• Te elegi eternamente (Por amor 10) de Maria Beatobe

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    A Naira y Gael se les ha complicado el fin de semana, debido a la inesperada noticia que reciben a su vuelta. Y es que, para Naira, las cosas perfectas siempre acababan estropeandose por algun motivo.

  • Doce Campanadas Y Un Beso – Olivia Ardey de Olivia Ardey

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    QUIEN SABE, QUIZA HAY QUE CREER EN LA MAGIA DE LA ULTIMA NOCHE DEL ANO.
    En la boda de Celia y Alvaro uno de los invitados no parece disfrutar del momento. Diego ha vuelto a Taraban para empezar de nuevo.
    Viudo y con dos ninas, es demasiado joven para vivir de recuerdos pero su trabajo como veterinario rural y su agotador dia a dia de padre en solitario no le dejan ni el tiempo ni las ganas de volver a enamorarse.
    El mismo dia del enlace mas esperado en el pueblo, tropieza con una rubia agente de la guardia civil con muy malas pulgas y muchas ganas de poner multas, que pondra su vida del reves. Vanesa es un soplo de aire fresco, desafio y pasion, suave como una mariposa y dura como el acero. El amor llega como un regalo inesperado pero Vanesa ha escogido una profesion de alto riesgo. Diego ya sabe lo que perder a la mujer que amas, y el miedo a tener que pasar de nuevo por lo mismo pondra las cosas aun mas dificiles.
    Aunque, quien sabe, quiza hay que creer en la magia de la ultima noche del ano.

  • El rescate de un rey de Edith Stewart

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    Inglaterra S. XII
    La bella Lady Aelis ha sido prometida por su padre a Sir Brian de Monfort. Sin demora debe viajar a Inglaterra cuyo rey Ricardo se encuentra retenido en Alemania.
    Hereward, hijo del noble sajon Eadric, esta mas que dispuesto conseguir la cantidad de oro necesaria para pagar el rescate del rey Ricardo, retenido en Alemania. Espera sin duda, que el prometido de Lady Aelis aporte la gran parte de la suma, pera ello no dudara en secuestrar a la joven dama.
    ?Que ocurrira cuando el baron se niegue a pagar el rescate de su prometida? ?Y cuando Lady Aelis se se cuenta de que el sajon que la ha secuestrado no es como ella esperaba?
    Sumergete de la mano de Edith Stewart en la lucha de sajones y normandos. Una historia de amor que florece entre dos personas que poco o nada tienen en comun.

  • El lenguaje oculto de las olas de Johan Varo

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    UNA NOVELA DESCRITA CON EXQUISITEZ, UTILIZADA COMO VINCULO
    DE LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE REPRESENTACION DE LAS COSAS
    MAS BELLAS Y MUESTRARIO DE LA COMPLEJIDAD CULTURAL Y
    COSTUMBRISTA DEL SIGLO XXI.
    Al borde de la muerte, asi comienza esta inocente y atrevida historia que rompera con todos los estereotipos.
    La vida de Jack Tylor no ha sido facil, desde su adolescencia tuvo que asumir demasiadas responsabilidades. Tras la tragica muerte de su padre, Jack decide dejar su pequeno pueblo y comenzar una nueva aventura en la capital, embarcandose asi en un escalofriante viaje por su mundo interior que le llevara a descubrirse a si mismo. Nuestro protagonista se adentrara en una voragine pasional aun desconocida para el, donde la intensidad del deseo le obligara a sopesar el valor de la ambigua amistad existente con el atractivo, interesante y enigmatico Alberto Di Vaio, en la que los sentimientos se hallan separados por una efimera linea. Y cuando por fin las aguas parecian haberse calmado, un inesperado suceso volvera a sorprender a Jack como nunca imagino.
    <>

  • Quiza de Luisa Geisler

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    Luisa Geisler, seleccionada por la revista Granta como una de las mejores narradoras brasilenas jovenes, aborda en Quiza el desgaste de las relaciones familiares, los conflictos generacionales y las contradicciones de la adolescencia.

  • El dia que se perdio el amor de Javier Castillo

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    Adictiva, trepidante y absorbente, Javier Castillo, autor del exitoso thriller El dia que se perdio la cordura, nos introduce de nuevo en una historia frenetica cargada suspense y amor a partes iguales.

  • Y Julia reto a los dioses de Santiago Posteguillo

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    Mantenerse en lo alto es mucho mas dificil que llegar. Julia esta en la cuspide de su poder, pero la traicion y la division familiar amenazan con echarlo todo a perder. Para colmo de males, el medico Galeno diagnostica que la emperatriz padece lo que el, en griego, llama karkinos, y que los romanos, en latin, denominan cancer. El enfrentamiento brutal entre sus dos hijos aboca la dinastia de Julia al colapso. En medio del dolor fisico y moral que padece la augusta, cualquiera se hubiera rendido. Se acumulan tantos desastres que Julia siente que es como si luchara contra los dioses de Roma. Pero, en medio del caos, una historia de amor mas fuerte que la muerte, una pasion capaz de superar pruebas imposibles emerge al rescate de Julia. Nada esta perdido. La partida por el control del imperio continua.

  • Bailando en la oscuridad de Karl Ove Knausgard

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    <>: las palabras no son de Karl Ove Knausgard, pero, a la luz de Mi lucha, podrian muy bien aplicarsele. Y es que su serie de <> autobiograficas es tan catartica para el que la lee como lo fue para quien la escribio: es la inmitigada franqueza sin filtros del que pone su vida entera en juego la que, al vibrar en la pagina, reverbera mas alla de ella. Corre el tiempo, cambian las edades, los escenarios; y cuando se abre Bailando en la oscuridad, el cuarto volumen de la saga, Karl Ove Knausgard tiene dieciocho anos y acaba de bajar del avion que lo ha colocado un poco mas cerca de su destino. Que se llama Hafjord; Hafjord, un minusculo pueblecito del norte de Noruega donde le espera un puesto como maestro, y la promesa de una paz que le permita entregarse a su recien descubierta vocacion: la de escribir. Pero, tras un comienzo que promete, el desengano: la ambicion excede con mucho al talento. Y ser profesor no es tan facil como parecia, y las tentaciones que ante el se despliegan tienen muchos rostros: el de las chicas, el del alcohol, el del aislamiento y la soledad; el del silencio. Cuando el narrador parece abocado a la crisis, cuando su relato se oscurece, el autor nos lleva consigo hacia atras, hacia las raices del ahora: y encuentra musica y amor, escritura y vida; encuentra un testimonio de los deseos y sus frustraciones, de la dificultad de lidiar con lo heredado. Karl Ove Knausgard escribe con luminosidad y energia, sin condescendencia, de un tiempo cargado de posibilidades e incertidumbres, de ambiciones y de tropiezos; un tiempo fundacional y definitorio, en el que el impetu colisiona a menudo con la torpeza. De esa oposicion, de ese desajuste, emergen acordes inesperados, de una ligereza que no sacrifica la hondura por el camino: Bailando en la oscuridad es el episodio mas gracil, raudo, bullicioso y electrico de la serie, cargado de una vitalidad tan intensa y abierta como la que describe.

  • Sombras sobre el Nilo, Kate Furnivall de Kate Furnivall

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    La vida de Jessie Kenton ?una nina londinense de siete anos, nacida en una familia de clase media alta? gira alrededor de su hermano pequeno Georgie, que padece un grave trastorno emocional. Una noche, sin darle mas explicaciones, sus padres se llevan a Georgie y lo sustituyen por Timothy, un huerfano al que acaban de adoptar. Tras el dolor inicial de la separacion, Jessie se ira encarinando con Timothy, pero nunca olvidara a Georgie.

  • En busca de un hogar – Claudia Cardozo de Claudia Cardozo

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    A la venta en junio
    A la venta el 25 de junio
    Londres, 1890. Juliet Braxton es una joven de origen estadounidense que vive en la Inglaterra de fines de la Era Victoriana junto a una abuela de ferreo caracter, un tio amable, pero poco apegado, y un primo, por quien siente un profundo afecto fraternal. Su mayor ambicion es regresar al que considera su hogar, en donde vivio una feliz infancia. Sin embargo, pese a contar con medios propios para hacer realidad sus suenos, no cuenta con la aprobacion de su familia.
    Robert, conde Arlington, vive en la tranquilidad del campo con su madre, la condesa viuda, una mujer
    que muestra adoracion por su hijo; lo unico que Robert encuentra intolerable es la constante intervencion de su madre en su vida, intentando convencerlo de que se case lo antes posible a fin. A el esto no le hace ninguna gracia, y procura mantenerse alejado de cualquier tentacion, pero un accidente pone en su camino a Juliet.
    Desde entonces, por un motivo u otro, sus caminos parecen cruzarse una y otra vez, y pese a que el hace todo lo posible por ignorar lo que esta joven le inspira, no puede evitar sentirse atraido y buscar su compania. Ella, por su parte, temerosa de los sentimientos que Robert le inspira, y obsesionada con la vuelta al pais que considera su hogar, procura mantenerse alejada… pero el destino les tiene deparadas muchas sorpresas.
    Atraccion, intrigas, ambicion; pero, sobre todo el amor, son los pilares de esta novela.

  • Habitaciones vacias de Benjamin Ruiz

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    Un paciente de un hospital psiquiatrico, ingresado por un episodio de brote psicotico, decide escribir como parte de su terapia de recuperacion, todo cuanto sale de su cabeza. Once relatos cargados de visiones de espectros, viajes al futuro y al pasado, extranas percepciones, vampiras cazando a sus presas, universos paralelos, fantasmas que buscan amores perdidos, venganzas hacia maltratadores, asesinos que no han pagado por sus crimenes y muertos que no quieren morir. Cuentos que desarrollan los tres temas fundamentales del ser humano: ?Que es la muerte? ?Que es la locura? ?Que es el amor?

  • Hasta que el cielo se apague de N. T. Oto

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    Nadie en este mundo ni en ningun otro podra afirmar nunca con seguridad que no tiene ningun defecto. Esas eran las palabras que mi madre me decia cuando era pequena, y yo las repetia una y otra vez, como un mantra. No entendia entonces a que se referia, pero ahora, ya pasado el tiempo, puedo alcanzar a ver el proposito de aquella oracion. Hoy cumplo veinte anos, y mi padre, como siempre, se muestra mas entusiasmado que yo misma. En ocasiones tengo la tentacion de pedirle que se relaje, que me pone de los nervios, pero luego recuerdo el verdadero motivo de celebracion y me callo para mirarlo con compasion. Hace siete anos perdio a mi madre por lo mismo por lo que me perdera a mi. Una enfermedad que afecta en su mayoria a los hombres, a uno entre cien mil. La suerte, como veis, esta de nuestra parte. Si ya es complicado acertar a la diana con tal probabilidad minima, imaginad lo complejo que debe de ser siendo, ademas, mujeres. Mi madre siempre lamento haberme tenido, haberme condenado a sufrir, pero por aquel entonces ella desconocia su enfermedad y su gravedad, y yo no puedo reprocharselo. Tal vez, incluso se lo agradezco. Cuando sabes que vas a morir --que vas a morir en un plazo de uno a setecientos treinta dias--, la vida no pasa como para las personas corrientes, la vida se ralentiza, te muestra cosas extraordinarias, te permite disfrutar de cada corriente de viento y de cada gota de lluvia. Mi padre siempre reza por un milagro; yo le digo que existe ya milagro en la propia vida. --Vamos, abrelo --me dice. Esta mirando el paquetito que se encuentra estrategicamente colocado sobre la mesa del comedor. Yo le digo que espere con la mano mientras trago el trozo de tortita. La rutina es la misma cada ano: me levanto de la cama y bajo a desayunar. Cuando llego al comedor, siempre hay un regalo sobre la mesa esperando, pero yo nunca lo abro; yo siempre espero a que mi padre me lo diga. Y siempre lo hace a mitad del desayuno. Un dia me atragantare y la enfermedad maldecira por haberle quitado el protagonismo de mi muerte. --De acuerdo, ?que es esta vez? --le pregunto. Y el, como siempre, se encoge de hombros. Mi padre es un hombre de costumbres. Un gran hombre de costumbres. Y no lo digo unicamente por su enorme corazon; mi padre es alto, de hombros anchos y brazos largos. Sirvio a la marina hasta que mi madre empeoro, y, cuando murio, me saco del colegio, tal vez para llenar su vacio, y me educo en casa. Me diagnosticaron hace dos anos FPI --Fibrosis Pulmonar Idiopatica--, la misma enfermedad que se llevo a mi madre, y desde entonces tratamos de llevar una vida corriente. No ignoramos la realidad, pero ?por que estar hablando de ello constantemente? En fin, no aporta valor. --Veamos, ?que suena? --muevo la caja, pero no suena nada. --Daniela, abrelo de una vez --me dice, impaciente. Retiro el papel de regalo, descubriendo tras el la imagen de una camara instantanea. --!Papa, es genial! Le abrazo con fuerza, pero su abrazo es mas fuerte y mas largo. --Voy a ensenarsela a Cat. Cat es mi vecina y mi mejor amiga. Bueno, mi unica amiga, para que enganarnos. Mi epoca en el colegio estuvo protagonizada por la enfermedad de mi madre, y ello no me permitio profundizar en las pocas amistades que mi introvertida personalidad me concedio. Pase, por tanto, por alli como pasa un avion por el cielo y despues desapareci. Ella fue la unica persona que me acompano en aquel triste viaje y quien aun hoy me sigue acompanando. --!Dani! --exclama al abrir la puerta. Y me arrastra al interior con una fuerza anormal para su tamano de metro cincuenta. Me besa y abraza con carino mientras me felicita. Caterina Bell es una chica de dieciocho anos tan intensa, alocada, atrevida, extrovertida y decidida, que su pequeno tamano crece con todas esas virtudes hasta igualar el mio, diez centimetros superior. Si el Yin y el Yang tuvieran rostros, sin duda serian los nuestros. --Sientate. Mi madre no nos molestara --dice mientras me echa sobre su cama y empieza a sacar ropa de su armario, ropa fresca, que para eso es verano--. Tenemos que celebrar tu cumpleanos. Saldremos esta noche y estrenaremos esa camara. ?Quieres ir a algun sitio en particular? Evitaremos lugares con humo; esos pulmones hay que mantenerlos sanos durante el mayor tiempo posible. Cat sabe que estoy enferma, pero le da igual. Ella siempre me ha tratado como una chica corriente, a pesar de mis ingresos esporadicos en el hospital y de ser consciente de mi no muy lejano final. Ella siempre dice que viva mientras lo este, y yo, por lo general, suelo obedecer. --No se si me dejara mi padre, Cat. Te recuerdo lo que paso la ultima vez. Ella pone los ojos en blanco y se sienta en el suelo para mirarme desde alli abajo, hecha una bola, con las manos entrelazadas alrededor de sus piernas. --La ultima vez --dice, con un tono de obviedad que te anima a creer todo lo que va a salir de sus labios-- fue un contratiempo tras otro. Nos dejamos mi movil en el taxi, nos perdimos al volver, habia demasiada gente... Incluso yo, que no tengo los pulmones como estropajos, senti que me faltaba el aire. --Bien, pues habla tu con el. --De acuerdo. Pero tu tendras que apoyarme. --Hecho. Se levanta del suelo y se dirige con seguridad a la puerta. Yo, como siempre, admiro su determinacion desde las sombras mientras camino tras ella. Pero, por primera vez, se detiene en seco antes de alcanzar su destino. --?Crees que me odia por lo que te paso? --?Mi padre? !Cat, claro que no! Mi padre te adora. --Bien, pues vamos. --Cat nunca tarda mucho en despreocuparse--. Hablemos con el y despues nos ponemos a Malcolm para relajarnos. Yon Malcolm. Cat esta loca por el. Y no es para menos: veinticuatro anos embutidos en un cuerpo y una cara perfecta. En fin, es actor; de eso vive. Y, aunque suelo colocar en una misma caja a todas las personas del mundo por aquello de los principios que te regala saber que vas a morir --que vas a morir en un plazo de uno a setecientos treinta dias--, he de decir que Yon Malcolm es un ser de otro mundo que no podria de ninguna manera estar en una caja tan corriente. Si Yon Malcolm tiene que habitar una caja, la caja sera --dice Cat-- de oresmerbi. Oro, esmeralda y rubi. Un elemento unico. Como el. E imposible. Como el. Porque sus ojos no son castanos ni verdes, son verdanos --a Cat le encanta hacer palabras sin sentido uniendo otras--, su piel no es palida ni morena, su sonrisa no es muy abierta ni muy pequena, su pelo no es negro ni pardo. Yon Malcolm es, asi, un chico de ojos verdanos, piel palena, labios abienos, y pelo pargro. Vamos, un engendro, para quien la oiga. Cuando mi padre nos ve aparecer juntas, se huele algo. Porque es exmarine, y los exmarines saben hacer esas cosas. Y se pone rigido y saca pecho, preparado para defender sus ideas, decisiones y cualquier cosa que nos propongamos atacar. No esta, por supuesto, preparado para las suplicas, ojos vidriosos, y excusas bien elaboradas de Caterina Bell. Asi que lo unico que puede hacer como consuelo a su orgullo es ponernos de forma estricta una hora de regreso. Las once estan bien, pero a Cat le parecen mejor las doce. Y a mi padre, tras tres minutos y veintiseis segundos, tambien.

  • El Amor del CEO de Sara Lapierre

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    Ronald Cox es un famoso y exitoso CEO de una compania de telecomunicaciones y padre soltero de la pequena Alessandra. Ronald siempre habia sido un hombre reservado y dedico su vida a su hija y al trabajo.

  • Amor en Paris (Amor 3) de Esther Llull

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    A 1 qui en Paris tambien soy la duena de la tranquilidad y el orden, la heredera de altivas tradiciones. Las luces comienzan a proyectar amarillas rayas en la plaza de Notre-Dame. Me encuentro de nuevo en ella, pues me encanta. La niebla nacida en el rio llena estos antiguos espacios. Suavemente se pega a la blanquecina piedra. Le he mandado a Christian un mensaje, espero que pueda leerlo a tiempo. Entre nosotros la comunicacion nunca se corto. El se mostro tan concernido con lo mio, que a veces pienso que si es real. Sin embargo, siempre ha estado la distancia que lo cambia todo, que nos distancia mas. Pronto en Paris nos perderemos los dos en el frio y en la noche. Si, porque estamos destinados a ser como dos seres de hielo, para que esta amistad no se deshiele a destiempo. Me consta que ahora hace buen tiempo en esta renacida primavera en Paris. El suscito en mi el deseo de progresar en la vida. Sin rumbo, avance por la Promenade plantee (paseo plantado) de Paris. Me quede con curiosidad observando los rostros, los rostros de los recien nacidos empujados en sus carritos por sus madres, esos rostros un poco desvividos, incluso repelentes o llorosos. Y este altivo latir -tic-tac, tic-tac- del pulso de la mente adquirio mas mayestatico ritmo. El cuerpo es mas fuerte de lo que yo creia. Y estoy mas aturdida de lo que suponia. Ya nada me importa. Nada claro necesito. Nada que surja ya hecho, con todos sus pies, para aposentarse en el suelo. Ahora soy una de esas resonancias y amables ecos que resuenan y suenan de nervio en nervio, dentro de nuestro pecho, formando una musica de pecho coral, y pienso en la musica de opera. Me quedo extasiada pensando en que estoy cerca de la opera de la Bastilla. Una lluvia fina parece estremecer esta noche, una fina radiacion que no acusa y que resiste defendida por una serie de resistencias que se crean en mi cuerpo animado. Desposeido, no busca poseer. Y viene a tomar espacio sin posesion, sin lugar propio. La cabeza se me va hacia atras como movida por una imperceptible brisa, y ese momento es como coger la ruta convenida. Y esta luz inconfundible es la luz de sus ojos, los ojos de Christian que me han hipnotizado, con la luz de la pura razon. No desmiente el agua o la fina lluvia que cae, sino que en la oscuridad el alma bebe de las divinas tinieblas. Pues que el agua tambien es agua viviente, sangre, luz derretida. L 2 os relampagueantes arboles y las blancas barandas del exterior se alzaron en densa lluvia. El mundo parecia que se resquebrajaba, hubo un brusco impulso en mi interior y un zumbido en mis oidos, y se me hizo pesada la respiracion. El sueno me vencio. Eche una ojeada al reloj. Una vez mas las inquisiciones nocturnas han robado a mi descanso mas de dos horas sobrecargadas de recuerdos. Ciertos hechos pasados se niegan a desaparecer de mi memoria. Avaros quieren abarcar un presente con la ferocidad de un animal rabioso. Son terriblemente codiciosos. No claudican. No admiten "ser olvidados". Nada se parece tanto al olvido como a la dispersion de las ideas. Sin saber por que de repente todo es un caos, todo se convierte en incertidumbres vertiginosas y desvios mentales. Nada esta en su sitio. Ahora los hechos se desnudan, cambian de color y recatan la verdad que la conveniencia humana. Ahora en Paris, en este sitio idilico como un valle de expurgaciones, solo caben las confirmaciones y las certezas, limpias de enganos o fabulas amoldables y transigentes. Ahora ya no voy disfrazando con imposiciones acomodaticias las cosas. Y me es imposible modificar los matices y borrar evidencias. En este lugar todo aumenta de tamano, las evocaciones son como insectos gigantes. Hechos que carecian de importancia ahora me quitan el sueno. Las evocaciones nos acosan, nos clavan aguijones y nos martirizan constantemente. El amor jamas se apoya en sensaciones para destruir algo. Ni se apoya en conceptos que admiten hipocresia. A veces recapacitamos pero ya es tarde. B 3 asta un detalle cualquiera para recuperar infinidad de pequeneces que durante el dia consideramos perdidas. No obstante y sin saber por que las pequeneces surgen vigorosas y exigentes en los desvelos. Son como taladros para mantenernos despiertos y obligarnos a pensar. Y el insomnio volcando recuerdos que la memoria se empena en acumular. Parecia que se deslizaba un sutil velo sobre la arena blanca de la improvisada playa que se habia creado artificialmente en la orilla del Sena, en la isla de la Cite. La improvisada y artificial ola se detenia, y despues volvia a retirarse arrastrandose como en un suspiro. O como el durmiente cuyo aliento va y viene en la inconsciencia. El dia cae copioso y esplendente. Ahora me ato, sin cenirla demasiado, la cinta del vestido suelto que llevo, y me tiendo sobre esta arena de playa, sobre una tumbona, cubriendome con la delgada sabana de luz que flota en la sutil playa que es como una leve capa de agua lanzada por una ola. A su traves, lejos, muy lejos, debilmente, oigo el comienzo de una musica coral, ruedas de coches, perros, hombres que gritan, campanas de la iglesia, el comienzo del coro, y ruedas de un carruaje a caballo. El sol se alzo mas. Quedo una sutil linea negra en la arena. Las piedras del muro, antes suaves y neblinosas, se endurecieron y quedaron marcadas por rojas grietas. Me gusta este vestido tan sutil, entreverado de hebras rojas y negras que brillan a la luz del fuego. El vestido parece que revolotea en mi cuerpo y que flota con la forma de una flor. Debo abrir ahora este ordenador portatil para que salgan estas frases encadenadas con las que logro unir cuanto ocurre, de manera que, en vez de incoherencia, se perciba un hilo de vagabunda linea que auna sutilmente una cosa con otra. Ahora te contare la historia de mi futuro, no la del pasado. Me sumerjo y chapoteo en las destellantes aguas de la infancia, pero solo para traspasar las puertas del futuro. Algo prende y arde. Ahora la viajera, que soy yo, esta despierta, pero le gustaria sonar. No creo en la separacion, no somos individuales. Pero siento deseos de incrementar mis observaciones como si me separaran de la naturaleza humana y de la vida. Ahora vendra Christian. Lo espero de un momento a otro. II. Paris, primavera J 1 ean Louis lo que el siempre quiso es que yo fuese hacia el, que yo volviese a repetir el papel de la chica que lo da todo, lo entrega todo. Ahora dice que va a venir pero no me lo creo, porque el se fue a vivir afuera tambien. En ese momento de debilidad que el tuvo conmigo, tal vez si yo hubiera ido hasta el lo hubiera retenido, lo tendria conmigo ahora, pero hubiera tenido que renunciar a mi misma, estoy segura, no hubiera podido hacer nada para mi. Con Christian hemos sustituido el fuego por una sutil llama inextinguible, algo que es admiracion y, al mismo tiempo, nos permite crecer el uno con el otro. Y eso siempre ha sido muy dificil para mi. Esa felicidad adictiva de hoy dia no es felicidad. Lo que da es un placer corto y repetitivo que nos hace mas infelices todavia, por sus notas adictivas. Si hablo de las emociones positivas, no hablo de la felicidad, sino de los diversos sentimientos positivos que experimentamos en torno a este sentimiento: la alegria, la exuberancia, el humor y la risa, el optimismo… incluso la curiosidad, que fomenta la supervivencia en un ambiente extrano, y es necesaria y positiva para sobrevivir. Regular las emociones y filtrar las emociones negativas --odio, envidia, ira…-- hasta hacerlas casi desaparecer, concentrandose en las emociones positivas, esto deberia ser considerado un arte. Un verdadero arte alquimico. Transformar en oro el carbon. "No tienes por que agobiarte con mi presencia, no voy a ser un incordio para ti o para las personas que esten contigo, solo quiero verte, quiero hablar contigo unos momentos y eso es todo. Tendre unos dias libres y quiero aprovecharlos. No tengas miedo, tu amigo esta a salvo conmigo". La indiferencia al sufrimiento es lo que convierte al humano en inhumano. La indiferencia, despues de todo, es mas peligrosa que la ira o el odio. Las emociones nos afectan positiva o negativamente, no hay emociones neutras, y con ellas conformamos el ambiente que respiramos. Cae una hoja y cae de alegria. Amo la vida, estoy enamorada de la vida. Miro como el sauce lanza en el aire sus chorros sutiles. Miro como a traves de ellos se desliza una barca, que pasa junto al Sena, en un vivir de inconsciencia. Veo el fondo, el corazon, las profundidades. Veo como los amores temblando se convierten en fuego. Y los celos disparan verdes rayos aqui y alla. Se la intrincada manera en que el amor se entrecruza con el amor; el amor forma nudos; el amor los rompe brutalmente. He sido anudada. He sido rota. Habia un arbol de haya y las doradas luces de la noche destellando entre los arboles. Las palomas abrieron las hojas. Las cambiantes luces moviles me recorrieron. Y huyeron.

  • Enamorar a un lord ingles de Laura A. Lopez

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    Londres, otono de 1815 Angus escondia su cara tras sus cartas, sus ojos verdes observaban con detenimiento el rostro de sus dos adversarios en el juego. Podia distinguir el sudor de uno de ellos deslizandose por su sien para pronto bajar por su mejilla. El tenia la carta que podia dar la vuelta a aquel juego a su favor. El otro hombre miraba de reojo a su amigo, y despues regresaba su vista a las cartas, deseando no perder el juego. --Caballeros… --Angus hizo una pausa antes de continuar--: Todo lo que esta en la mesa, me pertenece. Ha sido un placer… Mostro sus cartas a los demas, quienes hicieron gestos de frustracion y mascullaron maldiciones. --?No apostaran en las peleas de gallos? --indago Angus a los senores cuyos rostros hablaban por ellos. --Por el momento, con usted ha sido suficiente, milord. Ha tenido una suerte endemoniada esta noche --siseo el hombre con cara de pocos amigos. --?Pero que culpa tengo yo? Buscare nuevos socios entonces -- anuncio Angus, tibio. --Haga lo que desee. Hemos perdido mucho hoy --manifesto el otro acompanante de aquella mesa de tres. Los dos caballeros se levantaron de sus asientos y se retiraron raudamente de Watier’s club. Angus cogio su excelente ganancia, se sirvio una copa de vino y medito sobre su buena fortuna esa noche. Todo se debia a que unos meses atras, su amigo Blake Basingstoke, duque de Pemberton, cayo en el terrible enredo del matrimonio, y lo dejo solo para continuar su vida. Aquel se dedicaba a su esposa y muy poco de su tiempo se lo ofrecia a la amistad que habian cultivado por anos. La soledad se acrecentaba con el pasar de los dias. Cuando supo que Blake se casaria, tuvo sentimientos encontrados, pues suponia que su madre, pondria de ejemplo al duque, !un duque casado! y el, ni siquiera estaba pensando en esa obligada opcion. Lord Angus Craven, conde de Craven, se encontraba en edad de casarse, segun sus padres, porque lo habian decidido. Aunque el tenia muchos reparos al respecto. Sus intereses distaban de ser las mujeres y el libertinaje. Tenia predileccion por las apuestas y las carreras de caballos antes que por la calida compania de una femina, y mas especificamente, una esposa que le impidiera hacer su santa voluntad. Se consideraba feliz estando en soledad. No ardia en deseos de que una dama le alborotara la vida tal como le ocurria a Blake. Atractivo no le faltaba, era alto, de complexion atletica, pero no era robusto, sino delgado porque no practicaba deportes. Su cabello lacio y castano le quedaba justo sobre los hombros y sus ojos verdes se asemejaban al color del cesped de una pradera. Todo aquello bueno que tenia, lo arrojaba al fuego por sus vicios, que se iniciaron con la irreparable perdida de su amado padre hacia mas de un ano atras. El golpe fue tan dificil de soportar que busco un escape de la realidad. Entre sus amistades y los vicios que mantenian su mente ocupada, continuaba con su vida, extraviando por completo el camino que se esperaba para un conde. Sabia que no podria escapar de su cruel destino. De cualquier forma debia casarse en algun momento, aunque el pensaba alargar su solteria lo mas que le fuera posible. ?Que haria todos los dias encerrado con una extrana en su residencia? !Dios lo librara de tener que soportar las argucias de una dama y perderse la diversion que le daban las apuestas! Bebio mas copas y engullo la exquisita cena que tenian en Watier’s. En lugar de irse a su residencia, se habia quedado dormido en el club durante unas horas hasta que lo despertaron porque debian cerrar. Estaba ebrio y cedio al sueno en aquel sitio, pero debia regresar a su mansion. Con esfuerzo llego hasta su caballo. Un ojo se le cerraba y el otro se abria mientras iba lento para no caer al suelo y terminar malherido. Cuando piso su propiedad, uno de los mozos cogio las riendas de su caballo para guardarlo en las cuadras. El camino apoyandose en la pared para no quedar como un tapiz del suelo de su residencia. Al cruzar la puerta, todo estaba oscuro en el recibidor. No habia para el siquiera una lampara encendida. Dio unos pasos mas hasta tropezar con una otomana que estaba en la entrada. Cayo de manera estrepitosa al suelo. En esa parte no habia alfombra que suavizara su caida. --!Auch! --logro mascullar antes de quedarse dormido en aquel sitio. Por la manana, desperto con el puntapie de Elizabeth, lady Craven, la cual estaba en camison con el rostro poco amable. --!Oh, me averguenzas, Angus! --exclamo lady Craven, molesta por casi confundir a su hijo con un nuevo adorno de la mansion. Los criados le informaron que otra vez se habia quedado dormido en la sala, ebrio. --Me levanto… --dijo aunque sentia un peso en su espalda que se lo impedia. El gato de su madre, lo estaba usando como cojin--. !Largate! --exigio al felino. --!No maltrates a Corin, inocente pequeno mio! --expreso Elizabeth, colocando al gato en sus brazos para que Angus pudiera abandonar el suelo--. Deberias avergonzarte. Si me hicieras caso, tendrias a una mujer aqui, distrayendote. --No quiero escuchar ningun reclamo, me duele la cabeza -- gruno antes de sentarse en la otomana con la que tropezo. --Si no deseas oir mis sabias palabras, entonces casate. Una esposa resolvera tu vida. No dejara que dilapides tu fortuna en juegos con cuanto miserable este en un club. Angus, recuerda que hubo perdidas en la cosecha de las propiedades. Hay que ser precavidos. ?Deseas ser un noble miserable que debe casarse con una heredera que lo escoja, en lugar de tener tu el honor de tomar a la muchacha que te agrade? Si sigues el sendero de la perdicion, solo nos espera ser refugiados del duque de Pemberton o apelar a la generosidad de Augusta, duquesa viuda de Pemberton. !No quiero siquiera pensar en tener que pedir favores! --Exagera, madre. Vi la contabilidad, no ha sido tan grave -- objeto. Se tapo los ojos con el antebrazo y se recosto. --Ni exagerando la situacion eres capaz de tomar en serio el asunto del matrimonio. El duque de Pemberton se ha casado… !Se ha casado! Y tu sigues aqui, vicioso, soltero, sucio y ebrio. Que pena mas grande siento porque el duque no es mi hijo --anadio, intentando que su hijo al menos sintiera celos o algo que lo impulsara a ir por el camino de los redimidos. --No me va a convencer con sus patranas. Las he oido miles de veces desde que Blake se caso. ?No existe la vocacion de soltero irremediable? Madre, ?para que deseo yo una cacatua insoportable como usted, que me diga lo que tengo que hacer? No quiero dos iguales diciendome lo que puedo o no comprar con mi dinero --se quejo--. Si me llego a casar con una mujer como usted, espero morir pronto para no oirla. Es un suplicio, ahora, dejeme dormir. --No dejes saliva en la otomana --espeto su madre, retirandose con el gato en brazos. El solo emitio un grunido, y se coloco en posicion fetal para descansar lo que quedaba de la madrugada. Angus desperto por el aroma del almuerzo que inundaba sus fosas nasales. El hambre era su unica razon para abandonar la incomoda otomana que lo albergaba. --Buen dia, madre --saludo a la condesa, que lo ignoro. El se quedo callado por unos minutos esperando una respuesta mientras se sentaba para el almuerzo--. ?Que le molesta, ahora? --?Que me molesta? Tu sola presencia injuria mi buena educacion y tu respiracion me hace sentir como una lena arrojada al fuego y que empieza a arder. Me preguntas eso sabiendo lo que hiciste esta manana... --?Si me caso, usted estaria mas tranquila y llevaria una viudez feliz? --indago Angus. Coloco la servilleta en sus muslos, pareciendo arrepentido por sus malos actos. --Si. Tu padre y yo concluimos en su momento que estabas a tiempo de casarte. Es una pena que no consiguiera vivir para verte casado. --Y es probable que usted tampoco lo haga. ?Que varon respetable contrae matrimonio porque a su madre le parece? !Es a mi a quien debe alegrarme la idea! Pero… --Eres un cobarde. --!Lo soy! No puedo concebir a una extrana que aletea sus pestanas con rapidez como un arma para atraerme, durmiendo en la habitacion contigua, y que me obligue a sentarme con ella para almorzar. Con usted esa incomodidad es suficiente. No era que Angus odiase a su madre, le tenia estima, pero la mujer era demasiado testaruda y a ningun hombre le agradaba tener a su progenitora metiendo las narices en su vida constantemente. --Dramatizas mucho, querido. ?No piensas que cuando me muera, ni siquiera tendras esa silla para dormir? Nadie se ocupara de un ebrio que dilapida su fortuna y que pronto vivira de la caridad del duque de Pemberton --le recordo la mujer. Ella tampoco odiaba a su hijo, solo queria verlo convertido en el hombre que sabia que podria llegar a ser. Su relacion no siempre fue compleja, no obstante desde que su esposo murio todo cambio. Elizabeth deseaba ver a su unico hijo bien establecido y felizmente casado, de ahi que hablase con el de una forma que parecia ser efectiva: a base de imposiciones y reproches. --Si eso llegara a ocurrir, me convertiria en el ayuda de camara de Blake. Sera un honor que el conde de Craven le sobe la espalda --musito para molestar a su madre. --Esta bien, Angus. No insistire en que busques una esposa. Te la escogere yo o quiza prefieras que te la elija la pobreza. ?Que opinas de lady Katherine Basingstoke como candidata? Es hermana de tu amigo, por lo que siempre mantendran su amistad y ademas, tiene una dote envidiable. --?Kate? No, no, no. Si me casara con ella, seria como hacerlo con mi hermana, es inconcebible. Le pido que piense bien en lo que desea. Blake me mataria, me conoce mejor que nadie y sabe que soy un pesimo candidato para Kate, al igual que cualquier otro caballero. Ella ha sido inteligente para no casarse, tiene mi apoyo por completo. --Es casi una solterona para su pena. No comprendo como la duquesa viuda de Pemberton aun lo permite siendo una casamentera por excelencia. Hoy debe estar rebosando de felicidad, pensando en la cantidad de bisnietos que continuaran con su apellido, mientras yo, con un solo hijo, me hundo en la miseria mas absoluta --lamento. No perdia la esperanza de apelar a lo que su hijo tenia en el pecho. --Siento pena por su miseria. Como le dije, adorada madre, soy el que tendra que lidiar con una extrana hasta que la muerte nos separe. ?No le parece que hasta la muerte es demasiado tiempo? Suena hasta doloroso, ingrato y por sobre todo, insensato. Soy un hombre practico y egoista, me gusta vivir para mi. --No desistire hasta que comprendas que necesitas de una esposa que te lo ordene todo. --!Eso sono amenazador! --exclamo fingiendo que temblaba de miedo.

  • Abelino de Daniel Urpina Arca

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    Alocada y reflexiva. Banal y profunda. Desternillante y seria.

  • El secreto de la Bestia de Johana Connor

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    Luego de dieciseis anos Rebeca regresa a La Costa, una tierra magica y envolvente de la que huyo despues de que la tragedia marcara su vida. Su intencion con esa visita era cortar los lazos que aun la unian a esa region, pero cuando la tierra llama, los corazones responden enseguida, y se dejan atrapar por el sabor, la musica y la alegria de un poblado lleno de misteriosos atractivos; mas aun, cuando el amor toca a su puerta, avivandole la pasion.
    Al ritmo de los tambores ella se deja hipnotizar por esa tierra ancestral y poderosa, que le calienta la sangre en las venas y la seduce a traves de unos ojos negros y salvajes; pero mientras mas se sumerge entre los selvaticos parajes de La Costa, descubre secretos que la perturban y hacen renacer antiguos miedos que creyo superados. Ya le es imposible huir de nuevo, solo le queda enfrentarse a su peor pesadilla y revelar lo que se oculta bajo la piel del hombre que se apodero de su alma y ruge furioso, amenazando con destruir todo a su paso.

  • Todo es relativo Parte 2, Naobi Chan de Naobi Chan

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    Tras un triste desenlace, Elizabeth cree haber rehecho su vida, un nuevo trabajo, una nueva ciudad, pero los fantasmas del pasado todavia le atormentan, Daniel ahora no esta en su vida y con nuevos amigos cree que podra salir adelante y ser un poquito feliz. Nicholas se mantuvo alejado, cumplio lo que elle le habia pedido y parece que con el tiempo ha aceptado no volver a verle, pero todo cambia con un solo vistazo, sentimientos dormidos vuelven a florecer y es muy facil dejarse llevar, aunque el miedo de volver a sufrir esta latente.

  • Nunca te dejare de Judy Christenberry

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    Jed sabia mucho de caballos y un poco de mujeres, pero quizas por haber sido un hijo ilegitimo que habia tenido que pasar mucho tiempo solo, lo que jamas conseguiria entender seria el concepto de familia.

  • Distinta Clara de Alba Ballesta

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    Laia Crespo (veintipocos, hija unica) estudia un master en la Universidad de Barcelona, adonde se ha mudado, harta de viajes en tren desde Vilanova; sus padres no terminan de asimilar su ausencia. Comparte piso con otra chica y trabaja en una libreria-cafe. Un domingo, mientras echa un vistazo a una caja de libros de adolescencia que su madre le ha apartado, redescubre un pequeno volumen de poemas: Obras Completas de Clara Dubasenca (Tomo III).

  • Me faltabas tu de Sophie Saint Rose

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    Madeline Burton queria cambiar de vida y ?que mejor que trasladarse a un rancho de Australia por un ano, para vivir una autentica aventura por una vez en la vida? Lo malo es que su companero de viaje se empenaba en que debia volver a Nueva York…

  • La capital de Robert Menasse

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    Bruselas es el corazon de la UE y tambien de esta novela. Esta obra es un viaje a las interioridades de la vida politica europea a traves de cinco historias conectadas que corren paralelas, cada una con un protagonista diferente, y que se centran en la vida diaria de la capital europea desde diversas perspectivas. La capital sigue de cerca el destino de sus personajes en sus frecuentes encuentros, ofreciendo una vision de sus vidas profesionales asi como de sus coloridas vidas privadas, alejadas de las oficinas y congresos. La mirada penetrante de Menasse, cargada de humor e ironia, hace de esta novela una lectura tan irresistible como importante en los tiempos actuales de nacionalismos, desde el Brexit hasta la independencia de Cataluna.

  • Chica sexy no busca ex de Ariadna Baker

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    Tras la muerte de sus padres, Sonia no solo tiene que hacerse cargo de su hermano pequeno, sino que tendra que lidiar, tambien, con un corazon roto cuando su relacion se va a pique.
    Cuando piensa que la vida le esta dando un respiro, el pasado vuelve a llamar a su puerta y el hombre al que tanto amo quiere reconquistarla.
    Secretos por descubrir y un amor ?con una segunda oportunidad?

  • Tras el largo viaje de Lisa Aidan

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    Actual, romantica y encantadora historia sobre amores prohibidos, reencuentros y regresos.

  • LA ELEGIDA. EL NUEVO MUNDO de Eva Olarra Diez

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    Cuando en la tierra ya nada es lo que era y todo lo que conocimos ya no existe, se establece un nuevo orden con nuevas criaturas que hacen que la supervivencia sea un milagro. En la actualidad esta poblada por brujos, guerreros oscuros y otras criaturas sin alma.
    En todo este caos Veronica, la elegida y Jayden, un guerrero oscuro tendran que descubrir la verdad y enfrentarse a su propio destino.

  • Y llenarte el muro de flores de Laura Nuno

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    ?Puede triunfar un amor de Facebook? Segun Nacho, que no tiene ni idea del tema, si. Pero Noelia ha perdido toda su fe en el amor. Despues de una serie de relaciones infructuosas, algunas incluso destructivas, no deberia hacerse muchas ilusiones de exito respecto a su cita con Nacho, un chico al que ha conocido a traves de Facebook. Pero ya es demasiado tarde para echarse atras, y Nacho resulta ser maravilloso. Sin embargo, le va a ser muy dificil ganarse su total confianza y mantenerlo al margen de un pasado que no le permite forjarse un nuevo futuro.
    Noelia tendra que aprender a guiarse por el corazon y aceptar que las casualidades, en realidad, son regalos del destino.

  • El senor del Ocaso de Rotze Mardini

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    Kaila Evans, una exagente del servicio de inteligencia recibira una propuesta para resolver un caso escalofriante y poder dar con el paradero de un psicopata que esta aterrorizando a las jovencitas de un poblado en la Amazonia peruana, la detective se embarcara rumbo al lugar de los horrendos crimenes donde conocera a un hombre que le sacara de sus casillas.

  • Incitacion (La Profesional 1) de Kris Buendia

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  • Dime que ves de Mark M.

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    Cuando Cristina descubre que su marido le es infiel, decide terminar con esa relacion e iniciar una nueva vida. Pero ya su enfermedad habia comenzado a dar la cara.
    De todas formas, consigue su sueno, convertirse en chef. Y conoce a Marcelo, alguien que al contrario del que era su pareja, si apoya su pasion, incluso la comparte. Algo torpe a la hora de conquistarla, le demuestra cuanto la ama al acompanarla en ese duro camino en el que nuestra protagonista tendra que enfrentarse a su nueva condicion de invidente.
    Una historia de superacion y mucho amor donde nunca se perderan las ganas de sonreir.

  • El nino olvidado (El forastero 1) de

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    En EL NINO OLVIDADO, Brad Friessen no esperaba volver a amar. Sin embargo, se encuentra con una mujer que hace temblar su solitario y amargado mundo hasta los cimientos, y que lo conmueve como ninguna otra mujer habia hecho.

  • Mariposas en tu estomago (Cuarta entrega) de Natalie Convers

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    No hay nadie mas experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 anos no solo es la mayor de cuatro hermanos, tambien es la companera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante a la vez que estudia muy duro para las clases. Despues de que su padre se marcharse sin ninguna explicacion cuando ella tenia solo 16 anos, aprendio una gran leccion: no te fies de ningun tipo con sonrisa arrolladora y un iman natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmatico y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer magicamente mariposas en su estomago y que irremediablemente cambiara su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.

  • Una mujer rebelde de Julia Quinn

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    William Dunford bufo con aversion, mientras contemplaba fijamente a sus amigos que anhelosamente se miraban a los ojos el uno al otro. Lady Arabella Blydon, una de sus mejores amigas en los dos anos pasados, acababa de casarse con Lord John Blackwood. Se miraban como si quisieran comerse el uno al otro. Era asquerosamente lindo. Dunford golpeo ligeramente el pie y puso sus ojos en blanco, esperando poder reirse. Tras de ellos, junto con Dunford estaban su mejor amigo, Alex, el Duque de Ashbourne, y la esposa de Alex, Emma, que era prima de Belle. Su transporte habia tenido un contratiempo, y estaban esperando un nuevo coche . Al sonido de ruedas rodando por los guijarros, Dunford se dio la vuelta. El carruaje nuevo se detuvo en el camino hasta pararse enfrente de ellos, pero Belle y John no parecieron fijarse. De hecho, casi no miraron a nadie, como si estuvieran listos a entregarse por completo a los brazos el uno al otro. Y el amor marca el lugar. Dunford decidio que ya habia tenido bastante. --!Eh! --Grito en una voz repugnantemente dulce--.!Jovenes amantes! John y Belle finalmente se separaron, dieron la vuelta y se dirigieron hacia Dunford, quien caminaba hacia ellos. --Si vosotros lograis dejar de hacer el amor, podemos estar en camino. En caso que no os hayais fijado. El carruaje esta aqui. John suspiro profunda y acongojadamente antes de acercarse a Dunford y decir: --Perdona los abrazos, no nos dimos cuenta de que habia alguien. Dunford sonrio alegremente. --De ningun modo. ?Estabamos ausentes ? John se acerco a Belle y le ofrecio su brazo. --?Mi amor? Belle acepto su gesto con una sonrisa, pero cuando Dunford entro en el carruaje, ella dio la vuelta y rechiflo, --Voy a matarte por esto. --Estoy seguro que lo intentaras. El quinteto estuvo pronto acomodado en el carruaje nuevo. Despues de algunos momentos, sin embargo, John y Belle se contemplaban arrobadamente al uno al otro otra vez. John puso su mano sobre la de ella y golpeo ligeramente sus dedos en contra de sus nudillos. Belle sonrio con satisfaccion. --!Oh, por el amor de Dios! --exclamo Dunford, dirigiendose a Alex y Emma--. ?Los veis? Cuando vosotros os casasteis no fue asi de nauseabundo. --Algun dia, --dijo Belle en voz baja, hincandole un dedo--, encontraras a la mujer de tus sus suenos, y en ese momento voy a hacer tu vida miserable. --No me asustas, mi estimada Arabella. La mujer de mis suenos es tal modelo de excelencia, que es posible que no exista. --Oh, eres insufrible, --bufo Belle--. Apuesto a que dentro de un ano estaras profundamente enamorado , encadenado con grilletes a tu pierna, y feliz por ello. Ella se recosto con una sonrisa satisfecha. A su lado John se estremecia de regocijo. Dunford se inclino hacia adelante, apoyando los codos sobre sus rodillas. -- Tomare esa apuesta. ?Cuanto estas dispuesta a perder? --Tu vas a perder, y yo no ?por cuanto te arriesgas? Emma miro a John. --Parece que te casaste con una mujer que disfruta de los juegos de azar. --Si fueses yo, puedes estar seguro habria pesado mis acciones mas cuidadosamente. Belle le dio a su reciente marido un pinchazo jugueton en las costillas, dirigio una mirada a Dunford y le pregunto: --?Bien? --Mil Libras. --Hecho. --?Estas loca? --exclamo John. --?Debo suponer que solo los hombres pueden jugar juegos de azar? --No puedes hacer esta tonta apuesta, Belle, --dijo John--. Vas a perder, ya que el hombre con quien has hecho la apuesta controla el resultado. Tu solo puedes perder. --No menosprecies el poder del amor, mi amor. Aunque en el caso de Dunford, quiza solo la lujuria lo hara. --Me hieres, --dijo Dunford, colocando la mano dramaticamente sobre su corazon para dar enfasis--, asumiendo que soy incapaz de emociones mas altas. --?No lo eres? Los labios de Dunford se cerraron en una linea delgada. ?Estaba ella en lo correcto? En realidad no tenia ni idea. De una u otra manera, dentro de un ano el seria mil libras mas rico. Dinero facil. Capitulo 1 Algunos meses mas tarde Dunford estaba sentado en su salon, tomando el te con Belle. Acababa de llegar a visitarlo; Se alegro de esa visita inesperada, ya que desde que ella estaba casada no se veian tanto. --?Tienes la seguridad de que John no va a irrumpir aqui con un arma? --bromeo Dunford. --Esta demasiado ocupado para esa clase de disparates, -- dijo ella con una sonrisa. --?Esta demasiado ocupado para acceder a su naturaleza posesiva? Que extrano. Belle se encogio de hombros. --El confia en ti, y mas importante aun, confia en mi. --Un autentico modelo de virtud, --dijo Dunford secamente, sin querer reconocer ante si mismo que estaba un poco celoso de la dicha marital de su amiga. --Y como… Un golpe sono en la puerta. Entro en el cuarto Whatmough, el flematico mayordomo de Dunford, anunciando: --Un abogado ha llegado, senor. Dunford alzo la cabeza. --Un abogado, que desea hablar a solas con usted. No pude averiguar sus razones. --Es muy insistente, senor. --Hagale pasar entonces. --Dunford miro a Belle y sin saber que hacer encogio los hombros. Ella sonrio con picardia. --Pase. Whatmough condujo al visitante. Era un hombre de cabello gris de estatura mediana, y se veia muy interesado en ver a Dunford. --?Sr. Dunford? Dunford asintio con la cabeza. --No puedo decirle que contento estoy por haberle localizado finalmente, --el abogado dijo alegremente. Miro a Belle con una expresion desconcertada--. ? Y esta es la senora Dunford? Fui inducido a creer, que usted no estaba casado, senor. Oh, esto es extrano. Puede ser obstaculo. --No estoy casado. Esta es Lady Blackwood. Ella es una amiga. ?Y usted es? --Oh, lo siento. --Dijo muy apenado. El abogado saco un panuelo y palmeo su frente--. Soy Percival Leverett, de Cragmont, Hopkins, Topkins, y Leverett. --Se inclino hacia adelante, para dar enfasis adicional al decir su nombre--. Tengo una noticia importante para usted. Muy importante ciertamente. Dunford agito sus brazos expansivamente. --Oigamoslo entonces. Leverett miro a Belle y su mirada regreso a Dunford. --?Quiza deberiamos hablar privadamente, senor? Ya que la senora, no es su esposa. --Por supuesto. --Dunford miro a Belle--. ?No te molesta esperar, solo sera un momento, verdad? --Oh, de ningun modo, --le aseguro, con su sonrisa diciendo que tendria mil preguntas listas cuando hubieron terminado--, esperare. Dunford hizo una senal hacia una puerta que conducia a su estudio. --Directamente por aqui, Sr. Leverett. Salieron del cuarto, y a Belle le dio mucho gusto notar que no cerraron la puerta correctamente. Inmediatamente se puso de pie y se movio hacia la silla mas cercana a la puerta, ligeramente abierta. Estiro el cuello, intentado oir. Un barboteo de voces. Mas barboteo. Y entonces, de Dunford, --?Mi primo que… ? Barboteo, barboteo. --?…de donde… ? Barboteo, barboteo, algo que sono como a Cornualles. --?…cuantas veces… ? No, eso no pudo haber sido “ocho” lo que ella oyo. --?…y el me dejo que… ? Belle aplaudio. !Que encantador! Dunford acababa de obtener una herencia inesperada. Espero que fuese un buen suceso. Justamente uno de sus amigos de mala gana habia recibido en herencia a treinta y siete gatos. El resto de conversacion fue imposible de descifrar. Despues de algunos minutos los dos hombres terminaron de hablar, y se estrecharon la mano. Leverett aparto de un empujon algunos escritos en su caso y dijo, --Tendre el resto de documentos enviados tan pronto como sea posible. Necesitaremos su firma, por supuesto. --Por supuesto. Leverett asintio con la cabeza y regreso al cuarto. --?Que te dejaron? --Belle exigio. Dunford parpadeo pocas veces, como si todavia no pudiese creer lo que acababa de oir. --Parece que acabo de recibir en herencia una baronia. --!Una baronia! Corcholis, voy a tener que llamarte Lord Dunford ahora, ?verdad? El puso los ojos en blanco. --?Cuando fue la ultima vez que te llame Lady Blackwood? --Hace diez minutos, --dijo ella impertinentemente--, cuando me presentaste al Sr. Leverett. --Touche, Bella. --Se recosto en el sofa, sin esperar a que ella se sentase primero--. Supongo que me puedes llamar Lord Stannage. --!Valgame Dios! Stannage, --ella se quejo--. Que perfectamente distinguido. Willian Dunford, Lord Stannage. -- Sonrio diabolicamente. -- ? Es William, verdad? Dunford bufo. Lo llamaban por su nombre de pila tan raras veces, que era un chiste familiar el no poderlo recordar. --Le pregunte a mi madre, --contesto finalmente el--. Dijo que cree que es William. --?Quien murio? --le pregunto Belle francamente. --Alguna vez has tenido tacto y refinamiento, mi estimada Arabella. --Bien, obviamente no pareces lamentar la perdida de tu pariente lejano, del que hasta ahora no conocias su existencia. --Un primo. Un octavo primo, para ser exacto. --?Y no pudieron encontrar un pariente mas cercano? -- pregunto ella incredulamente--. No es que tenga envidia de tu fortuna, claro esta, pero realmente es extenderse. --Parecemos ser una familia de potrillas. --Gracias, --mascullo sarcasticamente ella. --Termina los sarcasmos, --dijo el, ignorando su mofa--, ahora tengo un titulo y una pequena hacienda en Cornualles. Asi que ella habia escuchado correctamente. --?Has ido alguna vez a Cornualles? --Nunca. ?Has estado tu? Ella nego con la cabeza. --He oido que es realmente dramatico. Los acantilados y las olas derrumbandolos. Muy incivilizado. --?Que tan incivilizado podria ser, Belle? Esta es Inglaterra, despues de todo. Ella se encogio de hombros. --?Vas a ir alli , a visitarlo? --Supongo que debo. --El golpeo ligeramente su dedo contra el muslo--. ?Incivilizado, dices? Probablemente lo adorare. * * * * * --Espero que el odie estar aqui, --dijo Henrietta Barrett, tomando un feroz mordisco a su manzana--. Espero que realmente destete este lugar. --Ya, ya, Henry, esa actitud no es propia de ti, no es muy caritativo de tu parte. --Le dijo escandalizada la senora Simpson, el ama de llaves de Stannage Park. --No me siento tremendamente caritativa por el momento. He metido una buena cantidad de trabajo en Stannage Park. Los ojos de Henry se enrojecieron tristemente. Habia vivido en Cornualles desde los ocho anos, cuando sus padres habian muerto en un accidente de carruaje en su ciudad natal de Manchester, dejandola huerfana y sin dinero. Viola, la esposa del baron, era la prima de su abuela y amablemente habia acordado acogerla. Henry inmediatamente se habia enamorado de Stannage Park, de la piedra palida del edificio, las ventanas vibrantes, los grandes jardines . Y asi es que Cornualles se habia convertido en su casa, mas de lo que fue Manchester alguna vez. Viola se habia entusiasmado por ella, y Carlyle, su marido, se convirtio en una distante figura paternal. El no paso una buena cantidad de tiempo con ella, pero siempre tuvo una palmada acogedora en la cabeza lista cuando entraba en el vestibulo. Cuando tuvo catorce, sin embargo, Viola murio, y Carlyle estaba muy afligido. Apenas le interesaba el resto del mundo y se encerro en su despacho, dejando a un lado el control de la hacienda y la casa. Henry inmediatamente entro en accion. Amaba tanto a Stannage Park y no iba dejar que se malograse, ademas, tenia ideas firmes de como debia ser manejada la propiedad. Los pasados seis anos ella habia sido no solo la senora de la heredad sino tambien el senor, universalmente aceptada como la persona a cargo. Y a ella le gustaba su vida simplemente asi. Pero Carlyle habia muerto, la hacienda y la casa habian pasado rapidamente a algun primo lejano en Londres que probablemente era un petimetre. El nunca habia ido a Cornualles antes, penso Henry, olvidandose convenientemente de que ella llego alli solo cuando murieron sus padres. Ella habia llegado alli doce anos antes. --?Cual era su nombre? --pregunto otra vez la senora Simpson, mientras cogia la masa y empezaba hacer el pan. --Duford o Dunford, --dijo Henry asqueada--. No quisieron darme su nombre de pila, Aunque supongo que no tiene importancia ahora que es Lord Stannage. El probablemente insistira en que usemos el titulo. La aristocracia usualmente lo hace. --Hablas como si como no pertenecerias a esa clase, Henry. No pongas mala cara al caballero. Henry suspiro y tomo otro mordisco de su manzana. --El probablemente me llamara Henrietta. --Deberia. Estas mayor para llamarte Henry. --Tu me llamas Henry. --Soy demasiado vieja para cambiar. Peor ya no eres una nina. Ha pasado el tiempo Y es preciso que encuentres un marido. --?Y hacer que? ?Irme de Inglaterra? No quiero dejar Cornualles. La senora Simpson sonrio, para senalar que Cornualles era ciertamente una parte de Inglaterra. Henry queria tanto la region que no podia pensar acerca de ella como perteneciente a un lugar mayor. --Hay caballeros aqui en Cornualles, con los que te podrias casar, --le dijo--. Bastantes en los pueblos cercanos. Podrias casarse tambien con uno de ellos. Henry se mofo. --No hay nadie que me parezca atractivo y conoces a la gente de aqui, es simple. Ademas, nadie se casaria conmigo. No tengo uno chelin ahora que Stannage Park la tiene este desconocido, todos ellos piensan soy un fenomeno hombruno. --!Por supuesto que no lo hacen! --contesto rapidamente la senora Simpson--. Todo el mundo te admira. --Ya se--Henry contesto, girando sus ojos grises hacia la ventana--. Me admiran como si fuera un hombre, y por eso estoy agradecida. Pero los hombres no quieren casarse con otros hombres, sabes. --Quiza si llevaras puesto un vestido… Henry miro hacia sus gastados pantalones. --Me pongo un vestido. Cuando es apropiado. --No puedo imaginar cuando fue eso, --bufo la senora Simpson--, desde que te conozco nunca te he visto en uno. Ni siquiera en la iglesia. --Que hecho tan afortunado para mi que el vicario sea un caballero muy liberal. La senora Simpson dirigio una mirada sagaz hacia la joven. --Que hecho tan afortunado para ti, que al vicario le gusta el brandy frances que le envias una vez al mes. Henry se hizo la sorda. --Lleve un vestido para el entierro de Carlyle, si recuerdas. Para la fiesta del condado el ano pasado. Y cada vez que recibimos a los invitados. Tengo al menos cinco en mi armario, muchas gracias. Oh, y tambien me los pongo cuando vamos al pueblo. --No lo haces. --Pues bien, puede ser que no para nuestra pequena villa, pero lo hago cada vez que voy a algun otro pueblo. Pero cualquiera estaria de acuerdo que son de lo mas impracticos cuando reanudo mis actividades normales supervisando la hacienda. --Sin mencionar, penso Henry torcidamente, que con ellos se veia terrible. --Bien, te pondras uno cuando el Sr. Dunford llegue. --No estoy completamente loca como una cabra, senora Simpy. --Henry lanzo el corazon de la manzana a traves de la cocina a un cubo pequeno, que se derramo por lo lleno que estaba. Dejo salir un grito de orgullo--. No he perdido al cubo en meses. La senora Simpson cabeceo. --Si solo alguien te ensenara como ser una chica. --Viola quiso hacerlo, --Henry contesto descaradamente--, y podria haber tenido exito si hubiera vivido mas tiempo. Pero la verdad es, me gusta mucho ser como soy. La mayoria de las veces al menos, penso. De vez en cuando, veia a una bella senora en un primoroso traje de noche que le parecia hermoso y le daba celos. Tales mujeres no tenian pies y eran irreales, Henry decidio que deberian tener ruedas para poder deslizarse en ellos, mientras las miraban una docena de hombres entontecidos. Tristemente clavaba los ojos en ese cortejo, imaginandolos sonando tras ella. Entonces se reia. Ese sueno particular no tenia probabilidad de hacerse realidad, ?y ademas, a ella le gustaba su vida simplemente como estaba, verdad? --?Henry? --La senora Simpson la saco de su ensonacion--. Henry, hablaba contigo. --?Hmmm? --Henry parpadeo saliendo de su fantasia--. Oh, lo siento, estaba pensando acerca de lo que tenemos que hacer con las vacas, --mintio--, no estoy segura de que tengamos espacio suficiente para todas ellas. --Deberias estar pensando acerca de que hacer cuando el Sr. Dunford llegue. ? El envio una nota que seria esta tarde, no? --Si, asi es. --!Henry! --le reprocho la senora Simpson. Henry nego con la cabeza y afirmo. --Si acaso alguna vez hubo un tiempo para maldecir, es ahora, Simpy. ?Que ocurre si el quiere interesarse en Stannage Park? ?O peor… si se le ocurre asumir el mando? --Si lo hace, sera su derecho. El es el dueno, sabes. --Si, lo se. Es tan terrible. La Senora Simpson mezclo la masa, le dio forma de una barra de pan y la coloco aparte para levantarse. Limpiandose las manos, dijo: --Tal vez vendera. Si la vendiese a una persona del pueblo, no tendrias nada por lo que preocuparte. Todo el mundo alli sabe que manejas a la perfeccion Stannage Park. Henry salto del mueble en que estaba encaramada, planto las manos en sus caderas, y comenzo a caminar por la cocina. --El no puede vender. Esta vinculado al titulo. Si no lo estuviese, el Sr. Carlyle me lo hubiera dejado. --Oh. Bien, entonces vas a tener que esmerarte en llevarte bien con el Sr. Dunford. --Ese hombre es Lord Stannage ahora, --Henry gimio--. Valgame Dios… El baron Stannage… el es el dueno de mi casa y el que va a decidir mi futuro. --?Eso te aterra? --Quiero decir que el es mi guardian, mi tutor.

  • El amor se rie de mi de Loles Lopez

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  • Ano uno (Cronicas de la Elegida 1) de Nora Roberts

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    El mundo se enfrenta a una pandemia. Entre el caos y la destruccion, un grupo de personas aparentemente inmunes busca un refugio para la humanidad.

  • Lady Marian de Jane Mackenna

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    Marian Mackencie, desde que tiene uso de razon ha tenido suenos extranos y la sensacion de no pertenecer a ningun sitio. Al morir Esmeralda y Marcus quienes creia sus padres, descubrira al fin el secreto que le ha sido ocultado durante toda su vida, quedando asi dividida entre su amor prohibido y su deseo por regresar a su verdadero hogar, del que fue arrancada sin piedad siendo un bebe.
    Eric Darglinton, condenado por sus padres a casarse sin amor con una rica heredera, pero decidido no acceder a un matrimonio igual de infeliz que el de ellos, rompera todo vinculo con su tierra y emprendera el mas arriesgado de los viajes en busca de la mujer que verdaderamente ha amado toda su vida.
    El sera el proximo Duque de Darlington y ella una simple criada.
    Dos mundos distintos, dos corazones que no entienden de clases sociales.

  • La expedicion al baobab de Wilma Stockenstrom

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    UN CLASICO MODERNO DE LA LITERATURA ESCRITA POR MUJERES.

  • La dama del velo y el laurel de Begona Pro Uriarte

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    La dama del velo y el laurel es la segunda entrega de la saga La chanson de los Infanzones. Convertido en hombre de confianza de Sancho, Miguel viajara a Chipre, conocera Roma y desafiara las murallas de Toulouse. Pero no podra dejar atras un pasado que le persigue y que le empuja a enfrentarse con el cruel Yenego Martinez de Subiza, con el que tiene una deuda pendiente. Esta enemistad lo obligara a elegir entre su amistad con Alvaro Yeneguez y la lealtad que debe a los Almoravid. Todo ello sin renunciar a su sueno de crear una hermandad que luche contra los abusos de hombres como Yenego: las Juntas de Infanzones.

  • Una boda en Lyon de Stefan Zweig

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    El 12 de noviembre de 1793 Barere proclamo en la Asamblea Nacional francesa aquel edicto fatal contra la traidora ciudad de Lyon, que al fin habia sido tomada al asalto. Concluia con estas lapidarias palabras: <>. Los edificios de la levantisca ciudad, asi lo exigio, debian ser derruidos, sus monumentos convertirse en cenizas y hasta su nombre desaparecer. Ocho dias vacilo la Asamblea antes de aprobar una destruccion tan completa de la segunda ciudad mas grande de Francia. E incluso despues de haberlo firmado, Couthon, el comisario del Pueblo, convencido de la secreta conformidad de Robespierre, solo puso en practica aquella orden erostratica con indolencia. Para guardar las apariencias, reunio con gran pompa al pueblo en la plaza de Bellecourt, y con un martillo de plata golpeo simbolicamente los edificios destinados a ser demolidos, pero la pala penetro en aquellas magnificas fachadas solo de manera vacilante, y la guillotina practico su bronco y estruendoso descenso de manera todavia frugal. Tranquilizada ante esta inesperada indulgencia, la ciudad, ferozmente enardecida por la guerra civil y por un asedio de varios meses, se fue atreviendo a respirar otra vez esperanzada, cuando de pronto el humano e indeciso tribuno fue retirado del puesto y en su lugar, en Ville-Affranchie--como se llamo a partir de entonces Lyon en los decretos de la Republica--, aparecieron Collot d'Herbois y Fouche, ataviados con la banda de los comisarios del Pueblo. De la noche a la manana, lo que se penso que simplemente seria un patetico decreto disuasorio se convirtio en una cruda realidad. <>, denunciaba impaciente el primer informe de los nuevos tribunos a la Asamblea, con el fin de demostrar su energia patriotica y de hacer recaer la sospecha sobre sus tibios predecesores. Y enseguida se pusieron en marcha las atroces ejecuciones que Fouche, el <>, cuando mas tarde se convirtio en duque de Otranto y en el defensor de todos los principios legitimos, no permitio que se le recordaran. En lugar de la pala, que colocaba el mortero con lentitud, ahora las minas de polvora dinamitaban filas enteras de los mas soberbios edificios de la ciudad. En lugar de la guillotina, <>, los fusilamientos en masa y el fuego de metralla despachaban con una salva a cientos de condenados. Endurecida por medio de nuevos y acerados decretos diarios, la justicia traspaso todos los limites, segando como una guadana, dia tras dia, su gigantesco haz de seres humanos. Ya hacia tiempo que el Rodano, que fluia alejandose de alli con rapidez, se ocupaba del trabajo--por lo general demasiado lento--de amortajar y dar sepultura a los cadaveres. Hacia tiempo que las carceles no bastaban para la gran cantidad de sospechosos, de modo que los sotanos de los edificios publicos, de las escuelas y de los conventos se convirtieron en el lugar de residencia de los condenados. Por supuesto, en un lugar de residencia tan solo fugaz, pues la guadana seguia golpeando con precision y rara vez la paja calentaba el mismo cuerpo durante mas de una noche. Un dia de intenso frio de aquel mes sangriento, una nueva cuadrilla de condenados fue arrastrada hasta los sotanos del Ayuntamiento para pasar alli juntos unas pocas y tragicas horas. Al mediodia los habian conducido uno por uno ante los comisarios, y su destino fue despachado tras un breve interrogatorio. En ese momento los sesenta y cuatro reos, hombres y mujeres, estaban sentados en una confusion absoluta en aquella oscuridad de bovedas bajas que olia a cubas de vino y a moho, y que un escaso fuego de chimenea en la habitacion delantera, mas que calentar, tan solo coloreaba. La mayoria, sonolientos, se habian arrojado sobre los sacos de paja. Algunos, sentados a la unica mesa de madera que les permitian tener y a la tremula luz de las velas, escribian apresuradas cartas de despedida, sabiendo que su vida se habria apagado antes de que en aquel frio espacio lo hiciera la llama de azules temblores. Sin embargo, ninguno de ellos hablaba mas que en susurros, de modo que en el silencio helado de la calle la sorda explosion de las minas, a la que seguia el inmediato desplome de los edificios, retumbaba con nitidez. Pero la ensordecedora velocidad de los acontecimientos habia arrebatado a los que se veian sometidos a aquella prueba toda capacidad de sentir y de pensar con claridad. Sin moverse, sin decir una sola palabra, la mayoria de ellos estaban reclinados en la oscuridad como en el sueno que precede a la tumba, sin esperar nada y sin sentir emocion alguna hacia los vivos. De pronto, hacia la hora septima de la tarde resonaron unos pasos fuertes y energicos junto a la puerta. Los pestillos restallaron. Y el cerrojo oxidado chirrio al abrirse. De manera instintiva, se incorporaron todos de un brinco. ?Acaso, contra la triste costumbre de concederles aun una noche, ya habia llegado su hora? En la corriente de aire frio que se colo al abrirse la puerta, la llama azul de la vela temblo como si quisiera escapar de su cuerpo de cera, y con ella, palpitante, el miedo se lanzo al encuentro de lo desconocido. Pero pronto aquel temor provocado de manera tan repentina se disipo. El carcelero solo traia una nueva y tardia hornada, aproximadamente unas veinte personas, a las que hizo bajar las escaleras sin decir una palabra y sin indicarles un lugar concreto en aquel espacio abarrotado. Despues, la pesada puerta de hierro volvio a cerrarse con un gemido. Los prisioneros miraron a los recien llegados sin la menor simpatia, pues algo tan extrano es muy propio de la naturaleza humana, que en cualquier parte se adapta a toda velocidad e incluso en las mas precarias circunstancias se siente no solo como si estuviera en su casa, sino tambien en su derecho. Asi que, de manera instintiva, los que habian llegado antes consideraban ya aquella estancia mal ventilada y con olor a podrido, el saco de paja cubierto de moho, el espacio en torno al fuego, como si fueran de su propiedad, y cada uno de los recien llegados les parecia un intruso al que habia que reducir. Por su parte, aquellos a los que acababan de llevar hasta alli podian percibir claramente la fria hostilidad de sus predecesores, por mas insensata que resultara en aquella hora mortal, pues, cosa extrana, no intercambiaron con sus companeros de destino ni un saludo ni palabra alguna, no exigieron una parte de la mesa ni de la paja, sino que, sin decir nada, hoscos, se apretujaron en un rincon. Y si antes el silencio se habia cernido atroz sobre aquella cueva, ahora su efecto resultaba todavia mas lugubre por culpa de la tension de aquel sentimiento provocado de forma tan absurda. Un grito tanto mas sonoro, nitido y como surgido de otro mundo rasgo de pronto el silencio. Un grito claro, casi involuntario, que de manera irresistible arranco hasta al mas indiferente del silencio y del abatimiento en el que se hallaban. Una muchacha, entre los que acababan de llegar, habia dado un salto brusco y repentino. Y fue ella tambien la que, con los brazos extendidos como quien esta a punto de desplomarse, y gritando estremecida <>, se precipito al encuentro de un joven que, apartado de los demas, habia permanecido junto a las rejas de una ventana y ahora tambien corria hacia ella. Y aquellas juveniles siluetas ya habian prendido cuerpo contra cuerpo, boca contra boca, como dos llamas de un mismo fuego, ardiendo de forma tan tierna el uno junto al otro que las lagrimas derramadas de manera impetuosa por el arrobo del uno inundaron las mejillas del otro y sus sollozos surgieron como de una unica garganta que reventara. Cuando se soltaron por un instante, sin poder creer que de verdad se tocaban y asustados frente a lo excesivo que les resultaba aquel destino por completo inverosimil, un nuevo abrazo volvio a unirlos de inmediato, si es posible de manera aun mas abrasadora. Lloraron y sollozaron y hablaron y gritaron en un solo aliento, como si estuvieran totalmente solos en la infinitud de su emocion y por completo ajenos a todos los demas, que, sorprendidos y reanimados gracias a aquel asombro, se acercaron inseguros hacia ellos. La joven habia trabado amistad desde la ninez con Robert de L..., hijo de un alto funcionario municipal, y hacia unos meses que se habian prometido. En la iglesia ya se habian presentado las amonestaciones, y se habia fijado su enlace justo para aquel dia sangriento en el que las tropas de la Asamblea habian irrumpido en la ciudad. Entonces el deber obligo a su prometido, que habia luchado en el ejercito de Percy contra la Republica, a acompanar al general realista en su desesperada maniobra. Durante semanas no hubo noticias de el, y ella ya se habia atrevido a imaginar que debia de haberse salvado pasando felizmente la frontera suiza, cuando de pronto un secretario del Ayuntamiento le informo de que unos soplones habian descubierto que se escondia en una casa de labranza, y que el dia anterior lo habian conducido ante el tribunal revolucionario. Apenas se entero la intrepida muchacha de la detencion y de la indudable condena de su prometido, cuando, con esa magica e incomprensible energia que la naturaleza concede a las mujeres en los instantes de supremo peligro, logro lo imposible: abrirse paso hasta los inaccesibles tribunos populares con el fin de pedir clemencia para su prometido. Collot d'Herbois, el primero ante cuyos pies se arrojo, la habia despachado con acritud, diciendo que no concebia indulgencia alguna para con los traidores. Despues habia corrido a ver a Fouche, quien, de manera no menos dura que el anterior, pero mas hipocrita en los medios empleados para no sucumbir a la emocion que le embargo al ver a aquella joven desesperada, mintio diciendo que le hubiera gustado interceder en favor de su prometido, pero que veia--y al decirlo, el taimado embaucador de almas echo un indolente vistazo a traves del monoculo a una hoja cualquiera y sin importancia--que Robert de L... ya habia sido fusilado aquel mismo mediodia en los campos de Brotteaux. El muy astuto logro enganar por completo a la joven, quien de inmediato creyo que su prometido estaba muerto. Pero, en lugar de entregarse como cualquier otra mujer a un dolor inerme, indiferente frente a una existencia que para ella carecia ahora por completo de sentido, se arranco la escarapela del cabello, la piso con ambos pies y, a gritos, de modo que su voz retumbo a traves de todas las puertas abiertas, llamo a Fouche y a sus hombres--que corrieron hacia alli a toda velocidad--miserables vampiros, verdugos y cobardes criminales. Y mientras los soldados la maniataban y la arrastraban fuera de la habitacion, la joven aun pudo escuchar como Fouche dictaba a su secretario, un hombre picado de viruelas, la orden de detencion contra ella

  • Pescar en las nubes de Mikel Izal

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    Eric llega en pleno invierno a la isla donde tantas veces habia veraneado con Claudia, dispuesto a enfrentarse voluntariamente a una interminable rutina de dias grises. Mia, la chica encargada de la limpieza de los bungalos donde se aloja, le pide ayuda para tratar a Julio, un hombre al que la muchacha lleva buscando toda su vida, de una aparente demencia que le impide recordar su pasado.
    La peculiar relacion que Eric establecera con Julio supondra para Eric la posibilidad de reconciliarse consigo mismo y, a la vez, descubrir los secretos que esconde el anciano.

  • La Costa de Alabastro de Victoria Alvarez

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    Una enfermera llega a una mansion ruinosa en la costa normanda para cuidar de la joven Sophie Clairmont, una nina inteligente y un tanto especial, durante los ultimos meses de su vida. La Segunda Guerra Mundial acaba de terminar y las huellas de la ocupacion nazi son visibles por todas partes, pero no son solo los soldados alemanes los que todavia parecen rondar por Monjoie. La difunta madre de la nina, tan perfecta y querida, hace sentir su presencia en las vidas de todos. Y cuando la pragmatica enfermera llegue para cuidar a Sophie ira descubriendo que el retraido senor Clairmont tambien esta abrumado por sus propios fantasmas.

  • Todo Por Sentir de Vega Manhattan

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    Valeria puso los ojos en blanco cuando leyo lo que decia el papel pegado en la puerta del ascensor: "Fuera de servicio por reparaciones". Hacia casi un ano que vivia en ese edificio, trescientos tres dias para ser mas exactos y ese dichoso cachivache habia funcionado ?cuanto? ?Once dias a lo sumo? Porque ella no era la propietaria de la vivienda, era una simple arrendataria, que si no... Iba a pagar la cuota de la comunidad Rita la cantaora. Por reparaciones decia... ?Reparaciones para que o que? ?Como iba a estropearse algo que nunca funcionaba? Valeria miro la escalera que la conduciria hasta su casa y resoplo. Sesenta y nueve escalones que tendria que subir cargada como una mula. Y con tacones. ?Por que no aprendia? Porque era idiota, asi de simple. Ese dia habia salido temprano del trabajo, Sergio le habia mandado un mensaje mientras ella iba de camino a casa cancelando la cena de esa noche porque tenia guardia. Asi que ya que tendria que pasar la noche del viernes en el sofa, viendo alguna pelicula, se le ocurrio pasarse por el supermercado. Solo para comprar un par de cosillas, algun que otro capricho para ver una comedia romantica en condiciones. Lo que termino convirtiendose en: "Tira de tarjeta porque no tienes tanto efectivo en el monedero. Ni efectivo ni en la cuenta, ya que estamos. Y no, no pienses ahora en que tendras que pagarlo el mes que viene. Mucho menos se te ocurra dejar las cosas ahi y salir corriendo. Por Dios, !que verguenza!" Pero era lo que tenia ser mileurista y estar a final de mes. No tenia una ni para pipas. Y ya podia haberse quedado asi pero no, su enferma y obesa mente habia ganado la batalla con una sencilla pregunta que se habia repetido una y otra vez: "?Que dano te va a hacer un capricho?" Si solo fuera uno... Maldiciendose a si misma, comenzo a subir los escalones. Solo son cuatro pisos, tampoco es para tanto, se dijo. Y ademas, ya deberias estar acostumbrada. Ni tanto... Uno... Dos... Tres... Crac. No se metio la hostia del ano de milagro cuando el tacon del pie derecho se rompio. En ese momento tenia que estar pitandole el oido al dueno del piso, a su mujer y a toda su familia de como lo estaba insultando. Solto todo, se quito los zapatos, los metio en una de las bolsas y continuo escaleras arriba. --Me cago en mi estampa --refunfuno cuando iba por el peldano cuarenta. Se paro a tomar aire y coloco mejor las bolsas que ya le estaban cortando la circulacion de las manos. Con cuidado de que la bandeja con los pasteles no sufriera ningun dano... Y si, es lo que pensais, no habia podido evitar pararse en la pasteleria y seguir quemando tarjeta alli. En fin... Ya quedaba menos. Habia que seguir. --?A quien demonios se lo ocurrio la brillante idea de alquilar un cuarto? --gruno un momento despues, cuando solo le quedaba un piso por subir y sentia que los pulmones le quemaban. Ignoro, como no, el letrero fluorescente que se encendio dentro de su mente y que iluminaba su imagen dando la respuesta a su pregunta porque, evidentemente, solo a ella se le podia haber ocurrido. Pero claro, tenia ascensor, ?como iba a imaginarse que casi nunca funcionaba? Y ya ni hablemos de que la palabra ejercicio no iba con ella. Y no es que fuera vaga, claro que no, ella hacia ejercicio de vez en cuando. Solo que... Cansarse por cansarse lo veia una tonteria. Bastante cansada era ya la vida de por si. --Solo dos mas... --llegaria a su casa, soltaria las bolsas, cogeria uno de los pasteles y se lo comeria tumbada en el sofa-- Uno mas... !Por fin! Con la lengua casi fuera, aligero el paso hasta su destino. Ni el Jorobado de Notre-Dame habia caminado nunca tan encorvado. Llego a la puerta de su vivienda, solto algunas bolsas para poder buscar las llaves en el bolso, pero la puerta se abrio, Valeria se incorporo como pudo y... --!!!Vamos a morir todos!!! No, no os preocupeis, esto es una novela romantica. No iba a morir nadie. Y no seria por falta de ganas. Porque... A tomar por culo los pasteles. Tras el portazo de la loca de la vecina y de gemir cuando vio como la bandeja perfectamente envuelta de la pasteleria caia al suelo, Valeria cerro los ojos con fuerza. Mierda, los pasteles no. Silvia, su companera de piso y quien habia abierto la puerta, echo un rapido vistazo y fruncio el ceno. ?Que habia comprado esa loca? ?Medio supermercado? Eso olia a drama existencial. Quizas sentimental. Pues otro drama mas… Levanto la mirada hasta su amiga, quien apretaba los parpados con fuerza y tenia sus labios convertidos en una fina linea y supo que estaba a punto de explotar cual olla a presion. --Val... --susurro Silvia. Su voz sono calmada y suave, como si le estuviera hablando a un animal salvaje a punto de embestir. Lo que no era una comparacion exagerada para cuando se trataba de Valeria. La mayoria de la gente la definia como una mujer tranquila, con una paciencia infinita, super dulce y educada. Claro que eso era de cara a los demas. Pero quienes la conocian bien, sabian que tras esa mascara de serenidad, la andaluza escondia un genio de los mil demonios y conocia mas tacos que un camionero. Y si, porque seguramente era asi, venia de mal humor por tener que subir a patitas y a eso se le sumaba el grito de la desquiciada anciana que vivia al lado y que habia destrozado, mas directa que indirectamente, su racion de azucar... Valeria no tardaria mucho en echar humo. Y en otro momento a Silvia no le habria importado. Hasta la habria animado a soltarlo todo. Como le decia siempre: mejor fuera que dentro. Pero teniendo en cuenta que no estaba sola y que existia la posibilidad de que ardiera Troya cuando viera quien la acompanaba... Aunque Silvia esperaba poder mantener la situacion bajo control. Porque Valeria era un amor. Otra cosa es que estuviera mas pirada que su vecina, pero que era un encanto, lo era. Menos cuando se encontraba como en ese momento. O con ciertas personas. Silvia suspiro, se agacho, cogio la bandeja del suelo y miro a Valeria. --Val --insistio. Valeria cogio aire lentamente, abrio los ojos, miro a su amiga y le hizo un gesto con el dedo para que no dijese nada. Dio un paso hacia delante, Silvia pestaneo varias veces, se aparto y la dejo pasar. Error, penso al reaccionar y ver hacia donde se dirigia. --Val, espera --Silvia dejo la bandeja encima del aparador de la entrada para intentar parar a su amiga, pero no llego a tiempo. Ella ya habia retirado la cortina y habia abierto la puerta del balcon. Cogio aire y... --!!!Juro que algun dia la matare!!! --grito a todo pulmon. Silvia puso los ojos en blanco y una risita a su izquierda la hizo suspirar. Miro a su hermano, apoyado en el marco de la puerta del pasillo, con los brazos cruzados y observando, divertido, a Valeria. Pues empezamos bien, penso Silvia. Su amiga iba a matarla, estaba segura. O moria, lentamente, a manos de Valeria o, en el "mejor" de los casos, su amistad terminaria para siempre. --Val --volvio a llamarla, esperando a que ya hubiese terminado con el drama y que le hiciera un poco de caso. Estaba deseando terminar ya con todo eso. La muerte, cuanto mas rapido, mejor. --Maldita vieja de los demonios --gruno su amiga--. A ver si se quema en el infierno. Pues no, no ha dejado el drama, aun esta bien metida de lleno en el, penso Silvia. A ver si deja el complejo de Scarlett O'Hara. Valeria respiro varias veces intentando calmarse. Esa mujer la tenia hasta la coronilla. Un dia de estos iba a sufrir un ataque al corazon con los sustos que se llevaba. Y antes de morirse ella, moriria la vieja. Mas de una vez se habia preguntado por que su alquiler era mas bajo que el de los demas vecinos del barrio. La respuesta era simple. Entre el desastre del ascensor y la desquiciada mental que vivia al lado, o pedian un bajo precio por el o el dueno tendria que regalarlo. Si ella lo hubiese sabido a tiempo, no estaria alli. Pero se entero demasiado tarde. Cuando ya se sintio mas relajada o, al menos, con mas control de si misma, se giro mientras levantaba su mano para quitarse el pelo que le cubria parte de la cara y se quedo paralizada cuando se dio cuenta de que no estaban solas. Habia otro par de ojos pendiente a ella. Un par de ojos que ella conocia bastante bien. Joder, ?que hacia el alli? Lentamente, el se incorporo, descruzo los brazos y se quedo mirandola fijamente. --Max --la sorpresa en su voz mientras le daba un rapido repaso al dueno de esos preciosos ojos grises. Senor, si que habia mejorado con los anos. Y nunca hubiera pensado que eso fuera posible, siempre fue perfecto. Al menos para ella. Max tenia algo especial. Un rostro bastante masculino, unas facciones duras que parecian haberse senalado con los anos, aumentando su atractivo. Alto, atletico pero no en demasia, con ese rostro serio que a veces iluminaba con una sonrisa picara y ese pelo castano tan bien peinado. Ese pelo que ella habia sonado mas de una vez con revolver. Claro que nadie sabia eso, solo eran fantasias de nina tonta. ?Verdad? --Valeria --la voz de ese hombre casi la hizo temblar. Si, sin duda era el. Y a lo de las fantasias de cria mejor no iba a contestar. Valeria sintio como su rostro se tenia del color de la grana. Un inmenso calor le subio hasta la cabeza y quiso morirse alli mismo por la verguenza y por la ira que estaba comenzando a crecer en su interior. Al final iba a morir ella antes que la vieja chiflada. Pero no lo haria sin matar antes a su amiga. Con ganas de querer degollarla, miro a Silvia, quien la observaba con las cejas enarcadas, sin, al parecer, sentirse preocupada. Aunque las apariencias suelen enganar. Mas bajita que su hermano y mas rubia, pero con la misma sonrisa burlona que tenia el, le devolvia la mirada sin el menor atisbo de preocupacion. Y deberia de tenerlo. --?Que? ?Apetece un pastel? --pregunto Silvia, con retintin. A Valeria lo unico que le apetecia en ese momento era que la tierra se la tragase. Capitulo 2 Hacia como una hora que Max habia llegado a casa de su hermana. Se sentia extrano alli, pero se adaptaria, solo necesitaba un poco de tiempo. Y ganas. Pero eso no le faltaba. Tenia. Y muchas. Le habia costado un poco, sobre todo porque siempre habia sido muy independiente. Pero habia terminado aceptando la ayuda de Silvia. Al menos por un tiempo. Como le habia repetido su hermana hasta la saciedad, era el momento de comenzar de cero. Y que mejor manera de hacerlo que dejando toda su vida atras o, mejor dicho, lo poco que quedaba de ella y luchar por tener una nueva oportunidad. Para ello tenia que marcharse lejos de todo y de todos. Y por eso estaba alli, en el piso que su hermana compartia, mirando, divertido, como Valeria estallaba. Habia cruzado el salon como si de una exhalacion se tratase, Max apenas habia podido pestanear. ?Y que hacia descalza? A saber... Apoyado en el marco de la puerta del pasillo que conducia a las habitaciones del pequeno y antiguo piso donde se encontraba, se cruzo de brazos y espero, intentando no soltar una carcajada, a que la amiga de su hermana terminase con el drama. A saber la de calamidades que habria sufrido durante el dia para llegar a eso... Y si, era ironia. Porque el la conocia bien. Sabia como era. ?Como no hacerlo con la cantidad de horas que habia pasado en su casa desde que era pequena? El se habia encargado, ademas y en mas de una ocasion, de provocar ese caracter. Senal de que la conocia bastante bien. Hacia anos que Max no tenia contacto con Valeria y aunque sabia, por fotos que habia visto, que habia cambiado mucho fisicamente, parecia, mirandola desde atras, que el cambio habia sido mayor de lo que las imagenes mostraban. Cuando se diese la vuelta y pudiese dejar de mirarle el trasero, lo confirmaria. ?Y que demonios hacia el mirandole el trasero? Ni el lo sabia. Como tampoco entendia a que se debia esa repentina excitacion que el estaba sintiendo. Pero es que ella no parecia la misma. Y ese impresionante culo tampoco parecia el suyo. ?O es que siempre lo habia tenido asi y el no se habia dado cuenta? Pues habia perdido el tiempo, porque vayas nalgas mas perfectas. Max resoplo mentalmente por sus pensamientos. Joder, que era la amiga de su hermana. Era casi como una hermana porculera para el. Porque molestar, lo habian molestado siempre las dos. El no podia verla de otra manera que esa. No, no podia ser, no estaba tan desesperado como para llegar a eso, ?verdad? Que va, solo era la sorpresa de verla tan... Tan... Dejalo, se regano a si mismo. Despues de removerse un poco, incomodo por el rumbo que habian tomado sus pensamientos, se obligo a mantener la misma postura relajada. --Val --insistio su hermana. --Maldita vieja de los demonios --fue la respuesta de esta, Max enarco las cejas, divertido--. A ver si se quema en el infierno --en ese momento el solo queria reir. Ella y su caracter. Unos segundos despues, sacandolo de sus elucubraciones mentales, Valeria comenzo a darse la vuelta y el no pudo evitar que sus ojos volaran desde su culo hasta sus pechos. Joder... Graso error. El aire se le atasco en los pulmones. Madre de Dios. ?Realmente era Valeria? Enfadado consigo mismo, ignoro a su mente y puso todo su empeno en mantener su postura distendida y en que su rostro no mostrase la sorpresa que se habia llevado. Porque se la habia llevado. Esa no parecia la misma chica que el conocia. Claro que el nunca la habia visto como una mujer en si. Era... La amiga de su hermana. Y lo sigue siendo, dijo una voz en su mente. Pero no es lo mismo, penso. Y por Dios que no lo era. Lentamente, sin prisa, Max levanto la mirada hasta que sus ojos se posaron en el rostro de esa mujer. Ella retiraba el pelo que le tapaba parte de la cara en un gesto controlado. Max no pudo evitar que una sonrisa torcida se formara en sus labios cuando Valeria dejo sus facciones al descubierto. Si, era ella. Y estaba preciosa. Siempre lo habia sido, eso no podia negarlo. Porque tonto no era, hasta eso habia llegado. Una cosa es que nunca la hubiera mirado como a una mujer y otra que no supiese reconocer una cara bonita. Y Valeria siempre habia sido guapa. Pero esa vez habia algo mas en ella y Max no podria explicar que era. No era solo que su cuerpo... No. Esa morena de abundante y rizada cabellera tenia algo especial. ?Tal vez sus espectaculares labios? ?Esa pequena y delicada nariz, tan perfilada y perfecta? ?Ese cuerpo del pecado? Joder, no sigas por ahi, gimio mentalmente. Era mejor no pensar en ello o iba a vivir un momento bastante incomodo, ya estaba comenzando a apretarle el pantalon por la zona de la entrepierna. Fue entonces cuando ella parecio notar su presencia y lo miro. Max se encontro con ese par de ojos que, por primera vez en su vida, casi lo dejan sin aliento. Y no tenia ni idea de por que. Conocia a esa chica y por mucho que hubiese cambiado, no era normal la reaccion que estaba teniendo su cuerpo. La culpa la tenian esos ojos, seguro. Habia algo en ellos, un brillo especial. Perturbado, Max cambio de postura, separandose del marco de la puerta y descruzando sus brazos. Le mantuvo la mirada mientras ella le daba un buen repaso. Porque habia hecho eso, ?verdad? Oh, si. Sutilmente pero lo hizo, lo cual no sabia por que, pero le hacia sentirse muy satisfecho consigo mismo cuando vio como sus mejillas se tenian de rojo. Eso significaba que habia aprobado el examen. Y que estaba mas pirado que la vecina tambien. --Max --joder, no, gimio el mentalmente, una voz sexy no. Esa no era su voz. Ella... Mierda, no recordaba su voz, pero ella nunca habia dicho su nombre de esa manera. Debia estar alucinando y todo era culpa de su mente calenturienta, seguro. Todo era por el viaje, estaba agotado y no pensaba con claridad. Si, tenia que ser eso porque no era normal que hasta su voz lo hiciese pensar en lo que no debia. --Valeria --respondio el, dando gracias a Dios porque la suya sonase controlada. Porque ver el rubor en sus mejillas no estaba ayudando demasiado a parar su enfermiza mente. Para, Max, recuerda por que estas aqui. Como si en ese momento eso fuera a aliviarle la calentura que tenia... Pues deberia, se recrimino. Como si fuera tan facil... Los enormes ojos negros de Valeria volaron rapidamente hasta Silvia y la miraron, enfadada. Mierda, penso Max, lo que faltaba. Eso solo puede significar que... Max iba a matar a su hermana. Mira que se lo habia imaginado, pero prefirio pensar que no iba a ser tan tonta como para callarselo. Pues al parecer su hermana era mas tonta de lo que podia llegar a imaginar. Lentamente, el hizo lo mismo que Valeria y desvio su mirada hasta Silvia, a quien parecia darle igual ocho que ochenta. --?Que? ?Apetece un pastel? Max no tenia ni idea de a que venia eso, pero suponia que tampoco importaba demasiado. --?Y bien? --continuo Silvia al ver que nadie decia nada y nerviosa por sentirse el centro de atencion en ese momento, claro que no lo demostraria-- ?Un pastel? Pesadita con el pastel, penso Max, poniendo los ojos en blanco. --?Un pastel? --la pregunta de Valeria fue hecha con tanta suavidad que Max sabia que era la calma que precedia a la tormenta. --Si, azucar rica --confirmo Silvia. --?Te refieres a uno de esos deliciosos dulces que con tanto carino he elegido? --Claro que si --Silvia afirmo con la cabeza. --?Uno de esos que se han destrozado cuando se han caido al suelo por culpa de esa vieja demente que, un dia no muy lejano, Dios mediante, le hara compania a San Pedro? --pregunto relajadamente, haciendo reir a Max cuando lo entendio todo. El habia escuchado, como lo habria hecho todo el barrio, el alarido de la vecina no mucho despues de que Silvia fuese a abrir la puerta al escuchar como Valeria llegaba. Su hermana le habia contado que su vecina estaba un poco mal de la cabeza y algunas anecdotas para que estuviera al tanto. Lo que no le habia contado, siendo lo unico que importaba, es que la tercera persona implicada en todo aquello aun no tenia ni idea de por que estaba el alli. Juro por Dios que la matare, penso, imitando a Valeria. Porque a el no le apetecia vivir, en primera persona, el incomodo momento en el que su hermana se lo contase. Valeria podia decir que no y mandarlo lejos o, lo que creia que era aun peor, podia decir que si por puro compromiso, teniendo en cuenta que siempre se habian llevado un poco... Max no diria que mal, pero tampoco bien del todo. Porque Valeria tenia genio y a el le gustaba chincharla de vez en cuando. Le divertia y ella no se lo tomaba demasiado bien. Aparte de eso, tampoco hubo mayores problemas. Hasta ese momento, porque la ereccion que esa mujer estaba provocando en el si era un problema. Y de los gordos. Por todo eso, Silvia tenia que haberlo hablado con ella antes de ofrecerle su ayuda. --Precisamente esos, si --Silvia afirmo repetidamente con la cabeza, refiriendose a los pasteles de los que Valeria hablaba. --Claro que si --Valeria comenzo a mover la cabeza a la misma vez que su amiga-- No importan que esten destrozados. --Si --seguia afirmando Silvia--. Digo no --nego rapidamente con la cabeza--. !Claro que no! --exclamo, porque ?que iba a decir? Ya la estaba mareando y eso no deberia pasar, solia ser ella quien sacaba a Valeria de sus casillas. Pero claro, habia que tener en cuenta que era ella la que debia un par de explicaciones. Max miraba el intercambio de las dos y no puedo evitar sonreir. Nunca cambiarian... --Pero estan destrozados --repitio Valeria, poniendo cara de pena. Entonces el movimiento exagerado de negacion de Silvia paro. Fruncio el ceno y se mordio el labio inferior. --Bueno, a lo mejor podemos salvar alguno. --?Por que deberiamos de hacerlo? --?Porque te apetecen? --Tambien me apetece el helado de vainilla con nueces de pecan que compre y se convertira en batido a este paso --Silvia abrio los ojos de par en par y Max solto una risita, sabia que era el helado favorito de su hermana --. Como me apeteceria saber que hace el aqui. Como siempre, directa al grano, penso Max. Y aunque la pregunta habia sonado brusca, el no pudo evitar sonreir de nuevo. La conocia un poco, lo suficiente para no tomarselo a mal. --?Vainilla con nueces de pecan? --Silvia se habia quedado en eso. --Lo probaremos si la vecina no nos ha robado antes la compra. --Oh, !eso no! Mi helado no, porque !mato a la vieja! --grito Silvia mientras corria hacia la puerta para meter las bolsas de la compra en casa. Max solto entonces una carcajada cuando noto el ambiente mas relajado. Valeria sonrio y miro a Max. El no pudo evitar devolverle la sonrisa, le habia gustado ese gesto casi mas que chincharla. ?Desde cuando no le sonreia asi? Es mas, ?lo habia hecho alguna vez? El ya ni lo recordaba, pero no le importaria que lo hiciera cada dia. --?Que haces aqui? ?Vacaciones? Max medito su respuesta unos momentos. --Podria definirse asi --con una sonrisa burlona, se acerco a ella. --!?Me vais a ayudar o que? Valeria resoplo y refunfuno algo como "Te ayudare a que tambien tu vayas a saludar a San Pedro" o algo asi entendio Max y rio mientras la veia desaparecer. Se quedo mirando su trasero de nuevo. Madre mia... Se maldijo a si mismo y fue tras ella para ayudarlas. Ya tenia bastantes problemas en la vida como para anadirle uno mas. Asi que tenia que mantenerse bien alejado de Valeria, por su salud mental y esperaba que su reaccion fisica solo fuese producto de la sorpresa o iba a terminar completamente jodido. --?Y bien? --Valeria dejo la bolsa que habia cogido encima de la encimar-- ?Me va a explicar alguien que esta pasando? --Claro --respondio Silvia y se quedo callada. Y es que Silvia no tenia ninguna prisa por contarle a su amiga que era, exactamente, lo que estaba haciendo Max en su casa. La prueba de ello es que habia tenido un par de semanas para decirselo, antes de que el llegara y no lo habia hecho. ?Para que?

  • El bosque de Laurel, Alexandra Risley de Alexandra Risley

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  • Erase una Leyenda de las Tierra de Tanya Anne Crosby

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    --?H CAPITULO 1 KINGUSSIE, ESCOCIA. PRESENTE. as venido a Kingussie para el festival, muchacha? --pregunto la tendera. Parpadeando, Annie Ross levanto la vista del cristal que sostenia en la mano, desorientada por un momento. Tras un instante de confusion recordo que se encontraba en una tienda de regalos de High Street esperando a que llegara su prima. No solia mostrarse tan distraida. --No, lo cierto es... que me dirijo a Devil’s Point. La anciana le dedico una sonrisa burlona pero no dijo nada. Aun asi, Annie se dio cuenta de que a aquella mujer le habia hecho gracia la eleccion de sus palabras. Bien, lo cierto es que se dirigia a un lugar cuyo verdadero nombre era Bod an Deamhain. Ella y el consorte de la reina Victoria compartian el mismo pudor. Incluso en pleno siglo veintiuno, Annie habia conseguido salir del paso usando el nombre mas discreto de aquella cumbre cercana. No obstante, la traduccion literal para alguien que tuviera un conocimiento mas extenso del gaelico era el <>. Al parecer, a pesar de que ya hubiera obras de teatro cuyo nombre homenajeaba a la vagina, ella aun no era capaz de mentar el miembro viril masculino delante de extranos. !Resultaba tan ridiculo! Precisamente ella, que era cientifica despues de todo. Achaco tanto recato a la falda que llevaba puesta. De alguna forma, parecia totalmente inapropiado pronunciar la palabra <> vistiendo una falda corta de tartan, estilo colegiala, que parecia mas propia de un poster para fetichistas que de un colegio catolico. Como si hubiese leido su pensamiento, la tendera bajo la mirada hasta el dobladillo de la falda que le habian prestado a Annie. --?Eres americana, verdad? --pregunto elevando la ceja de su ojo sano, pues el otro estaba cubierto por un parche. Annie fruncio el ceno. Por alguna razon, la pregunta la puso a la defensiva. !Como si solo los americanos llevaran aquellas pintas! Y, de hecho, lo cierto era que su prima, la propietaria de la falda, era escocesa hasta la medula. Annie suspiro. Desgraciadamente, durante el viaje a Kingussie su equipaje se habia extraviado y su prima Kate, que al parecer no tenia ropa de mas de un palmo de largo, le tuvo que prestar una camisa limpia y una falda. Ademas, la blusa de Kate tampoco tenia suficientes botones, y Annie habia tenido que utilizar un imperdible para evitar que la gente le viera los pechos. Aun asi, la longitud de su falda no era de la incumbencia de la tendera. Afortunadamente, a Annie no le importaba demasiado la ropa. Mientras le cubriera lo suficiente, impidiera que la arrestaran por escandalo publico, y no oliera como el borracho que iba sentado a su lado en el avion, su atuendo era la menor de sus preocupaciones. Su armario era bastante practico, y tenia por costumbre llevar la larga melena azabache recogida en una coleta desalinada, que su ex comparaba con una fregona. Por eso era su ex, y no como Kate solia decir, por su miedo al compromiso. Ella no tenia miedo de los hombres, pero si carecia de paciencia para darlo todo sin recibir nada a cambio en una relacion. --Mi familia es de aqui --dijo ella mientras estudiaba el cristal que tenia en la mano. --?Si? ?De donde? --pregunto la tendera--. No pareces escocesa. Espero que hayas traido algo mas calido que ponerte para la subida, muchacha -- continuo--. Vas a ir por ahi dando las largas. Annie no estaba muy segura de que queria decir con eso y no tenia muchas ganas de preguntar, pero levanto el brazo para ensenar a la anciana el jersey que llevaba, con la esperanza de que dejara de comportarse como su madre. --!Eh! --dijo la tendera--. !Con eso te vas a congelar! Vas a necesitar algo mas calido, querida. Tenemos tartanes en venta --sugirio--. Seguramente, alguno vaya a juego con tu pequena falda. <>, penso Annie. --Gracias --dijo, y volvio a examinar el cristal. El ascenso al pico Bod an Deamhain duraba unas ocho horas, pero Annie no pensaba llegar a la cima de momento. Solamente tenia la intencion de aventurarse lo suficiente para inspeccionar los alrededores. Pero sus planes le concernian unicamente a ella y por eso no se lo menciono a la anciana. Ya habia demasiada gente intentando convencerla de que no lo hiciera, incluida su prima. --Estare bien --aseguro. --Seguro que lo estaras --respondio la anciana y, al fin, se quedo callada mientras Annie volvia a contemplar la extrana roca que tenia en la mano. A diferencia del resto de cristales que habia en la cesta, este tenia una forma tan redonda que no parecia natural, como si se hubiera creado con algun tipo de molde. Pero su peso descartaba el plastico como material de fabricacion. Comprobando su peso con la palma de la mano, examino las estrias blanquecinas que tenia en el centro. La primera vez que lo miro, parecia incoloro. Sin embargo, ahora la tonalidad se tornaba verdosa, alterando su coloracion como si fuera una de esas piedras que cambian de color con el estado de animo. Alzo la vista y vio que la tendera la observaba alternando la mirada entre el cristal que sostenia y su rostro, como si estuviera esperando alguna reaccion. --Es bonito --comento Annie.

  • Inevitablemente enamorados de Patty Love

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    Janice Stone no tiene tiempo para pensar en el amor, entre sus estudios, las practicas en el hospital y su trabajo de camarera no para un segundo quieta, pero, cuando Jack Lefkowitz irrumpe en su vida, empieza a plantearse que tal vez eso de tener novio no suene tan mal. Sin embargo, no sera tan facil como pensaba, y menos aun, cuando conozca a su excentrica suegra. Por si tres no son ya una multitud, un atractivo y descarado companero de trabajo aparecera en escena para tambalear todavia mas los felices planes de la pareja.

  • Te respiro de Anne Redheart

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    Lucia lo tiene todo en la vida. A sus treinta y dos anos dispone de trabajo fijo y esta a punto de casarse con Samuel, el gran amor de su vida. Todo cambia el dia en que regresa a casa y se encuentra a este acostandose con Tania, su mejor amiga. Decide poner tierra de por medio, por lo que se marcha a Torrevieja, donde encontrara un trabajo temporal y donde conocera a dos nuevas amigas: Susana y Alice.
    Sus nuevas amigas le hablan de “El Malecon”, un bar donde unos muchachos hacen exhibiciones de baile y sacan a bailar a la clientela. Alli conoce a Marcos, del que Lucia cae locamente enamorada nada mas verle. Pero no todo sera un camino de rosas, Marcos esconde un misterio que Lucia tal vez, nunca debiera descubrir.
    Juntos tendran que huir del pasado, escapar de un enemigo que clama venganza y quiere verles muertos. ?Lograran Marcos y Lucia escapar del peso del pasado? ?Que misterio esconde Marcos? ?Triunfara el amor a pesar de todos los obstaculos?
    Una historia de amor trepidante, enamorarse de quien no se debe, y a vibrar con la pasion y los misterios escondidos en el cofre del ayer.

  • Los jardines del presidente de Muhsin Al-ramli

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    En las cajas se encuentra la cabeza de Ibrahim, un hombre al que todo el mundo apreciaba por su bondad y discrecion, y por su particular filosofia de saber afrontar las tragedias aceptando su destino. Habia nacido y se habia criado en un remoto pueblo del norte de Irak, junto a sus eternos amigos de la infancia: Tarek, de vida acomodada y al que siempre la vida sonrio; y Abdula, huerfano y depresivo, a quien llaman Kafka por su manera de pensar y por haber devorado las obras de aquel autor. Los <>, como eran conocidos, habian vivido juntos alegrias, esperanzas, amores…, tambien guerras y las arbitrariedades del poder.

  • Martina mezclada, no enredada. (Martina sin alcohol 2) de Olga Salar

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    Martina Vega esta de vuelta. Su vida ha cambiado y ya no esta agitada, ni revuelta, sino mezclada, no enredada. El amor es lo que tiene, nos transforma sin que nos demos cuenta. ?Pero que quereis que os diga que no sepais todos ya? Las mezclas, a veces, ofrecen los mejores sabores. ?Quieres averiguar que tipo de coctel sera este? ?Dulce? ?Amargo o quizas picante?
    En Martina mezclada, no revuelta, tienes la respuesta.

  • La joya de Meggernie, Kate Danon de Kate Danon

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  • Cristina de Maria M. Villen

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    Cristina, una estudiante de Bellas Artes de diecinueve anos, coincide con Carlos, un atractivo millonario de mas de treinta, en una de las discotecas de moda de la ciudad. Aunque ella no lo sabe, es el vastago de una de las familias mas ricas del pais, que ha venido a hacer negocios con Santiago Altamiranda, dueno y senor de todos los negocios de la zona y del gran complejo Dark Side, donde se ofrecen todos los placeres a manos de prostitutas de lujo. Aprovechando una deuda con el padre de Cristina, Santiago la obliga a trabajar para el en el complejo. Asi es como la joven, apenas una nina, empieza su horrible andadura en el mundo de la trata de mujeres.

  • Caballos lentos de Mick Herron

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    Caballos lentos es la primera entrega de la multipremiada serie protagonizada por el irreverente y sarcastico Jackson Lamb, un libro que The Mail on Sunday describe como <> y que The Daily Telegraph escogio entre las veinte mejores novelas de espias de todos los tiempos. De lo que no cabe duda es de que Jackson Lamb y sus <> no dejaran indiferente a ningun lector. En esta serie, Mick Herron ha modernizado con brillo y humor la tradicional novela de espionaje y nos brinda una mirada critica y sin concesiones sobre la sociedad britanica actual. Londres, hoy en dia: la Casa de la Cienaga es el reino de Jackson Lamb; un vertedero al que van a parar los miembros de los servicios de inteligencia que han metido la pata alguna vez: por dejarse un documento olvidado en un tren, por despistarse en una vigilancia, o porque la bebida los ha vuelto poco fiables. Son los <>, los parientes pobres del espionaje britanico, y tienen una cosa en comun: todos quieren volver a la accion, salir de alli a cualquier precio. El mas amargado de todos es River Cartwright, que se pasa la vida transcribiendo conversaciones interceptadas de telefonos moviles. Sin embargo, cuando se produce el secuestro de un joven y los autores amenazan con decapitarlo y mostrarlo en directo por internet, River lo ve como una oportunidad para redimirse. ?La victima es quien parece ser? ?Y que relacion tienen los raptores con el periodista caido en desgracia que los caballos lentos investigan? Mientras suena el tictac del reloj que nos acerca al plazo establecido para la ejecucion, River descubre que cada uno de los implicados tiene intereses ocultos. Si los caballos lentos no consiguen demostrar que no son tan inutiles como los consideran los demas, el eco de la muerte de un joven resonara por todo el mundo. Mick

  • Punto de Partida de Patricia Cornwell

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    En Richmond, la doctora forense Kay Scarpetta participa en la investigacion de una serie de incendios provocados que presentan un denominador comun: en los cuerpos calcinados de las victimas se encuentran siempre restos de magnesio. Con Punto de partida, Patricia Cornwell vuelve a los origenes de la carrera de la doctora Scarpetta con un relato que sondea el lado mas oscuro del alma humana.

  • Freak like me de Eva M. Soler

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    !Sumergete en esta saga de novelas New adult que exploran la vida de un grupo de universitarios en un exclusivo internado de Montreal!