• El hombre del traje negro de Stephen King

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    Gary, el protagonista de esta historia, recuerda con miedo, cuando siendo nino tuvo un encuentro con un hombre de ojos anaranjados y vestido con un traje negro de tres piezas que le causo horror y le dijo cosas terribles.Esta experiencia le marcara toda la vida y ya en el ocaso de la misma la recordara con el temor de volver a reencontrarse con el. La aceptacion del miedoy como vivir haciendole frente es uno de los temas centrales de este sorberbio relato que fue ganador, en 1995, del prestigio premio O.Henry en Estados Unidos.

  • Todo lo demas era silencio de Manuel De Lorenzo

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    El periodista Manuel de Lorenzo ha escrito una novela repleta de certeras y brillantes imagenes que envuelven al lector, un viaje entre Madrid y Galicia que recorre lucidas reflexiones sobre la perdida, el azar y el miedo.

  • Intimidad improvisada de Maximo Huerta

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    A lo largo de los ultimos anos Maximo Huerta ha ido escribiendo casi a diario articulos, greguerias, fogonazos que abordan desde su particular optica nuestro mundo, lo mas palpable de nuestros dias. Y lo hace aplicando sus dotes de observador para hablar acerca de nuestras costumbres y manias, nuestros suenos y frustraciones, tambien de nuestras formas de soportar (o rechazar) las esclavitudes de la vida moderna: el movil, el gimnasio, las redes, la TV, el control de calorias, los tatuajes..., acercandonos su parecer sobre los grandes temas y los pequenos, que a todos nos (pre)ocupan, nos divierten y nos fastidian.

  • No estaras sola de Licena Tuero

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    ?Alguna vez sintieron ganas de dejar todo atras, huir a algun lugar, donde nadie nos conozca, y empezar de nuevo? Fara es una chica de veinticinco anos, cargada de tristezas, errores y decepciones, que ha renunciado al amor. Bautista es el tipico hombre del que te enamorarias a primera vista. Guapo, irresistible, seductor.

  • Chispas de amor en el aire de India Alvarez

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    Tres entretenidos y emotivos relatos de amor con un nexo comun.
    Una fecha magica, rodeada de chispas, de suenos y deseos, que parecen solo posibles en esa epoca del ano, la Navidad.
    Hay casualidades que, en ocasiones, nos empujan en una direccion y un camino en la vida que, aunque no siempre parezca el mejor, si sera aquel que nos lleve al amor y la felicidad.
    Estas historias romanticas podrian pasarte a ti, pero…., en este caso, los protagonistas son Mar y Carlos, Sonia y Manu, y Maya y Alex.
    Las chispas de amor que cambiaron sus vidas.

  • Juicio a un alma atormentada de Ana Escudero

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    Lucas despierta en un lugar desconocido para el. Descubre que esta muerto y que su alma sera llevada a juicio para saber a donde debe ir. Sin embargo, sus buenas y malas acciones estan tan compensadas que debera llevar a cabo una mision en la Tierra: ayudar a una joven, cuya felicidad pende de un hilo. Pero ?quien es esa chica que le resulta tan familiar? ?Conseguira Lucas salvar la felicidad de la joven o estara
    condenada a sufrir mientras viva?

  • Hotel de las Musas de Ann Kidd Taylor

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    Entre palmeras y puestas de sol de postal, una maravillosa y fresca novela sobre un encantador hotel, amor, perdida y segundas oportunidades en la vida y en el mar.

  • Hegel en 90 minutos de Paul Strathern

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    La coleccion Filosofos en 90 minutos incluye interpretaciones breves, pero autorizadas, de los mas grandes pensadores de la humanidad y descifra sus filosofias en una forma amena y accesible que las hace interesantes y comprensibles a casi cualquiera. La filosofia se puso realmente dificil con Hegel. Su metodo dialectico produjo el mas grandioso sistema metafisico que ha conocido el hombre. El propio Hegel admitio que <>. El sistema de Hegel abarca absolutamente todo, pero su elemento mas vital es la dialectica de tesis, antitesis y sintesis. El metodo se origino en la ambicion de Hegel de superar las deficiencias de la logica y ascendio hasta el Espiritu como realidad ultima. Su vision de la Historia como un proceso de autodesarrollo de la humanidad inspiro a Marx en su sintesis de la filosofia del materialismo dialectico. En Hegel en 90 minutos, Paul Strathern presenta un recuento conciso y experto de la vida e ideas de Hegel, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una seleccion de escritos de Hegel, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento y cronologia que situan a Hegel en su epoca y en una sinopsis mas amplia de la filosofia.

  • Un domingo como otro cualquiera de Liane Moriarty

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  • Hacia los mares de la libertad, Sarah Lark de Sarah Lark

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  • Que nadie toque nada de Blas Ruiz Grau

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    El mundo de la ficcion se ha encargado de vendernos una imagen que quiza dista demasiado de lo real cuando hablamos de la investigacion de un crimen. Series de television que muestran a criminalistas trajeados en un escenario no ayudan a que esa veracidad se muestre.

  • Prisioneros de la geografia de Tim Marshall

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    Hay un limite a lo que los hombres pueden decidir. A menudo, se trata de un limite real, fisico. Montanas, rios, mares y hormigon se interponen entre lo que los dirigentes han querido para sus paises a lo largo de la historia y lo que han podido conseguir. Para entender y explicar lo que ocurre en el mundo solemos referirnos a personas, ideas y movimientos politicos; pero sin los condicionantes que impone la geografia el resultado de semejante aproximacion sencillamente esta incompleto.

  • Su fria mirada de Raimundo Ruiz Toca

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    Su Mirada Fria es una novela corta en formato thriller, primera parte de la compilacion El Diablo en los Detalles, y que engancha con un sugerente comienzo, manteniendo la intriga hasta su inesperado e intenso final. Matias Ariza lleva varios dias planeando su fuga del sanatorio mental en el que esta confinado. A pesar de las dificultades planteadas por su medicacion, se ha estado preparando. Sabe que ha llegado el momento de escapar. Mientras que aguarda la ocasion propicia, le hierve la sangre pensando en la que fue su suegra. Ella es una mujer cruel, de familia adinerada, capaz de provocar su encierro y que no ha dejado de acosarlo tras su divorcio. Matias se refiere a ella como la Gran Bruja y su influencia fue la responsable de todas las desgracias que sufrio, venganza tras venganza, hasta arrebatarle finalmente a su hija Natalia. En su intento de huida para recuperar su vida, Matias repasara las circunstancias que lo llevaron a sufrir si situacion actual, pasando por una inesperada y macabra propuesta realizada por un desconocido personaje.

  • El legado de Marcos Ruiz (Ojos Verdes 2) de Julio Marin Garcia

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    NO ERA UNA noche destacable ni para bien ni para mal. No era una noche de frio ni de calor. Mucha gente se habia metido en su cama con la intencion de finalizar un nuevo capitulo de sus vidas. Pero alli, en esa casa de grandes dimensiones, de gritos nocturnos y palizas inimaginables, habia tenido lugar un suceso caotico. Alli si habia sido una noche diferente, pues el coco se habia enfurecido tanto que lo habia puesto todo patas arriba. La sangre habia embadurnado todo el lugar y habia dejado una triste marca en el corazon de ese hogar. Los vecinos, atonitos, miraban como la policia y la ambulancia entraban y salian constantemente. Trataban de obtener toda la informacion que aquella escena les podia brindar. Y alli, muchos elementos que nada tenian que ver entre si acabaron unidos por la mancha de la muerte: un arcon, una silla de madera vieja y astillada, una soga, una bolsa de plastico y una nina paralizada que habia dejado de moverse. !Ah si!, se me olvidaba; tambien habia muchos muertos. EL CUENTO QUE NUNCA TERMINO HABIA UNA VEZ una mujer cuyos ojos verdes habian presenciado aterradores momentos. Unos ojos grandes y preciosos, con un color similar al de una esmeralda, que se habian corrompido, poco a poco, bajo la mirada de la invisibilidad. Habia intentado luchar contra la oscuridad que, durante muchos anos, fue su hogar. Habia puesto mucho empeno en convertirse en otra cosa, pero, finalmente, el coco aparecio de nuevo, mas fuerte, mas feroz y mas coco. Habia una vez una historia que tenia muchos caminos y cuyo final nadie conocia. El primer camino era el de una guerrera de ojos verdes que habia sobrevivido, durante anos, a un coco de ojos oscuros. El segundo camino, mas tortuoso, era el miedo de poder convertirse en aquello a lo que habia temido. El tercer camino era el peor. El tercero significaba que no podia convertirse en aquello porque, a su modo, aquello siempre habia formado parte de ella y, por tanto, vivia en su interior. La tercera mujer de ojos verdes abrio sus ojos para contemplar, de nuevo, como las cuatro paredes de aquel lugar volvian a apresarla. Hormigon y oscuridad; la carcel a la que siempre habia pertenecido. Salvo que, en ese momento, no pudo darse de cuenta de la verdadera realidad. La tercera mujer de ojos verdes estaba envenenada por dentro: el peor veneno no es el que mata, sino el que se queda para siempre. El que se queda y silencia. El que se queda y deteriora. El que se queda y rompe. El que se queda y revienta. Sara conocia ese veneno mejor que nadie. Y lo sabia perfectamente porque, ahora, Fran y Marcos siempre estaban a su lado. Y victima de nuevos recuerdos, jamas podra olvidar aquella aterradora noche en la que todo se embadurno de sangre y el monstruo resurgio mas terrorifico que nunca. Aquella noche en la que los suenos quedaron aislados bajo llave. ?QUIEN SOY? --?SABES POR QUE estas aqui? Asenti. ?Como no iba a saberlo? --?Quieres hablar conmigo? --me pregunto. ?Que otra opcion tenia? Me tenian encerrada. Volvi a asentir. --Bien, Sara, eres tu, ?verdad? --matizo la psiquiatra. --Si, soy Sara, ?quien iba a ser si no? --le conteste. Me gustaba ser borde, era una manera facil de quitarse a la gente de encima. Total, tenia muy claro lo que iba a decirme: que al igual que mi padre, yo tambien estaba loca. Y era cierto, pero la diferencia entre mi padre y yo era que me di cuenta de que algo no iba bien. Supe muy pronto que habia otras personas que vivian conmigo. Algunas eran buenas y otras trataban de confundirme. Lei en Internet que las causas del trastorno de identidad disociativo pueden ser ambientales o geneticas, aunque suelen asociarse a un trauma vivido en la infancia. Cuando lei eso me pregunte: ?cual de todos? ?Los maltratos fisicos? ?Los maltratos psicologicos? ?Las violaciones? !O mejor! Uno del que nunca se habla: la manera en la que todo el mundo ignoro la enfermedad de mi padre. ?Quien tiene la culpa de que los vea? ?De que se metan en mi cabeza y no me dejen ver la realidad con claridad? ?Mi padre, su padre o la gente que vive feliz su vida y a la que le importan un bledo los problemas de los demas? Todos tenemos las manos manchadas de sangre, nos guste o no reconocerlo, porque el ser humano es despreciable. Solo habia una razon por la que quise salir adelante y poder dejar atras todo ese caos, solo habia una razon por la que decidia tomar cada dia las dichosas pastillas, sonreir e, incluso, en ocasiones, mostrarme agradecida: mi hijo. El era la motivacion de mi vida. El fuego que mantenia viva mi llama. --?Puedes hablarme de las personas a las que ves? ?Cuando y como las ves? --pregunto, de forma directa. La doctora Eli era asi, no se andaba con tapujos y era convincente, aunque lo que mas destacaba de ella era su mirada. No sabia explicarlo muy bien en aquel momento, pero era diferente a la del resto de gente. Como si quisiera protegerme. --Si, pero ya se lo he contado muchas veces. Son cinco personas: la senora Carmen, que se aparece aleatoriamente en cualquier momento. Es una mujer solitaria, obsesionada con el bingo y tranquila. Ella es inofensiva, solo tacha cartones y habla de sus hijos. Y bueno, a veces parece que intenta protegerme, aunque todavia no se muy bien de que o de quien. Luego esta Adrian, que solo se aparece los domingos entre las cuatro y las cinco de la manana. Un nino que siempre esta llorando y quiere que le ayude a entrar a casa. Al parecer, sus padres estan borrachos y peleandose. Creo que es inofensivo, aunque odia a su padre con todas sus fuerzas, tanto que me hace dudar de sus verdaderas intenciones. Quiere algo de mi, que haga un movimiento, pero todavia no se muy bien por que. Los otros dos son Marcos y Fran, supongo que ya los conoce, y al igual que la senora Carmen, vienen y van cuando quieren, aunque hace mucho tiempo que Fran no se manifiesta, asi que tampoco hay peligro. Marcos y yo nos necesitamos. Supongo que parezco una loca hablando de necesitar a una persona que me he inventado, pero el me ayuda a estar bien. El jamas haria dano a nadie. Siempre esta protegiendome, supongo que trata de hacer mi estancia mas amena. La psiquiatra anotaba datos en una tablet. Queria encontrar algo, pero tampoco me decia el que.--Bien, Sara, hemos llegado hasta aqui en muchas ocasiones, pero nunca me dices quien es la quinta persona, que sabes de el o de ella. --Me puse nerviosa, no me gustaba que me preguntaran eso. Podia hablar de cualquier otra persona, pero no de ella. Ella no tenia rostro para mi o, al menos, en ese momento no queria ser consciente de su identidad. Aunque no lo parezca, nuestra mente tiene un mecanismo de defensa que nos ayuda a olvidar aquellas cosas que nos aterran, y yo queria olvidarlo todo. --Nunca se manifiesta fisicamente, solo esta en mi cabeza, pero me da la espalda, me manipula y toma decisiones que yo jamas tomaria. Esa persona es un demonio senora Eli, es mejor que se aleje de esa informacion, podria matarla. --?Fue esa persona la que te obligo a matar a aquel hombre en la arena? --me pregunto. Y lo recorde todo: la sangre, sus ojos verdes, sus gritos, su decepcion. Recorde todo y, al recordarlo, me asuste tanto que deje de hablar. SENTIMIENTOS ?TENIA DERECHO A tener sentimientos? ?Mis emociones eran reales? Me sentia apresada por mi misma. Todos los medicos me habian dicho que estaba enferma. Si, tenian razon, yo tambien lo sabia. Mi padre estaba loco y yo herede su locura. Pero… ?por que lo sabia? ?Por que era consciente de ello? Si estaba tan loca… ?no deberia dar por hecho que todo lo que veia era real, gritando como una posesa para que me hicieran caso? No lograba entender la situacion, no lograba entenderme a mi misma. Era como si estuviera en un callejon sin salida. --!Otra vez que no me toca nada! Joven, siete cartones mas --grito la senora Carmen. La estaba viendo ahi, sentada sobre la camilla, hablando con alguien invisible al que le pedia una y otra vez cartones de bingo. Y aunque parecia tan real como la verja que coartaba mi libertad, sabia que era producto de mi imaginacion, pero ?por que? ?Que significaban todas esas personas para mi? Era una locura. --Algun dia ganare el bingo, ganare algun dia, y me comprare una mantita electrica para calentarme la espalda. No sabes lo bien que se duerme con eso, nina. Ademas, tu tienes que cuidarte bien, tienes protegerte de la gente mala --me hablaba a mi, pero ?que podia decirle? Yo solo queria que desaparecieran, todos ellos. Queria poder verme a mi misma y elegir mi propia vida. No queria ser como mi padre, aunque cada vez me sentia mas atrapada en ese mundo irreal. Echaba de menos a mi hijo, ?que seria de el? ?Habria entrado a la universidad? ?Habria conseguido salvarse de ser como nosotros? Ni siquiera tenia idea del tiempo que llevaba encerrada. Esta vida era tan cruel como la que me toco vivir de nina. Y mas preocupante aun, ?de quien tenia que cuidarme? ?Por que siempre hacia hincapie en ello? ?Alguien habia tratado de danarme y por eso estaba en ese lugar? Intentar resolver el misterio me producia grandes dolores de cabeza. Tal vez ese era el verdadero sintoma de mi locura. --Doce cartones por aqui; y cambiame el rotulador, que este ya no tiene tinta --dijo de nuevo. --?Por que no se marcha? --le grite, indignada. Ya estaba cansada de tanta mentira. --Aun me quedan cincuenta euros. Voy a jugarmelo todo, nina --contesto. --Quiero que se marche de mi habitacion. !No ere real, senora Carmen! Es producto de mi imaginacion. !No van a conseguir separarme de mi hijo! !No quiero que siga viniendo aqui! --le grite furiosa. --Pero nina, ?por que me hablas asi? Yo solo estoy tratando de entretenerme. Mi hijo nunca viene a visitarme. El bingo es lo unico que tengo, dejame quedarme un poco mas. Dejame quedarme aqui contigo, yo puedo ayudarte, yo siempre voy a estar protegiendote. Me necesitas -- suplico con la voz rota. Y la senti, la senti tan real que no pude decirle nada mas. Estaba ahi: sus ojos, sus arrugas, su apariencia; ?como podia ser eso producto de mis pensamientos? ?Quien era yo realmente? ?De que tenia que protegerme? --Sabes que siempre seras la tercera mujer de los ojos verdes. Esa siempre ha sido tu identidad, y jamas podras huir de ella, solo disfrazarla --contesto una voz masculina. Me gire y lo abrace al verlo.

  • Chaman de Kim Stanley Robinson

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    Chaman es una novela ambientada en la Edad de Hielo. En ella Robinson viaja por primera vez al pasado, pero las claves de su obra siguen siendo las mismas: la supervivencia de la humanidad.

  • El bidon de leche de Alex Divaro

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    La leche se usa para acompanar el cafe, el te y el cereal. Podria decirse que es uno de los alimentos mas aburridos que existen, algo asi como la vida de Bel, monotona e invariable. Sin embargo, algo tan simple como este producto lacteo, en un dia de compra, termina siendo el hilo conductor entre ella y el senor Barba, un hombre atractivo que la ayuda a darle un vuelco a su existencia y a eso que le pasa en la cama…

  • Firmamento de Maxim Huerta

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    En un hermoso hotel a orillas del Mediterraneo, el escritor Mario Bellver busca como acabar la novela de otro. Un dia, la llegada de Ana Monteleon, que inicia sus apacibles vacaciones, viene a corregir el rumbo del verano. y de su historia.

  • Hijos felices de Alicia Banderas

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    Hasta no hace muchos anos, la psicologia infantil se basaba n el tratamiento de los transtornos psicologicos centrados en los aspectos mas negativos, en los deficits y las patologias. Hoy sabemos que es tanto o mas efectivo potenciar las cualidades positivas de los ninos, sus virtudes y sus fortalezas. En su nueva obra, Alicia Banderas hace uso de su expeeriencia para ayudar y ensenar a padres, madres y a todas aquellas personas involucradas en el mundo de la educacion, a emprender la apasionante tarea de ayudar a los ninos a fortalecerse para que luchen por su propia felicidad. Hijos Felices expone numerosos casos practicos tratados por la autora, y reflexiona sobre las teorias mas novedosas de la emergente psicologia positiva; todo ello escrito en un lenguaje claro, directo y sencillo.

  • Sirenas de Joseph Knox

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  • Una carretera en obras de Mo Yan

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    Novela vivida y brutal en la que el autor, a traves de preguntas audaces y burlescas, cuestiona el socialismo chino y muestra su dominio del lenguaje para dinamitar el discurso politico.

  • Nuestro Caos, Sira Duque de Sira Duque

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  • Philip Trent Y El Caso Trent de E. C. Bentley

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    Quiza por casualidad o por obra del destino, el artista y detective aficionado Philip Trent se ve envuelto en la muerte del filantropo James Randolph, pues tras recibir el encargo de pintar su retrato, ha sido la ultima persona, aparte del asesino, en verlo con vida. Pero este es solo uno de los varios hilos que conectan a Trent con el suceso: su querido inspector Bligh esta a cargo del caso y, ademas, otro viejo amigo suyo lo deja perplejo al confesarse culpable del crimen. La desaparicion de una actriz y otros dos asesinatos anadiran aun mas misterio a un laberinto de elaboradas intrigas que pondran a prueba las capacidades deductivas del siempre inquieto y perspicaz protagonista. Hubo que aguardar veintitres anos desde la aparicion de El ultimo caso de Philip Trent (1913), uno de los clasicos de la ficcion detectivesca mas famosos de todos los tiempos, para que esta segunda novela de Bentley, escrita en colaboracion con H. Warner Allen, viera la luz. La espera, sin duda alguna, merecio sobradamente la pena.

  • Tu mirada oscura sobre mi vestido de calaveras rojo de Yaiza Castro

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    Escoge la senda del pecado, y desnuda tu alma al romance mas ardiente y peligroso. Una policia temeraria, pin up y alocada. Un agente de operativos especiales letal y que exuda peligro por cada poro de su piel. Una explosion. Una investigacion. Un amor envuelto en llamas. Un entramado criminal que clava las garras en lo mas profundo del corazon del organigrama policial. Dos enigmaticas figuras que dirigen el destino de todos desde las sombras. Un amor del pasado. Un misterio por resolver. Un romance que hunde sus cimientos en el erotismo mas salvaje.
    Disfruta del mejor romance y el mejor suspense en una historia donde ambos generos se aunan para conformar una novela pasional y trepidante.

  • La piel no olvida de Fernanda Perez

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    Novela coral sobre mujeres que rompen con los moldes de la epoca y hombres comprometidos con un mundo que cambia.

  • La suerte del bufon (El Profeta Blanco 3) de Robin Hobb

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    El desenlace de la trilogia “El profeta blanco”.

  • La primavera ausente (El Trastorno de Elaranne 1) de Ruben H. Ernand

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    Hace siete anos una devastadora epidemia, conocida como la Plaga, asolo los cinco reinos de Balaeron. Kirius, superviviente de la terrible enfermedad, vive en una prospera ciudad del reino de Merethia junto a su abuelo, bibliotecario de la ciudad. El joven arrastra unas extranas secuelas que perturban su mente y lo apartan de los demas. Un ser imaginario, al que el llama el Ausente, le habla haciendo que su cordura este siempre en peligro. Kirius intenta combatir su propia oscuridad interior confiando en que los suenos de seguir los pasos de su padre, a quien nunca conocio, se conviertan en realidad.

  • La musica de las esferas de Luis F. Fernandez Simon

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    Una novela de suspenso y aventuras que se desarrolla en diversos momentos en el tiempo y que eventualmente convergen para dar sentido a una pieza maestra.

  • Los confines del silencio de C. L. Taylor

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    Susan Jackson es una mujer satisfecha: tiene una familia que la hace feliz, un marido con una solida carrera politica, una casa hermosa. Pero cuando su hija Charlotte, que acaba de cumplir quince anos, entra en coma tras un extrano accidente, toda su felicidad se rompe en pedazos, especialmente cuando descubre que el accidente no fue tal. Susan, desesperada, hara lo posible para comprender el acto de Charlotte. Para ello, revisa sus diarios en busca de algun indicio, un rastro que la ayude a entender lo que su hija estaba viviendo. Pero lo que se encuentra, en lugar de tranquilizarla, la inquieta. <>.

  • Dulce veneno bajo la luna de Veronica Mengual

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    Ser la condesa viuda de Shewsbury no le habia servido, a Amanda, mas que para tener un esposo malvado que la habia dejado en la ruina. Con poco mas de veintiun anos, se consideraba a si misma una superviviente que habia salido adelante gracias a su belleza, y a su manera de hacer las cosas en su propio beneficio. La acusaban de muchas cosas, la gran mayoria ciertas y malas. Poco importaba, porque eso no le daria un porvenir, un techo bajo el que vivir y comida en la mesa. El antiguo conde de Shewsbury, el que fuese su esposo durante dos anos, le llevaba demasiados anos y perversiones, de diferencia. Los vicios le habian costado la ruina y por suerte, para ella mas que para el resto, el hombre decidio terminar su vida pegandose un tiro en la sien. No fue una gran perdida para la que antano fuese la senorita Amanda Baker, hija de un baronet igual de despreciable que el esposo al que su padre la habia entregado. En su opinion, los hombres no servian mas que para hacer dano y regir el destino de las mujeres. Bien lo sabia ella, que habia tenido que soportar los severos castigos del baronet mientras su madre sumergia sus penas en alcohol y miraba hacia otro lado. A su progenitor le gustaba admirarla. Decia que su belleza serena seria su mejor arma. Amanda poseia una frondosa melena rubia que se asemejaba al oro liquido. Sus preciosos ojos de un azul unico, con chiribitas doradas, le conferian la mirada de un angel. Los pomulos perfectamente alineados con su fina nariz y unos labios gruesos y rojos como una fresa madura, la hacian ser digna de admiracion. Todo ello sin olvidar una tez clara y una figura envidiable acorde a la moda. Pero su padre era un monstruo desalmado que disfrutaba torturandola por su belleza. Si bien el baronet deseaba que sus dos hijas se casasen bien, siempre tuvo una especial inclinacion por Amanda. Pero malsana. A su hermana mayor, el baronet no le hacia demasiado caso porque Samantha, la actual condesa de Strangened, era bonita pero, no era de una belleza evidente. Tenia tonos mas oscuro y su piel, cabello y ojos. La fijacion del baronet lo habia llevado a tener que castigarla a ella por tentarlo a el. Era costumbre que, desde que Amanda cumplio los catorce anos, el quisiera examinarla desnuda y le marcase la espalda con una vara acusandola de ser un demonio que habia llegado para torturarlo. La joven no alcanzaba a comprender lo que su progenitor, ese que tenia mas amantes de las que ella podia contar con una mano y que tambien contaba con otra familia en algun lugar de Londres, le espetaba cuando la atizaba con la vara. Y no lo entendio hasta que en una de esas extranas sesiones de castigo, el se puso delante --porque por norma general el se ponia detras de ella-- y la miro de aquel modo en el que sabia que un padre no deberia mirar a su hija. En aquel momento, Amanda comprendio que si el hombre destinado a cuidarla y protegerla era capaz de hacerle sentir miedo y dolor, el resto de ellos la podrian herir de muerte. No tardo en comprender que fuera de casa estaria mas a salvo que en su hogar. Aprovechaba a cada ocasion para salir de alli y huir de su verdugo. La fortuna hizo que su padre no llegase a cumplir la amenaza que veia en su mirada cuando la obligaba a participar en aquel ritual malvado. No obstante, el mal estaba hecho porque nada volveria a ser igual. No confiaba en los hombres y nunca lo haria. E hizo bien al verlos unicamente como un instrumento para conseguir sus propios planes. Sus padres habian criado sus hijas para ser condesas como poco. Las dos lo habian conseguido, pero solo su hermana mayor, Samantha, habia alcanzado la felicidad, eso era lo que siempre le explicaba cuando se veian. La joven Amanda vio que su belleza no era lo suficientemente rapida para abrirse camino y huir de su casa. Su padre habia jurado que si sus hijas no conseguian un conde, no les permitiria casarse. Ella se invento un titulo superior, pues explico a toda la buena sociedad que su progenitor, el bastardo que la tenia atemorizada, iba a recibir un titulo de mayor rango, por lo que comenzo a hacerse llamar lady Amanda Baker. Puesto que la mentira nunca llego a convertirse en realidad, no tardaron en acusarla de arribista y perdio muchas amistades por el camino. En honor a la verdad, sus caprichos y mentiras tambien le habian pasado factura, y hoy en dia, salvo la proteccion y la compresion de su hermana Samantha, ella no podia contar con nadie mas. No era su culpa ser como era --consideraba la joven--, porque estaba sola en el mundo y de ella dependia seguir sobreviviendo a las adversidades. Pero un dia sucedio lo peor que pudo haber pasado: su padre la prometio. Y lo hizo a otro despreciable aun peor de lo que el habia sido. La boda se celebro en un abrir y cerrar de ojos. Y su vida comenzo a ser un verdadero infierno, tanto, que por las noches echaba de menos no estar bajo el techo de su padre. Pero el destino la premio con la muerte de su esposo. Ella se levanto un dia, y cuando el servicio le informo de que lord Shewsbury habia sido encontrado muerto en su despacho, Amanda casi comenzo a saltar de alegria. Ya se veia a si misma como una joven, bonita, y rica viuda que al fin seria libre del yugo de los hombres y podria establecer su propio destino. Al fin habian servido de algo los sacrificios, los lloros y los rezos para pedir clemencia a un Dios que parecia haberla olvidado. El sentimiento de gratitud y felicidad duro apenas unas horas. Los acreedores llamaron a la puerta y no hubo dinero ni para una asignacion. Llego a la casa un primo lejano del conde, llamado Lucas, que iba a heredar el titulo y le ofrecio matrimonio. Amanda, pese a ser una de las mujeres mas orgullosas de todo el reino, decidio, por una vez, usar su sensatez y pedir auxilio a su hermana y al esposo de esta. Era una carga. Se habia convertido en una mujer bella, libre y todavia asi no conseguia cazar a un buen hombre al que pudiera manejar a su antojo. Pero eso iba a terminar esa misma noche, se juro. El duque de Kensington, Kirk Baldrick, al que apodaban el duque demente porque habia regresado de la guerra contra Napoleon con algunas secuelas, ofrecia una fiesta en la que iba a estar uno de sus antiguos pretendientes. Esperaba que el coronel Frederick Burns, a quien rechazo hacia cuatro anos porque no tenia un titulo, siguiese estando muy interesado en ella. El denominado Frederick siempre estuvo comiendo de su mano y habia heredado el condado de Exeter, por lo que no habia una mejor opcion que el para casarse y salir del atolladero. Amanda repaso su atuendo. Ese precioso y del todo sugerente vestido verde, a juego con las esmeraldas que le habia prestado Samantha, iba a convertirla en una apetitosa mujer para el. Una llamada en la puerta hizo que la hermosa rubia dejase de mirarse en el espejo. Dio su consentimiento para que accedieran a la alcoba mientras se retocaba un pequeno mechon de pelo que se habia escapado de su recogido. --?Estas segura de que es lo que quieres hacer? --Su hermana entro en la habitacion y cerro la puerta tras de si mientras lanzaba la pregunta. --Desde luego que si. Ya te explique que Frederick siempre ha estado prendado de mi. No se ha casado, nunca fue demasiado apuesto y encima ha regresado tullido. Es pan comido --Amanda movio la mano en senal de despreocupacion mientras se pellizcaba las mejillas para que cogieran un poco de color. --Y yo te conteste en su momento que no tienes motivo para apresurarte. --Samantha se acerco para hundir una horquilla rebelde que se habia movido de su lugar en el recogido de Amanda. --Gracias --le dijo cuando lady Strangened le puso correctamente el abalorio en el cabello sin haberle hecho dano. --Tampoco hace falta que me las des, soy tu hermana mayor y debo cuidar de ti... Debi haberlo hecho mucho antes. --Senalo la ultima parte con gran pesar. Amanda se dio la vuelta y le sonrio con ternura. Samantha era con la unica persona con quien habia podido ser ella misma siempre. --No es tu culpa nada de lo que me sucedio. Ademas, aquello ya paso y ahora estoy dispuesta a convertirme en una fabulosa, rica e influyente condesa. Lord Exeter me dara todo lo que yo quiero en un abrir y cerrar de ojos, te lo garantizo. Con el estare mas que bien. Es un hombre muy facil de contentar y se que me cuidara. --Pero no lo amas --le recordo como si fuera una cosa imprescindible. --?Amor? --expreso con incredulidad--. El amor no es en absoluto necesario en un matrimonio, incluso agradecere no enamorarme jamas. --No mentia en su expresion. Samantha la miro con mucha compasion y a Amanda esto la incomodaba y le molestaba a partes iguales. --No todos los matrimonios son como el de nuestros padres. Y desde luego, no todos los hombres son como padre. Lo que el te hizo... --A Samantha se le hizo un nudo en la garganta al recordar aquel dia en el que se disgusto con una buena amiga y llego antes a casa. Ver a su hermana desnuda con su padre usando una fusta sobre su espalda... ?Que clase de monstruo le hacia eso a su propia hija? Samantha, todo lo timida y pacifica que era, entro en tromba y se enfrento a su padre. Puso su capa sobre su hermana y se la llevo de alli. La retahila con la que lo amonesto parecio surtir efecto y el patriarca las dejo en paz. Desde ese dia, Samantha vigilo cada paso que daba su hermana. Cuando se convirtio en condesa de Strangened, hizo todo lo posible por llevarse a Amanda consigo. No lo consiguio, ni con la ayuda de su influyente esposo fue capaz de que el baronet dejase libre a Amanda. Tampoco pudo evitar que el padre casase a su hermana con aquel hombre inmundo, pero ahora si que podia brindarle su ayuda y la protegeria, incluso de ella misma. --Estoy bien ahora, Samy --era el apelativo carinoso que usaba con ella--. No quiero que recordemos mas el pasado. --Te hara bien contarselo a alguien, Mandy --la hermana menor tambien tenia su propio sobrenombre. --No. El pasado es mejor dejarlo atras. Estoy bien y es lo que importa --se dijo mas para si misma que para su hermana. --No quiero que te vuelvas a casar si no estas segura de que no volveras a sufrir. Tu esposo era un... --comenzo a decir Samy. --!No! --la corto Amanda viendo el camino que tomaba la conversacion--. No vamos a hablar jamas de lo que fue aquello. --Necesitas abrir tu corazon, carino. Si no me dices lo que sucedio con Shewsbury, yo no puedo ayudarte... --Trato de hablar mostrando toda la compasion que le inspiraba. --!Basta! --grito con furia. Amanda se dio cuenta de que su hermana se habia llevado a un sobresalto y tuvo que recordarse que Samy era su aliada y no otra dama contra la que luchar o protegerse--. Se que tus intenciones son buenas --Mandy suavizo el tono de su exposicion significativamente--, pero no deseo rememorar nada de lo sucedido, ni con padre ni con el bastardo de mi esposo muerto. No pueden volver a hacerme dano --no al menos mientras estaba despierta-- y es lo que importa. Voy a convertirme en la condesa de Exeter y todo al fin habra valido la pena. --Mandy... --susurro--. No hace falta que sigas obsesionada con ser condesa. Yo puedo velar por ti. Mi esposo nos cuidara a ambas. Aunque admito que si te portases mejor con el, todo seria mas sencillo. --No. Tu has encontrado tu sitio y yo debo hacer lo mismo. Me jure que lo conseguiria y estoy decidida a hacerlo. Es lo unico que me ha impulsado a salir cada dia de la cama. Ser una mujer importante y tener poder era lo que deseaba para que nadie pudiera volver a obligarme a nada. --Estaba convencida en lo que decia--. En cuanto a lo de ser mas atenta con tu esposo... Antes el infierno se congelara. --!Eres imposible! --Soy sincera. --Brutamente sincera y en ocasiones desagradable era lo que en verdad era. --?Y si tu futuro esposo vuelve a atormentarte? ?Que sucedera entonces? Amanda se rio con ligereza. --Eso es del todo imposible. Lord Exeter seria incapaz de matar a una mosca. Aparte, se muy bien como defenderme. --Amanda recordo aquel momento en el que coloco un fino cuchillo en el cuello de su esposo. Hizo algo mas que eso. Desde entonces las cosas cambiaron. Le aseguro que no tenia nada que perder y que no dudaria en actuar si la volvia a danar. Samantha fruncio el ceno mientras la miraba con fijacion. Mandy rodo los ojos al ser consciente de lo que su hermana hacia, se avecinaba un sermon. --Debo recordarte que Exeter ha estado en el frente durante cuatro anos. No creo que sea el mismo hombre que una vez corrio tras tus faldas. Amanda se carcajeo a gusto. --Desde luego que no sera el mismo porque ya no puedo correr --adujo al recordar que el era un tullido con un problema en su pierna. Samantha resoplo. --Mandy, te quiero, pero eres demasiado cruel para tu propio bien. --?Cruel? ?Yo? --dijo con indignacion. --No es correcto que hables asi de un hombre que ha arriesgado su vida por su reino. --La regano con delicadeza. --!Son hombres! --rebatio como si eso lo diera todo por hecho. --Insisto en que no todos son iguales. Hay buenos hombres ahi fuera. --Su hermana la comprendio sin que ella diera mas explicaciones. --No. No los hay. --Si. Yo misma encontre a uno. --Bueno, pues yo no los quiero. Voy a ser la condesa de Exeter y hare todo lo posible por cumplirlo. Ademas, no es nada malo. Fui el sueno de Frederick antes de irse a la guerra y yo lo voy a recompensar. Se me escapo lord Monty, el duque de Kensington se me resistio, y te juro por mi honor, que el conde de Exeter no se me escapara y que esta noche sera mio. Los dos hombres a los que Amanda habia aludido se le escurrieron entre los dedos de las manos. El primero, el conde de Monty se caso con la que una vez fue su mejor amiga, Angela. El segundo... Bien, mejor que se le hubiese escapado porque el hombre habia regresado de la guerra, y si antes de marcharse no era una persona afable, habia vuelto todavia mas rudo y bruto que antano. Ello sin contar que circulaban muchas historias sobre el que le helarian la sangre incluso a Lucifer. Pues, tanto Frederick Burns, como Kirk Baldrick y otro hombre, un teniente, que tambien habia recibido un condado en herencia, llamado Ryan Cross, habian sido apodados los Soldados Valerosos por sus contribuciones en las batallas. Eran famosos por sus hazanas. La sociedad les habia entregado sus favores pese a que habian regresado cada uno con una tara del frente.

  • Ecos del pasado de Laura Falco

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    Ecos del pasado nos relata los mejores casos de fantasmas, impregnaciones y poltergeist del mundo, de la mano de Laura Falco. La autora, con un tono coloquial y muy ameno, ira desgranando las historias que impregnan sitios como el Hotel Stanley (Colorado) donde se grabo El resplandor, la torre de Londres, la carcel de Alcatraz, la Isla de Poveglia, el parador de Cardona o las catacumbas de Paris, entre muchos otros.

  • El ateniense de Pedro Santamaria

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    Grecia se precipita hacia una guerra como nunca ha visto ni vera el mundo. La Atenas de Pericles domina los mares, Esparta es invencible en tierra. Y ambas ciudades pugnan por convertirse en la lider indiscutible de la Helade en un conflicto completamente asimetrico que durara cerca de treinta anos y despues del cual la Grecia luminosa no sera mas que un lejano recuerdo. Esta es la historia de uno de los personajes mas controvertidos de la antiguedad: Alcibiades, el ateniense. Familiar y protegido de Pericles, discipulo y amigo de Socrates, omnipresente en la obra de Platon, rival de Nicias, amante de la reina de Esparta. Estratega y demagogo, politico y guerrero, traidor y patriota. El mas bello de los griegos y el mas acaudalado de los atenienses. Cruel en el amor, valiente y decidido en la guerra. Implacable y calculador... Fiel reflejo de una Atenas y de una epoca que sento las bases de la sociedad occidental.

  • Sere Fragil de Beatriz Esteban

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  • Un trato con la NERD de Cynthia Walter

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    SINOPSIS: Nadia Rodriguez es una excelente economista, tiene una carrera brillante y mas meritos de los que necesita; ?Por que entonces no consigue mantener un trabajo? Es una nerd, si, esa chica cerebrito que sirve para todo pero nadie quiere ensenar. Adam Zavala es un empresario exitoso que tiene un plan para lanzar a lo mas alto el negocio heredado del mundo de la moda de su padre; ?Que hara cuando se de cuenta de que su plan no es viable? El padre de Adam mandara a Nadia a comprobar el trabajo de su hijo... Nadia se dara cuenta de que nunca habia conocido a nadie tan atractivo como su nuevo jefe... ?Podra Adam ver mas alla del trato que firmara con la Nerd para salvar su negocio? Capitulo 1 Nadia Me levante como cada manana a las cinco en punto al oir el despertador. El espejo me recibio en el bano con una especie de reproche por acostarme a las tantas; ?Nadie entendia que mi trabajo requeria estar siempre dispuesta a pasar sueno? Me duche tomando un poco mas de tiempo del necesario en mi pelo, rizado como una escarola no queria quedarse en su sitio y mas bien parecia que no me habia peinado en la vida. Odiaba el vaho que se formaba en el bano porque mis gafas se empanaban suficiente como para sentirme totalmente ciega; ?Habian pensado alguna vez en construir unas barras como las del coche para la lluvia instalandolas en unas gafas? Yo las llevaria. Sono el timbre y abri aun con el albornoz puesto para recibir a Tom, mi mejor amigo ademas de un crack de las finanzas tanto casi como yo. -No he visto ningun error en el documento que me mandaste a las dos de la manana. -dijo con cierto reproche por la hora en la voz. - ?Esta lloviendo? -pregunte al comprobar que sus gafas de culo de vaso tambien estaban empanadas. -Evidente. -contesto riendose cual cerdito. - ?Como es que tu intachable jefe te pidio que hicieras un balance de semejantes caracteristicas con tan poco tiempo? -anadio buscando alguna magdalena en mi cocina. -Aun no me ha dado tiempo a hacer el cafe. -asegure. No me senti nada violenta por estar en albornoz por la sencilla razon de que Tom y yo eramos como hermanos, ademas de que dudaba de que a cualquier hombre le pudiese gustar verme semidesnuda. -Diria que Enzo Zavala no se fia mucho de las cuentas que le mandan desde Shadows and ligths S. L. -afirmo riendose de nuevo con su sonora y tipica voz ronca. -Supongo que tienes razon. -conteste. Me dispuse a servir las tazas del brebaje magico llamado cafe para los dos y sali disparada hacia mi habitacion para buscar algo que ponerme en el armario; Escogi unos pantalones de vestir mas altos y con corte de hombre junto con una camisa blanca que no marcaba nada, y unos tirantes negros para unirlo todo. -Menos mal que eres un genio. -Tom se metio conmigo por mi vestimenta como de costumbre. Mi amigo tenia razon, nosotros eramos nerds al margen de la sociedad de la moda; Lo nuestro era la economia y los informes. Sentada a la mesa tomando el cafe pense en lo que habia dicho Tom sobre el senor Enzo. El tenia negocios por todo el pais e invertia en distinta empresas, yo era algo asi como su mano derecha para ese tipo de operaciones; Era extrano por tanto que me hubiese pedido hacer un analisis de esa empresa de moda que dirigia su hijo Adam en un plazo record. Ya eran las seis y media asi que debia salir para el trabajo si tenia en cuenta que mi coche arrancaba cuando queria. Tom se levanto de su asiento cogiendo su maletin recolocandose la corbata de cuadros muy a nuestro estilo para seguirme. Rojito era mi vehiculo desde que me habia conseguido sacar el carnet, por supuesto a la primera como todo lo que dependia unicamente de mi esfuerzo y no de mi imagen. Llegue a la esquina del edificio central donde trabajaba y deje que Tom se bajase para ir hasta su empleo; Uno por debajo de su cualificacion tal y como me pasaba a mi. Aparque como pude entre dos coches enormes y lujosos para despues bajarme asegurandome de pasar por recepcion para recoger las cartas ademas de un cafe que habia pedido que dejasen alli para Enzo Zavala. -Senorita Rodriguez, pase. -dijo mi jefe. A pesar de ser ya mayor seguia teniendo un porte elegante que, sin embargo, se encontraba empanado por un rostro de preocupacion. -Aqui tiene. -conteste sacando torpemente las diversas carpetas de mi bandolera cruzada. -He traido tanto el informe que me pidio, como un analisis sobre los numeros que me facilito. -anadi quedandome callada. -Despues de tanto tiempo y sigo sin conseguir que me tutees. -contesto con una pequena carcajada. -Pero lo que si se es que cuando no terminas una frase con rigurosidad es que hay algo malo. -anadio poniendome entre la espada y la pared. -Me resultan incompletos los numeros, como si hubiesen hecho el dosier sobre una parte de la informacion. Una vision optimista pero no estoy segura de si realista. -conclui aun sabiendo que de alguna manera estaba poniendo en duda algo cuya direccion llevaba su propio hijo. -Precisamente por eso... -dijo pensativo. -Necesito que me hagas un favor, voy a mandarte a la delegacion de Shadows and lights por un tiempo. Quiero que supervises los negocios de mi hijo porque su entusiasmo puede llegar a ser un riesgo para la compania. -Su mandato me cayo como un jarro de agua fria. -Pe-Pero... Yo no tengo ni idea de...De... Ese sector. -conteste tartamudeando por los nervios al borde de tirar el cafe del jefe. -Nadia. -El senor Zavala cogio el vaso de mi mano y lo dejo en la mesa para despues seguir sosteniendo mi mano entre las suyas. -Siempre ha hecho un trabajo excelente pero ahora necesito que vayas a esas oficinas y me ayudes a comprobar que todo sigue siendo solido. -Su peticion era totalmente seria. -Esta bien. -respondi recolocandome las gafas. Entre en mi despacho recogiendo las pocas cosas que tenia en el e imprimi los documentos que el mismisimo senor Zavala habia preparado para mi.

  • Diario de Kat (Seleccion RNR), Maria Jose Tirado de Maria Jose Tirado

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  • Cuando el carabo cante de Soledad Palao Sires

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    Adelina es una muchacha sencilla que vive en un pequeno pueblecito, cerca del nacimiento del rio Mundo. Incansable trabajadora, ayuda a su madre en el cuidado de sus nueve hermanos, hasta que su aficion por la lectura le hace desear ampliar sus estudios y conocer otra clase de vida. Con ayuda del cura de su pueblo, llega a Madrid a servir en una vivienda de postin, sin sospechar siquiera que el destino le tiene preparado vivir en primera persona los terribles acontecimientos que se produciran en aquella casa. Sus investigaciones, y pesquisas la convierten en una colaboradora indispensable para la policia. Un pequeno carabo que solamente ella puede ver, sera el anuncio de una final totalmente inesperado para el lector, que a lo largo de la trama se ira preguntando el porque de cada una de las misteriosas desapariciones de algunos de los personajes que forman esta apasionante novela.

  • Tenias que ser tu de Sophie Saint Rose

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    Avariella queria ser madre. Se habia convertido en algo imperativo y el tiempo la apremiaba. Asi que habia que ponerse las pilas y cuando vio el anuncio de un viaje de solteros no dudo en pedir informacion porque estaba harta de las citas rapidas. Esperaba que ese viaje le cambiara la vida.

  • A lomos del destino de Constanza Chesnott

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  • Nadine de Susana Aikin

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    Cuando tu mundo se derrumba, ?puedes encontrar en tu pasado las claves de tu futuro? Dos hermanas, Nadine y Alexandra, cuyo estilo de vida diferente las ha mantenido separadas desde hace anos, se reencuentran: Nadine es una poeta reprimida que se refugia en un mundo conservador y superficial; Alexandra es una actriz pasional e impredecible que lo ha arriesgado todo por los escenarios. Pero detras de estas fachadas dispares subyace el mismo secreto familiar, un secreto inquietante que ha permanecido enterrado durante decadas en la memoria de ambas. Y ahora precisamente ha llegado el momento de descubrirlo y de hacerlo cuando la vida de las hermanas hace aguas: Nadine ha visto hundirse su matrimonio y ha perdido su trabajo y su casa; Alexandra tiene un cancer terminal y ha ido a parar al hospital donde, finalmente, la encuentra su hermana.

  • Corazon de Escamas de Rafael Clavijo

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    Carlos, un joven nadador profesional de veintiun anos, ya no es capaz de distinguir entre la realidad y las terribles imagenes que ve en sus pesadillas, protagonizadas por un monstruo marino con escamas azules y ojos negros como el fondo del mar. Durante toda su vida, Carlos ha estado sometido a la obsesiva exigencia de su padre, que ademas es su entrenador. Como resultado de esta presion desmesurada, la mala situacion familiar y la continua amenaza de no llegar a ser un campeon, Carlos comete el mayor error de su vida. Tendra que afrontar las consecuencias de sus actos y emprendera una apasionante aventura en busca de la redencion, en la que intentara averiguar el secreto de quien es realmente. ?Podra Carlos descubrir la identidad de “La Bestia” que lo acosa en sus pesadillas? ?Conseguira huir de este misterioso monstruo que se le presenta en suenos? ?Es posible dejar atras la imborrable mancha del dopaje?

  • Una puerta en el mar de Beatriz Artaza Laria

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    En la montana, a los pies de las rocas azotadas por el mar Cantabrico, donde antes no habia nada, aparece una entrada a las entranas de Punta Lucero. Una misteriosa caja, semienterrada en la playa, desvelara un ancestral secreto imposible de creer. Este hara que la vida de Alicia cambie para siempre, haciendole vivir una serie de acontecimientos insolitos. Un thriller de ficcion lleno de misterio e intriga, con una accion continua que no da respiro. Energico, vibrante y directo.

  • Nuestra primera vez, Flor M. Urdaneta de Flor M. Urdaneta

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    Alex y Kim han sido amigos desde ninos. Ella es extrovertida, le encanta salir de fiesta y no sabe lo que la palabra orden significa. El es callado, ordenado en extremo y un genio de la computacion que prefiere quedarse en casa disenando programas en lugar de salir. Pero cuando Alex hace una confesion, y las reglas de su relacion cambian, descubren que el amor puede ser dulce y apasionado, pero tambien doloroso y devastador.
    Corazones rotos, una amistad que termina y una decision que marca la diferencia en su futuro. ?Que pasara entre Alex y Kim? ?Podran reparar lo que un dia se rompio o ya es demasiado tarde para ellos?

  • Hora de sonar de Kristan Higgins

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    La joven viuda Lucy Lang solo buscaba un hombre agradable y decente. Alguien que cortara el cesped, se encargara de la barbacoa y ensenara a sus futuros hijos a jugar al futbol. Pero, sobre todo, alguien que no le alterara lo mas minimo el corazon, ni ninguna otra parte de su cuerpo. Lucy no podia arriesgarse a otra perdida mas. De modo que no le quedaba otro remedio que despedirse de Ethan, su ardiente y completamente inapropiado amigo con derecho a roce, y buscarse un hombre con el que pudiera casarse.

  • Si, Viviana Rivero de Viviana Rivero

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  • Mentira de Care Santos

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    M 1 is padres son un rollo. Cada noche despues de cenar se enzarzan en todo tipo de discusiones sobre temas complicadisimos: los banqueros, la crisis, los Estados Unidos, la seguridad mundial, la delincuencia, la pobreza... Me recuerdan uno de aquellos debates de la tele que duran un monton y que son mas aburridos que un concierto de zambomba. En serio que no les entiendo. Entre ellos no suelen discutir por nada, pero son capaces de tirarse horas hablando de estas cosas. Hay que ser rarito. De la ultima discusion no hace tanto. En el telediario acababan de emitir unas imagenes donde se veia a un chaval rubio y alto propinando punetazos en la cara a un pobre chico mientras ambos viajaban en metro. Un ataque racista sin ningun motivo, dijeron. La victima era oriental, nacido en Mongolia. Al agresor lo detuvo la policia y el juez le envio a un centro de menores. En las imagenes no se le distinguia la cara porque la llevaba cubierta por una especie de velo transparente. Eso es porque la ley protege a los delincuentes mientras sean menores de edad, me explico mi madre. Mi padre hizo una mueca de desaprobacion. No esta de acuerdo en que las cosas ocurran asi. Mama piensa que los menores merecen otra oportunidad, que a los 17 anos no hay nada que no tenga arreglo. Mi padre le pregunto de que bando estaba, ya que defendia a los delincuentes. --De ese pobre chico nunca debe de haberse ocupado nadie. Si lo hubieran hecho, sabria distinguir entre lo que se debe hacer y lo que no, y no se comportaria de ese modo --dijo ella. --!Anda ya! Un chaval de 17 anos sabe muy bien lo que esta bien y lo que no, y tambien sabe lo que se hace. Y al pobre apaleado, ?quien le defiende, eh? --salto mi padre. --Todo el mundo, esta claro --dijo mama--. A la victima siempre la defiende todo el mundo. En nuestra sociedad el que sale mejor parado es el que sabe ir de victima. Bla, bla, bla. Como siempre. Una lata. Para mama <> --que soy hija unica-- significa un monton de cosas horribles: no dejarme ir jamas a la escuela con la ropa que me apetece; marearme con mil preguntas cada vez que salgo; quitarme el movil a las diez de la noche con la excusa de ponerlo a cargar; no dejar que me conecte nunca desde la cama (!ni siquiera los fines de semana!) o --peor aun-- no dejarme tener el ordenador en mi cuarto. Si, si, eso es lo peor: tener que hacer los deberes en la cocina solo porque ella quiere <> cuando me conecto a Internet; y tener que soportar que de vez en cuando se detenga detras de mi y mire la pantalla por encima de mi hombro solo para saber si hago algo que no le gusta. !Me pone muy nerviosa! --?Que quieres que haga, con la cantidad de trabajos que me ponen en el insti? --le pregunto, a ver si se da cuenta--. Ademas, ya soy mayor, mama, se muy bien cuales son los peligros de Internet. Pero nada, mi madre no es de las que se dejan convencer facilmente. Es como si no se fiara de mi. !Ni siquiera me deja tener Internet en el movil! !Es increible! Papa me mira apretando los dientes y como dandome la razon, pero el tampoco sabe que hacer para convencer a mama. Ninguno de los dos lo sabemos. Una vez mi padre dijo: --No es que mama no se fie de ti, Xenia. Es que en Internet existen peligros que ahora no puedes entender y que nos dan miedo. A ambos. --Se muy bien que peligros hay en Internet. Ya no soy una nina pequena. Papa meneaba la cabeza. --Dentro de unos anos entenderas nuestro modo de actuar --anadio. --Creo que no os entendere nunca --susurre yo, y papa se rio. Con papa es facil reirse. Eso es lo que mas me gusta de el. Puedo hablarle de todo, porque nunca se pone nervioso como mama y porque nunca me trata como si tuviera diez anos. No me importa hacerle confidencias a mi padre. Aquella noche, por ejemplo, casi le cuento lo de Marcelo. Me moria de ganas de hacerlo, de decirle como todo estaba cambiando de repente y como me sentia. Feliz, extrana, distinta. Hacia dias que no pensaba en nada mas. Si se lo hubiera dicho, seguro que no me habria echado ningun discursito de esos tipicos de padres y madres. Pero el se lo habria contado a mama, y eso si era un problema. Papa y mama siempre se lo cuentan todo. Por suerte, supe callar a tiempo. ?Por suerte? M 2 ama ya me lo habia notado. Mama siempre lo nota todo, no se como lo hace. <> <> <> Tenia razon. Estaba despistada. Mucho. Salia a tirar la basura y me quedaba como hipnotizada en mitad de la escalera, pensando. Me quedaba congelada a medio poner la mesa con una sonrisa bobalicona en los labios y los vasos en la mano, sin saber que hacer. Tambien comenzaba a temer que cuando llegaran las notas del segundo trimestre, seria un desastre. Ultimamente no estaba muy concentrada en los estudios, que dijeramos. Incluso suspendi dos examenes de matematicas seguidos. <>, pense. Y cuando mama me pregunto como me habian ido los controles, yo repuse con un breve: --Bien. --Entonces, ?nos van a gustar las notas de esta evaluacion? --pregunto ella (es una de sus preguntas mas tipicas). --No se --dije, con el corazon a mil. Sabia perfectamente que no les gustarian nada. Pero aun me quedaban 27 dias de margen antes del desastre. Aquellos dias encontraba justificacion para cualquier cosa. Cuando mis padres vieran las notas seria horrible, pero de momento vivia en una nube. Siempre habia sido buena estudiante, asi que no me preocupaba demasiado: ya lo arreglaria. De lo que no queria privarme --!de ningun modo!-- era de vivir aquella montana rusa de sentimientos que de pronto habia aparecido en mi vida. Me estaba pasando algo muy importante. Tal vez tendria consecuencias, pero deberian asumirlas. Yo ya lo habia hecho. ?O tal vez alguien cree que cuando un huracan de fuerza cinco pasa por tu vida deja algo en su lugar? Mi huracan de fuerza cinco se llamaba Marcelo y era un fantasma. Quiero decir que no era --aun-- un ser de carne y hueso. Era un ser virtual, que vivia dentro de mi cabeza y de mi ordenador. Le conoci de una manera muy curiosa: gracias a un libro que tome en prestamo en la biblioteca municipal. Era una recomendacion de la profesora de filosofia que servia para subir nota: El guardian entre el centeno, de un tal J. D. Salinger. La bibliotecaria me lo entrego junto a un punto de libro donde se leia: <>. Me parecio buena idea echarle un vistazo. Para ver de que iba y al menos saber que opiniones les merecia a los demas. Entre en el forum aquella misma noche. Husmee aqui y alla, en busca de opiniones interesantes. Entonces tropece con esto: ?Pensais que un libro puede cambiaros la vida? Yo antes habria dicho que no sin ni siquiera pensarlo. Pero este libro me ha hecho cambiar de opinion. Me lo he leido un monton de veces y cada vez me pregunto como se las ingenio el autor, ese Salinger, para escribir exactamente las cosas que yo a veces pienso o siento. Punto por punto, sin olvidar nada. Os prometo que da un poco de miedo. Me gustaria mucho ser amigo del autor para llamarle por telefono e invitarle a una cerveza. Le diria: <>. Tambien me gustaria hacerle algunas preguntas. Por ejemplo: <>. Venga, ya termino. Este libro es una pasada, hacedme caso. Es el unico consejo que pienso daros en toda mi vida. Aquel mensaje en el forum desperto mi curiosidad, y eso que entonces aun no sabia que El guardian entre el centeno es una novela muy famosa, que podria resumirse mas o menos asi: un tio que esta colgado hace un monton de estupideces en Nueva York despues de ser expulsado del instituto por holgazan y problematico. Es algo asi como la obra maestra de su autor, que tambien debio de estar un poco colgado, creo yo. Esta novela le hizo rico. Ahora ya esta muerto, pero el libro sigue teniendo miles de lectores todos los anos. Me lo lleve a la cama y comence a leerlo. Cuando mire la hora era medianoche y ya iba casi por la mitad. !Todo un record! Estaba en aquella escena en que Holden recibe a Sunny en la habitacion del hotel, pagina 103. !Me tenia completamente enganchada! Igual porque era lo mas fuerte que habia leido hasta entonces. Al dia siguiente regrese al forum virtual de la biblioteca y busque el comentario que me habia inspirado semejante maraton de lectura. En realidad, buscaba el correo electronico de su autor. Encontre su ficha, con algunos datos. Edad: 17. Instituto: Ricard Salvat. Correo: [email protected]... !Por supuesto! No podia ser otro. El nombre del protagonista desgraciado, como el habia escrito. Sonrei al leerlo. Le comprendi un poco. Escribi un mensaje de inmediato: Hola, caso perdido. Solo te escribo para decirte que gracias a tu recomendacion anoche empece a leer El guardian entre el centeno y estoy superenganchada. Creo, a diferencia de ti, que a mi no me gustaria nada conocer a su autor y aun menos al desastre del protagonista. Me cae bastante mal el Caulfield este y voy ya por la pagina 103. Y tambien me da un poco de miedo. ?Por que dices que te pareces a el? Ya se que dices que no merece la pena explicar nada a nadie, pero a mi me gustaria que lo hicieras porque de verdad me interesa saberlo. Espero que me contestes, Holden. Abrazos, Xenia. ?Verdad que es una manera completamente idiota de comenzar una historia? La vida a veces es completamente idiota.

  • Amores que dejan Marcas de Ruth Lefin

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    Dia a dia, nos encontramos con enunciados en los medios, como: “Mujer fue asesinada por su esposo”, “Nuevo femicidio en la capital”, “Mujer es torturada y corre riesgo vital.

  • Sissi, emperatriz rebelde de Allison Pataki

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    La tumultuosa, romantica y tragica historia de una mujer que lucho por liberarse de la jaula dorada en que la habian encerrado.

  • Chicas De Tormentas Y De Sombra de Natasha Ngan

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    En lo profundo del corazon oscuro del palacio real, el rey se ocultaba. Habia estado alli durante semanas, negandose a recibir a todos los visitantes excepto a los hechiceros que trataban sus heridas y sus dos confidentes mas cercanos, que cuidaban de los danos de su cuerpo y su ego. Por supuesto, nunca admitiria que eso era lo que hacia. Y si alguien se atreviera siquiera a sugerir que estaba pasando por un momento dificil, los ejecutaria de inmediato. Nada de eso era doloroso. Nada era demasiado para manejar para el gran Rey Demonio de Ikhara. Sin embargo, al igual que la mayoria de las mentiras que las personas se dicen a si mismas, se derrumbo entre la sombra y la quietud de la noche. El rey, por mucho que expresara lo contrario, estaba perturbado. Sus heridas habian penetrado mas profundo que su carne y hueso. Habian atravesado, maliciosamente, cada vena, celula y poro, hasta que sintio el eco del miedo en cada latido de su corazon. Y ese miedo tomo forma. Y nombre. Lei-zhi. Se negaba a pronunciarlo en voz alta, pero su cuerpo lo traiciono. Susurraba su nombre al ritmo de su pulso. Le mostraba el rostro de la chica cuando el dormia: piel de porcelana con salpicaduras de sangre; labios levantados; ojos salvajes, aquellos brillantes ojos dorados llenos de tanta furia atravesaban su alma, los lugares exactos en su interior que el creia que habia arrancado de raiz hacia tiempo. Cuando fue demasiado, cuando el rostro y el nombre de la chica se burlaba de el hasta que no podia respirar y los muros de su cuarto se cerraban sobre el, el rey llamaba a una chica. Ninguna de esas chicas, claro. Aun tenian que ocuparse adecuadamente de esas chicas. Aunque lo haria. Sino que llamaba a otra chica. Tal vez una bonita de la casta de acero con aspecto de lince de las Casas de Noche, o una joven esclava de papel recien traida de un asedio. No le importaba. Le entregarian una chica y el la destrozaria, solo para demostrar que podia hacerlo. Para sentir de nuevo que era todopoderoso. Una chica humana no lo venceria: incluso el ardor y el dolor constante de sus heridas le recordaban lo cerca que habia estado la chica de lograrlo. Cada dia, los hechiceros reales iban a curar las heridas en la garganta y el rostro del rey. Naja habia hecho un buen trabajo. Los hechiceros habian llegado justo a tiempo despues del ataque de la chica para salvar la mayor parte de sus cuerdas vocales, aunque le dolia hablar y su voz era mas ronca que antes: un grunido aspero y gutural. Sin embargo, su ojo derecho fue imposible de salvar. La cuenca estaba arruinada, tenia varios nervios danados y carne pulposa, estaba demasiado danada para permitir siquiera la colocacion de un ojo de cristal. En las semanas que habian pasado desde el ataque, la herida del ojo se habia vuelto un poco menos aterradora gracias a la magia de los hechiceros. Si bien pasarian muchos meses mas hasta que el resto de su rostro volviera a la normalidad, ni siquiera los hechiceros podian traer a la vida a los muertos, y su ojo derecho perdido seria un recordatorio eterno de aquella noche. El rey recordo las palabras de uno de sus generales, tambien con forma de toro, que una vez habia ido a verlo para pedirle usar la magia de los hechiceros reales para quitar un corte horrible que atravesaba la mitad de su rostro. <>, le habia dicho al soldado. <>. Lleva tus cicatrices con orgullo. Que gran tonteria. El siempre lo habia sabido, claro, pero una parte de el habia creido en aquel sentimiento alguna vez. Ya no. El rey ahora sabia exactamente que eran las cicatrices: recordatorios de tus propios fracasos. Al igual que de aquellos que las habian infligido. La chica aun estaba alli afuera. Pero el rey tenia fe. Naja aun no le habia fallado. Ella la encontraria, como habia prometido, junto a la hija del traidor Ketai Hanno, y las llevaria a ambas al palacio ante el. Porque el rey tambien habia aprendido otra cosa sobre las cicatrices: eran una caldera ardiente de odio. Y si una furia como esa podia darle a una debil chica humana el poder de atacarlo a el... bueno. Ya verian lo que podria hacerle a un Rey Demonio con un hambre voraz de venganza. 1 Desde la noche en que escapamos del palacio, lo que al principio era una suave llovizna de copos se ha convertido en una tormenta de nieve. En menos de veinticuatro horas la primera capa se asienta. En solo un dia se convierte en una manta gruesa y blanca resplandeciente. En un dia mas la nieve lo ha cubierto todo, una alfombra de polvo amortiguado que arde en los ojos a la luz del dia y proyecta formas extranas de noche entre las sombras. Despues de dos semanas, es como si hubieramos vivido en ese mundo congelado desde siempre. Camino con dificultad a traves de los monticulos profundos mas alla del templo, mis botas rompen la nieve con crujidos pesados. El frio ha entumecido todo mi cuerpo. Flexiono la punta rigida de mis dedos bajo los guantes. Las gotas de hielo se derriten y ruedan sobre mis botas de cuero prestadas sin importar cuanto las apriete. Pero al menos mis manos y mis pies tienen alguna clase de proteccion contra el clima. Mi rostro lucha directamente contra los elementos... es una guerra y la esta perdiendo. El viento arde sobre mis mejillas descubiertas mientras miro entre los copos de nieve danzarines, intentando ver donde han ido los demonios leopardo. Ya llevamos rastreando las montanas casi una hora. Las empinadas colinas boscosas estan tapadas de nieve, cada arbol sin hojas esta cubierto de hielo. La tarde es espeluznantemente silenciosa: solo se oyen los cristales de nieve, las pisadas de las botas y mi propia respiracion acelerada. --?Como va todo ahi atras, princesita? Suspiro. Ni por asomo es tan silencioso. --Mi nombre --grito a modo de respuesta--, como te he dicho millones de veces, Bo, es Lei. En cuanto las palabras salen de mi boca, el viento me las arrebata. Los copos de nieve bailan sobre mi nariz y depositan besos frios y humedos en mis mejillas expuestas. --?Princesa? Escucho de nuevo la voz de Bo, esta vez con mayor claridad. Los hermanos deben de estar a pocos metros de distancia delante de mi. Mi respiracion dibuja nubes a mi alrededor mientras apresuro el paso para alcanzarlos. Sus siluetas altas se materializan a traves del viento lleno de nieve, con extremidades largas y desgarbadas como los troncos de los arboles que los rodean y practicamente de apariencia humana. Cuando me acerco mas, sus detalles demoniacos aparecen: orejas puntiagudas de leopardo, patas atleticas, colas largas que se mueven de lado a lado, cubiertas de la misma piel beige con manchas negras que recubre el resto de sus cuerpos. Unos ojos verdes resplandecen debajo de los parpados con borde negro. Sus rostros redondos son tan similares que es dificil diferenciarlos a primera vista. Uno de los dos pares de ojos es suave y amable. Nitta. El otro par, los ojos de Bo, baila entretenido. Nitta corre hacia mi con un grito de alivio y aparta los mechones humedos de cabello negro de mi sien. --!Gracias a Samsi! Por un momento, temiamos haberte perdido. Lo siento, Lei, avanzamos demasiado rapido. Intentamos ir mas lento, pero... --Si fueramos mas lento, estariamos viajando en el tiempo hacia el pasado --protesta Bo --. Papeles --anade con un cloqueo impaciente, rascandose el lateral del menton mientras me mira por encima de su nariz chata y felina. Nitta frunce el ceno y lo mira. --Bo. --?Que? Solo digo que cualquiera que no haya nacido con proteccion contra el clima se pierde la diversion. --Tal vez deberiamos regresar. --Los copos de nieve cubren la piel manchada de Nitta y ella desliza una mano sobre su sien sin pensar; parece preocupada--. Aun no hemos encontrado nada y Lei parece a punto de morir congelada. Merrin tenia razon. Esto ha sido una mala idea. Bo coloca una mano sobre su cadera huesuda. --?Ahora vas a confiar en Plumas? Vamos, hermana, ?que sabe ese cerebro de pajaro? --Tu desafiarias las ordenes de Merrin solo para molestarlo --replica Nitta. --?Por que otro motivo crees que accedi a permitir que Lei nos acompanara en nuestro viajecito de caza? --El chico leopardo sonrie--. Sin ofender, pequenita --me dice--, pero no has venido aqui precisamente por tu habilidad innata para el rastreo. --Como si tu habilidad para el rastreo nos sirviera de algo --respondo--. ?Acaso has encontrado algo aun? ?Mmm? Mientras Bo inclina la cabeza a un lado, entretenido, yo estiro la espalda, enderezando los hombros. Aun a pesar de que tengo la mitad de la altura de los hermanos leopardo, de todos modos mi postura me hace sentir mas fuerte. --Os pedi que me permitierais venir hoy porque estoy harta de esconderme en ese templo. Ya han pasado mas de dos semanas. Si tengo que pasar un dia mas escuchando los cantos eternos de Hiro y al resto de vosotros entrenando o debatiendo tacticas de guerra mientras me prohiben hacer cualquier cosa, mi cerebro estallara. --Me coloco bien la bufanda y aprieto mis punos enguantados--. Ahora, ?podemos por favor atrapar algo bueno para comer? Estoy cansada del taro asado en todas las comidas. Nitta vacila, pero Bo alza las manos en el aire. --?Sabes que? La princesa tiene razon. Si tengo que comer un trozo mas de taro, me convertire en un taro. --Con un bufido teatral, se desploma de espaldas. Los copos de nieve llueven sobre el--. Mirad --grune con horror fingido, parpadeando mientras nos mira desde el agujero con forma de Bo en la nieve--. Ya ha empezado a pasar. Soy uno con el taro. Y es... insoportaroble. --Se pone de pie de un salto, con su abrigo cubierto de hielo, y dibuja una sonrisa amplia de dientes filosos--. ?Lo pillais? ?Insoportaroble? --Ay, hermanito --suspira Nitta--. Tus chistes son tan espantarosos. Los tres nos reimos, el sonido quiebra la quietud espeluznante del bosque cubierto de nieve, hasta que un crujido fuerte a nuestra izquierda nos interrumpe. Nos giramos con rapidez, mi corazon se aloja en la garganta, solo para ver un monticulo de nieve, que habia estado haciendo equilibrio sobre las ramas torcidas de un arbol, caer al suelo con un gran ruido. Nitta y Bo enderezan la espalda de las posturas defensivas que habian adoptado por instinto. Bo resopla y deja el cuchillo en su cinturon. --?Te asusta la nieve, hermana mayor? ?Temes que moje y arruine tu bonito cabello? Nitta mueve los ojos en direccion a su hermano. --No creas que no he visto tu reaccion. --Pero hay cierta cautela cuando se gira y alza la nariz para olfatear el aire. Mueve las orejas, escuchando. Luego, avanza--. Vamos --dice --. Sin duda hay algo ahi afuera. Y, Lei, esta vez quedate cerca. Continuamos caminando por el remolino blanco. Es lo unico que puedo hacer para seguirles el ritmo a los hermanos, sus cuerpos agiles de la casta de la Luna avanzan con facilidad entre las columnas de arboles congelados. Mientras Nitta y Bo apartan las capas de nieve con destreza con cada movimiento elegante de sus atleticas patas de leopardo, yo me arrastro con torpeza a traves de los monticulos gruesos. El colchon de nieve me llega hasta las rodillas. Las raices ocultas de los arboles se enredan con mis botas. Cada rafaga de aire frigido me corta la garganta, pero a pesar del frio, aparecen gotas de sudor dentro de mi abrigo y debajo de la bufanda de piel que rodea mi cuello y mi barbilla. Los demonios no reducen el paso. Nos detenemos solo para beber un poco de agua de la cantimplora que Nitta lleva atada a la cintura o para buscar rastros del animal que ella y Bo rastrean; los hermanos juntan las cabezas para debatir las huellas de su presa en voz baja. Despues de una hora de rastreo sin distracciones, Bo rompe el silencio. --Nos estamos acercando --anuncia, semioculto por la nevisca blanca que hay donde esta caminando a pocos pasos delante de nosotras. Nitta levanta mas la nariz. --Tienes razon. Yo tambien capto algo. Intenso, a almizcle... ?Que crees que es? --?Tu delicioso aroma natural? --sugiere su hermano. Nitta pone los ojos en blanco. --?Ves eso? --pregunta ella, senalando un arbol cercano. Bo y yo nos acercamos mas. Hay dos muescas profundas grabadas en la corteza, debajo de la altura de mi cabeza. Parecen recientes: solo las cubre una capa delgada de nieve. Bo desliza los dedos sobre las marcas. --Puede ser una cabra de montana grande. --Espera --digo, mientras retrocedo para inspeccionar las ramas bajas y retorcidas del arbol--. Es un arbol de mango. Un arbol de mango --repito, sorprendida--. ?Suele nevar aqui? No podemos estar tan alto en las montanas si hay higueras y arboles frutales. Ninguno de los dos comparte mi sorpresa. --La Enfermedad ha causado toda clase de cambios climaticos extranos --dice Nitta encogiendose de hombros; luego se gira hacia su hermano, frunciendo el ceno--. Seria una cabra demasiado grande. Creo que es mas bien algo similar a un buey. --Puaj, espero que no. La carne de buey es asquerosa. --?Quieres cenar taro otra vez? --Es mejor que culo de buey. Nitta mira hacia adelante en medio de las rafagas brillantes, sus orejas redondeadas se sacuden. Al igual que su hermano, tiene las orejas cubiertas de joyas y aros en una variedad de plata descolorida y oro y la luz invernal resplandece en ellos cuando la chica mira de izquierda a derecha. --Por aqui --dice ella, ya en movimiento. Bo me guina un ojo. --?Lista para cumplir con tu rol en la caceria, princesa? --?Que rol es ese? --La carnada --responde con una sonrisa burlona. Lo fulmino con la mirada mientras se aleja. Tardo unos instantes en pensar una respuesta. Avanzo furiosa por la nieve, lista para decirsela... cuando un movimiento captura mi atencion. Me paralizo. Mi corazon late con fuerza en el silencio del bosque cubierto de hielo. El bosque quieto y vacio. Bajo mi bufanda, mi piel se eriza. --?Estais... estais seguros de que solo hay un animal cerca? --pregunto. Nitta y Bo se giran y me silencian con la misma mirada fulminante de ojos verdes. --Tenemos que estar callados... --comienza a decir Nitta. Oimos el crujir de la nieve mas adelante. Ella se gira con rapidez e inclina el cuerpo para adoptar una postura defensiva. Bo senala hacia las rafagas de nieve. Con agilidad, toma su cuchillo mientras Nitta prepara el arco que carga sobre el hombro. Lo alza frente a ella con su mano izquierda, y con la derecha toma una flecha del carcaj amarrado a su espalda. Con un movimiento habil, coloca la flecha con cola de pluma en su lugar y hace retroceder su brazo derecho para extender el arco mientras apoya la punta de la flecha sobre sus nudillos izquierdos. Flexiona los musculos definidos debajo de su camisa de algodon mientras apunta hacia el aire gelido, pero Nitta no dispara la flecha. Aun no. Con las orejas en alerta y el rostro concentrado, se desliza entre los arboles. Bo se agazapa levemente mientras avanza detras de ella, con los dedos cerrados sobre su cuchillo, listo para lanzarlo. Busco con manos enguantadas y torpes mi propia daga en mi cintura. Es un cuchillo de hoja corta y simple: uno que les sobraba a los demas. Lo sujeto con fuerza y sigo a los hermanos, haciendo un gran esfuerzo por seguir el sendero que han creado con sus pasos precisos. Mi piel cosquillea de incomodidad. Algunas veces creo ver movimiento: no delante donde Nitta y Bo avanzan en medio del paisaje invernal, sino en la periferia de mi vision. La silueta sombria de algo grande y... no humano. Pero cuando miro, no hay nada. Solo rafagas grandes de copos de nieve brillantes. Viento frio, nubes de aliento y silencio profundo, ahogado por la tormenta de nieve. Nitta y Bo ahora avanzan mas rapido. Aunque me esfuerzo al maximo por seguirlos, la distancia entre nosotros comienza a crecer. Por delante, Nitta se gira abruptamente y nos guia sobre una colina escarpada; veo el resplandor de una cascada congelada a nuestra derecha. Mi aliento dibuja nubes gruesas mientras intento seguirlos... y luego mis pies se topan con un saliente rocoso debajo de las rafagas de nieve. Con un grito, caigo de cara a la nieve. Acumulaciones de hielo me muerden la piel, las gotas derretidas caen por los laterales de mi bufanda. Con una mueca de dolor, me pongo de rodillas y comienzo a quitarme la nieve del rostro y el pelo cuando percibo movimiento detras de mi. Una voz, liviana como una pluma, pero tan profunda como los huesos de los dioses y los terremotos, aparece en el viento. Te he encontrado. Algo frio que nada tiene que ver con la nieve rueda sobre mi columna. En un instante, su rostro aparece en mi mente. Cuernos marcados, decorados con oro, puntas afiladas como cuchillos. Un rostro delgado y apuesto, facciones bovinas mezcladas inmaculadamente con la forma humana. Una sonrisa arrogante y satisfecha. Y esos ojos... sus iris de ese azul artico limpio y transparente que recuerdo sentir como me atravesaban incluso ahora. Mas de dos semanas desde aquella noche, desde el instante en que hundi una daga en lo profundo de su garganta y le quite la vida. El Rey Demonio. Te he encontrado. Agazapada en la nieve, me giro con mi cuchillo en alto entre mis dedos temblorosos, mi corazon late con fuerza contra mis costillas. Pero el bosque esta vacio. Los arboles se yerguen altos, como centinelas silenciosos en medio de la escarcha. La sangre me sube a los oidos. Miro de nuevo en todas direcciones, los escalofrios aun recorren mis brazos y mi nuca a causa de esa voz. Habia parecido tan real. Tan cercana. Cuando me pongo de pie para continuar siguiendo a Nitta y a Bo, no hay rastro de ellos. Estoy sola. Luego, contengo el aliento. Porque, tal vez, no lo estoy. Aunque es imposible que haya oido las palabras del rey, el movimiento que he percibido y la sensacion de que alguien nos observa pueden deberse a que nos estan siguiendo. No es el fantasma del rey muerto, sino uno de sus soldados o guardias de elite. Por ese motivo Wren y los otros me han prohibido salir del templo todo este tiempo. Sabemos que es solo cuestion de tiempo hasta que nos encuentren, si es que aun no lo han hecho. Han pasado mas de dos semanas desde el ataque en el palacio la noche del Baile de la Luna. Mas que tiempo suficiente para que ellos nos hayan rastreado, incluso hasta nuestra ubicacion remota aqui, en las montanas del norte. Mas que tiempo suficiente para esperar fuera del templo, donde nos hemos escondido con magia protectora. Para esperar hasta que partamos a nuestro proximo destino, o hasta que yo me vuelva estupida y lo bastante imprudente para desobedecer la orden de permanecer oculta. Exactamente lo que he hecho hoy. Una alarma cobra vida en mi cabeza y en el mismo momento mas movimiento (real esta vez, junto a jadeos y el crujir de la nieve rota) aparece delante, en lo alto de la colina. --!Lei! --El grito de Nitta atraviesa la tormenta de nieve, agudo por el panico--. !Corre! Justo en el momento en el que una silueta descomunal salta en mi camino y emite un rugido que me hiela la sangre.

  • El Club Rojo de Rocio Verdejo

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    Alexa, no discutas, te guste o no te guste voy a ampliar tu seguridad. Puedo ceder en muchas cosas, pero no en eso. -- Por favor papa, lo menos que quiero es andar por la vida con dos nineras. Tengo veinticuatro anos, soy una mujer. -- Ya te lo dije no quiero hablar mas del asunto. He dicho que a partir de hoy te acompanaran Bruno y Jorge. No quiero correr ningun riesgo contigo. La chica no discutio mas con su padre sabia que cuando se ponia en ese plan era dificil convencerlo de nada. Esa discusion era comun entre Alexa y Gonzalo. Ambos tenian un caracter muy dificil, y la mayor preocupacion del hombre era la seguridad de su unica hija, pero tambien el tenerla vigilada. Gonzalo Martin Casado era un abogado y politico muy importante, perteneciente a una de las familias mas ilustres de Espana. Habia desempenado los mas diversos cargos dentro del gobierno, todos de gran importancia, habia sido ministro, diputado, e incluso habia llegado a ser asesor del Presidente de Gobierno. Tenia setenta anos, pero muy bien llevados, el estilo de vida que habia tenido le habia permitido mantenerse asi. Nacido en una cuna de oro, nunca habia tenido que trabajar fuerte, era el encargado junto con su hermano de los negocios de su familia. Pero la carga mayor la habia llevado Pablo, su hermano menor, porque Gonzalo desde muy joven se dedico a la politica, esa era su verdadera vocacion. Era un hombre muy respetado y muy influyente entre los miembros del partido, y en general en todo el pais. Se habia casado hace treinta y cinco anos con Ana Velazquez De Los Rios, por supuesto, tambien de una de las mejores familias de Madrid, ella con sesenta anos tambien aparentaba muchos menos, siempre se ha dedicado a ser la esposa perfecta. Siempre vestida de manera muy elegante, con excelente educacion y unos modales exquisitos, habian sido perfectos el uno para el otro, ella lo habia ayudado a escalar posiciones dentro del partido, era muy lista y siempre habia motivado a su marido a asumir retos. En realidad, ella era el cerebro y el el ejecutor, pero de cara a la sociedad ella era una esposa florero. Se habian casado muy enamorados, el con 35 anos ella con diez menos, por supuesto querian tener familia, necesitaban un heredero, perpetuar el apellido Martin. Pero se les hizo muy dificil, luego de diez anos de incontables tratamientos se rindieron. Pero ocurrio el milagro, quedo embarazada, y el dia de su aniversario de bodas numero once, nacio Alexa Martin Velazquez, una hermosa nina que llego a completar la felicidad de la pareja. Luego por mas que lo intentaron no pudieron tener mas hijos, pero para ellos la dicha de tener a su preciosa hija era mas que suficiente. Durante su ninez, Alexa vivio entre algodones y lujos, habia ido a los mejores colegios del mundo, sus amistades o mejor dicho conocidos pertenecian a la realeza y a las mas altas esferas sociales. Habia viajado por todo el mundo, con veinticuatro anos seguia siendo la nina mimada de papa. Tambien tenia una ventaja adicional, era una verdadera belleza, cuerpo de modelo, delgada, alta, una cabellera negra como el azabache, los ojos grises como un cielo tormentoso, labios carnosos y cara de muneca. Nunca habia trabajado a pesar de tener una carrera de leyes, estudio en Oxford como su abuelo, su padre, su tio y uno de sus primos. Todo por complacer a su padre, la chica era inteligente y no tuvo dificultad ninguna en terminar con buenas calificaciones la carrera. No tenia ningun interes en ejercer, aunque no tenia duda que mas pronto que tarde tendria que hacerlo. Su familia tenia, entre otros negocios un despacho de abogados, uno de los mejores de Madrid, pero iba a retrasar lo mas posible esa situacion. Afortunadamente su tio Pablo no tenia intenciones de retirarse y para beneficio de ella tenia dos hijos que si querian dedicarse a esto. Ella tenia otros intereses, o por lo menos eso le hacia creer a todos, era fiestera, compradora compulsiva, caprichosa, era una referencia en cuanto a vestir. La prensa de cotilleo la seguia por todas partes, era habitual en desfiles de modas, inauguraciones de restaurantes, discotecas, y todos los mejores sitios de la ciudad. Eso era lo que se esperaba y por supuesto lo cumplia a cabalidad. Todo el mundo queria estar cerca de Alexa, eso era sinonimo de estatus, pero no era tonta, no confiaba en nadie, simplemente les seguia el juego. Sus unicos y verdaderos amigos eran Brad y Sofia. La Alexa que ellos conocian era la real, la que conocian los demas era un personaje, ella solo interpretaba un papel. A Brad Taylor lo habia conocido en Oxford, era ingles, ambos empezaron a estudiar el mismo dia. Era muy guapo, alto, rubio, ojos azules, delgado, pero con musculos definidos, y lo mejor de todo era encantador, tanto, que Alexa perdio la virginidad con el a los dieciocho. Pero luego de un tiempo se dieron cuenta que funcionaban mejor como amigos que como novios. El chico era de una excelente familia de Londres, era el primer abogado, su padre era medico, pero el no tenia esa vocacion. Cuando Gonzalo lo conocio, le agrado, pero nada mas, para el, Alexa estaba prohibida para todos. No queria que nadie se le acercara con otras intenciones. Cuando terminaron la carrera, Alexa lo invito una temporada a Espana, y le habia gustado tanto que se quedo. Luego de unos meses comenzo a trabajar en el despacho de abogados de la familia Martin. Sofia Jimenez y Alexa eran amigas desde que eran ninas porque ella era hija de una de las mejores amigas de su madre y apenas se llevaban un ano de diferencia, asistieron a los mismos colegios, y siempre habian sido inseparables. Ella estudio veterinaria, tenia una clinica pequena, pero se sentia muy orgullosa de ella. A pesar de que su familia tenia dinero habia querido comenzar por algo pequeno. Igual que Alexa, iba a los mejores sitios, pero ella era diferente a su amiga, su familia la habia dejado hacer siempre lo que quisiera, no era asidua a las compras, ni tampoco se aguantaba a nadie que no le agradara, y no le gustaba seguir esos estupidos codigos sociales. Era una rebelde, pero en el buen sentido de la palabra. Ahora le habia dado por ponerse el cabello azul, tenia piercings en "sitios divertidos", como decia ella, y unos cuantos tatuajes. Pero era una chica bastante centrada, que amaba a los animales, y se involucraba en organizaciones que los defendian, amaba tambien la naturaleza y sobre todo amaba su cuerpo. Era vegetariana, hacia muchos ejercicios, nunca habia usado drogas, no bebia casi alcohol, aunque con semejantes amigos, en ocasiones no podia negarse a esto ultimo. Los tres a pesar de ser muy diferentes, eran los mejores amigos, y disfrutaban mucho estando juntos. Y sobre todo eran amigos incondicionales. Alexa tambien tenia intereses profesionales, pero nada que ver con las leyes, a ella le gustaban los negocios, y sobre todo lo relacionado con los inmuebles. Le encantaba el diseno de interiores su sueno siempre habia sido dedicarse a eso, y de hecho estaba buscando la manera de hacerlo. Con el dinero que su padre le asignaba, compro un pequeno departamento, en Malasana, lo iba a remodelar y luego lo venderia. Pero necesitaba dinero para eso, le gustaban mucho ese tipo de proyectos y tenia talento para ello, le habia decorado en su totalidad la clinica de Sofia y el resultado habia sido maravilloso. Pero si su padre lo supiera estaria en problemas. Estaba empenado en controlarle la vida, en todos los aspectos, profesional, sentimental, y su propia privacidad ya que estaba segura que no solo era vigilada por Bruno y Jorge, su padre nunca estaria tranquilo solo con ellos dos. Debian estar siguiendola por lo menos tres o cuatro personas mas. Esas ultimas semanas habia estado mas paranoico que nunca. Ella desconocia la causa, pero estaba muy molesta por ello. Pero ella siempre optimista le veia el lado bueno a todo, Bruno su guardaespaldas estaba para comerselo, era un mulato, muy guapo, era de Brasil, experto en artes marciales y experto en armas tambien. Por lo menos tenia algo agradable que admirar. -- Alexa, ?como piensas comenzar con el proyecto de Malasana con esos dos siguiendote a todos lados? -- Le pregunto Sofia, mientras revisaba un gatito que le habian traido a consulta. -- No tengo ni idea… Con Jorge podia, porque se quedaba en el coche y yo tenia un poco mas de libertad de movimiento, pero Bruno no se me despega. Ahora mismo esta plantado en la puerta de entrada. -- Le respondio Alexa con cara de hastio. -- Si ya lo vi, pero que suerte tienes amiga, ese Bruno esta guapisimo y tiene cara de ser un semental. Y la reputacion que tienen los brasileros es que son muy calientes y sexuales. ?Porque no te lo ganas a fuerza de polvos? -- Dijo Sofia sonriendo. -- No creas que no lo he pensado, pero estoy esperando para hacer mi jugada. Tiene muy pocos dias en el puesto. -- Dijo Alexa mirando por la ventana, hacia donde estaba su guarda espaldas. -- Asi voy a matar dos pajaros de un tiro. Le doy a mi cuerpo alegria y de paso consigo algo de libertad de movimiento. -- Eres una perra maquiavelica, pobre tipo. -- No te hagas la inocente, tu misma me has dado la idea. -- Si, pero del dicho al hecho… -- Dijo Sofia. -- Y acerca de eso de darle alegria a tu cuerpo, ?no saliste el sabado con Ricardo? -- Si, pero no terminamos enrollados. Ese hombre es insipido, sali con el solo porque mi padre me lo pidio, y para no tener problemas acepte. Ambas familias tienen negocios y tienen la falsa ilusion de que podamos llegar a mas. Pero creo que la misma noche de bodas me moriria del aburrimiento. -- Pero es guapo, tampoco seria mucho sacrificio. -- Le dijo Sofia, mientras terminaba con su paciente felino. -- Creeme si es un sacrificio, el chico no tiene ni idea de lo que hace, es puro estuche, la unica vez que nos acostamos intento hacerme sexo oral, y mientras lo hacia casi que me pongo a limarme las unas. Ambas soltaron una carcajada, el pobre Ricardo habia sido un tema de conversacion muy divertido. Cuando Alexa salio Bruno la siguio de manera automatica, aprovechando la oportunidad se contoneo mas de la cuenta, necesitaba comenzar a trabajarlo. Mientras lo hacia miro de reojo y vio que el moreno estaba muy concentrado y no precisamente en la seguridad. Ya habia plantado el gusanito, aunque todavia no estaba segura de que esa fuera una buena opcion, lo que menos queria era perjudicar a nadie, y si su padre se enteraba lo despediria de inmediato. Luego de salir de la clinica de Sofia fue a su departamento, habia conseguido mudarse sola, muy a disgusto de Gonzalo, la unica condicion es que estuviera cerca de su casa, en el Barrio Chamberi. A ella no le importo, de momento eso serviria. Esa noche tendrian una cena en el club social donde asistian, la familia Martin tenia una de las membresias mas antiguas y esa noche era el aniversario. Afortunadamente para Alexa, Sofia y Brad tambien asistirian. Por lo menos no se iba a aburrir. Para esa noche se decidio por un vestido verde esmeralda, bastante discreto, era largo, con un drapeado hasta la cadera que le hacia un cuerpo precioso. Alexa era delgada, pero con unas formas perfectas, se hizo un recogido que la hacia lucir bastante elegante, y un maquillaje muy suave, pero con los labios rojos, siempre los llevaba de ese color cuando salia por la noche. Sus padres pasaron por ella en la limusina, les gustaba mucho alardear de lo que tenian. Se saludaron como siempre y Gonzalo lleno de cumplidos a las dos mujeres mas importantes de su vida

  • Te oigo, pero no te escucho de Maria Ferrer Payeras

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    Marina ha pasado cuatro meses en coma. Despues de una larga rehabilitacion, esta harta de medicos y de seguir encerrada en casa. Por eso, decide instalarse una temporada cerca del mar.
    Tiene un secreto. Desde que desperto, oye una voz en su interior. El psiquiatra le ha dicho que no es mas que ella misma instandose a la accion. Sin embargo, se trata de Tatiana, un alter ego juerguista, mandon y soez que no la deja un minuto en paz.

  • No me da la vida de Lucia Be

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    Tras un par de giros imprevistos en su familia y su trabajo, vuelve la mas divertida Lucia Be con un diario personal que refleja a la perfeccion el dia a dia de muchas mujeres de su tiempo. Maternidad, estilo y living la vida freelance; amigas, pareja y copas de vino; infusiones, bizcochos recien salidos del horno y dibujos a mano en una libreta. NO ME DA LA VIDA es a la vez un grito optimista que se empena en continuar celebrando todo lo que viene al tiempo que expresa el agobio de una generacion que debe estar siempre disponible y mostrando lo que hace a cada instante. El desenfreno de vivir on fire las 24 horas necesita un nuevo manual de instrucciones que, al menos, nos lleve a tomarnos con humor y positividad la locura cotidiana.

  • Tarjeta Amarilla de Paolo Bacigalupi

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    Los machetes relucen en el suelo del almacen, reflejando una roja conflagracion de yute, tamarindo y muelles percutores. Ya estan por todas partes. Los hombres con sus panuelos verdes en la cabeza, sus consignas y sus hojas chorreantes. Sus voces resuenan en el almacen y en la calle. El hijo numero uno ya ha desaparecido. A Flor de Jade no consigue encontrarla, da igual cuantas veces pedalee su numero de telefono. Los rostros de sus hijas se han partido por la mitad, como durios afectados por la roya. Mas llamaradas. La negra humareda se enrosca a su alrededor. Atraviesa las oficinas del almacen a la carrera, dejando atras las carcasas de madera de teca y los pedales de hierro de los ordenadores, los montones de ceniza que senalan el lugar donde sus empleados se han pasado la noche quemando documentos, eliminando los nombres de las personas que han ayudado a las Tres Velas. Corre, asfixiado por el calor y el humo. Una vez en su elegante despacho, se abalanza sobre los postigos de la ventana y forcejea con los pestillos de bronce. Embiste con el hombro contra la madera pintada de azul mientras el almacen arde y los hombres de piel tostada irrumpen como una marabunta, blandiendo sus viscosos cuchillos escarlatas… Tranh se despierta, sin aliento. Unos afilados cantos de cemento se clavan en las protuberancias de su espinazo. Un asfixiante muslo salobre le cubre la cara. Aparta de un empujon la pierna del desconocido. En la penumbra resplandecen pieles barnizadas de sudor, marcadores impresionistas que senalan la posicion de los cuerpos que fluctuan y se agolpan a su alrededor. Ventosidades, gemidos y vuelcos, carne contra carne, hueso contra hueso, los vivos y los muertos a causa del calor, todos juntos. Un hombre tose. Pulmones humedos y gotitas de saliva que surcan el aire hasta el rostro de Tranh, que tiene la espalda y el vientre pegados a las sudorosas pieles desnudas de los desconocidos que lo rodean. La claustrofobia se revuelve en su cubil. Se obliga a contenerla. Se obliga a yacer inmovil, a respirar de forma acompasada, hondamente, a pesar del calor. A paladear las sofocantes tinieblas con toda la paranoia de su mente de superviviente. Se mantiene despierto mientras los demas duermen. Conserva la vida cuando otros hace ya mucho que la perdieron. Se obliga a permanecer inmovil, y a escuchar. Suenan timbres de bicicleta. Abajo, a lo lejos, a diez mil cuerpos de distancia, a toda una vida de distancia, suenan timbres de bicicleta. Se desenreda de la madeja humana, arrastrando tras el el saco de canamo que contiene sus pertenencias. Llega tarde. De todos los dias en los que podria demorarse, este es el peor. Se cuelga la bolsa de un hombro huesudo y baja las escaleras a tientas, pisando con cuidado entre el alud de carne dormida. Sus sandalias se deslizan entre familias enteras, amantes y hambrientos fantasmas al acecho, rezando para no resbalar y partirle el cuello a algun anciano. Paso, tanteo, paso, tanteo. Una maldicion se eleva de entre la masa. Los cuerpos ruedan y se sacuden. Recupera el equilibrio en un rellano, entre los privilegiados que yacen horizontalmente, y continua anadeando. Abajo, siempre hacia abajo, doblando mas recodos en la escalera, pisando con cuidado en el manto que forman sus compatriotas. Paso. Tanteo. Paso. Tanteo. Otro recodo. Un destello de luz grisacea se insinua a lo lejos. Un soplo de aire fresco le besa la cara, le acaricia el cuerpo. La catarata de carne anonima se materializa en individuos, hombres y mujeres amontonados unos encima de otros, con el cemento por almohada, apoyados en la pendiente de la escalera sin ventanas. La luz gris se torna dorada. El tintineo de los timbres suena ya con mas fuerza, tan claro como el repicar de las alarmas de cibiscosis. Tranh sale de la torre de pisos y se zambulle en la marea de vendedores de congee, tejedores de canamo y carros de patatas. Apoya las manos en las rodillas y jadea, llenandose los pulmones de remolinos de polvo y estiercol pisoteado, agradeciendo cada bocanada de aire mientras el sudor mana a chorros de su cuerpo. De la punta de su nariz caen perlas salobres cuya humedad salpica el empedrado rojo de la acera. El calor mata a las personas. Mata a los ancianos. Pero el ha salido del horno; no ha perecido asado, pese al ardor de la estacion seca. Las bicicletas y sus timbres pasan por su lado como bancos de carpas, camino de los respectivos puestos de trabajo de sus duenos. La torre de pisos se cierne a su espalda, cuarenta alturas de calor, enredaderas y hongos. Una ruina vertical de ventanas rotas y apartamentos saqueados. Un residuo del esplendor de la antigua Expansion energetica, devenida ahora en recalentado ataud tropical, sin aire acondicionado ni electricidad que lo protejan del implacable sol ecuatorial. Bangkok mantiene a sus refugiados encerrados en el palido firmamento azul, con la esperanza de que no salgan de alli. Y sin embargo el ha emergido con vida, pese al Senor del Estiercol, pese a los camisas blancas, pese a los anos; una vez mas, ha bajado de los cielos abriendose paso con unas y dientes. Tranh endereza los hombros. La gente remueve woks repletos de fideos y extrae humeantes bolas de baozi estofado de sus ollas de bambu. El engrudo gris de arroz U-Tex rico en proteinas inunda el aire con la pestilencia del pescado podrido y los aceites acidos saturados. El estomago de Tranh se encoje de hambre y una pelicula de saliva pastosa le reviste la boca, todo cuanto consigue invocar su cuerpo deshidratado ante el olor a comida. Los gatos demonio rondan las piernas de los vendedores ambulantes como tiburones, aguardando a que caiga algun bocado, atentos a la menor ocasion de latrocinio. Sus relucientes formas camaleonicas centellean parpadeantes, revelando indicios de pelajes manchados, siameses y anaranjados antes de confundirse con el telon de fondo de las paredes de cemento y las hordas hambrientas contra las que se rozan. Los woks arden con fuerza, resplandecientes de metano tenido de verde, emitiendo nuevos aromas conforme los fideos de arroz chapotean en el aceite caliente. Tranh se obliga a girar sobre los talones. Se abre paso a empujones entre el gentio, arrastrando la bolsa de canamo con el, ignorando a quien golpea y quien lo impreca a su espalda. Las victimas del Incidente ocupan los portales, agitando las extremidades amputadas y mendigando a aquellos que tienen un poco mas que ellas. Acuclillados en taburetes para el te, algunos ven como se acumula el bochorno de la jornada mientras fuman diminutos cigarrillos de tabaco de hoja dorada de contrabando liados a mano que saltan de boca en boca. Las mujeres conversan en corrillos, manoseando nerviosas sus tarjetas amarillas mientras esperan a que los camisas blancas aparezcan y les renueven los sellos. Los tarjetas amarillas se extienden hasta donde alcanza la vista: un pueblo entero, refugiados en el gran reino de Tailandia tras huir de Malaca, donde de repente habian dejado de ser bienvenidos. Un denso coagulo de desplazados sometidos a la autoridad de los camisas blancas del Ministerio de Medio Ambiente, como si no fueran mas que otra especie invasora que contener, como la cibiscosis, la roya y el gorgojo pirata. Tarjetas amarillas, personas amarillas. Huang ren por todas partes, y Tranh llega tarde a la unica oportunidad de escapar de su presa. Una sola oportunidad en todos sus meses como refugiado chino tarjeta amarilla. Y llega tarde. Se abre camino junto a un vendedor de ratas, traga otro torrente de saliva ante el olor de la carne asada y se adentra corriendo en un callejon, en direccion a la bomba de agua. Frena en seco. Otras diez personas hacen cola delante de el: ancianos, jovenes, madres, chiquillos. Se le hunden los hombros. Le gustaria indignarse ante semejante reves. Si tuviera energias para ello… si hubiera comido bien ayer, o anteayer, o incluso el dia anterior, gritaria, tiraria la bolsa de canamo al suelo y la pisotearia hasta reducirla a polvo… pero sus calorias estan demasiado bajas. No es mas que otra oportunidad malograda gracias a la mala suerte de los huecos de la escalera. Deberia haber dado sus ultimos baht al Senor del Estiercol para alquilar un espacio en algun apartamento cuyas ventanas dieran al este a fin de ver el sol en cuanto despuntara y levantarse temprano. Pero opto por racanear. Con su dinero. Con su futuro. ?Cuantas veces les habia dicho a sus hijos que gastar dinero para ganar mas dinero era perfectamente aceptable? Pero el timido refugiado tarjeta amarilla en que se ha convertido le aconsejo que reservara los baht. Como un ignorante raton de campo, eligio aferrarse a su dinero y dormir en huecos de escalera negros como la brea. Deberia haberse alzado como un tigre y haber hecho frente al toque de queda y a las porras de los camisas blancas del ministerio. Ahora llega tarde, apesta a hacinamiento y debe hacer cola detras de otros diez, todos los cuales deben beber y llenar un cubo y cepillarse los dientes con el agua marron del rio Chao Phraya. Hubo una epoca en que exigia puntualidad a sus empleados, a su esposa, a sus hijos y a sus concubinas, pero eso era cuando poseia un reloj de pulsera de cuerda y podia contemplar el lento desgranar de los minutos y las horas. De vez en cuando daba vueltas al muelle diminuto, escuchaba su tictac y azotaba a sus vastagos por su actitud indolente. Se ha vuelto viejo, lento y estupido, de lo contrario habria previsto esta situacion. Como deberia haber previsto la creciente beligerancia de los Panuelos Verdes. ?Cuando se emboto tanto su mente? Uno por uno, los demas refugiados terminan con sus abluciones. Una madre con la dentadura mellada y brotes grises de fa' gan tras las orejas llena su cubo, y Tranh avanza. El no tiene ningun cubo. Tan solo la bolsa. La preciada bolsa. La cuelga junto a la bomba y se cine el sarong en torno a las caderas enjutas antes de acuclillarse debajo del cano. Tira de la palanca de la bomba con un brazo esqueletico. Lo bana un chorro caliente de agua marron. La bendicion del rio. La piel se descuelga de su cuerpo con el peso del agua, tan flacida como la de un gato afeitado. Abre la boca y bebe el liquido arenoso, se frota los dientes con un dedo, preguntandose que protozoos podria estar engullendo. No importa. Ahora confia en la suerte. Es lo unico que le queda. Los ninos observan como se bana el cuerpo arrugado mientras sus madres rebuscan entre las pieles de mango de PurCal y las cascaras de tamarindo de Red Star con la esperanza de encontrar algun pedazo de fruta sin contaminar por la cibiscosis.111mt.6… ?O es 111mt. 7? ?O mt.8? Antes conocia todas las plagas biologicas de diseno que las afectaban. Sabia cuando estaba a punto de malograrse una cosecha, y si los nuevos bancos de semillas estaban pirateados. Se beneficiaba de esos conocimientos llenando sus cliperes con las semillas y las hortalizas adecuadas. Pero de eso hace toda una vida. Le tiemblan las manos cuando abre la bolsa y saca su ropa. ?Es la edad o la emocion lo que le hace estremecer? Ropa limpia. De calidad. El traje de lino blanco de un hombre adinerado. El atuendo no era suyo, pero ahora si, y lo ha mantenido a salvo. A salvo para esta ocasion, aun cuando necesitaba desesperadamente venderlo a cambio de dinero en efectivo o ponerselo mientras el resto de sus ropas se convertian en harapos. Arrastra los pantalones por sus piernas huesudas, quitandose las sandalias y haciendo equilibrios sobre cada pie. Comienza a abotonarse la camisa, obligando a sus dedos a apresurarse mientras una vocecita en su cabeza le recuerda que el tiempo apremia. --?Piensas vender esas ropas? ?O vas a pasearlas por ahi hasta que te las arrebate alguien con carne en los huesos? Tranh mira de reojo a pesar de que no deberia ser necesario, deberia reconocer esa voz, y sin embargo mira de todas maneras. No puede evitarlo. Antes era un tigre. Ahora no es nada mas que un ratoncito asustado que salta y se estremece a la menor insinuacion de peligro. Y alli esta: Ma. De pie ante el, sonriente. Gordo y exultante. Tan vital como un lobo. Ma sonrie de oreja a oreja. --Pareces uno de esos maniquis de alambres de la plaza Palawan. --Ni idea. No puedo permitirme el lujo de comprar alli. --Tranh continua vistiendose. --Ese traje es tan elegante que podria haber salido de Palawan. ?Como lo has conseguido? Tranh guarda silencio. --?A quien quieres enganar? Esas ropas se disenaron para alguien mil veces mas grande que tu. --No todos podemos ser igual de gordos y afortunados. --La voz de Tranh es un susurro. ?Desde cuando susurra asi? ?Ha sido siempre un monton de huesos traqueteante que susurra y suspira ante cada nueva amenaza? Lo duda. Pero le cuesta recordar como deberia sonar un tigre. Lo intenta otra vez, templando la voz--. No todos podemos ser tan afortunados como Ma Ping, que vive en los pisos mas altos con el Senor del Estiercol en persona. --A pesar de todo, sus palabras suenan como juncos barriendo el cemento. --?Afortunado? --Ma suelta una carcajada. Tan joven. Tan pagado de si mismo--. Me gano mi destino. ?No es eso lo que solias decirme siempre? ?Que la suerte no tiene nada que ver con el exito? ?Que todas las personas se forjan su propia fortuna? --Vuelve a reirse--. Mirate ahora. Tranh rechina los dientes. --Hombres mejores que tu han caido. --Otra vez ese espantoso susurro cohibido. --Y hombres mejores que tu se alzaran. --Los dedos de Ma se posan en su muneca. Acarician un reloj de pulsera, un elegante cronografo antiguo de oro y diamantes: Rolex. De otra epoca. De otro lugar. De otro mundo. Tranh se queda mirandolo fijamente, embobado, como una serpiente hipnotizada. No logra apartar la vista de el. Una sonrisa languida se dibuja en los labios de Ma. --?Te gusta? Lo encontre en una tienda de antiguedades, cerca de Wat Rajapradit. Me parecio familiar. La rabia de Tranh se incrementa. Empieza a replicar, despues sacude la cabeza y no dice nada. Pasa el tiempo. Abrocha los ultimos botones, se pone la chaqueta y se peina los ultimos mechones de su lacio cabello gris con los dedos. Si tuviera un peine… Hace una mueca. Es un deseo estupido. La ropa es suficiente. Tiene que serlo. Ma se rie. --Ahora pareces un pez gordo. No le hagas caso, dice la voz en la cabeza de Tranh. Saca los ultimos baht arrugados de la bolsa de canamo --el dinero que ha ahorrado durmiendo en los huecos de las escaleras, el responsable de que ahora llegue tarde-- y se los guarda en los bolsillos. --Cuantas prisas. ?Tienes una cita en alguna parte? Tranh se abre paso a empujones, procurando no encogerse mientras aparta el corpachon de Ma. --?Adonde vas, mister Pez Gordo? --se rie Ma a su espalda--. !Mister Tres Prosperidades! ?Tienes algo de informacion que te gustaria compartir con el resto de nosotros? Otros levantan la cabeza ante sus gritos: tarjetas amarillas de rostros famelicos y bocas hambrientas. Los tarjetas amarillas se extienden hasta donde alcanza la vista, y todos ellos estan mirandolo ahora. Supervivientes del Incidente. Hombres. Mujeres. Ninos. Ahora saben quien es. Reconocen su leyenda. Con un cambio de atuendo y un simple grito ha salido del anonimato. Sus burlas lo banan como un diluvio monzonico: --Wei! !Mister Tres Prosperidades! !Bonita camisa! --!Comparta un cigarrillo, mister Pez Gordo! --?Adonde vas tan deprisa, tan arreglado? --?Te vas a casar? --?Has encontrado una decima esposa? --?Has encontrado un empleo? --!Mister Pez Gordo! ?Tienes trabajo para mi? --?Adonde vas? !Quiza deberiamos seguir todos al antiguo empresario! A Tranh se le eriza el vello sobre la nuca. Se sacude el miedo de encima. Aunque lo siguieran, seria demasiado tarde para que pudieran aprovecharse. Por primera vez en seis meses, la ventaja de la habilidad y la informacion esta de su parte. Ahora todo depende del tiempo. Trota en medio de la aglomeracion matinal de Bangkok, cruzandose con bicicletas, rickshaws y escuteres de cuerda. Esta cubierto de sudor. Tiene la camisa empapada, incluso la chaqueta se ha humedecido. Se la quita y se la cuelga en el brazo. Su cabello gris se adhiere al cuero cabelludo liso como una cascara de huevo, salpicado de vitiligo, chorreante de agua. Se detiene cada pocas manzanas para caminar y recuperar el aliento mientras las espinillas empiezan a dolerle, su respiracion se entrecorta y su corazon de anciano martillea en su pecho. Deberia invertir los baht en un viaje en rickshaw, pero no logra animarse a hacerlo. Llega tarde. ?Demasiado tarde, quiza? Si es demasiado tarde, habra dilapidado los baht y pasara hambre esta noche. Por otra parte, ?de que sirve un traje empapado de sudor? El habito hace al monje, les decia a sus hijos; la primera impresion es la que cuenta. Empezad con buen pie y empezareis con ventaja. Por supuesto que se puede conquistar a alguien con talento e informacion, pero las personas son ante todo animales. Cuida tu aspecto. Huele bien. Satisface sus sentidos primarios. Despues, cuando se sientan bien dispuestos hacia ti, formula tu propuesta. ?No fue ese el motivo de que propinara una paliza a su segundo hijo cuando este se presento en casa con un tigre rojo tatuado en el hombro, como si fuese un gangster de calorias cualquiera? ?No fue ese el motivo de que pagara a un dentista para que retorciese los dientes de su propia hija con bambu cultivado y curvas de goma importadas de Singapur hasta dejarselos rectos como cuchillas? ?Y no es ese el motivo de que los Panuelos Verdes de Malaca odiaran a los chinos? ?Por nuestro buen aspecto? ?Por parecer tan acaudalados? ?Por hablar tan bien y trabajar con tanto ahinco cuando ellos ganduleaban y nosotros sudabamos de sol a sol? Tranh ve pasar una manada de escuteres de cuerda, todos ellos de manufactura chino-tailandesa. Que artefactos tan ingeniosos y veloces: un muelle percutor de un megajulio y un volante, pedales y frenos de friccion para reutilizar la energia cinetica. Y todas sus fabricas pertenecian al ciento por ciento a los chinos chiu chow, a pesar de lo cual, la sangre de los chiu chow no corre por las cunetas de este pais. Los chinos chiu chow son queridos, pese al hecho de que llegaron al reino thai como farang. Si nos hubieramos integrado en Malaca como hicieron aqui los chiu chow, ?habriamos sobrevivido? Tranh sacude la cabeza para apartar de si esa idea. Habria sido imposible. Su clan habria tenido que convertirse tambien al islam y renegar de todos sus antepasados en el infierno. Habria sido imposible. Quiza fuera ese el karma de su pueblo, la destruccion. Controlar y dominar brevemente las ciudades de Penang y Malaca, ademas de toda la costa oeste de la peninsula malaya, y extinguirse despues. El habito hace al monje. O lo mata. Tranh por fin ha aprendido esta leccion. Un traje blanco a medida de los Hermanos Hwang es lo mas parecido a una diana. Una antigualla mecanica de oro oscilando en tu muneca no es mas que un cebo. Tranh se pregunta si los dientes perfectos de sus hijos yaceran aun entre las cenizas de los almacenes de Tres Prosperidades, si sus preciosos relojes atraeran ahora a los tiburones y los cangrejos en las bodegas de sus cliperes barrenados. Deberia haberlo sabido. Deberia haber visto como subia la marea de sectas sedientas de sangre y nacionalismo exacerbado. Del mismo modo que el hombre al que siguio hace dos meses deberia haber sabido que un atuendo elegante no es ninguna armadura. Un hombre trajeado, tarjeta amarilla para colmo de males, deberia haber sabido que no era mas que un pedazo de cebo ensangrentado ante un dragon de Komodo. Por lo menos el muy mentecato no mancho sus elegantes ropas de sangre cuando los camisas blancas acabaron con el. Ese no tenia espiritu de superviviente. Habia olvidado que ya no era un pez gordo. Pero Tranh esta aprendiendo. Igual que aprendio una vez a leer los informes de las mareas y los mapas de profundidad, el movimiento de los mercados y las plagas biologicas de diseno, ahora aprende de los gatos demonio que parpadean y se ocultan a la vista, que huyen de sus cazadores al primer indicio de peligro. Aprende de los cuervos y los milanos que prosperan con la carrona. Estos son los animales a los que debe emular. Debe descartar los reflejos del tigre. Ya no quedan tigres, salvo en los zoologicos. El destino de un tigre es ser cazado y abatido. Pero un animal de pequeno tamano, un carronero, tiene la oportunidad de roer los huesos del tigre y huir con el ultimo traje de los Hermanos Hwang que habra de cruzar jamas la frontera de Malaca. Con el clan de los Hwang exterminado y todos sus disenos reducidos a cenizas, no queda nada salvo recuerdos y antiguedades, y un anciano carronero que conoce el poder y los peligros de una fachada elegante. Un rickshaw vacio pasa ociosamente por su lado. El conductor mira a Tranh por encima del hombro, inquisitivos los ojos, intrigado por la tela de los Hermanos Hwang que ondea sobre el magro armazon de Tranh. Dubitativo, Tranh levanta una mano. El rickshaw aminora. ?Es prudente arriesgarse? ?Dilapidar con tanta frivolidad su ultima medida de seguridad? Hubo una epoca en que enviaba cliperes al otro lado del oceano, a Chennai, con las bodegas repletas de durios pestilentes con el presentimiento de que los indios no habrian tenido tiempo de sembrar variedades resistentes antes de que se les echaran encima las nuevas mutaciones de la roya. Una epoca en que compraba te negro y madera de sandalo en los mercados fluviales con la esperanza de poder revenderlos en el sur. Ahora no es capaz de decidir si deberia montar en el rickshaw o seguir caminando. !Que personaje tan gris se ha vuelto! A veces se pregunta si no sera en realidad un fantasma voraz, atrapado entre dos mundos sin poder escapar hacia ninguno de los dos. El rickshaw rueda despacio ante el; el jersey azul del conductor reluce bajo el sol tropical, aguardando una decision. Por senas, Tranh le indica que siga su camino. El conductor del rickshaw se pone de pie sobre los pedales, sus sandalias aletean contra los talones encallecidos, y acelera. El panico se apodera de Tranh. Levanta la mano otra vez, corre detras del rickshaw. --!Espera! --Su voz no es mas que un susurro. El rickshaw se incorpora al trafico, uniendose a las bicicletas y las gigantescas formas bamboleantes de los megodontes elefantinos. Tranh deja caer la mano, alegrandose secretamente de que el conductor no lo haya oido, de que la decision de gastar sus ultimos baht haya recaido sobre una fuerza mas grande que el. Las aglomeraciones de la manana fluyen a su alrededor. Cientos de ninos con sus uniformes de marineros cruzan en columnas las puertas de las escuelas. Monjes con habitos azafranados pasean a la sombra de grandes paraguas negros. Un hombre con un sombrero conico de bambu se fija en el y murmura algo para su amigo. Ambos lo estudian. Un reguero de temor recorre la espalda de Tranh. Lo rodean por completo, igual que en Malaca. Para sus adentros, los llama extranjeros, farang. Y sin embargo aqui es el el forastero. La criatura que no encaja. Y lo saben. Las mujeres que cuelgan sarongs en los alambres de sus balcones, los hombres sentados descalzos mientras beben cafe con azucar. Los pescaderos y los vendedores de curri. Todos lo saben, y Tranh a duras penas consigue dominar el terror. Bangkok no es Malaca, se dice. Bangkok no es Penang. Ya no tenemos esposas ni relojes de oro y diamantes que puedan robarnos. Pregunta a los cabezas de serpiente que me abandonaron en la jungla infestada de sanguijuelas de la frontera. Ellos tienen toda mi riqueza. Yo no tengo nada. No soy ningun tigre. Estoy a salvo. Durante unos segundos, lo cree de veras. Pero, de repente, un muchacho con la piel oscura como la teca rebana la tapa de un coco con un machete oxidado y se lo ofrece con una sonrisa, y Tranh debe recurrir a toda su fuerza de voluntad para no proferir un alarido y huir despavorido. Bangkok no es Malaca. No van a incendiar tus almacenes ni a cortar a tus trabajadores en pedazos que emplear como cebo para los tiburones. Se enjuga el sudor de la cara. Quiza deberia haber esperado antes de ponerse el traje. Llama demasiado la atencion. Hay demasiadas personas que lo observan. Seria mejor mimetizarse como un gato demonio y cruzar la ciudad al amparo del anonimato en vez de pasearse por ahi como un pavo real. Poco a poco, los bulevares ribeteados de palmeras dan paso al paramo descubierto del nuevo barrio extranjero. Tranh aprieta el paso camino del rio, adentrandose en el imperio manufacturero de los farang blancos. Gweilo, yang guizi, farang. Cuantas palabras en cuantos idiomas para estos simios sudorosos de piel translucida. Hace dos generaciones, cuando se agoto el petroleo y se clausuraron las fabricas gweilo, todo el mundo dio por sentado que estaban verdaderamente acabados. Pero ahora han vuelto. Los monstruos del pasado han regresado con nuevos juguetes y nuevas tecnologias. Las pesadillas con que lo amenazaba su madre invaden las costas asiaticas. Autenticos demonios, inmortales. Y el se dispone a rendirles pleitesia: los secuaces de AgriGen y PurCal, con sus monopolios de arroz U-Tex y trigo TotalNutrient; los hermanos de sangre de los ingenieros biologicos que piratearon gatos demonio inspirandose en un libro y los dejaron en libertad para que procrearan a sus anchas; los patrocinadores de la misma Policia de Propiedad Intelectual que abordaba sus flotas de cliperes en busca de infracciones, husmeando como lobos tras el rastro de calorias sin sello y cereales pirateados, como si sus plagas de cibiscosis y roya de diseno no bastaran para garantizarles los mayores beneficios… Ve un corro de gente ante el. Tranh frunce el ceno. Empieza a correr, pero se obliga a seguir caminando. Sera mejor no dilapidar calorias ahora. Ya se ha formado una fila enfrente de la fabrica de los Hermanos Tennyson, esos diablos extranjeros. Se extiende a lo largo de casi toda una li, dobla la esquina, pasa por delante del logotipo de equipamiento para ciclistas que adorna la reja de hierro forjado de la Corporacion de Investigacion Sukhumvit, por delante de los dragones entrelazados de la Division del Este Asiatico de PurCal, y por delante de Mishimoto & Cia., la ingeniosa empresa japonesa de dinamica de fluidos a la que Tranh solia encargar el diseno de sus cliperes. Se rumorea que Mishimoto esta repleta de mano de obra mecanica importada. Repleta de neoseres ilegales modificados biologicamente que caminan, hablan y se mueven a trompicones… y que roban el arroz de los cuencos de personas reales. Criaturas de hasta ocho brazos, como los dioses hindues, criaturas sin piernas para que no puedan fugarse, criaturas con ojos tan grandes como tazas que, aunque solo pueden ver a unos pocos palmos de distancia, lo inspeccionan todo con su tremenda curiosidad aumentada. Nadie puede ver lo que hay dentro, no obstante, y si los camisas blancas del Ministerio de Medio Ambiente saben algo, los astutos japoneses deben de pagarles bien para que hagan la vista gorda ante sus afrentas contra la biologia y la religion. Se trata tal vez de lo unico en lo que podrian estar de acuerdo un budista, un musulman e incluso los cristianos grahamitas farang: los neoseres carecen de alma. Cuando Tranh compraba sus cliperes a Mishimoto, hace tanto tiempo, eso le traia sin cuidado.

  • No busco marido de Sophie Saint Rose

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