• Rosas amarillas para conquistar a la senorita Remington de Ana F. Malory

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    Lancaster, Reino Unido, 1840 Demasiado excitada como para permanecer sentada, la joven senorita Elizabeth Grant caminaba de un lado a otro del dormitorio deteniendose de tanto en tanto frente al espejo del tocador. Estudiaba con atencion la imagen que este le devolvia, sonreia satisfecha y reanudaba el paseillo ante la divertida mirada de su prima Anna. --No comprendo como puedes estar tan tranquila --manifesto la muchacha, revisando por enesima vez su aspecto, atusandose los rizos que le enmarcaban el rostro y ahuecando el abullonado de las mangas de su vestido antes de girarse hacia su prima con una deslumbrante sonrisa en los labios--. ?No estas emocionada? Yo siento que podria estallar de un momento a otro, tan alborotada estoy --concluyo con una risita de puro jubilo. --Es comprensible, estas a punto de asistir a tu primer baile --senalo Anna, coreando la risa de Beth al ver que sus palabras no hacian mas que avivar el entusiasmo de la mas joven, y contagiandose del mismo. A fin de cuentas, esa tambien seria su primera temporada, aunque su edad distara mucho de ser la de una debutante. La inesperada muerte de sus padres tres anos atras la habia mantenido largo tiempo sumida en el dolor, la tristeza y el duelo, alejada de los salones y reuniones. Detalle este que, dado su caracter extrovertido, y a decir de su tia un tanto levantisco, le traia sin cuidado. Intentaria disfrutar de las fiestas y el baile como cualquier otra joven, sin importarle que el resto de la sociedad la considerara, a sus veintiun anos, poco menos que una solterona. A lo largo de aquella semana su tia Clarissa la habia abrumado con interminables sermones sobre como tenia que comportarse en el baile de presentacion de Beth. Ante todo, debia evitar ponerse en evidencia, pensando siempre en su futuro y en el de su prima que, con seguridad, esa misma temporada lograria prometerse con algun respetable y, por supuesto, adinerado caballero. --Con suerte, siempre y cuando tu conducta sea intachable, tu tambien encontraras esposo. Estas habian sido sus palabras la noche anterior. Palabras que en ese instante resonaban en su cabeza casi como una amenaza. <>. Ni mucho menos estaba en contra del matrimonio, pero tampoco lo consideraba una obligacion. Si algun dia se casaba lo haria por amor y no porque el caballero fuera adecuado, acaudalado y socialmente conveniente. Tampoco porque la sociedad asi lo dictara. --No tienes de que preocuparte. --Tranquilizo a Beth con una calida sonrisa, olvidandose de las monsergas de su tia y de un futuro que, por el momento, no le inquietaba lo mas minimo--. Causaras sensacion. Estas preciosa. --Eres muy amable, Anna, y me encantaria poder decir que tambien tu luces estupenda, pero... las dos sabemos que ese vestido rosa que mama ha escogido para ti no es precisamente favorecedor --apostillo con un mohin de disculpa. Anna se acerco al espejo, contemplo su imagen y dejo escapar un suspiro de resignacion. --Tu madre queria asegurarse de que esta noche fueras tu la que brillara, y para ello me ha convertido en una col rosa --senalo con gesto comico--. Creo que, de haber podido, habria hecho lo mismo con el resto de invitadas --anadio, muy seria. Su expresion solemne no logro enganar a Beth y un segundo despues ambas estallaban en carcajadas. --Llevas razon, pero no lo ha hecho con maldad, aunque he de reconocer que se le ha ido un poco la mano. Continuaban riendo cuando la puerta del dormitorio se abrio sin previo aviso. --?Que escandalo es este? --pregunto Clarissa, horrorizada. --Ha sido culpa mia, le contaba a Beth... --Dios bendito --la interrumpio con apurados movimientos de las manos--, a este paso terminare de los nervios --dijo mas para si que para las muchachas, que la observaban con fingida seriedad. Tomo aire y lo expulso despacio antes de volver a hablar--. Los invitados comienzan a llegar y debemos recibirlos como corresponde. Sabeis lo que debeis hacer, ?verdad? --pregunto al tiempo que las hacia abandonar la estancia y, saliendo tras ellas, acomodaba los volantes del vestido de su hija--. Anna… --?Si, tia? --Espero que recuerdes todo cuanto te he dicho estos ultimos dias. --Por supuesto que lo recuerdo, tia. --Clarissa, satisfecha, se les adelanto, dedicandoles una ultima mirada antes de comenzar a bajar las escaleras--. ?Como olvidarlo si ha pasado toda una semana martirizandome con ello? --susurro en cuanto la mujer les dio la espalda. --?Has dicho algo? --inquirio aquella, deteniendose para mirarla por encima del hombro. --!Oh! Nada importante, tia. --Beth a duras penas podia contener la risa--. Que puede estar tranquila, no se me ha olvidado ni una sola palabra de cuantas me ha dicho. --Confio en que asi sea, querida. --Respiro despacio y bajo a reunirse con su esposo, que ya recibia a los primeros invitados. *** Clarissa se sentia exultante; todos elogiaban su fiesta y comentaban lo encantadora que era su hija Elizabeth. Prueba de ello era que su carne de baile se habia completado en un abrir y cerrar de ojos, y varios caballeros, los menos avispados, habian perdido la oportunidad de disfrutar de su compania durante la danza. Anna tambien habia bailado, aunque preferia permanecer en un segundo plano. No resultaba agradable exhibirse con aquel horrible vestido lleno de lazos, sin mencionar que la mayoria de caballeros alli presentes solo tenian ojos para las mas jovenes de la reunion. Hacia un buen rato que observaba a las parejas moverse en el centro del salon, cuando diviso entre el gentio al senor Taylor. Recordo entonces que el nombre del caballero figuraba dos veces en su carne; por lo tanto, la buscaba. Habia bailado con el al inicio de la velada y sabia que sus pies no soportarian un nuevo encuentro con los desmanados zapatos del joven. Sin rastro de remordimiento, huyo, mezclandose entre los invitados que bordeaban la pista de baile, hasta despistarlo. Terminar junto a una de las puertas que daban al jardin le sirvio para escabullirse fuera y librarse asi de la tortura que supondria bailar con el. El aire fresco de la noche la hizo estremecer, pero preferia pasar frio a volver a la atestada sala donde, con total seguridad, el senor Taylor continuaria buscandola, al menos durante unos minutos. Con pasos distraidos y sin apenas ser consciente de ello, tomo el camino que conducia a los rosales. Era su lugar favorito del jardin, porque le gustaban las rosas, en especial las amarillas. Eran flores hermosas y delicadas, pero a la vez temibles, con sus grandes y afiladas espinas; le fascinaban. Le recordaban un poco a si misma: de apariencia fragil y fuerte caracter. Quizas por eso la cautivaban. Durante la caminata se cruzo con varias parejas, unas paseaban sin mas para descansar del barullo del salon, otras buscaban rincones un poco mas discretos, con seguridad para decirse palabras de amor e, incluso, besarse con pasion, penso, suspirando. Se pregunto si alguna vez hallaria un hombre que se fijara en ella. Cierto que habia despertado el interes de varios caballeros, pero, a su modo de ver, eran demasiado jovenes o demasiado mayores. Tal vez su aspecto menudo, carente de sugerentes curvas, su cabello anaranjado, herencia de su padre, y sus ojos tremendamente verdes, no fueran del agrado de los hombres que ella consideraba interesantes.

  • Artifices del azar de Yoav Blum

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    ?Y si la bebida que acabas de tirar, el tren que acabas de perder o el boleto de loteria que acabas de encontrar no fuera un suceso fortuito? ?Y si este suceso formara parte de un plan mayor? ?Y si no existiesen los encuentros casuales? ?Y si unos desconocidos decidieran nuestro destino? ?Y si estuvieran planeando incluso el destino del mundo?

  • El hielo de mis venas de Mike Lightwood

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    Vivir con culpa no es tarea facil, y eso es algo que Dario sabe muy bien. Despues de todo, el que solia ser su mejor amigo vive un autentico infierno tras confesarle lo que sentia por el, y lo peor es que Dario no puede hacer nada para arreglar la situacion. Atormentado por unas oscuras pesadillas, Dario se enfrenta cada dia a su peor enemigo: el mismo. El problema es que es demasiado dificil aceptar lo que siente, sobre todo cuando hacerlo significaria que tal vez no sea la persona que siempre ha creido ser. El hielo de sus venas se extiende cada vez mas, y dependera solo de el conseguir que se derrita o dejar que se extienda hasta congelarlo por completo.

  • Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar de Ame Soler

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    El manifiesto feminista autobiografico de Tres Voltes Rebel, una de las jovenes promesas la ilustracion en nuestro pais, que nos empodera y recuerda que nada podra con nosotras.

  • Las Caricias del Jeque de Susan Stephens

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    Sola y embarazada, Lucy Gillingham estaba decidida a proteger a su futuro hijo de su peculiar familia. Pero Tadj, el atractivo desconocido con el que habia pasado una noche inolvidable, habia vuelto para revelarle un secreto sorprendente. !Estaba esperando un hijo de un rey del desierto! Tadj daria seguridad a su heredero, pero ?estaria Lucy dispuesta a aceptar aquella propuesta escandalosa y compartir el lecho real?

  • Todo lo que el amor puede perdonar de Valerie Tong Cuong

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  • Pelillos Al Cafe de Goya Red Summer

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    Todo empezo cuando rasure la barba de mi abuelo. No le corte ni una sola vez. Jamas me hubiese perdonado que manchara de sangre su camisa nueva. Nada de lo que te cuente tiene importancia si decir que mi abuela acababa de morir. Ibamos a su funeral. Las palabras de mi abuelo fueron: No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado. Por supuesto que no, abuelo. Le deje hecho un pincel. Me opuse, claro que me opuse. Mientras el resto de la familia se vestia como se supone que te debes vestir en ocasiones como estas, yo estaba sentada frente a un taco de folios blancos. Ahi me quede, a la espera de que en un momento de derrota y despedida, las palabras brotaran de mis tripas, recorrieran cada una de mis venas y los dedos las tradujeran a ritmo moderado un particular adios. No voy a enganarte, queria arrancar las lagrimas de mi familia, demostrar que bajo la fachada sobria en la que se enfrascaban a diario, habia algo de humanidad en ellos. Pero nada de eso paso. Me quede en silencio en mi cuarto, vi el amanecer, me di una ducha, me tome un cafe mirando viejos albumes, repase notas que tenia en viejos cuadernos cubiertos de polvo en las estanterias de arriba y retome el blanco de las hojas vacias de nuevo. Eche a llorar. Cuando se me secaron las mejillas sali al pasillo y mi abuelo me tendio la emboscada mas grande de su vida. Llevaba la camisa desabrochada, una camiseta de algodon ridiculamente estrecha por debajo y el pelo revuelto. --He engordado un poco --me dijo con cara de asombro--. Ayudame, Gaia, por favor. --!Todavia asi! Mama te mata. Mi madre era, y es, un ser complicado. Coge la primera revista de moda que encuentres. Mira la contraportada. Asi es mi madre. Altiva, engreida, petulante. Bueno, la clase de madre que no quiere una hija como yo, pero si unos hijos como mis hermanos. Que orgullosa estaba de ellos. Luca y Leon, valientes megalomanos. Dos anos mas pequenos que yo pero con el mismo ego que un octogenario que haya superado once operaciones a corazon abierto. Iban por la vida con la intencion de aparentar que lo sabian todo, pero nada mas lejos de la realidad. De los dos, Leon era el mas espabilado y, sin saber a dia de hoy si tiene algo que ver o no, peor persona. Luca era corto. No bobalicon o inocente, no: corto. Joder, los tres nos habiamos tragado todo el cine italiano del siglo XX, habiamos leido a Nietzsche, a Schopenhauer, a Maquiavelo y montamos lo suficiente a caballo de pequenos para tener conciencia de disciplina. No parecia tonto despues de haber hecho todo eso, pero un dia me dijo que era mucha casualidad que el agua se congelase a cero grados centigrados e hirviera a los cien. Leon le dio con el codo en las costillas sin decirle nada. Yo puse los ojos en blanco. --Tu madre esta en la peluqueria --se justifico mi abuelo. --Y tu deberias haber ido con ella --pense en alto mirandole el pelo. Dio media vuelta y se metio en su cuarto. Se lamio la mano y trato de peinarse el remolino que se le formaba en la frente. Con el gris oscuro de sus canas perecia un huracan furioso. Furioso porque su sirena se habia ido, furiosos porque no la volveria a ver en mucho tiempo, furioso porque aun no la habia llorado todo lo que tenia que llorarle. --No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado --como os dije, dijo--. Ven. Mi abuelo era, y es, peculiar. En el pecho llevaba el tatuaje de una virgen que se hizo, naturalmente, antes de conocer a mi abuela y sentar la cabeza. Aun asi siempre juro que era ella a la que llevaba retratada, y lo decia tan convencido, que el tatuaje lo disfrazamos de premonicion y destino para justificar que decia la verdad. Tenia un tono azulado que se confundia sus las venas de pecho palido y angosto. Formaban parte el uno del otro, siempre lo pense asi. Le segui. Lo hice porque no sabia, ni se me paso por la mente, lo que me pediria. --Me gusta la raya al lado. Y no me quites las patillas, me hacen mas esbelto -dijo estirando el cuello mientras observaba su perfil en el espejo --?Lo ves? Si la abuela estuviese aqui te pagaria porque me las quitaras. Nunca quiso que fuese muy guapo, por si me robaban, ?sabes como te digo? Juntos hasta la muerte --susurro con la mano en el pecho. Grave y arenosa, asi sono su voz. Tan convencido como de que mi abuela estaba en el dibujo de su pecho como de que yo podria ayudarle. --Claro. Pero, ?quieres que te corte y todo? --Por favor, no. --Si. El pelo crece, la vida acaba. Fui a buscar las tijeras buenas al bano de mi madre. Olia a una mezcla pomposa y desagradable de los mejores perfumes de mis hermanos. Cedro y sandalo. Violeta y mimosa. Se habian banado en esencias extravagantes para enfundarse en prendas oscuras, nuevas y almidonadas. Apostaria mi mano derecha a que ensayaron el apreton de manos que darian a los asistentes en la iglesia. Eran unos capullos. Tengo que ser adoptada, seguro. Apoyado en la jamba, Luca me hablo: --?Sabe mama que le estas cogiendo las tijeras? --Si, le he llamado para pedirle permiso --dije. Cuando hablo con ellos de verdad espero que me entiendan, pero no suelen hacerlo a menudo. Evidentemente, no la habia llamado. La ironia y Luca aun no tenian el placer de conocerse. --Bien --como si mi hermano pequeno fuese mi instructor en la vida--. ?Quieres estar guapa para Abigail? --No puede venir. --?Y eso? --pregunto llevandose las manos a los bolsillos. --Tiene trabajo --dije. Respire hondo --Mira, Luca, de verdad. No me apetece darte explicaciones de nada. Abbie trabajaba tanto que, si ganase el minimo por hora establecido por la ley, tendria un par de casas a su nombre y tres coches en la puerta. Sin embargo, Abbie y yo viviamos en un sexto sin ascensor, minusculo y tendiamos la ropa en radiadores electricos. Su jefe era un tirano. Leon algun dia seria como el. --Es tu amiga, deberia venir a algo como esto --para mi sorpresa, coincidia con lo que intentaba decirme. --Es mi novia, no mi amiga. Pero, si, deberia venir. No se, Luca. Es el menor de mis problemas ahora mismo. La abuela ha muerto, todo lo demas me da un poco igual, la verdad. Luca se fue con una sonrisa ironica en la cara. Cuando se reia le florecia un maldito hoyuelo en su mejilla. Los gemelos no eran de reirse a carcajadas, pero siempre llevaban una sonrisa picarona que habian mejorado con el paso del tiempo y el hoyuelo les delataba. Era imperceptible para el resto de la especie. Para mi sus intenciones se hacian evidentes bajo esa marca. Abbie no fue bienvenida nunca. Hoy tampoco. Aun asi esa falsa modestia heredada de mi madre les hacia parecer encantadores. Nada mas lejos de la realidad, eran unos capullos, sobre todo Leon. Cuando llegue al cuarto de invitados, mi abuelo ya se habia colocado una toalla sobre los hombros. La habia anudado torpemente y se habia dejado un hueco considerable entre el cuello y la espalda. Hasta la crin mas gruesa de caballo entraria por ahi. Trate de colocarselo mejor sin hacerle parecer un desastre. Sonrio. --A tu abuela le va a encantar. --Estoy segura de que si. Una taza de agua basto. Fui metiendo la yema de los dedos en ella y dejando caer las gotas en su cabeza. Una de ellas resbalo por la frente se mi abuelo hasta su nariz. La respiracion pausada pero profunda la hizo desaparecer. Se descompuso con la exhalacion de mi abuelo y seguramente cayeron centenas de micro esferas a su regazo. Una explosion de moleculas. Le moje el pelo. El agua estaba tibia y oscurecia aun mas las canas de mi abuelo. La raya al lado, como el me pidio. Hasta ahora no me habia dado cuenta de lo gratificante que era cortar el pelo a alguien. Era como deshacerse del pasado para siempre. Todo lo contrario al apego; cortar, retirar, barrer. Era liberarse. Mi abuelo tuvo muchos demonios en su vida y yo los estaba mutilando. No le recuerdo fuera de casa hasta este dia. Por foto le habia visto hasta bailar, pero mi abuela enfermo antes de que yo naciera y, segun me contaron, desde entonces que el no bailaba. Cuando mi abuela salio del hospital para marchitarse poco a poco en su propia casa, mi abuelo agarro del reposabrazos una de las butacas de su salon. A pulso. Solo. Retiro su mesilla de noche y coloco el que seria su nuevo asiento favorito. Cuando se cansaba de estar sentado, daba paseos por el cuarto o se tumbaba boca abajo en los pies de la cama. Era enorme, mi abuela no llegaba con los pies al final del colchon. A veces se quedaba dormido ahi, como un gato. Custodiaba los suenos de mi abuela. Paso asi treinta de sus setenta y nueve anos. --Te voy a peinar ya, ?vale? --Espera --me dijo--. Busca en mi bolsa el neceser y traemelo. Es azul. Un neceser azul. --?Este? --Si, ese. El azul, el azul. Trae. La maleta de mi abuelo era un escaparate variopinto. Debajo de sus camisas y sus pantalones de pinzas, tenia una decena de libros antiquisimos, una brujula y un mapa de carretera descolorido. Yo suponia que se quedaria bastante tiempo en casa de mi madre, despues de todo ocupar de nuevo ese sillon en una habitacion vacia no seria el hogar que hubiese deseado para el, pero la casa no era tan grande como para usar brujula. Ah, abuelo, que magicos estos artilugios tuyos. Abrio el neceser y saco una brocha, un frasco y una cuchilla. --?Me afeitas? Sobre todo el cuello y la nuca, que eso ya solo no puedo. !Ah! Y cuidado con el bigote --me dijo el adorable caradura. --No voy a afeitarte. No. --?Crees que te lo pediria si pudiera hacerlo yo? Vamos... Soy un viejo que ya no vale para nada --esas palabras no se las creia ni el. Era un chantaje en toda regla al que acabaria cediendo. --No. Lo hice. Por supuesto que lo hice. Mi abuelo tenia una piel agrietada. No, no es esa la palabra. No eran grietas, eran rias. Lo se porque cuando rasuraba su cuello le broto una lagrima que recorrio su mejilla por un canal que antes yacia seco. El mar eran sus ojos, salados, llenos de despedida y de recuerdos. Como brillaban; tanto como la cuchilla que acariciaba su cara descabezando el trigo plateado que emergia de el. Era un hombre gris, mi abuelo. Ese dia lo era. Sin ella que matices le esperaban. --Bien al ras, Gaia. No quiero nada de ayer en mi. No le deje nada de ayer en el. Supongo que en la ducha froto hasta hacerse dano en la piel porque no soportaba el terrible peso de una sola fibra que llevase el nombre de mi abuela. Cuando acabe no dijo nada. El se miro al espejo, irreconocible. Tanteo sus patillas, encendio el grifo y se echo agua fresca en la cara. Se seco con la toalla de sus hombros, la sacudio y la dejo perfectamente doblada encima del lavabo. Hasta la cena familiar de esa noche, no hablo. --!Por la abuela! --dijo levantando su copa e incorporandose torpemente mientras recolocaba su cinturon. Yo, por supuesto, agarre mi copa y observe que nadie mas lo hacia. En un acto de solidaridad, me levante. Ahi estabamos, uno frente al otro, tratando de arrancar a esa panda de insensibles un acto de conmemoracion y respeto. Y de amor, sobre todo de amor. --Por la abuela --mire a mis hermanos furiosa. --Por la abuela --susurro Luca levantandose. Leon se le quedo mirando con un codo por encima del respaldo de su silla. Mi madre se froto las manos y suspiro mientras cogia su copa y la alzaba. --Por mama --dijo. --Levantate, Leon --le ordeno. Cuando mis hermanos nacieron yo ya tenia cinco anos y habia disfrutado algo mas de la abuela. Ellos, sin embargo, el recuerdo mas lejano que tienen es de cuando ya no podia levantarse y se orinaba encima. El beso de saludo y el beso de despedida se les obligo siempre, pero mientras yo ya empezaba a tener conciencia de las cosas y me quedaba leyendo a su lado, ellos correteaban por el pasillo y la terraza sin acercarse mucho a su cuarto. Mi madre se llevaba a mi abuelo a la terraza, en parte para vigilar a los gemelos y para hablar de asuntos de mayores, como a mi me decian, sin que la abuela se enterase. --Gaia, ve a jugar. Debe hacer un dia maravilloso. Que te de el sol en ese pelo de fuego que tienes. --No abuela. Ya me da el sol todos los dias --le decia peinando los rizos que inundaban mi cara. Leon se levanto de mala gana, se fue a la licorera del comedor y se sirvio un whisky sin hielo. Le dio un par de vueltas en el vaso antes de aproximarse a la mesa y levantar su vaso algo mas alto que los del resto. --Por ella, la senora que nos ha dejado pelados --bebio de un trago el whisky mientras los demas bajabamos las copas. --!Leon! !Controla lo que dices! --grito mi madre. --Deja de beber. !Luca! Quitale la copa a tu hermano. --Eres un capullo borracho --le dije mientras salia en busca de mi abuelo que habia salido del comedor tras escucharle. --!Borracho como papa! !Egoista como la abuela! Pero mas honrado que tu, hermanita. A mi no me mantiene mi novia. Por cierto, ?donde esta Abbie? --grito dando pasos torpes por todo el comedor. --Te has pasando --le dijo Luca sentado en su silla. --!Oh, callate, lelo! --le contesto. Cuando encontre al abuelo tras zigzaguear por toda la casa, ya se habia puesto un abrigo y llevaba una maleta consigo. Le agarre del hombro y al darse la vuelta vi que lloraba. De sus mares cayeron todas las rias del continente. Lo abrace, el metio la cabeza entre mi cuello y mi hombro y sollozo tres veces hasta que un grito de mi madre llamandole le recompuso. --Antes de que venga tu madre, toma --me dio un sobre. --Esto es tuyo y solo tuyo, ya lo he arreglado. No le digas nada a tu madre ni a tus hermanos. --Abuelo --le dije confusa mirando el sobre y su maleta. --No hace falta que vuelvas a casa, esta es tu casa ahora. --Gaia, yo no he dicho que me vaya a casa. Se fue misterioso por la puerta de la cocina. Cuando mi madre llego yo estaba sola con la mirada perdida en direccion al picaporte que acababa de resonar el cierre. La ignore completamente. --Gaia, mirame. No tenia nada que hablar con ella ni con nadie. Recogi mi bolso y me fui a casa. La noche estaba despejada, la ciudad tranquila y mi curiosidad aflorando a cada paso que daba.

  • La intermitencia de Andrea Camilleri

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    La empresa Manuelli constituye un potente conglomerado que sostiene la economia de Italia y da trabajo a miles de personas. Y su director general, Mauro de Blasi, un ejecutivo que hace gala de toda la firmeza, la elegancia diplomatica y la ferocidad que exige el cargo. Sin embargo, Mauro tiene un problema: ultimamente padece una especie de <> en los que, durante unos segundos, no oye, se le nubla la vista y se queda paralizado, como si no estuviera presente.

  • Asesinato Cronologico de Ainhoa Aragones Vazquez

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    !Tok, tok! --Pase. --Senor, quisiera que viera estos informes. En ellos revelan con seguridad, de que se trata de un asesino en serie. --Pero bueno, ?es posible que siga con esa tonteria? Ya le he dicho, que son casos aislados y no tienen relacion unos con otros. Ocupese de casos reales y no pierda el tiempo con esto. --No lo hago, ya que lo investigo en mi tiempo libre. --Pues que vida mas insulsa tiene si la dedica a tonterias. --Podria dedicarle a mi vida privada mas tiempo, si aqui hariamos las cosas como se tienen que hacer. --A usted lo que le molesta, es que no le dieran mi puesto. --Esta muy equivocado, ya que me lo ofrecieron hace dos anos antes que a usted y lo rechace. --Pues ahora a apechugar con lo que hay. Las ordenes, las doy yo. --Se esta cargando la comisaria. No se da cuenta de nada. Es un majadero. --Queda suspendido, hasta que me de la gana. --De eso nada. Dimito. Y dando un portazo, se dirigio a su mesa y comenzo a recoger sus cosas. Los companeros al verle le preguntaron que sucedia. --Estoy harto de que nos de ordenes un incompetente. Nosotros resolvemos los casos siguiendo nuestro instinto, ya que el carece de ello. !Encima, se lleva el merito! --Pero, ?a donde vas? No puedes irte. El ano pasado se fue Anderson. ?Y ahora que? ?Te vas tu? No vamos a quedar nadie. --Pues a ver si de este modo, los de altos cargos se dan cuenta de la equivocacion que cometieron al nombrarle jefe. --!Eh, Amanda! ?Has colocado las camisas en la estanteria y has hecho el inventario de los fulares? --Si y si. Mandona. ?Algo mas desea su Majestad? --Nada mas subordinada, puedes seguir con tus quehaceres. --Muchas gracias. Ja, ja, ja !Oye! ?Que tal van los estudios de tu hija? ?Aprobo con la nota que necesitaba para entrar? --Si. Con un nueve y medio. Se exige demasiado a si misma. --Bueno, en su justa medida esta bien. --Tu lo has dicho, en su justa medida, pero ella quiere ser la mejor para llegar a conseguir sus objetivos. --!Madre mia! ?Ha querido ser siempre criminologa? Va a tener que estudiar mucho. --Siempre lo ha tenido muy claro, desde pequena. --Pues nada, a ver que tal resulta. Dale recuerdos de mi parte. Hara como un ano que no la he visto. --Se lo dire. --En fin, voy a atender a ese cliente, a ver que necesita !Disculpe caballero! ?Puedo ayudarle en algo? El hombre se dio media vuelta, se miraron fijamente unos segundos y dijo: --Te necesito. Y se fue sin mediar ninguna palabra mas. --?Que queria? --Nada. Se habia equivocado de seccion. Oye, me voy a merendar. --Vale ve, que te lo has merecido. --Eres muy graciosilla. Hasta luego. Amanda se dirigio a la oficina de la Jefa de Personal. Llamo y entro. --Disculpe, pero tengo que coger una excedencia por motivos personales. --?Es muy grave? --No se hasta que grado lo es. Pero, no tiene buena pinta. En cuanto salio de la oficina, se cambio de ropa, se recogio el pelo con una coleta e hizo una llamada telefonica. --Hola, buenos dias. ?Podria ponerme con el Capitan Peterson, por favor? --Lo siento, pero ya no trabaja aqui. Se jubilo hace dos anos. Puede hablar con el que le sustituye... el Capitan Carter. --No gracias. No es importante. Adios. --<>. Y dando un volantazo se dirigio hacia su casa. Recogio algo de ropa y se fue al aeropuerto. Varias horas despues, cuando llego, se monto en un taxi. Al llegar a su destino, toco a la puerta y salio un senor con aspecto cansado, aparentaba ser mas mayor de lo que ya era. --!Amanda! ?Que haces aqui? --Bill, ?que demonios esta pasando? ?No dijiste que nunca dejarias el trabajo? --Las cosas han cambiado y mucho. Practicamente me obligaron a jubilarme. Ahora, todo se rige por politica. Pero, pasa por favor. ?Quieres tomar algo? --No gracias. Algo esta pasando, Florian vino a verme al trabajo. --Pues si ha ido a verte despues de dos anos sin veros, algo muy gordo tiene que haber pasado. ?Sigues con tus anos sabaticos? ?Que es de tu vida? --Pues trabajo en una boutique. !No pongas esa cara! Queria cambiar radicalmente de trabajo y de ciudad. Y asi lo hice. --Lo puedes jurar. ?Cual va a ser tu siguiente paso? --Pues investigar. Ire a la comisaria y me incorporare. --Tenme al corriente. --Como siempre, Capitan. Dicho y hecho. Lo primero que hizo fue ir a un hotel para registrarse y despues, se dirigio hacia la comisaria. Mientras iba de camino, le venia a la memoria los anos atras cuando estuvo alli. Fueron buenos tiempos. Al llegar, echo un vistazo a la estancia y estaba todo igual como lo recordaba, incluso el olor a cafe recien hecho pero, percibio que las cosas habian cambiado. Le dejaron entrar para poder hablar con el Capitan Carter, que la esperaba despues de que ella pasara por la oficina de contratacion y darse de alta. --?Mandi? ?Eres tu? --Si Alfred, tampoco he cambiado mucho. Un par de kilos me acompanan pero no es para tanto. --?Que par de kilos ni que nada? Estas estupenda. Ven y dame un par de besos. --?Que tal estais? --Lo llevamos. !Que alegria me das! ?Que miras? No busques que no encontraras a tu companero. Dimitio. --?Que hizo que? Me lo cargo. ?Tim y Teresa? --Tim pidio el traslado hace un ano, y Teresa, seis meses despues de irte tu. Ademas, tenemos un Capitan... --Si, ya he oido hablar de el. ?Por que dimitio? --Incompatibilidades. En unos dias me entenderas perfectamente. De repente, alguien le dio una palmadita en el trasero. Se volvio sin dar credito a lo sucedido. --Mira tio, conservas la mano porque no se me ha ocurrido pensar que hubiera alguien tan estupido para hacer lo que tu has hecho. Espero que hayas disfrutado, ya que no habra una segunda vez. --?Me desafias? --Es una advertencia. En ese momento el Capitan la llamo. Entro y a los diez minutos, salio. --?Que tal Mandi? --Pues ya ves. Me ha dado la bienvenida y todos estos informes pendientes. Pero no me importa, me gusta hacerlo, ya lo sabes. Tengo mucha paciencia. --Te va a hacer falta. Pasados unos dias... --Siento que este con tanto papeleo, mientras sus companeros entran en accion dia tras dia. --!Uy! No se preocupe Capitan. Tengo el titulo de administrativa y estoy como pez en el agua. Ademas, asi puedo observar como funciona esta nueva comisaria que desconozco. --Pues si hubiera sabido que le gusta el papeleo, desde el primer dia le habria puesto entonces a investigar. --?Disculpe? --Para empezar, esta noche voy a enviarle a una mision. --?De que se trata? --Se van a reunir con unos tipos a los que tienen que convencer de que los contrate a usted y a su acompanante, para hacer un trabajo. Tienen que venderse bien, decirles por ejemplo, que son los mejores para hacerlo. Ellos les diran que hacer. --?Con quien voy? ?Cual es mi papel? --Ira con el agente Rodolfo. Es bueno. Dejelo hablar a el. No tiene que hacer nada, solo aparentar ser su pareja. !Ah!, y vaya sexy. En dos horas aqui. --?Sexy? ?Rodolfo el pulpo? Vamos hombre, no me fastidie. ?Sabe usted que estamos en el S. XXI? Creo que es algo misogino. --?Misog... que? --Busquelo en el diccionario. !Ah perdon!, que no sabra hacerlo... busquelo en el Google. A las dos horas... --?En serio? ?No podrias haberte puesto algo mas sexy? --?No crees que esta sexy? A ver, que lleva unos vaqueros cenidos, una cazadora negra, camiseta blanca, botas negras, el pelo suelto y ondulado... !Uauuu! --Gracias Alfred, eres un cielo. Lo que sucede, es que a Rodolfo le hubiera gustado una mini falda con medias de rejilla, ?verdad? Aprovecho para decirte que no te pases. Las manos quietecitas, el culo esta prohibido, mano a la cintura solamente... --Hare lo que me plazca. --Pues atente a las consecuencias. --Ala venga, que nos esperan. Se fueron a un poligono a las afueras de la ciudad. Salieron del coche y se dirigieron hacia una farola que desprendia una luz tenue. --Chsss esa manita tuya que no se vaya mas hacia abajo. Se pararon y Rodolfo se puso detras de ella. La cogio de la cintura y comenzo a lamerle el cuello mientras ella intentaba que hubiera algo de espacio entre los dos. --?Interrumpimos? Aparecieron dos sombras de la nada. --No, no, es que mi chica y yo queremos... pero bueno... ?Que tenemos que hacer? Los negocios antes que el placer. --?Quieres estarte quieto? --Creo que ya estaremos en otra ocasion, no sois como esperabamos. Queremos especialistas y no un sobon con su...querida. --!Esperen! No soy su querida. Yo soy la que buscan. --?Que dices carino? --le dijo mientras intentaba retorcerle el brazo hacia atras. Le dio un pisoton, el se inclino hacia delante, le solto el brazo y con el otro le propino un golpe en la nariz que le empezo a salir sangre a borbotones. --?Que significa esto? --dijeron los desconocidos. --Esto significa, que este tio es un "supuesto actor" muy malo. No me sirves. Lo contrate para que se hiciera pasar por mi pareja y socio, pero como han visto, es solo un sobon. --?Y por que hizo eso? --Porque mi pareja tiene un negocio y esto lo hacemos por hobby. Se suponia que era venir aqui, aceptar por si nos interesaba e irnos y asi, no hacia falta que viniera. Contrate a... este para que se hiciera pasar por el pero no ha sido capaz de hacerlo. Dejenlo que se vaya. --!No! Vamos a ir los cuatro a ver a su amigo. Entraron en el coche. Ella de copiloto y su "companero" atras con el otro individuo. Les dirigio a una discoteca muy concurrida llamada "Infierno". --No nos van a dejar pasar. Solo dejan a personas selectivas. Se dice del dueno que es un tipo extrano. ?Esta dentro su pareja? --Eso espero. Es el dueno de la discoteca. El de seguridad les dejo entrar al verla a ella. El recinto era muy amplio. En cuanto entrabas, hallabas una pista grande para bailar, varias barras para consumir bebidas y los banos. Subiendo las escaleras de caracol, habia otra pista algo mas pequena, otras dos barras y varias mesas para poder conversar. Todo estaba oscuro, solo se iluminaba por varias luces de colores intermitentes. El unico sitio en el que las luces eran estaticas, era al fondo de las pistas. Alli habia un sillon en forma de media luna en el que se podria sentar al menos diez personas y solo se hallaba un hombre, que a cada lado de el habia una chica. Amanda se dirigio con paso firme y decidido hacia donde el estaba. Se le planto delante y este la miro fijamente. Chasqueo los dedos y las chicas se fueron yendo. El se levanto sin dejar de mirarla. Ella le susurro: --Besame, por favor. Estoy infiltrada. El le cogio del cuello con las dos manos y la beso. Fue profundo y tierno. --No tienes porque pedirmelo. Ella se sento con el a su lado. --?Quienes son ustedes? --Pues estos hombres querian contratarnos. No quise molestarte y pacte con este individuo para que se hiciera pasar por ti, pero ha suspendido.

  • Al demonio con mi jefe de Nisha Scail

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    Cassandra Andrews habia hecho alguna que otra estupidez a lo largo de su vida, pero nada podia compararse con la de aquella noche de Halloween. Si alguien le hubiese advertido que del circulo de invocacion que habia pintado en el suelo de su piso saldria algo mas que humo, se habria pensado dos veces el jugar con fuego, sobre todo porque lo que en realidad salio fue un hombre; un demonio, el cual resulto ser su mismisimo Jefe.

  • Maria Magdalena de Margaret George

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    A traves de la historia de Maria Magdalena, Margaret George narra un periodo clave de la Historia: el nacimiento del cristianismo.

  • Pandemia de Franck Thilliez

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    Nada podra evitar la epidemia. La humanidad esta en juego.

  • El manual de instrucciones de Mar (Las senales existen 2) de Yanira Garcia

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    Me llamo Mar Villareal Castro, tengo treinta y ocho anos y una vida perfectamente organizada. Trabajo en Radio Station desde hace mucho tiempo y dirijo un programa que me encanta. En noviembre, decidieron enviarme a Ibiza, a la famosa reunion que la Cadena organiza todos los anos y ese... ese fue el comienzo del caos. Mi mundo dejo de ser estructurado y comenzo a ser un completo desastre. Volvi a Tenerife con un punado de motivos para no dejarme llevar nunca mas. Lo mas facil es seguir las reglas, lastima que el destino me tenga preparado otros planes.

  • Entre tus sombras de Gemma Garcia Veiga

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    El descubrimiento de una mujer torturada en una finca de Fresnedilla no sera un crimen mas para Alejandra Casado y su equipo; alrededor de la victima, Sofia Piedrahita, amante del ministro de Justicia, se entreteje una realidad manipulada para el divertimento de una mente privilegiada. La teniente Casado, de la Guardia Civil, revelara que la verdad duele una vez, pero la mentira se convierte en una herida abierta siempre que se recuerda: cuestionando el pasado, alterando el presente y aniquilando el futuro. Para dar caza a este depredador debera rastrear cada detalle de su vida, encontrando su propio lado oscuro e inconfesable, hurgando en los secretos de familiares y amigos. Vivimos en un mundo que no controlamos, meras marionetas que en las manos equivocadas condicionan de manera poderosa lo que conocemos, pensamos y creemos.
    Una novela en donde la verdadera victima y lo motivos cobran mas importancia que el asesino.

  • Nick de Inma Chacon

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    Artemisa era la diosa griega de la caza. Nacio unos minutos antes que Apolo. Los antiguos griegos la adoraban como a una diosa lunar, errante como la Luna y merodeadora de los valles y las montanas donde esperaba a sus presas. Como contrapunto, a su hermano Apolo se le tenia por un dios solar, aquel que atravesaba los cielos en un carro deslumbrante, el que no encontraba el equilibrio mas que en las cumbres. Por este motivo, se convirtio en simbolo de superacion, de la capacidad de subir hacia lo mas alto. Y asi fue como un dia, al salir del colegio, vio Dafne a Roberto por primera vez, como un dios que aparecia ante sus ojos con el carisma de lo inalcanzable. Todavia no conocia su nombre. Todas las tardes, despues de clase, algunos chicos y chicas, que estudiaban en los colegios e institutos cercanos al suyo, quedaban en un lugar que todos conocian como <>. Tambien llamaban asi a un establecimiento regentado por un oriental que se encontraba en la esquina en la que se reunian. Nadie sabia si el dueno de aquella tienda era chino, coreano, vietnamita o japones, pero el hecho es que, en toda la zona, acabo por conocerse aquella esquina por el gentilicio del gigante asiatico. Ir al Chino significaba ir a encontrarse con los amigos. La tarde en que conocieron a Roberto, Dafne y su prima Paula se acercaron al Chino, como de costumbre, y se unieron a sus companeros de curso, que en ese momento se dedicaban a pasarse canciones de unos telefonos moviles a otros. La mayoria no habia cumplido los trece anos. Roberto formaba parte de un grupo de chicos mayores, de entre dieciseis y diecisiete, procedentes de un instituto proximo. A pesar de que Dafne conocia de vista a todos los chicos y chicas que se reunian en el Chino, a Roberto no le habia visto nunca. Aquel dia, Dafne charlaba con sus amigos sin mostrar interes por los mayores, quienes, por otro lado, tampoco les hacian caso a ellos, como era habitual. Los dos grupos solian ignorarse, salvo cuando los mayores necesitaban demostrarles a los pequenos que la diferencia de edad era una barrera infranqueable, un muro que les separaba, hasta el punto de que nadie diria que solo se llevaban dos o tres anos. --!Estos son unos pipas! --solian decir los mayores cuando se referian a los chicos del grupo de Dafne y a los de un grupo de edades intermedias que tambien se reunian en la zona. Aquella tarde, cuando llevaba alli unos minutos, Dafne se acerco a la tienda para comprarse un bollo para merendar. En el momento en que ella se disponia a entrar en el Chino, Roberto abria la puerta desde dentro para salir. Llevaba un donuts de chocolate en la mano y vestia una sudadera azul con el numero siete estampado en la espalda y en la manga. Apenas la miro mientras la dejaba pasar por debajo del brazo con el que sujetaba la puerta. Probablemente, el ni siquiera la reconoceria si volviera a verla, pero a ella le parecio descubrir en sus labios una media sonrisa, un gesto que le infundia ese aire despreocupado de los chicos que se saben interesantes. Cuando Dafne cruzo el umbral del establecimiento, el solto la puerta, se dirigio hacia el banco en el que sus amigos le esperaban sentados sobre el respaldo, y se enfrasco con ellos en una discusion sobre las ultimas goleadas de su equipo. Ella trato de aparentar que no le habia impresionado el encuentro. Miro algunos articulos de la tienda como si no se hubiera puesto nerviosa, se compro, como el, un donuts de chocolate, pese a que no le gustaban, y salio de alli tratando de que nadie se diera cuenta de que su corazon corria como si se hubiera vuelto loco. No se habian dirigido la palabra, y el no volvio a mirarla en toda la tarde, pero desde ese dia se colo en su pensamiento como un ciclon capaz de arrasar todo lo que, hasta ese instante, habia en su mente. Ya nada tuvo importancia para ella mas que aquel chico que la habia dejado pasar por debajo del brazo, como su madre hacia con su hermana pequena cuando salian o entraban de alguna tienda del centro. Antes de irse, escucho a sus amigos hablando de el como de <>. Y con el Rata se quedo tambien para ella, mientras sonaba con volver a verle todas las noches, todos los dias y todas las tardes que le espero en el Chino desde entonces. -oOoDafne no durmio aquella noche, ni la siguiente, ni la otra. Sus parpados se negaban a cerrarse mientras recordaba el momento en que pasaba bajo el arco que el habia dibujado para ella con su brazo. Olia a pelea. A chulito con el que nadie es capaz de enfrentarse. A malo. A suspensos. A chicas rendidas a sus pies. A guapo. A dulce. A tardes de futbol. Y, mas que a ninguna otra cosa, olia a chico mayor, a un chaval de dieciseis anos que nunca se fijaria en una pipa que todavia no habia cumplido los trece. Ella tampoco habria querido fijarse en el. En realidad, no le gustaba. Gesticulaba mucho al hablar, e imponia su presencia a los demas con una actitud agresiva con la que ella no hubiese congeniado nunca. No. No le gustaba. Pero no podia dormir. Capitulo 2 A Dafne le hubiera encantado llamarse asi, !Dafne!, como la ninfa que enamoro al dios Apolo y se convirtio en un laurel despues de haberle rechazado. Pero, en realidad, Dafne solo es un nick detras del que resulta facil ocultarse. Y ella ni siquiera conoce la historia de la ninfa de la que ha tomado prestado su nombre. A Dafne tambien le habria gustado tener los ojos azules, la melena larga y la estatura de la modelo por la que se hace pasar en el facebook. Pero sus ojos son negros y rasgados, como los de una de sus tres hermanas, la mayor, y su pelo encrespado solo le llega a la altura de los hombros, a pesar de que, cuando se lo moja, consigue estirarlo tanto que casi le roza la cintura. Podria haber heredado los ojos de su padre, verdes, como los de su hermana pequena. Pero, para su desgracia, aunque ella pretende corregirse, solo ha heredado de el su tendencia a inclinar la cabeza al andar y la inevitable chepa en que se convierte su espalda en cuanto se descuida un momento. Desde que tiene recuerdos, la persigue una orden que nunca consigue cumplir, por mas que se esfuerce: --!Ponte derecha! Su madre, sus hermanas mayores, sus abuelos, los tutores del colegio y cualquiera que la vea caminar, todo el mundo le dice que se enderece. Pero por mucho empeno que ella le ponga, y es verdad que lo pone, sus hombros tienden a caerse hacia delante sin que pueda remediarlo y, antes de que llegue a darse cuenta, inevitablemente aparece la chepa que le amarga la existencia. Pero Dafne es asi, y asi hay que quererla. Nada mas diferente a la imagen de la ninfa que aparece en los libros sobre mitologia. La que rechazaba cualquier tipo de amor masculino y se negaba a casarse. Tan alta, tan hermosa, tan segura, tan proporcionada, !tan recta! Segun le han contado, su padre tambien sobrellevo desde nino la misma letania del ponte derecho, y la rabia de que le llamasen cheposo. Pero, en su caso, se debia a un doble motivo. El primero, porque lo era y, el segundo, porque asi apodan a los habitantes de la ciudad donde nacio, porque dicen que caminan encorvados a causa del viento, que sopla helado desde el norte con frecuencia. En ocasiones, su madre tambien llama cheposa a Dafne, y la compara con su padre para que se corrija. Pero ella siempre responde que a mucha honra, y se encorva aun mas, simulando que se cierra el abrigo para protegerse del frio. Ojala todos los cheposos lo fuesen como su padre, por haber nacido en una de las ciudades mas acogedoras del mundo. Por mucho frio y por mucho viento que hiciera. -oOoCuando Apolo vencio a la serpiente Piton, presumio de tal manera delante de los otros dioses que Eros decidio darle una leccion y le disparo una de sus flechas de oro, aquellas que infundian amor. Al mismo tiempo, lanzaba una de plomo sobre Dafne para provocarle desden y desprecio hacia Apolo, hermano de Artemisa, diosa de la caza a la que Dafne estaba consagrada desde su nacimiento. Dafne aun no lo sabe, pero algun dia querra parecerse a la ninfa que rechazo al dios de la musica, porque este acabara coronandose con las hojas del arbol que simbolizara para siempre la victoria. Ella no conoce aun el significado de su nombre, ni que la ninfa era una gran cazadora, capaz de atraer a sus presas con sencillas artimanas para que cayeran en sus trampas, tal y como ella es capaz de atraer a las suyas en internet.

  • Las dos muertes de Mozart de Joseph Gelinek

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    Joseph Gelinek regresa con su thriller historico mas ambicioso hasta el momento en torno a una de las figuras mas importantes e influyentes de la historia de la musica: Wolfgang Amadeus Mozart.

  • El adulto de Gillian Flynn

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    El adulto es un original y aterrador homenaje a los cuentos de fantasmas escrito por Gillian Flynn, autora de Perdida.

  • El taller de libros prohibidos de Olalla Garcia

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    Un thriller historico ambientado en el fascinante mundo del libro en el siglo XVI.

  • Bonita – Carolina Blanca de Carolina Blanca

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    Esta es la historia de Florencia, una muchacha que vive sola durante la semana, usa ropas de varon por motivos personales y su unico gran anhelo es egresar de la escuela para entrar a la universidad y no volver a depender de nadie.
    Tambien es la historia de Franco, un hombre que atraviesa un periodo delicado tras la muerte de su abuelo y la ruptura de su compromiso matrimonial. Es asi como, buscando descanso, conoce a Florencia y pronto surge entre ambos una gran amistad que no tardara en derivar a sentimientos mas profundos.
    Florencia tiene sus motivos para rechazar la cercania masculina en general y Franco no quiere incomodarla buscando su contacto, pero cuando los sentimientos se tornan insoportables para el, busca la manera de llegar hasta ella como hombre. Desgraciadamente el tiempo se agota y debe regresar a la capital, de donde proviene, dandose cuenta de que ha quedado atrapado en el juego inocente que el mismo invento para hacerla sonreir, anhelando a esa mujer que otros han lastimado de todas las formas posibles.
    ?Lo lograra o las heridas de Florencia le impediran amarlo?

  • El buen hijo de You-jeong Jeong

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    Demencial y obsesivo: el mejor thriller viene ahora de Corea.

  • Nosotros, en singular, se dice tu y yo de Paula Minana

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    Nosotros: pronombre personal, primera persona del plural. Pero, ?existe el singular de nosotros? ?se puede decir nosotros en singular? ? es posible ser tu y yo mientras somos nosotros? Todas estas preguntas son las que Ada se hace tras dejar a su novio numero dos, un terrorista psicologico que se resiste a salir de su vida y volver con su novio numero uno, alguien a quien ella considera perfecto por el simple hecho de ser normal.

  • Dejame amarte (Dejame amarte 3) de Norah Carter, Monika Hoff

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    Por fin estaba en Dubai, me centre en disfrutar al maximo de esa experiencia, en aquel pais, junto con uno de los hombres mas ricos del mundo. Despues de lo que habia pasado con Brian, me apetecia vivir cada oportunidad que me pusiese la vida por delante. Me sentia extrana en ese coche de lujo sentada en el sillon de atras, el iba sentado junto a mi, delante iba el chofer y uno de seguridad, por supuesto ibamos escoltados por dos coches delante y dos detras, el dispositivo de seguridad que llevaba era impresionante. En el camino pude observar la cantidad de rascacielos y lujo que derrochaba esa gran ciudad. Llegamos a un muelle privado donde aparcaron los coches y me guiaron hasta un yate impresionante donde invitaron a montarme para continuar nuestro trayecto al que rapidamente descubri que era una isla privada a pocos kilometros de la costa. En el yate nos sirvieron un champagne que solo la botella anunciaba que posiblemente seria mas cara que lo que costaba mi casa, el sabor era indescriptible, no recordaba haber tomado en mi vida uno con un sabor tan fino y delicado. Cuando nos situamos frente a la isla y pude ver todo ese complejo privado que tenia, por poco me da un desmayo, sin duda era para quedarse ahi a vivir toda una vida, el color del mar era uno de los mas atractivos que habia conocido. Entramos a la villa de lujo con una superficie habitable de mas de 1.500 metros por planta, pude comprobar que tenia ocho dormitorios con sus cuartos de banos, una terraza en cada nivel, ascensor, un salon, cocina impresionante y una piscina frente al mar que sin duda era la mas bonita que habia visto en mi vida. Mi cara era de tonta total, el sonreia al mirarme, unos jardines de lujo hacian que todo aquello fuese todavia mas lujoso y extravagante, a los alrededores veinte villas pequenitas que servian de alojamiento para las personas que invitase. Solte las maletas en aquella habitacion que podia medir unos 100 metros cuadrados tranquilamente y coloque todo lo que llevaba. Me puse un banador muy elegante y por encima me tire un vestido tipo arabe de mangas por el codo y por encima de las rodillas, muy elegante pero playero a la vez. Baje hacia abajo y ahi estaba el, en la terraza, con su banador y tomando una copa mientras me esperaba, pude comprobar que tenia un cuerpo impresionante, se notaba que lo trabajaba mucho, el moreno lo hacia mas atractivo y seductor aun. -- Estas preciosa, no sabes cuanto me alegro de que hayas aceptado mi invitacion --dijo mientras me entregaba una copa de vino. -- Me ha venido muy bien hacer este lapsus en mi vida, gracias por pensar en mi para este viaje. -- Manana por la manana iremos al centro comercial mas importante de la ciudad para que escojas el vestido que quieras, no te habia dicho que pasado manana hare una fiesta exclusiva en esta isla y vendran invitados muy especiales y exclusivos, se alojaran aqui durante unos dias. -- !Que verguenza! No se si estare al nivel. ?Como me has hecho esto? --esboce una sonrisa. -- Por supuesto que estaras y estas al nivel, no invito a permanecer unos dias de mi vida a cualquiera, manana compraremos el vestido, podras escoger el que mas te apetezca y que mejor creas que te sienta, quiero que estes deslumbrante --hizo un guino de ojo. -- Esta bien, te agradezco mucho que hayas pensado en mi para disfrutar de esta fiesta y estancia, que no esta al alcance de cualquiera. -- Vuelvo a repetirte que no eres cualquiera --agarro mi mano y la acaricio suavemente. -- Me halaga que asi sea, la verdad que estar en un lugar asi, es algo para recordar toda la vida, y tener la posibilidad de disfrutarlo te da una sensacion que sabes que sera unica. -- Pues te puedes quedar aqui y fijar tu residencia, eso si, tendras que aguantarme aqui contigo --guino de nuevo su ojo. -- ?Me estas haciendo una proposicion? -- Pues claro, tienes tiempo para pensarlo --sonrio mientras levantaba su copa. -- Entonces, si acepto, tendre que ver como pones a cada una de tus mujeres en uno de los bungalos exteriores, ?verdad? --fui directa a la yugular. -- Si tu te quedases, serias mi unica mujer, renunciaria al resto de ellas --dijo mientras daba un sorbo a su copa. -- Me lo estas poniendo muy facil, algun truco tiene que haber. -- Ninguno, Paola, te ofrezco todo lo que tengo para ti sola, desde el momento en que te vi sabia que serias lo unico que desearia y no podria comprar en la vida. -- Al final me lo voy a creer --dije mientras me metia en la piscina ya que el calor de ese lugar era asfixiante. -- Me encantaria verte con un traje rojo para esta noche, debe quedarte espectacular ese color. -- Me gusta, lo veo lo bastante elegante para una ocasion como esta. -- Pues buscaremos el traje rojo mas bonito de todo Dubai. -- Menos mal que vas a pagar tu, porque solo el nombre de esta ciudad indica que el mejor traje no debe de bajar de cinco ceros. -- Ese no es el problema, quiero que con lo que compremos te sientas a gusto y resplandeciente. -- Yo la verdad que con cualquier trapito estoy mona --dije bromeando. -- De eso soy testigo --dijo riendo. Salir de la piscina y me fui directa para el mar, tenia ante mi la mejor playa privada que jamas hubiese imaginado poder pisar, me meti en el agua y me zambulli, al salir ya lo tenia frente a mi con una sonrisa en los labios y rodeandome con sus brazos. Nos quedamos mirandonos unos segundos hasta que nuestros labios se encontraron y comenzaron a juntarse de la manera mas dulce que jamas pude imaginar de ese hombre. Al separarnos me regalo una sonrisa que advertia lo feliz que le habia hecho ese momento, la verdad que a mi tampoco me habia disgustado, es mas, me habia dejado con muy buen sabor de boca. Salimos hacia fuera y nos tumbamos en una de esas tumbonas balinesas que habian repartido alrededor de toda la orilla de la playa, rapidamente teniamos un chico del servicio preguntandonos que queriamos tomar, mando a pedir una botella de vino, ya veia como habia dos chicos preparando una parrillada de marisco en una de las barbacoas que habia alrededor del jardin. -- Es una de las veces que mas bonito veo el mar, debe ser por la belleza que tu has traido a este lugar. -- Que exagerado eres --puse ojos en blanco. -- Sabes que es cierto lo que digo, ?te apetece que nos traigan la cena aqui o nos vamos al jardin? -- A mi me da igual, pero aqui se esta de escandalo, no me importaria seguir disfrutando de este momento. -- Sus deseos son ordenes para mi --hizo un gesto a uno de los del servicio para que nos preparase una mesa en aquel lugar. -- Debe ser alucinante vivir en un mundo donde todo lo que quieras lo tienes al instante. -- Vente a instalarse aqui y compruebalo por ti misma --puso cara de interesante mientras acariciaba mi rodilla. -- Al final me lo voy a tener que pensar --dije mirandole fijamente a los ojos aunque ni se me pasaba por la cabeza plantearmelo. -- Tienes toda la semana para hacerlo, esperare la respuesta impaciente. -- En una semana no puedo decidir toda una vida --recorde lo bien que habia dejado mi estado en la Toscana gracias al anillo que me habia regalado Brian de un regalo que le hizo mi jeque. -- Dejame amarte y veras lo facil que es pensar todo. Me entro una suave risa . -- Tengo una semana para hacerlo. -- Eso lo se, desde el momento que aceptaste venir por esos dias conmigo. -- Bueno de todas formas yo no tengo que trabajar y me puedo quedar unos dias mas, lo digo por si me dejas disfrutar de esto el tiempo que necesite, luego cuando me aburra... !aqui te quedas! --solte bromeando. -- Bueno, tambien me puede valer por si necesito algunos dias mas para conquistar tu corazon. Se me caia la baba con las cosas que me decia ya que cualquier mujer desearia que un hombre de esas caracteristicas estuviese babeando por ella, cada palabra que me decia era con un carino y un derroche de amor impresionante, me puse a pensar que la vida se habia encaprichado en ponerme una serie de hombres ricos en mi camino, pero ese era muy gracioso ya que todas mis bromas las entendia perfectamente y me las seguia sin darle importancia a lo que le estaba diciendo. Me daban ganas de contarle al jeque lo del anillo y que lo habia vendido, seguramente el se lo iba a tomar bien, incluso se alegraria de que hubiese caido en mis manos, lo que no estaba segura era de que le gustara enterarse de la relacion que habia tenido con Brian, asi que por ahora no se lo contaria, pero conociendome... poco me faltaba para contarselo. Nos pusieron una mesa entre las dos tumbonas y justo a la altura para estar comodos, un precioso mantel blanco sobre ella, con una mariscada, todo estaba cuidado hasta el minimo detalle, la cuberteria era la mas fina que habia visto en mi vida. Ya estaba viendo como el jeque iba a coger los cubiertos para comer la langosta que ya estaba abierta y preparada, lo mire muerta de risa y le dije que conmigo se dejase de tanto protocolo, que yo me la iba a zampar con los dedos, le hizo mucha gracia y me dijo que adelante. -- Cuentame sobre tu vida --le pedi mientras me limpiaba las manos con la tipica toallita de limon. -- ?Que quieres saber? -- No se, como es esto de ser jeque. No creo que sea tan facil como parece. -- La verdad es que no --fruncio el ceno. -- Pues eso --bebi de mi copa de vino--, cuentame un poco. -- A veces la gente piensa que por tener dinero todo es sencillo y no es asi --se apoyo en el respaldo de la silla y me miro fijamente a los ojos--. Tenemos problemas, como todos, pero claro que el dinero ayuda. -- Eso seguro --esa parte la entendia--. ?Que es lo mas dificil? -- Los amigos. -- ?Tener amigos es dificil? -- Tener amigos no, pero ese es el problema --bebio un poco de su copa y la puso de nuevo sobre la mesa--. Cuando estas en una situacion tan privilegiada como la mia, no tienes mas remedio que ser siempre desconfiado. La gente siempre se ha acercado a mi por mi posicion social, si podemos decirlo asi, o por mi dinero. Me quede mirandolo mientras llegaba a entenderlo. -- ?Y como los diferencias? -- No lo haces, a veces te guias por tu instinto, otras veces por no tienes mas que desilusionarte --se encogio de hombros. -- Y te hace ser mas desconfiado, supongo. -- Si, claro. Pero confio mucho en mi sexto sentido. Esto no es nuevo para mi asi que ya tengo experiencia. -- ?Y que te dice tu sexto sentido conmigo? --quise pegarme nada mas decir la pregunta en voz alta, no podia mantener la boca cerrada nunca. Esbozo una sonrisa sesgada y me miro con la diversion brillando en sus ojos. -- No creo que te guste saberlo. -- Y tanto que me gusta. Bueno, tal vez no me gusta --reconoci--, pero soy una alcahueta de primera, asi que lo quiero saber. -- No te adelantes a los acontecimientos, Paola, deja que la vida decida. Lo mire durante largo rato, esa frase me era demasiado conocida. -- No puedes pedirme que no lo haga. Soy una alcahueta de primera --al final acabe riendo y el conmigo pero era cierto, era demasiado curiosa para mi propio bien. -- Quizas un poco mas adelante te lo cuente --me guino un ojo--. Ahora disfrutemos del tiempo que estaremos juntos y ya veremos que nos trae el futuro. -- Ya veremos si aciertas o no --lo mire a los ojos mientras volvia a beber. -- Brindo por eso --levanto la copa y yo hice lo mismo. La comida fue bastante divertida. La verdad era que no tenia nada que ver con la impresion de seriedad que daba. Era un hombre bastante divertido, al menos conmigo era asi, y, sobre todo, atento. Me sentia bien con el y eso me daba un poco de miedo. Pero estaba dispuesta a vivir el dia a dia y no pensar en nada mas. Estuvimos de nuevo disfrutando del sol durante un par de horas mas y luego volvimos a darnos una ducha. Estuve mas tiempo de la cuenta en la banera, pero me habia preparado un perfecto bano con sales aromaticas y relajantes y queria disfrutarlo al maximo. Habiamos quedado en que tendria la tarde libre para descansar o hacer lo que quisiera ya que el tenia asuntos de negocios que arreglar y asi yo podria descansar un rato, y que nos veriamos a la hora de la cena. -- Quiero verte espectacular --me dijo antes de despedirse de mi en la puerta de la habitacion y marcharse. Me decidi por una falda cenida negra y de talle alto que llevaba, la habia comprado especialmente para ese viaje, y una blusa de seda blanca. Se transparentaba demasiado asi que use ropa interior blanca tambien. No sabia si le gustaria que se viera mas de la cuenta teniendo en cuenta el personal de servicio. Me mire en el espejo y no vi nada del otro mundo o que pudiera ofenderle asi que me encogi de hombros y segui arreglandome. Media hora mas tarde entre al salon. Estaba sirviendose una copa y yo me quede en la puerta contemplandolo. -- Me alegra que ya estes aqui --dijo sin tan siquiera darse la vuelta. -- Espero no llegar tarde. -- Tampoco tendrias que disculparte, esperaria el tiempo que fuese necesario. Me gusto ese comentario y sonrei.

  • El emblema del traidor – Juan Gomez de Juan Gomez Jurado

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    Estrecho de Gibraltar, 1940. En el epicentro de una tormenta, el capitan Gonzalez rescata a un grupo de naufragos alemanes. Cuando cesa el temporal, el cabecilla le obsequia con un emblema de oro macizo. De la conversacion con ellos, Gonzalez no olvidara dos palabras: traicion y salvacion.

  • Corazones enredados de Judith Priay

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  • La Chica del Camion de Cecilia Campos

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    Sumergete en la novela erotica que inunda las listas de los mas vendidos en Europa. Segun los lectores, no te puedes perder esta historia picante con un toque de humor.

  • El templario de las Highlands de Robert Blake

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    Una trepidante aventura de batallas, suspense, pasion y venganza en una historia medieval ambientada en las Highlands de Escocia.
    Alan Daglish, un veterano templario que ha dedicado toda su vida a combatir en Tierra Santa, decide regresar al hogar que le vio nacer. Cansado de tanta lucha y barbarie intentara comenzar una nueva vida alejado del campo de batalla, pero encontrara un pais sumido en una cruenta guerra civil por el irrefrenable deseo de independencia y libertad de Robert Bruce, el nuevo monarca escoces.
    Al mismo tiempo, Mary Mc Pherson, se encuentra ante el dia mas feliz de su vida, va a contraer matrimonio con el heredero del clan mas importante de las tierras altas.
    Pero un oscuro secreto procedente del pasado cambiara su futuro por completo, viendose abocada a una nueva vida donde cada esquina esconde una nueva aventura.
    Descubre lo que ambas historias tienen en comun y como a veces el destino puede estar marcado antes de nacer.

  • Las Arcas del agua de Antonio Morillas Jimenez

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    Las Arcas del agua ayer fueron trigales y hoy son escenario sobre el que se representa la vida. En apenas doscientos metros se concentran los bares en los que coincidimos a diario mayores y jovenes y desde donde vemos caminar, mochila al hombro, a punto de ser derrumbados, a ninos y ninas que vestiran el paisaje del futuro.
    Desde esta atalaya ambulante anoto en el bloc de la vida el deambular por la existencia de unos y otros, el deseo, la anoranza. Pasado y futuro de hombres y mujeres, de ninos, adolescentes y jovenes que suenan, viven, recuerdan y anoran sobre una tierra de aluvion forjada con el verbo resistir que ha alumbrado este presente.

  • Mi orgullo y tus prejuicios de Alissa Bronte

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    Sara tienen miedo a pesar de que ya conocia su destino, aunque saberlo de antemano no lo hace mas facil. Volara a Corea, un lugar lejano y diferente del que no comprende sus costumbres, pero al que tendra que adaptarse ya que su futuro esposo, o el futuro negocio que va a cerrar su padre, es de alli.
    Tras de si dejara amigos, un amor y un hogar que no es perfecto, pero que le es conocido, y se zambullira en otro del que apenas conoce nada.
    Al llegar, no solo se topara con un mundo opuesto al suyo, sino con un guardaespaldas que pondra su interior tambien patas arriba.
    Tambien conocera a su prometido.
    Un internado, peleas, grupos, soledad… Y lo unico que la mantendra en pie sera su orgullo o, tal vez, lo que la haga caer sean los prejuicios.

  • Prestame tu calor (Prestame 8) de Iris Boo

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    La ambicion de otros le arrebataron todo lo que mas queria, y le enseno que ser el jefe de la mafia irlandesa en Chicago exige un alto precio. El nunca busco ese puesto, la venganza le puso ahi, pero no puede dejarlo porque es el unico que puede mantener ese precario equilibrio que sostiene la paz en la ciudad.

  • Despues de Kim de Angeles Gonzalez-sinde

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    Desde que Geraldine y John se divorciaron hace decadas, se ven lo menos posible. Sin embargo, la inesperada muerte de su hija Kim en Espana les obliga a iniciar juntos un viaje en el que no solo tendran que aprender a convivir y a conocerse de nuevo, sino que les embarcara en la busqueda de un nino, su nieto, cuya existencia ignoraban y que ahora desean recuperar. El amor y el desamor del pasado se cruzaran con el presente para ayudarles a superar sus distintos fracasos personales.

  • Contra La Pared de Ruth M. Lerga

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    Era una vista a puerta cerrada, solo la jueza, un par de abogados y el responsable de Jefatura de la operacion a tratar se hallaban en la Sala del Juzgado de Instruccion de lo Penal numero Dos. Tras la exposicion y la presentacion de las pruebas la magistrada hizo muchas preguntas, despues pidio aclaraciones e inquirio documentacion. Y siguieron mas preguntas. El inspector Llagaria, de la Udyco, no era tonto y sabia que se iban a cepillar su orden de registro --una cagada del nuevo se habia cargado la prueba--, asi que trataba de mantener el aspecto sereno, a pesar de que por dentro estuviera hirviendo de rabia, mientras anticipaba en su cabeza lo que iba a escuchar; aunque no imagino tanta educacion, le concedio el punto a la magistrada: el unico punto que pensaba darle dado que iba a joderle a base de bien. --Me temo, letrado, que voy a tener que resolver la desestimacion de la solicitud de... --telita con el nombrecito, se dijo Laura, como cada vez que le caia en la mesa una de sus peticiones-- del Grupo IV de Estupefacientes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Brigada de la Policia Judicial de Valencia. Previendo ella cuanto iba a importunar su fallo, toco la campanilla para cerrar el juicio y comenzo a quitarse la toga a toda prisa, deseosa como nunca de largarse de la estancia. A veces, vigilar el estricto cumplimiento la ley era una mierda, y si ademas a quien cabreabas era a Martin Llagaria, entonces era una putada. Pensaba esconderse en el bano --si, huiria cual rata por tirante-- hasta estar segura de que se habia marchado del juzgado. Una lastima; solia buscar algun motivo de indole legal para tener una charla a solas con el en cuanto se presentaba la ocasion. Siempre se cenian a lo profesional, aquel hombre parecia tener menos sentido del humor que Risto Mejide, pero a ella le gustaba mirarle. A ella y, al parecer, a la mitad de las mujeres de la Ciudad de la Justicia de Valencia, porque cada vez que corria el rumor de que habia una causa de su unidad aparecian por el pasillo desde chicas del equipo de limpieza hasta companeras de magistratura, haciendose las encontradizas, muy cucas ellas. Un tio bueno era un tio bueno y eso no entendia de edad, condicion o estado civil, que a fin de cuentas a nadie le amarga un buen dulce. Sobre sus tacones de aguja de diez centimetros y medio enfilo el pasillo sintiendo como los abogados le taladraban la nuca y salio directa a los banos de caballeros, que estaban casi al lado, metiendose en el aseo de minusvalidos. Ya dentro se sento sobre la taza, cerrada, se quito los stiletto dejandolos caer con placer y estirando los dedos de los pies para relajarlos, y saco del bolso el Kindle. <>. No contaba con que su huida solo aumentaria la mala leche del policia, que la siguio dispuesto a decirle un par de cositas sobre su sentencia. Se sorprendio al verla entrar en los lavabos equivocados. Aunque pensandolo bien, tanto mejor para el: la intrusa seria ella. Abrio la puerta menos de medio minuto despues, se aseguro mirando por debajo de las puertas de que no hubiera nadie mas -- reconocio sus zapatos en el ultimo cubiculo, el mas grande, y no encontro mas pies en los otros banos--, y coloco el cono con el aviso de <> fuera de los aseos, en el pasillo, cerrando tras el. Laura oyo que alguien entraba pero le dio igual, estaba acostumbrada a que otros usaran el vater mientras ella estaba alli, en uno de los poquisimos lugares sin cobertura telefonica en todos los juzgados. Asi que los escuchaba orinar y se entretenia contando cuantos se lavaban las manos despues. Estaba molesta con toda la situacion de aquel proceso: que un error de novato la obligara a rechazar un registro de sota, caballo y rey y tener que denegarselo, para colmo, precisamente a Llagaria. De todas las veces que habian coincidido en los tribunales, aquella era la primera oportunidad que habria tenido de verlo en la calle. Se corrigio al punto: de que la mirara fuera de su trabajo. De haber aceptado, habria podido ir con su unidad hasta el domicilio del presunto delincuente y asi la habria visto por primera vez sin la horripilante bata negra, bajo la que podia esconderse un cuerpo espigado como el suyo o uno enorme como el del juez Rosales, tan ancha era la maldita toga. --?Senoria? !?Pero que mierdas...?!, interrumpio sus pensamientos aquella voz que creyo reconocer como la del inspector. <>, se mofo. --Senoria --repitio la voz de nuevo, y si, para su histeria y sus ganas si que era el--, no se esconda, se que esta en el aseo de minusvalidos, veo la suela roja de sus zapatos, ?puede salir? O como diria usted: me temo que tengo que resolver pedirle que salga --acabo con retintin. Vaya, al parecer podia ser gracioso cuando queria, el colega. --Haz lo que tengas que hacer y dejame --le respondio con voz autoritaria. Era la primera vez que la descubrian alli y se sintio algo avergonzada, pero tambien invadida, aquel era, despues de todo, su refugio. Martin sintio que le estaba vacilando: le tuteaba cuando el la habia tratado segun la formalidad establecida, le hablaba como si la enfadada fuera ella y, para colmo, le echaba del bano de hombres. Iba lista si pensaba que se marcharia. --Lo que voy a hacer es empezar a cagarme en todo. Laura torcio el gesto, divertida por su expresion, y le respondio desde la proteccion que la puerta le ofrecia. --Si lo que desea es defecar ha venido al lugar adecuado, enhorabuena. Por favor, tenga la bondad de hacer uso de mi envio cuando acabe. Y dio una patadita al bote de ambientador que tenia escondido detras del inodoro, que la habia salvado de morir por gases toxicos en mas de una ocasion. El frasco rodo por el suelo hasta el. No le hizo ninguna gracia la bromita. --Lo que quiero es hablar contigo --!a la mierda los formalismos! --, asi que sal de ahi. --Largate --insistio, rebelde. No tenia ganas de enfrentamientos estando enfadada. --No me ire hasta que no salgas --le insistio, con el tono de quien habla con una cria cabezota. Martin incluso se cruzo de brazos, como si ella pudiera verlo, y apoyo un hombro contra la pared. ?Hablaria en serio?, se pregunto Laura. ?Seria capaz de esperarla? Habia huido cual rata y la habia atrapado en su propia ratonera. Claro, como estaba como un queso, el tio... --Puedo denunciarte por acoso --probo de ahuyentarlo. --Y yo hacer saber a todo el edificio que te acosaba en el vater de tios. ?Sales? Una tenia que saber cuando habia perdido y aquello era una derrota en toda regla. --Voy --le confirmo, asegurandose de que su voz se oyera de lo mas digna. Se calzo de nuevo con calma, se aliso la falda, estiro los punos de su camisa y tiro de la manija. Nada. Repitio la maniobra un par de veces, extranada. Nada de nada. Martin escuchaba desde fuera los ruidos de la cerradura bloqueada. --Quita el pestillo --le pidio, exasperado. --El pestillo salta solo cuando abres, listillo. Oyeron los dos como le daba otra vez al manubrio, sin exito. --?Es un truco para no encararme? --Porque era lo que le faltaba para acabar de calentarse del todo. --No digas chorradas e intentalo tu. --A pesar de no estar asustada, su voz salio algo mas aguda. Aquello no le estaba haciendo ni pizca de gracia. El policia se separo de la pared y trato de abrir la puerta, pero no pudo. --Creo, senoria, que te has quedado encerrada. --!Pues haz algo, joder! Levanto las cejas al escuchar la palabrota: la magistrada era siempre muy correcta, jamas la habia escuchado jurar en arameo. --?Tienes algun problema con los espacios cerrados? --se preocupo por ella. --?Tienes tu algun problema en abrirme? --lo reto a cambio, con voz seca. Solto una carcajada sin poder evitarlo: asi que aquella mujer tenia genio e ingenio, despues de todo. Las veces que habian hablado le habia parecido muy seria, distante incluso. Le resultaba imposible mantener una conversacion personal con ella y saber algo de su vida, !y eso que su trabajo consistia en averiguar cosas sin que se notara que interrogaba! Desde el otro lado de la puerta a Laura le sorprendio el sonido: nunca le habia escuchado reir. Asi que despues de todo el inspector no era tan formalito, se animo. Lo veia siempre tan serio y correcto, con su uniforme y su semblante grave. --Pues dadas las circunstancias, creo que podriamos aprovechar para tener una pequena conversacion. Justo de lo que ella habia tratado de escaquearse, metiendose alli. --Esto es un vater, no un confesorio. Abre la puerta y no me agobies. --?Estas segura de que no tienes claustrofobia? --!Que abras la puta puerta, te digo! --perdio las formas, nerviosa. Ya no sabia si era el encierro lo que la estaba poniendo medio histerica o era que el pareciera estar divirtiendose a su costa. Y no es que fuera orgullosa, el humor era su via de escape y se mofaba de todo, de ella misma la primera, pero Martin Llagaria la ponia tensa, estaba demasiado bueno. Sus hombros anchisimos, la enorme espalda, los ojos negros, el pelo ondulado del mismo color --no lo llevaba tan corto como otros companeros suyos-- y su voz. Era grave, sexi. Fijo que podria haber trabajado en una linea caliente. La ponia muy tensa y le ponia un poco, dicho fuera de paso. Ante la exigencia, gritada de malos modos, se puso en accion. Saco del bolsillo unos ganchos y se arrodillo delante de la puerta. --Dame un minuto, llevo un juego de ganzuas, voy a ver que puedo hacer... --Que bien preparado vas, ?no? --se burlo ella, volviendo a descalzarse, sentandose otra vez--. Ni MacGyver. --?Conoces a MacGyer? --lo escucho casi interrogarla con diversion--. Te hacia mas joven, ?cuantos anos tienes? --!Vete a la mierda! Tengo un hermano mayor, eso es todo. -- Pasaba de su interrogatorio. De nuevo Laura lo escucho reir. Deberia sentirse halagada porque la viera tan joven como para no conocer la serie del agente que con un chicle y un petardo te hacia una bomba atomica; y total, tenia solo treinta y tres anos. --Confiesa tu edad o dejare de hurgar en la cerradura. Y como para hacerle saber que iba en serio, dejaron de escucharse los ruiditos del gancho removiendose. La amenaza funciono. --La dichosa edad de Cristo. --Eso explica que seas un martirio. --!Oye! --se quejo, mas seria esta vez. --Olvidalo. Nada --se rindio--, que el maldito pomo no salta. --Sigue intentandolo. --No tiene caso. Por cierto, ya podrias usar el <> alguna vez --le reprocho al tiempo que seguia probando a ver si podia hacer saltar el pestillo, poco esperanzado. --Por favor, puerta, abrete --dijo burlona, evitando pedirselo a el. --?Quien te crees que eres, Ali Baba? Deberias probar entonces con <>, ?o no te contaron bien el cuento? --!Tu si que tienes cuento! A ti esto te divierte, ?no? La idea de llamar a los bomberos y que todo el mundo se entere de que suelo encerrarme aqui. Que perra tenian las mujeres con los bomberos, de verdad. Si la gente respetara la mitad al Cuerpo Nacional de Policia otro gallo les cantaria. Pero no, todo para el equipo rojo, nada para el equipo azul. --Entiendo por tus palabras que el hecho de que hoy estes aqui no es algo excepcional, por tanto. --Abre. La. Puerta. --No. Puedo. --!Pues dale una patada y adentro, joder! --acabo por exasperarse. Martin estaba cachas, debia hacer ejercicio muy a menudo, pesas si tenia que apostar. Podia tumbar la puerta si queria, como en las peliculas. --La puerta se abre hacia afuera y la ley Corcuera --que permitia abrir una puerta sin permiso del juez si se sabia que se estaba delinquiendo detras de esta-- fue declarada inconstitucional en 1993, deberias saberlo. --Si siguiera vigente no habrias venido esta manana al juzgado a pedirme un imposible, como si yo fuera el genio de la lampara. Se maldijo por sacar el tema de su sentencia. --Hablando de eso... --?De mi genio? --se esperanzo. --Sabes que no. --?De mi fallo, entonces? --se resigno. --Me alegro de que reconozcas que ha sido un fallo garrafal, me has ahorrado medio discurso. --Dejate de gilipolleces y sigue con la ganzua... --le espeto. No queria hablar del juicio, de verdad que no queria.

  • El lince y el clavel (Destinos en la tormenta 2) de Zahara C. Ordonez

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    Galicia, marzo de 1846 De todas las cosas que pense que tendria que hacer en la vida, ver casarse a la mujer que amaba no era una de ellas. Dicen que el ser humano ha sido creado para ser resiliente y soportar los envites del destino, por duros que estos sean, pero estoy seguro de que cuando dicen eso olvidan los que te da el amor. El amor golpea casi tan fuerte como la muerte. De hecho, si hiciera caso a algunos poetas, ambos vendrian de la mano. En el pulso que el amor y yo habiamos jugado, sali perdiendo. Herido de gravedad, me habia retirado. Lo habia hecho porque amar es desear la felicidad del otro, y su felicidad no estaba conmigo. He oido que el tiempo cura las heridas; sin embargo, lo que no me dijeron es que, cuando algo duele, el tiempo cobra proporciones de infinito. Querria decir que el dolor habia quedado atras; hablar de el en pasado; decir que el corazon ya no me quemaba cuando pensaba en ella; que su nombre se habia diluido en mi memoria como gotas de lluvia en un charco. Querria decir que ya no la amaba. Que no me importaba que sus labios besasen los de otro. Podria decirlo, pero mentiria. Mentiria del mismo modo que le habia mentido a ella al decirle que entendia que lo amase a el; que sin ella en mis brazos iba a poder seguir respirando. Mentiria del mismo modo que menti al tenerla de nuevo frente a mi, mientras ella me miraba con esa sonrisa que era para mi el mismo cielo, y pronunciaba un <> con sus labios de miel. Esos labios en los que habia imaginado mis besos. Besos que habian emprendido el vuelo para no regresar jamas. <>, quise responder. <>. Quiza debi decirle eso la ultima vez que nos vimos, mas elegi su felicidad por encima de la mia y ya no habia marcha atras. Ahora tenia que seguir mintiendo. --Si, Victoria. Estoy bien. --Sonrei, aunque por dentro me estuviera quebrando. Aunque mi corazon no fuera ya mas que un cristal roto en cientos de esquirlas--. ?Y tu? ?Como estas? Ella se acerco despacio a mi. En aquel jardin prenado de hortensias y altos arboles de hojas verdes, con su blanco vestido de novia, se me antojo una de esas ninfas de los cuentos que mi madre me solia narrar cuando era pequeno. --Bien. Estoy bien --dijo, y extendio sus manos para coger las mias--. ?Por que no estas en el banquete con el resto? Victoria y Elias habian querido casarse en aquel lugar del fin del mundo, y despues de una sencilla ceremonia en la iglesia, nos habian hospedado en un pazo senorial propiedad de unos amigos de los Vergara, donde habian celebrado un banquete en los jardines. Aunque el dia habia amanecido gris, la lluvia habia dado algo de tregua y el sol hizo acto de presencia, jugando a esconderse entre los nubarrones que surcaban el cielo. Sus formas se pintaban sobre la hierba, y sobre la bella e imponente construccion de granito que se alzaba entre ellos y que imitaba a los viejos castillos de epoca medieval, con tres torres cuadradas y almenadas de distintas alturas. En contraste con su aspecto fortificado, las ventanas estaban formadas por una triple arcada apoyada en columnas esbeltas con capiteles corintios y adornadas con hermosas vidrieras emplomadas. La hiedra trepaba por la fachada dibujando caprichosas formas y dandole verdor a la piedra. --Solo estaba paseando --me excuse, tomando sus manos, tan calidas como las recordaba--. Necesitaba un poco de aire. Me miro con gesto comprensivo. --?Demasiada gente? --Demasiada gente y... Agache la vista y la clave en el suelo. No quise terminar la frase para no molestarla, pero la verdad es que me sentia como un bicho raro rodeado de tanto senoritingo. A pesar de lo precipitado de la boda, a esta habia acudido lo mejor de la sociedad de varias capitales espanolas y tambien del extranjero. Gente que tenia una decena de apellidos, algunos impronunciables, asi como todos los socios comerciales de Rafael, el hermano de Victoria. Me sentia perdido entre conversaciones que no comprendia y todas se me antojaban terriblemente insustanciales. Ni siquiera la compania de Lily y Bernardo, que a ratos hablaban conmigo, a ratos con el resto de comensales de nuestra mesa, me hizo menos dificil el trago. Si mi madre o mi hermana hubieran estado alli, al menos habria tenido a alguien con quien hablar, pero mi madre no queria dejar la venta sola, y Gabriela aun no se encontraba con animos como para emprender aventura alguna y menos aun si esta tenia que ver con el enlace de Elias. Aunque se habian separado de forma amistosa y de mutuo acuerdo, los sentimientos pueden ser traicioneros. Y yo… yo debi quedarme en Madrid estudiando, y no acudir a esa boda que me rompia en mil pedazos. Sin embargo, tras mas de cuatro meses sin ver a Victoria, las ganas de estar con ella pudieron mas que cualquier otro juicio emitido por mi razon, esa que parecia abandonarme cada vez que me hallaba frente a ella. Que estupido habia sido al decir que si cuando recibi la carta en la que me invitaba al enlace. Yo ya no sabia si la estupidez me era inherente o el amor me habia vuelto imbecil, pero acepte estar alli y ahora tenia que tragar saliva, aunque tuviera la garganta llena de sangre por las palabras que querria decirle y que iban alli a morir sin llegar jamas a mis labios. --Ya se que no estas comodo --dijo ella con voz triste--. Quiza no debi pedirte que vinieras. Levante la vista, negue con la cabeza y me force a sonreir. --De verdad. No te preocupes por mi. Hoy es tu gran dia. --Alce una de mis manos y la apoye en su mejilla. Victoria dibujo en sus labios una sonrisa que acelero mi corazon. --Gracias --dijo posando su mano sobre la mia--. Al menos espero que estes disfrutando de la comida. Teniendo en cuenta mis tribulaciones, todas aquellas exquisiteces me supieron amargas, pero fingi una vez mas que no era asi. --Si, y ojala supiera pronunciar el nombre de los platos. La mitad estan en frances. Victoria se echo a reir. Retiro su mano y senti aquel vacio de forma intensa. Como si me hubieran quitado la piel. Aleje yo tambien la mia de su rostro y la baje, apretando el puno despues. No sabia si para atesorar el tacto que aun me quedaba de ella, o para acallar mis anhelos con la fuerza. --?Como van tus estudios? --pregunto--. Espero que el teatro no te este alejando mucho de tus obligaciones. --No son como me los imaginaba. Yo solo quiero estudiar Medicina y estoy haciendo de todo menos eso. Todavia quedan algunos anos hasta que pueda ir a la facultad mayor. --Podria ayudarte. Mi hermano conoce a gente que... La interrumpi. --No quiero que uses tus influencias para situarme en un lugar al que puedo llegar por mi mismo. Bastante es que he aceptado tu ayuda economica. Casi cada dia me recuerdan que es el hombre quien ha de proveer a la mujer, y no al reves. --La gente siempre murmura mas de lo que debe. No les eches cuentas. Solo soy una amiga ayudando a un amigo. <>. Esa palabra casi me dolia. Estar plantado en esa frontera me quemaba los pies. --Conseguire que te adelanten el examen de bachiller para que puedas ir cuanto antes a la facultad. --Y da igual lo mucho que intente impedirtelo, ?verdad? --Exactamente. --Sonrio de nuevo. --Esta bien. Me rindo. Contigo siempre me toca rendirme y aceptar lo que tu decidas. --No pude evitar que mi tono de voz revelase las verdades que guardaba mi corazon. Ella, sabedora de mis secretos, me miro atribulada. Habia en sus ojos un perdon que supe leer, pero que no me consolaba. --Nicolas, dijiste que... --Se lo que dije --la interrumpi. No pude mas y hable, ignorando lo que aconsejaba la prudencia--. Se que te tuve en mis brazos y que no rechiste cuando me hablaste de tus sentimientos por el; que te escribi diciendo que todo estaba bien, que la herida de mi corazon casi se habia cerrado. Se que te dije que me alegraba de que fuerais a casaros. ?Y sabes lo que se tambien? Que te he querido como nunca quise a nadie. Que aun lo hago. Por eso siempre tienes las de ganar, Victoria. Por eso siempre dire que si a cuanto me pidas. Ella tomo aire y despues lo solto despacio. Tuve la impresion de que se encontraba mal. De que la intensidad de mis palabras la habia herido. Y me senti terrible, pues lo ultimo que queria era hacerle dano. Victoria aferro mi antebrazo por unos segundos para no ceder al mareo que lei en la palidez que embargo su rostro de forma repentina. --?Estas bien? --pregunte preocupado. Ella nego con la cabeza y volvio a tomar aire. La agarre atrayendola hacia mi pecho y cobijandola en el. --Debe de ser agotamiento. No es que Malaga este a la vuelta de la esquina y un viaje tan largo cansaria a cualquiera --le dije--. Ademas, seguro que has hecho mas de lo que debias para que todo saliera hoy a la perfeccion. --No es eso... --murmuro ella. Temi que algo la estuviera enfermando y la tome por los hombros, apartandola un poco de mi y mirandola con gesto serio. Alzo la vista y me perdi en sus ojos negros hasta que hablo. --Espero un hijo de Elias. --?Que...? --La voz me salio entrecortada--. ?Como...? Ella se ruborizo y agacho la mirada. --Creo que sabes bien como se hacen los hijos, Nicolas. No le pidas a una dama que te lo explique. --Yo... --La capacidad de unir las palabras para formar una frase parecia haberme abandonado--. ?Cuando? Os acabais de casar. Victoria no despego los ojos del suelo. --?Hace cuanto tiempo lo sabes? --insisti. --Poco despues de regresar a Malaga. No me costo demasiado atar cabos. La noche que Elias paso en la venta; el dia que los encontre juntos en el campo con las ropas deslavazadas... --?Quieres decir que llevas un hijo de cuatro meses en tu vientre? Un <> salio con miedo de los labios de Victoria, sin mirarme aun. --Por eso habeis celebrado la boda tan aprisa --murmure. Mientras yo me moria de amor por ella, ella se arrojaba a los brazos de el, sin condiciones. La mire con una mezcla de sorpresa y enfado. --Que idiota he sido. Pense que en algun momento habia tenido posibilidades contigo. Que una parte de tu corazon estaba conmigo. --Y lo estaba --dijo, y me miro. Su rostro seguia algo palido y se turbo todavia mas al ver un reproche en el mio.--?Como puedes decir eso cuando no dudaste en entregar tu cuerpo a el? --No me lo preguntes, Nicolas. Yo... Es complicado de explicar. --No es complicado, Victoria. Di la verdad: es imposible. No se puede explicar aquello que jamas ha existido. Nunca sentiste nada por mi y fui un idiota por llegar a pensar que habia algo de amor en ti. No habia nada. --Me aparte de ella y eche a caminar alejandome unos pasos, hasta que me detuve, dandole la espalda. Un nudo se formo en mi garganta y me quebro la voz al decir las siguientes palabras--. Solo compasion por el solitario chico de la venta. --No digas eso. --La oi murmurar. Su voz tambien salio tremula--. Te quise. Y te quiero. --Pero no lo suficiente. Nunca sere lo suficiente para nadie. --Habia pretendido que aquello se quedase en un mero pensamiento, pero salio de mis labios sin que yo pudiera evitarlo. Victoria llego hasta mi espalda y me abrazo con fuerza. Senti sus brazos en torno a mi; sus manos aferrandose a mi vientre. Las observe en silencio. El pecho me dolia. --No digas eso --repitio--. No lo digas, por favor. Tu eres mas de lo que nadie podria desear. --No para ti. --Pero algun dia lo seras para alguien, Nicolas. Estoy segura. El nudo de mi garganta se torno de roca. Ya casi no podia ni respirar. Me solte de su abrazo y eche a andar de nuevo. --Necesito pasear un rato. --Por favor, no quiero despedirme asi de ti. No quiero que haya cuitas entre nosotros. Me detuve, armandome de valor para mirarla. Cuando mis ojos se encontraron con los suyos, me debati entre ser comprensivo con ella o seguir soltando lo que llevaba dentro. Una vez mas, termine por diluir mi frustracion en el oceano de su mirada. --No es una despedida, Victoria. --Trate de sonreir--. Ojala fuera capaz de decirte <> para siempre, aunque me temo que eso es algo que nunca pasara. De alguna forma me siento unido a ti, a pesar de que tu... Ella miro al suelo de nuevo y se mordio el labio inferior, sin duda atribulada. --Lo siento --murmuro. --?Por que ibas a sentirlo? Solo has hecho lo que tu corazon te ha pedido que hagas. --Camine de nuevo hacia ella, hasta que estuvimos frente a frente, apenas separados por un palmo--. Yo debi de haber hecho lo mismo. Pelear por ti hasta que no me quedaran fuerzas. Pero quise respetar tus deseos. Ponerlos por encima de los mios. ?Puedo decir lo mismo de el? --No la emprendas con Elias. Nunca ha hecho nada que yo no quisiera. --El perfecto y valiente Elias Marin. Solo siento dolor cuando pienso en el y en ti --dije aquello y le pedi a mis lagrimas que no asomasen a mis ojos. No queria que ella me viera llorar. --Nicolas... --Pronuncio mi nombre con carino--. Algun dia dejaras de amarme y el dolor se ira. --?Algun dia? ?Y por que no hoy? No quiero amarte mas, pero no se como hacerlo. No se dejar de amarte, como tampoco se odiarte, aunque ganas no me faltan. No se que quiero cuando se trata de ti. Me estoy volviendo loco. Estar en Madrid, lejos de ti, es lo mejor que me ha pasado; a pesar de que en los primeros dias me faltaba el aire por tu ausencia. Ahora mismo echaria a andar hacia alli y no pararia hasta llegar. Lo que sea con tal de alejarme de tu vera. Contraviniendo mis palabras, mis pies dieron un paso mas hacia ella. Mire sus labios otra vez; hogar donde habrian ido a parar todos mis besos. Hogar en el que mi corazon, desoyendo al dolor y las circunstancias, habria dejado un beso en aquel instante. Incline la cabeza despacio hacia ella, sin poder controlarme. Sin ser capaz de decirme a mi mismo lo inconveniente de aquello. Victoria no se movio mientras me miraba con un sentimiento que vi en sus ojos y que me revelo que ella tambien anhelaba aquel beso. Quiza no por las mismas razones que yo. Quiza solo para darme un regalo de despedida. Para, en aquel momento amargo, decirme <> de forma dulce. A punto estaban mis labios y los suyos de encontrarse cuando ambos fuimos conscientes de que aquello torceria mas las cosas entre nosotros. Puede que me regalase un beso, pero su amor no era para mi. Puede que yo tomase aquel beso, pero seria abrir mas la herida de mi corazon. Por eso, en el ultimo instante, ella giro el rostro despacio y yo ladee el mio. Mis labios encontraron el unico hogar que hallarian en el rostro de Victoria: su mejilla. Un beso entre amigos. Un beso entre dos almas afines que una vez se encontraron y que estarian destinadas a no separarse jamas, mas sin entrelazarse nunca del todo. Ella siempre seria mia. Yo siempre seria suyo. Pero nuestro amor no habia sido escrito con el fuego de Venus, ni nuestras almas hechas de identica materia. Ella era de Elias. Y yo... yo no era de nadie. Y en medio de aquel instante, una voz irrumpio entre nosotros, pronunciando su nombre. --Victoria. Mire tras ella y vi a su hermano, que la llamaba haciendole senas para que fuera junto a el. Ella giro la cabeza por un instante y asintio, para despues volver a fijar sus ojos en mi. Fue a decir algo, pero callo. Quiza porque ya nos lo habiamos dicho todo. Quiza porque quedaba todo por decir. En cualquier caso, beso mi mejilla y se fue en pos de Rafael. La vi alejarse como quien contempla un barco adentrandose en el mar, sabiendo que en algun momento la linea del horizonte se lo tragara y este desaparecera para siempre; como si nunca hubiera estado; como si su surco sobre las olas jamas hubiera existido. Cuando la perdi de vista, todas las lagrimas que habia aguantado surgieron de mis ojos de forma incontrolada. Aprete los parpados sintiendo como estas recorrian mis mejillas. El corazon y la garganta me quemaban y solo tuve ganas de echar a correr. Ojala hubiera tenido conmigo a Canela para montar en ella y perderme entre los familiares caminos de mi ninez, a tantas leguas de donde me encontraba. Ojala hubiera tenido tambien a mi Luna, para acompanarme en los paseos; para verla correr y sentir su alegria cuando lo hacia. Y, a falta de mi yegua, decidi usar mis piernas y correr a toda prisa hasta perderme en aquellos frondosos jardines.

  • Buscandome te encontre, Mile P. D. Bluett de Mile P. D. Bluett

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    Cecilia tiene 19 millones de seguidores en su exitoso canal de YouTube y una belleza que puede sofocar al hombre mas dificil. Pero cuando apaga la camara solo es una chica a punto de casarse, que no quiere llegar al altar con los secretos que se ha dedicado a coleccionar. Necesita con urgencia ayuda para que sus planes de boda no terminen en fracaso. Cuando acude a terapia y conoce al Doctor Huxley, alias Doctor Tentacion, descubre que no cumple con su estereotipo de psicologo: “viejo aburrido que podria escucharme por horas sin parpadear”. Un pensamiento se le queda grabado: “Deberia haber una prohibicion para que los hombres guapos no puedan ejercer como terapeutas”.
    Lo que ella no sabe es que Alex, quien la recibe en el consultorio del psicologo, piensa algo similar sobre ella: “Preciosa y prohibida, de esas mujeres que no deseas tener de pacientes ni en un millon de anos”.

  • El Milagro del Rey (Valle de los Susurros) de Trinity Blacio

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    Morgan Hobill habia esperado toda su vida para encontrar al hombre perfecto, y lo encontro, pero solo durante dos anos, hasta que desaparecio. De vuelta en la cabana que el le habia regalado a ella hacia un ano, Morgan seguia esperandolo, buscando darle una oportunidad mas en Nochebuena. ?Se hara su historia realidad? ?Recibira su unico deseo para esa navidad?

  • Tiramisu al ron de Milly Johnson

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    Ven, Roz, Olive y Frankie se conocen desde el colegio. Sonaban con un futuro glorioso, lleno de riquezas, romance y trabajos fabulosos. !El mundo seria suyo! Veinticinco anos mas tarde, Olive limpia casas para mantener a un marido en paro y a una suegra impedida. Roz es incapaz de demostrarle amor a su companero Manus porque su mujeriego exmarido ha destrozado su capacidad para confiar en los hombres. Y parece que nadie sabe nada de Frankie… Pero Ven esta decidida a reunir a sus amigas y a convertir el sueno que tenian desde ninas en realidad.

  • Casa de espias de Daniel Silva

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  • Mi pecado: Premio Primavera de Novela 2018 de Javier Moro

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    Javier Moro recrea en Mi pecado una historia que sucedio realmente. Su protagonista es la actriz espanola Conchita Montenegro quien, en 1930 con apenas 19 anos, desembarco en Hollywood.

  • Trece Fantasias 1 (STEEL) de Rose Gate

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    El libro que pondra a prueba si eres capaz de abrir tu mente hacia el sexo.

  • Genesis de Sofia Olguin

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    EL GENESIS DEL NUEVO MUNDO COMIENZA CON UNA HISTORIA DE AMOR
    Victor es huerfano y vive en el orfanato de Blue Lagoon desde que tiene memoria. Cuando los chicos grandes lo golpean, Vic se encierra en el cobertizo a comer insectos.
    Una tarde de verano, un mago llamado Jonathan llega al orfanato para entretener a los ninos y en cuanto lo ve, Vic se siente misteriosamente atraido por el. Ambos comienzan una ambigua relacion de amistad y el chico descubre que Jonathan tambien tiene aficion por los insectos.
    Vic no comprende la naturaleza de sus sentimientos. Llegado a la adolescencia, su obsesion por el mago lo lleva a hacer cosas que jamas habia imaginado hacer.
    Jonathan ha llegado a Blue Lagoon en busca de alguien. Y cuando ve a Vic, sabe que lo ha encontrado

  • Eva y Juan de Cynthia Wila

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    "En los primeros tiempos de relacion, a ella le costaba pensar. Su presencia la llenaba de extasis; no podia, no queria, otra cosa mas que tocarlo y que el la tocara tambien, que la abrazara fuerte, la oliera, que sus manos fueran imprudentes y le llenaran el cuerpo de caricias. Que su pasion borrara las marcas de una vida de dolor."

  • Mariposa de fuego (Mariposas negras 2) de Concha Alvarez

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  • El umbral de la eternidad de Ken Follett

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  • Por ultimo, el corazon de Margaret Atwood

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    Duena de una de las mentes mas lucidas del panorama literario actual, Margaret Atwood no es solo una institucion de las letras canadienses, sino tambien una figura relevante que se ha volcado por igual en la promocion de la literatura y la proteccion del medioambiente. Esta novela, su ultima obra publicada, se inscribe en el ambito de la ficcion especulativa, genero en el que Atwood ha cosechado algunos de los mayores exitos de su formidable bibliografia.
    Victimas de la debacle economica, Stan y Charmaine se instalan en el coche tras perder su casa. Malviven gracias a los escasos ingresos que ella consigue en un bar de poca monta. Es entonces cuando llama su atencion un anuncio acerca del Proyecto Positron, un experimento social en el que los habitantes de la idilica ciudad de Consiliencia se dividen en dos grupos que alternan su modus vivendi cada treinta dias: mientras el cincuenta por ciento se recluye en la Penitenciaria Positron para mantener el sistema, la otra mitad disfruta de plena libertad y lleva un estilo de vida propio de la clase media. Al cabo de un mes, intercambian sus roles: los libres ingresan en prision y los encarcelados se instalan en las viviendas que ocupaban los nuevos reclusos, haciendo uso comun de todos los objetos, enseres y aparatos. Agotado el entusiasmo inicial, Stan y Charmaine no tardan en percatarse de que Consiliencia no es el paraiso que habian imaginado y pronto se ven envueltos en una serie de aventuras disparatadas, atrapados en un torbellino de lujuria que les hara cuestionarse sus valores y sentimientos mas profundos.

  • El desconocido (Solo una noche 1), Kyra Davis de Kyra Davis

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    Primera parte de <>, la trilogia erotica superventas que te sumergira en una pasion irresistible.

  • 25 noches de insomnio 3 de Marcelo Di Marco

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    Debo confesar que no suelo frecuentar el mundo de los relatos de terror, pero creo que la literatura argentina no abunda en autores del genero. Fuera de Horacio Quiroga y mi amigo Juan-Jacobo Bajarlia, podria mencionar escasos nombres. De modo que la propuesta de Marcelo di Marco para que ocupara este espacio, me dio la oportunidad de bucear en aguas para mi casi desconocidas. Fue una instructiva y placentera experiencia que agradezco. Valio la pena disfrutar de una prosa ajustada y entretenida, que suena segun la necesidad del sujeto y deriva de la procacidad mas chabacana a un lenguaje terso y cuidado que introduce al lector en infinitos e inesperados universos. Como a Publio Terencio, nada humano le es ajeno a Marcelo, que propone en estos cuentos una galeria de personajes y situaciones de perversidad y horror que no excusa ni a los ninos ni a las escuelas. En las paginas finales, el libro propone una interesante serie de comentarios sobre la estructura de los relatos y devela utilisimos trucos del oficio que, con seguridad, seran aprovechados por la legion de alumnos que desfilan por sus talleres. Ruben Tizziani

  • Reencuentro con el pasado de Dakota Milano

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    Cuando la unica opcion para vivir es dejar el pasado.

    Deje que un extrano enmascarado me vendara los ojos.

  • Sakura de Matilde Asensi.

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    En 1990, Ryoei Saito, un multimillonario japones, adquirio El retrato del doctor Gachet, de Vincent Van Gogh, en una subasta de Christie’s por la suma mas grande pagada hasta entonces por una pintura: 82,5 millones de dolares. El multimillonario fallecio poco despues y, con el, el cuadro desaparecio para siempre.

  • Mi tirano favorito de Olga Hermon

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    Llega una nueva historia de amor de Olga Hermon.

  • Mas maldito karma de David Safier

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    Daisy Becker es una actriz de segunda totalmente caotica: bebe, fuma y roba a sus companeros de piso. A sus veintipocos anos tendra un accidente de trafico con Steve Barton, una arrogante estrella de Hollywood que esta en Berlin rodando la nueva pelicula de James Bond. Una vez muertos, Buda les dice que en sus vidas han juntado demasiado mal karma, y ambos se reencarnan en hormigas. Pero ninguno de los dos tiene muchas ganas de ir a la guerra como soldados-hormiga. Ademas se enteran de que el mejor amigo de Daisy, del que ella esta enamorada, y la mujer de Steve salen juntos. ?Que pueden hacer? Ir en busca del buen karma y subir los peldanos de la escalera de la reencarnacion hasta volver a ser humanos. Pero no es tan sencillo, pues Daisy y Steve no se soportan y estan constantemente echandose la culpa del accidente el uno al otro. Y todavia todo se vuelve mas dificil cuando parece que se empiezan a enamorar…

  • Ren. A microfono solitario de Kannah Winter

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    Nadie te prepara para sufrir, pero sin embargo, yo siento desde que el inicio de mi vida estaba mas que lista para sufrir.
    Cuando conoci a Ren esa noche de eterno invierno en la playa, supe que estaba mas que lista para sufrir sin importar que.
    Quizas mi madre siempre tuvo razon, dos personas que llevan el mismo nombre y se amen, eso no implica que puedan estar juntas. Quizas debi aprender de los errores de mis padres y cambiar la direccion de mi destino.
    Pero mi amor por la musica y por Ren me llevo a sufrir justo como todo estaba planeado. Quizas despues de todo debo esperar a que algo bueno suceda.
    Aquellas noches y conciertos, aquellas canciones y las melodias suaves del piano de Ren, esos son mis mejores recuerdos.
    Dime, Ren, tu que estas muerto, ?crees que naciste para sufrir?

  • Las trompetas de Jerico de Nicholas Wilcox

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    El alto mando aleman empieza a ser consciente de que su ofensiva parece haberse estancado. El avance de Hitler necesita un nuevo impulso, y poco importa de donde provenga.

  • Llamame Por Tu Nombre (LGBT) de Andre Aciman

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    Un viaje por los rincones mas profundos de los sentimientos y del erotismo.