• un contrato de seduccion janice maynard - Janice Maynard

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    Tumor. Incurable. Cancer. Jonathan Tarleton apretaba con fuerza el volante y miraba sin ver por el parabrisas. El trafico en la carretera 526 de circunvalacion de Charleston era ligero a aquella hora del dia. Aun asi, no deberia estar conduciendo. Seguia impactado y lo unico que queria era llegar a casa. Como un animal herido en busca de su guarida, necesitaba esconderse y asumir lo inimaginable. Por suerte, su hermana acababa de casarse y vivia con su marido, el mejor amigo de Jonathan. Si se hubiera dado de bruces con Mazie en la enorme casa de la playa, se habria dado cuenta al instante de que le pasaba algo. Los hermanos estaban muy apegados. En circunstancias normales, ni Jonathan ni Mazie seguirian viviendo en la casa en la que se habian criado, pero su padre era viejo y estaba solo. Muchos de sus amigos se habian ido a vivir a residencias en las que estaban acompanados y atendidos, pero Gerald Tarleton se aferraba a aquella fortaleza que era su casa en una isla barrera. Jonathan entro en el garaje y apoyo la frente en las manos. Se sentia debil, asustado y furioso. ?Como demonios iba a sacar aquello adelante? Era el unico que se ocupaba de la compania familiar de transportes. Aunque el nombre de su padre todavia figuraba en el membrete, Jonathan era el unico que se encargaba de aquel imperio. Su hermano gemelo deberia estar alli para ayudar, pero no se sabia nada del paradero de Hartley. Despues de robar varios millones de dolares a la compania, su padre lo habia desheredado y apartado de sus vidas. Su traicion le habia afectado mucho. Era un dolor interno que le reconcomia de la misma manera que la enfermedad. Su padre y el eran los unicos que sabian lo que habia pasado. No habian querido entristecer a Mazie https://www.facebook.com/novelasgratis 5 ni alterar la opinion que tenia de su hermano. Con mano temblorosa, Jonathan apago el motor, y en cuanto el aire acondicionado dejo de funcionar la humedad empezo a filtrarse en el coche. Los veranos en Carolina del Sur eran muy calurosos. Recogio sus cosas y subio a la casa. Por razones de seguridad, los Tarleton tenian alli dos despachos con la tecnologia mas puntera, ademas de los que tenian en la sede de la compania. No solo era una forma de garantizar la privacidad, tambien de que Jonathan mantuviera informado a su padre. No se sentia comodo en aquella situacion, y tenia un apartamento en la ciudad al que se escapaba de vez en cuando. Para un hombre de treinta y un anos, casi treinta y dos, su vida social era practicamente nula. De vez en cuando salia con alguna mujer, pero pocas de ellas comprendian sus exigencias. Dirigir el impresionante imperio familiar era para el todo un privilegio y tambien una maldicion. Ni siquiera recordaba la ultima vez que se habia sentido unido a una mujer, ya fuera emocional o fisicamente. Pero hacia aquellos sacrificios con agrado. Estaba orgulloso de lo que los Tarleton habian logrado alli en Charleston y queria ver su ciudad prosperar. Se detuvo unos segundos en el salon para contemplar el oceano. El sol de junio se reflejaba en sus aguas y la vista desde aquellos enormes ventanales siempre le habia parecido espectacular. Hasta aquel dia. En ese momento, la inmensidad del mar parecia estar burlandose de el. Los seres humanos no eran mas que pequenas particulas del universo infinito. Los viejos cliches eran ciertos. Afrontar la mortalidad de uno mismo lo alteraba todo. El tiempo, ese recurso que siempre habia considerado una materia prima inagotable, era de pronto mas preciado que cualquier cosa atesorada en la camara acorazada de un banco. ?Cuanto tiempo le quedaba? Los medicos le habian dicho que seis meses, tal vez un poco mas, tal vez un poco menos. ?Como iba a contarselo a su hermana? ?Y a su padre? ?Que pasaria con la empresa familiar? Mazie tenia sus propios intereses, su propia vida. Ella seria la unica duena del negocio, una vez que Jonathan y Gerald desaparecieran. Teniendo en cuenta que nunca habia demostrado el mas minimo interes por participar en la gestion de Tarleton Shipping, tal vez acabara vendiendo el negocio. Eso supondria el final de una era, pero quiza fuera lo mejor. La idea le resultaba dolorosa. Hasta ese dia no se habia dado cuenta de lo https://www.facebook.com/novelasgratis 6 vinculado que estaba emocionalmente a la compania. No era solo un trabajo para el. Era un simbolo del lugar que ocupaba su familia en la historia de Charleston. Momentos mas tarde encontro a Gerald Tarleton dormitando en un sillon del cuarto de estar y no quiso despertarlo. Se sentia devastado y fuera de control. Ademas, le dolia mucho la cabeza. Aquellos dolores habian comenzado hacia un ano. Al principio, eran esporadicos, pero poco a poco se fueron incrementando. Un medico le habia llegado a decir que eran por el estres, otro los habia calificado de migranas. Habia seguido una docena de tratamientos sin conseguir mejorar. Ese dia, su medico le habia dado un punado de pildoras y la receta para conseguir mas. Podia tomarse una, meterse en la cama y dormir hasta que aquel dolor punzante desapareciera. Pero eso no resolveria los grandes problemas. La idea de dejarse llevar por el efecto de los medicamentos era muy tentadora. No queria soportar un minuto mas de aquel dia tan horrible. Pero se dirigio a la cocina, tomo un vaso de agua y se tomo un par de pastillas de acetaminofen. Tenia responsabilidades, responsabilidades que no le llevaban a ninguna parte. Lo unico que habia cambiado era el tiempo que le quedaba. Jonathan siempre habia crecido trabajando bajo presion. La descarga de adrenalina por conseguir lo imposible le hacia esforzarse al maximo. Esa cualidad lo ayudaria a soportar los siguientes meses. Acababa de tomar su primera decision despues del diagnostico: mantendria en secreto la noticia por el momento. No habia razon para entristecer a su familia y amigos. Lo primero que tenia que hacer era trazar un plan. Una serie de ideas empezaron a formarse en su cabeza, cada una mas absurda que la anterior. Tenia que haber una respuesta. No podia permitir que cuando llegara el ocaso final, todo se fuera a la ruina. Necesitaba tiempo para asimilar aquella espada de Damocles que colgaba sobre su cabeza. Ni su dinero ni su poder ni su influencia podian salvarle de aquello. Lisette Stanhope introdujo el codigo de la alarma, espero a que la verja se https://www.facebook.com/novelasgratis 7 abriera y avanzo lentamente con su coche por la propiedad de los Tarleton. A pesar de que llevaba seis anos trabajando para Jonathan Tarleton, no dejaba de maravillarle aquella casa. Los Tarleton llevaban decadas viviendo en la punta de una pequena isla barrera al norte de la ciudad. En sus seis hectareas se levantaban la casa principal y varias construcciones repartidas a su alrededor. Una imponente verja de hierro protegia el enclave. El acceso desde el mar era imposible por el enorme muro de ladrillo que se habia levantado en la arena. Aunque la playa era publica, impedia que se pudiera acceder a la propiedad de los Tarleton tanto para evitar curiosos como por motivos de seguridad. Los huracanes y la erosion hacian que el mantenimiento del muro fuera muy caro, pero el actual patriarca de los Tarleton era por naturaleza paranoico y desconfiado, por lo que la seguridad era una preocupacion constante. Cuando vio el coche de Jonathan aparcado, el corazon se le encogio. Normalmente no estaba en casa a esa hora del dia. Tenia pensado entrar, saludar a Gerald y dejar el sobre que llevaba en el bolso en el escritorio de Jonathan. Podria haber llevado a cabo aquel tramite en las oficinas de la sede donde trabajaba, pero preferia hacerlo en un entorno mas discreto. La decision de presentar su renuncia le producia un nudo en el estomago. Jonathan se quedaria perplejo o se pondria furioso. Cuando leyera su carta, le pediria una explicacion. Ya lo habia pensado y habia estado practicando su discurso: la rutina, nuevos desafios, mas tiempo para viajar... Frente al espejo, le habia resultado casi convincente. Aquello le provocaba una gran desazon, teniendo en cuenta lo buenos que habian sido con ella Jonathan y su familia.

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    -!La respuesta es no! Mazie Tarleton termino la llamada, deseando tener un telefono antiguo para colgar con fuerza el auricular. A sus espaldas, Gina, su mejor amiga y companera de trabajo, se acabo el ultimo bocado del bollito de canela y se chupo los dedos. -?Quien te ha enfadado tanto? Las dos mujeres estaban en el despacho de Mazie, un rincon al fondo de All That Glitters, la exclusiva joyeria de Mazie en el centro historico de Charleston que a tantos turistas y paisanos atraia. -Es otra vez la agente inmobiliaria de J.B. dandome la lata -comento Mazie. -No te quejes. J.B. te ha hecho una buena oferta por este edificio que se cae a cachos. -?De que lado estas? Mazie y Gina se habian conocido en el primer curso de la escuela de arte y diseno de Savannah. Gina conocia el desprecio que Mazie sentia por el empresario mas deseable y sexy de Charleston. -Hay carcoma en el desvan y la calefaccion es prehistorica, por no mencionar que la cuota del seguro se triplicara en la proxima renovacion. Se que los Tarleton sois muy ricos, pero no por eso tenemos que ignorar una buena oferta. -Si viniera de otra persona que no fuera J. B. -murmuro Mazie con tension en los hombros. Jackson Beauregard Vaughan, el hombre al que amaba tanto como odiaba desde que tenia dieciseis anos. Lo detestaba y queria hacerle tanto dano como el que el le habia hecho a ella. -?Que es lo que te hizo? -pregunto Gina. Su expresion de perplejidad era comprensible. J.B. Vaughan era el prototipo de hombre alto, moreno y guapo. Tenia una sonrisa arrogante, brillantes ojos azules y rasgos marcados, ademas de unos hombros muy anchos. -Es complicado -murmuro Mazie, sintiendo que le ardia la cara. Los recuerdos le resultaban humillantes. Mazie no recordaba ningun momento en el que J.B. no hubiera formado parte de su vida. Mucho tiempo atras lo habia querido como a un hermano. Pero cuando sus hormonas empezaron a enloquecer, lo habia visto desde una nueva perspectiva. El baile de primavera de su colegio se habia presentado como la oportunidad de jugar a ser adultos. Lo habia llamado una tarde de un miercoles del mes de abril. Con los nervios a flor de piel y el estomago encogido, le habia hecho la invitacion. J.B. se habia mostrado evasivo. Entonces, apenas cuatro horas mas tarde, habia aparecido en la puerta de su casa. Su padre estaba encerrado en su estudio bebiendo, y Jonathan y Hartley, sus hermanos, habian salido a hacer unos recados. Asi que habia sido ella la que habia abierto la puerta. Como se habia sentido incomoda de invitarle a pasar, a pesar de que ya habia estado antes un monton de veces, habia salido al porche y le habia sonreido con timidez. -Hola, J.B. No esperaba verte hoy. Se habia quedado apoyado en el poste, en aquella postura tan varonil. En pocas semanas cumpliria dieciocho y seria legalmente un adulto. -Queria hablar contigo cara a cara. Has sido muy amable invitandome al baile. Me siento halagado. -Todavia no me has dicho si iras conmigo. Sintio las manos heladas y empezo a temblar. -Eres una chica encantadora, Mazie, y me alegro de que seas mi amiga. No hacia falta que dijera nada mas. Era inteligente y sabia leer entre lineas, pero no estaba dispuesta a dejarlo escapar tan facilmente. -?Que intentas decir, J.B.? -Maldita sea, Mazie. No puedo ir al baile contigo. No deberias habermelo pedido. Eres una cria. -No soy una nina. Soy solo un ano mas pequena que tu. -Casi dos. Le sorprendio que lo supiera con tanta exactitud. Avanzo unos pasos hacia el. Se habia venido abajo, pero no estaba dispuesta a que se diera cuenta de cuanto afectaba a su autoestima. -No te inventes excusas, J.B. Si no quieres ir conmigo, ten las agallas de decirmelo a las claras. El maldijo entre dientes y le aparto un mechon de pelo de la cara. -Eres como una hermana para mi. No podia haber dado con una excusa menos convincente. ?Por que se empenaba en levantar muros entre ellos? Respiraba con tanta agitacion que corria el riesgo de hiperventilar. Era evidente que lo habia malinterpretado. J.B. no habia ido hasta alli aquella noche porque sintiera algo por ella o porque quisiera verla. Estaba alli porque era todo un caballero incapaz de decirle que no por telefono. Otra persona se lo habria puesto mas facil, pero Mazie estaba cansada de ser buena. Lo rodeo por la cintura y apoyo la mejilla en su amplio pecho. Llevaba una camiseta azul marino, unos vaqueros desgastados y sus nauticos de piel. Era el clasico James Dean, un chico malo e inconformista. Cuando lo toco, todo su cuerpo se puso rigido. Nada se movio, excepto una unica cosa, algo bastante abultado. Jackson estaba excitado y como Mazie se habia abrazado a el, le era imposible ocultarlo. Sus bocas se encontraron y volco toda su pasion de adolescente en aquel beso desesperado. J.B. sabia de maravilla, tal y como habia imaginado en sus suenos. Por un momento, se habia sentido vencedora. La estrecho contra el y su boca se fundio con la suya. Su lengua se deslizo entre sus labios y acaricio el interior de su boca. Las piernas no la sostenian y se aferro a sus hombros. -J. B. -susurro-. Oh, J.B. Sus palabras lo sacaron del hechizo en el que habia caido. Se aparto tan bruscamente que Mazie dio un traspie. J.B. ni siquiera alargo la mano para ayudarla a recuperar el equilibrio. Se quedo mirandola, iluminado por la poco favorecedora luz amarillenta del porche. El sol se habia puesto y la noche habia caido con todos los olores y sonidos de la primavera. Se paso la mano por los labios para secarselos. -Como te he dicho, Mazie, eres una cria, deberias salir con los de tu edad. -?Por que estas siendo tan cruel? A continuacion vio como tensaba los musculos del cuello, y los ojos se le llenaron de lagrimas. Pero no iba a permitir que cayeran. -Creo que hemos terminado con esto. Hazme un favor, J.B. Si alguna vez ocurre un desastre y tu y yo somos los unicos seres humanos que sobrevivimos en el planeta, pierdete. -Mazie... Hola, Mazie. La voz de Gina la devolvio al presente. -Lo siento, estaba sumida en mis pensamientos. -En J.B., ?verdad? Estabas a punto de contarme por que detestas a ese hombre despues de tantos anos y por que no quieres venderle este edificio a pesar de que te ofrece tres veces su valor. Mazie trago saliva, olvidandose del pasado. -Me rompio el corazon cuando eramos adolescentes y se porto muy mal. Asi que si, no quiero ponerselo facil. -No estas siendo razonable. Olvidate del dinero. ?Acaso no te ha ofrecido tambien otros dos locales en una ubicacion privilegiada para nuestra tienda? !Esta dispuesto a hacer un intercambio! ?A que estas esperando, Mazie? -Quiero hacer que se arrastre. J.B. habia comprado todos los metros cuadrados en una franja de dos manzanas cerca de Battery. Tenia planeada una impresionante rehabilitacion en aquella zona de la ciudad, respetando las normas de conservacion del patrimonio historico de Charleston. A nivel de calle estarian los comercios, siguiendo el tipico estilo sureno. Sobre ellos, la idea de J.B. incluia lujosos condominios y apartamentos, algunos de ellos con vistas al puerto. Lo unico que se interponia en los planes de J. B. eran Mazie y su local. Gina agito la mano ante la cara de Mazie. -Baja ya de la nube. Puedo entender que quieras vengarte del tormento de tu juventud, pero ?de veras te vas a cerrar en banda? -No estoy segura de querer vendersela. Necesito tiempo para pensar. -?Y si la agente inmobiliaria no te vuelve a llamar? -Lo hara. J.B. nunca se da por vencido. Es una de sus virtudes y tambien la mas detestable. -Espero que tengas razon. J.B. se sento en un taburete y alzo la mano para llamar la atencion del camarero. Se habia puesto chaqueta y corbata para una reunion. En aquel momento, se habia quitado la corbata y llevaba el primer boton de la camisa desabrochado. Jonathan Tarleton estaba sentado a su lado, tomando agua con gas. -Tienes mal aspecto -comento J.B. -Son estos malditos dolores de cabeza. -Tienes que ir al medico. -Ya he ido. -Entonces, tienes que encontrar otro mejor. -?Podemos dejar de hablar de mi salud? Tengo treinta anos, no ochenta. J.B. queria insistir en el tema, pero era evidente que Jonathan no estaba interesado. -De acuerdo. Tu hermana me esta volviendo loco. ?Puedes hablar con ella? No queria mencionar la verdadera razon por la que necesitaba ayuda. Mazie y el eran como el agua y el aceite. Ella lo odiaba y J.B. llevaba anos tratando de convencerse de que no le importaba. La verdad era muy diferente. -Mazie es muy cabezota -dijo Jonathan. -Es una cualidad de los Tarleton, ?no? -Tengo el proyecto paralizado porque me esta tomando el pelo. -A mi hermana no le caes bien, J.B. -Eso ya lo se. Mazie no quiere hablar de vender. ?Que se supone que debo hacer? -?Mejorar la oferta? -?Pero como? No quiere dinero. -No lo se. Siempre me he preguntado que hiciste para enfadarla. Se ve que mi hermana pequena es la unica mujer de Charleston inmune a tus encantos. J.B. apreto el menton. -No tengo tiempo para andar con juegos. Necesito empezar las obras antes de mediados de enero para cumplir lo programado. -Le gustan los bombones. Jonathan habia hablado en serio, pero J.B. sabia que se estaba burlando de el. -?Me estas diciendo que le compre bombones? -Bombones, flores,... no se. Mi hermana es una mujer complicada. Es lista como el hambre y tiene un gran sentido del humor, pero tambien tiene un lado oscuro. Te lo va a hacer pagar caro. Estate preparado para arrastrarte. J.B. dio un trago a su bebida e intento olvidarse de Mazie. Todo en ella lo volvia loco, pero no se podia dejar llevar. Se atraganto y tuvo que dejar el vaso para recuperar la respiracion. Los hijos de los Tarleton eran guapos. J.B. solo recordaba de la madre de Jonathan que era una mujer bella, con un eterno aire triste. Jonathan y Hartley habian heredado la tez morena de su madre, asi como sus ojos oscuros y su pelo castano. Mazie tambien era morena, pero su piel era mas clara y sus ojos de un marron dorado. Su hermano llevaba el pelo muy corto y Mazie lucia una melena por el hombro. Solia dejarse caer por casa de los Tarleton en Accion de Gracias, pero ese ano habia estado ocupado con otros asuntos. Sin darse cuenta, ya estaban en diciembre. -Seguire el consejo de los bombones. -Vere lo que puedo hacer, pero no te aseguro nada. En ocasiones, cuando le sugiero algo, hace justo lo contrario. Ha sido asi desde siempre. -Porque siempre ha querido estar a la altura de sus hermanos y los dos la habeis tratado como a una nina. -No fue facil despues de que mi madre ingresara en la clinica. La pobre Mazie nunca tuvo un referente femenino. No puedo ayudarte si te lo esta poniendo dificil. Solo Dios sabe por que lo hace

  • El senor de la mansion 1 de Elena Martin

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    La casa que los clientes iban a habitar era preciosa. Espacio, luz y comodidad era todo lo que una nueva familia podria pedir. La pareja que estaba atendiendo se habia casado hace un ano y ahora buscaban una casa mayor, visto que, aguardaban la llegada de su primer hijo. No pude dejar de sentir alguna envidia de ellos. En los ultimos tiempos, me pasaba siempre que encontraba parejas y familias felices. Recogi todos los papeles para entregar en la agencia. Mas una venta. Este mes iba lanzada y con suerte, antes de terminar el ano, lograria mi objetivo. Pasar unas merecidas vacaciones, bien lejos de aqui, en algun lugar paradisiaco del mediterraneo. Sonaba con ello, tanto como sus clientes con su nueva casa. --Gracias por todo, Jane. La casa es maravillosa --dijo mi clienta. --Es mi trabajo. No teneis que agradecerme. Espero que vaya todo muy bien y que disfruten de vuestro nuevo hogar. Ah... y por cierto, espero que el bebe nazca bien y que prontamente pueda estar corriendo por todas las instancias. --?No tienes hijos? --No se por que a la gente le gustaba hacer estas preguntas. Me parecia tan invasivo preguntar a alguien algo tan privado y personal. --No. Afortunadamente no. Ademas, primero tendria que encontrar un padre para eso y no tengo mucho tiempo. --No queria dar mucho mas detalle, aunque eso era solo la verdad pura y dura. Habia llegado a mis 29 anos sin hijos, sin marido, y sin atisbo de novio en camino. No por falta de intento. No podia decir que no habia tenido mi oportunidad. Conocia a James de toda la vida; fue mi novio desde el instituto. Teniamos todo planeado. Ir a la universidad, casar, viajar. Mil historias. Pero la muerte de mis padres y mi hermano menor, en un accidente de coche, llevara mi vida a otro rumbo. James y yo seguimos juntos durante mucho tiempo. El quiso ir a la universidad cerca de donde viviamos: para poder estar la mayor parte del tiempo conmigo, tras el sucedido. Como yo ya era mayor de edad y podia hacerme cargo de todas las responsabilidades, decidi que no queria estudiar un curso academico. Empece a trabajar en la agencia inmobiliaria donde mi madre trabajaba, antes de fallecer. Conocia a los jefes y me dieron trabajo inmediato, al haber quedado sin su mejor trabajadora. Y fue asi como acabe siendo consultora inmobiliaria. Con el paso del tiempo, James empezo a hablar del futuro y de familia: queria casarse conmigo y tener hijos, como siempre habiamos planeado. Pero eso no estaba en mis objetivos. El trabajo paso a ser mi gran prioridad tras la tragedia que me dejo sin familia. Y dedicaba mucho tiempo a ello. Aparte, no queria tener hijos. Nunca fue una cosa que me llamara a la atencion. Me encantaban los ninos, pero no para tenerlos mios. Cuando explique a James que, quizas, seria mejor esperar algun tiempo hasta acabar su curso y despues podriamos pensar en viajar, note que no estaba contento. Yo queria juntar dinero suficiente para tener mi propio negocio. Me habia quedado con la casa de mis padres y alguna otra propiedad que tenian. Asi que, no necesitaba buscar casa; la que teniamos era enorme, incluso para mi sola. Pero era ideal para vivir con James si quisiera. Me di cuenta de que para James, nuestra relacion habia cambiado mucho en los ultimos anos y mis planes para el futuro no eran los mismos que los suyos. En efecto, no eran. Porque, un dia, quise sorprenderle en el campus universitario y lo encontre besandose con otra chica. Resulto que esa chica era la novia que tenia en la universidad y que no sabia de mi existencia. Terminamos en ese dia casi 8 anos de relacion. Pero fue mejor asi: James termino el curso y el mismo ano se caso con la misma chica que encontre en sus brazos. Se, por amigos cercanos y comunes, que fue padre hace poco tiempo. No mantuvimos contacto. Era obvio. Por ambas partes. Y de esta forma, James logro cumplir sus planes y suenos, mientras yo seguia construyendo, dia tras dia, los mios. Me sumergi tanto en el trabajo, que aunque posiblemente ya hubiera podido abrir mi propia agencia, nunca lo hice. Siempre tenia miedo a arriesgar y posponia acciones. Mi vida era siempre igual. Eso me permitia superar el dolor, o mejor, no dejarme ahogarme en eso. Pero ahora ya habia puesto fecha. En el final del ano, tras unas buenas vacaciones, iba a dejar la agencia y abrir la mia. La venta de esta casa era un paso mas. Tenia un colchon financiero importante y eso me daba la tranquilidad de seguir con mi nueva etapa. Cuando llegue a la agencia, mis companeros ya estaban con la Champana abierta. --Enhorabuena, Jane. Mas una casita. Vas sobrada este mes --dijo Martha. --Nunca se va sobrado. Especialmente cuando hablamos de dinero. --Martha no solo era companera de trabajo, como se habia trasformado en una grande amiga. Al vivir para trabajar, las personas de aquella oficina se convirtieron en mi familia, practicamente. --Jane, ?puedes llegar a mi despacho, por favor? --mi jefe llamo. --Voy. --Deje mi taza de celebracion a medio terminar sobre la mesa y hable para Martha--. Seguro que ya tiene trabajo para mi. A veces me gustaba tener un poco de respiro. Soy sincera. Martha rio meneando la cabeza negativamente. Sabia perfectamente que, aunque pudiera, no me tomaba descansos. Entre en el despacho de Joseph. --Querias hablar conmigo, aqui me tienes. --Me fui sentando en la silla. --Antes de nada, enhorabuena por tu venta. Aunque eso significa que estas a un paso menos para conseguir salir de esta agencia. --Hizo una mueca de desagrado. Joseph era el hijo de los primeros jefes. Era poco mayor que yo y nos dabamos bastante bien. Pero claramente no estaba feliz, sabiendo que, una de sus mejores consultoras iba a salir para abrir negocio propio. --Jo... sabes que aun queda para eso. Y ademas, no tienes que preocuparte. Ya te he dicho que no voy a ser tu competencia: podemos hasta colaborar. Me encantaria. Pero yo necesito cumplir este reto, necesito tener algo que sea mio. --Eso es otra cosa que no tienes, porque eres cabezota. --Me hablaba de el. Jo decia estar enamorado de mi. Varias veces me propuso citas y que tuviesemos una oportunidad, pero yo no mezclaba trabajo con placer y mucho menos vida personal. Era un chico encantador, pero yo no queria hombres en mi vida. Tras algunas citas falladas, llevaba casi un ano sin salir con nadie. Y no estaba en mis planes conocer nuevas personas. --Aparte de otra consultora muy buena, seguro que encontraras alguien que realmente te merezca. --El esbozo una sonrisa. --Vale, vale. No insisto mas --hizo un gesto de derrotado--, no te llame aqui para hablarte de eso. Te llame, porque necesito que seas tu a trabajar un cliente muy especial. --Hum... especial, ?como especial? ?Quieres decir un buen negocio? ?O un cliente aburrido que nadie quiera llevar? --Digamos que este cliente es alguien muy importante. Mi padre me pidio que hiciesemos el favor de vender esta casa. Esta en un pueblo cerca de aqui. Es una mansion gigante. Varias hectareas y una excelente oportunidad para consiguieres tu pasaporte de salida, en grande, de aqui. --Jo, entiendo que me quieras ayudar, a pesar de todo, pero ?por que me darias a mi este cliente y no a cualquier otra persona del equipo? No es justo. --En primer lugar: eres mi mejor vendedora. De lejos. En segundo: no creas que es favoritismo. He hablado con tus companeros antes de llegares y todos se han puesto de acuerdo de que tu deberias llevar este cliente. --Jo estaba siendo redundante en aquella atribucion. --Muy bien, entonces, ?que tiene de especial el cliente? !?Solo eso, que es una mansion?! Bueno, no sera facil, tendre que buscar mi cartera de inversores, hablar con algunas personas... --No pude continuar, porque Joseph me interrumpio. --Jane, el propietario de esa vivienda es Kyril Petrakis --solto. --?Ese no es el magnate griego dueno del conglomerado industrial mas poderoso del mediterraneo? O me lo estoy confundiendo con otra persona ?quizas? --Ese mismo. --Bajo los ojos a los papeles que tenia en la mesa. --!No me jodas, Jo! Me estas pidiendo que sea yo la que tenga que vender su mansion, cuando sabes perfectamente que ese hombre es un arrogante y engreido. Por favor, todos lo conocemos por los medios de comunicacion. Es broma. --Querer ganar dinero era una cosa, pero trabajar con personas como aquella era venderse y no estaba dispuesta a llegar tan bajo. --No, no es broma. Ese es el motivo por el cual nadie ha querido hacer el trabajo, pero imagine que eso no seria un problema para ti. Jane, piensatelo, se que es mucho trabajo e imagino que hablar con una persona asi sea muy complicado, pero ?tienes idea de la comision que vamos a recibir por este negocio? --Odiaba cuando Jo pensaba en el dinero. Por otro lado, sabia que eso era lo correcto. Prontamente iba a ser duena de mi propia agencia y no podia desperdiciar clientes, solamente por lo que decian por ahi de ellos. --?Sabes que? Me da exactamente igual, es un cliente como cualquiera. Puedes contar conmigo. Pero, solo por curiosidad, ?como un cliente como ese quiere trabajar con nosotros? Con certeza tendra hasta sus propias agencias para hacerlo. --Como te he dicho, mi padre conoce a su tio; al parecer se conocieron en un viaje. No me preguntes. Y creo que se siguen hablando. Mi padre debera haber dicho algo de la agencia y bueno, una cosa llevo a la otra... sinceramente Jane, no se muy bien los motivos, pero la cosa es que ahora tenemos esto en manos. --Se levanto, rodeo la secretaria y paro delante de mi--. Hay una cosita mas. Esta manana recibi un correo del propio senor Petrakis. Me dijo que la persona que enviase para hacer el trabajo tendria que hablar directamente con el y que se iba a encargar de estar presente en todas las visitas. Dice que la casa tiene mucho valor y que no confia en nadie. --!Genial! Empezamos bien. Entonces el senor ese ya esta dudando de nuestro trabajo y confianza. Perfecto. Anteveo que esto va a ser un final de ano realmente interesante. Quizas, si logro vender su casa, pasare no quince dias de vacaciones, sino un mes. En una playa paradisiaco- griega. Empece a ironizar, porque este trabajo ya prometia ser un grano en el culo.

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  • Nuestra Luz de Arwen Grey

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    Primero tenia que encontrar el lugar. Soleado, amplio, con espacio para trabajar, moverse, caminar, pensar, discutir consigo mismo en frances. Que poseyera aquella luz dorada, mas dulce justo al atardecer, que era capaz de dar a todo una patina decimononica. Silencioso, a ser posible, aunque sabia que era complicado en la gran ciudad. De toda su lista de peticiones, la agencia habia dicho que aquella seria la mas complicada de cumplir. Y tambien la de que no hubiera vecinos en las cercanias. Al final, como solia ocurrir, de todo lo que queria, solo habia conseguido la luz dorada. Una luz dorada maravillosa, que estuvo a punto de hacerle llorar. Y lo habria hecho de estar a solas y la agente inmobiliaria no le estuviera mirando y mascando chicle, esperando su firma, impaciente, como toda la gente de ese siglo. Firmo, y pudo quedarse a solas, mirando el patio con limoneros plantados en enormes macetas de color verde chillon, que no les favorecian. Un patio de limoneros como el de Machado. Maravilloso. Si se quedaba el tiempo suficiente, pintaria aquellos maceteros de un tono adecuado. Dio la espalda al patio y a la luz dorada y contemplo su nuevo estudio de pintura. No era grande, ni amplio, ni podria dar muchas zancadas en sus paseos en busca de inspiracion, pero la luz era perfecta. Con un suspiro de satisfaccion, dedico una hora entera al disfrute de aquel logro sin igual. Elsa se aparto y contemplo la obra de Agustina desde la distancia, pensando que asi podria mejorar. Giro la cabeza. El nuevo angulo solo le hizo abrir los ojos de la impresion. --!Cielo Santo! ?Es un pene? Agus achico los ojos y contemplo el acrilico con ojo critico. La boca con dentadura postiza de un blanco doloroso estaba tan fruncida que parecia un diseno de Fortuny. --Si tanto te ha costado verlo, es que no esta bien --dijo la anciana en tono serio--. Volvere a empezar. Elsa inspiro hondo y se volvio para que su alumna no viera su expresion. A lo largo de sus anos como profesora de pintura, habia visto todo tipo de obras, desde las mas clasicas hasta las mas rompedoras, pero, en general, eran los ancianos los que mas la sorprendian. --Seguro que el modelo quedara encantado --dijo por encima del hombro. Muy concentrada en lo suyo, Agustina se limito a asentir y a morder el pincel, como si estuviera planeando si era mejor retocar aquella monstruosidad o si de verdad debia volver a empezar, con el gasto que aquello conllevaba. Elsa camino de un caballete a otro, dando consejos y animando a su grupo de tarde del miercoles. La media de edad duplicaba la suya con creces, pero su entusiasmo tambien lo hacia en ocasiones. Desde que habia iniciado aquellas clases, la vida le habia demostrado que nunca se podia dar nada por perdido, y que las ganas de vivir eran una de aquellas cosas. Desde que se habia divorciado y habia decidido que iba a retomar su carrera como artista, habia descubierto que la vida era una cabrona con un sentido del humor muy negro. Para empezar, los artistas, asi, tal cual, no podian vivir de lo suyo. Ella, al menos, no. En definitiva, descubrio que no habia tenido jamas una carrera como artista, asi que era imposible retomarla. Lo mas cercano que habia podido encontrar para poder vivir de su trabajo era dar clases de pintura a ninos, a ancianos y a gente con discapacidades diversas. Y resultaba que aquello si que era vivir. Vivir de verdad. Casi nunca pintaba, eso era cierto, mas alla de unas pinceladas en los cuadros de los demas, pero lo que se divertia ensenando a otros y aplicando lo que habia aprendido en la universidad y en diferentes cursos, eso no se lo quitaba nadie. Y, ademas, tenia aquel maravilloso apartamento, con aquel patio de limoneros que habia plantado durante su primera semana alli. Aquello era un paraiso. Y tambien tenia aquella luz que no se pagaba con dinero. No habia sido mas feliz en toda su vida. 2 Claudio estaba convencido de que habia nacido con un destino marcado, como los grandes. Ya de nino sabia que no era como los demas. Mientras otros jugaban y se despellejaban las rodillas detras de un balon y se peleaban por los columpios, el perdia dioptrias mirando una margarita y tratando de comprender como la luz incidia en sus petalos, y como el tono de blanco cambiaba en un dia nublado o en un dia de sol. Luego llegaba el jardinero y cortaba la hierba y todo se iba al carajo. Se acababan las margaritas y la contemplacion. Sus padres decian que era rarito, con ese tono que utilizan los padres, los abuelos, los vecinos, los tios y todo el mundo en general, para decir que no eres como el resto, pero todavia peor. Es decir, que no estaba en la mediania, que no le gustaba el futbol, los deportes, que no salia con chicas, que no iba al cine, que no jugaba a la consola, que no le gustaba el rock ni el pop, ni lo que estaba de moda. Su madre no habria sufrido mas si se hubiera declarado gay. El dia que le pillo besando con torpeza a una companera de Bellas Artes en su dormitorio juraria que respiro tranquila. Pero es que, incluso siendo rarito, Claudio era distinto. No era raro en el sentido de que se apuntaba a la moda de ir a contracorriente, llevar los tobillos al aire y gafas de pasta, sino que el habia descubierto un buen dia algo que le habia marcado y habia decidido que queria ser eso. Y hacia ello habia enfocado su vida. Claudio deberia haber sabido, ya antes de dar aquella clase sobre la pintura del siglo XIX, que su nombre no venia de la nada. Era un nombre antiguo, desfasado, de viejo, que decian algunos. Era el nombre de Monet. Evidentemente. Si se miraba al espejo, incluso se parecian. Solo le faltaba la barba. Asi que decidio un buen dia dejarsela. Y entonces su familia le dio por perdido. Empezo su periplo de casa en casa, de luz en luz. Pinto y trabajo, hasta que la magia desaparecia. No era conocido, pero se ganaba bien la vida. El estilo clasico siempre tenia sus compradores, aunque no fuera algo que estuviera precisamente de moda. A esa hora de luz dorada que era su favorita, Claudio se enfundaba su bata, su bonete, se colocaba frente al ventanal enorme, observando el patio con limoneros. En general necesitaba un tiempo de reflexion antes de poder mirar el lienzo. Las otras ventanas del edificio daban al patio, y el podia observar lo que hacian las personas al otro lado, desearlo, pero no era del tipo voyeur. En general, lo que hicieran sus vecinos se la traia al pairo. Solian ser gente sin interes, grises, con vidas corrientes. En ocasiones habia alguien que despertaba su interes durante una temporada corta, pero no solia durar. Normalmente, este duraba lo que tardaban en cruzar dos palabras en el ascensor o en el portal. Parejas chillonas o amorosas, ninos que jugaban o pedian la cena, bebes que mamaban del pecho de sus madres, ancianos mirando por la ventana, con la vista distraida. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo... La nota discordante atrajo su mirada al instante. Aquello no deberia estar ahi, justo enfrente, en un ventanal vecino del suyo, disfrutando casi de la misma luz y de su patio con limoneros. Ademas, nadie con una tecnica depurada deberia sostener un pincel de aquella manera. Era imposible que una pincelada correcta saliera... en fin, correcta. Claudio apreto los labios y sintio que los pelos del bigote se le metian dentro de la boca. Aquella barba de hacia dos siglos era incomoda y poco practica, aunque no se atreviera a reconocerlo. Aquella mujer no era una artista, se dijo con desden. No era como el. 3 --?Sabes que hay otro artista en el vecindario? Elsa termino de preparar la paleta de colores, aunque era raro que la usara. Aquella era una costumbre que no queria perder. Odiaba pensar que era una de aquellas profesoras que se limitaba a soltar una ristra de trucos baratos y lecciones vacias y luego paseaba alrededor de los caballetes. Ella queria sentir que sus alumnos disfrutaban y aprendian, y que ella aprendia de ellos tambien. --Querras decir que hay un artista en el vecindario --respondio, mientras se ponia la camisa de cuadros, vieja y manchada de pintura, sobre la ropa limpia--. Artista es el que se gana la vida con sus obras, ya sabes --anadio con ironia. Agustina, que llevaba bajo el brazo su cuadro con el pene, enorme y con venas bien marcadas, arrugo los labios, como si necesitara pensar en aquel concepto. --Entonces si es un artista. Me he informado bien al respecto. Se llama Claudio algo. --?Como el gallo? --Como Monet, segun el. Elsa enarco una ceja y asintio, incapaz de fingir seriedad. --Ya veo. Es ese tipo de artista. Espero que no le hayas dicho que doy clases aqui, porque es capaz de quemarme la casa por blasfema. --Aunque fingia ligereza, Elsa era consciente de que su tono estaba lejos de ser alegre. Durante su vida habia conocido a mucha gente que despreciaba el tipo de trabajo que ella hacia. Ser artista no era eso, pensaban. Una profesora de academia o de casa de cultura, creian, no era un artista de verdad. Antes preferian morir de hambre que caer tan bajo--. Por cierto, ?como te has enterado? Agus disimulo yendo a colocar su pene en el caballete con mejor luz del apartamento. Los demas alumnos sabian que no podian disputarle ese puesto si no querian morir desollados. --Me equivoque de escalera --dijo la anciana, encogiendose de hombros--. No se como ocurrio. Gire a la izquierda, luego a la derecha y de pronto estaba ahi. Soy vieja y soy debil, no me juzgues. Elsa la miro con los ojos entrecerrados. Nunca dejaba de asombrarla la increible cara dura de esa gente. --?Fuiste a mostrarle a Monet tu obra? Me gustaria saber lo que piensa al respecto. Elsa trato de aguantar la risa al ver que Agus se sonrojaba. La anciana podia fingir desparpajo, pero estaba claro que no se habia atrevido a tanto. --Le ha gustado --replico, rebelde. --!Oh, seguro que si! Mientras llegaba el resto de los alumnos y escuchaba rezongar a la mas discola de todos ellos, Elsa se volvio hacia el ventanal para abrir las cortinas. Rara vez las cerraba, pero no le gustaba la luz matinal, demasiado dura y brillante. Preferia la de la tarde, dorada y dulce, casi amelocotonada. Echo un vistazo a sus limoneros. Los habia plantado al llegar alli, hacia cinco anos. Todavia eran jovenes, pero ya daban fruto. Y sobre todo alegraban el patio, tan triste cuando llego, tan frio y abandonado. Ahora todo era luz y alegria. Sintio un sobresalto al ver que habia alguien rondando sus arboles. Vestia una especie de batamanta, como si fuera Gandalf. ?Que diablos estaba haciendo ese friki con sus limoneros? Entonces en tipo se aparto y vio el bote de pintura y la brocha. --Lo mato. Yo lo mato...

  • Camino de espinas de Alberto Gomez

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    Si te dijeran que te esta prohibido amar, ?lo creerias?

  • La chica de Simon’s Bay de Barbara Mutch

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    Simon’s Town, base de la Marina Real britanica en Sudafrica, primera mitad del siglo XX. Louise Ahrendts es una chica de piel oscura, con caracter y decidida: quiere ser enfermera pese al rol que le depara una sociedad condicionada por leyes no escritas sobre el color de la piel. David Horrocks es ingles, blanco y teniente de la Marina. El destino va a hacer que se crucen sus caminos. A contracorriente, ambos quieren unir sus vidas pero la Segunda Guerra Mundial y las presiones sociales haran todo lo posible por impedirlo, sembrando de obstaculos su dia a dia. La llegada del ” apartheid ” supondra un nuevo escollo en la vida de Louise y su familia. ?Podran superarlo? Como ya hizo en ” La hija de la criada ” , Barbara Mutch nos describe con una gran precision las costumbres y condicionantes sociales de una epoca concreta de la historia sudafricana; y, al mismo tiempo, con un enorme lirismo, la sorprendente belleza natural del lugar: el mar vibrante que bana Simon’s Town, las montanas cubiertas de fynbos que la rodean, los pajaros, el viento constante…, en esta bonita historia de amores prohibidos en tiempos aciagos que es ” La chica de Simon’s Bay ” .

  • Amiga…me vuelves loco de Maria Beatobe

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    “Amiga… me vuelves loco” Tres relatos en los que la amistad acaba enamorando.? Quien no ha sentido algo por su mejor amigo? ?Nunca has visto con otros ojos a tu mejor amiga? Pues eso es lo que vais a encontrar en estos tres relatos cortos, amigos/as que luchan contra su corazon para no estropear la amistad y pasar esa delgada linea que se convierte en amor. ?La pasaran?

  • La moneda de Akragas de Andrea Camilleri

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    Tras un largo asedio, Akragas (actual Agrigento) se rinde a los cartagineses en el ano 406 a.C. La ciudad es destruida. En 1909, es hallada en un campo de cultivo una pequena moneda de oro valiosisima y unica en el mundo. Presa de la emocion, el doctor Stefano Gibilaro, medico titular de Vigata, se cae del caballo y se rompe la pierna. Asi comienza una historia rocambolesca que se desarrolla entre los campos de Vigata y la Mesina destruida por el terremoto de 1908. Sus giros inesperados, tragicos y comicos, que Camilleri realiza con notable habilidad, nos llevaran a un imprevisible desenlace.

  • Quien es el Boss ahora (La asistente personal 3) de Lexy Timms

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    De la autora superventas USA TODAY, Lexy Timms, llega una novela romantica de multimillonarios que te hara perder la cabeza y enamorarte otra vez.

  • Una vida en palabras de Paul Auster

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    Una vida en palabras es un dialogo entre Paul Auster y la profesora danesa I. B. Siegumfeldt acerca del oficio, el arte y la vida del escritor. Profundamente documentado, y dando un paso mas alla de la biografia, estas paginas estan plagadas de sorpresas y revelaciones que nunca han sido compartidas por el escritor, asi como ensenanzas que a menudo saltan del campo de la literatura para hablarnos de la vida misma. Las conversaciones entre ambos empezaron en 2011 y se han desarrollado a lo largo de cinco anos, cubriendo todas las obras narrativas del autor, asi como los temas y obsesiones que las atraviesan.

  • Un pueblo llamado Redencion de Hilario Pena

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    Novela ganadora del Premio Bellas Artes De Novela Jose Ruben Romero 2016, Revoluciona El Genero Western.

  • En la piel del lobo de Sonia A. Kirchen

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    De nina, cuando todas sonaban con ser princesas, a mi me encantaba el disfraz de Caperucita, y cubierta con su capucha roja me creia idonea para desafiar al lobo.
    Sin embargo, ese inconformismo se apagaria, cuando con dieciocho anos y exceso de ego. mi madre fallecio.
    Aquel dia nefasto, sentada en las escaleras de emergencia del hospital, conoci a Evelyn, quien tras a dar a luz a mellizos abordaba la maternidad sola.

  • Corazon indomable (Trilogia Corazon 2), Elena Montagud de Elena Montagud

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    Esta historia tierna y pasional puede provocarte los suenos mas eroticos.

  • Manual del aprendiz de cocinero de Shine

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    MasterChef, el exitoso concurso de TVE, ya tiene el libro de la quinta temporada.

  • El Invitado Tigre de Songling Pu

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    Las historias elegidas para este libro pertenecen en su mayoria al Liao-Chai de P'u Sung-Ling. Datan del siglo XVII. De P'u Sung-Ling se sabe muy poco salvo que fue aplazado en el examen del doctorado de letras hacia 1651. A ese afortunado fracaso debemos su entera dedicacion al ejercicio de la Litetatura y, por consiguiente, la redaccion del libro que lo haria famoso. En la China, el Liao-Chai ocupa el lugar que en el Occidente ocupa el libro de Las Mil y Una Noches. A los relatos de P'u Sung-Ling hemos agregado dos no menos asombrosos que desesperados, que son una parte de la casi infinita novela Sueno del Aposento Rojo. Nada hay mas caracteristico de un pais que sus imaginaciones. En sus pocas paginas este libro deja entrever una de las culturas mas antiguas del orbe y a la vez, uno de los mas insolitos acercamientos a la ficcion fantastica. Jorge Luis Borges.

  • La biblioteca en llamas de Susan Orlean

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    La historia de cualquier incendio es la historia de un olvido, por eso casi nadie recuerda lo que ocurrio el 29 de abril de 1986. Aquel dia la Biblioteca Publica de Los Angeles amanecio consumida por el fuego, cuatrocientos mil libros se convirtieron en cenizas y otros setecientos mil quedaron irremediablemente danados. Siete horas ardieron las estanterias y las mesas y los ficheros, pero ningun periodico cubrio la noticia porque al otro lado del mundo, entre los bosques densos de la Union Sovietica, ocurria el mayor accidente nuclear hasta la fecha: Chernobil.

  • La increible historia de… la abuela ganster de David Walliams

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    Esta es la historia de Ben y de su abuela, !una ancianita con un secreto super emocionante! Humor y aventuras de la mano del autor numero 1 en Inglaterra.

  • 48 Horas para un destino de Emi Negre

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    ?Hasta donde llegarias para recuperar todo aquello que amas?

  • Un encuentro accidental de Cathy Williams

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    Casarnos, Abigail. No hay otro camino.

  • Rescata Mi Corazon (Manhattan Dinner Club 1), Jean Joachim de Jean Joachim

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    DESBORDANDO PASION y suspenso, este apetecible romance de un gran escritor comienza con un golpe – literalmente. Rory Sampson, paseadora de perros y aspirante a escritora es atropellada en el Central Park por un distraido hombre guapo en su bicicleta – Hank Roberts. Engreido, hostil y mas santo que tu, el trata de culpar a Rory. Pero un Juez emite una sentencia poco ortodoxa, haciendo enojar a ambas partes.
    Buscando venganza, Hank se encuentra a si mismo demasiado vulnerable a los voluptuosos encantos de Rory – a pesar de tener una novia. Cautelosa despues de una ruptura, ella proteje su herido corazon con una barrera de sarcasmo mientras cada uno lucha por suprimir la quimica crepitante que amenaza con poner sus vidas de cabeza.
    ?la soledad y frustracion la obligaran a conformarse con las calientes y pesadas atenciones de su Ex, El Sr. Incorrecto? Confundida y atormentada por el deseo, Rory busca consuelo y consejo en sus cuatro inteligentes y atrevidas amigas, el Manhattan Night Dinner Club.
    RESCATA MI CORAZON es el primero de la serie Manhattan Dinner Club.

  • El luminoso regalo de Manuel Vilas

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    Cuando la fantasia sexual puede convertirse en un camino sin retorno.

  • Dos vidas de Jay Asher

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  • Entre brumas de Raquel R. Gallagher

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  • El triangulo de la vida de Francisco Mir

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    --Me pregunto por que los secretos se hallan en los sitios mas oscuros --dijo el abuelo mientras intentaba en vano sacar una de sus zapatillas de debajo del sofa. Su voz sono cansada por el esfuerzo de agacharse. --?Que has dicho, abuelo? --le pregunte extranado mientras me agachaba yo para ayudarlo. Saque la zapatilla y se la di. --Nada, Juan. Gracias, mi espalda ya no esta para estas cosas. --Abuelo, te he oido. ?Que tiene de secreta tu zapatilla? --?Mi zapatilla? Esconde un gran misterio: nadie sabe por que es tan escurridiza --contesto muy serio, y luego se quedo pensando y dijo-- Humm..., esa frase me ha venido a la cabeza de repente, y me ha recordado... --?El que? --Nada, una vieja historia. Algo que me conto muchas veces mi propio abuelo. Sobre un antepasado nuestro. --?Un antepasado? ?Quien era? ?Que le paso? ?Por que nunca nos la has contado? --!Tranquilo, pequeno!, solo es una vieja historia. No se, a tu padre le aburria, asi que... --!Es sabado, abuelo, tenemos toda la manana. No te muevas del sofa, voy a llamar a mis hermanos! --!Pili, Eli, Carlos!, venid, el abuelo nos va a contar una historia de un misterioso secreto. Rapidamente acudieron al salon, y nos situamos todos a su alrededor. Mi hermano pequeno, Carlos, que tenia cuatro anitos, y yo, que entonces tenia nueve, nos sentamos en la alfombra, a los pies del abuelo. Mis hermanas, Eli, de catorce, y Pili, de diecisiete, se sentaron cada una en un brazo del sillon; mi abuelo no podia sentirse mas arropado y orgulloso de sus nietos. --Bueno, bien, os la contare --dijo mi abuelo afablemente--, pero recordad que esto le ocurrio de verdad a un antepasado nuestro: el abad del monasterio de Montserrat, que se llamaba Joan, o Juan en castellano, como todos los primogenitos de esta familia. A el le toco protagonizar uno de los viajes mas importantes de la historia, aunque casi nadie sabe de el. --?No aparece en los libros de texto? --pregunto mi hermana Pili, la mayor. --Pues no, no aparece, por eso teneis que aprenderlo bien, no puede caer en el olvido. Bueno, pues alla va, escuchad. Hasta el pequeno Carlos se quedo en silencio a la espera de aquella historia. --!Imaginaos un carro tirado por cuatro caballos! Y ahora imaginad que el carro lo custodian cuatro soldados montados sobre otros cuatro caballos. Dos van delante y los otros dos detras, y van armados con espadas. Por sus caras serias parecen dispuestos a usarlas en cualquier momento, y todo ello nos hace suponer que aquello que transportan es de suma importancia. Esto nos lo contaba mi abuelo sin leerlo en ninguna parte, gesticulando y haciendo aspavientos con las manos, y asi conseguia que cobrara mucha mas vida. --Uno de los soldados que encabezaban la expedicion, harto de viajar, nervioso por su responsabilidad, le pregunto al otro: <>. Su companero le contesto: <>.--Viajaban desde la imprenta de Venecia hacia el monasterio de Yuso en San Millan de la Cogolla, que entonces pertenecia a Castilla y hoy a La Rioja. --?Como eran de grandes los caballos, abuelo? --preguntaba yo, con los ojos abiertos como platos. --Muy grandes. Pensad que aquella gente no podia fallar en su cometido, tenian que recorrer mas de mil quinientos kilometros, por caminos de todas clases, y debian infundir respeto a cualquiera que pretendiera asaltarlos. !Carlitos, ponte de pie! Fijaos en vuestro hermano pequeno: pues los caballos eran como tres veces mas altos que el. Empece a imaginar la altura de aquellos caballos…, y deduje que rebasaban el techo del salon. --?En que idioma hablaban? --pregunto mi hermana mayor. --Buena pregunta, hija. Aunque el padre Joan era catalan, a los italianos les hablaba en castellano, y ellos lo chapurreaban mas o menos. Las tres lenguas eran entonces mas similares que ahora y, con buena voluntad, siempre se terminaban entendiendo de una forma u otra. --!Atentos, chicos!, era el ano 1482 cuando la carreta con su escolta atravesaba los pequenos municipios de un valle metido entre las montanas, asustando a los pocos vecinos que se cruzaban en su camino; como si hubieran visto al diablo, los hombres, mujeres y ninos desaparecian hacia el interior de sus casas despavoridos, para observar por alguna rendija de las ventanas semiabiertas el paso del carruaje. --?Cuantas generaciones han pasado, abuelo? --interrumpio mi hermana la mayor. --Mira, hija, si han transcurrido ya unos quinientos anos, calcula unas veinte generaciones mas o menos hasta nosotros, no sabria bien como tendriamos que llamar al padre Joan. --?Trastataratio, quizas? --Creo que no, me parece que se dice, llegado a ese nivel, como en geometria, hexatio abuelo, heptatio abuelo y asi hasta decatio abuelo, pero no me hagas mucho caso. Continuare… >>Habian dejado atras el pueblo de Najera, tan solo les faltaba adentrarse en el valle de la Sierra de la Demanda y en unas horas estarian con los hermanos de la Real Congregacion de San Benito, hoy conocidos como los hermanos benedictinos. >>Nuestro familiar, el abad del monasterio de Montserrat Joan de Peralta, viajaba junto a Giovanni Della Rovere, enviado de especial confianza del papa Sixto IV, custodiando los trece libros de Euclides, asi como un manuscrito secreto de cuya existencia nadie sabia, salvo el papa y nuestros enviados, que se llamaba El Triangulo de la Vida. --?Que habia en ese manuscrito secreto, abuelo? --pregunto mi hermana Eli. --Tenia nada mas y nada menos que las claves para reconocer en la naturaleza lugares con un gran poder. --?Y que es eso de los trece libros? --pregunte yo. --Mira, Juan, Euclides fue un geometra griego, responsable de la biblioteca de Alejandria, la mas importante de todos los tiempos, que recopilaba todo el conocimiento de la epoca y que, segun se dice, se quemo en un gran incendio y quedo totalmente destruida. Pero el recogio y plasmo en esos trece libros los principios de toda la geometria que seguimos utilizando hoy en dia. Y gracias a que esos libros se salvaron, hemos podido evolucionar y prosperar en todas las areas tecnologicas, ?entendeis? Ni mi hermano Carlos ni yo habiamos entendido nada, pero asentiamos por no parar el ritmo de la historia. --Continuo, y aguantad un poquito mas, que, si no, no me va a dar tiempo de terminar antes de comer, ?vale, chicos? --!Siii! --dijimos todos a la vez. --Habian pasado el pueblo de Badaran y aquella noche de verano se les echaba encima --continuo mi abuelo--, de modo que prendieron los faroles que colgaban de la carreta, y que a duras penas alumbraban la ruta que conducia hasta el monasterio. Dos soldados abrian paso a la carreta por el estrecho camino, que iba cerrandose a medida que se adentraban entre las frondosas ramas de las enormes hayas y encinas que cubrian el valle. Como ya he dicho, otros dos soldados vigilaban la retaguardia. Las raices, que surgian del terreno como si formaran el sistema nervioso del bosque, conectandolo todo, atravesaban de lado a lado aquella senda y hacian que la carreta fuera dando brincos continuamente. Su estructura crujia, y el ruido resonaba como alaridos de auxilio en el solitario valle. >>Dentro del pequeno habitaculo de la carreta, compartian el espacio los dos encargados de custodiar el baul: Giovanni Della Rovere, sobrino del papa, por si no os lo he dicho antes, y nuestro pariente el abad Joan. Viajaban sin comodidad alguna, tan solo acompanados del tacto de las grietas de las viejas maderas y del de las cadenas que sujetaban y fijaban el baul, que sin cesar chocaba contra sus piernas encogidas y entumecidas. El resto de los enseres iban en la parte de arriba de la carreta en tres baules tras el cochero. --!Hala, un sobrino del papa! --dijo mi hermana Pili. --Si, ya vereis porque, esperad un poco. --?Era muy grande el baul, abuelo? --le pregunte; no me podia imaginar aquellas dimensiones. --Mira, hijo, las carretas no eran muy grandes, poco mas que un coche, se sentaban enfrentados y, en medio, el baul. !Vamos a imaginarlo! Vuestro hermano Carlitos sera el baul, hazte una pelota en el suelo..., y ahora vosotras dos --les dijo a Pili y a Eli-- sentaos una enfrente de la otra, en medio vuestro hermano, con las rodillas pegadas a su cuerpo. --Ja, ja, ja --Carlos empezo a reirse--. Me haceis cosquillas con las rodillas. Nos reimos todos. --Pues esas cosquillas --dijo mi abuelo muy seriamente-- eran todo lo contrario: solo sentian aspereza, dureza y dolor. --Se quedo callado mirando al frente como queriendo sentir ese momento como si el lo hubiera vivido. Todos enmudecimos--. Ascendian junto al rio respirando la frescura del anochecer, cuando unas gotas de lluvia prendieron el intenso aroma de las hojas mojadas. De ser unas gotas que perfumaran el valle, pronto pasaron a ser chorros de agua que se colaban entre las rendijas de la carreta, y un placido instante se convirtio en una autentica trampa para todo el grupo. << !Padre!>>, le grito el cochero, <>. A lo que el padre Joan respondio: <> Antes de que el cochero pudiera cumplir su orden, les salieron al paso... !tres, cocodrilos! --!Cocodrilos, abuelo! --exclamo mi hermana la Pili.

  • El museo de los espejos de Luis Montero Manglano

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    Un secreto mortal se oculta en las pinturas del Museo del Prado.

  • El marido de mi madrastra de Aurora Venturini

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    Como escribir un prologo cuando el libro colma todo lo que debe existir y nada mas se necesita? Me viene a la mente la sentencia filosofica de algunos prisioneros de guerra: no mas palabras, no mas palabras. Como los cantantes celebres con banda soporte, la gente los escucha solo con el deseo de que terminen cuanto antes. O las parejas miticas, Beauvoir y Sartre, donde un hijo estorbaria. Un prologo entonces tiene que ser como los cementerios de Estambul, con sillas de hierro al lado de las tumbas mientras cae la nieve; una conversacion entre los visitantes y los muertos. ?Que pasaria si Aurora Venturini viajara en tren con madame de Sevigne, que pasaria si Aurora Venturini charlara toda una velada con Edith Wharton? Escuche el nombre de Aurora Venturini por primera vez en 2007, en el largo trayecto hacia Francia. El mismo ano y el mismo mes, ella levantaba el tubo en su casa de La Plata y oia lo que habia deseado toda su vida: el reconocimiento. Yo me estaba yendo a buscar la escritura en otra lengua, a una Paris que solo existe en el arte, ahi donde Aurora se autoexilio y vivio en frances junto a Violette Leduc, Camus y la pareja mitica. Cuando lei a Aurora fue un verdadero descubrimiento, eso que describe Pascal en Memorial. Leer, leer de veras, es el sindrome de Stendhal, un bombardeo, Aurora Venturini lo es. Este libro de cuentos se divide en dos, como esos juegos de terror de los parques de atracciones. La puerta numero uno lleva por un pasadizo secreto a la puerta numero dos, el segundo libro dentro del libro. Puerta perversa que invierte-pervierte lo horroroso y abyecto. Pero ?que no es horroroso y abyecto? <>, dice Venturini. <>, escribe ella. Venturini es capaz de escribir sobre la familia con la tecnica de heliografia de 1826 o las fotografias post mortem de ninos con las madres tras un cortinado sujetando el cuerpo inerte del bebe. Este libro es una de esas casas burguesas donde no se sabe quien esta muerto y quien no, los cadaveres con largos vestidos blancos en movimiento o simulando dormir. El marido de mi madrastra es esa luz espectral y escalofriante. En El marido de mi madrastra no encontraran, oh, lectores, esposas felizmente casadas, sino mujeres que fajan a las hijas. Encontraran criptas, fosos, sotanos, ninos-monstruo, viejos-travesti, viejas-joven, familia-gitana, hombre-momia, fantasmas, salones con muertos en las vitrinas. Como las mujeres shakesperianas, las muertas vivas, las jovenes viejas, las castas libidinosas. El marido de mi madrastra es una escritura de caida de los prototipos. Una caida politica, como descolgar el cuadro de un genocida o una horda derribando la estatua de un tirano. Venturini no es Puig porque vuelve otra cosa el habla popular. Venturini nos senala, como Osvaldo Lamborghini, como Correas, que todo es una mierda pero que es fascinante. Y que no hay mensaje para la juventud. Arreglenselas solos, che. Aurora escribe contra el lenguaje, contra las convenciones de lo escrito, como en Las primas, como en Las amigas; hay una oralidad precaria en el sentido de una filosofia donde lo que se precariza es la lengua que es hablada, la lengua del control automatico. Con su voz disidente y a destiempo, Aurora supo ponerse en la boca de todos. Tan a destiempo que se estan reeditando sus libros cuando ya murio, una paradoja que bien podria sucederle a la Chona, una de las protagonistas del cuento <>: <>. Hermanada con sus personajes, Venturini no esta muerta del todo. El marido de mi madrastra es liminal, no tanto un No Man's Land, sino un lugar descentrado, ahi donde la verdad de la literatura no se puede legislar. En estos relatos Aurora no elige entre literatura alta y literatura baja, sino que se posiciona en una enunciacion periferica, en la unica posicion de enunciacion posible para una escritora como ella. Escuchen la musica de <>, que comienza asi: <>. Como los dos personajes de Kafka, Karl Rossman en la novela America al salir del circulo familiar para ir a dar en territorio lejano e ignoto y el artista del relato Un artista del hambre, muerto de hambre en una jaula, los personajes de Venturini responden a la premisa kafkiana: <>. ARIANA HARWICZ EL MARIDO DE MI MADRASTRA Carbuncula Carbuncula Tartaruga sale al anochecer apoyada en sus gruesos bastones de madera durisima, acaso sea roble. De otra manera, esos soportes se hubieran doblado y hasta se hubieran quebrado, tal la enormidad seudohumana de la usuaria, porque Carbuncula es inmensa. Carbuncula es torpe en su caminar lentisimo. Tan lento... Avanza con tal lentitud que se dijera se desliza como los caracoles y las babosas. Deja tras ella un lampo blanquecino y fofo. Viene con su resbaloso modo susurrando algo ininteligible. Asegura que reza. No aclara a quien dirige su oracion. Carbuncula nunca aclara nada a nadie; es sombra redonda, robusta, olorosa, inquietante de si misma. Resulta horrenda, pero se acepta, ella lo hace con aparente goce y satisfaccion. <>, comienza sus chacharas feas. Digo feas porque son en contra de alguien. Ella, segun ella, es perfecta y no habra juez que se atreva a juzgarla, <>; y ahi se saldan la teoria, la tesis y la conclusion. Lleva grabadores en todos los bolsillos de sus chaquetas y en su casa los hay hasta en los arboles del parque. <>, repite al oido temeroso de aquellas mujeres a las que ella supone amigas. Alguna, remisa, intento zafarla: <>. Siempre procede de tal suerte. Se viste con la ropa de hombre que heredo de su papa, un ser tan raro como ella. Aseguran que Carbuncula mato a su mama. En mis momentos de gran melancolia, pienso que tuvo una buena razon para aniquilar a su vieja: el hecho de traerla al mundo. Vive sola en la mansion de habitaciones barrocas, muebles barrocos, cuadros y estatuas. Tiene la casa un altillo al cual se sube por una escalerilla caracol de hierro ya muy herrumbrado. Suele alquilarlo, pero los inquilinos duran poco. En su cocina mugrienta, cocina potajes y sopas. A veces compra las vituallas y entonces se sirve a si misma en el comedor barroco, tan que en cada uno de los motivos florales o rostros hay tierra apelmazada por anares. Cuando la mugre invade, ella acude a una sirvienta a la que le paga unos pesos por hora. En mis momentos de gran melancolia, me he interrogado a mi misma acerca de por que las sirvientas que lo fueron de Carbuncula jamas han contado aquello que les borro las ganas de ofrecerse para trabajar afuera o con cama adentro. Y yo inquiri a mas de una. Y mas de una exclamo: <>. Ninguna quiso contar. Las paredes de la mansion Tartaruga estan tapizadas de libros. Posee infinidad de libros, uno al lado del otro, inmoviles, con esa inmovilidad confesa de los objetos que aseguran que no han sido tocados nunca. Se ve que no lee. Mira los cuadros con las caras y el cuerpo hasta la cintura, al oleo, de sus antepasados, y resuella. Ella supone suspirar, pero no. Las piezas, seguiditas, forman como una via de ferrocarril interminable. No es posible contarlas. En la mansion, la monstruosidad elude cualquier logistica. Hay un bano; en el hay una banera no instalada. Adentro de la banera hay trastos inservibles: ropa, palanganas y escupideras desfondadas, zapatos antiquisimos, sombreros, etcetera. Junto al inodoro, un balde

  • El Final de todos los Inviernos de David Arrabal Carrion

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    Araziel escapa del Infierno decidido a recuperar el amor que Dios le arrebato. Para ello no dudara en matar a todo aquel que se cruce en su camino, ya sea humano, angel o demonio. Los que fueron sus hermanos no dudaran en detenerle, mientras que su antiguo enemigo se revela como la piedra angular de su destino. Mientras, Irene, sumida en la indestructible tristeza a la que fue condenada, ignora la batalla que se libra a su alrededor, una lucha que busca liberarla del castigo divino impuesto por amar a alguien prohibido. “El final de todos los inviernos” es una historia de amor y muerte, de fe y tenacidad, de superacion y sacrificio, un canto a la esperanza.

  • Una primavera de perros (Subjefe Rocco Schiavone 3) de Antonio Manzini

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    El irascible subjefe de policia Rocco Schiavone ha seducido a Italia. Cada nuevo episodio de sus aventuras adquiere una dimension mas incisiva y profunda, para deleite de sus cientos de miles de seguidores.

  • Historia del Ojo de Georges Bataille

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    Puede decirse sin temor que Historia del ojo es la obra maestra de la literatura erotica. En ella confluyen, por un lado, la mejor prosa en clave surrealista de este gran novelista, ensayista y poeta frances y, por otro, la esencia de su obsesiva preocupacion por el sexo, la muerte y la fe --su fe -- que configura, en realidad, gran parte de su obra. Partiendo de un proceso creativo muy querido de los surrealistas, relaciona, en una trama anecdotica, de hecho, muy simple, las imagenes que de un modo inconsciente y automatico evocan el ojo, el huevo, el sol, los genitales del toro, con toda su carga de connotaciones atavicas, y nos las <> en su contenido erotico mas revulsivo. El personaje de la joven Simone, que transgrede en todos sus actos cualquier norma de comportamiento sexual admitido, moral y conscientemente, es la encarnacion, por una parte, del Deseo inconsciente y, por otra, del Pecado, de lo Prohibido y por ende del Placer, que a su vez, por ser fruto del mal, no es mas que portador del maximo castigo: la muerte. Asi pues, el goce en su plenitud sabe siempre a muerte...

  • No hay reglas para olvidar de Iris T. Hernandez

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    Nasha dejo atras su zona de confort y se separo de su novio, Andres Zuniga, para lanzarse a la aventura, levantar su negocio y construir su reino.

  • Mi Planta de Naranja-Lima de Jose Mauro De Vasconcelos

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    De mayor Zeze quiere ser poeta y llevar corbata de lazo, pero de momento es un nino brasileno de cinco anos que se abre a la vida. En su casa es un trasto que va de travesura en travesura y no recibe mas que reprimendas y tundas; en el colegio es un angel con el corazon de oro y una imaginacion desbordante que tiene encandilada a su maestra. Pero para un nino como el, inteligente y sensible, crecer en una familia pobre no siempre es facil; cuando esta triste, Zeze se refugia en su amigo Minguinho, un arbolito de naranja lima, con quien comparte todos sus secretos, y en el Portugues, dueno del coche mas bonito del barrio.

  • Ser feliz no es gratis, pero tampoco cuesta tanto de Tamara Gorro Nunez

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    Para conseguir acercarnos a una vida plena y feliz es necesario llevar a cabo unas pautas que nos hagan sentirnos bien por dentro y por fuera.

  • Las incorrectas de Paloma Bravo

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    Eva, Cristina, Candela e Inma no tienen nada en comun (ni el estado civil, ni la profesion, ni la actitud ante la vida) pero se encuentran en el club de futbol de sus hijos. Alli, inmersas cada una en su propia crisis vital, descubriran que la amistad lo puede todo.

  • La razon de los locos de Ana Moreno-alcazar

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    La vida monotona y aburrida de Lucia Agramunt dio un giro inesperado la noche en la que conocio a Gabriel, un joven y apuesto profesor de economicas de la Universidad de Barcelona. Dos vidas destinadas a encontrarse para enfrentarse juntas al capricho de un futuro incierto marcado por la angustia, el desespero y los limites entre la razon y la locura. ?Es posible cruzar la linea divisoria entre lo real y lo imaginario para encontrar consuelo en los tormentos del alma? ?Puede el corazon ser el unico aliado en un mundo irrumpido por lo irreal? Mientras Lucia intenta comprender la fragilidad de la mente humana y encontrar una respuesta a estas preguntas, el reloj corre en su contra si quiere descubrir la verdad.

  • El Caso de la mosca dorada de Edmund Crispin

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    Las companias de teatro suelen ser siempre un hervidero de habladurias. Pero pocas son tan intrigantes como la que se encuentra actuando en estos momentos en Oxford. La joven y letal Yseut, actriz algo mediocre y maliciosa, es el centro de todas las miradas, aunque su principal talento consiste en destrozar las vidas de los hombres que la rodean. Hasta que es hallada muerta en extranas circunstancias. Por fortuna, entre bastidores se encuentra el excentrico profesor Gervase Fen, quien halla mayor placer en resolver crimenes que en ensenar literatura inglesa. Y cuanto mas investiga el caso, mas cuenta se da de que todo aquel que conocia a Yseut habria sido candidato a asesinarla; pero ?sera capaz Fen de descubrir quien lo hizo en realidad? El cadaver de la joven ha dejado una pista reveladora: una reproduccion de un extrano anillo en forma de mosca dorada.
    Este es el primer caso del extravagante y genial profesor de Oxford y sabueso aficionado Gervase Fen (“La jugueteria errante”), y una de las cumbres de la Edad Dorada de la novela de detectives inglesa.

  • Seduciendo a la chica especial de Anna Olsson

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    Iban es un chico que cree en el amor, lo vive a diario junto a sus amigas, hasta que un dia decide hacer un viaje sorpresa a Estocolmo, Suecia, donde a conocera a la interesante Karin. Disfrutad de la novela.

  • Te odiare hasta que te quiera de Priscila Serrano

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    La fachada de mujer dura de Noelia deja al descubierto a alguien fragil cuando Marcos, el que fue su mejor amigo y quien desaparecio anos atras, sin explicaciones, vuelve a su vida. Lo que ella pensaba que solo era un recuerdo, regresa, convirtiendo lo que en su dia fue amistad en una enorme atraccion. Pero Marcos sigue sin contarle la verdad sobre su marcha.
    ?Que y por que lo oculta? ?Cual es su miedo? ?Que lo odie y la pierda de nuevo?
    El tendra las respuestas a todas estas preguntas cuando decida contarle la verdad.

  • La jefa suprema (Los jefes 4) de Victoria Quinn

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    Me habia traicionado.

  • El Precio De Tu Amor de Vanessa Lorrenz

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    Todas las alarmas de su cuerpo se dispararon al escuchar la voz entrecortada de su madre al telefono, aun no sabia que era lo que pasaba exactamente, solo logro escuchar la palabra: papa y secuestro, !Pero eso no podia estar pasando! Agitada salio de la sala de juntas empujando a cualquiera que se le atravesara en su camino para llegar lo mas pronto posible a casa de sus padres. Pero cuando llego todo habia pasado, en el lapso de unas horas, unas malditas horas a su padre lo habian secuestrado y asesinado, no pidieron rescate, !nada!, solo encontraron su cuerpo dentro de una camioneta, con un impacto de bala. Natalia lloraba desconsolada entre los brazos de su madre, no era posible que, asi sin mas, unos hombres acabaran con la vida de su padre, que siempre fue un hombre excepcional, un marido dedicado a su familia, pero sobre todo un hombre de honor. Estaban hablando con unos agentes de la policia cuando llego a la casa Robert el segundo al mando en la empresa de su padre, estaba tan tranquilo que le dio una rabia inmensa que se lo tomara todo con calma. La razon exacta de su odio por Robert la desconocia, pero era algo que no podia evitar, aunque sabia perfectamente que se estaba mintiendo. Cuando llego a trabajar con su padre, hizo todo lo posible por ir escalando de posicion hasta situarse donde estaba, de un simple arquitecto ahora era la mano derecha de su padre, quien tenia igual poder dentro de la empresa igual que si fuera el dueno. Eso la llenaba de rabia, ella que se mato estudiando para trabajar en la empresa familiar, la relegaron a trabajos sencillos en una planta inferior en el area de administracion, mientras que el hijo predilecto de su padre era Robert; aunque no llevara la sangre de su familia, era para sus padres como un hijo mas. --Robert querido, que desgracia mas grande ha pasado, estamos destrozadas. --dijo su madre en cuanto lo vio entrar por el umbral de la puerta, arrogandose a sus brazos para ser consolada. Su peor enemigo en persona envolvio a su madre en un fuerte abrazo, Robert estaba ahi como siempre, con su uno noventa de estatura, su porte elegante, su cabello negro noche al igual que sus ojos heladores, que en esos instantes la observaban como si ella fuera la culpable de todo, mientras su madre no se percataba de nada, tan sumida en su profundo dolor. !Estupido! --Elena no sabes como lo siento, pero quiero que sepas que aqui estoy para apoyarlas en todo lo que necesiten. --Gracias Robert no sabes como agradezco tu apoyo. --su madre aun sollozaba, limpiandose las lagrimas en un fino panuelo de seda. --En unos momentos me encargare de los preparativos para el funeral de Arturo. --Gracias hijo, en este momento no tengo cabeza para nada. Si me disculpan necesito descansar un momento, voy a mi recamara a recostarme un rato. --Es lo mejor Elena. --dijo el insufrible separandose de su madre, para acompanarla hasta las escaleras de media luna que daban acceso a la parte superior de la casa. -- ?Quieres que te acompane madre? Estas muy alterada. --No hija, mejor te agradeceria que apoyaras en todo a Robert, no quisiera cargarle mucho la mano, con todos los tramites que le esperan. --tal parecia que su madre estaba metida en una neblina de dolor. En cuanto su madre desparecio de la vista de los dos, ella se volvio fulminando con la mirada a Robert. -- ?Se puede saber que te propones? --posiblemente no deberia de actuar de esa manera, pero el simple hecho de que ese hombre no estuviera sufriendo la perdida de si padre la estaba matando. Ella estaba destruida. --No entiendo a tu pregunta Natalia. -- !No te hagas el idiota!, esta claro que sabes a lo que me refiero, ?que ganas con venir a ofrecerte para los tramites?, !soy yo la que tengo que hacer todos los tramites, es mi padre no el tuyo Robert, que se te quede bien granado en la memoria! --grito sin poder evitarlo, reflejando en su tono de voz todo el dolor que sentia por dentro. --Aunque no lo creas nena, Arturo para mi fue como un padre y, su partida me duele igual o mas que a ti. -- ?Por que? ?Por que se te acabo tu reinado en la empresa de papa? --Nunca crei que no tuvieras corazon Nat--dijo usando el diminutivo con el que siempre la fastidiaba, aunque su padre lo usaba para referirse a ella, dicho en los labios de ese hombre era como un golpe en el higado nada mas de escucharlo--, nunca crei que fueras capaz de pensar solo en la empresa cuando a tu padre lo acaban de asesinar. No dejas de sorprenderme. Con estas acciones solo me confirmas que es verdad lo que Arturo decia de ti, unicamente eres una nina caprichosa y mimada que necesita que la bajen de su nube rosa en la que esta subida. Debes salir de ese castillo de algodon princesita. Las palabras de el hicieron que una furia contenida desde anos atras saliera precisamente en ese instante. Sin saber muy bien como lo hizo; le propino una bofetada, que retumbo por toda la casa. Ella odiaba la violencia, de verdad que si, pero ese hombre sacaba lo peor de ella. -- !Nunca en tu maldita vida, te vuelvas a acercar a mi, ni a referirte a mi persona con esas palabras!, sabes, estoy cansada de competir siempre contigo por el aprecio de mi padre y estoy cansada de que siempre ganaras, pero mi padre ya no esta, asi que preparate para lo que viene, porque esta vez no te dejare ganar. Robert tomo su rostro entre sus manos apretandola provocandole dolor por su agarre. O tal vez el dolor era por ver el odio en sus ojos. --Mira ninita consentida, te voy a decir que a mi el que me la hace me la paga, yo que tu no cantaria victoria dulzura, esta --dijo sobandose la mejilla donde lo habia golpeado--me la vas a pagar y muy caro, que tu padre no supiera ponerte limites no quiere decir que los demas vamos dejar que nos domines con tan solo mover un dedo. La solto de pronto haciendo que ella retrocediera, por la fuerza con la que la empujo. -- !Eres un maldito bastardo! !Me oyes, te odio, te odio con todas las fuerzas de mi alma!, espero que desaparezcas de nuestras vidas para siempre. --grito Natalia con todas sus fuerzas, mientras veia a ese hombre darse la vuelta al momento que se acomodaba los botones de la chaqueta de su traje, para despues salir de la estancia riendo a carcajadas. -- !!Ya veremos quien rie al ultimo, estupido bastardo, considerate fuera de la empresa!! porque eso va a pasar en cuanto tome las riendas de la empresa. !Eso te lo juro! --murmuro entre dientes a la puerta cerrada por la que habia desaparecido Robert. En contra de lo que ella queria, Robert fue el encargado de los preparativos del funeral, velaron a su padre dos dias, para darle cristiana sepultura al tercer dia. Su madre estaba sumida en una profunda depresion, no hacia mas que llorar todo el tiempo, pero era comprensible, si a ella le mataran al amor de su vida estaria peor, sin comprenderlo en su mente aparecio la imagen de Robert; pero la desecho al instante, ese estupido engreido tenia las horas contadas dentro de su empresa. Durante la siguiente semana todo fue muy triste para ellas, lo dias pasaban de manera lenta, su madre se pasaba la mayor parte del dia llorando sobre la cama, abrazada a un portarretratos de plata donde se encontraba una foto de los tres en sus navidades pasadas. Ese ano definitivamente todo seria distinto. La vida de hecho ya comenzaba a ser muy distinta sin su padre levantandose temprano por la manana para desayunar con ellas, era cierto que su padre tenia cierta debilidad por Robert, pero siempre profeso un amor incalculable para ella. Pero ahora les tocaba enfrentar el mundo solas. Capitulo 2 La empresa de su padre, era una importante constructora donde prestigiados arquitectos trabajaban disenando todo tipo de construcciones. Natalia se habia especializado en direccion empresarial, no hacia falta un arquitecto mas en la familia, con que el hijo prodigio fuera el mejor en su campo, era mas que suficiente. Tontamente tenia la ilusion de que asi su padre la tomaria mas en cuenta a la hora de asignarle su puesto en la empresa, pero: !oh sorpresa!, se habia equivocado totalmente. Ya que fue delegada a estar en el piso administrativo, luchando a cada paso para poder escalar un peldano dentro de su misma herencia familiar. El regreso a la realidad fue muy doloroso, aunque no tenia otra opcion, necesitaba tomar las riendas de s empresa. En cuanto puso un pie en la constructora miles de recuerdos se agolparon en su mente. Su padre saliendo de ahi, con su impecable traje hecho a medida. Cuando tenian oportunidad de salir juntos; le tomaba de la mano y le decia que ese magnifico imperio era su orgullo y que cuando el faltara todo pasaria a sus manos. Ella siempre le decia que haria cualquier cosa para nunca verlo caer. Robert siempre detras de su padre, le decia que era una empresa tan solida que jamas llegaria a caer. Pero bueno lo mismo habian dicho del titanic y las torres gemelas y las dos ahora estaba destruidas. Camino por los amplio pasillo sin percatarse de la mirada de pena que embargaba a los empleados; su padre siempre fue un jefe consiente de que sus empleados eran lo primero. Estaba claro para el, que sin empleados capaces y bien remunerados, la empresa no seria lo que era en ese momento. Solo se escuchaba el repiquetear de sus zapatillas, sobre el inmenso silencio que reinaba en las estancias, seguramente todos estaban a la expectativa de que es lo que pasaria con la empresa. Subio al ascensor que la llevaria al decimo piso donde se encontraba la presidencia, no habia pisado la constructora por ordenes expresas de su padre, orden que se la hizo saber el abogado el dia del sepelio. Unicamente se podia presentar ahi para la lectura del testamento; donde aclararian la situacion financiera de todo. Daria la empresa completa por tener de nuevo a su padre junto a ella, la herencia, la empresa, las acciones en la bolsa todo eso no era mas que puras cosas superficiales, una lagrima resbalo por su rostro solamente de pensar que jamas lo veria de nuevo, detras de su imponente escritorio. Nunca en su vida penso en sentir un dolor tan grande y lacerante que le atenazaba el alma. Era como si una parte de ella estuviera perdida, ahora su madre y ella estaban incompletas: su familia estaba incompleta. Lo unico reconfortante de todo, es que seguramente no volveria a verle la cara a Robert, ese era un maldito aprovechado que unicamente gozaba de la preferencia de su padre. Pero afortunadamente eso se habia acabado. Ahora solo quedaba decirle de la manera mas educada posible que abandonara las instalaciones de la constructora y buscara otro hombre al que andar siguiendo como perrito faldero. Aun recordaba la primera vez que lo vio entrar a su casa, Natalia acababa de llegar de la universidad para las vacaciones decembrinas, todo parecia ir de maravilla, adorno la casa con su madre, juntas eligieron el menu de aperitivos y comida central que se serviria en la cena de navidad; pero todo su mundo se paralizo en cuanto poso sus ojos en ese insufrible hombre que unicamente habia llegado para amargarle la existencia. Para la cena ella habia elegido un hermoso vestido color dorado, que resaltaba su cabello castano, se habia maquillado ligeramente, y su cabello le habia dado forma con unas ondas gruesas, para despues sujetarlo en un mono alto, dejando unas hebras rizadas que le daban un aire coqueto. Su madre estaba elegante con su vestido rojo y su cabello recogido en un mono frances a la altura de la nuca; bajaron tomadas de las manos, sonriendo a su padre que estaba al pie de la escalera, pasaron al interior del salon donde sus amistades mas allegadas y los empleados de la constructora estaban esperando para pasar con ellos la navidad y, ahi estaba el; parado frente a la chimenea con una copa de champagne en su mano, mientras hablaba animadamente con uno de los chicos de sistemas de la empresa. Su corazon se paralizo en ese momento, nunca en su vida un hombre habia llamado tanto su atencion como aquel desconocido. Su padre se acerco con ellas del brazo, hasta donde estaba el desconocido provocando que su muy paralizado corazon comenzara a latir desenfrenado. El desconocido sonreia amablemente a sus companeros de trabajo y, ella practicamente habia perdido el habla. Su cabello negro levemente rizado, dejaba un mechon rebelde que caia sensualmente sobre su frente. Cuando el giro su rostro, logro ver que tenia los ojos negros como la noche, los cuales la cautivaron al instante; aquel dia los ojos de el tenian una chispa cuando se posaron en ella, pero fue cuestion de un segundo, porque al instante vio como se tensaba y cambia su semblante risueno por un ceno fruncido justo en el instante en que ellos llegaban a su lugar. Esa era la misma mirada que siempre le dirigia a ella, como si siempre estuviera enojado y como si ella fuera la culpable de todos los males que aquejaban al universo. Natalia suspiro antes de pararse frente a la puerta del despacho que, hasta unas semanas atras era el que ocupaba su padre.

  • Ella es Evelyn escandalo de Kate. L Morgan

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    Park Avenue, Nueva York, 1860 Se sentia tan feliz, que el tiempo volaba en esa ciudad que le parecia sobrecogedora. Asistia a bailes, al teatro, visitaba monumentos, y no estaba cansada de toda esa actividad sino encantada, salvo por una extrana sensacion que la incomodaba, sobre todo en ese momento pues tenia la sensacion de que la observaban. No estaba segura, pero el cosquilleo en la nuca se habia vuelto incesante durante esos dias. Miro detenidamente a los paseantes que conversaban de forma entretenida en Central Park que le parecio enorme. En un banco cercano se encontraban dos muchachas que reian y conversaban de forma animada. Enfrente de ella, una mujer esperaba a alguien: tamborileaba con los dedos sobre un libro de forma impaciente. El resto de las personas no le parecieron lo suficientemente interesantes como para seguir con su escrutinio. Miro de nuevo el cuadernillo que tenia en las manos, y siguio dibujando todo lo que veia. Cuando regresara a Inglaterra, al menos se llevaria un hermoso recuerdo. Miro hacia el sol, y comprobo que quedaban todavia horas para que se ocultara. Lady Warren y lord Philips, sus amigos, habian decidido comprar algunas bagatelas en Sheep Meadow, pero ya tardaban mas de la cuenta, aunque no se arrepentia de haberse dado una escapada en soledad para dibujar el hermoso jardin pues era mucho mas interesante de lo que habia esperado. La visita al zoologico le habia parecido demasiado estresante porque disponian de poco tiempo. Le quedaban solo cuatro dias para que concluyera ese viaje a la ciudad, y ya habia agotado tres, aunque los habia aprovechado al maximo. Evelyn Brown, unica hija del marques de Dartmoor, se sentia muy feliz de que sus padres la hubieran llevado consigo en su viaje a las colonias. El noble lo habia decidido en el ultimo momento y contra la opinion de la esposa, pero a el no le apetecia estar tantos meses sin la compania de su hija. El marques iba a comprar una extensa propiedad en el este, y la parada en Nueva York habia sido obligatoria para disfrutar de los paisajes e interactuar con la sociedad de la ciudad. Para convencer a su esposa de lo apropiado que era llevarse a la hija en el viaje, habia puesto como escusa la necesidad de que la joven adquiriera un apropiado guardarropa para su presentacion en sociedad en la proxima temporada, y su esposa se indigno por la sugerencia pues ella creia que las mejores modistas estaban en Londres. Pero Andrew Brown se habia salido con la suya, y la hija termino acompanando a los padres en ese viaje tan largo, pero del que estaba encantada. Volvio a alzar su vista de las hojas del cuadernillo y miro los dibujos que ya habia terminado. La verdad es que se le daba bastante bien manejar el carboncillo a mano alzada. Evelyn habia dibujado elegantes plazas, algunos establecimientos que le parecieron curiosos, y las interminables avenidas de la ciudad. Nueva York le parecia fascinante. Lanzo un suspiro largo porque la sensacion molesta de que la observaban seguia presente. Evelyn volvio a mirar en derredor suyo esperando encontrar los ojos que perturbaban su tranquilidad, pero no los encontro. Hizo un encogimiento de hombros, y se dedico a buscar su pequeno bolsito de mano donde guardaba la llave de la habitacion del hotel, dinero, y algunos objetos femeninos, pero no lo encontraba, y se preocupo. Evelyn maldijo su costumbre de centrarse tanto en dibujar que se le olvidaba todo lo demas. Tanteo con el pie bajo el banco por si se le habia caido, pero tampoco estaba. Dejo el cuadernillo y bajo la mano hasta el suelo, pero, por mas que tanteaba, no lograba encontrarlo. Cuando se aseguro de que ninguno de los paseantes le prestaba la mas minima atencion, bajo la cabeza con la suficiente rapidez para buscarlo, pero no lo vio por ningun sitio. --?Ha perdido esto? --la voz profunda le hizo alzar la cabeza de golpe, el sol le dio de lleno en el rostro y la deslumbro. Tuvo que parpadear varias veces porque no distinguia nada. El desconocido dejo el bolsito en el banco, ella quiso mirarlo de nuevo y se volvio a deslumbrar. Parecia que el hombre estaba envuelto en rayos de luz. A la falta de vision se unio la preocupacion porque el hombre se habia acercado demasiado a ella, y no lo habia percibido de tan ensimismada que estaba admirando el paisaje y dibujando. --!Gracias! Se me ha debido de caer sin darme cuenta. --La explicacion habia sonado algo tonta porque era obvio, pero el timbre de voz del extrano la habia inquietado mas de lo que queria admitir pues parecia que estaba muy ebrio. --?Me permite invitarla a una limonada? --ella nego rapidamente con la cabeza. No solia aceptar invitaciones de desconocidos, y menos de uno al que no podia verle el rostro. Ella se dijo que al menos podria cambiar de angulo, pero seguia plantado frente a ella sin importarle que el sol la molestara. --Gracias por su amabilidad, pero tengo que irme. --Evelyn sujeto el cuaderno, los carboncillos, el bolso, y, sin mirar al extrano porque no queria volver a deslumbrarse, corrio en direccion al hotel sin volver la vista atras, afortunadamente el hotel estaba justo enfrente del parque. El caballero observo perplejo la huida apresurada de la muchacha. Desde que la habia descubierto en el parque, no habia podido quitarle la vista de encima. Se habia sentido poderosamente atraido por ella pues poseia unas largas y tupidas pestanas bajo unas cejas bien delineadas que realzaban las oscuras violetas que iluminaban su perfecto y delicado rostro. Lastima que la muchacha se mostrase tan desconfiada pues solo pretendia mantener una ligera charla. Sabia que era inglesa como el, y la necesidad de escuchar un acento que extranaba, le habian impulsado a conversar con ella, pero la mujer no le habia obsequiado ni una palabra amistosa. <>, se dijo mientras regresaba al hotel para seguir emborrachandose, necesitaba no estar sobrio nunca mas. Maldijo a su padre, maldijo a su destino, y a todas las mujeres de Inglaterra, pero especialmente a una, la culpable de su desgracia. A Evelyn le costaba entender la explicacion que le estaba ofreciendo el recepcionista. Sus padres seguian disfrutando de la velada en la embajada inglesa, y regresarian tarde, por ese motivo ella habia decidido volver al hotel porque se sentia muy cansada. Como no estaba acostumbrada a beber alcohol, el champan que habia tomado se le habian subido rapidamente a la cabeza. Su madre se habia enfadado con ella al verla, pero sus palabras habian llegado demasiado tarde, y ahora estaba mareada. ?Por que las muchachas de Nueva York bebian sin que sus madres se escandalizaran?, se pregunto. Por ese motivo se habia sentido a animada a hacerlo, y ahora pagaba su impulsividad. --?Ha entendido, lady Brown? --Evelyn asintio con la cabeza--. Dado que ha sido un error del hotel, la hemos ubicado en la planta tercera. --?Mis padres seguiran alojados en la planta primera? --pregunto. Ahora debia alojarse dos plantas mas arriba de sus padres. La visita imprevista de un senador, con el correspondiente sequito de seguridad, lo habia cambiado todo. El recepcionista siguio informandole. --Hemos cambiado sus pertenencias a la suite numero trescientos cinco. <>, penso ella. --!Muchacha afortunada! --la voz fuerte de Michael le hizo dar un respingo--. Toda una suite para ti solita. --!Que envidia! --suspiro Helena--. Dormiras lejos del control de tus padres --Evelyn le dio un codazo carinoso. --La verdad que dormir en la misma estancia que mis progenitores me da cierta seguridad -- confeso Evelyn--. Nunca antes he dormido sola fuera de casa. Michael la miro con ojos brillantes, pues Evelyn llevaba en su cuerpo bastante mas de dos copas de champan. --?De verdad que no te vienes al teatro --le pregunto. El recepcionista ya le daba la llave de su habitacion. --Lamento no acompanaros, pero no me encuentro muy bien. Helena la miro con las cejas alzadas. Visitar los teatros de Nueva York era una oportunidad unica. En Sheffield no habia teatros ni atracciones. Lo sentia por Evelyn porque la normas sociales indicaban que no debian dejarla sola hasta que regresaran sus padres de la embajada, pero la habian acompanado al hotel donde no podia ocurrirle nada malo. Michael y ella habian aceptado cuidarla, pero ahora no querian quedarse ni sufrir una velada aburrida porque estaba claro que Evelyn iba a quedarse dormida enseguida. --?De verdad que no te importa que vayamos al teatro Bowery? --insistio la mujer--. Ya sabes que muero por ver El mercader de Venecia? Evelyn sonrio. --Disfrutad, y manana me contais --los animo ella. Michael y Helena eran sus mejores amigos. El padre de ambos habia sido amigo y socio del suyo, hasta su muerte, muerte que los habia dejado en la bancarrota, por ese motivo se encontraban en Nueva York, porque Helena iba a conocer a su futuro esposo: un rico hacendado que los salvaria de la ruina. Era costumbre entre los nobles ingleses con maltrechas fortunas buscarse herederas que salvaran el patrimonio, y, en el caso de los americanos, sus fortunas les servian para entrar en la aristocracia. Las tres semanas de travesia no la habian mareado tanto como el champan que habia ingerido en la embajada inglesa. --Bien, gracias, Evelyn, manana te contaremos --le dijo Helena mientras se despedia de ella con la mano. Evelyn se giro a la vez que suspiraba pues estaba deseando meterse en la cama.

  • Amor en la Frontera (Western 1) de Lee Vincent

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    Ano 1870 en el Oeste Americano. Hace cinco anos que culmino la Guerra Civil entre el norte y el sur, y el territorio en el oeste de los Estados Unidos comienza su pleno desarrollo, en lo que se denomina la nueva Frontera, un lugar tan excitante como peligroso. Dos hermanas se ven forzadas a huir del Territorio de Wyoming ante la inminente muerte de su padre, victima de la tisis. A su llegada al pueblo de Monroe Park, en el reciente instituido estado de Colorado, se veran obligadas a luchar por su sobrevivencia en una comunidad, cuya unica ley es el revolver. Alli, Heather Harrison, la mayor de las hermanas, se topara con el temible vaquero Luke Montana, un hombre cuyo pasado esta plagado de misterios y que se empenara en conquistarla. En medio de sus luchas por abrirse paso en Monroe Park, las hermanas tendran que sortear diversos peligros, desde bandoleros hasta indios enfurecidos, pero su peor pesadilla se hara realidad cuando el despiadado cuatrero Richard Perkins reaparezca en la vida de Heather y la reclame como su mujer. ?Se saldra con la suya este bandido o tendra que enfrentarse a la inclemencia del mejor pistolero de la Frontera, Luke Montana? Al estilo unico de las novelas del Viejo Oeste llega la primera entrega de la bilogia Serie Western, Amor en la Frontera, una historia de amor, pasion y aventuras.

  • La Playa de los Cristales de Pedro Ramos

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    La Playa de los Cristales cuenta la historia de Juana, una chica de 16 anos que se escapa de un campamento de verano para buscar a su hermano de 11. Gracias a la ayuda de Marcos, un monitor que se siente culpable de la desaparicion, y de su pequeno grupo, Juana descubrira que la amistad es la mejor ayuda para superar los problemas, por muy graves y secretos que nos parezcan. Amor, amistad, aventuras y la reconciliacion de Juana con su padre hacen de La Playa de los Cristales una novela emocionante, con suspense y un ritmo que crea adiccion. Este viaje acaba de empezar y me gustaria que lo hicieramos juntos. !Feliz lectura!

  • ?Hasta donde estas dispuesta a llegar? de A. R. Cid

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    Si lo que buscas es algo divertido, sensual, y muy adictivo esta es tu novela.

  • Lucky Jim de Kingsley Amis

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    Jim Dixon se encuentra en una situacion delicada. No sabe si va a poder conservar su puesto de profesor de Historia Medieval en la universidad, ya que para ello tendria que publicar un articulo que le granjeara la admiracion de la academia. Y no solo eso:tambien ha de mantener una buena relacion con el profesor Welch, el jefe de su departamento, un hombre pedante y despistado que probablemente no olvide con facilidad que Jim proviene de una familia de clase media baja y que las altas esferas academicas no son precisamente su fuerte. Y todo esto mientras intenta conquistar a Margaret, una de sus companeras de trabajo que se esta recuperando de un intento de suicidio a causa de la ruptura con su exnovio. ?Le acompanara a Jim la suerte para conseguir sus propositos? Una nueva traduccion de la primera y aclamada novela de Kingsley Amis, que le valio el prestigioso Premio Somerset Maugham. Una satira de la vida universitaria britanica que, aderezada con una deliciosa y mordiente misantropia, constituye una de las obras mas inolvidables de la literatura comica britanica.

  • El ano del Oraculo de Charles Soule

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    La vida es impredecible pero…

  • Todavia sueno contigo (Destino 2) de Lina Galan

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    Alex, un chico sencillo y humilde, aun no ha conseguido olvidar a Clara, su gran amor, casada ahora con un rico empresario.

  • Domada de Liss Moura

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    Mi cliente era apuesto, carismatico y como todo hombre un mujeriego, no lo podia culpar, yo tambien amaba las relaciones de una noche, sin complicaciones. Pero en esta industria, si quieres sobrevivir, debes saber mantenerte bajo perfil.
    Soy buena en lo que hago, y por eso me dieron este caso complejo. Un jugador de Futbol americano: lo tiene todo, pero para ellos nunca es suficiente. No tengo que tratar con un nino, simplemente debo ensenarle como se hacen las cosas. A fin de cuenta tengo experiencia de otros clientes y con mi propia vida.
    No era un obstaculo ser mujer y trabajar con hombres, esas tentaciones estaban delimitadas, yo tenia un codigo. Hay suficientes peces en el rio; no seria tan idiota de entrometerme con uno de mis casos. Aun que el me mostrara su mejor cara y viera lo honesto, leal y bueno que es, yo no podia . ?Resistirme? No, yo jamas he sido una chica simple. Yo soy independiente, fuerte y no hay hombre que me pueda domar, o ?Si?

  • Ladronas de Nueva York 3 de Estefania Yepes

    https://gigalibros.com/ladronas-de-nueva-york-3.html

    La historia que encontraras a continuacion no es distinta a la tuya, a la mia o a la de cualquier mujer que se encuentre en un momento decisivo de su vida. Aqui no hallaras la respuesta a un gran interrogante, ni tampoco misterios que resolver o una trama enrevesada. Si buscas algo asi, esta no es tu novela.

  • El estilita de Uri Costak

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    La historia tiene lugar en el pequeno pueblo frances Gyors de la Montagne, y podria suceder ayer, hoy o manana. Todo se centra en una pequena plaza mayor, sobre todo, en lo alto de una columna.
    La columna sustenta la estatua ecuestre del Conde Italo Rodari, un prohombre de la zona y reclamo turistico del pueblo. Despues de que durante una tormenta un rayo parta la estatua en mil pedazos, el pueblo ya se preparaba para enfrentarse a una involuntaria travesia por el desierto, despojados de su mayor fuente de ingresos.

  • Estacion Sol de Gregorio Leon

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    Julia es una joven fotografa que empieza a trabajar en El Universal. Con su camara a cuestas, capta la imagen de Alfonso XIII entrando en un chale de la mano de una mujer que no es la reina, Victoria Eugenia de Battenberg, sino una amante. El director del periodico se niega a publicar esa foto, y encomienda a Julia un reportaje sobre las obras de construccion de un modernisimo medio de transporte que va a alterar la vida de Madrid: el Metropolitano; y mas aun cuando poco despues aparece el cadaver del capataz de las obras.

  • Igual te echo de menos que de mas de Olga Salar

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    Cuando Olimpia se da de bruces con su pasado, presiente que sus problemas no han hecho mas que empezar. Alli estaba el, mirandola fijamente con sus ojos negros, sin previo aviso y mas atractivo todavia de lo que recordaba. Y Olimpia que creia que lo habia superado…
    Como ella es una optometrista de lo mas profesional, esta dispuesta a probarse todas y cada una de las lentes correctoras que ha ido acumulando a lo largo de los anos: las de los "suenos rotos", las de la "venganza", las de la "solitaria estabilidad" y las de "la ilusion". Pero no se decide a probar esas que llevan por marca "Dale Otra Oportunidad".
    Menos mal que en esta montana rusa que es la vida estara acompanada por sus estupendos jefes, Gerardo y Arturo, parientes de "su pasado", su inseparable amiga Lola, quien sufre el ataque de las malditas hormonas, y su hermano Nico, un Dj enemigo de la pena que esta deseando poner ritmo a la banda sonora de su futuro.

  • Aunque suene con tu nombre de Natalia Sanchez Diana

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    Unas reliquias, un libro publicado en la epoca victoriana, un hombre misterioso y mucho deseo en esta nueva novela para amantes de las flores y del romance.