• Girasoles para Lu de Lorena Fuentes

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    El amor puede sanarte y hacerte feliz, sin embargo, muchas veces intentado proteger a quienes amamos, terminamos lastimandolos sin pensarlo.
    Lucia Chapman crecio enamorada de su mejor amigo, habia aprendido que el primer amor podia ser real, sus padres eran el vivo ejemplo.
    Matthew Mraz sentia miedo por amar a la hija de sus padrinos, ella era su familia, no de sangre, pero si por eleccion.
    Hay sentimientos que son inevitables y traeran consecuencias, mientras que un error puede marcar sus vidas para siempre, cambiando el rumbo de sus destinos.
    Lucia volvera a Nueva York creyendo que podra evitar reencontrarse con Matthew.
    Ambos tendran que alzar la bandera blanca de la paz, por el eslabon que los mantuvo unidos durante su adolescencia, su primo Sean. En el camino aprenderan a perdonar, para asi poder alcanzar la felicidad.
    Girasoles para Lu es la historia de los ninos que conociste en la Serie Nos Pertenecemos, demostrando una vez mas, que hay almas que nacen para estar juntas.

  • Melancolia de izquierda de Enzo Traverso

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    Con el derrumbe del comunismo en 1989 las utopias del siglo xx desaparecieron y dejaron lugar a un presente cargado de memoria pero incapaz de proyectarse en el porvenir. Este nuevo vinculo entre historia y memoria permite redescubrir una tradicion oculta, una vision melancolica de la izquierda que atraviesa la historia revolucionaria. A partir de un archivo vasto y heterogeneo de teoria, testimonios e imagenes, Enzo Traverso explora esta constelacion melancolica desde perspectivas diversas: el analisis de una cultura izquierdista de la derrota, la descripcion de una concepcion marxista de la memoria, la construccion de una vision del duelo, y la investigacion de la tension entre el extasis y la pena que da forma a la bohemia revolucionaria.

  • El baile de las mascaras de Fernando Claudin

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    Ella era una mujer joven y hermosa. No se merecia esa clase de vida. El amor llamaba a su puerta. Ya no podia seguir manteniendo el voto de castidad. No deseaba mantenerlo. Mas bien ansiaba infringirlo. !Ansiaba entregarse a sus brazos, abrasarse en el fuego de la pasion!
    El joven sacerdote que le habia robado el corazon se llamaba Harold. Era tan joven como ella. Y rabiosamente atractivo, con su aire romantico, sus profundos ojos azules, su cabello rubio, ensortijado, rebelde, que se resistia a ser peinado, y con ese arrebatador aire romantico que lo acompanaba alla adonde fuese, hiciera lo que hiciese.

  • Fortunata y Jacinta de Benito Perez Galdos

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    La tormentosa relacion amorosa entre los dos protagonistas, Juanito Santa Cruz y Fortunata, incapaces de superar las dificultades que su diferencia de estatus social les impone, se desarrolla en el ambiente castizo de finales del siglo xix, presentandose, ademas, un panorama completisimo de la vida y actividades de la clase media espanola.
    Asimismo, el libro retrata de forma magistral el papel de la mujer en la sociedad, con Fortunata y Jacinta como maximas exponentes, y la hipocresia dominante en una burguesia que intenta superar su anquilosamiento, impregnada de una religiosidad asfixiante y de unas costumbres firmemente arraigadas.

  • Bajo el hielo, Bernard Minier de

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    Es diciembre de 2008 y, el escenario, un profundo valle de los Pirineos. De camino al trabajo, los empleados de una planta hidroelectrica descubren el cuerpo de un caballo decapitado suspendido en la cara helada de la montana. La investigacion del macabro hallazgo es asignada al capitan Servaz, un cuarentanero hipocondriaco que siempre actua guiado por su instinto. Se trata del caso mas extrano de toda su carrera. ?Que motivos podria tener alguien para asesinar a un caballo a dos mil metros de altitud? Todo indica que este es solo el principio de una larga pesadilla. Ese mismo dia, una joven psiquiatra se inicia en el mundo laboral en el psiquiatrico de la zona.

  • El lugar de la espera de Sonia Hernandez

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    <>. En esta novela coral y narrada en primera persona del plural, los personajes comparten algo mas que la voz que habla en nombre de todos ellos: viven en un mismo lugar simbolico, el de una generacion, no ya perdida, sino extraviada a causa de la espera de una senal que les indique el momento decisivo en que realizar la obra, o tomar la decision, que de sentido a sus vidas. La madurez ha traido a estos emulos accidentales de los personajes de Beckett la conciencia de que nadie va a darles esa senal, nadie espera nada de ellos: si alguna oportunidad tienen de dar un proposito a sus vidas quiza sea vivirlas para si mismos o, lo que es lo mismo, simplemente actuar sin publico.

  • Destino. Tu Corazon de Katy Colins

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    Dejate llevar

  • Manson. La historia real de Tom O'neill

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    El fiscal Vincent Bugliosi creo un relato falso sobre los crimenes de la familia Manson, pero ?que sucedio realmente en Hollywood el verano del 69 en Cielo Drive?
    Entra en los secretos del FBI, de la CIA y en la era psicotropica de los anos 60. Entra en la mente de Charles Manson.

  • No debiste aparecer de Hugo Sanz

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    Poco podia imaginarme la sorpresita que me encontraria aquella manana al salir con mi pequena Sara a la calle. Corria el mes de marzo y, aunque en Ferrol el tiempo parece estar siempre enfadado, el sol se habia levantado con fuerza ese dia, como preludio de una primavera que estaba a la vuelta de la esquina. Era sabado y Juanjo, mi marido, se encontraba trabajando. No volveria hasta la noche, por lo que habia decidido salir a dar un paseo con mi nina, con idea de comer por ahi y comprarle a el un regalito por sus treinta y cinco anos, que los cumpliria la semana siguiente. --?Donde esta la cosa mas bonita del mundo? --le pregunte sonriendo a mi peque al acercarme a su cama. Con dos anitos y medio nada mas, mi renacuaja no es que entendiera mucho, pero esa pregunta la tenia bien asimilada y cada vez que se la hacia levantaba rapidamente el dedito indice, sonriendome tambien ella picaramente. --Te voy a comer esa naricilla chatunga. !Nam, nam, nam, nam, nam! --hacia como que se la mordisqueaba y Sara se apartaba, nerviosa, dandome manotazos. Me encantaba provocarla de esa manera--. Venga, vamos a desayunar y nos ponemos guapas para salir a dar un paseito. En ese momento me sono el movil. Era mi hermana Clara, desde Badajoz; esa tierra en la que me crie y de la cual me habia marchado hacia ya un tiempo. Reconozco que al principio me costo salir de alli, a pesar de que el nuestro era un pueblo bien pequenito. Ferrol tampoco es Nueva York, las cosas como son, pero yo ya me habia acostumbrado a la vida en esa ciudad gallega y era muy feliz en ella. Mucho mas de lo que imagine en principio que podria llegar a ser. --?Que tal, guapa? ?Como esta mi sobrinita? --la voz de mi hermana al otro lado del telefono siempre representaba tambien para mi un motivo de alegria. --Aqui voy a levantarla, que acaba de despertarse. Pues tu sobrinita esta hecha un trasto, para no variar. ?Que tal por ahi? --Tu sabes, preparando ya las maletas como quien dice. Pasado manana firmamos por fin el contrato de alquiler. --Que guay, estaras loca de contenta, nina. --No lo sabes tu bien, Diana. No veo la hora. Ya sabes que mama es muy buena y muy santa, pero a veces se da dinero por no aguantarla con sus manias. Razon no le faltaba. No es que mi madre sea mala persona, ni mucho menos. Pero es una de esas amas de casa obsesionadas con la limpieza que no deja vivir a nadie a su alrededor. No puede soportar una huella en un mueble de cocina ni los cojines desparramados por el sofa, por poner algun ejemplo. Todo tiene que estar perfecto a todas horas, como si fuesen a pasarle revista en la casa. Es algo que nunca he entendido. A mi tambien me gusta el orden y tener las cosas decentes, pero no hasta ese extremo. Pienso que la casa es algo que tiene que estar al servicio de las personas, y no a la inversa. De la ropa, con ella, ya ni hablamos. Las prendas se tienen que lavar siempre por separado; por un lado, las sabanas, por otro las toallas, por otro los calcetines... Total, quinientas lavadoras al mes a un tercio de su capacidad, sin dolerle los recibos de luz ni el gasto en detergentes de todas las clases. Y una camisa que se ponga un rato, una camisa que va directamente para la lavadora. Eso de volver a colgarla en el armario, nanai de la china. Dice que las prendas que uno se ha puesto, aunque sea solo media hora siempre llevan algo de olor a sudor. Esa es otra; el olfato tan fino que tiene. Cualquiera se la da, no quiero ni acordarme de cuando empece a fumar a escondidas siendo una adolescente. Pero bueno, no es plan de extenderme ahora hablando de ella. --?Y los preparativos de tu boda? --le pregunte a Clara por cambiar de tercio. --Ahi vamos. La semana que viene tengo la primera prueba del vestido. Creo que he engordado un par de kilos desde que lo elegi, asi que... vamos a ver si me cierra la cremallera o si tienen que soltarme las costuras de los costados. Madre mia, que jaleo, que de pijotadas, Dianita de mi alma. --Anda ya, mujer. Seguro que estas divina. --Ya, pero estoy muy nerviosa tambien, y tu sabes... me da por comer como un camionero, bueno, como siempre, para que nos vamos a enganar. Otra cosa, no, pero comer, todo lo que me echen, que te voy a contar yo a ti. --Si, pues dejate de nervios, boba, que no hay motivos para ello. No los habia, la verdad. Clara iba a casarse con un chico estupendo que bebia los vientos por ella y la vida les sonreia a ambos. Sin embargo, es algo que a todas nos pasa llegado el momento. Yo misma estaba hecha un flan dias antes de mi enlace con Juanjo. --Bueno, Diana, pues no te entretengo, era solo por saludarte. --Tranquila, guapa. No tengo ninguna prisa. Juanjo esta en el hotel y hoy tiene alli para todo el dia, asi que vamos a desayunar y ahora en un rato saldre a dar una vuelta por ahi con la nina, que hace un dia muy bueno. --Genial. Dale un beso a la pitufa. Que ganitas tengo de verla. --Se lo dare. Otro para ti, corazon. --Aupa, campeona --le dije a mi peque nada mas colgarle, cogiendola en brazos--. Venga, vamos a prepararnos un Cola Cao y a ponernos bien guapas tu y yo. Con ella a cuestas, baje las escaleras. Juanjo y yo viviamos en un bonito unifamiliar en una zona privilegiada de Ferrol. No era nuestra primera vivienda, pero si la primera en propiedad. Antes viviamos de alquiler en un pequeno piso del centro que no estaba mal, pero tuvimos que irnos enseguida de el por diversos motivos. Por un lado, los vecinos de arriba; una pareja joven, bastante arisca y mal educada (a cada cual peor), que no tenia ningun miramiento con los vecinos. Lo mismo armaban unas juergas de aqui te espero con los amigos cualquier dia de la semana, como que volvian los dos de fiesta un sabado de madrugada a las tantas y seguian en casa con el cachondeo. La senorita no se dignaba ni a quitarse los tacones y se dedicaba a pasear por el piso de punta a punta, dando taconazos como la que esta en la pasarela Cibeles. Si los demas no podiamos dormir, a ella le importaba un pimiento. Por su parte, el cogia la guitarra y se ponia a cantarle hasta desganitarse. Cuando les parecia, tambien se peleaban a grito pelado poniendose a parir. Ellos las gastaban asi y a mi me habian tocado en suerte. El asunto es que nadie se quejaba. Eramos dos vecinos por planta y enfrente de nuestro piso no vivia nadie. Justo debajo vivia Mariana, una anciana sorda como una tapia que se quitaba los audifonos antes de dormir y que, por tanto, no se enteraba nunca de la misa la media.

  • No sin mi bicicleta de Anna Brones

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    Esta es una guia inspiradora sobre el mundo de las bicicletas y el ciclismo, con informacion practica sobre como comprar una bicicleta, como utilizarla, su reparacion y mantenimiento, su personalizacion y otras tantas sugerencias para disfrutar del placer de ir sobre dos ruedas. No sin mi bicicleta anima a disfrutar de nuevo de un placer simple, saludable y sostenible para el planeta. Las divertidas ilustraciones y los consejos de la guia son el complemento perfecto para quien sienta la curiosidad de redescubrir o saber mas sobre el arte de ir en bicicleta.

  • Dale vida a tu cerebro de Raquel Marin

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    Raquel Marin nos explica que tiene el cerebro, como funciona y que debemos comer para mantenerlo joven.

  • Desafio Max, Elsa Pataky y Fernando Sartorius de

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    Intensidad Max, ahora llega Desafio Max: un libro que te ensena una forma de vida que puedes seguir para convertirte en la mejor version de ti misma.

  • Pasado perdido de Anna Crenwood

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    Las olas la golpeaban violentamente. La gente a su alrededor gritaba y manoteaba en un intento desesperado por agarrarse de algo que pudiera salvarles la vida. Un poco mas lejos, el barco desaparecia en las profundidades oscuras, dejando a la deriva a cientos de almas que probablemente no lograrian sobrepasar aquella noche.
    Juliana luchaba con todas sus fuerzas para conservar la vida que aun le quedaba por delante. No era justo, pensaba para si misma; tener tan solo diecinueve anos y tener que terminar de aquella forma. No era para nada justo. Ella, que una semana atras estaba disfrutando de los lujos, de la diversion, que tenia tanto por recorrer, tanto por vivir; no podia tan solo desaparecer en el fondo del mar sin que nadie pudiera hacer nada para ayudarla.

  • Salvando el para siempre 2, Lexy Timms de Lexy Timms

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    Cuando una relacion rota expone las cicatrices ocultas del pasado, ?podra una exitosa mujer de negocios soltar el dolor?

  • Hasta el Fin de la Soledad. Pandemia de Angel Palacios

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    En medio de un mundo desolado por una pandemia, Adhara se enfrente a la incognita de saber a donde ha ido su unico companero. Las dudas le inundan al igual que los recuerdos de su vida con el. Y cuando Adhara intenta continuar su vida lo mas normal posible, en medio de una profunda soledad, cuando empieza a escuchar que alguien le persigue.

  • La vida desnuda de Monica Carrillo

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    Una llamada de telefono lo cambio todo. Cuando Gala emprende el viaje para despedirse de su abuela Rosario no puede imaginar que pronto descubrira que nada es lo que parece en su familia: a pesar de las apariencias, o precisamente por ellas, todos tienen una vida publica que muestran al mundo, una vida privada reservada para unos pocos y una vida secreta que permanece oculta para todos. Poco a poco, Gala ira destapando las distintas capas que envuelven a sus padres, a su hermano Mauro y a su tia Julia. Y en la cima de tantos descubrimientos hallara aquello que siempre busco y que se le resistia: el amor sin condiciones. LA VIDA DESNUDA Monica Carril o Premio Azorin de Novela 2020 Esta novela obtuvo el Premio Azorin de Novela 2020, concedido por el siguiente jurado: Reyes Calderon, Manuel Cifo Gonzalez, Juan Eslava Galan, Jose Ferrandiz Lozano, Luz Gabas, Julia Parra, que actuo como presidenta del jurado, Belen Lopez Celada y Amparo Koninckx Frasquet, que actuo como secretaria sin voto. La Diputacion Provincial de Alicante y Editorial Planeta convocan y organizan el Premio Azorin de Novela. Editorial Planeta edita y comercializa la obra ganadora. A Alex y a Vega. Por ensenarme nuevas formas de amar Me doy cuenta tambien de que he vivido tres vidas: la vida publica, la vida privada y la vida secreta. GABRIELGARCIA MARQUEZ Mi vida Vida 1 La culpa me pesa desde el dia en que mate a mi abuelo. Llevaba mas de un ano postrado en una cama tras sufrir un ictus que le habia dejado medio cuerpo paralizado. La hemiplejia habia relegado la vida del yayo Fermin a una habitacion, donde su unico entretenimiento era mirar el techo y las paredes recubiertas de gotele, en las que imaginaba siluetas y rostros de otras vidas que pudieron ser. Aquel dia su cuerpo dijo basta. Esa fue la version oficial del equipo medico que lo atendio durante todo el proceso degenerativo, aunque yo, y nadie mas que yo, sabia la verdad. Aquel 15 de septiembre de 1995 su nieta Gala corto el fino hilo que sujetaba a Fermin a la vida. Para entonces mi abuelo ya no era mi abuelo. Ya no hablaba y apenas nos reconocia. Con suerte algunos dias, sobre todo a primera hora de la manana, lograba abrir los ojos y sonreirnos con la mirada. Al menos eso interpretaba yo, o eso queria entender de sus escasos gestos. En algunas ocasiones, mientras le acariciaba el entrecejo para que lo relajara, me apretaba suavemente la otra mano. Como diciendo: <>. Fermin fue muchas cosas, pero en el carne de identidad se podia leer que su profesion era la de practicante. Nos ponia las inyecciones con una destreza que no he vuelto a ver en nadie tantos anos despues. El abuelo hervia el material en una cazuela para esterilizarlo y lo reutilizaba luego en cada una de las nalgas que se le ponian a tiro. Aquella diminuta sala de tortura tenia un olor muy particular. Una mezcla de alcohol, medicamentos y miedo. Porque el abuelo seria muy diestro y atinado en lo suyo, pero eso no impedia que mi hermano y yo temblaramos cada vez que nos tenia que pinchar el antibiotico con aquella aguja cargada por el mismo diablo. Fermin el Agujas, el Espadachin, el Lanzaflechas: al abuelo le acompanaban muchos motes en el pueblo. Mi favorito era el de Azotaculos. Y era cierto. El ritual siempre se repetia: cogia una gasa y la empapaba en alcohol, te daba unos golpecitos en el gluteo y te hincaba la aguja sin piedad hasta descargar todo el contenido de la inyeccion. Una vez que el embolo tocaba el extremo, el abuelo repetia las mismas palabras: <>. Y se reia. Los dias previos a su muerte, su salud habia empeorado mucho y los mayores --como mi hermano y yo llamabamos a los adultos en aquellos tiempos-- decidieron ingresarlo de nuevo en el hospital. Ya no salio de alli con vida. Lo intubaron, oxigeno, suero, sondas… Aquel si que ya no fue mi abuelo nunca mas. Mi recuerdo de aquella nueva habitacion era aun peor que el que conservaba de su casa. En el hospital compartia el reducido espacio con otro paciente, un hombre con una enfermedad terminal a quien, como a Fermin, le quedaba un resuello de vida. Fueron cuatro o cinco dias de internamiento en los que apenas pudieron hacer nada por el. <>, dijeron mis padres a la tia Julia. Con ocho anos, yo no era capaz de saber a que se referian exactamente. ?Que tipo de trastorno tendria el abuelo? ?Acaso era posible empeorar mas? Yo lo miraba y veia las llagas de las caderas en carne viva, las extremidades retorcidas y la inapreciable masa muscular, fruto de la apisonadora del tiempo que juega en contra. A mi mente inocente e infantil le parecia imposible que hubiera algo peor que aquello. Pero lo hubo. Hay veces en las que, por muy luminoso que se haya despertado el dia, en nuestra casa anochece pronto. Aquel iba a ser uno de esos dias. Veinticinco anos despues de ese 15 de septiembre de 1995 recibi una llamada que me transporto en el acto a aquel momento: a la noche en que le quite la vida a mi abuelo. Vida 2 Existen personas a las que sabes que no podras olvidar en toda la vida, pero llega un dia en el que dejas de quererlas. No fue mi caso. Nunca llego ese dia. El tiempo solo curo las heridas que ya no importaban, lo intrascendente, lo que era ajeno a mis sentimientos. Practicamente nada. Fuera llovia. Era una de esas tardes en las que esta justificado enfundarse el pijama y arroparse con la manta sin salir de casa, y justo eso habia decidido. Estaba dibujando ensimismada en mis bocetos cuando sono el telefono. Sin saber por que, me inquieto. <> Fue un mal presagio, aunque al segundo siguiente lo estaba achacando a alguna operadora telefonica dispuesta a tentarme con una oferta. Me equivocaba. --?Si? --Hola, preguntaba por Gala. Era la voz de un chico joven. Tenia un timbre agradable. --Si, soy yo. --!Hermanita! Soy Mauro. Perdona, no te habia reconocido. Me quede bloqueada, aturdida, paralizada. Mi hermano nunca me habia llamado al fijo, no sabia a que venia aquello. Otra vez el mismo presentimiento. --!Vaya sorpresa! --acerte a decir al fin--. Yo tampoco te habia reconocido. Que raro que me llames a este telefono. --Tienes el movil apagado. Lo mire: sin bateria. --?Va todo bien? --pregunte, directa al grano. --Bien… Bueno, mas o menos. Te llamo por papa. Me ha pedido que lo haga. --?Que le ocurre? --me apresure a preguntar. --No, tranquila, el esta como siempre, Gala. Es la abuela… Mi corazon se agito con violencia y senti que me mareaba y me fallaban las piernas. Me acerque con el inalambrico al sofa donde un momento antes disfrutaba placidamente de la entrada del otono y me sente despacio. --?Que ha ocurrido, Mauro? No me asustes. --Bueno, el diagnostico es complejo, pero por la evolucion de las ultimas horas, creo que no hay mucho margen de mejora. Gala, la vida de la abuela se apaga y hemos creido que deberias saberlo. --?Donde esta? ?Donde esta la abuela? Lance la pregunta con un grito seco, desesperado, mientras un intenso dolor se instalaba en mi garganta y me comprimia las cuerdas vocales, impidiendome articular correctamente las palabras. La voz me temblaba al compas de las manos, que de repente se tornaron frias como el cristal que tenia delante. Esa ventana a traves de la cual habia contemplado el paso de las horas, vacias de todo salvo de recuerdos. --Esta en el Hospital del Norte. Hemos preferido que la ingresen aqui porque asi puedo tratarla yo mismo. Ahora estoy de guardia -- anadio mientras yo pensaba si seria mas rapido el puente aereo o un AVE a Madrid. Vida 3 Me deje caer a plomo en el asiento: coche 11 del AVE Sants-Atocha, ventanilla. Habia llegado por los pelos despues de una carrera hacia el control de seguridad, de un traspie que me lanzo de bruces contra el suelo camino de los andenes y de un esprint final con la mochila para viajes relampago a la espalda, mientras el ultimo revisor gritaba: <>. El doble pitido de aviso me pillo en el aire, literalmente, saltando para salvar los escalones y no quedarme en tierra. No podia creerme lo que habian dado de si los ultimos cinco minutos. Por lo general, el tiempo, y en muchas ocasiones tambien la vida, me pasa por encima. Las horas transcurren lentas y rapidas a la vez. Y yo continuo imperterrita, haciendo caso omiso al devenir de las rutinas. Siempre ha sido asi. Desde nina he tenido una enorme facilidad para quedarme embobada observando el aleteo de una mosca, la laboriosa tarea de una hormiga que carga con una pipa o las mil y una imagenes distintas que adivino en el suelo de marmol en casa de mis padres. --Gala, ?que haces? --me preguntaba mas de una vez mi padre desde el otro lado de la puerta del cuarto de bano. --Estoy en mi trono, que para algo soy una princesa --le respondi ufana en una ocasion. --?Todavia seguis ahi, alteza? Se os van a dormir las piernas. -- Mi padre siempre fue muy rapido en las respuestas. --Mejor. Si se me duermen, quiza suenen con algo bonito --le conteste igual de deprisa. Nos encantaba hacer eso. Era como jugar un partido de tenis que se va convirtiendo en otro de ping-pong; cada vez las respuestas mas veloces y el ritmo mas endiablado. Escuche la risa de mi padre desde el otro lado, pero ya no dijo nada. Espero a que se abriese la puerta para espetarme a bocajarro: --?Y bien? ?Con quien han sonado esas piernas dormilonas?

  • El tercer deseo de Jessica Khoury

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    <>.

  • El Psicologo de Beta Julieta

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    La fama del prestigioso neuropsicologo Sylvain Arnaud le precede. Y no es para menos. A pesar de su corta edad, ha conseguido que todos sus pacientes recuperen la memoria en el tiempo establecido. Sin excepcion. Y cuando su jefe le ruega que ayude a su hija Sofia a recuperar la memoria, no puede negarse.
    Sofia Ruiz no recuerda nada de los dias previos al accidente que sufrio hace tres meses. Y cuando su padre le suplica que acuda al mejor psicologo de Madrid, acepta a reganadientes.
    ?Conseguira Sylvain que Sofia recupere sus recuerdos antes de que contraiga matrimonio con su novio de toda la vida??Aceptara Sofia someterse a la peculiar terapia de Sylvain para recuperar su memoria?

  • Los abrazos robados de Pilar Mayo

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    Irene, madre soltera de una adolescente, Clara, por fin ha conocido el amor verdadero: Mario.

  • A menudo. te quiero de Laura Molina Romero

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    Un accidente de moto lleva a Marcos a la vida de Cristina, su nueva fisioterapeuta.Cristina, no tiene ni idea de que ha iniciado un tornado de emociones del que se ve envuelta en un triangulo amoroso, en el que debe elegir entre el amor que le promete Marcos y la pasion arrebatadora que siente por Javi, EL CHICO MALO. un antiguo novio que justo ahora regresa de nuevo a su vida, removiendo sentimientos que ella creia aguados.

  • Juego de apariencias de Ingrid Desjours

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  • Almas viejas de Miranda Mora

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    ? Puede el amor vencer a la muerte?. Atrevete a descubrirlo sumergiendote en la vida de Tessa. Acompanala en un relato cargado de amor, historia y erotismo, que te hara replantearte muchas cosas de una manera diferente. Disfruta de esta historia en la que se entremezclan pasado y presente para darle sentido a la vida de la protagonista.

  • El manuscrito nazi de Juan Martorell

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    La arqueologa Nicole Pascal se ve de nuevo envuelta en una aventura que la llevara a adentrarse en los secretos y en las creencias esotericas de los grandes jefes del nazismo aleman. Una pluma que le regala su novio, Jean Massard, sera el desencadenante que llevara a la pareja a hacerse con un manuscrito de un importante jefe de las SS: Hans Heins. En el, el autor nos narra su vida y sus relaciones con la plana mayor de los dirigentes nazis. Protegido por Himmler, mantuvo relacion con Hitler, Hess, Rosenberg, Von Schirach, dentro del mundo de creencias magicas y ariosoficas que conformaron buena parte de la filosofia de quienes dirigieron el destino de Alemania en aquella epoca.

  • Una Sorpresa por Accidente de Annie J. Rose

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    M C A P I T U L O 1 E M IL Y e quedo mirando al cielo monotono y gris por la ventana. Nueva York en primavera, vaya lugar en el que estar. Pero la cuestion era que estaba exactamente donde queria estar. Habia crecido sonando con la gran ciudad: las luces, la emocion; una ciudad donde siempre estaba sucediendo algo. De alguna manera, en el tiempo en que habia estado yendo a la escuela alli, me las habia arreglado para hacerme un lugar. Nueva York era mia. O eso era lo que siempre habia pensado. Suspire discretamente mientras el tren se alejaba del anden. ?Quien sabe cuando volveria a ver estos edificios? Si es que alguna vez los volvia a ver. Intente no pensar de forma tan pesimista, pero la verdad era que simplemente no tenia idea de lo que iba a pasar con mi futuro. Mis pensamientos estaban hechos un torbellino mientras lo contemplaba. Solia tener una vision clara para mi misma. Iba a ir a estudiar en Nueva York. Iba a hacer pasantias en algunas de las mejores casas de moda del mundo y a hacer conexiones. Ya con mi titulo en el bolsillo iba a lanzar mi propia linea con un poco de ayuda financiera de mis padres. Lo mas sorprendente es que todo habia estado yendo tan bien para mi. Todo habia marchado tan bien, hasta que dejo de ser asi. El pasado mes estuvo lleno de grandes cambios. No cosas como una nueva pasantia en algun pais extranjero exotico o algo bueno como eso. Estos fueron cambios malos. Y no cosas como un corte de cabello terrible, o incluso perder la beca de la escuela. Podria haber manejado eso. El tren disminuyo la velocidad al entrar a otra estacion. Salir de la ciudad siempre llevaba un poco de tiempo. No estaba segura de si queria que el tren no saliera nunca, o si queria que acelerara para no tener que quedarme mas tiempo en el lugar que habia llegado a amar. Pasara lo que pasara, no habia vuelta atras. Solo esperaba que este viaje a casa, a Saratoga Springs, me ayudara a solucionar algunas cosas. Desafortunadamente, no guardaba muchas esperanzas para mi estilo de vida actual. Mi apartamento de un solo dormitorio en Manhattan era, sin duda, algo del pasado. Mi posicion en uno de los programas de diseno de moda mas prestigiosos del mundo seria sin duda otra de las perdidas, porque no habia forma de que pudiera costearme la matricula, ni siquiera con mi beca. No habia ningun banco en el mundo que fuera a aceptar prestarme nada; no teniendo en cuenta el error de mi padre al confiar en el hombre equivocado. Deseaba poder entender como habia llegado a este punto. Pensaba que mi padre era un hombre astuto de negocios y un inversionista. ?No habiamos aprendido todos en este punto a no confiar en estafadores? Si tan solo pudieramos retroceder el tiempo al punto antes de que mi padre invirtiera practicamente toda la fortuna de la familia en lo que resulto no ser mas que un esquema Ponzi. Sin embargo, eso era imposible. Deseaba poder sacar lo mejor de la situacion, pero todo era completamente desconocido para mi. Mi telefono sono cuando llego un mensaje de texto de Alyssa. Supongo que eso era algo bueno que habia salido de todo este desastre. No habia visto a mis amigos lo suficiente desde que estaba en Nueva York. A pesar del escandalo, parecian estar listos para recibirme en casa con los brazos abiertos. Odiaba verme obligada a volver a casa, pero al menos podria pasar mas tiempo con todos ellos. Alyssa quiso saber cuando llegaria y si me gustaria que ella me llevara a casa de mis padres. Sabia que se ofrecia porque sentia lastima por mi. Ella sabia que estaba acostumbrada a autos privados con choferes que se sometian a todos mis caprichos. Esta es tu oportunidad para que veas como vivimos los demas, bromeo cuando me lamente por el viaje a casa. Puse los ojos en blanco al leer el mensaje. La familia de Alyssa no estaba para nada tan bien acomodada como lo habia estado siempre mi familia, pero definitivamente les iba bastante bien. Sin embargo, ahora considere su oferta. Habia planeado coger un taxi hasta la mansion de mis padres (o a su antigua mansion, supongo), pero con todo tan inestable, probablemente deberia estar ahorrando cada dolar que tenia. Le respondi el mensaje a Alyssa con la hora de mi llegada y le agradeci por ofrecerse a recogerme. Luego me recline en mi asiento pensando en lo que me esperaba en casa. Sabia que debia dejar de pensar en ese lugar como "casa". La casa ornamentada en la que habia crecido nunca le perteneceria a mi familia de nuevo. No hubo otra opcion mas que venderla. De hecho, esa era la unica razon por la que volvia a casa ahora: para ayudar a mis padres a recoger cualquier pertenencia que tuvieran ahi y trasladarlas de su mansion a un pequeno apartamento de dos dormitorios. Tendrian apenas suficientes ahorros para poder vivir modestamente cuando se jubilaran. Nada mas que eso. Trague fuerte mientras pensaba en ello. Nunca antes me habia sentido tan sola. La familia Andrews siempre habia tenido dinero. No habia sido una preocupacion para mis padres pagar mi matricula, o el alquiler de mi apartamento en Nueva York. Sin embargo, todo eso habia cambiado ahora. Cuando mis padres me dieron la noticia por primera vez, quede conmocionada porque no lo creia. Seguramente se las arreglarian de alguna manera para recuperar su fortuna. Seguro que las cosas mejorarian antes de lo que pensaban. Perderlo todo solo era el peor de los escenarios, y querian asegurarse de que yo estuviera preparada para eso, en caso de que llegase a suceder. En algun punto me di cuenta de que no era solo el peor de los escenarios. Era la realidad. Mis padres lo habian perdido todo; no habia ninguna duda al respecto. No habia manera de recuperar esa fortuna. Fue entonces cuando mis sentimientos se volcaron mas hacia la ingenuidad. No era lo que queria, pero sin duda podria conseguir un trabajo y conservar mi vida tal y como era en gran parte. Atenderia mesas o prepararia cafes, tal vez seria barman algunas noches a la semana. Pero conservaria mi apartamento y seguiria estudiando, aunque eso significara que ya no tendria mucha vida social. Creo que fue mas o menos al momento de mi tercera entrevista de trabajo cuando me di cuenta de que eso tampoco iba a pasar de ningun modo. Seria muy afortunada si encontraba a alguien que estuviera dispuesto a contratarme, dada mi falta de experiencia y el hecho de que el nombre de mi familia estaba metido en todos los tabloides y todos podian leerlos. Incluso si encontrara un empleo, tendria suerte si lograra reunir lo suficiente para pagar el alquiler de mi apartamento, por no mencionar todo lo demas. Pense en entregar mi apartamento. Podria encontrar un companero de cuarto y pagar menos renta. Si hacia eso y conseguia un trabajo, seguramente podria continuar con mi carrera, ?verdad? No me faltaba mucho para graduarme. Pero los unicos lugares para vivir que podria permitirme estaban muy alejados de la escuela, y cuando tome en cuenta los viajes de ida y vuelta a mis clases, supe que nunca podria conseguir suficientes horas en un trabajo para poder pagar mi matricula. ?Como lo hacian los otros estudiantes? Parecia imposible. Me quede mirando el cuaderno de bocetos en mi regazo. La pagina estaba en blanco, tan solo esperando que mi lapiz dibujara algunas lineas audaces. El resto del cuaderno estaba lleno de bocetos de disenos para la linea que esperaba lanzar. Siempre me habia encantado la moda. Me llevo una eternidad tener confianza en mis disenos, pero finalmente lo habia conseguido. Ahora estaba a punto de comenzar la carrera con la que siempre habia sonado, pero parecia que ese sueno estaba a punto de esfumarse. La neblina gris fuera de mi ventana se sentia tan constrictiva como el resto de mi situacion ahora mismo.

  • Un hogar a tu lado (Creek Canyon 2) de Catherine Bybee

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    Erin siguio con suma atencion la trayectoria del blanco de arcilla, desde el momento en que salio disparado del lanzador y se desplazo surcando el aire, hasta que se rompio en pedazos cuando Parker apreto el gatillo de la escopeta. --Le has dado todas las veces. ?Como lo haces? --Erin estaba impresionada. Ella solo habia conseguido acertar un plato de cada diez, mientras que Parker se habia ganado su apodo, el de <>, a pulso. --Es cuestion de practica. Tu acabas de empezar, date tiempo. Estaban en un rincon escondido del bosque del Angeles National Forest, en un campo de tiro, un lugar dominado por la testosterona en el que de vez en cuando se veia a alguna que otra esposa o novia. Erin y Parker eran las unicas mujeres que no iban acompanadas de un hombre. --Seguimos con el tiro al plato unas cuantas veces mas y luego pasamos a la galeria de tiro con pistola, ?de acuerdo? Los blancos moviles son mas dificiles, pero es que quiero que te acostumbres al retroceso de la escopeta para que puedas controlarla. --Parker le estaba dando lecciones sin avasallarla con la bateria de preguntas que le haria cualquier otra persona. A finales del verano anterior, Erin se habia ido a vivir a la propiedad de Parker, quien estaba desesperada por alquilar la casa de invitados del rancho familiar tras haber sobrevivido a un incendio que por poco destruye todas las posesiones de su familia. Erin estaba igual de ansiosa por instalarse alli y empezar una nueva vida lejos de las carreteras principales y los barrios de cualquier gran ciudad, donde todo el mundo se conocia. En una localidad del tamano de Santa Clarita, en cambio, no llamaria la atencion ni estaria rodeada de los turistas y los empresarios que invadian las grandes ciudades del sur de California. Erin esperaba encontrar soledad y, en vez de eso, lo que encontro fue una amiga fabulosa, una amiga que se dio cuenta de que Erin estaba escondiendose de su ex, pero que no la presiono ni una sola vez para que le contara los detalles de la historia. No, Parker no hurgo en su vida, sino que simplemente le dijo que, cuando estuviera lista para hablar, alli estaria ella para escucharla. Incluso ahora, mientras disparaba a los blancos --errando casi siempre el tiro, en el caso de Erin, que tenia una punteria terrible--, habria tenido toda su logica que Parker le hubiese preguntado por que tenia tantas ganas de aprender a disparar. Sin embargo, no lo habia hecho. Ni una sola vez. Parker le dio el arma a Erin con el canon abierto, preparado para que llenara el cargador. Eso ya sabia como hacerlo. Ahora bien, darle al blanco con ella... eso ya no era tan facil. Aunque, a cualquiera que le hubiese preguntado, le habria dicho que el mero hecho de cargar el arma ya le infundia un valor que ni siquiera sabia que tenia en su interior. Con las gafas de seguridad y los oidos tapados con tapones de color naranja --<>, como los llamaba Parker--, Erin apoyo la culata del arma en el hombro. --?No te olvidas de algo? --le pregunto Parker. Erin se detuvo un segundo, con aire confuso. Luego sonrio y amartillo el arma. El sonido le resulto inquietantemente satisfactorio. Era como decir <> con dos solidos chasquidos. Parker sonrio. --Esta vez quiero que te inclines hacia el arma y que mires fijamente por el canon hasta que sientas que es una extension de tu brazo. Sabes que el plato va a salir disparado hacia la izquierda, asi que no apuntes a la derecha en ningun momento. --Se situo detras de la maquina lanzaplatos--. Cuando tu me digas. Erin respiro profundamente y puso el dedo en el gatillo. --Ya. Parker solto el resorte. Un plato de color naranja salio disparado hacia el cielo. Erin lo vio volar y supo que iba a fallar antes de apretar el gatillo. El estruendo del arma le resono en el oido y le sacudio el hombro, empujandolo hacia atras con un solo movimiento. El plato de arcilla volo intacto hasta alcanzar la parte posterior de la colina y reunirse con todos sus companeros. Solo entonces se hizo pedazos. Parker se acerco a ella por detras. --Traslada el peso de tu cuerpo al pie izquierdo. --Puso una mano en el hombro de Erin y la empujo levemente hacia el arma--. Apoyate en ella. De nuevo en posicion, respiro hondo varias veces mas. <>, se dijo. --!Plato! Fallo el tiro. --!Plato! Fallo el tiro. --!Plato! Le dio... Joder, !le habia dado! Erin se sintio como si acabara de ganar la loteria, y una enorme sonrisa afloro a sus labios. Bajo el arma y choco los cinco con Parker. --?Quieres dejarlo ahora que vas ganando? --pregunto Parker--. ?O quieres seguir disparando un poco mas? Erin bajo la escopeta. --Probemos con algo mas pequeno. Una hora mas tarde iban conduciendo por la larga carretera del canon, orgullosas de su punteria. Parker tenia razon: disparar con pistola era mucho mas facil que hacerlo con la escopeta. Cada tintineo de los blancos metalicos habia sido como un signo de exclamacion. Erin no podia dejar de sonreir. --Ha sido mucho mas divertido de lo que pensaba. Parker mantuvo ambas manos en el volante mientras doblaba las curvas del canon. --Mi padre me llevaba al campo de tiro cada dos por tres. Siempre decia que, como teniamos armas en casa, era imprescindible que aprendiera a disparar. --?Y Mallory y Austin? Mallory y Austin eran, respectivamente, la hermana y el hermano pequeno de Parker, de quienes esta se habia hecho cargo tras el fallecimiento de sus padres, tres anos antes. --Mallory fue un par de veces, pero no le gusto. Aun asi, se defiende bastante bien con las armas. Austin disparaba la pistola del calibre .22 de mi padre cuando era pequeno. Ahora intentamos venir aqui un par de veces al ano para practicar. --?Saliais a cazar alguna vez? Parker nego con la cabeza. --No. Una cosa es pegarle un tiro a una serpiente de cascabel y otra muy distinta dispararle a Bambi. Supongo que si tuviera mucha hambre si podria hacerlo. Mi padre iba de caza con su hermano cuando eran jovenes. Erin lanzo un suspiro. --Yo creo que seria incapaz de dispararle a nada. --Pero informarse sobre el manejo de un arma y saber utilizarla no es algo malo en si: la informacion es poder y todo eso. Para mi, tener algo mas que un bate de beisbol en casa tras la muerte de mis padres fue un consuelo. A veces el mundo es una selva. No hay mas que ver las noticias para darse cuenta de eso. Erin se froto el lado de la mandibula donde todos los dias de su vida utilizaba maquillaje para ocultar una cicatriz. Ella sabia muy bien hasta que punto el mundo estaba lleno de seres salvajes. --?Crees que eso te convierte en una persona paranoica? --?El que me convierte en una persona paranoica? --Tener un arma en casa. --Cargada y lista para dar la bienvenida a cualquiera que se plante en tu casa mientras duermes, armado con su propia arma, para llevarte de vuelta a una vida de malos tratos y sufrimiento... Erin ahuyento la imagen de su cabeza. --Echo siempre el cerrojo de las puertas por si alguien intenta entrar; tengo un extintor por si hay un incendio; tengo un seguro por si se hunde el mundo... ?Significa eso que estoy paranoica? --Eso es un poco distinto. --?De verdad? Estoy hablando de tomar precauciones y tener un seguro. De momento no ha entrado nunca ningun ladron a robar en casa. El extintor no habria servido de nada en un incendio forestal, y el seguro ha sido mi salvacion. Tener un arma de fuego para proteger a mi familia es solo una precaucion. --Parker hizo una pausa--. Y para protegerte a ti tambien, si no me equivoco. Por eso hemos venido hoy aqui. --La observacion de Parker habia dado justo en el clavo. La persona de la que debia protegerse tenia un rostro y un nombre que Erin estaba tratando desesperadamente de enterrar en su pasado. --Y ahora es cuando cambio de tema. Parker se rio. --No esperaba menos. Media hora mas tarde, entraron en la propiedad vallada y pasaron por delante de un equipo de fontaneros que estaba cavando una larga zanja a traves del terreno. Una de las numerosas inundaciones relampago que habian sufrido en el invierno posterior al incendio se habia llevado por delante la tuberia principal de la entrada de agua a la casa. Ahora que el tiempo primaveral por fin estaba dando paso al sol abrasador tipico del sur de California, Parker habia contratado al equipo de operarios para que arreglara las tuberias de forma permanente. Una larga manguera de bomberos que conectaba el suministro de agua de la ciudad con la casa les habia ahorrado tener que trasladarse a vivir a otro sitio mientras esperaban que el tiempo cooperara. Para Erin, los inconvenientes eran minimos; solo habian estado unos pocos dias sin agua corriente. Teniendo en cuenta la magnitud de los danos que habia sufrido la finca, podia darse con un canto en los dientes. Colin, el novio de Parker, las saludo mientras pasaban por delante de los operarios y se dirigian cuesta arriba a la casa principal. Parker sonrio. --?Cuando te va a hacer la gran pregunta? --dijo Erin. --Nos vamos a Cabo San Lucas dentro de dos semanas. Supongo que podria volver de alli con un pedrusco en el dedo... Eso mismo pensaba Erin. Parker y Colin llevaban planeando su viaje a Mexico desde Navidad. Aguas cristalinas, playas de arena blanca... Sonaba paradisiaco. Parker aparco el coche y abrio la puerta. --Voy a guardar mis cosas y luego te ayudo a limpiar las armas, ?vale? --le propuso Erin. --No te preocupes. Pensaba hacerlo esta noche. Quiero estar un rato con los operarios y asegurarme de que no estropean las canerias nuevas. Erin meneo la cabeza con admiracion: Parker era la propietaria mas involucrada personalmente en las reparaciones domesticas que habia conocido en su vida. Colin subio andando la empinada cuesta del camino de entrada y saludo a Parker con un beso. --?Como ha ido? --Le he dado a dos platos con la escopeta. --Erin levanto el puno en el aire. --Pues ya se te da mucho mejor a que a mi --comento Colin. Parker se apoyo en el. --Lo que no te ha dicho Erin es que ha dejado secos a todos los blancos metalicos con la Glock. Erin sonrio al oir los elogios de su amiga. --Yo no diria tanto, pero no me ha ido mal, no. --Es muy modesta --dijo Parker. --Yo no soy la experta, pero tu si. ?Tu la has visto en accion? --le pregunto Erin a Colin. --No con una pistola --bromeo. Las mejillas de Parker se tineron de rojo. Erin nego con la cabeza. --Bueno, y despues de eso, yo creo que me voy corriendo a comprar y a la oficina de correos. ?Necesitais algo del supermercado? --No, gracias. --Parker abrio el maletero del coche y saco la funda de su escopeta. Como Erin no tenia que ayudar a descargar el coche, cruzo el camino de entrada hasta el sendero que llevaba a la casa de invitados. Aunque la propiedad estaba vallada y estaba prohibido el acceso, no cerrar la puerta con llave no era una opcion. Ademas, la semana siguiente iban a instalar el sistema de alarma. Una precaucion mas que Erin iba a anadir a su arsenal de proteccion. La casita de un solo dormitorio era perfecta para ella. El salon y la cocina formaban un solo espacio muy amplio que venia amueblado, algo ideal para Erin, teniendo en cuenta que habia abandonado su vida anterior practicamente con lo puesto: dos maletas de ropa y la tarjeta SD de fotos de un movil. Habia dejado atras todo lo demas. Todo y a todos. Entro en el bano y se lavo la suciedad de la cara y la polvora de las manos. La idea de que sus manos no pasaran el control de seguridad de un aeropuerto la hizo sonreir. Se miro en el espejo y se dio un prolongado repaso en el. --Pasito a pasito --dijo, hablandole al aire. Se quito la goma con que se habia sujetado su espesa melena en una cola y se peino el pelo antes de recogerselo en un mono en lo alto de la cabeza. El rojo se estaba desvaneciendo rapidamente y el rubio natural amenazaba con asomar debajo. Casi no se reconocia a si misma. Pero de eso se trataba, ?no? Un nuevo aspecto, un nombre distinto, un nuevo hogar... Todo nuevo. Se habia cambiado legalmente el nombre, el numero de la seguridad social... Nada era como antes. Oyo sonar el timbre del telefono en la cocina, donde habia dejado su bolso. El sonido la sorprendio. Muy poca gente tenia su numero y hasta el momento los teleoperadores no la habian descubierto todavia. El identificador de llamadas senalaba un numero oculto, asi que, en lugar de contestar, dejo que saltara el buzon de voz. Al cabo de un minuto, pulso el boton de reproduccion para oir el mensaje. Una voz femenina y familiar le puso la piel de gallina. --Soy yo. Tengo noticias. De repente, se le erizo todo el vello del cuerpo y empezo a hiperventilar. Erin se dirigio a la pequena mesa de comedor, retiro una silla y se sento antes de que el mareo la hiciera caer redonda al suelo. Renee contesto al primer timbre. --Hola, Renee. --No sabes cuanto me alegro de oirte. ?Como estas? ?Has probado ya el agua de coco? --Renee, su defensora, su abogada y su salvadora, le formulo su pregunta en clave. --Estoy bien, y si. El agua de coco estaba deliciosa. No habia ninguna agua de coco. Ni zumo de remolacha, ni cualquier otro alimento ecologico que a Renee se le ocurriera mencionar. Daba lo mismo, la respuesta era siempre afirmativa si Erin se sentia lo bastante comoda y segura para hablar sin miedo a que alguien la escuchara. Hasta ahora, no habia necesitado responder con un no. Con un poco de suerte, nunca seria necesario hacerlo. --Por la voz, pareces estar bien. --Estoy un poco mejor cada dia. --?Estas comiendo bien? Erin penso en su dieta y opto por conservar el tono positivo de la conversacion. --Creo que ya me sobran un par de kilos. Renee lanzo un resoplido. --Menuda mentirosa estas hecha... Ambas se echaron a reir. --Estoy bien, de verdad. --Queria decirle que la luz del sol de California estaba obrando maravillas con ella, pero eso no podia decirselo. Renee no sabia donde estaba Erin, ni siquiera sabia el nombre que estaba utilizando en vez del suyo--. Dime cuales son las noticias. Renee suspiro. --No te van a gustar nada. Erin trago saliva. --?Mi hermana y su familia estan bien? --Si, estan bien. Si no lo estuvieran, seria lo primero que te habria dicho. Erin apreto los ojos y sintio la opresion en el pecho, que tan bien conocia, el dolor de los recuerdos de todas las personas a las que habia dejado atras. --Sueltalo. --Todavia no te han concedido el divorcio --le dijo--. Y el cabron ha pedido una nueva vista judicial para impugnar la orden de alejamiento. Erin apoyo la cabeza en la mano. --Esto no va a acabar nunca. Capitulo 2 Matt metio dos lechugas romanas en una bolsa mientras Jessie escogia los tomates. --Tio, metelos en una bolsa y vamonos. --Pero querras que tengan algo de sabor, ?no? --A Jessie le gustaba hacer las cosas bien, mientras que a Matt le gustaba hacer las cosas rapido. --Quiero acabar de hacer la compra antes de que nos llamen y tengamos que salir corriendo --dijo Matt. Los miembros de su unidad se habian separado al entrar en el supermercado. Vestidos con sus uniformes azules, los cuatro llamaban la atencion alla donde iban. En la seccion de alimentacion del super, a ultima hora de la manana, eran el objetivo de un monton de amas de casa sonrientes y de mujeres con ganas de ligar... A veces eran solteras, pero muchas otras veces no. No hay nada que atraiga mas a las mujeres que un hombre vestido de uniforme haciendo la compra. Como los companeros de la brigada de Matt trabajaban en turnos de veinticuatro horas, les tocaba pensar en lo que iban a comer y, por lo tanto, tenian que ir a comprar provisiones. En el parque de bomberos siempre habia algo para preparar el desayuno y el almuerzo, comidas comunitarias a las que contribuian todos y cuyos ingredientes compraban entre todos, pero las cenas dependian de cada unidad de guardia en concreto. Esa noche iban a preparar costillas de cerdo, patatas al horno, ensalada y cualquier otra cosa que se les ocurriera y que pudieran asar a la parrilla. Matt se acerco a las patatas y cogio una bolsa entera, en lugar de seleccionarlas una a una. Miro a Jessie, que era el novato del equipo, y dio unos golpecitos en su reloj. Jessie acelero sus movimientos y deposito los productos en el carro. Al doblar la esquina, vieron que el capitan Arwin --se llamaba Anton, pero nadie se dirigia a el por su nombre de pila-- y Tom, el ingeniero de su unidad, iban cargados de costillas. Iban a hacer muchas y a rezar para que les diera tiempo de comerselas antes de que se enfriasen. El capitan dejo la carne en el carro y Tom anadio un bote grande de salsa barbacoa. --Todavia tenemos sazonador para carne en la estacion, ?verdad? --pregunto. --Si, lo he comprobado antes de salir --le contesto Matt. Cogieron una barra de pan de ajo precocido que podian meter en el horno en el ultimo momento y anadieron leche y galletas antes de dirigirse a la caja registradora. A Matt no se le escapo la sonrisa de una morena de unos veintipocos anos que empujaba un carrito en la fila de al lado. Le devolvio la sonrisa con el piloto automatico antes de apartar la mirada. --No se te puede llevar a ninguna parte, Romeo --se burlo Tom. Matt era el unico soltero de su unidad. Incluso Jessie, que solo tenia veintitres anos, estaba casado y con un hijo en camino. --Creo que Julieta era rubia. Tom se rio y ayudo a colocar la comida en la cinta. --?Como estais hoy, chicos? --La cajera debia de tener mas de sesenta anos, pero incluso ella esbozaba una sonrisa que expresaba algo mas de lo que decia su boca. El capitan sonrio a la dependienta y siguio dandole conversacion mientras apilaban la compra. Cuando Matt le dijo a su familia que queria ser bombero, le dieron mucha cana. Bueno, una cana simpatica, pero cana al fin y al cabo. <>, le habia dicho Grace, la pequena de la familia, para chincharle. <>. <>, habia abundado su padre. Como policia retirado, Emmitt sabia muy bien de lo que hablaba. Y luego estaba Colin, el hermano mayor: <>. Su hermano era mas alto, pero Matt era el que se machacaba en el gimnasio. La verdad es que los dos eran muy atractivos. Sus padres les habian transmitido unos buenos genes, capaces de darles cierta ventaja en la vida. Salieron del supermercado con un suspiro de alivio. Habian conseguido comprar lo que necesitaban sin haber recibido ninguna llamada de emergencia, y el parque de bomberos estaba a solo ocho kilometros de distancia. En la calle, el camion ocupaba el espacio de la zona senalizada de color rojo, un sitio especificamente reservado para ellos alla donde tuvieran que desplazarse. Tom se dirigio al lado del conductor mientras Matt y Jessie metian las bolsas dentro del camion. --?Hola? Matt se volvio y vio a la sonriente morena de la tienda dirigiendose hacia el. --?Si? --Se te ha caido esto ahi atras. --Extendio la mano, deshaciendose en sonrisas, y le entrego un papel del tamano de una tarjeta de visita. --Me parece que no... La chica le aplasto la tarjeta en la mano. --He visto como se te caia del bolsillo trasero de los pantalones cuando te sacabas la cartera. Matt no habia pagado la compra. Miro la tarjeta y vio un nombre y un numero de telefono con el dibujo de una carita sonriente. Jessie dijo algo en voz baja con una risita y se subio al camion de un salto. --Ah, vale... gracias. Ella llego incluso a echarse la melena por encima del hombro con un ademan exagerado. Matt no habia visto a una chica hacer semejante movimiento desde el instituto. --Tened cuidado ahi fuera.

  • Chelsea (Senoritas britanicas 4) de Scarlett O'connor

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    Scarlett regresa con el tan esperado cierre de la serie Senoritas Britanicas. Una historia que te hara ilusionar, y coloca un broche de oro a su anterior entrega, Senoritas Americanas.

  • La mirada del puma de Gloria V. Casanas

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  • Te buscare, siempre de N. Q. Palm

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    Nick Rusell es un hombre solitario y bastante reservado. Nunca da nada por sentado y la vida le ha mostrado que no siempre es facil salir adelante. Atractivo y poco dado a tener relaciones estables, ve como un dia todo esto cambia.
    Vive en un barrio conflictivo de Los Angeles, donde nacio y se crio, y a el no le supone ningun problema en su dia a dia, que discurre entre motores de coches y motos.
    Sus amigos mas cercanos pertenecen a un club motero y han tratado de convencerlo varias veces para que se una a ellos, pero a el le gusta ser libre, sin el yugo de un presidente despota que se salta la ley para conseguir dinero sucio.
    Las circunstancias deciden que ese club este mas cerca de lo que le gustaria. En el hay una persona reservada, que nunca mira a los ojos de nadie y parece malditamente infeliz dentro de ese antro. Ella representa todo lo que odia. Entonces, ?por que su mente no deja de mostrarle su bello rostro?
    Aunque Nick sabe que entrar en las filas de esos tarados es condenarse de por vida, toma una decision que cambiara su existencia para siempre, empujandolo hacia un destino inesperado y cruel.

  • Las montanas azules de Kimberley Freeman

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    En 1926 Violet Armstrong es contratada como camarera en el hotel-balneario Evergreen, donde celebridades de toda Australia pasan sus vacaciones de invierno, como Flora Ho!neychurch-Black y su disoluto hermano Sam. Entre Violet y Sam surgira un romance tan apasionado como prohibido, y que parece tener los dias contados porque pronto concluira la temporada de invierno. Sin embargo, todos ellos quedaran atrapados en medio de una gran tormenta de nieve de con!secuencias impredecibles. Tal vez sus secretos queden ente!rrados, pero cuando la nieve se derrita todos saldran a la luz. Ochenta y ocho anos mas tarde, Lauren Beck comienza a trabajar en una cafeteria de las Montanas Azules, primera etapa en un intento de devolver al hotel-balneario su antiguo esplendor. Alli conoce a Tomas, el arquitecto danes que su!pervisa el proyecto. Conforme su relacion se hace mas intima, Lauren descubre una serie de cartas de amor apasionado que se remontan a 1926, y que aluden a un asunto tempestuoso y a un secreto tragico. Lauren se empenara en desentranar este misterio largo tiempo olvidado, aunque la verdad oculta pue!da obligarle a cambiar toda su vida.

  • Jessica Cardelini de Ed Silva Jr.

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    Como es la Reina de Inglaterra? La hija de Lucia Dvorska alzo las cejas a su madre despues de estudiar a Jessica a traves de las finas cortinas de tela que llevaban al balcon exterior. -Una mujer que se crio en Italia, luego aprendio el idioma ingles americano … se convirtio en la reina? Me encantaria verla dirigir un discurso a la Nacion… Su texto consistiria en mala edicion, palabras mal escritas, estructura loca de la oracion … La gente apagaba sus televisiones de una verguenza. -!La reina que no conoce el ingles apropiado! -!Tienes que respetarla, jovencita! -Lucia golpeo la mejilla izquierda de su hija. -No solo es la unica Reina Real, sino que tambien es parte de nuestra Familia. Sin importar como se convirtio en la Reina, !ella es tu hermana! -Mi hermana. La hija la corrigio mientras se frotaba la mano izquierda en el lugar donde le quemaba en las mejillas. Se sento en la cabecera de la cama. Richard Maxwell mantenia los ojos fijos en Jessica en todo momento. El la miraba fijamente mientras le pinchaba el puente de la nariz con el pulgar y el dedo indice. Jessica levanto el brazo mientras saludaba a la multitud. Luego, la observo bajar el brazo mientras agachaba la cabeza. ?Que esta pasando? Dejo de apoyarse en el tocador y dio un paso hacia las cortinas. Jessica se volvio hacia Richard con una terrible expresion facial. Agachandose hacia el interior de su habitacion, ella se movio las cortinas y comenzo a llorar. Ella estaba presionando su mano derecha en su parte inferior del abdomen. -Por favor Richard … !Ayudeme... 2 Francotirador / Operativo-1 nombre de codigo Alpha miro a traves de su ambito Seiko 10-50X en la entrada del Palacio de Buckingham y vio la conmocion de abajo. Casi cinco segundos atras, habia visto una figura alta y delgada encapuchada de pie en la multitud que alcanzaba debajo de su sudadera con capucha y sacando un silenciador semiautomatico de 9 mm unido al canon. Un intento de asesinar a la Reina habia estado en su lugar. Se llevo el microfono de la muneca a la boca. -Esto es Alfa, informando el movimiento de actualizacion de entrada frontal. Detras de su cabeza, la luna llena de sangre lleno el cielo de verano lleno de estrellas. -Alfa, adelante. -Esta demasiado lleno de gente para ver el arma en el suelo. Necesitamos que el oficial de la Policia Metropolitana de Londres este en la barricada cerca de la unidad de patrulla tres nueve siete para hacer un barrido en el suelo. La respuesta llego dos segundos mas tarde. -Diez cuatro. Ya he notificado el Detalle de Seguridad del Viceprimer Ministro. Estan en alerta alta. Alfa por favor reconoce. -Alpha reconoce. 3 Richard ayudo a Jessica a levantarse y mirarla a los ojos. -?Que paso ahi afuera? Empezo a llorar sintiendo una sacudida nauseabunda en el estomago. -?Cuando terminara esto Richard? Alguien acaba de intentar matarme. !De nuevo! El solto su brazo, y alcanzo su 9mm semi-automatico. La saco de su funda y la sostuvo a su lado. Jessica puso sus calidas manos sobre la pistola y dijo. -No, Richard. Por favor. No intentemos usar la violencia. No quiero ver a nadie mas morir esta noche. Movio su mirada y la miro. Ella debe haber estado refiriendose al incidente que ocurrio en el castillo de Dover. El asintio ligeramente con ella de acuerdo, volvio a colocar la pistola en la funda y camino hacia el balcon. 4 Fuera el aire estaba mas fresco de lo que habia previsto. Se alegro de llevar su calentamiento de nylon negro, con un alfiler de Servicio Secreto en el cuello izquierdo. Al acercarse a la barandilla, bajo la mirada y estudio a la multitud. Habia al menos mil personas mas alla de las puertas del Palacio de Buckingham. Algunos de ellos estaban sosteniendo velas, mientras que otros estaban agitando la bandera del Reino Unido. Levanto los ojos al cruce mas cercano y vio que un par de personas se marchaban. Entonces vio una ambulancia que venia en su camino. Siguio siguiendolos hasta que se detuvo cerca de un grupo de agentes de policia de Londres con chalecos de color verde lima. Las puertas traseras de la ambulancia se abrieron y se saco una camilla. Un oficial de policia apunto hacia un lugar en el asfalto y Richard lo miro. Habia un cuerpo inmovil en el suelo. ?Cuando terminara esto Richard? Alguien acaba de intentar matarme … La voz de Jessica resono en su cabeza. Busco su linterna en la funda del cinturon y la encendio. Apuntando hacia el piso de madera del balcon, busco pistas mientras trataba de reubicar el camino de la bala. Se paso los dedos por las rejas del balcon. Trato de no prestar atencion al rugido de la multitud que estaba debajo de el. Agachandose donde habia visto a Jessica bajar la cabeza, miro a traves de las rejas del balcon y luego inclino la cabeza hacia atras. Se enderezo y se acerco al revestimiento del Palacio. Apunto su linterna al lado de la luz montada en la pared del revestimiento junto a las cortinas. Jessica tenia razon despues de todo … Levantando la mano izquierda, toco el agujero junto a la lampara y confirmo. Era un agujero de bala. 5 La hija de Lucia Dvorska miro sospechosamente a Jessica, logro sonreir y se levanto de la cama. Mi Padre me mostro todo acerca de TI … -Por favor, si me disculpan, voy a la cocina a buscar algo para beber.” Jessica la saludo sin decir una palabra. La hija de Lucia abrio la puerta y salio de la habitacion. El viceprimer ministro alzo las cejas a Lucia. -No tenias que darle una bofetada. Puede que se sienta confundida como usted. Tal vez se sienta celosa de que su preciosa hija haya sido encontrada y vuelva a casa despues … de veinticuatro anos. Dale tiempo para acostumbrarse a las cosas. Funcionara. Lucia asintio y se acerco a Jessica. La abrazo con fuerza y suspiro. -No dejare que te ocurra nada malo. Tal vez, solo la muerte puede separarnos, y si Dios esta dispuesto, viviremos por un tiempo muy largo. Lucia beso la frente de Jessica. Su cabello olia a cocoanut. 6 La hija de Lucia camino por el pasillo junto a las ventanas del piso al techo. Llegando detras de la fachada de jardin orientada hacia el oeste en la parte trasera del palacio, vio luces halogenas brillantes de un poste de la calle iluminando el cesped verdoso oscuro que fluye en una cama de agua llena de flores rojas. Deteniendose al final del pasillo, dio un rapido pico en la forma en que habia venido y se sentia aliviada. No le seguian. Alcanzando la perilla de la puerta que estaba cerrada frente a ella, la abrio con cuidado. Entro y encendio las luces. Las luces fluorescentes de arriba parpadeaban. Camino por el cuarto de almacenamiento buscando un articulo especifico. Con cuidado abriendo los gabinetes para que no hiciera ruido, encontro lo que habia estado buscando; Y lo escondio dentro de su bolsillo. El objeto que encontro fue veneno de rata. 7 La caminata a la cocina era mas rapida de lo que ella habia visualizado en su mente. Crecer en torno a la familia real le hizo tener una mejor idea de lo que todo era realmente. !Soy como uno de ellos! Ella alcanzo debajo de la isla de la cocina y agarro una bandeja de metal. No puedo capturar la idea de como alguien podria caminar aqui por primera vez y ser ‘coronado’ la Reina … … !Ella es una Impostora! !Mi Padre me enseno todo! !Y ahora el esta muerto por tu culpa! Coloco cuatro tazas de vidrio encima de la bandeja metalica. Estas tazas eran una de las tazas mas caras en el palacio. Habia el emblema de la Familia Real grabado en el cristal. Estaba mirando por encima del hombro mientras buscaba el veneno de rata, cuando un Agente de Servicio Secreto se detuvo cerca del refrigerador. -Senora, ?esta todo bien? Ella se congelo y sintio que sus musculos del estomago se apretaban. -Si. Se volvio y logro sonreir. -Todo esta bien. Gracias. -?Donde esta el encargado de la casa? Se encogio de hombros. -No lo se. Me siento tan nerviosa ahora que me olvide de llamarle por ayuda. Me siento muy nerviosa, pero tengo esto! Lo observo desaparecer a la vuelta de la esquina e introdujo el veneno dentro de su sueter.

  • Esposada de Antiliados

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    Sinopsis Soy mama. Perdon, me corrijo: Soy Xia, tengo treinta y cuatro anos y madre de dos ninos a los que ahogaria en el fondo del mar. Perdon, perdon. Es cierto, son adorables, estupendos, maravillosos, bla bla bla. pero. uf, !que cansancio! Y ahora es cuando deberia hablar de David, mi marido. El es., es mi peor pesadilla. ?Como?, ?por que? Te lo contare con todo lujo de detalles. Todo cambia cuando Mark entra en mi vida. Dicen que cuando una puerta se cierra una ventana se abre. En mi caso la ventana no aparecio hasta que lo conoci a el.

  • Zapatos Rojos Para Saltar en los Charcos de Nacho Montes

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    Esta novela es una historia de mujeres en guerra con la vida, de amistades complices, de almas comunes. Hay noches de confidencias con los amigos que hacen que el mundo parezca mas amable y la vida menos dificil. Los secretos de la amistad siempre forman hilos dificiles de romper. Hay secretos que nos encadenan a personas que nunca imaginamos. Lugares que guardan para siempre el alma de quienes los habitaron. Esta novela es una caja de secretos. Secretos de muerte, secretos de amor, secretos que acabaran uniendo a sus protagonistas en torno a un arbol que solo florece en julio. Hay pequenas cajas en la vida que guardan para siempre grandes historias. Y hay zapatos rojos que nos hacen saltar en los charcos disipando todas las tormentas.

  • Amberly, la esposa perfecta (Hermanas Davenport 1) de Veronica Mengual

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    Descubre a las hermanas Davenport en esta trilogia.
    Tres hermanas que haran su “pequena revolucion” dentro de la epoca en la que les toca vivir.

  • Cierra los ojos y entregate de Pilar Parralejo

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    TAN pronto como termino la reunion, Miranda Warhol, editora jefe de Stardust Miracle, cerro la libreta sobre sus rodillas, estirandose sobre el puf en el que habia estado sentada durante mas de dos horas. Se puso en pie elegantemente y se coloco bien la chaqueta del traje. --Bien, chicas. Nos vemos aqui el proximo martes con los articulos de los zapatos mas extravagantes del mundo, --senalo a un par de chicas-- el articulo sobre vestidos de epoca, -- miro a otro par de ellas-- y el de los peinados sencillos pero elegantes para citas de ensueno. -- ?Y el de los consejos para conquistar al hombre de tus suenos, del mes proximo? --respondio una de las redactoras a medida que se acercaban a la puerta. --Bueno, de ese articulo me encargo yo --sonrio--. De vez en cuando tambien me gusta colaborar, ya lo sabeis. Cuando todas salieron de la enorme sala de colores en la que se reunian siempre, Miranda indico a su asistente que las siguiera, y este no tardo en unirse a ellas. Las chicas se acercaron a la puerta del ascensor de cristal exterior, desde donde se veia gran parte de la ciudad en una imponente panoramica. --Parece que hara buen tiempo el resto de la semana. Las chicas y yo iremos el viernes a un sitio nuevo ?Querras venir? --pregunto Pauline, una de las redactoras y alguien con quien Miranda se llevaba especialmente bien desde hacia algo mas de tres anos. --Pues no lo se, ese viernes por la tarde vienen los de la mudanza y no se si tardaran mucho --explico--. De todas formas enviame la direccion en un mensaje, si terminan rapido me pasare por alli, no me gustaria perdermelo. --!Hecho! --exclamo--. ?Sabes? A ese sitio nuevo suele ir tu amado Sebastian Jefferson --canturreo con intencion de avergonzar a su jefa. --Por dios Pauli, !callate! --Miranda la regano con los dientes apretados mientras le daba un golpe con el codo en las costillas. -- Vamos Warhol, ya todo el mundo sabe que te gusta el jefazo --rio, entrando en el elevador y corriendo para esconderse detras de sus companeras, haciendo que la editora se sonrojase por ver su secreto al descubierto. --Es cierto… --confirmaron las otras chicas asintiendo efusivamente. Miranda se abrazo a su asistente y fingio que se ponia a llorar, haciendo reir a las muchachas y al secretario. No podian negar que lo pasaban genial en aquel trabajo. Casi como si de una broma se tratase, Bastian, el guapo y sexy director general de New York Paper Ind., la editorial a la que pertenecia la revista de las chicas, esperaba en la puerta del ascensor. Cuando este se detuvo, la mandamas del grupo salio caminando de espaldas y, sin haber visto al hombre, choco aparatosamente con el. Las chicas empezaron a reir y a pasar sobre los papeles para ir a sus puestos y dejarlos solos. --!Oh, madre mia! Lo siento tanto… Disculpa. Lo lamento muchisimo --murmuraba completamente avergonzada, mientras recogia el monton de papeles que el choque entre ellos habia dejado desperdigados por el suelo. --No importa. ?Estas bien? --Si, estoy bien. Tu… ?te he hecho dano? Lo lamento de verdad. --Si, tambien estoy bien --sonrio el, poniendose en pie y presionando el boton para que las puertas del ascensor volvieran a abrirse-- Ten un buen dia. --Gracias, tu… tu tambien --dijo la editora, sonriendo como una tonta antes de darse la vuelta y correr a su despacho hecha un manojo de nervios. A Miranda nunca le habia gustado un hombre como Sebastian. El no era mucho mas alto que ella, tenia el cabello semi-largo, de un castano casi rubio, y ojos azul grisaceo. Era un hombre que siempre llevaba barba sin afeitar de varios dias y mayor que ella por varios anos. Miranda siempre se habia enamorado de tipos como Maximilien, su asistente, chico atractivos, jovenes y seductores. Hombres jovenes con los que podia acostarse una noche y olvidarlos la noche siguiente. Tampoco es que lo hiciera asi, se habia acostado con al menos una decena de chicos desde su adolescencia, pero salio con todos ellos como minimo por un mes. Pauline la habia visto correr a su despacho y, abrio una ventana de chat con el resto de las chicas para burlarse de ella. --Realmente te quita el aliento, ?no? --No --la miro a traves del cristal de su despacho con la cara aun colorada--. ?Por que siempre exagerais tanto? Solamente lo encuentro atractivo. Una de las redactoras habia encontrado una foto del ejecutivo en internet y la compartio en el chat. Miranda se puso en pie para reganarlas por su falta de decoro, pero su expresion risuena cambio inmediatamente, palideciendo mas por momentos. Bastian se acercaba directo a su despacho, con su siempre recta y elegante postura. NYPaper tenia reuniones todas las semanas en la sala de juntas contigua a la que usaban las chicas. Esta, por el contrario, no era en tonos blancos, rosas, naranjas y violetas, ni tenia como asientos cojines, pufs y sillones acolchados. Era una sala fria, gris, con una gran mesa de cristal ahumado en el centro y rodeada de sillas de simil piel color negro. Bastian solto la pila de papeles sobre la mesa conteniendo una sonrisa por el choque con esa chica. --?Pasa algo? --pregunto uno de los editores de la revista masculina que su editorial llevaba. --No, no en realidad. Desvio la mirada al monton de documentos y se dio cuenta de que los suyos estaban mezclados con los de la editora. Por un momento penso en mandar a Sean, su secretario, pero le apetecia verla de nuevo asi que, despues de rebuscar y seleccionar los informes y recortes de Miranda, bajo a su despacho. Al salir del ascensor la vio reir dentro de su acristalada oficina. Su cara aun lucia llena de color y parecia interesada mirando algo en el monitor de su ordenador. Camino despacio, observandola mientras se acercaba, hasta que ella alzo la vista y le miro. Su expresion perdio todo color que pudiera tener. --Buenos dias de nuevo, Senorita Warhol. --Saludo, apoyandose en el marco de cristal de la puerta. --Buenos… dias --respondio ella, colocandose frente a la pantalla en la que aun estaba la imagen. Las chicas reian, mirandolos. Ellas tambien estaban sorprendidas por la visita del jefazo, pero la cara de su editora era un poema y era inevitable no reirse. --Supongo que te sorprende mi visita. --!No! Bueno si. Pero por favor, pasa, sientate. --No. En realidad vengo a por los papeles de mi reunion --ella lo miro sin saber a que se referia, pero Bastian senalo con la mirada el monton que habia en una mesita al lado de su escritorio. --Oh, !lo siento! De verdad que lo siento… --No te disculpes tanto, yo tambien me he llevado los tuyos --anadio, sacudiendo los que llevaba en la mano. Maximilien miraba desde fuera. Habia ido a por los cafes que la mandamas le habia pedido y dudaba si entrar o no. Las chicas le llamaron con gestos, como si le dijeran que se apartase de alli. Su jefa se veia tan emocionada que, obedeciendo a las redactoras se acerco al escritorio de Pauline para no interrumpirles. --?Que ha pasado? ?Por que esta el jefazo en su despacho? --pregunto soltando las bebidas calientes en la mesa de la pelirroja, pero ella no respondio, solo se encogio de hombros sin apartar la mirada de su amiga. Mientras ella rebuscaba entre los papeles para devolverle los que se habia llevado por error, el ojeo el despacho y con el, el reflejo en el espejo que habia detras de ella. Desde ahi pudo ver el monitor, donde habia una foto suya en primera plana. Sin intencion alguna de disimular dio la vuelta al escritorio para verla mejor. --?Y esto? --pregunto risueno. Miranda se giro horrorizada, sin poder articular palabra-- Esa no es de mis mejores fotos, la verdad… ?Son esos? --pregunto, cambiando de tema, restandole importancia a lo que habia estado mirando. --Si… estos son. --Vale. Gracias. Espero chocar mas veces contigo, me gusta sonreir antes de una reunion importante, ayuda a aliviar tensiones --Bastian tendio una mano como saludo y ella la estrecho timidamente. Nunca antes habia pasado esa verguenza. Habia chocado con el, tirando todo lo que llevaba en las manos, le habia hecho ir a por los documentos que se habia llevado y, ademas, le habia pillado con un retrato suyo en la pantalla. Cuando el ejecutivo se marcho Miranda se llevo las manos a la cara, percibiendo sin querer, el aroma que la mano de ese hombre habia dejado impregnado en la suya.

  • La Chica de la ira y otros relatos de Sonia Molinero Martin

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    <>, penso. Y dio un trago tan largo que casi se ahoga. Todas las mananas lo mismo, el mismo proceso antes de salir de casa. Ducharse, vestirse, comer algo rapido, con desgana, coger sus cosas y antes de cruzar el umbral de la puerta, dar un buen trago de cualquiera de sus licores salvavidas. Estaba enfermo y en el mas recondito hueco de su miserable ser, lo sabia. Era un conocimiento antiguo, desgastado, sin ningun interes para el en la actualidad. Cuando llegaba a sentirlo, a sentirlo con profunda honestidad, sonreia cansado y convencido de que si lo intentaba de nuevo, volveria a fallar. Habian pasado ya tres anos desde su recaida y no habia noche que no lo pensara. Pero estaba harto de si mismo, de repetirse la misma historia una y otra vez, a cada vuelta en la cama, a cada pesadilla que le dejaba sudoroso y extasiado antes del amanecer. <> Y esos puntos suspensivos, le mantenian convencido de que efectivamente llegaria un dia en que tuviera los suficientes cojones como para beberse el miedo y pasar pagina. Casi todo el mundo tiene en la cabeza que lo normal es que un alcoholico tenga una vida precaria, dura, dificil y poco llevadera. Que viva en soledad, con problemas economicos o con la familia. Pero la realidad no es esa. Un hombre como Santiago lo tiene todo. Tiene fama, tiene una gran carrera, tiene una bella mujer e hijos, una gran casa y un coche a la altura de las circunstancias. Y por encima de todo tiene algo que le une a cualquier otra persona con su mismo problema. Tiene miedo. --!Marina! Soy yo. Ve preparando la documentacion para la reunion como te explique ayer. Avisa a los japoneses, ya estoy llegando --montado en su coche vuelve a dar un trago a la pequena petaca que lleva en uno de sus maletines. Despues, y como siempre, la pastilla que su buen amigo el Dr. Aguado le receto para el mal aliento. Aquella manana lluviosa no iba a ser menos, tenia que estar a tope para ofrecer su mejor version en la sala 36, repleta de desconocidos. Ya en la oficina, el cafe que Marina posaba en sus manos con avidez, completaria el ritual antes de la reunion. Fue un exito rotundo, salio a medio dia de alli con los bolsillos mas llenos que nunca y con una sed primitiva que sabia que le iba a costar calmar. Lucia un sol esplendoroso. Todos estaban esperandolo en la azotea del hotel para celebrarlo como merecia la ocasion. Incluso su mujer se acerco por alli con un par de amigas y companeras del despacho. Vino, cava, champan, whisky, ron, ginebra, de todo de la mejor calidad, para acompanar mariscos, pescados y suculentos caprichos carnivoros que les llevarian de la mano, mas que satisfechos, hasta bien entrada la madrugada. Eran unas cincuenta personas bailando sobre un emblematico edificio de una ciudad que no podia dormir. Y entre todas ellas, una, queria beberse todo lo que estaba a la vista. Queria olvidar quien era, seducir a la muerte, tentar a su buena suerte y abandonarse a esa sensacion de plenitud sin limites. Aunque sabia que aquello duraria poco, en unas horas viviria sin remedio la caida mas mortal, su temida cuesta abajo. Y eso es justo lo que paso. El hoyo era cada vez mas profundo y lo veia venir antes. Ya no le era suficiente con firmar un contrato millonario de una punta a otra del mundo, o tener una intensa vida social. Tampoco la sensacion ocasional, casi forzada, de vivir completo, de tenerlo todo por tener amor. ?Tenia de verdad amor? ?Por que el no sentia eso? ?Por que no le servia de consuelo en momentos asi? Ahora solo queria dormir sobre una cama que no fuera la suya, con otro <> que no le representara a el y que al mirarse en el espejo tras vomitar, no le sonriera amargamente desde el otro lado para darle las buenas noches y gritarle en toda la cara un: <>. Amanecio solo en una cama desconocida. Recogio sus cosas de inmediato y se dio a la fuga lo mas rapido que le permitio su resaca. Lo unico que tenia claro es que era sabado y que no tenia que ir a la oficina. Bien, eso era suficiente para empezar. Poco a poco, las lagunas en las que nadaba profundamente a medida que conducia por la autovia, se iban calmando. Una sonrisa borrosa aqui y cuatro palabras alla, unas llaves en la mano, un mensaje antes de cerrar los ojos, iban apareciendo en su cabeza situandole en lo que fue el final de una noche para olvidar. Todo el mundo estaria saboreando el exito de aquella operacion redonda, pero el no. Quizas tuvieran un ligero dolor de cabeza por haber tomado alguna copilla de mas, el queria morirse. De nuevo, se sentia hundido y avergonzado. Miro su telefono con miedo, pero antes de abrir el mensaje de su mujer, un trago. Cuando sostuvo la petaca en la mano se miro en el espejo retrovisor, pero no vio a nadie. Contuvo la respiracion por unos instantes y entrando en panico, echo la cabeza hacia atras para sentir bien como bajaba el nudo de la garganta, empujado por el magico elixir de su pequena botella. Pero aquella vez, no bajo. Todo salio disparado por la ventanilla abierta y le dejo atemorizado. Paro el coche en el arcen en cuanto pudo y se puso a llorar. Habia pasado resacas peores que aquella pero era la primera vez que un trago se le resistia. ?Habria llegado el momento? ?La vida le habia sentenciado con un <> alto y claro? Eso parecia. Volvio al movil, con los ojos furiosos envueltos en lagrimas. Su mujer le habia dejado un mensaje que apenas podia leer y decidio cerrarlos por unos momentos. Imagino lo que ponia y lloro con mas potencia; creyo que seria el punto y final de una vida llena de lujos y desfases por su parte, de un sube y baja continuo que le llevaba inconsciente por una vida familiar por la que pasaba siempre de puntillas. Las lagrimas ahora eran un torrente incontrolable, salvaje, que se deslizaba por su cuello y le empapaban la camisa pringada de borracho trasnochado que aun llevaba puesta. Se habia levantado vestido, eso lo recordaba claramente. Arranco el coche con furia y decidio parar en la primera gasolinera que encontrara. Un senor altisimo y peludo le saludo desde el surtidor de al lado. No tenia ni la mas remota idea de quien era. No le devolvio el gesto, se giro extranado hacia el coche que habia dejado mal aparcado encima de un bordillo mordisqueado. Saco de atras su maleta de viaje y la arrastro lentamente hasta llegar a un antiguo restaurante que estaba a escasos metros, asi podria descansar, comer algo y tomar un cafe. Pidio y sin esperar se fue directo al bano. Alli paso lo que imaginaba, al volver a verse frente a un espejo rompio a llorar de nuevo. Abrio el grifo y empezo a lavarse, cambiarse y a intentar mantener la compostura para ir a desayunar. --Buenos dias --Una voz masculina lo inundo todo. Pero Santiago no vio a nadie y se quedo desconcertado--. Estoy aqui, tras la puerta numero 3. --Hola, ?por que me hablas? ?Que quieres? --Ahora mismo nada, en su dia te hubiera dicho que lo mismo que todo el mundo, encontrar la paz.--Y tanto, como lo sabes... --Ahi me he encontrado yo muchas veces, mas de las que recuerdo… Y se que para que una persona entre a un aseo de una gasolinera perdida de la mano de Dios y rompa a llorar asi, la cosa es grave. --?La encontraste? --Digamos que ya se donde buscarla. --Esperanzador, pero demasiado utopico para mi en este momento. --Es normal y natural. Las dudas, digo. Aquella extrana conversacion le estaba haciendo incorporarse un poco mas, dejar esa postura de animal desvalido y mirarse de nuevo al espejo sin tanto odio, mientras se intentaba peinar con los dedos aun mojados. Su respiracion empezo a ser mas calmada y ya no se entrecortaba. --Escuchame --continuo la voz-- me he sentido tan identificado contigo al notar que llorabas, que pese a estar sentado detras de esta puerta, he tenido que hablarte. No eres ese que ves en el espejo, amigo, ni siquiera eres ese que crees ser, o mejor dicho, que imaginas que eres constantemente. Tampoco eres esa voz que te habla, que esta siempre en tu cabeza dando por saco en el peor de los momentos, que crees que te incita a hacer las cosas que haces y que no te gustan, y por las que te sientes tan culpable... Tu no eres todo eso, eres algo mas. La puerta de entrada al bano golpeo con fuerza en la pared despues de que entrara el senor alto del surtidor de al lado. --Caray, que fuerte me he levantado hoy. Habria que poner un tope por detras de esta puerta, !hola de nuevo! --Hola, que hay --continuo acicalandose frente al espejo mientras iba guardando sus cosas en la bolsa de aseo. --!Santi! ?Verdad? Estas igual, macho. ?No te acuerdas de mi? Soy Fernan, el de la clase de tercero A, viajamos juntos a Italia cuando estudiabamos. --Perdona, no te recuerdo --y penso a mil por hora <>. Aun asi, cuando el otro se le acerco para darle la mano, sintio verguenza, como si aquel pensamiento lo hubiera compartido en voz alta. --Bueno, ?y que tal? A juzgar por el cochazo que has aparcado ahi afuera, eres un tio con suerte. La gente como tu ya destaca desde muy joven, se veia venir que ibas a tener exito en la vida, !me alegro hombre! Santi no reaccionaba, se habia quedado mudo. --Seguro que tienes una preciosa familia, ya he visto las sillas de los ninos en la parte trasera... yo estoy solo, pero estoy bien, ahora me voy a hacer un viaje por Asia en cuanto coja las vacaciones. --Paro de hablar solo para coger aire--. Despues probablemente pueda conocer varios paises porque me debian dias del ano pasado en la empresa, !y los pienso aprovechar todos juntos!. Soy un apasionado de la comida y me voy a comer el mundo ?lo pillas? --y se rio aparatosamente dando una sonora palmada en su espalda. Santiago no sabia donde esconderse. Miraba por el espejo con ansiedad, a ver si detras de el aparecia aquel hombre con el que estaba hablando justo cuando entro el parlanchin de Fernan, pero de alli no salia nadie. Con un poco de suerte, si aguantaba un poco mas asintiendo sin parar en aquel monologo, apareceria su salvador al rescate. Pero nada, silencio absoluto tras la puerta numero 3. Espero un par de minutos por si acaso y reacciono tajantemente. --Lo siento, tengo que irme. El cafe se me habra quedado helado y ademas, tengo un poco de prisa. Que tengas buen viaje Fernan. --!Vale Santi! !Encantado de verte hombre! Justo antes de salir de alli, no pudo evitar girarse para al menos ver los zapatos de aquel hombre tras la puerta, pero no lo consiguio. Fue un poco extrano, parecia que no hubiera nadie. La camarera le miro con cara de no entender a que se debia tanta tardanza, Santi la sonrio amargamente y le puso el dinero en la barra para zanjar otra posible conversacion cuanto antes. Estaba mareado. Se dejo caer sobre la silla y apoyo los codos en la mesa llevandose las manos a los ojos para restregarselos varias veces. Vio salir a Fernan y espero que tras el, apareciera el otro hombre. Pero eso no ocurrio. No podia creer que aquella conversacion no hubiera tenido lugar en el bano, estaba seguro de que habia sido real. Pero pasaban los minutos y nadie salia. De repente, una mano en el hombro le sobresalto y le hizo dar un pequeno respingo en la silla. --!Increible! !Que casualidad! ?Pero donde os habeis metido que os estamos llamando todo el dia Santi? --Sus suegros estaban alli de pie, mirandolo con un entusiasmo imposible de disimular --. Mi hija nos han contado lo de la firma, vamos a pasar el fin de semana con vuestros vecinos ?no te lo ha dicho Anita? Nos vamos a ese pueblo tan ideal… ?como se llamaba?, bueno da igual. La cuestion es que de paso queriamos ver a los ninos, les traemos unos regalitos de Grecia. <>, penso. <> No habia contestado a Ana... Ni tampoco a la multitud de mensajes y llamadas perdidas que seguro tendria. Desactivo el modo silencio. Sus suegros ya se habian acomodado en la mesa y el no atinaba a encontrar las palabras exactas, aquellas que no comprometieran su alarmante estado. Pero no hizo falta, la vida tiene una curiosa forma de encajar las piezas. La abuela sonreia al yerno con condescendencia, comprendiendo que quizas la noche se hubiera descontrolado un poco tras la fiesta. Se la veia orgullosa, le guino un ojo y le resto importancia a lo extrano de aquella situacion. Comieron y bebieron en silencio, pero en paz. Sono su telefono y reacciono con inquietud. Santiago temblaba mientras se lo acercaba a la oreja, su mujer estaba al otro lado. De repente, recordo las palabras de aquel desconocido del bano, <> y se dejo llevar por ese pensamiento tranquilizador. --Carino ?estas bien? --Aquella pregunta le sorprendio, esperaba mas hostilidad. --Regular, ?y tu? --!Bien! Estoy recogiendo a los ninos ahora mismo, ya estamos montados en el coche direccion a casa. El no pudo contestar... --Santi, ?no recuerdas nada verdad?

  • De la mano de Federico de Lluis Pasqual

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    revela un extraordinario narrador. Un ensayo delicioso, de una sensibilidad y una fuerza narrativa excepcionales.

  • El libro de Joe Byers de Christian Martins

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    EL LIBRO DE JOE BYERS
    La vida de Alison Grove no es precisamente tal y como ella imaginaba que iba a ser, pero todo da un giro cuando el chico mas guapo y popular de Alnmouth se fija en ella. Colin no solamente es rico y atractivo, sino que ademas parece tener todo lo necesario para hacer feliz a Ali.
    Todo parece comenzar a tener sentido hasta que un misterioso libro llega a las manos de Alison. Un libro que narra la vida de Joe Byers. ?Sera ficcion todo lo que esta leyendo? ?Por que no puede sacarse ese maldito libro de la cabeza?
    Atrapante, intrigante y muy romantica.
    Te enamoraras.

  • La cadena trofica de Rafael Reig

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    La cadena trofica es tal vez el primer libro con el que el lector logra aprender literatura riendo. O rie y descubre que ha repasado la historia literaria hispanoamericana reciente. Un manual en forma de novela, o una novela en forma de manual, que acaba reproduciendo la historia de los Belinchones, y sus bandos enfrentados, como si fueran los Buendia de Cien anos de soledad.

  • El juego del principe (El principe cautivo 2) de C. S. Pacat

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    Para conseguir la libertad, debera salvar a su peor enemigo

  • Julio Cesar en Hispania de Miguel Angel Novillo

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    Miguel Angel Novillo ofrece al lector, con un estilo riguroso y dinamico, un recorrido completo por la vida y la obra de Cesar en torno a su anos en Hispania. Desde la II Guerra Lusitana, hasta las miticas y decisivas batallas de Ilerda y Munda, pasando por el establecimiento de un sistema juridico y administrativo que se convertiria en un modelo posterior para todo el imperio, sus anos en la propretura de la Hispania Ulterior fueron absolutamente definitivos para comprender la grandeza del personaje que dirigio con gloria los designios de Roma Una perspectiva fundamental que nos conduce a una lectura diferente, vibrante y peculiar de un joven Cesar desde multiples facetas como politico, militar, estratega, estadista, literato, amante y visionario que le llevaron a ganarse, por derecho propio, un lugar eterno en la Historia.

  • Mas cansadas que infelices de Laura Sagnier

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    Laura Sagnier realizo una investigacion con la idea de conseguir una base de datos fiable sobre lo que piensan y sienten las mujeres en Espana en relacion a diferentes facetas de sus vidas (como el trabajo, la pareja, los hijos, la familia o las amistades) y penso que las conclusiones que se desprendian eran tan beneficiosas que merecia la pena hacerlas llegar a muchas personas mas.

  • Invisible de Pablo Poveda

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    Primero le quitaron su vida, despues la identidad. Ha llegado la hora de vengarse de todos.

  • La primavera ausente (El Trastorno de Elaranne 1) de Ruben H. Ernand

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    Hace siete anos una devastadora epidemia, conocida como la Plaga, asolo los cinco reinos de Balaeron. Kirius, superviviente de la terrible enfermedad, vive en una prospera ciudad del reino de Merethia junto a su abuelo, bibliotecario de la ciudad. El joven arrastra unas extranas secuelas que perturban su mente y lo apartan de los demas. Un ser imaginario, al que el llama el Ausente, le habla haciendo que su cordura este siempre en peligro. Kirius intenta combatir su propia oscuridad interior confiando en que los suenos de seguir los pasos de su padre, a quien nunca conocio, se conviertan en realidad.

  • Hasta que tu llegaste, Marion S. Lee de Marion S. Lee

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    La vida de Frank Bradley es simple y tranquila. Cinco anos despues de haber abandonado su trabajo como corredor de bolsa en la Gran Manzana, no se arrepiente de haber elegido comprar un edificio de apartamentos en ese pequeno pueblo costero ni tampoco haber decidido ser el casero del lugar.
    Aliena Ruslan es una resuelta veterinaria que, a base de esfuerzo y amor por su profesion, y por sus pacientes, ha logrado establecer una clinica de bastante exito junto con sus socios y mejores amigos.
    Un vivaz perro callejero hace que los caminos de Frank y Ali se crucen y que el destino los sorprenda cuando ellos menos lo esperan.

  • La jaula del Rey, Victoria Aveyard de Victoria Aveyard

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    ?Que pasara cuando la chispa de la Nina Relampago se apague?, ?quien iluminara entonces la senda de la rebelion? Debilitada y prisionera, privada de su potente rayo y atormentada por sus errores, Mare Barrow se ha postrado a los pies de un traidor. La otrora <> vive ahora a merced del joven que alguna vez amo, Maven Calore, espurio rey de Norta, quien continua su malevola campana de expansion y genocidio. Pero mas alla de las murallas palaciegas, la rebelion Roja crece y se multiplica; y el joven principe Cal, legitimo heredero del trono, hara todo lo posible por rescatar a su amada. Sangre roja y plateada correra por pasillos y plazas. !Que resuenen poderosos los tambores de guerra! !Que todo arda!

  • El misterio del asesino del mas alla de Robin Forsythe

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    Un detective excentrico de mente prodigiosa, un Watson frivolo pero fiel y entusiasta, una devota espiritista, fenomenos sobrenaturales. y dos hombres que aparecen misteriosamente muertos.

  • El lado oscuro del sexo de Sara Toledano

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    Mosquita Muerta: Joven Virginal convertida en Esclava del Amo Millonario
    Ir al trabajo. Ir a casa. Dormir. Repetir.
    Una vida bastante aburrida, ?no?
    Y aun asi, la de la mayoria.
    Incluyendome.

  • Lluvia de Yolanda Quiralte

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    La miro desconcertado y suspiro. Jamas hubiera podido llegar a imaginar, ni siquiera por un breve instante de tiempo, que aquella mujer, a la que siempre habia deseado de una manera sobrenatural, iba a dejar de satisfacer esa parcela tan importante de su vida. No era el, ni mucho menos, un sonador, o uno de aquellos hombres que se dejaba enamoriscar y engatusar por cualquier mujer; no, mas bien era todo lo contrario. Oscar se enorgullecia de ser uno de esos tipos duros y poco romanticos que hasta la fecha se dejaba llevar mas por impulsos sexuales que por verdaderos sentimientos. No es que no creyese en el amor, pero habia decidido no compartir su vida con nadie, al menos por el momento. Solo tenia veintiocho anos y aun le quedaba un largo camino por recorrer en el terreno de las conquistas. Volvio a mirar a su acompanante de cama. Ella dormia. Sus cabellos rubios se desparramaban por las almohadas y brillaban bajo aquel sol de primavera que entraba casi a escondidas por la ventana. Las sabanas, de un verde claro, formaban extranas formas mientras cubrian el esbelto e impresionante cuerpo de la mujer que descansaba a su lado. Ella tenia la maravillosa cualidad de poseer la piel mas tersa y suave del mundo, y el lo sabia muy bien, pues la habia recorrido con sus manos mas de mil veces. !En cuantas ocasiones habia temblado con solo imaginar en su cama que rozaba esa exquisita piel! !Cuantas! Y sin embargo... No es que la muchacha no tuviera otras facultades. Era de una belleza deslumbrante, con sus ojos azul cobalto y su boca, algo grande, pero bien formada. Podria considerarse que era toda una belleza. Conquistarla le habia costado lo suyo. No habia sido cosa de uno ni dos dias, ni siquiera semanas, y eso para el encantador ego de Oscar Quintana, habia supuesto todo un reto a vencer, incrementando sus ganas de hacer frente a aquella batalla con forma de cuerpo femenino. Y sin embargo... Sin embargo alli estaba, tendido junto a ella en aquel enorme lecho, exhausto tras haber gozado de ella una tarde mas. Una vulgar tarde mas. Al mismo Oscar le sorprendio la frialdad con la que describio lo que un buen observador hubiera denominado como la escena mas torrida jamas contada. Si, era cierto, sus cuerpos se entendian a la perfeccion. Cada vez que el rozaba con sus manos los lustrosos pechos, ella disfrutaba, al igual que lo hacia cuando, minuto tras minuto, la penetraba con fuerza una y otra vez hasta conseguir llevarla al mas profundo abismo. Y ella, !ay, ella!, era capaz de volverle loco con tan solo acariciarle el torso desnudo o besar su abdomen. Su virilidad siempre respondia con entusiasta satisfaccion a los masajes que aquella mujer, hecha para el placer, le proporcionaba. Y sin embargo... Sin embargo, lo supo. Lo supo tras haber derramado su semen una vez mas. Tras aquella explosion multicolor que lleno su cuerpo de temblores, descubrio que aquello ya no le producia la misma sensacion de placidez que en ocasiones anteriores. Algo habia cambiado. Fisicamente estaba claro,seguia disfrutando, pero en su alma empezaba a abrirse paso un vacio preocupante y nada comun. Volvio a mirarla. Quizas si la poseyera una vez mas, eliminaria todos esos pensamientos ridiculos que le martilleaban el cerebro. Y no porque se hubiera cansado de su amante, sino porque si era franco con sus emociones, siempre habia pensado que aquella mujer seria la amante definitiva, no su mujer, eso estaba claro. Nunca hubiese afirmado tal cosa. Martina conocia a la perfeccion el arte del sexo, pero no tenia las cualidades suficientes como para pedirle que se casara con el algun dia. Era una cortesana, muy habil, pero cortesana. Ella suspiro, y quizas eso fue lo que le distrajo de sus pensamientos. Decidio volver a poseerla a pesar de que aun dormia. Oscar deslizo sus manos despacio entre las sabanas hasta alcanzarle el trasero. Aquello fue la senal. Ella rodo en el lecho hasta ponerse con la espalda tocando el mullido colchon de plumas y abrio las piernas. El hecho de que durmiera, no importaba. Hasta en suenos sabia distinguir cuando Oscar estaba excitado. Y lo estaba, vaya si lo estaba. El se coloco entre sus piernas, y sin ni siquiera despertarla, la penetro con fuerza. Ante tal invasion, ella, adormilada, sonrio y fue abriendo los ojos a medida que el la embestia una y otra vez. La poseyo con dureza durante un buen rato, y solo tras lograr que ella obtuviera su orgasmo, se derramo en ella, volviendo a temblar con la misma intensidad de siempre, sin miedos, porque como ella decia siempre, no habia posibilidad alguna de quedar embarazada. Nunca habia sucedido a lo largo de sus muchos anos de matrimonio con el difunto conde. A pesar de todo, antes de dormirse, Oscar penso que aquello ya no tenia remedio. No le quedaba otra opcion que dejar de visitar a aquella diosa del sexo. Ya no le bastaba. Capitulo 1 Oscar Quintana era guapo, irremediablemente guapo, y lo peor de todo es que era consciente de ello. No es que se aprovechara de la situacion, pero su belleza, unida a una muy bien modelada educacion, hacian de el el perfecto prototipo de caballero. Los rumores que volaban por la ciudad susurraban que era un conquistador empedernido, un coleccionista de amantes. Se decia que por sus brazos habian pasado tantas mujeres que no cabian juntas en un gran salon de baile. La fama le precedia, y alla donde iba, antes de que el senor Oscar Quintana hubiera hecho su aparicion, podia verse a todas las mujeres, incluidas las casadas, expectantes y esperanzadas ante la posibilidad de lograr un buen beso de tan deseado caballero. Y todas las mujeres estaban satisfechas con el hasta entonces. Todas excepto quizas una,su madre Valeria. --Habladurias, mama --rio antes de preguntar--: ?Desde cuando has hecho caso a los rumores? --dijo Oscar besuqueando mimoso a su madre, una dama de la alta sociedad, bien situada y muy hermosa. --Oscar, es cierto. En esta ciudad los cotilleos se engrandecen pero, Dios mio, estos rumores empiezan a martillear mi conciencia. Hablan ahora de una condesa... --!Mama, por Dios! No es algo que deba preocuparte, puedo asegurartelo... --exclamo Oscar con la intencion de calmar a su madre, mientras la miraba con recelo--. La mitad de las conquistas que me adjudican son falsas. Cierto es que como soltero me permito algunas licencias mas... --Querido, ? algunas licencias? Desde que volviste de la universidad hasta ahora no hay semana en la que no me lleve algun sobresalto. Oscar miro a su madre de soslayo. ?Que sucederia si llegara si quiera a imaginar como fueron sus anos universitarios? Fue el despertar a la sexualidad. Alli descubrio el genero femenino. Alli comenzaron sus andanzas. --No dejo de escuchar rumores sobre el hecho de que hayas coleccionado << amistades>> una tras otra, sin tan siquiera plantearte la posibilidad de encontrar una mujer adecuada y casarte --concluyo su madre, mientras se ahuecaba las faldas color berenjena. << Maldicion>> , penso Oscar. !Ya estaba alli el dichoso tema! Sabia que a su madre le preocupaba que ninguno de sus hijos, cuatro para ser exactos, dos varones y dos damas, hubieran contraido matrimonio. Oscar, el primogenito; y Pablo, con quien tan solo se llevaba un ano de diferencia, ya estaban en edades de analizar la situacion. Lorena, de diecinueve; y Amelia, de catorce, aun podian sin embargo retrasar tan magna decision por un tiempo, aunque no demasiado,si se regian por los canones de la epoca. --Madre --comenzo a replicar con voz severa, tono que cambio cuando vio la tristeza que asomaba en sus ojos verdes y que se reflejaba en todo su rostro--. Mama, aunque considero razonables tus preocupaciones al respecto --dijo con un tono mucho mas dulce--, no deseo que ellas te impidan disfrutar de tu tiempo. Admito que quizas tengas un punto de razon en algunos de tus comentarios, pero te ruego dejes esa eleccion en mis manos. Confieso --anadio de forma silenciosa y un tanto apesadumbrado por los recuerdos-- no haber encontrado aun una mujer con la que poder vivir una historia de amor. --En tiempos anteriores, hijo --alego Valeria--, el amor era algo secundario. Bien sabes que cuando tu padre y yo nos casamos no habia entre nosotros ningun sentimiento romantico y, si te fijas, el destino hizo que nos enamorasemos. --Quizas sea por ello, madre --empezaba a agotarse su paciencia--, puesto que he sido testigo durante anos del amor que padre y tu os profesais, puedo aspirar a disfrutar de algo semejante, ?no? Jaque mate. Sabia que acababa de dejar a su madre sin palabras. --Bien, bien, Oscar, prometo concederte una tregua, puesto que he observado que este tema te produce cierta desazon. --Sonrio la dama, ahuecandose de nuevo las faldas para sentarse, con el mayor decoro posible, en el sillon de estilo romantico que presidia aquel cuartito de estar--. Lamento haber sacado tan espinoso asunto --y dicho esto procedio a ojear la nueva revista de moda que le habian facilitado zanjando asi el tema... De momento. La gran casa familiar presidia una de las principales calles de la ciudad. Tenia una gran balconada desde la cual se podia divisar el enrevesado e imponente parque, El Olmedar. Se decia de el que habia sido testigo silencioso de los principales romances de la ciudad, guiados, quizas los enamorados por el bucolico entorno de aquellos parajes centenarios, donde los caminos cubiertos de bellos olmos evocaban en la imaginacion escenas de amor furtivo, ese que aprovecha la oscuridad y la penumbra del follaje para dar rienda suelta a la pasion mas absoluta. La Mansion Quintana, como era conocida la finca, era descrita por Oscar como un gran cuartel de caballeria, salvando las distancias, por supuesto. Llena de alegria y luz, era de todo menos silenciosa. Alli se habian criado numerosas generaciones de Quintana, entre ellas, el ultimo batallon, como decia su padre, Alonso Quintana. La decoracion era impecable, cinendose a los canones actuales, desde luego, pero dotada tambien de cierta comodidad y bienestar, algo poco comun entre las casas aristocraticas de la zona. Abundaban los amplios sillones de terciopelo amarillento, cuyas almohadas cobijaban recuerdos de conversaciones secretas. Cabia destacar tambien la presencia de la amplia biblioteca, que hacia las delicias de toda la familia, desde el primero hasta el ultimo, incluyendo al numeroso personal domestico que ayudaba a mantener la mansion en perfecto estado. Estos ultimos constituian sin duda alguna un gran grupo de personas de confianza, ganada a pulso gracias a los numerosos anos de servicio a la familia, logrando con ello que los vinculos que se habian establecido entre senores y trabajadores se hallaran marcados por el afecto y la cordialidad, hecho que dotaba al servicio de ciertos privilegios, como el acceso a la biblioteca y a los libros, la participacion en tertulias familiares y la satisfaccion de ser tratados como autenticos miembros de la familia Quintana. El ama de llaves, Maria, llamada en la intimidad familiar con el diminutivo Marita, era una inflexible y organizada mujer que habia ayudado a traer al mundo a todos los actuales Quintana. Su mano firme y su capacidad de decision ferrea y autoritaria desaparecia por completo cuando ante ella se posaba cualquier par de ojos que perteneciera a un Quintana, especialmente el joven Oscar, puesto que el la habia salvado sin duda de una gran catastrofe. Marita estaba casada con Victor, tutor de estudios de todos los hermanos Quintana. Juntos vivian en una casita cubierta de jazmin amarillo que se encontraba en el jardin de gran la finca senorial. Formaban una estupenda y maravillosa pareja, que aun todavia, de vez en cuando, a pesar de los muchos anos que llevaban casados, eran sorprendidos por alguno de los hermanos dandose algun beso furtivo o alguna caricia sofocada. Tenian una hija, pequena aun, la traviesa y escurridiza Victoria, a la que todos llamaban Lluvia, en recuerdo de la magica noche en que fue hallada. Casi todos los miembros de aquella familia habian olvidado por completo que Lluvia en realidad no era hija de Marita y Victor. La nina aparecio de repente en sus vidas como un torbellino de fuerza y alegria. Sucedio una noche de tormenta. Todos los hermanos Quintana adoraban las tormentas. Les encantaba permanecer durante horas apoyados contra las enormes cristaleras de la mansion mientras disfrutaban de << la gran batalla>> , nombre popular con el que la familia solia llamar a las tan temidas, por otros, tormentas. La idea surgio de Alonso, el padre de familia, hombre dotado de una gran imaginacion y aficionado a escribir en sus ratos libres. Habia desarrollado toda una serie de fantasticas historias que entretenian a su numerosa familia durante las horas que duraban las descargas electricas. Una de esas noches, toda la familia al completo, incluyendo a Marita y a Victor, los Quintana se hallaban reunidos, acurrucados en torno a los ventanales, escuchando una de las maravillosas historias que Alonso solia narrar. Merecia sin duda la pena ver las caras de los ninos, mientras el patriarca gesticulaba, gritaba,susurraba y saltaba, a la vez que contaba su ultimo cuento. En aquellos dias, Oscar ya tenia 16 anos, y pronto comenzaria la universidad en una prestigiosa institucion donde habian estudiado todos los miembros varones de su familia. Pablo, con 15 anos, terminaba la escuela superior mientras comenzaba a convertirse en un alocado joven que traia de cabeza a sus padres con sus incesantes y constantes aventuras, pues era un enamorado de las piedras y las rocas, razon por la cual siempre andaba metido en alguna cueva buscando material geologico. Lorena, la mayor de las muchachas, con siete anos y una cara llena de pintorescas pecas, ademas de a sus obligaciones escolares, se dedicaba, no con demasiada fortuna, a tocar el piano; y Amelia, la benjamina de la familia, con solo tres anos, hacia las delicias de toda la familia, ahora que ya habia dejado de ser un bebe regordete y jugueton, mas bien dado a romper todo lo que encontraba a su paso. --... De pronto,se abrio de forma repentina el baul que con tanto esfuerzo habia llevado Baltasar al desvan y... ?Sabeis que encontro? --pregunto Alonso misterioso. Siete caras expectantes se movieron con rapidez a la vez que negaban con la cabeza... --!Pues encontro el viejo mapa del tesoro familiar que se habia perdido durante el viaje del tatarabuelo a las colonias! --!Oh, papa, es sin duda una de tus mejores historias! --Si, querido, hacia tiempo que no disfrutaba con tanta intriga. --?Crees que publicaras tambien este cuento? --?Lo haras bajo tu nombre secreto? Todas estas preguntas salian con atropello de las gargantas de los Quintana mientras hablaban a voz en grito preguntando al compas de los truenos y relampagos que sacudian con fuerza las hermosas ramas de los arboles que poblaban el jardin. --Tranquilos, hijos, tranquilos... Si, es probable que esta sea una mas de las increibles historias del legendario escritor Augusto Sancho --rio el padre con esa risa profunda y gutural a la que tan acostumbrada estaba ya su prole. De repente, un gran relampago ilumino la estancia, acompanado de un estruendo tan ensordecedor que por un instante ninguno de los Quintana oyo el grito desgarrador que bramo en medio de aquella salvaje tempestad. --?No habeis oido gritar a alguien?

  • El senor del castillo de Kate Simons

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    Una tragedia lleva a Victoria una joven inglesa a unas misteriosas tierras en las costas mediterraneas donde un apuesto marques la pondra a salvo pero tambien, le robara el corazon, lentamente…
    El marques de Terranova es un hombre extrano y solitario y le dobla la edad, el la ve como su pupila y solo piensa en ponerla a salvo y ayudarla a volver a su casa.
    Ella en cambio no deja de pensar que ese caballero espanol es muy guapo y gentil pero esconde un secreto..

  • Camino de espinas de Alberto Gomez

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    Si te dijeran que te esta prohibido amar, ?lo creerias?

  • Nacion de Marte 3. Hard Science Fiction de Brandon Q. Morris

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    --EMPUJA --DIJO THEO--, !Y TEN CUIDADO! El objeto triangular comenzo a moverse despacio hacia el. Permitio que el borde delantero se deslizara hacia sus manos enguantadas. La estructura, creada a partir de paneles de cristal adheridos a la base, era sorprendentemente pesada. Dio un pequeno paso hacia atras y aseguro su agarre de la base antes de que toda la estructura pudiera deslizarse fuera de la zona de carga del rover. --Vale, para --dijo--. Ahora te necesito aqui. --De acuerdo --oyo responder a Rebecca por la radio del casco. Salto con elegancia desde la zona de carga y llego al otro extremo de la estructura. La base, un grueso panel de plastico de unos tres metros de largo y ancho, podia transportarse con facilidad por dos personas. Sin embargo, encima se encontraban dos paneles rectangulares de grueso cristal, apoyados entre si, que formaban caras opuestas de una estructura con forma de cuna que habia sido cerrada al insertarle dos paneles triangulares de cristal en los laterales. --?Ves la zona de montaje? --pregunto Theo. --Si. Habian nivelado la zona el dia anterior y hoy habian situado el rover cerca. Estaban en la cima de la colina que se cernia sobre su pequeno asentamiento. El prisma de cristal iba a situarse alli como la joya de una corona. --Y, !tira! --ordeno. En perfecta sincronia, lo levantaron del rover y caminaron de lado la corta distancia desde el vehiculo hasta el lugar elegido--. Y abajo --dijo. Se mantuvieron mientras se agachaban para bajar la estructura hacia la superficie. La soltaron como estaba planeado y volvieron a enderezarse. Theo dio un paso atras. Rebecca miro colina abajo y saludo con la mano. Habia visto a alguien que los observaba. La presencia del asentamiento solo era evidente si mirabas dos veces, ya que la mayor parte estaba situada bajo tierra. --Traere el primer contenedor --declaro Theo. Esta era la parte mas debil de su plan. Habian traido contenedores de agua y los habian mantenido dentro del caldeado rover. Iban a llenar la estructura de cristal con el agua... con rapidez, si tenian en cuenta que la temperatura del aire era de cuarenta grados bajo cero. No tenian mucho tiempo antes de que el agua se congelara. --Abrire la valvula de llenado --dijo Rebecca. Esta era la "division del trabajo" que habian planeado. Theo se acerco al rover y saco el primer contenedor de la zona de carga. Volvio deprisa a la cuna de cristal, abrio el sello del contenedor mientras caminaba y vertio el agua dentro de la estructura. --!Funciona! --exclamo Rebecca--. !Felicidades! --Gracias. El contenido del primer contenedor habia cubierto el fondo de la estructura. Recorrio a toda prisa el camino entre la estructura y el rover ocho veces mas. Habia calculado, por supuesto, la cantidad de agua que necesitaria para llenarla. El nivel del agua subia en proporcion a cada vertido porque la estructura se estrechaba desde el fondo hasta la cima. Sin embargo, Theo no fue lo bastante rapido con el ultimo recipiente. El agua se congelo antes de que pudiera verterla y solto un bufido de frustracion. --Deberia estar bien asi --dijo Rebecca--. Mira... solo faltan un par de centimetros en la parte de arriba. --Cierto --respondio mientras le echaba una mirada al sol. Era temprano por la tarde, pero su posicion ya estaba bastante baja--. Volvamos abajo --le insto. Estaba excitado. Nada dependia de esta estructura, ni su supervivencia ni el destino de la humanidad. Y este hecho era precisamente lo que la hacia tan especial. Era un puro lujo. Se subieron al rover de un salto. Como Rebecca llego al vehiculo primero, se sento en el lugar del conductor. Bajaron la colina a toda velocidad. Tenian que dar un largo rodeo porque la pared del crater era demasiado empinada como para tomar una ruta directa. Theo se agarro con fuerza a Rebecca desde atras para evitar ser lanzado fuera del traqueteante rover. Era muy divertido hacer estas salidas con Rebecca. Ella fue tambien la inspiracion tras su idea de construir una cuna de cristal llena de agua. Ella habia estado comentando con nostalgia que probablemente nunca volveria a ver un arcoiris. Esta estructura se encargaria de ello. Llegaron a la base del crater. --Para, por favor --dijo Theo. Rebecca detuvo el rover. Theo se inclino hacia delante y toco la pantalla del mapa junto al panel de control. --Deberia estar por aqui. Rebecca volvio a arrancar el motor. Condujo despacio hasta el lugar que Theo habia marcado en el mapa. --Debe de ser aqui --dijo ella. Theo miro la hora. --Faltan veinte minutos. Se quedaron uno al lado del otro, sus brazos tocandose. Era imposible que pudieran sentir el calor del otro a traves del grueso tejido de sus trajes espaciales, pero a Theo le parecia que si que podia. Observaron el borde de la pared del crater. --AHORA --DIJO THEO. El sol estaba a punto de desaparecer tras la pared del crater. Ese era el momento. Sus rayos alcanzaron la cuna de cristal, la cual, haciendo las veces de un prisma, dividio la luz en sus diversos componentes y aparecio un arcoiris. Era pequeno pero claramente visible. La luz del sol era mucho mas debil que en la Tierra, pero conforme el crepusculo se instalaba a su alrededor, el arcoiris se volvio mas claro. --Es precioso --exclamo Rebecca. --Como tu --respondio Theo con suavidad. --Gracias --dijo ella. Miraba con firmeza los colores generados por el prisma. Theo se situo tras ella y le rodeo la cintura con sus brazos. --Imagina que estamos en una playa del Caribe despues de una tormenta tropical. --Estoy alli contigo ahora. La arena es calida y suave bajo mis pies. El aire huele a mar. Sol 316, Base de la NASA --?LANCE? --?Si, Sarah? --?Cuanto obtienes de multiplicar doscientos sesenta y ocho por veinticuatro, dividido por veinticuatro coma sesenta y seis, mas cincuenta y seis? Miro a su novia, quien estaba sentada frente a el ante un ordenador. <>, penso. Sin embargo, lo que estaba haciendo en ese momento era tan aburrido que no le importo la distraccion. Se suponia que debia estar comparando las cantidades de agua y fertilizante usadas durante las ultimas dos semanas con la cantidad de comida que habian recolectado. En realidad eso era tarea de Sarah, ya que era la biologa de la tripulacion y estaba a cargo del huerto, pero el la estaba ayudando. Lance hizo mentalmente los calculos que ella le planteaba. Como Sarah no habia mencionado ningun parentesis, doscientos sesenta y ocho por veinticuatro dividido por veinticuatro coma sesenta y seis era mas o menos doscientos sesenta, mas cincuenta y seis, el resultado era trescientos dieciseis. <>. Lance se levanto de un salto. Por supuesto, en Sol 56 ellos habian... Rodeo su escritorio y se situo detras de su novia para empezar a frotarle los hombros. --?Ha empezando? --pregunto. --Creo que si. Nunca he pasado por esto, pero si yo fuera medico y otra mujer me dijera que estaba teniendo un dolor como este, mi diagnostico seria obvio. Parece que es super puntual. --Tenemos que decirselo a Mike y a Ewa --dijo Lance--. Deprisa, vamos a llevarte a la enfermeria. Pero Sarah permanecio en su asiento. --No hace falta darse prisa --respondio con calma--. Aun puedo caminar por mi misma. --Entonces ire saliendo yo --dijo Lance--, y avisare a Ewa. Aparte de Sarah, no habia mas medicos en la base y, por eso, Ewa habia recibido entrenamiento para el parto. Como granjera experimentada, sabia como traer terneros al mundo. Sarah se habia reido a carcajadas al oirlo y dijo que sentia que estaba en las mejores manos posibles. Ewa no estaba de turno en ese momento, asi que Lance la busco en su habitacion. Esa parte de la estructura subterranea aun olia a pintura fresca. Las habitaciones alli no habian estado preparadas para entrar a vivir hasta hacia dos semanas. Hasta entonces, Ewa se habia "alojado" mas que "vivido" en un almacen. Llamo a la puerta y ella le invito a entrar. Ewa estaba tumbada sobre una cama improvisada, cuyo somier habia soldado ella misma. Un gran saco plano relleno con hierba seca de su propio huerto hacia las veces de colchon y hacia que su habitacion oliera un poco a heno. --Ha empezado --dijo Lance sin mas preambulo. Ewa se incorporo. --Manten la calma --dijo ella. Le caia sudor por la espalda aunque la habitacion de Ewa estaba a apenas veinte grados. ?De que demonios estaba hablando? Lo que estaba sucediendo ahora era el mayor milagro que el universo podia ofrecer. Y, ?se suponia que debia mantener la calma? --Es mas facil decirlo que hacerlo --confeso mientras se frotaba la barbilla. --Lo superaremos --contesto Ewa--. Todo parece ir muy bien. El bebe se ha desarrollado extremadamente bien. Ewa tenia razon. Ni la baja fuerza gravitatoria ni la alta radiacion parecian haber danado al feto. Las imagenes de la ecografia revelaban a un ninito que estaba bien desarrollado del todo. No obstante, Lance estaba preocupado. Ningun humano habia nacido jamas en otro planeta. Y sus habilidades medicas eran limitadas. La expedicion de la NASA habia estado aprovisionada para una visita a Marte, no para instalarse alli permanentemente. En contraste con los miembros del proyecto espacial Ciudad Marte, que habia recibido fondos privados, y que tambien estaba situado alli en Marte, su hijo no recibiria vacunas ni inyecciones de vitamina K como era costumbre con los recien nacidos tras el parto. Las relaciones entre su base y Ciudad Marte eran tensas en ese momento, ya que se habian negado a jurarle lealtad a su administrador. --?Vas a venir ahora? --pregunto Lance. --Dentro de un momento --dijo Ewa--. Me cambiare de ropa y me lavare. Tu deberias hacer lo mismo si quieres estar presente durante el parto. ?Quieres? El asintio. Por supuesto que queria. Iba a ser la primera persona en darle a su hijo la bienvenida a Marte. EL NACIMIENTO FUE RUIDOSO, ESTRESANTE Y SANGRIENTO. Y HEDIA. LANCE ESTABA EMPAPADO en sudor. Se sento sobre sus talones para apoyar a Sarah en el pedestal mientras ella grunia y empujaba. Le corrian lagrimas por el rostro, pero la unica razon por la que se dio cuenta fue por el sabor salado en su boca. Se sentia responsable por el sufrimiento de Sarah mientras que todo lo que el podia hacer era mirar. Se alegro cuando ella le apreto la mano con tanta fuerza que le dolio, y cuando se le quedaron las piernas dormidas y le empezaron a arder bajo su peso se alegro tambien. Tal vez de ese modo el podria reducir su dolor un poco al menos. Sarah respiraba al ritmo que le marcaba Ewa. Ya era una madre ejemplar en esos primeros instantes de la vida de su hijo. Un grito final y ya habian terminado. Los musculos de Sarah se relajaron y Lance tuvo que sujetarla con firmeza para evitar que se deslizara hasta el suelo. Parecia que su cuerpo se habia quedado sin fuerzas. La abrazo con fuerza. --?Quieres hacerlo? --Ewa le estaba tendiendo un par de tijeras. ?Que se suponia que tenia que hacer con ellas? Nego con la cabeza. --El cordon umbilical --dijo Ewa--. No es dificil. --Le puso las tijeras en la mano derecha y le dijo que hacer--. Ahora. El manipulaba las tijeras con la mano derecha mientras seguia sujetando a Sarah entre su brazo izquierdo y su cuerpo. El cordon umbilical ofrecio poca resistencia. Ahora habia separado a su hijo de su madre. Lance contuvo un sollozo. Era una despedida y una bienvenida. Nunca habria pensado que el parto fuera tan... tan dramatico. --?Puedes ayudarla a subirse al catre?

  • El mundo que nos viene de Josep Pique

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    Son muchos los analisis que hablan del inevitable relevo de Estados Unidos por China en el concierto global de las naciones. Esta tesis supondria un cambio de eje en el que un Oriente pujante, productivo y eficiente sucederia a un Occidente marcado por las dudas politicas y la debilidad economica.