• Mar de nubes de Mari Jungstedt

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    En la pequena habitacion reinaba un ligero olor a hierbas y una luz tenue. Por un altavoz situado en el techo sonaba una suave musica oriental. Las paredes estaban barnizadas en tono oscuro y en un rincon habia una planta. Le pidio a la mujer que se desnudara y se tumbara en la camilla. Ella se bajo un poco el vestido y se sintio desprotegida e indefensa. Por una parte deseaba dar media vuelta y marcharse de alli, pero habia algo que la retenia en aquel lugar. Una especie de curiosidad, de expectacion sobre lo que podria pasar a continuacion. Un calido cosquilleo le recorrio la piel. Sintio la boca seca y se humedecio los labios. El le dirigio una mirada rapida, y en ese mismo instante ella fue consciente de como habria de interpretar el su gesto de humedecerse los labios con la lengua. Sonrio insegura, sintio como se ruborizaba. Empezo a toquetearse uno de los tirantes. El se comporto con delicadeza y se dio media vuelta mientras ella se quitaba el vestido. Al colgar la ropa en el gancho de la pared le temblaban las manos. Titubeo, sin saber si debia conservar las bragas puestas. No habia hecho eso nunca antes, no sabia cual era el ritual, que se esperaba de ella. Se acomodo en la camilla tapizada de cuero y se tumbo boca abajo. Intento relajarse. Cerro los ojos mientras inspiraba por la nariz, espiro lentamente por la boca. El joven se dio la vuelta y le coloco una toalla sobre las piernas y nalgas, de tal manera que quedo justo bajo el borde de las bragas. Se movia con seguridad. Cuando la rozo con las yemas de los dedos sintio un escalofrio, a pesar de que en la habitacion hacia calor. Alzo la mirada. El se habia quitado la bata blanca. Le dio tiempo a entrever un atletico cuerpo bronceado y juvenil con prominentes brazos musculados. Abdomen plano y duro. Caderas estrechas. Apenas vello en el pecho y unos pezones pequenos y marrones. Sintio un ligero cosquilleo entre las piernas. El llevaba unos pantalones blancos de algodon. La fina tela le apretaba las caderas y tenia el trasero respingon. No podia dejar de pensar en como seria por debajo. Volvio la cabeza de nuevo, un poco abochornada. Tenia que concentrarse en relajarse, tal y como le habia dicho la persona que le aconsejo ese lugar. Sentir. Dejarse llevar. Concentrarse en el momento. Advirtio que el joven se giraba de nuevo, oyo como extraia aceite de una de las botellas que habia en una mesa y como, al frotarse las manos, el liquido rezumaba entre sus dedos. Ella respiro hondo. El masajista se situo a su lado, pegado a ella. Comenzo a acariciarle la espalda desnuda con movimientos largos y firmes. Sin querer, a ella se le escapo un suave gemido de placer. Sus manos eran fuertes y decididas. Cerro los ojos. Intento seguir con la respiracion el ritmo de los movimientos. Las manos se deslizaban por la espalda, le masajeo el cuello, los hombros, llego al final de la columna, le sujeto las caderas, trabajo con pequenos movimientos circulares. Los pulgares presionaban su piel desnuda. El hizo una pausa, le bajo las bragas y aparto la toalla de forma que el culo quedo al descubierto. Le masajeo las nalgas, que se tornaron suaves y escurridizas. Volvio a gemir. El hombre agarro las bragas a medio bajar y con un suave movimiento tiro de ellas y se las quito. Ahora se encontraba totalmente expuesta. El siguio masajeando los muslos con manos firmes y decididas. La tocaba con cuidado, le separo las piernas para poder llegar con facilidad a la parte interior de los muslos. Se encontraba a escasos milimetros de su sexo. Sintio humedad entre las piernas; respiraba con la boca abierta y apretaba la cara contra la abertura circular de la camilla. El siguio masajeandola, muy cerca, pero sin llegar a tocarle el sexo. Ella se sentia completamente aceitosa y brillante. El agarro la toalla que seguia en las pantorrillas y le pidio que se diera la vuelta. De forma mecanica hizo lo que le pidio, se tumbo boca arriba, y el pecho se balanceo junto a el. Le coloco la toalla encima, de forma que los pezones quedaron tapados, y se coloco detras, junto a la cabeza. Ella cerro los ojos. Intento concentrarse solo en vivir el momento. El se encontraba alli, justo encima de ella. Sentia la suavidad en todo su cuerpo abandonado, ahora anhelante, dispuesta a entregarse a el por completo. Empezo a masajearle la nuca y el cuello, dejo que las manos se deslizaran, ejerciendo pequenas presiones, hacia los hombros, prosiguio por la clavicula. La acaricio con cuidado siguiendo el borde de la toalla, junto al pecho. Ella respiraba pesadamente y al parecer, el tambien. No sabia si era a causa del esfuerzo o si el tambien estaba excitado. Estaba totalmente concentrada en sus manos y en anticipar sus movimientos. Como se deslizaban por su cuerpo. Movimientos decididos, carinosos, que le provocaban pequenas chispas en el sexo. Tenia una sensacion de vertigo y aturdimiento. Sobre su suave piel, las manos resultaban calidas y duras. Al fin, aparto la toalla del todo. Dejo que las manos se le deslizaran sobre los pechos. Y entonces se sintio perdida. 1 Martes 24 de junio Erika Bergman se encontraba frente al espejo de la habitacion, amueblada de forma espartana, y se peinaba minuciosamente la larga melena. Lo hacia con movimientos firmes y ritmicos para dejarla lisa y brillante. En realidad no tenia mucho sentido, pues el solia despeinarla tan pronto como podia. Contemplo satisfecha su cuerpo bien entrenado. Los muchos anos de practica regular de yoga habian servido para algo. Habia elegido con cuidado la ropa interior. Sintio como una ola en el vientre al pensar en lo que le esperaba esa noche. Erika esbozo una sonrisa; no era esa clase de practica con la que habia contado al reservar el viaje de yoga a Gran Canaria. La escuela de yoga se encontraba en un lugar apartado, lejos de los complejos turisticos con discotecas, bares y clubes nocturnos. Miro por la ventana y vio las montanas de mas de mil metros de altura que se perfilaban alrededor, las laderas con las plantaciones de frutas y, a lo lejos, las resplandecientes aguas del Atlantico. Este lugar era inusualmente verde para encontrarse al sur de Gran Canaria. Las plantaciones de platanos, papayas, calabacines, tomates, naranjas y limones se extendian hasta las playas de cantos rodados junto al mar. Apartada, a una buena distancia del vecino mas proximo, se hallaba la escuela de yoga Samsara Soul. La escuela se encontraba practicamente oculta tras un viejo muro que la protegia de miradas y visitas inesperadas. Pasaria alli dos meses, alejada de todo y de todos. Se dedicaria a entrenar, recibir masajes, dar paseos, tomar el sol y banarse. A recuperar el equilibrio para poder proseguir con su vida. Comenzaba a sentir que iba por buen camino. Cuando llego, hacia unas semanas, se sentia destrozada. No habia contado con ningun amorio, esto habia sido una inesperada recompensa. Dejo el cepillo y se pinto levemente los labios de rojo. Saco uno de los pocos vestidos que habia traido y se lo enfundo. Se puso unos zapatos de tacon. Miro el reloj, ya casi era la hora. Percibio un repentino movimiento junto a la ventana. Como si al otro lado pasara una sombra rapida y silenciosa. Tan cerca del cristal que casi lo rozo. Se quedo paralizada. Encontro su rostro en el espejo, reconocio su mirada temerosa. Creia que habia conseguido alejarse de ella, que la habia dejado en Suecia. Pero la habia seguido. Y ahora notaba la paralizante sensacion de que alguien la vigilaba. Tendria que echar un vistazo antes de salir y cerrar la puerta con llave. Ultimamente se asustaba por cualquier cosa. Permanecio inmovil un rato mientras escuchaba posibles sonidos, pero reinaba el silencio. Un silencio casi desagradable. Nadie solia pasar junto a su habitacion, que se hallaba al fondo de la casa, y su ventana daba a un pequeno patio donde solo habia unos arbustos. Entonces, con el rabillo del ojo percibio otro movimiento, apenas una sensacion de algo real. No se lo habia imaginado. Un escalofrio le recorrio la espalda. Se acerco con cuidado a la ventana, echo un vistazo hacia ambos lados. Una lagartija correteaba sobre el terreno reseco y desaparecio bajo unos arbustos. Se quedo ahi un buen rato, mirando por la ventana. Algo se ocultaba entre los arboles, mas alla, junto al muro que rodeaba la escuela. El corazon le latia desbocado. Entonces lo vio. El perro salio de entre los arbustos, husmeando un rastro en el suelo. Era grande, de pelaje marron cubierto de polvo, y parecia abandonado. Erika emitio un suspiro de alivio. Solo era un perro.

  • Cuatro poetas en guerra de Ian Gibson

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    Antonio Machado, Juan Ramon Jimenez, Federico Garcia Lorca y Miguel Hernandez son cuatro de las mejores voces poeticas de la Espana del siglo XX. Unidos no solo por su absoluta dedicacion a las letras, sino por su lealtad a la Segunda Republica, enarbolaron una defensa acendrada de la libertad y la democracia.

  • Confidencias de un Dios de Claudio Hernandez

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    --?Donde esta ese puto maricon? --pregunto la voz rajada; como si las cuerdas vocales vibraran como las de una guitarra electrica de un grupo de rock. Y al final de todo, se podia escuchar una sonrisita jocosa y malvada a la vez. El papa Francisco se separo el telefono del oido y miro el dispositivo como si alli hubiera algo interesante. Desde que habia abierto una jodida cuenta de Twitter, las criticas eran algo muy comun por parte de los ateos y las alabanzas por aquellos fieles seguidores de la religion eclesiastica tambien. Pero lo que acababa de oir le hizo escuchar los latidos de su corazon en las sienes, y sintio como si alguien con un palo le removiera las tripas, y al final, tristeza y una carga moral y de culpabilidad. Se acerco el telefono al oido lenta y oficiosamente. --Hijo mio. Reconozco que ha habido y hay obispos, arzobispos, curas e incluso cardenales que son de una condicion sexual distinta. A eso me refiero que reconozco que dentro de la iglesia catolica existe lo que se le conoce como hombres homosexuales. A eso se le llama Gay y por su parte podria haber resultado muy grosero con ofender a este conjunto de personas que nacieron en cuerpos distintos o quiza, me atreveria a decir, equivocados. Pero lo respeto. No hay nada de malo en ello si existe consentimiento… --Bueno, dejese de chachara. Lo siento. No queria decir eso exactamente. No va conmigo esta actitud. Pido perdon a toda la comunidad Gay. --Aquella voz se quebrantaba con el discurso y en parte el papa Francisco podia advertir cierto arrepentimiento y a la vez, cierta mentira en su tono de voz. --Esta bien. Lo dejamos ahi. El buen respeto no debe faltar nunca -- acucio Francisco. Se miro el enorme anillo rojo de su dedo corazon y anadio --. ?Es usted creyente? --No. --Dios no acoge solo a los creyentes, sino tambien a aquellos que son ateos y bautizan a sus hijos. Entonces Dios, ?olvidara a ese hombre cuando muera? No. Antes entra un ateo que bautiza a sus hijos que un creyente no practicante que… --Que… que… --interrumpio la voz. Ahora sonaba como un timbre metalico. En el fondo de la comunicacion el silencio era atrapado por los chasquidos que no deberian escucharse en pleno siglo XXI. No era un intercomunicador empleado en la segunda guerra mundial. Era un jodido telefono y de los de ultima generacion. El papa respiro profundamente y sintio que algo malo le iba a decir. Lo presentia y por ello no le temblaria el pulso a la hora de contestar. --Soy paciente. Me acaba de interrumpir y creo que se en lo que esta pensando. No es que lo vea en la distancia. Es solo una intuicion. Digamelo y acabemos con esta conversacion. Reino un silencio ominoso. Las palomas aleteaban sobre la basilica y el ruido era creciente despues, rompiendo en dos, el silencio profundo y lejano. --Acaba de soltarme una perorata con los que Dios elige y ahora me dice que cree saber lo que pienso. La verdad, nunca habia conocido un papa asi. No me lo esperaba para nada. Se nota que la iglesia debe adaptarse a los tiempos que corren… --Sueltelo --le atajo Francisco. Sus ojos no brillaban y sus labios parecian estar sellados como una cremallera ajustada. Se llevo el dedo corazon hacia la boca y la piedra del anillo produjo un ruido seco al tocar sus dientes delanteros. --Esta bien. Se lo dire ya. ?Que opina de los abusos sexuales a los menores dentro de la iglesia? Francisco no contesto de inmediato y escucho el jadeo de aquella voz que no reconocia, preguntandose como demonios habia obtenido su numero de telefono. Al papa le gustaba rodearse de escolta y seguridad Sueca. Algo habia fallado, pero lejos estaba el ponerse nervioso. Impasible como siempre, contesto: --Eso es un pecado que no tiene perdon en estos momentos. Los involucrados deben pedir perdon y marcharse de la Santa Sede. He abierto una guerra contra esto y he pedido perdon al mundo por ello. Si hay que entregar a un cura, un obispo, un arzobispo, un cardenal o un viejo nuncio a la policia para que los juzguen. Lo hare sin titubear. Y si son condenados con penas de carcel, eso estara bien. ?Tiene algo mas que preguntar? Se escucho un chasquido como el resuello de una chimenea. --Creo que eso esta bien --dijo la voz aspera--. Eso esta bien, pero moriran dentro de una semana. Y colgo. El papa Francisco se quedo mirando al telefono como si alli resplandecieran los ojos de aquel hombre, pero no vio nada. Estaba sentado en un sillon rojo y con los antebrazos dorados. Se dejo deslizar en el hueco y dejo el telefono sobre la mesa de madera de roble alargando un brazo pesado y lento. Despues de esto, perdio la mirada mientras rumiaba. Algo le decia que iba a estar mal. Y que despues de todo, seria peor que los pedofilos, porque hablaba de muerte y quiza de tortura. No supo por que esta ultima palabra se le vino a la cabeza, pero si sabia que por delante tenia un camino de espinas que recorrer. Y se pregunto por quien se habia interesado en el comienzo de la conversacion. 2 Cada policia o cuerpo de policia, cuidaba de su perro en su pais y Dios tomaba cuentas en todos los estados miembros de la Union Europea. Asi era y es EUROPOL. Chad Chamberlain, cuyo nombre no era para nada europeo, estaba hostigando un cigarrillo entre sus largos dedos. El humo del tabaco se enroscaba en el aire y penetraba en sus fosas nasales como una droga que necesitaba inhalar para estar en forma. Ese dia llovia. Era otono y el chapoteo de sus zapatos le habia acompanado hasta el porche del edificio, bueno, mas alla de la entrada majestuosa que se levantaba como una montana al que le habia segado una cruel guillotina. Cada gota de agua que se estrellaba sobre su corto pelo, era como un pequeno pellizco sin dolor. La gabardina, oscura como un cuervo, lamia el riachuelo que se habia formado al lado de los escalones. Tenia la espalda humeda y parecia tener una plancha helada entre su gabardina y su piel erizada. Chad tenia barba rala y unos ojos grises que conquistaban a cualquier mujer. Su nariz era larga y curvada. Hacia la izquierda, pero era un defecto que no lo notabas si le mirabas de lado. Su piel, aun estando delante del edificio World Forum Convention Center, en La Haya: era oscura. Los paises bajos le habian sentado bien. Tratar de ocultar su descontento en una oficina en los sotanos le habia convertido en un hombre fuerte, sin emociones, y que se pasaba la mayoria del dia con un semblante serio. No gastaba bromas. No le gustaban los chistes. Era frio y calculador y ahora, parecia que iba a volar de su nido, despues de tantos anos. Su destino; Paris. La Catedral de Notre Dame y no, no creia en las profecias de Nostradamus. Aunque los eruditos o zumbados, decian que algo iba a pasar ese ano. Era delgado y tenia una estatura de 1,85. Calzaba un 47 y tenia un Rolex brillando despues de todo, en la muneca derecha. Aun cuando llovia o nevaba. Siempre brillaba. Se llevo el cigarrillo mojado a los labios encharcados de agua y trago una calada. Respiro profundamente y tras escasos segundos, empezo a soltar humo hasta por los oidos, como una maquina de tren de vapor al que se le habia reventado la caldera. La lluvia seguia acariciandole la cara y el cogote cuando miro aquellas feas nubes que parecian grandes piedras chocando entre si. Tan negruzcas como el carbon. Sus parpados se cerraron un instante. Podia sentir el zumbido de la lluvia y oler la humedad de las paredes, asi como del cesped que rodeaba el edificio. Y la tierra. Tambien olia la tierra. Y se pregunto que demonios habia sucedido, para que al fin le dejasen viajar a otra parte de Europa. EUROPOL estaba coordinada con la policia de cada pais, pero tenia la competencia en los 28 estados de la UE. Aunque no llevaban distintivos ni armas reglamentarias. Siempre, bajo coordinacion, podian enviar a sus expertos en cualquier pais miembro. Y Chad no iba a viajar solo. Estaba Mohamed Khun. El humo del tabaco formo un anillo blancuzco que se elevo lentamente en el aire, desafiando las rasgaduras de las gotas de la lluvia. Y ascendio hasta que se hizo tan grande que formo una niebla opaca y despues, traslucida hasta extinguirse como un pequeno Big Bang. 3 Frederic, capitan de policia en Paris, pues ya estaba en desuso llamarle inspector oficial de Policia, era un hombre menudo, sin barba, pero si con un bigote que terminaba en dos extremos puntiagudos. Tan largos que se convertia en la inquietante sonrisa de un payaso. Sin embargo, tenia los labios prietos y apenas respiraba por no hacer ruido. Su mirada de ojos marrones, estaba clavada en la pared falsa que habian descubierto los operarios de obra justo detras del organo de la Catedral de Notre Dame, un destacado instrumento, obra de Aristide Cavaille-Coll antes de 1900, y que ahora estaba recubierto de un plastico negro como si alla abajo se escondiese un moribundo. --?Como dice que descubrieron esto? --pregunto casi en un susurro. Su voz era ronca y tenia las manos cruzadas a su espalda. Su uniforme se movia en el hueco de la pared como una sombra desvaida. El hombre mayor, vestido con un mono de todos los colores menos azul, movio la mano antes de expresarse: --Teniamos que apuntalar aqui unos andamios cuando al golpear la pared nos dimos cuenta de que se escuchaba un sonido como si fuera hueca. Eso indicaba que no era una pared segura y que un clavo ahi se desprenderia a la primera de cambio. Mi companero Jean. --Senalo a un hombre de estatura alta y ataviado, este si, con un mono azul--. Tuvo la certeza de que la pared estaba hueca. Con sus nudillos hizo una serie de pruebas y me conto que el agujero era demasiado grande como para ser una simple ventana tapiada. Como ya sabe, esta Catedral ha tenido muchas reparaciones y no sospechamos nada al principio, hasta que algo mohoso nos invadio las fosas nasales. Yo me eche para atras sabe… --Bueno, esta bien. Ya ha dicho suficiente --le atajo Frederic con los dientes apretados. Su mirada seguia siendo mas inquietante que lo que habia detras de la pared o lo que suponia que habia, pues todavia no lo habia visto. Los hierros y las tablas estaban en todas partes, como hojas laxas en un bosque. El capitan de policia levantaba quejumbrosamente los pies y soltaba bufidos cuando giraba sobre sus talones al pisar uno de aquellos tubos huecos que proyectaban un chirriante ruido al girar sobre el suelo helado. --Esta bien senor, yo solo queria contarle que abrimos el agujero a la altura del pecho y que tras oler algo fetido de un lugar oscuro, decidimos parar y hacer la llamada de urgencia. No se lo que puede haber aqui dentro. Frederic miro al hombre clavandole los ojos en los suyos. Tenia delante de si, a un hombre liviano, tranquilo, pero que ahora parecia algo nervioso por el descubrimiento. Casi podia ver como le temblaban sus manos. La voz se rajaba como una cana y disminuia de volumen paulatinamente. El otro trabajador, los miraba de forma inquietante sin decir una sola palabra. Al rato llegaron dos hombres mas, en realidad, jovenes que no llegaban a los treinta. Todos estaban sucios y llenos de manchas. --Yo creo que ahi dentro hay un nido de ratas muertas --se apresuro a decir uno de los jovenes. Su dedo indice estaba senalando el agujero del tamano de una pelota de futbol. El hombre de la ley lo miro de reojo y tras esto, aun con las manos en la espalda, se inclino para ver a traves del agujero. Lo unico que vio fue la oscuridad total y percibio, eso si, el olor nauseabundo y mohoso a la vez. Un olor extrano que no era fetido ni aspero. Y penso, que quizas tenia razon el chico: alli dentro habria ratas. Los gendarmes estaban pegados en el culo del capitan como si fueran su propia sombra, pero proyectaban tres siluetas en distintos angulos como si alli hubiera mas de un foco encendido. Como en un estadio de futbol. --Esta bien --dijo finalmente, apartando la cara de aquel jodido agujero. Se apoyo en la parte de un lado del organo y las tres sombras desaparecieron para rodearles bajo una nota que sonaba de un instrumento que adquiria de altos honores para tocarlo--. Os autorizo para ampliar el diametro del agujero. Necesito saber que hay ahi detras. Segun mis superiores no tendria que haber ninguna camara secreta aqui, entre el organo de las narices y la pared. Esto es un buen escondite y los tubos como chimeneas de este trasto hacen que uno nunca pueda mirar por detras. Cuando termino la perorata cabeceo dos veces. El sonido de sus voces respondia en cada pared de la Catedral, en cada silleria del coro y en cada claristorio, dejando para mas adelante, la reverberacion que se producia al final del abside. Y mientras los trabajadores cogieron el martillo para picar la pared, en algun lugar de Europa estaban Chad y Mohamed de camino en un tren Thalys (THA) sin saber una mierda de lo que estaba sucediendo. A Chad le aterraban los aviones. No habia suficientes incertidumbres como para empezar una buena aventura y trazar una investigacion puntillosa y peculiar. No. Al contrario. Las tenian todas. Absolutamente todas. Si algo destacaba en un caso nuevo, es que primero debias pisar la mierda. Asi de sencillo. Porque no sabrias por donde empezar a limpiar esa mierda de la suela de tu zapato.

  • Las deudas del cuerpo (Dos amigas 3) de Elena Ferrante

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  • Bravo de Avi Daura

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    Rafael Bravo se prepara para ser el seleccionador de Espana en el Mundial de Rusia. Ahora sus hombros deben soportar el peso de la mayor responsabilidad que puede recaer sobre un espanol. El orgullo y el futuro de toda una nacion estan en sus manos.

  • Matar a un ruisenor de Harper Lee

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    Cuando tenia casi trece anos, mi hermano Jem sufrio una grave fractura en el brazo a la altura del codo. Cuando sano y por fin se disiparon sus temores de que nunca podria volver a jugar al futbol americano, en raras ocasiones volvia a acordarse de aquella lesion. El brazo izquierdo le quedo algo mas corto que el derecho; cuando estaba de pie o andaba, el dorso de la mano formaba casi un angulo recto con su cuerpo, y el pulgar estaba paralelo a sus muslos. A el no podria haberle importado menos, con tal de poder pasar y chutar. Cuando transcurrieron anos suficientes para poder verlos en retrospectiva, a veces hablabamos de los acontecimientos que condujeron a su accidente. Yo sostengo que los Ewell fueron quienes lo comenzaron todo, pero Jem, que era cuatro anos mayor que yo, decia que eso habia empezado mucho antes. Dijo que comenzo el verano en que Dill vino a vernos, cuando nos hizo concebir por primera vez la idea de hacer salir a Boo Radley. Yo decia que si el queria tener una amplia perspectiva de lo sucedido, en realidad comenzo con Andrew Jackson. Si el general Jackson no hubiera perseguido a los indios creek arroyo arriba, Simon Finch nunca habria llegado hasta Alabama, y ?donde estariamos nosotros si no lo hubiera hecho? Eramos demasiado mayores como para zanjar la discusion con una pelea, de modo que consultamos a Atticus. Nuestro padre dijo que los dos teniamos razon. Al ser del Sur, era un motivo de verguenza para algunos miembros de la familia que no tuvieramos constancia de que alguno de nuestros antepasados hubiera peleado en la batalla de Hastings. Tan solo teniamos a Simon Finch, un boticario de Cornualles cuya piedad solo se veia superada por su tacaneria. En Inglaterra, a Simon le irritaba la persecucion de aquellos que se autodenominaban metodistas a manos de sus hermanos mas liberales, y ya que Simon se consideraba metodista, cruzo el Atlantico hasta Filadelfia, de ahi a Jamaica, y desde alli a Mobile subiendo hasta Saint Stephens. Teniendo en cuenta las estrictas normas de John Wesley sobre no enriquecerse en los negocios aprovechandose de los demas, Simon se dedico a la practica de la medicina logrando un gran exito; pero en esta empresa era infeliz, pues habia sido tentado a hacer lo que el sabia que no era para la gloria de Dios, como llevar oro y ropas costosas. De modo que Simon, habiendo olvidado lo que su maestro habia dicho sobre la posesion de bienes humanos, compro tres esclavos y con su ayuda establecio una hacienda a las orillas del rio Alabama, a unos sesenta y cinco kilometros mas arriba de Saint Stephens. Regreso a Saint Stephens solamente una vez, para encontrar esposa, y con ella establecio una descendencia con muchas hijas. Simon vivio hasta una edad impresionante y murio rico. Era costumbre de los hombres de la familia quedarse en la hacienda de Simon, Finch's Landing, y ganarse la vida con el algodon. El lugar se sostenia a si mismo. Modesto en comparacion con los imperios que lo rodeaban, Landing producia sin embargo todo lo necesario para la vida excepto hielo, harina de trigo y prendas de vestir, que proporcionaban las embarcaciones fluviales de Mobile. Simon habria considerado con impotente rabia los problemas entre el Norte y el Sur, ya que arrebataron a sus descendientes todo a excepcion de su tierra; sin embargo, la tradicion de vivir en esa hacienda siguio inalterable hasta bien entrado el siglo XX, cuando mi padre, Atticus Finch, fue a Montgomery para aprender Derecho, y su hermano menor fue a Boston para estudiar Medicina. Su hermana Alexandra fue la Finch que se quedo en Landing: se caso con un hombre taciturno que pasaba la mayor parte de su tiempo tumbado en una hamaca al lado del rio preguntandose si sus redes de pesca estarian llenas. Cuando mi padre fue admitido en la abogacia, regreso a Maycomb y comenzo a ejercer. Maycomb, a unos treinta kilometros al este de Finch's Landing, era la capital del condado de Maycomb. La oficina de Atticus en el edificio del juzgado contenia poco mas que una percha para sombreros, una escupidera, un tablero de damas y un impecable Codigo de Alabama. Sus dos primeros clientes fueron las dos ultimas personas a las que ahorcaron en la carcel del condado de Maycomb. Atticus los habia instado a que aceptaran la generosidad del Estado, que les permitiria declararse culpables de homicidio en segundo grado y asi evitar la pena capital, pero ellos eran Haverford, un apellido que en el condado de Maycomb es sinonimo de burro testarudo. Los Haverford habian liquidado al principal herrero de Maycomb por un malentendido que surgio por la supuesta <> de una yegua, fueron lo bastante imprudentes para hacerlo en presencia de tres testigos e insistieron en que <> era una defensa lo bastante buena para cualquiera. Persistieron en declararse no culpables de homicidio en primer grado, de modo que no hubo mucho que Atticus pudiera hacer por sus clientes, a excepcion de estar presente en su partida, una ocasion que fue probablemente el comienzo de la profunda antipatia de mi padre hacia la practica del Derecho Penal. Durante sus cinco primeros anos en Maycomb, Atticus practico mas que cualquier otra cosa la Economia; y durante varios anos desde entonces invirtio sus ganancias en la educacion de su hermano. John Hale Finch era diez anos menor que mi padre, y decidio estudiar Medicina en un momento en que no valia la pena cultivar algodon; pero despues de tener a Jack encauzado, Atticus comenzo a obtener ingresos razonables practicando la abogacia. Le gustaba Maycomb, habia nacido y se habia criado alli; conocia a su gente, ellos le conocian, y debido a los negocios de Simon Finch, Atticus estaba emparentado por sangre o matrimonio con casi todas las familias de la ciudad. Maycomb era una vieja poblacion, pero ademas era una vieja poblacion cansada cuando yo la conoci. En el tiempo lluvioso las calles se convertian en un barrizal rojizo; crecia hierba en las aceras, y el edificio del juzgado parecia combarse sobre la plaza. En cierto modo, hacia mas calor entonces: un perro negro sufria los dias de verano; las flacas mulas enganchadas a los carros espantaban moscas bajo la sofocante sombra de las encinas que habia en la plaza. A las nueve de la manana, los cuellos rigidos de los hombres se veian languidos. Las damas se banaban antes de la tarde, despues de su siesta de las tres, y al atardecer estaban como blandos pastelitos cubiertos de sudor y dulce talco. La gente se movia despacio entonces. Cruzaban la plaza a paso lento, entrando y saliendo de las tiendas que la rodeaban, y se tomaban su tiempo para todo. Un dia tenia veinticuatro horas, pero parecia mas largo. No habia ninguna prisa, ya que no habia ningun lugar adonde ir, nada que comprar y nada de dinero con el cual comprar, nada que ver fuera de los limites del condado de Maycomb. Pero era una epoca de vago optimismo para algunas personas: al condado de Maycomb se le habia dicho recientemente que no tenia nada que temer, solamente a si mismo. Viviamos en la principal calle residencial de la ciudad: Atticus, Jem y yo, ademas de Calpurnia, nuestra cocinera. Jem y yo estabamos contentos con nuestro padre: jugaba con nosotros, nos leia y nos trataba con cortesia. Calpurnia era otra cosa. Toda angulos y huesos, era miope, tambien bizca, y sus manos eran tan anchas como un travesano de cama, y dos veces mas duras. Siempre me estaba ordenando que saliera de la cocina, preguntandome por que no podia comportarme tan bien como Jem aunque sabia que el era mayor, y me llamaba para volver a casa cuando yo no estaba lista para regresar. Nuestras batallas eran epicas y con un final sin variacion. Calpurnia ganaba siempre, principalmente porque Atticus siempre se ponia de su lado. Ella habia estado con nosotros desde que nacio Jem, y yo habia sentido la tirania de su presencia desde que podia recordar. Nuestra madre murio cuando yo tenia dos anos, de modo que nunca senti su ausencia. Ella era una Graham de Montgomery; Atticus la conocio cuando fue elegido por primera vez para la legislatura estatal. Para entonces, el era de mediana edad y ella quince anos mas joven. Jem fue el resultado de su primer ano de matrimonio. Cuatro anos despues naci yo, y dos anos despues nuestra madre murio de un ataque repentino al corazon. Decian que era cosa de familia. Yo no la extranaba, pero creo que Jem si. El la recordaba claramente, y algunas veces en mitad de un juego daba un largo suspiro, y despues se marchaba y jugaba el solo detras de la cochera. Cuando se ponia asi, yo sabia que era mejor no molestarle. Cuando yo tenia casi seis anos y Jem se acercaba a los diez, nuestras fronteras en el verano (al alcance de la voz de Calpurnia) eran la casa de la senora Henry Lafayette Dubose, dos puertas al norte de la nuestra, y la Mansion Radley, a tres puertas al sur. Nunca sentimos la tentacion de traspasarlas. La Mansion Radley estaba habitada por una entidad desconocida, cuya mera descripcion era suficiente para hacer que nos portaramos bien durante dias. La senora Dubose era el mismo demonio. Ese fue el verano en que vino Dill. Una manana temprano, cuando estabamos comenzando nuestros juegos en el patio trasero, Jem y yo oimos algo en la puerta contigua, en el parterre de coles de la senorita Rachel Haverford. Fuimos hasta la malla de alambre para ver si habia un perrito, pues la perra terrier de la senorita Rachel estaba prenada, pero en cambio encontramos a alguien sentado que nos miraba. Sentado, no era mucho mas alto que las coles. Nos quedamos mirando fijamente hasta que el hablo: --Hola. --Hola, tu --contesto Jem amablemente. --Soy Charles Baker Harris --dijo el--. Se leer. --?Y que? --pregunte yo. --Solo pense que os gustaria saber que se leer. Si teneis algo que necesiteis leer, yo puedo hacerlo... --?Cuantos anos tienes? --pregunto Jem--. ?Cuatro y medio? --Voy para siete. --Entonces no es nada --dijo Jem, senalandome con el pulgar --. Aqui Scout lee desde que nacio, y ni siquiera ha comenzado aun la escuela. Pareces muy canijo para tener casi siete anos. --Soy pequeno pero mayor --afirmo el. Jem se aparto el cabello para mirarlo mejor. --?Por que no vienes aqui, Charles Baker Harris? --dijo--. Senor, vaya nombre. --No es mas curioso que el tuyo. Tia Rachel dice que te llamas Jeremy Atticus Finch. Jem fruncio la frente. --Soy lo bastante alto para estar en consonancia con mi nombre --dijo--. Tu nombre no es mas largo que tu. Apuesto a que es un palmo mas largo. --La gente me llama Dill --dijo Dill, intentando pasar por debajo de la valla. --Te ira mejor si pasas por encima en lugar de por debajo -- observe yo--. ?De donde vienes? Dill era de Meridian, Mississippi, e iba a pasar el verano con su tia, la senorita Rachel, y desde entonces pasaria todos los veranos en Maycomb. Su familia era del condado de Maycomb originariamente. Su madre trabajaba para un fotografo en Meridian, habia presentado una fotografia de el a un concurso de ninos guapos, y gano cinco dolares. Le dio el dinero a Dill, quien lo empleo en ir veinte veces al cine. --Aqui no hay exposiciones de fotografia, excepto a veces las de Jesus en el juzgado --dijo Jem--. ?Viste alguna pelicula buena? Dill habia visto Dracula, una revelacion que movio a Jem a mirarle con cierto respeto. --Cuentanosla --le pidio. Dill era un chico muy curioso. Llevaba pantalones cortos azules de lino que se abotonaban a la camisa, su cabello era blanco como la nieve y lo llevaba pegado a la cabeza como si fuera un plumon de pato; era un ano mayor que yo, pero yo le sobrepasaba en altura. Mientras nos relataba la vieja historia, sus ojos azules se iluminaban y se oscurecian; su risa era repentina y feliz, y solia tirarse de un mechon de cabello que caia sobre su frente. Cuando Dill hubo reducido al polvo a Dracula, y Jem dijo que la pelicula parecia mejor que el libro, le pregunte a Dill donde estaba su padre. --No has dicho nada de el. --No tengo ningun padre. --?Esta muerto? --No... --Entonces, si no esta muerto, si lo tienes, ?verdad? Dill se sonrojo y Jem me dijo que me callase, una senal segura de que Dill habia sido estudiado y hallado aceptable. A partir de entonces el verano paso con una diversion constante. La diversion constante era: hacer mejoras a nuestra casa del arbol que descansaba entre dos cinamomos gigantes en el patio trasero, alborotar, recorrer nuestra lista de obras de teatro basadas en las de Oliver Optic, Victor Appleton y Edgar Rice Burroughs. En este asunto teniamos la fortuna de tener a Dill. El representaba los papeles que anteriormente me daban a mi. El mono en Tarzan, el senor Crabtree en The Rover Boys, el senor Damon en Tom Swift. De ese modo llegamos a conocer a Dill como un merlin de bolsillo, cuya cabeza estaba llena de planes excentricos, anhelos extranos y fantasias raras. Pero a finales de agosto nuestro repertorio era aburrido, por haberlo representado incontables veces, y fue entonces cuando Dill nos dio la idea de hacer salir a Boo Radley. La Mansion Radley fascinaba a Dill. A pesar de nuestras advertencias y explicaciones, le atraia como la luna atrae al agua, aunque no mas cerca de la farola de la esquina, a una distancia segura de la puerta de los Radley. Ahi se quedaba, rodeando el grueso poste con un brazo, mirando fijamente y haciendose preguntas. La Mansion Radley hacia una curva cerrada mas alla de nuestra casa. Andando hacia el sur, se pasaba por delante de su porche; la acera daba un giro y estaba en paralelo con la finca. La casa era baja, en otra epoca era blanca y con un ancho porche y persianas verdes, pero hacia mucho tiempo que se habia oscurecido hasta llegar al tono de pizarra gris que la rodeaba. Unas tablas descompuestas por la lluvia caian sobre los aleros del barandal; unos robles mantenian alejados los rayos de sol. Los restos de una cerca guardaban el patio frontal, un patio <> que nunca se barria, donde crecian en abundancia hierbajos y flores silvestres. Dentro de la casa vivia un fantasma maligno. La gente decia que existia, pero Jem y yo nunca lo habiamos visto. La gente decia que salia de noche, cuando se ponia la luna, y miraba por las ventanas. Cuando las azaleas de la gente se helaban en una noche fria, era porque el habia soplado sobre ellas. Cualquier pequeno delito cometido en Maycomb era obra del fantasma. En una ocasion, la ciudad estaba aterrorizada por una serie de macabros acontecimientos nocturnos: encontraban mutilados pollos y animales domesticos; aunque el culpable era Addie el Loco, quien finalmente termino ahogandose en el remolino de aguas de Barker, todos seguian mirando la Mansion Radley, sin estar dispuestos a descartar sus sospechas iniciales. Un negro no pasaria al lado de la Mansion Radley de noche; cruzaria a la acera contraria e iria silbando mientras caminaba. Los terrenos escolares de Maycomb lindaban con la parte trasera del terreno de los Radley; desde el gallinero de los Radley, altos arboles de pacanas dejaban caer su fruto al patio de la escuela, pero los ninos no tocaban ninguna de aquellas nueces: las pacanas de los Radley mataban. Una bola de beisbol que cayera en el patio de los Radley era una bola perdida, y no se hacian preguntas. La desgracia de aquella casa comenzo muchos anos antes de que Jem y yo nacieramos. Los Radley, bien recibidos en cualquier parte de la ciudad, se encerraban en su casa, una predileccion imperdonable en Maycomb. Ellos no iban a la iglesia, que era el entretenimiento principal de Maycomb, sino que rendian culto en su casa; la senora Radley en raras ocasiones llegaba a cruzar la calle para tomar un cafe a media manana con sus vecinas, y sin duda nunca se unio a ningun circulo misionero. La senora Radley caminaba hasta la ciudad a las once y media cada manana y regresaba prontamente a las doce, a veces llevando una bolsa de papel marron que los vecinos suponian que contenia las provisiones de la familia. Yo nunca supe como el viejo senor Radley se ganaba la vida, Jem decia que <>, un termino educado para decir que no hacia nada, pero el senor Radley y su esposa habian vivido alli con sus dos hijos durante tanto tiempo como cualquiera podia recordar. Las persianas y las puertas de la casa de los Radley estaban cerradas los domingos, otra cosa ajena a las costumbres de Maycomb: puertas cerradas significaba solamente enfermedad y tiempo frio. De entre todos los dias, el domingo era dia para las visitas formales por la tarde: las senoras llevaban corse, los hombres llevaban abrigos, los ninos llevaban zapatos. Pero subir los peldanos de la Mansion Radley y decir <> una tarde de domingo era algo que sus vecinos no hacian nunca. La casa de los Radley no tenia puertas de tela metalica. Una vez le pregunte a Atticus si alguna vez tuvo alguna; Atticus dijo que si, pero antes de que yo naciera. Segun la leyenda del barrio, cuando el joven Radley estaba en la adolescencia hizo amistad con algunos de los Cunningham, de Old Sarum, una tribu enorme y confusa que estaba domiciliada en la parte norte del condado, y formaron lo mas parecido a una pandilla que se viera jamas en Maycomb. Hacian muy poca cosa, pero lo bastante para que hablaran de ello por la ciudad y los amonestaran publicamente desde tres pulpitos: merodeaban por la barberia; subian en el autobus hasta Abbottsville los domingos e iban al cine: asistian a bailes en los lugares de juego en el condado al lado del rio: la posada Dew-Drop y Campamento Pesquero: probaban el whisky de contrabando. Nadie en Maycomb tenia las agallas para decirle al senor Radley que su muchacho andaba con malas companias.

  • Juventud sin Dios de Odon Von Horvath

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    Al igual que hizo Michael Haneke muchos anos despues en La cinta blanca, Odon von Horvath narra en esta prodigiosa novela los origenes del nacionalsocialismo y como la semilla del mal ya estaba presente en los jovenes y en su educacion.

  • Vuelves en cada cancion, Anna Garcia de Anna Garcia

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    A veces nos olvidamos de que, aunque este nublado y llueva, termina saliendo el sol.

  • Falso nueve de Philip Kerr

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    Que el futbol sea un deporte no implica que haya que jugar limpio. Scott Manson, entrenador de futbol, esta buscando trabajo, pero en el actual mundo del futbol, plagado de estrellas, no le va a resultar facil encontrarlo. El puesto de entrenador que le ofrecen en Shanghai resulta no ser sino un elaborado timo, y los del F. C. Barcelona no quieren contratarle como entrenador, sino como detective. Por lo visto, una de las estrellas del Barca ha desaparecido y Scott tiene un mes para dar con ella. Mientras sigue el rastro del futbolista desde Paris a Antigua, Scott se topa con hombres corruptos y con mujeres retorcidas, y descubre lo podrido que esta el corazon de tan bello deporte.

  • Verdad, engano… O quimera (Los Wadlow 3) de Marisa Maverick

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    “?VERDAD, ENGANO. O QUIMERA?”
    Con este tercer volumen, en el que sabremos de la vida de Diane y Peter, se cierra la Saga Los Wadlow. Conoce en las dos entregas anteriores como se inicio la sorprendente relacion del matrimonio Lindgren.Y descubre, ademas, tanto el presente como el futuro del resto de la familia Wadlow. Deja que aniden por siempre en tu corazon. ?Me acompanas?
    La vida de Diane no tuvo un buen principio, pues ya desde el vientre materno su futuro estaba sentenciado: ser abandonada a las pocas semanas de su nacimiento. A pesar de tan tragica circunstancia, nunca le preocupo no saber quienes eran sus progenitores ni el porque de su abyecto proceder.
    Peter, su marido, es un hombre de caracter tranquilo, ecuanime en sus juicios y de modales elegantes. Pero hoy, con temor e impotencia, ve que tanto ese aplomo como la estabilidad de su matrimonio son puestos a prueba por hechos nunca imaginados y por. ella.
    Esa mujer que vuelve a lanzar al aire la moneda de la necedad y la sensatez con la que apuesta, y juega, como en el pasado; salvo que ahora con mayor motivacion.

  • El ultimo de los nuestros de Adelaide De Clermont-tonnerre

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    Ambientada en Nueva York en los anos setenta y en Dresde durante los ultimos dias de la Segunda Guerra Mundial. Una historia de amor imposible, en un tiempo en el que todo parecia posible. Werner Zilch es un joven y atrevido empresario en el Nueva York de a principios de los anos setenta que busca el reconocimiento y el exito. Werner fue adoptado cuando era un bebe por una familia de clase media de Nueva Jersey. No sabe nada de su procedencia ni de su familia biologica, pero tampoco parece estar particularmente interesado en el tema. Pero cuando conoce a Rebecca, la hija de una familia acomodada e influyente de Nueva York, se enamora de ella locamente. Lo que no sabe es que corre el riesgo de perderla a menos que descubra la verdad sobre su propio pasado.

  • El gran juego de Leticia Sanchez Ruiz

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    Misterioso, callado y taciturno, de Jorge Perotti se decia que habia heredado una gran fortuna. Sin embargo, ninguno de los parroquianos que lo saludaban todos los dias en el bar de la calle La Luna habia intimidado demasiado con el. Su unica amiga era una nina de diez anos, hija de los propietarios del bar, a quien el llama!ba tiernamente Cucurucho. Cuando Perotti murio, ya centenario, sus ultimas palabras fueron: <>. Y el Gran Juego es la herencia que dejara a la pequena Cucurucho: una serie de pistas encadenadas que la nina debera resol!ver en compania de su hermano mayor, Cosme, y que a la postre se convertira en la gran aventura de su vida.

  • Esto te va a doler de Adam Kay

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    Bienvenido al estimulante trabajo de medico: 97 horas a la semana y disponibilidad los 365 dias del ano. Bienvenido a un sunami de fluidos corporales compensados por unos ingresos economicos inferiores a los de un parquimetro. Di adios a tus relaciones familiares, amorosas y a tus amistades. Bienvenido a tu vida como medico en practicas.
    Tras cinco anos sin ejercer la medicina y dedicado a escribir series de comedia para television, Kay recibe un aviso del colegio de medicos comunicandole que le van a quitar la licencia. Aprovecha entonces para rescatar sus diarios de medico en practicas y hacer un repaso a sus anos en la sanidad publica.
    El resultado es un tronchante diario no exento del mejor humor negro, lleno de anecdotas e historias protagonizadas por medicos, pacientes y administrativos asqueados y hartos. Una mirada ironica y desmitificadora de la vida en los hospitales que ha sido un fenomeno en Reino Unido y que pronto se convertira en serie.

  • En Cuerpo y Alma 5 de April Russel

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    Mikhail tras sufrir ese horrible accidente, ha quedado en coma. los medicos no pueden decir un diagnostico concreto, cosa que hace que Megan se desespere cada vez mas, pero no deja de luchar por estimular el que su esposo recobre la conciencia. Despierta del coma y su lucha realmente comienza, cuando de topa con un esposo deprimido, decaido que piensa que es un estorbo para todos, en especial para su esposa ya que no puede cumplirle como el desearia. A ambos se les pone el amor a prueba. Limitaciones fisicas retaran el amor que Megan siente por Mikhail. Pues ahora su esposo no puede sostenerse en pie. Estara en ella entregarse en cuerpo y alma a Mikhail, el hombre que ama y por el que es capaz de luchar demostrandole que no todo es sexo, y que lo que mas importa es demostrarle que de pie o en una cama sigue siendo muy importante en su vida.

  • Encender de nuevo las estrellas de Karine Lambert

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    UNA HISTORIA DE AMOR A LA EDAD EN LA QUE NADIE LO ESPERA DE LA AUTORA DE ” EL EDIFICIO DE LAS MUJERES QUE RENUNCIARON A LOS HOMBRES ” ” Un soplo de aire fresco, vivificante, recorre las paginas de este libro. Una escritora que transforma la desesperanza en celebracion. ” Le Soir ” Lean, regalen, compartan esta novela. Puede llenar de esperanza incluso a los que no lo necesitan. ” Florence Servan-Schreiber Marguerite siempre ha vivido a la sombra de su marido, recien fallecido. Y Marcel ha perdido a la mujer que lo era todo para el. Marguerite es fan de Francoise Sagan y adora los pepitos de chocolate, escuchar canciones francesas de toda la vida y llevar flores a las tumbas. A Marcel le gustan la musica ” chaabi ” , las estrellas, las cabanas en los arboles y un viejo rinoceronte solitario. Sus caminos se cruzan, sus corazones se despiertan. Dos trayectorias diametralmente opuestas, dos personajes muy diferentes, el, fuerte y solar, un argelino de origen frances; ella, poquita cosa, deseosa de liberarse del yugo de los convencionalismos. ?Se atreveran a dejarse llevar, a aceptar el deseo y la alegria?

  • Multimillonario Intrepido. Zane de J. S. Scott

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  • El chico del violin de Raquel Cruz

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    Shirley esta deprimida porque su novio de toda la vida la ha dejado y no acaba de asumirlo. Su amiga Karen, harta de aguantar sus lloriqueos, insiste en que salga con ella y por una noche se olvide del paquete de Kleenex. Shirley accede sin imaginar hasta que punto esa decision cambiara su rumbo.
    John Clayton estudia en la Juilliard School, la escuela de musica mas prestigiosa del mundo. Trabaja como camarero en el McGee’s y toca el violin en un grupo de rock. Vive marcado por un tragico suceso, pero disfruta de una vida apacible en New York. Hasta que una noche sube al escenario y tropieza con unos bonitos ojos que parecen tocar su alma.
    Por encima de todo Shirley y John comparten algo que los une: su amor por la musica. Pero a veces las personas que supuestamente estan mas cerca de ti, son las que menos te comprenden, y ambos tendran que vencer infinidad de obstaculos para lograr que sus suenos se hagan realidad.

  • La tumba de las ballenas de Elena Puchalt

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    Novela ganadora del I Premio del Certamen Internacional de Novela Negra “Blue Bayou” organizado por Ediciones Rubeo

  • Sabor de amor (Carta de sabores 1) de Dacar Santana

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    Primer libro de la serie <>.
    La romantica historia de amor de Simonetta Copano.

  • Mariposas en tu estomago (Quinta entrega) de Natalie Convers

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    No hay nadie mas experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 anos no solo es la mayor de cuatro hermanos, tambien es la companera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante a la vez que estudia muy duro para las clases. Despues de que su padre se marcharse sin ninguna explicacion cuando ella tenia solo 16 anos, aprendio una gran leccion: no te fies de ningun tipo con sonrisa arrolladora y un iman natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmatico y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer magicamente mariposas en su estomago y que irremediablemente cambiara su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.

  • Un sueno real de Megan Maxwell

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    Erase una vez una joven llamada Clara. Un dia su padre le revelo la magica realidad que escondia la montana del Olvido, un lugar sorprendente, plagado de patranas y quimeras, y al que todos los habitantes del pueblo temian. Durante generaciones, su familia trato de ocultar el secreto, pero cuando ella lo descubrio ya nada volvio a ser como antes. Si te gustan los cuentos, las leyendas y las historias llenas de magia, romanticismo y fantasia, Un sueno real te enamorara.

  • Los dolores de una casa de Fabian Tapia

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    Cada familia tenia el mismo destino, pero no la misma suerte con el tiempo.
    Y cada familia tenia un don producto de la naturaleza que los rodeaba hasta convertirlas en fieras de esa selva olvidada.
    Tan fieras que se olvidaron de su humanidad.>>

  • Bandido de Itamar Orlev

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    Corre el ano 1988 y hace veinte que Tadek vive en Israel, donde llego de nino con su madre, obligada a huir de Polonia a causa de un marido carismatico, alcoholico y violento que suscitaba entre sus hijos una esquizofrenica mezcla de admiracion y terror. Ahora, la mujer de Tadek lo ha abandonado llevandose al hijo que tienen en comun y la fatidica repeticion del destino de su padre, condenado a la soledad, lo sume en una profunda crisis. Siguiendo un impulso, Tadek vuelve a su Polonia natal para reencontrarse con su progenitor, quiza por ultima vez, y observarlo con los ojos de un adulto. Decidido a dejar atras para siempre todo lo que representa su padre, Tadek emprende un inesperado viaje con el--ya fragil y decrepito, pero no menos abusivo--en busca de una incierta reconciliacion que los obligara a afrontar juntos los fantasmas del pasado.

  • Palabras pintadas de E. Pasport

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    Violeta Artes es una joven pintora que apenas llega a fin de mes con lo que saca de la venta de sus cuadros. A pesar de estar satisfecha con su vida bohemia, su mejor amiga la convence para que busque trabajo cuando recibe una carta de desahucio. Entonces conoce a Martin, un importante hombre de negocios que es justo lo contrario a ella: recto y disciplinado. A pesar de representar todo lo que ella detesta, Violeta siente una atraccion irremediable hacia ese hombre con el que tan solo tiene una cosa en comun: la pasion por el arte. Sin embargo, a medida que se acerca a el, empieza a sospechar que esconde un gran secreto. Cuando decide investigar lo que oculta, acaba viendose envuelta en una peligrosa trama en la que jamas quiso verse involucrada. A VECES EL AMOR ES PELIGROSO… !Descubre mas novelas como esta en el blog de la autora unmundodelibros.com!

  • Un capricho del corazon de Kate Ross

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    siempre, tiene la costumbre de dejarme abandonada en terrenos desconocidos. A veces pienso que es para poner a prueba mis capacidades y que me esta observando desde algun lugar, orgullosa y expectante con que haga las cosas como ella quiere. Otras, solo pienso que me tuvo demasiado joven y que a veces soy un impedimento para su diversion, por lo que me abandona. La primera vez fue en un restaurante cuando tenia cinco anos. Su cantante indie favorita del momento estaba en el mismo local, por lo que arrastro a papa con ella para que las fotografiaran juntas. Casi me pierdo buscandolas. La segunda ocasion fue durante mi graduacion de primaria. Termine pasando la fiesta con Marc, un nino de mi salon con el que nunca hablaba, porque ellos se sentaron con el director y sus familias. La tercera durante la boda de la tia Anastasia, y ahora, casi es un habito que me dejen a solas en la sala de los vecinos, los Jones, mientras ellos disfrutan con sus nuevos mejores amigos en su salon de juegos a las apuestas. Es asi como hemos de costearnos un auto nuevo. Molesta con ella y con papa, su alcahueta en partes iguales, me abrazo a mi misma y me dirijo al jardin de los Jones. Tienen cerezos que justamente estan floreciendo en esta epoca del ano. Alli tambien estan sus dos hijos, gemelos, llamados Dean y Liam. Estan sentados en una escalera que da con un granero en el que su padre almacena la podadora con la que tambien corta el cesped de mi casa a cambio de una cerveza con papa. Liam le dice algo Dean y este afirma, no responde a cada comentario de su hermano. Mis vecinos siempre han sido excentricos, pero sus hijos los superan, en especial Dean. Hay tantos rumores alrededor de el, desde sectas a ventas de drogas. Que la mayoria de las personas no se acercan a el sin importar que sea inteligente y el capitan del equipo de lacrosse. Yo solo pienso que corrio la mala suerte de ser demasiado timido o introvertido al lado de su hermano. En lugar de acercarme, me detengo como siempre tras un cristal, en esta ocasion el de la ventana de la cocina de la Senora Jones y los observo. Ambos poseen cabello cafe, se lo cortan igual. Casi tienen la misma contextura, creo que Dean, es un poco mas ancho. Se que poseen exactamente los mismos ojos azules verdosos. Presiono mi palma contra el cristal, manchandolo con mi aliento, mirandolos interactuar entre ellos. Son tan parecidos, fisicamente, imposibles de diferenciar a menos que te digan lo contrario, pero tan diferentes. El lenguaje corporal de Liam mientras habla grita pasion. El de Dean, mientras escucha, resentimiento. Me empapo con la vision de ambos, pero, sobre todo, con la de este ultimo. Con su aura oscura. Con su expresion desolada. Con su mirada recelosa. Tengo tantas ganas de abrazarlo, que duele. -- ?Divirtiendote? Salto y me alejo con el sonido de la voz de mama. Ella esta bajando las escaleras. Se ve tan bonita como siempre en un vestido veraniego. Sus rizos estan atados en un lindo mono en la cima de su cabeza. Su mano sostiene una copa con vino tinto. Aliso la falda de mi uniforme para intentar distraer su atencion del temblor de mis dedos. En especial, ella no puede darse cuenta de mi obsesivo y patetico pasatiempo. Se que me enviaria a un convento si lo supiera. --Quiero ir a casa --digo--. Ya cenamos, ?puedo? --Si --responde sorprendiendome, pues rara vez me permite volver sin despedirme. Es una obsesiva compulsiva con los buenos modales--. Pero antes debes contestarme algo. Trago. Conozco esa mirada en su rostro. Es la mirada de, yo se que escondes algo... -- ?Que cosa? -- ?Cual de los dos te gusta mas? -- ?Ah? --Me oiste, Elizabeth. No me gusta repetir dos veces. --Pero mama... Se acerca, ahora es la curiosidad lo que predomina en sus facciones. No se que hacer, nunca le he dicho a nadie sobre esto. Nunca le he confesado a nadie que mi pasatiempo, es espiar a mis vecinos. Y mucho menos, que me toco pensando en ellos. Mis mejillas se sonrojan mucho mas al pensar en eso. Siempre trato de ser tan discreta, pero aun asi, siento que lo sabe. Que ella y papa estan al tanto. -- ?Cual, Elizabeth? --Insiste. Separo los labios para responder, pero me interrumpe--. Piensalo bien pequena, son de buena familia, pero mientras Liam es dulce y amable, Dean es tachado como un monstruo. Es cierto que es inteligente y probablemente sera exitoso, pero es un chico peligroso. Se como es. Al principio la adrenalina opaca la realidad, te sientes al limite, volando y luego cuando se acaba, la caida es dura. No quiero eso para mi ninita. Puedo identificar autentica preocupacion por mi en su tono de voz. Eso es raro... Mama suele renirme porque hago las cosas mal y quiere que sea mejor, quiere tener a alguien de quien estar orgullosa y a quien exhibir, pero la mayoria de las ocasiones, no se preocupa de nada mas. No de mi estado emocional, no de mi autoestima... Ese es papel de papa. Muerdo el interior de mi mejilla, mi corazon se resiente ante lo que estoy a punto de decir. Convenzo a mi consciencia de que solo es para salir del paso, pero, aun asi, se siente tan mal. Casi como si me traicionara a mi misma, como si lo traicionara, aunque ni siquiera he llegado al punto en el que deposite su confianza en mi. Me doy la vuelta y regreso a mi posicion de acosadora, mirandolos, buscando cualquier gesto en el que me impida decir lo que mama espera oir. Lo unico que obtengo es indiferencia. --Liam, me llama la atencion. Y justo cuando digo las palabras, su cabeza se eleva y casi puedo leer sus labios. No se si estoy loca, pero tambien imagino un destello de decepcion en sus ojos. Anguilla, territorio britanico de ultramar, me abrio sus puertas con la mas linda vision aerea que he tenido en anos: un mar azul que se aclara hasta fundirse con el blanco de la arena, montanas hechas de diferentes motitas de verde, techos rojos y palmeras. Lo primero que hago al bajarme de la avioneta que me trajo desde San Martin, otra isla a ocho kilometros, pero mas poblada, es tomar una honda bocanada de aire. Mi nariz cosquillea adaptandose a la sal hasta que me refugio dentro del pequeno aeropuerto. Rostros desconocidos me observan con curiosidad mientras pego mi frente a la ventana panoramica de cristal con vista a la playa, anonada con el paraiso que me rodea, esperando mi maleta. Pensaran que soy una loca inglesa a la que le falta un tornillo, pero no me importa en lo absoluto. He venido aqui escapando de basar mis acciones en lo que deseen los demas, asi, que pueden besar mi trasero. Para probarlo saco mi telefono y me tomo selfies haciendo caras, coloco labios de pato de Kylie y subo un monton de historias. Para cuando he terminado ya no se molestan en ocultar sus expresiones aburridas y consternadas. Les sonrio. Mi maleta ya ha salido y no tengo problemas bajandola, asi que hago una salida triunfal ocultando mi cara con el sombrero. Este viaje se trata de mi, no de ellos. Es todo lo contrario a lo que hubiera pasado en Londres. --Senorita Black, ?es usted? --Es un senor de cuarenta anos en traje con barba prominente. Sostiene un cartel con mi nombre. Hay un corazon arriba del palito de la i. Asiento--. Debo llevarla al resort, pero necesito confirmar su identidad. Me llamo Edward. Le ofrezco mi mano al chofer que contrato la agencia. El la estrecha con duda, pero su seno se relaja cuando le enseno mi pasaporte y confirma que soy yo. No se me ocurre que tipo de crimen podria cometer alguien haciendose pasar por mi, no soy rica, pero supongo que es algo bueno. No tendre que preocuparme por la seguridad. --Permitame --dice robando el mango de mi pequena maleta de mis manos y metiendola en el maletero --. Listo. --Se sacude el polvo y abre la puerta del asiento trasero del Cadillac estacionado frente al aeropuerto--. Por favor. --Gracias --susurro adentrandome en un viaje al pasado. El coche, aunque antiguo, esta bien cuidado, el cuero debajo de mi se siente nuevo. No hay ningun tipo de mal olor dentro, ni a gasolina o contaminacion, nada. Es perfecto. Despues de un largo viaje relajo mi cabeza contra el espaldar del asiento. Sister Rosetta suena de fondo. Lo ultimo que veo antes de quedarme dormida y perderme el camino es la sonrisa de Edward a traves del retrovisor. **** Llevo mas de veinticuatro horas sin dormir, asi que mi siesta continua en la habitacion de Anguilla Ville, el resort, en su comoda y gigantesca cama con sabanas de algodon. Ni siquiera desempaco o me cambio para estar mas comoda, sueno con osos de goma, tragos de vodka y conmigo vestida de sirena. Doce horas mas tarde, me levanto preguntandome donde esta mi principe encantado. Froto mis ojos con actitud perezosa, me levanto y doy pasos vacilantes en la oscuridad hasta alcanzar las persianas. Cuando las abro descubro que el exterior luce exactamente igual que el anterior. Arrugo la frente y tomo mi telefono para ver la hora en la pantalla.

  • Cowboy de Jorge Borges

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    Ariadna acababa de mudarse.
    No iba a durar ni 2 dias.
    ?Una mocosa de ciudad en este pueblo?
    Imposible.

  • Amores altamente peligrosos de Walter Riso

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    ?Por que fallamos tanto en el amor? ?Por que tanta gente elige a la persona equivocada o se enfrasca en relaciones tan peligrosas como irracionales? ?Por que nos resignamos a relaciones dolorosas? Creemos que el amor es infalible y olvidamos algo elemental para la supervivencia amorosa: no todas las propuestas afectivas son convenientes para nuestro bienestar.

  • El libro de los adioses de Ramon Pernas

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    El famoso escritor Leonardo del Rio, romantico y taciturno, se encuentra a si mismo en la vispera de cumplir 80 anos ante la pagina en blanco de la que sera su ultima novela, encargada por su editor. Leonardo ha concretado todas las nostalgias de su vida en una conversacion olvidada que mantuvo una Semana Santa de hace mas de sesenta anos en su pueblo con sus amigos de la infancia, a los que olvido como lo olvido todo de aquella vida pueblerina y sin cuyo recuerdo, se dice, no podra empezar la obra. Las unicas personas con las que habla son Amanda, la biografa que la editorial le impuso hace anos, y que trata de animarlo a escribir mientras lucha por aclarar sus propios sentimientos hacia el, y Ricardo, un periodista deslumbrado por el viejo maestro y enamorado de Amanda, que acude cada jueves a visitarlo con la esperanza de descubrir su mayor secreto: la verdad sobre la perdida de un amor en Paris hace ya cuarenta anos.

  • Las mil caras de la Luna de Eva Villaver

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    No tenemos que regresar a la Luna, porque siempre hemos estado alli.

  • Travels Without a Donkey de Barbara Newhall Follett

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    In the summer of 1932, eighteen year-old Barbara Follett and her "semiplatonic" friend Nickerson Rogers quit New York City and headed to Maine with the plan of following (or semi-following) the nascent Appalachian Trail from its northern terminus at Katahdin as far south as they could get before winter set in. To make matters tricky, the AT had not yet been cut in Maine, so bush-whacking and guesswork were in order. Travels Without a Donkey recounts their adventures from Katahdin to Lake Umbagog on the New Hampshire border. They then continued their walk over the White Mountains and down Vermont's Long Trail to western Massachusetts. They had been planning to hitch-hike to Tennessee to continue their AT adventure, but something changed their minds and they sailed to Majorca instead, spending the winter of 1932 and most of 1933 exploring southern Europe.

  • El cuerpo humano de Bill Bryson

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    Del autor de Una breve historia de casi todo (200.000 ejemplares vendidosNos pasamos toda una vida con un solo cuerpo y casi no sabemos como funciona. Desde los genes hasta nuestra capacidad de hablar, pasando por nuestras constantes adaptaciones al medio y los riesgos que corremos, este libro nos descubre que nuestro microcosmos es un verdadero milagro, lleno de prodigios y de secretos asombrosos.Explicar el cuerpo humano en toda su integridad, y hacerlo para todos los publicos, solo esta al alcance de un autor como Bill Bryson. Con su habitual talento narrativo, su capacidad para sintetizar amplios conocimientos y su cultura para revelar datos sorprendentes, Bryson demuestra que es el mejor y mas divertido guia para emprender un apasionante viaje hacia nuestro interior.”El cuerpo humano es un mapa de las maravillas, un recorrido por un miembro minusculo” THE GUARDIAN

  • Cinco lobas de Javier Montes

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    Galindo regresa a Cordoba, acompanado de un capitan vallisoletano con un cargamento de libros para venderlos en la ciudad, jamas penso que el mismisimo Abd al Rhaman, seria su mejor cliente. Al califa para provenir de un antiguo monje del norte, le encantaban sus fabulas cargadas de descripciones poeticas y su recatado exotismo. En su anterior visita lo exhorto para pasar una noche con una de sus esclavas, de la que termino enamorandose perdidamente. El capitan Alfonso, despues de convertirse al islam, sorprendentemente, contrae matrimonio con una misteriosa mujer muladi. Este hecho le hace ganarse la simpatia de Abd al Rhaman, que lo nombra junto con Galindo embajador real. A partir de ahi comenzaran una serie de misiones, acompanados de un grupo de musicos y bailarinas que junto a sus esposas, terminaran triunfando con sus actuaciones por toda la peninsula. Conocidas como las Cinco Lobas: Shifa, Raquel, Sira, Sayida y Laura; desafian los cimientos morales de una sociedad dominada por los hombres, sin pronunciar una sola palabra, lo hacen mediante la danza, utilizando la expresion corporal como unico lenguaje para defender sus derechos. Sira decide abandonar el escenario temporalmente para trabajar en un hospital regentado por Hasday, un erudito judio que ademas poseer una amplia formacion medica, sabe hablar todos los idiomas conocidos. Mientras tanto, Galindo y Alfonso, emprenden una nueva embajada con la mision de firmar un tratado de paz con el rey leones, convencidos de que la dificil convivencia entre culturas tan diferentes como la cristiana y la musulmana, solo sera posible, si triunfa la tolerancia y el dialogo se impone a la barbarie.

  • Cuando te vea sonreir de Nona Carca

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    Un chico que esta en coma y que nadie sabe quien es se convertira en lo mas importante de la vida de Sonia, la doctora que intentara salvarlo.
    Pero el no responde al tratamiento, sigue sumido en un sueno profundo y la desesperanza se hace eco de ella.
    No sabe quien es, no puede localizar a su familia… Como si de la suya propia se tratara, se encarga de cuidarlo en sus horas de trabajo.
    Se convierte en mucho mas que un paciente y cuando por fin abre los ojos…
    ?Como podra ella decirle que, sin conocerlo, se ha enamorado de el?

  • Mentiras consentidas (Bergman 6) de Hans Rosenfeldt , Michael Hjorth

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    Los dias de Sebastian Bergman en la Unidad de Homicidios han terminado y ahora dedica su tiempo a impartir conferencias y a escribir libros. Tras los acontecimientos vividos en Castigos justificados, lleva meses sin noticias de Vanja y la unica persona del equipo con quien tiene contacto esporadico es Ursula.

  • En la mas alta torre de Marisa Ayesta

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    El rencor y las ansias de venganza se desvanecen con la fuerza del amor.

  • Herencia maldita (eLit), Leona Karr de Leona Karr

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    Un buen dia Carolyn Leigh se entero de que habia recibido una herencia de un abuelo al que ni siquiera habia conocido, pero tambien descubrio que quiza hubiera sido asesinado… y ella era la unica que podia ayudar a encontrar al asesino. Pero antes de empezar la investigacion, tenia que <> con Adam Lawrence, el sexy agente encargado del caso.

  • Salvaje de Nicola Marsh

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    Hudson Watt era el mejor amigo de Makayla Tarrant. Sin embargo, le rompio el corazon y ahora, cinco anos despues, ha regresado. Esta mas sexy que nunca y puede hacer que Mak triunfe como bailarina. o que fracase. Ella quiere odiarlo. Quiere demostrarle que es inmune a su atractivo. Pero, sobre todo, Mak quiere. !tenerlo todas las noches y de todas las maneras posibles

  • Compromiso temporal de Natalie Anderson

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  • Un reino de sombras (Reyes y Hechiceros 5), Morgan Rice de Morgan Rice

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    En UN REINO DE SOMBRAS, Kyra se encuentra en medio de la capital en llamas siendo atacada por una manada de dragones y luchando por su vida. Con su amada tierra natal destruida, sin la proteccion de Las Flamas y con los troles invadiendo el pais, Kyra debe ir de manera urgente a Marda para recuperar un arma magica antes de que sea demasiado tarde; incluso si tiene que llegar hasta el corazon de la oscuridad.

  • Muero por verte de Ondrea Lion

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    Diego creyo haber visto un hada flotando por los pasillos de la universidad cuando reparo en Camila por primera vez, sus cortos y ondulados cabellos hasta los hombros, castanos con destellos dorados; brillaban gracias a los rayos del sol que se filtraban por las claraboyas del techo, evadiendo la espesura del cielo nublado por el mal tiempo. Parecia una criatura mitica con ese rostro redondo, nariz perfilada y preciosos ojos azules. Era una vision que parecia sobrenatural. Agradecio la presencia de aquella hermosa chica ese dia en particular, contradictorias emociones lo mantenian incomodo y con un mal sabor de boca, deberia estar satisfecho de haber ingresado a la universidad, pero luego de tantos anos lejos de los estudios, habia perdido la confianza en sus habilidades academicas. Aquella encantadora criatura paso junto a el, su aroma lo embriago golpeando sus sentidos. No supo identificar el olor, solo estuvo seguro de que era lo mejor que habia olido en su vida. Intento seguirla, necesitaba averiguar su nombre, pero la chica atraveso una puerta que cerro, sin percatarse, en las narices de su seguidor. Un cartel que indicaba "SOLO PERSONALAUTORIZADO", evito que Diego abriera el portal para alcanzar su meta. Permanecio unos segundos paralizado, aturdido, indeciso sobre que hacer, ?se quedaba ahi esperando a que su hada saliera? Probablemente habia otra u otras salidas y perderia su primera clase para nada. Habia sacrificado mucho durante los ultimos anos, por lo que decidio confiar que la vida lo recompensaria con la oportunidad de conocerla. La veria de nuevo, quiso creer eso. *** Camila camino los pasillos de las oficinas administrativas con determinacion, rogando para sus adentros no toparse con el Decano Visser, el dirigente de la facultad, a quien no podia evitar identificar como un "viejo verde", siempre hablando con expresiones de doble sentido, insinuando la posibilidad de encuentros sexuales entre ellos. Solo una vez se le ocurrio tomar medidas y denunciarlo, debido a que su jefe estaba almorzando, la asistente del Director de Recursos Humanos de aquel momento fue quien la recibio, y cuando Camila le dijo en confidencia la razon de su visita, la secretaria le aconsejo que permaneciera callada y lo aguantara; que fuera fuerte y lo esquivara; Visser tenia el poder de arruinar su vida, acabar con sus estudios y su carrera, y arrebatarle cualquier oportunidad de ingresar a cualquier institucion educativa respetable. De vuelta en el presente, faltaban unos pocos pasos para que Camila llegara a su destino, la contable le habia solicitado un par de documentos adicionales para renovar su beca de estudios, en cuestion de segundos los entregaria, y luego saldria de ahi lo mas pronto posible. Durante los primeros dias de cada semestre academico, Visser se encontraba demasiado ocupado para deambular las areas de los salones de clases, y ella podia respirar durante ese tiempo. --Buenos dias, Camila --saludo una voz serpentina, o por lo menos de esa manera lo escuchaba ella, como el siseo de un animal rastrero que queria meterse bajo su piel. La chica sintio como su espalda se erizo, y una desagradable sensacion de vacio en el estomago la mareo. Se detuvo en seco, y observo como Vladimir Visser la bordeaba para encararla, cada uno de sus pasos producia un escalofrio que sacudia levemente su cuerpo. --Buenos dias, Decano Visser --replico Camila con baja voz, conteniendo el asco que sentia ante la presencia de aquel hombre. --?Que haces por aqui? ?Te puedo ayudar en algo? --pregunto el profesor, y al hacerlo, le quito el sobre que Camila llevaba presionado contra su pecho, aprovechando la ocasion para rozar uno de sus senos con sus dedos. Siempre aplicaba alguna tactica similar para tocarla inapropiadamente, ya fuera para "quitarle una pelusa de su camisa", o entregarle algun objeto; aquel hombre siempre se las arreglaba para rozar sus senos, su trasero o cualquier otra parte de su cuerpo. Camila se encogio hacia atras, y dijo tratando de sonar lo mas tranquila posible: --Debo entregarle esos documentos a Alexandra. --!Ah! Si. Los requerimientos faltantes para tu beca --replico el hombre ojeando los documentos. Camila supo en ese momento que nunca tuvo ninguna oportunidad de esquivarlo, el sabia que ella iria para alla, y que habia fingido no saber la razon de su presencia ahi. --Asi es --susurro la chica intentando recuperar su sobre. --?Que te parece si almorzamos para hablar de tu futuro? --pregunto el hombre lanzandole una mirada lasciva--. Quisiera proponerte que le hagas la suplencia a la profesora Meyer, sus medicos recomendaron extender su reposo para que se recupere totalmente antes de regresar al trabajo. Camila dudo por unos cortos instantes, necesitaba el dinero que ganaria con esa suplencia, y aunque consumiria gran parte de su tiempo, y le restaria necesarias horas de descanso, la ayudaria a avanzar mas rapido en su carrera profesional, pero la idea de pasar un par de horas junto a Visser, escuchando sus comentarios obscenos... un ligero estremecimiento recorrio su cuerpo, y tomo mucho esfuerzo de su parte ocultarlo. --Me gustaria cubrir las horas de la profesora Meyer, pero no dispongo del tiempo para sentarme a almorzar, debo prepararme para las clases, sabe lo importante que es estar preparada para los seminarios del doctor Remus... --Tienes que comer algo, mi nina --siseo el hombre acercandose mas a ella para tomarle un brazo--. Hay que ponerle mas masa a ese cuerpecito que puede partirse si alguien la estrecha con demasiada fuerza. --Camila --llamo la contable apareciendo en ese momento. --?Si? --replico la chica aprovechando la interrupcion para zafarse del agarre de Visser y aproximarse a Alexandra. --Te estaba esperando --dijo Alexandra intercambiando una mirada complice con Camila, el comportamiento del decano era un secreto a voces, todas las mujeres jovenes, y relativamente atractivas, eran sus victimas. --Hasta luego, Profesor Visser --dijo Camila moviendose con velocidad para recuperar su sobre y caminar agilmente tras Alexandra. Visser quedo solo, fantaseando con aquella hermosa mujer. Mientras Camila caminaba tras la contadora, se pregunto una vez mas, como alguien tas asqueroso como Visser habia logrado una posicion de tanta respetabilidad y poder, sus pensamientos fueron interrumpidos por su acompanante. --?Trajiste todos los requisitos? Camila respondio afirmativamente, y entrando a la oficina de Alexandra, le entrego el sobre, quien tomo el paquete y reviso documento por documento con una lentitud poco habitual de una empleada tan eficiente. --?Todo esta en orden? --Es mejor revisar todo con minuciosidad --replico Alexandra mirando tras Camila con disimulo. Camila se erizo pensando que Visser la estaba observando a sus espaldas. --Quiero asegurarme de que se vaya a su reunion, es a las 10 --susurro Alexandra hojeando los documentos por tercera vez. --A esa hora tengo una clase --mascullo Camila preocupada. --Se ira 15 minutos antes, tendras tiempo de llegar. Camila tomo asiento mientras miraba el reloj, era las 9:15. Tendria que esperar media hora para evadir al depredador. Capitulo II La primera clase de Diego, realmente no se pudo considerar como una clase, el profesor dio algunas indicaciones y dio por terminada la leccion del dia. Parecia estar molesto por algo, y que no estaba muy interesado en ensenar esa manana. Frustrado, Diego se dirigio a la sombra de un arbol para sentarse a leer, su proxima clase era Literatura Clasica, una catedra optativa que realmente no guardaba relacion con su meta de convertirse en Arquitecto. Pero necesitaba los creditos, y no todas las opciones que queria estudiar ese primer semestre estaban disponibles. Esa fue una de las consecuencias de enrolarse tarde en la Universidad. --?Diego? --pregunto con asombro una voz familiar. El chico levanto la mirada para encontrarse con dos pares de piernas, unas eran largas, provocativas, y estaban a la vista gracias a la corta longitud de la falda que poco las cubria. Le tomo pocos segundos reconocerlas, inclusive antes de terminar de subir su mirada para encontrarse con el rostro de su ex novia de la secundaria. --Angelina --dijo Diego a modo de saludo al ponerse de pie. Ella lo abrazo con fuerza, lo consideraba su primer amor, y por mucho tiempo, penso que seria el unico. Pero el desaparecio de su vida, evidentemente, no la amo como ella lo amo a el. --?Que haces aqui? --pregunto Angelina con un leve temblor en su voz, volverlo a ver le revolvio antiguos recuerdos de su pasado. --Estoy empezando, es mi primer dia de clases. --?De verdad? ?Arquitectura? Diego sonrio asintiendo, le causo cierto placer que Angelina recordara su meta despues de tantos anos. Hubo unos instantes de silencio en que ambos se miraron a los ojos sonriendo, rememorando la parte bonita de su romance juvenil. --Yo estoy terminando mi maestria --agrego Angelina. Por un par de segundos se arrepintio de su comentario, podia parecer que estaba presumiendo, pero en realidad, queria lucirse, verse bien ante el. --!Guao! ?En serio? ?Que has estudiado? Alguien carraspeo al lado de Angelina, su companera de estudios se encontraba de pie junto a ellos esperando ser presentada. --Diego, te presento a mi querida amiga, Tessa --dijo Angelina forzadamente, en ese momento deseaba estar a solas con su amor del pasado--. Tessa, este es Diego. --!El famoso Diego! --exclamo Tessa con impertinencia--. Me han hablado mucho de ti. --!No exageres! Te lo he nombrado porque fui mi primer noviecito de escuela, pero nada mas --replico Angelina avergonzada. --!Por Dios! !Primer noviecito! !Hablas de el como si fuera el amor de tu vida! --insistio su companera. --No es cierto --susurro Angelina dirigiendose a Diego. Con una mueca en su rostro y gesto de manos intento restarles importancia a las palabras de Tessa. Diego se tenso por la incomodidad, recordo con exactitud como le rompio el corazon a la chica. No lo hizo intencionalmente; las circunstancias de su vida, siete anos atras, lo coaccionaron a tomar la decision de sacarla de su vida; y, al verla ese dia, se avergonzo de haberle hecho dano. --Yo solo se que desapareciste de su vida rompiendole el corazon, ?por que no permitiste que te acompanara en tus momentos dificiles? Las mujeres podemos ser un muy buen soporte emocional --inquirio Tessa. --!Tessa! --exclamo Angelina lanzandole una mirada asesina. --?Que? Te has hecho esa pregunta durante anos, por que no aprovechar este reencuentro para averiguarlo --insistio su amiga. --No necesito preguntar, ni averiguar nada, Tessa. Basta --exigio Angelina de manera cortante. Diego cada vez se sentia mas incomodo, y penso que ese era el momento de retirarse por lo que dijo:--Bueno, debo pasar por la biblioteca antes de la proxima clase. Fue un placer conocerte, Tessa. Nos vemos por ahi, Angelina. La ultima supo que era una excusa, y asintio bajando la mirada. Tessa tenia la mirada perdida en los jardines, y actuo como si no se hubieran dirigido a ella.

  • El amigo de Sigrid Nunez

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    La protagonista y narradora de esta novela es una escritora neoyorquina que pierde de forma inesperada a su gran amigo y mentor, y de forma no menos inesperada se ve obligada a hacerse cargo de su perro -un enorme y artritico gran danes-, que se ha quedado solo y traumatizado por la subita desaparicion de su amo. La protagonista no tendra otro remedio que llevarselo a su minusculo apartamento, arriesgandose a que la echen porque en el edificio esta prohibido tener animales. Y asi, con el trasfondo del duelo por el amigo y el amo desaparecido en tragicas circunstancias, se desarrollara la singular y bellisima historia de la amistad entre una escritora solitaria y un perro que se ha quedado sin dueno.

  • Hablame bajito, Macarena Berlin de Macarena Berlin

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    Con una sensibilidad extraordinaria, Macarena Berlin nos presenta una novela llena de humor y delicadeza en la que disecciona como nadie nuestros miedos. Lo hace con esa voz que nos habla bajito y que queremos seguir escuchando incluso despues de terminar estas paginas.

  • La belleza rota de Christina de Lydia C. Ramirez

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    <> Duena de un encanto irresistible y una candidez tentadora, Christina es una joven atrapada en un matrimonio infeliz. Presa de una gran tristeza, intenta reconstruir su vida en la alegre ciudad de Londres, donde inicia un romance con el duque de Harford, abriendole las puertas a una felicidad desconocida para ella. Aunque, lamentablemente no todo seran rosas en su vida. Adentrate en una magica historia, donde el amor y el deber chocan entre si. Una historia donde la unica protagonista es Christina.INCLUYE CONTENIDO INEDITO: CAPITULOS NARRADOS POR NICHOLAS.

  • Dias de lluvia de Angeles Ibirika

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    Tras la muerte de su mujer, Kaiet decide regresar, junto a su pequeno hijo, a la casa de su padre en Bermeo, despues de diecisiete anos de ausencia. Desde el primer instante se siente extrano, en un lugar al que ya no pertenece. Pero si su futuro se le presenta oscuro, retomar el pasado que dejo a medias tampoco le sera facil. Debera resolver todo lo que quedo pendiente con su precipitada marcha, explicar muchos de sus actos, enfrentarse a sus dudas, sus temores y sus prejuicios. y perdonar. Aunque lo que no imagina es que durante ese proceso se reencontrara con la dulce Maddi y que junto a ella la vida tratara de darle una segunda oportunidad. ?La dejara escapar de nuevo?

  • Disenando a tu antojo de Mariah Evans

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    Natalia Martin trabaja como asistente de Laura Vidal, administradora al 50% de la compania hotelera Vida&Peralta. El otro 50% pertenece a Alvaro, hermano de Laura, un hombre prepotente, con un caracter muy marcado y muy exigente con sus trabajadores.
    Un viaje a Estambul para disenar la construccion de un hotel de lujo pondran a prueba la paciencia y la valia de Natalia respecto a Alvaro. Todo cambiara cuando Belma, una aficionada a lo esoterico, haga unas predicciones sobre su futuro basandose en una antigua tradicion turca: la lectura del poso del cafe.
    ?Te atreves a descubrir cuanto puede dar de si esta tradicion? ?Te dejas seducir por una de las ciudades mas singulares del mundo?

  • El sotano de Natasha Preston

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    Tienes que conocerle para escapar de el.

  • Deirdre (Las feas tambien los enamoran 2) de Elizabeth Urian

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    Camile, Deirdre, Edith, Leonor y ahora Phillipa son las protagonistas de la saga romantica ambientada en la epoca Victoriana <>, cinco historias que demuestran que el amor se rige por su propia logica.

  • EL ROMANO de Sylvain Reynard

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    Raven y su hermana, Cara, estan a merced de un pequeno destacamento de vampiros florentinos, que los estan entregando como una ofrenda de paz a la temida Curia en Roma.

  • Un caballero inconveniente de Catherine Brook

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    Inglaterra, 1830 Habian pasado cuatro anos desde que Edwin Allen habia asistido a una fiesta de esas. En general, las semanas campestres de lady Pembroke eran del agrado de toda la sociedad, y bastante anheladas por aquellos jovenes que ya se sentian preparados para entrar en el mundo tragico pero ineludible del matrimonio. El no estaba listo, y dudaba que algun caballero de veinticuatro anos recien salido de la universidad lo estuviese. A menos, claro, que fuese un hombre con un fuerte sentido de la responsabilidad y apego a lo tradicional, virtudes que nadie podria adjudicarle jamas. En realidad, era muy dificil que le adjudicaran alguna virtud. Edwin sonrio ante el pensamiento y tomo un sorbo de la copa, su unica compania en el solitario jardin. Para su gran fortuna, era el baile de inauguracion y todos estaban dentro festejando, por lo que era improbable que lo importunaran. No era que detestase las fiestas o a las personas, solo que el preferia entretenimientos mas interesantes. De preferencia, con mujeres menos recatadas que las alli presentes y caballeros tan bromistas como el. Todavia recordaba la discusion que tuvo con Julian al respecto. --Se que eres un adulto, pero el sentido comun me dicta que no es conveniente dejarte solo en casa --habia dicho su hermano Julian con tono inflexible despues de que Edwin rechazara rotundamente la idea de ir a la semana campestre de lady Pembroke. --Si ese es el unico inconveniente, me quedare en un hotel --habia respondido el, haciendo que en los rasgos de Julian apareciera esa mueca contrariada que tanto le divertia. --No, no es el unico. Estas en edad de empezar a introducirte en sociedad. La aristocracia sabe que te has graduado, les ha resultado toda una sorpresa porque todos juraban que te expulsarian. Han empezado a incluirte en las invitaciones. --Espero que no tengan la absurda idea de que me he reformado, porque de ser asi… --Edwin --habia interrumpido su hermano--, ya no eres un jovenzuelo. --Que haya pasado la etapa de bromas no me hace un caballero respetable. No tengo animos para tratar con gente estirada y damas que parpadean como si los ojos se le fueran a secar solo por no pestanear cada medio segundo. !Por Dios, Julian! Sabes que asistir a esa fiesta en particular es gritar que estas buscando esposa. Soy muy joven para eso. No pienso ir y es mi ultima palabra. Por supuesto, no habia contado con que el conde de Granard, que siempre habia sido mas bien benevolente con el y con su melliza Clarice, se pusiera inflexible en el tema. Habia pocas personas que pudieran obligar al famoso mellizo Allen a hacer algo que no deseaba, y Julian estaba en ese reducido grupo que solo conformaban el y Clarice. El primero porque habia sido lo mas cercano que tuvo a una figura paterna cuando quedaron huerfanos a los siete anos, y la segunda porque era su melliza, su otra mitad, y no habia nada que Edwin no hiciera por ella… aunque moriria antes de confesarselo. Asi pues, valiendose de ese respeto que Edwin le tenia, habia conseguido arrastrarlo hasta alli. Por fortuna, Edwin era el cuarto hijo de un conde y sus posibilidades de heredar un titulo eran casi nulas. De lo contrario, estaria rodeado de jovenes casaderas que lo asfixiarian con sus perfumes de rosas y lo marearian con tanto aleteo de pestanas. No tener una fortuna considerable y ser bastante joven tenia sus ventajas. Cuando todos comprendieran que no se habia regenerado --y el se encargaria de que quedase claro-- todo volveria a la normalidad. La aristocracia dejaria de enviarle invitaciones y darian un paso hacia atras cada vez que lo vieran entrar. Despues de todo, si algo inspiraban los mellizos Allen era cautela, y no era para menos. Todos sabian que fueron los mellizos quienes, a la tierna edad de ocho anos, liberaron a los perros de caza en el almuerzo de lady Milford, y ni que decir de cuando Edwin habia incendiado un salon en Eton --y por eso fue expulsado--. La sociedad estaba siendo demasiado idiota al pensar que un personaje como el se podia reformar. Sabia que algunas matronas estaban desesperadas por casar a sus hijas, pero no era necesario llegar a fantasias absurdas. -- Edwin --susurro una voz suave a sus espaldas. Edwin se tenso y se permitio hacer una mueca de repulsion antes de girarse con una sonrisa algo tensa. --Lady Lydia, que sorpresa. En realidad no lo era en lo absoluto. Sabia que la dama estaba alli: llevaba intentando evitarla toda la noche. Supuso que habia sido demasiado optimista de su parte pensar que podria huir de ella toda la semana. --No sabia que habias regresado. Me alegra mucho volver a verte --dijo con una sonrisa. Edwin admitia que tenia una sonrisa bonita. Lastima que fuera lo unico en su rostro. No habia cambiado en lo absoluto desde la ultima vez que la vio; si acaso se habia vuelto mas fea. Tenia una nariz gruesa, como la de las ilustraciones de las brujas en los cuentos; unos ojos muy grandes y un rostro demasiado redondo. Su cuerpo prometia ser un poco mas tolerable, pero era dificil de descifrar con tantas capas de tela encima. La sociedad no las apodaba a ella y a sus hermanas <> por nada. --Llegue hace poco. Por mas que la cortesia lo exigiera, Edwin no se atrevia a responder con un <>. No solo porque no se alegraba, que ya era una razon muy poderosa puesto que el no solia hacer uso de ese tipo de mentiras, sino porque solo agravaria el problema. Habia pensado que una separacion de cuatro anos lo solucionaria por si solo, pero cuando la joven habia intentado llamar su atencion esa noche supo que habia pecado de ingenuo. --Podrias haberme escrito. Edwin tuvo que contener una mueca. No, definitivamente el problema no se habia resuelto. Habia sido demasiado esperar considerando que era un Allen, un apellido maldito para la sociedad, ya que quienes los portaban vivian entre lios y escandalos. En el caso de los mellizos Allen, y de el en particular, los problemas no los encontraban, sino que ellos mismos, ansiosos de diversion, iban en busca de estos. Sin embargo, en ese caso particular, el problema si lo habia encontrado. !Y vaya problema! Todavia recordaba aquel dia con un escalofrio. Clarice y el estaban haciendo un favor que implicaba el allanamiento de habitaciones privadas durante una fiesta. A punto de ser descubiertos, Edwin habia salvado la situacion haciendose el perdido y pregonando que habia quedado con lord Sheritong para hablar de los terminos del cortejo de su hija. Que diablos iba a imaginar que lord Sheritong se enteraria. Asi fue como termino haciendole la corte a Lydia, que, por mas que el solia mostrarse desagradable, se aferraba a el como su tabla de salvacion. No era de extranar. Ella no tenia mas pretendientes y queria conservar al unico que tenia, asi fuera tolerando sus desplantes. A la larga, a Edwin le habia dado pena la joven y habia dejado de comportarse como un desalmado, pero no habia dudado en aprovechar su regreso a la universidad para poner fin a aquel cortejo tan espantoso. O al menos creyo haberle puesto fin. Aunque las pruebas apuntaran lo contrario, todavia queria creer que la joven se habia acercado a saludarlo solo por amabilidad. Si, eso es algo que ella haria. --Los chismes llegan mas rapido que una carta --apunto Edwin, fingiendo indiferencia--. Y hablando de chismes, no deberias estar aqui fuera mucho tiempo. No es bueno para tu reputacion. Lydia lo miro de una forma extrana, como si no lo comprendiera. --?Te sucede algo, Edwin? Te noto extrano. --Estoy bien. Pero deberiamos regresar… --Hizo ademan de marcharse. Si no se iba ella, tendria que hacerlo el. Una situacion asi era tentar demasiado al apellido Allen. --No entiendo la urgencia. Se que no es correcto, pero ya que nos vamos a casar… Edwin no escucho lo que dijo despues de eso. La insinuacion del matrimonio lo detuvo en seco. ?Casar? ?Se habia vuelto loca? Seguro que si. En cuatro anos podian suceder muchas cosas, y no era por ser cruel, pero el constante rechazo al que Lydia debia haberse visto sometida podia haber afectado sus capacidades mentales. Suponia que era uno de los efectos mas drasticos de saberse una solterona. Algunas se amargaban, otras vivian de ilusiones y unas pocas como lady Lydia mezclaban esas ilusiones con la realidad hasta fusionarla y convertirla en un mundo ideal que solo ella veia, con un caballero solo para ella. Edwin debia dejarle claro que el no podia ser ese caballero. --?Casarnos? Tenia muchas cosas mas que decir, pero la incredulidad lo superaba. La palabra le causaba fobia. Casarse. Asumir responsabilidades. De verdad ella se habia vuelto loca. Tomo un sorbo de licor para tranquilizarse. Lydia lo miro con extraneza. --Antes de marcharte dijiste que cuando regresaras nos casariamos. Edwin casi se atraganta con la bebida. Su piel palidecio dos tonos. El no pudo haber dicho semejante idiotez. Era cierto que mentia con frecuencia para salir de problemas, y tambien recordaba que antes de enfrentar algunos encuentros con ella se tomaba unas cuantas copas para darse valor, pero que lo condenaran si habia prometido semejante cosa. Bajo ninguna circunstancia, ni siquiera borracho, podria haber mencionado algo tan absurdo. Edwin se tomaba muy en serio su libertad. Jamas bromearia con ello. Definitivamente esa joven habia perdido el juicio. --Bueno, esas no fueron tus palabras exactas --continuo ella al ver su expresion de incredulidad. Edwin respiro con alivio. Le alegraba saber que no era el quien estaba perdiendo la cordura--, pero dijiste que necesitabas ir a la universidad para poder ofrecer a la dama con la que te casaras un futuro prometedor. Dijiste que mi padre jamas aceptaria a un don nadie en la familia. Eso si lo recordaba. Si, eso habia sido con exactitud lo que habia dicho, aunque estaba seguro de que la mencion de lord Sheritong habia sido un ejemplo y no una insinuacion. Recordaba haber dicho: <>. Dicho de esa forma si parecia una indirecta, pero !que diantres! Estaba demasiado desesperado por quitarsela de encima.

  • No digas nada de Patricia Gibney

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    Un asesino se esconde en una ciudad llena de secretos

  • Las cartas del corso de Catherine Clare

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    Alison no tiene nada que pertenezca a Napoleon, ni sabe nada que pueda poner su vida en peligro, por eso apenas puede encontrar explicacion a los ataques que ha estado recibiendo. ? Que secretos oculta el hombre mas apuesto del mundo? ? Por que le ayuda? Tiene muchas preguntas que necesitan respuesta, pero ella es tan solo una indefensa dama.

  • My Indian Blood de Dama Beltran

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    Maldito… Esa es la palabra que Gerald Kenston utiliza para describirse.