• un rincon del corazon que nadie pisa - Nuria Espert

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    Esta novela se abre paso, desde el corazon, a un lugar donde las historias se entretejen entre las sombras de los recuerdos y la necesidad de reinventarse.

  • Un rincón del corazón que nadie pisa Versión Kindle

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  • Un rincón del corazón que nadie pisa. Tapa blanda - Amazon.es

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    Pepa, Manuel y su preciosa historia de amor. Capaces de seguir sorprendiéndose cada día... Este es un libro muy dinámico de leer, por sus capítulos cortos, que ...

  • un rincón del corazón que nadie pisa (ebook) - Casa del Libro

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  • Un rincón del corazón que nadie pisa | Penguin Libros

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    Un rincón del corazón que nadie pisa. Nuria Espert · SELECTA , junio 2018. Esta novela se abre paso, desde el corazón, a un lugar donde las historias se ...

  • Un rincón del corazón que nadie pisa - Nuria Espert - Librería ...

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    Un rincón del corazón que nadie pisa, Nuria Espert, ISBN: 9788491950479 Librerías Proteo y Prometeo. Desde 1969 entre Libros.

  • UN RINCON DEL CORAZON QUE NADIE PISA (EBOOK)

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  • Un rincón del corazón que nadie pisa - Nuria Espert - Babelio

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  • Un rincón del corazón que nadie pisa - Goodreads

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  • Un rincón del corazón que nadie pisa - Home | Facebook

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  • Un rincon del corazon que nadie pisa - Nuria Espert

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    Lucía miró por la ventana, ninguna nube interrumpía la suave luminosidad del cielo. Era su primer día en el nuevo instituto de Alamar, el cuarto centro de ...

  • Existio otra Humanidad de J. J. Benitez

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    J. J. Benitez explica en esta obra lo que el considera la prueba definitiva de que hace millones de anos existio otra civilizacion en nuestro planeta. Mas de once mil piedras, perfectamente grabadas con sugestivos dibujos, dan testimonio de que ciertos habitantes de la Prehistoria tenian conocimientos de las ciencias de hoy: biologia, botanica, nautica, astronomia... Su saber y sus experiencias se hallan reflejados en las piedras halladas en Ica (Peru), cuya descripcion e historia se ofrece en este libro.

  • Diario de Kat (Seleccion RNR), Maria Jose Tirado de Maria Jose Tirado

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  • Un mar sin estrellas de Erin Morgenstern

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    <> -Booklist (resena destacada) <> -Publishers Weekly (resena destacada) Muy por debajo de la superfi cie de la tierra, sobre la orilla del Mar sin Estrellas, hay una gran cantidad de tuneles y recintos llenos de historias. Las entradas que conducen a este santuario suelen estar ocultas, a veces en el suelo de los bosques; en ocasiones, en hogares privados e, incluso, pueden estar a simple vista. Pero quienes las buscan las encontraran. Sus puertas han estado aguardandolos. Zachary busca su puerta, aunque no lo sabe.Sigue un canto de sirenas silencioso, una certeza inexplicable de que esta destinado a encontrar otro sitio. Cuando descubre un libro misterioso en las estanterias de la biblioteca del campus, empieza a leer y queda cautivado por los relatos de prisioneros que buscan amor, ciudades perdidas y acolitos sin nombre. De repente, una vuelta de pagina trae a Zachary a una historia de su propia ninez, increiblemente escrita en ese antiguo libro. Una abeja, una llave y una espada impresas en el libro conducen a Zachary a dos personas que cambiaran el rumbo de su vida: Mirabel y Dorian. Estos desconocidos lo guian a traves de bailes de mascaras y relatos susurrados en salones clandestinos hasta la sede de una sociedad secreta, donde los picaportes cuelgan de cintas y, fi nalmente, a traves de una puerta pintada que se abre magicamente para entrar en un lugar que siempre habia anhelado. Entre tuneles serpenteantes atestados de libros, salones de baile y orillas oscuras como el vino, Zachary cae en un mundo embriagador, impregnado de romanticismo y misterio. Pero una batalla se libra por el destino de ese lugar y, aunque hay quienes lo sacrificarian todo para protegerlo, otros estan decididos a destruirlo.

  • Torpe de mi de Patricia C. Ramos

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    ?Que haces cuando te das cuenta que te has estancado en algun punto en tu vida?

  • Los perros duros no bailan de Arturo Perez Reverte

    https://gigalibros.com/los-perros-duros-no-bailan.html

  • Y en nosotros nuestros muertos (Nena Castelao 1) de Ana Medrano

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    Madrid, abril de 2012. La desaparicion de un espejo en el taller de restauracion donde ha fallecido recientemente su padre es el detonante para que Nena -Magdalena Castelao- consiga convencer a sus amigos y a un inspector de la policia de que sus sospechas sobre la naturaleza criminal de esa muerte son fundadas.
    Gracias al hallazgo de una carta, fechada en el ano 1935, dirigida a su abuelo por el entonces parroco de San Tirso de Boveda (Lugo) y de la ayuda del actual sacerdote a cargo de esa parroquia, la investigacion ira desentranando una trama organizada en torno al expolio y la venta fraudulenta de patrimonio artistico espanol.
    A medida que la investigacion avanza Nena descubrira que la verdad no siempre te devuelve la paz.

  • Terrafertile de Rosana Ample

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    Mientras Benedetta se recupera de una neumonia, entiende que debe llevar las riendas de su vida sola, romper su relacion sentimental y dejar Milan. Ha llegado el momento de volver a Florencia donde estan los suyos y formar su propio hogar en Montepulciano. ?Quien le iba a decir que tras dicho achaque, decidiera rehabilitar una hermosa villa familiar rodeada de valles, vinedos y olivos?Terrafertile, ubicada en de Montepulciano, se erige en un antiguo asentamiento etrusco lleno de leyendas mitologicas. Ceres habia posado su gracia en el lugar y cualquier fruto de arbol, tuberculo o planta, proliferaba dando al recolector sabrosas y turgentes cosechasBenedetta no conecta con la villa, las paredes de ese hogar han contenido secretos y mucho dolor. Es hora de airearlos, descubrir la dolorosa verdad que sus ancestros se llevaron a la tumba. Son ya tres generaciones repitiendose el mismo patron, es ella la elegida para identificarlo, dar una solucion diferente a los mismos problemas y liberar asi a su “clan”. El camino parecia vislumbrarse sencillo tras conocer la verdad y es en ese instante, cuando la vida le otorga a Benedetta uno de los mayores retos de su vida; atreverse a ser quien es, sin censuras.

  • Biografia de un cuerpo de Monica Rodriguez

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    El cuerpo manda. Obliga, es un tirano. Lo miro en el espejo a traves del vaho. Largo, recien amoldado a esta corpulencia que me desconcierta. Las costillas marcadas, los musculos del vientre esbozados por lineas oscuras, el ombligo. Aun las gotas de agua lo cubren. Pequenas constelaciones detenidas en la pelusa. El grifo gotea; su sonido metalico es un martilleo ritmico que no quiero escuchar, pero que escucho. Los azulejos del bano estan empanados. Bajo la neblina del vapor, contra el espejo, destellan los muslos dorados, casi blancos, el sexo entre las piernas, encogido sobre la mata oscura. Las rodillas formando un pequeno arco. Agacho la cabeza y me detengo en esa vision desde arriba. Estas no son mis piernas. Ni ese pene languido, acobardado como si no fuera un tirano, me pertenece. El vello de mis piernas sombrea la piel humeda, las gotas prendidas en los pelos, aplastados bajo el peso del agua. Son extranos vistos desde esta perspectiva. ?De quien seran esas piernas? ?Y esos pies grandes, de hombre? Levanto los dedos y se marcan los tendones como si alguien tirara de una cuerda. La piel se vuelve mansa, lisa, casi deslumbrante por los talones, los costados. Miro tanto esos pies que ya no parecen pies. Me fijo en sus dedos grandes, que debo domar y doblar, estirar. Me pongo de puntillas, desciendo. Hay un pequeno charco en las baldosas, bajo mis plantas. Y la gota del grifo. Clin, clin, clin. Vuelvo a levantar la cabeza. El espejo se ha empanado lo suficiente para que solo vea un borron de ese cuerpo. Esa pincelada impresionista soy yo. Froto el espejo con la palma de la mano. Mi rostro aparece en el agujero del vaho y se que es mio. Lo distingo porque lo he visto muchas veces en este mismo espejo, su imagen especular, ahora distinta, mas angulosa, menos dulce, con un ligero vello sobre el labio superior. Pero, aunque haya cambiado, hay algo que es solo mio, que soy yo, un punado de gestos, esa mirada hosca, timida, confusa, enmarcada ahora por las pestanas mojadas. No se que es, no se que soy yo, pero estoy ahi, en ese rostro, que hasta hace poco era suave y blanco como la piel de una cebolla. Sonrio. Los brillos metalicos de los hierros esconden mis dientes. Muevo la boca y siento el rozamiento de los brackets, paso la lengua por ellos. Todavia tengo que acostumbrarme a su presion. El agujero del espejo comienza a empanarse de nuevo. Voy desapareciendo y eso me provoca un pequeno vertigo. Entonces empiezo a tiritar. Tengo frio. Mi cuerpo tiene frio. Manda, me obliga a envolverme en la toalla. Me siento en la taza del vater. Sigo tiritando, pero no voy a vestirme, no voy a obedecerle. Miro el desodorante sobre el lavabo. El cuerpo grita cuando suda. Pero ahora tiene frio y no voy a moverme, no. Golpes en la puerta. Me sobresalto. !Haz el favor de salir del cuarto de bano! La voz de mi madre. Estoy harto de someterme siempre. El cuerpo, los adultos. Resistire aqui sentado, tiritando. Clin, clin, clin. Tengo la piel helada, como si una plancha metalica me envolviera. Los musculos tensos de tanto soportar el frio. Las plantas de mis pies mojadas son un trozo de algo que ya no siento, pero son mis pies. Mis pies. Mi torso. Los labios tiritando. El frio. Ya no lo soporto. El cuerpo gana y me envuelvo en la toalla. Salgo del cuarto de bano. Tambien mi madre, que espera fuera impaciente, gana. 2 Soy un dios alojado en el cuerpo de un toro. 3 Estira mas. No puedo. Claro que puedes. Estira. Lo hago. Te tiembla la pierna, no pongas tanta tension. Lo intento. No hay que intentarlo, hay que hacerlo. !Estira! Noto como el sudor nace en mis sienes, en mis axilas. Mis mejillas empiezan a arder del esfuerzo. No puedo controlar la tension, la pierna me tiembla ligeramente. Si me relajo deja de hacerlo, pero entonces no la estiro lo suficiente. Me concentro en el pie, en toda la fuerza del pie, y tiro de el hacia arriba. El muslo ya no aguanta mas. La pierna cae desobediente. ?Quien te ha dicho que la bajes? La profesora se ha vuelto hacia mi. Grita, golpea el suelo con uno de sus zapatos elasticos y negros. De inmediato, trato de subirla de nuevo. Noto el hormigueo de la tension. Ella se acerca, me sostiene la pierna por el tendon de Aquiles, con firmeza. La misma que desprenden sus ojos inflexibles. La levanta. Cuidado con la cadera. Controla el peso. Lo hago. Siento las fibras del musculo interno tirando. Rita, la profesora, suelta la pierna, que se baja ligeramente. Trato de sostenerla, sudo. Me inclino hacia la barra. Mi mano se aferra a ella con demasiada fuerza. Puedes hacerlo mejor, dice. Rita cambia de ejercicio, se pasea por la clase. Coloca un hombro, sube una barbilla. Pasa el dedo por la columna vertebral de una espalda que de inmediato se estira. Del cansancio veo la clase borrada por una leve neblina, las luces en el espejo. La profesora detenida frente a Alex asintiendo, el borron del piano negro, abierto como un feretro, en una esquina de la sala. Muy bien, Alex. Dos palmadas. Centro. Nos colocamos todos frente al espejo. Hay un ligero murmullo, mientras vamos buscando nuestras posiciones. Mi maillot esta sudado. Siento la humedad en la espalda. Clara me mira y sonrie, y algo se encoge dentro de mi. Ella se coloca en segunda fila. Yo trato de ponerme en la primera, no en el centro, en un lateral. Rita esta seleccionando la musica con el pianista. Alex esta en el centro y resopla mirandome complice. Nos colocamos. Veo las figuras en el espejo, todos con las espaldas muy rectas, la cabeza alta, los monos tirantes, los maillots sudados. Respiramos. Me detengo en mi imagen. Ese es mi cuerpo. Lo noto, pulsa dentro de mi, aulla cansado. Dolorido. Por un instante lo vuelvo a ver como un extrano. Un extrano que me lleva la contraria, me reta. Cierro los ojos y vuelve a ser mio. Necesito este dolor para domarlo. Para bailar. Me gusta este dolor. Adagio, dice Rita. Cuando quieras, maestro. Yo abro los ojos. El piano empieza a sonar, las notas caen como nudos de luz por el aula. Levanto un brazo... 4 ?Estas bien? Claro, por que lo dices. No se, te he visto raro en la clase. Cansado. No estoy cansado. ?Vienes a comer? Ahora voy. Te cojo sitio. Veo a Clara alejarse hacia los vestuarios, con la mochila al hombro. El corazon me golpea como cuando termino de hacer los saltos. Sin que yo pueda controlarlo. Tan rapido, tan violento. Golpes de animal vivo. Pero este fluir me gusta. Me hace sonreir y me asusta a un tiempo. Es Clara la que lo desencadena. Ella me dice que me reservara un sitio a su lado en el comedor y abre la compuerta. El torrente del pulso precipitandose. Clara manda sobre mi cuerpo. Entro en el vestuario de chicos. Alex sale de la ducha, desnudo, dejando un reguero a su paso. Se seca con la toalla el pelo humedo. Por un momento admiro su cuerpo. Es perfecto para la danza, tiene flexibilidad, empeines, potencia. Alex, muy bien. Alex, perfecto. Alex, si sigues asi, seras un gran bailarin. Alex, repitelo, que te vean todos. Alex. Alex. Alex. Agita la cabeza y su pelo en hebras castanas y rubias, del color del tabaco, desprende diminutas gotas, como una aureola. Entonces posa sus ojos, tambien rubios, en mi y vuelvo la vista hacia los banos, avergonzado, en un movimiento brusco. Simon y Manuel ya estan vestidos, el pelo empapado y negro, repeinado hacia atras. Me miran a traves del espejo cuadrado, incrustado en la pared. Desparejos: Simon, muy alto; Manuel, bajo. No te va a dar tiempo a comer si no espabilas, tio. Encojo los hombros. Mi corazon ya se ha calmado. Pienso: Clara, y esta calmado. Pero las comisuras de mi boca se dilatan en una sonrisa que provoca su nombre. La contengo mientras miro como Simon se echa colonia. Pero que haces, marica, eso huele que apesta. Manu le quita el bote, se pelean de mentira. Se insultan, se dan algun golpe en el biceps y salen del vestuario arrastrando las mochilas, a voces, riendo, las tarteras colgadas del hombro. ?Te espero? Alex me mira mientras se pone la cazadora. Inclina la cabeza ligeramente. Tiene el rostro redondo, aun imberbe, y su belleza es deslumbrante, amarilla, de nina. No, digo. Me cogen sitio.

  • Hombres que ya no hacen sufrir por amor de Coral Herrera Gomez

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    Los hombres no nacen, se hacen. La masculinidad patriarcal es una construccion que surge, crece y se transmite de generacion en generacion en el seno de nuestra sociedad. Igual que la feminidad. Pero tambien hay muchas formas de ser hombre: existen cada vez mas disidentes que no interiorizan los mitos de la masculinidad, ni reproducen sus estereotipos y roles clasicos. Cada hombre, en mayor o menor medida, se rebela contra el patriarcado, aunque la mayoria suele adaptarse para no quedarse al margen, y tambien para aprovecharse de los privilegios que el sistema concede a los varones solo por el hecho de serlo. Pero como nos cuenta Coral Herrera, los sumisos al orden patriarcal van a tener cada vez mas problemas para relacionarse con mujeres independientes.

  • Amanecer (Sombra de vampiro 7) de Bella Forrest

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    !La tan esperada conclusion del viaje de Derek y Sofia!

  • La torre tesla, Ruben Azorin de Ruben Azorin

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  • Black Eagle. La venganza del aguila de Jess Gr

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    ?Alguna vez has sentido como tu mundo se resquebraja y queda reducido a un millon de pedazos?
    Eso fue lo que yo senti el dia que regrese al rancho de mi familia. Esperaba encontrar a mi hermana pequena, feliz por su compromiso y su proxima boda, pero lo unico que halle fue una lapida con su nombre y una nota de suicidio.
    Ese mismo dia, frente a su tumba, jure vengarme del hombre que la engano, la uso, y la hirio hasta tal punto que solo encontro consuelo en los brazos de la muerte.
    Nathan Reed no sabe lo que le espera. No lo vera venir, le acechare como un aguila a su presa. Le hare pagar cada lagrima que lloro mi hermana por su culpa.
    Ojo por ojo y diente por diente. Destrozare su mundo al igual que hizo el con el mio. Lo hare, si consigo resistirme al embrujo de sus preciosos ojos azules, de su sonrisa burlona y de la forma en que mi cuerpo reacciona a su cercania, porque. no es posible que termine enamorandome del hombre que acabo con la vida de mi hermana ?verdad?

  • Al Rescate de Irina (A la captura del Shadowboy 2) de Adrian Henriquez

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    Irina, al igual que Elena de Troya esta maldita por su belleza. Obligada a prostituirse por uno de los proxenetas mas importantes de Cuba, la joven es considerada la jinetera mas famosa de la isla. Entre sus clientes se encuentran coroneles y generales. Normalmente estos la usan para que participe en las orgias organizadas para poderosos gobernantes y figuras internacionales que visitan la isla. Su mision es satisfacerlos, grabarlos y luego reportar sus gustos y obsesiones a los jerarcas del Politburo.
    La oportunidad de salirse de ese mundo le llega con Manuel Mendoza. Un experimentado asesino, aparentemente un anciano, que la ayuda a escapar hacia los Estados Unidos. Pero una vez en Mexico sus planes se ven frustrados cuando es capturada por el cartel del Golfo (aliados del general Sandoval) y enviada al Rancho Bacanales. el prostibulo de esclavas sexuales mas famoso de Veracruz.
    En Bacanales tendra que “trabajar” hasta ser devuelta a los generales cubanos. aunque el cartel comete el error de subestimar la inteligencia de la joven prostituta y la de sus poderosos aliados.
    Una visita cruel y real al mundo de la esclavitud sexual.

  • La esposa entre nosotros de Greer Hendricks , Sarah Pekkanen

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  • Papel de Armenia de Antonio Sanz Oliva

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    Una historia de aventuras e intriga donde una decision puede cambiarlo todo.

  • A Siberia de Per Petterson

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  • Gold and Diamonds II, Eli Jane Foster de Eli Jane Foster

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  • Al final de la calle 118 de Clara Cortes

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    La calle que lleva al motel donde vivo es larga y ancha, y una acera no tiene nada que ver con la otra. Es como si una barrera invisible separara ambos lados. Por supuesto, siempre que quieras puedes cruzar al otro lado, pero eso no significa que la gente lo haga. Es como la valla que rodea un instituto: aunque muchos querrian y podrian saltarla, eso no significa que la salten de verdad. Porque saben que su lugar esta dentro. Cuanto mas camino de la derecha recorro, mas grietas me encuentro. Y mas suciedad. Y menos casas. En la otra acera, sin embargo, la fila de chalets de color amarillo y naranja sigue hasta mas alla del motel, hasta alcanzar la carretera del norte. Aunque pueda sonar a mentira, me gusta mucho mas la acera de la derecha que la de la izquierda. Es mucho mas real. La vida es asi, rota, con hierba seca entre los huecos que deja la piedra de los adoquines. Si conoces a alguien con una vida-chalet, probablemente todo se quede en esa fachada amarilla, tan igual a lo largo de toda la fila. Probablemente su sitio tambien este en este lado, nuestro lado, pero no quieran aceptarlo. Antes de llegar al motel, en la acera de la derecha, la calle esta flanqueada por la verja de un orfanato. Es el que cubre la zona norte de la ciudad, adonde se sabe que llegan muchos ninos todos los meses. A veces lloran tanto y tantos a la vez que puedo oir sus sollozos sincronizados desde mi habitacion, y eso que no tiene ninguna ventana que pueda cerrar para acallarlos. Son gritos desgarradores. Cuando pasa me pregunto si habra alguna nina especial ahi dentro, alguien que se parezca a mi y que llore mas fuerte que todos los demas. Tambien me pregunto si la habre visto alguna vez cuando he pasado por delante y todos los ninos estaban jugando fuera, aunque me desespera pensar que he podido hacerlo y que no la he reconocido. Normalmente me gusta pasar la mano por la verja de rombos metalicos mientras camino. El sonido que hacen los anillos de mis dedos contra los alambres es musical y, si lo cuento en mi cabeza, sigue cierto ritmo que puede llegar a ser agradable. Siempre logro encontrarlo, aunque cada vez es diferente, pero eso es lo que mas me gusta. Sin embargo, ahora paro de hacerlo, porque, como todos los dias, tengo que mirar. Siempre me obligo a hacerlo al menos una vez, porque seria una persona horrible si no me molestara en dedicarle unos segundos al dia; busco un par de coletas desiguales que yo podria haber conocido, a esa nina que deberia tener mi nariz, o mis ojos, o los de Raven... Como de costumbre, no veo nada -porque no hay nada, ni siquiera suerte-, asi que tengo que seguir andando para volver a casa. Solo que, esta vez, si que hay algo cuando me pongo a andar otra vez. No lo habia visto porque mi mente habia elegido omitirlo y concentrarse en buscar, como cada dia; es curioso como nuestro cerebro es capaz de aislarnos hasta el punto de no dejarnos ver cosas tan obviamente claras. Porque, cuando vuelvo a andar, hay ahi otro sonido que esta vez no es mio. No rozo la verja con la yema de los dedos, pero, aun asi, en alguna parte hay musica. Y son notas. Notas de verdad, quiero decir, no solo en mi cabeza. Sol. Do. Re. La. No es metalico. Es una guitarra, y creo que viene de dentro. Vuelvo a mirar hacia alli sin dejar de andar. Ahi esta. No tardo demasiado en localizarla. La guitarra. Obviamente, alguien la esta tocando. Es un chico. Esta al fondo, encorvado y sentado sobre un banco. A pesar de todos los ninos que hay a su alrededor, parece estar muy solo. El chico es larguirucho y grande, o eso es lo que parece desde aqui. Tiene los dedos agiles, pero, a pesar de eso, se mueve como si no se sintiera seguro; vacila cuando hace amago de levantar la cabeza y al final nunca aparta la vista del movimiento de sus dedos sobre las cuerdas, como si de verdad temiera perderse o equivocarse. Esta cantando y lo que oigo en la distancia es grave y fuerte, pero a la vez suave y agradable. Cuando han pasado unos segundos y creo haber escuchado lo suficiente, decido que me gusta su voz. No parece que el este muy de acuerdo en eso, sin embargo. Tiene el ceno levemente fruncido y los hombros tensos. Las gafas de pasta negra que lleva juegan a ser equilibristas sobre la punta de su nariz, y me pregunto por que no puede, simplemente, hacer algun tipo de movimiento para subirselas. Siempre me ha puesto nerviosa la gente que mira el mundo por encima de la montura de sus gafas, como la senora que se encarga de la biblioteca del centro, aunque no se exactamente por que me molesta. Cuando acaba la cancion se queda un momento mirando la vibracion de las cuerdas antes de subir la cabeza y sonreirles a los ninos, un publico realmente desagradecido. Si, han estado tranquilos, pero no escuchandole. Gritan, saltan y rien mientras se persiguen los unos a los otros, y el baile sigue para ellos aunque ya no haya musica para acompanarlo. Me sobresalto al darme cuenta de que he estado parada tarareando todo el rato, aunque ni siquiera se como se llama la cancion. He debido de oirla en la radio alguna vez, o en el centro comercial, o en alguna sesion de fotos. No era consciente de habermela aprendido. Me doy la vuelta y sigo mi camino justo despues de que el chico se suba las gafas con un gesto despreocupado. El no me ve. No reanudo el sonido de mis anillos, simplemente meto las manos en los bolsillos y ando mas rapido, porque quiero llegar ya al motel. Solo unos treinta y cinco o cuarenta metros lo separan del orfanato. Cuando subo las escaleras metalicas que llevan al segundo piso y entro en el apartamento 36, la sensacion tan rara que se me habia puesto en el estomago tras escuchar esa cancion es sustituida por la colonia postsexo de Raven. Tengo que aguantar la respiracion y pasar directamente a la cocina. Y aunque alli no es mejor, porque ella esta fumando, al menos no es ese tufo a fruta, sudor y suciedad. -Ah, hola -dice, tranquila-. No he oido la llave. -Hola. Vacio mi mochila en la mesa blanca donde comemos. El tablero esta lleno de quemaduras y manchas marrones que no se pueden quitar. Caen las llaves, un libro, una camiseta sucia y un sobre. Justo antes de venir he pasado por el banco para sacar lo que me han pagado hoy. Raven apaga el cigarrillo dentro de una lata de cerveza arrugada y se acerca a mi con curiosidad. -?Cuanto? -Cincuenta pavos. -La ultima sesion fueron mas. -Porque me pase seis horas en ese estudio sin parar ni para mear, Raven. Por eso fueron mas. Mi hermana agarra el sobre antes de que yo pueda alcanzarlo y sale de la cocina contoneandose. Me dan ganas de gritarle que no hay nadie mirando, que no hace falta que haga eso, pero no quiero discutir. Necesita montar un espectaculo todo el tiempo. Ademas, suele estar de muy mal humor despues de estar con un cliente, por eso me callo. Se agacha junto a su cama y mete la mano debajo. Saca una caja de metal rosa que tiene un pequeno candado. Ahi es donde guardamos todo nuestro dinero. Esta llena de polvo y tiene un par de pelusas enganchadas en las esquinas. Muchas veces pienso en que pasaria si alguien entrara a robar, porque no seria nada dificil hacerlo. No seria dificil encontrar la caja bajo la cama y que alguien rompiera ese estupido candado y nos robara todo lo que tenemos. De hecho, yo misma podria hacerlo si quisiera. Podria agarrar una piedra de fuera, acercarme, golpearlo hasta que se partiese... Y luego irme lejos de aqui con el dinero. Pero Raven abre la caja y me quedo a medias preguntandome adonde iria. A un lado, los billetes estan sucios, algo rotos y arrugados. Al otro lado, el monton de mi dinero, es decir, el dinero que yo gano y que sale directamente del banco, descansa en pilas mas o menos agrupadas por su valor. Mis billetes estan limpios, en todos los sentidos posibles. En total no hay demasiado dinero, pero si mucha diferencia entre ambos lados. <>, pienso. Es como si cada monton saliera de un mundo completamente distinto, o viniera de una cara diferente de la luna, y en parte, si lo piensas, es un poco asi. -Bueno, supongo que esta vez, cuando venga ese baboso del casero, podre pagarle en condiciones. No soporto tener que tocarlo cuando vamos un poco justas. Doy la vuelta a su cama para ir hacia mi habitacion. -No necesitaba saber eso. -C'est la vie, Valeria. No puedes ser tan tiquismiquis. Las cosas son como son, a ver si lo aprendes de una vez. <>, dice siempre Raven. Raven, la que esta hecha de piedra. La que es dura y fria como el hielo. La que tiene muchos problemas y muchas responsabilidades que siempre prefiere evitar. Es Raven, es casi una extrana

  • Dejate enganar (Citas de Amor 3) de Anna Dominich

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    Vicky es una mujer fuerte y decidida que siempre lucha por lo que desea y nunca se rinde ante nada. Tras unos anos dificiles, vive la clase de vida que siempre ha sonado. Rodeada de amigas que la quieren, independiente, propietaria de un negocio y sin preocupaciones, por fin es feliz. Ademas, tiene a Alexei, un hombre misterioso, con muchos secretos, que ha acabado convirtiendose en su confidente y mejor amigo.
    Sin embargo, el tiempo pasa y siente que le falta algo. Cuando conoce por casualidad a Daniela, una nina que ha perdido a sus padres y se ha quedado sin hogar, se da cuenta de que lo que siempre ha deseado es formar una familia, asi que no duda en acogerla, quererla y cuidarla como hubiera querido que hicieran con ella.
    Todo parece perfecto en la apacible vida de Vicky, hasta que un dia el pasado regresa y el unico hombre al que ha amado llama a su puerta.
    Ivan no entiende el motivo por el que Vicky le dejo sin darle ninguna explicacion y ahora, al reencontrarla, esta dispuesto a obtener respuestas y cobrarse la venganza. Las cosas se complican para ambos, hay muchas preguntas sin respuesta y surgen las dudas. ?Se puede desear y odiar a una persona al mismo tiempo y con la misma intensidad?

  • Tu, yo y esta historia de los dos de Jossy Loes

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    Correr
    Curso de espanol
    Curso de...
    Asi me encontraba un sabado por la noche escribiendo una mierda de propositos en un papel manchado por helado Oreo y una copa en la mano jurando al cosmos que lo cumpliria.
    Habia llegado el momento de volver a estar disponible en lo que se refiere a nuevas relaciones momentaneas, hasta que aparecio Fitz Sandford con su porte serio, sus gafas y zapatos lustrosos, revolucionandolo a todos y a mi.
    No es que fuera el guaperas de turno, ese es otro..., ya lo conocereis mas adelante. Mejor, antes de continuar, me presento: soy Jennifer Bond y, no, no soy familia del superagente britanico.
    Trabajo en una de las mejores empresas de construcciones e ingenieria en el area de Planificacion de Proyectos, o eso creia, he llegado a la conclusion de que todos los que tenemos algun tornillo suelto hemos acabado alli. El meollo de esta historia no es la empresa... o si. Todo comienza con una pequenisima discusion entre Fitz y yo, en donde unas granadas fueron el eje central de la misma, lo cual me incito a demostrarle que estoy capacitada para ese proyecto intentando ignorar una y otra vez el cosquilleo que recorre mi cuerpo cada vez que estamos cerca.
    !Menudo lio! Me parece que tenemos un problema, !si, tu y yo, Fitz!
    A ver como solucionamos esta historia de los dos...

  • A Sexy Berling Valentine (Sexy Berling 4), Maya Blair de Maya Blair

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  • No Eres Tu de Yara Ariza

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    Heredera de una de las empresas mas prosperas de la ciudad de Boston, Eva Thompson es la CEO de la empresa familiar. Mujer ejecutiva, fuerte, que ha destacado en un negocio dominado por hombres. Ser la hija de un multimillonario la puso en muchas ocasiones, durante sus anos de universidad, en las portadas de las revistas de chismes. Los paparazzi no perdian ninguna oportunidad de tomarle fotos.
    Pero de repente su vida dio un giro y ya no estaba dispuesta a que su vida privada dejara de ser eso, privada. Ella controla en que revista aparece o quien le toma una foto. Los fotografos no son sus personas favoritas, por eso cuando conoce a Mathew Ward, un famoso fotografo, intenta alejarse de el.

  • Aunque tu y yo nunca, tu y yo siempre de Ariadna Tuxell

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    Gala es azafata de vuelo y adora su profesion. Disfruta viajando por el mundo junto a sus dos companeras de trabajo, Aitana y Dafne, quienes se han convertido en sus inseparables amigas y con las que comparte muchas horas de su vida.

  • Dientes de leon de A.j Ortiz

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    <>, escucha decir Addison Cooper a Trisha, su mejor amiga, antes de colgar el telefono y pasar por delante del cartel de bienvenida a Dandelion Bay.

  • Septiembre puede esperar de Susana Fortes

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    .El 8 de mayo de 1955 la escritora Emily J. Parker desaparece en Londres mientras la ciudad celebra el decimo aniversario del final de la II Guerra Mundial. Nunca mas vuelve a saberse nada de ella.

  • Mi Destino eres Tu de Lily Cerda

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    Mi Destino eres Tu

  • El Resurgir de la Atlantida de Thomas Greanias

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    En la Antartida, un terremoto glacial se traga a un equipo de cientificos y deja al descubierto un misterioso monumento mas antiguo que la propia Tierra. En Peru, el doctor Conrad Yeats, arqueologo, es apresado por las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos para que desentrane la clave final de los origenes de la raza humana. En Roma, el Papa convoca al Vaticano a una activista medioambiental, la doctora Serena Serghetti, con el fin de revelarle la terrorifica vision de un desastre apocaliptico. En el espacio, un satelite de seguimiento climatico informa acerca de cuatro descomunales tormentas que se estan formando alrededor del Polo Sur...

  • Cita en la luna de Merche Diolch

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    Dicen que el tiempo lo cura todo...
    Pero Melisa no esta tan segura de ello y menos desde que Jan ha regresado a su vida.
    Amigos desde la infancia, la luna ha sido testigo de su relacion... De su comienzo y su transformacion, de como con los anos los sentimientos han cambiado y sus protagonistas, en vez de asumir que de la amistad al amor solo hay un paso, decidieron huir en direcciones opuestas.
    Miedo...
    Promesas incumplidas...
    Sonrisas y llantos...
    Suenos... y la musica como lazo de union entre dos cabezotas que solo desean que las agujas del reloj giren hacia atras para regresar a su cita en la luna.

  • Sellada (Hilos del Destino 1) de Nayeli Ceron

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    La vida de Aknei da un giro total cuando un dia su aldea es atacada por unas aves come humanos, y ella es rescatada por un joven misterioso, quien le revela su verdadera identidad y mision: Ella es la Ultima Guardiana de la Gotta y su deber es encontrar una joya de gran poder, para asi detener una guerra de mas de veinte anos. Con esto, Aknei iniciara un viaje para cumplir con un destino que le han sellado.

  • Un soltero irresistible de Gina Wilkins

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  • Esposa de Papel de Tara Pammi

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    El multimillonario Dante Vittori habia pasado anos labrandose una reputacion impecable, cosa nada sencilla despues de la encarcelacion de su padre, pero su puesto corria peligro y, para hacer frente a la amenaza, tenia que hacer lo impensable: !casarse!

  • Invisible de Pablo Poveda

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    Primero le quitaron su vida, despues la identidad. Ha llegado la hora de vengarse de todos.

  • Objetivo Madeleine de Alfredo De Braganza

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    Paris, 1943. Noor, una princesa india convertida en espia aliada para luchar contra los nazis, es apresada y torturada en un edificio del que nadie ha salido con vida. En su poder, la informacion que puede hundir la reputacion del Vaticano y descalabrar el proyecto de Hitler.
    ?Sera capaz de soportar el infierno para cumplir con su mision?

  • La promesa de un beso (Besos 01) de Olivia Kiss

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    Katie vislumbro a lo lejos la vieja propiedad que, tiempo atras, habia sido la casa de invitados y, ahora, era todo lo que le quedaba. Tomo una bocanada de aire al distinguir entre las sombras de la noche el abandono que podia respirarse tras cada tabla de madera. Olia a humedad y los escalones del porche crujieron bajo los unicos zapatos de tacon que habia conseguido salvar. Encajo la llave en la cerradura, entro en la casa y encendio la luz. Por suerte, todavia no habian cortado el suministro electrico, aunque lo harian en cuanto se diesen cuenta de que ella no podia pagar las facturas. El silencio se colo en la estancia y Katie se quedo muy quieta mirando a su alrededor. ?Quien le iba a decir que terminaria volviendo a Sound River? ?Quien se imaginaria que la guapa, radiante y ocurrente Katie acabaria siendo una fracasada? Ella no, desde luego. Ella habia estado convencida de que triunfaria y de que su rostro ocuparia todas las portadas de las revistas del pais; pero la nube en la que se subio a los diecinueve anos se habia convertido en una tormenta catastrofica y ahora estaba alli, sola, con menos de cien dolares en el bolsillo, el orgullo herido y el estomago rugiendo de hambre. Estaba agotada despues del largo viaje, asi que cogio una manta llena de polvo que habia en un armario y se acurruco en el sofa del diminuto salon. Imagino lo que diria la gente de Sound River en cuanto descubriesen que ella habia vuelto a ese pueblo que desprecio en el pasado, ese que no habia vuelto a pisar desde hacia casi ocho anos. Seguro que hablarian por lo bajo y se fijarian en su aspecto cansado, en las ojeras que surcaban sus ojos y en el brillo que habia desaparecido de su mirada azulada. Sollozo, cobijada bajo el calor de la manta, y deseo con todas sus fuerzas que Amber, Hollie y James ya no estuviesen alli, porque le resultaba insoportable la idea de cruzarse con ellos y ver el desprecio en sus ojos. Aquellas que habian sido sus mejores amigas, fieles y leales, y que ella habia dejado atras con tanta facilidad. Y el... James, el chico con el que todas deseaban salir, el chico que conseguia que todo el mundo se girase cuando caminaba por las calles del pueblo con su brillante sonrisa. El chico al que, al final, ella le habia roto el corazon largandose sin mirar atras. A la manana siguiente, Katie inspecciono la casa mas a fondo. Tal como habia previsto, necesitaba muchos arreglos antes de poder considerarse un hogar, pero era todo lo que tenia y, tras meses de dificultad, aquello parecia mejor que nada. Tenia dos habitaciones, un bano de espacio reducido y una cocina que se comunicaba con el salon a traves de una barra de madera. Era la herencia que su padre le habia dejado unos anos atras, cuando murio a causa de un ataque cardiaco, junto a un poco de dinero que Katie se fundio en poco tiempo. Ni siquiera habia acudido al funeral, aunque era cierto que jamas habia tenido una relacion estrecha con su padre, un hombre que se habia pasado la vida mas preocupado por comprar la siguiente botella de alcohol que por cuidar de su unica hija. De su madre, en cambio, apenas guardaba ningun recuerdo. Ella habia fallecido por culpa del cancer cuando Katie apenas tenia tres anos de edad. Asi que se habia criado con un hombre que vivia anclado en el pasado, echando de menos a la mujer que habia perdido y culpando a Katie por tener sus mismos ojos claros, su mismo cabello rubio y su mismo rostro de forma ovalada. Quiza por eso, por su desprecio constante, ella se habia cobijado en sus amigos, en los hermanos Faith, Amber y James, y en la adorable Hollie Stinger, una nina de redondas gafas y baja autoestima que siempre estaba dispuesta a tenderle un brazo a los demas, a pesar de todas las burlas que habia recibido de pequena. Amber y James eran hermanos mellizos y vivian en la propiedad contigua a la casa de Katie. De hecho, ahora, esa propiedad era de ellos, pues el padre de Katie se la habia vendido anos atras, antes de morir, quedandose tan solo con la casa de invitados para vivir, en el extremo de las inmensas hectareas del rancho de los Faith. Desde pequena, Amber y ella habian sido inseparables. Jugaban juntas todos los dias y no habia secretos entre ellas. Con el tiempo, James dejo de meterse con ambas y de intentar hacerlas enfadar rompiendoles sus juguetes y termino pasando a convertirse en ese chico de sonrisa ladeada que estaba dispuesto a protegerlas de todo y de todos. Y conforme los anos fueron quedando atras, el y Katie se enamoraron. Katie nunca supo cuando ocurrio, si fue algo que siempre habia sentido, aunque el sentimiento estuviese dormido en su interior o si paso de la noche a la manana, conforme James comenzo a despertar miradas de adoracion entre las demas chicas y ella notaba un nudo en el estomago cada vez que el les sonreia, pero, al final, no logro esconder lo evidente: que estaba enamorada de James Faith. Sacudio la cabeza cuando el recuerdo de aquellos anos pasados se apodero de sus pensamientos y emitio un suspiro cansado. Tras intentar maquillarse lo mejor posible para esconder la apatia que reflejaba su mirada, Katie se armo de valor, a sabiendas de que pronto los chismes sobre su regreso empezarian a correr por el pueblo, y decidio que habia llegado la hora de acercarse al centro para comprar algo de comida antes de decidir que era lo que iba a hacer, porque, ahora mismo, no tenia ningun plan, vivia sobre la marcha.

  • Escuela de senoritas St Margare de Kate L. Morgan

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    Era la primara noche navengado. A bordo del barco mas grande jamas construido, Trevor esperaba impaciente el comienzo de la velada. La gran escalinata principal era el corazon de la vida de primera clase. El SS Great Britain se elevaba majestuosamente a traves de cuatro cubiertas, y era la nina bonita de todos los buques que se habian construido hasta el momento, ya que era el primer buque de hierro propulsado por una helice. Era el primero con un doble casco, el primero con mamparas estancas, y el primero capaz de bajar todos los mastiles en caso de tener vientos de proa. El barco estaba equipado para viajar con todo tipo de lujo ya que tenia cuatro cubiertas, dos lineas de cabinas que daban a cubierta, y dos salones comedores, junto con veintiseis camarotes individuales, y ciento trece camarotes dobles de lujo. En ese viaje inaugural, estaba la flor y nata de la sociedad inglesa. Desde su rincon apartado y oscuro podia escuchar el sonido de la suave musica, y la risa de su tia materna que charlaba en esos momentos con el marques de Pooley, tambien con su esposa Kate: una rolliza mujer con una voz de soprano que resultaba bastante interesante. Una sonrisa amplia se dibujo en su rostro juvenil al contemplar el rostro de ella que mantenia la compostura como un soldado en el frente escuchando a su interlocutora. Tenia una vision perfecta del amplio vestibulo y de parte del salon que tenia las dobles puertas abiertas de par en par. Seguia el ir y venir de las mujeres que iban ataviadas con vestidos que brillaban, no solo por los fastuosos tejidos de lentejuelas, sino por las joyas que lucian sus cuellos y sus orejas. Tambien le gustaba observar a los hombres que vestian impecables trajes negros. Uno de los invitados que vestia de gris claro, le llamo la atencion pues resaltaba de entre el resto como una mosca en un tazon de leche. Llevaba el pelo muy corto y engominado hacia atras, y lo miraba todo con cierto desden. Le parecio que le disgustaba estar entre tantos politicos, banqueros y empresarios. --?Puedo sentarme contigo? Trevor se sobresalto al escuchar la voz infantil. Giro la cabeza, y desvio los ojos de los invitados a la aparicion: una nina que no debia de tener mas de nueve o diez anos. Poseia unas largas pestanas bajo unas perfectas cejas arqueadas que realzaban los brillantes luceros que iluminaban su delicado rostro. --No --fue su tajante respuesta, aunque ofrecida en voz baja para no llamar la atencion de los invitados. Trevor tendria que estar en su camarote y no sentado en la escalera, ni espiando tras los barrotes de la barandilla. --Yo tambien quiero mirar la fiesta --dijo la nina muy seria--. Hacen mucho ruido. Trevor penso que el verdadero ruido vendria despues, cuando las mujeres estuvieran ebrias y no pudieran controlar sus voces chillonas. Los hombres alzarian la voz para hacerse oir entre ellos, y la musica subiria al mismo tiempo de volumen. --?Donde esta tu ninera? --le pregunto impaciente. --No lo se --admitio en un susurro--. Estaba sola en mi camarote, he escuchado la musica, por eso me levante y vine hasta aqui... --El barco esta lleno de gente --contesto sin dejar de mirarla. La nina de ojos grandes parecia en verdad asustada. --?Puedo sentarme a tu lado? --insistio. Trevor solto un suspiro largo y termino aceptando. --Esta bien, pero no me molestes. La pequena se sento muy pegada a el, detalle que lo molesto. Trevor se aparto rapido, pero ella volvio a moverse para quedarse muy quieta a su lado, finalmente, el chico no se aparto de nuevo.--Me llamo Maggie --se presento la nina. Trevor volvio a mirar por la barandilla, como si hubiera dejado de interesarle. --Lo se. --?Como lo sabes? --quiso saber--. Yo no se quien eres tu. Ni Trevor pensaba decirselo. --Solo uno de los pasajeros de este majestuoso barco tiene nueve anos. Maggie lo miro asombrada. El chico era un adolescente, pero hablaba como un adulto. --Tengo diez --admitio franca--. ?Como te llamas? --le pregunto muy interesada. Trevor dudo en darle una respuesta porque no le gustaba relacionarse con ninos, y esa pequena se estaba convirtiendo en una pesada. Le gustaba observar a los invitados, y los analizaba. Le parecia un entretenimiento contemplar sus diferentes comportamientos. Lo que bebian, vestian, confesaban… --Me gustaria que se me conociera por el apellido de mi madre, Lafayette. La nina parpadeo al escucharlo. --?Es un apellido forastero? --siguio insistiendo. Trevor termino por sonreir, y Maggie se dijo que no parecia tan feo como cuando tenia el cejo fruncido. --Mi abuelo materno era frances --contesto confidente--, por eso mi madre se apellida asi. Margaret se quedo pensativa. --?Te llamas como tu abuelo y no como tu papa? ?No tienes papa? --fue el logico razonamiento al que llego la nina. Trevor la miro atonito. --!Por supuesto que tengo padre! Maggie no lo sabia muy bien, pero estaba segura de que todos los ninos querian llamarse como los papas y no como las mamas. --?Como se llama tu papa? --insistio. --?Por que quieres saberlo? Ademas, eso no es importante --respondio el otro en voz baja. --Pero a mi me gusta conocer los nombres de los papas de mis amigos. Trevor chasqueo la lengua. La nina era muy cansina. --Te recuerdo que no somos amigos --Maggie hizo una mueca confusa bastante graciosa. Si su padre y su madre eran amigos del papa del chico, entonces Lafayette era su amigo tambien--. Ese de ahi es mi padre. Los ojos de la nina se dirigieron hacia el lugar que el chico le indicaba, y entonces sonrio de oreja a oreja. --Nuestros padres si son amigos, mira --ella le senalo a su vez a los dos hombres que se daban un saludo fraternal. Era el padre de ella, y el hombre que el chico le habia senalado un momento antes. Trevor tenia ganas de quitarsela de encima porque en breve los invitados pasarian al salon, y el ya no podria continuar observandolos. --Puede que sean conocidos y no amigos --la rectifico. --!Claro que son amigos! Y yo quiero que seas mi amigo. --Las ninas como tu no pueden ser amigas de chicos como yo. Eso a Maggie le parecia una soberana tonteria. --?Eres demasiado importante como para ser mi amigo? --le pregunto de sopeton. Trevor la miro tras escucharla. --Ahora, no, porque no tengo edad suficiente para serlo, pero algun dia sere tan influyente como el marques de Lafayette. La nina medito en la respuesta de el. --?Ese marques es tan importante como nuestro rey? Trevor resoplo al escucharla. Esa nina jamas podria entender el motivo para que el quisiera ser como ese hombre. --Fue un importante militar --la nina lo escuchaba atenta--, ademas de un destacado politico frances. Y lo mejor de todo es que peleo por los Estados Unidos en la Guerra de independencia contra el Imperio britanico. --Ohhh --exclamo la nina asombrada. --Y era mi abuelo --declaro orgulloso. La nina lo miro con los ojos abiertos de par en par. Trevor se amonesto porque habia hablado con ella como si fuera una chica y no una nina, pero debia de admitir que era bastante bonita. --?Vas a ser un soldado como tu abuelo? --pregunto admirada. A Trevor se le hacia dificil relacionarse con las personas, pero sobre todo con las mujeres tras la muerte de su madre cuando era apenas un nino. Desde entonces nunca mantenia contacto con ninguna, salvo con su ninera a la que adoraba. --?Y tu que piensas ser de mayor? --le pregunto Trevor para cambiar de conversacion. La nina no se penso la respuesta. --Una domadora de circo --sonrio al mismo tiempo que respondia. los ojos oscuros de Trevor brillaron al escucharla. --?No quieres ser una princesa, princesa? --le pregunto burlon. La nina solto un suspiro largo y profundo. --No me gustan, y no soy una princesa --admitio sincera. Trevor no podia creer esa respuesta, ?que nina no sonaba con ser una princesa de cuento? --?Por que no deseas ser una princesa? --la pregunta le salio sola. --Porque todas tienen madrastras horribles --la nina se mordio el labio inferior en un gesto que a Trevor le parecio encantador. Esa era una gran verdad, penso Trevor. --Pero todos los cuentos de princesas terminan bien --contesto con una sonrisa porque le hacia gracia ver la expresion de la nina--. Con un principe azul rescatandolas. Maggie entrecerro los ojos con dudas, y meditando en esas palabras. --Mi papa dice que una verdadera princesa no necesita que un principe la rescate --confeso en un susurro--. Las verdaderas princesas son fuertes y valientes.

  • Tu y otros desastres naturales de Maria Martinez

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    Harper ha planificado hasta el ultimo detalle de su futuro. Pronto acabara sus estudios y lograra el trabajo por el que tanto se ha esforzado. Tendra la vida que desea. Sin embargo, una triste perdida hara que su plan perfecto, aquello que creia querer mas que nada, se transforme de nuevo en confusion, dudas e inseguridades.

  • Cupido me ha dado fuerte de Carolina Vivas

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    !17 RELATOS QUE HABLAN DE AMOR!
    Dicen que los escritores romanticos y con buena imaginacion siempre aprovechan el 14 de febrero para contar una linda historia de amor. Es que a veces sacar tu lado cursi tiene su ventaja, aunque aqui, entre flores y corazones, tambien encontramos formas diferentes de amar. Asi que, !hay para todos los gustos!
    Eso de esperar demasiado de nuestras parejas un dia tan comercial no se los recomiendo, la verdad, pero aqui si se puede sonar, es mas: !te sorprenderas!
    !Lean los relatos y descubran su favorito!
    Asi conoceras a varios clientes dificiles de Cupido, veras estrellas con Eros. o, simplemente mantendras tu lado romantico a flote porque el amor es contagioso.
    !Disfruten!

  • Nightflyers de George R. R. Martin

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    Nomadas nocturnos

  • Papi de Jorge Borges

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    Frank no era un hombre cualquiera.
    Era el p*to amo de Nueva York.
    Penthouse en Manhattan.
    Cuerpo de infarto. Empresa multimillonaria.

  • Sinfonia para mis heridas de Patricia Alejandra Coria

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    Buenos Aires, diciembre de 1983 Sin siquiera imaginar que ese dia su vida comenzaria a dar un giro inesperado, Mariana disfrutaba su primera jornada de soledad en el amplio piso que compartia con sus padres, quienes habian partido rumbo a Europa a celebrar un nuevo aniversario de casados. Habia hecho planes para disfrutar ella tambien de esas semanas que quedaban por delante: horas frente a su piano, sin las inoportunas interrupciones de su madre; algunas salidas con su grupo de amigos y companeros del Conservatorio de Musica, y esa tan postergada tarde de peliculas y pochoclos con Paula, su amiga del alma, para la que, bien sabia, tendria que negociar con Leandro. No seria tarea facil; su novio era demandante y celoso del poco tiempo que su trabajo le dejaba libre para compartir con Mariana. Recostada en el sillon, bebiendo un licuado de frutillas, anana y un toque de jengibre que Rosalia -quien trabajaba en la casa desde que ella era muy pequena- le habia preparado antes de retirarse, observaba desde el inmenso ventanal del living el embotellamiento de transito que, al caer la tarde, obstruia la avenida las Heras. Buenos Aires hervia en ese dia humedo de finales de primavera. Sin advertirlo, fue cayendo en un sopor que la sumio en un sueno profundo y tranquilo. El sonido del telefono la desperto de repente, confundida al ver el departamento a oscuras; habia perdido la nocion del tiempo. Se levanto trastabillando, imaginando que seria Paula para ultimar los detalles de la cena programada para el dia siguiente. -Hola… -dijo aun medio dormida, sin disimular el bostezo. No era necesario guardar tantas normas de cortesia con su amiga y confidente. -Buenas noches. ?Hablo con Mariana Urrutia? -La voz masculina se oia nerviosa y lejana. -Si, soy yo, ?quien habla? -pregunto restregando sus ojos para salir de la modorra de esa tardia siesta. -Mi nombre es Javier. Necesito hablar con vos, se que te sonara extrano porque no nos conocemos; aunque hace algun tiempo que yo supe de vos y decidi buscarte. No quiero asustarte, pero necesito verte, contarte cosas que nos involucran a los dos. -Creo que te equivocaste de numero. -Estaba a punto de cortar cuando oyo del otro lado del telefono el grito que intuyo desesperado. -!Por Dios, no cortes, Mariana! Debemos hablar urgente, antes de que sea tarde. Ya voy a explicarte todo y vas a poder comprobar que no te estoy mintiendo. -!Deja de hablar pavadas! No se quien sos ni me interesa. No vuelvas a molestarme. Luego de cortar la comunicacion, un repentino desasosiego la dejo como ausente, con el tubo aun en su oreja y enrollando, nerviosa, el cable en uno de sus dedos. Finalmente, desconecto el telefono, temblando de miedo. Encendio las luces, comprobo que la puerta estuviera cerrada con llave y trabo todas las ventanas. Intento serenarse preparando el jacuzzi para darse un bano con sales relajantes; ese llamado inoportuno le habia cambiado el humor. Una sensacion de extrano temor le oprimia el pecho, aguijoneando su mente con recuerdos y dudas que nunca habia querido enfrentar. Cerro sus ojos, se hizo un bollito en su cama, como cuando de pequena una tormenta la asustaba. No queria pensar, ansiaba dormir, dormir profundamente. El ruido en la cerradura de la puerta de entrada interrumpio el sueno profundo en el que finalmente habia caido, luego de una noche inquieta, en la cual ni la lectura ni las palabras cruzadas que tanto la hacian aislar del mundo habian logrado aquietar sus pensamientos. Se asomo al pasillo y comprobo que era Rosalia, quien traia un paquete de su confiteria preferida; seguramente le habria comprado medialunas para el desayuno. <>, penso imaginando la mirada de su madre, quien, tan obsesiva como era con su figura, vivia controlando la dieta de su hija. Corrio a arreglarse, recordando que no habia preparado su ropa como hacia habitualmente para no salir a las apuradas por las mananas. Odiaba esos descuidos que le alteraban sus rutinas tan estructuradas. El espejo del bano le reflejo a una Mariana ojerosa y palida. Sus ojos color miel, de mirada vivaz y chispeante, habian perdido brillo; su largo cabello, que lucia siempre impecable, era un revoltijo de hebras castanas. Era evidente que la noche anterior habia hecho estragos en su animo y aspecto. Al verse asi, se reprocho haber sucumbido a tanta ansiedad por un llamado que nada le habia revelado, que seguramente no tenia nada para revelar. No iba a ser presa facil de alguna broma de mal gusto o una de esas trampas mediante las cuales intentaban sacar informacion para luego planificar un robo. Al entrar a la cocina, encontro a Rosalia aguardandola con un humeante tazon de cafe con leche, jugo de naranjas recien exprimidas y las medialunas aun tibias. Marianita, como ella le decia, era un poco su nina. A la noble mujer, la vida le habia negado la posibilidad de convertirse en madre, y se habia prendado de Mariana desde el dia en que su patrona volvio de la clinica con su tesoro en brazos. -!Buen dia, Rosa! !No podes con tu genio!, ya comenzaste a malcriarme nuevamente -la saludo con una amplia sonrisa y un sonoro beso. -!Buen dia, mi chiquita! Estas preciosa, pero tenes una carita que no se en que festichola habras andado anoche. Cuidate, Marianita; ya se que sos grande y no te gustan los sermones, pero estas aca solita y no quiero que te pase nada malo -le aconsejo acariciando el cabello suave y brillante que tantas veces le habia cepillado de pequena. -Quedate tranquila, sabes que yo me cuido. Estuve preparando una clase hasta muy tarde y practicando con el piano; me acoste a la madrugada -mintio apurando su taza y devorando una medialuna mientras se colgaba la cartera al hombro. Ya estaba algo retrasada. El sol de principio de diciembre anticipaba un verano de fuego. Mariana habia anhelado durante todo el ano esos dias largos de calor, luminosos, intensos, alegres y coloridos, en los que el aire olia a jazmines y frutas frescas. Con su animo mas recuperado, camino luciendo ese hermoso vestido blanco de bambula y puntillas que su madre le habia comprado, con sus zapatos turquesa, cartera al tono y un perfume a flores silvestres que le daba aun mas frescura a su juventud. Una vez mas, al cruzar la Plaza Houssay, miro la fachada de la Facultad de Ciencias Economicas con ese orgullo y emocion que sentia por su padre, que habia egresado de alli hacia ya unas cuantas decadas. Penso en cuanto lo extranaba, a pesar de que hacia casi nada que se habian ido. Acelero el paso hasta llegar al Conservatorio. Seria un dia largo, pero la entusiasmaba la cena que aun restaba terminar de organizar con Paula y, si Leandro tuviera un ratito libre, quizas podrian almorzar juntos. No parecian quedar rastros de la ansiedad que tanto la habia inquietado. …Un dia, un dulce dia, con manso sufrimiento te romperas cargada como una rama al viento y sera el regocijo de besarte las manos, y de hallar en el hijo tu misma frente simple, tu boca, tu mirada y un poco de mis ojos, un poco… !casi nada!… Jose Pedroni Capitulo 2 Mendoza y Buenos Aires, anos 1935 a 1950 Desde el patio repleto de plantas y una parra que en breve deberia ser podada, se podia sentir el delicioso aroma proveniente de la cocina. Mercedes se ufanaba en la preparacion de los dulces, que luego almacenaria en grandes tinajas de vidrio, para ir consumiendo a lo largo del ano. Mientras la carne de los membrillos hervia, formando abundante espuma en una gran cacerola de bronce, filtraba el jugo de los corazones de los frutos con un lienzo blanco destinado exclusivamente para la preparacion de la jalea. Debia estar sumamente atenta hasta llegar al punto de coccion de la mermelada, para separar la porcion que deberia seguir un rato mas al fuego para lograr convertirse en un dulce compacto, luego de ser enfriado en un molde. Entretanto, sobre la larga mesa de madera, descansaba una olla humeante con la mermelada de uvas recien cocinada. -Por hoy es suficiente -exclamo Mercedes secandose la frente perlada de sudor luego de pasar tantas horas entre las hornallas. Su inmensa panza le dificultaba cada vez mas hacer las tareas habituales, pero no estaba dispuesta a renunciar al goce de la preparacion de sus famosos dulces. -Ya te he dicho una y mil veces que no debias enredarte con la cocina. !Tenes que descansar, mujer! -protesto Carmen, su hermana, que habia venido desde San Juan a cuidarla en los ultimos meses de embarazo. -No me retes mas, sabes cuanto me aburro tirada todo el dia como si estuviera enferma. Bastante que me aguante no haber podido ir a la procesion de la Virgen de la Carrodilla en esta ultima Vendimia -se quejo con su ceno fruncido y removiendo con furia la larga cuchara de madera. -Mejor ni hablar del tema, que me volviste bien loca desde que llegue. Entende que, estando gruesa, tenes que cuidarte. El medico ya te dijo que debes descansar mas horas, y supongo que no querras volver a pasar otra vez por el mismo sufrimiento. -Carmen intentaba hacerla entrar en razones y que se fuera, de una vez por todas, a la cama. -Ya, ya. Tenes razon, voy a recostarme hasta la hora de la cena. -Se resigno quitandose el delantal con pechera manchado de jalea y frutas, que destacaba aun mas el avance de su estado. Varias semanas pasaron hasta esa tarde fresca de principios de junio en que Mercedes comenzo a sentir fuertes puntadas en su vientre. Ya no sentia el mismo animo y valentia de los dias anteriores. Los fantasmas de su embarazo anterior regresaban con fuerza a llenarla de temor. Aquella vez, todo habia sido diferente, apenas habian transcurrido cuatro meses cuando una hemorragia la desperto de su siesta, sumiendola en la mas profunda tristeza al ver su ilusion hecha pedazos. Ahora estaba ya en su noveno mes y, a pesar de que no habia cumplido al pie de la letra las indicaciones de un mayor reposo, tal como le habia indicado su medico, todo se desarrollaba normalmente. Las contracciones eran cada vez mas seguidas y prolongadas. -Creo que esta llegando la hora, Carmen. Por favor, anda a buscar a dona Genoveva -le pidio agitada. Su rostro habia empalidecido de repente. -Acostate y trata de estar tranquila. Corro a buscarla, pero antes le aviso a Aurora para que no te quedes sola. -Su hermana largo la costura que tenia entre manos y, acomodandose el cabello con sus dedos, fue hasta la casa vecina, donde vivia la amiga de Mercedes.

  • El alma que me habita de Antonia Romero

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    Pallars. Ano del Senor 1017. Bertrand de Riell, abate del monasterio de Suverte, se dispone a escribir una cronica de la historia de su familia y los motivos por los que desaparecio el Senorio de Riell sin dejar rastro...

  • El mundo de Faith de Jodi Picoult

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    Por segunda vez en su matrimonio, Mariah White encuentra a su marido en la cama con otra mujer, y Faith, su hija de siete anos, presencia el incidente. Despues del repentino divorcio, Faith empieza a confiarse a una amiga imaginaria. Al principio, Mariah no hace demasiado caso, pero cuando Faith empieza a recitar pasajes de la Biblia, a desarrollar estigmas y a curar milagrosamente, Mariah se pregunta si su hija esta realmente viendo a Dios.

  • Junior de Nadia Noor

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    La suave brisa de mayo mece con delicadeza el arco nupcial formado por flores niveas y una sinuosa hilera de yedra verde. En el ambiente reina la alegria, propia de una ceremonia de esas caracteristicas, y el olor salado del mar se desperdicia entre los caros perfumes femeninos. De fondo se escuchan los acordes de un piano, que entona una sentida cancion lirica, a la que nadie presta atencion. Estoy de pie, junto al altar improvisado, soportando con entereza los minutos previos a la llegada de la novia. Minerva, mi madre, me da un breve apreton en el brazo para infundirme animos. Su presencia me reconforta, aportandome templanza sin necesidad de palabras o gestos. Inclino la cabeza y nuestras miradas, del mismo tono grisaceo, se encuentran y nos sonreimos. Mi padre, Cristian, se mueve entre los invitados asegurandose que estan bien atendidos. Viste un traje color gris antracita, de corte impecable y tela exquisita, camisa blanca almidonada y corbata estrecha de seda natural. A sus cuarenta y cinco anos luce el mismo cuerpo atletico de siempre, que mantiene en forma con largas sesiones de gimnasio y duros entrenamientos. Dieciseis anos atras, se caso con mi madre biologica y, aun cuando sus principios como pareja fueron un tanto atormentados, mantienen en la actualidad uno de los matrimonios mas estables y envidiados del panorama futbolistico. Dejo de prestarle atencion a mi progenitor, levanto un poco la manga de mi impoluta camisa y consulto de forma disimulada el reloj. Faltan solo tres minutos para las doce. ?Por que narices pasa el tiempo tan despacio hoy? Las masas, las ceremonias, ser el centro de atencion no son mi punto fuerte, pero mantengo la calma sabiendo que algunos compromisos son inevitables. Como mi boda, por ejemplo. Cambio el peso corporal de una pierna a otra demasiado tenso para mantenerme quieto. Percibo como todos los musculos de mi cuerpo estan en fase de alerta maxima. Me pregunto si todos los novios pasan los mismos apuros antes del enlace. Lo mas seguro es que si. Necesito mantener la mente ocupada asi que vuelvo a consultar el reloj. Sus agujas se mueven con una lentitud demoledora que me saca de quicio. Dos minutos, eso es lo que falta para que la mujer que amo desde que tengo uso de razon, se acerque a mi vestida de blanco. Por delante de mis ojos pasa una sucesion de imagenes nuestras siendo ninos. Desde el primer instante en que la vi, mi corazon comenzo a latir por ella. Maria es valentia, coraje, firmeza, no hay obstaculo en el mundo que se le resista. Es pasion, fuerza, entusiasmo, un verdadero tsunami que arrasa con todo a su camino. Es hermosa y de buen corazon. <>, me felicito orgulloso. <>, me corrige una voz envidiosa en mi cabeza. Siente celos de mi felicidad y es comprensible. Pocas personas en el mundo tienen la suerte de casarse con su primer amor. Ese que te quita las ganas de comer, el sueno y te mantiene con la mirada atrapada en las esquinas del techo de tu cuarto. Me considero un hombre afortunado, hasta la fecha todos mis suenos se han hecho realidad. Mi yo al completo se encuentra en un estado apoteosico y mi autoestima en su nivel mas elevado. Los sonoros acordes nupciales interrumpen mis reflexiones provocando en todo mi cuerpo una inmensa explosion de calor. Un nudo grande se aloja en mi garganta, no se donde mirar ni que hacer con mis manos que, de pronto, me pesan mas de lo normal. El gran momento ha llegado y yo estoy demasiado agitado para disfrutarlo. <>. Inspiro lentamente y meto la mano en el bolsillo del pantalon aparentando sosiego. Dejo salir el aire de mis pulmones y le devuelvo la sonrisa a mi padre. Sus ojos oscuros me exploran con atencion, soy un maldito libro abierto, un ser incapaz de ocultar sus emociones. El lee entre lineas y me levanta el pulgar, para animarme. Ese pequeno gesto, muy nuestro, consigue reconfortarme. Cuadro los hombros y me armo de valor. Observo desde la distancia a mi prometida. A pesar del largo tramo que nos separa, nuestras miradas se encuentran y, lo que veo, hace que me tense todavia mas. Maria esta espectacular con su precioso vestido de seda, en tono beige, de corte sencillo y tela delicada. Una pretina con finas incrustaciones plateadas delimita la falda larga, simple y sin aderezos del corpino liso previsto de un moderno escote rectangular. Su pelo negro, lacio y lustroso esta adornado con decenas de flores minusculas y sus labios, pintados en un sutil rosa petalo, lucen exquisitas. Camina del brazo de su hermano menor, John, y, a primera vista, parece lo que es, una novia que se acerca al altar el dia de su boda. Pero algo no va bien, sus ojos miran en todas las direcciones menos en la mia y arden angustiados. Avanza insegura por el ancho pasillo central cubierto por una vistosa alfombra verde, su cuerpo esbelto esta tenso y sus hombros estrechos, cubiertos por el tul transparente del velo, rigidos. Aprieta los labios como si se estuviera aguantando las ganas de llorar. Si algunos minutos atras los nervios previos al enlace me reconcomian por dentro, ahora me siento invadido por gigantescas oleadas de panico. Me cuesta mantener la mano en el bolsillo, asi que la saco y me la paso por el pelo, sabiendo de antemano que me alterara todavia mas. Cambio el peso corporal de una pierna a otra y vuelvo a dejar la mano a buen recaudo, en el bolsillo del pantalon. Molesto conmigo mismo por este momento de inseguridad, trato de sobreponerme. <>, me calma mi yo interior. <>. Esa breve explicacion alivia mi ansiedad y renueva mis animos. Nos separan pocos metros de distancia asi que le sonrio buscando conectar con ella, pero su mirada perdida, da la impresion de hallarse a mil anos luz de mi. De pronto, detiene sus pasos y hace una sena con la mano, dando a entender que desea hablar. Este pequeno gesto tiene el poder de una rafaga ruidosa, ya que, en cuestion de segundos, todos los asistentes dejan de lado sus conversaciones y se centran en ella. <>, me pregunto para mis adentros, hecho un mar de dudas. El hombre que toca el piano, al advertir que debe interrumpir su pequeno minuto de gloria, levanta la mirada confundido. Con las manos aun sobre las teclas detiene la musica malhumorado. Se une a la multitud y centra su atencion en la novia. Mis sospechas se multiplican, observo decaido que la mayoria de los invitados esperan expectantes su discurso. En los dias previos a la ceremonia hemos ensayado varias veces el acto en si. El cometido de Maria era llegar hasta mi, enlazar sus manos con las mias, sonreirnos y sentarnos ante el alcalde encargado de oficiar la ceremonia. Solo eso. No entiendo nada. Ni yo, ni los trescientos invitados que no despegan los ojos de ella, esperando intrigados su discurso. Observo que al coger el microfono, sus manos tiemblan ligeramente y se muerde el labio inferior, tratando de no venirse abajo. Tengo un mal presentimiento pero no puedo impedir el avance de los acontecimientos. Tras unos instantes cargados de tension, saluda con timidez, provocando que el murmullo de los invitados se apague de golpe y un denso silencio envuelva la atmosfera. --Hola a todos y muchas gracias por venir. --Intenta mostrarse serena pero las palabras le salen atropelladas y su tono de voz suena diferente, como si fuera el de una desconocida. Recorre con la vista la multitud, aunque no mira a nadie en concreto. Tras unos segundos de titubeo lanza al mundo una noticia de lo mas desconcertante--. Lamento deciros que yo no... no voy a casarme hoy con Junior. ?!Que!? Un monton de senales de interrogacion se multiplican dentro de mi cabeza y hago un esfuerzo sobrehumano para que mi barbilla no colisione con el reluciente cesped que parece bailar bajo mis pies. Los peores presagios se estan materializando ante mis ojos abiertos como platos. Las rodillas se me convierten en gelatina y un gran vacio comienza a formarse en mi interior. Los labios se me resecan y no puedo tragar. Aprieto el puno hasta que los nudillos adquieren un tono blanquecino y acepto agradecido la mano que mi madre posa sobre mi brazo. No soy capaz de mirarla, ni a ella ni a ninguno de los trescientos invitados que me observan boquiabiertos. Y no puedo culparlos, han acudido vestidos con sus mejores galas dispuestos a acompanarme en el dia mas feliz de mi existencia y se encuentran con el marron del siglo. Nunca he experimentado la sensacion de caida libre al vacio y, si antes no sabia que hacer con las manos, ahora me sobran todas las partes del cuerpo. Los ojos me arden, el corazon se me contrae y una enorme garra se clava en mis entranas. Quisiera desaparecer, tener una capa bajo la cual ocultar mi metro ochenta de altura y esfumarme de alli. Pero no la tengo, asi que sigo de pie, con la cabeza bien alta, tratando de comprender lo incomprensible. Busco con insistencia conectar con ella y, esta vez, me devuelve la mirada. Sus ojos oscuros, de normal complemente limpios y serenos, lucen turbios y acuosos. Me mira con cierta emocion, una mezcla de amor y dolor infinito que, lejos de aclararme nada, me ahondan mas en la desesperacion. <>. Una vez superada la sorpresa inicial, me siento invadido por oleadas de enfado. <>, le recrimino en mi mente, porque soy demasiado orgulloso para hacerlo en voz alta. La confusion que habita en mi cabeza no hace mas que crecer. La situacion es muy reveladora: por algun motivo, extrano y desconocido, mi prometida esta renunciando a mi en publico. En la punta de mi lengua se amontonan decenas de preguntas pero el orgullo me impide hablar. Me sorprendo hasta yo cuando su nombre sale de mis labios en forma de doloroso lamento. --Maria. Al escucharme, traga con dificultad; es evidente que mi reproche silencioso la ha afectado. Alza la barbilla como si se estuviera preparando para una gran batalla y rompe de forma inconsciente los petalos de las rosas que forman el ramo nupcial que sostiene en la mano. Parece atormentada, pero no da senales de retractarse. Su voz suena impersonal, fria y, desprovista de todo sentimiento, cuando lanza su sentencia final: --Yo... lo siento Junior, tenemos que anular la boda, he comprendido que... no te quiero. Esas palabras que van dirigidas a mi se convierten al instante en navajas afiladas que se clavan con dureza en mi piel. Mantengo la compostura, aunque el sepulcral silencio formado a mi alrededor no me ayuda demasiado. La analizo con atencion y no aparto los ojos de ella hasta que no me sostiene la mirada. Parpadea angustiada y, por un breve instante, siento que lo que estoy viviendo es una alucinacion, un mero producto de mi imaginacion. No puedo estar pasando por esta pesadilla el dia que, supuestamente, deberia ser el mas feliz de mi vida. Sus siguientes palabras me rematan con tanta dureza que me pregunto de donde sacare las fuerzas para reponerme. --Eres el nino mimado de tus padres, demasiado infantil para ser un hombre de verdad. Por mi parte, la boda queda cancelada. A modo de camara lenta observo como deja de lado el microfono, se da la vuelta y, agarrando los pliegues del vestido, acelera el paso, seguida de su hermano, un adolescente de tan solo catorce anos, que agacha la cabeza, confundido ante el lamentable espectaculo ofrecido por su unica hermana. Nadie abre la boca para romper el molesto silencio que reina alrededor; los invitados se limitan a espiarme de reojo lanzandome ojeadas cargadas de lastima porque, ante el brusco e inesperado rechazo de Maria, han quedado demasiado impresionados. Durante todo ese tiempo yo sigo parado en el mismo lugar, bajo el arco cubierto de flores que da la impresion de reirse de mi y de mis ilusiones. Apenas puedo creer que la mujer que amo con locura desde que soy un nino me haya abandonado en publico. ?Que no me quiere? ?Que soy el nino mimado de mis padres? ?De que va toda esa locura? No se cuanto tiempo ha pasado desde que se fue. Soy incapaz de hablar, de pensar, y mucho menos de ir tras ella para pedirle una explicacion. Mi parte racional me pide reaccionar, aunque mi disperso cerebro funciona a medias. No existe un maldito manual de instrucciones que ensene a un novio rechazado la manera de comportarse, asi que me limito a presenciar impasible como mi vida se esta desmoronando. Mi orgullo esta gravemente herido y mi yo al completo hecho pedazos. Por un segundo, fantaseo con la idea de que el suelo se rasgue bajo mis pies y me hunda en el frio y acogedor corazon de la tierra. No quiero ver ni hablar con nadie. Pero mis deseos no son concedidos y el cuidado cesped no da senales de querer acogerme en sus entranas. <>. Hago un esfuerzo sobrehumano y muevo las piernas. Algo tan comun y automatico como caminar me resulta sumamente dificil. Minerva quiere acompanarme pero detengo su intento con un gesto. Mi padre se mueve alterado entre los invitados, tratando de restablecer el orden. Le toca capear el temporal, aunque eso no me preocupa, es un hombre de recursos y se que por mi, seria capaz de mover el sol de sitio si fuera necesario. De un modo u otro, quitara importancia al hecho que su unico hijo acaba de ser plantado ante el altar. Los invitados no me pierden de vista, pero nadie se atreve a importunarme ni a dirigirme la palabra, ni siquiera Alan, mi intimo amigo desde la infancia. Es jugador de baloncesto y mide diez centimetros mas que yo por lo que su presencia no pasa desapercibida. Cuando paso por su lado se limita a darme una palmadita consoladora en el hombro y me envia con sus ojos castanos, colmados de preocupacion, un mensaje del tipo: <>. Hago un gesto imperceptible de agradecimiento y sigo andando lo mas digno que puedo en direccion al hotel, que mi padre ha reservado en exclusiva para mi boda. A pesar de estar aturdido, me esfuerzo en guardar la compostura mientras avanzo, con la cabeza gacha y el rostro ensombrecido. Mis padres me alcanzan, deseosos de acompanarme en estos duros momentos; rechazo sus intentos con un gesto categorico. Soy un animal herido que necesita un lugar apartado para lamer sus heridas en solitario. La puerta giratoria de la entrada del hotel comienza a moverse al detectar mi presencia y, mi perfil, reflejado en el cristal atrae mi atencion. Sonrio con amargura. A pesar de las circunstancias, me mantengo en pie con dignidad. Mi exterior no esta tan danado como mi interior y eso hace que mi autoestima levante un poco la cabeza. Piso el reluciente suelo de marmol de la recepcion, soportando resignado las miradas de las empleadas que no saben como tratarme. Y no es para menos. A sus ojos, soy el estupido futbolista famoso que ha reservado un prestigioso complejo hotelero para celebrar su boda y, todo, para acabar rechazado por la flamante novia. El apuro de la recepcionista al entregarme la llave de la suite nupcial, me provoca un repentino y violento ataque de risa. Cuando logro calmarme, suelto la pregunta que me quema la lengua: --?Se ha marchado? La chica me fija con los ojos desorbitados, asintiendo levemente con la cabeza. Puedo ver en los iris azulados que se asoman entre sus pestanas encorvadas, la gran lastima que me tiene y siento rabia contra mi mismo por no haberme quedado callado. He sufrido una vertiginosa caida, no hay necesidad de que me arrastre por el suelo. --Si, senor Cros --responde en tono bajito y lastimero--. La nov... Quiero decir, la senorita Medina, ha cogido el primer taxi disponible. Ni siquiera se ha molestado en quitarse el vestido de novia. Me siento estupido, muy, muy estupido, ya que por una milesima de segundo albergo la esperanza de que me este esperando para darme una explicacion, para pedirme perdon. Mi corazon sangra, herido de muerte, anhelando ser reconfortado por un balsamo reparador. --Gracias. --Es todo lo que logro decir. Los siguientes segundos pasan con lentitud y un silencio embarazoso se forma entre nosotros. Me gustaria anadir alguna chorrada para que la empleada del hotel no se quede con mi imagen derrotada, pero es superior a mis fuerzas pensar. --A veces, las apariencias enganan --anade ella en tono disculpatorio, deseosa de echarme un cable salvavidas, como si esa frase hecha me fuera a ayudar en algo. --A veces, pero no siempre --respondo con amargura. La recepcionista me entrega la llave y, para alivio de ambos, damos nuestra pequena conversacion por finalizada. Reuno los pedazos rotos de mi orgullo maltrecho y me dirijo lo mas digno posible al ascensor. Mientras me subo a la tercera planta, donde se encuentra la suite reservada para mi noche de bodas, noto como el peso del mundo entero se aloja sobre mis hombros encogidos. Me quito con lentitud la pajarita que adorna el cuello almidonado de mi camisa y me desabrocho los tres botones superiores. Liberar el cuello de la presion hace que me sienta un poco mejor y me permito reflexionar sobre lo ocurrido. Maria, el amor de mi vida, me ha abandonado con unas palabras duras e hirientes. Desconozco el porque y, en este momento de crisis personal, sus razones carecen de importancia. Hay instantes en la vida en donde los hechos hablan por si solos. El ascensor se detiene y sus puertas se abren con un clic sonoro. Camino distraido hasta la habitacion 301, que encuentro al fondo del pasillo central. Entro y cierro la puerta a mis espaldas. Apoyo mi cuerpo en ella y me tapo los ojos, aliviado. Ahi, en la intimidad de esas cuatro paredes, me siento a salvo. Se que es una solucion provisional, en algun momento tendre que dar la cara al mundo y soportar las consecuencias de ser un novio rechazado.

  • Sola en mi oscuridad (Eternity) de Carolyn Sanfel

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    Primera entrega de la saga Eternity, promete una historia llena de amor y romanticismo, accion, y mucho sexo… Vampiros, licantropos, brujas… todos juntos seran tu companero ideal. Todo en la vida de la joven Juliette era tranquilo. Tenia diecisiete anos, una familia que la adoraba, un novio que la queria… hasta que un dia un barco pesquero llego a Livorno. Giovanni era un poderoso vampiro creado en el siglo XII, cuando llego al puerto de Livorno, jamas penso que se enamoraria perdidamente de una humana.

  • Lo di todo por amarte de Pat Casala

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    Aiden y Zofia son dos corazones rotos que luchan por recomponerse. Lo suyo es un imposible. Pero el amor no entiende de deseos, solo de sentimientos.

  • Seis anos de invierno de Fernando Gari

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    Una gran novela que nos lleva de las estepas rusas a la aplastante atmosfera de la Espana de posguerra, que nos habla del valor necesario para hacer frente a la intolerancia y de las pasiones que mueven el mundo incluso en las epocas mas dramaticas.

  • Las lanzas rotas de Leon Arsenal

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  • Un Vaquero de Ojos Verdes (Rancho Atkins 2), Tess Curtis de Tess Curtis

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  • La testigo de Emma K. Johnson

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    Carino, este tipo tendra que limpiarse las babas cuando te vea --dijo Claudia al verme hacer mi mejor esfuerzo por no picarme los ojos con el delineador. --Ay si, seguramente --conteste, dejando la cochinada esa en mi mesita-- !Me rindo! !Mirame! Me veo... !Ridicula! --Sexy --me interrumpio--. Te ves sexy, muchacha --dijo Claudia al poner sus manos en mis hombros--. John me dijo que le encantaban tus ojos verdes, y asi con ese color resaltan todavia mas. Mi buena amiga. No se que hubiera hecho sin su apoyo. --?Te vas a poner eso? --pregunto frunciendo el ceno al ver la ropa que habia puesto en la cama. Me encogi de hombros y deslice mis manos encima de mis piernas. Siempre me relaja pasar mis dedos encima de la franela de mi pantalonera. Gire y vi el pantalon de mezclilla y la camisa que Claudia estaba viendo desde el pie de la cama. Creo que esa camisa era lo unico que me habia comprado cuando estuve casada con Pedro y que aun guardaba. --?Que tiene de malo? --pregunte, echando mis grenas rebeldes detras de mis hombros. --?Te llevara a un concierto de rock o a un bar de motociclistas? --dijo, levantando la camisa de la cama y mirandola como si quisiera usarla como trapo de limpieza. --No... No lo creo. --!Entonces tiene mucho de malo! --exclamo antes de irse a mi closet-- Fernanda, ?te gusta John? --Esta... guapo --dije. Nunca habia sido una chica que saliera mucho con chicos. En la prepa siempre fui una nina bien portada. Pedro fue mi unico novio y termine casandome con el. Pero no estaba hecha de piedra. Claro que veia a otros chavos y pensaba "esta lindo", pero asi como me sentia cuando sabia que Pedro iba a hacerme el amor o que me volteara a ver con deseo... No, ningun otro hombre mas que mi ex. !Y como queria que eso cambiara! --?Guapo? --grito Claudia desde las profundidades de mi closet-- Carino, John esta mucho mas ardiente que Pedro alguna vez lo fue. Okey, tenia buen cuerpo el tipo, pero ?esa nariz en forma de pelota de golf? !Yack! !No se que le viste! --Le vi algo --dije mirando el suelo del cuarto--. Dure cinco anos casada con el, despues de todo. --!Y que bueno que lo mandaste al carajo! --Sabes, no todo fue malo con el --dije, sacudiendo la cabeza y sobandome las manos--. Nunca me golpeo ni me maltrato ni nada. --!Uy! Que consuelo --dijo Claudia, asomandose y girando sus ojos hacia arriba--. Hay muchas maneras de maltratar, carino. ?Cuando te dejo salir conmigo? Negue con la cabeza. --?Cuando te dejo salir con tus companeras y companeros de trabajo? Volvi a negar. --?Cuando te dejo siquiera tener cuenta de redes sociales? Resople. El unico celular que tuve durante mi matrimonio fue de esos que solo servian para llamar y recibir llamadas. --Y ni empecemos con la ropa que te dejaba usar --dijo estremeciendose antes de entrar de nuevo a mi closet. Claudia tenia razon. No me apetecia regresar a una relacion que solo me habia hecho dano. --!Necesitamos ir de compras! --exclamo Claudia saliendo de mi closet. Me tomo de la mano y me llevo a jalones a su cuarto. Ahi abrio su armario y saco un vestido azul cielo de cuello circular. --!Vamos a ver! --dijo Claudia poniendolo frente a mi-- Oh si, esto servira. --!No me voy a poner esto! --?Por que no? Somos de la misma talla. Me levante y tome el vestido. --No lo se... --Midetelo. --!Estas loca! Vamos a ir a tomar un cafe, no a bailar. --?Y tu como sabes? Quiza despues del cafecito John quiera llevarte a otro lado... Y no necesariamente a bailar --dijo alzando las cejas y con una mueca burlona. Lleve el vestido de vuelta al armario. --Es mi primera cita en mucho tiempo, Clau. Dudo que lleguemos tan lejos. --!Ay, Fer! --exclamo-- ?Tienes idea de lo deprimente que es verte encuevada aqui todos los dias despues de trabajar? Claudia suspiro y se quedo paseando su vista por todo su armario. Me sente en la orilla de la cama. !Como admiraba a Claudia! Me habia cansado de todas las veces que me preguntaban en el trabajo por "la negrita guapa" que me iba a recoger. ?Y como no iban a querer con ella? Tenia un cuerpazo digno de concursos de belleza, igual de alta que yo, una mirada de esas que pueden hablar por si mismas, y el alma de cualquier fiesta a la que asistia. Para mi era un milagro que siguieramos siendo amigas antes, durante, y despues de mi divorcio. Pedro nunca la quiso. Siempre penso que era una mala influencia para mi con su vida fiestera y sus "ideas feministas", segun el les decia. Claro que Claudia tampoco quiso a Pedro. --!Ponte esto! --grito, lanzandome unos jeans. --Espera --me quite mi pantalonera y puse el pantalon. Claudia se asomo. --!Demonios! Chica, tienes mejor culo que yo. Me ataque de la risa al mirarme al espejo con el comentario de mi amiga. Estaba algo justo pero no estaba mal. No, no estaba nada mal. --Ahora ponte esto --dijo Claudia, dandome una blusa negra de tirantes. Me quedaba holgada de la panza y cintura, pero mis pechos quedaban justos y parecian que cualquier brinquito los haria saltar de mi escote. --!Andale! --dijo Claudia, abrazandome por atras y mirandome a los ojos en el espejo-- Te voy a decir una cosa: Si John puede seguirte viendo a los ojos durante su cita o es maricon o es un caballero. Me quede mirandome al espejo. No se veia de mal gusto mi escote, pero no me sentia comoda revelando tanto de mi. --Con Pedro jamas me hubiera podido vestir asi. --Fernanda, ?que dijimos? --dijo Claudia al darme la vuelta y mirarme a los ojos. --Que ya no hablariamos de ese imbecil. --?Que quieres que haga? Me miro como estoy vestida y escucho su voz en mi cabeza. --Dejame adivinar --dijo Claudia con el ceno fruncido--: ?Por que chingados te arreglaste? ?Quieres que se te queden viendo en la calle? ?Para que quieres que otros gueyes te vean las tetas y el culo? --dijo con voz grave y exagerada. Sonrei y mire mi perfil en el espejo. --Tambien me diria que me quitara esta mugre de la cara -- pase mi mano abierta frente a mi rostro--, que parezco payaso --el imaginarme a mi ex esposo diciendome esas cosas, y muchas otras peores, hizo que se humedecieran mis ojos--. Mas bien me diria que parezco puta. --!No no! --exclamo Claudia, acercandose y dandome un abrazo-- !Que lo metieran a la carcel es lo mejor que pudo haberte pasado! !Ya estas di-vor-cia-da! !Ya no le respondes al baboso ese! --No puedo hacer esto, Clau --me escape de su abrazo y fui hacia la ventana abrazandome de los brazos--. Todavia... todavia lo veo en los rostros de otros hombres. --Amiga, no todos son asi. --?Pero y si John es como Pedro? --Ay, amiga, ?por que crees que te lo presente? !Porque es todo lo opuesto a tu ex! --No estoy lista, Clau... Hablale y dile que... --No, ni madres --Claudia tomo mi celular y me lo estampo en la mano--. Si vas a cancelarle, hazlo tu. Solo me tomo unos segundos teclear un mensaje y enviarlo. --Listo --dije. Claudia gruno. -- ?Como esperas conocer a alguien si nunca sales de la casa? --No lo se... Pero... No, todavia no... Baje la cabeza y regrese a mi habitacion. Me sente en el escritorio y mire mis libros. "?Que estabas pensando, Fer?" pense, abriendo el libro. "Ahorita con mi certificacion no tengo tiempo de andar saliendo con nadie." Sono la campanita de mensajes de mi cel. Lo abri y vi el mensaje de John: --Al menos dejame llevarte esta flor que te compre. Que tierno. Debi contestarle, pero cuando trate de imaginarlo en mi puerta regalandome una rosa me asalto el recuerdo de la mirada imponente de Pedro sobre mi. Deje el cel en la mesa y de reojo vi que mi bote de basura ya estaba lleno de papeles. Tome mi cesto y recorri toda la casa para juntar las basuras de todos los botes. Un viejo habito de cuando estaba casada. Siempre que estaba a punto de explotar por algo juntaba toda la basura de la casa y la llevaba afuera. Y esa noche no era distinto. Ansiaba continuar con mi vida. Habia sido toda una odisea divorciarme con Pedro en la carcel. Y luego de escucharlo decirme todas las cosas que me dijo la unica vez que se me ocurrio irlo a visitar pense que me sentiria libre cuando ya terminara todo. Suspire cuando llegue al tambo y levante la tapa. Recorde cuando Pedro y yo eramos novios. Me regalaba rosas siempre que nos veiamos, hubiera jurado que conocimos todos los parques de la ciudad, y todo el tiempo me decia lo hermosa que era. Cerre el tambo luego de echar la basura, y me abrace los brazos. El aire estaba fresco, y parpadee mas rapido para no llorar. Talle mis ojos y sobe mis parpados mientras lo hacia. Me prometi que ya no lloraria por mi matrimonio fracasado. --Estas mejor que antes, estas mejor que antes --me repeti una y otra vez teniendo los ojos cerrados hasta tranquilizarme. Volvi a la casa y Claudia estaba encerrada en su habitacion hablando con algun muchacho. No sabia lo que estaba diciendo, pero identifique el tono que estaba usando. Habia visto a mas de un hombre doblarse a la voluntad de mi amiga cuando les hablaba asi. La envidie en ese momento. Fui a la cocina y me servi un vaso con agua mientras miraba fuera de mi ventana en completa oscuridad. Estaba viendo el vaso en mi mano cuando escuche un motor apagarse seguido de una puerta de coche azotarse. Levante la mirada y vi un auto negro con los vidrios polarizados estacionado a uno metros debajo el farol de una de las casas frente a las nuestra... Creo que el unico farol que funcionaba en toda mi calle. El que estaba junto a la mia llevaba meses fundido. El tipo que bajo del coche se quedo parado junto al vehiculo. Levanto la mirada y un escalofrio paso por mi espalda al verle. Claudia no vivia en el vecindario mas seguro, pero aquel tipo daba miedo. Tenia la cabeza rasurada y una barba de candado bastante gruesa. No se miraba muy alto, pero si muy corpulento. Traia una camisa negra ajustada, y sus manos se veian tambien negras. Debia estar usando guantes o algo, lo que se me hizo raro pues no estaba tan frio como para usar guantes.

  • Hielo rojo de Julia De La Fuente

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    Cuando el lago se congela y los lobos aullan, el pequeno poblado junto al fiordo se estremece. Una magia oscura campa a sus anchas por el bosque.
    Aila no es mas que una granjera pero, cuando un cuervo la visita en suenos, descubrira que tal vez tenga que empunar un hacha que no le pertenece para salvar a aquellos a los que quiere.

  • A La Sombra Del Ombu, Santa Montefiore de Santa Montefiore

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  • Las puertas de lo posible de Jose Maria Merino

    https://gigalibros.com/las-puertas-de-lo-posible.html

    "Este es un libro literario y no sociologico ni historico -?pero como se podria llamar "historico" a lo que todavia no ha sucedido?- y ademas que, segun el, ese futuro, visto desde nuestro pasado, no puede dejar de ofrecer una maciza simultaneidad temporal. Lo importante, y sigue hablando el, es que podamos barruntar las grandes lineas del clima sentimental y moral dominante, porque lo cierto es que en esos anos futuros no habra grandes cambios, sino una profundizacion cada vez mayor en aspectos que ya estan presentes en nuestro tiempo, y todos ellos se recogen, segun el, en los textos de este libro". Eduardo Souto Dentro de doscientos, trescientos, quinientos anos, el ser humano tendra colonias en Luna, en Marte, en Venus… y las maquinas se habran desarrollado hasta extremos asombrosos, pero eso que ahora llamamos "sector publico" sera cada vez mas endeble, continuara creciendo la exaltacion de ciertos fundamentalismos, habra fuertes restricciones energeticas y seguira deteriorandose el equilibrio biologico del planeta Tierra, lo que producira, paradojicamente, grandes beneficios empresariales. Surgiran nuevas profesiones -polinizadores, guardianes del agua, coordinadores de diversos tipos de robots…- pero tambien seguira habiendo futbol, peritos de seguros y buscadores de antiguedades tales como los libros.