• Piscis se lleva a tauro al agua (Signos de amor 4. 5 de Anyta Sunday

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    Z Piscis se lleva a tauro al agua ane cedio el paso a Beckett para que entrara en la cabana que habia alquilado. Dejo caer su mochila maltrecha y sus sacos de dormir y cerro con prisa la puerta para que el frio de la noche no se colara dentro. Encendieron las luces, pero Zane estaba demasiado distraido como para fijarse en nada que no fuera quitarle la ropa a Beckett y llevarlo a la mullida alfombra que habia frente al sofa de piel. --Desvistete tu tambien --le pidio Beckett, tiritando. Sin mas preambulo, Zane se quito las botas y el resto de su ropa y lanzo todo al suelo, junto a las prendas empapadas de Beckett. Echo entonces un vistazo a la habitacion y vio una especie de manta decorativa colgada en la pared. --?Crees que descolgar eso es buena idea? --le pregunto Beckett, sus dientes castaneteando. --Es una manta, Becky, y tu estas tiritando. --Ya, pero prefiero cogerme un resfriado a que cometas un delito. Zane se rio ante la actitud superprecavida de Beckett. --Es solo una manta colgada en la pared. --Pero es una cabana antigua, en medio de una reserva natural neozelandesa. Seguro que todos los muebles que hay aqui contienen un pedacito de historia. --Pues vamos a darle mas historia aun --dijo Zane, guinandole el ojo mientras terminaba de descolgar la gruesa manta de lana--. Una historia con final feliz; de como esta fue la manta que salvo a mi novio --?prometido?-- de morir de hipertermia. Beckett nego con la cabeza y dijo: --Hipo. Nada mas decirlo, otro temblor le recorrio el cuerpo y Zane lo cubrio con la manta. --?Que tipo de tapiz sera este? --Del tipo calentito --contesto Zane, percatandose de que el tapiz en cuestion tenia una etiqueta colgando sobre el hombro de Beckett. Se acerco a leer lo que ponia y se quedo de piedra. Beckett giro la cara para mirarlo, sus preciosos ojos azules haciendo que a Zane le diera un vuelco el corazon, igual que la primera vez que lo vio, y cada vez desde entonces. --?Que pasa? --le pregunto. Zane le dedico una sonrisa timida y beso con suavidad sus labios helados. --Si me arrestan, habra merecido la pena. Porque sin toda esta tela mullidita cubriendote, te pondrias enfermo y, a diferencia de mi, tu no tienes sangre kiwi y no puedes andar por ahi desnudo sin sentir ni pizca de frio. Beckett lo miro con incredulidad, pero apreciando la vista de su cuerpo desnudo. --?Y por que iban a arrestarte? --Pues porque segun esta etiqueta es una manta muy antigua. Tiene unas decadas. Una docena de decadas, para ser exactos. Vamos, que esta manta tendria que estar en un punetero museo. Beckett gimoteo y se empezo a desprender de ella. Zane la cogio por el borde antes de que cayera y volvio a envolverle los hombros con ella. --Mejor en ti que en el museo. Zane se acuclillo al lado de Beckett y estudio los rojos y blancos de la manta. --Mmm... Beckett se las apano para alzarle una ceja entre escalofrio y escalofrio. --Mmm, ?que? --El estampado --dijo Zane--. Es un anzuelo gigante. --Miro a su novio tauro y sintio mariposas en el estomago una vez mas. Beckett Fisher, alias <> en ingles, habia sabido tirar la cana y pescar a Zane Penn, que no queria librarse de ese anzuelo jamas--. Hay algo especial en este momento, ?no lo sientes? Es como si estuvieramos destinados a vivirlo. --Eso que sientes --susurro Beckett--, se llama entumecimiento. Zane se rio, pasandose la mano por su pelo empapado. --Siento lo del puente. Beckett abrio un poco la manta y envolvio a Zane con ella, acercandose a el hasta que sus costados quedaron pegados, el brazo y la cadera helados de Beckett, rozando la piel calida de Zane, a quien se le ocurrio una idea estupenda para mantener caliente a su hombre: se deslizo un poco por la alfombra hasta ponerse delante de el, de espaldas, cubriendole la parte delantera con su cuerpo y su calor, mientras el tapiz le tapaba la espalda a modo de manto. Tiro de los brazos de Beckett hasta rodearse el pecho con ellos. Beckett temblo y le dejo un suave beso en el hombro. --Se suponia que tenia que ser romantico --anadio Zane, suspirando. --Y no hay nada mas romantico que besarse en la oscuridad de la noche, en un puente giratorio a punto de derrumbarse sobre un arroyo de agua sucia. --Habia luna llena. Y creia que te estaba gustando. Zane noto la risa de Beckett como una caricia contra su omoplato. --Y me estaba gustando hasta que... --?Nos caimos al agua? --No, antes de eso, cuando... --?Cuando sin querer le di una patada a nuestra mochila y se cayo al arroyo? --Antes de eso. Beckett apoyo la frente contra su espalda y Zane deseo poder traspasarle todo el calor de su cuerpo. --?Antes de eso? --Zane le froto los muslos, que habia colocado alrededor de los suyos, intentando que entrara en calor--. Antes de eso todo era ardiente y supersexi. --Hmm. No se si yo usaria la palabra <> para describir el momento. Oh. Zane, muerto de verguenza, bajo la mirada hacia sus pies, que sobresalian desde debajo de la manta-tapiz. Beckett apoyo la frente en su nuca y dijo: --Te has quedado muy callado. Zane se encogio de hombros. Intento reirse, pero sono mas asustado que otra cosa. --Asi que..., ?no te estaba gustando? ?No... hmm, querias hacer eso conmigo? Los brazos de Beckett se tensaron a su alrededor, y lo agarro fuerte de los hombros, soltando la manta que los cubria y haciendo que esta se resbalara y cayera hasta sus cinturas. --Date la vuelta, Zane. Zane lo hizo, poniendose de rodillas y manteniendo la vista baja, fija en el suave pero duro pecho de Beckett. Un dedo bajo la barbilla le hizo levantar la cara y la mirada. Beckett estudio su expresion con ojos cautelosos, tiernos, curiosos y llenos de deseo. --Me niego a que tu primera vez sea en la oscuridad de la noche, en un puente giratorio a punto de derrumbarse sobre un arroyo de agua sucia --le dijo. Zane intento apartar la mirada, pero Beckett no le solto la barbilla, acercandose a el hasta que sus labios estuvieron casi pegados --. Pero no dudes que me apetece. Me apetece mucho. Zane temblo, pero no tuvo nada que ver con el frio. --Ahora estoy nerviosisimo e hipoexcitado. Beckett sonrio contra su boca y Zane se aparto un poco para poder admirar su expresion, la alegria en su rostro, el brillo en sus ojos y esa sonrisa que curvaba sus labios de la forma mas sensual. Zane no pudo evitar atraerlo a un beso lento y ardiente. Beckett se aparto, riendose entre dientes. --Pero no esta noche. --Pero es una manera maravillosa de mantenernos calientes. --Que romantico --dijo Beckett con sarcasmo. Zane estuvo de acuerdo: --Es verdad. Mi primera vez deberia estar llena de romanticismo. Asi que seguire buscando la situacion perfecta hasta que las ganas te puedan, te abrumen y no tengas mas remedio que perforarme... --Eso no significa lo que crees que significa. --?Percutir...? --Ay, por Dios. --?Propulsarte en mi interior? !Oye! ?A donde vas? --A propulsarme al agua desde un puente. Tirarme una vez no ha sido suficiente. --!HABEIS VUELTO! --GRITO DARLA EN CUANTO EL TAXI LOS DEJO FRENTE A LA CASA DE BECKETT. Zane dejo su maleta en el suelo, corrio por el camino de entrada de su vecina y sumergio a la vieja alcahueta en un abrazo enorme, levantandola del suelo y todo. --Ahora me acuerdo de por que te he echado tanto de menos --le dijo ella al oido--. Y, si no es mucho pedir, ?podrias venir el martes, a eso de las cinco de la tarde, cargarme sobre el hombro y darme unos azotes en el culo? Beckett tosio a su espalda y Zane dejo a Darla en el suelo, sonriendo: --?Que pasa el martes a las cinco? --Bueno, pues que he conocido a un hombre en la biblioteca y va a pasarse por casa a recoger una de mis antiguedades, una silla de epoca. --Tu no tienes ninguna silla de epoca. --Pero eso el no lo sabe y, a lo mejor, ya que esta, termina quedandose con alguna otra antiguedad --dijo Darla. Zane se rio. --Yo te azoto cuando quieras. --Es como estar en clase --dijo Beckett--. Soy ese profesor al que nadie presta atencion.

  • Los 10 mitos del nacionalismo catalan de Joaquin Leguina

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    En visperas de unas elecciones autonomicas que, en Cataluna, tendran, probablemente, mas relevancia que nunca, Joaquin Leguina reflexiona acerca de errores y mitos unanimemente aceptados que, a lo largo del tiempo, han falseado la realidad. A fuerza de repeticion sistematica, se acaba por aceptar el discurso soberanista sin analizarlo con rigor. El autor plantea en estas paginas una serie de cuestiones merecedoras de una reflexion mas profunda, que deje al margen interpretaciones partidistas: ?Existe un fundamento historico que avale la reivindicacion del estado catalan? ?Cual ha sido el verdadero papel de la lengua catalana a lo largo de los siglos? ?Cabe reconocer una base real al supuesto enfrentamiento secular entre catalanes y castellanos? ?Ha sido siempre la senera el simbolo de todos los que se identifican con el catalanismo o tan solo un elemento del que se apropio el sector mas conservador de la sociedad catalana? Contra la tergiversacion de la historia solo cabe el rigor y la verdad.

  • El juego del multimillonario de J. S. Scott

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    Kade Harrison siempre le habia gustado juegos. Incluso podria tener que decir que vivio y respiro solo para participar en casi cualquier tipo de evento deportivo. Era la unica cosa que era bueno en la unica cosa en la que el sobresalio, y que no le gustaba perder. Por desgracia, habia ido perdiendo en los ultimos dos meses, y estaba realmente empezando a molestarlo. ?Donde diablos esta? La localizacion de Asha Paritala casi se habia convertido en un deporte de competicion. Kade habia estado trabajando en arrinconar a Asha durante dos meses, viajando de un lado del pais al otro, solo para volver con las manos vacias cada vez. Estaba perdiendo este concurso en particular, y no le gusta. La mujer era inteligente, abandonandolo antes de que pudiera ponerse al dia con ella. Kade no tenia ninguna duda de que el y Asha estaban jugando un juego del gato y el raton, y ella estaba evitandolo. Dios sabia que habia dejado suficientes mensajes en varios lugares y ella debe haber obtenido al menos uno de ellos. Ella lo estaba evadiendo por alguna razon desconocida, pero el gato iba a atacar. Tan pronto como pudo atrapar el pequeno raton astuto. Entrando en su habitacion del hotel de Nashville, Kade se quito la gorra de beisbol y se desplomo en la cama tamano King con un suspiro. Tendria que llamar a su hermano de ley, Max, y le hizo saber que habia fallado… otra vez. Asha acababa de salir del refugio para desamparados unos pocos minutos antes de que el llegara, y nadie habia tenido idea de a donde se dirigia. Ella habia dejado sus escasas pertenencias detras, por lo que Kade tenia alguna esperanza de que volveria, pero nadie en el refugio la conocia bien a ella, y nadie parecia bastante seguro de donde estaba o si ella iba a volver. Todo vale en el seguimiento y ganar este juego. Noticia de ultima hora, pequeno raton: Puedo pelear sucio. Sabe donde estan sus pertenencias… que venga a por ellas. Sonriendo, Kade se dio la vuelta en la cama y cogio la bolsa con las pertenencias de Asha, solo lucha con su conciencia por un momento acerca de tomar sus cosas y salir, dejando un mensaje de donde podrian ser recogidas. Se las daria de nuevo siempre y cuando se presente. Mientras tanto, usaria cualquier pista que pudiera encontrar para averiguar exactamente quien era y si habia alguna posibilidad de que ella era una hermana perdida de Max. Habia desperdiciado dos meses tratar de hacer este favor. La localizacion de una mujer que no conocia, una mujer que posiblemente podria estar relacionada con Max, e iba a llevarlo a su fin. A pesar de su gemelo, Travis, hizo la mayor parte de la obra en Tampa para la Harris Corporation, Kade tenia algunas responsabilidades que el habia insistido en tomar mas de una vez, su carrera en el futbol habia terminado, y finalmente tenia que volver a Tampa. Hizo una mueca mientras estiraba su cuerpo sobre la cama. Su pierna coja, la derecha, le dolia a partir de dos meses de busqueda sin parar de una mujer que estaba empezando a pensar que no era mas que un fantasma, una ilusion. Pero sabia que existia Asha Paritala, que ella era real, y estaba decidido a encontrarla. Maddie y Max merecen saber si esta mujer era su hermana. No importa que ni siquiera hubiera conseguido una pequena vision de Asha. Lo haria. Pronto. En cierto modo, casi no queria que la busqueda finalice. Se habia sentido mas vivo en los ultimos dos meses de lo que habia sentido desde su accidente. Coincidir con el ingenio de la mujer desconocida fue un reto, y no habia nada Kade quisiera mas que ganar un juego dificil. El instinto le dijo que ella sabia que el la estaba buscando. La pregunta era… ?por que estaba huyendo? No era como si quisiera nada excepto informacion de ella, y que podria ganar dos hermanos que nunca habia sabido que existia. No habia muchas personas que no quisieran estar relacionado con Max y Maddie, ya que eran dos de las personas mas ricas del mundo- ademas de ser dos de las personas mas amables que Kade conocia. “No estoy seguro de por que estoy tan impaciente. No es como si tuviera otra cosa que hacer hasta que Travis me necesite”, se dijo con gravedad, admitiendo que su gemelo rara vez lo llamo para nada, y Travis nunca necesito a nadie. Y habia dejado a Kade sentirse inutil, inquieto. Sus dias como un jugador de futbol profesional se habian acabado. Su paso como un quarterback estrella de los pumas de Florida no era mas que un recuerdo, lo unico que amaba le habia sido arrancado hace casi dos anos, cuando un conductor borracho no habia visto su motocicleta. Su pierna habia sido destrozada cuando el idiota embriagado se habia instalado en su carril y atrapo la pierna de Kade entre su camion y la moto de Kade. No recordaba mucho del accidente. Pero una de las primeras cosas que recordaba con claridad cristalina era el despertar en la UCI, su novia, Amy, el ceno fruncido, como si la hubiera decepcionado. Y, obviamente… lo hacia. Ella lo habia dejado en ese mismo momento, dejandole claro a Kade que se negaba a estar con un lisiado y no con una celebridad. Tratando de cerrar de golpe su mente por los recuerdos desagradables y dolorosos de su accidente, se centro en las pertenencias que habia dejado en la cama: algunos articulos de ropa desgastada, un cepillo para el pelo, un cepillo de dientes que habia visto dias mejores, una gran bloc de papel y algunos blocs y lapices de carbon bien utilizado. Empujo los otros articulos a un lado, abrio la libreta de papel, hipnotizado mientras lentamente paso las paginas, estudio cada dibujo antes de ir al siguiente. Cada imagen casi salio de la pagina, tan real que casi parecia como si pudieran saltar del papel y volver a la vida frente a el. Los dibujos eran de fantasia – muchos de ellos como criaturas o animales mitologicos- en la primera parte de la coleccion. Ella es una artista. Una maldita artista increible. -“Maldita sea” susurro con voz impresionada cuando se salto algunas paginas en blanco y llego a otra seccion, dejando al descubierto sus retratos. No reconocio ninguna de las personas que habia dibujado. Obviamente, ellos fueron personas comunes en sus actividades diarias, pero podia sentir todas las emociones en un dibujo de la cara de una mujer de edad, una mujer que se parecia a ella estaba sentada en un banco en una parada de autobus, y casi se podian compartir la alegria de un grupo de ninos jugando en un parque infantil. Al hojear el resto de los cuadros de la gente, estaba estupefacto por el talento de Asha. No era un artista, pero los dibujos podian tocar sus emociones, y no era un tipo particularmente emocional. Kade sintio que se le secaba la boca y el estomago se sacudio cuando revelo la ultima imagen, un hombre y una mujer a punto de participar en un apasionado abrazo. El rostro del varon fue sombreado, con la cabeza vuelta hacia un lado, pero el deseo de la mujer estaba tan potentemente dibujado que podia sentir su anhelo desnudo, su desesperacion mientras esperaba a que el hombre que estaba abrazando fuera a besarla. El pelo largo, sedoso en cascada por su espalda, con la cabeza inclinada durante su beso, su rostro revela necesidad. Las palabras escritas debajo del dibujo golpearon Kade con una reaccion visceral: !Alguien! !Algun dia! !En algun lugar

  • Lo imperdonable de Norma Lazo

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    Eddie no era su nombre, Michael la llamaba asi. Tenian poco tiempo de conocerse y los unia una amistad profunda aunque prudente. Eran mayores y habian aprendido que los mejores amigos buscan la distancia adecuada. Al igual que puercoespines, ni tan lejos que de frio, ni tan cerca que espine. Al principio Eddie no hablaba de su vida o de su pasado. Habia callado sus dias salvajes sin destino, las playas banadas de abulia y desasosiego y las horas mirando nubes para adivinar formas de animales mitologicos. Tampoco le habia contado del malestar nacido por la incertidumbre que le provocaba su futuro. Malestar a veces alejado con algun libro robado y, en otras, provocando pleitos en la escuela. Eddie no se habia atrevido a hablar de ello hasta la noche en la que volvio su pasado. Entonces decidio contarle todo a Michael, aunque no supiera como. El destino de Eddie se sello treinta anos atras, mientras esperaba sentada en la barda del colegio a su mejor amigo, Ian, leyendo Mas que humano de Theodore Sturgeon, una novela de ciencia ficcion que tomo prestada de casa de Camilo Garcia Moreno, otro de sus amigos. Pero aquello era un eufemismo, Eddie solo regresaba los libros si alguien le reclamaba. Miro su reloj Swatch de caratula azul. Ian solia ser puntual y ahora llevaba retrasado veinte minutos. Eddie brinco desde la barda del colegio y se asomo por la calle en busca de su amigo. Entre los coches apelotados por el trafico avisto el Mustang color cobre y de llantas achaparradas rebasando impacientemente a los demas automovilistas. Eddie echo la novela de Sturgeon en la mochila y se preparo, como cada dia, para subir al auto. --?Aburrida? --le pregunto Ian desde la ventanilla mientras quitaba el seguro de la puerta del copiloto. Eddie afirmo con la cabeza y avento la mochila en la parte de atras. Reclino el respaldo hasta topar con el asiento trasero. --Nos esperan en la playa --le dijo Ian. Eddie tomo la cajetilla de Camel de la camisa de su amigo y encendio uno. El Mustang rozaba el suelo en cada vuelta. Ian era adicto a la velocidad, a los brincos sorpresivos provocados por los topes y a las miradas reprobatorias de los parroquianos quienes, al verlo venir a lo lejos, se replegaban contra la pared de las aceras. En la playa, recostados sobre el automovil de Ian, el grupo de amigos observaba a las gaviotas clavar sus picos en las crestas del oceano en busca de alimento. Las mas habiles pescaban a su presa en la primera zambullida, en tanto que las torpes levantaban el vuelo para intentarlo nuevamente hasta conseguirlo. Cuando Eddie se iba de pinta con sus amigos solian reunirse en las dunas El Infiernillo. Tomaban cerveza envueltos por las bocanadas de aliento salado y caluroso del verano mientras el mar marcaba su frontera de espuma con la que jugaban a salpicarse. Pudo ser un dia cualquiera, inutil y perezoso como el anterior, de no haber sido por la llegada abrupta de Alma Grande. --El menor de los Garcia Moreno se mato --dicho esto, Alma Grande desplomo su enorme cuerpo de ciento veinte kilos y metro noventa de estatura sobre la arena, cayo doblado sobre sus rodillas como los musulmanes en oracion. El menor de los Garcia Moreno se llamaba Mauro y tenia once anos; su hermano, Camilo, era parte del grupo de amigos. Mauro era un nino gordo y rubio, de rostro palido, marcado por las manchas de sol. No hablaba mucho y, taciturno y melancolico, pasaba la mayor parte del tiempo encerrado en su recamara escuchando discos. Fantaseaba con ser invisible y pasar inadvertido en el colegio para no dar explicaciones de su aislamiento. En la familia nadie entendia a ese ser silencioso que parecia vivir en otra dimension, distante, perdido en lo mas profundo de los caracoles, alli donde suena el mar pero no atropella con su vaiven violento. El unico que conseguia sacarlo del mutismo era Camilo. Si sus padres salian y el grupo de amigos se aduenaba de la casa, Mauro hacia lo imposible por pegarseles, aunque su hermano no lo permitia, pues todos bebian e incluso algunos ya fumaban marihuana. Penso que alejandolo lo mantendria a salvo. Eddie aun recordaba vividamente al giganton Alma Grande --quiza sea el recuerdo mas nitido de aquellos dias--, sumido en el llanto como un nino que acaba de descubrir la muerte. Alma Grande conto entre sollozos, recriminandose porque solian tratar al nino con indiferencia, que Mauro, a escondidas de su padre, el famoso abogado Raymundo Garcia Moreno, habia tomado la pistola de la biblioteca. A la familia le extrano la chamarra gruesa que llevaba Mauro en ese dia tan soleado, pero nadie le pregunto si no sentia calor. Tambien llevo a la escuela una caja con algunas de sus pertenencias mas preciadas: la coleccion de comics de Linterna verde, los munecos de accion de la Guerra de la Galaxias y sus discos de los Beatles. Les parecio raro su comportamiento, pero nadie imagino lo que vendria. En el colegio, Mauro las regalo todas a los companeros que nunca lo molestaron; la mayoria acostumbraba ponerle sobrenombres relacionados con su gordura, burlarse de su silencio, de la forma en que reprobaba cualquier materia y el estado de abulia perenne. En el salon de clases Mauro se planto al frente, al lado del profesor, y le pidio permiso para dirigirse al grupo. Sin decir palabra, extrajo la pistola oculta bajo su chamarra y se dio un balazo. Cuando Alma Grande termino su relato, el cielo azul se torno gris y brumoso, un temporal imprevisto se avecinaba. Asi era el clima en el puerto, impredecible y fiero como la vida. La ventisca proveniente del norte levanto las toallas de la arena, volaron los vasos de plastico y el liston morado con el que Gabriela habia amarrado su largo cabello negro mientras construia torres de arena. Las olas del mar empezaron a picarse y las pequenas crestas que las gaviotas penetraban se alzaron en violentos muros de agua. En medio de gritos, aturdidos por el tragico relato y el cambio repentino del clima, levantaron sus cosas para entrar al coche. Gabriela grito llamando la atencion de todos, luego senalo hacia la orilla de la playa donde descubrieron a lan desprendiendose del uniforme del colegio para caminar en traje de bano mar adentro, sin voltear, decidido y tambaleante por la fuerza de la corriente. Gabriela miro a los demas esperando respuesta y ante el desconcierto de todos se desprendio del uniforme y corrio tras de Ian. Alma Grande, los hermanos Caiman y Eddie hicieron lo propio, corriendo en traje de bano hacia el ir y venir de las olas que elevaban y descendian los cuerpos indefensos flotando de muertito a la deriva. Relampagos colericos enraizados ferreamente a las nubes parpadeaban semejando raigones viejos. Las olas empujaban al grupo de amigos con furia. Ian les grito que no nadaran y permitieran que estas los llevaran adonde quisieran. Fueron arrojados por remolinos de agua a las piedras y lanzados por el oleaje, salieron del mar con raspones y algunas espinas de erizo enterradas en los pies. Antes de subir al coche alcanzaron a ver una gran ola arrasando las torres de arena construidas por Gabriela. Era la ola mas grande que habian visto en meses. La masa de agua golpeo las torres y las deshizo en moronas de lodo y espuma, para luego retroceder con indiferencia de la misma forma en que la vida lo haria con ellos. 2. LA AMISTAD ENTRA POR LA LENGUA LA HISTORIA DE EDDIE Y MICHAEL PARKER Se conocieron la manana en la que Michael entrevistaba a aspirantes al puesto de traductor. La vio llegar desde el barandal de hierro forjado de su departamento. A juzgar por su apariencia, estaba nerviosa. Su cuerpo empequenecido, fragil, doblado por la pesadumbre de los secretos, se habia enjutado aun mas. Tenia el rostro limpio, sin maquillaje --nunca usaba maquillaje-, ni siquiera algun brillo tenue en los labios. Su ropa era insignificante, casi siempre arrugada y con ese olor a viejo que revelaba su paso por las tiendas de segunda mano. Eddie era una mujer de cuarenta y seis anos, sin pareja --jamas tuvo interes en tener una--, tampoco hijos. Delgada, de pomulos salidos y ojos profundos como pozos sin agua, ocultos detras de sus anteojos de poco aumento, y su cabello negro siempre revuelto, bucles crispados con los cuales luchaba para aparentar que se habia peinado. Desde el instante en el que se conocieron, a Michael le llamo la atencion ese rostro marcado por las ausencias que, si bien no matan, debilitan al cuerpo. Eddie, parada ahi con las palabras atrapadas en la garganta y la timidez exponiendola al cuchicheo de los vecinos, le causo pena. Entonces se adelanto para conducirla al interior de su departamento. Con manos temblorosas ella abrio su portafolios negro y maltratado por anos de uso y le entrego algunas de sus traducciones. Sin levantar la mirada de los papeles le dijo tener excelente redaccion y un ingles tan perfecto como el del mejor parlante no nativo. Eddie no miraba a Michael de frente pero lo escrutaba por el rabillo del ojo. Michael Parker era oriundo de Nueva York y tres anos mayor que Eddie, no obstante, parecia mas joven. Su rostro de nino contrastaba con su vestimenta de otra epoca: camisa blanca y sobria tipo mormon, pajarita azul cielo, chaleco tejido de rombos, pantalones sencillos, oscuros y lisos, sin ningun detalle memorable. Sus lentes de aumento tambien vintage, de pasta gruesa y moteada --simulando ser de carey- montada sobre el armazon dorado expuesto en la parte inferior. Michael odiaba lo moderno, con renuencia compro el celular que usaba como camara fotografica y una computadora para enviar sus textos a The Wall Street Journal y a algunos periodicos locales y del extranjero. El trabajo de su traductor seria transcribir todos sus manuscritos a la computadora y traducir algunos al espanol para despues enviarlos por correo electronico. Michael meso su cabello ralo y rojizo e inicio una conversacion en ingles. Despues de hablar de libros y peliculas con Eddie, quedo satisfecho con su soltura del idioma. --Se nota que viviste mucho tiempo en el extranjero --comento Michael, halagando su acento. --Jamas he salido del pais --respondio Eddie presurosamente. A Michael no le creo suspicacia que Eddie, con tan buena pronunciacion, jamas hubiera vivido en un pais anglosajon. Estaba convencido de los frutos de la tenacidad. --?Que es lo que mas te gusta hacer? --le pregunto. Ella respondio que le gustaban los trabajos solitarios como leer y arreglar cosas. Le seducian los escritores con vidas intensas y conmovedoras. Michael, hablantin y sociable por naturaleza, quiso saber mas de Eddie, por lo que le confeso que le apasionaba su trabajo y, al igual que ella, preferia a ese tipo de autores. La mayoria de sus traductoras fueron eficientes, pero carecian de ese rasgo en comun, aunque tampoco era requisito para ocupar la vacante. De hecho Michael no queria intimarlas mas de lo debido. Pensaba que, si contrataba a alguien con sus mismas aficiones terminaria escuchando una pila de opiniones en las que no estaba interesado. Aunque nunca lo menciono en los avisos de periodico, elegia a mujeres con gustos distintos a los suyos. Debido a su oficio, pasaba la mayor parte del tiempo asido a su asistente, que mejor si se trataba de alguien con poco que decir. Pese a ello, la inexplicable atraccion hacia Eddie lo obligo a pasar por alto sus propias reglas, accediendo incluso apagarle sin comprobantes fiscales. --Perdi mis documentos en la estacion de autobuses -le explico a Michael --, te prometo hacer pronto los tramites para tenerlos en orden. Nunca lo hizo. Eddie y Michael se hicieron amigos recatadamente sin confianzas vulgares o intrusiones incomodas. Ella no permitia gran acercamiento, rehusaba cualquier conversacion intima o ajena a sus obligaciones laborales. Eso lo intrigaba aun mas e inventaba pretextos para romper el hielo, asi que tras varios intentos consiguio que comieran juntos. Eddie accedio despues de pensarlo por unos segundos, como si se tratara de una decision trascendente, y el se avergonzo por haberla intimidado. Para evitar confusiones prefirio confesarle su orientacion sexual, no le atraian las mujeres. --Me asusta mi irresistible seduccion hacia el sexo opuesto --respondio Eddie. Ambos parecieron reirse de su aspecto descuidado y poco atractivo. Eddie comia despacio, dando bocados pequenos masticados por minutos. No habia perdido el aire provinciano. Parecia un personaje de Carson McCullers, de esos sofocados en lo profundo del sur americano. Aqui tambien hay otro sur, no menos brutal, ni menos desolador. --Desde nina quise irme del puerto --le confeso a Michael cubriendose la boca, todavia masticaba un pedazo de strudel de manzana, su postre favorito-, siempre hubo algo ominoso bajo la luz del sol. Lo unico que Eddie echaba de menos de su lugar de origen era el mar. Nadar sorteando las olas fue su pasatiempo favorito hasta que ella y sus amigos iniciaron el juego <>. Se pautaba con el parte meteorologico, cuando el mal tiempo se avecinaba. Los siete adolescentes se cubrian de heridas causadas por piedras y corales, heridas que eran medallas de guerra; condecoraciones que alardeaban mas tarde chocando las botellas de cerveza. Superficialmente todo seguia normal entre ellos, sin embargo, algo iba cambiando. A Eddie le costaba verbalizarlo. Se trataba mas que de una sensacion, acaso de un mal presagio. La sospecha de no ser los mismos y de que, despues del suicidio de Mauro y la partida de los Garcia Moreno al extranjero, jamas volverian a serlo. El juego era cada vez mas salvaje. Durante una tormenta, con rafagas de viento de hasta ciento veinte kilometros por hora, Alma Grande se estrello contra los costales de cemento en la escollera. Sufrio una contusion. Entre todos lo sacaron del mar. Fue tan arduo como rescatar a una tonina varada en la playa. Entonces se dieron cuenta de que sus vidas pendian de la necesidad de ser afirmadas con fiereza.

  • Antes de Verano de Marta Escudero

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    Manana es mi cumpleanos numero veintiuno. Deberia de estar emocionada, muchos lo esperan con ansias. Yo ya no lo sentia de ese modo, pues despues de la muerte de mi madre se volvio una fecha muy deprimente, hasta el punto de casi odiarlo. No me gustaba sentirme asi. Sabia que si mi mama pudiera verme, trataria de animarme para que continuara adelante con mi vida. Ella se emocionaba mucho celebrando mis cumpleanos. Le encantaba consentirme en aquellos dias especiales con lo mejor que sabia cocinar: grandes pasteles de chocolate, fresa o ambos. Adoraba su sabor, recuerdo que siempre trataba de probar la cubierta de chocolate que rebosaba antes de picar el pastel, y mi madre siempre me capturaba en pleno acto. No entiendo como es que se daba cuenta tan rapido. !Mi madre era increible! Pero esos dias se acabaron hace un ano, cuando recibi la noticia de parte de mi padre sobre la muerte de mi madre. Fue el peor dia de mi vida. Yo me encontraba en clases y despues de la llamada me fui corriendo hasta el hospital, quedaba a unas calles de la universidad. Encontre a mi padre en la entrada, me estaba esperando. Mi madre habia fallecido entre la llamada y el tiempo que me tomo llegar al hospital. Me derrumbe por completo, quede desolada. No pude ayudar a mi padre con los preparativos del funeral. Me aleje de todos, cree una burbuja personal. Estoy encerrada en mi cuarto recordando aquellos momentos junto a ella. En la mesa tengo dos cartas: una para mi madre, donde le escribi todo aquello que me hubiese encantado hablar con ella, y otra para alguien muy especial para mi. Una carta la cual no terminaba de escribir. Siendo sincera, solo tenia el encabezado, no sabia como continuar. La unica persona con quien he mantenido contacto, ademas de mi padre, ha sido Francisco. Francisco y yo tenemos mas de cinco anos de amistad, de hecho, nos consideramos los mejores amigos. Pero la verdad, mi perspectiva hacia el ha cambiado en los ultimos anos. Por primera vez un hombre llama mi atencion de tal manera. Desde el primer dia que lo conoci me encanto, y mantuve la esperanza de gustarle un tiempo, pero su trato y comportamiento me demostraron que era (y sigue siendo) unilateral el sentimiento. No soy de fijarme en cualquier hombre guapo, antes pensaba que todos eran unos patanes, pero es increible el impacto que el causo en mi. ?Como le explicas a tu mejor amigo que tienes anos enamorada de el? Hace un momento llamo para preguntarme como me siento. Sabe que estos dias son dificiles para mi, y estoy muy agradecida por ello. Sin embargo, no puedo evitar pensar que mi madre estaria enojada al verme. Lo he pensado, y quizas ya es momento de seguir adelante. No quiero seguir recordando a mi madre con tristeza, ella no se merece eso. Por ello habia decidido escribir la segunda carta: deseaba plasmar todo lo que sentia por el, sacarlo todo. Necesitaba un medio para decirle lo que sentia a Francisco, nunca me habia atrevido de hacerlo en persona. Crei que seria sencillo, pero no tenia ni idea de por donde empezar. Estaba hastiada de estar en la friendzone, viendo como pasaba de novias, “amigas” y mujeres de una sola noche, mientras yo aqui; siendo la del despecho, la que escuchaba sobre Luisa, Andreina, Mariana, Claudia, o como fuese que se llame la chica de turno, para aconsejarle que hacer con cada una, pero nunca siendo yo la protagonista. Ha sido una pesadilla tener que aguantarme las emociones de sus relaciones inestables. La primer relacion amorosa seria que tuvo me afecto muchisimo, porque practicamente coincidio con el fallecimiento de mi madre. El momento en el que mas lo necesitaba. Hace unas semanas celebraron su primer aniversario, y sigue siendo dificil para mi verlo acompanado por Veronica, su novia, como tortolas estupidos, repartiendo su amor por todos lados, tomados de la mano o dandose besos en cualquier lugar. Son inevitables estas escenas. Por ello mi relacion con Francisco menguo hasta al grado de huir cuando los veo juntos. El reloj marca las doce y diez, oficialmente habia comenzado mi cumpleanos. Tenia mi movil apagado, no queria recibir ni llamadas, ni mensajes, ni ningun tipo de felicitacion. Mi companera de casa Angela entro a mi habitacion a desearme feliz cumpleanos, y algo en mi rostro debio avisarle que algo ocurria, porque se me arrojo encima y me dio un fuerte abrazo de oso. Se quedo conmigo hablando, con su ayuda pude adelantar un poco la carta. Eran las tres de la manana y yo solo esperaba que estas paginas fueran suficiente para apaciguar lo que sentia por el. Tenia meses tratando de terminar esta carta, y al fin lo logre. En ella le explicaba mis sentimientos a Francisco, como habia sido mi amor platonico durante estos tres anos, cuanto me habian dolido sus relaciones y cuanto me dolia el hecho que siempre me veria como su mejor amiga y nada mas que eso. Era hora de dormir y dejar las cosas en las manos del destino. Manana encontraria el valor para entregarla. * * * * Hace algunas horas amanecio y yo aun sigo metida en la cama, cubierta con mi sabana de pies a cabeza. Lo unico en lo que puedo pensar es que ya pronto llegan las vacaciones. La clase de esta tarde sera la ultima del mes, y luego de eso tendre dos semanas para perderme en mi y descansar de todo. Son solo dos semanas, pero para mi, una asidua lectora y amante de las peliculas, es demasiado tiempo. La universidad absorbe todo mi tiempo, dejandome muy poco para disfrutar del placer de un buen libro. Son casi las 12, por lo que decidi enfrentarme al destino y encender mi movil. El buzon tenia algunas felicitaciones de mis familiares y amigos, tanto en los SMS como en las redes sociales. Despues les respondere, por ahora quiero seguir acostada, disfrutando la tranquilidad de mi cuarto hasta que sea la hora de irme a la universidad. Mi movil vibro, un mensaje nuevo. Era Francisco. *Buenos dias cumpleanera, espero que estes presentable, porque necesitamos hablar y estoy en camino. Asi que despierta y alistate para mi* ?Presentable? ?A que se referia? es obvio que no, es mi cumpleanos y no debo estar en la universidad sino hasta las tres de la tarde. Tocaron la puerta, tal vez sea mi padre, sorprendiendome con una visita rapida, ya que Angela se fue temprano a la universidad. Me levanto con lentitud, pero seguian tocando el timbre insistentemente. Abro la puerta rapidamente, esperando sorprender a mi padre con mi aspecto, pero… no puedo creer a quien veo en su lugar: Francisco estaba frente a mi, riendo a carcajadas al verme y con un regalo muy llamativo escondido entre sus manos. --!Feliz cumpleanos Marta! --clama Francisco, y repentinamente se lanza sobre mi para abrazarme. !Estoy totalmente avergonzada! Aunque Francisco y yo hemos convivido ya muchos anos, todavia detesto que me vea tan desarreglada, especialmente hoy, ya que el shock de la situacion no hace mucho por disimular la melancolica que me produce pensar que mi madre ya no esta. --Gracias Francisco… --Finalmente respondo y tambien lo abrazo carinosamente. --Por nada linda. Y hey... --Toma una de mis manos, y coloca lentamente la pequena caja en ella-- Mira, traje esto para ti. --!Oh, gracias! ?Que sera? --Clamo algo entusiasmada. No suelo aceptar regalos este dia, pero recorde que tambien habia decidido cambiar algunas cosas. Abro rapidamente el regalo, emocionandome un poco mas y veo que es un hermoso reloj color plata con algunos que otros brillantes. Evidentemente quede fascinada. --!Que hermoso! !Me encanta! Gracias... Si que tienes talento para estas cosas, casi me haces sentir mal por el abrigo barato que te di en tu cumpleanos Francisco sonrie. --!Sabia que te iba a encantar! Oye Marta, se lo dificil que puede ser este dia para ti, hasta me imagino tus planes para este fin pero... hoy quiero que aceptes mi invitacion. -- ?Invitacion? ?A donde? --Respondo confusa. Francisco no suele ofrecer invitaciones asi... Siempre vamos a salidas planeadas por nuestro propio grupo de amigos ?que rayos estaba sucediendo? --Eso es una sorpresa. --dijo, con una inmensa sonrisa. --Uhmmm... Bueno... Pero solo por un rato. No tengo muchas ganas de celebrar nada, la verdad. --Justamente por eso es que quiero que salgas de este encierro --dijo, frunciendo ligeramente el ceno--. Y si, con un rato es suficiente. Vamos, te va a gustar. -- Oye... ?y Veronica? ?No pensara mal si salimos solos tu y yo? -- Ella no es importante en este momento, hoy es el cumpleanos de mi mejor amiga y no podemos pasarlo por alto. Y tu me necesitas con urgencia para distraerte. Ademas, ella sabe lo mucho que te aprecio y cuan importante eres para mi. --Yo tambien te aprecio muchisimo Francisco... Gracias. --?Ella no es importante? Como desearia que esas palabras fueran ciertas. Lo miro fijamente a los ojos, el tambien me mira, pero su mirada es carinosa, protectora... en fin, la mirada de un hermano. --Para eso somos los buenos amigos... !Bueno! Creo que ya deberiamos irnos, se hace tarde --clama y me hala una vez mas de la mano, mientras yo sigo ocultando mi decepcion, preparandome para volver a mi rol de amiga. --!Espera! !No saldre en pijamas! --Y tampoco con esa melena de Leon --bromea, y enseguida volteo hacia el espejo del salon y rio a carcajadas mientras veo mi desastroso cabello color castano claro, y mi rostro palido.

  • Blue Jeans de Kris Buendia

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    La campana sono. Estaba segura que iba a ser la unica chica que se quedara despues de clase. Y eso se debia a que estaba castigada por el resto del mes. Maldita detencion. --Senorita Taylor[?]me llamo por tercera vez el profesor de artes, el senor Gallagher [?]?Acaso no habla espanol? Maldito idiota. Si no tuviese esos ojos color miel, esos brazos fuertes y esa mandibula cuadrada, no me importaria. Pero la verdad es que si. Me importa. Desde hace dos anos para ser mas exacta. --Me quedo[?]Le dije al fin[?]Como me quede el lunes, martes, miercoles, hoy y seguramente manana, como tambien... --Suficiente[?]me corto[?]Me se muy bien los dias de la semana. El me miro de mala gana y bajo la mirada, nombro a otro companero mas que hizo sonar su movil a la hora de clase. Lo que automaticamente se gano dos dias en detencion. --Esto es una mierda--Se quejo[?]Tengo practica de guitarra, no me puedo quedar. --Puede irse--Dijo el senor Gallagher encogiendose de hombros[?]Pero le costara un mes, en vez de dos dias. Mi companero--que desconozco su nombre[?]no se si su nombre es Josh, Dush, no lo se, no me inmute el dia en que todos nos presentamos, solamente hay un nombre que no olvido, y cuando me levanto todas las mananas, lo primero que quiero hacer es verle andar por los pasillos. Justice. Gallagher. Justice Gallagher, mi maldito profesor de artes. Quien siguio viendome mientras estaba distraida en mis propios pensamientos. --!?Senorita Taylor?! Su fuerte puno me hizo saltar en mi propia silla y de nuevo lo mire, esta vez disculpandome: --Lo siento[?]Se escucho casi como un susurro. --Mas lo siento yo. -dijo entre dientes. --Idiota[?]Se quejo mi companero de al lado. --?Disculpe, senor Forster? -se dirigio a el dejando de ver sus papeles[?]Puede repetir lo que dijo. --Soy Aidan[?]Se quejo[?]Todavia no uso corbata. --Me hizo un guino y yo no supe hacer otra cosa mas que sonreirle a medias. Entonces fue cuando reconoci su rostro enseguida. Aidan era el chico que fumaba fuera de clases en el estacionamiento, siempre lo hacia, y no era la primera vez que se ganaba una detencion, aunque esta vez fue por algo mas estupido. Me puse a dibujar un poco en mi nuevo cuaderno de bocetos que mi padre me habia regalado la semana anterior. Fue su manera de alegrarme y hacerme sonreir por el decimo aniversario de la muerte de mi madre. A ella le gustaba pintar y es por eso que siempre quise intentarlo, aunque era un asco. --?Que dibujas? -Senti a Aidan un poco mas cerca. Por el rabillo del ojo, mire a Gallegher y no se habia inmutado de ello. --Nada en especial. Sabia que era cuestion de segundos para que hiciera la siguiente pregunta. --?Por que estas en detencion? Demonios. No podia decirle. Seria mi fin, y no es que me importara tanto la escuela, creo que me habia ido demasiado bien pasar solamente un mes en detencion a ser expulsada por lo que habia hecho. ?Como le dices a alguien que besaste a tu profesor de artes? Asi que opte por mentir. --Por fumar en horas de clases. Aidan abrio sus ojos como platos, por mi rapida respuesta. No, no fumaba, de hecho odiaba el olor a tabaco, como en esos momentos odiaba sentir ese mismo olor en el. --No te creo-Repuso enseguida.

  • La promesa del escoces de Camila Winter

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    Victoria observo las nubes blancas viajando a gran velocidad por el cielo azul ese radiante dia de verano mientras pensaba: "hace un ano lloraba por haber perdido James y en tres dias sere la esposa de otro hombre, no puede ser verdad, no puede estar ocurriendo, parece una pesadilla... No es mi culpa, el me abandono la primera vez y ahora... Debo olvidar y comenzar una nueva vida junto a Edward, es un joven tan agradable y bondadoso..." Edward Willmond...La jovencita se sonrojo al recordar la noche anterior. Habia estado entre sus brazos bailando un vals y dias antes la habia besado en los jardines y le habia gustado. Su cuerpo habia respondido a sus besos y habia sentido una rara excitacion, y el deseo que siguiera besandola un tiempo mas. Era el hombre adecuado y lo sabia, habian sido presentados y el se habia enamorado de ella nada mas verla y para una jovencita con el corazon roto no habia nada mas irresistible que un joven guapo y enamorado. Suspiro y luego del corto paseo matinal regreso a su habitacion. En ocasiones la invadia la nostalgia, no podia evitarlo, la atraia Edward, sentia un carino especial por el pero no habia olvidado a James, su amor escoces. Ese amor que nacio un verano y fue tan fuerte que habria dejado todo por huir con el a Escocia, no le importaba que fuera pobre, ni que viviera en una granja con un monton de hermanos. Lo habria abandonado todo pero algo ocurrio entonces... Su hermano se entero del romance y los separo. !Malvado Thomas, siempre la habia odiado! Y luego de la muerte de su padre y convertido en tutor, pues se habia vuelto insoportable. No dejaba de darle ordenes, y casi no podia ir a ningun lado sin pedirle permiso y por eso se casaba, para huir de su recalcitrante hermano y del dolor de haber perdido a James, para siempre... Intentaria ser feliz, ser la esposa que el merecia, dejaria atras su pasado, estaba harta de llorar por James. ****** Llego el dia de su boda y Victoria desperto aturdida, cansada, no habia dormido bien. Debia asearse, desayunar y prepararse para ir a la iglesia... Todos sus parientes la esperaban en el comedor y no se atrevio a enfrentarles, no hacian mas que hablar y reir sin parar. Su hermano estaba disgustado porque la visita se habia adelantado pero se esforzaba en disimularlo. Toco de la campanilla para avisar a su doncella que le llevara el desayuno, estaba hambrienta y necesitaba juntar fuerzas... Su tia aparecio un rato despues para ayudarla con el vestido. --Apresurate querida, tu madre quiere verte vestida de novia. Victoria obedecio pero al enfrentarse al espejo con el bello vestido blanco, las flores de azahar y la corona de perlas sujetando su cabello rubio, sintio deseos de llorar y lo hizo. No era ella, era como esos titeres inanimados sin vida movido a capricho de su familia. ?Que demonios le importaba esa boda ni casarse en una hermosa capilla cercana al senorio? --?Que pasa querida? Oh, no debes llorar, arruinaras el peinado y tus ojos... Todos van a verte Victoria por favor. !Tranquilizate! --!A nadie le importa lo que yo sienta tia! Todos me odian en esta casa y me obligan a casarme contra mi voluntad-- estallo la joven. La anciana retrocedio espantada ante sus palabras.

  • La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafon

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    El Cementerio de los Libros Olvidados, el cuarteto de novelas que arranca con La Sombra del Viento y sigue con El Juego del Angel, se ha convertido en la gran saga novelistica en curso de nuestro tiempo. La leyenda comenzaba en el ano 2000, cuando Ruiz Zafon culminaba su primera novela para adultos y estaba a punto de dar a conocer un libro magico que cambiaria el panorama literario, y que hoy sigue ganando el corazon de miles de lectores en todo el mundo. Un amanecer de 1945, un muchacho es conducido por su padre a un misterioso lugar oculto en el corazon de la ciudad vieja: El Cementerio de los Libros Olvidados. Alli, Daniel Sempere encuentra un libro maldito que cambia el rumbo de su vida y le arrastra a un laberinto de intrigas y secretos enterrados en el alma oscura de la ciudad. La Sombra del Viento es un misterio literario ambientado en la Barcelona de la primera mitad del siglo xx, desde los ultimos esplendores del Modernismo hasta las tinieblas de la posguerra. Aunando las tecnicas del relato de intriga y suspense, la novela historica y la comedia de costumbres, La Sombra del Viento es sobre todo una tragica historia de amor cuyo eco se proyecta a traves del tiempo. Con gran fuerza narrativa, el autor entrelaza tramas y enigmas a modo de munecas rusas en un inolvidable relato sobre los secretos del corazon y el embrujo de los libros cuya intriga se mantiene hasta la ultima pagina.

  • La ciudad que no descansa de Douglas Preston

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    La hija de un millonario aparece muerta. Y sin cabeza.

  • Aroma de azafran de Almudena Navarro Cuartero

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    Aroma de azafran es una apasionante novela costumbrista con tintes de novela policiaca, ambientada en pequeno pueblo manchego a finales del siglo XIX.

  • Una propuesta arriesgada de Vega Manhattan

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    Daniela era una adicta al trabajo y los hombres le huian.
    Marcos era un ligon de primera y el mejor amigo del hermano de ella.
    Se conocian desde siempre, pero hacia anos que no se veian. Hasta que Daniela acepta el consejo de su hermano y llama a Marcos, pero por otros motivos diferentes a los que su hermano espera.
    Daniela le hara a Marcos una proposicion un tanto arriesgada, sin imaginar que no solo pondra en riesgo su amistad, sino tambien sus corazones.
    Una propuesta donde las reglas, la pasion y los sentimientos seran los ingredientes principales.

  • Rotos de Hache S. Mendoza

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    Maia Emerson es una joven que, a sus veintitres anos, lo ha perdido todo en su vida. Tras la muerte de sus padres, la humillacion y el desprecio de los que creia eran sus amigos, decide dejarlo todo para empezar de nuevo. No quiere llamar la atencion, no pretende sobresalir o ser el centro de atencion, tan solo quiere ser esa chica que pasa desapercibida y se olvida rapidamente. O al menos ese era su plan hasta que conoce a Mateo Sorrentino y su vida cambia para siempre.

  • Almas robadas de

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  • Amor siniestro de Aina Castillo

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    Megan esta loca de atar.
    Una joya en bruto. Caos puro.
    Sexy. Psicopata. Manipuladora.
    Obtiene lo que quiere, cuando quiere.

  • Una semana contigo (Una semana contigo 1), Monica Murphy de Monica Murphy

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    Fable no ha tenido una vida facil. Tiene dos trabajos y es quien se encarga de cuidar a su hermano pequeno. A pesar de ser una chica preciosa e inteligente, siempre acaba saliendo con chicos que no le convienen y solo buscan divertirse un rato con ella.
    Drew no solo es uno de los chicos mas populares y la estrella del equipo de futbol, tambien es el chico mas guapo de toda la universidad.
    Cuando Drew le pide a Fable que finja ser su novia durante una semana ninguno de los dos se imagina que las mentiras puedan dar paso a algo mucho mas real.
    Pero todo el mundo guarda secretos, y Drew tiene mas de los que le gusta reconocer. ?Conseguira Fable averiguarlos todos?

  • Mamen de Ma Victoria Garcia Angel

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    Mamen se levanto temprano. Seguramente, porque estaba habituada a hacerlo y porque no lo estaba en absoluto a trasnochar. Era sabado, claro que tambien lo era cuando se acosto. Estaba contenta, algo despistada. Se preparo un cafe y se sento en el generoso ventanal en chaflan de su estudio. "Que vista tan bonita", penso, mientras sorbia su taza de cafe. La verdad es que el sitio era privilegiado. Un atico de sesenta metros en la calle San Gregorio a tiro de piedra de la Universidad de Sevilla, donde trabajaba desde hacia ya casi diez anos. Era profesora adjunta de Geografia e Historia y, actualmente, preparaba el doctorado. La docencia su gran pasion desde la adolescencia, ese era su sueno. Se implicaba de tal manera que terminaba haciendo cualquier cosa para no defraudar a nadie. Siempre todos podian contar con ella y se preparaba a conciencia organizando, desde grupos de escalada hasta de espeleologia para profesores y alumnos, su popularidad en este ambito iba unida a su buena reputacion como profesora. Sin embargo, en el terreno personal, no habia tenido mucha suerte a pesar de ser una morena atractiva de ojos grandes de un tono pardo que, a veces, con la luz del sol, se tornaban verde oscuro. Su sonrisa espontanea y facil le formaba hoyuelos en las mejillas. Era alta y esbelta, de piernas torneadas y un cuerpo bien cuidado. Su caracter extrovertido guardaba cierta dosis de prudencia con respecto a su vida afectiva, que nunca habia terminado de cuajar, quizas porque, en el fondo, era mas timida de lo que estaba dispuesta a reconocer o, tal vez, porque le habria dedicado demasiado tiempo a la preparacion profesional y no hubiera sabido combinar lo personal con lo vocacional. Seguia alli en su fantastico ventanal viendo a las gentes deambular; con la mente ausente, relajada, con una expresion dulce en su rostro simplemente formando parte de aquella soleada manana de enero que los dioses le regalaban generosamente, hasta que sono el movil sacandola bruscamente del trance. --Dime, Jose --contesto Mamen. --?Como "que te diga"? Llevo diez minutos en el bar. ?Donde estas? --En casa --contesto, culpable. --Y bajas, ?o que? --Dame cinco minutos. --!Joder, Mamen! !Que he comprado churros! --No tardo, no tardo. Mamen se levanto de un salto vociferando "!mierda, mierda! ?Como me he podido olvidar de Jose?". A la vez que buscaba unos vaqueros, un sueter y los zapatos, se metio en el bano, se refresco la cara y se vistio a toda velocidad. Busco el movil, que lo habia tirado en el sillon, echo mano del anorak, la bufanda y el bolso, que estaban colgados en el perchero de la entrada, y salio con las llaves en ristre trotando escaleras abajo como un bombero en practicas. --Hola Jose, buenos dias. --!Hija, que pelos traes! Anda, dame un beso, "descasta". Mamen lo beso y se sento. Al hacerlo, reparo en su pelo al verse reflejada en el espejo situado al fondo del bar, confirmando efectivamente que no se habia peinado. Jose pidio dos cafes y empezo con parsimonia a desplegar el papel aceitoso de los churros a la vez que decia con resignacion "!esto estara para ponerselos a San Pedro donde yo te diga!" --Lo siento, Jose, no se lo que me ha pasado. Se me ha ido el santo al cielo. El camarero sirvio los cafes y desayunaron en silencio. Jose parecia algo molesto. Mamen, que lo conocia como si lo hubiese parido, sabia que se le iba a pasar en cuanto le soltara "el bombazo". Eran amigos desde siempre, nacidos en Carmona, donde habian pasado la infancia y adolescencia. Ahora, los dos vivian y trabajaban en Sevilla. Jose era un hombre alto de pelo castano, ojos oscuros, de rostro armonioso y cuerpo atletico. Tambien se dedicaba a la docencia aunque, para el, esta siempre habia sido su segunda opcion. Era biologo e impartia clase de secundaria en un instituto publico de un barrio periferico de la ciudad. Se habia quedado huerfano de padre a los nueve anos. Su madre, dona Mercedes; una mujer enjuta, de cabellos cortos totalmente canos con una constante mueca austera en sus labios, ojos pequenos e inexpresivos, frios y oscuros como los de un tiburon, nunca volvio a casarse. Habia ayudado a traer al mundo a media Carmona. Matrona de profesion ya jubilada, una senora muy religiosa chapada a la antigua que no se habia movido del pueblo, seguia viviendo en la misma casa con los mismos muebles y con la ropa de su difunto marido dentro del ropero, ordenada y dispuesta como si fuera a ser usada. Se habia consagrado en cuerpo y alma a su memoria y, con esa alegria de animos, habia criado a su hijo con un raro carino autoritario y bastante represivo, "como dios manda". Sobre todo, al darse cuenta de que Jose tenia otras inclinaciones sexuales y, velando por su buen nombre, el de su difunto marido, y su propia reputacion se nego a aceptarlo. La unica vez que hablo del tema, le dijo a su hijo que esa "confusion" que sentia era debido a la falta de la figura paterna que la vida le habia arrebatado tan tempranamente. Y, sin mas, empezo su particular cruzada buscando candidata a nuera con verdadera perseverancia. Esta era su razon de ser, ver a su hijo casado y tener un nieto, cosa que no iba a ser posible a no ser que Jose adoptara. Y no estaba por la labor. Por otro lado, los padres de Mamen tambien eran y vivian en Carmona. Don Pedro, notario de profesion casi jubilado, porque un notario no se jubilaba nunca -- como solia decir. Su aspecto serio y solemne debia ir con el cargo, porque en realidad era un senor regordete y mofletudo de buen caracter y mejor fondo que, por encima de todo, adoraba a su familia. Dona Esperanza; algo menor que su marido, de buen comer aunque intentaba mantenerse solamente rellenita --decia ella --, habia sido una mujer muy guapa a la que siempre le habia gustado cuidarse. Llevaba el pelo corto de un rubio ocre de peluqueria, sus manos de manicura perfecta y sus grandes ojos castanos, eran ahora su mejor baza. El matrimonio habia tenido dos hijas: Esperanza, la mayor, que habia sacado mas parecido a la rama paterna en lo fisico, luchaba sin tregua contra el sobrepeso. En cierto modo, le tenia algo de envidia a su hermana, que no se privaba de nada y no engordaba en absoluto. Lo cierto es que Esperanza era una mujer corriente, de cabello castano y lacio, su media melena le caia sobre los hombros, sus ojos eran pequenos y marrones y, aunque habia en ella algo del caracter materno, este era mas desabrido y seco. Era medico, como Jesus, su marido. Un hombre delgaducho y poca cosa, un poco mas bajo que ella, de caracter docil y calva prominente y, eso si, tenia unos bonitos ojos azules. Mucho buque para tan poco pirata --dijo Jose, cuando se comprometieron--. Residian en Madrid, causa de queja constante de su madre. !Pues anda que no hay hospitales en Sevilla! --era la muletilla que empleaba la senora a la minima--. Y su otra hija, Mamen, dos anos menor que su hermana. Tampoco habia nietos, en esa familia parece ser que esta "desgracia" habia unido mas si cabia a este par de abuelas frustradas que eran amigas intimas. (Eso es lo que tienen los pueblos, que conoces a la gente para siempre). --?Cuando me vas a decir lo que te ha pasado? Porque lo del santo al cielo no me lo trago -- dijo Jose. --!Ya estabas tardando! --!No guapa, aqui quien ha llegado tarde, con la lengua fuera, y sin peinar has sido tu, reina mora! --Vale, vale, mea culpa. Te lo cuento si no montas un espectaculo, que te conozco. --!UUY! Esto promete --se relamio Jose. --Anoche salimos a cenar y me acoste a las tres de la manana. --?Sola? --Si, sola, aunque hicimos el amor en su casa --dijo Mamen, bajando la voz. --!!ALELUYA!! --exclamo Jose, a pleno pulmon. --!Que no grites, ordinario! !Mira que te lo habia dicho! Anda, pago los cafes y te lo cuento en casa, que aqui ya se ha enterado media barra. La escasa vida sentimental de Mamen parecia haber cambiado. Hacia algo mas de un mes conocio a Carlos a traves de Irene, una companera de la universidad algo pizpireta a la que Jose, con su sarcasmo particular, apodaba "la purisima". Fue algo casual, en la calle, a la salida del trabajo. Irene la abordo, algo que le sorprendio, pues no solia mostrarse tan agradable con ella. Se lo presento e insistio para que tomara una cerveza con ellos. Mamen acepto, mas por compromiso que por otra cosa. El resulto ser un hombre encantador. Ademas de tener buena planta, era agradable, correcto, y con un increible don de gentes. La conversacion, fluida e interesante, hizo que lo que iba a ser unas cervezas se convirtiera en un almuerzo, ya a los postres Irene se disculpo porque al parecer habia quedado con alguien y se marcho, de manera que se quedaron solos. La charla se hizo mas personal, mas intima. Carlos le conto que estaba separado, en proceso de divorcio, tenia un hijo de cinco anos y estaba pasando por momentos muy duros. Cuando saco a colacion a Irene, dijo que era una amiga que le estaba ayudando a superar su fracaso sentimental, que era un gran apoyo, casi la hermana que no tuvo. Despues del segundo cafe, ya cerca de las cinco de la tarde, se intercambiaron los moviles, quedaron en verse a la semana siguiente, se despidieron y se marcharon cada uno por su lado. Desde aquel dia se sucedieron las llamadas y las citas. En cada una de ellas, Mamen descubria una nueva faceta en el. Era el hombre perfecto, atractivo y varonil, de trato impecable, carismatico, sensible, y totalmente comprometido con su paternidad. La felicidad de su hijo era su prioridad, lo que se dice "un padrazo".

  • Mision Cupido de Sofia Diaz

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    Amy esta dispuesta en jugar el papel de cupido este ano, para unir a Ed y Nettie, Amy lograra unirlos?
    Podran acaso tener un final feliz? Bueno descubrelo adentrandote en el libro.

  • Tu, Despues De Mis Suenos de Noah Evans

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    Ya habia pasado mas de mes y medio desde que acabo con Angel. Habia perdido la cuenta de las veces que el habia intentado contactar con ella. Lo intento de varias maneras, hasta a traves de sus amigos. Pero Blanca siempre se negaba. Le conto que habia hablado con una companera, la asistente social del hospital donde trabajaba, para buscar una solucion a su problema. La respuesta de Blanca siempre era la misma, "Olvidalo", "Olvidame", "Alejate de mi". Asi que Angel concluyo la relacion con un "Aqui me tienes si lo necesitas". Y al fin se habia hecho el silencio desde hacia unas dos semanas. Pero no he tenido mas remedio que escribirle. La esquina de un mueble en una de sus discusiones con Paco, habian sido la causa. Angel no sabia nada, solo le habia escrito un mensaje preguntandole si estaba en el trabajo o en casa. Y al responderle que "en casa", le pidio un favor enorme. No tengo a quien mas acudir. Llevaba su maleta trolley. Habia salido huyendo de casa, el Cari ya lo sabia. Estaban a miercoles y le ofrecio el dormitorio de su hermano, ya casado, para que se quedara al menos hasta el domingo. Tambien Blanca llamo a su jefe para decirle que estaba enferma y que ese fin de semana no podria trabajar, corriendo el riesgo de que la despidieran, puesto que habia mas chicas que puestos en ese oficio. No queria meter a Angel en el asunto, solo iba a llegar a su casa, estar alli diez minutos y marcharse a casa del Cari. Ese era el plan. Supuso que a Angel le habria extranado que despues de mes y medio sin querer cruzar mas de una o dos palabras, y de no responderle a la mitad de sus mensajes, Blanca acudiera a el. Pense que me mandaria a la mierda. Algo totalmente comprensible si lo hiciera. Es lo que merezco. Pero no fue asi. No hizo preguntas, solo le respondio, "Lo que necesites, estare aqui toda la tarde". Corria por la estacion de metro mientras las ruedas de su maleta esquivaban los pies de otros pasajeros. Hacia frio, acababa de pasar la Navidad, estaba nublado, nevaba en toda Espana. Blanca llevaba un abrigo marron claro de ante con el interior de pelo, de cuello alto, una bufanda gruesa, un gorro de lana, y unas enormes gafas de sol. Era ese complemento el que llamaba la atencion entre los transeuntes que se cruzaban con ella. Estaba nerviosa, le costaba respirar con la carrera y notaba como hasta las manos le temblaban. Su madre la llamaba sin parar, dudaba si era por saber donde se habria metido o si iba a cometer lo mas sensato que deberia, que seria acudir a poner una denuncia de una vez por todas. "Donde estas. Vuelve a casa" "No voy a volver en unos dias. Dejame en paz". "Yo tambien quiero volver a Cadiz". "Volveremos a Cadiz, te lo prometo. Dejame tiempo, volveremos". No sabia el como, ni el cuando. Pero estaba segura de que al menos haria lo posible para que su madre pudiera regresar a Cadiz junto a su abuela y tia. "Tres mujeres que solo han conocido el ninguneo y el desprecio de los hombres, sean padres o maridos". Le dolia el cuello, supuso que seria del propio golpe. Fue una mala suerte chocar contra el mueble. El golpe se hubiese quedado en poco si no se hubiera estampado contra la esquina. Pero al rato se asusto tanto que no tuvo mas remedio que llamar a Angel por mas que se habia prometido no hacerlo. Subio las escaleras de la estacion. Jadeaba. Oliver le habia escrito tambien unos dias atras. En cuanto alguien le dijo que Blanca volvia a estar sola. Con el fue tan breve como con Angel, o mas si cabe. Ni loca pensaba retomar el contacto con Oliver, era peligroso y embaucador hasta el limite que pudiera imaginar, tenia que mantenerlo alejado de ella todo lo posible, y mas cuando volvia a ponerlo como escudo contra Angel. Sin embargo, el escudo habia sido en vano. Tenia que pasar el duelo de su corta relacion con Angel, no le quedaba otra. A ver si esto de hoy no lo empeora. Llego hasta el portal, llamo, el no tardo en abrirle. Tomo el ascensor y cuando llego hasta su puerta, esta ya estaba abierta. En cuanto vio la silueta de Angel su estomago se encogio para dar paso a aquella sensacion que daban las montanas rusas cuando bajan la rampa a gran velocidad. Vio la alegria en la expresion de Angel pero algo cambio en su rostro cuando se percato de la maleta de Blanca. A ver si se va a pensar que me vengo con todo el equipo para quedarme. Que verguenza, yo no se para que vengo. [?]Pasa [?]le invito el, ahora serio. Blanca entro con la cabeza baja. No tenia que haber venido. Siento que no tenia que haber venido. [?]?Que ha pasado?[?]le pregunto acercandose a ella. Blanca aun tenia puestas las gafas de sol. [?]Lo siento, pero necesito que lo veas. No puedo ir a otro sitio [?]comenzo Blanca. Se desenlio la bufanda del cuello. [?]Bienvenido a mi realidad [?]se quito las gafas. No se atrevio a mirarlo directamente, miraba hacia un lado. Los ojos se le llenaron de lagrimas. Angel se acerco a ella en seguida, le vio las intenciones de abrazarla, pero lo detuvo con la mano. [?]Solo va a ser un momento [?]le dijo ella con la voz ronca de aguantar las lagrimas[?]. Dime que esto es normal y que volvere a ver bien en unos dias y me marcho. [?]Blanca...[?]la cogio por la barbilla. [?]Es la primera vez que me pasa [?]le explicaba ella mientras el la miraba[?] el golpe fue demasiado cerca del ojo. [?]?Como ha sido?[?]pregunto moviendole la cara a un lado y a otro. [?]Con la esquina de un mueble[?]Angel se detuvo de nuevo en su ojo derecho, en la protuberancia que habia junto a el y en el golpe que habia al otro lado, en la mejilla izquierda. [?]?Por que no has ido a que te lo vieran a un hospital? [?]le renia, Blanca sabia que estaba completamente sorprendido, enojado y muchas mas cosas que no podia reflejar para no hacerle a ella pasar peor el momento. [?]He venido a que me lo veas tu [?]se defendio, la respiracion la tenia demasiado acelerada. [?]Tendria que vertelo un oculista[?]le respondio Angel. Blanca se miro en el espejo del mueble del recibidor de Angel. Su ojo iba a peor, y no era por el moreteado que tenia junto a el, sino por el propio ojo. El iris verde agua que solia tener era ahora una isla brillante y vidriosa en medio de un mar de lava roja. Hasta el lagrimal estaba rojo. Le molestaba, el parpado le pesaba demasiado pero lo que mas le habia asustado era la vision borrosa. [?]No puedo ir a urgencias[?]le respondio ella. Sabia que si iba le harian preguntas, y que por muy bien que ella inventara las respuestas, acabaria en el despacho de la asistente social o de un psicologo, y el miserable de su padrastro en un cuartelillo. Tomo aire de manera profunda , pero el aire se encogio en sus pulmones en un rebote para luego salir. Angel estaba muy serio, negaba con la cabeza sin dejar de mirarle el ojo. El escozor de la garganta de Blanca aumento. Quizas si que habia sido un error acudir a el. No queria reconocerlo, pero ahora que estaba alli necesitaba aun mas consuelo, el consuelo de el. Lo necesito en cuanto Paco le dio el golpe. Ya lo habia sentido con Oliver tiempo atras, esa sensacion de no estar sola, de que habia alguien, en otro lugar, que estaria a su lado, que la abrazaria luego y le curaria los golpes, tanto los de fuera como los de dentro. Es mentira eso de que no necesito a nadie. En cuanto comprobo en su casa que no podia ver bien, sintio que tenia que ir con Angel. Pero la necesidad de estar con el habia llegado antes, siempre la tuvo, desde el mismo momento en que su relacion termino. No podia aguantar mas las lagrimas. Tenia que salir corriendo de alli. De forma instintiva agarro el picaporte de la puerta de entrada para salir corriendo, pero Angel se acerco a ella y la abrazo. El le puso una mano en la cabeza y se la inclino hacia el pecho. En cuanto la mejilla de Blanca reposo en el calido pecho de Angel, en su respirar sereno, en su agradable olor, el escozor de su garganta aumento y su llanto le aviso que estaba a punto de estallar. Lo abrazo por la cintura, rompio a llorar. Algo que no solia hacer con el Cari, ni con Alba, ni con Noelia, ni siquiera con Regina. Sus amigos nunca la veian llorar asi por nada. Nunca le gusto mostrar debilidad, Raquel era la unica conocedora de su verdadero sentir. Angel no dejaba de abrazarla y le daba besos en la cabeza. Madre mia, que situacion le traigo al pobre. Despues de haberlo rechazado durante un mes. [?]Vamos dentro [?]le pedia el, aun estaban en el recibidor[?]. Voy a mirarte mejor eso. Blanca se quito el abrigo y el gorro y lo dejo en el perchero del recibidor. Echo su maleta a un lado. Se prometio estar alli solo unos minutos, los justos para que el la mirara. Pero en el fondo no queria ir a ninguna parte hasta que no se calmara. [?]Ven [?]la invito a sentarse en el sofa. El sofa de Angel era sumamente comodo. La calefaccion estaba puesta lo suficientemente alta como para que se le fuera quitando el frio de la calle. [?]?Quieres algo?[?]le pregunto y Blanca nego con la cabeza. Angel le trajo una manta de pelo y se la echo en las piernas. Se sento junto a ella. [?]Si tienes algo que hacer...[?]Blanca estaba tan abochornada que no sabia que decir[?].No voy a quedarme mucho tiempo. Solo necesitaba que lo vieras. Angel nego con la cabeza. [?]No te preocupes por eso [?]le respondio[?]. Te dije que aqui estaria si me necesitabas. Y casi me alegro de haber venido. Lo miro de reojo, a punto estuvo de inclinarse hacia el y volver a dejarse caer en su pecho, pero se contuvo. Ya la escenita de la entrada habia sido suficiente. Angel acerco su mano a la mejilla de Blanca y se la acaricio, luego le levanto el parpado para ver mejor el mar rojo en el que se banaba su iris derecho. [?]Es un derrame[?]la ojera tambien se estaba moreteando[?]. De todos modos voy a consultarlo con un amigo. [?]No pienso ir al hospital[?]le dijo Blanca firme. [?]Es lo que deberias de hacer pero no te puedo obligar [?]cogio su movil[?]. Espera un momento. Angel se levanto y se dirigio hacia la cocina, Blanca lo oia hablar con alguien, explicandole lo de su ojo. Tardo unos minutos en volver. [?]Puede verte pero a ultima hora de la tarde[?]le explico. [?]Te he dicho que no voy a... Angel nego con la cabeza. [?]Tiene una consulta privada [?]le explico[?]. Iremos a ultima hora, cuando ya este cerrada. Toda la tarde aqui entonces. Si lo mejor es que no hubiese venido. Blanca suspiro. [?]?A donde ibas?[?]le pregunto mirando la maleta. [?]A casa del Cari[?]aun se le encogia el pecho al hablar[?]. Me quedo con el hasta el domingo. Angel entorno los ojos. [?]?Quieres quedarte aqui? [?]No [?]la respuesta fue rapida. Como me voy a quedar aqui. [?]Puedes quedarte, no..., hay una habitacion de invitados. Blanca negaba con la cabeza. [?]Esta noche tendras que despertarte cada pocas horas, despues de un golpe asi y...pienso que seria lo mejor. Y yo tambien pienso que lo mejor para mi, por muchos motivos, seria quedarme. Pero seria egoista por mi parte, porque en cuanto este bien no volveras a saber de mi. [?] Al menos esta noche, manana te llevo a casa de Alvaro [?]le dijo[?]. De todas formas no sabemos a que hora volveremos del oftalmologo. Blanca nego de nuevo, esta vez sin tanto convencimiento. [?]Manana tengo turno de manana[?]hizo una mueca[?]cogio su movil de nuevo[?]. Pero con las horas que me deben... [?]No [?]ella intento detenerlo pero Angel habia vuelto a la cocina. Blanca agudizo su oido. Que no puede volver hasta el lunes, dice. Este quiere que me quede aqui hasta el domingo. Madre mia, que cabezota es. Por una parte estaba apenada por Angel, por traerle el problema hasta su casa, pero por otra vio que a el no le importaba en absoluto, hasta se veia orgulloso, dentro de lo que cabia, de que hubiese recurrido a el. Quizas lo veia como un filon para retomar lo suyo. De eso nada, maldita sea. Que otra vez me voy a meter en el lio. Angel regreso de la cocina. [?]Esta noche te quedas aqui, manana haces lo que te apetezca[?]le dijo sentandose a su lado. Blanca se incorporo enseguida del sofa y sin mirarlo salio corriendo al bano. Cerro la puerta, rompio en vomitos. No eran los primeros del dia. Cogio papel y limpio el WC de salpicaduras. Es para matarme, encima vengo a dar por saco y ensuciarle el piso inmaculado. Luego busco en el mueble donde sabia que Angel guardaba la pasta de dientes. Con el dedo y la pasta, se limpio lo mejor que pudo. Salio del bano, Angel estaba esperando en el pasillo. [?]?Bien?[?]le pregunto. [?]He cogido... El hizo un gesto con la mano. No importa, ok. [?]?Cuantas veces has vomitado desde el golpe?[?]le pregunto. [?]Tres[?]respondio ella. Angel le acaricio la nuca en cuanto se sento en el sofa y a Blanca se le erizo el vello de toda la espalda. Cerro los ojos. Entre la vista borrosa, los vomitos y el lote de llorar, le pesaban los parpados y lo unico que deseaba era tumbarse en el sofa, con aquella manta de pelo tan gruesa, y dormir. Miro a traves de la ventana. El cielo estaba oscuro, lloveria de un momento a otro. Hacia viento, las hojas de las palmeras se movian con fuerza. Esta vez no se contuvo, se dejo caer en el pecho de Angel y este reposo la espalda en el sofa. Lo miraba de reojo, el sonreia. Esta feliz y no se como puede estarlo. Yo misma me hubiese mandado a la mierda. Le acariciaba la espalda y la beso en la frente. Ya vale, ya se esta pasando. Blanca cerro los ojos. Pero la verdad es que me encanta.

  • Solo Amigo (Destinations 1) de Kira Freitas

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    Brooke Evans tiene planes de graduarse de la Facultad de Derecho de Harvard, pero para ello, tiene la dificil mision de graduarse de su curso elegido en su primer ano. Nacida y criada en la alta sociedad, hija de padres ricos, Brooke sigue las reglas para complacer a la familia, por lo que siempre es reservada. Pero en el fondo odia toda la ostentacion de sus padres, y la gente snob con la que ellos y su prometido viven juntos. Para obtener mejores calificaciones en el curso y graduarse con honores, Brooke debe servir como tutor en un trabajo complementario.

  • Anatomia del fascismo de Robert O. Paxton

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    Robert Owen Paxton (1932) es un politologo e historiador estadounidense especializado en la Francia de Vichy, el fascismo y Europa durante la epoca de la Segunda Guerra Mundial. Ha sido profesor en la Universidad de California, Berkeley y en la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook antes de unirse a la facultad de la Universidad de Columbia en 1969. Trabajo alli durante el resto de su carrera, retirandose en 1997. Sigue siendo profesor emeritus. Ha contribuido con mas de veinte revisiones a The New York Review of Books, desde 1978 hasta 2017.

  • El peso de la nieve de Christian Guay-poliquin

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    El peso de la nieve narra, en primera persona, en una cuenta atras articulada en capitulos breves, la historia de dos hombres obligados a vivir aislados en una vivienda abandonada en medio del bosque durante todo un invierno especialmente duro. En la aldea la electricidad lleva meses cortada, los viveres escasean y las relaciones entre los vecinos son cada vez mas tensas. El protagonista de la novela es un joven forastero al que estos han rescatado tras un violento accidente de trafico. No puede moverse, durante las primeras paginas de la historia ni siquiera es capaz de hablar. Sera confiado a los cuidados del viejo Matthias, que se halla en el pueblo en contra de su voluntad, obligado por el invierno a interrumpir el viaje que lo llevaba a la cabecera de su mujer enferma en una ciudad lejana.

  • Black, black, black de Marta Sanz

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    --?Paula? --?Si, Zarco?, ?que me cuentas? Ayer me puse mis pantalones con la raya perfectamente definida, mi pulover mas elegante, mi chaqueta cruzada, y sali a la calle con los ojos ocultos tras unas gafas de sol. Me perfume con una colonia que huele a madera y a musgo. Como un refinadisimo Philo Vance. Al mismo tiempo, fuerte, viril. Guapo. No puedo evitar ser una persona pulcrita ni que me gusten los muchachos de baja estatura y complexion debil. Ni que se me vayan los ojos. Mis clientes son una familia destrozada por el estrangulamiento de su hija; una familia que no entiende que la policia no haya aun apuntado con el dedo hacia ningun sospechoso y haya archivado el caso despues de un ano de infructuosas investigaciones. El marido de la muerta aun vive en el que fue su hogar conyugal y no puede decirse que sus suegros se fien de el. --Es moro --me informo el padre de la muerta. --?Quiere usted decir arabe?, ?marroqui?, ?argelino?, ?tunecino? --Quiero decir moro. El senor Esquivel no se desdice con facilidad. No tiene una predisposicion complaciente. Cuando me recibe, esta leyendo un diario conservador que ahora descansa encima del sofa abierto por la pagina de necrologicas. Ha estado resolviendo el crucigrama apretando tanto el boligrafo que casi ha traspasado el papel. Un ciego, tocando el reverso de la hoja, hubiera sido capaz de descifrar los trazos del senor Esquivel. Este hombre es tajante y no debe de pensar las cosas dos veces. El craneo lampino se le pliega como un acordeon cuando intuye que alguien matiza sus opiniones, lo que en su lenguaje quiere decir que se le lleva la contraria. --Moro --repito en voz alta mientras apunto el dato en mi cuadernito, y a Esquivel la calva se le vuelve a poner tersa. Las hostilidades entre el marido de la difunta y su familia politica justifican que mis clientes no vean demasiado a su nietecita, Leila, que acaba de cumplir dos anos. --?A usted ese le parece un nombre para una criatura? Mas alla de la eleccion del nombre, de la religion que pudiera profesar en el futuro y de la posibilidad de que Leila de mayor se pusiera un velito para cubrirse, a los Esquivel no les preocupa en exceso ese asunto. Si se resuelve lo del padre, lo de Leila se arreglara solo. Antes de continuar, aprovecho la mencion a la nina para explicarles que yo no puedo intervenir en un caso de asesinato, aunque si de otra indole. Como si se le hubiera ocurrido a el, Esquivel me interrumpe: --El caso esta archivado por la policia y, ademas, usted siempre puede decir que nuestro unico objetivo es recuperar a la nieta. La madre de la difunta, una mujer aparentemente servicial, con los parpados pintados con una sombra rosada, abre la boca: --Le advertimos a Cristina que no se casase. Pero no nos hizo caso. --Era muy bruta. Muy obcecada. Si se le metia algo entre ceja y ceja, no habia forma de hacerla cambiar de opinion. El padre pronuncio su diagnostico con cierto orgullo de casta y la madre rompio a llorar mientras compartia conmigo sus recuerdos: --Tambien estudio medicina por pura cabezoneria. Y todo para acabar limpiando culos, viendo carne vieja en un asilo. --Cristina no limpiaba culos. Y el asilo es una clinica de mucha categoria. --Me da igual. Nosotros le insistimos en que no hacia falta que se esforzase tanto, que con nosotros nada le iba a faltar, pero ella se empeno y, al final, fijese usted, !doctora geriatra! --Y muerta --apostillo el senor Esquivel. En nuestra cultura el empecinamiento esta bien visto. Lo mismo que las voluntades ferreas, la efusividad, la propension al llanto y la sinceridad a ultranza. Eche de menos que los Esquivel disimularan un poco sus fobias, que se mostraran mas corteses y opacos. Tal vez los filtros de su enmascaramiento les hubieran ayudado a no ser exactamente lo que parecian ser: dos viejos que hubiesen estampado, con gusto y cargados de razon, un bate de beisbol contra la cabeza de un pariente politico; un matrimonio anonimo, sediento de venganza, en un linchamiento popular. Quiero decir <>, pero logro que la expresion no se me escape. En su lugar formulo una pregunta: --?Era Cristina hija unica? La senora Esquivel se apresura a contestar con pudibundez: --Si. Aunque nos hubiera gustado, no pudimos tener mas hijos. La casa de los Esquivel es un chale en una zona privilegiada de la ciudad. Un chale anodino, decorado con mal gusto y que no cuenta con ninguna estancia tan hipnotica como el asfixiante invernadero en el que el Coronel recibe a Marlowe despues de que Carmen Sherwood haya intentado tomar asiento en las rodillas del detective: <>. En el chale de los Esquivel no me recibe una muchacha que se chupa el dedo con ojos de perdida mientras restriega su cuerpo contra mi bragueta impasible. Me recibe un matrimonio sesenton con unos rasgos fisicos tan vulgares que los recuerdo con dificultad. Alli no hay invernadero ni orquideas con petalos carnicos. No bebo varios vasos largos de whisky o de conac, llenos hasta el borde, mientras el senor Esquivel se emborracha solo con mirarme y aspira el humo de mis cigarrillos sin filtro para embriagarse por transferencia. Me dan una fanta de naranja y encima de la mesita no hay ceniceros. La camisa no se me empapa en sudor ni la tela deja transparentar la tableta de chocolate de mi musculatura. No es necesario que me quite la chaqueta. La senora Esquivel no tiene oportunidad de abrir la boca y de quedarse con ella abierta por motivos directamente relacionados con la dureza y proporcion de mi anatomia. Este oficio hay que tomarselo o con sentido del humor o con cierto culturalismo. El sentido del humor sirve para los galanteos, las entrevistas con los sospechosos y con los clientes --no esta de mas hacerse el simpatico--, para la aproximacion a la sordidez y para dormir como un tronco cuando uno se acuesta muerto de aburrimiento tras una jornada rutinaria. El culturalismo se aplica para contemplar el agujero de bala, la aguja de la trepanacion, el hachazo, las amputaciones de dedos y de orejas, incluso para darle a la infidelidad otra luz. Todo --los cuerpos desmembrados y los papeles de periodico-- son elementos para un bodegon, por ejemplo, de Chaim Soutine. Chaim Soutine deambulaba por las calles de Paris buscando el mostrador de la carniceria que exhibiera la gallina de sus suenos, la pieza de vacuno abierta, el costillar en exposicion salvaje, el color rojo, granate, magenta, menstrual, burdeos, carmin, bermellon, barroso, carmesi, fuego, sangre, rubi, pimenton, azafran, tomate, sandia, purpura. Chaim Soutine caminaba por las calles de Paris y, despues, se murio en una mesa de operaciones. El culturalismo he de aplicarlo pocas veces, porque yo casi nunca veo sangre a borbotones. Repaso documentos, ingresos y perdidas, asientos contables, tiro fotos. Converso con personas que se quedan palidas. Desde que saque mi licencia, rebusco entre las basuras un pasaje que ya he leido, la escena de una pelicula en la que un director, casi siempre en deuda con el expresionismo aleman, enfoca a contraluz el perfil fumador de un villano trajeado. Pero en la casa de los Esquivel no hay literatura, sino dinero. Invertido con mal gusto, pero dinero. Mientras lo anoto en mi libreta repito en voz alta: --Hija unica. Si hubieran sido conscientes de lo que le agradezco a la senora Esquivel que sea pudibunda; si hubieran podido ver las imagenes que desfilan por mi cabeza, la repugnancia que me produce representarmelos queriendo traer mas hijos al mundo; si hubieran sabido que me parecen atractivas las curvas y la apacibilidad domestica del Dr. Watson, que me encanta su caracter y que imagino lo bien que le irian a sus manos una aguja de ganchillo y una bobina de hilo de perle, que Watson seria el hombre perfecto para iniciar una convivencia en la edad madura, una vez olvidados los efebos, los apretones y el tiempo que perdi, los Esquivel no me habrian contratado jamas. Pero mis aptitudes para el disimulo y para la contencion son mas que notables, y los Esquivel no parecen muy observadores. Solo ven en mi a un hombre educado que apunta con eficiencia algunos datos en su cuadernito. Un hombre que, ademas, huele bien. Probablemente la muerta era un calco de papa, porque el senor Esquivel sigue resobando su idea fija: --Es que es incomprensible. Lo tienen delante de los ojos y !no quieren verlo! Esquivel me presenta el caso como pan comido. --Si mi hija se hubiera casado con un blanco, ya estaria en la carcel el pobre hombre. Pero con los moros nos andamos con pies de plomo...

  • Decisiones Peligrosas (Peligrosa 2) de Nerea Vara

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    Tras enterarse de que su novio la ha enganado, Wendy decide alejarse de todo junto a sus dos mejores amigas, Tiffany y Amy. Viajan hasta Paris. Ella quiere olvidar a Josh como sea, asumir que lo suyo ha terminado. Pero eso sera imposible… En el otro lado del mundo, Josh intenta seguir adelante sin ella. Sabe que no se acosto con Jenna, que todo fue una trampa suya para que Wendy le dejara, pero ella no lo sabe. No quiere contarselo por telefono porque sabe que no le creeria y solo conseguiria alejarla mas de el. Mientras tanto, y con la esperanza de que ella vuelva pronto, Josh tratara de seguir con su vida. Vida que poco a poco va tornandose mas incierta… Su mundo sin ella no funciona, va hundiendose en la oscuridad y no sabe como salir de ahi. Solo quiere que ella vuelva y hara todo lo posible porque asi sea. Wendy es suya, es su chica. Y movera cielo y tierra para recordarselo. Las tentaciones son peligrosas, pero… ?las decisiones? Una mala decision puede cambiar toda tu vida

  • El arcangel de luz de Raquel Cruz

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    ?Que pasaria si un dia descubres que no eres quien crees ser? ?Como aceptarias que tu destino no es el que con esfuerzo habias proyectado?
    Dana es periodista, intrepida, rebelde e insolente. Y su unico proposito es ganar el juicio contra el hombre que quiso asesinarla.
    Abel Rumsfeld es el abogado de la defensa y el ser mas perverso sobre la faz de la Tierra. No dudara en usar todo su poder para salirse con la suya.
    La rivalidad y la animadversion saltaran enseguida entre ellos. Pero las circunstancias se sucederan y la hostilidad se convertira en otra clase de sentimientos mucho mas intensos.
    Hasta que Dana descubre una verdad que amenaza con poner en jaque el mundo de los humanos.

  • Esta Bruma Insensata de Enrique Vila-matas

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    Desde un caseron al borde de un acantilado en las afueras de Cadaques, Simon Schneider trabaja para un autor de gran exito que se hace llamar Gran Bros y que vive oculto en Nueva York desde hace anos. Simon es un hokusai, es decir, un distribuidor de citas para otros escritores, entre los que se encuentra, sin que el pueda imaginarlo, el mismisimo Pynchon. La tarde del 27 de octubre de 2017, Simon, que se ha quedado bloqueado cuando intentaba recordar una frase sobre el infinito, deja atras su caseron y emprende un largo paseo en busca de la cita perdida.
    Cuando se camina al borde del abismo y las certezas se tambalean, una huida a tiempo puede ser una puerta abierta hacia la escritura sin aditivos, aquella que hace saltar por los aires los limites de la ficcion, trasciende la experiencia personal e historica, y concibe una geografia sonada por un alma liberada de todo, hasta de su propia desgracia.
    Esta bruma insensata es una novela sobre la energia inextinguible que proviene de la ausencia y sobre la tension entre la fe en la escritura y el rechazo radical a esta. Enrique Vila-Matas, uno de los mejores narradores de nuestros dias, alumbra la paradoja de que la unica originalidad posible surja del arte de la cita en un lucido y brillante duelo de ingenios entre dos formas de entender la creacion literaria.

  • Entre tu y yo – Nora Roberts de Nora Roberts

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    En cuanto Phillip Kincaid se proponia algo, comenzaba a trabajar para conseguirlo. Y cuando llego a Friendly, Nuevo Mexico, supo que aquel pueblo era un escenario perfecto para el rodaje de su pelicula. !Ademas, Victoria Ashton tambien era perfecta! Sin embargo, Tory iba a ponerle las cosas dificiles por una multa, y con ello, iba a conseguir que el se empenara mas y mas en demostrarle que incluso una representante de la ley podia rendirse voluntariamente. al amor.

  • La nina del bosque, Brian McGilloway de Brian Mcgilloway

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    Una nina perdida en el bosque, una policia con problemas, un secuestro sin aclarar. Una novela que permanecera contigo cuando hayas apagado las luces.

  • Sex stories de Tierra Salvaje

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    Libro erotico en espanol. Contiene una serie de historias eroticas de alto voltaje. No aptas para menores de dieciocho anos.

  • La rebelion de David Anthony Durham

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  • Primavera helada de Kyung-sook Shin

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    Una joven coreana ve alterada su solitaria existencia cuando en la universidad conoce a otros dos estudiantes con quienes vivira una intensa y tragica historia de amor y amistad.

  • Triste Destino El Destino Que Nos Toco de Yume Castro

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    ?Que paso? ?En donde estoy? -me despierto me encuentro tirada en el suelo estoy algo mareada al intentar levantarme me doy cuenta que me encuentro atada. ?Que significa esto? ?Que rallos pasa? No ultimo que recuerdo es que estaba con mis amigas bailando !haaaa! no recuerdo nada mas. -lucho para poder soltar las cuerdas que sujetan mis manos y pies con mucho esfuerzo logro sentarme y llevo la cuerda que ata mis manos a mi boca para tratar de soltarla y sin percatarme que no me encuentra sola en la aquella habitacion. -de pronto escucho un sonido que llama mi atencion. -Observo en silencio y digo: ?Quien esta hay? ?Ya despertaste?-me responde alguien desde la oscuridad en un pequeno susurro. ?Quien es? ?Quien esta hay? Suuuuuu !silencio no grites nos pueden oir! Me llamo Laura y tu. ?Como te llamas? Me llamo marcela. -?Que sucede? ?Porque estamos aqui? ?Quien nos tiene aqui? – No lo se?. Yo desperte aqui al igual que tu y ellos me han tenido aqui encerrada desde entonces – ?Ello? ?Quienes son ellos? -Los hombres que nos trajeron y nos tienen encerradas a las dos aqui – ?Pero por que nosotras? ?Que quieren de nosotras? -!No se yo tambien quisiera saber!- le responde Laura -!Escucha! Parece que se acerca alguien silencio. Dice marcela Mi corazon late tan fuerte que parece que fuera a salirse de mi pecho tengo tanto miedo; que siento que mi cuerpo se paraliza. Escucho pasos que se acercan poco a poco Estan abriendo la puerta! ?Quien es? No logro verle bien la luz de afuera me siega -Y ?Como estan nuestras invitadas? No vallan a intentar nada estupido pues estan bien custodiadas ja ja ja dice elsecuestrador Aqui esta su exquisita comida espero sea de su agrado. – ?Quien eres? ?Por que nos tienes aqui? Le pregunto a ese sujeto -Ja ja tu solo preocupate por comer porque si te enfermas no me servirias para nada voy a soltarles las manos para que puedan comer y ya saben si quieren seguir vivas es mejor que se porten bien. -Senor se lo suplico por favor sueltenos no nos haga dano si nos deja ir no se lo diremos a nadie. Le suplica Laura -Ja ja ja ja tu si que me haces reir, de verdad crees que te soltare. Despues que nos tomanos el trabajo de traerte aqui. Nos dice ese hombre mientras se rie ironicamente – Si es dinero mi papas se lo pueden conseguir solo dejeme llamarlos si por favor. Le digo a ese hombre con esperanza que nos deje ir. -Te equivocas no es el estupido dinero de tus papis el que quiero hay alguien que me pagara mas por ustedes mucho mas solo tengo que traer a otra chica mas y estaremos listos para irnos. – ?Otra persona que persona? ?Por favor digame? Mis padres le pueden conseguir le el dinero solo digame Sueltame sueltame sueltame !Por favor no quiero estar aqui! -Por mas que suplique solo se dio vuelta y se marcho Solo veo como se cierra la puerta frente a mi si poder hacer nada. Laura me dice – ?Que vamos hacer ? Tengo mucho miedo que nos iran hacer porque tenia que pasarme esto, yo no le echo nada a nadie ?Por que? Lo cual yo le respondo que por ahora lo unico que podemos hacer es comer como el dijo – ?como puedes comer? !Es que no te das cuenta lo que esta pasando! Me responde Laura molesta – claro que me doy cuenta pero necesitamos tener fuerzas para escapar no crees! Si no comemos nos vamos a debilitar y por eso tienes que comer. Le respondo tratando de tranquilizarla pues ella esta algo exaltada. si tienes razon y dime ya pensaste la manera de escapar de aqui. Me pregunta Laura -!no! Pero estoy segura que conseguiremos escapar de aqui tenemos que escapar. -si tienes razon ?pero no tienes miedo que le hayan echado algo a la comida? – no lo creo, pues ese hombre dijo que nos necesitaban sanas. -Y dime ?de donde eres? - le pregunto a Laura mientras comemos -Yo vivo en los apartamentos que se llaman las colinas cerca del puente que queda cerca de la avenida ?sabes donde es? – si creo saber donde queda, y ?vives sola? -no. - vivo con mis abuelos mis padres murieron en un accidente cuando yo era pequena eso me dijeron mis abuelos la verdad es que yo no me acuerdos de ellos. Solo se lo que mis abuelos me cuentan de ellos. – lo siento mucho – no tranquila eso ya paso ase mucho y ?tu? – yo vivo con mis padres al sur del centro ja que ironia sali de casa molesta con mis papas porque yo queria que me dejaran tranquila queria salir con mis amigas sin que ellos me molestaran yo les decia que estaban paranoicos porque siempre pensaban que mi iba a pasar algo por estar afuera asta tan tarde ja ahora mirame aqui. -despues de esas ultimas palabras hubo un silencio Laura y yo solo seguimos comiendo en silencio.

  • La promesa del escoces: romantica regencia, Camila Winter [PDF] de Camila Winter

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  • Causalidades de Naobi Chan

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    El tiempo pasa... aunque su caminar en ocasiones es lento y en otras parece viajar a la velocidad de la luz, pero su trascurso es constante y sin pausa. Mientras miraba las manecillas de aquel reloj que marcaban los minutos que me quedaban para marcharme, un fuerte nudo oprimia mi garganta y no podia dejar de pensar que era absurdo, serian tan solo unos dias de viaje y regresaria, no iba a quedarme en Madrid mucho tiempo, pero no podia evitar sentirme como si fuese una despedida permanente. Mientras observaba la esfera blanca que presidia la cocina desde una de sus paredes y que se negaba a detener el tiempo, podia escucharle en el bano, algunosde los frascos de mis cremas cayeron al suelo, como cada dia,mientras se arreglaba para un dia mas de trabajo. La vida continuaria igual cuando regresase, de eso estaba segura, pero algo en el aire me gritaba a voces que nada seria como en ese momento. Cuando el salio del bano dando un portazo supe que su estado de animo no habia cambiado desde la noche anterior, no estaba de acuerdo con ese viaje y yo, en el fondo, tampoco lo estaba, pero era mi trabajo y no podia negarme. Suspire pesadamente y me gire para enfrentarlo, pero sus ojos azules apenas repararon en mi presencia cuando paso por mi lado y ni siquiera me miro. Senti como mi corazon se estrujaba en la mitad de mi pecho y dolio... era como si un punal estuviese tanteando cual era el mejor lugar para clavarse con la estocada final. --Carino... --lo llame en un susurro, pero no obtuve respuesta, el se sirvio un cafe en su taza blanca y no se giro para mirarme--. Por favor... entiendelo, no puedo decirle que no a mi jefe, el solo confia en mi para hacer ese trabajo, soy su asistente personal y conozco los entresijos del caso tan bien como el. Como siempre que se enfadaba su orgullo le precedia, nunca daba su brazo a torcer y tenia que dar yo el primer paso y ceder ante cualquier situacion, sabia que eso no era sano para ninguna relacion y siempre habia intentado evitarlo, pero lo queriatanto que en ocasiones era imposible decir que no, sobre todo cuando me miraba con aquellos ojos tan claros y enigmaticos, acompanados de aquel movimiento de mano para alejar el cabello de su frente. --?Ya has llamado a un taxi para ir el aeropuerto? --su voz sono tosca, casi como en un grunido,y senti como el punal todavia tanteaba buscando un buen lugar, siempre era asi con el. --Tu hermana va a llevarme --conteste en un murmullo y, casisin darme cuenta, mi mirada busco las dos maletas que habia junto a la puerta, solo para asegurarmede que estaban ahi y no me olvidaba de cogerlas antes de salir. --Bien... --mascullo pasando por mi lado de nuevo hacia la puerta-- que tengas buen viaje --lo siguiente que pude escuchar fue un portazo de la puerta principal que me indicaba que se habia ido y que la discusion habia llegado a su final. Pase una mano por mi cabello sintiendo como mi determinacion de irme caia un poco, quizas si llamaba al senor Marquez el lo entenderia y mepermitia quedarme sin ninguna repercusion, no podia irme y dejar la discusion asi, no era bueno para el ni para mi. Busque el telefono movil en el bolsillo trasero de mis tejanosy cuando estaba a punto de pulsar en el boton de llamada el sonido del timbre me hizo dar un respingo, mi corazon comenzo a latir a toda velocidad y senti como las palmas de mis manos se humedecian ?y si era el? ?Si se habia arrepentido y me pedia perdon? Una enorme sonrisa se dibujo en mis labios y casi corri hacia el telefonillo. --?Miguel? --pregunte con impaciencia. --Lo siento,pero no... el idiota de mi hermano se ha ido a toda velocidad y ni me ha visto --la voz de Inessono metalica al otro lado del aparato y todas mis esperanzas murieron con sus palabras--. Lola... ?sigues ahi? --pregunto tras unos segundos de silencio. --Si... ahora bajo. Me trague un sollozo e intente ocultar mi desanimo, Miguelno lo entendia, pero ese era mi trabajo, disfrutaba haciendolo y aunque le molestase tenia que comprender que no iba a renunciar solo porque el no estuviese de acuerdo con los viajes. Habia momentos en los que no soporta su insistencia en querer controlarlo todo, en saber donde estaba a cada momento, con quien estaba, que hacia y cuando regresaria. Sabia que solo era preocupacion, el me queria y solo intentaba protegerme, pero me ahogaba. Incluso en alguna ocasion habia declinado alguno de mis planes para salir, solo por no discutir con el, porque estaba segura de que en el fondo tenia razon cuando me decia que sola podria ocurrirme algo malo, ultimamente la ciudad estaba siendo muy insegura sin importar la hora del dia. El trayecto en ascensor se me hizo demasiado corto, una pequena parte de mi cerebro todavia intentaba buscar una excusa que darle a mi jefe para quedarme, la otra queria irse porque era mi obligacion. Cuando sali a la calle el viento frio removio mis cabellos, busque a Inescon la mirada y ella esperaba apoyada en su coche. En cuando me vio su ceno se fruncio y sus ojos tambien azules se entrecerraron volviendose mas frios. --Dolores, como se te ocurra sentirte mal porque tienes que irte,voy a patear tu culo y despues el del idiota de Miguel porque estoy segura de que es su culpa. --El no ha hecho nada --le defendi, como hacia siempre, porque el solo se preocupaba porque me queria. --Te hace sentir mal... ?no es eso suficiente? --gruno enfadada--. Sube al maldito coche y no se te ocurra intentar convencerme de que de la vuelta, hasta que estes subida a ese avion no pienso estar tranquila. --No seas tan melodramatica --intente poner la mirada en blanco para restarle importancia y que lo olvidase, pero su ceno fruncido me detuvo. --Quiero mucho a mi hermano... !es mi hermano! Pero reconozco que en ocasiones es un poco manipulador y caprichoso, tienes que saber mantenerte firme y hacer valer tus deseos, no puedes dejar que siempre consiga lo que quiere. --Ines, no vengas a decirme como es Miguel, hace dos anos que vivimos juntos y lo se perfectamente --le recorde con una sonrisa mientras guardaba mis maletas en el coche.

  • Si sufrir fuera sencillo de Irene Lozano

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    En el ano 1962, el piloto Richard Bainfield, que participo en el bombardeo de Hiroshima, llega a la base naval de Rota, huyendo de sus remordimientos. Al objeto de aliviar su sentimiento de culpa a cualquier precio, ya en EE. UU. ha cometido diversos atracos y ha entregado cheques sin fondos, pero no ha conseguido entrar en la carcel, sino ser tomado por loco
    Movido por el deseo acuciante de ser castigado, en Rota vuelve a cometer un robo y se presenta en el cuartel de la Guardia Civil para que lo detengan. El teniente a cargo del cuartel, que quiere evitar a toda costa verse envuelto en un embrollo con los americanos, recurre a Samantha Porter para que le sirva como interprete. Ella es una espanola que, siendo nina, marcho al exilio con su madre y ha regresado a Rota en busca de su padre, sin saber si estara vivo o muerto. A medida que se van conociendo, Samantha y Richard descubren que solo se tienen el uno al otro en su proposito de reconciliarse con su pasado.

  • Preston y Lisa (Hermanos Sullivan 3) de Abril Camino

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    --?Que voy a hacer sin ti, mi pequena Lisa Simpson? Lisa sonrio ante el comentario de Emily. Desde que tenian uso de razon, su mejor amiga la habia torturado con el apodo de la celebre empollona de los dibujos animados amarillos. En aquella calida tarde de primavera, sentadas en el sofa del apartamento que habian compartido durante casi siete meses, habria permitido que Emily le llamara como quisiera. Estaban celebrando una pequena fiesta de despedida. Despedida, porque hacia ya algunos dias que Emily se habia mudado a vivir con su flamante novio, Travis Sullivan. Y pequena, porque ambas se habian negado a invitar a nadie mas. Con casi una botella de vodka compartida, varias bolsas de patatas fritas de diferentes sabores a medio comer y un par de cigarrillos que Lisa guardaba para emergencias festivas, parecia que habia llegado el turno de ponerse sentimental. --?Que que vas a hacer? Follar como una loca con el chulazo de tu novio y acabar la carrera cuanto antes para darme un sobrino. Eso es lo que vas a hacer. --?No vas un poco deprisa? --?Yo? Te recuerdo que te has ido a vivir con el despues de tres semanas de relacion. --?Crees que me estoy equivocando? ?O que te estoy dejando colgada? --!No! !Claro que no! A ninguna de las dos cosas. Travis es fantastico, te va a tratar como a una reina. Y yo no creo que tarde demasiado en encontrar a otra companera de piso. --Pero tu dejaste toda tu vida en Boston para venir aqui a vivir conmigo, y ahora yo me marcho. --!Deja de torturarte, Emily, por Dios! Nos vamos a ver casi a diario. No pienso permitir que Travis Sullivan te acapare, tonta. --?De verdad no estas molesta? --Que noooo... Em, ?tu sabes lo que me alegro de que hayas encontrado a un hombre que te hace feliz? ?Es que te olvidas de todo lo que hemos pasado juntas? -- La voz de Lisa se quebro un poco. El alcohol y los recuerdos eran los claros culpables. --?Y tu que, Lis? ?Cuando vas a encontrar tu a alguien que te haga feliz? --!Aaaah, no! !Esto si que no! No voy a aguantar un sermon en tu fiesta de despedida. --Ya esta bien de tomartelo a broma, Lisa. Tienes que dejar de disfrazarte. --Emily... No quiero que nos peleemos en tu ultimo dia aqui. --Ni yo. Pero no soporto ver como te escondes del mundo. --No me escondo del mundo, Em, no me cabrees. Tengo un monton de amigos en la facultad, salgo con las chicas de vez en cuando... Hasta he socializado con los Sullivan, pese a que queria matar a dos de ellos hace menos de un mes. --Tienes que buscar ayuda, Lisa. Esto ya no tiene gracia. Mirate. Por Dios santo, !si estas buenisima! --se burlo Emily, senalando a su amiga. El aire acondicionado de su apartamento llevaba semanas estropeado, asi que habian tenido que aligerarse de ropa para celebrar aquella pequena reunion. Con un short blanco de algodon y una camiseta a juego atada bajo su pecho, el cuerpo de Lisa presentaba una version que nadie mas que Emily conocia. O, al menos, que nadie habia visto en los ultimos cinco anos. Lisa se apresuro a soltar el nudo de su camiseta, dejando que le cayera languida hasta las caderas, mientras emitia un sonoro bufido que habria asustado a cualquiera. A cualquiera menos a Emily, claro, que no solo la conocia lo suficiente como para saber que era inofensiva, sino que no cejaba jamas en su empeno de hacerla entrar en razon. --?Es que nunca vas a entender que lo ultimo que quiero en este mundo es estar buena? --Lisa, por favor. Aquello ya paso. Han pasado cinco anos, joder. --Emily... --Lisa reunio fuerzas para hablar; los nervios se le habian quedado atravesados en la garganta--. Aquello nunca pasara. || Una semana despues del traslado definitivo de Emily, Lisa se encontraba ante el tablon de anuncios de la escuela de Leyes de Columbia, tratando de hacer un hueco a su cartel. Mas le valia que apareciera alguien pronto o tendria que buscarse un trabajo para pagar la parte del alquiler de la que Emily se habia hecho cargo hasta entonces. Sus padres se habian ofrecido a aumentar el dinero mensual que le pasaban, pero Lisa preferia solucionar el problema de la companera de piso cuanto antes. Cuando empezo a recular para comprobar el efecto que producia su cartel en medio de aquella marana de anuncios, sintio que su talon se clavaba con fuerza en el pie de otra persona. --!!Ah, joder!! --chillo a su espalda una voz que le resulto conocida. Cuando se giro, se encontro cara a cara con Preston Sullivan, el hermano gemelo de Travis. --Lo siento, lo siento, lo siento --se disculpo, acalorada. Ella no era alumna de aquella universidad, pero no podia evitar morirse de verguenza tras su involuntario ataque a uno de los profesores. --?Laura? --Lisa. --?Que? --Que me llamo Lisa. --?No eres Laura, la amiga de Emily? --No. --Le sonrio--. Soy Lisa, la amiga de Emily. --Vaya. Mierda, perdona. No soy muy bueno con los nombres. --Ya veo. --Lisa senalo el pie de Preston--. ?Te he hecho dano? --No, que va. No te preocupes. --Pues gritaste como una nina. --?Eh? Ah... ya, ya. Es solo que me pillaste por sorpresa. --Vale. --?Estudias aqui? --No, estudio Informatica en la Universidad de Nueva York[1]. He venido a Columbia a colgar los carteles porque es la facultad mas cercana al piso. --?Estas buscando companero de piso? --Companera. --Ah, ya. --Si supieras de alguien interesado, ?podrias comentarselo a Emily, por favor? --!Claro! --Bueno, Peter, ya nos veremos por ahi --se despidio Lisa, guardando el resto de carteles en su maletin de cuero de forma apresurada. --Preston. --?Que? --Que me llamo Preston --respondio el con una gran sonrisa. --Lo siento. Yo tampoco soy muy buena con los nombres. --Le devolvio la sonrisa y se marcho por donde habia venido. Ya llegaba bastante tarde a la cita para comer con Emily en el restaurante de comida organica favorito de su amiga. Lisa cruzo la seccion de Broadway que atraviesa el campus de Columbia a toda la velocidad que le permitia el peso de su maletin. La parte incomoda de estudiar una carrera que le apasionaba era cargar con el portatil como un apendice mas del propio cuerpo. Echo un vistazo por el enorme ventanal del restaurante y arrugo la nariz con un poco de fastidio al divisar a Travis sentado junto a Emily. Se sintio asquerosamente egoista por un instante. Emily era su mejor amiga desde que tenia uso de razon. Habia sufrido una adolescencia horrible, postrada primero en una cama, y despues en una silla de ruedas. Habia superado todos sus complejos y miedos -algo cuya dificultad Lisa comprendia mejor que nadie- y se habia enamorado de un hombre encantador, que la trataba tan bien que ni siquiera Lisa tenia nada que objetar. Pero no podia evitar echar de menos las comidas de chicas a solas. Egoista, si, sin duda. --Perdon, perdon, perdon. Llego tardisimo, lo se. He tenido una manana de locos. --No te preocupes, nosotros acabamos de llegar --la disculpo Emily. --!Cono, Peter! --espeto Lisa en cuanto levanto la vista y se encontro de frente con el gemelo de Travis, del que se habia despedido apenas un cuarto de hora antes. --Laura... Travis y Emily se miraron con incomprension, justo antes de que a Lisa y a Preston les diera un pequeno ataque de risa. --No voy a preguntar --dijo Travis, entornando los ojos hacia su hermano. --Mejor. || Preston y Travis se pelearon por compartir la parte de los postres a la que renunciaron Lisa y Emily. Por mucho que las chicas hablaran maravillas de aquel restaurante tan moderno, los gemelos Sullivan seguian siendo unos buenos chicos del oeste que solo quedaban satisfechos despues de comer unas cuantas libras de proteina animal. Preston se repantigo lo mejor que pudo en aquella incomoda silla de diseno y analizo de arriba abajo a Lisa. No es que estuviera interesado en ella - !Dios lo librara!-, pero habia costumbres que iban ligadas al ADN de cada uno y la de repasar a cualquier mujer que se le pusiera delante era intrinseca a el. El aspecto de la amiga de Emily era terrorifico. Era bastante alta, mas que la propia Emily, pero no podria adivinarse su cuerpo ni con la vision de un superheroe, ya que siempre lo escondia tras capas y capas de ropa deportiva. Y ropa deportiva no eran, ni por asomo, tops de licra y mallas ajustadas. No. Eran chandales informes y sudaderas masculinas. Llevaba el pelo, de un color indeterminado entre el marron y el negro, mas corto que el propio Preston. No prestaba especial atencion a la depilacion, ya que siempre tenia sobre el labio superior una sombra de vello que, incomprensiblemente, parecia ser pelirrojo. Tenia los ojos claros, verde azulados, pero jamas la habia visto sin unas espantosas gafas redondas de montura metalica. Completaban el conjunto unos brackets metalicos que serian la pesadilla de cualquier adolescente y una cadena al cuello de la que colgaba una llave USB con forma de pinguino. Si todas las mujeres fueran asi, seria sencillisimo para Preston cumplir la promesa que habia hecho semanas atras a su asesor de campana de no volver a meterse en lios de faldas. Por desgracia, no lo eran, y el sabia que aquella promesa iba a ser muy dificil de cumplir. II --Una mas y me marcho, Preston. Emily va a matarme. --Por Dios santo, Trav, no seas calzonazos. Empiezas a parecerte a Parker... --No digas tonterias --rebatio Travis, como si le hubiese mentado al diablo--. ?Vas a ir a casa en las vacaciones de primavera? --No creo. Me apetece hacer una escapada a Londres para ver a mis amigos. La vuelta a Nueva York fue tan precipitada que de algunos ni siquiera pude despedirme. Ni de algunas... --Preston sonrio, al tiempo que indicaba a la camarera con un gesto de su mano que les sirviera otras dos copas y, con una sonrisa, que estaria disponible para lo que ella dispusiera. --No vas a cambiar nunca, ?no? --!Ojala! Me va a tocar cambiar dentro de poco. Mi asesor de campana me obliga a portarme bien. --Preston, ?tu estas seguro del paso que vas a dar? ?No seria mejor que siguieras dando clase y meterte en politica dentro de unos anos? --Es que el momento es ahora. Todo el partido quiere hacer una campana para modernizarse, sobre todo en la costa este. Y yo parezco la persona adecuada. Les gusta el hecho de que haya vivido en Europa, que tenga experiencia en derecho internacional, tambien una cuestion de imagen... --O sea, que te quieren por guapito --se burlo Travis. --No es eso, listo. Es por la edad, mas que nada. Quieren venderme como el futuro congresista mas joven del pais. --?Y como vas a llevar lo de portarte bien? --Pues mal. Lo que peor llevare, seguro. --Preston exhalo un suspiro resignado--. Asi que tendre que aprovechar el tiempo hasta que mi cara empiece a salir en la prensa. Travis se distrajo consultando el movil lo que a el le parecieron cinco segundos. Suficientes para que Preston invitara a sentarse con ellos a dos amigas que debian de ser, como minimo, modelos de Victoria's Secret . Cuando volvio en si de la sorpresa, la mano de una de ellas reptaba por su muslo, dejando muy claras sus intenciones. La cara de Emily se represento en su cabeza como si se hubiese hecho corporea alli mismo, lo que le hizo sonreir. Se levanto, le guino un ojo a su hermano y empezo a despedirse. --Senoritas, las dejo en buena compania. Yo tengo que irme. --!Oh! !Que pena! --dijo una de ellas, con tono tan impostado que hizo que Travis deseara estar ya en el taxi. --Mi querido hermano gemelo es un hombre emparejado. Vais a tener que conformaros conmigo. --Preston fingio un puchero. Travis puso los ojos en blanco y trato, sin exito, de contener la risa, cuando escucho aquella tecnica tan burda, incluso para Preston. --Adios, Preston. Nos vemos manana. A las ocho, ?de acuerdo? --?Manana? --Cena en Harlem. ?Recuerdas? --Pues, si no me lo llegas a recordar, ni de cona... Nos vemos alli. --Choco un puno con su hermano y, a continuacion, se dirigio a sus dos companeras de mesa--. Bueno, senoritas, ?sabeis que tengo un piso en Brooklyn con unas vistas fantasticas de la ciudad? Las risas de Travis aun se escuchaban mientras se subia al taxi camino del apartamento que compartia con Emily en Hell's Kitchen. || --Dios mio, esto esta increible, Amy --comento Lisa, con la boca medio llena. Los tres hermanos Sullivan, junto a Emily, Amy y la propia Lisa llevaban ya mas de una hora degustando las delicias de la cocina afroamericana. --?Verdad que si? El restaurante es de un amigo de mi madre. Han abierto hace poco tiempo. --?Y tu madre trabaja aqui? --pregunto Emily. --Si. Ahora que Katie vive ya con nosotros de forma casi definitiva, puede permitirse los horarios. --?Todo listo para la boda? ?No te has arrepentido aun de casarte con este imbecil? --se burlo Preston, ganandose un punetazo de Parker en el hombro. --Iremos a Arizona en las vacaciones de primavera para dejarlo todo cerrado --los informo Amy, riendose todavia de la indignacion de su novio. --Estais completamente locos. --Dejalos en paz, Preston. Que tu le tengas aversion al amor, no significa que ellos esten locos por casarse. --?Quien mas opina que hay que estar mal de la cabeza para casarse antes de los veinticinco? --pregunto Preston, medio en broma, medio en serio, al tiempo que levantaba la mano para emitir su voto. Todos se rieron, entre otras cosas porque Preston tenia, desde nino, la capacidad para reirse de todo y de todos sin que nadie se ofendiera. Solo Lisa alzo su mano tambien, ganandose una sonrisa radiante de Preston y un pequeno vuelco interior al ver que el le lanzaba un beso y un guino desde el otro lado de la mesa. La proxima boda de Parker y Amy monopolizo la conversacion de las chicas, y los planes de despedida de soltero, la de los chicos, pero la cabeza de Lisa estaba muy lejos de aquella mesa. ?Por que le habia afectado ese beso de broma de Preston? Hacia cinco anos que no recibia ningun tipo de atencion por parte de un hombre, y eso era justo lo que deseaba. Que nadie la mirara, que nadie se sintiera atraido por ella, pasar inadvertida. Y, ahora, ante la primera muestra de afecto, incluso en aquel tono frivolo, se estremecia por dentro. Parker y Travis debian de estar muy interesados en la despedida de soltero para no darse cuenta de que Preston tenia la mente en otro lugar. Sabia que el coqueteo era inherente a su comportamiento, pero no tenia ningun sentido haberse puesto tonto con Lisa. Llevaban cerca de un mes coincidiendo con frecuencia, y cada vez le caia mejor aquella chica. Sus hermanos siempre habian bromeado con que era imposible que Preston tuviera una amiga, porque tardaria apenas unas horas en llevarsela a la cama. Lisa parecia desafiar aquella afirmacion, por mucho que Preston se avergonzara de que el motivo fuera su aspecto fisico. Y, ahora, de repente, le lanzaba un beso, le guinaba un ojo y se comportaba como si de verdad estuviera intentando acostarse con ella. --Entonces, ?Las Vegas? --escucho, como a lo lejos, a su hermano Travis. --Las Vegas. Sin duda. --Preston retomo el contacto con el mundo real, y se le hizo la boca agua al pensar en lo que Las Vegas podria ofrecerles en esa despedida de soltero. --Por cierto, Preston, ?te tiraste ayer a las dos rubias del bar? --Pseeee... Un caballero no habla de esas cosas. --O sea, que si. --Parker se echo a reir, al tiempo que alcanzaba un paquete de cigarrillos del bolsillo de su cazadora y le hacia un gesto a Preston para que lo acompanara fuera. Hacia una noche excelente, asi que salieron a la calle en manga corta. Los seis ojos femeninos siguieron cada uno de sus movimientos, desde los tatuajes de Parker tensandose sobre los musculos de sus brazos hasta las largas piernas de Preston enfundadas en unos vaqueros que le quedaban como un guante. --Hola, chicas... Sigo aqui --protesto Travis entre risas--. !Emily! !Al menos tu, mirame a mi! --No seas bobo, no estabamos mirandolos a ellos --se defendio su novia, apoyando, carinosa, la cabeza sobre su hombro. Lisa y Amy ni siquiera hicieron amago de justificarse. En la calle, Preston trataba de convencer a Parker para salir esa noche. --No puedo. Es la primera vez que dejamos a Katie con una canguro, y quiero ver que tal le ha ido. --Eres todo un padre de familia --se burlo Preston, encendiendo el cigarrillo que le habia ofrecido su hermano. --Si, no te lo voy a negar. Tu puedes reirte, pero yo estoy encantado. --Ya lo se. Sabes que te lo digo de broma, ?verdad? --Claro que si. --Parker le sonrio--. Y tu, ?que rollo te traes con Lisa? --?Yo? ?Con Lisa? --?Era cosa suya o su voz se habia agudizado unos cuantos tonos?--. Nada, joder. Hemos coincidido un monton de veces con Travis y Emily, y me cae muy bien, pero nada mas.

  • Celeste 65 de Jose C. Vales

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    En los anos 60, Linton Blint, un hombre con una vida gris, amargado por su falta de caracter y maltratado por su familia, se ve obligado a huir de Inglaterra.

  • Duma Key de Stephen King

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  • Un Hombre de Familia Solo para mi de Olivia Saint

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    Cuando el amor de tu vida esta frente de tus ojos, todo confabula para que el encuentro sea inevitable y puedan vivir momentos unicos juntos.

  • El manantial de Catherine Chanter

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    Los peores augurios se han hecho realidad. A causa del cambio climatico, las precipitaciones han menguado de forma drastica en el Reino Unido y la escasez de agua empieza a deteriorar la vida cotidiana. En esta situacion de desconcierto, Mark y Ruth Ardingly deciden marcharse del polvoriento Londres para instalarse a vivir en el campo, cada uno impelido por sus propias razones: Ruth busca una nueva oportunidad; Mark, un sitio donde refugiarse del mundo y de si mismo, y ambos, un hogar apacible donde criar a su pequeno nieto, Lucien.

  • Dime quien soy de Julia Navarro

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    Espionaje e intriga en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos, Dime quien soy es un apasionante relato protagonizado por unos personajes inolvidables cuyas vidas construyen un magnifico retrato de la historia del siglo XX.

  • Hoy no quiero matar a nadie de Boris Quercia

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    Hace frio, son las seis veintitres de la manana, es recien martes y no tengo ganas de matar a nadie. Que tontera mas grande. Estoy de guata en la vereda, miro por debajo de un Fiat Fiorino, solo les veo los pies. A mi espalda hay un pasaje estrecho que cruza toda la manzana y llega hasta la otra calle. La idea es que ninguno de los Guateros se escape por ahi. Asi se llaman. Los Guateros. Los seguimos hace cinco meses, nos sabemos de memoria sus caras, sus voces, sus chistes repetidos de cuando hablan por telefono. Se descolgaron de una banda mayor, los Melacomo, pero los Guateros no saben cuidarse, hacen todo mal y hoy les toca. A ellos y a nosotros. Cuando se trabaja con estas bandas de poca experiencia es mas peligroso. Los que saben hacerla, se entregan de inmediato. Tienen abogados eficientes, dinero con el que comprar a actuarios, infiltrados entre los gendarmes. Y en el peor de los casos, van a pasar un tiempo en la carcel sin tanta incomodidad. En cambio, los que intentan armar su primer negocio son pura adrenalina y ganas de disparar. Y yo hoy no quiero matar a nadie. Seria mas facil si estuviera en la panaderia, pero el jefe puso ahi a Garcia. La panaderia de la esquina tiene un segundo piso donde estan los hornos y la amasanderia. Desde ahi se controla el sector. Si los Guateros tuvieran mas experiencia trabajarian desde la esquina y no aqui, a mitad de cuadra. Ellos no saben, pero estan acorralados. Son las seis treinta y cuatro, y comienza a clarear. El camion esta atrasado. Yo estoy entumecido. Tengo las manos a la misma temperatura que la pistola: heladas. Ya se van a calentar con el primer balazo. Voy a tratar de darle en una pierna, quizas se caiga y suelte el arma. No tengo ganas de matar a nadie, hoy no. Escucho el camion. En la panaderia se prende la luz de la ventana pequena del bano, es la senal para nosotros. El guardia que fuma en la puerta tambien escucha el camion, tira el cigarro a la calle y entra con los demas monos de la banda. Por un momento no pasa nada. La colilla del cigarro humea a unos dos metros de mi en medio de la calle, me quedo mirando el humo que forma una figura rara y azul en el aire. Pongo mi dedo en el gatillo, lo saco. Por ultimo, que sea en un hombro; le voy a dar en el hombro del lado en que lleve el arma. Si le doy en la pierna, puede que me dispare desde el suelo. Lo malo es que el hombro esta cerca de la cabeza, cerca de los pulmones, cerca del corazon, y uno tiene que cargar la punteria hacia el centro del cuerpo, lo que aumenta el riesgo. Que pocas ganas tengo de matar a alguien hoy. Lo que si tengo son unas ganas terribles de mear, siempre es asi cuando estoy esperando que comience algo, me pasaba de nino, en Valparaiso, antes de los fuegos artificiales. Muevo las piernas, las hago tiritar y aprieto por dentro para no mearme. El camion dobla la esquina. Ya estamos, ahora si, pongo el dedo en el gatillo. Un cuarto para las siete. Marina debe de estar despertandose en este mismo instante. Cuando se queda en mi departamento, se levanta a esta hora. Estoy viendo su cara somnolienta, se incorpora y se sienta en la cama, permanece un buen rato asi, a mitad de camino entre el sueno y el dia laboral. La veo ahi sentada, bostezando antes de prender la luz; tiene puesta una polera que le preste con el logo grande en la espalda de la Policia de Investigaciones de Chile, la PDI, y sus calzones diminutos, diminutos y transparentes que dejan ver su pubis, sus vellos depilados en una pequena linea. Antes de que Marina se meta en la ducha esto habra terminado. Los Guateros comienzan a salir de la casa. Yo me arrastro debajo de la Fiorino para poder ver algo mas. Hay uno que lleva un arma larga, alcanzo a distinguir el canon que le llega mas abajo de la rodilla. El camion se estaciona. La rueda trasera pisa la colilla y disipa el humo. Salgo con cuidado de debajo del Fiat, me acuclillo. Frente a mi veo el largo pasaje, si alguno intenta arrancar por ahi lo tengo listo. Escucho el portalon trasero del camion que se abre y las voces familiares de los Guateros, con las tipicas frases tontas y autosuficientes. Marina tiene que haber prendido la luz, se habra puesto de pie, entonces se estira, levanta los brazos y se le sube la polera, dejandome ver su traste bien formado. Luego se saca la polera, la tira sobre mi cama y se va al bano. ?Que hago con esta ereccion? Comienzan a bajar las cajas. Yo no veo nada, solo escucho, ahora. <>. Empezamos, y cada vez tengo menos ganas de matar a nadie. Un auto de los nuestros a cada lado cierra la calle. Comienzan los disparos. Nosotros respondemos rapido. Desde la panaderia, Garcia apunta un fusil con mira telescopica y tiene que dar en mas de un blanco. Garcia es bueno y siempre esta dispuesto a disparar, no como yo. Si por mi fuera, no descargaria un tiro mas en mi vida. No se si estoy cansado, no se si esto pasa con los anos, no se. El del arma larga devuelve los disparos como malo de la cabeza. Desde donde estoy veo que Garcia tiene que cambiar de posicion porque su puesto de francotirador es descubierto. Aqui va a correr sangre. Una granada de gas acaba de caer dentro del camion, comienza la estampida, uno de los Guateros escapa hacia el pasaje. Lo reconozco de inmediato cuando pasa a mi lado, es Baltasar, el mas chico. Quince anos, tres en la correccional por matar a su padrastro a punaladas. Corro detras de el. <>, le grito, como avisandole, para salvarle la vida. Baltasar se gira y dispara en medio de su carrera, sin ninguna punteria. El balazo rompe un vidrio de una ventana que da al pasaje, se escuchan gritos desde dentro de las casas. <>, grito de nuevo. Baltasar ya va llegando al final del pasaje; si sale, lo pierdo. Pienso en los pies, pero apunto al hombro, disparo. La fuerza del impacto lo hace saltar incluso mas rapido de lo que el iba corriendo, como si un caballo le hubiera dado una patada en la espalda. El muchacho cae... Mitad del cuerpo en la vereda, mitad en la calle. Camino lentamente sin dejar de apuntarlo, me giro un poco hacia atras y veo a mis companeros esposando a los Guateros en el suelo, ya no se escuchan disparos. Miro hacia adelante y veo que Baltasar no se queja, no se mueve. Cuando me acerco, tomo una de sus zapatillas que quedo casi pegada al suelo mientras su cuerpo salio volando. Es una Nike, aun con olor a nueva. La tomo, esta caliente, algo humeda, me da un poco de asco, como cuando en el metro uno se sienta en un asiento que recien fue ocupado por alguien. El pasaje se llena de murmullos, yo sigo caminando hacia el muchacho. Mi bala le entro por la nuca, tiene el rostro desfigurado. Ni preguntar, esta muerto. Marina debe de estar prendiendo la ducha ahora, que ganas de que mojara todo esto y limpiara esta sangre que comienza a escurrir por el pavimento. Que pocas ganas tenia hoy de matar, pero ahi esta Baltasar. 2 A Marina no le gusta la playa, siempre le hacen el mismo chiste con su nombre. Pero es verdad, le cargan los mariscos, le cargan las olas y encuentra que el sonido del mar es hostigoso. Tampoco le gusta la arena y encuentra el agua demasiado fria. Una vez se subio a un ferri para cruzar a Chiloe y jura que nunca mas. Ella nacio en Farellones. Su papa era paco y estaba a cargo del reten antiguo. A su mama le vinieron las contracciones de noche en medio de una tormenta de nieve, ni sonar con bajar a Santiago. Su papa atendio el parto. No sabe por que le pusieron Marina, se iba a llamar Rocio, pero cuando volvio del registro civil ya se llamaba Marina. No se por que pienso en todo esto mientras lleno el formulario, que tontera mas grande, si le hubiera disparado a los pies, no estaria aqui estampando mi firma. Garcia firmo como testigo. Desde donde estaba, no veia nada, pero es buena gente. Despues, subir al segundo piso, entregar la constancia, firmar el libro, el timbre, la rubrica del oficial. <>. Los papeles van a parar a un archivador. Y el archivador a una sala llena de archivadores, y en unos anos a la basura con miles de archivadores. Eso fue todo, un tramite que no me cambiaba el sabor amargo de la boca, pero por lo menos me dejaba libre de polvo y paja. Bajo y camino. Llego hasta Banderas, me mezclo entre la gente. Pienso que, a diferencia de Marina, a la que no le gusta el mar, a mi si me gusta Santiago. Tambien siempre me hacen chistes con el nombre. Me pusieron Santiago por mi abuelo Santiago. Era matarife, faenaba animales en el matadero de Talca.

  • El granero, tu y yo (Bdb) de Antonella De Quevedo

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    Eloisa, aparentando calma y normalidad, inspiro con intensidad y extendio sobre la gran mesa el mantel de los domingos. Apoyo las manos a ambos lados y agacho la cabeza para intentar tranquilizarse. Cuando termino de preparar la mesa, se sento sin dudar un instante de que Julian, su hijo, regresaria pronto y se sentaria con ella. Confiaba en que el berrinche cesara pronto si le dejaba su espacio. Despues de largo rato, escucho el chirrido de la puerta al abrirse y unos pasos cansados que se dirigian hacia el comedor. Eloisa dejo escapar un suspiro de alivio cuando vio que su hijo estaba de vuelta. Venia bastante sudado y con sintomas de haber estado llorando, pero aun asi se sintio menos angustiada. Julian, antes de tomar asiento, miro a su madre con frialdad, con escrutinio, se sento agachando la cabeza y comenzo a comer. Queria evitar cualquier tipo de conversacion. --Espero que te guste, hijo. --Eloisa esbozo una sonrisa. --?De verdad te importa? --le solto disgustado sin apartar la mirada de su plato. --Claro que si, he guisado la carne como te gusta. --Estaba equivocado si pensaba que ella se iba a rendir. Tenia toda la paciencia y el amor del mundo para el. --Asi es como la odia papa --protesto Julian clavando sus ojos castanos en los de su madre, que brillaban y amenazaban con inundarse de lagrimas. --Papa ya no esta, no tiene sentido que cocine a su gusto --aclaro decidida pero sin alterarse. Golpeando la mesa con los punos cerrados, Julian retiro la silla de un empujon y se marcho a su habitacion ante la mirada triste de su madre. Los malos modos cada vez eran mas frecuentes en Julian, un chico que siempre habia sabido comportarse. Una vez que estuvo en su habitacion, cerro la puerta con pestillo y se tumbo en el puf gigante que tenia en el suelo. No tenia herramientas para apaciguar su frustracion, pero si era consciente de que no queria herir de manera gratuita a su madre. No se sentia orgulloso por su comportamiento, pero de alguna manera necesitaba rebelarse contra alguien, y se daba la circunstancia de que solo estaba ella. No soltaba por su boca todo lo que pensaba y no por falta de ganas, un rescoldo de sensatez lo frenaba, porque, despues de todo, no conocia al cien por ciento todo lo ocurrido entre sus padres. Era joven pero no imprudente, asi que antes de odiar a su propia madre con todas sus fuerzas, sentia la necesidad de saber quien habia sido el verdadero culpable de que su vida se tambaleara de esta manera tan asquerosa. Los adoraba a ambos, y su madre siempre estaba ahi, pero el apoyo y la seguridad que le transmitia su padre eran cuanto creia que necesitaba para terminar de convertirse en un hombre. Sabia que su padre habia tocado fondo por algun motivo que se le escapaba, pero para eso estaban ellos alli, para apoyarlo y ayudarlo. No compartia en absoluto con su madre la decision de echarlo a la calle como a un perro sarnoso. No, Julian sabia que de haberse tratado de un perro sarnoso, Eloisa le hubiese dado atencion veterinaria y cobijo. Gritos, reproches y una maleta. Esa maldita imagen lo acompanaria por siempre. Solo habia podido entender, desde la planta de arriba, parte de la discusion. Eloisa habia echado a Fernando de la casa para siempre. El le habia pedido que lo dejara al menos despedirse de Julian, pero no se lo permitio alegando que eso complicaria aun mas las cosas, que ya lo haria en otro momento. Lanzando la pelota una y otra vez contra la puerta, sentado en el puf, desistio de su intento de contener las lagrimas. Necesitaba alguna via fisica de escape, y llorar por segunda vez tal vez lo ayudaria. Pero tras un rato durante el cual el derroche de lagrimas no habia sido capaz de apaciguar su malestar y su dolor, decidio ir en busca de la unica persona con la que no debia guardar las formas ni las apariencias. Era su mejor amigo, solo que se trataba de una chica. Estela descansaba en el granero leyendo uno de sus libros. Como cada tarde, incluso en domingo, se refugiaba en el granero de los padres de Julian huyendo del ruido de la maquina de coser de su madre, una mujer incansable que cosia de sol a sol para sacar adelante a su familia y ayudar a su marido. Julian acudia en busca de Estela cada vez que tenia ocasion. Vivian muy cerca y sus familias se apreciaban y ayudaban de forma mutua desde hacia muchos anos, de ese modo habian crecido juntos. Cuando ninos, su relacion habia sido natural, fluida y divertida. Sus preocupaciones se habian basado en quien recogia mas huevos o quien cruzaba mas rapido el cercado. Pero desde que la adolescencia habia hecho acto de presencia, ambos tenian la sensacion de tener que medir sus palabras. Julian era algo arisco, y ella, bastante susceptible. A pesar de eso, sobrellevaban bien el descontrol hormonal, y la necesidad mutua los mantenia unidos. Cada vez eran mas los vecinos que se rendian y vendian sus tierras, sus animales o sus casas en la zona para ir a vivir a la ciudad, asi que eran casi los unicos adolescentes que habitaban aquel lugar tan hermoso de la sierra. La situacion era muy dificil. Durante los ultimos meses, la inestabilidad en el hogar de Julian lo habia trastocado a el y de paso a su caracter ya de por si complicado. Pero Estela, como buena amiga, se aguantaba las ganas de patearle el culo y pasaba por alto sus malas contestaciones. Comprendia lo dificil de la situacion y no queria ni imaginar que sus padres llegaran a separarse. La puerta del granero se abrio con su caracteristico chirrido por el oxido en las bisagras, y Estela supo que Julian venia en su busca. Habia visto a Fernando salir de la casa con cara de pocos amigos, asi que supo que Julian necesitaba hablar.

  • No todo se compra de Patricia Gomez Martin

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    No creas que he tenido una infancia mala, por fortuna, doy gracias cada dia. No he sido maltratada, violada, ni cualquier otra barbaridad parecida. No soy hija de padres separados; no he sido discriminada en el colegio ni motivo de burlas; no era una alumna de diez ni de tres. Mas bien de seis de nota media. Y asi podria considerar mi vida, con un seis de nota media. Estudiante normal, amigos normales, viviendo en un casa normal, con una familia normal. Mido un metro con sesenta centimetros. Mi peso no te lo digo porque no me quiero mosquear. No soy ni rubia ni morena, y mi pelo no es ni liso ni rizado: simplemente tiene vida propia. Por lo general, no se si ya te has dado cuenta, soy una mujer de lo mas normal del mundo. Rozando tanto lo corriente, que mi habilidad era pasar completamente desapercibida. Como por arte de magia, podia estar y no estar en el mismo sitio. Vamos que nadie se daba cuenta que yo estaba, y eso tiene una ventaja muy importante y es que, a veces, sin quererlo, y otras queriendo, he llegado a escuchar conversaciones que no deberia. Si, lo reconozco, depende de la situacion, soy un poco cotilla. Asi durante anos he oido en las clasicas fiestas de adolescentes, los amores de verano que habia entre unos y otros, las envidias de algunas tipo <> o, <>. Vamos, conversaciones sin fundamento. Pero hubo un dia, en la que por casualidades del destino estaba en el sitio equivocado, o correcto, depende de como lo mires. Cansada de la conversacion repetitiva de mi amiga (pongamosle que se llama Ana, porque como se entere que te lo cuento, me va a traer por la calle de la amargura), de que se estaba enamorando del muchacho que iba a la barra a coger una copa y, por accidente, se choca con el. Y en el momento en que lo mira para decirle: <> se queda en el <> mientras piensa con cara de bobalicona: <>. La tipica escena tonta en la que pareces una estupida adolescente de risa nerviosa cuando ya tienes una edad para tontear sin hacer el estupido, y te pasas toda la noche observando como un ave rapaz que esta esperando el momento justo para atacar. Pues eso, que como me canse y no me atrevi a decirle para que no se mosqueara <>, pues decidi ir yo misma a por una copa. Pero al ser estudiante, y que no conseguia nunca una beca, a pesar de rellenar todo el papeleo de la solicitud (!que menuda burocracia!), y sacar buenas notas, siempre iba bastante pelada de dinero. Asi que como se dice en mi tierra, "a falta de pan, buenas son tortas", tengo mis propias tecnicas de supervivencia, y decidi pasar con sigilo por la zona mas apartada de la barra, la que los camareros utilizan como almacen y servirme yo misma. Pero claro, te tienes que conformar con lo que haya en el momento, unas veces whisky, otras ron, y otras un simple refresco. A veces con hielo y otras sin el. Mi lema es: "Si es gratis, no te quejes". El plan es sencillo: te acercas a la barra como distraida, eso si, ya tienes que llevar dos vasos en la mano; si, dos vasos. Y cuando llama al camarero mi complice, que es alguna guapa escotada tan pasada de copas que acepta tontear con el barman y entretenerlo, dejandome a mi via libre, a cambio de una copa gratis, paso por debajo de la puertecilla de la barra y me meto en el hueco que hay entre las cajas y bidones de cerveza para descubrir cual sera el botin sorpresa con el que me apropiare y me tendre que conformar. Bueno, pues ese dia, cuando yo nunca habia tenido miedo a ser pillada en mitad de mi mision "salvar al borracho de turno que no lleva un duro encima", justo en ese momento, escuche unos pasos, demasiados alterados, entre cuchicheos. <>, me dije mientras el corazon me iba a mil por hora. Quizas si no me movia, como estaba en una zona oscura, lejos de cualquier foco de luz, podrian no descubrirme. Ademas, justo al lado, estaba la puerta de salida de emergencia. Asi que pense rapidamente que tenia dos alternativas. La primera quedarme quieta donde estaba y ni respirar, por si se iban sin verme, y la segunda, en caso de ser pillada, salir huyendo por la puerta de emergencia y correr como si se me fuese la vida en ello sin olvidarme de rezar para que no me cogieran y, por supuesto, en el caso de salir airosa de ahi, no volver nunca al local. Asi, que agachada y escondida como estaba, centre todas mis fuerzas en escuchar lo que decian, para tener muy claro cual era el momento ideal para mi huida. <> Ahora si, tierra tragame, daria cualquier cosa por estar en ese momento con Axel, el protagonista de la obra de Julio Verne, y su tio de viaje al centro de la tierra. Se me habian agudizado tanto los sentidos que parecia que olia hasta caucho de la empunadura de la pistola que tenian que preparar. No me habian temblado tanto las piernas, desde que vi aquella pelicula en la que una rata gigante devora a un viandante por una calle solitaria. No me quedaba otra alternativa que pensar; tendria que salir de mi escondite a la mayor brevedad posible, y huir. Desaparecer de ese sitio, que nadie me relacionase con esa conversacion, con esos dos tipos, a los que aun no les habia visto ni las caras, su voz no la habia escuchado antes, y tampoco queria saber nada de ese despacho y esa arma que estaba esperando entrar en accion. ?A quien se referirian? ?A quien habra citado a esa hora? ?Cual sera el motivo de tanto enfado y secretismo? No, no y no. Mejor no saber. De repente, se escucho un buen golpe. Un vaso estrellado contra el suelo salto en mil pedazos. Dos muchachos se estaban peleando a dos metros de distancia. Al parecer, el flirteo de uno de los jovenes con la novia de otro habia des- encadenado la disputa. En ese momento decidi salir, ya nadie deberia notar mi presencia, todos estarian mirando la discusion. Al levantarme de mi escondite vi claramente como uno de los dos golpeaba al otro con uno de los taburetes en plena cara. El joven cayo al suelo, debio de quedar inconsciente ya que no hacia ningun movimiento para intentar defenderse. En ese mismo instante una oleada de panico lleno el local, y todo el mundo empezo a salir en estampida tanto por la puerta principal como por la de emergencia que era por la que yo tenia planeado escapar, asi que de nuevo y por segunda vez, desapareci esa noche. No domino las artes escenicas y mucho menos las sobrenaturales; tengo mi lugar donde resguardame, donde tomarme un cafe a las siete de la manana despues de una noche de fiesta. Un sitio publico que para mi es secreto. Todo el mundo lo conoce, menos la gente que me rodea. Soy una persona muy reservada y necesito mi espacio en el que desintoxicarme de la vida social, donde pueda entrar y no decir buenos dias, vamos, que no me molesto en soltar un grunido a lo cromanon. Cuando entro, ahi siempre esta ella, detras de la barra, con su mejor sonrisa, a veces transparente, a veces enigmatica. Pero siempre se la ve tranquila. Es esa mujer que yo pensaba que no me conocia pero que siempre sabia como me encontraba. Cada dia me pone mi cafe con un motivo diferente en la espuma; corazones, caras alegres, treboles. Nunca he cruzado una palabra con ella, excepto los primeros dias, y solo para hacer mis pedidos. Pero esta mujer, que no se ni como se llama, aunque creo que una vez la llamaron Soledad (nombre que le va como anillo al dedo a lo que yo busco, pero no estoy muy segura), tiene un poder extrasensorial, y estoy convencida de ello. Nuestra relacion se basa en: entro por la puerta y busco su mirada mientras me siento en la mesa mas apartada de la multitud, y sin pronunciar una sola palabra entre nosotras. Ella sabe si he tenido un buen dia y me pone mi cafe con su sonrisa espumosa; si tengo un mal dia, mi cafe llevara un trebol o un corazon espumoso acompanado de un bombon de chocolate con leche relleno de galleta y chocolate blanco. Es un misterio de la historia en que se basa para servirme, pero siempre acierta con mi estado animico. Intente en varias ocasiones enganarla llegando a la cafeteria con la cara seria sin tener motivos, para conseguir mi premio consolador, pero nada. Sin embargo, eso no era el unico motivo que me embriagaba de aquel lugar. Los grandes ventanales del local permitian ver a la gente que entraba y salia, a pesar de tener un vinilo con la imagen corporativa. Al fondo, un gran mural de papel pintado con un paisaje de cualquier isla perdida, imagen tan relajante que te permite imaginarte desaparecida en esa arena, dejando tu mente en blanco, y con tanta tranquilidad que se te olvida hasta respirar. Pero no, mi estado de nervios por los acontecimientos ocurridos no me iba a permitir relajarme, como hacia cada manana sentada en los comodos sofas de grandes cojines de plumas y dejar volar mi imaginacion. No querer saber mas del asunto de la pistola y no parar de pensar en ello resultaba complicado para que mi corazon dejara de latir a marchas forzadas.

  • Zafiros en la piel de Viviana Rivero

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    “La mujer a la que tanto habia amado y de la que nunca mas supo nada hasta ese mediodia, estaba aqui, frente a el. Y acababa de decirle que juntos habian tenido un hijo.”

  • La Historia de Nahla (Hermanas Sfeir) de Bella Hayes

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    Nahla Sfeir es una chica arabe, quien a los doce anos es comprometida por su padre para casarse con un importante jeque cuarenta anos mayor que ella; mientras su prometido espera que cumpla la edad reglamentaria para casarse, es separada de su familia y enviada a un exclusivo internado para senoritas en Europa; una semana antes de su matrimonio conoce a Jake Steel, un joven de veintitres anos del cual se enamora; decide pasar una noche con el, con la esperanza de que se convierta en un para siempre y huir de una boda no deseada; descubierta por su padre, es obligada a abandonar su hogar; a los diecisiete anos sola y embarazada debe aprender a sobrevivir.
    Jake es sorprendido con la noticia de que es padre; sin saberlo, tiene una familia y ahora que la ha descubierto esta decidido a conservarla; hasta que el pasado de Nahla vuelve para reclamarla y llevarla a ella y a su hija de regreso a Arabia Saudi.

  • Todo se puede entrenar de Toni Nadal Homar

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    Rafa Nadal se ha convertido en un referente dentro del mundo del deporte no solo por su exito espectacular, sino tambien por la encarnacion de una serie de valores que trascienden lo deportivo.

  • Besos sabor a cafe de Raquel Antunez

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    La vida de Adriana es un autentico desastre, la relacion con Alvaro pasa por una grave crisis desde hace anos, pero le asaltan dudas y sobre todo ?como dejarlo y regresar con su familia a Canarias con los problemas economicos a los que se enfrenta?
    En medio de todo este caos, aparece alguien especial que vuelve el mundo de Adriana del reves. ?Quien es realmente ese hombre que le hace perder la cabeza hasta llegar al ridiculo? ?Donde vive? ?En que trabaja? Probablemente le separan al menos veinte anos y un monton de cosas mas, pero ?podra dejar pasar el amor una vez que vuelve a cruzarse en su vida? Huir no es la solucion, es momento de tomar decisiones.

  • Aniversario en alta mar de Freya Asgard

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    Maritza se sento frente a su esposo en el elegante restaurant en el que la habia citado. Sostuvo su mirada unos segundos y luego bajo la cara, ni un "hola", mucho menos una sonrisa de parte de su esposo, la recibio. --?Como estas? --le pregunto ella en tono bajo. --Nos vamos a ir de viaje --le explico el con tono autoritario--, vamos a tomar un crucero por el Mediterraneo, estaremos veinte dias fuera. --?Veinte? ?Y tu trabajo? Jamas lo dejas. --Esta es una ocasion especial, es mi regalo de aniversario, no todos los dias se cumplen diez anos de feliz matrimonio. Ella sonrio entre confundida y nerviosa, ?feliz matrimonio? --Ahora, despues de almuerzo, quiero que vayas a comprarte ropa, quiero que seas la mas linda del barco, aunque claro, no para coquetear con otros hombres. --Sabes que no, Ricardo, yo no… --Se que no, carino, yo solo digo. Ella bebio un sorbo de su vino, era muy dulce y suave. --Tambien quiero que te compres ropa interior sugerente, hacer el amor en un barco es muy excitante. --Esta bien. El resto de la comida fue en silencio. Al terminar, el la tomo de la mano y la saco del local como si fuera una nina pequena a la que habia que tener controlada para que no hiciera una maldad. --Nelson te acompanara, ya le di mi tarjeta, el te orientara en lo que espero de estas compras. --El hombre le dio un corto beso a su esposa--. Ah, y nos vamos pasado manana, ten todo listo para entonces. --?Pasado manana? --?Algun problema? --No, no. --Bien. Nos vemos a la noche. Te quiero preparada. --Otro corto beso, se subio al automovil que lo esperaba y se fue. Maritza miro a su escolta, el que tenia una expresion indescifrable, como siempre. --?Le dijo donde comenzar? --Claro que si, senora. Vamos. El hombre le indico una direccion y comenzaron a caminar lado a lado. Durante toda la tarde, todas las horas que tardaron en comprar, Nelson no pronuncio palabra alguna, solo escuetos "No" cuando alguna prenda que ella queria elegir no seria del agrado de su jefe, quien habia sido muy especifico en lo que queria que su esposa llevara. Cada cierto rato, tras varias compras, aparecia el chofer y se llevaba las cajas o bolsas de lo que habia adquirido. En mas de una ocasion, Maritza le dijo que ya era suficiente, sin embargo, el hombre la obligaba a seguir comprando; debia llevar al menos, dos conjuntos diarios. Al llegar a la seccion de ropa interior, Maritza esperaba que el hombre se alejara y, contrario a ello, eligio un conjunto de encaje negro y una diminuta camisola que no dejaria casi nada a la imaginacion. La mujer se puso roja. --En esto, su esposo fue mucho mas especifico. --Menos mal que no me los tengo que probar frente a usted. --No se preocupe, se exactamente como le quedaran. --Supongo que eso no se lo dira a mi esposo, lo despediria de inmediato. --Al contrario, senora, el me enseno un video suyo muy sugerente, por eso tengo claras sus medidas y la forma de su cuerpo. --?Un video? Pero… pero… ?como? Yo nunca… --No se preocupe, nadie mas vera esos contenidos. Tome, este se le vera muy bien y mi jefe quedara muy satisfecho. Ella se lo arrebato de las manos y lo hizo una bola con ganas de lanzarselo por la cabeza. --No se moleste, el solo quiere lo mejor para usted --dijo de una forma que Maritza no distinguio si lo hizo con ironia o con enojo. --Claro, si usted lo dice… --?Lo duda, acaso? --No lo dudo, lo que digo es que usted no tendria por que haber visto nada intimo de mi y mucho menos estar eligiendome la ropa interior. --El paga y tiene derecho a obtener lo que quiera a cambio de ese dinero, asi funciona, ?no? --!Yo no soy un objeto! --No, pero la ropa si y esa la quiere el a su gusto. --Entonces deberia haber venido usted solo, si usted escogio todo. --Escuche, senora, yo trabajo para el, si el me ordena algo, yo lo cumplo. Usted, en cierto modo, tambien trabaja para el. Todos sus gustos y todos sus caprichos salen del bolsillo de el, asi que el tiene derecho a decidir y a exigir lo que se le de la gana y muy esposa suya sera, pero el manda, el decide, el es dueno de su vida y si no le gusta, larguese, a ver donde va a estar mejor. Su familia no tiene todo el dinero del que goza con su esposo, senora, ademas, dudo que la reciban de vuelta despues de las humillaciones que los hizo pasar cuando se convirtio en la gran senora Zegers. Usted queria dinero, joyas, una posicion social… Ahora tiene que pagar el precio y, por el momento, este es el precio, que sepa que yo la vi desnuda en todo su esplendor, que sea yo el que le escoja la ropa interior y, si se me da la gana que se la pruebe para verla, lo hace, porque asi lo ordeno el senor Zegers, ?le quedo claro? Y vaya al vestidor a ponerse esto, cuando este lista me avisa, quiero verla --ordeno de un modo intimidante. --?Y si no quiero? --Tengo orden de llamar a mi jefe y el mismo vendra a ponerla en vereda, ?quiere que lo llame? --?Le dira esto? --No, si usted obedece y hace lo que le digo. --Entonces no lo llame --suspiro y entro al vestidor, resignada. Cuando estuvo lista, lo llamo. El hombre se acerco y abrio la puerta solo un poco y se asomo. --No esperara a que salga, ?verdad? --pregunto casi como un ruego. --Por supuesto que no. Girese. Ella lo hizo. --Bien. Si, mi jefe estara muy satisfecho. --Lo imagino. --Aqui le dejo esta para que se la pruebe. No es necesario que me la muestre. --Gracias. El hizo un asentimiento con la cabeza y cerro la puerta. Ella se probo los conjuntos que le entrego el hombre y luego salio, desecho uno con el que no se sintio comoda; el no insistio. --?Tiene hambre? Su esposo llegara muy tarde esta noche y me dijo que la llevara a cenar cuando terminaramos, ya es tarde. --Si, tengo un poco de hambre, pero seguramente en la casa debe haber algo... --No, no, vamos. ?Quiere ir a algun lugar en especial? --No. --?Algun lugar al que no quiera ir? --Nada muy lujoso, por favor, algo discreto. --Muy bien, conozco el lugar perfecto. Nelson abrio la puerta del automovil que acababa de llegar hasta ellos e hizo subir a la mujer, el rodeo el vehiculo y se subio por la otra puerta. --Llevanos al Barrio Lincoln --ordeno a su chofer. --?Usted ira al crucero con nosotros? --Se atrevio a preguntar ella. --Por supuesto, como tambien Bruno, seremos sus escoltas en caso de que pase algo. --Claro. --Esta enojada. --No, solo estoy cansada. --Ya podra llegar a su casa a descansar. --Dudo que pueda hacerlo, mi esposo me pidio que estuviera preparada. --Entorno los ojos. --A veces el precio de querer todo sin trabajo es demasiado alto, ?no es verdad? --?A que se refiere?

  • Ella me pertenece de Lia Carnevale

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    Ciudad de Mexico, 2007 En el momento en que me di cuenta de que mi vida estaba a punto de quedar patas arriba, fue cuando presione el pie en el acelerador, la alfombrilla no detuvo el movimiento y el automovil, un Chevy C2 de segunda mano, alcanzo los ciento cincuenta por hora. Las calles de Polanco, el barrio mas exclusivo de Ciudad de Mexico, aparecian mojadas por una ligera lluvia. El cielo estaba oscuro, el otono ya habia hecho su aparicion. Baje la ventanilla y respire el aire perfumado de humedad; sin duda era mi estacion favorita, suave, agradable, tranquila, tal como yo me sentia cuando estaba cerca de Ysabel. No estariamos solos nosotros dos, en pocas horas, tal vez minutos o segundos, seriamos tres: Alexander, Ysabel y Felicity, nuestra hija. Nuestra familia. Eran tan solo las ocho de la tarde, por suerte, la hora punta habia pasado, asi que solo habia unos pocos autos en mi camino. Aparque lo mejor que pude frente al hospital y sali rapidamente del pequeno automovil que mis padres me habian dado tras de aprobar el examen de conducir. En ese momento, el telefono comenzo a sonar, lo saque mientras caminaba por la avenida hacia la puerta principal. --Papa, he llegado. !Estoy entrando! Lo note molesto de la misma manera que percibi a mi madre cuando me llamo para decirme que Ysabel habia comenzado el trabajo de parto. --Esperamos noticias, chico. Diablos, cuantas mujeres dan a luz hoy en dia. ?Por que solo habia agitacion en su voz? --Claro papa --no dije nada mas. Nadie apagaria mi alegria. Me moria por ver a Ysabel, estar junto a ella, presenciar el nacimiento de mi hija. ?Era feliz? Si. Superariamos cualquier problema, derrumbado cada obstaculo. Tarde o temprano creerian en nuestro amor, sus padres, mi hermana, mi familia, todos. Nadie nos separaria. Ahora menos que nunca. Estariamos juntos para siempre. Serenos y unidos. Me dirigia rapidamente al departamento de ginecologia que la senora me habia indicado en la entrada. El aire estaba impregnado de desinfectante, las escaleras llenas de polvo y los pisos cubiertos de manchas oscuras. La limpieza no era la mejor, aunque deberia haber sido una prioridad, pero el hospital publico no tenia fondos suficientes y, en cualquier caso, los que ingresaban alli eran demasiado pobres para fijarse en la suciedad. Tenia la esperanza de que los padres de Ysabel elegirian una clinica privada para el nacimiento de su nieta. Yo no me lo podia permitir, pero ellos si. La familia Mendez se situaba entre las mas ricas del mundo, podrian haber pagado cualquier cosa, pero estaban demasiado ocupados luchando contra nuestro amor para preocuparse por el lugar de mierda donde su hija estaba a punto de dar a luz. Me pase una mano por el cabello, aleje los malos pensamientos y me prepare para ir a la habitacion donde la unica razon de mi existencia pugnaba para hacerme mas feliz aun. Las luces iluminaban el largo corredor, el silencio era interrumpido por los gritos de una mujer: Ysabel. Corri hacia alli y cuando llegue a la entrada me detuve debido al grito que se escucho al otro lado de la puerta. ?Que se suponia que debia hacer? ?Deberia haber llamado? ?Entrar? ?Por que no habia nadie alli? ?No deberian las enfermeras hacer el turno de noche? Decidi entrar, pero tan pronto como puse mi mano en la manija, se abrio. !Tanjia! la hermana de Ysabel me indico que me corriera. La deje pasar y cerro la puerta. Tenia los ojos brillaban y sus labios temblaban. La mire confuso. Buscaba en sus ojos la alegria de quien acababa de convertirse en tia, pero no pude encontrar nada que no fuera… ?dolor? ?Enfado? ?Miedo? Se detuvo frente a mi, sus manos apretadas cerrando el puno. --!Es solo culpa tuya! Maldito el dia que entraste en la vida de mi hermana --dijo rompiendo a llorar. La deje a merced de sus emociones, porque no podia entender la razon de las lagrimas. Un indicio de desesperacion se abria paso en mi cabeza, borrando la euforia que lo ocupaba. ?Que demonios estaba pasando? El silencio se adueno de todo, tanto, que podia sentir mi corazon latir mas rapido. Fue en aquel momento que la puerta se abrio… Fue en aquel momento cuando vi el cuerpo del amor de mi vida cubierto por una sabana blanca… Fue en aquel momento que el medico me informo que habian muerto… Muertas... Ambas. Cai sobre mis rodillas, lleve mis manos, manchadas de la grasa que distinguia a los mecanicos de los otros trabajadores frotandome los ojos, esperando que una vez abiertos descubriera que era solo un mal sueno. No fue asi. Ya no fue nada mas. Mi vida perdio el rumbo. Se perdio en medio de la nada. Capitulo 2 Nueva York, 2019 Sali de la limusina que me habia llevado al enesimo evento organizado especificamente para personas con cuenta bancaria de seis cifras. Al menos una vez a la semana me veia obligado a asistir a estas fiestas, donde la caridad se usaba como excusa y el objetivo principal era aparecer en escena. Alise la chaqueta negra de Armani y me prepare para atravesar la alfombra roja entre los destellos de periodistas y la gente comun que esperaba la llegada de algunos VIP que realmente importaban. Siempre me preguntaba que cono hacia en ese lugar. La respuesta era siempre la misma, simple y objetiva: nuestro bufete de abogados estaba a la vanguardia en las donaciones a los mas pobres. Gracias tambien a ellos, estabamos consiguiendo mas y mas clientes. Publicidad. Era solo una forma egoista de publicitarnos. Simon caminaba a mi lado. Cruzamos entre la muchedumbre con paso rapido, algunos fotografos y periodistas intentaban detenernos y hacernos algunas preguntas, pero los ignoramos, como siempre, claro. Quienquiera que hubiera organizado el evento no escatimo en gastos, la mesa estaba cargada de caviar y champan, una de las bandas de rock mas populares alegro la noche y para terminar las cifras que se recaudaron superaron con creces las expectativas de cada presente. Aparentemente todo era perfecto. Exacto, solo aparentemente. Me gustaba mi trabajo, ir a los juzgados, ganar un caso, emitir una factura y recibir el pago; queria limitarme a eso. Me hubiera encantado sin todas aquellas putadas. --Parece que Sophie y tu estais pasandolo bien esta noche. --La voz de Simon me obligo a apartar los ojos de la mujer que acababa de nombrar. No le respondi, volviendo a mirar a mi companera de juegos. --?Tarde o temprano sentaras cabeza? Sophie es inteligente, podria ser la ideal. --!No! --dije con firmeza. Termine de beber champan y fui hacia la mujer que aliviaria otra noche de insomnio. No habia lugar en mi vida para nadie… y mucho menos para una mujer. Lo tomaba todo. Cada suspiro Cada respiracion. Cada gemido. Luego me marchaba. Ese era yo. Este era yo. En el trabajo. En la vida privada. Con personas. --Alex, te ruego… --?Que pasa Sophie? ?Por que estas rogando? --!Oh, Dios! --Echo la cabeza hacia atras, dejandome libre acceso a su garganta. Su piel era suave, blanca, delicada. Le habria dejado una marca, como cada vez que la follaba. --Mas fuerte. --Se aferraba a mis hombros y agarraba mi cabello, llevandome al centro de su placer. Era su instante favorito. Pase mi lengua sobre su clitoris, lentamente, justo como a ella le gustaba, la penetre y luego volvi a lamer. Me di cuenta de que estaba a punto de correrse cuando sus musculos comenzaron a contraerse y los gemidos se volvieron mas fuertes. La deje alcanzar el extasis y, en el mismo momento en que termino, comence a arremeterla contra la pared de la entrada de su apartamento. La penetre mas profundamente, arrancandole un grito que rapidamente rompi con un beso. Un beso que no tenia nada que ver con la dulzura, con el amor. Despues de todo, yo no era delicado, gentil. Me gustaba follar Me gustaba el sexo sucio, aspero y vulgar porque asi me hacia sentir cuando terminaba. Sophie habia sido la unica mujer capaz de darme el minimo de placer esperado en un polvo. Por eso se habia convertido en mi entretenimiento permanente, a pesar de que ella estaba empezando a pedir mas. Y esto me cabreaba. Ella sabia que no le habria dado lo que queria, ni a ella ni a ninguna otra. Me separe de su calido cuerpo. Sonrei traviesamente frente a su expresion enojada. Tenia hermosos ojos verdes, fue justamente su magnetica mirada lo que atrajo mi atencion y provoco el deseo de quitarle las braguitas de primera vez. Mire el cuerpo curvilineo envuelto en el exiguo vestido purpura, usado para la fiesta de cumpleanos de Simon esa noche; Su falda quedo retorcida alrededor de su plano estomago, sus braguitas yacian en el suelo junto a mis pantalones. La gire bruscamente contra la pared y la penetre. Empuje fuerte, entre hasta que golpee mis bolas en la piel sudorosa. Dentro y fuera, un movimiento mecanico, rapido, instintivo y natural. Unos pocos empujones y la saque, me aleje y me vacie en su piso. Estaba sin aliento, sudoroso y aunque en apariencia parecia satisfecho, siempre sentia aquel vacio. Un vacio que me acompanaba ya durante anos. Me detuve por un momento para recuperar el aliento, recogi mis pantalones y me los puse. Mire a Sophie y le sonrei. No queria que ella pensara que no era suficiente, no se lo merecia, el problema no era ella, sino yo. Se bajo el vestido y se acerco. Me quede quieto y deje que acariciara mi mejilla. Sophie era una de esas hermosas mujeres con todo cuesta arriba. --Vamos a la cama --susurro agarrando mi mano. --!Sophie! Mi tono sono a advertencia. Pretendia ir mas alla y como siempre, tenia que ponerla a raya, asi que me libere de su agarre y continue vistiendome. --Alexander, hemos estado teniendo sexo durante meses. Follamos y tu te marchas. !Estoy harta! Quiero mas y si no estas dispuesto a darmelo, sal por esa puerta y no vuelvas. Parecia segura, pero sus ojos brillosos traicionaban sus palabras. Termine de abrocharme el cinturon del pantalon y tome su barbilla, trasladando nuestros ojos al mismo nivel. --Siempre he sido claro contigo. No quiero emparejarme, no lo busco y nunca lo buscare. Si ya no estas dispuesta a verme, lo acepto. La deje ir y espere a que secara la lagrima que mojaba su mejilla. No se que reaccion me esperaba, seguramente habia sido un imbecil al hablarle asi. --Solo te estoy pidiendo que lo intentes. Solo eso Alexander. Me lo debes. --No te debo nada. Lo que acabamos de hacer fue buscado y deseado por ambos. No estoy en deuda contigo --dije dirigiendome a la puerta y la abri. --!Alexander! --Llamo de nuevo, pero no me di la vuelta. No podria, la habria vuelto a ilusionar. Le dije adios en silencio, como habia hecho con todas las demas antes que ella.

  • Un duque para mi de Olga Salar

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