• A Merced del Deseo de Tara Pammi

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    Valentina siempre habia creido en la pasion que consumia tanto a Kairos, su marido, como a ella. Hasta que descubrio que su matrimonio no era mas que un frio trato de negocios. A pesar de que entre ellos habia una quimica innegable, ella se nego a permanecer unida a aquel griego despiadado. No obstante, antes de concederle el divorcio, Kairos le exigio que volviera a actuar otra vez como su adorable esposa. Y, cuando se encendio de nuevo la llama de la pasion, Valentina descubrio que estaba a merced de su propio deseo.

  • Einstein para perplejos de Andres Gomberoff , Jose Edelstein

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    Un absorbente y entretenido recorrido por la vida y obra de Albert Einstein.

  • Hunter de Akara Wind

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    El mundo se ha convertido en un campo de batalla entre las diferentes facciones de vampiros. Ya no hay lugar para los humanos, solo son simple alimento. La noche pertenece a los inmortales.
    Hunter es un Alas Negras, una raza superior de vampiros, creado y entrenado para ser un asesino implacable, siempre leal, sin preguntas, sin remordimientos. Un arma infalible hasta que el ser mas insignificante se cruza en su camino.

  • Dejame morir de Alberto Meneses

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    DEJAME MORIR. UN NUEVO CASO DE ROBERTO FUENTES.Despues del exito de <>, llega un nuevo caso de Roberto Fuentes.Tras finalizar su ultimo caso en la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, Roberto Fuentes recibe una llamada desde Asturias; una menor de edad ha desaparecido en Nueva de Llanes y el unico detenido es un amigo de la infancia que solo le contara a el la verdad sobre lo ocurrido.Junto a la sargento Eva Ruano, Roberto se sumergira en un oscuro mundo de rituales sangrientos y poderes en la sombra donde la vida humana parece no tener ningun valor, y que pondra a prueba sus mas fuertes convicciones.?Descubriran quien esta detras de la desaparicion de la joven? ?Es la unica o hubo otras antes que ella? ?Por que Roberto no deja de sonar con la desaparecida?<> es un nuevo thriller policiaco de Alberto Meneses, autor de una docena de libros y con varios miles de ejemplares vendidos.

  • La decision del jeque de Carol Marinelli

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    Embarazada de un mujeriego.

  • El grito de las mariposas de Rafael Soler

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    Era un caluroso dia de verano, de los que en la costa mediterranea se dice de autentico bochorno, el aire quemaba sus mejillas, el poniente soplaba con fuerza, el sol, una autentica tortura. Martin habia elegido un mal dia para una de sus largas rutas en bicicleta. Consternado por la imagen, que habia vivido minutos atras, solo pensaba en refugiarse en el pueblo mas cercano. La bateria del movil, que apenas tenia un 2% de su capacidad, y la falta de cobertura hizo que optara por apagar su Iphone para una llamada al servicio de emergencias. Tal vez en lo alto de la colina, que asomaba al final de la carretera, llegara la senal de algun repetidor cercano. En su maillot tenia media barrita de cereales y tan solo una cuarta parte de agua en su bidon. La situacion no pintaba bien, pero no podia volver por donde vino. Aprovecho una pequena bajada para acelerar con su fiel amiga, una Orbea de 29 pulgadas que le habia acompanado en cientos de rutas. El corazon se le salia por la boca, incluso notaba el sabor a sangre de la lengua. Ya no sentia el calor, ni tan siquiera le molestaba el resol en los ojos, a pesar de su sensible color azul topacio. La adrenalina estaba disparada, tan solo pensaba en huir, al mismo tiempo que oia como gritaban;--!Martin, Martin, espera! Llego al final del camino asfaltado, el cortafuegos paso a convertirse en un estrecho sendero que ascendia a un pequeno monte, desde lo alto, probaria llamar a emergencias. La estrechez del camino, las piedras y los surcos que habian dejado las lluvias de mayo complicaban el ascenso. A lo lejos se oia el ruido de un motor, parecia acercarse, no habia tiempo que perder, tras un par de resbalones de la rueda trasera, decidio dejar su Mountain Bike para subir a pie. Antes de emprender su camino hacia arriba, reviso una pequena bolsa de herramientas que tenia bajo el sillin, normalmente llevaba una pequena navaja, una herramienta multifuncion, de esas que venden en cualquier centro comercial en la seccion de bicicletas, y un kit repara pinchazos. Ese dia, la navaja no estaba, en cuestion de un segundo, recordo como el dia anterior la habia colocado en la bolsa de la playa !Mierda! penso al tiempo que seguia haciendose reproches, todo el mundo me lo decia "un dia vas a tener un percance por ahi tu solo. ?Por que no te apuntas a algun club? por lo menos irias acompanado", retumbaba la voz de su madre en una cabeza sin hueco para mas clamores. Lo que en un principio parecia la huida mas rapida, resulto ser una autentica odisea, los 41oC, la fatiga y el terreno parecia reirse de el. La rigidez de las botas de ciclismo, no estaban hechas para la montana, pronto, los 75km que llevaba a la espalda y el calor sofocante de aquella tarde empezaron a hacer mella !a que mala hora no me apunte al club de ciclismo! Por la cabeza de Martin se le pasaban preguntas de todo tipo mientras ascendia por la ladera. El cuerpo cada vez parecia mas pesado, las calas patinaban sobre las piedras que sobresalian, pego un pequeno sorbo de agua y continuo el ascenso. Desde la cima pudo ver como llegaba la vieja furgoneta blanca al final del camino, exhausto por el esfuerzo decidio probar suerte con el telefono, pero fue en vano, seguia sin cobertura. Tan solo tenia dos opciones, adentrarse en las montanas o hacer frente a la situacion, sin tener del todo claro a que clase de monstruo se enfrentaba. Mientras barajaba toda clase de posibilidades, decidio reponer al maximo las fuerzas. "Si me como la media barrita que me queda, llenare los musculos de hidratos, necesito energia rapida", se decia para si mismo. Miro lo que le quedaba de agua y de un trago se la bebio "?de que me sirve la energia si por efecto de la deshidratacion empiezo a marearme?" se preguntaba para convencerse de que hacia bien. Calculo que le sacaria unos 15 minutos de ventaja, tiempo que le habia costado subir. !Bien, vamos a seguir, venga Martin! se decia una y otra vez intentando motivarse, "seguro que en la siguiente montana encuentras un camino que enlace hacia abajo, direccion al canal del Jucar". Si llegaba hasta alli, estaria salvado, podria pedir ayuda. CAPITULO 1 El Boeing 714XT llevaba un retraso de 20 minutos. Luis, esperaba en la puerta de llegadas internacionales de Manises. Estaba nervioso, miraba su reloj una y otra vez mientras se preguntaba ?se habra echado para atras? Estaba todo preparado, llevaba meses chateando con Isabella, lo que empezo siendo una breve charla con intencion de mejorar su ingles se convirtio en algo mas que una amistad, tantas confidencias habian despertado un extrano sentimiento entre ambos. Eran las 23,25 cuando, tras la puerta de llegadas, podia verse, al fondo de aquel pasillo iluminado a media luz, la silueta de Isabella. La reconocio enseguida, esos ojos manchados de rimel la delataban. Iba cargada con una mochila a la espalda, el equipaje de mano y un nino al brazo medio dormido. Al lado, sin despegarse de su madre, Daniela, con el mismo color azul intenso que su hermano. Su mirada inocente y tierna, se le quedaria marcada a Luis durante mucho tiempo. Empujaba una maleta de piel marron, casi mas grande que ella, apenas podia verse tras ella. --Hola Isabella --dijo Luis. --Bienvenida a tu nueva casa. Con un fuerte, pero tierno acento aleman, le pidio que le ayudara con el nino. --Estoy agotada, ha sido un dia muy duro. Los 4 se dirigieron hacia el parking, alli les esperaba el Corsa de Luis. Martin apenas hablaba, a sus 4 anos, se le veia un nino introvertido, lleno de miedos. Pregunto a su madre... --?Ya hemos llegado? --Si, carino --respondio con la ternura que solo una madre es capaz de inspirar. --Ahora duerme un poco mas que nos espera un largo trayecto hasta Tortosa. Tras colocar todo el equipaje en el maletero y el hueco que quedaba en la parte trasera del vehiculo, arranco el coche. Se podia respirar cierta tension en el interior, no era lo mismo sentarse frente la pantalla del ordenador y empezar a escribir que estar alli sentados, el uno al lado del otro, tan solo unos centimetros les separaban. Luis no sabia muy bien que decir, sabia que la decision habia sido dura, ademas, no estaban solos, aunque el nino no sabia castellano, la nina llevaba 3 anos de clases de espanol. --Esperare a manana --penso, entretanto se limito a comentar planes para el dia siguiente. --Ya vereis que bonito, os va a encantar el castillo de Peniscola, por la tarde daremos un paseo por el pueblo y veremos el atardecer desde lo alto del castillo templario. Pasando el viejo seminario de Tortosa, se desviaron hacia la derecha, la urbanizacion parecia un laberinto, tras un serpenteo de caminos, cruzaron una rotonda y a tan solo unos 400m llegaron a su destino. Isabella quedo maravillada con la casa, regentando un bar de carretera, en su pais era inconcebible vivir en un chalet asi, definitivamente, venir a Espana habia sido una decision acertada, su sol, su gente, su cultura, sin ninguna duda, aqui sabian disfrutar mejor de la vida. La noche duro poco, los primeros rayos de sol atravesaban las persianas de la habitacion, pronto Martin salto sobre su madre, lleno de energia, su hermana le recrimino hacer tanto ruido, Daniela, no se hubiera levantado de la cama en todo el dia, su cabeza necesitaba asimilar todos los cambios que habia sufrido en tan poco tiempo. Sin entender muy bien que sucedia, sabia que no estaban alli de vacaciones como le habia dicho su madre, con 12 anos, no alcanzaba a comprender la magnitud de los acontecimientos, se sabe si te estan ocultando algo o no, y algo raro estaba sucediendo. Al oir que estaban despiertos, Luis se acerco hacia el dormitorio donde habian pasado la noche, se sento en la cama junto a ellos y pregunto --?Que tal habeis descansado? Isabella respondio --A mi, me costo bastante conciliar el sueno, pero por lo que se ve, los crios han cargado las pilas. Hacia tiempo que Isabella no veia tan contentos a sus hijos. Luis, movido por la magia del momento, se sento al borde de la cama, cogio al pequeno del brazo haciendole cosquillas, en seguida, Daniela quiso participar en el juego y se unio, fueron unos minutos, un efimero instante, pero suficiente para alegrar durante todo el dia a Isabella, por fin parecian una familia. --Tengo que dejaros, en la mesita del recibidor os he dejado una copia de las llaves, la nevera esta llena, disculpad que no os haya preparado nada para desayunar, tengo que irme, llego tarde y seguro que ya hay gente en el bar esperando a que abra hay clientes que no perdonan su carajillo de las 7. Y con un guino de ojos, salio por la puerta. Aquel 19 de junio era el inicio de una nueva vida para Isabella y sus pequenos. En Austria, cuando todavia no habia cumplido los 17 anos se enamoro perdidamente de un finlandes bohemio, que habia obtenido una beca para estudiar en el Joseph Haydn Konservatorium. Andersson tenia el don de tocar practicamente cualquier instrumento. Desde muy nino, habia aprendido solfeo, practicamente al mismo tiempo que aprendia a leer. Sus padres, al ver de sus capacidades empezaron a exigirle cada vez mas, lo llevaron a clases de piano, violin, tal vez, por esa exigencia Andersson fue adquiriendo un punto de rebeldia que fue acentuandose a medida que crecia. Durante la adolescencia, quiso dejar los estudios, tan solo se interesaba en una vieja travesera que habia comprado en una casa de empenos y sacarse unos cuantos marcos tocando por las calles. Sus padres, temiendo que se desviara del camino que le habian designado, decidieron enviarlo interno a estudiar a la capital A los 23 anos no habia acabado sus estudios musicales en la escuela politecnica de Helsinki, no por falta de capacidad, sino por falta de disciplina y constancia. Fueron unos anos de fiestas universitarias, primeras borracheras y primeros contactos con drogas blandas. El cambio de pareja, era algo habitual, practicamente a la semana, el viernes se enamoraba perdidamente de una chica, para el lunes siguiente no recordar ni su nombre. Neida, su tutora y profesora de fundamentos de composicion, lo llamo a su despacho. --Andersson, no puedes repetir otro curso, eres el alumno con mas capacidad que ha pasado por este centro, no malgastes tu vida, todavia estas a tiempo de licenciarte, reacciona por Dios, no nos gustaria tener que expulsar a alguien con tanto talento. Estas palabras, hicieron replantearse que queria hacer con su vida, Neida tenia razon, sus palabras resonaban en su cabeza como si de campanas se tratase, expulsion, talento, expulsion, talento…Durante aquella semana estuvo algo atormentado por aquella conversacion, llevaba 7 anos fuera de casa, el politecnico era su hogar ?que iba a hacer si lo expulsaban? La posibilidad de volver a casa con sus padres le hizo reaccionar. En el segundo semestre saco las mejores notas de la escuela, al final lo habia conseguido, consiguio licenciarse, pero no solo eso, sino que saco 7 matriculas de honor. El rector de la universidad quiso felicitarlo personalmente --Andersson, enhorabuena por el final de tus estudios, lastima que no sacaras todo tu potencial antes, pero queria hacerte una propuesta, sabemos que puedes dar mucho mas de lo que has mostrado en esta universidad, he solicitado una beca para que hagas el postgrado en un conservatorio de Viena, tal vez, con la disciplina que has mostrado estos ultimo meses, podamos verte en el concierto que retransmiten cada ano nuevo, o quien sabe, hasta dirigir la Filarmonica de Viena, eso siempre nos daria un prestigio anadido.

  • El italiano de Florencia Palacios

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    Irina sabe que algo muy malo le ha pasado a su hermano y esta decidida a encontrarle. Pero para saber la verdad debera confiar en ese misterioso italiano que promete ayudarla, solo que su ayuda no es tan desinteresada como cree…

  • Los ninos de mangle de Martin Doria

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    Los ninos de mangle inicia la saga del personaje Efrain Sanchez (alias El Caiman), en la tradicion del relato detectivesco urbano. El escenario es el Caribe Colombiano, desde la peninsula desertica que se adentra en el Mar de las Antillas hasta el corredor del gran turismo que opera en las ciudades coloniales de Santa Marta y Cartagena, con cuartel central en la Barranquilla moderna y cosmopolita. La muerte de una prostituta y la desaparicion de su hija, la pequena Carol, sumergen a Efrain (expolicia militar, fanatico del beisbol y de las mujeres caribenas) en el mundo de las redes de turismo sexual infantil en las pobrisimas comunidades anfibias de la Cienaga del Magdalena. Una trama que se desarrolla en el entorno de la liberal epoca de carnavales, con las negociaciones del tratado de paz con las FARC como dramatico telon de fondo. <>. FERNANDO MARIAS

  • Antes de que decidas dejarme de Victoria Vilchez

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    A veces, lo dificil no es creer en el amor, sino darte cuenta de que lo has encontrado. Una maravillosa historia de amor que te atrapara de principio a fin.

  • Nueve manzanas y media (Historias de cine 2) de Ana Alvarez

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    Que bonito es cumplir anos de casados. Celebrar el amor, la pasion y la felicidad. A mi marido y a mi nos encantaba. Y lo digo en pasado, porque ya nos gusta menos, sobre todo a el. De hecho, eramos de los que lo celebrabamos todo, y no de la forma tradicional. Nada de irnos a un spa, o de cena romantica y ni siquiera a una cabanita con chimenea a morrearnos y hacer el amor a todas horas. Eso ya lo haciamos a menudo, en casa. Los aniversarios tenian que ser sonados. Para recordarlos siempre. Y estoy segura de que jamas, por muchos anos que vivamos, olvidaremos el tercero. Para empezar, nos hicimos un regalo por todo lo alto para los dos. !Un coche nuevo! Porque nos apasiona viajar, siempre que teniamos unos dias libres nos ibamos por ahi en busca de aventuras. En esta ocasion la aventura nos encontro a nosotros. Sabiendo que me encantan los animales, llego a casa dos dias antes con la cara que pone cuando quiere darme una sorpresa. Se me acerco meloso mientras preparaba la cena y me rodeo la cintura desde atras, besandome en el cuello como sabia que me gustaba. --Hummm --ronronee mimosa--. ?Alguien esta buscando algo? --Siempre busco <>, ya lo sabes. Pero en esta ocasion mi intencion es otra. Voy a darte tu regalo de aniversario. --Pensaba que el regalo este ano seria el coche, para los dos. --?Un aniversario sin sorpresa?' ?Tan mal me conoces? Rei bajito. Por supuesto que esperaba algo mas, a Armando le encantaba sorprenderme y, aunque nos habiamos gastado un dineral en el coche, estaba segura de que aun no habia terminado con los regalos. Me gire dispuesta a recibir lo que fuera que me hubiera comprado, y deposito un sobre blanco en mis manos. --?Un viaje? --No era la primera vez que nos obsequiaba con un fin de semana fuera de casa. --Abrelo. Dentro encontre una reserva para una noche de hotel, de esos con encanto que tanto nos gustaban, en un paraje de ensueno, y dos entradas para un parque natural en el que los animales estan en semilibertad. Sabia cuanto me gustaban y que nunca he querido una mascota por no tenerla en un piso. Cuando me llevaban de pequena al zoo de mi ciudad, sufria lo indecible al ver a los pobres animalitos encerrados, a menudo sucios y rodeados de sus propios excrementos de varios dias. Sus miradas tristes me llegaban al alma, me imaginaba a mi misma, espiritu inquieto y libre donde los haya, metida en una jaula viendo el mundo a mi alrededor y sin poder disfrutarlo. En el folleto observe que podria ver jirafas, monos de diversas especies, y toda suerte de fauna salvaje en una recreacion de su entorno natural. --Algun dia te llevare a verlos en sus paises de origen, te debo un safari en toda regla. Pero este ano, carino... nos tenemos que conformar con esto --Me encanta, Armando --respondi colgandome entusiasmada de su cuello y besandolo apasionadamente, y deseosa de mostrarle mi entusiasmo en el dormitorio mas tarde. *** El viernes a mediodia salimos euforicos, dispuestos a pasar un fin de semana memorable y, de paso, estrenar nuestro flamante coche en su primer viaje largo: un Ford Puma equipado con todos los adelantos y accesorios que la tecnologia puede ofrecer. Armando era muy aficionado a las pijadas y cuando compraba algo, no le importaba aguardar para tener exactamente lo que queria. El vehiculo tuvo que esperar dos anos a que nuestro presupuesto se lo pudiera permitir, pero una vez llegado el momento le anadio todo lo que se le puede anadir a un coche: asientos reclinables hasta convertirse en cama, con ajuste de reposacabezas y zona lumbar, un sensible mecanismo de apertura y cierre de ventanillas que, segun me explico, ofrecia una seguridad poco comun, y un sin fin de cosas mas que escuche sin demasiado interes. Para mi bastaba con que tuviera un buen motor y fuera comodo. Y no habia duda de que lo era. El, sin embargo, estaba tan feliz como un nino el dia de Reyes con el nuevo juguetito o como un padre contemplando a su retono. Tanto que llegue a sentirme celosa, porque los primeros dias su atencion era casi en exclusiva para el <>, como empezo a llamarlo. Bajaba con frecuencia al garaje a verlo; por supuesto teniamos plaza de garaje, no pensaba dejar a <> en la calle. A pesar de tenerlo a cubierto, le pasaba una bayeta especial atrapapolvo que compro por Internet y, como ya he dicho, pasaba por el garaje varias veces al dia para asegurarse de que nadie lo habia rayado o ensuciado. Llegamos al hotel casi anochecido, y nos instalamos en la preciosa habitacion reservada dias atras. Nuestro Puma aparcado debajo del balcon, para tenerlo a la vista. Una buena cena acorde al acontecimiento que celebrabamos y nuestro amor, que no habia hecho mas que crecer y afianzarse en los tres anos de matrimonio. Yo me pongo muy tierna y muy mona en los momentos especiales y aquella noche no falto un detalle. Cena de lujo a base de las especialidades de la zona, buen vino, y miradas llenas de promesas. Una botella de cava en la habitacion y sexo apasionado hasta la madrugada. Todo ello nos hizo levantarnos de un excelente humor y, tras un buen desayuno, decidimos emprender la segunda parte de nuestra celebracion. Capitulo 2 El elefante Habiamos pedido que nos preparasen un picnic para tomarlo en el coche, pues nuestra idea era pasar el dia entero en el parque para ver el mayor numero de animales posible y tomar algo en el coche cuando nos entrase hambre. Nos entregaron bocadillos, agua y una bolsa con una docena de manzanas, fruta que pedimos de forma explicita pues nos gusta mucho a los dos. Armando, previsor, guardaba en el maletero una pequena aspiradora, por si caia alguna miga en la tapiceria o las alfombrillas poder eliminarla de inmediato. Tambien un espray quitamanchas. Queria conservar el interior del coche tan impoluto como llego de fabrica. En estas condiciones nos dirigimos al parque natural. Yo estaba feliz como una cria; si, los polvos nocturnos influian bastante en mi euforia, pero la idea de ver animales en un estado muy parecido a su entorno real, me entusiasmaba. Entramos al parque y mostramos nuestra reserva. En la recepcion nos dieron una larga lista de recomendaciones: velocidad maxima de veinte kilometros por hora, seguir las indicaciones de los carteles, no acercarnos a los animales, y una en la que nos hicieron mas hincapie fue la de no bajarnos del coche en las zonas donde estan sueltos. !Desde luego ni loca se me iba a ocurrir! Los aminales salvajes me causaban un gran respeto, por mucho que me encantara verlos. Sin embargo, la proteccion que nos ofrecia el automovil me daba cierta seguridad. Habiamos elegido la opcion de la visita en nuestro propio vehiculo, porque los viajes organizados no nos gustaban en demasia. La idea de adaptarnos a los tiempos establecidos por otros nos frenaba. Ademas... !cualquiera privaba a Armando del placer de conducir su coche! Nunca le he visto la diversion a eso de conducir, hace anos intente sacarme el carne pero decidi dejarlo al poco tiempo. Me estresaba el trafico, los otros conductores, las marchas, el freno, el embrague. !Todo! Y para colmo no me podia tomar una copa sin arriesgarme a una multa. Cuando viajo me gusta disfrutar del paisaje, y tambien de una buena comida con su vino o su copa despues. Por suerte a mi marido le encanta conducir, con lo que estoy mas feliz que una perdiz. !Todos contentos! El hace de chofer y yo disfruto del paseo. Entramos al parque sobre las diez de la manana. Pasamos por varios de los enclaves mas visitados: jirafas, hipopotamos gorilas, vimos los leones marinos y el espectaculo de las rapaces. Armando me miraba consciente de lo mucho que estaba disfrutando. A veces soltaba el volante con mucho cuidado y me acariciaba la rodilla durante unos segundos. Al final, cerca del mediodia, y antes de parar a comer, le pedi que nos acercaramos al recinto de los elefantes. !Eran preciosos! Se veian tan adaptados, tan grandes... tan fuertes... moviendose con ese andar que los caracterizaba, mirando hacia nosotros con relativa curiosidad, aunque supongo que deben estar acostumbrados a la presencia humana. Teniamos el coche parado a bastante distancia de la cerca de piedra y la mayoria de ellos se mantenian lejos. Solo uno se acerco despacio y se detuvo a una distancia prudencial. --Acercate mas --le pedi a mi marido--. A ver si puedo darle de comer a ese grandote que esta cerca.

  • INCRIMINADO de Nora K. Rose

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    ?Preparados para leer una novela terriblemente romantica, llena de ternura, carino, emocion, amor y desamor, y. persecuciones policiales?

  • Una subvencion de armas de Morgan Rice

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    “En UNA SUBVENCION DE ARMAS – A GRANT OF ARMS (Libro #8 de El Anillo del Hechicero), Thor esta atrapado entre fuerzas inmensas del bien y del mal, mientras Andronico y Rafi usan toda su magia negra para intentar aplastar la identidad de Thor y tomar el control de su alma. Bajo su hechizo, Thor tendra que combatir en la mayor pelea que haya conocido, mientras lucha por deshacerse de su padre y liberarse de sus cadenas. Pero puede ser demasiado tarde.

  • Recuerdame (You make me feel 2) de Kathalee Trueba

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    "Alena tuvo que tomar una decision.
    Su futuro, el de Milenka, Eithan y Christopher dependian de ella.
    Mientras cada uno asume las consecuencias de dicha eleccion y aprenden a vivir con ello, los recuerdos, los nuevos retos y la duda llaman a su puerta.
    El pasado no siempre se queda atras ".

  • Fuego rojo de Carlos Gutierrez Diez

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    ?Que misterio se oculta en las verdes montanas del Principado de Asturias? Durante varios siglos se ha conseguido mantener oculta la verdad... hasta ahora. Antes de ser asesinado, Alex Martinez, uno de los ultimos miembros de una sociedad secreta, cuyos origenes se remontan a la fundacion del Templo de Salomon, transmite a su viejo amigo Roberto una misteriosa clave. Martinez y sus predecesores han conservado durante siglos un conocimiento que puede cambiar la historia de la humanidad. Roberto, con la inestimable ayuda del historiador y fotoperiodista Zoltan Raculjic, comenzara la busqueda de ese secreto en una trepidante carrera contrarreloj a traves de los valles mineros asturianos que les llevara de una clave a otra, descifrando mensajes ocultos en los mas inhospitos y secretos lugares, olvidados tras el paso de los siglos..

  • Adicta a el, hasta que los paparazzi nos separen (Bilogia Adicta a el 1), Isabella Marin de Isabella Marin

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    ?Te has enamorado alguna vez de la persona equivocada?

    ?Consciente de que amarle te consumiria, cerraste los ojos y te lanzaste por un precipicio solo porque sabias que el estaria abajo?

  • La Cara Oculta De La Luna de Claudia Cardozo

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    Surrey, Inglaterra. 1880 Eleanor nunca podria olvidar la ultima vez que tuvo frente a si a James Haversham. Ella tenia doce anos y hasta entonces jamas habia visto a un hombre llorar. No que el pobre caballero se encontrara sollozando a lagrima viva; ni siquiera hubiera podido decir que pareciera hundido por el dolor. En realidad, y la idea en si le parecio tan triste como perturbadora, el discreto llanto del senor Haversham parecia mas bien nacido de la ira y el despecho. Pero en esa epoca Eleanor era solo una nina y su sensibilidad, aunque pronunciada, no era capaz aun de captar esa clase de matices y comprenderlos a cabalidad. Lo unico que tenia claro era que el senor Haversham, ese caballero a quien conocia desde hacia solo unas semanas y que le resultaba tan agradable, se encontraba en ese momento sumido por la pena. Hubiera deseado consolarlo de alguna forma, decirle cualquier cosa que le hiciera sentir mejor. El problema era que ella ni siquiera deberia encontrarse alli y haberlo visto en semejante situacion. Desde luego, todo ese enredo tenia un claro culpable. Una culpable en realidad. Cecily. Siempre era culpa de Cecily. Si su prima aprendiera a comportarse como la joven bien criada que supuestamente era, habrian podido evitar todo ese enredo. Cuando Eleanor la vio salir apresurada de la casa supo que debia de estar planeando algo. Lo mas sensato por su parte hubiera sido hacer como si no la hubiera visto, la experiencia le habia ensenado que era lo mas inteligente para evitar involucrarse en sus problemas; pero ella solo era una nina curiosa en aquella epoca, su tia decia con frecuencia que estaba lejos de ser sensata y le basto con advertir que el senor Haversham tomaba el mismo camino que Cecily para que sus pies empezaran a moverse como si tuvieran vida propia. Mientras recorria el breve trecho entre las cocinas y el establo, donde adivino de inmediato que debian de haberse citado, recordo esas charlas oidas a hurtadillas entre la cocinera y el ama de llaves cuando pensaban que nadie les prestaba atencion. Segun ellas, la senorita Cecily parecia haber caido hechizada por el encanto del nuevo amigo de su hermano y era posible que el senor Haversham consiguiera arrancarle una promesa antes de volver a Oxford. A Eleanor eso le parecia una lastima porque consideraba a aquel joven demasiado agradable para su prima, pero se cuido de decirlo, y no solo porque de hacerlo habria sido descubierta escuchando, sino porque tambien estaba acostumbrada a cuidarse de decir lo que pensaba acerca del comportamiento de Cecily. De cualquier forma, su prima apenas acababa de cumplir dieciseis anos y el senor Haversham no podia haber llegado a los veinte, asi que supuso que un compromiso no era del todo inminente. A lo sumo, quiza, el joven lograra que ella consintiera en mantener correspondencia y que fuera recibido en una proxima visita. Eso si que le parecia una buena noticia, se dijo Eleanor segun daba un rodeo al establo antes de entrar: el senor Haversham era bastante simpatico y, excepto por su primo Gabriel, la unica persona a quien conocia que la trataba con sincera estima. Le gustaria volver a verlo y si para ello era necesario que contrajera algun tipo de relacion con Cecily, bueno, suponia que no seria algo tan terrible siempre y cuando fuera fugaz. El establo era uno de sus lugares favoritos de la propiedad de sus tios. No solo porque amaba a los caballos y pocas cosas le divertian mas que escabullirse alli para admirarlos, sino tambien porque lo consideraba una suerte de refugio en el que podia dar rienda suelta a su imaginacion. El ritmo de la vida parecia perder velocidad cuando conseguia dejar la casa atras y se internaba en su interior. Su cuaderno de notas, un rincon silencioso y el viento que se colaba entre las rendijas de madera: eso era todo lo que necesitaba para sentirse feliz. Eleanor sabia bien por donde debia entrar si no deseaba ser vista; estaba acostumbrada a ello, asi como a subir una escalerilla que llevaba a un altillo que los caballerizos usaban para almacenar el heno y para tomar algunas siestas durante el dia. Ella lo usaba tambien, aunque no para dormir, sino para disfrutar de algo de privacidad cuando trabajaba en sus historias. En ese momento, ademas, comprendio en tanto andaba de puntillas y subia los peldanos con los ojos entrecerrados y rogando por no hacer demasiado ruido, que le daria tambien una posicion estupenda para saber en que nuevo enredo se habia metido Cecily. No sintio demasiados escrupulos en tanto se acomodaba boca abajo sobre el suelo de madera cubierto por paja o mientras agachaba la cabeza hasta que su menton rozo el borde del altillo; sentia demasiada curiosidad para ello. No tuvo que esperar demasiado; cuando llego, su prima ya estaba alli, pero se cuido mucho de que no advirtiera su presencia mientras se movia a sus espaldas. La joven, ademas, lucia muy inquieta, consciente de lo riesgoso de su accionar; se habia quedado de pie bajo el dintel de la entrada con todo el cuerpo oculto en las sombras del interior atisbando a las afueras; Eleanor pudo moverse a su antojo sin llamar su atencion. Su tia Margaret decia con frecuencia que la pequena Ellie, como la llamaban en casa, se movia con la suavidad de un gato de puerto al que era imposible seguir la pista, lo que, si bien dudaba de que fuera dicho como un halago, a ella le complacia mucho. En los escasos minutos en que espero a la llegada del otro convidado a la cita secreta, se permitio admirar el perfil de su prima, algo que hacia con cierta regularidad, aunque odiara reconocerlo. <>, se dijo con un suspiro de enojo. Tal vez Cecily fuera egoista y un tanto odiosa, pero era tambien muy bella. Con su cutis impoluto, su sedoso cabello rubio y los que todos en la familia llamaban unos rasgos perfectos, era imposible que no llamara la atencion. Y ella lo sabia porque habia sido criada para obtener el mejor partido a esos atributos. Eso explicaba la fascinacion que desperto en el senor Haversham tan pronto como la conocio, lo mismo que habia ocurrido con otros antes que el. La diferencia, cavilo Eleanor replegandose en su escondite al oir unos pasos acercandose, era que por primera vez Cecily parecia interesada en alguien que no fuera ella misma. Desde luego, considerando de quien se trataba el hombre que despertaba ese interes, Eleanor no podia culparla. El senor Haversham arribo al establo moviendose con el mismo cuidado que habia mostrado Cecily antes que el, pero no fue de inmediato hacia ella, sino que se mantuvo un momento en la entrada sin dar visos de la impaciencia que Eleanor no dudaba que debia de sentir. Tal y como habia hecho con su prima, aprovecho ese momento de inmovilidad para inspeccionarlo y no pudo evitar esbozar una sonrisa al reparar una vez mas en su rostro atractivo, el cabello oscuro que peinaba sobre la frente y el aire gallardo que a sus ojos sobresalia incluso en la semioscuridad. El seria un estupendo heroe romantico, considero no por primera vez, lamentandose de no poseer aun la habilidad para plasmarlo en el papel. Pero algun dia, se prometio, cuando se sintiera lista para ello, escribiria una historia inspirada en aquel joven. --?Por que ha tardado tanto? ?Nadie lo ha visto? Las preguntas de Cecily, hechas en un tono ansioso que no altero en absoluto su voz musical, la obligaron a dejar sus ensonaciones y a mirar con mayor atencion por encima de la buhardilla. Finalmente habia sido ella quien se acerco al senor Haversham y Eleanor advirtio que posaba una mano sobre su brazo en un movimiento delicado. Eleanor habia perdido la cuenta de las veces en que habia escuchado a la tia Margaret adiestrando a su hija respecto a la forma mas apropiada de acercarse a un caballero e incluso tocarlo si las circunstancias lo permitian, todo ello con exquisito cuidado de mantener el aire ingenuo y angelical que, en su opinion, era su mayor atributo. No pudo oir la respuesta del senor Haversham porque el tomo una de las manos de Cecily entre las suyas y se inclino hacia ella para susurrar algo a su oido. Lo que hubiera dicho, sin embargo, consiguio que ella se ruborizara y Eleanor fruncio el ceno, intrigada. La verdad era que hacian una hermosa pareja, sin duda; el tan alto, con hombros anchos y las facciones afiladas, al lado de ella, espigada como un junco con formas delicadas y el rostro tan lozano como una rosa. Algunas personas decian que Eleanor era una version mas joven y un tanto oscura de su prima, que con el tiempo sus rasgos infantiles ganarian en belleza, pero ella sabia que eso no era del todo cierto ni queria que lo fuera; la apariencia de Cecily, aunque impresionante, le parecia un tanto simplona y ordinaria, pero no le extranaba que resultara tan fascinante para quienes no conocian su interior. Detuvo sus pensamientos respecto a lo que podria esperar de su futuro y que tanto se pareceria a su prima segun creciera al advertir que el senor Haversham acercaba el rostro al de Cecily, buscando sus labios, y estuvo a punto de girar el cuello para evitar ver lo que ocurria, pero una extrana fascinacion parecio hacerla presa de los movimientos de esas dos personas que permanecian ignorantes de su presencia. Espero que su prima se retirara, que hiciera algun gesto para apartarlo porque supuso que eso era lo que una jovencita debia hacer en una situacion como aquella, pero ahogo un jadeo al advertir que ella entreabria los labios y se ponia de puntillas para posar una mano sobre la linea de piel entre el cabello y el cuello de la chaqueta de caza del joven. El beso no pudo durar mas de unos cuantos segundos, pero a Eleanor le parecio como si hubieran pasado horas hasta que el senor Haversham se aparto para luego acariciar su rostro en un gesto cargado de algo que no supo definir, pero que le inspiro un irreprimible deseo de llorar. Cecily, en tanto, respiraba como si acabara de correr y lo veia con los ojos brillantes; Eleanor no podia recordar haberla visto antes mirar a alguien con el mismo anhelo como no fuera a su propio reflejo. --?Tiene que irse? Han sido solo dos semanas; seguro que puede quedarse un poco mas... Eleanor afilo el oido, ladeando el rostro para oir la respuesta al ruego hecho por su prima y esta vez si que alcanzo a escuchar la respuesta del senor Haversham: --Es imposible --explico el, oyendose tan decepcionado como la joven --. No puedo dilatar mi regreso; es mas importante que nunca que cumpla con mis responsabilidades. Usted debe entenderlo mejor que nadie. Eleanor hizo un mohin al comprender lo que deseaba implicar, pero advirtio que a Cecily le tomo un poco mas de tiempo hacerlo; lo supo por su ceno fruncido que revelaba su confusion y que no se relajo hasta que cayo en la cuenta de todo lo que esa frase significaba para el. --No deberia... Fue dificil, pero Eleanor consiguio contener el impulso de emitir un bufido burlon al ver la forma en que su prima batia las pestanas y desviaba la mirada para simular una timidez que sin duda no sentia. El senor Haversham, sin embargo, no parecio advertirlo, porque tomo su mano con mayor impetu y la llevo a su pecho. --Debo. Desde luego que debo decirlo porque es importante que usted lo sepa --dijo el con una voz apasionada que a Eleanor le provoco un extrano cosquilleo en la nuca--. Estoy seguro de que no es una sorpresa para usted. Despues de todo el tiempo que hemos pasado juntos... Hasta donde Eleanor sabia, el tiempo que el mencionaba no habia sido tanto, en absoluto lo suficiente para que el joven pudiera hacerse una idea clara del caracter y las motivaciones de Cecily, pero era obvio que eso a el no le importaba del todo. La cocinera lo habia llamado <>, pero ella no estaba segura de entender a que se referia ni podia preguntarlo porque en primer lugar ni siquiera deberia haberlo oido. Ahora, no obstante, observo a Haversham prestando mayor atencion a la forma en que veia a su prima y comprendio que su mirada parecia limitada a esa figura preciosa que tenia ante el y por completo incapaz de ver lo que estaba mas alla de ese bonito exterior. Segun Gabriel, su amigo era uno de los hombres mas listos que habia conocido y Eleanor podia dar fe de ello tan solo tras haberlo tratado un par de semanas, pero estaba claro que ese <> podia enceguecer a cualquiera. --Cecily, necesito que prometa que esperara por mi --continuo el ante el silencio de la joven. Eleanor fruncio el ceno ante el ardoroso pedido y noto que Cecily hacia otro tanto, mostrandose indecisa por primera vez desde su llegada. --?Esperar? --repitio ella, y Eleanor capto la duda en su voz--. ?Esperar a que? El senor Haversham no debio de advertir esa vacilacion de inmediato porque esbozo una sonrisa y mantuvo sus manos firmemente unidas. --Ya se lo he dicho. Por mi. Por ambos --aclaro el--. No sera sencillo, y tal vez tome tiempo, pero le prometo que valdra la pena. Tan pronto como termine en Oxford iniciare mi viaje y una vez que haya asegurado mi futuro volvere a Inglaterra. Eleanor aprovecho el silencio de su prima para rebuscar en su memoria lo que Gabriel le habia contado de su amigo. Aunque el senor Haversham habia sido encantador con ella, la verdad era que no conto mucho acerca de si mismo en las ocasiones en que compartieron un poco de tiempo, lo que no dejaba de tener logica, claro. ?Por que confiaria sus mas intimos deseos a una nina que solo inspiraba en el ternura y una buena cuota de compasion? Pero Gabriel nunca fue tan discreto y le habia contado que Haversham era el segundo hijo de un vizconde de origen irlandes y que su familia, aunque antigua y con unos blasones irreprochables, distaba de ser rica. Meramente acomodados, fue el termino que uso recordandole un poco a su madre, para su disgusto. Segun el, James, como lo llamaba, era tan inteligente y ambicioso que dudaba de que fuera a conformarse con las circunstancias en las que lo habia puesto la vida. Tenia familiares en America y su mayor anhelo era culminar sus estudios en Oxford para viajar alli y forjarse su propio futuro; uno mucho mas acorde con sus deseos. Todo ello paso por la mente de la chiquilla en unos cuantos segundos y comprendio que era eso lo que el senor Haversham pedia a su prima; que tuviera paciencia y confiara en el lo suficiente para esperar a su regreso. El no tenia como saber, sin embargo, que Cecily ni era paciente ni entregaria jamas su confianza a alguien basada tan solo en una promesa, por mucho que se sintiera atraida por ese alguien. Pero Eleanor si lo sabia y por eso no le extrano comprobar que de pronto ella se veia algo menos entusiasmada de lo que se habia mostrado hasta entonces y que daba un paso hacia atras para poner cierta distancia entre ambos. Ese gesto si que parecio ser lo bastante significativo para que Haversham lo advirtiera porque fruncio el ceno y la observo con extraneza. --?Cecily? La joven sacudio la cabeza de un lado para otro y sujeto una mano contra la otra con la mirada puesta en un punto sobre su hombro como si se supiera incapaz de verlo a los ojos. --Soy muy joven para adquirir un compromiso como el que me pide, mi madre jamas lo consentiria --musito ella simulando una pena que, Eleanor supo, no era del todo fingida; en verdad lo lamentaba--. Ademas, sere presentada en la corte la proxima temporada y no se lo que ocurrira entonces. Tal vez... --Tal vez conozca a alguien mas --culmino el por ella en un tono grave y carente del ardor que habia mostrado hasta entonces--. Alguien mas conveniente. Eleanor hubiera deseado cubrirse los ojos con las manos para no ver la profunda decepcion en cada uno de sus gestos, pero fue incapaz de hacerlo. El deseo de no perderse ni un instante de lo que ocurria parecio ser mas fuerte que ella y se sintio un poco avergonzada por ello. --Espero que no me juzgue. Han sido unos dias deliciosos y confio en que podamos vernos nuevamente... --?Para que? --Haversham interrumpio las palabras de Cecily una vez mas, ahora con mayor aplomo y evidente indignacion--. ?Con que objeto podria desear verme una vez mas, Cecily? ?Por que querria verla de nuevo luego de conocer sus verdaderos sentimientos? La joven exhalo un suspiro que revelaba su enojo y frustracion y levanto el rostro para verlo con ojos brillantes. Eleanor supo sin asomo de duda que eran lagrimas de rabia por lo que hubiera deseado y que sabia que no podia poseer. --?Sentimientos? --repitio ella--. ?Que tienen que ver los sentimientos con esto? --?Que que tienen...? !Todo! --Haversham no parecia poder creer lo que oia--. Le he abierto mi corazon con la esperanza de ser correspondido, pero ahora veo que era un deseo ridiculo. Es evidente que usted no siente lo mismo por mi; de hacerlo, no habria vacilado en asegurar que esperaria a mi regreso. Cecily emitio una risa seca y carente de gracia, y Eleanor sintio que se le erizaban los vellos del brazo; la conocia lo suficiente para saber que su propia frustracion estaba a punto de orillarla a decir algo hiriente y hubiera deseado tener el valor para descubrirse y bajar corriendo para evitar que dijera cualquier cosa que pudiera lastimar mas al hombre que se encontraba frente a ella y que parecia aun demasiado inocente para entender a lo que se enfrentaba. Una vez mas, sin embargo, se vio imposibilitada de mover un solo musculo; tenia demasiado miedo de lo que diria su tia si se enteraba de esa travesura. --Es usted un iluso. Mezcla sentimientos y esperanza con la realidad -- espeto la joven y su hermoso rostro se vio deformado por el desprecio--. ?Cree que arriesgaria todo lo que puedo obtener por unos cuantos besos y una promesa? Usted podria morir, no regresar nunca, y entonces yo habre perdido la oportunidad de ser feliz. Haversham se llevo una mano a la nuca y una mueca de desagrado reemplazo el sufrimiento que habia mostrado hasta entonces. A Eleanor le parecio que finalmente parecia consciente de lo que ocurria y supuso que ese gesto era al fin y al cabo una muestra de lo que pensaba de Cecily y sus principios. --Bueno, tal vez no muera. Tal vez si regrese, pero es posible que lo haga siendo tan pobre como lo soy ahora --comento el con una voz que restallo en el espacio como un latigo--. Esa, supongo, seria una desgracia aun mas penosa para usted que mi muerte, ?verdad? Es eso lo que la atormenta: la ausencia de dinero y poder. Puedo verlo ahora.

  • Como llegue a conocer a los peces de Ota Pavel

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    Lo mejor para cualquier pescador es empezar con los peces siendo aun crio. Que lo inicie en los misterios de la pesca su padre, su tio o un balsero. En nuestro caso fue el balsero Karel Prosek, de la aldea de Luh, en la municipalidad de Branov, que con el tiempo se convirtio en nuestro tio. Fue el quien enseno a pescar no solo a mis hermanos Hugo y Jirka y a mi, sino tambien a nuestro astuto padre. El tio Prosek seguramente nacio en el rio Berounka como genio de las aguas y llego a Luh con una crecida. Tenia un hermoso mostacho, como el de un dragon, una voz sonora y una buena planta. Era capaz de cualquier cosa: arar y sembrar, ordenar las vacas, cocinar patatas revueltas, encontrar setas fuera de temporada, barquear durante una crecida, trenzar cestos, cazar corzos, rescatar a gente y a animales transidos de frio, romperle los morros a los idiotas, reir. Durante las crecidas barqueo un par de veces a la comadrona Flybertova con su indispensable maletin. Y tambien sabia de peces. Los ensartaba desde la barca en las noches de luna con un tridente llamado <>, interponia nasas en su camino, echaba el palangre y, en publico, los pescaba con cana, como un senorito. Todo esto sucedia aun en tiempos del Imperio Austrohungaro, cuando en el castillo de Krivoklat todavia senoreaba el principe Max Egon Furstenberg, comiendo gulash al estilo del cazador y sorbiendo cerveza de Rakovnik. A Prosek, puesto que era el mejor pescador de la region, le estaba permitido capturar presas con cualquiera de las artes posibles a lo largo de todo el rio. Tan solo debia llevar a palacio las anguilas, con su carne semejante a las flores de loto. Disponia para ellas de un morral que su esposa Karolina le habia tejido de canamazo. Las transportaba vivas por la orilla del Berounka hasta el castillo. Sus puertas se abrian solas ante el, como ante un paladin. Vertia las anguilas en una tina de madera embreada llena de agua y de cuando en cuando recibia una pieza de oro con la imagen del emperador. La pieza entera se asemejaba al sol. Despues de que el principe se marchara en carruaje tras cuatro colinas lejanas y tras cuatro rios lejanos, prohibieron a Prosek capturar presas con cualquiera de las artes posibles, asegurandole que le bastaba con una sola, a saber: la cana. Prosek tenia una cana de bambu larga, ambarina. Un rebenque sin carrete. Avanzaba a contracorriente para que los peces no lo advirtieran, chasqueando de cuando en cuando el rebenque y sus bigotes de dragon, razon por la que a esa arte se la denominaba <>. [1] Por aquella epoca llegamos nosotros en nuestro vehiculo: nuestro padre Leo, nuestra madre Herma, mis hermanos Hugo y Jiri y yo. Esta era toda nuestra familia. Atisbamos a Prosek desde los chopos de la orilla opuesta del rio. Se movia por las resbaladizas rocas como una nutria pescadora. La veleta de la cana volaba con precision hasta los lugares senalados. ?Y los peces? Era como si saltaran fuera del agua por si mismos. Plateados bagres con el rojo timon de la aleta en el trasero y elegantes comizas con bigote. Panzudos cachuelos de los remansos y leuciscos de los torrentes. Se deslizaban hacia el interior de la red: se acabo la libertad, habia llegado su amo y senor, el rey de los furtivos. Mi padre exclamo entusiasta: --!Herma! !Menudo concierto! !Como Kubelik! [2] Y, de golpe, crecieron como setas en mi cabeza, a lo largo de toda la orilla, filas de butacas en las que se aposentaban caballeros con bombachos ingleses a cuadros y damas vestidas con crinolinas rosas, suspirando y aplaudiendo con cada pez: --Messieurs, mesdames, esto es autentico arte. Prosek apreso en su red al ultimo de los peces, encendio un pitillo e hizo una reverencia. La platea desaparecio y el vadeo el rio, poco profundo, hasta mi padre. Se cayeron en gracia al instante, porque papa era tambien una buena pieza. Sabia partirle los morros a los idiotas igual de bien que Prosek. Y todo lo que no sabia se lo enseno Prosek. A papa le caia bien el patan de Prosek, ya que de toda la vida habia asegurado que los finolis no valian una mierda. Acordo con Prosek que iriamos con el de veraneo a la cabana del balsero, a ninguna otra parte. El lucio negro Tendria yo unos seis anos. Mis hermanos no me admitian demasiado en su compania. No era digno de ellos. Observaba sus diversiones desde la distancia. La mayor parte del tiempo lo unico que hacia era chuparme el dedo a orillas del rio Berounka. Lo que mas les gustaba a Hugo y Jirka era ir hasta un islote a atrapar con las manos peces ocultos entre las algas verdes. Hugo era apuesto y delicado. Jirka era un forzudo y un bribon dispuesto a medirse con quien se le pusiera delante. En el islote crecian unas largas algas verdes, fascinantes, parecidas a los cabellos del genio de las aguas del rio, Oskar. Los cabellos ondeaban en la corriente, como si yaciera ahogado en la arena dorada. De vez en cuando en las algas crecian florecillas, ya no recuerdo de que color, quiza de un blanco rosado, como las de las novias. Habia poca profundidad y en las algas pastaban, como en un prado, los copepodos y las cochinillas. Las comizas y el resto de los peces solian acudir a chapotear en busca de bichos, mascando como gorrinos. Era entonces cuando mis hermanos se metian en calzoncillos para, hundiendo las manos entre las algas, palpar a tientas hasta echar mano al frio cuerpo de un pez. El pez se quedaba pasmado, despues salia pitando, mi hermano reaccionaba y saltaba en su busca, erraba el blanco, salpicaba el agua, mi hermano chillaba. Como un rodeo. En una ocasion se toparon entre las algas con un pez gigantesco; al principio pensaron que era un tronco flotante. Se trataba, en cambio, de un lucio negro: se habia adentrado hasta alli tras los pececillos y no podia salir. Cuando arranco como un torpedo, el agua volo en todas direcciones. Hugo vociferaba: --!No te quedes ahi mirando y ven a ayudarnos! De golpe les parecia bueno. Pero no tenia ni la mas minima gana de meterme alli. Avance despacio entre las algas. El lucio giro, se dirigio hacia mi y se detuvo. Vi como boqueaba mientras me observaba con ojos despiadados, las fauces entreabiertas, llenas de dientes. Queria devorarme. Empece a alargar los brazos. Se puso en marcha. Salto. Salvo sin esfuerzo el tablazo y desaparecio en las profundidades. Jirka me dijo: --!Idiota! !Lo tenias al alcance de la mano! !No tenias mas que estrujarlo por el pescuezo! En realidad todos suspiramos aliviados de que se hubiera largado. Mis hermanos tampoco habrian intentado agarrarlo. Y esta anecdota fue una especie de predestinacion, como si aquel enorme lucio fuera nuestra parca. ?Pescaria alguno de nosotros alguna vez en su vida un pez grande de verdad? Tal vez no nos hubiera sido concedido, al no haber sido valientes entonces. Mi primer pez Prosek regresaba de la taberna Anamo algo achispado y canturreando cancioncillas castrenses. Conocia una infinidad de ellas, ya que durante la guerra habia librado mil batallas en Serbia. En el costado le quedo de recuerdo metralla sin extraer que, sin embargo, dejaba de fastidiarlo tan pronto como se echaba para el coleto un par de copazos. Al llegar a casa en la barca, le dio un beso en el hocico a nuestro pastor alsaciano, Holan, y se sento al pie de una fragante acacia. Yo estaba entonces en la balsadera: mis hermanos, de nuevo, me habian dejado atras; preferian llevar consigo a Dasa, la hija de Beda Peroutka, que pasaba de mi olimpicamente. Tio Prosek me miro con sus ojos verdes: --!Ven aca, mequetrefe! Arrastre de mala gana los pies hasta el; no es que me tuviera en gran estima. Al que mas queria era a Jirka, que era un granuja muy de su gusto. Yo era el menor, el nino de mama. Prosek, escudrinandome inquisitivo, se saco del bolsillo, mugriento, un pepinillo: --Toma. Sustitui el dedo de la boca por el pepinillo. Prosek me seguia observando. Despues saco una botella plana y me ordeno: --Pega un lingotazo. No quedaba ni gota en su interior, pero fingi la mayor de las felicidades. El inexistente alcohol nos amisto. Se puso en pie y me hizo senas para que lo siguiera hasta el granero. Saco una larga vara de avellano y dijo: --Te tallare una cana. La tengo preparada para ti hace ya tiempo. Saco del bolsillo un cuchillo afilado e hizo tris por aqui y tras por alla. Yo contemplaba sus manos callosas, a las que les faltaba un dedo que el mismo se habia sajado al cortar mimbre para los cestos. Contemplaba su rostro, crispado en una mueca por el dolor: de nuevo lo mortificaba la metralla en el costado, pero el alcohol para aliviarlo se le habia acabado. Termino la cana. Entonces yo aun no sabia que aquella seria mi mas preciada cana. Hoy lo se. Era la cana de mi infancia, a la que no se podrian equiparar productos posteriores de fabricacion americana o japonesa. Amarro a ella el sedal, del que prendio un canon de ganso y un anzuelo. Despues anadio: --Junto a la isla suele haber percas solitarias. Ve alli, mequetrefe, y despeinales las grenas. Yo te espero aqui. Se acocho en un ovillo y Holan le puso la cabeza en el regazo. Alcance la isla por la vereda. Era algo antes del mediodia, el sol arreciaba. Enganche una lombriz y eche la cana. No picaba nada, tan solo las azuladas libelulas se posaban en los nenufares y en algun lugar remoto del recodo se daban un banquete, mascando, los bagres. El canon blanquecino flotaba sobre la superficie, inmovil como un barco blanco en calma chicha. Para mis adentros, le ice las velas y ordene al capitan que navegara, que lo remolcara por la superficie un pez multicolor. Pero el canon ni se inmuto, a mi se me cerraban los ojos y, solamente de vez en cuando, entreabria uno de ellos para comprobar si mi barquichuela blanca ya habia zarpado. De repente la veleta se sacudio, generandose a su alrededor un circulo. Una y otra vez, como si fueran senales procedentes de las insondables profundidades de las aguas. Alguien jugueteaba y hacia travesuras con el barquito, como si arrancaran el motor tirando de la correa. De modo que no era un velero, sino una lancha motora blanca. Entonces la veleta comenzo a encabritarse, haciendo el pino, patas arriba, como un ganso medio zambullido en el agua. Para entonces ya me habia aferrado a la cana con las manos crispadas. Seguro que era una de esas percas con melena que habitaban aquellos andurriales en soledad. Entretanto la veleta hizo !chof! y se esfumo. Sin embargo, se podia ver, bajo la superficie, que habia tomado rumbo a los nenufares. Frene. La cana se arqueo y yo senti por primera vez en mi vida el delicioso tironeo del pez. Tras un tira y afloja por ambas partes, emergio una hirsuta bocaza: se trataba de una perca, grande como un gorro rojo a cuadros pero de color aceitunado y con franjas transversales oscuras. Alzaba sus aletas rojizas como estandartes en la batalla y, por su joroba, se parecia a un toro. En vez de ojos tenia monedas doradas y sobre su dorso se erguia una lanza erizada. Aquello no era un pez, era un dragon, un paladin armado hasta los dientes con plumaje rojo en el casco. La arrastre hasta la hierba y me tendi sobre ella para que no huyera. Ambos eramos dos chavales peleones. Luego, victorioso, lo lleve hasta la balsadera. Me habia pinchado con su lanza, por lo que del dedo me manaba un reguerillo de sangre. Se me ocurrio que a partir de aquel dia el tio Prosek me querria tanto como a Jirka. Prosek, sentado en una banqueta, bebia vermut de cabra, leche, para depurar el alcohol. Me elogio: --Eres un hacha. Desollo la perca y clavo la cabeza en el porton del granero. Para que todos vieran que en Luh junto a Branov habia nacido otro pescador. Cogi un taburete para ordenar y me sente bajo el trofeo durante dias. Cuando pasaba alguien por la balsadera, yo carraspeaba y moqueaba para que se fijaran en la perca. Coseche una buena dosis de gloria. Vino hasta Dasa, la hija de Beda Peroutka. Me dio un beso en la mejilla y declaro: --Eres un verdadero machote. Una noche, sin embargo, mi trofeo desaparecio sin saber como. Es posible que se lo zampara la gata Andelka. Pero es mas probable que lo quitara del porton mi amado tio Prosek, quien, hasta el gorro de mi pavoneo, volvia a aborrecerme.

  • El hundimiento del Titanic de Hans Magnus Enzensberger

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    El hundimiento del Titanic es un magistral poema epico -una hazana desacostumbrada en estos tiempos- en torno a una historia que, aunque conocida, no ha perdido un apice de su tension dramatica. En efecto, el enorme transatlantico, gigantesca maravilla del mundo que naufrago una gelida manana del ano 1912, no fue solo un buque, sino tambien un mito: la encarnacion del progreso tal como se entendio en el siglo XIX, un concepto cuya vigencia ha sufrido un serio reves tras los avatares de la historia reciente. A lo largo de treinta y tres cantos, en este poema -explicitamente inspirado en La divina comedia de Dante, escritor que retorna a menudo entre los fantasmas evocados por Enzensberger- se efectua una soberbia recreacion de la catastrofe. Los alaridos de los naufragos, las rememoraciones nostalgicas de los muertos, los inarticulados mensajes de los supervivientes; pero tambien fragmentos de telegramas, las ultimas informaciones meteorologicas, las desesperadas peticiones de auxilio. Asimismo, las minuciosas descripciones de los menus de a bordo, la arquitectura del buque, la decoracion y las pinturas kitsch de sus salones, las inoportunas alegorias de la Paz y del Progreso.

  • El naufragio de Lola Garcia

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    Todo empezo en 2012, cuando Artur Mas regreso de la Moncloa con la negativa de Mariano Rajoy a abordar un pacto fiscal para Cataluna. Aquel presidente de la Generalitat designado a dedo por Jordi Pujol emprendio entonces una carrera imparable abrazado al independentismo en el que nunca habia militado. Avanzo en la via del desafio al Estado espanol como quien se adentra en un bosque de espesa maleza que se va cerrando a sus espaldas, en la confianza de que su rival en la Moncloa cederia o seria obligado a hacerlo por los lideres europeos.

  • Entre el corazon y la razon (Between 3) de Gema Martin Munoz

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    Tercera y ultima entrega de la serie Between.

  • Que de lejos parecen moscas de Kike Ferrari

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  • Black Butterfly de Adrian Blake

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    Black Butterfly… un local donde todo el mundo puede hacer sus fantasias realidad. El mejor local de sexo de la ciudad, el Eden en la Tierra. El lugar donde sus cuatro protagonistas descubriran que la vida puede complicarse cuando menos te lo esperas, que el amor puede aparecer a la vuelta de la esquina y que hay que trabajar duro si se quiere tener a la persona que uno quiere.
    Mis chicos os esperan para contaros sus historias, incluido Ken, que intenta enganarse a si mismo creyendo que puede mantener las distancias con la mujer a la que ama. ?Estais preparadas para conocer su historia?

  • La Bailarina y el Millonario de Katherine York

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    Malika y yo teniamos todo para ser la pareja ideal, pero no fue lo que sucedio. La conoci cuando ella aun tenia 15 anos y me enamore completamente de esa nina sonriente y traviesa. Hija del socio de mi padre, James, eramos casi obligados a pasar mucho tiempo juntos. La amistad se convirtio en citas, y entonces en matrimonio. Ella fue mi primer beso, mi primer amante y mi primer amor. Vivimos ese sueno dulce de las familias con dinero: dos herederos que se enamoraron temprano y se casaron a los 18 anos, con toda vida por delante. Eso de preocuparse por los negocios y el fin de la dinastia parecia olvidado porque ya habiamos resuelto el “problema” sin ninguna presion de nuestras familias. Asi que, entre sus estudios y los mios, seguiamos juntos, hasta que Malika se fue. Simple y naturalmente. Un dia era la mujer que conoci y de la que me enamore, otro, era como vivir con una desconocida. Desde su llegada a la escuela de medicina, Malika cambio, tratando de probar su valor a los companeros y profesores. Queria siempre ser la mejor, mientras tanto, cuanto mas lo intentaba, menos eso pasaba. Yo vivia en el trabajo con mi padre, iba a la universidad y apenas veia a mi esposa, que vivia bajo el efecto de estimulantes. Ella siempre trataba de aclararme, que yo, “como un hombre”, jamas entenderia lo que sucedia a ella por ser una mujer negra, intentando ser doctora, haciendo frente a una universidad llena de privilegios y gente odiosa. Podia sentir el asco en mi garganta por sus historias, a todo que fue obligada vivir, aunque su familia fuera rica. No puedo perdonarme por no haberme dado cuenta antes. Malika estaba rendida a farmacos que aumentaran su rendimiento y por la noche tomaba calmantes para dormir. Siempre me decia que era por lo cansancio y la creia. Jamas me queje porque tenia miedo de que me malinterpretaran y, para ser honesto, ya estabamos en dificultad, y analizar los problemas de Malika en profundo podria abrir otra puerta en nuestro matrimonio, en la que traeria a la luz el poquisimo tiempo que pasabamos juntos o cuanto de atencion dedicabamos uno al otro. Un dia, la encontre desplomada en el sofa, y me confeso haber tomado demasiados tranquilizantes, pero que fue apenas una vez. Esa vez. No voy a mentir. Fui un adolescente con mucho dinero, tuve facil acceso a todo tipo de cosas, probe drogas y bebi hasta desmayarme antes mismo de los dieciocho. No pense que fuera gran cosa Malika tratar de resolver sus problemas con las pildoras, era normal. Asi fue, tres veces mas hasta que la interrogue y descubri que no habia forma de relajarse, Malika Green era una adicta. Fui un marido de mierda que dejo que su esposa se convirtiera en drogadicta porque no se dio cuenta a tiempo. A cada dia, ella se convertia en un pedazo a menos de la mujer que conoci, y aun si, no hice nada. Malika empezo con los estimulantes, tranquilizantes y lo mezclaba todo con bebidas y cocaina. Ya no iba a las clases y esperaba que yo fuera al trabajo para comenzar su “rutina”. Esto aseguraba que por el momento en que regresara, ella no iba estar tan mal para darme cuenta. El personal de la casa no dijo nada, solo observo como se autodestruia. <> Hasta que un dia pase en casa para cambiarme la ropa. Fue por algo estupido como derramarme salsa en la camisa y necesitaba cambiarme para una junta por la tarde. Malika estaba aturdida, arrojada en una posicion antinatural en el piso de la habitacion y me dio una sonrisa ironica cuando entre en la habitacion. A partir de ese dia, me di cuenta de que no era normal. Cancele mis juntas y decidi quedarme en casa los proximos dias. Cuando se dio cuenta de que estaria en casa todo el tiempo y no podia seguir su rutina, se asusto, grito, sus ojos tenian algo brutal. – !Necesitas ayuda! – perdiendo la paciencia gradualmente — puedes ir a una clinica y… – !Se lo que es mejor para mi! – grito ella, interrumpiendome. – Malika, eres un problema… !mirate! Fueron palabras equivocadas, pero, a los 23 anos, sabia que tenia que ayudarla y me enojaba lo que se estaba haciendo a si misma. Estaba flaca, enferma, sus ojos inyectados en sangre de rabia y despecho. Tuvimos dias con ella enojada y gritando hasta que la atrape tratando de salir. Llame a James, su padre, de pronto. Malika se puso enojada por haberme contactado su padre y le informe todo lo que pasaba, pero fue apenas despues quedarse encerrada con el por mas de dos horas, que acepto la ayuda. Paso los tres meses siguientes en la rehabilitacion. En los primeros dias, la dulce y timida Malika habia regresado y me senti lleno de esperanzas. Pero hubo momentos en que no miraba a nada y no se movia por minutos. Algo en ella parecia roto y yo me senti condenado, especialmente despues de estar fuera tanto tiempo. Me senti culpable por no quererla otra vez, por disfrutar de mi vida cuando estabamos lejos. Amaba a esa mujer con locura, pero ya no queria estar con ella, no era la persona que conoci y me sentia fatal por pensar asi. Era como si su memoria fuera suficiente, y la realidad me dolia en los huesos. Despues de dos semanas de regreso, se quedaba por la casa como un fantasma, sin hablar mas que tres palabras, hasta que desaparecio. Tuve que volver al trabajo, estaba terminando mi especializacion y, aunque me sentia culpable por no estar alli las 24 horas del dia, no pude detener todo otra vez. Estuve todo tiempo posible en casa, pero Malika conocia mi rutina, y una tarde cuando fui a la oficina, no pude impedirla y simplemente se fue. Llame la policia, los detectives y cualquier otra persona que pudiera ayudarme a encontrarla antes que hiciera dano a si misma. James y yo sabiamos lo que estabamos buscando, pero no sabiamos exactamente donde. No sabiamos como siempre lograba las drogas o quien las vendia, necesitabamos contar con la eficiencia de quien estaba siguiendo los pasos de mi esposa. Dos dias despues, el detective nos informo que la habian visto en el centro de Los Angeles. Contra todo consejo, use la direccion que me dio y conduje hasta Skid Row para recogerla. Estaba solo. En ese lado de California, hay muchos antros, pero nunca hubiera imaginado que encontrar a mi nina traviesa dentro de uno de ellos. Habia ido a buscar cocaina y nunca volvio, lo cual, sospecho, era la forma de pagar el producto porque no tenia dinero. Estaba aterrorizado de lo que podrian haberle hecho. Abri la puerta de par en par despues de haber pasado por una calle llena de personas sin hogar, basura y personas que se llenaban de drogas a la luz del dia. Un pasillo largo y oscuro me saludo cuando un tipo grande parado en una extremidad vino hacia mi. Las paredes eran de un amarillo en donde se podia ver, mesclado a un color marron engrasado. – !No puedes entrar ahi! – Hablo con una mirada amenazante. – Solo vine a buscar a una persona. Voy a recogerla y me voy. – Maldita sea, ricon. Largate o te parto la cara ?oyes? – me apunto con un arma y no tuve reaccion. Era la primera vez que veia una tan de cerca. Pero yo era un hombre en una mision y no queria rendirme tan facilmente. – Ayudame con eso. Tomo a la chica y me voy…- dije, levantando los brazos en senal de rendicion. Estaba desarmado, lo cual era muy estupido, y podia ser asesinado en cualquier momento sin una forma de defenderme. Mi plan B era llamar a la policia, pero no seria agradable y no sabia que tan rapido llegarian a ese lugar a punto de derrumbarse. – Te lo dije, cabron. Sigue tu camino. Si la chica esta aqui, es porque ella quiere- senalo otra vez a la pistola – Tendre que hablar de nuev… – !Cannon! ayudame, !la puta chica esta arruinando todo! El hombre grande, Cannon asi se llamaba, rompio hasta el final del pasillo. Me fui a su espalda porque tenia un sexto sentido sobre quien era “la puta chica”. Cuando me detuve en la habitacion, habia un tipo con la verga hinchada, afuera de su pantalon y Malika estaba caida frente a el, convulsionandose en el suelo e intentando respirar. Tenia espuma en la boca y su vomito estaba en todas partes, incluyendo en el hombre que intentaba limpiarse, ignorando por completo a la mujer a sus pies. – ?Que carajo…? – dijo el guardia, mirando la confusion frente a el. – Esa mierda que le sirve Riley es demasiado fuerte, avise a la perra pero quiso de cualquier manera…- El hombre dijo a Cannon. Estaba contra el reloj y a esos hombres no les importaba Malika. Mientras trataban de averiguar que hacer, aproveche y fui hasta Malika, poniendola sobre mi regazo mientras corria por el pasillo. Los hombres gritaron, escuche que armaban la pistola y algunos susurros de “dejala, ya esta muerta”. Cuando llegue a la entrada, abri los hombros y corri hacia mi auto. Le grite a un grupo alrededor de mi coche, claramente tratando de robarlo, que se dieron un paso atras cuando vieron la condicion de mi esposa. No sabia mucho que hacer, pero era mejor conducir a un hospital que esperar ayuda en un lugar como aquello. Los espasmos se habian detenido cuando la puse en el asiento trasero y rogue en silencio que eso no significase que se asfixio. Me detuve en el primer hospital que vi y me volvi loco en la emergencia. La llevaron adentro y espere. A la media hora siguiente me converti en viudo a los 23, y todo lo que tenia para aplacar mi furia por nuestra historia interrumpida era un nombre: “Riley”. 2 Sophie Nadie esta preparado para recibir la noticia de que tiene un tumor cerebral. Si, esta soy yo. Dos desmayos en los ensayos de la Compania de Ballet de California y me fui al hospital. Me pincharon, me examinaron y me agotaron hasta sentir dolor, ahogada en una emergencia que no podia pagar. – Necesito asegurarme de que no tengas ninguna enfermedad alimentar, Sophie, la prensa esta siempre con los ojos encima- dice Rubens, coreografo, antes de enviarme al hospital. Sabia que si no tenia una buena respuesta en el proximo ensayo, estaria fuera del grupo. A los 25 anos, pense que mi vida seria diferente, pero lo que tengo me hace feliz. Fui a una universidad que hoy ya no me sirve, muy tarde, me junte a la Compania de Ballet de California. Por eso, siempre estare en el cuerpo de baile y nunca sere la Prima ballerina, la principal del espectaculo. Nunca me desanime, incluso cuando tuve que tomar un segundo trabajo para poder pagar las deudas. Como fui un supuesto “milagro” de una pareja de mediana edad, perdi a mi padre en la infancia y a mi madre poco despues de graduarme de la escuela. A los dieciocho anos, tenia mi propia casa como herencia y un futuro lleno de dudas. Estaba confundida y sola, y, en ese momento, decidi hacer cargo del legado de mi madre. Estudie finanzas como ella, trabaje con ahorros tarifarios y fui inmensamente infeliz. Me estaba enterrando en algo que no queria y necesitaba parar. Vivi en Pennsylvania, cuando fui a Wharton con una beca completa, y obtuve un trabajo en Philadelphia. Tarde un ano antes de rendirme y volver a California. Siempre baile, entrene el ballet en todos los lugares donde vivi. A mama y a papa les encantaba verme bailar y muchos de mis maestros dijeron que podian hacer carrera. Me respondieron que necesitaba una forma segura de mantenerme, y fue con ese pensamiento que me rendi a las finanzas. La seguridad se fue por la ventana cuando me puse en llanto en el trabajo. Queria ir a casa, queria bailar. Entonces, a los veinticuatro anos, y a pesar de ser demasiado mayor para las otras candidatas, hice una audicion para el Ballet de California y fui aprobada. Yo vivia agotada. Ensayaba muchas horas y trabajaba en mi otro empleo en los intervalos. He trabajado duro, mi comida era escasa, y el dolor y el cansancio hacian parte en mi rutina. Baje de peso, sentia como si cualquier viento fuera derrumbarme. Cuando me desmaye, pense que el problema era el cansancio, pero Rubens no queria dejarlo pasar. No que fuera buena onda o un amigo, no estaba preocupado por mi salud. Pero yo era parte del cuerpo de baile, y una persona menos era un problema para la compania. Cuando los examenes de emergencia fueron preocupantes, me enviaron a un especialista. No entendia bien las palabras o por que estaba con un neurologo, pero fui advertida de que necesitaba uno, urgente. Asi es como termine sentada frente al Dr. Roberts. – ?Un tumor? – Si… Es lo que muestran los examenes. Por eso hiciste tantos en un mismo dia. Querian estar seguros de eso. – Pero… Si no siento nada… – Desmayaste. Ademas, estas cansada, bajaste de peso… – Bueno… – La buena noticia es que el tumor no se parece a uno agresivo, y esta en una fase muy primaria, porque no tuviste ningun cancer que causara metastasis- Dijo, interrumpiendome y mostrandome una imagen- El tamano es constante y no tuviste ningun otro sintoma de los que he enumerado, por lo que la llevaron a la emergencia. En la resonancia, es posible ver que el tumor es un astrocitoma, el afecta lo que llamamos glia. Es lo que apoya a las neuronas. – ?Lo que estas diciendo es que mi sistema nervioso esta mal? ?Que estoy muriendo? Estaba visiblemente nerviosa, no podia dejar de mover las piernas, intentando prestar atencion. No entendia la mitad de lo que el doctor me decia, pero sabia que aquello era una sentencia de muerte. Debe ser horrible tener un empleo como ese, decir a la gente que se estan muriendo. Crei que me iba decir que necesitaba unas gafas, o unas tantas vitaminas, pero jamas que tenia un tumor. <>

  • La piedra de siete ojos (Misterio y leyendas 1) de Miriam Conde

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  • Un ligero parecido puede llevar a confusion de A. R. Cid

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    Si alguien me dijera donde me encontraria hoy pensaria que mentia. Ahora no reconozco a la mujer que me devuelve la mirada desde el reflejo del espejo y lo mas sorprendente es que me encanta. Al fin encontre la mejor version de mi misma. Sencillamente, soy feliz. Crei que necesitaria muchas cosas, no es cierto. Aun no habian dado las siete y ya estaba en pie. ?Madrugar yo? !Jamas si se podia evitar! Pero... El tiene que trabajar y no puedo dejarlo marchar, asi como asi, me dije instantes antes, mientras saltaba de la cama sin hacer mucho ruido y con una sonrisa de oreja a oreja. ?Cuales son mis planes? Ni idea, ya se me iran ocurriendo por el camino y es que, quien me diga que el sexo no es adictivo miente. Desde que coloque mis manos sobre su cuerpo escultural y, puede que, con un ciento de chupetones involuntarios, lo marque como mio, siempre necesito mas. (Me he borrado del gimnasio, ahi lo dejo). El, como todas las mananas entro en el bano sin echar el cerrojo. El agua caera con fuerza en segundos y esa sera la senal, no quiero ser descubierta. Su cuerpo desnudo... no es que sea perfecto, tiene alguna que otra cicatriz y lunar, sin embargo, pasar las unas por unos abdominales que, sin ser excesivos, continuan con firmeza hasta llegar a su entrepierna es una de mis actividades favoritas. Entro con sigilo. Cual pantera me coloco al lado del espejo y disfruto de mi reflejo mientras dejo al descubierto el cuerpo que me ha tocado. Me gusta, me siento sexy y poderosa porque se que cuando el me descubra me observara con aquel brillo oscuro capaz de hacerme jadear antes de rozarme siquiera. Tiene esa capacidad y, para que negarlo, la ha tenido desde el mismo instante en el que... !Mierda! !Casi me descubro! Por ahora no voy a deciros quien soy o quien ha conseguido atrapar al hombre que saciara sus instintos animales durante decadas. Me coloco de lado y suelto mi melena. Me encanta que casi roce mis caderas y los bucles tan hermosos que forman al descender en cascada. Abro la puerta de la ducha y me percato de que ya ha percibido mi presencia. Su silencio es la antesala de una ataque sucio, caliente y muy humedo. Entre aquella cascada que desciende por su cabeza se ocultan pensamientos pecaminosos dirigidos solo a mi, por primera vez creo esas palabras que todo macho que intente ligar suelta "No podria mirar a otra mujer, ninguna es como tu". Pero el no me lo ha dicho, me lo ha demostrado a cada segundo. Nada mas adelantar el pie derecho sus brazos me envuelven y atrapan. Es un buen cazador y yo deseo ronronear ante la idea de ser torturada por sus labios, sin embargo, y por motivos que no voy a desvelar en esta ocasion quiero ser yo la que lo torture, la que lo acerque al precipicio, una y otra vez, sin permitirle culminar. Y es que la tortura y el placer pueden llevarse muy bien, convertirse en amigos que vuelve locos a cualquiera. --?Que haces? --me pregunta cuando, sin previo aviso, me escurro entre sus dedos y acabo arrodillada ante alguien que me saluda con alegria. ?Esta nervioso? Es posible, siempre le ha costado dejar en mis manos el control, aunque tampoco consigue decirme que no. --?Tu que crees? --devolvi yo. En mi cara mis intenciones al descubierto. --No tienes por que hacerlo --jadea el, cogiendo aire con fuerza cuando soplo sobre su amiguito. Parece que la ansiedad, el miedo, la emocion y la impaciencia juegan en el interior de su mente sin dejar que se decida. Lo quiere, ambos lo sabemos. --?Y si quisiera? Tu sabor tiene algo capaz de encenderme y... --Me mordi en labio inferior con intencion. Mi sonrisa se ensancho--. Tengo un antojo... --Puse morritos--. Solo recordar la primera vez que... Mmm... --Deja que sea yo quien te complazca. No me gusta que te esfuerces --trato de argumentar el. No se lo permiti. Atrape a su amiguito entre mis labios y me movi con suavidad. Juro que no hice nada mas, sin embargo, tuvo que agarrarse a las paredes para no caer. Perdio las fuerzas. --?Estas bien? --Trate de sonar preocupada. Se me escapo una risilla y jodi todas mis intenciones. --Mala. --Lo se. ?No te encanta? --Y yo temble al sentir sus dedos agarrando mis cabellos en un puno. No hizo nada, el jamas me moveria contra mis deseos, no pidio nada. Solo me aferro con fuerza, sin danarme, pero mostrandome que era suya. (Aunque lo intente no puedo explicarlo mejor). --Me las pagaras. --Cuando quieras, capullin. Y volvi a su prepucio. La piel tan suave, tan duro, tan perfecto. Su sabor, su postura tensa mientras contenia los jadeos. ?Quien podia jurar que era yo la que se sometia a su placer cuando todo el control me pertenecia? Sus pensamientos y deseos tenian un nombre, el mio. Me movi con rapidez y constancia, al principio. ?Suena un poco guarrete decir que tambien probe a sus gemelos? El pobre olvido como se respiraba, creo que se atraganto. El problema es que lo que crei que serian horas se transformaron en minutos. Lo vi venir, lo esperaba, no obstante... Dire que tengo una excusa para lo que ocurrio a continuacion. Y volviendo a lo que seguro que os tiene intrigadas. ?Que ocurre cuando un hombre toca el cielo? Que lo demuestra en forma de pequenos escupitajos, llenos de nadadores, que salen a presion en busca de un final que no iban a encontrar en las paredes del bano. Ahora me direis, ?y que tiene eso de malo? Malo, malo... nada. Yo contaba con tres impulsos, me llamareis obsesiva, pero despues de meses de sexo crei que con el siempre eran tres, con tan mala suerte que hubo uno mas y en mi anhelo de ponerme en pie me dio en un ojo. No soy vengativa, ?vale? Tampoco es que fuera algo malo lo que, mi cuerpo sin tener en cuenta a mi cerebro, respondio. En algun breve instante mi cuerpo lo vio como una ofensa y, momentaneamente ciega, mi respuesta mas logica fue devolverle el favor. ?Conclusion? Puede que, en el cuarto impulso de mi prometido, tras un impacto no esperado en lo que consideraba mi ojo derecho y sin ningun tipo de maldad en mente, yo le escupiera la polla. Bueno, puede que lo hiciera dos veces. Para mi abogado comentare que estoy embarazada de dos meses y las hormonas me tienen loca. Para mi hermana... !Casi me descubro de nuevo! !Ay el amor, que punetero es! Capitulo 1 Y solo cuando la noche cae, cuando la luna decide timidamente ensenar la nariz, puedo ser realmente yo. Aquella luz plateada llena mi cuerpo de energia, de magia, y me permite volar sin preocuparme de las consecuencias. Poco importa lo que opinen los demas, solo estamos mis deseos y yo. El espejo confirma la sensacion que se ha atrincherado en mi pecho, estoy hermosa. ?La felicidad difumina los defectos? Es posible, al menos mis ojos castanos brillan con fuerza mientras termino de pintarme los labios. Soy yo, pero no la yo que por el dia estudia y trata de sacar adelante su carrera de fisica. Soy aquella que quiere bailar hasta que los musculos le duelan, aquella que quiere sentir las miradas sobre su cuerpo, el deseo de aquellos que la rodean y saben que jamas podran alcanzarla. Quizas, tal vez esta noche encuentra a alguien que cumpla MIS requisitos, tal vez... ?Y si es asi? Me pregunte mordiendome el indice y con una sonrisa depredadora en mi rostro. Melanie me espera fuera. Sarah no deja de bufar desde el sofa, no ha habido forma de convencerla. No puedo creer que nos parezcamos tan poquito... --?Y bien? ?Que os parece el resultado? --pregunte saliendo triunfal de mi dormitorio. Las luces del salon no eran las mejores para resaltar mis atributos, pero la sonrisa de Melanie me dio la respuesta--. ?Y esta? ?Sigue de morros? --anadi, sentandome al lado de Sarah sin llegar a mirarla. --!A mi no me metais! --respondio Melanie levantando las manos en senal de paz, aunque la risita no consiguio ocultarla. --Deberias soltarte la melena. --Me gire hacia Sarah y atrape uno de sus mechones al vuelo --. !Oh! !Venga ya! No te pongas de morros. ?De verdad esperas que el protagonista de alguno de estos tostones romanticos salga de la pantalla y decida llevarte al fin del mundo? !Despierta! Si quieres un tio sal y buscalo. --Para follar no necesito a nadie --solto con rotundidad. Si nuestra madre pudiera escucharla... la nina buena tenia la lengua afilada--. Lo que necesito no se encuentra en los antros que tanto te gustan. --Me encogi de hombros y decidi que era una noche muy hermosa para desperdiciarla en la eterna discusion. Tacones bajos para poder soportar el pasar de las horas y mucha energia. Lo demostre levantandome de un salto y haciendo una ligera inclinacion en direccion a Melanie. --Estas loca --dijo Melanie aceptando la oferta. --?Que tiene de divertido ser una persona recatada y cuerda? --Acerque mi rostro al suyo y, con un tono mucho mas bajo y sensual anadi--. Dejame llevarte al infierno y hacerte sudar... --Algun dia pensaran algo raro --contesto Melanie, sin llegar a alejarse. Las dos estallamos en carcajadas mientras, agarradas del brazo, nuestros tacones repiquetearon en el parque rumbo a la salida. --!Aqui no traigas a tu ligue que luego me toca a mi echarlos! --grito Sarah, digamos que no la escuche por culpa del portazo--. !Como lo hagas lo largo en pelotas! --Vale, ahi no pude evitar responder. --!Sarita, no me digas eso o te traigo a dos! --aunque bien pensado eso podia dar demasiado trabajo... Dicen que salir de fiesta es ir a beber y hacer locuras, yo, en cambio, disfrutaba sintiendo la musica en las articulaciones, en los musculos. Cuando entrabamos en cualquier antro Melanie se dirigia a la barra y yo a la tarima. Queria ser el centro sin ver a nadie, cerrar los ojos y dejar que aquellas notas me llevasen a mecer las caderas, convirtiendo mi cuerpo en caliente gelatina capaz de llevarme al limite. El placer no solo es un beso, una caricia, un polvo. Placer puede ser aquella tension saliendo de mi cuerpo cuando me dejaba llevar por una cancion que colapsaba mis neuronas y acallaba la voz que gritaba en el interior de mi mente. Las responsabilidades se difuminaban en la oscuridad, resaltada por luces estroboscopicas que nos daba sensacion de intimidad, aunque podia haber decenas de ojos sobre nuestras pieles. Yo era una amazona, no la que caminaba por el dia y sonreia controlando, en cierta manera, mis respuestas. Yo era la que podia pasar las unas por el pecho de un hombre, que claramente me deseaba, con la mirada incendiada sin ninguna intencion de ir mas alla. Era la que pasaba los ojos sobre aquellos que podrian, o no, interesarme olvidandome a los dos segundos de todos ellos si la musica me gustaba.

  • Amor contracorriente de Annabeth Berkley

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    La joven lady Allyson Connelly se miraba en el espejo con cierta inseguridad. Estaba en el salon de la modista a la que solian acudir al inicio de cada temporada. Podria decirse que le gustaba lo que veia. Su cabello rubio perfectamente recogido, el precioso vestido celeste que resaltaba el azul de sus ojos, los bonitos y comodos botines que le permitirian bailar toda la noche... Estaba satisfecha del resultado, sin embargo... sentia que le faltaba el aire. Madame Leonard, la solicitada modista francesa a la que la mayoria de la nobleza de Londres encargaba sus vestidos desde que se habia instalado alli hacia unos anos, la miraba extranada con varios alfileres sujetos entre sus finos labios. Era alta, delgada y su demostrada experiencia y los altos precios que cobraba daban la razon a la soberbia con la que se conducia. Miro la estrecha cintura de la joven. Estaba segura de que el corpino no estaba tan apretado como para no dejarle respirar, asi que no le presto mayor atencion. Allyson sintio como sus mejillas perdian el color y un sudor frio le recorria el cuerpo. Intento distraerse mirando a su alrededor. Las paredes forradas con papel en tonos claros, las lujosas telas de diferentes colores sobre una mesa alargada, varios espejos diseminados por la habitacion, estanterias con diferentes tocados que sobresalian de sus cajas, cajones a medio cerrar con vistosas plumas, abalorios y delicados encajes... --Crei que ya tenia pretendiente --comento Madame Leonard mientras se alejaba para dar el visto bueno a su diseno desde la distancia. --Y lo tiene --afirmo altiva y satisfecha lady Josephine Connelly, la elegante matriarca de la familia--. Esta temporada, Christine causara la misma sensacion que su hermana en la anterior. No tengo duda de ello. Josephine miraba a su hija mayor con el ceno fruncido, molesta porque aun no hubieran fijado la fecha de la boda. Si la modista sabia que tenia pretendiente, pero aun no se habia casado, lo sabria, sin duda, el resto de la alta sociedad. No comprendia el porque de su reticencia cuando el conde de Nokfolk era tan buen partido para cualquier joven casadera. --El delicado vestido de color petalo que han escogido, sin duda, hara que encuentre pretendiente tan rapido como su hermana --comento la modista sonriendo friamente a la joven morena de ojos azules a la que acababa de quitarle el elegante y decoroso vestido encargado para la fiesta. Allyson miro a Christine, su hermana un ano menor, que la miraba con los ojos brillantes, emocionada por su inminente presentacion en sociedad. Sin duda, estaria preciosa y mas que preparada para encontrar esposo. La mas pequena, Laura, rubia como ella y de ojos verdes, estaba sentada indiferente junto a su madre. Ella aun tendria que esperar un ano mas para su presentacion en sociedad, y no parecia que tuviera mucho interes al respecto. Allyson volvio a mirarse en el espejo. A ella se le acababa el tiempo. La falta de aire era cada vez mas acuciante. El conde de Nokfolk, el afortunado pretendiente al que sus padres habian aprobado, ademas de pertenecer a su clase social y ser correcto y educado, habia sido muy paciente con sus caprichos de retrasar la boda entre ambos. Ese ano la acompanaria en los bailes para confirmar la union matrimonial que todos esperaban que se fuera a producir en breve. Era un buen hombre y seria un buen marido, se dijo tratando de convencerse. --Allyson, por Dios, ?que te ocurre? --le pregunto alarmada su madre, notando su palidez y angustia, cada vez mas visible. Allyson cogio aire y lo solto con rapidez varias veces mientras se doblaba sobre sus rodillas. Christine y Laura fueron preocupadas hasta ella. Madame Leonard se acerco agitando un abanico de color crudo con su mano. Solo Josephine la miraba seria, levantado una ceja con frialdad. --Se... me pasara pronto.... --les tranquilizo Allyson con un hilo de voz mientras la modista le soltaba los lazos del vestido para quitarselo. --No creo que sea necesario arreglarlo --les comento Madame Leonard con firmeza--. Quiza la joven esta nerviosa. Josephine apreto los labios con fuerza, mirando cenuda a la mayor de sus hijas. --Probablemente --murmuro entre dientes. Allyson miro de reojo a su madre antes de desaparecer tras la cortina que servia de biombo para vestirse con su ropa de paseo. --Al ano que viene me tocara a mi ponerme otro de estos vestidos --comento la joven Laura pasando la mano por el vestido que Christine iba a llevar. Christine asintio, mirando risuena su bonito vestido. Sabia que todos la compararian con su bonita hermana mayor, pero afortunadamente ella no seria rival puesto que a su boda con el conde solo le faltaba establecer la fecha. Josephine no se movio de donde estaba hasta que no vio salir a Allyson vestida con su traje de paseo de colores crudos y visiblemente mas recuperada. Christine y Laura fueron hasta ella preocupadas. Allyson les sonrio evitando la mirada de su madre. --Muy bien, Madame Leonard --le comento Josephine a la modista mientras se dirigia a la puerta--. Espero que envie estos vestidos manana mismo, y el resto de los que le hemos encargado, en una semana. La mujer asintio satisfecha. Poco antes de empezar la temporada en Londres, recibia cientos de encargos que le permitian vivir muy holgadamente el resto del ano, cuando la alta sociedad solia retirarse a pasar la temporada de caza a sus segundas viviendas alejadas de la vida social de la ciudad. Justo antes de salir, se encontraron con lady Flanigan, una vieja conocida de la familia, que entraba con su hija, probablemente con la misma intencion con las que ellas habian ido. Era alta y ligeramente corpulenta, y llevaba un moderno sombrero sobre su cabello oscuro. Su hija, con el cabello un poco mas claro, parecia su joven reflejo. Las madres se saludaron con una afectuosa sonrisa. Las jovenes se miraron con curiosidad. No solian relacionarse entre ellas. --Supongo que nos veremos en la fiesta de lord Bondshire --comento lady Flanigan. Josephine asintio complacida. --Si, Helen, aunque tenia entendido que Josselyn ya habia encontrado pretendiente el ano pasado. La mujer sonrio asintiendo y manteniendo la mirada a su interlocutora. --Asi es, pero parece ser que tiene la misma prisa que Allyson por contraer matrimonio. Las dos jovenes aludidas se miraron y se sonrieron con amabilidad. Aunque recordaban haberse visto en alguna ocasion, apenas habian hablado entre ellas. Josephine miro al cielo, como si pidiera la paciencia que necesitaba para la incomodidad que le producia la situacion de su hija mayor. --Este ano debuta Christine. Ya lo tenemos todo preparado, y estamos seguras de que todo ira... mejor. Helen asintio con una sonrisa educada. --Te deseo la mejor de las suertes, Christine --miro a la ilusionada joven--. Mucho gusto en saludarlas. Josephine y sus hijas volvieron al carruaje que les estaba esperando al otro lado de la calle. Allyson se distrajo mirando a su alrededor. Las calles de la ciudad eran amplias y estaban limpias. Habia varias personas paseando distraidas. Todo le parecia que estuviera dentro de la normalidad a la que estaba acostumbrada... y de la que habia empezado a dudar. --Allyson, ?por que te detienes? Allyson miro a su madre sonrojada. Bajo la cabeza y fue hacia el carruaje justo cuando otro carruaje similar paro frente al de ellas. Un joven apuesto de cabello castano y ojos del mismo color bajo de el para saludarlas. --Lady Connelly, Christine, Laura, Allyson. Todas sonrieron y devolvieron el saludo al prometido de Allyson. --Es un placer haberlas encontrado. Ahora iba a ver a su esposo --les explico mientras Allyson se acercaba a el. --Madre, ?puedo irme con Robert? --pregunto la joven tratando de aparentar indiferencia. --No es buena idea, Allyson. Cualquiera puede veros... --Aun no es mediodia, madre --insistio Allyson. --Voy a una de las fabricas --le explico Robert, el conde de Nokfolk, serio--. Nada me gustaria mas que compartir el tiempo contigo, Allyson, pero quiza no sea buena idea... Allyson fruncio el ceno mientras hacia un entrenado mohin con los labios que le dedico a Robert y a su madre. --Siempre os quejais de que no pasamos tiempo juntos... Josephine entrecerro los ojos mirando a su hija mayor con desconfianza. Allyson evito su mirada fijandola en su guapo pretendiente, que miraba a su madre esperando un permiso. --Puedo quedarme esperando en el carruaje... --insistio Allyson con dulzura. --Yo cuidare de ella, lady Connelly, y en cuanto termine la diligencia que me lleva hasta alli, la acompanare a casa. Josephine asintio con un gesto serio, visiblemente molesta con su hija mayor. Allyson se despidio de su madre y sus hermanas sin perder mas tiempo y dedico a Robert una bonita sonrisa mientras subia al elegante carruaje con asientos de terciopelo en color verde oscuro. El joven la siguio al interior, sentandose frente a ella. La miro detenidamente mientras golpeaba con su baston el techo para indicar al cochero que se pusiera en marcha. Pocas veces conseguian estar a solas. --No esperaba que quisieras venir conmigo --le comento Robert, con mucha calma, casi arrastrando las palabras. Allyson se encogio de hombros, sintiendose ligeramente incomoda con su tono de voz. Sentia su mirada condescendiente sobre ella, como si todavia la estuviera evaluando para saber si seria o no una buena esposa, o como si estuviera dispuesto a reganarla si no hacia lo que el consideraba correcto. --Apenas nos vemos... --le contesto ella, suponiendo que era logico que pasaran algun momento a solas. --Tu madre ya no esta. No tienes que fingir delante de mi --le indico serio mirandola a los ojos. --No estaba... --?A quien trataba de enganar? Quiza Robert habia empezado a conocerla--. Nunca he visto una fabrica --le respondio compartiendo la verdadera razon por la que habia querido acompanarle. --Ni tienes por que verla --le explico con cierta frialdad, manteniendole la mirada. Allyson lo miro por unos segundos. Habia creido que Robert apoyaria sus inquietudes o le permitiria dirigirse con mas libertad que la que tenia en casa de sus padres. Quiza fueran imaginaciones suyas, pero en determinadas ocasiones, el le hacia sentir insegura y no era nada agradable sentirse asi. --?Por que no? ?Que habria de malo? --le pregunto mirando hacia la ventana para disimular su decepcion. --Ese no es un sitio para una dama --insistio Robert mientras el carruaje iniciaba un incomodo traqueteo debido al desgastado suelo de las calles por las que habian empezado a transitar. --Oh, vamos... --Allyson le miro impaciente. --Ademas, has dicho que te quedarias en el carruaje. Allyson le miro seria. Cierta tension se palpaba en el ambiente. Ella sabia que no debia llevarle la contraria, que debia mostrarse sonriente y sumisa, pero cada vez le costaba mas comportarse asi con el. --Allyson... --le recrimino molesto--. No se que esperas encontrar alli, pero no es como te lo imaginas. Las fabricas... --entorno los ojos con una mueca--. ?Que has estado leyendo? Allyson se sonrojo, pero no le respondio. Se limito a mirar por la ventana, dandose cuenta de que habian dejado muy atras el centro londinense. --?Donde vamos exactamente? --A una parte del East End... barrios obreros... tu padre se encuentra en una de las fabricas --Allyson se asomo por la ventana sin ningun reparo--. Allyson, esto no es un viaje de placer. Vuelve dentro. Allyson lo miro molesta. --Nunca he estado en un barrio obrero. --Y no vas a estarlo --le respondio serio--. Te repito que no es sitio para una dama. Pasaremos por el barrio, pero no nos detendremos. Allyson le mantuvo la mirada, pero cedio separandose de la ventana. De nada iba a servir enfrentarse con el, ademas de que seria algo imperdonable por su parte. --?Por que no? --susurro a reganadientes. --Allyson, no hay nada que quieras ver, creeme. Allyson lo miro extranada y molesta. Ella queria asomarse por la ventana. Por eso habia ido con el. Era algo que no se podia quitar de la cabeza desde que habia leido a escondida los ultimos libros de Charles Dickens. Le costaba creer que la ciudad que el describia fuera donde ella residia. Robert decidio cambiar el rumbo de la conversacion. Tenia claro que discutir con Allyson no llevaba a nada, ademas de que no tenia por que hacerlo. Sin duda seria una esposa perfecta cuando se acostumbrara a su verdadera posicion como condesa. La acaricio con la mirada. Era preciosa, quiza demasiado transparente en sus expresiones. --Crei que querias estar conmigo... a solas. Allyson se sonrojo consciente de la intimidad del momento. Estiro su espalda pegandose aun mas al asiento en el que estaba, como si pudiera poner mas distancia entre ellos. --Si, claro... --le respondio visiblemente incomoda mientras el carruaje se movia de manera mas abrupta al dejar totalmente atras las cuidadas calles de la ciudad. Miro a Robert. Era un buen hombre, guapo, distinguido, educado. Estaba casi convencida de que seria un buen esposo, pero no sabia por que le estaba costando tanto fijar una fecha para su boda. Sabia que era lo que un marido podia exigir a su esposa. La habian educado para ello. Estaba dispuesta a ser una esposa sumisa y obediente, aunque solo pensarlo le causaba cierta ansiedad. Los pocos y robados besos que el le habia dado en contadas ocasiones no la conmovian lo mas minimo ni mucho menos le interesaba repetirlos. Su madre le habia explicado, sin muchos detalles, lo que pasaba en la intimidad del dormitorio entre un hombre y una mujer, y no tenia ningun interes en experimentar el molesto momento. Lo peor era saber que no habia manera de evitarlo. Desvio su mirada sonrojandose ante sus pensamientos. Parecia que entraba un olor fuerte y desagradable por la ventana y Allyson saco un panuelo del pequeno bolsito que llevaba colgado de la muneca y se lo llevo a la nariz. Robert la seguia mirando detenidamente. --Allyson... ?buscabas estar a solas conmigo? Allyson lo miro ruborizada. Cierto desasosiego la invadio ?Por que insistia? Los ojos de Robert habian empezado a brillar. Realmente estaban los dos a solas. ?Lo veria como una oportunidad de acercarse a ella y besarla? No le apetecia en absoluto. --No digas esas cosas, Robert. Soy una mujer decente. Robert sonrio con arrogancia. Por fin parecia que Allyson se habia dado cuenta de que estaba en sus manos, de que dependia de el. --No dudo de que lo seas... --?Donde estamos? --le interrumpio con curiosidad acercandose a la ventana al ver que pasaban junto a unos edificios que no conocia. Robert le impidio que lo hiciera sujetandola por el brazo. --Allyson, no tienes por que ver esto. Se mantuvieron la mirada por unos segundos. La tension entre ambos fue mas que visible y parecia que ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. Robert se incorporo ligeramente sobre ella. Allyson se rindio. Lo tenia demasiado cerca. Bajo la mirada, sumisa y volvio a apoyarse en su asiento. --Si no querias estar conmigo a solas, ?Que pretendias con este viaje? --No lo se. Pense que podria ver a mi padre... --?Ahora? ?Tienes algo urgente que decirle? Una fabrica no es lugar para una mujer de tu clase. Te ruego que no bajes del carruaje cuando lleguemos. Puede ser peligroso. Allyson lo miro con cierta desconfianza. Sus palabras parecian sinceras y su tono de voz amenazador. --?Peligroso? ?Y por que mi padre viene todos los dias? ?Por que vienes tu? --Peligroso para una mujer como tu, querida --le respondio protector sin dejar de mirarla. Allyson asintio antes de girar la cabeza hacia la ventana. Estaba deseando ver lo que habia en las calles. Siempre habia vivido protegida, entre sedas y algodones, pero ultimamente tenia muchas dudas acerca de si su vida era real o era un espejismo en el que solo unos cuantos afortunados podian vivir. Robert se sento de repente a su lado buscando su contacto. Allyson se sobresalto y con rapidez se levanto de su asiento para ocupar el que el habia dejado libre. --!Robert, por favor! Robert hizo una mueca de autosuficiencia.

  • Los angeles feroces de Jose Ovejero

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    “Estas entrando en un mundo como el tuyo. Habra algunas cosas que te extranen, pero es posible que se deba no a que son nuevas, sino a que te has acostumbrado tanto a ellas que ya no las ves.” Es un mundo que parece a punto de desmoronarse, como el tuyo. Y en el tiene que sobrevivir Alegria, una joven cuya sangre es particularmente valiosa, porque ni enferma ni envejece. De ello se ha dado cuenta Castor, un politico en horas bajas que sabe que tiene que ofrecer algo nuevo, algo con lo que volver a ilusionar a sus votantes. Pero tambien el Loco ha descubierto que la sangre de Alegria es especial; y le ha prometido a la Santa Muerte, de la que es adorador, que va a acabar con esa sacrilega que podria vivir para siempre.

  • Rendicion (Premio Alfaguara de novela 2017), Ray Loriga de Ray Loriga

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  • Frio y calor (Los secretos de Boira no 2), Gina Peral de Gina Peral

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  • Hora de despertar de Mano Book

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    “!Expulsa a esta mujer! !Arrojala al mar!”.
    Sin reconocer la verdadera identidad de Debbie Nian, Carlos Huo la ignoro por completo.
    “Senor Huo, ella es tu esposa”, le recordo el secretario de Carlos. Al escuchar eso, el lo miro con frialdad y se quejo: “?por que no me lo dijiste antes?”.
    A partir de entonces, Carlos la empieza a valorar y mimar. Sin embargo, nadie se imaginaria que terminarian en un divorcio.

  • Normas de jefes (Los jefes 8) de Victoria Quinn

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    Tengo trapos sucios.

  • Trilogia completa El escoces errante de Sophie West

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    !Las trilogia completa en un solo volumen!
    Tres novelas que narran tres historias de amor y pasion en una Escocia magica y oscura, cuando los antiguos dioses todavia no habian desaparecido de la faz de la Tierra, y los demonios eran combatidos por valientes guerreros.
    Tres historias con un nexo en comun, Kenneth Allaban, un soldado mercenario y vagabundo que alquila su espada al mejor postor.
    Kenneth viaja de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, ofreciendo sus servicios a quien pueda pagarlos, sin importarle si son de noble cuna o simples vasallos. En sus correrias seduce y es seducido, ahogando el dolor que lo esta consumiendo en el sexo, el alcohol y las peleas. Pero la unica verdad es que despues de cinco anos aun no ha podido olvidar a Seelie, su unico y verdadero amor, que murio en sus brazos, y de cuya muerte se culpa.
    ?Quieres conocer su historia, la de Blake y Maisi, y la de Gavin y Rosslyn?

  • Trilogia Completa. Somos (Mi tarea pendiente) de Marta Lobo

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    Mi nombre es Mariola Santamaria y hace muchos anos llegue a Nueva York con una gran maleta llena de suenos e ilusiones.
    Pero una serie de acontecimientos hicieron que mi vida se convirtiese en un caos de la noche a la manana.

  • Quedate en Mi Vida de Maria Ferrer Payeras

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    Los pasos que damos nos llevan a veces a una vida que no habiamos imaginado…

  • Inocente Obsesion de Agnes Diaz

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    La piscina tenia este color azul cristal brillante burlandose de mi desde la distancia. Parecia atractivo, pero no habia manera de que arruinara mi nuevo peinado. Fue vanidoso haber invertido en mi apariencia. Solo tenia que estar en la primera fila de la moda para que otros hicieran lo mismo. La finca era inmensa y el personal atendia todos mis caprichos sin dudar ni un segundo. Las cosas mas finas estaban justo dentro de mis manos bien cuidadas y encontrar consuelo en el fondo de una copa de champan se habia convertido en una segunda naturaleza. Levante una copa helada al tacto y brinde por mi madre en el aniversario de su muerte. Perder a mi madre en un accidente de transito donde el conductor se dio a la fuga cambio todo en un abrir y cerrar de ojos. Eso fue hace cinco anos y mi padre se niega a siquiera mencionarlo. Estaba sola con mi fuerte dolor sabiendo que ella no iba a estar alli durante mis anos de formacion. "Sabes que ella estaria orgullosa de ti. Estar en la lista para ir a Harvard es un gran logro. Estoy segura de que tu padre tenia algunas palabras para decirle a la junta directiva. Quien dijo que el nepotismo estaba mal no entendia lo importante que es tener personas en altos cargos”. Whitney era una bomba rubia y practicamente podia tener a cualquier hombre con un chasquido de dedos. El bikini blanco moldeado a su figura de reloj de arena y esos meses esculpiendo su cuerpo en el gimnasio habian resultado en una transformacion sorprendente. No era ajena a quemar esas calorias innecesarias, pero tenia 19 y sentia la urgencia de sucumbir a mis inclinaciones naturales. Odiaba despertarme y sentir el espacio frio y vacio en el otro lado de la cama. "Todavia no estoy completamente convencida de que ir a Harvard sea mi futuro. Preferiria seguir los pasos de mi madre e irme de mochilera por Europa durante un ano. Tengo la sensacion de que mi padre va a impedir que eso suceda". Estaba mirando el mundo a traves de mis gafas de sol Gucci sin saber mucho fuera de mi pequena burbuja de existencia. Whitney era mi mejor amiga, pero nunca supe si su lealtad fue comprada. Me enorgullecia ser el tipo de persona que seguia el ritmo de mi propio tambor. No me interesaba dejar que mi padre colgara la zanahoria de mi herencia frente a mis ojos. Dos anos mas y tendria acceso total a esos fondos para hacer lo que quisiera con ellos. El verano fue una buena oportunidad para reinventarme. Cortarme el pelo corto sorprendio a mi padre. Me converti en la viva imagen de mi madre cuando tenia mi edad solo para meterse debajo de su piel. El color se iba a poner de moda. El rubio platino era una tendencia creciente y la estaba trayendo de vuelta. Yo era lo que se consideraba una pionera de la moda y odiaba admitir cuanto placer me daba hacer titeres con las personas, incluidos hombres jovenes con una edad impresionante. Note que el jardinero me miraba y no prestaba atencion a su trabajo. Parecia mas interesado en lo que estaba haciendo mi padre. Nunca pense sobre eso. El era relativamente nuevo y no muy bueno en su trabajo. Ahora que lo pienso, habia muchas caras nuevas en el personal. Tendria que preguntarle a mi padre sobre eso. Dudo que obtenga una respuesta directa. El hombre podria ser un politico diciendome lo que queria escuchar y con una sonrisa plasmada en su rostro. "No me voy a sentar aqui y decirte que hacer cuando obviamente ya te has decidido. Lo que sea que hayas decidido, estare alli contigo en cada paso del camino". Yo queria creer en ella, pero tenia la sensacion de que mi padre estaba susurrando a su oido. "La unica persona con la que siempre puedo contar es contigo. Otros pueden pretender ser mis amigos para acercarse a la fortuna familiar, pero tu eres diferente”. Le eche una mirada y la vi moverse nerviosamente en el divan con la lengua rodeando el borde de su boca. No era estupida y tener dinero traia consigo las trampas de tener amigos que buscan beneficiarse economicamente. Ser generosa hasta el extremo tambien era mi defecto y senti que la mayoria de mis amigos de cierta edad no me darian la hora sin tener efectivo en mis bolsillos. Olvida el efectivo. Fue la tarjeta de credito negra platino la que hizo que todos vieran signos de dolar. "No necesito nada de esto para ser tu amiga. Espero que nunca olvides que siempre hemos estado alli la una para la otra en las buenas y en las malas. Los chicos van y vienen, pero nosotras tenemos este vinculo inquebrantable de hermandad", declaro Whitney y se zambullo en el agua con esta transicion perfecta desde el divan a la persuasion azul cristalina. Apenas hubo una onda y pude ver su forma estirandose al alcance de la piscina olimpica. La vida en Miami era la mejor con un grupo selecto que incluia artistas hambrientos que buscaban dejar su huella. Whitney no se moria por atencion y hablaba bastante sobre sus experiencias sexuales haciendo que muriera por la oportunidad de estar asi de cerca de intimar con un hombre. Habia muchos hombres compitiendo por mi afecto, mirandome como un medio para un fin. Era casi ridiculo lo facil que era manipularlos para que pensaran que iban a conseguir algo. Los hice comer de la palma de mi mano. Ninos pequenos que jugaban a ser hombres hacia que parecieran juveniles con una sola cosa en mente. No los culpaba por zumbar alrededor de su abeja y era bastante transparente cuando se trataba de hacer alarde de lo que mi mama me dio. "Hay una fiesta este fin de semana en casa de Peter mientras sus padres reavivan su romance yendo a una segunda luna de miel. El se ocupara de todo". Grito desde el otro lado de la piscina. Peter era un bebe de fondo fiduciario y no tuvo problemas para comprar las amistades de otros. "Podria pasar para hacer una aparicion, pero dudo que vaya a quedarme mucho tiempo. Encuentro sus intentos de acostarse conmigo agotadores. Puedo leer entre lineas y su lenguaje corporal dice mucho". Dije mientras bajaba mis gafas de sol para observar la delicada forma en que la se movia con la gracia de un tigre de Bengala. Nadie era inmune y ella se sentia empoderada para dejarlos con ganas de mas. Yo podia coquetear descaradamente, bailar provocativamente y batir mis pestanas muy bien. Lo unico que era aburrido era la charla ociosa. No era una cabeza hueca y mi intelecto estaba al nivel del de un genio. Estuve a la altura del estereotipo para aprender sobre la motivacion de un hombre. Colgarse de cada una de sus palabras los hacia sentir importantes y era necesario mostrar un poco de piel para llamar su atencion. Los vestidos de corte bajo muestran mis mejores activos, rivalizando con algunas de las que tuvieron que pasar por el cuchillo para obtener lo que yo tenia natural. Ser una doble amenaza tenia a la mayoria de los hombres reacios a acercarse. Los unicos valientes eran bastante predecibles. Mi actitud podria ser irritante y me llamaron calientapollas demasiadas veces para contarlo. No era lo que considerarias intimidante con apenas 5’5 y 125 libras, pero sabia como usar lo que tenia como mi mejor ventaja. Escandalosa y bastante osada era la eleccion de mi ropa para el disgusto de mi padre. No siempre estuvo cerca para vigilar mis acciones. "No queria decir esto, pero quizas necesites escucharlo. Se que estas esperando al hombre perfecto, pero no existe. Quitate la bandita y hazlo rapido. Confia en mi, me lo agradeceras y realmente no tienes idea de lo que te estas perdiendo. Acaba de una vez con eso". Imploro y me senti un poco emboscada, aunque sabia que su corazon estaba en el lugar correcto. Estaba goteando despues de dar vueltas alrededor de la piscina y me cansaba solo de mirarla. Esta mujer tenia un fisico atletico donde yo estaba mas tonificada en todos los lugares correctos. Lo unico que no queria era ser esclava de mi cuerpo, a diferencia de otras personas. Ella se esforzo por la aceptacion y yo estaba justo alli para pavimentar el camino abriendo las puertas correctas y presentando a las personas correctas. Mire hacia atras para ver a mi padre parado con su telefono cerca de la oreja haciendo negocios como siempre. Iba vestido impecablemente con un traje oscuro y una corbata roja. Whitney habia expresado un interes sexual e incluso habia bromeado acerca de ser mi madrastra, lo que resulto en un acalorado debate. Prometio mantener la distancia, y mi padre no estaba siendo muy sutil acerca de sus intenciones. Nunca actuaria de acuerdo con esas tendencias. Mi bikini negro de dos piezas dejaba poco a la imaginacion. Yo, en broma, salude con la mano en su direccion cuando me di cuenta que no estaba solo. Alguien estaba con el y el estaba bastante lejos de querer estar por encima de mi padre. Fue realmente refrescante ver a un hombre fuerte y silencioso que no queria ser el centro de atencion. “Usted tiene un argumento convincente”. Lo mire con la mano cubriendome la cara del resplandor del sol para ver su buen aspecto cincelado y lo que ese cuerpo podia hacerme debajo de las sabanas. Lo que pude distinguir fueron sus ojos azul oscuro y el tipo de cuerpo que no sacaria de la cama por nada. Suspire profundamente con mi pecho arqueado, obviamente excitada por como mis pezones se asomaban obscenamente a traves de la tela de mi bikini negro. Lo sensato era ignorar la chispa, pero queria desesperadamente encenderla en llamas. Desde mi punto de vista, era facil discernir que el hombre tenia clase y sofisticacion. Estaba molesto y me di cuenta de que mi padre lo estaba irritando al recibir llamadas telefonicas cuando su negocio deberia haber sido lo primero. Se sabia que mi padre tenia en mente el todopoderoso dolar y, a veces, olvidaba a aquellos que querian beneficiarse de su vasto conocimiento sobre inversiones. Whitney se habia quedado dormida boca abajo con la cabeza hacia un lado y las tiras del bikini sueltas, lo que resulto en un bronceado uniforme. Yo estaba agradecida por las tiras apenas mucho mas que un segundo pensamiento metido entre sus duras nalgas. Casualmente di unos pasos hacia el balcon con dos copas de champan. Levante una de las copas y se la ofreci al desconocido con la oscura y ardiente apariencia de un fantasma al acecho. Estaba delicioso y podria haber pasado un fin de semana conociendo su cuerpo desde la parte superior de su cabeza hasta sus delicados dedos de los pies haciendo paradas en el medio. El rechazo mi oferta con un ademan despectivo sin darse cuenta de cuan poderosamente motivador era ser rechazada inmediatamente. No habia forma de que pudiera dejarlo tener el poder. Probablemente estaba preocupado por mi padre. Su miedo era sutil, pero bastante evidente por la forma en que tiraba del cuello de su camisa blanca almidonada sin corbata. Hice mi mision personal conocerlo. Su nombre sonaria como terciopelo saliendo de la punta de mi lengua cuando estuviera gritando a todo pulmon. Me lami los labios. Lo hice lentamente antes de chupar la punta de mi dedo menique con esta inocencia para flexionar cierta parte de su anatomia en respuesta dentro de esos ajustados pantalones negros. Estaba a 20 pies de altura y pude verlo moverse nerviosamente con sus ojos enfocados en mis senos amenazando con reventar el paquete. Me senalo con un movimiento de castigo, agitando su dedo de un lado a otro. Ese era el llamado de la naturaleza y el me habia desafiado a cruzar la linea en la arena. Saco su telefono y me di vuelta con una ligera curva para dejarle ver que su imaginacion sacaba lo mejor de el. Hubo un jadeo y me gire a tiempo para verlo perder el control sobre su telefono. Lo ataje en el aire antes de que pudiera convertirse en un millon de pedazos. Lo agite como una especie de trofeo y tuve el rompehielos perfecto para presentarme. M Capitulo dos i padre estaba en negociaciones silenciosas y no se daba cuenta de que yo estaba jugando el juego peligroso de mantener alejado a su nuevo socio comercial. El intentaba en vano recuperar su telefono de mi posesion. Cada vez que se movia de cierta manera, me aseguraba de que sus dedos rozaran mi carne nubil con esta hambre expresada en sus ojos. De hecho, me rei en voz baja mientras me perseguia por la casa. El personal estaba preocupado y no habia nadie cerca. "No se que tipo de juego estas jugando, pero no estoy interesado. Eres lo suficientemente joven como para ser mi hija. Solo devuelveme el maldito telefono. No estoy jugando”. Su tono serio me hizo detenerme en seco por su autoridad. Avanzo y se cernio sobre mi con 6 pies de dominio y mas de 200 libras de musculos divinos. El hombre estaba haciendo todo lo posible para hacer lo correcto. Un vistazo fugaz de su virilidad confirmo mi sospecha. El podria haber estado protestando y haciendo un buen trabajo, pero debajo habia una tormenta furiosa que suplicaba salir. Me encanto como estaba jugando duro y yo estaba dispuesta a trabajar para hacerle ver que podia ser una conquista potencial. "No tienes que estar nervioso a mi alrededor. Dame una oportunidad y te sorprenderas gratamente". Vi una tarjeta de visita con su nombre impreso en la superficie en cursiva y en relieve. Byron August era un nombre lleno de seduccion. En mi mente, estaba esperando asegurar su lugar a los pies de mi cama mirando mi cuerpo desnudo listo para sucumbir. Al morder mi labio inferior lo hacia respirar un poco mas profundo. Trazar mi escote con el cubo de hielo de mi copa de champan lo hizo parpadear sin cesar. Las gotas de agua empaparon la tela de mi bikini. "Monica, tengo la sensacion de que tu padre no aprobaria que coquetees conmigo. Olvidemos que esto sucedio alguna vez. Estoy seguro de que te estas divirtiendo a mi costa. No esta bien jugar con mis emociones asi", Byron se atraganto con las palabras. Corria el riesgo de caer en mis brazos, pero se abstuvo de una lealtad equivocada hacia mi padre. "Eres un hombre grande y fuerte y puedes tomar tus propias decisiones. Creo que seriamos geniales juntos. ?En serio puedes pararte alli y decirme que no quieres nada de esto?" Pregunte mientras pasaba mis manos sobre mi cuerpo, prestando especial atencion a la hinchazon de mis senos. "Ni siquiera nos conocemos. Dire que tu padre esta muy orgulloso de tus logros y habla de ti a menudo con cualquiera que este dispuesto a escuchar. Esta es la primera vez que nos aventuramos juntos en una inversion comercial. No quiero hacer nada para arruinar lo que podria ser potencialmente lucrativo". Aconsejo y retrocedio unos pasos para evitar acercarse demasiado al fuego a riesgo de quemarse. La nueva criada, creo que se llamaba Maria, salia de la oficina de mi padre. No era solo que ella no deberia estar alli, era la forma en la que estaba actuando. Creo que la sorprendi y me dio una sonrisa timida antes de dejar sus huellas por el pasillo. Parece que esto es tan raro para ella como para que este actuando de manera extrana. Volvi mi atencion a Byron y pense que iba a actuar. Lo pille por sorpresa al saltar a sus brazos en un momento de espontaneidad. Parecia completamente aturdido con sus brazos llenos de lujuria adolescente en su mejor momento. Perdio el equilibrio sobre la alfombra persa y cayo hasta que le di un ejemplo de un baile de regazo con las manos alrededor de su cuello. Frotarme contra el hizo que fuera mas facil evaluar lo que tenia en su poder. Fue desalentador y alimento mi libido con esta ansiosa necesidad de verlo. Lo inteligente era dejarlo aferrarse a una pizca de su dignidad. Mis pezones lo estaban empujando contra el pecho y su bandera masculina se habia desplegado dentro de sus pantalones. Moverme hacia adelante y hacia atras deslizaba los labios de mi sexo a lo largo de la cremallera de sus pantalones y del bulto que me daba hambre de consumir cada centimetro. "Tienes razon en una cosa. No nos conocemos, pero creo que podemos rectificar esta injusticia. Solo llevame arriba y haz lo que sea natural. No puedo prometer estar callada, puedo ser bastante vocal cuando estoy encendida”. Solo apretar contra el estaba enviando esas sensaciones de calidez y placer al fuego que ardia sin control entre mis piernas. Era un poco mortificante para el estar jugando duro para no sucumbir. Encontre un desafio para mi sexualidad y no me iba a rendir hasta que nos retorcieramos en las sabanas en un momento destinado a dejarnos sin aliento. Trate de besarlo, pero giro la cabeza en el ultimo segundo posible para que el intercambio fuera mas platonico que intimo. Me levanto de su regazo y me bajo suavemente al lujoso cuero negro. El hombre se rascaba el cuello y, pendiendo de un hilo, tomaria el riesgo ante la mas minima provocacion. Algunos dias apenas podia respirar cuando encontraba placer con la estimulacion manual, pero tenia esta graciosa sospecha de que todo lo que habia experimentado iba a palidecer en comparacion. Lo cierto era pelear conmigo, apenas habia comenzado una campana de seduccion. "Tu padre depende de mi y no puedo permitirme distracciones cuando hay millones de dolares en juego. Ser traviesa no te llevara a ninguna parte conmigo. Ni siquiera intentes poner mala cara. Mi hija me enseno todo lo que necesito saber sobre que esperar de una mujer de tu delicada edad. Aprender a decirle que no a ella no fue facil y parece que tienes el mismo don de persuasion en una forma diferente. Ella solia salirse con la suya, pero ahora comprende el valor de ganar su propio dinero". Informo y se paro frente a mi con los ojos entrecerrados en su entrepierna. Podia extender la mano y desabrocharle los pantalones. “Las ofertas van y vienen, pero esta es una oportunidad unica en la vida”. Basicamente le estaba diciendo que era virgen, pero tenia miedo de ser sincera y decirlo para asustarlo. Era sorprendente cuantos hombres ignoraban el significado subyacente de las palabras de una mujer. Queria que no hubiera dudas sobre mis intenciones. Agarre su entrepierna y mi boca se abrio levemente ante las implicaciones de lo que estaba luciendo dentro de esos pantalones. Tenia que tener 9 pulgadas entre grosor y longitud listos para acabar con cualquier idea erronea cuando se trataba de sexo. "No se que te hace tan especial. Unos minutos de placer en tus brazos no superan como tu padre nunca volveria a confiar en mi. Somos como hermanos, pero nunca se lo que esta pensando. Necesitamos mostrarle un poco mas de respeto”. Estaba tratando de hacer una salida discreta, pero no estaba haciendo nada para evitar que masajeara la carpa de su excitacion. Sus parpados se agitaron y hubo un jadeo gutural bajo que hacia mas facil convertirlo en un charco de carne gastada. Me atrevi a acercarme demasiado al sol al ir mas cerca de su cremallera, pero aun conservaba la apariencia de su cordura intacta. Estaba perdiendo la batalla, pero estaba convencido de que podia ganar la guerra. Su fuerte mano de desafio lo hizo abandonar la habitacion.

  • Reflejos del pasado de Mar Fernandez

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    Selena Anderson es una mujer que adora su trabajo y su amada Alabama. Pero su vida dara un brusco giro cuando recibe la llamada de Andrew Kimball, un prestigioso abogado de Nueva Orleans. Esa llamada le descubrira una familia que desconocia poseer, y a pesar de que no estar muy contenta con la idea, decide tomarse su viaje a Nueva Orleans como una aventura. Alli conocera a Evolet Wilson, su tia abuela y la plantacion de sus ancestros.Meses despues debera regresar para la lectura del testamento de Evolet. Todo cambiara cuando descubre que alguien le ha dejado un misterioso diario en la recepcion del hotel. Sus suenos se mezclan con la realidad, y el enigma que entrana el diario la llevara a protagonizar una alocada carrera por descubrir el secreto de la plantacion junto a Andrew Kimball.?Conseguira llegar a la verdad??Lograra aceptar los sentimientos que Andrew despierta en su interior?

  • No esta solo de Sandrone Dazieri

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    Tras Dicker y Lemaitre, llega el nuevo gran thriller europeo.

  • El pais de las ultimas cosas de Paul Auster

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    En el pais de las ultimas cosas todo tiende al caos, los edificios y las calles desaparecen, y no hay nacimientos. La existencia se reduce a la mera supervivencia de vidas miserables sin <>. Anna Blume cuenta en una larga carta su paso por la ciudad, en busca de su hermano desaparecido, y su afan por vivir, a pesar de todo, en este ambiente devastado del final de la civilizacion.

  • El hombre que siguio viviendo de Daniel Aguirre Rodriguez

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    Una inteligencia instalada es el siguiente paso en inteligencia artificial. Ya no se trata solo de un organismo sintetico pensante, sino que la mente del hombre es transferida a una maquina -- dijo el medico --. Te lo dire de forma menos complicada: continuaras <> dentro de un tipo de metaordenador avanzado. Mientras el neurocirujano les hablaba; se abrio la puerta, y un androide de servicio, mas parecido a un humano que a un robot, se acerco a ellos y les ofrecio cafe y unas galletas. Lucas y su esposa Anne se encontraban en una de las tantas reuniones que tendrian con los especialistas, en el Centro de Alta Tecnologia. La sala era amplia y luminosa, y estaba en el quinto piso del edificio, ubicado en el centro de Oslo. --Bueno... Como te he contado, desgraciadamente tu enfermedad no tiene ninguna cura en la actualidad. Lo unico que te sigo recomendando es que disfrutes de lo mas valioso en la vida: la familia y los amigos, de la mejor manera en estos ultimos meses --El doctor le hablaba con calma --. Muy pronto te ofreceremos las medicinas para aliviar los fuertes dolores que sobrevendran al final. Lucas se rasco la nuca. --Doctor, ?cuanto me queda? --Hemos discutido tu caso con mis colegas una y otra vez. Pero no nos resulta facil determinar el tiempo en que se van a propagar los sintomas, puesto que varian segun la edad y el estado fisico de cada uno. --?Como seran los proximos meses? --La afeccion empezara a expandirse por los musculos, los tendones, los ligamentos y las fascias; los cuales se iran atrofiando de modo gradual. Lucas y su mujer estaban sentados, agarrados de la mano, y con lagrimas en los ojos, que caian por sus mejillas enrojecidas a causa del estres. El miro a su esposa, y a continuacion, a la ventana, llevando la vista a un punto lejano alla fuera. Estaba absorto. Trataba de digerir lo que escuchaba. El neurocirujano continuo hablando: --Sin embargo, la etapa terminal es mas grave. Llegara el punto en el que perderas la facultad de moverte, de hablar, y de comer en forma natural. <>, es como llamamos vulgarmente a este estadio, pues todo movimiento sera irrealizable. En ese tiempo, el personal de enfermeria te asistira en las necesidades basicas, durante todo el dia y toda la noche. Nunca olvides que, en tanto que los musculos se atrofiaran por completo; tu intelecto, por su parte, permanecera intacto, por lo que seguiras pensando con total naturalidad --El medico se detuvo por un instante --. Por eso, yo considero que copiar tu conciencia a una maquina, es la mejor opcion en tu caso. Al finalizar la visita, tomaron el bus de regreso a casa. Ellos vivian en las afueras de Oslo, no lejos del centro, en una casa escandinava tipica, de madera pintada de blanco, y con mucho aislamiento, por los frios y largos inviernos. Lucas se recosto en el sofa. Estaba pensativo, callado, repasando todo lo que el medico les habia explicado. --!Papa! La nevera dice que no tenemos leche --dijo Gustav.

  • Tu, mi destino de Elizabeth Betancourt

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    Ashlyn acaba de recibir una carta donde se dice que ha heredado una casa en Alabama. Le viene estupendamente sobre todo porque acaban de despedirla de su trabajo como quimica cosmetica y esta a punto de vivir en un callejon.Ilusionada por esta nueva aventura, emprende el viaje sin saber que se encontrara con muchos secretos familiares y un pueblo dirigido por el sheriff Lorcan Foster que intentara impedir que la mujer se quede en Fairhope por todos los medio posibles, incluso poniendo a todos los habitantes de la pequena ciudad, en su contra.

  • Proveedores de almas de Oscar Brizuela Bello

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    La vida de un apacible pueblo agricola de Indiana se ve sacudida violentamente por un tragico acontecimiento que alterara la convivencia de sus habitantes. La muerte de dos personas en el atraco al banco de la ciudad deja al Sheriff Atkinson una herida que no puede cicatrizar. Senalado por sus vecinos, emprendera un viaje al pasado para liberar sus demonios y redimirse ante su pueblo. En su camino surgiran dudas que le haran tambalearse entre dos mundos: el nuestro, y el del mas alla.

  • Amar una sola vez (El corazon de un libertino 2) de Kathia Iblis

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    Llega la segunda entrega de <>. Una historia ambientada en inglaterra de la epoca victoriana que comenzo con Un amor inesperado.

  • Ayudame a sentir. Entre sus brazos de Orlando Curtes

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    Ayudame a sentir y Entre sus brazos
    Dos historias diferentes donde luchar por el amor sera el ingrediente comun para unos personajes que pelearan por conservar a la persona correcta en su vida.

  • Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado de Jose Luis Cuerda

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  • Un elefante para Carlomagno de Dirk Husemann

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    La fascinante historia de como viajo un elefante desde Bagdad hasta Aquisgran en tiempos del emperador Carlomagno. En el ano 802 latension entre el emperador Carlomagno y el califa de Bagdad se encuentra en un punto culminante en su lucha por alcanzar la hegemonia politica y religiosa. Isaak de Colonia, un sirviente del emperador Carlomagno, debe hacerle llegar un increible regalo del califa de Bagdad como muestra de amistad: un elefante. Junto con Thankmar, su esclavo, emprendera un largo y peligroso viaje para evitarun enfrentamiento entre los dos monarcas. El viaje del animal se convierte en una peligrosa aventura a traves de la Europa medieval.Para los europeos, el elefante es la reencarnacion misma del demonio y debe ser destruido. Pero su muerte empujaria a los dos imperios a una terrible guerra. Una fascinante historia que nos muestra la Europa del siglo IX, los viajes de la epoca y las diferenciasculturales entre los dos imperios mas importantes de ese momento. <>Frankfurter Neue Presse

  • Los heroes felices de Vea Kaiser

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    En un tono tragicomico irresistible y con desbordante talento para la fabulacion, Vea Kaiser despliega el abanico de peripecias que vive una familia griega desde los anos cincuenta hasta el presente.

  • Un prometido inadecuado, Romina Naranjo de Romina Naranjo

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    Claire Ferris, la hermana del conde de Holt, siempre ha estado enamorada de Joshua McKan pero, cuando el le rompe el corazon, decide refugiarse en Londres hasta que sus heridas sanen por completo. Las circunstancias haran que regrese pronto a Kent con la noticia de un posible compromiso.
    Joshua McKan sabe que su amor por Claire Ferris es del todo imposible, por eso ha sido capaz de romper las ilusiones de la joven de la manera mas cruel, obligandola a marcharse. Pertenecen a mundos distintos y eso lo convierte en un pretendiente del todo inapropiado, pero cuando ve el riesgo de que su amada se case con otro, Josh comprende que ha llegado el momento de ser sincero consigo mismo y tomar por fin una decision: aceptar el amor que siente por Claire y enfrentarse a sus miedos para tener un futuro.
    ?Conseguira que Claire le perdone el dolor que le causo? ?Podra Joshua enfrentarse al mundo por el amor de Claire a pesar de todo lo que los separa?

  • El fuego de la hereje (Sacrilegus 1) de B. Maestro

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    A comienzos del siglo XVII, la peligrosa triada conformada por la peste, el hambre y la muerte, azotaba cada ciudad. La Inquisicion, ferrea perseguidora de la luz de la verdad, dominaba en Espana ahogando en el silencio a judios, hechiceras, magos y nigromantes que ya eran cuando el tiempo aun no existia. En medio de toda esta apocaliptica realidad, surgira una historia de amor imposible entre un inquisidor y una judia que deberan superar los limites y las barreras que la sociedad de su tiempo, avida de fuego, les interpondra. EL FUEGO DE LA HEREJE es la primera novela que compone SACRILEGUS, la saga que promete desvelar los secretos de la Inquisicion…

  • Entre damas anda el juego de Ester Gonzalez Escobar

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    Diana, detective privada, debe investigar a Christine, una supuesta cazafortunas que quiere casarse con Angel por su dinero, mientras lidia con sus problemas de pareja.
    Ayudaran a Diana en su cruzada para desenmascarar a Christine sus amigas: Alex, una madre y esposa trabajadora con una vida aparentemente perfecta que, sin embargo, no es del todo feliz, y Noa, una eficiente y malhablada abogada de empresas, que no es tan eficiente escogiendo a los hombres con los que sale.
    Pero sera Christine quien las descubra a ellas y comenzara una guerra para hacerles la vida imposible, poniendo en peligro lo que mas quieren y convirtiendose en un verdadero grano en... bueno, ya sabeis donde.
    ?Lograran las tres amigas desenmascarar a Christine, sin perder aquello que mas aman por el camino?

  • Perdido en la tormenta (Esencia Irlandesa 2) de Yolanda Revuelta

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    Brianna oteo hacia el mar, como le gustaba hacer cada amanecer desde que habia vuelto a Ballycotton. El viento frio del norte hacia fluctuar el agua formando grandes ondulaciones que embestian con fuerza contra el acantilado y como habian hecho a lo largo de los siglos. El batir constante de las olas aranaba con impetu las gigantescas paredes de roca que se encumbraban hasta querer conquistar tierra firme, y ella, alli de pie, era una mera espectadora de esa fuerza devastadora y del hipnotizador rugido sibilante. Adoraba ese ritual matutino y era quiza lo que mas habia echado de menos durante su estancia en Dublin en la epoca que habia estado estudiando en la universidad. Decenas de gaviotas volaban en circulo por el cielo y con sus extensas alas desplegadas planeaban con elegancia a favor de la corriente de aire. Eran totalmente ajenas a lo que sucedia a su alrededor; no asi a su presencia, ya que sus graznidos se podian escuchar claramente desde tierra cuando se acercaban a ella. Brianna se llevo la mano a la frente y la dispuso a modo de visera, para evitar que los rayos del sol la cegasen. Le gusto ver como las aves surcaban las nubes esponjosas tenidas de un rojo intenso, el mismo que vestia el amanecer. Adoraba la casa que le habian dejado sus abuelos en herencia. Quizas y solo por eso, habia decidido restaurarla y emprender un nuevo futuro junto a sus amigas, Caitlin y Meg. Craig House se alzaba a su espalda como una mole mas de piedra que parecia integrarse perfectamente con el verde intenso del paisaje. Tras varios meses de restauracion, la casa resplandecia con orgullo a pesar de sus doscientos anos como unico testigo de los devastadores acantilados. El soplo de aire helado perforo su abrigo y ella no pudo mas que estremecerse; bajo la mano y se abrazo a si misma con la unica intencion de protegerse de las frias rafagas que la atravesaban de forma incesante. Su larga cabellera era como llamaradas de fuego que ondeaba cual bandera a favor del viento y, por primera vez en mucho tiempo, percibio la sensacion de libertad que tanto habia anhelado en esos ultimos meses. No pudo evitar fijarse en el barco de color rojo que rompia contra las olas y que parecia avanzar sin esfuerzo alguno a traves de las corrientes marinas; parecia una pequena e insignificante mancha rojiza en comparacion al elemento que lo rodeaba. No tuvo que preguntarse quien lo tripulaba, puesto que pudo leer en su casco las inmensas letras que daban nombre a la embarcacion: Green Star. El nombre de Garrett sacudio su mente con fuerza, pero esta vez pudo controlar la sensacion de abandono que la habia acompanado a lo largo de los ultimos meses. Lo amaba, pero eso ya formaba parte del pasado. El le habia dejado muy claro con anterioridad que no podria haber nada entre ellos, y ella, a su pesar, habia llegado a respetar su decision. Era un hombre que no deseaba complicaciones en su vida y asi se lo habia hecho saber hacia muchos anos, antes de partir a Dublin. No habian cruzado mas de dos o tres frases desde su regreso; con eso le dejaba claro que su decision al respecto seguia firme. <>, se dijo a si misma parafraseando a su abuela, <>. Dudaba que asi fuera. Llego a la conclusion de que se aprendia a vivir con el rechazo y el dolor, pero que la sensacion de olvido nunca parecia terminar de cicatrizar. La embarcacion avanzo despacio, como si no tuviera destino alguno por alcanzar. Trato de asimilar ese pensamiento y llego a la conclusion que con esa reflexion tambien habia descrito a Garrett. No tenia sentido seguir alli de pie, lamentandose de si misma. Tenia cosas por hacer, Meg llegaria en breve para organizar la cocina y los posibles menus que se servirian en un futuro muy cercano a los clientes. Con ese pensamiento se giro despacio y dio la espalda al mar, se dirigio con pasos lentos hacia la casa y asumio que la tristeza no tenia cabida ese dia en su corazon. *** Garrett percibio las sacudidas de las olas en el casco de la embarcacion; ese balanceo ya formaba parte de su existencia y tenia muy claro que no podria vivir sin el. Preferia la soledad del mar al bullicio y a las personas en tierra. Exhalo un suspiro de derrota al ver la figura femenina en lo alto del acantilado. No tenia duda de quien se trataba ya que habria podido describir sus rasgos con los ojos cerrados. El viento bailaba caprichosamente con su cabello, como si tratase de apagar el fuego que habitaba en ellos; alli de pie, parecia una figura alada bajada del mismo cielo. La vio subir la mano hasta la frente y observar a las ruidosas gaviotas que eran presencia indiscutible cada vez que divisaban un barco en alta mar, puesto que la seguridad de alimento las hacia ser escoltas de cada una de las embarcaciones que encontraban a su paso. No necesitaba tener a Brianna en su pensamiento. Muchas eran las noches que pasaba en vela por su causa, pero no habia marcha atras. No era un hombre hecho para el matrimonio; le gustaba vivir en libertad, sin tener que dar explicaciones a nadie, ser dueno de si mismo. Al menos, durante unos anos, se habia convencido de ello, pero estos ultimos meses la duda sembraba toda logica y eso le creaba un humor de perros. La vio girarse y encaminarse hacia la casa; parecia inmersa en sus pensamientos y deseo ser el quien borrase esa tristeza de sus ojos, pero parecia que ya era tarde para todo. <>, se dijo. Brianna aun era muy joven y tenia toda la vida por delante; el pronto cumpliria los cuarenta y parte de su juventud se habia evaporado. Solo el hecho de ser patron de un barco daba cierto significado a su existencia. Puso el cebo en las nasas y, a continuacion, las echo al agua. Con un poco de suerte encontraria suficientes cangrejos para que el dia no fuese del todo desaprovechado. --!Jefe! --vocifero uno de los marineros, que trabajaban para el, desde proa. --Dime, Patrick. Patrick y Sean, el otro marinero, senalaron con el indice hacia la bandada de gaviotas que volaban en circulo sobre las aguas profundas. --!Atunes! --gritaron al unisono. Garrett recogio con premura las nasas y las dejo caer precipitadamente a sus pies, mas tarde recogeria el cebo. Despues de todo, no iba a ser tan mal dia. El banco de atunes habia llegado con varias semanas de antelacion y eso se traducia en dos cosas: mas ventas y mas dinero. --Coged las canas y echadlas al agua --ordeno Garrett desde babor, mientras se acercaba con determinacion a proa--. !Vamos, aprisa! Ambos marineros asintieron y obedecieron en el acto. Sin poder evitarlo, oteo de nuevo los acantilados en busca de Brianna, pero ella ya habia desaparecido, dejando un vacio insondable en su interior que no supo interpretar. *** --?Estas segura? --pregunto Meg, mientras abria una enorme caja sobre la encimera de la cocina. Brianna no estaba segura de nada, pero a lo largo de los ultimos meses habia tomado tantas decisiones que, en vez de una complicacion, se habia convertido en un ritual. --Creo que sera lo mejor --comenzo a decir--, si abrimos la ultima semana de mayo, podremos empezar a reservar habitaciones y quiza para mediados de junio la casa ya este en pleno rendimiento. Meg desembalo el robot de cocina que habia pedido a Dublin esa semana. Al quitarle el papel transparente que lo envolvia, no la defraudo en absoluto. Si algo habia aprendido en la escuela de gastronomia esos ultimos meses, era que la tecnologia no debia estar renida con la cocina tradicional. --Es perfecto, ?no crees? --le dijo Meg con una amplia sonrisa en el rostro e ignorando el comentario de Brianna hecho con anterioridad. Brianna no quiso desilusionarla y asintio, pero no muy convencida. No tenia muy claro cual seria la funcionalidad de ese armatoste. Mientras Meg seguia con su chachara, Brianna la observo con detenimiento. Ya no era la muchacha timida y asustadiza que habia ido a Cork a realizar un curso de alta cocina. Meg habia vuelto convertida en toda una mujer, por su forma de hablar y de interactuar, pudo llegar a la conclusion de que estaba ante alguien que sabia lo que queria. Si con anterioridad tuvo algunas dudas de que una mujer tan joven como Meg se pudiera ocupar de la cocina de la casa, en ese instante se disiparon todas. Sus ojos azules estaban muy abiertos, quizas el hecho de tener entre sus manos el robot de cocina era suficiente para iluminar su mirada; su media melena era rubia como el trigo de los campos en verano, en ese momento, una diadema lo despejaba de su rostro y aun asi se movia con soltura sobre sus hombros. Era delgada, de estatura media, pero lo que Brianna no pudo evitar, fue compararla con su hermano mayor: Garrett. Una y otra vez, ese nombre resonaba en su cerebro como una cancion pegadiza y desesperada. --Tierra llamando al planeta Brianna.

  • Ella es La Jefa de J.l. Lora

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    La dejaron sin opciones …

  • Si, mi Reina (Cronicas de Gaia 2) de Lucia Herrero

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    Capitulo 1 Un grito desgarrador cruzo el aire y, apenas un instante despues, la puerta de la habitacion se abrio de par en par. Nina entro corriendo, asustada. --?Estas bien, mi Senora? La reina Serena, sentada en la cama, empapada en sudor y con el pelo revuelto y pegado a las mejillas, trataba de recuperar el aliento. Se paso la mano por la frente y suspiro. --Solo ha sido otra pesadilla. ?He gritado muy alto? Su dama la miro con comprension y calidez, y le ofrecio un poco de agua. --No, Senora. No mas que otras veces, pero ya sabes que tengo el oido muy fino. El pesar se reflejo en el rostro de Serena. --Espero no haber despertado a Josh. --Mi hijo duerme como un tronco, no tienes que preocuparte por eso. En realidad no creo que nadie mas que yo se haya despertado. La reina tomo un sorbo de agua, que le bajo por la garganta sin aliviar la sensacion de sed. Tenia la boca tan seca que no lo remediaria ni bebiendose todo el lago. Trago con dificultad y se paso la lengua por los labios, que sentia calientes y agrietados, casi como la tierra desertica que habia mas alla de las montanas del sur. --Siento haberte molestado, Nina. Ya estoy mejor, gracias. Nina asintio con la cabeza, aunque sin ningun convencimiento. La reina distaba mucho de estar bien, y no era la unica que se habia dado cuenta de ello. Las pesadillas se repetian con demasiada frecuencia, y aquello ocurria desde hacia tanto tiempo que no entendia como podia soportarlo sin volverse loca. Habia temporadas en que la situacion mejoraba un poco, como cuando Lena habia regresado y su tira y afloja con su madre por causa del helio le habia causado a esta tantos quebraderos de cabeza que ocupaba incluso sus suenos. Al menos asi, el problema con su hija habia sustituido durante un tiempo a su otro problema, el que realmente le quitaba el sueno. Nina sabia cual era, y la reina tambien. Todos lo sabian. El problema eran unos recuerdos tan dolorosos que le impedian descansar desde hacia anos y se mantenian tan vividos que cada noche, cuando se despertaba, parecia que todo hubiera ocurrido apenas ayer. Maldita memoria selena. Si al menos le sirviera para taparlos podria resultarle de utilidad. Pero no, no le servia. Durante anos habia tratado de recurrir a sus buenos recuerdos, a sus recuerdos de su marido, para borrar esos suenos aterradores. Sin embargo, las malditas pesadillas no cedian, mas bien al contrario. Estaban terminando por emborronar el recuerdo de Seth, que cada vez parecia mas debil. Aquella noche horrenda que tan bien recordaba iban a celebrar la fiesta del fuego, como de costumbre. Sabian que habia habido incursiones de helios en la zona, pero no se habian preocupado en exceso. Habian pensado que no serian mas que simples bandidos, que no se atreverian a acercarse a la villa, y menos aun al castillo. Cuando se empezaron a encender hogueras en la lejania nadie noto nada raro, salvo quizas Serena, cuya energia se resintio de alguna manera. Algo no iba del todo bien. Al principio penso que era algun tipo de anoranza por Marcus, que estaba visitando a su abuelo Kiefer, pero enseguida se dio cuenta de que no se trataba de eso. Tan pronto como las hogueras empezaron a proliferar. No eran hogueras. Los helios los atacaban y estaban incendiando casas, granjas y graneros en todas direcciones. Se acercaban a la villa, y al castillo. Su madre, Alana, habia entrado corriendo en su habitacion, con la angustia reflejada en su amable rostro surcado de arrugas. --!Vienen a por nosotros, Serena! --Lo se. Seth acaba de salir a organizar a la guardia. La guardia consistia en poco mas que quince o veinte hombres, cuya preparacion era en realidad muy basica. Alguna vez se las habian tenido que ver con ladrones o bandidos que entraban en sus tierras y robaban o intimidaban a algun campesino, pero poco mas. No estaban adiestrados para la guerra, ni sabian apenas nada de tacticas defensivas. Los Antiguos no les habian dado ese conocimiento porque no estaba previsto que los humanos hibridados lucharan entre ellos, ya que se entendian sin problemas. El problema eran los helios, y como los selenos no tenian ese conocimiento de manera innata y no se habian entrenado convenientemente, serian una presa facil. Serena lo habia intuido desde el principio. --Me voy a llevar a las ninas al bosque. Espero que no sea necesario, pero si nos acorralan abrire un portal y las enviare a la Tierra. Cada vez que recordaba aquella parte sus ojos se llenaban de lagrimas. Se habia despedido de sus hijas prometiendoles que todo se arreglaria y volverian a reunirse. Las habia besado y abrazado, y habia puesto en su madre todas sus esperanzas. Los soldados habian llegado al castillo poco despues de que la sacerdotisa huyera con las dos pequenas. Habian tirado la primera puerta abajo sin mayores problemas. Los hombres habian luchado en el patio contra demasiados enemigos como para tener alguna posibilidad, mientras la aldea era sistematicamente arrasada por mas helios. Muchos mas de los que nunca podrian haber imaginado que llegarian. Serena estaba encerrada en la torre y habia contemplado con horror la entrada de sus enemigos y la lucha desigual. Seth se habia enfrentado a uno, a dos a la vez, y entonces un hombre de aspecto brutal y pelo entrecano lo habia atacado por la espalda, golpeandolo con dureza en un costado. Cuando su marido se habia doblado sobre si mismo, habia alzado de nuevo su espada para dar el golpe mortal. Y ella habia visto la rubia cabeza de Seth rodar por el suelo del patio. Todavia le entraban nauseas al recordarlo. Despues los soldados habian entrado en la torre. Algunas mujeres habian conseguido esconderse, pero ella no habia tenido suerte. La reina era un premio demasiado valioso y habian ido a por ella desde el primer momento. Por lo menos, habia sentido el portal, y habia sabido que sus hijas estaban a salvo, aunque fuera lejos de todo lo que habian conocido hasta entonces. Su madre se habia comunicado con ella un instante antes de que los soldados llegaran tambien al bosque, y de pronto la energia en estado casi puro y en forma de dolor intenso habia empujado desde el interior de su alma atravesando cada poro de su piel, hasta el punto de que el soldado que acababa de capturarla la solto con un grito. --!Ay! !Zorra, me has dado calambre! La abofeteo con fuerza antes de sujetarla de nuevo y sacarla a rastras de la torre. Serena dejo ir una lagrima solitaria al sentir la certeza de que su madre estaba muerta y ella era la nueva sacerdotisa. Los helios habian destruido la mitad de la aldea. Habian matado a muchos de los hombres, y otros muchos estaban heridos. Algunas mujeres consiguieron escapar y ocultarse en el bosque o en las granjas mas alejadas, pero otras fueron capturadas, como ella. Los helios no estaban interesados en una gran cantidad de esclavas, su prioridad era llevarse provisiones y bienes de vuelta a su tierra, de modo que habian dejado unos pocos hombres a cargo del castillo y encerrado a los selenos que pudieran suponer alguna amenaza: los jovenes y los pocos hombres adultos que sobrevivieron al ataque. Algunas esclavas viajaron con ellos a Helios, Serena entre ellas. No fue la unica jefa de clan capturada, aunque por ejemplo la madre de Iria se habia salvado porque estaba de viaje en Proteo con la mayor parte de su familia. Otras habian muerto. Los helios invasores pertenecian a diferentes clanes que, por una vez, se habian organizado para repartirse los territorios y el botin. Ella acabo en un clan de los mas alejados vendida como esclava. Alli la habia comprado el hijo mayor del jefe, Malcolm. Serena cerro los ojos con fuerza tratando de ahuyentar los dolorosos recuerdos, pero acabo desistiendo de intentar dormir. Si se quedaba en la cama la angustia la ahogaria. El sol comenzaria a asomar por detras de las colinas en apenas un rato, de modo que opto por levantarse. Abrio un arcon y saco su espada. Practicar siempre la relajaba, asi que se puso un vestido viejo y comodo y comenzo con su rutina habitual: la mirada fija al frente, las dos manos empunando el arma con firmeza y movimientos controlados y armoniosos. La espada no era pesada, pero al cabo de un rato sus brazos empezaron a acusar el ejercicio y su frente se perlo de gotitas de sudor. Aun asi, no se detuvo. Solo cuando el movimiento en el patio y el ruido en el pasillo le indicaron que el resto de la gente habia empezado tambien a levantarse dio por concluida la sesion de entrenamiento. Se aseo y se cambio de ropa para bajar a desayunar. Se miro en el espejo antes de salir, y nego con la cabeza al ser consciente de las ojeras y los ojos cansados. Casi todos los dias se levantaba con esa cara, asi que al menos nadie se sorprenderia. Cuando llego al comedor, Jana y Marcus estaban ya sentados a la mesa comiendo con apetito. --Buenos dias --los saludo mientras se acercaba--. Os habeis levantado temprano. --Hoy empiezan las reparaciones en la escuela --le recordo Marcus--. Vamos a echar una mano. Bueno, en realidad Jana supongo que va a mangonear. --Idiota --murmuro su hermana con gesto burlon--. No encontrarias los agujeros en el tejado ni aunque metieras la cabeza por ellos. La reina sonrio y se sento. Judy llegaba de la cocina en ese momento con una bandeja, de la que le sirvio un poco de pan y algo de fruta. Leo entro en el salon desde el patio, acompanado por Denis.