• Cuando sepas de mi de Valentin Alvarez Tremino

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    Alex y Cristina son dos almas unidas por el hilo rojo del destino, no importa cuanto esten separados, tras mas de 20 anos sin saber el uno del otro volveran a encontrarse en el momento que mas se necesitan, el esta atormentado por su pasado, se ha vuelto un chico sin ganas de vivir, sin nada que le haga tener una ilusion, se ha ido apartando del resto del mundo. Ella intentara sacarlo esa oscuridad en que esta metido, al mismo tiempo que ira recordando el porque de ese amor hacia el, que estaba perdido en el tiempo.

  • Aqui y Ahora de Paul Auster & J. M. Coetzee

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    Aunque llevaban anos leyendose mutuamente y estaban en contacto desde 2005, Paul Auster y J.M. Coetzee no se conocieron en persona hasta febrero de 2008, cuando Auster y su esposa, la novelista y ensayista Siri Hustvedt, asistieron al Adelaide Literary Festival, en Australia. Poco despues Auster recibio una carta de Coetzee proponiendole embarcarse en un proyecto comun en el que <>. Aqui y ahora es el resultado de esa propuesta: un dialogo epistolar entre dos grandes escritores que se convirtieron en grandes amigos. El deporte, la paternidad, la crisis economica, el arte, el incesto, las malas criticas, la infancia, el matrimonio, el amor... son solo algunos de los temas que tratan en los tres anos que cubren estas cartas. Llena de citas, anecdotas personales y referencias cinematograficas, esta correspondencia ofrece un retrato intimo de dos de los escritores contemporaneos mas interesantes. <> A lo cual Coetzee replico: <>

  • Desde donde se domine la llanura (Las guerreras Maxwell 2) de Megan Maxwell

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    Gillian es conocida entre los miembros de su clan como la Retadora por su caracter indomable, que siendo su mayor atractivo es tambien su gran maldicion. Enamorada de Niall desde la infancia, juntos vivieron una bonita historia de amor que se rompio cuando este partio a luchar junto al rey de Escocia sin despedirse de ella. Gillian se juro entonces que jamas lo perdonaria. Niall, por su parte, es tan testarudo y orgulloso como su amada. Ahora que ha regresado y vuelven a encontrarse, ninguno de los dos esta dispuesto a dar su brazo a torcer. Cada uno ha sufrido a su manera la ausencia del otro. Pero la vida es caprichosa, y la pasion que sintieron en el pasado comienza a apoderarse de ellos de nuevo. Seran capaces de resisitirse? Esencia ficha a una de las autores nacionales de novela romantica mas queridas por las lectoras de este genero.

  • La chica que podria cambiar el destino de Cassidy Ostergren

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    Lacey es una adolescente normal y corriente. Va a clase, intenta sacar un aprobado en Quimica y pasa los viernes por la noche observando loq que hace el chico que le gusta en Facebook. Es tan normal como cualquier otra adolescente, solo que ella puede cambiar el futuro.

  • En el principio (Coraje y ternura 1) de Victoria Morrigan

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    "?Como he podido pasar de "me cae mal ese chico que siempre saca mejores notas que yo en clase" a "por favor, no me dejes"?

  • Conquistada (Soul Circus 1) de Nisha Scail

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    Sacada a la fuerza de su casa y depositada sobre la acera de su edificio con nada mas que lo puesto, Helena supo lo que era vivir una pesadilla. El hombre con el que llevaba viviendo desde hacia mas de un ano, se habia esfumado llevandose todo lo que tenia y la habia dejado en la calle con una desorbitada cantidad de deudas.

  • Juegos prohibidos 5, Emma M. Green de Emma M. Green

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  • Politica para perplejos de Daniel Innerarity

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    Vivimos en una epoca de incertidumbre. En sociedades anteriores a la nuestra, los seres humanos han vivido con un futuro tal vez mas sombrio, pero la estabilidad de sus condiciones vitales -por muy negativas que fueran- les permitia pensar que el porvenir no les iba a deparar demasiadas sorpresas. Podian pasar hambre y sufrir la opresion, pero no estaban perplejos. La perplejidad es una situacion propia de sociedades en las que el horizonte de lo posible se ha abierto tanto que nuestros calculos acerca del futuro son especialmente inciertos. El siglo xxi se estreno con la convulsion de la crisis economica, que produjo oleadas de indignacion pero no ocasiono una especial perplejidad; contribuyo incluso a reafirmar nuestras principales orientaciones: quienes eran los malvados y quienes eramos los buenos, por ejemplo. El mundo se volvio a categorizar con nitidez entre perdedores y ganadores, entre la gente y la casta, entre quien manda y quien padece a los que mandan, al tiempo que las responsabilidades eran asignadas con relativa seguridad. Pero el actual paisaje politico se ha llenado de una decepcion generalizada que ya no se refiere a algo concreto sino a una situacion en general. Y ya sabemos que cuando el malestar se vuelve difuso provoca perplejidad. Nos irrita un estado de cosas que no puede contar con nuestra aprobacion, pero todavia mas no saber como identificar ese malestar, a quien hacerle culpable de ello y a quien confiar el cambio de dicha situacion. Con este libro Daniel Innerarity continua de alguna manera las reflexiones que hizo en La politica en tiempos de indignacion (Galaxia Gutenberg, 2015). Son reflexiones al hilo de los acontecimientos que vivimos y que nos han llevado de la indignacion a la perplejidad, sin que por cierto deje de haber motivos para abandonar aquella.

  • Siete Llaves de Noel Romero

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    EL hombre del traje oscuro, marco un numero, mientras caminaba de un lado para otro, en el salon de aquel apartamento. --Dime que lo encontraste, -dijo la voz del otro lado. --Negativo, -respondio-. He registrado en todos lados y no he encontrado nada. ?Estas seguro de que es el? --!Absolutamente!, -chillo la voz-. ?Crees que soy tonto? Tiene que ser. Quedate por ahi cerca y cuando aparezca lo coges y ya sabes lo que tienes que hacer con el. Acto seguido, se oyo el caracteristico bip, bip, bip, indicando que, el que hablaba por el otro extremo, habia colgado. El tipo se arreglo el nudo de su corbata, salio al parqueo y se sento a esperar, pacientemente, el regreso de su victima. Al rato, lo vio entrar al edificio. Era un hombre de unos 50 anos, con el pelo bastante canoso, lo cual coincidia con la descripcion que le habian proporcionado. Espero un poco mas, dando tiempo a que subiera y llegara a su apartamento. Alli lo agarraria facilmente y sin llamar la atencion. Comenzo a subir por las escaleras, cuando, de pronto, la estridencia de la alarma de incendios, estremecio todo el edificio. Al llegar al pasillo, habia gente por todas partes. Se dio cuenta, inmediatamente, que el hombre habia sospechado al encontrar su casa desordenada y habia activado la alarma contra incendios para poder escapar aprovechando la confusion. <>, -penso-. Al final del pasillo habia una ventana y su instinto lo impulso a asomarse por ella alcanzando a ver al hombre, que usando la escalera de emergencia, habia llegado abajo y se alejaba corriendo por el callejon. Uno de sus compinches, se dio cuenta y se lanzo tras de el en una feroz caceria. El perseguido entro en otro callejon, se escondio unos instantes en una cabina telefonica. Vio pasar de largo a su perseguidor y penso que podia tener alguna posibilidad. Salio de su estrecho escondite y echo a correr desesperadamente por el callejon. Vio un auto que venia hacia el a toda velocidad. Se volteo hacia el lugar por donde habia entrado y otro auto venia por ahi. Estaba atrapado. No habia escapatoria posible. El hombre del traje oscuro, salio de uno de los autos y fue hacia el. Otro venia por detras. Un golpe en la nuca y sobrevino la oscuridad. Cuando recobro el conocimiento, estaba atado a una silla en medio de una habitacion mal alumbrada, sin ventanas y sin pintar. Frente a el en el otro extremo de la estancia solo una puerta de la cual colgaba, al parecer para dar suerte, una herradura. Miro a su interrogador, pero su cara no le era conocida. No habia una parte del cuerpo que no le doliera. Le habian propinado una paliza tal que sangraba por varios lugares y tenia un ojo y el labio inferior, hinchados. Entonces recordo los golpes, las preguntas. Tambien recordaba haberse despertado en una furgoneta y luego ese olor a cloroformo en la cara. Al parecer habia perdido el conocimiento y vuelto en si, varias veces. Su torturador se desesperaba porque no estaba obteniendo el resultado esperado. Las instrucciones que tenia el hombre del traje oscuro, eran precisas: conseguir las respuestas, al precio que fuera necesario. Asi que busco una pinza y con mucha sangre fria y sin remordimiento alguno, le saco la una del dedo menique de la mano izquierda. El trapo que amordazaba la boca del torturado, sirvio de amortiguador de los gritos de dolor, que sus pulmones lanzaban desesperados. Aun, asi, no hubo respuesta. Una macabra caja con dos cables terminados en pinzas de cocodrilo hizo su aparicion. Era, segun su inventor, el "extractor de la verdad". Le pregunto a su victima por ultima vez, siendo ignorado, una vez mas. Entonces, aprisiono las tetillas del desdichado con las pinzas, conecto la caja a un tomacorriente y le dio al interruptor. Con calma diabolica, dejo pasar varios largos segundos. En medio de terribles convulsiones, aquel pobre hombre atado a la silla, emitio varios gritos ahogados y entro en un estado semiconsciente. La segunda sesion estaba por comenzar, cuando se oyo una voz fuerte. --!Alto! Ya es suficiente, -dijo el recien llegado, en un tono que denotaba un indiscutible liderazgo. --Pero..., tu mismo me dijiste que... --Shhh, -dijo el jefe llevandose el dedo indice a los labios--. Echo un poco de agua en un jarro y se la tiro a la cara al cautivo, provocando que este despertara y lo mirara. --Nunca pensaste que este momento llegaria, ?verdad?, --le dijo, mientras sostenia la mandibula de su prisionero para que sus ojos quedaran frente a frente. --!Tu!, -apenas pudo pronunciar el torturado. Su mirada demostraba asombro. --Pero... ?como? !Entonces fuiste tu, quien mato a...! -No pudo continuar, pues le sobrevino un ataque de tos, que expelia saliva y sangre por todos lados. --No tienes idea de como di contigo, ?eh? Pues, te lo voy a contar, -dijo el recien llegado y acerco una pequena banqueta, en la que se sento quedando frente al hombre secuestrado-, para que veas que las casualidades no estan escritas y que el amor es la tonteria mas grande que se ha inventado. --Todo comenzo antenoche, -comenzo su narracion el captor-, durante una velada intima, en casa, con unos amigos. Una amiga de mi esposa, que se llama Sofia, relato una historia de amor, como esas tontas, que suceden en las novelas y que conmovio a todos los invitados, pero para mi, fue como una bocanada de aire fresco, al salir de un lugar cerrado y falto de oxigeno. --Resulta que esa tal Sofia, -prosiguio-, visita la tumba de su madre con frecuencia y cerca de alli esta enterrada una senora que ella conocio. Entonces, noto que, desde hace poco, un hombre misterioso, le llevaba flores todos los dias, estaba un rato con ella, llorando desconsoladamente y luego se iba. Y asi todos los dias. Una manana, Sofia y el amante anonimo, tropezaron, accidentalmente, en el cementerio y cuando este se agacho para ayudarla a recoger las cosas que se le habian caido, ella noto un tatuaje que el tenia en el brazo con el nombre de la difunta, pero con una pequena falta de ortografia. El se puso nervioso, se bajo, enseguida, las mangas de su chaqueta y se alejo rapidamente, mientras ella le agradecia. La mujer sintio no haber tenido tiempo para preguntarle acerca de su relacion con la senora enterrada alli. --Al enterarme de lo que decia el tatuaje, -siguio el desalmado-, supe, al instante, que te habia encontrado. Con un poco de mana, logre que mi esposa me dijera el lugar donde estaba enterrada la madre de su amiga. Ayer por la manana fui a esa tumba, pretendiendo ser un doliente, para espiar desde una distancia prudencial y no habian pasado ni 15 minutos, cuando apareciste. Yo no podia dar credito a mis ojos, pero alli estabas, "desolado", junto a la tumba de "tu amor", con un ramo de rosas rojas, llorando como un estupido adolescente enamorado. --Sabes, la vida recompensa a los que saben esperar. Solo tuve que seguirte y averiguar donde vivias. Por cierto que eso de que "todo el mundo tiene su precio", es mucha verdad. Lo que pasa es que el tipo de tu edificio, que nos dio el codigo de acceso y el numero de tu apartamento, puso su precio muy alto y ahora no va a poder disfrutarlo. El resto ya lo sabes, – concluyo. El jefe se volvio hacia el hombre del traje oscuro. --No creo que este vaya a hablar. Por lo pronto, vamos a poner vigilancia sobre el apartamento, porque es posible que alguien aparezca por alli. Pero, esta vez, -advirtio-, a quien quiera que entre alli, vamos a dejarlo hacer. Este error no podemos cometerlo mas. No podemos espantar al objetivo, ?entiendes?, asi que vamos a dejar actuar al proximo y asi nos llevara hasta su madriguera. --Es mas, -agrego-, en la medida de nuestras posibilidades, le vamos a facilitar las cosas. Recuerda que no queremos resultados intermedios, nuestro objetivo es el final y hacia alli debemos enfocar todos nuestros esfuerzos. No lo echemos a perder, ?si? --?Que hacemos con esta cosa, -pregunto el hombre del traje oscuro, senalando para el prisionero-. ?Lo liquidamos? --No, no, -contesto el jefe esbozando una macabra sonrisa-, creo que se me acaba de ocurrir una genial idea. Este se va a morir, el solito, no habra necesidad de matarlo. Me va a resultar mas util muerto que vivo, asi que, su mejor manera de ayudarnos, sera... "morir". Al otro lado de la ciudad, en el Asilo La Esperanza, la enfermera Susana Esquivel habia salido de la enfermeria y caminaba por el pasillo recto que llevaba, directamente, hacia el parqueo de las ambulancias. A su derecha se abria un estrecho corredor que daba acceso a otras dependencias de la Institucion como la sala de Rayos X, de Estomatologia y otras. Se disponia a entrar por alli, cuando la conocida sirena de una ambulancia que llegaba, la hizo detenerse. Los paramedicos pasaron de prisa por su lado en direccion a la enfermeria y la chica, por instinto, los siguio. Se acerco a la camilla y vio a un hombre todo magullado. En realidad se veia bastante mal. Entonces ocurrio algo imprevisto. El hombre se aferro al bolsillo de su bata de enfermera, mientras la miraba con unos ojos negros muy intensos y llenos de desesperacion que la pusieron incomoda. Con un poco de trabajo, logro soltar la mano del hombre de su bolsillo y trato de calmarlo, diciendole que todo iba a estar bien. Susana se dispuso a ayudar, pero Lidia, la Jefa de Enfermeras, le dijo que no hacia falta y que podia continuar con sus labores. Susana salio de alli con una extrana sensacion. No sabia por que, pero aquel hombre le transmitia algo familiar. Era como si tuviera que ayudarlo o algo asi. Cuando llego a su casa ese dia, por la tarde, se sintio en el paraiso. Habia sido un dia largo y agitado y se sentia muerta de cansancio. Se quito la bata, entro al comedor y la tiro sobre el espaldar de una silla. Se dirigio al refrigerador y se sirvio un gran vaso de leche fria. Fue a la sala y casi se tiro sobre el sofa. Conecto el televisor mientras se quitaba los zapatos y estiraba los pies adoloridos por estar de aqui para alla todo el dia. Se sonrio, porque los programas de la television parecian los mismos del dia anterior, igual que las noticias. Era viernes y penso que era bueno que le hubieran dado el fin de semana completo para descansar. No estaba segura de querer ir a ver a sus padres, pues ellos nunca habian aprobado su decision de ser enfermera y entonces, simplemente, decidio emanciparse y venir para la ciudad, donde alquilaba este apartamento. Se tomo la leche y llevo el vaso al fregadero. Recogio la bata para llevarla al cesto de la ropa sucia y la reviso. No seria la primera vez que lavaba ropa con cosas en los bolsillos. Entre varias recetas que saco de alli, encontro algo raro. Era una nota arrugada que no sabia de donde habia salido. La extrana nota decia que habia que ir a la terminal de trenes, buscar la taquilla No7 y abrirla con el codigo que incluia. Mas abajo, con una letra atropellada y escrita, al parecer, sobre algo blando y agregada a ultima hora, habia una direccion, un numero y una frase: toca el timbre. Al final se leia: para Alex. Susana reflexiono un instante, tratando de adivinar quien pudo ponerle aquella nota en su bata y entonces recordo aquellos ojos negros intensos y la mano del hombre aferrada a al bolsillo de su bata. <> -penso-. Entonces, volvio aquella sensacion de conexion con esa persona y como no tenia nada que hacer, porque no era muy de salir por ahi y menos sola, decidio ir al dia siguiente al Asilo, a ver como seguia el hombre y de paso, si estaba en condiciones de hablar, preguntarle por la nota. Por la manana, Susana llego a su trabajo como a las nueve y fue, directamente, a la enfermeria. Cuando pregunto, recibio una respuesta que la dejo en shock: el hombre habia muerto. Lidia le dijo que habia salido un momento y cuando regreso lo encontro inmovil, sin signos vitales, asi que llamo al doctor Montes de Oca, quien era la maxima autoridad para estas cosas, y el determino que ese senor habia muerto y se encargo de su traslado a la morgue, para la autopsia. Como el occiso no tenia identificacion, ni nadie lo habia reclamado, pues, se procedio a incinerarlo. A Susana le parecio muy extrano que se hubiera cremado a una persona, sin saber su identidad o por lo menos tratar de averiguarla o esperar a que apareciera un familiar. Salio del Asilo muy afligida y con ganas de llorar. ?Quien era aquel hombre y por que le habia dejado aquella nota? ?Por que, precisamente, a ella? Quizas no tuvo a quien mas darsela. Todas esas interrogantes, se agolpaban en la mente de la chica. Fue a la terminal de trenes y con la combinacion de la nota, abrio la taquilla 7. Alli habia una caja pequena, sellada con cinta adhesiva. Por fuera de la caja habia una direccion y de nuevo: para Alex. 2 Capitulo EL pequeno taller de mecanica de Alexander Martell, en el patio de la casa donde vivia, estaba tan sucio como siempre. Segun los viejos mecanicos, eso era una buena senal. Un cliente entrado en anos, que regularmente hacia aqui los cambios de aceite, siempre decia: "yo vengo a este lugar, porque no confio en los mecanicos bien vestidos y con las manos limpias." Con este taller, Alex, se ganaba la vida, desde que lo abrio a principios de enero. Era un joven atletico, bien parecido, le gustaba el deporte y montar su moto. Se habia graduado de mecanico a mediados del 2013. Justo un mes antes de graduarse, habia perdido a su madre, quien habia sucumbido en una batalla contra el cancer. Sabia que no se iba a hacer rico con este taller, pero lo llenaba profesionalmente y ademas, le alcanzaba para pagar las facturas y mantener en optimas condiciones a la nina de sus ojos: una moto roja y blanca. Le apasionaba la Geologia y tenia en su casa algunas muestras de minerales y rocas recogidos en el campo, durante varias excursiones. Esa manana, estaba trabajando debajo de una camioneta, cuando el sonajero del porton, le aviso de un posible cliente. Una chica de unos 22 anos, bellisima, mas bien delgada, esbelta, de pelo castano, largas piernas y una gracia natural para caer bien, entro preguntando por el. --Aqui abajo, -dijo el chico, asomando la cabeza y agitando una mano negra de grasa. Susana llego hasta la camioneta. Unos ojos vivarachos la miraban desde el suelo. --?Eres Alex?, -le pregunto, teniendo que levantar la voz para poder ser escuchada por encima de la musica altisima que "amenizaba" el taller. --El mismo que viste y calza, -respondio el joven, tambien gritando-. Sus ojos escanearon sin ningun pudor, como buen mecanico, a su interlocutora y llego a la conclusion de que hoy iba a ser su dia de suerte. --Alguien ha dejado esta cajita para ti, -grito la muchacha mientras caminaba hasta el equipo de audio que emitia la estridente cancion y lo ponia en pausa. --?Pudieras colocarla encima de esa mesa?, le pidio Alex, mostrandole sus manos llenas de grasa-. Ella puso la caja sobre una mesa de trabajo, en la que no cabia ni un alfiler y tuvo que hacer espacio para colocarla. --Menos mal que no se demoro tanto esta vez, -dijo el, pero la mirada de la chica le dio a entender que no sabia de lo que estaba hablando-. Entonces, el chico, senalando para la cajita le pregunto: --Esa es la pieza que encargue, ?verdad? Un encogimiento de hombros fue la respuesta.

  • Nunca llueve eternamente de Silvia Cruz

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    Samantha es detective en Chicago, pero un peligroso caso le hace tener que ir al pueblo de su infancia, Red Stone Lake, para ocupar el cargo de ayudante del sheriff por un tiempo. Alli, el misterioso asesinato de su madre, unas escabrosas desapariciones de algunas habitantes del pueblo y su amor platonico de la infancia, haran que viva los momentos mas tensos, emocionantes y apasionantes de toda su vida, para convertirla en una persona completamente diferente de la que llego.

  • A traves del tiempo de Brian Weiss

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    El doctor Brian Weiss, analiza en este libro la capacidad de curacion de la terapia de regresion a vidas pasadas.

  • Te elegi eternamente (Por amor 10) de Maria Beatobe

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    A Naira y Gael se les ha complicado el fin de semana, debido a la inesperada noticia que reciben a su vuelta. Y es que, para Naira, las cosas perfectas siempre acababan estropeandose por algun motivo.

  • Si la luna nos viera tocaria nuestra cancion de Dulcinea (paola Calasanz) , Paola Calasanz

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    El esperado final de la nueva serie de Dulcinea, Luna. Nunca dejes de sonar…

  • La conquista de esmeralda (Joyas de la nobleza 4) de Catherine Brook

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    Llega la cuarta entrega de la serie <> con la historia de Esmeralda.

  • Mas alla de marte y venus de John Gray

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    El autor del libro sobre parejas mas famoso de todos los tiempos vuelve con una guia actualizada para las nuevas generaciones. Un verdadero experto entiende que a medida que los tiempos cambian, los metodos que se consideraban probados deben ser reexaminados y actualizados. Hace mas de dos decadas, John Gray revoluciono la forma en la que concebimos al amor y la pareja con su libro Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus.

  • Una Vez Desaparecido (Un Misterio De Riley Paige 1) de Blake Pierce

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    Los cuerpos de mujeres asesinadas grotescamente estan apareciendo en las afueras rurales de Virginia y, cuando llaman al FBI para pedir su ayuda, no tienen respuesta. Hay un asesino en serie cuya frecuencia esta aumentando, y saben que solamente hay una agente lo suficientemente buena para resolver este caso, la Agente Especial Riley Paige.

  • Cuando todo acabe de Clara Albori

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    Desde pequena, Nayra es un absoluto desastre. O al menos ella se siente asi hasta que un dia un nino aparece en su vida para robarle mas de una sonrisa.
    D.J. no ha tenido infancia. A los nueve anos ha tenido que vivir cosas que nadie deberia. Pero sus problemas no impiden que suene con un futuro mejor.

  • Jaque Mate (Ronda mortal 3) de Lina Perozo Altamar

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    La revelacion de un secreto, guardado por anos, trastocara el mundo de Gonzalo Dorta, alejandolo de la estabilidad que habia conseguido, gracias al sentimiento que renacia en el y que creia olvidado. Sentira, que debe escapar de Nueva Orleans y dejar atras, todo lo vivido.
    Sin embargo, una vez mas, Deborah Wallis, lo atraera; dandole nuevos motivos para quedarse, pero esta vez, sus intereses habran cambiado; en adelante, se movera dentro del tablero, en funcion de descubrir la verdad, detras de la fachada de la familia Wallis.

  • Seis hermanas. Los anos de la inocencia de Rebeca Tabales

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    Elisa Torrealba llega a Madrid la primavera de 1880. Ella y su hermana quedan huerfanas y se instalan en la sombria casa solariega de sus tios, un matrimonio severo. Elisa mira con curiosidad y espiritu critico todo cuanto ocurre a su alrededor, le cuesta mantener las formas y comportarse como una senorita, pero quiere hacerse un sitio en ese nuevo y complicado mundo, y sabe ser encantadora, cuando quiere. Las Torrealba son un misterio para la aristocracia madrilena, su dote, su caracter y su reputacion preocupan e interesan a los cotillas, y tambien a algunos hombres. Fernando y Ricardo Silva, herederos de la fabrica de Tejidos
    Silva, jovenes, nuevos ricos y solteros deseados, representan lo mejor y lo peor del Madrid del fi n de siglo en todas sus formas. La tradicion y la transgresion, la ciencia y el juego, la razon y el instinto, la prudencia y la pasion son los escenarios en que compiten. Elisa entrara en sus vidas y forzara una lucha aun mas grande. Por primera vez Ricardo se aburre de su vida nocturna de calavera y suena con encontrar un amor que de verdad lo cambie, mientras que Fernando duda de su compromiso con la hermosa y convencional Catalina Hinojosa. De fondo estan las vidas de los criados, los pequenos empleados y la burguesia emergente de la revolucion industrial, la aristocracia madrilena con sus tertulias, sus paseos en carretela por el Retiro, los bailes, las verbenas, la elegancia y la decadencia de un tiempo de inocencia que nunca volvera.

  • Hielo y fuego de Diana Palmer

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    Margie Silver sabia muy bien que iba a atraer las miradas de los comensales masculinos que cenaban en aquel restaurante tan selecto de Atlanta en el que se hallaba sentada, esperando. El color de su vestido de seda, un verde muy vivo, era de por si llamativo, pero lo verdaderamente imponente era el corte: de manga larga, cenido y con un escote muy pronunciado, en pico, que bajaba casi hasta la cintura, rodeada por un ancho cinturon. Unido a la melena negra y a los ojos verdes de Margie, el efecto de aquel vestido era explosivo. La falda tenia una abertura lateral que subia hasta encima de la rodilla y dejaba entrever las piernas, largas, cubiertas por unas medias muy finas que enfundaban tambien los pies, pequenos y calzados con zapatos negros de tacon alto, muy sexys. Bebio un sorbo de su ginger-ale. Los dedos de Margie, que en ese momento sujetaban el vaso, eran largos, de pianista. Llevaba las unas pintadas de rosa. Aunque tenia el aspecto de una modelo de alta costura, en realidad se ganaba la vida escribiendo novelas romanticas de tipo historico bajo el seudonimo de Silver McPherson, una autora muy famosa. No le estaba permitido mencionarlo esa noche, porque semejante revelacion caeria como un jarro de agua fria sobre el nuevo amor de su hermana Jan. Margie tenia el presentimiento de que aquella invitacion a cenar tan de ultima hora encubria un cara a cara con el futuro cunado de Jan, el ricachon, y habia elegido ese vestido tan llamativo con el deseo expreso de provocar. Fruncio los labios, irritada. Cuando Jan la habia llamado esa tarde, estaba escribiendo y se hallaba en medio de una escena especialmente dificil. Su hermana le habia rogado que estuviera en el restaurante a las siete; eran las siete y media y no habia ni rastro de Jan. Estaba furiosa. Cambio de postura y se miro el vestido de seda con expresion divertida. Jan iba a quedarse horrorizada: le habia explicado que los Van Dyne eran muy conservadores en cuanto a las formas, y tambien lo que pensaba el hermano mayor de las mujeres llamativas y estridentes. Habia advertido a su hermana mayor que se mostrara comedida, y le habia sugerido que se vistiera como una monja. Asi que Margie, naturalmente, como detestaba que le dieran ordenes, habia sacado del armario el vestido mas llamativo y se habia maquillado como una vedette. Le brillaban los ojos solo con imaginarse como reaccionaria Jan, para no hablar de Andrew Van Dyne y su hermano mayor. Si lo que Jan habia pretendido era crear un encuentro improvisado entre ellos, se iba a divertir de lo lindo. <>, decia Jan, refunfunando, cada vez que le daba por hacer una de sus extravagancias, como colocar una estatua de Venus, completamente desnuda, delante de su casa, cuando sabia que la pobre senora James, su vecina, pasaba un apuro tremendo cada tarde al cruzar por alli para ir a regar sus propias plantas. Por lo menos en la foto de la solapa de su ultima novela, Ardiente pasion, aparecia solo su cara. Habia amenazado a Jan con fotografiarse en salto de cama, y su hermana le habia asegurado que, si se atrevia a hacer tal cosa, emigraria y se marcharia a vivir a otro pais. Pero ella seguiria viviendo como le apeteciera y urdiendo nuevas maneras de escandalizar a Jan. Su matrimonio, que habia sido muy breve, estaba en el origen de aquel modo de comportarse suyo tan alocado. Las extravagancias eran su manera de protegerse del mundo y encubrir su vulnerabilidad. Su marido habia muerto en accidente dos meses despues de la boda, y para ella habia sido casi un alivio, pues ya para entonces habia perdido todas sus ilusiones en lo que se refiere a la intimidad con un hombre y al matrimonio. Habia aprendido la leccion: uno no conoce de verdad al otro hasta que no convive con el y tenia buenas razones para recordarlo. En aquella epoca, con apenas veinte anos, creia realmente que estaba enamorada de Larry Silver. El era joven y, aparentemente, tenia un caracter agradable y una prometedora carrera de abogado. Habian salido unas cuantas veces, luego se casaron y pronto descubrieron que eran incompatibles. Larry murio al cabo de dos meses en un accidente de avion y ella, mas que destrozada, se sentia culpable. Habian transcurrido cinco anos y desde entonces Margie no se tomaba nada demasiado en serio. Tomarse las cosas en serio era un suicidio mental, solia decirle a Jan, aunque a menudo pensaba que su hermana menor no se dejaba enganar por su aparente superficialidad. Dio otro sorbo a su ginger-ale y suspiro. Si Jan y Andy no aparecian en los diez minutos siguientes, se marcharia. Faltaba apenas un mes para la fecha limite que le habia marcado su editor, no tenia tiempo para andar saliendo a cenar con desconocidos. A pesar de que sabia que su hermana estaba cada vez mas encarinada con Andy, no tenia el menor de deseo de conocer al hermano de este. Miro a su alrededor, se sentia como si hubiera caido en una trampa. Sabia que <>, como lo habia apodado, desaprobaba la relacion de su hermano con Jan. Jan era secretaria de un despacho de abogados. El millonario, claro, queria que su hermano se emparejara con la hija de alguno de sus poderosos amigos de Chicago, no con una insignificante secretaria de Atlanta. Los padres de esas jovencitas controlaban el mercado de la confeccion y los Van Dyne eran grandes fabricantes de ese mismo sector. Para el hermano de Andrew seria una union de ensueno. Sintio un hormigueo en la nuca como si alguien la estuviera mirando. Giro la cabeza y se encontro mirando fijamente a un hombre cenudo de ojos oscuros que acababa de entrar. La impresion hizo que el vaso casi se le cayera de la mano. Nunca habia visto unos ojos semejantes ni una cara parecida. El recien llegado era alto, grande, y tenia un rostro duro, como tallado en madera de teca. La miraba con hostilidad y Margie sintio que aquellos ojos la fascinaban. ?Por que ese completo desconocido la miraba con tanto antagonismo? La desaprobacion que leia en su rostro la divertia y, sin pensarlo, fruncio los labios y formo el inconfundible perfil de un beso, al tiempo que parpadeaba con coqueteria. Luego esbozo una sonrisa seductora y se giro de nuevo. Dejo el vaso en la mesa y se llevo la mano a la cara para disimular un ataque de risa. La cara que habia puesto aquel hombre era digna de verse. Un poco de diversion la ayudaria a disipar el aburrimiento y la irritacion que sentia. Jan se escandalizaria cuando se enterara de como pasaba el rato su hermana mayor. Vio una sombra a su lado, levanto la vista y descubrio al desconocido junto a ella. Su expresion era tan severa que habria servido para detener el trafico. --Cualquiera diria que es la sombra del mismisimo monte Rushmore --murmuro Margie con una sonrisa traviesa. Se giro hacia un lado y apoyo el brazo en el respaldo de su asiento mientras lo miraba de arriba abajo--. Sientate, encanto, y tomate una copa conmigo. El no sonrio. Mas aun, parecia como si nunca en su vida hubiera sonreido. Sus ojos miraban a Margie con creciente desaprobacion. --No, gracias. Tengo una cita con una joven --enfatizo esa ultima palabra como si quisiera insinuar que el termino no era aplicable a Margie. A esta le gusto su voz de inmediato. Era profunda y algo aspera, muy masculina, propia de una persona educada. --?Una cita a ciegas?

  • Deseos del corazon de Stefania Gil

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    La vida le otorga una segunda oportunidad a Ellie Griffin; una chica sonadora, que decidio creer en las promesas de amor del hombre equivocado. Y esta segunda oportunidad, la obliga a tener una cercania con el Dr. Sean Norton; un hombre que no le atrae en lo absoluto y que ha intentado conquistarla sin exito alguno.
    Ellie sabe reconocer que Sean es perseverante, pero ella no esta interesada. Tiene una gran herida por sanar y no le apetece enredar mas las cosas.
    Sin embargo, Sean, que jamas se dara por vencido, idea un plan maestro para mantenerse junto a Ellie y ensenarle como es el amor real y como se merece ella ser amada.
    ?Lograra Ellie abrir los ojos y darse cuenta de que Sean es ese hombre <> que siempre sono? ?Conseguira descifrar cuales son los verdaderos deseos que alberga su corazon?

  • El Diablo de Melody Calixto

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    Los primeros rayos del sol entraron por mi ventana obligandome a abrir los ojos de mala manera, odiaba madrugar asi que maldije el modo en el que habia despertado. Me esperaba un dia lleno de asuntos que arreglar, ante todo era un profesional y no debia abandonar mis negocios; en breve llegaria una mercancia de cocaina desde el norte de Africa y como no podia ser de otra manera, tenia que conocer todo detalle de la operacion; de ello dependia que unos miles de euros llegaran a mi poder y fuera un poquito mas millonario. Aun sin levantarme de la cama tome mi telefono, marque el numero de Fabio, mi mano derecha y tambien mejor amigo por el momento, ya que en estos negocios quien menos lo esperas te puede traicionar, aunque el conocia las consecuencias de ello... la traicion se paga con la vida en estos mundos y yo no pensaba flaquear en ese sentido, debia mantener mi reputacion. Tras unos largos y desesperantes tonos, una voz familiar atendio al otro lado del telefono, con voz contundente y segura contesto: --Ya estoy en la costa, no te pongas dramatico. --Dijo en tono tranquilizador. --No esperaba menos de ti. --Respondi aliviado--. No olvides pagarle su parte a Matteo Bertotti. Matteo Bertotti, un inspector de policia que amablemente trabajaba para nosotros, le pagaba una cantidad de dinero bastante tentadora y el a cambio se volvia ciego, sordo y mudo, de esta forma me beneficiaba de ciertos privilegios con la ley, asi eran las reglas del juego, todos tenemos un precio. Colgue a Fabio despues de aclarar el panorama y tranquilizarme con la buena noticia; eche un vistazo a mis mensajes, mujeres, negocios y mas negocios. Borre algunas chicas que me dejaron de interesar y bloquee a algunas otras, total para lo que las queria cualquiera que me gustara fisicamente me servia, he de reconocer que tenia mucho exito con las mujeres, supongo que mi aspecto y mi condicion economica las conquistaba sin mucho esfuerzo. Ya en pie, me contemple en el espejo enterizo de mi habitacion, encantado de haberme conocido y como si de una gran obra de arte se tratara, me contemple con admiracion cada parte de mi cuerpo. --!Joder! Cada vez estoy mas bueno... no puedo con tanta perfeccion. --Me halague. Para ser sinceros no estaba nada mal, contaba con treinta anos recien cumplidos, cuerpo escultural, rubio y con ojos azules, creia ser el creador de todo y merecedor de una vida cargada de cosas maravillosas, como si eso fuera lo realmente importante en la vida. Despues de agasajarme una y otra vez, me dispuse a darme una larga y relajante ducha. Mi movil comenzo a sonar y aun sin haber terminado mi bano sali rapidamente completamente lleno de jabon; seque mi rostro rapidamente y enrede una toalla a la cintura para atender cuanto antes a la llamada, en cuestion de segundos las cosas se podian torcer en ese terreno tan pantanoso como el del narcotrafico. Un incomodo silencio al otro lado de la linea hizo que presagiara lo peor, la falta de informacion aumento mi desesperacion. Algo debio salir mal en cuanto Fabio volvia a repetir su llamada, no era lo habitual en el. --!Habla Fabio! --Ordene--. ?Que ha pasado? Deduje que estaba preso del panico, no se si tenia miedo a mi reaccion o a lo que le hubiese ocurrido, la incertidumbre se estaba apoderando de mi y la paciencia no era una de mis grandes virtudes. --!Que hables Joder! --Grite impaciente. --Los Cannavaro se han adelantado... nos han robado la mercancia. --Tartamudeo. Colgue el telefono sin mas, necesitaba pensar, planear algun tipo de venganza por lo sucedido y hacerles entender a esa familia que con Elio Carletti no jugaba nadie, tampoco me convenia dar la imagen de debil, en Italia me conocian por ser despiadado y no queria que cambiaran de parecer. Me volvi a meter en la ducha para terminar lo que habia comenzado y centrarme en algun plan maligno que hiciera arrepentirse a esos inconscientes. 2 Transcurrio un dia desde lo sucedido con mi mercancia, tiempo suficiente para que los Cannavaro confiaran en el triunfo de su hazana. Ellos, nuestros eternos competidores por quedarse con el mejor trozo del pastel; en toda historia siempre existe un enemigo, en la mia eran todos y cada uno de los miembros de esa familia. Sin meditarlo demasiado me puse en contacto con algunos de los hombres que trabajaban para mi, queria lo que me pertenecia a como diera lugar o por lo menos que recibieran un buen escarmiento. Ordene que me trajeran al mas joven de la familia, un chico llamado Gabriel de unos dieciocho anos, a mi parecer no tenia nada que ver con el negocio, pero la vida podia ser muy injusta, a veces pagaban justos por pecadores. Les di instrucciones a mis hombres sobre lo que debian de hacer con el, el plan era llevarlo a mi lugar secreto donde los traidores, ladrones y demas escorias recibian su merecido. Me vesti de forma informal con ropa deportiva, para el trabajo sucio no habia que usar nunca ropa de calidad, las manchas de sangre son demasiado dificiles de quitar y pense que ninguno de ellos merecia que me preparara para la ocasion. A penas transcurrio una hora y mi equipo de trabajo (como me gusta llamarlos) me tenian a ese desgraciado en el lugar acordado, un descampado situado lejos de la ciudad, cuanto mas lejos, menos testigos. Al estacionar mi coche fuera de la pequena choza, pude oler el miedo de aquel inocente, por lo visto salia de la universidad donde estudiaba, mala suerte pertenecer a ese circulo vicioso, donde no existia la bondad, ni el perdon. Entre con toda seguridad, haciendo entender a todos los presentes que alli estaba yo; cualquier persona con un minimo de sentimiento hubiera sentido lastima por Gabriel, ese chico maniatado y con la cara tapada con un pasamontana. Me acerque a el y de un gesto le arranque el trozo de tela que cubria su rostro, representaba la viva imagen del miedo. --No te preocupes, te voy a dar una oportunidad. --Susurre en su oido. Habia que estar preparado para cualquier imprevisto, asi que tome el telefono que utilizaba para estos casos, uno totalmente equipado para no poder ser descubierto, ni el numero real ni tampoco la ubicacion, imposible de rastrear por ningunas de las formas existentes. Teclee el numero del que supuse que seria el perrito faldero del cabecilla de la familia. --Tremenda osadia la de ustedes ?no? La mercancia la quiero en la costa en una hora ?entendido? --Ni lo suenes, esta vez no te saldras con la tuya. --Respondio con firmeza la sabandija asquerosa al otro lado. --Bueno... tengo aqui al pequeno Cannavaro, te lo paso para que se saluden y puedan llegar a un entendimiento. Le extendi el telefono para que hablara, la imagen no podia ser mas digna de un cuadro; el joven no articulaba palabra mientras que el aburrimiento se apoderaba de mi con tanto drama. Bostezaba, miraba mi reloj... todo para hacerle entender que mi tiempo era muy preciado y lo estaba perdiendo con alguien que para mi no tenia ni un apice de importancia. Tras un tiempo prudencial en el que todo eran llantos, dudas y tragedia, decidi que era hora de que acabaran la charla. --Una hora, ni un minuto mas. --Adverti. Colgue sin quitar la mirada de Gabriel por el que solo sentia un gran desprecio. Las imagenes de mi ninez visitaron mi mente, esa maldita familia siempre fue un lastre para nosotros, recordaba cuando solo tenia siete anos de edad y el padre del sujeto que se encontraba a escasos centimetros de mi acabo con la vida de mis padres delante de mi sin una pizca de piedad. Paseabamos por un precioso parque situado en Napoles, cuando dos disparos me hicieron aprender lo que era la maldad de ese mundo al que siempre perteneci sin saberlo, el patriarca de esa familia ordeno matar a mis padres por un tema similar al que estaba viviendo en aquellos instantes. Desde entonces, Marco mi unico tio se encargo de mi, hasta que cumpli los dieciocho anos, en mi propia fiesta de cumpleanos lo mataron de forma similar a la de mis padres. En mi interior solo quedaba odio, resentimiento y ganas de venganza, asi que segui con el negocio familiar, necesitaba vengarles de alguna manera y para ser francos me parecia un "trabajo" bastante "facil". Cerre los punos de rabia al recordar cada episodio de mi vida, yo al menos le estaba dando la oportunidad para que rectificaran, aunque en mi cabeza cabia la posibilidad de que el chico acabara como el rosario de la aurora. Mi paciencia se estaba acabando y las agujas del reloj a penas se movian, los minutos parecian hora, desesperado no paraba de contemplar la grotesca imagen de ese chico asustado, me recordaba a mi con su misma edad. Por fin la espera acabo, llame p

  • El silencio de una princesa de Blas Ruiz Grau

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    A las buenas, querido lector. Dudaba de si poner o no este texto antes de la novela. La razon es que no queria condicionarte en su lectura, pero en un arrebato he decidido que si, que podria contarte un poco de que va esto y por que tienes este libro en tu mano. Puede que me quede largo, por lo que eres libre de leerlo o no, aunque considero que entenderas muchas cosas en cuanto lo hagas. La idea de crear esta novela surge un dia, sin mas, en mis ganas de entretener al mayor numero de personas posibles durante una fase muy dura que hemos vivido durante el ano 2020: el confinamiento debido al maldito Coronavirus. Tenia una historia en la cabeza (que en su dia rechace para una novela) y pense en por que no tirarme de cabeza al rio. Pero si me tiraba, me tiraba bien. ?Como se hace eso? Pues escribiendola y vosotros leyendola "en directo". La cosa era simple: yo creaba un capitulo y lo subia a la plataforma Wattpad para que lo leyeseis tal cual habia sido escupido por mi. Sin correcciones, sin relecturas, sin nada mas. En crudo. Esto tambien implicaba que yo tenia la idea previa de como seria mas o menos la trama, pero no sabia que iba a pasar, asi que tambien tenia el atractivo de que yo iria hilando todo al tiempo que leiais, sin posibilidad de volver atras y rectificar si metia demasiado la pata o algo no tenia sentido. Puede parecer facil, pero casi me cuesta la poca cordura que yo pueda tener. El experimento salio bien y decenas de miles de lectores fueron leyendo los capitulos segun los subia, algo que ni yo mismo me creo aun. A punto de llegar al final me sobrevino una pregunta, pero la culpa de ella la tenian esos lectores que no paraban de insistirme en si saldria en un solo "archivo" para leer de seguido. Incluso en papel. Vamos, que si la iba a publicar. En ningun momento tuve intencion de hacerlo cuando comence, pero ante esa insistencia empece a plantearmelo. Ahora bien, las dudas que tenia yo tenian que ver con que la historia no la he desarrollado como yo realmente podria. Los personajes los podria haber trabajado mucho mas e incluso me podria haber currado unas subtramas mas potentes. ?Esto quiere decir que este mal? Creo que no, la verdad, pero es cierto que cuando se trabaja una novela de manera "tradicional" el procedimiento es otro y la cosa puede quedar mas pulida y con un resultado global mucho mejor. Esto es lo que me tiro para atras. No podia publicar algo que yo no creia que tuviera el 100% de mi y lucrarme con ello. No seria honesto por mi parte. ?Podria trabajarla mas hasta mejorarla como yo creia? Si, pero no queria por dos razones: una, que no tengo tiempo para ello. Mi carrera como escritor sigue y tengo plazos para mis nuevas novelas. Dos, que perderia esa esencia que tiene, para bien o para mal, de haberse creado del modo se ha hecho. Ya no seria lo mismo, por lo tanto no. Si se publica, tenia que ser asi. La suerte es que la solucion me vino pronto a la cabeza. Podia publicarla y venderla donando los derechos (el 100%) a una asociacion que yo considerara que hace una labor importante con ninos. Y asi es como me puse manos a la obra para solicitar ayuda (ya digo, yo no tenia demasiado tiempo y, ademas, no tengo nada de talento en todos los procesos posteriores a la escritura de una novela) y me rodee de un equipo que haria salivar a cualquier editorial. Esta compuesto por 4 correctores, un portadista (aunque enviaron muchos muchas propuestas y se lo agradezco de corazon), una maquetadora y hasta una empresa de audiovisuales para promocionar el trabajo (todos ellos estan mencionados al final, en los agradecimientos). La asociacion elegida ha sido Aspanion, que hacen una labor impresionante prestando apoyo a familias de ninos con cancer. Su programa va desde actividades, apoyo psicologico, pisos que dejan cerca del hospital de La Fe (Valencia) para que pasen ahi el tiempo que dure el tratamiento... Demasiadas cosas que seguro no explico bien, por lo que os animo a entrar en su web www. aspanion.es e informaros. Sobre todo para que sepas en que has invertido tu dinero. Porque, repito: el 100% de los beneficios obtenidos van directos a su cuenta bancaria. Poco mas te puedo contar. Quiza no te he vendido la trama del libro como lo mas importante. Sobre todo cuando te he dicho que no es una novela comun para mi, pero si has llegado hasta aqui leyendo te voy a dar una alegria: vas a alucinar mucho con el contenido del libro que tienes las manos. Te lo prometo. Y, ?sabes lo mejor de todo? Que esta basado en una historia real que acontecio en Almeria en los anos 90. Eso si que da escalofrios. Ahora dejemonos de tonterias y lee. Luego me buscas en redes para contarme. Capitulo 1 Sabado, 23 de junio. 04:04 h. Algun lugar de la provincia de Almeria. Corrio. Corrio todo lo que pudo. No queria mirar atras. Habia visto cientos de veces esa escena en television y le parecia una tonteria que el perseguido lo hiciera siempre. ?Para que? Lo importante era huir. Mover las piernas como si el cansancio no existiera. Como si el camino no se acabara nunca. Pese a ello, se observo a si misma cayendo en la trampa y, sin detenerse, giro la cabeza. No vio a nadie. ?Donde estaba? El crujir de ramas secas, que situaba a su atacante justo a su espalda, habia desaparecido. Ahora solo oia los chasquidos que ella misma emitia al correr. Y sus jadeos. Sobre todo, sus jadeos. Dejando eso atras, el silencio era sepulcral. Si le hubieran dado a elegir, habria preferido que aquello estuviera repleto de sonidos. El silencio, ese maldito silencio que ahora lo envolvia todo, lograba que su nivel de tension rozara limites peligrosos. La noche se mostraba insultantemente bella. En aquel paraje alejado, las pocas nubes en el cielo dejaban ver un manto de estrellas imposible de contemplar en la ciudad. El problema eran precisamente esas nubes que, aunque escasas, cubrian la luna en aquellos momentos. La oscuridad que reinaba en el ambiente no ayudaba en la huida. Sabia que no debia parar, pero sus piernas no podian mas y no le quedo mas remedio que detenerse. Se doblo sobre si misma para intentar recobrar el aliento. Notaba un fuerte dolor que le oprimia el pecho, algo asi como un intenso aplastamiento, y coloco su mano sobre el tratando de recuperar el control. Su respiracion era rapida e intensa, casi demencial. Levanto la cabeza entre fuertes exhalaciones y considero tomarse unos segundos para estabilizarse. No es que quisiera, es que lo necesitaba. Miro hacia un lado y hacia otro. ?Donde estaba? Una fuerte presion comenzo a subirle por el esofago y sintio que iba a vomitar la cena. Ya ni era capaz de recordar que habia comido. Parecian recuerdos lejanos. Ahora solo le importaba salir de aquello. Como fuera. A toda costa. Tras unos instantes de falsa calma consiguio echar de nuevo a correr, aunque lo hacia de una manera bastante torpe, con zancadas irregulares y nada estables. No sabia adonde se dirigia, era la primera vez en su vida que pisaba ese lugar. Opto por adentrarse en una arboleda que quedaba a su izquierda, pensando en encontrar alli algun refugio. Al pasar entre los arboles sintio que la humedad que reinaba en el ambiente ya no era tan intensa, quiza por la proteccion que ofrecian estos ultimos. El penetrante olor a pino dominaba la zona, pero ella ni se dio cuenta del detalle. No fue capaz de vaticinar si encontraria despues la salida, pues aquello parecia un laberinto, pero deseo que el peor de sus males aquella noche fuera perderse alli dentro. Se detuvo otra vez y miro a su alrededor. Lo mas sensato seria esconderse detras de cualquier objeto voluminoso. Por desgracia, no veia nada que le sirviera de forma efectiva. Pararse fue un error. Lo supo cuando volvio a sentir que las piernas le flaqueaban y el aliento le faltaba. La presion del pecho aparecio de nuevo, ahora con mucha mas intensidad. Una nueva arcada llego y esta vez no la pudo controlar: vomito. Necesito unos segundos para recuperarse de esa sensacion desagradable. Para hacerlo, trato de inspirar y espirar con calma, aunque la situacion no invitaba a encontrar ningun sosiego. No es que lo consiguiera, pero la logica mandaba y tenia que seguir corriendo, como fuera, de nuevo sin rumbo conocido. Era un problema que cada vez las piernas le pesasen mas y no se sintiera con fuerzas para moverlas con la cadencia requerida. Tanto fue asi que ya no le quedo mas remedio que volver a detenerse poco despues de salir de la arboleda, justo por el lado contrario al que habia accedido. No podia mas, estaba exhausta. Las ganas de vomitar desaparecieron, aunque un potente mareo se apodero de ella. Al parecer habia hiperventilado y eso hizo que se sintiera aun mas desorientada que antes. Volvio a doblarse y coloco las manos sobre las rodillas. Levanto la cabeza con la esperanza de no ver a nadie. Las cosas no parecian ir del todo mal porque, al menos, estaba sola. No habia nadie mas. Durante unos segundos analizo si en realidad aquello era positivo o negativo. No tardo en decantarse por lo segundo. No, no era bueno. Sabia que no iba a dejarla ir sin mas. Era malo. Muy malo. Lo peor. Pero ?donde se habia metido? ?Por que no aparecia por ningun lado? Daba igual, tenia que seguir corriendo. La cuestion era: ?hacia donde? Sin poder erguirse todavia, giro la cabeza hacia un lado y hacia otro. Ninguna de las opciones le inspiraba confianza; aunque, si lo pensaba friamente, aquello no era cuestion de confianza. Se trataba de sobrevivir. Tenia que huir, no importaba la direccion. Un nuevo intento. Sus piernas no quisieron. Casi histerica, sintio que le sobrevenia un enorme arrebato de desesperacion que la invitaba a gritar como una loca. Por suerte, el poco raciocinio que encontro le impidio hacerlo. Lo malo es que de lo ultimo ya apenas le quedaba y, bien por agotamiento bien por puro miedo, no conseguia moverse del sitio. Permanecia clavada como una estaca y parecia que su cuerpo se habia rendido ante un mas que posible fatal desenlace.

  • Desesperada (Novias 2) de Eva Alexander

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    Ni la mitad. Estaba recorriendo la carretera que me llevaba a mi ciudad natal y no sentia ni la mitad de la felicidad que deberia sentir, esa felicidad que era un sueno para mi. Mi primer recuerdo era de la entrada a la ciudad, el camino rodeado de arboles verdes y altos hasta el cielo. Recuerdo que iba sentada en el asiento de atras sosteniendo un muneco de Mickey Mouse, mirando por la ventanilla del coche y escuchando a mis padres hablar. Se por lo que me contaron mis padres y por las fotos que llenaban cada pared de nuestra casa que ese dia volviamos de Disneyland, que me llevaron para celebrar mi tercer cumpleanos, pero lo unico que yo recuerdo es que estaba muy feliz, que mientras el coche iba por esa carretera era la nina mas feliz del mundo. Mi madre decia que era porque era la primera vez que salia de la ciudad y que nada se puede comparar con la felicidad de volver a casa. No digo que no tenia razon, pero no he vuelto a sentir esa felicidad, ni ahora ni en las otras veces que he vuelto a casa. Tal vez tiene algo que ver con el hecho de que mis padres ya no estan. ?Tal vez? Seguro que si. Estaba volviendo a casa, mejor dicho, estaba corriendo de vuelta a casa. He conseguido hacer un desastre de mi vida y todo por buscar esa felicidad que ahora me doy cuenta de que no existe para mi. Anos y anos de busqueda para nada, tiempo perdido, esfuerzo y lagrimas en vano. El nunca llego. El, el hombre que me haria tan feliz como mi padre hizo a mi madre. Se que estas pensando, que estoy persiguiendo un sueno que no es mio, que si algo fue bueno para mi madre no necesariamente sera bueno para mi. Que estoy buscando algo para sentirme cerca de ellos, de tenerlos a mi lado a pesar de que llevan veinte anos muertos. Deberia saber mejor que eso, ?verdad? Al fin y al cabo, soy psicologa, se todo lo que hay que saber sobre traumas. !Dios! A cualquier paciente le diria que deberia olvidar el pasado, le ayudaria a encontrar algo mas en que centrar su atencion. Pero ?lo hago? No, yo sigo adelante con la busqueda de ese hombre sin importar las consecuencias y eso es lo que me ha llevado a este momento, a volver a casa llorando. Abandone mi consulta, mis pacientes, mis amigos, para ir a casa a llorar, a curar mis heridas. Lo que no sabia era si iba a conseguirlo, nunca en mi vida estuve tan herida, tan humillada y avergonzada. Nunca senti ese dolor tan atroz en mi corazon. La ultima vez que pase por algo parecido consegui sobrevivir aqui, en casa, tuve ayuda, mucha, y por eso estaba volviendo. Kent Village, mi ciudad natal, la ciudad de mis padres, la ciudad donde nacieron mis abuelos y bisabuelos. Un pueblo pequeno en la montana rodeado de bosques, donde la gente vivia tranquila y eso era justo lo que necesitaba. Soledad, tranquilidad. Queria ir a pasear por el bosque, respirar el aire fresco y aclarar mi mente. Queria poner orden en mi vida y este era el lugar perfecto. Poco despues de entrar en el pueblo gire a la derecha echando un vistazo a la senal oculta por las ramas de los arboles. Mountain Lounge. !Dios! Mi padre era el mejor del mundo, pero ahi habia fallado y mira que no era muy dificil encontrar un buen nombre para las cabanas. No se como hizo para encontrar clientes, pero lo consiguio. Las cabanas estaban siempre reservadas, invierno y verano, los huespedes llegaban para pasar un buen rato. No habia mucho que ver excepto la montana, pero me imagino que eso era lo que ellos buscaban. Soledad, tranquilidad. Se notaba la falta de cuidados y no solo en los hierbajos que rodeaban el camino, el propio camino era un desastre. Mi pequeno hibrido Lexus de color rojo solido era perfecto para la ciudad, para la montana no tanto y solo de pensar en la factura del taller mecanico me entraba un ataque de panico. Habia ahorrado durante mucho tiempo para comprarme el coche y no pense que un dia iba a tener que hacer un viaje en la montana por caminos llenos de rocas, baches y socavones que iban a destrozarlo. Era mi culpa por haber salido corriendo de la ciudad y no pensar en el coche, pero la verdad es que no pense en nada mas que no fue correr. Correr de mi vida. Correr de esa mirada que veia cada vez que cerraba los ojos. Correr de esa palabra pronunciada con tanto asco. Desesperada. Ahora tampoco era un buen momento para pensar en lo que me hizo coger el coche y venir aqui, tenia que concentrarme en llegar a las cabanas con el coche de una sola pieza. Muchos minutos despues llegue al claro que debia ser el aparcamiento, pero en cambio era solo un mar de hierbajos. Ni loca iba a dejar a mi precioso coche ahi asi que segui adelante y me detuve delante de la fuente. Justo enfrente estaba la cabana principal y a los lados las otras cabanas. Tres a la izquierda, tres a la derecha y otras cuatro detras de estas. Todas formaban un circulo y en el medio estaba la fuente, una que habia construido mi madre con piedras que recogio en el rio que bajaba de la montana t corria detras de la propiedad. Tenia una forma extrana, piedra sobre piedra con el agua saliendo de un lugar que no podia ver, y de pequena pasaba horas mirando e intentando averiguar que era. A veces me parecia que era un elefante, otras que era una nube. Cuando estaba convencida de que habia conseguido dar con la forma justa iba corriendo a contarle a mi madre y ella me abraza riendo, diciendo que debia intentar una vez mas. Nunca averigue lo que mi madre quiso construir y tal vez no esta mal, tal vez es asi como debe ser, tal vez deberia pasar el resto de mi vida sentada en el porche intentando descifrar el misterio de la fuente. Las cabanas estaban en mal estado y no queria imaginarme como estaban en el interior, con el exterior tenia suficiente. Pintura que una vez fue blanca ahora estaba gris ahi donde quedaba algo, algunas ventanas estaban rotas, el techo de la cabana Rosa tenia un agujero. Si, cabana Rosa. Mi padre nombro el establecimiento y mi madre las cabanas. Rosa, Blanca, Roja, Azul, Verde, Morada, Gris, Violeta, Amarillo y Turquesa. La verdad es que mis padres hicieron muchas cosas que ahora me cuesta entender, mira que hicieron con los nombres con lo facil que hubiera sido poner numeros como en los hoteles. Baje del coche y al poner el pie en el suelo maldije. Mis sandalias eran tan ideales para este sitio igual que el Lexus para un camino de montana. Salir corriendo no fue una buena idea y ahora me tocaba pagar el precio. Maldije entre dientes mientras caminaba y sentia los tacones hundiendose en el barro, mientras la hierba raspaba mis tobillos. Me sente en el pequeno banco que estaba enfrente de la fuente y mire la cabana principal. Mi casa. Yo naci ahi, mi madre se puso de parto durante la nevada mas horrible de ese invierno y sobrevivi gracias a que mi abuela estaba de visita y ayudo a mi madre. Creci ahi, dije mis primeras palabras, di mis primeros pasos, hice muchas cosas y me faltaban muchas por hacer. Este sitio siempre fue mi lugar feliz y ahora solo era uno abandonado, deteriorado por el tiempo y por el dolor. Veinte anos cambian un lugar, cambian a las personas. Cerre los ojos y recorde como estaba antes. Las cabanas blancas, las flores de todos los colores brillando en tiestos en cada porche. El sonido del hacha de mi padre cortando los troncos para la chimenea. El olor a galletas que estaba horneando mi madre. Las risas de los ninos que llegaron por la manana con sus padres y se hospedaban en la cabana Blanca. No habia soledad o tranquilidad, solo ruido, risas y felicidad. Lo queria para mi, lo busque sin encontrarlo durante los ultimos diez anos de mi vida y empiezo a creer que lo estuve buscando en el lugar equivocado. Abri los ojos mientras una idea se formaba en mi cabeza, pero no tuve tiempo para dejarla fluir. El sonido de un coche llego y aun despues de tantos anos reconoceria ese motor entre miles. Era un milagro que todavia estuviera funcionando y tambien era un milagro que la persona que lo estaba conduciendo pudiera hacerlo. Me quede quieta mientras aparcaba el coche, mientras bajaba y caminaba hacia mi y solo cuando se detuvo detras de mi me levante. --Hola, abuela --dije sonriendo. --Hija. Eso fue todo, una sola palabra y las lagrimas empezaron a salir a una velocidad increible como si el tono de la abuela fue la senal de que podrian comenzar. --Hija --repitio la abuela mientras yo le rodeaba los hombros con los brazos y la abrazaba con fuerza. Llore recordando la ultima vez que lo hice en los brazos de ella. Fue hace veinte anos cuando la policia llamo a la puerta y dijo que mis padres habian fallecido en un accidente de coche. El ultimo fin de semana de cada mes era para mis padres, era su ritual, su tiempo de enamorados como lo llamaba mi padre y el accidente ocurrio justo cuando volvian de uno de esos fines de semana. Nunca supe a donde iban, si iban en coche o en avion, y no me importaba ya que ellos volvian felices. Yo pasaba esos dias con los abuelos y hacia todo lo que mis padres me prohibian. Era feliz hasta ese dia, cuando mi padre ignoro los avisos de tormenta y condujo a casa, bueno, debido a la falta de visibilidad y a la carretera mojada condujo hacia un barranco. Cayeron, el coche exploto, se incendio y no quedo nada para enterrar. Me quede huerfana a los diez anos y gracias a mis abuelos, los padres de mi madre, he sobrevivido. Estaba en su casa cuando me dijeron sobre mis padres y es ahi donde me quede hasta que me fui a la universidad. Nunca mas volvi a casa. Dos dias despues del funeral la abuela quiso llevarme a casa para recoger algo de ropa y en cuanto tomo el camino que llevaba a las cabanas empece a llorar y a gritar. Paso lo mismo semanas despues, meses despues, hasta que entendieron que no podia, que no queria volver a este lugar que habia sido mi hogar. Ya no lo era, lo que lo convertia en mi hogar eran mis padres y ellos ya no estaban ahi asi que no tenia sentido volver. Los abuelos respetaron mi decision, no vendieron la casa, no la cuidaron, no la tocaron, la dejaron como estaba que fue lo que yo les pedi. Hasta cuando llego el momento de enfrentar al pasado, de olvidar y de darle una oportunidad al futuro, de darme la oportunidad de ser feliz sin la necesidad de tener lo que ellos tenian. Sin amor. La abuela sintiendo que mi crisis habia terminado rompio el abrazo y en esos dos segundos que tarde en bajar mis brazos ella consiguio sacar un panuelo que me entrego. Blanco, planchado, doblado perfectamente y con sus iniciales bordadas. C.A.K. Caroline Anne Kent, mi abuela que a sus ochenta anos tenia una mirada que expresaba vitalidad, confianza y optimismo y eso es algo que yo no habia heredado. La confianza la tenia, bueno, en mi vida profesional si, en lo de privado no tanto. ?El optimismo? Nunca lo tuve y con cada paciente que no conseguia ayudar me iba mas hacia el lado oscuro, ese en el que no habia esperanza. --Has vuelto --dijo la abuela. --Si --asenti limpiando mi rostro con el panuelo que olia a vainilla. --Vamos a devolverle la gloria a este lugar --dijo ella mirando hacia las cabanas. ?Como diablos sabia que habia vuelto para hacer justo eso cuando ni yo misma no lo sabia hasta hace poco? La mire con los ojos entrecerrados y ella me atrapo. Se acerco, levanto la mano y acaricio mi mejilla. Sus ojos azules, y los de mi madre, brillaban con una emocion desconocida mientras que sus labios esbozaban una pequena sonrisa ensenando sus dientes perfectos. Ochenta anos y tenia la dentadura perfecta, el cutis de una mujer de sesenta y el cabello blanco, pero ni una de esas cosas delataban su verdadera edad. Para cualquiera podria pasar por una mujer mucho mas joven y mas de una vez me pregunte como lo hizo. Como sobrevivio a una infancia dificil, a la perdida de dos bebes, a la muerte de la unica hija que le quedaba y finalmente a perder al que fue su amor durante mas de cincuenta anos, el abuelo.--Este es tu lugar, Jane, siempre lo fue. Solo tenias que darte cuenta tu misma --declaro la abuela antes de darse la vuelta y caminar hacia la casa principal. Me quede mirandola, extranada por la agilidad de sus pasos. Parecia que estaba flotando, su chaqueta de punto que le llegaba hasta los tobillos pareciendo la capa de un superheroe. Malva, su chaqueta era de color malva igual que la falda y la camisa. El pequeno sombrero era blanco como el cabello que le caia poco por debajo de los hombros. Seguramente olvido que tenia cita en la peluqueria para cortarlo, a la abuela le gustaba el mismo corte desde hace mas de cincuenta anos. Corte bob a la altura de la mandibula y le sentaba tan bien que hace anos se lo robe, ahora era mi corte de cabello y la unica diferencia era que mi color era castano, un castano normal y aburrido. La abuela llego a la puerta y empezo a buscar en sus bolsillos, en los de la chaqueta, en los de la falda. Nada, la llave no estaba. Sonrei acercandome al pillar del porche, el de la izquierda donde justo a metro y medio de altura habia un escondite. Mi padre hizo un agujero en la madera y ahi guardaba la llave de repuesto, mejor dicho, las llaves. Veras, la abuela es muy olvidadiza en cuanto a las llaves y no es de ahora que ya tiene ochenta anos, no. Eso le viene de muy joven, es alguna mierda genetica que heredo mi madre y luego yo. Mi padre, harto de volver de donde estaba para abrirle la puerta a mi madre cada vez que ella olvidaba las llaves tuvo la idea de esconder algunas. Llaves, muchas llaves. Es extrano como funciona la mente humana, mi madre recordaba cada lugar en las que estaban escondidas, pero nunca recordaba coger la llave cuando salia de casa. A mi me pasa algo parecido, tanto que tengo al cerrajero en la lista de contactos favoritos. Intente todo lo posible, poner una nota en la puerta para verla antes de salir, colgarla de una cadena a mi cuello como los ninos, hice cincuenta copias y las guarde en todos mis bolsos. ?Y sabes que? Pues que en vez de mirar hacia la puerta y ver la nota yo miraba mis zapatos, la cadena me la quitaba cuando llegaba a casa y olvidaba ponerla de nuevo, las cincuenta llaves se acabaron un dia y olvide hacer otras copias. Al final renuncie y puse una cerradura electronica ya que el codigo nunca se me olvidaba. La parte mala es que no es muy barata y para reemplazar todas las cerraduras de las cabanas iba a salir muy caro, tanto que no podia permitirmelo. Voy a tener que seguir el ejemplo de mi padre y encontrar nuevos lugares para guardar llaves fuera de la casa. Recordar hacer copias tambien era buena idea. Menos mal que no hay muchos robos en el pueblo que si no los ladrones tendrian una manera muy facil de entrar a mi casa. --Jane, la puerta se ve muy floja. ?Por que no le das una patada a ver si la abres? -- pregunto la abuela. Mire la puerta despues de recoger la llave de su escondite y muy floja no parecia, la verdad es que la madera se veia muy solida. Y sucia, me arme de valor mientras miraba las telas de aranas y buscaba a esos bichos que me provocaban un miedo atroz. --?Por que romper la puerta si tengo una llave? --pregunte acercandome. --Esta es mi chica. --Sonrio la abuela. Meti la llave en la cerradura y la gire, la puerta se abrio haciendo un ruido espeluznante y juro que casi espere ver una arana gigante en la casa. Pero no, el sonido era algo normal en una puerta que llevaba veinte anos cerrada. Tal vez deberia reconsiderar mi decision. Tal vez. Segui a la abuela dentro, pero mientras ella iba hacia la cocina Dios sabe porque, yo me quede en la entrada. Justo delante estaba el escritorio que usaba mi madre para todo relacionado con las cabanas. Encima estaba el ordenador y la agenda de mi madre con su boligrafo favorito. Detras, en la pared, estaba el armario de las llaves con llaveros coloridos para saber a que cabana pertenecia. Amaba ese rincon, de pequena me sentaba ahi y me imaginaba que era mayor, que este era mi negocio. Pero lo que mas amaba era la agenda de mi madre, que no se porque razon encontraba tan fascinante. Me acerque al escritorio e ignorando el polvo cogi la agenda y la abri. Nombres, fechas, numeros de telefonos. Mi madre nunca me dejo tocarla y creia que ahi escondia secretos oscuros, pero lo unico que habia era la lista de clientes y las citas de mi madre. Jueves, diez de la manana, peluqueria. Viernes, ocho de la tarde, cena en el CP. Sabado, diez de la noche, CP con FP. Esas eran las ultimas notas de mi madre, las ultimas citas que hizo y de repente ya no quise recordar. Cerre la agenda y la deje en el mismo lugar. Limpie el sudor de mis manos en el vestido veraniego que llevaba y camine hacia el salon. Era el lugar en el que mas tiempo pasabamos como familia, fue mi lugar favorito, pero ahora solo podia sentirme agobiada. Las paredes de un marron extrano, las estanterias que cubrian todas las paredes de la habitacion, los muebles grandes y feos, los objetos que llenaban cada superficie. Me estaba ahogando, la habitacion parecia que me queria ahogar y tuve que dar media vuelta e ir a buscar a la abuela. La encontre en la cocina. Limpiando. --?Abuela? --Coge un trapo y ayudame --dijo ella. Despues de seis horas de conducir sin una sola parada para comer o ir al servicio, lo que menos me apetecia era limpiar suciedad de veinte anos. Estaba mirando los trapos y buscando la manera de convencer a la abuela de que esto era una mala idea cuando ella se dio la vuelta, puso las manos en las caderas y me miro. --?Vas a limpiar o vamos a casa y me cuentas sobre lo que te ha traido de vuelta a casa? --pregunto la abuela. Suspirando di un paso hacia la mesa y cogi un trapo. --Voy a limpiar --murmure. --Lo sabia. Claro que lo hacia, ella lo sabia todo y antes de darme cuenta iba a saber la razon de mi vuelta, pero no ahora. Lo que importaba en ese mismo instante era pasar tiempo con la abuela en lo que fue mi casa durante los primeros anos de mi vida y lo que esperaba que iba a ser mi hogar hasta el fin de mis dias.

  • El Perro de Alberto Vazquez Figueroa

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    En un penal de America Central, un preso politico y un perro se observan como fascinados el uno con el otro. Cuando se evade el preso, tras herir mortalmente al guardian, el animal, condicionado por su amo antes de morir, se lanza en persecucion del homicida. Los dos adversarios se enfrentaran en una lucha atroz, hostigante, incansable, y a medida que transcurren las semanas, se establece entre ellos una extrana complicidad, hecha de sentimientos tan opuestos como el odio y la estima. ——- El Hombre observo al Perro, inmovil y jadeante, fijos los ojos en su amo, aguardando una orden que nunca llegaria, porque el Guardian se habia enzarzado ya en una charla intrascendente con sus companeros, olvidando al animal que permaneceria alli, estatuario, hasta que el violento sol del tropico le achicharrara el cerebro. Era una fiera y bella mezcla de pastor aleman y lobo, de pelaje castano rojizo en el lomo que iba aclarando hacia las patas; unas patas gruesas y fuertes de color casi dorado. El negro hocico destacaba, afilado e inquieto, sobre una quijada de hierro por la que asomaban la agitada lengua y los largos y amenazantes colmillos, todo ello dominado por unas orejas siempre enhiestas y unos enormes y brillantes ojos, vivos e inteligentes. Le recordaba a Barrabas, su cachorro, al que mato un camion, y se pregunto si Barrabas habria llegado alguna vez, con el tiempo, a convertirse en una bestia semejante, capaz de ejecutar una orden apenas apuntada por un gesto de cabeza o de permanecer inmovil bajo el sol porque no le habian dado permiso para buscar cobijo. Sonrio tristemente recordando su pena el dia que Barrabas cruzo la calle en busca de su ultimo destino. Durante meses se sintio culpable por no haber sabido ensenarle donde estaba el peligro, y autos, motos y camiones no eran cosas de juego a las que perseguir ladrando alegremente, sino maquinas infernales e invencibles, contra las que nada podia un estupido cachorro.

  • El agua templada de Maria De Castro

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  • La buena hija de Karin Slaughter

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    La nueva y deslumbrante novela de una de las autoras mas vendidas del panorama literario internacional: un thriller absorbente que mezcla el suspense psicologico con la investigacion de un misterio sin resolver.

  • Los caminos de la luz de Coia Valls

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    Revisar las lecciones del dia antes de bajar a la sala del piano; sobre todo meditar detenidamente como explicar en mis clases de musica la ejecucion del martele, ese movimiento que a los estudiantes les resulta tan dificil en cuanto perciben la proximidad del teclado. Tambien podria examinar a fondo la maquina de escribir de Thurber, por si ha logrado superar la que construyo Foucault hace unos anos, cosa que dudo. Despues, idear la manera de ayudar al nuevo alumno que ha llegado al Instituto Nacional de Jovenes Ciegos, que se pasa el dia haciendo preguntas y que tanto me recuerda a… No, nada de esto me sera posible. No estoy en Paris, donde ha transcurrido gran parte de mi vida. Es otro quien se ocupa de impartir las clases y, en el fondo, de poco me sirve confiar en el. La maquina que ha patentado Charles Thurber, siguiendo mi metodo, se quedo en la estancia donde acumulo recuerdos que solo yo entiendo. El nuevo alumno, !ay!, quiza tendra que proseguir su aprendizaje sin mi intervencion, al igual que sus companeros. En realidad, cuando llevaba a cabo este repaso previo de las tareas matinales, solo sonaba. Sueno mucho desde que la enfermedad casi me ha confinado a un retiro forzoso en la ciudad de Vichy. Sueno a todas horas, incluso cuando me quedo inmovil de cara al techo, con mis pensamientos como unico juguete. Segun dicen, en el aposento que me han asignado hay pinturas que representan ninfas y faunos, motivos de otros tiempos, en un mundo que esta cambiando. A pesar de que mis ojos tienen una expresion vacia, de lejos podria parecer que presto una atencion que no es tal. En realidad no se detienen en sitio alguno ni siguen los gestos de mis interlocutores; son incapaces de descubrir formas o colores. !Hace ya tanto tiempo que las senales de vida solo golpean mis otros sentidos! Y, por otro lado, ?acaso no es en el alma donde cobran forma los pensamientos? Mi camino ha estado repleto de evidencias interiores y, postrado en esta cama con dosel que otros pagaran por mi, tan solo existirian los recuerdos, de no ser porque ella me acompana. No pasa ni un dia sin que me averguence de lo que queda de mi, es todo lo que puedo ofrecerle, aunque, por otra parte, ya atenuadas las urgencias de la juventud, espero que su amor se conforme con mis carencias. En su presencia he encontrado la armonia que proporciona un espiritu capaz de equilibrar la balanza. Y ella constituye una parte importante del peso que impide que por fin se incline de forma definitiva. No ha sido facil. Antes de que volviera a mi lado, todo parecia desmoronarse. En febrero los estudiantes se sublevaron en Paris y, al igual que ha venido ocurriendo en los ultimos anos, los obreros se sumaron a las protestas. Las multitudes se lanzaron a la calle; unos en defensa del rey Luis Felipe, otros para repudiarlo, pero yo estaba demasiado cansado para seguir los hechos con detalle. En medio de aquel caos, el unico motivo de alegria fue enterarme de que, finalmente, mi estimado Alphonse de Lamartine habia pasado a formar parte del nuevo gobierno de la Republica. No he olvidado la visita que en 1838 hizo al Instituto Nacional de Jovenes Ciegos, ni como denuncio ante la Asamblea Nacional las insalubres condiciones de nuestro dia a dia. Siempre he perseguido una brizna de ingenio que nos permitiera, a mi, a los mios, a los que son como yo, acceder al saber. A veces lo he conseguido, otras no tanto, pero me queda la certeza de que he hecho cuanto estaba en mi mano. Ahora quizas ha llegado el momento de aprender a permanecer en un segundo plano, pero !tengo todavia tanto que hacer! A pesar del descanso forzoso, en cuanto cierro los ojos me veo de nuevo en la institucion. Como si rechazara este cuerpo mio tan limitado y me sintiera todavia lleno de fuerza, repaso mentalmente cuentas y proyectos, mantengo conversaciones imaginarias con los profesores mas jovenes y les explico mi metodo para que puedan transmitir la esperanza que yo senti un dia. La esperanza de que nosotros, los ciegos, tambien podremos abarcar el mundo; que hay caminos de luz que nos aguardan en la oscuridad. Es curioso. A pesar de que hoy no vendra, no puedo evitar fijarme en la puerta de entrada. Se a ciencia cierta que se ha marchado para ocuparse de los negocios de su familia, que contribuyen a sufragar los gastos de mi estancia en Vichy. Asi pues, no me quejare de este ardor que me devora las entranas y aprovechare todas las oportunidades que se me presenten. Todavia querria profundizar en algunos aspectos de mi metodo, corregir dudas, ampliar sus posibilidades, pero, a pesar de que las horas se hacen largas en esta cama tan diferente a mi jergon de la institucion, a veces me encuentro demasiado comodo y me resulta imposible mantenerme despierto; luego, por la noche, me visita el insomnio y me invade la inquietante sensacion de que la vida se me escapa sin remedio, la poca que todavia me queda. Quiza por este motivo, y por la necesidad que siempre he sentido de ordenar el mundo, he decidido escribir sobre algunos momentos que conservo en la memoria. Tambien porque, despues de leer las pocas paginas que ya he redactado, albergo la sensacion de que la vida es demasiado compleja para soltarse sin acotar el discurso. Tengo muy presentes las palabras de Joubert, cuando dice que <>. No escribire, pues, mi biografia, que seria insulsa y aburrida, sino que hablare de los instantes en que me he sentido mas vivo, de los tiempos en que todo era posible. Y, para ello, he de remontarme a mi ninez, aunque me resulte dificil y ello me lleve a recordar a personas a las que quise con locura y que, sin duda, me esperan en un lugar mejor. Se lo comente hace poco a Gauthier, antes de salir hacia Vichy, y se mostro reticente. Dijo que volver atras seria otra prueba de mi talante melancolico, que lo haria mas evidente todavia. Pero ya lo he decidido. Pienso combatir sus reservas, y las mias, escribiendo como si se tratara de una vida ajena, como si fueran capitulos sobrantes de alguna novela de Balzac, Dumas o Sue. Durante las horas que pasamos juntos, despues de hablar de todos los que nos han acompanado, ella me va leyendo una pagina tras otra de esos folletines que compra cada dia y que, si se olvidara de uno, supondria una tragedia. Su voz no ha cambiado, todavia me sorprendo cuando la escucho. Usa el mismo tono de confidencia, casi un murmullo, que me transporta a los anos dorados, y tambien terribles, de nuestra juventud. Asi combatimos el tedio que a veces amenaza con apoderarse de nosotros. La cantinela de estas lecturas se me adhiere a la piel. Como neofito en el oficio de escritor, estoy convencido de que formara parte de mi historia. Y si vuelvo atras, si me propongo hablar de los momentos mas importantes que me ha tocado vivir, hay uno que destaca por encima de todos, el que marco a fuego el resto de mi existencia…

  • La ciudad que no descansa de Douglas Preston

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    La hija de un millonario aparece muerta. Y sin cabeza.

  • Seduciendo a Eros de Adrian Blake

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    Eros es un profesor de quimica de la universidad de Oxford que conoce a una mujer en un bar, con la que mantiene una torrida sesion de sexo desenfrenado. Cual sera su sorpresa al descubrir que no es otra que la sicologa con la que debe debatir sobre su tema mas odiado: el amor.

  • Debatiendo con Piketty de J. Bradford Delong

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    El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty es el libro sobre economia de mas exito de la historia reciente. Su detallada explicacion del aumento de la desigualdad en las ultimas decadas suscito un encendido debate politico que aun hoy continua y que probablemente marcara el futuro inmediato. Pero, ?son ciertos los analisis de Piketty?, ?acierta en su percepcion de la desigualdad y los objetivos de crecimiento? Y, si es asi, ?como deberia desarrollarse la investigacion economica a partir de sus estudios? ?Como debemos plantear el debate actual?

  • Destino imperfecto de Paulina Maggi

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    Cuando los suenos pueden cambiar tu pasado, tambien lo haran con tu presente. Solo ten en cuenta la pieza clave para que el primero sea por el bien del segundo.

  • Amar O Depender de Walter Riso

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    ?Amar o depender? Un libro de referencia en situaciones de crisis de pareja. Entregarse afectivamente no implica desaparecer en el otro, sino integrarse respetuosamente. El amor sano es una suma de dos, en la cual nadie pierde. La dependencia afectiva a la pareja tarde o temprano genera sufrimiento y depresion. Millones de personas en todo el mundo son victimas de relaciones amorosas inadecuadas y no saben que hacer al respecto, ya que el miedo a la perdida, a la soledad o al abandono contamina el vinculo amoroso y lo vuelve altamente vulnerable. Un amor inseguro es una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento y lastimarnos profundamente. Sin embargo, y al contrario de lo que parece establecer nuestra cultura, si es posible amar con independencia y aun asi seguir amando. Es posible eliminar las ataduras psicologicas y, pese a todo, mantener vivo el fuego del amor.

  • Estar junto a ti (Los Visconti), Anais Valcarcel de Anais Valcarcel

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  • Todo lo que sone de Alanna Ignacio

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    Todo lo que sone

  • TE QUIERO EN MI VIDA de Sabina Rogado

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    Cuando Alexia, (una chica timida e introvertida), descubre al unico chico que ha pasado por su vida liado con otro hombre, todo se viene abajo. Y si por un instante cree que ahi se acaban los contratiempos esta muy equivocada, porque todo parece complicarse a cada paso que da… Pero de repente, una invitacion completamente casual, hace que su vida de un giro inesperado en el momento en que termina en una discoteca donde tiene el privilegio de conocer al actor de moda y del que todo el mundo habla. El guapisimo Robert Brownn, (un hombre atormentado y que acaba de grabar su primera pelicula de genero erotico), provocando que todo cambie a partir de conocerse, y es que… por una parte Alexia no dejara que la hagan mas dano, y por la otra, un Robert desubicado por la reaccion desmesurada de ella al conocerle, hace que sienta, irremediablemente, una gran curiosidad hacia aquella chica que esta dispuesta a pasar desapercibida ante todo y todos, incluido el. Algo que le va a terminar costando demasiado despues de aparecer en la portada de una revista en los brazos del atractivo y guapo actor…
    Te quiero en mi vida es una novela romantica llena de pasion en la que las inseguridades, los celos, y sobre todo las sorpresas, estaran presentes de principio a fin.

  • Todo lo que sucedio con Miranda Huff de Javier Castillo

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    Tras el exito arrollador de El dia que se perdio la cordura y El dia que se perdio el amor, con mas de 300.000 ejemplares vendidos, Javier Castillo, maestro del suspense, despliega su virtuosismo narrativo para profundizar en los misterios de lo cotidiano, alli donde permanecen ocultos los miedos mas primarios. Una experiencia de lectura palpitante y energica que corta la respiracion.

  • El trono de ambar. Exiliados de Paula Rossello Frau

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    La Gran Desgracia obliga al exilio al grupo de los Leales. Derrotados y heridos viajaran a un lugar muy distante de su adorado hogar. Una raza poderosa y ancestral luchara por ocupar un lugar propio en un sitio extrano que rechaza, por temor y desconocimiento, a su especie.
    Kronnan, un joven dragon carmesi accede por fin a sus nuevos dominios. Pero su vida no es facil y cuando en su camino se cruza una joven humana, tan solitaria como el, ideara un nuevo plan para terminar con la impuesta soledad a la que es sometido.
    Inheray, entusiasta admiradora secreta de esa especie ancestral desde que tiene memoria, se deleita pensando, en ese dragon de mirada celeste, mas de una vez y cuando el la reclama no lo duda a la hora de huir de una vida de esclavitud y servidumbre.
    Pero la presencia del poderoso Caudillo de los Leales trastocara sus destinos. Orthan es responsable del bienestar de los suyos y no permitira que una humana interfiera.

  • Ella es Evelyn escandalo de Kate. L Morgan

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    Park Avenue, Nueva York, 1860 Se sentia tan feliz, que el tiempo volaba en esa ciudad que le parecia sobrecogedora. Asistia a bailes, al teatro, visitaba monumentos, y no estaba cansada de toda esa actividad sino encantada, salvo por una extrana sensacion que la incomodaba, sobre todo en ese momento pues tenia la sensacion de que la observaban. No estaba segura, pero el cosquilleo en la nuca se habia vuelto incesante durante esos dias. Miro detenidamente a los paseantes que conversaban de forma entretenida en Central Park que le parecio enorme. En un banco cercano se encontraban dos muchachas que reian y conversaban de forma animada. Enfrente de ella, una mujer esperaba a alguien: tamborileaba con los dedos sobre un libro de forma impaciente. El resto de las personas no le parecieron lo suficientemente interesantes como para seguir con su escrutinio. Miro de nuevo el cuadernillo que tenia en las manos, y siguio dibujando todo lo que veia. Cuando regresara a Inglaterra, al menos se llevaria un hermoso recuerdo. Miro hacia el sol, y comprobo que quedaban todavia horas para que se ocultara. Lady Warren y lord Philips, sus amigos, habian decidido comprar algunas bagatelas en Sheep Meadow, pero ya tardaban mas de la cuenta, aunque no se arrepentia de haberse dado una escapada en soledad para dibujar el hermoso jardin pues era mucho mas interesante de lo que habia esperado. La visita al zoologico le habia parecido demasiado estresante porque disponian de poco tiempo. Le quedaban solo cuatro dias para que concluyera ese viaje a la ciudad, y ya habia agotado tres, aunque los habia aprovechado al maximo. Evelyn Brown, unica hija del marques de Dartmoor, se sentia muy feliz de que sus padres la hubieran llevado consigo en su viaje a las colonias. El noble lo habia decidido en el ultimo momento y contra la opinion de la esposa, pero a el no le apetecia estar tantos meses sin la compania de su hija. El marques iba a comprar una extensa propiedad en el este, y la parada en Nueva York habia sido obligatoria para disfrutar de los paisajes e interactuar con la sociedad de la ciudad. Para convencer a su esposa de lo apropiado que era llevarse a la hija en el viaje, habia puesto como escusa la necesidad de que la joven adquiriera un apropiado guardarropa para su presentacion en sociedad en la proxima temporada, y su esposa se indigno por la sugerencia pues ella creia que las mejores modistas estaban en Londres. Pero Andrew Brown se habia salido con la suya, y la hija termino acompanando a los padres en ese viaje tan largo, pero del que estaba encantada. Volvio a alzar su vista de las hojas del cuadernillo y miro los dibujos que ya habia terminado. La verdad es que se le daba bastante bien manejar el carboncillo a mano alzada. Evelyn habia dibujado elegantes plazas, algunos establecimientos que le parecieron curiosos, y las interminables avenidas de la ciudad. Nueva York le parecia fascinante. Lanzo un suspiro largo porque la sensacion molesta de que la observaban seguia presente. Evelyn volvio a mirar en derredor suyo esperando encontrar los ojos que perturbaban su tranquilidad, pero no los encontro. Hizo un encogimiento de hombros, y se dedico a buscar su pequeno bolsito de mano donde guardaba la llave de la habitacion del hotel, dinero, y algunos objetos femeninos, pero no lo encontraba, y se preocupo. Evelyn maldijo su costumbre de centrarse tanto en dibujar que se le olvidaba todo lo demas. Tanteo con el pie bajo el banco por si se le habia caido, pero tampoco estaba. Dejo el cuadernillo y bajo la mano hasta el suelo, pero, por mas que tanteaba, no lograba encontrarlo. Cuando se aseguro de que ninguno de los paseantes le prestaba la mas minima atencion, bajo la cabeza con la suficiente rapidez para buscarlo, pero no lo vio por ningun sitio. --?Ha perdido esto? --la voz profunda le hizo alzar la cabeza de golpe, el sol le dio de lleno en el rostro y la deslumbro. Tuvo que parpadear varias veces porque no distinguia nada. El desconocido dejo el bolsito en el banco, ella quiso mirarlo de nuevo y se volvio a deslumbrar. Parecia que el hombre estaba envuelto en rayos de luz. A la falta de vision se unio la preocupacion porque el hombre se habia acercado demasiado a ella, y no lo habia percibido de tan ensimismada que estaba admirando el paisaje y dibujando. --!Gracias! Se me ha debido de caer sin darme cuenta. --La explicacion habia sonado algo tonta porque era obvio, pero el timbre de voz del extrano la habia inquietado mas de lo que queria admitir pues parecia que estaba muy ebrio. --?Me permite invitarla a una limonada? --ella nego rapidamente con la cabeza. No solia aceptar invitaciones de desconocidos, y menos de uno al que no podia verle el rostro. Ella se dijo que al menos podria cambiar de angulo, pero seguia plantado frente a ella sin importarle que el sol la molestara. --Gracias por su amabilidad, pero tengo que irme. --Evelyn sujeto el cuaderno, los carboncillos, el bolso, y, sin mirar al extrano porque no queria volver a deslumbrarse, corrio en direccion al hotel sin volver la vista atras, afortunadamente el hotel estaba justo enfrente del parque. El caballero observo perplejo la huida apresurada de la muchacha. Desde que la habia descubierto en el parque, no habia podido quitarle la vista de encima. Se habia sentido poderosamente atraido por ella pues poseia unas largas y tupidas pestanas bajo unas cejas bien delineadas que realzaban las oscuras violetas que iluminaban su perfecto y delicado rostro. Lastima que la muchacha se mostrase tan desconfiada pues solo pretendia mantener una ligera charla. Sabia que era inglesa como el, y la necesidad de escuchar un acento que extranaba, le habian impulsado a conversar con ella, pero la mujer no le habia obsequiado ni una palabra amistosa. <>, se dijo mientras regresaba al hotel para seguir emborrachandose, necesitaba no estar sobrio nunca mas. Maldijo a su padre, maldijo a su destino, y a todas las mujeres de Inglaterra, pero especialmente a una, la culpable de su desgracia. A Evelyn le costaba entender la explicacion que le estaba ofreciendo el recepcionista. Sus padres seguian disfrutando de la velada en la embajada inglesa, y regresarian tarde, por ese motivo ella habia decidido volver al hotel porque se sentia muy cansada. Como no estaba acostumbrada a beber alcohol, el champan que habia tomado se le habian subido rapidamente a la cabeza. Su madre se habia enfadado con ella al verla, pero sus palabras habian llegado demasiado tarde, y ahora estaba mareada. ?Por que las muchachas de Nueva York bebian sin que sus madres se escandalizaran?, se pregunto. Por ese motivo se habia sentido a animada a hacerlo, y ahora pagaba su impulsividad. --?Ha entendido, lady Brown? --Evelyn asintio con la cabeza--. Dado que ha sido un error del hotel, la hemos ubicado en la planta tercera. --?Mis padres seguiran alojados en la planta primera? --pregunto. Ahora debia alojarse dos plantas mas arriba de sus padres. La visita imprevista de un senador, con el correspondiente sequito de seguridad, lo habia cambiado todo. El recepcionista siguio informandole. --Hemos cambiado sus pertenencias a la suite numero trescientos cinco. <>, penso ella. --!Muchacha afortunada! --la voz fuerte de Michael le hizo dar un respingo--. Toda una suite para ti solita. --!Que envidia! --suspiro Helena--. Dormiras lejos del control de tus padres --Evelyn le dio un codazo carinoso. --La verdad que dormir en la misma estancia que mis progenitores me da cierta seguridad -- confeso Evelyn--. Nunca antes he dormido sola fuera de casa. Michael la miro con ojos brillantes, pues Evelyn llevaba en su cuerpo bastante mas de dos copas de champan. --?De verdad que no te vienes al teatro --le pregunto. El recepcionista ya le daba la llave de su habitacion. --Lamento no acompanaros, pero no me encuentro muy bien. Helena la miro con las cejas alzadas. Visitar los teatros de Nueva York era una oportunidad unica. En Sheffield no habia teatros ni atracciones. Lo sentia por Evelyn porque la normas sociales indicaban que no debian dejarla sola hasta que regresaran sus padres de la embajada, pero la habian acompanado al hotel donde no podia ocurrirle nada malo. Michael y ella habian aceptado cuidarla, pero ahora no querian quedarse ni sufrir una velada aburrida porque estaba claro que Evelyn iba a quedarse dormida enseguida. --?De verdad que no te importa que vayamos al teatro Bowery? --insistio la mujer--. Ya sabes que muero por ver El mercader de Venecia? Evelyn sonrio. --Disfrutad, y manana me contais --los animo ella. Michael y Helena eran sus mejores amigos. El padre de ambos habia sido amigo y socio del suyo, hasta su muerte, muerte que los habia dejado en la bancarrota, por ese motivo se encontraban en Nueva York, porque Helena iba a conocer a su futuro esposo: un rico hacendado que los salvaria de la ruina. Era costumbre entre los nobles ingleses con maltrechas fortunas buscarse herederas que salvaran el patrimonio, y, en el caso de los americanos, sus fortunas les servian para entrar en la aristocracia. Las tres semanas de travesia no la habian mareado tanto como el champan que habia ingerido en la embajada inglesa. --Bien, gracias, Evelyn, manana te contaremos --le dijo Helena mientras se despedia de ella con la mano. Evelyn se giro a la vez que suspiraba pues estaba deseando meterse en la cama.

  • La isla de las mujeres de Laura Perez Caballero

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    Un brujo, un Emperador, cientos de mujeres confinadas en una isla desierta y una muchacha misteriosa que llevara a cabo una ingeniosa y deseada venganza.
    Fantasia mezclada con brujeria, con supersticiones, con ambicion y con venganza.

  • El Destino de los Vampiros de Yiros Dakay

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    El dia que conoci a Donovan supe que mis estilos de vida podrian ser especiales. Despues de todo, se convirtio en un enemigo jurado de todo mi aquelarre y de mi tipo. De ninguna manera tenia la intencion de que los asuntos avanzaran tan lejos o llegaran a estas circunstancias, pero el amor te hace hacer locuras y liberar toda experiencia de racionalismo. Mi estilo de vida habia surgido como zambullirse del tablero excesivo y caer hacia atras y no habia pensado en evitarlo. Ahora no es que lo hubiera querido. En mis trescientos 80 anos en este mundo, nunca habia deseado algo que no pudiera tener, porque deberia tener algo. Era un depredador, algo que deseaba haber tomado continuamente sin preguntarme dos veces. Cuando terminas vampiro pierdes todo sentido de tu humanidad. No piensas en las personas que matas ni en los seres humanos a los que afecta. No adoras nada, sin embargo, el hambre que vive en tu interior y la sed ardiente que desea, el monstruo que desea y desea y que de ninguna manera esta completo, sin embargo, continuamente hambriento. No puedes ayudarlo, no puedes luchar contra el, sin embargo, nada lo abastece. Y no ayudaria la suavidad con la que los humanos hacen que caigamos en nuestras trampas. En verdad pasan de buena gana casi rogandonos que los tomemos. Son tan faciles de enganar por la seduccion y somos irresistibles, rechazarnos podria ser mostrar el aire que necesitas respirar. Incluso sus suplicas y gritos no sugieren nada al final. No nos detenemos y preguntamos ?por que estoy haciendo esto? Simplemente contamos el numero de segundos que tomara pasar hasta que su cuerpo sin vida se debilite en nuestros brazos y sean inutiles y silenciosos. Aunque he vivido mi vida asi, nunca habia pedido que me quedara como demonio de la noche. Para siempre ser un asesino y un monstruo, pero son millas lo que soy. Hay quienes han tratado de mantener la existencia fuera de los sustitutos en lugar de la sangre humana, pero de ninguna manera son lo maximo. Vuelven constantemente y tienen mas hambre que antes. Sin embargo, no tienen la pasion o el deseo de amar como yo tengo que vivir para Donovan. En el instante en que habia visto sus ojos ardientes, me perdi para siempre. Al principio no habia reconocido en que se convirtio. Eso me asusto; No reconoci lo que solia sentir porque nosotros no sentimos. Sin embargo, lo reconoci desde algun lugar, sin embargo, no podia recordarlo, aunque eso solo me asusto mas debido al hecho de que los vampiros tienen en cuenta todo el asunto. Entonces supe … supe lo que estaba sintiendo y por que se volvio tan comun. Por primera vez en casi cuatrocientos anos me senti vivo. Lentamente, a medida que crecia en reconocerlo desde la distancia, me sentia mas vivo en cada ocasion. Algo se habia despertado en mi, algo lo suficientemente robusto como para intercambiar la ruta de la naturaleza y mis instintos simples. En lugar de decirme que matara, me decia que me quedara. En cambio, me marchitaria y me secaria mas que seguir viviendo esta existencia cualquier otro dia sin el. Si eso suponia ir hacia la naturaleza misma, entonces descubriria el deseo de lograrlo. Por el senti que haria cualquier cosa, incluso traicionar a mi pais personal; eso es precisamente lo que tenia que hacer para soltarlo. Por primera vez en casi cuatrocientos anos me senti vivo. Lentamente, a medida que crecia en reconocerlo desde la distancia, me sentia mas vivo en cada ocasion. Algo se habia despertado en mi, algo lo suficientemente robusto como para intercambiar la ruta de la naturaleza y mis instintos simples. En lugar de decirme que matara, me decia que me quedara. En cambio, me marchitaria y me secaria mas que seguir viviendo esta existencia cualquier otro dia sin el. Si eso suponia ir hacia la naturaleza misma, entonces descubriria el deseo de lograrlo. Por el senti que haria cualquier cosa, incluso traicionar a mi pais personal; eso es precisamente lo que tenia que hacer para soltarlo. Por primera vez en casi cuatrocientos anos me senti vivo. Lentamente, a medida que crecia en reconocerlo desde la distancia, me sentia mas vivo en cada ocasion. Algo se habia despertado en mi, algo lo suficientemente robusto como para intercambiar la ruta de la naturaleza y mis instintos simples. En lugar de decirme que matara, me decia que me quedara. En cambio, me marchitaria y me secaria mas que seguir viviendo esta existencia cualquier otro dia sin el. Si eso suponia ir hacia la naturaleza misma, entonces descubriria el deseo de lograrlo. Por el senti que haria cualquier cosa, incluso traicionar a mi pais personal; eso es precisamente lo que tenia que hacer para soltarlo. algo lo suficientemente robusto como para intercambiar la ruta de la naturaleza y mis instintos simples. En lugar de decirme que matara, me decia que me quedara. En cambio, me marchitaria y me secaria mas que seguir viviendo esta existencia cualquier otro dia sin el. Si eso suponia ir hacia la naturaleza

  • Confesiones en la despensa de Juvenal Alvarez Uzcategui

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    Al entrar a la casa de Cien Victorias, un arbusto de ajies dulces enredado en un rosal que sostenia un universo de telaranas nos impidio el paso al portoncito de la entrada. Dicen que los arboles de ajies duran poco, pero tia Candela juro haber sembrado ese hacia cuarenta anos atras, junto con Eloisa. <>, decia tia, recordandola. Por todos lados habia arbustos y planticas de condimentos y de hierbas, de todas cuantas se conocian, y de las que los viajeros llevaban por saber que Eloisa les buscaria algun buen uso. <>, recordaba tia Candela, de una tarde en que llego un arriero de mulas a Cien Victorias tratando de ganar un almuerzo. <>, se burlaba Eloisa del regalo de su aspirante. El portoncito de atras de la casa fue imposible atravesarlo: con una enredadera de alambre de puas alguien habia sellado aquella otra entrada, y entre aquel huerto de ajies olvidados era trabajoso el intento. Tia Candela mando a romper la puerta principal de la casona con un peon que algun dia pidio al abuelo Manuel morir en aquella casa, y el nonito lo dejo como un traste mas de aquella finca olvidada, que para entonces ya no valia nada. --Aquel era mi cuarto y el de tu mama --senalaba hacia un altillo tia Candelaria--. Por aquella baranda nos bajabamos a escondidas cuando tu abuelo nos castigaba por no querer probar un horrendo jugo de rabanos que el aseguraba que impedia para siempre el catarro. Eloisa nos tapaba bajo su falda y nos cambiaba aquel menjurje por una aguita dulce que papa jamas sospecho. Eloisa era capaz de invertirlo todo en la cocina, conocia cualquier nuevo sabor que podria cambiar otro y tambien enganar los ojos de cualquiera, haciendo ver lo que no habia. Papa, entre alborotos de hombre necio, jamas sospecho que lo que nos tomabamos era un agua de cayena y lima que en olor y color semejaba el terrible rabano, pero en sabor era el agua mas dulce y fresca que Eloisa habia inventado para nosotras. Al caer la enorme puerta de la casona, una oleada de palomas salieron despavoridas de todos los rincones de Cien Victorias. Aquella puerta gigante de madera hizo un ruido aterrador que rompio las baldosas enlutadas por la corrosion del terrible gallinazo. Aun se lograba ver, entre la invasion de la hiedra que lo envolvia todo, la forma dormida de un sinfin de trastes y objetos olvidados por la vida y el afan que hubo en algun tiempo. <>, repetia insistentemente tia Candela, envejecida, ya sentada en un anden, como rendida por su memoria. Tia Candelaria y mama habian huido durante cuarenta anos del recuerdo de Cien Victorias y ahora tenian que enfrentarse a ella y a cada presencia que con el lugar viniera. <>, me mostraba Tia, aun llamandome como si fuera un nino. <>, y me contaba, asi, que habia estado tan contento que vendio trecientas reces para el casorio. <>. --Justo ahi habia un chifonier con dos puertitas pintadas a mano; las habia pintado mama, un manojito de flores en cada puerta --continuaba tia Candelaria--. Dentro de el solia esconderme de tu abuelo: yo siempre de penosa con papa, me daba un aire de verguenza el temerle. No se si era por ser tan perfecto, tan alto y tan callado que preferia a veces no verlo; tu mama, en cambio, era una regalada, lo esperaba en el balconcito de nuestro cuarto y cuando escuchaba el galope del caballo, se venia corriendo a recibirlo, sentada aqui en el salon; se le guindaba atras como un animalito del monte, mientras papa siempre le decia <>; entonces el sacaba algunas piedras con formas raras que habia encontrado en el rio, o un trozo de palo que, segun le decia a Nina, se lo habia regalado especialmente para ella algun duende en el camino. Nina se impresionaba, luego se dormia en las piernas de papa hasta que llegaba Eloisa y se la llevaba para nuestro cuarto. Y yo, siempre desaparecida, me quedaba dormida dentro del chifonier, escondida; luego llegaba Eloisa, me encontraba, y me llevaba a dormir, tarareandome unas lindas canciones inventadas al instante. Eloisa fue un regalo de los cielos. Papa mando a buscar en Las Virtudes a quien fuera, para que se hiciera cargo de tu mama y de mi cuando murio tu abuelita. Llego aqui para ensenarnos cosas buenas, como decia papa. Nina dejo de hablar por mucho tiempo luego de la muerte de tu abuela. Quedamos tan tristes y solas las dos, que papa, desesperado al vernos tan vacias, y con la plena conciencia de su incapacidad para criarnos solo, mando a buscar a alguna buena muchacha con buenas costumbres que nos ensenara a leer y al menos a terminar la labor inconclusa de mama en la crianza de nuestros primeros anos. Hablo con Jacinta, una vieja cocinera que habia trabajado aqui desde la fundacion de Cien Victorias, y asi fue como llego Eloisa, nuestra amada Eloisa, traida por la vieja Jacinta, por ser parientes de algun modo. Recuerdo algo de cuando llego: era tan jovencita, tan decente, cargada de folletines y manuales para ensenarnos tantas cosas a nosotras, que ya comenzabamos a ser salvajes en esta casa envuelta en cafetales; pero este sitio le transformo su labor de maestra y, sin que ella se diera cuenta, termino siendo tambien cocinera, eso si, la mejor de Cien Victorias. Nos ensenaba a contar seleccionando los granos de las sopas, y a leer con un fantastico librito de cocina, mientras terminaba algun guisado. Al morir Jacinta, Eloisa no solo quedo a cargo de nosotras, termino dirigiendo la casa entera, la comida de papa, el orden de la casa, la comida de los peones, las fiestas y reuniones. Ella, en medio de su escondite, termino siendo la casa misma, lo sabia todo, lo ordenaba todo. Nina decia siempre que cuando creciera no tendria esposo, sino que se casaria con Eloisa para estar siempre con ella... tu mama y sus desvarios. Tia Candela no paraba de contar algo de cada rincon de la casa; todo volvia a ella de una manera tan precisa y lucida como nunca la habia visto antes: animosa en el habla, con una rapidez inusual y una clarividencia que llegaba a asustarme en instantes. --Este era el cuarto de papa; asomate por esa ventana, veras entera toda Cien Victorias. Aqui se paraba el cada manana y planificaba sus jornadas, la recolecta del cafe, el arreglo de alguna tostadora, o aquellos viajes que Nina y yo tanto detestabamos y temiamos. Papa se iba de vez en cuando y tardaba semanas en volver. Cuando los pagos demoraban en llegar del puerto, el mismo iba y los cobraba, mientras tu mama y yo nos quedabamos solas con Eloisa, y aunque en la luz del dia no parabamos de corretear por la casa, se que en las noches las tres nos sentiamos desprotegidas por la ausencia de papa. El premio de aquellas largas noches era el retorno de tu abuelo, pues nos premiaba con un sinfin de regalos que nos hacian olvidar las penas de los monstruos de nuestras noches.

  • A orillas del rio Zaire de Hortensia Lopez Lorca

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    Lena, una chica murciana, viaja a Kinshasa para trabajar en un colegio zaireno y mas tarde en la embajada de Espana. Alli, siendo testigo de dos guerras y un golpe de estado, conocera a sus grandes amores, hara sus mejores amigos y descubrira lo mas profundo del ser humano.
    El vertigo de la historia nos une a los latidos de la protagonista, y la superacion es el color de fondo. La novela nos lleva a detenernos, a reflexionar, a orillas del rio Zaire, en el corazon de Africa.

  • La iniciacion (Venganza 2) de Malenka Ramos

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    Junto a Dominic, Samara ha conocido una vida que nada tiene que ver con la real y a una familia que se rige por sus propias normas, por sus parafilias y por una sexualidad atrevida y poco compasiva.

  • La casa de las voces de Donato Carrisi

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    Una caricia en suenos. En el nebuloso confin con la vigilia, un instante antes de caer en el abismo del olvido, el suave toque de unos dedos frios y finos en la frente, acompanado de un triste y dulce susurro. Su nombre. Al oir la llamada, la nina abrio los ojos de par en par. Y en ese mismo instante, sintio miedo. Alguien habia venido a visitarla mientras se iba quedando dormida. Podia ser alguno de los antiguos habitantes de la casa; a veces charlaba con ellos o los oia moverse como ratones, rozando las paredes. Pero los fantasmas hablaban en su interior, no fuera de ella. Tambien Ado --<>-- iba a visitarla. Sin embargo, a diferencia de todos los demas espiritus, Ado no hablaba nunca. Por eso ahora un pensamiento mas concreto la turbaba. Aparte de mama y papa, nadie sabia su nombre en el mundo de los vivos. Era la <>. La idea de haber violado una de las cinco recomendaciones de sus padres la aterraba. Siempre habian confiado en ella; no queria decepcionarlos. Y menos ahora que papa le habia prometido ensenarle a cazar con el arco y que mama habia estado de acuerdo. Pero entonces reflexiono: ?como iba a ser culpa suya? <>. No habia dicho su nuevo nombre a extranos, y tampoco era posible que alguno de ellos se hubiese enterado accidentalmente. Ademas, hacia al menos un par de meses que no veian a nadie merodeando por los alrededores de la casa de campo. Estaban aislados en medio de la nada; la ciudad mas cercana se encontraba a dos dias de camino. Estaban a salvo. Solo ellos tres. <>. Entonces, ?como era posible? Quien la habia llamado era la casa; no encontraba otra explicacion. A veces, las vigas producian siniestros crujidos o gemidos musicales. Papa decia que la casa se asentaba en sus cimientos como una senora entrada en anos sentada en un sillon y que, de tanto en tanto, necesita acomodarse mejor. En el duermevela, uno de esos ruidos le habia parecido el sonido de su nombre. Eso era todo. La inquietud en su alma se aplaco. Volvio a cerrar los ojos. El sueno, con su silencioso reclamo, la invitaba a seguirlo a ese lugar acogedor y calido donde todo se disuelve. Cuando ya iba a abandonarse, alguien volvio a llamarla. Esta vez la nina levanto la cabeza de la almohada, se incorporo y, sin bajar de la cama, sondeo la oscuridad de la habitacion. En el pasillo, la estufa hacia horas que se habia apagado. Al otro lado de las mantas, el frio sitiaba su lecho. Ahora estaba completamente despierta. Quienquiera que la habia invocado no estaba en casa; se hallaba fuera, en la oscura noche de invierno. Habia hablado con la voz de las corrientes de aire que se insinuan por debajo de las puertas o entre las persianas cerradas. Pero el silencio era demasiado profundo, y ella, con el corazon latiendo con impetu en los oidos como un pez dentro de un vaso, no lograba distinguir ningun otro sonido. <>, le habria gustado preguntar a las tinieblas. Pero temia la respuesta. O tal vez ya la conocia. <>. Se levanto de la cama. Pero, antes de moverse, busco a tientas la muneca de trapo con un solo ojo que dormia a su lado y la agarro para llevarla consigo. Sin encender la luz de la mesilla, se aventuro a ciegas por la habitacion. Sus pequenos pasos descalzos resonaban en el suelo de madera. Debia avisar a mama y a papa. Salio al pasillo. El olor del fuego que se consumia lentamente en la chimenea subia por la escalera que conducia a la planta de abajo. Se imagino la mesa de olivo de la cocina, todavia con los restos de la pequena fiesta de la noche anterior. La tarta de pan y azucar que habia preparado mama en el horno de lena y a la que le faltaban tres raciones exactas. Las diez velas que habia apagado de un solo soplido, sentada sobre las rodillas de papa. Mientras se acercaba al dormitorio de sus padres, los pensamientos felices se evaporaron y dejaron paso a oscuros presagios. <>. Lo habia visto con sus propios ojos: los extranos cogian a la gente, se la llevaban lejos de sus seres queridos. Nadie sabia donde iban a parar ni que era de ellos. O tal vez todavia era demasiado pequena, todavia no estaba preparada, de modo que nadie se lo habia querido contar nunca. Lo unico de lo que estaba segura era de que esas personas ya no regresaban jamas. Nunca mas. --Papa, mama... Hay alguien fuera de la casa --susurro, pero con la determinacion de quien no quiere que sigan tratandola solo como a una nina. Papa se desperto el primero y, un instante despues, lo hizo mama. La nina obtuvo inmediatamente toda su atencion. --?Que has oido? --pregunto la madre, mientras el padre cogia la linterna que siempre tenia a mano junto a la cama. --Mi nombre --contesto la nina, titubeando, temiendo una reganina por haber violado una de las cinco reglas. Pero ninguno de los dos le dijo nada. Papa encendio la linterna y cubrio el foco con la mano para iluminar apenas la oscuridad de la habitacion y que los intrusos no supieran que estaban despiertos. Sus padres no le preguntaron nada mas. No sabian si creerla o no. Pero no porque sospecharan que hubiera mentido, sabian que nunca mentiria sobre algo asi. Solo debian determinar si lo que habia contado era real o no. A la nina le habria gustado que simplemente se tratase de su imaginacion. Mama y papa estaban alerta. Pero no se movieron. Permanecieron en silencio, con la cabeza ligeramente erguida, escrutando la oscuridad, como los radiotelescopios de su libro de astronomia, que escrutan lo ignoto que se esconde en el cielo, esperando y a la vez temiendo captar una senal. Porque, como le habia explicado su padre, descubrir que no estamos solos en el universo no seria necesariamente una buena noticia: <>. Discurrian interminables segundos de silencio absoluto. Los unicos ruidos eran el viento que agitaba las copas de los arboles secos, el llanto quejumbroso de la veleta de hierro oxidado en lo alto de la chimenea y los grunidos del viejo granero, como una ballena durmiendo en el fondo del oceano. Un sonido metalico. Un cubo cayo al suelo. El cubo del pozo, mas concretamente. Papa lo habia atado entre dos cipreses. Era una de las trampas sonoras que colocaba cada noche alrededor de la casa. El cubo estaba situado cerca del gallinero. Ella estaba a punto de decir algo, pero antes de que pudiera hacerlo, su madre le puso una mano en la boca. Queria sugerir que tal vez se tratara de un animal nocturno --una comadreja o un zorro--, no necesariamente de un extrano. --Los perros --susurro el padre. No se le habia ocurrido hasta entonces. Papa tenia razon. Si hubiese sido un zorro o una comadreja, despues del ruido del cubo al caer, sus perros guardianes sin duda habrian empezado a ladrar para senalar su presencia. Como no lo habian hecho, solo habia una explicacion. Alguien los habia hecho callar. Ante la idea de que les pudiera haber ocurrido algo malo a sus amigos peludos, unas calidas lagrimas le hirvieron en los ojos. Hizo un esfuerzo por no echarse a llorar; su disgusto se mezclo con un repentino ataque de terror. Sus padres intercambiaron una mirada. Fue suficiente para saber exactamente lo que debian hacer. Papa fue el primero en bajar de la cama. Se vistio rapidamente, pero sin ponerse los zapatos. Mama lo imito, pero ademas hizo algo que dejo a la nina atonita durante un instante: le parecio que su madre esperaba el momento en que el padre no se diera cuenta, y a continuacion vio como metia una mano debajo del colchon, cogia un pequeno objeto y se lo introducia rapidamente en el bolsillo. La nina no tuvo tiempo de ver que era. Le extrano. Mama y papa no tenian secretos. Antes de que ella pudiera preguntarle nada, la madre le dio una segunda linterna y se arrodillo delante poniendole una manta sobre los hombros. --?Recuerdas lo que debemos hacer ahora? --pregunto, mirandola fijamente a los ojos. La nina asintio. La mirada decidida de la madre le infundio valor. Desde que empezaron a vivir en la casa abandonada, hacia alrededor de un ano, habian ensayado decenas de veces el procedimiento: asi lo llamaba papa. Hasta entonces nunca hubo la necesidad de llevarlo a la practica. --Agarra fuerte a tu muneca --le recomendo su madre. A continuacion, cogio su pequena mano con la suya, calida y fuerte, y se la llevo. Mientras bajaban la escalera, la nina se volvio un instante y vio que el padre habia cogido uno de los bidones del trastero y ahora esparcia el contenido por las paredes de la planta de arriba. El liquido se filtraba a traves de las vigas del suelo y tenia un olor penetrante. Cuando llegaron a la planta inferior, mama la arrastro consigo hacia las habitaciones traseras

  • El secreto de Elisa Lecrerc de Toni Aparicio

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    Elisa Lecrerc murio la noche del 14 de agosto de 1985 en Isla Malva. Todo el mundo coincidio entonces en que la causa de su muerte fue el suicidio.

  • Que no se te olvide: “El sexo alivia la tension, el amor la aumenta” – Annabel Vazquez de Annabel Vazquez

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    Anna es una chica liberal, espontanea y divertida. A sus treinta anos tiene muy clara la diferencia que hay entre el amor y el sexo, con ideas muy firmes al respecto.
    Hasta el momento siente que su vida es perfecta. Vive en Barcelona, una ciudad que adora, y le encanta su trabajo como secretaria en una empresa extranjera, a pesar de que le absorbe muchas horas. Ademas, cuenta con los mejores amigos que pueda desear.
    En su dia a dia no hay lugar para la tristeza y el negativismo, siempre encuentra el lado positivo, y afronta los problemas con humor y picardia. Sin embargo, todos sus ideales y fuertes convicciones se ven truncadas en el momento en que conoce a James, un “guiri” completamente opuesto a ella que le hara perder la cabeza y la paciencia, al no poder desvelar algunos de los misterios que rodean su vida.

  • Ya no tengo miedo de Patricia Fernandez Montero

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    ?Te imaginas despertar y que nada sea igual? ?Que todo tu mundo haya cambiado, para siempre? Esta es la historia, mi historia, la voz acallada durante anos, el grito en el vacio que intente lanzar, el sordo temor del panico y que, hoy, ve la luz. Comparto esta historia con la de cientos de ninos y personas que han vivido y viven bajo el agonico dolor de la violencia de genero. Esto es un grito a la esperanza y un reclamo a la sociedad. El vertigo de las amenazas y el desgarro del dolor. La verdadera cara de los que nadie cuenta ni quiere oir, porque, a veces, da demasiado miedo.

  • Nada esperes de manana de Edson Soares

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    UNA NOVELA BRUTAL Y EMOCIONANTE.CRIMEN, MISTERIO, SUSPENSE, SUPERSTICION Y RELIGION.
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    El jefe de policia de una pequena ciudad investiga una serie de crimenes el dia 12 de diciembre de 2012 (12-12-12), vispera del supuesto <> prenunciado por el calendario maya. Pero todas las personas del lugar parecen ocultar secretos terribles.
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    GENERO
    La novela tiene una mezcla de drama, romance, thriller psicologico, con escenas de humor, erotismo y realismo fantastico. Es esencialmente una novela negra, panoramica, al estilo del destacado escritor noruego Jo Nesbo.
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    PALABRAS CLAVES
    Crimen, misterio, suspense, supersticion, traicion, apocalipsis, fin del mundo, religion, conflictos familiares, ciudad ficticia, America Central, Caribe.
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    TEMAS
    Aborda varios temas actuales como violencia de genero, homosexualidad, conflictos familiares, injusticia social, aborto, abuso de poder economico, etc.La trama tiene muchos personajes, muchas voces, muchos episodios, diversos puntos de vista, pero el eje principal es muy convencional (asi como en las novelas de Nesbo): la investigacion de una serie de crimenes en el dia 12 de diciembre.
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    ESTILO
    Con un estilo audaz y creativo (que mezcla las caracteristicas propias de la novela negra con el lenguaje periodistico, cinematografico, teatral, radiofonico y de graphic novel), el autor va cruzando la vida de los diversos personajes en un verdadero rompecabezas.

  • Tres veces tu (Ditton 1) de Erina Alcala

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    Gaby tenia 30 anos, y era un broker de la bolsa de Nueva York. Presumido, elegante, extrovertido, ademas de alto, guapo y ojos grises como un dia nublado.
    El estres del trabajo lo llevo por azar a Ditton, un pueblo pequeno de Montana, donde conoceria a Gina. Gina, trabajaba en la cafeteria del pueblo como camarera y ademas se convirtio en su casera.
    Empezaron una historia de amor, hasta que Gina se quedo embarazada y Gaby en un viaje a Helena, tuvo un accidente en que perdio la memoria y volvio a Nueva York, olvidandose de ella y de su hijo.
    Gina fue en su busca pasado un ano, pero el no estaba preparado para tener familia ni hijos. y Gina, conocio a Jim, un abogado de Manhattan. ?Volveria a darle una nueva oportunidad a Gaby? ?El tiempo los volveria a unir de nuevo?

  • Omerta (El juego de las seis mascaras 1) de Adriana Criado , Maria P. Marti

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    ?Sera cierto que nuestro destino esta escrito? Hugo, arrogante. Nikki, diva. Bruno, cruel. Mia, sensual. Marco, payaso. Serena, fria. Seis miradas que tras nueve anos vuelven a reencontrarse, arrastrando con ellos un pasado tan oscuro como su presente… y su futuro. ?Habeis oido alguna vez que no es oro todo lo que reluce? Hijos de las familias mas poderosas de Providence, ocultos tras mascaras de mentiras, creen tener el mundo a sus pies: dinero, lujo y secretos. ?Hay arma mas poderosa??Seras capaz de guardar silencio? ?De jurar… Omerta? Bienvenidos al principio del fin.

  • De Enfermeras Y Pacientes de Magela Gracia

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    ?Te han dicho alguna vez que reir es bueno para la salud?
    ?Te han dicho alguna vez que llorar cura?
    ?Te ha intentado llevar a la cama alguien alegando que el sexo le sienta fantasticamente bien a tu organismo?
    ?Y te lo has creido?
    !Pues es verdad! Porque sentir y explotar nos descarga, que a veces llevamos demasiado a nuestras espaldas. Si reir quita las arrugas, llorar aleja las penas y el sexo alarga la vida. ?por que no llorar, reir y follar?
    Este libro te lo pone facil, porque sentir es lo mas importante. Tres curas para todos los males que se te puedan presentar en la vida.
    Y te lo receta una enfermera.
    No siempre son los medicos los que tienen cura para todo.