• Madrid, Rio, Los Angeles (Todo es posible 4) de Audrey Carlan

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    <> Parker Ellis es el CEO de International Guy Inc. y su trabajo consiste en asesorar a la gente mas rica del mundo sobre la vida y sobre el amor, aunque a veces no pueda evitar que salte la chispa entre el y sus clientas. Sabe que hay todo un mundo alli fuera esperandole, pero lo que no sabe es que quiza tambien se cruce con alguien que le acabe robando el corazon.

  • Hozuki, la libreria de Mitsuko de Aki Shimazaki

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    Mitsuko tiene una libreria de viejo especializada en obras filosoficas. Alli pasa los dias serenamente con su madre y Taro, su hijo sordomudo. Cada viernes por la noche, sin embargo, se convierte en camarera en un bar de alterne de alta gama. Este trabajo le permite asegurarse su independencia economica, y aprecia sus charlas con los intelectuales que frecuentan el establecimiento. Un dia, una mujer distinguida entra a la tienda acompanada por su hija pequena y los ninos de cada una se sienten inmediatamente atraidos entre ellos. Ante la insistencia de la senora y por complacer a Taro, a pesar de que normalmente evita haceramistades, Mitsuko aceptara volver a verlos. Este encuentro, sin embargo, podria poner en peligro el equilibrio de su familia.

  • Piso para dos de Beth O'leary

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    Tiffy y Leon comparten piso.
    Tiffy y Leon comparten cama.
    Tiffy y Leon no se conocen.

  • Una esposa obediente (Novias Del Oeste 1) de Amaya Evans

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    Tiempo Presente --Tierra llamando a Ellie--dijo alguien a su lado. Era su hermana, que estaba ese dia acompanandola en la floristeria. -- ?En que pensabas? --Solo agradecia lo que tengo--le dijo sonriendo. -- ?No te gustaria ser la duena de este sitio?--le pregunto senalando con su mano todo a su alrededor. Ellie se rio--Claro que si tontica, pero ahora me conformo con estar administrandolo. --No veo la hora de que podamos trabajar juntas en la floristeria. -- ?De verdad te gustaria?--no se imaginaba a su hermanita en una floristeria, la veia mas con un salon de belleza o una tienda de ropa. Siempre la veia pendiente de su atuendo, comprando cosas de maquillaje y mirando canales y revistas de moda. -- !Claro!--hablo emocionada--siempre he querido trabajar contigo en un sitio que sea de las dos. --Pero si estas estudiando Peluqueria, ?como vas a tener una floristeria? --Podemos tener algo que incluya las dos cosas ?No te parece? --Umm, no lo se...ya veremos, primero necesito que termines esa carrera. --No falta mucho y mientras te sigo ayudando aqui--se acerco a ella--hablando de otra cosa, tengo algo que decirte. -- ?Que sera?--la miro con ojos entrecerrados. Conocia bien a su hermana y sabia que habia hecho alguna travesura. --Es que ayer estaba con mi amiga Wendy en el mall y vimos un local, donde hay una agencia de novias. -- ?Si?--he escuchado de esos sitios, que locura que haya gente que se presta para eso. --No me parece nada malo, de hecho hay gente que no tiene mucha vida social y es por eso que van alli. De hecho... yo entre. -- ?Que tu hiciste que? --Lissi, tu no necesitas estar en un sitio asi, eres una chica joven, tienes amigos y Dios sabe que tienes una agitada vida social. --Si, es verdad, pero es que yo no fui alli por mi, fui por ti. Un silencio sepulcral se hizo en el local. Luego de un minuto Ellie le pregunto con cierto temor--: Era para ayudar a alguien, me imagino. --Si, era para ayudarte a ti. -- ?Pero es que te has vuelto loca? Yo nunca he dicho que necesite un esposo o novio. --No lo dices, pero se que necesitas una vida amorosa. Estas muy sola hermana y no quiero verte asi. --Pues da la casualidad de que no necesito nada de eso y me haces el favor y vas a ese sitio y sacas de alli todo lo que tenga que ver conmigo. --Pero Ellie. --Ya te lo dije, no quiero saber nada mas de eso--se alejo furiosa de alli y entro a la bodega. Lissi, se dio la vuelta y salio furiosa tambien por haberle dicho a su hermana, mejor se hubiera quedado callada y no se habrian peleado, ahora tendria que ir a ese sitio a cancelar todo. Dias despues... --Ellie, tienes una llamada--le dijo una de las trabajadoras del lugar. --Ya la tomo--estaba terminando de atender una clienta. Un momento despues llego a la oficina-- ?Bueno?--contesto la llamada. --Buenas tardes, hablo con la senorita Ellie Drum. --Si, con ella habla. ?En que puedo ayudarla? --Habla con Madeleine Crawford. Hemos recibido su perfil hace unos dias en nuestra agencia matrimonial y tenemos algunos buenos prospectos para usted, de hecho hay varios caballeros interesados. --Disculpe--interrumpio a la mujer, antes de que siguiera hablando. Yo no he dado permiso para que mi perfil este en su agencia. -- ?Perdone? Creo que no entiendo. --Si, es que mi hermana fue la que llevo mis datos y me inscribio alli, pero yo no he dado mi consentimiento para eso. --Me apena mucho escuchar eso. Somos una agencia muy seria y no estanos acostumbrados a este tipo de incidentes. No se como pudo pasar, ya que por lo general necesitamos la firma de la persona para que podamos hacer todo esto. Le pido disculpas por el inconveniente. --No se preocupe, solo necesito que quiten mi perfil de su agencia, de hecho le dije a mi hermana que lo hiciera, pero veo que no me hizo caso. --No se preocupe, lo haremos inmediatamente. De todas formas, le pido el favor de que pase por la oficina de la agencia para que la conozca y de paso pueda ver con sus ojos que eliminamos su nombre de nuestra base de datos. --Pues no lo se...la verdad estoy algo ocupada. La mujer insistio--sera solo un momento, le aseguro que no tardara nada y en cambio podra quedar tranquila sabiendo que usted misma vio como sus datos se eliminan y quedan seguros. --Bien, tratare de pasar esta misma tarde un momento. ?Podria por favor enviarme su direccion en un mensaje de voz a mi celular? -- Muy bien, asi lo hare. La estaremos esperando. Que tenga un buen dia. En la noche, Ellie, fue a la dichosa agencia, que estaba bastante lejos de donde trabajaba, todo estaba oscuro y penso que no habia nadie. Seguramente ya era muy tarde y no se iban a quedar esperando hasta que ella fuera. Cuando se daba la vuelta para irse, escucho un ruido desde adentro y vio una luz, que venia de una oficina. Que raro, penso haber visto que esa oficina estaba oscura. Una mujer sonriendo se asomo--Buenas noches. --Buenas noches, soy Ellie. -- ?Como estas querida? Soy Madeleine. Estamos en obras y parece que se ha quemado un fusible y nos ha dejado a oscuras. Sigue por aqui--le dijo ensenandole el camino. Llegaron a una oficina bastante bonita con fotos de varias parejas en la pared. Habia algunas vestidas con ropas como del oeste e incluso habia unas vestidas con ropas de la edad media. Que extrano--penso. --Esas son fotos de parejas que se han conocido en la agencia--dijo emocionada--No me canso de mirarlas y pensar en que esta agencia ha ayudado a tantos a conocer el amor de su vida. --Me imagino que eso la hace feliz--dijo tratando de disimular si incomodidad ante el hecho de que ella no queria estar alli, ni tenia intencion de aparecer en una de esas fotos con cara de pastel. --Bueno, linda. Vamos a ponernos manos a la obra, quiero que llenes este papel y me des tu firma. Miralo detenidamente para que veas lo que dice, alli estas dando consentimiento para eliminar tus datos de nuestra agencia. Ella lo leyo y estuvo de acuerdo. Luego de firmar, la mujer la dejo sola un momento y le dijo que ya volvia. Ella se quedo viendo nuevamente las fotos un rato, hasta que se oyo un estruendo y la oficina quedo totalmente a oscuras. !Grandioso! ?Ahora como diablos saldria de alli? -- ?Hola? ?Hay alguien alli? Senora Crawford--llamo. Nadie le contesto. Comenzo a sentir frio y decidio salir de alli para ver que pasaba. Abrio la puerta y se encontro con que afuera si habia luz y habia una especie de cuarto antiguo. Dio unos pasos por curiosidad y la puerta detras de ella se cerro y ante sus ojos aterrados, desaparecio sin dejar evidencia alguna, de haber estado alli. Donde antes estaba la manera de salir de alli, habia una solida pared y la puerta de esa habitacion, ahora estaba del otro lado. --Pero... ?Que diablos sucede aqui? Madeleine, esto no es gracioso. Senora hagame el favor de dejarme salir de aqui--grito alto--Oh Dios, y ahora ?Que podia hacer? ?Esa mujer era una loca? Miro hacia todos lados y se asomo a la ventana. Habia mucha vegetacion, pero mas adelante el terreno se veia arido. Habia una especie de carreta vieja y un caballo pastando muy cerca. Salio de alli, para encontrarse con una enorme bestia que se le tiro encima haciendola gritar. -- !Auxilio! !Esta cosa va a matarme, alguien que me ayude! De repente, la cosa encima de ella se retiro y un hombre aparecio frente a ella-- ?Que demonios hace usted en mi casa? -- ?Quien es usted? ?Donde esta la senora Madeleine?--miro para todos lados, encontrandose con un perro enorme, que parecia un lobo y que la miraba con curiosidad. -- ?Quien es Madeleine? --La senora duena de la agencia, estabamos hablando y se fue la luz. Todo quedo a oscuras. Lo siguiente que supe es que estaba aqui--volvio a mirar al perro--Esa bestia deberia estar amarrada, puede matar a alguien. --Mire, senorita--le dijo de una forma como si lo dudara--No se quien es usted y que quiere, pero le agradezco que salga de mi casa, antes de que deje de portarme como un caballero. Ademas esta bestia es mi perro, se llama Goliat y lo unico que hacia era saludarla, porque afortunadamente le cayo bien. No quiero decirle lo que puede hacer con un extrano en la casa. Ella se sintio tonta--Muy bien, entonces debo agradecer a Goliat que no me haya matado--dijo mirando al perro con ojos entrecerrados--. En cuanto a irme, no puedo hacerlo. ?Que quiere que le diga? la agencia matrimonial estaba aqui hace un momento. -- ?Agencia? --Si--lo miro como si fuera idiota.

  • La psicologa de Helene Flood

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    Una manana, despues de dejarle un mensaje en el contestador, el marido de Sara desaparece sin dejar rastro. Ella creia que Sigurd habia quedado con unos amigos, pero ellos tampoco saben donde esta. Para Sara, Sigurd miente; para la policia, la experiencia de Sara como psicologa la convierte en sospechosa. Pero, cuando los detectives descubren que la vida de Sara esta siendo vigilada mediante camaras y microfonos ocultos, se dan cuenta de que ni la verdad es tan obvia, ni la mente tan poderosa.

  • La Pension Eva de Andrea Camilleri

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    El despertar a la vida de un muchacho algo ingenuo, a finales de los anos treinta, sobre el trasfondo del mundo provinciano y sonoliento de Vigata, la ciudad imaginada por el autor para situar al comisario Salvo Montalbano. Con sus persianas permanentemente cerradas, la misteriosa casa de nombre tan sugerente es como un iman irresistible para el adolescente Nene y sus amigos del alma, Ciccio y Jacolino, que fantasean con lo que ocurre en el interior de la pension y suenan con acceder algun dia a ese mundo desconocido que imaginan rebosante de sensualidad. Cuando, al cabo de unos anos, consiguen traspasar inesperadamente sus puertas, descubren un cumulo de personajes e historias dificiles de olvidar. La guerra va cobrando protagonismo hasta que su presencia se vuelve abrumadora y, finalmente, tragica. Entonces, el amor y la amistad aparecen como el unico sentimiento capaz de devolvernos la ilusion y la voluntad de vivir.

  • La promesa de una dama de Trixie George

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    La piedra era alta y lisa y proyectaba su sombra sobre la hierba, convirtiendo aquel rincon apacible en un lugar sombrio donde ni siquiera se oia el canto de los pajaros. Aquel era el punto mas alejado del jardin, casi en el limite del bosque, y ni siquiera el jardinero se aventuraba por alli tal y como demostraban las malas hierbas que crecian en libertad. Era el lugar ideal para evitar miradas y preguntas indiscretas. Jocelyn se sento sobre la hierba sin prestar atencion a la humedad que brotaba del suelo y empapaba sus faldas hasta llegar a su piel. Sus ojos recorrieron la piedra con avidez, a pesar de que con el paso de los meses habia llegado a saberse de memoria cada irregularidad en la roca, cada diminuta mancha. No habia ningun tipo de inscripcion. Ella lo preferia asi y, de todos modos, las palabras de duelo estaban grabadas a fuego en su corazon, tan hondas como hechas con un cuchillo afilado. Sintio que los ojos le escocian y se los froto con rabia, dejando un rastro de lagrimas sobre sus mejillas. Era tan injusto. Sus dedos no tendrian que estar acariciando aquella fria piedra sino a el, sus manos deberian estar recorriendo su mandibula cuadrada y su ancha espalda. Y deberia estar escuchando su voz, esa voz profunda y refinada que la habia encandilado, en lugar de estar hablando a solas ante una lapida bajo la cual no habia nada mas que tierra, pues su cuerpo yacia en algun lugar en el fondo del oceano, irrecuperable para siempre. Daniel. Daniel Redfern. Su primer y unico amor. El hombre que habia amado con todas sus fuerzas y al que le habia hecho una promesa: que le esperaria pasase lo que pasase. Una promesa que no habia sido capaz de cumplir. Penso con tristeza en los acontecimientos de los ultimos meses. El dia que habia despedido a Daniel antes de su viaje habia sido el ultimo dia feliz de su vida. Despues, los dias y las noches se habian vuelto grises, llenos de anoranza, hasta que la peor de las noticias habia llegado para agitar la placida vida de los nobles londinenses: el Marie Therese, el barco de la Corona Britanica en el que viajaba Daniel, habia sido atacado por piratas frente a las costas de Tortuga. Toda la tripulacion habia sido pasada a cuchillo. Nadie habia sobrevivido. Esa noticia habia supuesto para Jocelyn el fin de su alegria. Durante las semanas siguientes habia vivido en una especie de neblina en la que el llanto y la tristeza habian sido los protagonistas. Puesto que habia mantenido en secreto su relacion con Daniel casi en secreto, no podia desahogarse con nadie y su palidez, su desanimo y las enormes ojeras que lucio durante semanas fueron achacados por todos a un virus estomacal. Lo cierto es que Jocelyn se sentia fisicamente enferma, con nauseas y cansancio, y si bien al principio ella misma atribuyo estos sintomas a su infinita tristeza, pronto la verdad se impuso: una nueva vida habia comenzado a formarse en su interior: su hijo, el hijo de Daniel. Un hijo que ya jamas podria conocer a su padre. Un bebe que, en cuanto naciese, condenaria a Jocelyn al desarraigo social, puesto que los miembros de la aristocracia londinense jamas aceptarian un hijo fuera del matrimonio y se apresurarian a condenarla al ostracismo. A partir de ahi, todo habia ido de mal en peor. Desesperada, habia tomado una de las peores decisiones de su vida: aceptar la proposicion de matrimonio de Edward Balfour, un hombre vil que le prometio que se haria pasar por el padre de la criatura a cambio de adquirir el control sobre su dote. Los pocos meses que duro su matrimonio con Balfour habian sido un infierno para Jocelyn. El era un hombre cruel y sin escrupulos que no dudaba en humillarla y despreciarla a cada instante, recordandole el vergonzoso secreto que llevaba en sus entranas. Cuando Jocelyn desperto una manana en una cama empapada de sangre comprendio que todo habia terminado: la naturaleza habia seguido su curso y el hijo de Daniel Redfern jamas llegaria a nacer. Durante meses, se arrastro por los pasillos de su mansion como un alma en pena, sintiendose anclada a una vida sin sentido. Su esposo murio poco despues en una pelea y aunque su muerte la libero de sus insultos y maltratos, Jocelyn ni siquiera sintio alivio. Regreso a la casa de sus padres convertida en una viuda joven y triste que ya solo deseaba vivir el resto de sus dias a solas y en paz. El silencio del jardin se vio alterado de repente por un lejano tanido de campanas. Jocelyn se estremecio. Era un sonido hondo, triste y no anunciaba una boda o un bautizo sino algo mucho mas tenebroso: una ejecucion. No era un dia cualquiera: Jack el Rojo, el pirata cuya tripulacion habia atacado el Marie Therese, habia sido apresado al fin frente a las costas de Francia e iba a ser ajusticiado publicamente junto con todos sus hombres. Ese era el motivo por el que Jocelyn habia acudido tan temprano a ese rincon del jardin: deseaba hallarse en ese lugar exacto cuando la horca se cinese por fin en torno al cuello de aquel que le habia robado la alegria. La ejecucion de esos criminales era para ella un recordatorio de que no habia vuelta atras, de que el destino de Daniel hacia tiempo que habia sido sellado. Jocelyn saco de entre los pliegues de su falda una cajita de nacar que contenia un diminuto jubon hecho a mano, con una hilera de minusculos botones de perlas. Lo habia tejido ella misma cuando se entero de su embarazo y era la primera y unica ropita que jamas tendria aquel bebe que nunca llego a nacer. Tragandose las lagrimas, coloco la caja al pie de la lapida, tapandola con varios punados de musgo para que nadie la encontrase. Alli estaban, para siempre juntos, los dos recuerdos de los dos amores que habia tenido y perdido y la habian dejado hueca y vacia. Ahogando un gemido, se puso en pie y comenzo a caminar hacia la casa con la cabeza gacha. CAPITULO 1 Londres, un ano antes Gregory Redfern, cuarto vizconde de Dunnam, miro a su hijo Daniel con los ojos entornados y exhalo un suspiro de frustracion. Llevaban horas discutiendo y ambos estaban agotados y se habian quedado sin voz ni argumentos. --?Estas decidido a hacerlo? --Lo estoy. No pienso cambiar de idea. El viejo vizconde sirvio un vaso de brandy para cada uno y meneo la cabeza con pesar. Daniel era terco y obstinado, por sus venas corria la ferrea determinacion de los Redfern. Eso era algo que los dos tenian en comun. --?Acaso no tienes aqui en Londres todo cuanto puedas desear? Muchos matarian por estar en tu posicion. Tienes un titulo, fortuna, buenos amigos. Las puertas de los mejores clubs de la ciudad se abren de par en par para ti. ?Por que ese empeno en viajar de un lado a otro como un vagabundo? Si tu hermano estuviera aqui... --Pero el ya no esta aqui --interrumpio Daniel con expresion de dolor--. John jamas volvera y los dos lo sabemos. Padre e hijo volvieron a sumirse en un silencio triste, contemplando las llamas que crepitaban en la chimenea. Daniel sintio que el corazon se le hacia pesado en el pecho ante el recuerdo de John, su hermano mayor, que habia muerto el ano anterior victima de unas fiebres. John era el heredero, habia nacido para ostentar el titulo de vizconde y se movia con desenvoltura entre las cadenas de favores e intrigas politicas de la vida cortesana. Daniel era muy diferente. Odiaba el concepto de superioridad innata de la nobleza y los anejos titulos que pasaban de familia en familia, cargados de pompa y obligaciones, le repelian. La muerte de John, ademas de sumirlo en una honda tristeza, lo habia situado a el como nuevo heredero y lo habia condenado a una vida de apariencias y tedio. El no queria ser vizconde. Odiaba Londres, la politica de salon le abrumaba y los bailes y partidas de caza le resultaban asfixiantes. El sonaba con espacios abiertos, con un mar infinito extendiendose ante el y con tierras exoticas e inexploradas. Envidiaba a hombres como Thomas Cook o Daniel Solander, cartografos y exploradores de la Corona que tenian libertad para viajar a las Indias Orientales o al Nuevo Mundo, lugares lejanos y vibrantes, tan diferentes de la gris Inglaterra. En lugar de asistir a los clubs privados de caballeros, el preferia frecuentar las conferencias y reuniones que los exploradores y naturalistas celebraban para los curiosos en la Royal Society. Sentando entre el publico, bebia sus palabras como un sediento hartandose del agua mas pura. Hubiera dado la mitad de su fortuna por estar en su lugar. Durante una de esas reuniones habia conocido a Adam Montgomery, un empleado de la Compania Britanica de las Islas Orientales que habia hecho fortuna llevando a Inglaterra cargamentos de canela de Ceilan, nuez moscada y todo tipo de especias exoticas. Sentados los dos ante una botella de brandy, con el humo de los cigarros humeando entre ellos y la lluvia inglesa arreciando tras las ventanas, Daniel habia escuchado con atencion sus historias sobre los atiborrados mercados de Calcuta y Goa y los barcos que surcaban los mares desde la India llevando cargamentos de corteza de casia. Era una vida dura, plagada de libertad; una vida que Daniel hubiera querido vivir el mismo. Tras sus aventuras en las Islas Orientales, Montgomery estaba ahora decidido a explorar nuevas rutas de comercio. El Caribe se habia convertido en un emplazamiento prospero para la Corona Britanica y las plantaciones de azucar o tabaco en islas como Tortuga, Nueva Providencia o Barbados eran fuente de grandes riquezas para los hombres que sabian aprovechar su potencial. --Los ingenios azucareros son el futuro --decia Montgomery con gran excitacion--. Asi les llaman a esas grandes extensiones de tierra que son ideales para extraer melaza. Las destilerias de ron pagan muy bien por ella. !Cualquier hombre puede hacerse rico si sabe como! Contagiado por su entusiasmo, Daniel habia aprovechado sus contactos como hijo de un vizconde para ayudarle a obtener la concesion real necesaria y Montgomery, en agradecimiento, le habia ofrecido una participacion en las acciones de la plantacion, ademas de un pasaje en el Marie Therese, uno de los barcos de su compania naviera. Sin consultarlo con nadie, Daniel tomo una decision: partiria en ese viaje. Seria como el canto del cisne; su ultimo coqueteo con la libertad y la aventura antes de asentarse en Londres y hacerse cargo de las obligaciones de su titulo. Y ahi estaba ahora, enfrentandose al mal trago de comunicarle sus intenciones a su padre. El viejo vizconde era un hombre discreto que durante toda su vida habia tenido que callar mucho y sonreir todavia mas para hacerse un hueco en la corte del rey Jorge [1], llena de alimanas y mentiras. La muerte de su primogenito lo habia sumido en la melancolia y su unica esperanza era que Daniel hiciese honor a su apellido y caminase por la senda que John no habia podido recorrer. --Se que no aprueba mi decision, padre --repitio Daniel--. Se que lo considera una locura. El anciano lo miro entornando los ojos. --!Cualquiera con un minimo de seso convendria conmigo en que te has vuelto loco! Ademas, ?que hay de esa muchacha, la hija de Berkeley? Se que te has fijado en ella. ?Le has dicho ya que te marchas? Daniel dio un respingo tan violento que los hielos de su vaso tintinearon. Le asombraba la astucia de su padre. El vizconde habia tocado deliberadamente su fibra mas sensible, ya que dejar atras a Jocelyn, la joven que le habia robado el corazon y poblaba todos sus suenos, era la unica mancha negra en su decision. Si existian unas manos capaces de atarlo a tierra firme, esas eran las de Jocelyn Berkeley. --Ella lo comprendera --dijo rechinando los dientes. --?Estas seguro? Las mujeres tienen su corazon puesto en un unico objetivo: casarse y tener hijos. La muchacha estara deseando que pidas su mano formalmente y en lugar de eso pretendes anunciarle tu partida. ?Y si no te espera? ?Y si en tu ausencia se compromete con otro? Daniel apreto tanto los punos que estuvo a punto de hacer estallar el vaso. Imaginarse a Jocelyn en brazos de otro hombre le hacia hervir la sangre. Ella era suya, tan suya como la piel que recubria sus huesos. Amaba a Jocelyn Berkeley con todas sus fuerzas, a pesar de que antes de conocerla estaba convencido de que las mujeres, en especial las insulsas debutantes educadas por y para el matrimonio, eran molestos estorbos que uno debia evitar a toda costa si queria conservar su libertad. Ella le habia hecho cambiar de opinion. La imagen de su rostro palido y cremoso inundo su mente y experimento una mezcla extrana de frio y calor, de alegria y miedo. Su padre tenia razon. ?Como reaccionaria Jocelyn al enterarse? --Tengo que irme. --dijo poniendose en pie bruscamente--. Padre, intente comprender que mis suenos no son peores que los suyos, aunque sean distintos. Y si no puede comprenderme, al menos intente perdonarme. El anciano no contesto. Se giro hacia la chimenea encendida con la cabeza gacha, evitando la mirada de su hijo. Intentando no fijarse en la curva derrotada de sus hombros, Daniel llamo a un criado y le ordeno que preparase un carruaje. --A la mansion de los Berkeley. Deprisa --ordeno en cuanto el cochero estuvo instalado en el pescante.

  • Todas Las Heridas Sanan de P. Franciscana

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    A veces, una herida puede ser algo horrible, algo doloroso, y sin embargo, en mi caso fue la mejor cosa que me pudo haber pasado en la vida. Fue gracias a estar herida que lo conoci.
    Todas las heridas sanan, pero yo esperaba que esta jamas lo hiciera. Que permaneciera abierta, sin importar el dolor que pudiera ocasionarme, siempre y cuando no me separaran de su lado.

  • La Esposa del Jefe de Lexy Timms

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    -Te amo y te amare hasta el dia de mi muerte. -Incluso entonces, seguire amandote.

  • Cuando encuentres el amor verdadero de Mara Brent

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    Ana tiene 22 anos y vive con su padre, su hermano y Carmen, una cocinera que es casi como su madre. Desde muy joven ha tenido que hacerse cargo de la casa familiar, cuyos gastos casi no pueden afrontar ya que estan al borde de la ruina.
    Su unica ilusion es Roberto, su mejor amigo junto con Paula y de quien esta enamorada. Pero sera traicionada por ambos.
    “asi que aunque yo le gustase mas que Paula era su ambicion la que elegia”
    Su vida cambiara radicalmente y encontrara el amor verdadero, pero la traicion y los celos empanaran su felicidad.
    Este libro trata de una historia de amor actual, y de los vaivenes a los que se enfrenta la relacion.
    El unico detalle autobiografico, aunque parezca increible, es el de la nina que mete los pies en el estanque (yo en Barcelona, visitando a una tia).
    Inicialmente publique un eBook con la primera parte (la mitad aproximadamente), y ahora en el libro y en el eBook he aunado las dos partes.
    Espero que os guste,

  • El Azul del Cielo de Georges Bataille

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    A pesar de la luminosidad del titulo, esta obra se inspira en la transgresion de una moral prudente, en una busqueda peligrosa: el aprendizaje de la muerte, la profundidad <> de ese cielo azul que nos atrae y repele al mismo tiempo. Londres, Paris, Barcelona, dibujan una topografia de la perdicion, un marco en el cual Troppmann, a traves de borracheras, noches en blanco y extranas celebraciones, se va acercando hacia esa nueva forma de pureza, la comunion con la muerte gracias al descubrimiento iluminador de lo sordido.

  • Atrevete a enamorarte de Estelle Maskame

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    MacKenzie esta enamorada de Jaden. Pero, tras un tragico acontecimiento, ella no sabe como acercarse a el. Quiza ambos solo teman perder lo que mas les importa. O quiza valga la pena arriesgarse y saborear los detalles, descubrir el placer de las pequenas cosas juntos y enamorarse.

  • Sal de mi camino, Valentin de Sarang Hee

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    <>. Mi mantra mananero es una verdad fuerte y bonita la cual muere en mis labios con la entrada en escena de mi archirrival, Valentin. No hace falta que levante la cabeza del teclado para saber que esta entrando. Su perfume eau du toilette de Channel, es su aviso de llegada, cual memorandum reconocido por el edificio entero. Sus pasos acompasados se escuchan cada vez mas cerca y una vez llega a nuestra oficina, como de costumbre, ni siquiera nos dedica un ‘buenos dias’. Valentin no saluda, nunca. Su comportamiento no nos sorprende ni un poco, ni a mi, ni al resto del equipo de chicas en el departamento. Ese acto o, mejor dicho: ese no acto, es muestra constante de la mala educacion del hombre. En un principio todas nos mortificabamos por ello, algunas de las muchachas no sabian que hacer; si no saludarlo de plano, o seguir haciendolo para recibir como respuesta un incomodo silencio sepulcral. En la actualidad nos hemos acostumbrado y no gastamos saliva ni energia en saludarlo. --Senor Valentin, los reportes que me solicito ayer estan encima de su escritorio; al igual que su cafe, y los curriculos de los mejores prospectos para la division de China. Celine, una menuda mujer de treinta anos, es la secretaria de direccion y tiene la tarea de todos los dias hacer lo mismo; recibir a Valentin e informarle de cualquier novedad, entretanto, el camina a su oficina, con la mirada en Jupiter. --Bien, revisare todo. Para su conocimiento voy a estar en una llamada internacional, que nadie me moleste por las siguientes horas. --Si, senor --responde una aliviada Celine. Con su primera mision del dia cumplida ella se aleja de la oficina de cristal, mejor conocida como la "pecera", con su semblante mas relajado que antes. Pasa frente a mi escritorio y hace su acostumbrada senal de alivio, le sonrio y le doy un pulgar para arriba. --Aruba. --Valentin dice mi nombre para llamar mi atencion. --Valentin --le respondo sin dejar de mirar mi computador, mas porque se que le molesta que lo ignore, que porque realmente este muy metida en lo que estoy haciendo. --?Tendras listo lo que te pedi ayer? --pregunta y asiento, sin despegar los ojos del brillante aparato. --Casi ya, en menos de veinte minutos estara en tu bandeja de correos. --No hace falta que levante mis ojos para saber que su mirada a Jupiter ha aterrizado y ahora esta puesta en mi. --Me parece perfecto, asi lo revisamos juntos antes de que te vayas a casa. Con todo dicho entre los dos, se mete en su oficina y se termina la conversacion. Todas de cierta forma respetan a Valentin, no solo porque es el jefe del departamento. El se preocupa por cosas que van mucho mas alla de la produccion y operacion, tambien le importa que su equipo aprenda y que sus colaboradores sean capaces de tomar decisiones en cualquier caso urgente. Eso, de alguna manera compensa la lengua inclemente del maleducado y engreido jefe. No se anda por las ramas, si te ganas una respuesta mordaz de su parte, la tendras seguro. !Oh, si lo sabre yo! Que fui su primera victima. Nunca olvidare esa manana de ingreso en la que, entre diez candidatos, el y yo estuvimos sentados uno al lado del otro, llenando pruebas psicologicas y examenes para determinar que tan buenos eran nuestros perfiles para el puesto. Fue un largo dia de preguntas parecidas en complejidad a problemas de fisica y respuestas a la altura. Al final de la tarde de ese dia nos habian dado los resultados, en los cuales yo aparecia como seleccionada y me di cuenta de que el tambien. Pletorica como estaba, me atrevi --con una sonrisa de boba satisfaccion personal por el logro -- a invitarle a tomarnos unas cervecitas para soltar el lastre. Mi ERROR. Ese hombre que me parecio en su momento un elegante y educado caballero; alto, de rostro bonito y ojos claros, casi en el mismo tono de su pelo castano. Me miro por encima de un hombro y sin pena alguna me dijo:--Yo no salgo con companeros de trabajo y mucho menos si son mujeres solteras que puedan malinterpretar las cosas. Mi semblante cambio al instante, estaba herida en mi orgullo femenino debido a ese despreciable desconocido, quien pensaba que como no tenia novio --cosa que aun no se como supo-- iba a acosarlo o algo asi. Pero, sobre todo, yo estaba molesta por esa forma desdenosa de mirarme, !como quien tiene un moco en la nariz! En fin, desde ese momento entre nosotros se ha instalado una especie de guerra muda, una de poder y conocimiento. Gracias a esa competitividad escalamos rapido, y hemos sido ascendidos, premiados y reconocidos varias veces, casi siempre uno delante del otro. Quizas por ello siempre he tenido la absurda sensacion de que me esta leyendo el pensamiento: si me lanzo a por un proyecto, el tambien, si hago un cambio novedoso en algo, el lo mejora en otro... y asi ha sido todo el tiempo. Es tanto el sofoco que causa en mi toda nuestra historia, que es inevitable no sentirme predispuesta, como si el pesado hombre estuviese en mi camino. Hace un ano que la competencia individual ha cesado, ambos fuimos promovidos a la vez para encargados del departamento de diseno grafico y perfil de la marca. Actualmente el es el Gerente y yo la Subgerente, por lo que la tregua esta en el aire, ambos estamos concentrados en hacer de este departamento el mejor y tocandonos la moral uno al otro, no iba a funcionar. Inconscientemente levanto la cabeza un momento de la hoja de calculo en la que estoy trabajando y le veo a traves de los cristales de su oficina, enfrascado mas de lo usual en una discusion telefonica. Aun asi, sus ojos se encuentran con los mios por un instante. Incomoda y poco interesada, le retiro la mirada y sigo en lo mio. Se supone que el y yo debiamos compartir ese espacio cerrado y privado que es la pecera y que dejariamos al resto de chicas en los cubiculos, trabajando sin la presencia de un jefe tan cerca. Cuando surgio el tema me negue en rotundo a compartir un espacio tan pequeno con el. Es cierto que estamos en tregua, pero bien, lo que se dice bien, no nos llevabamos como para compartir oficina. Sin mucho palabreo el se quedo con la pecera, mientras yo nadaba con los otros peces del estanque, y no me arrepentia de nada. Sigo concentrada en redactar un correo para enviar el informe contable del departamento, reviso lo que escribo, en el interin mi extension telefonica suena. En la pequena pantalla se refleja el numero de la extension de Maite, mi chica estrella. Tomo la llamada sin dejar de teclear el correo. --?Has visto la cara de sieso que ha traido hoy? Parecia que tenia un palo en el culo… --La diatriba, una que he escuchado antes. --!Maite! --la reprendo evitando a duras penas sonreir--. Te he dicho que no esta bien que hables asi de tu jefe. No es etico ni profesional, bajo ningun concepto, aceptar que tus colaboradores ofendan a sus superiores, incluso cuando estos se lo merezcan, como es el caso puntual de Valentin. --Aruuu, sabes que solo hablo del demonio con ustedes y es porque no entiendo como un hombre que se ve tan bien fisicamente es tan odioso e imbecil. ?Valentin verse bien?, si. No le miro mucho ni por asomo. No quiero que me vuelva a culpar de que le acoso. Al principio me costaba ignorar lo bien parecido del tio, ahora, sin embargo, lo hago con la misma facilidad con la que piso una cucaracha... Sin remordimiento. --Hay de todo en la vina del senor, Maite, vive con eso. --Con mi comentario intento quitarle hierro al asunto. --!Claro que no! Pero no te he llamado para eso: ?Aun esta en pie lo de esta noche? -- inquiere animada. Su voz es peculiar y un poco chillona, incluso a traves de la bocina del telefono. --?La cena de inauguracion de la semana del Amor? Si, a las nueve en punto nos casaremos con par de cervezas y un plato de pasta japonesa. --Con ese pensamiento tambien me animo un poco y dejo a un lado el correo casi listo. --Esa es mi jefa, iremos todas y la pasaremos bien, total, manana no se trabaja. ?Que haras hoy? Tendremos la tarde libre. --Tengo todo organizado para ir al spa y relajarme el resto de la tarde --le comento girando el asiento, en tanto rebusco algo en una carpeta. --Wao, que envidia, yo tengo que ir con mi madre a visitar a mis tias, imagina lo que me espera --se queja Maite. --No te lamentes, podria ser peor. --Define peor… --Podrias tener una desagradable cita… --Eso no es malo, yo encantada. Necesito darle alegria a este cuerpo. --Su voz no ha bajado nada, seguro la han escuchado el resto de las chicas. --Por Dios, Maite, ?como eres tan descarada? --cuestiono divertida. --Pues asi como asi. Se me da natural. --Ya veo que si. De todas formas, si quieres puedes venirte al spa conmigo --la invito. --Nah, ve tu sola, en la noche nos vemos. --Ok. Terminamos la llamada y yo releo el cuerpo del correo, luego adjunto el informe para Valentin, y envio mi mayor pendiente del dia. Al instante mi cuerpo se siente superrelajado, satisfecha de que hoy podre llegar a casa temprano y dejarme hacer de todo en las manos sagaces de un masajista profesional. Espero unos minutos la respuesta de Valentin al correo enviado, aprovecho y le pongo agua al cactus en mi escritorio, es la unica decoracion que tengo en mi cubiculo. Aprecio mucho la hermosa y redonda plantita con espinas que una vez al ano florece para mi, fue un regalo de hace dos navidades. Hicimos un angelito, una actividad de regalar y recibir presentes por varias semanas, para integrar al equipo y reirnos un poco. Ese dia Maite le regalaba a Valentin, y se le ocurrio envolver en una bolsa muy mona una camiseta estampada en el frente con el colerico munequito de la pelicula, Intensamente. Al ver el presente y la cara de Valentin tan igual a la del dibujo, nos reimos hasta llorar. Despues le toco el momento al jefe de entregar su presente y lanzo un discurso: --Este obsequio es muy especial, Aruba, ven aqui. Es para ti y cuando lo elegi lo hice pensando en todo lo que veo en ti. Ya sabia que era el quien me regalaria esa semana, las chicas no se guardan nada. Recibi la bolsa y al introducir la mano me pinche los dedos, lance un grito sutil hasta que saque el bonito pero hiriente cactus. La maseta tenia ojitos y de la planta salia una notita, la abri y alli ponia: "No todo lo que tiene espinas es feo... si no, mirate a ti." Las chicas tambien se rieron de mi expresion al leer la nota y del regalo. Unos dias bastaron para que me encarinara del peculiar y coqueto regalo, tanto que ahora la plantita es la consentida de la oficina. Con Clementina regada --asi se llama el cactus-- vuelvo a mirar el correo, sigue sin llegar una respuesta. Me levanto para ir a la impresora, el aparato es uno solo para toda la oficina. Plantada frente al monstruo blanco me pierdo mirando el calendario grande, que cuelga en la pared del frente. Es sabado siete de febrero y desde hoy hasta el catorce --dia marcado con un corazoncito flechado en el calendario-- la gente actua como loca, comprando cosas para regalar a sus amados. La maquina termina, recojo los impresos y me alejo pensando que para mi este sera un San Valentin mas. Hace unos meses que termine con el chico con el que me estaba liando, gracias a que el muy jodido ya se estaba poniendo intenso, y yo no necesito eso, por lo menos no lo necesitaba de el, que aparte de ponerme cachonda no me hacia sentir nada mas. Valentin con la rabia y tension que causa en mi, significa mas que ese chico. Es una escalofriante comparacion entre el hombre con el que peleo y el hombre con el que me liaba desnuda y al que me montaba como amazona salvaje, pero es la correcta para describir lo poco que me importaba esa relacion con esa criatura con cuerpo de modelo frustrado… --!Auch! --gimo al golpearme la frente con un costado de Valentin, hasta el choque no habia notado su presencia. Estamos solos el y yo en ese pequeno cuarto, levanto mi mirada y lo encuentro observandome serio, con sus ojos de avellana puestos en mi y su mandibula apretada. --?Sera que levantas la cabeza y miras para adelante cuando caminas? --Estamos solos, no hay que fingir que nos llevamos bien. --?Sera que sales de mi camino, Valentin? Por favor, vete a la luna. Yo misma te pago el pasaje. --No te daria esa satisfaccion, ni aunque mi vida dependiera de ello. --Su comentario mordaz y antipatico. --Cuidado con lo que deseas, que los suenos se hacen realidad. Por ahora solo sal de mi camino, esa colonia tuya es demasiado fuerte para estas horas y me molesta.

  • Besos de Copos de Nieve de Dawn Brower

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    Mack Taylor ha llevado una vida encantadora desde que se fue de su casa y al escandalo que dejo atras. Su pasado lo persigue y lo lleva por un camino de caos personal. Las pesadillas lo atormentan hasta que se ve obligado a enfrentar las decisiones que ha tomado. En un intento por corregir los errores de su pasado y encontrar la manera de seguir adelante con su vida, regresa a casa para pedir perdon.

  • Los amantes del espejo de Myriam Oliveras

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    Lidwine esta a punto de comenzar la carrera de Bellas Artes en Paris. Pese a no saber nada sobre su verdadera madre, que la abandono cuando era muy pequena, puede decirse que es una joven feliz: vive en una enorme casa de lujo en Lyon con su madre adoptiva, tiene un monton de amigos y, en apariencia, no le falta de nada. Sin embargo, Lidwine siente que algo falla, y que la vida acomodada que su madrastra se empena en proporcionarle, llena de superficialidad y riquezas, no la llena del todo. Un dia, poco antes de mudarse a la capital para comenzar sus estudios, Lidwine recibe una misteriosa carta de su verdadera madre, destinada a serle entregada a la muerte de esta. En la carta, que contiene la llave y las instrucciones de acceso a una camara de seguridad en Paris, se le explica que su vida corre peligro y que es de vital importancia que no espere ni un solo dia mas para ir a recuperar su legado. Se trata de Le Miroir des Merveilles, un espejo legendario por el que muchos mataron en el pasado y entre cuyos ilustres propietarios se contaron el rey Sol y el emperador Octavio Augusto. En cuanto el espejo cae en sus manos, Lidwine se ve atrapada por una espiral de intriga, secretos y amores turbios, mientras todo lo que siempre habia creido comienza a desmoronarse ante sus ojos. A medida que la situacion se vuelve mas peligrosa, Lidwine debera esforzarse por sobrevivir en la telarana que esta tejiendose a su alrededor, sin saber en quien confiar o a quien recurrir mientras, poco a poco, va desentranando el secreto del espejo y de los que estuvieron relacionados con el.

  • Esclava de Fuego, Fantasia Erotica con la Princesa Virgen y el Senor de los Dragones de Sara Toledano

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    Los lamentos del hombre retumbaron en el gran campo de batalla. Con una pierna fracturada y con su caballo mal herido a su lado, las suplicas fueron su unica alternativa. ?La razon? Estaba rodeada del olor de la muerte. De trozos de cuerpo, de sangre, de agonia. Era asi. Por donde se mirara. Apenas tuvo fuerza para moverse lo suficiente como para tratar de hablar con fuerza. Sobre el, estaban las patas de un enorme caballo negro. Con el resoplido en el hocico y con los globos oculares rojos de ira. La mirada fria de un par de ojos grises, le hizo sentir que cualquier cosa que le dijera, era inutil. El caballero era el senor de esas tierras y el desafio de invadirlas, requirio pagar el precio. La osadia era un descaro que no pudo pasar por debajo de la mesa. No ante El Padre. La tierra retumbo sobre el cuerpo del hombre porque el caballero de ojos frios, bajo de su fiel animal. Acaricio su cabeza por un rato, como ignorando la presencia de esa pobre alma que imploraba misericordia. -Por favor, mi senor. La gente habla que usted es poderoso, que usted es valiente y que sabe el valor de la vida. Usted debe de saberlo porque arriesga la suya cuando va en batalla. Senor... El Padre dio unos cuantos pasos hasta que su enorme sombra cubrio por completo la figura disminuida del hombre herido. -No todas las vidas tienen valor, mi senor. El no supo que decir ante semejante respuesta. En parte porque las palabras hicieron eco en su mete y retumbaron hasta en el ultimo rincon de su cuerpo. Sin embargo, tambien era porque la presencia de su interlocutor, le resultaba intimidante y mas aun cuando lo miro despojarse de su casco. Al hacerlo, los cabellos de un rojo encendido, se movieron con el viento, luciendo como unas largas e intensas llamadas. Su figura alta, altisima de mas de 2 metros, se impuso ante la planicie de lo que fue una vez un escenario de muerte y desesperacion. Dejo el casco en el lomo del caballo y se agacho para hablar con un poco mas de cercania. En esa posicion, el hombre pudo admirar con mas temor la contextura de El Padre. Piernas y muslos enormes, torso firme, brazos de hierro. Una espalda ancha y gruesa. Parecia mas una bestia que un hombre. -Por favor, senor. Me han hablado de su misericordia, de que es capaz de perdonar, que tiene buen corazon. El sonrio con ironia. -?En serio? ?Asi se refieren a mi? ?Como si fuera una buena persona? Vaya, eso si que es nuevo. -Se lo suplico, mi senor. Tengo esposa e hijas. Solo quiero regresar con ellas. El Padre extendio su mano cubierta del metal brillante de la armadura para acariciar el menton del moribundo. Contuvo unas palabras porque le parecio divertido verlo asi, humillado. -No hara falta, mi senor. Ellas lo estan esperando en el otro lado. Se coloco de pie con rapidez y antes de que el hombre pudiera exclamar palabra, el acero caliente de la espada del caballero, corto su cabeza limpiamente. El aire se cargo del olor metalico de la sangre. Al fondo, el sonido de las aves en el cielo. -Hoy fue un buen dia. A cientos kilometros de alli, un monarca de un reino prospero y libre, miro con preocupacion una correspondencia que se le entrego horas antes. En pocas palabras, una gran amenaza se acercaba a pasos agigantados. En vista de la situacion, se levanto de la silla y dio unos cuantos pasos por el estudio. El unico espacio en que se permitia estar lejos de la guardia real. La verdad, era que no sabia que hacer. Se llevo las manos en la cabeza y siguio preguntandose cual era la mejor solucion. Sin embargo, era algo dificil de decir. Temia por si mismo y por su gente. II -Mi senora, no puede permanecer demasiado tiempo aqui. Es peligroso para usted. -Venga, Eleonora. No pasa nada. He venido para aqui infinidad de veces. Aqui ya me conocen. -Por eso se lo digo. Aqui saben que usted es la princesa y podrian hacerle dano. -Confia un poco en la gente, Eleonora. No todos son tan malos como crees. Helena camino por la calles del bazar sin preocupacion alguna. Fue de aqui para alla, comprando, mirando y riendo. Era lo que mas le gustaba hacer durante los dias que tenia tiempo para bajar al pueblo. El conocer a la gente, el de saber como vivian. Desde nina siempre fue asi. Al principio, sus padres la sometieron a un regimen estricto de vigilancia debido a que se escapa demasiadas veces. Sin embargo, llego el punto en que se rindieron y optaron dejarla pasearse entre la gente como quisiera. Asi llego a volverse tan familiar como una mas del monton. Esa identidad de mujer comun y corriente le daba una agradable sensacion de que por lo menos algunas horas, podria pretender que era alguien mas. Por otro lado, hubo un hecho que no se dejaba escapar del ojo publico. Era innegable su belleza. Era alta, de tez blanca y ojos verdes. Su cabello, largo y dorado, siempre estaba arreglado con trenzas porque le gustaba la sensacion de libertad que le daba. La nariz recta y los labios finos, una cintura pequena y un andar dulce que la hacia ver como si flotara sobre el suelo. Su imagen era impactante para quien la viera. Su personalidad dulce tambien resaltaba por su caracter fuerte. No temia ser sincera ni decir las cosas de frente. Fue por ello que mas de una vez se metio en problemas con su padre. A pesar de eso, el rey la consideraba su mas preciado tesoro asi que trataba de cuidarla y protegerla tanto como podia. Mientras seguia hablando con su dama de compania, la guardia real se abrio paso en el medio del camino. La gente los miro pasar impresionada pero solo por unos segundos. Al poco tiempo, recobraron la cotidianeidad, sin embargo, Helena tuvo el presentimiento de que algo habia pasado. En contadas ocasiones, ellos actuaban con premura. Aquello era un mal augurio. -Mi senora, mejor vamonos. Ya se esta haciendo de noche y no es seguro. -Esta bien, esta bien. Recogio su cesto y se encaminaron al castillo. El paseo le resulto agradable y desde ese momento, comenzo a planificar el proximo dia. -Quizas una caminata, quizas una cabalgata por el bosque. Si, no es mala idea. - Se dijo a si misma mientras sonria para sus adentros. Al llegar al castillo, se encontro con lo mismo de siempre. Los sirvientes caminando de un lado para el otro, lo cual daban una sensacion de bullicio que le animaba. Asi no sentia que el gran castillo era un lugar vacio o triste. Subio las amplias escaleras y entro a su habitacion la cual ya estaba comenzando a oscurecerse. Dejo el cesto sobre la cama, busco varias velas y las encendio. Se sento y comenzo a revisar lo que tenia entre las cosas que habia comprado. Unas cuantas manzanas y un panuelo de seda. Toco la tela y cerro los ojos. Era tan suave, tan delicada que temio romperla. La doblo delicadamente y la coloco sobre una mesita de noche que tenia alli.

  • ?Quien cerro las puertas al amor? de India Alvarez

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    Dos libros en uno, dos historias de amor que te enganchara.

  • Irene y el Sr. Naranja de J.m. Martinez Pedros

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    Esta es la historia tragicomica de Irene y el Sr. Naranja. Ella una viuda sin problemas economicos, aburrida de su rutina, puritana, grunona y solitaria. El, harto de ser guapo y mear colonia, intentando escapar de su propia vida y creyendo que encontraria la solucion, se convirtio voluntariamente en esclavo. A partir de entonces. Ambos pasaran por una serie de aventuras y desventuras; el realismo magico se funde con escenas tragicomicas, tan teatrales como surrealistas; el dolor de unos hace reir a otros y nada ocurre como uno se espera.

  • El lamento de los abedules de Enara De La Pena

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    Un amor no correspondido. Un amor imposible. Un amor que nunca deberia haber existido. El lamento de los abedules se adentra en las vidas de unos personajes, victimas de su tiempo, cuyos caminos estan predestinados a cruzarse.

  • Arandanos con mandarina (Un te con amor 2) de Mar P. Zabala

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    Llega Mar P. Zabala con la segunda entrega de la serie <>.

  • Estremeces mi mundo de Mia Ford

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    Eran perfectos el uno para el otro hasta que el empezo a ser una famosa estrella de rock y una infidelidad los separo.

  • Frecuencia modulada, Gonzalo Castro de Gonzalo Castro

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    A veces la amistad con un amigo se convierte en fascinacion por su novia. Quiza esto no deba resultar tan extrano: los mismos rasgos que hicieron que nos acercaramos a esa persona aparecen potenciados en alguien del sexo opuesto que lo acompana y tambien disfruta de nuestra presencia. El problema con esa situacion es que nos lleva a decidir por la lealtad o por lo que dicen nuestros sentimientos.

  • Maestro Daniels (La sumisa elegida 1) Labouche de A.c. Labouche

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    Nicole es una veinteanera recien llegada de la parte occidental de los Estados Unidos, tratando de triunfar en la ciudad de Nueva York. Pero las cosas no le estan saliendo del todo bien. Se ha estancado trabajando como mesera y su novio poco confiable, un fotografo siempre luchando por encontrar un trabajo estable, parece incapaz de mantener una vida estable.

  • Latidos en el sotano de Marcos Nieto Pallares , Marta Martin Giron

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    El detective Josh Lauper, en el tramo final de su carrera, se encuentra ante uno de los peores casos de su intachable trayectoria. Junto a su companera, Margaret Casidi, presencia el escenario de un crimen espeluznante: tirado en una orilla del rio Kansas, yacen los restos de un muchacho con los genitales abrasados y evidentes signos de violencia.
    Los primeros indicios apuntan a un ajuste de cuentas.
    La realidad les condujo a un escenario mucho mas aterrador e inquietante.

  • Un escalon para besarte, Angie Garcia de Angie Garcia

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    Violeta acaba de cumplir treinta anos cuando su estable vida en Barcelona se desmorona y tiene que volver a su pueblo, a vivir de nuevo en casa de su madre.

  • Cenizas de carnaval de Mariana Travacio

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    Un anciano que cumple con la ultima voluntad de su esposa y arroja sus cenizas en el rio. Una madre obsesionada con la limpieza que obliga a los hijos a rituales insolitos. Un hombre perturbado por el movimiento de las cosas pretende que todo quede inmovil, como el mosquito que mato en la pared. Una hija que recuerda a su madre muerta, que nunca la escuchaba y la hacia comer todo el tiempo.

  • Villa Diamante de Boris Izaguirre

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    Dos hermanas, Irene y Ana Elisa, se asoman a un destino cruel que llevara sus vidas por sendas paralelas en medio de un pais asolado por diferentes dictaduras, pero prospero e ingenuo. Al comienzo de los anos cuarenta, Ana Elisa suena con perdurar en el tiempo a traves de una casa que la haga eterna. Debera convencer a un arquitecto del otro lado del oceano para convertirla en simbolo de un amor empenado en subsistir a pesar de la vileza y del miedo. Entre todos los grandiosos y humanos personajes de esta cronica dramatica, se erige Villa Diamante, el monumento misterioso e impenetrable; el simbolo de una vida. Boris Izaguirre se consagra con esta novela como un excepcional narrador, capaz de recrear con un estilo deslumbrante toda una epoca.

  • Lo que nunca te cante, Cara B de Lena Valenti

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    Una siempre cree estar satisfecha con la vida que tiene. Yo, por ejemplo, asi lo siento.
    Tengo una relacion estable con un chico que me quiere y que me encanta, mi vocacion es mi trabajo, me rodeo de buenos amigos, tengo salud y unos padres que me apoyan en todo.
    No pido nada mas. Pero si esto fuera asi, no tendria nada que decirte.

  • Como el agua de lluvia de Lugan Melblue

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    Josephine Lark vive llena de fobias desde que su novio la dejo. Han pasado tres anos desde la ruptura y Jo se ha apoyado en su amiga Bella y su familia. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Mike Middleton y empieza a trabajar para el.
    Con la ayuda de Mike ira recordando hechos olvidados que le llevaran al origen de sus miedos que, tal y como ella misma intuye, estan relacionados con el abandono de su ex y las experiencias vividas con el.
    “Como agua de lluvia” es un thriller romantico que combina amor, humor e intriga.

  • Amor Sin Palabras de Lucy Monroe

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    UN AMOR SIN PALABRASLucy MonroeDescubrir que su jefe, el magnate Andreas Kostas, ten’a intenci-n de casarse fue un golpe devastador para Kayla. Pero entonces Andreas le propuso que fuera ella quien llevase su anillo de compromiso.Seis a-os atr+s, Kayla hab’a experimentado el incandescente placer de sus caricias y hab’a escondido su amor por el desde entonces.Era la proposici-n que siempre hab’a so-ado, pero Ase atrever’a a arriesgar su coraz-n sabiendo que Andreas no cre’a en el amor?

  • Gladiador de Daniel Santos

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    Ashur era un esclavo romano.
    Un gladiador de la casa.
    Al servicio de su Domine, Marco.
    Pero no peleaba por el.

  • Secretos 3 de Christian Martins

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    A falta de unos dias para dar el "si, quiero", Julia decide mandar todo a paseo y comenzar una vida de cero. Para hacerlo, toma la decision de disfrutar en solitario del viaje que tenia programado para la luna de miel, sin saber lo que encontrara en este. En pleno Caribe, conocera a Elias Castro, un poderoso empresario que tiene todo lo que quiere en el momento en el que lo pide. Ambos comenzaran un apasionante romance rodeados de los mas exquisitos lujos. Julia no tardara demasiado en enamorarse del irresistible Elias, pero tambien descubrira que no todo es lo que parece. Las mentiras y los secretos comenzaran a estar presentes en el dia a dia de la pareja hasta que Julia, hastiada de mantenerse al margen y de desconocer la verdadera vida de su pareja, decidira marcharse y abandonarle para regresar a Madrid, su ciudad. Pero Elias ha encontrado al amor de su vida y no piensa dejarlo escapar tan facilmente. Regresara en busca de Julia y encontrara en Madrid un sinfin de peligros de los que no podra protegerse. Fuera de Mexico, no tiene poder ni contactos para mantener a Julia bajo proteccion, asi que no les quedara mas remedio que regresar. Julia, guiada por el amor ciego que siente por Elias, decide obviar todos los riesgos que ha sufrido y regresar a Mexico bajo la promesa de que, nada mas llegar, la hara participe de los secretos que han rodeado su relacion. ?Podra soportar la verdad? ?Le contara Elias todo lo que tanto ha luchado por mantener oculto? ?Se acabaran las mentiras entre ellos? Y..., lo mas importante, ?estaran por fin a salvo de los sicarios que les persiguen? 1 Habian detenido a Elias. Aquello era lo unico que su confusa mente era capaz de procesar. El control habia saltado, activando sus alarmas, y los agentes que se encontraban presentes le habian pedido que se retirase a una de las esquinas. Julia miro hacia su alrededor, buscando ayuda. ?Pero quien iba a ayudarla? Se habian metido en un tiroteo, unos psicopatas querian asesinarlos y Elias llevaba una pistola encima en un control del aeropuerto. !Por Dios! ?!Como no se habian deshecho de la pistola antes de entrar!? Se movio unos metros hacia la izquierda para evitar perder al hombre que amaba de su campo de vision. Estaba llorando, le temblaban las piernas y sentia que de un momento a otro su pecho estallaria de la presion. Escuchaba los latidos de su corazon resonar con fuerza dentro de ella y la tension acumularse en cada articulacion. Sabia que varias personas la miraban con curiosidad, pero le daba igual; tenia demasiado por lo que preocuparse. ?Y si le perdia? ?Que iba a hacer sin el? !Y si terminaba en la carcel! Atisbo como los policias elevaban los brazos de Elias y comenzaban el cacheo. Desde aquel lugar, no podia ver muy bien a Elias, tan solo la espalda y la silueta del policia que le realizaba el registro. Penso que, quizas, podia armar un escandalo alli mismo. Gritar, llorar o incluso amenazar a alguien para distraer la atencion de los agentes que tenian retenido a Elias pero... ?De que le serviria a el? No podia huir a ninguna parte. Estaba rodeado. Vio como el policia terminaba el registro y se hacia a un lado para dejar paso a Elias. No podia ver muy bien que era lo que ocurria, pero parecia que regresaban a la zona del control. Volvio a colocarse en el mismo lugar de antes para recuperar visibilidad y observar mejor el panorama. Elias, junto a la salida de la cinta de las maletas, se quitaba el cinturon con parsimonia y se lo entregaba a uno de los policias que le habia cacheado. Julia le vio cruzar el control, esperar unos segundos y regresar al otro lado en busca de su cinturon con una sonrisa de oreja a oreja en el semblante. No lograba escuchar ni distinguir que era lo que ambos se decian, pero parecia un saludo cordial y una disculpa por parte del agente. Elias recogio sus pertenencias y se marcho, caminando a paso ligero. Necesito varios segundos para procesar que era lo que habia ocurrido y que los dos se encontraban sanos y salvos. Cuando logro tranquilizarse, se coloco en la cola del control mientras ejercitaba su respiracion para no parecer fuera de lugar; habia llamado la atencion de varios operarios que no le quitaban los ojos de encima y queria pasar desapercibida, aunque esa mision parecia imposible de cumplir. Elias estaba bien. Elias estaba bien. No dejaba de repetirselo a si misma, pero parecia demasiado bonito para ser verdad. El hombre que tenia delante cruzo el control y el guardia le hizo un gesto para animarla a continuar. Julia se quito los zapatos, los coloco en la cinta y, aun con el corazon latiendole desbocadamente, cruzo al otro lado. Sonrio -- con la mejor sonrisa que fue capaz de emitir -- al operario de la cinta y recogio sus zapatos. Decidio caminar al frente y alejarse antes de calzarse porque no podia soportar un segundo mas continuar en el centro de atencion de los presentes. --! Ey, senorita! -- dijo un agente, colocando la mano sobre su hombro. Julia se dio la vuelta de un salto, aturdida. Habia vivido tanto en tan pocas horas que cualquier cosa parecia capaz de crearla ansiedad. -- ?Si? -- pregunto en voz baja. El hombre sonrio. -- ?Se encuentra bien? -- inquirio, con una sonrisa conciliadora en el semblante. Julia supuso que la habria visto llorar minutos atras. O quizas, simplemente, sus ojos enrojecidos habian captado su atencion. Asintio sigilosamente con un movimiento de cabeza y sonrio a modo de despedida. Sin decir nada mas, aun descalza y con los zapatos sujetos en una mano, echo a caminar al frente. -- !Que tenga un buen viaje! -- exclamo el agente, pero ella no se giro hacia detras. 2 Elias la estaba aguardando en la primera sala de espera que encontro. Nada mas verlo, Julia se lanzo a sus brazos, respirando hondo el aroma de su perfume. -- Ya esta, bella... Ya estamos a salvo -- murmuro con calma, mientras la aprisionaba entre sus musculos de manera carinosa. Ella alzo la cabeza, aun con los ojos acuosos y la tension acumulada en su cuerpo. -- ?Y la pistola? -- susurro en voz baja para que nadie pudiera escucharla. Elias sonrio al pensar en lo mucho que aquella chica habia cambiado. Recordo a la mujer que tiempo atras habia conocido y fue incapaz de imaginarsela preguntando por una pistola o desenvolviendose en una huida. Julia habia demostrado una valentia que el jamas hubiera imaginado que albergaba en su interior cuando la conocio. -- ?De verdad te creias que me iba a meter en un aeropuerto con una Glock en la cintura? -- respondio, sonriente. Julia no pudo evitar soltar una risita de alivio. En realidad, no tenia gracia en absoluto; pero estaban a salvo y tenia que liberar la tirantez de alguna manera. -- ?Donde esta? El la libero del abrazo y echo a caminar al frente. Tenian poco tiempo y el embarque habia sido anunciado. -- Me deshice de ella nada mas salir del hotel. Llegaron justo a tiempo para la ultima llamada de embarque. Cuando Julia atraveso el control de subida al avion, con el pasaporte en mano, volvio a notar la sensacion de angustia oprimir su pecho. Pero, por suerte, nada les retuvo en tierra y veinte minutos despues de mostrar ambos pasaportes se encontraban surcando los cielos rumbo a Mexico. Elias habia realizado una llamada desde una de las cabinas del aeropuerto y todo estaba organizado para su llegada. Un coche blindado les estaria esperando para recogerles y, ademas, habia ordenado que se doblase -- o triplicase -- la seguridad de la mansion. Escucho la respiracion agitada de Julia, que se habia quedado dormida sobre su regazo, y se pregunto si estaria teniendo una pesadilla. Rezo porque no fuera asi y decidio no despertarla. En los ultimos dias, habian vivido situaciones demasiado intensas y sabia que el estres acumulado podia llegar a ser peligroso. Ademas, hacia muchisimo que Julia no descansaba como era debido y le daba pena despertarla...

  • Un millon de estrellas de Jamie Mcguire

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    Cuando Elliott ve a Catherine por primera vez, el flechazo es instantaneo: nunca habia captado con su camara una imagen tan triste y a la vez tan hermosa. Ambos se consideran unos bichos raros y la conexion que surge entre ellos es muy especial. Sin embargo, cuando ella mas lo necesita, Elliott se ve obligado a abandonarla.

  • Abismo Sexual de Fermin Melendez

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    Jose Canelas es un adicto a las mujeres. Machista, cinico, vividor y sinverguenza, se vera envuelto en una serie de pasiones y mentiras que lo haran vivir un… ABISMO SEXUAL.

  • Otono en Londres de Andrea Izquierdo

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    <>. Alli va a parar LILY, admitida en la universidad gracias a una beca y atonita por su lujosa residencia. Para MEREDITH, ese ambiente es muy comun, al igual que para AVA, mas interesada en que sus secretos no salgan a la luz pese a la insistencia de CONNOR, ese chico coreano que siempre acompana a REX (del que todos hablan debido a su madre) y a MARTHA, la del pelo azul que armo un numero cuando se cruzo en una fiesta con TOM; si, !el mismisimo Tom Roy!, amigo de FINN, el pelirrojo aficionado a los videojuegos que siente antipatia por OLIVER… Ese al que Lily preferiria no tener que ver nunca mas. Con el inicio del otono, todos ellos coinciden en el entorno mas exclusivo de Londres, donde cuanto mas alta es la cima, mas riesgo entrana el precipicio.

  • Sesion nocturna de Michael Connelly

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    Renee Ballard trabaja en el turno de noche en Hollywood. Empieza muchas investigaciones, pero no termina ninguna, porque cada manana entrega sus casos a los detectives del turno de dia. A la que fuera prometedora detective le han asignado ese puesto como castigo despues de presentar una demanda por acoso sexual contra un superior.
    Sin embargo, una noche le tocan dos casos de los que no quiere desprenderse: la brutal paliza a una prostituta que es abandonada y dada por muerta en un aparcamiento, y el asesinato de una joven camarera durante un tiroteo en un club nocturno. Ballard esta decidida a no renunciar a los casos al amanecer. Contra las ordenes y los deseos de su propio companero, se dedica a ambas investigaciones de dia mientras cumple con su turno de noche. Los casos se complican y acercan a Ballard a sus propios demonios y a la razon por la que no renunciara al trabajo por mas dificultades que le ponga el departamento.

  • Leonardo da Vinci. La biografia de Walter Isaacson

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  • Los trucos de los ricos de Juan Haro

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    Nadie nos ensena los trucos para, legalmente, incrementar nuestro patrimonio y ponerlo a resguardo de Hacienda. Pero existir, existen. Y los mas ricos, bien asesorados, los utilizan para maximizar su patrimonio y minimizar los impuestos a pagar. Y, tambien, para evitar que en un golpe de mala fortuna bancos o acreedores puedan quedarse con lo acumulado a base de esfuerzo y trabajo.

  • Alfheim Seul (Servicio de Paquete de Magia 1) de Chris J Coleman

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    Nunca negocies con un hada – Es demasiado peligroso.

  • Los seres huecos (Las cintas de Blackwood 1) de Guillermo Del Toro

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    Encajada entre dos edificios del distrito financiero de Manhattan, el 13 y el 15 de Stone Street, hay una finca estrechisima que consta oficialmente como el 13 y medio de esa calle. De aproximadamente metro veinte de ancho y compuesta por una franja de piedra colonial que recorre de arriba abajo el espacio entre los dos edificios y termina unos diez metros por encima del suelo, no sirve para otro proposito aparente que albergar un corrientisimo buzon eduardiano de hierro fundido, que no posee ornamentos ni caracteristicas distintivas, salvo una enorme ranura para los sobres, y no presenta puertecilla ni cerradura para la recogida del correo depositado alli. Detras del buzon, un trozo macizo de piedra y argamasa. La escritura de este minusculo misterio urbano data de la epoca colonial holandesa y la firma Lusk & Jarndyce ha venido abonando puntualmente los impuestos correspondientes desde 1822. Antes de eso, solo se encuentran referencias al inmueble, siempre en perfecta situacion juridica. La mencion mas antigua al buzon se remite de hecho a un panfleto publicado en lo que entonces se llamaba Nueva Amsterdam: El relato mas completo de las vicisitudes de Jan Katadreuf e y su ascenso final y virtuoso al Reino de Nuestro Senor . En dicho panfleto, publicado por Long and Blackwood en 1763, en folio y a cuatro paginas, un acaudalado comerciante de especias hace un trato con el demonio para garantizar la llegada de sus barcos y cargamentos. Los barcos llegan, pero a partir de ese momento se desata un espiritu maligno que tortura al comerciante, todos los dias al anochecer, mordiendole de forma salvaje, aranandole la espalda y montando su cuerpo como un jinete mientras el alma descarriada grita, presa de un sufrimiento absoluto, y comete actos pecaminosos de extraordinaria violencia. En el drama, un seglar, en un intento de ayudar, le habla a un docto sacerdote de una posible solucion: <<... El buzon de hierro de la calle mayor, alli se halla para sus desgracias recibir. Una carta sellada lleva el nombre de Blackwood. Y al caer la noche con vos se reunira...>>. El cura propone al Senor y los sacramentos como unica solucion viable. Katadreuffe paga un sinfin de misas y queda liberado de su tormento solo unas horas antes de fallecer, purificado. Una lapida pequena y modesta recuerda su defuncion. La lapida, situada en el lado de Rector Street de Trinity Church, reza lo siguiente: AQUI YACE EL CUERPO DE JAN KATADREUFFE, ANTIGUO COMERCIANTE DE ESPECIAS Y MADERAS QUE PARTIO DE ESTE MUNDO EL 16 DE OCTUBRE DE 1709, A LOS 42 ANOS. RECORDAD, CUANDO POR AQUI PASEIS, QUE COMO AHORA SOIS YO UNA VEZ FUI, Y COMO AHORA SOY PRONTO SEREIS. PREPARAOS PARA LA MUERTE Y SEGUIDME... A lo largo de los siglos, el 13 y medio de Stone Street ha resistido muchos litigios: de demarcacion urbana, corporativos y de otros tipos. Cada una de esas batallas legales se ha ganado con un gasto considerable. Y por eso el buzon sigue ahi, un misterio a plena vista. La mayoria de los transeuntes pasan por delante si verlo siquiera. Hace un decenio, una gran compania aseguradora con sede en la acera de enfrente instalo tres camaras de seguridad. El encargado de supervisarlas pudo atestiguar que, aunque llegan al buzon algunas cartas (mas o menos una cada tres semanas), nadie las recoge, pero el buzon tampoco rebosa nunca. De ese pequeno enigma se ha corroborado una cosa repetidas veces a lo largo de los siglos: cada sobre que llega al buzon es una carta de necesidad imperiosa, un grito de ayuda desesperado, y todos y cada uno de los sobres van destinados a la misma persona: Hugo Blackwood. 2019, Newark, Nueva Jersey Odessa solto la carta y echo un vistazo por el Soup Spoon Cafe en busca de las ofertas. Las encontro, en una pizarra blanca cerca del pequeno mostrador de recepcion, escritas en mayusculas con rotulador rojo. Por alguna razon, aquella caligrafia le trajo a la memoria un recuerdo hacia tiempo olvidado de sus dias en la Academia del FBI, en Quantico, Virginia. El profesor de Ciencias de la Conducta dibujaba las definiciones de homicidio con un rotulador rojo deleble en la gran pizarra que habia frente al auditorio. La diferenciacion, les explicaba, no tenia nada que ver con los propios homicidios, su gravedad, metodo o modo, sino mas bien con el periodo de reflexion entre ellos. <> Las dos ultimas clasificaciones podian solaparse. Un caso dificil de clasificar, y que en general se consideraba la primera matanza de un asesino compulsivo en Estados Unidos, habia tenido lugar a ciento veinte kilometros al sur de la cafeteria donde la agente se encontraba en ese momento. El 6 de septiembre de 1949, Howard Unruh, un veterano de la Segunda Guerra Mundial de veintiocho anos, salio de la casa de su madre en Camden, Nueva Jersey, vestido con su mejor traje y una pajarita a rayas. Habia discutido con su progenitora en el desayuno y ella habia ido corriendo a casa de sus vecinos a decirles, histerica, que temia que algo horrible estuviera a punto de ocurrir. Unruh entro en el pueblo armado con una Luger alemana y treinta balas de nueve milimetros. En un lapso de doce minutos, disparo y mato a trece personas e hirio a tres mas. En una farmacia, una barberia y una sastreria. Aunque se demostro que su deseo de matar era premeditado (despues se descubrio que tenia una lista de enemigos en su diario), entre sus victimas habia una mezcla de objetivos prioritarios y personas que habian tenido la mala suerte de cruzarse en su camino aquel esplendido martes por la manana. Tanto las victimas como los testigos oculares coincidieron en que ese dia Howard parecia como en trance, aturdido. Para cualquier persona ajena a las fuerzas del orden, la clasificacion de un delito importa poco. Lo unico verdaderamente importante es que, durante mas de sesenta anos, el tiroteo de Unruh se considero la peor masacre de Nueva Jersey. Hasta la noche en que Walt Leppo pidio rollo de carne picada. --?Esta recien hecho? --le pregunto a la joven camarera al volver del aseo de caballeros. --Si, desde luego --contesto ella. --?Me harias un favor, entonces? --le dijo el--. ?Podrias mirar si os quedan una o dos rodajas de la comida, que a ser posible lleven unas horas bajo la lampara infrarroja, supersecas y con los bordes tostados? La camarera le sostuvo la mirada un instante, intentando decidir si le estaba tomando el pelo. Seria estudiante, muy posiblemente de alguna de las facultades de Derecho cercanas. Odessa se habia pagado hasta tercero de Derecho en Boston sirviendo mesas y recordaba vivamente la inquietud que le producia que determinados clientes varones le hicieran peticiones culinarias espeluznantes rayanas en el fetichismo, hombres por lo general solitarios, a los que seguramente les habria gustado pedir mujeres a la carta, no solo comida. La camarera se volvio hacia Odessa, sentada enfrente de Leppo, y la agente le dedico una sonrisa de aliento, confiando en tranquilizarla. --Voy a ver --dijo. --Gracias --respondio el, cerrando la carta y entregandosela--. Por cierto, prefiero los extremos. --La joven se fue con las comandas--. En casa llamabamos "talones" a los extremos -- le comento a su companera. Odessa asintio con la cabeza, fingiendose fascinada. --Psicopata --le dijo carinosamente. Walt se encogio de hombros. --?Porque me gusta el rollo de carne picada como lo hacia mi madre? --Ay, Dios, anade fijacion oral. --Te voy a decir una cosa, Dessa: todo se puede sexualizar. Todo. Hasta un rollo de carne picada, por lo visto. --Apuesto a que tambien te gustan las tostadas requemadas. --Como el carbon. Pero ?aun no sabes que la normativa prohibe a los agentes novatos perfilar a los veteranos? Los dos se volvieron hacia el ventanal del Soup Spoon Cafe cuando empezaron a repiquetear en el las primeras gotas de lluvia. --Genial --dijo Leppo. Odessa miro el movil. La app del tiempo mostraba una masa de precipitacion en tonos jade y menta que se acercaba a Newark a modo de nube de gas toxico. Giro el dispositivo para ensenarselo a su companero. Casualmente la agente se habia dejado el paraguas junto con la Remington 870 del calibre doce en el maletero del coche, aparcado a media manzana de alli. --La lluvia de Jersey --dijo Leppo, desdoblando la servilleta-- es como banar a un perro a manguerazos: se moja todo, pero no se limpia nada. Aquel nuevo "leppoismo" hizo reir a Odessa, que miro afuera, donde cada vez mas gotas ametrallaban el cristal. Las pocas personas que habia en la calle circulaban ya mas rapido, con una especie de urgencia indefinida. Todo se aceleraba. En el preciso instante en que Leppo preguntaba por el rollo de carne picada (como constataria despues la cronologia), a una veintena de kilometros al norte de Newark, Evan Aronson aguardaba a que su aseguradora, que lo tenia en espera escuchando rock suave de los setenta, le explicara el suplemento que le habian cobrado por una visita a Urgencias. En la reunion de los diez anos de su promocion de Rutgers, hacia unas semanas, se habia distendido el biceps izquierdo recreando el tradicional salto de madrugada al bano portatil, instaurado por su fraternidad, con la intencion de ganar a su antiguo companero de cuarto, Brad <> Bordonsky, pese a que este habia engordado unos quince kilos desde la graduacion.

  • Adios, muy buenas de Xavier Sarda

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  • El tesoro mas preciado de Rangel M. Bellerose

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    U CAPITULO 1 Presencia del Reino no de los mas bellos parajes de todo el Reino, en la provincia de Paris alla por el ano 955 D.C., bajo el dominio de Hugo el grande, fue testigo de una de las mas bellas historias de amor jamas contadas. En aquella epoca de numerosos conflictos, entre casas feudales, por hacerse con el trono de todo el territorio de los franco, en la zona occidental de lo que hoy es Francia, la casa de los Robertinos disputaban los demas territorios a traves de Hugo, el cual alcanzo la corona anos mas tarde entregandosela a su hijo, Hugo Capeto. Pero no adelantemos acontecimientos; por aquella fecha los valles de Paris eran prosperos, con grandes recursos para sustentar a su poblacion, en la aldea hacia el Oeste, junto a la orilla del rio Sena, vivia yo a mis veinte anos y trabajaba la tierra para el noble de la aldea, siempre con un gran optimismo a pesar de mi pobreza. Acabando el trabajo, siempre me dirigia de inmediato a mi casa, para seguir colaborando en ella; al caer la noche mi madre sabia que pronto entraria por la puerta de su humilde vivienda. Mis dos hermanas pequenas no desatendian a Marie, mi madre, pero los quehaceres en la construccion o reparacion de la choza recaian sobre mi, era huerfano de padre, como casi todos en aquella epoca, y las pocas horas nocturnas de las que disponia en las noches, siempre trataba de dar confort a mi familia. --Regis… ?cielo no deberias acostarte ya?--, me dijo mi madre. La oscuridad de la noche hacia ya tiempo que envolvia la aldea, apenas unos sonidos de la naturaleza rompian el silencio, no disponia de suficiente tiempo para que mi familia viviera en las mejores condiciones posibles, --acuestate tu… quiero terminar la cama de Amabel, no puedo posponerlo mas tiempo. --Ella no tiene que levantarse antes que el alba, piensa un poco en ti--, insistia ella. Una mujer fuerte y luchadora, bella hasta decir basta o al menos lo era para mi, su delgadez y pelo negro resaltaban sus verdes ojos, su tez blanca como la de todos en la aldea mostraba una piel aterciopelada; en verdad no era mi verdadera madre, yo fui acogido por esta familia cuando era un bebe, justo antes de que mi hermana naciera, si yo la llamo hermana aunque no fuera de sangre, lo era de familia. --No puedo ver a Amabel durmiendo en el suelo… dejame terminarla y luego me acuesto--, le dije.--Esta bien, pero no dejes que te alumbre el sol sin dormir nada. Amabel era mi hermana pequena, con quince anos era ya una mujer, comenzaba a atender las necesidades del hogar, ayudando en todo lo que podia a la familia, muy responsable y guapa, no podria describir cuanto la quiero, al igual que a mi madre y a mi otra hermana, Marian de dieciocho anos. El silencio atronador de aquella noche me inquietaba, ni los grillos emitian su particular ruido, tal vez fuera la presencia inminente de una tormenta o algo peor, lo cierto es que sali al exterior de mi pequena carpinteria, y vi en el cielo una luz extrana, no era la tipica de la luna reflejada en las nubes, mas bien una luz que iluminaba el suelo, que llenaba mi alma de paz, de tranquilidad, quede exhorto durante un buen tiempo hasta que desaparecio. No sabria explicar con exactitud lo visto, pero desde esa noche mis miedos abandonaron mi cuerpo, yo era alegre desde siempre, pero aquella luz en la mas profunda oscuridad me alento a ver con esperanzas el futuro. Antes del amanecer, el cielo se derrumbaba en forma de agua, una tormenta oscurecia al poderoso astro, para mi era una bendicion dado que no se podia trabajar el campo, no para resguardarnos del temporal, sino para no danar los cultivos. Unicamente encontraba descanso en esos dias grises de lluvia, en esos dias grises de tormenta, aunque debia trabajar en la carpinteria para Melendo, el noble de la casa de nuestra comarca. Cuando el alba despertaba a los gallos, era la hora de continuar el trabajo, el techo de mi carpinteria no aguantaria mucho tiempo el torrencial que caia, pero eso no detuvo a Amabel para visitarme y traerme el desayuno, lo cual agradeci, ya no solo por el acto sino por verla tan risuena y encantadora, hasta aquella luz en la noche, su bella sonrisa era mi mayor motivacion para no descansar. --Gracias por la cama--, me dijo. --Gracias a ti por el desayuno… esta noche quiero dejartela montada, espero que estes mas comoda. --Seguro que si, me gusta mucho verte trabajar la madera. --Es bonito ver lo que los troncos esconden en su interior… algun dia, cuando crezcas te ensenare a trabajarla. --Por mi bien--, dijo. Se sento sobre la estropeada mesa mientras yo comia. --?Y Marian?… ?esta ayudando a mama? --Si, tiene que hacerlo para poder ver despues a su novio… sino mama no la deja ir por agua. --Hoy le va a ser dificil ir al rio por agua, con la que esta cayendo. --?Crees que no va a ir?… el amor puede con una mojada y mas--, me dijo con su sonrisa picara. Amabel era una joven muy parecida a Marie, ella tenia el pelo rubio, pero si no fuera por eso serian identicas, sin embargo, Marian era una chica mas parecida a su padre, morena y ojos miel, con un bello rostro que ya enamoraba a muchos jovenes. --Las chicas os volveis locas por ese amor… a ver si tu no eres tan caprichosa. --Los chicos no me van a hacer que haga tantas tonterias. --Ja, ja, eso tengo que verlo--, le dije. Estuvo a mi lado un buen rato, pero a la hora de comer ya estaba en casa, las tres lo estaban preparando el caldo que nos alimentaba cada dia. Al entrar en la humilde vivienda encontre a Marian molesta con mama, --?que te pasa? --Parece ser que hoy no puedo ir al rio… ya ni llueve. --Le he pedido que se quede en casa hoy que esta la tarde tan mala, no quiero que salga, esta lloviendo y pronto no habra luz--, me contesto Marie. En el comedor solo habia una mesa de madera, sillas y al fondo la cocina de lena, la cual nos servia para calentarnos en los dias frios, --no te preocupes que yo la acompano, no temas que no le va a pasar nada. --?De verdad?… ?me vas a acompanar?--, salto Marian con una sonrisa. --Si, pero otros dias no me digas que no quieres ir cuando te mande mama. --No se la necesidad que tiene de salir en un dia tan malo--, dijo Marie. --?Tu nunca has estado enamorada?--, solto Amabel mientras comia. El alimento no sustentaba demasiado, pero al menos estaba caliente. --El amor no es como os creeis… pensamos que todo cambiara a mejor al casaros, pero solo cambia la casa donde viviras… poco mas--, dijo mama. Yo solo escuchaba la conversacion que mantenian, no me gustaba mucho hablar de esas cosas. --Papa murio muy pronto, pero si estuviera aqui, ?no te alegraria? --Solo digo que el matrimonio os traera unas consecuencias que os marcara la vida--, expuso la madre. --Ya vas a contarnos otra vez lo de la primera noche… yo no quiero saber de eso--, dijo la mayor. --Pues si piensas casarte tendras que saber de eso. --Dejalo ya mama… ella ya sabe lo que acarrea el matrimonio--, le dije al ver apenada a Marian y Amabel. Al caer la tarde, acompane a mi hermana al rio con la intencion de encontrarse con Mercero, el joven que pretendia a Marian, la llovizna no les impedia mantener la unica ilusion de sus vidas, lo unico que en esos momentos les dejaba descansar en las noches, el amor. Con mi capa me resguarde bajo un frondoso arbol, la luz abandonaba el lugar despacio, pero sin pausa, al fondo las siluetas de los enamorados me mostraban su comportamiento, una conversacion que animaba sus corazones, ese joven llevaba tiempo detras de mi hermana hasta conseguir su proposito, yo estaba muy tranquilo, le conocia desde pequeno y era un buen amigo. En aquel instante pensaba en lo pronto que Marian abandonaria el nido, lo pronto que buscaria su futuro junto a Mercero; la rafaga de viento me incomodaba y la fina lluvia mojaba mi cara, que triste era pensar en lo poco que valia una persona y en lo poco que valia una mujer, con lo amable que era, simpatica y carinosa, no podia entender que derecho tenia el noble sobre su cuerpo, acepto que seamos usados para trabajar y poco mas, pero llegar mas lejos de eso ya no era comprensible, pero aceptado entre la poblacion. Ademas, si mas de uno habia desaparecido y a nadie le importaba, que importancia tenia pasar la noche de la boda con el noble. --Ya podemos irnos--, me dijo Marian. Ni me habia dado cuenta de que se estaba acercando a mi, por unos momentos les habia perdido la vista, la mente se me fue hasta aquellos apenados pensamientos. De camino a casa mi hermana me contaba con ilusion todo lo que habia hablado con Mercero, para mi lo unico importante era la cara de Marian, su felicidad se reflejaba en su rostro, su sonrisa bajo la fina lluvia, su pelo mojado al igual que su unico vestido, la miraba y solo pensaba en cuanto daria para que nunca tuviera que pasar por ninguna mala experiencia, --me alegro que estes contenta… ?de verdad planeais casaros? --Tengo muchas ganas, el me quiere y yo a el… no quiero esperar mas tiempo… tengo muchas ganas de estar con el. --Modera ese vocabulario… no me expliques nada. --?Y tu no piensas en buscar a nadie?… se te va a pasar la edad--, me dijo. La noche ya no dejaba ver el camino, debiamos andar por inercia, sabiendo donde poniamos los pies. --No quiero enamorarme… no puedo pensar en...--, decia cuando me interrumpio. --No lo digas… ese paso lo pasamos las mujeres sin pensar en ello… no formara parte de mis recuerdos. --Eso espero… te deseo lo mejor--, le dije. Se detuvo y me miro en la oscuridad, al instante se acerco a mi y me abrazo, todo su cuerpo temblaba por el frio, pero eso no la detenia, luego busco mi mirada y me dijo, --siempre has demostrado ser el mejor hermano del mundo… vivire al otro lado de la calle… no me voy a ir lejos. --Lo se, y eso me alegra profundamente... no conozco otra vida que junto a vosotras tres, te quiero y quiero tu felicidad. Aquella mirada me produjo escalofrios, no solo por la mala noche, era la mirada de la bondad, del amor mas sincero, de todo lo que podia desear en aquellos momentos. Seguimos andando hasta llegar a la casa, no esperabamos encontrar en la aldea al sequito de Melendo, los caballeros se alumbraban con antorchas, no era costumbre salir en las noches sin un motivo importante; sobre el terrizo de las calles, los cascos de los caballos abandonaban la aldea entre rafagas de llama y viento. --?Que ha pasado?--, pregunte al vecino. --El rey, Hugo viene a la comarca y va a pasar por el camino de las piedras, Melendo ha comunicado que todos debemos estar en el camino para vitorear su paso. --?Para que viene?--, pregunte. --Eso no nos lo comunican… busca el apoyo de los feudos y las casas de nobles, ahora las guerras se ganan llenando las barrigas de los senores. --Ya… quien mas casas tenga mayor posibilidad de llegar al trono, bueno espero que no altere mucho la paz de la que ahora disfrutamos. --Tu padre dio su vida por ellos, y el mio, el de Marian y Amabel… no les importamos lo mas minimo… puedes ser su mejor guerrero que cuando pierdes la vida en la batalla, ni se acuerdan. --Nunca luchare por nadie, no pienso ir a la guerra por ellos… ojala no nos hagan elegir. --Tu vida es de ellos… y la de tu familia, no lo olvides--, me dijo. En gran parte llevaba razon, eso no iba a cambiar por mucho que lo desearamos, tal vez pudieramos conseguir algo con sus mismas armas, pero por el momento no. Al entra en casa, Marie estaba sentada en la silla frente al fuego, Amabel y Marian fueron a sus habitaciones, --?estas bien?

  • No soy mi ADN de Manel Esteller

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    ?Puedo heredar las enfermedades de mis padres o abuelos? ?Es posible que mis hijos hereden las mias? ?Hasta que punto una disciplina como la epigenetica puede tener repercusion en la prevencion y tratamiento de enfermedades como el cancer, el Parkinson o el Alzheimer?Y, sobre todo, ?que es la epigenetica?Manel Esteller, todo un referente internacional en el ambito de la epigenetica y un excelente comunicador, responde a estas y a otras muchas preguntas en este esclarecedor libro. Y lo hace de una forma muy ilustrativa. A partir de doce ejemplos basados en casos reales y cotidianos, Esteller expone las claves para entender mejor las bases de esta disciplina cientifica y ofrece un panorama de las infinitas posibilidades que genera su estudio. De este modo, los conceptos teoricos encuentran su aplicacion practica en los consejos para llevar una vida saludable que nos permita, en la medida de lo posible, prevenir el desarrollo de alguna de estas enfermedades.

  • Cronica de un futuro roto de Rafael Angel Gracia Lopez

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    Una novela negra con la dureza de la realidad escueta y simple, ambientada en un entorno homosexual donde la candidez, la generosidad y el conato de un amor imposible se funden con la maldad en su estado mas puro. Cuando se pierde la esperanza, y el dolor, la desesperacion, el terror, la indignidad y la ignominia quedan como unicas opciones de vida, la muerte puede llegar a ser una liberacion

  • Triangulo amoroso de A. De Luna

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    Regresar a Bahamas despues de una breve aventura de verano con el actor Alec Blanchard era, para Libby, la manera de probarse que el pasado habia quedado en el olvido. Nunca lamentaria haber tenido a Sam, pero ya era hora de mirar el futuro... con Michael; un hombre bueno, confiable y que la amaba. Solo que Libby nunca penso que Alec regresaria a la isla con la firme determinacion de conocer a su hijo, echando por tierra todos sus planes....

  • Magia y enigma de Henry Kamen

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    El prestigioso hispanista Henry Kamen selecciona varios monumentos miticos en Espana -declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- y explica la historia, los detalles y las leyendas que se ocultan tras estas grandes construcciones. Estos monumentos simbolizan etapas y caracteristicas fundamentales de la experiencia historica de Espana, asi como de su idiosincrasia y particularidad.

  • Marionetas sin hilos de Tadea Lizarbe

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    Atrevete a asomarte a los entresijos del alma humana.

  • Ni contigo ni sin ti de Lorraine Coco

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    La primera vez que Lauren Weaver poso su incendiaria mirada verde en Kenneth O'Brien, este estaba bajo su ventana, con la misma cara que ponia Neo, su Golden Retriever, cuando atacaba el plato del beicon del desayuno a traicion y lo pillaban infraganti. No le importo que pareciera realmente afligido, ni que el flequillo le cayese sobre la frente de lado, como a Zac Efron en los carteles a doble pagina que tenia colgados en las paredes de su cuarto. Tampoco que sus preciosos ojos castanos implorasen piedad. Ella estaba furiosa y el iba a recibir toda su ira.Sin duda no fue la ultima vez que esto pasaria, porque cuando conoces a tu gran amor a los once anos, y este es tu vecino y el mejor amigo de tu hermano, tu vida se convierte en una montana rusa de la que no sabes si quieres o puedes bajarte. Pero cada subida es tan divertida, cada bajada tan emocionante, y cada giro tan inesperado y excitante, que... ?quien podria resistirse?

  • Bajo la red de Iris Murdoch

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    Jake Donaghue, un escritor y traductor intelectual y bohemio, deambula por un Londres inacabable intentando mejorar su situacion tanto emocional como economica. Su novia, que se ha enamorado de un corredor de apuestas, le pide que se vaya de la casa que han compartido hasta ese momento. Donaghue se ve obligado a buscar un nuevo lugar en el que vivir, y recala en el hogar de una antigua novia, la cantante Anna Quentin. Es entonces cuando el destino lo lleva hacia un viejo conocido, Hugo Bellfounder, un abstruso filosofo con el que Jake tuvo ciertos desencuentros en el pasado. Iluminado, pero victima de una continua desazon vital, Jake Donaghue no abandona su idea de convertirse en un verdadero escritor mientras el mundo parece derrumbarse a su paso.

  • La senora Dalloway de Virginia Woolf

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    La senora Dalloway relata un dia corriente en la vida de Clarissa Dalloway, una dama casada con un diputado conservador y madre de una adolescente. La historia comienza una soleada manana de junio de 1923, con un paseo de Clarissa por el centro de Londres, gran escenario de la novela, y termina esa misma noche, cuando comienzan a retirarse de casa de los Dalloway los invitados a su fiesta. Aunque en el curso del dia sucede un hecho tragico: el suicidio de un joven que vuelve de la guerra, lo notable de la historia no es ese episodio, ni los pequenos sucesos y recuerdos que la componen, sino que toda ella este narrada desde la conciencia de los personajes y del analisis de todo lo que pasa por sus mentes antes de actuar.

  • Texas no suena mal de Christian Martins

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    Violet observo el rebelde mosquito que, a pesar del frio, se movia libremente por la habitacion a sus anchas. Febrero acababa de llegar al calendario y penso que aquel pequeno insecto debia de ser un verdadero superviviente si habia superado las peores nevadas. Carlos estiro el brazo sudoroso y lo dejo caer sobre el vientre de ella. Se sintio pegajosa, sucia y asqueada, pero se contuvo y no dijo nada. Sabia que ese "momento de despues" a el le encantaba y, en su justa medida, habia decidido ser tolerante en esos pequenos aspectos. Violet podia ser complicada, si. Pero con Carlos se mordia la lengua y se lo guardaba dentro, lo que la llevaba a aparentar el aspecto externo de una chica --casi-- normal. ?Y por que se mordia la lengua Violet? ?Por que intentaba ser mas permisiva con el de lo que habia sido con el resto de sus parejas? Porque Carlos era el mejor amante que jamas habia tenido. Quizas se debia a la sangre latina que corria por sus venas, o puede que, simplemente, la buena herencia que tenia entre sus piernas hacia que todo fuera mas sencillo. Violet no lo sabia, aunque tampoco le importaba demasiado. Carlos era genial en la cama y con eso, le bastaba. --?Estas feliz conmigo? Despues de hacer el amor, Violet solia salir escopetada a la ducha. Odiaba sentirse sucia y la repugnaba saber que tenia restos de otra persona en su interior. Si, por Carlos hacia un esfuerzo y se quedaba en la cama, abrazada a el, durante varios minutos. Pero solian hacerlo en silencio, no manteniendo una profunda y absurda conversacion. --Claro que si --respondio, como si la duda resultara ofensiva. Aunque, en el fondo, Violet no tenia muy claro que significaba ser feliz. Nunca habia sabido con exactitud que era lo que queria y esperaba en la vida, lo que conllevaba a que, de vez en cuando, padeciera la desagradable sensacion de "estar perdida en el mundo". --Me alegro --respondio Carlos, justo antes de besarla en el hombro desnudo. Violet se obligo a sonreir. --Me voy a la ducha --dijo, incorporandose, cuando considero que ya se habia mantenido un tiempo prudencial junto a el. --No, no... Quedate aqui conmigo un rato mas --suplico, reteniendola--. Me encanta estar aqui, tumbado, junto a ti --mascullo--. Hueles tan bien... Cogio aire profundamente y se obligo a serenarse. Su obsesion por la limpieza la habia enfrentado en mas de una ocasion con sus parejas, y con Carlos estaba aprendiendo a contenerse. Segun su psicologo, aquellos ultimos meses estaba avanzando a pasos agigantados. --Esta bien, pero... ?Podrias traerme un poco de agua? --pregunto, sin borrar esa sonrisa falsa que habia aprendido tan bien a poner--. Estoy sedienta. Violet habia asimilado que nadie la querria tal y como era en realidad, asi que habia pasado al plan b: aparentar. Su psicologo se empenaba en decir que sufria de "filofobia", pero ella estaba convencida de que, en el fondo, no tenia ningun problema. Solo era diferente a los demas, nada mas. Carlos asintio sin dudar y se levanto de la cama. Ella se quedo alli tiraba, observando sus apretadas y firmes nalgas hasta que desaparecieron por detras de la puerta. En ese instante, calculo que tenia unos dos minutos aproximados para levantarse, correr hasta el bano, asearse, lavarse los dientes y volver a la cama. Salto del colchon y, con rapidez, corrio hasta el bano. Se lavo las axilas con agua y jabon mientras se enjugaba la boca con solucion oral. Escucho a Carlos en el exterior y se apresuro a regresar con rapidez al colchon, corriendo. El entro en la habitacion con un vaso de agua en la mano, le dedico una esplendida sonrisa y senalo a Mila, la perrita de Violet. Violet adoraba a su perra y le tenia muchisimo mas aprecio que a la mayoria de las personas de su vida, pero odiaba con toda su alma que se subiera en la cama. Y Carlos lo sabia. Contuvo el aliento mientras se disponia a llamarle la atencion. --Carlos, por favor... Saca a Mila de la habitacion --le pidio con voz pausada, sin alterarse. Su psicologo solia decirle que, en momentos de estres como ese, debia contar hasta diez tranquilamente y recordarse a si misma que no debia exagerar. Si, Carlos habia dejado entrar a Mila en la habitacion, pero... Ya esta. No pasaba nada. Y eso era lo que Violet debia recordar siempre que se inquietaba por algo que en el fondo no tenia ninguna importancia. Carlos solto una risotada mientras se dejaba caer de nuevo en el colchon, junto a ella, antes de propinar un par de palmaditas a la colcha. Mila salto junto a el con agilidad mientras Violet sentia como las pulsaciones se le aceleraban y el ritmo cardiaco se descompensaba. --!Mila, fuera! --grito, pero el can decidio no obedecer a su duena. En lugar de salir, se tumbo sobre ella a lamerle la cara. Violet sintio como la vena de la frente se le empezaba a hinchar mientras las carcajadas de felicidad de Carlos resonaban de fondo. --!Mila, fuera, para! --grito, enfadada y disgustada al mismo tiempo. La sujeto con fuerza del collar y la obligo a descender. Y en ese preciso instante, sintio un bulto en el cuello del animal que, hasta el momento, habia pasado desapercibido. --Pero... que... --murmuro, agachandose junto a su perrita. Se quedo mirando fijamente la cajita que el animal llevaba atada con un cordel a su collar. Alzo la vista hacia Carlos, preguntandose si aquello era cosa suya. El continuaba sonriendo, feliz. Violet cogio aire, tiro del cordel y desato la cajita. Anhelaba con toda su alma sacar a Mila de la habitacion lo antes posible, pero Carlos la miraba tan fijamente que se vio obligada a sonreir y abrir la cajita antes de continuar poniendo en orden su casa y su vida. Rasgo el envoltorio y entreabrio la tapa. Y en ese preciso momento, cuando vio el anillo de pedida en su interior, sintio como sus aceleradas pulsaciones desaparecian. Se quedo petrificada, helada. El corazon le dejo de latir y su cabeza se quedo totalmente en blanco. Solamente era capaz de repetirse una cosa, una y otra vez, en bucle: "otra vez no, por favor". Carlos se bajo de la cama y se arrodillo frente a la joven, mirandola directamente a los ojos. Parecia estar a punto de echarse a llorar. --Violet Ross... Se que tienes panico al compromiso, que tu vida es muy complicada y que odias pensar en el dia de manana. Pero creo que conmigo el manana sera diferente --dijo, procurando buscar las palabras mas sinceras--. Sera un manana que merecera la pena descubrir. Estos ultimos meses a tu lado han sido... !Uf! --resoplo--. Una verdadera montana rusa de emociones, asi que he decidido lanzarme. --?Lan...zar...te? --repitio, boquiabierta, mientras rezaba internamente porque no formulase la tan odiada y aterradora pregunta. --Violet Ross... ?Quieres hacerme el hombre mas feliz del planeta y casarte conmigo? Sintio como sus pulsaciones se reanudaban de forma descontrolada. Podia escuchar retumbando el bombear del corazon en sus oidos. Sonaba como una locomotora. Temblo de pies a cabeza, sin saber que decir, hasta que observo como la sonrisa de felicidad de Carlos se iba esfumando muy lentamente. Violet odiaba el compromiso con toda su alma. Incluso dudaba que fuera capaz de llegar a enamorarse. Pero si algo odiaba de verdad, mas que cualquier otra cosa, era el tener que enfrentarse a una situacion dificil. Los problemas, por alguna razon incomprensible, debia resolverlos de puertas para adentro, en soledad. --Violet... dime algo, por favor --suplico el con la voz rota mientras comenzaba a sentir como el corazon se le hacia anicos. --Si... --murmuro con un hilillo de voz casi inaudible. Le temblaban las piernas y tenia la sensacion de que en cualquier momento se vendria abajo, pero saco fuerzas de su interior y mantuvo la compostura. --Si, Carlos... si --repitio, procurando sonar mas segura y convencida de sus palabras. Y aunque el gesto de su rostro decia algo muy diferente a sus palabras, Carlos solto una risotada estruendosa y se apresuro a coger a Violet para levantarla al vuelo. Mila solto un par de ladridos por el estallido de felicidad que se palpaba en el ambiente, y cuando por fin Carlos volvio a dejar a la chica en el suelo, lo hizo para colocarle el anillo de pedida. Una hora mas tarde, Carlos se marcho de esa casa pensando dos cosas; que el postre de chocolate que Violet habia comido en la cena y que el habia rechazado estaba malo y que, por esa misma razon, la ultima hora se la habia pasado vomitando en el cuarto de bano. Y que estaba prometido con ella. Si, !Carlos y Violet estaban prometidos!

  • Tentacion Pasion Frenesi. Serie completa de Dylan Martins

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    Mire la hora en el movil ya que tenia la sensacion de que era mas tarde y de que el despertador habia fallado. Senti alivio al comprobar que solo eran las seis y media de la manana y hasta media hora despues no tenia que sonar. Me quede mirando la foto de mi hija Lucia, tan bonita y sonriente. La echaba de menos ya que vivia con su madre Cata, de la que me habia divorciado dos anos atras cuando la pequena solo tenia cuatro. Cata no es que me pusiera las cosas dificiles con nuestra hija, sino que las hacia imposibles. No colaboraba para que reinara la armonia por el bien de lo que teniamos en comun. Mi ex mujer era modelo. Trabajaba para una de las firmas de moda mas importantes a nivel internacional y vivia en Tenerife, pero siempre andaba viajando entre Paris y Londres. A la pequena la dejaba con sus padres con los que yo no tenia relacion. Me la entregaban cuando correspondia ella, o en su defecto la ninera de la nina, Lia. El problema residia en que a mi me tocaba un fin de semana de cada dos, cuatro dias en Semana Santa, un mes en verano y una semana en las fiestas de Navidad, pero, aunque ella estuviera fuera un mes, era incapaz de permitirme recoger a la nina y llevarla conmigo. Yo sentia que Cata preferia dejarla en manos de su cuidadora antes que con su padre. Era una persona toxica y se habia empenado en intentar joderme la vida. Su actitud me dolia hasta el infinito porque mi hija Lucia era mi mayor tesoro y hubiera dado lo que no tenia por poder pasar mas tiempo con ella. Sin embargo, y de la forma mas injusta del mundo, parecia que esa posibilidad cada vez era mas inalcanzable para mi. La mia era una vida estable, bastante buena. Habia heredado la empresa de mi padre la cual yo dirigia, "Financiera Montalvo". Tenia contratados a tres asesores financieros, a una asesora laboral y a la recepcionista, ademas de una empresa que se encargaba de la limpieza de las oficinas. habia fallado. Senti vivia con su madre dirigia, "Financiera sta, ademas de una Mi casa era la que yo habia elegido, de una sola planta, una gran terraza, mil metros de terreno de jardin con palmeras, zona de copas, piscina y tumbonas. En honor a la verdad en ella todo era precioso. Por mi parte, ser meticuloso formaba parte de mi ADN y habia encargado la construccion de cada zona interior y exterior con mucho mimo. Si tuviera que elegir una zona de mi casa que especialmente quedo a mi gusto, destacaria la cocina, confortable y amplia, con sus cincuenta metros cuadrados, los mismos con los que contaba el salon. Capitulo aparte merecia mi dormitorio, al que consideraba mi santuario, con vestidor y bano. A el habia que anadir tres dormitorios mas con sus correspondientes banos y esa terraza amplia y ancha donde pasaba mucho tiempo, ya que el clima de la isla invitaba a disfrutarla. Yo la tenia de lo mas chill out, todo en madera y con unos comodos sillones que sugerian descanso y tertulia. Tenia todo lo que deseaba, pero habia estudiado mucho y trabajaba desde joven con mi padre, aprendiendo todo lo que pude de el, hasta que se jubilo. Al verme preparado, me dejo a cargo de la financiera, asi que me sentia bien con mi vida, pero me faltaba lo mas importante, mi pequena Lucia, la nina de mis ojos. Sali de la cama ya que me estaba empezando a agobiar con esos pensamientos y mirando la cara de mi pequena como fondo de pantalla del movil. Soy partidario de cambiar de chip cuando algun sentimiento te sobrepasa y eso era lo que me estaba ocurriendo en ese momento. Me prepare un cafe y me sente sobre la mesa de piedra de mi cocina. Tenia esa mania, asi que alli estaba, mas temprano de lo normal, disfrutando de esa primera taza, del relax de no ir con prisas. En mi cabeza no cabia como algunas personas saltaban practicamente de la cama al trabajo. Yo de siempre he necesitado mi tiempo. Ir despertando poco a poco y entrando en sintonia con el dia. El estres es un concepto que llevaba intentado evitar toda la vida, en la medida de lo posible. Revise algunos correos desde el movil y fui descartando segun la importancia. Mas tarde responderia a los que debia hacerlo desde el despacho. Los demas contenian pura informacion y no necesitaban respuesta. prendiendo todo lo taba ocurriendo en Un rato despues me vesti y me fui hacia el jardin donde tenia a un lado el aparcamiento. Cogi mi coche, puse la radio y me dirigi al trabajo escuchando las noticias. Disfrutaba mucho de las vistas de mi casa al trabajo. Aquel trayecto, unido al buen tiempo reinante, eran como una especie de soplo de aire fresco que me ayudaba a incorporarme a la ardua jornada, pues si algo me sobraba era trabajo. Mis oficinas estaban en la decima planta de un edificio comercial mirando al mar en Puerto de la Cruz. En el interior se ubicaban los despachos de los trabajadores. La recepcion amplia a la entrada, todo muy iluminado y predominando los cristales opacos con el logo de la empresa. Los distintos despachos situados a los lados de un amplio pasillo y el mio al final, ocupando todo el largo del local. Despues de la marcha de mi padre, habia acometido una reforma integral para darle al negocio un renovado aspecto, modernizandolo. Finalmente, habia quedado totalmente a mi gusto y me mostraba encantado con el resultado. Llegue al parking del edificio y subi al ascensor hasta mis oficinas. Carlota la recepcionista me recibio sonriente. -- Buenos dias, Alexis. -- Buenos dias, guapa. ?Alguna novedad? -- Ninguna, recuerda que a las nueve tienes la entrevista para el puesto de contable. -- Es verdad, lo habia olvidado -- negue mientras caminaba hacia mi despacho y saludaba a los trabajadores que ya estaban en sus despachos con las puertas abiertas. Nuestro contable habia tenido un problema grave de salud y se le habia concedido la prejubilacion, asi que ahora necesitaba alguien que fuera capaz de llevar todo el trabajo que hacia el. Realmente lo necesitaba para preparar facturas y entregarlas a Elba, nuestra asesora laboral que tambien trabajaba en las oficinas. Carlota aparecio por mi despacho con un cafe. Siempre lo hacia por la manana. A pesar de que tenia cafetera con lgo me sobraba era capsulas en mi despacho, a ella le gustaba llevarme el primero. -- Gracias, guapa. -- Un placer -- sonrio mientras cerraba la puerta. Era simpatica, predispuesta, amable. Se notaba que era una persona muy feliz. Ademas, estaba loca con su hija Martina de cinco anos y con su marido al que amaba, Tony, un policia local de Puerto de la Cruz. Llevaba conmigo desde que cumplio los veinticinco, diez anos atras. En aquel momento aun estaba en manos de mi padre la direccion de la empresa. Si de algo podia presumir era de un gran equipo a mi lado y de que el buen rollo imperaba en mi negocio. Eso era algo que aprendi de mi padre: la importancia de rodearme de gente competente que ademas supiera aceptar las criticas constructivas. Uno de mis mayores logros consideraba que era el hecho de que, aunque yo fuera el jefe, disfrutaba escuchando las opiniones de mi equipo, que a menudo aportaba puntos de vista de lo mas interesantes que quizas yo no hubiera visto a priori. Me tome el cafe mientras respondia todos los emails para despues ponerme a revisar los expedientes mas importantes que estabamos tramitando en la empresa. Un rato mas tarde Carlota me aviso de que la chica a la que tenia que entrevistar ya estaba en la sala. Habia llegado puntual, asi que le dije que la recibiria sobre la marcha. Dos golpes en la puerta por parte de Carlota y abrio, alargando su mano para que la chica pasara. -- Buenos dias -- me levante y le extendi la mano -- Mi nombre es Alexis. -- Buenos dias, senor Montalvo -- me nombro por mi apellido ese que tenia claro cual era -- Soy Olivia Palma -- sonreia apretando su mano con seguridad y mirandome a los ojos. Le invite a sentarse y le ofreci un cafe, pero declino la invitacion, ya que no le apetecia. Se mostraba segura, nada nerviosa, convincente y preparada. Habia estudiado la carrera de Contabilidad y posteriormente varios masteres, a pesar de solo tener veintiocho anos. Por otra parte, desprendia clase y personalidad. Era preciosa, rubia con una melena larga y lisa, ademas de simpatica y correcta. A todas luces, se me antojo como la candidata idonea. Le comente las condiciones y no dudo en aceptar, ademas de transmitirme su predisposicion para incorporarse inmediatamente. Llame a Carlota para que le ensenara su despacho y le presentara a Elba, la asesora laboral de la empresa y la voz en todos los temas fiscales. La idea era que se pudiera incorporar al dia siguiente. Lo cierto es que aquello me alegro mucho, pues lo de perder el tiempo haciendo una entrevista de trabajo tras otra era algo que me solia molestar bastante. En cualquier caso, era una cuestion en la que no podia delegar pues formaba parte de mis obligaciones. La manana transcurrio en un abrir y cerrar de ojos. Cuando me vine a dar cuenta ya era la hora de salida de todos nosotros, ya que trabajabamos en una jornada continua de ocho a tres. Aquello era algo que tuve en mente de toda la vida y que tambien cambie cuando mi padre se jubilo. Soy de los que piensa que mejor calidad que cantidad y que una manana bien aprovechada valia por un dia entero en la oficina con la mente mas dispersa. Como colofon de la jornada me dirigi al bar de la planta baja del edificio. Alli estaban dos de mis asesores financieros, Fernando y Daniel. Fernando siempre comia algo en el bar ya que a su mujer le absorbia mucho tiempo su tienda de ropa y no volvia hasta por la noche. No tenian hijos, pero formaban un matrimonio muy consolidado. Daniel tenia cuarenta y cinco anos. Todo un mujeriego, soltero, un guapeton de esos que tenia a media isla loca, pero no se casaba con nadie. -- Hombre, el jefe -- bromeo Fernando. de trabajo tras otra -- El jefazo -- dijo Daniel. -- Necesito una cerveza -- voltee los ojos. -- ?Mal dia? -- No, Daniel, pero hoy estoy con el tema de Lucia un poco mal. Creo que cada dia me pesa mas. -- ?Cuando te toca? -- pregunto Fernando. -- Este fin de semana, pero parece que los dias no pasan. -- Ya estamos a lunes, el viernes llega volando. -- Espero, eso espero -- cogi la cerveza que me habia puesto el camarero al verme aparecer por la barra. Pedi unas tapas. Ese dia habia avisado a Fina, la mujer que me llevaba la casa por las mananas, de que no me dejara nada para almorzar, como hacia la mayoria de los dias. De ese modo, solo tendria que haberme dejado preparada la cena antes de marcharse al mediodia. Se incorporo un poco mas tarde Davinia, otra de mis asesoras financieras. Con treinta y tres anos, era muy graciosa, la alegria de la oficina, siempre amenazando a sus companeros con demandarlos por pesados. Por supuesto lo hacia de broma, pero lo decia porque su pareja, Sergio, era abogado. Ambos llevaban un tiempo conviviendo. Aquello era como una familia. Todos llevaban desde el comienzo de su carrera alli, pues habian entrado para sustituir a algunos veteranos pertenecientes a la plantilla de mi padre que se iban a jubilar y al final quedamos los jovenes, como decia mi madre. Estuve tapeando con ellos y charlando. Cuando nos quisimos dar cuenta, el reloj marcaba las cinco de la tarde, hora del cafe. Despues nos despedimos hasta el dia siguiente. Me fui hacia mi casa, me meti en la ducha y me puse comodo. Queria pasar la tarde trabajando en un expediente que necesitaba tener listo para el dia siguiente. No solia llevarme trabajo a casa a no ser que fuera necesario. Tiempo atras, cuando tenia la suerte de convivir con mi pequena Lucia, la tarde procuraba dedicarsela a ella. Una de las cosas que mas echaba de menos era darle la merienda y llevarla al parque a jugar. Llamaba poderosamente mi atencion que los que eran mis mejores recuerdos tambien eran los que mas me azotaban, pues de vez en cuando caia preso de la melancolia cuando revivia mentalmente esas imagenes. A la hora de la cena me comi el salteado de verduras que me habia dejado Fina listo para calentar. Aquella mujer era una joya, de mi total confianza. Llevaba la casa como si fuera suya y jamas habiamos tenido un desencuentro de ningun tipo. Consideraba que era suerte total porque me permitia desentenderme de todo lo que tuviera que ver con las cuestiones domesticas. Me acoste temprano ya que me gustaba descansar bien. Para hacer locuras ya estaban los fines de semana que no estaba con mi Lucia. Puse la radio, solia dormir escuchando las noticias internacionales y la tenia programada para que se apagara a la hora. No llegaba nunca ni a los treinta minutos cuando ya estaba en el septimo sueno.