• El Club (La Terapia 2) de Rober Ortega

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    Tras los tragicos acontecimientos de “La Terapia”, Raul Duque huye a Italia junto con Maite Gallardo y Anais Baudin. Pero una llamada lo cambia todo. Es entonces cuando deciden hacer frente a la amenaza que les acecha y vuelven a Espana en busca de venganza. Un nuevo suspense con giros dramaticos donde las respuestas son la claves para desmantelar El Club.

  • Lena menuda de Marta Barrio

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    Hasta que un dia de noviembre de 1978 a las ocho de la manana dos policias llamaron al timbre. Presentaron un papel y se llevaron a mi madre. Entonces, en la comisaria y en el juzgado, entre uniformes oscuros y togas, empezaron los cuentos de dragones y espadas. El tiempo se hizo petroleo. Nos mancho la ropa. En mi memoria queda un ruido blanco: paisajes difusos, casi borrados completamente, del ir y venir de mi madre. Dentro y fuera. Dentro. Paso dias como si padeciese una fiebre exotica. Me sale una calentura. No recuerdo el orden exacto de los acontecimientos. Hay situaciones en las que no se si mi madre, un holograma, estuvo o no presente. Hasta que desaparece del todo y yo paso una larga temporada con los Bagur. La catastrofe de noviembre de 1978 queda registrada en nuestra caja negra. Aun hoy sobrecogen los estragos de esa grabacion. Antes, durante y despues vivimos emociones contradictorias. Incluso momentos buenos. Despues, la vida sigue porque, al fin y al cabo, nada es lo suficientemente devastador. MARTA SANZ, Daniela Astor y la caja negra I La linea de deseo MARIA: No me preguntes. ?No has tenido nunca un pajaro vivo apretado en la mano? YERMA: Si. MARIA: Pues lo mismo…, pero por dentro de la sangre. FEDERICO GARCIA LORCA, Yerma Mi miedo era muy concreto; sus ramas, por el contrario, retorcidas y de limites imprecisos. KATIXA AGIRRE, Las madres no 1 Cuando se dibujaron las dos rayas azules en la prueba de embarazo, me senti adulta, de repente, casi por primera vez. A. me abrazo, ibamos a ser padres y nada haria mella en nuestra felicidad. Entre carcajadas, empezamos a enumerar nombres absurdos o frikis, de nino y de nina. Abilio. Padme. Facunda. Songoku. Pancracio. Yoda. Urraca. Bilbo. Gumersindo. Frodo. Aniceta. Gandalf. Primitivo. Amidala. Fulgencia. Obiwan. Godofredo. Cersei. Socorro. Me tocaba constantemente la tripa para palpar aquel mundo secreto dentro de mi, del que solamente A. tenia constancia, en donde anidaba un ser misterioso que iria creciendo en las semanas siguientes hasta superar el tamano de una semilla de amapola, de sesamo, un grano de arroz, un arandano y una frambuesa, segun una aplicacion de mi movil que consultaba a todas horas. Tambien podia elegir comparar su tamano con el de un animal en lugar de una fruta: oso de agua, hormiga, mariquita, abeja, gusano de seda… Me habian advertido del riesgo de aborto espontaneo del primer trimestre, y yo trataba mi cuerpo con delicadeza, como si fuera una vasija de fino cristal, siempre a punto de quebrarse. Mi vientre era un cofre que encerraba un precioso tesoro. En esos primeros dias del verano, latia en mi interior un futuro insospechado, la promesa de una alegria inquebrantable. Durante el mes de agosto, en las que iban a ser nuestras ultimas vacaciones los dos solos, fuimos a las islas Eolias. En Vulcano, donde tenia su fragua el dios del fuego, me tape la nariz y la boca con un panuelo al asomarme al crater humeante, y pense en la lava oculta bajo la corteza terrestre, en lo durmiente, lo que se gesta. Los cristales del azufre tenian de amarillo las laderas, y sus vapores olian a huevos podridos. Al bajar, me entraron nauseas y vomite a los pies del volcan. Aquel hedor infernal impregno nuestras ropas y nos persiguio durante el resto del viaje. 2 Despues del verano, segun mi embrion iba alcanzando, sucesivamente, el tamano de una uva, un datil y un higo, o un caracol, una mariposa y una libelula, me sentia cada vez mas cansada. Al volver del trabajo, me detenia en uno de los bancos del parque para observar a las mujeres con ninos pequenos, quienes acababan de empezar el colegio. Queria aprender sus gestos, descifrar esos detalles que distinguen a una buena madre, hornear bizcochos de zanahoria con harina de espelta y leer cuentos por las noches. Todo me apetecia: conocer la ternura del recien nacido, hacer manualidades y pintar con ceras en cartulinas, empujar el columpio con la fuerza justa, saltar a la comba, jugar a la pelota y a las damas… Sabia que tambien habria noches en vela y fiebre y vomitos y visitas a urgencias de madrugada, pero era parte del trato. Me preguntaba por el paradero de los padres. ?Donde se esconderian? La proporcion en los parques por las tardes entre semana era muy desigual: veia a madres o abuelas o nineras… Muchas mujeres, en todo caso, y pocos hombres. Tambien me tocaria a mi recoger a nuestro hijo de la escuela. No podria contar con A. mas que los fines de semana, y mi suegra era mayor y mi madre demasiado inconstante. Mi suegro no habia cambiado nunca panales, y no aprenderia a estas alturas, y mi padre ya tenia suficiente con atender a sus gemelos. Mis amigas se podrian ofrecer a hacer de canguro, pero a la hora de la verdad estarian ocupadas con otras cosas, y no las culpaba. No era buen momento. En realidad, nunca lo seria. Siempre habria alguna excusa, algun impedimento que se interpusiera en el camino. Deseaba ser una madre leona, lamer a mi cachorro de arriba abajo para limpiarlo y respirar su olor. Con la maternidad, no obstante, seguramente se esfumasen todas mis posibilidades de ser publicada algun dia, de crear algo que mereciese la pena compartir, si es que era capaz de ello. ?Como iba a sacar adelante mis proyectos narrativos con la doble jornada laboral, dentro y fuera de casa, que tendria que asumir debido a los horarios de A.? ?Que fuerzas me quedarian para la creacion?

  • Desaparecido, C. L. Taylor de C. L. Taylor

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    Cuando Billy Wilkinson, de 15 anos, desaparece en mitad de la noche, su madre, Claire, se culpa a si misma. No es la unica en hacerlo. No hay un solo miembro de su familia que no se sienta culpable, y los Wilkinson estan tan acostumbrados a guardar secretos entre ellos que la verdad no empieza a salir a la superficie hasta seis meses despues. Claire esta segura de que sus amigos y su familia no tienen nada que ver con la desaparicion. El instinto de una madre nunca se equivoca… ?O si?

  • Amanece en el fuerte Patterson de Alexandra Martin Fynn

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    Estados Unidos de America, 1803.

  • Lucifer, Principe en el exilio de Jorge Balderas Galvez

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    ?Que pasaria si la historia que nos han contado sobre el Principe de los demonios no fuera cierta, o al menos no del todo? ?Que tal si hubiera otra cara de la moneda en la Leyenda del Angel Caido? Imagina una Leyenda en donde Lucifer no es el monstruo que siempre te han dicho que es, sino el heroe de la historia, eso si, un atipico heroe, una leyenda en donde dios es un rey tirano que no admite desobediencia alguna y castiga con mano de hierro y luz cegadora a todo aquel que ose oponersele. Adentrarte en esta nueva version de la historia y acompana a Lucifer en una guerra que lo convertira en el monstruo que la historia recuerda, eso claro si te atreves.

  • La Amante Encubierta del Coyote de T. S. Ryder

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    ?Que se supone que debe hacer una detective cuando el atractivo sospechoso que esta investigando comienza a besarla. y mas?

  • Perversidad de Susan Rodrick

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    Para Adam la mujer es un sujeto pasivo, que le sirve para satisfacer sus perversos impulsos. Su vida es una sucesion controlada de conquistas. Pero llega un momento en que los planes no salen como esperaba. Y se ve envuelto en una peligrosa espiral que puede acabar con el...
    Amor, desamor, sexo, violencia machista y el crimen mas famoso de Suecia.

  • El doble de

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  • En los negocios y en el placer 2 de Carolina Gattini

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    Me llamo Robert Doyle, llevo un traje italiano a medida que me sienta como un guante y un reloj de oro en mi muneca. Me siento como si fuera un idiota, me siento como si fuera mi hermano, Jonathan Doyle. Todos me miran como si no pudieran creer que estoy aqui, en una enorme sala de reuniones donde los principales accionistas me estudian de arriba abajo, solo les falta el monoculo… Despues de pasar casi dos anos en Tailandia todo esto me parece una broma, o una pesadilla. Pero tengo que defender mi posicion en este mundo cruel donde los negocios son como la presa de un monton de tiburones. Soy un buscador de sensaciones, diagnosticado, he buceado en aguas llenas de tiburones de verdad, pero estas experiencias son demasiado peligrosas. Sinceramente no creo que este hecho para esto, para los negocios, pero no tengo mas remedio. Mi hermano se ha casado y ha decidido “cortarme el grifo”, por lo que ya no podre mantener mi vida tal cual la he conocido. El ha renunciado a seguir en Nueva York y ha dejado todo a mi cargo mientras se divierte con su querida esposa. Nunca he odiado a mi hermano, pero estoy experimentando ciertos sentimientos encontrados… Estas cosas no se le pueden hacer a alguien como yo, no estoy acostumbrado. Lo bueno de ser el hermano pequeno durante mucho tiempo es que nadie espera nada de ti, ese es el trato no escrito en el universo desde el origen de los tiempos. Ademas, no me gustan las responsabilidades, siempre he huido de ellas como de la peste. Tampoco me gusta que me miren todos como si fuera retrasado. A mi derecha tengo una panda de vejestorios que prefiero no describir, a mi izquierda se han sentado los “jovenes”, tal vez en otro universo sean jovenes, en este solo son “menos viejos”. Bueno, y no solo hay accionistas, tambien han venido acompanados de sus abogados, etc. Pero todos y cada uno tienen algo en comun, creen que soy un inutil. Una de las accionistas, en el lado de los vejestorios, me mira como si hubiera matado a uno de sus hijos. Me dan ganas de gritarle que no he cometido ningun crimen. Pero no me dejare intimidar, ni por ella ni por la cuatrojos con pinta de abogaducha reprimida sexualmente que hay sentada tras ella. Al lado de los “jovenes” hay otro especimen que me mira sonriendo, como si estuviera esperando que metiera la pata en cualquier momento. Yo no necesito esto, no lo quiero. Sera mejor que renuncie y llame a mi hermana. Ella se ocupara de estos idiotas. --Disculpen, tengo que hacer una llamada --me limito a decir mientras el poco agradecido publico cuchichea ante mi anuncio. Ya se que esperaban algo mas elocuente tras citarlos a todos con lo dificil que es. Me voy de la sala con toda la dignidad de la que soy capaz y cierro la puerta dejando escapar un suspiro mientras lo hago. --?Senor? --dice Francis, mi secretario. --Llama a mi hermana y citalos manana para que se reunan con ella, y les dices que estoy enfermo. --Su hermana tiene doce anos --me recuerda sin perder la calma, pero mirandome como si hubiera perdido la cabeza. --Si, pero saca muy buenas notas en el colegio, que por cierto es un buen colegio, habla cuatro lenguas perfectamente, y ademas en matematicas es la mejor de su clase, creo que es superdotada. Y lo mas importante: tiene mucho temple, clave para enfrentarse a ese grupo de ahi dentro. ?No crees? --No voy a responder a eso. --He dado una orden y tienes que cumplirla. --No estamos en el ejercito. Ademas, a mi me paga su hermano. --Pues entonces no me llames senor, que me creo que mando. Y tuteame. --?Bob? --Bob suena a perro. Robert esta mejor. --Pues entonces, Robert --remarca mi nombre con un tono agudo--, entra ahi y haz tu trabajo o lo perderemos todos --me ordena ahora levantandose de su silla tras la mesa y cambiando el tono amable por otro mas duro. Suspiro y cierro los ojos, tiene razon… Debo entrar ahi. Aun estoy decidiendome cuando la puerta de esa infernal sala se abre y aparece la cuatrojos que me miraba esperando que hiciera alguna estupidez, bueno, como me miraban todos, pero esta es mas repelente, me recuerda a una companera del colegio que creia saberlo todo. --Tengo una reunion dentro de una hora, ?va a tardar mucho? --me pregunta con una voz demasiado aguda incluso para aquella companera de colegio. --?Megan? --pruebo por si se trata de aquella nina, que ha crecido y ha llegado a mi vida de nuevo para amargarme la existencia en mi etapa adulta con su voz aguda. --No --se limita a responder antes de darse la vuelta frunciendo el ceno. Aun es mas repelente y fea cuando hace ese gesto de desprecio. Francis viene hasta mi y me da una palmadita en la espalda para infundirme valor. Vuelvo a entrar con pasos lentos pero aparentemente decididos y me coloco frente a la mesa, presidiendola en la cabecera. Tengo un monton de carpetas apiladas frente a mi que recuerdo que debia darselas a ellos. Un secretario a mi derecha y otra secretaria a mi izquierda esperan mi orden para entregarselas a cada uno de los accionistas minoritarios que rodean la mesa. Yo les hago un gesto afirmativo con la cabeza y las distribuyen. Tendria que haber hecho esto de las carpetas mucho antes, porque asi se habrian entretenido leyendo y no mirandome. Y ahora que lo pienso, podria haber puesto una pantalla con una proyeccion, asi habria desviado su atencion. Me lo apunto mentalmente para la proxima, aunque preferiria que no hubiera una proxima. --Parece correcto --dice uno del lado de los vejestorios, un abuelo canoso y con gafas de culo de vaso--. Pero el problema que yo veo, y creo que estamos todos de acuerdo en esta mesa, es que no nos fiamos de usted. --Me ofende --digo sobreactuando, colocando mi mano izquierda sobre mi pecho. Veo a la cuatrojos poner los ojos en blanco y a la vieja a su lado negar con la cabeza. --No hemos venido a perder el tiempo --dice otro en el lado de los “jovenes”, parece el tipico chulo de Wall street, no puede llevar mas gomina en la cabeza… --El problema es que tiene la mayoria de acciones --dice una mujer a su lado, esa no lleva gomina, lleva peluca, creo, porque ese pelo tan cardado no es normal. Y por fijarme en todas estas tonterias es por lo que jamas me dedique a los negocios como hizo mi hermano. --Estoy dispuesta a comprar las acciones y ocuparme yo mismo de la empresa --asegura el viejo de las gafas de vaso. --Ya quisiera yo, pero no puedo hacerlo, me temo que tendran que soportarme. Legalmente es como si estuvieramos casados. Nos tenemos que aguantar mutuamente. Se oye un murmullo que empieza a subir de tono. Luego se ponen a discutir unos con otros y yo me siento. La senora sentada con la cuatrojos se levanta para hacerse oir y por alguna razon que desconozco todos se callan. --Como segunda accionista, tengo una propuesta que hacer. Les cito manana a la misma hora. Y la tia se queda tan ancha, recoge su carpeta y se va, seguida de la gafotas. Bueno, y ?yo que hago? ?que pinto aqui? Decido concluir la reunion y todos asienten recogiendo sus cosas al igual que hago yo, un poco incomodo por la situacion. --Francis, ?quien es esa? El me mira frunciendo el ceno sin saber de quien hablo. --La vieja y la gafotas. --Son dos huesos duros, no me atreveria a llamarlas asi. Ni siquiera en privado. Capitulo 1. No, no me llego a acostumbrar a este estilo de vida, ni al trabajo. Levantarme a las 8 es un crimen, me niego. Que celebren esa reunion ellos solos, total yo no pinto nada alli. Me niego a levantarme de la cama, ?que va a pasar si no voy? Van a decidir lo que quieran ellos solos y encima nadie me toma en serio. Apago el despertador y sigo durmiendo. !Que mas da! Ya madrugue ayer y no tengo costumbre. En algun sitio lei que era malo para la salud cardiovascular madrugar tanto… Cuatro horas despues. El sonido insistente y exasperante del telefono me esta matando, estaba sonando con ese sonido y, cuando despierto, descubro que es real. Descuelgo al fin y oigo una voz masculina. --Senor, disculpe, es que hay una senorita que esta subiendo a su piso, no se como ha conseguido la llave, pero como me dijo que nadie le molestara jamas… Y que si a alguien se le ocurriera venir a visitarlo llamara a la policia… --?Y la has llamado? --pregunto bostezando. --No, senor, al tener la llave no podria llamar a la policia. --?Y como es la senorita? ?Esta buena? El conserje se queda en silencio unos segundos. --No creo estar autorizado para emitir un juicio asi, senor. Que hombre tan estricto, podria decirme que si o que no. Todo es tan raro aqui… No me gustan las ciudades. Me despido de el y cuelgo. Mientras estoy estirandome en la cama y bostezando de nuevo antes de decidirme a levantarme, una sombra aparece tras la puerta medio abierta de mi habitacion. Joder, me estoy acojonando. Agarro la manta de plumas y la llevo hasta la barbilla acostado aun en mi cama. Solo falta la musica de una pelicula de terror y creo que me cagaria literalmente encima. Cuando aparece tras la puerta esa mujer suelto un grito de puro horror y ella me mira enfadada acercandose hasta la cama y agarrando la manta para quitarmela de encima. --!No, por favor! --exclamo aterrorizado. Ella niega con la cabeza y yo trago saliva y agarro con mas fuerza la manta. --Estoy desnudo. Ella parece dudar mientras valora las posibilidades. --Te voy a explicar como seran las cosas a partir de ahora --amenaza soltando la manta, al fin debe haber decidido que era mejor no quitarmela y exponerse a la posibilidad de verme desnudo--. Me han nombrado tu administradora en la reunion a la que no has asistido. Tu empresa y mi empleo dependen de que te comportes como un ser humano normal, y yo tengo ordenes de que asi sea. Cada vez me da mas miedo esta mujer. Ahora entiendo por que el conserje no queria emitir un juicio de valor sobre la susodicha. Es la gafotas de la reunion, ahora me acuerdo de ella. Con esa voz aguda… Tan estridente a estas horas de la manana. No he pasado tanto miedo ni cuando estuve en una carcel turca un par de dias, prefiero no recordarlo, pero es que ha sido inevitable tras la imagen de esa mujer. Que ahora que lo pienso, me pregunto si es una mujer o un hombre delgado, aunque tiene el pelo largo, pero no por ello tiene que ser mujer, ?no? Bueno, tal vez me estoy pasando en su descripcion, pero es poquita cosa y muy poco femenina. --Levantate y vistete, te espero en el salon. Tienes cinco minutos --me ordena. ?Esta que se cree? Esta loca si cree que voy a obedecerla… Sin embargo no me da margen de respuesta, porque cuando se me ocurre una respuesta para ella, ya se ha ido. No tardo cinco minutos, tardo uno en ponerme los pantalones y una camisa y presentarme en el salon, donde me espera de pie con su maletin. --No pensaras ir asi a la oficina, ?verdad? --No pienso ir a la oficina, pero si quisiera ir, ?por que no podria ir asi? Ella me mira boquiabierta, creo que se ha quedado sin palabras, y yo sonrio al comprobarlo en su reaccion. Pero no, no se ha quedado sin palabras. --Pues para empezar es ridiculo lo que llevas puesto, esa camisa no tiene botones hasta el ombligo, por no hablar de los pantalones, que creo que es imposible que el ojo humano pueda apreciar mas variedad de colores, ademas de que la gente acabaria preguntandose hasta donde llegan tus partes nobles --dice ruborizandose al final. --Si alguien se preguntara eso se lo podria ensenar --aseguro sonriendo y sosteniendo mis “partes nobles” con la derecha. Creo que ya se su punto debil, parece muy dura, pero no es mas que una ninata que se ruboriza y llama “partes nobles” a mis partes nobles, pienso sonriente--. Ademas, nunca se sabe cuando sera necesario hacer yoga, o incluso cuando sera necesario ensenar hasta donde llega --digo volviendo a poner mi mano en mi entrepierna. --Pues ponte un traje y vamonos, porque no vas a hacer yoga. --Pues solo con verte ya me entran ganas de hacer yoga o algun tipo de metodo para relajarme. ?Te han dicho que eres insufrible alguna vez? --Nadie inteligente --sentencia--. Y ahora ponte algo con lo que te pueda sacar a la calle y no digas mas tonterias, tenemos trabajo que hacer. --Puedo hacer mi trabajo perfectamente sin ti, no acepto lo que se ha acordado en esa reunion. --Si hubieras estado sabrias que si no colaboras se liquidara todo y venderan las acciones, nadie da un centavo por esta empresa ahora mismo, bajo tu responsabilidad. No te queda mas remedio que aceptar mi intervencion o nadie querra hacer negocios con los Doyle. --Odio a mi hermano --me quejo como un nino con una rabieta. Empiezo a lanzar los cojines del sofa a todas partes porque no me puedo librar de esta pesada. Tengo que trabajar con ella por culpa de esos vejestorios y de mi hermano y yo nunca he querido trabajar, y menos con una repelente gafotas como ella. --?Has terminado? --pregunta ella sin moverse de donde ha estado todo el tiempo. Yo miro el sofa y localizo un pequeno cojin. --No --respondo agarrando el cojin y lanzandolo con furia al suelo--. Ahora si. La veo poner los ojos en blanco y negar con la cabeza. Tambien oigo que susurra algo para si cuando me doy la vuelta para hacer lo que me ha dicho. Ha conseguido que me ponga un traje, pero he elegido uno que bien seria digno de un gigolo. El traje es blanco y lo he acompanado de unas gafas de sol doradas. Vamos en su coche, se ha empenado en conducir ella alegando que no se fia de mi. Tambien me ha dicho que vendra a por mi cada manana. Tengo miedo de nuevo. --No pienso perder mi empleo, he trabajado mucho para que un ninato malcriado me arruine la vida. --!Pero si eres tu la que me la esta arruinando! --Llevas arruinandote tu solo desde que naciste. --No, llevo viviendo y siendo feliz desde entonces hasta esta manana, cuando has aparecido en mi habitacion como la nina de la maldicion. Todavia se me ponen los pelos de punta. Ella esta algo tensa, lo noto en que conduce un poco mas deprisa, y ahora tengo mas miedo que antes. --Me daria verguenza ser como tu --dice en un tono bajo, como si hablara para ella misma. --Deberias de refunfunar menos. ?No tienes un novio que te eche un polvo para que te tranquilices? --Esa es la tipica respuesta machista que diria un idiota. --Imaginaba que no tendrias novio… --digo mirando por la ventanilla. --Tu tampoco tienes novia. Y no me extrana… --Pero lo mio es por decision propia, lo tuyo viene impuesto… Solo hay que verte --le espeto con voz burlona negando con la cabeza. La oigo resoplar y acelera al mismo tiempo. Creo que hasta que deje de conducir voy a dejar de burlarme de ella, no vaya a ser que nos matemos. Cuando lleguemos al edificio Doyle seguire…

  • Por los aires de Stephen King

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    Stephen King odia volar. Para saber por que, solo tienes que abrir este libro.

  • Cuando llegue el invierno de Scarlett Butler

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    Daniela perdio a sus padres una fria noche de invierno y desde entonces odia esa estacion del ano. Pero su vida no dara un cambio hasta que no decida mudarse a Madrid y comience a trabajar en una agencia de viajes, donde conocera a Emma y Victoria, dos chicas que se convertiran en su gran apoyo.
    Leo vive por y para su trabajo. Le encanta ayudar a la gente y desvivirse por ella, pero siente que le falta algo. Cuando conoce a Dani, no entiende por que ella odia el mes de diciembre si es el mes de la ilusion y la magia.
    Esta es la historia de un flechazo, de esa quimica inesperada que surge entre dos personas que se acaban de conocer pero sienten que se conocen de toda una vida. Es la historia de un diciembre que lo cambia todo, llenandolo de intensidad y recuerdos que atesorar.

  • Menudas historias de la Historia de Nieves Concostrina

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  • La tormenta infinita de Laura Perez Caballero

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    Veo, veo. ?Que ves? Una cosita. ?Y que cosita es? Veo la cama de Eva Simon Marquez. Veo la cama de una estudiante de enfermeria de veinte anos que comparte piso en Oviedo con dos companeras mas. La cama esta deshecha. Faltan las sabanas y el colchon esta cubierto de sangre. Falta algo mas. Falta un cuerpo. El cuerpo a quien pertenece la sangre. Cuerpo que no es dificil imaginar envuelto en las sabanas ausentes de esa cama. Las camas sin vestir dan sensacion de mudanza, de dia de colada o de casa abandonada. No puedo evitar pensar en alguna de esas situaciones cuando veo una cama sin sabanas. En este caso, ademas, la sangre indica una agresion, una pelea, puede que un crimen. Veo a los de la cientifica afanandose en su trabajo, zumbando como moscas a mi alrededor, con ese aspecto aseptico que los rodea y que los vuelve impenetrables, ajenos a todo lo que no les parezca que pueda ser una prueba. Ajetreados en obtener todo aquello que pueda ser util, antes de que la escena se contamine, como se contamina todo aquello que toca la mano humana. Mis ojos se desplazan por el cuarto tomando nota. Persiana levantada, cortinas cerradas. Algo de sangre salpica la pared a la que esta pegada la cama, pero en general se concentra toda en el colchon. En el suelo una huella borrosa de un zapato, dibujada con el rojo de la sangre de la victima. --Supongo que alguien habra fotografiado eso --digo. Aunque lo hago en un susurro, mas para mi misma que para el resto, uno de la cientifica se apresura a responder que si. Su tono es neutro. No hay reproche por la intrusion en su trabajo. Las dos companeras de piso de Eva permanecen en el salon del pequeno piso alquilado. Esta en El Cristo, muy cerca del Campus, es facil saber porque lo han elegido. Es una tercera planta, en un edificio viejo en el que recientemente han instalado un ascensor que baja hasta los estacionamientos del sotano. En seguida hablare con ellas, pero primero quiero ver con detalle la escena del crimen. ?El crimen? Por la cantidad de sangre que empapa el colchon yo diria que si, que la pobre chica no puede seguir viva despues de haber perdido tanta. ?La chica? Estoy haciendo conjeturas demasiado rapido. No hay cadaver, la sangre podria ser de otra persona y la inquilina de la habitacion ser su asesina. ?Asesina? Todavia no se nada. Dejo hacer su trabajo a los de la cientifica y observo. Observo una mesita junto a la cama. Sobre ella una lamparilla de noche antigua, con una de esas tulipas que se llevaban tanto en los anos ochenta, un paquete de panuelos de papel, la funda de unas gafas, una botella de agua mineral y un libro. El libro se titula Tiempo de silencio. Esta escrito por Luis Martin Santos. Yo no leo demasiado. En la portada hay un par de ratas blancas, de esas de laboratorio. Giro el libro y leo la sinopsis. Va de un estudiante de medicina. Muy adecuado para alguien que estudia enfermeria, aunque tiempo es lo que alguien ya no tiene. Y silencio, bueno, no es silencio exactamente lo que se escucha ahora mismo en este piso, pero son gajes del oficio, el alboroto es basico en el inicio de una investigacion. El alboroto y el caos que se forma cuando cuatro personas nos movemos con premura en una habitacion de apenas ocho metros cuadrados. Uno de los agentes sale de un pequeno bano con lo que parece una servilleta de cafeteria. --Estaba dentro de la taza del vater, tiene algo escrito pero no es legible --dice dirigiendose a mi. La guarda con cuidado en una de las bolsitas plasticas que usan. Imagino a alguien extrayendola del servilletero de un bar, rojo (no se por que, pero lo imagino de ese color con la publicidad de una marca de cerveza serigrafiado en el) y garabateando algo en ella. Que se anota en una servilleta. Un numero de telefono, una direccion, un poema, o se hace un dibujo de forma distraida mientras se toma algo en un bar. Estas en la barra, sentada en uno de esos taburetes altos, tomandote un vino o una cervecita, mientras picoteas del coctel de frutos secos que te han puesto en un platillo y de pronto te llaman por telefono. El interlocutor te dicta un numero o una direccion y ?que haces? Sacas una de esas servilletas que no absorben absolutamente ningun liquido y le pides un boligrafo al camarero para apuntar en ella lo que te estan dictando. Veo una comoda un poco mas alla, apoyada contra la pared pintada de color azul cielo. A primera vista se distingue un cepillo de cabello, del que seguramente alguno de la cientifica habra recogido algun pelo, un foulard muy bien doblado, una caja que parece un joyero, un frasco de perfume. Y pienso que ni volcando todo el contenido del perfume podriamos dejar de respirar ese olor metalico tan caracteristico de la sangre. Ese olor se mete por la nariz y tarda mucho en abandonarte, se instala en la pituitaria y se repite una y otra vez a lo largo del dia, con mucha mas intensidad al tragar saliva. Veo una foto. Es la foto de una nina sentada frente a una tarta de cumpleanos con una vela de numero. El numero es un seis. Una mujer la abraza desde la espalda y su cabello, largo, claro y brillante, cae sobre los hombros de la nina, mezclandose con el suyo. Supongo que son Eva y su madre. Estan al aire libre, parece que es el patio de una casa. Hacia un dia esplendido, se puede apreciar por la luz en la fotografia, el sol estaba alto, asi que debia ser primera hora de la tarde cuando se la sacaron. Pienso en su madre, en que tendre que llamarla para darle la noticia de la desaparicion de su hija. No sera la primera vez, tampoco la ultima, pero todas son igual de incomodas, dolorosas. --Nosotros hemos terminado aqui --dice el jefe de la cientifica. El resto de sus hombres ya han salido de la habitacion. Es un hombre enorme, debe medir cerca de dos metros y tiene algo de sobrepeso, pero su voz es suave y amable -- ?Como esta tu madre, Lujan? --Sigue igual. Eres el unico del que recuerda su nombre --miento. Les digo lo mismo a todas las personas que tienen la delicadeza de preocuparse por ella, aunque sea con una simple pregunta. Puede que ni siquiera les importe, pero se agradece el que la recuerden ya que ella no puede hacer lo mismo. Sonrie y me aprieta el hombro con una de sus manazas antes de dejarme sola en el cuarto. Sola con los fantasmas. La habitacion se vacia y el silencio se vuelve, ?como se dice?, si el silencio se vuelve atronador. Vuelvo la vista de nuevo hacia la foto y despues observo la imagen que me devuelve el espejo que tengo enfrente. Veo una mujer de cincuenta y seis anos. Una piel lechosa, con pecas que, de nina, fueron el deleite de los abusones del colegio. Veo un cabello que llega a la altura de los hombros, cobrizo, con canas brillando en las sienes, intrusas peleando por destacar entre el tinte. Un rostro que se ha ido rellenando con carne y arrugas. Veo ojeras y bolsas bajo los ojos. Si, esa soy yo. Veo a Lujan Garcia Prieto, inspectora en el cuerpo de policia de Oviedo. Veo, en resumen, que otro caso mas me esta esperando. 2. ALEJANDRA Menuda noche, vaya manera de echar agua, hacia anos que no caia una tormenta asi. Lo se porque siempre me ha gustado ver los rayos mientras me siento a salvo, como ahora tras la ventana. Cuando era una nina, mi abuelo siempre nos contaba a los nietos como le habia caido un rayo a un vecino del pueblo mientras araban la tierra. Los ojos se le enrojecian y la voz salia temblorosa de su boca, acompanada de aliento con olor a vino y queso. Decia que el rayo le habia destrozado la ropa, que el vecino habia quedado tendido en el suelo, con el cuerpo abrasado y la ropa desperdigada a su alrededor. Los nietos le escuchabamos en silencio, sobrepasados por la historia y sobre todo por las lagrimas de mi abuelo. En nuestras cabezas se dibujaba la imagen de un hombre desnudo y chamuscado. Durante la infancia tuve miedo a las tormentas. Era un miedo que al mismo tiempo me atraia. Como el vertigo que se siente al montar en una montana rusa, o el cosquilleo mientras ves una pelicula de terror. Hace anos que lo supere para disfrutar del espectaculo natural que suponen los hilos de luz que caen sin piedad sobre la tierra, como si la castigara por haber cometido algun pecado. Eva me llamaba pesada porque yo contaba aquella historia, la de mi abuelo, siempre que habia tormenta. --Pero que pesada que eres, de verdad. Superalo ya --me decia usando aquellas expresiones de adolescentes que escuchaba en la escuela o leia por las redes. Sin embargo, el haz de luz que atraveso los cristales de mi habitacion no era el de un relampago. Era sin duda la luz que proyectan los focos de un coche. Instintivamente dirigi la mirada hacia el reloj despertador que tenia sobre la mesita para, entrecerrando los ojos, comprobar que era mas de la una de la madrugada. Luca, la perra pastor que le habiamos regalado a Eva cuando cumplio ocho anos, ladro en el salon, donde tenia su cama para dormir. El viento habia cambiado de direccion y las gotas de lluvia ya no golpeaban contra los cristales de la ventana. Contuve la tentacion de abrir las hojas para inspirar el olor a tierra mojada y observe sorprendida que se encendia el farolillo de entrada de la casa del jardin. La casa que mi marido habia construido para Eva cuando ella apenas tenia dieciseis anos y reclamaba intimidad. --Yo te construyo la casa, pero tu prometes ser responsable. Su padre siempre la habia mimado y consentido. --Es una cria --habia protestado yo. --Asi aprendere a dejar de serlo --replico ella. --Asi ?como? --Asumiendo responsabilidades, como dice papa --dijo mientras se colgaba del cuello de su padre. Sabia que habia ganado la batalla, que tenia a su padre vencido. Y eso bastaba. --A ver, a ver a ver. Cierra los ojos y desealo con fuerza, con mucha fuerza, con toda tu alma. Sabes que lo que se desea con toda el alma se acaba cumpliendo --reia Benjamin, encantado con los arrumacos de su hija. --Papa --protestaba Eva--, que ya no soy una nina pequena para creer en esas milongas. Y ya se habia salido con la suya. Eva siempre se salia con la suya. Su padre, arquitecto, dibujo los planos y se ocupo de construir una pequena casa de una sola planta con una cocina que hacia las veces de sala, una habitacion y un bano minusculo. Yo la observaba entrar y salir acompanada de Nestor. Me averguenza reconocer que algunas veces llegue a asomarme a traves de los cristales para tratar de ver lo que hacian dentro, deseando descubrir algo que me diera la razon en mi postura de que aun era una cria irresponsable, pero con el paso de los meses acabe por acostumbrarme y Eva se instalo a vivir en la casita de a hecho. Luca se quedo con nosotros en la casa grande. Eva habia rogado por tener un perro, pero se habia cansado de la perrita en muy pocas semanas. Benjamin era quien se ocupaba de sus cuidados, comprarle la comida, cambiarle el agua, sacarla a pasear por el monte. Luca le adoraba. La cortina de lluvia me impedia ver quien era la persona que abria la puerta y accionaba la luz del recibidor, pero si distinguia la figura de una mujer. Regrese a la mesita de noche y tome el telefono mientras buscaba su numero entre los contactos. Al tercer pitido su voz me llego como desde otro mundo. --?Mama? ?Te he despertado? --Eva ?eres tu? ?Estas en la casa del jardin? --Si, soy yo, mama. --?Que ocurre? ?Como has venido a estas horas? Y ademas con la que esta cayendo. --No pasa nada, mama, acuestate. --Voy a verte. --No, mama, acuestate. Estoy bien, de verdad, pero estoy muy cansada y no quiero que vengas con este diluvio. Manana con calma hablamos, necesito dormir un rato. Las madres sabemos cuando nuestros hijos no estan bien, pero ademas yo tenia una ventaja, o dos: la hora que era y el tiempo que hacia. Nadie se aventuraria desde Oviedo hasta Valmilar por gusto bajo aquella lluvia torrencial, pero como buena madre tambien sabia cuando era mejor ceder. --Esta bien, carino. Manana me paso a verte. Tuve que ir hasta el salon a tranquilizar a Luca que no dejaba de ladrar. Me miraba con esos ojos grandes y cansados, su pelaje se habia poblado de canas y cada vez aspiraba mas de sus pelos de los suelos y los sofas, ya tenia doce anos y comenzo a lloriquear cuando le dije con voz firme que se callase. --Tonta, tonta, ?que pasa? Es Eva. ?Por que te asustas asi? Eres una cagona, menuda perra guardiana estas hecha. La perra se dejaba mimar, mi mano pasaba una y otra vez sobre su cabeza, entre las orejas, arrastrado pelos entre mis dedos. En cuanto daba un paso para alejarme comenzaba a aullar desesperada. Al final me la lleve al cuarto y le permiti echarse sobre la alfombra, a mi lado, como si fuese una nina pequena asustada que quisiera dormir con su madre. Algo que Eva nunca habia hecho. A Luca no se lo habia permitido mientras Benjamin estaba vivo, sin embargo, al morir el fue como si Luca se volviera mas asustadiza. Benjamin habia sido el faro que guiaba su vida, ahora tenia que acostumbrarse a su ausencia y a mis cuidados, sustituir las rutinas que mantenia con mi marido a las que yo misma mantenia. Me parecio que su vida ya se habia vuelto lo suficientemente dura como para negarle algun capricho de vez en cuando, como el dormir en la habitacion conmigo cuando se mostraba mas estresada, como ahora. Lo ultimo que vi antes de meterme en la cama y quedarme dormida, hasta que me desperto la llamada al movil, fue un rayo caer en el terreno, cerca de la casa del jardin. O quien sabe, quiza solo hubiese sido parte de un sueno, el inicio de un sueno del que seria dificil despertar.

  • Intimando con el diablo de J. M. Guilengo

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    Un poderoso demonio expulsado del infierno al mundo de los humanos y convertido en mortal, una dulce y devota joven a la que la vida no ha hecho mas que torturar, y un veterano y arisco detective sumergido en el ultimo y mas oscuro caso de toda su carrera. Los caminos de tan distintos personajes se cruzaran en la ciudad de Barcelona y cambiaran el curso de la historia. Intriga, amor, fantasia y traiciones de la mano de "Intimando con el Diablo".

  • Las travesuras del destino de Diana Maria Parada Gomez

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    Oh noo ?quien llama a esta hora un sabado? !POR DIOS! ?Pero donde diablos esta ese telefono? !Joder! Que manera de arruinarme el dia, el mes, el ano !Para ya de sonar! Fue la manera como sali esa manana de la cama, refunfunando y odiando a quien sea que me haya despertado. Dando tropiezos, mas dormida que despierta, consegui divisar el telefono, caido al pie de mi comoda, frente a mi cama !Ahi estas! dije, como si se tratara de una conversacion con aquel aparato negro. --Hola. --Dije, Sin ninguna intencion de parecer amable. --!Buenos dias hija! Siento despertarte, espere que fueran las 11 para no molestarte tan pronto !Lo siento! Era mi madre, la pobre que conoce de sobra mi mal genio, mis manias y sobre todo como odio que me arruinen el sueno... claro habia conseguido que se sintiera mal por haberme llamado. --No pasa nada madre, buenos dias. Pense que era mas pronto. --Dije incredula mirando el reloj de pared, no eran las 11, en realidad faltaban 10 minutos para las 12. Es casi medio dia, no pense que hubiera dormido tanto--. !Que bueno que me has llamado! ?Como estas madre? --Bien carino, esta semana he ido a mis controles medicos y las analiticas han salido muy bien. ?Como estas tu? No hemos hablado en dias, supongo que estaras ocupada. --Lo siento madre. Tienes razon, he estado ocupada. Pero justo hoy tenia pensado ir a verte. --?!De verdad!? --Pregunto con una emocion que no era fingida y que yo no comprendia muy bien. Solo habian pasado 8 dias desde la ultima vez que nos vimos. !Cosas de madres! Pense. --Si madre, claro que es verdad. Pero soy un desastre y si no me llamas, hubiera despertado manana. --Que bueno que quieras venir, Laura esta aqui con tu sobrino y Sonia ha llamado a tu padre y a tus primas para que vengan. Haremos una comida. --Halaaa ?Teniais una comida y me avisais de ultima? --Dije en tono de nina mal criada como siempre. --No hija, por favor. Todo ha sido improvisado ?como crees? --Vale, no pasa nada. Me ducho, desayuno y en un par de horas estoy alli. --?Un par de horas? --Esta bien, dame una hora y llego, pero ya no me entretengas que tardo mas. --Vale, nos vemos luego, un beso. Y date prisa, --dijo casi gritando. Seguro pensando que cerraria la llamada y no la escucharia. Efectivamente en media hora estaba lista, pero claro, sin maquilarme ni desayunar y con la suerte que un dia antes habia ido a la peluqueria despues del trabajo. Llame a la empresa de taxis y en 3 minutos tenia el servicio en la puerta de casa, cogi dos barritas de cereal cuando pase corriendo por la cocina y me asegure a guardar el estuche de maquillajes en el bolso que llevaba. Durante el trayecto en el taxi, me maquille. Las barritas ni intente sacarlas, lo primero que vieron mis ojos fue un cartel colgado del asiento delantero que decia <> No pude evitar reirme de mi misma. Que comienzo de dia, pense en voz alta. De mi casa a casa de mi madre, solo hay 15 minutos en coche, en menos de una hora estaba ahi. Contrario a lo que pense no fui la ultima en llegar. Besos y abrazos a todos. La casa de mi madre era una fiesta, toda la familia, algunos amigos, musica. No entendia el motivo pero tampoco me resultaba algo extrano. Su casa nunca estaba en silencio ni sola. --!Muero de hambre! --Dije una vez termine con los saludos --?Has tomado cafe? --Pregunto mi madre --No madre, creo que aun voy dormida. Nos sentamos en el pequeno comedor de la cocina. Laura hablaba desde su movil con alguien a quien le encargaba comida y mientras, tachaba cosas en un cuaderno, Sonia, seguia invitando a mas gente y mi madre a su vez ponia magdalena en la mesa. Desayunar a esa hora no es habitual, pero lo que no haga una madre por sus hijos... Yo devoraba magdalenas como si no hubiera un manana, hasta que ellas por fin acabaron con sus llamadas y fue entonces cuando supe el motivo de la reunion. --Tu sobrino va a ser padre, dijo Laura de manera muy serena. ?!Que dices!? Dije casi gritando, todas estaban a la expectativa de mi reaccion. Yo no podia estar mas feliz. Pasada la euforia, le pregunte mas tranquila y con un tono de voz muy bajito, como si tuvieramos en frente a los protagonistas de la noticia. --Pero Manu solo lleva un par de meses con esa chica ?Como es posible que tan pronto...? --Mi hermana entendiendo mi confusion, me explico. Es su anterior novia la que esta embarazada de 3 meses y fue su familia quien la obligo a contarselo a Manu, ya que ella al ver lo rapido que le habia conseguido reemplazo, entendio que el le habia sido infiel y no queria hacerlo participe de su estado. Senti mucha pena de la chica, nunca llegue a conocerla personalmente, pero suponia que no debia ser facil ser madre soltera y menos siendo tan joven. La tarde transcurrio entre risas, musica y comida. Los ultimos en llegar fueron mis primas y mi padre, quien a pesar de llevar muchisimos anos separado de mi madre, mantenia con ella una buena relacion, no dejan de tener contacto y mucho menos con nosotras. Laura preparo una deliciosa paella, a mi me apetecia una gran fuente de ensalada y Sonia, ofrecia cosas para picar mientras poniamos la mesa. La tarde no podia ir mejor. Me vino a la mente el recuerdo de mi mal humor por la llamada de mi madre y me alegre mucho de que lo hubiera hecho. Estar con mi familia era de las pocas cosas que me hacian sentir plenamente feliz. Es una familia de locos, pero locos a los que amo con locura. A medida que entraba la noche todos iban marchando, el primero mi padre, que tenia otro compromiso, poco a poco los demas, hasta que Laura decidio tambien irse, ante el insistente llamado de Xavi, yo en cambio decidi pasar la noche en la que por muchos anos fue mi casa, algo que a mi madre la puso muy contenta. Sonia y yo recogimos el desorden y nos fuimos a dormir, estabamos muy cansadas y el vino me tenia un poco tonta. Al otro dia me desperto un aroma de cafe recien hecho, lo primero que senti al abrir los ojos fue un terrible dolor de cabeza, estaba claro que habia bebido mucho. Me di una ducha, afortunadamente siempre dejo un cambio de ropa en casa para estos casos. Tome un paracetamol y me reuni en la cocina con mi madre, Sonia y la pequena Helena. Hablamos de todo un poco, la noticia del nuevo bebe que venia en camino nos tenia pletoricos. Mi madre seria bisabuela, algo que ella admitia, nunca haber pensado. Despues del desayuno volvi a la cama, no sin antes decirles que las invitaba a comer y que llamaran a Laura para que estuviera con nosotras.

  • No cambies nunca, preciosa de Sophie Saint Rose

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    A Lara le llamo la atencion el camion en el aparcamiento y al ver el numero cuatro en la puerta trasera entrecerro los ojos. --Sera hijo de su madre. --Cabreada giro el volante metiendo su trailer de trece metros en el aparcamiento. Los neumaticos derraparon sobre la gravilla y freno tras el camion mientras varios gritaban si estaba loca. Cogio el bate que tenia en el asiento de al lado y abrio la puerta saltando del camion con agilidad. Varios al reconocerla levantaron las manos en son de paz antes de salir casi corriendo. Con un mal gesto aparto a un lado su larga trenza negra dejandola caer sobre su espalda y camino hacia el bar. Sus botas resonaron sobre la madera del porche y tiro de la puerta entrecerrando sus preciosos ojos verdes para acostumbrarse a la falta de luz. Dio un paso a su interior y pudo ver a Billy con una cerveza en una mano sentado en la barra. Pero no perdia el tiempo del todo porque con la otra mano le tocaba el culo descaradamente a una rubia que estaba como una cuba. La verdad es que no tenia mal gusto. Se acerco a el y tan distraido estaba que ni vio como levantaba el bate de beisbol. El golpe en sus piernas le tiro del taburete y la chica grito saliendo despavorida. Billy gimio en el suelo cogiendose una de sus piernas por debajo de la rodilla. --Joder, Lara. --?Donde debias estar, Billy? --Paso el bate a la otra mano y se agacho para pegarle un punetazo que le hizo rebotar la cabeza en el suelo. --?Donde debias estar, Billy? --!En Houston! --grito cubriendose con los brazos--. Vamos, somos amigos de la infancia. --?Amigos? --Le golpeo con el bate en la espalda y el gimio de dolor. --!Los amigos no se traicionan! !Los amigos cumplen! !Como cumpli yo al darte el trabajo, vago quejica! --Le golpeo de nuevo en la espalda y varios gimieron de dolor. --!Te lo adverti la ultima vez! -- Furiosa le dio una patada en el trasero. --!A Lara Princeton no se la torea! --Se agacho para gritarle a la cara --!Por cierto, estas despedido! --Hizo el amago de pegarle un punetazo de nuevo y este se cubrio como una nina. Mirandole con desprecio se incorporo antes de echar un vistazo a su alrededor. Senalo a uno que era musculoso y con los brazos llenos de tatuajes. --Tu, ?sabes conducir un camion? --Trabajo para los Carrigan. --Dos mil pavos si entregas ese cargamento en Houston antes de dos horas. Los ojos del tipo brillaron y dio un paso al frente. --Hecho, jefa. --Vamos. --Se agacho y tiro del llavero de la empresa que colgaba del bolsillo trasero del vaquero de Billy y le senalo con el dedo. --Por cierto, hablare con mi hermana de lo que haces cuando te tomas descansos, cabrito. --Le dio una patada en el estomago que le doblo de dolor y varios gimieron igual que el. Se volvio saliendo del local de muy mala uva y le explico a su nuevo hombreton a donde tenia que llevar la mercancia. Jack asintio. --Conozco el sitio. --Bien, cuando llegues a nuestra central con el camion, mi hermano te pagara. Buen viaje. Se subio a su camion y con agilidad lo volvio saliendo del aparcamiento. Cogio su movil del salpicadero y llamo a su hermano. --?No me digas que ya lo has entregado? --No he tenido esa suerte. Por su tono Tim se tenso. --?Que ocurre? --He pillado a Billy en el bar de la interestatal. El que tiene una tia casi en bolas en el anuncio. --?El Risck? --Ese. --Me cago en su... --Tranquilo, he conseguido otro conductor. Pagale cuando llegue. Dos mil. --?Estas loca? !Es el doble de la tarifa habitual! --Ya, pero es que hay que entregar la mercancia y tenia que robarselo a Carrigan. Su hermano se echo a reir. --El viejo se va a poner de muy mal humor. --Sobre todo porque sus congelados se han quedado en el aparcamiento. Se partia de la risa y no pudo menos que sonreir. --?A que hora vuelves? --Si tengo suerte y todo va bien, sobre las tres. Dile a Mindy que como vuelva a posar sus ojos en Billy, la encierro en casa de por vida. --Supongo que sera el quien no se acercara a ella. Tranquila. ?Crees que recuperaras su amistad? --?Con Billy? --Sonrio divertida. --Claro que si, no puede vivir sin mi. Agotada giro el volante metiendo el camion en la nave que tenia al lado de su casa. Estaba cargado de televisores y lo que menos queria era perder la carga antes de entregarla al dia siguiente. Estaba apagando el contacto cuando vio por el espejo retrovisor como su hermano se acercaba cojeando y abria su puerta mientras ella recogia su mochila. --Son las cuatro. --Te dije si todo iba bien. --Se bajo de un salto y le dio un beso en la mejilla. --Deja de preocuparte. --Tenemos un problema. Se volvio para mirar la silueta de su hermano. Solo entraba la luz de la luna por la puerta, pero cuando se acostumbro pudo ver que estaba tenso. --?Que pasa? --?Aparte de que Billy ha llamado a Mindy con sus quejas por tu delicado trato? --Si, aparte de eso. No estarias asi si no fuera por algo mas grave. --Nos han robado un camion. Me acaban de avisar hace diez minutos. Palidecio. --?Que? --El de papa. --?No lo llevaba Scott? --Si, bajo a mear y cuando salio el camion no estaba. Esfumado. --?Antes o despues de dejar la carga? --Antes. --Ella fue hasta la cabina y abrio la puerta. --Lara estas agotada. Llevas casi veinticuatro horas trabajando. --Si no encuentro esa carga tendremos que pagar cincuenta mil dolares por ella. Eso es un lujo que no podemos permitirnos. Y eso sin contar el camion. --Se subio a la cabina y arranco el motor encendiendo las luces. Miro a su hermano a traves de la ventanilla y le guino un ojo. -- Cuida del fuerte. Tim asintio preocupado y ella dio marcha atras. Fue directamente a su central y dejo el camion. Entro en la oficina a toda prisa y cogio las llaves de su camioneta. Todos sus camiones llevaban un GPS que ella se habia preocupado en instalar. Solo lo sabian su hermano y ella para que los chicos no se confiaran. Cuando se subio a su ranchera, saco el portatil de su mochila. Abrio el ordenador y pincho en la aplicacion. No le costo encontrarlo. El numero uno estaba como a cien millas de alli direccion sur. Arranco mirando la pantalla y un minuto despues estaba en la carretera. Estiro la mano y abrio la guantera para coger la pistola y ponerla en el asiento a su lado. Iba tan deprisa que poco mas de una hora despues vio la parte trasera de su camion. Cogio la radio. --?Tim? --Estoy aqui. --Lo tengo. --Dame las indicaciones. --Va por la diez direccion Sonora. Acabamos de pasar Kerrville. --No les pierdas de vista, pero no te acerques demasiado. --Tranquilo, me mantengo a distancia. No estoy tan loca. Su hermano rio al otro lado de la linea cuando empezaron a subir una pequena colina. Ya empezaba a amanecer y de repente vio humo ante el camion. Entrecerro los ojos estirando el cuello. --Os juro que como me jodais el camion os despedazo vivos. --Pero entonces lo vio. Colina arriba un coche gris habia tenido un accidente y salia de el un humo negro que no presagiaba nada bueno. Vio como su camion aceleraba pasando de largo. --Mierda. --Cogio la radio pisando a fondo y grito --!Tim, heridos en la carretera! Voy a detenerme. !Tim! Su hermano no contestaba y tiro la radio frenando la ranchera a un lado. Sin parar el motor corrio hacia el coche que era un BMW ultimo modelo y se acerco al conductor. La ventanilla estaba rota. El tipo tenia sangre en la cara y estaba desmayado. Toda la parte delantera estaba como un acordeon y los airbags habian estallado, asi que solo veia la mitad de su rostro. Sin perder el tiempo intento abrir la puerta. Miro el capo del que salia un denso humo negro que la hizo toser. --!Eh, amigo! !Despierte! --La puerta no se abria y era porque el lado izquierdo del vehiculo habia recibido la peor parte. Metio la mano dentro del coche por la ventanilla y noto como se cortaba, pero consiguio llegar al boton de los seguros. Intento abrir de nuevo, aunque sabia que no podria y corrio rodeando el coche por delante. Olia a gasolina y mucho. --!Amigo, despierte! --Abrio la puerta del copiloto y saco la navaja que siempre llevaba en su bota. Pincho los airbags y corto la tira del cinturon. Le escucho gemir. --Estupendo, esto es estupendo. --Le cogio por el brazo y tiro de el, pero pesaba muchisimo. Al ver la llama en el capo el corazon se le puso en la boca y tiro de el con todas sus fuerzas tumbandolo sobre el asiento del copiloto. Agarro sus manos y tiro de su cuerpo sintiendo que se le arrancaban los brazos por el esfuerzo, pero en cuanto saco su torso el resto de el cayo sobre la cuneta. Con la respiracion agitada siguio tirando del tipo y en ese momento llego un hombre con pinta de granjero. --Dejeme ayudarla. Entre los dos tiraron del hombre alejandole lo suficiente. Lara sonrio sudando a mares. --Lo conseguimos. La explosion la lanzo sobre la hierba y se quedo sin aliento al caer de espaldas. Intentando recuperar el resuello tomo aire y gimio de dolor sentandose. Al girarse y mirar hacia atras vio sangre sobre una piedra. Entonces escucho los gritos y al volverse de golpe se mareo. Pudo centrar la vista y vio a varias personas en la carretera. Una persona de uniforme se acerco a alguien que estaba en el suelo y grito pidiendo una ambulancia. ?Seria el granjero? Medio mareada se intento levantar, pero una pierna le fallo tirandola de nuevo. El ayudante del sheriff corrio hacia ella. --No se mueva. Ya viene la ayuda. --El hombre... --Se sujeto a su brazo queriendo levantarse. --Esta vivo, los dos estan vivos. Sintio un alivio enorme y se dejo caer de rodillas. --Bien. --Se sintio agotada y miro esos ojos castanos. --Me han robado el camion, ?sabe? Tengo que recuperarlo. Los seguros son unos buitres en estos casos. El tipo sonrio. --?Lara Princeton? --La misma --dijo antes de poner los ojos en blanco y caer desmayada hacia atras. --!Eres famosa! --exclamo su hermana emocionada haciendo que pusiera los ojos en blanco antes de mirar la television que tenia delante, mientras intentaba ponerse comoda en el sofa porque la espalda la estaba matando. --Lara Princeton --dijo el presentador de los informativos locales que sonreia de oreja a oreja--. Una heroina local que no solo es capaz de perseguir a los que intentaban robarle uno de sus camiones, sino que en medio de esa persecucion ha sido capaz de detenerse para ayudar a un accidentado justo antes de que su coche explotara en pedazos. Si, senor. Asi son las mujeres en Texas --dijo orgulloso como si fuera su padre. Se echo a reir sin poder evitarlo y su hermana pequena la miro indignada con sus preciosos ojos azules. --Tampoco fue para tanto. --Si que lo fue. --Ambas miraron las imagenes del coche ardiendo y como los bomberos intentaban apagarlo mientras a ella la metian en una ambulancia. Mindy la miro asustada. --Te digo que no fue para tanto. Apaga eso. En ese momento entro su hermano en el salon con el movil en la mano. --?El camion esta intacto? --?Quieres dejar de pensar en el trabajo? !Por poco la cascas! --Sois unos exagerados... ?El camion esta bien o no? --Esta bien. Han ido a buscarlo y esta todo. Pero esos cabrones se han escapado. Suspiro del alivio. Al menos lo habian recuperado. --Espero que ese cliente no nos abandone por no entregar a tiempo. El telefono de Mindy sono en ese momento y se levanto de un salto. --Es Billy. --?Como que es Billy? --grito mientras su hermana salia corriendo. Asombrada miro a su hermano que se encogio de hombros. --?Que quieres que te diga? No soy capaz de dominaros. Y me pasa desde siempre. --Muy gracioso. Su hermano suspiro sentandose a su lado. --?Estas bien? --preguntaron a la vez. Tim sonrio. --Hoy me duele mucho menos. --Sus ojos azules le echaron un vistazo de arriba abajo desde su tobillo vendado hasta su brazo que se habia llevado sus buenos puntos. --En este momento me preocupas mucho mas tu. --Estoy bien. Algo dolorida pero bien. Manana como nueva. --Reprimio un gemido levantandose y camino cojeando hacia la puerta. --Creo que voy a acostarme un rato. --Lara... Se volvio para mirarle y Tim sonrio. --No tienes por que encargarte de todo, ?sabes? Puedes relajarte de vez en cuando. --Claro que si, para eso te tengo a ti. --Le guino un ojo girandose con cuidado y en cuanto salio del salon grito --!Mindy, que es eso de que todavia hablas con ese inutil! !Ven aqui ahora mismo! --Su hermana no contesto. --Muy bien, ire yo. !Preparate para cuando llegue! Tim sonrio antes de mirar la imagen en el televisor. La foto de uno de los hombres mas ricos de America saludando al presidente de los Estados Unidos salia en ese momento. Frunciendo el ceno subio el volumen. --Efectivamente se acaba de confirmar. Rob Folder era el hombre accidentado y su pronostico es reservado. Su jefe de prensa hara unas declaraciones en unos minutos y por supuesto las seguiremos con interes. Su hermano chasqueo la lengua y cogio el mando apagando la tele. ?Debia contarselo a su hermana? --!Mindy ni hablar! !Ya estas dejando a ese inutil! --grito su hermana desde el piso de arriba. --!Solo me llevas tres anos! !No puedes darme ordenes!

  • Amor en el desierto de Maribel Roa

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    Samira Leibe es una mujer como la mayoria de las mujeres de la faz de la tierra, luchadora, segura y enamorada. Sin embargo, un dia todo salta por los aires. Un matrimonio que se esfuma, una inseguridad que se apodera de ella y una batalla de sentimientos que la deja devastada.
    Un dia, su confidente y mi mejor amiga, Cayetana, le propone embarcarse en una aventura, ir a visitar el pais vecino de vacaciones y hacer una ruta por las kasbahs. Sin saber muy bien por que, acepta.

  • Cafe y tarta de Mario Sanca

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    El agua cae sin contemplaciones desde el cielo. Las gotas de lluvia repican en el exterior contra los coches y el mobiliario urbano en una melodia anestesica y caotica, un actor en el fondo de la sala que susurra desde la distancia para comentar la escena que tiene lugar ante si. En una cafeteria de la ciudad, a traves de unos cristales perlados de gotas, se distingue un exterior frio, gris, casi detenido en el tiempo, que logra convertirse en una melancolica foto que alguien colgaria en una sala de espera. Una estampa en la que se recuerda que el agua no discrimina a nadie. Mientras, en el interior, la imagen, es muy diferente: acogedora, calida, alborotada por el sonido de la cafetera que calienta la leche, el impacto frio de las cucharas metalicas contras las tazas y las conversaciones de mujeres y hombres que ocupan las mesas. El olor dulce de las tartas y el amargo del cafe inundan todo el espacio, y arrancan una sonrisa de satisfaccion a todo aquel que llega del inhospito exterior. En ese momento de la manana, una pequena campana de metal indica que alguien abre la puerta de la cafeteria. El acolchado sonido de la lluvia desaparece durante los breves segundos en que la puerta esta abierta, y vuelve a la normalidad cuando el umbral se cierra. Al instante, se escucha un suspiro de agotamiento acompanado por el sonido caracteristico de unos zapatos mojados. --Te dije que cogieras el paraguas --comenta con una sonrisa la camarera al chico que acaba de sentarse en la barra. Con sus ojos del color del sirope de menta, enmarcados por el flequillo y unos mechones sueltos de tono chocolate con leche, observa al cliente de arriba abajo. Un leve gesto de negacion con la cabeza hace que el pelo de su coleta oscile de un lado a otro. --Se me ha olvidado en casa --contesta el mientras sus hombros bajan todo lo que su fisionomia le permite. Mojado por completo, su pelo corto, del color de las galletas tostadas, deja escapar pequenas gotas de agua que impactan sobre las gafas, por lo que su vision se transforma en un campo de estrellas translucidas y sus ojos caramelo quedan desdibujados. --Jaime... --La camarera llama su atencion--. Al menos quitate la gabardina --insiste con un tono dulce y calido, similar a la espuma caliente--. !Esta chorreando! No querras volver al trabajo con un resfriado. --No --contesta cansado--, supongo que tienes razon. Y con un movimiento lento, como si la gabardina se resistiera a terminar ese humedo abrazo, el chico se la quita con cuidado para no mojarse mas y la coloca en una butaca libre que hay junto a el. Esto deja a la vista el fisico delgado de un joven de veintipocos anos. --Tambien se te ha mojado la camisa. --Unos segundos de silencio siguen al comentario. El, a traves de las gafas, mira como lo observa--. ?Ves algo con eso? Deja que te las limpie. --Y sin pedir permiso, en un gesto que denota mucha confianza, se las quita y las limpia con mimo gracias a un par de servilletas de papel. Despues se las vuelve a colocar, en un movimiento que parece perfeccionado por la fuerza de la costumbre--. Mucho mejor, ?verdad? A traves de los cristales, ya limpios y transparentes, Jaime contempla la mirada de la camarera, clara, con una mezcla de alegria y algo mas intenso, dificil de identificar, sobre todo en alguien que apenas ha llegado a la treintena; como si su edad no acompanase el nivel de profundidad que aguarda esa mirada. --Si, gracias, Elena. --Se quita las gafas para comprobar con satisfaccion los cristales. --No tienes que darlas. La camarera lo examina de nuevo. Sin la gabardina empapada tiene mejor aspecto, al menos no parece un perro abandonado. Pero ese pelo despeinado y la camisa pasada de moda no ayudan. --Si alguien te viera ahora, diria que te sientan fatal las Navidades --comenta Elena mientras arquea una ceja. --Lo se --contesta mientras intenta sonreir. --Perdone, jovencita. --Un hombre la llama desde el otro lado de la barra. --Ahora mismo vengo, Jaime, mientras... --Lo vuelve a mirar, aunque es incapaz de terminar la frase. Contiene una carcajada y, con una sonrisa en los labios, se aleja para atender al otro cliente. A esas horas, casi a final de las fiestas, y con una lluvia que no invita a la gente a salir de casa, apenas hay transeuntes por las calles. En la cafeteria, unas pocas personas, divididas en un par de mesas, cortan el silencio del lugar; sus conversaciones se mezclan con el ruido de la vajilla y de la cafetera mientras la radio hace todo lo posible por no quedarse en un segundo plano. En los pocos momentos en que el sonido de fondo se sincroniza, el cafe se llena del lamento de los asistentes y sus quejas sobre la vuelta al trabajo. Mientras, Jaime se conforma con mirar la lluvia caer en el espejo de detras de la barra. Las gotas forman una pequena neblina translucida que distorsiona la imagen al otro lado de la calle. Y, en un instante, la escena se inunda con el aroma de cafe recien hecho, chocolate y una pizca de limon. El muchacho se fija en la barra y se da cuenta de que, delante de el, ha aparecido una gran taza de cafe con una cremosa capa de leche y una suculenta porcion de tarta. Y ese leve olor a limon solo puede proceder de una persona. --De nada --responde Elena a la pregunta que no llega a formular Jaime. --?Y eso? --Invita la casa. --Vaya... --dice el chico sorprendido--. Voy a tener que dejarme el paraguas en casa mas a menudo. --Yo que tu no me arriesgaria. Y con una amplia sonrisa, Jaime clava el tenedor en la tarta y escucha el ruido efervescente que produce el bizcocho al tacto con el metal; al mismo tiempo que, por el rabillo del ojo, observa como Elena fija la vista en algun punto de la cafeteria. Cuando sigue la direccion de la mirada, comprueba que contempla a un chico y una chica sentados en una de las mesas. --?Que opinas? --pregunta ella mientras seca los cubiertos con un pano. El se gira un poco en el asiento para observarlos mejor: el cruce de miradas, los gestos, la postura, el tono de sus voces, sus expresiones... Todo pequeno detalle que pueda delatar el tipo de relacion que hay entre ellos. --Amigos --declara Jaime tras unos minutos de analisis. Elena tuerce la boca en un gesto que deja claro que no esta de acuerdo. --No estoy tan segura. ?Hermanos? --No --niega con la cabeza el tras darle un pequeno sorbo al cafe--, amigos. Creo que el quiere ser algo mas. --?Tu crees? --pregunta ella, esceptica. --Claro que si. --No me terminas de convencer. --La camarera suelta los cubiertos y el pano con resignacion --. Eso mismo podria pensar un desconocido de nosotros. --?De nosotros? Nada mas lejos. --Es cierto. Es evidente la relacion que hay entre nosotros. --?Tu crees? --repite Jaime--. Ahora es a mi al que no terminas de convencer. Elena mira a la pareja de la mesa y suspira. --Bueno, supongo que, con el tiempo, lo averiguaremos. La campana de la puerta vuelve a sonar. La camarera presta atencion a los nuevos clientes y deja a Jaime con su tarta y su cafe para atenderlos.

  • Irlanda. Luchando por una pasion de Claudia Velasco

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    En 1913, Sean O’Callaghan, miembro de la Hermandad Feniana estadounidense, llega a Dublin para apoyar financieramente el alzamiento de Irlanda contra los britanicos, desencadenando, de paso, una serie de acontecimientos que lo llevaran a conocer a Eireann O’Niall. Una irlandesa insolita, una camarada revolucionaria, una rebelde indomable que cambiara su percepcion del mundo, de la vida y de sus sentimientos y que lo llevara a experimentar la aventura mas arriesgada y apasionante de su vida.

  • De postre, tu de Claudia Velasco

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  • Doble Filo de Carlos Rubio

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    Basada en un hecho real sucedido en la ciudad de La Habana a finales de los anos 40s (el asesinato de una prostituta llamada Lola a manos de uno de sus amantes), la novela Doble Filo nos conduce a traves de sus paginas hasta este violento suceso.

  • Malaherba de Manuel Jabois

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    Manuel Jabois llega a la novela.

  • Una ultima termporada de Ruth M. Lerga

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    Una emocionante novela en la que su autora nos deleita con la arrebatadora historia de amor entre dos de los vastagos de Julian y April (personajes de Cuando el amor despierta) y James y Judith (que ya aparecieron en Cuando la pasion espera).

  • Litio de Malen Denis

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    Litio es una novela hecha de cartas que la autora se manda a si misma o a un desconocido, y que juntas suman la experiencia de la migracion, de precariedad, de una generacion millennial hiper-medicada en busca de esa felicidad que nadie encuentra.

  • ADN de un Apocalipsis de Lucas Seimandi

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    Ambientada en una Argentina no muy lejana, ADN de un Apocalipsis experimenta los conflictos de cientos de refugiados que deberan adaptarse a vivir en un edificio sin luz ni ventilacion natural. Mientras las autoridades ocultan informacion para evitar el caos, el mundo fuera del Bunker se devora a si mismo. Marcos vive dentro del Bunker junto al resto de los refugiados, es uno de los pocos sobrevivientes del virus que contagio a los animales y acabo con la humanidad. Junto a Luci, la directora del Laboratorio 7, debera encontrar una cura para poder regresar al exterior… si es que las autoridades del Concejo se lo permiten.

  • Abre tu mente a los numeros de Barbara Oakley

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    Estamos acostumbrados a enfrentarnos a las matematicas o a las ciencias de forma limitada. Y hay muchos metodos y tecnicas diferentes para aprender a enfocar los problemas y resolverlos. Muchos mas de los que crees. Tanto si eres estudiante, como profesor o madre de hijos en edad escolar, este libro te proporcionara herramientas para potenciar todas las capacidades de tu cerebro y te desvelara todos los secretos para conseguir un aprendizaje efectivo en matematicas o en cualquier otra disciplina.

  • Mi error fue ser solo tu vecina. Parte 1 de Moruena Estringana

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  • Las sinsombrero 2. Ocultas e impecables de Tania Ballo

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    Ocultas e impecables recupera el legado y los avatares de aquellas Sinsombrero (las intelectuales y artistas de la Generacion del 27) que por diversas razones tuvieron que acomodarse al papel que les deparaba el franquismo. Mientras sufrian el terrible exilio interior, desde un ostracismo casi absoluto, fueron capaces de asumir una labor que ha sido fundamental en la historia social, politica y cultural de nuestro pais. Un pais que nunca las reivindico.

  • El caso Morel de Rubem Fonseca

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    El fotografo Paul Morel recibe una inesperada visita en la celda donde esta prisionero. El comisario Matos y su amigo Vilela, una famoso novelista, estan dispuestos a todo para averiguar cuanto se refiere al crimen que imputan al artista. Este, al parecer, esta escribiendo una autobiografia con la que pretende confesar unos actos que ni en sus mas retorcidas pesadillas Matos podria llegar a imaginar. Pero ?que hay de ficcion y que de realidad en tan delirante texto? Sexo, violencia, depravacion, abusos…todo cabe en el relato. ?O quiza era eso su vida?

  • ?Que es el populismo? de Jan-werner Muller

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    Donald Trump, Bernie Sanders, Marine Le Pen, Beppe Grillo, Viktor Orban, Recep Tayyip Erdogan y Nicolas Maduro son prueba de que hay un auge populista en el mundo. Pero, ?de verdad tienen algo en comun todos estos personajes (aparte de su vociferante modo de ser)? ?Existe, de entrada, eso que ellos llaman “el pueblo”? Su forma de actuar en la escena publica, ?reduce la distancia entre el gobierno y la gente, o en realidad es una amenaza para la democracia? ?Hay alguna diferencia entre el populismo de derecha y el de izquierda? Jan-Werner Muller sostiene que el nucleo del populismo es un rechazo extremo de la diversidad: los populistas afirman siempre que ellos, y solo ellos, representan al pueblo y sus autenticos intereses. Analitico, accesible y provocativo, este compacto volumen hace un recorrido historico por diversos rincones del mundo para definir las caracteristicas de este fenomeno politico y social, y propone estrategias concretas para contrarrestar los sofismas que le permiten a un lider o un grupo erigirse --falsamente, desde luego-- como representante unico de la voluntad popular.

  • La decadencia de la mentira de Oscar Wilde

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    La decadencia de la mentira (1898) no es solo uno de los dialogos de mayor alcance teorico de Oscar Wilde, sino que representa su manifiesto antinaturalista y una contribucion tan notable como polemica, aun hoy, al debate sobre el valor del arte. Para Wilde, cuando se exige al arte que renuncie a la bellezala mas elevada aspiracion humanaen pos de la verdad, se sacrifica una de las capacidades mas extraordinarias del ser humano: la de transformar la realidad. Crear significa urdir maravillosas mentiras para convertir el mundo en un lugar digno de nuestro asombro. Y cuando el Arte consigue liberarse de las cadenas del realismo, no solo no imita a la Naturaleza ni a la Vida, sino que se convierte en el modelo de ambas.

  • Orgullo y dolor de Sandra Gabriel

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    Una historia de amor, orgullo y dolor que se desarrolla en una pequena isla del Caribe en los albores del siglo XX.

  • Los gatos caen de pie de M.j. Fernandez

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    Salazar debera enfrentarse a un crimen desconcertante, al mismo tiempo que atraviesa por uno de los momentos mas dificiles de su vida personal.

    En un barrio elegante de Haro asesinan a toda una familia durante la celebracion del cumpleanos de uno de sus miembros. Todos los Acosta estan muertos excepto el hijo menor, a quien encuentran en su habitacion drogado, dormido y con el arma homicida en la mano. A pesar de la brutalidad del crimen, la resolucion parece muy sencilla a primera vista, hasta que Salazar encuentra evidencias que le hacen sospechar que hay mucho mas detras del aparente parricidio y fratricidio.
    Conforme avanza la investigacion, los detectives de <> descubren que los Acosta ocultaban secretos inconfesables que los convertirian en el objetivo de la venganza de un gran numero de personas, algunas en extremo peligrosas... Incluso para el propio Salazar.
    Al mismo tiempo, don Braulio le pide ayuda a Nestor para encontrar a dos jovenes que se fugaron y perdieron el contacto con sus familias. Lo que en un primer momento parece una chiquillada sin importancia, adquiere caracter oficial con la aparicion de un cadaver. Dependera de Salazar y su equipo detener al homicida antes de que haya nuevas victimas...

  • Un futuro hogar para el dios viviente de Louise Erdrich

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  • Nobelnomics de Juan Carlos De Pablo

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    Un original recorrido por la historia de la economia moderna a partir de las contribuciones clave y los aspectos mas intimos de los economistas distinguidos con el galardon mas prestigioso del planeta.

  • Tristan. Dejate llevar de Jenny Del

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    Meti las cosas en el maletero y me dirigi hacia la ubicacion que me habian enviado, estaba de lo mas nerviosa con mi nuevo trabajo y vereis el por que... Tenia veintinueve anos y un futuro de lo mas incierto, mi madre alcoholica y no habia manera de ayudarla, me habia dejado la vida en ello, incluso habia sacrificado mis estudios que lleve hasta el final, me saque el bachillerato, pero ahi tuve que parar. Mi madre vivia de la pension que mi padre le habia dejado cuando murio, ademas muy buena pension, ya que el era un cirujano muy reconocido, asi que nos dejo bien cubiertas. La vida en mi casa era insostenible, no se gastaba todo el dinero en alcohol, pues la verdad que tenia una posicion comoda, pero era un desastre. Por las tardes comenzaba a beber y se acostaba como una cuba, al dia siguiente no era persona hasta la hora de la comida, donde tambien comia bien poco y, tras ella, de nuevo a su vaso de whisky a palo seco. Yo me encargaba de la casa, de la compra, de todo, incluso de ella, intente de mil formas que saliera de ese tunel en el que estaba metida, pero nada. Para colmo se habia echado un novio que, aunque no bebia como ella, no aguantaba a los dos en el salon por las tardes entre charlas de lo mas absurdas. No se como ese hombre no hacia por sacarla de esos malos habitos que se la iban a llevar por delante cualquier dia. Con la llegada de Manuel, su novio, comence a trabajar limpiando casas, cuidando ninos, todo lo que me salia con tal de salir de ese lugar en el que se me caia el techo encima. El trabajo me lo conseguia una empresa de trabajo temporal, esa que, tras un ano conociendo mi seriedad a la hora de trabajar y el impecable grado de satisfaccion que ocasionaba en los que me requerian, no dudaron en ofrecerme este nuevo empleo al que estaba a punto de llegar. Mi nuevo empleo consistia en estar durante un ano de interna en una casa a las afueras de Salamanca, en una casa de lujo ubicada en plena sierra en medio de un terreno. Mi jefe seria el senor Tristan, un arquitecto de treinta y nueve anos que vivia con su hijo Fidel, de cuatro, solo los dos, asi que mi trabajo seria encargarme del nino a tiempo completo, desde que se levantara hasta que lo acostara por la noche. Durante ese tiempo intentaria ahorrar al maximo para poder alquilar un apartamento y conseguir un empleo rapido con el que mantenerme, todo menos volver a la casa que me estaba matando en vida. Manuel, el novio de mi madre, era funcionario en el ayuntamiento, divorciado con cuatro hijos que ya vivian independientes, el se habia encaprichado con mi madre y ahi estaba, bailandole todas las aguas, al menos le hacia compania, pero vamos me daba mucha rabia que el, que entre semana no bebia, no fuera capaz de sacarla de ese vicio. Mi coche llevaba cuatro anos conmigo, pero cuando lo compre tenia ocho, asi que ya estaba un poco a falta de todo, pero bueno, me llevaba y me traia, me lo regalo mi madre unos Reyes. Quince minutos despues llegue ante aquella imponente casa, vamos que se notaba que era arquitecto y que estaba disenada por el. Una casa donde la planta de arriba salia en ala de la de abajo, todo en cristal, pero no se veia hacia dentro, era rectangular, mirando hacia fuera, pero claro, ya no veia mas, pero arriba de esa ala habia otra planta mas pequena, esta de madera con ventanas abuhardilladas. Llame al timbre de la puerta principal y, tras identificarme a una senora muy simpatica a traves del portero automatico, se abrieron las puertas. Dios si flipe con lo que tenia ante mi... Toda la parte de abajo estaba acristalada, pero esta vez si se veia y entre medias, separando habitaculos, unas tiras anchas de madera de arbol en relieve, tal cual, alucinante, se veia el salon, y la cocina donde una mujer miraba hacia mi coche. Habia un camino por el que ir hasta la izquierda donde habia unos aparcamientos techados y divididos, asi que en uno de los huecos aparque, solo habia dos coches y por lo menos veinte plazas. Esa entrada a la casa era espectacular, nada hacia presagiar que dentro de esos muros habia ese impresionante jardin que tenia de todo. Ni en las mejores novelas que veia en la tele salia una casa asi. En esta zona de la izquierda, el aparcamiento estaba techado en ladrillos toscos, era una maravilla como todo a lo que alcanzaba mi vista. Al otro lado habia una piscina en forma de lago, con dos palmeras que a la vez hacian de mesas altas y entre ellas una tabla de madera uniendolas. Detras de la piscina y pegado al muro, un techo gigante con sus pilares de madera y debajo una mesa para unas doce personas, con bancas alargadas, por supuesto todo en madera, ademas un billar, minibar, unas mesas individuales y fuera del techado una barbacoa impresionante con un diseno de lo mas moderno, como todo lo que ahi resaltaba. Balancines, camas tipo balinesas... Aquello parecia el exterior de un resort, madre mia la de dinero que habia ahi invertido, todo el que yo no ganaria en la vida. Tire de mis dos maletas por el caminito de madera hasta la entrada de la casa, de donde salio la mujer que debia de ser la que estaba en la cocina, una senora de unos cincuenta anos. --Hola, Jimena --sonrio cogiendo una de las dos maletas, me habia gustado que me llamara por mi nombre--. Me llamo Rosalia, y soy la mujer de la limpieza y cocina. --Hola, Rosalia, gracias --sonrei siguiendola. --El senor y su hijo no estan, salieron a hacer unas compras. --Vale --murmure sonriendo mientras la seguia por aquellas zonas que me dejaban perpleja, y es que toda la parte baja era un salon enorme, pero de lo mas impecable, la cocina, que era igual de impresionante, y un bano que vi desde fuera al pasar, ya que estaba abierto, pero era impresionante tambien. Al fondo a la izquierda estaba la escalera, pero es que habia una puerta que daba al jardin trasero donde vi una mesa en el porche con sus buenos sillones, una piscina para ninos, un parque de madera para el pequeno y una tienda grande de camping con dibujitos, se veia que esa zona era para el disfrute de su hijo. Subimos y en esa planta habia cuatro puertas, una estaba abierta y pude ver que era la del nino, una habitacion impresionante con su bano privado segun me iba explicando ella. La siguiente era la de Rosalia, me quede impactada cuando la abrio y vi aquella preciosidad todo hecho con troncos de arboles y a la que no le faltaba detalle, con un bano precioso, era para morir de amor. Mi cuarto era igual, estaba en frente, impecable, olia a nuevo, la cama gigante con ese edredon blanco y en alto, impresionante armario, mesitas de noche, comoda y el bano igual que el de Rosalia. --La habitacion de al lado es la de invitados, pero vamos, que aqui no viene ni Dios -- murmuro sonriendo--. La buhardilla de arriba es del senor, quizas algun dia, si le coge de buen humor, te la ensene. --?Suele estar de malhumor? --No es malhumor, es seriedad, no se rie ni con las cosas del nino --volteo los ojos--, pero es buena persona, si necesitas algo el te lo facilita todo. --Menos mal, ya lo que me faltaba, serio y capullo --le cause una carcajada y si, yo era muy payasa. --Bueno, te dejo que coloques todo y te espero en la cocina para prepararte un te frio, que te va a dejar como nueva. --Me encantan todos los tipos de te. --Pues veras los que yo hago --me hizo un guino antes de salir y cerrar la puerta. En ese momento me di cuenta de algo, las ventanas daban a los laterales, no podias ver ni adelante ni hacia atras de la casa, cosa que la hacia de lo mas intima, si senor, ese hombre pensaba con la cabeza. Coloque toda mi ropa y mis objetos personales, queria dejarlo todo listo antes de bajar, no sabia como se me iba a dar ese primer dia. Me llego un mensaje de Desire, mi mejor amiga, preguntando que tal habia llegado. Ni que me hubiera ido en coche a Groenlandia, vamos, pero asi era ella, exageradita a mas no poder. A ver, dire que la entendia, y es que un accidente de coche fue lo que le quito al amor de su vida hacia ya diez anos. --Hola, cosa guapa --me dio como saludo al contestar a mi llamada. Para que escribirla, cuando sabia que se quedaba mas tranquila si me escuchaba la voz. --Pues muy bien, Groenlandia no esta tan lejos de mi casa, despues de todo. --?Que dices de Groenlandia, loca? --Nada, hija, pero como te has preocupado por un viaje de quince minutos en coche, pues... --Para matarte, chocho, de verdad que si. ?Ya has conocido a tus jefes? --Jefe, solo es uno, el padre del nino. --Pues por eso, boba, jefes, que el chiquillo tambien sera un jefecillo. --No estan, la mujer que se encarga de la limpieza y de cocinar me ha dicho que han salido. --Vamos, que me quedo sin saber como es el. --?En que lugar se enamoro de ti...? --cante, y es que, si algo teniamos Desire y yo, es que nos veniamos arriba enseguida cuando alguna decia una frase que nos recordara a una cancion. --Preguntale, ?a que dedica el tiempo libre? Y luego me lo cuentas --solte una carcajada, y ella aun mas fuerte. --A ver, que he venido a trabajar, a encargarme del nino, no a ser tu reportera particular, que no soy periodista, hija mia. Si es que, tienes unas cosas... --Vaya por Dios, y yo que queria que me contaras chismes de prensa rosa. --Desire, eso para tus clases de zumba. --!Por cierto! "La plasticos" le esta tirando los trastos al monitor de spinning. Si, "la plasticos", asi llamaba ella a una de las habituales en el gimnasio donde ella trabajaba. Y es que esa mujer no parecia de verdad, tenia silicona, Botox y a saber que mas, en todas las partes posibles del cuerpo. Si hasta la piel le brillaba como si fueran las piernas flexibles de una Barbie. --Pues con bueno a ido a dar, que a ese no hace falta que lo animen mucho --Leo, el monitor al que se referia, era un hombre de treinta y seis anos de esos que ves y crees que es modelo de ropa, guapete, atractivo, muy simpatico y... un pica flor de tres pares de narices.

  • La mujer perfecta de Day Leclaire

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  • El secreto de Sibila de Mirta Perez Rey

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    Una gran novela con las dosis justas de amor, intriga y pasion, con el teatro Colon como escenario. Un teatro lleno de magia que la autora erige en todo su esplendor, desplegando ante nosotros sus pasillos poblados de fantasmas y amores a traves de tres mujeres inolvidables.

  • El taller de libros prohibidos de Olalla Garcia

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    Un thriller historico ambientado en el fascinante mundo del libro en el siglo XVI.

  • Volando alto de Carmen Gracia

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    Susana lleva anos trabajando como azafata en vueltos intercontinentales. Una vida cansada pero gratificante, la cual sufre un “revuelo” inesperado cuando el piloto del avion cambia. Eduard, a diferencia del anterior capitan, es alto, apuesto, simpatico, atletico y con una sonrisa arrebatadora. Por supuesto, Susana comenzo a ir con una sonrisa mas grande al trabajo. Hasta que una noche, en el hotel, mientras todo el equipo del avion celebraba con motivo de ano nuevo, la joven termino bebiendo una ultima copa con Eduard y acabaron en su habitacion. A la manana siguiente, bueno, ya no habia nada que lamentar, asi que se podia repetir. Y ya puestos, en el avion mismo si hacia falta. Pero por supuesto, tener relaciones en el trabajo estaba mal visto, sobretodo cuando comienzas a mezclar trabajo con placer de verdad.

  • La piel no olvida de Fernanda Perez

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    Novela coral sobre mujeres que rompen con los moldes de la epoca y hombres comprometidos con un mundo que cambia.

  • Una noche con su ex de Katherine Garbera

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    El reencuentro inolvidable de dos amantes.

  • Confesiones de una editora poco mentirosa de Esther Tusquets

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    Libro de memorias de Esther Tusquets, que complementa sus anteriores exitos de ventas y de critica. Sincero y audaz, donde la autora habla sin tapujos de su vida en el mundo de la edicion.

  • La corona de York (La casa de York 2) de Charlotte Byrd

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    Solia ser mi unica esperanza. Easton Bay: un hombre tan despiadado como hermoso y tan tierno como cruel. Cada toque suyo envia escalofrios por mi espina dorsal.

  • Olvidar el amor de Belinda Valle

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    El dolor de la separacion es para Belinda una tortura. ?Quien tuvo la culpa? Eso no importa y en realidad sirve para hacer mas dano.
    Un diario para olvidar el amor e intentar volver a tocar a la guitarra canciones con esperanza. Porque todos somos esclavos de nuestras decisiones, y tras ellas el arrepentimiento no es siempre suficiente.

  • Killian de Margotte Channing

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    E C A P I T U L O 1 n el despacho de Killian Gallagher, vampiro y magistrado de la zona norte de Irlanda, solo se escuchaba el rasgueo de la pluma sobre el papel. El juez estaba firmando la ultima sentencia que habia dictado y que se copiaria al dia siguiente en el libro oficial del Club Enigma, donde todos los miembros de la sociedad vampirica podrian consultarla cuando quisieran. Al igual que el resto de las sentencias que sus antecesores habian dictaminado a lo largo de la historia. Su mayordomo, al igual que el resto de los miembros del servicio de su casa sabian que no debian molestarlo a esas horas, ya que tenia asignado ese tiempo al papeleo correspondiente a su trabajo y necesitaba cada minuto de los que disponia, ya que el resto del dia lo dedicaba a la direccion de La Brigada. Por eso precisamente, cuando escucho el suave sonido que produjeron los nudillos de su mayordomo en la puerta del despacho, levanto la vista sorprendido. Tenia que ser algo realmente grave para que lo molestara. --Pasa, James. --El sirviente entro con un gesto de preocupacion en la cara. --Perdone, senor, pero ha llegado una carta de Burdeos. --?De Amelie? Dejala sobre el escritorio, luego la leere. --No, senor, precisamente lo que me ha extranado es que la letra no es la de la senorita de Polignac ni de su tia, la senora Lesnais, y he pensado que podria tratarse de algo grave. No obstante, si no es asi, le pido disculpas por haberlo molestado. Si Killian habia aprendido algo a lo largo de los anos, era a valorar las intuiciones de James, de manera que extendio la mano para que le diera el sobre. --Gracias, James. --Despues de dejarlo suavemente sobre la palma de su mano, el sirviente salio silenciosamente y Killian dejo la pluma sobre la mesa mientras observaba la letra. Era de mujer y tenia una caligrafia impecable, pero desconocida para el. Su intuicion le dijo que era urgente, de modo que cogio el abrecartas y la abrio, leyendola enseguida: 14 de 1844 B, Francia. Distinguido senor Gallagher: El motivo de la presente es informarle de que hace una hora que Celestine Lesnais, a quien Dios tenga en su gloria, ha dejado este mundo. Su hijo acaba de comunicarme que Amelie y yo debemos abandonar esta casa hoy mismo, en cuanto tengamos preparado el equipaje. Lamento darle la noticia de esta manera, pero Celestine no dio muestras de encontrarse enferma a pesar de su avanzada edad, al contrario, mantuvo siempre una vitalidad digna de mencion hasta el ultimo momento. Amelie me ha contado en numerosas ocasiones la profunda preocupacion que siempre ha mostrado usted por ella, pagando todos sus gastos, incluyendo mi sueldo, y por eso recurro a usted en este momento. Afortunadamente, tengo un poco de dinero ahorrado y con el podremos aguantar algunas semanas, si no lo malgastamos. He pensado coger una habitacion en la posada El cafe del puerto, que es muy conocida en la ciudad por su limpieza y buenos precios, esperando que usted nos envie una carta con lo que debe hacer Amelie, ya que no se como obrar en este caso. Es ella la que me ha pedido que le escriba, ya que esta muy afectada por la muerte de Celestine. La queria mucho, como todos los que tuvieron la suerte de conocerla. Pero su pupila se sobrepondra, no se preocupe. No en vano es una joven fuerte, inteligente y preparada, en parte, gracias a las diferentes materias que usted ha insistido en que estudiara a lo largo de los anos. No me molesta reconocer que al principio algunas de esas asignaturas no me parecieron adecuadas para una joven de su edad, pero segun ha pasado el tiempo, me he dado cuenta de que han sido muy provechosas para ella. Termino esta carta rogandole que nos envie su contestacion lo antes posible y perdone mi atrevimiento si le digo que, si quiere que su pupila viaje hasta Dublin para encontrarse con usted, debera enviarnos algo de dinero ya que con lo que yo tengo no alcanza ni siquiera para un pasaje. Esperamos impacientes sus noticias. Gabrielle Toure Institutriz. Killian termino la carta y se quedo pensativo durante unos segundos, luego se levanto y salio en busca de su mayordomo. Tenia muchas cosas que hacer si queria salir ese mismo dia de viaje. La puerta de la posada se abrio para dejar pasar a un hombre alto, moreno y con barba, que miro a su alrededor de forma un tanto despectiva, como si le resultara desagradable entrar en un sitio semejante. Cuando vio al posadero que estaba detras de la barra, se dirigio a el sin perder un momento llamandolo con gesto altivo; el hombre, un anciano calvo y delgado que habia visto de todo a lo largo de su vida, apreto los dientes y se mordio la lengua mientras se acercaba al recien llegado. No le gustaban los pedantes y el que acababa de entrar era uno de ellos, sin ninguna duda. --!Posadero! --volvio a llamarlo y en esta ocasion levanto la voz, a pesar de que el anciano ya se estaba acercando a el, mientras se quitaba los guantes de piel para dejar a la vista unas manos blancas y cuidadas. --?Si, senor? --Estoy buscando a dos mujeres. Deben de llevar aqui cerca de una semana... se llaman Gabrielle Toure y Amelie de Polignac. Tengo que hablar con ellas urgentemente. El posadero asintio mientras pensaba lo mas deprisa que podia. La mirada del desconocido moreno le dijo que no maquinaba nada bueno, asi que decidio mentirle; no solia hacerlo, pero no le daba buena espina que buscara a esas dos jovenes en concreto, y preferia avisarlas de quien las buscaba y que ellas decidieran si querian hablar con el o no. --Han salido hace un rato, senor, y no se donde han ido. El desconocido dio un golpe con los guantes en la vieja barra de madera donde el posadero servia las consumiciones, y solto una maldicion que hizo que los pocos clientes que habia a esa hora en la taberna se lo quedaran mirando con curiosidad. --!Maldita sea! !Ya le he dicho que necesito hablar con ellas lo antes posible! --con una maldicion volvio a ponerse los guantes--. Esta bien, cuando vuelvan digales que ha venido Pierre Lesnais a verlas y que volvere esta tarde. !Y que no vayan a ningun sitio hasta que yo venga! --Despues, se dio media vuelta con un revuelo de su capa y desaparecio por la puerta que daba a la calle. El posadero lo siguio con la mirada deseando saber que buscaba tan extrano individuo. Gabrielle y Amelie, mientras, paseaban muy cerca de alli por un parque paralelo al puerto como todas las mananas, cogidas del brazo y mostrando una estampa muy particular. Gabrielle, la institutriz, era una mujer bajita, su coronilla llegaba escasamente al hombro de su alumna, Amelie, y sus curvas hacian que los hombres que encontraban a su paso se quedaran mirandola a pesar de ir vestida como si fuera una mujer mucho mas mayor. Las curvas del cuerpo de Gabrielle le habian provocado muchos problemas a lo largo de sus veintiseis anos, razon por la que siempre vestia ropa suelta con la que intentaba disimular su silueta y el pelo sujeto en un mono tan tirante, que le provocaba dolor de cabeza. Ademas, tambien llevaba unas gafas de cristales gruesos que ocultaban sus ojos. Amelie, su pupila, tambien llamaba la atencion de cualquiera que mirara en su direccion sin proponerselo. Ademas de ser una muchacha alta y elegante, poseia unos ojos rasgados que recordaban el color del mejor whisky y un hermoso y rebelde cabello al que costaba mantener sujeto. Despues de andar durante bastante rato y al ver que no habia nadie a su alrededor que pudiera escucharlas, Gabrielle se decidio a hablar con su pupila y amiga: --Amelie, hay algo que llevo dias queriendo preguntarte. --La muchacha la miro. En la curva sensible de su boca se percibia la tristeza que sentia por la reciente perdida. Celestine era su tia, pero habia sido mucho mas que eso para ella desde que perdio a sus padres, tantos anos atras. Gabrielle suspiro deseando poder dejarla mas tiempo tranquila, pero, desgraciadamente, tenia que tomar una decision. --Querida... --insistio. --?Si? --A pesar de que le habia contestado, estaba distraida observando los ancianos arboles que habia a los lados del camino. --Sentemonos un momento en ese banco. --Esperaba que asi le prestaria mas atencion. Se sentaron juntas y Gabrielle se volvio hacia ella. --Necesito saber si estaras bien con tu tutor. No es que tenga nada en contra de el, pero, si voy a buscar otro trabajo, me quedaria mas tranquila sabiendo que, si vives con el, estaras a salvo. --Por alguna extrana razon, la desconfianza que tanto le habia costado expresar, a Amelie le hizo gracia y sonrio, por primera vez en dias. --?Lo dices porque es un vampiro? --Gabrielle abrio la boca sin saber como contestar porque la hubiera malinterpretado de esa manera. --Sabes que yo nunca he hecho diferencias entre hombres y vampiros... y te he animado siempre a que los trates por igual. Te preguntaria lo mismo si fuera completamente humano, eso no me importa.

  • A Sir Phillip, con amor de Julia Quinn

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    ?Es posible enamorarse de alguien a quien no has visto nunca? Eloise, la pequena de la familia Bridgerton, esta a punto de descubrirlo. Hasta que se caso Penelope, su intima amiga, no habia sentido sobre sus delicados hombros el peso de la solteria. Pero ahora, un impulso inexplicable la empuja a cometer una locura, dejar Londres y presentarse en casa de un hombre al que solo conoce por carta… y que quiere casarse con ella. Claro que cuando conoce a Sir Phillip las ilusiones se vienen abajo como un castillo de naipes: su principe azul resulta algo rudo, serio… y ademas tiene dos hijos que son autenticos diablos. Pero Eloise ha detectado tambien una pasion latente bajo la piel, que no esta dispuesta a dejar escapar, con un poco de ayuda de su extraordinaria familia.

  • Mas rojo sangre de Katarzyna Puzynska

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  • Zoom de Paloma Ainsa

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    La vida da muchas vueltas. No es ningun misterio. A veces, si tienes suerte, te permite trabajar en lo que te gusta. En mi caso es la fotografia. Hago fotografias de todo tipo. No hay nada, en este mundo cruel que nos ha tocado vivir, que me llene mas que captar esa belleza que todos llevamos dentro, ese instante en el que todo parece perfecto, ese gesto lleno de expresividad y poesia y dejar constancia de el para siempre, hacerlo inmortal. Me encanta. Y se me da bien. Empece trabajando en la BBC --no, no es la cadena de television britanica, sino la forma en la que mi padre denominaba a <>--, pero, poco a poco, fui abriendome camino hasta que consegui tener mi propio estudio. Un estudio grande y luminoso, con mucho cristal y paredes de ladrillo visto pintado de blanco que mi amigo Victor me ayudo a decorar. Trabaje como free lance para publicaciones importantes en el mundo de la moda y en revistas del corazon. Inmortalice a modelos, a gente de la farandula e incluso a personalidades de la politica. Es posible que hayas visto una portada mia al pasar por un kiosco. La vida, en ocasiones, puede ser aun mas magnanima y, aparte de la suerte en lo laboral, tambien te permite casarte con el amor de tu vida. Un hombre encantador con hoyuelos en las mejillas. Uno de esos al que tus padres adoran y que aun tiene detalles espontaneos y romanticos. Una de esas personas a las que crees conocer, que no tiene secretos para ti despues de doce anos de relacion y por la que pondrias la mano en el fuego sin dudar ni un segundo. Y cuando te relajas y piensas: <>, la vida va y te lo quita todo de golpe. De la noche a la manana, el banco se queda con tu estudio, y el marido, al que creias conocer, te sorprende con algo tan cruel, mezquino y humillante, que se convierte de un plumazo en un ser de nombre impronunciable. Y te ves obligada a volver a casa de tus padres, sin dinero, sin trabajo, sin estudio de fotografia. Sin futuro. Y te sumerges en un tunel helado y oscuro durante mucho, mucho tiempo. Un tunel del que solo se puede salir gracias al amor de tu familia y tus amigos. Y cuando crees que lo peor ha pasado, la vida se rie y empieza a girar otra vez. CAPITULO 1 Me desperte en mi antigua habitacion y lo primero que vi, como cada dia en los ultimos dieciocho meses, fueron los posters de Take That que me acompanaron en mi adolescencia y que, por alguna extrana y melancolica razon, me resistia a quitar de las paredes, a pesar de lo mucho que me fastidiaba la sonrisa --antes enigmatica y ahora ironica-- de Robbie Williams. La resaca tampoco ayudaba. Ultimamente, cuando me juntaba con Victor, bebia mas cerveza que Homer Simpson. Me revolvi tratando de buscar una postura decente, un rayito de sol que entraba a traves de la persiana me estaba fundiendo las retinas, las tenia como lupas. Decidi que taparme la cabeza con las sabanas era la mejor solucion. De hecho, me encontraba tan aislada del mundo que me pregunte si podria quedarme asi eternamente. Se estaba tan bien... Oi pasos en el pasillo, mi madre se acercaba y sabia que entraria sin llamar. Le daba miedo que tuviera una depresion <> y hubiera decidido poner fin a mi misera existencia tomando un punado de las pastillas de amapola de California que tomaba para dormir. Habia leido en Google que era un opiaceo y ahora creia que era drogadicta. De nada servia que le explicara que las drogas duras no se vendian en herbolarios. --Pero Maritere, ?que haces ahi embalsamada? !Pareces Tuttankamon! No espero respuesta y se dirigio a la ventana dando grandes zancadas. El ruido de la persiana me perforo el timpano y la luz solar invadio la habitacion de tal forma, que tuve miedo de destaparme por si quedaba reducida a un punado de cenizas, como un cutre Dracula de serie B. --Aqui huele a tigre, hija. Y ya tengo bastante con los pies de tu hermano. Haz el favor de levantarte, que son las nueve y media y yo no soy la criada de nadie. Me arranco las sabanas de un tiron sin previo aviso. --Ay... --fue el unico y lastimero sonido que consegui emitir. --Vas a tener que ir a comprar limones, pero no vayas a la fruteria de la esquina que los tienen carisimos. ?Como se les ocurre tener los limones a dos cincuenta el kilo? Con razon se acaban de comprar un adosado... --dijo mientras recogia mi ropa sucia del cesto. Mi mente, aun regodeandose en la autocompasion, no acababa de procesar la relacion entre el precio de los limones y la compra de adosados. --!Venga, Maritere! !Que tengo a tu abuela vagando a sus anchas por el pasillo! Mi abuela tenia demencia senil. Una vez se nos escapo de casa en camison y fue sembrando el terror entre los ninos del vecindario. No podiamos dejarla mucho tiempo sin vigilancia. --Voy, mama... --conteste haciendo un esfuerzo sobrehumano para levantarme. Ella sonrio satisfecha por haber cumplido con su mision y me dio un beso brusco en la frente. Era su forma de decirme que me queria y que sabia que lo estaba pasando mal. --Tinete las raices --dijo examinando mi pelo pajizo. Le devolvi una sonrisa debil y ella salio de la habitacion de la misma forma en la que habia entrado, como una fuerza de la naturaleza, como un huracan desplazandose por el Golfo de Mexico. * --Buenos dias a todos --dije entrando en la cocina. Me sentia algo mas animada. La ducha me habia sentado bien. --Buenos dias --contesto mi padre bajando el periodico. --Mpmhf --contesto mi hermano Juanlu, en calzoncillos y con una camiseta de Black Sabbath. Mi abuela se limito a observarme con una sonrisa, ya no hablaba mucho. Me sente a la mesa e intente robarle una galleta a mi hermano, pero tenia buenos reflejos y me dio una palmada en la mano. --!Au! Mi madre, que estaba amasando un monton de carne picada para hacer albondigas, se volvio hacia nosotros. --?Viniste muy tarde anoche? No te oi llegar. --No. Solo me tome un par de cervezas en casa de Victor. Ella enarco las cejas en un gesto de suspicacia, eso de <> le sonaba a eufemismo. --Ya... --contesto mi madre meneando el mejunje rosado. Mi hermano me miro de reojo esbozando una media sonrisita de complicidad. Tampoco se habia tragado lo de las dos cervezas. --No es por ser pesada, Maritere... --empezo mi madre. Por experiencia, se que cuando mi madre empieza con esa frase, el efecto de pesadez se duplica y se eleva a la enesima potencia. --Mama, deja de llamarme Maritere, por favor. Sabes que no lo soporto. --Maitechu --dijo mi abuela. --Maitechu tampoco, yaya... --Mpmhf, mpmhf, mpmhf... --rio mi hermano. --Son apelativos carinosos, Maite. No le des tanta importancia --dijo mi padre, bajando el periodico de nuevo y guinandome un ojo. --Como iba diciendo... --insistio mi madre, molesta por la interrupcion-- Ayer por la tarde me encontre con la senora Encarnita en el supermercado. La mayoria de nuestras vecinas eran ancianas viudas que respondian a diminutivos. Estaban Encarnita, Lolita, Angelita, Teresita y Pepita. Incluso teniamos un caso extremo, Anitin. Por supuesto, me resultaba muy dificil saber a cual de ellas se estaba refiriendo. --Su hija Quinita... --continuo mi madre aumentando mi confusion-- Tu la conoces. Es aquella chica que trabajo una temporada en la merceria que hay a dos manzanas, cerca del mercado. La que tuvo una mononucleosis de caballo, pero todo el mundo le decia que eso era solo astenia primaveral y casi acaba en el otro barrio... Mi madre no soportaba que los demas no tuvieramos sus dotes de reconocimiento facial y memoria sobrehumana, asi que insistia en darnos detalles sobre las personas para ayudarnos a recordarlas. La cosa podia prolongarse hasta el infinito, por eso la cortabamos siempre con la misma frase:

  • Secreto Profesional de Ursula Llanos

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    Los asesinatos perpetrados en el Museo del Prado por el viejo barbudo, cuya imagen han captado las camaras de seguridad existentes en el mismo, mantienen en vilo a la Policia y constituyen una incognita que se desvela en esta intrigante novela de misterio, con un sorprendente desenlace.

  • Extasis (Celebrity 3), M. S. Force de M. S. Force

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  • Pensandolo mejor de Kristan Higgins

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    Una hermana a la que hace siete anos que no ve…?Las circunstancias de la vida haran que sea su mayor apoyo?
    Ainsley O’Leary esta preparada para casarse, preparadisima: incluso ha encontrado el anillo de compromiso que su novio guardaba escondido. Lo que no se esperaba es que Eric le diera planton sin miramientos y lo publicara en un blog que, como no podia ser de otra manera, acaba por hacerse viral. Destrozada y humillada, decide acercarse a su media hermana, Kate, que lucha ella misma para recuperarse tras la perdida de su marido.