• Te apuesto la Navidad de Irene Ferb

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    --!Vamos Candela, hija, que te duermes! Candela se sobresalta lo suficiente para darle la razon a su madre: siempre anda por las nubes. Se distrae con una llamita bailarina de una vela o con el estruendoso ruido de una moto. Cualquier estimulo le conduce a inventar historias. Pero tiene nueve anos, ?no dicen que lo mejor de los ninos es su imaginacion y que es una lastima su perdida en la madurez? Pues ella ya sabe el porque, por los padres, porque con sus prisas coartan cualquier ensonacion. O por lo menos su madre, Alicia, la mujer mas acelerada del planeta, la maestra de decir una cosa y hacer otra. Porque le ha escuchado cientos de veces departiendo con sus amigos sobre lo importante de la creatividad y la imaginacion en la infancia, pero a la que su hija se distrae, le mete un berrido como un bocinazo asesinando a sus visionarias neuronas. Igual es que podria existir un dispositivo que se iluminara anunciando que la persona que tiene la mirada perdida y parece que esta en babia, realmente se esta dejando llevar por la imaginacion y creando una historia memorable, como los conos naranjas que ponen en la carretera cuando hay un accidente o estan re-re-rearreglando el asfalto. !Ja! Eso estaria bien. --!Candelaaa! --le reprende su madre--. ?Quieres venir ya? --Pero si estoy aqui ya --le responde hastiada corriendo hasta ellos. --No, hija. No acabas de llegar, pero da igual. No me voy a poner a discutir. Nos toca pasar. ?Estas nerviosa? Candela sube los hombros como respuesta, intentando aparentar que no, pero la verdad es que si. No ha podido desayunar por la manana y ahora se alegra porque, si llega a hacerlo, estaria vomitando en este mismo momento. Su estomago baila como si estuviese grabando un tiktok de Camilo. Jorge, su padre, estira el brazo hacia su hombro para acercarle a el y abrazarla. --Carino, es normal que estes nerviosa. No todos los dias una visita la casa de Papa Noel --le dice el con su caracteristica voz tranquila. --Pues no. --Sonrie a su padre--. No todos los dias... pero estoy bien. --Espero que le digas algo, a ver si ahora, despues del viaje que hemos hecho al Rovaniemi este, va y te quedas callada --le sermonea su madre. --En ese caso hablariamos nosotros por ella, Alicia, que para eso hemos venido. ?No te parece? ?O es que tu tambien temes hacer la del conejo frente a los faros de un coche cuando veas a Papa Noel? --le pregunta Jorge mientras guina un ojo a Candela. --Tu estas tonto --obtiene por respuesta. Jorge se agacha y le dice a su hija al oido: --Tu madre esta mas nerviosa que tu y que yo. Candela y Jorge se rien, mientras Alicia resopla y, justo en ese momento, sale el elfo de la entrada que les abre la cancela para entrar. Los tres juntos, de la mano, acceden por un angosto pasillo a un salon con paredes de troncos de madera, decoracion navidena, una chimenea enorme y un escritorio en el que esta Papa Noel acompanado de varios elfos. A Candela le tiembla hasta la ultima celula de su cuerpo. Va a ser que si que estaba nerviosa. --Bienvenidos, Alicia, Jorge y Candela. Acercaos a mi --les dice el famoso mago de los regalos en un espanol justito--. Vamos junto al fuego. Hace mucho frio ya y mis rodillas duelen. El hombre se levanta de su escritorio y, asistido por una elfa muy sonriente, se sienta en un tronco frente a la chimenea. La familia espanola se situa frente a el en otro tronco, a unos dos metros. Candela abre mucho los ojos para no perderse detalle. <>, piensa para si. --Familia, gracias por venir a verme desde tan lejos --les dice--. Me encanta Espana. Os llevo esperando muchos anos, pero ya estais aqui. Bienvenidos a mi casa. Lastima que tenga muchos mas invitados y no podais quedaros mucho tiempo, pero he hablado con mis elfos y a cambio os daran un paseo con mis renos. --Gracias, Papa Noel --le contesta Jorge. Alicia y Candela no abren boca. --Candela, estas ya muy mayor, y muy preciosa. Se por mis elfos que te portas muy bien y que sacas buenas notas. El cuello de Candela responde afirmando. --?Me has traido la carta con lo que quieres que te lleve a tu casa este ano? La nina abre su bolso y saca la carta que escribio en Madrid. Este ano no tiene dudas: quiere una camara de fotos. La amable elfa se acerca, toma la carta y se la da a Santa. El la abre y la lee. Despues sonrie. --Hare lo que pueda, Candela... Me lo has puesto muy dificil, pero lo intentare. --Gracias --contesta animada. --?Y algo mas? ?Quieres pedir algo que no sea material? ?Algo para tus padres, o para algun familiar? Recuerda que este lugar es magico y los deseos pueden hacerse realidad. Candela piensa, pero enseguida lo tiene claro. --Quiero ir a ver a mi tia Amanda que vive en Nueva York y esta muy sola. --!Oh, que pena! Pero seguro que ella tiene muchos amigos alli --le responde. --No, !que va! Siempre que hacemos videollamadas o esta en casa o trabajando. Es actriz, ?sabes? --!Uy, que bonita profesion! --habla por primera vez la elfa. --?Y estas preocupada por ella? --le pregunta Papa Noel. Candela piensa lo que va a decir antes de hablar y responde: --?Puedo pedirte otra cosa Papa Noel? El anciano se rie, con esa carcajada que ha escuchado decenas de veces en peliculas, pero esta vez suena a verdad. El cuerpo de Candela se escalofria entero de la emocion. --!Pues claro! Estas en la casa de los deseos. Pide, Candela. La nina mira a su madre y recibe una sonrisa un tanto asustada, pero se decide a pronunciar: --Quiero que mi tia Amanda encuentre un novio esta Navidad y se case para que no este sola nunca mas. --Hija, eso quizas es muy dificil... Mi hermana no esta ahora mismo para novios y... --Lo intentaremos, Candela --interrumpe Papa Noel a Alicia--. Si algo nos gusta en el Polo Norte es que nos pidan deseos de amor. Una de mis elfas se pondra a la tarea, pero quizas tardemos un poco mas de lo que tu quieres, ?vale? Candela sonrie entusiasmada. Esta deseando llamar a su tia para contarselo. La elfa que ayuda a Papa Noel a levantarse y a que regrese a su escritorio, sonrie tambien. Este deseo le ha tocado el corazon. Si ella pudiera, haria todo lo posible por cumplirlo. Si ella pudiera... Capitulo 1: No estoy tan sola Me levanto tiritando de frio y toco el radiador. !Fantastico! !Se ha vuelto a estropear la calefaccion! --!Mierda de Manhattan! Con lo que me costo el apartamento y las veces que se rompe la calefaccion. Estoy mas que harta. Por lo que pago de comunidad, deberia haber un tecnico todo el dia en la sala de calderas. Busco en el armario la chaqueta de lana que me compre en Madrid y me cubro la garganta con una bufanda. Estamos a dias de terminar el musical y no me puedo permitir perder la voz. Michael me mataria. Miro el reloj, son las siete de la manana, me habia puesto el despertador para salir a correr, pero es mejor que ese tiempo le invierta en arreglar este desaguisado porque esta noche quiero regresar a un hogar vacio pero caldeado. El invierno en Nueva York es tan frio que todos los anos anoro regresar a Espana e irme al sur a la casita que tiene mi hermana en Cadiz, pero siempre me sale algun trabajo y me tengo que quedar. Voy hacia la cocina, caliento leche en un cazo y enciendo la cafetera. No es que sea una naturista contra los electrodomesticos, pero el microondas se rompio hace una semana y el conserje, que me prometio arreglarlo, lleva dandome largas desde entonces. Es un manitas. Siempre le pregunto a el antes de llamar a algun tecnico, pero esta vez se lo esta tomando con una calma tipo albanil cuando te dice <>. A veces pienso que todas estas nuevas modas que nacen antitecnologicas, followers de todo lo prehistorico, asi como el ayuno intermitente, lo de no ducharse todos los dias o el boicot a los congelados, realmente se originan del caos y la vagancia que da buscar un operario que te arregle el problema en cuestion sin morir en la espera o enfermar por el rinon que te cobran nada mas poner el pie en tu casa. En Manhattan es mas dificil encontrar un tecnico que un taxi en Nochevieja, por lo que te adaptas a vivir sin el electrodomestico estropeado y encima lo aprovechas, le pones un nombre cuqui y te haces el moderno. Me preparo el cafe y, mientras voy hacia mi telefono, me aseguro de que hayan pasado veinte minutos desde que me desperte. Me tengo totalmente prohibido mirar cualquier tipo de pantalla en los primeros veinte minutos de mi dia. ?Por que? Pues porque me lo dijo una dependienta en el Soho una vez, que los expertos dicen que es malisimo hacerlo para los ojos y, ademas, que te puede generar mucho estres ver todos los pendientes que tienes en ese dia. A la larga, eso te altera el sueno. Y si yo tengo dos problemas son esos: estres y problemas para dormir. Ademas, que si quieres parecer alguien importante en esta ciudad tienes que contar cosas asi. Hay que alistarse a todo este tipo de modas para estar en la onda y, si encima eres el precursor, te ganas miles de seguidores. Eso si, yo que creo tener la cabeza en mi sitio, te digo que la linea entre ser un yogi o padecer de TOC es muy fina, y que por eso medio Nueva York va al terapeuta, al psicologo o al psiquiatra. Veo en la pantalla que anoche me llamo mi hermana. Ya habran vuelto de Finlandia. Luego la llamo, pero primero voy a despertar al vago del conserje. Diez minutos despues tocan a mi puerta. Dejo el nuevo guion que no he empezado a leer sobre la mesa y me miro en el espejo antes de abrir. Aunque sea el de la calefaccion, siempre tengo que parecer arreglada porque un mal rumor te puede desahuciar durante meses y quitarte oportunidades. Abro y me encuentro con Peter, el buenorro de mi vecino, y su sonrisa socarrona. --No has salido a correr y habiamos quedado. --Piii..., error. Tu dijiste que ibas a correr y yo te dije que igual me apuntaba, pero no se si te has dado cuenta, amigo, de que no hay calefaccion. Peter sonrie y toda esa hilera de dientes perfectos y blanquitos me provocan. --Pues claro, dime que has llamado ya al conserje. --Si y me ha dicho que iba a avisar al de la caldera, pero que no cree que esta manana este arreglado, asi que abrigate. Peter, como suele hacer, a su antojo, empuja la puerta y entra en mi casa. Yo reniego mientras le sigo a la cocina y le veo servirse un cafe, sin dudar de donde estan las tazas o el edulcorante, y despues se apoya en la barra mientras bebe. --!Uhmm! Me encanta tu cafe espanol. --A ti lo que te encanta es gorronearme, que ya me tienes acostumbrada y hasta, cuando hago la compra, pienso en la leche y en los cereales que te gustan. --?Me has comprado cereales? --me pregunta divertido. --En el armario del centro --le respondo simulando hastio. Peter se da la vuelta y, mientras busca, yo no puedo evitar perderme en su espalda y en su trasero que estan esculpidos por los dioses y trabajados en muchas carreras y ejercicios de crossfit. Es lo que tiene el real cuerpo de bomberos: unos cuerpazos de calendario. Pero es que encima de que Peter sea guapo a rabiar, con rasgos latinos, ojos oscuros, labios gruesos y mandibula ancha, es el bombero mas sexi de todo Nueva York. Y no lo digo yo, se hizo viral hace dos anos en la red. Desde entonces, de vez en cuando, trabaja en moda y se lleva un dinerito; de ahi que se pueda costear un apartamento en una zona como esta. Los dos nos vinimos a vivir casi a la vez a este edificio y nos hemos ayudado a sobrevivir en la soledad a la que te empuja a experimentar esta ciudad. No es que el este solo. !Que va! Pocas veces duerme solo en su colchon. Las paredes son de papel. Pero una cosa es sexo y otra familia, y ambos, inmigrantes, echamos de menos a las nuestras. ?Me he acostado con el? Pues claro. ?Hay algo mas? No, para nada. Es el ser mas mujeriego del planeta. Jamas podria fiarme de el. Peter echa los cereales desde la caja en su boca y despues bebe cafe. Sus modales de puertas para adentro dejan mucho que desear, pero entre el y yo ya no hay melindres de ese tipo. --?Hoy tienes funcion? --me pregunta. --Si, a las cinco. --?Quieres venir despues a la fiesta de cumpleanos de John? --No --respondo rotunda. Peter se rie. --No lo vas a olvidar nunca, ?no? No contesto, pero porque ya sabe la respuesta. --Fue una chorrada, Amanda. Olvidalo... --Lo tengo olvidado, Pet, pero sabes que John me incomoda. No me gusta como me mira. --Te mira como la mitad de los hombres en esta ciudad y porque los otros son gays. Eres un bombon, Amanda. --Gracias, pero eso no justifica que me mire como si yo fuera un producto y no una persona. Estoy harta de eso. --Ya... lo de que te pidieramos hacer un trio, no ayudo, ?verdad? Pero es que, en serio, John es un hacha. Le he visto en accion, y te iba a quitar todo el estres. Esta loco por ti. --Pet, una cosa es que tenga sexo ocasional contigo por la confianza que hay, y otra es que me acueste con todo bicho viviente. --Amanda, no hay ningun bicho viviente. Solo te acuestas conmigo. --Eso no es verdad. --Eso si es verdad, y lo sabes. Nena, eres una monada, pero estas escondida entre estas paredes y tu miedo al fracaso. --Pet, contigo y mi satisfyer me basta y me sobra, y no es cuestion de miedos. Es que paso de tener una pareja chupasangre. Ademas, no quiero hablar de esto, asi por la manana. Pet se me acerca despacio, clavando sus ojos en mi. --No te enfades, preciosa... Sabes que te quiero. Nos abrazamos como amigos. Me distraigo en su olor. Aunque viene de correr, huele igual de bien que siempre. Siento como se endurece al estar tan pegado a mi. Aparto mi cabeza para mirarle interrogante. --Llevo tres dias. Te lo prometo --me lo dice con cara de perrito abandonado. --?De verdad? Pet se acerca y me da un suave beso en los labios. --Jamas te miento con eso. Tres dias sin acostarme con nadie, lo juro. Estoy limpio para ti. Hace mucho frio en este apartamento, dejame que te caliente... --me dice con esa voz seductora pegada a mi oreja y se que no voy a poder negarme, ni quiero. Lo que mas me apetece es entrar en calor bajo su cuerpo y si el me ha prometido que no se ha acostado con nadie, le creo. Tengo esa norma con el: sexo si, pero siempre y cuando no comparta fluidos con otras, y tienen que pasar minimo dos dias para que lo acepte. --Tengo un poco de prisa --le digo para sonar practica y asi darle nombre a esto que tenemos--. ?Sofa, suelo o cama? Pet me mira y sonrie picaro. --Donde tu quieras, princesa. --No me llames princesa --le reprendo. --Pues en ese caso, en el suelo. --Pet me agarra y caemos sobre la alfombra. No es que haya mucho espacio, aunque creo que el justo y necesario para los planes de mi vecino, que ya me ha quitado el pantalon de estar por casa y esta haciendose un hueco entre mis braguitas para hacerme perder el sentido con su especialidad. Pet es un maestro en el arte del sexo oral y es su ritual, como el aperitivo antes de almorzar en los restaurantes espanoles; lo practica nada mas empezar y asi se asegura el exito. Cierro los ojos y me dejo llevar por su lengua, y lo que me provoca. Tres minutos despues, cuando estallo en un orgasmo y el asciende para penetrarme sin darme tregua a respirar, pienso que no estoy tan sola y que no se por que todas las noches mi apartamento se me echa encima.

  • Maldad de Tammy Cohen

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    <thriller adictivo que penetra de forma apasionante en el mundo de las politicas de empresa.>> (Closer)

  • Habana Requiem de Vladimir Hernandez

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    Del ganador del Premio L’H Confidencial, nos llega Habana requiem, un thriller policiaco que nos arrastra por las calles de la Habana Vieja.

  • Las espias de Buenos Ayres de Mariana Guarinoni

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    Mujeres espias, intrigas politicas, pasiones y amores prohibidos sobre el final del Virreinato del Rio de la Plata. Un fresco excepcional de una epoca dificil que muestra claramente las estrategias de supervivencia de las mujeres de la epoca, asi sean ricas o indigentes.

  • Perfectos Extranos de Christina Hortet

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    Skyler es una persona fuerte, independiente y altiva o al menos, eso cree. Jared tiene la mision de hacer que deje su trabajo. Ella, una dominatriz insegura. El, un agente secreto mentiroso y sin escrupulos. ?Conseguira Jared ablandar su duro corazon?

  • Multimillonario Inesperado. Jax de J. S. Scott

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    Hace varios meses... --!No voy a dejarte aqui sola, Taylor! --le dije a mi becaria con toda la fuerza que pude reunir. Por desgracia, tenia la boca tan seca que mi voz apenas era poco mas que un susurro airado. Tras nueve dias prisioneras en un pais extranjero sin comida y con muy poca agua, Taylor y yo estabamos hambrientas y gravemente deshidratadas. Basicamente habiamos quemado todas las reservas de energia que teniamos hacia mucho tiempo. Solo intentar hablar durante unos instantes suponia un enorme esfuerzo. Fulmine con la mirada al rebelde laniano que habia intentado levantarme de un tiron despues de cortar las apretadas ataduras de mis piernas. Me negue rotundamente a levantarme cuando me ordeno que lo hiciera. --Llevatela a ella --exigi gesticulando con la cabeza hacia Taylor--. Me quedare yo. No conocia mas que unas pocas palabras de laniano, pero nuestro captor chapurreaba suficiente ingles para que yo entendiera que se habia pagado mi rescate y que estaban planeando dejarme marchar. Tambien estaba totalmente claro que mi becaria, Taylor, no estaba incluida en el plan de liberacion y, sin duda, aquello no iba a funcionar para mi. --No --gruno el guerrillero agitando su rifle automatico en mi cara--. Solo tu. Yo sacudi la cabeza. <>, pense. Aquella era mi exploracion geologica. Ya me faltaba un miembro de aquel pequeno equipo de tres. Taylor y yo no habiamos oido nada de Mark, el tercer miembro de nuestro grupo. Era el ingeniero de minas cuya llegada se esperaba en la isla nacion hacia diez dias para reunirse conmigo y con Taylor. Yo habia pasado cada uno de esos nueve dias histerica por lo que le habria sucedido. Mark no solo era un miembro del equipo, sino tambien un hombre que me importaba mucho. <>, me dije. ?Habia escapado Mark a la captura de alguna manera? ?Habia sido secuestrado tambien, pero ya lo habian liberado? ?O estaba aguantando a duras penas como Taylor y yo ahora mismo? No conocer su suerte me corroia las entranas desde el dia en que Taylor y yo fuimos secuestradas a punta de pistola unos instantes tras nuestra llegada a Lania. --Tu vienes --insistio el rebelde en tono enfadado mientras me golpeaba la cabeza con el canon de su rifle de asalto. Volvi a sacudir la cabeza. Tal vez deberia estar aterrada, pero se me habia agotado la adrenalina necesaria para sentir aquella emocion mediante la privacion y la intimidacion emocional. Lo unico que me quedaba era resignarme. Encontraria a Mark. No dejaria que mi becaria muriera alli, sola. Ya no me quedaba energia para temer. No queria morir, pero si ese cabron terminaba disparandome, no le quedaria mas alternativa que dejar marchar a Taylor si tenia que liberar a un rehen. El hombre dejo escapar un rugido salvaje y salio como un vendaval por la puerta de nuestra pequena prision. Yo hice una mueca al oir el chirriante sonido del metal contra el metal cuando el aseguro las barreras en la puerta. Era un sonido premonitorio que siempre me recordaba lo precaria que era nuestra situacion en ese momento y el poco tiempo que nos quedaba a Taylor y a mi. La diminuta habitacion volvio a quedarse a oscuras en cuanto se cerro la puerta y el alivio momentaneo que recibimos del calor sofocante mientras la puerta estaba abierta termino bruscamente. Casi no habia ventilacion en la estructura de una habitacion donde nos retenian y entraba muy poca luz a traves de las minusculas ventanas cerca del techo. ?De verdad podian llamarse ventanas esos agujeros? Taylor y yo apenas logramos sacar una mano por ellos y proporcionaban muy poca ventilacion para neutralizar el calor agobiante de Lania en verano. --Tienes que ir, Harlow --dijo Taylor con voz aspera y apenas audible--. Sabes que debes hacerlo. Si no lo haces, Mark y yo probablemente moriremos antes de ser rescatados. Solte un debil gemido al bajar el tronco al suelo de tierra, junto a Taylor, sintiendome completamente agotada tras el esfuerzo de permanecer incorporada durante unos minutos. <>, pense. Me odiaba a mi misma por haber metido a Taylor en aquella situacion. Mark y yo eramos ambos empleados de Montgomery Mining y lo habiamos sido durante anos. Cierto, ahora yo era geocientifica investigadora, asi que ya no hacia mucho trabajo de campo, pero no era como si Mark y yo no tuvieramos experiencia en exploraciones. Taylor Delaney era una simple becaria de verano que trabajaba bajo mi tutela en el laboratorio de Montgomery Mining en San Diego. Sinceramente, ella ni siquiera estaria en Lania si yo no hubiera tomado la fatidica decision de dejar que viniera con nosotros a la expedicion. Taylor acababa de terminar su master en Stanford y yo pense que sus estudios en geologia ambiental serian utiles. <>, reconoci para mis adentros. Tambien queria que viniera para que viviera su primera experiencia con un trabajo de campo internacional. Se suponia que yo era su mentora, asi que queria proporcionarle durante sus practicas todas las oportunidades posibles que la ayudaran en su futura carrera. Sin embargo, si se me hubiera ocurrido ni por un segundo que traerme a Taylor fuera a poner su vida en peligro, nunca habria puesto un pie en ese maldito pais. No solo era mi becaria. Taylor y yo tambien eramos amigas. <>, pense desesperada. Nada de aquel viaje rutinario deberia haber sido peligroso. Se suponia que ya no habia agitacion politica en Lania y estar alli conmigo deberia haber sido perfectamente seguro para ella. --?Como voy a hacer eso, Taylor? --pregunte con voz ronca--. ?Como voy a marcharme y dejaros aqui a ti y a Mark? --?Como no vas a hacerlo? --me contradijo debilmente--. Si no vas e intentas hacer que nos rescaten, ninguno de nosotros aguantaremos mucho mas. --No digas eso --suplique, aunque sabia que tenia razon. Taylor y yo estabamos extremadamente debilitadas. No habiamos comido en nueve dias y la pequena cantidad de agua de lluvia que habiamos recogido por las ventanas diminutas estaba evaporandose. Aqui, las temporadas de lluvia eran cortas y esporadicas. Habiamos llegado al punto en que pasabamos largos ratos en silencio porque simplemente no nos quedaban energias para hablar. Cada vez con mas frecuencia, teniamos periodos en que ya no eramos completamente coherentes. Tarde o tempranos, nuestros cuerpos renunciarian a la lucha. Nos quedariamos dormidas y ya no despertariamos. --Somos realistas, Harlow --respondio Taylor en voz baja--. Ambas sabemos que llevamos dias muriendo lentamente de deshidratacion. No estoy segura de como estara Mark en este momento, pero tengo la certeza de que el tiempo tambien es crucial para el. El rebelde volvera. Deja que te saque de aqui para poder sacarnos de aqui tambien a Mark y a mi. Una vez que estes de vuelta en Estados Unidos, puedes contarles a los negociadores lo que esta pasando aqui realmente. Se que moveras cielo y tierra hasta que alguien venga por nosotros. --Quiero que te lleven a ti --susurre--. No quiero dejarte aqui. Prefiero ser yo quien se quede. --Sabes que te quiero por eso, pero es imposible --respondio Taylor--. Estare bien, Harlow. Si se que vas camino de casa, tendre un poco de esperanza. Algo por lo que vivir al saber que la ayuda esta en camino. Mi corazon se rebelo ante la idea de partir de Lania sin Taylor y Mark, pero mi cabeza sabia que tenia razon. --No entiendo por que no te liberan conmigo. Si realmente han pagado mi rescate, ha tenido que ser Montgomery Mining quien lo pago. La unica a la que podria importarle lo suficiente para soltar dinero por mi es mi madre y no tiene tanto efectivo. --?Y crees que Montgomery tambien habria pagado por la liberacion de una simple becaria? --murmuro Taylor. --Si. Se que lo habrian hecho. Los hermanos Montgomery son multimillonarios, pero siempre se han asegurado de dirigir un negocio justo y etico, aunque sea la corporacion minera mas grande del mundo. He trabajado para ellos el tiempo suficiente para saber que se preocupan por sus empleados, incluso los becarios de verano. --Una vez yo fui una de esas pasantes, asi que sabia que eran bondadosos con todos los empleados y no solo con la alta direccion de la empresa. --Entonces, tal vez los rebeldes solo accedieran a liberarte a ti primero para conseguir mas dinero --sugirio Taylor--. Sin duda, no hay nadie ahi fuera dispuesto a entregar el dinero que probablemente exigen si no lo hace Montgomery. Nadie sabra siquiera que he desaparecido. --Estoy segura de que tiene algo que ver con el dinero --convine--. Y tus amigos sabrian que has desaparecido. --Eres la unica amiga que tengo en San Diego y la unica persona que sabe que estoy aqui -- susurro. Como Taylor se habia mudado recientemente a San Diego para hacer sus practicas de verano, no podia discutirle aquella afirmacion. Sus amigos de la universidad de Stanford probablemente estaban repartidos por todo el pais a estas alturas, y Taylor no tenia familia. Queria desesperadamente tenderle una mano a Taylor para reconfortarla, pero no podia. Teniamos las manos atadas demasiado fuerte como para envolverla en un abrazo. El hecho de ser incapaz de hacer absolutamente nada para ayudar a Taylor me habia destrozado lentamente. Su seguridad era mi responsabilidad y le habia fallado por completo. --Superaremos esto, Taylor. Mientras pronunciaba aquellas palabras de consuelo, no habia verdadera conviccion en mi voz. Sin comida. sin mas agua y sin un respiro del calor sofocante de aquella diminuta celda que nos retenia, Taylor y yo probablemente estariamos muertas en un dia o dos. Contuve un quejido al sentir que la circulacion volvia levemente a mis piernas. Ya casi estaba acostumbrada al dolor de tener las extremidades atadas tan fuertemente que todos los musculos suplicaban alivio. Ahora que finalmente estaban libres, me percate de que la circulacion cortada con anterioridad probablemente habia atenuado parte del dolor del maltrato. --?Taylor? --pregunte en voz baja--. ?Sigues conmigo? <>. Era triste necesitar confirmacion de que aun respiraba. --Estoy aqui --dijo con la garganta seca--. Por favor, no te preocupes por mi, Harlow. Ve a conseguir ayuda. Yo seguire aqui, sonando con una gran jarra de agua con hielo hasta que tambien me rescaten. --Y un enorme chuleton jugoso con una patata asada rellena --respondi yo automaticamente. Taylor y yo habiamos convertido en un juego hablar de las primeras cosas que queriamos comer y beber cuando escaparamos de aquel antro. Yo sabia que esa comida en particular era la primera en su lista. --Se lo duro que es esto para ti, Harlow --musito Taylor--. Yo tampoco querria dejarte atras. Pero es nuestra unica oportunidad. Nadie en casa sabe que no estamos recibiendo comida ni agua para mantenernos con vida durante mucho tiempo. Quizas crean que tomarse este rescate con calma y llevarlo sobre seguro es la mejor manera de manejarlo. --Ire --le asegure. Aunque sabia que era mi unica opcion, la decision me estaba partiendo el alma--. Tienes razon. Quienquiera que este negociando nuestra liberacion tiene que comprender que se le acaba el tiempo. --Han vuelto --farfullo Taylor cuando el molesto sonido estridente de la puerta al abrirla hizo que sintiera un escalofrio de pavor en la columna. --Me voy --dije sin aliento--. Te sacare de aqui lo mas rapido que pueda. No te rindas, Taylor. Por favor, no te rindas. Solo aguanta un poco mas. --Hare todo lo que pueda para no morir sobre tu conciencia, Harlow --me prometio--. Hemos aguantado todo este tiempo. Creo que puedo sobrevivir unos cuantos dias mas. La luz del sol inundo la habitacion cuando los rebeldes abrieron la puerta de un empujon. Yo estaba tan desacostumbrada al resplandor tras nueve dias de penumbra casi constante o de total oscuridad que cerre los ojos y parpadee con fuerza hasta que mi vision se ajusto. El guerrillero habia traido refuerzos y, esta vez, no pude resistirme cuando tres de ellos me pusieron en pie de un tiron. --!Mierda! --maldije, haciendo todo lo posible por mantenerme erguida cuando el dolor me atraveso la rodilla izquierda. Sabia que la lesion era mas que los musculos atrofiados y tensos de pasar tanto tiempo atada. Me habia torcido la rodilla cuando los rebeldes nos secuestraron y nos arrojaron al suelo a Taylor y a mi. Si, dolia, pero en realidad, una lesion de rodilla era la ultima de mis preocupaciones. <>, me dije. Necesitaba la maldita pierna para salir de alli. Me dolio en el alma al echar un vistazo atras hacia Taylor y ver lo fragil que parecia mi amiga pelirroja, normalmente feliz. Si no supiera que se trataba de Taylor, podria no haberla reconocido. --Tu, vete --dijo uno de los rebeldes mientras me empujaba hacia la puerta. Tropece y perdi de vista a mi amiga. <>, me recorde. Solte un sollozo de angustia mientras salia por la puerta cojeando con paso vacilante. Quizas necesitara una especie de desahogo temporal, pero no pensaba desmoronarme completamente. Tenia un unico proposito en mente, un objetivo, y lo unico que podria impedirme lograrlo seria la muerte. Como no parecia que aquel fuera mi dia para morir, resolvi que Taylor y Mark no pasarian ni un segundo mas de lo absolutamente necesario en aquella pocilga. Harlow En el presente… --No necesito un consejero de Last Hope, Marshall --le dije al hombre maduro que estaba sentado frente a mi en la mesa de mi cocina--. Especialmente, no uno como Jaxton Montgomery, por Dios. Sabes lo que quiero. Tengo unas ganas desesperadas de formar parte de Last Hope en lugar de ser tratada como uno de sus rescates. Marshall dio un sorbo de su taza de cafe y arqueo una ceja. Era una mirada que pretendia intimidar a la mayoria de la gente y, vaya, tenia que reconocer que el excomandante Marshall tenia una presencia tremenda que impedia discutirle nada. Sin embargo, esas expresiones que pretendian alarmar a cualquiera que las viera ya no funcionaban conmigo. Tal vez hubiera sido el lider supremo de todo hombre que hubiera servido a sus ordenes en su equipo SEAL de la marina estadounidense. Tampoco me cabia duda de que merecia ese culto al heroe. Pero Marshall era mucho mas que su antigua carrera militar. Durante los ultimos meses, habia visto una faceta diferente suya que estaba convencida de que el no queria que nadie viera en realidad. No es que se hubiera convertido en un osito de peluche ni nada parecido a ser calido o afectuoso, pero tampoco era el perfecto hombre duro que queria que todos creyeran que era. --Ya conoces las normas --dijo el con brusquedad--. Cualquiera implicado en Last Hope es antiguo miembro de las fuerzas especiales. No te ofendas, Harlow, pero no estas en condiciones de hacer frente al secuestro de otra persona ahora mismo. No cuando ni siquiera has lidiado con las secuelas de haber sido prisionera tu misma. Por eso he convertido a Jax Montgomery en tu consejero. Tienes trabajo que hacer con esos problemas, senorita, y te ayudaria tener a alguien con quien hablar que realmente pueda ayudarte a superarlos. ?Acaso te has molestado en responder a las llamadas de Jax? Yo puse los ojos en blanco. Lo detestaba cuando me hablaba como si fuera mi padre. --Jax se ha dejado caer por aqui antes --reconoci. --Deja que lo adivine. Le diste con la puerta en las narices --dijo Marshall acertadamente. Yo me encogi de hombros. --Le dije que si conseguia pasar dos semanas sin ser fotografiado con una de sus citas de una noche, accederia a dejar que sea mi consejero. Era la manera mas facil que se me ocurrio de librarme de el y no tener que volver a verlo nunca. Dudo que aguante un solo dia sin ser fotografiado con otra mujer. Ha sido un casanova durante anos. Eso es lo ultimo que necesito ahora mismo. --Tambien es uno de los dos hombres que arriesgaron su vida para rescatar a Taylor --me recordo. Suspire. Tenia razon. Jax y Hudson Montgomery no habian dudado en hacer volar uno de sus aviones privados en cuanto se enteraron de que Taylor estaba mal. De hecho, para cuando los encontre en sus despachos corporativos tras mi liberacion, Marshall, Jax y Hudson ya estaban planeando ejecutar un rescate para Mark y Taylor. Una cosa de la que no me percate cuando sali de Lania eran las probabilidades casi nulas de que Taylor fuera liberada pagando un rescate. Por lo visto, los rebeldes lanianos eran conocidos por aceptar el dinero del rescate por la liberacion de ultimos rehenes para despues matarlos a todos. Una tentativa de rescate era la unica opcion para ella. Tenia que reconocer que me quede conmocionada al descubrir que los tres hermanos Montgomery eran miembros de una operacion secreta de rescate voluntario llamada Last Hope. Marshall la puso en marcha despues de retirarse de la marina estadounidense debido a una lesion. Jax, Hudson y Cooper Montgomery se habian subido al carro hacia anos, despues de abandonar cada uno sus unidades en las fuerzas especiales. No solo eran miembros activos de Last Hope, sino que yo sospechaba que tambien estaban financiando la operacion. Por lo que habia visto, Last Hope era demasiado sofisticado para ser un grupo de voluntarios con un presupuesto limitado. --Lo se --confese con voz temblorosa--. Y nadie estara nunca mas agradecido que yo de que encontraran a Taylor a tiempo. No es como si Jax y Hudson tuvieran que llevar a cabo el rescate ellos mismos, pero gracias a que lo hicieron, le salvaron la vida a Taylor. Dios, ni en mis suenos mas descabellados podria haber imaginado que los poderosos multimillonarios duenos de la compania para la que yo trabajaba formaban parte de una organizacion civil secreta como Last Hope. Si Jax y Hudson no hubieran formado parte del grupo ni estuvieran altamente cualificados para llevar a cabo su propio rescate de inmediato, Taylor no habria sobrevivido. Si hubieran perdido tiempo reuniendo otro equipo, yo estaba casi segura de que habrian repatriado a Taylor a Estados Unidos en una bolsa. Ni Taylor ni Marshall me habian contado exactamente como estaba cuando la encontraron. Pero yo no era completamente idiota. Sabia que no se habia levantado ni salido de alli por su propio pie. Desesperada, Taylor habia hecho un pobre intento de escapar una vez que yo deje el recinto, y la golpearon severamente por sus acciones.

  • La venganza del Highlander (Medieval 3) – Anne Marie Warren de Anne Marie Warren

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    Una pasion mas poderosa que el odio entre dos clanes.
    Atormentado por la muerte violenta de su familia a manos de su enemigo Gordon MacDougall, el nuevo laird Malcom Campbell, se propone vengarse no solo con la muerte del asesino, sino con hacer prisionera a su joven viuda.
    Pero en el momento en que Malcom pone los ojos en la altiva belleza pelirroja no puede dejar de pensar en ella, y decide cambiar sus planes forzandola a contraer matrimonio.

  • Los amos del mundo estan al acecho de Cristina Martin Jimenez

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    En las reuniones secretas de Bilderberg se decide el destino del mundo. Si no tienes el honor de ser invitado, simplemente no existes, no eres nadie. El objetivo del Club es acabar con nuestras libertades personales y manipularnos mediante un unico gobierno mundial establecido en la ONU. ?Como es posible que Google, Nokia, Coca-Cola o el FMI puedan cambiar nuestras vidas? En este libro politicamente incorrecto, Cristina Martin Jimenez desvela las ultimas mentiras fabricadas por los <> para mantener a la poblacion atemorizada y, como consecuencia, controlada.

  • Cuando llegaron las lluvias de B.j. Daniels

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    El sheriff Mitch Tanner, el soltero mas atractivo del condado, sabia que no iba a faltarle el trabajo… pero no estaba preparado para enfrentarse a un caso de asesinato.

  • Y, de pronto, llegaste tu de Kris L. Jordan

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    ?Como un jugador profesional de football americano termina viviendo en un pueblecito de la sierra de Madrid?
    Dean Woods, es de los mejores Quaterbacks del mundo. Conoce la fama y el lujo, muchas mujeres han pasado por su cama y la mayoria de sus compatriotas le adoran
    como si fuese un Dios. Pero eso no le hace feliz y, tras la muerte de su padre, cae en una depresion. Su vida cambia radicalmente cuando, gracias a su unico amigo Pedro, acaba en un avion camino de Espana huyendo de la prensa. Alli conocera a Marta, una mujer unica y muy especial, con una pintoresca y atipica familia.

  • Al vuelo de la pagina de Juan Malpartida

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    Al vuelo de la pagina, de Juan Malpartida, es un diario que abarca la ultima decada del siglo XX. El autor no se limita a reflejar su punto de vista, sus observaciones sobre literatura, filosofia, politica y vida literaria, sino que deja testimonio de su dialogo con escritores, desde la lectura pero tambien desde la amistad, como Octavio Paz, Fernando Savater, Juan Gil-Albert, Enrique Molina, Charles Tomlinson y muchos otros que vemos aparecer en estas paginas que se convierten, asi, en un testimonio historico.

  • ?Te llamas Julieta? de Jossy Loes

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    ?Te llamas Julieta?
    Es una novela reeditada con nuevas escenas y corregida por un profesional en la materia para que vosotros, los lectores, podais disfrutar de ella.

  • La chica a la que no supiste amar de Marta Robles

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    El detective Tony Roures, cinico y sentimental, recibe de madrugada la visita de un viejo amigo, Alberto Llorens, un fotografo al que creia felizmente casado con una rica empresaria de Castellon. La triste realidad, segun le cuenta, es que tiene problemas conyugales y se ha convertido en un asiduo del club de alterne mas famoso de todo el Levante espanol.

  • He sonado que bailaba descalza de Olivia Zeitline

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    Una novela que sentiras que te habla; escuchala.

  • Escapando a mi destino de Manuel Delprieto

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    Valeria Mendez aspira a ser modelo y vivir una vida comoda lejos de las obligaciones del rancho familiar. Un dia se marcha de casa, con el fin de debutar como modelo, pero un reves en su destino le hara caer en manos equivocadas; convirtiendo sus suenos en una cruel pesadilla, donde su unico objetivo sera sobrevivir a un nuevo dia.

  • Amigos carinosos de J.f. Jimenez

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  • Amor Prohibido de Cathryn De Bourgh

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    Angelyn de Poitiers es la heredera de un antiguo linaje y luego de morir su padre sabe que lo unico que le queda en esta vida es cumplir su ultima voluntad y por esa razon viaja al castillo de Saint-Auxerre al norte de Francia con el cometido de casarse con el hermano menor del distinguido marques de Ferbes.
    La inocente joven llega a destino luego de un accidentado viaje solo para descubrir que su prometido se encuentra ausente y que sus anfitriones son gente muy fria y misteriosa. Excepto por la mirada de cierto caballero que no deja de seguirla a todos lados y desearla en silencio…

  • Sumisa de tres minotauros (Sumisas 4), Saray Gil Diaz de Saray Gil Diaz

    https://gigalibros.com/sumisa-de-tres-minotauros-sumisas-4-saray-gil-diaz.html

    Krystal trabajaba para Malik como empleada de hogar, entraba y salia de la mansion cuando queria, mientras que no le molestara demasiado a el no le importaba, hasta que llegaron los senores minotauros, tres imbeciles que llenan la casa de preservativos y le ponen un horario absurdo lleno de exigencias. Pero lo malo llega cuando incumple las normas del mundo de los cambiantes, junto a una amiga se adentra en uno de los locales secretos donde ellos tres la encontraran y arrastraran hacia un mundo de placer, pero alguien los vigila y quieren arrebatarsela.

  • El funeral de Lolita de Luna Miguel

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    La esperada primera novela de Luna Miguel, <> (Tua Blesa, El Cultural de El Mundo).

  • Morir en Primavera de Ralf Rothmann

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    <> Rothmann rememora el final de la segunda guerra mundial, en febrero de 1945, cuando el ejercito aleman esta a punto de sucumbir ante la ofensiva aliada. Los estragos de la guerra son visibles en todo el pais. Walter y Friedrich, dos amigos de diecisiete anos que trabajan en una vaqueria, creen que nunca seran llamados a filas y trazan planes para el futuro. Sin embargo, acabaran siendo reclutados por las tropas nazis y asistiran al caos provocado por la desbandada del ejercito aleman. Aclamada como una de las obras mas importantes de la ficcion contemporanea alemana, Morir en primavera es una emocionante novela en la que la inocencia y la culpa, la libertad y el destino, la amistad y el deber, son conjurados en un estilo limpio y contenido.

  • La Marca Del Silver Wolf de Marcia Dm

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    El Silver Wolf andaba suelto, todos lo sabiamos.
    ?Quien es? Bueno, el es el hombre que hace que no puedas dormir por la noche, el es la sensacion de que alguien te esta observando, el es la adrenalina que corre por tu cuerpo cuando crees que te estas por morir...o al menos eso nos han dicho.
    Lo unico que se con seguridad es que:
    El es el hombre que cambiaria mi mundo por completo.
    El es el hombre que me haria sentir cosas que no sabia que podia sentir.
    El es el hombre que me marcaria para toda la vida.
    El es el Silver Wolf.
    Lo unico que no se es como sobrevivir a el.

  • Algo mas que un verano (LGBT) de Noni Garcia

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    Antonio e Ivan piensan que unas semanas seran suficientes para disfrutar juntos, pero el destino es caprichoso y no piensa lo mismo.
    Ni un hecho triste del pasado de Antonio ni la baja autoestima de Ivan con los hombres impediran que lo que surja entre ellos dure algo mas que un verano.

  • Mentes maravillosas de Carl Safina

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    Entrelazando decadas de observaciones de campo con nuevos y sorprendentes escubrimientos sobre el cerebro, Mentes maravillosas ofrece una vision intima de la conducta animal que suprime las clasicas fronteras que separaban hasta ahora a los seres humanos del resto de animales. En el libro, los lectores viajan al Parque Nacional de Amboseli en el paisaje amenazado de Kenia donde las manadas de elefantes luchan para sobrevivir a la caza furtiva y la sequia, luego al Parque Nacional Yellowstone para observar a los lobos y como gestionan la tragedia personal de una manada, para finalmente sumergirnos en la asombrosa y pacifica sociedad de las orcas que viven en las cristalinas aguas del Pacifico Noroeste. Mentes maravillosas ofrece una vision iluminadora de las personalidades unicas de los animales a traves de historias extraordinarias sobre su alegria, pena, celos, ira y amor. La similitud entre las conciencias humana y no humana, el conocimiento de uno mismo y la empatia nos lleva a reevaluar como interactuamos con los animales. Safina argumenta que asi como nosotros pensamos, sentimos, usamos herramientas y expresamos emociones, otras criaturas y mentes con las que compartimos el planeta tambien lo hacen.

  • Preguntale al polvo de John Fante

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    Los Angeles en la decada de los anos treinta. El joven aprendiz de escritor Arturo Bandini lucha por la dura supervivencia diaria, mientras suena con el triunfo artistico y economico. Arturo proclama que es un genio de las letras, mientras se enfrenta a una compleja relacion amorosa con Camilla, una chica mexicana que trabaja como camarera. Arturo Bandini se ve abocado a una destructiva relacion de amor-odio, mientras sigue sonando con alcanzar la gloria. Novela de supervivientes urbanos que entusiasmo a Bukowski, Preguntale al polvo es un nuevo volumen de la saga protagonizada por Arturo Bandini, alter ego de John Fante.

  • La pandilla UFO de Israel Moreno

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    Roswell, Nuevo Mexico, verano de 2018. Todo esta listo para el Festival del OVNI de este ano. Hace ya mas de medio siglo, el supuesto choque de una nave extraterrestre en una granja cercana convirtio a esta poblacion en una referencia para los amantes del misterio de todo el mundo. Nacido y criado a la sombra del incidente, Israel, un muchacho hispano de 18 anos, comparte con su hermana Adriana, el pequeno Currito y un par de amigos su fascinacion por todo lo que venga del espacio exterior. Juntos se hacen llamar la Pandilla UFO, y estan a punto de hacer el descubrimiento del siglo. Algo tan extraordinario que todos quieren poseerlo, desde el conocido autor de una serie de libros sobre ufologia al poderoso ejercito de los EE. UU. ?Sospecharan los miles de personas que acuden a la celebracion lo cerca que estan de la verdad que hay tras los platillos volantes? En su nueva obra, Israel Moreno nos trae una aventura de ciencia ficcion con el sabor de aquellas peliculas que fascinaban al publico de los ochenta. Sin dejar de lado el estilo personal de novelas anteriores como Detras de mi musica y Manana es Halloween (mas de 100.000 copias vendidas) y su secuela, La Pandilla UFO propone algo diferente: ofrecer una historia capaz de entretener a grandes y pequenos por igual, para que padres e hijos puedan participar juntos de la experiencia. “.Sipnosis: Roswell, Nuevo Mexico, verano de 2018. Todo esta listo para el Festival del OVNI de este ano. Hace ya mas de medio siglo, el supuesto choque de una nave extraterrestre en una granja cercana convirtio a esta poblacion en una referencia para los amantes del misterio de todo el mundo. Nacido y criado a la sombra del incidente, Israel, un muchacho hispano de 18 anos, comparte con su hermana Adriana, el pequeno Currito y un par de amigos su fascinacion por todo lo que venga del espacio exterior. Juntos se hacen llamar la Pandilla UFO, y estan a punto de hacer el descubrimiento del siglo. Algo tan extraordinario que todos quieren poseerlo, desde el conocido autor de una serie de libros sobre ufologia al poderoso ejercito de los EE. UU. ?Sospecharan los miles de personas que acuden a la celebracion lo cerca que estan de la verdad que hay tras los platillos volantes? En su nueva obra, Israel Moreno nos trae una aventura de ciencia ficcion con el sabor de aquellas peliculas que fascinaban al publico de los ochenta. Sin dejar de lado el estilo personal de novelas anteriores como Detras de mi musica y Manana es Halloween (mas de 100.000 copias vendidas) y su secuela, La Pandilla UFO propone algo diferente: ofrecer una historia capaz de entretener a grandes y pequenos por igual, para que padres e hijos puedan participar juntos de la experiencia.

  • La imborrable huella del amor de Mari Cruz Gonzalez

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    Yo era la chica mas feliz que pisaba este planeta. Tenia un trabajo con un buen sueldo que me permitia llegar desahogadamente a final de mes, una familia bastante unida y un novio que me queria con locura. Aaron era perfecto. Llevabamos diez anos como pareja y justo el dia en el que los cumpliamos, hinco rodilla delante de casi cincuenta personas en el restaurante en el que cenabamos esa noche. Todavia recuerdo las exclamaciones de asombro, un camarero grabandonos y una cocinera rechoncha llorando como una magdalena, sorbiendose los mocos mientras todos los alli presentes aplaudian. Fue la noche mas bonita, romantica y magica que recuerdo. Teniamos una relacion de envidia o eso me decian mis amigas. La verdad era que nos llevabamos muy bien, apenas discutiamos y no teniamos problemas de confianza, sinceridad o fidelidad. Viviamos juntos desde hacia seis anos y la convivencia era bastante buena: cocinaba, me ayudaba con las tareas domesticas, era ordenado, limpio y un manitas arreglando cosas. Era increible. No tenia mas palabras para describirlo. Era mi principe azul, por el que hubiera dado todo. Estabamos tan emocionados con casarnos que hasta planeamos un viaje. Yo fui la que propuso la idea. Nos ibamos a Andorra en nuestro propio coche. Queriamos una pre-luna de miel: esquiar, estar en contacto con la naturaleza rodeados de montanas y respirando aire puro. Lo organizamos todo en nuestros respectivos trabajos para poder ir en febrero. Pero antes de irnos, mi madre, mi futura suegra y yo nos fuimos a comprar el vestido de novia mas espectacular que habia. Lo encontre despues de recorrer varias tiendas: un palabra de honor con una cola larga. Las dos mujeres que me acompanaban se emocionaron al verme de blanco. Lo guarde muy bien en casa de mis padres, Aaron no podia verlo. La noche anterior al viaje la dedicamos a hacernos el amor tan apasionadamente que parecia que aquella era la ultima vez que iba a tenerlo en mis brazos. Me abrace a su cuerpo, escuchando a su corazon latir a mil despues del orgasmo, y senti unas irrefrenables ganas de hacerle saber cuanto lo amaba. Se lo dije unas veinte veces o mas mientras me comia su cara a besos para despues volver a abrazarme a el en nuestro ultimo abrazo antes de quedarme dormida. Salimos despues de comer. Decidimos hacerlo asi para que yo pudiera conducir un tramo pues me daba respeto conducir de noche. Paramos en una gasolinera a estirar las piernas, llenar el deposito de combustible y hacer el cambio. El conduciria hasta Andorra y ya empezaba a oscurecer. Nos dirigiamos a Zaragoza a una velocidad normal, puesto que apenas habia coches en la carretera. La musica sonaba de fondo y yo le daba conversacion sobre lo que ibamos a hacer alli. Estabamos muy ilusionados por conocer un pais nuevo aunque fuese pequeno. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, nuestros planes se truncaron para siempre. Solo recuerdo una luz cegadora y nuestros gritos. Aaron sobre el airbag. Dolor. Sangre. Luz. Silencio. Paz. -- Judith, Judith... Me gire reaccionando a mi nombre. Era Aaron. Estaba lejos en aquella inmensidad totalmente blanca. No podia correr, ni lanzarme a sus brazos. Al llegar a el, me cogio de las manos y me sonrio. -- Te quiero-- yo le respondi lo mismo--. Pero ha llegado el momento... tenemos que separarnos aqui. Lo mire aterrada. ?De que estaba hablando? -- ?Por que? Quiero irme contigo. No quiero estar en un sitio donde no estes tu-- fue lo unico que pude decir. -- No puedes-- dijo mientras negaba con la cabeza y apretaba mis manos--. No es tu hora. No es demasiado tarde para ti, pero si para mi. No entendia nada, todo esto sonaba a despedida. -- Tengo que irme pero ten por seguro que no te voy a dejar ni un solo segundo sola. Te deseo lo mejor. Te amo muchisimo. Nunca lo olvides, por favor. Me beso en los labios y me abrazo. No podia llorar. Comenzo a alejarse. Comenzo a desvanecerse en el aire. -- !Espera, Aaron!-- intente correr--. !Te amo, te amo! Llegue hasta el pero ya era tarde. Cai de rodillas sin comprender todavia. Un profundo dolor me recorria el cuerpo. Y luego, luz. Luz blanca y pura. Tranquilidad absoluta. Abri los ojos poco a poco. La luz de los fluorescentes me hacia dano. Un pitido intermitente retumbaba por toda la habitacion, haciendose el dueno del silencio junto a un ruido ensordecedor y monotono. Parpadee repetidas veces, lo veia todo muy borroso. Estaba tumbada en una cama con un monton de maquinas a mi alrededor. Tenia puesta una mascarilla de oxigeno. Bajo ella, un pequeno tubo se apoyaba encima de mi oreja y, pegado a mi mejilla por alguna especie de cinta adhesiva, se introducia en mi fosa nasal izquierda. Algo rigido me rodeaba el cuello hasta la clavicula. Sentia ganas de vomitar y me dolia la cabeza. Levante los brazos para observar que tenia cables en ellos, en mis dedos y hasta en el pecho me los pude palpar. Tambien conte al menos una aguja atravesandome la piel. Movi un poco mis piernas, la izquierda la tenia en alto rodeada de escayola y me dolia a rabiar. Hice un guino y solte un grunido de dolor. Me sentia cansada, agotada, como si un camion me hubiera pasado por encima. Oi una exclamacion de susto a mi derecha. -- !Doctor, doctor!-- salio apresuradamente una enfermera de la habitacion. No la habia visto, mi campo visual era muy limitado. Me dolia demasiado el cuello y lo tenia inmovilizado. Al poco rato entro un hombre. -- Judith, al fin-- suspiro con alivio. Me sonaba su voz--. ?Como estas? Me encogi de hombros. !Dios! Me dolia todo. Los ojos se me cerraban. -- ?Puedes hablar?-- espero un instante y luego insistio--. Habla, por favor. -- Me duele todo. ?Donde estoy? ?Que ha pasado?-- mi voz sono muy debil y ronca. -- Tranquila, Judith. ?Te acuerdas de mi?-- se acerco mas a la cama y busco mi mirada perdida. Lo mire a la cara detenidamente, haciendo un enorme esfuerzo para que no se me cerraran los parpados. Me sonaba tambien. -- ?German?-- asintio y sonrio ampliamente. Se sento sobre la cama. -- Aun te acuerdas de mi-- confirmo sin dejar de sonreir. -- Me alegro de verte-- tosi por culpa del vapor de la mascarilla y el temblor de mi cuerpo al hacerlo fue peor que haberme ahogado con el. Frunci el ceno con resignacion. -- Yo tambien, pero no asi-- me miro de arriba hacia abajo haciendo enfasis en 'asi'. -- ?Que ha pasado, German?-- musite sin apenas fuerza en la voz. -- Tuviste un accidente de coche. Un borracho conducia en direccion prohibida en plena autovia y chocasteis de frente. Has estado casi un mes en coma, no habia muchas posibilidades de que salieras de el. Estas viva de milagro. Me quede paralizada un momento. Recorde una luz cegadora. Tosi. -- ?Puedes quitarme esto, por favor? Si no me he muerto, esto me va a matar. Ademas, parezco Darth Vader-- hice el intento de quitarmelo pero el me bajo la mano hacia el colchon mientras sonreia. -- No, no puedes quitartelo, al menos aun no. Tienes que descansar-- me apreto la mano derecha. Mire nuestras manos juntas. Un anillo precioso brillaba en mi dedo anular. Gritos. Dolor. Sangre. -- !Aaron!-- grite, reuniendo las pocas fuerzas que tenia--. ?Y Aaron? German se puso serio y trago saliva con cierta dificultad. Se levanto, rehuyendo mi mirada. -- Tranquila, Judith, tienes que descansar-- repitio, nervioso. -- ?Donde esta Aaron?-- espere contestacion pero no la recibi--. Dimelo, German. Se miro las manos mientras retrocedia hacia la puerta. El monitor cardiaco pitaba cada vez mas rapido. -- !Maldita sea, dimelo!-- insisti, incorporandome dolorosamente. Empece a quitarme la mascarilla, la aguja y los cables de mi pecho, brazos y manos como pude. Me sorprendio aquella repentina fuerza que me invadio estando en tales circunstancias. Las maquinas que me rodeaban comenzaron a volverse locas emitiendo pitidos. -- !Para! !Enfermera!-- grito mientras me retenia de las munecas contra la cama--. !Enfermera! -- !Solo dime como esta Aaron! !Necesito saberlo, por favor!-- forcejee con el en vano mientras las lagrimas me caian a raudales a ambos lados de mi cara y se estampaban contra el collarin y la sonda. Una enfermera entro a toda prisa y me cogio de un brazo. Senti un pinchazo y en seguida deje de tener voluntad. -- Tranquila, Judith-- oi la voz de Aaron y me di la vuelta. Ahi estaba el de nuevo. Ahora, en el parque donde nos conocimos o, mejor dicho, donde nos presentaron.

  • Piel de letra de Laura Escanes

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    Cada piel es un mundo por descubrir.

  • Descalzos en la Nada, Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    Corre el ano 2002, y la crisis financiera amenaza con destruir las fragiles economias de varios paises.
    La diputada Barbara Larrique, joven promesa del partido de gobierno uruguayo, se encuentra al frente de una delicada negociacion con el sindicato de obreros de la construccion.
    Eso la enfrenta a Ivan Kessler, un periodista espanol que debido a ingratas circunstancias, se ve obligado a quedarse en Montevideo, y termina trabajando como peon de obra para poder subsistir.
    Muchas cosas los separan pero hay algo que los une: un pasado lleno de misterios que Barbara ni siquiera sospecha, e Ivan quiere revelar.
    El flechazo es tan fulminante como inevitable, pero pronto todo cambia y ella tiene que optar entre su promisoria carrera o la impactante verdad. Su decision tiene implicancias de mayor alcance, pues con la misma pondra en juego tambien su felicidad junto a Ivan.
    Unas fotos Polaroid en manos de alguien con perversos fines, y el pedido desesperado de una dominatriz antes de morir, ponen en marcha esta novela desbordante de intrigas, grandes peligros y ese erotismo tan jugado que caracteriza a la autora, quien una vez mas nos sorprende con una trama compleja, emotiva y atrapante.

  • Incubo. El amante de suenos de Mara Soret

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    ?Que harias si unos
    suenos eroticos irreprimibles amenazaran con arrebatarte todo cuanto amas?

  • El latido de la tierra de Luz Gabas

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    Vuelve Luz Gabas con su novela mas sentida.

  • Divas (completa) de Emma Madden

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    DiVAS contiene en un solo volumen tres historias de tres mujeres famosas, exitosas y apasionadas. Una actriz, una modelo y una cantante, Chloe, Giselle y Paisley, que comparten no solo una fama esplendorosa y una vida llena de glamour, tambien comparten su entrega y su ilusion por el amor.
    CHLOE
    Chloe Miller es una conocida estrella de Hollywood que a los veintiocho anos, recien divorciada y con una larga y prestigiosa carrera, tiene que cambiar sus habitos y contratar un equipo de escoltas de primer nivel para cuidar de su seguridad.
    Una experiencia incomoda al principio, que acabara por transformar su existencia y que le regalara la historia de amor mas importante, inesperada y trascendental de su vida, con el unico hombre del que no se podia enamorar.
    Chloe Miller y Kenan Yaman se conocen, se rechazan y mantienen las distancias, hasta que el amor y la pasion se abren paso en toda su plenitud, sin que ninguno de los dos pueda controlarlo.
    GISELLE
    Giselle Erikson, extenista sueca, Top Model y una personalidad internacional reconocida, llega a Oregon, en los Estados Unidos, para pasar dos semanas en Green Mountain, una exclusiva clinica de reposo donde pretende curar su corazon roto, rehacerse y disfrutar de unos dias alejada del mundanal ruido, sin otra preocupacion que cuidarse y descansar. Unos planes muy precisos que se enriquecen cuando conoce Daniel, un misterioso artista, un colaborador de la clinica, con el que entabla una insolita y novedosa relacion que le cambiara la vida para siempre.
    El pasado complicado de Giselle, la familia de Daniel, los secretos y los malentendidos, la falta de comunicacion, los celos, los llevaran a vivir una historia de amor llena de altibajos que, sin embargo, lograra encontrar el camino hacia la felicidad.
    PAISLEY
    Paisley Campbell-Evans empezo su carrera musical muy joven, triunfo a los veintidos anos y a los veintisiete, en el mejor momento de su carrera, su vida personal se desmorona, llega un divorcio inexplicable, y una epoca sentimental muy dura salpicada por intromisiones ajenas, mentiras y malos entendidos que, sin embargo, no logran destrozar su animo, ni la pasion que siente por su hija, por su musica y por el gran amor de su vida, su exmarido, Michael Evans.
    Paisley, la gran estrella mundial de la musica, sobrevive, lucha y brilla en los escenarios para alegria de sus millones de fans, mientras en la intimidad intenta recuperar la estabilidad y la felicidad que le fue arrebatada de forma tan injusta.

  • Alas Rotas de David Aleman

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  • La historia de nuestras vidas de Marisol Gallardo

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    Este es mi testimonio. La historia de tres generaciones de una familia, la mia, que comienza antes de la Guerra Civil, y llega hasta nuestros dias. Una novela con personajes reales, donde se mezcla la realidad con la ficcion.

  • El hombre del corazon negro de Angela Vallvey

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    Mas de 70.000 mujeres cada ano son enganadas y sometidas a esclavitud sexual solo en Europa. Este es un dato extraido de los periodicos, pero en esta novela todas esas mujeres se resumen en Polina, una adolescente nacida en Moldavia cuyas ilusiones comienzan a desmoronarse en un tetrico sotano de Estambul. Muy lejos de los sollozos de la pequena, la historia comienza con la desaparicion de los cinco gatos de la viuda Hergueta en un barrio residencial de la periferia de Madrid. Los vecinos rusos resultan los primeros sospechosos, ya que su actitud es hurana y misteriosa. Gracias a sus contactos, las quejas de la viuda encuentran finalmente eco en Sigrid Azadoras, una agente experta en artes marciales, a la que la insignificante desaparicion de los gatos la llevara a adentrarse en el complicado entramado de las mafias del Este, una estructura que tiene sus raices en el desmoronamiento politico, economico y social de las ex republicas sovieticas.

  • Lealtad al clan (Lealtad 1) de Sonia Lopez Souto

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    Ano 1450. Un ano despues del regreso de Jacobo II a Escocia para tomar el control de su corona, terminar con las guerras entre clanes es su mayor prioridad ahora, antes de que el rey ingles intente usarlo en su favor. Los juegos de las Highlands son una costumbre arraigada en el pais y los usara para reunir a todos los clanes y pedir que le juren lealtad. Pero las rivalidades tambien tienen una larga historia detras y solo un movimiento estrategico por parte del rey podra ponerles fin. Por suerte para el, dos jovenes de clanes rivales podrian darle la clave para cambiar la lealtad al clan.

  • La novia de McKenzie de Tanya Anne Crosby

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    Independiente hasta la medula, Elizabeth Bowcock, tambien conocida como “Doc Liz”, decide criar a la hija de su unica hermana, ya que se acaba de quedar huerfana. Desafortunadamente, el abuelo de la nina no considera apta a Elizabeth para la tarea y se niega a entregarle a la pequena si no se casa antes.

  • Como caida del cielo de Maya Alvarez

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    Un hombre sexy y encantador, ligado a la riqueza y la television se topa con una chica dulce, normal y que despierta todo su interes. Juntos es imposible evitar la conexion y el deseo.
    Una historia de amor en medio de una falsa realidad.
    Cada dia se convencen mas de que no quieren separarse, pero hay una vida que vivir. Se ven obligados a huir del escandalo y la locura, para vivir su propio sueno romantico y erotico.
    ?Podran lograrlo? ?Podran superar la ambicion de la television y los enredos?
    ?Sera amor verdadero?

  • Olvidando el pasado de Amaya Evans

    https://gigalibros.com/olvidando-el-pasado.html

    Joseph Powell se enamoro perdidamente desde muy joven de la chica mas hermosa de la pequena ciudad donde vivia. Pero Amanda Hughes era la hija de uno de los hombres mas ricos del lugar y al final, ella lo traiciono cruelmente, mientras el era victima de un engano que lo llevo a pagar anos de carcel de manera injusta.
    Ahora que ha pasado el tiempo, y el es un hombre poderoso ?Buscara vengarse de quien fue el unico y verdadero amor de su vida? ?O tal vez una pequena sorpresa cambiara sus sentimientos haciendo que el pueda perdonar y olvidar su pasado?

  • Yeruldelgger 2, tiempos salvajes de Ian Manook

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    En medio de las gelidas estepas mongolas, la inspectora Oyun, ayudante del comisario Yeruldelgger, se topa con una escena dificil de interpretar: un jinete y su caballo yacen aplastados bajo el lomo de una hembra de yak que parece haber caido del cielo. La misma sorpresa experimenta su jefe cuando, en un desfiladero del macizo del Otgontenger, se descubre el cadaver de un hombre que solo puede haber acabado ahi… precipitandose desde las alturas. Y para cerrar el circulo de hechos insolitos, el mismo comisario es detenido como sospechoso del asesinato de Colette, una amiga prostituta a la que habia ayudado a rehacer su vida. Sumido en la perplejidad y temiendo ser victima de una trampa, Yeruldelgger acomete una investigacion clandestina que generara tensiones con su equipo, reabrira viejas heridas con su hija Saraa y provocara la intervencion de los maestros shaolin del septimo monasterio en el que fue criado. Pero la situacion da un vuelco completo con el hallazgo de los cuerpos sin vida de un grupo de ninos dentro de un contenedor en el puerto de El Havre. Pese a los miles de kilometros que separan Mongolia de Francia, las pistas acabaran por cruzarse para destapar un caso de corrupcion y abusos a todos los niveles que afecta a las mas altas esferas de diversos paises, desde Europa hasta Asia.

  • Penumbra de Esteban Navarro

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    La comisaria de Jaca inicia unas obras por reformas, por lo que los agentes se trasladan durante un tiempo al Seminario, un edificio propiedad de la Diocesis conocido porque anos atras habian ocurrido una serie de hechos calificados como inexplicables.

  • Seduciendo a la chica especial de Anna Olsson

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    Iban es un chico que cree en el amor, lo vive a diario junto a sus amigas, hasta que un dia decide hacer un viaje sorpresa a Estocolmo, Suecia, donde a conocera a la interesante Karin. Disfrutad de la novela.

  • Biografia de un cuerpo de Monica Rodriguez

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    El cuerpo manda. Obliga, es un tirano. Lo miro en el espejo a traves del vaho. Largo, recien amoldado a esta corpulencia que me desconcierta. Las costillas marcadas, los musculos del vientre esbozados por lineas oscuras, el ombligo. Aun las gotas de agua lo cubren. Pequenas constelaciones detenidas en la pelusa. El grifo gotea; su sonido metalico es un martilleo ritmico que no quiero escuchar, pero que escucho. Los azulejos del bano estan empanados. Bajo la neblina del vapor, contra el espejo, destellan los muslos dorados, casi blancos, el sexo entre las piernas, encogido sobre la mata oscura. Las rodillas formando un pequeno arco. Agacho la cabeza y me detengo en esa vision desde arriba. Estas no son mis piernas. Ni ese pene languido, acobardado como si no fuera un tirano, me pertenece. El vello de mis piernas sombrea la piel humeda, las gotas prendidas en los pelos, aplastados bajo el peso del agua. Son extranos vistos desde esta perspectiva. ?De quien seran esas piernas? ?Y esos pies grandes, de hombre? Levanto los dedos y se marcan los tendones como si alguien tirara de una cuerda. La piel se vuelve mansa, lisa, casi deslumbrante por los talones, los costados. Miro tanto esos pies que ya no parecen pies. Me fijo en sus dedos grandes, que debo domar y doblar, estirar. Me pongo de puntillas, desciendo. Hay un pequeno charco en las baldosas, bajo mis plantas. Y la gota del grifo. Clin, clin, clin. Vuelvo a levantar la cabeza. El espejo se ha empanado lo suficiente para que solo vea un borron de ese cuerpo. Esa pincelada impresionista soy yo. Froto el espejo con la palma de la mano. Mi rostro aparece en el agujero del vaho y se que es mio. Lo distingo porque lo he visto muchas veces en este mismo espejo, su imagen especular, ahora distinta, mas angulosa, menos dulce, con un ligero vello sobre el labio superior. Pero, aunque haya cambiado, hay algo que es solo mio, que soy yo, un punado de gestos, esa mirada hosca, timida, confusa, enmarcada ahora por las pestanas mojadas. No se que es, no se que soy yo, pero estoy ahi, en ese rostro, que hasta hace poco era suave y blanco como la piel de una cebolla. Sonrio. Los brillos metalicos de los hierros esconden mis dientes. Muevo la boca y siento el rozamiento de los brackets, paso la lengua por ellos. Todavia tengo que acostumbrarme a su presion. El agujero del espejo comienza a empanarse de nuevo. Voy desapareciendo y eso me provoca un pequeno vertigo. Entonces empiezo a tiritar. Tengo frio. Mi cuerpo tiene frio. Manda, me obliga a envolverme en la toalla. Me siento en la taza del vater. Sigo tiritando, pero no voy a vestirme, no voy a obedecerle. Miro el desodorante sobre el lavabo. El cuerpo grita cuando suda. Pero ahora tiene frio y no voy a moverme, no. Golpes en la puerta. Me sobresalto. !Haz el favor de salir del cuarto de bano! La voz de mi madre. Estoy harto de someterme siempre. El cuerpo, los adultos. Resistire aqui sentado, tiritando. Clin, clin, clin. Tengo la piel helada, como si una plancha metalica me envolviera. Los musculos tensos de tanto soportar el frio. Las plantas de mis pies mojadas son un trozo de algo que ya no siento, pero son mis pies. Mis pies. Mi torso. Los labios tiritando. El frio. Ya no lo soporto. El cuerpo gana y me envuelvo en la toalla. Salgo del cuarto de bano. Tambien mi madre, que espera fuera impaciente, gana. 2 Soy un dios alojado en el cuerpo de un toro. 3 Estira mas. No puedo. Claro que puedes. Estira. Lo hago. Te tiembla la pierna, no pongas tanta tension. Lo intento. No hay que intentarlo, hay que hacerlo. !Estira! Noto como el sudor nace en mis sienes, en mis axilas. Mis mejillas empiezan a arder del esfuerzo. No puedo controlar la tension, la pierna me tiembla ligeramente. Si me relajo deja de hacerlo, pero entonces no la estiro lo suficiente. Me concentro en el pie, en toda la fuerza del pie, y tiro de el hacia arriba. El muslo ya no aguanta mas. La pierna cae desobediente. ?Quien te ha dicho que la bajes? La profesora se ha vuelto hacia mi. Grita, golpea el suelo con uno de sus zapatos elasticos y negros. De inmediato, trato de subirla de nuevo. Noto el hormigueo de la tension. Ella se acerca, me sostiene la pierna por el tendon de Aquiles, con firmeza. La misma que desprenden sus ojos inflexibles. La levanta. Cuidado con la cadera. Controla el peso. Lo hago. Siento las fibras del musculo interno tirando. Rita, la profesora, suelta la pierna, que se baja ligeramente. Trato de sostenerla, sudo. Me inclino hacia la barra. Mi mano se aferra a ella con demasiada fuerza. Puedes hacerlo mejor, dice. Rita cambia de ejercicio, se pasea por la clase. Coloca un hombro, sube una barbilla. Pasa el dedo por la columna vertebral de una espalda que de inmediato se estira. Del cansancio veo la clase borrada por una leve neblina, las luces en el espejo. La profesora detenida frente a Alex asintiendo, el borron del piano negro, abierto como un feretro, en una esquina de la sala. Muy bien, Alex. Dos palmadas. Centro. Nos colocamos todos frente al espejo. Hay un ligero murmullo, mientras vamos buscando nuestras posiciones. Mi maillot esta sudado. Siento la humedad en la espalda. Clara me mira y sonrie, y algo se encoge dentro de mi. Ella se coloca en segunda fila. Yo trato de ponerme en la primera, no en el centro, en un lateral. Rita esta seleccionando la musica con el pianista. Alex esta en el centro y resopla mirandome complice. Nos colocamos. Veo las figuras en el espejo, todos con las espaldas muy rectas, la cabeza alta, los monos tirantes, los maillots sudados. Respiramos. Me detengo en mi imagen. Ese es mi cuerpo. Lo noto, pulsa dentro de mi, aulla cansado. Dolorido. Por un instante lo vuelvo a ver como un extrano. Un extrano que me lleva la contraria, me reta. Cierro los ojos y vuelve a ser mio. Necesito este dolor para domarlo. Para bailar. Me gusta este dolor. Adagio, dice Rita. Cuando quieras, maestro. Yo abro los ojos. El piano empieza a sonar, las notas caen como nudos de luz por el aula. Levanto un brazo... 4 ?Estas bien? Claro, por que lo dices. No se, te he visto raro en la clase. Cansado. No estoy cansado. ?Vienes a comer? Ahora voy. Te cojo sitio. Veo a Clara alejarse hacia los vestuarios, con la mochila al hombro. El corazon me golpea como cuando termino de hacer los saltos. Sin que yo pueda controlarlo. Tan rapido, tan violento. Golpes de animal vivo. Pero este fluir me gusta. Me hace sonreir y me asusta a un tiempo. Es Clara la que lo desencadena. Ella me dice que me reservara un sitio a su lado en el comedor y abre la compuerta. El torrente del pulso precipitandose. Clara manda sobre mi cuerpo. Entro en el vestuario de chicos. Alex sale de la ducha, desnudo, dejando un reguero a su paso. Se seca con la toalla el pelo humedo. Por un momento admiro su cuerpo. Es perfecto para la danza, tiene flexibilidad, empeines, potencia. Alex, muy bien. Alex, perfecto. Alex, si sigues asi, seras un gran bailarin. Alex, repitelo, que te vean todos. Alex. Alex. Alex. Agita la cabeza y su pelo en hebras castanas y rubias, del color del tabaco, desprende diminutas gotas, como una aureola. Entonces posa sus ojos, tambien rubios, en mi y vuelvo la vista hacia los banos, avergonzado, en un movimiento brusco. Simon y Manuel ya estan vestidos, el pelo empapado y negro, repeinado hacia atras. Me miran a traves del espejo cuadrado, incrustado en la pared. Desparejos: Simon, muy alto; Manuel, bajo. No te va a dar tiempo a comer si no espabilas, tio. Encojo los hombros. Mi corazon ya se ha calmado. Pienso: Clara, y esta calmado. Pero las comisuras de mi boca se dilatan en una sonrisa que provoca su nombre. La contengo mientras miro como Simon se echa colonia. Pero que haces, marica, eso huele que apesta. Manu le quita el bote, se pelean de mentira. Se insultan, se dan algun golpe en el biceps y salen del vestuario arrastrando las mochilas, a voces, riendo, las tarteras colgadas del hombro. ?Te espero? Alex me mira mientras se pone la cazadora. Inclina la cabeza ligeramente. Tiene el rostro redondo, aun imberbe, y su belleza es deslumbrante, amarilla, de nina. No, digo. Me cogen sitio.

  • 21 lecciones para el siglo XXI de Yuval Noah Harari

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    Vuelve Harari

  • Me perdi en tu mirada de Claudia Velasco

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    Rosslyn Caird, hija de un prestigioso noble de Kirkwall, llego a los doce anos al condado de Caithness, al norte de Escocia, para ser educada por la familia de su futuro marido, lord James Sinclair, tercer hijo del conde de Caithness, con la intencion de convertirse en una esposa digna, y como parte del acuerdo entre ambas familias para consolidar su union y su ferrea lealtad al poderoso clan Sinclair.
    Ambos jovenes son la moneda de cambio perfecta para satisfacer los intereses politicos, familiares y sociales de su entorno, pero ellos, dos personalidades muy fuertes y muy opuestas, no conseguiran armonizar su vida, ni aplacar su caracter, y solo lograran precipitar su peculiar matrimonio hacia el abismo. Un gran desencuentro rodeado de conspiraciones, enganos, malas decisiones, mentiras, falta de comunicacion y un exceso desmesurado de orgullo que contribuiran a fracturar, aun mas si cabe, su incierto futuro.
    ME PERDI EN TU MIRADA es una novela historica ambientada en la Escocia del siglo XVII, que hace un repaso minucioso por las rigidas costumbres de la epoca, que nos lleva a viajar por aquellos apasionantes escenarios y que cuenta la intensa y vehemente historia de amor entre Rosslyn Caird y James Sinclair.
    Un relato agil y delicado, narrado con el rigor historico y la pasion de Claudia Velasco.

  • Estos anos barbaros de Joaquin Estefania

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    Mas pobres, mas desiguales, mas precarios, menos protegidos, mas desconfiados, menos democratas. Este es el devastador balance que ha dejado la crisis economica en amplias zonas del mundo, en especial en el sur de Europa, convertido en el laboratorio mayor de los experimentos de la denominada ‘austeridad expansiva’. Una combinacion tan desmesurada y tan desfavorable de elementos no se ha dado en la historia contemporanea mas que en cuatro ocasiones: las dos guerras mundiales, la Gran Depresion y la Gran Recesion que empezo en el verano del ano 2007.

  • Infinito de Beatriz Gomez Lorenzo

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    Gines Martin, es un trabajador del departamento de tanatopraxia del Anatomico forense solitario y carente de relaciones que solo se permite el recuerdo de Susana cada 7 de noviembre. En esa fecha realiza un pequeno ritual para recordar a su amiga fallecida diez anos antes.

  • La prision del Titan, Leah Jackson de Leah Jackson

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  • El mundo (Novelas 2) de Carmen Boullosa

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    <>

  • Deja que ocurra (Completa) de Alice Kellen

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    Todo puede cambiar en un instante.>> Habia escuchado esa frase muchas veces a lo largo de mi vida, pero nunca me habia parado a masticarla, a saborear el significado que esas palabras pueden dejar en la lengua cuando las desmenuzas y las sientes como propias. Esa sensacion amarga que acompana a todos los <> que se desperezan cuando ocurre algo malo y te preguntas si podrias haberlo evitado, porque la diferencia entre pasar de tenerlo todo a no tener nada a veces es tan solo de un segundo. Solo uno. Como entonces, cuando ese coche invadio el carril contrario. O como ahora, cuando el decidio que no tenia nada por lo que luchar y los trazos negros y grises terminaron por volver a engullir el color que unos meses antes flotaba a mi alrededor... Porque, en ese segundo, el giro a la derecha. Yo quise seguirlo, pero tropece con una barrera. Y supe que solo podia avanzar hacia la izquierda. ENERO (VERANO) 1 AXEL Estaba tumbado encima de la tabla de surf mientras el mar se mecia con suavidad a mi alrededor. Aquel dia el agua cristalina parecia contenida dentro de una piscina infinita; no habia olas, ni viento ni ruido. Podia oir mi propia respiracion calmada y el chapoteo cada vez que hundia los brazos, hasta que deje de hacerlo y tan solo permaneci alli, sin moverme, con la mirada clavada en el horizonte. Podria decir que estaba esperando a que el tiempo cambiase para poder pillar una buena ola, pero sabia perfectamente que ese dia no habria ninguna. O que pasaba el rato, algo que hacia a menudo. Pero recuerdo que lo que de verdad estaba haciendo era pensar. Si, pensar en mi vida, en que tenia la sensacion de haber alcanzado todas las metas y de haber ido cumpliendo un sueno tras otro. <>, me dije. Y creo que fue el tono que resono en mi cabeza, esa leve interrogacion, lo que de repente me hizo fruncir el ceno, sin apartar la vista de la superficie ondulante. <>, cuestione. No me gusto esa duda que parecio agitarse en mi cabeza, viva y reclamando mi atencion. Cerre los ojos antes de zambullirme en el mar. Despues, con la tabla de surf cargada bajo el brazo, regrese a casa caminando descalzo por la arena de la playa y el sendero plagado de malas hierbas. Abri la puerta de un empujon, porque siempre estaba atascada por culpa de la humedad, deje la tabla en la terraza trasera y entre. Coloque una toalla doblada encima de la silla y no me vesti para sentarme delante de mi escritorio, que ocupaba todo un lado del salon y era caotico. Al menos, para cualquier persona cuerda. Para mi, era el orden en su maxima expresion. Papeles repletos de notas, otros con pruebas descartadas y el resto con trazos sin sentido. A la derecha, tenia un espacio mas despejado, con boligrafos, lapices, pinturas; encima, un calendario con varios tachones en el que marcaba los plazos de entrega y, al otro lado, mi ordenador. Repase el trabajo acumulado y conteste un par de correos antes de decidir continuar con el proyecto que tenia entre manos, un folleto turistico de Gold Coast. Era basico, con una ilustracion de una playa y olas de lineas curvas bajo las que surfeaban algunas sombras con poco detalle. Justo el tipo de encargo que mas disfrutaba: sencillo, rapido de hacer y bien pagado y explicado. Nada de <> o <>, sino un simple <>. Pasado un rato, me prepare un sandwich con los pocos ingredientes que quedaban en la nevera y me servi el segundo cafe del dia, sin azucar y frio. Estaba a punto de llevarme la taza a los labios cuando llamaron a la puerta. No era muy dado a recibir visitas inesperadas, asi que deje el cafe sobre la encimera de la cocina con el ceno fruncido. Puede que, si en ese momento hubiese sabido todo lo que arrastrarian ese par de golpes, me hubiese negado a abrir. ?A quien quiero enganar? Jamas podria haberle dado la espalda. Y habria ocurrido, de todos modos. Antes. Despues. ?Que mas da? Tenia la sensacion de que, desde el principio, fue como jugar a la ruleta rusa con todas las balas cargadas; estaba destinado a que alguna me atravesase el corazon. Todavia sostenia el marco de la puerta en la mano cuando supe que aquello no era una visita de cortesia. Me aparte para dejar que Oliver, taciturno y serio, entrase en casa. Lo segui a la cocina preguntandole que habia ocurrido. El ignoro el cafe y abrio el armario alto en el que guardaba las bebidas para coger una botella de brandy. --No esta mal para ser un martes por la manana --dije. --Tengo un jodido problema. Espere sin decir nada, aun vestido solo con el banador que me habia puesto al despertar. Oliver llevaba pantalon largo y una camisa blanca metida por dentro; el tipo de ropa que juro que jamas se pondria. --No se que voy a hacer, no dejo de pensar alternativas, pero las he agotado todas y creo..., creo que te voy a necesitar. Eso capto mi atencion; principalmente porque Oliver nunca pedia favores, ni siquiera a mi, que era su mejor amigo desde antes de que aprendiese a andar en bicicleta. No lo hizo cuando vivio el peor momento de su vida y rechazo casi toda la ayuda que le ofreci, no se si por orgullo, porque pensaba que era una molestia o porque queria demostrarse a si mismo que podia hacerse cargo de la situacion, por dificil que fuese. Quiza por eso, no titubee: --Sabes que hare cualquier cosa que necesites. Oliver se termino de un trago la bebida, dejo el vaso dentro del fregadero y se quedo ahi, con las manos apoyadas a ambos lados. --Me han destinado a Sidney. Es algo temporal. --?Que cojones...? --abri los ojos. --Tres semanas al mes durante un ano. Quieren que me encargue de supervisar la nueva sucursal que van a abrir y que vuelva cuando todo se estabilice. Me gustaria poder rechazar la oferta, pero, joder, me doblan el sueldo, Axel. Y ahora lo necesito. Por ella. Por todo. Lo vi pasarse una mano por el pelo, nervioso. --Un ano no es tanto tiempo... --dije. --No puedo llevarmela. No puedo. --?Que significa eso? No nos enganemos, conocia muy bien las implicaciones que escondia aquel <> y se me seco la boca en respuesta porque sabia que no podia negarme, no cuando ellos eran dos de las personas que mas queria en el mundo. Mi familia. No la que te toca, de esa iba bien servido, sino la que eliges. --Se que lo que te estoy pidiendo es un sacrificio para ti. --Si que lo era--. Pero es la unica solucion. No puedo llevarmela a Sidney ahora que ya ha empezado el curso, despues de que perdiese el anterior, no puedo arrancarla en este momento de todo lo que conoce, vosotros sois lo unico que nos queda, y serian demasiados cambios. Dejarla sola tampoco es una opcion; tiene ansiedad y pesadillas, y no esta..., no esta bien; necesito que Leah vuelva a <> antes de que se vaya a la universidad este proximo ano.Me frote la nuca mientras imitaba los movimientos que Oliver habia hecho minutos antes y abria el armario para sacar la botella de brandy. El trago me calento la garganta. --?Cuando te marchas? --pregunte. --En un par de semanas. --La hostia, Oliver. 2 AXEL Acababa de cumplir siete anos cuando a mi padre lo despidieron del trabajo y nos mudamos a una ciudad bohemia llamada Byron Bay. Hasta entonces, siempre habiamos vivido en Melbourne, en el tercer piso de un bloque de edificios. Cuando llegamos a nuestro nuevo hogar, tuve la sensacion de que era como estar permanentemente de vacaciones. En Byron Bay no era extrano ver a gente caminando descalza por las calles o el supermercado; se respiraba un ambiente relajado, casi sin horarios, y creo que me enamore de cada uno de sus rincones antes incluso de abrir la puerta del coche y golpear con ella al nino con cara de malas pulgas que, a partir de entonces, iba a convertirse en mi vecino. Oliver llevaba el pelo despeinado, la ropa holgada y parecia un salvaje. Georgia, mi madre, solia relatar ese momento con frecuencia, en las reuniones familiares, cuando se tomaba una copa de vino de mas, diciendo que estuvo a punto de cogerlo y arrastrarlo a nuestra nueva casa para darle un bano de espuma. Por suerte, los Jones salieron justo cuando ella ya estaba sujetandolo por la manga de la camiseta. Lo solto en cuanto comprendio que tenia enfrente la raiz del problema. El senor Jones, sonriente y con un poncho manchado de pintura de colores, le tendio una mano. Y la senora Jones la abrazo, dejandola congelada en el sitio. Mi padre, mi hermano y yo nos reimos al ver la estupefaccion que cruzaba su rostro. --Imagino que sois los nuevos vecinos --dijo la madre de Oliver. --Si, acabamos de llegar --mi padre se presento. La charla se alargo unos minutos mas, pero Oliver no parecia demasiado interesado en darnos la bienvenida, asi que, con cara de aburrido, vi como se sacaba del bolsillo un tirachinas y una piedra, y apuntaba con el a mi hermano Justin. Acerto a la primera. Yo sonrei, porque supe que ibamos a llevarnos muy bien.

  • El segundo sexo de Simone De Beauvoir

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    “El segundo sexo” no solo ha nutrido a todo el feminismo que se ha hecho en la segunda mitad del siglo, sino que es el ensayo feminista mas importante de la centuria. Todo lo que se ha escrito despues en el campo de la teoria feminista ha tenido que contar con esta obra, bien para continuarla en sus planteamientos y seguir desarrollandolos, bien para criticarlos oponiendose a ellos. “El segundo sexo”, que es el ensayo de una filosofa existencialista, se encuadra en el ambito mas amplio de un pensamiento ilustrado que toma de la ilustracion precisamente sus aspectos positivos, emancipatorios; ante todo, una concepcion igualitaria de los seres humanos, segun la cual la diferencia de sexos no altera su radical igualdad de condicion. Al mismo tiempo, es un ensayo filosofico que analiza el hecho de la condicion femenina en las sociedades occidentales desde multiples puntos de vista.

  • Lo que nunca te cante, Cara A de Lena Valenti

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    Una siempre cree estar satisfecha con la vida que tiene. Yo, por ejemplo, asi lo siento.
    Tengo una relacion estable con un chico que me quiere y que me encanta, mi vocacion es mi trabajo, me rodeo de buenos amigos, tengo salud y unos padres que me apoyan en todo.
    No pido nada mas. Pero si esto fuera asi, no tendria nada que decirte.

  • Cosas que te pasan en Barcelona cuando tienes 30 anos de Llucia Ramis

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    Nuestra protagonista, una joven periodista mallorquina que trabaja para un diario en Barcelona, acaba de cumplir treinta anos. Blai, que pinta retratos envejecidos de sus amigos, es incapaz de pintarla y ella se siente una musa en excedencia, “una idea para un cuadro que no acaba de definirse en un cuadro. Porque quiza se le ha pasado el momento. O no le ha llegado aun. Si es que tiene que llegarle”.
    Su vida, aparentemente estable, empieza a tambalearse cuando descubre que le van a subir el alquiler y a que dentro de seis meses perdera su trabajo. Mientras tanto, sus amigos comienzan a emparejarse, a hipotecarse y a plantearse tener hijos, ella descubre por casualidad una carta que un ingles escribe a una chica de Barcelona en la que le pide matrimonio y duda en si hacersela llegar o no.
    La cubierta de Cosas que te pasan en Barcelona cuando tienes 30 anos ha sido disenada por Marina Gomez, vocalista inconfundible del aclamado grupo indie Klaus & Kinski. La traduccion esta realizada por la escritora Jenn Diaz quien acaba de publicar en catalan la novela Vida familiar que ha recibido el Premi Merce Rodoreda.