• Las manos de Vera (Rados 1) de Alicia Ordiz

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    “Mi nombre es Vera, y naci en la granja de humanos de Silopos. Soy hija de Nala y Sater, criadores clase uno y padres de trece hijos, seis varones y siete hembras. Yo ocupo el puesto numero trece y, siguiendo las normas del gobierno de Rados, comparto calificativo con mis hermanas, pero soy la ultima version de las mismas. Oficialmente me llamo Vera7, y esta es mi historia.”

  • El premio de Brenda Joyce

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    “Devlin O'Neill, celebre capitan de la Marina Real britanica, vive consumido por el deseo de destruir al conde de Eastleigh, el hombre que asesino brutalmente a su padre. Tras llevarlo al borde de la ruina, aguarda el momento de asestarle el golpe de gracia. Y su oportunidad se presenta en forma de una impetuosa joven americana, sobrina del conde, que esta dispuesta a hacer estallar en llamas su vida fria y calculadora.

  • Las virtudes de la perdida de David Arrabal Carrion

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    Acompana a un grupo de refugiados sirios en su penoso camino hacia la libertad, blande la espada junto a un vengativo samurai, huye de ti mismo en lo mas profundo de Africa, espera a tu esposo para cenar, contrata a un sicario para que ponga fin a tu enfermedad, levantate como un dios contra la humanidad o desciende hasta el mismo corazon del Infierno. Entra en estas paginas sin miedo, pues como todos los personajes de estos cuentos, lo creas o no, ya estas sentenciado. En esta coleccion de 18 relatos seremos conducidos a traves de una oscuridad cotidiana hacia la ausencia, el dolor, el anhelo, la venganza, la impotencia, la resignacion y la muerte.

  • Contrato con Dios de Juan Gomez Jurado

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    Un multimillonario estadounidense y un arqueologo israeli, acompanadospor una intrepida periodista espanola, encabezan una expedicion secreta al monte Sinai para encontrar el Arca de la Alianza. Una mision apasionante pero plagada de peligros, pues deben sortear las intrigas de los servicios secretos vaticanos y de un terrorista maquiavelico; si el Arca cayera en malas manos nadie podria impedir el estallido de la Tercera Guerra Mundial. Gomez-Jurado nos ofrece una aventura fascinante de ritmo frenetico y lectura agil que recorre con intriga dos mil anos de historia de Oriente Medio.

  • El jardin de las sonrisas eternas, Diana G. Romero de Diana G. Romero

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    Sofia es una joven sonadora que, por una serie de coincidencias, acaba adentrandose en el jardin de una casa por la que pasa todos los dias y que le atrae irremediablemente.
    Alli conoce a Cristian, el hurano a la par que misterioso chico que pasa las horas junto a la ventana de su habitacion, que da al jardin.
    Dia tras dia, se adentraran juntos en una historia escrita por el padre de Sofia, que les transportara a una isla perdida en la que se elaboran los suenos humanos.
    Mientras se sumergen en la historia, iran surgiendo sentimientos entre ambos que les eran desconocidos al tiempo que tendran que enfrentarse a sus secretos y temores.

  • El malogrado de Thomas Bernhard

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    Tambien Glenn Gould, nuestro amigo y el mas importante virtuoso del piano de este siglo, llego solo a los cincuenta y un anos, pense al entrar en el meson. Solo que el no se mato como Wertheimer sino que, como suele decirse, murio de muerte natural. Cuatro meses y medio Nueva York y, una y otra vez, las Goldbergvariationen y Die Kunst der Fuge, cuatro meses y medio Klavierexerzitien, como decia Glenn Gould, una y otra vez, solo en aleman, pense. Hacia exactamente veintiocho anos habiamos vivido en Leopoldskron y estudiado con Horowitz, y (por lo que se refiere a Wertheimer y a mi, pero no, como es natural, a Glenn Gould) habiamos aprendido mas de Horowitz, durante un verano totalmente echado a perder por la lluvia, que en los ocho anos anteriores de Mozarteum y Wiener Akademie. Horowitz habia dejado a todos nuestros profesores nulos y sin efecto. Pero aquellos profesores horribles habian sido necesarios para comprender a Horowitz. Durante dos meses y medio llovio ininterrumpidamente, y nos habiamos encerrado en nuestras habitaciones de Leopoldskron y trabajamos dia y noche, el insomnio (!de Glenn Gould!) se habia convertido en nuestro estado decisivo, y profundizabamos de noche en lo que Horowitz nos habia ensenado de dia. No comiamos casi nada y tampoco tuvimos en todo el tiempo dolores de espalda, que por lo demas nos habian atormentado siempre cuando estudiamos con nuestros viejos profesores; con Horowitz esos dolores de espalda no aparecian, porque estudiabamos con tal intensidad que no podian aparecer. Cuando hubimos terminado las lecciones con Horowitz, fue evidente que Glenn era ya mejor pianista que el propio Horowitz, de pronto yo habia tenido la impresion de que Glenn tocaba mejor que Horowitz y, a partir de ese momento, Glenn fue para mi el mas importante virtuoso del piano del mundo entero, por muchos pianistas que escuchara a partir de ese momento, ninguno tocaba como Glenn, y ni siquiera Rubinstein, al que yo habia amado siempre, era mejor. Wertheimer y yo eramos igual de buenos, y tambien Wertheimer decia una y otra vez que Glenn era el mejor, aunque todavia no nos atreviamos a decir que fuera el mejor del siglo. Cuando Glenn se volvio al Canada, perdimos realmente a nuestro amigo canadiense, no pensabamos volver a verlo jamas, el estaba obsesionado por su arte de tal forma que, teniamos que suponer, no podria prolongar ya ese estado mucho tiempo y moriria en plazo breve. Pero dos anos despues de haber estudiado con el bajo Horowitz, Glenn toco en los Festivales de Salzburgo las variaciones Goldberg, que dos anos antes habia practicado dia y noche y repetido una y otra vez con nosotros en el Mozarteum. Los periodicos escribieron despues de su concierto que ningun pianista habia tocado tan artisticamente las variaciones Goldberg, asi pues, escribieron despues de su concierto de Salzburgo lo que nosotros habiamos afirmado y sabido dos anos antes. Nos habiamos citado con Glenn despues de su concierto, en el Ganshof de Maxglan, un meson antiguo y querido por mi. Bebimos agua y no hablamos de nada. Sin vacilar, al volver a vernos yo le habia dicho a Glenn que nosotros, Wertheimer (que habia venido a Salzburgo desde Viena) y yo, no habiamos creido ni por un momento que lo volveriamos a ver a el, Glenn, siempre habiamos pensado unicamente que, despues de volver de Salzburgo al Canada, pereceria rapidamente, por su obsesion artistica por su radicalismo pianistico. Realmente, yo habia dicho radicalismo pianistico. Mi radicalismo pianistico, decia Glenn luego, una y otra vez, y se que utilizaba tambien esa expresion, una y otra vez, en el Canada y los Estados Unidos. Ya en aquella epoca, o sea, casi treinta anos antes de su muerte, Glenn no amaba a ningun otro compositor mas que a Bach, y en segundo lugar a Handel, a Beethoven lo despreciaba, y ni siquiera Mozart era aquel que yo amaba mas que a ningun otro, cuando el hablaba de el, pense al entrar en el meson. Ni una sola nota toco Glenn jamas sin cantarla al mismo tiempo, pense, ningun otro pianista tuvo esa costumbre jamas. El hablaba de su enfermedad pulmonar como si fuera su segundo arte. Que habiamos tenido al mismo tiempo la misma enfermedad y la habiamos tenido luego siempre, pense, y en fin de cuentas tambien Wertheimer contrajo esa enfermedad nuestra. Pero Glenn no perecio por esa enfermedad pulmonar, pense. Lo mato la falta de soluciones en la que, durante casi cuarenta anos, se metio tocando, pense. No renuncio al piano, pense, como es natural, mientras que Wertheimer y yo renunciamos al piano, porque no lo convertimos en la misma monstruosidad que Glenn, que no salio ya de esa monstruosidad, y que tampoco quiso en absoluto salir de esa monstruosidad. Wertheimer hizo que subastaran su piano de cola Bosendorfer en el Dorotheum, yo regale un dia mi Steinway a una nina de nueve anos, hija de un maestro de Neukirchen, junto a Altmunster, para que ese piano no me atormentase mas. La hija del maestro echo a perder mi Steinway en el plazo mas breve, y a mi el hecho no me dolio, al contrario, observe aquella destruccion estupida con perverso placer. Wertheimer, segun decia el mismo una y otra vez, habia penetrado en la ciencia del espiritu, y yo habia iniciado mi proceso de atrofia. Sin la musica, que de la noche a la manana no pude soportar ya, me atrofie, sin la musica practica, la teorica habia tenido solo en mi, desde el primer momento, un efecto devastador. En un momento, habia odiado el piano, mi propio piano, no habia podido oirme ya tocar; no queria maltratar ya mas mi instrumento. Por eso, un dia fui a ver al maestro para anunciarle mi regalo, mi Steinway, habia oido que su hija estaba dotada para el piano, le habia dicho, y le habia anunciado el transporte a su casa del Steinway. Yo habia llegado a tiempo al convencimiento de que yo mismo no tenia cualidades para hacer una carrera de virtuoso, le habia dicho al maestro, y como siempre queria en todo solo lo mas alto, tenia que separarme de mi instrumento, porque con el no alcanzaria con toda seguridad, como de pronto habia comprendido, lo mas alto, y por eso era logico que pusiera mi piano a la disposicion de su dotada hija, ni una sola vez volvere a abrir la tapa de mi piano, le habia dicho al desconcertado maestro, un hombre bastante primitivo, casado con una mujer mas primitiva aun, igualmente de Neukirchen, junto a Altmunster. !Los gastos de transporte correrian como era logico de mi cuenta!, le habia dicho al maestro, al que conozco y con el que estoy familiarizado desde la infancia, como tambien con su simplicidad, por no decir su tonteria. El maestro acepto mi regalo inmediatamente, pense al entrar en el meson. Yo no habia creido ni por un momento en el talento de su hija; de todos los ninos de los maestros del campo se dice siempre que tienen talento, sobre todo talento musical, pero en verdad no tienen talento para nada, todos esos ninos son siempre totalmente carentes de talento, y el que uno de esos ninos sepa soplar en una flauta o puntear en una citara o teclear en un piano no es ninguna prueba de talento. Sabia que abandonaba mi precioso instrumento a la indignidad absoluta, y precisamente por eso hice que se lo llevaran al maestro. La hija del maestro, en el plazo mas breve, echo a perder, dejo inutil mi instrumento, uno de los mejores en general, uno de los mas raros y por consiguiente mas buscados y por consiguiente mas caros tambien. Pero la verdad era que yo habia querido precisamente ese proceso de echar a perder mi amado Steinway. Wertheimer entro en las ciencias del espiritu, como decia una y otra vez, y yo entre en mi proceso de atrofia y, al llevar mi instrumento a casa del maestro, inicie ese proceso del mejor modo posible, Wertheimer, sin embargo, anos aun despues de haber regalado yo mi Steinway a la hija del maestro, habia tocado el piano, porque siguio creyendo durante anos que podia convertirse en virtuoso del piano. Por lo demas, tocaba mil veces mejor que la mayoria de nuestros virtuosos del piano que se presentan en publico, pero en definitiva no le habia satisfecho ser, en el mejor de los casos, un virtuoso del piano como todos los demas de Europa, y dejo de tocar y entro en las ciencias del espiritu. Yo mismo, segun creo, habia tocado mejor aun que Wertheimer, pero no hubiera podido tocar jamas como Glenn y, por esa razon (!es decir, por la misma razon que Wertheimer!) renuncie en un momento a tocar el piano. Hubiera tenido que tocar mejor que Glenn, pero eso no era posible, quedaba excluido, y por consiguiente renuncie en un momento a tocar el piano. Me desperte un dia de abril, no se ya exactamente cual, y me dije se acabo el piano. Y la verdad es que no volvi a acercarme al instrumento. Fui inmediatamente a casa del maestro y le anuncie el transporte del piano. A partir de ahora me dedicare a lo filosofico, pensaba mientras iba a casa del maestro, aunque, como es natural, tampoco podia tener la menor idea de que era eso de filosofico. No soy en absoluto un virtuoso del piano, me dije, no soy un interprete, no soy un artista reproductor. Ni un artista siquiera. Lo degenerado de aquel pensamiento me habia atraido enseguida. Todo el tiempo, mientras iba a casa del maestro, habia dicho, una y otra vez, esas palabras: !Ni un artista siquiera! !Ni un artista siquiera! !Ni un artista siquiera! Si no hubiera conocido a Glenn Gould, probablemente no habria renunciado a tocar el piano y me habria convertido en virtuoso del piano y quiza, incluso, en uno de los mejores virtuosos de piano del mundo, pense en el meson. Cuando encontramos al mejor, tenemos que renunciar, pense. A Glenn, curiosamente, lo habia conocido en el Monchsberg, la montana de mi infancia. Desde luego, lo habia visto ya antes en el Mozarteum, pero no habia cruzado con el palabra antes de ese encuentro en el Monchsberg, al que llaman tambien monte del suicidio, porque se presta al suicidio mas que nada y la verdad es que todas las semanas se precipitan desde el en el abismo tres o cuatro por lo menos. Los suicidas suben a el en el ascensor del interior del monte, dan unos pasos y se precipitan a la ciudad que hay abajo. Las personas reventadas en la calle me han fascinado siempre y yo mismo (!como, por lo demas, tambien Wertheimer!) he subido muy a menudo al Monchsberg, a pie o en ascensor, con la intencion de precipitarme desde el, pero no me he precipitado desde el (!como tampoco Wertheimer!). Varias veces (!como tambien Wertheimer!) me habia preparado ya para saltar, pero, como Wertheimer, no salte. Me di la vuelta. Naturalmente, hasta ahora son mas los que se han dado la vuelta que los que han saltado, pense. A Glenn lo encontre en el Monchsberg en el llamado Alto de los jueces, desde donde se tiene la mejor vista de Alemania. Yo le habia dirigido la palabra, le habia dicho los dos estudiamos con Horowitz.

  • El crimen de Lara de Manuel Zamora Carranza

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    “El ano 943 el conde de Lara y de Castilla, Fernan Gonzalez, fue encarcelado por el rey de Leon, Ramiro II, para impedir la independencia del condado castellano. Durante su reclusion en una torre de Burgos, dos caballeros parientes del nuevo conde de Castilla, Assur Fernandez, fueron asesinados en el castillo de Lara. El alcaide de la fortaleza, temeroso de la reaccion del nuevo conde, encargo al fisico y boticario mahometano ben- Hadi y al condestable Rodrigo Rodriguez el esclarecimiento de ambos crimenes. Despues de una exhaustiva investigacion regida por la logica y potenciada por la atrevida curiosidad del medico, ambos consiguieron aclarar lo sucedido y restituir el orden y la tranquilidad en el castillo.”

  • La joya de medianoche de Richelle Mead

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  • No seras un extrano de Laura Merce

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    Una novela de corte senorial y drama romantico, donde las intrigas se conjugan con el amor y los inventos tecnologicos para pintar un cuadro vivido de Inglaterra y Francia a principios del siglo XX.

  • Amor contracorriente de Annabeth Berkley

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    La joven lady Allyson Connelly se miraba en el espejo con cierta inseguridad. Estaba en el salon de la modista a la que solian acudir al inicio de cada temporada. Podria decirse que le gustaba lo que veia. Su cabello rubio perfectamente recogido, el precioso vestido celeste que resaltaba el azul de sus ojos, los bonitos y comodos botines que le permitirian bailar toda la noche... Estaba satisfecha del resultado, sin embargo... sentia que le faltaba el aire. Madame Leonard, la solicitada modista francesa a la que la mayoria de la nobleza de Londres encargaba sus vestidos desde que se habia instalado alli hacia unos anos, la miraba extranada con varios alfileres sujetos entre sus finos labios. Era alta, delgada y su demostrada experiencia y los altos precios que cobraba daban la razon a la soberbia con la que se conducia. Miro la estrecha cintura de la joven. Estaba segura de que el corpino no estaba tan apretado como para no dejarle respirar, asi que no le presto mayor atencion. Allyson sintio como sus mejillas perdian el color y un sudor frio le recorria el cuerpo. Intento distraerse mirando a su alrededor. Las paredes forradas con papel en tonos claros, las lujosas telas de diferentes colores sobre una mesa alargada, varios espejos diseminados por la habitacion, estanterias con diferentes tocados que sobresalian de sus cajas, cajones a medio cerrar con vistosas plumas, abalorios y delicados encajes... --Crei que ya tenia pretendiente --comento Madame Leonard mientras se alejaba para dar el visto bueno a su diseno desde la distancia. --Y lo tiene --afirmo altiva y satisfecha lady Josephine Connelly, la elegante matriarca de la familia--. Esta temporada, Christine causara la misma sensacion que su hermana en la anterior. No tengo duda de ello. Josephine miraba a su hija mayor con el ceno fruncido, molesta porque aun no hubieran fijado la fecha de la boda. Si la modista sabia que tenia pretendiente, pero aun no se habia casado, lo sabria, sin duda, el resto de la alta sociedad. No comprendia el porque de su reticencia cuando el conde de Nokfolk era tan buen partido para cualquier joven casadera. --El delicado vestido de color petalo que han escogido, sin duda, hara que encuentre pretendiente tan rapido como su hermana --comento la modista sonriendo friamente a la joven morena de ojos azules a la que acababa de quitarle el elegante y decoroso vestido encargado para la fiesta. Allyson miro a Christine, su hermana un ano menor, que la miraba con los ojos brillantes, emocionada por su inminente presentacion en sociedad. Sin duda, estaria preciosa y mas que preparada para encontrar esposo. La mas pequena, Laura, rubia como ella y de ojos verdes, estaba sentada indiferente junto a su madre. Ella aun tendria que esperar un ano mas para su presentacion en sociedad, y no parecia que tuviera mucho interes al respecto. Allyson volvio a mirarse en el espejo. A ella se le acababa el tiempo. La falta de aire era cada vez mas acuciante. El conde de Nokfolk, el afortunado pretendiente al que sus padres habian aprobado, ademas de pertenecer a su clase social y ser correcto y educado, habia sido muy paciente con sus caprichos de retrasar la boda entre ambos. Ese ano la acompanaria en los bailes para confirmar la union matrimonial que todos esperaban que se fuera a producir en breve. Era un buen hombre y seria un buen marido, se dijo tratando de convencerse. --Allyson, por Dios, ?que te ocurre? --le pregunto alarmada su madre, notando su palidez y angustia, cada vez mas visible. Allyson cogio aire y lo solto con rapidez varias veces mientras se doblaba sobre sus rodillas. Christine y Laura fueron preocupadas hasta ella. Madame Leonard se acerco agitando un abanico de color crudo con su mano. Solo Josephine la miraba seria, levantado una ceja con frialdad. --Se... me pasara pronto.... --les tranquilizo Allyson con un hilo de voz mientras la modista le soltaba los lazos del vestido para quitarselo. --No creo que sea necesario arreglarlo --les comento Madame Leonard con firmeza--. Quiza la joven esta nerviosa. Josephine apreto los labios con fuerza, mirando cenuda a la mayor de sus hijas. --Probablemente --murmuro entre dientes. Allyson miro de reojo a su madre antes de desaparecer tras la cortina que servia de biombo para vestirse con su ropa de paseo. --Al ano que viene me tocara a mi ponerme otro de estos vestidos --comento la joven Laura pasando la mano por el vestido que Christine iba a llevar. Christine asintio, mirando risuena su bonito vestido. Sabia que todos la compararian con su bonita hermana mayor, pero afortunadamente ella no seria rival puesto que a su boda con el conde solo le faltaba establecer la fecha. Josephine no se movio de donde estaba hasta que no vio salir a Allyson vestida con su traje de paseo de colores crudos y visiblemente mas recuperada. Christine y Laura fueron hasta ella preocupadas. Allyson les sonrio evitando la mirada de su madre. --Muy bien, Madame Leonard --le comento Josephine a la modista mientras se dirigia a la puerta--. Espero que envie estos vestidos manana mismo, y el resto de los que le hemos encargado, en una semana. La mujer asintio satisfecha. Poco antes de empezar la temporada en Londres, recibia cientos de encargos que le permitian vivir muy holgadamente el resto del ano, cuando la alta sociedad solia retirarse a pasar la temporada de caza a sus segundas viviendas alejadas de la vida social de la ciudad. Justo antes de salir, se encontraron con lady Flanigan, una vieja conocida de la familia, que entraba con su hija, probablemente con la misma intencion con las que ellas habian ido. Era alta y ligeramente corpulenta, y llevaba un moderno sombrero sobre su cabello oscuro. Su hija, con el cabello un poco mas claro, parecia su joven reflejo. Las madres se saludaron con una afectuosa sonrisa. Las jovenes se miraron con curiosidad. No solian relacionarse entre ellas. --Supongo que nos veremos en la fiesta de lord Bondshire --comento lady Flanigan. Josephine asintio complacida. --Si, Helen, aunque tenia entendido que Josselyn ya habia encontrado pretendiente el ano pasado. La mujer sonrio asintiendo y manteniendo la mirada a su interlocutora. --Asi es, pero parece ser que tiene la misma prisa que Allyson por contraer matrimonio. Las dos jovenes aludidas se miraron y se sonrieron con amabilidad. Aunque recordaban haberse visto en alguna ocasion, apenas habian hablado entre ellas. Josephine miro al cielo, como si pidiera la paciencia que necesitaba para la incomodidad que le producia la situacion de su hija mayor. --Este ano debuta Christine. Ya lo tenemos todo preparado, y estamos seguras de que todo ira... mejor. Helen asintio con una sonrisa educada. --Te deseo la mejor de las suertes, Christine --miro a la ilusionada joven--. Mucho gusto en saludarlas. Josephine y sus hijas volvieron al carruaje que les estaba esperando al otro lado de la calle. Allyson se distrajo mirando a su alrededor. Las calles de la ciudad eran amplias y estaban limpias. Habia varias personas paseando distraidas. Todo le parecia que estuviera dentro de la normalidad a la que estaba acostumbrada... y de la que habia empezado a dudar. --Allyson, ?por que te detienes? Allyson miro a su madre sonrojada. Bajo la cabeza y fue hacia el carruaje justo cuando otro carruaje similar paro frente al de ellas. Un joven apuesto de cabello castano y ojos del mismo color bajo de el para saludarlas. --Lady Connelly, Christine, Laura, Allyson. Todas sonrieron y devolvieron el saludo al prometido de Allyson. --Es un placer haberlas encontrado. Ahora iba a ver a su esposo --les explico mientras Allyson se acercaba a el. --Madre, ?puedo irme con Robert? --pregunto la joven tratando de aparentar indiferencia. --No es buena idea, Allyson. Cualquiera puede veros... --Aun no es mediodia, madre --insistio Allyson. --Voy a una de las fabricas --le explico Robert, el conde de Nokfolk, serio--. Nada me gustaria mas que compartir el tiempo contigo, Allyson, pero quiza no sea buena idea... Allyson fruncio el ceno mientras hacia un entrenado mohin con los labios que le dedico a Robert y a su madre. --Siempre os quejais de que no pasamos tiempo juntos... Josephine entrecerro los ojos mirando a su hija mayor con desconfianza. Allyson evito su mirada fijandola en su guapo pretendiente, que miraba a su madre esperando un permiso. --Puedo quedarme esperando en el carruaje... --insistio Allyson con dulzura. --Yo cuidare de ella, lady Connelly, y en cuanto termine la diligencia que me lleva hasta alli, la acompanare a casa. Josephine asintio con un gesto serio, visiblemente molesta con su hija mayor. Allyson se despidio de su madre y sus hermanas sin perder mas tiempo y dedico a Robert una bonita sonrisa mientras subia al elegante carruaje con asientos de terciopelo en color verde oscuro. El joven la siguio al interior, sentandose frente a ella. La miro detenidamente mientras golpeaba con su baston el techo para indicar al cochero que se pusiera en marcha. Pocas veces conseguian estar a solas. --No esperaba que quisieras venir conmigo --le comento Robert, con mucha calma, casi arrastrando las palabras. Allyson se encogio de hombros, sintiendose ligeramente incomoda con su tono de voz. Sentia su mirada condescendiente sobre ella, como si todavia la estuviera evaluando para saber si seria o no una buena esposa, o como si estuviera dispuesto a reganarla si no hacia lo que el consideraba correcto. --Apenas nos vemos... --le contesto ella, suponiendo que era logico que pasaran algun momento a solas. --Tu madre ya no esta. No tienes que fingir delante de mi --le indico serio mirandola a los ojos. --No estaba... --?A quien trataba de enganar? Quiza Robert habia empezado a conocerla--. Nunca he visto una fabrica --le respondio compartiendo la verdadera razon por la que habia querido acompanarle. --Ni tienes por que verla --le explico con cierta frialdad, manteniendole la mirada. Allyson lo miro por unos segundos. Habia creido que Robert apoyaria sus inquietudes o le permitiria dirigirse con mas libertad que la que tenia en casa de sus padres. Quiza fueran imaginaciones suyas, pero en determinadas ocasiones, el le hacia sentir insegura y no era nada agradable sentirse asi. --?Por que no? ?Que habria de malo? --le pregunto mirando hacia la ventana para disimular su decepcion. --Ese no es un sitio para una dama --insistio Robert mientras el carruaje iniciaba un incomodo traqueteo debido al desgastado suelo de las calles por las que habian empezado a transitar. --Oh, vamos... --Allyson le miro impaciente. --Ademas, has dicho que te quedarias en el carruaje. Allyson le miro seria. Cierta tension se palpaba en el ambiente. Ella sabia que no debia llevarle la contraria, que debia mostrarse sonriente y sumisa, pero cada vez le costaba mas comportarse asi con el. --Allyson... --le recrimino molesto--. No se que esperas encontrar alli, pero no es como te lo imaginas. Las fabricas... --entorno los ojos con una mueca--. ?Que has estado leyendo? Allyson se sonrojo, pero no le respondio. Se limito a mirar por la ventana, dandose cuenta de que habian dejado muy atras el centro londinense. --?Donde vamos exactamente? --A una parte del East End... barrios obreros... tu padre se encuentra en una de las fabricas --Allyson se asomo por la ventana sin ningun reparo--. Allyson, esto no es un viaje de placer. Vuelve dentro. Allyson lo miro molesta. --Nunca he estado en un barrio obrero. --Y no vas a estarlo --le respondio serio--. Te repito que no es sitio para una dama. Pasaremos por el barrio, pero no nos detendremos. Allyson le mantuvo la mirada, pero cedio separandose de la ventana. De nada iba a servir enfrentarse con el, ademas de que seria algo imperdonable por su parte. --?Por que no? --susurro a reganadientes. --Allyson, no hay nada que quieras ver, creeme. Allyson lo miro extranada y molesta. Ella queria asomarse por la ventana. Por eso habia ido con el. Era algo que no se podia quitar de la cabeza desde que habia leido a escondida los ultimos libros de Charles Dickens. Le costaba creer que la ciudad que el describia fuera donde ella residia. Robert decidio cambiar el rumbo de la conversacion. Tenia claro que discutir con Allyson no llevaba a nada, ademas de que no tenia por que hacerlo. Sin duda seria una esposa perfecta cuando se acostumbrara a su verdadera posicion como condesa. La acaricio con la mirada. Era preciosa, quiza demasiado transparente en sus expresiones. --Crei que querias estar conmigo... a solas. Allyson se sonrojo consciente de la intimidad del momento. Estiro su espalda pegandose aun mas al asiento en el que estaba, como si pudiera poner mas distancia entre ellos. --Si, claro... --le respondio visiblemente incomoda mientras el carruaje se movia de manera mas abrupta al dejar totalmente atras las cuidadas calles de la ciudad. Miro a Robert. Era un buen hombre, guapo, distinguido, educado. Estaba casi convencida de que seria un buen esposo, pero no sabia por que le estaba costando tanto fijar una fecha para su boda. Sabia que era lo que un marido podia exigir a su esposa. La habian educado para ello. Estaba dispuesta a ser una esposa sumisa y obediente, aunque solo pensarlo le causaba cierta ansiedad. Los pocos y robados besos que el le habia dado en contadas ocasiones no la conmovian lo mas minimo ni mucho menos le interesaba repetirlos. Su madre le habia explicado, sin muchos detalles, lo que pasaba en la intimidad del dormitorio entre un hombre y una mujer, y no tenia ningun interes en experimentar el molesto momento. Lo peor era saber que no habia manera de evitarlo. Desvio su mirada sonrojandose ante sus pensamientos. Parecia que entraba un olor fuerte y desagradable por la ventana y Allyson saco un panuelo del pequeno bolsito que llevaba colgado de la muneca y se lo llevo a la nariz. Robert la seguia mirando detenidamente. --Allyson... ?buscabas estar a solas conmigo? Allyson lo miro ruborizada. Cierto desasosiego la invadio ?Por que insistia? Los ojos de Robert habian empezado a brillar. Realmente estaban los dos a solas. ?Lo veria como una oportunidad de acercarse a ella y besarla? No le apetecia en absoluto. --No digas esas cosas, Robert. Soy una mujer decente. Robert sonrio con arrogancia. Por fin parecia que Allyson se habia dado cuenta de que estaba en sus manos, de que dependia de el. --No dudo de que lo seas... --?Donde estamos? --le interrumpio con curiosidad acercandose a la ventana al ver que pasaban junto a unos edificios que no conocia. Robert le impidio que lo hiciera sujetandola por el brazo. --Allyson, no tienes por que ver esto. Se mantuvieron la mirada por unos segundos. La tension entre ambos fue mas que visible y parecia que ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. Robert se incorporo ligeramente sobre ella. Allyson se rindio. Lo tenia demasiado cerca. Bajo la mirada, sumisa y volvio a apoyarse en su asiento. --Si no querias estar conmigo a solas, ?Que pretendias con este viaje? --No lo se. Pense que podria ver a mi padre... --?Ahora? ?Tienes algo urgente que decirle? Una fabrica no es lugar para una mujer de tu clase. Te ruego que no bajes del carruaje cuando lleguemos. Puede ser peligroso. Allyson lo miro con cierta desconfianza. Sus palabras parecian sinceras y su tono de voz amenazador. --?Peligroso? ?Y por que mi padre viene todos los dias? ?Por que vienes tu? --Peligroso para una mujer como tu, querida --le respondio protector sin dejar de mirarla. Allyson asintio antes de girar la cabeza hacia la ventana. Estaba deseando ver lo que habia en las calles. Siempre habia vivido protegida, entre sedas y algodones, pero ultimamente tenia muchas dudas acerca de si su vida era real o era un espejismo en el que solo unos cuantos afortunados podian vivir. Robert se sento de repente a su lado buscando su contacto. Allyson se sobresalto y con rapidez se levanto de su asiento para ocupar el que el habia dejado libre. --!Robert, por favor! Robert hizo una mueca de autosuficiencia.

  • En todas partes cuecen habas de Montse Giraldo

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    -No te preocupes mama, yo hago la compra cuando salga de trabajar y le acerco a Montse todo lo que le hace falta- le dice Marla a su madre con prisa en la voz. Desde el fondo del pasillo se escucha la voz de su jefe mas inmediato. Marla trabaja como secretaria de direccion del jefe de marketing. Con un jefe al que no le gusta que sus subordinados dediquen el tiempo de trabajo en cuestiones personales. Marla siempre ha demostrado ser eficiente en sus quehaceres laborales. Lo de esta manana es una excepcion algo que, en el transcurso de este mes se estaba repitiendo mas de lo que a ella le hubiese gustado, pero su hermana pequena ha sufrido un accidente de moto y ha acabado escayolada desde el tobillo hasta la rodilla y esta se negaba a alojarse en casa de sus padres a pesar de vivir sola y necesitar ayuda mientras este lesionada. -Tengo que dejarte- susurra Marla presurosa-... te prometo que mediare con la cabezota de mi hermana. Hasta luego mama- se despide. Consigue ocultar su telefono personal en el fondo de su bolso en el mismo instante en el que el senor Ventura, su superior, cruza el umbral que separa el vestibulo de la zona de despachos designados para el departamento de marketing. Preparada para lidiar con la rutina de la oficina, Marla gira su silla hacia los archivadores en busca de los documentos que faltan para la proxima reunion. -?Todo listo para la reunion? La voz ronca que formula la pregunta hace que Marla de un respingo en su silla giratoria. Estar concentrada en el archivador que hay a espalda de su mesa de trabajo, rebuscando documentacion para uno de sus trabajos pendientes la ha hecho estar despistada. -Todo preparado- confiesa Marla tras soltar un sonoro suspiro tras recuperarse del sobresalto. -?Informes?-pregunta con porte serio su jefe. El senor Ventura y su gesto serio siempre genera una sensacion de mutismo a su paso. La juventud del gerente, su porte atletico y el atractivo rostro atraia las miradas del genero femenino. Hasta que su seriedad y frialdad las echaba hacia atras. -Sobre la mesa de su despacho- contesta Marla regresando su silla hacia el frente de su mesa de trabajo. -?Cuadro de estadisticas?- pregunta su jefe. -Informes preparados sobre la mesa de la sala de reuniones- senala Marla. -?Huecos libres en mi agenda?- -Media hora para la reunion...- comienza a decirle su secretaria, haciendo ademan de abrir la gruesa agenda de tapa oscura que descansaba sobre su mesa de trabajo. -Perfecto- dice el, posando su fornido brazo sobre la tapa de la agenda con el fin de evitar que su secretaria acceda al interior de sus paginas-... puede pasar a mi despacho. Necesito repasar algunos detalles- le senala girando sobre sus pasos, sin esperar respuesta. Pedro Ventura camina con paso firme hasta la puerta de su despacho. Marla le sigue con paso presuroso, llevando entre sus brazos la agenda a la que habia echado mano. En aquel tocho de papel de donde salian miles de tiras de colores, era algo que, pese a ser una eficaz y eficiente secretaria y estar capacitada para lidiar con la tecnologia en la que el siglo XXI ha sumido el mundo laboral, Marla se niega a abandonar. Cuando secretaria y jefe cruzan el umbral del amplio despacho, Pedro Ventura cierra la puerta tras de si. Mudando el gesto serio por una sonrisa lobuna, deposita su mano derecha sobre el trasero de su secretaria, atrapandolo con decision. -!Senor Ventura!- replica Marla con gesto sensual-... creo que ese punto no esta en su agendasenala, posando su mano sobre la de el, para evitar que la retirase de su lugar mientras ella gira sobre sus pasos, para situarse frente a frente. -?Seguro senorita Picon?- cuestiona el, llevando su mano libre sobre el pecho izquierdo de su secretaria-... consulte su abultada agenda- le aconseja al tiempo que rescata de los brazos de su secretaria la susodicha agenda para dejarla resbalar lentamente hasta caer al suelo. La agenda llega al suelo en el mismo instante en el que la boca de Pedro Ventura atrapaba la boca de Marla Picon. Ambos se entregan a ese pasional beso. La pasion que genera hacerlo sabiendo que tienes que esconderte para evitar ser vistos. Para mantener en secreto una relacion jefe-secretaria, secretaria-jefe en la que llevan enfrascados desde hace mas de seis meses. -Esta noche te espero en mi casa- le dice el. Aquello parece mas una orden que una sugerencia. -Sabes que esta noche tengo cena en casa de mis padres. Han pospuesto su cena de aniversario solo porque yo estuve ocupada el fin de semana, con un descomunal trabajo que el ogro de mi jefe me impuso- senala ella ironicamente. -Un trabajo con el que disfrutases- el recuerda el antes de lanzarse sobre el lobulo de la oreja de ella. Tras el primer encuentro de la manana. La relacion de jefe y empleada transcurre con total normalidad. A las tres Pedro Ventura abandona el despacho con los nuevos clientes. La reunion de la manana se iba a prolongar en el confort de un restaurante de cinco estrellas. Marla tiene que terminar de archivar todos los documentos y realizar un informe detallado que debe dejar sobre la mesa de su superior antes de abandonar la oficina. Las horas delante del ordenador le queman la vista y la cansan en demasia. A las cinco de la tarde su mesa esta recogida. Con la americana puesta y el bolso colgado al hombro camina presurosa hacia el ascensor mientras rescata su telefono movil del fondo de su gran bolso. -!Montse!- reclama a traves del terminal-....?quien eres? . Necesito hablar con mi hermanareplica al interlocutor. Dos segundos despues logra comunicarse con su hermana, informandola de sus intenciones de hacerle la compra bajo expreso deseo de sus progenitores -Mira, bonita, voy a hacerte la compra porque sino mama no va a dormir tranquila y acabara yendo a comprar ella misma.- le dices con tono ironico-... y, escucha bien lo que te digo, mejor sera que estes preparada, porque le he prometido a mama que esta noche vienes conmigo a cenar a casa- le dice. -De acuerdo pesada.- bufa Montse, rindiendose a las replicas de su hermana mayor-... promete traerme medio flan de chocolate y vainilla de ese que se que has cocinado esta semana- le pide a su hermana mayor. De todas las experiencias laborales que esta probo mientras se formaba para ser una secretaria eficaz, el puesto de cocinera fue el dejo en ella una huella digna de disfrutar en su rutina cotidiana y de la que disfrutaba apasionadamente. Montse no puede resistirse a soltar un bufido a modo de protesta. A sus treinta y veintiocho anos de edad, las dos hermanas viven con total independencia, cada una en su propio piso, cada una con sus respectivos trabajos y ambas bajo la presion de unos padres tradicionales que no logran entender porque sus hijas prefieren vivir solas en lugar de regresar a la casa familiar. Marla se marcho de casa cinco anos atras, cuando tomo la decision de convivir con su antigua pareja. Un companero de universidad con el que mantuvo una relacion seria desde el primer curso. Despues de romper, ella decidio permanecer en su piso, con su vida. Montse se mudo a un piso compartido en su primer ano de universidad y con el paso de los anos se mantuvo en sus trece y conservo la independencia a la que se habia acostumbrado incluso cuando regreso a Madrid, donde acabo montando una pequena empresa de diseno grafico con la que sobrevive. Tras perder la discusion con su hermana, Montse no tiene mas remedio que claudicar, quitarse el pijama con el que ha pasado los ultimos dias y acompanar a su hermana a casa de sus padres para la cena de aniversario. -Has prometido llevarme de regreso a mi casa- le recuerda Montse a su hermana antes de bajar del coche. Su hermana la mira sonriente. Sabe lo que ha prometido. El desenlace de la velada aun esta por verse. -Y me vas a ayudar a convencerlos- senala con los ojos entre cerrados. -Sabes que todo seria mucho mas facil si les dijeses de una vez por todas que tienes una relacion con tu companera de piso- le suelta Marla, ante la mirada estupefacta de su hermana pequena. -Lo mio con Raquel esta en un punto demasiado delicado como para airearlo- reconoce Montse. A diferencia de las preguntas que Montse esperaba de su hermana, esta simplemente la mira, dubitativa. No es la primera vez que Montse y Raquel tienen un tiempo entre tinieblas, pequenas rencillas que siempre acaban solucionando. -Estoy sopesando el cerrar y cambiar el rumbo- espeta Montse. Durante dos breves segundos, Marla mira fijamente a su hermana, sorprendida. ?A que se referia su hermana con un cambio de rumbo? ?Desde cuando lleva sopesando esa posibilidad? -?Tan mal va el negocio?- se interesa Marla. -La crisis es el motivo principal. Y que necesito reinventarme tambien- confiesa Montse, manteniendo la mirada fija en la carretera. Un pequeno silencio sucede de subito entre las dos hermanas. Cada una procesa toda esa informacion a su manera. -Cuando piensas contarles tu que te estas tirando a tu jefe- le espeta Montse, en pos de cambiar el tema de conversacion. -Tu lo has dicho; me lo estoy tirando. No vivo con el- matiza Marla-... tu velada seria mas comoda para ti si tu relacion se hace visible y Raquel te acompanase- le senala. -Deja de tirarte a tu jefe y comienza una relacion con el de una vez por todas- le dice Montse con tono burlon. Entre risas, las dos hermanas suben los cuatro escalones del portal del bloque de pisos donde residen sus padres. La velada transcurre apaciblemente. Ni las insistencias de su querida madre sirvieron, tras la copiosa cena las dos hermanas abandonan el nido familiar. Marla acerca a su hermana a casa y, pese a sentirse agotada, conduce hasta el chalet en Somosaguas donde Pedro Ventura vive, en busca de una apasionada noche de sexo que ambos anhelaban. DONDE LABORES NO RIEGUES LAS FLORES La noche se prolonga para Marla mas de lo que habia calculado. A las seis y media de la manana la alarma de su telefono movil la saca de los brazos de Morfeo y del abrazo en el que Pedro Ventura la tiene envuelta. Suavemente se desliza por entre las sabanas. Recoge del reguero de ropa que la noche anterior habian esparcido desde la puerta del dormitorio hasta los pies de la cama, para ir ocultando su desnudez prenda a prenda. A las puertas del piso de alquiler en el que vive, el tono que usa para los mensajes suena. Junto con el pompon de lana que usa como llavero rescata el movil para averiguar quien esta levantado a esa hora para comenzar con los mensajitos de WhatsApp cuando aun no son las siete de la manana. -Preciosa, no quiero ser abuson, perooooo, podrias pasar por la tintoreria antes de llegar a la oficina. Gracias, gracias, gracias- escucha la voz suplicante de Pedro Ventura. La ducha es mas rapida y menos relajante de que hubiera deseado. Siguiendo la pauta ante la indumentaria sobre su vestimenta en el ambito laboral, Marla se viste con una falda estrecha por encima de la rodilla de color negro y abertura en la pierna izquierda conjuntada con una blusa negra semitransparente que cubre con un chaleco rosa palo. Como cada manana al edificio donde esta ubicada la empresa con paso ligero, con las camisas de su superior en el interior de una bolsa de lavanderia opaca, una bandeja de carton con dos cafes del Starbucks de la esquina y su bolso de trabajo. -La directora de marketing de la sucursal de Londres esta esperando en el despacho de Ventura desde hace diez minutos- le comenta uno de sus companeros, que la intercepta desde el ascensor hasta su mesa de trabajo siguiendo sus ajetreados pasos. -!No me jodas!- espeta Marla-...Me cago en toda la dichosa puntualidad Britanica. !Tenia cita para las nueve y media!- dice, haciendo memora. Sobre su mesa suelta los cafes y su bolso, verificando en el reloj de pared que hay entre su mesa de trabajo y la de su companero senala las nueve en punto, justo su hora para entrar a trabajar. -Cuelga esto en el perchero, por favor- le pide a su companero mientras que ella alisa su ropa y coge su agenda laboral del fondo del cajon. Rapidamente teclea un mensaje en su telefono, el cual deja dentro del bolso antes de carraspear y caminar decidida al despacho de su jefe. Solo cinco minutos despues, la puerta del despacho vuelve a abrirse, apareciendo un elegante, sonriente y atractivo Pedro Ventura repartiendo cordialidad y alabanzas a la visita que le esperaba en el despacho. Las prisas marcan el dia desde sus horas mas tempranas. La reunion con la asociada de Reino Unido se prolonga mas de lo estipulado en un principio, lo que conlleva la necesidad de hacer una reserva de urgencia para la hora de la comida. Una reserva para dos, algo realmente fuera de lo normal, porque siempre que Pedro Ventura se reune para comer con un cliente o asociado, su secretaria siempre les acompanaba por si necesitaban algo de ella. Marla no quiere pensar en ninguna razon especial para aquel cambio de planes. En cierto modo esa libertad inesperada le viene como anilla al dedo, pues su hermana Montse tiene consulta en el centro de salud y su pareja/companera de piso, se ha buscado una excusa para ausentarse.

  • El ladron del siglo de Luis Mario Vitette

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    “Las cosas buenas que dicen de mi no son tantas y las malas no son tan pocas”.

  • Eva es la tentacion de Esperanza Riscart

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    Una historia de amor con un inicio tormentoso y doloroso en el que la joven e inexperta Eva se sentira aprisionada por los fuertes sentimientos que Daniel despierta en ella.

  • Bienvenida a Malibu de Erina Alcala

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    Eva Pena, se habia graduado en la Universidad de Sevilla en Marketing y Finanzas e hizo un master de Community Manager y Redes Sociales, porque sabia que, ahi estaba el futuro. Era de la provincia de Jaen, de la capital. Sus padres Javier y Pilar, tenian una asesoria Laboral y Fiscal en el centro de Jaen y les iba muy bien. Javier y Pilar, tenian dos hijas, Eva y Laura. Eva era la mayor, tenia ahora 26 anos y su hermana 24. Y Laura, la menor, habia acabado hacia un ano la Universidad y trabajaba con sus padres en la asesoria, llevaba ya un ano con ellos, pero Eva, no. Eva era un espiritu libre que queria volar. Jaen se hacia pequeno. Trabajo en una empresa de Sevilla de modelos y actores, gestionando las redes sociales y la parte de marketing, nada mas terminar el master. Posteriormente, al ano se fue a Roma con una amiga y alli trabajo dos anos en otra empresa de actores y modelos. Tenia suficiente experiencia en esa rama, cuando uno de los companeros comento por casualidad que, en Malibu, en Estados Unidos podian ganar cinco veces mas que alli en Roma, y no se lo penso, cogio sus maletas y sus ahorros y paso por Jaen y pasaporte en mano les dijo a sus padres que se iba a California. Estos pensaban que estaba loca, pero ella iba a probar, si no, se volveria. Y asi, un buen dia llego a California y se alquilo un estudio en Malibu, alli tardo en encontrar trabajo en menos de una semana, en una empresa de actores, modelos y extras, como Community Manager y experta en Marketing. Llevaban actores modelos, extras para el cine y la television y plataformas privadas. Era una empresa nueva en auge. La verdad tuvo suerte y su experiencia la acompanaba. Era buena gestionando redes sociales, tenia un buen despacho y libertad para trabajar. Un buen jefe, activo y seguro y un buen sueldo a fin de mes. Por eso, lo primero que hizo fue comprarse un coche, con parte de los ahorros que tenia. Un coche bonito y deportivo, para no desentonar si tenia que llevar a algun cliente a algun lado o hacer reuniones fuera de la empresa. Sin embargo, el escollo mas grande era buscar un apartamento, que eran carisimos. Llevaba ya un mes trabajando en la empresa, sin que sus padres creyeran en la suerte que habia tenido cuando al salir a desayunar una manana, leyendo el periodico vio un anuncio: Si cuidas mi casa de Malibu, el alquiler es barato. Imprescindible tener trabajo. Y el numero y llamo sin pensarlo. Nada tenia que perder. Un chico con una voz joven la cito por la tarde en la casa al salir del trabajo. Estaba a una media hora de su trabajo en coche. Cuando llego, no podia creerse que esa casa pudiera alquilarse por el precio que ponia. Aun asi, iba a ver donde estaba el fallo. Llamo y se oyo el ladrido de un perro. No parecia demasiado grande. A ella, le gustaban los perros. Le abrio un chico un par de anos mas que ella, joven para tener una casa asi. -!Hola! Me llamo Eva y hemos halado por telefono esta manana sobre la casa -dijo Eva, vengo por la casa. ?Pero esta casa es suya? -Bueno, en realidad es de mi hermano. Pasa y te explico. -Y ?Como me va a alquilar una casa que no es suya, que es de su hermano? -Porque mi hermano me ha dejado con una carta para que se la cuide, ?Ve el contrato? -?Pero y su hermano? -Es cardiologo, trabaja en el Kaiser Permanente Hospital. -?Y donde esta ahora? -En Peru. Con una ONG. Estara unos dos anos, y no puedo hacerme cargo de la casa, pero a mi, me ha salido un trabajo en Aspen, por eso necesito alquilarla a alguien que tenga un buen trabajo y le guste Tobby, es este. Tiene tres anos. y es muy bueno. -!Hola Tobby!, -y el perro le lamio la mano. Era un perro sin raza. -No tiene raza, mi hermano se lo encontro en la calle. -Es precioso, me gusta. -No suelta apenas pelo y le encanta jugar en la paya. -Bueno y ?Que tengo que hacer Simon Labert? -Vivir aqui y cuidar la casa y al perro. -Pero tengo un trabajo. -Puedes meter una mujer para que te limpie y haga la comida. Toma una tarjeta, yo tengo una, si quieres la misma, me cobra esto por cuatro horas al dia. Y me hace de todo, la casa, el tinte, lleva el perro cuando se necesite al veterinario, compra y comida. Menos sabado y do mingo, claro. -No esta caro. -Y asi podras disfrutar del perro y la playa. -?Y si viene tu hermano? -Pues esperemos que el contrato haya cumplido, pero la menos puedes estar ano y medio pagando casi nada. Mira estos son los gastos que tengo en la casa. -Y le enseno unas facturas. -No esta mal, mas Jenny en casa y el perro, puedes tener unos gastos mensuales de 2.800 dolares y disfrutar de una casa como esta. -Ven te enseno la casa. La casa era inmensa, preciosa, con playa propia, con habitaciones suficientes para acostarse cada dia en una, cinco dormitorios con banos, dos salas abajo y un gran despacho, cocina y salon abiertos, aseo, cuarto de lavado. De todo lo que pudiera imaginar. Hasta piscina a la salida a la playa en un patio de flores precioso. ?En que trabaja? -He traido el contrato, soy Community Manager en esta empresa de actores. -Esa es importante. Pues no va a encontrar nada mas barato como esto por este precio. -No ya pago un poco menos por un estudio pequeno. -Pues solo tienes que cuidar bien la casa, nada de fiestas. -No hago en casa fiestas. -Mejor, mi hermano se enfadaria. ?Que te parece? -Me parece bien, me gusta mucho. Me la quedo. Cuando vuelva tu hermano, ya buscare otra cosa. -Tienes dos garajes. -Tengo un solo coche.

  • La ultima viuda de Karin Slaughter

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    Secuestrada y rota. Tiene que desvelar la verdad. antes de que se sea demasiado tarde.

  • El buen padre de Santiago Diaz

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    La calle principal de la urbanizacion de chales se ilumino con el azul de las sirenas. Uno de los Zetas freno en la rampa del garaje y el otro derrapo en el jardin de entrada, llevandose por delante un rosal y una pequena palmera. Los cuatro agentes --tres hombres y una mujer-- salieron de los coches y fueron a aporrear la puerta. --!Policia! !Abran! Ante la ausencia de respuesta, el mas veterano dio un par de pasos atras. --Apartaos. --?No deberiamos pedir una orden? --titubeo su companero. --No hay tiempo para eso --respondio la agente con determinacion. Despues de varias patadas, la cerradura cedio y la puerta quedo abierta de par en par, con el pomo incrustado en la pared de escayola. La luz intermitente que llegaba del exterior inundo el vestibulo. --!Policia! !?Hay alguien en casa?! Desenfundaron sus pistolas y entraron alumbrando con sus linternas. Nada mas llegar al salon, se quedaron paralizados al descubrir una mancha de sangre en el techo. La observaron en silencio durante unos interminables segundos, presintiendo que seria una noche dificil. --Es arriba --dijo uno de ellos, como si sus companeros necesitasen esa informacion para atar cabos. --Habria que avisar al Grupo Especial de Operaciones… --La victima todavia podria seguir viva --dijo el que habia abierto la puerta negando con la cabeza. Subieron por la escalera intentando recordar cual era el protocolo en ese tipo de situaciones. Pero cuando de la teoria se pasa a la accion real, uno se olvida de todo. Al entrar en el dormitorio, encontraron la explicacion a los gritos pidiendo auxilio que habia denunciado una vecina; en el suelo, boca abajo, en medio de un charco de sangre, yacia el cuerpo sin vida de Andrea Montero. Aunque todavia no habia empezado a descomponerse y apenas desprendia un ligero olor metalico, basto para que al agente mas joven se le revolvieran las tripas. --Informare a la central --atino a decir antes de salir a buscar un lugar donde echar la cena sin contaminar la escena del crimen. La agente, con algo mas de aguante que su companero, le dio la vuelta al cadaver y descubrio una imagen que tardaria tiempo en borrar de su memoria: la cara era un coagulo de sangre y no se distinguian las facciones; bien podria ser una chica de veinte anos o una mujer de cincuenta. Por una foto que habia sobre la comoda, dedujo que tendria unos cuarenta. Le tomo el pulso sin ninguna esperanza de encontrarselo y vio que, aparte de las al menos cinco cuchilladas en diferentes partes del cuerpo, tenia marcas defensivas en manos y brazos, y un corte en el cuello que le habia seccionado la yugular y que sin duda fue lo que le causo la muerte. --Hijos de puta --dijo apretando los dientes con rabia. --!Aqui! --grito el joven agente que habia salido unos segundos antes--. !No se mueva! !Las manos en la cabeza! Sus companeros corrieron hacia el lugar del que procedian los gritos. En medio de la habitacion contigua habia un hombre de mediana edad arrodillado, la tipica persona que pasaria desapercibida en cualquier lugar, con rasgos demasiado comunes y cara de buena gente, alguien a quien los vecinos seguramente describirian como muy educado y agradable, incapaz de matar una mosca. Pero la primera impresion que los policias se llevaron de el decia todo lo contrario: tenia la ropa, la cara y las manos manchadas de sangre. Parecia en estado de shock, como si no comprendiera que sucedia ni por que habian tomado su casa. A su lado, en el suelo, habia un cuchillo de trinchar ensangrentado. Uno de los agentes lo aparto de una patada al entrar en la habitacion. --?Que esta pasando? --pregunto paseando la mirada por aquellos policias que le apuntaban con sus armas. --!Las manos en la cabeza, no se lo volvere a repetir! El hombre considero que era mejor obedecer y, en cuanto sus dedos se entrelazaron por detras de la nuca, los agentes le cayeron encima y lo esposaron. Al dia siguiente, los informativos dirian que Andrea Montero habia sido la trigesimo septima mujer asesinada a manos de su pareja en lo que iba de ano. UN ANO DESPUES 2 La inspectora de Homicidios Indira Ramos examina el vaso de zumo con detenimiento, buscando alguna marca que le haga sospechar que no esta tan limpio como deberia. La camarera se arma de paciencia ante una escena que se repite todos los domingos desde hace casi medio ano. --?Que? ?Esta a su gusto o no esta a su gusto? --El vaso lo has lavado a mano con jabon neutro, ?verdad? --Si, senora… --responde harta--, igual que los cubiertos, el plato y la taza de cafe. ?No cree que va siendo hora de que confie en mi? En lo relativo a la higiene, Indira no confia ni en la camarera ni en nadie, y eso que cuando su psicologo le puso como ejercicio obligatorio salir a desayunar una vez a la semana, eligio esa cafeteria porque es la mas limpia que encontro, a pesar de que esta en la otra punta de Madrid. Cuando a una le han diagnosticado un TOC (un trastorno obsesivo-compulsivo que le impide tener un comportamiento medianamente normal), cualquier precaucion es poca. --Gracias, Cristina --responde al fin. La camarera fuerza una sonrisa y vuelve tras la barra. Indira limpia con una servilleta la tarrina de mantequilla y la abre para extenderla sobre el cruasan a la plancha. Es uno de los pocos caprichos que se permite en toda la semana y quiza no deberia, pero ya le sobraban siete kilos antes de empezar con esa rutina. Debe de ser el aire lo que le engorda, porque si no, no se lo explica. Menos mal que, aparte de ese ligero sobrepeso, tambien tiene unas facciones lo suficientemente bonitas para permitirse ir con la cara lavada porque, como tantas otras cosas, el maquillaje le da alergia. Lo que empieza a preocuparle son las canas. A sus treinta y seis anos, todavia son pocas y consigue mantenerlas a raya, aunque por si acaso, mas por higiene que por moda, lleva el pelo corto. El problema llegara cuando tenga que tenirse: esta convencida de que el tinte le producira una terrible erupcion cutanea. Apenas se ha llevado el primer trozo de cruasan a la boca cuando suena su movil. Lo ignora, pero la insistencia de su joven ayudante, Lucia Navarro, finalmente le obliga a contestar. --?Tu no sabes que hoy es domingo, Navarro? --Los asesinos no entienden de festivos, jefa. Antes de acercarse a hablar con el forense y con los de la Policia Cientifica, la inspectora Ramos se pasea por delante de los curiosos que se han congregado alrededor del Estanque Grande del Buen Retiro, convencida de que entre ellos esta el asesino. En muchos de los libros de criminologia que ha devorado a lo largo de su vida aseguran que es cierto que algunos homicidas acostumbran a volver al lugar de los hechos, que no es solo un recurso sin fundamento que utilizan con frecuencia escritores y guionistas. Hay asesinos que vuelven para comprobar que el cadaver es rescatado tal y como llevan fantaseando desde que lo depositaron en el sitio donde debe ser encontrado. A algunos les da morbo, otros simplemente quieren asegurarse de que no han cometido algun error por el que vayan a cogerlos. Lo malo es que un domingo por la manana hay alli demasiada gente congregada y la inspectora no logra distinguir nada mas incriminatorio que gestos de sorpresa, de repugnancia y de curiosidad. Todavia esta a diez metros de la cinta policial que mantiene a los domingueros alejados del cuerpo y ya siente el profundo rechazo de sus companeros, miradas reprobatorias que la senalan como una traidora capaz de delatar a otro policia por colocar la prueba que llevaria a un hijo de puta a la carcel. Siete meses despues de aquello, el hijo de puta sigue en la calle y a la inspectora Ramos le cuesta un triunfo encontrar algo de comprension y respeto.

  • La diosa de agua de Juan Carlos Mendez Guedez

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    Desde lo mas recondito de nuestra memoria, el ser humano mantiene un vinculo con lo ancestral y lo trascendental. Las leyendas y los mitos que se extienden de la Amazonia al Caribe tratan de buscar un sentido a la existencia. En ellos la naturaleza explota, el agua discurre y desborda, los animales y las fieras, los hombres y mujeres, forman parte de la misma metamorfosis. Es entonces cuando el folclore y la oralidad son el germen de las grandes creencias, cosmologias e incluso religiones. En tiempos en que nuestro habitat sufre nuestra embestida, su vitalidad nos devuelve la fuerza y la belleza que nunca debe perder.

  • Vidas contrastadas, Leah Dempster de Leah Dempster

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    Ella le ofrecio mas de lo que estaba esperando.

  • No destruyas al Devorador de Lighling Tucker

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    ?Se puede recomponer un corazon roto?
    Chase no esperaba que, al reencontrarse con Aimee cinco anos despues, no reconociera a la mujer que tenia ante el.
    Aimee esta destruida, esa es la mejor definicion de la mujer que es ahora. Consumida por los excesos a los que recurre para olvidar, la linea entre la vida y la muerte comienza a desdibujarse.
    ?Se puede seguir amando a pesar de la distancia?
    El nunca dejo de buscarla, habria descendido al mismisimo Infierno para traerla de vuelta. Y eso Aimee lo sabe. Chase esta dispuesto a romper todas las barreras que ella este dispuesta a poner entre ambos.
    ?Por que huir?

  • Felizmente casada conmigo misma de A. R. Cid

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    En mi vida he tenido que enfrentarme a muchas cosas, jamas crei que el amor seria una de ellas. El amor, una palabra inmensa con la que ahora me atraganto, incapaz de aceptar que un hombre de ojos verdes y mirada traviesa sea capaz de volver mi mundo patas arriba. Sarah ha decidido que si ella tiene pareja yo debo encontrarla tambien, convirtiendo la busqueda del afortunado en una carrera contra reloj, no obstante, ella no sabe que mi vida se ha complicado todavia mas y casarme no entra en mis planes. La relacion mas estable que me planteo es con mi consolador. Siento que desciendo al infierno, lentamente, en una batalla de la que nadie debe enterarse y de la que temo que, en esta ocasion, no saldre victoriosa. Sarah habla de tener hijos, de que nuestros retonos seran como hermanos, pues podria decirse que practicamente somos la misma persona. No podria estar mas equivocada, pero no lo sabra por mi. Mientras el suelo se hunde bajo mis pies, Edgar dice haber llegado para quedarse. Su sonrisa sarcastica, sus ojos verdes y sus artes amatorias, son sus solidos argumentos. Yo me dejo querer, incapaz de pensar mas alla. El reloj juega en mi contra, cada segundo es una burla cruel que me desgarra por dentro. Me dejo llevar, no vivo, solo permanezco en pie a la espera de que algo suceda. Todos creen saber lo que es mejor para mi, todos menos yo. En algun punto he olvidado mis suenos, los he enterrado tan profundamente que he dejado de disfrutar. ?Puede un hombre, un solo hombre, convertirse en todo mi mundo? Yo no quiero ayuda, ni citas a ciegas, ni noches eternas en las que los orgasmos esconden el llanto que se enrolla en mi pecho. Sin embargo, el no solo me quita la ropa, no solo desnuda mi cuerpo. Se esta adentrando en mis entranas, convirtiendo su presencia en un balsamo adictivo que reconstruye la mujer que una vez fui. Cuando me mira los defectos se desvanecen, las imperfecciones, y me gustaria poder usar sus ojos cuando el reflejo del espejo se rie de mi. El mundo entero ha cambiado, las miradas ahora son de desconfianza y miedo, de terror hacia el aire en el que nada podemos ver, pero se intuye. En este caldo de cultivo hemos de proseguir, adaptandonos a lo que nos ha tocado vivir. Dicen que nosotros tomamos las decisiones importantes, yo lo dudo mucho. Edgar era mi destino, un destino que puede que no quiera aceptar. En mi carne anida otra decision que no tome, demostrandome que es posible que el final de mi historia estuviera escrito de antemano. ?Triunfara el amor o lo he encontrado para tener que decirle adios? Capitulo 1 Dos meses antes La luna brillaba con fuerza, pero las luces impedian que nadie pudiera disfrutar de un espectaculo tan hermoso. La naturaleza se habia cansado de quedar relegada a un segundo plano y decidio, de la forma mas cruel, tomarse la revancha. El nombre de su venganza, coronavirus, una palabra que todos asociaban a muerte, soledad, aislamiento. Se sentia el miedo entrando agazapado en cada hogar, los ojos de todos se giraban hacia los mas vulnerables preguntandose si todavia seguirian ahi al final de ano, sintiendo la despedida como inminente. El corazon de todos se resentia, lloraba por lo que acontecia o lo que se aproximaba. Un enemigo que no se podia ver, pero se hacia sentir en el corazon de todos. Por mucho que a primera vista pudiera parecer que las personas se habian adaptado con facilidad lo cierto era que nada volveria a ser lo mismo. La nueva normalidad... no habia mejor forma de expresar la ansiedad que provocaba ahora en la gente salir a pasear o comprar, temiendo que la visita de un familiar, de un amigo, pudiera ser un ataque que no pudieramos evitar. ?Cual fue el resultado? La soledad, incluso hallandose con otras personas, siempre la distancia de seguridad que impide un gesto tan sencillo y reconfortante como un abrazo. Solo el sentir los brazos de otra persona rodeandolos les devolvia las fuerzas, sin embargo, debian ser responsables y mantenerse fuertes. Pensar con la cabeza, relegar la necesidad de contacto, de besar a nuestros mayores, de estar ahi para que sepan que los seguimos amando. La triste realidad fue que aquellos que siempre estuvieron con nosotros ahora se perdian en cifras, en camas abandonadas por los que debian cuidarlos. Eran las victimas, aunque no los que se quedaban llorando, con la culpa pendiendo sobre sus cabezas. Quizas los mas jovenes esquivaban dicha inquietud con mayor facilidad, pero el paso de los dias hizo mella en todos, en mayor o menor medida. En medio de una ciudad inestable Noemi caminaba con prisa y estrujaba el bolso entre sus dedos, sus ojos huidizos repasaban a todos aquellos con los que se cruzaba, la soledad le pesaba en el alma mucho mas que a cualquier otro. Lo que pocos comprendian era que para Noemi dicha soledad habia empezado tiempo atras, en concreto cuando se convirtio en huerfana. Una palabra capaz de arrancarle la sonrisa y lanzarla a un abismo oscuro, mientras por fuera mantenia la mueca para que nadie se percatase de lo que realmente sentia. Muchos solos veian a la joven que disfrutaba de las fiestas y el sexo sin control. Si, sin control, no era tan estupida para no darse cuenta de que se aferraba a dichos contactos intimos como tiritas que no hacian mas que esconder heridas supurantes, aunque no importaba. Esperaba que el tiempo fuera capaz de anestesiarla, de devolverle la alegria, de hacerla sentir viva de nuevo. Toco el timbre, la puerta no tardo en abrirse. Podria haber esperado al ascensor, sin embargo, un huracan se revolvia entre sus huesos y subio las escaleras corriendo, de dos en dos o tres en tres. Un mal paso y se abriria la cabeza, no sucedio y llego hasta su amigo con la respiracion agitada. Lo miro sin explicacion posible para su acuciante necesidad de llorar, aunque solo con el se permitia sacar a la nina temerosa que encerraba bajo miles de candados. Carlos la miro y suspiro. Abrio los brazos y ella corrio, sin preocuparse por lo que no debia hacerse, sin pensar en que, cualquiera de los dos, podria estar contagiado sin saberlo. Apoyo la frente en su pecho y solto el aire que, sin saberlo, habia estado conteniendo. Las lagrimas la traicionaron, rebeldes se deslizaban por sus mejillas provocando que fuera incapaz de retenerlas. Cuando alzo el rostro, sus ojos castanos brillaban entre unas pestanas largas y negras, capaces de atrapar la mirada de cualquiera. --?Que sucede? Me tenias preocupado --dijo Carlos pasando sus dedos por sus mejillas sin lograr secar la humedad que las cubria. Ella se mordio el labio, rojo e hinchado, su piel estaba tan blanca que el contraste la hacia ver realmente hermosa. --Se ha enamorado. Mi hermana se ira antes o despues con el y me quedare sola --contesto Noemi al tiempo que alzaba los brazos y rodeaba el cuello de su amigo--. Se casara y me olvidara, tengo que dejarla ir y me duele. --Ella jamas haria tal cosa. Te ama, si se lo pidieras estaria contigo en todo momento, cogiendo tu mano. Quizas es el momento de que le demuestres que no eres de piedra, que la necesitas. --No puedo, no permitire que mi debilidad impida que sea feliz. Solo tenias que verla, ese hombre ha conseguido devolverle la alegria y no sere yo quien se lo arrebate. --Noemi alzo la mano y la poso en el menton de su amigo, rasgo su barba con la punta de las unas, un movimiento sensual que en ella era un gesto automatico, desesperado--. No sere yo la que la ate a la oscuridad. --Debes dejarte cuidar, te lo mereces. --Las manos de Carlos se colocaron en las mejillas de Noemi y la obligo a que se detuviera en sus ojos azules, queria que viera la verdad que nadaba en ellos, la sinceridad--. No eres de hierro, llevas demasiado tiempo actuando como madre y hermana, llevando sobre tus hombros una carga que terminara por aplastarte. Quizas deberias contarle la verdad a Sarah. --Noemi trato de negarlo con la cabeza, pero el no se lo permitio--. Si no lo haces tu lo hare yo. --No hablas en serio. --Lo hare, no permitire que sigas autodestruyendote. Noemi se sintio acorralada, desesperada. El consuelo que habia ido a buscar se disolvia entre sus manos. Sus dedos se agarrotaron, se aprovecho del amor que Carlos sentia por ella, un amor que, aunque ambos sabian que nunca terminaria en una relacion, habia creado un universo extrano entre ambos. Acerco la boca, a solo unos centimetros. La respiracion salada se colaba entre los labios de Carlos, el perdio la capacidad de pensar, olvidando lo que trataba de conseguir. La veia tan hermosa, tan perfecta, tan increiblemente fuerte. Se sorprendia de que nadie la viera como el lo hacia, sintiendose impotente por no poder darle la felicidad que merecia. Sabia que debia negarse, poner distancia entre ambos, que lo que se aproximaba no seria mas que otra herida que la torturaria con el paso de los dias. Sin embargo, Carlos estaba perdido, no se sentia con la capacidad de negarle nada. --Besame, por favor. Hazme tuya, obligame a olvidar. --Noemi, no debemos... --Aunque por la forma que lo dijo perdio todo el significado. Pues mientras lo comentaba de pasada el mismo cubrio la distancia que los separaba. La sintio calida, los labios carnosos de Noemi se adaptaban a la perfeccion a los suyos, su lengua lo busco y el gimio con la necesidad contenida gritando por ser liberada. Ella jugaba con ventaja, ambos lo sabian. Carlos la trato con la dulzura que un amante demuestra cuando hace mucho mas que tener sexo, cuando hace el amor. Cuando cada caricia, mirada, suspiro o gemido es algo que recordara toda la vida. Noemi en cambio actuaba con movimientos erraticos, buscando una intensidad que convirtiera la desazon en placer, forzando emociones que no llegaban o lo hacian con poca intensidad. Noemi era un cumulo de notas desgarradas que contenian su tristeza en una melodia triste, agonica.

  • 1.280 almas de Jim Thompson

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    “Yo solo soy un sheriff del sur” declara Nick Corey, un tipo en apariencia lerdo y vago que no soporta a su mujer ni a su cunado, cuya maxima es que solo se detiene a un individuo cuando no hay mas remedio, y eso siempre que sea un don nadie. Todos en Potts County -un lugar imaginario en la America profunda, con una poblacion de 1.280 habitantes- estan convencidos de su apatia y su simplicidad. Pero pronto el lector se dara cuenta de lo astuto que es Corey. Su deseo de ser reelegido para el cargo de sheriff hace que su comportamiento no tenga limites ni conozca escrupulos. Poco a poco, la idea de deshacerse de todos aquellos que se interpongan en su camino va tomando cuerpo. El protagonista expone en primera persona los hechos sin inmutarse, pues en su paranoia llega a creerse elegido para limpiar de escoria el lugar.

  • Jugando a enloquecerte de Sara Pena Lainez

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    Y ahi me encontraba yo, en la puerta de mi casa a dos semanas de mi boda con todas mis amigas euforicas porque hoy es mi despedida de soltera que ellas han organizado con una ilusion descomunal. --Azhar, ?estas preparada para la mejor noche de solteria de tu vida? --dijo Carla muy euforica con una ridicula diadema con una polla en toda la frente, lo peor era que en ese mismo momento Monica otra de mis amigas me colocaban a mi una aun mas grande con un velo de novia pequeno y con luces. --Si. --les dije forzando una sonrisa mientras que en mi mente me santiguaba y rezaba porque esto no se pusiese peor de lo que mi mente imaginaba, a mi parecer mas complicado de lo que iba a ocurrir de eso estaba totalmente segura. --Azhar animate joder es tu despedida de soltera deja a un lado tu yo frigida y disfruta con nosotras. --dijo ahora Claudia mientras que yo seguia rezandole a cualquier dios existente que se compadeciera de mi. --?No habia una diadema mas discreta?--pregunte intentando quitarmela para observarla mejor, cosa que no me dejaron hacer poniendola en mi cabeza. --Si, pero entonces no se te hubiese visto y eso no nos gustaba. --dijo Laura con una sonrisa picara que combinaba muy bien con el guino que vino despues. --Vamos a entrar a esperar a las que quedan y vamos empezando a calentar. --dijo Laura entrando en la casa dejandome a mi en la puerta con las demas no mucho tiempo pues estas la siguieron dejandome con cara de circunstancias y con ganas de decirles a todas que se fueran, que no iria a celebrar nada. --Azhar, ?donde tienes escondido el alcohol? No lo encuentro. --dijo aquella misma mientras escuchaba los muebles abrirse y cerrarse. Mire al cielo y sin pronunciar palabra clame una plegaria porque esta noche me dejara la virtud de la paciencia porque como no me la diera presagiaba que esto acabaria como el rosario de la aurora, cerre la puerta y entre con decision para darles a esas locas lo que pedian, haber si asi con suerte se emborrachaban en mi casa y no teniamos que ir a ningun lado. Capitulo 1 Y aqui estoy en una ridicula limusina rosa chicle, no entendia por que teniamos que hacer esta ridicula celebracion que era para despedir algo que yo no era desde hacia tantos anos que ni me acordaba, empece con Mario cuando apenas teniamos diecisiete anos y fue practicamente mi primer novio enserio y teniendo en cuenta que tenia veintiocho, llevabamos once anos juntos, osea llevaba once anos sin estar soltera. --Azhar dame la copa. --me dijo una Sofia bastante achispada para ser sinceros, antes de que le pudiera dar la copa ya esta habia sido arrancada de mi mano para ser rellenada y devuelta. Mientras habiamos estado en mi casa habiamos acabado con tres botellas enteras, una era de tequila, otra de ron y la ultima de ginebra, a pesar de que yo solamente habia bebido un par de copas y un chupito las chicas habian arrasado. Estabamos dentro haciendo tiempo mientras llegaban todas las invitadas a la despedida y para que pudiera llegar la limusina horrenda color chicle que no tiene nada que ver con lo que a mi gusto se refiere. Aunque siempre habia sido una chica bastante humilde, debo de decir que dedicarme al mundo de la moda, como una recien estrenada periodista de moda, habia hecho mella en mi, siempre fui una chica a la que le llamo la atencion demasiado la moda, fijarme en lo que se llevaba, intentar ir a la ultima y que mi ropa no tuviera ni una misera arruga, eso habia hecho que mucha de las cosas que antes me encantaban y atraian ya me aborrecieran y quisiera huir de ellas como si eso me fuese a pegar una enfermedad que aseguraba mi muerte. --Azhar, bebe que es tu despedida. --escuche que me chillaba Marta haciendome salir de mi ensonacion abruptamente, la busque y vi que me habia chillado desde la otra punta de la limusina con una sonrisa que delataba en el estado de ebriedad que se encontraba la que habia sido companera de carrera. Bebi mirandolas a todas tomandome la copa de champan de golpe con una sonrisa dedicada a todas ellas que estaban ahi, haciendo que todas me vitorearan y volvieran a rellenar mi copa pensando que por fin comenzaba a relajarme. --Chicas, recordemosle a nuestra gran amiga que no se olvidara jamas de este dia. !Chofer sube el volumen! -- chillo Laura euforica mientras que bailaba cuando el pobre chofer atendia su peticion sin rechistar. Las diez mujeres que se encontraban dentro comenzaron a bailar con impetu como si manana se fuese a acabar el mundo y tuvieran que demostrar hoy lo fiesteras que eran. Yo por el contrario me bebi mi copa de golpe intentando coger fuerzas con lo que veia que se me venia encima y la larga noche que me esperaba, miraba hacia abajo y mi aspecto hizo que cogiera la botella y me rellenara la copa dos veces, mis amigas me habian puesto una camiseta horrorosa, rosa fluorescente con letras horribles que ponia en el pecho: "Aqui se encuentra la novia mas perrisimamente y excitante que veras" Despues de ponerme esa camiseta horrenda y la diadema que no queria ni pensar en buscar un adjetivo para definirla porque posiblemente mi mente se destruiria en el acto; llevaba una banda en verde fluorescente tambien, que tampoco entiendo el empeno en los colores fluor si estos ya no se llevan pero en fin creo que las chicas buscaban algo que no fuera para nada con mi estilo, como si no fuera suficiente en la banda ponia: "Novia cachonda" Y ya para terminar con mi ridiculo y avergonzante atuendo llevaba un tutu del mismo color de la banda. Lo unico que deseaba es que pasara rapido la noche y pudiera estar manana con Mario sentados en el sofa mientras el veia alguna serie y yo leia un buen libro o cotilleaba sobre articulos de moda o sobre los ultimos modelitos de las estrellas, eso siempre seria mas agradable que llevar una polla en la cabeza y ser una feria andante. --Azhar ya hemos llegado... --dijo Monica con una sonrisa enorme que a mi me hacia intuir que la noche no iba a mejorar, muy por el contrario iba a empeorar para mi, aunque ellas seguro que iban a disfrutar de lo lindo. Asenti y comenzaron a bajar todas dejandome a mi la ultima, cuando me toco a mi bajar, no me lo pude creer donde me habian llevado, de hecho ahora lo de la limusina no me parecia en realidad tan mala idea, de hecho me gustaria adentrarme de nuevo y no salir de ella, eso seria una gran idea, teniendo en cuenta que ahi dentro no me veria nadie en cambio en ese local seria uno de los focos de atencion ya que a mis grandes amigas no se les ocurrio otra cosa mas idonea y que encajara conmigo que llevarme a un local especializado en despedidas de soltera, un show el cual estaba disenado para cenar y tener cameros y camareras eroticas para despues convertirse en una discoteca, mire a las chicas formulando una pregunta sin verbalizar ni una silaba. --!Vamos entremos! --dijo Maria tan emocionada que no parecia en estos momentos la chica sensata que solia ser siempre. --Chicas en serio, ya sabeis lo que opino sobre estos lugares. --dije en disconformidad, es que era mi despedida de soltera y no habian hecho nada que a mi me gustase. --Vamos Azhar, olvidate de esa periodista de moda en la que te has convertido y recuerda la despedida de soltera que siempre deseaste. --dijo Carla cogiendo de la mano y tirando de ella como si fuese una nina que le da miedo entrar en el colegio por primera vez en su vida. --Carla teniamos, ?cuanto? ?quince, diecisiete anos?--le digo enfurrunada mientras que me dejo llevar donde me lleva ella, total resistirme no iba a servir para nada en realidad. --En realidad teniamos dieciocho pero, la edad no importa tu dejate llevar y ya veras como los prejuicios se van con un par de chupitos. --dijo Laura picara mientras me pasaba el brazo por encima de mi espalda apoyandose en mi. Resople pero viendo que no iba a solucionar nada me deje llevar del todo y pense que ya de perdidos al rio total que seria lo peor que me pudiese pasar, ?pescar una borrachera descomunal? No seria la primera de mi vida.

  • Pandemia de Franck Thilliez

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    Nada podra evitar la epidemia. La humanidad esta en juego.

  • Anonimos infinitos de Marina Bernal Guerrero

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    Este libro esta hecho con relatos pequenos, microrrelatos, sobre gente anonima que ha tenido la suerte de cruzar sus vidas con la de la autora de todos ellos, Marina Bernal. Anonima, pero real. Personas que sufren, se divierten, emocionan, se separan, se quieren, cumplen anos, hacen el bien, en una palabra… viven. De ahi el titulo, gente real que esta reflejada de forma anonima. E infinito, como el mar que tanto gusta a la autora, y porque estas historias van a continuar, como continuara la vida. …Todas las breves historias que se relatan en este libro son reales, con protagonistas reales y hechos reales. Marina tiene la suerte de que muchas personas le hagan participes de sus deseos, de sus sentimientos y de sus vidas… y luego le gusta describirlos respetando su intimidad y la confidencialidad. Lo cuenta, pero la mayoria de las veces no los identifica, por eso forman parte de estos Anonimos Infinitos……

  • Reb de Dani Vera

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    Rebeca es una Capitan del ejercito americano que, despues de una mision en Yemen, y un ascenso en su carrera a Comandante, decide elegir como destino algo que la haga no estar viajando por medio mundo con su escuadron. Siempre ha sido independiente, fuerte, disfruta practicando deportes de riesgos. Es bruta y malhablada. Antes de llegar a su nuevo destino en West Point, viaja para practicar surf y escalada con Eme, su amigo y miembro del escuadron. En su viaje, conocera a Edward, un hombre aparentemente despreocupado, sexi y con unos ojos y un pelo que pronto llamaran la atencion de Rebeca.

  • ?Quien cerro las puertas al amor? de India Alvarez

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    Dos libros en uno, dos historias de amor que te enganchara.

  • Futuro incierto (Futuro incierto 1) de Esmeralda Munoz

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    A nuestra protagonista le han intentado asesinar. Un disparo en la cabeza le ha provocado la muerte, pero regresa a la vida con un cometido: salvar al mundo. Ha desarrollado el don de ver el futuro y, entre esta gran ayuda, y sus amigos, averiguaran quien quiso matarla y como salvar a millones de personas.Un libro que esta causando furor, lleno de suspense, ciencia ficcion, romanticismo y comedia.

  • Ojos de gata de Erina Alcala

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    !Hola Fatima! ?Que pasa? --Le dijo su hermana Daniela mientras iba andando por la calle buscando su coche aparcado, a la salida del trabajo. --Acabo de salir del estudio, no he podido contestarte antes. Estaba con un cliente. Estamos haciendo un nuevo complejo de casas. --Tu siempre igual Daniela. No paras carino. --Tengo que ganarme el sueldo y pagar mis facturas, vivir en Carolina del Norte es barato, en comparacion con otros lugares, pero entre el apartamento y los gastos, se lleva casi la mitad del sueldo, bueno menos, la verdad. --Porque siempre has sido presumida. --Si, Almeria es mas barata. Tienes mas suerte. --No creas tienes una sobrina que pide por la boca sin parar --y Daniela se reia. --Consientela mujer, solo tienes una hija. !Ah! echo de menos las tapas y todo es mas barato alli sobre todo cuando sales a tomarte una cervecita. --Te hubieses quedado, aqui tambien se necesitan arquitectas. --Bueno, pero vi esa oportunidad y quise aprovecharla. No me arrepiento. Vivo bien aqui. --Pero vives sola hermana y lejos y hace tres anos que te fuiste y no vienes. --Lo se, ire estas vacaciones si puedo, pero no te quejes, Fatima, tu no estas sola, tienes a Rafa, tu marido y tu pequena Sofia, mi sobrina preferida. --No tienes otra. --Lo se, Bueno, ?Que tal? --Tengo que decirte que la tia abuela Celia ha muerto. --?En serio? --Si, hace un mes. --?Y no me has dicho nada, mujer? Asi no me contestaba. La llamo todos los meses, pero las dos ultimas veces que la he llamado este mes, pense que habia ido a algun sitio porque no recibia respuesta. Pobrecita. --No queria darte malas noticias, pero hoy he recibido carta del notario, estamos las dos citadas, la semana que viene. Tienes que venir. --Pero hermana, si la tia no tenia nada mas que su casa en la playa... --Pues no se que tenia, pero somos sus herederas y tienes que venir. --?Desde Charlotte?, ahora no puedo, hermana, tenemos mucho trabajo. --Solo sera una semana o diez dias, pidelos como anticipo de tus vacaciones. --No me dejara mi jefe. Es demasiado serio. Ya veras. --Pideselo y dile por que razon es. --Esta bien, lo intentare manana. Y trabajare para dejar esto al menos preparado. --Y no te busques hotel, te quedas en casa, que te conozco. Es nuestra casa de toda la vida --Vamos, es tuya Fatima, me compraste tu parte. --Nos seas boba. Te vienes y punto. --!Esta bien! Te llamo en cuanto tenga los billetes y te cuento cuando voy, ya veras que sera una tonteria. --Tu ven y asi nos vemos y descansas. Nos habra dejado la casa, como no tenia hijos... --Sera eso. Bueno, dale besos a Rafa y a mi sobrina, voy a coger el coche y me voy a casa. --Un besito, cuidate y me llamas en cuanto tengas el billete. --Lo hare. Te quiero. --Y yo a ti Daniela Alonso, tenia veintiocho anos y era arquitecta. Habia trabajado al terminar la carrera un par de anos en un estudio como arquitecta en practicas en Almeria, pero no ganaba nada y ya estaba harta de trabajar gratis para las empresas, y cuando su padre murio, tres anos y medio atras, se fue a Carolina del Norte con un contrato de trabajo. Habia visto trabajo en America y ella hubiese preferido la gran manzana, pero tuvo suerte en Carolina. Asi, que se mudo a Charlotte, la ciudad mas poblada de Carolina del Norte. Alquilo un apartamento y se compro un coche con el dinero que su hermana Fatima le dio por la casa de sus padres, donde habia vivido toda la vida y que le habia vendido su mitad al irse. Su madre murio cuando eran pequenas, pero su padre murio tres anos y medio atras, cuando ya Fatima estaba casada y tenia una hija de cinco anos. Como Daniela se fue a Carolina, le compro la parte de la casa familiar y se quedaron su marido y ella en la casa, la renovaron y dejaron el piso de alquiler que tenian. Para ello tuvieron que pedir un prestamo hipotecario, pero la casa quedo nueva. Y ella, alquilo un apartamento en Charlotte, mas menos centrico, a unos veinte minutos del centro, la zona Uptown, la zona centrica de negocios por excelencia. Ganaba un buen sueldo, pero era mas una ayudante que una arquitecta en si. Esperaria un ano mas para subir de categoria o se cambiaria de estudio. Estaba mas que preparada para llevar el trabajo complicado, es mas, lo llevaba mejor que el arquitecto y ganaba la mitad y hacia casi todo el trabajo. Daniela media uno sesenta y cinco, tenia los ojos de gata, como le decian desde pequena, no se sabian si eran azules o verdes. Un color raro, precioso, como su padre, el pelo por media espalda, se habia hecho unas mechas rubias y tenia un buen cuerpo y una sonrisa siempre para todo el mundo. Vivia muy bien, casi ahorraba mas de la mitad de su sueldo. Ganaba unos seis mil dolares porque le echaba muchas horas al trabajo, pero no tenia libertad pada disenar ella por su cuenta. Era una simple ayudante. Su hermana Fatima, era igual que ella, un poco mas alta, pero se parecian mucho incluso en el caracter. Era educadora social y trabajaba en un centro de Menores en Almeria. Su marido Rafa era policia local y estaban muy enamorados. Daniela estaba lejos, pero llamaba a su hermana todas las semanas. Y habian tenido mucho contacto con su tia abuela Celia, y ella sintio mucha pena, pero era ya demasiado mayor y estaba enferma del corazon, cuando ella se vino. Tambien la llamaba al menos una vez al mes. Ahora supo por que le extranaba que no contestara a sus ultimas llamadas. No tenian mas familia que ella. Su tia nunca se habia casado. Era hermana de su abuela por parte de padre y las habia querido mucho. Siempre, en todas las reuniones familiares estuvo su tia. Seguro que queria dejarles la casa. Otra cosa no sabia que tuviese. En fin haria todo lo que estuviera en su mano para ir la semana siguiente a Almeria. Llego cansada a casa con un maletin de trabajo, pero iba a ir a andar un rato y se daria una ducha y se pondria con ello hasta la cena. Su apartamento estaba en un complejo de apartamentos preciosos. El suyo era maravilloso y muy bien decorado. Ella mando pintarlo y amueblarlo al llegar. Tenia un dormitorio y un despacho, una cocina y un salon suficiente para ella. Un aseo con cuarto de lavado y en su dormitorio que era grande, dos vestidores y un bano con banera de patas y lavabo doble. Era feliz. Tenia un coche bonito, no demasiado caro y una plaza de garaje en el parking de los apartamentos. No necesitaba mas. Tenia ademas, mas de ochenta mil dolares en el banco. !Que mas queria a su edad, veintiocho anos! Brad Hill, era el unico nieto de James Hill, y era la unica familia que tenia, ese nieto y Brad a su abuelo materno. Tenia una empresa de ingenieria aeronautica importante en el centro de Charlotte, desde que el abuelo era joven. Y habian hecho entre ambos, un buen trabajo en la empresa, desde que Brad termino ingenieria en la Universidad y se unio a el en el conglomerado que el abuelo dirigia solo. HILL AERONAUTICS, Era una sucursal que trabajaba para un par de aerolineas importantes del pais. Fabricaban las piezas de los aviones, se reparaban, y todo el proceso hasta ponerlos en marcha. Tenian hangares a las afueras de Charlotte, con un aeropuerto propio. El terreno era inmenso, sin embargo la administracion, la llevaba ya Brad en el centro de Charlotte, en un edificio de cinco plantas y su subdirector estaba en los hangares donde estaban las piezas, los mecanicos, los verificadores, montadores y demas personal. Era una gran empresa aeronautica. Brad, era un hombre imponente y alto como su abuelo, era moreno de ojos grises, un presumido de cuidado y un vanidoso con las mujeres. Media uno ochenta y ocho y era guapo como el solo. Sin embargo, en el trabajo era impecable, duro y exigente. Para ir a la oficina vestia trajes impecables, y cuando iba a los hangares, se ponia ropa de sport o llevaba traje tambien, dependia de que fuese a hacer. Para ello tenia un vestidor en su despacho y poder cambiarse. Tenia una casa grande a las afueras de Charlotte, al lado de la del abuelo, para estar cerca de el, tres coches y cinco dormitorios. Una piscina y un gran jardin. Una verja en la entrada y piscina con cascada maravillosa. Era de estilo espanol. Tenia un jardinero una vez a la semana y una mujer para la limpieza y el resto de la casa y comida, todos los dias excepto el sabado y el domingo, que le apetecia estar solo en su casa. Salia a comer o pedia o se hacia algo sencillo. Su abuelo se habia retirado hacia unos anos del trabajo. Se habia jubilado dejando a Brad, la direccion de toda la empresa. Y ahora habia muerto hacia un mes. Y se encontraba, en la empresa con el notario y su abogado y los abogados de su abuelo en su despacho. --?Que no puedo ser dueno de la empresa si no me caso? --dijo Brad indignado. --Exacto, y por cinco anos minimo. --Dijeron los abogados de su abuelo. --Si no se casa en unos meses, dos para ser exactos, solo tendra una decima parte de la empresa, el resto de dividira entre los jefes del resto de los departamentos. --Pero eso no puede ser... --Puede ser, Brad --le dijo su abogado revisando el testamento. --La casa tambien sera suya, si se casa, de otra manera sera donada a una ONG para ninos sin hogar. --Pero... ?Como puede hacerme eso? Me fui a las afueras para estar tranquilo y a su lado, tengo mucho trabajo. No podria tener una cola de ninos chillando al lado. --Pues eso no es todo. El dinero que tenia, son cien millones que tambien van con la casa a la ONG. --!Maldita sea! --Tienes dos meses. No podemos hacer nada, era su ultima voluntad. --Pero eso no puede ser... No dejare que se pierda la empresa ni que se divida. Si tengo que casarme, me casare. Cuando los abogados salieron de su despacho, y el suyo tambien, se echo las manos a la cabeza dando vueltas por el despacho y maldiciendo la suerte que habia tenido. --?Pero que habia hecho su abuelo? Creia que bromeaba cuando se lo decia dia tras dia machaconamente que se casara, pero ahora comprobaba que no era una broma. Salia con algunas mujeres, pero ninguna podia meterla en su casa, salvo en una cama. --!Joder abuelo, la has hecho buena esta vez! el dinero y el de la casa vendrian muy bien como inversion de la empresa, el tenia su propio dinero, ganancias anuales, pero... !Joder! Al final Daniela consiguio permiso de diez dias para ir a Espana, pero estaria lo menos posible. Lo suficiente para tratar los temas del abogado y el notario y volver. El trabajo la esperaba y no queria perderlo. Se quedo en casa de su hermana y le llevo juguetes a su sobrina y regalos a su hermana y cunado.

  • El secreto de tu mirada de Raquelita Gomez

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    Segunda y ultima parte de la Bilogia Secretos. Tracy es una chica alocada que, a sus dieciocho anos de edad, solo quiere vivir la vida y pasarselo bien. Esto se intensifica cuando se abre la posibilidad de viajar a Grecia. Alli conoce a su "amor fugaz de Grecia al que nunca volvere a ver". Pero quiza esa definicion no le agrade tanto al destino como le gusta a ella. Gael es famoso por impresionar y ser impredecible. Su naturaleza le hace querer ser un alma libre, pero lo que no espera es la conexion invisible que tiene con Tracy. Quiza los dos necesiten descubrir lo que es el amor. Quiza los dos esten hechos el uno para el otro. Quiza sean alma gemelas y no quieren darse cuenta.Quiza solo tengan que descubrirse. Eso lo decidira el destino.

  • Enganchada a ti de Rose B. Loren

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    Susana lleva toda su vida enamorada de Hector, desde que tenia doce anos y sus padres se mudaron a Santona, aunque el solo la ve como una amiga.

  • Solo tu me tendras de Toni Munoz

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    En mayo de 2017, un cuerpo calcinado aparece junto al pantano de Foix, abandonado en el maletero de un coche al que han prendido fuego. Solo una protesis de columna permite reconocer el cadaver: pertenece a Pedro Rodriguez, un agente de la Guardia Urbana de Barcelona suspendido de empleo y sueldo desde hacia meses tras propinarle una paliza a un motorista. Su vida, poco antes de la agresion, habia dado un vuelco: acababa de separarse de su mujer para iniciar una relacion con otra agente de la Guardia Urbana, Rosa Peral. Llevaban juntos desde entonces. Pero Rosa, cuando le comunican la noticia, apenas se inmuta. De hecho, se refugia de inmediato en un antiguo novio, Albert Lopez, miembro tambien del mismo cuerpo de seguridad. Y empieza a sugerir que quiza su exmarido, Ruben, agente de los Mossos d’Esquadra, tiene algo que ver con la muerte de Pedro.

  • El ultimo susurro, Gema Tacon de Gema Tacon

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    Una serie de asesinatos sin resolver asaltan la ya de por si complicada vida de la inspectora de policia Kate Warne, sin que sepa que la calve de todo se encuentra en ella misma.
    Tras el duro golpe de perder a su pareja y companera en una mision encubierta, Kate se convierte en la sombra de lo que fue, hasta que un asesino en serie la obliga a regresar a la realidad. Las partes amputadas y desaparecidas de las victimas del Silenciador de Susurros, apodado asi por la prensa, hacen que la investigacion de Kate sea a contrarreloj para evitar que el homicida deje otro cadaver mas. Cada vez que cree estar a punto de atraparlo la historia da un giro y alguien cercano a ella sufre las consecuencias.
    Nuevas pistas reconducen el caso guiandola por los entresijos de su pasado. Equivocarse de persona la llevara al borde de la locura, pero ?que pasara cuando descubra la verdad? ?Que tiene que ver el asesino con los asmrtist muertos? ?Podra Kate asimilar lo que esta por descubrir?
    Un thriller policiaco lleno de sucesos inesperados, que haran al lector adentrarse en la mente de nuestra protagonista y vivir con ella cada nuevo obstaculo a superar.

  • !No se de cual enamorarme! de Leen Io

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    Lily Scott era una nortena que, al cumplir los veintiuno, no tolero mas el frio y soledad que padecia en su pueblo. Se mudo a una ciudad del Sur donde empezo a conocer todo tipo de personas. Incluyendo cuatro pretendientes que, por primera vez, le hicieron sentir que sonar era valioso y enamorarse valdria la pena.
    Su corazon le asigno la complicada tarea de escoger a un unico e irreemplazable huesped.

  • Renunciare al principe azul de Olivia Saint

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    Los zapatos de mujer son un arma mortal que le facilita la conquista del mundo, destilan sensualidad y glamour, sin ninguna duda la pasion de una mujer se refleja en el calzado que usa. Esto lo sabe Helga, que es una mujer profesional, duena de una empresa de calzado para damas. Ella, entiende a las mujeres, sabe que buscan y a donde debe dirigir el estilo y el diseno de sus colecciones para poder siempre dar un toque de clase y glamour a sus modelos que hacen lucir sexy a todas las clientes que usan sus zapatos. Es la distincion de su marca.

  • Singular de Amy Realto

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    Murcia. Seis anos antes. --Papa, tengo que irme. No puedo seguir en Espana. En Murcia y en Madrid, todo, absolutamente todo, me recuerda a ella. --Edu escondio el rostro entre las piernas, los codos apoyados sobre las rodillas y las manos entrelazadas detras de la nuca, intentando hacerse pequeno. Intentando desaparecer--. Necesito un cambio. Vivir mi vida. Dedicarme solo a mi. No quiero que pienses que soy un egoista por largarme justo en este momento. Entiendeme…, por favor --pidio mirando a su padre de nuevo. --Lo hago --respondio este--. Se que ahora lo ves todo negro. Tu vida ha girado en torno a ella desde que eras un nino. Aqui y luego en Madrid. Las elecciones que has hecho han sido siempre contando con ella. Teniais trece anos cuando empezasteis. --Deseo que sentirse comprendido aliviara su angustia. --No solo contaba con ella, papa. Tambien con vosotros. Con mama, con mis hermanos, contigo y con la empresa. Tenia mis suenos. Eran simples… Solo queria acabar la carrera y ganar lo suficiente para formar una familia, como la nuestra. Y quiza… Quiza, si la cosa me iba bien, comprar una casa en alguna zona bonita con vistas al mar para vivir con ella. Parecia facil, pero… Todo se complico. --Los ojos color miel de Edu habian dejado de brillar. Cada linea de su rostro, cada sombra, era una triste prueba de su desolacion. Su padre no pudo sostenerle la mirada y la dirigio al mar. --La vida es asi, no siempre vienen las olas como queremos. A veces tenemos que saber navegarlas, corregir el rumbo e intentar llegar a nuestro puerto --dijo, y acaricio con carino la espalda de su hijo--. Cuando te fuiste a Madrid eras aun un nino, hoy tengo ante mi a un hombre. El mundo de los adultos es muy complicado. Ahora lo sabes. Lo sufres. No pierdas el tiempo buscando razones por que no las hay. --Ya tengo el billete a Tegel --dijo con resolucion. Habia tomado una decision y nada ni nadie iban a cambiarla--. Empiezo en septiembre, pero quiero llegar a Berlin antes para organizarme. Cuando vi que aun estaba a tiempo para solicitar plaza lo hice, me daba igual el destino, solo queria que fuera lejos de mi vida --explico--. Es la unica forma que he encontrado para seguir adelante, papa. No creo que pueda resistir un verano aqui. Recordando todos los anteriores. ?Me ayudaras con mama? --Tu vida forma parte de ti. Nunca vas a poder alejarte de ella ni de tus recuerdos, vas a tener que aprender a convivir con ellos, aunque lejos probablemente te resulte mas sencillo. -- Esperaba que asi fuera--. Por mama no te preocupes, aunque no lo creas, ella esta mas preparada que yo para dejarte ir. Los dos hombres dejaron pasar el tiempo, callados, sintiendo en su rostro la brisa, todavia fresca de la manana. --Papa, ?nunca has tenido miedo a perder lo que quieres? --pregunto el chico. --Tengo miedo de ello cada dia. --?Y merece la pena? --Aunque solo hubiera podido vivir un minuto al lado de tu madre… Si, es algo de lo que estoy seguro. Merece la pena vivir la vida con aquellos a los que quieres, aunque sea corta --respondio tras pensarlo unos segundos. --Yo no lo estoy, duele demasiado perder a alguien que amas con toda tu alma. Angel, no supo que responder, imagino una vida sin Africa o sin sus hijos y comprendio perfectamente el dolor desgarrador que sentia Eduardo. Miro al horizonte, al inmenso y brillante mar que tenian delante, y como siempre que lo hacia se sintio pequeno en un mundo muy injusto. ?Que le dices a tu hijo cuando ha perdido al amor de su vida? Sobraban las palabras, los dos quedaron sumidos en sus pensamientos. Un silencio roto unicamente por el melodico rumor de las olas al llegar a la costa. Y en ese momento, acompanado por la tranquilizadora presencia de su padre, Eduardo se juro, que solo sufriria por las cinco personas en el mundo que mas queria, su familia. No permitiria a nadie mas acceder a su corazon y de ese modo, quedaria protegido contra el dolor. Capitulo 2 Madrid. En la actualidad. Eduardo observaba la acogedora vivienda mientras hablaba por telefono. Habian estado en la nueva casa de Daniela viendo como queria distribuir el espacio, que tipo de muebles pretendia instalar y eligiendo los colores que, mas adelante, sus pintores darian a las paredes. Finalizaba septiembre, pero hacia un calor de mil demonios. Seguramente por eso, o por ser amable, ella le habia invitado a tomar algo en la casa en la que vivia con su amiga. Habia tenido que organizar su apretada agenda para poder atender la llamada de Daniela. Todavia queria acercarse a la reforma del restaurante. Tenia que ver como habia quedado el remate de las columnas, que no habian podido quitar para ampliar el comedor como era la idea inicial, y comprobar si, por lo menos, habia suficiente sitio para un par de mesas junto a ellas. Si lo habia serviria como reservado o zona romantica, lo que daria un valor anadido a la reforma. Pero estaba sediento, asi que acepto. Daniela fue a la cocina y el aprovecho para concretar el trabajo con la cuadrilla de pintura. Le habia sorprendido su llamada esa manana. No habian vuelto a verse desde que la conocio, solo habian intercambiado algun que otro mensaje cordial. Y no esperaba hacerlo tan pronto, aunque hacia unos dias no habia podido resistir la tentacion de comprar un peluche para su futura sobrina y estaba esperando el momento para darselo. El dia que les conto lo del embarazo a Leo y a el, no pudo evitar sentir pena por ella, porque de entre todos los hermanos Cano habia ido a acabar con el mas jodido. Bueno, quiza ese era el, pero pensaba que hasta el momento lo habia disimulado bien. Su personalidad sociable le permitia esconder sus fantasmas con mayor facilidad que a Angel, ya que este al ser de trato mas arisco y aspero, suscitaba de primeras, un caracter atormentado. Aquel dia, con la explicacion que ella les dio y su razonamiento, Eduardo quedo completamente convencido de sus buenas intenciones, y sabiendo como iba a reaccionar Angel ante la noticia, y siendo consciente del enfado que Leo intentaba disimular, decidio romper sus reglas. Dejandose llevar, cosa que no hacia desde hacia anos, permitio que esa chica y su futura sobrina entraran en su vida, independientemente de lo que pensara su familia. Les abrio la puerta del selecto y reducido grupo de personas a las que consideraba importantes y por las que se permitia preocuparse, dandole su telefono y su apoyo. Al recordarlo, aun se sorprendia de su reaccion. Mientras hablaba se fijo en los bonitos paisajes que adornaban las paredes. Hermosas fotografias en las que la luz existente en el momento de ser capturadas les conferia un efecto especial. Se pregunto si las habria hecho ella. Habia imagenes tambien con otra chica en distintas situaciones y en distintos momentos. En algunas se veian demasiado jovenes. Le atrajo la evidente complicidad entre las chicas, pero, sobre todo, la radiante sonrisa de su amiga en muchas de ellas. En cuanto al salon, este era muy acogedor, con unos muebles practicos y una decoracion nada sobrecargada. Le gustaba como habian aprovechado el espacio, consiguiendo un lugar agradable para vivir. Tras despedirse de su interlocutor, Eduardo se dirigio a la cocina. --Los pintores vendran pasado manana. Van a tenerlo listo enseguida. Con la casa vacia como esta y todo despejado, no deben tardar mas de dos dias --dijo mientras entraba--. La proxima semana podremos empezar con los muebles. Le sorprendio la reaccion de la chica que tras dar un pequeno saltito se lanzo a sus brazos. Le resulto extrano devolverle el abrazo, pero consiguio hacerlo de forma casi natural. Eduardo, no tenia ese tipo de relaciones con nadie. No se permitia muestras de afecto mas alla del tipico trato cordial. Era experto en mantener las distancias sin resultar maleducado. Solo era afectuoso con su familia, formada ya solo por su madre y sus tres hermanos. Pero con Daniela se comportaba de forma diferente, y no sabia la razon. Sol llego a casa, cansada y cargada con la comida para llevar que habia comprado en el chino de la esquina. Dejo las llaves en el mueble de la entrada y el bolso sobre el sofa; con una mano libre, ya pudo repartir el peso de las bolsas. Habia sido un dia duro en el hospital, un no parar de urgencias de aqui para alla, y se sentia agotada. Tambien estaba molesta con Eva que de nuevo habia anulado los planes para cenar juntas, esta vez, por un guapo portorriqueno que habia conocido ese dia. Asi que Daniela y ella tendrian que reventar o congelar las sobras, y con toda la comida que les habia dejado Juana, apenas tenian espacio en el frigo. Juana habia sido su vecina hasta que unos dias antes se habia mudado a una residencia dejando el piso de enfrente libre. Piso que pronto iba a ocupar Dani con su hija. <>, penso. Se percato de que habia una chaqueta de traje masculino apoyada en el respaldo del sofa, no parecia del padre de Daniela. Ademas, Pedro no solia usar americana, y menos con ese calor. Curiosa siguio el sonido de las voces que procedian de la cocina. Desde la puerta pudo ver como Daniela abrazaba a un desconocido. Analizo al guapo receptor del abrazo. Alto, bastante mas que su amiga, y delgado. Pese a su delgadez el hombre tenia la espalda ancha y su complexion parecia fibrosa. Los pantalones del traje se ajustaban perfectamente a su cuerpo sin cenirse demasiado, y la tela caia con gracia permitiendo vislumbrar el contorno de un bonito trasero. Llevaba la camisa remangada, lo que dejaba a la vista unos fuertes y morenos antebrazos. El pelo castano --que en algun momento habia sido domado con fijador--, estaba despeinado y un mechon rebelde le caia sobre la frente, confiriendole el aspecto de chico malo que tanto le gustaba a ella.

  • Mi lugar cerca del cielo de Mita Marco

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    ?Y si tu vida se redujese al trabajo?
    ?Y si tuvieses dos amigas locas dispuestas a cambiar eso?
    ?Y si se empenan en presentarte a un chico monisimo y super simpatico?
    ?Y si, por si fuera poco, te vuelves a encontrar con tu ex novio, porque ha vuelto de Miami?
    ?Y si, cada vez que lo vuelves a ver, tu corazon parece que salta a la comba?
    ?Y si hubiese vuelto a por ti y tu estas conociendo a otro?
    ?Y si guardases un gran secreto que pudiese destruir esa relacion con la que siempre sonaste?
    Esta es la historia de Sara. De segundas oportunidades y nuevos comienzos. Un libro romantico, divertido y real como la vida misma, donde, quizas, te sientas mas identificada con nuestra protagonista de lo que crees. O quizas no.

  • Pide un deseo, Stefania Gil de Stefania Gil

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    Leah y Jonathan estaban realmente enamorados. Comprometidos y planeando la futura boda. Pero un dia, al llegar a casa despues de una larga jornada, Leah se entera de que Jonathan y toda su familia se marcharon sin dar alguna explicacion. Solo dejaron un vacio que ironicamente estaba lleno incognitas que jamas pudo resolver y una tristeza que parecia querer acompanarla de por vida.
    Decide mudarse a la gran manzana pensando que aquella ciudad le ayudaria a empezar de cero. Pero no. Cada ano, en la misma epoca en la que habia ocurrido todo, Leah revivia cada instante de aquel sufrimiento. Era un luto que vivia ano tras ano desde la misteriosa partida de su prometido junto a toda su familia.
    Con el pasar de los anos, entendio que en ningun lugar del mundo encontraria la felicidad y decide regresar a Arlington, junto a su familia y justo en el momento en el que su mejor amiga Ellie, a quien conoce desde que eran bebes, le propone empezar un negocio juntas. Tambien intuye que Ellie quiere emparejarla de una vez y por todas con Ryan, su hermano mayor. Sonaba con verlos juntos y felices desde que eran adolescentes, cuando las salidas en grupo se disolvian en segundos gracias a Ellie, dejandolos a ellos a solas y permitiendo que ciertas cosas ocurrieran por primera vez en la vida de ambos.
    Necesitaba volver a sus raices y buscaria la manera de ponerle punto y final a ese pasado tan amargo que la seguia a todos lados y no la dejaba ser feliz.
    Es durante la mudanza, cuando sufre un accidente que le da la vision que ella tanto estuvo buscando y entonces, lo encuentra. Su amor, por fin, despues de tantos anos y por un segundo fugaz, lo ve. Lo reconoce y en un abrir y cerrar de ojos, lo pierde de nuevo.
    ?Sera la imaginacion de Leah, movida por el amor, la que evoca la imagen de Jonathan? ?Tendra que resignarse a que nunca encontrara respuestas y cedera ante la propuesta de ser feliz que le ofrece Ryan? ?O esta en lo correcto y su amado Jonathan vuelve a ella despues de todos esos anos para retomar lo que el destino les obligo a interrumpir?

  • Sexo, alcohol, paracetamol y una imbecil (Cate Maynes 0) de Clara Asuncion Garcia

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    Coleccion de relatos de la detective privada Cate Maynes.

  • Te llamare muerto de Jose De Cora

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    Ano 1900. En una casa de la costa gallega dos mujeres sufren ataques de fuerzas que no atienden a las leyes fisicas. El ruido de cien tormentas antecede al vuelo de los objetos mientras un gorila espalda plateada trata de ejercer con ellas su papel de semental. Nadie se explica que motiva las aberraciones de la Casa de los Muertos..., porque su terrible secreto hay que buscarlo dieciocho anos antes. Tres peculiares personajes coinciden alli para disputar el descubrimiento al arzobispado de Santiago. Son el medico y espiritista Manuel Otero Acevedo, el escritor de esperpentos Ramon Maria del Valle-Inclan y el abogado y periodista Prudencio Landin Tobio. Sin saberlo, cada uno de ellos representa una faceta de esta fabulosa historia basada en hechos reales que enfrenta supersticiones a vanguardia cientifica, carne a espiritu, vivos a muertos.
    Esta es la nueva y sorprendente novela que nos presenta Jose de Cora, autor de “El estornudo de la mariposa”.

  • El rey del Honka-Monka de Tomas Gonzalez

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    Despues de la tragedia se quedaron todavia por un tiempo en Bogota. Pasadas las molestias del entierro, las palmadas en el hombro, la piedad de gente que apenas conocia, el perdio la fortaleza que se le habia visto despues de la noticia y durante las ceremonias que siguieron. Y entonces a ella, que habia sufrido de desmayos primero y luego habia sido sacudida por crisis nerviosas que debieron ser calmadas con enormes dosis de Valium, le toco oirlo llorar a altas horas de la noche, encerrado en el bano, con gemidos contenidos de persona corpulenta. No volvio a tocar un pincel y amontono los cuadros, sin mirarlos, en una especie de bodega que habia bajo la escalera. Y aunque seguia siendo una persona silenciosa y afable, se le podia notar cierto desgano, cierta agresividad refrenada. Todavia andaba con muchos amigos, pero ahora se quedaba alelado mientras los otros hablaban, mirando al vacio con ojos desolados. A veces bebia demasiado y terminaba dejando su pesado corpachon colgado de la silla. Los amigos lo cargaban entonces y Lucia los veia entrar, sudando, los tragos pasmados por el esfuerzo de bajarlo del carro y subirlo hasta la alcoba. Lucia les servia un trago, les ponia un disco, conversaba un poco, los besaba en la mejilla y los echaba. Despues de un ano de verlo como roto e inmovilizado, ella empezo a preocuparse. Con los cuadros terminados se habia logrado montar una exposicion que resulto ser un relativo exito, tratandose de un pintor todavia joven y poco conocido. Pero si en condiciones normales el exito le producia cierta desconfiada curiosidad, ahora lo dejaba indiferente. Lucia tuvo que disfrutar sola con las resenas donde se alababa su extrema habilidad y se le auguraba un futuro promisorio; y solo ella pudo alegrarse por la rapida venta de los cuadros y recibir unos dineros que llegaban bien, aunque en el fondo no los necesitaran. Entonces metieron los muebles en un deposito, alquilaron la casa y se fueron. Volaron a Los Angeles. Alquilaron un carro. Al principio el parecio aliviado con el cambio, y por momentos se le pudo ver alegre con aquel vagabundeo que los metia veloces entre naranjales infinitos y despues los hacia entrar a los deslumbrantes paisajes resecos de Nuevo Mexico y Arizona. Vieron soles enormes desaparecer entre piedras y cactus; vieron camiones lejanos titilando en la distancia requemada. Se quedaban un par de dias en algun motel o cabana y despues volvian a meterse en los paisajes gigantescos, donde podia sentirse al mismo tiempo la sensacion de la inmovilidad y del vertigo. Y si viajaban de noche, el incluso podia poner musica, subir el volumen y dejar que el sonido de mandolinas saliera por las ventanillas y se fuera como chispeando contra la enorme oscuridad. Pero fue un entusiasmo fugaz. Antes de llegar a Nueva Orleans su mal genio volvio a acentuarse. Se quejaba de la monotonia de hoteles y autopistas, hacia comentarios sarcasticos sobre la pulpa insipida en que los gringos convertian todo lo que tocaban y se burlaba de los cuadros de Picasso que colgaban sobre los inodoros de los hoteles. Cuando llegaban a algun hotel, se quedaba esperando a que ella saliera de la oficina con la llave, y entonces estacionaba el carro, entraba al cuarto y se tiraba a la cama sin ayudar a bajar nada, sin lavarse los dientes, sin desvestirse siquiera. Y al dia siguiente Lucia debia cargar maletas y maletines, y entregar la llave en la oficina. En Nueva Orleans se alojaron en el barrio frances en un apartamento bello y polvoriento que les alquilo una senora que tenia los dientes podridos y parecia la bruja de Hansel y Gretel. Salieron de dia a pasear por las aguas lodosas del Misisipi en un pequeno vapor de aspas rojas, cargado de turistas, que navegaba bien aunque pareciera de confite y caramelo; por la noche recorrieron Bourbon Street, mezclados con los demas turistas a medio emborrachar que recorrian la calle de arriba abajo oyendo musica y mirandose los unos a los otros. Y aquella primera noche, rematada en un bar donde un pianista musculoso que tenia nariz quebrada de boxeador le dedico a Lucia una version algo desvencijada de Farolito, el parecio divertirse. Durmio mal, sin embargo. A las cuatro de la manana, sentado en el balcon frente a un cenicero repleto de colillas, miraba pasar los ultimos borrachos. Y a las diez miraba su desayuno con cara cenuda y cenicienta. Ella le recordo, en el tono mas severo del que era capaz, que no era solo el quien habia sido golpeado por la desgracia. Se quedaron cuatro dias en Nueva Orleans. A pesar de los comentarios sarcasticos que debia oir de tiempo en tiempo, Lucia se sintio fascinada por esa ciudad alegre, un poco sucia y un poco fermentada, tan parecida a las ciudades del Caribe. Como pasa a veces con la gente silenciosa, el parecia certero cuando hablaba; pero si alguien se hubiera puesto exigente, lo del Disney World para borrachos o lo de los prostaticos tocando clarinete habrian resultado apenas intentos debiles de hacerle dano a un sitio que resultaba dificil dejar de querer. Lucia se quedaba un rato callada, mirandose las manos, y despues de darle la razon volvia a dejarse llevar por un bullicio y un movimiento que la deslumbraban. En Nueva Orleans entregaron el carro, que con su olor a resinas sinteticas, sus blanduras plasticas y sus peluches a base de petroleo habia empezado a asquearlo a fondo, y se fueron para el norte en el camarote-litera de un enorme tren expreso. Por la noche, mientras pasaban postes y fabricas sombrias, mientras el dormia o fingia dormir en la litera, Lucia miraba la eternidad que cada cierto tiempo abrian hacia el este los relampagos de una tormenta cercana. Horas despues se acosto y lo sintio llegar, innecesariamente brutal -- dulce y carinosa, ella nunca se le habia negado--, arrancandole la ropa a manotazos y penetrandola, rasgando y magullando, mientras el tren pitaba feroz, metido ahora en la tormenta masiva que azotaba las ventanillas y revolcaba los arboles vertiginosos y relumbrados. El climax fue rapido y aterrador, y parecio venirles desde el corazon mismo de las tinieblas. Dias despues, sin camisa, el miraba llover por la ventana. Aunque estuvieran todavia en plena primavera, sobre la ciudad habia caido una ola de calor y lluvia que la oscurecia y la hacia aun mas densa. Frente al hotel un hombre despatarrado dormia aferrando una botella de vino en la mano derecha. Lucia habia salido temprano y esta vez ni se habia tomado el trabajo de invitarlo. Cuando lo llamo a mediodia para decirle que todavia se demoraba otro par de horas, el le contesto que podia demorarse lo que quisiera; cuando regreso, a eso de las cuatro de la tarde, lo encontro sin camisa, mirando llover por la ventana. El hombre despatarrado se habia despertado y, sin levantarse, sin soltar la botella ni quitarle la cara barbuda a la lluvia, le pedia plata a la gente que pasaba. Dejo de llover. Visitaron a un amigo pintor que se vestia de negro, llevaba el pelo muy corto y usaba una gotera de oro en una oreja pulcra y rosada como un caracol. Tenia un estudio grande, donde producia cantidades abrumadoras de animales como electrizados sobre fondos de colores primarios. Despues de dos tragos empezaron a recorrer el estudio mirando esa serie infinita de imagenes -- vendidas, ciertamente, mucho antes de que empezaran a ser pintadas--. <>, dijo el, y Lucia lo miro con ojos muy abiertos. El amigo no parecia ofendido, pero tampoco encontraba que decir. Sonrisa cordial y ojos helados, menciono los tiempos, que cambiaban. Lo de la puta fabrica fue lo unico que dijo hasta el final de la visita. Para salvar las apariencias, ella tuvo que sostener la conversacion con su ingles precario mientras un macaco endemoniado la miraba desde uno de los oleos. El cielo se habia cerrado otra vez y habia tomado el color del cemento. De regreso al hotel, Lucia sintio ganas de llorar. El domingo siguiente miraban a un maromero chino que con dos palos lograba mantener otro en el aire, golpeandolo constantemente hasta dar la sensacion de que flotaba. La pequena plaza era un caos de prestidigitadores, equilibristas y musicos. Jovenes de pelo verde y pantalones de cuero fosforecian de palidez bajo el sol. Despues de hacer flotar el palo, el maromero chino empezo a escupir candela, pero solo Lucia pudo verla, porque el estaba sentado en una banca, encorvado bajo sus grandes espaldas, mirandose los zapatos. De regreso al hotel vieron a una viejita en patines, con la cabeza canosa llena de flores plasticas de colores. Cruzo frente a Lucia y le sonrio, afectuosa y feliz. --?La viste? --pregunto ella. El no contesto. Lucia dijo que habia visto a una viejita en patines con el pelo lleno de flores plasticas de colores. --?Y que queres? --pregunto el. Y entonces pregunto que si ella queria que el se orinara de la risa. Para la primavera siguiente el pellejo le colgaria de los huesos como a un buey enfermo. Despues de la partida de Lucia --lo dejo, por supuesto, incapaz de aguantar por mas tiempo esa mezcolanza de apatia y crueldad-- se sintio aliviado, como si le hubieran quitado un morral de encima. Camino liviano por las calles, sin rumbo. Entraba a los bares, salia de los bares, disfrutaba de una inmediatez que por su intensidad abolia el pasado por completo. A la senora que le alquilo el cuarto, unas roidas, joyas baratas y una actitud impersonal algo ingenua, le dijo que se llamaba Boris y se dedicaba a la reparacion de instrumentos. Adorno la mentira con algunos detalles y dejo aparecer el gesto mas parecido a una sonrisa que habia tenido o iba a tener en mucho tiempo. Y se instalo en un cuarto que olia a humedad y a estiercol de palomas. Las palomas venian de todas partes y anidaban en el alfeizar de las ventanas. La primera manana fue despertado por su arrullo desapacible y por el aleteo sordido que producian cuando llegaban o se iban del alfeizar. No sin esfuerzo abrio la ventana, que habia sido pintada muchas veces sin nunca abrirse y estaba soldada al marco, y vio dos nidos, cada uno con un par de pichones implumes y ciegos. Blandos reptiles del Apocalipsis, gargolas repugnantes, abrieron sus desmesurados picos con avidez primordial y cayeron al vacio como pequenos demonios, para estrellarse y desaparecer tres pisos mas abajo, entre pedazos de ladrillo, pedazos de alambre, sillas desbaratadas y colchones sucios, todos desperdigados en el patio que correspondia al edificio. Dos edificios vecinos estaban abandonados: uno tenia las ventanas tapiadas y parecia un enorme nicho funerario, del otro entraban y salian las palomas. Y del reguero de ladrillos del patio brotaban pequenos arboles, muy proporcionados, frescos y de un verdor absurdo para aquellos lugares donde no llegaba nunca el sol. Durante el verano durmio de dia y camino sin rumbo por las noches. Tal como se habia anunciado desde la primavera, el verano llego especialmente caliente y sofocante: llovia mucho y antes de cada aguacero el aire se ponia espeso y aplastaba. Metido en una penumbra de persianas bajadas el sudaba en pantaloncillos, durmiendo o mirando girar un ventilador de aspas metalicas que sonaba como si alguien estuviera sacudiendo una bolsa con clavos o monedas. Por la noche se ponia la ropa sobre el cuerpo todavia encharcado de sudor y salia a la calle despues de sacar un par de billetes del sobre donde Lucia le habia dejado una suma grande, tan grande al menos como irian a ser sus necesidades durante el verano, dinero que el ni habia pedido ni habia rehusado. Despues de caminar un rato se metia a cualquier bar, pedia una cerveza y se sentaba a mirar la television. En las tinieblas del bar alumbraba el verde del pasto en estadios donde hombres de mandibula cuadrada escupian y rasgaban el aire con miradas diamantinas. Senoras de ojos azules abrazaban con amor cajas de detergente mientras maridos vestidos con camisas impecables las miraban complacidos. Una pareja de novios se arrebataba una galleta de chocolate y se reia. La espuma de su cerveza se desvencijaba poco a poco, regresando de una elaborada e ilusoria estructura a la sencilla repugnancia del liquido plano y ahora tibio, que el bebia sin asco y casi sin pensarlo. En la pared de los banos, vulvas humilladas recibian falos en los que el orgullo masculino se sumaba a la propia torpeza del dibujo para plasmar una vanagloria atroz que alcanzaba los ultimos limites posibles de la fealdad. Cuando algun fanatico del beisbol le palmoteaba la espalda, sin sospechar que no se trataba de un camarada sino de alguien que solo miraba el verde puro, abstracto e irreal de los prados lejanos, el encogia sus hombros anchos, cada vez mas huesudos, de modo que el fanatico dejaba congelar un poco la sonrisa, enfriar sus ojos entusiastas, y retiraba el brazo, consciente de que habia tocado un territorio profundo y prohibido. Despues de mantener por horas el codo sobre la barra y la mandibula apoyada en la palma de la mano, salia del bar a la hora de cerrar con el hombro derecho cubierto por la ceniza de los incontables cigarrillos que habian ardido entre sus dedos mientras miraba a los novios que se disputaban las galletas de chocolate. Caminaba por calles que olian a orines, llenas de periodicos y paraguas desmembrados, y se dirigia hacia los parques del rio. En las bancas dormian los hombres desplomados. El movil reflejo de un aviso de Pepsi-Cola flotaba sobre las aguas oscuras. A veces dormia en una banca, como los otros, a veces se amanecia viendo bajar las aguas sucias hacia el mar. Cuando llegaba al cuarto se tomaba un trago grande, para escapar del aleteo de las palomas, y se tiraba en la cama a sudar y a sonar con un pasado que regresaba en imagenes descoyuntadas y revolcadas, como si por su memoria acabara de pasar un viento furibundo. Sin hablar casi con nadie, sin lavar su ropa, sin preocuparse por su creciente mal olor, se le fue pasando el verano. El pintor de animales endemoniados lo invito un dia a una fiesta a la que irian amigos comunes, pero el no fue, por supuesto. Ni siquiera penso que resultaria dificil entenderse con gente demasiado inteligente, que el buen gusto de una rebeldia aparente iba a hastiarlo o que las minimas formas convencionales de trato irian a resultarle insoportables. En un tono neutro dijo, sin mas, que no queria ir; miro con sencillez al pintor de animales electrizados, como se mira y entiende un cactus o una rosa, le dio la espalda y lo olvido por completo. El clima todavia no empezaba a refrescarse. Los hidrantes elevaban de dia chorros de agua en los que se banaban los ninos como pajaros; de noche caian contra el espejo del asfalto como si arrastraran carros y edificios, sirenas y neones, y los aniquilaran en un cataclismo espectacular contra la tierra. El recorria las noches del verano metiendose por sitios profundos, recovecos turbios, pero casi siempre buscando terminar la noche bajo cielo abierto. Por algun tiempo anduvo con una mujer morena que tenia el tatuaje de una culebra en el estomago. Con ella entro y salio de bares, con ella paso dias en cuartos de hoteles desastrados, que tenian baneras negras y cortinas espesas y raidas, y que parecian estar mas hondo que los trenes subterraneos cuyo ruido los calaba por completo. Envuelta en la luz de mecheros de alcohol, la vio hacer brillar jeringas, la vio casi desaparecer de placidez en el fluido de su propia sangre como quien se deja llevar por un ancho rio hacia el olvido. Aparte de que se hacia llamar Boris, ella no supo ni quiso saber nada de su vida. Se poseian con lujuria y sin ternura. Se encontraban al azar, sin alegria y de un modo fatal, como si dioses desganados hubieran tenido el momentaneo capricho de arrimarlos. Se despedian sin darse cuenta, desapareciendo el uno del otro como desaparecen las personas en los suenos. Cada cierto tiempo recibia cartas con estampillas de animales, plantas tropicales, proceres. Las dejaba sin abrir hasta que llegaba una nueva y entonces leia las dos con desatencion, chismes lejanos, historias de amigos que ya habia olvidado, formas afectivas que de lo puro marchitas ya ni tristeza producian. A veces se quedaba largos ratos mirando el azul intenso de las grandes mariposas, y a duras penas leia la letra abierta, pulcra, femenina, que le hablaba de gente que para el ya estaba muerta. Las orquideas, las mariposas de Muzo, los heroes de mirada ingenua, en la barra de un bar, en su propio cuarto, en los hoteles, eran despojos minimos y nitidos de un inmenso naufragio que a estas alturas ya ni centro tenia, ni periferia. En un sobre le llegaron las paginas dobladas de un periodico, donde se hablaba de el y se reproducia uno de sus cuadros. Las miro y volvio a doblarlas como si fueran un documento amarillo y apolillado, un poco repugnante, que hablaba de gente remota, desde hacia mucho tiempo convertida en polvo. Para entonces el pelo le habia crecido demasiado y se lo habia agarrado atras con un caucho. Su frente se veia muy amplia, sus ojeras muy grandes. Los vientos empezaron a soplar mas frescos. Las camisas de pana que habia traido de Bogota le colgaban abundantes y le daban una apariencia mistica. Se afeitaba cuando el roce de la barba con la almohada empezaba a fastidiarlo, cada tres o cuatro dias, sin espejo, rapido y sin preocuparse por los parches de barba que quedaran. Una vez, ya casi de madrugada, lo sorprendio un aguacero mientras miraba bajar el agua del rio para el mar. Camino despacio bajo la lluvia y sintio que uno de sus zapatos estaba roto. La noche siguiente, en un baratillo que abria las veinticuatro horas, compro unos tenis que al principio casi cegaban de blancura en contraste con su ropa oscura, pero que rapidamente se fueron curtiendo con el polvo de calles y bares hasta ponerse casi negros, y que serian usados sin lavarse nunca y de un modo continuo hasta su disolucion total. Otra noche un hombre tan flaco y grande como el mismo le pidio cuarenta y tres centavos que le faltaban para una botella de vino. Con uno de los billetes que le dejara Lucia compraron una botella de conac caro y se sentaron a beber frente al rio. Un pequeno velero, con solo una luz verde en lo alto del mastil y las velas desplegadas, paso remontando la corriente en la oscuridad, como una mariposa nocturna. El hombre dijo ser sueco. Durante la noche dijo ser exmarino mercante, exingeniero, exgeologo. Tambien era aleman, y el entonces lo dejo hablar, sin creer ni dejar de creer, como el que se deja acompanar por el ruido del agua que baja entre las piedras. La noche era limpia y las luces de los aviones se movian muy nitidas contra la negrura compacta del cielo. Una rata larga paso en la oscuridad y desaparecio en un bote de basura volcado. El sueco, ya borracho, termino una historia que lo habia conmovido y agitaba los hombros bajo el peso de sollozos vigorosos. Se bebio un trago grande. Parecio aliviado de la angustia que le habia producido su propia ficcion y siguio hablando sin parar, como saltando un abismo a cada instante, creyendose por turnos extopografo, finlandes, exgeologo, exmarino, holandes, unas veces arruinado por los viajes, otras por las mujeres, el juego y el alcohol. Como esa noche pasaron muchas. Las personas desaparecian y volvian a aparecer. A traves del sueco conocio mucha gente. Habia ajedrecistas fetidos, borrachos y caballerosos, muy raidos, que jugaban partidos a veces insensatos, a veces brillantes; habia hombres abstraidos que garrapateaban incansablemente cosas en cuadernos sucios; habia gente que con el alcohol comenzaba a discutir minucias a grandes voces y con gestos ampulosos y violentos, como si estuvieran en juego los destinos ultimos. Noches largas durante las cuales probo por primera vez vinos dulces que llevaban nombres como Rosa Salvaje de Irlanda, o Pajaro del Trueno, los mas baratos tal vez sobre la Tierra; noches que terminaban en un reguero de papeles y botellas quebradas que chispeaban despues con el sol mientras los hombres que las bebieron, desperdigados ahora, quedaban caidos en bancas, donde respiraban apenas entre su propia sombra, o intrincadamente ocultos en las grietas del cemento, como si fueran cucarachas o murcielagos. Las hojas empezaron a caer copiosas y a acumularse junto a las basuras de los parques. El caminaba metido en una gabardina demasiado larga, aunque corta de mangas, como las de los espantapajaros de las tiras comicas. La habia comprado por dos dolares a un amigo que ofrecia mercancia vieja, casi basura, en la plazoleta donde habia una escultura que representaba un dado gigantesco. Por algunos dias alcanzo a sentir el espeso olor acumulado de anteriores propietarios, sedimento oscuro que se perdia en los origenes de la raza humana, pero ahora su propio olor habia tomado posesion, o se habia tal vez integrado al antiguo, y ya no lo sentia. Y como la caldera del edificio aun no habia sido encendida, muchas veces el llegaba y se tiraba a la cama con la gabardina puesta, mientras afuera arrullaban las horripilantes palomas, a sonar con un pasado que cada vez le llegaba mas trocado y equivoco. A finales de septiembre recibio una carta donde se anunciaba la llegada de un pariente para principios de octubre. La carta decia que ellos estaban muy preocupados por la falta de noticias, y el tuvo que hacer un esfuerzo para recordar de cuales <> se trataba. A la duena del cuarto todo en la vida, al parecer, le importaba un bledo, y se encogio de hombros cuando el le dijo que se iba. Recibio la llave sin mirarlo y no se tomo siquiera el trabajo de levantar los ojos para verlo salir con su pequeno maletin en la mano y perderse en una noche excepcionalmente calida, aunque llena de bruma. Horas despues la mujer entraria al cuarto y meteria medias rotas, tubos de papel higienico y colillas en una bolsa de plastico negro. Lo haria con gestos mecanicos, sin siquiera odiar, sin recordar siquiera a la persona que habia dejado tras de si semejante basural. Se metio en un hotel pequeno, al frente de una avenida que cruzaba la ciudad de este a oeste, apretujado entre un almacen de almohadas y colchones demencialmente desordenado y una ferreteria polvorienta. Alquilaban cuartos por horas, dias, semanas, anos, tal vez siglos. Al otro lado de la avenida habia un parque con columpios y balancines oxidados, donde alumbraban por la noche los botes de basura a los que hombres oscuros metian fuego y despues rodeaban para calentarse. Su cuarto tenia un inodoro rajado minuciosamente, como una cascara de huevo, y un lavamanos mugroso. No habia ni ducha ni ropero. Ni el ni las demas personas que entraban y salian parecian ya necesitarlos. Se salia del hotel por corredores y escaleras iluminados por debiles lamparas de neon que soltaban luz nebulosa. Todas las noches, al lado de las canecas de basura y de la escalera que bajaba del hotel a la acera, habia un viejo que se acurrucaba para dormir protegido del viento. Mantenia la cabeza metida en una bolsa de plastico negro a la que le habia hecho orificios para respirar. Una vez el le ofrecio dinero, pero el hombre no quiso recibirlo; dejo en cambio oir una voz aspera y gruesa que venia de las profundidades de su cerrada noche de plastico, y le dijo que se llevara su dinero para otra parte, que nadie le estaba mendigando. Por entonces habia empezado a dibujar con carboncillo a la gente de los bares. Una noche quisieron comprarle el dibujo que habia hecho de modo mecanico sobre una servilleta, y que mostraba a un hombre pequeno sentado en una banca alta, encorvado sobre la barra del bar, a la vez envuelto en si mismo y echado para adelante, como un ave de rapina o un demonio. Esa vez no quiso recibir dinero, aunque no tuvo inconveniente en dejarse invitar a un par de tragos que, como siempre, le duraron hasta que cerraron el sitio. Pero despues decidio comprar un revolver que le ofrecian por ahi, conto lo del sobre y vio que le alcanzaba para el arma y solo le sobraba algun ripio. Entonces comenzo a dibujar a la gente y a recibir lo que quisieran dar por los dibujos. Los retratos eran tan oscuros como los bares, y las personas, aunque todavia identificables, aparecian a medio tragar por las tinieblas. Pero el limite de la oscuridad no se adivinaba en el bar (esquinas que, aunque invisibles, estuvieran alli; estructuras que, sin ser vistas, llenaran el alma con la luz de su logica, tranquilizandola), sino que se perdia sin remedio en un abismo sin fondo. El reflejo de unas gafas, una mano cundida de anillos de plata, eran creados con la nitidez necesaria para que todo lo demas cayera en el vientre horroroso de lo oscuro. Sin embargo, la gente, metida en su sopor de alcohol y cigarrillo, rara vez se horrorizaba; miraba el dibujo con interes, sorprendida por la evidente habilidad del dibujante, hablaba un rato con el, le ponia las manos en el hombro y se mostraba casi siempre generosa. Tan pronto recogia lo necesario para pagarse la noche de hotel, la comida y los tragos, el dejaba de dibujar y se quedaba otra vez en la barra, inmovil y en silencio. Pagaba el hotel cada madrugada. Llegaba poco antes de que saliera el sol y le daba el dinero al empleado sonoliento, que le entregaba una llave atada a una lamina metalica de apariencia carcelaria y le devolvia el maletin repleto de ropa sucia que habia dejado en la oficina al salir. Caminaba por escaleras inundadas de luz lechosa --el revolver, helado, subia metido en una media entre la ropa-- y entraba a un cuarto que cada noche era distinto. Todos tenian espejos desportillados y borrosos e inodoros rajados, pero unos daban a la avenida y otros a pasadizos oscuros donde las ratas hacian sonar las latas en las basuras. A el todos le daban lo mismo. Por las delgadas paredes llegaban sonidos que a veces eran vagos, sollozos lejanos que se fundian con los ruidos del vapor en los tubos de la calefaccion, disputas deshilachadas; pero a veces eran demasiado nitidos, bofetadas en cuartos adyacentes, gemidos sexuales, carcajadas crueles.

  • Monteperdido, Agustin Martinez de Agustin Martinez

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    Y tu, ?seguro que quieres conocer toda la verdad sobre lo que sucedio en Monteperdido?

  • El carrusel de las confusiones de Andrea Camilleri

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    En Vigata las escenas nocturnas adquieren una belleza leopardiana, pero no absorben el murmullo de las alas invisibles en la tiniebla. En una calle solitaria, una mujer de unos treinta anos es raptada, narcotizada con cloroformo y abandonada sin sufrir violencia ni robo, lo mismo que le ocurrio la vispera a la sobrina de Enzo, el propietario de la trattoria favorita de Salvo Montalbano. Ambas tienen en comun la edad y que trabajan en sucursales bancarias. Unos dias mas tarde, otra joven es secuestrada con identico modus operandi, pero liberada en este caso con una treintena de cortes superficiales por todo el cuerpo menos la cara. Y coincidiendo con estos sucesos tan extranos, un incendio a todas luces provocado arrasa en parte una tienda cuyo dueno y su novia han desaparecido sin dejar rastro.

  • La mirada de los Mahuad de Berta Vias Mahou

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    Elba, la protagonista de este libro, es en si misma un misterio; la evocacion de su vida, de su infancia, de su familia y del que fue su amor platonico, nos lo ira velando y desvelando poco a poco.

  • Una fantasia y trece deseos de Mary Ann Geeby

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    Un engano de manos de la persona en quien mas confia, hace que Elsa “se pierda” por algunos pueblos de Asturias y Cantabria con un solo pensamiento: “No me vuelvo a enamorar”
    Con mis TRECE DESEOS, disfruta de relatos breves que describen situaciones que no todos se atreverian a cumplir. Suena pasion, erotismo y a veces, amor.

  • La nueva educacion, Cesar Bona de Cesar Bona

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    La nueva educacion es el testimonio sincero y valioso de un maestro de hoy.

  • Mi druida (Los Ocultos 3) de Laura Nuno

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    Cuando Alba me pidio escribir sobre mi vida no supe donde me estaba metiendo. Y no porque hurgar en dos mil anos doliese, sino porque no sabia por donde empezar.
    Ella dice que por el principio, pero ?cual de ellos?
    ?Debo empezar por el momento en que desperte convertido en un Oculto, perdido y sin memoria? ?O tal vez por el momento en que descubri que dentro de mi vivia un invitado no deseado que tambaleaba mi autocontrol a cada segundo y que, si se desataba, toda la Humanidad correria peligro?
    ?Acaso por el momento en que todas mis esperanzas y cualquier deseo de futuro se aniquilaron cuando descubri mi segunda maldicion, esa que me impedia tener sexo?
    No. Creo que lo mejor es empezar por el instante en que mi mediocre vida tomo sentido cuando una criatura con carita de duende y cabello castano rojizo aparecio en escena, pese a saber que nunca, jamas, la podria tener.
    ?Nunca?
    Mi nombre es Dru.
    Y esta es mi historia.

  • Doce oportunidades de vivir de Jossy Loes

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    Sophia Baute ha pasado toda su vida entre cintas, saltos y danza, esforzandose en mantenerse en la elite de la gimnasia ritmica. Tras un error basico en una competicion, en la que queda en los ultimos puestos, duda si seria bueno retirarse como habia planeado.
    Sin embargo, todos sus planes se desmoronan en el momento que sufre un grave accidente, hundiendola en un foso oscuro del que no es capaz de salir, pero la insistencia de su amiga Marian la lleva a aceptar ir a Florida, donde un compromiso la pondra en el camino de Blake Clark.
    El no es un chico cualquiera. Durante toda su vida se ha esforzado por llegar a un buen puesto en su profesion y, a pesar de haber cumplido esa meta, lucha constantemente con el fantasma de su pasado. Un pasado que le pondra a prueba desde el instante que tropieza con Sophia, trastocando todos sus planes del presente y del futuro.
    Dos jovenes con vidas distintas y metas planificadas con antelacion que son puestos a prueba de doce maneras diferentes.
    Doce oportunidades para olvidar...
    Doce oportunidades para volver a empezar...
    Doce oportunidades para pedir perdon...
    Doce oportunidades para amar...
    Solo ellos entenderan el significado de: Doce oportunidades de vivir.

  • AMAL, lola chinchilla de Lola Chinchilla

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  • Maverick (Siempre tu 2) de Merche Diolch

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    Habian conseguido un vuelo directo de casi siete horas desde Nueva York a Dublin. Buffy se habia quedado dormida casi en el mismo instante en el que habian despegado y, salvo un par de minutos en los que intervino en la conversacion que mantenian Zoe y Dulce, durante el resto del tiempo apenas se inmuto. Estaba agotada. Su jefe la habia tenido trabajando mas horas de las estipuladas en su contrato, preocupado de que, con su marcha, no llegaran a tiempo para la entrega del videojuego. Ella le habia prometido que regresaria con dias suficientes para terminarlo, pero este, desconfiado, le rogo que doblara turno en el trabajo y asi podrian adelantar faena. Por supuesto no habia concluido el trabajo. Era un imposible en tres dias, desde que le aviso de que se tomaba vacaciones, el mismo sabado despues de hablar con Izan. Pero parecio que se quedaba mas contento. Buffy, por supuesto, habia sufrido el exceso y estaba agotada. Zoe lo tuvo mas facil. Habia terminado los examenes, por lo que, tras exponerle a su tutora que necesitaba unas vacaciones, esta casi la echo del departamento. A la profesora le parecio una maravillosa idea que se tomara unos dias, ya que asi descansaria y desconectaria de los estudios. Dulce era la que mas complicado lo iba a tener. Esa semana tenia la prueba final del curso y debia presentarse si queria terminarlo. Solo se le ocurrio una cosa y, aunque se salia de lo ortodoxo, decidio que, si queria ir a Irlanda, para descubrir que le sucedia a Maverick, debia atreverse con cualquier locura. El sabado se levanto con una idea fija: debia adelantar el examen y, para ello, se presento en el restaurante donde trabajaba su profesor. Le explico lo que le sucedia. No queria mentirle y le rogo que le dejara presentarle su tarta de angel alli mismo. --!?Aqui?! --le pregunto incredulo. Dulce todavia recordaba la cara de espanto que mostro. --Si me lo permite, chef... La hare sin molestarlo, sin que su equipo note que estoy cocinando --le rogo--. Solo necesito que me de esa posibilidad. Necesito que vea lo que se hacer... --Pero ?tan importante es ese chico para usted? La joven sonrio sin darse cuenta. --No lo se --confeso--, pero tengo que averiguarlo. El hombre debio de ver algo en sus ojos, ya que, aunque su peticion no era nada convencional, cedio. --Pero con una condicion --le indico cuando ella se felicitaba por la suerte que habia tenido. --Si, si... Por supuesto. La que sea --solto con rapidez. El chef sonrio divertido por su espontaneidad. --Sabra la nota el mismo dia que los demas. Ella asintio enseguida. --Claro. No esperaba menos. --Y, senorita... --?Si? --Deberia pensar en mi propuesta --le recordo. Dulce asintio de nuevo. --Si, senor. Lo hago todos los dias --comento--. Trabajar con usted, en esta cocina..., seria todo un privilegio... --Espero su respuesta --le indico y dio una palmada al aire--. Ahora, senorita, pongase en marcha. El tiempo corre... --Senalo el reloj que colgaba de una de las paredes, y Dulce se puso en movimiento. --Vamos a aterrizar --aviso Zoe provocando que Dulce regresara al presente para ver como hacia un gesto con la cabeza hacia la luz que indicaba que debian ponerse los cinturones. Esta asintio y desperto con cuidado a Buffy. --Eh... ?Si? --Se desperezo, sin saber donde se encontraba. --Vamos a aterrizar --le informo con una sonrisa. La pelirroja bostezo y se puso el cinturon, al mismo tiempo que el piloto les comunicaba por los altavoces la temperatura que hacia en Dublin y que no tardarian en tomar tierra. En cuanto las ruedas tocaron el asfalto, los pasajeros aplaudieron como locos. Estaban en Irlanda, la tierra de las praderas verdes, de los castillos y las leyendas que pasan de padres a hijos. --Se me ha hecho corto el vuelo --afirmo Buffy, levantandose de su asiento. Las dos chicas la miraron sorprendidas y no pudieron evitar reirse de ella. --Normal, te has pasado todo el viaje durmiendo --indico Zoe, yendo hacia la puerta de salida. --Exagerada --la acuso. Dulce atrapo su brazo y comento: --De exagerada, nada. Hasta has roncado. La pelirroja las miro con los ojos bien abiertos. --Mentira... --Zoe y Dulce intercambiaron miradas y estallaron en sendas carcajadas--. Sereis malas... --A ver si tenemos suerte y nuestras maletas salen de las primeras --deseo Zoe en voz alta, una vez terminaron de reirse. --Estamos en el pais de la suerte --afirmo Buffy, senalando el broche que llevaba prendido en su abrigo y que simulaba un trebol de cuatro hojas. --Ahi estan --senalo Dulce nada mas llegar a las cintas de equipaje--. Son las primeras. --?Lo veis? --afirmo con prepotencia Buffy. Zoe le tiro de uno de sus rizos y le saco la lengua. --Esperemos que tambien hagas magia y nos consigas deprisa un coche. La pelirroja se recoloco el abrigo con aire de superioridad y cogio su maleta sin mirar; estuvo a punto de caerse al suelo, ya que no se acordaba de su peso. Dulce la sujeto y Zoe atrapo su maleta. Las tres se miraron y estallaron en carcajadas. --Esta bien, esta bien... No os riais mas --les pidio, pero era complicado que le hicieran caso, si ella era la primera que seguia riendose a mandibula batiente. --Os prometo que, aunque no encontremos a Maverick, este va a ser un viaje increible --indico Dulce con seguridad. --Ya lo esta siendo, amiga --dijo Zoe y se puso en marcha hacia la puerta de salida del aeropuerto, donde una fila de taxis esperaba a los pasajeros que acababan de aterrizar. --?Y quien dice que no lo vamos a encontrar? --pregunto con tono ironico Buffy mostrando un papel en su mano--. Aqui esta la direccion que nos dio Izan, por lo que vamos hasta alli y... --?Y que? --dudo Dulce de pronto, parada delante del primer taxi que habia libre.

  • Rebeca de Ariel A. Berretta

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    Esta novela es una compaginacion de historias reales contadas por las propias victimas, que dan una clara nocion de como trabaja la mafia de la trata de blancas, cuyo accionar corroe las sociedades del mundo entero.

  • Webcamer Chantajeada de Francisco Correa

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    En muchas oportunidades habia escuchado la frase de que "la belleza todo lo puede", pero en su caso, parecia no da resultados. Laura habia tenido una vida exitosa en la universidad, pero hasta el momento, alcanzar su verdadero sueno habia costado cada gota de sudor, y todo estaba en riesgo en cada semestre. Su ultimo ano de universidad habia sido completamente caotico, la separacion de sus padres, la ruptura con su exnovio y el aumento de la dificultad de sus estudios, habian generado que esta joven chica de la ciudad de Nueva York estuviese a punto de colapsar. Era demasiado estres para una simple joven de 22 anos de edad, quien habia ingresado a la universidad gracias a todo el esfuerzo que habian proporcionado sus padres, quienes habian invertido cada centavo de sus ahorros en darle la entrada a la mejor universidad del pais. Proyectandose como la mejor medico cirujano en el futuro, Laura habia dejado atras absolutamente todos los vicios, hobbies o pasatiempos para dedicarse unica y exclusivamente a convertirse en una de las estudiantes mas relevantes de su promocion. Pero los problemas que habia tenido que afrontar en los ultimos meses habian hecho que su enfoque se desconfigurara totalmente, creando un declive en sus calificaciones, lo que la llevo automaticamente a perder la beca que subsidiaba el 60% de sus estudios. Aquella tarde, mientras se encontraba afuera de la oficina del director, sabia perfectamente que algo no andaba bien. Un comunicado habia llegado hasta su residencia de estudiante, mientras esta, sentada frente al ordenador, hacia algunos ajustes al ultimo trabajo de investigacion que venia realizando. Un sobre se habia deslizado debajo de la puerta, algo que llamo su atencion instantaneamente. Corrio hacia el lugar, abrio la puerta y no pudo ver quien habia entregado dicho sobre. El anuncio de que su beca seria removida debido a la disminucion masiva de sus calificaciones, habia dejado a la chica sin palabras. Era como si un gran iceberg de hielo subiese derretido sobre su cabeza, ya que, su temperatura bajo repentinamente, comenzo a temblar, y no pude evitar moverse hacia la cama para evitar caer al suelo. Los estudios conformaban la totalidad de su vida, era por todo lo que habia luchado y no tenia intenciones de desviar su atencion hacia nada mas. Queria convertirse en el orgulloso de sus padres, que sus amigos la vieran con admiracion, que su nombre estuviese en el gafete de alguna bata del mejor hospital del pais o del mundo, eran suenos que mantenian su vida avanzando, pero al parecer, sus planes comenzaban a desmoronarse. En ocasiones, las cosas no salian como se planeaban, asi que, en esta era una de estas oportunidades en que la vida ponia a prueba la capacidad de improvisacion de las personas. Laura tenia una opcion, y tenia que decidir rapido, ya que, facilmente podria perder su cupo en la universidad y quedarse en la calle, convirtiendose en todo lo contrario a lo que realmente habia sonado convertirse hasta el momento. Sus padres habian invertido todo su dinero para proporcionarle a la chica la posibilidad de ingresar a esta universidad, ya no habia ahorros, no habia soporte, asi que, todo dependia de su enfoque en los estudios y mantener el alto nivel academico. Se traducia como una beca que le daba la posibilidad de mantenerse dentro de aquel lugar y viviendo en una residencia de estudiantes sin ningun coste. Pero al enfrentar esta cruda posibilidad, la chica siente como si todo comenzara a desvanecerse, si todas esas ilusiones comienzan a desaparecer de su vida, perdera cualquier argumento para seguir avanzando. No era una advertencia, era un hecho, y aquella beca que habia estado recibiendo durante el ultimo ano, ya habria desaparecido para el momento en que aquella carta, redactada sobre un trozo de papel blanco, era arrugada y lanzada directamente hacia el espejo. Laura sentia verguenza de si misma, no podia creer que despues de tanto esfuerzo, ahora estaba a punto de enfrentar una realidad realmente nefasta, donde unicamente tendria la opcion de regresar a casa con el fracaso en sus espaldas, contando a sus padres la decepcionante noticia. Con un empleo de medio tiempo, jamas podria costear lo que los estudios de mandaban, era una beca realmente valiosa para ella, y ver como se alejaba, se ha convertido en la peor sensacion que ha experimentado la chica. Asi sabia el fracaso, un sabor amargo en la boca, una garganta seca, un corazon que palpitaba a una velocidad increible con una fuerza amenazante que parecia que romperia su pecho en pedazos. Sus manos habian sudado de una manera exagerada, mientras ella se veia en el espejo cuando flojos estaban a punto de reventar en lagrimas. Habia tratado de ser fuerte, respiraba profundamente, y podia escuchar como aspiraba mientras en su entorno, un completo silencio la ahogaba. Muchas veces habia hecho ejercicios de visualizacion, y esta era la oportunidad perfecta para poner en practica todo lo que habia aprendido en las clases de psicologia. Trato de visualizarse en el exito, en un futuro, pero esto, se veia opacado por toda la desesperacion que comenzaba crecer en su pecho. Sentia algo de impotencia, y corrio directamente a su ordenador para tratar de verificar si aun se encontraba en el sistema. Solo se encontraba a un par de dias de pagar la cuota semestral, y si no conseguia el dinero, tendria que recoger sus cosas y abandonar el lugar lo antes posible. No sabia que hacer, sus manos temblaban mientras escribe las letras para poder acceder a la pagina web de la universidad. Cuando escribio su nombre y presiono la tecla de entrar, sintio una decepcion terrible al ver este aviso rojo que decia que su acceso estaba denegado. Hasta ese punto, sintio que quiza todo habia sido un error, pero ya su nombre habia sido excluido del sistema, asi que, ya no habia demasiado que hacer. Quiza una buena opcion habria sido llamar a su ex novio, un chico millonario que posiblemente no tendria problemas con prestarle ese dinero, pero el verdadero problema es que no tendria como pagarlo, y despues de haberle roto el corazon a este chico, posiblemente ya no habia mucho de que hablar. Seria algo bastante humillante, pero Laura comenzaba a quedarse sin opciones, la desesperacion la invade, la adrenalina corriendo por su pecho, y todos los planes por los que habia luchado en los ultimos tiempos, habian comenzado a caerse como una muralla que afronta las fuertes embestidas de proyectiles masivos. Tomo su telefono movil, y con un poco de verguenza, marco el numero de Thomas, su mas reciente amor, y con quien habia tenido una relacion realmente caotica, quiza no era la mejor alternativa, pero los procesos de desesperacion, suelen llevar a este tipo de escenarios. El telefono habia sonado durante algunos segundos, pero la llamada no habia sido contestada. Quiza habia bloqueado su numero, o quiza habia cambiado de telefono, muchas posibilidades comenzaron a transcurrir por la mente de Laura, quien simplemente rogaba a los cielos que por favor este joven contestara, ya que, era la unica alternativa que tenia entre sus manos. Cuando penso que ya no tendria oportunidad de hablar con el, finalmente la llamada fue respondida. Los segundos comenzaron a transcurrir en la pantalla de su telefono, la llamada estaba en linea, y esto era una buena senal. Pero la voz no se escucho al otro lado del telefono, simplemente una respiracion fuerte, asi que, Laura sabia que Thomas estaba alli. --Se que debes estar molesto, lamento llamarte para molestarte, pero estoy pasando por algo muy horrible. --Dijo Laura. El silencio parecia ser muchisimo mas crudo que cualquier frase que hubiese pasado por la mente de Thomas decirle a la chica. Le habia hecho algo realmente desagradable, y al no haber superado la ruptura, este habia quedado profundamente enamorado, siendo simplemente un amigo que pasaria a la coleccion de exnovio ver el catalogo personal de Laura. Su personalidad era inestable, era una chica que solia tratar de compensar el vacio interior de su vida con compania de amistades vacias y relaciones poco fructiferas, algo que la fue llevando poco a poco hacia un abismo de soledad donde unicamente estaria dedicada a su carrera universitaria y rodeada de personas que parecian estar unicamente enfocadas en lo mismo. Solo una buena amiga era la que habia logrado cosechar en la universidad, y para ese momento, esta se encontraba asistiendo a clases de anatomia. La unica persona con la cual podria desahogarse, no estaba disponible, por lo que, mientras sostiene el telefono movil en su oreja, trata de entablar una conversacion con el chico a quien ha hecho pedazos con sus actitudes inmaduras y poco corteses. --Se que quizas no quieres hablar absolutamente nada conmigo. Necesito verte, por favor, dame la oportunidad de escucharme. -- Dijo Laura. --Debe ser muy grave lo que estas pasando para romper con tu orgullo y llamarme. No creo que yo sea el adecuado para ayudarte. --Dijo Thomas. --!Por favor, no cuelgues! Se que las cosas no terminaron bien entre nosotros, pero hasta el momento eres la unica persona con la que puedo contar. --En ese momento, cuando me destrozaste el alma, tambien pense que eras la unica persona con la que podia contar, y poco te importo. El silencio de Laura simplemente podia evidenciar que este chico tenia toda la razon. Habia escogido las palabras correctas durante su silencio, y hasta parecia que habia esperado esta llamada durante mucho tiempo y sabia que estaria en una posicion de ventaja. El hecho de que Laura hubiese desechado a este joven de una forma tan cruda e injusta, le habia dado la posibilidad de madurar y crecer, pero el rencor no habia cedido, asi que, era la oportunidad de vengarse. --Cualquier insulto sera poco para lo que me merezco, pero por favor, no termines la llamada, necesito que hablemos. --Dijo la chica mientras comenzaba a llorar desesperadamente. Habia cosas que podrian evitarse, quiza podria haber terminado con la llamada y su corazon no habria sucumbido ante la necesidad de la chica de poder regresar a el otra vez. Falsas esperanzas crecian como demonios en el interior de Thomas, quien sentia que nuevamente estaba haciendo envuelto por un manto de mentiras y manipulacion, algo que era habitual en la personalidad de Laura. Esta, solia utilizar sus talentos para controlar, manejar, utilizar a las personas, pero esto, tarde o temprano se revertiria como un precioso karma que se desplomaria sobre ella convirtiendola en la victima del destino. Para Thomas, era dificil soportar esa cantidad de curiosidad que crecia en su mente tratando de entender que era lo que estaba ocurriendo. La chica habia asegurado que estaba atravesando por un periodo realmente dificil, y este, dentro de su morbo, queria entender que tan grave podria llegar a ser tu situacion como para humillarse a llamarlo a el. Dificilmente estaria dispuesto ayudarla, ya que, cuando este necesito mas de ella, Laura simplemente le dio la espalda. Era un joven realmente tranquilo, silencioso y muy inteligente, quiza el novio perfecto, pero Laura lo habia dejado pasar, convirtiendolo simplemente era un despojo de hombre que habia tenido que atravesar el mismo infierno descalzo para poder salir de aquella situacion. La indiferencia, el corazon de piedra, y la poca empatia que habia demostrado Laura para con Thomas despues del termino de aquella relacion, le habia dado todos los argumentos a este chico para poder desarrollar ese sentimiento de querer verla en la miseria, afrontando la desesperacion, rogando por ayuda, pero esto, podria quebrantarse facilmente con solo escuchar la voz de Laura. --Tu llanto parece genuino, pero realmente no tengo intenciones de verte, Laura. Creo que deberias llamar a alguien mas. A menos que no conozcas a alguien que pueda ayudarte con tus problemas financieros. --Dijo Thomas. Laura se sintio sorprendida al ver ese de alguna u otra forma expuestas, ya que, en ningun momento habia hablado sobre sus problemas economicos. Parecia que Thomas se habia adelantado significativamente a los acontecimientos y habia logrado determinar cuales eran sus verdaderas intenciones, algo que la dejo completamente desconcertada. --?De que hablas? ?Como puedes decir que solo te llamo para que arregles mis problemas financieros? --Es lo unico que te llevaria a llamarme. Creo que no podria solucionar absolutamente nada mas en tu vida, mas que la necesidad de dinero. Pero estas en libertad de hablar sin enganos... ?Cuanto es lo que necesitas?

  • Lineas del corazon de Ximena Peredo

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    Lo unico claro en la mente y el corazon de Olivia Breen es el sueno que ha tenido desde los cinco anos, formar parte del Royal Ballet de Londres y convertirse en una prima ballerina. El camino no es facil, asi que tendra que esforzarse mucho por conseguir su meta y sobre todo por no distraerse ante la presencia de Sebastian, su mejor amigo de toda la vida. ?Podra Olivia concentrarse en cumplir su sueno o lo abandonara por quedarse en Brooklyn al lado de Sebastian?