• un juego millonario emma winter pdf - Emma Winter

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    Storm miro las imponentes escaleras de marmol y penso, no por primera vez, lo impresionante que era el salon. Nunca habia entendido por que Leo Parker habia preferido comprar una casa con una linea tan sobria. No pegaba mucho con su personalidad. A el le pegaba una casa como la que tenia su padre, por ejemplo, de lineas modernas y minimalistas. Sin embargo, su salon tenia una mesa para doce comensales de madera con unos sillones preciosos, pero recargados. Igual que recargada era la chimenea de marmol, o las escaleras del mismo material. Los muebles eran caros, robustos y rusticos. Eran bellisimos, no tenia nada en contra de ellos, pero jamas los hubiese imaginado en la casa de alguien como Leo. El era tan... infantil. Pese a llevarle varios anos, siempre se comportaba de forma inmadura. A veces, en exceso, sobre todo cuando de sus lios amorosos se trataba. Cualquier mujer veria una casa como aquella y se dejaria enganar pensando que es la casa de alguien que pretende asentarse y formar una familia. Por fortuna, Storm no era cualquier mujer. Leo no podia enganarla. Lo habia conocido anos atras, cuando ella no era mas que una adolescente enfadada con el mundo y el habia ocupado el puesto de capitan en el equipo de hockey en el que habia jugado su padre. Leo y su padre tenian una relacion... complicada. Y es que para su padre no fue facil admitir que no podria volver a jugar debido a la lesion que habia sufrido en la pierna. Tampoco lo fue darse cuenta de que un chaval mucho mas joven ocupaba su puesto y la vida seguia como si nada. Por fortuna, justo en esa epoca ella, su madre y su hermano irrumpieron en su vida y pronto el resentimiento paso a ser parte del pasado. No era su padre biologico, pero la adopto con catorce anos y desde entonces ella no habia vuelto a pensar en el que de verdad le dio la vida. Tampoco pensaba mucho en su madre, la verdad. Ya lo hizo mucho en el pasado, cuando se convirtio en la causa de que nunca llegaran a final de mes por sus muchas adicciones. Al principio, cuando murio, Storm se paso la vida justificandola por todo. Incluso justificaba su consumo de drogas. Pensaba que asi se sentiria mejor, pero no sirvio. Lo unico que la ayudo de verdad, o mejor dicho, la unica que la ayudo de verdad fue su tia, Blue, que se ocupo de su custodia y la de su hermano, que era solo un bebe, enfrento su resentimiento adolescente y le demostro que no pensaba ir a ninguna parte. Eso, y que la queria como de verdad debe que querer una madre. Storm todavia se preguntaba cada dia que habia hecho para merecer a alguien como ella en su vida, porque bien sabia todo el mundo que no se lo habia puesto precisamente facil. --?Eres mi regalo? Dime que eres mi regalo. La voz de Leo la saco de sus ensonaciones. Se giro y lo observo detenidamente. Su pelo del color del trigo, sus ojos claros, su sonrisa torcida... Todo en el hacia que una mujer fantaseara inmediatamente con tenerlo a solas, a poder ser sin ropa. Storm, sin ir mas lejos, habia tenido un enamoramiento adolescente con el bastante intenso. Por fortuna crecio y se convirtio en una mujer con otras metas en la vida. --Te encantaria, ?verdad? --pregunto elevando una ceja de un modo sugerente. --No sabes cuanto, tormentita. Odiaba que la llamara asi, aunque fuera el significado de su nombre. Empezo a hacerlo al poco de conocerla, cuando se empenaba en tratarla como a una nina. No tenia ningun problema para flirtear con su tia, pero a ella la trataba como si no tuviera mas de ocho anos. --Lastima que yo no entre en el menu, aunque estoy segura de que es tan extenso y variado que ni siquiera lo notaras. El sonrio, se acerco mas y beso su mejilla. --?Como te va con los chicos Campbell? Los hombros de Storm se relajaron de inmediato. Era el efecto que producia en ella hablar de su trabajo. --Muy bien. Nos seguimos ocupando de que cada persona encuentre su hogar ideal. --Miro en derredor y detuvo el recorrido en el autorretrato de un perro. Ni siquiera era de Leo. Ella sabia bien que jamas habia tenido mascota--. Podrias habernos buscado antes de comprar esta casa. No es muy de tu estilo. --?Y por que no? --Te pega algo mas... juvenil. --Me gustan estos muebles. Son fuertes y bonitos. Demuestran que pueden vencer al tiempo. ?Hay algo mejor que eso? --Supongo que no --claudico, porque sabia que dar su punto de vista no serviria de nada. --Aunque, de haber sabido que trabajabas con ellos, habria tenido en cuenta a la empresa a la hora de buscar casa. Ella le sonrio con cierta arrogancia. --Lo sabias perfectamente, pero te encanta cabrear a Cam y Keith --La sonrisa que se dibujo en su cara fue la confirmacion--. Ademas, no necesito que el amiguito de mi papa me de trabajo o buena fama. Me lo se ganar solita. --No tengo ninguna duda de que eres muy capaz de hacer lo que te propongas --le dijo el con voz suave--. Pero quizas deberia haber aprovechado la oportunidad de pasar mas tiempo contigo... Storm bufo. Y un segundo despues rio. Y luego volvio a bufar. No sabia en que momento Leo habia pasado de portarse como un santo con ella, a insinuarse a la minima de cambio. Lo que si sabia es que para el era una broma. No la veia de verdad como a una mujer con la que pudiera acostarse. Estaba segura. Tenia demasiado arraigado eso de que era hija de un amigo. Dio un sorbo a su copa de champan, lo miro a los ojos y se pregunto que pasaria si decidiera demostrarle que habia dejado de ser una nina hace mucho, y si de jugar se trataba, ella era ya una experta... Leo Estaba preciosa, pero no era una novedad. Storm siempre habia sido una chica absolutamente perfecta fisicamente. Cuando la conocio no lo penso de un modo sexual, desde luego. Ella tenia catorce anos, era una nina a sus ojos. Y lo siguio siendo durante anos. De hecho, deberia seguir siendolo, pero en algun momento, entre su baile de fin de curso, sus estudios universitarios y su incorporacion a la vida laboral Leo se habia descubierto pensando, en mas de una ocasion, como seria Storm sin ropa. Inapropiado. Del todo. Sobre todo porque su padre era uno de los amigos mas preciados para Leo. Empezaron con mal pie, es cierto, pero con el tiempo el jefe asimilo su situacion y empezo a tratarlo como a un amigo. Tuvo mucho que ver su mujer, Blue. Joder, Kilian cambio tanto cuando ella aparecio en su vida que no podia dejar de preguntarse si alguna vez una mujer seria capaz de devolverle la ilusion a el de esa forma. No habia sufrido ninguna lesion, como le paso a Kilian. No, lo de Leo era algo un poco mas enrevesado, porque por fuera todo el mundo percibia a un hombre contento con su presente. Un hombre que estaba celebrando en aquellos momentos una fiesta de jubilacion, porque habia decidido dejar el hockey por voluntad propia despues de haber ganado la copa Stanley, que es el trofeo mas preciado en este deporte. Un hombre que lo dejaba porque aseguraba que preferia marcharse asi, por todo lo alto, y ser recordado como una leyenda. Un hombre que no admitia frente a nadie que sus rodillas fallaban y sabia, porque no era tonto, que de haber seguido jugando habria seguido el camino de Kilian. No queria eso. Habia visto a su excompanero sufrir como si estuviera en el infierno, asi que prefirio adelantarse a la jugada. Tenia 30 anos, estaba retirado y tenia tantas ideas sobre que hacer con su vida que no sabia por donde empezar. No estaba deprimido, no era eso, pero si sentia incertidumbre ante el futuro que se le planteaba. Tenia inversiones que le daban mas dinero que el hockey, y el hockey ya le habia dado mucho dinero. Durante un tiempo, valoro la posibilidad de regresar a Oakbank, Canada, donde se habia criado, pero lo vio absurdo, teniendo en cuenta que hizo que sus padres se mudaran a Nueva York para que estuvieran cerca de el. Su padre trabajo en la construccion toda la vida, hasta que Leo empezo a triunfar. Entonces les compro un piso en Manhattan, lujoso, pero sin exageraciones, porque eran muy humildes y se habrian sentido sobrepasados. Puso a su padre al cargo de algunas de sus inversiones, despues de pagarle algunos cursos, y ahora vivian a escasos minutos caminando de distancia.

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  • Prohibido desear a Lucky Royal de Ella Valentine, Emma Winter

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    --Lucky, tengo una buena noticia que darte: hemos encontrado una nueva casa de acogida para ti. Lucky alzo las cejas con curiosidad. Cuando Grace Turner, una de las trabajadoras sociales del centro de acogida en el que se encontraba, le habia pedido que le acompanara hasta su despacho, habia esperado una reprimenda por alguna de sus fechorias, no aquella noticia inesperada. Lucky acababa de cumplir los quince anos y sabia que a partir de cierta edad encontrar una casa de acogida era altamente improbable. Y mas en su caso. Lucky era un chico problematico. Su informe de Servicios Sociales tenia el tamano de la Biblia a causa de todos los expedientes que le habian abierto por su caracter rebelde e indisciplinado, cosa que lo habia llevado a internar en un reformatorio en dos ocasiones. Llevaba seis meses en aquel centro de acogida de Henderson, en el area metropolitana de Las Vegas, y desde el inicio todos los trabajadores con los que habia hablado le habian asegurado lo dificil que seria encontrar a alguien interesado en acogerle. No era algo que le preocupara demasiado, pues Lucky tenia un plan de futuro. Llevaba tiempo pensando en ello, desde que en su ultima casa de acogida el senor Cook decidiera amenazarlo con su rifle de caza cada vez que consideraba que el chico no se portaba de forma correcta. Lucky no confiaba en el sistema, no queria seguir entrando y saliendo de casas donde le trataban como si fuera escoria, y por ello habia tomado una decision. Decision que decidio compartir con Grace. --Quiero pedir la emancipacion --dijo alto y claro, fijando sus ojos azules en los ojos oscuros de la mujer rubia que tenia delante. --?Emanciparte? --Grace arqueo una ceja, sobresaltada--. ?Estas seguro? ?Ya sabes lo que significa eso? Lucky asintio despacio, sin apartar su mirada de ella. --Significa que el Estado de Nevada dejara de tener mi custodia y que sere libre para vivir mi vida como quiera. --Tambien significa que perderas la posibilidad de encontrar una familia que pueda adoptarte. --Ambos sabemos que hace anos que perdi esa posibilidad. --Eso no es cierto. Nunca es tarde para encontrar un hogar. --Gracias por esa frase de autoayuda, pero la verdad es la que es --dijo Lucky sonriendo con tristeza--. Hay personas que no estamos destinadas a encontrar un hogar. Lucky percibio la forma en la que los hombros de Grace se hundieron un poco ante sus palabras. Sabia que sentia compasion por el. Le caia bien Grace. Llevaba diez anos trabajando alli, tratando con chicos y chicas de vidas complicadas como la suya, y, a pesar de todos los quebraderos de cabeza que le daban, no habia perdido la capacidad de sonreir. Muchos otros, en menos tiempo que ella, acababan amargados y abandonaban el trabajo por otro menos exigente. Pocos eran los que llegaban para quedarse. --En todo caso, Lucky, no puedes pedir la emancipacion hasta los dieciseis --le recordo--. Aun falta un ano para eso. Lo sabes, ?no? --Lo se, pero preferiria quedarme en el centro hasta entonces. No veo necesidad de ir a una nueva casa de acogida con gente que, en realidad, solo quiere que me quede con ellos por la retribucion que reciben por ello. Todo el mundo sabia que el sistema de acogida del pais se sustentaba en familias con pocos recursos que, ante la pobreza, decidian ofrecer sus viviendas como casas de acogida para poder vivir del dinero que el Estado les daba a cambio. --Entiendo. Pero debes saber que la persona que va acogerte no responde para nada a ese perfil --La mujer golpeo la carpeta azul marino que tenia frente a ella en la mesa con el dedo indice repetidas veces. Tenia una etiqueta en la tapa con un nombre, pero Lucky no fue capaz de leer lo que ponia en la distancia--. De hecho, esta persona ni siquiera va a recibir ningun beneficio por tu manutencion. Los ojos de Lucky se abrieron de hito en hito. ?Quien en su sano juicio acogia a un chico como el sin pedir nada? --?Y eso por que? --pregunto Lucky, intrigado, arrugando un poco la nariz salpicada de pecas que le daba un aire travieso, a conjunto con un pelo moreno que siempre lucia despeinado. --Bueno, se trata de alguien muy sensibilizado con los chicos como tu. --Sonrio--. Es un viejo conocido de Servicios Sociales y tiene a su cargo a tres chicos mayores que tu. --?Tiene tres chicos acogidos? --No, adoptados. Dos de ellos ya estan en la universidad, pero se de buena tinta que eran igual de conflictivos a tu edad. Lucky miro a Grace con incredulidad. No entendia por que motivo un extrano que ya tenia tres hijos adoptados querria acoger a uno mas. Se le pasaron cosas por la cabeza. Cosas feas. Su vida estaba tan llena de sombras y monstruos que no se le ocurria ningun motivo honesto por el que nadie pudiera ser generoso con alguien como el sin esperar una compensacion. --?Donde esta esa casa? --indago Lucky. --En Las Vegas, muy cerca de aqui. A Lucky le encantaba Las Vegas. De hecho, el habia nacido alli y habia vivido en la ciudad hasta que su madre murio de una sobredosis y su padrastro, que le suministraba la droga, huyo de la casa dejandolo solo y desamparado con el cadaver. Le gustaba la idea de volver a vivir en Las Vegas. Puede que tuviera recuerdos amargos de aquella epoca, pero tambien tenia recuerdos buenos. Las ciudades tienen el poder de condensar todo lo bueno y lo malo que vivimos entre sus calles, y a Lucky le encantaba su ambiente festivo y colorido, las luces de neones de los edificios y lo rapido que parecia ir siempre todo. Henderson estaba a pocos kilometros, cierto, pero no tenia medios para viajar hasta alli. La idea de trasladarse a la ciudad, de pronto, le parecio atractiva. --Se que no has tenido mucha suerte en la vida, algo ironico teniendo en cuenta tu nombre, Lucky, afortunado, pero la suerte siempre puede cambiar --anadio Grace al percibir sus dudas --. Puedo asegurarte que, de todas las opciones posibles, esta --volvio a golpear la carpeta azul con el dedo indice, con avidez-- es una de las mejores, por no decir la mejor. Puede que hasta ahora el sistema no se haya portado muy bien contigo, pero dejame demostrarte que aun quedan buenas personas en este mundo, personas honestas con afan de ayudar. Lucky reflexiono sus palabras. Nada de lo que dijera Grace le haria cambiar su opinion sobre el sistema que llevaba anos sufriendo, pero confiaba en ella. Diablos, Grace era probablemente la unica persona en la que confiaba. Si ella le aseguraba que la persona que pretendia acogerlo era honrada, seguro que no mentia. Ademas, tal como ella le habia dicho no podia emanciparse hasta los dieciseis, le quedaba un ano mas de condena y ese centro no era tampoco santo de su devocion. La comida que servian era basura y tenia problemas con algunos de sus companeros cada dos por tres. No perdia nada por irse de alli un tiempo. Asi que, pese a que la idea seguia sin entusiasmarle, acepto la propuesta de Grace. Esta se alegro muchisimo y le aseguro que no se arrepentiria. Lucky no estaba seguro de ello, pero no dijo nada. Grace le explico los pormenores del traslado, que se efectuaria al dia siguiente, y Lucky se levanto de la silla para marcharse de alli. Al rebasar la mesa se fijo en lo que ponia en la etiqueta de la carpeta azul que Grace tenia frente a ella. Era un nombre: Max Royal. Lucky supuso que seria el nombre de la persona que pretendia acogerle. Horas mas tarde, en la habitacion que compartia con cuatro chicos mas, Lucky metio todas sus pertenencias en una mochila y se tumbo en la cama, con los brazos flexionados y las manos bajo la cabeza, sobre la almohada. En esa posicion, dejo que su imaginacion volara. ?Que clase de persona seria ese Max Royal? A lo mejor tenia una casa decente. O, a lo mejor, incluso, tendria una habitacion para el solo. Sonrio ante esa posibilidad, a pesar de saber que era improbable. Hacia anos que no tenia un dormitorio en exclusiva. Aquella noche Lucky se durmio muy tarde, dejando que un mundo de posibilidades revoloteara por su mente curiosa. Sin embargo, ninguna de ellas se ajustaba ni un poquito a la realidad que le esperaba a su llegada a Las Vegas el dia siguiente. En pocas horas, la vida de Lucky daria una vuelta de 180o. En pocas horas, Lucky conoceria a Max Royal, el hombre que, meses mas tarde, decidiria adoptarlo. En pocas horas, Lucky entraria en su nuevo hogar: uno de los hoteles mas importantes de Las Vegas. En pocas horas, Lucky conoceria a sus tres futuros hermanos, con quienes no tardaria en crear vinculos irrompibles. En pocas horas, Lucky aprenderia que, por primera vez en su vida, haria honor a su nombre: seria afortunado. Tremendamente afortunado. 1 Eve Lucky Royal. !Su jefe era Lucky Royal! De haber sabido que seria su jefe directo, Eve no habria aceptado aquel puesto. Diablos, ?a quien pretendia enganar? Lo cierto era que necesitaba el dinero y, cuando este escaseaba, la dignidad se hundia un poquito. Era dificil mantener segun que decisiones con la necesidad mordisqueandole la nuca. Lo cierto era que el alquiler de la caja de cerillas en la que vivia era elevado y la universidad se comia sus ahorros a un ritmo completamente frenetico. No habia obtenido nota suficiente para la beca y, por lo tanto, tampoco podia optar a quedarse en la residencia de estudiantes, puesto que no podia permitirse los gastos. Vivia en un apartamento compartido con un chico que se pasaba el dia jugando a los videojuegos y no sabia lo que era la limpieza. Su vida, en los ultimos tiempos, se habia vuelto un bucle insostenible: no podia estudiar en aquel lugar porque no conseguia concentrarse del todo y se pasaba las horas limpiando en casas ajenas para ganar lo justo para ir tirando, asi que sus notas habian decaido un poco. Nada preocupante salvo porque habia perdido la oportunidad de ganar una beca un tanto exclusiva. Sus estudios seguian en pie, pero necesitaba dinero. Todo habria sido mejor de haber tenido una familia convencional, pero no conocia a su padre y su madre trabajaba como ama de llaves de una mansion como interna. Se habia criado con ella, pero cuando fue lo bastante mayor los duenos dejaron claro que, si no trabajaba en la casa, no podia vivir en ella. Su madre intento convencerla de que lo hiciera, pero se nego. Detestaba a aquella familia. No podia sacar a su madre de alli, por el momento, pero podia marcharse ella, estudiar, intentar ser alguien y, con suerte, en un futuro, dar a su madre un retiro digno. Sacarla de alli y conseguir que no volviera a servir nunca a nadie. Era lo unico que queria: dar paz y tranquilidad a la unica persona que se lo habia jugado todo por ella una y otra vez. Inspiro aire y lo solto lentamente. Ese era el verdadero motivo por el que no podia negarse a los dos puestos de trabajo que acababa de conseguir como bailarina y organizadora de eventos, aunque su jefe fuera el miserable de Lucky Royal. ?Que por que era miserable? Bueno, no se le ocurria una palabra mejor para describir a alguien que dejaba en la estacada a una mujer embarazada. Eve trago saliva, aunque dudo que fuera bilis. Su padre habia abandonado a su suerte a su madre cuando esta se quedo embarazada, quizas por eso habia llevado tan mal aquella historia. Alyson Stewart era hija de Ryan y Denise Stewart, los jefes directo de su madre. Eve y Alyson tenian la misma edad. Su madre encontro trabajo como limpiadora en aquella casa embarazada de tres meses. Ella contaba que se sintio agradecida de que alguien quisiera darle trabajo estando embarazada asi que acepto sin pensarlo. Entro como interna y estuvo trabajando hasta el octavo mes de embarazo porque Denise, la duena, tambien estaba embarazada de dos meses mas, pero a diferencia de su madre, ella se habia pasado todo el embarazo reposando porque, al parecer, no era facil crear un pequeno y perfecto milagro. Se ve que Eve no tenia nada de milagro y por eso su madre podia limpiar sin descanso aun estando en estado avanzado de embarazo. Estuvo trabajando hasta el octavo mes de gestacion porque, cuando Alyson nacio, el mundo se volvio completamente loco, al parecer, y no importaba que la madre de Eve aun estuviera embarazada: tenia que trabajar para que todo fuera perfecto en el hogar de la pequena Alyson. Eve nacio dos semanas antes de lo previsto asi que su madre, realmente, solo descanso dos semanas embarazada y luego dos semanas cuando pario, porque en cuanto los puntos sanaron y empezo a moverse con cierta celeridad, Ryan y Denise consideraron que, dado que permitian que Eve viviera alli con ella, bien podia volver al trabajo. A consecuencia, Eve crecio en una casa con una nina que tenia su misma edad, pero con todos los privilegios mientras ella apenas rozaba los derechos basicos para vivir dignamente. Soporto durante toda su infancia estudiar en un cuartucho, mientras Alyson tenia una habitacion de estudios y otra de juegos. Alyson recibia una profesora diariamente, pero Eve no empezo el cole hasta que el estado obligo a Tala, su madre, porque los senores Stewart no querian que Alyson y Eve compartiesen estudios. Despues de todo, estaban destinadas a vidas muy distintas, o lo que era lo mismo: Eve jamas podria ser alguien importante. Eve apreto los dientes en la actualidad, aquellos recuerdos dolian demasiado, no tanto por el desprecio constante hacia ella siendo una nina, sino porque imaginaba lo duro que habria sido para su madre no poder darle todo lo que queria y deseaba. Saber que su hija sufria y no poder hacer nada, incluso sentirse inferior. Lo cierto era que Eve se sentia extremadamente orgullosa de su madre: hacia un trabajo durisimo, apenas era recompensada y aun asi aguantaba para darle a ella la mejor vida posible. Quizas por eso, en cuanto tuvo conocimiento decidio salir de aquella casa y dejar de ser una carga para su madre. Habia pasado penurias desde entonces, pero no se lo reconocia nunca a Tala, que vivia preocupada por ella. Habia sacrificado toda su vida por ella, era hora de que Eve estudiara y luchara por un futuro en el que Tala por fin descansara tranquila. ?Y que tenia que ver todo aquello con Lucky Royal? Muy facil, hacia algo mas de un ano que en Las Vegas estallo uno de tantos escandalos. Este, en concreto, Eve lo siguio de cerca porque estaba relacionado con Alyson. Esta y Lucky Royal salieron un tiempo, a juzgar por las fotos de revista en las que se les veia besandose en todos los clubs de lujo de Las Vegas. Segun Alyson, lo suyo era serio, aunque Lucky nunca dijera nada publicamente. Pero debia de serlo, porque Alyson quedo embarazada y Eve no pensaba que fuera tan estupida como para dejarse prenar una noche sin mas. Alyson no era la persona que mejor le caia del mundo, pero era inteligente. Lucky Royal se desentendio por completo de aquel embarazo. Segun le habia contado su madre, la mansion de los Stewart fue un completo caos durante dias. Ryan y Denise amenazaron publicamente a la familia Royal si Lucky no se hacia cargo y este, simplemente, no se pronuncio al respecto. Eso no era tan raro, Lucky Royal era conocido por generar escandalos y no pedir perdon nunca, pero si lo fue que nadie mas en su familia emitiera un comunicado al respecto. Max Royal era un empresario de renombre, admirado y respetado en Las Vegas por todo lo logrado con su cadena de hoteles. El caso fue muy sonado, sobre todo porque Alyson perdio al bebe y, segun Tala, se volvio practicamente loca. Gritaba al servicio mucho mas que de costumbre, tanto como para que se escondieran a su paso y solo salieran a la luz cuando no les quedaba mas remedio. La situacion en la mansion se habia vuelto un tanto insostenible incluso para sus padres, segun le contaba a Eve su madre. Eve pensaba que quizas podia parecer un tanto exagerado, pero tampoco podia imaginar el dolor de perder a un hijo... un hijo no reconocido. Un hijo que, de haber nacido, lo habria hecho como ella: repudiado por su padre. Trago saliva. No, en realidad, a ese bebe no le habria faltado de nada. No habria sabido de que modo se rompe un corazon al oir a su madre llorar cada noche por el deseo de tener un vida mejor. Ese bebe nunca habria pasado todo lo que Tala y ella habian pasado. Y, aun asi, se compadecia de Alyson, porque era caprichosa, egocentrica, mimada y, segun Eve habia comprobado durante su ninez, maliciosa en exceso, pero nadie merecia un desprecio semejante. Mientras miraba el contrato firmado, Eve intentaba controlar sus emociones, pero la sensacion de haberse librado de los Stewart para caer en manos aun peores amenazaba con no dejarla dormir en toda la noche.

  • Un jefe muy Satisfayer de Dylan Martins

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    Sara esta decidida a quedarse con una buena porcion de la suculenta tarta que supone la venta de las bodegas de su abuelo, un hombre de negocios que siente autentica devocion por ella. Asi las cosas, obliga al comprador a firmar un contrato blindado con su nieta, que le asegura una posicion economica desahogada de por vida.

  • La luz de la noche de Graham Moore

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  • Un grito de honor de Morgan Rice

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    En UN GRITO DE HONOR (A CRY OF HONOR) – [Libro #4 de El Anillo del Hechicero – (The Sorcerer’s Ring), Thor ha regresado de Los Cien como un guerrero endurecido, y ahora debe aprender lo que significa la batalla por su patria, combatir por la vida y la muerte. Los McCloud han invadido el territorio de los MacGil – mas adentro que nunca en la historia del Anillo – y mientras Thor cabalga hacia una emboscada, caera sobre su cabeza repeler el ataque y salvar la Corte del Rey.

  • El aroma del miedo de Armando Rodera

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    Meses despues de su ultimo gran operativo, el inspector Bermejo debera enfrentarse a una doble mision en Valencia: descubrir al causante de los misteriosos asesinatos de mujeres ocurridos en la region y acabar con una trama de corrupcion en la que se ven involucrados algunos miembros de la Policia.

  • Treinta Postales De Distancia de Sara Ventas

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    <>. Le habia gustado la idea de elegir la planta numero trece de un edificio situado en La Malagueta, un barrio centrico de Malaga junto a la playa. Las vistas eran espectaculares y la orientacion no podia ser mejor. Cuando recibio las fotografias que Manu le habia enviado del apartamento y las vistas desde la terraza, comenzo a concienciarse del paso que estaba dando y, sobre todo, empezo a ver una luz que no era precisamente la de aquel sol que iluminaba aquellas imagenes, sino la de la sensacion que le producia la velocidad con que todo estaba saliendo: rodado. Sofia tenia el convencimiento de que si algo que nace entre dudas sale sin esfuerzo, es porque se ha elegido el camino correcto. Y que mejor muestra que aquella de encontrar, casi a la primera, la casa que se ajustaba, de sobra, a las caracteristicas que ella buscaba. A todos les encanto. A todos menos a su padre, claro, un poco supersticioso por naturaleza y que se aventuro a pronosticarle algun pequeno infortunio originado por la maldita cifra en cuestion. Eso a ella no le afectaba, no creia en esas bobadas de la supersticion, y era capaz de pasar bajo una escalera, tranquilamente. Incluso si veia que alguien evitaba una y se cambiaba de acera, ella pasaba por debajo mirando al supersticioso con picardia y presumiendo de su osadia. Una vez, cuando era pequena, llevo a casa un gato negro que se encontro por la calle; su padre monto tal espectaculo que no tuvo mas remedio que dejarlo abandonado donde lo habia encontrado, y no dio su brazo a torcer con sus llantos ni cuando le dijo que era el peor padre del mundo. Claro que luego se lo compenso regalandole una tortuga que a ella no le hizo mucha gracia. Alego que era la unica mascota que aceptaria que tuviese en casa: <>. A ella al principio le daba repelus el tacto de aquellas patitas arrugadas y ver aquel cuello diminuto estirarse fuera del caparazon. La tortuga tenia el tamano de una galleta y le puso de nombre Tomasa. Mas tarde descubririan, viendo un documental, que Tomasa era macho por la forma que tenia en la parte baja del caparazon: concava en vez de plana. Pero aunque intentaban rectificar y llamarla Tomas, ya no les salia. Despues de una semana de frenetico ajetreo de mudanza, aun tenia el salon empantanado con cajas de libros sin abrir, utensilios de cocina, y la ropa de invierno que habia dejado amontonada sobre la cama del cuarto de invitados, amenazaba con venirse abajo, de un momento a otro, si una mosca se posaba en la superficie de la montana mal apilada. Se tiro en el sofa acordandose de su madre mientras observaba el desbarajuste que decoraba su salon. Aquel desorden con apariencia de haberse mudado aquel mismo dia, tenia todo el pronostico de mantenerse por unas cuantas semanas mas, si no eran meses. Pero eso a ella no le preocupaba lo mas minimo, lo importante ahora era adaptarse a la nueva vida que acababa de comenzar. Aun no habia cumplido treinta y tres anos. Siempre imagino que a esa edad ya estaria de sobra casada y con una ristra de hijos revoloteando a su alrededor. Ahora que la disfrutaba, a ratos se sentia demasiado joven para tener hijos y otros, preocupada porque iba camino de los cuarenta y lo mismo se quedaba asi como la hermana de su padre, su tia Conchita. Tanto espero al hombre que se ajustase a sus exigencias que, cuando desistio bajando considerablemente sus requisitos hasta un punto en que ya le servia casi cualquiera, a quien empezaron a exigirle fue a ella. En su casa de vez en cuando se comentaba que se veia con un viudo del piso de abajo, pero que no se aguantaban del todo y no acababan de decidirse. <>, explicaba el padre de Sofia. <>, solia comentar la madre de Sofia espantada, porque no le hacia ni pizca de gracia que su cunada se le metiera en casa a entretener sus quehaceres. No se llevaban mal, pero porque se veian lo justito. A Sofia le caia muy bien la tia Conchita y fue la primera en animarla a que se fuera a Malaga: --Sofi, comete el mundo y no le hagas demasiado caso a tu cabeza, las hormonas son muy sabias. --?Las hormonas? --comentaba Sofia-- Que cosas se te ocurren, tia. --Hazme caso, Sofi, alli me deje yo algo imperdonable, y precisamente por darle la espalda a las hormonas. --?Alguna vez me contaras que fue aquello que te paso en Malaga y que solo dejas caer? --Hay cosas que deben quedarse enterradas para no hacer dano a terceros. Y Sofia no conseguia sacarle mas informacion. Sofia acababa de salir de una relacion que habia pasado por todos los estados que puede pasar una relacion, con inesperado final incluido. Decidio cambiar de aires para evitar caer de nuevo en aquel ciclo interminable de idas y venidas: --Te perdono, pero te prometo que esta sera la ultima vez. --Vale, yo tambien te prometo que voy a cambiar. --Si yo no quiero que cambies, lo que quiero es que te centres y proyectes tu futuro en una direccion. --Que si, no seas boba, si yo estoy centrado. --No estas centrado, tienes treinta y cinco anos y eres relaciones publicas de una discoteca ?No te das cuenta que el resto de tus companeros son veinteaneros? --Todos no. --Deberias concentrarte en el trabajo que tienes por las mananas, que esta muy bien, y olvidarte de la noche. --Que si, no seas pesada, es solo un tiempo hasta que encuentren a alguien. --Llevan buscando a alguien anos, Alex, anos, y tu cada vez estas mas metido en ese mundo. A penas nos queda tiempo para vernos. ?Crees que en esas condiciones a mi me apetece una vida en comun, para estar todo el dia sola? Pero era un bucle que no terminaba de abrirse para ir a alguna parte. Aquella relacion daba vueltas sobre el mismo sitio y ella ya conocia de sobra aquel itinerario absurdo. Necesitaba caminar en linea recta, aunque fuera para estamparse contra una pared de hormigon. No le importaba demasiado el sitio, lo importante era salir de la isla que por primera vez se le habia quedado pequena, y que el lugar tuviera mar. Era mallorquina. Eligio la ciudad de Malaga porque su padre era de alli, era donde veraneaban desde siempre para no perder aquella parte de sus raices, y le hacia sentirse un poquito como en su casa. Un buen amigo de su padre, dentista como el de profesion y al que habia conocido en la facultad, le ayudo a mover su curriculo y le encontro un puesto en una cadena de clinicas dentales. Los veranos que habian disfrutado en Malaga, los habian pasado con este amigo y su familia. Sofia sabia al dedillo las batallitas de su padre con Miguel y, ademas, habia hecho muy buena amistad con uno de sus hijos que tenia su misma edad: Manolito, bueno Manu, como se habia rebautizado cuando paso la adolescencia. Estuvieron mucho tiempo fuera de contacto. Lo retomaron hacia mas de un ano a traves de facebook y, a partir de ahi, surgio de nuevo la amistad que habian reforzado cada verano que su familia viajaba a Malaga o ellos a Mallorca. El habia sido su visitador de aquella casa con magnificas vistas al mar, y quien le envio las fotos junto con un informe detallado sobre cada rincon de la casa, incluido un examen exhaustivo a sus caseros los que, a simple vista, le parecieron algo presuntuosos y bastante cotillas. Pero si Manu lo decia, algo de verdad habria en ello --pensaba Sofia-- porque a diferencia de ella, el no solia equivocarse en los juicios rapidos. Y al conocerlos ella tuvo la misma impresion. No le apetecia devolver las llamadas que tenia acumuladas en el contestador. Lo que mas le apetecia aquella tarde de viernes, era quedarse tumbada a la bartola en el sofa y que alli se las diesen todas. Pero habia quedado con Manu que apareceria en cualquier momento y penso que, al menos, deberia apilar las cajas que tenia por medio, aunque pensandolo mejor, casi que preferia llamar a su madre y quitarse una llamada de encima. Deseaba hablar con Paula, pero no queria saber nada de Alex y en su mensaje del contestador ya se intuian noticias frescas. Era mas comodo mantenerse aislada en aquella burbuja que le proporcionaba su nueva vida, donde el apenas existia. --!Hola mama! --Hija, no hay quien te localice ?que ha pasado con el calentador? --Tenia razon papa, me lo ha confirmado el casero. Hay que abrir un poco la ventana del lado opuesto al calentador, para que circule el aire sin que el viento apague la llama, porque no se que rejilla esta tapada por la lavadora… no me he enterado bien, pero me he duchado y no se me ha apagado esta vez. --?Ya tienes todo ordenado? --Sofia dudo entre decir la verdad o adornarla. <>, penso. --Ordenadisimo, todo en su sitio. --Mira que eres mentirosa. --?Por que nunca me crees? --Si me hubieses dicho que te faltaba alguna caja, te habria creido, pero diciendome que tienes todo ordenadisimo, como si lo viera, seguro que esta todo manga por hombro. --Esta bien, tu ganas, quedan dos cajas --intento rectificar inutilmente. --Ya no cuela, hija, mira que eres desastrosa. ?Y que tal el trabajo? --la madre de Sofia prefirio no seguir aquel tema para no terminar discutiendo con su hija. Era la primera vez que se separaban y le estaba costando muchisimo adaptarse a aquel vacio que habia dejado en casa. Sofia era hija unica, aparecio cuando ya habian perdido las esperanzas intentandolo. No lograron conseguirlo otra vez. Esto hizo que sobreprotegieran a Sofia y que, aun siendo una mujer que sabia valerse por si misma, la siguieran tratando como a una nina. --Bien, lo de siempre, de un lado a otro… Me gustaria trabajar como papa, en su consulta, sin moverse. --Ay hija, no te quejes, y ?para que quieres estar todo el dia en un mismo sitio? Asi te mueves, vas de un sitio a otro, estiras las piernas… --?Las piernas? Si voy en coche mama. Cada clinica esta en una punta de Malaga. --Bueno, hija, Malaga tampoco es tan grande. ?Y que tal son los vecinos?

  • Si hubieras bailado para mi de Ines Apraiz Castellanos

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    Esta es una historia que habla del amor y de la amistad, y de lo dificil que resulta a veces trazar esa fina linea que supuestamente divide ambos sentimientos. Tambien es una mirada tierna al pasado, y una reflexion acerca de como determinados hechos dramaticos del presente incitan a replantearse el rumbo de cada uno, y a valorar lo distinta que habria sido la vida si por el camino se hubieran tomado otro tipo de decisiones.
    O no.
    Gorka no se lo penso dos veces a la hora de aceptar ese puesto de corresponsal en Washington D.C. que le ofrecio el periodico para el que trabaja. Y la decision fue a todas luces la acertada porque en su nuevo destino comienza a irle francamente bien, tanto profesional como personalmente. Atras queda su ciudad adoptiva, Barcelona, y con ella, los infortunios de una situacion sentimental insostenible de la que escapo huyendo, aunque nadie de su entorno sospeche siquiera de los verdaderos motivos que provocaron su precipitada marcha.

  • Lady Shadow de Mar Vaquerizo

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    Nerea es coleccionista y marchante de arte, un empleo digno pero, sobre todo, legal. Es la tapadera perfecta para su otra profesion, ladrona de guante blanco y, segun la policia, de las mejores que han existido.

  • Solo recuerdo tu voz de Priscila Serrano

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    Se suponia que iba a ser el dia mas feliz de mi vida. Se suponia que, tras cinco anos de estar juntos, ibamos a ser felices para siempre. Se suponia que nos conociamos hasta el punto de saber los secretos mas inconfesables. Supuse tantas cosas y se fueron al traste en menos de tres segundos. Los miseros segundos que Carlos eligio para decirme que no podia hacerlo. --Lo he intentado, de verdad. --Agacho la cabeza avergonzado--. Tu sabes que si, pero... --Pero no hay suficiente amor entre ambos como para poder superarlos, ?no? ?Es eso lo que me ibas a decir? No fue capaz de responderme, ni siquiera tuvo la decencia de hacerlo antes de ponernos frente al altar. Porque era ahi donde nos encontrabamos, delante de todos los invitados y a punto de darnos el <>. ?Se podia ser mas cobarde que el? No lo creia, estaba segura de ello. --Lo siento, Judith. Sin mas, sin darme un minuto para intentar convencerle de que lo que estaba haciendo era el peor error de su vida, porque se iba a arrepentir, se fue. Por unos largos minutos, estuve mirando al frente, creyendo que iba a volver, que se daria la vuelta y me abrazaria prometiendome que era una broma. No lo hizo, se fue sin mirar atras. Y solo cuando reaccione, corri tras el, tras el hombre que me hubo prometido hacia anos que ibamos a estar juntos para toda la vida. En cuanto sali de la iglesia, la luz del sol me dio de lleno, obligandome a cerrar los ojos unos instantes hasta acostumbrarme a su brillante luz. Aunque segui corriendo sin importar nada. Puse un pie en la carretera sin antes cerciorarme de que no viniese ningun vehiculo cuando... Senti el fuerte golpe en mi cuerpo desplazandome a su vez unos centimetros cayendo al suelo. Los gritos desgarradores de mi familia se escuchaban tan lejanos que no era capaz de distinguir a quien pertenecia. --!Judith! Capitulo 1 Judith Tiempo despues Que cansado era levantarse a las seis de la manana para estudiar. Estaba bastante agotada, pero solo me quedaban tres examenes y terminaria la carrera de Periodismo. En los momentos de aburrimiento era capaz de entender por que decidi estudiar eso. Mi cotilla interior siempre andaba leyendo las revistas, pendiente de cada lanzamiento para saber los secretos mas jugosos de las celebrities. Lo unico es que a mis veintiseis anos deberia haber terminado, pero estuve mucho tiempo incapacitada fisica y mentalmente como para ponerme a ello. Entre el intento fallido de boda y el accidente, mi vida se estropeo un poco. Cosas que pasan. Ahora intentaba ponerme al dia en todos los sentidos, los tres anos en los que ni siquiera queria ver a mis padres y mi hermano, habian sido del todo liberadores. Estuve todo ese tiempo curandome tanto en cuerpo como en alma y, aun asi, mi alma seguia destrozada; solo que la coraza que yo misma me habia puesto, no dejaba ver la angustia que aun vivia en mi interior y que creia que jamas se iria de mi lado. Tras terminar el estudio, sali de mi habitacion para desayunar algo. En la cocina me encontre a mi amiga y companera de piso, Fernanda. --Buenos dias, dormilona --dijo en cuanto me puse delante de ella. --?Dormilona yo? --Me senale con un dedo--. Llevo estudiando desde las seis de la manana. ?Acaso no ves las preciosas ojeras que ya llevo como maquillaje diario? Yo no se por que nos maquillamos, si esto --indique poniendo un dedo en mi ojo-- queda genial. Fernanda se acerco a mi y me metio el dedo en el ojo, haciendome dano por unos pequenos segundos. --Au, ?estas loca o que? Tienes la cabeza perdida del todo, eh. --Lo siento, pero es que pretendia quitarte el negro luto de tus ojos para cambiarlo por el rojo drogada. Creo que te va mejor. Intente no reirme y digo intente porque la carcajada que se me escapo de entre los labios fue tan fuerte que hasta mis padres me habrian escuchado, y eso que vivian a cinco calles de mi apartamento. No podia negar que Fernanda era capaz de hacerme reir con puras tonterias. --Asi esta mejor. Es que me agobias cuando te pones tan dramatica --refunfuno, sirviendose una taza de cafe--. Cono, ?tan dificil es levantarte con una sonrisa? Me quede en silencio de golpe, pero solo por no responderle, porque tenia razon. Pero aun me costaba despertar sintiendome en paz. Aun creia que estar viva, era pura suerte y nada mas. Habia dias en los que preferia estar dormida mas tiempo, asi como sucedio despues del accidente. Era tan relajante, me sentia tan bien. Claro que tambien ayudaba esa voz, la voz del hombre que me atropello. No sabia quien era, solo que era joven y guapo; palabras de mi madre. Vino a verme durante mas de una semana, hasta que dejo de hacerlo. Estuve en coma tres meses, descansando, y cuando desperte todos los recuerdos me vinieron como una rafaga de viento, haciendome mas dano que mis propias heridas. Y es que dolia recordar que me habian dejado plantada en el altar, solo por no ser lo suficientemente fuerte como para superar algo que aun hoy era incapaz de hacer. Era todo demasiado complicado y, Carlos, lo complico aun mas. Solo esperaba que donde quiera que estuviera, porque desde que salio de la iglesia no supimos nada mas de el, encontrase esa felicidad que tanto..., que ambos ansiabamos. --Judith, Judith. --Fernanda puso una mano en mi hombro, despertandome de mis pensamientos. --Eh, dime. --Te has quedado en Babia. ?Estas bien? --Si, tranquila. --?Segura? --insistio algo preocupada. Asenti dandole un bocado a la magdalena casera de su madre. Dora, la madre de Fernanda, siempre nos traia comida, dulces y todo lo que sabiamos que iba a las caderas. Aunque en eso yo no tenia queja, mis caderas eran bastante pronunciadas y la talla cuarenta y dos a veces me apretaba. Aunque tampoco ayudaba la estatura, mi metro sesenta y uno no era compatible con mi peso. Pero aun asi, yo me veia estupenda, nunca tuve complejos en ese sentido. Sin embargo, Fernanda era alta y delgada; demasiado, a decir verdad. Siempre me metia con ella llamandola jirafa, o esqueleto andante. Lo hacia de carino, todo hay que decirlo. Pero la adoraba con toda mi alma. Desde que la conoci en el instituto, cuando estabamos en la edad del pavo y teniamos la cara llena de acne, no nos separamos ni para ir al bano. Ella llego desde Venezuela, algo aterrada por ser la nueva y en un pais diferente, pero yo me propuse ser su angel de la guarda y nos hicimos casi hermanas. Hasta su madre y la mia ya lo eran y pasaban muchas tardes juntas, bebiendo, comiendo y poniendonos a caldo. Nos criticaban solo por no pasar tiempo con ellas, no podian entender que nosotras eramos personas muy ocupadas entre los estudios, el trabajo y las juergas a las que Fernanda me obligaba a ir. Sobre las once de la manana sali de mi apartamento junto con Fer. Ella se dirigio a su trabajo, era cocinera en uno de los restaurantes mas conocido de Madrid; y yo me dirigi a la universidad para hacer el dichoso examen que no llevaba preparado, aunque me hubiese levantado a las seis. Era un desastre. Al llegar a la universidad, me sente en la ultima fila y deje el tiempo pasar mientras me comia la cabeza buscando las respuestas correctas del examen. Las manos me sudaban tanto que el lapiz se me cayo al suelo dos veces. El profesor ya me miraba mal y con eso me demostraba que si por el fuera, estaba suspendida. --Joder --musite, tan bajito que solo yo debia escucharlo. Aunque siempre estaba el tipico que estaba pendiente a todo y el siseo tenia que darmelo. Mire a mi derecha y dos sillas mas alejadas de mi, estaba el susodicho que me callo. Lo mire con el ceno fruncido en cuanto se puso un dedo en los labios, insistiendome. --Callate tu, pesado --respondi supuestamente bajito, supuestamente, porque el profesor se acerco a mi y me quito el examen de entre las manos. --Creo que has terminado, ?verdad? --aseguro, mirandome con una ceja alzada. Trague saliva hecha un manojo de nervios. Nunca en mi vida me habia pasado esto. Negue, aferrandome al folio del examen, casi tirando de la hoja porque el tambien lo hacia. --Suelte el examen, Srta. Robles. --No es justo, el ha sido el culpable --me queje como si fuese una nina pequena. --No mienta, llevo observandola un buen rato y el Sr. Castillo no ha hecho mas que intentar callarla. Rode los ojos ofuscada y me levante para despues empezar a recoger mis pertenencias. Me di cuenta de que el estupido con apellido estupido no dejaba de mirarme con una sonrisa llena de suficiencia que le hubiera quitado de un punetazo. El profesor Navarro tampoco dejaba de mirarme y ambos me tenian hasta el mismo... Me di la vuelta tras terminar de recoger y me dirigi hacia la puerta para marcharme; porque, si no me iba a dejar de terminar el examen, ?para que quedarme en el aula? --Espere, Srta. Robles. Manana la quiero aqui a las nueve de la manana. Tendremos una tutoria --exigio el muy... <>. Asenti con una sonrisa fingida y sali de alli y, por consiguiente, de la universidad. El haber salido mas temprano me dejaba tiempo para aburrirme, asi que me subi a mi coche y conduje hasta la casa de mis padres para verles. Hacia ya una semana que no los veia, pero es que con los examenes estaba demasiado estresada como para lidiar con ellos por mas de media hora. No era que no los aguantara, pero mis padres se pasaban el dia quejandose por todo y eran agotadores. Cuando llegue, aparque en el aparcamiento de mis padres y me encamine al ascensor para despues marcar el numero tres. Ya frente la puerta, toque un par de veces y me abrio la puerta mi madre. --Hombre, pero si tengo una hija --se quejo, obligandome a desear irme sin llegar a pisar la casa. --Mama, no empieces, por favor --pedi en tono conciliador. --Es que no me negaras que parece que solo tengo a Jesus. Me dejo pasar tras darle un beso en la mejilla y fui hasta el salon para sentarme en el sillon de mi padre. Como no estaba, cosa rara, aproveche porque el sillon era tan comodo que hasta seria capaz de echarme una buena siesta. --?Donde esta papa? --me interese viendo como recogia la ropa que tenia sobre el sofa. --Ya sabes, a esta hora esta con los amigotes tomandose una cerveza en el bar de la esquina. A no, como lo vas a saber si no vienes a vernos --volvio a quejarse y yo puse los ojos en blanco. --Hace bien --respondi sin ser consciente de lo que mi respuesta iba a provocar en mi madre, ademas de evitar su chascarrillo. Que, de llegar a saber que se pondria asi, me hubiese callado. El problema estaba en que yo era igual que mi padre, no era capaz de cerrar la boca cuando habia que hacerlo. Era un defecto que teniamos ambos, segun mi madre.

  • La Hermana Favorita de Jessica Knoll

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    Una novela llena de giros y suspense, sobre el pressing social al que viven sometidas muchas mujeres, que nos recuerda a Big Little Lies de Liane Moriarty.

  • Cenizas antiguas de Rocio Verdejo

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    Aaron estaciono su coche justo frente a un edificio grande de vidrios oscuros, el cual, se muestra imponente en el centro de la ciudad, es una de las construcciones mas innovadoras que se ha desarrollado en aquel lugar, el cual, en los ultimos anos, ha tenido un crecimiento economico vertiginoso. Tras poner su pie sobre el pavimento, Aaron sabia que estaba tomando la decision correcta al llevar a cabo uno de sus planes mas ambiciosos. Cierra la puerta del coche, ajusta su corbata, da algunos retoques a su traje oscuro muy elegante, se cerciora de que sus zapatos esten limpios, es un hombre, cuya atencion a los detalles, siempre lo ha caracterizado. En sus munecas, se pueden visualizar unos gemelos de oro, los cuales, tienen forma de una especie de cruz. No es la cruz habitual que solemos ver en cualquier lugar, tiene puntas afiladas con cierta curvatura, que las hacen lucir un poco mareadas. Parecen gemelos hechos a mano, artesanales, pero del oro mas puro que se haya extraido jamas de una mina. Cualquiera que lo vea, puede quedarse impactado, ya que, la estatura de Aaron es bastante imponente, alcanza casi los 2 metros de altura, resultando un hombre fuerte, estilizado, y muy moderno. Lleva una barba muy bien cuidada, su cabello estaba perfectamente peinado, su mirada estaba fija en el edificio, parece que esto se ha convertido en su unica obsesion durante los ultimos dias, asi que, despues de verificar que su coche ha quedado perfectamente cerrado, comienza a caminar hacia su destino. Dejaba pasar a algunas personas frente a el, mientras parecia estudiar el comportamiento de los habitantes de Dealon. Las personas apenas estaban comenzando a adaptarse a la transformacion de la ciudad, la cual, tan solo hace algunos anos atras, era un simple pueblo minero, el cual, simplemente se dedicaba a actividades agricolas, y apenas tenian electricidad y telecomunicaciones. La llegada de inversionistas y descubrimientos inesperados, habia hecho que el pueblo experimentara una explosion economica, atrayendo a una gran cantidad de estudiosos, los cuales, habian comenzado a hacer vida profesional en Dealon. Poco a poco, aquellos que habian tenido una vida tranquila en el poblado, habian sido desplazados, siendo presionados para abandonar sus tierras mientras se levantaban importantes edificios, centros comerciales y empresas, era un cambio drastico de 180deg para todo lo que habian vivido los habitantes de Dealon. Para Aaron, parecia algo absurdo lo lujoso que podia llegar a ser un edificio construido en un lugar como este, pero este, era un reflejo de la personalidad de su creador, con quien se encontraria por primera vez en esta oportunidad. Habia tenido algunas conversaciones via telefonica, incluso, por correo electronico, pero nunca habia tenido la posibilidad de encontrarse frente a frente con Terrance Ford. Tras entrar en aquel lugar, camino directamente hacia el elevador, y coincide en su paso con una rubia espectacular, la cual, capta su atencion desde el primer momento, y a pesar de que trata de enfocarse en otro punto, aquella mujer le roba la atencion desde el primer Instante. No solo era su figura, la cual, era muy ardiente y despampanante, con una cadera ancha, con unas nalgas de acero, una cintura delgada y apretada, piernas alargadas y senos voluptuosos. Era toda una escultura, pero mas alla de esto, Aaron parecia tener la habilidad de ver por encima de estas caracteristicas. Veia a traves de las personas, y aquella mujer, parecia proyectar una seguridad en si misma, un espiritu aguerrido y una personalidad avasallante. Parecia poco probable que una simple mirada pudiese revelar tanta informacion, pero era la experiencia que habia logrado desarrollar a lo largo de su existencia este personaje tan particular y misterioso, el cual, finalmente habia llegado a la puerta del elevador. Habia dejado que la chica presionar el boton, y ambos habian cruzado una sonrisa de cortesia mientras esperaban. La hermosa mujer, tomo su movil mientras hacia tiempo, y parecia muy enfocada en sus asuntos, era del tipo de chica que no iba por el mundo distraida o esperando que el tiempo se quemara sin ningun objetivo, esta mujer era una adicta al trabajo, eso podia verse a leguas. La observo de manera discreta, no queria llamar su atencion, no queria ser visto como un acosador o un psicopata, asi que, simplemente daba miradas de reojo periodicamente, mientras trataba de detallarlas. Su cabello era liso hasta los hombros, perfectamente peinado hacia un lado. No habia una sola cosa imperfecta en esta chica, su piel era suave, a simple vista se veia que la cuidaba mucho, tenia ese brillo particular de una dermis humectada y bien tratada. En su mano llevaba un bolso, en la otra sujetaba un abrigo colgado en su antebrazo, mientras su movil era manejado con destreza. Finalmente, la puerta del elevador se abrio, salieron un grupo de ejecutivos, ellos se apartaron para que salieran, y finalmente Aaron permitio que la chica ingresada. En esta oportunidad, serian solo ellos dos los que utilizarian el elevador, y por primera vez, escucho la voz de Alice. --?Hacia que piso te diriges? --Pregunto la chica. Aquella dulzura que emano de la hermosa joven de cabellos rubios, dejo a Aaron sin palabras, se quedo atontado, viendola como si fuese idiota, simplemente perdido en su belleza, en sus facciones, y la perfeccion de las lineas de su rostro que parecian ser dibujadas por el propio Leonardo da Vinci. --Disculpa, necesito que me digas hacia que piso vas, o tendras que viajar conmigo hasta mi destino. --Dijo la rubia con una sonrisa en su rostro. Esta vez, pudo ver sus dientes, eran grandes, simetricos y perfectamente cuidados, posiblemente con ortodoncia, aunque se inclinaba mas por una genetica infalible, ya que, aquella chica parecia haber nacido en una cuna dorada. Era bella, dulce, inteligente y decidida, con todas las caracteristicas que pudieran llamar la atencion de un hombre como Aaron. --Lo siento, estoy un poco distraido. Voy al ultimo piso. Creo que es el 22. --Dijo Aaron, mientras veia el tablero del elevador. --Oh, que casualidad Yo tambien voy para el piso 22. --Respondio ella, mientras presionaba el boton. Estaban encerrados alli, y esto parecia haberle generado una sensacion completamente distinta a la chica, ya que, ahora no se veia tan segura como en un primer plano. Ahora estaba insegura, nerviosa, no parecia estar acostumbrada a estar en lugares cerrados con otras personas, esto, le genero cierta curiosidad a Aaron, quien puede notar como aquella joven tan espectacular, movia sus pies de manera nerviosa, golpeando la superficie del suelo del elevador mientras esperaba a que aquel objeto subiera lo mas rapido posible. --?Ocurre algo? Te ves un poco incomoda. --Dijo Aaron. --Detesto los elevadores. No me gustan las alturas. --Respondio de una manera timida a su acompanante. --Tengo entendido que este es uno de los edificios mas importantes de la ciudad, ha sido creado con una tecnologia de primera, asi que, creo que no tienes nada porque preocuparte. -- Respondio Aaron. Ella no respondio, simplemente, sonrio de una manera cortes y trataba de controlar sus nervios. En cada oportunidad que tenia que subirse a un elevador, o encontrarse en un punto alto, su actitud era completamente descontrolada. No podia tener dominio de aquellas reacciones que se generaban, habia sudor, temblores, no podia hablar con normalidad, las palabras parecian quedarse atragantadas en su garganta, como si su cerebro dejara de funcionar de manera normal. Ante aquella incomodidad proyectada por la rubia, Aaron decidio guardar silencio y comenzar a hacer hipotesis en su mente, ya que, una chica tan hermosa y sexy en un lugar como este que fuese al mismo destino que el, posiblemente iba con otras intenciones. Rapidamente, cambio de parecer, era posible que aquella hermosa rubia, fuese una de esas que eran contratadas por los millonarios para darse un gusto de vez en cuando. Era muy probable que esta despampanante mujer, fuese un escort de lujo, un acompanante de altos ejecutivos, la cual, podria cobrar por sus servicios una fuerte suma de dinero. Esto no la hizo menos interesante, ya que, posiblemente este tambien podria contratar sus servicios si realmente este fuese el caso. Aquel viaje sirvio para que Aaron imaginara mil y una cosas, simplemente con tenerla alli frente a el, era una oda a la perfeccion, su silueta, su actitud, el aura que emanaba de ella, todo era simplemente espectacular. Como si se tratara de un milagro, finalmente, las puertas del elevador se abrieron, y Alice salio rapidamente de aquel objeto infernal, el cual parecia convertirse en su principal enemigo cada vez que entraba. Ella, camino rapidamente por el pasillo, olvidando que aquel hombre le habia iniciado una conversacion, esta no parecia interesada en hacer conexion con absolutamente nadie, era una joven timida, reservada e introvertida. Esto, potencio mucho mas el interes de Aaron, ya que, queria explorar cuales eran esos misterios que emanaban de una mujer tan enigmatica y bella. Era evidente que dejaria salir a la chica primero, ya que, de esta manera tendria la posibilidad de detallar con mucho mas detenimiento las dimensiones de su culo, asi de descarado era Aaron, y no se contuvo. Apenas la tuvo frente a el, avanzaba a paso lento, degustando se con lo que sus ojos veian. Ni siquiera noto que su lengua paso por su labio, aquella delicia que estaba contemplando le habia despertado el apetito sexual. Sintio como aumentaba su ereccion instantanea, pero siguio caminando detras de ella, tratando de fingir que nada estaba pasando. Era un fanatico de las mujeres, de esto no habia duda, le encantaban, le fascinaban, le entretenia mucho poder seleccionar una nueva victima, saciarse con sus talentos, con su carne, darse placer con sus atributos, y posteriormente, seguir con su vida ajetreada dedicada a el cumplimiento de sus planes principales. Mientras camina por aquel lugar, las personas que lo miran, lo observan con cierto recelo, es un hombre misterioso y que no se ajusta al esquema de los habitantes de Dealon. Es evidente que es la primera vez que ingresaba alli, y su unica fuente de atencion son dos personajes hasta el momento, el hombre con quien se reunira, y la rubia que camina justo delante de el con aquel vestido color gris plomo, el cual se ajusta de manera entallada a su figura. Un par de mujeres, comentaron acerca de la belleza de aquel hombre, era imponente, masculino, irradiaba una seguridad tremenda, y al hacer contacto visual con ellas, estas sintieron que se estremecieron de manera instantanea. Aaron les sonrio a ambas, y estas, casi experimentaron un orgasmo al momento, era un tipo de esos que solian aparecer en las portadas de revistas de negocios, pero que muy perfectamente podria ocupar la portada de una revista fitness. Su cuerpo era majestuoso, se veia que entrenaba, o al menos eso era lo que asumieron aquellas mujeres, las cuales, comenzaron a preguntarse de donde habia salido aquel especimen tan perfecto. Aquellas mujeres no eran nada feas, eran bastante atractivas y sensuales, de esas que facilmente podria poner de rodillas simultaneamente, y que compartieran una sesion de sexo oral con su gran miembro expuesto en el bano de aquel edificio. Se veian que eran mujeres faciles, lujuriosas, pero para el, no es momento de distraer su atencion. Va camino en la misma ruta de aquella rubia, y en algun punto, se preocupo de que esta pensara que la estaba siguiendo.

  • El Traje Gris de Andrea Camilleri

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    A lo largo de su brillante carrera profesional al frente de una entidad bancaria siciliana, donde ha demostrado su habilidad para resolver las complejidades financieras en un entorno minado por la mafia, el protagonista de esta novela ha recibido tres cartas anonimas. Ahora, en la primera manana de su vida de jubilado, despliega cuidadosamente los tres sobres junto a una caja de cerillas. Una de las cartas, recibida unos pocos anos atras, contiene insinuaciones sobre la supuesta infidelidad de su esposa, la joven viuda con la que se caso hace una decada, una mujer elegantisima y enigmatica, replica exacta de una de las divas americanas del cine en blanco y negro. Adele, esplendida e irresistible femme fatale, ocupa el lugar central de este nuevo y sugestivo relato de Andrea Camilleri. Dotada de una sensualidad desinhibida que contrasta con el esmero con el que guarda las apariencias burguesas, Adele es una esposa tan entregada como escurridiza. Solo en muy determinadas ocasiones viste un viejo traje de chaqueta gris, de una impecable sobriedad, un traje que adquirira un inquietante simbolismo, cuyo significado seria mejor no tener que desentranar jamas. En esta breve e intensa novela de misterio psicologico, el matrimonio es el escenario de la dimension cotidiana de la tragedia, a un tiempo ultimo reducto del deseo y de la fantasia, y espejo de una sociedad esencialmente corrupta. El traje gris, que Camilleri ha descrito como <>, demuestra la fecundidad y la maestria literaria del gran autor siciliano que, una vez mas, consigue sorprendernos sin dejar de ser fiel a si mismo.

  • Errar es util de Henning Beck

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    Un elogio a nuestra imperfeccion como seres humanos y a la de nuestro cerebro.

  • Los dolores de una casa de Fabian Tapia

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    Cada familia tenia el mismo destino, pero no la misma suerte con el tiempo.
    Y cada familia tenia un don producto de la naturaleza que los rodeaba hasta convertirlas en fieras de esa selva olvidada.
    Tan fieras que se olvidaron de su humanidad.>>

  • Deirdre (Las feas tambien los enamoran 2) de Elizabeth Urian

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    Camile, Deirdre, Edith, Leonor y ahora Phillipa son las protagonistas de la saga romantica ambientada en la epoca Victoriana <>, cinco historias que demuestran que el amor se rige por su propia logica.

  • La sirena roja de Noelia Lorenzo Pino

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    La agente de la Ertzaintza Eider Chassereau y el suboficial Jon Ander Macua se enfrentan a lo que podria ser el caso mas importante de sus carreras. La aparicion de dos cadaveres desollados, con un siniestro vinculo entre ellos, les llevara hasta Lorena, una prestigiosa tatuadora donostiarra que aun se recupera de una relacion que acabo con una orden de alejamiento por amenazas y agresion. Una investigacion contra reloj para evitar nuevas victimas del que podria ser un asesino en serie les conducira a traves de un entramado de prejuicios religiosos y oscuros secretos. El caso les absorbera hasta el punto de olvidarse incluso de sus propias vidas. Sumergete en esta historia trepidante y descubre lo que sucede cuando la sangre y la tinta van mas alla del arte Con el estilo agil y visual que le caracteriza, Noelia Lorenzo Pino nos sorprende con esta novela donde la crudeza y la atmosfera gris contrastan con la cercania de sus personajes.

  • Huyamos, ahora que podemos 2 de Garcia De Saura

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    Cuando Ana e Iris pensaron que ya nada podria fallar en su confabulacion por librarse de la justicia, un nuevo reves amenazo con destruirlo. Alguien mas sabe la verdad de lo que ocurrio la noche del accidente en la que se cargaron a Don Pepino, patron del pueblo, y su plan corre peligro. En medio de la voragine, las chicas se iran de viaje con los chicos, Filomeno y Ataulfo, dos hombres en los que confiaron y que las ayudaron desde el principio sin pedir nada a cambio. ?O era solo lo que a ellas les hicieron creer?Descubre el desenlace final de esta apasionante, divertida e intrigante historia, donde nada es lo que parece, y todo parece lo que es.

  • Para siempre contigo de Maria Ferrer Payeras

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    Un intenso y apasionado amor de verano en Mallorca no acabara como Amanda espera… pero la vuelta a la rutina le traera nuevas sorpresas.

  • Mi prima Rachel de Daphne Du Maurier

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    Philip Ashley, el narrador de esta novela, es un joven huerfano que ha sido criado por su primo Ambrose, un terrateniente de Cornualles veinte anos mayor que el, en una gran casa aislada, de rutinas amables e incontestadas, sin conflictos y sin mujeres. Cuando el primo debe viajar a Italia por razones de salud, conoce a una mujer, Rachel, una pariente lejana educada en Florencia, viuda de un conde que murio en un duelo y la dejo cubierta de deudas. Se casa con ella y poco despues muere subitamente. <>, se dice Philip al conocer la noticia. Pero apenas han pasado unas semanas y Rachel se presenta en Cornualles... y esa animosidad irracional que el joven sentia por ella se va convirtiendo poco a poco en una fascinacion incontrolable que no disminuye a medida que las circunstancias de la muerte de su primo se revelan cada vez mas sospechosas.
    Mi prima Rachel (1951) es una gran novela psicologica, llena de suspense, en la que Daphne du Maurier exploro, como en Rebeca, la influencia fantasmal en una casa de una figura ausente. Es tambien un sutil estudio de lo que un hombre cree que es una mujer y del accidentado viaje que dan los prejuicios cuando se enfrentan a una realidad inesperada.

  • Tu y yo. Nivel avanzado (Tu y yo 2) de S.j. Hooks

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    Senor profesor, quitese la pajarita. Llego la hora de la leccion.

  • La ira de la tierra (Cazadores de brujas 2) de Ada Cruz

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    La reina del Aquelarre oscuro los ato a ella extrayendo su energia, y ahora, ellos, cazadores inmortales, buscan destruir la brujeria y todos cuantos la practican, pero el asunto no es tan simple como ellos creen.
    Angelica ayudo a Violeta a despertar sus dones como bruja, y a consecuencia de eso, los cazadores rastrearon su pista, enviando al mas sangriento de ellos a matarla.

  • La zona muerta de Stephen King

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    La zona muerta es una de las mejores y mas espeluznantes obras de Stephen King.

  • No he acabado contigo de Jessica Lozano

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    Tara no le conoce, no sabe su nombre y aun asi se deja llevar por la pasion en aquella sala de cine. Todo comienza como una erotica fantasia, pero se transforma en algo obsesivo y en una descontrolada atraccion. El la arrastra hasta el limite logrando que lo desee con solo mirarla. Intenta alejarse, no puede permitirse tener una relacion, pero Damyan es directo y muy persuasivo, sabe que algo le oculta e intenta que confie en el. Tara no puede hacerlo y lo que penso que seria un simple juego, se convertira en algo peligroso. Su oscuro pasado volvera para recordarle que este donde este la encontrara y su vida dependera de la decision que tome.

  • Entre letras y amor de Mary Kate Williams

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    Ser escritora es transitar por un camino de constante esfuerzo y dedicacion. Lograr un espacio en la industria no es algo facil.
    Al llegar a esta prometedora entrevista estaba preparada para cualquier cosa menos para encontrarme con mi viejo amor de secundaria. Alto, guapo y millonario hubiera sido suficiente para caer a sus pies, pero mi antiguo amor de juventud fue quien me dejo mi corazon sin animos de volver a amar.

  • Yo tambien tengo mi orgullo de Sophie Saint Rose

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    Leda tiene un trabajo que le encanta, ayudante del sheriff, aunque algunos vecinos podian ser especialmente pesados. En particular Lester, que la visitaba a menudo. Fue una verdadera sorpresa que por una vez denunciara algo interesante y si tenia que ver con Rexton Markley mucho mejor. Lo que se encontro podia hacer temblar a medio pueblo, sobre todo a Rexton, pero por muy atraida que se sintiera por el, iba a llegar al final.

  • De regreso a mi de Maria Raquel Garcia Lopez

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    La vida la ha ido guiando hasta que se reencontro consigo misma, se dio cuenta que su vida, vista ahora en retrospectiva, habia sido un camino de regreso a ella, en este libro te cuenta todo lo que ella ha aprendido hasta su reconciliacion con ella misma, hasta llegar a ser su propia mejor amiga, hasta hacer las paces con ella misma. Poder estar consigo misma en tranquilidad. Su vida ha sido una reconexion con ella misma, el Universo, la Energia, la Fuente, Dios…como tu lo quieras llamar, a cada instante le estaba mandando sincronicidades (quizas tu lo llames casualidades) para que se reencontrara con ella misma.
    HAS VENIDO A SER TU, a quitar todas esas capas de miedo que impiden ser lo que ya eres, has venido a quitarte todas las capas de barro que impide que veas el buda que hay en tu interior de oro.

  • Diario de un Cuerpo de Erika Irusta

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    Diario de un cuerpo es un texto intimo y de una sinceridad extraordinaria. Ilumina infinidad de aspectos ocultos de los estadios por los que pasa el cuerpo femenino a lo largo del ciclo menstrual. El libro tiene la capacidad liberadora de hacernos ver como normal aquello que hasta hoy era entendido como un estorbo o una debilidad.

  • Tres besos de Katherine Pancol

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    Si te gustaron Los ojos amarillos de los cocodrilos, El vals lento de las tortugas, Las ardillas de Central Park estan tristes los lunes o Muchachas, no te puedes perder Tres besos.

  • Mi digno principe de Arwen Grey

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    Cuando te crees indigno de todo, solo el amor puede mostrarte tu verdadero valor.

  • Amor en Venecia, muerte en Benares de Geoff Dyer

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    Amor en Venecia, muerte en Benares es la historia de la busqueda de la felicidad de un hombre.

  • Lazos de hielo 1 de Maria C. Garcia

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    ?Podras controlar la pasion?
    Nadia es una joven estudiante que acaba de terminar su carrera y busca su primera oportunidad laboral, pero todo su mundo cambiara cuando sea contratada en una de las empresas mas exitosas de la ciudad.
    Marco es un abogado de exito que esconde algunos secretos, lo que le ha llevado convertirse en un hombre solitario. Sin embargo, en cuanto conoce a Nadia, su vida repleta de misterios empezara a conducirse por el deseo, algo muy peligroso en su mundo, sobre todo cuando una amenaza inesperada surja de entre las sombras sin que el sea consciente de ello…

  • Seis meses de Paloma Carnero

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    Angela, una animadora que trabaja en un hotel de la Costa del Sol, recibe en la noche de Halloween de 2020 un regalo. A la manana siguiente, despierta en Santo Domingo (Republica Dominicana) !pero en 1783! Todos la tratan como la senora de la hacienda, y cual es su sorpresa al ver que su supuesto marido es sospechosamente parecido a un antiguo amor de adolescencia. ?Que demonios estaba pasando?
    Cuando la santera yoruba, Yeji, le explica que es la responsable de todo lo que le ha ocurrido, le propone hacerse pasar por la esposa de Jaime, el dueno de aquellas tierras, porque la vida de todos los que viven de esa hacienda depende de ello.
    Aventuras, amor, magia, un acuerdo matrimonial, y un enemigo al acecho, todo bajo un telon historico real de fondo en la paradisiaca isla espanola de finales del siglo XVIII.

  • El arte de ser normal de Lisa Williamson

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    Los invitados a mi fiesta estan cantando el Cumpleanos feliz. No suena muy bien. Mi hermana pequena, Livvy, apenas canta. Con solo once anos ya ha decidido que las fiestas de cumpleanos familiares son tragicamente vergonzosas, y deja que mama y papa continuen con el resto de la cancion. La aguda voz soprano de mama choca con el desafinado bajo de papa. Suena tan mal que Phil, nuestro perro, sale de su cesta y se escabulle a mitad de la actuacion algo asqueado. No lo culpo; todo es algo deprimente. Hasta los globos azules que mi padre ha estado hinchando toda la manana se ven palidos y tristes, especialmente los que tienen escrito con rotulador negro: <>. Ni siquiera estoy seguro de que todo este espectaculo que se esta desarrollando delante de mi pueda clasificarse como una fiesta. --!Pide un deseo! --me dice mi madre. Tiene la tarta inclinada para que no me de cuenta de que esta algo torcida. Pone <> en letras de glaseado rojo como la sangre. El <> de <> esta muy apretujado; seguramente se quedo sin espacio. Catorce velitas azules forman un circulo alrededor del borde de la tarta y gotean cera encima de la cobertura de crema. --!Date prisa! --me dice Livvy. Pero no dejare que me den prisa. Quiero hacer esta parte como toca. Me inclino hacia delante, me coloco el pelo detras de las orejas y cierro los ojos. Intento bloquear los chillidos de Livvy y las lisonjas de mi madre e ignorar a papa, que no deja de trastear con los ajustes de la camara, y de repente todos los sonidos parecen amortiguados y lejanos, como cuando sumerges la cabeza debajo del agua en la banera. Espero unos segundos antes de abrir los ojos y soplar todas las velas de un tiron. Todos aplauden. Mi padre abre un lanzador de confeti manual, pero ni siquiera se dispara, y cuando saca otro del paquete, mama ha abierto las cortinas y ha comenzado a quitar las velas de la tarta, y el momento ya ha pasado. --?Cual ha sido tu deseo? !Me apuesto lo que quieras a que ha sido algo estupido! --exclama Livvy de manera acusadora, enroscandose uno de sus rizos castanos con el dedo corazon. --No te lo puede decir, tontita, o no se cumplira --dice mama, llevandose la tarta a la cocina para cortarla. --Si --corroboro yo, sacandole la lengua a Livvy. Ella enseguida me saca la lengua a mi. --?Donde estan tus dos amigos? --me pregunta, poniendo enfasis en la palabra <>. --Ya te lo he dicho: Felix esta en Florida y Essie en el balneario Leamington. --Que lastima --dice Livvy con cero simpatia--. Papa, ?cuanta gente vino cuando celebre mis once anos? --Cuarenta y cinco. Todos con patines. Una absoluta carniceria --balbucea papa con tono serio, a la vez que saca la tarjeta de memoria de la camara y la introduce en la ranura de su portatil. En la primera foto que aparece en la pantalla salgo yo, sentado a la cabecera de la mesa con una chapa enorme que dice <> y un gorro puntiagudo de cartulina. Tengo los ojos semicerrados y la frente me brilla. --Papa --gimo--. ?Tienes que hacer eso ahora? --Solo corrijo los ojos rojos antes de enviarselas por correo electronico a tu abuela --dice, haciendo clic con el raton--. Esta destrozada por no haber podido venir. Eso no es verdad. La abuela juega al bridge todos los miercoles por la tarde y no se lo pierde por nadie, y menos por el nieto que menos le gusta. Livvy es su favorita. Pero bien pensado, Livvy es la favorita de todos. Mi madre tambien habia invitado a la tia Jane y al tio Trevor, y a mis primos Keira y Alfie. Pero esta manana Alfie desperto con unas manchas raras por todo el pecho que podrian ser de varicela, asi que tuvieron que disculparse, dejandonos a los cuatro solos para la <>. Mama regresa alsalon con la tarta cortada en porciones, y la pone sobre la mesa. --Mirad todas estas sobras --dice, frunciendo el ceno mientras inspecciona los montones de comida que hemos picoteado--. Vamos a tener suficientes hojaldres de salchicha y pasteles hasta Navidad. Solo espero tener suficiente film transparente para envolverlo todo. Genial. Una nevera llena de comida para recordarme lo increiblemente impopular que soy. Tras la tarta y la accion intensiva de envolver todo en papel film, vienen los regalos. De mama y papa recibo una nueva mochila para el instituto, el set de DVD de la serie completa de <> y un cheque regalo de 130 euros. Livvy me regala una caja de bombones Cadbury y una funda de color rojo brillante para mi iPhone. Luego todos nos sentamos en el sofa a ver una pelicula llamada Ponte en mi lugar. Trata de una madre y una hija que comen una galleta de la fortuna encantada y, entonces, intercambian sus cuerpos durante un dia. Por supuesto que todo el mundo aprende una valiosa leccion antes del inevitable final feliz, y por centesima vez este verano lamento mi incapacidad vital para seguir el argumento de una simpatica pelicula para adolescentes. Papa se queda dormido hacia la mitad de la pelicula y se pone a roncar con ganas. Esa noche no puedo dormir. Estoy despierto tanto tiempo que mis ojos se acostumbran a la oscuridad y puedo distinguir los bordes de los posteres en las paredes y la pequena sombra de un mosquito volando de aqui para alla por el techo. Tengo catorce anos y se me esta acabando el tiempo. 3 Es el ultimo viernes de las vacaciones de verano. El lunes vuelvo al colegio. He tenido catorce anos durante exactamente nueve dias. Estoy acostado en elsofa con las cortinas cerradas. Mama y papa estan en el trabajo. Livvy esta en casa de su mejor amiga, Cressy. Estoy viendo un episodio repetido de <> mientras un paquete de galletas de chocolate hace equilibrios sobre mi barriga. Tyra Banks acaba de decirle a Ashley que no sera la proxima top model de America. Ashley llora a lagrima viva y todas las demas chicas la abrazan, aunque han pasado todo el capitulo hablando de lo mucho que odiaban a Ashley y que querian que abandonara el programa. La casa de <> es de lo mas cruel. Las lagrimas de Ashley son interrumpidas por el sonido de una llave en la puerta de entrada. Me siento y con mucho cuidado pongo el paquete de galletas en la mesita de centro que hay a mi lado. --David, ya he llegado --grita mama. Ha regresado temprano de su reunion. Frunzo el ceno mientras oigo como se quita los zapatos y tira las llaves con gran estruendo en el platillo que hay cerca de la puerta. Rapidamente cojo la manta de ganchillo que tengo a los pies, la subo para taparme el cuerpo y me la meto debajo de la barbilla, poniendome en posicion justo antes de que mama entre en elsalon. Ella pone mala cara de inmediato. --?Que? --pregunto, mientras me limpio las migas de galletas de la boca. --A lo mejor te gustaria abrir las cortinas, David --me sugiere con las manos en las caderas. --Pero entonces no podre ver bien la pantalla. Ella me ignora y se dirige directamente hacia la ventana y abre las cortinas. La luz del sol de ultima hora de la tarde inunda la habitacion y hace que el aire se vea polvoriento. Yo me retuerzo en elsofa y me protejo los ojos. --Por Dios, David --dice mama--. No eres un vampiro. --Puede que lo sea --murmuro entre dientes.

  • West End de Jose Morella

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    Nicomedes Miranda ha pasado los primeros cincuenta anos de su vida sin apenas salir de su pueblo. Todo el equilibro del que goza su fragil salud mental se lo debe a la rutina, a su vida sencilla de campo. Pero la llegada a Espana del turismo masivo augura para sus cuatro hijos una vida mas prospera, y la familia al completo emigra a un lugar del Mediterraneo del que el no conoce ni el nombre: una isla en plena ebullicion que es ahora el epicentro de un cambio radical en la forma de vivir y de sentir, un aire fresco que asusta al torpe y sordido tardofranquismo. Atras quedaran para Nicomedes su paisaje y su oficio, sus muchos afectos y sus cada vez menos seguridades…

  • Lo que tarda en morir un idiota de J.m. Aguilar

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    Un abogado es asesinado de forma brutal y sin motivo aparente…

  • Trebol de cuatro hojas (Coraje 3) de Kris L. Jordan

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    Un nuevo caso trae en jaque al departamento de policia de Tribeca.

  • El libro de las almas (La biblioteca de los muertos 2), Glenn Cooper de Glenn Cooper

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    ?Que harias si supieras la fecha del fin del mundo?

  • Lo bueno que hay en mi (Violeta 2) de Vicky Hernan

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    Una muralla invisible que separa a Violeta y a Jan y que ambos deberan encontrar como superar. La llegada de mister Universo, cuya intensa personalidad lleva a provocar conflictos con la misma facilidad que genera situaciones comicas. El pasado y los secretos de la Diosa por fin desvelados. Sensualidad, deseo y pasion. Un amor que madura y otro que florece. Todo ello envuelto en la mas sincera y leal de las amistades.Los protagonistas de Lo Malo Soy Yo, junto a sus amigos y familiares, siguen entretejiendo una historia que nos fascina y cuyos resultados seran impredecibles.Lo Bueno que hay en mi es la segunda entrega de la trilogia “Serie Violeta”.

  • ?Es tu ultima palabra?, Sara Ventas de Sara Ventas

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    Cuando el pasado regresa para remover emociones que estaban dormidas, Clara deja de ser la mujer segura de si misma en la que se ha convertido. El amor aun es una moneda de dos caras capaz de erizarle la piel y abrir viejas heridas por igual. Roberto, Dario… nombres que la llevan hacia una encrucijada sentimental llena de desencuentros e instantes de felicidad. Todo parece demasiado complicado cuando hay que caminar con los pies en el suelo.
    La suerte de Clara sera descubrir que la vida se ve distinta cuando se contempla desde una azotea.

  • La guerra en el fin del mundo de Ian Ross

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    La guerra en el fin del mundo, la primera entrega de una nueva serie epica situada en el ultimo periodo del imperio romano, en tiempos del emperador Constantino, sigue las aventuras de Aurelio Casto, centurion recien ascendido, en una tumultuosa batalla de la que depende el futuro de Roma.

  • Tormenta de Pasiones de Camila Winter

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    Antologia de dos novelas de la autora Camila Winter: Una pasion inesperada y El heredero de Raven’s Hill.

  • El poeta que rugio a la luna y se convirtio en tigre de Atsushi Nakajima

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    En esta primera traduccion al espanol de uno de sus libros, los lectores tendran la oportunidad de familiarizarse con la obra de Atsushi Nakajima, uno de los grandes autores japoneses del siglo xx. El cuento La luna sobre la montana, incluido en esta recopilacion, se estudia en los manuales de los institutos de ensenanza secundaria en Japon.

  • El prisionero del cielo de Carlos Ruiz Zafon

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    Aquel ano a la Navidad le dio por amanecer todos los dias de plomo y escarcha. Una penumbra azulada tenia la ciudad, y la gente pasaba de largo abrigada hasta las orejas y dibujando con el aliento trazos de vapor en el frio. Eran pocos los que en aquellos dias se detenian a contemplar el escaparate de Sempere e Hijos y menos todavia quienes se aventuraban a entrar y preguntar por aquel libro perdido que les habia estado esperando toda la vida y cuya venta, poesias al margen, hubiera contribuido a remendar las precarias finanzas de la libreria. --Yo creo que hoy sera el dia. Hoy cambiara nuestra suerte --proclame en alas del primer cafe del dia, puro optimismo en estado liquido. Mi padre, que llevaba desde las ocho de aquella manana batallando con el libro de contabilidad y haciendo malabarismos con lapiz y goma, alzo la vista del mostrador y observo el desfile de clientes escurridizos perderse calle abajo. --El cielo te oiga, Daniel, porque a este paso, si perdemos la campana de Navidad, en enero no vamos a tener ni para pagar el recibo de la luz. Algo vamos a tener que hacer. --Ayer Fermin tuvo una idea --ofreci--. Segun el es un plan magistral para salvar la libreria de la bancarrota inminente. --Dios nos coja confesados. Cite textualmente: --A lo mejor si me pusiera yo a decorar el escaparate en calzoncillos conseguiriamos que alguna femina avida de literatura y emociones fuertes entrase a hacer gasto, porque dicen los entendidos que el futuro de la literatura depende de las mujeres, y vive Dios que esta por nacer famula capaz de resistirse al tiron agreste de este cuerpo serrano --enuncie. Oi a mi espalda como el lapiz de mi padre caia al suelo y me volvi. --Fermin dixit --anadi. Habia pensado que mi padre iba a sonreir ante la ocurrencia de Fermin, pero al comprobar que no parecia despertar de su silencio le mire de reojo. Sempere senior no solo no parecia encontrarle gracia alguna a semejante disparate sino que habia adoptado un semblante meditabundo, como si se planteara tomarselo en serio. --Pues mira por donde, a lo mejor Fermin ha dado en el clavo --murmuro. Le observe con incredulidad. Tal vez la sequia comercial que nos habia azotado en las ultimas semanas habia terminado por afectar el sano juicio de mi progenitor. --No me digas que le vas a permitir pasearse en gayumbos por la libreria. --No, no es eso. Es lo del escaparate. Ahora que lo has dicho, me has dado una idea... Quiza aun estemos a tiempo de salvar la Navidad. Le vi desaparecer en la trastienda y al poco regreso pertrechado de su uniforme oficial de invierno: el mismo abrigo, bufanda y sombrero que le recordaba desde nino. Bea solia decir que sospechaba que mi padre no se habia comprado ropa desde 1942 y todos los indicios apuntaban a que mi mujer estaba en lo cierto. Mientras se enfundaba los guantes, mi padre sonreia vagamente y en sus ojos se percibia aquel brillo casi infantil que solo conseguian arrancarle las grandes empresas. --Te dejo solo un rato --anuncio--. Voy a salir a hacer un recado. --?Puedo preguntar adonde vas? Mi padre me guino el ojo. --Es una sorpresa. Ya veras. Lo segui hasta la puerta y lo vi partir rumbo a la Puerta del Angel a paso firme, una figura mas en la marea gris de caminantes navegando por otro largo invierno de sombra y ceniza. 2 Aprovechando que me habia quedado solo decidi encender la radio para saborear algo de musica mientras reordenaba a mi gusto las colecciones de los estantes. Mi padre creia que tener la radio puesta en la libreria cuando habia clientes era de poco tono, y si la encendia en presencia de Fermin, este se lanzaba a canturrear saetas a lomos de cualquier melodia --o, peor aun, a bailar lo que el denominaba << ritmos sensuales del Caribe>> --, y a los pocos minutos me ponia los nervios de punta. Habida cuenta de aquellas dificultades practicas, habia llegado a la conclusion de que debia limitar mi goce de las ondas a aquellos raros momentos en que, aparte de mi y de varias decenas de miles de libros, no habia nadie mas en la tienda. Radio Barcelona emitia aquella manana una grabacion clandestina que un coleccionista habia hecho del magnifico concierto que el trompetista Louis Armstrong y su banda habian dado en el hotel Windsor Palace de la Diagonal tres Navidades atras. En las pausas publicitarias, el locutor se afanaba en etiquetar aquel sonido como llass y advertia que algunas de sus sincopas procaces podian no ser apropiadas para el consumo del oy ente nacional forjado en la tonadilla, el bolero y el incipiente movimiento ye-ye que dominaban las ondas del momento. Fermin solia decir que si don Isaac Albeniz hubiera nacido negro, el jazz se habria inventado en Camprodon, como las galletas en lata, y que, junto con aquellos sujetadores en punta que lucia su adorada Kim Novak en algunas de las peliculas que veiamos en el cine Femina en sesion matinal, aquel sonido era uno de los escasos logros de la humanidad en lo que llevabamos de siglo XX. No se lo iba a discutir. Deje pasar el resto de la manana entre la magia de aquella musica y el perfume de los libros, saboreando la serenidad y la satisfaccion que transmite el trabajo simple hecho a conciencia. Fermin se habia tomado la manana libre para, segun el, ultimar los preparativos de su boda con la Bernarda, prevista para principios de febrero. La primera vez que habia planteado el tema apenas dos semanas atras todos le habiamos dicho que se estaba precipitando y que con prisas no se llegaba a ninguna parte. Mi padre trato de convencerle para posponer el enlace por lo menos dos o tres meses argumentando que las bodas eran para el verano y el buen tiempo, pero Fermin habia insistido en mantener la fecha alegando que el, especimen curtido en el recio clima seco de las colinas extremenas, transpiraba profusamente llegado el estio de la costa mediterranea, a su juicio semitropical, y no veia de recibo celebrar sus nupcias con lamparones del tamano de torrijas en el sobaco. Yo empezaba a pensar que algo extrano tenia que estar sucediendo para que Fermin Romero de Torres, estandarte vivo de la resistencia civil contra la Santa Madre Iglesia, la banca y las buenas costumbres en aquella Espana de misa y NO-DO de los anos cincuenta, manifestase semejante urgencia en pasar por la vicaria. En su celo prematrimonial, habia llegado al extremo de hacer amistad con el nuevo parroco de la iglesia de Santa Ana, don Jacobo, un sacerdote burgales de ideario relajado y maneras de boxeador retirado al que habia contagiado su desmedida aficion por el domino. Fermin se batia con el en timbas historicas en el bar Almirall los domingos despues de misa, y el sacerdote reia de buena gana cuando mi amigo le preguntaba, entre copa y copa de aromas de Montserrat, si sabia a ciencia cierta si las monjas tenian muslos y si de tenerlos eran tan mollares y mordisqueables como venia el sospechando desde la adolescencia. --Va a conseguir usted que lo excomulguen --le reprendia mi padre--. Las monjas ni se miran ni se tocan. --Pero si el mosen es casi mas golfo que yo --protestaba Fermin--. Si no fuese por el uniforme... Andaba y o recordando aquella discusion y tarareando al son de la trompeta del maestro Armstrong cuando oi que la campanilla que habia sobre la puerta de la libreria emitia su tibio tintineo y levante la vista esperando encontrar a mi padre, que regresaba y a de su mision secreta, o a Fermin listo para incorporarse al turno de tarde. --Buenos dias --llego una voz, grave y quebrada, desde el umbral de la puerta. 3 Al contraluz de la calle, su silueta semejaba un tronco azotado por el viento. El visitante vestia un traje oscuro de corte anticuado y dibujaba una figura torva apoy ada en un baston. Dio un paso al frente, cojeando visiblemente. La claridad de la lamparilla que reposaba sobre el mostrador desvelo un rostro agrietado por el tiempo. El visitante me observo unos instantes, calibrandome sin prisa. Su mirada tenia algo de ave rapaz, paciente y calculadora. --?Es usted el senor Sempere? --Yo soy Daniel. El senor Sempere es mi padre, pero no esta en estos momentos. ?Puedo ayudarle en algo? El visitante ignoro mi pregunta y empezo a deambular por la libreria examinandolo todo palmo a palmo con un interes ray ano en la codicia. La cojera que le afligia hacia pensar que las lesiones que se ocultaban bajo aquellas ropas eran palabras may ores. --Recuerdos de la guerra --dijo el extrano, como si me hubiese leido el pensamiento. Lo segui con la mirada en la inspeccion de la libreria, sospechando donde iba a soltar anclas. Tal y como habia supuesto, el extrano se detuvo frente a la vitrina de ebano y cristal, reliquia fundacional de la libreria en su primera encarnacion alla por el ano 1888, cuando el tatarabuelo Sempere, entonces un joven que acababa de regresar de sus aventuras como indiano por tierras del Caribe, habia tomado prestado dinero para adquirir una antigua tienda de guantes y transformarla en una libreria. Aquella vitrina, plaza de honor de la tienda, era donde tradicionalmente guardabamos los ejemplares mas valiosos. El visitante se aproximo lo suficiente a ella como para que su aliento se dibujase en el cristal. Extrajo unos lentes que se llevo a los ojos y procedio a estudiar el contenido de la vitrina. Su ademan me recordo a una comadreja escudrinando los huevos recien puestos en un gallinero. --Bonita pieza --murmuro--. Debe de valer lo suy o. --Es una antiguedad familiar. May ormente tiene un valor sentimental -- repuse, incomodado por las apreciaciones y valoraciones de aquel peculiar cliente que parecia tasar con la mirada hasta el aire que respirabamos. Al rato guardo los lentes y hablo con un tono pausado. --Tengo entendido que trabaja con ustedes un caballero de reconocido ingenio. Como no respondi inmediatamente, se volvio y me dedico una de esas miradas que envejecen a quien las recibe. --Como ve, estoy solo. Quiza si el caballero me dice que titulo desea, con muchisimo gusto se lo buscare. El extrano esgrimio una sonrisa que parecia cualquier cosa menos amigable y asintio. --Veo que tienen ustedes un ejemplar de El conde de Montecristo en esa vitrina. No era el primer cliente que reparaba en aquella pieza. Le endose el discurso oficial que teniamos para tales ocasiones. --El caballero tiene muy buen ojo. Se trata de una edicion magnifica, numerada y con laminas de ilustraciones de Arthur Rackham, proveniente de la biblioteca personal de un gran coleccionista de Madrid. Es una pieza unica y catalogada. El visitante escucho con desinteres, centrando su atencion en la consistencia de los paneles de ebano de la estanteria y mostrando claramente que mis palabras le aburrian. --A mi todos los libros me parecen iguales, pero me gusta el azul de esa portada --replico con tono despreciativo--. Me lo quedare. En otras circunstancias hubiese dado un salto de alegria al poder colocar el que probablemente era el ejemplar mas caro que habia en toda la libreria, pero habia algo en la idea de que aquella edicion fuese a parar a manos de aquel personaje que me revolvia el estomago. Algo me decia que si aquel tomo abandonaba la libreria, nunca nadie iba a leer ni el primer parrafo. --Es una edicion muy costosa. Si el caballero lo desea le puedo mostrar otras ediciones de la misma obra en perfecto estado y a precios mas asequibles. Las gentes con el alma pequena siempre tratan de empequenecer a los demas y el extrano, que intui que hubiera podido ocultar la suya en la punta de un alfiler, me dedico su mas esforzada mirada de desden. --Y que tambien tienen la portada azul --anadi. Ignoro la impertinencia de mi ironia. --No, gracias. El que quiero es ese. El precio no me importa. Asenti a reganadientes y me dirigi hacia la vitrina. Extraje la llave y abri la puerta acristalada. Podia sentir los ojos del extrano clavados en mi espalda. --Todo lo bueno siempre esta bajo llave --comento por lo bajo. Tome el libro y suspire. --?Es coleccionista el caballero? --Podria decirse que si. Aunque no de libros. Me volvi con el ejemplar en la mano. --?Y que colecciona el senor? De nuevo, el extrano ignoro mi pregunta y extendio el brazo para que le entregase el libro. Tuve que resistir el impulso de regresar el libro a la vitrina y echar la llave. Mi padre no me habria perdonado que hubiese dejado pasar una venta asi con los tiempos que corrian. --El precio es de treinta y cinco pesetas --anuncie antes de tenderle el libro con la esperanza de que la cifra le hiciera cambiar de opinion. Asintio sin pestanear y extrajo un billete de cien pesetas del bolsillo de aquel traje que no debia de valer ni un duro. Me pregunte si no seria un billete falso. --Me temo que no tengo cambio para un billete tan grande, caballero. Le hubiese invitado a esperar un momento mientras corria al banco mas proximo a buscar cambio y, tambien, a asegurarme de que el billete era autentico, pero no queria dejarlo solo en la libreria. --No se preocupe. Es genuino. ?Sabe como puede asegurarse? El extrano alzo el billete al trasluz. --Observe la marca de agua. Y estas lineas. La textura... --?El caballero es un experto en falsificaciones? --Todo es falso en este mundo, joven. Todo menos el dinero. Me puso el billete en la mano y me cerro el puno sobre el, palmeandome los nudillos. --El cambio se lo dejo a cuenta para mi proxima visita --dijo. --Es mucho dinero, senor. Sesenta y cinco pesetas... --Calderilla. --En todo caso le hare un recibo. --Me fio de usted. El extrano examino el libro con un aire indiferente. --Se trata de un obsequio. Le voy a pedir que hagan ustedes la entrega en persona. Dude un instante. --En principio nosotros no hacemos envios, pero en este caso con mucho gusto realizaremos personalmente la entrega sin cargo alguno. ?Puedo preguntarle si es en la misma ciudad de Barcelona o...? --Es aqui mismo --dijo. La frialdad de su mirada parecia delatar anos de rabia y rencor. --?Desea el caballero incluir alguna dedicatoria o alguna nota personal antes de que lo envuelva? El visitante abrio el libro por la pagina del titulo con dificultad. Adverti entonces que su mano izquierda era postiza, una pieza de porcelana pintada. Extrajo una pluma estilografica y anoto unas palabras. Me devolvio el libro y se dio media vuelta. Lo observe mientras cojeaba hacia la puerta. --?Seria tan amable de indicarme el nombre y la direccion donde desea que hagamos la entrega? --pregunte. --Esta todo ahi --dijo, sin volver la vista atras. Abri el libro y busque la pagina con la inscripcion que el extrano habia dejado de su puno y letra: Oi entonces la campanilla de la entrada y, cuando mire, el extrano se habia marchado. Me apresure hasta la puerta y me asome a la calle. El visitante se alejaba cojeando, confundiendose entre las siluetas que atravesaban el velo de bruma azul que barria la calle Santa Ana. Iba a llamarlo, pero me mordi la lengua. Lo mas facil hubiera sido dejarlo marchar sin mas, pero el instinto y mi tradicional falta de prudencia y de sentido practico pudieron conmigo.

  • No quiero! Una melodia para mi corazon de Celia Del Rio

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    !No quiero!

  • Suenos de una cita de Anna Olsson

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    Todo empieza con una conversacion en internet. Esta pareja promete juntarse en persona hasta lograrlo convirtiendose en un hermoso romance.

  • Confesiones en la despensa de Juvenal Alvarez Uzcategui

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    Al entrar a la casa de Cien Victorias, un arbusto de ajies dulces enredado en un rosal que sostenia un universo de telaranas nos impidio el paso al portoncito de la entrada. Dicen que los arboles de ajies duran poco, pero tia Candela juro haber sembrado ese hacia cuarenta anos atras, junto con Eloisa. <>, decia tia, recordandola. Por todos lados habia arbustos y planticas de condimentos y de hierbas, de todas cuantas se conocian, y de las que los viajeros llevaban por saber que Eloisa les buscaria algun buen uso. <>, recordaba tia Candela, de una tarde en que llego un arriero de mulas a Cien Victorias tratando de ganar un almuerzo. <>, se burlaba Eloisa del regalo de su aspirante. El portoncito de atras de la casa fue imposible atravesarlo: con una enredadera de alambre de puas alguien habia sellado aquella otra entrada, y entre aquel huerto de ajies olvidados era trabajoso el intento. Tia Candela mando a romper la puerta principal de la casona con un peon que algun dia pidio al abuelo Manuel morir en aquella casa, y el nonito lo dejo como un traste mas de aquella finca olvidada, que para entonces ya no valia nada. --Aquel era mi cuarto y el de tu mama --senalaba hacia un altillo tia Candelaria--. Por aquella baranda nos bajabamos a escondidas cuando tu abuelo nos castigaba por no querer probar un horrendo jugo de rabanos que el aseguraba que impedia para siempre el catarro. Eloisa nos tapaba bajo su falda y nos cambiaba aquel menjurje por una aguita dulce que papa jamas sospecho. Eloisa era capaz de invertirlo todo en la cocina, conocia cualquier nuevo sabor que podria cambiar otro y tambien enganar los ojos de cualquiera, haciendo ver lo que no habia. Papa, entre alborotos de hombre necio, jamas sospecho que lo que nos tomabamos era un agua de cayena y lima que en olor y color semejaba el terrible rabano, pero en sabor era el agua mas dulce y fresca que Eloisa habia inventado para nosotras. Al caer la enorme puerta de la casona, una oleada de palomas salieron despavoridas de todos los rincones de Cien Victorias. Aquella puerta gigante de madera hizo un ruido aterrador que rompio las baldosas enlutadas por la corrosion del terrible gallinazo. Aun se lograba ver, entre la invasion de la hiedra que lo envolvia todo, la forma dormida de un sinfin de trastes y objetos olvidados por la vida y el afan que hubo en algun tiempo. <>, repetia insistentemente tia Candela, envejecida, ya sentada en un anden, como rendida por su memoria. Tia Candelaria y mama habian huido durante cuarenta anos del recuerdo de Cien Victorias y ahora tenian que enfrentarse a ella y a cada presencia que con el lugar viniera. <>, me mostraba Tia, aun llamandome como si fuera un nino. <>, y me contaba, asi, que habia estado tan contento que vendio trecientas reces para el casorio. <>. --Justo ahi habia un chifonier con dos puertitas pintadas a mano; las habia pintado mama, un manojito de flores en cada puerta --continuaba tia Candelaria--. Dentro de el solia esconderme de tu abuelo: yo siempre de penosa con papa, me daba un aire de verguenza el temerle. No se si era por ser tan perfecto, tan alto y tan callado que preferia a veces no verlo; tu mama, en cambio, era una regalada, lo esperaba en el balconcito de nuestro cuarto y cuando escuchaba el galope del caballo, se venia corriendo a recibirlo, sentada aqui en el salon; se le guindaba atras como un animalito del monte, mientras papa siempre le decia <>; entonces el sacaba algunas piedras con formas raras que habia encontrado en el rio, o un trozo de palo que, segun le decia a Nina, se lo habia regalado especialmente para ella algun duende en el camino. Nina se impresionaba, luego se dormia en las piernas de papa hasta que llegaba Eloisa y se la llevaba para nuestro cuarto. Y yo, siempre desaparecida, me quedaba dormida dentro del chifonier, escondida; luego llegaba Eloisa, me encontraba, y me llevaba a dormir, tarareandome unas lindas canciones inventadas al instante. Eloisa fue un regalo de los cielos. Papa mando a buscar en Las Virtudes a quien fuera, para que se hiciera cargo de tu mama y de mi cuando murio tu abuelita. Llego aqui para ensenarnos cosas buenas, como decia papa. Nina dejo de hablar por mucho tiempo luego de la muerte de tu abuela. Quedamos tan tristes y solas las dos, que papa, desesperado al vernos tan vacias, y con la plena conciencia de su incapacidad para criarnos solo, mando a buscar a alguna buena muchacha con buenas costumbres que nos ensenara a leer y al menos a terminar la labor inconclusa de mama en la crianza de nuestros primeros anos. Hablo con Jacinta, una vieja cocinera que habia trabajado aqui desde la fundacion de Cien Victorias, y asi fue como llego Eloisa, nuestra amada Eloisa, traida por la vieja Jacinta, por ser parientes de algun modo. Recuerdo algo de cuando llego: era tan jovencita, tan decente, cargada de folletines y manuales para ensenarnos tantas cosas a nosotras, que ya comenzabamos a ser salvajes en esta casa envuelta en cafetales; pero este sitio le transformo su labor de maestra y, sin que ella se diera cuenta, termino siendo tambien cocinera, eso si, la mejor de Cien Victorias. Nos ensenaba a contar seleccionando los granos de las sopas, y a leer con un fantastico librito de cocina, mientras terminaba algun guisado. Al morir Jacinta, Eloisa no solo quedo a cargo de nosotras, termino dirigiendo la casa entera, la comida de papa, el orden de la casa, la comida de los peones, las fiestas y reuniones. Ella, en medio de su escondite, termino siendo la casa misma, lo sabia todo, lo ordenaba todo. Nina decia siempre que cuando creciera no tendria esposo, sino que se casaria con Eloisa para estar siempre con ella... tu mama y sus desvarios. Tia Candela no paraba de contar algo de cada rincon de la casa; todo volvia a ella de una manera tan precisa y lucida como nunca la habia visto antes: animosa en el habla, con una rapidez inusual y una clarividencia que llegaba a asustarme en instantes. --Este era el cuarto de papa; asomate por esa ventana, veras entera toda Cien Victorias. Aqui se paraba el cada manana y planificaba sus jornadas, la recolecta del cafe, el arreglo de alguna tostadora, o aquellos viajes que Nina y yo tanto detestabamos y temiamos. Papa se iba de vez en cuando y tardaba semanas en volver. Cuando los pagos demoraban en llegar del puerto, el mismo iba y los cobraba, mientras tu mama y yo nos quedabamos solas con Eloisa, y aunque en la luz del dia no parabamos de corretear por la casa, se que en las noches las tres nos sentiamos desprotegidas por la ausencia de papa. El premio de aquellas largas noches era el retorno de tu abuelo, pues nos premiaba con un sinfin de regalos que nos hacian olvidar las penas de los monstruos de nuestras noches.

  • Esposada al Rey de Laura Cruz

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    Sylvia era una joven princesa.
    Inocente, atractiva y virgen.
    Aaron era todo lo contrario.
    Un rey maduro, firme...

  • La corona partida de Martin Maurel

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    Tras el exito de las novelas Isabel y Carlos, Rey Emperador, la serie se completa con La corona partida, situada cronologicamente entre ambas, que narra los hechos acontecidos tras la muerte de Isabel la Catolica y las luchas de poder entre Fernando de Aragon y Felipe el Hermoso.

  • Eh, soy Les de Andrea Smith

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    Cuando te mandan un verano entero a casa de tu padre, lejos de tus amigos, con su mujer y tus horribles hermanastros, sabes que tu vida no podria ir peor. Leslie Sullivan detesta a los horrigemes, pero eso no quita que uno de ellos le diese su primer beso, y que ahora el otro vaya a ser su profesor particular de matematicas.

  • El color purpura de Alice Walker

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    Un clasico del feminismo y la lucha contra el racismo del siglo XX.

  • Destino (Encrucijada 2) de Merche Diolch

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    Se encontraban en la habitacion central de la cabana de los Ancianos. Rodeados de velas esparcidas por pequenos rincones, en un intento de facilitar la vision de Ninox y no impedir la de los otros comensales. Habian pasado ya mas de dos semanas desde la llegada de los hermanos a Nueva Esparta y ahora estaban decidiendo, junto al resto de los neoespartanos, como llevar a cabo su plan contra Hyaena. De pronto, el sonido de un telefono retumbo por la estancia y todas las miradas se centraron en el jefe de seguridad de la familia Rapax. --Falco, es el tuyo --dijo Caetus. --!?Que dices?! --pregunto con burla--. Como va a haber cobertura aqui, si estamos perdidos en la nada. Su amigo miro a Seneca con una gran sonrisa. --Diselo a el --le senalo. --Hemos estado incomunicados estos dias por las tormentas, pero ya podemos recibir llamadas aunque no imagenes --indico el Anciano mientras el telefono sonaba, repitiendose una y otra vez una antigua melodia--. Hace tiempo, hackeamos uno de los satelites de tu familia, lo que nos permite tener comunicaciones con el exterior. Falco miro la pantalla del reloj, donde aparecia el nombre de quien llamaba y que no pertenecia al cuerpo de seguridad de la familia Rapax, ya que estos habrian utilizado el dispositivo intracraneal para comunicarse con el, al ser mas directo. --Ninox, es Feles --anuncio. --?Feles? --repitio su hermana, recibiendo como contestacion un movimiento afirmativo, mientras pulsaba el boton del reloj para comunicarse con ella y se lo acercaba a la oreja, ya que sin imagenes debia usar el metodo tradicional. --!Feles! --la saludo. --Falco... --La voz de la mujer se escucho por la habitacion. --?A que no sabes quien dice que se nos casa? --pregunto, pero no espero respuesta--. La pequena Ninox. Mi hermana ha encontrado a alguien al que martirizar --le guino un ojo a Gabriel--, y dice... --!Chrys! --le grito, acallando su diatriba. Hacia mucho que Feles no utilizaba ese nombre para dirigirse a el. El silencio se asento al otro lado de la linea. --?Estas bien, Feles? --El tono de preocupacion atrajo la atencion de los que le rodeaban. La tension se reflejo en el rostro de Ninox, al percatarse de que algo no iba bien. Falco estaba atento al sonido del otro lado de la linea. Su afilado sentido sensorial, conseguido gracias a su operacion genetica, le avisaba de que Feles no estaba sola. El suave deslizamiento de la hoja de un cuchillo al rozar el cuello de la mujer le llego con claridad. Un sordo sollozo acompano a ese ruido, consiguiendo que sus dedos se encresparan alrededor del reloj al presentir que era lo que le sucedia. --Falco... --La voz de un hombre le llego sin distorsion. --?Que le has hecho? --pregunto, remarcando el odio que sintio al reconocerle. Una carcajada aterradora resono en la sala. --Todavia nada --anuncio. --Como... --La impotencia se reflejo en el rostro y la voz de Falco. --?Que haras? --interrogo, sin dejar terminar la amenaza de su interlocutor, y volvio a reirse. --Hijo de puta. --Chrys... --Feles le llamo con un debil susurro. Los dedos que agarraban el reloj estaban cada vez mas blancos. --No la toques, porque si no... --Si no que, sobrino. El pitido continuo de la linea telefonica le informo de que la conversacion habia acabado. Miro el aparato sin comprender y dejo que sus negros ojos se posaran por el rostro del resto de ocupantes de la sala, hasta que se detuvo en el de su hermana. --Chrys... --La voz debil de Ninox le devolvio a la realidad--. ?Que sucede? El hombre expulso el aire que retenia sin darse cuenta y se paso una de sus manos por el cabello moreno. --Hyaena tiene a Feles. Capitulo 1 --!Voy con vosotros! --grito Ninox. Se paro delante de algunos de los hombres que transportaban cajas de alimentos, sacos y utiles necesarios para usar en alta mar, impidiendoles que siguieran trabajando. Vestida con ropa de abrigo, ya que el frio habia regresado hacia unos dias, y con las gafas que le permitian vislumbrar algo de lo que le rodeaba, en su rostro mostraba la determinacion de sus palabras. Falco se aparto el cabello negro de la cara, suspiro y se enfrento a su hermana. --Tienes que quedarte en Nueva Esparta --indico mientras sus ojos se fijaban en el hombre que habia detras de ella--. Gabriel tampoco viene. --Pero... --Ninox, ya lo hemos hablado. --El mencionado poso la mano sobre su hombro y asintio mirando a su futuro cunado--. Falco viajara hasta Nueva York Twin y nosotros le esperaremos aqui. Ella los observo y dejo que sus brazos cayeran sin fuerzas a lo largo de su cuerpo. --Se trata de Feles. Gabriel abrazo a la mujer que le habia robado el corazon y le dio un beso en la mejilla. Falco miro a la pareja y se reafirmo en su decision: ellos debian quedarse en Nueva Esparta. Dejo que sus negros ojos recorrieran todo lo que les rodeaba. Observo el bosque proximo a la aldea, situada en la montana, lejos del puerto donde se encontraban en esos instantes. Escucho con claridad el relincho de los caballos, gracias al viento que se habia levantado hacia unas horas, acompanado de los trinos de las aves que poblaban esa region. Animales que creia extintos hasta que recayo en esa tierra de leyendas, descubriendo lo equivocado que estaba. Las ensenanzas que le habian inculcado desde nino habian desaparecido cual espejismo. Llego hasta alli en busca de su hermana pequena, raptada por aquellos que creia enemigos, los neoespartanos. Nueva Esparta formaba parte de lo que se habia calificado como la Resistencia. Terroristas que buscaban atentar contra el estado de Nueva America, contra las normas implantadas por los haddasus. Un sistema que lideraba Hyaena, su tio, y que se habia deteriorado desde la muerte de su padre. Su sorpresa fue enorme cuando descubrio que el enemigo no era Gabriel, el neoespartano que habia secuestrado a Ninox y que con su accion solo habia buscado alejarla del verdadero peligro, de Isatis. Los acontecimientos que vivieron les revelaron que el secretario de Hyaena estaba obsesionado con Ninox. Sin experiencia ninguna y armado solo con su perfeccionado olfato, salio a la mar en busca de su amada. Las tormentas le sorprendieron y Falco termino rescatandole. Todavia a dia de hoy, el jefe de seguridad de la familia Rapax se reprochaba no haberse dado cuenta antes de lo que pretendia ese lobo con piel de cordero. Si no hubiera sido por Gabriel... Miro al hombre que susurraba palabras tranquilizadoras a su hermana en ese momento, y sonrio al recordar su primer encontronazo. Las ganas de matarle nada mas conocerle se apoderaron de el y ahora, cuando observaba lo enamorado que esta de Ninox y como la cuida, se alegraba de no haberlo hecho. Gabriel secuestro a Ninox, por ordenes de los Ancianos, y le robo el corazon a la haddasu. Si no hubiera sido por la llamada de Feles, todo habria terminado como los cuentos infantiles, con un <<...y comieron perdices>>. Pero la realidad esconde la crudeza de la vida. Observo el devenir de los neoespartanos, agricultores o ganaderos, oficios que ya creia extintos hasta la llegada a esa tierra. Saludo a uno de ellos que, cargado con un par de bidones de agua dulce, pasaba por su lado en direccion al barco que preparaban para regresar a la capital de Nueva America. Diez dias... Mucho tiempo... Apenas habia descansado desde que habia respondido a la llamada telefonica de Feles. A una orden de Seneca, miembro del consejo de Ancianos que coordinaba la vida de Nueva Esparta, ademas de las misiones de exploracion del resto del mundo, los bellatores se pusieron en marcha tras escuchar el sonido del telefono inerte cuando Hyaena colgo la llamada. Habia que equipar un barco para regresar a Nueva York Twin. La mision: rescatar a Feles de las garras de Hyaena. Los dias estaban siendo una agonia para Falco. Las horas se le pasaban con demasiada lentitud y las noches eran un infierno. Las pesadillas se sucedian en su subconsciente, suenos en los que encontraba a Feles sin vida porque no habia llegado a tiempo para salvarla, despertandose de improviso cuando oia su voz llamandole... <<--Chrys...>> Cuantas veces habia deseado que Feles le llamara por su verdadero nombre, como antano, cuando compartian intimidad, y que no utilizara el nombre de Falco como fria defensa hacia el, hacia todo lo que habian compartido... --Falco, Seneca te necesita. --La voz de Caetus le alejo de esos negros pensamientos. Observo como el recien llegado saludaba a Gabriel con una palmada en la espalda y le daba un beso a Ninox en la mejilla. Todavia recordaba como se sintio al descubrir que su amigo formaba parte de la Resistencia desde hacia bastante tiempo y aunque al principio creyo que su <> le habia traicionado, cuando se le revelo la verdad de Nueva Esparta, los tejemanejes de su tio para mantener su status en Nueva America y la posible relacion de Hyaena con la muerte de su padre, comprendio que en realidad Caetus no era un traidor sino un haddasu que buscaba la verdad. --Caetus, dile al cabezon de mi hermano que me deje ir con vosotros --Ninox le suplico. El hombre de piel oscura miro a los dos hermanos, y poso sus ojos en Gabriel quien encogio los hombros en un gesto de resignacion. --Ninox, ya lo hemos hablado. Te necesitamos aqui, en Nueva Esparta. Ella se cruzo de brazos y se alejo de las caricias de su futuro marido. --Creo que sere de mas utilidad en Nueva York Twin. Falco agarro las manos a su hermana y la acerco hasta el. --Seneca quiere que te quedes --indico mientras le acariciaba la mejilla--. Necesitamos que ejercites ese poder que escondes aqui. --Le dio con carino en la cabeza--. Cuando regresemos tenemos que saber cuantos territorios habitados hay para realizar expediciones, descubrir si hay mas tierra seca aparte de Nueva Esparta o averiguar como subsisten el resto de los habitantes de este planeta donde el agua lo invade casi todo. Ninox dejo sus ojos fijos en los negros de su hermano. --Chrys, prometeme que salvaras a Feles. Falco acaricio su mejilla y asintio con la cabeza. --Te lo juro. El silencio envolvio a los cuatro amigos ante la solemnidad de la promesa. --Caetus, te necesitamos. --El requerimiento de uno de los neoespartanos rompio lo que estaban compartiendo.

  • Mentira de Care Santos

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    M 1 is padres son un rollo. Cada noche despues de cenar se enzarzan en todo tipo de discusiones sobre temas complicadisimos: los banqueros, la crisis, los Estados Unidos, la seguridad mundial, la delincuencia, la pobreza... Me recuerdan uno de aquellos debates de la tele que duran un monton y que son mas aburridos que un concierto de zambomba. En serio que no les entiendo. Entre ellos no suelen discutir por nada, pero son capaces de tirarse horas hablando de estas cosas. Hay que ser rarito. De la ultima discusion no hace tanto. En el telediario acababan de emitir unas imagenes donde se veia a un chaval rubio y alto propinando punetazos en la cara a un pobre chico mientras ambos viajaban en metro. Un ataque racista sin ningun motivo, dijeron. La victima era oriental, nacido en Mongolia. Al agresor lo detuvo la policia y el juez le envio a un centro de menores. En las imagenes no se le distinguia la cara porque la llevaba cubierta por una especie de velo transparente. Eso es porque la ley protege a los delincuentes mientras sean menores de edad, me explico mi madre. Mi padre hizo una mueca de desaprobacion. No esta de acuerdo en que las cosas ocurran asi. Mama piensa que los menores merecen otra oportunidad, que a los 17 anos no hay nada que no tenga arreglo. Mi padre le pregunto de que bando estaba, ya que defendia a los delincuentes. --De ese pobre chico nunca debe de haberse ocupado nadie. Si lo hubieran hecho, sabria distinguir entre lo que se debe hacer y lo que no, y no se comportaria de ese modo --dijo ella. --!Anda ya! Un chaval de 17 anos sabe muy bien lo que esta bien y lo que no, y tambien sabe lo que se hace. Y al pobre apaleado, ?quien le defiende, eh? --salto mi padre. --Todo el mundo, esta claro --dijo mama--. A la victima siempre la defiende todo el mundo. En nuestra sociedad el que sale mejor parado es el que sabe ir de victima. Bla, bla, bla. Como siempre. Una lata. Para mama <> --que soy hija unica-- significa un monton de cosas horribles: no dejarme ir jamas a la escuela con la ropa que me apetece; marearme con mil preguntas cada vez que salgo; quitarme el movil a las diez de la noche con la excusa de ponerlo a cargar; no dejar que me conecte nunca desde la cama (!ni siquiera los fines de semana!) o --peor aun-- no dejarme tener el ordenador en mi cuarto. Si, si, eso es lo peor: tener que hacer los deberes en la cocina solo porque ella quiere <> cuando me conecto a Internet; y tener que soportar que de vez en cuando se detenga detras de mi y mire la pantalla por encima de mi hombro solo para saber si hago algo que no le gusta. !Me pone muy nerviosa! --?Que quieres que haga, con la cantidad de trabajos que me ponen en el insti? --le pregunto, a ver si se da cuenta--. Ademas, ya soy mayor, mama, se muy bien cuales son los peligros de Internet. Pero nada, mi madre no es de las que se dejan convencer facilmente. Es como si no se fiara de mi. !Ni siquiera me deja tener Internet en el movil! !Es increible! Papa me mira apretando los dientes y como dandome la razon, pero el tampoco sabe que hacer para convencer a mama. Ninguno de los dos lo sabemos. Una vez mi padre dijo: --No es que mama no se fie de ti, Xenia. Es que en Internet existen peligros que ahora no puedes entender y que nos dan miedo. A ambos. --Se muy bien que peligros hay en Internet. Ya no soy una nina pequena. Papa meneaba la cabeza. --Dentro de unos anos entenderas nuestro modo de actuar --anadio. --Creo que no os entendere nunca --susurre yo, y papa se rio. Con papa es facil reirse. Eso es lo que mas me gusta de el. Puedo hablarle de todo, porque nunca se pone nervioso como mama y porque nunca me trata como si tuviera diez anos. No me importa hacerle confidencias a mi padre. Aquella noche, por ejemplo, casi le cuento lo de Marcelo. Me moria de ganas de hacerlo, de decirle como todo estaba cambiando de repente y como me sentia. Feliz, extrana, distinta. Hacia dias que no pensaba en nada mas. Si se lo hubiera dicho, seguro que no me habria echado ningun discursito de esos tipicos de padres y madres. Pero el se lo habria contado a mama, y eso si era un problema. Papa y mama siempre se lo cuentan todo. Por suerte, supe callar a tiempo. ?Por suerte? M 2 ama ya me lo habia notado. Mama siempre lo nota todo, no se como lo hace. <> <> <> Tenia razon. Estaba despistada. Mucho. Salia a tirar la basura y me quedaba como hipnotizada en mitad de la escalera, pensando. Me quedaba congelada a medio poner la mesa con una sonrisa bobalicona en los labios y los vasos en la mano, sin saber que hacer. Tambien comenzaba a temer que cuando llegaran las notas del segundo trimestre, seria un desastre. Ultimamente no estaba muy concentrada en los estudios, que dijeramos. Incluso suspendi dos examenes de matematicas seguidos. <>, pense. Y cuando mama me pregunto como me habian ido los controles, yo repuse con un breve: --Bien. --Entonces, ?nos van a gustar las notas de esta evaluacion? --pregunto ella (es una de sus preguntas mas tipicas). --No se --dije, con el corazon a mil. Sabia perfectamente que no les gustarian nada. Pero aun me quedaban 27 dias de margen antes del desastre. Aquellos dias encontraba justificacion para cualquier cosa. Cuando mis padres vieran las notas seria horrible, pero de momento vivia en una nube. Siempre habia sido buena estudiante, asi que no me preocupaba demasiado: ya lo arreglaria. De lo que no queria privarme --!de ningun modo!-- era de vivir aquella montana rusa de sentimientos que de pronto habia aparecido en mi vida. Me estaba pasando algo muy importante. Tal vez tendria consecuencias, pero deberian asumirlas. Yo ya lo habia hecho. ?O tal vez alguien cree que cuando un huracan de fuerza cinco pasa por tu vida deja algo en su lugar? Mi huracan de fuerza cinco se llamaba Marcelo y era un fantasma. Quiero decir que no era --aun-- un ser de carne y hueso. Era un ser virtual, que vivia dentro de mi cabeza y de mi ordenador. Le conoci de una manera muy curiosa: gracias a un libro que tome en prestamo en la biblioteca municipal. Era una recomendacion de la profesora de filosofia que servia para subir nota: El guardian entre el centeno, de un tal J. D. Salinger. La bibliotecaria me lo entrego junto a un punto de libro donde se leia: <>. Me parecio buena idea echarle un vistazo. Para ver de que iba y al menos saber que opiniones les merecia a los demas. Entre en el forum aquella misma noche. Husmee aqui y alla, en busca de opiniones interesantes. Entonces tropece con esto: ?Pensais que un libro puede cambiaros la vida? Yo antes habria dicho que no sin ni siquiera pensarlo. Pero este libro me ha hecho cambiar de opinion. Me lo he leido un monton de veces y cada vez me pregunto como se las ingenio el autor, ese Salinger, para escribir exactamente las cosas que yo a veces pienso o siento. Punto por punto, sin olvidar nada. Os prometo que da un poco de miedo. Me gustaria mucho ser amigo del autor para llamarle por telefono e invitarle a una cerveza. Le diria: <>. Tambien me gustaria hacerle algunas preguntas. Por ejemplo: <>. Venga, ya termino. Este libro es una pasada, hacedme caso. Es el unico consejo que pienso daros en toda mi vida. Aquel mensaje en el forum desperto mi curiosidad, y eso que entonces aun no sabia que El guardian entre el centeno es una novela muy famosa, que podria resumirse mas o menos asi: un tio que esta colgado hace un monton de estupideces en Nueva York despues de ser expulsado del instituto por holgazan y problematico. Es algo asi como la obra maestra de su autor, que tambien debio de estar un poco colgado, creo yo. Esta novela le hizo rico. Ahora ya esta muerto, pero el libro sigue teniendo miles de lectores todos los anos. Me lo lleve a la cama y comence a leerlo. Cuando mire la hora era medianoche y ya iba casi por la mitad. !Todo un record! Estaba en aquella escena en que Holden recibe a Sunny en la habitacion del hotel, pagina 103. !Me tenia completamente enganchada! Igual porque era lo mas fuerte que habia leido hasta entonces. Al dia siguiente regrese al forum virtual de la biblioteca y busque el comentario que me habia inspirado semejante maraton de lectura. En realidad, buscaba el correo electronico de su autor. Encontre su ficha, con algunos datos. Edad: 17. Instituto: Ricard Salvat. Correo: [email protected]... !Por supuesto! No podia ser otro. El nombre del protagonista desgraciado, como el habia escrito. Sonrei al leerlo. Le comprendi un poco. Escribi un mensaje de inmediato: Hola, caso perdido. Solo te escribo para decirte que gracias a tu recomendacion anoche empece a leer El guardian entre el centeno y estoy superenganchada. Creo, a diferencia de ti, que a mi no me gustaria nada conocer a su autor y aun menos al desastre del protagonista. Me cae bastante mal el Caulfield este y voy ya por la pagina 103. Y tambien me da un poco de miedo. ?Por que dices que te pareces a el? Ya se que dices que no merece la pena explicar nada a nadie, pero a mi me gustaria que lo hicieras porque de verdad me interesa saberlo. Espero que me contestes, Holden. Abrazos, Xenia. ?Verdad que es una manera completamente idiota de comenzar una historia? La vida a veces es completamente idiota.

  • Eres lo mejor que tengo de Gema Samaro

    https://gigalibros.com/eres-lo-mejor-que-tengo.html

    Sofia se siente atrapada en su vida en Bruselas y ya no puede mas. Desesperada, decide dejarlo todo atras y presentarse por sorpresa en casa de su hermano Hector, en Madrid, con un regalo en el que tiene depositados sus suenos, ilusiones y esperanzas.
    Sin embargo, la sorpresa la recibe ella cuando descubre que Hector se ha marchado de viaje y que quien esta viviendo en la casa es Mateo.
    Precisamente Mateo que no puede caerle peor...
    Mateo es el jefe de su hermano y esta atravesando una mala racha. Su novia le ha dejado y ademas acaba de descubrir un secreto familiar que le tiene trastornado, por lo que decide mudarse a casa de Hector hasta que las aguas se calmen.
    Claro que estando esa chica en la casa poco puede calmarse porque Sofia le desquicia y le atrae a partes iguales.
    Es impulsiva, alocada, desordenada, caotica, habla por los codos, se dedica a hacer esculturas raras y le encanta robarle todo lo que pilla.
    Sofia no soporta al estirado del jefe de su hermano que es su perfecto polo opuesto. No obstante, el tio tiene tan buen gusto que no puede resistirse a cogerle cosas del armario, de la nevera, del despacho... Y de nada mas.
    Porque a pesar de que Mateo sea un canonazo y le ponga como nadie, lo ultimo que haria seria enamorarse de el.
    Y lo mismo le sucede a Mateo con ella…
    Ambos son demasiado diferentes, ambos estan cerrados al amor...
    Si bien, una noche por culpa de una chaqueta de esmoquin y de un beso de lo mas apasionado, descubren que su atraccion es irremisible, que poco mas pueden hacer que dejarse llevar y tener una relacion de puro sexo sin compromiso.
    ?Pero de verdad que lo suyo es solo sexo o sexo y algo mas? ?Podria surgir el amor entre dos personas que se desean y detestan a partes iguales? ?Se atreveran a ir mas alla de sus prejuicios y temores y lanzarse a vivir un amor de lo mas apasionado y excitante?