• Matrimonio de apariencia (Los Knightley 2) de Ruth M. Lerga

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    Continua la apasionante serie <> ambientada en la regencia inglesa, de mano de Ruth M. Lerga.

  • La bestia de la bella (La bella y la rosa 1) de Lee Savino

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    Ella saldara la deuda de su familia de una forma u otra...
    Daphne es hermosa, pero ella no lo sabe.
    Es un patito feo que se convertira en la bella del baile.
    Hace anos, su padre me robo y es hora de mi venganza.
    Yo soy el monstruo en la oscuridad. El minotauro del laberinto.
    El mal del que su padre le advirtio.
    Me la llevare a mi castillo. La encerrare en mi torre. La hare mia de todas las formas posibles.
    Ella pagara por los pecados de su familia... para siempre.
    Ella es la bella y yo soy la bestia.

  • Fuego en la montana de Penelope Dunn

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    Laura viene saliendo de una relacion toxica y tortuosa, y su amiga la ayuda a despejarse invitandola a pasar unos dias de vacaciones a la montana.

  • El Abrazo de la Noche de Sherrilyn Kenyon

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    Durante siglos he protegido a los inocentes y vigilado a la humanidad, manteniendoles seguros en un mundo donde nada es definitivo. En su lugar, me encontre con una carroza del Mardi Glass que intento atropellarme y una mujer encantadora que salvo mi vida. Extravagante y llamativa, Sunshine Runningwolf deberia ser la mujer ideal para mi. Ella no desea nada mas alla de esta noche, ni ataduras, ni compromisos a largo plazo. Pero cada vez que la miro, comienzo a anorar suenos que creia haber enterrado hace siglos. Con sus modales poco convencionales y su habilidad para desconcertarme, Sunshine es la unica persona a quien me encuentro deseando. Pero para mi, amarla representaria su muerte. Estoy maldecido a no encontrar nunca paz ni felicidad, no mientras mis enemigos esperen en la noche para destruirnos a ambos. -- TALON DE MORRIGANTES --

  • El lince y el clavel (Destinos en la tormenta 2) de Zahara C. Ordonez

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    Galicia, marzo de 1846 De todas las cosas que pense que tendria que hacer en la vida, ver casarse a la mujer que amaba no era una de ellas. Dicen que el ser humano ha sido creado para ser resiliente y soportar los envites del destino, por duros que estos sean, pero estoy seguro de que cuando dicen eso olvidan los que te da el amor. El amor golpea casi tan fuerte como la muerte. De hecho, si hiciera caso a algunos poetas, ambos vendrian de la mano. En el pulso que el amor y yo habiamos jugado, sali perdiendo. Herido de gravedad, me habia retirado. Lo habia hecho porque amar es desear la felicidad del otro, y su felicidad no estaba conmigo. He oido que el tiempo cura las heridas; sin embargo, lo que no me dijeron es que, cuando algo duele, el tiempo cobra proporciones de infinito. Querria decir que el dolor habia quedado atras; hablar de el en pasado; decir que el corazon ya no me quemaba cuando pensaba en ella; que su nombre se habia diluido en mi memoria como gotas de lluvia en un charco. Querria decir que ya no la amaba. Que no me importaba que sus labios besasen los de otro. Podria decirlo, pero mentiria. Mentiria del mismo modo que le habia mentido a ella al decirle que entendia que lo amase a el; que sin ella en mis brazos iba a poder seguir respirando. Mentiria del mismo modo que menti al tenerla de nuevo frente a mi, mientras ella me miraba con esa sonrisa que era para mi el mismo cielo, y pronunciaba un <> con sus labios de miel. Esos labios en los que habia imaginado mis besos. Besos que habian emprendido el vuelo para no regresar jamas. <>, quise responder. <>. Quiza debi decirle eso la ultima vez que nos vimos, mas elegi su felicidad por encima de la mia y ya no habia marcha atras. Ahora tenia que seguir mintiendo. --Si, Victoria. Estoy bien. --Sonrei, aunque por dentro me estuviera quebrando. Aunque mi corazon no fuera ya mas que un cristal roto en cientos de esquirlas--. ?Y tu? ?Como estas? Ella se acerco despacio a mi. En aquel jardin prenado de hortensias y altos arboles de hojas verdes, con su blanco vestido de novia, se me antojo una de esas ninfas de los cuentos que mi madre me solia narrar cuando era pequeno. --Bien. Estoy bien --dijo, y extendio sus manos para coger las mias--. ?Por que no estas en el banquete con el resto? Victoria y Elias habian querido casarse en aquel lugar del fin del mundo, y despues de una sencilla ceremonia en la iglesia, nos habian hospedado en un pazo senorial propiedad de unos amigos de los Vergara, donde habian celebrado un banquete en los jardines. Aunque el dia habia amanecido gris, la lluvia habia dado algo de tregua y el sol hizo acto de presencia, jugando a esconderse entre los nubarrones que surcaban el cielo. Sus formas se pintaban sobre la hierba, y sobre la bella e imponente construccion de granito que se alzaba entre ellos y que imitaba a los viejos castillos de epoca medieval, con tres torres cuadradas y almenadas de distintas alturas. En contraste con su aspecto fortificado, las ventanas estaban formadas por una triple arcada apoyada en columnas esbeltas con capiteles corintios y adornadas con hermosas vidrieras emplomadas. La hiedra trepaba por la fachada dibujando caprichosas formas y dandole verdor a la piedra. --Solo estaba paseando --me excuse, tomando sus manos, tan calidas como las recordaba--. Necesitaba un poco de aire. Me miro con gesto comprensivo. --?Demasiada gente? --Demasiada gente y... Agache la vista y la clave en el suelo. No quise terminar la frase para no molestarla, pero la verdad es que me sentia como un bicho raro rodeado de tanto senoritingo. A pesar de lo precipitado de la boda, a esta habia acudido lo mejor de la sociedad de varias capitales espanolas y tambien del extranjero. Gente que tenia una decena de apellidos, algunos impronunciables, asi como todos los socios comerciales de Rafael, el hermano de Victoria. Me sentia perdido entre conversaciones que no comprendia y todas se me antojaban terriblemente insustanciales. Ni siquiera la compania de Lily y Bernardo, que a ratos hablaban conmigo, a ratos con el resto de comensales de nuestra mesa, me hizo menos dificil el trago. Si mi madre o mi hermana hubieran estado alli, al menos habria tenido a alguien con quien hablar, pero mi madre no queria dejar la venta sola, y Gabriela aun no se encontraba con animos como para emprender aventura alguna y menos aun si esta tenia que ver con el enlace de Elias. Aunque se habian separado de forma amistosa y de mutuo acuerdo, los sentimientos pueden ser traicioneros. Y yo… yo debi quedarme en Madrid estudiando, y no acudir a esa boda que me rompia en mil pedazos. Sin embargo, tras mas de cuatro meses sin ver a Victoria, las ganas de estar con ella pudieron mas que cualquier otro juicio emitido por mi razon, esa que parecia abandonarme cada vez que me hallaba frente a ella. Que estupido habia sido al decir que si cuando recibi la carta en la que me invitaba al enlace. Yo ya no sabia si la estupidez me era inherente o el amor me habia vuelto imbecil, pero acepte estar alli y ahora tenia que tragar saliva, aunque tuviera la garganta llena de sangre por las palabras que querria decirle y que iban alli a morir sin llegar jamas a mis labios. --Ya se que no estas comodo --dijo ella con voz triste--. Quiza no debi pedirte que vinieras. Levante la vista, negue con la cabeza y me force a sonreir. --De verdad. No te preocupes por mi. Hoy es tu gran dia. --Alce una de mis manos y la apoye en su mejilla. Victoria dibujo en sus labios una sonrisa que acelero mi corazon. --Gracias --dijo posando su mano sobre la mia--. Al menos espero que estes disfrutando de la comida. Teniendo en cuenta mis tribulaciones, todas aquellas exquisiteces me supieron amargas, pero fingi una vez mas que no era asi. --Si, y ojala supiera pronunciar el nombre de los platos. La mitad estan en frances. Victoria se echo a reir. Retiro su mano y senti aquel vacio de forma intensa. Como si me hubieran quitado la piel. Aleje yo tambien la mia de su rostro y la baje, apretando el puno despues. No sabia si para atesorar el tacto que aun me quedaba de ella, o para acallar mis anhelos con la fuerza. --?Como van tus estudios? --pregunto--. Espero que el teatro no te este alejando mucho de tus obligaciones. --No son como me los imaginaba. Yo solo quiero estudiar Medicina y estoy haciendo de todo menos eso. Todavia quedan algunos anos hasta que pueda ir a la facultad mayor. --Podria ayudarte. Mi hermano conoce a gente que... La interrumpi. --No quiero que uses tus influencias para situarme en un lugar al que puedo llegar por mi mismo. Bastante es que he aceptado tu ayuda economica. Casi cada dia me recuerdan que es el hombre quien ha de proveer a la mujer, y no al reves. --La gente siempre murmura mas de lo que debe. No les eches cuentas. Solo soy una amiga ayudando a un amigo. <>. Esa palabra casi me dolia. Estar plantado en esa frontera me quemaba los pies. --Conseguire que te adelanten el examen de bachiller para que puedas ir cuanto antes a la facultad. --Y da igual lo mucho que intente impedirtelo, ?verdad? --Exactamente. --Sonrio de nuevo. --Esta bien. Me rindo. Contigo siempre me toca rendirme y aceptar lo que tu decidas. --No pude evitar que mi tono de voz revelase las verdades que guardaba mi corazon. Ella, sabedora de mis secretos, me miro atribulada. Habia en sus ojos un perdon que supe leer, pero que no me consolaba. --Nicolas, dijiste que... --Se lo que dije --la interrumpi. No pude mas y hable, ignorando lo que aconsejaba la prudencia--. Se que te tuve en mis brazos y que no rechiste cuando me hablaste de tus sentimientos por el; que te escribi diciendo que todo estaba bien, que la herida de mi corazon casi se habia cerrado. Se que te dije que me alegraba de que fuerais a casaros. ?Y sabes lo que se tambien? Que te he querido como nunca quise a nadie. Que aun lo hago. Por eso siempre tienes las de ganar, Victoria. Por eso siempre dire que si a cuanto me pidas. Ella tomo aire y despues lo solto despacio. Tuve la impresion de que se encontraba mal. De que la intensidad de mis palabras la habia herido. Y me senti terrible, pues lo ultimo que queria era hacerle dano. Victoria aferro mi antebrazo por unos segundos para no ceder al mareo que lei en la palidez que embargo su rostro de forma repentina. --?Estas bien? --pregunte preocupado. Ella nego con la cabeza y volvio a tomar aire. La agarre atrayendola hacia mi pecho y cobijandola en el. --Debe de ser agotamiento. No es que Malaga este a la vuelta de la esquina y un viaje tan largo cansaria a cualquiera --le dije--. Ademas, seguro que has hecho mas de lo que debias para que todo saliera hoy a la perfeccion. --No es eso... --murmuro ella. Temi que algo la estuviera enfermando y la tome por los hombros, apartandola un poco de mi y mirandola con gesto serio. Alzo la vista y me perdi en sus ojos negros hasta que hablo. --Espero un hijo de Elias. --?Que...? --La voz me salio entrecortada--. ?Como...? Ella se ruborizo y agacho la mirada. --Creo que sabes bien como se hacen los hijos, Nicolas. No le pidas a una dama que te lo explique. --Yo... --La capacidad de unir las palabras para formar una frase parecia haberme abandonado--. ?Cuando? Os acabais de casar. Victoria no despego los ojos del suelo. --?Hace cuanto tiempo lo sabes? --insisti. --Poco despues de regresar a Malaga. No me costo demasiado atar cabos. La noche que Elias paso en la venta; el dia que los encontre juntos en el campo con las ropas deslavazadas... --?Quieres decir que llevas un hijo de cuatro meses en tu vientre? Un <> salio con miedo de los labios de Victoria, sin mirarme aun. --Por eso habeis celebrado la boda tan aprisa --murmure. Mientras yo me moria de amor por ella, ella se arrojaba a los brazos de el, sin condiciones. La mire con una mezcla de sorpresa y enfado. --Que idiota he sido. Pense que en algun momento habia tenido posibilidades contigo. Que una parte de tu corazon estaba conmigo. --Y lo estaba --dijo, y me miro. Su rostro seguia algo palido y se turbo todavia mas al ver un reproche en el mio.--?Como puedes decir eso cuando no dudaste en entregar tu cuerpo a el? --No me lo preguntes, Nicolas. Yo... Es complicado de explicar. --No es complicado, Victoria. Di la verdad: es imposible. No se puede explicar aquello que jamas ha existido. Nunca sentiste nada por mi y fui un idiota por llegar a pensar que habia algo de amor en ti. No habia nada. --Me aparte de ella y eche a caminar alejandome unos pasos, hasta que me detuve, dandole la espalda. Un nudo se formo en mi garganta y me quebro la voz al decir las siguientes palabras--. Solo compasion por el solitario chico de la venta. --No digas eso. --La oi murmurar. Su voz tambien salio tremula--. Te quise. Y te quiero. --Pero no lo suficiente. Nunca sere lo suficiente para nadie. --Habia pretendido que aquello se quedase en un mero pensamiento, pero salio de mis labios sin que yo pudiera evitarlo. Victoria llego hasta mi espalda y me abrazo con fuerza. Senti sus brazos en torno a mi; sus manos aferrandose a mi vientre. Las observe en silencio. El pecho me dolia. --No digas eso --repitio--. No lo digas, por favor. Tu eres mas de lo que nadie podria desear. --No para ti. --Pero algun dia lo seras para alguien, Nicolas. Estoy segura. El nudo de mi garganta se torno de roca. Ya casi no podia ni respirar. Me solte de su abrazo y eche a andar de nuevo. --Necesito pasear un rato. --Por favor, no quiero despedirme asi de ti. No quiero que haya cuitas entre nosotros. Me detuve, armandome de valor para mirarla. Cuando mis ojos se encontraron con los suyos, me debati entre ser comprensivo con ella o seguir soltando lo que llevaba dentro. Una vez mas, termine por diluir mi frustracion en el oceano de su mirada. --No es una despedida, Victoria. --Trate de sonreir--. Ojala fuera capaz de decirte <> para siempre, aunque me temo que eso es algo que nunca pasara. De alguna forma me siento unido a ti, a pesar de que tu... Ella miro al suelo de nuevo y se mordio el labio inferior, sin duda atribulada. --Lo siento --murmuro. --?Por que ibas a sentirlo? Solo has hecho lo que tu corazon te ha pedido que hagas. --Camine de nuevo hacia ella, hasta que estuvimos frente a frente, apenas separados por un palmo--. Yo debi de haber hecho lo mismo. Pelear por ti hasta que no me quedaran fuerzas. Pero quise respetar tus deseos. Ponerlos por encima de los mios. ?Puedo decir lo mismo de el? --No la emprendas con Elias. Nunca ha hecho nada que yo no quisiera. --El perfecto y valiente Elias Marin. Solo siento dolor cuando pienso en el y en ti --dije aquello y le pedi a mis lagrimas que no asomasen a mis ojos. No queria que ella me viera llorar. --Nicolas... --Pronuncio mi nombre con carino--. Algun dia dejaras de amarme y el dolor se ira. --?Algun dia? ?Y por que no hoy? No quiero amarte mas, pero no se como hacerlo. No se dejar de amarte, como tampoco se odiarte, aunque ganas no me faltan. No se que quiero cuando se trata de ti. Me estoy volviendo loco. Estar en Madrid, lejos de ti, es lo mejor que me ha pasado; a pesar de que en los primeros dias me faltaba el aire por tu ausencia. Ahora mismo echaria a andar hacia alli y no pararia hasta llegar. Lo que sea con tal de alejarme de tu vera. Contraviniendo mis palabras, mis pies dieron un paso mas hacia ella. Mire sus labios otra vez; hogar donde habrian ido a parar todos mis besos. Hogar en el que mi corazon, desoyendo al dolor y las circunstancias, habria dejado un beso en aquel instante. Incline la cabeza despacio hacia ella, sin poder controlarme. Sin ser capaz de decirme a mi mismo lo inconveniente de aquello. Victoria no se movio mientras me miraba con un sentimiento que vi en sus ojos y que me revelo que ella tambien anhelaba aquel beso. Quiza no por las mismas razones que yo. Quiza solo para darme un regalo de despedida. Para, en aquel momento amargo, decirme <> de forma dulce. A punto estaban mis labios y los suyos de encontrarse cuando ambos fuimos conscientes de que aquello torceria mas las cosas entre nosotros. Puede que me regalase un beso, pero su amor no era para mi. Puede que yo tomase aquel beso, pero seria abrir mas la herida de mi corazon. Por eso, en el ultimo instante, ella giro el rostro despacio y yo ladee el mio. Mis labios encontraron el unico hogar que hallarian en el rostro de Victoria: su mejilla. Un beso entre amigos. Un beso entre dos almas afines que una vez se encontraron y que estarian destinadas a no separarse jamas, mas sin entrelazarse nunca del todo. Ella siempre seria mia. Yo siempre seria suyo. Pero nuestro amor no habia sido escrito con el fuego de Venus, ni nuestras almas hechas de identica materia. Ella era de Elias. Y yo... yo no era de nadie. Y en medio de aquel instante, una voz irrumpio entre nosotros, pronunciando su nombre. --Victoria. Mire tras ella y vi a su hermano, que la llamaba haciendole senas para que fuera junto a el. Ella giro la cabeza por un instante y asintio, para despues volver a fijar sus ojos en mi. Fue a decir algo, pero callo. Quiza porque ya nos lo habiamos dicho todo. Quiza porque quedaba todo por decir. En cualquier caso, beso mi mejilla y se fue en pos de Rafael. La vi alejarse como quien contempla un barco adentrandose en el mar, sabiendo que en algun momento la linea del horizonte se lo tragara y este desaparecera para siempre; como si nunca hubiera estado; como si su surco sobre las olas jamas hubiera existido. Cuando la perdi de vista, todas las lagrimas que habia aguantado surgieron de mis ojos de forma incontrolada. Aprete los parpados sintiendo como estas recorrian mis mejillas. El corazon y la garganta me quemaban y solo tuve ganas de echar a correr. Ojala hubiera tenido conmigo a Canela para montar en ella y perderme entre los familiares caminos de mi ninez, a tantas leguas de donde me encontraba. Ojala hubiera tenido tambien a mi Luna, para acompanarme en los paseos; para verla correr y sentir su alegria cuando lo hacia. Y, a falta de mi yegua, decidi usar mis piernas y correr a toda prisa hasta perderme en aquellos frondosos jardines.

  • Te ruego un beso mas (Unidos por el amor 6) de Fernanda Suarez

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    Una descarada joven y un Marques que se cree inmune a los encantos de cualquier mujer.

  • Polos opuestos (Baile 1) de Monica Garcia

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    --Nos vemos manana, chicas --dije. Una a una mis alumnas fueron saliendo del aula en donde impartia clases de baile a ninas de entre seis y diez anos. Suspire mientras avanzaba hacia la parte trasera de la sala. Alli habia dejado mi bolsa y una fina chaqueta por si el dia se torcia. Abri la mochila y saque la botella de agua que siempre llevaba al estudio. La destape y di un gran trago. --Maddie --oi a mis espaldas. Me gire para encontrarme con Hayley, mi alumna mas joven --, tengo una duda. --Muestrame. --No se si he pillado bien el ultimo ejercicio de la coreografia. Le pedi que repitiera el rol rueda y asi lo hizo. Se tumbo en el suelo boca abajo y alzo las piernas a la vez que tenia la barbilla apoyada en el suelo. Poco a poco fue bajando las piernas hasta apoyarlas en el suelo delante de su barbilla, arqueando el cuerpo. La observe con detenimiento mientras ejecutaba el ejercicio. --Lo haces bien, pero debes tener cuidado a la hora de arquear la espalda. Ademas, debes alzar mas las piernas. No se si me he explicado bien --la fui corrigiendo. Ella asintio y repitio el ejercicio tal y como le habia dicho. --Bien hecho. Te veo manana, ?vale? La pequena afirmo con la cabeza con entusiasmo y salio disparada por la puerta hacia los vestuarios. Recogi mis cosas y sali de la sala que Hannah Brown, la directora de todo el estudio, me habia asignado para dar mis clases. Tenia que recorrer medio edificio para llegar al aula veintiseis, en donde ella nos daba clase a mis companeras de grupo y a mi. Diez minutos despues entre en los vestuarios. En ellos solo se encontraba Sarah, una de mis mejores amigas. Cada aula tenia el suyo adherido a ella. Se podia entrar a la clase por alli o por la puerta de entrada, aunque nosotras lo haciamos a traves del vestuario. --Buenas tardes, Maddie --me saludo. --Hola. --?Que tal la clase? Empece a cambiarme de ropa. Cambie mis gastados vaqueros por unas mallas ajustadas y mi camiseta de manga francesa por una camiseta verde sin mangas. --Bien. Creo que ya estan preparadas para competir. --?Se lo has dicho a Hannah? --pregunto. --Todavia no he tenido tiempo de hablar con ella. Me puse las punteras y despues me recogi el cabello en una trenza que me llegaba por debajo de los hombros. A mi lado, Sarah se hizo una coleta. Poco despues de terminar de prepararnos, Samantha, Emma, Tamara y Susana entraron en los vestuarios, todas ellas charlando entre si. --Muy buenas, chicas --nos saludaron, alegres. --Hola. Esperamos a que ellas terminaran de vestirse para ir juntas al aula. Esta era muy espaciosa, con los suelos revestidos en madera. El lado contrario a la puerta principal estaba ocupado por un gran espejo que terminaba un poco antes de donde se situaba la puerta de los vestuarios. Las paredes eran de un blanco impoluto y algunas zonas estaban tapadas por gigantescos posters de bailarines famosos que habian estudiado en ese mismo estudio. Practicabamos baile de lunes a viernes y algunos fines de semana. Empezabamos a las cinco de la tarde y terminabamos a las nueve, aunque habia algunos dias que las sesiones se alargaban o que, debido a algun concurso importante, nos veiamos obligadas a faltar al instituto. Concursabamos todos los fines de semana, los sabados para ser mas exactos. Como era de esperar, llegamos antes que Hannah, quien seguramente estaria entretenida dando clase o analizando concienzudamente algunos papeles. Ella se tomaba muy enserio su trabajo y, por ende, era muy dura con nosotras. Queria sacarnos el maximo partido a todas. Sarah y yo fuimos hacia una esquina y nos pusimos a estirar los musculos mientras charlabamos sobre asuntos triviales. Minutos mas adelante, mientras me tocaba la punta de los dedos de los pies teniendo las piernas completamente estiradas, Hannah Brown irrumpio en la estancia. El cabello lo llevaba recogido en un apretado mono del que se le escapaban un par de mechones castanos. Observo con seriedad el espacio, comprobando que todas estuvieramos alli. --Siento el retraso, chicas. La clase que he tenido a las cuatro se ha alargado considerablemente. --No pasa nada, Hannah --la tranquilizo Tamara, sonriendole. Todas nos acercamos a ella, formando un circulo a su alrededor. Como ya estabamos a mediados de semana sabiamos cual era nuestro papel en la competencia de este fin de semana; en mi caso, solo actuaria en el baile grupal. Estabamos esperando instrucciones. --Bien, chicas. Como sabeis, la competicion de este fin de semana es bastante importante. En ella bailaran los mejores estudios de la zona, asi que debeis ir a por todas. <<Empezaremos por el baile grupal. Despues, Tamara ensayara su solo. Cuando termine con ella, Samantha hara el suyo. Por ultimo, volvereis a practicar lo primero que he dicho --nos explico mirandonos a cada una--, ?entendido? Asentimos con la cabeza, sin decir ni una sola palabra. --Bien, en ese caso podemos comenzar. *** Volvi al Moonlight completamente reventada. El ensayo habia sido agotador, tanto que apenas podia mantenerme en pie. Hannah se habia esmerado con la clase de hoy. Segun ella, todo debia salir a la perfeccion. Sonrei al ver la enorme verja de hierro forjado y los setos que rodeaban los terrenos del orfanato. Saque las llaves de la bolsa y meti la mas pequena en la abertura de la cerradura. La gire hasta que se abrio con un clic. Entre cerrando la verja a mis espaldas y avance por el jardin delantero, plagado de flores y arbustos, hasta llegar a la entrada principal del Moonlight. Repeti el mismo gesto y entre. --Maddie --dijeron Maya y Owen, levantandose del sofa y viniendo corriendo hacia mi. Abri mis brazos y los abrace con fuerza, besando sus coloradas mejillas. --?Que tal estais, preciosos? --pregunte sin soltarles, poniendo la voz mas grave, tal y como se les habla a los ninos pequenos. Despues, avance por el salon hasta sentarme en uno de los numerosos sofas con ellos encima de mi regazo. Maya y Owen eran los mas pequenos que vivian en el Moonlight. Ambos tenian seis anos y eran adorables. Siempre estaban juntos, a todas horas, y nunca se peleaban; es mas, Owen siempre defendia a Maya en el colegio cuando alguien se metia con ella. --Muy bien. Hemos empezado a aprender a escribir palabras largas --dijo con orgullo Owen. --Tambien nos han ensenado a escribir varios numeros --agrego Maya sonriendo. Ambos me miraban con la emocion reflejada en sus rostros infantiles. --!Que mayores os estais haciendo! Que rapido pasaba el tiempo. Todavia recuerdo el dia en que empezaron a ir a preescolar, lo asustados que estaban ambos. Sonrei al recordarlo. Los dos rieron por mi comentario. --Todavia somos ninos, por si eso te consuela --hablo Owen en cuanto paro de reirse. Sonrei con dulzura y, acto seguido, les hice cosquillas. Unos pasos resonaron por toda la estancia, provocando que parara de torturarles. En el salon entro Kara, la directora del Moonlight, seguida de Alvaro, su marido, con quien compartia el cargo. Los dos discutian sobre algo. --...Te digo que no podemos permitirnoslo --decia ella frunciendo el ceno. --Y yo te digo que si. Podriamos... --Alvaro callo al vernos. A pesar de haber pocos internos en el hogar, los gastos eran excesivos. Entre el colegio, el instituto, las extraescolares y los gastos que generaba el Moonlight andaban justos de dinero. Es por eso que yo habia decido dar clases de baile, para ayudarles con los gastos, ya que la academia de baile a la que asistia era muy cara. Como las clases privadas eran las mas costosas, habia decidido pagarmelas. --La cena esta lista, chicos --comento Kara intentando que olvidaramos lo que habiamos oido. En cuanto esas palabras salieron de su boca, los ninos salieron disparados hacia el comedor, dandoles un beso en la mejilla a ambos antes de marcharse por la puerta. --?Tan mal esta la cosa? --pregunte cuando estuve segura de que nadie mas nos oia. Kara se toco el puente de la nariz con frustracion y Alvaro suspiro con pesadez. Las ojeras eran notables en ellos. Parecian agotados y estresados a la vez. --Hablaremos de ello luego. Ve a cenar --me ordeno Alvaro. Asenti con la cabeza. Subi las escaleras de caracol y camine por el largo pasillo hasta llegar a la habitacion que compartia con Lea. En total habia siete dormitorios: tres para las chicas y cuatro para los chicos. Si a eso se le sumaban la habitacion de los directores mas las de las cuidadoras y la de la cocinera... Ademas, por cada habitacion habia dos personas, salvo en el caso de las ninas mas pequenas, quienes dormian juntas. El caso es que entre y fui hasta el fondo de la estancia. Deje mi mochila de baile en mi cama, bajo una de las ventanas del gran dormitorio. Habia tres camas, aunque la habitacion solo estaba ocupada por Lea y por mi. Habia espejos aqui y alla y tres grandes armarios. Las paredes eran de un tono rosa pastel y el suelo estaba cubierto con una gran alfombra morada. Cuando baje al comedor, todos estaban alli, esperandome. Me sente entre Lea y Maya y, despues, me servi un buen plato de ensalada de pasta. --?Que tal las clases? --pregunto Lea mientras pinchaba una espiral con el tenedor. --Muy bien, la verdad. Cada vez ejecutamos mejor el baile grupal. Hoy, sin ir mas lejos, Hannah nos ha felicitado y nos ha dicho que si lo hacemos con la pasion con la que ensayamos, seguramente ganaremos el concurso del sabado. --?Sabes donde va a celebrarse o todavia no os ha revelado el lugar? Sonrei. --Va a ser aqui, en Portland. Mi amiga, quien habia estado bebiendo un sorbo de agua, casi se atraganto. Empezo a toser, dandose suaves palmadas en el pecho. --?En Portland? --pregunto en cuanto se hubo calmado. Asenti con la cabeza. --!Eso es estupendo! !Podre verte sin tener que salir de la ciudad! Rei al notar el entusiasmo que destilaba su voz. Normalmente los concursos solian ser en ciudades cercanas; por eso estaba tan emocionada Lea, porque se ahorraria el viaje. --?Que pasa en Portland? --pregunto Kara, mirandonos a ambas con el ceno fruncido. Seguro que estaria preguntandose en que andariamos metidas. --El concurso de Maddie --contesto Maya antes de que pudiesemos hacerlo nosotras. Nos la quedamos mirando sorprendidas--. ?Que? --pregunto la pequena--. Hablabais muy alto. --Asi que es en la ciudad... --dijo Alvaro pensativo--. ?Sabes ya la hora? --Empezara a eso de las cinco, mas o menos. Pero yo debo estar dos horas antes para prepararme --explique. --Estaremos ahi para animarte --me dijo Owen. --En primera fila --agrego Amber. Despues de eso, el comedor se quedo en silencio. Solo se oia el ruido que producian los cubiertos al chocar con los platos. Pocos minutos mas tarde, Lea me pregunto por las clases que daba y yo le conte lo orgullosa que estaba de mis ninas. Estaba completamente segura de que estaban preparadas para competir y asi se lo habia dicho Hannah, quien habia quedado conmigo en ver la clase de manana para determinar si estaban preparadas o no para asistir a concursos de baile. --Ojala estes en lo cierto y puedan participar --dijo Lea sonriendo--. Estoy segura de que eres una gran profesora. Me sonroje ante su comentario. Ni siquiera habia pensado en eso. Si mis alumnas tenian el nivel suficiente como para competir, eso significaria que mis clases habian dado sus frutos. --Yo tambien lo espero. Capitulo 2 Eric El maldito despertador casi me provoco un infarto. Maldiciendo, le di un manotazo, tirandolo al suelo. Di media vuelta en la cama, tapandome de nuevo con la sabana. --!Eric, es hora de levantarse! --grito mama desde la puerta de la habitacion pasados unos minutos, tocandola con fuerza. --Cinco minutos mas... --murmure adormilado. Oi como la puerta se abria con fuerza y enseguida empece a escuchar las pisadas de mama. Maldicion, habia entrado en mi dormitorio. --!Vamos o llegaras tarde! --Me zarandeo con fuerza. Me levante a reganadientes. Odiaba madrugar. Maldito instituto que nos obligaba a levantarnos temprano. Mi madre salio de mi territorio y pocos minutos despues fui al bano para darme una ducha de agua fria, a ver si asi lograba despejarme del todo. Cinco minutos despues, sali con una toalla enrollada en mi cintura. Seque mi cuerpo con rapidez y me puse una muda. Acto seguido, cogi del armario unos pantalones vaqueros y una camiseta gris, y me vesti. Cuando baje a desayunar, todos se encontraban en la mesa de la cocina. Papa leia el periodico mientras fruncia el ceno debido a alguna noticia que le desagradaba; mama preparaba el desayuno entonando en voz baja una cancion; Dylan y Andrew discutian tal y como lo hacian todas y cada una de las mananas; y Hayley tomaba en silencio su desayuno. --Buenos dias, familia. --Buenos dias, hijo --dijeron mama y papa a la vez, como si estuvieran sincronizados. Me acerque a mi madre, que seguia preparando el desayuno, y deposite un beso en su mejilla. Repeti el gesto con papa y con Hayley. Dylan y Andrew se creian demasiado mayores como para recibir besos. Me sente al lado de mi hermanita menor y cuando mama deposito mi desayuno en la mesa, lo devore. --Papi, recuerda que debes llevarme a clase de baile --le recordo Hayley. Todas las tardes ella daba clases de baile en la mejor academia de Portland, el Hannah Brown Studio. La que normalmente la llevaba era mama, aunque ese dia no podia porque le habian adelantado una operacion. Mama era cirujana y papa, periodista. --Tranquila, pequena, no lo olvidare. --Dejo el periodico sobre la mesa y sonrio con ternura. Termine mi desayuno y una vez deje mis cosas en el fregadero, subi a mi habitacion. Alli cogi la mochila con los libros. A continuacion, sali de mi habitacion y baje corriendo las escaleras. --!Me voy! --grite para que todos me oyeran. --!Ten un buen dia! --oi que decia mama desde la cocina. Sali de casa cerrando la puerta con un ruido seco. Camine hasta la acera, en donde estaba aparcado mi deportivo negro, regalo de cumpleanos de mis padres. Subi en el dejando la mochila en el asiento del copiloto, meti las llaves de contacto y las gire, provocando que el motor rugiera con fuerza. Sonrei, me encantaba ese coche. Conduje por varias manzanas hasta llegar a la casa en donde vivia mi mejor amigo, John. Ambos habiamos ido a la misma escuela primaria y desde el primer momento estuvimos juntos. Le vi sentado sobre el pavimento, mirando su telefono movil con interes. Toque el claxon antes de parar a unos metros de el. John alzo la cabeza, sobresaltado por el estridente sonido, pero cuando vio que era yo, sonrio burlonamente. --Ya te ha costado llegar --dijo a modo de saludo, rodeando el coche y ocupando el asiento del copiloto, aunque primero tuvo que quitar mis cosas de ahi. --Yo tambien me alegro de verte. Una vez mi amigo estuvo asegurado, arranque de nuevo el coche. --Odio las clases de hoy --comento John mientras miraba por la ventana. --Yo tambien las detesto. Ademas, hoy tenemos dos horas seguidas de matematicas. --Buf, ni me lo recuerdes. Solo de pensarlo me da dolor de cabeza. --Se llevo las manos a la cabeza exageradamente provocando que se me escapara una sonora carcajada. --!Que dramatico eres! ?Por que no te apuntas al club de teatro en vez de a baloncesto? --me burle. John me miro con total seriedad. --Ni de cona. Todos sabemos que ese club esta plagado de inadaptados sociales. Los siguientes cinco minutos transcurrieron en silencio, sin contar el hecho de que mi amigo se puso a buscar una emisora de radio que al final no encontro, ya que cuando llegamos al aparcamiento del instituto todavia seguia canaleando. Aparque el coche en donde solia dejarlo, cerca de la salida. --?Que tal te fue ayer con Tessa? --me pregunto a la vez que avanzabamos por el mar de gente. Hice una mueca. Ayer habia ido a su casa con la excusa de que me explicara un ejercicio. Habia intentado por todos los medios acostarme con ella, en vano. Esa chica no se enteraba de mis indirectas. --Ha sido horrible. Pese a que lo he intentado con todo, no captaba nada. Estaba empenada en explicarme las malditas derivadas. --Y eso ha sido un duro golpe para tu ego, ?verdad? --se burlo el haciendo una mueca. --No hablemos de mi ego --resople mientras entrabamos. Cuando estabamos lo suficientemente cerca de nuestras taquillas, divise a Jack, a Ethan y a Caden. Los tres estaban rodeados de chicas que iban ligeras de ropa y que coqueteaban con ellos sin parar. --?Que pasa, chicos? --nos saludaron mientras se apartaban de las chicas. Chocamos los punos a modo de saludo y fuimos directamente a nuestras taquillas. Puse la combinacion y la abri. Deje la mochila y saque los libros de las materias que tenia a la manana, en este caso tendria dos horas seguidas de matematicas. Tuve que esperar a que los lentos de mis amigos cogieran sus cosas, ya que de vez en cuando se paraban a hablar como marujas en un mercado. Sonrei ante esa idea. No me los imaginaba en un mercado chismorreando con senoras mayores. El timbre me devolvio a la realidad, y parece ser que les dio el empujon que necesitaban para terminar de coger lo necesario de las taquillas, ya que pocos segundos despues los tenia a mi lado. Los cinco nos pusimos en marcha. Andabamos con tranquilidad, total la clase no se moveria de sitio. De vez en cuando, la gente se giraba para lanzarnos miradas; muchas de ellas eran de admiracion o deseo, y otras, de pura envidia. Nosotros eramos los chicos mas deseados de la escuela. Todas las chicas suspiraban por nuestros pies. Yo nunca habia tenido una relacion duradera; lo mio era rollo de una sola noche. No me gustaba comprometerme y eso las chicas lo tenian claro. Cuando llegamos al aula, esta estaba ya repleta de companeros. En la primera fila ya se encontraban sentadas las empollonas de clase, dos chicas inadaptadas que siempre sacaban buenas notas. Charlaban animadamente sobre un tema que desconocia y que me importaba mas bien poco. A su lado tambien estaban sentados los que querian sacar buenas notas, aunque no lo eran tanto como las de ellas. En las filas centrales se sentaban los alumnos que no sacaban ni buenas notas ni malas notas. Y en las ultimas filas nos sentabamos nosotros, a los que menos nos importaba la asignatura. Nos acomodamos en nuestros sitios y nos pusimos a hablar hasta que el profesor nos mando callar. Las dos horas se me hicieron eternas. No entendia nada de lo que el profesor explicaba, por lo que los ejercicios los hacia de pena. Mis amigos intentaron ayudarme, sin exito. Era un zoquete. Al final de la clase el profesor me pidio que me quedara unos minutos porque queria hablar conmigo. Asi que me despedi de mis amigos y espere a que todos hubieran salido. --Senor Woods --me saludo--, ?sabe por que esta aqui? --No, senor. ?Por que razon querria hablar conmigo ese senor bajito, calvo, gordo y sudoroso? El profesor de matematicas era un tipo peculiar. Sudaba a mares todos los dias del ano y normalmente vestia con unos trajes que realzaban su descomunal barriga, ademas de ser totalmente espantosos. Pero lo peor de todo era su rostro arrugado, cuya guinda del pastel era su horrible uniceja. --Esta a punto de suspender mi asignatura. Palideci. !No podia ser posible! Pese a que se me daban muy mal las matematicas, siempre aprobaba esa maldita asignatura. Ademas, necesitaba aprobar todas para poder jugar en los partidos de baloncesto. --Es imposible --me negue a creerlo. --Mirelo usted mismo. Todos y cada uno de los ejercicios que ha hecho han estado mal. No solo eso, no se esfuerza en mi asignatura. Asi que como suspenda el examen, no aprobara--. Se paso un panuelo por el cuello y por la cara para secarse el notorio sudor. Reprimi una mueca de repulsion. --!No puedo suspender! --La rabia me consumia. No queria creerlo. Necesitaba con urgencia aprobar esa asignatura. --Creame, yo tampoco. Es por eso que se me ha ocurrido ponerle un tutor particular que pueda darle clases por la tarde. ?Que le parece? Lo sopese. Su oferta era muy tentadora. Pero no sabia si serviria de algo o no, teniendo en cuenta que no se me daban bien las mates. Ademas, ?quien sabia quien seria la persona encargada de ayudarme? Lo que menos queria era un friki a mi alrededor, dandome ordenes. Pero, por otro lado, lo necesitaba. Si no, suspenderia. --Esta bien. ?Cuando podria empezar con esas clases y con quien las haria? --pregunte. Sonrio. --Manana mismo puede empezar cuando le presente a su tutor. *** --?Profesor particular? --John no se lo creia. Abria mucho los ojos, tanto que parecia que se le iban a salir de sus orbitas. Hice un movimiento afirmativo con la cabeza. --?Como es eso de que vas a suspender? --Jack estaba estupefacto--. No puedes suspender. --?Crees que no lo se? --exclame pinchando un trozo de carne con el tenedor. Nos encontrabamos en el comedor del instituto, rodeados de gente que hablaba. La intensidad de las voces era tal que teniamos que alzar mucho la voz para oirnos entre nosotros. --?Y quien va a ser el afortunado de aguantarte? --pregunto Ethan. --?Aguantarme? Yo voy a ser el que tenga que aguantarle --dije molesto. La idea de que alguien tuviese que ayudarme no me gustaba ni un pelo--. Ademas --anadi--, el muy canalla del profesor no me ha dicho quien es. --Seguro que es uno de los empollones de clase --comento Caden mirando la mesa en la que estaban sentados un grupo de ellos, charlando animadamente, ajenos a nuestra conversacion. Suspire pesadamente. Lo que menos queria era que fuera uno de los sabelotodos de la clase, pero, bueno, no estaba en mis manos decidirlo. Terminamos el almuerzo y depositamos nuestras bandejas en su sitio. Estabamos avanzando por el pasillo, camino hacia las taquillas para coger las mochilas, ya que por la tarde no teniamos clase, cuando, de pronto, choque contra alguien, quien cayo redondo al suelo. Mis amigos y yo reimos por su torpeza. --Mira por donde vas, friki --dije.

  • Un nuevo comienzo (Edentown 12) de Annabeth Berkley

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    Era sabado por la manana. Brooke Sawyer estiro los brazos perezosa. El sol entraba por la ventana de su dormitorio y no tenia ninguna prisa por levantarse. Ya madrugaba demasiado durante la semana para ir a trabajar como profesora al instituto como para hacerlo tambien el fin de semana. Miro el reloj digital de su mesilla. Marcaba las nueve de la manana. Aun asi, ya habia dormido suficiente, penso sonriente. Se levanto con calma. No tenia ningun plan mas que seguir estudiando el ultimo master online al que se habia apuntado. Esta vez era sobre Igualdad de genero, algo que le parecia muy interesante y que, sin duda, le ayudaria a mejorar de alguna manera a la hora de impartir sus clases. El anterior que habia cursado sobre Inteligencia Emocional, lo estaba poniendo en practica con grandes resultados. Bajo las escaleras tranquila y satisfecha mientras se recogia su larga y ondulada melena oscura en una coleta. Fue a prepararse un cafe en la cocina, cuando se quedo parada. ?Habia visto algo al pasar por el salon? Retrocedio sobre sus pasos y se quedo quieta en la puerta. No podia ser cierto. --?Dan? --pregunto con el ceno fruncido. El hombre alto y rubio que estaba en el salon con los brazos de jarras y cabizbajo cogio aire antes de darse la vuelta y mirarla. --Brooke --le dijo a nombre de saludo. Brooke le miro boquiabierta. --?Que estas haciendo aqui? --Tambien es mi casa --le recordo con una sonrisa cinica. Brooke noto que una rabia tremenda se apoderaba de ella. Una rabia que se acentuaba al ver que seguia siendo tan guapo y atractivo como recordaba. Deberia estar prohibido ser perfecto, penso malhumorada. --?Que pretendes? --le pregunto airada--. No pensaras quedarte aqui. --?Por que no? --le pregunto insolente aparentando diversion--. Esta casa es muy grande para ti sola y la mitad es mia. Asi que tengo el mismo derecho que tu. Brooke entro en el salon con los brazos en jarras, en la misma posicion que el y miro la coleccion de maletas y mochilas deportivas que habia a su alrededor. --Pero ?para cuanto tiempo has venido? ?Es que piensas quedarte todo el verano? Dan Sullivan hizo un gran esfuerzo para no decirle lo que realmente pensaba de semejante recibimiento. Apreto los labios con fuerza para evitar que varias palabras malsonantes salieran por su boca. Bastantes problemas tenia en su vida como para tener que lidiar con una solterona frigida y amargada, penso ocultando la furia que sentia. Tenia tanto derecho como ella a vivir en esa casa y estaba decidido a ejercerlo. --Podria decirse que si --le confirmo ocultando que iba a quedarse mas tiempo--. Asi que si tienes algun problema al respecto es cosa tuya. No te voy a quitar la habitacion, me quedare con la del final del pasillo. Dan paso por su lado, cogio dos maletas y subio por las escaleras sin mirarla. Brooke lo vio subir, incredula. Eso no podia ser cierto. No podia estar sucediendo de nuevo. Pero lo peor de todo era tener que darle la razon. Realmente tenia el mismo derecho que ella a estar alli. Su tia se habia casado con el tio de el en segundas nupcias, habian comprado la casa juntos y ambos la habian heredado a partes iguales cuando ellos habian fallecido en accidente de trafico hacia unos diez anos. Fue a la cocina muy molesta. Abrio el armario donde tenia el cafe y cerro la puerta con fuerza. Preparo la cafetera con movimientos secos y bruscos mientras murmuraba todas las groserias y palabras malsonantes que le nacian de dentro. Dan volvio a por el resto de su equipaje y miro hacia la cocina donde una visiblemente malhumorada Brooke preparaba el cafe. La observo con una mueca. Iba descalza y con un pijama veraniego de dos piezas. Tuvo que reconocer que el tiempo la habia tratado bien. La chica que habia conocido e ignorado en el instituto se habia convertido en una mujer atractiva y por lo menos ya no se escondia tras las horribles gafas de pasta que llevaba siempre y sus oscuras ropas dos tallas mas grandes. Ahogando un suspiro subio otras dos maletas. Ella no iba a sacarle de alli y eso lo tenia claro. El habia vuelto a Edentown para quedarse, por lo menos de momento y la casa era suficientemente grande para los dos como para no tener que mirarse siquiera. Sonrio con ironia. En la casa podrian no cruzarse, pero ella no parecia saber que iba a trabajar el ano siguiente como entrenador del equipo de beisbol del instituto donde ella daba clases. Hizo una mueca. Si no lo queria ver era su problema. El debia preocuparse por el, por rehacer su vida, por pensar en su futuro. Necesitaba tranquilidad, espacio, calma, y estaba seguro de que en Edentown iba a encontrarlo. Su ultima lesion en el campo de juego habia acabado definitivamente con su carrera deportiva. Aun no habia saltado la noticia a los medios, y no sabia cuanto tardaria en hacerlo. Habia contactado con el entrenador de su instituto para conocer la posibilidad de entrenar a los estudiantes. Para el habia sido muy humillante, pero queria seguir vinculado al beisbol y era lo primero y lo unico que se le habia ocurrido. Afortunadamente el entrenador Mitchel iba a jubilarse al ano siguiente y se sintio muy afortunado de cederle el puesto sin tener que preocuparse por nada mas. Dan se habia propuesto que fuera temporal mientras pensaba que hacer con el resto de su vida. No habia sido justo que todo su futuro se desmoronara por una estupida lesion. Y no le habia gustado nada tener que decir adios al exito y a la fama. Los contratos publicitarios habian desaparecido. Las llamadas para asistir a las galas deportivas se habian esfumado. Las citas con las modelos y actrices del momento se habian cortado por lo sano, y las pocas entrevistas que habia tenido en los ultimos dos meses habian sido para preguntar maliciosamente por su declive profesional y personal. Poco despues de su accidente habia estado en Edentown para el evento deportivo que se habia organizado en primavera. Habia recordado lo que era un hogar, lo que era estar rodeado de gente que lo conocia desde siempre. Se habia sentido aceptado incluso por antiguos companeros del instituto y eso que reconocia que en su juventud se habia comportado como un autentico idiota. Ya no habia vuelta atras, penso cerrando la puerta de la habitacion en la que iba a quedarse. ?Que habia hecho Brooke con esa habitacion? Pintarla en amarillo y combinarla con tonos azules. Hizo una mueca. Era demasiado femenina para su gusto. Demasiado luminosa, demasiado alegre. Penso en su elegante y lujoso apartamento en la ciudad. Tenia que pensar que hacer con el. Lo habia cerrado con la esperanza de poder volver algun dia, pero sabia que las estrellas de beisbol lesionadas tenian una vida muy fugaz, y mas cuando dejaban de jugar en mitad de la temporada. Maldijo la lesion que le habia sesgado su carrera deportiva y maldijo la soledad tan grande que sentia. Se sento sobre la cama. Si por lo menos Erin no hubiera empezado a salir con el medico ese del que parecia que estaba tan enamorada... Su eterna novia del instituto, tan bonita, tan encantadora... siempre habia estado a su lado. Le habia seguido a la universidad y el se habia portado con ella como el egocentrico irresponsable que era. La habia abandonado embarazada... Por entonces le habia parecido bien. No iba a cargarse con una mujer y un crio cuando empezaba a lanzarse su carrera profesional. Pero ahora no tenia tal carrera, ni a Erin ni al nino que habia perdido poco despues de descubrir que estaba embarazada. Se dejo caer, resbalando, desde la cama hasta la alfombra del suelo. No se podia sentir peor. Estaba completamente solo. Sus padres se habian mudado a la costa hacia tiempo. Llevaban su propia vida. El no iba a preocuparles con sus problemas. La tristeza le arraso los ojos llenandolos de lagrimas. Quiza solo fuera una mala racha, penso. Ademas, Dan Sullivan no tenia problemas, se repitio como tantas veces el ultimo mes. Estiro el brazo hasta una de sus mochilas. Abrio la cremallera y saco la botella de whisky que habia comprado poco antes de llegar a Edentown. Miro por la ventana. El sol lucia radiante, ajeno a todo lo que sentia, penso malhumorado. Abrio la botella. Sabia que era demasiado temprano para beber. Sabia que no solucionaba nada entregandose al alcohol. Ya habia comprobado que tampoco le servia como via de escape. Sabia que ni siquiera le convenia hacerlo. Pero le dio igual. Todo le daba igual. El cafe no habia hecho que el malhumor que sentia Brooke se desvaneciera. Subio a darse una ducha sin comprender que pretendia Dan quedandose alli en Edentown. Esperaba que no hubiera vuelto por Erin. Erin McNamara era muy feliz con Dylan Blake. Ya les habia ocasionado problemas en su anterior visita para la celebracion del evento deportivo. No iba a dejar que les volviera a fastidiar. Ella sentia mucho aprecio por su inseparable companero de instituto y aunque, a veces, todavia le molestaba que Erin fuera tan encantadora y perfecta se alegraba por ambos. Se metio en el cuarto de bano para ducharse. Dan Sullivan no iba a interferir en sus planes de fin de semana. Abrio el grifo del agua. Los pocos dias que habia estado Dan en la primavera y en los que tambien se habia empenado en compartir la casa con ella, apenas habian intercambiado unas pocas palabras. Dan tenia demasiada vida social en Edentown, y cuando no estaba alternando con alguien se encerraba en la habitacion. Brooke recordo que le habia sorprendido bebiendo solo en casa mas de una vez, pero no le presto mayor atencion. Siempre habia ido un idiota egoista y prepotente. Aunque, tenia que reconocer a reganadientes que, desde que habia vuelto a verlo casi sentia pena por el. Todo lo extrovertido, sonriente y exitoso que parecia, desaparecia al entrar en casa. Se encerraba en el dormitorio que habia escogido como propio y no lo volvia a ver hasta el dia siguiente con otra radiante sonrisa segundos antes de pisar la calle. Tambien recordo los dias de instituto cuando el era el capitan del equipo de beisbol. Popular, atractivo a mas no poder y el que se llevaba todas las miradas de las estudiantes. Ella no lo soportaba. Siempre sonriendo, siempre tan guapo, siempre tan atento con su eterna y perfecta novia, la capitana del equipo de animadoras. Jamas se habia fijado en ella. Resoplo molesta. No iba a conseguir estropearle el fin de semana. El agua de la ducha empezo a salir fria, motivo perfecto para salir de alli, secarse el cabello y empezar a estudiar su master. Y, por supuesto, ignoraria a Dan, como siempre habia hecho.

  • Sangre fria de Douglas Preston , Lincoln Child

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    El misterio que rodea a la mujer de Pendergast se hace cada vez mas impenetrable y el inspector descubre que en realidad no sabia casi nada del pasado de su esposa.

  • Cronica de una explosion de Yan Lianke

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    La pequena aldea de Explotia, situada entre las cristalinas aguas del rio Yi y las imponentes cumbres de la sierra de Balou, pasara, en escasos cincuenta anos, de tener unos pocos cientos de habitantes a transformarse en una megalopolis de mas de veinte millones de almas capaz de rivalizar con Pekin y Shanghai. Esta titanica transformacion, que se cimenta sobre la corrupcion, la prostitucion y la ambicion desmesurada (representada por los respectivos lideres de los dos clanes dominantes: el alcalde Kong Mingliang y la poderosa empresaria del sexo y la noche, Zhu Ying) acarreara inesperadas consecuencias para Explotia y sus habitantes.
    Una vez mas, Yan Lianke, uno de los mas grandes maestros de la literatura china contemporanea, nos sorprende con esta Cronica de una explosion, un texto que muestra las profundas heridas abiertas en la sociedad china actual y nos ofrece una imagen especular del gigante asiatico que, al igual que la diminuta aldea, ha vivido durante las ultimas decadas cambios tan increibles y profundos que, muchas veces, sus resultados parecen sacados de una fabula fantastica.

  • La ultima Frontera de Una Fingal

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    Cuando Jess O’Flahertie llega a Hope Hill, un pueblo fronterizo en medio de aridas colinas. Todo el mundo cree que es un pistolero y es recibido con hostilidad por parte de los miembros mas influyentes de la comunidad. Whythman, el ayudante del sheriff, sera quien mire con mas recelo al forastero. Hay algo raro en sus andares, en el timbre de su voz… Sea como sea, se toma muy a pecho averiguar su procedencia e intenciones, ya que cree que causara problemas. Hasta que Jess le salva la vida. Entonces se pregunta ?que verdaderas intenciones tiene el pistolero?

  • Rendidos al Deseo de Robyn Donald

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    Paige Howard siempre habia deseado al magnate neozelandes Marc Corbett, desde el dia en que se conocieron… y el se caso con su mejor amiga.

  • El Juego de Ripper de Isabel Allende

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  • Diez rupias de Saadat Hasan Manto

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    Diez rupias. Historias de la India recoge dieciocho relatos del mas importante escritor de la India moderna, como reconoce Salman Rushdie. Manto, que fue capaz de observar con imparcialidad el mundo convulso y violento que le rodeaba, y que se mantuvo al margen de corrientes y juicios morales, continua invitandonos a desenmascarar la hipocresia y a contemplar la vida en su totalidad y cara a cara, sin mascaras ni adornos. En estos relatos nos encontramos temas diversos: muchos de ellos son de denuncia social, en otros la politica, la independencia de Reino Unido o los conflictos religiosos son el tema centra. Los relatos de Saadat Hasan Manto, ademas de excelentes piezas literarias, son una cronica de los sucesos mas dolorosos de la historia india de la primera mitad del siglo xx.

  • Por nuestro amor de Maria Isabel Salsench Olle

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    Es al separarse cuando uno comprende la fuerza con que se ama.

  • Malicia de Celia Velasco-saori

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    Salvador Nunez llega desde Aguilas (Murcia) a Madrid para estudiar periodismo. La casualidad hace que entre a desayunar en la taberna de Tomas, donde sus duenos le acogen con tal amabilidad y carino, que se convierten en su segunda familia. Alli conoce a un singular personaje quien, durante muchos dias reunidos, le cuenta su tragica historia, manteniendole en vilo hasta conocer su final, y de la que es protagonista Mali, una bella tailandesa sin escrupulos que le ha destrozado la vida.

  • Contigo, siempre (Amores que curan 1) de Katherinne Alvarez

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    Huerfana y a sus quince anos; fue entregada, por su tio, a un hombre miserable, el cual la trato como a una cualquiera, sometiendola y obligandola a hacer cosas de las cuales, muchas, nunca las diria. Sin embargo, un dia, cuando estaba a punto de brindar de nuevo sus servicios, un percance le dio su pase de salida, la tan ansiada libertad que una vez se le arrebato. Pero no solo eso sera lo que encontrara, ya que, en el afan por conservar su libertad y hallar la paz que tanto necesita, el destino la conducira hasta un paraje escondido, en donde --y cuando menos lo espera--, el amor tocara a la puerta de su tan lastimado corazon. El mismo amor que traera consigo la viva promesa de ayudarla a salir del infierno en donde, por tanto tiempo, vivio. No obstante, ?estara dispuesta a abrirle su corazon?, ?podra el amor curar todo el dolor?

  • En el Cafe de Africa de Mia Muler

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    Esta novela tiene una pretension, y es la de hacerte vibrar. La personalidad de Africa es el resultado de su vida. De una infancia que nunca comprendio, de una adolescencia en la que se sintio demasiado desamparada y de una dependencia emocional general que la hace actuar de una manera particular. Sus miedos a no ser aceptada o querida han hecho que se haya pasado la vida siendo una esclava de ella misma, cuidando, preocupandose y ocupandose de todos, menos de ella. Pero ?quien es Africa en realidad? ?Se dara la oportunidad de conocerse? ?Y de vivir su propia vida por fin? La desaparicion de Africa Aquella manana fue mas complicada de lo que podia parecer a simple vista. Todo el mundo preguntaba por Africa y alli no habia rastro de ella, ni una nota escrita encima de la barra o al lado de la caja como solia dejarme, ni un mensaje en el buzon del movil --con alguna explicacion para su acusada ausencia--; nada de nada. Y yo me iba desesperando por momentos. --Buenos dias, ?puedes avisar a Africa, por favor? --No esta, lo siento. --?Cuando estara? Tengo el camion cargado con su pedido, y esta mal aparcado. --No se que decirle, lo siento. --Mas lo siento yo, oiga, ?ya me dira que hago ahora? --Mientras, se alejaba soltando bufidos y gesticulando con los brazos. Aquello era muy extrano, ella nunca habia desaparecido de aquel modo, ?y si le habia pasado algo? Pero ?que le iba a pasar? Mi Africa estaba sana, sanisima, se cuidaba a extremos. No me habia comentado que tuviera cita en el medico, ni visita en casa de algun proveedor. Yo estaba bastante preocupada y ya estaba empezando a desvariar. No era propio de ella tal actitud, alguna cosa estaba pasando. Africa y yo nos conociamos desde hacia siete anos, cuando apareci una tarde, no se si de casualidad --aunque dicen que no existen--. Nunca habia estado en aquel pueblecito de costa, cercano a Barcelona, con nombre peculiar: Vilassar de Mar. Un pueblecito entre el mar y la montana en la costa del Maresme. Yo estaba teniendo un muy mal dia; horroroso, mas bien. Habia llegado hacia tres dias desde Cadiz; si, la otra punta del mapa. Era donde habia vivido los ultimos siete anos, pero en pocos dias iba a quedarme sin trabajo y, en consecuencia, sin casa. Trabajaba en un restaurante de subjefa de cocina, pero ese ano el propietario habia decidido cerrar todo el invierno para reformar el local y ampliarlo, y de eso modo poder ofrecer mas y mejor servicio. Y de un plumazo se cargaba a las doce personas que estabamos en plantilla. En Cadiz, me habia hecho mi hogar y mi lugar, tenia buenisimos amigos, me gustaba mi trabajo; incluso, habia aprendido, por fin, a surfear y me encantaba. Vivia feliz alli y no estaba en mis planes marcharme, pero, de un dia para otro, se trucaron. A mi Sevilla natal tampoco podia volver, la zona del sur estaba muy mal de trabajo, y mas, a finales de verano, la temporada se estaba acabando. Nos facilitaron la salida y nos dieron unos dias de vacaciones pagados, que muchos aprovecharon para pasar con sus familias e ir pensando en su nuevo futuro. Pero que yo, y dadas mis circunstancias, ni familia, ni hijos... por no tener, no tenia ni pareja, sali de alli, disparada, rumbo hacia Barcelona. Habia oido que en Cataluna habia movimiento de trabajo, sobre todo en hosteleria, que era mi profesion. Mi formacion en alta cocina me habia proporcionado siempre buenos trabajos, como cocinera, subchef, que me permitian vivir bien, aunque ahora iba a aceptar cualquier cosa, hasta de camarera si se prestaba. Vivia demasiado al dia y no tenia ahorros para subsistir ni dos meses. Me plante en la capital catalana, habia hablado con mi primo por telefono dos dias antes, el vivia en Barcelona, habia partido hacia alli algunos anos antes, casi en la misma situacion que yo tenia ahora, y le habia ido muy bien. Le di una sorpresa en el restaurante donde sabia que trabajaba, y despues de los achuchones pertinentes y una alegria barbara de vernos -- habiamos crecido en Sevilla, nuestros padres eran vecinos, y habiamos mantenido siempre el contacto--, su jefe me comento que un conocido estaba montando un restaurante y quizas buscaba personal; lo llamo y aquella misma tarde tuve mi primera entrevista. Estaba convencida de que ese puesto de trabajo seria mio, la necesidad hizo que me ilusionara en exceso, pero resulto ser un engano. Lo que parecia que tenia que ser el trabajo de mi vida, resulto ser una estafa y una tomadura de pelo. Para entrar en el negocio te pedian un deposito economico --<>, dijeron--, con el que se suponia, yo seria el subchef de cocina. Pretendian que fueramos socios desde el inicio del proyecto y que, juntos, sin conocernos de nada, montaramos un restaurante asociandonos con cada especializacion (chef, subchef, cocinero, jefe de sala, camareros... todos socios). Eso si, gestionado por el entrevistador, creador de tal ideal y fantasia. Al salir de alli, decepcionada y mas nerviosa de lo que habia llegado, llame de nuevo a mi primo para contarle. Estaba perdida, el tiempo se me iba acabando y no sabia ni por donde empezar. El me recomendo que me fuera hacia el Maresme, y asi empezo mi peregrinacion por todos los pueblecitos de la costa catalana. Volveria a empezar de cero en cualquier otro lugar y necesitaba un trabajo con urgencia Y, entonces, conoci a Africa. Ni se como llegue a ese precioso lugar, ese espacio lleno de colores, luces tenues e indirectas, flores frescas, musica agradable, un olor a angeles benditos caidos del cielo... y pronto lo descubriria. Entre en su maravillosa cafeteria, era ultima hora de la tarde, me habia pasado el dia preguntando y ofreciendome para trabajos de camarera, dependienta y hasta charcutera... Sin suerte. Llevaba recorriendo bares y restaurantes cuatro dias, habia peregrinado por casi todos sus pueblos costeros y empezaba a estar desesperada. No estaba resultando ser tan sencillo como me habian dicho y estaba agotada. Aquel pueblo, Vilassar de Mar, era un pueblo costero a pie de carretera; lo cruzaba la via del tren y lo decoraban unas callecitas muy bien cuidadas, con flores colgantes de los balcones, con las puertas y los marcos de las ventanas conjuntados con el barrio, con sus gentes discretas y amables. Nada que ver con la gente de Andalucia, aqui eran silenciosos, un poco cerrados, te miraban con un poco de desconfianza al principio, para luego proseguir con un interrogatorio. Hasta que decidian que eras buena gente, y luego, te sonreian y ayudaban si podian. Aquellas gentes hacian muchas preguntas. Yo, que no tenia nada que esconder y muchas ganas de encontrar algun trabajo y lugar donde vivir, contestaba con impetu y entrega a la espera de alguna recomendacion u ofrecimiento, pero no llego. Me sentia muy cansada, hacia mucho calor, tenia hambre, sed y no habia cogido ningun lugar donde dormir aquella noche. Mi cerebro ya no daba para mas. A malas, dormiria en la estacion de tren, no seria la primera vez. Entre en el cafe de Africa, sin pensar, ya no me quedaban energias, cruce la barra me quedaba a mano izquierda; a mano derecha, habia unas cuantas mesas. Al final, se vislumbraba una luz y, como luciernaga a su trampa, alli que me dirigi. Se abria un espacio, como un saloncito, con ventanas grandes que dejaban entrever el patio exterior. Me enamore de ese lugar y alli me quede. Era una estancia con un encanto especial, olia a fresco; sus lamparas de Tiffany colgaban del techo y proporcionaban una luz indirecta a todo el espacio, dandole un toque sofisticado y relajante.

  • Un desastre fabuloso de Maite Herranz

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    ?Y si nunca estuviste hecha para encontrar a tu media naranja, sino que en el mundo te esperaba un medio limon?

  • Algo mas que una luminosa sonrisa irlandesa (Socios Irlandeses 1) de Begona Gambin

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    Primera entrega de la nueva trilogia de Begona Gambin <> que llega con una apasionante y romantica historia de amor: la de Connor y Marta.

  • Un pitcher en mi corazon de Christian Martins

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    ?Quien dijo que seria facil ser la novia del famoso pitcher de los Red Sox?
    La vida de Ashley se complica cuando sufre un pequeno accidente de coche. El problema radica en el conductor: prepotente, insoportable y… famoso.
    ?Quien hubiera adivinado que terminaria enamorandose de el?

  • Una noche loca de Liah Jones

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    Llega la cena anual de empresa y se celebra una gran fiesta, en la ciudad condal. Dos amigas y companeras deciden disfrutar de la noche… ?Lo que pase en Barcelona, se quedara en Barcelona…?
    Una historia de emociones, amistad, complicidad y sexo. No recomendada para menores de dieciocho anos, por contener escenas de sexo explicito.

  • Morir en el intento de Lee Child

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    Un paseo sin rumbo por las calles de Chicago. Tras un simple gesto de ayuda a una joven con una muleta, de repente, Jack Reacher se encuentra con una pistola que le apunta al estomago. Encerrado en una furgoneta con la misteriosa desconocida, Reacher no sabe por que los han secuestrado ni adonde los llevan, pero de algo si que esta seguro: debera hacer uso de todo su coraje y astucia si, contra todo pronostico, quiere sobrevivir.

  • ?Quien mato a Palomino Molero? de Mario Vargas Llosa

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    Un joven soldado de aviacion aparece muerto y con signos evidentes de haber sido torturado. Dos policias, un teniente y un guardia, emprenden la investigacion del crimen. A traves de sus pesquisas, los policias van descubriendo poco a poco las peculiaridades de la sociedad en la que se desenvuelven --el Peru de los anos 50--, adentrandose cada vez mas en un inexorable mecanismo de corrupcion en el que ambos son solo dos piezas que no acaban de encajar... Esta novela, que oscila entre el relato de intriga y la denuncia social, se cuenta entre las mas representativas del autor peruano.

  • Una Atraccion Enmascarada (Romance En Londres 2) de Emily Jo Cooper

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    --!Clarissa! --grito espantada lady Honoria Bladesdton, como sucedia a menudo, cuando vio ingresar al salon a su pequena hija. La rubia nina la ignoro por completo y se dirigio decidida hacia donde su padre leia el periodico. Cuando escucho el alarido de su esposa, el duque miro a su hija y sus ojos se abrieron por sorpresa. Ella se paro frente a el, acomodando la cola del vestido de novia que la duquesa habia usado cuando se caso con el duque y, embutida en metros de tela, lo contemplo muy seria. --Padre, ?puedes concederme un minuto, por favor? --le dijo con su dulce voz y sus enormes ojos azules expectantes. --Claro, princesa, dime lo que esta tramando esa preciosa cabecita -- respondio su padre, luego de una pausa en la que intento reprimir la risa. --?Recuerdas que me dijiste que cuando me casara yo podria escoger a quien seria mi esposo? -- Siguio la pequena mirandolo fijamente, sin inmutarse ante la exclamacion de su madre. --Mmm si, por supuesto --asintio el duque, ocultando una sonrisa tras su taza de te. --Bien, vengo a informarle de que ya lo he decidido --anuncio Clarisa, repasando a sus padres con la mirada. --?Que has decidido? No te entiendo, hija --inquirio perplejo. --Quiero decir que ya elegi a quien sera mi esposo --aclaro ella con voz impaciente. --Ah, ?si?, pero ?no crees que aun eres muy pequena para pensar en casarte? --pregunto el duque muy divertido ante las ocurrencias de su hija. --Noo, no lo creo. Ayer celebre mi sexto cumpleanos. Ya soy grande, padre --contesto ella negando con su cabeza repetidamente. --Clarisa, hija, por favor, de don... --comenzo a decir su madre, pero se interrumpio al ver la sena imperceptible que le hacia su esposo. --?Por eso estas vestida asi, hija? Aunque tu lo decidas, todavia debes contar con mi permiso y mi bendicion. Puedes decirme quien es el nino --dijo el hombre con los ojos que brillaban de hilaridad. --Clayton..., no le sigas el juego en todas sus ocurrencias --le advirtio Honoria afligida, aunque se veia que trataba de no mostrar su diversion. --No es un juego, madre. Me he enamorado. Y tampoco es un nino, sino un caballero. Hoy mismo me casare; si quieren, pueden asistir a mi boda --los corto la nina. --Asi que un caballero. Pues no puedo prometer que ire, si antes no me aseguro de que es el hombre adecuado para ti --replico Clayton fingiendo meditarlo. La nina los miro sonadora, y con voz solemne anuncio: --!Ohh, es mas que el adecuado! El hombre que escogi es un conde: me casare con lord Steven Hamilton. Capitulo 1 Recuerda que la atraccion no siempre ocurre a primera vista... Capitulo uno del libro Consejos para un romance exitoso Los celos, a menudo, son el comienzo de la atraccion… Capitulo dos del libro Consejos para un romance exitoso Londres, Inglaterra, 1815 Sentada en la ventana de su sala favorita de la casa, Clarissa Bladeston miraba, con melancolica expresion, la profusion de rosas que decoraba el hermoso jardin de su madre. La primavera estaba en su esplendor; mayo llegaba con aire de romance y amor, contagiando a todo aquel que pululaba por la bella Londres. La temporada social estaba a pleno en esos momentos: cada noche se celebraban multiples fiestas, por lo que las anfitrionas debian competir para tratar de atraer a la multitud noble a su evento, y asi garantizar el exito del mismo. Para cualquier persona, ser la hija de un duque y pertenecer a la clase noble y privilegiada, estar en su primera temporada, asistir cada noche a un baile distinto, pasar sus tardes paseando por Hyde Park o en meriendas campestres y tener como pasatiempo ir de compras por Bow Street seria el paraiso absoluto, un sueno cumplido. Para cualquiera menos para ella. Poniendose de pie, salio de la sala de estar para subir a su cuarto. Una vez alli, se sento en su tocador y observo su reflejo en el espejo. Su imagen era la de siempre: su cabello rubio claro seguia impecablemente peinado, sus ojos azules y sus largas pestanas la miraban con fastidio, y una mueca de enojo se percibia en sus labios con forma de corazon. No era que su apariencia le molestara, o que no estuviera agradecida por ser considerada hermosa; lo que le fastidiaba era que su imagen era la de una joven candida e inocente, la de una fragil flor. Por supuesto que su aspecto fisico coincidia con su edad, ya que no hace mucho habia cumplido sus dieciocho anos, pero no por eso le molestaba menos parecer tan nina y poco mujer. A pesar de ser considerada una beldad y un exito en su temporada, y de tener a una joven corte masculina suspirando por ella, nada de eso la satisfacia o hacia feliz. Porque cambiaria todo eso, sin dudarlo, por una sola mirada de ese hombre, el caballero al que le pertenecian sus pensamientos, sus suspiros y su amor, y al que no podia olvidar ni quitarse de la cabeza. Lo habia intentado cientos de veces a lo largo de los anos, pero su corazon se negaba a resignarse. No podia aceptar que su amor por el fuera un completo imposible, por lo que se dedicaba a anorarlo, desearlo y quererlo en silencio. Ese era su secreto: amaba como una loca a un hombre que no la veria nunca como ella queria, aunque por lo menos tenia su amistad, su cercania y su carino, y con eso debia conformarse, porque era a lo maximo que podria aspirar. Para el solo era una agradable jovencita, alguien a quien cuidar, proteger y querer. Tal y como a una de ellas, el la veia como a una de sus tres hermanas. La miraba como a una nina y ella odiaba eso. <>, penso Clarissa mas fastidiada aun. Un golpe en la puerta interrumpio sus tortuosos pensamientos. --Adelante --dijo, girandose en la banqueta para recibir al visitante. --Hija, ?que haces vestida asi todavia? Anda, debes cambiarte o llegaremos tarde al baile de lady Asthon --dijo su madre, con su acostumbrado tono quejoso, cuando la vio. Clarissa la observo unos segundos. A pesar de ya no ser una jovencita, Honoria era realmente bella: conservaba su rubio cabello con apenas unas canas y su gracil y esbelta figura estaba intacta. Ella, como su hija, era su vivo retrato. Eran practicamente iguales, con la diferencia de que su madre no tenia ojos azules, sino que eran de un raro color gris verdoso. --Madre, ?no puedo quedarme en casa hoy? --le pregunto, sabiendo lo que responderia. --Clarissa, no lo repetire. Ya bastante tiempo perdimos yendo a visitar a Bath a mi hermana, y luego con todo lo que sucedio con Nicholas. Esta es tu primera temporada; casi se arruina y caemos en desgracia. Y ya que por un milagro todo se soluciono, debemos aprovechar para conseguirte un buen marido, ?esta claro, hija? --Termino su madre, lanzando una de sus miradas intimidantes. --Si, madre. Estare preparada --respondio, reprimiendo un bufido exasperado. --Bien, llamare a tu doncella. Ponte el vestido lavanda --le ordeno Honoria y luego salio. Suspirando frustrada, Clarissa observo su retirada. Por mas que lo intentase, ella no podia imponerse a su madre. Honoria tenia un caracter dominante e intimidante a partes iguales. Era una madre dedicada y presente, pero tenia la tendencia al drama y a la exageracion. Rara vez sonreia, porque habia sido criada con las reglas inflexibles de la etiqueta y el decoro de la mas exigente alcurnia inglesa. Sin embargo, hacia gala de un gran sentido del humor cuando queria, y Clarissa pensaba que secretamente disfrutaba de la irreverente actitud que siempre tenian Nick y ella. Su familia estaba compuesta por su hermano mayor y actual duque de Stanton, Nicholas; su segundo hermano Andrew, vizconde de Bradford; y su madre, duquesa viuda de Stanton desde que su padre hubo fallecido, hacia ocho anos. Su hermano mayor se habia casado dos dias atras, luego de haber protagonizado el escandalo mas rutilante de los ultimos anos, cuando huyo con una mujer comprometida, lo que hizo que, por poco toda la familia cayese en la ruina social. Si no fuera porque finalmente se casaron dando relativa respetabilidad a esa relacion, y porque a un duque pocas cosas no se le perdonaban, la historia seria otra: estarian sufriendo total ostracismo y ningun apellido o dote alcanzaria para lograr que un caballero pidiese su mano, o siquiera se le acerque, para el caso. Pero como eso no paso, era hora de volver a los salones de baile y hacer de tripas corazon para intentar conseguir un esposo, mientras veia al dueno de su corazon reir, bailar, admirar y, tal vez, seducir a otras mujeres. Y pensar que su reciente amiga y recien estrenada cunada, Elizabeth, habia conseguido el corazon de su duque en un mes, y ella en dieciocho anos no habia logrado ni un beso de su conde. <>. De vuelta en Londres, Steven Hamilton, sexto conde de Baltimore, debia volver a la rutina diaria: divertirse y gozar de los placeres que Londres ofrecia. Su vida si que era buena, de verdad no podia quejarse. Se le habian concedido todas las virtudes: linaje, dinero, apostura y simpatia. Eso no debia sonar muy humilde, pero era cierto. Y no era que el se habia endilgado a si mismo aquellas caracteristicas, sino la propia sociedad inglesa. No seria el quien se lo discutiera; no cuando se habia beneficiado veintiocho anos de ello. Por supuesto, no era tan frivolo para no ver que lo que lo hacia de verdad afortunado era su familia y sus amigos. Luego de la repentina y tragica muerte de sus padres, producida diez anos atras, debio hacerse cargo de sus hermanitas. Se sentia realmente orgulloso de sus tres hermanas pequenas, quienes ya no eran tan ninas, aunque le enfermara admitirlo. Las gemelas Rose y Violet habian cumplido sus dieciseis anos; por esto decidieron retrasar un ano la presentacion de Daisy, la hermana del medio, la cual ya habia cumplido la mayoria de edad, y asi entrar en sociedad juntas. <>, penso Steve atribulado. Asi que, por lo menos, le quedaba un ano para disfrutar de su vida de soltero irresponsable y pensaba aprovecharlo; no como su mejor amigo Nicholas, que ya se habia echado la soga a su cuello ducal. No, el compromiso no era para el conde. El no podia imaginar su vida atada a una sola mujer. Definitivamente no; el tenia un corazon generoso y grande, amaba a todas las mujeres y ellas, a el. El amor y el matrimonio eran demasiado complicados para Steve. ?Para que arruinar su perfecta existencia?: tendria que ser necio para hacerlo. <>, le susurro ese molesto tipo que vivia en su interior. --!Tu, callate! --refunfuno en voz alta justo cuando su carruaje se detenia. --?Milord? --pregunto su lacayo, parado junto a las puertas del coche, intentando ocultar su perplejidad. --Olvidalo, Tim. Te vere mas tarde --respondio Steven, bajandose del vehiculo y dirigiendose a las escalinatas de la gran mansion. El baile de lady Asthon estaba en su auge cuando Steven hizo su entrada. Las parejas se esforzaban girando en la pista y las conversaciones se volvian estridentes, intentando hacerse oir. Con Nick en Edimburgo quien disfrutaba de su luna de miel, se veia obligado a buscar distraccion por su cuenta. Tomo una copa que un lacayo le habia ofrecido, y decidio ir a la sala de juegos, ya que los carnet de baile de las mayoria de las damas estarian llenos a esa altura de la velada. Saludando a sus amistades, que lo detenian a cada paso, comenzo a sentirse sofocado por el agobiante calor que reinaba en la estancia. Asi que, valiendose de su gran estatura, ubico los ventanales que, seguramente, daban paso al jardin de la casa. Cuando se abria paso hacia las puertas ventanas, vio salir a una pareja, ambos altos y rubios, por ellas. De inmediato le llamo la atencion la mujer; sabia de quien se trataba, pues no eran muchas las damas que hacian gala de esa altura. Dejando a un colega con la palabra en la boca, apresuro el paso hasta salir al exterior. La pareja bajaba las escaleras de la terraza, y pronto se perdieron por los altos setos del jardin. <>, penso molesto y frustrado, acelerando la marcha tras de ellos. Luego de un momento de infructuosa busqueda, dio con ellos y lo que vio lo dejo petrificado y furioso. Ellos no habian notado su presencia, asi que camino hasta posicionarse bajo la luz nocturna que la luna les proporcionaba. --Si no apartas tus manos de ella en este instante, puedes darte por muerto, Gauss. --Su voz resono con tono mordaz y amenazante, lo cual logro intimidar mas que su mirada letal y su postura tensa. Capitulo 2 Aveces, intentar desviar la atencion del objeto de su deseo puede resultar una buena estrategia para despertar la atraccion... Capitulo tres de libro Consejos para un romance exitoso En ocasiones, el antagonismo que surge entre dos personas solo es un intento de camuflar la mutua atraccion... Capitulo cuatro del libro Consejos para un romance exitoso Luego de bailar su cuarta cuadrilla, Clarissa se sentia acalorada y un poco mareada; su companero de baile la llevo hasta su madre y se alejo con una reverencia. <>. --Si sigue arrugando asi su linda cara, le quedara una marca --dijo una voz muy grave y masculina justo en su oido, que la hizo sobresaltar. --!Lord Gauss!, !que placer volver a verlo! --Lo saludo cuando giro y vio a Sebastien Albrigth, conde de Gauss, el hermano mayor de su reciente cunada Elizabeth. El se inclino sobre su mano enguantada y deposito un beso un poco mas largo que el permitido por el protocolo. Clarissa de inmediato se ruborizo. El conde era muy apuesto y extremadamente masculino; tenia el pelo muy rubio, como el de ella, pero lo mas fascinante de su apariencia eran sus increibles ojos purpuras, enmarcados por unas largas pestanas muy claras. Gauss se enderezo, dejando ver su gran altura; su contextura era poderosa, con una espalda muy ancha. El la miraba con un brillo travieso en sus ojos y una sonrisa indolente aparecio en su rostro de mandibula cuadrada. --El placer es mio, lady Bladeston, estaba buscandola --comento con voz ronca. !Ohh, Dios!, esa sonrisa era fascinante, pero no le quitaba el aliento ni la hacia sonreir como tonta. ?Por que?, !Por que no podia sentir ni de cerca lo que Steven le provocaba! --?En que puedo servirle, milord? --Se apresuro a responder, antes de que pensara que era lenta o tonta. --Queria saber si ha tenido noticias de mi hermana; desde que la deje en su casa, no he sabido mas de ella --dijo el, luego de saludar a la duquesa viuda, que se habia vuelto hacia ellos para marchar a la sala de bebidas, y dejarla asi con el conde. --Si, milord. Despues de que usted partiera, Lizzy paso la noche en casa. Y al dia siguiente decidio partir con mi hermano hacia Escocia --contesto ella, intentando sonar tranquila. No sabia como reaccionaria el conde si se enteraba de que su hermano habia raptado a la suya. --?Escocia dijo? --respondio perplejo, mostrandose serio de repente. --Mmm... Milord, vera, como le explico... --Empezo a tartamudear incomoda. <>. --No se inquiete, lady Clarissa. ?Le parece que salgamos al jardin para poder hablar mas tranquilos? --La interrumpio el conde al ver su apuro; cuando ella asintio le ofrecio su brazo e iniciaron la marcha. El aire fresco les dio la bienvenida cuando salieron por las puertaventanas, llevandose su sofoco y acaloramiento, pero no su nerviosismo. --Milady, no debe sentirse nerviosa. Puedo asegurarle que no me enfadare con usted por las acciones de su hermano --aseguro el, interrumpiendo el silencio. --Esta bien, milord --asintio Clarissa, mirando su perfil--. Nicholas y Elizabeth decidieron viajar a Gretna Green, hace dos dias se casaron y ahora estan pasando su viaje de novios en Edimburgo. --Termino rapidamente antes de arrepentirse. --Bien, creo que, dada la situacion, es mejor que este alli que en Londres --cavilo el mientras bajaban las escalinatas del hermoso jardin. --Si, ?como esta su padre? --pregunto ella, observando como su expresion se ensombrecia. Dias atras, el padre de su cunada, el marques de Arden, habia sido detenido por la Corona bajo graves acusaciones de espionaje y traicion. --Mi padre esta como cabria de esperarse de un hombre al que lo han injuriado poniendo en duda su honorabilidad. Pero ya ha sido liberado, aunque no puede abandonar Londres hasta que su nombre y su inocencia sean probados --respondio el conde con tono y mirada indescifrables. Clarissa no sabia si Gauss seguia enojado con su hermano y con Steven por haber participado en la investigacion que habia terminado en la detencion del marques. --Lo siento, milord --se disculpo, afligida por aquella situacion, en la que se sentia involuntariamente involucrada. --Aceptare tu ofrenda de paz si me explicas por que Hamilton nos esta siguiendo con un ceno feroz en su rostro --propuso Gauss, volteando a mirarla con una sonrisa divertida. Clarissa tropezo al oirlo y, ayudada por el, retomo el equilibrio, devolviendo su mirada con los ojos abiertos como platos y con las mejillas sonrojadas furiosamente. Incredula, intento girar su cabeza hacia atras para comprobar si su comentario habia sido real. --No lo hagas, o nos delataras --le advirtio el noble, impidiendole mirar y haciendola doblar a su derecha por el camino de setos verdes, perfectamente recortados. --Milord, creo que es mejor que regresemos. No quiero que tenga problemas con lord Baltimore --respondio con repentina inquietud y con la voz temblorosa, tratando de calmar el loco retumbar de su corazon. --No se preocupe; aunque sea evidente que no les agrade a su hermano, el duque, y a su amigo conde, no por eso debo cortar con esta incipiente amistad que esta naciendo entre nosotros, ?no cree? --inquirio Gauss con tono intimo, poniendo una mano sobre la suya, lo cual logro que su sonrojo llegara hasta la raiz de su cabello. --Mmm... si, usted me agrada y, despues de todo, ahora somos familia -- acepto Clarissa tras reflexionar sobre sus palabras. --Que bueno que coincide conmigo. Entonces, ?me dira por que Steven Hamilton nos esta siguiendo? --repitio el conde hilarante. --No lo se, milord. Seguramente se lo pidio mi hermano, siempre actuan asi. Si Nicholas no puede cuidarme, lo hace Steven. No entienden que ya no es necesario: creci y ya no soy una nina --respondio, sin poder ocultar su enojo. El conde la guio hacia un banco de piedra que estaba ubicado junto a una hermosa fuente. Clarissa miro hacia el camino y no vio a Steven, por lo que respiro tranquila, aunque seguia molesta. Estaba harta de ser tratada como una nina. Negandose a admitir que tal vez se estaba comportando como una al esconderse de Steven y permitir que Gauss, quien era conocido por ser un libertino seductor, la alejara de la vista de los demas invitados. Se concentro en su acompanante, que la miraba con una sonrisa indolente y algo perturbadora. --Me parece que es justo, porque lo entendieron, que la protegen tanto, milady --vaticino el, deteniendo sus pensamientos. --?Que quiere decir, milord? --pregunto ella, sin llegar a comprender el sentido de sus palabras. --No, llameme Sebastien, por favor --solicito el, negando con la cabeza y tomando su mano con delicadeza. Sin poder evitarlo, Clarissa se sentia hipnotizada por esos ojos violetas; no era que lo queria, pero no podia negar que se sentia atraida.

  • El largo olvido de Marcia Cotlan

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    Una historia de segundas oportunidades en la que la protagonista sabe que su ex es el amor de su vida, pero se empena a alejarlo cada vez mas.

  • Noche de Bernard Minier

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    De todos los criminales a los que se ha enfrentado a lo largo de su carrera, ninguno ha suscitado en el comandante Martin Servaz, miembro de la Policia Judicial de Toulouse, semejante grado de horror y aversion como el diabolico Julian Hirtmann. Pero el encono de Servaz no se debe solo a que el antiguo fiscal del tribunal de Ginebra le arrebato a su adorada Marianne, sino tambien a que Hirtmann, con sus perversos metodos de tortura psicologica, parece haberse apropiado de su mente, exponiendo sus pasiones mas intimas, desde la musica de Gustav Mahler hasta las zonas oscuras de su vida familiar. Inesperadamente, el homicidio de una joven en una iglesia en el norte de Noruega ofrece a Servaz la ocasion de reencontrarse con el aborrecible Hirtmann. El crimen ha movilizado a la agente Kirsten Nigaard, de la Policia de Oslo, cuyas pesquisas la conducen a una plataforma petrolifera del mar del Norte, donde descubre que uno de los operarios ha huido, dejando una serie de indicios que apuntan al comandante Servaz. ?Golpe de azar o giro sospechoso del destino? Ajena a la historia solapada bajo el caso, Nigaard se traslada a Francia para unirse a Servaz en la busqueda y captura de Hirtmann. Asi pues, la implacable persecucion culmina en los abismos de una noche de invierno, durante la cual, en un cara a cara definitivo, Martin Servaz debe jugarse la vida y el honor frente al mas despiadado de sus enemigos. Consolidado como la voz mas potente del thriller frances de los ultimos anos --sus libros suman mas de dos millones de ejemplares vendidos y han dado origen a una serie de television--, Bernard Minier es un maestro en la ejecucion de tramas de ritmo trepidante protagonizadas por personajes aterradores. La publicacion de Noche supuso su consagracion como uno de los autores mas populares de Francia.

  • El numero de la traicion de Karin Slaughter

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    En la sala de urgencias del hospital mas ajetreado de Atlanta, la doctora Sara Linton se ocupa de una mujer muy malherida: desnuda y con evidentes signos de haber sido torturada, esta claro que ha sido presa de una mente retorcida. El detective Will Trent, de la Oficina estatal de Investigacion de Georgia y su companera Faith Mitchell, comienzan la investigacion de los hechos pero enseguida se dan cuenta de que la terrible realidad es que la paciente de Sara tan solo es una de las multiples victimas de un asesino cruel y sadico. Ademas muy pronto, otra mujer -inteligente, atractiva y bien situada- es secuestrada. Will y su companera Faith Mitchell se encuentran en el ojo de un huracan para dar caza y captura a un asesino.

  • La disculpa de Eve Ensler

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    Que extrano me resulta escribirte. ?Te estoy escribiendo desde la tumba, desde el pasado, desde el futuro? ?Escribo como si fuera tu, o como querrias que fuera, o como quien de verdad soy desde mi propia comprension limitada? ?Acaso importa? ?Estoy escribiendo en una lengua que nunca hable ni entendi, que has creado en el interior de nuestras mentes para salvar distancias y remediar nuestra falta de conexion? Quiza este escribiendo tal como soy de verdad, ahora que me has liberado con tu presencia. O puede que no este escribiendo nada y que sencillamente me estes utilizando como un medio para satisfacer tus propias necesidades y tu version de la historia. No recuerdo haberte escrito jamas. Raras veces escribia cartas. Escribir cartas, acudir a alguien, habria sido una senal de debilidad; eran los demas quienes me escribian a mi. Jamas habria permitido que nadie pensara que me importaba lo suficiente como para escribirle una carta. Hacerlo me habria rebajado, me habria puesto en inferioridad de condiciones. Incluso contarte esto me resulta extrano. No es algo que de ordinario sabria o diria, a menos que hubieses entrado en mi mente. Pero no lo discutire, pues se me antoja certero. Tu siempre me escribias cartas. Me parecia peculiar y extranamente conmovedor. Viviamos en la misma casa y aun asi me escribias, con tu caligrafia de nina pequena, tratando de formar renglones rectos, pero desviandote por toda la pagina. Era como si estuvieras tratando de establecer contacto con algun aspecto de mi, con una parte que no encontrabas en los momentos mas intensos de nuestro conflicto, como si mediante poesia trataras de apelar a un yo secreto que una vez te deje ver. Normalmente, escribias cartas de disculpa. Que apropiado que ahora quieras una carta de disculpa por mi parte. Siempre te estabas disculpando, suplicando perdon. Te habia reducido a un degradante mantra diario de <>. Un dia te mande a tu cuarto sin cenar y te obligue a quedarte alli hasta que comprendieras y reconocieras tu mal comportamiento. Al principio te mostraste terca, callada durante veinticuatro horas. Tu madre estaba preocupada. Pero puede que entonces te entrara hambre o te aburrieras, porque me escribiste una carta en un pedazo de carton que traian mis camisas de la tintoreria. La pasaste por debajo de la puerta de mi dormitorio. Era una suplica dramatica, una lista. Siempre te gustaron mucho las listas. Ahora veo que necesitabas catalogar las cosas, darles sentido con una especie de aritmetica literaria. Era una lista de todo lo que habias aprendido y todo lo que no volverias a hacer. Recuerdo que lo primero era mentir; no volverias a mentir. Y yo sabia, a pesar de perseguirte diariamente y de hacerte creer que eras una vil mentirosa, que eras la nina mas sincera que habia conocido jamas, aunque no conocia a muchas. Detestaba a los ninos. Hacian ruido y lo desordenaban todo y se portaban mal. Era demasiado viejo para tener hijos, solo los tuve para dejar mi legado. Pero estoy divagando. Aquella carta de carton con tu apresurada caligrafia en rotulador morado y las flores torcidas que habias dibujado en los margenes te saco de la habitacion, y ahora me pregunto si por eso seguiste escribiendo, como si se tratara de una especie de pasaporte hacia la libertad. Desde que abandone el mundo de los vivos he estado atrapado en un lugar de lo mas debilitante. Se parece mucho a lo que la gente suele decir del limbo: la nada, el olvido. El limbo no es un lugar externo, no exactamente. Al contrario, he estado basicamente en ningun sitio. Flotando, sin amarres, dando vueltas. Aqui no hay nada, nada que ver, no hay arboles, no hay oceano, no hay sonidos ni olores, no hay luz. No hay lugares tal como los concebimos, no hay arraigos, nada a lo que aferrarse. No, no hay nada, excepto el reflejo de lo que mora en mi interior. <> Eso es de Eliot. Tal vez no sepas que era mi poeta favorito. Sus palabras acuden a mi a menudo en este limbo. Llevo casi treinta y un anos de tu tiempo dando vueltas en este lugar, pero es extrano, porque aqui no hay tiempo, no hay mas que un vacio agonizante, un espacio infinito que me engulle y que es terrorificamente vasto y sumamente claustrofobico a la vez. Deje el mundo de los vivos cargado de resentimiento y rencor. Incluso en mi lecho de muerte, la virulencia de mi ira fue mas poderosa que el cancer que consumia mi cuerpo. Mi rabia era tan perniciosa que era capaz de luchar contra la morfina y el delirio, y darme energia para disenar y ejecutar mis ultimos castigos. Y tu pobre madre, ?que podia hacer? La habia amedrentado durante tantos anos, atizandola con mis gritos, mi condescendencia y mis amenazas, que para entonces se habia convertido en una complice apocada y fiel. Trato de seguirme la corriente, me decia que tal vez no fuera el mejor momento para tomar decisiones tan extremadas como aquellas. Lo hizo todo excepto decirme que habia perdido la cabeza. Mis ultimos pensamientos y alientos estuvieron tenidos por el deseo de hacer dano, el deseo de crear un sufrimiento que perdurara en el tiempo. Puede que no lo sepas, pero en ese momento final insisti en que te eliminaran de mi testamento. No heredarias nada, <>, dije con mucha fuerza. Incluso en mi fragilisimo estado, aquel acto de venganza me dio vida. Fue la ultima oportunidad que tuve de abolirte, de erradicarte, de castigarte. Y cuando tu madre me pidio que me lo replanteara, insisti en que tu te lo habias ganado. ?Por que iba a dejarle nada a una hija que habia sido tan obstinada y desleal? El cuestionamiento de tu madre avivo mi furia todavia mas y me volvi mas vengativo, tratando incluso de eliminar tu caracter. La obligue a prometerme que, dijeras lo que dijeras tras mi muerte, no te creeria jamas, ya que hacia muchos anos habia quedado plenamente demostrado que eras una mentirosa descarada. Mentirosa. Obligue a tu madre a que se comprometiera, en esencia, a desconfiar y dudar de ti para siempre. En ese sentido, la obligue a exterminarte igual que yo lo habia hecho. La obligue a escoger a su marido antes que a su hija, pero aquello no era nada nuevo, tu madre tenia mucha practica en hacer ese sacrificio. Se lo habia exigido durante la mayor parte de tu vida. Y yo sabia perfectamente lo mucho que se despreciaba por consentirlo. Veia como, con los anos, habia minado el respeto que se tenia como madre, eliminado su seguridad y su voz, y como la habia debilitado hasta el punto de no gustarse o no reconocerse siquiera y, aun asi, segui insistiendo. La primera etapa de mi tiempo en este reino de muerte, que senti como si hubiese durado anos, la pase inmerso en un bucle infinito compuesto de todas las traiciones y decepciones vividas, de todas las formas en que mis companeros, hijos y supuestos amigos habian puesto de manifiesto su estupidez o debilidad, reviviendo toda aversion justificable y ejecutando venganzas imaginadas. Naturalmente, tu estabas entre las primeras de la lista. Abandone el mundo tan furioso contigo, que para castigarte me negue incluso a avisarte de que me estaba muriendo. No te llame para despedirme. Queria que las esquirlas de mi rabia te cortaran y te hicieran sangrar para obligarte a llevarme contigo, para que arrastraras una hemorragia de culpa y desesperacion y te preguntaras durante el resto de tu vida por que nunca estuviste a la altura, por que nunca fuiste la hija que esperaba que fueras. Resuelto a dejarte sin cierre ni final, no planee ni permiti siquiera que se celebrara una ceremonia o un funeral. Me parecian demostraciones vulgares y pateticas de emociones absurdas e inutiles. Y, ademas, si me llorabas, era muy probable que terminaras desprendiendote de mi. Retenerte era el unico poder que me quedaba a esas alturas, la unica forma de agarrar tu ser, la unica forma de llamar y conservar tu atencion. Pocos dias despues de morir, antes de entrar en este plano, te vi sentada en el suelo de mi armario en Florida con la cara hundida en mi viejo jersey amarillo de cachemira. Al principio no entendi que estabas haciendo, pero luego, a medida que te observaba, comprendi que estabas oliendo lo que quedaba de mi, inhalando mi colonia y mi esencia, tratando de hallar un lugar en el que depositar tu dolor. Y, a mi pesar, aquello me conmovio. Me devolvio a un tiempo que habia sido docil entre los dos, un tiempo albergado por un carino casi insoportable. Verte en el suelo ante mi armario, tratando de hallarme, de hallar esa ternura, provoco en mi una oleada de tristeza y perdida; y entonces desapareci. Deje atras tu mundo, deje atras la belleza, deje atras la posibilidad de la salvacion. Y fui arrojado al interior de una desenfrenada repeticion de ofensas y agravios. Dicen que asi como vives, moriras. Y es cierto que con el tiempo mi furia se volvio letal. <>, solia advertirme mi madre, ya que siempre estaba inexplicablemente furioso. Y entonces mi rabia cambio de sentido y me pudrio el cuerpo inundandolo de un terror insufrible. Fue como si la ira se hubiese replegado sobre si misma, devorando y asfixiando mi angustiada psique en un callejon de lamentos, de una ansiedad insoportable, de dudas desgarradoras y de una torturadora autorrecriminacion. No podia avanzar. No podia retroceder. No habia salida. Paralizado en este lugar del limbo, carecia del lenguaje y de la voluntad, y de la comprension para liberarme. Se que fui un cinico que rechazaba con desden todas las sandeces relacionadas con el mas alla. Pero ?que sabia yo sobre nada? Y a esto ni siquiera lo llamaria el mas alla. No esta <> de nada, sino a continuacion. En este sentido, la muerte es atroz e infinita. O quiza solo lo sea esta muerte concreta que me ha tocado a mi. Imagino que habra otros a quienes su buen proposito los lleve en sus alas a lugares mas resplandecientes. Si he aprendido algo aqui -y no ha sido facil aprender gran cosa, pues mi cerebro esta ofuscado por la angustia-, lo que he descubierto es que es de suma importancia resolver los conflictos mientras vives, puesto que todos los asuntos pendientes te persiguen al siguiente plano y determinan el estado de tu ser. Todo agravio que hayas ocasionado en vida, todo dano cuya culpa no hayas asumido, se convierte en una especie de fango espiritual, una sustancia viscosa que construye tu encierro. Es una jaula, pero esta dentro de ti, y eso resulta todavia mas insufrible e inquietante. Estas atrapado en ti mismo, absorbido por el barro de la obsesion eterna. Gritarias, pero el lodo es tan denso que impide que te salga la voz. No hay alivio posible. Por eso te doy las gracias, Eve, por invocarme, por darme esta oportunidad de rendir cuentas por mis espantosas acciones. Se que no hay ninguna garantia de que vaya a ser liberado de este angustiante limbo, pero tu ofrecimiento de recibir esta disculpa ya ha modificado este paisaje de desesperacion. Soy consciente de que tu proposito es claro. La profundidad y la sinceridad y la necesidad de tu mision son evidentes y potentes. Se que me estas pidiendo que me disculpe, y debo decir que este terreno me resulta desconocido y antinatural. No recuerdo haberme disculpado jamas por nada. De hecho, se me inculco que al pedir perdon uno muestra debilidad, se vuelve vulnerable. Imagino que es mi vulnerabilidad precisamente lo que necesitas de mi, tal vez fue lo que siempre necesitaste. Hare todo lo posible por no justificar ni racionalizar mis acciones. Al contrario, tratare de dar cuenta de mis acciones e intenciones. Al contartelas, no pretendo obtener comprension ni perdon, se trata de una confesion en el sentido mas profundo. Ciertamente, es algo que preferiria que permaneciera oculto ante ti, ante Dios, ante mi mismo. Pero ha llegado el momento de someterme, sin reservas, sin justificaciones, a esta rendicion de cuentas. Me he preguntado: ?que es una disculpa? Es humildad; es la admision de las ofensas y una rendicion; es un acto de intimidad y conexion que exige un gran autoconocimiento y entendimiento. Estoy seguro de que no dare la talla.

  • Mi querida Irene de Clara Fuertes

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    Mi querida Irene es una novela que habla de la memoria de las mujeres.
    Habla del amor.
    Y cuenta lo mas triste, el ultimo adios.
    Es un viaje al pasado, a la Segunda Guerra Mundial, a Francia, al corazon de la escritora Irene Nemirovsky.

  • Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo de Miguel Delibes

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    Amante de la naturaleza y del deporte cinegetico, Miguel Delibes escibio, ademas de las novelas que le dieron justa fama internacional, numerosos libros sobre caza, como Diario de un cazador o Con la escopeta al hombro, y llego a decir de si mismo que el no era un escritor que cazaba, sino un cazador que escribia. En este volumen, escrito a modo de agenda, Delibes retrato una serie de experiencias personales de caza realizadas a lo largo de tres anos, entre 1971 y 1974, por las tierras de Castilla la Vieja.

  • Un hombre audaz, Diana Palmer de Diana Palmer

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    El antiguo agente de fronteras Dalton Kirk penso que su vida habia acabado, literalmente hablando, cuando una banda de traficantes lo dio por muerto. Desafiando todo pronostico, sobrevivio a la dura prueba y regreso a su cercano rancho de Wyoming para dedicarse a una vida mucho mas tranquila y hogarena. Hasta que la encantadora Merissa Baker llamo a su puerta.

  • Eclipses de Jose Maria Maza Sancho

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    Los fenomenos astronomicos nos han obsesionado desde tiempos inmemoriales, en especial los que se vinculan con el Sol, fuente principal de energia de nuestra Tierra. Por eso los eclipses tienen un lugar especial en la historia de la humanidad, y el hecho de que ocurran dos durante los proximos anos ha motivado al profesor Jose Maza a introducirnos en el tema.

  • Los Wapshot de John Cheever

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  • Parece que fuera es primavera de Concita De Gregorio

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    Esta novela relata una historia real. Sucedio en 2011. La vivio Irina Lucidi. Esta novela aborda un dolor para el que muchos idiomas no tienen una palabra: <> Irina es una mujer de padre italiano y madre alemana, criada en Belgica y educada en escuelas italianas, abogada, con experiencia laboral en Estados Unidos, Francia y despues en Suiza, donde se caso con Mathias, un suizo aleman que trabajaba en la misma multinacional que ella. Tuvieron dos hijas gemelas, Alessia y Livia, y se separaron. En enero de 2011 el padre se llevo a las ninas, que entonces tenian seis anos, supuestamente para pasar unas vacaciones con ellas. Se suicido en las vias del tren en Italia y dejo una nota a su ex mujer en la que le decia que las pequenas no habian sufrido y que no las volveria a ver. La novela relata la historia de ese desgarro, de ese dolor. La historia de una madre que busca a sus hijas y topa con la burocracia, con la indiferencia, con la desidia, con el olvido. La historia de una madre que debe aprender a vivir con esa ausencia. La historia de una madre que debe aprender a superar la perdida, a cerrar la herida, a mirar hacia delante, a descubrir que <>. Partiendo de un hecho de la cronica de sucesos y dando voz a la madre doliente, Concita De Gregorio ha escrito un libro sobre el absurdo, sobre lo atroz, sobre lo innombrable. Una novela que se adentra en el territorio incierto del sufrimiento y recorre el arduo itinerario necesario para superarlo, para salir adelante. Huyendo del sentimentalismo facil y del sensacionalismo barato, la autora crea una novela concisa, valiente, intensa, sobrecogedora, deslumbrante.

  • Los suicidios de Princeton (Rebeca Olsen 5) de Raul Garbantes

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    JASMINE SE ENCONTRABA en la azotea de la torre de Nassau Hall, en el edificio mas emblematico de Princeton. Habia tenido un buen dia. Era viernes por la noche y habia decidido ir en soledad a aquel lugar. Le gustaba mirar el campus desde alli. Cuando dio la vuelta para irse a casa, escucho un ruido y la vio. Una chica parecia decidida a lanzarse desde lo alto de la torre. Caminaba con determinacion, como si nada pudiese detenerla, pero Jasmine se movio con rapidez y corrio hacia ella antes de que pudiese subirse a la cornisa. --Detente. ?Por que quieres hacer esto? --le pregunto al mismo tiempo que con sus manos le sostenia los brazos. --!Dejame! ?Quien crees que eres para meterte asi en mi vida? Esto no es tu problema -- respondio la chica. --No vale la pena. Por lo que sea que hayas decidido acabar con todo, no vale la pena. Puedo mostrarte las cicatrices que tengo en mi cuerpo. Yo tambien he estado en tu lugar. Mi vida ha sido un desastre casi siempre y tambien pense que no habia remedio. Entonces la chica relajo los musculos de los brazos y Jasmine comprendio que al menos contaba con unos minutos para hablarle. --?Cual es tu nombre? --quiso saber. --Me llamo Jasmine. ?Y tu? Ella sonrio un segundo, con ironia. Mas bien fue una mueca. --Soy Lynette. --Te parece que nos sentemos aqui un momento. No pienso llamar a nadie ni evitar que te lances si despues de que hablemos continuas con esa idea. Solo te pido unos minutos. Te prometo que, si desistes, no avisare a nadie lo que ibas a hacer. Lynette decidio hacer lo que Jasmine proponia. Las dos se sentaron en el piso, junto a la cornisa. --No voy a poder soportar la verguenza, la humillacion... --dijo rompiendo en llanto. --?Cual humillacion? --Tiene las fotos, mis fotos de la preparatoria. Por eso no uso redes sociales. Cometi un error hace unos anos. Me gustaba un chico que no era buena persona. Me tome unas fotos para el y las difundio en las redes. Pero no todas. Despues hubo un escandalo, aunque pequeno; logramos minimizarlo. Me refiero a mi familia y a la escuela. No volvio a publicar nada mas. Ahora ellos las tienen, y unas peores, ni siquiera las recordaba, o, mejor dicho, queria olvidarlas. Aunque me he mantenido con el temor oculto de que eso volviera a salir a la luz. Diras que eso no es tan grave, pero si te pasara a ti, seria distinto. El desprestigio en este lugar no esta permitido. Esto me convierte en una impresentable. Esto me va a arruinar, porque seria solo el comienzo. Estan dispuestos a todo. A mi y a las otras. Y lo peor es que ahora se algo espantoso; algo que dana a otras personas... --Entiendo. ?Y no puedes convencerlos de que no te desprestigien? ?Que los mueve para hacer eso? --pregunto Jasmine. --Es mejor que no sepas mas --le respondio al mismo tiempo que secaba unas lagrimas de sus ojos--. De todas formas, ya hoy he perdido el valor. Hoy no lo hare --dijo y se levanto. Luego echo a andar hacia la puerta de la azotea. Caminaba despacio. Jasmine tuvo la intencion de acompanarla, pero no lo hizo. Sin embargo, averiguo lo que pudo sobre ella despues de aquella noche. Y cumplio su promesa; no le dijo a nadie lo que habia pasado. 2 ERAN las once de la manana del 25 de enero e iba a encontrarme con Rose en el Central Park. De la estacion de trenes de Nueva York al parque se me hizo el camino interminable. La ciudad estaba cubierta de nieve y la gente se resguardaba en las cafeterias. Repare en una de ellas que quedaba de camino y estaba abarrotada de gente. En la entrada vi a un mendigo sentado en el suelo. Se trataba de un hombre mayor con la cara reseca y manchada que soplaba las palmas de sus manos y luego las frotaba. Yo estaba tan emocionada y satisfecha conmigo misma por la resolucion del caso en Westchester, y en contraste con mi situacion estaba aquel sujeto pasandolo tan mal, que senti mucha pena. Pensaba que el frio era una maldicion para los desfavorecidos, asi que saque de mi morral lo mas rapido que pude varias monedas y se las ofreci. Abrio sus labios rotos y me dio las gracias con una sonrisa infantil que mostro los pocos dientes que tenia. Continue mi camino casi corriendo, mientras sentia el vaiven del abrigo que me golpeaba las piernas y tambien el viento helado chocando contra mi cara. En ese momento comenzo a nevar. La emocion de encontrarme a mi hermana despues de tanto tiempo y hacerlo con el sabor de la victoria a cuestas por lo de mi descubrimiento del asesino de Sleepy Hollow era de las mejores cosas que me habian pasado en la vida. Cuando andaba por el frente de la Torre Trump y llegaba a la esquina del parque, mi celular vibro. Lo llevaba dentro del bolsillo del abrigo. Lo tome y mire el mensaje con expectacion porque me temia lo peor, que Rose cancelara y me dijera que tampoco podria verla ahora... En efecto, era ella, para decirme que a ultima hora no le habia resultado seguro acudir a la cita. Que luego me explicaria, pero que no podriamos vernos. Tambien decia que en unos minutos Anita Lansbury me llamaria para encomendarme un caso. Tuve que aceptar sus palabras porque sabia que nuestro trabajo era peligroso y que debiamos adaptarnos a los imprevistos. Le escribi un simple okey y continue. Camine por el sendero este del Central Park. Me adentre en aquel espacio solitario y lleno de nieve y vegetacion. Anduve menos de diez minutos y despues me sente en un banco. Fue en ese momento cuando recibi la llamada de Anita. --Es urgente que te dirijas a Nueva Jersey, cerca del campus de la Universidad de Princeton. Algo terrible podria estar pasando que ya ha afectado a tres de <>. No sabemos que es, pero sospechamos una estrategia criminal que podria conducir a ciertas jovenes a cometer suicidio. Buscaras a Jasmine Morris. Ella te lo contara todo. Te esperara en el numero 8 de la avenida Patton. Estoy por enviarte un archivo a tu correo con informacion. Uno de los nuestros te conducira en auto hasta alla. Te aguarda en la esquina del suroeste del parque donde ahora estas. ?Que diablos eran <>? ?Quien seria Jasmine Morris? 3 EN SEGUIDA me acorde de que ese era el nombre que se le daba antes a las ocho universidades privadas mas prestigiosas del pais. Hace unos anos, hice un trabajo sobre el escandalo de los sobornos para los ingresos de los hijos de algunos politicos que habia conducido alguien llamado Bunderson. ?Tendria que ver con eso lo que decia la profesora Anita? Pense que era mejor no llenarme de ideas antes de hablar con Jasmine Morris. Tendria que buscarla donde Anita me habia dicho, y eso quedaba a mas de una hora de camino. Imaginaba que era una profesora que pertenecia a la Passkey. Camine hasta la esquina que habia descrito Anita y encontre en ella a un hombre. Casi no podia ver sus facciones porque llevaba la cara bastante cubierta. Tenia puesto un gorro y una bufanda negra, lentes oscuros y una chaqueta gris The North Face. --?Rebeca Marie Olsen? Soy Philip Culp. Debe venir conmigo de inmediato. --Hola. Asi es --le respondi y espere a que el tomara la delantera. Pense que iriamos a un estacionamiento, pero no fue asi. Un auto que se encontraba pasando en ese momento se detuvo con brusquedad y se bajo de el un hombre que dejo la puerta abierta y el motor encendido. Tambien abrio la puerta de atras del auto de ese mismo lado y luego, sin mediar palabra, paso corriendo junto a nosotros y desaparecio. Philip Culp --con rapidez --se subio en el asiento del conductor y yo iba a hacerlo en la parte de atras, pero recorde que me mareaba en los asientos posteriores, asi que cerre la puerta que el hombre habia dejado abierta y me apure en subirme de copiloto. El auto era un BMW negro. Entre y cerre con premura porque ya Culp habia puesto la marcha. Puse mi morral en el asiento trasero, pero antes saque de el el celular. En pocos minutos, estuvimos cruzando Manhattan por la via I-95 a gran velocidad. --?Sabes quien es Jasmine? --me pregunto de repente. --No --le dije. --Una joven que hemos rescatado de las garras de la Black Key. Ellos no saben su identidad actual. La conocieron con otro nombre. La sacamos de uno de los programas que recluta huerfanos para convertirlos en criminales, en asesinos. Ahora vive en Princeton y estudia el primer ano en la universidad. Robert esta muy orgulloso de su rescate. El personalmente se encargo. Recorde a Robert Smith Patterson, el tio del fallecido novio de mi hermana. El mismo que la habia formado a ella. Era la mayor institucion en la Passkey; entonces comprendi que Jasmine debia ser alguien con un pasado oscuro y muy bien entrenada, como una especie de arma letal. 4 DURANTE EL VIAJE estuve mirando la informacion que Anita me habia dado. Lynette Macy era una joven que se habia suicidado en su habitacion en los edificios Proyect del campus universitario de Princeton. Estudiaba Ingenieria Quimica e hizo las pasantias en Nueva York en Sory Company, una de las firmas de cosmeticos mas grandes del mundo, despues de que sus duenos adquirieran una empresa francesa llamada Verove. Todo el mundo decia que era una muchacha alegre, que irradiaba optimismo y vitalidad. De pronto comenzo a cambiar de conducta; se le veia preocupada, luego deprimida, se intento suicidar una vez, y al final se colgo en su habitacion sin carta de despedida para sus padres ni su hermana, con quien al parecer era muy cercana. El suceso habia acontecido hacia dos dias. Asi, sin mas, nadie se explicaba lo que habia pasado en la vida de Lynette Macy.

  • Decidete, Margarita (Margarita 1) de Cinthya Huerta

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    ?Estarias dispuesta a enamorarte de alguien diez anos menor que tu, luego de un fracaso amoroso?

  • La senora Osmond de John Banville

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    Tras ponerse en la piel de Chandler, Banville se disfraza de Henry James.

  • Sal en la piel de Suzanne Desrochers

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    Una novela historica apasionante, protagonizada por una inolvidable y carismatica heroina.

  • Azul Venezia de Marina G. Torrus

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  • Viejo canibal de Daniel P. Espinosa

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    Un thriller de terror sobre canibales y asesinos de ninos en la Nueva York de 1936. Finalista del PREMIO TRISTANA.

  • Un grave error de Erina Alcala

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    -?Que pasa mama? -Pregunto Ana. La madre bajo la cabeza. -?Es grave?, papa dime que pasa. La familia Solis, estaba compuesta por el padre, Francisco Solis de 50 anos y su madre Berta de 48 y ella misma, Ana Solis como hija unica. Era una familia acomodada de Marbella, pues el padre trabajaba para la empresa de Floros Michelakis, un armador griego que tenia una de sus bases en Marbella. Vivian en una gran villa, desde que ella tenia uso de razon. Su padre era gerente de la empresa naviera. Llevaba ya trabajando tiempo con Floros, al tanto de los astilleros de Cadiz y de la flota de yates de recreo que se vendian en Marbella. Ahora, Floros se habia jubilado y su hijo Dimitri habia tomado el mando de todas las propiedades que la familia Michelakis tenian en Grecia, en Marbella, en Cadiz y algunos astilleros italianos e Inglaterra tambien. Su padre habia hecho un buen trabajo y Dimitri a sus treinta anos, era el dueno de una inmensa fortuna, un yate de lujo enorme y caro, un jet privado, una casa en la isla de Santorini, lejos del turismo, pero no menos preciosa, rodeada de un terreno de vinedos de los que estaba orgulloso, crecian en esa tierra volcanica que era la isla, y la casa estaba situada en una pequena colina. Abajo, por un sendero de unos trescientos metros, se bajaba a la playa, de arena blanca. Una playa privada de kilometro y medio con un embarcadero al final de la misma. Aunque no toda la isla tenia arena blanca, la otra parte de la isla, era arena negra, tan maravillosa como la blanca. Dimitri, se compro esa casa a seis kilometros de la civilizacion para estar tranquilo, cuando viajaba, era su remanso de paz, de descanso entre viajes. Tenia un balcon con piscina natural, como las casitas turisticas de la isla, una gran casa con una decoracion en tonos azules, gimnasio, piscina cubierta y otra en el jardin desde la que se veia el mar, y todo cuanto podia necesitar. Tres trabajadores se encargaban de la casa, dos mujeres, una de la cocina Cora, mujer de Cosmos que se encargaba de la vigilancia, del jardin y las piscinas, asi como de cerrar por la noche la verja que llevaba a la playa. Su mujer Cora, se encargaba de las compras y la cocina, dormian en una casita de invitados en el jardin, a una cierta distancia de la casa y Delia se encargaba de la limpieza de la casa. A dos kilometros, habia un almacen y una bodega, con todo lo indispensable para criar su propio vino. Un vino seco y de gran acidez debido al terreno volcanico de la isla. Estaba orgulloso de su bodega. Tenia para ello a tres trabajadores. Marco, era el supervisor y el encargado. En Atenas, donde tenia su trabajo, su oficina, habia adquirido un gran apartamento en el centro de la ciudad, y el resto del tiempo, o cuando viajaba lo hacia en el jet privado y el yate lo tenia de recreo para ir al resto de las islas, y se quedaba en hoteles cuando iba a otros paises. No queria mas propiedades, salvo las que su padre le habia dejado, a cambio, su padre recibia anualmente una buena cantidad de dinero para vivir bien con su madre, un yate y una casa en las afueras de Atenas. Su padre le decia que ya era hora de enamorarse y formar una familia, pero el decia que posiblemente lo segundo, lo primero impensable, Dimitri no era de esos, ni queria hijos. Ninguno. No tenia tiempo de atenderlos. No se veia como su padre. Le encantaba su trabajo y viajaba demasiado como para hacerse cargo de una familia al uso. Si queria una mujer, se la llevaba algunos viajes, si eran cortos. Habia salido con Anika, una griega hija de un banquero importante, pero le puso los cuernos con otra persona y no queria saber nada de mujeres. Tampoco es que tuviesen una relacion formal ni seria. Asi que no le dolio lo mas minimo cortar con ella. -Hijo, ?y a quien dejaras todo esto? Al menos nosotros te lo hemos dejado a ti. Tu padre ha creado un imperio y se que tu doblaras ese trabajo. Eres inteligente, pero una mujer buena a tu lado... -Quiza mas adelante te de una sorpresa, mama. tranquila soy joven aun, -Si, piensalo, tu padre me tenia a mi cuando volvia de sus viajes, y hemos sido felices treinta y cinco anos. -Ya veremos. Ahora viajo mucho y trabajo mucho mas. Papa se ha dado a la buena vida y estoy haciendo auditorias en todas las empresas antes de tomar decisiones importantes. -Tu padre ya ha trabajado bastante, viajado y quiere tranquilidad. -Es cierto, yo puedo ocuparme de todo. No os preocupeis. Te quiero, mama. -Y nosotros a ti hijo -Dijo abrazandolo. En Marbella, Ana estaba muy preocupada. -?Bueno, me vais a decir que pasa? -El senor Floros se ha jubilado y ha venido el hijo, que es el que se ha hecho cargo de todas las empresas de su padre. Es un joven duro, no es como su padre. -Bueno ?Y que pasa? -Ha hecho una auditoria en la empresa. Las esta haciendo en todas las empresas que su padre le ha dejado. -Y bien, es normal ?no? -No hija. Tuve que sacar dinero para la casa y la buena vida que llevamos. Iba a reponerlo, pero nunca reunia suficiente. -Pero papa... ?Has robado a la empresa? -Solo lo he cogido, pero no tengo el suficiente para reponerlo todo. Lo perderemos todo, e ire a la carcel. Su hijo es duro. -?Como? -Fue para que tu madre y tu vivierais bien y fueras a la universidad de Harvard a hacer Derecho y Administracion de empresas. -Pero papa, vamos a ver, tengo 23 anos. Acabo de terminar la carrera y por supuesto no ire a hacer ningun master, podia haber estudiado en Malaga, ?cuanto debes? -No puedo decirtelo, eran pequenas cantidades para que no se notara. -?Te ha echado? Por Dios papa, ?que has hecho?... -Me ha dicho que vaya manana a verlo a las 12 de la manana. Eso significara que si y que tendra alli a sus abogados. -Bueno, buscamos un piso pequeno de alquiler en Malaga y le das la casa o la vendes, y le das el dinero, y el dinero que tengas ahorrado tambien, vendes los coches, no necesitas esos dos coches. -No tengo nada hija, y la casa no es suficiente. -?Por Dios papa, ?que has hecho? -No se hija, se me ha ido la mano y ya no pude parar. -?Por que has llevado una vida que no te correspondia? Nos has mentido. Y tu mama ?lo sabias? -y su madre bajo la cabeza. -!Por Dios! Esto es lo mas, aparte de este calor infernal de agosto. -Deja hija, a ver si manana lo puedo convencer de que me siga dando trabajo y le doy la casa a cambio, o la vendo y le doy el dinero. -Si le das la casa ?cuanto le sigues debiendo? -Dos millones de euros. -?Dos millones? ?Estais locos? Eso no lo ganaremos en la vida ni trabajando los tres con un buen sueldo, ?que has hecho? Coches de lujo, ?creias que no te pillarian? -Ha hecho una auditoria en cuanto su padre se ha ido y ha tomado el mando. -Normal. Uff. Me voy a acostar, a ver que te dice manana. Si no, recogemos las cosas y nos vamos a trabajar en lo que sea los tres y le pagamos todos los meses algo hasta pagar la deuda, aunque tengamos que trabajar toda la vida para pagarsela. Y se fue a su cuarto temblando, cabreada con su padre, muy enfadada. Y llorando. Ella nunca les habia pedido nada a sus padres, a pesar de todo, no era una chica mimada, sino trabajadora y estudiosa. Tenia el pelo largo, y era morena y bajita como su madre, de ojos verdes y nariz con pecas respingona, tenia caracter y estudios, pero nada de experiencia. Y mientras pensaba en la cama en todo, se le ocurrio ir a ver a ese tal Dimitri, hijo del ex jefe de su padre, sin cita ni nada y hablar con el del tema de su padre – Si podia llegar a un acuerdo... No sabia como era ese senor, y aunque ella era joven, 23 anos, intentaria por todos los medios que sus padres salieran bien parados. Se iria a las nueve de la manana. Y esperaria lo que hiciera falta. A las ocho y media le pidio a su madre el coche, desayuno cerca del trabajo de su padre e iba con una carpeta y un boligrafo en el bolso, puso el movil en modo avion para que no la molestara nadie. Se habia puesto una falda de verano, una blusa de maga corta, sandalias altas y se habia recogido el pelo en una cola alta. Se maquillo lo justo y entro en el edificio de oficinas del puerto donde estaba ubicado el trabajo de su padre hasta hoy. Iba nerviosa, no sabia si la recibiria, ni con quien iba a encontrarse. Y, sobre todo, como la recibiria En la recepcion pregunto por el. -No esta, -le dijo la recepcionista -ha salido a desayunar. -?Tardara mucho?, le pregunto Ana. -Una media hora, como el resto de los dias, es muy puntual. -Quisiera hablar con el. -?Tiene cita? -No, pero soy hija de Francisco Solis. -!Ah bueno! Intentare que la atienda en cuanto venga. Si quiere espere en la planta quinta. Hay sillas. Al lado de la puerta, a la derecha, frente a la puerta del director. -Gracias. Lo espero arriba. Y espero media hora justa. Ya estaba temblando de los nervios, las piernas hechas un flan y hasta la barbilla le temblaba, cuando sintio unas pisadas seguras y el corazon le latia a mil por hora. Cuando ese hombre gigante, elegante donde los hubiera, de pelo negro y ojos verdes y barba de un par de dias, se paro junto a ella... -?Es usted hija de Francisco Solis? -Si, senor... -Michelakis. -Senor Michelakis, queria hablar con usted -y Dimitri sonrio con una sonrisa lobuna. -?Que edad tienes? -?Es importante? -Si no, no se lo preguntaria. -Veintitres. He terminado la universidad, si quiere saber mas. -Si un buen dinero mio invertido y en Harvard, nada menos -Y se puso roja -Vamos pase -Y la dejo pasar primero. Y a ella le parecio ir al matadero delante de ESE hombre tan grande, y tuvo un muy mal presentimiento. Hablaba muy bien castellano. -Bueno, a ver, saco unos documentos -sientese por favor -Y ella se sento frente a el en un sillon. -Francisco solo tiene una hija, Ana.

  • Sin compromiso (Nuevos Tiempos) de Curtis Sittenfeld

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    Mucho antes de que llegase a Cincinnati, todo el mundo sabia que Chip Bingley andaba buscando esposa. Dos anos antes, Chip --graduado por el Dartmouth College y por la Facultad de Medicina de Harvard, vastago de los Bingley de Pensilvania, que durante el siglo XX habian hecho fortuna con el negocio de las piezas de fontaneria-- habia aparecido, por lo visto con alguna reticencia, en el famosisimo reality televisivo Tal para cual. A lo largo de ocho semanas, durante el otono de 2011, veinticinco solteras habian convivido en una mansion de Rancho Cucamonga, en California, compitiendo por el corazon de Chip: celebraban citas en las que iban a jugar al blackjack a Las Vegas o a catas de vino en los vinedos del valle de Napa mientras se peleaban y se ponian a parir entre ellas delante del pretendiente y tambien a sus espaldas. Al final de cada episodio, le daba a cada una o bien un beso en los labios, lo que significaba que continuaba compitiendo, o bien un beso en la mejilla, que queria decir que tenia que volverse a su casa de inmediato. En el ultimo episodio, cuando solo quedaban dos mujeres --Kara, una antigua animadora universitaria de veintitres anos con unos ojazos y una melena rubia rizada, profesora de instituto en Jackson, Misisipi; y Marcy, una dentista morena de veintiocho anos, hipocrita pero atractiva, de Morristown, Nueva Jersey--, Chip se puso a llorar como una magdalena y rehuso proponer matrimonio a ninguna de las dos. Ambas eran increibles, extraordinarias, inteligentes y sofisticadas, afirmo, pero no sentia hacia ninguna de las dos lo que el llamaba <>. En cumplimiento de las normas de la Comision Federal de Comunicaciones, la consecuente diatriba de Marcy quedo reducida a una serie de palabras interrumpidas por pitidos que a duras penas ocultaban su colera. --No quiero que conozca a las chicas por haber estado en esa chorrada de programa --le decia la senora Bennet a su marido durante el desayuno una manana de finales de junio. Los Bennet vivian en Grandin Road, en una amplia casa de estilo Tudor de ocho habitaciones en el barrio de Hyde Park de Cincinnati--. Ni siquiera lo he visto. Pero estudio en la Facultad de Medicina de Harvard, ?sabes? --Eso me comentaste --respondio el senor Bennet. --Despues de todo lo que hemos pasado, no me importaria tener un medico en la familia. Llamalo interes si quieres, pero yo mas bien diria que es una cuestion de inteligencia. --?Interesada tu? --repitio el senor Bennet. Cinco semanas antes, el hombre habia pasado por una revascularizacion coronaria de urgencia; tras una convalecencia complicadita, hacia pocos dias que habia recuperado su habitual actitud sardonica. --Chip Bingley ni siquiera queria presentarse en Tal para cual, pero su hermana lo propuso como candidato. --Entonces un reality no es muy distinto del Premio Nobel de la Paz, pues en ambos se requiere de candidatos propuestos por terceros. --Me pregunto si esta de alquiler o ha comprado la casa --dijo la senora Bennet--. Eso nos indicaria cuanto tiempo tiene pensado quedarse en Cincinnati. El senor Bennet bajo su rebanada de pan. --Teniendo en cuenta que hablas de un completo desconocido, tu interes en los pormenores de su vida me parece desmedido. --Yo tampoco lo consideraria un desconocido. Trabaja en Urgencias en el Christ Hospital, lo que significa que Dirk Lucas debe de conocerlo. Chip es bienhablado, no como esos jovenes vulgares que suelen salir en la tele. Y es muy atractivo, ademas. --Pensaba que nunca habias visto el programa. --Me trague unos minutos de pasada mientras las chicas lo veian. --Miro malhumorada a su marido--. No deberias discutir conmigo; es malo para la recuperacion. En cualquier caso, Chip podria haber hecho carrera en la television pero decidio volver a la Medicina. Y se nota que viene de buena familia. Fred, estoy convencida de que el hecho de que se haya mudado aqui justo cuando Jane y Liz se encuentran en casa supone un resquicio de esperanza para nuestros problemas. Las dos hijas mayores de las cinco hermanas Bennet llevaban una decada y media viviendo en Nueva York; a causa del susto motivado por la salud de su padre habian vuelto repentina, si bien temporalmente. --Carino, si una marioneta hecha con un calcetin, que tuviera herencia y un diploma de Medicina de Harvard, se mudase aqui, tu estarias convencida de que su destino era casarse con una de nuestras chicas. --Burlate todo lo que quieras, pero el tiempo no pasa en balde. No, Jane no aparenta los cuarenta que va a cumplir en noviembre, pero cualquier hombre que sepa su edad le dara vueltas y vueltas a lo que ello supone. Y Liz la sigue de cerca. --Muchos hombres no quieren hijos. --El senor Bennet le dio un sorbo al cafe--. Ni yo lo tengo claro todavia. --Una mujer de cuarenta puede dar a luz, pero no es tan facil como los medios de comunicacion nos hacen creer. La hija de Phyllis y Bob ha probado toda clase de metodos y al final se tuvo que conformar con el pequeno Ying de Shanghai. --Se levanto y se miro el reloj de oro ovalado--. Voy a llamar por telefono a Helen Lucas, a ver si puede organizar algo para presentarme a Chip. Capitulo 2 La senora Bennet era quien siempre bendecia la mesa en las comidas familiares --sentia predileccion por las oraciones de la Iglesia anglicana-- y, aquella noche, apenas hubo pronunciado la palabra <>, anuncio con entusiasmo incontenible: --!Los Lucas nos han invitado a su barbacoa del Cuatro de Julio! --?A que hora? --pregunto Lydia, de veintitres anos, la pequena de las Bennet. Mary, que tenia treinta, le dijo: --Hasta que no se haga de noche no puede haber fuegos artificiales. --Nos han invitado a una prefiesta en Mount Adams --intervino Kitty. Ella tenia veintiseis, la mas cercana tanto en temperamento como en edad a Lydia, aunque contraria a las conductas fraternales tipicas; iban juntas a todas partes, y era la pequena quien llevaba por el mal camino a la otra. --Pero si no os he dicho quien va a estar en la barbacoa. --Desde su extremo de la larga mesa de roble de la cocina, la senora Bennet estaba euforica--: !Chip Bingley! --?El llorica de Tal para cual? --dijo Lydia, y Kitty solto una risita mientras aquella anadia--: Yo no he visto nunca a ninguna mujer llorar lo que lloro el en la temporada final. --?Que es un llorica de tal para cual? --pregunto Jane. --Ay, Jane --le dijo Liz--. Que inocente y pura eres. Has oido hablar del programa Tal para cual, ?verdad? Jane entrecerro los ojos. --Creo que si. --Pues el salia alli ahi hace un par de anos. Era el tio que codiciaban veinticinco mujeres. --Creo que no os imaginais el terror que ha de experimentar un hombre al verse asi de superado en numero --comento el senor Bennet--. Yo muchas veces me echo a llorar, y eso que aqui solo sois seis. -- Tal para cual es degradante para la mujer --dijo Mary. --Esa es tu opinion, claro --tercio Lydia. --Pero a la temporada siguiente van a ser una mujer y veinticinco chicos; eso es paridad --dijo Kitty. --Las mujeres se humillan de una manera a la que no llegan los hombres. Estan desesperadisimas --replico Mary. --Chip Bingley estudio en la Facultad de Medicina de Harvard --dijo la senora Bennet--. No es uno de esos ordinarios de Hollywood. --Mama, su ordinariez hollywoodiense es lo unico que interesa de el aqui en Cincinnati --le dijo Liz. Jane se volvio hacia su hermana. --?Tu sabias que estaba aqui? --?Tu no? --?A por cual de nosotras quieres tu que vaya, mama? --pregunto Lydia--. Es mayor, ?verdad? Entonces doy por hecho que a por Jane. --Gracias, Lydia --comento aquella. --Tiene treinta y seis, asi que es tan adecuado para Jane como para Liz --contesto la senora Bennet. --?Por que no Mary? --pregunto Kitty. --No me parece el tipo de Mary. --Porque es lesbiana y el tal Chip no es mujer --anadio Lydia. Mary la fulmino con la mirada. --Lo primero: no soy lesbiana. Y aunque lo fuese, prefiero ser una lesbiana a una sociopata. Lydia sonrio con superioridad. --Puedes ser las dos cosas. --?Lo estais oyendo todos? --Mary se volvio hacia su madre, en un extremo de la mesa, luego a su padre, en el otro--. Lydia esta fatal de la cabeza. --Las dos teneis la cabeza perfectamente --dijo la senora Bennet--. Jane, ?como se llama esta verdura? Sabe distinta a otras veces. --Son espinacas. Las he estofado. --A decir verdad --intervino el senor Bennet--, hay un aspecto para el que no os funciona muy bien la cabeza. Sois adultas, tendriais que estar viviendo por vuestra cuenta. --Papa, vinimos para cuidarte --respondio Jane. --Pues ya estoy bien. Volveos a Nueva York. Tu tambien, Lizzy. Ya que eres la unica que se niega a aceptar un centavo y, no por casualidad, la unica con un empleo de verdad, se supone que debes dar ejemplo a tus hermanas. De lo contrario, te arrastraran con ellas. --Jane y Lizzy saben lo importante que es para mi el almuerzo --dijo la senora Bennet--. Por eso siguen aqui. El acontecimiento al que se referia era el almuerzo benefico anual de la Liga Femenina de Cincinnati, programado aquel ano para el segundo jueves de septiembre. La senora Bennet era miembro de la Liga desde los veinte, aquel ano era la presidenta del Comite de Organizacion del acto y, lamentablemente (como recordaba a menudo a los integrantes de la familia), la enorme presion y responsabilidad de dicho papel le impedian cuidar de su marido durante la convalecencia. --A ver: la invitacion de los Lucas es para cuatro. Lydia y Kitty: teneis tiempo de sobra para veniros con nosotros y llegar a vuestra fiesta antes de los fuegos artificiales. Helen Lucas va a invitar a unos cuantos jovenes del hospital aparte de a Chip Bingley, asi que seria una pena que os perdieseis la oportunidad de conocerlos. --Mama, a diferencia de nuestras hermanas, Kitty y yo somos perfectamente capaces de conseguir novio por nuestra cuenta --replico Lydia. La senora Bennet miro al otro extremo de la mesa, a su marido. --Si alguna de nuestras hijas se casase con un medico, me quedaria satisfecha, si. Pero Fred: me atreveria a decir que, si eso hace que se vayan de casa, tu tambien lo estarias.

  • Mas alla de marte y venus de John Gray

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    El autor del libro sobre parejas mas famoso de todos los tiempos vuelve con una guia actualizada para las nuevas generaciones. Un verdadero experto entiende que a medida que los tiempos cambian, los metodos que se consideraban probados deben ser reexaminados y actualizados. Hace mas de dos decadas, John Gray revoluciono la forma en la que concebimos al amor y la pareja con su libro Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus.

  • Mi Bella Hechicera (La magia de de Pena, Ale

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    Han pasado tres anos desde que conoci a Elena. Esa noche me dije que solo seria diversion, pero al dia siguiente, le prepare el desayuno. En aquel entonces me parecio patetico, sin embargo, hoy en dia se ha convertido en una costumbre que adoro hacer. Despues le pedi su numero de telefono. Me dije que era solo para quedar bien, que no volveria a buscarla. No obstante, a los dos dias de no verla, empece a extranarla. Veia su cara en todos lados, obviamente no era ella, me dije que solo tenia que verla una vez mas y lograria sacarla de mi sistema. Evidentemente, no fue asi. Cada vez que la veia necesitaba mas de ella. No se suponia que esta relacion se convirtiera en algo serio, pero tampoco se suponia que me enamorara y lo hice. Con ella a mi lado todo es mas facil. Despertarse los lunes para ir a trabajar no requiere ningun sacrificio, y los fines de semana se disfrutan mas, conocerla esa noche fue lo mejor que pudo pasarme. He llegado a pensar que, la noche en la que la conoci, me hechizo con sus grandes y oscuros ojos. El momento mas critico fue cuando le presente a mis padres. Crei que en el momento que conociera a mi madre saldria corriendo. En cambio, me equivoque y hasta podria decir que la adora. Con mi primo me he mantenido algo alejado de el, ya que Sharon insiste en que deberia salir con su amiga, asi que opte por poner distancia. David no sabe de mi relacion con Elena, tal vez manana le diga, porque hoy le voy a pedir que se case conmigo. ?Como se que ella va a aceptar? Porque ya hablamos del tema y los dos queremos dar el siguiente paso, por eso es que hoy la invite. En estos momentos estoy en la casa de mis padres que salieron de viaje a un crucero por el caribe, para ser mas exactos, estoy en el comedor. Es cierto que, tomando en cuenta mis planes con Elena, no deberia vivir ya con ellos, aunque ese detalle ya lo estoy solucionando, en unos dias me entregan la casa donde planeo vivir con ella, solo espero que le guste a mi hechicera, y si no, supongo que la tendre que vender y comprar otra a su gusto. Prepare una cena romantica para dos, prepare es un decir, porque realmente compre la comida ya hecha. No nos vamos a exponer a que nos de una indigestion con mis nulas dotes culinarias, al contrario de la decoracion que, si fue idea mia. Puse velas y margaritas rosas, blancas y rojas. Cuando he decidido que esta todo perfecto, subo a mi habitacion a banarme y despues cambiarme, dejo la puerta abierta, para que, en cuanto llegue Elena entre, y le aviso al portero que la deje pasar. <>. Despues de quitarme la ropa, me dirijo al bano, es ahi cuando escucho la puerta de mi habitacion abrirse, <> pienso antes de voltearme y encontrarme a Cindy frente a mi. --?Que haces aqui? --inquiero molesto por su presencia. --Necesitaba verte --contesta antes de quitarse la gabardina que trae puesta y quedar desnuda ante mi. --!Largate! --le ordeno. Se que Elena no tarda en llegar y no quiero que la vea aqui. --Solo una noche, es lo unico que te pido --insiste acercandose a mi para despues colocar su mano en mi hombro. --?Es tan dificil entender que no me gustas? --refunfuno. Ella empieza a deslizar su una por mi torso desnudo, le tomo de la muneca para detener su camino. --Puedo hacer que te guste --ronronea antes de besarme. El beso me toma por sorpresa. De tal manera me sorprende, que me veo respondiendole, sin pensar en lo que estoy haciendo realmente. Unos minutos despues la empujo para terminar con el beso. Cuando nos separamos lo que veo hace que se detenga mi corazon, Elena se encuentra en el quicio de la puerta. --Bruno --murmura mientras una lagrima resbala por su mejilla. Mi hechicera se da la media vuelta para encontrarse con Sharon quien la toma del brazo. <> --Te estabamos esperando --le dice la bruja-- ?No es asi, Bruno? --Sueltala, Sharon --refunfuno. --Contesta, Bruno, ?No la estabas esperando? --cuestiona con una sonrisa cinica y la diversion brillando en su cara, haciendo que algo en mi se altere. --Por favor, dejame ir, me estas lastimando --solloza Elena. Sharon la jala hasta la orilla de las escaleras, haciendo que mi alerta crezca, se que deberia hacer algo para que la bruja la suelte, pero no se que. --?Quieres que te suelte? --pregunta mientras coloca su mano en la nuca obligandola a que vea hacia abajo. --!No lo hagas! --suplica-- !Estoy embarazada! --solloza Elena. !Mierda! De la nada Sharon se pone roja de la furia, camino hasta donde estan ellas para hacer todo lo posible y que la suelte, sin embargo, no soy lo suficientemente rapido, porque Sharon deja caer a Elena. --!Elena! --grito bajando de inmediato hasta donde esta ella. Cuando llego a su lado retiro el cabello que esta cubriendo la mitad de su cara. --!Te amo, Elena! --digo mientras pongo dos dedos en su aorta para verificar el pulso, siento un ligero movimiento. --Eres patetico --espeta Sharon desde la parte de arriba. --!Ya hicieron el dano que querian, ahora larguense! --grito mientras acaricio la mejilla de mi bella hechicera. Cuando por fin bajan por las escaleras, Cindy tiene una cara de sorpresa, mientras que en la cara de Sharon esta dibujada una sonrisa cinica. No entiendo como la desgracia ajena puede causar felicidad en otras personas y mas cuando ellas mismas la causaron, antes de que se vayan Sharon suelta mas veneno si eso es posible: --Ojala nunca te reproduzcas --anade antes de salir azotando la puerta. Hoy, despues de tres semanas internada, dan de alta a Elena. Desde que llego al hospital he tratado de estar todo el tiempo con ella, solo la he dejado para ir a casa de mis padres a cambiarme. Ellos todavia no regresan de sus vacaciones. Cuando Elena desperto le pregunte si le avisaba a sus padres, ella simplemente dijo no. Yo no lo hice antes por miedo, porque soy un maldito cobarde. Se que, si Joaquin se enteraba, probablemente me mataria y en todo caso no lo culpo, estoy seguro de que en su lugar yo haria lo mismo. Estoy a punto de entrar a la habitacion de Elena cuando mi celular empieza a vibrar en el bolsillo de mi pantalon. --Bueno --contesto sin ver el numero, aunque estoy seguro de que es mi tio. --?Cuando piensas presentarte a trabajar? --me recrimina sin preambulos Victor Sanders. --El lunes de la proxima semana --contesto mientras tenso la mandibula. --No porque seas mi sobrino puedes tomarte vacaciones cuando te de la gana para hacer de las tuyas --me regana. Exactamente hablo el director general de la empresa y no mi tio. --No estoy haciendo de las mias --espeto defendiendome--. Sabes muy bien que siempre he sido muy entregado con el trabajo y que deje de ir por tres semanas es atipico --anado furioso. --?Tienes problemas? --inquiere y puedo notar que paso de estar molesto a preocupado. --Algo asi --replico evasivo. --Si necesitas dinero solo tienes que decirlo --ofrece. --Si todo se solucionara con dinero creeme que ya te lo habria pedido --ironizo. --Bruno, somos tu familia estamos para apoyarte ?Que esta pasando? --Me tengo que ir --digo a modo de despedida antes de cortar la llamada. ?Que se supone que debo decir? <>

  • Cabos sueltos de Terri Reid

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    Morir es lo que cambio la vida de Mary O’Reilly. Bueno, en realidad, volver de la muerte y tener la capacidad de comunicarse con los fantasmas, es lo que realmente hizo que asi fuera.
    Ahora, como investigadora privada en la zona rural de Freeport, Illinois, Mary esta tratando de aprender como incorporar su experiencia como policia de Chicago y su nuevo talento recien descubierto, en un trabajo de verdad. Su desafio es resolver misterios, obtener evidencias reales (la palabra fantasma no se sostiene ante los tribunales), y asegurarse de que los habitantes de la ciudad, especialmente el atractivo nuevo jefe de policia, no piensen que esta loca.
    Veinticuatro anos atras, una joven se ahogo en la piscina de un Senador estatal recien elegido. El caso fue archivado como un accidente. Pero ahora, mientras el Senador se prepara para ascender a cargos mas altos, el fantasma se le aparece cada dos por tres a la esposa del politico.
    Mary es contratada para descubrir la verdad detras de su muerte. Ella descubre una conexion entre el asesinato y la desaparicion de cinco ninas cuyos casos, veinticuatro anos despues, siguen sin ser resueltos. A medida que excava mas se convierte en el proximo objetivo de un asesino en serie que quiere dejar bien atados todos los cabos sueltos.

  • Circulos cerrados (Mistery Plus), Viveca Sten de Viveca Sten

    https://gigalibros.com/circulos-cerrados-mistery-plus-viveca-sten.html

  • El golpe posmoderno de Daniel Gascon

    https://gigalibros.com/el-golpe-posmoderno.html

    Del lenguaje a la politica de la identidad, pasando por los mitos fundacionales del independentismo, sus utopias contradictorias o la dureza del encontronazo con la realidad, Daniel Gascon analiza un fenomeno que ha traido de regreso amenazas que creiamos superadas -la discusion por las fronteras, el conflicto etnico, la posibilidad de la violencia-, y que muestra las fragilidades y fortalezas de nuestra democracia.

  • El arma definitiva de Shannon Mckenna

    https://gigalibros.com/el-arma-definitiva.html

    Entra en un mundo de excitante suspense donde el amor es el juego mas arriesgado.

  • Mientras llueva de Teresa Viejo

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    <>: esa es la frase que retumba desde la cabeza al corazon de Alma Gamboa Monteserin, una mujer en fuga a la que nadie persigue. Es el invierno de 1946 y Alma viaja a la casa de sus antepasados donde, en vez de la paz que tanto necesita, le espera, ineludible, una revelacion trascendental.

  • Ahora que lo dices de Kristan Higgins

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    Bienvenidos a las complicaciones de la vida, a la familia, al amor… Y a la realidad de que, a veces, das un paso adelante… y luego dos atras.
    Un paso adelante. Dos atras. La beca Tu que puso a Nora Stuart en el camino de convertirse en medico especialista fue un paso adelante. Que la atropellaran y darse cuenta de que su novio flirteaba con la doctora cuando la creyo moribunda fueron dos pasos atras. Y menudos dos.
    Destrozada, Nora siente que su vida, esa vida que ha levantado con tanto cuidado, se agrieta. Solo hay un sitio adonde ir: a casa. Pero la pequena comunidad de Maine que dejo hace quince anos no es que la reciba con los brazos abiertos. En cada esquina se topa con alguien que la culpa de algo sucedido hace anos en el pequeno pueblo de la isla Scupper.

  • Una melodia para cada amor de Lory Squire

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    Hasta las personas mas afortunadas desean algo que no pueden tener.
    Lady Lillie McFly es la reina indiscutible del panorama musical y una de las mujeres mas hermosas y ricas del mundo. Sin embargo, en el momento mas inesperado, se ve obligada a enfrentarse a la cruda realidad de todo cuanto la rodea… Y nada es tan perfecto como parecia ser.
    En ese momento, Lillie decide alejarse del mundo que conoce para decidir, sin presiones y en soledad, que es lo que quiere hacer con su vida y como desea vivirla.
    Y es que hay algo que la gran diva no puede negar durante mas tiempo: merece ser amada por lo que es, y no solo por lo que representa.