politica ha cambiado y se han dado cuenta de que lo importante no es servir mesas, sino atenderlas. Esta ultima frase en especial me dio que pensar por lo que tiene de cierto. Puedes tener muchos clientes en un momento de pujanza economica pero su nivel de fidelidad sera muy bajo porque realmente solo les estas dando un producto, pero no les estas cuidando. Una empresa en la que unicamente te dedicas a servir los productos sin dar un plus que es el cuidado y atencion personal, que se sientan queridos al fin y al cabo; puede funcionar mientras te encuentras en una etapa de crecimiento economico coyuntural y tu empresa sera arrastrada por la situacion circundante; pero en momentos en que el crecimiento es menor, la atencion al cliente pasa a tener una importancia fundamental. Voy a poner un ejemplo que gustara a algunos y a otros no… McDonalds es una empresa que no se caracteriza por el servicio personalizado a sus clientes: autoservicio, rapidez, despersonalizacion, etc…. En el primer trimestre de 2015 ha tenido un importante descenso en ingresos y ganancias (ver noticia en https://goo.gl/SiznXj). En algunos paises asiaticos han tenido algunos escandalos alimentarios y ademas el crecimiento en EEUU tiene una dura competencia. Sistemas de servicio rapido no permiten personalizacion ni trato cercano con el cliente. El crecimiento en estos casos unicamente se puede conseguir mediante la mejora de los margenes operativos y un intento de aumentar la venta mediante incorporacion de nuevos productos. Por eso siempre es importante dar un trato personal a los clientes, pero mucho mas en una situacion de crecimiento moderado de la economia. Como decia muy bien mi interlocutor en Madrid: “Servir a los clientes no es igual que atenderlos.” En las RRSS, la velocidad de respuesta es muy importante Comenta el articulo visitando este enlace: https://goo.gl/qbqZvr 14 Septiembre 2015 Ayer por la tarde estaba en una sala de cines a punto de entrar a ver una pelicula de terror. Habiamos cinco o seis personas en cola, y justo delante de mi habia una pareja con un nino pequeno. En un momento dado empezo a sonar una estridente musica hardcore a todo volumen por el hilo musical del cine y el nino se tapo los oidos. – ?Que es eso papa? – Musica, carino. – ?Porque no cantan y esta tan fuerte? Se trataba de una musica que entiendo que haya gente a quien pueda gustarle, pero que no me parece la mas adecuada a un cine o centro comercial donde puede acudir gente con todo tipo de sensibilidades musicales. Como estoy acostumbrado a que las redes sociales de las grandes empresas funcionen adecuadamente, escribi un tweet advirtiendo de esta circunstancia en el dia de ayer, cuando empezaba el turno, a eso de las cuatro de la tarde. No he tenido noticias sobre este asunto hasta hace una media hora, es decir, unas !20 horas! despues de que se produjese mi queja. La contestacion indicaba basicamente que pasaban la nota al departamento correspondiente… !20 horas despues! Imaginemos que se trata de la queja de otro tipo como unas butacas en mal estado, escalones rotos o un escape de agua… En 20 horas pueden ocurrir muchas cosas muy desagradables. Por eso siempre digo lo mismo… el community manager debe de adecuarse a los horarios de los clientes de su cliente. Si se trata de un restaurante que sirve desayunos, comidas y cenas, el community manager, debe de estar especialmente alerta en horarios de desayunos, comidas y cenas. Si se trata de un cine, debe de prestar especial atencion a los horarios de proyeccion, etc. Si se trata de un comercio que trabaja de 9:00 a 22:00, el horario del CM debe de ser consecuente. El Community Manager no puede tener un horario de oficina de 8:00 a 18:00 si su cliente tiene un horario mas amplio. Lo mas importante es estar cuando surge la crisis. Si el cliente tiene un problema y no estamos disponibles…. el problema se magnificara. En las RRSS, la velocidad de respuesta es muy importante Comenta el articulo visitando este enlace: https://goo.gl/6Ed8Cr 11 Octubre 2015 La semana pasada fue una semana intensa, ya que un amigo me invito a asistir al South Summit 2015, un encuentro entre emprendedores e inversores, el trampolin para muchas empresas que a partir de esta semana podran empezar a desarrollar su labor gracias a estas nuevas inversiones. Durante estos dias he asistido a charlas de Steve Wozniak, Gwynne Shotwell, y mucha mas gente que podeis consultar en www.southsummit.co; pero para mi lo mas enriquecedor ha sido las conversaciones que he escuchado en restaurantes, salas de reuniones, y salas VIP donde se hacian tratos de lo mas interesante. De todas estas conversaciones, la primera que escuche el dia antes de que empezase el South Summit me resulto especialmente reveladora. Fui a cenar a un restaurante cercano a mi hotel; un restaurante de tipo medio y para mi sorpresa eran varias las mesas con personas vestidas de forma mas o menos formal donde se estaban cerrando tratos y presentado propuestas empresariales. Los ordenadores portatiles abiertos, tablets con documentos y graficos y la actitud de los comensales me lo dejaba muy claro: alli se estaba cocinando algo mas que ricos platos. Tome asiento en uno de los rincones del restaurante intentando conseguir un poco de tranquilidad para responder a los emails que habian quedado al final del dia (siempre llegan correos a todas horas). Saque mi pequeno portatil de 11 pulgadas y un raton inalambrico que suelo utilizar porque me resulta mucho mas comodo que los trackpad integrados, y empece a revisar mi correo electronico. La conexion a internet del restaurante resultaba tediosa, por lo que finalmente comparti los datos de que disponia en mi telefono movil para no tener que esperar una eternidad mientras se cargaban los emails. Justo cuando estaba terminando de escribir el ultimo email de la noche, aparecieron dos hombres y se sentaron en una mesa junto a la mia. Uno de ellos tenia unos 25 anos y vestia ropa desenfadada (camiseta y vaqueros junto con unas deportivas). El otro tendria unos 45 anos y llevaba una camisa cubierta con un jersey de colores chillones, pantalones de vestir y unos mocasines. Pidieron un cafe con leche y una porcion de tarta (el joven) y un cafe solo (el mayor de los dos). Efectivamente se trataba de un chico que pretendia lanzar su empresa y un posible inversor. Esta fue una de las conversaciones de las que mas aprendi en el South Summit. Se que esta feo escuchar conversaciones ajenas, pero en este caso me perdono a mi mismo por todo lo que aprendi de esta. El inversor empezo haciendo las primeras preguntas sobre la viabilidad del proyecto, la necesidad que se cubrira en los usuarios (dijo usuarios y no clientes), etc. Me parecia increible que solo hacia preguntas, una tras otra, sin aportar nada a la conversacion. De momento solo queria saber cosas sobre el proyecto. Despues de bastantes minutos de plantear cuestiones a las que el chico respondia claramente y en ocasiones apoyandose en datos de tu tablet Samsung, paso a la pregunta fundamental: – ?Cuantos fondos necesitarias para lanzar el proyecto en una primera fase? – Unos 250. 000 euros serian adecuados para una primera fase. – Bueno, ya tienes 300.000. Ahora hablemos de como habria que hacerlo. Primero planteo todas las dudas que tenia sobre el proyecto, sin aportar nada al mismo, y una vez que se aseguro de que el proyecto era suyo, entonces empezo a plantear cuestiones sobre como habria que desarrollarlo. Durante los siguientes minutos valoraron a que personas colocar en el puesto comercial, director de departamento de proyectos, etc. Resultaba curioso lo rapido que ocurria todo. Estaba asistiendo al nacimiento de una empresa en menos de 40 minutos. De esta conversacion me quedo con algo importante: el inversor hizo preguntas durante todo el tiempo, buscando los posibles problemas de la empresa, pero no planteandolos como problemas, sino unicamente como preguntas a las que esperaba que el emprendedor diese respuesta adecuada. Decia Warren Buffett que no invertia nunca su dinero en un negocio que no entendia completamente. Intentaba que se lo explicasen una y otra vez hasta que finalmente lo entendia y si no lo entendia, sencillamente no invertia alli su dinero. Podemos aplicar esto a nuestras relaciones comerciales con los clientes. En mi caso que trato con productos que requieren de un cierto grado de idoneidad a la aplicacion para funcionar adecuadamente, no dejo de hacer preguntas al cliente sobre para que quiere el producto, las circunstancias que lo van a rodear, etc. Haz a tu cliente todas las preguntas que consideres necesarias para asegurarte de que el producto sea adecuado para el. Si luego el producto no es el adecuado, el cliente no pensara que el estaba equivocado, sino que tu no le hiciste las preguntas correctas. No te canses de hacer preguntas todo el tiempo para evitar posibles malentendidos. Aprende de las necesidades de tu cliente para cubrirlas adecuadamente.

  • Lucia en la noche de Juan Manuel De Prada

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    Alguien dijo que los angeles a menudo no saben si se mueven entre los vivos o los muertos. Y cuando se mueven entre los vivos a veces ocultan su rostro, huyen de nuestras caricias, se escabullen y desaparecen, dejandonos con la sensacion de que, quiza, nunca estuvieron a nuestro lado.

  • Anibal, Enemigo de Roma de Ben Kane

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    Durante la Primera Guerra Punica, las legiones romanas derrotaron a Cartago, su unico rival en todo el Mediterraneo. Pero hoy Anibal, un brillante general cartagines, prepara la venganza. Paralelamente, dos jovenes (Hanno, el hijo de un confidente de Anibal, y Quinto, hijo de un terrateniente) se veran inmersos en un periplo que amenaza, cuando ya se oyen tambores de guerra, con destrozar la amistad entre dos chicos criados en imperios enfrentados...

  • La isla de los cien ojos de Mikel Santiago

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    La tormenta lo trajo. Lo arranco de donde nunca debio salir y lo dejo varado en nuestras playas. Ocurrio durante una terrible noche de viento y lluvia como no habiamos vivido en anos. Los rayos partieron dos arboles en Santry Hill y las olas embistieron el puerto con tal fuerza que destrozaron un par de chalupas. La tarde anterior, mientras oiamos los primeros y furiosos embistes del ciclon contra las ventanas del Bohars Head, el viejo Gallagher dijo que aquello era "viento del sur". Afirmo que debia ser la punta del algun tortuoso huracan procedente de Mejico. Dijo que pasaba uno cada cincuenta anos y que el recordaba uno de cuando era nino. "Se llevo varios tejados y una vaca del establo de Doyle" recordo "A Dios gracias que solo fue eso" Gallagher siguio profetizando mas desgracias y aconsejo a los hombres que metieran a su familia bajo la cama aquella noche. Dijo que tenia un "muy mal palpito" con aquel viento silbante y calido "que algo muy malo estaba a punto de ocurrir" Yo hubiera alzado mi voz para serenar los animos y explicar lo improbable de que un ciclon caribeno llegase siquiera a rozar la costa de Irlanda, pero me contuve. ?De que hubiera servido iniciar una discusion? Todos los datos cientificos que yo pudiera aportar sonarian, a oidos de aquellos lugarenos, igual de magicos que las palabras de Gallagher, de modo que al final todo se reducia a una cuestion de credito. ?Y quien era yo al lado del viejo Gallagher? Solo un medico recien llegado de la ciudad, que ademas era protestante, y que muchos opinaban que tenia rostro de nino (por mucho que yo quisiera aderezarlo con un varonil bigote) Con todo, la noche fue terrible, digna de una profecia como la de Gallagher. Jamas he oido el viento golpear de aquella manera, como un ejercito de fantasmas aullantes que hubiese desembarcado en la tierra. Las furiosas rafagas recorrian la calle moviendo letreros, agitando los arboles y derribando tiestos. Cualquier cosa que estuviera levemente mal atada, clavada o pegada aquella noche debio salir volando. Pase casi toda la noche en vela, asustado por los rayos y los golpes que el viento daba contra mis ventanas. Supuse que la campana de mi consulta no tardaria en sonar para requerirme en algun sitio, pero curiosamente, aquella noche nadie necesito de mi ayuda. Imagine (no sin una malvada sonrisa en los labios) que los habitantes de Dowan estarian bajo de sus camas rezando al Todopoderoso mientras que el viejo Gallagher dormia su borrachera sin enterarse de un pito. Al dia siguiente amanecio claro y tranquilo, como si nunca hubiera existido la tormenta. Kate, una muchacha pecosa y habladora que servia en mi casa, fue la primera en darme algunas noticias cuando llego aquella manana. Me dijo que habia visto algunos arboles humeando en Santry Hill y que en el puerto habia habido varios destrozos. – El barco de Donovan aparecio medio hundido. Al parecer uno de los botes debio golpearle el casco y abrirle un buen boquete. Y han desaparecido un par de barcas. Y se inundo la tienda de Nolan y ha echado a perder muchisimo genero. Y... La chica estaba tan excitada haciendo inventario de las desgracias que y ni siquiera se retiro para dejarme desayunar a solas. No me importo. Al fin y al cabo, en Dublin solia leer el periodico mientras desayunaba, y en Dowan, a falta de periodico, estaba bien tener a Kate. Despues del desayuno me dirigi a la consulta y lo dispuse todo para comenzar la jornada. En el mismo instante que termine de ordenar mi escritorio sono la primera campana de la manana. Oi a Kate correr a abrir y escuche como se desarrollaba una conversacion en el vestibulo. Despues aparecio Kate otra vez, con gesto de extraneza en el rostro. – Es John Mulvaney - anuncio - Trae un caballo para usted. Dice que ha ocurrido algo en Sandyford. – Hagale pasar - le dije John Mulvaney era un chico de doce anos que servia en la mansion de Sandyford, a unas diez millas del Dowan. Su padre era el zapatero del pueblo. Me habia pagado con un exquisito par de botines de cuero por un remedio para las jaquecas de su mujer. Kate acompano al muchacho hasta la consulta, que con gesto timido se quito la gorra y se aclaro la garganta para hablar. Dijo que traia recado del senor Coverdale de llevarme con el a Sandyrock. -?Algun accidente? - pregunte. El nego con la cabeza. – ?Algun enfermo entonces? El muchacho enrojecio y volvio a ladear la cabeza. – !John Mulvaney! - le recrimino Kate - ?Puedes hacer el favor de hablar por esa boca? ?Que es lo que ocurre? El doctor no tiene tiempo para perder. – Es algo que ha aparecido en la playa - respondio el chico, ya completamente ruborizado – ... el senor... quiere que lo vea usted. – ?Que algo ha aparecido...? – Si, senor, un bote. Lo trajo la tormenta. – ?Y para que me necesita alli? Seguramente sera uno de los que han desaparecido del puerto esta noche. – No lo creo senor - dijo John – Vera ... es mejor que venga y lo vea usted. Me quede en silencio mirando a John. Estaba como asustado, sumido en un inconfesable secreto, y decidi no hacerle mas preguntas. El senor Coverdale era un hacendado ingles dueno de practicamente toda la isla. Habiamos charlado en cierta ocasion, meses atras, durante una revision medica que me pago generosamente. No me parecio un hombre tendente a la exageracion ni a las bromas. Asi que decidi que aquel misterio debia tener cierto fundamento. Apure mi te y le pedi a Kate mi gaban. Tras preparar un maletin con equipo basico, sali con John a la calle, donde nos esperaban dos magnificos caballos. Tomamos el camino de Santry Hill, la colina mas alta de las tres que rodeaban el poblado de Dowan. Al llegar alli vimos los dos arboles que los rayos habian partido e incendiado esa noche. Aun humeaban. Desde alli se tenia una buena vista del pueblo. El puerto, tal y como habia dicho Kate, uno de los dos barcos pesqueros estaba escorado. Una cuadrilla de hombres se esforzaba por enderezarlo mientras otros achicaban el agua. Pense que aquello costaria una verdadera fortuna a la economia local. Cabalgamos por el camino que bordeaba los acantilados de Ben Guillian (Llamados asi en honor a un antiguo fantasma local que debio suicidarse alli) y llegamos a la "roca del aguila" desde donde se divisaba la mansion de Sandyrock. El cielo estaba claro, sin una brizna de viento, y el mar estaba radiante. En contraste con el azul, relucia la blanca fachada de la mansion, una elegante casa senorial de tres plantas rodeada de una brillante extension de hierba y pequenos jardines. La casa estaba construida sobre un saliente bajo el cual las olas se batian en espumosos ataques contra la roca negra. A cien yardas de ella, rendida a la fuerza de la naturaleza, se abria una cala de arena blanca. Sobre ella aviste un grupo de personas rodeando un negro objeto que yacia varado junto a la orilla. Arree mi caballo. Edward Coverdale tenia porte de artista mas que de aristocrata. Tendria unos cuarenta anos, o quizas mas, pero su rostro parecia resistir los efectos de la edad. Vestia de una forma un tanto bohemia -botines negros, pantalones estrechos y una amplia camisa blanca que se hinchaba como una vela al viento – , y llevaba el pelo largo, recogido en una coleta. Era el suyo un aspecto mas apropiado para un actor del west end londinense que para un distinguido terrateniente Irlandes, cosa que al parecer (segun sabia por los chismes de Kate) tambien irritaba a sus parentela, que lo habria enviado a administrar aquella remota hacienda para alejarlo de los "circulos" Dublineses. Tambien sabia que en el pueblo no le profesaban mucha simpatia. No debia de ser un terrateniente demasiado fiero – le bastaba con cobrar las rentas aunque llegasen con cierto retraso – pero sus dedicaciones artisticas (como la pintura o la literatura) y cierta aficion por el estudio de los vestigios celtas de Dowan habian ayudado a granjearle una fama oscura entre los supersticiosos parroquianos; Ademas, no faltaban las leyendas sobre pactos con el diablo y brujeria que los contadores de historias locales (encabezados por Gallagher) se habian encargado de inventar aprovechando sus poco habituales aficiones. – Temo haberle molestado en una manana especialmente agitada - me saludo nada mas desmontar- ?Como ha despertado el pueblo? ?Ha habido muchos destrozos? – Uno de los pesqueros resulto danado - respondi – , por lo demas todo parecen cosas menores. Tejas rotas y algun negocio inundado. Sobreviviremos. ?Y que hay de usted? – El viento casi se lleva uno de los establos esta noche. Tambien me rompio un par de ventanas. Y tambien trajo eso - dijo senalando a un bote que yacia varado a unas diez yardas de nosotros – Uno de los mozos lo encontro esta manana -continuo diciendo – La tormenta debio arrastrarlo hasta aqui desde alta mar. Y por lo que encontramos en su interior, supongo que llevaba vagando a la deriva bastante tiempo. ?Quiere echarle un vistazo? – Por supuesto - respondi. Coverdale saco entonces un foulard blanco que llevaba en una de sus mangas y me lo ofrecio – Sera mejor que se tape la nariz y boca. Extranado, pero sin hacer preguntas, tome el panuelo y arrancamos a caminar hacia el bote. Mientras lo haciamos me percate del sepulcral silencio que nos rodeaba. Habia alli un par de mozos ademas de John y todos permanecian en silencio, guardando una buena distancia respecto del bote. A medida que nos acercabamos comence a percibir un fuerte olor a descomposicion que fue haciendose mas fuerte a cada paso que dabamos. Tome el panuelo de Coverdale y me lo coloque a modo de mascara, debatiendome entre la curiosidad y el temor sobre el origen de semejante fetidez. El bote yacia varado, hundido en la arena que brillaba como un espejo. Una capa de costra se extendia por su casco, salpicado de grietas y suciedad. Lo primero que mis ojos distinguieron, aun en la distancia, fue una capa de algas oscuras que cubrian practicamente todo el interior de la lancha. Sobre ella se arremolinaba un enjambre de moscas enloquecidas. Pero habia algo mas alli, una forma acurrucada bajo de aquella carpa amarillenta y resquebrajada... No tarde en verlo. Y el espanto hizo que retrocediera inconscientemente. Debajo de la carpa, enredado entre aquellas algas putrefactas asomaba el horrible cadaver de un hombre. Era un muneco atroz. Como una marioneta hecha de tela de saco. No tenia ojos, tan solo dos cuencas vacias. Su boca, por la que entraban y salian aquellas laboriosas moscas en busca de alimento, era como una negra caverna sin fondo. El resto de su cuerpo, medio cubierto de harapos desgarrados por el sol y el salitre, mostraba una piel cauterizada, reseca y dura como jamas habia visto en ningun otro cadaver antes (ni siquiera en mis practicas de la universidad donde a veces los traficantes de cuerpos traian desechos de la peor clase)

  • El artesano de Sharon Bolton

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    ?UN PADRE DEVOTO O UN DESPIADADO ASESINO?

  • Servicio incompleto de Nina Minina

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    Podriamos resumir en unas pocas lineas con mas o menos gracia de que va esta historia, el problema es que aun no lo tenemos demasiado claro.

  • Odiame de Olivia Saint

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    No estamos listos, hasta que sucede

  • Rosy & John de Pierre Lemaitre

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    Jean Garnier es un joven solitario que lo ha perdido todo: su trabajo, tras la muerte misteriosa de su jefe; su novia, en un extrano accidente, y Rosie, su madre y principal apoyo, que ha sido encarcelada. Para dar rienda suelta a su dolor, planea hacer explotar siete obuses, uno por dia, en distintos puntos de la geografia francesa. Despues del primer estallido se entrega a la policia. Su unica condicion para evitar la catastrofe es la liberacion de su madre. El comisario Verhoeven se encuentra ante un gran dilema: ?es Jean un lunatico con delirios de grandeza o una verdadera amenaza para todo el pais?

  • KimoKawaii de Enrique Planas

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  • La vida entre mis dedos, Nacarid Portal de Nacarid Portal Arraez

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    Para: La persona indicada. De: Aquel que llaman destino. PD: No es casualidad, si adquieres este libro es por alguna razon, de alguna manera debia llegar a ti como una pista que te manda el destino a traves de mi. Emociones transmitidas a traves de letras. !Letras que vienen y van! El amor como fue de inspiracion y el alma en su maxima expresion. La vida y sus transiciones, el maravilloso mundo de los suenos y la importancia de observar en lo invisible. La tristeza compuesta por el dolor que conlleva un cambio y sobre todo, el proceso interior del ser humano. La vida entre mis dedos es escarbar en lo mas profundo del ser. Un libro que te hara sentir mientras explorar dentro de ti. Un libro que tocara tus emociones mientras despiertas ante la vida. La vida de un ser humano que comprendio que el alma perdurara mas alla de nuestro recorrido por este lugar. Te entrego mi equivocacion y mi aprendizaje esperando poder rozarte a pesar de la distancia.

  • Un romance entre recetas de Ariel Moncalvo

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    Emilio y Griselda se conocen en una Isla alejada de la ciudad. Ambos intentan escapar de su pasado, pero no les resulta nada facil. Ella es chef de un Hotel 5 estrellas y sabe muchas recetas de memoria. El tuvo su esplendor en Francia y ahora es un chef venido a menos, muy desordenado y desprolijo. Cuando aparece el romance, sus ex se hacen presentes intentando reconquistar a sus parejas. ?Como continuara la vida de Emilio y Griselda? ?Podran cortar con su pasado para recomenzar una vida? Este libro es una comedia romantica llena de enredos, donde el drama esta presente con cada historia que se les presenta.

  • Todas Nuestras Vidas (Luna 3) de Violet Haze

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    Un pasado misterioso.

  • Todo por ti (completa) de Lorena Lazo

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    Primera parte de la trilogia “Todo por ti”

  • Los cuatro reinos de Paula Ramos

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    Siempre se ha creido en la magia.
    Sin embargo la realidad es muy distinta a lo que creen que saben algunos: hadas, brujas, vampiros. todos son absurdos cuentos de ninos.
    Si conocieran la verdad oculta y protegida tras esas invenciones, huirian sin dilaciones.
    Este libro ha caido en tus manos. Con el se te abriran las puertas a un mundo totalmente desconocido.
    ?Seras lo suficientemente valiente para conocer la verdad?
    ?O seras sensato y lo dejaras atras?
    Si finalmente te atreves, ?Que lado escogeras: el bien o mal?

  • El secreto de la isla de Viveca Sten

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    La sospechosa muerte de un joven hace cuarenta anos nunca fue resuelta, y hay alguien que no desea que caiga en el olvido.

  • Amigos o algo mas (Divalentis Romantica 6) de Deborah F. Munoz

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    Ana no ha decidido aun que hara durante sus vacaciones. Lo que si que tiene claro es que el primer dia se va a hartar a dormir. Pero cuando su amiga Tam se rompe una pierna al intentar subir la escalera con unas cuantas copas de mas, esta la manipula para que le haga un favorazo y se encuentra, de pronto, al cuidado de dos gemelas. Al principio es duro, pero justo cuando le empieza a coger el tranquillo a eso de ser ninera, las dos diablillas suben a la habitacion de su misterioso tio, a pesar de que lo tienen prohibido, y la vida de Ana cambia para siempre.

  • Quererte. sofia de Erica Canovas

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    La vida de sofia, a menudo monotona y aburrida, cambia por completo cuando conoce a Jose, un hombre guapo, atractivo y muy insistente.
    Besos robados, citas romanticas y la labia de Jose provocara que Sofia se deje seducir a pesar de haber tomado la decision de no volver a estar con un hombre en mucho tiempo tras su ruptura con Victor. Las continuas infidelidades de su ex pareja han convertido a Sofia en una mujer desconfiada que se lo pondra dificil a Jose, que no esta dispuesto a perder a la que cree la mujer de su vida. Para conseguir su proposito, Jose no dudara en mentirla una y otra vez provocando un distanciamiento aun mayor entre ellos.
    La distancia los separara para unirlos dos anos despues… ?Conseguira Jose su objetivo de enamorar a Sofia? Y ella ?Aprendera a confiar en el?

  • Cuadernos africanos de Alfonso Armada

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  • Calladita estas mas guapa de Carme Chaparro

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    Desde 2012, Carme Chaparro viene desarrollando una gran actividad en distintos medios escritos, como Yo Dona, GQ o VozPopuli, y en redes sociales, publicando casi a diario articulos y reflexiones en los que queda patente su opinion aguda, certera, sin medias tintas, sobre los asuntos de la actualidad que la interpelan y que nos afectan a todos, y especialmente a todas, en su denodada defensa de la igualdad.

  • La elite de Kiera Cass

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    No soplaba el aire en Angeles, y me quede un rato alli tendida, inmovil, escuchando el sonido de la respiracion de Maxon. Cada vez era mas dificil pasar con el un momento realmente tranquilo y placido. Intentaba aprovechar al maximo esos ratos, y me alegraba comprobar que cuando el parecia estar mas a gusto era cuando nos encontrabamos a solas. Desde que el numero de chicas de la Seleccion se habia reducido a seis, se mostraba mas ansioso que al principio, cuando eramos treinta y cinco. Me imagine que pensaria que tendria mas tiempo para hacer su eleccion. Y aunque me sentia culpable al pensarlo, sabia que yo era el motivo por el que deseaba ese tiempo de mas. Al principe Maxon, heredero al trono de Illea, le gustaba. Una semana atras me habia confesado que, si yo admitia que sentia lo mismo, sin reservas, acabaria con el concurso. Y a veces yo acariciaba la idea, preguntandome como seria estar con Maxon, sin nadie mas, solo nosotros dos. Sin embargo, el caso era que no era solo mio. Habia otras cinco chicas alli, chicas con las que salia y a las que susurraba al oido, y yo no sabia como tomarme aquello. Y ademas estaba el hecho de que aceptar al principe implicaba asumir tambien una corona, idea que solia pasar por alto, aunque solo fuera porque no estaba segura de que podia significar para mi. Y luego, por supuesto, estaba Aspen. Tecnicamente ya no era mi novio --habia roto conmigo antes incluso de que escogieran mi nombre para la Seleccion--, pero cuando se presento en el palacio como soldado de la guardia, todos los sentimientos que habia intentado borrar invadieron de nuevo mi corazon. Aspen habia sido mi primer amor; cuando le miraba... era suya. Maxon no sabia que Aspen estaba en el palacio, pero si sabia que habia dejado atras una historia con alguien, algo que intentaba superar, y habia accedido a darme tiempo para pasar pagina mientras el intentaba encontrar a otra persona con quien pudiera ser feliz, si es que yo no me decidia. Mientras movia la cabeza, tomando aire justo por encima de mi cabello, me lo plantee: ?como seria querer a Maxon, sin mas? --?Sabes cuanto tiempo hace que no miraba las estrellas? --pregunto. Me acerque un poco mas sobre la manta para protegerme del frio: la noche era fresca. --Ni idea. --Hace unos anos un tutor me hizo estudiar astronomia. Si te fijas, veras que las estrellas, en realidad, tienen colores diferentes. --Espera. ?Quieres decir que la ultima vez que miraste las estrellas fue para estudiarlas? ?Y por diversion? Chasqueo la lengua. --Por diversion... Tendre que hacerle un hueco a eso entre las consultas presupuestarias y las reuniones del Comite de Infraestructuras. Oh, y las de estrategia para la guerra, que, por cierto, se me da fatal. --?Que mas se te da fatal? --pregunte, pasandole la mano por la camisa almidonada. Animado por el contacto, Maxon trazo circulos sobre mi hombro con la mano con la que me rodeaba la espalda. --?Por que quieres saber eso? --respondio, fingiendose importunado. --Porque aun se poquisimo de ti. Y da la impresion de que eres perfecto en todo. Resulta agradable comprobar que no es asi. El se apoyo en un codo y se quedo mirandome. --Tu sabes que no lo soy. --Te acercas bastante --replique. Sentia los pequenos puntos de contacto entre nosotros. Rodillas, brazos, dedos. El sacudio la cabeza y esbozo una sonrisa. --De acuerdo. No se planear guerras. Se me da fatal. Y supongo que seria un cocinero terrible. Nunca he intentado cocinar, asi que... --?Nunca? --Quizas hayas observado el monton de gente que te atiborra de pastelillos a diario, ?no? Pues resulta que a mi tambien me dan de comer. Se me escapo una risita tonta. En mi casa yo ayudaba a preparar casi todas las comidas. --Mas --exigi--. ?Que mas se te da mal? El me agarro y se coloco muy cerca, con un brillo en sus ojos marrones que indicaba que escondian un secreto. --Hace poco he descubierto otra cosa... --Cuentame. --Resulta que se me da terriblemente mal estar lejos de ti. Es un problema muy grave. Sonrei. --?Lo has intentado? El fingio que se lo pensaba. --Bueno..., no. Y no esperes que empiece a hacerlo ahora. Nos reimos sin levantar la voz, agarrados el uno al otro. En aquellos momentos, me resultaba facilisimo imaginarme que el resto de mi vida podia ser asi. El ruido de pisadas sobre la hierba y las hojas secas anunciaba que alguien se acercaba. Aunque nuestra cita era algo completamente aceptable, me senti algo violenta, y ergui la espalda de inmediato, para quedarme sentada sobre la manta. Maxon tambien lo hizo. Un guardia se acercaba a nosotros rodeando el seto. --Alteza --dijo, con una reverencia--. Siento importunarle, senor, pero no es conveniente permanecer aqui fuera tanto tiempo. Los rebeldes podrian... --Comprendido --replico Maxon, con un suspiro--. Entraremos ahora mismo. El guardia nos dejo solos. Maxon se volvio hacia mi: --Otra cosa que se me da mal: estoy perdiendo la paciencia con los rebeldes. Estoy cansado de enfrentarme a ellos. Se puso en pie y me tendio la mano. Se la cogi y observe la frustracion en sus ojos. Los rebeldes nos habian atacado dos veces desde el inicio de la Seleccion: una vez los nortenos (simples perturbadores), y otra vez los surenos (cuyos ataques eran mas letales). Y no tenia mucha experiencia al respecto, pero entendia muy bien que estuviera agotado. Maxon estaba recogiendo la manta y sacudiendola, descontento por que nos hubieran interrumpido de aquel modo. --Eh --dije, llamando su atencion--. Ha sido divertido. El asintio. --No, de verdad --insisti, dando un paso adelante. El cogio la manta con una mano para tener el otro brazo libre y rodearme con el--. Deberiamos repetirlo algun otro dia. Puedes contarme de que color es cada estrella, porque la verdad es que yo no lo veo. --Ojala las cosas fueran mas faciles, mas normales --repuso el, con una sonrisa triste. Me acerque para poder rodearlo con los brazos. Maxon dejo caer la manta para abrazarme. --Siento ser yo quien desvele el secreto, alteza, pero, incluso sin guardias, no tiene usted nada de normal. Relajo algo el gesto, pero seguia serio. --Te gustaria mas si lo fuera. --Se que te resultara dificil de creer, pero a mi me gustas tal como eres. Lo unico que necesito es mas... --Tiempo. Ya se. Y estoy dispuesto a dartelo. Lo que me gustaria saber es si al final querras quedarte conmigo, cuando pase ese tiempo. Aparte la mirada. Eso no podia prometerselo. Habia sopesado lo que significaban Maxon y Aspen para mi, de corazon, una y otra vez, pero no estaba segura... Salvo, quiza, cuando estaba a solas con uno de los dos. En ese momento, estaba tentada de prometerle a Maxon que seguiria a su lado para siempre. Pero no podia. --Maxon --susurre, viendo lo desanimado que parecia al no obtener una respuesta--. Aun no te puedo decir eso. Pero lo que si puedo decirte es que quiero estar aqui. Quiero saber si tenemos... --dije, y me quede cortada, sin saber como plantearlo. --?Posibilidades? Sonrei, contenta al ver lo bien que me entendia. --Si. Quiero saber si tenemos posibilidades de que lo nuestro funcione. El me aparto un mechon de pelo y me lo puso detras del hombro. --Creo que si, que hay muchas posibilidades --contesto, con toda naturalidad. --Estoy de acuerdo, pero, solo... dame tiempo, ?vale? Asintio. Parecia mas contento. Asi era como yo queria que acabara nuestra noche juntos, con cierta esperanza. Bueno, y quizas algo mas. Me mordi el labio y me acerque a Maxon, diciendolo todo con la mirada. Sin dudarlo un segundo, se inclino y me beso. Fue un beso calido y suave. Hizo que me sintiera deseada. De hecho, quise mas. Podria haberme quedado alli horas, pidiendo mas. Sin embargo, Maxon enseguida se echo atras. --Vamonos --dijo, sonriente, tirando de mi en direccion al palacio--. Mas vale que entremos antes de que lleguen los guardias a caballo, con las lanzas en ristre. Cuando me dejo en las escaleras, senti el cansancio de golpe, como si me cayera un muro encima. Practicamente me arrastre hasta la segunda planta, pero, al rodear la esquina para llegar a mi habitacion, de pronto me desperte de nuevo. --!Oh! --exclamo Aspen, sorprendido el tambien al verme--. Debo de ser el peor guardia del mundo; todo este rato he supuesto que estarias dentro de tu habitacion.

  • Juego terminado de Conchi Aragon

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    <<--?Sabes que es la Ballena Azul?
    --Un juego formado por cincuenta retos en el que cada participante tiene que superar cada uno de ellos. El juego concluye cuando el jugador se suicida>>.

  • Historia de un desafio de Manuel Sanchez Corbi

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    Han sido numerosos los libros publicados en estos ultimos anos sobre la historia de ETA, y desde muy diversas perspectivas. En la mayoria, el protagonismo de la Guardia Civil es muy importante, como no puede ser de otra manera, pero faltaba un angulo fundamental, la cronica real, cruda, estremecedora a veces, documentada con rigor y escrita por los propios guardias civiles, de un tiempo en el que su actuacion se resumia en dos palabras: sacrificio y sufrimiento.

  • Antes de las lluvias, Dinah Jefferies de Dinah Jefferies

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    Eliza es una mujer muy independiente para la sociedad britanica de los anos treinta. Fotografa de profesion, tras haber perdido a su marido en un desafortunado accidente, regresa a India por encargo de la administracion britanica. Alli paso su infancia hasta que su padre murio en un atentado.

  • Me faltabas tu de Sophie Saint Rose

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    Madeline Burton queria cambiar de vida y ?que mejor que trasladarse a un rancho de Australia por un ano, para vivir una autentica aventura por una vez en la vida? Lo malo es que su companero de viaje se empenaba en que debia volver a Nueva York…

  • El temor de un hombre sabio (Cronica del asesino de reyes 2) de Patrick Rothfuss

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    Llega El temor de un hombre sabio, la esperada continuacion de la historia de Kvothe y El nombre del viento.

  • Quien tuvo la culpa de Corin Tellado

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    Aquella manana del 21 de junio, Mary recorrio la calle Alcala con mas rabia que placer. Hacia un calor sofocante. El sol, con su rostro redondo, parecia burlarse de todo transeunte que, fatigoso cruzaba apresurado la calzada. Mary salio de la RENFE con el billete en su poder, y piso la calle tomando direccion al Retiro, donde esperaba hallar la tranquilidad espiritual que precisaba para calmar los nervios, que aquella manana se sentian a flor de piel, tensos, agudos, pareciendo salir del cuerpo y clavarse como pinchos. --!Mary! Volviose en redondo, y una sonrisita de felicidad ilumino el rostro que momentos antes mostraba solo amargura. --i Sole! ! Que alegria, chiquilla! Un abrazo, seguido de la risa franca de ambas. --?Y el veraneo? -- pregunto Sole, mirandola con picardia--. ?Cuando marchas a Gijon, con tus hermanos? Vengo del colegio, y alli me han dicho que habias salido. Mary le mostro los billetes. --Vengo de la RENFE. Salgo el dia treinta. !Me tar da mas...! La otra la miro dudosa. --?De veras, lo dices? ?Tan mal van tus asuntos sentimentales? --?Crees que me voy por eso? --Se que no. Tu familia te reclama. --No guasees, que es asi. --Si no lo dudo, querida. Pero lo de Pepe... El rostro exotico de Mary tuvo una contraccion. --Aquello paso. --?Estas segura? ?Que si lo estaba? !Cualquiera lo sabia! Ella menos que nadie, porque el corazon, por ser un organo demasiado sensible y rebelde a la vez, habia de continuar exigiendo su parte en la vida, y ella ya no tenia que darle, porque todo se lo habia llevado el amor. !Insensato amor! --Debe pasar, Sole; y eso es lo que me interesa; tener la voluntad suficiente para olvidar, para domenar el deseo, para ahogar la pasion. ?Crees que lo podre conseguir? La otra muchacha la miro con detenimiento. !Era tan alegre, tan desconcertante y linda aquella Mary un algo inconsciente, pero maravillosa en su mismo despiste...! --Si te lo propones, si -- repuso convencida, pues la conocia lo suficiente para hacer la afirmacion basada en algo concreto--. Vete a Gijon y olvida. Trata de cultivar las buenas amistades que dejaste alli hace cuatro anos, y veras como al fin y a la postre, eres feliz. Mereces ser muy dichosa, y lo seras. -- Despues, tras una breve pausa, anadio dulcemente --: Pienso que aun volveras con el. Nego, no con demasiada conviccion. --?Y tu? -- pregunto luego, con carino--. ?Cuando os llega el bebe de Paris? El rostro de Sole se ilumino. --Prontito -- dijo feliz--. !Si supieras, Mary, con que ilusion lo esperamos...! Debes casarte, Mary, y entregarte sin reservas al hombre que te toque en suerte. --?Crees que me tocara alguno? La otra respondio, totalmente convencida: --Te tocara. Mereces ser muy feliz por todo lo des graciada que fuiste hasta ahora. Muchas veces me digo, querida Mary, que tu misma has tenido la culpa de todo. --?Yo? Sole afirmo: --!Si supieras lo bonito que es perder alguna vez de nuestra parte...! Tienes un caracter complicado e irascible, y para ser feliz, todo lo feliz que ambiciona una mujer de tu temperamento, es preciso domenar los impulsos de la sangre y los sentidos para dejar solo paso al corazon. --!Vaya perorata! --?Crees que no hablo con logica? --?Quien lo duda? --Entonces, atiende mi consejo y vete a Gijon, convencida de que con Pepe ya no hay nada que hacer. En primer lugar, el no te conviene. Emboto tus sentidos, apago los deseos de tu corazon, y dejo tus ansias de mujer presas en su persona; no digo en su alma, porque dio muestras de tenerla muy mal definida. --! No hables asi! --?Es que aun le quieres? Mary suspiro hondo. !Le dolia tanto hablar de aquello...! Y no es que le causara pesar el recuerdo: es que la llaga aun sangraba, y las gotas rojas parecian subirle a la boca dejando en ella aquel amargor. --Te lo dire cuando vuelva para octubre -- dijo sonriente, cambiando totalmente la expresion de su rostro alegre por naturaleza, en aquella manana ensombrecido por la melancolia--. Creo que atendere tus consejos. Tal vez me enamore de nuevo en Gijon Sole rio alegremente. --!Si fuera asi...! --?Crees que no lo conseguire? --!Que se yo! Estoy por decir que si, puesto que jamas has deseado algo que no lo lograras. ! Pero es que esto del amor es tan diferente...! De todas formas, se me antoja que vas camino de Gijon totalmente amargada, dispuesta quiza a reirte de todo, y quien sabe si hasta de la misma vida. Mary salto impulsiva, con aquel tono que Coral, mucho tiempo despues -- cuando en la ciudad del carbon se hicieron las amigas mas intimas que Mary pudiera imaginar--, definio diciendo: <> --?No crees que la vida se reira de mi? Sole nego rotunda: --No, querida. Presiento que de ti no lograra reirse nadie. --!Pero si se rien hasta las piedras! --Sigues como siempre. Eres un torbellino donde no se puede atar un solo cabo. Ni siquiera las amarguras te hacen variar. --No consentire jamas que una amargura mengue mi alegria. --!Cuanto me satisface oirte...! Mi lema es aquel aforismo tan viejo, pero que para mi encierra un gran consuelo: <> --Tras una breve pausa, prosiguio --: Siento que marches por mi hermana Pili, puesto que le sera muy dificil adaptarse sin ti, pero por otra parte me alegro. Alli olvidaras todos los sufrimientos pasados, y te sentiras mas la Mary alegre y feliz que hemos visto a nuestro lado en aquel colegio donde reinaba la felicidad en un grupo de bellas muchachas, la principal, tu. --! Que halagador! Sole dio una palmada en la esbelta espalda de su amiga. --Te veo ardiendo por dejarme -- dijo--. Vete, y si no puedes venir a casa a despedirte, nosotros iremos al colegio a darte un abrazo. * * * Continuo caminando en direccion al Retiro. Su intencion era guiar sus pasos hacia el colegio, pero no lo hizo asi, pensando que de llegar a la residencia en aquellos instantes, todas acudirian a su lado queriendo saber lo que sucedia para que el rostro se viera crispado con aquella mueca indefinida que lo delataba todo y, sin embargo..., !decia tan poco! Muy despacito enfilo el paseo predilecto. al que acudia en aquellos momentos en que Pepe aun formaba parte de ella misma. !Que lejanos dias! !Que lejanos, y que cerquita los, sintio ahora, porque le parecia que de nuevo se hallaba viviendolos! ?Por que el corazon era tan complejo? ?Por que sentia? ?Por que no moria a la par que el amor? Desalentada dejose caer en un banco solitario, y miro con nostalgia todo lo que la rodeaba. Segun los ojos vagaban en torno, la imaginacion fue hilvanando con esfuerzo los recuerdos que aun atenazaban su corazon, y vivio por ultima vez todo lo sucedido, pues sabia por demas que aquel dia daria punto final a su novela sentimental: despues de lanzarse por la corriente de la vida, jamas tornaria a su lado: !nunca! Penso tambien, anhelando con imperio ser justa consigo misma, en que el no habia tenido toda la culpa de lo sucedido. No; ambos se habian hundido en el lodazal del olvido por no ser, quiza, ni ella ni el, lo suficientemente constantes y leales para lograr consagrar una vida a otra, dejandose de sacudidas violentas que tormentan el espiritu aunque hagan vibrar el cuerpo. * * * Siempre habia imaginado su regreso a Gijon alegre y feliz en compania del hombre que habia creido querer. Las luchas por las que habia pasado en aquellos cuatro anos transcurridos dentro de las cuatro paredes de aquella santa casa, donde la <> tanto y tanto le habia hecho recordar a Dios, parecian desvanecerse segun los dias se sucedian unos a otros y Pepe se aferraba mas a sus sentidos, pues en el corazon jamas habia tomado parte. Su vuelta a la ciudad del carbon, donde todo era negro, le pareciera blanco y atractivo a ella, que anhelaba verse envuelta en su bruma grisacea en compania de aquel hombre que habia creido amar con toda su alma. Una vez mas tuvo que confesarse que el amor no existia, que todo era mentira, y hasta la misma vida era un engano que torturaba en vez de satisfacer. !Todo mentira! La misma existencia era falsa y cruel. Pero mas que nada los hombres, que se dejaban manejar por la mano blanca de un tonto prejuicio. Ahora, todo era diferente. Perdido el, llegadas las vacaciones, nunca se sentiria todo lo feliz que quiza imaginaban los familiares que alla, en Gijon, esperaban ansiosos su llegada. El retorno a la ciudad natal, fria y deprimida, obligada a fingir lo que en forma alguna podia experimentar el corazon. De pronto, brusca y fiera, enojada consigo misma, pusose en pie y echo a andar sin rumbo fijo. Estar quieta, cuando los nervios parecian salirse del cuerpo. le parecia de todo punto imposible. Con aquel gesto, tan suyo, lanzo el rojo cabello hacia atras, dejando al descubierto la mirada intensa de sus ojos claros, quietos, que lucian la expresion entre acariciadora y fria que los hacia aun mas personales si esto era posible en Mary, la mujer que jamas dejo de ser <> aunque la vida azotara su alma con sus mas duros trallazos. Los ojos, aquellas gemas que expresaban candor y crudeza a la vez, quisieron decir: <> --Si no quiere ayudarme, que me mate de una vez y en paz -- oyose decir a si misma con la voz falsa que descubria en ella un fondo que solo guardaba para las ocasiones en que su corazon gemia, dejandola postrada, sin deseo siquiera de continuar luchando por una causa tan pobre como era la misma vida que le tocara en suerte. <> se dijo de nuevo, saliendo a la calle y enfilando la direccion del colegio. Muchos ojos se volvieron admirativos, clavandose avariciosos en la silueta estilizada de la mujer que, ajena a todo, caminaba gentil por la acera. No era bonita Mary, no; pero tenia, en cambio, algo en su persona que atraia y subyugaba. Su rostro de ovalo perfecto, aunque con pomulos un tanto agudizados, poseia un sello tan personal que nadie, despues de contemplarla, se hubiera atrevido a negar su atractivo, que se manifestaba en los menores gestos y rasgos de la carita de epidermis blanca, donde la boca grande dejaba ver unos dientes irregulares, salpicados con dos gotas de oro que hacian resaltar aquellos labios sensuales, siempre humedos y entreabiertos como pidiendo, vehementes, una caricia. Enmarcaba el exotico rostro una cabellera rojiza, sedosa y brillante, donde se perdia la mirada codiciosa del apasionado varon. II La habitacion, completamente revuelta, causaba en Mary un disgusto terrible. Ya no recordo su ruptura con Pepe, ni la conversacion que habia tenido lugar en mitad de la calle con aquella Sole, amiguita del corazon que tan bien y con tanto acierto sabia aconsejarla. Buena estaba ella en aquellos momentos para recordar nada, cuando sus ojos, muy abiertos, vagaban desesperadamente por la estancia, donde no habia cosa en su sitio. Todo se hallaba desordenado: la maleta abierta sobre una silla, los zapatos esparcidos por el suelo... !Ay, Senor, pero si ella siempre habia creido que todo cogia en una maleta, y resultaba que ahora no cabia nada! Suspiro con ansia, como si se ahogara. Y como la paciencia habia llegado al limite, dio un grito llamando a todas sus companeras, cuyas risas aun crisparon mas sus nervios ya de por si alterados: -- !Loli, Pili, Mary, Tere! !Ay, Dios, os quiero ver en seguida a mi lado! Cuatro rostros aparecieron en el quicio de la puerta abierta de par en par. --?Aun estas asi? Mary se lanzo al suelo, donde tuvo que bufar como una fiera. --! Estoy desesperada! -- grito destempladamente --. Os juro que si tengo que continuar metiendo ropa en la maleta, dejo mi viaje para cuando tenga menos. !No cabe nada! Todas a una se lanzaron sobre la maleta. Pero Mary, no conforme con la ayuda de sus atolondradas companeras, lanzo el <> grito que la caracterizaba, cuyo eco llego a los oidos de la senorita Sagrario, la encargada de contener los impetus de aquella juventud que residia dentro de las cuatro gruesas paredes de la residencia, donde ella era el angel bueno, la ayuda y el sosten espiritual de muchas de aquellas almas inconscientes que caminaban por la vida sin saber por que lo hacian. Una de ellas era Mary, que se presento anhelando mucho carino y mas amparo, y fue a encontrarlo en el corazon blando y sensible de la buena mujer que tan bien y con tanto acierto supo comprenderla. --!<>! Y al grito furioso de la muchacha, la puerta de la alcoba volvio a abrirse dando paso a la cara dulce de la <>. --<>, querida, por favor... ?Por que yo no puedo hacer nada sin usted? -- grito la muchacha, lanzandose al encuentro de la senorita--. No me cabe nada de ropa en la maleta. La <> sonrio compresiva, mirando dubitativa los ojos muy abiertos de Mary. --Jesus, Jesus, hija, estas que no hay quien te aguante. Anda, vete, y olvidate por un momento del viaje. Yo tratare de colocar tus cosas en la maleta. Y, en unos segundos, las manos agiles del angel bueno del colegio fueron colocando todo en forma que, cuando Mary y sus companeras se dieron cuenta, ya todo se hallaba dentro y las llaves en las manos de la <>. --Toma -- dijo esta, alargandoselas a Mary --. Ahora, a calmar los nervios y esperar que el tren se halle dispuesto para salir en direccion a la tierra que tanto anhelas ver. Mary, que jamas dejaba asomar a sus gemas claras el resquemor de una lagrima, sintio el reguero dilatado correr raudo por la mejilla satinada, mientras pedia con voz entrecortada, como si quisiera alegrar los corazones, y mas que ninguno el suyo, que se sentia anegado en dolor: --!La tila, <> de mi alma! Traigame esa clasica tila que calma tan bien mis nervios, y que sabe Dios cuando la volvere a tomar. En vez de romper el silencio que ella hubo dejado, con un sollozo mas, estallo una carcajada general, a la que se unio la risa de la dulce <>. --Jamas dejaras de ser tu, Mary, nunca; ni siquiera cuando te veas pasando el mayor apuro de tu vida lograras cambiar ese caracter terriblemente burlon que tan poco te favorece y que tanto divierte a los demas. Y al hablar, su rostro reflejaba la pena que le causaba ver marchar a su mejor amiguita; pena infinita que laceraba su corazon bueno, que tan bien sabia disculpar las extravagancias de la irascible chiquilla. Cuando todo hubo sido dispuesto, y Mary quedo de pie bajo el dintel, dijo la <>: --?No se te olvida nada, Mary? Esta corrio a su lado, apretandose contra ella. --Un abrazo, querida <>. La senorita nego. --?No es eso? -- pregunto Mary. --No. Tu santina... Y solo aquello basto para que a la mente de Mary acudiera la virgencita que tanto y tanto habia consolado su dolor. Fuese a la capilla, donde, postrada una vez mas, pidio amparo y consuelo para su angustiado corazon. Con la boca, nada pidio. Aunque quisiera, estaba segura de no poder conseguirlo. !Era tanto lo que deseaba, y tan grande el peso que llevaba sobre su alma...! Alli habia sufrido y disfrutado. Mas de una vez acudio al rinconcito donde la santina, sonriente, la miraba con sus ojos acariciadores como si se dispusiera a hablar y reir, pidiendole que jamas dejara de domenar su voluntad que era lo unico que le quedaba, y lo unico tambien que podia sostenerla en su lugar, en el lugar que corresponde a toda mujer de bien, de dignidad que no claudica ante un tonto y falso oropel, cuando la vida no es oro y alegria, sino dolor y crudeza, falsedad y algo mas que ella no queria analizar porque lo temia... -- Diviertete mucho -- dijo la <>, dandole el ultimo abrazo --; comulga mas, y no olvides a Santa Gema, que tanto te protege. Mary asintio en silencio, devolviendo con ansia el abrazo. Mas tarde, cuando en compania de muchas de sus discipulas y companeras de fatigas, se vio ante el tren que habia de conducirla a la querida tierrina, dijo alguien, sonriendo con picardia: --Todo esto lo hubieras cambiado por una sola despedida. Mary se encigio de hombros. --Ahora solo pienso en llegar alli. --?No llevas recuerdos? --Los vuestros, muy gratos. --?Nada mas? Mary se encogio de hombros. --No debo llevar mas. Es impropio de mi lo contrario. Y como el tren habia advertido que la marcha se hallaba proxima, Mary subio al vagon, asomando luego la cabeza rubia por la ventanilla. --Adios, queridas. Nada respondieron. !Dolia tanto verla marchar! --Hasta octubre -- dijo Pili, limpiando una lagrima. --Hasta octubre. Y como el tren se perdia lentamente, solo se vio la mano larga y fina que, temblorosa, se alzaba diciendo el ultimo adios. Luego, la mole negra fue un puntito tenue, difuso en la lejania hasta que desaparecio camino de Gijon, donde Mary no contaba hallar la tranquilidad espiritual que tanto necesitaba para calmar su desasosiego y su congoja.

  • Amor contracorriente de Annabeth Berkley

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    La joven lady Allyson Connelly se miraba en el espejo con cierta inseguridad. Estaba en el salon de la modista a la que solian acudir al inicio de cada temporada. Podria decirse que le gustaba lo que veia. Su cabello rubio perfectamente recogido, el precioso vestido celeste que resaltaba el azul de sus ojos, los bonitos y comodos botines que le permitirian bailar toda la noche... Estaba satisfecha del resultado, sin embargo... sentia que le faltaba el aire. Madame Leonard, la solicitada modista francesa a la que la mayoria de la nobleza de Londres encargaba sus vestidos desde que se habia instalado alli hacia unos anos, la miraba extranada con varios alfileres sujetos entre sus finos labios. Era alta, delgada y su demostrada experiencia y los altos precios que cobraba daban la razon a la soberbia con la que se conducia. Miro la estrecha cintura de la joven. Estaba segura de que el corpino no estaba tan apretado como para no dejarle respirar, asi que no le presto mayor atencion. Allyson sintio como sus mejillas perdian el color y un sudor frio le recorria el cuerpo. Intento distraerse mirando a su alrededor. Las paredes forradas con papel en tonos claros, las lujosas telas de diferentes colores sobre una mesa alargada, varios espejos diseminados por la habitacion, estanterias con diferentes tocados que sobresalian de sus cajas, cajones a medio cerrar con vistosas plumas, abalorios y delicados encajes... --Crei que ya tenia pretendiente --comento Madame Leonard mientras se alejaba para dar el visto bueno a su diseno desde la distancia. --Y lo tiene --afirmo altiva y satisfecha lady Josephine Connelly, la elegante matriarca de la familia--. Esta temporada, Christine causara la misma sensacion que su hermana en la anterior. No tengo duda de ello. Josephine miraba a su hija mayor con el ceno fruncido, molesta porque aun no hubieran fijado la fecha de la boda. Si la modista sabia que tenia pretendiente, pero aun no se habia casado, lo sabria, sin duda, el resto de la alta sociedad. No comprendia el porque de su reticencia cuando el conde de Nokfolk era tan buen partido para cualquier joven casadera. --El delicado vestido de color petalo que han escogido, sin duda, hara que encuentre pretendiente tan rapido como su hermana --comento la modista sonriendo friamente a la joven morena de ojos azules a la que acababa de quitarle el elegante y decoroso vestido encargado para la fiesta. Allyson miro a Christine, su hermana un ano menor, que la miraba con los ojos brillantes, emocionada por su inminente presentacion en sociedad. Sin duda, estaria preciosa y mas que preparada para encontrar esposo. La mas pequena, Laura, rubia como ella y de ojos verdes, estaba sentada indiferente junto a su madre. Ella aun tendria que esperar un ano mas para su presentacion en sociedad, y no parecia que tuviera mucho interes al respecto. Allyson volvio a mirarse en el espejo. A ella se le acababa el tiempo. La falta de aire era cada vez mas acuciante. El conde de Nokfolk, el afortunado pretendiente al que sus padres habian aprobado, ademas de pertenecer a su clase social y ser correcto y educado, habia sido muy paciente con sus caprichos de retrasar la boda entre ambos. Ese ano la acompanaria en los bailes para confirmar la union matrimonial que todos esperaban que se fuera a producir en breve. Era un buen hombre y seria un buen marido, se dijo tratando de convencerse. --Allyson, por Dios, ?que te ocurre? --le pregunto alarmada su madre, notando su palidez y angustia, cada vez mas visible. Allyson cogio aire y lo solto con rapidez varias veces mientras se doblaba sobre sus rodillas. Christine y Laura fueron preocupadas hasta ella. Madame Leonard se acerco agitando un abanico de color crudo con su mano. Solo Josephine la miraba seria, levantado una ceja con frialdad. --Se... me pasara pronto.... --les tranquilizo Allyson con un hilo de voz mientras la modista le soltaba los lazos del vestido para quitarselo. --No creo que sea necesario arreglarlo --les comento Madame Leonard con firmeza--. Quiza la joven esta nerviosa. Josephine apreto los labios con fuerza, mirando cenuda a la mayor de sus hijas. --Probablemente --murmuro entre dientes. Allyson miro de reojo a su madre antes de desaparecer tras la cortina que servia de biombo para vestirse con su ropa de paseo. --Al ano que viene me tocara a mi ponerme otro de estos vestidos --comento la joven Laura pasando la mano por el vestido que Christine iba a llevar. Christine asintio, mirando risuena su bonito vestido. Sabia que todos la compararian con su bonita hermana mayor, pero afortunadamente ella no seria rival puesto que a su boda con el conde solo le faltaba establecer la fecha. Josephine no se movio de donde estaba hasta que no vio salir a Allyson vestida con su traje de paseo de colores crudos y visiblemente mas recuperada. Christine y Laura fueron hasta ella preocupadas. Allyson les sonrio evitando la mirada de su madre. --Muy bien, Madame Leonard --le comento Josephine a la modista mientras se dirigia a la puerta--. Espero que envie estos vestidos manana mismo, y el resto de los que le hemos encargado, en una semana. La mujer asintio satisfecha. Poco antes de empezar la temporada en Londres, recibia cientos de encargos que le permitian vivir muy holgadamente el resto del ano, cuando la alta sociedad solia retirarse a pasar la temporada de caza a sus segundas viviendas alejadas de la vida social de la ciudad. Justo antes de salir, se encontraron con lady Flanigan, una vieja conocida de la familia, que entraba con su hija, probablemente con la misma intencion con las que ellas habian ido. Era alta y ligeramente corpulenta, y llevaba un moderno sombrero sobre su cabello oscuro. Su hija, con el cabello un poco mas claro, parecia su joven reflejo. Las madres se saludaron con una afectuosa sonrisa. Las jovenes se miraron con curiosidad. No solian relacionarse entre ellas. --Supongo que nos veremos en la fiesta de lord Bondshire --comento lady Flanigan. Josephine asintio complacida. --Si, Helen, aunque tenia entendido que Josselyn ya habia encontrado pretendiente el ano pasado. La mujer sonrio asintiendo y manteniendo la mirada a su interlocutora. --Asi es, pero parece ser que tiene la misma prisa que Allyson por contraer matrimonio. Las dos jovenes aludidas se miraron y se sonrieron con amabilidad. Aunque recordaban haberse visto en alguna ocasion, apenas habian hablado entre ellas. Josephine miro al cielo, como si pidiera la paciencia que necesitaba para la incomodidad que le producia la situacion de su hija mayor. --Este ano debuta Christine. Ya lo tenemos todo preparado, y estamos seguras de que todo ira... mejor. Helen asintio con una sonrisa educada. --Te deseo la mejor de las suertes, Christine --miro a la ilusionada joven--. Mucho gusto en saludarlas. Josephine y sus hijas volvieron al carruaje que les estaba esperando al otro lado de la calle. Allyson se distrajo mirando a su alrededor. Las calles de la ciudad eran amplias y estaban limpias. Habia varias personas paseando distraidas. Todo le parecia que estuviera dentro de la normalidad a la que estaba acostumbrada... y de la que habia empezado a dudar. --Allyson, ?por que te detienes? Allyson miro a su madre sonrojada. Bajo la cabeza y fue hacia el carruaje justo cuando otro carruaje similar paro frente al de ellas. Un joven apuesto de cabello castano y ojos del mismo color bajo de el para saludarlas. --Lady Connelly, Christine, Laura, Allyson. Todas sonrieron y devolvieron el saludo al prometido de Allyson. --Es un placer haberlas encontrado. Ahora iba a ver a su esposo --les explico mientras Allyson se acercaba a el. --Madre, ?puedo irme con Robert? --pregunto la joven tratando de aparentar indiferencia. --No es buena idea, Allyson. Cualquiera puede veros... --Aun no es mediodia, madre --insistio Allyson. --Voy a una de las fabricas --le explico Robert, el conde de Nokfolk, serio--. Nada me gustaria mas que compartir el tiempo contigo, Allyson, pero quiza no sea buena idea... Allyson fruncio el ceno mientras hacia un entrenado mohin con los labios que le dedico a Robert y a su madre. --Siempre os quejais de que no pasamos tiempo juntos... Josephine entrecerro los ojos mirando a su hija mayor con desconfianza. Allyson evito su mirada fijandola en su guapo pretendiente, que miraba a su madre esperando un permiso. --Puedo quedarme esperando en el carruaje... --insistio Allyson con dulzura. --Yo cuidare de ella, lady Connelly, y en cuanto termine la diligencia que me lleva hasta alli, la acompanare a casa. Josephine asintio con un gesto serio, visiblemente molesta con su hija mayor. Allyson se despidio de su madre y sus hermanas sin perder mas tiempo y dedico a Robert una bonita sonrisa mientras subia al elegante carruaje con asientos de terciopelo en color verde oscuro. El joven la siguio al interior, sentandose frente a ella. La miro detenidamente mientras golpeaba con su baston el techo para indicar al cochero que se pusiera en marcha. Pocas veces conseguian estar a solas. --No esperaba que quisieras venir conmigo --le comento Robert, con mucha calma, casi arrastrando las palabras. Allyson se encogio de hombros, sintiendose ligeramente incomoda con su tono de voz. Sentia su mirada condescendiente sobre ella, como si todavia la estuviera evaluando para saber si seria o no una buena esposa, o como si estuviera dispuesto a reganarla si no hacia lo que el consideraba correcto. --Apenas nos vemos... --le contesto ella, suponiendo que era logico que pasaran algun momento a solas. --Tu madre ya no esta. No tienes que fingir delante de mi --le indico serio mirandola a los ojos. --No estaba... --?A quien trataba de enganar? Quiza Robert habia empezado a conocerla--. Nunca he visto una fabrica --le respondio compartiendo la verdadera razon por la que habia querido acompanarle. --Ni tienes por que verla --le explico con cierta frialdad, manteniendole la mirada. Allyson lo miro por unos segundos. Habia creido que Robert apoyaria sus inquietudes o le permitiria dirigirse con mas libertad que la que tenia en casa de sus padres. Quiza fueran imaginaciones suyas, pero en determinadas ocasiones, el le hacia sentir insegura y no era nada agradable sentirse asi. --?Por que no? ?Que habria de malo? --le pregunto mirando hacia la ventana para disimular su decepcion. --Ese no es un sitio para una dama --insistio Robert mientras el carruaje iniciaba un incomodo traqueteo debido al desgastado suelo de las calles por las que habian empezado a transitar. --Oh, vamos... --Allyson le miro impaciente. --Ademas, has dicho que te quedarias en el carruaje. Allyson le miro seria. Cierta tension se palpaba en el ambiente. Ella sabia que no debia llevarle la contraria, que debia mostrarse sonriente y sumisa, pero cada vez le costaba mas comportarse asi con el. --Allyson... --le recrimino molesto--. No se que esperas encontrar alli, pero no es como te lo imaginas. Las fabricas... --entorno los ojos con una mueca--. ?Que has estado leyendo? Allyson se sonrojo, pero no le respondio. Se limito a mirar por la ventana, dandose cuenta de que habian dejado muy atras el centro londinense. --?Donde vamos exactamente? --A una parte del East End... barrios obreros... tu padre se encuentra en una de las fabricas --Allyson se asomo por la ventana sin ningun reparo--. Allyson, esto no es un viaje de placer. Vuelve dentro. Allyson lo miro molesta. --Nunca he estado en un barrio obrero. --Y no vas a estarlo --le respondio serio--. Te repito que no es sitio para una dama. Pasaremos por el barrio, pero no nos detendremos. Allyson le mantuvo la mirada, pero cedio separandose de la ventana. De nada iba a servir enfrentarse con el, ademas de que seria algo imperdonable por su parte. --?Por que no? --susurro a reganadientes. --Allyson, no hay nada que quieras ver, creeme. Allyson lo miro extranada y molesta. Ella queria asomarse por la ventana. Por eso habia ido con el. Era algo que no se podia quitar de la cabeza desde que habia leido a escondida los ultimos libros de Charles Dickens. Le costaba creer que la ciudad que el describia fuera donde ella residia. Robert decidio cambiar el rumbo de la conversacion. Tenia claro que discutir con Allyson no llevaba a nada, ademas de que no tenia por que hacerlo. Sin duda seria una esposa perfecta cuando se acostumbrara a su verdadera posicion como condesa. La acaricio con la mirada. Era preciosa, quiza demasiado transparente en sus expresiones. --Crei que querias estar conmigo... a solas. Allyson se sonrojo consciente de la intimidad del momento. Estiro su espalda pegandose aun mas al asiento en el que estaba, como si pudiera poner mas distancia entre ellos. --Si, claro... --le respondio visiblemente incomoda mientras el carruaje se movia de manera mas abrupta al dejar totalmente atras las cuidadas calles de la ciudad. Miro a Robert. Era un buen hombre, guapo, distinguido, educado. Estaba casi convencida de que seria un buen esposo, pero no sabia por que le estaba costando tanto fijar una fecha para su boda. Sabia que era lo que un marido podia exigir a su esposa. La habian educado para ello. Estaba dispuesta a ser una esposa sumisa y obediente, aunque solo pensarlo le causaba cierta ansiedad. Los pocos y robados besos que el le habia dado en contadas ocasiones no la conmovian lo mas minimo ni mucho menos le interesaba repetirlos. Su madre le habia explicado, sin muchos detalles, lo que pasaba en la intimidad del dormitorio entre un hombre y una mujer, y no tenia ningun interes en experimentar el molesto momento. Lo peor era saber que no habia manera de evitarlo. Desvio su mirada sonrojandose ante sus pensamientos. Parecia que entraba un olor fuerte y desagradable por la ventana y Allyson saco un panuelo del pequeno bolsito que llevaba colgado de la muneca y se lo llevo a la nariz. Robert la seguia mirando detenidamente. --Allyson... ?buscabas estar a solas conmigo? Allyson lo miro ruborizada. Cierto desasosiego la invadio ?Por que insistia? Los ojos de Robert habian empezado a brillar. Realmente estaban los dos a solas. ?Lo veria como una oportunidad de acercarse a ella y besarla? No le apetecia en absoluto. --No digas esas cosas, Robert. Soy una mujer decente. Robert sonrio con arrogancia. Por fin parecia que Allyson se habia dado cuenta de que estaba en sus manos, de que dependia de el. --No dudo de que lo seas... --?Donde estamos? --le interrumpio con curiosidad acercandose a la ventana al ver que pasaban junto a unos edificios que no conocia. Robert le impidio que lo hiciera sujetandola por el brazo. --Allyson, no tienes por que ver esto. Se mantuvieron la mirada por unos segundos. La tension entre ambos fue mas que visible y parecia que ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. Robert se incorporo ligeramente sobre ella. Allyson se rindio. Lo tenia demasiado cerca. Bajo la mirada, sumisa y volvio a apoyarse en su asiento. --Si no querias estar conmigo a solas, ?Que pretendias con este viaje? --No lo se. Pense que podria ver a mi padre... --?Ahora? ?Tienes algo urgente que decirle? Una fabrica no es lugar para una mujer de tu clase. Te ruego que no bajes del carruaje cuando lleguemos. Puede ser peligroso. Allyson lo miro con cierta desconfianza. Sus palabras parecian sinceras y su tono de voz amenazador. --?Peligroso? ?Y por que mi padre viene todos los dias? ?Por que vienes tu? --Peligroso para una mujer como tu, querida --le respondio protector sin dejar de mirarla. Allyson asintio antes de girar la cabeza hacia la ventana. Estaba deseando ver lo que habia en las calles. Siempre habia vivido protegida, entre sedas y algodones, pero ultimamente tenia muchas dudas acerca de si su vida era real o era un espejismo en el que solo unos cuantos afortunados podian vivir. Robert se sento de repente a su lado buscando su contacto. Allyson se sobresalto y con rapidez se levanto de su asiento para ocupar el que el habia dejado libre. --!Robert, por favor! Robert hizo una mueca de autosuficiencia.

  • El vestido de Gala de Gemma Garcia Veiga

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    Navarro, doctora en psiquiatria, ha decidido que la rutina es necesaria para alcanzar cierta tranquilidad y mantener la incertidumbre a raya. La llamada inesperada del teniente Fernandez, Guardia Civil, pidiendole su ayuda y alegando que ella es capaz de resolver un caso, la sumira en una voragine de recuerdos, conversaciones y sentimientos del pasado que mantenia encerrados.
    Unas horas antes, una muchacha aparece vestida de novia, descalza, con las manos y los pies ensangrentados, caminando por la Gran Via de Madrid. Presenta un cuadro de estres postraumatico y un escaner revelara el infierno que ha sufrido. Tres dias mas tarde, otra joven, en identicas condiciones, es descubierta por un grupo de turistas andando por los jardines del Palacio Real.
    Navarro se enfrentara a su mayor desafio, no solo profesional, sino tambien personal. Tendra que solucionar sus propios conflictos y encarar el rechazo de otros agentes para poder resolver: el Caso de la Novia.
    Una novela que demuestra que no te puedes fiar de tus sentidos, que la mente es nuestro mayor enemigo, que mucho de lo que ves y oyes es una construccion manipulada por ella, que inventa tus recuerdos y que tus razonamientos son resultado de sus intereses.

  • Tan lejos… tan cerca de Kat Martin

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    Julie Ferris, una agente inmobiliaria ambiciosa y entregada a su trabajo, esta disfrutando de un dia de playa con su hermana Laura cuando el aire se carga con una energia extrana y casi imperceptible. Luego, bajo el ardiente sol de Malibu, el tiempo se detiene por completo.
    Ninguna de las dos hermanas puede explicar aquel dia “perdido”, ni los horribles dolores de cabeza y las pesadillas que le siguen, pero Julie lo atribuye todo al estres que sufre desde que el hijo de su jefe se hizo cargo de la agencia inmobiliaria Donovan.
    Patrick Donovan seria un gran partido si no fuera por su estilo de vida y su actitud de playboy. Un ataque al corazon causado por la cocaina lo pone al borde de la muerte, pero Patrick se recupera con sorprendente (y sospechosa) rapidez. Julie apenas lo reconoce: no parece el mismo hombre al que antano ella luchaba por resistirse. Puede que su extrana experiencia en la playa la este volviendo paranoica, pero tiene la sensacion de que algo no encaja.
    Mientras sus sentimientos por Patrick se intensifican, Julie descubrira como aquel dia en la playa enlaza su nueva felicidad con sus mas absurdas sospechas.

  • Escuela de senoritas St Margare de Kate L. Morgan

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    Era la primara noche navengado. A bordo del barco mas grande jamas construido, Trevor esperaba impaciente el comienzo de la velada. La gran escalinata principal era el corazon de la vida de primera clase. El SS Great Britain se elevaba majestuosamente a traves de cuatro cubiertas, y era la nina bonita de todos los buques que se habian construido hasta el momento, ya que era el primer buque de hierro propulsado por una helice. Era el primero con un doble casco, el primero con mamparas estancas, y el primero capaz de bajar todos los mastiles en caso de tener vientos de proa. El barco estaba equipado para viajar con todo tipo de lujo ya que tenia cuatro cubiertas, dos lineas de cabinas que daban a cubierta, y dos salones comedores, junto con veintiseis camarotes individuales, y ciento trece camarotes dobles de lujo. En ese viaje inaugural, estaba la flor y nata de la sociedad inglesa. Desde su rincon apartado y oscuro podia escuchar el sonido de la suave musica, y la risa de su tia materna que charlaba en esos momentos con el marques de Pooley, tambien con su esposa Kate: una rolliza mujer con una voz de soprano que resultaba bastante interesante. Una sonrisa amplia se dibujo en su rostro juvenil al contemplar el rostro de ella que mantenia la compostura como un soldado en el frente escuchando a su interlocutora. Tenia una vision perfecta del amplio vestibulo y de parte del salon que tenia las dobles puertas abiertas de par en par. Seguia el ir y venir de las mujeres que iban ataviadas con vestidos que brillaban, no solo por los fastuosos tejidos de lentejuelas, sino por las joyas que lucian sus cuellos y sus orejas. Tambien le gustaba observar a los hombres que vestian impecables trajes negros. Uno de los invitados que vestia de gris claro, le llamo la atencion pues resaltaba de entre el resto como una mosca en un tazon de leche. Llevaba el pelo muy corto y engominado hacia atras, y lo miraba todo con cierto desden. Le parecio que le disgustaba estar entre tantos politicos, banqueros y empresarios. --?Puedo sentarme contigo? Trevor se sobresalto al escuchar la voz infantil. Giro la cabeza, y desvio los ojos de los invitados a la aparicion: una nina que no debia de tener mas de nueve o diez anos. Poseia unas largas pestanas bajo unas perfectas cejas arqueadas que realzaban los brillantes luceros que iluminaban su delicado rostro. --No --fue su tajante respuesta, aunque ofrecida en voz baja para no llamar la atencion de los invitados. Trevor tendria que estar en su camarote y no sentado en la escalera, ni espiando tras los barrotes de la barandilla. --Yo tambien quiero mirar la fiesta --dijo la nina muy seria--. Hacen mucho ruido. Trevor penso que el verdadero ruido vendria despues, cuando las mujeres estuvieran ebrias y no pudieran controlar sus voces chillonas. Los hombres alzarian la voz para hacerse oir entre ellos, y la musica subiria al mismo tiempo de volumen. --?Donde esta tu ninera? --le pregunto impaciente. --No lo se --admitio en un susurro--. Estaba sola en mi camarote, he escuchado la musica, por eso me levante y vine hasta aqui... --El barco esta lleno de gente --contesto sin dejar de mirarla. La nina de ojos grandes parecia en verdad asustada. --?Puedo sentarme a tu lado? --insistio. Trevor solto un suspiro largo y termino aceptando. --Esta bien, pero no me molestes. La pequena se sento muy pegada a el, detalle que lo molesto. Trevor se aparto rapido, pero ella volvio a moverse para quedarse muy quieta a su lado, finalmente, el chico no se aparto de nuevo.--Me llamo Maggie --se presento la nina. Trevor volvio a mirar por la barandilla, como si hubiera dejado de interesarle. --Lo se. --?Como lo sabes? --quiso saber--. Yo no se quien eres tu. Ni Trevor pensaba decirselo. --Solo uno de los pasajeros de este majestuoso barco tiene nueve anos. Maggie lo miro asombrada. El chico era un adolescente, pero hablaba como un adulto. --Tengo diez --admitio franca--. ?Como te llamas? --le pregunto muy interesada. Trevor dudo en darle una respuesta porque no le gustaba relacionarse con ninos, y esa pequena se estaba convirtiendo en una pesada. Le gustaba observar a los invitados, y los analizaba. Le parecia un entretenimiento contemplar sus diferentes comportamientos. Lo que bebian, vestian, confesaban… --Me gustaria que se me conociera por el apellido de mi madre, Lafayette. La nina parpadeo al escucharlo. --?Es un apellido forastero? --siguio insistiendo. Trevor termino por sonreir, y Maggie se dijo que no parecia tan feo como cuando tenia el cejo fruncido. --Mi abuelo materno era frances --contesto confidente--, por eso mi madre se apellida asi. Margaret se quedo pensativa. --?Te llamas como tu abuelo y no como tu papa? ?No tienes papa? --fue el logico razonamiento al que llego la nina. Trevor la miro atonito. --!Por supuesto que tengo padre! Maggie no lo sabia muy bien, pero estaba segura de que todos los ninos querian llamarse como los papas y no como las mamas. --?Como se llama tu papa? --insistio. --?Por que quieres saberlo? Ademas, eso no es importante --respondio el otro en voz baja. --Pero a mi me gusta conocer los nombres de los papas de mis amigos. Trevor chasqueo la lengua. La nina era muy cansina. --Te recuerdo que no somos amigos --Maggie hizo una mueca confusa bastante graciosa. Si su padre y su madre eran amigos del papa del chico, entonces Lafayette era su amigo tambien--. Ese de ahi es mi padre. Los ojos de la nina se dirigieron hacia el lugar que el chico le indicaba, y entonces sonrio de oreja a oreja. --Nuestros padres si son amigos, mira --ella le senalo a su vez a los dos hombres que se daban un saludo fraternal. Era el padre de ella, y el hombre que el chico le habia senalado un momento antes. Trevor tenia ganas de quitarsela de encima porque en breve los invitados pasarian al salon, y el ya no podria continuar observandolos. --Puede que sean conocidos y no amigos --la rectifico. --!Claro que son amigos! Y yo quiero que seas mi amigo. --Las ninas como tu no pueden ser amigas de chicos como yo. Eso a Maggie le parecia una soberana tonteria. --?Eres demasiado importante como para ser mi amigo? --le pregunto de sopeton. Trevor la miro tras escucharla. --Ahora, no, porque no tengo edad suficiente para serlo, pero algun dia sere tan influyente como el marques de Lafayette. La nina medito en la respuesta de el. --?Ese marques es tan importante como nuestro rey? Trevor resoplo al escucharla. Esa nina jamas podria entender el motivo para que el quisiera ser como ese hombre. --Fue un importante militar --la nina lo escuchaba atenta--, ademas de un destacado politico frances. Y lo mejor de todo es que peleo por los Estados Unidos en la Guerra de independencia contra el Imperio britanico. --Ohhh --exclamo la nina asombrada. --Y era mi abuelo --declaro orgulloso. La nina lo miro con los ojos abiertos de par en par. Trevor se amonesto porque habia hablado con ella como si fuera una chica y no una nina, pero debia de admitir que era bastante bonita. --?Vas a ser un soldado como tu abuelo? --pregunto admirada. A Trevor se le hacia dificil relacionarse con las personas, pero sobre todo con las mujeres tras la muerte de su madre cuando era apenas un nino. Desde entonces nunca mantenia contacto con ninguna, salvo con su ninera a la que adoraba. --?Y tu que piensas ser de mayor? --le pregunto Trevor para cambiar de conversacion. La nina no se penso la respuesta. --Una domadora de circo --sonrio al mismo tiempo que respondia. los ojos oscuros de Trevor brillaron al escucharla. --?No quieres ser una princesa, princesa? --le pregunto burlon. La nina solto un suspiro largo y profundo. --No me gustan, y no soy una princesa --admitio sincera. Trevor no podia creer esa respuesta, ?que nina no sonaba con ser una princesa de cuento? --?Por que no deseas ser una princesa? --la pregunta le salio sola. --Porque todas tienen madrastras horribles --la nina se mordio el labio inferior en un gesto que a Trevor le parecio encantador. Esa era una gran verdad, penso Trevor. --Pero todos los cuentos de princesas terminan bien --contesto con una sonrisa porque le hacia gracia ver la expresion de la nina--. Con un principe azul rescatandolas. Maggie entrecerro los ojos con dudas, y meditando en esas palabras. --Mi papa dice que una verdadera princesa no necesita que un principe la rescate --confeso en un susurro--. Las verdaderas princesas son fuertes y valientes.

  • La Dama se decide de Veronica Lowry

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    Una decision traza una linea que divide un antes y un despues. A una decision se enfrenta nuestra heroina: con que hombre quedarse -el fortachon, el melancolico, el tierno, el astuto, el galante-, pero tambien debe decidir quien es y que hacer con su pasado.
    Emily Randolph trabaja en la Agencia de Detectives Essex: en poco tiempo se ha transformado en alguien indispensable para la organizacion. No solo lleva adelante la agenda y coordina las reuniones, sino que colabora activamente para la resolucion de los casos. Tambien se vincula con los agentes. Ademas, practica las mas diversas artes junto a sus companeros de trabajo: con uno aprende a tirar con un arma de fuego; con otro a abrir cerraduras; con otro mas, boxeo. A todos les tiene carino. Todos ellos, ademas, estan un poco enamorados de Emily que se decide y cree corresponder a uno.
    Sin embargo, cuando todo parece encaminado, cuando tiene trabajo, un departamento, nuevos amigos, se siente querida, quiere a alguien: entonces es cuando el pasado la llama. Un pasado que ha dejado atras, una vida aristocratica de la que ha renegado por la simplicidad de levantarse un domingo, cocinarse, pasear al sol por un parque publico. Es en ese momento, en que otra decision se le volvera inevitable.

  • Alas de confianza (Edentown 10) de Annabeth Berkley

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    Nora Reaves miraba orgullosa la fachada de la casa que habia comprado en Edentown. Tenia toda la confianza y la ilusion puesta en su nuevo hogar y en la reciente oportunidad que se habia dado a si misma para empezar de nuevo. Sus ojos azules brillaban iluminando aun mas su sonrisa Miro a su amiga que estaba junto a ella, como siempre que daba un paso adelante en la vida. Shelby Payne le cogio la mano en senal de apoyo. Su alegria y sonrisa eran sinceras. --Todo ira genial a partir de ahora, ya lo veras --le susurro Shelby--. Me alegro muchisimo de que estes aqui. Nora asintio con un suspiro de esperanza. Tomar la decision de salir de Nueva York no habia sido facil. Estaba acostumbrada a la seguridad que le daba su apartamento, a lo cerca que estaba la editorial que publicaba sus libros y a la proximidad del instituto de su hijo, pero nada de eso le habia proporcionado esa tranquilidad que tanto buscaba y que habia perdido desde que Doug comenzara las clases. Su complicada edad adolescente y los pesimos companeros que habia elegido como amigos le habian obligado a dar el paso de irse de la ciudad por miedo a que las cosas fueran peor de lo que ya estaban yendo. --Si --le respondio, reafirmando su decision--. Estoy segura de que todo ira bien aqui. --Esto es una mierda --exclamo un malhumorado adolescente rubio, de ojos tan azules como los de su madre, situandose a su lado. Las dos amigas miraron al chico que habia terminado de dar la vuelta a la casa seguido de Scott, el hijo de Shelby, de ocho anos y fiel escudero del que consideraba su primo. --?Como pudiste comprar esta casa? Es una casa de viejos --siguio refunfunando. Megan Saint James, la duena de la inmobiliaria a traves de la que habia hecho todas las gestiones, llegaba justo en ese momento con las llaves en la mano y uno de sus habituales vestidos largos y vaporosos que no disimulaba su avanzado estado de gestacion. --Tienes toda la razon --comento despreocupada por la queja del joven--, pero asi podras dejar la habitacion a tu gusto tras la reforma. Hola, chicas --le tendio las llaves a Nora--. Ahora si que es oficial, bienvenida a Edentown. Nora sonrio a Megan. La habia conocido en alguna de sus anteriores visitas a Shelby, y habia visto la casa con ella poco despues del fallecimiento de su anterior propietaria, madre de la administrativa del alcalde. Cogio las llaves y todos juntos fueron hacia la puerta. Ya sabia que a Doug no le habia gustado la idea de la mudanza. Se lo habia dejado claro muchas veces. Tambien suponia que no se lo iba a poner facil, aunque estuviera muy unido a Scott, pero queria pensar que solo duraria un tiempo y luego volveria a ser el nino carinoso y respetuoso que siempre habia sido. Doug tenia razon. El interior de la casa, aunque se veia limpio y cuidado, estaba muy pasado de moda y bastante abarrotado de muebles oscuros y voluminosos. --Todo esta sin tocar desde que Gertrud fallecio, ya te conte --les explico Megan abriendo las ventanas del salon para airearlo--. En menos de media hora vendra la empresa que Erin contrato para desocuparla totalmente. A primera hora de la tarde podras hacerte mejor una idea de como puede quedar. El agua y la luz no se dieron de baja, asi que no tendras problemas para instalarte cuando quieras. Nora asintio con una sonrisa. Habia seguido un impulso comprandola en cuanto Shelby le habia hablado de la posibilidad, sin dar opcion siquiera a que saliera a la venta y habia aprovechado para verla muy fugazmente en una anterior visita a su amiga. Pocas veces solia dejarse llevar por impulsos en las decisiones importantes, pero en ese momento lo habia visto como un regalo del cielo. El salon le parecia un poco pequeno, aunque junto a el habia una pequena habitacion que servia de trastero o de almacen y supuso que podria unirlos. Lo mismo haria con la cocina que pese a estar recogida y despejada, se veia tremendamente antigua. --?Quieres que avise a Cameron para que te haga la reforma? Supongo que querras hacer obras y Cameron trabaja muy bien. --Perfecto --acepto Nora, confiada y agradecida apoyando la mano en una de las paredes--. Si tiro esta pared podre comunicar la cocina y el salon --comento, ilusionada con la obra. --Cameron te resolvera cualquier duda --le aseguro Megan llevandose la mano a su abultado vientre. --?Te encuentras bien? --le pregunto Shelby. --Si, si --le respondio Megan--. Ha debido despertarse y se esta estirando. Las dos amigas sonrieron. Para ellas quedaban muy lejanos sus embarazos. Shelby se llevo la mano a su vientre y Nora la miro sorprendida, pero sin decirle nada. Subieron al piso superior donde habia solo un cuarto de bano y cinco dormitorios no muy grandes. Uno de ellos estaba lleno de posters antiguos, banderines de un equipo de beisbol y pompones de animadora. --Ya tengo ganas de empezar con las obras --les confeso Nora--. Quiza se pueda tirar alguna de estas paredes. Siempre he querido un vestidor con acceso desde mi dormitorio. --Pero si no tienes tanta ropa --le comento Shelby. Nora hizo una mueca. Llevaba tanto tiempo trabajando desde casa que su guardarropa dejaba mucho que desear. Mallas, leggins, camisetas, sudaderas y solo un par de vestidos que se habia comprado para salir con Stuart, el hermano de su editor, que habia sido su ultima y fracasada relacion. --Eso va a cambiar. Ahora los jueves acudire a las exposiciones esas que se hacen frente a la pizzeria o ire al Shamrock alguna vez. --?Cual sera mi habitacion? --le pregunto Doug entrando y saliendo de todas ellas con una mueca despectiva. --La que tu quieras, Doug, cuando el senor Cameron venga le puedes pedir que te haga lo que quieras en ella. --Con que me ponga conexion wifi me vale --le respondio--. Esto es una mierda. No se por que hemos venido aqui. Nora lo miro enarcando una ceja, amenazadora. --?Quieres que te repita las razones? Doug miro desafiante a su madre y luego bajo la mirada. No queria que Shelby las conociera, aunque sospechaba que las sabia pese a que no le habia dicho nada al respecto. --Vamonos abajo --le dijo a Scott. --Adolescentes --sonrio Megan justificando sus comentarios negativos. --Ya te tocara --suspiro Nora--. Sera mejor que nos vayamos y volvamos cuando este la casa vacia despues de comer. ?Puedes decirle al senor Cameron que venga a las cuatro? Megan sonrio. --Es solo Cameron, Cameron Lawrence --la corrigio mientras bajaban las escaleras--. Se lo dire y no creo que tenga ningun problema. Le dare tu telefono por si acaso. Nora se lo agradecio y siguio a las dos jovenes, satisfecha ante las nuevas perspectivas que la decision que habia tomado le ofrecia. Cuando Nora llego por la tarde a su nueva casa la encontro totalmente vacia y su aspecto le gusto todavia mas. Habia manchas en el papel de las paredes donde se habian apoyado los muebles, pero todo parecia mas amplio y limpio. Lamento que Doug se hubiera quedado en casa de Shelby, porque seguro que le hubiera gustado mas que antes verla asi. Volvio a recorrerla emocionada. Tenia muy buen presentimiento con respecto a esa mudanza. Confiaba en que todo cambiara para ellos. O por lo menos eso esperaba que sucediera. Queria volver a tener esa relacion de cordialidad que tenia con su hijo y que habia perdido desde que el empezo el instituto. Todo entre ellos se habia enfriado y tensado cada vez mas. Doug nunca habia sido muy influenciable, pero juntarse con los mas gamberros del instituto habia sido devastador, por lo menos para la relacion entre ambos. Ella lo achacaba a la falta de una figura paterna a la que imitar, y, por esa razon, se habia animado a salir con Stuart, despues de muchisimos anos sola, pero no habia funcionado. Ni siquiera habian pasado de la tercera cita. Nunca habia tenido suerte en el amor. Su novio en la universidad y padre de Doug se desentendio de ambos en cuanto supo del embarazo, y desde entonces ella no habia vuelto a abrir su corazon a nadie mas. Habia salido alguna vez con algun otro hombre, pero para ella lo unico que le importaba era su hijo, y que el estuviera bien atendido. Sus padres tambien le volvieron la espalda tras la noticia de su embarazo y habia tenido que dejar los estudios y ponerse a trabajar desde ese momento para que ni a su hijo ni a ella les faltara nada. Durante ese ultimo trimestre habia cursado la asignatura de literatura, algo que siempre le habia gustado, y en sus pocas horas libres habia empezado a escribir pequenos relatos. Con el apoyo incondicional de Shelby, companera de clase por entonces, se habia decidido a contactar con algunas editoriales y despues de un tiempo, mucho trabajo duro y bastantes noches en vela, habia conseguido vivir de sus novelas muy bien. Ahora solo rezaba para que su hijo se adaptara sin mayores problemas al instituto, aunque probablemente perdiera ese ano por sus bajas calificaciones. Sonrio al abrir uno de los dormitorios pequenos del piso superior. Quiza pudiera conseguir ese vestidor del que estaba decidida a disfrutar. Bajo al salon. Tenia muchas ganas de empezar con la obra. Vio junto a la puerta una esquina despegada del papel de la pared y no pudo evitar la tentacion de cogerla y tirar con fuerza para comenzar a quitarlo. La satisfaccion que sintio mientras lo hacia era indescriptible. Ilusion, satisfaccion, esperanza... dio un fuerte tiron. --Joder --exclamo malhumorado Cameron Lawrence, que entraba por la puerta en ese momento.

  • Pasion sublime (Sombras 2) de Kristel Ralston

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    Universidad de Yale. New Haven, Connecticut, Estados Unidos. Anos atras. --Solo unas copas mas, y nos largamos --dijo Dereck a su grupo de amigos y companeros de clase, mientras trataba a duras penas de mantenerse en pie. No recordaba cuantas botellas de cerveza habia bebido esa noche. Estaban celebrando el Ano Nuevo en el piso que pertenecia a la hermandad para mujeres Alpha Phi. Desde el dia en que recibio la carta de aceptacion de la Universidad de Yale, su cuadriculado y sencillo mundo cambio por completo. Paso de ser un adolescente que preferia aleccionar a su hermano mayor por insolencias y rebeldias, a un muchacho que disfrutaba la adrenalina de crear caos o pretender que tenia la capacidad de salir ileso de cualquier situacion. Dereck era habil con las palabras, y su exito en clases lo demostraba, pero su cerebro tenia tambien gran habilidad numerica. Sin embargo, fue su ego, en esos anos de estudio para ser abogado, que lo llevo a creer que poseia la destreza infalible de adquirir deudas de juego demasiado elevadas, y poder pagarlas sin mayores complicaciones. Gran error, porque ahora estaba buscando la forma de solucionar el embrollo en el que se habia metido. Para iniciarse en las mesas de Poker clandestinas, puesto que su billetera era ajustada, el hizo un prestamo bastante cuantioso. Sus ganancias durante las primeras rondas fueron impresionantes, y luego lo empezaron a ser tambien sus perdidas. El autocontrol volo por los aires, porque lo que habia enganchado a Dereck a las mesas de juego eran la euforia y la emocion de ganar. Esa satisfaccion que se volvia mortalmente seductora cuando se llevaba una buena racha. Ahora, el tenia que pagar casi ochenta mil dolares para sacarse de encima a los prestamistas o iba a terminar molido a golpes, mas pronto que tarde, en algun sitio de la ciudad. El dinero prestado, y tambien el ganado, habia sido repartido entre paseos con sus amigotes de Yale, fiestas, bebidas y un automovil. Si tenia dinero, ?por que no disfrutarlo un poco? El mayor de los Toussaint, Ryder, estaba tratando de resolver su propia vida incursionando en Wall Street, y Dereck jamas iria a contarle sus problemas. No tenia complejo de hermano menor en apuros. --Oye, Toussaint, no seas aguafiestas --replico Justin Nader, el mejor amigo y compinche de juergas--. Por cierto, ?cuando piensas acercarte a la hija de el Senador? Estas perdiendo el tiempo mirandola a la distancia. La musica estaba sonando, y las conversaciones en voz alta parecian el unico modo de hacerse escuchar. Si habia alcohol y buen ambiente, pues nadie se quejaba del alboroto o de los usuales adornos que caian al piso haciendose trizas o las constantes idas y venidas de parejas (no necesariamente monogamas) que subian al primer piso para aprovechar las habitaciones de la residencia Alpha Phi. --No es una conversacion banal --contesto, mientras apoyaba el hombro contra el marco de la puerta. Se llevo la botella de cerveza a la boca y la termino en pocos tragos. Miro alrededor para cerciorarse de que nadie hubiera escuchado la pregunta del imprudente de Justin--, y sera mejor que se lo recuerdes a tu bocaza, porque tengo mucho en juego. --Se que hay mucho sobre la mesa, si --replico Justin, consciente de que habia sido el, el artifice para que Dereck conociera las partidas de Poker ilegal en la ciudad. --Ademas, como bien dices, ya se en donde esta ella. Apenas termine esta cerveza, me acercare para hacerle conversacion. Mi proxima movida sera encontrarmela "de casualidad" en el edificio de la facultad y de ahi surgira algo. --Tienes solo un par de semanas para pagar ese dinero --dijo Justin en tono quedo. Con su cabello rubisimo y ojos celestes tenia un parecido al actor Devon Sawa en sus epocas juveniles. Solia ser el que propiciaba las juergas en la facultad. --No necesitas repetir lo obvio --replico Dereck con fastidio. El Senador era el apodo del hombre que estaba detras de la operacion de prestamos y cobranzas en los sitios que se organizaban las partidas de Poker, no solo para estudiantes, sino para el que le diese la gana de entrar a la mesa, y tuviera reputacion de no hacer trampas. Su hija, Tanya, iba dos anos detras de Dereck en la carrera, y este ultimo necesitaba ganar la voluntad de la muchacha para acceder a una reunion privada con el Senador y solicitar un plazo para el pago de la deuda. Dereck llevaba algunos dias tratando de hallar la forma de aproximarse a Tanya sin parecer subitamente interesado, y no era en vano que estuviera en esa fiesta de la hermandad Alpha Phi. ?Sabria la chica, lo que hacia su padre para ganarse la vida? Aquello era un misterio para Dereck. --Vaya, vaya, tus planes van a mejorar o cambiar, porque la chica que te interesa parece haber decidido ejercer sus tareas de anfitriona y viene hacia aqui --replico Justin de forma subita. --Supongo que el universo conspira a mi favor --dijo Dereck con una mueca. --Creo que la hemos pasado mejor aqui, que si hubiesemos ido a la fiesta de los idiotas de nuestra fraternidad --dijo Justin dandole una palmada en el hombro. --A ver que tal nos va --farfullo Dereck. No era la situacion ideal, porque no le gustaba utilizar a otras personas, pero en esta ocasion parecia ser la unica salida para negociar su deuda sin intermediarios. No se podia llegar a el Senador sin sus esbirros como mediadores, lo que implicaba que un par de matones se encargaran de dar una paliza al deudor. Dereck no tenia interes en perder clases, y llevar varias semanas cabestrillos o muletas. La informacion de que el Senador tenia una hija en la facultad de leyes de Yale, la encontro Justin. Su mejor amigo era un genio informatico y podia conseguir datos encriptados de la dark web sin problema. A juicio de Dereck era lo minimo que podia hacer, despues de haber sido el culpable de llevarlo a las mesas de juego. Dereck, con sus resplandecientes ojos azul claro y el espeso cabello negro, era el equivalente a un joven veinteanero con apostura, seguridad innata y sentido aventurero. Despues de su duro inicio en la vida, lo que menos le apetecia era regresar a ese estado de carencias. Estaba dispuesto a todo con tal de salir de ese embrollo. --Esta es la primera ocasion que te veo en la casa Alpha Phi --comento la suave voz de Tanya, mirando a Dereck, y refiriendose a la preciosa propiedad en la que residian las chicas de la hermandad--. Lo digo, porque soy la encargada de llevar la lista de invitados. No sabia que eras amigo de mis companeras. El se rio, y cruzo los brazos, haciendo que sus musculos resaltaran sobre la camisa azul marino. Todas las chaquetas estaban guardadas en el ropero, y el interior estaba perfectamente adecuado con la calefaccion. La madrugada tenia como componente principal una fuerte nevada. El frio exterior garantizaba que la fiesta iba a extenderse hasta las primeras horas de la madrugada, pues nadie queria salir en plena oscuridad a tratar de encender automoviles o pagar un taxi. --?Feliz Ano Nuevo? Creo que es una frase propia de este dia --replico con una media sonrisa. Viendola mas de cerca Tanya no la clase de mujer que deslumbraba, pero si provocaba ganas de pasar un buen rato a su lado. Llevaba un vestido rojo ajustado a unas curvas modestas, y el cabello negro azabache le caia en cascadas por la espalda. --Oh, es cierto --replico ella--, !feliz ano nuevo! --Se acerco y le dio un abrazo--. Como lo he hecho todo del reves, pues ahora toca presentarme --extendio la mano pequena y de unas pintadas de rosado--, soy Tanya Hatty. --Dereck Toussaint --dijo el estrechandole la mano con firmeza--, y creo que te he visto en la facultad de leyes. Ella asintio. --Si, quiza por eso te me hacias algo conocido --replico--. ?Te dieron un tour por la casa? --pregunto en tono de flirteo. Aquella era una invitacion abierta a que la acompanara a su habitacion, y pretendia dejarlo muy claro. --No sabia que era una de las posibilidades --contesto el de buen humor. --He notado que me has estado observando esta noche, asi que decidi cortar el tema visual y acercarme. Despues de todo soy una de las anfitrionas de la fiesta. Dereck esbozo una sonrisa cinica. --Jamas me atreveria a contradecir a una dama --dijo haciendole un guino --, en especial una tan guapa. Tanya se rio. Su tono era suave, pero su risa, chillona. A Dereck le fastidio, pero sabia que ella era un medio para un fin que, a diferencia de otros casos, podia salvarle el pellejo. Ya habia aprendido su leccion, y si lograba salir de este embrollo financiero no volveria a pisar una jodida sala de Poker, legal o no. --Entonces, ?vamos a hacer ese tour por la propiedad? --pregunto ella. Dereck preferia conquistar a ser conquistado, y no tenia que ver con los consabidos tintes machistas, sino porque era su naturaleza. No en vano intentar ganar casos legales era su mayor interes. Le gustaba encontrar las causas, recoger testimonios, investigar, defender, conquistar y ganar. Estaba en sus venas. Que Tanya se sintiera atraido por el y hubiera tomado la iniciativa, le haria el camino mas facil cuando le planteara la posibilidad de una reunion con el Senador, y cuyo nombre legal era Charlie Hatty. Imaginaba que la muchacha creia la fachada de Charlie ante la sociedad, en la que se presentaba como un agente deportivo. --Te hago una contrapropuesta --le dijo en tono encantador--. ?Que te parece si mejor, en la tarde cuando estemos repuestos de la fiesta, te invito un cafe? Le parecia una pesima estrategia acostarse con ella, y luego perderla de vista. Queria acercarse a Tanya hasta ganarse su confianza, y despues conseguir su objetivo. --Ah, me gusta la idea --sonrio con coqueteria. --Eso no implica que deje de interesarme conocer tu habitacion mas adelante, y quiza en un escenario menos congestionado --replico Dereck, porque no queria que ella pensara que estaba rechazandola. Herir el ego de una mujer que tomaba la iniciativa era un suicidio estrategico, y el no tenia espacio para equivocaciones. --Quiza --replico Tanya. --Dame tu numero telefonico. --Ella asintio y asi lo hizo--. Ya me marcho. --?A las dos de la madrugada y en plena fiesta? --pregunto ella. --Aunque hace un frio de mierda afuera, prefiero irme ahora con mis amigos, porque tenemos el automovil disponible, y uno de nosotros, que no soy yo, no esta pasado de tragos. -- Se inclino hasta dejar su boca cerca de la oreja de Tanya, y agrego--: Nos vemos manana. Te escribire. --Asi lo espero --murmuro ella. Cuando sintio el temblor que recorrio a la muchacha, Dereck sonrio para sus adentros. Conquistar a una mujer se le daba muy bien, y el siempre se salia con la suya. No recordaba una ocasion en que hubiera recibido un "no" como respuesta. Horas mas tarde, cuando Dereck tenia suficiente cafeina en el cuerpo para revivir, vio a Justin entrar en la sala del apartamento que compartian a pocos minutos del campus. Ambos eran companeros de fraternidad, pero habian optado por vivir fuera de ella. Pertenecian a Alpha Delta Phi. --Tengo una buena y una mala noticia --anuncio Justin. Llevaba en la mano una bolsa de una conocida cafeteria de la ciudad, y de la que era propietario. El y su familia tenian importantes negocios de comida repartidos en la costa este del pais. A veces, Dereck no entendia la tendencia de su mejor amigo de meterse en lios ridiculos. Dereck aparto la mirada del ordenador. Su hermano mayor acababa de enviarle un correo electronico con una propuesta para que se uniera al equipo legal de la compania apenas se graduara en Yale. Le estaba ofreciendo un cargo en el que podia practicar todo lo aprendido y desenvolverse en el ambiente corporativo vinculado al manejo de fondos de inversion. No solo eso, sino que iba de la mano de una paga estupenda. Claro, para graduarse todavia le quedaban algunos meses por delante. --Dime la buena primero --replico Dereck, apoyando la espalda en el respaldo de la silla giratoria, y cruzandose de brazos. Justin se rio, porque sabia que su amigo podia ser cinico, pero intentaba a toda costa de buscar el lado positivo de las desgracias. --He encontrado otra forma de salir del territorio de el Senador, y pagar tu deuda --dijo sacando un cruasan y llevandose medio trozo de una sola vez a la boca. Mastico un poco, y luego agrego--: Aunque requiere una estrategia similar. --?A que te refieres? --Ya que no aceptas que te haga yo un prestamo... --No quiero deberte nada, idiota, conozco que pretenderas que sea tu adepto seguidor en tus chorradas, asi que no --interrumpio Dereck, y Justin se carcajeo. --En todo caso --se encogio de hombros--, yo conozco a un abogado muy importante que necesita alguien a punto de graduarse para hacer practicas en su firma legal. El es amigo de mi familia, y gracias a quien obtuve la carta de recomendacion que me hacia falta para entrar en Yale. Si le refiero tu nombre te va a dar la oportunidad de trabajar en su oficina. --?Y por que no tomas tu esa oportunidad? --pregunto Dereck. --Porque no me interesa el derecho corporativo, sino el derecho penal, ya lo sabes --replico limpiandose la boca con el dorso de la mano. --No se en que me beneficia pedir un trabajo si el total del dinero no me lo van a pagar como si fuese una bonificacion. ?Eres idiota o que te pasa? Justin agarro la cafetera, y se sirvio en una taza un poco de cafe. --Este abogado, Byron Ashford, tiene una debilidad. --Dereck odiaba cuando Justin empezaba con sus frases a medio decir como si fuese un jodido escritor de thrillers--. Se trata de su unica hija. --A veces no se por que te considero mi amigo, Justin, de verdad. ?Que crees que es una ruleta rusa o tienes complejo de guionista barato? Justin se rio y se sento en la silla frente a la de Dereck. --El asunto es que tu ya conoces a la hija del amigo de mi familia, porque curso las primeras materias de leyes con nosotros, pero luego se retiro. Y ese fue un duro golpe para Byron. Nada le gustaria mas que convencerla de regresar a la carrera o al menos que trabaje con el en la firma legal. Dereck estaba empezando a perder la paciencia. --Termina de desarrollar la "buena noticia" --dijo Dereck con tedio. --Bien, bien, a lo que iba. Da la casualidad que la hija de Byron trabaja en Meets & Coffee, mi cafeteria en el centro de la ciudad, y hoy revise los turnos de los camareros, y ella esta en la lista supliendo a una de sus amigas que llamo a excusarse. --?Y? --Si logras convencer a Cassidy Ashford de trabajar en las oficinas de su padre, Byron te abrira las posibilidades que quieras en su compania. Y eso incluye hacer un anticipo salarial. El dinero le sobra, pero su hija es lo mas preciado. Quedara muy agradecido al notar que tu influencia en ella, como amigo, consigue lo que todos estos anos el no ha podido. Los hombres como Byron, dedicados a la familia, tienen un punto debil, y consiste en que su descendencia aprecie el legado que pretenden dejar, mas no evadirlo como Cassidy. --Tengo solo cinco semanas para pagar ochenta mil dolares. ?Como cojones piensas que voy a convencer a una mujer adulta de hacer algo que no le interesa, y por lo que renuncio a toda una jodida carrera en Yale? Esta idea tuya, exactamente como la de Tanya, es igual de estupida. A veces no se por que mierda te escucho. --Ejem --dijo carraspeando--, esa es la buena noticia. Ademas, no tiene que regresar a la carrera de leyes, sino aportar con sus conocimientos en la firma legal. A Byron le dara igual lo que haga con tal de que deje de trabajar en mi cafeteria. --Despidela. Justin se echo a reir. --Cassidy y yo somos amigos, por supuesto, asi que jamas le haria algo asi. --?Por que no la convences tu si sabes que te ganarias la voluntad, por ti mismo y no por influencia de tu familia, con el abogado ese? --Porque no me interesa el derecho corporativo, ?estas sordo, Toussaint? Dereck lo miro con fastidio. Necesitaba encontrar un modo de conseguir ese dinero sin comprometer su lealtad con sus amigos. Muchas amistades se perdian por cuentas mal hechas o faltas de pago. --Iluminame, Justin, ?cual es la mala noticia?

  • Stop de Frank Conroy

    https://gigalibros.com/stop.html

    Publicada por primera vez en 1967, Stop-Time fue reconocida rapidamente como una obra maestra de la autobiografia norteamericana. El emocionante relato de Conroy transita entre trabajos peculiares, amistades perdidas, sorprendentes aficiones, amores primerizos o la temprana muerte del padre, un acontecimiento que acelera el fin de su infancia. El joven Conroy debera crecer en un hogar en el que la precariedad economica, los traslados por trabajo y el desorden general estan a la orden del dia. Frente a esa dura situacion, Stop-Time se erige en un canto a la amistad, a la vida en libertad, que seran los dos principales apoyos con los que Conroy se enfrentara al devenir de los acontecimientos y lograra salir adelante. Con esta obra, Frank Conroy firmo un libro que retrato con profundidad narrativa la sociedad norteamericana de los anos cuarenta y lo dio a conocer en el mundo literario como un escritor excepcional.

  • Requiem por un amor de Isabelle Cruz

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    Y tu, ?que serias capaz de olvidar por amor? ?Serias capaz de perdonar la traicion al amor de tu vida?

  • El gran juego de Leticia Sanchez Ruiz

    https://gigalibros.com/el-gran-juego.html

    Misterioso, callado y taciturno, de Jorge Perotti se decia que habia heredado una gran fortuna. Sin embargo, ninguno de los parroquianos que lo saludaban todos los dias en el bar de la calle La Luna habia intimidado demasiado con el. Su unica amiga era una nina de diez anos, hija de los propietarios del bar, a quien el llama!ba tiernamente Cucurucho. Cuando Perotti murio, ya centenario, sus ultimas palabras fueron: <>. Y el Gran Juego es la herencia que dejara a la pequena Cucurucho: una serie de pistas encadenadas que la nina debera resol!ver en compania de su hermano mayor, Cosme, y que a la postre se convertira en la gran aventura de su vida.

  • Un asesino seducido (Atraccion peligrosa 2) de Alina Covalschi

    https://gigalibros.com/un-asesino-seducido-atraccion-peligrosa-2.html

    Segunda entrega de la trepidante serie de Alina Covalschi, <>.