• Si te atreves, amame de Olga Salar

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    ?Se atreveran a arriesgar de nuevo o el temor a sufrir los separara?

  • Jamas te olvidare (Generacion 2) – Elisabeth M.S de Elisabeth M

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    SEGUNDA ENTREGA DE LA TRILOGIA GENERACION SINOPSIS: Minerva es una guerrera del rock. Conocida por su caracter fuerte, extrovertido y poco corriente. Al superar una de las etapas mas complicadas en su vida toma la decision de terminar con su pareja. No podia seguir manteniendo una relacion de excesos, toxica y carente de amor. Dominik es un tecnico de sonido notable. Un tipo tranquilo, sensato y enamoradizo. Cuando ve a Minerva por primera vez en el escenario queda hechizado. Su embrujo le conduce a perseguirla para conseguir fundirse en el calor de sus brazos. ?Lograra Dominik seducirla? ?Podra Minerva volver a enamorarse?

  • Humeda de Francisco Correa

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    La distancia es el olvido, o por lo menos eso es lo que dicen, y esa es la esperanza que tiene Alicia, al emprender un crucero solo para solteros, valga destacar. Lo ha hecho por la insistencia de sus amigas, que no dejan de alentarla para que se olvide de las terribles circunstancias que le han sucedido durante los ultimos anos. Mientras se dirige en taxi al aeropuerto para tomar un vuelo, que la llevara de Madrid a Bari en Italia, donde se encuentra el puerto para abordar el crucero, no puede evitar recordar todo lo que sufrio por culpa de un supuesto amor. Uno que, en vez de sumar, le resto, le rompio el corazon y la autoestima en mil pedazos, y que ella no supo terminar a tiempo, de no ser por la intervencion de sus grandes amigas Lucia y Rocio. Le parecia increible que, lo que habia comenzado como una bonita relacion llena de amor y detalles, se habia convertido en un infierno. Alicia conocio a Sergio hace mas o menos tres anos, cuando ella comenzo en un nuevo trabajo en una compania de publicidad, y el tambien trabajaba alli hacia ya dos anos. Era un hombre muy guapo, alto, rubio, con muy buen cuerpo, unos ojos color avellana muy grandes y unos labios delgados, pero con una sonrisa que a cualquier mujer hacia temblar. Siempre se mostraba considerado, la ayudo a ponerse al dia con los clientes y sus requerimientos. Una maravilla, o por lo menos eso parecia. Empezaron a compartir almuerzos, y salir de copas los viernes con companeros del trabajo. Se enfrascaban en largas conversaciones de las series de moda, peliculas de estreno, musica y libros. Tenian tambien en comun, ser hijos de padres divorciados y tener dos hermanos cada uno. Al paso de los meses, comenzaron a quedar para recorrer los sitios turisticos de Madrid, porque el era de Barcelona, y con el trabajo apenas la habia quedado tiempo en dos anos para conocer mejor la ciudad. Recorrian juntos El Retiro, pasando las tardes de domingo juntos, o salian de copas el sabado por la noche. Nunca surgian insinuaciones romanticas de ningun tipo, solo disfrutaban el tiempo juntos. Habia mucha complicidad entre ellos y eso se notaba. Ella continuaba saliendo en citas con algunos chicos, pero nada pasaba a mayores, en realidad tenia bastante tiempo sin tener una relacion, ni siquiera de sexo ocasional. El salia con chicas muy guapas, rubias con piernas interminables, con porte de modelo, ese era el tipo de mujeres que le gustaban a Sergio. Nada que ver con ella, que era guapa, no porque ella lo sintiera asi, si no, porque la gente solia decirselo. Alicia es de piel morena clara, con cabello castano abundante y con unas ondas naturales muy bonitas, ojos verdes con unos toques amarillos, labios carnosos, no muy alta y con curvas. Pero el problema no era la percepcion de los demas, el problema era su propia percepcion. No tenia muy alta autoestima, siempre se sintio la chica fea. Ella preferia pasar el tiempo leyendo, sacando buenas calificaciones y destacar en el ambito laboral, que dedicarse horas y horas como lo hacian sus amigas para arreglarse, ya que, segun ella, no tenia "arreglo". Con el paso de los anos comprendio que era guapa, porque los chicos siempre querian salir con ella, y aparentemente supero todos los complejos que habia tenido en la adolescencia. Pero luego se dio cuenta que no habia sido asi, nunca los supero del todo. Un dia despues de una semana dificil en la oficina, Sergio invito a Alicia a las acostumbradas copas de los viernes. Pero esa semana todos estaban complicados con otros compromisos, y fueron solo ellos dos. Alicia que no solia tomar mucho alcohol, se tomo tres gin-tonic, y se sentia un poco achispada. Despues de tantos meses de sequia sexual, nunca habia sido una mujer con un apetito sexual muy grande, pero, ya mas de seis meses era mucho. Y para que negarlo, Sergio estaba muy bien. El por su parte, siempre habia visto guapa a su amiga y companera de trabajo. Pero no queria estropear la relacion que tenian, por un simple revolcon de una noche. Pero esa noche habia algo que fluia entre los dos, una energia que no se podia describir con palabras. Algo de lo que mas adelante, ambos se arrepentirian. En el lugar donde se encontraban pusieron una cancion que le encantaba a Alicia, ella lo invito a bailar, y el la tomo por la cintura, ella paso sus brazos por el cuello de el, quedando bastante cerca. Podian oler la fragancia uno del otro. El le paso los labios por el lobulo de la oreja, buscando proximidad, ella giro el rostro y le dio un beso suave, primero, sin abrir la boca. Luego se besaron con ganas. Se marcharon juntos al piso de el. Nada mas al entrar, se quitaron la ropa y tuvieron por primera vez un encuentro apasionado que los dejo sin aliento. Ambos se sentian muy bien, ella se quedo a dormir y a la manana siguiente repitieron. Se dieron cuenta que no habia sido un polvo de una noche, querian mas. Las cosas fueron fluyendo, convirtieron su vida en una rutina. Asistian al trabajo, compartian almuerzo y luego salian en el coche de el. Iban al piso de ella, pedian algo para cenar, veian alguna pelicula, hacian el amor y luego el, se marchaba a su piso. Trataban de que en el trabajo no se enteraran de la relacion que tenian, no querian que se prestara para rumores o malas interpretaciones, por lo menos hasta que no estuvieran seguros, que querian algo mas serio. Llevaban casi seis meses con la relacion, cuando Sergio decidio lanzarse y pedirle a Alicia que se mudara a su piso, ya que, segun el, era mas grande y mas cerca de la oficina. Alicia acepto sin pensarlo mucho. Se mudo al piso de Sergio con mucha ilusion y muchos planes, en ese momento ella ya estaba enamorada hasta la medula de el. La vida en comun comenzo siendo un lecho de rosas, compartian gastos porque ella habia insistido, el no se lo tomo muy bien, porque decia que, "el hombre debe ocuparse de todo lo de su mujer". Esta era la primera senal de alerta. En la oficina, ya todos estaban al tanto que estaban juntos, y eso no suponia ningun problema. No habia reglamento que se los impidiera, ambos cumplian con sus trabajos de manera eficiente. Al llegar a casa se amaban, y en la cama se complementaban muy bien, Sergio era buen amante y ella hacia lo posible por complacerlo. Aunque algunas cosas no terminaban de gustarle, ella aceptaba. Como el hecho de que siempre el tenia que tener el control, habia momentos en que el la azotaba y eso no la ponia muy caliente. Le encantaba ver porno, eso si lo veia solo, parecia obsesionado, hubiese preferido que la dejara a ella poner en practica todas las fantasias que tenia. Cada vez, que esta se lo mencionaba, le decia que una mujer decente no hacia esas cosas. Segunda senal de alerta. Pero lo que desencadeno el desastre, ocurrio al ano de estar viviendo juntos. En la oficina quedo vacante el puesto de gerente de cuentas, por el que se encargaba de supervisar a todos los publicistas del departamento, y se tomarian en cuenta a algunos de los chicos y chicas, que ya contaban con experiencia en la compania. Era de suponer que tomarian en cuenta el tiempo que estuviesen trabajando, los estudios, es decir, varios factores. Sergio contaba con mas experiencia en el area, en la empresa y estudios de postgrado en negocios, que lo hacian el candidato por excelencia para el puesto. Por su parte Alicia, tambien era especialista en marketing digital y hablaba ingles, frances e italiano. Habia hecho un master en negocios y lo mas importante, era muy accesible a las personas. Caso contrario de Sergio, que tenia un caracter un tanto dificil. Los directivos de la empresa se decidieron por Alicia, cosa que aparentemente no molesto a Sergio, que se mostro feliz por el nombramiento de su chica. Para Alicia, como era logico, le aumentaron el sueldo, le dieron un despacho para ella sola y le asignaron una secretaria, un cambio total en las condiciones de trabajo, y bien merecidas. Pero lo mas importante que cambio en la vida de Alicia, fue su relacion de pareja. A los pocos dias de estar en el cargo, la agencia gano un cliente muy importante que significaria miles de euros. Ella tenia que asignarle la cuenta al creativo con mas experiencia, y se decidio por Sergio. Alicia se reunio con el cliente y con Sergio, para definir la estrategia promocional de un nuevo producto. Durante la reunion, Sergio se mostro prepotente, llevandole la contraria a ella en todo lo que mencionaba. A lo que reacciono dejandole en claro y de manera muy profesional, que la que tomaba las decisiones finales en cuanto a la campana, eran ella y el cliente. Eso lo tomo de muy mala manera. Esa tarde ella se marcho sola a casa, porque el desaparecio de la oficina. Aparecio a eso de las dos de la madrugada, muy tomado y la desperto. -- Sergio, ?Que ha ocurrido? ?Por que vienes borracho? -- Le pregunta Alicia. -- ?A ti que te importa? ?O tambien tu decides cuando puedo beber o no? -- Le responde Sergio con altaneria. -- No carino, no quise decir eso. Solo que me extrana, porque tu no sueles beber. ?Vamos a dormir vale?, que manana tenemos que madrugar. -- Cierto, si no mi jefa me puede correr del trabajo. -- Dice de nuevo con sarcasmo. -- Sergio, dejalo ya, ?si? -- ?Y si no lo dejo que? -- Le grito con violencia, tomandola del cabello. -- Ya carino, esta bien… Esta bien. -- Dice Alicia llorando y tratando de zafarse del agarre. Sergio parecio reaccionar y la solto, se dio cuenta de lo que habia hecho y le pidio disculpas. Se fue al bano y se dio una ducha, al regresar se acosto a dormir como si nada habia pasado. Tercera senal de alerta. Alicia se volteo dandole la espalda y lloro todo lo que restaba de noche, sin poder pegar un ojo. A la manana siguiente, el le pidio disculpas de nuevo, diciendole que no sabia que le habia pasado, que no volveria a ocurrir. Que era un imbecil y que la amaba muchisimo. Ella, como una tonta lo perdono, y pasaron unos cuantos dias de relativa tranquilidad. No digamos felicidad, porque despues del episodio de la borrachera, algo como que se comenzo a resquebrajar entre ellos. Alicia hacia lo posible por pedirle las cosas en el trabajo, de una forma que el no se sintiera disminuido. Tampoco es que ella tratara mal a nadie, pero es que a la menor diferencia en el plano laboral, el se ponia como un monstruo. Cosa que estaba haciendo que la gente comenzara a hablar, porque eso le estaba quitando seriedad y credibilidad a Alicia. Por otro lado, a la menor discusion que tenian, Sergio desaparecia y llegaba al dia siguiente a cambiarse la ropa para ir al trabajo. Siempre venia con una historia nueva, "que se habia quedado con algun amigo, porque estaba molesto y queria evitar encontronazos con ella". Las cosas se pusieron peores un dia que ella se esmero unas cuantas horas, en preparar una cena especial. Puso velas y musica, como solian hacer cuando comenzaron a estar juntos. El llego a casa y la saludo con un beso. Alicia le pidio que destapara una botella de vino que tenian guardada. Se sentaron a la mesa a disfrutar de la comida. Comenzaron a hablar de muchas cosas, con un ambiente tranquilo, saboreando el filete de ternera con vegetales que estaba delicioso. Hasta que tocaron el tema de trabajo. -- Sergio, se que estas semanas hemos estado un poco agobiados. Pero te recuerdo que para el martes a primera hora necesito la propuesta del cliente para el lanzamiento. Hubo un silencio previo, como acumulando una potente respuesta. -- !Joder, Alicia! Yo se lo que tengo que hacer, no tienes por que repetirlo todo el tiempo. -- Le dice alzando la voz. -- No tienes por que molestarte, es un simple comentario. Ademas, yo soy la que tiene que dar la cara ante los directivos de la empresa, y ante el cliente. -- Le responde Alicia, levantando tambien la voz. -- Si, eres la jefa, y no se porque. Aunque ya me lo imagino. -- ?Que quieres decir con eso? -- Que supongo que debes haberte follado a medio mundo, para que te pusieran por encima de mi, que tengo mas experiencia que tu para ese cargo. -- Le grito. Se quedo estupefacta, no parecia una respuesta de alguien a quien "amaba". -- Si seras imbecil, ?como te atreves? Ella se pone de pie para irse a su habitacion. El la tomo con fuerza del brazo, haciendole dano. -- !Sueltame! -- Le grita Alicia. Ella trata de soltarse, a lo que el reacciona agarrandola con mas fuerza aun.

  • Proximo destino. TU de Sarah Wall

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    Laura Santos es una TCP (azafata de vuelo) de madre americana y padre catalan que trabaja en una importante compania aerea que comunica Europa con Estados Unidos. Esta atrapada en una relacion llena de mentiras y promesas incumplidas de la que quiere huir: Alex, su amante, un hombre casado, piloto de la misma compania, no la dejara marchar facilmente. Tras muchas oportunidades reune las fuerzas para abandonarle y empezar una nueva vida, lo que no le resultara nada facil. De forma precipitada y tras unos duros acontecimientos decidira mudarse una temporada a Nueva York con sus amigos Matt y Andy. Laura necesita un respiro y empezar de cero dejando a Alex y a todo lo ocurrido atras. Conocera a un joven empresario con fama de borde, seco y distante, aunque en realidad usa ese caracter como escudo para olvidar el complicado pasado con el que debe lidiar. Ambos necesitan dejar de mirar atras para volver a sentir pero en ese camino conoceran el sabor del odio y del rencor pues hay alguien que ha decidido destruirles la vida.

  • Villa Varea de Monica Benitez

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    El timbre suena cinco minutos antes de la hora prevista, me permito demorarme un minuto en abrir, no quiero dar la impresion de estar ansiosa por conseguir otro caso, pero lo cierto es que realmente necesito el dinero. Mientras me levanto de la silla vuelve a sonar, parece que tiene prisa, lo que me hace sonreir porque suelen ser los clientes mas desesperados. Al abrir la puerta me encuentro con los ojos grises de una mujer que me observa con tanta atencion como yo a ella, ?no soy como se esperaba? Yo no se que esperaba encontrar al otro lado de la puerta, pero he de reconocer que me ha impresionado, no se si ha sido por su forma de mirarme tan descaradamente o porque su atractivo me ha descolocado por completo. --?Alejandra Varea? --Si, buenas tardes--saluda algo inquieta. --Buenas tardes, sigame, por favor. He notado la misma impaciencia que ha utilizado al llamar tambien en su voz, parece que lo que sea que necesita le urge. Cierro la puerta de entrada a mi apartamento y abro la de mi despacho invitandola a sentarse, se que ser detective privada y tener el despacho en casa no parece muy profesional, pero desde que chafe el coche y me quede pagando un prestamo de algo que no tengo y necesito, he tenido que reducir costes. --Bueno, cuenteme, ?que necesita? --le pregunto mientras tomo asiento al otro lado de la mesa. Alejandra Varea lanza un profundo suspiro al aire y se muerde ambos labios en un gesto obvio de estar buscando en su cabeza la mejor manera de empezar a hablar, la verdad es que me esta volviendo loca de curiosidad. --Vera--dice por fin--lo que necesito es algo un tanto peculiar y que quiza le haga pensar que estoy loca, puede que ese sea el motivo real de mi visita aqui, necesito que usted me ayude a demostrarme a mi misma que no me estoy volviendo completamente majareta. Alzo las cejas claramente sorprendida y Alejandra sonrie con cansancio. --Se lo que parece... --No he dicho nada--me apresuro a aclarar--quiza si me cuenta por que cree que se esta volviendo loca me ayude a entender mejor su caso, porque le confieso que estoy muy perdida. --He decidido separarme de mi marido, y mientras arreglamos los papeles me he ido de casa. Hace un par de anos herede Villa Varea, una masia que pertenecio a mis abuelos, mi marido insistio en venderla porque era demasiado grande para nosotros dos solos, pero por algun motivo decidi no hacerlo, ni siquiera di de baja los suministros y no sabe cuanto me alegro de no haberlo hecho--suspira. --Entiendo. --El caso es que me traslade hace un par de semanas y despues de recorrerla entera un par de veces, decidi que puedo convertir la planta baja en un hostal y yo vivir en la planta de arriba, que tiene acceso propio por uno de los laterales. Lo siento, me estoy yendo por las ramas--se disculpa nerviosa. --No se preocupe, no tengo prisa--afirmo en un intento de que se relaje. --De acuerdo, pues ahora viene la parte interesante--dice clavando sus ojos grises en mi--desde que estoy alli, digamos que pasan cosas... --?Pasan cosas? --pregunto sin comprender. --Si, ruidos, cosas que cambian de lugar, grifos que se abren solos en mitad de la noche, ya sabe, ese tipo de cosas--comenta sofocada. Tengo que hacer verdaderos esfuerzos para disimular el tremendo escalofrio que me ha producido lo que acaba de contarme, quiza en otra situacion pensaria que me estan tomando el pelo, pero esta mujer se ha tomado las molestias de venir hasta aqui y realmente parece afectada. --?Se refiere a presencias? --pregunto adoptando el tono mas neutro posible. --Bueno, no se si presencias es la palabra adecuada, pero esta claro que alli pasa algo. --Podrian ser ruidos provocados por las tuberias o la propia madera de las puertas, segun me cuenta, esa masia parece tener bastantes anos. --?Cree que no lo he pensado? Pero ?que me dice de los grifos abriendose solos? O el televisor... --?Que ocurre con el televisor? --pregunto con los ojos abiertos de par en par. --A veces se enciende tambien, esta manana precisamente, estaba en el bano acabando de arreglarme y de pronto he escuchado voces en el salon, por poco me da un infarto. Cuando he salido el televisor estaba encendido--asegura muy seria. --?Y no cabe la posibilidad de que usted se lo dejara encendido? Esas cosas pasan, yo misma soy la representacion absoluta del despiste. --No--niega de forma categorica--yo nunca pongo la television por la manana, de hecho, apenas la pongo, estoy segura de no haberla encendido, ni esta manana ni ayer por la noche. Oiga, detective Noriega, soy consciente de que lo que cuento es una locura, le aseguro que yo misma no creo en estos fenomenos, siempre he sido muy esceptica, pero son demasiadas cosas las que he notado desde que estoy alli y no voy a ignorarlas, no puedo pretender abrir un hostal y que la primera noche los clientes se marchen cagados de miedo. Necesito descubrir lo que sucede en mi casa. --No la estoy juzgando, senora Varea, usted dice que no cree, y yo personalmente no es que lo haga, pero si que tengo mucho respeto ante estas cosas. En mi opinion, que yo no haya visto o notado nada nunca, no significa que la gente que afirma haberlo hecho este mintiendo. --Pues siento decirle que en ese caso usted si que cree--asegura relajando la expresion por primera vez. Su afirmacion me coge tan desprevenida que enmudezco y me quedo pensativa, ?creo realmente en los fantasmas? --Lo siento, no pretendia acusarla de nada, es solo que estoy muy nerviosa, no es facil ir a ver a alguien a quien no conoces de nada y tener que explicarle algo tan delicado sin parecer una pirada. --No se preocupe, no me ha molestado para nada. Permitame solo un inciso, y por favor, no se ofenda por lo que le voy a decir, es solo una pregunta sin mas. --Adelante. --Dice usted que se esta separando de su marido. --Asi es. --?Puedo saber el motivo? Alejandra Varea duda unos instantes, pero finalmente asiente mientras se humedece los labios. --Sospechaba que me enganaba con otra, asi que contrate a un detective privado y no tardo ni dos dias en traerme una fotografia de mi marido con una pelirroja. --Lo siento--digo con sinceridad, mientras intento evitar que note que lo que acaba de confesarme me afecta mucho mas de lo que ella podria imaginar. --Gracias. --Bien, ahora viene mi verdadera pregunta. ?No cabe la posibilidad de que este usted algo estresada? El estres puede provocar que... --Ni hablar--me corta--se lo que va a decir, que debido a que mi situacion personal ahora mismo es un jodido caos, quiza he imaginado todo lo que le cuento, pero le aseguro que no es asi. Si que me esta afectando el divorcio, no se lo voy a negar, pero no me lo estoy tomando a la catastrofica, no voy llorando por las esquinas ni me paso el dia en la cama pensando en lo que he perdido. Si no soy suficiente para el, esta claro que no estoy perdiendo tanto--afirma rotunda. --Esta bien, entonces digame que es exactamente lo que necesita de mi, porque sinceramente, no veo como puedo ayudarla con ese problema. --Claro que puede, es muy sencillo, quiero que venga a mi casa y me ayude a encontrar una explicacion logica para todo lo que sucede alli, solo asi podre eliminar el problema de raiz. --?Una explicacion logica? --pregunto alzando las cejas. --Claro, tiene que haberla, para los ruidos puedo aceptar que la casa es antigua y todo eso, pero necesito saber que es lo que provoca que el televisor se encienda solo, lo de los grifos, o que a veces... Alejandra baja la mirada y duda. --A veces, ?que? --pregunto muerta de curiosidad. --Bueno, a veces tengo la sensacion de que hay alguien, se oyen pasos, susurros, y noto presencias, es algo que no puedo explicar de un modo logico, solo lo percibo. --Joder--murmuro con los pelos de punta--?no ha pensado en llamar a la policia? ?Y si realmente hay alguien alli? Dios, solo de pensarlo se me encoge el pecho, que miedo. --Ya lo he hecho, mandaron una patrulla y registraron toda la vivienda sin encontrar nada. Los agentes me aseguraron que alli no habia nadie mas que yo, y teniendo en cuenta que la historia que cuento es un poco inverosimil, pues supongo que tampoco me tomaron muy en serio. --Entiendo. De acuerdo, si le parece, manana por la manana puedo ir a primera hora y dar una vuelta por la casa para ver si veo algo que explique todo lo que dice, pero me sabe mal, porque se va usted a gastar el dinero para nada porque como comprendera, este no es el tipo de caso al que estoy acostumbrada, yo investigo otras cosas mas... --?Reales? --pregunta torciendo el gesto. --Si, digamos que si. --Ya imagino, pero no me ha entendido, detective Noriega, no quiero que venga usted a dar una vuelta por la casa, eso ya lo hizo la policia y yo misma cien veces. Lo que quiero es que se instale usted alli conmigo, que pase varios dias entre esas paredes y vea y escuche usted misma todo lo que cuento. Eso me ayudara a asegurarme de que no me estoy volviendo loca, y despues, una vez compruebe que no miento, puede empezar a investigar el motivo de todos esos sucesos, porque estoy segura de que hay una explicacion razonable para todo lo que pasa, solo que yo sola no soy capaz de encontrarla. --Es una broma, ?no? --pregunto con los ojos muy abiertos. --No estoy para bromas precisamente--asegura cruzandose de brazos. --?Pretende de verdad que me encierre en su casa para averiguar si hay espiritus? -- pregunto alucinada. --Llamelo como usted quiera, pero si, eso es justo lo que quiero. --Digame una cosa, senora Varea, antes me ha contado que contrato a un detective para destapar la infidelidad de su marido, y al parecer fue muy eficaz, segun me cuenta-- digo sin poder evitar cierta molestia porque lo contratara a el y no a mi, ese si que es un caso normal, y facil. --En efecto. --?Y por que en esta ocasion acude a mi y no a el? --Porque ya que tengo que meter a un desconocido en casa, no se ofenda, creo que me sentire mas comoda si es una mujer--dice encogiendose de hombros. --Tiene sentido--pienso en voz alta. --Digame que acepta, por favor, el dinero no es un problema, se lo aseguro, no solo herede la masia, tambien una cantidad importante de efectivo. Me pongo en pie y camino hasta la ventana, donde me detengo dandole la espalda a mi extrana posible clienta y me relajo mirando las nubes mientras sopeso lo que me propone. La idea de encerrarme en una casa con ella no me preocupa, aunque lo que cuenta es una locura, parece inofensiva. Ademas, los dos casos en los que trabajo ahora no requieren que salga a la calle a investigar, solo necesito conexion a internet y el telefono, pero la posibilidad de que sea cierto lo que cuenta me aterra, si presencio de verdad todo lo que dice, estoy segura de que me cagare encima. Desde que vi la pelicula del Exorcista, todas estas cosas me dan panico. --?De cuantos dias hablamos? --pregunto girandome hacia ella. --De los que hagan falta hasta esclarecer los hechos. --Le saldra caro--aseguro alzando una ceja. --Ya le he dicho que el dinero no es un problema, puedo extenderle un cheque con un adelanto ahora mismo, solo diga la cifra. Suspiro, la verdad es que necesito el dinero. --Esta bien, ?le parece bien que me instale manana? --La verdad es que me gustaria que empezara hoy mismo, soy esceptica con esto, pero lo cierto es que hay momentos en los que paso bastante miedo. Joder, creo que voy a arrepentirme mucho de aceptar este caso. --Vale--concedo--deme esta tarde para preparar mis cosas y esta noche sobre las nueve estare alli. ?Le parece bien? --Perfecto, no sabe cuanto se lo agradezco, de verdad--dice en tono sincero--si me presta un papel y un boligrafo le anoto la direccion. --Claro. Tras anotarme la direccion de la casa del terror y su numero de telefono, Alejandra Varea se pone en pie dispuesta a irse. --Espere--le pido nerviosa. --Digame. --?Se ha planteado usted la posibilidad de que sea real? Quiero decir, que haya un espiritu o algo asi en su casa. --He contemplado todas las opciones--asegura. --Ya veo, pero en ese caso yo no podria ayudarla. --No se preocupe, una vez tuve que documentarme sobre un tema parecido a este para un trabajo y alguien en quien confio me puso en contacto con una medium que al parecer es muy buena, si realmente hay espiritus en mi casa la llamare para que se ocupe de ellos, pero tal y como me dijo en su dia, lo primero que hay que descubrir es quien es ese espiritu y lo que quiere, y para eso la tengo a usted--asegura con una sonrisa maliciosa. Alejandra abandona mi casa y yo me dejo caer en la silla negando con la cabeza, todavia no me puedo creer lo que acabo de hacer. Hora de llamar a mi hermana y contarle mi nueva hazana.

  • Escandalo en el dormitorio de Caitlin Crews

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    Un multimillonario desaparecido y una mujer inocente para… doblegarlo.

  • Si, mi Reina (Cronicas de Gaia 2) de Lucia Herrero

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    Capitulo 1 Un grito desgarrador cruzo el aire y, apenas un instante despues, la puerta de la habitacion se abrio de par en par. Nina entro corriendo, asustada. --?Estas bien, mi Senora? La reina Serena, sentada en la cama, empapada en sudor y con el pelo revuelto y pegado a las mejillas, trataba de recuperar el aliento. Se paso la mano por la frente y suspiro. --Solo ha sido otra pesadilla. ?He gritado muy alto? Su dama la miro con comprension y calidez, y le ofrecio un poco de agua. --No, Senora. No mas que otras veces, pero ya sabes que tengo el oido muy fino. El pesar se reflejo en el rostro de Serena. --Espero no haber despertado a Josh. --Mi hijo duerme como un tronco, no tienes que preocuparte por eso. En realidad no creo que nadie mas que yo se haya despertado. La reina tomo un sorbo de agua, que le bajo por la garganta sin aliviar la sensacion de sed. Tenia la boca tan seca que no lo remediaria ni bebiendose todo el lago. Trago con dificultad y se paso la lengua por los labios, que sentia calientes y agrietados, casi como la tierra desertica que habia mas alla de las montanas del sur. --Siento haberte molestado, Nina. Ya estoy mejor, gracias. Nina asintio con la cabeza, aunque sin ningun convencimiento. La reina distaba mucho de estar bien, y no era la unica que se habia dado cuenta de ello. Las pesadillas se repetian con demasiada frecuencia, y aquello ocurria desde hacia tanto tiempo que no entendia como podia soportarlo sin volverse loca. Habia temporadas en que la situacion mejoraba un poco, como cuando Lena habia regresado y su tira y afloja con su madre por causa del helio le habia causado a esta tantos quebraderos de cabeza que ocupaba incluso sus suenos. Al menos asi, el problema con su hija habia sustituido durante un tiempo a su otro problema, el que realmente le quitaba el sueno. Nina sabia cual era, y la reina tambien. Todos lo sabian. El problema eran unos recuerdos tan dolorosos que le impedian descansar desde hacia anos y se mantenian tan vividos que cada noche, cuando se despertaba, parecia que todo hubiera ocurrido apenas ayer. Maldita memoria selena. Si al menos le sirviera para taparlos podria resultarle de utilidad. Pero no, no le servia. Durante anos habia tratado de recurrir a sus buenos recuerdos, a sus recuerdos de su marido, para borrar esos suenos aterradores. Sin embargo, las malditas pesadillas no cedian, mas bien al contrario. Estaban terminando por emborronar el recuerdo de Seth, que cada vez parecia mas debil. Aquella noche horrenda que tan bien recordaba iban a celebrar la fiesta del fuego, como de costumbre. Sabian que habia habido incursiones de helios en la zona, pero no se habian preocupado en exceso. Habian pensado que no serian mas que simples bandidos, que no se atreverian a acercarse a la villa, y menos aun al castillo. Cuando se empezaron a encender hogueras en la lejania nadie noto nada raro, salvo quizas Serena, cuya energia se resintio de alguna manera. Algo no iba del todo bien. Al principio penso que era algun tipo de anoranza por Marcus, que estaba visitando a su abuelo Kiefer, pero enseguida se dio cuenta de que no se trataba de eso. Tan pronto como las hogueras empezaron a proliferar. No eran hogueras. Los helios los atacaban y estaban incendiando casas, granjas y graneros en todas direcciones. Se acercaban a la villa, y al castillo. Su madre, Alana, habia entrado corriendo en su habitacion, con la angustia reflejada en su amable rostro surcado de arrugas. --!Vienen a por nosotros, Serena! --Lo se. Seth acaba de salir a organizar a la guardia. La guardia consistia en poco mas que quince o veinte hombres, cuya preparacion era en realidad muy basica. Alguna vez se las habian tenido que ver con ladrones o bandidos que entraban en sus tierras y robaban o intimidaban a algun campesino, pero poco mas. No estaban adiestrados para la guerra, ni sabian apenas nada de tacticas defensivas. Los Antiguos no les habian dado ese conocimiento porque no estaba previsto que los humanos hibridados lucharan entre ellos, ya que se entendian sin problemas. El problema eran los helios, y como los selenos no tenian ese conocimiento de manera innata y no se habian entrenado convenientemente, serian una presa facil. Serena lo habia intuido desde el principio. --Me voy a llevar a las ninas al bosque. Espero que no sea necesario, pero si nos acorralan abrire un portal y las enviare a la Tierra. Cada vez que recordaba aquella parte sus ojos se llenaban de lagrimas. Se habia despedido de sus hijas prometiendoles que todo se arreglaria y volverian a reunirse. Las habia besado y abrazado, y habia puesto en su madre todas sus esperanzas. Los soldados habian llegado al castillo poco despues de que la sacerdotisa huyera con las dos pequenas. Habian tirado la primera puerta abajo sin mayores problemas. Los hombres habian luchado en el patio contra demasiados enemigos como para tener alguna posibilidad, mientras la aldea era sistematicamente arrasada por mas helios. Muchos mas de los que nunca podrian haber imaginado que llegarian. Serena estaba encerrada en la torre y habia contemplado con horror la entrada de sus enemigos y la lucha desigual. Seth se habia enfrentado a uno, a dos a la vez, y entonces un hombre de aspecto brutal y pelo entrecano lo habia atacado por la espalda, golpeandolo con dureza en un costado. Cuando su marido se habia doblado sobre si mismo, habia alzado de nuevo su espada para dar el golpe mortal. Y ella habia visto la rubia cabeza de Seth rodar por el suelo del patio. Todavia le entraban nauseas al recordarlo. Despues los soldados habian entrado en la torre. Algunas mujeres habian conseguido esconderse, pero ella no habia tenido suerte. La reina era un premio demasiado valioso y habian ido a por ella desde el primer momento. Por lo menos, habia sentido el portal, y habia sabido que sus hijas estaban a salvo, aunque fuera lejos de todo lo que habian conocido hasta entonces. Su madre se habia comunicado con ella un instante antes de que los soldados llegaran tambien al bosque, y de pronto la energia en estado casi puro y en forma de dolor intenso habia empujado desde el interior de su alma atravesando cada poro de su piel, hasta el punto de que el soldado que acababa de capturarla la solto con un grito. --!Ay! !Zorra, me has dado calambre! La abofeteo con fuerza antes de sujetarla de nuevo y sacarla a rastras de la torre. Serena dejo ir una lagrima solitaria al sentir la certeza de que su madre estaba muerta y ella era la nueva sacerdotisa. Los helios habian destruido la mitad de la aldea. Habian matado a muchos de los hombres, y otros muchos estaban heridos. Algunas mujeres consiguieron escapar y ocultarse en el bosque o en las granjas mas alejadas, pero otras fueron capturadas, como ella. Los helios no estaban interesados en una gran cantidad de esclavas, su prioridad era llevarse provisiones y bienes de vuelta a su tierra, de modo que habian dejado unos pocos hombres a cargo del castillo y encerrado a los selenos que pudieran suponer alguna amenaza: los jovenes y los pocos hombres adultos que sobrevivieron al ataque. Algunas esclavas viajaron con ellos a Helios, Serena entre ellas. No fue la unica jefa de clan capturada, aunque por ejemplo la madre de Iria se habia salvado porque estaba de viaje en Proteo con la mayor parte de su familia. Otras habian muerto. Los helios invasores pertenecian a diferentes clanes que, por una vez, se habian organizado para repartirse los territorios y el botin. Ella acabo en un clan de los mas alejados vendida como esclava. Alli la habia comprado el hijo mayor del jefe, Malcolm. Serena cerro los ojos con fuerza tratando de ahuyentar los dolorosos recuerdos, pero acabo desistiendo de intentar dormir. Si se quedaba en la cama la angustia la ahogaria. El sol comenzaria a asomar por detras de las colinas en apenas un rato, de modo que opto por levantarse. Abrio un arcon y saco su espada. Practicar siempre la relajaba, asi que se puso un vestido viejo y comodo y comenzo con su rutina habitual: la mirada fija al frente, las dos manos empunando el arma con firmeza y movimientos controlados y armoniosos. La espada no era pesada, pero al cabo de un rato sus brazos empezaron a acusar el ejercicio y su frente se perlo de gotitas de sudor. Aun asi, no se detuvo. Solo cuando el movimiento en el patio y el ruido en el pasillo le indicaron que el resto de la gente habia empezado tambien a levantarse dio por concluida la sesion de entrenamiento. Se aseo y se cambio de ropa para bajar a desayunar. Se miro en el espejo antes de salir, y nego con la cabeza al ser consciente de las ojeras y los ojos cansados. Casi todos los dias se levantaba con esa cara, asi que al menos nadie se sorprenderia. Cuando llego al comedor, Jana y Marcus estaban ya sentados a la mesa comiendo con apetito. --Buenos dias --los saludo mientras se acercaba--. Os habeis levantado temprano. --Hoy empiezan las reparaciones en la escuela --le recordo Marcus--. Vamos a echar una mano. Bueno, en realidad Jana supongo que va a mangonear. --Idiota --murmuro su hermana con gesto burlon--. No encontrarias los agujeros en el tejado ni aunque metieras la cabeza por ellos. La reina sonrio y se sento. Judy llegaba de la cocina en ese momento con una bandeja, de la que le sirvio un poco de pan y algo de fruta. Leo entro en el salon desde el patio, acompanado por Denis.

  • El que erizo mi piel de Martha Godiz

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    Miah, una mujer de 25 anos que vive constantemente en el pasado, recordando un viejo amor, el amor de Paul Ortsac. Las encrucijadas de los caminos alejan a ambos, Miah conoce a otro hombre, Julio Zurc, son sus ojos pardos lo que la cautivan, aunque no deja de recordar con frecuencia el fuerte tributo y la escandalosa y penetrante mirada de Paul.
    Para Miah, no fue facil asimilar que Paul la dejara y se fuera de aquella Isla. Ella se ve incierta entre dos pasiones totalmente diferentes.
    Sufre un aborto que la deja muy marcada a nivel moral, por otro lado, no se siente tranquila con la presencia de Dona Kent, la madre de Julio Zurc, por ello comienza a sospechar de ella……El oscuro pasado de Julio marca en su relacion un antes y un despues, ya que el no fue del todo sincero con ella. Mientras tanto ella intenta que Provenza, su floristeria, salga a delante. Es una mujer que vive con las esperanzas a flor de piel. Un presentimiento desalentador junto con una buena corazonada le advierte que algo cambiara.
    Fue su penetrante y exquisita mirada, fue su fuerte y esbelto cuerpo, sus musculos, la forma de tocarla,las palabras que solia susurrarle cerca de su oido. Eso fue lo que la enamoro.

  • No me debes nada de Conti Constanzo

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    Cuando Antonia recibe una llamada desde una clinica de Buenos Aires, lo deja todo para ir al lado de su hermana. En el aeropuerto conoce a Jose Ignacio, un hombre que tiene la virtud de sacarla de quicio, pero que a su vez le atrae profundamente.

  • Corazon irreverente de Candis Benitez

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    La sensacion que siente Byron Kenneth al participar en las competencias de Motocross es algo inigualable, asombrosa.Ahi puede dejar que su corazon irreverente disfrute al maximo, y que la adrenalina recorra todo su cuerpo, consiguiendo olvidarse de las presiones y exigencias de su padre.Sin embargo, su existencia sufre un giro inesperado que lo trastorna todo, viendose practicamente obligado a tomar las riendas de un negocio familiar que aborrece, para proteger a quienes ama, dejando de lado su pasion y corazon.El peligro lo acechara, pues en el mundo que se desenvuelve su padre se cumple la ley del mas fuerte, y existen enemigos letales que no les tiembla el pulso para mancharse las manos con sangre.Sumergete en una historia donde la adrenalina y accion se hacen presentes. Donde hay personas que mueven los hilos del destino a su antojo, ocultando sus verdaderos rostros, y donde dos corazones irreverentes… lucharan por estar juntos.

  • Menu de amor de Nicolas Barreau

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    Una deliciosa historia sobre el amor y sobre los momentos verdaderamente unicos de la vida.

  • La isla de los cien ojos de Mikel Santiago

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    La tormenta lo trajo. Lo arranco de donde nunca debio salir y lo dejo varado en nuestras playas. Ocurrio durante una terrible noche de viento y lluvia como no habiamos vivido en anos. Los rayos partieron dos arboles en Santry Hill y las olas embistieron el puerto con tal fuerza que destrozaron un par de chalupas. La tarde anterior, mientras oiamos los primeros y furiosos embistes del ciclon contra las ventanas del Bohars Head, el viejo Gallagher dijo que aquello era "viento del sur". Afirmo que debia ser la punta del algun tortuoso huracan procedente de Mejico. Dijo que pasaba uno cada cincuenta anos y que el recordaba uno de cuando era nino. "Se llevo varios tejados y una vaca del establo de Doyle" recordo "A Dios gracias que solo fue eso" Gallagher siguio profetizando mas desgracias y aconsejo a los hombres que metieran a su familia bajo la cama aquella noche. Dijo que tenia un "muy mal palpito" con aquel viento silbante y calido "que algo muy malo estaba a punto de ocurrir" Yo hubiera alzado mi voz para serenar los animos y explicar lo improbable de que un ciclon caribeno llegase siquiera a rozar la costa de Irlanda, pero me contuve. ?De que hubiera servido iniciar una discusion? Todos los datos cientificos que yo pudiera aportar sonarian, a oidos de aquellos lugarenos, igual de magicos que las palabras de Gallagher, de modo que al final todo se reducia a una cuestion de credito. ?Y quien era yo al lado del viejo Gallagher? Solo un medico recien llegado de la ciudad, que ademas era protestante, y que muchos opinaban que tenia rostro de nino (por mucho que yo quisiera aderezarlo con un varonil bigote) Con todo, la noche fue terrible, digna de una profecia como la de Gallagher. Jamas he oido el viento golpear de aquella manera, como un ejercito de fantasmas aullantes que hubiese desembarcado en la tierra. Las furiosas rafagas recorrian la calle moviendo letreros, agitando los arboles y derribando tiestos. Cualquier cosa que estuviera levemente mal atada, clavada o pegada aquella noche debio salir volando. Pase casi toda la noche en vela, asustado por los rayos y los golpes que el viento daba contra mis ventanas. Supuse que la campana de mi consulta no tardaria en sonar para requerirme en algun sitio, pero curiosamente, aquella noche nadie necesito de mi ayuda. Imagine (no sin una malvada sonrisa en los labios) que los habitantes de Dowan estarian bajo de sus camas rezando al Todopoderoso mientras que el viejo Gallagher dormia su borrachera sin enterarse de un pito. Al dia siguiente amanecio claro y tranquilo, como si nunca hubiera existido la tormenta. Kate, una muchacha pecosa y habladora que servia en mi casa, fue la primera en darme algunas noticias cuando llego aquella manana. Me dijo que habia visto algunos arboles humeando en Santry Hill y que en el puerto habia habido varios destrozos. – El barco de Donovan aparecio medio hundido. Al parecer uno de los botes debio golpearle el casco y abrirle un buen boquete. Y han desaparecido un par de barcas. Y se inundo la tienda de Nolan y ha echado a perder muchisimo genero. Y... La chica estaba tan excitada haciendo inventario de las desgracias que y ni siquiera se retiro para dejarme desayunar a solas. No me importo. Al fin y al cabo, en Dublin solia leer el periodico mientras desayunaba, y en Dowan, a falta de periodico, estaba bien tener a Kate. Despues del desayuno me dirigi a la consulta y lo dispuse todo para comenzar la jornada. En el mismo instante que termine de ordenar mi escritorio sono la primera campana de la manana. Oi a Kate correr a abrir y escuche como se desarrollaba una conversacion en el vestibulo. Despues aparecio Kate otra vez, con gesto de extraneza en el rostro. – Es John Mulvaney - anuncio - Trae un caballo para usted. Dice que ha ocurrido algo en Sandyford. – Hagale pasar - le dije John Mulvaney era un chico de doce anos que servia en la mansion de Sandyford, a unas diez millas del Dowan. Su padre era el zapatero del pueblo. Me habia pagado con un exquisito par de botines de cuero por un remedio para las jaquecas de su mujer. Kate acompano al muchacho hasta la consulta, que con gesto timido se quito la gorra y se aclaro la garganta para hablar. Dijo que traia recado del senor Coverdale de llevarme con el a Sandyrock. -?Algun accidente? - pregunte. El nego con la cabeza. – ?Algun enfermo entonces? El muchacho enrojecio y volvio a ladear la cabeza. – !John Mulvaney! - le recrimino Kate - ?Puedes hacer el favor de hablar por esa boca? ?Que es lo que ocurre? El doctor no tiene tiempo para perder. – Es algo que ha aparecido en la playa - respondio el chico, ya completamente ruborizado – ... el senor... quiere que lo vea usted. – ?Que algo ha aparecido...? – Si, senor, un bote. Lo trajo la tormenta. – ?Y para que me necesita alli? Seguramente sera uno de los que han desaparecido del puerto esta noche. – No lo creo senor - dijo John – Vera ... es mejor que venga y lo vea usted. Me quede en silencio mirando a John. Estaba como asustado, sumido en un inconfesable secreto, y decidi no hacerle mas preguntas. El senor Coverdale era un hacendado ingles dueno de practicamente toda la isla. Habiamos charlado en cierta ocasion, meses atras, durante una revision medica que me pago generosamente. No me parecio un hombre tendente a la exageracion ni a las bromas. Asi que decidi que aquel misterio debia tener cierto fundamento. Apure mi te y le pedi a Kate mi gaban. Tras preparar un maletin con equipo basico, sali con John a la calle, donde nos esperaban dos magnificos caballos. Tomamos el camino de Santry Hill, la colina mas alta de las tres que rodeaban el poblado de Dowan. Al llegar alli vimos los dos arboles que los rayos habian partido e incendiado esa noche. Aun humeaban. Desde alli se tenia una buena vista del pueblo. El puerto, tal y como habia dicho Kate, uno de los dos barcos pesqueros estaba escorado. Una cuadrilla de hombres se esforzaba por enderezarlo mientras otros achicaban el agua. Pense que aquello costaria una verdadera fortuna a la economia local. Cabalgamos por el camino que bordeaba los acantilados de Ben Guillian (Llamados asi en honor a un antiguo fantasma local que debio suicidarse alli) y llegamos a la "roca del aguila" desde donde se divisaba la mansion de Sandyrock. El cielo estaba claro, sin una brizna de viento, y el mar estaba radiante. En contraste con el azul, relucia la blanca fachada de la mansion, una elegante casa senorial de tres plantas rodeada de una brillante extension de hierba y pequenos jardines. La casa estaba construida sobre un saliente bajo el cual las olas se batian en espumosos ataques contra la roca negra. A cien yardas de ella, rendida a la fuerza de la naturaleza, se abria una cala de arena blanca. Sobre ella aviste un grupo de personas rodeando un negro objeto que yacia varado junto a la orilla. Arree mi caballo. Edward Coverdale tenia porte de artista mas que de aristocrata. Tendria unos cuarenta anos, o quizas mas, pero su rostro parecia resistir los efectos de la edad. Vestia de una forma un tanto bohemia -botines negros, pantalones estrechos y una amplia camisa blanca que se hinchaba como una vela al viento – , y llevaba el pelo largo, recogido en una coleta. Era el suyo un aspecto mas apropiado para un actor del west end londinense que para un distinguido terrateniente Irlandes, cosa que al parecer (segun sabia por los chismes de Kate) tambien irritaba a sus parentela, que lo habria enviado a administrar aquella remota hacienda para alejarlo de los "circulos" Dublineses. Tambien sabia que en el pueblo no le profesaban mucha simpatia. No debia de ser un terrateniente demasiado fiero – le bastaba con cobrar las rentas aunque llegasen con cierto retraso – pero sus dedicaciones artisticas (como la pintura o la literatura) y cierta aficion por el estudio de los vestigios celtas de Dowan habian ayudado a granjearle una fama oscura entre los supersticiosos parroquianos; Ademas, no faltaban las leyendas sobre pactos con el diablo y brujeria que los contadores de historias locales (encabezados por Gallagher) se habian encargado de inventar aprovechando sus poco habituales aficiones. – Temo haberle molestado en una manana especialmente agitada - me saludo nada mas desmontar- ?Como ha despertado el pueblo? ?Ha habido muchos destrozos? – Uno de los pesqueros resulto danado - respondi – , por lo demas todo parecen cosas menores. Tejas rotas y algun negocio inundado. Sobreviviremos. ?Y que hay de usted? – El viento casi se lleva uno de los establos esta noche. Tambien me rompio un par de ventanas. Y tambien trajo eso - dijo senalando a un bote que yacia varado a unas diez yardas de nosotros – Uno de los mozos lo encontro esta manana -continuo diciendo – La tormenta debio arrastrarlo hasta aqui desde alta mar. Y por lo que encontramos en su interior, supongo que llevaba vagando a la deriva bastante tiempo. ?Quiere echarle un vistazo? – Por supuesto - respondi. Coverdale saco entonces un foulard blanco que llevaba en una de sus mangas y me lo ofrecio – Sera mejor que se tape la nariz y boca. Extranado, pero sin hacer preguntas, tome el panuelo y arrancamos a caminar hacia el bote. Mientras lo haciamos me percate del sepulcral silencio que nos rodeaba. Habia alli un par de mozos ademas de John y todos permanecian en silencio, guardando una buena distancia respecto del bote. A medida que nos acercabamos comence a percibir un fuerte olor a descomposicion que fue haciendose mas fuerte a cada paso que dabamos. Tome el panuelo de Coverdale y me lo coloque a modo de mascara, debatiendome entre la curiosidad y el temor sobre el origen de semejante fetidez. El bote yacia varado, hundido en la arena que brillaba como un espejo. Una capa de costra se extendia por su casco, salpicado de grietas y suciedad. Lo primero que mis ojos distinguieron, aun en la distancia, fue una capa de algas oscuras que cubrian practicamente todo el interior de la lancha. Sobre ella se arremolinaba un enjambre de moscas enloquecidas. Pero habia algo mas alli, una forma acurrucada bajo de aquella carpa amarillenta y resquebrajada... No tarde en verlo. Y el espanto hizo que retrocediera inconscientemente. Debajo de la carpa, enredado entre aquellas algas putrefactas asomaba el horrible cadaver de un hombre. Era un muneco atroz. Como una marioneta hecha de tela de saco. No tenia ojos, tan solo dos cuencas vacias. Su boca, por la que entraban y salian aquellas laboriosas moscas en busca de alimento, era como una negra caverna sin fondo. El resto de su cuerpo, medio cubierto de harapos desgarrados por el sol y el salitre, mostraba una piel cauterizada, reseca y dura como jamas habia visto en ningun otro cadaver antes (ni siquiera en mis practicas de la universidad donde a veces los traficantes de cuerpos traian desechos de la peor clase)

  • Las recetas de Adelgaza para siempre de Angela Quintas

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    ?Perdere peso si como alimentos light? ?Debo comer aunque no tenga hambre? ?Que platos elijo si como fuera de casa? ?Me puedo tomar una copa de vino si estoy a dieta?

  • Donde Quieras de Zoe Hanley

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    ?Ana? ?Que pasa? ?Va todo bien? --respondi al movil automaticamente, apenas habia abierto un ojo para mirar la pantalla. --!!Feliz ano nuevo, hermanita!! --su grito termino de despertarme. --?Tienes resaca? --No, no. !Feliz ano, Anita! Estaba demasiado desorientada. Mire el despertador: las ocho. Apenas llevaba cuatro horas en la cama… y Sergio no estaba. Como siempre. Pero… ?cuando dormia? --?Que haces despierta tan pronto, Ana? --Todavia no me he acostado. Bueno, acostarme… me he acostado, pero sabes que me gusta despertarme en mi cama… --sutil como solo mi hermanita pequena sabia ser. --Bueno, me alegro de que hayas tenido una buena salida y entrada de ano… --no pude evitar hacer el chiste facil y la oi reirse al otro lado del auricular. --Ya, ya… seguro que la tuya tampoco ha estado nada mal. Con un novio con el tuyo, hasta yo me plantearia seriamente la monogamia. --No es mi novio. Solo es… ?Mi chico? ?Mi amante? ?Mi amigo… que se enfada cuando le llamo amigo? Era demasiado confuso. Mi Amo, lo unico que sabia y lo unico que no podia decir. --Eso, Clari, ?que es? --odiaba cuando mi hermana actuaba como la voz de mi conciencia. --No lo se. Y no me llames asi que sabes que no lo soporto. Solo no es mi novio y punto. --Veo que ni siquiera el ha conseguido quitarte el mal humor de por las mananas. Pero Clara, si estais viviendo juntos… --Solo me estoy quedando en su casa unos dias. --Ya, en una casa que ha buscado solo para estar cerca de ti. --Ana, eso no es asi exactamente. --Entonces ?como es? ?Como llamas a un chico con el que vives, que cambia de ciudad para estar contigo, que corre a presentarse a tu familia? Pero si solo le falto arrodillarse y pedirle tu mano a papa. --Ana, Sergio no… --?Por que estas tan cerrada? Hay algo que no me estas contando. ?Esta casado? --No, no esta casado --o al menos eso creia. Tampoco se lo habia preguntado directamente… --Es solo que no… no se lo que quiere. --?Que quieres decir? --Me confunde, mucho. --Por favor Clara, pareces nueva. Vale que has tenido novio desde hace ?cuantos? ?cien anos? y no estas acostumbrada a jugar. Pero tienes que echarle ovarios y dejarle las cosas claras. Tu pones las reglas. Lo importante aqui es lo que tu quieras. ?Que quieres tu? --Ana, no es tan facil… --Clara, ese chico esta loco por ti. ?Que mas tiene que hacer para que te des cuenta? No se lo que esta pasando pero si sigues su juego solo conseguiras que te haga dano. ?Quieres que te diga lo que va a pasar? Voy a leerte el futuro. Te vas a enamorar de el y despues, cuando tenga que volver a Alemania, ?que vas a hacer? Mi hermanita pequena dandome consejos amorosos, y lo peor era que, para no tener ni idea de lo que estaba hablando, estaba acertando de pleno… para un chico normal. Sin embargo, la simple idea de "echarle ovarios y dejarle las cosas claras" a Sergio, no podia menos que hacerme temblar. --Llamarte, al menos siempre podras contarme tu ultimo rollo. Ahora, cuentamelo todo sobre el chico de anoche – o – --Clara, ven aqui --me acerque a el y, en un solo movimiento, me sento encima de sus piernas y su mano derecha se perdio por debajo de mi camison de hilo blanco. --Quiero oirlo ahora --ni siquiera sabia a que se referia. Cerro el portatil y lo aparto descuidadamente a un lado. Despues de la desesperante aunque divertida conversacion con mi hermana, habia bajado a su despacho. No sabia el tiempo que podia llevar enfrascado en lo que estuviera trabajando pero, fuera lo que fuera, no habia terminado. Me habia prometido todo el dia para mi en cuanto acabara, y decidi que era el momento perfecto para dedicarme un poco de tiempo a mi misma. Me habia preparado un cappuccino y, mientras me deleitaba observando las gotas de lluvia caer en la terraza, me sente en la cama para devolver todas las llamadas perdidas y mensajes de familia y amigos felicitando el ano. La conversacion con mi madre habia sido la mas agotadora con diferencia. Cuando se ponia en modo interrogatorio era imposible, daba igual los anos de entrenamiento que llevara, ella siempre tendria mas horas de vuelo que yo. Y aun asi sus esfuerzos por sonsacarme cualquier detalle sobre como avanzaban las cosas con Sergio eran en vano, ni siquiera yo tenia respuestas. Tampoco era el momento para pensarlo. Del que no habia vuelto a tener noticias era de Killian. Me sentia muy mal por la forma en que habiamos terminado, pero me extranaba que no se hubiera puesto en contacto conmigo, al menos para pedirme perdon. Se me paso por la cabeza llamar a alguno de sus amigos para saber como estaba, pero descarte la idea inmediatamente. Estaba echada en la cama leyendo un libro en la tablet mientras escuchaba la playlist de Marlango, cuando me interrumpio una llamada perdida. Sergio. Y aunque no sabia lo que significaba, habia conseguido despertar mi curiosidad. No llegue a entrar en su despacho, solo me asome por la puerta. Estaba imponente en su sillon detras del escritorio, y mas, ataviado como estaba, solo con unos pantalones de pijama. --?Que deseas oir, mi Amo? Empezo a acariciarme y fue instantaneo, mi cuerpo se relajo sobre su pecho desnudo. Sentia su piel caliente en mi espalda, incluso en la mitad inferior cubierta por la fina tela del camison. Sus dedos se movian dulces alrededor de mi sexo, despertando el deseo muy lentamente. Respondi al segundo, humedeciendome para el. Mi cuerpo habia aprendido a reaccionar a su contacto exactamente como el queria en cada momento. --El otro dia, cuando salimos a comer, no contestaste mi pregunta. Quiero que lo hagas ahora. No voy a poder concentrarme hasta que lo oiga. Me quede blanca. Sabia perfectamente a que pregunta se referia. Me la habia hecho dos dias antes y albergaba la esperanza de que se le hubiera olvidado. Pero no lo habia hecho, y si no le habia importado esperar hasta ahora para repetirla, era porque sabia la respuesta. --Parece que necesitas que te refresque la memoria, preciosa. Silencio. --?Por que sigues aqui si sabes lo cruel que puedo llegar a ser? --un escalofrio me recorrio como la primera vez que me la hizo. Seguia muda. --Dejame que lo ponga con otras palabras, -- su nariz retiro el pelo de mi oreja, para que sus susurros no encontraran ningun obstaculo --?por que sigues a mi lado aun sabiendo que lo que te he hecho hasta ahora no es nada comparado con lo que puedo llegar a hacerte? Era como un depredador acechando a su presa. Sabia perfectamente lo que queria y no me iba a soltar hasta que lo obtuviera. Mi sexo se mojo aun mas de lo que estaba, y esta vez sabia que la culpa no era solo de sus dedos. --Contesta. Quiero oirlo ahora --repitio. --No lo se, mi Amo. --No. Lo sabes perfectamente. Sus labios se movian en mi hombro mientras su mano izquierda recorria la curva de mi escote, adentrandose timidamente solo para volver a salir. La piel de todo mi cuerpo se erizo. Se sonrio al comprobarlo. --Mi Amo… si lo sabes, ?por que quieres que lo diga? --Ya te lo dije, me encanta oirtelo y hoy te lo voy a sacar, aunque tenga que arrancarlo de tus labios. Me da igual lo que me cueste. Su mano izquierda avanzo por el escote del camison y abarco mi pecho derecho cubriendolo con su palma. Aparto la tela de su alrededor hasta dejar que asomara por encima. Despues repitio la operacion con el izquierdo. Temi por la fragil tela, adoraba ese camison, y sobre todo, como reaccionaba cada vez que me veia con el. Ignoro mis pezones, que se habian puesto duros como respuesta, y siguio recorriendome despacio. Su mano derecha, abajo, seguia rodeandome, evitandome. Sus dedos se desviaban por la parte inferior de mi vientre, mis ingles, o el perineo, causando que toda mi vagina se empapara por la anticipacion. Podia imaginarme su estrategia, dejarme con tantas ganas de el que estuviera dispuesta a cualquier cosa con tal de que me tocara. --?Piensas torturarme, mi Amo? --No, todo lo contrario, preciosa. Pienso darte tanto placer que no podras evitar gritarmelo. !Dios! Eso si era crear expectativas. Me inunde con sus palabras, porque tenia el convencimiento de que iba a pasar exactamente como el auguraba. Acabaria haciendo lo que el quisiera, no me cabia la menor duda. Solo podia retrasarlo, pero iba a disfrutar el proceso… De un manotazo, despejo el escritorio de papeles, que cayeron al suelo desordenados. Me levanto y me tendio sobre la mesa. Sus manos se colaron por debajo del camison, subiendo por mis caderas. Me agarro y me acerco deslizandome sobre la madera hasta chocar con su pelvis. Levante mi cabeza para reclamarle un beso, pero su mano en mi pecho me retuvo. Mi atencion se poso despues en el bulto que tiraba de la tela de sus pantalones, que se alzaba como un tronco robusto, largo y grueso. Solo adivinarla me hacia temblar. La necesitaba. Intente alcanzarla con mi pie, aunque sabia de antemano que no me lo iba a consentir.

  • Tenia que encontrarte de Gema Samaro

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    Julia conduce de regreso a casa despues de otra cita frustrada con su novio, cuando de repente a un lado de la carretera aparece una avioneta destrozada de la que sale un piloto de impresion que parece sano y salvo.
    Con todo, Julia acude a su rescate si bien el tio parece un tanto confundido.
    Ella lo achaca a la conmocion por el golpe, pero el aviador que se llama Sergio Minaya afirma que esta perfectamente. Solo hay un “pequeno” problema: asegura que es un rico empresario venido de otra epoca y tiene pruebas tan contundentes para demostrar que ha viajado en el tiempo, que a Julia no le queda mas remedio que llevarselo a su casa enana y que sea lo que tenga que ser.
    Total, que importa un descarriado mas si ya tiene acogidos a su gato Amante Bandido, a su amigo Gonzalo, a su hermana Alma y a su sobrino adolescente Mateo.
    Sergio se instala en esa casa diminuta convencido de que sera por muy poco tiempo, pero enseguida empieza a sentir demasiado por Julia y ahi es cuando todo se enreda de verdad…
    ?Podra el amor superar todas las barreras, incluso la del tiempo?

  • Relatos de mar y tierra de Alvaro Mutis

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    Nadie como Alvaro Mutis ha conjugado tan genuinamente en prosa la infusion de vida, el dandismo, la precision intelectual y los mas oscuros sabores de la lirica.

  • Voces color canela de Lola Cabrillana

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    En mi familia, las discusiones por la defensa de nuestras costumbres son brutales. Los que no quieren romper las tradiciones, se encuentran de frente a los que queremos avanzar y crecer sin vernos atados a un patrimonio ancestral, que no se adapta a nuestros dias. En mi bando, aceptamos las costumbres heredadas, en la medida que no pisotean la dignidad de nadie. El contrario, aboga con vientos huracanados por las tradiciones, sin importar lo que arrastre. A los dos equipos nos une una cantidad ingente de sangre caliente. La misma que nos empuja a luchar por nuestras ideas hasta el final. Una sola chispa puede organizar una disputa que ardera durante horas antes de apagarse. Si es que lo hace. Algunas llevan una decena de Nochebuenas dando vueltas, un buen numero de cumpleanos haciendose un hueco y un par de bodas siendo defendidas despues de la barra libre. No siempre es la edad la que divide a los participantes de ambos bandos. Eso facilitaria las cosas con premisas cargadas de "la culpa la tiene la pasividad de la senectud" y "la pasion de la juventud". Se entremezclan las personas jovenes que se aferran a tradiciones ancestrales, impulsados por la comodidad y facilidad que les promete, y miembros de avanzada edad que evolucionan a un ritmo rapido, abriendo los ojos a los nuevos tiempos con una carga importante de sentido comun. La ultima disputa fue en un cumpleanos. Mi prima Marina, maestra y abanderada honorifica de causas perdidas, se enfrento, ella sola y sin mas armas que su palabreria, al regalo de cumpleanos de nuestro sobrino de cinco anos. Un regalo muy peculiar, y adecuado para tan tierna edad. Una fabulosa pistola de balines. Reluciente. Negra, con un brillo que parecia recien pulida. No le cabia al chiquillo en la mano. Necesitaba de la fuerza de ambas para dominar el endiablado juguete. El moraton del primer disparo no dolio. Lo recibio el generoso tio que se habia gastado la mitad de su sueldo en conseguir las balas supuestamente inofensivas. El destino tiene a veces una forma muy simpatica de mostrarnos los errores cometidos. A mi prima, aquel artilugio, le parecio inaceptable. Repartio argumentos, desplego sus encantos y creo discursos llenos de dramatismo. En el campo de batalla, lo unico que funciono fue, en estraperlo, el cambio de la pistola de balines por un libro. Un atractivo regalo presentado en brillante papel de plata. No era un libro cualquiera, era un ejemplar original y diferente que habia comprado una y otra vez, para regalar siempre, en la pequena libreria donde trabajo hace anos. Un cuento de un raton y una luna con doble texto, uno visible con luz y otro que solo se podia leer en la oscuridad mas absoluta. Sus letras fluorescentes fascinaron al chiquillo que se olvido de la pistola de balines, aceptando el cambio con agrado. El juguete maldito quedo olvidado en la guantera de mi coche. Sacarlo de la casa sin ser visto por sus fieles defensores, se presento como una mision complicada. No entraba en nuestros bolsos, e ir con un arma tan parecida a una real en una bolsa de plastico, tampoco era un plan muy apetecible. Suerte que las fiambreras siempre estaban invitadas a nuestras fiestas familiares. Lo normal es que sobrara una gran cantidad de comida que nos llevabamos a casa para el dia siguiente. El invitado que no proporcionaba los recipientes para transportar las sobras, cocinaba al levantarse con la consiguiente resaca. A nadie se le olvidaba traer los envases. Metimos la pistola en una fiambrera espaciosa. Y la llevamos al coche, como si estuvieramos cometiendo un delito. Que se quedara a vivir en mi inhospita guantera fue fruto de la casualidad, y de la mala memoria que compartimos por genetica. Alli descanso en paz, enterrada bajo capas de recibos de gasolina y de supermercados varios. Nada tendria de especial esta historia, sin los hechos que acontecieron una manana de octubre. Un capitulo olvidado de nuestras reuniones familiares, se convirtio en el climax de una fascinante madrugada. Mi hermano y yo trabajabamos en el mismo tablao. El tocaba la guitarra y yo bailaba. Tambien podemos hacerlo al reves, con el mismo aplomo. Pero a los extranjeros les gusta mas mi vestido de faralaes dando vueltas en el aire que el arte de los pies de mi hermano. Que dicho sea de paso, es inigualable. Nos llevamos muy bien. Merito acerrimo suyo. Sabe torearme hasta en las plazas mas dificiles. En el reparto en el saco amniotico se llevo la racion de paciencia de los dos, sin compartir conmigo la parte correspondiente. Cierto es que me facilita mucho la vida. Siempre se situa detras de mi, sin grandes jaleos. Sin su apoyo no hubiese caminado en mi vida ni la mitad de segura. Al terminar la temporada de verano nuestro volumen de trabajo baja de intensidad. Es el momento que aprovechamos para hacer un viaje. Siempre en mi coche. La mayoria del tiempo conduzco yo, pero en cuanto la fatiga me visita, mi hermano coge el timon. Teniamos una esplendida semana de vacaciones por delante. Partimos a las cinco de la manana, con la tranquilidad de ir en la carretera solo nosotros, dos pequenas maletas y un destino por decidir. Iriamos a un parque de atracciones, eso lo sabiamos, pero no acababamos de ponernos de acuerdo a cual. Las emociones fuertes, que nos separan del suelo y nos suspenden en el aire, nos fascinan a los dos. La musica flamenca de la radio, nuestros animos mas alegres que castanuelas en bulerias, y la perspectiva de siete dias sin trabajar, configuraban el comienzo del viaje, en una madrugada negra como el hollin. Mi hermano queria ir al parque de atracciones de la Warner, por cercania. En cambio mi preferencia apuntaba mas al norte, a PortAventura. Una semana era tiempo de sobra para pasar unos dias en la zona. En plena negociacion, en la oscura carretera de Sevilla, sentimos como un coche se pegaba indecentemente a nuestro maletero. La guardia civil nos echo las luces deslumbrandonos. Con senas nos indicaron que nos detuviesemos en el arcen. Un silencio sobrecogedor se acomodo entre nosotros. Es ver a la Guardia Civil y no controlarme. Sufro un nerviosismo que no tiene base cientifica ninguna, pero que a mi me recorria de arriba abajo con una sensacion centrifuga muy desagradable. Ocurre en mi familia desde generaciones ancestrales. Este Cuerpo de Seguridad del Estado nos crea una inquietud dificil de describir. Mantenerlos lejos es vital para un estado de vida sosegado y sin grandes sobresaltos. El guardia civil asomo la cabeza por la ventanilla y nos pregunto, despues de darnos las buenas noches, a donde nos dirigiamos. Y nos lucimos mas que en nuestros espectaculos. Yo conteste que a PortAventura y mi hermano que a la Warner. A la misma vez. Ya la habiamos liado. Ni cantando flamenco nuestras voces se unian tan sincronizadas. Con una linterna pequena, y media cabeza metida por la ventanilla, ilumino todo el interior del coche. El senor, de manera muy seca y manida, me pidio la documentacion del vehiculo. Madre del amor hermoso. En ese momento aparecio en mi mente, con vida propia, la pistola de balines. Dos segundos me sobraron para calcular que si sacaba los papeles y la pistola se caia, o simplemente esos senores la veian con la linterna, que con lo chiquitilla que era podia iluminar hasta el ultimo rincon, las consecuencias serian irremediables. No me daria tiempo a explicar la historia completa. Asi que hice lo que tenia que hacer. Una declaracion en toda regla. Les dije a los senores que iba a coger los papeles. Pero que en la guantera habia una pistola. La palabra "juguete", que en mi cabeza se pronunciaba inmediatamente despues de pistola, no llego a salir de mi boca. No me dio tiempo. Yo queria decirla. Era mi intencion. En tres segundos estaba fuera del coche, con las manos puestas sobre el techo y las piernas abiertas. Mirando de frente a mi hermano que resoplaba palido en la misma posicion que yo. Sus ojos brillaban. La noche cerrada no nos dejaba ver nada de lo que habia alrededor. El paisaje parecia cortado de cuajo, y cercado en negro, como escenario de una pelicula de terror. Olia a tierra mojada, a retama agria y humedad. El miedo era compartido por los cuatro. Y se acentuaba por el hecho de estar en un descampado en medio de la nada. No percibimos muy espabilados a los senores de verde, la carrera uniformada no les habia "iluminao" demasiado en el camino de las situaciones dificiles. Se preguntaban el uno al otro, mostrando inseguridad. Mis manos sobre el techo del coche temblaban tanto que no era capaz de mantenerlas quietas. Ni tocando la caja se movian tanto. Mi imaginacion, que corria como las balas, me ofrecio cientos de opciones donde, si no conseguia dominar el temblor, no saldria bien parada. El moreno de la cara de mi hermano se esfumo para presentar una palidez que no habia visto en mis veinte anos a su lado. Lo miraba, me miraba. Intentaba saber que me decia con la mirada. El buscaba las mismas respuestas en mi. En este dialogo de besugos mudos, su miedo y el mio, hechos un nudo, no ayudaron a gestionar soluciones. Enmudecidos con la certeza que dijeramos lo que dijeramos, empeorariamos la situacion. Dos segundos de silencio. Se escucha una voz que pide refuerzos. Los ojos de mi hermano se abrieron como platos. Necesitaban pedir refuerzos. Pensarian los pobres hombres, que lo importante alli, era no perder la custodia de ninguno de los dos ni un instante, fuera a ser que tuvieramos armas de destruccion masiva en el maletero. O superpoderes para deshacernos de las pistolas que nos apuntaban. O un cadaver escondido, que habiamos matado previamente con la pistola de balines. Vete tu a saber. La chica que llego en otro coche, el de refuerzo, me registro con esmero. A la muchacha no le quedo la menor duda que no tenia nada encima. Mi cuerpo no habia sido objeto de tanto paseo ni en mis anos de instituto. En el mismo momento que cogieron la pistola de balines, se dieron cuenta que era de juguete. Que gracia les hizo. No paraban de reir, pero mira por donde a nosotros no nos hacia ni "mijita" de gracia. El mal rato de los refuerzos, de las manos arriba y el escaneo corporeo, nos habia cambiado el buen humor que traiamos por una mala leche concentrada, que se podia verter en un jarrillo de lata. A trozos desordenados, contamos la historia de mi prima, la pistolita y la madre que la pario. Cuanto mas reian ellos, mas verguenza tenia yo. Nos invitaron a una tila en una venta cercana. La tila paso al vinito, y desemboco en una fiesta improvisada. Intentando calmarme y disculparse, la confianza se abrio paso. Cuando los senores terminaron su turno, demostraron ser unos entendidos del arte y el flamenco. Sin el uniforme era yo capaz de verlos mas cercanos. Hasta el tercer vaso mi tension no se disipo y me uni al festivo sarao. No puedo resistirme a dejarme llevar por una juerga donde se vierta el vino y la musica a partes iguales. Yo tenia el pulso, de los nervios acumulados, como para robar panderetas Tuve que sujetar el vino con las dos manos, para que el suelo no se emborrachara antes que yo. Bailando llego el dia y con el continuamos nuestro camino. Al final los tres, mi hermano, la pistola y yo, pasamos por los dos parques tematicos. Disfrutando de esa semana que empezo accidentada y termino con un regreso acelerado. Una propuesta laboral, que de un zarandeo nos cambiaria de lugar en el mundo. Nos llevaria a cruzar el charco, llevando nuestro arte y alegria, como unico equipaje. CAPITULO 2 BEATRIZ LA FORMA INCORRECTA DE GUARDAR Antes de conocerlo yo guardaba. No es que me sienta muy orgullosa de esta parte de mi vida. Caer es muy facil cuando las necesidades aprietan el monedero y las facturas se amontonan en el cajon. Para colmo, todo tu alrededor, se empena en demostrarte lo facil que es ejecutarlo y salir impune. Siempre he vendido en el mercadillo, desde que era nina. Teniamos un puesto fijo los domingos. Estaba muy bien situado, en la parte central. Mi abuela se lo dejo a mi madre y seria la unica herencia que me dejaria mi madre a mi. Mis bragas eran conocidas por ser las de mejor calidad de todo el mercado. No es que lo diga yo, puedes preguntar a cualquiera. Mujer que paraba en mi puesto, mujer que salia con muda limpia. No vayas a pensar que soy de esas que grita como una "condena" a toda la que pasa. Tengo otro estilo. Mi puesto es bonito, con la mercancia bien "planta". Y en cuanto se acerca una senora, ahi estoy yo, para ponerle por delante lo que ella no sabe que necesita. Las bragas no me daban para pagar el alquiler. Ganas dinero si, pero tienes que volver a emplear en mercancia. Y el margen de ganancia es muy pequeno. No daba para sobrevivir. Asi que o me bajaba las bragas y me dedicaba a la prostitucion o guardaba. Lo primero era para mi impensable. La primera vez que guarde los nervios me comian. No podia estarme quieta. Y eso que me dieron a guardar dinero. Tenia que esconder en casa una pila de billetes de los grandes. No habia visto tanto dinero junto en mi vida. Que la policia viniera a mi casa y me llevara detenida era una idea que no me dejaba ni respirar. Pense en los escondites perfectos. Dividi el objeto del deseo en tres partes mas o menos iguales. Una parte la meti dentro de una bolsa de guisantes en el congelador. La otra dentro de una zapatilla de estar por casa que llevaba puesta. Y la ultima parte estaba en un doble fondo en un paquete de detergente para lavar la ropa. Antes de encontrar los escondites perfectos los guarde y saque tantas veces, que estaba segura que no me iba a acordar del ultimo sito donde los habia guardado. Me hice un pequeno mapa, por si acaso. Luego escondi el mapa y no lo encontre. El chico que vino a recoger el dinero tuvo que esperar media hora a que encontrara el tercer monton, que tenia bajo mis pies. Tengo que reconocer que la angustia se me pasaba cuando podia pagar con desahogo mis deudas. A los pocos meses me ofrecieron doblar los beneficios si guardaba una bolsa de pastillas. Cai y dije que si. Un par de "guardaos" mas y lo dejo, me dije a mi misma. Para que nos vamos a enganar. A todo se acostumbra una. La posibilidad de poder pagarme un alquiler fuera del barrio, me lanzaba veloz por el objetivo. Necesitaba alejarme. Queria vivir en un pueblo costero, cerca del mar. Alli vivian mis amigas y cuando las visitaba sentia que era mi sitio. Me fui cuando la suerte jugo de mi lado y me libre de una buena. Tenia ahorrado lo suficiente para pagar un ano de alquiler. Con lo que sacaba del mercadillo iria tirando. Con 20 anos ya estaba fuera del barrio. Me sentia orgullosa de una parte de mi. De la otra no queria acordarme. Mi nuevo sitio olia a mar, a lejia y a limpio. Algo totalmente nuevo para mi. Tener un vecino que me cortaba la respiracion cuando lo veia, fue el aliciente perfecto para adaptarme a mi nueva vida. Era moreno, alto, con un semblante simpatico, de esos que al mirarlo no puedes dejar de sonreir. Siempre iba con prisas. Me saludaba de forma cercana. Notaba como me miraba cuando me alejaba. Sabia que tenia posibilidades. Era algunos anos mayor que yo, pero no me importo. No fue facil. Tuve que bajar y subir cientos de veces para coincidir con el en el ascensor. El senor mayor que siempre estaba en la puerta del portal pasando el rato, tuvo serias dudas si era mi vejiga o mi cabeza la que tenia incontinencia. Le sacaba conversacion cada vez que, por casualidad, nos encontrabamos. Un dia tomamos algo, al otro repetimos, y poco a poco me lo fui trayendo a mi terreno. Me lo traje tantisimo que nos casamos a los 12 meses justos de conocernos. Tuve una boda como Dios manda. En una caseta de la feria, que lucio espectacular para la ocasion. Mil farolillos de colores hicieron de techo. Sillas y mesas dieron paso mas tarde a una zona para bailar. Mi padre y mi padrino no escatimaron en gastos. No falto de nada. Los invitados comieron y bebieron hasta reventar. El broche final lo pusieron mis amigos Cristina y Raul, que bailaron y cantaron dejando a los asistentes boquiabiertos. Hasta mi suegra, que no encontro nada de su agrado, felicito a los artistas por su actuacion. Nos llevabamos muy bien. No discutiamos demasiado y no teniamos que esforzarnos por hacernos felices. Siempre he sabido que donde mejor sintonia teniamos mi marido y yo era en la cama. Para mi, que el habia tenido una vida muy insulsa en ese aspecto. Al conocerme descubrio todas las posibilidades en una gama amplia de actividades variadas dentro y fuera del lecho conyugal. Las reconciliaciones eran muy faciles, en el momento que nos ibamos a dormir. Despues de casada, segui ayudando a mi madre en el mercadillo. No es facil montar y desmontar un puesto sola. Hay que cargar cajas, sacar mercancia y volverla a guardar. Desde que lo conoci, mi marido trabajaba reparando ascensores. Tres turnos de noches a la semana. Y otros tres turnos de dia, 12 horas seguidas. Descansaba un dia a la semana que a veces coincidia con el que trabajaba yo en el mercadillo. No entendia mucho de lo que me contaba. Me hablaba de motores y mecanismos que me sonaban a chino. Lo unico importante es que era feliz.

  • Perverso Seductor Mentiroso de Christina Lauren

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  • Cubridle el rostro de P. D. James

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    La enorme y respetable casa de los Maxie, en la campina inglesa, parecia el lugar ideal para que la joven Sally Jupp pudiera trabajar como criada y criar a su hijo, pero un horrible crimen acabaria pronto con sus ilusiones. Afortunadamente, el superintendente Adam Dalgliesh, detective y poeta, se encargaria del caso...

  • El calentamiento global de Daniel Ruiz

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    Federico Castilla es director de Responsabilidad Corporativa y Desarrollo Sostenible de Oilgas International, multinacional del sector petroquimico con implantacion en Europa, Africa y Oriente Medio. Una manana recibe una llamada desde Oilgas Iberica, su planta de distribucion de refino en Espana, y le comunican que se acaba de producir un accidente laboral en dicha planta; un empleado, que ha caido desde varios metros de altura mientras realizaba trabajos de reposicion de luminarias, se encuentra en estado critico. Inmediatamente, se activan todos los protocolos y Federico toma un avion para viajar hasta Pico Paloma, la poblacion donde esta la factoria. Se trata de un municipio enclavado en pleno parque natural de El Roqueo, en una zona del litoral donde convive la industria petroquimica, la actividad turistica y el paisanaje local.

  • Volver a empezar (Desde las cenizas 1) de Lorena R. Jeffers

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    A lo mejor no nos reconoceremos, pero nos volveremos a ver. Por ahora, mi amor, vive…

  • Una Mancha en la Cama de Magela Gracia

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    El parque. Horas que nos pasamos sentadas en el banco con los tacones enterrados en la arena, viendo las nubes pasar por encima de nuestras cabezas. Gritos de ninos, gritos de madres peleando con los ninos. Gritos de madres hablando con otras madres... Abuelas que dan de comer a las palomas y menean sistematicamente un cochecito de bebe, buscando que el sol no incida directamente sobre la cara del crio. Hace mucho tiempo que acudo al parque sola. No tengo hijos, pero si una perrita a la que le encanta perseguir mariposas entre las flores. Los ninos salen de su zona acotada de vallas de colores para ir a rascarle la cabeza entre las orejas, en cuanto llegamos a nuestro banco. Y alli, desde hace unos meses, me da por ponerme a sacarle historias a las personas que lo frecuentan. No que me las cuenten ellos, por supuesto, que para eso ya tengo yo mi imaginacion... y me encanta usarla. Parejas de enamorados que pasean por los caminos que rodean la arboleda; adolescentes tirados en el cesped, jugando al juego de estar enamorados; mujeres solitarias con un libro en la mano, sentadas al borde de la fuente de piedra; hombres corriendo por las pistas de atletismo, sorteando bicicletas... ?Cuantos de ellos llevarian meses sin tener sexo? ?Cuantos todavia llevaban prendidos sus olores en el cuerpo? ?Cuantos, al igual que yo, morboseaban con la idea de follar, alli, con cualquier desconocido? ?A cuantos les apeteceria poder mirar, por una rendijita de la puerta abierta, el combate de dos cuerpos entregados a los deleites del desenfreno? Debia confesarlo. De cualquier escena saco algo erotico, algo libidinoso, algo pornografico. Va a ser que tengo la mente sucia... Me siento, observo, elijo. Y cuando llego a casa, me centro en escribir. No me dedico a ello, pero es una buena forma de pasar mi tiempo libre tras la dura jornada laboral. El ocupar unos minutos estando delante del papel, con la pluma que me regalaron por navidades entre los dedos, hace que mis fantasias cobren un poco mas de vida. Ver las palabras plasmadas en el blanco folio, jugando entre ellas para unirse, hace que mi estancia en el parque requiera mucha mas atencion al detalle de las personas a las que observo. Cada matiz en la forma de acercar una mano, cada destello en la mirada, cada rubor. Asi me pruebo la piel de la persona a la que imagino. Siento sus deseos, se me acelera el corazon recordando los contactos, me revoluciona el fondo del abdomen con el calor que se despierta alla abajo. ?Te has sentido alguna vez observado en el parque? Puede que haya sido yo... Puede que formes parte de las fantasias que escribo. Luego, en la intimidad de mi dormitorio, cuando los folios se han amontonado ya en una pila de hojas que cogeran polvo a medida que les va llegando el olvido, me acuesto en la cama y ensucio las sabanas... FANTASIA I Una mujer lleva un rato sentada en una de las sillas que componen la zona de la terraza, en la cafeteria del parque. Ha pedido una botella de agua sin gas, muy fria. Esa mujer es infiel. Lo se porque lleva un panuelo cubriendo todo su cabello. Tambien usa unas enormes gafas de pasta, oscuras como el carbon. Y una gran pamela. Mira con nerviosismo su reloj de pulsera, e imagino que su amante se esta retrasando, y que no le gusta estar expuesta a las miradas indiscretas. No lleva maquillaje, pero va muy bien vestida. Esta estrenando zapatos de tacon, vertiginosamente altos. Y luce un collar muy vistoso, destacando en el escote de la perfecta blusa planchada, que no insinua nada y, sin embargo, promete todo... Se ha arreglado para un hombre, y ese no es su marido. Esta mujer va de caza. Bueno, puede que solo este esperando a una amiga que llega tarde, y se acabe de hacer un tratamiento en la piel y no quiera coger sol. Si me acercara a preguntarle, probablemente, habria miles de explicaciones a su indumentaria, tan de anuncio de perfume caro, propio de un paisaje con mar de fondo y un coche descapotable brillando a la luz del sol. Pero me encanta la idea de que vaya a serle infiel a su pareja. ?Cual es el motivo por el que se decide que se va a traicionar sexualmente a la persona con la que compartes algo mas que mananas estresantes al levantarse, o noches de confidencias entre las sabanas? Enfado, aburrimiento, distanciamiento, oportunidad... El calenton que hace que todo pierda sentido. ?Va en el caracter, igual que lo de ser constante? ?Se puede ser infiel solo una vez en la vida, y nunca mas volver a pensar en otra persona? ?O cada vez que tenemos una fantasia con alguien distinto a nuestra pareja, somos infieles? Creo que la gracia esta, seguramente... en que eso nunca se decide. Simplemente, ocurre. INFIEL La pregunta que nunca debi hacerte... -- ?Donde se deja de ser fiel? Y la respuesta que nunca debiste darme... -- Probemos... Bajar la cremallera de mi vestido negro, dandote la espalda, mostrando la piel del hombro, sacando una manga. Terminar de bajarla, sabiendo que tus ojos acompanan mis dedos en el proceso. Pense, y dije despues, que desnudarme delante de ti no era ser infiel... Y tu, complice, no dijiste nada. Sacar el otro brazo y dejar caer el vestido a mis pies, para mostrarte la lenceria que en mi intimidad para ti habia comprado, fantaseando con algun dia poder mostrarte. Negras braguitas de topitos blancos; sujetador a juego con el escote engalanado en encaje, desdibujando la linea del busto abultado. Separar las piernas para que las braguitas se hundan en mi raja y quede la mayor porcion de nalga expuesta a tus ojos malditos. Inclinarme para mejorar mis vistas, y para verte devorarme a su vez... Que te abras la bragueta en dos movimientos puede que tampoco sea ser infiel... Y ver tu polla tiesa entre tus dedos supongo que tampoco. Esbelta, tersa, con el capullo rosado, hinchado y babeante. Saber que si no hubiera un anillo en mi mano esa verga estaria ahora recorriendo mis entranas calientes. Eso es aun mas excitante. Ojala las ataduras y los juramentos desaparecieran tan convenientemente como se puede esconder por unas horas un anillo en el bolsillo de una chaqueta... !Que digo unas horas, unos simples minutos! No me hace falta para saciar la sed que me atormenta la garganta mas que unos cortos y maravillosos minutos, entregada a los placeres de tu carne traviesa. Tu mano aferrando tu polla, y el brillo de un anillo en uno de tus robustos dedos. Ese anillo ahora se frota contra la piel endurecida por el morbo que te ofrece mi cuerpo, y no puedo evitar imaginarme el momento en el que tu esposa lo puso alli, vestida de blanco, tal vez sin haberte separado todavia las piernas para que pudieras olerla. Me encanta observar el oro rozarse con tu polla, haciendola tan prohibida... Puede que tampoco sea considerado infidelidad apartar un poco las bragas para ensenarte mi conito rasurado y mojado... Y al hacerlo comprendo que el hecho de que te masturbes mirando como muevo la tela negra sobre mi entrepierna, estimulando mis zonas nobles, no puede ser tan malo... !Como va a ser malo si me esta gustando tanto! Esto no es ser infiel, es disfrutar de mi imaginacion mientras hay un hombre que hace lo mismo con la suya. Ahora, en tu cabeza, me la estas metiendo fuerte... Lo se, lo intuyo... En esa misma postura, por detras, apartando las braguitas a un lado para que tu verga se empotre contra el fondo que te ofrezco, una y otra vez... La siento menearse en mi interior como si en verdad lo hiciera. Deliciosa plenitud contra la que apretarse mientras me torturo el clitoris con la yema de los dedos a traves de la tela de las braguitas elegidas. No, definitivamente verte masturbar no puede ser serle infiel a mi marido... No te estoy tocando... Ver como te la machacas con la mano cerrada contra la carne dura es lo mas excitante que he hecho en anos. Tu imagen empalmada mientras te muerdes los labios y me clavas los ojos en las nalgas como harian tus dedos si te estuviera permitido me tiene tremendamente mojada. !Maldita moralidad la tuya! Horrible sensacion de impotencia al saber que si me acerco un poco mas a ti huiras con la polla tiesa a medio meter en la bragueta, a la carrera. O tal vez no... Invitarte a que entres... Invitarte solamente a tocarme. Me acuesto en la cama boca abajo y separo las piernas. El dormitorio de la casa de tu amigo es tan impersonal como puede ser cualquier otro de un hombre que solo lo usa para follar. Esa etapa la pasamos ambos hace ya mas de una decada, cuando eramos jovenes y pensabamos que comerse el mundo incluia comerle el sexo al menos a una pareja distinta cada semana. Las cosas se complicaron con el paso de los anos, y se desdibujaron los deseos en pos de una estabilidad tan efimera que cuando nos quisimos dar cuenta lo unico que quedaba para sustentar nuestra realidad era el punetero anillo en el dedo indicado. Anillo de condena. Anillo de castigo. Aun asi, impersonal y todo, la cama es comoda y amplia. Una pena que los dos seamos fieles a nuestras parejas, y no te animes a tumbarte a mi lado, o sobre mi, como deseo tanto. Aunque este boca abajo puedes ver mis dedos entrar y salir de mi cono, y escuchar el chapoteo. De eso estoy segura, porque yo lo escucho y se que se te sigue endureciendo, ya que te veo a traves del espejo que hay al lado de la cama. Me miras tocarme, te miro yo hacerlo... Y me excito con la idea de que me poseas y me retuerzo por ello entre las sabanas de la cama. Te enseno mi anillo de casada... juego con el mientras lo deslizo de mi dedo y enmarco mi clitoris con el para hacerme sentir mas atada a algo que ahora mismo no comprendo. El anillo cae a la cama con el juego, y tu lo observas entre mis piernas, depositado en las sabanas de tu amigo. ?Gemir pensando en otro es ser infiel? Porque estoy gimiendo... Empiezo a no ver la linea y me doy cuenta de que no me molesta tanto. Pero, sobre todo, te escucho gemir. Me estremezco al verte temblar a mi lado, ya que te has acercado a la cama. Estas parado a un lado, con la verga en la mano, dura como una roca. Me duele el cuerpo de la impotencia, me duele el alma por la falta de contacto y el cono porque esta vacio... Y me duele el dedo porque he perdido el anillo. Aun asi estoy tan excitada que no puedo contenerme, y me pregunto si un avance mas sera posible estando tan cerca tu cuerpo del mio. -- ?Se puede considerar infidelidad ofrecerte mi culo para que lo huelas? Te he herido de muerte, y lo sabes... Elevo las nalgas, hinco las rodillas en la cama, y te ofrendo mi culo... tal como siempre quisiste. Se que estas a punto de caer, y no se si podre sostenerte. Provocarte hasta ese extremo ha sido peligroso, pero sabia que no podia dejar de ofrecerte mi olor, con lo que se que lo deseas. Tal vez, solo tal vez, sea miedo lo que brilla en mis ojos, a la vez que deseo. Pero tu te inclinas con toda tu mala leche, y dices, con tu rostro junto a mi culo, que si no hay roce, no hay pecado... Y tus palabras retumban en mi cuerpo mientras te escucho olerme, aspirando fuertemente mi aroma. Y pareces satisfecho, porque la polla, tan dura como la llevas, ha empezado a babearte, con un brillo delicioso que estoy deseando llevarme a la boca. Estoy segura de que te falta poco para eyacular encima de mi. Algo, por otro lado, que nunca creimos que fuera a llegar a ser posible. Aun recuerdo tus primeras palabras, cuando nos conocimos. Eras de esas personas con las que te encuentras en el mundo, de vez en cuando, y piensas que conocias de toda la vida. Un hombre resuelto, picaro y decidido, que hacia que lo miraras de arriba abajo mientras te lo cruzabas en el supermercado... y mientras te recorria el a ti, tambien, de arriba abajo. Ahora, medio desnudo a mi lado, poco te parecias a ese hombre que me hizo volver la cabeza mientras tu volvias la tuya, y soltabas con gran desparpajo una frase que me acompano durante muchos dias... y muchisimas mas noches. -- Si quieres te doy mi numero de telefono--, me habias comentado, antes de seguir cogiendo un bote de tomate frito para ponerlo en tu carro, justo con los panales de recien nacido. -- Si quieres te doy yo el mio... En mi cesta de la compra iba amontonando poco mas que un par de cosas para los rapidos desayunos antes de salir al trabajo, ya que pasaba la mayor parte de mi tiempo fuera de casa, al igual que mi marido. Y aquella noche, cuando ya el sueno me vencia, la ocurrencia de intercambiarnos los numeros escritos en sendos botes de mahonesa hizo que mi vida cambiara. Aun estaba por verse si para mejor... -- Sexo telefonico no se considera infidelidad, ?no? -- Depende... -- te habia contestado yo--. Si es solo decirme que me harias o si te tocas mientras lo haces... -- ?Y que diferencia habria, si no es a ti a quien mis manos tocan? -- ?Y a quien tocarias, a tu esposa? La idea te habia encantado. Follarme por telefono mientras te imaginabas haciendole lo mismo a tu esposa habia resultado ser una fantasia de lo mas excitante para ambos. Cosas que no te habias atrevido a hacerle nunca salian de tu boca perversa y me calentaban el cuerpo, mientras me retorcia en la cama imaginando que estaba mi marido conmigo, haciendome lo mismo. Tarde mucho en llevar mi mano a mi entrepierna, pero cuando lo hice no pude entender por que habia tardado tanto. Por fin conseguiste que me escondiera bajo las sabanas, con la luz apagada, para correrme con tu boca traviesa. Mi marido trabajaba tantas noches... No, habia pensado entonces. Masturbarme con tu voz no es ser infiel... Follar con nuestros respectivos luego, con los olores despertados en los sexos por el otro, tampoco. Escucharte decirle a tu esposa las cosas que me habias dicho a mi, dejando el movil encendido en la mesilla de noche mientras la follabas al otro lado de la ciudad fue lo siguiente. Escucharte gemir por lo que ella te hacia, aunque fuera pensando en mi cono y mi boca, me excitaba. Y yo... seguia preguntandome... ?Estoy siendo infiel al escucharte?

  • Un lord sin honor de Vanessa Lorrenz

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    Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita esposa. ?Pero que sucede cuando este hombre no posee fortuna? Lady Emily paseaba por el lago Serpentine acompanada de su doncella Susan. El dia habia amanecido calido, a pesar de estar terminando el invierno, dandole la bienvenida a la primavera. Por el rabillo del ojo, vio que lady Carolina Graham paseaba en direccion contraria a la de ella, junto con todo su sequito de amigas, que a la vez estaban acompanadas de sus doncellas. Era una beldad que destacaba entre las jovenes casaderas. Las matronas decian que ese ano ella seria la que conseguiria el mejor partido casadero. Pero a Emily eso no le preocupaba, su madre estaba histerica realizando todos los preparativos para su presentacion. Era la hija unica del duque, ya que su madre tuvo un parto muy doloroso. El medico y la matrona que la habian atendido tuvieron que ayudarla. Y, aunque el parto fue exitoso, no fue capaz de concebir de nuevo. Pero a su padre eso no le importaba. --?En que piensas, mi nina? --Escucho que le preguntaba Susan. Con el paso de los anos, se habia encarinado tanto con esa mujer... Habia sido la doncella de su madre y, cuando ella nacio, se quedo a su cargo. --En nada, nana, creo que los nervios comenzaran a matarme. --Has sonado demasiado a tu madre. --Dios nos salve de eso, Susan, pero pensar que estare frente a la reina haciendo una reverencia me pone muy nerviosa. ?Y si resbalo y caigo? --Recuerdo que, dos temporadas despues de la presentacion de tu madre, una debutante llevaba un vestido primoroso con cristales traidos de la India. Como era la mas hermosa de la temporada, otra debutante que le tenia envidia le piso el vestido antes de entrar al gran salon. Obviamente la pobre resbalo de manera estrepitosa. Cuando se quisieron dar cuenta de lo sucedido, la joven estaba tirada con las faldas subidas y encima de uno de los guardias de la reina. Todas las debutantes se reian sin parar. --Susan, esto no me da sosiego. Eso seria mi ruina, en ninguna casa decente me aceptarian. No encontraria marido nunca. --Pero eso no te pasara a ti, encontraras al mejor esposo del mundo. Ahora vamos a buscar al cochero para que nos lleve a comprar esos hilos y listones que querias. Necesitamos que esos hombres casaderos te vean hermosa desde ahora. Suspiro porque de eso se trataba todo. Las debutantes eran como un corte de carne subastado al mejor postor: mientras mas hermoso y con buena cuna, mas posibilidades tenia de triunfar en la temporada. Pero Emily queria amar a su esposo y ser amada. Sus padres se amaban, no eran el clasico matrimonio de conveniencia. Segun lo que su madre contaba, el flechazo fue inevitable. Fue ver a su padre y sentir que se pertenecian. Emily suspiraba cada vez que su madre contaba la historia porque era como un cuento de hadas. Su padre la habia cortejado por seis meses e incluso se tuvo que retar a duelo con algunos de los pretendientes de su madre. Sonrio recordando la anecdota mientras se bajaba del carruaje para cruzar la calle que le llevaria a la boneteria. Susan estaba bajando detras de ella, pero Emily se quiso adelantar, con tan mala suerte que no se dio cuenta de que un carruaje se acercaba a toda velocidad. Reacciono cuando Susan grito que tuviera cuidado, pero ya era demasiado tarde. Cerro los ojos pensando que su vida se habia acabado. Todo paso muy rapido: unos brazos la envolvieron para despues tirarla de manera estrepitosa sobre la acera donde su carruaje se habia parado. Emily estaba segura de que el dolor en su cuerpo se debia a que la habian arrollado. El temor de comprobar la tragica escena la mantenia con los ojos cerrados, solo escuchaba a Susan pedir ayuda mientras lloraba. Cuando se armo de valor para abrir los ojos, parpadeo impresionada por el hombre que tenia encima protegiendola con su cuerpo. El hombre sonrio y ella se quedo congelada, era como si todo el mundo se hubiera detenido. Su corazon latia de un modo acelerado. En ese momento, nada importaba... Porque estaba frente al hombre de su vida, lo sabia. --Se encuentra bien, milady. --Si --fue lo unico que pudo decir. Estaba tan absorta mirandolo que incluso parecia estar en trance. Un sollozo de Susan la devolvio a la realidad. --Mi nina, ?estas bien? --Si, Susan, no debes preocuparte. --Caballero, si me permite levantarme --dijo timidamente. El hombre se levanto de forma automatica, ayudandola a levantarse. Emily sintio como un simple roce le provocaba un estremecimiento. Le dolia demasiado el brazo. Se dio cuenta de que tenia una herida producto de la caida. --Vamos, nina, regresemos a la casa para que te vea un medico. No te encuentras bien. --Si, nana, sera lo mejor. Despues vendremos por esos listones. Emily volvio la vista a donde su salvador se encontraba, para sonreirle de manera encantadora. --Gracias, caballero, me ha salvado la vida. Su nana la alejo del hombre justo cuando estaba a punto de darle la mano para agradecerle. No comprendia la actitud de su nana, ya que ella nunca habia sido desagradecida. En cuanto estuvieron en el carruaje, se sentaron mucho mas tranquilas. --Nina, tus padres nos van a reganar, estuviste a punto de cometer una imprudencia. --?Por que? --inquirio mirando por la ventanilla del carruaje. Aun sentia el toque de aquel desconocido en su piel. --Ibas a darle la mano a ese hombre como si el fuera uno de tus pares. Es mas: ni a tus pretendientes debes dejarlos que te toquen, y aun menos a ese hombre. ?No ves que es un simple conductor de un carruaje? Tu reputacion podria verse resentida. --No lo pense, nana. Tal vez fue por el miedo de que me arrollara un carruaje. --Cuando se enteren tus padres, nos enviaran a la casa de campo. Mas Emily solo podia pensar en ese mismo instante donde habia encontrado al hombre con el que le gustaria compartir su vida. Capitulo 2 Su madre tuvo un vahido de solo pensar en lo que le pudo haber sucedido, su padre la tuvo que cargar y recostarla en un sillon de la salita de te para que despues le pusieran sales aromaticas debajo de la nariz. Lady Carolina Loughty, duquesa de Windsor, era todo lo que se esperaba de una dama inglesa: educada, refinada, noble. Por eso ahora, que salia de su colapso, estaba palida. --Richard, la nina sera una paria de la sociedad, fue salvada por un simple cochero. Espero que ninguna de nuestras amistades la hayan visto --dijo su madre poniendose una mano sobre la frente de forma dramatica. --Madre, nadie nos ha visto. Al parecer, el cochero del carruaje que estuvo a punto de arrollarme perdio el control de los caballos que tiraban de el. --Buscare al culpable de eso, no puede ser posible que pongan en peligro asi a los de nuestra clase. --Padre, no es necesario, solo fue un rasguno. No hay nada de que preocuparse. --Su padre apreto los labios disgustado. Odiaba que la trataran como si fuera una nina pequena. Unicamente habia tenido un accidente que le pudo haber sucedido a cualquiera, pero sus padres necesitaban hacer un drama de cualquier cosa. Despues de que le dijeran que tenia prohibido salir de compras sola, la enviaron a su habitacion castigada. Tal parecia que para sus padres seguia siendo la pequena que tenia tres anos, la cual al hacer una travesura era castigada. Despues de una semana de encierro, convencio a su madre para que la dejara salir a dar un paseo. Esa semana la habia pasado de un modo un tanto extrano, pues sonaba por las noches con ese hombre que la habia cautivado. A nadie le habia contado acerca de lo que sentia. Porque estaba segura de que, de expresar alguno de los sentimientos que su alocado corazon tenia, su madre la condenaria a vivir enclaustrada en su casa de campo. Ellos preferian verla solterona a tener que pasar por un escandalo de tal magnitud. Por suerte, la vida le sonreia. Porque lady Sarah, una de las debutantes de ese ano, hija de una vieja amiga de su madre, la habia invitado a cabalgar por Hyde Park. Solo esperaba que el destino la favoreciera y la dejara ver al hombre que la habia salvado. Sabia que estaba mal, pero algo dentro de ella le decia que necesitaba verlo de nuevo. Mientras cabalgaba de forma descuidada junto a su companera de paseo, que no paraba de contarle los cotilleos de su madre, Emily observaba todas las calesas que se encontraba a su paso. Estaba nerviosa, necesitaba encontrar y ver por una sola vez a ese hombre.

  • Pasion (Apuesto y maldito) de Anisa Gjikdhima

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    Apuesto y maldito - Atraccion parecia una historia con feliz final. Sin embargo no es oro todo lo que reluce. De hecho, ser la compania de Erik Truston no es nada facil, sobre todo por su pasado turbulento y oculto. El dia de la boca ocurre algo impensable, la esposa no acude al altar. El pasado se asomara impetuosamente dando vuelta a la situacion. Un hombre frio y calculador como Erik esta acostumbrado a enfrentarse a todo, pero tambien el tiene un talon de Aquiles, y es Elisa. Inicia de este modo una carrera contra el tiempo, una sucesion de giros inesperados que llevan a los enamorados al limite.

  • Contra el destino de Alfonso Tirado

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    Es la historia de dos vidas que se encuentran en el medio de una tormenta unidas por los caprichos del destino. Llevara al lector por los caminos que van de la aventura y el romance a los espacios complicados de la vida, a los de la muerte y sus significados vistos desde puntos de vista tanto religiosos como esotericos. Creo que como autor, explayo aqui, mis esfuerzos por comprender la vida y enfrentarme al misterio de la muerte.

  • Un perfecto caballero de Pilar Eyre

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    En enero de 1939, las tropas de Franco entran triunfantes en Barcelona. Con ellas va Mauricio Casasnovas, guapo como un artista de cine. Es el heredero de una empresa textil, al que espera una mujer sumisa y un futuro dorado de noches en el Liceo, los mejores sastres y fulanas de lujo. Pero la brutalidad de la guerra ha abierto una grieta en su corazon que no deja de agrandarse. Mauricio, a pesar de estar casado, conoce por primera vez el amor y la pasion con una obrera de su fabrica, cuyo marido esta encarcelado. Atormentado al no poder poseer a esta mujer por completo, Mauricio comete un hecho terrible cuya culpa lo perseguira para siempre. Ademas, su vida conyugal esconde un enigma tan devastador y sorprendente que ni el ni nadie ha podido sospecharlo jamas.

  • Las manos de Vera (Rados 1) de Alicia Ordiz

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    “Mi nombre es Vera, y naci en la granja de humanos de Silopos. Soy hija de Nala y Sater, criadores clase uno y padres de trece hijos, seis varones y siete hembras. Yo ocupo el puesto numero trece y, siguiendo las normas del gobierno de Rados, comparto calificativo con mis hermanas, pero soy la ultima version de las mismas. Oficialmente me llamo Vera7, y esta es mi historia.”

  • Demasiado ruido de Jose Javier Abasolo

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    El asesinato de un mendigo en el centro de Bilbao, alguien invisible a los ojos de la sociedad, no parece inquietar a nadie, salvo a Mikel Goikoetxea, mas conocido como ?Goiko?, un antiguo ertzaina que, pese a haber abandonado tanto su vieja profesion de policia como sus actividades posteriores de detective, se ve abocado a investigar que hay detras de esa muerte que, de un modo inesperado, amenaza la tranquila existencia que se ha forjado en los ultimos tiempos e incluso su propia vida.Pero Goiko no es el unico interesado en conocer lo ocurrido. Su viejo companero Eneko Goirizelaia, alto cargo de la Ertzaintza, la policia autonomica vasca, anda tambien tras la pista de los asesinos y no deja de presionarle, ya que sospecha que su excolega sabe mas de lo que cuenta.Y por si eso no fuera suficiente, unos extranos homicidios cometidos en Londres, que traen en jaque a las autoridades de Scotland Yard, asi como las vicisitudes de un inmigrante africano que antes de viajar a Europa fue, tambien, policia en su pais natal, acabaran complicando aun mas la situacion, llevando a Goiko a un limite en el que su propia estabilidad personal sera puesta a prueba.

  • Para mi desgracia, mi jefe de Vega Manhattan

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    Alicia no veia la hora de que su contrato terminase, trabajar con Iker Vidal era un verdadero suplicio. Ese hombre disfrutaba desquiciandola y ella... Ella no tenia paciencia para mantener la boca cerrada.
    Lo que Iker sentia era un poco mas complicado, esa mala pecora lo iba a volver loco.
    Aunque ambos mantenian las distancias, parecia que no era suficiente para evitar que sus mas ocultos deseos salieran a la luz.

  • Entre tus sombras de Gemma Garcia Veiga

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    El descubrimiento de una mujer torturada en una finca de Fresnedilla no sera un crimen mas para Alejandra Casado y su equipo; alrededor de la victima, Sofia Piedrahita, amante del ministro de Justicia, se entreteje una realidad manipulada para el divertimento de una mente privilegiada. La teniente Casado, de la Guardia Civil, revelara que la verdad duele una vez, pero la mentira se convierte en una herida abierta siempre que se recuerda: cuestionando el pasado, alterando el presente y aniquilando el futuro. Para dar caza a este depredador debera rastrear cada detalle de su vida, encontrando su propio lado oscuro e inconfesable, hurgando en los secretos de familiares y amigos. Vivimos en un mundo que no controlamos, meras marionetas que en las manos equivocadas condicionan de manera poderosa lo que conocemos, pensamos y creemos.
    Una novela en donde la verdadera victima y lo motivos cobran mas importancia que el asesino.

  • El signo del dragon (Trilogia del Zodiaco 1) de Ricardo Alia

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    Enero de 2012, comienza el Ano del Dragon, el unico animal mitologico del Zodiaco chino, que representa la sabiduria, el poder y la riqueza. Despues de que ETA anuncie el cese definitivo de su actividad armada, la vida en la idilica ciudad de San Sebastian discurre serena y sin delitos graves. Pero la situacion cambia drasticamente cuando se halla el cuerpo decapitado de un joven estudiante de bachillerato en la Facultad de Ciencias Quimicas. La investigacion recae en Max Medina, inspector de Homicidios de la Ertzaintza, cuya fuerte personalidad chocara con la de una nueva companera recien graduada, Erika Lopez, y con la del agente de la cientifica Joshua O'Neill.Los crimenes se sucederan en el Ano del Dragon, un signo propenso a catastrofes naturales y acontecimientos tragicos.

  • El Mandamas de Clara Montecarlo

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    El era el Alfa y el Omega.
    Y todo con lo que una mujer podia sonar.

  • Sangre de hielo de Elly Blake

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    Descubre un mundo en el que el fuego y el hielo son enemigos mortales.

  • Los Caminos del Amor de Lily Cerda

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    Los Caminos del Amor

  • Al diablo con la muerte (Morir por amor 2) de Iris Romero Bermejo

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    Segunda entrega de la serie <> iniciada con Con la muerte en sus tacones.

  • Liberando a marina de Marcus Argentarius

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    Marina: una joven editora que busca tanto un trabajo como un amor con sentido y se siente perdida. Gaston: el mentor de Marina. Martin: el novio ocasional de Marina Agustina: una amiga de Marina con mas experiencia y mas abierta a la exploracion Fernando: un Dom (Dominador) con experiencia en la escena BDSM Prologo y glosario Dado que la historia tiene mucho de autobiografica, esta localizada en el contexto cultural en el que los hechos se dieron. Para esto, se utiliza mucho del lenguaje coloquial de Buenos Aires. A fin de facilitar la lectura, se ofrece un breve glosario de terminos sexuales. Concha: vagina Garche: forma vulgar de una relacion sexual, principalmente basada en la atraccion fisica Pija: pene Telo: hotel de parejas, donde se paga la estadia por turnos de dos horas Trola: forma coloquial de prostituta Introduccion Marina estaba perdida y no podia encontrar la salida. Lo peor era ni siquiera encontrar las palabras para articular esta perdida. Desde el primer novio de la secundaria1 (un dulce, pero fugaz amor) tuvo mas que parejas una sucesion de amigovios-garches2 que realmente no sumaron. Toda su energia estaba volcada en su carrera. Hace poco habia terminado la carrera en Letras que le habia resultado, tras una recomendacion de un profesor en un trabajo dentro de una editorial. En esta editorial, Mari la Seria, como le decian, consiguio trabajo como ayudante de un editor mayor, Sr. Gaston (siempre Senor, nunca Gaston), un hombre casado de 60 y tantos anos, dedos amarillos como sus dientes y olor a cigarrillo que habia penetrado toda su ropa. Cuando la conocio le pregunto “vos ?no sonreis nunca?” y ella, nerviosa, sonrio falsamente. El le dijo “mejor que no sonrias; este trabajo es lo unico que nos queda como importante: sacar la verdad de las mentiras que otros escribieron” y desde ese entonces, ella se sintio contenida y guiada por el Sr. Gaston. De a poco, al dejarse guiar, empezo a aprender de los libros: las ediciones, los papeles, que hacer cuando la distribuidora los guardaba. Empezo a aprender de los escritores: como en general mezclaban una gran sensibilidad con un gran narcisismo y por eso muchos, los mejores, erguian templos de papel. Aprendio del Yambo, del Trochee, de como los persas tenian la mejor poesia amorosa. Aprendio mientras se refugiaba, sola, en los libros, bajo la mirada del Sr. Gaston. Pero sobre todo aprendio del Sr. Gaston. Aprendizaje lento, pero detallista y apasionado que duro unos meses, hasta que Gaston murio de un ACV tan repentino como inevitable. Solo al verlo en el velorio, entre el perfume de la corona de la editorial y la del Jockey Club (dado que el Sr. Gaston tenia, al parecer, no solo la imagen de tanguero sino todos los vicios folkloricos) comprendio que lo amaba y lloro de tal forma que la viuda (una senora mayor, con una cara que pintada de verde hubiera sido una mascara de bruja) la sometio a un impiadoso interrogatorio. Tras pasar el duelo por el Sr. Gaston, Mari volvio a salir con sus amigas de la facultad. Merodeaban los mismos lugares, iban a las mismas fiestas de su epoca estudiantil que la aburrian. Con una amiga llamada Agustina con la que curso en varios anos charlaban de literatura erotica tras el exito que ese genero tuvo. Mari le contaba de los persas, y Agus del sadomasoquismo. Incluso con Agus incursiono en una fiesta BDSM en una facultad diferente a la suya. Pero todo el ambiente le resulto, para ser honesta, cansador. Gente mayor en trajes de latex pegandose con latigos y mostrando los genitales, parecian mas un grupo de pacientes psiquiatricos que los personajes poderosos, seguros en su sexualidad, que esperaba de sus lecturas. ?Existian aquellas personas que entendian que el control, el poder, era el maximo afrodisiaco? ?Que lo importante no es ejercerlo, sino sentirlo? Mari no encontro, en ese entonces, respuestas a sus preguntas. Un dia conocio a Martin; “mis amigos me dicen Tincho”, le dijo esa vez con el aire de quien imparte un secreto esoterico y ella se sintio morir un poquito adentro; luego comprendio que era ese aire lo que la hizo sentir asi, no lo banal de la situacion. Ese aire de saber algo que el otro no sabe, de tener cierto control. Ese dia ambos terminaron en la cama y a las pocas semanas, ya salian juntos. Martin (ya ella sentia que no le podia llamar “Tincho” sin sentirse uno de sus amigotes) era, en su opinion, mucho mas atractivo que ella. Mari era delgada, palida, de ojazos oscuros y una cierta fragilidad que recordaba a una grulla, que miraba el mundo elegantemente, con el pelo cuidadosamente cortado a la altura de su nuca, siempre en el costado de la habitacion, timida fuera de sus libros. Martin era alto, delgado y vestido como un poeta romantico. Sus ojos claros contrastaban con su pelo oscuro y siempre estaban enmarcados detras de anteojos que no tenian aumento, pero le daban una apariencia intelectual. Su pelo era cuidadosamente descuidado y toda su apariencia daba la impresion que era un hippie que de alguna forma habia conseguido modelar para marcas de ropa cara. Pero apariencia era la palabra correcta: Martin no tenia un pensamiento propio en su cabeza; estaba construido de superficies flotantes en el espacio. Todas sus charlas eran un reciclado del discurso pseudointelectual de la facultad; si bien Martin era dos anos mayor que Mari (quien estaba en la mitad de su veintena) no se habia recibido ni pasado de tercer ano. Una buena facha, junto con la seguridad que da tener una familia con varias empresas a su nombre, hacian que fuera mucho mas facil vivir como un eterno estudiante. Esta inmadurez hacia que cada salida con el fuera un suplicio: Mari necesitaba alguien que la ordenara, que le diera una estructura, que la hiciera sentir querida, apreciada y que le permitiera sacar lo que tenia dentro. Pero Martin siempre queria, esencialmente o quedarse contandole problemas con su familia (su padre no lo tomaba en serio y su madre lo celaba) o esperaba que Mari tomara el control. “?A donde queres salir hoy?” empezaria por decir (resignada) Mari. “No se…?donde tenes ganas?”, retrucaba Martin. “No se…?a comer?” ofrecia Mari, luego de un suspiro interno. “No tengo mucha hambre” decia Martin. “Ok ?queres ir al cine?” decia Mari, cada vez mirandolo y pensando “por favor !tomame, toma el control! Llevame a algun lado, sacame de aca y de mi” “No se que estan dando” decia Martin “mejor veamos netflix” y asi pasaban los dias. Pero lo peor no era eso: en su intimidad, Martin era profunda, profundamente aburrido. El sexo con el era rutinario y estaba marcado por la misma inmadurez que toda su vida poseia. La mitad de las cosas que decia eran pedidos, pero tan poco virilmente formuladas que sonaban como reclamos de un nene: “?no tenes ganas de chuparme?”, “Dale, vos sabes que tenes ganas…?no queres mirarme como trolita?” (una vez Mari quiso decirle “?como tu mami?” pero se contuvo) “?por que no te pones en cuatro3, si tenes ganas?” y la otra mitad surgia generalmente cuando Mari le hacia caso y se ponia en cuatro: esa posicion disparaba un sinfin de preguntas: “?Te gusta asi putita?”, “?Queres mas fuerte?”, “?Quien te dio asi?”, hasta el cansancio. Una sola vez Mari, ya hastiada de la rutina, le pregunto “?cual es la capital de Maldivas?” pero el o no la oyo o no la entendio. Todas sus sesiones terminaban indefectiblemente en que el acababa rapidamente, terminaba de arruinar todo con “?Te gusto?” (a lo que ella, odiandose siempre decia “si, me encanto”…pero ?que iba a decir?)y se daba vuelta para dormir. Mari odiaba esta situacion, pero sentia que no le quedaba otra. Demasiado timida para buscar a alguien por si sola, demasiado insegura en su sensualidad, pensando que Martin era demasiado para ella, en algun punto aceptaba y acompanaba, pero cada tanto tenia momentos de irritacion. ?Como hacer para salir de una trampa cuya caracteristica peor era su asfixia amorfa?

  • Un granito de mostaza de Laila Ibrahim

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  • Tu recuerdo arde de Jessica Cuevas Fadanelli

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    La segunda parte de la trilogia juvenil – romantica Tus ojos no me saben mentir.

  • Hinun de Christian Martins

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    Denahi y Magena son mas felices que nunca. Han comenzado una nueva vida en la reserva y la suerte parece sonreirles.
    ?Dejaran “Los Calaveras” que la chica apache continue con su vida y pueda formar su familia junto al rey de la tribu?
    Mas erotica, mas intensa y mas peligrosa.
    Descubre esta tercera y ultima parte de la trilogia.

  • Hijos de Atenea de Mercedes Pinto Maldonado

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    Me llamo Bahati, y mi nombre significa <>. Naci en Angola, cerca de Dondo, por casualidad. En mi tierra casi todos los pueblos son nomadas y nacemos por azar en cualquier lugar de la sabana. Pertenezco a la tribu Khoisan, o San, o Bosquimana, que seguramente te resultara mas familiar. Creo que soy el unico bosquimano llamado Bahati. Mi madre debio ponerme el nombre de mi padre, como manda la tradicion entre los de mi pueblo, pero este tuvo el desacierto de acoger a una segunda mujer bajo su techo cuando yo aun estaba en periodo de gestacion y ella, por despecho, decidio bautizarme con el nombre del jefe de una tribu herera que se cruzo con la nuestra cuando sintio el primer dolor del parto. Lo cierto es que aunque fue ella, mi madre, quien escogiera mi nombre en un arrebato de celos, nunca me llamo Bahati, decia que ningun san que se preciara podia tener un nombre que no necesitara al menos un par de golpes de lengua para pronunciarlo. En mi clan tambien estaban de acuerdo con esta idea y, como, segun decian, era el nino mas negro nacido entre ellos, carente del bronce dorado que caracteriza a mi etnia, comenzaron llamandome <>. Discutian sobre mi color, pero el brujo concluyo: <>. No obstante, al principio mi progenitora me llamo solo <>, como era hijo unico... Mas tarde, cuando empece a caminar, decidio que <> era mucho mas descriptivo para nombrarme, porque todos nuestros vecinos decian que nunca hubo en la historia de mi pueblo un bosquimano que con dos anos caminara mas rapido que su madre. Y este fue el primer golpe de suerte que hizo honor a mi nombre: gracias a mi paso largo pude aprender a leer y escribir. Que ironia, anos despues muchos blancos volvieron a llamarme <> y apodos parecidos. Esta es mi historia, la de un hombre nacido entre las gentes mas parias del planeta y vendido a los esclavistas, que gracias a su suerte y curiosa e impar educacion siempre se sintio libre. CAPITULO I: Mi maestro Papalu Recuerdo con bastante claridad la primera vez que vi al padre Luis. No debia tener mas de cuatro anos, pero aquel hombre que asomaba su cabeza, tan calva como blanca, a un grueso y negro tronco me impresiono tanto, que aun hoy puedo cerrar los ojos y evocarlo con absoluta fidelidad. Me quede paralizado. Hasta entonces no habia tenido noticia alguna de que un ser humano pudiera ser blanco, y aun menos blanco y negro a la vez. Me di un buen susto. Hasta tal punto que, cuando acerco su nivea mano a mi cabeza, de un salto, me puse a correr y no pare hasta que me quede sin aire, cosa que hasta el momento crei imposible; esta fue la primera vez en mi vida que me quede sin aliento mientras corria por la sabana. Extenuado, me sente bajo un arbol y alli pase horas invocando, a mi manera de nino, el favor de los espiritus de mis antepasados. Hasta que mi madre, enfadada como jamas la vi, me encontro y me llevo hasta el poblado a rastras. Por entonces ya no me llamaba <>, sino <>, a secas. Asi que para mi clan yo era <>. De esta manera mi madre y los miembros de mi tribu podian cliquear la lengua al nombrarme, como debia ser tratandose del nombre de un san. --?A ti que te pasa, Pasolargo? Llevamos toda la manana buscandote --dijo mi madre, sin resuello--. Si vuelves a escaparte te cortare esas piernas de guepardo enano. Arrastrado por la mano de mi madre, no pare de llorar hasta que llegue a casa. Me imaginaba sin piernas, como el hombre <>, deslizandome bajo un extrano tronco durante toda mi vida, vagando solo por la sabana como un espiritu maligno arrojado del otro mundo. Al caer la noche mi estomago pidio alimento, pero mi madre se nego a cogerme en su regazo y permitir que un nino tan desobediente se acercara a sus pechos. Hasta entonces me habia amamantado, era hijo unico y no habian nacido hermanos que usurparan mi privilegiado puesto. Una pesadilla me desperto en la madrugada y me deslice por el suelo con sigilo hasta meterme en las pieles de mis padres, donde dormian los cuatro: mi padre, mi madre y la segunda esposa de mi padre con su primera hija agarrada al pecho. !Como la envidie! Como era costumbre y deber de una mujer san, mi madre, a pesar de la ofensa que supuso para ella compartir a su esposo cuando solo llevaban unos meses de relacion, dormia junto a el. Pero solo eso; era una mujer de fuerte caracter y gran voluntad, fria y distante, si, pero muy autosuficiente y trabajadora. Creo que ya desde tan temprana edad no volvio a yacer con hombre alguno. Mis tripas, doloridas por el vacio, finalmente me llevaron a sisar unos trozos de carne de la despensa de la tienda vecina, pero ella me sorprendio en plena faena: --Muy bien, Pasolargo, como veo que tienes edad suficiente para correr y robar, a partir de ahora iras con tu padre de caza y comeras lo que consigas en la sabana, mis pechos estan secos para ti --me murmuro al oido mientras algo caliente resbalaba por el interior de mis muslos, de puro susto. No obstante, cuando a la manana siguiente vi a los hombres untar el veneno en sus flechas para salir a la caza del antilope, decidi que podria alimentarme de raices, hormigas y pequenos lagartos mientras crecia lo suficiente. De todas formas, mi timido intento de participar en el ritual de la caza fue baldio; cada vez que me acercaba, mi padre me daba un puntapie y me instaba a no molestar durante una tarea que requeria tanta concentracion y cuidado. De manera que seria un cazador, si, pero de insectos, mucho menos peligrosos y mas accesibles para un nino de cuatro anos. La curiosidad, que siempre ha sido una de mis senas de identidad y culpable de mi destino, me llevo a buscar el asentamiento del hombre blanco que caminaba bajo el tronco negro. Poco mas de una hora tarde en encontrarlo, siguiendo el cauce de un rio seco. Estaba sentado bajo un arbol, con la espalda apoyada en su tronco. Con la mano izquierda sostenia lo que a mi me parecio un trozo de madera lleno de finas y blancas hojas, y que miraba con mucha atencion, y en la derecha tenia un fruto extrano que de vez en cuando mordia distraidamente. Bajo lo que, despues de observarlo con tiempo y detenimiento, ya no me parecia un tronco negro, sino una extrana manera de cubrir el cuerpo poco adecuada para soportar el sol abrasador de Angola, asomaban sus pies, envueltos en una red hecha de tiras de piel. Me quede rezagado, escondido tras un arbusto, seguro de que no podria verme. Mientras lo observaba, poco a poco fue desapareciendo mi desconfianza; no parecia agresivo, al contrario, daba la sensacion de ser tranquilo y pacifico. Sin levantar la vista del objeto de madera, dejo el fruto sobre su regazo, saco otro igual de un zurron que tenia a la derecha y me lo mostro. Comprendi que no estaba tan camuflado entre los matorrales como yo creia; desde luego lo mio no era la caza por mas rapidos y largos que fueran mis pasos. Temeroso, sali de mi escondrijo y avance hacia el. Me moria por darle un mordisco a la bola rosada que me ofrecia. La cogi de un tiron y le hinque los dientes con frenesi, con los musculos tensos, preparados por si habia que salir corriendo. El fruto estaba muy, muy rico. El se quedo mirandome con una sonrisa bonachona que termino por conquistarme. Vencido el miedo, me puse a curiosear; era mi debilidad. Observe con atencion sus ropas, sus sandalias, su libro, su rostro... Me di todo el tiempo que necesite y el se dejo hacer. Estaba tan absorto en mi estudio que olvide el posible peligro que me acechaba. Despues me hizo una pregunta, que naturalmente no entendi. La repitio y pense que seguramente querria saber mi nombre. !Todo el mundo preguntaba por mi curioso nombre!, les gustaba como lo pronunciaba, y el, por mas extrano que fuera su exterior, no podia ser menos. Asi que dije: <>. Puso su mano blanca sobre mi negro pecho y repitio: <>, <> se le resistio, no tenia la lengua entrenada para pronunciar los sonidos del pueblo san. Luego se llevo la mano al corazon y dijo: <>, que asi lo llamaban los miembros de la tribu con la que vivia. Pero como las dos ultimas letras no conseguia pronunciarlas, despues de una hora y un ciento de intentos solo consegui decir <>. Coincidimos en que si, que se llamaba Papalu, y punto. El pobre, agotado, asintio por fin y acepto el curioso alias, que mas tarde adoptaria el resto de sus conocidos en el asentamiento. A partir de ese dia mis visitas a la vivienda de Papalu fueron diarias. Al principio con la desaprobacion de mi madre y la consiguiente reganina a mi regreso; pero a los pocos dias me siguio y, cuando me vio conversando con el hombre blanco y comprobo el amable trato que me proferia, cedio conforme. Era una mujer muy intuitiva y supo que Papalu no podia ser una mala compania. La razon por la que cada dia, durante anos, iba en su busca no podria expresarla con exactitud o, mejor dicho, no me faltaban motivos, aunque ninguno de ellos la explique: por la manzana que casi siempre me regalaba, porque era una excusa para correr siete kilometros diarios, porque me empene en conocer su lengua, porque me hablaba de tierras lejanas, porque me hacia sentir querido e importante... Que se yo. Lo cierto es que no pasaron muchos meses para que mi interes por lo que contaban sus libros se convirtiera en el motivo principal de nuestros encuentros. La primera palabra que aprendi a escribir fue <>, sin saber siquiera que en realidad lo que Papalu habia dibujado con un palo sobre la tierra era una cadena de letras combinadas de una forma muy concreta para formar el nombre escrito del fruto que tanto me gustaba. Simplemente observe con atencion un buen rato y lo imite con mi palo. Todo empezo porque un buen dia mi maestro se nego a que hurgara en su zurron para coger la manzana. Habia llegado la hora de que la pidiera por su nombre. --Ah, no, Bahati. Hoy, si quieres la manzana tendras que pedirla --protesto agarrando la cuerda que cerraba su bolsa. Yo insisti senalando el morral con enfado. Pero el lo coloco tras su espalda y se puso a leer como si no estuviera; aunque por mas que lo intentaba no conseguia concentrarse: yo no paraba de molestar a su alrededor, saltando y tirando piedras a un matorral. Asi que cerro su libro, saco la manzana de la alforja y comenzo la primera leccion de toda una ensenanza que me convertiria en un individuo unico en mi pueblo y que me brindaria la asombrosa oportunidad de contar mi historia en primera persona y en un perfecto castellano.

  • El medico frivolo del campo de Melissa Eyre

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    Cuando el medico visita el hospital balneario, apenas puede creer lo que ven sus ojos…..

  • Paulina, cuerpo y alma (Cuidarte el alma 3), Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    “-Vas a tener que aceptarlo -le dijo mientras su corazon se hacia pedazos y tambien destruia el de el.
    -?Aceptarlo? ?Aceptarlo, Paulina? -grito Nacho agarrandola por los brazos con tanta fuerza que ella hizo una mueca de dolor. No era agresivo; mas bien estaba desesperado. -En la puta vida voy a aceptar que te acuestes con otro. En la puta vida voy a aceptar que lo ames. Y en la puta vida voy a tolerar el perderte. Vos sos mia, cosa hermosa. Sos mia…”

  • Contrato II. Lo que quiero de ti de Aryam Shields

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    Ama sin esperar nada a cambio, vive dando y muere recibiendo. Esta deberia ser una premisa de vida…
    ?Como hacer cuando el lado egoista desea algo mas.?
    Katheryne y Alessandro han pasado seis meses, el siendo dominante y ella sumisa, pero el castigo injustificado lleva a Kath a abrir los ojos y a reconsiderar el contrato que habia firmado con Alessandro, instaurando un nuevo acuerdo entre los dos que traera nuevas condiciones que los llevara a profundizar su relacion.
    ?Podra Alessandro aceptar las condiciones que Katheryne le exige a cambio de permanecer juntos?

  • Las orillas del pasado de Ana E. Guevara

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    Intriga y amor se mezclan en esta novela de Ana E. Guevara.

  • Los invisibles de Roy Jacobsen

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    Ingrid Barroy nacio en una pequena isla que lleva su apellido en la costa del norte de Noruega: un refugio para una sola familia con su ganado y sus cosechas, sus esperanzas y sus suenos. Es la primera mitad del siglo XX. La vida de los pescadores labriegos del archipielago no es facil, una lucha por la supervivencia por medio del mar y la tierra. Pero a la familia Barro y no le faltan agallas ni habilidades para salir adelante. El padre de Ingrid suena con mas ninos, una isla mas grande y una vida diferente, con construir un muelle que los conecte al continente, a pesar de que estrechar lazos con el mundo tiene un precio. La madre tiene sus propios suenos: mas ninos, una isla mas pequena y una vida diferente. Ingrid crece con el mar y las tormentas, los pajaros y el horizonte. Sin embargo, el eterno ciclo de las estaciones se ve interrumpido por la guerra y el contacto con el mundo exterior. Noruega tambien esta despertando a un mundo mas grande y moderno. La tragedia golpea a la familia e Ingrid debe luchar para proteger el hogar en el que ha crecido.

  • Resurgir (Cronicas de Onteira 2) de Andrea Menendez

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    Los caminos de Emma y Jack se han separado inevitablemente. Ella debe encontrar una forma de controlar su magia, que amenaza con destruirla, y el esta a punto de guiar a su pueblo a la guerra.En este mundo, nada salvo la victoria importa. Las profecias amenazan con robarles todo lo que quieren: incluso la vida misma.El camino es largo, la batalla es dura, y con una simple accion, todo lo que conocen podria destruirse.?Preparado para la batalla?

  • Venganza y placer (Deseo 3) de Cat Schield

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    Zoe Alston, que se tambaleaba por un divorcio atroz, hizo un pacto con otras dos mujeres igual de vapuleadas. Su mision era hundir al impresionante empresario Ryan Dailey y para conseguirlo tenia que sabotear la campana politica de su hermana.

  • Hijos que callan, gestos que hablan de Susana Fuster

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    La adolescencia es una etapa complicada, tanto para los adolescentes como para quienes <>. Una gran mayoria de padres con hijos adolescentes en casa se quejan de lo mismo: falta de comunicacion. Y quiza ahi reside gran parte del error. Los adolescentes estan diciendo muchas cosas, el problema es que no sabemos interpretar correctamente lo que comunican con su mirada, sus expresiones faciales, su postura, sus gestos, su voz o incluso la ropa que visten.

  • Monica (Y llegaste tu 3) de Merche Diolch

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    Monica esta feliz por como han ido los acontecimientos con Raquel, aunque, despues de la partida de su amiga a Londres para acompanar a Tony a la grabacion de su nuevo disco, se siente algo sola. Sin duda echa de menos los tiempos en los que correteaba detras de su hermano Israel y su amigo Lucas, siempre inseparables.

  • El ideal mas fuerte de Pedro Pablo Diaz Martin

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    Edu es un joven de un barrio olvidado por los privilegios de la capital. Rodeado de podredumbre y problemas, se siente un triunfador en esas calles y su euforia le convierte en un simbolo popular. Podria gozar de una juventud sana, pero hace tiempo que ha elegido el camino mas radical, marcado por la violencia, la intolerancia y el profundo fanatismo por una ideas que provocan dano a quienes se cruzan por su camino.

  • Blake Wolf de Arwen Mclane

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    Blake Wolf es el CEO de una gran multinacional en la ciudad de Philadelphia. Es un hombre frio y poseedor de un duro corazon. No tiene piedad, ni siente lastima por nada ni nadie, ya que la vida se ensano desde bien pequeno con el.

  • A Escocia con amor (Quilts&Quilts 1), Patience Griffin de Patience Griffin

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    Caitriona Macleod renuncio a su carrera como periodista de investigacion para ser la perfecta esposa. Tras encontrar a su marido muerto en la cama de su amante, Cait esta devastada y deja chicago para volver a su lugar de nacimiento, al que no ha vuelto desde que era nina. Espera poder curarse y volver a conectar con ella misma.
    Lo ultimo que esperaba era encontrar en Grandigow al hombre mas sexy que nunca haya visto. Tal vez ha tropezado con el billete necesario para reavivar su carrera como periodista, siempre y cuando su corazon no se interponga en su camino.
    Graham Buchanan es una estrella de cine con muchos secretos. Nativo de Gandiegow, se esconde muchas veces en su pueblo natal para descansar de los rodajes. Ademas, tiene un hijo por el que haria cualquier cosa solo para protegerlo, pero Cait Macleod es demasiado atractiva, incluso para ser periodista.