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Heredero directo del Alto Rey de Irlanda Brian Boru, Brian Dunboyne, llevaba en la sangre la guerra y un espiritu de rebeldia inflexible que lo habia convertido desde nino en un luchador excepcional. Hijo de un lord rico y poderoso, Brian nacio el ano 1532 en medio de una familia de senores, guerreros y comerciantes que vieron en su nacimiento una esperanza en el futuro. Fue el primer varon tras cuatro hembras y su padre lloro de felicidad al comprobar su sexo. Una condicion que le otorgo muchisimos privilegios desde su mas tierna infancia. Brian Dunboyne crecio feliz y libremente, oyendo historias sobre los antiguos senores de Irlanda, fuertes, aguerridos y valientes caballeros que habian convertido la isla Esmeralda en el mejor lugar del mundo para vivir. Una certeza de la que el jamas dudo, mas aun, despues de visitar Francia, los Paises Bajos, Espana o Inglaterra de la mano de su padre, que se habia convertido en un comerciarte respetado de sedas, hilos y pano irlandes, reclamado por las damas y las cortes de media Europa. Se educo como un erudito. A los catorce anos conocia mas tierras que la mayoria de sus iguales, y era despierto, agil de mente, un negociante de primera y un chiquillo trabajador y responsable, al que su padre confiaba las decisiones de su negocio y del cual escuchaba sus ideas y proyectos. El era feliz trabajando, le gustaba el dinero mas que la espada, aunque sabia usar cualquier arma con destreza y su envergadura fisica le facilitaba imponerse ante cualquier adversario sin mayor esfuerzo, ademas era simpatico, abierto, listo como el demonio, decia su madre, y el mas seductor de los caballeros. A los 16 anos Brian habia roto corazones y virtudes sin demasiado esfuerzo y a los 18 se caso, como mandaba la tradicion de su familia, con una de sus primas, la jovencisima Keira de apenas dieciseis anos, con la que pretendia tener una vida larga, apacible y llena de hijos. Una intencion muy loable que sin embargo se vio rota con la muerte de la joven al dar a luz a su primogenito, el pequeno Kevin, hecho que sumiria al joven Brian Dunboyne en un ostracismo del que tardaria anos en salir. De este modo, diez anos despues de la muerte de su esposa, Brian seguia volcando su energia en su hijo, sus negocios y su gente, dejando de lado la idea de casarse nuevamente o de formar esa gran familia de la que todo el mundo le hablaba, dolido como estaba aun por la injusta perdida de Keira, a la que no habia llegado a amar como correspondia a un buen esposo, pero a la que habia respetado y cuidado con todo su corazon. --Padre, la abuela dice que esta vez me traeras una madre. --?Como? --Una madre, la abuela dice que ya es hora de que traigas una madre para mi. --!Santa madre de Dios! --exclamo Brian sin mirar a su hijo de diez anos, suspiro y siguio cargando los fardos de pano sin hablar. --?Es verdad o no? --No Kevin, no es verdad ?para que quieres una madre?, tu madre esta en el cielo y eso es mas que suficiente. --Bien. --Bien --repitio y se giro para clavarle los ojos claros-- ?por que no ayudas a tu tio Seamus a subir aquellas cajas al barco? --Si, padre. Kevin salto al pantalan y busco a su tio favorito que en ese momento organizaba el cargamento de sedas y encajes, y se entretuvo en ayudarle. Brian lo miro durante un rato y se concentro en su trabajo, el chiquillo se estaba haciendo un hombre, era fuerte, listo y ya no necesitaba de una madre, decidio mentalmente, aunque quizas el ya necesitara de una mujer. * * * Una semana despues entraba en la ciudad de Londres decidido a cobrar una deuda pendiente con Harold Boyle, el comerciante de la avenida Strand que hacia meses se escabullia con los pagos, cuando una mano fuerte y amistosa lo detuvo en su carrera por las calles atestadas de gente. Brian sujeto aquel brazo con fuerza antes de comprobar que se trataba de su amigo Albert Fitzgerald. --Albert, maldito seas, ?quieres que te maten? --Lo siento, Dumboyne, ?que haces por aqui? --Trabajo ?y tu? --Algo asi, te invito a una cerveza, tu trabajo seguro que puede esperar y tu milagrosa aparicion me viene como anillo al dedo, !venga!, concedeme diez minutos. --?En que andas metido? --Brian se desplomo en la banqueta de madera de la taberna y estiro sus largas piernas, miro a Albert y comprobo el semblante serio en la cara de su siempre apacible amigo-- ?que ocurre?, ?va todo bien? --Es por un asunto familiar, en realidad un asunto que atane mas a mi mujer que a mi, Brian, pero estoy metido hasta el cuello. --?Necesitas dinero? --No, ?Cuando dejas Londres? --Manana. --?Y donde vas? --Amberes. --?Espana? --Dentro de unas semanas ?por que?, dime de una maldita vez que ocurre. --Una prima espanola de mi mujer esta encerrada aqui en Londres, su tutor la ha traido para comprometerla con el mejor postor, ya sabes, la chica tiene diecisiete anos y varios titulos a su espalda, tierras, dinero… en fin, el tutor no puede desposarla porque es un religioso, pero pretende negociar con su virtud y sus posesiones… --suspiro-- la chica me ha pagado una fortuna por liberarla y ayudarla a regresar a Espana. --?Que dices? --Brian solto una carcajada grave y sincera-- solo tu eres capaz de meterte en algo asi, Albert. --El tipo ese se hizo con su tutela de forma ilegal, Isabel solo quiere regresar a Madrid y poner una denuncia ante el rey, desenmascarar al individuo y recuperar su autonomia, es lo justo. --Y paga bien, claro. --Eso no tiene nada que ver, es una muchacha increible, Brian, no podemos dejarla sola, mi esposa me ha presionado hasta lo indecible y creo que podre sacarla esta noche de la legacion espanola, solo me faltaba el transporte para mandarla a Espana y milagrosamente apareces tu, bribon, me has caido del cielo. --?Legacion espanola?, ?esta en la embajada? --Si. --Te meteras en un lio. --No, ?puedes llevarla contigo, Brian?, por favor, por los viejos tiempos. --Albert… --Brian Dumboyne miro largamente a su amigo ingles, lo conocia desde hacia mas de una decada, el padre de Albert habia nacido en Irlanda y habia hecho un estupendo matrimonio con una dama inglesa que lo habia llevado a vivir en Inglaterra como un senorito, Albert habia estudiado con Brian en Oxford un curso entero de leyes y se habian hecho muy amigos, se veian poco, pero Brian lo apreciaba-- ?quieres que suba a una fugitiva en mis barcos? --No es una fugitiva, ese hombre la rapto practicamente, ha intentado abusar de ella, la quiere casar con quien mejor pague… es un secuestrador y un delincuente, amigo, solo estamos intentando hacer justicia.
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tu me ensenaste como amar y ahora