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Hoy es un dia especial para la familia Marquez-Romero. Es el dia sobre el que llevamos fantaseando los ultimos cinco anos desde que nos vinimos del pueblo a vivir a la ciudad. Hoy es el dia en que mi marido saldra elegido como candidato a alcalde por nuestro partido. Esta tan segura su victoria en las primarias, que ya tenemos alquilado el local para la celebracion, comprados los trajes de gala para asistir a la fiesta y una selecta lista de invitados entre miembros importantes del partido, amigos y futuras beneficiosas influencias. Recuerdo que, entre risas, hablabamos de ello cuando veniamos en nuestro coche de segunda mano del pueblo a la capital cargados con un par de maletas, mas llenas de ilusion y suenos que de ropa. Mi marido habia dejado su concejalia en el Ayuntamiento del pueblo por un puesto en la secretaria del partido en la ciudad. Con ello, mas que aumentar su sueldo, al contrario, aumentaban sus esperanzas de ascenso dentro del partido. Como suele decir el, a veces, vale mas la pena ser cola de leon que cabeza de raton; tienes mas posibilidades de llegar a ser cabeza de leon algun dia, aunque al principio tu cometido sea matar moscas. Habia aceptado aquel empleo empujado tambien por mi bienestar. A mi me habian ofrecido una corresponsalia en un periodico de tirada nacional, que estaba mas acorde con mis esperanzas depositadas en cinco anos de carrera de Periodismo que la cronica deportiva en el periodico del pueblo. Asi que juntos, en aquel primer viaje, nos reiamos sonando con llegar a ser cabeza de leon y afamada periodista. Ahora me llena de orgullo comprobar que aquellos suenos estan mucho mas cerca de hacerse realidad. Yo ya tengo un buen puesto en el periodico y la carrera politica de mi marido va a despegar como un cohete. La eleccion como candidato a la alcaldia en nuestro partido es como si le pusieran en bandeja de plata las llaves del Ayuntamiento. Desde que en Espana se instauro la democracia superando el regimen dictatorial de Franco, hace mas de cuarenta anos, ningun otro partido politico ha gobernado en la ciudad. Son tan claras y diafanas nuestras victorias que al partido de la oposicion suele costarle encontrar un cabeza de turco que presentar como candidato a la alcaldia. A nadie le gusta que en su historial politico aparezca semejante borron en forma de humillante derrota que te cierre, para siempre, las puertas en tu carrera. Es por eso por lo que, de forma habitual, presentan candidatos ya en el final de su carrera politica o sin mayor ambicion que pasar cuatro anos como jefe de la oposicion en el Ayuntamiento, con lo que su estrategia politica se limita a presentar poca resistencia y a cobrar a final de cada mes. Entre los militantes de nuestro partido, y en conversaciones en petit comite, solemos decir que nosotros no gobernamos con mayoria absoluta, gobernamos con mayoria aplastante, y siempre nos echamos a reir tras el comentario. Asi que esta tarde, cuando se confirme de forma oficial lo que ya se rumorea por los pasillos de la sede del partido, ya podre verme como esposa del alcalde. Y anadire a mi curriculum el cargo de jefa de prensa del Ayuntamiento. Me lo he ganado. Yo tengo bastante que ver con esta victoria. Bastaron un par de amistosas sonrisas a mis companeros de local para que aparecieran un par de buenos articulos sobre la brillante carrera politica desarrollada por mi esposo desde sus comienzos y su implicacion social. Una buena campana interna disenada con la ayuda de mis conocimientos en marketing ha hecho el resto. He aprendido mucho de politica en los seis anos que llevo al lado de mi marido. El lleva toda su vida en este mundo. Sus padres tambien se dedicaban a la politica y su sueno siempre ha sido estar a la altura de la carrera politica de su padre y ganarse la admiracion de su madre. Ahora, pese a que ellos fallecieron antes de yo conocerle, estoy segura de que se sentirian orgullosos de ver hasta donde esta llegando su hijo. La principal leccion que he aprendido es que, para ascender en politica, no tienes que hacer buenas obras. Solo tienes que conseguir que la maxima cantidad de gente posible crea que, con un poco mas de poder, serias capaz de hacerlas, y asi pasar de ser secretario a concejal, y de alli a la mesa del alcalde. El siguiente escalafon sera el Congreso, pero ese ya sera el siguiente paso. Ahora toca disfrutar juntos de este ultimo peldano. Hay que ver lo bien que nos han ido las cosas juntos desde que el destino quiso que cruzaramos nuestros caminos en aquella entrevista de la periodista de deportes del diario local al concejal de Deportes del Ayuntamiento. Por aquel entonces el tenia treinta y seis anos y la primera impresion al verlo me dejo impactada. Era, y es, sumamente atractivo; sus ojos azul cielo centellean con un brillo de ilusion y confianza en si mismo. Alto, con su aspecto atletico y complexion fuerte, como deberia corresponder a todo buen concejal de Deportes que se precie, aunque sea en el Ayuntamiento de un pueblo de cinco mil habitantes, me recibio con una amplia sonrisa que desarmo todas mis armas ofensivas dispuestas en horas de preparacion minuciosa de la entrevista. De conversacion fluida e inteligente, se le notaba seguro de si mismo y dominador del tema que trataba. Serio y responsable en su trabajo. Vamos, un autentico partidazo. Yo tenia por aquel entonces treinta y un anos y ya era conocida en el pueblo por armar pequenos revuelos con mis articulos levantando un par de escandalos a nivel local. Nada que ver con los escandalos urbanisticos de hoy en dia, pero que entre los lugarenos dieron mucho que hablar. Ya entonces se veia que mi puesto de trabajo se quedaba pequeno para mi nota media de notable en la universidad, pero como decia mi difunto padre, si no hay mas, contigo Tomas. Lo que llevaba preparado para ser un ataque frontal a la politica del Ayuntamiento en el ambito deportivo, con duras criticas a sus presupuestos y al reparto de subvenciones entre los equipos locales, se convirtio en una amable entrevista ensalzando la buena labor del concejal. Todo por culpa de aquella arrebatadora sonrisa y por esa voz suya, calida y profunda, que sonaba como un mantra dentro de mi cabeza. Cuando al dia siguiente la entrevista salio en el periodico, la cara de desilusion de mi jefe contrasto con la mia cuando el me llamo para tomar un cafe cuando saliera del trabajo y hablar con mas calma sobre los temas del Ayuntamiento. <
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