• El Club de las 5 de la manana de Robin Sharma

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    Paulo Coelho

  • Esa locura llamada amor de Nuria Rivera

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    Esa locura llamada amor es la historia de un beso, de una pasion y de como a veces el amor se convierte en locura.

  • Buscame en la Alhambra de Alba C. Serrano

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    ?Confiarias en la buenaventura de Romerita Heredia? Monika jamas creyo en esas cosas, sin embargo, se cruzara en su camino con ella y a partir de ese momento, entrara en un bucle de desgracias. Un inesperado viaje acompanada por sus dos mejores amigos, amenaza con cambiar su vida repleta de manias y rutinas. Alan, un hombre que no cree en el amor y que en algunas ocasiones es dificil de entender, conocera a una bailarina de danza del vientre que trastocara su estabilidad emocional por completo. Ambos se daran cuenta de que quizas, existan los flechazos, pero… ?Que hacer cuando te separan miles de kilometros y la confianza amenaza con romperse? ?Dejarias atras las diferencias o en cambio, aprenderias a convivir con ellas? Tras una serie de revelaciones, Monika tomara una decision que marcara su camino hacia algun lugar que tendras que descubrir a traves de las paginas de Buscame en la Alhambra.

  • Mil ciguenas negras de Miroslav Penkov

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    Un joven inmigrante bulgaro regresa a su pais de origen para localizar a su abuelo, quien inesperadamente rompio todo contacto con la familia tres anos atras. Las pistas le conduciran a un pequeno pueblo en la frontera con Turquia y a un paso de Grecia, encaramado a la mitica montana
    de Strandja: un lugar envuelto en misterios paganos, en el que las ciguenas negras anidan en robles gigantescos. Alli, en las montanas, se ve arrastrado por su abuelo a un laberinto de medias verdades y acaba enamorandose irremediablemente de una chica musulmana que no esta a su alcance. Viejos fantasmas cobraran vida y conflictos que creian olvidados resurgiran de nuevo hasta que al pasado no le quede otra salida que rendirse a sus deshonrosos secretos.

  • Theodor Chindler de Bernard Von Brentano

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    Alemania, 1914. Los Chindler son una clasica familia burguesa alemana. En su casa se toca el piano y los domingos se va a misa. Theodor Chindler es diputado en el Reichstag por el Partido Catolico de Centro. Elisabeth, su mujer, es tambien muy conservadora y su principal preocupacion es que su familia ascienda social y economicamente. Ambos piensan que nada pondra en duda su autoridad, ni el orden ni la paz que reina en la familia. Pero ha estallado la guerra y, mientras sus hijos Ernst y Karl se dirigen al frente, en casa se empieza a discutir acaloradamente sobre el emperador, la miseria en los hospitales de campana, la guerra naval… Las fisuras familiares se terminaran de ahondar cuando la hija, Maggie, se va a vivir con su novio socialista y se une a las luchas del movimiento obrero en contra de la voluntad de su padre; mientras Leopold, el hijo mas pequeno, se enamora de un companero de estudios; y a Ernst y a Karl la vida y la muerte en las trincheras les va a cambiar en distintos sentidos. Ya nada sera igual ni en Alemania ni en la familia Chindler, por mucho que Elisabeth quiera seguir viviendo como si la guerra no existiese, como si nada hubiera pasado. Brentano escribio ” Theodor Chindler ” en 1936, desde su exilio suizo. Un retrato del fin de una epoca, y un anticipo de lo que iba a venir despues, a traves de los miembros de una familia burguesa alemana. La novela, que recuerda en parte a ” Los Buddenbrook ” de Thomas Mann, fue comparada con ” El subdito ” y ” El profesor Unrat ” de Heinrich Mann. Conto, entre otros, con los entusiastas elogios de Thomas Mann y de Bertolt Brecht, que se la recomendo a Walter Benjamin.

  • ADN. El secreto de la vida de James D. Watson

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  • 50 consejos para ser escritor de Colum Mccann

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    De la mano de Colum McCann, ganador del National Book Award y profesor de escritura creativa en Nueva York, llega el perfecto regalo para los amantes de los libros. De una forma fascinante y motivacional, este libro es una llamada a mirar el mundo con ojos de escritor. Una oda al poder del lenguaje, un testimonio tan feroz como honesto de las marcas que deja la escritura como profesion, una invitacion a los aspirantes a escritores a aprender las reglas pero tambien a romperlas. Estos 50 ensayos son, en ultima instancia, un desafio y un estimulo para que una nueva generacion de escritores encuentre algo de verdad y de luz en el
    oscuro mundo del arte.

  • Matices de la magia de Lorena A. Falcon

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    La magia que acumulas define la maga que eres.

    Johanna siempre supo que seria maga. Habia entrenado toda su vida, solo le restaba elegir el tipo de magia que practicaria. Su familia daba por descontado que eligiria la magia blanca, estaba en su sangre.

  • El viajero sin corazon de Miguel Angel Fece Allue

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    Mischoll, un joven frances de principios del siglo XIX, descubre que su primer amor le ha robado el corazon y por tanto es incapaz de amar de nuevo. Con una enorme cicatriz en el pecho recorrera el mundo buscando la solucion entre medicos, sabios, personajes surgidos de las novelas y mujeres a las que no tiene nada que entregar.Una novela sobre amor y desamor, viajes, busqueda de uno mismo y encuentros imposibles.

  • Ana de Marilo Lafuente

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    Ana es una mujer de aspecto delicado, dulce, carinosa, y la mas presumida de las cuatro hermanas. Sin embargo, ese aspecto nada tiene que ver con su trabajo ni con su principal hobby. Estudio Ingenieria Industrial y, su cometido, dentro de la empresa familiar, es el arreglo y adaptacion de nueva maquinaria. Su tiempo libre lo dedica a tunear su coche para cumplir un sueno.
    Hugo es un famoso corredor de rallies.

  • Mas alla de lo visible de Edgar Rojas

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    Una chica llamada Dasha recibe una visita misteriosa e inesperada. Se trata de Alexandra, quien afirma venir del pasado, exactamente del ano 1925.
    Desde el primer contacto que tienen ambas, la vida de Dasha cambia drasticamente. Ahora, tiene que hacerse cargo de esta visitante y asegurarse de que este segura en el presente. Ademas, ella le ensena muchas lecciones sobre vivir sin tecnologia, las cuales ayudan mucho a Dasha en ese presente repleto de celulares, tablets, apps, videojuegos y redes sociales.

  • Corey (Detras de la musica 4) de Yunnuen Gonzalez

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    Mala suerte. ?O esperando al destino?

    Ser el guitarrista principal de The Radicals asegura fans por monton, siempre dispuestas a cumplir fantasias. La fama da eso y mas.

  • Un talento natural de Ross Raisin

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    Tom ha sabido siempre el tipo de persona que quiere ser: un futbolista de exito. Un hombre al que otros hombres admiran y respetan. Pero el futuro brillante que imagino esta amenazado. Mientras se mueve entre la soledad y la necesidad de reconocimiento, un encuentro fortuito le ofrece una via de escape y le hara cuestionarse a si mismo. Un talento natural profundiza en el corazon de un club de futbol profesional: la presion, la soledad, la amenaza de escandalos, la fragilidad del cuerpo humano y la lucha, dentro y fuera del campo, por convertirnos en la persona que todos esperan que seamos.

  • Seduciendo a Emma de Dylan Martins

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    Era un hombre de exito. Tenia todo lo que queria y mas. Y eso, en Manhattan, no era nada facil. Pero yo lo logre.
    Tenia todo… Menos a ella.
    Desde el dia en que la vi, supe que tenia que ser mia. No me lo puso facil, pero yo iba a desplegar todas mis armas de seduccion.
    El problema es que lo que en un principio solo vi como sexo, se convirtio en algo mas.
    El juego de la seduccion habia comenzado y yo estaba dispuesto a ganar

  • Comenzar de nuevo de R.m. De Loera

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    El informe de ventas de fin de ano no saldra a tiempo y el empleo de Alcine Varga, una contable hungara, depende de una buena presentacion ante sus jefes, sobre todo el. Cedric Berger, el director de ventas, un suizo con ojos aguamarina, a quien hace tres anos encontro en su oficina con otra mujer. Sin embargo, los dos tienen algo en comun. ?Podra Alcine olvidar esa primera impresion y continuar? O ?Su similitud en personalidades sera un obstaculo para comenzar de nuevo?

  • Amnesia de Federico Axat

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  • Hombre de honor de Judy Christenberry

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    FACTURAS, facturas y mas facturas. Abby Stafford suspiro mientras repasaba el correo. La cena estaba sin hacer y Robbie, en el salon, miraba la television con gesto impaciente. Podia oir la musica de su programa favorito mientras el cantaba a todo pulmon, desafinando como siempre. Si no le hubiera dado un quesito para que se entretuviera, estaria yendo detras de ella por todo el apartamento, como un cachorro hambriento. Robbie tenia cuatro anos y medio, pero ella solia llamarlo carinosamente <>. Como su padre, penso. Pero Robbie era lo mas importante del mundo para ella. Un golpecito en la puerta interrumpio sus pensamientos. Tenia que ser Gail otra vez. Por mucho que le dijera a su vecina que no estaba interesada en que le buscase una cita, la mujer no cejaba en su empeno. --Ya te lo he dicho, Gail --suspiro, mientras abria la puerta--. No estoy interesada. --Y yo no soy Gail. El timbre de esa voz era inolvidable, terriblemente familiar. Antes de que pudiese levantar la mirada, las facturas se le cayeron de la mano, planeando suavemente hasta el suelo. Abby penso que iba a pasarle lo mismo, aunque ella caeria con menos gracia. El hombre al que habia amado desde que tenia dieciseis anos por fin habia aparecido en su casa. --?Que haces aqui? --pregunto, con voz temblorosa. No habia visto a Nick Logan en cinco anos, desde el funeral de su padre. Desde que la muerte de Robert Logan habia destrozado sus planes de boda. Sus suenos de irse a Cheyenne y dejar atras Sydney Creek, el pueblo en el que ambos se habian criado. Abby lo miro. Lo miro desde el pelo oscuro hasta las botas. Aquel hombre habia mejorado con la edad. Seguia siendo igual de alto, pero ahora parecia mas musculoso, gracias, sin duda, a su trabajo en el rancho. Y tenia arruguitas alrededor de los ojos castanos, seguramente de guinarlos para evitar el sol. Nick tambien se tomo su tiempo para observarla mientras sostenia el sombrero Stetson con una mano. --He venido a verte. Pero el tono de su voz no era agradable. Era duro, como el. No habia nada de la delicadeza con la que solia tratarla anos atras. --Yo… no sabia que estuvieras en la ciudad. --Si, bueno. Cuando Julie me escribio para decirme cuanto la habias ayudado desde que se mudo a Cheyenne, pense que debia venir a darte las gracias. Habia sido un placer ayudar a la hermana de Nick; eran amigas desde siempre. --Es muy amable por tu parte, pero… --No te equivoques, Abby. No me siento precisamente amable --la interrumpio el dando un paso adelante--. !Estoy furioso contigo! --?Por que? --Como si no lo supieras. Ella lo sabia, pero no pensaba admitir nada a menos que tuviera que hacerlo. De modo que mintio: --Pues no, no lo se. !Y si vas a ser tan grosero, por mi puedes desaparecer otros cinco anos! --Abby estaba a punto de darle con la puerta en las narices cuando oyo la voz de Robbie a su lado. --Mama, ?la cena esta lista? La mirada de Nick se suavizo al ver al nino. --Hola. Me parece que no nos conocemos. ?Como te llamas? --le pregunto, poniendose en cuclillas. --Robbie. ?Tu quien eres? Abby trago saliva. --Nick, no, por favor… El la miro un momento. En sus ojos no habia simpatia alguna. --Soy un amigo de tu madre --le dijo--. Me llamo Nick. Y me alegro de conocerte --anadio, ofreciendole su mano. Robbie la estrecho, sonriendo. --?Eres un vaquero? Abby nunca le habia hablado sobre vaqueros. Habia evitado ese tema, pero hacia unos dias su profesora les habia leido un cuento sobre un perro que ayudaba a un vaquero a guiar el ganado. Y desde entonces su hijo no hablaba de otra cosa. --Si --contesto Nick--. Soy un vaquero. ?Te gustan los vaqueros? Robbie asintio con la cabeza. --?Y montas a caballo? --Claro. ?Quieres que vayamos a montar juntos? Robbie miro a su madre. --?Puedo, mama? --!No! Tienes que ir al colegio manana, carino. Y ahora ve a lavarte las manos. Estamos a punto de cenar. Evidentemente, Nick no se tomo muy bien el rechazo. --Antes de irte, Robbie, quiero preguntarte una cosa. Pareces muy mayor. ?Cuantos anos tienes? Esa era la pregunta que Abby no queria que contestase. --Cumplire cinco en… ?cuantos meses, mama? Ella no respondio. En lugar de hacerlo, lo empujo suavemente hacia el cuarto de bano. Luego se volvio, rezando para que Nick se hubiera ido. Pero el hombre seguia alli, sus anchos hombros ocupando todo el umbral de la puerta. --?Por que no me lo habias dicho? No tenia sentido negarlo. Ademas, le debia una respuesta. --Me dijiste que debia irme a la ciudad, que debia vivir mi vida, ?te acuerdas? -- Abby intento, sin conseguirlo, borrar la amargura de su tono. --!Pero no sabia que estuvieras embarazada! --Yo tampoco. Nick respiro profundamente, pasandose la mano por el pelo oscuro. --Podrias habermelo dicho. Estamos en el siglo XXI, Abby. Hay muchas maneras de ponerse en contacto con la gente. Ella se estiro todo lo que le permitia su metro setenta y tres de estatura. --?Para que? ?Para angustiarte aun mas? Tu madre no se separaba de tu lado y habia cinco ninos que dependian de ti. ?Necesitabas otro? --!Abby, es mi hijo! ?Crees que le habria dado la espalda? --No, a el no, pero a su madre si --contesto ella, apartando la mirada. Todo se habia ido al traste cuando el padre de Nick murio. Las responsabilidades y las obligaciones hacia su familia le pesaban como una losa, haciendo que no le quedase nada para Abby, la mujer de la que, supuestamente, estaba enamorado. --Abby, intente hacer lo que me parecio mejor para ti. --Ah, ?si? ?Y quien me habia puesto a tu cargo? El la miro, turbado. Nadie le llevaba la contraria, nadie se atrevia a enfrentarse con el. Pero Abby no pensaba echarse atras. --?Ibas a quedarte en Sidney Creek despues de terminar la carrera? ?Eso era lo que querias? --pregunto Nick. --Queria poder elegir --contesto ella. Nick nego con la cabeza. --No podia dejar que hicieras eso. Te habias esforzado mucho para terminar la carrera y tenias un trabajo esperandote en Cheyenne… --Y tu tambien --lo interrumpio Abby. --Pero yo tenia otras responsabilidades. ?No entiendes que tuve que hacer lo que hice? Ella asintio con la cabeza. --Yo tambien. --?Esconderme que tenia un hijo durante casi cinco anos? --le espeto el. Abby no queria que aquello se convirtiera en una bronca, de modo que respiro profundamente. --Lo mejor es que te marches, Nick. --!De eso nada! Tu has tenido a Robbie durante cinco anos, ahora es mi turno. Esta ciudad no es sitio para criar a un nino.

  • La ultima conquista de Kim Lawrence

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    Torturado por la muerte de su mejor amigo, el multimillonario magnate griego Nik Latsis encontro consuelo en los brazos de una espectacular desconocida. Desde aquella noche, ese recuerdo poblaba sus suenos. Por eso Nik sabia que solo se libraria de sus fantasmas si volvia a tenerla en sus brazos. Lo que no supo predecir fue que necesitaria mucho mas que sus dotes de seduccion para conseguir llevarse a la cama a una mujer con la personalidad de Chloe.

  • La Casa de los Deseos de Rudyard Kipling

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    En muchos de sus cuentos abordo lo sobrenatural, que siempre se revela gradualmente, a diferencia de los cuentos de Poe. En The Wish House una mujer refiere a otra mujer una historia magica y dolorosa; ambas son demasiado humildes para el asombro; aceptan lo increible con la misma resignacion con que aceptan los hechos cotidianos. En A Sahib's War, la fiebre y la presencia del opio hacen que lo sobrenatural sea mas verosimil. Sobre A Madonna of the Trenches, cuyo fondo es la guerra de 1914, cae la alta sombra del Canto V del Infierno. The Eye of Allah no es un relato fantastico, pero es un relato posible. De los cuentos que elegi para este volumen, quiza el que mas me conmueve es The Gardener. Una de sus peculiaridades es que en el ocurre un milagro; la protagonista lo ignora, pero el lector lo sabe. Todas las circunstancias son realistas, pero la historia referida no lo es. Jorge Luis Borges.

  • Hija del dragon de Kiersten White

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  • Los recuerdos sumergidos de Ana I. Martin

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    Una historia de superacion de una mujer valiente y fuerte a la que la vida le dara una segunzda oportunidad para ser feliz.

  • Donde empieza todo de Anna Casanovas

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    Harrison MacMurray, agente de un peculiar departamento de Inteligencia, debe investigar los asesinatos de dos matematicos y dos militares retirados y la primera pista fiable que encuentra vincula esas muertes con un prestigioso y joven congresista, el nino mimado del Capitolio, Benedict Holmes.

  • La CancioN Del Lobo. Wolfsong de T. J. Klune

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    Suspiro por lo bajo de forma brusca y le tomo un momento voltearse en mi direccion. -?Cuando llegaste a casa? -Hace un rato -me dio una comezon que no se sintio nada bien. Papi echo un vistazo al reloj viejo sobre la pared. La cobertura plastica del frente estaba agrietada. -Es mas tarde de lo que pensaba -sacudio la cabeza-. Mira, Ox... Parecia nervioso. Confundido. Mi padre era muchas cosas: un alcoholico, rapido para enfadarse y atacar con palabras o punos, un dulce demonio con una risa que retumbaba como esa vieja Harley Davison que habiamos MOTAS DE POLVO/ FRIO Y METAL enia doce anos cuando papi puso una maleta al lado de la puerta. T-?Para que es eso? -le pregunte desde la cocina. reparado el verano anterior. Pero jamas se lo veia nervioso, jamas parecia confundido. No como lo estaba ahora mismo. Presenti algo terrible. -Se que no eres el muchacho mas listo del mundo -me dijo mientras ojeaba su maleta. Era cierto, no habia sido provisto de una gran inteligencia. Mi mama una vez dijo que yo estaba bien. Mi papa pensaba que era lento. Mama le respondio que no se trataba de una carrera. Papa ya habia bebido demasiado whisky y comenzo a gritar y romper cosas. No la golpeo. No aquella noche, de hecho. Mama lloro mucho, pero el no la golpeo, yo mismo lo verifique. Cuando comenzo a roncar en su vieja silla, me escurri a mi habitacion y me oculte bajo mis mantas. -Lo se, senor -replique. Me miro de nuevo y jurare hasta el dia en que me muera que vi amor en sus ojos. -Mas tonto que un buey -dijo. No se oia malicioso viniendo de el. Tan solo lo era. Me encogi de hombros. Esa no era la primera vez que me lo decia, incluso cuando mama le habia pedido que dejara de hacerlo. Estaba bien, era mi papa, sabia mas que cualquier otra persona. -La gente hara que tu vida sea una mierda. -Soy mas grande que la mayoria -afirme, como si eso significara algo. Y lo era, las personas me temian, aunque no queria que asi fuera. Era grande, como mi papa. El era un hombre de gran tamano con un temperamento inestable gracias a la bebida. -La gente no te comprendera. -?Eh? -No te entenderan. -No necesito que lo hagan -en verdad queria que lo hicieran, pero podia comprender por que no lo harian. -Debo irme. -?A donde? -Lejos. Mira... -?Lo sabe mama? -Claro... Tal vez. Sabia que sucederia, probablemente lo sabe desde hace tiempo -rio, pero no se oyo como si encontrara gracioso lo que acababa de decir. -?Cuando regresaras? -di un paso hacia el. -Ox, la gente sera mala. Solo ignoralos y manten tu cabeza baja. -La gente no es mala, no siempre -no conocia a demasiadas personas. De hecho, no tenia amigos. Pero la gente que si conocia no siempre era mala. Simplemente la mayoria no sabia que hacer conmigo. Eso no estaba mal, yo tampoco sabia que hacer conmigo. -No me veras por un tiempo -agrego-. Tal vez por mucho... -?Que hay del taller? -le pregunte. Papi trabajaba en lo de Gordo. Siempre olia a metal y grasa cuando regresaba a casa, y sus dedos estaban ennegrecidos. Tenia camisas con su nombre bordado con puntadas de rojo, azul y blanco: Curtis. Siempre pense que esa era una de las cosas mas maravillosas. La marca de un gran hombre, tener tu nombre grabado en una camisa. En ocasiones me permitia acompanarlo. Me enseno a como cambiar el aceite cuando tenia tres, como cambiar un neumatico a la edad de cuatro y como reconstruir el motor de una Chevy Bel Air Coupe de 1957 cuando tenia nueve anos. Esos dias llegaba a casa oliendo a grasa, aceite y metal, y sonaba que tenia una camisa con mi nombre bordado. Diria Oxnard o tal vez solamente Ox. -A Gordo no le importara -dijo mi padre. Se sentia como una mentira. A Gordo le importaba todo. Era algo malhumorado, pero una vez me dijo que cuando fuera lo suficien temente mayor, podria pedirle empleo. "Los tipos como nosotros deben mantenerse juntos", me dijo. No supe que quiso decir, pero me basto el hecho de que pensara en mi. -Oh -fue todo lo que pude decirle a mi padre. -No me arrepiento de haberte tenido -dijo-. Pero me arrepiento de todo lo demas. -?Esto se trata de...? No sabia de que se trataba. -Me arrepiento de estar aqui -continuo-. No puedo tolerarlo. -Bueno, eso esta bien -respondi-. Podemos solucionarlo. Quizas podriamos irnos a algun otro lugar. -No hay solucion, Ox. -?Cargaste tu telefono? -le pregunte porque jamas recordaba hacerlo-. No olvides cargarlo para que pueda llamarte. Hay cosas de Algebra que aun no entiendo. La senora Howse me dijo que podia pedirte ayuda. Aunque sabia que mi padre no entenderia los problemas numericos mas que yo. La llamaban Prealgebra. Eso me asustaba porque si ya era dificil siendo pre, ?que pasaria una vez que solo fuera Algebra, sin el pre incluido? -Maldita sea, ?acaso no lo entiendes? -grito. Conocia ese gesto, era su expresion de enfado. Estaba colerico. -No -le respondi, porque no lo entendia. Intente no encogerme por el miedo. -Ox, no habra ayuda para Algebra, ni llamadas por telefono. No hagas que me arrepienta de ti tambien. -Oh... -Ahora tienes que ser un hombre, por eso intento explicarte todo esto. La mierda te va a llegar, solo deberas sacudirtela y seguir adelante -tenia los punos apretados a los costados. No sabia por que. -Puedo ser un hombre -le asegure porque tal vez eso lo haria sentir mejor. -Lo se -respondio. Sonrei, pero aparto la mirada. -Debo irme -concluyo al fin. -?Cuando vas a regresar? -pregunte. Dio un paso vacilante en direccion a la puerta, con la respiracion repiqueteando en su pecho. Tomo su maleta y se marcho. Pude oirlo arrancar su vieja camioneta afuera, el motor tardo en encenderse. Se oia como si necesitara una nueva correa de distribucion. Tendria que re - cordarselo mas tarde. -?Ox? -pregunto. Se veia muy cansada-. ?Que sucede? -Hola, mama. -?Por que estas llorando? -No estoy llorando -y no lo hacia porque ahora era un hombre. -?Que sucedio? -acaricio mi rostro. Sus manos olian a sal, patatas fritas y cafe mientras frotaba sus pulgares sobre mis mejillas mojadas. Baje la cabeza para mirarla. Siempre habia sido pequena y yo, en algun momento del ano pasado, habia crecido mucho. Ojala recordara ese dia, debio haber sido monumental. -Cuidare de ti -le prometi-. Ni siquiera debes preocuparte. -Siempre lo haces -su mirada se suavizo. Pude ver las lineas alrededor de sus ojos, el cansado conjunto de su mandibula-. Pero... -se detuvo. Tomo aire-. ?El se marcho? -pregunto y su voz se oyo tan pequena. -Eso creo -enrosque su cabello con mi dedo. Oscuro, como el mio, como el de papa. Eramos todos oscuros. -?Que te dijo? -me pregunto. -Ahora soy un hombre -repeti. Eso era todo lo que necesitaba oir. Mama se partio de la risa. Mama llego tarde a casa esa noche, luego de trabajar doble turno en el restaurante. Me encontro en la cocina, de pie en el mismo lugar en donde estaba cuando mi papa atraveso la puerta. Las cosas eran diferentes ahora. Tampoco se llevo fotografias. Solo un poco de ropa, su afeitadora, su camioneta y algunas de sus herramientas. Si no lo hubiera conocido mejor, hubiera pensado que jamas estuvo aqui. Sono un par de veces hasta que un mensaje dijo que el telefono ya no estaba en servicio. La manana siguiente tuve que disculparme con mama, habia colgado con tanta fuerza que quebre la base del telefono. Ella dijo que estaba bien, y no volvimos a mencionarlo nunca mas. -Mantenlas limpias y Dios te libre si las encuentro tiradas afuera. Se oxidaran y te dare una paliza. Esta mierda no es para jugar, ?entiendes? -me dijo. -Si -respondi y las toque con reverencia porque eran un regalo. No podia encontrar las palabras para decir lo completo que se sentia mi corazon. Papa no se llevo el dinero cuando nos dejo. Al menos no todo. Aunque tampoco habia demasiado, a decir verdad. Lo llame en el medio de la noche, cuatro dias despues. enia seis cuando mi papi me compro mi propio set de herramientas. No de las que eran para ninos. Nada de colores brillantes ni plastico, eran de metal frio y reales. T Un par de semanas tras su partida, me hallaba de pie en la habitacion de ellos (de ella). Mama estaba en el restaurante otra vez, en un nuevo turno. Sus tobillos estarian adoloridos cuando llegara a casa. La luz del sol se vertia a traves de una de las ventanas sobre la pared del fondo y atrapaba las pequenas particulas de polvo. Olia a el dentro de la habitacion. A ella. A ambos, a una mezcla de los dos. Pasaria mucho tiempo hasta que el se desvaneciera. Pero al final lo haria. Abri la puerta del armario y uno de los lados estaba casi vacio, aunque quedaban algunas cosas. Las pequenas partes de una vida que ya no era vivida. Como su ropa de trabajo, cuatro camisas que colgaban al final del armario. Lo de Gordo, en cursiva. Todas decian Curtis. Curtis, Curtis, Curtis. Toque cada una de ellas con la punta de mis dedos. Quite la ultima de su gancho, la deslice por mis hombros. Era pesada y olia a hombre, sudor y trabajo. -Okey, Ox -me dije-. Tu puedes hacerlo. Entonces comence a abotonarla. Mis dedos se trababan sobre sus botones, muy grandes y redondos. Era torpe e ingenuo, solo manos y piernas, sin encanto y soso. Era demasiado grande. Acabe con el ultimo boton y cerre mis ojos, respire profundo. Recorde como lucia mama esa manana: las lineas moradas debajo de sus ojos, sus hombros caidos. -Se bueno, Ox, mantente lejos de los problemas -me habia dicho, como si los problemas fueran la unica cosa que yo conociera. Como si me metiera en problemas a menudo. Abri los ojos y me enfrente al espejo que colgaba en la puerta del armario. La camisa era demasiado grande o yo era demasiado pequeno. No estaba seguro de ninguna de las dos cosas. Me veia como un nino disfrazado, como si fingiera ser alguien mas. -Soy un hombre -dije con voz baja luego de fruncir el ceno al ver mi reflejo. >>Soy un hombre -no creia en mis palabras. >>Soy un hombre -repeti con una mueca de dolor. Al final me quite la camisa de mi padre, la devolvi al armario y cerre las puertas. A mis espaldas, las motas de polvo siguieron flotando en la luz solar que desaparecia.

  • Dispara, yo ya estoy muerto de Julia Navarro

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  • Tiempo de rosas de Eneida Wolf

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    Un siglo al que no pertenece.
    Un pasado que la atormenta.
    Un marques con demasiados misterios.
    Durante la boda de su prima, tras un pequeno incidente, Ana despierta en el mismo castillo pero con dos siglos de diferencia. Debera averiguar como ha podido viajar en el tiempo y lo mas importante, como volver.
    El marques dueno del sitio la acoge con demasiada buena voluntad y formulando pocas preguntas. Con pies de plomo para no cambiar la historia, se adentrara en el mundo de las conspiraciones y el poder para lograr sobrevivir.
    ?Seran suficiente sus conocimientos avanzados?
    ?Lo lograra sin wifi, helado y sus clases de yoga?

  • El solitario de Jesus Duva

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    La caza y captura del atracador de bancos mas famoso.

  • Aqui mando yo de Luca Costantini

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    <>, le pregunto enfadado Ramon Espinar a Pablo Iglesias antes de levantarse y marcharse cerrando la puerta de la nueva residencia del lider de Podemos, en el verde y acomodado municipio de Galapagar, provincia de Madrid. Era un dia frio de enero. Mas aun en las afueras de la capital, donde el aire era limpio y fresco. Dos agentes de seguridad aguardaban a pocos metros de la entrada de la residencia de Iglesias y su pareja, Irene Montero, numero dos de la formacion. Ya avanzado el dia, llego al chalet una pequena delegacion de dirigentes del partido. La encabezaba Espinar, hombre de confianza del secretario general, ademas de companero de mil batallas y protegido por el propio Iglesias, incluso durante la polemica de especulacion sobre un piso social que en su dia quito una patina de pureza a aquel proyecto que decia poder cambiar por completo Espana. El grupo liderado por Espinar se dirigia a una reunion muy delicada. En la residencia se encontraban Iglesias, Montero, sus dos mellizos y la ninera. El encuentro era reservado y se celebraba en lo que ironicamente varios dirigentes de Podemos llamaban el bunker. Este era y es la residencia de la pareja que lidera el partido: un chalet de piedra, protegido por bajos muros y alejado de la jauria madrilena. El encuentro versaba sobre la estrategia a adoptar ante la mayor traicion hasta aquel momento conocida en Podemos. Uno de los fundadores, Inigo Errejon, acababa de anunciar a traves de las redes sociales su desafio maximo: entraba en la plataforma creada por Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, y concurria a las elecciones regionales fuera del partido. Errejon se habia limitado a enviar en aquella manana del 17 de enero una breve llamada al movil de Iglesias. Le informaba de su decision. Sin mas. Minutos despues habia aparecido al lado de Carmena, ella de 75 anos, el de 35, para sellar la alianza que suponia el comienzo de la semana mas tragica de Podemos. La efemeride era dramatica: el partido estaba a punto de cumplir su quinto aniversario. En la cocina del chalet de Iglesias, durante la reunion con Espinar, pronto se delinearon dos posturas. La frentista y la aperturista. La primera, como no, representada por Iglesias, ya ciego de venganza. La segunda, conciliadora, defendida por Espinar, quien, como su interlocutor, acababa de ser padre. <>, era el argumento defendido por el hombre de mayor peso de Podemos en Madrid. En una guerra siempre hay vencedores y vencidos, mientras que en la guerrilla esa dicotomia se difumina. Y resistir significa ganar tiempo. La guerra de guerrilla era el enfoque defendido por Espinar. Una tactica destinada a salvar los muebles, incluso si hacia falta apostando por un preacuerdo electoral con Mas Madrid, formacion a la que todos ya apodaban <>. Iglesias llevaba pocas semanas de su baja de paternidad autoimpuesta. Los meses anteriores habian sido duros. Un parto prematuro y de alto riesgo le habia hecho reflexionar sobre el sentido de su trayectoria, y en definitiva de su futuro. Errejon, el antiguo companero y amigo desde los anos del activismo universitario y de las primeras tertulias en el programa La tuerka, llevaba meses sin visitarle. Si algo de amistad quedaba, aquel anuncio lanzado en Facebook lo habia quemado todo. <>, apostaba Iglesias, azuzado por Montero, siempre esceptica sobre la lealtad de Errejon. Espinar resistia. Sobre todo en lo tocante a la dura confrontacion electoral. <>. No todo estaba perdido a su juicio. El concepto de <> habia calado en las cronicas de los medios de comunicacion y tambien entre los inscritos al partido. La fidelidad es una cualidad muy apreciada en los ambientes politicos, asi como en el ejercito y en los clanes de la malavida. Pero para Espinar habia margenes de negociacion. Sobre todo hacia falta evitar que en la periferia el partido se rompiera tal y como estaba ocurriendo en la capital. Queria ganar tiempo y aislar a Errejon, para demostrar el escaso recorrido de su plataforma, y relanzar un proyecto de convergencia en el que podian caber todas las sensibilidades, sin que por ello se perdiera el <> de Podemos. La conversacion subio de intensidad. Hasta niveles jamas imaginados por el entonces vicario madrileno de Podemos. Iglesias empezo a dudar de el. Espinar era el encargado de coordinar a los barones territoriales del partido; eso le otorgaba un poder considerable, aunque el secretario de Organizacion fuera Pablo Echenique, un pablista de pura cepa. Hasta que la sangre llego al rio. Iglesias acuso a Espinar de ser el tambien un errejonista, o sea, un conspirador que trabaja en la sombra para desbancarle del trono de Podemos. Una ofensa a la cara. Algo asi como tildar en los anos treinta a un comunista de trotskista. Y el anticipo de una rapida condena del lider. <>, le repregunto enfadado Espinar. Se levanto y se marcho cerrando la puerta del bunker. Aquella reunion sello la segunda grave desavenencia interna en tan solo cuatro dias. Un punto de inflexion, con Iglesias bloqueado en su vivienda e Irene Montero en el Congreso de los Diputados, echando gasolina al fuego de la polemica. Hubo acusaciones a Errejon de oportunismo y arribismo. Se le pidio que evitara acudir a las reuniones (encuentros, por cierto, a los que llevaba un ano sin ir). Hasta se le reprocho no renunciar a su escano, <>, dijo Echenique. El bunker, o fortaleza, adquirido por Iglesias para buscar un nicho de relax, se estaba convirtiendo en casi una carcel. Los dirigentes del partido le acusaron de cerrarse a todo tipo de critica y estar alejado de la realidad. Todo eso tan solo seis meses despues de la feroz polemica sobre su compra. Fue a mediados de 2018 cuando se filtro la informacion de que los IglesiasMontero se habian hipotecado a treinta anos para comprar una vivienda en las afueras de la capital, por un total de 660.000 euros. Una cifra ingente que chirriaba con las acusaciones de especuladores que lanzaban contra sus contrincantes politicos. Y una contradiccion con sus promesas de cercania a los <>, que zanjaron con un referendum interno y a la bulgara que les otorgo la legitimidad de seguir al mando del partido. El chalet dispone de jardin, tiene 268 metros cuadrados, cuatro habitaciones y tres banos, ademas de una piscina que en realidad es pequena y poco profunda para poder nadar en ella. Un defecto originario que alimento el enfado de Montero, quien se quejo en privado por el revuelo mediatico generado por algo que en su opinion es menor de lo que aparenta. Aun asi, sobre el precio a pagar desde el sector inmobiliario aseguran que la operacion es un chollo. Que el valor del chalet es de al menos un millon de euros. Mientras que sobre el antiguo propietario sobrevuela un velo de misterio. Nadie sabe quien es. Algo peculiar para una ciudad como Madrid, cuyo circulo de elites es reducido y muy cotilla. Sectores influyentes de la izquierda madrilena van mas alla. Aseguran que detras de la compra se encuentra el emprendedor y amigo de Iglesias, Jaume Roures. El magnate catalan de la television fue quien en los dias mas duros del golpe a la democracia en Cataluna ofrecio su vivienda en Barcelona para celebrar un encuentro entre Iglesias y Oriol Junqueras, lider de ERC. El se define <> tanto de Iglesias, como de Juan Carlos Monedero y Ariel Jerez, fundadores de Podemos. En algunas fotos del portal Idealista, que retratan el interior de la vivienda antes de la compraventa, se pueden apreciar en las paredes fotografias de los rostros de historicos lideres del comunismo sovietico y chino. Entre ellos, Mao. Rostros del panteon comunista sin duda poco habituales para una residencia ubicada en la sierra, a pocos kilometros de las villas de la burguesia madrilena que sale de la ciudad el fin de semana. Sobre aquella compra sobrevuela una tercera version, que apunta a los fondos recibidos desde paises de America Latina y con los que Podemos supuestamente habia pagado las primeras campanas electorales. Pero esa tesis, que circula en los ambientes de la izquierda de la capital, carece de pruebas y los responsables de Podemos siempre han negado tener vinculos financieros con los gobiernos populistas de America Latina (Bolivia, Venezuela y Argentina, entre otros). Sobre este punto volveremos luego. Sea como fuere, el chalet de Galapagar es importante no solo por la incongruencia ideologica, sino tambien por la iconografia. Esa residencia para adinerados esta en las antipodas del barrio rojo de Vallecas, zona popular de la que Iglesias juro no alejarse nunca. Su mudanza fue leida como el simbolo de la hipocresia de dos dirigentes crecidos como activistas en la lucha por la vivienda digna y social. Como en las antiguas dachas de los secretarios comunistas sovieticos, Iglesias asume la costumbre de invitar a su residencia a varios dirigentes para hablar de manera confidencial sobre todo tipo de asuntos. Antes que Espinar, tambien Carmena le habia visitado para intentar cerrar la candidatura conjunta para el Ayuntamiento, que finalmente fracaso. El chalet de Galapagar tambien se ha convertido en el simbolo de la deriva personalista de Podemos. En una palabra: hiperliderazgo. Con ese termino se explica la degeneracion de un instrumento politico pensado como colectivo, pero que ha acabado bajo el mando de un solo hombre, o de una sola pareja. Una formacion cuyo simbolo es el circulo y que se ha reducido a entidad vertical, en la que el lider hace y deshace a su antojo. Ejemplos de este tipo de formaciones se pueden encontrar en varios partidos o movimientos de la epoca de la pos Guerra Fria. En Italia, por ejemplo, con los partidos de Berlusconi y el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo y la familia Casaleggio, o en Francia, con Marine Le Pen y Emmanuel Macron. Tambien Ciudadanos, el otro actor de la nueva politica espanola, parece inclinado a ese tipo de dinamica. El personalismo exasperado del lider politico suele conducir a su aislamiento. La obsesion por el poder y el temor a las traiciones le empujan a eliminar a todos los versos sueltos. Se rodea de personas de extrema confianza, pero tambien de lacayos y de dirigentes intelectualmente modestos. Iglesias comienza a tomar esa deriva en enero de 2016, cuando estalla el escandalo de la Operacion Jaque Pastor. El Pastor es una jugada del ajedrez pensada para ganar un partido en tan solo cuatro movimientos. Si el adversario no lo neutraliza de inmediato, quien lo practique conseguira un jaque mate en pocos minutos. En aquella epoca el partido estaba dividido sobre apoyar o no al PSOE de Pedro Sanchez y su gobierno de coalicion con Ciudadanos. Iglesias rechazaba esa postura. Queria dar el sorpasso al PSOE. Todo se precipita con el hallazgo de un ordenador abierto en la sede del partido, y boom: se descubre un chat liderado por Errejon en el canal encriptado Telegram con directrices para crear lo que los pablistas llamaron el <>. Ven que Errejon va buscando apoyos en los territorios, concretamente en el Pais Vasco, Cataluna, Andalucia y Madrid, para plantar cara al lider de Podemos. En el chat participan una decena de personas. Entre ellas hay dirigentes muy destacados: Rita Maestre, Sergio Pascual, Jose Manuel Lopez y Emilio Delgado, entre otros. Este grupo fija como primer objetivo tomar el control de la federacion madrilena. Y de ahi lanzar un ataque global a Iglesias. Empieza el baile de acusaciones e Iglesias reacciona de inmediato. Cesa al secretario de Organizacion, Sergio Pascual, amigo intimo suyo y de Errejon. Llevaban anos juntos en el activismo de izquierda, pero el juego habia acabado. Ahora la cuestion va de politica y poder. <>, sentencio el lider.

  • Luciernagas en la ciudad de Jose Salento

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    El recuerdo de aquellos dias es lo unico que me queda de un viaje inesperado entre la razon y la locura. Yo, que ahora no soy mas que la triste sombra de lo que una vez fui, ejerzo mi derecho a no olvidar, a nunca olvidar la traicion que acabo con la ultima esperanza de la humanidad. Pero no os adelantare mucho mas, narrare toda la verdad --o por lo menos mi verdad-- en las siguientes paginas. No sabria decirlo con certeza, quizas todo sucedio hace cincuenta anos o puede que fuera hace un siglo, para nosotros el tiempo no es mas que un invento humano al que debemos atenernos cuando trabajamos. La tarde en la que empezo el principio del final recibi un nombre, una direccion y una hora. Acto seguido me puse con los preparativos previos a cualquier recogida: me peine cuidando cada detalle, mi larga melena oscura es el fruto del trabajo de una eternidad y supone un gran esfuerzo ponerla a punto para el publico; luego me pinte los labios de un rojo intenso y las pestanas de negro; por ultimo, me maquille. Al acabar busque un traje formal en el fondo del armario, ajuste mi reloj y me dispuse a poner rumbo hacia la direccion senalada. Aunque no conocia el barrio al que me dirigia no estaba preocupada, nosotros nunca nos perdemos porque siempre sabemos encontrar el sitio al que debemos acudir. En ocasiones calculamos mal y llegamos a deshora, como aquella noche, pero esto no suele suponer un problema. Alcance el lugar indicado una hora antes y me sente a esperar. Era un cruce de avenidas en pleno corazon de la ciudad. Alli las calles se presentaban como lo que fueron y ya no eran, hasta donde alcanzaba la vista habia viejos locales vacios que habian albergado negocios que otrora habian tenido exito... y que ya no lo tendrian mas. Ahora apenas sobrevivian una peluqueria, alguna cafeteria y un avejentado pub. Normalmente tenemos varios nombres a por los que debemos ir al cabo del dia, pero yo llevaba un par de semanas sin recibir ninguno. Esas cosas pasan, a veces hay mucho trabajo, otras no hay tanto, pero siempre acaba llegando algun encargo. Por aquel entonces estaba leyendo un libro que habia pertenecido al ultimo nombre al que habia ido a buscar. Tenemos totalmente prohibido manipular o quedarnos con pertenencias de quienes recogemos, pero hacia ya mucho que empece a sentir que me aburria desarrollando mi funcion y comence a desobedecer el reglamento. Supongo que mi falta de respeto hacia las normas seria la causa de todo lo que ocurrio a continuacion. Asi que, con todas las ganas del mundo de acabar la novela e intentar comprender el porque de lo que sucedia en ella, me sente en un banco, abri mi bolso... y me di cuenta de que me la habia olvidado en casa. Hubiera sido mejor para mi haberme quedado quieta en aquel cruce, pero no, tuve que meterme en aquel pub de luces tenues. No estaba dispuesta a quedarme mirando el suelo una hora, ya ves tu que tonteria: ?que supone una hora en el infinito de la eternidad? Pues en aquel momento me parecio demasiado para estarme sin hacer nada. El pub era lo unico abierto cerca del cruce y no te miento si te digo que siempre he tenido atraccion por los sitios oscuros. Cuando entre todo estaba en silencio, mire extranada hacia el fondo y vi un pequeno escenario iluminado. Puede que en la oscuridad hubiera unas veinte o veinticinco personas de publico, no sabria deciros con certeza porque quede absorta en la imagen que vi sobre la tarima. Un hombre, sobre las tablas solo habia un hombre, pero su manera de hablar y lo que decia me atraparon. Estaba recitando unos versos con los labios pegados al microfono, recuerdo perfectamente aquellas palabras: <>. Entonces me percate que tenia sus enormes pupilas azules clavadas en mi. Aquello era catastrofico, ningun humano puede ver a un angel de la muerte... salvo que vaya a morir en poco tiempo, y ni siquiera eso es comun. Aquel hombre ataviado con una vieja chaqueta, que originalmente fue una compra cara pero que ya se notaba pasada de moda, siguio hablando tras un fuerte aplauso. Inicio un discurso sobre la necesidad de la experiencia como unico testigo real de haber vivido, sobre lo importante de entender el presente como algo irrepetible. En realidad, no era nada que antes no hubiera escuchado o leido, pero no podia retirar mi atencion de el, estaba atrapada en esa voz grave y limpia que fluia a traves de los altavoces del pub. Recito un poema sobre dos amantes que no saben que son amantes porque se desean, pero se niegan, y en esa tension no resuelta se encuentra latente su relacion. El pequeno aforo se puso de pie y aplaudio como si les fuera la vida en ello. Yo pense de manera automatica que no podia ser menos y aplaudi todo lo fuerte que podia, que a efectos practicos no es mas que lo que dos manos normales pueden. Era evidente que quien pisaba el escenario era alguien reconocido por el publico, ya que le lanzaban frases de elogio y alguna que otra proposicion indecente desde el sector femenino (supe minutos despues que su pareja estaba entre los asistentes). A continuacion, aquel hombre se dirigio a sus oyentes para agradecerles el haber acudido al recital. Para finalizar, quiso invitar a subir al escenario a una persona muy especial para el --la senorita Marta Rivas, dijo--, y la gente la ovaciono. Al subir se besaron brevemente, lo que me provoco una inesperada necesidad de separarle la cabeza del cuello a esa insolente muchacha. Nosotros no podemos segar las vidas que se nos antojen, solo tenemos acceso a aquellos nombres que nos asignen y, por tanto, llevarme un anima a voluntad no me estaba permitido. De todas formas, daba igual, mis ganas homicidas desaparecieron en un segundo: me di cuenta que su luz -- al igual que la de su pareja-- tambien se estaba apagando, no le quedaba mucho en este mundo. Marta Rivas se presento como un cargo de un partido politico que abogaba por la justicia social y un estado para el pueblo y por el pueblo. No soy experta en discursos y no juzgare sus palabras, pero tenia metido en el bolsillo a la gente --luego supe que casi todo el publico eran amigos y cargos del partido--. No te voy a mentir, no le preste nada de atencion, no dejaba de mirar al poeta o al que recitaba poesia o al que fuera lo que fuese. Ahi, en una esquina de la tarima, con la cabeza medio rapada intentado ocultar un evidente principio de alopecia, se alzaba su esbelta figura de ojos azules y barba de varios dias. No era muy alto, pero tenia algo que hacia que su presencia fuese imponente, incluso de ese modo tambien habia algo en el que lo hacia parecer extremadamente fragil. Sujetaba un vaso de ginebra que levantaba como si fuese agua y se muriese de sed. Mire el reloj, quedaban veinte minutos. Al acabar el minimitin, los aplausos exagerados y los gritos de animo inundaron el local. Muchos querian fotografiarse con ella, todos buscaban la foto con el, y yo no podia dejar de mirarlo. El, de vez en cuando, me devolvia la mirada, no sabia si se habia dado cuenta de quien era yo o si simplemente pensaba que era una espectadora mas. Incluso llegue a pensar que era una obsesion mia y me estaba imaginando que me veia, cuando el hecho normal seria que no lo hiciera. Estuve tentada en ir a hablar con el, pero ?que le iba a decir? Tenia la sensacion dentro de mi de que todo esto iba directo a ser una catastrofe de dimensiones nunca vistas. No me equivoque ni por un apice. Fuera, en la calle, comenzo a llover y yo me acerque a la puerta. Al mirar al exterior lo vi, alli estaba con su mascara cadaverica el otro angel, y lo salude con la mano. Cada uno puede ir a trabajar con las vestimentas o apariencias que desee, pero creo que debemos de poner un poco de coherencia a nuestra labor, si ya resulta traumatico para el humano comprender que ha fallecido, mas lo es tener que caminar junto a la Parca hasta las puertas del otro lado. No cuesta nada arreglarse, ponerse formal, que, aunque no quita el trauma del deceso, si que ayuda. Pero asi estaba, con su aterradora figura, le daba igual. En el local la gente se iba yendo. El estaba con el codo en la barra hablando de manera amistosa con un hombre, no parecian conocerse de antes, intercambiaban comentarios sobre no se que escritor americano del siglo XIX. En una mesa estaba ella con cuatro personas mas y varios papeles sobre la madera. No se por que me fui hacia aquel grupo, es como si hubiera tenido verguenza de acercarme a la barra y sentirme observada, no lo entiendo, nosotros no tenemos sentimientos. Asi que me sente en una silla que estaba vacia y cotillee los documentos un poco, los deje porque eran informes de proximos movimientos politicos: mitines, reuniones, congresos locales... algo bastante aburrido. Hablaban de que quedaban diez meses para las proximas elecciones nacionales y que el partido veia posibilidades de conseguir algo grande. Hablaban de la violencia y de la agresividad que estaban tomando los ultimos encuentros parlamentarios. Hablaban de simpatizantes de uno y otro lado reventando actos del partido contrario. Hablaban, hablaban simplemente. En un momento dado, uno de ellos le sugirio a Marta Rivas la necesidad de contar con su pareja como activo politico, ya que --segun decia--habia rechazado todas las propuestas para apoyarlos y era fundamental que cambiase de parecer debido a la importancia del apoyo de un intelectual tan distinguido. La discusion saco de quicio a Marta. Ella asentia y comprendia el requerimiento, pero argumentaba que su pareja era libre de decidir y habia decidido no compartir la lucha politica del lado de ellos. Terminaron la conversacion con el compromiso de parte de la joven candidata de que volveria a discutir con el poeta la posibilidad de un apoyo publico en actos de la futura campana electoral. Yo sabia que esa conversacion nunca tendria lugar, la luz de ambos se apagaba y ahora solo titilaban tenues en la oscuridad del pub. Mi reloj marcaba siete minutos para recoger el alma de aquel que discutia en la barra sobre un poeta muerto al otro lado del oceano. Tenia curiosidad por ver como ocurria todo, era evidente que no iba a ser un fallo natural, dos almas serian recogidas simultaneamente. No podia evitar mirar de un lado para otro nerviosa, en realidad aquello no tenia mucho sentido, la recogida seria en el cruce de las avenidas y no en el interior del local. Queria hablar con el hombre, no sabia que decirle, pero algo me llamaba la atencion en el como nunca me lo habia llamado nada. Aproveche para abordarlo cuando se adentro en el pasillo para ir al bano. Le toque el hombro y el se dio la vuelta, entonces se hizo el silencio, el cual rompi al titubear <>. Sonrio, se acerco a una mesa, saco un papel de un servilletero y un boligrafo de su bolsillo y escribio <>. Lo lei emocionada y quise agradecerle su dedicatoria, pero el ya habia desaparecido cuando levante la mirada. Me apoye en la barra y volvi a leer aquellos versos. Senti que todo se habia helado dentro de mi. Lo lei una tercera vez y decidi avisarlo, le iba a decir que huyera, que le daria todo el tiempo del mundo o, mejor aun, que me fugaria a su lado. Asi que saque valor de lo mas profundo de mi y me gire para buscarlo, pero ni el ni ella estaban ya en aquel lugar. Me habia quedado atrapada en el texto de la servilleta, sin darme cuenta de que ellos se habian despedido de la gente y se habian ido. El reloj marcaba dos minutos. Sali fuera todo lo rapido que pude y los vi entrando en un vehiculo. El se sento frente al volante, su pareja en el asiento aledano. Ella estaba muy alterada, las palabras que decia las acompanaba de gestos nerviosos que hacia con las manos. El otro buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas a que el funesto coche llegara. Me quedaba sin tiempo y sin ideas. Ellos empezaron a discutir dentro del automovil. El reloj marcaba un minuto. Me coloque delante del coche sujetando mi bolso fuertemente, no debian llegar al cruce. El encendio el motor y quito el freno de mano sin dejar de discutir con ella, no habian apartado la mirada el uno del otro y nadie se percato de mi presencia. Metio la primera marcha y me vio, puso cara de asombro e hizo un gesto para que me apartara a un lado. Le fui a decir que apagase el motor, pero, de repente, alguien golpeo con los dedos la puerta del copiloto. No lo vi llegar. El buitre de la muerte se relamia en el cruce de las avenidas. Todos miramos al individuo que acababa de entrar en escena. Ella bajo la ventanilla: -- ?Es usted Marta Rivas? -- Si. --Tengo un mensaje para sus votantes. Acto seguido, aquel hombre dio un paso atras y descubrio el revolver que sostenia con su mano derecha. Sin dudarlo un segundo, le acerco el canon a la cara de la politica. El asaltante fue a decir algo cuando, inesperadamente, el motor rugio y el poeta hizo el intento de escapar con el coche, pero no habia espacio para salir sin maniobrar y choco con el que estaba aparcado justo delante suya. El intento de evasion hizo que la ventanilla golpeara fuertemente la mano de aquel individuo, disparandose el arma que portaba. La bala alcanzo a Marta Rivas en la sien derecha. Nosotros no tenemos sentimientos. Mateo Rosas dio marcha atras y volvio a meter primera. El buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas. El asaltante, que parecia haber quedado paralizado tras haber abierto fuego, volvio a apuntar al automovil, que ya habia conseguido salir

  • El diablo de Milan 2, El diablo en la sombra de Cathryn De Bourgh

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    Varina penso que vivia un sueno, un cuento de hadas del que no queria despertar. La boda sorpresa, el viaje a Paris, y haberse casado con el hombre que amaba, todo era mucho mas de lo que se habia atrevido a sonar. Y en plena luna de miel, recorriendo de la mano las calles parisinas, no queria pensar que en una semana debian regresar a Milan. Solo queria quedarse alli, abrazada a su lado, haciendo el amor durante horas hasta quedarse dormida mientras afuera todo corria como un huracan, ?que importaba? Se levanto con pereza al oir el telefono. Que artefacto tan impertinente e inoportuno. No, no queria atender. El habia apagado su celular para que dejaran de molestarlo todo el tiempo desde Italia y ahora dormia como un liron a su lado. Lucio Valenti. Su antiguo jefe y ahora su marido. Propiedad privada. Prohibido tocar... Pero ese telefono no dejaba de sonar y era su celular. Dejo la cama donde estaba calentita y feliz, lo hizo de muy mala gana y fue a atender. Era su tia por supuesto, ?quien mas seria capaz de llamarla en plena luna de miel? La pobre tia Giuliana todavia estaba en shock al enterarse de que se habia casado con su jefe a quien siempre creyo el rey de los seductores, incapaz de casarse. --?Como estas, Varina? Oh te echo tanto de menos. --Yo tambien tia, ?como estan todos? --Muy bien ?y tu? ?Que tal va todo? ?Cuando volveran? Todo iba muy bien pero si le hubiera contado su luna de miel en detalles pues a su tia le habria dado un ataque. ?Que pregunta era esa? --En una semana por desgracia. Quisiera quedarme para siempre aqui, tal vez me mude algun dia--respondio Varina. --Oh ?eso es verdad? --Si pudiera si, pero todavia no hay nada decidido, Valenti tiene sus empresas en Italia, debe estar alli a veces, reuniones, firmas. Un bodrio. --?Entonces piensas vivir en otro pais mas adelante? --Por supuesto, soy su secretaria perfecta. Mientras hablaba vio que su marido despertaba y la miraba con una sonrisa traviesa. Vaya, ?a quien se le ocurria llamar en su luna de miel y hacer preguntas sobre el futuro? Solo a su tia. --Ven aqui, preciosa--le susurro el abrazandola despacio. Varina le explico a su tia que tenia que cortar el telefono y luego se dejo arrastrar a la cama. --?Con quien hablabas?--pregunto el. --Con mi tia Giuliana, ?quien mas? --?Y que te dijo? --Queria saber como lo estaba pasando pero no le pude contar todo--le explico ella con una sonrisa. --?No?--el se fingio sorprendido. Varina sonrio cuando le quito el neglige de encaje y su minuscula braga para tener una copula rapida mananera como ocurria a veces. --Valenti, aguarda... Su vientre no estaba preparado para engullir esa inmensidad, todavia era estrecha, no entendia bien por que y cuando la penetraba le costaba hacerlo. El atrapo su boca con un beso salvaje. --Tranquila, lo hare muy despacio--le susurro el sin dejar de besarla. Sus labios ahogaron su gemido cuando sintio que la penetraba por completo, sin que quedara un milimetro, suya, tan suya como siempre lo habia sonado... En ocasiones temia que todo fuera un sueno y que un dia despertara sola en una habitacion de hotel pensando que se lo habia inventado todo pero cuando hacian el amor era como despertar de nuevo y que el le dijera al oido: "todo es verdad, esto es un sueno muy real", porque sentir su inmensidad en su cuerpo era sentirse amada, deseada, viva de una forma que desconocia. --Preciosa, eres tan deliciosa, tan dulce--le susurro el. Ella lo abrazo con fuerza y comenzo a moverse a su ritmo, a disfrutar cada embestida salvaje, cada roce de esa virilidad dura e inmensa en su cuerpo. Disfrutaba tanto ese momento y lo deseaba tanto y cuando sentia que la llenaba con su placer y expulsaba su simiente se preguntaba como seria tener un bebe de su amor, un bebe que se pareciera a el. En ocasiones fantaseaba que se quedaba embarazada pero eso la asustaba un poco, sabia que era muy pronto. Ademas se estaban cuidando para evitarlo. De pronto el la miro con sus ojos oscuros y una sonrisa mientras caia sobre ella rendido y satisfecho. --?En que estas pensando, preciosa?--le pregunto. Varina sonrio. --Pensaba que quisiera quedarme en Paris para siempre y no regresar a Milan, porque cuando lo haga temo que... todo haya sido un sueno--le respondio. El la envolvio en sus brazos con mucha fuerza. --No lo es preciosa, es real... vaya, jamas pense que caeria asi en tus garras. Esa confesion la hizo sonreir cuando estaba al borde de las lagrimas. --?En mis garras? --Si, en tus tiernas garras de gatita hermosa y tierna--le dijo el besando sus manos. Varina sonrio. --Yo diria que fue al reves, fui yo quien cai en tu cama y en tus garras--le respondio. El dia recien comenzaban y tenian planeado recorrer los castillos, comer en restaurant exoticos y sacar fotos. Vestidos como turistas no habia fotografos ni nadie cerca curioso mirando, nadie los conocia y ambos pudieron disfrutar tranquilos esos dias en Paris y recorrer los lugares mas bonitos sin ser molestados por fisgones. Al mediodia mientras almorzaban en un restaurant italiano en el corazon de Paris Varina le pregunto que pasaria cuando regresaran. --?Seguire siendo tu secretaria? Esa pregunta parecio sorprender a su esposo. --Me encantaria pero es que las esposas Valenti no trabajan tesoro, no se ve bien que lo hagan. Es por una cuestion de estatus y orgullo. --?Que dices? --Es verdad. Ya te lo dije cuando nos casamos, ?lo has olvidado? --Pero si hay esposas de tus parientes en la empresa--senalo ella. --Algunas si, pero no es lo que yo deseo. --Diablos, ?que hare en todo el dia sin trabajar? Morire de angustia esperandote en casa. --No te preocupes por eso, pronto te hare muchos bebes para que estes ocupada en casa. Ella lo miro espantada. --?Que dices? ?Es broma, verdad? Pero Valenti no sonreia. --No, no lo es... pero hay tiempo para eso, sin prisas. Ademas deja de preocuparte por el futuro, el presente es el unico tiempo que nos pertenece. Tenia razon, no debia ponerse ansiosa con el futuro. Sin embargo no le agrado saber que debia quedarse en casa. ?Que haria en todo el dia? Moriria de aburrimiento esperando su llegada, estaba segura de que habia algo que pudiera hacer... Pero una idea horrible cruzo su mente mientras saboreaba el postre de chocolate. --Entonces ?tomaras otra asistente? Por favor Valenti, no me hagas eso. El sonrio. --?Y por que crees que eso sea tan malo y alarmante? Varina lo miro enfurrunada. --Tu lo sabes bien, no te hagas el tonto. --?Crees que lo se? --Si. Se miraron enfrentados sin decir palabra hasta que el dijo como al pasar mientras bebia un sorbo de agua mineral: --?Es por celos? ?Temes que me sienta tentado por un par de piernas? Preciosa, eso no va a pasar, debes confiar en mi, soy tu marido ahora y prometi serte fiel y lo cumplire. --No es por ti, sabes que en esa oficina habia un monton de gatas en celo al acecho. --Ni tantas, ademas jamas les preste atencion, ?por que lo haria ahora? --Pero yo era tu secretaria, tu asistente y tu espia. ?Crees que ya no vas a necesitarme? Valenti se puso serio. --Siempre voy a necesitarte preciosa pero en casa, esperando mi regreso en la cama, lista para tener sexo--dijo y le dio un beso ardiente. Varina se dejo arrastrar por sus besos y sintio que se moria por hacer el amor otra vez antes de salir de paseo, eran sus ultimos dias en Paris y debian disfrutarlos. --Bueno, creo que deberiamos regresar al hotel, ?tu que piensas?--pregunto el. Ella sonrio con picardia. Por supuesto que queria regresar al hotel. Su esposo pago el restaurant y se marcharon poco despues. A puertas cerradas en su habitacion hicieron el amor sin prisas. Valenti se moria por desnudarla, por hacerlo deprisa pero ella preferia ir despacio. El sexo era un mundo nuevo que descubrir, un mundo de sensaciones que queria disfrutar a pleno pero todavia seguia siendo un poco timida a veces. Para Varina la copula era un ritual maravilloso de ensueno y la desesperaba llegar a ella como en esos momentos. --Lucio, aguarda, ve despacio--le dijo de pronto.

  • El premio de Brenda Joyce

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    “Devlin O'Neill, celebre capitan de la Marina Real britanica, vive consumido por el deseo de destruir al conde de Eastleigh, el hombre que asesino brutalmente a su padre. Tras llevarlo al borde de la ruina, aguarda el momento de asestarle el golpe de gracia. Y su oportunidad se presenta en forma de una impetuosa joven americana, sobrina del conde, que esta dispuesta a hacer estallar en llamas su vida fria y calculadora.

  • Sed de Neal Shusterman

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    ?Hasta donde llegarias para conseguir la ultima gota de agua?

  • Un bolso y un destino de Leigh Himes

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  • Los cuerpos de la habitacion roja de Inigo Aguas

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    Me llamo Eric y tengo tres normas:
    Nadie puede descubrir mi secreto.
    Solo podemos hacer el amor dentro de la habitacion roja.
    Y la mas importante, no voy a enamorarme de el.

  • El Comienzo de Yiros Dakay

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    Me desperte de una pesadilla gritando, otra vez. Estaba respirando fuertemente con mi cabello colgado sobre mi cara casi derramando una lagrima. Me incline y alcance mi manta; Girandolo hacia un lado y sobre mi cuerpo. Poniendo un pie a la vez en el piso de madera, me pare y camine hacia mi tocador. Me puse una camiseta sin mangas, un par de jeans rasgados negros y un sueter holgado y luego baje las escaleras. Fui a la cocina a buscar agua, estaba abriendo la nevera, hasta que vi a mi borracho, gilipollas, papa. Lo cerre de golpe y cerre la cocina practicamente corriendo, justo cuando me puse los zapatos y estaba listo y cerca de la puerta, grito; “!Perra! !Trae tu culo aqui y hazme algo de comida!”. Mire hacia atras y me detuve por un momento. Iba a decir algo; Hacerle desear que nunca hubiera dicho eso, pero yo no. Mas bien me volvi hacia la puerta y corri a la escuela. Nadie estaba fuera de las puertas de la escuela. Deslizando mi desgastado Converse por el pasillo de la escuela Llego a un chillido cuando golpeo mi casillero. Lo abro y agarro mis libros con un poder intenso. Lo cerre de golpe y con una velocidad rapida fui a mi primera clase. Me detuve en la tercera puerta y mire el cartel negro en la puerta, decia; “Sala de artesania”. Gire la perilla y abri la puerta a la atencion directa de todos los estudiantes. Odio ser el centro de atencion, me enferma el estomago al darme cuenta de que los estudiantes tienen la oportunidad de decir cosas como “?Por que llegas tarde? ?Atrapado con el corte de nuevo?” O simplemente la vieja y original “Chica emocional” no original. Mientras miraba el piso, levante mi capucha y camine hacia el fondo de la habitacion hasta mi asiento asignado. El maestro, el Sr. Wheeling, dijo despues de un silencio incomodo “Hood Off, Allie”. Despues de que el miro hacia otro lado, levante mi capucha hacia atras y sobre mi cabello lacio y largo y negro. Pasaron periodos y sonaron las campanas. Me siento en la parte de atras de cada clase, asi que, como siempre, me sente en mi asiento, saque mis libros y espere la leccion intensamente agotadora de mis maestros jodidos. Cuando termine la clase, me levante deslizando mis libros por la esquina de mi escritorio. Fui el primero en salir de las puertas, y cuando llegue a mi casillero saque mi bolso de la parte inferior y lo golpee en mi espalda. Mi bolso es muy viejo, he tenido el mismo durante 4 anos. Mi mama lo compro para mi Es una bolsa de material suave negro liso. Es todo lo que me queda de ella desde que murio. Caminaba hacia las puertas de la escuela, cuan contento estaba de salir de la escuela, pero cuan asustado estaba de irme a casa. No mucho antes de golpear las puertas de metal azul, mi bolso decidio rasgarse desde la parte inferior, revelando mis muchos blocs de dibujo, cuadernos y mi cuchilla Sharpe. Arruine los papeles y libros del piso; Probraly arruinando algunas de mis obras de arte, pero no me importo. Estaba en busca de mi espada y cuando la encontre la recogi y sali corriendo por la puerta. Escuche que me llamaban, pero no mire hacia atras para ver que solo caminaba por la calle. Camine por el camino hasta que vi mi casa. Mi papa estaba en el porche con su amigo Rob. Botellas de cerveza en todas partes. Rapidamente me aleje confiando en que no me notaria sino en Corse; El hizo. Vio mi cabeza inclinarse hacia un costado y camine por el camino. Gritando con una voz fuerte, fuerte e intensa Las palabras “!Jodida puta, entra aqui ahora mismo!” Echo’ed The Street. Me detuve y volvi. Mi papa siempre ha sido abierto sobre su vida, sin secretos, sin remordimientos. Evito mi casa cuando su amigo Rob esta alli, siempre intenta violarme. Le deje algunas contusiones, pero mis cicatrices de el son mucho mas permanentes. Avance despacio por las escaleras delanteras, y mientras caminaba por la puerta rota de la pantalla, mi papa arrojo una botella de cerveza en la parte posterior de mi cabeza. Me desmaye. Me desperte con el olor a hierba encendida y Achohal derramado, estaba acostada en el sofa con solo un sujetador y ropa interior. Robar vino a mi mear borracho. “Hellof Allieef”, dijo Stammerd. Y mientras caminaba por la puerta rota de la pantalla, mi papa arrojo una botella de cerveza en la parte posterior de mi cabeza. Me desmaye. Me desperte con el olor a hierba encendida y Achohal derramado, estaba acostada en el sofa con solo un sujetador y ropa interior. Robar vino a mi mear borracho. “Hellof Allieef”, dijo Stammerd. Y mientras caminaba por la puerta rota de la pantalla, mi papa arrojo una botella de cerveza en la parte posterior de mi cabeza. Me desmaye. Me desperte con el olor a hierba encendida y Achohal derramado, estaba acostada en el sofa con solo un sujetador y ropa interior. Robar vino a mi mear borracho. “Hellof Allieef”, dijo Stammerd. Me levante “?Donde estan mis ropas que te arrastras?”, Le grite. Me abofeteo en la cara. Mi papa estaba sentado al otro lado de la sala de estar en una vieja silla de madera, riendo. Ransack le sonrio y le dio otro golpe. Mire a mi padre. “Amablemente no dejes que haga esto”, dije mientras las lagrimas caian por mis mejillas. “?Prefieres que lo hagas yo mismo, perra!” Mi papa grito de vuelta. Comence a llorar. El botin sentia mis muslos, lo empuje lejos. “!No! … !Contactame!” Dije. Me dio un punetazo en la mandibula Makin. Mi labio sangra la sangre roja mas brillante. Me golpeo una y otra vez hasta que me maree lo suficiente como para no poder sacarlo de mi. Senti un pellizco afilado y cuando eche un vistazo a mi brazo, me inyectaron una inyeccion de droga en mi piel palida. Mis ojos se pusieron caidos y mi cabeza se debilito. Apenas podia distinguir lo que estaba sucediendo, pero aun podia sentirlo tratando de tocarme. Esta vez me drogo, estaba en control total. Sin embargo, todavia soy virgen, el me habia conseguido este temperamento antes, pero esta vez nada se interponia en su camino y estaba tan seguro de ello. Estaba deslizando su mano por mis pantalones, sintiendome levantada; Hasta que los policias atravesaron mi puerta. Mi papa y Rob mirando en estado de shock. Burglarize se levanto y corrio hacia la puerta de atras, pero los policias regresaron. Un oficial me recogio y me llevo a la parte trasera del coche de policia. Estuve alli hasta que la policia entro y me llevo a la estacion. Me ayudaron a salir del auto y mis pies descalzos aterrizando firmemente en el cemento. Individuos corriendo hacia mi llevandome a una habitacion y tumbandome en el sofa de cuero. Me cai en un sueno profundo. Mi padre me desperto, salte de nuevo en estado de shock, un oficial de policia me llevo a casa. Perdi la escuela ese dia. Mas bien pase mi tiempo haciendo comida para mi papa. Esa noche no pude dormir. Me sacudi y me di la vuelta. Cuando amanecio, abri los ojos para ver a mi papa parado sobre mi con un cinturon largo. Me incline y sostuve mis rodillas contra mi pecho. “Simplemente termine con esto, voy a llegar tarde a la escuela”, dije con un suspiro. No obstante, doblo su cinturon en dos y lo azoto a mi espalda, dejando una marca de sangrado. Me contuvo el dolor y cuando se fue Mi habitacion se puso una sudadera con capucha blanca, algo delgada y me arregle el cabello en un mono desordenado. Me tropece por las escaleras y sali por la puerta. Corri a la escuela y lo hice 3 minutos antes de la campana. Camine, arroje las puertas y hacia abajo de la escuela El salon, todos susurraban. Estoy acostumbrado a escuchar “monstruosidad o perdedor”, pero todos cubrieron sus bocas en silencio mientras me miraban. De la nada senti que alguien estaba detras de mi abrazandome con fuerza y llevandome al gimnasio. No podia mirar hacia atras por la forma en que estaba posicionado, pero cuando llegamos al gimnasio y se reconocio la espera, me di la vuelta y antes que yo era un chico. Estaba a punto de gritarle hasta que mire su sudadera y hacia mi desesperacion vi sangre. “!Dios mio, tu sangrado! ?Estas bien?” Pregunte rapidamente. “!Estoy bien! Sea como fuere, !no soy yo quien sangra, lo que sucedio en tu espalda!” El respondio bastante tenso. Lo mire fijamente cuestionablemente. Me dio la vuelta suavemente y levanto mi sudadera blanca, luego mi camiseta sin mangas. Dude por una pieza pero acepte. Estaba a punto de gritarle hasta que mire su sudadera y hacia mi desesperacion vi sangre. “!Dios mio, tu sangrado! ?Estas bien?” Pregunte rapidamente. “!Estoy bien! Sea como fuere, !no soy yo quien sangra, lo que sucedio en tu espalda!” El respondio bastante tenso. Lo mire fijamente cuestionablemente. Me dio la vuelta suavemente y levanto mi sudadera blanca, luego mi camiseta sin mangas. Dude por una pieza pero acepte. Estaba a punto de gritarle hasta que mire su sudadera y hacia mi desesperacion vi sangre. “!Dios mio, tu sangrado! ?Estas bien?” Pregunte rapidamente. “!Estoy bien! Sea como fuere, !no soy yo quien sangra, lo que sucedio en tu espalda!” El respondio bastante tenso. Lo mire fijamente cuestionablemente. Me dio la vuelta suavemente y levanto mi sudadera blanca, luego mi camiseta sin mangas. Dude por una pieza pero acepte. Despues de mirarme la espalda, me di la vuelta. “?Que pasa?” Pregunte suavemente. “Tu espalda, esta sangrando. ?Cual fue el trato? ?Es cierto que fuiste golpeado? ?Quien hizo esto?” Hizo tantas preguntas que no sabia que decir. Mis ojos comenzaron a lagrimear y el me abrazo. I Barley se dio cuenta de el, pero sabia de el: tenia 16 anos, era tranquilo, timido, algunos amigos, vestia de negro, tenia un corte de pelo con pinchos y tenia el labio, la nariz y la ceja penetrados. Era extremadamente oscuro, pero definitivamente era el chico mas dulce que jamas hayas conocido. Simplemente no sabia su nombre. Despues de momentos de silencio y protagonismo, y llorando, finalmente rompi lo incomodo. “Te lo agradezco mucho … lo siento, tuviste que ver eso, y lamento que tengas que sentir lo siento por mi”, dije. “He visto cosas peores, peores, y siento pena por ti pero no por la razon” s Piensas “el siguio.” Estaba mirando desde el otro lado de la calle, y lamento haber llamado a los policias “, dijo lentamente. Mire hacia el”. Lo detuve con un abrazo. “Me alejaste de mi papa, mi hogar, la realidad”, dije mientras lo miraba a los ojos. El sonrio. “?Quieres ir a dar un paseo?” Pregunto dulcemente. Asenti y el me condujo por las puertas traseras del gimnasio. Caminamos por la calle hasta llegar a un campo grande a unas 4 cuadras de la escuela. Caminamos por los bordes del campo y nos sentamos en una colina. Dije mientras lo miraba a los ojos. El sonrio. “?Quieres ir a dar un paseo?” Pregunto dulcemente. Asenti y el me condujo por las puertas traseras del gimnasio. Caminamos por la calle hasta llegar a un campo grande a unas 4 cuadras de la escuela. Caminamos por los bordes del campo y nos sentamos en una colina. Dije mientras lo miraba a los ojos. El sonrio. “?Quieres ir a dar un paseo?” Pregunto dulcemente. Asenti y el me condujo por las puertas traseras del gimnasio. Caminamos por la calle hasta llegar a un campo grande a unas 4 cuadras de la escuela. Caminamos por los bordes del campo y nos sentamos en una colina.

  • El hombre inesperado (El Pacto 2) de Eva Alexande

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    No se como, pero lo se y no es la primera vez. La primera vez ocurrio cuando tenia nueve anos. Era sabado, mi dia favorito de la semana, y llevaba esperando ese dia desde hace semanas. Era mi cumpleanos y a las once el jardin decorado con globos y todo lo que mi madre fue capaz de comprar iba a llenarse de ninos, vecinos y amigos. Pero esa manana desperte triste, tan triste que no era capaz de levantarme de la cama. Mi madre dijo que eran los nervios, la excitacion por la fiesta, y me obligo a levantarme, desayunar y prepararme para recibir a mis invitados. Me puse el vestido rojo que habia comprado mi madre especial para ese dia y force una sonrisa en mi rostro. Lo hice mientras el mago contratado nos entretenia con sus trucos, mientras me cantaban cumpleanos feliz y mientras abria los regalos. Era la sensacion mas extrana del mundo, mi corazon, mi alma, todo mi estaba llorando y mi mente de nueve anos no era capaz de saber que pasaba o por que. Lo averigue cuando recibia mi ultimo regalo al ver a mi padre contestar a una llamada. Lo vi palidecer y mirar a mi madre con lagrimas en los ojos. Mi padre, el hombre mas fuerte que habia conocido, el que era capaz de ahuyentar a los monstruos de debajo de mi cama. El hombre que siempre sonreia, el que hacia sonreir a mi madre. Pero en mi noveno cumpleanos un poco de la luz que brillaba en sus ojos se apago. Mi abuela, la madre de mi padre, tuvo un accidente de camino a mi fiesta y fallecio. Hannah, abu como la llamaba yo, era toda la familia que teniamos. Los padres de mi madre habian fallecido poco despues del nacimiento de mi madre y ella crecio entre familias que nunca decidieron adoptarla y hogares de acogida. De alguna manera mi madre consiguio salir adelante y durante su primer ano en el instituto conocio a mi padre. Fue amor a primera vista, Paul y Paula, incluso sus nombres eran iguales. Era predestinado, los dos rubios de ojos azules, altos y guapos. Tenian quince anos cuando se conocieron y desde ese momento fueron inseparables. A la familia de acogida de mi madre le daba igual si ella no dormia en casa, si estaba ahi cuando llegaban los de los servicios sociales era suficiente para ellos. Y asi mi madre se fue a vivir con mi padre y la abuela. La abuela se convirtio en la madre de los dos, los cuido, los castigo. Puso limites, reglas para que la relacion de los dos no terminara por arruinar el futuro de ninguno. Mis padres fueron a la universidad, los dos querian ser medicos y con mucho trabajo y esfuerzo lo consiguieron. Se casaron antes de empezar el primer ano de Medicina. Continuaron viviendo con la abuela hasta que terminaron los estudios y consiguieron trabajo en el hospital, mi padre como cirujano y mi madre en pediatria. Dos anos despues nacia yo para cumplir los suenos de los tres, para aumentar la familia, la primera de muchos. Pero el destino fue caprichoso y mi madre tuvo problemas en el parto y otro embarazo hubiera sido peligroso para ella. De esa manera eramos cuatro miembros en la familia Garrett. Y desde mi noveno cumpleanos tres. Nunca mas quise celebrar mi cumpleanos, ni regalos ni tarta. De alguna manera me sentia culpable por la muerte de la abuela, como si hubiera tenido algo que ver con el accidente. Yo, una nina de nueve anos sentada en una silla rosa en el jardin rodeada de ninos y no el hombre que se salto el color rojo del semaforo. La segunda vez fue una semana antes de cumplir los dieciocho. Me desperte de la misma manera, triste y rota. Era domingo y mis padres estaban los dos trabajando. Los llame y estaban bien, no iban a volver a casa hasta el siguiente dia. No les dije nada de lo que sentia, pero fui a comer con ellos y luego a cenar. Mi padre quiso cenar tortitas, mi madre riendo pidio lo mismo, y ya que estaba yo tambien. Recuerdo que reimos, hablamos y tomamos docenas de fotos. Les abrace con fuerza, les bese y les dije que los amaba. A las siete cuarenta y dos de la manana del lunes la policia llamo a la puerta. Un hombre habia entrado con un arma en el hospital y disparado a todo el mundo, treinta y siete heridos y doce fallecidos. Mis padres eran entre los doce. Cumpli dieciocho anos sola, nadie estuvo a mi lado. Todas las personas queridas habian dejado este mundo, me habian dejado sola. Pero la vida siguio a pesar del dolor y la tristeza. Fui a la universidad, estudie Medicina como mis padres. En el ultimo ano conoci a Colin. Colin. Alto, moreno. El sueno de cualquier mujer, pero no mio. Sali con el porque era guapo, atractivo y tenia una sonrisa bonita. Y era muy insistente. Me enviaba flores, regalos, globos hasta que dije que si. No queria salir con el porque no tenia tiempo y porque no habia lugar para hombres ni en mi vida ni en mi corazon. Pero al final lo hice, salimos unos meses y cuando tuve problemas con el alquiler de mi apartamento Colin me ofrecio el suyo. Me llevo a conocer a su familia que eran buenas personas, eso si ignoramos a su hermana adoptiva, Iris. Esa mujer era una perra malvada, una mujer adulta comportandose como una nina malcriada. Eso fue el dia antes de la tercera vez. La tercera vez que me desperte triste y asustada. Llame a Colin, pero tenia una reunion importante y no me devolvio la llamada. Fui al trabajo como siempre sabiendo que no podia impedir al destino hacer lo suyo. Iba a pasar lo que tenia que pasar. Por eso cuando volvia del trabajo y vi a la mujer al lado del coche en medio de una carretera no lo dude. Era de noche en un barrio peligroso y la vi tan desesperada que decidi parar y ofrecerle mi ayuda. Al llegar a su lado un escalofrio me recorrio y supe que Colin no estaba en peligro, pero yo si. Extranamente no tuve miedo, no tenia miedo a la muerte y nadie iba a llorar por mi. Por fin iba a estar con mis padres. Senti al hombre acercarse, agarrarme y tapar mi nariz con un trapo. Le di la bienvenida a la oscuridad y cuando desperte el dia siguiente en una jaula en una sala que parecia un sotano me permiti sentir miedo. La pesadilla habia comenzado, una que iba a durar un ano y cambiaria mi vida para siempre. Durante dos meses estuve sola. Grite. Llore. Suplique. La unica persona que venia para traerme comida era un hombre aterrador. Alto, fornido y espeluznante. Odiaba la manera en que me miraba, odiaba sentir sus ojos recorrer mi cuerpo, odiaba el miedo que me paralizaba al escuchar el sonido que hacia la puerta al abrirse. Espere, ?que? No lo sabia. Algo o alguien que me diria porque estaba ahi o que podria hacer para volver a casa. Pense que podria ser un secuestro para pedirle dinero o algo mas a Colin, pero pasaron dias y dias y me di cuenta de que si eso era lo que estaba pasando el no habia pagado el rescate. Lo odie. Sin importar cuanto lo intente no consegui averiguar la razon, si no era Colin, ?entonces que era? Yo era una persona no muy sociable, me gustaba la soledad, la tranquilidad, sentarme a leer un libro y viajar a otros mundos. Pero tenia cuidado con los que me rodeaban, vecinos, companeros de trabajo, conocidos. Era amable con todos y nunca hice nada para merecer terminar encerrada en una jaula como los perros. Sin importar cuantas vueltas le daba llegaba a la misma conclusion, Colin. El era rico y yo era su novia, algo haria el para ganarse el odio de la persona equivocada con la mala suerte de que me toco pagar a mi. Dias, semanas despues la luz se encendio en medio de la noche, al menos lo que yo suponia que era noche ya que la luz se apagaba y encendia automaticamente cada periodo de tiempo. Fingi dormir en mi colchon, tapada con una manta mientras mi corazon latia listo para saltar de mi pecho. Escuche los pasos del hombre y otro ruido mas, como arrastrando algo pesado. Abri los ojos solo un poco para ver que pasaba y lo vi metiendo a una mujer en otra de las jaulas. Ella no estaba muerta a pesar de verse de esa manera, si lo fuera no la encerraria, ?no? El se fue y me quede despierta esperando a que la mujer abriera los ojos. Espere mucho, horas interminables hasta que ella se desperto. Sarah, joven y guapa, alta y con el rubio rojizo mas espectacular que he visto, de ojos verdes y el cutis perfecto, era una mujer hermosa. El tipo de mujer que volvia locos a los hombres nada mas entrar en una habitacion. Ella tampoco tenia idea por que la habian secuestrado, paso por lo mismo que yo. Grito, lloro y luego se quedo callada hecha un ovillo en su jaula. Poco despues, igual que habia pasado con Sarah, el hombre llego en medio de la noche con otra mujer. Inconsciente a causa de lo que sea que el hombre usaba para dormirlas. Por lo que recordaba Sarah usaba el mismo metodo de la pobre mujer con el coche averiado. Todas caimos en la trampa y me gustaria saber en que pensaba esa mujer cuando esperaba ahi tranquila sabiendo que ayudaba a un monstruo a hacer dano a otras mujeres. Me pregunto si lo que le hubiera pagado valia la pena, si podia dormir por la noche. La tercera mujer tardo muy poco en despertarse. Liz era su nombre y adivina quien era ella. Otra novia de Colin, exnovia como Sarah y actual novia como yo. En ese momento no quedaron dudas, lo que sea que nos habia llevado a ese sotano era por el. Liz tenia una teoria un poco espeluznante, como que a Colin le gustaba tener a las mujeres de su vida encerradas para disfrutarlas cuando y como le daba la gana. No le dije que yo llevaba meses ahi y nada habia pasado

  • Esa sencilla palabra de Cath Crowley

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    Rachel y Henry son amigos desde siempre. Juntos han compartido lecturas y confidencias durante horas en la libreria de la familia de el, la maravillosa Howling Books, en cuyas estanterias habitan las mas hermosas historias. Pero Rachel quiere ser algo mas, y no sabe como decirlo… Para colmo, Henry esta enamorado hasta los huesos de alguien que no le conviene.

  • Siete inviernos despues de Francisco Villegas Rodriguez

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    La doctora paseaba con calma entre el ajetreo del final de la tarde hacia la parada del autobus. La brisa, algo mas fresca a esa hora, se colaba entre las casas del residencial saturada de aroma a brotes verdes. Se hizo a un lado, sin llegar a detenerse, para esquivar a dos chavales que se perseguian entre carcajadas, y contemplo con agrado los tonos rojizos y azules del anochecer mientras las farolas de la calle ganaban en intensidad. Inspiro un par de veces para disfrutar de la sensacion. Procedente de alguna casa cercana una musica violenta ponia la nota discordante, pero cuando el volumen comenzaba a resultar molesto se desvanecio de repente. En el silencio, le parecio escuchar un grito que pedia auxilio. Se detuvo atenta. El grito se repitio desesperado: <>. Por encima de la valla, a su izquierda, un hombre junto a un ventanal abierto se agarraba la cabeza y volvia a gritar. Sin pensarlo demasiado empujo la cancela y recorrio a toda prisa el camino de grava que ascendia por el cesped. --Soy medico --dijo al llegar junto al hombre--, ?que le pasa? --Lo sujeto por los brazos. --!Es mi hijo! --exclamo espantado, la mirada vuelta hacia el salon. --!Calmese! --Tuvo que zarandearlo un poco--. ?Donde esta su hijo? El hombre senalo tras el ventanal y cuando ella entro, a la tenue luz de un par de lamparas pudo ver dos cuerpos tendidos en el suelo. Uno de mujer, con el vestido subido hasta el pecho dejando a la vista la ropa interior, la cara congestionada vuelta hacia ella y los ojos demasiado abiertos pero sin ver. A un par de metros, un muchacho tumbado boca arriba con un charco de sangre que se extendia bajo su cabeza respiraba con dificultad. Se arrodillo a su lado y le cogio la muneca; habia pulso, aunque debil. Se volvio hacia la puerta. Junto al padre habia un par de vecinos mas. --Avisen al enfermero del centro de salud --ordeno--, que venga con la mochila de parada, y a emergencias, digan que hemos comenzado la reanimacion. !Y a la policia! --grito cuando los otros dos ya se alejaban hacia la calle. El padre se acuclillo a su lado. Lloraba. --Dios mio, no, no dejes que muera. --!Digame como se llama su hijo! --Leandro, se llama Leandro. La respiracion del chaval sonaba a burbujas. Le abrio la boca y le limpio los restos de algo espeso. Mientras actuaba no cesaba de repetir como un mantra el nombre del nino. El pulso seguia debil y cuando paso una mano por detras de la cabeza una parte del craneo cedio bajo sus dedos; al retirarla estaba cubierta de sangre. Mando al padre a por una toalla limpia y se la coloco con cuidado bajo la cabeza. --No lo vamos a mover hasta que lleguen los sanitarios --dijo mientras con disimulo se limpiaba la mano en el pantalon. Se acerco a la mujer para asegurarse y regreso junto al nino. Un policia local muy joven se asomo por la hoja abierta del ventanal. --?Que ocurre...? --comenzo con voz segura, aunque al ver el cadaver se interrumpio en seco con una mano en la boca y la cara tan palida que la doctora temio que se fuera a desmayar. --Oiga --le dijo--. !Oiga! --Consiguio que apartara los ojos de la muerta. --?Que ha pasado? --volvio a preguntar con voz temblorosa y la mano aferrada al marco. --Alguien los ha atacado --explico ella--. La mujer ha muerto. --Por el padre, evito decir que el nino estaba muy mal--. ?Puede confirmar que se ha dado el aviso a emergencias? El policia parecio agradecer la sugerencia y salio. Al instante la sirena de una ambulancia se escucho cada vez mas cercana hasta detenerse frente a la casa y el equipo de emergencias entro escoltado por el mismo policia, seguidos por el enfermero de su consulta. Ella les resumio la situacion y comenzaron a estabilizar al nino. Se aparto unos pasos hacia el padre, que desde cierta distancia contemplaba al muchacho mientras los de emergencias se ocupaban de el. Las lagrimas brotaban mansas, mezcladas en la mejilla derecha con la sangre que goteaba de cuatro aranazos paralelos bastante profundos. Quiso saber como se los habia hecho, pero el, absorto en su hijo, no parecio escucharla. --?Se pondra bien? --pregunto sin desviar la mirada. Ella lo miro de lado sin saber que responder. Fuera ya habia oscurecido; el reflejo anaranjado de las luces de la ambulancia iluminaba intermitente el techo del salon y entrecortaba los movimientos de los presentes, como si la alarma de incendios se hubiese disparado en mitad de una representacion. Miro a su alrededor mientras una angustiosa sensacion de futilidad le oprimia la garganta y tuvo la acuciante necesidad de curar los aranazos de la cara de aquel hombre. --Esta en buenas manos, seguro que si --mintio mientras empapaba una gasa. Martes, 6 de mayo de 2008 * 21:50 h Empujado por la calida brisa, el visillo proyectaba una inquieta mancha de luz con un vaiven como el de las olas en una orilla lejana. La pantalla de un telefono olvidado sobre la mesilla de noche refulgia con la cadencia irregular de un faro averiado cada vez que la mancha de luz lo salpicaba. La cortina se apaciguo y el telefono, contagiado por la urgencia de la llamada, desperto con exigente zumbido y emprendio un insensato viaje por encima del tablero. A tres dedos del filo, la vibracion se detuvo y dejo en el ambiente la calma de un mal presagio. Un instante despues, resuelto, el movil reanudo su danza. El tono de llamada se interrumpio con un chasquido. --Si. --?Ernesto...? --Un hilo de voz temblorosa. De fondo, otras voces; en la distancia, una sirena. --?Estefano? --Preocupado--. ?Eres tu, Estefano? ?Estas bien? --Han matado a Blanca. --Una pausa--. Leandro esta malherido. --Otra pausa, un sollozo--. Lo llevan al hospital. --!Dios mio! Pero, ?que os ha pasado? --Yo... no lo se. --Una voz distante le ordenaba poner fin a la llamada--. Ahora no puedo hablar. ?Puedes ir al hospital hasta que yo llegue? Viernes, 13 de enero de 2017 * 21:30 h Ernesto Perez Quiroga se despidio de su ultimo paciente de la tarde. Cerro la libreta, desconecto el ordenador y salio al recibidor con la bufanda en el cuello y su abrigo largo y negro sobre el brazo. --Que tenga un buen fin de semana, doctor Quiroga --dijo la secretaria con una sonrisa. --Igualmente, Carolina --respondio el tirando de la puerta--. Hasta el lunes. Hacia mucho frio esa noche, y el contraste de las calles ahora vacias y en penumbra con el bullicio y la iluminacion de la recien terminada Navidad acentuaba la gelida sensacion. Para el frio del invierno, Ernesto se calzo los guantes y se ajusto el cuello del abrigo; para mitigar el de dentro, sin pararse a pensarlo, decidio que era el momento de comprar un teleobjetivo que acechaba desde hacia meses. Con esa idea consiguio hacer a un lado la anoranza de otras Navidades y disfrutar del paseo. Le gustaba el frio; le gustaba pasear bien abrigado por las calles de Granada en invierno y volver despues al calor de un buen fuego en la chimenea, un te negro bien caliente y una buena novela. En algunas ocasiones, de rodillas frente al toril de sus recuerdos, se atrevia a abrir el porton y reconocer, al compas de las cornadas, que todo aquello no eran mas que los sustitutos de un hogar y una familia. Tiempo atras, poco despues de la muerte de Estefano y su propio divorcio, pensar en eso le resultaba demasiado doloroso. Aun asi, mas a menudo de lo saludable, se deslizaba con cruel determinacion hacia ese espinoso paisaje, forastero entre las lapidas de su pasado, como si hurgar en ese dolor y paladear su sabor amargo fuese un perverso antidoto contra el olvido. Pasaron los anos, las llagas cicatrizaron y el pesar por sus perdidas, igual que la punzada de un hueso roto en dias de lluvia, quedo reservado solo para fechas senaladas, como un recordatorio en el almanaque de la cocina o una pregunta sin responder. Y asi, excepcion hecha de esos aniversarios de venerada melancolia, su vida transcurria placida y previsible con la tranquilidad de quien, por fin, ha aceptado que algunos lugares no son para el. Cruzaba Trinidad en diagonal hacia calle Duquesa cuando noto la vibracion del movil en el bolsillo de su camisa. El aire helado se le colo hasta el pecho al desabrochar el abrigo para alcanzar el telefono.

  • El camino de Chuang Tzu de Thomas Merton

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    El especial caracter de este libro exige una explicacion. Los textos de Chuang Tzu * aqui reunidos son el resultado de cinco anos de lectura, estudio, anotacion y meditacion. Las notas han adquirido con el tiempo su propia forma y han terminado siendo como quien dice, <>, o mejor dicho, libres lecturas interpretativas de los pasajes caracteristicos que me han llamado especialmente la atencion. Estas <> a mi manera, son el producto de una comparacion de cuatro de las mejores traducciones de Chuang Tzu en lenguas occidentales, dos en ingles, una en frances y otra en aleman. Leyendolas encontre diferencias muy notorias y pronto me di cuenta de que todos los que han traducido a Chuang Tzu han tenido que hacer bastantes conjeturas. Estas reflejan no solamente el grado de su conocimiento del chino, sino tambien su propia comprension del misterioso <> descrito por un Maestro que escribio en Asia hace aproximadamente dos mil quinientos anos. Como solo conozco unos pocos caracteres chinos, es evidente que yo no soy un traductor. Estas <> no son por consiguiente intentos de fiel reproduccion, sino aventuras de interpretacion personal y espiritual. Inevitablemente, cualquier version de Chuang Tzu tiene que ser muy personal. Aunque en lo referente a erudicion, ni siquiera soy un enano sobre los hombros de esos cuatro gigantes, y aunque no todas mis versiones puedan calificarse como <>, creo que cierto tipo de lector disfrutara de mi intuitiva aproximacion a un pensador que es a la vez sutil, entretenido, provocativo y no facil de captar. Esto lo creo, no con fe ciega, sino porque los que han leido mi manuscrito lo han encontrado de su gusto y me han estimulado a publicarlo. De modo que aunque no creo que este libro merezca censura, si alguien desea ser desagradable respecto a el, puede culpar, a la par mia, a mis amigos, especialmente al doctor John Wu, mi principal animador y complice, cuya asistencia me ha sido de muchas maneras utilisima. Vamos juntos en esto. Y podria tambien anadir que escribir este libro me ha dado mas gusto que ningun otro de los que recuerdo. Asi es que me confieso pertinaz impenitente. Mis tratos con Chuang Tzu me han sido de lo mas satisfactorios. John tiene la teoria de que en <> fui un monje chino. Yo no se nada de eso y, por supuesto, me apresuro a tranquilizarlos a todos asegurandoles que no creo en la reencarnacion (como tampoco el). Pero si he sido monje cristiano casi veinticinco anos, y con el tiempo, asi se llega inevitablemente a ver la vida desde un punto de vista que ha sido comun entre los solitarios y reclusos de todas las epocas y culturas. Podemos discutir sobre la tesis de que todo monacato, cristiano o no cristiano, esencialmente es uno. Yo creo que el monacato cristiano tiene evidentes caracteristicas propias. Sin embargo, hay un modo de ver comun a todos los que han resuelto poner en cuestion el valor de una vida enteramente sometida a arbitrarias proposiciones seculares, dictada por convencionalismos sociales y dedicada a buscar satisfacciones personales que quiza no son mas que un espejismo. Cualquiera que sea el valor de la vida en el mundo, han existido en todas las culturas personas que aseguraban haber hallado en la soledad algo que preferian a todo lo demas. San Agustin hizo una vez una afirmacion algo atrevida (que matizo mas tarde), diciendo: <> (De vera religione , 10). Seria desde luego una exageracion llamar <> a Chuang Tzu y no es mi intencion perder tiempo en especular sobre posibles rudimentos de teologia que se podrian descubrir en sus misteriosas declaraciones sobre el Tao. Este libro no intenta probar nada, ni convencer a nadie de algo que ya desde antes no tenga por cierto. En otras palabras, no es una nueva sutileza apologetica (como tampoco un acto de prestidigitacion jesuitica) en que por arte de magia se sacaran conejos cristianos de un sombrero taoista. Simplemente me gusta Chuang Tzu por ser lo que es y no siento ninguna necesidad de justificar esta aficion ni ante mi mismo ni ante nadie. Es demasiado grande para necesitar de mis excusas. Si san Agustin podia leer a Plotino y si santo Tomas podia leer a Aristoteles y Averroes (ambos sin duda mucho mas distantes del cristianismo que Chuang Tzu) y si Teilhard de Chardin podia hacer uso abundante de Marx y Engels en su sintesis, me parece que puedo ser perdonado por congeniar con un solitario chino que comparte el clima y la paz de mi propia forma de soledad y que es mi tipo de persona. Su temperamento filosofico es a mi parecer profundamente original y sano. Puede ser, por supuesto, malentendido. Pero es basicamente sencillo y directo. Como sucede siempre con el mejor pensamiento filosofico, trata de penetrar inmediatamente al corazon de las cosas. Chuang Tzu no se interesa en palabras y formulas acerca de la realidad, sino en la aprehension directa de la misma realidad. Tal aprehension es necesariamente oscura y se presta al analisis abstracto. Puede ser presentada en una parabola, una fabula, una divertida anecdota sobre una conversacion entre un par de filosofos. No todas las historietas son necesariamente del propio Chuang Tzu. En realidad algunas son sobre el. Su libro es una compilacion en la que algunos capitulos son casi seguramente del propio Maestro, pero muchos otros, especialmente los mas tardios, se deben a sus discipulos. En su totalidad el libro de Chuang Tzu es una antologia del pensamiento, el humor, los chismes y la ironia que corrian en los circulos taoistas de la mejor epoca, los siglos IV y III a. C. Pero el conjunto de la ensenanza, el <> contenido en estas anecdotas, poemas y meditaciones es el caracteristico de cierta mentalidad que se encuentra en todas partes del mundo, cierto gusto por la sencillez, la humildad, la no afirmacion de si mismo, el silencio y en general el rehusar tomar en serio la agresividad, la ambicion, el empuje y la autoimportancia que hay que desplegar para avanzar en la sociedad. Este otro, en cambio, es un <> que prefiere no llegar a ninguna parte en este mundo y ni siquiera en el terreno de algun supuesto logro espiritual. El libro de la Biblia que mas se parece a los clasicos taoistas es el Eclesiastes. Pero tambien hay mucho en la ensenanza de los evangelios sobre la simplicidad, la infancia espiritual y la humildad que corresponde a las aspiraciones mas profundas del libro de Chuang Tzu y del Tao Te Ching . John Wu lo ha hecho notar en un notable ensayo sobre santa Teresa de Liseux y el taoismo, proximo a publicarse en un libro, junto con su estudio sobre Chuang Tzu. El Eclesiastes es un libro de la tierra, y la etica del Evangelio es una etica de la revelacion hecha en la tierra por un Dios encarnado. El <> de Teresa de Lisieux es una explicita renuncia a toda espiritualidad exaltada y desencarnada que divida al hombre contra si mismo, una mitad en el ambito de los angeles y otra mitad en un infierno terrestre. Para Chuang Tzu, como para el Evangelio, perder uno su vida es salvarla y pretender salvarla para uno mismo es perderla. Hay una afirmacion del mundo que es solo ruina y perdida. Hay una renunciacion del mundo que encuentra al hombre y lo salva en su propia casa, que es el mundo de Dios. En todo caso, el <> de Chuang Tzu es misterioso porque es tan sencillo que bien puede desenvolverse sin ser ni siquiera camino. Mucho menos <>. Chuang Tzu habria estado de acuerdo con san Juan de la Cruz en que se entra por ese camino cuando se abandona todo camino y, en cierto modo, se pierde uno. Abadia de Getsemani Pentecostes, 1965 * Chuang Tzu, Lao Tse, Mo Ti, Hui Tzu... son las transcripciones foneticas en el antiguo sistema de romanizacion del chino mandarin, que hemos decidido respetar siguiendo la traduccion de Jose Coronel Urtecho. Su equivalente en el sistema actual (pinyin ) es Zhuang zi, Lao zi, Mo zi, Hui zi... (N. del. E.)

  • Matar al millonario (Cuentos largos de cafe 2) de Jorge Sacha

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    ?Que es lo que hace una recien graduada en historia del arte en su viaje de fin de curso a Florencia? Lo que haria cualquier turista: asesinar a un italiano septuagenario y millonario. Pero si le anadimos que la asesina se enamora locamente de el, y que aun asi lo mata, la cosa cambia. Libro de cuentos que tratan tematicas de rabiosa actualidad, como los idilios con los muertos, la apreciacion del arte moderno, la inhumacion de basura en el jardin y la miniaturizacion humana.

  • El diario (Preciado secreto 2) de Mariela Saravia

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    Charleston, 1910 Iba de regreso a casa con el corazon convulsionado y la mirada llena de nostalgia. Pensaba en los tantos secretos que descubriria en el diario de mi madre, pero lo poco que supe en aquellas tres cartas, fue lo que me dejo con una tremenda urgencia por responder diversas preguntas, entre ellas: ?Que habia pasado con mi madre, despues de que Arthur se fuera de casa? ?Logro mi padre trabajar de medico y casarse como siempre habia sonado? ?Que habia sido de la familia de Arthur y de sus hermanas? Entonces recorde aquellos anos, cuando mi madre me llevo a un hotel en New York, recorde aquel hombre apuesto de unos cuarenta anos, que a pesar de su porte atractivo, parecia mucho mayor. Dentro de sus ojos se agitaba con esfuerzo una llama de ilusion por la vida y sus labios inexpresivos, formaron una calida sonrisa tras observarme caminar de la mano de mi madre. El salon era muy amplio pero para Francis y para mi, solo existia aquel hombre al que mi madre saludo con cierta distancia fingida. Luego me lo presento como un viejo amigo. Ansiaba leer el resto de las cartas que con suerte, desenmaranarian todo aquel lio, a la vez que tambien anhelaba conversar con mi esposo, sobre mi pasado al fin resuelto. Mi vida y la de mis padres, se resumia apretada en unas cuantas letras. Me pregunte entonces: ?Sera posible algun dia contar esta historia y enviarla a la imprenta, para que se conozca en toda nacion el poder de lo que significa, cargar a cuestas con un amor prohibido, un preciado secreto? Entonces al entrar a casa y recibir su aroma tan caracteristico; al mirar a mis dos hijas corriendo por el jardin, volvi a recordar aquella frase: "para el verdadero amor, no hay edad... para los placeres de la vida no hay tiempo. Y para ser madre, solo basta con tener un corazon capaz de cargar con un hijo por el resto de su vida" Entre al salon, con los pies hinchados y el cuerpo adolorido. Eran las dos de la tarde de un domingo del mes de octubre. La casa estaba en silencio, salvo por los sonidos caracteristicos de aquel clima otonal. Beatriz me seguia a mis espaldas, dando ordenes al resto de sirvientes para que se encargaran de llevar la ropa sucia a la lavanderia, y despues subir los baules al dormitorio. Estaba ansiosa por comenzar a leer el diario de mi madre, antes de leer el resto de cartas las cuales tampoco eran muchas. Pense que en ese orden me seria mas facil comprenderlo todo. --!Que alegria que estes de vuelta Maddy!-- saludo mi esposo ilusionado, sacandome de mis cavilaciones. Mire sus ojos centelleantes en felicidad y su sonrisa picara que tanto me agradaba --Te extrane mucho. Le sonrei de vuelta, y me aferre a su cuerpo. Cuanto extranaba su calor, su aroma. Me sentia muy sensible despues de pensar en mi madre y recorrer aquellos tramos del sur. --Yo tambien carino-- le salude con un beso dulce en los labios. De no haber estado tan cansada por el viaje, hubiera sido un saludo mas efusivo, pero Roger estaba tan feliz de tenerme de vuelta, que no le importo como le saludara --Fue una larga semana. Ya ordene los papeles con el abogado y ahora la casa es nuestra. Bueno de nuestras hijas. Roger sonrio de nuevo, marcandosele dos hoyuelos bajo los ojos, justo a cada lado de sus pomulos. --Me agrada saberlo Maddy, estoy seguro de que tu madre esta muy orgullosa desde donde te mira. ?Descubriste algo nuevo? Es que te noto algo preocupada. --Si, en realidad descubri mas cosas de las que esperaba. Pero no quisiera contarte nada todavia, hasta no estar segura. Tengo la cabeza hecha un lio y hasta creo que he comenzado a sacar conclusiones erroneas. --Tu y tu cabecita creativa-- dijo simpatico acariciandome las cienes --Me enamora tanto esa imaginacion con la que has nacido-- Roger me beso carinoso la frente, y luego de soltar mis manos, me hizo un masaje en los hombros. Acerco su rostro al mio y susurro: --No te canses mucho querida, estare en la oficina por si me necesitas. Asenti un tanto distraida. Me lleve el diario de mi madre a la terraza y me deje caer en el sillon floreado. El viento proximo al invierno soplaba con poder en mi rostro, agitandome el cabello y los vuelos del vestido. Las hojas del jardin se elevaban sobre el suelo, y volaban por el cielo como papeles de tafetan. Me acomode mejor en el asiento y comence a leer. &&& Richmond, 1866 La casa estaba tan vacia sin la presencia de Arthur, que por un momento comence a mirarlo y a sentirlo en cada rincon de la cabana. Por las noches sentia como se acercaba a mi cuerpo, para arroparme como lo hizo durante tres anos. Olia su perfume al despertar y dormia con su recuerdo cada noche. Pensaba donde se encontraba y como se sentia, si aun me extranaba o si ya me habia olvidado. Otras veces me culpaba por haberlo sacado asi de mi vida, si era lo unico bueno que me habia pasado en anos, pero no podia ser tan egoista. El tenia un futuro por vivir, suenos que deseaba cumplir y no me perdonaria jamas, ser la causa que termino con ellos. Cerre los ojos mientras las gruesas lagrimas me salian a borbotones por los ojos, recorde la forma tan cruel de echarlo fuera de mi vida. Me partio el corazon, lo saque como si fuera una basura. Pero estaba llena de miedo, y debia parecer fuerte e insensible aunque por dentro me moria de pesar. Lo nuestro no tenia futuro, aunque durante esos anos crei ingenuamente que el amor podia contra cualquier adversidad. Imposible era sacarme de la cabeza aquella triste y real vision. Una realidad que me hizo despertar de un sueno, al comprender que Arthur estaba en la flor de la vida y que merecia algo mas que solo unos cuantos momentos romanticos. --!Debes marcharte! Dije sin permitir que la tristeza se reflejara en mis ojos, o me quebrara la voz. El rostro de Arthur cambio de gesto, petrificandose en una masa de piedra. --?Porque?-- pregunto alterado y sorprendido. Dejo caer el hacha a sus pies y el pollo que iba a degollar para el almuerzo, salio revoloteando feliz de que le perdonaran la vida-Yo te amo Francesca-- dijo aferrandose a mis manos, deseoso de abrazarme en esos momentos y fundirse con mi cuerpo para que nada jamas nos separase --No puedes sacarme asi de tu vida-- sus ojos se aguaron y su frente se contrajo en arrugas prematuras. Me aleje todo cuanto pude de su cuerpo, para no arrepentirme de aquello que estaba haciendo. Pero Arthur se acerco mas a mi, acorralandome entre el arbol y una de las paredes de la cabana --Dime Francis, ?Por que quieres que me vaya?-- hablo cerca de mi rostro, intentando convencerme de mi error, tras un beso que negue al apartar mi rostro --Dios... dime ?Que voy a hacer sin ti? --!Arthur...!-- susurre acercandome a el. Apoye mi frente contra su pecho y deje que su tibieza me aquietara un poco --Respondeme solo una pregunta, ?Que haras en unos anos cuando yo sea una anciana y tengas que cuidarme como si fuera tu propia madre?-- el rostro de Arthur palidecio tanto como sus labios. Tornandose en un espectro ya sin vida. Apreto los labios con fuerza, haciendo de aquella sonrisa que tanto me gustaba, una linea inexpresiva-Dimelo-- demande con la voz llena de rabia --?Has pensado en ello aunque sea una sola vez? --No, perdoname... Francis, pero eso... --!Callate Arthur! No digas nada. Yo si lo pense y lo pienso cada dia-- mi voz parecia un ecualizador danado, subia de tono y otras veces bajaba mucho la frecuencia --A cada momento... Lo nuestro es un yugo que me carcome como un cancer, a la vez que el amor le acompana remendando sus atrocidades. ?Crees que esto es justo para ambos? Vivir una fantasia, un sueno que para mi no sera otra cosa mas que solo un secreto. Mi secreto mas ansiado y con el que morire sin contarlo a nadie. --Perdoname, perdoname Francis por amarte tanto. Por no ser mas viejo...-- Arthur se dejo caer al suelo de rodillas derrotado, y sumergio sus lagrimas dentro de sus palmas ennegrecidas por la tierra --No habia pensado en eso. Yo solo disfrutaba cada momento contigo como si fuera mi ultimo respiro-- No pudo terminar de hablar; me acerque a su cuerpo y me coloque a su mismo nivel. Sus labios se prensaron de los mios para callarme con un beso apasionado y lleno de encanto. Mis piernas temblaron, agitadas y mis labios deseosos de fundirse una ultima vez con sus labios, pero me aparte-No me abandones Francis, te lo suplico. Me levante del suelo y corri para escudarme con el unico arbol que tenia cerca. --No me pidas lo imposible Arthur-- exprese asomando parte de mi rostro abatido, ahora banado en lagrimas --Me costo mucho tomar esta decision y no pienso retractarme-- me gire en mis talones dandole la espalda para llorar con mis ojos perdidos en la lejania --Sobre la cama esta tu equipaje, llevate toda la ropa de Jonathan, y cumple tu sueno de ser medico. Casate por amor y ten muchos hijos. Los hijos que jamas podre darte. Permaneci un rato aferrada a la corteza del arbol, luego una energia me invito a pasar dentro de casa y permanecer en un rincon de la cocina. Quizas para mirar por ultima vez y de reojo, al unico hombre que habia amado en toda mi vida. Ahora era una mujer de cuarenta y tres anos, con el alma pesada y todo el agobio de la vida misma, presionando contra mi pecho. De los escasos vecinos que quedaban en el pueblo, habia dejado de relacionarme con ellos. Despues de mi amorio con Arthur, ya no me miraban con muy buenos ojos. Mucho menos ahora que en mi vientre prominente y redondo, crecia nuestro hijo. Seguia haciendo el trabajo de la granja con grandes esfuerzos, el embarazo me habia traido mas desgracias que bendicion. Aun cuando el bebe que esperaba, fuera lo unico que me quedaba de Arthur. Trabajaba de sol a sol, labrando la tierra para nuevas siembras, recogiendo huevos, ordenando las vacas, matando pollos. Vendiendo huevos y leche a quienes desearan comprarla para el norte. Era un oficio esclarecedor, como si fuera mi propia esclava, aunque de cierto modo si lo era. Era prisionera de mi dolor, soledad y recuerdos.

  • Sesion nocturna de Michael Connelly

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    Renee Ballard trabaja en el turno de noche en Hollywood. Empieza muchas investigaciones, pero no termina ninguna, porque cada manana entrega sus casos a los detectives del turno de dia. A la que fuera prometedora detective le han asignado ese puesto como castigo despues de presentar una demanda por acoso sexual contra un superior.
    Sin embargo, una noche le tocan dos casos de los que no quiere desprenderse: la brutal paliza a una prostituta que es abandonada y dada por muerta en un aparcamiento, y el asesinato de una joven camarera durante un tiroteo en un club nocturno. Ballard esta decidida a no renunciar a los casos al amanecer. Contra las ordenes y los deseos de su propio companero, se dedica a ambas investigaciones de dia mientras cumple con su turno de noche. Los casos se complican y acercan a Ballard a sus propios demonios y a la razon por la que no renunciara al trabajo por mas dificultades que le ponga el departamento.

  • El Automovil Club de Egipto de Alaa Al Aswany

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  • Afterburn de Sylvia Day

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    Darme cuenta de que seguia colada por Jax fue un mal trago. Solo habia formado parte de mi vida cinco semanas, hacia dos anos. Pero ahora habia vuelto. Se habia entrometido en un acuerdo de negocios que me habia costado mucho conseguir. Y, Dios mio, estaba guapisimo. Sus ojos eran de un marron tan oscuro que parecian casi negros. Rodeados por densas pestanas, eran de una intensidad implacable. ?De veras me habian parecido alguna vez dulces y tiernos? Jackson Rutledge no tenia nada de tierno. Era un hombre experimentado y cruel, hecho de una pasta muy dura. En ese momento comprendi cuanto deseaba desvelar el misterio de Jax. Tanto que no me importaba lo que fuera a costarme.

  • Cuando no esperaba tu amor de Anna S. Segura

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    !Tienes un flechazo! ?Lo aceptas?Todo empezo como un reto en aquella web de contactos, como un juego que podia resultar divertido, pero pronto Aaron descubrio que el destino habia puesto a Noelia en su camino por algo.Ella parecia una chica diferente, especial. Lo intuyo en esa mirada que lo cautivo desde el primer momento.Pero Aaron no estaba preparado para el amor. Su corazon aun guardaba las cicatrices y el dolor del desengano.Cuando Noelia lo invita a pasar unos dias en Estocolmo le suena a locura, pero Aaron se lanza a la mayor aventura de su vida.Sin mucho que perder y poco por ganar se adentrara en un pais desconocido para encontrarse con la supuesta mujer de su vida.?Sera tan real como dice? ?Escondera algo Noelia?El amor esta mas cerca de ellos de lo que imaginan, pero tambien las mentiras y la desconfianza.El tiempo jugara en su contra. Tan solo tienen que abrir los ojos y dejarse llevar por sus sentimientos.?Aceptaran ese reto?Amor, pasion, y locura en una romantica historia que te conquistara el corazon.

  • Un amor a la italiana de Norah Carter, Monika Hoff, Patrick Norton

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    Ya estaba montada en el avion. No habia vuelta atras porque la decision ya estaba tomada. Dejaba atras veinticinco anos de mi vida viviendo bajo el techo familiar. Me habian ofrecido un puesto de trabajo en Roma por un ano. Ni siquiera lo pense. Se lo comente a mi familia y, aunque les daba pena que me fuese de Espana por un ano, comprendian que era una oportunidad unica. --Ciao -- dijo una voz masculina. Levante la cabeza para comprobar que era un chico que se iba a sentar al lado de mi, pero, ?por que me decia adios? !Ni que yo me fuese a mover! Mira que era guapo aquel chaval, pero me puso de mal humor. --No, no me voy a mover, este es mi sitio asignado -- dije sonriendo ironicamente. --No le dije que se fuese -- dijo con ese acento italiano tan sensual. --Me has dicho Ciao... --Es un saludo. ?Que tiene de malo? -- dijo sonriendo mientras se sentaba. --Ciao es adios... --Ciao es una palabra italiana y se usa como saludo o despedida indistintamente -- dijo guinando el ojo a la vez que se quitaba el sombrero de paja que llevaba y le quedaba tan bonito. Ahora dejaba al descubierto una media melena preciosa. --Pues siempre entendi que era a modo despedida. --Se nota que no has estado en Italia y que es la primera vez que vas a ir. --Si, pero imagino que me dara tiempo a terminar hablando hasta italiano ya que vengo por un ano. --Wow, eso es genial, imagino que vas a una casa compartida con gente que conoces -- dijo de forma amigable buscando la complicidad de mis respuestas. --!Que va!, alquile un estudio pequeno para mi sola. Lo bueno es que me lo paga la empresa -- apostille poniendo una sonrisa de oreja a oreja. --Interesante todo esto que me dices. Muy interesante -- murmuro como si estuviese dandole vueltas en la cabeza a una idea. --?En que estas pensando? -- pregunte con extraneza. --Bien, te voy a dar la tarjeta de mi restaurante donde esta mi numero, tienes que ir a probar mi mejor pizza, una pizza hecha a lena. Dicen que es la mejor de toda Italia. La primera vez que vayas invita la casa y ya veras como repetiras -- volvio a guinar el ojo mientras me daba la tarjeta con un aire muy seductor. --Perfecto, si estoy invitada, fijo que voy, ?es tuyo el restaurante o eres el encargado? -- me estaba gustando hablar con aquel chico que parecia un buen conversador. --Es mio, herencia de mi padre. Trabajo alli durante muchos anos e hizo de aquel horno un lugar de referencia gastronomica en muchas guias turisticas. Eso no es facil, creeme -- manifesto con orgullo, mirandome a los ojos. --!Que bien! No debe ser facil -- apunte yo con intencion de que se sintiera comodo y siguiera hablando conmigo. --Por cierto, me llamo Alessandro. --Yo soy Amanda -- esboce una sonrisa. Me encanto aquel nombre, pues me recordaba a una de mis canciones favoritas de Lady Gaga. "Alessandro" era un nombre sugerente y sutil, un nombre que enamora y, sobre todo, si aquel joven era lo mas parecido a un actor de cine. Y lo era. Sus facciones armonicas, su menton levemente pronunciado y sus ojos oscuros no dejaban lugar a dudas. Pero yo no podia pensar ahora en ligar con un tipo del que no conocia casi nada y en un momento en el que debia preocuparme de otras cosas mucho mas importantes. Iba a vivir en un pais que no conocia, lejos de casa y de mi familia. Aunque siempre me he adaptado perfectamente a las nuevas situaciones, ahora, por un tiempo, iba a ser una extrana en un lugar que me resultaria hostil durante las primeras semanas. Era logico y eso no debia inquietarme. Pero aquel chico ... Alessandro… me estaba poniendo nerviosa y, cuando digo "nerviosa", no me refiero a un estado de ansiedad preocupante, sino mas bien a un estado de excitacion que iba creciendo segun pasaban los minutos. --?De que trabajaras? -- pregunto con interes, arrugando sus labios carnosos. --Estudie Turismo y me ha contratado una empresa receptora de espanoles para diferentes traslados, sobre todo al puerto de Civitavecchia donde han de coger sus cruceros. Tambien me encargare de recibir a los viajeros que vienen para una estancia en Roma. Creo que voy a estar bastante entretenida -- acabe riendo sin dejar de mirarlo a aquellos ojos negros y rasgados. --Me parece muy interesante. Estoy seguro de que es un trabajo muy divertido y ameno. Preparate para trabajar mucho porque Roma es un rio continuo de gente. Ademas, el turismo es una fuente de ingresos muy importante para la ciudad -- comento Alessandro con seriedad mientras yo presentia que mi vida habia cambiado ya desde el momento en que me embarque. --Bueno, tambien llegara en cada grupo el tipico quisquilloso que se queja de todo. Y eso es lo peor de esta profesion: mantener la paciencia y ser lo mas diplomatica posible cuando la gente se impacienta por cualquier motivo. --Claro, entiendo, pasa lo mismo en el restaurante. Lo bueno es tener clase para resolver ese tipo de conflictos con el mejor talante posible. Y no es facil. Es rara la semana que algun cliente no me saca de quicio con excusas tan tontas como que la pizza esta fria o que la salsa esta demasiado salada. Al final, acabo por no cobrarles para que se tranquilicen y no presenten ninguna reclamacion -- dijo con un tono ironico. --Pero se estan aprovechando de ti, Alessandro. Como se corra la voz, van a ir a tu restaurante a comer gratis a todo el que se le ocurre -- anadi yo con estupefaccion. --No. No es frecuente. No pasa todos los dias. Por suerte, la mayor parte de los clientes estan deseando probar mis platos y tengo siempre una lista de espera. Algunos turistas reservan semanas antes -- dijo con orgullo. --Lo que me cuentas es fantastico, Alessandro. Me alegro mucho por ti. Ahora ya no tengo ningun pretexto para no ir a probar tu comida. Si tienes esas listas de esperas, es que la comida debe ser exquisita -- comente yo haciendome la tonta, como si fuera una estudiante quinceanera --. Si, espero que, cuando vaya, no me pille con uno de esos dias de mal humor. En esos dias no hay Dios que me soporte y exploto enseguida por cualquier cosa -- dije encogiendo los hombros y riendo. --Una mujer con caracter -- rio el tambien. --Tampoco es para tanto. Estaba bromeando, Alessandro. --Me quedo mas tranquilo. Aunque las espanolas teneis fama de ser mujeres muy pasionales. Las italianas tambien, ?sabes? --Estoy muy ilusionada y esta conversacion me esta animando. Dejo atras a mucha gente que quiero -- comente con cierto tono de tristeza, como si buscara en aquel chico un poco de carino

  • Emma Roulotte, es usted de Norberto Luis Romero

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    El muchacho desciende del coche de linea en medio de un paramo. Esta solo, con su maleta, a la orilla del camino de tierra. El ronquido del motor se aleja a sus espaldas y el corazon se le encoge en un puno ante tanta desolacion. A un par de kilometros, unas debiles luces parecen luciernagas aletargadas. Hace frio. Se sube el cuello del abrigo, escruta la noche y decide dirigirse rumbo a las luciernagas que salpican un cielo sin estrellas ni luna. Apenas ve el camino, pero siente la tierra dura y reseca bajo la suela de sus zapatos. ?Que viene a hacer a este pueblecito abandonado de la mano de Dios, sepultado bajo un cielo inhospito?: debe entregar un paquete, y a la manana siguiente seguir su camino rumbo a otra ciudad. Reflexiona acerca de aquel extrano pedido; casi un capricho, que le retrasara el viaje, y decide tomarselo con calma; tampoco tiene demasiada prisa, pues el motivo de su desplazamiento es vago, impreciso, se diria que desconoce la verdadera razon que lo impulsa a este viaje. Pero en su fuero interno, a pesar de tanta niebla, aguarda una aventura que quiebre la rutina de su vida insipida. Sabe que todo viaje tiene algo de iniciatico y lleva implicito un renacimiento interior: partir es morir un poco, y llegar es nacer en un lugar distante al de partida, donde ni hay vinculos ni memoria. Se detiene a las puertas del pueblo, palpa en sus bolsillos y descubre, con fastidio, que perdio las senas del destinatario del paquete. No puede recordarlas: apenas se habia detenido a mirarlas. Su memoria confusa desgrana apellidos posibles. Recuerda que se trataba de un escritor, pero no retuvo las senas. Vacila un instante, ya en mitad de una calle, con la maleta abandonada a su lado. No tiene a donde dirigirse y un sabor amargo de indefension lo sobrecoge, como a un nino perdido de sus padres. Ve las ventanas cerradas, las casas y las calles sumidas en un silencio casi solemne, algun que otro perro vagabundo husmeando en los contenedores de basura, pero a ningun humano. El sentimiento de indefension se acentua, y acude a su memoria una manana lejana, cuando se separo de sus padres en unos grandes almacenes y se vio rodeado por una multitud de desconocidos, que lo observaban con incredulidad y misericordia; evoca a aquella senora gorda y amable, que se le acerco a secarle las lagrimas, y se le humedecen los ojos. Se averguenza de dejar brotar sus sentimientos, y recapacita: ya no tengo cuatro anos. Decide entonces internarse en las calles adyacentes en busca de alguna cafeteria. Son alrededor de las dos de la madrugada y todo esta cerrado. La angustia crece y con ella resurge el nino. Si al menos apareciese la mujer gorda y maternal, le diria que esta buscando a un escritor; aunque no este seguro de haberlo leido en el anverso del sobre extraviado. Va por el pueblo a lo tonto, sin hallar una mano salvadora, su Deus ex machina. Mira el reloj: lleva mas de una hora recorriendo calles penumbrosas, apenas iluminadas por farolas demasiado debiles y espaciadas, y hay rincones tan oscuros como la boca de un lobo salvaje, que lo llenan de zozobra y temor. Vuelve a evocar a la mujer gorda, y en ese instante, justo cuando esta se inclina hacia el con un panuelo inmaculado, dispuesta a enjugarle las lagrimas, oye ruidos, pero no puede ver nada por la noche tan cerrada. Es entonces cuando el autor se apiada y decide que la noche no este oscura como boca de lobo salvaje, y pone en el cielo una luna redonda y blanca. El rostro se le ilumina con un brillo de esperanza y acelera la marcha, decidido. Por fin ve un coche detenido en una esquina. Es un deportivo rojo. Se acerca y golpea suavemente el cristal de la ventanilla. En el interior, un hombre de unos cuarenta anos, delgado, con evidentes huellas de alcoholismo en sus ojos, baja ligeramente el cristal, y con un gesto mudo y agrio le pregunta que quiere. Desconcertado ante la soberbia del conductor y sin soltar su maleta, el muchacho le pregunta si conoce algun hotel o pension. El hombre se queda mirandolo fijamente y le dice que el no es de alli, que tiene mucha prisa, pues anda en busca de una muchacha llamaba Emma, para pedirle perdon, rogarle que le sugiera un titulo para su libro que, por cierto, quiere dedicarselo. Sin despedirse, aprieta el acelerador a fondo y desaparece envuelto en una nube de polvo. ?Seria este, acaso, el escritor que estaba buscando? Desconcertado, el muchacho sigue deambulando, hasta que se topa con unas vias de tren y las sigue con la certeza de que hallara una estacion en la cual, probablemente, quede algun viajero rezagado. No tarda en divisar las luces del anden a lo lejos, pero cuando llega descubre la sala de espera y las oficinas cerradas. En una pizarra lee que el proximo tren pasara a las nueve de la manana. Abatido, desea fervientemente que se le aparezca aquella mujer solicita, con el panuelo impecable, dispuesta a consolarlo; pero la soledad de la estacion es inmensa, apabullante; y la indiferencia del autor, flagrante. Resignado, se acomoda en un banco lejos de las luces, dispuesto a permanecer alli hasta que el sueno lo venza. Dentro de su desgracia tiene suerte: el frio ha disminuido y el aire se ha templado merced a un subito arranque de bondad del autor. Pone la maleta en su regazo, la abre y saca un paquete, un envoltorio de papel marron, sujeto con una fina cuerda de canamo. Lo observa por todos lados buscando las senas del presunto destinatario, pero no hay un solo trazo. Decide abrirlo (no sin remordimiento y pudor), ilusionado con hallar alguna pista. Es una caja de carton blanco, del tamano aproximado al de una de zapatos. Envuelta con sumo cuidado en fino papel de arroz, halla una segunda caja de madera lacada, con una campina inglesa y una casa humilde al fondo, oculta a medias entre frondosos robles, pintada en la tapa. Levanta el cierre de laton diminuto y la abre. Esta vacia, y en las paredes interiores lacadas de bermellon ve unas ligeras raspaduras que le hacen pensar que contuvo algo rigido y muy ajustado, acaso otra caja. Decepcionado, se apresura a cerrarla, y cuando va a envolverla, cae de entre los papeles una tarjeta de cartulina. La recoge y lee: <>. Una nota sin sentido, que no le vale de nada. Reflexiona que su intencion nunca fue mas alla de entregar el paquete, alojarse esa unica noche en casa del destinatario, y a la manana siguiente salir en el primer coche de linea rumbo a su destino final. Pero el muchacho no habia contado con la injusticia y arbitrariedad del autor: el coche de linea retrasado casi cinco horas por un desperfecto mecanico, la perdida del sobre con las senas, la noche impenetrable, esa caja vacia… Vuelve a meter el paquete en la maleta, echa un vistazo a su alrededor confirmando la desolacion y se dispone a dormir, resignado a su destino cruel, con el unico pensamiento de buscar al presunto escritor al dia siguiente, cuando los habitantes del pueblo hayan salido del sueno y la luz invada las calles. Entregara la caja y seguira su camino. A estas alturas del relato, es el autor quien se pierde en los meandros de la narracion, en su malograda estructura, es el quien se siente traicionado por la imaginacion, y no tiene la menor idea de como proseguir con la historia. Aguarda ante el teclado a que una solucion de continuidad llegue de un momento a otro como un milagro, como un Deus ex machina similar a la senora gorda de los grandes almacenes. Se ve tentado a arrojar el principio a la papelera y comenzar otro: imagina un relato interminable, confeccionado unicamente con principios; pero recuerda que ya lo hizo magistralmente Italo Calvino, deja de lado esta idea y recupera su atencion en el muchacho adormecido, abandonado a su albur sobre las rigidas tablas de madera de un banco, con la maleta bajo su cabeza a modo de almohada, y se compadece una vez mas, victima de esa confusion de sentimientos adversos hacia los personajes imaginarios, cuando estos amenazan con descontrolarse, romper el hilo sutil que los maneja y obrar a su propio albedrio. Duda entre incorporar uno nuevo o hacer que llegue el alba y con su luz brillante despeje las sombras. Tiene que escoger entre estas dos opciones, porque no se le ocurre una tercera mejor, y, sin pensarlo, opta por la primera. Ella esta alli, de pie ante al banco, con una mirada tranquila y limpia, pues parece tener conciencia de su oportuna llegada. El muchacho despierta sobresaltado, se incorpora y ensaya cierta compostura. Confundido ante esta subita presencia, se disculpa torpemente. Ella le muestra una sonrisa comprensiva. El se pone de pie, parpadea para quitarse los restos de sueno y en su mente se perfila, como un destello, la mujer de los grandes almacenes. Pero esta es joven y delgada, viste de azul palido, y lleva la cabeza tocada graciosamente con una pamela de paja. Ella toma la iniciativa, y a la par que extiende una mano timida y menuda, le dice: --Buenas noches…Soy Emma. El le sonrie. Ella advierte su desconcierto y se apresura a aclararle: --Me envia el autor. Se tranquiliza, pero reflexiona y le pregunta: --?Un hombre ojeroso, con un deportivo rojo? Dijo que buscaba a una tal Emma. --No sera a mi --contesta ella, decidida. --En ese caso…encantado de conocerla. Soy… --y se calla, vacila, porque desconoce su propio nombre. --Carlos --le dice ella. Y le tiende una mano diminuta. Carlos se sorprende y a la vez se siente reconfortado cuando conoce su propio nombre, tiene por fin una identidad y deja de ser sencillamente <>. Intenta explicarle su situacion, balbucea. --No es necesario --se anticipa ella--, se por que esta aqui, y hare cuanto este en mis manos: es muy triste ser un personaje perdido en la bruma, en las veleidades de un autor ocioso. En este punto de la narracion, el autor hace oidos sordos al comentario de la muchacha, obvia unas cuantas horas muertas entre los protagonistas y da un salto en el tiempo y el espacio: pasa la accion al dia siguiente, cuando ambos estan frente a frente, tomando un cafe en un bar. Son las seis y cinco de la manana, comienzan a pasar por la calle los primeros madrugadores. Carlos mira el paisaje a traves de los cristales del bar, y ve, por encima del hombro de su companera, que el pueblo es mas extrano de lo que le habia parecido en la oscuridad, y su estrafalaria arquitectura le parece mas una gran escenografia que un pueblo real. Ve, tambien, el sol recostado con indolencia sobre el horizonte, con su cabellera de oro desparramada sobre los campos de encarnadas amapolas, que retienen, en su corola suave, tremulas gotas de llanto nocturno. Y aunque no menciona el magnifico espectaculo que se despliega ante sus ojos, la belleza de la descripcion y la metafora del rocio tan magistralmente elaborada, hacen que Emma no se resista a dejar escapar un suspiro profundo, suspiro que se sustrae a la sagacidad de Carlos, todavia absorto en las amapolas humedas. Ella apenas habla, sabe que su presencia es arbitraria, prefiere guardar silencio y beberse a pequenos sorbos el cafe, junto a este muchacho, a estas horas intempestivas, despues de haber pasado la noche charlando con el en aquel banco incomodo, y evita pensar en lo ocurrido durante la elipsis. Tiene conciencia cabal de su casi nula existencia como personaje, de su escasa relevancia, y se ve a si misma como un simple convencionalismo literario: se identifica con uno de esos tipicos grabados alegoricos de la Salvacion, y se imagina cubierta con una suave tunica blanca, con un candil en una mano en alto, y descansando sobre una filacteria que reza: Salvatio. Al fondo del dibujo, unas almas se mueven como fantasmas sin rumbo en la penumbra, como escritores en busca de la pluma e inspiracion perdidas. <>, piensa. Carlos, en cambio, ha recobrado animos, habla mucho y no deja de agradecer a Emma su compania. Esta le sugiere que deje de buscar al destinatario del paquete, pues tiene la corazonada de que no existe, y el autor no penso en ningun momento en hacerlo figurar en el cuento. Carlos se siente desfallecer. Insiste en su obligacion de seguir buscando, pues no cree que el autor sea capaz de jugarle tan mala pasada arrojandolo, sin ton ni son, al vacio de una pagina en blanco. Emma le explica que las reglas del juego literario, de las cuales el autor es inocente debido a su torpeza narrativa, son insondables. --Seria una injusticia --se lamenta el. Y se queda pensativo, con la mirada fija en los brazos desnudos de Emma. Ella le palmea una mano, consolandolo. Esta dispuesta a ayudarlo a salir airoso. Le promete que hara lo posible por ser un buen personaje y que hablara con el autor para convencerlo de que incluya un final feliz. --Se lo agradezco --le dice el, conmovido--. Pero tengo que cumplir con mi obligacion. Abre la maleta, saca el paquete, lo desenvuelve y le ensena la caja de madera lacada. --Es preciosa. Podria entregarmela a mi, y asunto concluido. --Imposible. Busco a un escritor, y, que yo sepa, usted no lo es. --Podria haberle mentido… --No lo creo. Usted es incapaz de mentir, y no estoy en condiciones de abandonar la empresa, aunque no se como salir del paso. --Yo tampoco lo se… Hasta aqui llega mi conocimiento, el resto es pura intuicion. Solo tengo claro que estoy para ayudarlo. Y ambos se abisman en un silencio fulminante. --Quizas hiciera falta un tercer personaje --argumenta Emma. Pero se equivoca: el autor no tiene intenciones de introducirlo, ni sabe como hacerlo. Vuelven a sumirse en un silencio reflexivo. En sus rostros asoma un halo de impotencia. Estan solos y son las seis y media de la manana, en un bar y un pueblo desconocidos. --?Como que desconocido? --Carlos despierta de sus elucubraciones--. ?Acaso usted no es de aqui? --No. --?No dijo que estaba aqui para ayudarme? --Si, pero no se como hacerlo. Y no soy de este pueblo. --?De donde es, entonces? --No lo se; ese, justamente, es mi problema. De aqui, de alla… Voy con mi caravana de un sitio a otro… Probablemente soy de otro cuento. Pero, de momento, podriamos preguntar a alguien si conoce a algun escritor que viva por aqui. Es una manera de comenzar. --Si, pudiese ser… pero ahora me ha hecho dudar de su verdadera existencia --y hay un toque de amargura en su voz--. De todas formas, nada se pierde con intentarlo --resuelve, poniendose de pie y dejando un billete de cinco rublos sobre la mesa. --?Por que ese billete? --No tengo otra moneda. Lo siento --intenta explicarse Carlos, tambien desconcertado. --Ya me lo figuro --rezonga ella--, el autor ha estado leyendo a Gorki estos dias --y suspira ante semejante extravagancia. Una vez en la calle, acuerdan hacerse pasar por marido y mujer para no instigar rumores malintencionados. --Sera necesario un plan --propone Carlos, buscando un modo practico de hacer las cosas. --No hara falta: tal vez el autor ya tenga uno. Continuan sin rumbo, preguntando, mirando aqui y alla, y perciben que el autor siempre pone pueblos iguales, seguramente parecidos al de su infancia. Carlos, a pesar de la agradable compania, no deja de cavilar sobre la contrariedad del destino, aunque tambien ve en el la oportunidad de una aventura, acaso la primera de su viaje. --?Y si llamasemos a aquella casa? --Emma senala una casita que destaca del resto por su jardin lleno de rosas trepadoras que se enroscan en una pergola y estallan en multicolores capullos, como efimeros fuegos de artificio. --Ya estamos con las rosas --dice Carlos

  • Sentir (Serie Again 3) de Mona Kasten

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    Sawyer e Isaac no podrian ser mas diferentes. Ella es dura, desinhibida y aparentemente despiadada. El es timido, torpe y, con sus gafas de nerd y su ropa friki, es un desastre con las chicas.
    Desde la muerte de sus padres, Sawyer siempre se las ha tenido que arreglar sola y nunca ha permitido que nadie se acerque a ella. Y nunca se habria fijado en Isaac, pero, cuando una noche unas chicas se burlan de el, Sawyer decide actuar: sin pensarselo dos veces, lo besa delante de todos. El plan parece funcionar tan bien que deciden hacer un trato: Sawyer ayudara a Isaac a deshacerse de su reputacion de empollon, convirtiendolo en un chico malo; a cambio, ella documentara el cambio y lo usara para su proyecto de fotografia.
    Pero ese acuerdo, a primera vista inofensivo, lo cambiara todo: Sawyer volvera a sentir su corazon vibrar.

  • Cuando comiences a brillar de Keren Verna

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    ?Que existe arriba si solo hay abajo? ?Que vive mas alla de la ultima puerta si solo hay un adentro? ?Puedo comprender lo que nunca he visto? ?Como sabre su nombre?
    Anos despues de la Ultima Guerra, las dudas empujan a un joven nacido en una de las colonias especializadas, Colonia Neon, convertidas en refugio de la humanidad, a los territorios prohibidos luego de hallar un objeto extrano. Con la ayuda de un hombre, que nunca se muestra en publico, marcado como un afectado por el encierro, intentara descubrir de que se trata para comprender.
    ?Puede algo tan pequeno como una semilla destruir un mundo?

  • La historia de amor mas bonita del mundo, Brendan Kiely de Brendan Kiely

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    Hendrix es un joven de diecisiete anos solitario e interesado en la poesia. Su madre viaja mucho por trabajo y su abuelo reside en un complejo de apartamentos adaptados para enfermos de alzheimer. Siente que su familia se esta desmoronando. Entonces conoce a Corrina, una joven de su clase de poesia que canta en la calle. Corrina quiere huir a Nueva York y Hendrix decide ayudarla. El camino es largo, esta lleno de aventuras, imprevistos y sorpresas.Un viaje en el que no hay vuelta atras y que les cambiara para siempre.

  • El libro de los adioses de Ramon Pernas

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    El famoso escritor Leonardo del Rio, romantico y taciturno, se encuentra a si mismo en la vispera de cumplir 80 anos ante la pagina en blanco de la que sera su ultima novela, encargada por su editor. Leonardo ha concretado todas las nostalgias de su vida en una conversacion olvidada que mantuvo una Semana Santa de hace mas de sesenta anos en su pueblo con sus amigos de la infancia, a los que olvido como lo olvido todo de aquella vida pueblerina y sin cuyo recuerdo, se dice, no podra empezar la obra. Las unicas personas con las que habla son Amanda, la biografa que la editorial le impuso hace anos, y que trata de animarlo a escribir mientras lucha por aclarar sus propios sentimientos hacia el, y Ricardo, un periodista deslumbrado por el viejo maestro y enamorado de Amanda, que acude cada jueves a visitarlo con la esperanza de descubrir su mayor secreto: la verdad sobre la perdida de un amor en Paris hace ya cuarenta anos.

  • Nosotros morimos solos de David Howarth

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    Nosotros morimos solos relata una de las historias de huida mas emocionantes que surgieron de los desafios y las miserias de la Segunda Guerra Mundial. En marzo de 1943, un equipo de comandos noruegos expatriados navego desde el norte de Reino Unido hacia la Noruega artica ocupada por los nazis para organizar y suministrar la resistencia noruega. Pero fueron traicionados y los nazis les tendieron una emboscada. De todos los miembros del equipo, solo sobrevivio uno: Jan Baalsrud, que se vio inmerso en una de las aventuras mas terribles que se hayan registrado sobre los supervivientes de la Segunda Guerra Mundial.

  • Amistad inesperada (Sweet love 1), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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    Debbie no quiere tener nada que ver con el mundo de las animadoras y los futbolistas, mas que nada porque su madre fue capitana de animadoras y su padre capitan del equipo de futbol. Una historia de amor de las que hizo historia y que se sabe de memoria.