• Donde el viento nos lleve (Oceano y Viento 2) de L. Costa

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    “En el colegio no tuve novio, Nathan fue lo mas cercano a ello. Sobre Liam es mucho lo que deberia decir pero en este momento en lo unico que pienso, es en lo tan parecidos que somos; dos ninos que tuvieron que hacer frente a situaciones complicadas y dolorosas, y que ahora estan limpiando sus heridas mutuamente, cada vez que estan juntos”. April no penso que dejar entrar a Liam en su vida de nuevo, iba a trastocar sus planes, poner su mundo de cabeza, y menos enamorarse de el. Ahora ambos tendran que sobrellevar los obstaculos que amenazan con separarlos, la verdad de lo sucedido en el pasado y sus anteriores relaciones. ?Podra su amor superar todo lo que hay en contra?

  • Cuando un highlander ama a una mujer de Brenna Watson

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    ?Hasta donde estaria dispuesto a llegar un highlander por el amor de una mujer?

  • Paris es Azul de Muriel Villanueva

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    Despues de media vida, dos divorcios y la perdida de un embarazo, Azul regresa a Paris, la ciudad en que a sus diecisiete, durante el curso preuniversitario, anduvo navegando a tientas, buscandose entre dos fuertes amores y un buen colchon de amistades. Hoy, a sus cuarenta, regresa a la capital del amor para intentar aunar los pedazos de la Azul adolescente y los de la mujer en crisis. Alli descubrira y reencontrara nuevas y antiguas pasiones que la conminaran a mirar hacia adelante.

  • La vida sumergida de Pilar Adon

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    Se habian habituado al licor de ajenjo y lo bebian de pie, por las mananas, junto al fregadero de piedra o apoyadas en la escalera que movian de un lado a otro por la biblioteca para llegar a los estantes mas altos. Sin ceremonias previas ni finales. Sin ir a cambiarse de ropa. Sin adornarse el cuello ni las munecas. Calladas y un tanto desgarbadas, con la dejadez propia de la lentitud y la indiferencia, en un abandono que solo podian permitirse las depositarias de una elegancia congenita. Las beneficiarias de una delicadeza en la longitud de las formas, en la calidad de las telas que vestian a diario, conscientes de que existian dos tipos de personas, las que tenian clase y las que, por mucho que lo intentaran con bordados, pedreria y aromas sutiles, no la tenian ni la tendrian nunca. Al cabo de un tiempo indeterminado, que podia ser de unos minutos o que podia ser de unas horas transcurridas entre tragos cortos, entre libaciones del licor servido con decision en sus vasos pequenos, procuraban ir a sentarse en las butacas de la cocina, siempre en silencio. Y entonces tal vez si tuvieran que esforzarse por hacerlo con cierta dignidad. En ese momento tal vez resultara complicado moverse, dar mas de dos pasos en la misma linea de equilibrio, y quiza debieran poner mas atencion en la distancia que recorrian ya que ambas podian haberse deshecho de la estabilidad y ambas podian haberse internado en la enormidad, el exceso. Sus avances por un suelo de madera que no era de hacia dos anos ni de hacia cinco ni cincuenta tendrian que ser cautelosos. Comian a la una y media, sin decirse nada, incomodas en su proximidad mutua. La confusion del ajenjo daba paso a un primer jubilo fisico y mental que, invariablemente, desembocaba en un cansancio un tanto dramatico. Y era solo mas tarde, ya durante los postres, cuando Brigida podia empezar a hablar para decirle que debia recoger la ropa de la azotea y que debia hacerlo antes de las cuatro. Con la voz arrogante de quien da una orden. Argumentandole que ella no iba a esforzarse por ir a la azotea (tenia que centrarse en sus mil tareas) y que debia ser Hilda quien se propulsara por el pasamanos de las escaleras hacia arriba sin excusas ni dilaciones. Antes de que empezara a soplar el viento y le resultara imposible (a ella y a cualquiera) asomarse al exterior. Tenia que subir a la planta superior, cerrar las ventanas de cada dormitorio y de cada sala, asegurar las contraventanas, bloquear la puerta de hierro que se deslizaba sobre una barra adherida al suelo a modo de carril hasta que la cancela chocaba contra la pared del gran balcon, siempre con un golpe seco, echar la llave de abajo con dos vueltas, echar la llave de arriba con dos vueltas, correr a la escalera, subir mas aun y, una vez en la azotea, recogerlo todo antes de que empezaran los crujidos en cada muro de la casa. Los vaivenes de las cortinas que se elevarian por encima de las sillas a causa de las corrientes de aire que se colaban irremediablemente a traves de las grietas abiertas entre los marcos de los miradores y las tablillas del entarimado, en una oscilacion serpentina que haria presagiar la aparicion de un ser biologico tras ellas (un lobo, una rana, un muchacho) o la aparicion de un ser no biologico (una piedra de color ambar). Era cierto que las copas de los pinos habian empezado a agitarse bajo los cristales de los ventanales de la cocina, y Hilda recordo alli, contemplando el prodigioso estremecimiento de la red de huesos y tendones en que iba a desembocar cada uno de los troncos moviles de cada uno de los arboles, el momento en que le pidio a Brigida que se muriera. Ese dia soplaba el viento igualmente, con aquella violencia nada excepcional dada la epoca y dada la zona. Habian cerrado las ventanas, las puertas. Habian asegurado los pestillos y habian corrido los visillos. Y fue en esa circunstancia cuando penso que si Brigida moria, si Brigida desaparecia, toda la casa seria suya, entera para ella, y entonces no tendria que obedecer mas ordenes. No tendria que ajustarse a los horarios ni a los propositos de Brigida. Dejaria de estar sometida, juzgada, calificada a cada instante, y llevaria a la practica sus proyectos. Todas sus fantasias. Sin tener que comer cuando Brigida quisiera, sin tener que dormir cuando Brigida quisiera. Podria ponerse sus vestidos mas alegres. Banarse en el embalse. Practicar sus lecciones de piano cuando deseara hacerlo y bailar cuando deseara hacerlo. Raspar la tierra y descubrir que habia debajo de cada planta, de cada pedazo de hierba seca, de cada monton de agujas de pino reunidas por el viento, como queria hacer desde que a la edad de seis anos aprendiera que una pezuna era una una fuerte y desarrollada, y que algunos animales las tenian largas y afiladas a modo de apendices cortantes, como zarpas, para atrapar a su presa, para aferrarse a ella, para cerciorarse de que no podria escapar y para excavar, escondiendo bajo la parte de suelo visible cualquier objeto valioso, su alimento. Lo aprendio de nina y desde entonces quiso comportarse como un perro que se esforzara por desenterrar de la base del monte el hueso escondido anos atras por el o por un antepasado. Extraer del barro la explicacion a su existencia. Desentranar el significado de cada estimulo para quedarse tranquila y poder regresar a sus actividades cotidianas. Sus otras actividades cotidianas. Creyendo que semejantes explicaciones se encontrarian en la base de los montes, bajo las pilas de materia fusionada al azar. Creyendo que podrian desenterrarse con solo escarbar. Revolviendo bajo el abono de los cultivos. Bajo las semillas alojadas en las hileras de los huertos. Bajo los circulos de ceniza abandonados por los pastores. Bajo las formaciones de piedras grandes o bajo las formaciones de piedras pequenas que se ocultaban bajo las piedras grandes. Si Brigida desaparecia y toda la casa pasaba a ser suya, se entregaria al aprendizaje de un idioma vivo o de un idioma en extincion. A la investigacion de los requisitos necesarios para que los miembros de un grupo llevaran una convivencia civilizada. A la resolucion de la incognita de si para que dicha convivencia civilizada pudiera ser real debia optarse siempre por el sometimiento y siempre por la rendicion de unos ante otros. A desentranar el autentico significado de las palabras de negacion que se apropiaban de las palabras primigenias para contradecirlas y desposeerlas de su sentido primordial. Desapego. Desarraigo. Desafeccion. Desaparicion. Frente al apego, el arraigo, la afeccion, la aparicion. Centrada en su lista de libros, los que debia leer antes de convertirse en una anciana como lo era Brigida. Middlemarch y Al faro. Grandes esperanzas. Un mundo feliz. La abadia de Northanger. Edipo rey. Crimen y castigo. La comedia humana. Ariel. El rey Lear y el Libro de la vida. La montana magica. Matar a un ruisenor. Los miserables. Rojo y Negro. ?Acaso los leeria con Brigida a su lado, formando parte de la casa, envuelta en sus chales en invierno y en sus tules en verano, haciendose notar por su aliento, con esa respiracion de mujer que dejo de ser joven hacia anos? Lo dudaba. Asi que le pidio a Brigida que se muriera. La unica manera de conseguir una identidad personal. Y dias despues, Brigida estaba muerta. Nunca pudo negarle nada. Nunca pudo oponerse a sus caprichos. De modo que se murio. --?Es que me odias? --le pregunto. Y Hilda respondio que no. Que por supuesto que no. ?Como iba a odiarla? Habia sido su protectora. Su maestra. La encargada de orientar sus gustos hacia sus primeras lecturas. Su consejera llegado el momento de enfrentarse a un texto de Seneca y descubrir que la experiencia podia asemejarse a la de leer un angustioso libro de superacion personal. Frases como <> o <>. Claro que no la odiaba. Brigida le habia explicado que era un minueto, que una gavota. Le habia dado la definicion de musica como el arte de bien combinar los sonidos y el silencio en el tiempo. No la odiaba. Simplemente deseaba que se deshiciera. Que se volviera transparente. Que se transformara en una esencia de luz sin estructura ni carne ni presencia. ?Que mas tenia que hacer alli? Nada. De alguna manera, su epoca habia pasado. Su mision habia concluido. ?Que podia aportarle a ella con su muerte voluntaria? Todo. La independencia. El desarrollo como ser autonomo y perfecto. Como unidad sin condicionamientos. En aquella casa situada en la ladera de un monte. Rodeada de pinos, de aves y de insectos, y del brillo rojo del sol del amanecer y del sol del atardecer. En libertad. Con la posibilidad de actuar y no actuar. Ir y no ir. Querer y no querer. El privilegio supremo de la eleccion. Crecer hacia arriba o tumbarse extendida. Meter los dedos en el saco del azucar o meter los dedos en el saco de la sal.

  • Descubriendo a Seytton 1 de Anne Garber

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    ?Que ocurre cuando te enamoras de un hombre irresistible, encantador, misterioso, seductor y al mismo tiempo, atrapado en un pasado que le tortura y le atormenta? cuyo pensamiento mas fiel es..."El odio te engrandece y el amor te destruye". Y... ?Que sucedera cuando descubra que el mayor de sus deseos tiene algo que ver en todo ello? Llegue a odiarlo pero no pude conseguir dejar de amarlo. Yo anhelaba un imposible, el simplemente lo era. Descubriras si es posible ganar la batalla contra tu propio corazon. Una historia que te cautivara desde el comienzo, una historia que conmovera tus sentimientos. ?Te atreves a descubrir a Seytton? Yo lo hice... mi nombre es Chloe Eleanore Breyl y esta es nuestra historia.

  • Tan poderoso como el amor de Cesar Antonio Molina

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    Cien son las premisas que encontramos en este libro, y cada una de ellas es una afirmacion sobre los poderes o caracteristicas que tiene el amor, justificada a traves de la cultura. Partiendo de 100 peliculas y de otras tantas obras literarias de referencia, el autor nos argumenta por que el amor es el sentimiento mas poderoso del ser humano.
    A partir de peliculas tan celebres como Casablanca, El ultimo tango en Paris, Jules y Jim, Secretos de un matrimonio o Hiroshima, mon amour; tan sugerentes como Lolita, Bella de dia, Infiel o El imperio de los sentidos; tan asequibles como Los amantes del circulo polar, Delitos y faltas o Los puentes de Madison, este es un libro que recorre un paisaje cinematografico apto para todos los publicos y que enriquecera, gracias a sus multiples niveles de lectura, a cualquiera que se le acerque.
    En una muestra de dominio cultural impresionante, Cesar Antonio Molina nos sumerge en un mar de dudas con sus respuestas, totalmente argumentadas y deliciosamente plasmadas a traves del analisis de obras cinematograficas de primer nivel.

  • Diamantes y mentiras de Tracy Wolff

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    Cuando dos examantes trabajan juntos, !saltan las chispas!

  • Suenos de Bunker Hill de John Fante

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    Arturo Bandini, huyendo de la nieve y el hastio de Colorado, se instala en Bunker Hill, la colina que domina el centro de Los Angeles, donde empieza a trabajar como camarero y escribe relatos. En esta novela, considerada como una de las mejores de John Fante, este nos cuenta los inicios de Bandini como guionista y sus amores y lios sucesivos, y como consigue finalmente no hacer carrera en Hollywood, donde un productor lo tiene todo el dia sentado sin dejarle escribir una linea, un empleo tan bien pagado como frustrante y que termina abruptamente. Tras otros episodios en los que nos cruzamos con otros escritores empleados en los estudios, como Ben Hecht, Dalton Trumbo o Nathanael West, o con el mismisimo Sinclair Lewis, el idolo de Bandini, o un intento fracasado de colaboracion con una reputada y terrible guionista, Bandini se toma un breve respiro en Colorado, antes de regresar de nuevo al campo de batalla. En el corazon del libro nos encontramos con una imposible historia de amor, como es habitual en Fante, esta vez con una casera, que podria ser su madre. En Suenos de Bunker Hill, una novela dictada por Fante, ciego y en sus anos finales, a su esposa, se nos muestra la otra cara de Hollywood, una vision inmisericorde y sardonica. <> (Michele Grazier, Telerama).

  • La duquesa de Danielle Steel

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    Traicionada. Abandonada. Invencible. Angelique Latham no es realmente duquesa, aunque tras perder a su madre cuando era muy pequena, se ha criado en el majestuoso castillo de Belgrave junto a su padre, el duque de Westerfield, que siempre la quiso con locura. Pero ahora su padre ha muerto, y sus hermanastros han decidido desheredarla. Esta sola en el mundo. A sus dieciocho anos, Angelique es lista y muy hermosa, pero tiene mala suerte, pues, aunque consigue colocarse como ninera de una familia acomodada, un suceso desagradable e injusto la deja otra vez en la calle. Sin hogar, sin referencias ni contactos, viajara a Paris. Alli, despues de rescatar a una joven de una situacion horrible, tendra la clave de su futuro. Un negocio insolito y una ocupacion al borde del escandalo marcaran la inesperada vida de la hija de un duque.

  • El Precio de Andrea de Eridania Reinoso

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    Una joven de 18 anos, se va de su pais detras de una oferta de empleo, donde tendria una mejor vida para ella y su mama; pero al llegar a su destino se da cuenta que las cosas no son como se lo prometieron. Atrevete a vivir dia a dia las experiencias de una mujer victima de trata de personas

  • Alguien que bese mis heridas de Brooke Skipstone

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    Primer Premio Pencraft en Abuso de Adultos Jovenes
    Concurso internacional favorito de los lectores: medalla de plata en thriller para adultos jovenes
    "Poderosa. Original... Muy sentida y convincente."--Kirkus Reviews

  • Un Juego De Venganza de Clare Connelly

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    La aristocratica Marnie Kenington se hundio en la desesperacion cuando sus padres la obligaron a abandonar a Nikos Kyriazis; pero no lo olvido, y tampoco olvido su sensualidad. Por eso, cuando anos mas tarde insistio en reunirse con ella, el corazon de Marnie se lleno de esperanza. hasta que Nikos se lo aplasto bajo el peso de una fria e implacable amenaza: si no se casaba con el, no daria a su padre el dinero que necesitaba para salvarse de la bancarrota.

  • Ojos de gata de Erina Alcala

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    !Hola Fatima! ?Que pasa? --Le dijo su hermana Daniela mientras iba andando por la calle buscando su coche aparcado, a la salida del trabajo. --Acabo de salir del estudio, no he podido contestarte antes. Estaba con un cliente. Estamos haciendo un nuevo complejo de casas. --Tu siempre igual Daniela. No paras carino. --Tengo que ganarme el sueldo y pagar mis facturas, vivir en Carolina del Norte es barato, en comparacion con otros lugares, pero entre el apartamento y los gastos, se lleva casi la mitad del sueldo, bueno menos, la verdad. --Porque siempre has sido presumida. --Si, Almeria es mas barata. Tienes mas suerte. --No creas tienes una sobrina que pide por la boca sin parar --y Daniela se reia. --Consientela mujer, solo tienes una hija. !Ah! echo de menos las tapas y todo es mas barato alli sobre todo cuando sales a tomarte una cervecita. --Te hubieses quedado, aqui tambien se necesitan arquitectas. --Bueno, pero vi esa oportunidad y quise aprovecharla. No me arrepiento. Vivo bien aqui. --Pero vives sola hermana y lejos y hace tres anos que te fuiste y no vienes. --Lo se, ire estas vacaciones si puedo, pero no te quejes, Fatima, tu no estas sola, tienes a Rafa, tu marido y tu pequena Sofia, mi sobrina preferida. --No tienes otra. --Lo se, Bueno, ?Que tal? --Tengo que decirte que la tia abuela Celia ha muerto. --?En serio? --Si, hace un mes. --?Y no me has dicho nada, mujer? Asi no me contestaba. La llamo todos los meses, pero las dos ultimas veces que la he llamado este mes, pense que habia ido a algun sitio porque no recibia respuesta. Pobrecita. --No queria darte malas noticias, pero hoy he recibido carta del notario, estamos las dos citadas, la semana que viene. Tienes que venir. --Pero hermana, si la tia no tenia nada mas que su casa en la playa... --Pues no se que tenia, pero somos sus herederas y tienes que venir. --?Desde Charlotte?, ahora no puedo, hermana, tenemos mucho trabajo. --Solo sera una semana o diez dias, pidelos como anticipo de tus vacaciones. --No me dejara mi jefe. Es demasiado serio. Ya veras. --Pideselo y dile por que razon es. --Esta bien, lo intentare manana. Y trabajare para dejar esto al menos preparado. --Y no te busques hotel, te quedas en casa, que te conozco. Es nuestra casa de toda la vida --Vamos, es tuya Fatima, me compraste tu parte. --Nos seas boba. Te vienes y punto. --!Esta bien! Te llamo en cuanto tenga los billetes y te cuento cuando voy, ya veras que sera una tonteria. --Tu ven y asi nos vemos y descansas. Nos habra dejado la casa, como no tenia hijos... --Sera eso. Bueno, dale besos a Rafa y a mi sobrina, voy a coger el coche y me voy a casa. --Un besito, cuidate y me llamas en cuanto tengas el billete. --Lo hare. Te quiero. --Y yo a ti Daniela Alonso, tenia veintiocho anos y era arquitecta. Habia trabajado al terminar la carrera un par de anos en un estudio como arquitecta en practicas en Almeria, pero no ganaba nada y ya estaba harta de trabajar gratis para las empresas, y cuando su padre murio, tres anos y medio atras, se fue a Carolina del Norte con un contrato de trabajo. Habia visto trabajo en America y ella hubiese preferido la gran manzana, pero tuvo suerte en Carolina. Asi, que se mudo a Charlotte, la ciudad mas poblada de Carolina del Norte. Alquilo un apartamento y se compro un coche con el dinero que su hermana Fatima le dio por la casa de sus padres, donde habia vivido toda la vida y que le habia vendido su mitad al irse. Su madre murio cuando eran pequenas, pero su padre murio tres anos y medio atras, cuando ya Fatima estaba casada y tenia una hija de cinco anos. Como Daniela se fue a Carolina, le compro la parte de la casa familiar y se quedaron su marido y ella en la casa, la renovaron y dejaron el piso de alquiler que tenian. Para ello tuvieron que pedir un prestamo hipotecario, pero la casa quedo nueva. Y ella, alquilo un apartamento en Charlotte, mas menos centrico, a unos veinte minutos del centro, la zona Uptown, la zona centrica de negocios por excelencia. Ganaba un buen sueldo, pero era mas una ayudante que una arquitecta en si. Esperaria un ano mas para subir de categoria o se cambiaria de estudio. Estaba mas que preparada para llevar el trabajo complicado, es mas, lo llevaba mejor que el arquitecto y ganaba la mitad y hacia casi todo el trabajo. Daniela media uno sesenta y cinco, tenia los ojos de gata, como le decian desde pequena, no se sabian si eran azules o verdes. Un color raro, precioso, como su padre, el pelo por media espalda, se habia hecho unas mechas rubias y tenia un buen cuerpo y una sonrisa siempre para todo el mundo. Vivia muy bien, casi ahorraba mas de la mitad de su sueldo. Ganaba unos seis mil dolares porque le echaba muchas horas al trabajo, pero no tenia libertad pada disenar ella por su cuenta. Era una simple ayudante. Su hermana Fatima, era igual que ella, un poco mas alta, pero se parecian mucho incluso en el caracter. Era educadora social y trabajaba en un centro de Menores en Almeria. Su marido Rafa era policia local y estaban muy enamorados. Daniela estaba lejos, pero llamaba a su hermana todas las semanas. Y habian tenido mucho contacto con su tia abuela Celia, y ella sintio mucha pena, pero era ya demasiado mayor y estaba enferma del corazon, cuando ella se vino. Tambien la llamaba al menos una vez al mes. Ahora supo por que le extranaba que no contestara a sus ultimas llamadas. No tenian mas familia que ella. Su tia nunca se habia casado. Era hermana de su abuela por parte de padre y las habia querido mucho. Siempre, en todas las reuniones familiares estuvo su tia. Seguro que queria dejarles la casa. Otra cosa no sabia que tuviese. En fin haria todo lo que estuviera en su mano para ir la semana siguiente a Almeria. Llego cansada a casa con un maletin de trabajo, pero iba a ir a andar un rato y se daria una ducha y se pondria con ello hasta la cena. Su apartamento estaba en un complejo de apartamentos preciosos. El suyo era maravilloso y muy bien decorado. Ella mando pintarlo y amueblarlo al llegar. Tenia un dormitorio y un despacho, una cocina y un salon suficiente para ella. Un aseo con cuarto de lavado y en su dormitorio que era grande, dos vestidores y un bano con banera de patas y lavabo doble. Era feliz. Tenia un coche bonito, no demasiado caro y una plaza de garaje en el parking de los apartamentos. No necesitaba mas. Tenia ademas, mas de ochenta mil dolares en el banco. !Que mas queria a su edad, veintiocho anos! Brad Hill, era el unico nieto de James Hill, y era la unica familia que tenia, ese nieto y Brad a su abuelo materno. Tenia una empresa de ingenieria aeronautica importante en el centro de Charlotte, desde que el abuelo era joven. Y habian hecho entre ambos, un buen trabajo en la empresa, desde que Brad termino ingenieria en la Universidad y se unio a el en el conglomerado que el abuelo dirigia solo. HILL AERONAUTICS, Era una sucursal que trabajaba para un par de aerolineas importantes del pais. Fabricaban las piezas de los aviones, se reparaban, y todo el proceso hasta ponerlos en marcha. Tenian hangares a las afueras de Charlotte, con un aeropuerto propio. El terreno era inmenso, sin embargo la administracion, la llevaba ya Brad en el centro de Charlotte, en un edificio de cinco plantas y su subdirector estaba en los hangares donde estaban las piezas, los mecanicos, los verificadores, montadores y demas personal. Era una gran empresa aeronautica. Brad, era un hombre imponente y alto como su abuelo, era moreno de ojos grises, un presumido de cuidado y un vanidoso con las mujeres. Media uno ochenta y ocho y era guapo como el solo. Sin embargo, en el trabajo era impecable, duro y exigente. Para ir a la oficina vestia trajes impecables, y cuando iba a los hangares, se ponia ropa de sport o llevaba traje tambien, dependia de que fuese a hacer. Para ello tenia un vestidor en su despacho y poder cambiarse. Tenia una casa grande a las afueras de Charlotte, al lado de la del abuelo, para estar cerca de el, tres coches y cinco dormitorios. Una piscina y un gran jardin. Una verja en la entrada y piscina con cascada maravillosa. Era de estilo espanol. Tenia un jardinero una vez a la semana y una mujer para la limpieza y el resto de la casa y comida, todos los dias excepto el sabado y el domingo, que le apetecia estar solo en su casa. Salia a comer o pedia o se hacia algo sencillo. Su abuelo se habia retirado hacia unos anos del trabajo. Se habia jubilado dejando a Brad, la direccion de toda la empresa. Y ahora habia muerto hacia un mes. Y se encontraba, en la empresa con el notario y su abogado y los abogados de su abuelo en su despacho. --?Que no puedo ser dueno de la empresa si no me caso? --dijo Brad indignado. --Exacto, y por cinco anos minimo. --Dijeron los abogados de su abuelo. --Si no se casa en unos meses, dos para ser exactos, solo tendra una decima parte de la empresa, el resto de dividira entre los jefes del resto de los departamentos. --Pero eso no puede ser... --Puede ser, Brad --le dijo su abogado revisando el testamento. --La casa tambien sera suya, si se casa, de otra manera sera donada a una ONG para ninos sin hogar. --Pero... ?Como puede hacerme eso? Me fui a las afueras para estar tranquilo y a su lado, tengo mucho trabajo. No podria tener una cola de ninos chillando al lado. --Pues eso no es todo. El dinero que tenia, son cien millones que tambien van con la casa a la ONG. --!Maldita sea! --Tienes dos meses. No podemos hacer nada, era su ultima voluntad. --Pero eso no puede ser... No dejare que se pierda la empresa ni que se divida. Si tengo que casarme, me casare. Cuando los abogados salieron de su despacho, y el suyo tambien, se echo las manos a la cabeza dando vueltas por el despacho y maldiciendo la suerte que habia tenido. --?Pero que habia hecho su abuelo? Creia que bromeaba cuando se lo decia dia tras dia machaconamente que se casara, pero ahora comprobaba que no era una broma. Salia con algunas mujeres, pero ninguna podia meterla en su casa, salvo en una cama. --!Joder abuelo, la has hecho buena esta vez! el dinero y el de la casa vendrian muy bien como inversion de la empresa, el tenia su propio dinero, ganancias anuales, pero... !Joder! Al final Daniela consiguio permiso de diez dias para ir a Espana, pero estaria lo menos posible. Lo suficiente para tratar los temas del abogado y el notario y volver. El trabajo la esperaba y no queria perderlo. Se quedo en casa de su hermana y le llevo juguetes a su sobrina y regalos a su hermana y cunado.

  • Os salvare la vida de Joaquin Leguina

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    Os salvare la vida es una solida y emocionante novela que recrea la vida de Melchor Rodriguez, personaje
    historico y singular absolutamente apasionante con un papel infravalorado hasta ahora durante la Guerra Civil y en la trayectoria del anarcosindicalismo espanol. El Angel Rojo, como es conocido, defendio a ultranza siempre, aun a riesgo de su propia vida, todo aquello en lo que creia y puso fin a las lamentables sacas producidas a principios de la guerra, sacas que se cobraron la vida de miles de espanoles. Director de Prisiones, evito vejaciones en las carceles y ejecuciones irregulares y arbitrarias. Tras la guerra, fue detenido y juzgado. En uno de los consejos de guerra al que fue sometido, en una escena casi de pelicula, solo el testimonio del general del bando nacional Munoz Grandes y miles de firmas de personas a las que habia salvado, de todo sesgo politico, evitaron que lo condenaran a pena de muerte.

  • Contemplacion (Lucifer 3) de Charlotte Bennet

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    Mi vida era monotona y vacia hasta que conoci a Emma Marie Taylor. Ella era la secretaria de mi difunto hermano David con la que tuve una disputa en el pasado. Pero ello no evito que, con el tiempo, me enamorara y me casara con aquella extraordinaria mujer pues Emma es lo que siempre habia sonado. Es increiblemente bondadosa, comprensiva, valiente y decidida. Su amor alivia mis males y hace que la esperanza emerja de forma insolita puesto que los dos hemos sufrido por culpa de un destino cruel e injusto. Unidos tratamos de ver la vida desde otra perspectiva a pesar de la dificultad que supone resistir en medio de tanta adversidad, ya que nuestros enemigos crecen en la sombra a la espera de destruir todo cuanto hemos construido. Pero una serie de acontecimientos volveran a poner a prueba nuestros votos. Porque amarnos y respetarnos fue el comienzo de todo. Pelear por preservar este amor va a suponer un gran reto para nosotros ya que, algunas veces, hay que arriesgar y tomar decisiones por muy dificiles y dolorosas que sean...

  • Eastwood de Francisco Reyero

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    Los inicios de Eastwood hablan del destino y de los inesperados sitios donde puede esconderse. En 1964, un desconocido actor de California acepta la propuesta de un director de cine italiano para rodar un western con localizaciones en Espana. Al ver por primera vez a su interprete, Sergio Leone supo que era el idoneo.

  • Vente conmigo de Marta Vidal

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    Cuando el chico del que siempre ha estado enamorada aparece dispuesto a todo por ella, Claudia ya tiene una relacion con Simon, un chico que le da todo y mas.
    En ese momento se encuentra en un dilema. Tiene que elegir entre los dos, entre la calma y la tempestad. No es facil, pero la decision no puede tardar mucho mas.

  • Para regalo de Merche Diolch

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    Seguro que este libro le gustara. La joven que habia detras del mostrador ofrecio un pequeno y colorido cuento al matrimonio mayor que habia entrado en la libreria hacia media hora. Buscaban un regalo, un cuento diferente de los que encontrarian en cualquier gran superficie y que atrajera la atencion de su nieto. Les habian aconsejado que acudieran a Para Regalo, una pequena tienda ubicada en el callejon Sin Retorno que escondia entre sus paredes una biblioteca con libros peculiares. Y, aunque al principio las dudas se habian apoderado de la pareja al observar el deterioro de la fachada exterior del edificio --la pintura verde de la puerta estaba desconchada, la cristalera estaba deslucida y el cartel que daba nombre al establecimiento pendia precariamente de una de sus esquinas, dando una imagen de abandono--, nada mas traspasar la puerta, sus temores desaparecieron. Habian llegado al <>: las paredes estaban cubiertas de estanterias de madera repletas de libros de todos los tamanos que desaparecian en el interior de la tienda, por lo que nadie podria haberla descrito como <>. Unos hilos invisibles cruzaban el establecimiento de lado a lado, de los que colgaban bombillas que proporcionaban la iluminacion necesaria para, junto con la poca luz solar que se filtraba desde la cristalera, ofrecer al espacio un halo de ingravidez. El reflejo de pequenos cristales que se ubicaban en lugares estrategicos formaba en algunas esquinas arcoiris multicolores. Ademas, para contribuir al ambiente de fabula, habia sillones de diferentes tamanos y tonalidades entre los corredores que se creaban a partir de las estanterias, animando a los clientes a que se acomodaran mientras decidian si llevarse uno u otro libro. El lugar era magico, pero al mismo tiempo hogareno. El sonido de una pequena campanilla, colgada en el techo, habia tintineado en la libreria, avisando a la duena de que tenia clientes y, sin mucha demora, ella los habia recibido con una enorme sonrisa. De eso hacia mas de media hora ya, y aunque la indecision de la anciana habia llevado a que encima del mostrador hubiera bastantes cuentos desechados, Marta sospechaba que finalmente habian dado con el elegido. --?Usted cree? --pregunto la mujer mayor mientras hojeaba las paginas del cuento. La duena rodeo la mesa que hacia de mostrador y se acerco hasta ellos. Se recoloco las gafas de pasta roja y la blusa que llevaba, la cual habia perdido el brillo del blanco tras numerosos lavados, y tomo el libro de entre las manos de la mujer. --El gato Sonrisas conseguira enamorar a su nieto. --Paso una a una las hojas, deteniendose de vez en cuando en alguna de las ilustraciones para que observaran los detalles. --Leonor… --el hombre mayor se dirigio a su esposa--, haz caso a la senorita… --Pero… Marta miro a la pareja y tomo una decision. --Hagamos una cosa. --Cerro de golpe el cuento infantil--. Llevenselo. No me paguen nada. --Se recoloco de nuevo las gafas mientras asia una de las bolsas de regalo y metia el libro en su interior--. Si a su nieto le gusta, vienen y me lo abonan y, si no… --les ofrecio el paquete con una sonrisa--, me lo devuelven y buscaremos otra cosa. El matrimonio la observo asombrado. --?No le pagamos? --pregunto incredulo el hombre. --No --confirmo ella--. Tomen --ofrecio de nuevo. La anciana cruzo una mirada con su marido. A continuacion, agarro la bolsa y afirmo: --La fiesta de cumpleanos no es hasta el fin de semana. Marta asintio con la cabeza. --Los espero la semana que viene --senalo. --La semana que viene entonces --ratifico el hombre. La pareja se despidio de ella y se marcho. En cuanto desaparecieron, una dulce carcajada resono entre las estanterias. --Marta, asi nunca saldaras la hipoteca de Para Regalo. Una rubia de casi dos metros con un cuerpo escultural, embutida en un vestido de tubo de color blanco y subida a unas botas negras de gran tacon, se acerco hasta la duena de la libreria. --Volveran --dijo la aludida con sus ojos marrones fijos en la pared de ladrillo que habia enfrente de la tienda. --Pero, si por lo menos lo hubieran pagado, te habrias asegurado un dinero --senalo su amiga al tiempo que se ponia el abrigo negro que habia sobre uno de los sillones proximos al mostrador. --Cris, volveran --insistio ella. La rubia bufo, cogio su bolso y se acerco a la puerta de la calle. --Marta, no puedes seguir asi. Piensa en lo que hemos hablado. --La miro--. Me voy, que tengo una reunion. ?Comemos esta semana? La duena de la libreria se subio las gafas rojas, que se habian escurrido de su pequena nariz, y asintio con la cabeza. --Decide tu el dia. Eres quien tiene la agenda mas complicada. Cristina le guino un ojo. --Te llamo. En cuanto la puerta se cerro tras ella, Marta se acerco para dar la vuelta al pequeno cartel que indicaba que estaria ausente diez minutos. Necesitaba pensar en todo lo que habia sucedido desde que su amiga Cris habia aparecido esa manana. Se adentro en la libreria hasta una escalera que ascendia al piso superior, donde se encontraba su apartamento, de un solo ambiente. La cama presidia todo el espacio, rodeada de montanas de libros que debia sortear cada vez que queria llegar hasta ella. Sobre el lecho destacaba un edredon blanco con una gran estrella en el centro del mismo, siendo el unico abrigo que necesitaba por las noches. La barra americana, que ella misma habia decorado con fragmentos de los libros que mas le gustaban, separaba los espacios de la cocina y el salon-dormitorio, y por una pequena puerta se accedia hasta un minusculo cuarto de bano, del que su duena lamentaba que, en vez de tener un reducido plato de ducha, no hubiera espacio suficiente para una banera de esas de patas de garra que aparecian en algunos de los libros romanticos que tanto leia. Se sento en el poyete de una de las ventanas que daban al otro lado del callejon y dejo que sus ojos se perdieran por la verde arboleda que poblaba el parque. Habia ninos jugando a la pelota, familias completas paseando o parejas de enamorados que caminaban agarrados de la mano, sin ser conscientes de lo que los rodeaba. Marta expulso el aire que retenia y recordo la conversacion que habia mantenido con su amiga, y tambien abogada, momentos antes de que entrara la pareja de ancianos a la libreria: --Cada vez tienes mas deudas, Marta --le indico Cris mientras bebia de la botella de agua que habia cogido de la nevera. --El negocio no marcha bien ultimamente… La risa de su amiga la interrumpio. Se acerco hasta ella, que, sentada en el mismo lugar donde ahora se encontraba, intentaba recogerse el cabello en un mono, utilizando para ello uno de los miles de lapices que habia por la habitacion. Siempre llevaba sujeta su larga melena castana, aunque para ello utilizaba cualquier cosa que tuviera cerca (menos una goma). Cristina atrapo sus manos y la insto a que la mirara. --Marta, la libreria no ha dado beneficios nunca. Ni cuando era propiedad de tu tia ni cuando tu la heredaste. --Pero… Su amiga aparto uno de los mechones marrones de su rostro y le subio las gafas rojas, acariciandole la mejilla en su camino. --Carino, no puedes seguir asi. --Le dio un beso y se sento a su lado--. Vas a tener que cerrar la tienda. Marta ahogo un grito y se levanto de golpe para dejarse caer luego sobre la cama con resignacion. --No puedo. La libreria --abarco con los brazos todo cuanto las rodeaba-- es mi hogar. Cris se aparto un mechon rubio del rostro y se cruzo de brazos. --Lo se, pero… --Dudo--. Marta, estas en la ruina. La libreria soporta una segunda hipoteca que no puedes…, que tus ingresos no pueden afrontar. Tienes que vender y… --!Vender! --grito ella mientras le daba la espalda. Sabia que su situacion no era muy holgada. Sospechaba que debia algunas mensualidades de la hipoteca, pero de ahi a… ?vender? --Marta… --Su amiga se acerco e intento agarrarla por los hombros, pero esta se alejo de nuevo en cuanto intuyo sus intenciones. --?Como? ?Por que? Se sento en uno de los dos taburetes rojos cercanos a la cocina y se recogio la larga falda negra que llevaba para no pisarla, dejando expuestos sus pies desnudos --le gustaba estar descalza, por lo que las sandalias esperaban a su duena al lado de la puerta--, y se deshizo el mono para volver a hacerselo de nuevo. La rubia la miro y dejo que todo su cuerpo cayera sin fuerzas sobre el edredon blanco de la cama. --Cada vez que me llegaba una carta del banco te avisaba, pero tu no querias saber nada. Marta gruno. Era verdad. Escudada en que nunca le habian gustado los numeros y que para ella los recibos estaban escritos en chino --idioma que ella no hablaba--, lo habia dejado todo en manos de Cristina, su abogada. Ella, como buena amiga, habia insistido mas de una vez en que debia buscar una solucion al problema que se le venia encima, pero… la libreria no daba para pagar nada. A duras penas sobrevivia y, aunque habia intentado mas de una vez buscar una solucion --sobre todo cuando recibia alguna visita o llamada <> por parte de Cris--, no la habia hallado. De acuerdo, la culpa era de ella, nadie mas podia tenerla, mas aun cuando solia perderse y alejarse de ese mundo materialista con cualquiera de los miles de libros que inundaban la tienda. Pero… era una realidad: su mundo de suenos se derrumbaba. Hacia diez anos que Para Regalo habia llegado a su vida. Habia sido una herencia de una tia lejana --tan lejana que ni la recordaba--, con la que habia creido que se resolverian todos sus problemas. Tenia un oficio. Tenia un trabajo que adoraba, pero era una profesion con poco futuro. Cada vez mas, los clientes escaseaban. Eran muchos los que preferian sumergirse en el nuevo juego de la ultima consola que habia salido al mercado o <> delante la television. Por no hablar del ebook… En fin…, las ventas se habian reducido y, por consiguiente, las deudas de Para Regalo habian aumentado. Si no encontraba pronto una solucion, Marta perderia todo lo que tenia. De pronto, un grito atrajo su atencion devolviendola al presente. Miro hacia el linde del parque y observo como un perrito cruzaba la calle esquivando los coches que circulaban por la via en ese momento. Fue un milagro que llegara hasta la otra acera sano y salvo. Un hombre rubio, vestido con unos vaqueros y un polo verde, se acerco corriendo hasta el paso de cebra y llamo de nuevo al animal. Marta no supo identificar muy bien lo que gritaba, pero, por los gestos que hacia con las manos, sin saber muy bien que hacer con ellas, supuso que era el dueno del animal y que estaba preocupado. Entonces observo como cruzaba la calle en pos del cachorro y desaparecia de su vista. --Espero que lo encuentre --rezo Marta en voz alta. Capitulo 2 No podria decir que momento, que lugar, que mirada o que palabra sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que si se decirte es que, para cuando me di cuenta, ya estaba metido hasta el cuello. JANE AUSTEN, Orgullo y prejuicio Unos golpes insistentes en la puerta de entrada de la tienda provocaron que Marta descendiera precipitadamente a la planta baja, dejando aparcadas las preocupaciones sobre sus deudas. Atraveso los pasillos de libros, sorteo el enorme sofa azul, ubicado en mitad del establecimiento, y llego casi sin resuello para atender a quien requeria que se le abriera con tanta urgencia. Las prisas la llevaron a tropezar con un par de libros que se encontraban en el suelo, haciendose dano en los dedos del pie (con las prisas, habia olvidado ponerse las sandalias). --!Mierda! --espeto en voz alta--. Cris, como seas tu la de los golpes, te vas a acordar de mi por un tiempo --juro mientras abria la puerta.

  • Y entonces, apareciste de Esperanza Garcia

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    Un paseo por las calles de Madrid y dos desconocidos que se miran en un timido reflejo, ha servido de inspiracion a esta joven escritora para dar vida a la historia de amor entre Alex y Chloe.

  • Parecia una buena idea de Kylie Scott

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  • El tercer pais de Karina Sainz Borgo

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    Llegue a Mezquite buscando a Visitacion Salazar, la mujer que sepulto a mis hijos y me enseno a enterrar a los de otros. Camine hasta el fin del mundo, o donde yo crei que el mio habia acabado. La encontre una manana de mayo junto a una torre de nichos. Vestia mallas rojas, botas de trabajo y un panuelo de colores atado a la cabeza. Una corona de avispas revoloteaba a su alrededor. Tenia el aspecto de una Virgen morena extraviada en un basurero. En aquel solar reseco, Visitacion Salazar era lo unico vivo. Su boca de labios oscuros escondia unos dientes blancos y cuadrados. Era una negra guapa, bien dispuesta y empulpada. De sus brazos, gruesos de tanto frisar tumbas, colgaban bolsas de piel a las que el sol sacaba brillo. En lugar de carne y hueso, parecia hecha de aceite y azabache. La arena tiznaba la luz y el viento taladraba los oidos; un quejido que brotaba de las grietas abiertas sobre la tierra que pisabamos. Mas que brisa, ese aire era una advertencia, una tolvanera densa y ajena como la locura o el dolor. Asi era el fin del mundo: aquel monton de polvo hecho de los huesos que nos dejabamos en el camino. En la entrada colgaba un cartel pintado a brochazos: EL TERCER PAIS, un cementerio sin ley al que iban a parar los muertos que Visitacion Salazar enterraba a cambio de la voluntad, y a veces ni eso. Casi todos los que ahi reposaban nacieron y murieron en la misma fecha. Sus tumbas pobres estaban inscritas con garabatos sobre cemento fresco: la letra accidentada de los que nunca descansaran en paz. Visitacion ni siquiera se volvio para mirarnos. Hablaba por telefono. Con la mano izquierda sostenia el aparato; con la otra, unas flores plasticas que hundio en la argamasa recien batida. --!Si, mi reina, te oigo! --Angustias, ?estas segura de que esta mujer nos va a recibir? --pregunto Salveiro. Asenti. --!Te escucho, mamita! --continuo ella, a su aire--. !Te digo que hay carencia de bovedas! !Ayyyyy! !La senal se pierdeeeee…! --insistio, tragicomica. --Esta mujer no para de hablar… --rezongo el. --!Callate, Salveiro! --!Digale a ese hombre que espere! --grito la mujer, dirigiendose, al fin, hacia nosotros--. !Los muertos son pacientes! !Los muertos no tienen prisa! Otra rafaga de viento abraso nuestra piel. La tierra de Mezquite era una paila cubierta de cardos y llanto, un lugar en el que no era necesario ponerse de rodillas para hacer penitencia. La que nos habia llevado hasta alli ya era suficiente. Asi era El Tercer Pais, una frontera dentro de otra donde se juntaban la sierra oriental y la occidental, el bien y el mal, la leyenda y la realidad, los vivos y los muertos. La peste y la lluvia llegaron juntas, como los malos presagios. Las chicharras dejaron de cantar y un tumor de polvo se formo en el cielo hasta descargar gotas de agua marron. A diferencia de los males que alguna vez sufrimos, este despedazo nuestros recuerdos y deseos. La peste atacaba la memoria, confundiendola primero y picoteandola despues. Se contagiaba a gran velocidad y cuanta mas edad tuviese el enfermo, peor era el efecto. Los ancianos caian como moscas. Sus cuerpos no resistian el taladro de las primeras fiebres. Al comienzo dijeron que la transmitia el agua, luego los pajaros, pero nadie era capaz de explicar nada sobre la epidemia de desmemoria que transformo a todos en fantasmas y lleno el cielo de zamuros. Nos hizo ineptos hasta cubrirnos de miedo y olvido. Caminabamos sin rumbo, perdidos en un mundo de hielo y fiebre. Los hombres salian a la calle a esperar. ?Que? No lo supe jamas. Las mujeres haciamos cosas con las que espantar la desesperacion: recogiamos comida, abriamos y cerrabamos ventanas, trepabamos a los tejados y barriamos los patios. Pariamos pujando y gritando como locas a las que nadie ofrecia ni agua. La vida se concentro en nosotras, en aquello que hasta entonces fuimos capaces de retener o expulsar. Mi marido tambien contrajo el mal, pero tarde en darme cuenta. Su caracter se confundio con los primeros sintomas. Salveiro hablaba poco, era reservado y no sentia curiosidad alguna mas alla de sus propios asuntos. Cuando lo conoci, trabajaba en la cauchera de su familia aflojando tuercas con una llave de cruz o tendido junto a un gato hidraulico para arreglar alguna averia en las tripas de un camion destartalado. A diario yo pasaba frente al local renegrido sin prestar atencion a lo que ocurria en su interior. Si entre fue porque necesitaba grasa de motor para aflojar las cerraduras de la casa: un bote de Tres en Uno, cualquier cosa que sirviera para lubricar las aldabas, pero Salveiro se ofrecio a mirarlas. --No son los cerrojos. Es la madera. Esta comida por las termitas, por eso las puertas no cierran, ?ves? --Me enseno un polvillo de virutas y aserrin. Regreso esa misma semana para revisar el techo y el resto de la casa. La recorrio entera. Que si esta viga tiene jejen, que si las patas de la mesa estaban mal cortadas o esta silla mal serrada. Iba de un lado a otro con una zapa. Lijaba aqui y martillaba alla. Todo cuanto tocaba dejaba de crujir o rechinar, como si recompusiera las cosas con solo mirarlas. --Angustias, ?y este quien es? --El hijo del cauchero, papa. Ha venido para arreglar las traviesas y las armaduras de las ventanas.

  • Cinco para una de Kayla Leiz

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    Tenia problemas. Graves problemas. Tremendos problemas. No era solo haberse ido de casa dos dias antes con lo puesto y el dinero que llevaba encima: la situacion era mucho peor. Mucho… Mucho… ?Donde cuernos estaba? Miro a su alrededor tratando de asimilar algo, que en su mente se le encendiera una bombilla y le dijera donde podia estar... !algo! Pero esta parecia tener un cartel en su lugar: <>, lo que mas le conviniera. Temblo escondiendose dentro de su chaqueton. Esa noche iba a hacer frio. Y ella estaba en apuros. Dejando a un lado el hecho de no saber donde estaba --esto tenia una buena solucion si lograba encontrar un alma, a poder ser viva y calentita para robarle algo de calor, mientras le preguntaba donde se hallaba--, el problema era que no tenia ni un centimo en el bolsillo. El dinero se habia esfumado a pesar de que habia llevado cierta cantidad. ?Y por que? Por ser una estupida y confiar en las personas. ?Como iba a saber que esa ancianita octogenaria iba a tener las manos tan largas? Gimio ante el recuerdo de los ahorros perdidos. Adios a una comida decente, adios a un billete de autobus hacia un lugar mas tranquilo, adios a... a todo. El viento helado la hizo sisear y se enfundo mas en el abrigo, arqueandose para calentarse un poco los muslos, pues los dedos de los pies ya no los sentia hacia rato. Necesitaba encontrar un sitio donde poder pasar la noche, uno donde no hiciera frio; no lo soportaba y ahora este se tomaba la revancha atormentandola a conciencia. Saco la mano para sostener el movil. Podia llamar por telefono, quiza la estuvieran buscando o se alegraran de saber de ella. Como un rayo, el grito aparecio en su mente deteniendo cualquier avance para encender el telefono. Suspiro y lo enterro de nuevo en su chaqueton. Mejor continuar andando y mantenerse despierta que quedarse quieta y morir de hipotermia. O estaba en un pueblo desierto o algo pasaba en aquel lugar. Eran las doce de la noche, sabado o domingo, dependiendo de los segundos que llevara ya la hora, ?no habia jovenes por ahi? Necesitaba saber donde se encontraba, y no solo para dejar de sentirse como una autentica recien llegada. Un sonido vulgar y digno de un bruto le llamo la atencion. Se volvio lo suficiente para ver a un hombre… ?O era una mujer? Ya se preocuparia por el genero despues. Parecia un gigante bostezando mientras cerraba con llave la puerta de su casa. Las luces de las farolas, encendidas desde que llego, no le dejaban apreciar mucho de esa persona, pero le llamaban poderosamente la atencion dos cosas: el color oscuro de su piel y el hecho de llevar un tocado de mujer y un vestido a juego. Se quedo mirando embobada sin saber por que. Era altisimo y fortachon, como uno de esos hombretones que se dedican a la lucha libre profesional y que se veian por television o en los videojuegos. Pero toda masculinidad estaba desinflada por el vestido rojo, escotado por delante, con dos rellenos para simular pechos, y el pelo negro recogido en un mono del que sobresalian mechones discretos pero simetricos unos de otros, como si hubiera dedicado bastante tiempo a ello. Llevaba zapatos de tacon de color rojo, no demasiado altos; tampoco los necesitaba pues debia de medir uno noventa, si no mas. Los ojos eran de un color ocre, refulgente ante tanta oscuridad; tenia una peca al lado de la comisura izquierda… Un momento, esas cosas no se podian ver desde lejos… Reacciono cuando una enorme mano la zarandeo levemente. --?Estas bien, carino? --pregunto una voz claramente de hombre aunque intentaba darle un toque <> sin demasiado exito. Levanto la cabeza casi hasta dolerle el cuello y observo a ese hombre, segura ya de que era de sexo masculino, eso o una mezcla de humano y gigante, que la miraba con amabilidad. --Disculpe. --?Eres nueva aqui? --pregunto. <> Era curioso como todo el mundo empleaba este adverbio para referirse al lugar donde se encontraba. ?No podia decir simplemente el nombre de la localidad? La primera persona, o gigante, que se encontraba y tenia que decir <>. --?Donde…? --?Tienes…? Se miraron los dos callando las preguntas que iban a hacer, estallando en risas de repente. ?Cuantas posibilidades habia de que dos completos desconocidos fueran a hablar al mismo tiempo? --?Que haces aqui sola? ?Te has perdido? Nego intentando sonreirle. ?Por que no estaba nerviosa con el? Era casi el doble de alto que ella, quien apenas llegaba al uno cincuenta, y encima hacia dos veces, o tres, su complexion. Y, sin embargo, el hecho de ir vestido como una mujer le quitaba toda fiereza. --Ven conmigo, iremos a un sitio donde calentarte --agrego cogiendola del brazo. Ella afianzo sus pies en el suelo ejerciendo algo de resistencia. Una cosa era sentirse bien a su lado, otra ir adonde el quisiera. --Me llamo Jerome. Esa es mi casa y, si no nos damos prisa, todos estaran pillados. --?Todos? --pregunto frunciendo el ceno. --Date prisa, carino. Hoy quiero que Ithan sea solo para mi. ?Me haras ese favor? ?Si? Ver a un tipo de casi dos metros suplicando, con las manos unidas en un rezo y una de sus piernas levantada hacia atras, no era la idea de un macho, desde luego. --Te prometo que no te llevo a ningun lado malo, solo es el Fever Club. --?Fever Club? Jerome abrio los ojos y levanto las cejas. Se tapo la boca abierta con la mano. ?Acaso habia dicho algo grave? --?No lo conoces? Dios Santo, una mujer como tu deberia ver eso, y a los cinco. Tienes que ir, vamos --contesto; esta vez tirando sin ningun pudor. No es que ella pudiera ganar ante uno como el, a no ser que tuviera una piedra y emulara a David contra Goliat. Y aun asi, seguro que si le tiraba la piedra solo le haria cosquillas. Caminaron --si se podia llamar asi a tener que dar tres pasos por cada uno de Jerome-- por las intrincadas calles, todas desiertas en esos momentos salvo por alguna que otra mujer que corria adelantandolos. ?Que pasaba alli para que las mujeres… y los gais se pusieran histericos? --No me has dicho tu nombre --puntualizo Jerome--. ?Tienes nombre? --Por supuesto… Puedes llamarme Ex. El la miro de reojo arqueando una ceja. --No es muy normal que digamos. --Tampoco lo es un hombre como tu vestido de mujer --replico ella. Levanto la vista hacia Jerome y vio que sonreia. --Les vas a gustar a los chicos, no suele haber mucha sangre fresca por aqui

  • Asesino de brujas. La bruja blanca de Shelby Mahurin

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    Unidos como uno para amarse, para honrarse o para arder.
    Dos anos atras, Louise le Blanc huyo de su aquelarre y se refugio en la ciudad de Cesarine, donde renuncio a la magia para vivir de lo que pudiera robar. Alli, cazan a brujas como Lou. Les temen. Y las queman.
    Como cazador de la Iglesia, Reid Diggory ha vivido su vida bajo una regla: <>. Pero cuando Lou realiza una gran artimana, tanto ella como Reid se ven obligados a aceptar una situacion impensada: el matrimonio.
    Lou, incapaz de ignorar sus sentimientos que son cada vez mas fuertes, pero sin poder cambiar quien es, Lou debe elegir.
    Asesino de brujas: la bruja blanca se desarrolla en un mundo de mujeres empoderadas, magia oscura y donde los romances son fuera de serie. Cuando lo termines de leer, querras mas.

  • Y lo conoci en… de Lorena Fuentes

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    Un Match.Un polvo.Una rubia de ojos verdes que llegara a mi vida para darle un giro de ciento ochenta grados, pero ella y sus amigas me juzgaran por ser el Lobo Feroz, solo que Caperucita viene a que le clave los dientes por voluntad propia.Amor. ?Que es el amor?No se que esperar de mi Rubita, pero todo lo que ella pueda darme, lo tomare. Yo no cai del Cielo, digamos que emergi del Infierno, mis demonios estan cerrados bajo llave, pero ella es capaz de calmarlos.

  • El efecto Frankenstein de Elia Barcelo

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    Una intriga en la que confluyen los generos de novela policiaca y gotica. Todo comienza cuando el joven Max se despierta en una casa en ruinas; su cuerpo esta cruzado por enormes cicatrices que evidencian que ha sido atendido por un cirujano, pero el no recuerda nada. Nora estudia Medicina en la ciudad alemana de Ingolstadt y esa misma noche de Carnaval conoce a Max cuando ambos salvan a una nina de morir ahogada en el Danubio. La atraccion es inmediata. El problema es que pertenecen a epocas distintas

  • AMOS Y MAZMORRAS IX de Lena Valenti

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    EL MUNDO DE LA NOCHE Y EL PECADO.
    UNA CIUDAD CORRUPTA Y PROHIBIDA.
    TRES HERMANOS DOMINANTES, SALVAJES Y MALDITOS.
    Y UNA MUJER QUE NO ESTA PARA TONTERIAS.
    QUE EMPIECE EL JUEGO.

  • TU, MI VIDA de Maria Vega

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    ?Que pasaria si descubrieras que tu vida es una mentira?
    ?Que tu misma lo eres?

  • El grito oculto de Rafael Soler

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    Ramon se despierta sobresaltado de la siesta, el movil suena sin cesar, su mente, todavia dormida, no encaja el tono que interrumpe el silencio de aquel caluroso dia. La guardia del dia anterior ha sido dura, apenas unas horas antes, se ha cerrado un operativo tras meses de exhaustivo trabajo de investigacion, el seguimiento de un nuevo narco que luchaba por hacerse el amo de todo el arco mediterraneo. <>. La cabeza le da vueltas, esta cansado, agotado, pero la euforia, o quizas la conciencia de un trabajo finalizado con sabor agridulce, no permite relajarse lo suficiente para un sueno reponedor. Lo necesita, lo intenta, gira en la cama sobre si mismo, no encuentra la postura. No puede. El exito de la operacion se ha saldado con la vida de un companero, un precio muy elevado que nadie esta dispuesto a asumir pero que el resto del equipo no ha tardado en senalar a un culpable, Ramon, el jefe de actuacion debia haberse anticipado a ello y evitar asi el fatal desenlace, todos lo esperaban, todos lo exigian, a todos a defraudado. <>. Alarga el brazo entre las sabanas sudadas, el ventilador apenas refrescaba el aire caliente de una habitacion orientada al sur que, en pleno verano, mas que un lugar de descanso, se convertia en una sauna de largas noches de vigilia. --?Inspector Castillo? --Dime Marcial, ya puede ser algo realmente importante porque de lo contrario se te va a caer el pelo. --Inspector, tenemos un herido de bala en el hospital. --?Y? --corta Ramon sin dejar terminar la frase a su companero. --Que en un barranco proximo donde rescataron al chico, encontraron dos cadaveres. --?Y no podias esperar a pasado manana para ponerme al dia en la oficina? --Lo mas interesante viene ahora senor inspector, la cientifica ha tomado muestras de ambos y el cabello de uno de ellos, coincide con el pelo encontrado en la fosa de aquel caso cerrado sin resolver que tan mala fama dio a nuestro colectivo. --Marcial joder, no estoy para jueguecitos, tengo la cabeza que me va a explotar. --Senor, me ha hablado cientos de veces de ese caso, fue su tesis de fin de carrera, su trabajo de criminalistica, su opera prima. En ese momento Ramon queda mudo al otro lado del telefono. Cuando ingreso en la academia, el caso de la fosa, como era conocido en la jerga policial, le marco profundamente, en aquellos anos, con apenas 23 recien cumplidos y siendo un completo novato, no podia evitar sentirse arrastrado por el circo mediatico y social de la epoca, 5 cadaveres enterrados en una montana, dos chicas de edad comprendida entre 13 y 15 anos, dos varones de edad aproximada entre 20 y 25 y una mujer de mediana edad. Un caso horripilante, donde tan solo se pudo identificar a tres de los cinco cuerpos. Los restos pertenecientes a las menores, dos ninas desaparecidas, de las cuales, Espana entera se volco en su busqueda y una enfermera, mujer del que era director de enfermeria de un conocido hospital de Cataluna y candidato a conseller de sanidad. Los otros dos cadaveres, jamas fueron identificados ni reclamados, quizas un ajuste de cuentas, tal vez otro sadico asesinato en el que su autor, aprovechando la zanja decide enterrarlos a todos en el mismo lugar ?quien sabe lo que pasa por la mente de un asesino? Tal y como decian los informes de aquel entonces, los cuerpos llevarian enterrados un lustro, segun corroboraron los diferentes forenses que llevaron las autopsias. A pesar del dano y contaminacion de las muestras, un cuerpo enterrado en una montana, expuesto a los cambios climatologicos de la naturaleza, no era el mejor medio de conservacion, pero los examenes generaron una polemica que ridiculizo la falta de rigurosidad con que se llevo a cabo la investigacion con informes contradictorios que no hacian otra cosa que poner en evidencia a las fuerzas de seguridad del estado. --Creemos que el muchacho era familiar de uno de los dos hombres hallados. --Marcial, pasate a recogerme cagando hostias. --Inspector Castillo, contaba con ello, le llamo desde el coche, en 10 minutos estoy en su domicilio-- y colgo. Ramon, sentado sobre la cama reflexiona las palabras de su companero. Si habia relacion entre el herido de bala y los dos precipitados, podrian reabrir el caso tras mas de 20 anos de expedientes almacenados en las estanterias de los archivos centrales de la policia nacional. Se levanta, busca el botiquin de medicamentos, guardados en riguroso orden en la parte superior del mueble del bano, abre la caja de paracetamol y se toma una grajea. Se lava la cara con intencion de despejarse y abstraido en su propia mirada perdida en su reflejo se dice; !Vamos alla, es hora de reescribir la historia Ramon! CAPITULO 1 Daniela no dudo un segundo cuando su hermano dejo aquel mensaje en el buzon de voz, en menos 24 horas habia aterrizado en Barajas, sin maletas y sin mochila alguna, tan solo un pequeno bolso como equipaje de mano, las llaves, cargador de movil, dinero, documentacion... sus unicos companeros. Tal cual ha comprado el billete, como aquel que dice "con lo puesto", sale en direccion al aeropuerto. Angustiada y nerviosa, no se lo puede creer, Luis ha muerto y segun su hermano, la frase "Daniela, tienes que venir, estamos en peligro" le ronda por una cabeza que amenaza con estallar en cualquier momento. En otra ocasion hubiera cogido el metro para desplazarse, pero las circunstancias hacen que alce el brazo ante la parada de taxis que hay en un hospital proximo a su casa. El tiempo apremia, la angustia se apoderaba de ella, necesita estar en Espana, su hogar. Llega puntual. Odia llegar tarde a cualquier encuentro, por lo que, sentada en una zona exclusiva para usuarios, espera con ansia el llamamiento de la azafata dando paso a los viajeros del vuelo 0231 con destino a Madrid. <<Ahi esta, ya abren la pasarela>> piensa al escuchar aquella dulce voz por megafonia. El avion es enorme, un intercontinental con ocho asientos por fila, tres a la izquierda, dos en el pasillo central y otros tres en la parte derecha. La gente, apelotonada intentando acceder a uno de los asientos no numerados, provoca un tapon en el pasillo en el que tiene que intervenir una guapisima azafata que parece haber salido de un desfile de modelos. A Daniela siempre le habia llamado la atencion la superficialidad de las companias aereas ?acaso una mujer de 1,50 no podia ser azafata de vuelo? ?estaria renida la altura con la eficacia? El viaje promete ser largo. Tener un nino pregunton en el asiento de al lado no es lo mas indicado para una cabeza que busca paz ante tan desastrosas noticias llegadas desde su casa. Por fortuna, localiza al padre del nino, le cede el asiento para asi poder viajar juntos como una familia modelo, cosa a la que accede de muy buenas maneras, a pesar de la insistente negativa por parte de su mujer. Se ha librado del nino. Ya en su sitio definitivo, durante las mas de 8 horas que dura el vuelo, no para de dar vueltas a la grabacion. --?Que habra podido suceder? --?Por que corre peligro? Martin no quiso preocuparla mas de lo necesario, por lo que sin entrar en mas detalles le habia indicado una serie de instrucciones. --No me llames, no intentes contactar conmigo, alojate en el hotel Servicol, buscalo por internet, zona norte, yo te localizare. Esas fueron sus ultimas palabras. Una vez aterriza en Madrid, tras pasar el control aduanero, se dirige al metro, situado en la Terminal 2. Saca la billetera y compra un billete en una de las maquinas automaticas situadas a la entrada. En este viaje, el agotamiento del vuelo y con permiso del cambio horario, no le deja caer en la cuenta de pedir un taxi. Lee el letrero con las indicaciones del metro, lo unico que ve tras aquellos carteles enormes es que ha llegado. Durante unos instantes, ajena al alboroto de su alrededor, enfrascada en sus pensamientos, recuerda que no habia dejado ningun mensaje a su companera de piso, con las prisas y el impacto de la noticia por fallecimiento de su padrastro, apenas ha tenido tiempo de procesar la informacion. Ni tan siquiera se acordo de ponerle comida al gato <>. Saca el movil y escribe un escueto Whatsapp dirigido a su companera de piso: "He tenido que volver a Espana por problemas familiares, siento haberme ido sin despedirme !Ahh! ponle comida a Tobias, su tiesto esta en el balcon, junto la tabla de planchar, con las prisas me olvide del pobre. Ya te contare !nos vemos pronto guapa!" Un mensaje de cortesia que no requiere de conversacion. La respuesta, breve, un simple "Ok, ya me cuentas cuando puedas, espero que no sea nada grave". Finaliza la comunicacion. De nuevo, consciente del lugar donde esta, busca en el plano una conexion de metro con Colmenar Viejo. Era el unico lugar donde localizo un hotel con el nombre que le habia indicado su hermano. Tras un buen rato estudiando el plano, cae en la cuenta de que le resultaria mas sencillo utilizar Google Maps para moverse. <<Vaya, no hay conexion directa, me temo que voy a tardar en llegar mas de lo esperado>>. Cansada del vuelo, algo confusa y un Jet lag que no contribuye a tener una mente despierta y agil, cosa que hubiera agradecido en ese momento elige el primer trayecto indicado por el telefono movil. No ha estudiado las diferentes opciones que le aparecen en pantalla, no tiene tiempo, mas tarde se arrepentiria. Tras un largo dia de viaje, lleno de transbordos en una ciudad desconocida, llega al hotel que, para mas inri, se encuentra en las afueras, cerca de un pequeno poligono industrial. Recorre una carretera paralela a la autovia que conduce direccion al hotel. Atraviesa zonas desiertas, no muy adecuadas para una senorita. Aguanta la burla y la barbaridad de piropos que sueltan algunos camioneros envalentonados ante aquellos mastodontes sobre ruedas. Daniela, con los pies hechos polvo, entra al recinto del hotel, atraviesa la puerta y se dirige al mostrador de recepcion. --Buenas tardes ?en que puedo ayudarla? --Hola, queria reservar una habitacion.

  • No te olvide de Sandra Gabriel

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    Esteban la miro un largo rato a los ojos antes de responder.

  • Medio Principe, Rocio M Bescos de Rocio M. Bescos

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  • La vida que sonamos de Kerry Lonsdale

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  • La noche que mataron a Bolivar de Mauricio Vargas

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    La historia de un hombre con las mayores ambiciones del un continente, pero tambien la historia del ego que lo traiciono hasta dejarlo completamente aislado: Simon Bolivar admite todo tipo de versiones sobre si mismo y la que propone este libro lo muestra con nuevos matices. Tras mas de cinco anos de investigacion, Mauricio Vargas regresa a la novela historica para explicar las muchas muertes del Libertador.

  • Rumbos encontrados de Montse Baste

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    Ana acaba de cumplir cuarenta anos y tiene una vida estable. Tras veinte anos de matrimonio y dos hijos mayores de edad, decide seguir los pasos de su mejor amiga, Eva, que ha vivido siempre de un lado para otro, sin ataduras. Su nuevo rumbo la llevara a colaborar con una ONG en Brasil y , mas tarde, en Myanmar. Durante ese periodo de reflexion y aprendizaje se conocera mejor a si misma y vivira un romance que la marcara para siempre. Durante esa experiencia, conocera a diversos personajes que, a su vez, iran trazando nuevos caminos en sus vidas. Cuando sus rumbos se encuentren algo quedara en cada uno de ellos del otro

  • Un punado de amigos y dos cerezas (SUMA), Rosa Grau de Rosa Grau

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  • Miedo a perder de Karina Brown

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    Tras cinco anos lejos, Shaira regresa y descubre que esta a punto de perderlo todo. Con la ayuda de Noah, intenta buscar una solucion. Pero quien podia ayudarla a ver una luz al final del tunel, desaparece repentinamente, dejando solo una carta.

  • El senor Origami de Jean-marc Ceci

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    A los veinte anos Kurogiku se enamora de una desconocida y deja atras Japon para encontrarla. Cuarenta anos mas tarde vive como un ermitano en la Toscana, dedicado al arte del washi, el papel artesanal japones con el que se practica el origami. Un dia, un relojero llamado Casparo llega hasta alli con la intencion de crear un reloj que contenga todas las medidas del tiempo. Su presencia alterara la tranquilidad del lugar y el alma de Kurogiku, quien debera, por fin, hacer frente a su pasado. Bella y sobria, El senor Origami es una novela que nos hace ver aquello que no se muestra y comprender aquello que no se pronuncia, y que se apoya en una premisa esencial: <>.

  • Asiento 7A de Sebastian Fitzek

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    Del autor de Terapia y El pasajero 23, llega un nuevo psicothriller a mas de 40.000 pies de altura.

  • Una voz escondida, Parinoush Saniee de Parinoush Saniee

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    Tras el extraordinario exito obtenido con el El libro de mi destino, donde dio voz a las mujeres iranies oprimidas por el fanatismo religioso, Parinoush Saniee aborda en su segunda novela las aciagas secuelas de la insensibilidad y la ignorancia. Basandose en el caso real de un nino que no hablo hasta cumplir los siete anos, Saniee toma el pulso a la sociedad de su pais con una historia en la que el silencio cobra la fuerza de un grito de protesta.

  • Multimillonaria Libre 8 de J. S. Scott

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    Por fin Chloe Colter puede cumplir su sueno de casarse despues de mas de una decada de estudios para convertirse en veterinaria equina. Pero sus suenos de una vida perfecta se hacen anicos cuando su prometido se vuelve violento, obligandola a distanciarse definitivamente de una relacion destructiva.

  • Acepte por ti de Iris T. Hernandez

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    ENTRE en la cafeteria que hay justo al lado de mi trabajo observando las mesas en busca de una libre para poder sentarme y esperar a Alison, mi companera de trabajo y, por supuesto, mi mejor amiga desde hace mucho tiempo. Como cada manana, el joven camarero se acerco con una libreta en la mano, me guino un ojo emitiendo una sonrisa junto a un "?lo de siempre?". Asienti con un ligero movimiento de cabeza y sonriendo mientras dirigia la mirada hacia la puerta. Vi aparecer con paso rapido a Alison, su respiracion era rapida y agitada, le sonrei, pero antes de poder decirle palabra alguna aparecio el joven camarero con dos cafes con leche y muffins de chocolate. --Buenos dias, ?llevas mucho tiempo esperando? --Su voz divertida, hizo que riera. Todos los dias llegaba tarde, no era de esperar que hoy no lo hiciera. Negue con la cabeza y agarre la taza por el asa para poder dar el primer sorbo al cafe. La espuma impregno mi labio superior, e inconscientemente me lami el labio sintiendome observada por el camarero. Pero me daba igual, podria decir que incluso me gustaba que me observara. Alison, desde que se habia sentado y dado el primer mordisco a su muffin, no habia parado de hablar, apenas habia oido toda la conversacion, pero si lo justo para saber de que se trataba. Terminamos nuestro desayuno entre risas y bromas, hasta que vimos la hora y tuvimos que apresurarnos. Quedaban un par de minutos para tener que abrir la agencia de viajes en la cual trabajabamos, asi que nos levantamos rapidamente y, tras pagar y coger nuestros enseres, caminamos con paso ligero hasta llegar frente a la persiana de color azul cielo. Saque de mi bolso las llaves para abrir la cerradura, entre las dos hicimos la fuerza necesaria para que aquella persiana de hierro antigua se abriera de un solo empujon. Desde la entrada se podian observar dos mostradores vacios ensombrecidos por la falta de luz. Camine hasta el interruptor y lo presione. Mientras arrancaba el ordenador, se fueron iluminando las delimitadas zonas del local. Me sente en mi mesa justo detras del mostrador, en una zona apartada para poder conseguir un trato mas confidencial para clientes importantes, y observe ese pequeno lugar sintiendome afortunada por haber encontrado ese trabajo justo al empezar la carrera universitaria y el cual mantenia una vez terminada. Era un trabajo que disfrutaba, en cuanto comence senti que me encantaba planificar viajes, aunque no fuera yo la afortunada de vivirlos, pero sabia que algun dia conseguiria viajar. --!Buenos dias chicas! --interrumpio mis pensamientos Romina, la duena de la agencia, una mujer de unos cincuenta anos, soltera y dedicada unicamente a que su negocio prosperara. Con nosotras era muy cercana, incluso cuando necesitabamos ayuda sabiamos que podiamos contar con ella. --Buenos dias Romi --contestamos las dos alegremente. Abri el correo electronico principal y, tras revisar el tipo de peticion, fui derivando los correos a sus destinatarios, hasta que comence a planificar los viajes que tenia pendientes. Uno de ellos era a Marrakech, un viaje de novios espectacular; ellos estaban decididos a ir para conocer la cultura y preferian hoteles modestos, pero lo mas cercano a sus puntos de interes; asi que las horas que estuve buscando alojamiento, transporte y conociendo indirectamente la zona, las disfrute como una nina. Segui organizando un par de viajes para una empresa, viajes aburridos, sin sentido, vuelo-hotel-vuelo, ni siquiera dedicaban una hora en conocer el lugar que, por obligacion, tenian que visitar, pero asi eran la mayoria de los viajes, destinos carentes de sentimientos. El aviso del calendario del correo electronico me avisaba de que en quince minutos vencia mi cita en el Notario Preston. Suspire hondo y, tras unos segundos de paralizacion, cogi mi bolso y mi telefono movil para ausentarme hasta despues de la comida. Aun no entendia por que habia accedido a ir, no sabia que diantres pintaba yo en aquel lugar, y no me habian querido dar mas informacion que la hora y el lugar al que tenia que dirigirme. --Romi, me dirijo al notario --le dije desde la puerta de su despacho, esperando una confirmacion, aunque ya me habia autorizado dias antes. --No te preocupes Abi y recuerda, si resulta que heredas millones, no te olvides de tus amigos --dijo bromeando, intentado arrancarme una sonrisa, pero solo consiguio que resoplara de resignacion. --Lo recordare --dije sabiendo que ese no iba a ser el caso. Me acerque al mostrador y le recorde en susurros a Alison que nos veriamos a las dos en la cafeteria de siempre. Estaba hablando por telefono asi que asintio, me lanzo un beso y gesticulo la palabra suerte. Sali de la agencia y camine en direccion al notario, por suerte estaba en la misma zona de Manhattan, una casualidad que tuviera que dirigirme a unos pasos de mi trabajo. Al llegar al edificio quede anonadada. Habia pasado por delante de este en cientos de ocasiones, pero nunca me habia parado a verlo en detalle. Era un enorme rascacielos rodeado de un cristal plateado, resplandeciendo lo suficiente para no pasar desapercibido. Mire hacia la puerta giratoria, por la que accedias a un hall, abarrotado de personas trajeadas, de techos altos. Al fondo, observe cuatro grandes puertas de aluminio frente a ellas se detenian todas las personas. Sin dudarlo, di unos pasos lentos para alcanzarlas. Justo cuando llegaba se abrieron, y tras acelerar el paso, consegui adentrarme en el. Marque el noveno piso mientras intentaba ponerme a un lado de ese espectacular ascensor cubierto de espejos que apenas podia ver, por la cantidad de personas que lo ocupaban. Permaneci seria esperando llegar al nivel en el que se encontraba el notario del Senor Preston. Cuando el estridente sonido del ascensor avisaba que se iba a detener, di un pequeno salto, que me hizo sentir avergonzada, evitando la sonrisilla y mirar al resto de personas que seguian detras de mi. Fueron dos segundos de bochorno, pero se desvanecieron en cuanto sali del ascensor y me pare frente al mostrador de madera maciza color cerezo del cual sobresalian las palabras "Notarias Preston". Espere durante unos segundos a que el senor que estaba hablando con la recepcionista terminara. --?Buenos dias, en que puedo ayudarle? --se dirigio a mi la joven recepcionista, una chica con tono amable, el cual me hizo relajarme durante unas decimas de segundos para poder contestar. --Tengo una cita con el Senor Preston. Soy Abigail Evans. --La seguridad que transmiti no tenia nada que ver con lo que realmente sentia, estaba nerviosa por la incertidumbre de no saber por que tenia que acudir. Al oir mi nombre, se levanto y me acompano hasta una sala que habia tras el pasillo principal. Abrio la puerta y pude observar que esperaba un senor de unos treinta y pocos anos sentado en una de las sillas de la gran mesa de madera de color roble. Al verme, me sonrio y, tras saludarme, me indico que me sentara a su lado. Estuve durante unos minutos sentada al lado de ese desconocido de cabello claro y ojos azules muy atractivo, sin saber que hacia alli realmente, pero tenia que permanecer escuchando lo que quisieran exponerme e irme por donde habia venido como si nada. Dias atras recibi la llamada del Senor Preston informandome de que tenia que acudir a la lectura del testamento del Senor Smith. Nunca habia oido hablar de el y, tras un interrogatorio intenso a mi madre, averigue que era un amigo de mis padres cuando eran novios. Siguio manteniendo el contacto con mi madre, cuando mi padre decidio marcharse. Yo apenas tenia tres anos y, o mis recuerdos me fallaban, o nunca habia oido hablar del Senor Smith en boca de mi madre.

  • Eres mia de Tania Sexton

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    Soy feliz.
    Somos felices.
    He conseguido lo que queria gracias a mi astucia, inteligencia y sobre todo. valentia.
    ?Valentia o locura?
    Que mas da. Tengo todo lo que quiero, lo que he deseado desde hace muchos anos y eso es lo que importa.
    No necesitamos nada ni de nadie.
    Y por fin, nos vamos, nos tomamos unas merecidas vacaciones., un anticipo de luna de miel. La Riviera Maya nos espera.
    Y de golpe, cuando nos disponemos para volver a Nueva York, todo se tuerce. Todo se va por el desague.
    Mi vida da un giro radical, un giro que yo no he dispuesto, que no he planeado. Pero no ha sido obra del destino. No.
    Alguien ha hecho lo mismo que hice yo. Conseguir lo que desea a cualquier precio. De cualquier forma.
    Y ese alguien pondra mi vida patas arriba.
    Ese alguien. hara., conseguira.
    Bueno, no voy a contarte mas.
    Descubrelo tu.

  • No podre olvidarte de Clara Ann Simons

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    Seco el sudor que recorre mi frente, apartando de un soplido un mechon de pelo rebelde que tapa mi ojo derecho. Llenando los pulmones, inspiro una gran cantidad de aire y lo voy soltando poco a poco, dejandome envolver en la tranquilidad de los majestuosos valles Pasiegos y el calor de los rayos de sol sobre mi rostro. Tenemos pocos dias tan buenos como este a lo largo del ano, supongo que un pequeno precio a pagar por vivir en el norte de Espana, aunque recrearse en estas vistas desde mi lugar de trabajo, bien merecen la pena; preciosos valles, verdes pastizales que se pierden en la lejania hasta las lomas de las montanas, gente noble y reservada. Tampoco es que me hayan molestado nunca el mal tiempo o la lluvia. De no ser por ella no disfrutariamos del maravilloso color verde que nos rodea y siempre he sido feliz trabajando la tierra, preparando los semilleros o cuidando de los plantones. Perezosamente, estiro la espalda como si fuese un gato y sacudo la tierra de mis pantalones, observando el invernadero de fresas ecologicas en el que he estado trabajando en las ultimas cinco horas. Ya tengo listos los bancales profundos, cubiertos con un plastico para evitar las malas hierbas antes de colocar uno a uno los plantones, lo que me ha dejado la parte baja de la espalda para el arrastre. La bruja que dirige la empresa de productos ecologicos para la que trabajo sigue con su recorte de gastos de personal y el tiempo apremia. La climatologia nos permite tener fresas en unos meses en los que los productores de otras zonas del pais ya no las tienen, pero su cultivo no puede esperar. Al salir del invernadero, coloco la mano derecha a modo de visera sobre mis ojos, cerrandolos ligeramente para acomodarlos a la luz del sol mientras una rafaga de brisa veraniega ayuda a secar la capa de sudor sobre mi piel bronceada por las horas de trabajo a la intemperie. Casi sin pretenderlo, mis pensamientos regresan a mi abuelo. Ha sido el quien me infundio el amor por la naturaleza y el cuidado del medio ambiente. Los recuerdos mas felices de mi infancia se remontan a su lado, a aquellos dias en los que me ensenaba los nombres de las diferentes plantas y su cuidado. Gran parte de lo que se sobre agricultura ecologica se lo debo a el y ahora se ha convertido en mi trabajo. Son jornadas duras y no estan bien pagadas, pero disfruto cada dia. ?Que mas se puede pedir? "Patricia", su nombre regresa a mi cabeza cada vez que bajo las barreras y me relajo. Dejo escapar un suspiro y sacudo la cabeza como queriendo borrar ese pensamiento de mi memoria, como si eso fuese posible. Poco a poco voy consiguiendo olvidarla, ya ha dejado de ser el pensamiento recurrente que me atormentaba dia y noche. No consigo borrarla por completo, quiza nunca pueda, pero al menos, cuando estoy ocupada, no pienso constantemente en ella. Algo muy diferente es volver a casa y encontrarla vacia, sin su presencia. Es entonces cuando me llena un vacio dificil de manejar. Joder, Patri era increible. Piernas largas, culo maravilloso y pechos perfectos. Una piel inmaculada, vientre imposiblemente plano y un cabello tan fino que me hacia enloquecer cada vez que lo peinaba entre mis dedos. Han pasado varios meses y no logro olvidar esos profundos ojos azules observandome a traves de las pestanas mas largas que haya visto en una mujer. Patricia era hermosa sin esfuerzo. Ni siquiera necesitaba maquillaje, aunque en ocasiones lo llevaba a fuerza de costumbre. No importaba lo que se pusiese encima, siempre estaba tan guapa que podria desfilar en una pasarela. Pero, mucho mas importante que su fisico era su personalidad; una mezcla entre timidez y dulzura, aderezados a veces con justas dosis de arrogancia y cabezoneria que la hacian irresistible. Y su sonrisa... joder, !que sonrisa! Cuando nos presentaron, esa sonrisa fue lo primero que llamo mi atencion. Me cautivo y, a partir de ese momento, ame cada minuto que pasamos juntas. Eran dias sencillos, de sofa y manta mientras haciamos maratones de series en Netflix. Dias de reir, de bailar desnudas al son del ritmo de su ultimo descubrimiento musical; las persianas bajadas, las luces apagadas, nuestros cuerpos iluminados por velas o lamparas de lava. Patricia era mi alma gemela, la mujer que me hacia feliz, la que me llenaba por completo, aquella junto a la que queria envejecer. Y, de repente...desaparecio. Si, justo asi. Un dia, al volver del trabajo, ya no estaba. Se esfumo con todas sus cosas, dejando un vacio en mi vida tan doloroso que apenas conseguia respirar. Ni una llamada de telefono, ni un mensaje, ni una conversacion previa. Nada. El primer mes apenas pude soportarlo. Ser consciente de que Patri habia desaparecido de mi vida me rompia por dentro. Trate de llamarla mil veces, pero anulo el numero de telefono y no tenia ni la menor idea de por donde empezar a buscarla. Celosa de su intimidad, siempre mantuvo su pasado envuelto en misterio, alegando que era mucho mejor para ambas. Su falta de comunicacion al desaparecer de mi vida mientras trabajaba fue como un punal que me atraveso el corazon. La madre de todas las traiciones. No sabia que pensar, aun no lo se. Desconozco si algo la ha molestado, si he hecho algo mal. Cada dia, repasaba mentalmente la ultima semana junto a ella, intentando recordar en que habia podido ofenderla, pero fueron dias perfectos, al igual que todos los anteriores mientras estuvimos juntas. La primera semana llore noche y dia. Llore abrazada a la almohada hasta que no me quedaron mas lagrimas, primero en mi casa y mas tarde en la de mi abuelo. No podia soportar la actitud de mi madre tratandome como si fuese una nina de quince anos a la que han roto el corazon por primera vez. Tampoco el comportamiento de mi padre, que nunca supo como reaccionar cada vez que he tenido problemas, paralizado al verme llorar. Mi abuelo nunca me juzgo, se convirtio en la roca a la que me agarraba cada vez que lo pasaba realmente mal. Solamente se sentaba a mi lado y me ofrecia un te, o galletas, o un sandwich. Siempre acompanados de un post-it diciendome lo mucho que me queria y que podia contar con el cuando estuviese lista para hablar. Fueron esos mensajes en los post-it los que consiguieron, poco a poco, sacarme adelante. Como casi todo en casa de mi abuelo, estaban relacionados con la agricultura o la jardineria. De hecho, yo misma se los habia regalado en las anteriores Navidades. Cada uno tenia el nombre de una planta, con su ilustracion, una pequena descripcion y un chiste relacionado con la jardineria, normalmente tan malo que te hacia sonreir. --!Ana! ?Como van les coses, guaja?--La voz ronca de Manu con su fuerte acento asturiano me saca de mis pensamientos, devolviendome de golpe a la realidad. Casi se lo agradezco, porque no me hace ningun bien coger un tren al pasado y recordar aquellos maravillosos dias junto a Patricia. A mis veintisiete anos, para Manu sigo siendo "la guaja", el sobrenombre que me puso el primer dia que pise estas instalaciones hace ya seis anos. --Todo bien, Manu--respondo secando con el reverso de mi mano una solitaria lagrima que rueda por mi mejilla--el invernadero ya esta terminado. --Esa ye la mi nena--responde jovial mientras sube, a paso lento, la cuesta que lleva hasta la hilera de invernaderos donde me encuentro. Me duele ver su declive en estos dos ultimos anos. Manu ha pasado toda su vida dedicado a la agricultura y es una autentica enciclopedia sobre produccion ecologica. Sin embargo, los anos de esfuerzo y los largos horarios han pasado factura a su cuerpo. Sus rodillas ya no son lo que eran y hay dias en los que el dolor de espalda se hace insoportable. Lo malo es que aun le quedan dos anos para retirarse y su deterioro es palpable. --No hay cura para la vieyera, no cumplas anos, Ana--exclama nada mas acercarse a mi, sonriendo a pesar del esfuerzo y el evidente dolor. Le devuelvo la sonrisa perdiendome en la profundidad de sus ojos negros, llenos de sabiduria y rodeados de marcadas arrugas a causa de las innumerables horas al sol. Acercandome a el con paso decidido, le sujeto por el codo y le ayudo a dar las ultimas zancadas hasta el invernadero, sabiendo que querra comprobar si he colocado bien los plantones de fresa en los bancales. Lo he hecho en un millon de ocasiones y podria repetirlo con los ojos cerrados y una mano a la espalda, pero sigue queriendo comprobarlo todo. --!Esta todo perfecto, nena!--asevera con varias palmadas sobre mi hombro derecho que me hacen perder el equilibrio. Tras agradecerle el cumplido y preguntarle por los tomates que estamos plantando en tres de los invernaderos, Manu se pone serio y vuelve a tomar la palabra. --Hay una moza con la jefa que dicen que ye la que se va a encargar del negocio, o algo asi, no preste mucha atencion--interrumpe Manu haciendo un gesto de desprecio al hablar. Manu nunca ha tenido ningun respeto por Julia, nuestra jefa. No tiene ni idea de agricultura, y mucho menos de una explotacion ecologica y eso ya es motivo suficiente para que Manu considere que no es digna de respirar el mismo aire que el. Sin embargo, a la hora de llevar un negocio y de buscar compradores, esa mujer es un lince. No se le puede negar su valia, eso es lo que nos mantiene a flote contra las producciones no ecologicas, aunque para alguien como Manu sean labores inferiores. En cualquier caso, Julia nunca ha escondido que este trabajo era algo temporal para ella y que le gustaria irse de aqui cuanto antes. Se ve que lo ha conseguido. --?Y que tiene que ver esa moza, como tu dices, conmigo?--pregunto confusa con los brazos en jarra y elevando las cejas--. Sera cosa de la jefa. --Necesita alguien que le de una vuelta por las instalaciones--responde Manu encogiendose de hombros--la jefa diz que debo encargarme yo como capataz, pero ya le he dicho que mejor que lo haga la guaja que ye mas agil. --Gracias por buscarme mas trabajo con lo poco que tengo que hacer, Manu--me quejo medio en broma medio en serio, pensando que aun tengo que llenar de plantones de fresa los bancales de otro de los invernaderos. --Ya le he dicho a la muy cabrona que el dia que me compre un carrito de esos de golf para moverme por las instalaciones puedo ser su chico de los recados, pero no me hace caso--bromea Manu sonriendo mientras pega una patada a una piedra que rueda ladera abajo. Meneando la cabeza, pongo los ojos en blanco mientras recojo mis cosas y dejo escapar un suspiro ante su comentario. Seria todo un espectaculo ver a Manu con un carrito de golf moviendose entre los invernaderos. Capitulo 2 Covadonga Cada una de sus palabras taladra mi cabeza y creo que me puede estallar en cualquier momento. Esta Julia es horrible, jamas habia estado con una persona tan cansina. Cada explicacion es un suplicio de monotonia y cuando no soy capaz de entender a la primera alguno de los conceptos me rine como si fuese una nina pequena en vez de su sucesora en el cargo. Me parece increible, menos mal que no la tendre que aguantar mas de quince dias. --Creo que eso es todo por hoy. Si hay alguna otra cosa que quieras preguntarme... --anade en su tono monotono capaz de dormir a las ovejas. --No, gracias, Julia. Pienso que eso es todo, estas siendo muy amable con tus explicaciones-- contesto de manera educada suplicando en mi interior que deje de hablar de una maldita vez. El trabajo en si no parece complicado, al menos la parte administrativa, de la parte tecnica se encarga un tal Manu, que al parecer tiene mucha experiencia. En cualquier caso, no me he enterado ni de la mitad de las cosas que me ha dicho. No es solamente su tono de voz, es su actitud, el desprecio que muestra por los operarios que se encargan de los invernaderos que al fin y al cabo son la clave del negocio. No lo entiendo, y hago nota mental de no convertirme nunca en una mujer asi. --Ah, ahi esta Manu y tambien Ana. Manu te dara una vuelta por los invernaderos para que al menos te suenen, aunque tampoco es necesario que aprendas gran cosa sobre la parte de los cultivos salvo como venderlos a las grandes cuentas--establece Julia con desden causando un claro gesto de desprecio del tal Manu. Apenas soy capaz de escuchar sus palabras porque mis ojos se han detenido en la preciosa morena que se encuentra al lado del capataz. Lleva el pelo recogido en una cola de caballo y tiene una boca por la que se podria morir. Sin querer, mi mente trata de imaginarla vestida con otra ropa que resalte mas su cuerpo, o sin ropa. --Buenos dias--saluda apretando mi mano con energia el encargado de los invernaderos, ignorando a Julia. --Hola, me llamo Covadonga y espero aprender mucho de usted, es toda una leyenda en agricultura ecologica--respondo asintiendo con la cabeza y dibujando una sonrisa de orgullo en su boca. --!Una jefa simpatica! Esto si que va a ser nuevo--exclama Manu con desparpajo sin importarle que Julia este todavia presente. Sin poder evitarlo, desvio la mirada hacia su rostro que se ha puesto rojo de rabia de repente. Si las miradas pudiesen matar, creo que el tal Manu estaria ya moribundo en el suelo. --La guaja te ensenara los invernaderos. Yo estoy ya un poco viejo para moverme con agilidad. A mi ritmo nos llevaria un par de dias--bromea el capataz dirigiendo la mirada a la chica que le acompana y que supongo que es a quien llama la "guaja". Mi corazon se salta varios latidos al observar la sonrisa de la preciosa morena. Se le forman dos hoyuelos a ambos lados de la boca y sus ojos se encienden. Su piel esta bronceada, seguramente de las horas de exposicion al sol, y unas simpaticas pecas cubren la piel bajo sus ojos y parte de su nariz. La camiseta de tirantes deja ver unos fuertes hombros y, a pesar del sudor y la ropa de trabajo, esta radiante. --Encantada de conocerte, soy Ana--interviene avanzando unos pasos y ofreciendome su mano en forma de saludo. Una corriente electrica traspasa mi cuerpo nada mas tocar su piel y me quedo petrificada mirando sus ojos, con el corazon desbocado sin saber si ella ha sentido lo mismo que yo. --Espero que no te importe que sea yo quien te ensene los invernaderos en vez de este vejestorio--bromea colocando una mano sobre el hombro izquierdo del capataz y apretandolo con suavidad.

  • El secreto del olmo de Tana French

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    Toby es un tipo con gancho y pocas preocupaciones en la vida. Acaba de librarse de una buena en el trabajo y esta celebrandolo con los amigos cuando la noche toma un derrotero que le cambiara la vida: sorprende en su casa a dos ladrones que le pegan una paliza y lo dan por muerto. Mientras lucha por recuperarse de secuelas y empieza a comprender que tal vez nunca vuelva a ser el mismo, busca refugio en la vieja casa familiar, donde ira a cuidar de un tio suyo moribundo. Hasta que descubren un craneo en el tronco hueco del olmo que hay en el jardin. Conforme la policia va estrechando el cerco, se vera obligado a encarar la posibilidad de que su pasado no sea el que siempre habia creido.

  • Victima de la pasion de Frances Housden

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    Alguien que habia nacido rodeada de lujos y comodidades, como Chelsea Tedman, jamas habria imaginado que acabaria escalando el Everest. Debia resolver el misterio de la muerte de su hermana en aquella misma montana pero, antes de nada, necesitaba un guia.

  • El sexto sentido (Ordinales 4) de Phavy Prieto

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    Cuarta obra de la Saga Ordinales.

  • Romance en otono (Cuatro Estaciones 1) de Lola Cooper

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    Claudia ha planeado hasta el ultimo detalle del fin de semana: un hotel romantico en un pequeno pueblo del Pirineo, largos paseos por el bosque otonal, gloriosas sesiones de amor frente a la chimenea… va a ser una escapada inolvidable. O eso piensa hasta que descubre que su novio tiene otros planes muy distintos !y ella no esta incluida en ellos!
    Cuando llega al hotel es una mujer hundida, pero pronto las montanas se convertiran en su casa, los hombres y mujeres de ese lugar en su familia y el dueno del hotel. ?en algo mas que su jefe?

  • Disparo al corazon de Emma Fraser

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    Sam Smith se levanto antes de que llegara el alba, tal y como tenia por costumbre, y preparo todo para comenzar un nuevo dia en su empresa. Podia presumir de ser el dueno de una de las companias informaticas mas importantes de Estados Unidos: Smith Corporation. Amasaba una fortuna que era la envidia de sus conocidos. A lo largo de toda su carrera empresaria se habia ganado tanto aliados con los que aumentar sus ingresos como enemigos, personas a las que habia pisoteado para escalar hacia la cima en la que se encontraba. Era una persona a la que le gustaba vestir con trajes de marca. Nadie lo habia visto jamas con otro tipo de ropa que no fuera un traje de Versace o cualquier otra marca importante. Tenia la suerte de vivir en una gran mansion a las afueras de Nueva York que, por lo que sabia, habia pertenecido a una gran celebridad de Hollywood y que la habia vendido tras arruinarse. Su nueva mujer se habia encaprichado de ella y no habia podido resistirse a comprarla. Con el paso de los anos, su figura habia aumentado como su fortuna. Era un hombre de complexion fuerte y estatura baja. Su pelo rubio siempre habia encandilado a la que fue su mujer, fallecida en un accidente de trafico, y sus ojos azules se habian empequenecido con el aumento de las bolsas de sus parpados. Cuando murio su primera mujer, estuvo a punto de caer en una profunda depresion. Sin embargo, Mary, la que era su secretaria, logro sacarlo del pozo en el que se habia sumido y se casaron un par de anos despues de la muerte de su esposa, algo que jamas acepto su unica hija, de la cual fue perdiendo poco a poco el carino, ya que pensaba que nunca habia querido realmente a su madre. Con el paso del tiempo y el aumento de su fortuna, su fanfarroneria y extravagancia tambien se acrecento, algo que enfurecia a los que consideraba sus enemigos e incluso a sus empleados, a los que trataba como si fueran la peor escoria. A principios de mayo, varios empleados hackearon el sistema informatico de una empresa del sector que estaba aproximandose a las cuantiosas ganancias de Smith Corporation. Aquella iniciativa fue llevaba a cabo sin su permiso y despidio a todos los culpables para evitar manchar el buen nombre de su empresa. Suspiro cuando paso por delante de la puerta de la habitacion que habia pertenecido a su hija, Ashley. Hacia ya mas de dos semanas que no sabia nada de ella desde la ultima pelea que habian tenido. La joven no soportaba la presencia de Mary en su casa y cuando regreso de la universidad de terminar sus estudios tuvo una gran pelea con ella. Sam no quiso posicionarse con ninguna debido a que las queria a ambas, y aquello fue lo que mas le dolio a su hija, que hizo las maletas y se fue a vivir a Lehigh, un municipio del condado de Northampton. Su orgullo le impedia llamarla para pedirle perdon y para que regresara junto a el para trabajar en la empresa familiar. Sin embargo, la joven le habia dicho claramente que no queria saber nada de el ni de su empresa. A pesar de eso, Sam habia enviado a varios de sus hombres para que siguieran su rastro y saber donde estaba y a que se dedicaba. No podia dejar a su hija sola. Sacudio la cabeza para alejar de el esos pensamientos tan negros y preparo su maletin para ir a trabajar. Con lentitud, bajo las escaleras que conducian al garaje donde su Porche descansaba resguardado de la incesante lluvia que sacudia Nueva York ese dia de principios de junio. Pisando el acelerador y disfrutando del camino, llego rapidamente al edificio donde habia montado su empresa. Esta era una construccion con una veintena de plantas y cuyas paredes estaban recubiertas en su totalidad de cristales. Su despacho se encontraba en la ultima planta del edificio y desde alli podia disfrutar de unas impresionantes vistas de las calles principales de la ciudad. Con parsimonia, subio al ascensor y tras diecinueve pisos accedio al ultimo, donde lo recibio la secretaria que habia ocupado el puesto de su actual mujer. --Buenos dias, senor Smith --lo saludo casi con miedo. La joven conocia el temperamento de su jefe y no queria provocarlo desde tan temprano--. Ya tiene el correo sobre su mesa. Sam asintio casi de forma imperceptible, pues casi nunca se detenia a hablar con sus empleados, ni queria que ellos se tomaran esa libertad, ya que consideraba que si el era el lider, no debian dirigirse a el como uno mas de la plantilla. Con pasos firmes y rapidos se dirigio a su despacho. Deseaba saber si ya habia llegado la carta que estaba esperando con los resultados de las encuestas sobre las empresas dedicadas al sector informatico. Abrio con la llave que siempre llevaba encima y se aproximo con rapidez a la mesa. Sin embargo, el correo era el que normalmente llegaba a su mesa. Ni rastro de la carta que estaba esperando. Las tiro como si nada sobre la mesa, pero una de ellas logro escurrirse y cayo al suelo. Esta llamo la atencion de Sam, puesto que no tenia remitente y era un tipo de sobre que no solian usar con el. Lo palpo antes de abrirlo y fruncio el ceno con extraneza. Cogio su abrecartas y rasgo el papel. Con cuidado, saco un folio y lo abrio. Su corazon comenzo a palpitar con fuerza y necesito sentarse para leer de nuevo el contenido de aquella carta. Por un momento, penso que se trataba de una broma, pero despues de leerla una y otra vez, supo que no era asi. Numerosos recortes de periodico formaban un mensaje claro y contundente: "Tu querida hija morira en pocos dias. Ella pagara por todo lo que me has hecho". No podia creer lo que sus ojos veian a pesar de que releia la carta una y otra vez. Volvio a mirar dentro del sobre y descubrio una foto en la que aparecia su hija saliendo de la que parecia ser la casa que habia alquilado en Lehigh. Un circulo en rojo rodeaba la cabeza de Ashley, completamente ajena al peligro que se avecinaba. Alargo la mano hacia el telefono y, con dedos temblorosos, marco el numero de un amigo suyo, cuyo hijo acababa de recibir una distincion honorifica, a pesar de su juventud, como detective.

  • La Chica del Camion de Cecilia Campos

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    Sumergete en la novela erotica que inunda las listas de los mas vendidos en Europa. Segun los lectores, no te puedes perder esta historia picante con un toque de humor.

  • Parentesco de Octavia E. Butler

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    Mas de treinta y cinco anos despues de su lanzamiento, Parentesco sigue atrayendo a nuevos lectores con su profunda exploracion de la violencia y la perdida de la humanidad causada por la esclavitud en Estados Unidos, y el impacto complejo y duradero que aun tiene este hecho historico en la actualidad. La obra mas famosa de Butler, aclamada por la critica, cuenta la historia de Dana, una joven negra que de repente e inexplicablemente es transportada desde su hogar en la California de la decada de 1970 hasta la guerra civil.

  • Todo lo que deje atras (Las Tres Marias 3) de Scarlett Butler

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    Olivia Rivera siempre ha sonreido, ha llevado la vida que queria y ha conocido la felicidad completa. Sin embargo, un duro golpe pone su vida del reves, su mundo se tambalea y se hunde en la mas absoluta oscuridad.Una oportunidad laboral en otro pais hara que vuelva a encontrar el equilibrio.Jason Sterling es un famoso tatuador aficionado a la musica que vive en la tranquilidad de su apartamento de Londres, pero una noche Livi se cruza en su camino tambaleando su realidad.Problemas del pasado, miedos, fantasmas. volveran a sus vidas haciendoles dudar hasta de lo mas basico.

  • La esposa de un amigo me pide que la ayude de Fernando Neira

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    Mi vida se ve alterada cuando un buen dia Patricia, la esposa de un amigo, acude a mi pidiendo mi ayuda y me cuenta que quiere divorciarse porque Miguel la ha pegado. Viendo las marcas de la paliza en su cara, me crei su version pero al ir a recriminar a su marido su comportamiento, este me confirmo que era cierto pero que si le habia puesto la mano encima habia sido por ser infiel. No sabiendo a que atenerme, la pongo bajo mi proteccion sin tener claro si esa rubia tenia razon y buscaba en mi a un protector o era una mentirosa y su peticion de ayuda era en realidad una forma de encontrar un sustituto de su ex que la mantuviera.

  • Si te enamoras, pierdes de Marta Marin

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    Me incline hacia el edredon que habia quedado a los pies de mi cama, me tape hasta el cuello y me quede ahi sentada. Pronto empece a llorar. "Tengo que librarme de el, pero, ?como?" "Le quiero". "Deberia contarselo a alguien". "?Como puedo ser tan estupida?" "Esto va a acabar conmigo". Llore desconsolada. No se cuanto tiempo pudo pasar pero fue suficiente para dejarme exhausta.