• El hilo rojo del destino (Un mundo para Hector 2), Estefania Yepes de Estefania Yepes

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    Hector ha cruzado una barrera invisible, demostrando una vez mas el alcance del amor incondicional de una madre por un hijo. Sin embargo, su pequeno mundo ahora se tambalea de nuevo, mientras trata de recomponerse de un pasado que todavia le persigue.

  • Poder y Secretos de

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    El Club Secreto de los Millonarios: Romance Peligroso, Erotica y Amor con la Chica Prohibida
    Me ama, y ni siquiera sabe como me llamo.
    El quiere mas. Mas que mi cuerpo.
    Pero si se lo doy, todo se sabra.
    No puedo permitirlo, aunque le rompa el corazon.
    Pero... ?y si no puedo evitarlo?

  • Vida de Guastavino y Guastavino de Andres Barba

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    No sabemos nada y la historia es mentira y el amor no existe, pero a veces basta el miedo, el miedo como el hilo dorado de una fabula, para recuperar todas las realidades perdidas; la verdad, la ciencia, el amor. Por cada gesto bajo sospecha, el miedo engendra una constelacion de ciudades posibles. Dadle miedo a alguien capaz de construirlas y tendreis el mundo. Un par de casualidades y varios accidentes llevan a Rafael Guastavino a Nueva York. Sabemos como es su rostro en 1881: la boca tachada por un bigote prusiano, los parpados caidos, la calva incipiente. Lo vieron nuestros bisabuelos, se cruzaron con el en el muelle de Marsella y no lo recuerdan. Algo les llevo a quitarse el sombrero; el traje caro, quiza, o la belleza de la mujer que le acompana con dos ninas propias a un lado y un nino ajeno al otro, un nino que es como la version embellecida y diminuta de su padre, algo les llevo a quitarse el sombrero y sin embargo no lo recordaron mas, era demasiado normal, demasiado espanol. Ahora sabemos lo que no sabian nuestros bisabuelos: ese hombre y ese nino se llaman Rafael Guastavino, sabemos que seran encumbrados como los grandes constructores de Nueva York y luego olvidados y finalmente recuperados como el germen de la arquitectura modernista en Norteamerica, sabemos que seran ninguneados como los caraduras que patentaron un sistema de construccion medieval para que nadie pudiera emplearlo sin su consentimiento anadiendo, a lo que todo el mundo habia hecho desde el siglo XII, un punado de cemento Portland o unas cinchas de hierro, los que vendieron una arquitectura ignifuga a un pais horrorizado por el fuego, los visionarios que hicieron migrar de continente a todo un sistema de construccion y le otorgaron una dignidad que nunca habria tenido, los genios, los albaniles, los timadores, los hacedores de vinos, los nepotistas, los constructores compulsivos, circunstancias demasiado contradictorias como para ser ciertas o tal vez precisamente lo bastante contradictorias como para serlo, pero no sabemos como era ese miedo de Guastavino, el que le hizo embarcar en Marsella rumbo a Nueva York el 26 de febrero de 1881 sin hablar una palabra de ingles y tras una estafa que le impediria volver para siempre, el miedo electrizante que hace que cada vida tenga un rumbo. Es decir, no sabemos nada. Aunque, bien pensado, puede que el miedo no fuera estrictamente de su competencia. El antropologo chino Fei Xiaotong escribio una vez que los Estados Unidos de America era el unico pais sin fantasmas. Tal vez Rafael Guastavino eligio sencillamente Nueva York como mundo sin fantasmas. Un mundo sin fantasmas al que llevar una arquitectura sin fuego. Se dice que Rafael Guastavino, de segundo apellido Moreno, vio su primer incendio a los dieciseis anos, en 1859, en la ciudad de Valencia. No sabemos las circunstancias precisas. Suponemos, porque somos de naturaleza novelesca, que lo hizo asomado entre la muchedumbre. Sabemos que vivia a poca distancia de alli, en la calle Veronica, que su padre era un ebanista descendiente de un fabricante de pianos y que era el quinto hijo de una familia de catorce de la que solo siete llegaron a la edad adulta. El incendio fue en la antigua casa consistorial. Sabemos tambien como es el fuego. En su Traicte du feu et du sel, Vigenere lo describe como <>. Y aunque hemos perdido <> -como decia, un poco pomposamente, el propio Guastavino-, en la masa de las llamas dejamos de leer y empezamos a sentir. Que extrano saber se apodera de nosotros: de pronto resulta evidente que los edificios resisten o arden hasta los cimientos y caen, como cae esa casa consistorial, que los edificios y los puentes caen como caen las personas, sin que tenga mucho sentido preguntarse que ha sucedido. Tal vez en la fabrica de azulejos del arquitecto Monleon, Rafael Guastavino ve tambien otro fuego, uno inmovil que se repite sin menguar ni crecer, el fuego del horno de ladrillo. Y tambien lo ve en la musica, en las vetas de la madera del violin. Desea ser musico y luego no, o quiza no completamente, porque sabe que no tiene talento aunque tenga amor. Siempre es asi. El fuego de la musica se parece al que hunde la casa consistorial, es exigente y comprometedor, sin moraleja. Y tambien ve el fuego en las bovedas de su pariente lejano Juan Jose Nadal, en la curva que se inclina sobre los fieles de la iglesia de Sant Jaume. Lo ve anos despues en los cuerpos de las mujeres, en la excitacion que le provoca llegar a ellas. A veces querria senalar a una en la lonja y tenerla alli mismo, querria que ellas sintieran lo que siente el y que todo fuese expeditivo, que la misma obnubilacion que le priva de sentido las privara tambien a ellas y a los pocos minutos estuvieran los dos resoplando en un callejon. ?Simple? Puede que si, pero nadie ha dicho que Guastavino sea un casanova. Tambien en los negocios ve el fuego Guastavino. En las narraciones que envuelven y doran las palabras precisas o que se hunden por la ausencia de palabras precisas. A diferencia del que acaba con la casa consistorial, el fuego de los negocios elude los motivos que lo provocan, es un incendio sin centro en el que hay que atender a los comentarios azarosos, donde se debe decir lo que se espera y aprender a callar. Por eso vence la arquitectura a la musica en el corazon del adolescente Guastavino. Porque el fuego de la musica quema, pero el de los edificios enriquece. Se sabe que Rafael Guastavino se traslada a Barcelona en 1859, con diecisiete anos, para estudiar maestro de obras y se aloja en casa de un tio paterno demasiado rico como para no ser aprovechado, Ramon Guastavino, sastre de profesion, copropietario de la cadena de textiles El Aguila. Se sabe tambien que no tarda mucho en dejar prenada a su prima Pilar Guastavino, nacida Buenaventura, huerfana a la que ha adoptado y dado su apellido el tio Ramon. Ese hogar que representa todo lo que no ha tenido en la vida cambia el mundo para Guastavino, esa casa en la que disfruta de sus privilegios, en la que se pasa el verano con fantasias burguesas preparando asignaturas de maestro de obras, persiguiendo a Pilar cuando se quedan solos y cepillandose el traje para que haga bonito. La casa en la que tiene un bigote fino y una mirada de gato hambriento lo cambia todo. Alli admira el talento comercial del tio Ramon y el dinero del tio Ramon, y abomina de Valencia y del padre ebanista. Descubre tambien que hay principes de este mundo y que se puede ser como ellos con un poco de audacia y otro poco de olvido. De modo que tras la bronca de rigor y el brindis de rigor y el puro y la palmada de rigor, porque al fin y al cabo -por muy absurdo que parezca- todo ha quedado en la familia, se casan Guastavino y Maria Pilar Buenaventura, antes Guastavino, en el mismo ano de 1859 en la iglesia parroquial de Sant Jaume, demasiado adolescentes como para que no se burlen de ellos los invitados, con un novio que acaba tocando el violin, seguramente borracho, y una novia, seguramente sobria, que le odia desde el principio, aunque a quien le importa, al fin y al cabo, que se amen o se odien dos adolescentes. Pero tambien podemos fiarnos de Guastavino. Podemos pensar que en esos anos en los que al nacimiento del primer hijo, Jose, sigue el de otro nino, Ramon, y luego un tercero, Manuel, Guastavino se convierte en lo que suele decirse un hombre. Podemos pensar que junto a las veleidades burguesas, Guastavino aprende a amar su oficio con amor artesano, como ha amado la musica que le gustaria componer y no puede, y que por eso agradece a sus <>. Embrionario desde hacia siete siglos, no importa, embrionario al fin. Porque una nube pase por encima de un prado no lo vamos a ver menos iluminado. Y es que, si no podemos fiarnos del todo de las palabras de Guastavino, al menos podemos fiarnos de su alegria. En el camino hacia el estudio de Granell i Robert en el que trabaja como ayudante o yendo desde la fundicion a la Escuela de Maestros de Obra, Guastavino siente a veces una euforia extrana, parecida a una pulsion. Esta alegre no solo porque, sin haber terminado los estudios, ya ha disenado un par de mansiones, sino porque todo es posible, porque ha enganado al mundo, aunque enganar no es la palabra adecuada. Lo que queremos decir es que Guastavino comprende que vivir es la cuestion fundamental, que es necesario hacer, hacer, hacer, que la carrera no la gana el talento sino los que aun poseen recursos cuando los demas los han perdido, que la propiedad es religion, cosas tan elementales como el agua y que, pese a todo, la gente comprende tarde y algunas personas nunca. Guastavino lo consigue gracias a su deseo de repetir los ceremoniales de los Guell, los Muntadas, los Oliver, los Blajot, de ser adoptado por ellos con esa extrana fragilidad aleatoria con que los ricos eligen a sus amigos menos ricos pero si inteligentes, menos ricos pero grandes artistas, para dar color a sus vidas y sacudirse el enorme aburrimiento, el tremendo aburrimiento mortal que les producen precisamente sus propios privilegios.

  • Sal en la piel de Suzanne Desrochers

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    Una novela historica apasionante, protagonizada por una inolvidable y carismatica heroina.

  • Las flores del frio de Silvia Carrandi

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    “En la vispera del Dia de Todos los Santos, el 31 de octubre de 1937, sucedieron en Penon tres hechos tragicos. Mi padre desaparecio. A mi madre estuvieron a punto de matarla, y yo, descubri, en la fuerza con la que alguien se colgaba de las campanas de la iglesia, que vivia en un valle lleno de mentiras.”

  • La historia de amor mas bonita del mundo, Brendan Kiely de Brendan Kiely

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    Hendrix es un joven de diecisiete anos solitario e interesado en la poesia. Su madre viaja mucho por trabajo y su abuelo reside en un complejo de apartamentos adaptados para enfermos de alzheimer. Siente que su familia se esta desmoronando. Entonces conoce a Corrina, una joven de su clase de poesia que canta en la calle. Corrina quiere huir a Nueva York y Hendrix decide ayudarla. El camino es largo, esta lleno de aventuras, imprevistos y sorpresas.Un viaje en el que no hay vuelta atras y que les cambiara para siempre.

  • Te sigo amando de Bianca De Santis

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    Te puedo describir mi vida en tres simples palabras: Dinero, diversion y Mujeres

    Ella esta de vuelta en mi vida, en mis pensamientos, en mi respirar. y la quiero en mi cama.
    Cuando eramos pequenos, yo era el mejor amigo de su hermano.

  • Ellas hablan de Miriam Toews

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    Durante anos, en la recondita colonia menonita de Molotschna, decenas de mujeres han sido sistematicamente drogadas y violadas mientras dormian. Despertaban doloridas y sangrando. La comunidad se empenaba en mantener que todo era producto de su absurda imaginacion, o quiza del demonio, que las castigaba por sus pecados. Los violadores, sin embargo, eran hombres de la propia colonia: tios, hermanos o vecinos que finalmente acabaron en prision pero que en apenas dos dias seran liberados bajo fianza y regresaran a casa. Ocho de esas mujeres que padecieron abusos y violaciones estan a punto de reunirse en secreto para tomar una decision que determinara su futuro. ?Que deben hacer? ?Perdonarlos, como pide el Pastor? ?Responder a la violencia con mas violencia? ?O marcharse para siempre?

  • Mi error fue amarte. Parte 2 de Moruena Estringana

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    Dulce y Angel se evitan. Hacen lo posible por no estar mucho tiempo cerca el uno del otro. No se soportan, no pueden evitar insultarse, molestarse y odiarse… Pero, si se odian, es porque en realidad el tiempo no ha logrado hacer que se olviden y que dejen de recordar cuanto se amaron.

  • Mi chica golosa de Ruben C. O

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    Mi pequeno mini Cooper del 2010 se veia realmente pequeno en la entrada de la casa de los Johnson's. Deteniendome por completo, exhale un suspiro de alivio. Lo habia logrado. Mi auto no se habia descompuesto (y eso si que era un logro). Mi auto era mi orgullo, junte dinero y cuando me gradue, mis padres me aportaron el resto, para mi pequeno auto usado, sin embargo, ya llevo tres anos con el y a estas alturas ya no me acompana como en un principio, y no es su culpa, simplemente ya esta viejo. Estaba juntando dinero para otro auto y esperaba poder salir a tiempo de la universidad para comenzar a ganar dinero en grande, bueno al menos para una vida tranquila con un auto decente. Aun asi, le daba las gracias a mi autito por haber resistido hasta aca, ya habia llegado a mi cita de trabajo y estaba justo a tiempo. Hace casi un ano que no era ninera en la casa de los Johnson's, y el dinero definitivamente seria util, ya en mi tercer ano de universidad costear los materiales y utiles se hacia un poco pesado para mi familia, y me hacia bien ahorrar para costear mis propias cosas. Pero mientras tomaba mi cartera del asiento de atras y me acomodaba para salir del auto, se me escapo otro suspiro porque probablemente el camino de entrada no era la palabra adecuada para describir el camino de ripio que debia seguir para llegar a la puerta principal. El sitio de los Johnson era hermoso y grande, tenian una gran rotonda circular, del tipo que se podria imaginar, un ejercito de caballos y carruajes tirando hacia arriba, con un mayordomo que responde a la puerta, con los labios rigidos y una bandeja de bebidas. Y ademas de la enorme mansion de piedra, habia un vasto jardin, ademas de una piscina infinita que se podia ver a la vuelta de la esquina, el agua tranquila y suave en la luz de invierno todo eso, antes de la puerta de la casa. Asi que si, los Johnson's vivian como reyes. Y a pesar de que tecnicamente eramos vecinos de la misma comunidad privada, mis padres estaban en la parte mas modesta, con casas medianas y patios pequenos, mientras que mis empleadores vivian en la colina en la extravagante seccion de millonarios. Pero eso no me importaba realmente, mi vida la estaba forjando recien, nada de lo que mis padres lograron es lo que marcaria mi futuro, sino que yo misma debia encontrar mi propio camino, asi que estaba aqui, por dos razones, por un trabajo que me diera dinero y tambien por la pequena Vania que era la cosa mas linda, una bola de entusiasmo con piernitas. Habia cuidado a Vania desde que era una recien nacida, sentia un carino especial por ella, este ultimo ano en la universidad me habia demandado mucho tiempo, y los Johnson's no habian solicitado mis servicios cuando yo estaba disponible, asi que ahora no podia esperar a verla otra vez, no podia imaginar cuanto habia crecido, y cuanta belleza habia ganado, ella era solo una bebita pero era encantadora, esos rizos color lino y sus redondos ojos azules de bebe que podrian derretir el corazon de cualquiera. Incluso cuando estaba en sus momentos de rabieta, la pequena rubia todavia era adorable, un pequeno torbellino de energia que podia hacer sonreir a cualquier adulto y suspirar con exasperacion a la vez. Asi que, apague el motor, arregle mis cosas por ultima vez y sali de mi automovil maltratado antes de subir con cuidado los infinitos escalones para tocar la puerta grande de entrada. Hace solo unos anos atras, habria subido los escalones de prisa, atletica y delgada como un latigo. Pero he cambiado en este ultimo tiempo, creo que mi desarrollo fue muy tardio, habia crecido en altura, pero mis senos y caderas eran casi inexistentes, sin embargo, despues de los dieciseis anos mi cuerpo comenzo una etapa distinta y donde solia ser larguirucha y delgada, fui formando curvas, mis senos y caderas tenian mas carne y ahora que soy una mujer adulta, el peso que he ganado me hace sentir mas pesada cuando se trata de ejercicios como este. No tenia como quejarme, no era gorda, solo era mas robusta de lo que estaba acostumbra a manejar, quizas muchas chicas deseaban un cuerpo delgado, pero ahora tenia lo mio, y me sentia a gusto con mi nueva version. Aunque cuando se trataba de escaleras habia demasiado rebote y carne que controlar, demasiado peso blando al que no estaba del todo acostumbrada. Asi que camine como una dama, moviendo las caderas, tratando de mantener las cosas en su lugar. Cuando por fin estuve arriba el silencio total me saludo despues de tocar el timbre. Raro, comunmente habia gente en la casa, personal de aseo, jardinero, o la senora Johnson ponia musica para pasearse por la casa. Despues de otro minuto, volvi a llamar al timbre. ?Tal vez estaban todos arriba y no podian oir? De pronto sonaron algunos ruidos, algunos baches, y finalmente se abrio la puerta, revelando al Sr. Johnson. Sonrei timidamente, tratando de no mostrar mi nerviosismo porque el Sr. Johnson siempre habia sido magnifico y esta vez no era una excepcion. El hombre no era viejo, pero era mayor que yo obviamente, era corpulento y misterioso, llenando la entrada, haciendome sentir positivamente pequena, del tamano de una taza de te. Por supuesto que siempre lo habia notado, pero verlo de nuevo solo confirmaba su esplendor, era realmente candente. Cabello color carbon y ojos azules tan intensos que me encendian con su mirada. Ademas, tenia un cuerpo para morirse, nada de cosas flacidas de papa cervecero. Los hombros anchos se estrechaban en una cintura fina, con piernas largas y poderosas vestidas con pantalones de tela. "Oh, hola Mai", retumbo. "Lo siento, estabamos un poco… !Vania, detente!" Grito hacia atras al oir un ruido. Y mientras estabamos alli, un estruendo sono en el piso de arriba como cuando cae algo al suelo, era un plastico, por el sonido podia imaginar a Vania sacando algo del mueble de los juguetes y sin querer boto algo mas, y el senor Johnson hizo una mueca con sus labios y cerro los ojos. "Entra, entra", dijo, exasperado, respiro profundamente y continuo "Ha sido un largo dia". Y a pesar de que mi corazon latia en su cercania, me obligue a sonreir y entre al vestibulo. Esto, definitivamente lo recordaba. El espacio era enorme, todos los pisos de marmol con una lampara de arana gigante colgando sobre nuestras cabezas. "?Donde esta Vania?", Le pregunte tentativamente, tratando de parecer indiferente. El Sr. Johnson suspiro profundamente. Ahora que lo podia ver con mas detencion, estaba mas viejo en sus facciones, habia corchetes alrededor de sus profundos ojos azules que no habian estado alli antes y sus lineas de risa eran un poco mas prominentes. Debe ser cansancio por su trabajo, sabia que trabajaba en algo relacionado con las finanzas, y muchas veces debia abordar aviones y hacer viajes tarde, y volver al siguiente dia para continuar con las cosas aqui. "Vania", grito de nuevo, con una mano en la barandilla. "Baja, por favor, tu persona favorita esta aqui". Y el sonido de unos pequenos pasos sono antes de que un pequeno bulto rubio se precipitara por las escaleras hacia mis brazos. "Mai, Mai", grito la nina de cinco anos. "!Estas aqui!" La nina era muy carinosa. A pesar de ser un dia regular y no un dia de fiesta, lucia un vestido de bailarina purpura, completo con un tutu rigido y una corona reluciente en la cabeza. Tan linda como siempre, y mas grande como lo pense. "Hola carino", dije alegremente. "Me gusta tu ropa. ?Estabas jugando a la princesa arriba?" Vania se echo hacia atras por un momento y vi que su cara regordeta estaba surcada de lagrimas y los ojos rojos por el llanto. "?Estas bien carino?", Le pregunte, esta vez con mas suavidad. "?Vino la malvada bruja?", asumi que por alguna razon habia estado llorando, verla hizo que se me apretara el estomago, no me gustaba ver llorar a los ninos. Ella asintio en silencio, sus ojos azules mirandome con ligeras manchas de chocolate alrededor de su boca. Pero eso estaba bien, los ninos se ensucian muy facilmente y podria arreglarse con un pano tibio, no habia problema. Pero habia algo diferente en el aspecto de Vania, que no era mi imaginacion. Al igual que su padre, parecia agotada, lo cual no estaba bien para una nina de cinco anos. Los ninos se cansan, claro, pero se duermen de inmediato y se despiertan completamente renovados, cada dia es un nuevo dia para ellos. Asi que me preocupe, aunque intente no mostrarlo. Murmurando de manera tranquila, dije, "Vania, te preparare la cena, te limpiare y luego nos prepararemos para ir a la cama ?de acuerdo?" Pero la pequena nina grito entonces, pateando y sacudiendo violentamente sus piernas contra mi. "Oof!" El aliento salio de mi estomago, sus zapatos de charol golpeando dolorosamente contra mis caderas. "!Ay!" Entonces, el Sr. Johnson intervino, sacando a su hija de mi cuerpo y apretandola contra su gran figura. "Lo siento, hemos estado teniendo problemas recientemente, ya sabes, con Romina mudandose y todo". Me detuve en seco antes de recuperarme e intentar parecer normal. ?La senora Johnson se habia mudado? ?Que? ?Cuando? ?Por que mis padres no me lo habian dicho? Y el Sr. Johnson asintio de nuevo, notando mi expresion de incertidumbre. "Romina se mudo hace un par de meses", dijo con voz ronca, "y ha sido duro para Vania. Ella no ha estado durmiendo bien, ha hecho berrinches por cualquier cosa, todo el dia. Entonces, si puedes manejarla esta noche, seria un milagro". Sonrei tentativamente. "Estoy segura de que estaremos bien", le dije de manera tranquilizadora mientras mi mente giraba en miles de pensamientos. "Quedese tranquilo Sr. Johnson, manejare de la mejor forma todo aqui. Y... lamento mucho lo que me comenta", Intente no ser grosera, ni inoportuna, pero en realidad sentia un pesar por lo que me dijo. Dios mio, la pobre pequena. Su madre se habia ido y ahora estaba respondiendo al cambio. Diablos, cualquier nino haria lo mismo, incluso si Romina Johnson apenas habia estado presente en la vida de su hija. La mayoria de los dias, por lo que pude ver cuando estuve aqui, la mujer no se levantaba antes del mediodia y habia dejado la mayor parte del cuidado de Vania a una ninera que hacia todo, la alimentaba, banaba y jugaba.

  • Laila Winter y los Senores de los Vientos de Barbara G. Rivero

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    Ha llegado el frio otono a Faerie y los vientos traen secretos oscuros que quizas hubiese sido mejor no desvelar jamas.
    Laila se embarcara junto a Aurige, Cyinder y Nimphia, en la busqueda del tesoro de los ithiries, un secreto que tal vez le conduzca por fin a resolver el misterio de su madre desaparecida y su desgarrador pasado. Pero en Faerie las cosas no son nunca lo que parece: las traiciones y los enganos estan a la orden del dia, y los temibles Senores de los Vientos de Airie se encargaran de convertir su, hasta ahora placida vida, en un oceano de tormentas y caos hasta el asombroso final.
    Con la segunda entrega de Laila Winter, Barbara G. Rivero supera todas las expectativas creadas en Las Arenas de Solarie; los enredos traicioneros y las maquinaciones siguen tejiendo el verdadero tapiz de esta maravillosa saga, que esta llamada a convertirse en una de las obras mas importantes de fantasia de todos los tiempos.

  • Mi error fue confiar en ti. Parte 2 de Moruena Estringana

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    Bianca ha sabido desde nina que las riendas de su vida nunca las llevaria ella, primero seria su padre y mas tarde su marido. Ha sido educada para ser la futura esposa del principe Liam, lo sabe todo de el…pero su corazon no lo ha elegido a el. Por desgracia mientras era la prometida de Liam se dejo seducir por un atractivo granuja de ojos negros…Alguien que la engano para su propia diversion y que destrozo su joven corazon…

  • El Libreto de Alejandra Diaz

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    El 18 de julio de 1936, mientras el general Francisco Franco llegaba desde Canarias para tomar el control del ejercito del Protectorado y Santiago Casares Quiroga, incapaz de contener la rebelion ya generalizada, dimitia de su cargo de presidente del Gobierno, Hilda Valladares abrazaba su abultado vientre y le pedia al ser que habitaba en su interior que se mantuviese en silencio y tranquilo durante esta ola amenazante; el mismo silencio que ella mantendria meses mas tarde, cuando se llevaran a su propio padre delante de sus narices... Nunca mas supo de el. A la manana siguiente, entre el horror y el desconcierto, y con la adrenalina en descenso a causa del agotamiento y el hambre, Hilda sintio la oleada de oxitocina que su cuerpo gravidico necesitaba liberar. Ayudada por su madre, dona Lucia, y por una comadrona de manos grandes y fuertes, apodada dona Cata, que residia en su mismo barrio de la sacudida ciudad de Madrid, dio a luz con dolor y desesperacion mientras Espanase quebraba parasiempre. Juan Dominguez Albornoz fue uno de los pocos hombres que no estaba en el frente. El trabajo de parto de su mujer lo mantuvo a salvo. Queria salir y defender su pensamiento y sus ideales republicanos. Las calles militarizadas y el ambiente de rebelion exaltaban su espiritu, pero cuando vio al recien nacido y sintio la esperanza del llanto energico de este nuevo ser que dependia de el, decidio que haria lo que fuese necesario para protegerlo de cualquier destino infantil indigno. Sin embargo, esto no se concretaria hasta trece meses despues en Alicante, cuando tuvo la oportunidad de embarcar con destino a Argentina gracias alos contactos politicos de dona Lucia. --!Las oportunidades se presentan para tomarlas! --les comento depositando sobre la desgastada mesa de la cocinalos papeles que harian posible el viaje hacia America del Sur. --!Tengo miedo, madre! --Hilda, vais a estar bien o, al menos, mejor que aca. !Eso os lo aseguro! --la calmo mientras la rodeaba con sus rollizos brazos. --!Si vinieses con nosotros...! --sollozo Hilda con un nudo en la garganta. --Una madre nunca abandona a un hijo. Tu hermano no va a descansar hasta saber el paradero de vuestro padre --agrego dona Luciaala par que le daba palmaditas en laespaldaasu acongojada hija. Las dudas y las preguntas merodearon por los suenos de Hilda. Los meses previos a iniciar la travesia fueron de incertidumbre, pero intuia que esa guerra civil anticiparia un cataclismo mundial y ello le pesaba aun mas y alteraba su descanso. No queria dejar a su madre, pero la familia que estaba formando merecia una oportunidad parasobrevivir. --Nos iremos a Mexico. Es la alternativa mas sensata en estos momentos. Es el unico pais que tiene unainstitucion organizada paralos espanoles --manifesto Hilda. --Si vamos a emigrar, prefiero que sea a la Argentina --rebatio Juan--. Es un pais que ofrece un mayor potencial para mentes inquietas como la mia. --Pero Argentina no recibe republicanos. Ellos simpatizan con el regimen franquista --discrepo ella, intentando calmar los nervios que laaquejaban desde hacia varios dias. --Los lazos intelectuales de este pais de Sudamerica podrian acallar verbalmente mi espiritu para salvar alafamilia que llevo --aseguro el para convencerla. Fue asi como los Dominguez Valladares partieron rumbo a America con su hijo Enrique, de tan solo dos anos, bien sujeto a su espalda; y lo que en principio era un objetivo ansiado y desesperado se transformo en un sentimiento de angustia y desolacion. La travesia por mar duro veintiseis dias y finalizo en el puerto de Buenos Aires. Viajaron con otras familias de espanoles que lograron convertirse en la suya propia. Junto con ellos formaron una comunidad de refugiados de la guerra, con contactos que daban apoyo necesario para poder asentarse en las mejores condiciones posibles. A traves de estas redes Juan consiguio su primer trabajo. Gracias a sus estudios y a sus conocimientos en el area de la filosofia, ocupo un cargo como asistente de catedratico en la Universidad Estatal de Buenos Aires. El trabajo completaba la mente de Juan, pero la remuneracion era insuficiente para mantener a una familia que anunciaba su crecimiento. Poco tiempo despues se entero de que en el pais vecino existian tierras a la venta que poseian las condiciones necesarias para ser cultivadas; de buena calidad y a un precio minimo. Todo ello con el objetivo de tratar de poblar ese pais tan aislado. --?Donde queda Chile? --pregunto Hilda, desconcertada. Los meses de adaptacion habian sido un sufrimiento para ella, asi que el simple hecho de pensar en la posibilidad de moverse otra vez la descoloco. --Estamos cerca y latravesiasera corta --le aseguro Juan, intentando calmarla. La personalidad sonadora de este espanol le otorgaba audacia de sobra para conseguir cualquier objetivo propuesto. Hilda, por el contrario, era una mujer terrenal a la que las situaciones de riesgo o ambivalenciale provocaban ansiedad. --No estoy segura --titubeo, y se llevo ambas manos a la cabeza a la vez que cerraba sus pequenos ojos color miel--. Aqui yatenemos un trabajo estable. --!Pero tendremos nuestras propias tierras, Hilda! --solto el, exasperado. Despues se acerco a paso lento a la ventana y miro a traves del cristal. Pudo observar la suciedad y la inmundicia que presidian las calles de aquel barrio. Luego de un instante, agrego--: Tendriamos la posibilidad de criar a nuestros hijos en un lugar que fuese nuestro... Podriamos construir un hogar paraellos. --!Nuestro hogar lo perdimos para siempre al dejar Espana! --expreso ella, que ya habia perdido bastante. Dias despues, con otras dos familias, partieron rumbo a aquel pais ubicado al final del mapa. Con los contactos adecuados, adquirieron las visas chilenas requeridas. Aun resonaban en su mente las recomendaciones de dona Lucia sobre la importancia de llevar efectivo para comprar tierras y poder trabajarlas ellos mismos. Ese fue el argumento que utilizo Juan asu favor para convencer asu mujer. La travesia duro dos semanas. Lo mas dificil fue cruzar la cordillera de los Andes. El frio se calaba en los huesos a traves de los fierros del ferrocarril y Juan temio por la vida de su hijo y del pequeno que crecia en el vientre de Hilda; los abrazo y rezo para que pudiesen mantenerse a salvo. Y en ese momento desesperado decidio que, si sobrevivian, lo unico que hariaen esta vidaseriaser feliz. Chile les otorgo todo lo que esperaban al dejar Espana. Las veinte hectareas en el sur fueron mas que suficientes para vivir de todas las bondades que proporcionaba la tierra y mantener a esa gran familia. Pero lo que este pais no pudo lograr fue borrar el resentimiento y el rencor en la mente de Hilda. Ella era una mujer menuda, de contextura media y personalidad fuerte, con facciones marcadas por los gestos expresivos de su rostro. Con solo veintidos anos sus ojos revelaban mas historias de las que ella hubiese deseado. A esas alturas habia perdido a su padre y a su unico hermano, de tan solo dieciseis anos. A este ultimo lo detuvieron mientras buscaba informacion sobre el desaparecido progenitor y lo fusilaron en el norte de Espana. --!Dime que mi hermano no esta muerto! --le grito a Juan con la carta, arrugada, todavia en las manos--. !Erasolo un nino! El pensamiento constante de la vida olvidada hacia que la energia ya no le alcanzara, asi que a los veintisiete anos se le notaba la labilidad y el peso del sufrimiento en las lineas de expresion que surcaban su cara. Anos mas tarde, la llegada de una segunda carta, esta anunciando la muerte de dona Lucia, la unica persona que le quedaba en Espana, acabo por resquebrajarle el alma. Rezo en silencio a los pies de su cama de fierro y maldijo el instante en el que abandono a los que mas queria. Odio la Espana mutilada que la separo de los suyos y la obligo a dejar sus suenos por la imposicion de los otros. Entonces tomo la determinacion de que nunca mas hablaria de sus raices, y mucho menos de la guerra. Hilda cerro el libro de su pasado porque no podia vivir el presente con dolor. Se resigno a la suerte y al destino impuesto y envejecio a una velocidad acelerada: primero de espiritu, pues perdio las ganas de seguir, y luego fisicamente. Su cuerpo parecia el de una mujer senil. Ni todas las palabras romanticas de Juan ni los besos efusivos y pegajosos de sus hijos pudieron retenerla en esta tierra que no queria. Anhelaba lo perdido y, sin angustia alguna, un dia dejo de respirar. A los cuarenta y dos anos abandono este mundo y aquel pais americano y dejo a un esposo destrozado y nueve hijos. La vida de Juan Dominguez Albornoz corrio distinta suerte. En Espana vivian sus padres y sus dos hermanas menores, Ines y Rosario, quienes tenian doce y seis anos, respectivamente, al momento que este habia emigrado. Habian sobrevivido a la guerra y a la dictadura. Pese a ello, el rostro de Juan nunca pudo borrar las huellas del llanto por los que se habian quedado en su tierra natal. Para alejar de su mente los pensamientos del recuerdo de sus seres queridos, trabajo la tierra en Chile como si siempre lo hubiese hecho; estafue en el sustento de su descendencia. Su hijo, Enrique Dominguez Valladares, crecio siendo un nino feliz, como anhelaba su padre. Aunque habia nacido en Espana, dejo este pais en el pasado. No habia nada que recordar, pues toda su vida habia transcurrido en Chile. Aqui habia aprendido a leer y a escribir gracias a su madre, dona Hilda, porque la escolaridad era un lujo que no podian permitirse. Sin embargo, ayudo a sus hermanos menores a ir a la escuela y aprendio de ellos. Leyo todos los libros que estuvieron a su alcance, se relaciono con la gente mas influyente de la epoca y se convirtio en uno de los hombres mas apuestos y refinados, con un gusto innato por el arte. Se habia casado con Matilde de la Fuente, una chilena proveniente de una familia conservadora y acomodada, con quien tuvo cuatro hijos. El mayor se llamaba Fernando. Matilde era una mujer de descendencia alemana, cuyos antepasados tambien habian llegado al pais en un afan colonizador. Era robusta, con el cabello dorado, y tenia hermosas y delicadas facciones. Enrique y Matilde fueron un matrimonio pleno y dichoso; tanto es asi que el dia que Enrique abandono este mundo Matilde decidio que no aceptaria que la muerte los separase y, simplemente, dejo de comer. Intentaron alimentarla de mil maneras, con caldo de avena, sustancia de cogote de gallo y compota con harina tostada, pero ella solo queria morir. Era demasiado catolica para hacer una autolisis directa, asi que dejo que su cuerpo se apagase despacio por la inanicion. Treinta y cinco dias despues y en soledad acompano parasiempre asu espanol inmigrante. Felipe Dominguez Abarzua, cuarto en la linea sucesoria, afloro con su espiritu inquieto y artistico y quiso recuperar el pasado espanol de su linaje. --!Recuperemos la nacionalidad espanola, papa! --?Para que la quieres? No tenemos nada alla --afirmo Fernando, convencido de que aquel esfuerzo no acarrearia ningun beneficio. --Me gustariairme a vivir a Europa --explico. Pese a los esfuerzos de ultratumba de Hilda Valladares, los genes no se pueden cubrir con tierra y el instinto por subsistir de las generaciones futuras dibujo la historia. De este modo, las busquedas y los recuerdos borrados salieron de nuevo a la luz y lograron descifrar lentamente el arbol cortado, sus enlaces y su descendencia. Fue asi como Sara se entero de que la hermana de su bisabuelo Juan, Rosario Dominguez Albornoz, estaba viva... y residiaen Madrid.

  • El alto mando de la oscuridad (Cronicas del Horizonte 2) de Kim Richardson

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    Contra todas las apuestas, Alexa sobrevive a las garras del dios pagano Hades y regresa a Horizonte, pero a un costo muy alto. Le falta una parte de su alma y, en ese vacio, se cultiva cierta obscuridad.

  • Ciega, sorda y muda de

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    En nuestra vida nos topamos con personas que no quieren escuchar, otras que no quieren hablar y otras que no quieren ver. Sordas, mudas y ciegas, en cualquier orden, no interesa cual. Lo importante es saber llevarlas, seguirles la corriente, ir para donde disparen; o podemos contradecirlas, esquivarlas... o mejor aun, tenerlas de amigas.
    Asi son ellas. Pilar, la sorda. Catalina, la muda. Malena, la ciega. Tres amigas que se complementan, inseparables, casi hermanas, por poco almas gemelas. "Somos nuestro tercio de la naranja", si, porque a veces la media naranja no existe, solo a veces, la naranja tambien se parte en tres pedazos iguales.
    Tres caminos, tres historias que, a pesar de todo, luchan por el amor. Porque ese sentimiento se hace, se construye, se vive, se siente y a la vez se odia.
    ?Podran aprender a escuchar, ver y hablar mientras tratan de conseguir que todo a su alrededor funcione? ?Se puede cambiar por amor?

  • No, mama, no de Verity Bargate

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    Lo que mas me impresiono cuando me dieron a mi segundo hijo y lo cogi en brazos fue la total ausencia de sentimientos. Ni amor. Ni colera. Nada. Contemple las hinchadas facciones amoratadas, las manos achatadas, el escroto que le colgaba casi hasta los tobillos, y senti tan poco placer y afecto como si hubieran envuelto por equivocacion la placenta en una manta y me la hubieran puesto entre los brazos. La verdad, al principio pense que eso era lo que habian hecho. Luego nunca pude saber con certeza si se lo habia devuelto bruscamente pasandoselo por encima de mis piernas al doctor que me estaba cosiendo o si lo habia imaginado. El caso es que se lo llevaron. Una enfermera se acerco entonces a lavarme. Primero el pubis, luego la cara, con el mismo pano, que apenas enjuago entre una y otra operacion. Despues el te. Tibio y derramado sobre el plato. Me desagrada el te. No me permitieron fumar un cigarrillo… <> Mi marido, David, testigo indiferente de estas humillaciones, seguia llorando porque el nino no habia sido una nina. Alegue cansancio y le sugeri que se marchara, cosa que hizo con fingida reticencia. Tanto disimulo, ya tan pronto. De vuelta en la habitacion, encendi por fin un cigarrillo. Tenia el sabor dulzon que tienen a veces despues de hacer el amor. Cerre los ojos e intente imaginar un cuadrado negro sobre un cielo negro, cualquier cosa con tal de apartar el recuerdo de esa berenjena mas bien pasada que me habian arrojado a los brazos en nombre de la maternidad. Creo que me adormeci, pues de pronto oi: <>, y lo conectaron a mi pecho docil con una precipitacion que parecia innecesaria. Tardo una eternidad, agitando el hocico como un cerdo hozando en busca de trufas. Senti asco y no me avergonce, aunque cogi un libro para intentar distraer mis pensamientos de los jadeos y tirones y movimientos de succion en curso. Regreso la enfermera y me quito el libro con un energico <>. Si puedo, grite mudamente; tendre que hacerlas los proximos meses. Mas tarde, a la hora de visita, volvio David con los ojos todavia un poco llorosos. Le envidie el lujo de sentir algo, aunque sospeche que su sufrimiento respondia sobre todo a que habiamos leido en alguna parte que si se hace mucho el amor hay mas probabilidades de tener una nina; cuanto mas se folla, mas debil es la eyaculacion, y las hembras, mas fuertes que los machos, tienen mayores posibilidades de llegar primero hasta el ovulo y fecundarlo. En otras palabras, su pena parecia tener un fundamento bastante machista. Creo que fue entonces cuando nuestra incapacidad de comunicarnos se hizo irreversible. Nuestro dolor era tan distinto, los motivos tan divergentes; el mio todavia no articulado, el suyo ya casi superado. Transcurrieron algunos dias. No se muy bien como, pero pasaron. Mientras estaba despierta leia todo el tiempo -cualquier cosa con tal de no pensar- y pasaba muchos ratos sentada en la banera. Eran los unicos momentos en que no me parecia estar sentada sobre una alambrada de puas. Pero por fin me quitaron los puntos y ya casi habia llegado el momento de volver a casa. Aparte de leer y de contemplar imaginarios cuadrados negros habia un pensamiento que no lograba impedir por mas que lo intentara. Mi madre le conto a una solterona amiga suya que parirme a mi habia sido un viaje a las puertas del Infierno. La amiga, que habia dejado de ser solterona, me comunico la informacion en el funeral de mi madre mientras los demas comian sandwiches de pepino cortado en rodajas casi transparentes y bebian te en tazas de porcelana fina decorada con hojas de hiedra. Yo estaba en el dormitorio de mi madre y recorria con el dedo el polvo que cubria su espejo mientras me preguntaba como era posible que todas esas personas reunidas ahi abajo tuvieran tantas ganas de charlar, y entonces ella vino a buscarme. Por el tono en que me hablo, se diria que me estaba transmitiendo mi legado. Y en cierto modo asi era. Creo que fue la unica persona que nombro a mi madre en todo aquel largo, caluroso dia de agosto. Y el pensamiento que no lograba apartar de mi cabeza todos esos dias en el hospital era que el parto en si no habia sido en absoluto un viaje a las puertas del Infierno; ese viaje solo empezaba ahora. La manana del dia en que debiamos volver a casa, pedi hablar con la enfermera o con un medico. La enfermera de guardia me dijo que estaban ocupados, pero yo sali del pabellon, que olia a eter y fenol, a flores muertas y leche agria, y entre en el despacho, que olia a sudor rancio y cigarrillos, a ceniceros sucios y suficiencia. Estaban tomando cafe. Volvieron hacia mi sus caras escandalizadas al ver que habia infringido las normas entrando en el sanctasanctorum sin tan siquiera llamar a la puerta. Empece a balbucear que iban a mandarme a casa con un crio a quien no queria y que no podia hacerme responsable de mis actos y que vivia en un piso alto y que que ocurriria si tiraba el crio por la ventana porque no lo queria, no lo queria, no lo queria. La expresion de horror desaparecio de sus caras; se encontraban nuevamente en terreno conocido. Oi como la enfermera le recordaba a la doctora quien era yo, una vez que la enfermera de guardia se lo hubo recordado a ella. La oi exclamar que esta madre era tan buena madre que habia dado de mamar al nino e incluso se sacaba la leche sobrante para donarla a la unidad de prematuros y pense que quiza las ascendian si superaban la media nacional y conseguian tener mas de un determinado porcentaje de madres que amamantaban a sus hijos. Yo era un dato estadistico que podia serle util en su carrera. Entonces grite que cada vez que le daba el pecho al nino me entraban ganas de vomitar; que me daba asco; que me sentia como una vaca o una maquina ordenadora. La doctora me pregunto si era actriz o modelo y comprendi que pensaba que era una puta. Me dio palmaditas en el brazo, carraspeo y pronuncio su veredicto. Dijo que no debia preocuparme porque yo sabia lo que sentia y con eso ya tenia ganada la mitad de la batalla y que aguardara unos instantes y todo se arreglaria porque iba a darme unas pastillas estupendas que me harian sentir mejor y que pensara que podria haber sido mucho peor si me hubiera ido a casa pensando que no ocurria nada. En otras palabras, que era una mujer afortunada. David habia llegado en medio de este insignificante incidente pero yo no me habia dado cuenta. Cuando la doctora se alejaba taconeando en busca de mi ficha para recetarme los antidepresivos, le grite: -Y al bebe le lagrimea el ojo, ?podria recetarme tambien algo para el? Por favor. Fue como si hubiera conjurado a la Santisima Trinidad; la doctora se detuvo en mitad de la escalera y se volvio a mirarme con expresion de total felicidad. -?Lo ve? -chillo-, ?lo ve? Tiene que querer a su hija, si no, no se habria fijado en el ojo. -No es una nina, no es una nina, es un nino. -Y me eche a llorar de verdad; empezaba a sentir algo y eso era justo lo que no queria que ocurriera. Hasta ese momento no sabia con certeza por que habia irrumpido de ese modo en el despacho. Pensaba que quiza solo queria romper la indiferencia de esa gente, porque desde luego no se me habria ocurrido pedirles ayuda. Pero entonces comprendi que lo que queria era romper mi propia indiferencia, solo para averiguar si era posible, pero dejando a pesar de todo todas las opciones abiertas, para que, si me aventuraba demasiado, siempre me quedara la posibilidad de echarme atras. Y ahora ya era demasiado tarde, ahora sufria de verdad, pero tambien estaba furiosa porque esa mujer a quien tanto detestaba lo habia desencadenado todo. Ella habia llamado nina al nino y por su culpa yo ya no podia continuar fingiendo que los bebes tenian un solo sexo, ya no podia seguir negando la causa de mi angustia. David se acerco mientras miraba el reloj y dijo: -Por el amor de Dios, no armes tanto alboroto. Nunca saldremos de aqui y tengo que entrevistar a Fenella Fielding dentro de media hora. Y entonces empece a reir y a llorar al mismo tiempo y me trajeron rapidamente las pastillas y el unguento porque algunas otras pacientes habian salido del pabellon a ver que estaba pasando y ese era el peor pecado que yo podia cometer. Estaba alterando el orden establecido y dando un espectaculo. El taxi, el crio y los medicamentos llegaron al mismo tiempo y me sacaron del recinto con escasas ceremonias y un gran alivio. En el taxi intente recuperar mi insensibilidad, lo que no fue demasiado dificil con David disculpandose con enorme irritacion y el crio chillando. Cuando llegamos a la puerta, David dijo que me veria mas tarde y que Mary traeria a Matthew a las dos y que el regresaria tan pronto como pudiera y adios carino y levanta la barbilla y arriba esos animos y te vere luego. Baje del taxi y me quede en la acera con el crio y una maleta y una bolsa. Tenia que subir ochenta y tres escalones y pense que mas me valia empezar cuanto antes. El taxi no se movio. Entonces oi que el taxista decia: -?Piensa ayudarla, amigo, o tendre que hacerlo yo? Y David bajo del taxi y subio corriendo las escaleras con la maleta y la bolsa. Y yo me volvi y sonrei, dandole las gracias al taxista, que me saludo levantando el pulgar y me solto un <>. Me cruce con David en la escalera. No nos dijimos nada. II Cuando llego Mary con Matthew, me alegre sinceramente de verlo. Solo lo habia visto dos veces en el hospital porque Mary vivia en la otra punta de Londres y tenia dos hijos propios que cuidar. Estaba enfadado conmigo por haberlo abandonado y al principio no quiso hablarme ni acercarse a mi. Contemple su vulnerable espalda de nino de veinte meses mientras el buscaba sus cochecitos, ignorandome deliberadamente. Arrastro una silla hasta la ventana, se encaramo encima y alineo los cochecitos sobre el alfeizar, con fuertes ruidos de emergencia: coches de bomberos, ambulancias y coches patrulla. Era uno de sus juegos preferidos y uno en el que solia pedir mi participacion; pero no ese dia. Mary habia hecho cafe y nos permitimos una breve chachara superficial. Eso me entristecio; antes habiamos sido amigas intimas. Los maridos y los crios y la distancia fisica habian cambiado las cosas y ahora nuestros puntos de referencia eran tan distintos que pense que ya nunca recuperariamos la antigua intimidad. Los repentinos berridos furiosos, en la habitacion de al lado, me recordaron que tenia otro hijo. Por unos diez minutos habia olvidado por completo la existencia de… Orlando, y al diablo con David. Mary fue a buscarlo y me lo trajo, haciendole mimos y carantonas. Casi se interrumpio en mitad de un berrido; nunca habia oido esos tontos ruiditos que se les hacen a los bebes. A lo mejor imagine la expresion de sorpresa, quiza le estoy atribuyendo reacciones a una edad un poco demasiado tierna, pero desde luego respondio a los mimos de Mary. Terminadas todas las operaciones necesarias para desnudar mi pecho izquierdo -los botones de la chaqueta, la cremallera del vestido y Dios sabe que del artefacto Heath Robinson llamado sosten maternal-, empece a alimentar al desconocido huerfanito. Esto tuvo un efecto instantaneo sobre Matthew. Derribo todos los cochecitos del alfeizar, bajo de un salto de la silla, corrio hacia mi y aparto a Orlando de mi pecho, diciendo: -No, no, no, no, no, no, no, no… Luego me echo los brazos al cuello y lloro y lloro y lloro como si fuera a rompersele el corazon. Sorprendida y desconcertada, solo atine a estrecharlo con fuerza. Tampoco era una nina, pero no habia sido mi ultima oportunidad; significaba algo especial a mi pesar. Mientras Matthew se calmaba, consulte el libro del doctor Spock 1 , que tenia siempre a mano, por la letra C, de celos, subapartado <>. No aclare gran cosa. Spock se referia constantemente al nino mayor como <>; el nuevo bebe era <>. Comprendia la logica de esos terminos que facilitaban mucho la lectura, evitando confusiones, pero aquel dia, para esta madre, eso significo otra pequena muerte. Ademas, Orlando empezaba a ponerse frenetico, no tenia tiempo de leer que debia hacer, solo podia actuar. Le hable a Matthew, le explique lo que estaba haciendo y por que, mientras pedia ayuda a Dios, cuyo consultorio a todas luces estaba cerrado por vacaciones. No hubo respuesta. Matthew se echo a llorar de nuevo. Idea luminosa: -Muy bien, Matty, tu tambien puedes probarlo, tambien te he tenido asi en mis brazos, tu tambien tomabas leche de mi teta. Pruebalo, tomala si quieres, Matty. Silencio en mitad de un sollozo. Unos ojos muy grandes miran alternativamente mi cara y el pezon. Leve vacilacion y despues la boca se abre, se acerca, se acerca, ya lo tiene. Una chupada poco convencida, luego una expresion de total repulsion, escupe, arruga la nariz y -milagro- las manitas de Matthew orientan la cabeza de Orlando, que mueve freneticamente la boca como un cuclillo hambriento, ya esta de vuelta en la base. Silencio de Matthew, asombrado silencio de Matthew, y un silencio un poco mas ruidoso de Orlando. Mary y yo nos miramos, y en ese momento de mutuo alivio reaparecio brevemente nuestra antigua complicidad. -Brillante -dijo ella-, has estado brillante. -Suerte -replique-, solo ha sido suerte. Continuamos charlando, pausada, nostalgicamente, mientras ella preparaba algo de comer para Matthew y yo amamantaba y despues lavaba y cambiaba a Orlando y lo dejaba en el moises. Matthew se negaba a separarse de su hermano, lo seguia de un lado a otro, agarrandose a la parte que estuviera a su alcance, y Mary tuvo que perseguirlo con el plato y la cuchara, para ir dandole de comer como y cuando podia. Por fin, Matthew cayo dormido junto a Orlando, agarrado a su pie, estableciendo de manera definitiva la estrecha relacion que han tenido desde aquel dia. Mary, la paciente, atenta Mary, finalmente se marcho para relevar a su marido en la tarea de cuidar a sus dos chicos. Recuerdo que cuando se fue tenia unas ganas terribles de decirle: <>. Pero naturalmente no se lo dije y se marcho con la imagen emotiva y totalmente irreal de una radiante maternidad de categoria superior. Cuando se hubo ido me sente y contemple a mis dos criaturas y adverti que estaba llorando de nuevo, pero esta vez sin lagrimas. Me meti en el bano y, desde el lado de la banera, alargue la mano para coger la maletita de carton que tenia en el estante de arriba. Me la lleve al dormitorio y la abri. Extendi todo lo que guardaba encima de la cama en pilas ordenadas y el llanto ceso. Aqui, los vestiditos victorianos cosidos a mano, alli las suaves enaguitas de algodon, dos capitas de terciopelo muy antiguas, diminutas, mas alla una pulserita de plata, una muneca de porcelana resquebrajada y muy delicada, un chal que casi se caia en pedazos y, por ultimo, un par de minusculas tijeritas. Cogi las tijeritas, frotandolas muy suavemente entre el pulgar y el indice, y recorde el dia, hacia muchos anos, en que habia desobedecido todas las normas y habia bajado, medio rodando, medio cayendo, por el talud del tren hasta la via ferrea, con un punado de alfileres en la mano y apretandolos con tanta fuerza que cuando llegue abajo tenia la mano cubierta de sangre. Recorde como los habia depositado de dos en dos, cruzados, sobre la via, y como habia oido el silbato a lo lejos, y el autentico terror mientras me arrastraba hasta la mitad del talud y el ruido del tren y la velocidad y el olor y el humo y las chispas sobre la hierba seca. Y despues el tren se alejo y casi todos los alfileres habian desaparecido y dos habian quedado cruzados al reves y aun quedaba un perfecto par de pequenas tijeras, un verdadero regalo del cielo para mi. Y luego me volvi y vi el talud en llamas, y tuve que bordearlo un largo trecho hasta encontrar una zona que no estuviera ardiendo, y cuando subi no sabia donde estaba. La simultanea conjuncion del miedo y una profunda satisfaccion. Un legado para mi hija. El octavo trabajo de Hercules. Mi triunfo. Para nadie.

  • El desafio de Henry (Slow Death 4) de Antiliados

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    Henry Strom, bateria del grupo Slow Death, alegre, bromista, siempre con una sonrisa en el rostro, ha visto como sus companeros han ido cayendo en las garras del amor, uno tras otro. Pero el se niega a cambiar su estilo de vida desenfadada. El rock, las fiestas y el sexo van de la mano segun el. Y no piensa perder eso. Verse envuelto en una relacion seria y que todo se convierta en algo aburrido y monotono no le interesa.
    Todas las personas se marcan objetivos en la vida. Proyectos a corto, medio y a largo plazo. Dicen que tienen un desafio ante ellos cuando pretenden lograr el exito en un tema determinado. Pero ?que sucede cuando lo que se pretende superar esta en nuestro interior, en nuestro pasado?
    Una mujer entrara en su vida con ansias de conocer que esconde este alocado roquero con aires de hipster. Un tira y afloja peligroso en el que no se sabe quien ganara, ya que lo que para algunos es el mayor regalo del mundo, para otros es la muerte de su libertad.

  • La amante Sumeria de Esther Llull

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    Bagdad, 24 de diciembre, Biblioteca universitaria Ingrid habia terminado aquella manana las clases a primera hora y habia dejado a sus alumnas en la sala de la biblioteca de la Universidad. --?Que es lo que estais leyendo ahi tan escondidas? --Son unos libros que nos hemos encontrado de antropologia, mitologia y rituales antropocentricos. Bueno, mas bien rituales falogocentricos --contesta Siegrid y mira a Agnes, que sonrie con ella. --?Que clase de libro es ese? --pregunta Ingrid. --Se trata de la adoracion del simbolo falico en la antiguedad --dice Agnes--. Tal vez estabamos equivocadas. No solo se adoraban a las Diosas Madres, sino tambien a todo lo que tenia que ver con el organo progenitor, con el falo, pero tambien con la vulva femenina. Creo que se adoraba sin ningun tipo de pudor, por ejemplo, en Egipto y en la India. --Esta bien conocer este otro aspecto de la antiguedad, pero esto no nos tiene que desviar de nuestra idea primaria, de la existencia de un derecho femenino y del culto de la Diosa Madre. Yo creo que esta muy claro que estas ideas son complementarias. Se basan y entroncan en una misma raiz del pensamiento primitivo, cuyo culto esta en los elementos de la naturaleza. En la tierra, en los cultivos, en las festividades agricolas, en la fecundacion de la tierra, en todo ello hay un simil tambien con la procreacion humana. No olvidemos que la Tierra esta relacionada con la madre, que madre es la mater, materia. Mujer viene de "gyne", de geo. La raiz de mujer es diferente que la raiz de hombre, "homo-homini", que se relaciona con humano. Mas adelante todo lo que es de la mujer tendra, por ello, una raiz desconocida diferente a la del hombre, y son dos fuerzas que se extranan, dando lugar al patriarcado y a un desentendimiento. Todo lo de la mujer aparece como una raiz oscura, una fuerza numinosa y sospechosa, se asimila a lo sexual y no se entiende. Sin embargo, si volvemos a estos origenes ancestrales se puede entender muy bien que se trata de fuerzas ancestrales muy comunes a los dos sexos. CAPITULO 2 Ingrid se acordo que no habia escrito a su amigo Ottfried en Berlin, y que estaria esperando impaciente su correo. Al menos debia decirle que se encontraba bien, que seguia con sus importantes investigaciones. Que esperaba recibir su opinion personal acerca de su trabajo y sus investigaciones y que agradecia su apoyo. Aquella biblioteca tenia el suelo de madera, las luces estaban encendidas. Habia vitrinas de libros que reposaban sobre anaqueles de roble brillante y noble. Se podia indagar en la Biblioteca y coger cualquier libro para leerlo en ese momento. La blancura de las fachadas y muros de la Universidad contrastaba con el verdor de los jardines y con el oscuro basalto del pavimento de los muelles del rio Tigris, recorridos por una multitud de gentes y por recuas de asnos cargados de mercancias. Desde el ventanal amplio de la biblioteca se divisaba alguna mezquita en lontananza, de la que sobresalia su alminar, y detras de esa primera fila deslumbraba la Universidad por las columnatas, gradas, frontones y acroteras que sobresalian, y mas alla desde los tejados planos de la ciudad emergia la cima de un templo cristiano. Y mas hacia atras reclinaba la boscosa colina consagrada al dios Ala. El puerto de Irak era como un bazar, donde todas las mercancias del mundo se movian con sus innumerables tiendecitas bajo sus bovedas. Todas las maravillas se encontraban alli dentro. Ingrid se siente aturdida por la agitacion callejera y las corrientes y contracorrientes de voces, ruidos, colores y atavios. Pasan estudiantes camino de la Biblioteca con sus libros y cuadernos, y gritos, acentos, lenguajes, saludos, discusiones, manos a la frente y al pecho, inclinaciones y zalemas, insultos, broncos avisos pidiendo paso. De repente piensa si seria capaz de vivir entre esas gentes. El funcionario que cuida de los libros posee una falsa arrogancia, pero con ella el se vuelve muy amable. Ahora piensa en Hilmar, en como ese hombre la ha cautivado con su conocimiento, con su proteccion, en todo momento. Hilmar tiene una historia ademas, un pasado judio aleman. Sin embargo, pertenece a los Estados Unidos. CAPITULO 3 --?Como es el surgimiento del dios masculino? --pregunta Agnes que se acerca hasta la mesa de Ingrid donde ella esta leyendo--. Hasta ahora solo hemos visto la predominancia de las divinidades madres y femeninas, y las consideramos como primordiales a todo lo demas. Pero hemos descubierto tambien que se produjo una inversion de todos los valores hasta llegar a la cultura patriarcal, pero ?como surge todo eso? --Te refieres al surgimiento del Dios masculino, al Dios del Cielo. Los dioses masculinos aparecen relacionados con el poder del Cielo, pero no olvidemos que, en la cultura sumeria, Inanna era una diosa lunar, todos los dioses estaban relacionados con el Cielo. En la mitologia sumeria Inanna es la diosa del amor; luego con la llegada de los acadios Inanna se sincretiza con la diosa Ishtar, diosa tambien de los cielos y de las estrellas. Mas tarde, se produce esa inversion, precisamente relegando a las diosas madres y divinidades femeninas a ser diosas de la Tierra. Se produce una escision entre el Cielo y la Tierra. Asi es como yo creo que hay que interpretar el nacimiento de los dioses masculinos. --La Gran Diosa Madre es destronada y reducida a divinidad subalterna, ?no? --La Gran Diosa Madre es destronada despues a diosa del mundo inferior, expresion del destierro de la religion maternal. Del mismo modo la mujer se ve rebajada, su poder reproductor disminuido, mientras el prestigio del hombre, del padre, aumenta. Solo al falo se le reconoce ahora potencia y fuerza vital. Asi, Apolo proclama en las Eumenides de Esquilo: "La madre no da la vida al hijo, como dicen. Ella nutre el embrion. La vida la crea el padre". --Pero al principio ?como fue? --Al principio, en el Neolitico, hay un numero cada vez mayor de demonios de la fertilidad que se suman a los idolos de la fecundidad, antano predominantes, tambien aparece entonces el dios masculino junto a la diosa materna, lo que es un reflejo mas, y no el menos claro, de la nueva situacion de la sociedad agraria, del creciente significado economico del hombre, consecuencia de la ganaderia y la agricultura. Como cuidador del ganado y cultivador del suelo el hombre adquirio progresivamente los mismos derechos que la mujer, hortelana y recolectora, y, sobre todo, se le considero cada vez mas como procreador. --Y justo esta estrecha colaboracion en el trabajo es lo que hace que haya mas dioses masculinos. --Exactamente. Surgen cada vez mas divinidades masculinas, a menudo aun estan subordinadas, como hijos o amantes, a las femeninas, pero mas tarde las igualaran en rango y finalmente en las culturas patriarcales seran dominantes. CAPITULO 4 Tarde del 24 de diciembre, Biblioteca La divinidad masculina sale a la luz tardiamente en la historia de la religion y obtiene su dignidad como hijo de la diosa madre. El hijo de la diosa madre se convierte a menudo en su amante, y asi surge el dualismo caracteristico en las grandes culturas arcaicas, el pensamiento de las polaridades, el mito de la pareja divina que concibe el mundo: Padre Cielo y Madre Tierra, cuyo matrimonio sagrado constituye el punto central del culto y la fe. Demeter, la madre tierra, la diosa griega de la tierra dispensadora de la fecundidad, segun un mito conocido ya por Homero, se une a Yasion "en un campo arado tres veces" y da a luz a Pluto, en griego, riqueza, las cosechas uberrimas. Cielo y tierra son la pareja primordial, tanto en el mito griego como en el de la lejana civilizacion Sumeria, donde se llama Anu al dios del Cielo, y Sin a la diosa de la luna, y Ki al dios de la Tierra, y Utu al dios del Sol. Si en la mayoria de los casos se considera al Cielo masculino, desde los tiempos mas remotos se ve a la Tierra como un ser femenino, apareciendo una y otra vez como hembra yacente, de cuya vagina sale el genero humano. Los esposos divinos o incluso los hermanos, en relaciones incestuosas, son imaginados como una pareja humana, unidos en una especie de eterno abrazo, en una copula permanente, "el dios del cielo fecunda sin cesar con la lluvia, el rocio, los rayos del sol, a la diosa de la tierra", escribe Esquilo y "el campo de labor esta conmovido por el ansia de boda. La lluvia cae desde el Cielo, anhelante de amor, y prena a la Tierra. Y ella da a los mortales la hierba para el ganado y el grano para el hombre, y la hora del bosque se consuma". Ellas han seguido con la lectura toda aquella tarde de los libros que tienen sobre la mesa. Ingrid ha recibido un correo de su amigo Hilmar y lo lee aparte. Le pregunta si celebrara la Navidad cristiana. Lo dice porque el no esta acostumbrado a celebrar los ritos cristianos, ya que en Irak pocas personas son cristianas, aqui solo celebran el fin de Ano y el nacimiento del nuevo con la fiesta del Cordero, pero le sugiere que no estaria mal si pudieran reunirse manana en su casa, si a ella no le importa, pues ha comprado un pescado del Tigris y unas botellas de buen vino, que proceden de la region del Rhin de Alemania, y le gustaria compartirlo con ella. Tigris, Rhin, una confluencia de las culturas de los rios, y todo ello regado con buen vino. Es como una proposicion o una declaracion, piensa ella y se sonrie. Aquello no es despreciable para una alemana. !Cuantos dias lleva sin probar un buen vino! Tal vez es de los pocos placeres que ha tenido en los ultimos anos de su vida. "Nuestras creencias son muy basicas", piensa interiormente Ingrid, "me imagino que las de Agnes y Siegrid seran asi, son fiestas familiares, pero la familia esta lejos. Este pais se nos esta quedando pequeno al no saber que hacer o adonde ir. Todo esta vigilado o controlado por autoridades. Y es necesario concentrar ahora las energias en nuestra investigacion. Ahora quiero que ellas vean claramente e investiguen sobre la transicion de unos dioses maternos a otros dioses paternos. Quiero que estudien ese momento. Y tenemos ya pocos dias. Despues del nuevo ano debemos volver a Alemania. Hemos concluido aqui nuestra etapa". "Debo abandonar estas aulas y esta biblioteca, y la ancha pagina blanca en la que leo a los historiadores, para ir en busca de la vida de la ciudad, de los bosques y de los campos. Debo caminar bajo los alamos, o recorrer la orilla del rio. Alli las copas de los arboles se unen como amantes en el agua. La naturaleza es demasiado vegetal para que me interese, solo tiene subliminales, vastedades, agua y hojas. Pero comienzo a desear la luz de los lenos en llamas, la intimidad de la navidad, el cuerpo de una persona a mi lado".

  • Mariposas tristes de Natalia Carou

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    Una historia de una mujer valiente y luchadora, una mujer que lo ha perdido todo excepto la esperanza de recuperar su antigua vida en un pazo familiar. La busqueda de respuestas a importantes preguntas rigen esta historia de superacion y mueven los hilos del destino de su protagonista.

  • 17 mujeres Premios Nobel de ciencia de Helene Merle-beral

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    Hasta el momento, solo los trabajos cientificos de 17 mujeres han sido galardonados con el Premio Nobel. Marie Curie fue la primera, en 1903 y 1911, seguida de su hija Irene Joliot-Curie en 1935, pero otras permanecen en la sombra. Son conocidas las biologas Francoise Barre-Sinoussi, premiada en 2008, Barbara McClintock (1983) y Rita Levi-Montalcini (1986), pero ?quien ha oido hablar de Linda Buck, Ada Yonath, Elizabeth Blackburn o Tu Youyou?
    Este libro presenta las trayectorias, a menudo sorprendentes, de estas mujeres que alcanzaron la excelencia en un medio que fue y sigue siendo en gran medida masculino. ?De donde surge su curiosidad? ?Como conciliaron la investigacion con la vida familiar? ?Como las acogio el mundo cientifico?
    Esta brillante serie de biografias muestra la diversidad de sus origenes sociales y sus caracteristicas particulares, con una feroz independencia de espiritu y una perseverancia a toda prueba como puntos comunes. El cuadro cientifico no es menos variado, desde el nucleo atomico hasta los ribosomas y los genes saltarines, aunque solo existen tres mujeres Premios Nobel en el ambito de la fisica. Este libro es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia cultural y social del genero en la investigacion cientifica. La vieja maxima de “La mente no tiene sexo” no deja de verificarse.

  • Un millonario despiadado de Yvonne Lindsay

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    La venganza lo habia movido durante mas de una decada y, ahora que por fin tenia su objetivo al alcance, Josh Tremont se descubrio deseando mas. Su nueva asistente, Callie Lee, era guapa, sensual y aparentemente inocente. Sin embargo, se la habia ganado al enemigo… ?podia fiarse de ella por completo?Acostarse con un millonario no estaba entre los planes de Callie, pero Josh Tremont era sencillamente irresistible. Se habia metido en aquello sabiendo que traicionaria a su jefe, pero no habia esperado enganar al hombre de quien se habia acabado enamorando.

  • Jugando a enamorarse de Jill Shalvis

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    Si tienes pensado dar el salto y enamorarte sera mejor que estes seguro de que haya alguien esperando para agarrarte.

  • El amante polaco L1 de Elena Poniatowska

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    Es 1743 y mientras escucha atento las historicas hazanas de su familia, el pequeno Stanislaw recorre en compania de su madre un deslumbrante paisaje invernal. Lejos esta su pasion por Catalina la Grande y la convulsa llegada de los Poniatowski al trono de Polonia. Dos siglos mas tarde y con tan solo 10 anos, Elena mira por ultima vez caer la nieve sobre Paris. La espera un largo viaje a Mexico, el pais de Paula Amor, su madre, en el que encuentran refugio muchos perseguidos por la guerra que asola Europa.

  • En los negocios y en el placer 2 de Carolina Gattini

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    Me llamo Robert Doyle, llevo un traje italiano a medida que me sienta como un guante y un reloj de oro en mi muneca. Me siento como si fuera un idiota, me siento como si fuera mi hermano, Jonathan Doyle. Todos me miran como si no pudieran creer que estoy aqui, en una enorme sala de reuniones donde los principales accionistas me estudian de arriba abajo, solo les falta el monoculo… Despues de pasar casi dos anos en Tailandia todo esto me parece una broma, o una pesadilla. Pero tengo que defender mi posicion en este mundo cruel donde los negocios son como la presa de un monton de tiburones. Soy un buscador de sensaciones, diagnosticado, he buceado en aguas llenas de tiburones de verdad, pero estas experiencias son demasiado peligrosas. Sinceramente no creo que este hecho para esto, para los negocios, pero no tengo mas remedio. Mi hermano se ha casado y ha decidido “cortarme el grifo”, por lo que ya no podre mantener mi vida tal cual la he conocido. El ha renunciado a seguir en Nueva York y ha dejado todo a mi cargo mientras se divierte con su querida esposa. Nunca he odiado a mi hermano, pero estoy experimentando ciertos sentimientos encontrados… Estas cosas no se le pueden hacer a alguien como yo, no estoy acostumbrado. Lo bueno de ser el hermano pequeno durante mucho tiempo es que nadie espera nada de ti, ese es el trato no escrito en el universo desde el origen de los tiempos. Ademas, no me gustan las responsabilidades, siempre he huido de ellas como de la peste. Tampoco me gusta que me miren todos como si fuera retrasado. A mi derecha tengo una panda de vejestorios que prefiero no describir, a mi izquierda se han sentado los “jovenes”, tal vez en otro universo sean jovenes, en este solo son “menos viejos”. Bueno, y no solo hay accionistas, tambien han venido acompanados de sus abogados, etc. Pero todos y cada uno tienen algo en comun, creen que soy un inutil. Una de las accionistas, en el lado de los vejestorios, me mira como si hubiera matado a uno de sus hijos. Me dan ganas de gritarle que no he cometido ningun crimen. Pero no me dejare intimidar, ni por ella ni por la cuatrojos con pinta de abogaducha reprimida sexualmente que hay sentada tras ella. Al lado de los “jovenes” hay otro especimen que me mira sonriendo, como si estuviera esperando que metiera la pata en cualquier momento. Yo no necesito esto, no lo quiero. Sera mejor que renuncie y llame a mi hermana. Ella se ocupara de estos idiotas. --Disculpen, tengo que hacer una llamada --me limito a decir mientras el poco agradecido publico cuchichea ante mi anuncio. Ya se que esperaban algo mas elocuente tras citarlos a todos con lo dificil que es. Me voy de la sala con toda la dignidad de la que soy capaz y cierro la puerta dejando escapar un suspiro mientras lo hago. --?Senor? --dice Francis, mi secretario. --Llama a mi hermana y citalos manana para que se reunan con ella, y les dices que estoy enfermo. --Su hermana tiene doce anos --me recuerda sin perder la calma, pero mirandome como si hubiera perdido la cabeza. --Si, pero saca muy buenas notas en el colegio, que por cierto es un buen colegio, habla cuatro lenguas perfectamente, y ademas en matematicas es la mejor de su clase, creo que es superdotada. Y lo mas importante: tiene mucho temple, clave para enfrentarse a ese grupo de ahi dentro. ?No crees? --No voy a responder a eso. --He dado una orden y tienes que cumplirla. --No estamos en el ejercito. Ademas, a mi me paga su hermano. --Pues entonces no me llames senor, que me creo que mando. Y tuteame. --?Bob? --Bob suena a perro. Robert esta mejor. --Pues entonces, Robert --remarca mi nombre con un tono agudo--, entra ahi y haz tu trabajo o lo perderemos todos --me ordena ahora levantandose de su silla tras la mesa y cambiando el tono amable por otro mas duro. Suspiro y cierro los ojos, tiene razon… Debo entrar ahi. Aun estoy decidiendome cuando la puerta de esa infernal sala se abre y aparece la cuatrojos que me miraba esperando que hiciera alguna estupidez, bueno, como me miraban todos, pero esta es mas repelente, me recuerda a una companera del colegio que creia saberlo todo. --Tengo una reunion dentro de una hora, ?va a tardar mucho? --me pregunta con una voz demasiado aguda incluso para aquella companera de colegio. --?Megan? --pruebo por si se trata de aquella nina, que ha crecido y ha llegado a mi vida de nuevo para amargarme la existencia en mi etapa adulta con su voz aguda. --No --se limita a responder antes de darse la vuelta frunciendo el ceno. Aun es mas repelente y fea cuando hace ese gesto de desprecio. Francis viene hasta mi y me da una palmadita en la espalda para infundirme valor. Vuelvo a entrar con pasos lentos pero aparentemente decididos y me coloco frente a la mesa, presidiendola en la cabecera. Tengo un monton de carpetas apiladas frente a mi que recuerdo que debia darselas a ellos. Un secretario a mi derecha y otra secretaria a mi izquierda esperan mi orden para entregarselas a cada uno de los accionistas minoritarios que rodean la mesa. Yo les hago un gesto afirmativo con la cabeza y las distribuyen. Tendria que haber hecho esto de las carpetas mucho antes, porque asi se habrian entretenido leyendo y no mirandome. Y ahora que lo pienso, podria haber puesto una pantalla con una proyeccion, asi habria desviado su atencion. Me lo apunto mentalmente para la proxima, aunque preferiria que no hubiera una proxima. --Parece correcto --dice uno del lado de los vejestorios, un abuelo canoso y con gafas de culo de vaso--. Pero el problema que yo veo, y creo que estamos todos de acuerdo en esta mesa, es que no nos fiamos de usted. --Me ofende --digo sobreactuando, colocando mi mano izquierda sobre mi pecho. Veo a la cuatrojos poner los ojos en blanco y a la vieja a su lado negar con la cabeza. --No hemos venido a perder el tiempo --dice otro en el lado de los “jovenes”, parece el tipico chulo de Wall street, no puede llevar mas gomina en la cabeza… --El problema es que tiene la mayoria de acciones --dice una mujer a su lado, esa no lleva gomina, lleva peluca, creo, porque ese pelo tan cardado no es normal. Y por fijarme en todas estas tonterias es por lo que jamas me dedique a los negocios como hizo mi hermano. --Estoy dispuesta a comprar las acciones y ocuparme yo mismo de la empresa --asegura el viejo de las gafas de vaso. --Ya quisiera yo, pero no puedo hacerlo, me temo que tendran que soportarme. Legalmente es como si estuvieramos casados. Nos tenemos que aguantar mutuamente. Se oye un murmullo que empieza a subir de tono. Luego se ponen a discutir unos con otros y yo me siento. La senora sentada con la cuatrojos se levanta para hacerse oir y por alguna razon que desconozco todos se callan. --Como segunda accionista, tengo una propuesta que hacer. Les cito manana a la misma hora. Y la tia se queda tan ancha, recoge su carpeta y se va, seguida de la gafotas. Bueno, y ?yo que hago? ?que pinto aqui? Decido concluir la reunion y todos asienten recogiendo sus cosas al igual que hago yo, un poco incomodo por la situacion. --Francis, ?quien es esa? El me mira frunciendo el ceno sin saber de quien hablo. --La vieja y la gafotas. --Son dos huesos duros, no me atreveria a llamarlas asi. Ni siquiera en privado. Capitulo 1. No, no me llego a acostumbrar a este estilo de vida, ni al trabajo. Levantarme a las 8 es un crimen, me niego. Que celebren esa reunion ellos solos, total yo no pinto nada alli. Me niego a levantarme de la cama, ?que va a pasar si no voy? Van a decidir lo que quieran ellos solos y encima nadie me toma en serio. Apago el despertador y sigo durmiendo. !Que mas da! Ya madrugue ayer y no tengo costumbre. En algun sitio lei que era malo para la salud cardiovascular madrugar tanto… Cuatro horas despues. El sonido insistente y exasperante del telefono me esta matando, estaba sonando con ese sonido y, cuando despierto, descubro que es real. Descuelgo al fin y oigo una voz masculina. --Senor, disculpe, es que hay una senorita que esta subiendo a su piso, no se como ha conseguido la llave, pero como me dijo que nadie le molestara jamas… Y que si a alguien se le ocurriera venir a visitarlo llamara a la policia… --?Y la has llamado? --pregunto bostezando. --No, senor, al tener la llave no podria llamar a la policia. --?Y como es la senorita? ?Esta buena? El conserje se queda en silencio unos segundos. --No creo estar autorizado para emitir un juicio asi, senor. Que hombre tan estricto, podria decirme que si o que no. Todo es tan raro aqui… No me gustan las ciudades. Me despido de el y cuelgo. Mientras estoy estirandome en la cama y bostezando de nuevo antes de decidirme a levantarme, una sombra aparece tras la puerta medio abierta de mi habitacion. Joder, me estoy acojonando. Agarro la manta de plumas y la llevo hasta la barbilla acostado aun en mi cama. Solo falta la musica de una pelicula de terror y creo que me cagaria literalmente encima. Cuando aparece tras la puerta esa mujer suelto un grito de puro horror y ella me mira enfadada acercandose hasta la cama y agarrando la manta para quitarmela de encima. --!No, por favor! --exclamo aterrorizado. Ella niega con la cabeza y yo trago saliva y agarro con mas fuerza la manta. --Estoy desnudo. Ella parece dudar mientras valora las posibilidades. --Te voy a explicar como seran las cosas a partir de ahora --amenaza soltando la manta, al fin debe haber decidido que era mejor no quitarmela y exponerse a la posibilidad de verme desnudo--. Me han nombrado tu administradora en la reunion a la que no has asistido. Tu empresa y mi empleo dependen de que te comportes como un ser humano normal, y yo tengo ordenes de que asi sea. Cada vez me da mas miedo esta mujer. Ahora entiendo por que el conserje no queria emitir un juicio de valor sobre la susodicha. Es la gafotas de la reunion, ahora me acuerdo de ella. Con esa voz aguda… Tan estridente a estas horas de la manana. No he pasado tanto miedo ni cuando estuve en una carcel turca un par de dias, prefiero no recordarlo, pero es que ha sido inevitable tras la imagen de esa mujer. Que ahora que lo pienso, me pregunto si es una mujer o un hombre delgado, aunque tiene el pelo largo, pero no por ello tiene que ser mujer, ?no? Bueno, tal vez me estoy pasando en su descripcion, pero es poquita cosa y muy poco femenina. --Levantate y vistete, te espero en el salon. Tienes cinco minutos --me ordena. ?Esta que se cree? Esta loca si cree que voy a obedecerla… Sin embargo no me da margen de respuesta, porque cuando se me ocurre una respuesta para ella, ya se ha ido. No tardo cinco minutos, tardo uno en ponerme los pantalones y una camisa y presentarme en el salon, donde me espera de pie con su maletin. --No pensaras ir asi a la oficina, ?verdad? --No pienso ir a la oficina, pero si quisiera ir, ?por que no podria ir asi? Ella me mira boquiabierta, creo que se ha quedado sin palabras, y yo sonrio al comprobarlo en su reaccion. Pero no, no se ha quedado sin palabras. --Pues para empezar es ridiculo lo que llevas puesto, esa camisa no tiene botones hasta el ombligo, por no hablar de los pantalones, que creo que es imposible que el ojo humano pueda apreciar mas variedad de colores, ademas de que la gente acabaria preguntandose hasta donde llegan tus partes nobles --dice ruborizandose al final. --Si alguien se preguntara eso se lo podria ensenar --aseguro sonriendo y sosteniendo mis “partes nobles” con la derecha. Creo que ya se su punto debil, parece muy dura, pero no es mas que una ninata que se ruboriza y llama “partes nobles” a mis partes nobles, pienso sonriente--. Ademas, nunca se sabe cuando sera necesario hacer yoga, o incluso cuando sera necesario ensenar hasta donde llega --digo volviendo a poner mi mano en mi entrepierna. --Pues ponte un traje y vamonos, porque no vas a hacer yoga. --Pues solo con verte ya me entran ganas de hacer yoga o algun tipo de metodo para relajarme. ?Te han dicho que eres insufrible alguna vez? --Nadie inteligente --sentencia--. Y ahora ponte algo con lo que te pueda sacar a la calle y no digas mas tonterias, tenemos trabajo que hacer. --Puedo hacer mi trabajo perfectamente sin ti, no acepto lo que se ha acordado en esa reunion. --Si hubieras estado sabrias que si no colaboras se liquidara todo y venderan las acciones, nadie da un centavo por esta empresa ahora mismo, bajo tu responsabilidad. No te queda mas remedio que aceptar mi intervencion o nadie querra hacer negocios con los Doyle. --Odio a mi hermano --me quejo como un nino con una rabieta. Empiezo a lanzar los cojines del sofa a todas partes porque no me puedo librar de esta pesada. Tengo que trabajar con ella por culpa de esos vejestorios y de mi hermano y yo nunca he querido trabajar, y menos con una repelente gafotas como ella. --?Has terminado? --pregunta ella sin moverse de donde ha estado todo el tiempo. Yo miro el sofa y localizo un pequeno cojin. --No --respondo agarrando el cojin y lanzandolo con furia al suelo--. Ahora si. La veo poner los ojos en blanco y negar con la cabeza. Tambien oigo que susurra algo para si cuando me doy la vuelta para hacer lo que me ha dicho. Ha conseguido que me ponga un traje, pero he elegido uno que bien seria digno de un gigolo. El traje es blanco y lo he acompanado de unas gafas de sol doradas. Vamos en su coche, se ha empenado en conducir ella alegando que no se fia de mi. Tambien me ha dicho que vendra a por mi cada manana. Tengo miedo de nuevo. --No pienso perder mi empleo, he trabajado mucho para que un ninato malcriado me arruine la vida. --!Pero si eres tu la que me la esta arruinando! --Llevas arruinandote tu solo desde que naciste. --No, llevo viviendo y siendo feliz desde entonces hasta esta manana, cuando has aparecido en mi habitacion como la nina de la maldicion. Todavia se me ponen los pelos de punta. Ella esta algo tensa, lo noto en que conduce un poco mas deprisa, y ahora tengo mas miedo que antes. --Me daria verguenza ser como tu --dice en un tono bajo, como si hablara para ella misma. --Deberias de refunfunar menos. ?No tienes un novio que te eche un polvo para que te tranquilices? --Esa es la tipica respuesta machista que diria un idiota. --Imaginaba que no tendrias novio… --digo mirando por la ventanilla. --Tu tampoco tienes novia. Y no me extrana… --Pero lo mio es por decision propia, lo tuyo viene impuesto… Solo hay que verte --le espeto con voz burlona negando con la cabeza. La oigo resoplar y acelera al mismo tiempo. Creo que hasta que deje de conducir voy a dejar de burlarme de ella, no vaya a ser que nos matemos. Cuando lleguemos al edificio Doyle seguire…

  • El quinto infierno (Doble o nada 2) de Veronica Sauer

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    Llueve a cantaros. Llueve tanto que mi visibilidad es practicamente nula. Disminuyo la velocidad, y finalmente me detengo a un lado de la carretera, con las balizas encendidas para que otro conductor no me lleve por delante. Es muy peligroso conducir en estas condiciones, y por suerte aun me queda algo de cordura como para darme cuenta. Apoyo la cabeza en el volante, frustrada, confundida. Mi GPS interior parece que ha dejado de funcionar. Hace diez minutos parecia conducirme hacia ese sitio exacto en el que mi alma iba a encontrar lo que andaba necesitando. Pero ahora no logro encontrarme con esa Ana segura de que la felicidad tenia un nombre. El nombre de un hombre. ?Que me esta pasando? No se si es por la lluvia o que, pero siento que la melancolia se apodera de mi. Me siento abrumada, realmente perdida. Estiro el brazo y agarro mi celular. Activo el GPS pero no logro ubicar ni mi propia localizacion. Tal vez este diluvio sea el causante de que la senal sea tan debil. Tan debil como yo. Llueve fuera del auto, y tambien llueve dentro, porque tengo las manos mojadas. Empapadas por mis propias lagrimas. No se por que lloro en realidad. Es cierto que la carta que lei hace unos momentos me impacto tanto que senti que se me abria la cabeza y se me partia el corazon. Tambien es verdad que estoy sola y estresada en extremo, y que la relacion que entable con un hombre me tuvo y me tiene a mal traer. Pero no soy de las que lloran. !Casi nunca lloro y en la ultima semana lo he hecho ya dos veces! La primera vez fue por una tonteria; una caida de sistema en el banco fue la gota que colmo un vaso que hace rato rebosaba. En ese momento me puse histerica, pero ahora ademas estoy triste. Esta es mi segunda vez, y no tengo muy claro los motivos pero presiento que esta falsa ilusion de estabilidad de los ultimos dias, ya no regresara. Estaba bien, estaba inspirada. El guion de mi novela venia fluyendo y eso me traia un gran alivio. La carta de Hernan me trastorno. La verdad me dio en plena cara y no me lo esperaba. "...Supongo que estaras en lo de tus padres, escribiendo el guion. Lo entiendo, pero me duele haber recibido un correo generico como despedida. Espere inutilmente que me llamaras en Nochebuena, en Navidad... Intente ser paciente y esperar, pero ya no puedo mas. Me dejaste porque no supe manejar mis culpas, y porque asocie ese castigo que tanto necesitaba a nuestra actividad sexual. Tenias razon, lo admito. Pero el haberte perdido es otro castigo que sin duda merezco, pero no puedo soportar. Simplemente no puedo... Tengo la esperanza de que si te cuento por que me siento asi, me entiendas y vuelvas a mi. Tal vez no como antes, pero de alguna forma te quiero en mi vida. Me resultaba dificil contarte estando frente a frente, pero por escrito es mas sencillo. Ana, lo de Tincho no fue precisamente un accidente, y yo tuve la culpa. Esa fue la mayor cagada de mi vida... Siempre quise ser como el. Lo envidie desde que tengo memoria y creo que aunque resulte extrano aun lo sigo haciendo. Mi primo es lo que se dice un "loco lindo". Tiene una gran personalidad, se caga en todo y en todos. Cuando yo era un nino y el un joven algo descontrolado, ya lo admiraba. Era como un dios para mi... Para mi y para todos, incluso para mi vieja, mis abuelos. Arranco mal la vida. El padre murio en un accidente de transito, cuando el era un bebe. La madre, antes de que terminara primaria, de leucemia. Y aun asi, Tincho jamas bajo los brazos. Mi abuela Marta lo adora. Lo crio ella, y no tiene empacho en decirle a todo el mundo que el es su orgullo y su motivo para seguir viviendo aun habiendo perdido a su unico hijo varon tragicamente. Mi madre... Bueno, mi madre parece estar enamorada de su propio sobrino. Puedo decir que me acompana en la culpa llenandolo de atenciones, pero lo cierto es que desde que tengo memoria lo idolatra. Lo critica todo el tiempo, pero lo adora. Adoracion es lo que resume lo que Tincho despierta en todos los que conozco. Vos apenas lo conoces, pero si lo hubieras tratado mas tambien hubieras sucumbido a su encanto. La cuestion es que Tincho es la oveja negra de la familia, pero tambien el preferido. Es un sonador, un bohemio... Estudio lo que quiso, hizo siempre lo que quiso. Puso un boliche, un negocio de venta de tablas de surf, tuvo una granja avicola. Viajo por todo el mundo, y siempre andaba feliz, exactamente igual que ahora. Pero yo no. Me esmere todo lo que pude, te lo juro. Pense que portandome bien me querrian tanto como a el, pero el ser huerfano tenia sus ventajas. Bueno, soy injusto al pensar en algo tan horrible, y lo cierto es que Tincho no necesita ni ser huerfano ni ser discapacitado para despertar esa clase de simpatia, ese carino, haga lo que haga. Cuando me di cuenta de que portarme bien no funcionaria, comence a portarme mal. Te lo resumo asi: me fui a El quinto infierno, su chacra de Rocha, a festejar su cumpleanos numero treinta. Quise ser como el, y me salio mal. El no se metia en lios, y yo si. Hay gente con la que no se juega, pero eso lo aprendi tarde. Fue un fin de semana de drogas y alcohol. Yo tenia dieciocho anos, y no media las consecuencias de mis actos, asi que me meti en un antro de mala muerte. Se armo lio y cuando quise acordar me encontre con un revolver delante de la cara. Despues todo paso como en camara lenta. El tipo gatillo sin asco. Martin se puso adelante mio con las manos en alto. Yo me asuste y retrocedi. Mi primo se llevo el balazo. La bala le perforo varios organos internos y se alojo en la medula. Estuvo muerto clinicamente durante tres minutos en la intervencion quirurgica que finalmente le salvo la vida. Pero perdio lo que mas amaba: su libertad. Y fue todo culpa mia. No quiero recordar mas, Ana. Lo peor vino despues pero no me da el valor ni para ponerlo por escrito. Tenias razon cuando me dijiste que era un cobarde, ya lo ves...Nunca mas me sali de la raya. Fui mas correcto que antes, mas complaciente, mas docil, mas infeliz. Y a pesar de que Tincho se agarro con unas y dientes a la vida y a la felicidad, yo jamas pude siquiera aspirar a ella hasta que te conoci. Prefiero pensar que puedo tener tu amor algun dia, pero en el fondo se que no me lo merezco. Y esta vez, no sera mi primo quien me quite el privilegio, sino yo mismo. Ahi tenes la verdad que me pediste. ?Me podras comprender mejor ahora? No soy un enfermo, Ana. Solo necesito que me quieras" Solo necesita que lo quiera. Eso esta claro; lo que no lo esta, es lo que yo necesito. Hace un rato crei saberlo. Despues de leer la carta agarre mi bolso y me meti en el auto. Pense que la carta era en si una revelacion, una especie de senal luminosa que me indicaba el camino a seguir. Hace un rato la tenia clara, pero ahora no estoy tan segura... En este momento mas bien siento que es la excusa perfecta para actuar en concordancia con mis deseos. Deseos que ya tenia, por supuesto, pero parece que el reconocerlos, el reencontrarme con ellos me hace mucho mal. No se que hacer, perdi el rumbo. ?Que es lo que iba a buscar casi con desesperacion? Y un sollozo se me escapa de la garganta cuando me doy cuenta de que lo que mi alma anda necesitando es un verdadero amor. Reflexiones Agotadas las lagrimas regreso a la choza. Me preparo un te, y enciendo un cigarrillo. Mi estado de animo no es el mejor. Recostada en la mesada de la cocina miro mi notebook como si dentro de ella estuviese la respuesta todas las preguntas que ni siquiera me atrevo a formularme. Suspiro, y me obligo a ponerme en accion. Tengo que terminar de guionar la escena de la pelea en el Obelisco antes de que termine este dia. Cuando desbloqueo la maquina me encuentro con el mail de Hernan. Claro, es lo ultimo que vi antes de salir corriendo como una posesa en busca de... De lo que no puedo tener. No puedo evitar releerlo. La primera parte no me sorprendio, porque el propio Martin me lo conto. Y tambien Hernan me fue dando indicios, uno tras otro. Si, me cierra todo... La culpa es el eje de esta historia, no hay duda. Ese Hernan "nene bueno" es el que yo conozco y el que me inspiro a hacerle esa propuesta de la que ahora me averguenzo. ?Como se me pudo ocurrir pedirle a un tipo que sea mi esclavo sexual? Encima tiene quince anos menos... La pre-menopausia me ha puesto demasiado creativa. Hay algo en todo esto que si me sorprende: la envidia de Hernan. Es una mezcla de celos y admiracion a la vez. Martin representa para el mucho mas de lo que esta dispuesto a reconocer, infinitamente mas que un recordatorio de su falta. Su falta... La verdad. No se por que en algun momento interprete que "el accidente" se trataba de un accidente de transito. Intuia que Hernan podia ser el conductor, y de ahi ese sentimiento de culpa que solo encontraba un retorcido alivio cuando yo le hacia dano. Jamas me espere... violencia. La cagada mas grande de la vida de Hernan, la unica vez que se salio de la raya, termino arruinandole la vida a Martin. Y de pronto me encuentro pensando en el video de Martin. "Si estas vivo, podes ser feliz", decia al pie. Una unica certeza me da fuerzas para poner las manos en el teclado y hacer lo que tengo que hacer: a Martin Lasalle, no le arruina la vida nadie. La carta que le escribire a Hernan sera por lo menos ambigua. No es el momento ni de hacerle preguntas ni de jugar con su psiquis en un seudo analisis inconducente. Prefiero tomar esto como una catarsis, y darle un poco de consuelo, pero sin comprometerme demasiado. Ha sido muy movilizante para mi enterarme de la verdad. Tanto, que por un momento senti que esa carta me estaba marcando el camino a seguir para encontrar la felicidad. La lluvia barrio con mi entusiasmo, por no llamarle locura transitoria, y ahora aqui estoy, intentando estar a la altura de las circunstancias, pero sin alentar algo que no se si estoy dispuesta a continuar. Con la cabeza a punto de estallar de tanto pensar, comienzo a escribir. "Me hago cargo de que mi subita partida sin ninguna explicacion no fue adecuada. Es que estoy pasando por un momento tenso, Hernan. El compromiso que asumi con la productora y la editorial me estaba agobiando, y no tenia ni tiempo ni fuerza para mas. Me obligue a alejarme de todo para poder cumplir. Desde que estoy en la playa, todo ha comenzado a fluir mejor y estoy un poco mas tranquila, pero solo un poco. Tu carta me impresiono mucho. Aun me tiene muy impresionada, lo confieso. Ahora entiendo muchas cosas, y compruebo que no estaba errada mi intuicion de que te sentis culpable y en nuestra forma de relacionarnos encontraste algo de alivio. No se que decirte, Hernan. Supongo que habras ido a terapia, que habras agotado todos los recursos para sentirte mejor. Si te sirve de consuelo, yo lo sigo considerando un accidente y no creo que Martin te eche la culpa. Y sobre todo estoy segura de que a pesar de haber perdido mucho, no perdio lo mas importante: las ganas de vivir. Y tampoco la libertad. Ya lo hablaremos en otro momento, mas tranquilos. Espero que termines bien el ano y que comiences el que sigue, mejor aun. " Ni siquiera la releo. Pongo enviar y cierro el correo de inmediato con el firme proposito de no corresponderle si me vuelve a escribir. Lo que menos necesito ahora es un tira y afloje con Hernan... Porque se que querra que retomemos esta relacion que ahora que se toda la verdad, se me antoja mas enfermiza que nunca. Jamas pense que los tres nos encontraramos en este espiral de culpa y celos. ?Los tres? Mi mente no cesa en su empeno de incluir a Martin en mi vida. Es lo primero que pense cuando termine de leer la carta de Hernan. "Quiero estas ganas de vivir, quiero a este hombre muy cerca de mi. Quiero su altruismo, quiero esa clase de amor". Como si estuviera en trance, agarre mi bolso y sali a buscarlo a la lluvia. Diez minutos despues, no tenia claro lo que estaba haciendo ni por que lo hacia. Ni siquiera sabia donde mierda estaba El quinto infierno... No solo mi GPS se descontrolo por la lluvia, tambien lo hizo mi brujula interior que de pronto me dejo sin rumbo. El miedo me paralizo. Martin Lasalle sigue siendo un misterio para mi, aun sabiendo la verdad. ?De donde saca su motivacion, y esa alegria que se refleja en sus ojos? ?Como es posible que alguien sea tan resiliente? "Porque ya lo era antes. Porque no hay nada que pueda quitarle esa luz" pienso otra vez conmovida. Martin me confunde sin siquiera estar presente. Me abruma, y me deja con ganas de... mas. Quiero conocerlo mejor, pero soy consciente de que nuestro ultimo contacto no fue del todo amigable, y que mis intentos de retomar no fueron bien recibidos. Pienso que esta muy cerca, y unas ganas locas de ir a buscarlo me invaden. Miro de reojo mi bolso... Solo tengo que poner El quinto infierno en el GPS y conducir. Por la ventana se ve una arcoiris gigante... ?Y si...? No, no tiene sentido. No se donde me sale esta necesidad, pero si hay algo que no deseo encontrar son mas problemas de los que ya tengo. Uno de ellos es este puto guion. El otro, se llama Hernan.

  • Como un diamante de Jacqueline Baird

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    Tenia licencia para emocionar.

  • Novia de una noche de Sarah J. Brooks

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    Odiaba Las Vegas. Recorde lo mucho que odiaba Las Vegas cuando me quede alli en el vestibulo del Bellagio oyendo el incesante tintineo de los artilugios que robaban el dinero y me chupaban el alma al mismo tiempo, pidiendo mi atencion. Este no era mi lugar; Vegas nunca fue lo mio. Desafortunadamente, siendo un disenador de moda famoso y un multimillonario hecho a si mismo, Las Vegas era algo que tenia que tragarme a veces. Los grandes apostadores querian lucir lo mejor posible. Por eso, mi imagen estaba en una valla publicitaria de veinticinco metros de altura en el centro del Strip de Las Vegas. Llevaba solo un par de jeans, sin camisa. La leyenda decia "Desnudalo todo, Xavier Dean". Era excitante. Me acababan de nombrar uno de los hombres mas sexys del ano y mi empresa de relaciones publicas se estaba aprovechando de ello. Una de las razones por las que acepte la valla publicitaria era porque pensaba que nunca la veria y, sin embargo, aqui estaba. Si bien a menudo estaba aqui por negocios, esta vez no era asi. Mi mejor amigo, Damon Rockwell, estaba celebrando su despedida de soltero en Las Vegas de todos los lugares espantosos, asi que me encontraba bebiendo un gran trago de Vegas en un elegante vaso de alto octanaje de cien pruebas, que me quemo la garganta al bajar. Damon y yo crecimos en la misma calle. Aprendimos a patinar juntos, y su abuela hacia los mejores espaguetis con albondigas y salsa casera. Aun puedo saborearlos. Mi madre nunca fue de las que cocinaban. Ambos fuimos criados en una ciudad de clase media moderada donde soportabamos las tribulaciones de la infancia, como los enamoramientos de chicas que eran distantes y desinteresadas y aprendian a lidiar con el maton ocasional. Encontrabamos y derrotabamos enemigos que nos atacaban en la Xbox y nos enfrentabamos cara a cara, superandonos uno al otro en los deportes. Finalmente maduramos, fuimos a la universidad y encontramos diferentes intereses, pero seguimos siendo amigos. El se convirtio en abogado y un hombre de negocios acerrimo y se casaria con una deslumbrante esposa trofeo en una semana. El objetivo de este fin de semana de chicos, conmigo y algunos de sus amigos mas cercanos era estar mayormente borracho y libertino, y todo iba segun lo planeado. Yo, sin embargo, podria solo emborracharme y escabullirme del ultimo evento, que era un club de striptease donde las chicas ofrecian servicios especiales despues del espectaculo. No estaba interesado. Despues de solo veinticuatro horas, el estilo de vida hedonista se estaba agotando. Por el contrario, Damon se estaba divirtiendo. Yo no. De pie en el casino sin nada que hacer, pense en jugar por un instante. No necesitaba jugar por mas dinero, tenia mas que suficiente para toda mi vida y algo mas. Mi marca de ropa era una de las marcas de ropa masculina mas exitosas del mundo. Comence con una vision de la moda masculina y la incorpore a una marca de moda con sede en San Francisco a la que simplemente titule con mi nombre: Disenos Xavier Dean. Mi sello casi se corrio solo despues de una decada de exito. Trabajaba duro en la creacion de ropa de hombre elegante, pero no estaba tan ocupado como para no poder salir y divertirme. El problema era que realmente no me divertia. Me encontraba sentado en la barra, tratando de concentrarme en lo unico que me habia llamado la atencion en medio del tintineo y el ruido. De hecho, casi me arranca los ojos de la cara. Inclinado sobre la mesa de dados estaba el trasero mas perfectamente formado que jamas habia visto. Era redondo, firme y delicioso. Conectado a ese trasero perfecto habia un par de piernas largas y bien formadas con un minusculo monedero dorado colgando de su cadera. El vestido que llevaba no era tan llamativo u ofensivo como algunos a mi alrededor, demasiado escotado para su forma o demasiado alto para su tamano, pero era una silueta exquisita en una forma hermosa. Estaba tendida languidamente sobre la mesa, indiferente y casi aburrida. Ella no intentaba atraer a nadie abiertamente, pero los pensamientos de tomar ese trasero sobre la mesa, mantenerlo quieto y sumergir mi polla en su cono, lo consumian todo. La neblina de alcohol no estaba haciendo nada para dominar mi libido, por lo cual no iba a hacer que mi mente dejara de tomarla por detras. No parecia importarle lo que los demas en la habitacion pensaran de ella. Tenia anillos de cabello dorado con reflejos que brillaban como hebras de oro en la penumbra. Sus grandes ojos redondos te hacian llorar, pero sus labios suaves y carnosos eran la verdadera atraccion. Me costaba mucho apartar los ojos de su boca cuando ella lanzaba los dados. Debia ser habitual, pero era muy sexy. Seria dificil encontrar a cualquier hombre en la habitacion que no pensara en salirse con la suya con ella, inclinado sobre la mesa como ella. Me gustaba tomar vino y cenar con una mujer en la cama. Tratar bien a las mujeres era mi marca registrada y, sin embargo, siempre dejaba una nota a la manana siguiente agradeciendoles por la diversion, sin darles ni siquiera una direccion de correo electronico. Algunas me encontraban y trataban de buscar algo mas, pero la mayoria entendia; solo estaba interesado en una noche. No era exactamente un bastardo. Tenia mis razones para no querer complicaciones en mi ya agitada vida. A decir verdad, era mucho mas facil para mi comprometerme con una aventura de una noche que con una relacion madura con sus inevitables altibajos. Ese no era el tipo de altibajos que estaba buscando. El sexo era divertido, el sexo llenaba los huecos de mi vida cuando estaban vacios. Podia contar con un dedo la cantidad de relaciones verdaderamente comprometidas que habia tenido. Al estar en la industria de la moda, no habia escasez de mujeres exquisitas para llevar a la cama por la noche, o algunas veces mas. Uno de mis mayores problemas era la variedad; simplemente habia demasiadas para elegir. El otro gran desafio era un miedo profundamente enterrado de acercarme demasiado. Lauren era, segun todos los estandares, una de las mujeres mas bellas del planeta. La conoci en la pasarela durante la semana de la moda. Llevaba este ridiculo vestido de pavo real, el tour de force de un disenador en su debut, que la iluminaba como un poster del Cirque du Soleil; sexy, intrigante, evocadora. Era una imagen que te hacia pensar en sus largas piernas dobladas sobre las tuyas, retorciendose facilmente para adaptarse a tu "amor". En realidad, no se parecia en nada a la imagen que yo y muchos otros que la elogiaron vimos en nuestras mentes. Era timida y encantadora. Me rechazo demasiadas veces como para contarlas, asi que me conformaba con su amistad. Era mi primera y unica amistad con una mujer, y deseaba desesperadamente follarmela. La amistad no significaba que no intentara dejar que mi polla tuviera una oportunidad; lo intentaba a menudo. Era bueno intentandolo. Siendo rico, hice mucho mas que vino y cena con ella. Subi la apuesta con unas vacaciones sorpresa a Bali, viajes de fin de semana a Marruecos en mi jet privado, un Mercedes nuevo y un cachorro. Trabajaba duro para ganarme su confianza y, finalmente, su amor, lo que me llevo al momento glorioso, un ano despues, cuando pasamos un dia entero en la cama de un hotel de Nueva York. Follamos tan fuerte que ambos estabamos demasiado doloridos para movernos al dia siguiente, asi que, en esencia, fueron dos dias gloriosos en la cama.

  • Desde las sombras de M.c. Sark

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    Romantica, victoriana y llena de sombras.

  • Luna perdida de Ayla Soriano Gomez

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    Todavia faltaba un rato para que el sol desapareciera en el horizonte, cuando en el refugio de Marinaterra retumbo la sirena de emergencia. Los mas jovenes del refugio acababan de empezar la jornada asistiendo a las diferentes clases de supervivencia, pero aquel sonido los lleno de excitacion. -Pero que significa esto… -musito el supervisor que se encargaba de explicar el procedimiento de depuracion y carga de agua. -Atencion a todos los habitantes del refugio -comenzo a hablar una voz a traves de los altavoces-. Un vehiculo no identificado se esta aproximando. Parece que nos envia senales para establecer comunicacion. Todos los responsables del refugio acudan inmediatamente a la Sala de Mando. Al resto, les ruego mantengan la calma. El nerviosismo y la expectacion se extendio con rapidez entre los jovenes. Estaban ansiosos de cualquier novedad que les distrajera de la monotonia del dia a dia. -Bueno chicos vamos a mantener la calma y quedarnos aqui esperando instrucciones. Esto no va con nosotros -dijo la supervisora del grupo de los mas pequenos. Un muchacho del grupo de los mayores se levanto y salio tranquilamente caminando por la puerta haciendo caso omiso de la llamada de su supervisor. -!Anibal!!vuelve aqui ahora mismo!. El resto contemplaron desaparecer por la puerta a su companero en silencio para despues observar por unos instantes a sus supervisores que les observaban con gesto severo. Pero el rictus estricto de sus superiores no tuvo el efecto esperado y acto seguido la clase entera decidio salir corriendo en tropel tras Anibal. -!Chicos! !ni se os ocurra! -les llamo la supervisora tratando de sostener por el brazo a uno de los mas pequenos. El nino consiguio desasirse y seguir a los demas a la carrera-. !Volved aqui inmediatamente, o vais a tener problemas! !Maldita sea! -Dejalo - le dijo su companero resignado-. A esos monstruos no hay manera de impedirles nada. Corrieron por los pasillos riendose y chillando en direccion a la Sala de Mando como si fueran a asaltar una fortaleza. Pero conforme doblaron la ultima esquina que les separaba de su ansiada meta, se encontraron con que habia seguridad. Un hombre que no llegaba a la treintena, de mandibula cuadrada y torso musculoso les escucho llegar desde lejos y al verlos cruzo los brazos y esbozo una sonrisa de desden. -?A donde creeis que vais vosotros mocosos? -les pregunto en tono burlon. -Axel quitate de en medio. Queremos enterarnos de quien ha venido -le espeto Anibal enfrentandose a el. El muchacho tenia el pelo corto, recortado con prisas y de un denso color negro. Sus ojos eran castanos y expresivos, enmarcados por largas pestanas. Su ojo derecho estaba salpicado por unas pinceladas de color grisaceo que le proporcionaban una mirada algo ausente. Vestia siempre con ropa ancha que heredaba de su hermano, al que ahora mismo tenia frente a el. Pero solo se quedaba la que fuera de color mas oscuro. -Vosotros no teneis permiso para subir. Id a jugar a otro sitio si no quereis que os de una patada en el culo a cada uno. -Intentalo si quieres -le desafio Anibal cerrando fuerte los punos. -Venga anda, no seas asi… -le dijo Dana con voz aterciopelada dando un paso adelante y acariciando el brazo de Axel-. Te prometo que nos vamos a portar bien. -A ti te dejo si quieres -le contesto con una sonrisa-. Pero estos crios se tienen que quedar aqui. -?Quieres ver lo que estos crios son capaces de hacer contigo? -le amenazo Teo. Todos, incluso los mas pequenos se pusieron en guardia y miraron con gesto amenazante a Axel. Se prepararon para saltar sobre el a la menor senal. El tambien se preparo para quitarse de encima a manotazos la montana de golpes y mordiscos que se le venia encima cuando la puerta que vigilaba se abrio tras de si. Aparecio un hombre robusto, en su cincuentena, con una poblada barba y gesto de preocupacion. -?Que haces aqui aun? -le pregunto a Axel con una voz calida-. Tu padre me ha pedido que vaya a buscarte-. El hombre dirigio entonces sus profundos ojos castanos a la turba de jovenes que estaban plantados frente a la puerta-. Vosotros desapareced de mi vista e id a seguir con lo vuestro. Esto no va con vosotros. Si me entero de que habeis desobedecido sereis castigados. Ninguno de ellos se atrevio a rechistarle a aquel hombre que resultaba una maxima autoridad en el refugio. Agarro con firmeza del brazo a Axel y lo metio en la habitacion cerrando de golpe la puerta en sus narices. -!Tu hermano es un capullo! -exclamo Teo en cuanto hubieron desaparecido. -Y tu padre un pesado -replico Anibal-. Estoy hasta las narices de que nunca nos dejen enterarnos de nada. -Jo pero yo queria ver el vehiculo que se acercaba, no es justo… -se lamento Dana. La mayoria de los chicos empezaron a dispersarse cabizbajos de vuelta a la sala de entrenamiento. -!Esperad! -susurro Teo al pequeno grupo que todavia no se habia marchado-. Si de verdad quereis salir, tengo la contrasena de la otra puerta. -?En serio? -le pregunto sorprendido Bruno-. ?Como la has conseguido? -Escuche cuando mi padre se la dijo a mi madre en el ultimo cambio de contrasena - contesto orgulloso. -Como nos pillen saliendo por alli nos cortan el cuello -apunto Oliver-. Ademas de que no estamos preparados. Tendriamos que coger agua, el sol no se ha ido del todo. Tiene que ser un horno estar ahi fuera... -Pues quedate aqui esperando, yo voy -respondio Anibal y los otros confirmaron con la cabeza para indicar que tambien se apuntaban. -Yo tambien quiero ir -dijo una voz aguda tras ellos y los chicos se giraron para ver quien habia hablado. Se trataba de una nina de 13 anos delgada y paliducha que tenia fama en el refugio de ser la alumna preferida de Orion. -?Tu quieres venirte enana? -le pregunto Anibal como si le pareciera absurdo. -Eres exactamente igual que tu hermano -le reprocho Teo-. Venga vamonos de una vez que nos lo vamos a perder. Los chicos reemprendieron la carrera. El refugio de Marinaterra estaba excavado varios metros bajo tierra. Era un bunker de 9.000 metros cuadrados en el que vivian 198 personas en el ultimo recuento. Constaba de 3 pisos de 3.000 metros cuadrados cada uno repartidos en diferentes zonas y ambientes. Disponian de pequenas casas particulares, salas para ejercitarse, e incluso huerto y granja propios. El auto abastecimiento era clave para la supervivencia de un refugio, ya que la vida animal y vegetal fuera de el era imposible. La mayor parte del refugio estaba decorado con motivos marinos y superficies de color azul que recordaban al mar. No porque el refugio estuviera cerca de una zona costera, eso nunca. El mar era demasiado peligroso para la vida humana. Pero a sus miembros les gustaba acercarse en algunas epocas del ano a las aguas del Mediterraneo que estaban a un punado de kilometros de distancia. Sobre la tierra, encima del refugio, estaba construida la parte externa de Marinaterra. Una fortaleza flexible y aislante capaz de resistir la mayor parte de impactos de la naturaleza. A pesar de la firmeza de la construccion, los seres humanos habian aprendido durante decadas de forma dolorosa, que en estos tiempos el lugar mas seguro donde vivir era bajo tierra. Asi que la parte superficial del refugio era usado sobre todo para el abastecimiento de energia y agua. Habia dos maneras de salir de aquel bunker subterraneo. La puerta mas usada era la de la Sala de Mando a la que solo los adultos seleccionados tenian permiso para acceder. Habia una segunda puerta situada en el nivel mas superficial que estaba pensada para usarse en caso de emergencia. Ambas puertas estaban custodiadas por gigantescos portones blindados que solo podian abrirse con contrasena. Por suerte para ellos, esta vez Teo la tenia y la introdujo en el panel que habia junto a la puerta. Escribio los numeros que se habia aprendido de memoria y cruzo los dedos para que funcionara. El chirrido que produjo el pestillo al abrirse les hizo saltar de alegria. A todos menos a Oliver, que se quedo atras y no accedio al pasillo junto al resto. -Tio, ?no te vienes? -le pregunto Teo cuando se dio cuenta de que su amigo no los seguia. -No, paso. No quiero deshidratarme ni cargarmela.

  • Susurros de blues, Maria Border de Maria Border

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    Mateo era un joven compositor de blues. Al inicio de un concierto descubrio a Elizabeth entre el publico, y quedo prendado de sus ojos azules y su piel blanca. El impulso que en un principio lo llevo a susurrarle canciones de amor, se acrecentara hasta convertirla en la unica musa de sus creaciones.
    Ella supo que desafiaba reglas inquebrantables, pero no pudo evitar amarlo.

  • Mi boca florece como un corte de Anne Sexton

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    Se une a Poesia Portatil la voz de Anne Sexton, una de las poetas mas importantes de la poesia norteamericana del siglo XX.

  • Cuanto mas profunda es el agua, mas feo es el pez de Katya Apekina

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    Edie tiene dieciseis anos cuando descubre a su madre agonizando tras un intento de suicidio. Al mismo tiempo, Mae, su hermana, es presa de uno de esos trances que responden a los oscuros estados de animo de su madre. Despues del suceso, ambas deberan irse a vivir con su padre, con quien habian perdido todo contacto. La melancolia y la nostalgia de las dos ninas y sus contradictorios sentimientos hacia el padre hacen que comiencen a seguir caminos opuestos, irreconciliables y destructivos, incapaces de dar forma y sentido al dolor que ha ido sedimentando en las profundidades.

  • El extrano caso de Nellie Bly de Mario Escobar

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    Nunca tanta belleza inspiro tanta locura.
    Un thriller perfecto que consagra a Mario Escobar como el maestro del suspense en Amazon.
    Una joven intenta arrojar a las vias del metro en Manhattan a una chica y los servicios de salud de la ciudad la encierran en el Centro Mental Blackwell’s Island. Despues de varias decadas cerrado, el afamado psiquiatra John Hulton III, lo a reabierto con la esperanza de encontrar un tratamiento efectivo para la mayoria de las enfermedades mentales. La joven Nellie Bly, una huerfana desconocida que intentaba convertirse en escritora en Nueva York, ha sido ingresada tras un ataque psicotico e intento de asesinato hasta que salga el juicio. Nellie niega que este loca y defiende que ha sido victima de una trampa. El ayudante de John Hulton III, Robert Pappe debe evaluarla, para dictaminar si se puede presentar ante un juez. Unos dias mas tarde, una joven del centro aparece asesinada y todos sospechan que la culpable es Nellie. El unico que parece creer en su inocencia es Robert.

  • Jeannesville de Antonio Cesar Moreno Cantano

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    Era un miercoles cualquiera en el pequeno y tedioso pueblo de Jeannesville, en lo mas profundo del estado de Washington. El deteriorado cine del centro -por darle algun nombre-, vestigio de epocas mas gloriosas, era practicamente la unica diversion para los jovenes que aun no se habian atrevido a emigrar hacia las grandes ciudades en busca de una oportunidad en el futuro. Johny Bonesvegas era uno de los que se resistia a marchar. Era el prototipo de adolescente antisocial, enfrentado con el mundo y hastiado de todo, en especial de su familia. Tanto le daba Jeannesville o cualquier otro lado para desplomarse en la cama y pasarse las horas sin saber que hacer. Esa tarde, de un miercoles cualquiera, proyectaban una cinta sobre el ya manido tema de un virus que se propagaba entre la humanidad y convertia a la poblacion en zombies hambrientos que acababan con todo ser viviente sobre la faz de la Tierra. Johny aprovecho los trailers previos para hace una rapida, y necesaria, escapada a los aseos antes del inicio de la pelicula. Mientras se aproximaba a la puerta iba pensando que seria <> que sus vecinos de Jeannesville se transformasen en muertos vivientes y acabasen con sus <> (era una manera carinosa de referirse a ellos) companeros de instituto. Aunque nada de ello ocurrio, por supuesto, le llamo la atencion coincidir en el interior de los banos con cuatro hombres que no habia visto jamas -lo que era dificil en Jeannesville- y que discutian acaloradamente sobre un asunto que no fue capaz de discernir. Pese a todo, no le dio mas importancia al asunto y regreso a la sala. Estaba de nuevo sentado en su butaca cuando de repente oyo una voz en su cabeza que decia: -Si escuchas la palabra AMATISTA eres una persona excepcional, levantate y acude a la salida-. Al instante, Bonesvegas observo como la gente que se congregaba esa tarde en el cine -unas quince- se levantaban de manera automata y se dirigian rapidamente al destino senalado. No era un heroe ni pretendia serlo, pero no pudo reprimir gritarles con todas sus fuerzas que se parasen. La presencia en los banos de esos desconocidos y lo que estaba ocurriendo no era muy normal, incluso para alguien tan <> como Bonesvegas. Salio corriendo tras sus paisanos y, tras pisar la calle, comprendio que su destino y el de Jeannesville nunca volveria a ser el mismo…. Un dia antes en el Instituto Hoover El profesor Shellman, responsable esa semana de la sala de castigo, miraba con desprecio al grupo de alumnos que estaban alli <>. Para no variar, los pupitres eran ocupados por los tres mosqueteros del Hoover. El <> de Bonesvegas, la <> Peggy Rowling y el <> Roland Sox. Como en anteriores ocasiones, la trasgresion de las normas basicas de convivencia en el Aula de Laboratorio les habia llevado alli. Su ultima ocurrencia habia sido soltar una musarana en pleno examen. La idea habia sido del ingenioso Johny, que los dias que no estaba encerrado en su cuarto escuchando a plena potencia Pearl Jam o Nirvana, los pasaba explorando el bosque que rodeaba su destartalada casa. Otra cosa no, pero a la hora de capturar bichos raros nadie lo ganaba. En su ultima excursion, cerca del rio Willows, le habian acompanado las dos unicas personas que le producian cierta simpatia, la siempre colocada Peggy y el cerebrito del instituto, Roland. Aprovechando la salida del aula del profesor Shellman, los tres se miraron y pudieron intercambiar unas breves palabras. Tios -dijo Peggy en voz baja-, mi madre vio ayer una furgoneta flipante cerca de la Iglesia. Dice que, por fin, han mandado desde Seattle a los jefazos de la Mineria para cerrar el acuerdo. Bonesvegas se rio y nego con la cabeza. Seguidamente respondio con una frase que en el futuro se rebelaria demoledora: -?Y tu crees que alguien vendria a Jeannesville aunque fuese para eso?. Joder Peggy, cada dia se te va mas la cabeza con esa mierda que te fumas de tu padre-. Roland asintio con la cabeza y parco en palabras, como siempre, concluyo la conversacion: -Ni los muertos se quedan en Jeannesville, van a venir los vivos-. Se hizo de nuevo el silencio cuando oyeron los pasos del profesor Shellman que regresaba. Matisse El chirrido de la rueda oxidada de la silla en la que se encontraba postrada Matisse era el primer recuerdo que tenia de su infancia. Nacida con una deformidad en las piernas nunca habia conocido lo que era correr en libertad o poder realizar las mas simples de las acciones sin ayuda de nadie. Algunos familiares achacaban su minusvalia a las constantes intoxicaciones que su padre, el Sr. Keris, habia sufrido durante anos en la mina de cuarzo del condado. Esta adversidad habia forjado en Matisse un caracter luchador y duro, incapaz de doblegarse ante ningun obstaculo. Su vitalidad y energia contrastaban con la actitud melancolica y depresiva de su madre, sumida en la mas profunda de las tristezas desde el fallecimiento en extranas circunstancias de su marido en el sector n.o 21 de la mina Coldwood. Desde ese dia habia litigado con la empresa <> por lograr una pension digna con la que alimentar a su hija y asegurarle un futuro esperanzador. Dicen que los polos contrarios se atraen y la extrana relacion que desde muy temprana edad mantenian Matisse y Johny Bonesvegas eran un claro ejemplo de ello. No eran pareja, ni mucho menos, eran algo mas profundo, mas trascendental, compartian una amistad que estaba por encima de todo y de todos. Por esa razon, cuando recibio un mensaje de movil de Johny proponiendole una cita a solas, en plan intimo, para ir al cine del centro se quedo muy sorprendida. Ahora una duda rondaba su cabeza de manera incesante, ?seria correcto acudir a ese encuentro? Un miercoles cualquiera a la salida del cine Johny Bonesvegas nunca pudo imaginar que ese miercoles de abril iba a finalizar tal y como habia comenzado, totalmente vacio, en el mas completo sentido de la palabra. Matisse habia declinado su invitacion de acompanarlo al cine y ahora se encontraba con un panorama totalmente surrealista e incomprensible. Apenas veinte segundos despues de que el Sr. Ferrowson abandonase la sala, Johny llego a la calle Madison y lo que alli vio le sorprendio -lo que era dificil para alguien como el, adicto a la literatura y cine de ciencia-ficcion y terror -enormemente. Lo que una vez habia sido una via concurrida -si como tal se consideraba a juntar al mismo tiempo a mas de cinco personas- se encontraba totalmente desierta, como si nunca hubiese estado habitada. Rompia esta monotonia de soledad una furgoneta negra metalizada que se divisaba junto a la esquina del Parque Rogerson, donde una vez estuvo instalada la pequena tienda de deportes del equipo de baseball del pueblo. Sus ojos eran incapaces de abarcar un espacio tan enorme sin nada en lo que concentrar su atencion, pero un detalle le obligo a abrirlos aun mas. ?Que hacia la silla de Matisse tirada en medio de la calzada? Y aun mas importante, ?donde se habia metido la gente que minutos antes estaba con el en el cine? El comunicado. Quince anos antes un miercoles cualquiera <>. Stanley Keris leyo el comunicado y se puso mas nervioso de lo que ya estaba. Costaba imaginar que esas malditas rocas, de las que tanto polvo inhalaba cada dia en las entranas del suelo, pudiesen provocarle tantos problemas. A la denuncia del encargado -el cabron de Morrispor haber sustraido mas de 20 kg de Amatista en el ultimo mes, habia que anadirle las extranas manchas que le habia salido alrededor de la cintura. Tan solo pretendia conseguir unos ingresos extras para hacer frente a los constantes cuidados que requeria su pequena Matisse… La cita que nunca fue Tras meditarlo un largo rato, Matisse lo tuvo claro. No podia aceptar la invitacion de Johny. Eso supondria que el fuerte lazo que anudaba sus vidas se rompiese por un imposible, como era la pretension de dar un paso mas en su amistad. Intento contestarle de una manera diplomatica: – Johny, no podre ir, no te enfades. Aun estoy un poco flipada con lo que me dijiste. A la salida de la peli hablamos y lo aclaramos en la Cafeteria de Sally, ok?-. Pasaron las horas pero no recibio contestacion. Bonesvegas leyo el mensaje y arrojo el movil al suelo en un gesto de rabia. ?A que tantas precauciones? -Asco de tias-, penso. Cogio su chupa de cuero gastada y salio de casa cabreado camino al centro. Matisse no podia aguantar mas la espera y -contra su parecer- se decidio a llamarlo. Nada. No hubo manera de que cogiese el telefono. En ese caso tomaria otro camino. Cogio el periodico del pueblo que habia sobre su escritorio y miro el horario de la pelicula. Para bien o para mal daria con el, lo pillaria a la salida. El camino hasta el parque Rogerson se hizo especialmente largo ese dia. Se notaba mas fatigada de lo normal. Al principio no se percato, pero tras atravesar las calles Rider y Scott cayo en la cuenta de que habia un gran silencio. Los jardines, los parques, las tiendas, la carretera... estaban vacios. A medida que se aproximaba a su destino su mente parecio bloquearse y a sonar dentro de ella, una y otra vez, la palabra AMATISTA, AMATISTA. Se dirigia de manera irrefrenable hacia lo que parecia el foco de esa voz en off. Decenas y decenas de furgonetas negras, con un extrano aparato sobre el capo, se iban llenado con hileras de vecinos de Jeannesville. Al igual que ella, parecian estar en trance, con la mirada perdida, formando disciplinadas hileras que rapidamente ocupaban dichos vehiculos. Lo ultimo que fue capaz de divisar antes de que el automovil cerrase sus relucientes puertas fue otra cola de gente que procedia del cine y su silla de ruedas tirada al borde de la acera... El director de Amatiste Corporation El Sr. Michael Oldman miraba distraido desde el asiento de su despacho los continuos movimientos de los camiones de carga. Habia sido un camino muy largo, pero todos los esfuerzos (sin matices de ningun tipo) realizados compensaban con creces su nuevo puesto en la empresa: Director Ejecutivo de Amatiste Corporation. Sin embargo, la paz de su cargo se habia interrumpido en las ultimas semanas con la enfermedad de decenas de mineros. Pese a las investigaciones y pruebas realizadas por su Departamento de Sanidad no se sabia la causa de tal mal. Algunos apuntaban, como el "tocapelotas" del doctor Monsbill, que la infeccion se habia originado en el sector n.o 21. Tal vez fuese asi, medito para sus adentros Oldman, pero por nada del mundo renunciaria a los beneficios que aportaba a la empresa, y por ende a su propio bolsillo, un cuarzo tan especial, de un color y pureza extraordinaria. Sus aplicaciones en el mercado mundial eran enormes, mas aun cuando desde el Instituto de Psicologia Avanzada de la Universidad de Yale lo utilizaban como "catalizador" de un novedoso artefacto para la manipulacion mental. Lo que desconocian desde Amatiste Corporation era que detras de esa institucion se encontraba una Seccion Reservada de Investigacion del Ejercito de EE. UU., sumamente interesada en las posibles aplicaciones militares de un mecanismo de tal naturaleza. Los pensamientos de Oldman se interrumpieron de manera brusca cuando sono el telefono. En cuanto se acerco el auricular supo de quien se trataba. Era la dulce y venenosa voz de la Srta. Rene Rosenberg, del Laboratorio de Yale. -Dime preciosa, ?que quieres?-, pregunto Michael. – Guardate los cumplidos viejo verde, ya sabes por que te llamo- le replico Rene. -?Por que habeis disminuido el envio de cuarzo rosa, precisamente ahora que estamos en la fase final del proyecto? – prosiguio. -Lo se, lo se. Pero tenemos complicaciones. El Sindicato me esta tocando los cojones. Algunos de los trabajadores estan cayendo como moscas por culpa de (con un tono muy pausado) "vuestro querido cuarzo"-, le contesto Michael. -No me vengas con historias. Las clausulas de nuestro acuerdo eran claras: un millon de dolares por entrega. Y si cumples con las plazos establecidos el "regalito" que tu ya sabes-, replico Rene. -De acuerdo, de acuerdo, ya me las arreglare. Sabes que siempre lo hago. Te llamare en breve. Cuidate guapa-, finalizo Oldman. Al momento descolgo de nuevo el telefono y llamo a su secretaria, Lonnie Rogers: -Necesito que cites para manana a primera hora a los empleados enfermos. Comentales que les hare una oferta que no podran rechazar....- Recuerdos imborrables ?Os imaginais poder recordar todos los detalles de vuestra vida, hasta la mas intrascendente de vuestras experiencias? La gran mayoria pensaria que es un don extraordinario, propio de mentes privilegiadas. Es lo que opinaban los companeros de Johny Bonesvegas cuando tocaba escribir alguna redaccion en el colegio sobre la infancia o las vacaciones de verano. La exactitud de sus descripciones dejaba maravillados a todo el profesorado. Lo que no podian sospechar era que las humillaciones que recibia su madre de un marido depresivo; los lamentos de dolor de una abuela postrada en una cama o la tristeza de una casa que apenas tenia que llevarse a la boca... se repetian una y otra vez en su cabeza, torturandole sin descanso. Por suerte, o desgracia para opinion de otros, la hipertimesia -como habian diagnosticado los especialistas a esta extrana "habilidad"- desaparecio de manera espontanea cuando tenia 13 anos. Ocurrio una gelida manana del mes de diciembre, cuando Johny prefirio adentrarse en lo mas profundo del bosque y saltarse nuevamente las clases. Ese dia la niebla era mas intensa que de costumbre y pese a las bajas temperaturas sentia el deseo irrefrenable de caminar sin descanso. Cuando sus pies no pudieron mas y paro, se dio cuenta de que se encontraba cerca de las vallas que rodeaban las enormes instalaciones de la empresa minera del pueblo. Nunca antes habia estado alli y sentia una gran curiosidad por ver como serian esos oscuros y largos tuneles de los que todo el mundo hablaba. Sin embargo, y por mucho que le apeteciese, tendria que intentar bajar en otro momento. El continuo trasiego de trabajadores y maquinas impedia cualquier aproximacion. Resignado dio media vuelta y reemprendio la larga marcha a su "animado" hogar. Despistado y asqueado de su tediosa vida se adentro por un sendero poco transitado, como se deducia de la intensa maleza que lo poblaba. Casi una hora despues de seguir lo que parecia ser un pequeno camino se encontro de golpe con la entrada a una pequena cueva de la que resplandecia una potente luz rosada. Al acercarse mas ella se quedo atonito ante lo que vio. Sus ojos estaban abiertos como platos... hasta que se cerraron bruscamente y todo se tino de negro. Cuando los abrio de nuevo se encontraba en la cama del Hospital Jefferson y el dolor de su sien era tan intenso que creia que iba a estallarle. Por primera vez en su vida no era capaz de recordar lo que habia sucedido.

  • ?Suave como la seda? (Amigos del barrio 3) de Noelia Amarillo

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    El esplendido principe azul vencio al fiero dragon, desafio a la malvada bruja y rescato a la hermosa princesa. Con los primeros rayos de sol, montaron sobre el blanco corcel y emprendieron viaje hacia un castillo de cuento de hadas...

  • Las ultimas sombras de Mariah Evans

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    Naomi Hunt es una joven e intrepida periodista. No sabe del peligro que corre al intentar investigar las extranas muertes relacionadas con la division secreta. Cuando Sean Coleman, el forense que emitio el informe judicial, se niega a ayudarla, Naomi se dejara guiar por la informacion que recibe de una fuente anonima.
    Sean, ve como Naomi se convierte en su mayor pesadilla, pues podria desvelar todos los secretos de la division. Para que eso no ocurra debera desviar su atencion y a la vez protegerla de sus informadores, quienes son la verdadera amenaza. Enamorandose cada vez mas de esa mujer, Sean debera decidir que es mas importante: si velar por la clandestinidad de la division o contarle a Naomi toda la verdad.
    La alianza surgida entre lobos y vampiros pondra en peligro a la ciudad de Nueva York, la cual sera testigo de la batalla final, obligando a la division a mostrarse ante el mundo en una encarnizada lucha por la supervivencia de sus habitantes.

  • Un trocito de cielo para Nathan Littman 2 de Andrea Adrich

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    Nathan abandona Madrid dejando a Daniela con el corazon roto y creyendo que la ha enganado, que ha sido simplemente una de tantas en su vida.
    A su vuelta al Eurostars, se encuentra con una Daniela esquiva y dolida, que ha perdido peso y la sonrisa, y que no esta dispuesta a convertirse en su amante, pese a la irresistible atraccion que sigue sintiendo por el.
    ?Conseguira Nathan estar a salvo de su pasado y sus oscuros fantasmas? ?Se atrevera finalmente a confesarle a Daniela cual es su verdadero secreto y salvar la distancia que los separa? ?Sera capaz de construir una nueva felicidad cimentada sobre las ruinas de la que un dia tuvo? ?Podra Daniela conocer realmente al hombre que se esconde tras la fachada altiva, intimidante y misteriosa de Nathan?

  • Llamada Nocturna de Lara Arbi

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    Saltillo, Coahuila. Febrero de 2020 3: 10 am El tono particular del celular de Sara, la hizo despertar de su profundo y reparador sueno. Casi lamentaba no haberlo apagado. Pero siempre existia la posibilidad de una llamada emergente de parte de alguien de su familia o de alguna amistad que requiriera de ayuda. Por eso, lo dejaba encendido. Siempre. Ella saco la mano de debajo de su gruesa y abrigadora frazada y sintio el frio apoderandose de su brazo. No era invierno, era que acostumbraba dormir con la refrigeracion al maximo, durante los meses calurosos. Definitivamente aquella era una llamada inesperada y eso de despertar de pronto, hacia que su pulso estuviera erratico y desatinado, asi que el celular termino resbalandosele de su mano. --!Auch...! --exclamo molesta, su voz se escucho ronca. Por suerte la alfombra frente al buro amortiguo el golpe y el celular sobrevivio al accidente, pero moverse para tomarlo casi le cuesta irse de cabeza al suelo. "!?A quien se le ocurre llamar a esta hora?!" rezongo en pensamientos. "!Ah! Si es otra vez el Joel, que necesita raite porque anda bien borracho, !lo va a lamentar!" Juro Sara, sin ver quien llamaba. --Diga --respondio Sara con voz aguardentosa y los ojos cerrados, pero nadie le respondio. Habian cortado. Tenia tanto sueno que no se preocupo en ver quien habia llamado, suponia que si era un conocido, le volveria a marcar, y si no lo era, le enojaria mucho enterarse de que se habia esforzado para descubrir que era un numero no identificado. Se lanzo sobre su almohada sin soltar el telefono, se arropo y cerro los ojos dejandose llevar por el sopor. En pocos segundos estuvo de nuevo sumergida en la agradable inconsciencia del sueno. Las imagenes empezaron a brotar en su mente, recreando realidades no existentes. Un encuentro con amigas en una reunion de cumpleanos. Habia muchas risas, buen ambiente, y repentinamente; todo desaparecio, de nuevo gracias a los tonos de su celular. Moverse hizo percibirlo en su mano y se agradecio a si misma por no haberlo soltado. En ese momento no recordo el detalle de que una llamada inesperada la habia despertado minutos antes, asi que respondio sin revisar quien marcaba. --Diga --balbuceo, completamente adormilada, y escucho una voz de alguien que no reconocio. --!Hola, hola! ?Como estas, amiga? Que placer escucharte. --?Que si como estoy? --respondio con cierta ironia--. !Pues estoy dormida! !Son las tres de la manana! ?Por que no esperaste a que amaneciera para llamar? --Oye; perdona la hora. Es que acabo de llegar. No te hubiera molestado de no ser porque necesitaba asegurarme de que te vere --dijo el tipo. Su voz era agradable, pero percibia un dejo de preocupacion en ella--. Si no hay inconveniente, voy alla en taxi, pero necesito que me digas tu direccion para que el taxista llegue sin problema, y la hora a la que pudieras recibirme, por favor. --?Quien habla? --pregunto sin abrir los ojos. --!Ja! ?Como que, quien? !Pues yo!, crei que me habias reconocido. Oye, luego hablamos de esos detalles, ahorita urge que me digas tu direccion. Tengo que arreglar mi estancia. Me estan esperando. Ella checo el numero entrante y se dio cuenta de que si era un numero que tenia en su agenda, y estaba a nombre de un amigo que hacia muchisimo tiempo no contactaba. --?Eres Alejandro Medina? --?Y quien mas te iba a estar hablando a estas horas, sino un viejo conocido? El suyo era un numero que se empolvaba en la agenda de Sara. Hacia tanto que ese amigo no le llamaba, que muchas veces estuvo tentada en eliminarlo de su agenda para que no le ocupara espacio. Alejandro Medina habia sido un buen companero de la preparatoria. El, se habia ido a estudiar la carrera profesional a la ciudad de Mexico, y desde entonces le habia perdido la huella. Habian pasado ya varios anos, considerando que ambos habian terminado ya su carrera profesional, y tenian al menos dos anos trabajando en lo suyo. Ella se sento en su cama, acomodando la almohada como respaldo y continuo la conversacion. --Ah. Perdona. No te reconoci la voz. Es que ya traes el tonito de "chilango". ?Ya tienes en que anotar? --le pregunto ella, pensando en aclarar condiciones. --Si, claro. Dime. Y fastidiada por estar despierta cuando debia estar durmiendo, termino diciendole su direccion con santo y sena, asi como los horarios en los que la podria encontrar, pues ella trabajaba. --Quisiera saludarte, pero si tienes que ir a trabajar, pues... lo mejor sera que nos veamos en algun restaurante, a la hora de la comida, o tu di a que hora y donde, ?no? --Bueno. Apunta: manana a la 1:30 en el restaurante "Delicias". Esta por la calle Venustiano Carranza, una cuadra despues del cruce con la Avenida Universitaria. Yendo de norte a sur. Esta muy visible. No te vas a perder. !Ey! Pero, hace tanto que no nos vemos que no te voy a reconocer. Y tampoco creo que tu lo hagas. He cambiado. ?Como te ubico? --Bueno. Veamos; llevare camisa azul lisa, y una cachucha beisbolera de color blanco. Llevo cabello un poco largo. Pero poquito. Tu, ?que llevaras puesto? --Mi uniforme de la empresa. Es color verde tierno, con blusa rosada. Lleva saquito del mismo color. Trabajo en con un licenciado. Muy estricto, por cierto. Apunta esto; yo traigo el cabello hasta el hombro, color cobrizo. Ya no soy rubia, ?recuerdas? --!Oh! Claro, como lo iba a olvidar. Bueno, te dejo dormir un poco mas y nos vemos en las "Delicias" a la hora de la comida. Hasta luego, linda. !Oye! ?No se molestara tu marido o tu novio, si sabe que saliste a comer conmigo? --Por supuesto que no. Primero porque, que yo recuerde, no estas tan lindo --bromeo ella--, y segundo, porque no me he casado todavia, ni tengo novio formal. !Nadie se enojara contigo! --Perfecto --lo dijo con tono de complacencia regularmente disimulado--. Entonces nos vemos en las "Delicias". --Hasta luego --dijo ella y en cuanto termino la comunicacion se recosto de nuevo, sin soltar su celular. Entonces recordo un detalle. "Hasta luego... !?linda?! Ay, Alejandro. Si que te has achilangado", penso sonriendo. Su voz y sus maneras eran diferentes a las que recordaba, pero era logico; habian pasado varios anos sin verse y suponia que al terminar sus estudios, el se habia quedado a vivir en la capital. Antes de quedarse dormida le vino a la mente otro detalle: "?Como que me recordaba rubia, si yo me teni el cabello hasta el segundo semestre de la profesional? El ya se habia ido a la capital", le dio vueltas al dilema por unos segundos, pero tenia sueno y termino concluyendo: "Lo dijo por no quedar mal. Despues de todo yo le estaba aclarando que llevaba el cabello tenido de rubio". No lo analizo demasiado. Tenia mucho sueno y necesito poco tiempo para volver a quedar profundamente dormida. *** Desperto al siguiente dia dando un salto, porque la sorprendio la alarma de su despertador. No recordaba el incidente de la llamada. Tenia prisa por alistarse y preparar un buen desayuno. Eso era fundamental para que, ella se sintiera bien durante la jornada de trabajo. Una hora despues, salio de su departamento, entro a su auto y hasta que cerro la puerta, recordo lo de la llamada nocturna. La curiosidad la acoso y se las arreglo para sacar su celular del bolso, mientras maniobraba el volante para enfilar rumbo a su trabajo. "Era el. Alejandro. Ademas me lo aclaro. No estoy segura de que sea el que recuerdo. Hace mucho que no lo veo. Bueno, ya lo vere a la hora de la comida" --despues de unos minutos de ir conduciendo, penso--. "?Que querra? !Ah!, me late que me quiere engatusar con algun negocio. Sucede tanto. Los embaucan a ellos, y ahi los traen, apurados consiguiendo gente que le entre a tal o cual estupido negocio de ventas" --viro a la izquierda--. "Lo que no sabe este cuate, es que no soy de las que se deja controlar. Soy de las que habla claro y directo. Lo saludare por los viejos tiempos, pero en cuanto empiece con sus cosas... !A volar, chiquitito!" Olvido el asunto en cuanto se ocupo de su trabajo, y lo recordo solamente a la hora de la salida, en el momento en que tomo su bolso y lo colgo al hombro. Estaba por ver a ese companero que hacia tiempo se habia ido a la capital. Se preguntaba, como se veia el ahora. A que se dedicaba, y sobre todo, que queria. Tenia muy en cuenta que una de las opciones de los estudiantes universitarios para apoyar el pago de sus estudios, era vender algo; sobre todo seguros. Ella consideraba a los vendedores de seguros como una plaga. Una vez mas se puso a planear los argumentos que usaria para no permitirle que la engatusara con algun plan suyo que trajera. Era verano. Al salir a la calle sintio que el calor le lastimaba la cara. Hubiera deseado irse directamente a casa a acostarse y disfrutar del descanso, viendo un programa de television o durmiendo, en medio de un ambiente refrigerado, y no tener que enfrentar una situacion que podia llegar a ser molesta. Pero no podia dejar de lado el compromiso que se habia creado con el tal Alejandro. Para desvanecer el sentimiento de molestia se concentro en los recuerdos de sus anos de bachillerato. No habian sido tan buenos. Habia pasado momentos amargos, dias pesados por el estudio, por los dichosos examenes que solian ponerles, y todas esas cosas relacionadas con, tener que aprobar para pasar el semestre. Pero Alejandro, si era un buen recuerdo. Estaba consciente de que con el tiempo la gente suele cambiar. Ella misma habia cambiado. Debia considerar que ahora Alejandro trajera, no muy buenas manas. Pero ya iba en camino a cumplir con esa cita y sucediera lo que sucediera, pronto estaria de regreso en casa. Se prometio que regresaria sintiendose tranquila, sin haberse dejado colgar obligaciones que no deseaba. "!Por nada del mundo debo dejarme embaucar con un negocio suyo, o lo que sea. Si se enoja, !pues que se enoje! Si. Es que, tratar de mantener a la gente contenta, muchas veces implica meterse uno en un berenjenal. ?Pero, y por que? No soy Hermanita de la caridad. Pero sobre todo, quiero vivir tranquila. Por Dios que si". Suspiro cuando penso esto y el semaforo se puso en rojo. Trato de no exasperarse. Recordaba que todo pasa, y pronto ese asunto estaria concluido. Normalmente no era tan hurana para relacionarse, pero la manera en que se dieron las cosas; esa llamada a las tres de la madrugada, el colgarle un compromiso que le conflictuaba un poco la existencia en un dia en el que deseaba estar tranquila, todo eso le hacia sentir cierto rechazo hacia ese encuentro. El semaforo cambio a verde y ella avanzo a la velocidad a la que iban el resto de los autos, unas cuadras mas adelante dio vuelta a la derecha. Ya estaba sobre la calle Carranza. Avanzo un poco mas y encontro la Avenida Universitaria. Sabia que a la derecha encontraria el acceso al restaurante. Afortunadamente habia lugares disponibles para estacionar su auto dejandolo bien protegido y sombreado con amplios tejados. Vio la hora en su celular y sonrio; estaba a tiempo. No encontraria a un Alejandro fingiendo que no estaba malhumorado por su tardanza. Se arreglo un poco el cabello y su maquillaje, y metio una pastilla de menta a la boca para refrescar su aliento, entonces salio del auto. Era un lugar de sobra conocido por ella. Habia estado muchas veces ahi, sola o acompanada, asi que sabia a donde dirigirse con confianza. Una vez adentro, se dedico a localizar a alguien con las caracteristicas que le describio su amigo; camisa azul corte formal, cachucha beisbolera de color blanco, cabello un poco largo. No estaba a la vista. Se sintio desconcertada por eso. Vio la hora y se dio cuenta de que habian pasado solamente diez minutos de la hora de la cita. Supuso que por haber estado fuera de su tierra tanto tiempo, podia haberse desubicado. En ese momento se acerco a ella uno de los jovenes meseros. --?En que puedo servirle, senorita? Ella se alegro de recibir ayuda. --Ah, si. Busco a un hombre que viste camisa azul y trae cachucha blanca. Tendra unos, treinta anos. ?Ha visto a alguien asi? El joven penso en ello por unos segundos y respondio: --La verdad no. No he visto a nadie vistiendo asi. Tal vez decidio quitarse la cachucha, pero aun asi no recuerdo haber visto a alguien de camisa azul, solo. Esperando a alguien --Sara se sintio incomoda por la situacion--. Pero dejeme dar una vuelta por el restaurante a ver si lo localizo. ?Cual es el nombre del senor? --Alejandro Medina. Gracias por su ayuda. Mire; me sentare por mientras, en esa mesa -- dijo, senalando una mesa situada en un rincon. --Bien, ahora vuelvo --dijo el joven amablemente. Sara se sento en la mesa desocupada y se sintio bien. Fue cuando comprendio que podia haber un monton de razones por las que Alejandro no estuviera ahi a tiempo. Si el joven mesero no lo localizaba, lo esperaria. Y hasta se previno pensando en que si no llegaba, ella no le daria otra cita. "!Que se vaya al cuerno, si no viene!" Entonces rio para si misma pensando en que se estaba defendiendo de algo que todavia no sucedia. Unos minutos despues vio que el mesero estaba de regreso. Pronto sabria si Alejandro, estaba o no estaba en ese lugar. "Pues, si esta aqui, que poco caballero. El deberia venir a mi encuentro", penso, una vez mas a la defensiva. Pero no habia llegado. --Mire, ya di la vuelta por el local y por los reservados y... no, el senor no ha llegado. ?Va a esperarlo? Tal vez no tarde. --Si, lo esperare. ?Donde puedo sentarme? --Ahi, donde esta. Si se siente comoda. --Si, estoy comoda --la razon era que no estaba muy a la vista, por eso de que no llegara Alejandro--. Estoy en buen punto para detectarlo en el momento en que entre por esa puerta -- aclaro ella. --Bien, ?desea tomar algo, mientras espera? Ella penso en una bebida suave para bajar la tension que le causaba ese trance. --Una cerveza, por favor. Cuando le sirvieron su bebida, Sara empezo a sentirse mas relajada y dispuesta a esperar a su amigo. La limitante era que solamente tenia una hora para comer y despues debia regresar a su trabajo. "Es el colmo. Le llamare a ver que pasa". --"?Alejandro?… !Oye!, ?que pasa que no llegas? !Se me esta haciendo tarde! --le dijo Sara, y no reprimio su molestia. --!Hijole! Sarita, lo siento. Es que me perdi. Pense que iba a ser facil y no. Lo siento. !Dame un minuto mas!, ?ok? --Pero un minuto nada mas. !Tengo que volver al trabajo! Sin embargo, los minutos pasaron sin que Alejandro apareciera y cuando se dio cuenta de que solo restaban veinte minutos de descanso, decidio comer algo para regresar al trabajo. Llamo al mesero y le pidio algo de carne y verduras y un refresco, aclarandole que solo podia quedarse ya menos de veinte minutos. "Como me esta haciendo pesado el dia, este amiguito. Primero, me llama a una hora inadecuada, me cita porque el quiere y por lo visto va a aparecer cuando el lo decida. !Pues, no! No se haran las cosas como el quiera, ?es que, piensa que porque viene de la capital va a obligarlo a uno a hacer lo que el quiera? !Para nada! Ya no soy tan docil como lo era en la prepa". Faltando diez minutos para su hora de entrar al trabajo, ella pago la cuenta y sintiendose indignada, salio hacia su auto. Apenas tendria tiempo de llegar a las oficinas donde trabajaba. No le perdonaria que le descontaran parte de su sueldo gracias a su irresponsabilidad. Al abrir la puerta del restaurante, sintio de inmediato el golpe del aire calido del exterior que se percibia mas al haber estado en un ambiente refrigerado. Con paso apresurado se dirigio a su auto, y justo cuando abrio la puerta escucho una voz a sus espaldas. --!Oh!, !Sara! --dijo. Cuando ella volteo a ver quien le hablaba, se encontro con un tipo que realmente no conocia, pero llevaba una cachucha blanca y camisa azul. Era Alejandro Medina. Ella se quedo estatica, pensando en que, no era asi como recordaba que era Alejandro. En todo caso, los anos lo habian transfigurado. "Pero me ha demostrado que es Alejandro. Incluso su numero de celular es el que tengo en la agenda". --?E-estas suficientemente molesta como para no darme un abrazo de bienvenida? --dijo el recien llegado, con expresion apesadumbrada. Ella no se atrevio a mostrarse violentamente enojada. Su sentido de cortesia supero a su enojo y con toda calma respondio: --Es muy tarde, Alejandro. Tengo que irme a mi trabajo. Creo que dejaremos nuestra cita para otro dia, ?de acuerdo? El se agito, mostrandose apenado y entonces le dijo: --Tienes razon. Lo siento mucho. Te he estado causando muchos trastornos desde que llegue. !No tengo derecho a perturbar tu vida! Sin embargo no quisiera irme sin que platicaramos. Mira, tengo una idea para lograrlo sin causarte mas dolores de cabeza. --?Cual es esa idea? --respondio ella, con gesto cansado. --Me ire contigo para ver donde esta tu lugar de trabajo, pero no, no te preocupes, no entrare. Me quedare en algun lugar cercano a esperar tu hora de salida. Asi, no habra mas contratiempos, por lo que sea. Tu no tienes por que batallar con mi desubicacion. !Es que ya ni me acuerdo, de las calles de mi ciudad, caray! Ella vio la hora. Le quedaban cinco minutos para llegar a su trabajo, y eso la hizo responder: --Pues, vamos. Y, estoy de acuerdo en que me esperes en algun lugar cercano. Lo siento, no te puedo pasar a las oficinas. Tengo un jefe muy intransigente. --No, no. Claro que no haria eso. Se hara como tu dices. !Vamos! Y con toda presteza, el fue a la puerta del copiloto obligando con eso a Sara a entrar para abrirle la puerta y apurar las cosas. Pero ella aceptaba el trance porque la hora le preocupaba. Ella actuaba con rapidez. Estaba seria, la verdad era que estaba molesta. Sin embargo lo haria por los buenos tiempos y solamente por esta ocasion. !Nunca mas! Encendio el auto y se apuro a salir rumbo a su trabajo. Alejandro iba en silencio, Su rostro no mostraba preocupacion, cosa que estaba causando mayor indignacion en Sara. Ademas se sentia un poco intrigada. El Alejandro que recordaba no era asi. Claro que habian pasado ya algunos anos por ellos y el tiempo cambia la fisonomia, muchas veces hasta el punto de volverlos irreconocibles. Pero... "Que distinto es. No hay nada en el, que me recuerde al Alejandro de la preparatoria". El Alejandro que observaba era un hombre de mediana edad, alto, de complexion recia. No podia decirse que era del todo, bien parecido. Varonil, si. Pero habia una actitud en el que le provocaba ansiedad, y hasta algo de temor. Habia algo en todo lo que estaba sucediendo desde que le llamara por la noche, que le estaba provocando un sentimiento extrano. Tenia la sensacion de que poco a poco estaba quedando mas atrapada en una situacion anomala, a la que no se decidia a ponerle fin, por no ser descortes con un viejo amigo. "!Vamos, vamos! !Somos viejos conocidos! Fuimos companeros de la preparatoria, no tengo por que sentirme atemorizada", argumento para quitarse de encima esa extrana sensacion que la embargaba. "Aun cuando el haya cambiado y se haya vuelto un tipo amanado por los anos que ha vivido en la capital. Claro, debe de haber pasado muy malos momentos, pero no creo que sea tan tonto de arriesgarse a venir a su tierra a cometer una tontera. Menos contra mi, que fuimos amigos"

  • Una voz escondida, Parinoush Saniee de Parinoush Saniee

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    Tras el extraordinario exito obtenido con el El libro de mi destino, donde dio voz a las mujeres iranies oprimidas por el fanatismo religioso, Parinoush Saniee aborda en su segunda novela las aciagas secuelas de la insensibilidad y la ignorancia. Basandose en el caso real de un nino que no hablo hasta cumplir los siete anos, Saniee toma el pulso a la sociedad de su pais con una historia en la que el silencio cobra la fuerza de un grito de protesta.

  • La transformacion de Lilith de M. J. Maravend

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    Lilia Alvarez es una medica recibida con honores, pero tambien es muy insegura; su familia la menosprecia y Gonzalo, un companero de trabajo, la seduce para despues humillarla, confabulado con su grupo de amigos. La existencia de Lilia se vuelve un infierno.
    Florencia Pacheco, una antigua companera de colegio, contacta a Lilia con la poderosa Morgana, quien la ayudara a transformarse en Lilith, una mujer seductora que vuelve locos a los hombres, pero tambien en una bruja con anhelo de venganza. Morgana le ensenara los secretos de la magia y los conjuros medievales mas efectivos, ademas de ofrecerle dos alternativas: enamorar a Gonzalo o destruirlo.
    ?Decidira Lilia perdonar a quien la humillo u optara por devolverle todo el dano que le hizo?
    “La transformacion de Lilith” es una novela oscura, donde predomina la magia y el deseo de una mujer de renacer de las cenizas dejando entrever a la seductora que siempre estuvo escondida dentro de ella.

  • El retorno del cuervo de Alissa Bronte

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    Tras varios anos alejado del que fue su hogar, el laird Raven MacCormac regresa a Jaen por peticion de su amigo el duque de Castro. La rendicion de Granada esta cerca y el Rey Fernando el Catolico necesita toda la ayuda posible para que las capitulaciones se lleven a cabo de la forma mas pacifica posible.
    Silvia de Castro espera ansiosa el retorno del cuervo, ese hombre al que se prometio y al que sigue esperando despues de largos y duros anos, aferrada a la promesa de amor eterno que intercambiaron en su juventud.

  • Lecturas con daiquiri de Manuel Vicent

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    Vuelve Manuel Vicent con una recopilacion de articulos en los que brilla su mirada inteligente, critica e ironica de la realidad.

  • Mi ladron favorito de Emma Fraser

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    Resople cansada de esperar durante tanto tiempo en la terminal hasta que por fin pudiera subir al avion. Odiaba tener que llegar con horas de antelacion al aeropuerto para embarcar. Sin embargo, lo que tenia entre manos me hizo sonreir de autentica felicidad. Mire por enesima vez el billete de avion que guardaba en uno de los bolsillos de mi abrigo. Comprobe de nuevo que los datos reflejados en el estuvieran correctos: Vera Medina. Una enorme sonrisa aparecio en mi rostro al leer mi destino. No podia creer que hubiera tenido la valentia de hacer esto sola, pero no me arrepentia de nada, y no estaba dispuesta a dejarme intimidar por viajar sola. Era la tercera vez que salia fuera de Espana en mis 25 anos, y estaba deseando llegar a Escocia y adentrarme en el pais del que tantas y tantas historias me habian tenido entretenida durante mi ninez y adolescencia. Los megafonos del aeropuerto ya habian anunciado la inminente salida de mi vuelo a Edimburgo. Respire hondo y me coloque en la fila que se habia formado para entrar en el avion. Recorde los ultimos acontecimientos de mi vida y no pude evitar sentir una punzada de dolor. Durante siete largos anos habia compartido mi vida con una persona que yo creia que era perfecta, sin embargo, de un dia para otro todos mis planes se habian venido abajo al saber que mi novio me habia estado enganando con otra chica durante meses. Crei a lo largo de las siguientes semanas que ese dolor jamas me iba a abandonar, sin embargo, llego un momento en el que no podia aguantar mas y tome la decision de marcharme a Escocia durante un tiempo para recuperarme totalmente de las heridas que aun estaban en mi corazon y que sangraban con tanta intensidad que parecian romperme por momentos. Cuando le comunique mi decision a mi familia, intentaron convencerme para que me quedara en Espana con la unica excusa de que viajar sola podria ser un peligro para mi, sin embargo, ya habia comprado el billete de ida, y no tenia intencion de regresar a los pocos dias de marcharme. Ademas, me sentia agobiada con mi familia. Agradecia su apoyo en ese momento tan dificil para mi, pero llego un momento en el que no me dejaban respirar tranquila y mi madre me llamaba casi a todas horas para preguntarme que tal estaba. Mire la pequena maleta verde pistacho que me acompanaria durante toda mi aventura escocesa. Habia decidido irme a finales de otono a pesar de conocer el clima escoces en esta epoca del ano, pero la verdad es que estaba acostumbrada a las temperaturas de Soria, mi tierra. Despues observe mi indumentaria en uno de los espejos que habia cercanos a mi y, durante unos segundos, comprobe que apenas quedaba nada de lo que habia sido hasta hacia unos meses. Habia perdido varios kilos desde que mi novio y yo rompimos, aunque no habia perdido mis pechos sugerentes, algo de lo que siempre habia estado muy orgullosa. El rostro lo tenia tan demacrado que apenas lograba reconocerme en el reflejo. Podia ver asomar las incipientes ojeras bajo mis ojos saltones. Siempre habia escuchado que tenia unos ojos impresionantemente grandes y rozando casi el color negro. Mi melena castana estaba tambien muy desmejorada y esa manana apenas habia tenido tiempo de rizarme ligeramente las puntas, ya que el nerviosismo por mi inminente viaje no me habia dejado probar bocado. Para comenzar mi aventura, elegi unos pantalones vaqueros muy comodos, un jersey de color rojo y mis inseparables zapatillas. Siempre me habia gustado vestir comoda y, en aquella ocasion, no iba a ser menos. --El avion con destino Madrid-Edimburgo saldran dentro de quince minutos por la puerta 23. La voz del megafono me saco de mi ensimismamiento y vi que justo en ese momento se abria la puerta para embarcar. --Venga, por favor --susurre para mi misma nerviosa por despegar y llegar a mi destino cuanto antes. Por fin pudimos movernos y desentumecer las piernas, que las tenia tan agarrotadas por los nervios que cuando comence a caminar, crei que me romperia antes de llegar a la puerta de embarque. Antes de internarme por el pasillo no pude evitar echar una mirada hacia atras para ver por ultima vez la terminal hasta que por fin me adentre en el tunel por el que habia que transitar hasta llegar al avion. Desconocia cuanto tiempo estaria fuera de mi casa y alejada de mis familiares completamente sola, pero tenia la sensacion de que iba a encontrarme a mi misma en Escocia, y algo mas que aun desconocia, pero que me cambiaria la vida para siempre. Capitulo 1 Tras poco mas de tres horas de vuelo, aterrizamos en Edimburgo. Ahora el nerviosismo era aun mayor, ya que estaba deseando coger mi maleta y salir de alli para comenzar a vivir las primeras paginas de esta aventura. Vi a mi alrededor muchas caras llenas de ilusion que, al igual que yo, estaban deseando bajar de alli y llevar a cabo todo lo que se les pasara por la cabeza. Mi primer destino seria la estacion de tren. Apenas pasaria unos minutos en Edimburgo, ya que habia pensado recorrer esta ciudad antes de volver a Espana. Lo que mas deseaba era conocer las Tierras Altas, lugares sobre los que habia escuchado tantas y tantas historias en las peliculas y en los libros de amor que solia leer ambientados en este maravilloso pais. Cuando por fin pude pisar esta tierra con mis pies mire hacia todos lados con una amplia sonrisa en mis labios. A mi alrededor todo era un autentico bullicio de gente, pero eran completamente ajenos a mi. Respire hondo el aire humedo que flotaba en el aire y llene mis pulmones de el. Con rapidez, me dirigi a la salida para tomar un taxi que me llevara a la estacion de tren. Casi media hora despues, y despues de pasar varios controles policiales, logre pisar la calle. Numerosos taxistas intentaban llamar la atencion de los recien llegados, por lo que me dirigi al que se encontraba mas proximo a mi. Un hombre barbudo y pelirrojo me dio la bienvenida y me ayudo a cargar las maletas a su coche. A los pocos minutos, ya estaba recorriendo la distancia que separaba el aeropuerto de la estacion de tren. Observaba desde mi asiento los increibles paisajes verdes que se presentaban ante mi. No podia dejar de sonreir. Por primera vez en mucho tiempo, estaba realmente feliz y deseaba que esa sensacion no me abandonara jamas. Charlaba animosamente con el conductor. Este me explicaba las historias de algunos edificios que se cruzaban en nuestro camino hasta que, por fin, despues de media hora, llegamos a la puerta de la estacion. Me baje con prisa, ya que el conductor me habia dado una hora aproximada de la salida del tren que me llevaria a Pitlochry y, segun mi reloj, quedaba tan solo media hora para poder comprar el billete y encontrar el anden en una estacion que era demasiado amplia y completamente desconocida para mi. Con prisa, me interne entre el gentio que caminaba con tranquilidad buscando en los carteles la hora en la que saldria su tren. Esquive a muchas personas hasta que, de pronto, un chico se cruzo en mi camino y no pude apartarme a tiempo, por lo que me choque estrepitosamente con el. El impacto me hizo dar un par de pasos hacia atras e incluso provoco que perdiera el equilibrio, aunque logre recuperarlo al instante. En un primer momento, no me di cuenta del tamano del chico con el que me habia chocado, sin embargo, cuando levante mi mirada hacia el, me quede sin palabras. --Lo siento --dije casi tartamudeando totalmente estupefacta por su increible belleza. Lo vi sonreir, mostrandome una dentadura mas que perfecta. Unos ojos risuenos de color esmeralda me recorrieron sin verguenza, provocandome un intenso calor que se vio reflejado en mis sonrojadas mejillas. Aparte la mirada lo mas rapido que pude, sin embargo, su boca grande y alegre me atrapo de tal manera que no pude desviar mis ojos de el. Despues, pasee mi mirada por todo su cuerpo. Jamas habia visto tan cercano a mi un cuerpo de aquellas dimensiones. Parecia estar esculpido directamente en piedra y sus musculos apretaban tanto su abrigo que parecian querer romperlo de un momento a otro. Sus manos fuertes se ajustaron la ropa, no se si porque se sentia incomodo por mi escrutinio o para que viera como sus increibles muslos rellenaban aun mas sus pantalones vaqueros desgastados. --Te gusta lo que ves, ?no? Su voz ronca me saco del ensimismamiento en el que me habia sumido sin querer. Abri la boca un par de veces, aunque ningun sonido logro salir de mis cuerdas vocales. Sin embargo, la altaneria que mostraba en su rostro cuando por fin logre mirarlo de nuevo a sus increibles ojos esmeraldas me hizo volver a mi estado natural o, mejor dicho, al estado en el que me habia sumido despues del chasco que me habia llevado con mi novio. --?Perdon? El chico volvio a sonreir con mas autosuficiencia y dijo: --Que cuando quieras, puedes limpiarte la baba, guapa. Me senti tan humillada por sus palabras que una sonrisilla ironica aparecio en mi rostro. Mire hacia otro lado intentando calmar la mala leche que acababa de inundar todo mi cuerpo. No obstante, no logre deshacerme de ella, por lo que no pude evitar contestarle: --Vete a la mierda, gilipollas. Ni que fueras el ultimo tio sobre la faz de la Tierra.

  • El rumor de tus besos (La fragancia de lo infinito 1) de Rosa Alcantara Menendez

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  • Creer en el amor (Jazmin Secretos Y Mentiras) de Day Leclaire

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    La oportunidad de su vida.

  • Doble seduccion de Sarah M. Anderson

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    Sofia Bingham, viuda y madre de dos hijos pequenos, necesitaba un trabajo y lo necesitaba de inmediato para dar de comer a sus hijos.

  • Rey de los Diamantes de Aidee Jaimes

    https://gigalibros.com/rey-de-los-diamantes.html

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  • Vuelo estatico de Jaan Kross

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    ?Puede un simple fabricante de maletas convertirse en el simbolo de toda una generacion? Precisamente eso es <>, una de las mejores obras del prolifico Jaan Kross, referencia de las letras estonias y varias veces candidato al Nobel de Literatura. La novela narra la vida de Ullo Paerand, un joven con una memoria prodigiosa que se ve obligado a sobrevivir ejerciendo profesiones tan dispares como las de periodista deportivo, fabricante de maletas o miembro del gabinete del primer ministro. A traves de las aventuras y desventuras de Paerand, Kross dibuja un fresco de un momento clave del pasado reciente de los paises balticos y, a su vez, de todo el continente europeo. Pero <> no es solo la historia de Ullo, es Historia con mayusculas, la de toda una generacion que asistio impotente a la lucha por la independencia de su pais ante las sucesivas ocupaciones de diversas potencias extranjeras. Cronica viva de Estonia, este imponente drama de emigracion interior es, sin duda, uno de los mejores relatos de supervivencia jamas contados.

  • La buena, la mala y yo (Solo chicas 3) de Fabiola Arellano

    https://gigalibros.com/la-buena-la-mala-y-yo-solo-chicas-3.html

  • El espia del Inca de Rafael Dumett

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    Yunpacha, un antiguo espia del servicio secreto del imperio incaico, es convocado por el general Cusi Yupanqui para realizar una ultima mision: infiltrarse en Cajamarca y preparar el ataque que liberara al Inca Atahualpa, capturado por unos extranjeros. Yunpacha parece ideal para este rol. Aunque es hijo de campesinos chancas, accedio a una educacion privilegiada en el Cuzco por su capacidad de contar cifras a extraordinaria velocidad. El Espia del Inca recrea, con una solida documentacion a sus espaldas pero asumiendo las licencias de la ficcion novelistica, este infructuoso intento de rescate.

  • Contactos obsesivos (Las Cronicas de Krinar 2) de Anna Zaires

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    En Lenkarda, la principal colonia krinar de la Tierra, Mia se encuentra totalmente a merced de Korum. Sin forma de salir de alli ni idea alguna de como manejar ni la mas simple de las tecnologias de los krinar, no tiene mas eleccion que confiar en el K que la ha llevado hasta alli, el amante a quien ella ha traicionado.

  • Diccionario de las cosas que no supe explicarte de Risto Mejide

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