• una historia negra - Antonella Lattanzi

    https://gigalibros.com/una-historia-negra.html

    Empieza el juicio a una mujer
    que es un juicio a todas las mujeres.
    Nadie te ha contado esta historia asi.

  • UNA HISTORIA NEGRA | ANTONELLA LATTANZI - Casa del ...

    https://www.casadellibro.com/libro-una-historia-negra/9788417125523/6805951

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  • Una historia negra (edición en castellano) Versión Kindle

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  • Una historia negra (edición en castellano) (Roja y negra)

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  • UNA HISTORIA NEGRA - LATTANZI ANTONELLA - Que libro ...

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    Una noche de agosto en Roma. Carla y Vito llevan un tiempo separados, pero han vuelto a reunirse para celebrar el cumpleaños de su hija menor.

  • Una historia negra, de Antonella Lattanzi (2017) - Leer sin prisa

    https://leersinprisa.com/una-historia-negra-de-antonella-lattanzi-2017/

    24 sept 2018 — Reseña de la novela negra italiana "Una historia negra" de Antonella Lattanzi. ... No quiere que su obra sea un «libro de piscina» más.

  • UNA HISTORIA NEGRA. LATTANZI, ANTONELLA. Comprar ...

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    Paolo Di Paolo,TTL (La Stampa) «Antonella Lattanzi ha culminado unaobra maestra del arte literario. Este es un libro grandísimo en cadauna de sus páginas.»

  • Un disparo contra el sexismo en la novela negra | Elemental

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    25 sept 2018 — Antonella Lattanzi narra en 'Una historia negra' un drama en el que el lector decide quién es la víctima y quién el verdugo.

  • Una historia negra, de Antonella Lattanzi - Blog de Juan ...

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    Una historia negra, de Antonella Lattanzi clic libro. La novela negra italiana siempre ha tenido una sintonía especial con el género más clásico cultivado ...

  • Donde empieza todo de Anna Casanovas

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    Harrison MacMurray, agente de un peculiar departamento de Inteligencia, debe investigar los asesinatos de dos matematicos y dos militares retirados y la primera pista fiable que encuentra vincula esas muertes con un prestigioso y joven congresista, el nino mimado del Capitolio, Benedict Holmes.

  • Vuelveme a enamorar de Sarah Rusell

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    Martina despierta sin poder imaginarse que lleva un mes en el hospital, en coma, tras un accidente. No solo ha perdido la memoria, tambien todo su mundo.
    Nelson, un chico que va a verla al hospital y al que ella no reconoce, la ayudara.
    Nelson y Martina mantenian una relacion y el estara alli en cada momento para ayudarla a que los recuerdos vuelvan a su mente.
    ?Volvera a enamorarse de el?

  • Panna cotta de Andrea Acosta

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    Andrea Bloom quiere conseguir su sueno: convertirse en chef profesional y abrir su propio restaurante. Un programa de television, Supreme chef, le dara la oportunidad de su vida: un curso de cocina en The Culinary Institute of America y la estancia durante un mes en la cocina de uno de los jueces del concurso. Prometida a Samuel y a punto de casarse con el, Andrea congela sus planes de boda y se marcha a Italia para cocinar al lado de uno de los mas grandes: Luca Graziani, el cocinero italiano superestrella de la television, juez del programa y propietario de varios restaurantes repartidos por el mundo. El sera el encargado de completar la formacion culinaria de Andrea durante ese mes. Petulante, engreido y despota, cocinar a su lado se convierte en un suplicio para ella y pronto surge la animadversion. Una antipatia mutua que marcara las vidas de ambos, una relacion tormentosa que se convertira en obsesion. Dicen que del amor al odio hay solo un paso y ocurre tambien en cocina que, a veces, de la combinacion de los ingredientes mas extranos se obtienen los mejores sabores, tan maravillosos que pueden poner en jaque corazones congelados, suenos y bodas. ?Volvera a ser Andrea la misma despues de esta experiencia?

  • El grupo de los lunes de Milena Moser

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    Todo cambia para Nevada, una antigua bailarina de ballet que es ahora profesora de yoga, cuando de repente se desvanece en medio de una de sus clases de los lunes y ya no puede esconder mas una enfermedad a la que no quiere enfrentarse. Tres alumnos permanecen a su lado y continuan en la clase: Marie, Poppy y Ted. Los cuatro intentan encontrar en los ejercicios de yoga un descanso de su vida confusa y agitada, que por momentos parece descarrilar. Marie es una doctora de exito casada con un famoso actor que la atormenta por no prestarle atencion. Ted es un divorciado que intenta encontrar de nuevo el amor mientras se ocupa en solitario de su hija pequena; y Poppy, la encargada del archivo en un periodico local, se reencuentra a traves de Facebook con Wolf, el gran amor de su vida, ahora felizmente casado.

  • El Vagabundo de Mariana Moreno Landero

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    ?De donde venimos??Que finalidad tiene la vida??Que significa “todos somos Uno”?
    Estas y otras preguntas se hizo Yared, protagonista de esta novela quien con tan solo quince anos sufrio un accidente que lo llevo a una experiencia extrema mas alla del cuerpo. Entonces todas sus preguntas obtuvieron respuesta. Hoy es un hombre poco comun. Su pasion por la naturaleza y sus experiencias misticas le hacer vivir con la mente abierta, dispuesto a ver en cada acontecimiento un aprendizaje que le ensena algo de si mismo. Tambien descubrio que el mundo que contemplamos es un reflejo de nuestro interior y que cada persona tiene un invisible conexion con su entorno, creando circunstancias coincidentes llamadas casualidad. Por eso supo que conocer a Yudica en el bosque y verse arrastrado por lo hechos y sensaciones que escapaban de su control, no era fruto del azar.
    Ambos personajes son los ejes centrales de esta historia que llega al corazon y donde capitulo a capitulo, nos ofrece una profunda reflexion, expone preguntas existenciales, y nos acompana a descubrir nuestras propias creencias.
    A ti, querido lector, debo advertirte que tampoco es casualidad que este libro este entre tus manos. Su lectura no te dejara indiferente, y puede ser el puente que te conduzca a ver la vida de otra manera.

  • Voss de Patrick White

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    Nunca nadie se ha adentrado en las profundidades del desierto australiano; segun cuentan, no es mas que un paramo lleno de tribus sanguinarias y bestias violentas. Pero todo cambia cuando Voss, un explorador aleman (inspirado en Ludwig Leichhardt, un naturalista prusiano que desaparecio en una de sus incursiones al interior de Australia a mediados del XIX), llega a la colonia con la intencion de llevar a cabo una expedicion historica: atravesar el desconocido y brutal desierto australiano en un recorrido que nadie ha emprendido antes. Cuenta para ello con un mecenas, el senor Bonner, que, ademas de entregarle los viveres necesarios y buscarle un grupo de colonos y dos aborigenes para que le acompanen, le presenta a su sobrina, Laura Trevelyan, con quien Voss establece una intensa relacion.

  • La promesa de una dama de Trixie George

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    La piedra era alta y lisa y proyectaba su sombra sobre la hierba, convirtiendo aquel rincon apacible en un lugar sombrio donde ni siquiera se oia el canto de los pajaros. Aquel era el punto mas alejado del jardin, casi en el limite del bosque, y ni siquiera el jardinero se aventuraba por alli tal y como demostraban las malas hierbas que crecian en libertad. Era el lugar ideal para evitar miradas y preguntas indiscretas. Jocelyn se sento sobre la hierba sin prestar atencion a la humedad que brotaba del suelo y empapaba sus faldas hasta llegar a su piel. Sus ojos recorrieron la piedra con avidez, a pesar de que con el paso de los meses habia llegado a saberse de memoria cada irregularidad en la roca, cada diminuta mancha. No habia ningun tipo de inscripcion. Ella lo preferia asi y, de todos modos, las palabras de duelo estaban grabadas a fuego en su corazon, tan hondas como hechas con un cuchillo afilado. Sintio que los ojos le escocian y se los froto con rabia, dejando un rastro de lagrimas sobre sus mejillas. Era tan injusto. Sus dedos no tendrian que estar acariciando aquella fria piedra sino a el, sus manos deberian estar recorriendo su mandibula cuadrada y su ancha espalda. Y deberia estar escuchando su voz, esa voz profunda y refinada que la habia encandilado, en lugar de estar hablando a solas ante una lapida bajo la cual no habia nada mas que tierra, pues su cuerpo yacia en algun lugar en el fondo del oceano, irrecuperable para siempre. Daniel. Daniel Redfern. Su primer y unico amor. El hombre que habia amado con todas sus fuerzas y al que le habia hecho una promesa: que le esperaria pasase lo que pasase. Una promesa que no habia sido capaz de cumplir. Penso con tristeza en los acontecimientos de los ultimos meses. El dia que habia despedido a Daniel antes de su viaje habia sido el ultimo dia feliz de su vida. Despues, los dias y las noches se habian vuelto grises, llenos de anoranza, hasta que la peor de las noticias habia llegado para agitar la placida vida de los nobles londinenses: el Marie Therese, el barco de la Corona Britanica en el que viajaba Daniel, habia sido atacado por piratas frente a las costas de Tortuga. Toda la tripulacion habia sido pasada a cuchillo. Nadie habia sobrevivido. Esa noticia habia supuesto para Jocelyn el fin de su alegria. Durante las semanas siguientes habia vivido en una especie de neblina en la que el llanto y la tristeza habian sido los protagonistas. Puesto que habia mantenido en secreto su relacion con Daniel casi en secreto, no podia desahogarse con nadie y su palidez, su desanimo y las enormes ojeras que lucio durante semanas fueron achacados por todos a un virus estomacal. Lo cierto es que Jocelyn se sentia fisicamente enferma, con nauseas y cansancio, y si bien al principio ella misma atribuyo estos sintomas a su infinita tristeza, pronto la verdad se impuso: una nueva vida habia comenzado a formarse en su interior: su hijo, el hijo de Daniel. Un hijo que ya jamas podria conocer a su padre. Un bebe que, en cuanto naciese, condenaria a Jocelyn al desarraigo social, puesto que los miembros de la aristocracia londinense jamas aceptarian un hijo fuera del matrimonio y se apresurarian a condenarla al ostracismo. A partir de ahi, todo habia ido de mal en peor. Desesperada, habia tomado una de las peores decisiones de su vida: aceptar la proposicion de matrimonio de Edward Balfour, un hombre vil que le prometio que se haria pasar por el padre de la criatura a cambio de adquirir el control sobre su dote. Los pocos meses que duro su matrimonio con Balfour habian sido un infierno para Jocelyn. El era un hombre cruel y sin escrupulos que no dudaba en humillarla y despreciarla a cada instante, recordandole el vergonzoso secreto que llevaba en sus entranas. Cuando Jocelyn desperto una manana en una cama empapada de sangre comprendio que todo habia terminado: la naturaleza habia seguido su curso y el hijo de Daniel Redfern jamas llegaria a nacer. Durante meses, se arrastro por los pasillos de su mansion como un alma en pena, sintiendose anclada a una vida sin sentido. Su esposo murio poco despues en una pelea y aunque su muerte la libero de sus insultos y maltratos, Jocelyn ni siquiera sintio alivio. Regreso a la casa de sus padres convertida en una viuda joven y triste que ya solo deseaba vivir el resto de sus dias a solas y en paz. El silencio del jardin se vio alterado de repente por un lejano tanido de campanas. Jocelyn se estremecio. Era un sonido hondo, triste y no anunciaba una boda o un bautizo sino algo mucho mas tenebroso: una ejecucion. No era un dia cualquiera: Jack el Rojo, el pirata cuya tripulacion habia atacado el Marie Therese, habia sido apresado al fin frente a las costas de Francia e iba a ser ajusticiado publicamente junto con todos sus hombres. Ese era el motivo por el que Jocelyn habia acudido tan temprano a ese rincon del jardin: deseaba hallarse en ese lugar exacto cuando la horca se cinese por fin en torno al cuello de aquel que le habia robado la alegria. La ejecucion de esos criminales era para ella un recordatorio de que no habia vuelta atras, de que el destino de Daniel hacia tiempo que habia sido sellado. Jocelyn saco de entre los pliegues de su falda una cajita de nacar que contenia un diminuto jubon hecho a mano, con una hilera de minusculos botones de perlas. Lo habia tejido ella misma cuando se entero de su embarazo y era la primera y unica ropita que jamas tendria aquel bebe que nunca llego a nacer. Tragandose las lagrimas, coloco la caja al pie de la lapida, tapandola con varios punados de musgo para que nadie la encontrase. Alli estaban, para siempre juntos, los dos recuerdos de los dos amores que habia tenido y perdido y la habian dejado hueca y vacia. Ahogando un gemido, se puso en pie y comenzo a caminar hacia la casa con la cabeza gacha. CAPITULO 1 Londres, un ano antes Gregory Redfern, cuarto vizconde de Dunnam, miro a su hijo Daniel con los ojos entornados y exhalo un suspiro de frustracion. Llevaban horas discutiendo y ambos estaban agotados y se habian quedado sin voz ni argumentos. --?Estas decidido a hacerlo? --Lo estoy. No pienso cambiar de idea. El viejo vizconde sirvio un vaso de brandy para cada uno y meneo la cabeza con pesar. Daniel era terco y obstinado, por sus venas corria la ferrea determinacion de los Redfern. Eso era algo que los dos tenian en comun. --?Acaso no tienes aqui en Londres todo cuanto puedas desear? Muchos matarian por estar en tu posicion. Tienes un titulo, fortuna, buenos amigos. Las puertas de los mejores clubs de la ciudad se abren de par en par para ti. ?Por que ese empeno en viajar de un lado a otro como un vagabundo? Si tu hermano estuviera aqui... --Pero el ya no esta aqui --interrumpio Daniel con expresion de dolor--. John jamas volvera y los dos lo sabemos. Padre e hijo volvieron a sumirse en un silencio triste, contemplando las llamas que crepitaban en la chimenea. Daniel sintio que el corazon se le hacia pesado en el pecho ante el recuerdo de John, su hermano mayor, que habia muerto el ano anterior victima de unas fiebres. John era el heredero, habia nacido para ostentar el titulo de vizconde y se movia con desenvoltura entre las cadenas de favores e intrigas politicas de la vida cortesana. Daniel era muy diferente. Odiaba el concepto de superioridad innata de la nobleza y los anejos titulos que pasaban de familia en familia, cargados de pompa y obligaciones, le repelian. La muerte de John, ademas de sumirlo en una honda tristeza, lo habia situado a el como nuevo heredero y lo habia condenado a una vida de apariencias y tedio. El no queria ser vizconde. Odiaba Londres, la politica de salon le abrumaba y los bailes y partidas de caza le resultaban asfixiantes. El sonaba con espacios abiertos, con un mar infinito extendiendose ante el y con tierras exoticas e inexploradas. Envidiaba a hombres como Thomas Cook o Daniel Solander, cartografos y exploradores de la Corona que tenian libertad para viajar a las Indias Orientales o al Nuevo Mundo, lugares lejanos y vibrantes, tan diferentes de la gris Inglaterra. En lugar de asistir a los clubs privados de caballeros, el preferia frecuentar las conferencias y reuniones que los exploradores y naturalistas celebraban para los curiosos en la Royal Society. Sentando entre el publico, bebia sus palabras como un sediento hartandose del agua mas pura. Hubiera dado la mitad de su fortuna por estar en su lugar. Durante una de esas reuniones habia conocido a Adam Montgomery, un empleado de la Compania Britanica de las Islas Orientales que habia hecho fortuna llevando a Inglaterra cargamentos de canela de Ceilan, nuez moscada y todo tipo de especias exoticas. Sentados los dos ante una botella de brandy, con el humo de los cigarros humeando entre ellos y la lluvia inglesa arreciando tras las ventanas, Daniel habia escuchado con atencion sus historias sobre los atiborrados mercados de Calcuta y Goa y los barcos que surcaban los mares desde la India llevando cargamentos de corteza de casia. Era una vida dura, plagada de libertad; una vida que Daniel hubiera querido vivir el mismo. Tras sus aventuras en las Islas Orientales, Montgomery estaba ahora decidido a explorar nuevas rutas de comercio. El Caribe se habia convertido en un emplazamiento prospero para la Corona Britanica y las plantaciones de azucar o tabaco en islas como Tortuga, Nueva Providencia o Barbados eran fuente de grandes riquezas para los hombres que sabian aprovechar su potencial. --Los ingenios azucareros son el futuro --decia Montgomery con gran excitacion--. Asi les llaman a esas grandes extensiones de tierra que son ideales para extraer melaza. Las destilerias de ron pagan muy bien por ella. !Cualquier hombre puede hacerse rico si sabe como! Contagiado por su entusiasmo, Daniel habia aprovechado sus contactos como hijo de un vizconde para ayudarle a obtener la concesion real necesaria y Montgomery, en agradecimiento, le habia ofrecido una participacion en las acciones de la plantacion, ademas de un pasaje en el Marie Therese, uno de los barcos de su compania naviera. Sin consultarlo con nadie, Daniel tomo una decision: partiria en ese viaje. Seria como el canto del cisne; su ultimo coqueteo con la libertad y la aventura antes de asentarse en Londres y hacerse cargo de las obligaciones de su titulo. Y ahi estaba ahora, enfrentandose al mal trago de comunicarle sus intenciones a su padre. El viejo vizconde era un hombre discreto que durante toda su vida habia tenido que callar mucho y sonreir todavia mas para hacerse un hueco en la corte del rey Jorge [1], llena de alimanas y mentiras. La muerte de su primogenito lo habia sumido en la melancolia y su unica esperanza era que Daniel hiciese honor a su apellido y caminase por la senda que John no habia podido recorrer. --Se que no aprueba mi decision, padre --repitio Daniel--. Se que lo considera una locura. El anciano lo miro entornando los ojos. --!Cualquiera con un minimo de seso convendria conmigo en que te has vuelto loco! Ademas, ?que hay de esa muchacha, la hija de Berkeley? Se que te has fijado en ella. ?Le has dicho ya que te marchas? Daniel dio un respingo tan violento que los hielos de su vaso tintinearon. Le asombraba la astucia de su padre. El vizconde habia tocado deliberadamente su fibra mas sensible, ya que dejar atras a Jocelyn, la joven que le habia robado el corazon y poblaba todos sus suenos, era la unica mancha negra en su decision. Si existian unas manos capaces de atarlo a tierra firme, esas eran las de Jocelyn Berkeley. --Ella lo comprendera --dijo rechinando los dientes. --?Estas seguro? Las mujeres tienen su corazon puesto en un unico objetivo: casarse y tener hijos. La muchacha estara deseando que pidas su mano formalmente y en lugar de eso pretendes anunciarle tu partida. ?Y si no te espera? ?Y si en tu ausencia se compromete con otro? Daniel apreto tanto los punos que estuvo a punto de hacer estallar el vaso. Imaginarse a Jocelyn en brazos de otro hombre le hacia hervir la sangre. Ella era suya, tan suya como la piel que recubria sus huesos. Amaba a Jocelyn Berkeley con todas sus fuerzas, a pesar de que antes de conocerla estaba convencido de que las mujeres, en especial las insulsas debutantes educadas por y para el matrimonio, eran molestos estorbos que uno debia evitar a toda costa si queria conservar su libertad. Ella le habia hecho cambiar de opinion. La imagen de su rostro palido y cremoso inundo su mente y experimento una mezcla extrana de frio y calor, de alegria y miedo. Su padre tenia razon. ?Como reaccionaria Jocelyn al enterarse? --Tengo que irme. --dijo poniendose en pie bruscamente--. Padre, intente comprender que mis suenos no son peores que los suyos, aunque sean distintos. Y si no puede comprenderme, al menos intente perdonarme. El anciano no contesto. Se giro hacia la chimenea encendida con la cabeza gacha, evitando la mirada de su hijo. Intentando no fijarse en la curva derrotada de sus hombros, Daniel llamo a un criado y le ordeno que preparase un carruaje. --A la mansion de los Berkeley. Deprisa --ordeno en cuanto el cochero estuvo instalado en el pescante.

  • Amor descontrolado (Sweet love 2), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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    Debbie no sabe como pero acaba metida en un juego del que espera no salir lastimada.
    Neill le propuso algo simple: explorar su sexualidad juntos, ese deseo que los consume cuando estan cerca y que les quema la piel cada vez que se tocan, y ver donde les lleva. Como amigos claro, ella no quiere enamorarse de el, sigue teniendo el gran defecto de ser capitan del equipo de futbol.

  • Dos historias para no dormir de Stephen King

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    Un grupo de chicos y chicas sale a navegar en una balsa sobre un pacifico lago, donde una oscura mancha viscosa los acosa; en la carcel, un interno tiene extranas pesadillas en las que aparece una mujer que le atrae y repele a la vez, porque se convierte en una inmensa rata. Dos cuentos ineditos del gran maestro del terror, un terror que se instala en situaciones cotidianas con total familiaridad. Una realidad sobrenatural que traspasa los limites de lo fantastico para infiltrarse en nuestras vidas y sembrar la angustia en las noches de insomnio.

  • Detras de tu mirada de Adriana Rubens

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  • No solo el fuego de Benjamin Prado

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  • Perros y lobos de Herve Le Corre

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    Un thriller de ambiente sofocante y adictivo que confirma a Herve Le Corre como uno de los grandes maestros del crimen europeo.

  • El juramento de Ignacio Solares

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  • Dejame cuidarte de Maria Beatobe

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    “Dejame cuidarte” Marta es un chica bohemia, dedicada al arte de la pintura, con un pasado que le atormenta y es incapaz de contar. Por casualidades de la vida tiene que compartir piso temporalmente con Lucas, un fotografo reconocido fuera de Espana, bastante vacilon y sexy que va a hacer que su vida y su corazon den un vuelco. Pero su secreto del pasado no la dejan avanzar. ?Conseguira Lucas enamorarla y que supere esa mala experiencia?

  • Cruelity Free de Elizabeth Betancourt

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    Suky Rider es una mujer muy inusual, para empezar es totalmente lo opuesto a lo que la actual sociedad define como "belleza". Ella es una mujer curvilinea, bajita, espontanea, dulce y muy apasionadal. Debido a una infancia desastrosa y una madre que siempre trato de bajar su autoestima, Suky nunca supo el potencial que realmente tenia, pero su caracter colorido y espontaneo siempre la hizo llamar la atencion. En un momento de su vida en el que se entera que practicamente ha vivido en una mentira se volcara en una gran aventura que consistira en salvar su marca de maquillajes favorita (Cruelity Free), lo que no espera encontrarse por el camino es a una serie de catastroficas desdichas y a un hombre tan atractivo que la hara temblar de la cabeza a los pies.

  • Donde menos lo esperas de Brianne Miller

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    El amor es como una caja de bombones, nunca sabes el sabor que te puede tocar. Por desgracia a mi siempre me tocan los bombones amargos, los que te dejan mal sabor de boca y poco a poco te van quitando las ganas de seguir probando el resto. Mi ultimo bombon no era demasiado guapo, ni demasiado brillante, ni demasiado carinoso. Era mas como el insulso bombon de chocolate blanco con arroz inflado que la mayoria de las personas deja para el final. Crei que eligiendo ese bombon no corria peligro de terminar desilusionada, pero por desgracia me equivoque. Archie se dedica a vender coches, un empleo sencillo y sin demasiadas preocupaciones en el que le pagan a comision. Si no hay venta no hay dinero, asi de sencillo, por eso me tocaba a mi el ochenta por ciento de las veces invitarle a el a cenar. Pero no me importaba porque era tan ilusa que pensaba que me queria... que tonta fui. No me di cuenta cuando me quedaba encerrada en casa porque el queria quedar con sus amigos y decia que aun no se sentia preparado para compartirme con ellos, ni aquella vez que le llamo su madre y aun teniendome delante de el vestida unicamente con un corpino de encaje y un tanga a juego, le dijo que viniera a ver lo bien pintadas que le habian quedado las paredes del pasillo. Ahora se que fui una tonta y que todo el tiempo me engano. Quien sabe... tal vez no era su madre quien llamo sino la muchacha de veintipocos anos con la que salia a mis espaldas y que descubri por casualidad gracias a Facebook, que curiosamente me sugirio el perfil secreto de Archie como nueva amistad. Pero todo eso es pasado desde hace seis meses, ahora solo quiero centrarme en mi trabajo y olvidarme del resto de bombones de mi caja, porque posiblemente nunca mas vuelva a probarlos y terminen por caducarse. Miro la hora en el enorme reloj de numeros plateados de la oficina y apago el ordenador con un suspiro. Soy supervisora de una importante cadena de franquicias y por lo general me encanta mi trabajo, excepto cuando Brandon, el responsable del departamento comercial, empieza a insistir de manera agobiante en que salga con el. Como si hubiera oido mis pensamientos el aludido se acerca a mi mesa sonriendome de la forma que tanto detesto y se sienta en ella con toda la poca verguenza que le caracteriza. --Levanta de ahi, Brandon, por favor --ordeno sin apartar la mirada de mi ordenador. --Estas muy quisquillosa hoy, Ash. ?Es que no has tomado cafe esta manana? --Para ti sigo siendo la senorita Lowell. --Parece que hoy te has levantado con el pie izquierdo, nena. A pesar de la burla hace lo que le pido, pero se pone en cuclillas a mi lado con los brazos cruzados sobre mi escritorio. --?Cuando vas a quedar conmigo? --pregunta. --Nunca --respondo sin dedicarle ni una triste mirada. --?Y por que no? --Porque no me da la gana. --Dejame invitarte a cenar. --No tengo hambre. --!Vamos, Ash! Tendras que comer, ?no? --Te he dicho que no me llames Ash. Y si, tengo que comer, pero para tu informacion ya he quedado con alguien. --?Con Jodi? --bufa-- Pues cancelalo. --Ni lo suenes, prefiero mil veces cenar con ella a hacerlo contigo. Con un suspiro de derrota se pone de pie al fin, devolviendome mi espacio personal. --Algun dia terminara aceptando, senorita Lowell. --No se si lo dice como amenaza o como promesa--. No pienso darme por vencido. --Pues te aseguro que estaras desperdiciando un tiempo precioso. Brandon al fin se marcha y puedo respirar tranquila. Es incomodo, bochornoso y desesperante que insista en quedar conmigo de esa manera. ?Es que no sabe aceptar una negativa? Me tiene harta con sus intentos de seducirme, desde que se entero por casualidad de que lo habia dejado con Archie no deja de incordiar con lo mismo, y aunque yo no suelo llevar tacones de aguja como mi mejor amiga, estoy segura de que si le pido uno prestado para clavarselo a Brandon en la frente me lo dejara sin rechistar. Jodi llega a la oficina en ese momento y se apoya en mi escritorio con una sonrisa. --?Nos vamos o que? --pregunta-- Me muero de hambre. --Si, es que he tenido aqui a Brandon otra vez. --?Ese capullo sigue molestandote? --se ofende-- Al final voy a tener que darle una paliza... Su comentario me hace reir y me engancho de su brazo para salir de la oficina. --?Crees que yo no se defenderme sola o que? --protesto-- Me tratas como si fuera una nina pequena. --Eres tonta, eso es lo que eres. No quiero que vuelvas a pasar por nada tu sola, para eso estan las amigas. --Ya tuve suficiente con la bronca de Stacy, no empieces tu tambien. Stacy es otra de mis mejores amigas. Nos conocimos cuando se unio a la franquicia hace ya unos anos y desde entonces las tres nos hemos hecho inseparables. --Vale, ya paro... --protesta Jodi. --Asi me gusta, que seas obediente. Me aparto de ella con una carcajada cuando levanta el bolso para darme con el. Cenamos en un restaurante cercano, y aunque estoy algo cansada mi amiga insiste en ir a tomar algo a algun pub. --Tengo ganas de acostarme --me disculpo. --!Vamos, Ash! No has salido desde que dejaste al pringado que tenias por novio, es hora de que empieces a conocer chicos de nuevo. --No, gracias, mi caja de bombones caduco. --?Como dices? --Olvidalo --respondo sonriendo--. Me voy a casa, en serio. --Ashley Lowell --protesta cruzandose de brazos delante de mi--, como se te ocurra dejarme tirada esta noche te juro que no te lo perdonare jamas. --?Y para que quieres que te acompane? Conoceras a un tio y te iras a bailar con el, no me apetece beber sola de nuevo. --Te prometo que no voy a apartarme de ti --dice con las manos unidas--, sere como una lapa. Por favor... --Esta bien... Entramos al pub de siempre y Justin, el portero, nos saluda con una sonrisa. --Crei que ya no veniais --nos dice. --?Y perdernos ver a nuestro macizo favorito? --bromeo-- Ni de broma. --Que no te engane, tenia pensado irse a casa --me delata Jodi. --!Ten amigas para esto! --rie Justin-- Tranquila, carino, que lo importante es que estes aqui. Miro a Jodi con una ceja arqueada haciendo reir a Justin, que nos besa a ambas en la mejilla. Es una pena que sea gay, en serio... seria el unico hombre con el que romperia mi decision de no fijarme mas en ninguno de ellos, pero creo que antes de que el se fije en una chica se congelara el Infierno. --Portaos bien --dice al abrirnos la puerta. --Sabes que somos muy buenas --responde Jodi con un mohin. --Ash tal vez, pero tu... Encontramos una mesa vacia al final del local y me voy hasta ella mientras Jodi pide nuestras cervezas. El ambiente esta bastante bien, hay gente pero sin llegar a ser agobiante y en la pista se puede bailar con libertad de movimientos. Jodi me tiende mi cerveza y se apoya en la mesa con un suspiro. --?No te sientas? --pregunto. --Me duele el culo de estar sentada --responde. --Has estado toda la tarde fuera de la oficina. --Si, pero he pasado mas tiempo en el coche que en las tiendas. ?Por que no bailamos un poco? --Me tomo esta y me voy a casa --aviso. --?Por que? --protesta con un mohin. --Porque estoy muy cansada, manana trabajamos y al menos yo no podre mantenerme en pie si me quedo mas tiempo. --Eres una aguafiestas --protesta Jodi. --El mundo no gira alrededor de ti, mona. --Eso quisiera yo... Levanto la vista con una sonrisa y me quedo helada en el sitio al ver al hombre mas guapo que he visto en mi vida. Es bastante alto, puede rondar el metro ochenta, de hombros anchos y cintura estrecha. Se pueden adivinar unos buenos pectorales debajo de la camiseta blanca que lleva puesta y tiene unos biceps de esos que toda chica se muere por tocar. Lleva el pelo castano corto por los lados y algo mas largo por arriba, y los mechones se entrecruzan haciendole parecer un chico malo. Tiene una mirada risuena en sus ojos castanos, una sonrisa de infarto que dibuja dos hoyuelos en sus mejillas y una barba de tres dias que le hace parecer mucho mas atractivo e interesante. Soy muy mala para las edades pero no parece ser mucho mas joven que yo, tres o cuatro anos tal vez... pero no mucho mas. Ni siquiera me he dado cuenta de que tenia la mirada fija en mi durante mi escrutinio. Sin apartarla, se bebe el ultimo trago de su cerveza con una sonrisa absolutamente irresistible, deja el botellin sobre la mesa y se acerca a nosotras con paso decidido. --!Madre mia! --susurra mi amiga a mi lado-- Ese hombre tiene una mirada quemabragas total. Le doy un codazo sonriendo pero no puedo apartar mis ojos de el. Es como un dios griego que lo llena todo a su paso. La ropa le sienta de muerte, y eso que solo lleva una camiseta de manga corta y unos vaqueros normalitos... En cuanto llega a nuestra mesa apoya los codos en ella y acerca su cara a la mia sin dejar de sonreir, consiguiendo que mi corazon se salte un latido. --?Donde has estado escondida durante toda mi vida? --susurra.

  • Baila conmigo (Serie Cicatrices 1), Susana Bielsa de Susana Bielsa

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  • No hay reglas para olvidar de Iris T. Hernandez

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    Nasha dejo atras su zona de confort y se separo de su novio, Andres Zuniga, para lanzarse a la aventura, levantar su negocio y construir su reino.

  • Amor Encubierto de Rose Marie

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    El amor puede existir bajo cualquier circunstancia: tiempo, lugar, lo que sea … puede suceder. Puede cambiar toda una vida con su presencia, con su luz. Aqui hay una historia que sucedio en mi vida y me convencio de la verdad de que el amor es mas poderoso que cualquier otra cosa … y de todos modos puede existir. Cuando nos acercamos al lugar donde nos habian enviado, alguien grito “emboscada”. y tuvimos que extendernos y correr. Las balas comenzaron a llover sobre nosotros desde un lugar que nadie podia ver. Me tire al suelo, cubriendome los ojos, como si eso pudiera haberme protegido de las balas. Despues de un rato, el sonido se detuvo. Mire hacia arriba: todo el grupo se habia dispersado en el campo que estaba intercalado con empinadas trincheras y valles. Me levante y camine sin rumbo unos pasos, cuando una mina de campo exploto a mi lado, arrojandome al borde de un pozo y cubriendome con un monton de tierra polvorienta. Casi me caigo en la gran trinchera de abajo. Era el borde de una grieta en el suelo, hecha por un terremoto o explosiones previas. Me puse de pie, tratando de alejarme del suelo resbaladizo bajo mis pies y esparci la tierra de mi cabeza. ajustando el casco de metal. De repente, escuche una voz desde abajo: “Oye, ?quien esta alli?” Mirando hacia abajo, me di cuenta de una nina. Un soldado tambien. No fue una sorpresa que la guerra tambien reclutara chicas, pero fue sorprendente verla alli, en la zanja. Su largo cabello le caia sobre los hombros, debajo del casco. Sus ojos verdosos me miraban extranamente y brillantemente. “Me cubriste de polvo”, dijo en tono de broma y sonrio, esparciendola de su uniforme. “?Como llegaste alli?” Le pregunte con curiosidad. “Probablemente de la misma manera que casi lo hiciste”, respondio ella y siguio sonriendo. Eso me parecio divertido y me rei. Ella tambien se rio y luego dijo: “?Me ayudaras a salir?” “Claro”, dije y extendi una mano. Sus largos dedos, del color de la palida luz de la luna me llamaron la atencion. Cuando se paro a mi lado, me di cuenta de que probablemente tenia la misma altura y edad que yo. Los dos teniamos apenas dieciocho anos, no estabamos listos para la guerra y no estabamos listos para exponernos a un peligro inminente, pero nos reiamos de eso con ese desafio inconsciente que tienen los jovenes, con una certeza inexplicable de que de alguna manera eramos invencibles y no nos afectaba lo que sucediera a su alrededor. nos. “!Gracias!” Se sento y comenzo a rascarse el barro de sus botas. Queria salir de la trinchera, pero una bala chisporroteo en mi oido, asi que me agache en la zanja. Me sente a su lado, mientras ella limpiaba sus botas con un palo. “?De que unidad eres?” Yo le pregunte a ella. “Veinte. ?Que pasa contigo?” “Veintiuno.” Ella me miro atentamente. Sus ojos tan llenos de luz me asombraron. “Podriamos tener que arrastrarnos para salir de aqui”, dije. “Hmm … no importa, los dos hemos terminado”, respondio un poco disgustada. “!Vamonos!” Saltamos de la zanja al mismo tiempo, arrastrandonos y rodando rapidamente bajo las balas voladoras hasta llegar al bosque. Luego corrimos para encontrar a nuestros camaradas entre los arboles. La vi desaparecer y lamente un poco no haberle preguntado su nombre. “De todos modos, podriamos no volver a vernos, asi que …” Pense para mi mismo. Mis camaradas ya estaban reunidos en la fila. El oficial al mando me vio integrarme entre ellos y me pregunto severamente: “!Tu! ?Donde has estado?” “Hubo una explosion cerca y me cai en una zanja y …” !Saca las manos de los bolsillos y no vuelvas a alejarte del grupo! ?Entendido?” “Si.” Irritado por no haber dicho “Si senor”, el oficial me dio la espalda y nos ordeno que subieramos a la cima del bosque profundo. Por la noche llegamos a los barracones que representaban nuestros cuartos en esa montana. Habia sido un camino largo y agotador, asi que cuando llegamos alli, tenia hambre y sueno, asi que me meti en la cama de inmediato. Temprano en la manana la sirena ensordecedora me desperto. Fui al bano y encontre solo agua helada en los grifos, asi que me lave la cara y sali al patio. Todos ya estaban en linea otra vez. El comandante me fruncio el ceno. La luz de la manana fue repentinamente aguda y cegadora. !Siempre estas separado del grupo, soldado! ?No escuchaste la sirena? “Yo hice.” “Entonces, ?por que no te moviste mas rapido y llegaste a tiempo para la salida de la manana?” “Fui al bano.” Las lineas comenzaron a reir, sus voces se alzaron en el aire despejado de la manana. “!Silencio!” rugio el oficial. “Ve a tu casa ahora y no hagas que esto vuelva a pasar, ?me oyes?” “Si.” “?Si que?” “!Si senor!” “Cuando un oficial superior te esta hablando, debes pararte derecho. ?No lo sabias? “Si senor, lo sabia”. “Entonces, ?por que no lo hiciste?” “No podia recordarlo”. “?Que quieres decir con que no te acuerdas?” “Si me esta gritando, no puedo recordar todo lo que debo, senor”. El comandante me miro, tratando de ver si me estaba burlando de la situacion o si realmente queria decir lo que dije. No podia decidir, asi que nos grito que fueramos a desayunar: !Al comedor, soldados! !Moverse!” La cantimplora se lleno repentinamente de ruido, charla y tintinear platos. Comi en silencio, solo en mi mesa. No conocia a nadie lo suficiente: no habia habido tiempo para ello. Nos habiamos reunido y subido a toda prisa la montana para fortalecer los puestos defensivos, incluso antes de que pudieramos mirarnos. Entonces oi mas ruido en las puertas de la cantina: un nuevo grupo entraba a desayunar. “Unidad veinte”, dijo alguien a mi lado y levante la vista con curiosidad. Eran en su mayoria chicas. Los muchachos de la cantina silbaron alegremente, dando la bienvenida a los hermosos soldados que parecian esperar eso y no prestaron mucha atencion a la atmosfera. Tenian hambre y solo les importaba la comida en ese momento, que rapidamente colocaron en sus bandejas. El comandante anuncio que la nueva unidad se mezclaria con la nuestra, por lo que tuvimos que dejarles espacio en los barracones. Acababa de terminar el desayuno y me quede mirando a las chicas desempacar en el patio. De repente, vi al que habia conocido un dia antes, en la zanja. Ella estaba luchando con una mochila. Me acerque a ella. “Hola. ?Como estas? ?Puedo ayudarte?” Ella me miro y no parecio sorprendida. Ella me permitio ayudar, aceptando algo cansado: “Si quieres, puedes llevar esta mochila; es un poco pesado “. Yo lo levante. “?Cuales son los barracones donde nos quedamos?” Pregunto, mirando a su alrededor aburrida y desprendida, como si hubiera visto suficiente y ya habia tenido suficiente. “Aqui. Esos son los cuartos de los oficiales. Nos quedaremos en este otro lado. ?Por que llegaste tan tarde? Llegamos ayer. ?No se suponia que estabas aqui al mismo tiempo? Mis preguntas le hicieron responder simplemente: “No lo se. Nuestro guia probablemente se desvio. Fue un largo camino por el bosque. En realidad, fue una pista bastante miserable “, dijo con disgusto. Abri la puerta del barracon. “Puedes elegir tu lugar, hay suficientes disponibles. Tenemos camas bunker. “?Donde te estas quedadando?” ella me pregunto de alguna manera desorientada e indecisa. “Estoy aqui, la cima. El de abajo es gratis. “Perfecto. Prefiero el de abajo. Me quedare aqui, si no te importa. Parecia sentirse segura a mi lado, asi que coloco su mochila en la cama y se sento en el borde, mirando desolada. Entonces, de repente, recordo algo y levanto la vista alegremente: “Vamos a presentarnos el uno al otro. Nos hemos conocido, pero no se tu nombre. “Es Ky”. Me miro atentamente y sus ojos brillaron con una luz profunda. “Ky”, sonrio mientras decia mi nombre. “Te conviene. Me llamo Seloren. Le estreche la mano otra vez, la misma mano palida a la luz de la luna con dedos delgados. “Encantado de conocerte, Seloren”. Su nombre era tan delicado y refinado como sus manos. Me sorprendio la chica inusual que de alguna manera habia aterrizado en el mismo bosque, en la misma montana, en el mismo barracon que yo. Parecia cansada y se quito las botas, estirandose sobre la manta aspera. El cuartel de madera estaba vacio. Todos seguian en la cantina. “No comiste mucho” me di cuenta. “?No quieres el desayuno? Podria traerlo para ti. “Eso es bueno, pero no me gusta la comida que nos dan. Debo tener cuidado con lo que como. Tengo unos bocadillos en esta mochila. “Te dejare descansar ahora”. Sali, mientras los soldados se reunian para recibir las instrucciones en el patio. Tuvimos que hacer un horario para patrullar el bosque y no queria terminar en el turno de noche, aunque de alguna manera sucedio. Mientras cruzaba el patio, el comandante me vio. “!Tu! ?Estas perdiendo el tiempo deambulando? ?No tienes nada mejor que hacer, soldado? “Iba a revisar el horario”. “Simplificare el horario para ti: !ve a la cantina y ayuda a lavar los platos! ?Ya llegaste? !Moverse!” Tenia que ir a la cocina, asi que el horario se decidio en mi ausencia … y tuve el turno de noche, por supuesto. Por la noche, el bosque estaba lleno de sombras al acecho, ramas quebradizas, buhos chirriantes, movimientos inesperados de hojas y nos asustaba el mas minimo sonido. Nos pusimos nuestras gafas de vision nocturna, por lo que al menos pensamos que de alguna manera estabamos mas seguros, aunque todavia era desconcertante, mirar hacia la oscuridad y caminar sobre nuestros pies. Cerca del amanecer regrese y me meti en la cama. Todos estaban dormidos. Seloren tambien estaba dormido.

  • Tres Capas, Maxima Suavidad de Nieves Hidalgo

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    !Que ganas tenia de que acabara la maldita reunion! Cuando Fernando Orellana se pone petardo, se pone de verdad. Le encanta escucharse, al muy becerro. Estoy convencida de que antes de presentarse en la sala de reuniones se planta delante del espejo y ensaya; no es normal que, cada dos frases, te suelte una que te obliga a abrir Google y consultar la RAE para saber que punetas esta diciendo. --Repeticion, por favor. Le he interrumpido tres veces alzando la mano. No le ha gustado, claro, le repatea que lo hagan cuando esta soltando su discurso, pero me ha importado menos que cuarto kilo de pimientos fritos que se haya cabreado tras el coro de risas. No soy lela. De hecho, siempre saque estupendas notas en lengua. Pero es que lo de Orellana me supera, de verdad. Me gusta conversar, intercambiar ideas, no acudir a un soliloquio de frases rimbombantes. Por la rabia que he visto en su mirada se que, de haber podido, me hubiera echado de la reunion. O enviado de cabeza al departamento de personal para que me preparasen el finiquito. Pues que se joda, que a mi no puede ponerme de patitas en la calle. Por varias razones: soy muy buena en mi trabajo --la falsa modestia me cabrea--, soy rapida y tengo mas ideas que una raposa. Al menos eso me decia siempre mi abuela. Ademas, poseo un buen porcentaje de acciones en el negocio. Y por si eso fuera poco, mi padre es el dueno de Imagine, una de las mas reconocidas empresas de decoracion a nivel nacional. Nuestros proyectos de arquitectura e interiores destilan pasion y no se cinen a los deseos del cliente: los sobrepasan. El negocio va viento en popa y es muy posible que abramos una delegacion en Nueva York el ano que viene, cuya direccion me ha ofrecido mi padre y yo he rechazado. Me gusta viajar, pero no me acostumbraria a vivir fuera de Espana, mucho menos a separarme de el. No, no, no, esto ultimo, lo de ser la hija del dueno, no tiene nada que ver, que os veo venir. Quiero que quede constancia de que me he ganado el puesto a pulso, mi adorado padre no me ha regalado nada --salvo pagarme la carrera-- y comence haciendo recados de un despacho a otro. ?Que os habiais creido? Aprendi del mejor, que para mi es el; tal vez por eso me costo lo suyo demostrar mi valia profesional ante ese peso pesado. Y muchas veces no estamos en absoluto de acuerdo porque su estilo es sobrio, pleno de elegancia, y el mio alocado, puede que incluso excesivo. Pero gusta; es de lo que se trata en un negocio. --?Te marchas? Belen se acerca a mi mesa y deja la carpeta de color sepia. Dentro, mi proyecto para un tenista que quiere redecorar un chale que acaba de adquirir. Le he pedido que me de su opinion, conoce el negocio mas que muchos de nosotros, no en vano lleva veinte anos ejerciendo de secretaria de mi padre. Quiero saber que le parece mi idea porque no se anda con panos calientes, si algo le agrada te lo dice, y si no tambien, por eso siempre nos hemos llevado de lujo a pesar de la diferencia de edad. Ha cumplido medio siglo, aunque cualquiera lo diria viendola tan guapa, todavia con un buen tipazo, siempre perfectamente peinada y maquillada. Esa es una de las cosas que siempre me recrimina desde el carino, que no me importa demasiado la pinta que lleve. Es que para mi lo que prima es la comodidad, con unos pantalones anchos y una camiseta voy lista. Para calzar, manoletinas, aunque me diga que cuando camino con ellas mis andares se asemejan a los de Jhon Wayne. --Tengo que hacer compra, mi frigorifico parece el desierto de Gobi y no me queda ni un rollo de papel higienico. --Llevate alguno de aqui. --Gracias, pero no. Solo uso de triple capa, maxima suavidad. Y rosa, a ser posible. --Estas como un cencerro, tesoro. --Asi soy yo: maniatica para ciertas cosas. Bueno, ?que te ha parecido? --Senalo la carpeta con la barbilla. --Me gusta. --Asi, sin mas. --No parece buena senal y me corre un gusanillo de preocupacion por el cuerpo. --Atrevido. --Era lo que buscaba. --Entonces has acertado. No, en serio --sonrie--, creo que es sensacional. Lo que no se es lo que va a decir tu padre. --El proyecto es mio, a ti te ha gustado... ?Que va a decir? Sabes que valora tus opiniones tanto o mas que yo. Asiente, se da la vuelta y chasca los dedos por encima del hombro. --Buen finde, preciosura. --?Quieres que te acerque a casa? --Me quedo un rato para terminar unas facturas. Pero recuerda que me debes una comida, no te la perdono. Es cierto. Prometi que hoy comeriamos juntas y que yo pagaria, pero ha sido imposible. --El pestino de Orellana no nos ha dejado respirar con el asunto del complejo hotelero, ya has visto que incluso nos han traido un catering. El lunes te voy a invitar a Viridiana, reservo esta misma tarde, y te juro que se te van a caer las lagrimas cuando pruebes los huevos fritos con trufa de Abraham Garcia, lucero mio. Se echa a reir, mueve la cabeza como dejandome por imposible y se aleja con ese caminar elegante y sensual que a mi me gustaria tener. Busco la nota que he hecho de la compra y apunto el nombre del restaurante; con tantas cosas como tengo en la cabeza o lo anoto o se me olvida y no quiero quedar como una cerda con Belen, que le tengo mucho carino. Doy un vistazo al reloj, reniego por lo bajo, agarro la carpeta, la meto en mi bolso para darle el ultimo toque al proyecto el fin de semana, y salgo a escape del despacho. Casi choco con mi padre en el pasillo. --?Sales ya? --Acabo un par de cosas y me marcho. No te retrases para la cena y ponte algo decente, si no es mucho pedir. --Me advierte mientras pulso el boton del ascensor y se abren las puertas. --Prometo presentarme tan maravillosa como la Cenicienta cuando conoce al principe. No puedo disimular el gesto de fastidio. Despues de la semana agotadora que llevamos lo que menos me apetece es tener que soportar una cena de negocios. Trabajo muy bien bajo presion, soy una maquina, pero me vuelvo irritable. Lo mejor en esos momentos es que se olviden de mi y me dejen sola. Hoy, ademas, la reunion con Fernando ha terminado de mandar al carajo el poco humor que me quedaba. Sin embargo, no puedo negarme a echar una mano a mi padre, asi que adios a llegar a casa, quedarme en bolas y tirarme en el sofa con un paquete de palomitas a ver una de esas peliculas antiguas en blanco y negro que tanto me gustan. Tenia previsto ponerme Testigo de cargo. La he visto un monton de veces y no me canso de la magistral actuacion de Charles Laughton en el personaje de sir Wilfrid Roberts. Si, no puedo remediarlo, soy friki de las peliculas antiguas. Meto la rodilla para que no se cierren las puertas del ascensor y me doy la vuelta. --Papa, ?cuando vas a decidirte a pedirle matrimonio a Belen? Ejerceria de anfitriona mucho mejor que yo. Tuerce la boca y se queda mirandome unos segundos. --Sin retrasos, Kindelan --repite antes de alejarse. Sonrio mientras el ascensor me lleva hasta la planta baja. Siempre se dirige a mi por el apellido cuando se enfada, pero he visto un brillo especial en sus ojos al conjuro del nombre de Belen. Todos en la empresa sabemos que mantienen una relacion desde hace anos, lo normal seria que se dejaran de juegos y se casaran. Belen es soltera, una mujer de bandera, y el un hombre bastante apuesto y viudo desde hace mas de quince anos, que merece ser feliz. Una vez en la calle paro el primer taxi que veo. Normalmente voy en autobus, no me gusta utilizar el coche en Madrid, pero hoy no tengo tiempo, he de hacer mil cosas: comprar --llevo una lista tan larga como la de Schindler y no puedo dejarlo para manana porque es domingo y en el supermercado de mi urbanizacion no abren--, ducharme, lavarme el pelo, maquillarme un poquito y llegar al chale de mi padre en Guadarrama. 2 Jaime --Bien, pues te veo el viernes que viene. --Siento que hayas tenido que atenderme en sabado, Jaime. De no haber sido por la excursion... --No pasa nada, ya sabes que para ti estoy disponible siempre. Cierro el expediente, rodeo la mesa y alzo la mano para chocarla con la del muchacho. Estoy orgulloso de el. Como lo estoy de mi trabajo. Cuando empece a tratarlo hace un ano, tras su intento de suicidio, me costo lo suyo conseguir que confiara en mi, pero la terapia, la medicacion y la confianza han dado excelentes resultados. Es un chaval estupendo y, poco a poco, ha ido superando la muerte de sus padres en un accidente de avioneta. La primera vez que lo tuve frente a mi, me identifique con el de inmediato, tal vez porque tambien yo me quede solo a su edad. Me masajeo la nuca, que noto tensa, guardo los papeles y la sesion grabada en la caja fuerte, apago el ordenador, las luces, tomo la chaqueta y cierro la consulta. Llevo una semana demoledora. Mientras bajo en el ascensor me recuesto y cierro los ojos un momento. Se me ha levantado un ligero dolor de cabeza, lo que siempre me pone de mal talante. Sueno con llegar a casa, abrir una cerveza bien fria, cenar cualquier cosa y dormir doce horas seguidas. Ya ni recuerdo cuanto tiempo hace que no me tomo un fin de semana completo. Habia previsto disfrutar de este, pero el destino se ha confabulado en mi contra y, aparte de tener que cambiar la visita de Oscar a hoy, he de acudir a una cena que preveo aburridisima. !Que demonios entiendo yo de interiorismo! Si mis tios quieren redecorar los cinco apartamentos que han adquirido en Benalmadena, perfecto. Seguro que cualquier empresa puede dejarlos preciosos, no me entra en la sesera que quieran mi opinion. Ni siquiera me va a dar tiempo a echar una cabezadita porque antes he de pasar por el super -- visita imprescindible-- y la cena es en Guadarrama. Arranco el coche, saludo con la mano al guarda de seguridad antes de subir la rampa del garaje y me meto de lleno en el caotico trafico de Madrid. Apenas recorro dos kilometros cuando entro en un atasco de los que hacen epoca. Durante unos tres minutos nadie protesta, todos estamos acostumbrados mas o menos a lo que se monta en la capital. Pero despues empieza la juerga: unos tocan el claxon, otros se asoman por las ventanillas, alguno hasta se baja del vehiculo para increpar a los causantes del embotellamiento, aunque ninguno sepamos que o quien lo provoca porque solo alcanzamos a ver un coche de bomberos a lo lejos y las luces azules de la policia. El disco se pone en verde seis veces mas antes de que, por fin, empecemos a movernos. Solo es una ilusion: cien metros mas adelante volvemos a quedar varados. Por descontado, regresan las protestas junto con el irritante y continuado estrepito del claxon del gilipuertas que llevo detras, que me esta poniendo la cabeza como un bombo. --!Joder! --Golpeo el volante con las dos manos, abro la puerta y salgo para encararme con el --. ?Quieres que te diga donde cono puedes meterte la bocina? Vale, estoy de acuerdo en que no es la reaccion mas logica en un profesional de psicologia y psiquiatria. Se supone que una de mis misiones es calmar a la gente, ?verdad? Pero no he podido reprimirme, debe ser el cansancio acumulado el que me ha hecho perder los papeles. O el maldito dolor de cabeza, que me tiene loco. Igual debo consultar con algun colega, a lo peor estoy menos lucido que los clientes a los que intento ayudar. Ponerme como un energumeno no es normal en mi. Por fortuna, los coches empiezan a avanzar, asi que me olvido de la discusion y de aquel idiota que, por otro lado, se ha quedado mas callado que un muerto al verme la cara de mala leche. Durante el trayecto no dejo de pensar en mi ilogica reaccion. No solo he sacado los pies del tiesto, he sacado las dos piernas. Es el agotamiento, no me cabe duda. Tengo que descansar mas o acabare en el psiquiatrico. Lo que necesito es silencio y tranquilidad, sobre todo tranquilidad. Una se me va y otra se me viene, me dan ganas de llamar a mi tio y excusarme para la cena. Lo malo es que soy una persona de palabra y la he dado. Debo mucho a tio Jorge y a tia Elvira, fueron los que me criaron tras la muerte de mis padres; no se donde hubiera acabado sin ellos porque a los quince anos era un anarquico que iba en contra de cualquier sistema, me saltaba una clase si y otra tambien y tenia companias poco recomendables. Meto el coche el parking del supermercado y entro. Algo pasa. Por norma, un sabado y a esas horas apenas hay gente. Sin embargo, veo filas interminables de carros cargados hasta la bandera y funcionan las tres cajas al mismo tiempo. Conozco a una de las cajeras, Monica, por haber tratado a su madre el ano pasado. Me acerco a su puesto y le pregunto la causa de tanto jaleo. --?En que mundo vive, doctor Samper? Hay huelga de reponedores del sector a partir del lunes. Empujando ya mi propio carro me doy cuenta de que, con frecuencia, estoy en of respecto a lo que pasa alrededor, parece que vivo en otro planeta. ?Que hay huelga de reponedores? No tengo ni idea de como se dirige un super, pero suena a grave. Y debe serlo cuando las colas en las cajas llegar hasta el fondo del local. A mi, por de pronto, me han chafado la lista que llevo preparada; tendre que comprar alguna cosa mas, por precaucion. Soy meticuloso a la hora de adquirir productos, voy anotando lo que me hace falta y solo me llevo eso, nada de acaparar lo que no necesito o cargar con todas las ofertas. Segun escucho a la senora que pasa a mi lado charlando con otra, la sentada puede ir para largo. El primer pasillo es el de los productos de limpieza. En mi lista, el papel higienico esta redondeado con rotulador, lo que quiere decir que es lo unico que no se me puede olvidar porque no me queda mas que el rollo que hay puesto. Para mi sorpresa, las estanterias estan practicamente vacias: servilletas, papel de cocina y, por descontado, papel higienico, brillan por su ausencia. Solo queda un paquete. Rosa. Va a quedar muy cool en mi cuarto de bano, pero tendre que aguantarme, de modo que me voy a por el y... Y una mano lo atrapa al mismo tiempo que yo.

  • Roja Navidad de Aeryn Anders

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    Se desperto al apreciar el vacio que habia dejado el cuerpo de Andrea. Cerro los ojos y se paso la mano por la frente para eliminar el malestar que sentia. Llego a pensar que la muerte de Alejandro y Mariola le iba a ofrecer un estado de paz, que a partir de ese momento podia relajarse y disfrutar de su mujer e hijo, que equivocado que estaba, en su entorno nada era predecible y las circunstancias asi se lo recordaban. Presto atencion al escucharla, estaba en el bano y podia asegurar, sin llegar a verla, que de nuevo vomitaba, llevaba asi quince dias y estaba preocupado por ella, desde el ultimo suceso su mujer siempre se levantaba en mitad de la noche y expulsaba lo poco con lo que se alimentaba. Si seguia asi enfermaria. Le dio un vuelco el corazon al verla abrazarse a la porcelana mientras su cuerpo se convulsionaba. No tardo en arrodillarse junto a ella. --Carino, ?estas bien? No levanto el rostro al sentir como la abrazaba. --Si, carino, no te preocupes. --Si que lo hago, desde lo sucedido… --enmudecio al ver como el rostro de su esposa cambiaba de color--, desde entonces te pasa lo mismo cada noche. Andrea alargo la mano y le acaricio el entrecejo para eliminar la arruga de preocupacion, su relacion desde el inicio estuvo abocada al fracaso, pero el amor que se procesaban fue mas fuerte que los contratiempos que los separaban y sortearon cada uno de ellos hasta que lograron estar juntos. --Con el tiempo se pasara --aseguro levantandose del suelo ayudada por el. No le convencio la respuesta, pero el mejor que nadie sabia la fuerza y afan de superacion que poseia su mujer, no todo el mundo era capaz de burlar la muerte y mucho menos lograrlo dos veces. La ayudo a tumbarse de nuevo en la cama, no tardo en acoplarse a su espalda y acariciarla, se mantuvo inmovil hasta que se cercioro de que su respiracion era pausada. Antes de incorporarse le dio un beso en la frente. Exhalo y el vaho se concentro a su alrededor provocando una fina capa de niebla frente a el. Le encantaba aquella epoca del ano, todo el mundo desprendia felicidad, como si en Navidad los problemas no existiesen, pero la suya estaba empanada. No quiso pensar en la decision que ambos se vieron obligados a tomar semanas atras, debia mantener la mente despejada para no precipitarse, de hacerlo no lo volverian a ver y solo de pensarlo su estomago se revolvio. Evito mirar a la zona de la piscina, si no lo hacia no veria el muneco y no lo anoraria mas de lo que ya lo hacia. Sacudio la cabeza, aquella manana del veinticuatro de diciembre, por fin cerraria una las heridas que sangraban con fuerza. Jamas se perdonaria no haberle hecho caso a su mujer cuando se nego hasta la saciedad salir de Roma, le dijo en mas de una ocasion que era demasiado arriesgado dejar desprotegida a la familia y que razon tenia. Anduvo con pasos cortos hasta el coche, condujo de forma sosegada, era un ritual que acostumbraba a hacer desde sus inicios, relajarse antes de llegar a su destino y eso solo lo lograba haciendole el amor a Andrea o conduciendo, no tuvo mas remedio que conformarse con lo segundo ya que su mujer no estaba para que la avasallara con sus ansias por amarla. Miro la fachada de la nave y los recuerdos lo invadieron, nunca imagino que tras deshacerse de DeLuca su vida daria un cambio radical, la culpable de aquello no era otra que el amor de su vida; Andrea. Traspaso el plastico que lo separaba de la nave y con pasos cortos recorrio los metros que lo separaban del centro. Saludo con un gesto de cabeza a los alli presentes y antes de colocarse frente a los dos hombres que se encontraban maniatados, su hermano lo intercepto. --No era necesario que vinieras, puedo encargarme de esto yo -- comento Marco colocandose a su lado. No podia evitar descargar toda su rabia en su hermano, si no se hubiese empenado en hacer las cosas a su manera, con suerte no se verian metidos de lleno en una guerra que no abocaba nada bueno. --Ya hiciste suficiente. --Incluso el noto la acidez de sus palabras--. De esto me encargo yo. --Suavizo el tono. --Enrico, yo… --Dejalo estar, Marco. Estas cosas pasan. No podia culparlo de lo sucedido con su suegra, pero en su fuero interno si que lo hacia, ver sufrir de aquella manera a su mujer lo destrozo, necesito buscar un culpable y no fue otro que su hermano. Se quito la chaqueta colocandola sobre la polvorienta mesa, arrastro una silla hasta ponerla frente a los dos sicarios de los Carduccio, la rabia al saber que ellos fueron los incursores de la desgracia ocurrida en su familia se adueno de el. Sin previo aviso se incorporo y golpeo con fuerza el rostro de uno de ellos, le dolian los nudillos de los golpes emitidos, pero no era capaz de controlarse. Eduardo lo sujeto para que parase, se lo agradecio con una mirada, aquellos desgraciados se merecian una muerte mas lenta de la que el era capaz de ofrecerles. Imito a su mujer, tomo asiento y cruzo una pierna sobre la otra. --Eduardo. --Solo lo nombro, al igual que Andrea hacia cuando necesitaba de sus cualidades. Algo impaciente observo cada uno de sus calculados movimientos, esa lentitud que tenia de caminar hasta la mesa y tomarse su tiempo antes de elegir la herramienta deseada, causaba pavor en sus victimas. Evito sonreir al ver como los hombres Carduccio tragaban saliva, la fama de sanguinario de Eduardo se habia propagado por la ciudad y nadie en su sano juicio deseaba ser su presa, ellos intuian que su muerte seria dolorosa. No se inmuto cuando Eduardo nego con la cabeza al desechar cada herramienta que sus dedos tocaban. --Creo que voy a probar algo nuevo --lo dijo en un susurro siniestro sin dejar de mostrar una sonrisa que no vaticinaba nada bueno--. Tony, ?me ayudas? Su cunado no tardo en asentir y seguirlo. No era de su agrado que Tony estuviese presente en aquello, pero no fue capaz de disuadirlo y entendia cada uno de los motivos que le expuso para que lo dejase ser parte. Entre los dos arrastraron una estructura de madera de dos metros de alto hasta fijarla a la pared mas cercana de donde se encontraban los hombres Carduccio. Con cierta parsimonia, Eduardo se acerco a uno de ellos, lo desato y sujeto por las munecas para que no opusiese resistencia. Con la ayuda de Tony lo esposaron, primero de las manos extendidas por encima de la cabeza y despues de las piernas. Eduardo saco una navaja del bolsillo y rasgo la ropa del hombre hasta dejarlo desnudo. Trago al verlo coger una especie de rastrillo de palo largo, los garfios parecian unas largas unas afiladas que simulaban la zarpa de un gato. Dio dos pasos atras, separo un poco las piernas, alzo el rastrillo y comenzo a pasarlo por la espalda del hombre. Enrico desvio la mirada al ver como las zarpas arrancaban tiras de carne impregnando todo de sangre. El rostro del otro hombre torno a un ceniciento tono al ser obligado a presenciarlo todo, Tony era el encargado de sujetarle el rostro para que no perdiese detalle de lo que le deparaba en breve. --No pierdas ni el mas minimo detalle, tu eres el siguiente --escupio Tony cerca del odio del hombre. Enrico comprendia a la perfeccion la ira que destilaban sus palabras, llevaba mucho dolor guardado por lo ocurrido a su madre. La jordana se alargo hasta bien entrada la tarde, entre Eduardo y Tony se turnaron para torturar a los dos hombres hasta que sus cuerpos no soportaron mas dolor y se desmayaron. Aun asi, tardaron en concederles la muerte. Enrico hizo la llamada de rigor a Valdati, aunque en aquella ocasion no deseaba que se presentara como policia, debia trasladar los cadaveres a territorio Carduccio, aquel seria el mensaje, si osaban a volver a atacar a un Bianchessi, aquella seria la muerte que recibirian. --Gracias --dijo Tony una vez en el exterior de la nave. --?Mejor? Su cunado no respondio al instante, se entretuvo en dejar que el humo del cigarro le inundara los pulmones, no era la primera vez que lo veia fumar, aquel feo vicio ya lo acompanaba dos largos anos. --No, pero saber que esos cabrones han pagado por lo que han hecho, me alivia un poco la carga de culpa que llevo. Le puso una mano en el hombro, su hermana estaba igual que el, se culpaba de todo. --Ni tu hermana ni tu teneis la culpa de lo ocurrido. Asintio no convencido. --Vayamos a la mansion. --Se que a mi hermana le habria gustado estar presente --comento Tony nada mas cerrar la puerta del acompanante. --No esta para ello, se pasa las noches en el bano, por eso no le he dicho nada, piensa que lo de hoy es una reunion cualquiera. --Se va a cabrear cuando descubra la verdad. Enrico encogio los hombros. --Podre soportarlo. Su idea nada mas traspasar la puerta de casa era ir en busca de su mujer, necesitaba comprobar que se encontraba bien, ademas que ansiaba sentir su calor, pero su tio Vittorio lo avasallo a preguntas nada mas verlo. --Avisare a mi hermana de nuestra llegada. Se lo agradecio con una pequena sonrisa.

  • Cenizas de plata y sangre de Almudena De Arteaga

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  • ?Un futbolista? Que sean dos de Angela Franco

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    Martina y Elisa son dos gemelas identicas que, movidas por la profesion de modelo de Elisa, recorren el mundo viajando sin parar. Martina vive por y para su hermana, pero lo que de verdad anhela es establecerse en algun lugar y trabajar como fisioterapeuta, profesion que adora. Tras doce anos sin pisar su pais, las hermanas regresan a la capital espanola y Martina tiene una premonicion. cree que su vida cambiara en Madrid. El destino lograra que estas hermanas se crucen en el camino de uno de los famosos futbolistas del Bulcano, dejandolo “fuera de juego”. Enredos y situaciones embarazosas acompanaran a las gemelas en esta segunda entrega de la serie “Los Tocapelotas”.

  • bajo el cielo de paris de Arlette Geneve

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    Arianne alzo el rostro para mirar el cielo que en esa manana calida de verano estaba completamente despejado. En los ultimos dias aviones americanos e ingleses habian surcado los cielos de Francia de forma continua, y sin tregua. Miles de soldados que se lanzaban desde el interior de las bestias de metal, habian tintado el cielo azul de puntos negros, para convertirse poco despues de abrir los paracaidas, en flores de algodon blanco. Oscilaron suspendidos en el aire durante varios minutos antes de tomar tierra firme, y llevar la esperanza de libertad a la poblacion oprimida. La ciudad de Paris habia sido liberada del yugo teuton, y Alemania que sufria derrota tras derrota, se replegaba hacia Belgica. La guerra llegaba a su fin, y los franceses podian respirar con un profundo alivio. Arienne clavo sus pupilas en los Campos Eliseos atestados de gente, de patriotas deseosos de darle la bienvenida a los aliados. A lo lejos se podia escuchar las notas de La Marsellesa que estaba siendo ofrecida con un sentido de orgullo y patriotismo sin parangon, y el alborotado repique de las campanas del Notre Damme, daban el punto festivo a la celebracion que se alargaria durante dias. Una muchedumbre aplaudia con fervor al paso de los soldados que en ese momento hacian su entrada triunfal en la ciudad, con una sonrisa en los labios, y sorpresa en los ojos. Blindados de la 2a Acorazada rendian honores, y los oficiales miraban, con un brillo de satisfaccion en sus pupilas, el desfile de sus companeros. Muchos de los espectadores se negaban a mantenerse pasivos, y blandian panuelos blancos en senal de bienvenida. Algunas muchachas osadas y risuenas, lanzaban besos a los sonrientes soldados que pasaban a su lado, estos, les devolvian el gesto lanzandoles chocolatinas. Arianne queria disfrutar del jubilo, pero no habia logrado una posicion ventajosa para ello a pesar de que lo habia intentado. Aunque se ponia de puntillas, no lograba ver mas alla de las espaldas de los parisinos, y de los oficiales que hacian una fila de honor con sus jeeps y blindados, para proteger el desfile de la gente agrupada en la gran avenida. Resignada, solto un suspiro y comenzo a darse la vuelta sin percatarse que la multitud la cercaba impaciente por aproximarse todo lo que permitia el estrecho pasillo. Robert St'James tenia los ojos clavados en la muchacha que tenia delante de el, habia dejado un momento su asiento en el jeep para buscar una botella de agua, ahora que regresaba de nuevo a su lugar con una bien fria, se topaba con la mujer mas extraordinaria que habia contemplado nunca. Lo habia dejado noqueado. Trabado en un suspiro que lo descentro. La muchacha tenia el cabello castano, y brillaba bajo los rayos del sol hasta el punto de cegarlo. El perfume de la satinada piel, le llenaba las fosas nasales produciendole un placer que creia olvidado. Olia a lavanda cuando la mece una brisa primaveral. La guerra era tan cruel con los recuerdos que los extinguia. Llevaba demasiado tiempo fuera de casa. Anoraba a su madre, a sus hermanas, y todo lo bueno que habia aprendido a valorar durante esos meses en los que habia estado privado de lo mas elemental: la familia. El vestido de fino algodon, y estampado con vivas flores en rojo y blanco, se ajustaba de forma perfecta al bien formado cuerpo femenino, y caia con soltura hasta las rodillas. El aire movia el tejido de forma juguetona y lo arremolinaba en torno a los muslos delineandolos a placer. Por alguna inexplicable razon, no podia apartar los ojos de ella, ni comprendia las ganas que sentia de pasar la yema de los dedos por las mejillas lozanas. Por la piel sedosa del cuello que le parecia tan incitante y subyugador. La habia visto hacerse un hueco entre el gentio para ver el desfile, pero su pequena estatura le impedia ver mas alla de los hombros de los ansiosos espectadores. Ella se movia hacia la izquierda y hacia la derecha buscando una posicion mejor, y cuando se percato de que no iba a lograrlo, desistio de su intento. Al tratar de darse la vuelta, las tres filas de personas que gritaban y agitaban sus brazos, le impidieron moverse del sitio. Robert contemplo el descorazonamiento de ella al no poder dar un paso hacia delante, o hacia atras. Estaba trabada entre el gentio que mostraba su alegria gritando al paso de los soldados y al contemplar los hermosos ojos que se cubrian de miedo, decidio acudir en su ayuda. Arianne sentia que se ahogaba. Estaba atrapada entre una multitud de personas que gritaban exaltadas, y que agitaban sus brazos sin percatarse de los codazos que daban al resto de viandantes parados. Trato de moverse para abandonar la fila, pero su intento resulto inutil. Habia sido tanta su ansia por contemplar la llegada de los vencedores, que se habia olvidado por completo que toda la ciudad desearia lo mismo que ella: ofrecer la bienvenida. -!Por favor! -Rogo con un hilo de voz. Pero era imposible hacerse oir entre la muchedumbre que gritaba enaltecida y llena de entusiasmo. La poblacion civil se abalanzaba sobre los soldados con vivas, aplausos, y aclamaciones. Los recibian con besos y con flores. Las botellas del mejor vino frances se vaciaban sobre las cabezas de ellos a manera de bautismo pagano. Arianne cerro los ojos porque comenzo a sentir un leve mareo. Apenas veia mas alla de los hombros o pecho de los hombres que oprimian su cuerpo y lo empujaban hacia delante, creyo por un instante que iba a terminar en el suelo y que seria aplastada por decenas de pies. El panico comenzo a aduenarse de ella. Se giro con inusitada brusquedad, y entonces, su cuerpo tropezo con un pecho amplio y robusto que la desestabilizo por completo. Trastabillo de forma precaria hacia atras, pero unos fuertes brazos la sujetaron e impidieron que cayera bajo los pies de las personas que jaleaban con fuerza. Arianne no se habia percatado que la persona que la sostenia era un militar, pero le agradecio infinitamente el apoyo. Alzo los ojos y los fijo en el menton cuadrado, firme. Siguio subiendo hasta llegar a unos ojos que le sostenian la mirada con verdadero interes, y ya no pudo apartar la mirada azul de la castana. El tenia una tonalidad suave, como el color de la miel templada. Sintio un escalofrio en la nuca, y un latigazo de interes en las entranas, que la sorprendio. Era el hombre mas apuesto y atractivo que habia visto nunca. -? Can I help you? -La voz, candente y profunda, le produjo un sobresalto en el pecho que la dejo vacilante, y sin capacidad de reaccion. Los fuertes brazos seguian sujetandola por los hombros e impedian que las personas que vitoreaban la empujaran en una direccion o en otra, pero ella no era consciente de ello, seguia con las pupilas fijas en el atractivo rostro masculino. En su altura y fuerte constitucion. Debia rondar el metro noventa, y el espeso cabello se le ensortijaba a la altura de la nuca. Sintio el impulso de enterrar los dedos para comprobar la textura. Advirtio que era americano, la bandera bordada en su hombro lo indicaba. Las trece barras horizontales, siete de ellas rojas y seis blancas, y un rectangulo azul en el canton con cincuenta estrellas blancas, resultaba inconfundible, y ella conocia la historia porque la habia estudiado en la universidad. Las barras representan a las trece colonias originales que se independizaron de Gran Bretana, y las estrellas representaba a los estados que formaban la Union... Arianne parpadeo. El vestia camisa y pantalon caqui, pero no llevaba la chaqueta del uniforme. Esa tarde en Paris hacia demasiado calor. El rubio cabello lo llevaba elegantemente peinado hacia atras, y libre de la gorra reglamentaria. Le parecio un hombre tremendamente varonil. !Seductor! Un suspiro profundo salio del interior de su garganta sin que pudiese evitarlo, y al percatarse, enrojecio hasta la raiz del cabello. -? Monsieur...? -formulo la inacabada pregunta en frances, y con un timbre de alarma en su voz aterciopelada, pero el hombre no le contesto de inmediato. Seguia con las pupilas brillantes clavadas en ella, y sin soltarla. -?Necesita mi ayuda? -Robert habia pronunciado las palabras en un correcto frances aunque con marcado acento. Los ojos de Arianne se entrecerraron atonitos-. Si me lo permite, la ayudare a salir del encierro donde se encuentra metida. Ella asintio de forma muy leve con la cabeza, porque si no se escabullia pronto de alli, iba a terminar desmayada por la falta de aire.

  • Su mayor fantasia de Blanca Moral

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    El Gran Hombre: Sexo con el Vecino Prohibido
    Cree que es demasiado grande para mi.
    Siempre me han gustado los desafios.
    John Murray no es el joven que solia conocer.
    Era un adolescente timido, inteligente y retraido.
    Ahora mide casi dos metros y parece un toro.
    Es atrevido, divertido, y luce una barba muy viril.
    Y luce un inevitable bulto entre las piernas.
    Se ha convertido en mi hombre perfecto.
    Sexy, alfa, intimidarte y aun asi, humano.
    Me fui a la ciudad hace anos, para estudiar.
    Pero he vuelto al pueblo, para quedarme.
    El vuelve a ser mi vecino. Pero ya no es el mismo.
    Y no se como ha llegado a ser asi.
    Vive en el piso de sus padres. Murieron, al parecer.
    Por las mananas sale de casa en traje y corbata.
    Coge el coche y se larga. Vuelve por las tardes.
    Y se tira hasta el anochecer cuidando un huerto privado.
    Sin camiseta. Sudando. Al lado de mi casa.
    Su pequeno hobbie.
    Tampoco tiene verguenza.
    Le he visto mirarme el culo, abiertamente.
    Ambos sabemos en lo que estaba pensando.
    Pero es el hombre mas grande que he visto nunca.
    Y yo tampoco puedo evitar mirarle.
    Se dio cuenta. Ahora no para de provocarme.
    Segun el, nunca podria ser algo mas que eso.
    Me romperia en dos.
    No tengo porque demostrarle que se equivoca.
    Pero quiero hacerlo.

  • Lobos de Ruben Gozalo

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    Siempre le encargan las mierdas. De cualquier clase. No le hace falta ver The Wire para comprender que la mierda cae de golpe y hacia abajo. Sin avisar. A veces, lo mejor es hacerse el sueco, mirar hacia otro lado y ponerse una pinza en la nariz. Aunque el hedor sea irrespirable. Rara vez cuestiona las ordenes. Sobre todo cuando habla Don Silvano. Si, senor. No, senor. Lo que usted ordene. Que la Tierra es cuadrada. Por supuesto, senor, inconcebible que fuese de otra manera. La paciencia no es una virtud de su jefe. Dos principios rigen su vida: aqui y ahora. Si considera que alguien le mira mal, no duda en arrancarle los ojos. Pero si es bizco, Don Silvano. Razon de mas para dejarle ciego. ?Acaso no ves que ese hijo de puta me mira mal? Seguro que me ha echado un mal de ojo. Jose es bueno con la pala y la cal. Se considera un autodidacta. Nadie le ha ensenado, pero con los encargos del Don aprende deprisa a deshacerse de la basura. Ya ha perdido la cuenta de los sujetos a los que ha tenido que enterrar en los ultimos meses. Se conoce al dedillo casi todos los rincones de la sierra de Madrid. A traves de la luna del coche inspecciona el aparcamiento, atestado de vehiculos. El reloj marca las doce y cuarto. El objetivo sigue sin aparecer. Unas nubes grises amenazan con enturbiar la apacible manana otonal. De vez en cuando, ve a alguna mujer con un carrito de la compra saliendo del supermercado y a algun sin techo husmeando en los contenedores de basura. Le molesta la espera. Lleva reclinado sobre el asiento del conductor las ultimas cuatro horas. Los minutos se eternizan. Los segundos parecen inabarcables losas de tiempo. Para hacer mas llevadera la jornada enciende la radio. Solo hablan de corrupcion y recortes. Ajustes y mas ajustes para cuadrar las cuentas de la Administracion. Los politicos se estan cargando el sistema. Peligran la sanidad, la educacion, las ayudas a la dependencia. El pais naufraga a la deriva, sumido en una grave crisis institucional. No hay timon y los burocratas que gobiernan solo piensan en meter la mano en la caja. Senadores con cuentas en Suiza. Partidos que se financian con cajas B. Politicos que viven en un universo paralelo al sufrimiento de la gente. Y a todo esto, frases cargadas de eufemismos. A la marcha de los jovenes al extranjero en busca de trabajo la denominan movilidad exterior. A los recortes los han bautizado como reformas estructurales, las subidas de impuestos se han convertido en cambios en la ponderacion fiscal y para referirse al rescate de la banca es preferible emplear terminos como fondo de liquidez. Jose prefiere el castellano castizo. Eso de adulterar el lenguaje no va no el. Si uno es el mayor cabron sobre la faz de la Tierra, es el mayor cabron sobre la faz de la Tierra y punto. Esta tarde se reanudara el juicio contra el exbanquero de la caja de ahorros madrilena que, sin ningun tipo de pudor, se llevo hasta los marcos de las puertas, comenta el locutor. Sabe que si algo sale mal perdera el empleo. Su jefe no pertenece a ninguna ONG. Tampoco concede segundas oportunidades. Eso si, todos los domingos acude a misa y los lunes es de los de rosario y novena. Por sus pecados. Por sus muertos. Que son muchos. Durante anos se dedico al negocio de la seguridad. Al principio en poligonos, fabricas, tiendas y centros comerciales. Muchas horas y poco dinero a fin de mes. La mayoria de las veces le pagaban en B. O sea, en negro, sin seguro ni alta en la Seguridad Social. Era eso o nada. Y de algo hay que vivir. Porque el aire, nutrientes, tiene pocos. Cansado de chuparse horas y horas a la intemperie, de revisar bolsos a las senoras al salir de los establecimientos, de custodiar furgones y cachear a pobres diablos, se hizo guardaespaldas. Empezo desdoblando funciones, de chofer y maton, a tiempo parcial. Durante unos meses, se convirtio en la sombra de un empresario. Le acompanaba a todos los sitios. Incluso cuando iba a casa de sus amantes. Mientras se las tiraba, le hacia esperar en la habitacion contigua. Con frecuencia, los jadeos entrecortados y los chirridos del somier se filtraban a traves de los tabiques. Cuando eso ocurria, trataba de pensar en otra cosa. La alineacion del Atleti el ano que gano la Copa y la Liga. Simeone, Caminero, Molina, Pantic... La lista de la compra de la semana. Espaguetis, carne picada, tomates, galletas, unos cuantos cartones de leche, pollo, salami... Pero su excitacion iba en aumento. El sudor le recorria la frente, la carotida se le hinchaba bajo la piel y se tenia que aflojar la corbata. Por momentos, le entraban tales sofocos que debia ir a refrescarse al cuarto de bano. Dejaba correr el agua durante unos minutos, que se le hacian eternos. Su cara se proyectaba en el cristal. La mandibula tensa, los pomulos contraidos y la inquietud dibujada en sus ojos. Oscuros. Relucientes. Como si estuviesen banados en una pelicula de barniz. En esos instantes se acordaba de los consejos de un amigo suyo. Gerardo, para disminuir la libido y evitar que los pensamientos lujuriosos se apoderasen de su mente, pensaba en su abuela. Una mujer de noventa anos, desdentada, en silla de ruedas y mas fea que Picio. Esa tecnica le servia para alejar el sexo de su cabeza. Pero a el ese metodo no le funcionaba en absoluto. De hecho, al pensar en su abuela se excitaba aun mas, al acordarse de unas fotos picantes que se hizo la yaya de joven, donde estaba rebuena. Asi las cosas, cada vez que su antiguo jefe visitaba a alguna de sus amantes, Jose terminaba con un terrible dolor en la entrepierna. Que mierda hago yo aqui. !De perrito faldero para un gilipollas!, se decia furioso. Una noche tuvo que entrar en la habitacion de improviso, alarmado por los gritos de su jefe. Pedia que le socorriesen. !Detenla, por Dios! !Quiere matarme! Al atravesar el umbral de la puerta, se quedo sin palabras. El tipo que le habia contratado se hallaba bocabajo. En cueros, atado de pies y manos, con unas correas a la cama. Junto a el, una rubia de vertigo enfundada en un body, con un liguero y unos zapatos rojos, mas relucientes que una puesta de sol en Granada. La mujer, con los pechos al aire y carcomida por el odio, le estaba introduciendo una barra de metal por el culo. !Hijo de perra! !Asi que vas a llevar a esa fiesta a tu esposa y a mi que me jodan, eh! !Pues toma! !Pedazo de cabron! !Quitamela de encima! Le toco llevar al tipo a Urgencias. En plena noche. Menudo papelon. La tapiceria del BMW se puso perdida. Sangre por todas partes. El hombre gimoteando. !Ay, me muero! !Me muero! Y en el recto, un boquete del tamano de un tunel. Los medicos mirandole el trasero. Inspeccionando. Preguntando. ?Que ha pasado? ?Como se lo ha hecho? !No se como vamos a poder sacar eso de ahi! Hay que llevarle al quirofano, deprisa. No pudo volver a sentarse durante los tres meses siguientes. Un desgarro de vertigo. Ciento noventa y siete puntos de sutura. Y cuando caminaba, lo hacia con las piernas bien abiertas. Los pies en forma de uve. Un andar de pato mareado. Le despidieron por aquello. Por supuesto. Vuelve a mirar el reloj. Problemas. El fulano ya deberia estar alli. Quiza le ha ocurrido algo. Eso no es bueno. Al menos, para los intereses del Don. Quiere algo limpio. Sin ruidos ni fuegos artificiales. No como la ultima vez. Que la cosa se salio de madre. Era un asunto en apariencia sencillo. Aunque facil, en esta vida, ya no hay nada. Debia ajustar cuentas con un constructor que no queria pagar las tarifas de Silvano. La proteccion tenia un precio. Los que se retrasaban sufrian percances. Accidentes. Contratiempos. La idea era secuestrar al hijo del empresario. Un nino de papa. Un pijo progre de los de o sea, de verdad, te lo juro. Con su Jaguar, su acento insufrible, su camisa de Ralph Lauren y el telefono movil pegado a la oreja. Una noche lo abordo en su apartamento. De una patada destrozo la puerta. Al chico le entro el panico. Se puso a gritar y a correr por las habitaciones. Desde el balcon de la vivienda trato de pasar al piso de al lado. Salto. Calculo mal la distancia. El joven se precipito al vacio desde mas de treinta metros de altura. A pesar de la rapidez con la que llego la ambulancia, no se pudo hacer nada. Se partio el cuello. La policia ni se molesto en investigar el caso. Balconing fue el veredicto. Una practica muy extendida entre los jovenes a los que solo les interesaba el sexo, las drogas y la busqueda de nuevas emociones. El constructor no tardo en abonar los atrasos y la penalizacion por demora. Era padre de familia. Tenia otras tres hijas. Suena el movil. El politono es una cancion de Rosa Leon. El brujito de Gulubu: Habia una vez un bru. Un brujito que en Gulubu. A toda la poblacion embrujaba sin ton ni son. Pero un dia llego el Doctor manejando el cuatrimotor. ?Y saben lo que paso? En la pantalla aparece la foto de su mujer. Obesa. Con quince kilos de mas. Pelo negro. Mirada estrenida. Dientes amarillos de tanto fumar. Apariencia de simio al despertarse dentro de una jaula. Mal follada. Tras unos cuantos tonos, lo coge ofuscado. Odia que le llamen durante su horario laboral. El curro es sagrado. Como el futbol. Las canas en la tasca de Paco. O las incursiones nocturnas de los sabados por la noche con sus amigos. !Que pasa! Tienes que ir a recoger al nino al colegio. !Y que mas! Estoy currando. Hoy no puedo, Jose, te lo dije. Debo acompanar a mi hermana al medico. ?Que le ocurre? Cosas de mujeres. El conoce de sobra cuales son los asuntos de las mujeres: hablar mal de los hombres, ir de tiendas y dejar la cuenta del banco en numeros rojos. Tiritando. Eso se le da de fabula a Eva. ?A que hora sale? A las tres. !Parece mentira que no sepas ni eso! Lo de su hijo tiene explicacion. Un preservativo roto. O un no preservativo. Ni siquiera es capaz de recordarlo. Ocurrio durante una noche de borrachera y los detalles continuan siendo confusos. Un polvo apresurado. Un no te preocupes, Jose. Que no pasa nada. Y pasa. Por supuesto que pasa. Siempre pasa. A todas horas. En todos los sitios. En cualquier epoca. La practica de la marcha atras tiene sus consecuencias. Millones de espermatozoides flotando por ahi. Bichitos agitados. Con inquietudes. Uno que se adelanta. Sortea los obstaculos. Se burla del resto. Fecunda el ovulo. ?Aun no te ha venido la regla? Suele retrasarse, carino. En tan solo unos meses a Eva se le ensanchan las caderas, la tripa le sobresale por el pantalon, el tamano de sus pechos crece, lo mismo que los pezones y, de vez en cuando, le entran antojos. ?Me compras ese vestido? Si, el de mil trescientos euros. El de color gris. Es precioso. ?Te gusta? Y Jose paga. !Que remedio! La VISA pasa de un establecimiento a otro. De la tarjeta magnetica saltan chipas. De tanto gasto le arde el bolsillo. Y los caprichos de su novia se suceden a una velocidad de vertigo: bombones, porras, pepinillos en vinagre, snacks, jamon iberico de bellota, queso de oveja, chuletas de cordero, toston asado, angulas, caviar. A los que hay que sumar algun que otro anillo y varias pulseras. Y de la figura estilizada, del escultural cuerpo tostado por los rayos del sol del verano, no queda ni su sombra. Varices, estrias, celulitis, pliegues de piel en lugares inimaginables. Esta atrapado. Pillado. Jodido. Encarcelado. Pintar la habitacion. Elegir la cunita, la silla de paseo, la ropa, los patucos, el sonajero y el kit de bano del bebe son los siguientes pasos. !Ah, no, Jose, antes de tener al nino hay que casarse! De blanco y por la iglesia, como Dios manda. !Que van a pensar mis padres! Lo cierto es que a el le importa una mierda lo que piensen sus futuros suegros. Ni siquiera los conoce. Tampoco siente ningun deseo por conocerlos. Cuanto mas lejos esten mejor. Meses mas tarde, se entera de que el sentimiento es reciproco. ?Y no querras que vivamos en tu furgoneta? ?Que tiene de malo? Es grande, espaciosa, y muy confortable. Lo ultimo de lo ultimo. Necesitamos una casa, ?me oyes? Y poco despues un empleado de una sucursal bancaria le habla sobre las magnificas condiciones de la hipoteca. Comenta terminos que le suenan a chino. Cuota mensual, productos vinculados, TAE del 5%, interes suelo, Euribor mas 0,45% y un seguro en caso de que le ocurra cualquier percance. !Por el amor de Dios! !Que me va a ocurrir! !Si solo tengo veintisiete anos y, segun el ultimo chequeo que me realizaron a traves de la mutua de la empresa, mi corazon esta mas sano que un roble! El del banco omite la letra pequena. En el contrato hay mucha. Minuscula, invisible. Ni con lupa se distinguen los caracteres de algunas de las clausulas. Por eso no se preocupe, le comenta el director. Firme aqui y ahi. Es un chollo, se lo garantizo. Por una casa que vale ciento cuarenta mil euros terminara pagando el triple. Porque el dinero hay que devolverlo. Si o si. De otra forma el banco se queda con el aval. La casa del pueblo de sus padres, las tierras, el tractor, el viejo Renault 19 y hasta su furgoneta. Las deudas se cobran. Desde el principio de los tiempos. Desde que el hombre es hombre. Nadie hace nada por otro semejante. Y eso lo sabe. !Vaya que si lo sabe! El altruismo no existe. Solo lo utilizan las empresas a traves de sus planes de responsabilidad social corporativa, con el unico objetivo de ahorrarse dinero y decir a la sociedad: mirad que buenos somos. Aunque se hayan llevado por delante la mitad del Amazonas o hayan dejado la capa de ozono hecha un cristo. Meses mas tarde aparece Luisito. Llega con antelacion. !Zas! Un regalo que llora a todas horas. ?Es que no se puede dormir ni un solo dia en esta casa? Yo ya me he levantado tres veces. Te toca a ti darle el biberon. Pero ?que clase de padre eres? Se caga y se mea al menos cinco veces diarias. Llora. En cuanto pierde el chupete. Berrea. Con su sueldo, apenas gana para panales y los potitos cuestan un rinon. Lo mismo que la guarderia y los gastos van surgiendo a medida que trascurren las semanas. Los meses. El bebe crece deprisa. La ropa ya no le sirve y hay que comprar mas. Del sexo en el matrimonio ni hablar. No, carino, hoy tengo jaqueca. Eva se las ingenia muy bien: Estoy muy cansada. !Ni te imaginas como me duelen las muelas! Lo siento mucho, amor, pero me encuentro en ese periodo del mes. Tengo infeccion, carino. !Otra vez sera! Cuando Luis cumple tres anos surge un tema espinoso. La escolarizacion del nino. Su educacion se convierte en una cuestion prioritaria que desata discrepancias en el seno familiar. ?No querras que nuestro hijo vaya a un colegio publico?, le pregunta su esposa con los brazos en jarras y el humo emergiendo de sus orejas. ?Que tiene de malo? Ya sabe que esa noche dormira en el sofa y la Cuaresma tendra caracter anual. Asi que en los proximos dias le tocara comprar unas revistas guarras y practicar a escondidas. Las putas son demasiado caras. Y, ademas, con su sueldo seguro que no le llega ni para un trabajo oral. No hay mas que verte. Yo fui a uno y no me paso nada. Aprendi un monton. !Hasta llegue a ser guardia de seguridad! Por favor, no pretenderas que nuestro hijo se convierta en un zoquete. !Mira tu caso, por ejemplo! Eres un inutil. !Una victima de la LOGSE!

  • El corazon de Angela 2 de Zeneida Miranda

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    Angela Sims es una mujer que siempre ha vivido deprisa. Se caso y fue madre muy joven y un mal golpe destino le arrebato a su marido demasiado pronto.
    Sola, con dos ninos de corta edad, Angela se muda a Nueva York en busca del apoyo que solo su mejor amiga y el marido de esta pueden brindarle.
    Fotografa de profesion, su apacible vida se vuelve un caos cuando conoce a Patrick Cooper, un policia cuya presencia le recuerda que su cuerpo sigue vivo, y se ve de repente en vuelta en un importante caso policial que la lleva a tratar con una de las mas importantes familias de la mafia irlandesa que operan en Washington Hide.

  • La cancion de la espada (IV) de Bernard Cornwell

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    El guerrero Uhtred, ahora casado, con dos hijos y propietario de tierras, parece destinado a gozar de una paz semejante a la que hay en Inglaterra, donde el reino danes del norte y el reino sanon de Wessex inician una nueva etapa de paz. Pero los vikingos siguen al acecho en Londinium, dispuestos a conquistar Wessex, para lo cual precisan la ayuda del su viejo camarada Uhtred. Por su parte, el rey Alfredo el Grande confia en que sea el quien encabece una operacion destinada a expulsar a los vikingos, lo que llevara a Uhtred a enfrentarse de nuevo a su ambivalente identidad, y a poner en la balanza su origen vikingo y la lealtad a su rey; en cualqueir caso, su ardor guerrero pesara mas que la placidez familiar.

  • El Muro de las Tormentas de Ken Liu

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    Kuni Garu, ahora emperador Ragin tras su victoria en la Guerra del Crisantemo y el Diente de Leon, se enfrenta a la tarea de hacer realidad sus ideales de justicia y conservar el poder en una corte en la que las rivalidades son cada vez mas abiertas. Distintas fuerzas y grupos pugnan por imponerse y se preparan para una lucha a largo plazo. Entre tanto, una nueva amenaza existencial se cierne sobre Dara desde el exterior. En la esperada continuacion de ” La gracia de los reyes ” Ken Liu da un nuevo giro a la fantasia con una poderosa novela en la que tienen cabida batallas epicas y controversias filosoficas, intrigas politicas y criaturas sobrenaturales, invenciones tecnologicas y luchas entre los dioses. y el examen mas extraordinario que se haya narrado nunca.

  • 115 de la calle del Olvido, Lola Kabuki de Lola Kabuki

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  • Charras de Hernan Lara Zavala

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    Charras es un retrato perfectamente construido de uno de los casos mas impactantes de Yucatan: el asesinato del el lider estudiantil Efrain Calderon Lara (Charras).

  • Con C de cretino, Liah S. Queipo de Liah S. Queipo

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  • Mi riesgo eres tu de Lauren Davies

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    Estaba mas que cansada de mi rutina, necesitaba algo que le diera emocion a mi vida. El ascenso en mi trabajo me hizo dar el primer paso: apuntarme a barranquismo ?Por que? Porque yo soy asi de impulsiva. Esa decision le da un giro a mi vida y, gracias a ella, conozco el amor. Mi dia a dia se convierte en la aventura que queria, llena de amor y secretos.

  • Los muertos de Alvaro Bisama

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    Muertos que forman bandas de rock y muertos que cruzan avenidas en tablas de skate. Muertos que aprenden a tatuar y muertos que siguen la pista de otros mas muertos que ellos. Muertos que entran y salen de pueblos y ciudades sin nombre como arqueologos de un paisaje al borde del colapso. Muertos que abrazan antiguos delirios y muertos que se enamoran del muerto equivocado. Muertos consumidos por la soledad y muertos consumidos por la culpa y la locura.
    Muertos que no saben que estan muertos.

  • Efectivamente. tu de Natalia Olmedo

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    Lucy es una chica decidida y con tendencia a los desastres a la que compartir su vida le parecia casi imposible. Pero el destino, algo caprichoso, decide romper sus esquemas haciendo que su corazon palpite a mil por hora.
    Ademas, su vida no para de dar bandazos y un nuevo caso de investigacion hace que se involucre por segunda vez en una aventura que acabara dandole las respuestas a su tan ansiada felicidad dentro del cuerpo de policias.
    ?Te atreves a conocer los entresijos de esta historia de amor?
    Suspense, drama, humor y mucha felicidad, se unen en esta fantastica historia que promete hacerte sonar.

  • Contigo hasta el infinito de Niamh Byrne

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    ?Pueden los polos opuestos enamorarse sin remedio?
    Cuando Frances y Georgia se conocieron en sus anos de instituto nadie hubiera apostado ni un penique por que hicieran buena pareja. Ni siquiera mala. No podian ser mas diferentes ni vivir en mundos mas separados. Frances es la hija menor de un matrimonio que se sostiene a duras penas; con un padre alcoholico y un hermano boxeador y bastante conflictivo, su infancia y adolescencia han sido una constante huida hacia delante. Por el contrario, Georgia MacFarland es la hija unica de una pareja dedicada al mundo de la publicidad, que atesora una herencia noble dentro de la sociedad escocesa.
    Pero lo que Facebook unio anos atras. No parece que nada ni nadie pueda separarlo, ni siquiera Brianna, pese a todo su empeno. O Niall Campbell, que parece haberse encaprichado de Gigi.
    Cuando Frankie deja Amsterdam y vuelve a Glasgow para reencontrase con los viejos fantasmas familiares no imagina que su relacion con Gigi va a llegar a un punto sin retorno: una encrucijada vital donde las decisiones que tome marcaran su destino.
    Esta pareja tan dispar se vera enfrentada, cuestionada y desafiada constantemente a lo largo de su relacion; solo la inquebrantable voluntad de Frankie y el amor a prueba de bombas de Gigi podran superar todos los obstaculos y mantener su amor a flote contra viento y marea.
    Juntas son capaces de llegar al infinito y mas alla.
    ?Las acompanas?

  • El codigo de la obesidad de Jason Fung

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    En este libro ameno y provocativo, el doctor Jason Fung establece una teoria novedosa y solida sobre la obesidad. Ademas de numerosos habitos para mejorar tu salud y controlar tus niveles de insulina, con El codigo de la obesidad aprenderas a usar el ayuno intermitente para romper el ciclo de la resistencia a la insulina y alcanzar un peso saludable. El doctor Jason Fung es nefrologo y fundador del Programa de Gestion Intensiva de la Dieta, que aplica un tratamiento unico para la diabetes tipo 2 y la obesidad.

  • En la tormenta de Flynn Berry

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    Como si Elena Ferrante hubiera escrito Broadchurch Cuando Nora se baja del tren para visitar a su hermana Rachel, lo ultimo que espera es descubrir el cadaver de esta en el salon de su casa familiar, victima de un brutal asesinato. Muy pronto, en medio de la investigacion policiaca que rodea al crimen, Nora se sumira en una espiral de angustia y temor, como si los secretos del pasado hubieran despertado. El miedo de Nora se transforma en una obsesion implacable: encontrar al asesino de su hermana, aunque eso suponga poner en riesgo su propia vida y no distinguir la verdad de la mentira. Flynn Berry nos regala una narracion de tono perfecto, un thriller literario de suspense psicologico y un personaje inolvidable, Nora, que transita entre heroina y victima e inocente y culpable. Ganadora del premio Edgar Award a la mejor novela debut.

  • Si el Fuhrer lo supiera de Otto Basil

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    Corre el ano 1965. La bomba atomica no cayo sobre Hiroshima y Nagasaki, sino sobre Londres, con lo cual el Gran Reich Aleman gano la guerra. La ideologia nazi se ha expandido por todo el planeta, ahora dividido en dos grandes esferas de poder, una occidental y alemana, el Magno Imperio Germanico, y otra oriental y japonesa, la Magna Iaponica. Es en esta tesitura en la que Hitler, <>, muere de viejo en su lecho y la Magna Iaponica ataca a sus aliados germanicos dos bombas atomicas. En mitad de ese caos generalizado, Albin Totila Hollrieg, especialista en giromancia y <> recorrera, por encargo del Partido, todo el Imperio en mision <>, mientras una imparable ola de suicidios recorre el Reich.

  • El precio de la pasion de Gabriel Rolon

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    El nuevo libro de Gabriel Rolon echa anclas en las aguas profundas de la pasion. Esa fuerza primitiva que grita en nosotros desde el principio de los tiempos, y nos lleva a un limite en el que la distancia entre el placer y el dolor es nada mas que una respiracion. Un territorio habitado por dioses y demonios, por heroes epicos que han dado batallas antologicas, y esos otros cotidianos y de a pie, heroes anonimos que dan pelea poniendo en juego su piel con la misma intensidad, con el mismo arrebato. Mitos e historias: hombres y dioses que caminan de la mano por ese borde en el que la razon trastabilla y pierde sus herramientas para explicar el mundo.

  • El general del ejercito muerto de Ismail Kadare

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    Veinte anos despues de la derrota del ejercito italiano en Albania, un general asume la mision de recuperar los cadaveres de sus compatriotas caidos alli en combate durante la Segunda Guerra Mundial. Entre ellos, los restos del emblematico coronel Z., por especial encargo de su aristocratica madre y de su muy atractiva viuda. En compania de un capellan militar se traslada al vecino y accidentado pais, y emprende la penosa labor de localizar, desenterrar y reunir los despojos de aquel ejercito muerto. En el largo itinerario, que se prolonga durante meses, resucitaran las viejas historias, unas emotivas y otras crueles, de quienes fueron sus protagonistas directos, tanto muertos como vivos. El barro, la oscuridad, las inclemencias del tiempo y la mirada desconfiada de los aldeanos constituyen la atmosfera que envuelve a la pintoresca pareja. Una atmosfera que se va cargando por momentos, provocando tensiones reflexivas entre el general y el religioso sobre su cometido, la guerra, el amor, la vida y la muerte, hasta desentranar el destino del coronel Z.

  • La boda de Rachel Chu de Kevin Kwan

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    La vispera de su boda con Nicholas Young, heredero de una de las grandes fortunas asiaticas, Rachel deberia sentirse feliz. Tiene un diamante sin igual, un vestido de novia de ensueno y un novio que esta dispuesto a ignorar a sus entrometidos familiares y a renunciar a su fortuna con tal de casarse con ella. Sin embargo, a Rachel le entristece la ausencia de su padre biologico, al que nunca conocio. Cuando un fortuito accidente le revela su identidad, Rachel se ve inmersa de repente en el fastuoso esplendor de la alta sociedad de Shanghai. En ese mundo de lujo desmedido conocera a Carlton, un chico malo con tendencia a estrellar Ferraris; a Colette, una celebrityde las redes sociales perseguida por enfervorecidos paparazzi, y al hombre al que Rachel ha estado esperando toda su vida: su padre.

  • Y ahora que de Monica Hoff , Norah Carter

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    Aitana ve de nuevo una oportunidad para volver a amar en Denis, un abogado que, desde el principio, muestra su interes en ella. La vuelta de David la hara dudar de sus sentimientos por ambos y las decisiones que tome la llevaran hacia uno u otro.
    Un amor que comienza, un pasado que vuelve a convertirse en presente y un destino que aun no esta escrito para la protagonista de esta loca y divertida historia.

  • Tu y Solo Tu de Lynda Sandoval

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    ?Habria vuelto para darle una segunda oportunidad o para vengarse?

  • Tu casualidad (Rancho Anderson 2) de Eva River

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    Los Anderson tenian un ultimatum. O encontraban esposa o encontraban esposa.
    ?Que tan dificil podia ser? ?Acaso no tenian a todas las chicas babeando por ellos? Pues… estaban a punto de comprobarlo.

  • La tienda de la esquina en la bahia de Cockleberry de Nicola May

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    Rosa Larkin tiene mala suerte en Londres, por lo que cuando hereda una tienda de una esquina casi abandonada en un pintoresco pueblo de Devon, su primer pensamiento es venderlo por dinero en efectivo y ordenar su vida. Pero nada es sencillo sobre este legado. Si bien la identidad de su benefactor sigue siendo un misterio, el, o ella, ha dejado una importante condicion legal: que la tienda no pueda venderse. Rosa toma la decision de intentarlo y pone de su parte para hacer que la tienda vuelva a funcionar. Pero, ?puede hacerlo ella sola? Y si no, ?quien la ayudara a tener exito, y quienes trabajaran en secreto para verla fracasar?
    Con resultados sorprendentes y sinceros, Rosa, acompanada en todo momento por su pequeno perro salchicha, Hot, desentranara lentamente los secretos sombrios de la herencia y tambien sacara a la luz su propia herencia, oculta durante mucho tiempo. La Tienda de la Esquina en la bahia de Cockleberry es un viaje de autodescubrimiento llenos de momentos impredecibles.

  • La novena tumba de Stefan Ahnhem

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    Simple Hooks<> Tony Parsons

  • Quemalo: Que comer cuando tienes que perder peso rapido. – Haylie Pomroy de Haylie Pomroy

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    La autora de La dieta del metabolismo acelerado, exito instantaneo de ventas, vuelve con este original titulo que ataca problemas especificos de perdida de peso con fundamentos cientificos.

  • El nino que domo el viento de Bryan Mealer , William Kamkwamba

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  • La penumbra que hemos atravesado de Lalla Romano

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    La habitacion, pequena como una celda, estaba pintada de un fiero amarillo; la cama, enorme, de hierro, con unas rayas que trataban de imitar la madera. En el aire, bochornoso, flotaba un desagradable olor a humo. Revoloteaban dos moscas, como las que tiemblan en unos ojos enfermos. Me habia tumbado y trataba de no pensar. El somier, a cada minimo movimiento, gemia con un sonido de organo. De pequena oi muchas veces criticar los hoteles. Decian que habia pulgas. A mi, aquello me parecia una especie de privilegio que tenian los hoteles. En las casas saltaba la alarma si se encontraba una pulga, que apenas vista desaparecia como un duende, y habia que buscarla con empeno y aplastarla entre las unas. Algo horrible que yo observaba con repugnancia. Los ninos pobres, las companeras de escuela, tenian infinidad de ronchas rojas en el cuello, eran picaduras de pulga. Porque dormian sin sabanas. Tambien Muro tenia pulgas a veces; pero las pulgas de los perros no atacaban a las personas. Una vez, papa encontro chinches en un hotel. (Los chinches, mas temibles aun que las pulgas, eran una rareza, casi un lujo. ) Habia levantado la almohada: los chinches, negros, planos, corrian por la sabana. Papa lo contaba despacio, con una precision fabulosa. Y yo veia los chinches como la imagen lejana, minuscula, de un ejercito de guerreros protegidos con sus escudos, en marcha sobre una llanura nevada. Aunque quiza no fue en un hotel. Quiza fue en el Santuario de Sant'Anna di Vinadio, donde papa era alojado con gran consideracion. Tenia derecho a una habitacion para el solo, la de la administracion; mientras el resto de peregrinos dormian todos juntos. De aquel lugar, papa nos traia a los ninos escapularios. Eran pequenos retales de felpa con imagenes de Santa Ana, atados a un cordon de aspera lana negra. Debian colgarse al cuello, bajo la ropa. Pero nunca llegamos a llevarlos. Papa no regresaba jamas de un viaje sin un regalo. De Turin nos traia ramilletes de miosotis o de muguete en cucuruchos de papel; de la montana nos traia flores raras, como la llamada <>, una flor azul, rigida y de hojas dentadas como un broche. En Ponte nunca estuve en un hotel; todos los parientes solian alojarse en nuestra casa. Pero es cierto que, en aquel tiempo, los hoteles empezaron a encontrar su lugar en la forma de vida del pueblo. El mas familiar era el Europa, que ocupaba dos pisos del edificio de nuestra casa; eramos amigos de Lino, dueno del Tre Colombe, que se llamaba asi porque el era cazador; luego estaba el Hotel del Giglio, en la Piazza Nuova, que habia disenado papa y era de lujo. Quiza no era de lujo ni siquiera el Giglio. Una vez lei en una guia que todos los alojamientos de Ponte Stura eran de cuarta categoria. Me dio pena. ?Acaso era tan misero el pueblo donde papa habia sido admirado, amado, donde <> habian sido felices, donde <>? Me parecio un desprecio, una humillacion. (La pobreza manifiesta del pueblo no me importaba mas que la de cualquier otro. ) Lo increible fue que Ponte Stura continuara existiendo. Inmediatamente despues de irnos, desde la ciudad a la que nos habiamos mudado, miraba hacia las montanas que cercaban el horizonte y pensaba: alli esta... pero en realidad lo que queria decir es alli estaba... Respecto a nuestra partida, solo recuerdo que era otono y llovia. Tambien que mama repartia toda suerte de objetos: animales disecados que habia encontrado en la casa cuando llego recien casada, algunos muebles, los cuadros que no vinieron a la nueva vivienda. Quiza regalo tambien todos mis preciosos tebeos pensando que, puesto que ya iba a pasar a secundaria, no volverian a interesarme. No recuerdo nada mas. Se que estabamos en guerra, fue el otono de Caporetto, y se respiraba un aire de derrota. Nos dabamos cuenta, de pequenas, de que mama evitaba hablar de Ponte. Apretaba los labios, como con gesto de desden. Aquello me entristecia. Sabiamos que habia estado Madrina, y que habian estado <>. (En la ciudad, mama no recibio mas visitas ni frecuento a mas senoras.) Segun nosotros, eran tonterias. Ella no se explicaba. Le parecia, incluso, que en verano Ponte no era fresco, que no habia paseos a la sombra. Pero en uno de sus ultimos dias, en una tregua de su enfermedad, exclamo subitamente: <>. La antigua felicidad que mama habia perdido junto con Ponte, cuando era pequena, yo la percibia solo por breves instantes, en inesperados relampagos. Era, creo, como una corriente profunda que alimentaba mis raices, mientras yo me sentia azotada por conflictos, incertidumbre y miedo. En esos momentos me esforzaba por aislar o recuperar el hilo de los recuerdos. La singularidad de ese esfuerzo consiste en que pertenece a aquel tiempo. Fue entonces cuando empezo. Apenas fui capaz de reflexionar, consegui distinguir un presente y un pasado; en el mismo pasado distinguia dos tiempos; uno comprendia mi primera infancia y la vida de mis padres, tiempos de los que, a retazos, lograba rescatar la memoria; antes se daba otro tiempo aun mas vago, los antecedentes: episodios de la infancia y juventud de mis padres. (La historia y los cuentos coinciden en algo que no es temporal, porque no iba ligado a mi existencia ni a la de los mios.) Esta cronologia era amplia, compleja y, ademas, esquematica, igual que decimos: alto, medio y bajo Imperio. El sentimiento dominante era el de haber llegado tarde: cuando lo mas importante ya habia sucedido. El tiempo maravilloso era siempre <>. Tambien pertenecian al <> algunas fiestas que yo trataba de imaginar. Su encanto venia sugerido por la forma en que mama nombraba los lugares, las personas. Los nombres eran pronunciados por ella con expresion hieratica mas que nostalgica y, sin embargo, fugazmente, como solia hacer, de forma que aparecian y desaparecian y resultaban mucho mas misteriosos. Papa y mama fueron en trineo a Festiona. Festiona la recuerdo muy bien: era una aldea al lado del Stura, oculta en el bosque, adonde se iba a recoger setas; estaba algo lejos, no muy conocida, sin ninguna particularidad, solo que era muy humeda, como todas las poblaciones que se encuentran cerca de los bosques. Pero pensando que habian ido hasta alli con un trineo, una tarde de invierno -?llevaban tambien cascabeles?- y que regresaron por la noche -?usaron antorchas?- se convertia en un lugar remoto y fabuloso. Habian alcanzado el Ponte di Festiona pasando por la carretera nacional. El trayecto no es muy largo cuando se hace en verano. Pero yo lo imaginaba larguisimo y, ademas, recorrido a velocidad de sueno.

  • Ingreso basico de Philippe Van Parijs

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    Philippe Van Parijs y Yannick Vanderborght quieren que el gobierno te de dinero: una cantidad frecuente, en efectivo, que no dependa de tu situacion laboral, de tu edad, de si tienes muchos o pocos recursos, de si eres mujer o eres hombre. Eso es el ingreso basico.

  • Pecados Ardientes de Ariel Omer

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    Todos tenemos un amor al cual nos aferramos, un amor verdadero que jamas vamos a olvidar.