• Cartas para Abril de Paula Ramos

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    Querida yo, Como habia sospechado este ultimo ano de instituto ha sido... especial. Podria calificarlo como desastroso, pero tambien diferente. No quiero adelantar acontecimientos, por lo que sera mejor que vaya por partes. Leah finalmente se mudo para comenzar su nueva vida de universitaria. Me gustaria decir que se fue totalmente entusiasmada, pero ya la conocemos. No hace falta recordar que no queria estudiar derecho. A mi, la verdad es que me cuesta entender por que va a estudiar algo que aborrece. ?Hola? Va a ser tu trabajo, de lo que vas a vivir. De todas formas algo que caracteriza a Leah es la cabezoneria, por lo que me ignoro bastante cuando intente convencerla de que luchara por lo que ella queria... (Ahora que lo pienso, tu --yo futura--, sabras si termino la carrera). Pero volviendo al meollo del asunto, la cosa es que Leah se fue y Dios lo que dolio. La partida de Ian fue mala, pero la de Leah se me hizo demasiada cuesta arriba. Era mi mejor amiga y la necesitaba mas que nunca. Por si no recuerdas, justo al final del verano del ano pasado, Noah y yo discutimos. La peor-terrible-tremenda bronca que hemos tenido nunca. Se lio con Emma, la perfecta e intachable Emma. A mi por supuesto me da bastante igual su vida amorosa, pero me fastidia que me abandone por estar con ellas (sus ligues). Siempre lo hace, y es que Noah es un maldito pegajoso con las chicas. ?Por que narices tiene que dejar de pasar tiempo conmigo para estar con sus rolletes? Porque son eso, rolletes. ?O piensa que son el amor de su vida? Hagamos un alto para carcajearme en su estupida cara. !JA! En fin, a mi me parece genial que quiera pasar tiempo con sus novias, es lo normal. Pero eso no tiene que significar que automaticamente tengas que dejar de pasar tiempo con tu mejor amiga. Recalquemos eso: mejor-amiga. Yo nunca le he hecho eso. NUNCA. Asi que asi comence el ano: Leah fuera de casa y mi mejor amigo sin hablarme. Lo de Noah me preocupaba menos porque en el fondo estaba segura de que entraria en razon y hariamos las paces antes de empezar nuestro ultimo ano de instituto. Pues bien, me equivoque. Recuerdo la primera semana en el instituto. Los primeros dias, a pesar de que Noah me ignoraba, seguia totalmente convencida de que se retractaria. Cuando estabamos con los chicos, cruzaba alguna palabra conmigo y aquello, lo de no ignorarme completamente en publico, hizo que creyese que era una buena senal. De nuevo estaba equivocada. Cuando fui testigo de como los dias se convertian en semanas y el seguia sin dar su brazo a torcer, me volvi a cabrear. Termine por supuesto enfrentandole. No fue bien. Yo le grite y el me ignoro. Y eso creo que dolio aun mas. Recuerdo que fue tras volver del instituto, despues de bajarnos del autobus. Me miro totalmente impasible con sus malditos ojos verdes, esperando a que terminase de desahogarme y, despues, tan solo se encogio de hombros y se fue. Asi, sin mas. Termine llorando en mi habitacion toda la noche. A partir de ese dia decidi ser igual de fria que el. Por supuesto, nuestros amigos lo notaron y decidieron intervenir. Edu hablo conmigo y supongo que Jake con Noah. Sin embargo, tenia entre ceja y ceja no volver a lo de siempre hasta que este me pidiera disculpas porque, por supuesto, todo era culpa suya. Paso todo un mes y hasta mis padres comenzaron a notar que algo raro pasaba. Tampoco habia que ser ninguna lumbrera... El habia dejado de pasar por casa y yo tampoco lo hacia por la suya. Mi madre intento sonsacarme informacion una tarde mientras merendaba. Le dije que sabia lo que estaba intentando y que podia preguntar directamente. Le conte lo mal amigo que habia demostrado ser, explicandole su estupido comportamiento y sus duras palabras. Ahora entre tu y yo... Puede que exagerara un poco las cosas pero bueno, sabia que Rose, la madre de Noah, estaria interrogandole igual que mi madre a mi. Y si el le contaba algo, estaba claro que seria una sarta de mentiras. Asi que no me iba a quedar callada. Para nada. Mi madre, tras escucharme, intento quitar hierro al asunto, pero cuando me dijo que por que no intentaba volver a hablar con el para aclararlo... hui. Era lo que me faltaba. Ademas, no parecia echarme mucho de menos, asi que no iba a ser yo la tonta que suplicase. Si a el no le importaba, ?por que a mi si? Lo malo era que, aunque intentase hacerme la dura, estaba realmente dolida. Ademas, Sara y compania descubrieron que Noah y yo ya no eramos tan amigos. Aunque no se atrevian a decirme nada (debian recordar lo sucedido con Penelope), sus sonrisitas lo decian todo. Al menos no tenia que aguantar la presencia de Michelle porque, menos mal, habia cambiado de instituto. No podria haber soportado mas dramas. Con las brujas supremas tenia mas que suficiente. Pero, en fin, estaba en una situacion de mierda. Supongo que todo esto me llevo a cometer la locura de la que estoy volviendo. Me acuerdo de que todo paso un lunes mientras estaba en la clase de Biologia. Antes de empezar, la profesora nos comento la idea de irnos a estudiar al extranjero este ultimo ano de instituto. Vi la luz y no lo pense. Me apunte. Cuando llegue a casa y lo conte, mis padres alucinaron, pero tras hacerles ver que era una buena oportunidad para mi, cedieron. Sobre todo sabiendo que no tenia una media de sobresaliente como Leah, y esto era un buen plus de cara a la universidad. Para mi era todo genial: cambiaria de aires, no tendria que soportar las miradas de Sara y compania, ni ver la cara de Nathan por los pasillos (si, Sara le habia dejado) y, por supuesto, no tendria que lidiar con la ausencia de Noah. Los acontecimientos se aceleraron y cuando me di cuenta de que todo iba en serio, me entro el panico. La noche de antes no pude dormir. Iba a dejar mi casa. ?Hola? Estaba loca. Tenia que frenar todo aquello. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de salir de la cama para avisar a mis padres de que no queria irme, mi madre entro en mi dormitorio. Supongo que aun te acordaras d

  • Lo que el cielo une de Graciela Nicolas

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    Siglo XIX, Lucero de Olazabal y Valiente Vallejos se sienten atraidos uno por el otro apenas se conocen en el Paseo de la Alameda.

  • Victoria O Derrota (Todo Saldra Bien 11) de Roser A. Ochoa

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    Noviembre del 2019, la humanidad habia vuelto a dar un paso al frente en su lucha para erradicar esa plaga que crecia poco a poco, pero que, en algun momento, podria terminar siendo un peligroso enemigo de la humanidad: los vampiros. Un grupo de cientificos elegidos, despues de muchas discusiones y con suma meticulosidad por parte de los gobernantes de los principales paises, habian unido fuerzas para desarrollar el arma definitiva contra esos seres <> que tenian amenazada la poblacion sin que esta, tan siquiera, fuese consciente del peligro con el que convivia a diario. El lema de <> reverberaba en la cabeza de esos poderosos dirigentes en el momento en que dieron luz verde a la propagacion de ese virus, ?que podia salir mal? El primer humano afectado de Covid-19 murio poco tiempo despues. La alarma estallo y de pronto todo se precipito hacia un desenlace para nada esperado. Los dirigentes de esos mismos paises intentaron, por todos los medios posibles, frenar el avance de ese feroz e invisible enemigo que poco a poco diezmaba su poblacion, hasta llegar a un punto de inflexion y de pronto, esos fuertes lideres mundiales, simplemente se rindieron. Esa noticia afecto de distintos modos a esos otros habitantes del planeta Tierra, algunos reian de la estupidez humana, sin embargo, otros estaban preocupados por el desarrollo de los acontecimientos, hasta el punto de que marzo del 2020 supuso ese momento que pasaria a los anales de la historia como el punto de inflexion en el que los vampiros se vieron en la dificil situacion de decidir si salvar a la humanidad o quedarse de brazos cruzados viendo como esta se extinguia. Esa manana los primeros rayos de sol descubrieron a Johan abrazado al cuerpo de Sora, que dormitaba de manera placida, respirando de forma tranquila y acompasada. --?No ha sonado el despertador? --pregunto la chica, entreabriendo los ojos. --Si --confirmo Johan--, pero estabas tan cansada que lo he apagado. --Hoy es el dia. --Sora no pudo evitar cierto tono de preocupacion. --Lo es --solto en un soplido Johan, saliendo de la cama--. Voy a irme en un rato... solo queria verte despertar. --Sonrio el. --Te quiero --dijo Sora desde la cama, sin apartar la mirada de el mientras empezaba a vestirse--, te quiero mucho --repitio, sin poder evitar que los nervios rompieran su voz. --Voy a lograrlo --afirmo el chico, volviendo a gatas por encima del colchon para poder abrazarla--. No te va a pasar nada, ?me oyes? Voy a convencerlos... --Ellos odian a los humanos, y con la sangre sintetica ya no os hacemos falta... --Sora --dijo Johan agarrandola por las mejillas para alzar su rostro--. Siempre has confiado en mi, no pierdas la esperanza--. ?Cuando te he fallado? --Nunca --confirmo Sora, abrazandose al frio cuerpo de su pareja. Siempre habia confiado en Johan, una confianza ciega y sin reservas. Desde el momento en que se habia enamorado de un vampiro su vida habia sido un caos tremendo, y ahora que parecia que todo iba a salir bien entre ellos, despues de tantas vicisitudes, pasaba eso. Sora no pudo evitar estremecerse, y no supo discernir si por sus pensamientos o por el tacto mortecino de su amante. Si alguien podia salvar a la poblacion mundial ese era Johan, pues aun siendo vampiro era mucho mas humano que muchos otros. Cuando el chico salio del apartamento, se dio cuenta de que el estado de la ciudad era desolador, las calles vacias, el ambiente triste, el miedo que se condensaba a su alrededor... El Gobierno, en un ultimo intento de salvar a la poblacion, los habia instado a quedarse confinados en casa, una medida poco popular aunque hasta la fecha, bastante efectiva. Aunque Johan se preguntaba cuanto durarian intactos los animos en la poblacion. Cogio el coche y arranco, intentaria llegar todo lo lejos que pudiera como un humano normal, el resto del camino, de ser necesario, lo realizaria usando otras formulas. Dos dias despues diviso por fin su destino. Esa manana Sora desperto sola en la cama, que sentia grande y vacia sin Johan al lado, lo extranaba como jamas penso que anoraria a alguien. Desde que se habian conocido su vida habia dado un vuelco, todo en lo que creia y todo en lo que no creia se habia mezclado y agitado, y le habia explotado, casi de manera literal, en la cara. Sonrio al pensar en esas primeras citas y en cuando descubrio toda la verdad del chico del que ya estaba irremediablemente enamorada. Estar sin el era duro, sin embargo, confiaba en ese hombre mas que en cualquier otra persona en el mundo. Se ducho sin prisas, desayuno ojeando la prensa internacional en el movil y se vistio mientras en los telediarios se dedicaban a mostrar y tergiversar datos y estadisticas, numeros y nada mas que numeros, las cifras era importantes, las personas ya no. Cuando salio de casa la sorprendio una pequena caja con una envoltura de plastico perfecta sobre su felpudo, al agacharse a recogerla escucho pasos de la puerta de enfrente. --!Son galletas! --grito la vecina para dejarse escuchar a traves de la madera--. Que tengas una buena guardia Sora. --Gracias --dijo ella conmovida. --!Buena jornada, Sora! --Se escucho desde otro de los pisos. --!Animo! --dijo otro de los vecinos. --Venga, Sora, !todos estamos contigo! --dijo una voz un par de plantas mas abajo. --Muchas gracias, vecinos --exclamo la chica con un nudo en la garganta. Cuando salio a la calle la ciudad tenia el mismo aspecto desolado de las ultimas semanas, sin embargo, sentia un intenso calor en su interior que la reconfortaba y llenaba de renovadas fuerzas. Llego al hospital aun con el corazon agitado, feliz y con ganas de empezar la jornada. Tenia todas sus energias reservadas para esas maratonianas guardias y daria lo mejor de si misma un dia mas. --Siempre sonries --dijo una companera al pasar por su lado. --Por supuesto --afirmo con conviccion. --Me gustaria poder ser tan positiva como lo eres tu --lamento la chica, con cara de cansada. Sora solto un suspiro y no pudo evitar pensar en Johan, lo echaba muchisimo de menos, con el al lado era mas facil sonreir, esperaba que consiguiera su objetivo. ?Podia un vampiro tener dolor de cabeza? Seguramente solo fuera en su imaginacion, no obstante la sensacion de presion intracraneal era bastante real. Ya llevaban discutiendo cinco dias y estaba claro que el consenso todavia quedaba lejos. --?Por que deberiamos ayudarlos? --dijo Saul, uno de los lideres de mas antiguedad--. No debemos olvidar que son ellos los que han intentado matarnos --sentencio cargado de razon, a lo que la audiencia ahi presente vitoreo. --?Debemos dejarlos morir entonces? --inquirio Viktor, el vampiro europeo mas longevo de todos. Puede que su ascendencia eslava y el frio de sus tierras hubieran obrado tal milagro en el. --!Deberiamos! --exclamo un joven en representacion de una de las facciones americanas. --Todos estamos movidos por el odio y por el rencor pero, creo que deberiamos meditar bien nuestros actos, pues de ellos va a depender no solo el futuro de la humanidad, sino en gran parte el nuestro propio --sentencio el representante africano. --Nuestra raza y la raza humana siempre han estado entrelazadas y jamas ha existido una sin la otra --argumento Viktor, con su siempre calmada voz. Eran obvias las reticencias de muchos a tender una mano amiga a esos seres a los cuales siempre habian considerado inferiores, mero producto de consumo. Sin embargo, las implicaciones del exterminio de los humanos era algo imposible de calcular, era imposible predecir los efectos a corto, medio y largo plazo de la extincion humana, y por mas animadversion que sintieran por esa raza, estaba claro que, en el fondo, todos sabian que no podian simplemente dejarlos morir. --Ellos han creado ese virus solo para matarnos --siguio Saul--. Ellos no han mostrado ningun tipo de consideracion hacia nuestra especie, ni tan siquiera se plantearon que ocurriria sin nosotros, al igual que nosotros estamos pensando en ellos. --?Eso significa que si ellos actuan de forma estupida nosotros debemos hacerlo tambien? --se atrevio a apostillar Johan, el cual llevaba un rato callado. --Llevamos habitando el planeta por un largo tiempo --dijo de nuevo Viktor--, sabemos que la inteligencia de los humanos es escasa y limitada, son incapaces de pensar en nada mas alla de los pocos anos que duran sus cortas vidas y, precisamente por eso, deberiamos ser nosotros quienes velemos por ese futuro que ellos son incapaces de alcanzar a ver. --Buen punto, Viktor --concedio a reganadientes Saul--. ?Johan...? --?Es serio vamos a escucharlo a el? --bramo otro de los americanos--. ?Acaso no es un traidor al enamorarse de una humana? --Jamas pense que mis relaciones personales empanaran mi dilatada experiencia y todos mis estudios... --Bla, bla, bla --respondio el hombre. --Muy maduro --reprendio otro.

  • Los medicos no pagan ni el cafe de Paco Albano

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    fruterias en cada esquina. No se si me jode mas no entregarlo a tiempo y escuchar los gritos de mi jefe, o los comentarios ironicos de mis hermanos sobre mi alto nivel periodistico y la cancion de mi padre sobre que he de cambiar de medio si quiero ser alguien en el mundo de la prensa. Si no voy a la cena mi madre se enfadara. Si no entrego el articulo, mas que gritos quizas me envien a la oficina de empleo y no precisamente para escribir un articulo sobre el paro. Si no voy a la cena no vere ni a Monica ni a Patricia. !Fruterias!, ?pero a quien hostias le importan las fruterias? Yo estudie periodismo porque en las peliculas siempre descubren conspiraciones y llevan una vida un tanto canalla. Bueno… un poco canalla si lo soy; o eso me dice Monica cuando la trabajo entre las piernas y le comento si cree que Patricia se apuntaria a un juego a tres. Pero periodismo de investigacion no, eso no lo toco. Las ocho, aun he de ducharme y no se por donde empezar el articulo de las narices. Tenia previsto entrevistar tres o cuatro propietarios y solo he podido hablar con una dependienta que hacia un par de semanas que habia descubierto la fruta. !A la mierda!, intentare no volver tarde y manana me invento algunas entrevistas. Total, por un articulo que no leeran ni los amantes de los citricos, mejor cenar con la familia donde seguro que cato un buen vino, que uno de mis hermanos, importantes como son, habran descubierto esta semana en una de las muchas cenas de trabajo que tienen a menudo. De hermanos tengo dos: Javier, que es el mayor, es medico endocrinologo, esta casado y tiene dos hijos; y Alberto, que es el segundo, estudio biologia, pero trabaja en la industria farmaceutica persiguiendo medicos como Javier, tambien esta casado y tiene una hija. Yo soy el pequeno, me llamo Paco Albano y no tengo mujer ni hijos. Llego a casa de mis padres en moto, justo cuando la lluvia empieza a bajar con fuerza y entro al portal sin sacarme el casco para evitar mojarme el cabello. Ayer fui a la peluqueria y Ana me dejo la media melena como hacia anos perseguia. “Esta media melena te queda muy bien, pero debes cuidarla mucho”, me dijo. --Hola guapeton --dice mi madre al abrir la puerta. --Hola mama, ?soy el ultimo? --Pues claro que eres el ultimo, como siempre --dice Javier alargando la mano para encajar mientras mi madre me besa. Es cierto, estan todos, en una perfecta imagen de familia perfecta y divina. Doy dos besos a mi padre, Alberto me da uno de sus abrazos que no soporto, los ninos se me acercan para darme besos que me agobian, y yo me acerco a mis cunadas para darles besos que si me gustan. Primero Patricia, la mujer de Javier, elegante y preciosa como siempre; y dejo a Monica, la mujer de Alberto para el final; la beso y le paso el brazo por detras tocando ligeramente el culo que intuyo libre bajo el vestido, y la ereccion es instantanea. Mi padre me sirve una Voll-Damm, la unica que sabe que tomo, y me acerco al corro que forman mis hermanos y sus mujeres. Para variar, hablan de trabajo y ruego que no me pregunten en que estoy trabajando. --Y pues Paco, ?en que estas trabajando, ahora? --pregunta mi padre que ha aparecido por detras apoyando una mano sobre mi hombro. --Estoy preparando un reportaje sobre negocios emergentes en el sector de la alimentacion. --Parece muy interesante… --dice Patricia intuyendo que dira su marido. --Caramba hermanito… tal vez si que haremos de ti un periodista importante -- dice Javier --?Aun trabajas en el periodico gratuito? --pregunta Alberto. --Si… ya lo sabes… --sera hijo de puta, como si no lo supiera. --Deberias de buscar algo en uno de los grandes periodicos, ?ya mandas curriculums?; nunca haras nada en estas cuatro hojas que solo leen los que van en autobus o metro. --?Hemos venido a cenar o a juzgar al mas guapo de los hermanos Albano? -- dice Monica para salvarme. --Uy, uy, ?que no era yo el mas guapo? --se rie Alberto. --No, tu eres mi marido, pero eso no te convierte en el mas atractivo. No es solo su belleza deslumbrante y la sensualidad que desprende, es su seguridad y capacidad para poner a mi hermano en su lugar lo que provoca que esta mujer tenga acciones de mi cuerpo. --!Venga, ninos y ninas!, todos a la mesa, que la cena esta lista --grita mi madre desde la cocina. No se como me lo hago, pero siempre termino sentado al lado de los ninos. Para mi madre sigo siendo el pequeno y con los pequenos me coloca. La culpa de todo la tiene que llegue a este mundo con un espacio exageradamente grande desde que nacieron mis hermanos. Este ano cumplire los veintiocho anos, Javier celebro los cuarenta el ano pasado, y Alberto tiene justo diez mas que yo. Y si a esto le sumamos que los dos hermanos mayores tienen un fisico parecido, con el pelo canoso, con rasgos tanto del padre como de la madre, y que yo tengo un fisico mas suave -- femenino dicen algunas amigas-- y no me parezco a nadie de casa, me hace sospechar que me intercambiaron en la maternidad. --Tio Paco, ?que hacen los periodistas? --Explicamos las noticias. --?Que son las noticias? --Las cosas que pasan en el mundo. --!Ah!, papa manda mucho y da libretas y boligrafos a los medicos como el tio Javier para que usen las pastillas que fabrica. --Si, tiene un trabajo envidiable tu padre --y me levanto de la mesa con la excusa de ir al bano agotado de la charla con mi sobrina que, desgraciadamente, ha salido a padre y poco a madre. Monica me sigue con la mirada, y la idea que me siga hasta el bano y poder descubrir si hay algo o no bajo el vestido, me pasa por la cabeza. Entro en el bano, saco el movil del bolsillo delantero de mis vaqueros, y envio un mensaje a David y a Peter, mis colegas mas intimos: Stoy cena fmili, kdamos? David me contesta que alrededor de las doce estaran en el Masterium y que tiene una hierba de puta madre. Le contesto que alli estare en cuanto pueda escaparme. En la mesa, la conversacion es llevada por mis hermanos que hablan, como siempre, de medicina, congresos y estas hostias que llevo media vida escuchando. Mis cunadas, ahora si, me dan conversacion y hablamos un poco de todo, riendonos y haciendo broma. Como siempre, mi madre se ha superado con una cena excelente, y el vino, que hoy ha traido Javier, obsequio de no se que laboratorio farmaceutico, un capricho de los dioses. La noche acaba como ha empezado, con besos y abrazos, y me voy con las ganas de saber si bajo el vestido de Monica hay nada o no. Se lo digo al oido al darle un beso de despedida y ella sonrie agobiada. Justo al llegar al Masterium y bajar de la moto me llega un mensaje que imagino es de mis amigos, pero no... es de Monica: absolutamente nada… Entro rapido al Masterium a tomarme una cerveza y con ganas de fumarme la hierba de David para superar el dolor de huevos que me ha provocado la perversa de mi cunada. El local aun esta bastante vacio y no tardo en divisar a David y Peter en la barra de arriba acompanados de una rubia que no conozco. Encajamos y me presentan la chica, se llama Jennifer, habla un castellano muy distinto del que hablan los de la zona alta, y tiene unos pechos que con la noche que llevo no me ayudan a calmar mi estado de ansiedad sexual. Maika, la camarera, me pasa una Voll-Damm, y David el peta que acaba de encender a pesar que se supone que esta prohibido fumar. --Buenisima, me la ha pasado Manu, ?te acuerdas? --Si, era aquel colgado que vino a medio curso de Bachillerato, ?verdad? David y yo hace mil anos que nos conocemos, empezamos en P3 y hasta acabar el bachillerato, siempre juntos. El prefirio no seguir estudiando y trabaja en el negocio familiar, una parada en el mercado en la que se ha pasado media vida, y en donde cuando lo ves trabajar parece el hombre mas formal del mundo. --Escucha, David… tengo que escribir cuatro cosas sobre fruterias, tu que eres de mercado, ?sabes algo? --Yo conozco a los del mercado, ven el lunes y te los presento. --Manana tengo que tenerlo a punto. --Joder, Paco, ?y ahora me lo dices? --Ahora he recordado que trabajas en el mercado. Peter, que aun no habia abierto la boca, se descojona de risa y me dice que no cambiare nunca. --?Eres periodista? --pregunta Jennifer. --Si, guapa, es periodista, pero si no espabila pronto dejara de serlo. --!Vete a la mierda! Que quereis, cuando no me hacen escribir los horoscopos, me hacen escribir de sandeces. --Y pues, ?tu te crees que todos empiezan con una columna en el New York Times?

  • La Imagen de Jean De Berg

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    Tras el seudonimo de Jean de Berg se oculta una de las grandes figuras de la literatura francesa moderna. Dedicado a Pauline Reage, autora de L'historie d'O, este libro, en su edicion francesa de 1956, lleva el prologo de la destinataria que reproducimos en esta version espanola. Tras poner en duda el que el autor del libro sea un hombre por mostrarse <>, escribe: <>. El tercer personaje, un hombre, no es mas que un sacerdote en el ritual en torno al objeto sagrado. De ahi que el narrador describa los ritos, los decorados y los objetos fetichistas como una sucesion de imagenes casi hieraticas, de cierto modo ajenas a el, si bien el mismo, al final, pase a ser, casi a pesar suyo, protagonista de la ultima ceremonia.

  • Maldita mi suerte (Suerte 1) de Ana Martin Manas

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    ?Que pasa cuando juntas a dos desconocidos en un viaje alrededor del mundo?

  • La Historia de Zahira (Hermanas Sfeir 3) de Bella Hayes

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    Descarada, rencorosa y vengativa, esa es Zahira Sfeir. Prometida a Galal Al-Husayni cuando era una chica de trece anos, aun recuerda el rechazo de su futuro marido al verla y, siete anos despues, decide seducirlo. Galal, recuerda a su prometida como una chica fea, gorda y con acne, asi que le es imposible reconocerla en la sirena que lo sedujo. Ahora debera casarse con ella. El espera la tipica esposa islamica: dulce, sumisa y amorosa. Sorprendentemente, se encuentra con una prometida que suelta tacos cual marinero cuando se encabrona, es una fiera en la cama, y tiene como deporte ponerlo en su lugar. ?Como podra llegar a amarla?

  • No puedo evitar enamorarme de ti de Anabel Botella

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  • El Protector Elegido de Checko Martinez

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    La ciudad de Terrance Mullen esta siendo atacada por seres sobrenaturales. Solo el Protector Elegido y sus amigos podran ponerla a salvo.

  • Cicatrices de la memoria de Sealtiel Alatriste

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    <>

  • Anatomia de un escandalo de Sarah Vaughan

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  • El cartel de Don Winslow

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    El cartel es una colosal narracion que se mueve entre los aridos escenarios mexicanos y los despachos de los poderosos en Washington, y que se extiende hasta ciudades europeas como Berlin y Barcelona. El absorbente trabajo de documentacion de Winslow (libros, prensa, fotos, videos, encuentros personales…) le ocupo cinco anos, y marco su vida personal por las implicaciones que acarrea adentrarse en un mundo tan increiblemente violento y corrupto.

  • Intento de seduccion de Cat Schield

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    London McCaffrey habia hecho un trato para vengarse a cualquier precio. El objetivo era uno de los hombres mas influyentes de Charleston, pero el impresionante piloto de coches Harrison Crosby se cruzo en su camino como un obstaculo muy sexy.

  • Con carino, para Sailor’s Rest de Christian Martins

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    Julie Ward se ve obligada a regresar a su hogar y a reencontrarse con su viejo amor, Brett Harris, el propietario de una de las bodegas mas importantes de Chelan. Ella lleva diez anos sin olvidarle, aunque se esfuerza por convencerse de que ha pasado pagina.
    ?Y el? ?Se habra olvidado Brett de Julie o seguira sonando con aquella infancia repleta de besos furtivos?

  • Mil veces tu (Secretos y confesiones 1) de Ebony Clark

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  • Trabajo temporal de Carmen Grau

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    Anna Estebanell se toma su vida laboral como una aventura. Salta de trabajo en trabajo aprendiendo cosas nuevas y disfrutando todo lo que puede, hasta que se aburre y busca algo mejor. Despues de un par de meses como teleoperadora representando al Futbol Club Barcelona, aparece en su vida la oportunidad de trabajar en un velero de lujo como azafata. Sin experiencia previa, se lanza a una nueva aventura temporal, que promete ser unas vacaciones pagadas. En vez de eso, se ve inmersa en un mundo de diferenciadas clases sociales. La convivencia en el reducido espacio vital del velero conduce a un verdadero temporal de relaciones humanas.

  • La bahia de los suspiros (Los Guardianes 2) de Nora Roberts

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    Segundo libro de la <>.

  • Estrellas en los ojos de Lia Fd

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    Iria se crio jugando entre las telas de los vestidos de novia en la tienda de su tia. Ahora ella es la propietaria de este negocio y lo compagina con su carrera de disenadora, que empieza a despegar.
    Es feliz con su vida sino fuera por la pesada de su madre que insiste en que encuentre marido y se ha empenado en hacer de Celestina. Un desfile que le absorbe mas horas de las que tiene; un atractivo hombre que aparece en la tienda en el momento mas (in)oportuno, y quien la hara cometer mas de una locura. Sin olvidar todos esos mensajes que recibe y que la hacen suspirar deseando mas.

  • Anatomia de una entrega de Kat De Moor

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    Valentina y Vicente se conocen en 1998 pero su relacion se mantiene a nivel platonico. Tras una larga separacion se vuelven a
    encontrar para darse cuenta de que los sentimientos aun estan presentes, y que la atraccion es mas fuerte que nunca. Mientras, ya no viven en la misma ciudad, sino a diez mil kilometros uno del otro.
    ?Estaran listos para aceptar el desafio y dar una segunda oportunidad a su amor?

  • Si, mi Reina (Cronicas de Gaia 2) de Lucia Herrero

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    Capitulo 1 Un grito desgarrador cruzo el aire y, apenas un instante despues, la puerta de la habitacion se abrio de par en par. Nina entro corriendo, asustada. --?Estas bien, mi Senora? La reina Serena, sentada en la cama, empapada en sudor y con el pelo revuelto y pegado a las mejillas, trataba de recuperar el aliento. Se paso la mano por la frente y suspiro. --Solo ha sido otra pesadilla. ?He gritado muy alto? Su dama la miro con comprension y calidez, y le ofrecio un poco de agua. --No, Senora. No mas que otras veces, pero ya sabes que tengo el oido muy fino. El pesar se reflejo en el rostro de Serena. --Espero no haber despertado a Josh. --Mi hijo duerme como un tronco, no tienes que preocuparte por eso. En realidad no creo que nadie mas que yo se haya despertado. La reina tomo un sorbo de agua, que le bajo por la garganta sin aliviar la sensacion de sed. Tenia la boca tan seca que no lo remediaria ni bebiendose todo el lago. Trago con dificultad y se paso la lengua por los labios, que sentia calientes y agrietados, casi como la tierra desertica que habia mas alla de las montanas del sur. --Siento haberte molestado, Nina. Ya estoy mejor, gracias. Nina asintio con la cabeza, aunque sin ningun convencimiento. La reina distaba mucho de estar bien, y no era la unica que se habia dado cuenta de ello. Las pesadillas se repetian con demasiada frecuencia, y aquello ocurria desde hacia tanto tiempo que no entendia como podia soportarlo sin volverse loca. Habia temporadas en que la situacion mejoraba un poco, como cuando Lena habia regresado y su tira y afloja con su madre por causa del helio le habia causado a esta tantos quebraderos de cabeza que ocupaba incluso sus suenos. Al menos asi, el problema con su hija habia sustituido durante un tiempo a su otro problema, el que realmente le quitaba el sueno. Nina sabia cual era, y la reina tambien. Todos lo sabian. El problema eran unos recuerdos tan dolorosos que le impedian descansar desde hacia anos y se mantenian tan vividos que cada noche, cuando se despertaba, parecia que todo hubiera ocurrido apenas ayer. Maldita memoria selena. Si al menos le sirviera para taparlos podria resultarle de utilidad. Pero no, no le servia. Durante anos habia tratado de recurrir a sus buenos recuerdos, a sus recuerdos de su marido, para borrar esos suenos aterradores. Sin embargo, las malditas pesadillas no cedian, mas bien al contrario. Estaban terminando por emborronar el recuerdo de Seth, que cada vez parecia mas debil. Aquella noche horrenda que tan bien recordaba iban a celebrar la fiesta del fuego, como de costumbre. Sabian que habia habido incursiones de helios en la zona, pero no se habian preocupado en exceso. Habian pensado que no serian mas que simples bandidos, que no se atreverian a acercarse a la villa, y menos aun al castillo. Cuando se empezaron a encender hogueras en la lejania nadie noto nada raro, salvo quizas Serena, cuya energia se resintio de alguna manera. Algo no iba del todo bien. Al principio penso que era algun tipo de anoranza por Marcus, que estaba visitando a su abuelo Kiefer, pero enseguida se dio cuenta de que no se trataba de eso. Tan pronto como las hogueras empezaron a proliferar. No eran hogueras. Los helios los atacaban y estaban incendiando casas, granjas y graneros en todas direcciones. Se acercaban a la villa, y al castillo. Su madre, Alana, habia entrado corriendo en su habitacion, con la angustia reflejada en su amable rostro surcado de arrugas. --!Vienen a por nosotros, Serena! --Lo se. Seth acaba de salir a organizar a la guardia. La guardia consistia en poco mas que quince o veinte hombres, cuya preparacion era en realidad muy basica. Alguna vez se las habian tenido que ver con ladrones o bandidos que entraban en sus tierras y robaban o intimidaban a algun campesino, pero poco mas. No estaban adiestrados para la guerra, ni sabian apenas nada de tacticas defensivas. Los Antiguos no les habian dado ese conocimiento porque no estaba previsto que los humanos hibridados lucharan entre ellos, ya que se entendian sin problemas. El problema eran los helios, y como los selenos no tenian ese conocimiento de manera innata y no se habian entrenado convenientemente, serian una presa facil. Serena lo habia intuido desde el principio. --Me voy a llevar a las ninas al bosque. Espero que no sea necesario, pero si nos acorralan abrire un portal y las enviare a la Tierra. Cada vez que recordaba aquella parte sus ojos se llenaban de lagrimas. Se habia despedido de sus hijas prometiendoles que todo se arreglaria y volverian a reunirse. Las habia besado y abrazado, y habia puesto en su madre todas sus esperanzas. Los soldados habian llegado al castillo poco despues de que la sacerdotisa huyera con las dos pequenas. Habian tirado la primera puerta abajo sin mayores problemas. Los hombres habian luchado en el patio contra demasiados enemigos como para tener alguna posibilidad, mientras la aldea era sistematicamente arrasada por mas helios. Muchos mas de los que nunca podrian haber imaginado que llegarian. Serena estaba encerrada en la torre y habia contemplado con horror la entrada de sus enemigos y la lucha desigual. Seth se habia enfrentado a uno, a dos a la vez, y entonces un hombre de aspecto brutal y pelo entrecano lo habia atacado por la espalda, golpeandolo con dureza en un costado. Cuando su marido se habia doblado sobre si mismo, habia alzado de nuevo su espada para dar el golpe mortal. Y ella habia visto la rubia cabeza de Seth rodar por el suelo del patio. Todavia le entraban nauseas al recordarlo. Despues los soldados habian entrado en la torre. Algunas mujeres habian conseguido esconderse, pero ella no habia tenido suerte. La reina era un premio demasiado valioso y habian ido a por ella desde el primer momento. Por lo menos, habia sentido el portal, y habia sabido que sus hijas estaban a salvo, aunque fuera lejos de todo lo que habian conocido hasta entonces. Su madre se habia comunicado con ella un instante antes de que los soldados llegaran tambien al bosque, y de pronto la energia en estado casi puro y en forma de dolor intenso habia empujado desde el interior de su alma atravesando cada poro de su piel, hasta el punto de que el soldado que acababa de capturarla la solto con un grito. --!Ay! !Zorra, me has dado calambre! La abofeteo con fuerza antes de sujetarla de nuevo y sacarla a rastras de la torre. Serena dejo ir una lagrima solitaria al sentir la certeza de que su madre estaba muerta y ella era la nueva sacerdotisa. Los helios habian destruido la mitad de la aldea. Habian matado a muchos de los hombres, y otros muchos estaban heridos. Algunas mujeres consiguieron escapar y ocultarse en el bosque o en las granjas mas alejadas, pero otras fueron capturadas, como ella. Los helios no estaban interesados en una gran cantidad de esclavas, su prioridad era llevarse provisiones y bienes de vuelta a su tierra, de modo que habian dejado unos pocos hombres a cargo del castillo y encerrado a los selenos que pudieran suponer alguna amenaza: los jovenes y los pocos hombres adultos que sobrevivieron al ataque. Algunas esclavas viajaron con ellos a Helios, Serena entre ellas. No fue la unica jefa de clan capturada, aunque por ejemplo la madre de Iria se habia salvado porque estaba de viaje en Proteo con la mayor parte de su familia. Otras habian muerto. Los helios invasores pertenecian a diferentes clanes que, por una vez, se habian organizado para repartirse los territorios y el botin. Ella acabo en un clan de los mas alejados vendida como esclava. Alli la habia comprado el hijo mayor del jefe, Malcolm. Serena cerro los ojos con fuerza tratando de ahuyentar los dolorosos recuerdos, pero acabo desistiendo de intentar dormir. Si se quedaba en la cama la angustia la ahogaria. El sol comenzaria a asomar por detras de las colinas en apenas un rato, de modo que opto por levantarse. Abrio un arcon y saco su espada. Practicar siempre la relajaba, asi que se puso un vestido viejo y comodo y comenzo con su rutina habitual: la mirada fija al frente, las dos manos empunando el arma con firmeza y movimientos controlados y armoniosos. La espada no era pesada, pero al cabo de un rato sus brazos empezaron a acusar el ejercicio y su frente se perlo de gotitas de sudor. Aun asi, no se detuvo. Solo cuando el movimiento en el patio y el ruido en el pasillo le indicaron que el resto de la gente habia empezado tambien a levantarse dio por concluida la sesion de entrenamiento. Se aseo y se cambio de ropa para bajar a desayunar. Se miro en el espejo antes de salir, y nego con la cabeza al ser consciente de las ojeras y los ojos cansados. Casi todos los dias se levantaba con esa cara, asi que al menos nadie se sorprenderia. Cuando llego al comedor, Jana y Marcus estaban ya sentados a la mesa comiendo con apetito. --Buenos dias --los saludo mientras se acercaba--. Os habeis levantado temprano. --Hoy empiezan las reparaciones en la escuela --le recordo Marcus--. Vamos a echar una mano. Bueno, en realidad Jana supongo que va a mangonear. --Idiota --murmuro su hermana con gesto burlon--. No encontrarias los agujeros en el tejado ni aunque metieras la cabeza por ellos. La reina sonrio y se sento. Judy llegaba de la cocina en ese momento con una bandeja, de la que le sirvio un poco de pan y algo de fruta. Leo entro en el salon desde el patio, acompanado por Denis.

  • Hasta que el camino se acabe (Bilogia Amame 1), Priscila S de Priscila S

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    La amistad de anos entre dos familias, rota. Un secreto que marcara, no solo su destino, sino tambien el de sus hijos. Pero la enemistad existente entre ellos y todo lo que hicieron para que no se conocieran, no sera suficiente cuando la vida tiene el camino escrito para ellos.
    Anos despues, las familias vuelven a encontrarse. ?Que ocurrira cuando sus hijos se vean las caras por primera vez? ?Habra, entre ellos, mucho mas?
    ?Podra mas el amor que el odio?
    Romance e intriga son los ingredientes principales de esta novela.

  • Multimillonario Indomito 7 de J. S. Scott

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    Lara Bailey no esta en Rocky Springs por las aguas termales, por las actividades del resort ni por el esqui fabuloso. Ha venido a Colorado por una unica razon: para encontrar y acercarse a Marcus Colter, el mayor de los hermanos Colter. Por desgracia, los problemas la encuentran a ella en forma de Tate Colter en lugar de Marcus. El hermano mas pequeno de los Colter es arrogante, engreido, inteligente y tenaz en sus intentos por averiguar por que quiere encontrar a Marcus aunque nunca lo ha visto. Lara no esta dispuesta a divulgar esa informacion, y Tate esta decidido a desvelar sus intenciones. Eso convierte a Tate en el macho alfa atractivo, travieso, sexy y con unos hoyuelos adorables que le pisa los talones.

  • El arte del fuego de Daniel Hume

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  • Hot, hot Christmas de Sophie West

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    Maddy odia las luces de colores, los adornos, las calles atestadas de gente feliz y, sobre todo, los villancicos. En resumen, Maddy es un grinch. Odia la Navidad, y cuando se acerca la fecha senalada se transforma en una amargada ermitana deseosa de huir del mundo.

  • Fractura de Andres Neuman

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    El regreso de Andres Neuman a la gran novela tras El viajero del siglo, Premio Alfaguara y Premio de la Critica.

  • Los Buenos de Hannah Kent

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  • Irene y el Sr. Naranja de J.m. Martinez Pedros

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    Esta es la historia tragicomica de Irene y el Sr. Naranja. Ella una viuda sin problemas economicos, aburrida de su rutina, puritana, grunona y solitaria. El, harto de ser guapo y mear colonia, intentando escapar de su propia vida y creyendo que encontraria la solucion, se convirtio voluntariamente en esclavo. A partir de entonces. Ambos pasaran por una serie de aventuras y desventuras; el realismo magico se funde con escenas tragicomicas, tan teatrales como surrealistas; el dolor de unos hace reir a otros y nada ocurre como uno se espera.

  • La leyenda del guerrero de Emma G. Fraser

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    Amy Campbell, una joven que acaba de perder su trabajo y su novio, decide embarcarse en un viaje a Escocia para conocer a su familia paterna y la historia de su clan junto a una amiga, Bonnie. Tras ver una representacion del final de la guerra entre los Campbell y MacDonald, las jovenes deciden visitar las ruinas del castillo MacDonald, pero un fuerte tornado las sorprende, llevandolas al ano 1615, en medio de la guerra de los clanes.
    Iain MacDonald, tras heredar el titulo de laird de su clan, rechaza la oferta de matrimonio de Reid Campbell con su hija, por lo que este le vuelve a declarar la guerra. Tras numerosas muertes de inocentes, Iain jura vengarse de todos los Campbell, incluidas las mujeres de ese clan. Pero cuando Amy se cruza en su camino, su valentia y belleza lo atraen de tal manera que no podra dejarla escapar facilmente.
    Pero cuando los Campbell los atacan, Amy tendra que hacer frente a su destino para cambiar el curso de la historia.

  • Amor, Sexo, Repetir de

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  • El Detective Ciego de Angel Mario Fernandez

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    Daniel tiene un sueno desde muy nino: quiere ser detective. De hecho es testigo accidental de un crimen, de un joven catalan del barrio, aunque oculto solo ha oido la voz del posible asesino detras de una pared. Eso lo impulsa a investigar el crimen 18 anos despues, nada ni nadie lo detendra. Pero claro, hay una pequena pega: Daniel es ciego. Pero posee a su favor sus otros sentidos desarrollados y una sagacidad que ni su hermano vidente la tiene. Un policial diferente, con momentos de humor, pero otros de tension y suspenso, encontraremos a un detective fuera de lo comun.

  • Mientras tu no estabas de Carmen Ro

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    En los anos treinta, a Hollywood llegaban muchas mujeres hermosas, incluso demasiadas mujeres hermosas, pero solo unas pocas alcanzaban el exito entre las trampas del cine, la mafia de los hombres y la maldad de las companeras de reparto. Asi, entre esas elegidas:

  • Vacunas sin miedo de Gloria Cabezuelo

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    Un libro con toda la informacion para despejar las dudas acerca de las vacunas y sus consecuencias, escrito por dos pediatras de reconocido prestigio en la materia.

  • Los motivos del Lobo de Liliana Escliar

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    Dos anos atras, el fue el senuelo. La noche anterior, Daniel Parodi y su hija se habian desvelado con la noticia de la caida de un meteorito gigante en una ciudad impronunciable de Rusia, algo que segun los entendidos confirmaba el inminente fin del mundo. Zoe tenia diecisiete anos y una pasion morbosa por ese tipo de noticias. Creia en los fenomenos paranormales, los ovnis, la existencia de una conspiracion universal y el Apocalipsis, queria estudiar la carrera de Letras y en las ultimas semanas se habia <> al veganismo, una forma de vegetarianismo extremo que a Daniel, carnivoro consecuente, le parecia una aberracion. Sin embargo ahi estaba, insomne a las cinco de la manana frente a la heladera abierta llena de tofu, hamburguesas de lenteja y brotes de soja. Desde la muerte de Patricia --siete meses atras la habian empujado a las vias del tren para arrebatarle la cartera-- que Parodi no podia dormir. El, criminologo, jefe del laboratorio de investigacion forense de la Policia, no habia podido cazar al raterito que habia matado a su mujer. Habia hecho que Fabian, ese prodigio de las computadoras de solo veintidos anos, un adolescente lleno de granos y complejos que se le quedo pegado del curso de criminologia que dicto cinco anos atras y es como un hijo, destripara cuadro a cuadro el video de seguridad de la estacion de Belgrano. Habia visto las imagenes tantas veces, que podia recordar la secuencia sin errores: Patricia en el extremo del anden que va a Retiro ve aproximarse el tren hacia el paso a nivel de Juramento, mira la hora y despues hacia atras, como si esperara a alguien. En ese momento, una persona --?un hombre joven?-- entra en la imagen, le arrebata la cartera y Patricia cae hacia las vias boca arriba, como quien se tira en un colchon de agua. A las siete y media, todavia sin dormir, se lavo la cara y los dientes sin mirarse al espejo y fue a llevarle a Zoe el desayuno a la cama. Siempre lo habia hecho para <> y despues de la muerte de Patricia lo habia seguido haciendo para su hija. Para mimarla y, tambien, porque sin ese ritual no tendria por que ni para quien levantarse. La manana del dia que iba a morir, Zoe se desperto feliz. Iba a anotarse en la facultad. Cuando salio del cuarto, Daniel la miro y fue como cuando la veia jugar: se habia vestido y actuaba una urgencia eficiente <>. Habia desmontado todos los gestos de nena, como quien saca las munecas de los estantes. Le ofrecio llevarla pero no, claro que no. En cambio, le dio las llaves del auto e imposto, el tambien, el rol de viejo canchero y despreocupado que nunca habia sido. Hacia calor y se habia quedado dormido en el sillon, arrullado por el ruido del ventilador de techo mientras esperaba a Zoe. Desperto con el filo de un cuchillo en la garganta. Podia ver las gotas de sudor y sentir el olor de la transpiracion de su verdugo, ridiculamente enmascarado --penso-- como un ninja criollo. Daniel repaso mentalmente todos los movimientos que deberia hacer para llegar a la cocina, al estante donde guardaba su arma, pero no conto con que tenia quince kilos de mas y todos en la panza. Cuando intento incorporarse, el ninja lo noqueo de un golpe en la sien. Lo que siguio en esas horas que parecieron dias fue una rutina de tortura meticulosa en la que Parodi no tuvo, no pudo tener, ni siquiera la posibilidad de descontar el marcador con una trompada. El hombre no hablaba, no decia quien lo habia mandado ni por que. Lo habia atado por las munecas con una soga que despues izo hasta dejarlo colgado. Parodi estaba molido a golpes, apenas podia abrir los ojos, que empezaban a hincharse; la lengua era un pez globo contra la mordaza. El ninja lo habia pateado, escupido, cortado y a el lo unico que se le ocurria pensar era que asi colgado seguro parecia una pinata. No iba a matarlo. Nadie se cubre la cara para matar. Parodi tomo nota del tatuaje que asomaba del antebrazo de su torturador --algo asi como una esvastica deformada-- y penso que era cuestion de aguantar hasta que terminara. No habia entendido nada. Horas mas tarde, cuando Zoe entro y lo vio colgado de la viga como una pinata, el entendio que ya no habria tiempo para nada y que era --iba a ser-- victima por efecto transitivo: un <> inapelable como un balazo en la cabeza. El verdugo lo habia molido a palos y ahora esperaba justo eso: que Zoe entrara asi como entro, liviana y sin presentimientos. Que abriera esos ojos verdes que tenia, desorbitados de sorpresa y de miedo. Que lo mirara a el: --Papa, que pasa... ?Cuanta desesperacion entra en un segundo? Parodi quiso gritar <>, pero no pudo nada. La mordaza le anudaba la lengua y fue un segundo, o tal vez menos: su hija giro la cabeza y a lo mejor, ojala, no llego a ver como brillo el filo antes de cercenarle el cuello. Zoe se inclino hacia el como un muneco oscilante, los pies firmes en el piso, y golpeo con la frente la panza de Parodi. Cuando cayo --y Parodi juraria que pudo oir como crujia la frente de su hija contra el piso-- el verdugo saludo con una inclinacion de cabeza y salio tarareando: raton que te atrapa el gato/ raton que te va a atrapar/ raton que si no te atrapa/ manana te atrapara. Lo que siguio fue el derrumbe, una demolicion dia tras dia y piedra tras piedra de todo lo que alguna vez el fue o tuvo, que es lo mismo. Estuvo internado tres semanas en un limbo de morfina. El ninja le habia quebrado los dos brazos, la nariz y un par de costillas. Tenia un pulmon perforado, la cara reventada y varios dientes menos. Lo habia destrozado a conciencia, cuidadosamente, para romperlo sin matarlo, pero a el le dolia otro dolor. Era --intento explicarle a Ernesto-- como si le hubieran sacado toda la piel y estuviera cayendo en un pozo interminable y tan estrecho, que su cuerpo en carne viva raspara contra las paredes mientras caia. Ernesto, el viejo, no se movio de al lado de la cama en los veintitres dias. Se habia retirado de la Policia <>, en el 76, y desde entonces mal llevaba una libreria especializada en espias, detectives y buenos autores en general, sin best sellers ni novedades. Todo un exito. Era lo mas parecido a un padre desde que los de Daniel murieron en un accidente en la ruta 2 volviendo de Coronel Vidal, treinta anos atras. A Martin Parodi, que tambien se habia retirado de la Policia, se le habia metido en la cabeza que era un buen negocio criar conejos. Los habian chocado de atras y el Valiant en el que viajaban se despisto y dio tres vueltas antes de terminar con las ruedas girando en el aire. Nunca encontraron al culpable ni a los conejos. Cuando Parodi salio del hospital no tenia a quien llevarle el desayuno a la cama ni por que levantarse. O vestirse, o trabajar, o seguir vivo. Ernesto fue con el al departamento. Olia a cloro. Los de limpieza de escenas habian hecho un buen trabajo pero, aun asi, la sangre de Zoe habia dejado vetas negras en la madera del living. Daniel miraba el parquet descolorido desde la puerta, sin entrar. Estaba encogido, como si tuviera que agacharse para pasar por el marco. --No puedo. Era la casa que habian comprado con Patricia. Ahi habian comido su primera cena de casados, un picnic de pizza en caja de carton porque no tenian ni muebles, ni platos, ni cubiertos. Ahi habia llevado a su beba recien nacida y se habia desvelado con la primera fiebre. Ahi habia vuelto despues de enterrar a su mujer, pero ya no. No podia volver a vivir ahi. El viejo no insistio. Dijo <> y amontono en dos bolsos la ropa de Parodi. Cuando termino, cerro la puerta y podria haber tirado las llaves por la ventana. Daniel no volvio nunca mas. Meses mas tarde, cuando terminaron los tramites de sucesion, acepto la primera oferta que le hicieron y malvendio el departamento con muebles y todo. En 2005, la <> --un nombre que, segun el mismo Ernesto admitia, era muy <>-- habia cambiado a <>: un homenaje a la hermosa libreria catalana y un intento, fallido, de atraer mas clientes. Era una construccion de 1900 con piso damero, techos altisimos, una enorme mesa central donde se apilaban <> y estanterias en todas las paredes. En una de ellas, un riel sostenia la escalera con ruedas para desplazarse por los estantes superiores <>, decia, orgulloso, el viejo. Aunque la pelicula, con un Fred Astaire demasiado viejo para la librera Audrey Hepburn, decia tambien, era <>.

  • De las cenizas, Molly Mcadams de Molly Mcadams

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  • Maestro Daniels (La sumisa elegida 1) de A. C. Labouche

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    Nicole termino el ultimo de sus fideos frios de sesamo. Con los ojos cerrados, saboreaba el sabor helado del mani, el cual inundaba sus sentidos y calmaba sus nervios. En un humedo dia de julio en Manhattan, cuando todo el mundo pareciera estarse derritiendo, languidos cuerpos se empapan en transpiracion, camisas de vestir muestran enormes manchas de sudor, este era justo el tipo de comida vegetariana ligera que ella necesitaba. Seis meses. Eso era lo transcurrido desde que habia ingerido un pedazo de carne. Bueno, eso no era del todo cierto. Una o dos veces se deslizo una pieza de pollo asada en una parrillada en una azotea. Schwarma de carne una noche de borrachera en el centro de la ciudad. Pero despues de esos lapsus volvio al carril. Absteniendose de la carne, yendo hacia el otro lado como su padre, un ranchero, hubiera dicho. No fue tan dificil como ella hubiese creido. Se limpio las manos y saco su telefono. Ningun mensaje. Deseaba encontrar alguno de James. !Hey sexy! Ten un estupendo dia. ?Como van las cosas? !No puedo esperar a verte mas tarde! Algo. Eso es todo lo que ella necesitaba, alguna senal de que el estaba pensando en ella, que no importara cuan desalentador fuese su busqueda de trabajo actual y de cuantos muchos problemas habian tenido juntos durante el transcurso del ano pasado, el estuviese aun pensando en ella, palpitando con amor y deseo por ella. Pero no habia nada. !A la mierda! Se dijo a si misma. Eran las 12:55. Tenia diez minutos para regresar al trabajo. Tenia permitido tomarse una hora para almorzar --una de las pocas ventajas de su desagradable trabajo. Una amplia sonrisa cruzo por su cara. Recordo la resolucion que habia tomado justo antes de salir de su trabajo. Esta era su ultimo dia. No mas trabajo en ese repulsivo lugar, el cual debio ser la fachada para algo. Deberia renunciar inmediatamente, en el minuto en que entro alli. 100 mesas, casi ningun cliente, un solitario chef frances. Era tan extrano. Con los brazos desplegados ampliamente, Nicole sintio que flotaba de regreso al restaurante, una sonrisa triunfante en su cara mientras pasaba sobre la muchedumbre de peatones que caminaban arduamente, nubes borrosas moviendose una tras otra sin echarse un vistazo, sin el menor reconocimiento de la existencia de cada otro. Cuando apenas llego, estuvo desconcertada de cuan frios, distantes y desinteresados parecian ser los moradores de Manhattan. Pero despues de unos meses de retrasos de trenes, cambios extremos de clima, viajes de Uber super caros, terribles resacas en las mananas domingueras, cornetas y sirenas estallando a toda hora en la noche, constantes aumentos de rentas, vecinos ruidosos, techos con goteras, ella comprendio mejor el por que los neoyorquinos se comportaban de la manera en que lo hacian. Fue un viaje trepidante. Tal vez demasiado trepidante para ella. Unas vacaciones en algun lugar tropical, con brisas frescas, arenas inmaculadas, aguas translucidas y cielos claros y azules remontandose hacia el infinito era justo lo que necesitaba. Sonrio al escuchar su telefono sonar. Quizas era James. A lo mejor le tenia algo especialmente planeado para ella. Tal vez podrian ir a por pizza y una garrafa de vino rojo por los alrededores del lugar de St. Mark's Place. Mas tarde podrian fumarse juntos un porro en el parque, besandose, acurrucandose, mimandose, coqueteandose, paseandose tomados de la mano como en los viejos tiempos. Eso es lo que solian hacer antes de que las presiones de vivir en la ciudad los derrumbaran al piso. No habia con quien mas desquitarse. Asi que se desquitaban el uno contra el otro en ese pequeno apartamento, mas parecido a un closet por el cual pagaban 1.500 $ al mes. !1.500 $ al mes, que estafa! Pero eso es lo que hay que pagar por vivir en el corazon de la accion, en el centro de la gran manzana. Saco su telefono de la cartera, miro fijo la pantalla y fruncio el ceno. No reconocio ni el nombre ni el numero. ?Nueva Jersey? ?Quien podria estarla llamando de Nueva Jersey? Iba a dejar que respondiera la grabadora cuando recordo que James tenia unos cuantos primos en Nueva Jersey. El tipo de primos que raramente son invitados a las reuniones familiares. Tambien eran el tipo de primos que te protegerian en caso de encontrarte en la salida equivocada de una deuda de apuestas con un corredor de apuestas con poco simpatia. James se encontro a merced de uno o dos corredores de apuestas en los ultimos anos. Fue amenazado con cuchillos, pistolas, bates de beisbol si no pagaba a tiempo. Un corredor de apuestas lo amenazo que no iba a volver a caminar si no conseguir el dinero rapido. Hasta ahora habia sido capaz de mantener todos sus huesos intactos. Siempre fue capaz de conseguir algun dinero, estafar algunas personas, rogarle a algunas otras. Contesto el telefono. Pero la voz del otro lado no era la de James. --?Hablo con Nicole Chapman? --Dijo la voz. Nicole trago grueso y cerro sus ojos antes de contestar. --Si --dijo finalmente. --!Hola Srta. Chapman! Le llamo en nombre de la compania de prestamos estudiantiles Sallie Mae, con respecto a su saldo pendiente. Cuando la llamada finalmente termino, Nicole sintio como si la hubiesen pateado en la cabeza repetidamente, su cuerpo y alma vapuleado hasta la sumision. ?Como podria estarle sucediendo esto a ella? ?17.000 $? Eso es lo que todavia debia por prestamos estudiantiles. Podria jurar que el balance estaba en cero. Despues de que su padre repentina y sorpresivamente falleciera de un ataque al corazon su madre le habia asegurado que el prestamo seria cancelado con el dinero que su padre le dejaba en su testamento. Por lo cual, entendia que tanto ella como su hermana menor Jessica recibirian alrededor de 50.000 $ cada una. !Que demonios estaba pasando! Nicole sentia la urgencia de gritar, de clamar a los cielos y maldecir su destino. Justo cuando estaba al borde de tomar una decision importante, rehusandose asentarse en ese repulsivo trabajo sin futuro y ahora se entero que estaba hasta el cuello en deudas. Por supuesto que habia mucha gente con mas de 17.000 $ en cuentas, pero eso no la hacia sentirse mejor. Esa perra de la Sallie Mae tuvo que aparecerse y arruinar todo. Necesitaba ponerse en contacto con su madre y hermana. Tenia que haber una completa y logica explicacion acerca de por que aun debia tanto dinero. Iba a llamar pero se dio cuenta de que ya paso cerca de una hora y media desde que se fue. Suspiro y sacudio la cabeza. Que maldita ironia, penso. Ahora me preocupaba que me dispidieran de este trabajo de porqueria. Capitulo 2 --Hey mesera. Mas vodka. !Ahora! --La voz borracha le produjo escalofrios por todo el cuerpo a Nicole. Eso es todo, se dijo a ella misma. Eso era todo lo que iba a ser capaz de soportar. Baja paga, sin beneficios y teniendo que lidiar con clientes borrachos. Esta no fue la razon por la cual se ajusto el cinturon y ahorro por tantos meses para asegurarse que tendria suficiente dinero para cruzar el pais. Por esto no fue que su espiritu independiente del oeste la habia traido a Nueva York. La gran manzana. La gran ciudad de luces brillantes. Boulder, Colorado estaba muy, muy distante. Alli es donde estaba su familia; y alli, es donde habian estado por los ultimos cien anos o mas, construyendo un legado con el paso del tiempo. Pero el matrimonio de sus padres comenzo a caerse a pedazos y todo cambio para siempre. Esta no fue la unica razon por la cual sintio que debia de largarse de ahi, pero en definitiva fue una de las razones mas fuertes. Originalmente su familia habia venido de Filadelfia hace muchisimo tiempo. Como muchos americanos en el siglo 19, habian partido al oeste en busca de oro y riquezas. No encontraron mucho oro, ni muchas riquezas; pero si lo suficiente para establecerse y echar raices. Despues de graduarse en la Universidad de Colorado, sabia que si tenia que pasar otro ano de su vida escuchando lecciones aburridas y estudiando para examenes sin sentido se volveria loca. Ademas pareciera que todas sus amigas se estaban embarazando o empleandose en trabajos sin futuro y arrejuntadas con hombres que no valian la pena. Sencillamente eso no era la vida para ella. Desde que miro repeticiones de episodios de la serie televisiva Sexo y la Ciudad se sintio atraida por Nueva York. Todo aparentaba ser glamoroso, excitante y sofisticado. Parecia tan diferente a todo lo que ella habia experimentado. Apenas llego a la ciudad, todo era novedoso, tan lleno de vida. Estaba atemorizada pero tambien emocionada, nerviosa pero con una curiosidad inmensa. Predecia meses de aventura, felicidad y eventualmente amor. Todo eso seria de ella. Eso fue lo que penso. Eso es lo que esas primeras semanas parecian prometer. Pero ese sueno paradisiaco muy pronto se evaporo. Fue mucho mas dificil de lo que penso conseguir trabajo, mucho mas dificil de lo que penso conseguir una companera de cuarto decente. A la final termino por optar por un cuarto sencillo. Afortunadamente llego a Nueva York con algo de dinero en sus bolsillos. Pero se le estaba acabando rapidamente. Demasiado rapido. En las ultimas semanas temio revisar su cuenta bancaria por internet. Era deprimente ver como habia mermado el dinero en sus cuentas, aun cuando habia tratado de ser lo mas responsable posible. Siempre habia tarifas y cargos ocultos. Y siempre existian emergencias, crisis que enfrentar en la ciudad; y por supuesto, ocuparse de algunas cosas cuesta dinero. Mucho dinero. No sabia que otro trabajo podia conseguir. Pero no queria preocuparse por eso. Se las arreglaria. Siempre fue buena arreglandoselas, saliendose bien de los enredos. Eso era lo que haria. Una vez mas encontraria la manera de manejar la situacion por ella misma. Siempre estuvo orgullosa de su independencia y por su habilidad de resolver problemas enganosos sin tener que depender de un hombre. Esa fue la forma en que fue criada. Una verdadera mujer de la frontera del oeste. Y a pesar de toda su bravuconeria y coraje, podia sentir como la presion, el stress y la tension comenzaba a agotarla. Ahora podia sentirlo en sus jaquecas, articulaciones adoloridas, en el amargo sabor de las resacas, tragos y cigarros mananeros despues de tratar de purgarse los fines de semana. Ella no sabia por cuanto tiempo iba a poder aguantar esos ciclos de altibajos, llevar su cuerpo al limite de lunes a viernes y luego los fines de semana llevarlo a otros limites, despertarse el lunes y volver a repetir todo el maldito ciclo de nuevo. Esa es la forma en que las cosas te resquebrajan en la ciudad. Nada la habia preparado bien para este tipo de intensa y super estresante modo de vida. Ultimamente habia estado cuestionandose si habia hecho o no la decision correcta. Tal vez sus familiares y amigos familiares estaban en lo correcto. Tal vez debio quedarse en el oeste. Tal vez alli es donde se encontraba su corazon. Tomo un profundo respiro y cerro sus ojos. Una nueva y excitante rejuvenecedora energia surgio a traves de su cuerpo. Hacia mucho tiempo desde que ella no se sentia asi de bien. Demasiado tiempo. Se contento por sentirse asi de nuevo. Ella era ambiciosa. Diligente. No tenia tiempo de sentarse a compadecerse de ella misma. Se avergonzaba de pensar lo pasiva que habia sido ultimamente, solo dejando pasar los dias, como un robot. Sin sentimientos ni pasion, con escasa energia en su vida. ?A donde iba? ?Que estaba haciendo? ?Cuanto mas tiempo iba a tolerar esta rutina? Levantate, ve al trabajo, revisa tu telefono a cada rato, sal del trabajo, ve a casa, come, duerme. Pero por supuesto estaba James. El habia estado entrando y saliendo con regularidad de su vida en los ultimos pocos anos. El fue una de las primeras personas que conocio al llegar a la ciudad. El inmediatamente la tomo bajo su ala, y no le tomo mucho seducirla. Y aun con este novio intermitente las cosas se habian vuelto rancias ultimamente. Hasta sus peleas que se tornaron tan ruidosas que en una que otra ocasion llamaron a la policia, se habian vuelto tediosas y predecibles. Anhelaba aventurarse, hacer algo afuera en el mundo que la hiciera sentir que realmente estaba viva.

  • Bajo vigilancia de Gayle Wilson

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    El trabajo del agente John Edmond estaba en peligro. Tenia solo una oportunidad para demostrar que podia trabajar en equipo. Tenia que vigilar de incognito a Kelly Lockett, heredera de una fundacion benefica sospechosa de estar relacionada con el terrorismo.

  • Luna perdida de Ayla Soriano Gomez

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    Todavia faltaba un rato para que el sol desapareciera en el horizonte, cuando en el refugio de Marinaterra retumbo la sirena de emergencia. Los mas jovenes del refugio acababan de empezar la jornada asistiendo a las diferentes clases de supervivencia, pero aquel sonido los lleno de excitacion. -Pero que significa esto… -musito el supervisor que se encargaba de explicar el procedimiento de depuracion y carga de agua. -Atencion a todos los habitantes del refugio -comenzo a hablar una voz a traves de los altavoces-. Un vehiculo no identificado se esta aproximando. Parece que nos envia senales para establecer comunicacion. Todos los responsables del refugio acudan inmediatamente a la Sala de Mando. Al resto, les ruego mantengan la calma. El nerviosismo y la expectacion se extendio con rapidez entre los jovenes. Estaban ansiosos de cualquier novedad que les distrajera de la monotonia del dia a dia. -Bueno chicos vamos a mantener la calma y quedarnos aqui esperando instrucciones. Esto no va con nosotros -dijo la supervisora del grupo de los mas pequenos. Un muchacho del grupo de los mayores se levanto y salio tranquilamente caminando por la puerta haciendo caso omiso de la llamada de su supervisor. -!Anibal!!vuelve aqui ahora mismo!. El resto contemplaron desaparecer por la puerta a su companero en silencio para despues observar por unos instantes a sus supervisores que les observaban con gesto severo. Pero el rictus estricto de sus superiores no tuvo el efecto esperado y acto seguido la clase entera decidio salir corriendo en tropel tras Anibal. -!Chicos! !ni se os ocurra! -les llamo la supervisora tratando de sostener por el brazo a uno de los mas pequenos. El nino consiguio desasirse y seguir a los demas a la carrera-. !Volved aqui inmediatamente, o vais a tener problemas! !Maldita sea! -Dejalo - le dijo su companero resignado-. A esos monstruos no hay manera de impedirles nada. Corrieron por los pasillos riendose y chillando en direccion a la Sala de Mando como si fueran a asaltar una fortaleza. Pero conforme doblaron la ultima esquina que les separaba de su ansiada meta, se encontraron con que habia seguridad. Un hombre que no llegaba a la treintena, de mandibula cuadrada y torso musculoso les escucho llegar desde lejos y al verlos cruzo los brazos y esbozo una sonrisa de desden. -?A donde creeis que vais vosotros mocosos? -les pregunto en tono burlon. -Axel quitate de en medio. Queremos enterarnos de quien ha venido -le espeto Anibal enfrentandose a el. El muchacho tenia el pelo corto, recortado con prisas y de un denso color negro. Sus ojos eran castanos y expresivos, enmarcados por largas pestanas. Su ojo derecho estaba salpicado por unas pinceladas de color grisaceo que le proporcionaban una mirada algo ausente. Vestia siempre con ropa ancha que heredaba de su hermano, al que ahora mismo tenia frente a el. Pero solo se quedaba la que fuera de color mas oscuro. -Vosotros no teneis permiso para subir. Id a jugar a otro sitio si no quereis que os de una patada en el culo a cada uno. -Intentalo si quieres -le desafio Anibal cerrando fuerte los punos. -Venga anda, no seas asi… -le dijo Dana con voz aterciopelada dando un paso adelante y acariciando el brazo de Axel-. Te prometo que nos vamos a portar bien. -A ti te dejo si quieres -le contesto con una sonrisa-. Pero estos crios se tienen que quedar aqui. -?Quieres ver lo que estos crios son capaces de hacer contigo? -le amenazo Teo. Todos, incluso los mas pequenos se pusieron en guardia y miraron con gesto amenazante a Axel. Se prepararon para saltar sobre el a la menor senal. El tambien se preparo para quitarse de encima a manotazos la montana de golpes y mordiscos que se le venia encima cuando la puerta que vigilaba se abrio tras de si. Aparecio un hombre robusto, en su cincuentena, con una poblada barba y gesto de preocupacion. -?Que haces aqui aun? -le pregunto a Axel con una voz calida-. Tu padre me ha pedido que vaya a buscarte-. El hombre dirigio entonces sus profundos ojos castanos a la turba de jovenes que estaban plantados frente a la puerta-. Vosotros desapareced de mi vista e id a seguir con lo vuestro. Esto no va con vosotros. Si me entero de que habeis desobedecido sereis castigados. Ninguno de ellos se atrevio a rechistarle a aquel hombre que resultaba una maxima autoridad en el refugio. Agarro con firmeza del brazo a Axel y lo metio en la habitacion cerrando de golpe la puerta en sus narices. -!Tu hermano es un capullo! -exclamo Teo en cuanto hubieron desaparecido. -Y tu padre un pesado -replico Anibal-. Estoy hasta las narices de que nunca nos dejen enterarnos de nada. -Jo pero yo queria ver el vehiculo que se acercaba, no es justo… -se lamento Dana. La mayoria de los chicos empezaron a dispersarse cabizbajos de vuelta a la sala de entrenamiento. -!Esperad! -susurro Teo al pequeno grupo que todavia no se habia marchado-. Si de verdad quereis salir, tengo la contrasena de la otra puerta. -?En serio? -le pregunto sorprendido Bruno-. ?Como la has conseguido? -Escuche cuando mi padre se la dijo a mi madre en el ultimo cambio de contrasena - contesto orgulloso. -Como nos pillen saliendo por alli nos cortan el cuello -apunto Oliver-. Ademas de que no estamos preparados. Tendriamos que coger agua, el sol no se ha ido del todo. Tiene que ser un horno estar ahi fuera... -Pues quedate aqui esperando, yo voy -respondio Anibal y los otros confirmaron con la cabeza para indicar que tambien se apuntaban. -Yo tambien quiero ir -dijo una voz aguda tras ellos y los chicos se giraron para ver quien habia hablado. Se trataba de una nina de 13 anos delgada y paliducha que tenia fama en el refugio de ser la alumna preferida de Orion. -?Tu quieres venirte enana? -le pregunto Anibal como si le pareciera absurdo. -Eres exactamente igual que tu hermano -le reprocho Teo-. Venga vamonos de una vez que nos lo vamos a perder. Los chicos reemprendieron la carrera. El refugio de Marinaterra estaba excavado varios metros bajo tierra. Era un bunker de 9.000 metros cuadrados en el que vivian 198 personas en el ultimo recuento. Constaba de 3 pisos de 3.000 metros cuadrados cada uno repartidos en diferentes zonas y ambientes. Disponian de pequenas casas particulares, salas para ejercitarse, e incluso huerto y granja propios. El auto abastecimiento era clave para la supervivencia de un refugio, ya que la vida animal y vegetal fuera de el era imposible. La mayor parte del refugio estaba decorado con motivos marinos y superficies de color azul que recordaban al mar. No porque el refugio estuviera cerca de una zona costera, eso nunca. El mar era demasiado peligroso para la vida humana. Pero a sus miembros les gustaba acercarse en algunas epocas del ano a las aguas del Mediterraneo que estaban a un punado de kilometros de distancia. Sobre la tierra, encima del refugio, estaba construida la parte externa de Marinaterra. Una fortaleza flexible y aislante capaz de resistir la mayor parte de impactos de la naturaleza. A pesar de la firmeza de la construccion, los seres humanos habian aprendido durante decadas de forma dolorosa, que en estos tiempos el lugar mas seguro donde vivir era bajo tierra. Asi que la parte superficial del refugio era usado sobre todo para el abastecimiento de energia y agua. Habia dos maneras de salir de aquel bunker subterraneo. La puerta mas usada era la de la Sala de Mando a la que solo los adultos seleccionados tenian permiso para acceder. Habia una segunda puerta situada en el nivel mas superficial que estaba pensada para usarse en caso de emergencia. Ambas puertas estaban custodiadas por gigantescos portones blindados que solo podian abrirse con contrasena. Por suerte para ellos, esta vez Teo la tenia y la introdujo en el panel que habia junto a la puerta. Escribio los numeros que se habia aprendido de memoria y cruzo los dedos para que funcionara. El chirrido que produjo el pestillo al abrirse les hizo saltar de alegria. A todos menos a Oliver, que se quedo atras y no accedio al pasillo junto al resto. -Tio, ?no te vienes? -le pregunto Teo cuando se dio cuenta de que su amigo no los seguia. -No, paso. No quiero deshidratarme ni cargarmela.

  • A traves del tiempo de Brian Weiss

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    El doctor Brian Weiss, analiza en este libro la capacidad de curacion de la terapia de regresion a vidas pasadas.

  • La Perfecta Duquesa (Elegidas 1) de Lily Cerda

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    La Perfecta Duquesa

  • Mentiras que dan magia de Javier Garrido

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    <>. Esas fueron las palabras de quienes la vigilaban. Cuando nos avisaron de lo que sucedia por los walkiestalkies, mi companero y yo estabamos dormitando en nuestro escondite, dos plantas mas abajo. Salimos corriendo, con esa presion en las sienes chillandote que llegas tarde. Mi companero ya empunaba fuertemente la pistola, con la seguridad que le daba el haberlo hecho desde antes de que yo naciera. Mi caso era diferente. Hacia menos de un ano que habia entrado a formar parte de ese grupo, los grises, como nos llamaba esa chica a la que debiamos salvar de aquel que la estaba golpeando, esa chica que tanto odiabamos. Mi pistola, entre mis temblorosas manos, parecia de esas de juguete que vendian en la feria. Nos quedaba por subir una planta y, al menos a mi, ya me faltaba el aire. No sabria decir si por el exceso de ejercicio en esos pocos segundos o por la falta de valor ante lo que intuia que iba a suceder. Mientras corriamos por el pasillo de ese hotel perdido en la montana, no hacia mas que pensar que aquellos de quienes la protegiamos, esos a los que llamabamos los otros, nos habian alcanzado. Cuando llegamos al umbral de la habitacion, mi companero grito apuntando con el arma a lo desconocido. Yo hice lo mismo que el no porque supiese que eso era lo que tendria que hacer, sino como aquel nino inocente que copia a su idolatrado hermano mayor. Al entrar en la habitacion, la imagen era grotesca. La chica presentaba el labio roto y una herida sangrando levemente por la mejilla. Con sus brazos, se estaba sujetando su propio cuerpo, como si tuviese mucho frio. Empece a buscar sangre que brotase de sus antebrazos como consecuencia de alguna herida mortal que se estuviese tapando. No encontre rastro del liquido rojo. En ese momento di gracias por no haber llegado demasiado tarde. Gire la cabeza, buscando a Robert, y la imagen que vi me recordo que yo tambien tenia una pistola entre mis manos y que seguramente tendria que utilizarla. El miedo que irradiaba ese chico en sus ojos y que imprimia en el arma que tenia asida con fuerza en sus manos dejaba entender cuales eran sus intenciones. Estaba apuntando a la chica a menos de dos palmos de su pecho, a esa distancia era imposible fallar, a esa distancia seria inhumano pensar en disparar. El concepto a quemarropa se sentia excesivo en esa atroz escena. Mi companero le grito que parase. Yo no dije nada, el miedo me acunaba entre sus fuertes brazos, ahogandome en mi propia cobardia. De repente, un fogonazo ilumino la habitacion. El estruendo de la pesada pistola que Robert tenia en sus manos empequenecio el horror que sentia. En ese mismo momento, le disparamos, como si esa accion pudiese retroceder lo que le hizo a esa pobre chica, a tan solo dos palmos de su pecho, solo a dos palmos. No podia creerlo. Primero disparo mi companero, por supuesto. La experiencia le indico lo que tenia que hacer. Yo dispare despues, pero porque la salva de mi companero me recordo que eso era lo que se esperaba de mi, no porque quisiese hacerlo. Su disparo hizo lo correcto, lo que nos ensenaron. Le secciono la rodilla para poder inmovilizarlo. Mi disparo no tuvo tanta suerte, iba dirigido al mismo sitio, su rodilla, pero el segundo que dude en disparar fue tiempo suficiente para que ese chico, Robert, bajase el cuerpo y yo le atravesase el cuello, matandolo al instante. No me hizo falta buscarle un pulso que sabia que habia dejado de recorrer su cuerpo. Ese fue mi primer muerto. Esa fue la primera vida que quite. Y, lo peor de todo, si es que hay algo peor que eso, fue descubrir que Robert, aquel asesino que mate, al final, era inocente. PARTE I Capitulo 1 En un geriatrico empezo todo En un geriatrico empezo todo. Residencia Luna Nueva. Quiza no sea el lugar mas apropiado para empezar una historia, un lugar donde acaban las vidas de aquellos que viven, sobreviven o malviven en sus dependencias. Su nombre considero que no fue nada acertado. Luna Nueva. Cualquier residencia tendria que estar alejada de un apellido como Nueva. En sus pasillos y habitaciones, con ese olor a ceniza impregnado, se agotan los ultimos momentos de personajes tan pintorescos y maravillosos anos atras, que bien podrian ser los personajes de esta historia. Pero en la habitacion 33 es donde se encontraba Erlinda, hilo inicial en el que empezo todo lo que quiero contaros. No es la persona que ocupara la mayor parte de esta historia, ni la pieza mas importante de este puzle, pero, como cualquier rompecabezas, cada fragmento, por pequeno e infimo que sea, es parte del todo. Erlinda era odiada en la residencia por su lengua afilada e hiriente. Era amada por su inteligencia y sabiduria. Era detestada por su intolerancia ante el mas minimo error o descuido. Era adorada por su creatividad y gusto por el buen hacer. Era irritante en su tono condescendiente y prepotente, una cualidad que ya de por si te da la vejez en sus ultimos momentos. Era un personaje que, alla a donde fuera, no era tratada con indiferencia. De caracter complejo mas que complicado, poseia un aura de respeto y poder que la rodeaba alrededor de su eterna silla de ruedas. Sus verdes ojos, ahora acuosos por una ceguera tardia, habian visto belleza que podria llenar diez vidas de sus contemporaneos. Devoradora de miles de libros, que fueron semilla de una inteligencia y sabiduria abrumadora, le dotaron de la capacidad de herir con varias palabras y un par de verbos al mas poderoso de sus enemigos. Sus manos, huesudas y enhebradas en venas, temblaban acompanadas del tintineo metalico de anillos y pulseras, una cantidad indecente de joyas que las cuidadoras hacia anos ya dejaron de pedirle que las dejara en el cajon de su mesita. Esas manos que muchos anos atras acariciaban con un pincel un lienzo y lo transformaban en una ventana con color y alma, una cualidad que descubrio en sus anos mozos y le permitio vivir de su don el resto de su vida. Un exito que hasta le permitio en sus ultimos dias costearse una limpia habitacion y tres sencillas comidas en la residencia Luna Nueva, logrando mantener la poca autonomia que le quedaba fuera de la casa de su unica hija. De la habitacion 33, solo se escapaba silencio y tranquilidad, cualidades que solo se veian amenazadas cuando alguna cuidadora o enfermera se atrevia a aconsejar, mas que recriminar, a la recta Erlinda, y esta lanzaba alguna frase corta, directa, hiriente y tan cierta que lograba sacar de sus casillas a quien hubiese tenido la osadia de molestarla en su anciana calma. Pero ese silencio tan triste que acompana siempre a la vejez se suavizaba cada lunes, cada martes y cada miercoles. Esos tres dias todo cambiaba para la estricta Erlinda. Era cuando su nieto le regalaba el milagro de las palabras, esos simbolos que su ceguera le robo de por vida y por la que hubiese acortado su ya de por si corta existencia por volver a leer solo un libro mas. Dan, porque Daniel no le gustaba que le llamasen, y menos Dani, que le sonaba ridiculo, entraba en la habitacion 33 y le daba dos besos a su querida abuela. Nunca le preguntaba como estaba, porque sabia que muy bien no le iba a contestar. Nunca se interesaba por lo que habia hecho ese dia, porque la respuesta <> no aportaba mas que soledad. Nunca le preguntaba que hacia, porque una anciana ciega y en silla de ruedas de un limitado abanico de actividades podia disfrutar. Solo le saludaba con esos cortos besos que tanto bien les hacian a los dos, se quedaba quieto sin mirarla a los ojos y esperaba el mantra que Erlinda le regalaba a el y solo a el. <>. Esas tres palabras que de especial nada parecen tener eran el tesoro mas preciado de Dan y Erlinda. Era ese saludo que la anciana solo le brindaba a su querido nieto. Quien los escuchase nunca llegaria ni tan siquiera a vislumbrar el carino y respeto que contenian esas palabras. Despues de su peculiar y obligada presentacion, Dan cogia el libro que estuviesen leyendo de la pequena biblioteca, se sentaba y daba comienzo uno de los unicos momentos que Erlinda podia decirse que disfrutaba, aparte de oler una buena pintura, pero eso ya os lo explicare mas adelante. El origen de esa peculiar rutina venia de cuando todavia ella vivia en casa de su hija --Mara--, con su yerno --Osorio-- y sus dos nietos. Dan contaba todavia doce anos cuando una tartamudez nerviosa llevaba martirizandole ya cuatro anos. Esa limitante dolencia le obligo a visitar al logopeda mas famoso de la ciudad. Sismundo Roque se llamaba. Un nombre muy poco acertado para ser logopeda. Cuando su madre saludaba al doctor, Dan tenia que esforzarse cuando se dirigia a el, diciendo un tenso <>, con las mejillas sonrojadas y los ojos achinados mientras las eses le raspaban el paladar, lengua y labios hasta formar un siseo del que hasta su familia se sentia avergonzada. Ante tal presentacion, Sismundo les contestaba con un <>, porque, ademas de tener un nombre poco apropiado para ser logopeda, aquejaba de un ligero frenillo. El doctor gangoso, porque asi lo llamaba Dan, le exploraba, le miraba, le abria la boca y se quedaba observando dientes, muelas y lengua como quien se queda esperando la inspiracion divina y, sin mas que hacer, a los cinco minutos comenzaba la sesion. <>, le decia cada dia. Y asi transcurria la sesion; Dan leyendo en voz alta con la cara roja y una expresion de tirachinas en su boca, y su madre mirandole con tez cenuda y labios tensos de desaprobacion por el molesto tartamudeo. Asi empezo su pasion por la lectura, forzada al principio, pero que con la practica y la costumbre se transformo en una gran aficion. Y la persona receptora de esas largas sesiones entre libros no fue otra que Erlinda, quien, debido a su ceguera incipiente, no podia disfrutar de la magia de los libros. Esa hora de lectura obligatoria por las tardes, con Dan como orador y Erlinda como publico, se repetia de forma diaria, de lunes a domingo. Y esa hora se iba alargando a una hora y media, luego a dos. Los libros se transformaban en manuales de texto escolares en epocas de examenes y asi le ayudaba a estudiar. Decenas, centenares de libros pasaron por los ojos de Dan y se decantaron en los oidos de Erlinda, uniendolos mas y mas todavia. Eso y la pintura, pero ese tema ya os lo explicare. Volviendo a la habitacion 33, a ese tiempo contenido que solo una residencia puede transmitir, se escuchaba a Dan como recitaba sobre Atticus Finch, el encantador y etico protagonista de la novela que leia. Esa voz temblorosa, intermitente y tartamuda que tenia con doce anos fue pasando poco a poco a una voz dulce, calida y pausada ahora, con sus veinticinco. Esas interminables sesiones de lectura forzada que el logopeda Sismundo le receto lograron el objetivo que hasta el doctor gangoso no se esperaba. Pero ese dia fue distinto. Para ser mas exactos, esas ultimas semanas habian sido distintas, aunque Dan no fuese consciente de ese cambio. Todo aquello que comenzo a pasar esos dias sucedia en la 35, una habitacion que llevaba desierta el ultimo mes porque su inquilina fue despedida de la unica forma que una residencia puede deshacerse de sus ocupantes. Tras el muro que separaba las dos habitaciones, se encontraba alguien escuchando. Esa silueta se movia esquiva por la habitacion, deslizando su sombra causada por un unico punto de tenue luz situada en la mesita de noche, disfrutando furtivamente de una lectura a la que no habia sido invitada.

  • Vecinos de Danielle Steel

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    Dentro de la impresionante mansion de piedra hacia calor incluso en el sotano, donde Debbie Speck se afanaba en la amplia y eficiente cocina guardando la compra que su marido, Jack, acababa de traer. El hombre sudaba copiosamente. Tenia algo mas de cuarenta anos, y un poco de sobrepeso. El pelo oscuro le empezaba a clarear y siempre olia a la locion para el afeitado con la que trataba de disimular el olor al whisky barato que bebia por las noches y que guardaba en su habitacion. Al dia siguiente, cuando hacia algun esfuerzo, exudaba el alcohol por los poros. Debbie solia unirsele para tomar una copa o dos. Ella preferia el gin-tonic o el vodka, que mantenia frio en la nevera del apartamento del sotano, al que su senora, Meredith White, nunca bajaba. Respetaba su privacidad, algo que les parecia perfecto a los dos. Debbie tambien era un tanto corpulenta y se tenia ella misma de rubio. Jack y Debbie llevaban quince anos trabajando como interinos cuidando de la casa de Meredith White, celebre estrella de cine que habia escogido una vida de reclusion. Cuando les contrato todavia estaba en activo, rodando una pelicula tras otra, a menudo fuera de la ciudad, y su marido, el actor y productor Scott Price, hacia lo mismo. En ocasiones pasaban meses separados trabajando en rodajes distintos. Era el empleo ideal para Jack y Debbie: una inmensa y lujosa mansion cuyos senores estaban fuera casi todo el tiempo y, cuando se encontraban en casa, siempre se hallaban muy ocupados. No tenian tiempo para controlarlos estrechamente y confiaban en ellos. Cuando entraron a trabajar eran jovenes, apenas tenian veintinueve anos, pero ya conocian las ventajas y los beneficios ocultos que conllevaba ese tipo de empleo. Era como recoger fruta madura de los arboles. Las tiendas en las que compraban o los trabajadores a los que contrataban les ofrecian sustanciosas comisiones o les proporcionaban servicios que a ellos les salian gratis pero que sus jefes pagaban sin saberlo, ya que los proveedores poco honrados inflaban las facturas de manera considerable. Y habia mucha gente que se apuntaba al juego. A los pocos meses, ya habian establecido toda una red de fructiferas relaciones comerciales. Era una practica habitual, y ellos no tenian ningun reparo en aprovecharse de sus senores. Ya lo habian hecho antes. Seleccionaban a la gente para la que trabajaban en funcion de lo ocupados, distraidos o ausentes que estaban. Cuando les contrato, Meredith era una de las actrices mejor pagadas de la industria del cine y fue muy generosa con ellos. Al principio, de vez en cuando hacian de chofer para su hijo Justin, de trece anos, pero siempre habia tutores para supervisarlo, y tambien un joven universitario que se alojaba en la mansion y lo llevaba a la escuela cuando ambos padres se encontraban fuera rodando. Pero cuando estaban en casa, se encargaban de hacerlo ellos mismos. Tenian tambien una hija, Kendall, que a los dieciocho anos se habia marchado a la universidad en Nueva York y ya no habia vuelto a vivir en San Francisco. Cuando Jack y Debbie entraron a trabajar, Kendall tenia ya veinticinco anos, se habia casado y era madre de una nina, Julia, y solo regresaba por Navidad. Y Meredith y Scott estaban tan atareados con sus carreras que casi nunca disponian de tiempo libre y no podian ir a verlas tanto como querrian. Era el trabajo ideal para Jack y Debbie. Tenian su propio apartamento dentro de la residencia, que contaba con una entrada independiente y estaba amueblado con muy buen gusto. La mansion, la mas grande de todo San Francisco, se encontraba en Pacific Heights, el mejor barrio residencial de la ciudad. Trabajar para dos grandes estrellas de cine no solo les conferia prestigio, sino que tambien resultaba muy provechoso para ambos. Meredith y Scott se habian trasladado cuando Justin nacio y Kendall tenia ya doce anos. No querian criar a otro hijo en Los Angeles, les habia explicado Meredith. San Francisco era una ciudad mas pequena y conservadora, con un ambiente mas saludable, excelentes escuelas para los ninos y buen tiempo todo el ano. El terreno en el que se alzaba la mansion les proporcionaba el espacio y la privacidad que necesitaban, sobre todo gracias al altisimo seto que mandaron plantar cuando se mudaron. Con el tiempo, Debbie y Jack habian sacado grandes beneficios de las ventajas que conllevaba su empleo. Despues de muchos anos de comisiones bajo mano, habian logrado un importante colchon economico. Tambien se habian hecho con algunos tesoros procedentes de la casa principal, en especial dos pequenas pinturas francesas muy valiosas que desde hacia mas de una decada estaban colgadas en su dormitorio. Meredith nunca habia reparado en su desaparicion. A Debbie le gustaban tanto que habia decidido <> en sus aposentos. Meredith tenia ademas una cuenta bancaria destinada al pago de los gastos de la casa. Unos anos antes, Debbie se habia ofrecido a encargarse del pago de esas facturas para aliviarla de ese tedio. Y de vez en cuando desviaba pequenas cantidades a su propia cuenta, tan exiguas que ni siquiera el contable de Meredith las habia cuestionado. Debbie y Jack eran unos ladrones muy astutos. Pero tambien sabian que debian permanecer muy atentos a las necesidades de sus senores, y catorce anos atras se mostraron de lo mas compasivos y afectuosos cuando la vida de Meredith se derrumbo por completo. Solo un ano despues de que entraran a trabajar en la casa, el mundo dorado de la actriz se desmorono de repente, dejando solamente cenizas a sus pies. Y eso hizo que Meredith se volviera todavia menos cautelosa con las cuentas y pudieran enganarla con mayor facilidad. Catorce anos antes, Scott mantuvo un romance muy sonado con una joven actriz italiana con la que habia rodado una pelicula. Ella tenia veintisiete anos, y el, a sus cincuenta y cinco, le doblaba con creces la edad. Cuando Jack y Debbie entraron a trabajar en la casa, el matrimonio parecia muy solido y estable, algo poco habitual en el mundo del espectaculo. Por lo que observaron, estaban enamorados y sentian devocion por sus hijos. Pero entonces Scott se marcho a rodar a Bangkok y, cuando volvio, el matrimonio ya estaba hecho pedazos. En cuanto llego a casa, dejo a Meredith por Silvana Rossi y se fue a vivir con ella a Nueva York. Meredith se sintio profundamente herida por la traicion, pero mantuvo el tipo ante sus hijos. A los encargados de la casa les sorprendio que nunca hablara mal a Justin de su padre, pero Debbie la encontro mas de una vez llorando a solas en su habitacion y la consolo abrazandola con carino. Humillada por las noticias sobre la nueva pareja que aparecian en los tabloides, Meredith corto de raiz todo tipo de vida social. Apenas salia de casa y centro toda su atencion en Justin. Lo llevaba a la escuela y a los entrenamientos, pasaba tiempo con el y cenaban juntos todas las noches. Debbie la oyo rechazar una pelicula que le habian ofrecido. Meredith queria quedarse en casa con su hijo hasta que amainara la tormenta provocada por el escandalo de la separacion. Justin estaba muy afectado y viajo en varias ocasiones a Nueva York para visitar a su padre. Cuando volvia, siempre decia lo mucho que odiaba a su futura madrastra. Scott planeaba casarse con ella en cuanto consiguiera el divorcio. A los catorce anos, Justin habia llamado <> a Silvana cuando hablaba en confianza con Jack, que a su vez se lo habia contado a Debbie. El chico le habia confesado que a su hermana, a la que Jack y Debbie apenas conocian, tampoco le gustaba aquella mujer. Meredith nunca hablaba de Silvana con Debbie. Era una mujer muy digna, discreta y respetuosa, aunque no cabia duda de que debia odiar a la joven estrella italiana. Y Scott estaba empecinado en conseguir el divorcio cuanto antes. Su matrimonio, aparentemente feliz, habia saltado por los aires. Meredith aparco su impresionante carrera para pasar mas tiempo con su hijo, y aunque por entonces aun no la conocia mucho, Debbie la admiro por ello. Jack y Debbie no tenian hijos. Tiempo atras habian trabajado en Palm Springs para una pareja de ancianos, que murieron con escasos meses de diferencia. Se habian conocido en un programa de rehabilitacion en San Diego dos anos antes de conseguir ese empleo. Aunque ambos habian crecido en el sur de California, no habian coincidido hasta entonces. A Jack lo habian arrestado varias veces por delitos menores, sobre todo fraude con tarjetas de credito para costear su drogadiccion. Debbie habia sido acusada de hurto menor, sustraccion de tarjetas y posesion de marihuana con fines de trafico. El juez les habia enviado al mismo programa de rehabilitacion. Ambos tenian veintidos anos y pasaron seis meses alli. Durante ese tiempo urdieron un plan para trabajar juntos, lo cual acabo convirtiendose en amor, o auno sus ambiciones en un proyecto de vida comun. Se casaron porque asi podrian conseguir mejores empleos, como encargados en casas de familias ricas. Jack habia sugerido que trabajar para los ricos podria ser muy lucrativo y una buena oportunidad para maquinar planes mas ambiciosos para el futuro. Debbie se mostro bastante reacia, pues no queria ser una criada, limpiar lavabos ni llevar uniforme, pero Jack la convencio diciendole que podrian hacer lo que quisieran. Contratarian a otra gente para que se ocupara del mantenimiento y el trabajo sucio, mientras ellos se llevaban la mejor parte. Incluso podrian afanar dinero o algunos objetos valiosos mientras sus jefes estaban fuera, culpando a otros de los robos, al tiempo que ganaban un buen sueldo y vivian a sus anchas en casa ajena. Jack logro que el plan sonara tan atractivo que, cuando salieron de rehabilitacion, decidieron llevarlo a la practica. Fueron a una respetable agencia de empleo en Los Angeles. Presentaron referencias escritas por el mismo Jack en un papel de correspondencia tambien falsificado, y que supuestamente habian sido escritas por una pareja mayor que habia fallecido sin dejar herederos que pudieran confirmar su historia. La agencia ni siquiera se molesto en comprobar las referencias ni tampoco sus antecedentes penales, algo que solo hacia si lo solicitaba el cliente. Les despidieron de su primer empleo por incompetencia general, por no tener ni idea de lo que hacian. Pronto aprendieron lo que se esperaba de ellos, y entonces entraron a trabajar para la pareja de ancianos de Palm Springs, la que acabo muriendo de verdad. Eran tan mayores que apenas prestaban atencion a lo que hacian sus empleados. Los hijos de la pareja se mostraron agradecidos de que sus padres estuvieran tan bien cuidados por gente afectuosa y responsable, y la pareja incluso les dejo una pequena suma al morir. Mas adelante, cuando entraron a trabajar para Scott y Meredith en San Francisco, sus referencias eran autenticas. Los actores estaban buscando a alguien para ocuparse de su casa a traves de una agencia de confianza de Los Angeles. Jack y Debbie no tenian ninguna prisa, pues podian ir tirando con el dinero que les habia dejado la pareja de ancianos. Sin embargo, cuando les ofrecieron trabajar para Scott y Meredith, no pudieron resistirse. Supondria un gran avance en su carrera, y para entonces ya sabian lo que se esperaba de ellos, lo serviciales y obsequiosos que debian mostrarse para adaptarse sin problemas a la vida de sus senores. A Scott no le gusto mucho la pareja. Le dijo a Meredith que creia que eran demasiado serviles, pero al final sus recelos no importaron, ya que al cabo de un ano se fue a rodar a Bangkok y, a su regreso, se marcho para siempre. Meredith no mostro tantos reparos a la hora de confiar en ellos. Tras quince anos trabajando para la actriz, esta habia llegado a depender por completo de ellos para protegerla del mundo exterior y atender todas sus necesidades, que eran minimas. No era una persona exigente, y se pasaba la mayor parte del tiempo leyendo en el estudio que habia junto a su dormitorio o sentada en el jardin. Ya no recibia a nadie en casa. Durante los ultimos catorce anos, se habia retirado del mundo y preferia llevar una vida mas tranquila que la que habia llevado como estrella de cine. Sin embargo, el mundo no se habia olvidado de ella, y su reclusion voluntaria la habia convertido en una leyenda. Seis meses despues de que Scott se marchara a Nueva York con Silvana, y de que solicitara el divorcio para poder casarse con ella, Justin fue a visitarles a la casa que la pareja habia alquilado en Maine durante el mes de agosto. Kendall, su marido y su hija Julia tambien irian a pasar las dos ultimas semanas alli. A Kendall, como a Justin, no le gustaba nada Silvana, pero adoraba a su padre y a su hermano pequeno. No estaba feliz por la separacion, pero se sentia mas unida a Scott que a Meredith y se alegraba de que su padre viviera cerca de ella. Kendall estaba casada con un prospero banquero de inversiones y disfrutaban de una vida magnifica en Nueva York. En la casa de Maine habia una lancha motora que Scott estaba deseando usar, y tambien un pequeno velero que sabia que a Justin le encantaria, ya que los dos ultimos veranos habia ido a un campamento nautico en el estado de Washington. Con solo catorce anos, era un entusiasta de la navegacion. Meredith habia advertido a Scott de que no queria que su hijo saliera a navegar solo en las aguas desconocidas e impredecibles de la costa de Maine. Scott la tranquilizo diciendole que siempre le acompanaria, aunque anadio que Justin era mejor patron que muchos hombres que le doblaban la edad. Era un deporte que le fascinaba y siempre decia que de mayor se compraria un velero y navegaria por todo el mundo. Acordaron que Justin pasaria el mes de agosto con su padre, asi que el muchacho lo estaba deseando. El divorcio tambien le habia afectado mucho y echaba de menos a su padre. Le encantaba la idea de pasar un mes entero con el, y tambien compartir un par de semanas con su hermana mayor, a la que idolatraba, pese a la presencia de Silvana. Decia que era muy tonta y que siempre se estaba enroscando alrededor del cuerpo de su padre como si fuera una serpiente, lo cual le hacia sentir verguenza. Justin hacia todo lo posible por ignorarla. Y como el ingles de Silvana no era muy bueno, tenia una excusa para no hablar con ella. Diez dias despues de que Justin llegara a Maine, Scott se desperto una soleada manana de domingo con una resaca espantosa. La noche anterior habian ido a una fiesta en casa de unos nuevos amigos que habian hecho por la zona. Tenia un terrible dolor de cabeza y no queria levantarse de la cama, asi que dio permiso a Justin para que saliera a navegar solo en el pequeno velero. Era poco mas que un bote, y el chico le prometio que no se alejaria de la orilla y que volveria para la hora del almuerzo. Una hora despues se desato una fuerte tempestad y el oceano se encabrito inesperadamente. El velero de Justin se alejo de la costa mas de lo previsto, arrastrado por las corrientes y zarandeado por las enormes olas. Cuando Scott se desperto a mediodia, al ver el fuerte oleaje que se habia levantado y descubrir que Justin aun no habia regresado, llamo a la Guardia Costera. Bajo al muelle con un nudo en el estomago que se iba haciendo cada vez mas grande: su hijo seguia sin aparecer y era demasiado peligroso salir con la lancha motora para intentar buscarlo. Por la tarde, la Guardia Costera encontro el bote volcado. No habia ni rastro de Justin. Dos dias despues, su cuerpo aparecio varado en la playa de una de las islitas cercanas. Para entonces Kendall ya habia volado a Maine para esperar noticias junto a su padre, mientras que Meredith se habia quedado en San Francisco, sentada junto al telefono, rezando. Sus peores temores se hicieron realidad. Scott la habia llamado llorando el dia que desaparecio, y tambien cuando encontraron su cuerpo. Kendall estaba destrozada cuando hablo con su madre. Todos lo estaban. Scott se veia totalmente desolado cuando Kendall y el volaron a San Francisco con el cuerpo de Justin para el funeral que Meredith habia preparado para su hijo. Kendall estuvo en todo momento pendiente de su padre, pues sabia lo culpable que se sentia. Creia que su madre era mas fuerte y que podria sobrellevarlo mejor. Catorce anos mas tarde, aquellos borrosos recuerdos seguian atormentandolos a todos. Despues de la tragedia, Meredith apenas habia vuelto a hablar con Scott. Kendall sentia mucha lastima por su padre y eso la unio mas a el. Tras la muerte de Justin, fue a visitar diligentemente a su madre una o dos veces al ano, pero la culpaba por lo dura que se habia mostrado con Scott, algo que habia acabado pasandole una terrible factura: el sentimiento de culpa estuvo a punto de destruirle. Durante un par de anos, Scott se sumio en una espiral de drogas y alcohol de la que solo logro salir gracias a la ayuda de Kendall y de Silvana. Meredith le habia echado toda la culpa de la muerte de Justin, algo que a Kendall le parecia cruel. Habia sido un accidente. El no lo habia matado. Sin embargo, habia actuado de forma estupida y negligente, y habia faltado a la promesa que le hizo a Meredith, y como resultado Justin habia muerto. Ella no tardo en firmar los papeles del divorcio. Scott y Silvana se casaron finalmente. En aquellos momentos la necesitaba mas que nunca. Y dos anos despues de la muerte de Justin, de nuevo sobrio, retomo su carrera. En esos momentos, con sesenta y nueve anos, apenas actuaba y se dedicaba sobre todo a dirigir y a producir, con mas exito que antes si cabia. La incipiente carrera de Silvana fracaso de manera estrepitosa y cayo en el olvido antes incluso de que Scott volviera a trabajar. Ya tenia cuarenta y un anos, y llevaba la vida de la esposa de una celebridad de Hollywood, lo cual ya le iba bien. Ya no quedaba rastro de su belleza, habia ganado peso y se habia convertido en una persona cargante, sin talento ni personalidad. Era una de esas mujeres que habian sido deslumbrantes en su juventud y que se esforzaban por continuar pareciendolo a golpe de botox y bisturi, aunque lo unico que conseguian era resultar vulgares. Pero despues de trece anos de matrimonio continuaban juntos, y ella estaba encantada con su papel de esposa de un actor y productor famoso. Seguian viviendo en Nueva York, donde Scott podia pasar mas tiempo con su hija y con su nieta. Meredith dudaba de que le fuera fiel a Silvana, aunque lo que hiciera con su vida le traia sin cuidado. Kendall habia crecido y Justin ya no estaba, de modo que no tenian razon alguna para hablarse. No habian vuelto a verse desde el funeral de Justin, un recuerdo que resultaba desgarrador para todos. Scott nunca se habia perdonado por su muerte y no habia tenido mas hijos con Silvana. Ella tampoco queria tenerlos. Era veintiocho anos mas joven que el y se contentaba con seguir siendo su nina. Continuaba comportandose como si fuera su munequita, aunque ya no lo pareciera en absoluto. Kendall nunca habia perdonado a su madre por lo dura que habia sido con su padre a causa del accidente, y rara vez iba a visitarla a San Francisco, algo que a Meredith le causaba una enorme afliccion. La deprimia ver la casa donde ella y su hermano habian crecido. Su madre mantenia la habitacion de Justin intacta, como si fuera un santuario, y ella misma se habia recluido y vivia como un espectro. Los dos encargados de la casa, Jack y Debbie, le producian escalofrios. Se comportaban como si fueran los duenos del lugar, algo de lo que su madre ni siquiera parecia darse cuenta. Y, como resultado de su distanciamiento con Kendall, Meredith habia llegado a tratar a Debbie casi como a una hija. Solo era cuatro anos mayor que Kendall, y Meredith podria haber sido perfectamente su madre. Ademas, vivian en la misma casa y se veian a diario. La exitosa carrera cinematografica de Meredith llego a su fin cuando Justin murio. Tras su muerte se paso dos anos encerrada en la mansion, llorando la perdida de su hijo. Le costo otros tres anos volver a sentirse remotamente ella misma. Tuvo pesadillas durante anos, hasta que por fin, de forma lenta y dolorosa, llego a aceptarlo. Para entonces, rodar peliculas ya no le interesaba. Ella y Scott habian invertido su dinero de forma inteligente. Meredith no tenia grandes gastos y no necesitaba trabajar. Intentar recuperar su categoria de estrella le parecia una farsa absurda despues de la perdida de su hijo, asi que, sin siquiera pretenderlo, se recluyo en la mansion. Se pasaba dias sin hablar con nadie, salvo unas pocas palabras con sus empleados, quienes de manera eficiente, tal como ella les habia ordenado, mantenian el mundo exterior a raya. Ellos la protegian de una vida publica de la que ya no queria formar parte. Durante aquellos cinco primeros anos tras la muerte de Justin, Meredith permanecio ajena por completo a cuanto la rodeaba. No se dio cuenta de que habian desaparecido cuadros de las paredes del salon, ya que rara vez entraba en la estancia y no prestaba atencion a lo que contenia. Cuando Debbie le conto que una sirvienta a la que habia contratado habia robado algunos abrigos de pieles, ella no le dio ninguna importancia y dejo que la despidiera. No se imaginaba volviendo a lucir nada tan glamuroso. En esa etapa de su vida se vestia con vaqueros, y con parkas viejas cuando hacia frio, y se limitaba a sentarse en el jardin. Llevaba zapatillas deportivas o botas de jardineria. Cuando salia a dar sus largos paseos, nadie la reconocia. La gente de la zona solo sabia que la legendaria actriz vivia en aquella mansion. Sabia lo que le habia sucedido y que casi nunca salia de su propiedad. Era una de aquellas tragedias que ocurren en la vida y de la que algunas personas jamas se recuperan. Al parecer, Meredith era una de ellas. Su carrera cinematografica habia llegado a un abrupto final cuando tenia cuarenta y nueve anos. Y, con ella, el resto de su vida. Meredith dejo de ver a todas sus amistades. No le quedaba mas familia que Kendall, que vivia a cinco mil kilometros con su marido y su hija, tenia su propia vida y casi nunca iba a San Francisco. Kendall habia permanecido unida a su padre y la habia excluido a ella de su vida. La traicion de su marido, la muerte de su hijo y el hecho de que su hija se pusiera de parte de su padre y la abandonara habian sido unos mazazos terribles que habian sumido a Meredith en la soledad. Catorce anos despues de la muerte de Justin, a la edad de sesenta y tres, Meredith llevaba una vida tranquila. Durante todo ese tiempo se habia negado a recibir a su agente, que habia fallecido antes de que llegaran a hablar siquiera. No tenia el menor interes en retomar su carrera o volver a convertirse en la gran estrella que habia sido. Ya no se sentia atormentada por la perdida de su hijo. Habia aprendido a vivir con ello, a aceptarlo, y creia firmemente que volveria a encontrarse con el algun dia. Tampoco viajaba. No le gustaba salir de San Francisco, preferia quedarse en la casa donde Justin habia vivido toda su corta vida. Su habitacion, en la planta superior, permanecia intacta. Ya apenas entraba, salvo para buscar una fotografia o algun objeto suyo. Se conformaba con saber que estaba alli y que seguia igual que cuando el vivia. Nada habia cambiado en la casa desde hacia catorce anos. Eso le hacia sentir que, despues de la muerte de Justin, el tiempo se habia detenido. Pero los anos siguieron pasando… Jack y Debbie se habian convertido en los guardianes de Meredith, su escudo contra las miradas indiscretas del mundo exterior, y se aprovechaban de la situacion a su antojo sin que ella cuestionara ni reparara siquiera en lo que hacian. Habian dejado que el seto creciera aun mas para que nadie viera lo que se ocultaba tras aquellos muros. Durante los primeros cinco anos, Meredith habia sufrido una depresion enfermiza. Para entonces su vida podria definirse como apacible, era una mujer con un pasado conocido y una historia tragica, que se conformaba con pasear por el jardin o, en los dias tempestuosos, conducir hasta la playa para plantarse frente al mar y dejar que el viento le azotara la cara. No sentia necesidad de compania ni le apetecia volver a ver a sus viejas amistades. Sus vidas eran muy diferentes de la suya. Meredith habia visto algunas de las peliculas que Scott habia dirigido ultimamente. Le sorprendio lo buenas que eran y la alivio que el no saliera en ellas. No tenia ganas de volver a verle la cara. Hacia tiempo que todas sus fotografias habian desaparecido de la casa. En cambio, habia retratos de Justin por todas partes, en todas las etapas de su corta vida, y tambien de Kendall, aunque bastantes menos. Debbie hablaba a Meredith de su hijo en tono reverente y supo convertirse en alguien esencial a la hora de reconfortarla. Sabia que le apetecia comer y cuando y como le gustaba que le sirvieran. Sabia el tipo de libros que le gustaba leer y se encargaba de conseguirselos. Le dio a conocer algunas series nuevas de television y las veian juntas. Debbie se convirtio en una especie de filtro para ella, evitandole todo aquello con lo que no queria lidiar y haciendole la vida mas facil. Por su parte, Jack la tranquilizaba diciendole que el la mantenia a salvo, y ella le creia. El mundo exterior se le antojaba extrano y peligroso, y, casi sin darse cuenta, Meredith se volvio dependiente de la pareja. Ellos le facilitaban la existencia, y ella les estaba agradecida por ello. No la habian abandonado, como habian hecho Scott y Kendall. Incluso habian colocado una malla tupida entre los barrotes de la verja principal para que los curiosos no pudieran atisbar en el interior de la propiedad. Meredith era una especie de leyenda en el vecindario, la famosa estrella de cine cuyo hijo habia muerto y que se habia retirado del mundo.

  • La buena hija de Karin Slaughter

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    La nueva y deslumbrante novela de una de las autoras mas vendidas del panorama literario internacional: un thriller absorbente que mezcla el suspense psicologico con la investigacion de un misterio sin resolver.

  • La rata de los ojos esmeralda de Manuel De Ortega

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    La rata de los ojos esmeralda narra la dura historia de un reino consumido por el hambre, las epidemias y un joven y sadico rey. Es un libro que narra a traves de los escenarios y los hechos que en el acontecen como vivia la sociedad en la Edad Media, la cual estaba subordinada y esclavizada por los nobles.

  • Ingreso basico de Philippe Van Parijs

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    Philippe Van Parijs y Yannick Vanderborght quieren que el gobierno te de dinero: una cantidad frecuente, en efectivo, que no dependa de tu situacion laboral, de tu edad, de si tienes muchos o pocos recursos, de si eres mujer o eres hombre. Eso es el ingreso basico.

  • Todo tuyo de Judith Galan

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    LAURA. En pocos dias, tres hombres irrumpen en la planificada y tranquila vida de Laura: un atractivo aleman, un vagabundo de mirada intensa y un joven informatico.

  • Seguiremos viviendo de Elisabet Pedrosa I Domenech

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    Vete, Gina, no tengas miedo, te queremos. Te damos las gracias por todo lo que nos has dado y hemos aprendido. Has sido inspiracion y maestra. Gina, bonita, perdoname si alguna vez no he estado a la altura de la situacion. Y perdona a aquellos que no te han descubierto debido al miedo a la diferencia, a la enfermedad o al dolor. Tu me has ensenado a no tener miedo, a entender lo importante en la vida: el amor con mayusculas. Vete, Gina, no tengas miedo, ?no ves la luz de las almas? Seras libre de este cuerpo tan bonito que te ha encarcelado. Canta, baila, salta, juega, porque por fin seras libre para hacerlo. No tengas miedo, alli encontraras a gente buena que te espera y te quiere. Ya te puedo imaginar con tu carcajada sonora haciendoles felices. Vete, guapa; ve, hija, seguiremos adelante, te lo prometo; honraremos tu memoria. Nos dejas un legado inmortal de once anos de vida. Vete, muneca dulce, ve, Gina, no tengas miedo. Yo ya no tengo miedo y te puedo acompanar y mirar a la muerte de cara y aceptarla como una celebracion de la vida. !Gracias! Esto tambien te lo debo a ti. Sueltate, bonita, yo te acompanare, ahora ya puedo… Gracias por todas las personas de corazon generoso a quien nos has acercado. Ya queda menos, hija, no sufras, no sufras mas. Estamos a tu lado, estaremos siempre. Tu estaras en nuestro corazon, en mis manos, con tu perfume de muneca de porcelana. Tus hermanos te abrazan, te dicen adios. Tambien lo saben hacer. Desfilan familia y amigos de corazon y te dicen adios; como el abuelo, que te queria curar -- pues eras su primera nieta-- y ha tenido que aceptar que te morias. Y tu dudas si irte o no, porque tambien ha sido bonita la vida, y cada minuto de tu vida ha valido la pena, hasta el ultimo. Pero ya no te queda energia, lo se, hija, lo se, y lo siento en el alma. Esta vez no te puedo pedir que te quedes, no lo puedo hacer. Tengo que dejarte marchar. Prometi un dia --hace ya tiempo-- que respetaria tu decision y que no te impondria una vida sin sentido ni conciencia. Y ahora, por fin, puedo cumplir mi promesa. Ve, Gina. Adios. Plegaria en la muerte de Gina. 18 de enero de 2014. Tanatorio Les Corts, Barcelona. Introduccion 18 de enero de 2014. Hacia dos dias que habia muerto nuestra hija Gina, de once anos, y estabamos a primera hora de la manana al lado de su feretro, de cuerpo presente, en el tanatorio Les Corts de Barcelona. Entonces llego Sergi, el medico de paliativos, para darnos el pesame. Gina entro en paliativos en mayo de 2013. Cuando el medico se fue ya tenia muy clara la idea de escribir. Inspirada por la larga fila de gente que se acerco para acompanarnos, y despues de escuchar muchas historias de muerte y de vida, me di cuenta de que debia compartir alguna cosa con relacion a lo que habiamos vivido. Tanto dolor y sufrimiento a causa de una larga, cruel e invalidante enfermedad, y tantas perdidas constantes tenian que tener algun sentido. Y a medida que pasaban las horas crecia con fuerza en mi cabeza un proyecto que iba tomando forma de libro y que se llenaba de significado, y que ha culminado en el que teneis en las manos. Este texto nace de la desesperacion de una madre a quien se le ha muerto una hija, de la necesidad de explicar y compartir. Soy madre de dos hijos mas, Pol y Jan, y estoy casada con un indio catalan (mediador y emprendedor); soy guionista de profesion y escribo libros, pero solo cuando me suceden cosas, y esta era muy excepcional. La perdida de un hijo o una hija nos situa en el peor de los escenarios; no obstante, si aprovechamos esta crisis para indagar en nosotros mismos, resulta tremendamente reveladora. Este libro ha sido cien por cien terapeutico, y me gustaria que tambien lo fuera para vosotros: tanto si estais pasando por un proceso de duelo, como para cuando os encontreis en esta situacion, o simplemente para girar vuestra vida del reves -- zarandearla-- y darle una nueva dimension. Todos tenemos perdidas, grandes y pequenas. Estamos todos en el mismo barco y, por el camino, inevitablemente, vamos sufriendo perdidas personales, emocionales y materiales, y un dia tambien perderemos lo que consideramos mas fundamental, nuestra vida. Moriremos, y mas nos vale ir aprendiendo. Este no es un libro politicamente correcto, pues lo que sentimos no siempre es agradable de escuchar. Es un libro que habla de la muerte pura y dura, sin eufemismos y mirandola a la cara con aceptacion y naturalidad. La proximidad de la muerte transmite una lucidez que, sin duda, nos puede ayudar a vivir con mas conciencia. Despues de la muerte de Gina he entendido que no debemos temer a la muerte, porque esta no borra, solo transforma. No se trata de un punto final, solo es un punto y aparte en el que cada cual descubre en que lugar coloca a sus difuntos mas queridos, pues estan ahi y seguiran estando ahi de otra manera, en el mundo sin formas. Este viaje de dolor y perdida empezo con el diagnostico de la enfermedad de Gina cuando solo tenia un ano de vida. Y despues hemos asistido a la perdida progresiva de sus capacidades hasta el dia de su muerte. Os aseguro que ha sido una autentica crueldad. Asi pues, fuimos familiarizandonos con la perdida con los anos. Sus fuertes crisis eran anuncios aterradores de que un dia la vida de Gina se podia acabar. Gracias a los anos de psicoanalisis pude empezar a hablar de la posibilidad de que se muriera, aunque con solo imaginarlo podia sentir que enloquecia de dolor. El disparo de salida fue cuando hicieron entrar a mi hija en el programa de paliativos. A pesar de que entrar en paliativos no es una sentencia de muerte --de hecho nosotros estabamos convencidos de que le quedaban unos cuantos anos mas de vida--, al cabo de nueve meses Gina se moria. Seguramente, la intuicion, nuestro sexto sentido, ya lo sabia. Nuestra fortuna fue que llegamos al final de la vida de Gina con el privilegio de habernos podido despedir de ella y de haber podido celebrar cada instante a su lado como si fuera el ultimo. Cada muerte es una historia, y cada duelo tambien; no pretendo dar lecciones de como se tiene que llevar, se hace como se puede. Se necesitan herramientas, ayuda, carino, coraje. Espero que nuestro testimonio sea inspirador, util y balsamico, aunque para conseguirlo hay que estar dispuesto a cruzar la puerta del dolor. Pero es que sin dolor ni sin final tampoco hay vida autentica. Ahora ya no tengo ninguna duda de que la muerte nos puede hacer mas sabios. La voluntad de este libro no es herir sensibilidades. Si lo hace, perdonadme. Estoy convencida de que todas las personas que teneis a Gina en el corazon (padres, abuelos, hermanos, tios, primos, amigos o conocidos) expresais el amor que sentis por ella y la recordais, a vuestra manera; yo lo he hecho con este libro. Es la narracion en primera persona del amor profundo entre una madre y una hija a traves del dialogo intimo, en el imprescindible ejercicio de evocar. Pero teneis que saber que nunca estuve sola en este periplo. Lo que teneis en las manos es tambien el relato de una familia que ha asistido en directo a la muerte de una nina a traves de los anos, los meses, las semanas, los dias, los minutos y los segundos. Tras ella nos encontramos en el dia siguiente de la muerte, que es mas insoportable todavia, y que nos llevo por una montana rusa de recuerdos y sentimientos dolorosos en la que, cuando creiamos que nos recuperabamos, volviamos a caer. Asi es el duelo, imprevisible y tortuoso; sin embargo, se tiene que transitar. Sobre todo, los primeros dias sin nuestra hija Gina fueron tremendamente desoladores. Despues de tantos anos de luchar por su vida y que todo girara a su alrededor, estabamos perdidos. En mi caso, me di cuenta de que, o bien me ponia a escribir, o bien me moriria de tristeza o enloqueceria. Y escribi, tal y como ya lo habia hecho en otras ocasiones, para procesar, para digerir, para expulsar. El objetivo era explicar la muerte de Gina, pero entonces entendimos que no era solo de muerte de lo que necesitabamos hablar, sino tambien de las vivencias enriquecedoras y dolorosas de los ultimos anos al lado de nuestra hija. Por esta razon, la narracion del libro no es lineal: es un ir y volver del presente al pasado, con un retorno continuo al escenario del sofa del comedor de nuestra casa donde nos despedimos de Gina. Siento que este libro es la tercera parte de una trilogia que la vida misma ha creado. La primera parte fue Criaturas de otro planeta, la presentacion en sociedad de Gina y de su enfermedad, y que sirvio para dar a conocer el sindrome de Rett y para recoger bastante dinero -- gracias en buena parte a Dolors, la abuela de Gina, y al periodista Marc Serena-- para empezar y dar continuidad a la investigacion. La segunda parte fue El meu amor sikh, en el que contaba en forma novelada como se transformaron nuestras vidas con la aparicion del amor con mayusculas, Kewal, que ha hecho de padre de Pol y de Gina; el nacimiento de mi tercer hijo, Jan, y la terrible evolucion de la enfermedad de Gina. Y ahora desgraciadamente ha llegado la tercera parte, Gina, la muerte y la despedida de nuestra hija. Es una trilogia que habla de la vida tal cual es --sin disfrazarla-- y del deseo de vivirla a pesar de las peores circunstancias, porque podemos aprender a ser resilientes, superar las crisis y salir reforzados de ellas.

  • El nino filosofo de Jordi Nomen

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    La herramienta ideal para que familias y educadores desarrollen la inteligencia filosofica de los ninos
    Los ninos tienen una extraordinaria capacidad de asombro y una curiosidad practicamente ilimitada, dos cualidades que los convierten en pequenos grandes filosofos. El nino filosofo es una herramienta clave, tanto en casa como en la escuela, para potenciar esta inteligencia filosofica que les permitira desenvolverse como ciudadanos activos y comprometidos.
    El libro esta organizado en dos partes: la primera parte nos invita a considerar los beneficios que la educacion filosofica puede conllevar en el desarrollo intelectual, personal y social de los ninos. La segunda parte plantea doce grandes preguntas, legado de doce importantes pensadores de la tradicion occidental, y propone ejercicios practicos para que familias y educadores puedan abordarlas con los ninos desde la critica, el dialogo, el juego y la creatividad.

  • Hermanos, enemigos (Los salvajes 2) de Sabri Louatah

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  • Como romper las reglas… y no morir en el intento de Kaera Nox

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    Cuando se trata de hombres, Paula tiene tres reglas basicas en su vida:
    1o Polvos rapidos en lugares neutrales.
    2o “Una y no mas, Santo Tomas”.
    3o NUNCA mezcles negocios y placer.

  • Ex luna de miel de Nina Klein

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    Mi matrimonio habia durado exactamente cuatro dias. Bueno, cinco, si contaba el dia de la boda.
    Seguramente haya batido algun record.
    George, mi marido, me habia abandonado aquella misma manana para irse con una mujer que habia conocido durante nuestra luna de miel.
    Juro que no me lo estoy inventando. Parece increible, pero alli estaba, en un resort de cinco estrellas en Aruba, con once dias de luna de miel por delante. Sola.
    Rodeada de parejitas felices por todas partes.
    Asi que decidi emborracharme. ?Que otra maldita cosa podia hacer?

  • Bailando espero al hombre que yo quiero de Shirin Klaus

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    Manu es el culpable de que mi novio me haya dejado. Lo se. Ese juerguista mujeriego ha conseguido que Javi quiera mas mujeres en su vida. Maldito Manu, que disfruta no siendo mas que un trozo de carne y haciendo que la temperatura de la sala suba en cuanto empieza con sus clases de Zumba. Pero si eso es lo que a el le gusta, ser deseado y disfrutar del sexo, no tiene nada de malo que yo me aproveche. !El papel de clavo que saca otro clavo le va que ni pintado! Que quede claro que yo jamas saldria con el, que no lo quiero de novio ni borracha, pero. a nadie le hace dano un baile. Ya sea en la pista o en la cama.

  • Las brujas de hoy no necesitan escoba para volar de Elisa Mayo

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    Estrella es una mujer que pasa de los cuarenta, divorciada y madre de dos mellizos adolescentes que la traen de cabeza. Trabaja en un hotel de playa organizando eventos para los clientes.
    Un cambio en la direccion del hotel hace que conozca a Javier, el nuevo director general, por el que pronto siente una conexion mas intensa de lo que ella misma esta dispuesta a admitir.
    Esta incorporacion no solo altera el estado de Estrella. Junto a ella, Deva y Lourdes, sus companeras y mejores amigas, se ven envueltas en una voragine de circunstancias que les van a dar la oportunidad de demostrar de lo que son capaces cuando se les presentan varios conflictos que resolver. Entre ellos, la historia personal que Javier trae consigo y por la que Estrella se engancha mas a el.