• ultima noche en el guapa - Saleem Haddad

    https://gigalibros.com/ultima-noche-en-el-guapa.html

    Cuando la parte de arriba del Guapa echa el cierre y la mayoria de los clientes se han ido, en el sotano del bar se enciende una luz roja que da paso al espectaculo…

  • Última noche en el Guapa | Saleem Haddad

    https://www.editorialegales.com/libros/ultima-noche-en-el-guapa/9788416491933/

    Última noche en el Guapa supone una búsqueda de identidad —de un joven, de un país, de una cultura— y un relato desgarrador sobre el aplastamiento de la ...

  • Última noche en el Guapa (NARRATIVA) Versión Kindle

    https://www.amazon.es/%C3%9Altima-noche-en-el-Guapa-ebook/dp/B078KF5WV8

    Última noche en el Guapa narra un día en la vida de Rasa, un chico homosexual que vive en una ciudad cualquiera de un país árabe cualquiera y lucha por ...

  • Última noche en el Guapa (NARRATIVA) - Amazon.es

    https://www.amazon.es/%C3%9Altima-noche-en-el-Guapa/dp/8416491933

    Última noche en el Guapa narra un día en la vida de Rasa, un chico homosexual que vive en una ciudad cualquiera de un país árabe cualquiera y lucha por ...

  • ULTIMA NOCHE EN EL GUAPA | SALEEM HADDAD

    https://www.casadellibro.com/libro-ultima-noche-en-el-guapa/9788416491933/5959213

    2 oct 2017 — Un homenaje a las librerías, a los libros y a todos aquellos que los aman. Una lectura ideal para recrearse y saborear con un buen te ...

  • última noche en el guapa - Libros - Iberlibro

    https://www.iberlibro.com/buscar-libro/titulo/%FAltima-noche-en-el-guapa/libro/

    ULTIMA NOCHE EN EL GUAPA de SALEEM HADDAD y una gran selección de libros, arte y artículos de colección disponible en Iberlibro.com.

  • Última noche en el Guapa. Saleem Haddad - Librería Berkana

    https://www.libreriaberkana.com/libros/ultima-noche-en-el-guapa/978-84-16491-93-3/

    «Última noche en el Guapa convierte a Haddad en una voz capaz de narrar historias todavía no contadas sobre la realidad gay ... Comenta y valora este libro ...

  • Última noche en el Guapa | por HADDAD, Saleem - Librería ...

    https://www.libreriacomplices.com/libros/ultima-noche-en-el-guapa/978-84-16491-93-3/

    Resumen del libro ... Cuando la parte de arriba del Guapa echa el cierre y la mayoría de los clientes se han ido, en el sótano del bar se enciende una luz roja ...

  • ULTIMA NOCHE EN EL GUAPA - HADDAD SALEEM - Agapea

    https://www.agapea.com/HADDAD-SALEEM/uLTIMA-NOCHE-EN-EL-GUAPA-9788416491933-i.htm

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  • 'Última noche en el Guapa' de Saleem Haddad - Culturamas

    https://culturamas.es/2018/01/16/ultima-noche-en-el-guapa-de-saleem-haddad/

    16 ene 2018 — Última noche en el Guapa narra un día en la vida de Rasa, un chico homosexual que vive en una ciudad cualquiera de un país árabe cualquiera y ...

  • Antes de los anos terribles de Victor Del Arbol

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    <felicidad parecia el estado natural de la vida, algo tan obvio como que cada manana salia el sol. Los primeros rayos de luz se colaban entre las ramas de palma del techo aquella manana en la que todo empezo a cambiar.>>

    La vida de Isaias volvio a empezar el dia que llego a Barcelona siendo un muchacho y dejo atras su mundo. Despues de mucho tiempo ha construido una nueva vida junto a su pareja, mientras intenta abrirse camino con un negocio de restauracion de bicicletas. Todo cambia el dia que recibe la visita de Emmanuel, un antiguo conocido que lo convence para que regrese a Uganda y participe en un encuentro
    sobre la reconciliacion historica de su pais.

  • Vosotros sereis mi vida (Corazones heridos 3) de Towanda Richardson

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    Alex y Emma llevan juntos toda una vida. Enamorados casi desde ninos, cumplen en San Francisco todos sus suenos. Hasta que, pocas horas despues de graduarse en la universidad, y con todo listo para empezar su nueva vida, Alex le rompe el corazon a Emma. Ella solo encuentra consuelo en los brazos de Sam, un buen amigo de ambos, al que acude porque el dolor es tan fuerte que no puede soportarlo sola.

  • Multimillonario & Canalla de Ella Valentine

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    Adam Walter ha tenido una vida de excesos: drogas, alcohol, mujeres. Pero ahora que ha salido de la clinica de desintoxicacion y esta apunto de asumir un cargo en la multinacional que dirige su padre, necesita limpiar su reputacion con urgencia. Para ello contrata a un especialista en la rehabilitacion de personajes publicos, quien le asegura que la mejor forma de conseguirlo es fingiendo una relacion estable con una chica normal.

  • Cosas que haremos tu y yo cuando volvamos a vernos de Felicidad Ramos

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    Olivia toma la decision mas dura de su vida cuando descubre, de la peor forma, que esta enferma. El miedo y la falta de informacion sobre su dolencia, le llevan a poner tierra de por medio y dejar atras a todo y a todos, creyendo que este sacrificio impedira el dolor de los suyos. Pero, ?y si esta equivocada? ?Y si el amor le demuestra que no puede pasar por esto sola?

  • Retorno a Cumbres Borrascosas de Ana Moon

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    Una novela de las de toda la vida, escrita en un estilo clasico y atemporal, con nuevos personajes, que revisita y revive la historia original.
    Un joven enamorado y despechado huye en mitad de la noche, lejos de su amada, tras ser despreciado por ella. Todo cambiara a partir de entonces, excepto su pasion, que solo puede crecer en una espiral interminable, como la tormenta que acompana al corazon del pobre amante.
    Cumbres borrascosas es una obra unica del genero romantico, ademas de un clasico inmortal de estilo inconfundible e inclasificable. Si no la has leido, no es imprescindible para leer mi libro, aunque si recomendable. En esta continuacion trato de cubrir los espacios en blanco que dejo la autora en la historia, por ejemplo, ?que ocurrio con Heathcliff en los anos que estuvo huido de la casa tras saber que su amada se iba a casar con otro? ?Por que Heathcliff tiene esa personalidad? Aparte de rellenar las "paginas en blanco" de la novela original, en las que echaba de menos la version de primera mano por parte de los protagonistas, he dado una continuacion y otro final a la misma, porque creo que entre el amor salvaje y tormentoso de la primera parte y el amor resignado del final del libro, cabe otra opcion sin explorar, otro camino que devuelve la pasion vibrante a un escenario que ha provocado tanto fascinacion como escandalo entre los lectores de todos los tiempos.

  • La cruz del Nilo (Las hijas de las tormentas 2) de Jordi Sierra I Fabra

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    Joa continua buscando a sus padres, negandose a aceptar el silencio. Por fin una llamada del arqueologo Gonzalo Nieto, viejo amigo de su padre, la pone sobre una nueva pista que la traslada a Egipto. Pero no llegaran a encontrarse, porque es asesinado unas horas antes. Joa tendra que sumergirse en la resolucion de una sucesion de enigmas partiendo de un viejo jeroglifico egipcio, e intentar huir de la secta que esta dispuesta a todo por guardar el secreto que protegen.

  • Uno de los nuestros de Tawni O'dell

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    <>.
    Library Journal

  • El vampiro arrogante de Yiros Dakay

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    Definicion de los terminos y civilizaciones: Ramai: los civiles de sangre de la clase Vampiro; Vampiros aristocratas. Sin transicion: Antes de la pubertad; la existencia de un vampiro donde no procesan habilidades a diferencia de los humanos y son capaces de sobrevivir sin la sangre del sexo opuesto. Transicion: la finalizacion del desarrollo o el comienzo de la edad adulta. Ocurre generalmente a principios de los anos veinte, puede ser critico para algunos. Comercio: el tratamiento del cual se paga una deuda, generalmente a traves de la tortura. Parterra: guardiana para los mas jovenes. Tyren: la companera de una mujer. Irryn: la companera de un hombre. Old Axvem: lenguaje fluido de la antigua clase vampiro. Goddess of Blood Bonds: el creador de la especie vampiro. Lider (es): descendientes de vampiros con lineas de sangre mas fuertes conectadas a la Diosa. Rasgos anormales anormales del vampiro comun, tales como lectura de la mente, transformacion, etc. Civilizacion (es): casas de seguridad secretas construidas para la clase de vampiros civiles Otro (s): Seres sin alma, creados por el Deserect para matar a todos los vampiros, y formar una clase alta de una raza encarnada. Deserect: una desencarnacion de dioses unidos a traves de la energia negra atrapada en el quinto reino. Primer reino: el Dios de todas las creaciones posee las almas de aquellos sin oscuridad (cielo). Segundo reino: mas conocido por la energia pura de toda la vida desvaida, donde los vampiros experimentan un tipo de ‘nirvana’ Tercer Reino: la existencia humana, el reino de la vida. Cuarto reino: el reino de Dios y de la Diosa Quinto Reino: conocido como el reino de la muerte, de aquellos donde las almas oscuras continuan Vampiro: Especie creada por Goddess of Blood Bonds sobrehumana para los humanos. Despues de sus transiciones, los vampiros deben tomar la vena del sexo opuesto regularmente o se debilitaran y agonizaran. La mayoria no puede caminar hacia la luz del sol, aunque a traves de la edad es posible. Los humanos no pueden ser “convertidos” a traves de un simple mordisco, sino que deben estar al borde de la muerte antes de alimentarlos con la sangre de un vampiro, aunque esto es peligroso y es muy probable que resulte en la muerte. Los vampiros poseen habilidades que los diferencian de los humanos y son inmortales, aunque la muerte puede ocurrir a traves de actos criticos. Cazadores / Superhumanos: clase de superhumanos que no son ni vampiros ni otros, pero que provienen de la ascendencia de humanos que han desarrollado habilidades para cazar ambas especies. Prologo El unico hijo de Krait, tercer lider, se sento ante el Consejo de Vampiros, mirando, en un estado aturdido y calmado, a los lideres que estaban de pie, envueltos y apenas visibles desde detras del portal que separaba el cuarto reino. Solo dos de los cinco de los que Ian habia oido hablar estaban presentes: Nicholas, el joven de sangre de Aeluis, y Lucius, el hijo de sangre Caiside. El area donde una vez estuvo su padre estaba vacia. La vista lo dejo… entumecido. Mas tarde, la realidad lo consumiria, pero por el momento, estaba flotando en un abismo sin emociones. Estaba enfermo Se estaba liberando. Era la primera vez que Ian se paraba debajo de las faciles miradas de los machos. En su mente joven, no podia recordar un momento en el que estuviera lo suficientemente cerca como para ser notado, lo suficientemente cerca como para encontrar las reacciones que los machos infligieron en todos. Eran asombrosos, erguidos, orgullosos y dominantes. Todas las cosas que Ian no era. --Parate a todos. --La voz era baja, pero tan contundente como lo seria por un grito. Todos los vampiros obedecieron al instante, mirando con los mismos ojos frios y vacios. Ian se puso de pie segundos despues, aturdido mientras trataba de respirar uniformemente, pero era dificil, la masa de juicio se contraia alrededor de sus pulmones. La voz sono. --En este dia, podemos decidir el destino de nuestros perdidos. El joven de sangre de Krait Payne, Ian Derik Payne, tercer lider de la fila. Los ojos de Ian, que habian caido sobre sus manos retorcidas, se alzaron para mirar dudosamente al Consejo. ?Seguramente no lo estaban considerando en realidad…? No era nadie, ser el engendro de un poderoso Blood Bonds no significaba nada. No quiso decir nada. Y nunca lo hizo. A su alrededor, las clases en transicion del ramai gruneron con su desaprobacion, no es que Ian realmente prestara atencion. Excepto que hizo una mueca interior, ante la realidad de que le importaba… Por supuesto que le importaba si destruia la reputacion de su padre. El unico bien del hombre. Pero esa era la mentalidad de Ian. Los demonios de Ian. Fue su orientacion y, como su padre le habia ensenado a hacer, se enderezo y se encontro con las miradas del Consejo, pero esta vez, a ciegas. Dejalos hablar ahora. Para su asombro, algunos apartaron la mirada de el -lo que esperaba que fuera frio-, mientras que otros lo miraron con arrogancia. Pero esta vez, se recordo, era el hijo de su padre, no tenia que preocuparse por ellos. --Todos a favor de un desafio, voz ahora con un ‘yo’ --la voz que ahora reconocio como lider Lucius no revelo nada. Ian sintio una sonrisa hueca estirar sus labios, con el objetivo de convencer a los que ya no le importaban. No estaba a favor de un desafio por el derecho a mantener su posicion legal. Eso y el sabia que lo matarian facilmente. Asi era simplemente como funcionaba en su mundo. Supervivencia del mas apto. E Ian, que media cinco pies y seis y era extremadamente delgado, no estaba en forma. Los machos sin transicion siempre fueron los mas debiles. Especialmente el, cerca de los veinte y aun sin transicion. Algun lider que probaria. Sin embargo, la sala permanecio en silencio, aliviando su tension, pero solo un poco. Sin embargo, fue al pozo mas profundo del Quinto Reino bastante rapido. --Como todos los hombres en transicion no estan dispuestos, desafiare --llego la voz fria del lider Nicholas. Ian no estaba exactamente asustado de decir, mas aun… preparado. Se las habia arreglado para mantenerse vivo dentro de las garras de su padre y nada podia desafiar eso. Sin embargo, su padre habia apuntado mas al tormento, en lugar de matar. Sin embargo, cuando la mirada azul del lider atrapo la verde de Ian, algo cercano a la sospecha brillo en sus profundidades y trago con fuerza, sintiendose desanimado. --Desafio aceptado.

  • El Jinete de Wyoming de Luna Davers

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    ‘Chica de ciudad conoce a robusto y atractivo vaquero…’

  • PRENADA de Laia Rommel

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    Cuando el ginecologo nos dijo que era casi imposible quedar embarazada de mi marido, entramos en shock y mis anhelos maternales se despertaron.
    ?Hasta donde estariamos dispuestos a llegar en nuestra ansia de ser padre? Y, lo mas importante, ?como afectaria a nuestra vida de pareja?
    La sorpresa mayor me llego con una propuesta de mi marido que me parecio indecente, pero.

  • El abrazo del monstruo de Felix J. Palma

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  • Somos Tentacion (Suenos y Pecados 3) de C. H. Dugmor

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    Ella renuncio a su realidad para ir tras sus suenos. El fue victima de una pasion clandestina que lo arrastro al borde de la locura. Cuando creian que todo era felicidad, aun les quedaba una prueba por enfrentar. Fantasmas del pasado regresaran para enturbiarlo todo y hacerlos caer en la tentacion.
    Mas romance… Mas pasion… Mas suenos… Mas pecados… y muchas tentaciones que los pondran a prueba. ?Caeran en la tentacion?

  • Dos Tontos intentando cazar a un Monstruo de Irene Peralta

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    SIGLO XV
    Seline, una nomada que viaja con su arco.
    Aland que ha salido de su hogar junto con mas hombres en busca de una bestia que ha hecho estragos en su condado.
    Ambos tienen un primer encuentro muy peculiar en el que Seline no deja muy bien parado a Aland. Asi que cuando ella se une a ellos en su busqueda, comienzan una extrana relacion, mientras intentan encontrar la manera de matar a la bestia que asombrosamente a resultado ser un vampiro.Ahora Seline tiene que lidiar con haber sido rechazada en la cama, su relacion casi infantil con Aland, y todos esos nuevos sentimientos que no entiende.
    Y mientras el vampiro se hace mas fuerte e inteligente.

  • El extrano verano de Tom Harvey, Mikel Santiago de Mikel Santiago

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  • Intrusion, Tana French de Tana French

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    La brigada de homicidios de Dublin dista mucho de ser lo que habia sonado la detective Antoinette Conway. El unico que parece alegrarse de su presencia es su companero, Steve Moran. El resto de su trabajo es una acumulacion de casos ingratos, novatadas hirientes y acoso laboral. Antoinette es una detective fiera y con la piel muy dura, pero esta llegando a su limite. El nuevo caso que le asignan parece sencillo: otra pelea de novios que acaba mal. Aislinn Murray es rubia y guapa. Y ha aparecido tan impecablemente arreglada como muerta en medio de su salon propio de un catalogo de muebles, al lado de una mesa dispuesta para una cena romantica. Nada tiene todo esto de llamativo. Excepto que Antoinette esta segura de haberla visto antes en alguna parte. Y porque, al final, su asesinato sera bien poco de los de manual. Porque otros detectives intentaran presionar a la pareja protagonista para que arresten al novio de la victima lo antes posible. Porque al fondo de la calle donde vive Antoinette, acecha una figura en la sombra. Y porque la amiga de la victima parecia olerse que Aislinn estaba en peligro. Todo lo que van averiguando sobre ella la aleja cada vez mas de la munequita de papel cuche que aparentaba ser. Antoinette sabe que el acoso laboral la ha vuelto paranoica, pero no es capaz de saber hasta que punto: ?es este caso un paso mas en la campana para echarla de la brigada o fluyen corrientes mas oscuras bajo su superficie reluciente?

  • Mil tequieros de Isabel Keats

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    Esto no puede estar pasandole a ella. Al menos eso es lo que se repite Achu, una y otra vez, cuando su ordenada vida --una meteorica carrera en un conocido bufete de San Diego, un novio atractivo y con una buena posicion economica-- salta por los aires y, de pronto, se encuentra en una cabana perdida, en mitad de una tormenta de nieve y sin otra compania que un desconocido de ascendencia nativo americana, de pocas palabras y con los ojos azules mas bonitos del mundo.
    Las cosas ya no pueden ir a peor, o… ?quiza si?
    Cuando el destino te pone a prueba, tienes dos opciones: hundirte y llorar, o salir a flote y aprender a vivir de verdad.

  • Cuando menos te lo esperas (Coeur de sucre 1. 5) de Lana Fry

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    --Habia una vez un hermoso lugar, en lo mas profundo de los mares... Dos pares de ojos azules me miraron fijamente, cada uno con una expresion diferente. La pequena Evelyn, con los rizos rubios escondidos en la capucha con orejitas de su pijama, me miraba como si fuera el mismisimo rey Triton; me hizo sentir tan orgulloso que hasta saque pecho mientras seguia con el cuento de La sirenita. Se habia acurrucado en mis brazos despues de cenar, y su cabeza apoyada en mi pecho era un peso suave y liviano. Apoye la mejilla en su coronilla y cerre un momento los ojos al oler la colonia fresca de bebe. --...la pequena sirenita siempre estaba cantando... --?Y como cantaba? Se me atragantaron las ultimas palabras del cuento, y mire a Evelyn con el terror plasmado en la cara. Al otro lado estaba Lea, partiendose la caja; aunque en su defensa dire que acallaba sus carcajadas en la almohada. Mientras tanto, la nina me miraba como si de repente hubiera adquirido dotes de tenor y fuera a cantarle Bajo del mar con el acento ?mexicano? del cangrejo. Nunca habia conseguido ubicarlo. --Pues... Esto... Cantaba. Con canciones y esas cosas --trate de sonar animado y seguir con el cuento, pero mi intento de evasion no funciono porque la nina me tiro de la manga--. ?Que pasa? --?Y que canciones cantaba? --Si no fuera porque tenia la carita de un angel y me miraba con tanta inocencia, pensaria que un demonio se la habia comido entera--. Porfa, cantame una, tio Ash. Alarmado, busque ayuda en Lea, pero, por su cara roja, quiza quien la necesitaba era ella. <>, pense, al ver que se lo estaba pasando la mar de bien viendome pasar uno de los momentos mas terrorificos y angustiosos de mi vida. --Eso, tio Ash, cantanos una cancion --me animo, la muy... Habia cruzado las piernas encima del sofa, y mis ojos se perdieron, absortos y embelesados, en los largos mechones rojizos que ella intentaba recoger en una alta coleta. Me comeria esa sonrisa picara de un bocado y se que no tendria suficiente, asi de loco me tenia. ?Quien iba a decirlo, eh?--. Tu crees que en otros lados, las algas mas verdes son... Empezo a cantar, suave y bajito, empujandome a seguirla. Cerre los ojos, sobre todo porque Evelyn se habia entusiasmado hasta el punto de que se habia arrodillado encima de mi y empezaba a dar palmas, siguiendo el ritmo alegre de mi novia. --Bajo del mar, bajo del mar, vives contento, siendo sirena... --Me estremeci al escuchar el susurro de Lea en mi oido. Gire la cabeza y quien se perdio en el mar azul de sus ojos fui yo--. No decepciones a tu publico. Mi voluntad caia en picado con estas dos, incapaz de negarles nada. Lo peor de todo era que ellas lo sabian y se aprovechaban sin compasion de mi pobre persona. ?Quien iba a decirme a mi que acabaria en una situacion como esta? ?Donde habian quedado David Garret y su violin? Ahora, todo lo que se escuchaba en el coche eran canciones de Disney. No veas lo mal que lo pase ayer cuando lleve a Evelyn al colegio y estuvo en bucle la nueva cancion de Frozen. Cuando se fue el ultimo cliente de la tarde estuve a punto de cantarle Let it go. --Bajo del mar, bajo del mar, hay bailarinas, son las sardinas... --empece a cantar, y mi voz, grave y ronca, puso la nota discordante a los chillidos de mi ahijada y mi novia, quienes habian bajado ya del sofa y bailaban en medio del salon, cantando siempre que la risa las dejaba. Sonrei al ver a Lea comportarse como una nina, sin avergonzarse. No era de extranar que Evelyn estuviera como loca con ella, y la mirara con tanta devocion que hasta a mi me puso un nudo en la garganta. Iba en pijama, con la coleta mas mal hecha que habia visto nunca, danzando sobre la alfombra con los calcetines encima de la pernera del pantalon y, aunque podia parecer la cosa menos sexy del mundo, era tan ella, lo que la hacia tan unica, que la amaria aunque llevara uno de esos horrorosos pijamas de una pieza. Me sentia el hombre mas jodidamente afortunado del mundo; cuando por fin acabo la cancion y ambas volvieron a mi lado, suspire sabiendo que no necesitaba nada mas en el mundo. Bueno, habia algo, pero... Sacudi la cabeza, sacudiendo tambien ese pensamiento. --Has fruncido el ceno. ?Tus recien descubiertas facetas musicales estan haciendo que te replantees tu futuro? --Lea habia apoyado la barbilla en mi hombro y, aunque la picaresca y la diversion no desaparecieron de sus labios, en sus ojos se camuflaba una pequena sombra de preocupacion--. ?Estas bien? --?Por que no iba a estarlo? --respondi, acercando mi cara a la suya para darle un coqueto beso en la punta de la nariz--. Tengo a mis dos chicas preferidas aqui. Evelyn habia perdido la batalla contra el sueno y estaba a nada de caer en seco. Sus grandes e inocentes ojos azules luchaban por mantenerse abiertos; Lea y yo nos quedamos callados, mirandola hasta que acabo por dormirse. Despues, la cogi en brazos y subi despacio con ella las escaleras hacia nuestra habitacion. Evans y su mujer se habian tomado unos dias de vacaciones, coincidiendo con su aniversario de bodas, y habian dejado a la nina y su cuna con nosotros. La acoste ahi con todo el cuidado del mundo. En un gesto instintivo alargue el brazo y Lea se apretujo a mi lado, permitiendome abrazarla. No se que rondaba por su cabeza, pero por la mia pasaban tal cantidad de imagenes inexistentes que me dejaron con un anhelo tan grande en el pecho que necesite suspirar con fuerza, buscando calmarme. Inclinado sobre la cuna no veia a mi ahijada, sino a otra pequena con los rizos rojizos de su madre, con la manita reposando sobre una mejilla tan sonrojada que daban ganas de comersela a besos. --Otra vez te has puesto serio. Me conocia demasiado bien; acostumbrado como estaba a que nadie supiera por donde cogerme, ella tenia una facilidad asombrosa para calarme. --Estaba pensando... --!Uy, peligro! --sonrio, siguiendome hasta la cama, donde nos sentamos a los pies. --No hemos hablado de tener hijos --solte. Lea se quedo muda y, si no fuera porque no habia casi luz en la habitacion, solo la de la mesilla de noche, habria jurado que toda su cara se habia quedado blanca--. Bueno, no estoy diciendo que tenga que ser ahora, claro. Pero, no se... Se me trababan las palabras, y que Lea estuviera sumida en un poco acostumbrado silencio, no ayudaba. --Olvidalo. Es una tonteria --sonrei, antes de darle un beso en la frente y levantarme para ir al bano. Me maldije por haber sido tan bocazas; me habia acostumbrado tanto a no callarme nada con ella que me salia solo confesarle que pasaba por mi cabeza. No me pare a pensar en que este podia no ser el momento de sacar el tema, en que ambos estabamos intentando estabilizarnos en nuestro trabajo. A Lea le iba genial con el recien abierto canal de Youtube; no sabia como se las ingeniaba para sacar tiempo y ganas para seguir trabajando con Audrey en la pasteleria, ademas de grabar sus videos para despues editarlos. Estaba haciendo cursos, y yo acababa de chafarle todas las ilusiones de un plumazo. Cuando me estaba lavando los dientes y alce la mirada, vi su expresion seria a traves del espejo. Parecia cansada, incluso algo abrumada por todo. --?No eres feliz? --Su pregunta me pillo tan fuera de juego que no atine a decir nada; la mire sin parpadear, incapaz de girarme. No hacia falta, pues su reflejo lo decia todo. Era demasiado expresiva--. Ash... --!Joder! --exclame, y enseguida baje el tono para no despertar a la nina. Me gire de sopeton, plantandome delante de ella en una sola y larga zancada para despues abarcarle la cara con las manos--. Soy el cabron con mas suerte del mundo y nada, escuchame bien, nada podria hacer que fuera mas feliz que ahora. --Pero has dicho... Pese a ser alguien muy familiar, nunca me habia creido preparado para formar la mia propia. Veia a Evans con Evelyn y solo sentia carino, pero Lea habia llegado a mi vida, se habia asentado en ella para quedarse, y ese carino se habia convertido en un anhelo que no sabia que podia llegar a sentir. No tenia ni idea de cuidar y criar ninos, mi experiencia se basaba en las veces que hacia de canguro de Evelyn cuando sus padres me la dejaban. Ahora, cada vez que cerraba los ojos y trataba de imaginarme mi futuro, no encontraba solo a Lea en el. ?Como podia decirle eso a ella sin que sintiera que la estaba presionando? Sabia lo mal que lo habia pasado meses atras, cuando se encontraba perdida, sin saber que hacer con su vida o en que direccion llevarla; y yo, precisamente por lo mucho que la queria, no podia hacer que esa estabilidad que tanto le habia costado conseguir se tambaleara por mi deseo de tener ninos. --Olvida lo que he dicho. Me perdi en sus labios, que se movieron dubitativos bajo los mios. Sin separar mi boca de la suya, avance poco a poco hasta que la tuve apoyada en la pared del bano. Era pequena en mis brazos, casi podia abarcarle la cintura con las manos, aun asi su cuerpo encajaba tan bien con el mio que sentia sus curvas danzar al ritmo de mis caricias, al igual que mis musculos se expandian y contraian bajo sus manos. --No se si estoy preparada para ser madre --solto Lea en un quedo jadeo, aprovechando que habia abandonado su boca para enterrar la cara en la curva de su cuello, buscando aspirar su olor --. Soy un desastre de persona. --No pienses en eso ahora --respondi, estrechandola en un abrazo con el que pretendia consolarla y, a la vez, cerrar el tema--. Solo era un pensamiento al aire. Nos acostamos muy pegados el uno al otro, con su cabeza recostada en mi pecho y yo enredando los dedos entre los mechones rojizos de su pelo. Llevaba tanto tiempo sin cortarselo que le llegaba ya hasta casi la mitad de la espalda, y a mi me enloquecia verlo desparramado sobre la almohada. Su respiracion tardo en volverse profunda y pausada, en todo el tiempo no detuve mis caricias. Habia intentado pintarla, de hecho, habia empezado muchos retratos suyos --bien escondidos, porque me daba algo de verguenza que los viera--, y me sabia tan de memoria su nariz respingona, la curva maliciosa y traviesa de su sonrisa o la forma en la que sus cejas se arqueaban cuando no le veia la gracia a mis chistes malos, que podria dibujarla hasta con los ojos cerrados. Pero cuando llegaba el momento de ponerle color... Ninguno le hacia justicia. Ningun azul captaba el brillo de sus ojos, el amor que desprendian; tampoco ningun rosado podria igualarse al de sus mejillas. ?Y sus labios? ?Y el abanico infinito de rojizos, cobrizos y rubios de su melena? Imposible. Todo lo que intentara emular no seria mas que eso, una copia barata de una persona tan unica y especial que nada podria compararsela. Aprete su cuerpo hacia el mio, con cierta posesividad, y bese su frente, con el pecho expandiendose de pura felicidad solo por tener la oportunidad de estar asi con ella. Tarde en conciliar el sueno; cuando sono el despertador, lo apague con rapidez antes de que Lea o mi ahijada se despertaran. Disfrute un rato mas en la cama, haciendome el remolon. Pero, si no queria llegar tarde al trabajo, tenia que levantarme ya, aunque me costase la vida misma salir de debajo de la calidez de las mantas, reacio a separarme de ese delicado cuerpo que, desde que paso la primera noche aqui, se habia apoderado de toda la cama y dormia siempre invadiendo mi lado, pegado a mi. Que conste que no era una queja, todo lo contrario.

  • Aguilas Y Cuervos, Pauline Gedge de Pauline Gedge

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    Tras la conquista del emperador Claudio en el siglo I, las tribus celtas de Albion ven como la pax romana los despoja de sus tierras e intenta acabar con una antigua cultura cuyos rituales y ofrendas desagradan al invasor.
    Los britanos, pueblo de artesanos y guerreros donde las mujeres combaten igual que los hombres y el honor representa el maximo valor, comprenden que solo la unidad les permitira oponerse a la todopoderosa aguila romana. Liderados por Caradoc, jefe de los catuvelaunos, y con el apoyo de los druidas, custodios de la sabiduria secreta, los cuervos celtas se repliegan al oeste para iniciar la resistencia. Pero el orgullo y la pasion de los individuos inciden, una vez mas, en el curso de la Historia.
    La lucha de Caradoc se perpetuara en la persona de Boudica, reina de los icenos, que se enfrentara al brillante general romano Suetonio Paulino.
    En esta saga, que abarca tres generaciones, la escritora canadiense Pauline Gedge, autora, entre otras, de La dama del Nilo, ha plasmado con su habitual rigor una pagina apasionante de la historia de la dominacion romana.

  • Bruja de Mary Ann Taylor

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    Cuando acude esa noche a una playa para iniciarse en la brujeria lo unico que Pat pretende es vengarse de su ex novio, sin embargo, cuando los acontecimientos empiezan a precipitarse en el pueblo ella decide echarse atras… pero ya es tarde.

  • Un polvo en condiciones de Irvine Welsh

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    Despues de sus devaneos por Miami con La vida sexual de las gemelas siamesas, Irvine Welsh regresa a Edimburgo, piedra angular de su universo literario alrededor de la cual orbitan unos personajes que se van entrecruzando en las sucesivas novelas ambientadas en la ciudad.
    Aqui el protagonista es un viejo conocido, Juice Terry Lawson, que ya habia asomado la jeta en Cola y Porno. Resumamos sus credenciales: de profesion taxista, pero tambien chulopiscinas e incansable seductor de tias buenas, traficante de drogas, encargado de una sauna regentada por mafiosos, adicto al sexo y actor porno amateur, que rueda peliculas cutres para la web de SickBoy.
    Y mientras un tremebundo huracan amenaza con arrasar Escocia, Terry se ve envuelto en andanzas de lo mas variopintas: se reencuentra con una antigua amante en un funeral; ayuda al simplon Wee Jonty a buscar a su chica desaparecida, la hermosa Jinty Magdalen; lleva en su taxi a una joven dramaturga suicida; le detectan un problema de corazon que le obliga a guardar abstinencia sexual, y hace de chofer para un americano llamado Ronald Checker, rico promotor inmobiliario y presentador de un exitoso reality (si, el personaje tiene evidentes paralelismos con Donald Trump) que ha venido a Escocia en busca de un exclusivisimo y carisimo whisky…
    Un polvo en condiciones es Welsh en estado puro: desmelenada, escatologica, pornografica, lisergica, iconoclasta, argotica y descacharrante. En ella, el lector que no se amilane ante las emociones fuertes se encontrara con escenas de incesto, violacion y necrofilia, !y hasta con un par de inauditos capitulos en forma de pene!

  • Manana te toca a ti de Stefan Ahnhem

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    VEINTE EXCOMPANEROS DE CLASE.

  • El reflejo del agua (Diario de una viajera en el tiempo 1) de Miriam Erlan

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    Diana es la ultima descendiente de su estirpe, heredera de una antigua mansion situada en Tramoz (Aragon). La protagonista, en su regreso a la casa familiar, a se vera envuelta en una serie de acontecimientos a causa de un inesperado viaje doscientos diez anos atras en el tiempo. En plena Guerra de la Independencia contra Francia debera salvar a sus ancestros de comienzos del siglo XIX. Un emocionante viaje en el que redescubrira a sus antepasados que, hasta entonces, solo conocia por antiguos retratos y leyendas familiares. Samuel, un joven perteneciente a sus ascendientes, lograra despertar en ella sentimientos inesperados.
    ?Como afectara la transformacion de los acontecimientos al presente de la protagonista?
    Diana descubrira las claves de su vida mientras reescribe la historia del pasado de su familia y la de su propia existencia.

  • Y tu que harias por amor de Jose Belenguer Serrano

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    El taxista se alejo lentamente por el sendero asfaltado que serpenteaba entre los parterres. Tras atravesar la cancela dio un breve toque de bocina a manera de despedida, aplasto la grava del sendero privado, que crujio bajo las ruedas, y se perdio en la desierta carretera, dejandome solo frente al caseron. La hora, poco mas de las cuatro de la tarde de un junio cantabro. Subi por uno de los lados de la doble escalinata los seis peldanos que conducian a la puerta principal, cargado con la bolsa de viaje en bandolera e izando a pulso la pesada maleta, cuyas ruedas resultaban inutiles en los escalones. Deje el equipaje en el suelo y aferre la argolla de hierro de la aldaba, suspendida de las fauces de un leon de bronce. ?Habia ido solo a visitar a mi abuela, la famosa escritora de literatura infantil, o tambien a lamerme las heridas en la esplendida soledad del caseron? Hay en la verde Cantabria y en la no menos verde Asturias una suerte de palacios neogoticos, o, si se prefiere, casas senoriales construidas por indianos en el siglo XIX, cuando Isabel reinaba en Espana, que hoy ofrecen un aspecto vagamente siniestro. Asi, el llamado Palacio de Partarriu, en el concejo asturiano de Llanes, fue utilizado por el cine para rodar una celebre pelicula de terror. Y el casaron de mi abuela, una edificacion solitaria junto a un bosque de hayas y robles, habia sido proyectado por el mismo arquitecto. La fachada sin divisiones no dejaba ver las diferentes plantas que lo conformaban. Sobresalian los balcones con balaustres y las altas ventanas, todo ello coronado por una torre en la que se abrian dos grandes y gemelos ventanales. Tenia, sobre todo en las mananas de niebla, un aspecto inquietante, aunque no para mi: entre aquellas paredes queridas habian transcurridos los veranos de mi infancia, y alli habia nacido Albertina, la protagonista de las mejores y mas divertidas novelas de mi abuela. He dicho antes <> porque toda mi familia se habia esfumado en una rapida sucesion de muertes absurdas. Mi abuela y yo nos habiamos quedado de pronto solos en el mundo. Ya no volveriamos a reunirnos en bodas y bautizos, ni a descorchar botellas de cava en Noche Buena. En poco mas de un trimestre la muerte habia diezmado a mi numerosa familia. El chupinazo que senalaba el comienzo de la orgia de sangre y muerte sono cuando mi primo Paco se dejo la vida entre los pitones del miura, y quiza muchos recuerden las confusas imagenes en que le vimos morir durante la fiesta mas internacional de Espana. Mi primo Paco murio en un tramo de la mundialmente conocida calle Estafeta, corneado por un toro durante un encierro de los sanfermines. Salio en la tele y pudimos ver como perdia la vida en el telediario de la noche, aunque mi tia Amparo ya lo habia visto en el telediario de las tres. Si no vio su muerte en directo, a eso de las ocho de la manana, fue porque se habia quedado dormida o, como decia ella, traspuesta. --No se distingue muy bien entre el gentio --nos dijo tia Amparo, sentada en medio del sofa, con todos pendientes del televisor--; pero ese, si, ese de la camisa blanca, el panuelo rojo y el pantalon blanco...bueno, todos visten igual ...ese a quien el toro esta ahora corneando con tanta sana, ese es Paco. Hubo un momento en que pudimos reconocerlo sin sombra de duda, cuando el morlaco lo lanzo hacia el cielo en un derrote de su poderosa cornamenta y Paco quedo suspendido en el aire, sobre la cabeza de los mozos, igual que uno de esos peleles rellenos de paja que manteaba el populacho en las carnestolendas. Su palido semblante expresaba mas sorpresa que miedo, porque el toro zaino lo habia enganchado de forma volandera. Cuando aterrizo sobre el adoquinado, ya lo habia escogido como su victima exclusiva y, ajeno al enjambre blanco y rojo de corredores que trataban de distraerlo y hasta apartarlo de su presa golpeandolo en los costados o tirandole del rabo, lo corneo porfiadamente contra el vallado de una talanquera hasta matarlo. Por aquellos dias el tio Augusto, que viajaba por Europa Central, fue arrollado por un tranvia, como Gaudi. Se dio la coincidencia de que el tranvia circulaba a 10 kilometros por hora y que mi tio, uno de esos sabios distraidos, un momento antes habia estado a punto de ser atropellado por una bicicleta y, para esquivarla, se lanzo contra el tranvia que venia de cruzar el rio Moldava y descendia muy lentamente por los rieles, resonando. Exhalo su ultimo suspiro con medio cuerpo tendido en las vias, mientras el conductor del tranvia, indignado por su despiste y arrastrandolo de los tobillos para apartarlo del carril, le insultaba en checo. Las muertes de Paco y de mi tio Augusto abrieron la veda, por decirlo asi. La dama de la guadana decidio que su temporada de caza en mi familia acababa de inaugurarse. Mi prima Violeta se ahogo en una piscina publica, rodeada de banistas que jugaban a echarse agua, y su hermano Rafael murio por atragantamiento en un atiborrado restaurante: cuando ya tenia el rostro azulado y daba muestras de asfixia, no hubo nadie que le aplicara la sencilla maniobra de Heimlich; y cuando se desplomo inconsciente, a nadie se le ocurrio darle la respiracion boca a boca, ni mucho menos utilizar un cuchillo o un simple boli para practicarle una traqueotomia. Entre los comensales abundaban los abogados y los politicos, pero ningun medico. Murio en menos de seis minutos por culpa de un gran trozo de carne que no pudo pasar por la traquea. El tio Jacinto, un amante del excursionismo de montana, tambien murio corneado, como Paco, pero no por un miura, sino por un buey. --Solo de pensar en tantas muertes me pongo malo --dijo el moribundo. No era una muestra de ingenio, sino un chiste involuntario. Pobre abuelo. Estaba en la cama con la cabeza hundida en la almohada, y el resto de su cuerpo, un costal de huesos, oculto bajo el cobertor. Sus cabellos, que tantas mujeres habian acariciado, seguian siendo densos, dociles y mas blancos que la funda de la almohada. Miraba fijamente al techo, no porque lo identificase con el cielo y solicitase el favor divino, sino porque dada su postracion y debilidad era el unico lugar al que podia mirar sin torcer la fatigada cabeza. Cetrino, con el cuello y el rostro de un octogenario, los tendones descarnados como cables, no recordaba en nada al galan que habia sido. Era evidente para todos nosotros que se aproximaba su salida de este mundo, o, mejor, dado que habia sido un conocido actor de teatro, todos adivinabamos que su mas que notable actuacion en este mundo llegaba a su fin y que su siguiente y ultimo movimiento, contenido entre parentesis en las acotaciones del libro tragicomico del destino, seria hacer mutis por el foro. Mutis, telon y atronador aplauso general: fue un hombre bueno. Poco despues mis padres perdieron la vida en un accidente de coche. No vieron el camion de cinco toneladas que los arrollo en una curva de la carretera de Alcala de Henares a Torrelaguna. Segui viviendo en nuestra casa de Madrid, solo. Contaba veintipocos anos y las numerosas defunciones en mi familia --mi madre, mi padre, mi abuelo, mi tio, mis primos Violeta, Rafael y otros parientes con lo que apenas habia tenido relacion y que no he mencionado para no alargar la lista luctuosa--, ocurridas todas ellas en un lapso muy pequeno de tiempo, me pasaron una factura adicional que yo no esperaba. Creia que mi juventud y mis ganas de vivir me ayudarian a superar aquellas perdidas dolorosas. Pero entonces empezaron a ocurrirme cosas raras. Ocurrio que tuve el capricho de pasar una tarde paseando por los encinares de la Casa de Campo y pense tomar el autobus de la linea 33, la mas proxima a mi casa. Durante el trayecto, me detuve ante una agencia de paracaidismo. Era una especie de jaula donde se invitaba a la gente a inscribirse en un curso de salto en paracaidas. La atendia un muchacho detras de un mostrador. No tenia pinta de paracaidista. Dudaba si entrar o no cuando me tocaron en un hombro. --Hola, chaval. ?Que haces por aqui? Quien me saludaba de esa forma tan campechana era un cura amigo del sector creyente de mi familia. Habia otros dos sectores, el de los ateos practicantes, que luchaban sin exito para que en Espana se implantase el laicismo, y el de los agnosticos, que iba a lo suyo y no polemizaban con nadie. El cura no sabia a cual de estos tres sectores pertenecia yo. Como tengo cara de buen chico, supuso que pertenecia a la seccion de los creyentes. --?Que, te vas a hacer paracaidista? --pregunto echando un vistazo a los carteles y fotos publicitarias que adornaban el escaparate. --Lo estoy pensando --repuse. --?Que te atrae del paracaidismo? --Me gustan las emociones fuertes. --Pues hazte misionero en Sierra Leona. Fingi no haberle oido. Yo pertenecia al sector agnostico, y en cuanto a mi cara de buen chico, ya se sabe que las apariencias enganan. --Debe ser una experiencia inolvidable --dije-- saltar del avion y que no se despliegue el paracaidas automatico por algun fallo, precipitarte a una velocidad endiablada hacia la tierra contra la que ta vas a hacer papilla y tirar in extremis de la anilla de reserva, sin saber si funcionara o no. --Pues ten cuidado --me dijo el cura--, no sea cosa que de tanto bajar del cielo se te olvide como se sube a el. Este ingenioso consejo forma parte del repertorio de chorradas que les encanta a los curas. Despues me confeso, quiero decir me comento, pues el que confesaba era el, que la frase la habia pronunciado Juan XXIII en una alocucion que dirigio a unos paracaidistas italianos. El cura se fue y yo estuve a punto de entrar en la agencia para recabar mas informacion sobre los cursos de paracaidismo. Lo que me decidio a no hacerlo fue que la tiendecita la atendia un chico y yo en cuestion de compras o de inscripciones prefiero hablar con chicas. Antes de continuar mi camino, eche un ultimo vistazo a una gran foto que adornaba la pared: un paracaidista, con sus gafas y su casco y todos los artilugios que utilizan en los saltos, planeando en el aire, como si fuera ingravido como una pluma y flotara en una piscina de baldosas azules. Cerca de la parada, habia un autobus de otra linea, detenido ante un semaforo en rojo. Dos nucas eran visibles en la parte trasera del vehiculo. Pertenecian a un hombre y una mujer sentados en la ultima fila. De pronto sus nucas giraron 180 grados simultaneamente, una hacia su derecha y la otra hacia su izquierda, juntando los rostros, y me observaron fijamente. Senti un escalofrio, hubiera jurado que eran los de mis padres. Y entonces yo no sonaba, sino que estaba bien despierto bajo la marquesina de la parada. Si eran ellos y viajaban en aquel autobus, ?de quienes eran las cenizas que ocupaban uno de los miles de columbarios del cementerio de La Almudena tras una lapida con los nombres y las fotos de mis padres? Tuve otras experiencias extranas, rayanas con la alucinacion, que no voy a describir porque serian repeticiones de un mismo fenomeno. Y hubo tambien otras muertes inesperadas en el coto familiar, que tampoco voy a resenar.

  • Amaras a un extrano de Kathleen Woodiwiss

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    Amaras a un extrano es una novela de pasiones encendidas y obsesiones inconfesables, magnificamente ambientada en el siglo XIX en una mansion surena de Estados Unidos.

  • A mi no me enganas de Kelly Link

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    Kelly Link ha sido definida por Michael Chabon como <>. Despues de la publicacion en Seix Barral de Magia para lectores, los ocho cuentos de este nuevo libro de Kelly Link sumergen al lector en un universo ficticio inolvidable y expanden los limites del genero del relato. Huracanes, astronautas, gemelos malvados, contrabandistas, el mago de Oz, superheroes, iguanas, piramides. estos son algunos de los talismanes de una imaginacion capaz de maravillarnos como pocos autores contemporaneos. Los cuentos de A mi no me enganas rebosan fantasia, pero tambien humor y generosidad hacia la fragilidad y las fuerzas ocultas que residen en todos nosotros.

  • Nuestra Luz de Arwen Grey

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    Primero tenia que encontrar el lugar. Soleado, amplio, con espacio para trabajar, moverse, caminar, pensar, discutir consigo mismo en frances. Que poseyera aquella luz dorada, mas dulce justo al atardecer, que era capaz de dar a todo una patina decimononica. Silencioso, a ser posible, aunque sabia que era complicado en la gran ciudad. De toda su lista de peticiones, la agencia habia dicho que aquella seria la mas complicada de cumplir. Y tambien la de que no hubiera vecinos en las cercanias. Al final, como solia ocurrir, de todo lo que queria, solo habia conseguido la luz dorada. Una luz dorada maravillosa, que estuvo a punto de hacerle llorar. Y lo habria hecho de estar a solas y la agente inmobiliaria no le estuviera mirando y mascando chicle, esperando su firma, impaciente, como toda la gente de ese siglo. Firmo, y pudo quedarse a solas, mirando el patio con limoneros plantados en enormes macetas de color verde chillon, que no les favorecian. Un patio de limoneros como el de Machado. Maravilloso. Si se quedaba el tiempo suficiente, pintaria aquellos maceteros de un tono adecuado. Dio la espalda al patio y a la luz dorada y contemplo su nuevo estudio de pintura. No era grande, ni amplio, ni podria dar muchas zancadas en sus paseos en busca de inspiracion, pero la luz era perfecta. Con un suspiro de satisfaccion, dedico una hora entera al disfrute de aquel logro sin igual. Elsa se aparto y contemplo la obra de Agustina desde la distancia, pensando que asi podria mejorar. Giro la cabeza. El nuevo angulo solo le hizo abrir los ojos de la impresion. --!Cielo Santo! ?Es un pene? Agus achico los ojos y contemplo el acrilico con ojo critico. La boca con dentadura postiza de un blanco doloroso estaba tan fruncida que parecia un diseno de Fortuny. --Si tanto te ha costado verlo, es que no esta bien --dijo la anciana en tono serio--. Volvere a empezar. Elsa inspiro hondo y se volvio para que su alumna no viera su expresion. A lo largo de sus anos como profesora de pintura, habia visto todo tipo de obras, desde las mas clasicas hasta las mas rompedoras, pero, en general, eran los ancianos los que mas la sorprendian. --Seguro que el modelo quedara encantado --dijo por encima del hombro. Muy concentrada en lo suyo, Agustina se limito a asentir y a morder el pincel, como si estuviera planeando si era mejor retocar aquella monstruosidad o si de verdad debia volver a empezar, con el gasto que aquello conllevaba. Elsa camino de un caballete a otro, dando consejos y animando a su grupo de tarde del miercoles. La media de edad duplicaba la suya con creces, pero su entusiasmo tambien lo hacia en ocasiones. Desde que habia iniciado aquellas clases, la vida le habia demostrado que nunca se podia dar nada por perdido, y que las ganas de vivir eran una de aquellas cosas. Desde que se habia divorciado y habia decidido que iba a retomar su carrera como artista, habia descubierto que la vida era una cabrona con un sentido del humor muy negro. Para empezar, los artistas, asi, tal cual, no podian vivir de lo suyo. Ella, al menos, no. En definitiva, descubrio que no habia tenido jamas una carrera como artista, asi que era imposible retomarla. Lo mas cercano que habia podido encontrar para poder vivir de su trabajo era dar clases de pintura a ninos, a ancianos y a gente con discapacidades diversas. Y resultaba que aquello si que era vivir. Vivir de verdad. Casi nunca pintaba, eso era cierto, mas alla de unas pinceladas en los cuadros de los demas, pero lo que se divertia ensenando a otros y aplicando lo que habia aprendido en la universidad y en diferentes cursos, eso no se lo quitaba nadie. Y, ademas, tenia aquel maravilloso apartamento, con aquel patio de limoneros que habia plantado durante su primera semana alli. Aquello era un paraiso. Y tambien tenia aquella luz que no se pagaba con dinero. No habia sido mas feliz en toda su vida. 2 Claudio estaba convencido de que habia nacido con un destino marcado, como los grandes. Ya de nino sabia que no era como los demas. Mientras otros jugaban y se despellejaban las rodillas detras de un balon y se peleaban por los columpios, el perdia dioptrias mirando una margarita y tratando de comprender como la luz incidia en sus petalos, y como el tono de blanco cambiaba en un dia nublado o en un dia de sol. Luego llegaba el jardinero y cortaba la hierba y todo se iba al carajo. Se acababan las margaritas y la contemplacion. Sus padres decian que era rarito, con ese tono que utilizan los padres, los abuelos, los vecinos, los tios y todo el mundo en general, para decir que no eres como el resto, pero todavia peor. Es decir, que no estaba en la mediania, que no le gustaba el futbol, los deportes, que no salia con chicas, que no iba al cine, que no jugaba a la consola, que no le gustaba el rock ni el pop, ni lo que estaba de moda. Su madre no habria sufrido mas si se hubiera declarado gay. El dia que le pillo besando con torpeza a una companera de Bellas Artes en su dormitorio juraria que respiro tranquila. Pero es que, incluso siendo rarito, Claudio era distinto. No era raro en el sentido de que se apuntaba a la moda de ir a contracorriente, llevar los tobillos al aire y gafas de pasta, sino que el habia descubierto un buen dia algo que le habia marcado y habia decidido que queria ser eso. Y hacia ello habia enfocado su vida. Claudio deberia haber sabido, ya antes de dar aquella clase sobre la pintura del siglo XIX, que su nombre no venia de la nada. Era un nombre antiguo, desfasado, de viejo, que decian algunos. Era el nombre de Monet. Evidentemente. Si se miraba al espejo, incluso se parecian. Solo le faltaba la barba. Asi que decidio un buen dia dejarsela. Y entonces su familia le dio por perdido. Empezo su periplo de casa en casa, de luz en luz. Pinto y trabajo, hasta que la magia desaparecia. No era conocido, pero se ganaba bien la vida. El estilo clasico siempre tenia sus compradores, aunque no fuera algo que estuviera precisamente de moda. A esa hora de luz dorada que era su favorita, Claudio se enfundaba su bata, su bonete, se colocaba frente al ventanal enorme, observando el patio con limoneros. En general necesitaba un tiempo de reflexion antes de poder mirar el lienzo. Las otras ventanas del edificio daban al patio, y el podia observar lo que hacian las personas al otro lado, desearlo, pero no era del tipo voyeur. En general, lo que hicieran sus vecinos se la traia al pairo. Solian ser gente sin interes, grises, con vidas corrientes. En ocasiones habia alguien que despertaba su interes durante una temporada corta, pero no solia durar. Normalmente, este duraba lo que tardaban en cruzar dos palabras en el ascensor o en el portal. Parejas chillonas o amorosas, ninos que jugaban o pedian la cena, bebes que mamaban del pecho de sus madres, ancianos mirando por la ventana, con la vista distraida. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo... La nota discordante atrajo su mirada al instante. Aquello no deberia estar ahi, justo enfrente, en un ventanal vecino del suyo, disfrutando casi de la misma luz y de su patio con limoneros. Ademas, nadie con una tecnica depurada deberia sostener un pincel de aquella manera. Era imposible que una pincelada correcta saliera... en fin, correcta. Claudio apreto los labios y sintio que los pelos del bigote se le metian dentro de la boca. Aquella barba de hacia dos siglos era incomoda y poco practica, aunque no se atreviera a reconocerlo. Aquella mujer no era una artista, se dijo con desden. No era como el. 3 --?Sabes que hay otro artista en el vecindario? Elsa termino de preparar la paleta de colores, aunque era raro que la usara. Aquella era una costumbre que no queria perder. Odiaba pensar que era una de aquellas profesoras que se limitaba a soltar una ristra de trucos baratos y lecciones vacias y luego paseaba alrededor de los caballetes. Ella queria sentir que sus alumnos disfrutaban y aprendian, y que ella aprendia de ellos tambien. --Querras decir que hay un artista en el vecindario --respondio, mientras se ponia la camisa de cuadros, vieja y manchada de pintura, sobre la ropa limpia--. Artista es el que se gana la vida con sus obras, ya sabes --anadio con ironia. Agustina, que llevaba bajo el brazo su cuadro con el pene, enorme y con venas bien marcadas, arrugo los labios, como si necesitara pensar en aquel concepto. --Entonces si es un artista. Me he informado bien al respecto. Se llama Claudio algo. --?Como el gallo? --Como Monet, segun el. Elsa enarco una ceja y asintio, incapaz de fingir seriedad. --Ya veo. Es ese tipo de artista. Espero que no le hayas dicho que doy clases aqui, porque es capaz de quemarme la casa por blasfema. --Aunque fingia ligereza, Elsa era consciente de que su tono estaba lejos de ser alegre. Durante su vida habia conocido a mucha gente que despreciaba el tipo de trabajo que ella hacia. Ser artista no era eso, pensaban. Una profesora de academia o de casa de cultura, creian, no era un artista de verdad. Antes preferian morir de hambre que caer tan bajo--. Por cierto, ?como te has enterado? Agus disimulo yendo a colocar su pene en el caballete con mejor luz del apartamento. Los demas alumnos sabian que no podian disputarle ese puesto si no querian morir desollados. --Me equivoque de escalera --dijo la anciana, encogiendose de hombros--. No se como ocurrio. Gire a la izquierda, luego a la derecha y de pronto estaba ahi. Soy vieja y soy debil, no me juzgues. Elsa la miro con los ojos entrecerrados. Nunca dejaba de asombrarla la increible cara dura de esa gente. --?Fuiste a mostrarle a Monet tu obra? Me gustaria saber lo que piensa al respecto. Elsa trato de aguantar la risa al ver que Agus se sonrojaba. La anciana podia fingir desparpajo, pero estaba claro que no se habia atrevido a tanto. --Le ha gustado --replico, rebelde. --!Oh, seguro que si! Mientras llegaba el resto de los alumnos y escuchaba rezongar a la mas discola de todos ellos, Elsa se volvio hacia el ventanal para abrir las cortinas. Rara vez las cerraba, pero no le gustaba la luz matinal, demasiado dura y brillante. Preferia la de la tarde, dorada y dulce, casi amelocotonada. Echo un vistazo a sus limoneros. Los habia plantado al llegar alli, hacia cinco anos. Todavia eran jovenes, pero ya daban fruto. Y sobre todo alegraban el patio, tan triste cuando llego, tan frio y abandonado. Ahora todo era luz y alegria. Sintio un sobresalto al ver que habia alguien rondando sus arboles. Vestia una especie de batamanta, como si fuera Gandalf. ?Que diablos estaba haciendo ese friki con sus limoneros? Entonces en tipo se aparto y vio el bote de pintura y la brocha. --Lo mato. Yo lo mato...

  • Caminos opuestos de Kelly Elliott

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    Me quede mirando al hombre. Tenia que haber habido algun tipo de error. Lo habia escuchado mal. Mi estomago estaba hecho nudos mientras asimilaba esas palabras. --Lo siento --dije mientras me reia--. Crei oirle decir que soy copropietario de la casa del rancho de mi abuelo aqui en Johnson City. El asintio. --Eso es lo que dije, Lucas. Con una fuerte sacudida de mi cabeza, me dirigi a el--: Esto es un error, Lou. Soy el unico nieto de William Foster. ?Si el abuelo no le lego la propiedad a ninguno de mis padres, a quien se la dejo? El anciano intento ocultar su sonrisa y fallo miserablemente. --El cincuenta por ciento de la casa ubicada en el numero cuarenta y cinco siete dos en la carretera estatal ciento setenta y cinco se le ha dejado a una tal... --jure que hizo una pausa para darle efecto dramatico--. Paige Miller. Cerre los ojos y solte un suave gemido. --Ahora seguro que te escuche mal. ?Que nombre acabas de decir? Sin abrir los ojos, pude escuchar el humor del abogado en su respuesta. --Paige Miller, formalmente de Johnson City, se mudo a Arkansas para asistir a la Universidad de Arkansas con un titulo en Negocios Internacionales con un... --Una especialidad en frances. !Se quien es Paige, Lou, y sabes que lo se! ?Por que aparece en el testamento de mi abuelo? El anciano, que tambien era el mejor amigo de mi abuelo, se reclino en su enorme silla de cuero y me sonrio. --Me temo que la unica persona que lo sabe es tu abuelo. Me obligue a sonreir. --Eso no me ayuda en nada, Lou, cuando el hombre fue enterrado hace tres dias. Su sonrisa se desvanecio. --Eso es cierto ... ?Y por cierto, donde estabas? La culpa me golpeo de lleno en el pecho. Nunca me perdonaria por perderme el funeral del abuelo. Maldita Bianca. Suspirando, respondi--: Fiji. Chasqueo los dedos. --Asi es. Tu mama dijo que tu y tu novia salieron de viaje. Escuche que la chica esperaba un anillo. ?Le pediste que se casara contigo? --No, no lo hice. ?Podemos volver a este... error? --Esto... la senorita Miller estuvo en mi oficina hace dos dias y recogio las llaves y una carta que le escribio tu abuelo--. Saco un sobre del archivo y lo deslizo sobre su escritorio--. Esta es tu carta y tu llave. Luego coloco una sola llave en la parte superior del sobre. Lo mire. Si la tocara, podria quemarme y prender fuego a toda la maldita oficina. Luego me rei, me frote la nuca y mire al amigo mas antiguo y querido de mi abuelo. --?Esto es una broma verdad? Tiene que ser una mas, porque a el le encantaba bromear. Se que adoraba a Paige, y siempre decia que necesitaba reconocer que me habia equivocado, pero no hablaba en serio. No esbozo una sonrisa. De hecho, parecia un poco cabreado. --Creeme cuando digo que esto no es una broma. William sabia exactamente lo que estaba haciendo. Lee la carta, Lucas. Todas las respuestas que buscas empiezan en esa carta. --Senalo el sobre con la barbilla. Lo agarre y me pare. --?La mitad de la casa es mia, la otra mitad es de Paige? --Asi es, el terreno tambien. Una sensacion de hundimiento me golpeo en medio de las entranas. La tierra tambien. Que maravilla. Lo primero que se me vino a la cabeza es vender todo. Cada vez que entre en esa casa pense en ella. En Paige. La mujer con la que ahora la comparto. Jesucristo, esto es un desastre. --Gracias por tu tiempo, Lou. Mientras me dirigia hacia la puerta, me grito--: Bienvenido de nuevo a Johnson City, hijo. Puse mi mano en la puerta. Una parte de mi se enfado porque mi abuelo habia tratado de forzarme. El plan siempre habia sido que yo fuera a la universidad, luego regresara y trabajara junto a mi padre y mi abuelo en la empresa familiar. Todo eso cambio el verano despues de que me gradue del bachillerato. No queria esa casa ni los recuerdos asociados con ella. --Tan pronto como le compre a Paige su parte y venda esa casa, me regreso a Austin, Lou. El fruncio el ceno. --Es una lastima. Nos vendria bien un hombre de tus muchos talentos aqui en el pueblo. Me rei. Pensar que Bianca considerara la idea de vivir en Johnson City era una broma de las malas. Ella ya se estaba quejando de quedarse en el hotelito al final de la calle, que en realidad crei que era mejor que cualquier hotel caro en el que nos hayamos alojado. --No me quedare, pero gracias, Lou. Antes de que la puerta se cerrara, jure que escuche al anciano reir y decir--: Ya veremos. Capitulo 1 – Paige Tres dias antes --Paige, carino, muchas gracias por venir. William te amaba como a una nieta y te extranaba mucho. Limpie una lagrima de mi mejilla y force una sonrisa cuando Lynn Foster coloco sus manos en mi parte superior de los brazos y me dio una mirada. Ella siempre habia hecho esto, desde que tengo memoria. Cuando entre en la casa de Lynn y Carl Foster, me dolia el corazon. Amaba al padre de Carl, William, como si fuera mi propio abuelo. --No tenia idea de que estaba enfermo, o habria venido de visita --dije--. Han pasado meses desde que lo vi. Ella sacudio la cabeza. --No te lamentes, jovencita, lo llamabas todas las semanas. Viniste la navidad pasada a verlo y jugaste domino con el y lo ayudaste a decorar el arbol fuera de la casa. El hablo durante dias sobre lo bonito que quedo. Le sonrei a Lynn calidamente, pero no podia ignorar la forma en que me dolia el pecho. Habia planeado volver a casa para ver a mi padre, y a mis hermanos, Tom y William. Use la excusa de que estaba tan ocupada con el trabajo y nunca hice el viaje. Volver a casa en Johnson City siempre traia consigo un manto de tristeza. Los recuerdos y los suenos perdidos a menudo me dificultaban la respiracion. Los ojos de Lynn estaban llenos de una mirada amorosa. Siempre la habia adorado y no tenia nada que ver con el hecho de que su hijo, Lucas, habia sido uno de mis mejores amigos mientras crecia, junto con Milo Elliott y Jen Adams. Habia salido con Lucas durante todo el bachillerato. Habia sido mi primer amor. Mi primer beso de verdad. Demonios, el primero en cada encuentro sexual, hasta que me fui a Arkansas hace once anos, cuando tenia dieciocho. --Lo voy a extranar. --Mire a mi alrededor, buscando a su hijo. No lo habia visto en algunos anos. Cada vez que estaba en el pueblo, el no estaba. Y aunque ambos viviamos en Austin, nunca nos encontramos ni una sola vez. Eso es mentira. Me habia tropezado con el unas cuantas veces, pero siempre me las arreglaba para escapar antes de que el pudiera verme. Por supuesto, ahora nos moviamos en diferentes circulos. Nunca me perdono por ir a Arkansas y no a la Universidad de Texas. Sonaba con abrir mi propio negocio y Lucas tenia el sueno de quedarse en Johnson City y hacerse cargo del negocio de su familia. No es que no me gustara mi pueblo natal; me encanta. Pero yo era joven y queria ver que mas habia ahi afuera. Esta fue la razon por la que elegi estudiar negocios internacionales y una especialidad en frances. La idea de vivir en Francia siempre habia sido un sueno, uno que comparti con Lucas hace siglos. El habia estado totalmente de acuerdo, pero cuando descubrio que no queria el simple titulo en negocios que ofrecia Texas, se molesto. Una parte de mi penso que tal vez queria un descanso; despues de todo, habiamos salido durante todo el bachillerato. Pero me dio un ultimatum y ese fue el punto de ruptura. Si no iba a UT con el, tendriamos que romper porque el no podria tener una relacion a larga distancia. La verdad era que obviamente no confiaba en mi, y eso me partio el corazon en dos. --Paige, antes de que te vayas para a Austin, ?te importaria pasar por la oficina de Lou Howard manana? Te nombraron en el testamento de William. --?A mi? --pregunte, mi voz sonaba tan aturdida como me sentia. --Sabes que el te queria muchisimo. Esperaba que tu y Lucas hubieran encontrado el camino de regreso el uno al otro. Force una sonrisa. Una parte de mi habia pensado que quizas nosotros tambien lo hariamos. Nunca habia sentido algo por ningun otro hombre como lo habia sentido por Lucas. Me tomo casi todo mi primer ano de universidad superarlo, e incluso hasta el dia de hoy, mi cerebro me dice que es una vieja noticia y mi corazon responde. --?Donde esta Lucas? --pregunte, tratando de ser indiferente. Lynn fruncio el ceno. --Fiji. Mis ojos se agrandaron. --Lo siento, ?dijiste Fiji? Por un momento, pense que Lynn solto un grunido. Ella puso los ojos en blanco. --Debo decir que esta en camino. Una vez que las cosas empeoraron y me di cuenta de que William no iba a mejorar, llame a Lucas. El pobre hizo lo que pudo, pero no alcanzo a regresar a tiempo para el funeral de hoy. De alguna manera perdieron su vuelo. Lynn miro a su alrededor, me tomo del brazo y me condujo hasta el porche trasero. Habia pocas personas alrededor, asi que pudimos hablar con tranquilidad. Una vez que estuvimos afuera, se inclino hacia mi y me susurro--: Bianca convenientemente no pudo encontrar su pasaporte. Arquee una ceja. --!Si, a proposito! Lucas deberia haberla dejado en esa isla. La puerta trasera se abrio de golpe y salio Linda May Hacker. --Oh, Lynn, carino, lamento mucho oir lo de William y que Lucas no haya podido regresar a tiempo.

  • Hijos de sangre y hueso de Tomi Adeyemi

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    Zelie Adebola recuerda cuando la tierra de Orisha desprendia magia. Pero todo cambio la noche en que esta desaparecio. Por orden del rey, los maji fueron perseguidos y aniquilados.
    Ahora, Zelie tiene una oportunidad de devolver la magia a su gente, pero para ello debera ser mas rapida y astuta que el principe heredero del trono, que esta dispuesto a todo con tal de erradicar la magia para siempre.
    El peligro acecha en Orisha, donde los leopardarios de nieve campan a sus anchas y los espiritus vengativos esperan escondidos bajo el agua. Sin embargo, el mayor peligro puede ser la propia Zelie en su lucha por controlar sus poderes.
    ES EL MOMENTO DE QUE ZELIE RECUPERE SU LEGADO. ES EL MOMENTO DE QUE UN PUEBLO RECUPERE LA ESPERANZA.

  • Cascabeles de Cristina Brocos

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    Un hombre llegado de muy lejos, de mirada perdida, serio y taciturno, un hombre muerto en vida llego a la Costa de la Muerte buscandole sentido a su vida, y alli se encontro con ella, con la muerte, habitando el cuerpo de una mujer que se despedia de la vida. El ya estaba muerto. Ella aun estaba viva. Pero las tornas se cambiaron porque. !asi es la vida!… Un gran laberinto que sabes donde y como empieza, pero no donde y como termina.

  • La primera entre los hombres (La medica de las mujeres 2) de Rosaura Hernandez Soto

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    Tras llegar a Alejandria, Agnodice debera enfrentarse a un futuro peligroso e incierto. Travestida de hombre, su unica opcion para poder lograr su sueno de estudiar Medicina, debera hacer frente a los recelos y envidias de sus companeros de estudios. Pero tambien se rodeara de nuevas y relevantes personalidades, como Herofilo de Calcedonia o Erasistrato de Ceos, que la ayudaran a madurar en el mundo de hombres al que ahora ella pertenece. Entre tanto, tendra que desenterrar sentimientos escondidos en el fondo de su alma cuando un enigmatico hombre aparezca en su vida para hacerle el camino un poco mas dificil.

  • Arenas blancas de Geoff Dyer

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    Del autor de Pero hermoso, un magnifico libro de viajes sobre los lugares que visitamos y el poder de la memoria. Un precioso homenaje al arte y a la literatura.

  • Espadas de deseo (Templarios 2) de Kaera Nox

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    Este libro, para mi, ha sido especialmente dificil de escribir. No por la trama (que tambien), sino porque la vida a veces se empena en ponerte la zancadilla una y otra vez. Lo cierto es que Espadas de Deseo deberia haber visto la luz hace mucho, mas de un ano, de hecho. Pero, como suele decirse: <>. Se que no ha sido un ano facil para casi nadie, la COVID-19 se ha encargado de hacernos ver que nunca se puede dar nada por supuesto. Pero para mi ha sido la gota. Mi ano ya se habia torcido mucho antes. Esperaba que despues de un ultimo trimestre del 2019 nefasto, el 2020 me trajera algo mejor. Se me olvidaba que las cosas siempre pueden ir a peor. Perder a mi padre de una forma tan inesperada por culpa del maldito virus sin poder acompanarlo ni despedirnos de el ha sido duro, mucho. Pero el me enseno que la vida sigue, aunque duela, y que hay que seguir luchando. ?Por que os cuento todo esto? Por dos razones. La primera, porque quiero pediros disculpas por la espera. Se que sois muchos los que esperabais con ganas esta segunda entrega de templarios y lamento que se haya alargado tanto. De verdad. La segunda es daros las gracias. Por seguir ahi, por vuestra comprension, por el apoyo y por no dejar de leerme. GRACIAS, de corazon, porque sin vosotros probablemente me habria resultado aun mas dificil sentarme a escribir para terminar esta historia. Y sin mas, os dejo con ellos. Con mis templarios. Esos a los que llevais tanto esperando. Espero que disfruteis de la historia de Jacques y Eva tanto como de la anterior y hare lo posible porque la espera para el siguiente no sea demasiado larga. Deseo Oculto Jacques bajo de un salto del helicoptero. Podia sentir la sangre palpitando en sus venas al ritmo de las aspas. El estres y la emocion de la lucha aun bullian en su interior como si no hubiera dejado todavia el campo de batalla. Y todo por su culpa. Podia llamarlo cabreo o quizas fuera preocupacion, pero la imagen de Dalman, con una herida en su costado de la que manaba sangre a borbotones, rechazando su ayuda y desapareciendo del lugar acompanado de Barthelemy no le ayudaba precisamente a calmarse. Aquello ya habia ido demasiado lejos. --Bajad al salon, curare vuestras heridas por orden de gravedad --gruno sin mirar a ninguno de sus companeros. Engullo la distancia que lo separaba de la puerta de acceso a la mansion en rapidas zancadas, mientras en su cabeza iba construyendose el enorme rapapolvo que planeaba soltarle al joven. El era su superior, el segundo al mando y, como tal, sus ordenes debian ser obedecidas. Vale que quizas la relacion que mantenia con Dalman no era la mas... ?que? ?Cordial?, ?sana? Bufo ante sus propios pensamientos mientras bajaba las escaleras metalicas que le llevarian al tercer piso de la mansion. Ni siquiera sabia que era el para Dalman. Probablemente no le consideraba un amigo, de hecho, estaba seguro de eso. Despues de todo, el se habia encargado de mantener las distancias entre ambos. Rechazo cada contacto, cada intento de aproximacion, cada instante de cercania con el joven y ahora, todas esas decisiones habian vuelto para morderle el trasero. Era cierto que durante el viaje la mayoria de sus heridas habian comenzado a sanar a un ritmo bastante rapido y suponia que con la de Dalman habria pasado lo mismo, pero estaba sangrando tanto... !Joder! El recuerdo de cada una de las veces que habia intentado ayudarle cuando estaba herido volvio a su mente. Aquello no era nuevo. Tal vez ahora curasen mas rapido y fueran mas fuertes y resistentes, pero, ahora que lo pensaba, ni siquiera cuando fue herido en batalla luchando contra los infieles permitio que nadie le atendiera. Ese pensamiento le calmo durante dos segundos completos, hasta que recordo que un par de dias atras habia necesitado ayuda y no habia acudido a el. Su hermano de armas, su superior. Prefirio ir en busca de Aby, una mujer, alguien a quien acababa de conocer, antes que a el. !Que era medico, joder! --!Te he dicho que te sientes y te estes quieto de una puta vez! El exabrupto que llego a sus oidos en cuanto puso un pie en el salon lo saco de golpe de sus pensamientos. Chloe manoteaba sobre el pecho de Bart intentando retirarle la camiseta, mientras el templario se resistia como podia. --!Que me quites las manos de encima, bruja! !No permitire que uses ninguno de tus hechizos sobre mi! --?Hechizos? !Pero seras alcornoque! --Chloe bufo audiblemente y clavo el dedo indice en el pecho de Bart--. Te lo voy a repetir una vez mas, capullo: Soy medico y necesito ver la herida de tu pecho para valorarla y saber si necesita puntos. Te aseguro que si no fuera por eso no te tocaria ni con un palo, pedazo de gilipollas. La ultima afirmacion debio aturdir un poco a Bart, porque la chica empujo una vez mas y el templario cayo sentado en el sofa a su espalda. --Ahora, quitate la camiseta de una puta vez. --?Que esta pasando aqui? --La voz de Philippe hizo que tanto Chloe como Bart se giraran hacia ellos arruinando su diversion. --!Jacques! !Bien! Dile a esta loca que me quite las manos de encima. No necesito que nadie me revise ninguna herida. --Vamos, hermano, no me diras que no eres capaz de librarte de una pequena mujer tu solo. --Philippe no pudo evitar bromear al ver el rostro enfadado de su hermano mayor. --No dano a mujeres --respondio sin apartar la vista de la chica frente a el--, por mucho que lo esten pidiendo a gritos. --!Solo intento ayudarte, maldito capullo! Asi que soy lo bastante buena para salvarle la vida a Dalman, pero no para curarte un aranazo a ti, ?no? --Chloe fulminaba a Bart con la mirada. Sus ojos destilaban furia. Hacia menos de una hora que habia tenido que curar una herida mortal del pecho de Dalman con un botiquin basico y el muy capullo seguia sin fiarse de ella. Mantuvo los brazos cruzados en su pecho y su pie golpeo repetidamente contra el suelo de marmol del salon--. !Eres un jodido cabron! ?Salvarle la vida a Dalman? ?Su vida habia corrido peligro? Jacques decidio que necesitaba algunas explicaciones. Urgentemente. --Explicate. --Clavo sus ojos en los de la rubia con un rictus serio--. ?Que le has hecho a Dalman? --?Que que le he...? !Salvarle la vida! ?Te parece poco? --Chloe se obligo a respirar hondo y calmarse. Aquellos hombres eran imposibles--. Aqui el capullo mayor del reino --explico senalando a Bart que la miraba atonito-- y Dalman aparecieron en el museo. El listo este empezo a insultarme que, si fuera vosotros, en mi opinion profesional, lo enviaria a un curso de control de la ira o a uno de "Como no ser un capullo en tres pasos". Aunque no se si con tres pasos tendra suficiente... --Me encanta esta chica --dijo Rodrigo entre risas ganandose la mirada furiosa de Philippe y Bart--. ?Que? Verla poner a Bart en su sitio es lo mas divertido que he visto en semanas. --Al grano, Chloe, por favor. ?Dalman? --pregunto Jacques intentando mantener la calma, mientras apretaba los punos y se recordaba a si mismo que a Guillaume no le gustaria que danase a la mejor amiga de Aby. --Si dejais de interrumpirme... --Si, la chica estaba tentando su suerte--. Como iba diciendo, este me distrajo y cuando me di cuenta, Dalman estaba a punto de desmayarse. Tenia una herida muy fea en el costado derecho, debajo del pecho. Insisti en llamar a una ambulancia, pero aqui los dos zoquetes se negaron a ello. Asi que le atendi con el botiquin que guardo en el despacho. Limpie la herida, era profunda, pero no parecia haber afectado a ningun organo interno, asi que la cosi y le puse un vendaje. Volvi a insistir en que fueran a un hospital. Tengo la carrera de medicina, pero no rayos x en los ojos --anadio mirando de nuevo a Bart con furia--. El caso es que Dalman parecio estabilizarse, no tiene fiebre y sus constantes son buenas, asi que lo dejamos durmiendo en su habitacion. --?Eres medico? --Jacques la miro incredulo--. Pense que trabajabas con Aby. --Tambien tengo la carrera de Historia --repuso con un encogimiento de hombros--. Y ahora... ?alguien va a decirme de que guerra habeis salido? Por la cantidad de sangre que estais dejando en el suelo cualquiera diria que os habeis peleado con una manada de osos salvajes. Jacques siguio la mirada de Chloe, que recorria uno a uno a sus ensangrentados companeros, y se percato de que ya era hora de ponerse en marcha. Pero antes... --Quiero un informe completo del estado de Dalman, puedes echarme una mano mientras me lo das --exigio al tiempo que ayudaba a Prax a sentarse. --Vaya, no se si darte las gracias por darme permiso o mandarte a la mierda --repuso la chica entre dientes antes de acercarse al sofa en el que estaban dejando al herido. El brazo derecho de Prax colgaba peligrosamente de su hombro. Habia recibido un buen tajo que a punto estuvo de amputarle el miembro y, aunque durante el viaje empezo a curarse, su aspecto aun era preocupante. --Deberiamos llevarlo a un hospital --insistio Chloe mientras ayudaba a Jacques a retirar trozos de tela y limpiar la zona. --Nada de hospitales --gruno Prax. --Ya lo has oido --anadio Jacques--. Ayuda o apartate, tu decides. --Hombres --bufo resignada antes de empezar a preparar lo necesario para volver a unirle el brazo. Si se pensaban que iban a conseguir amilanarla iban listos. Su padre era el rey de los hombres prepotentes, mandones y egocentricos y no habia podido con ella. El hombre que consiguiera hacer que Chloe Favre diera un paso atras aun no habia nacido. La adrenalina comenzaba a abandonar su cuerpo dando paso al cansancio. La mayoria de las heridas ya estaban curadas. Chloe se habia encargado de ellas una vez que Prax estuvo lo bastante estable como para que Jacques pudiera hacerse cargo solo. Bart habia continuado negandose a permitir que la chica le atendiera, insistiendo en que podia esperar a que el terminara. Al menos hasta que Rodrigo, con una sonrisa picara, se bajo los pantalones dejando a la vista una herida cerca de su ingle y se ofrecio voluntario para recibir las atenciones de la <>. Sus palabras. El grunido de Barthelemy resono en el salon y mas de uno, incluido Jacques, tuvo que esforzarse en reprimir la carcajada. Rodrigo ni siquiera intento disimularla y dejo que Martha, el ama de llaves, se encargara de su herida sin parar de reirse mientras Chloe, por fin, atendia la que Bart tenia en su pecho. Eran como ninos. Y cuanto los habia echado de menos sin siquiera saberlo. Acababa de terminar de coser un tajo bastante feo en el otro brazo de Prax, cuando las puertas que daban al jardin se abrieron de golpe. Un hombre de aspecto femenino cruzo a traves de ellas y corrio hacia Rodrigo, que acababa de volver de ducharse, lanzandose a sus brazos. El templario lo miro sorprendido y solto la toalla con la que se estaba secando el pelo, justo a tiempo para agarrar al chico cuando este salto en el aire y envolvio las piernas alrededor de sus caderas. --!Hola, amor! ?Me echabas de menos? --exclamo con voz chillona, mientras se aferraba a su cuerpo con brazos y piernas. --?Que haces aqui, Ben? --Rodrigo intento deshacerse del apretado agarre del chico sin mucho exito--. Pense que te habia dejado claro que no queria volver a verte. --!Oh, vamos, amor! !Se que no hablabas en serio! El chico ataco la boca de Rodrigo ignorando los intentos de este de alejarlo de su cuerpo y, en aquel momento, viendo como su companero era devorado con pasion por los labios de otro hombre, los pensamientos de Jacques vagaron hacia Dalman. ?Como se sentiria su boca? ?A que sabrian sus besos? No era un mojigato. Estaban en el siglo XXI. Las relaciones entre personas del mismo sexo ya no eran un tabu. Nunca debieron serlo. ?Cual era el problema? Tal vez el hecho de que nunca, jamas, en sus mas de setecientos anos de vida se habia sentido atraido por otro hombre. Salvo por el. Dalman. ?Y que mas daba? Habian pasado mas de siete siglos y aquel muchacho seguia hechizandolo del mismo modo que lo hacia cuando se conocieron. Le atraia irremediablemente, como un canto de sirena. Entonces tenia sentido que mantuvieran las distancias. Eran otros tiempos, otra epoca, su vida estaba dedicada a la fe. Tenian voto de pobreza, obediencia y castidad y, por si eso no fuera suficiente, la sodomia era causa de excomunion. Habia nacido para ser templario. Le educaron y criaron para ello. Su unico objetivo en la vida, la razon de su existencia, el destino hacia el que se encaminaron cada uno de sus pasos desde su nacimiento. Era todo lo que tenia, todo lo que conocia, todo lo que alguna vez habia querido. Hasta que llego Dalman. Pero en los siglos en los que habia estado vagando, sin memoria, sin recuerdos, olvido todo lo que se suponia que debio ser y, con la mente abierta y una eternidad por delante, descubrio, conocio, aprendio y vivio lo suficiente como para ser capaz de poner las cosas en perspectiva. Entonces... ?por que habia seguido apartandolo cuando se volvieron a encontrar? La respuesta era tan simple como patetica. Miedo. Uno que no iba a permitir que siguiera interponiendose. Como un automata, abandono la habitacion y subio las escaleras. Ni siquiera habia podido ir a verlo desde que habian llegado. Tuvo que resistir sus ganas de saber en que estado se encontraba y conformarse con recibir un informe detallado por parte de Chloe. Fue una sorpresa descubrir que tenia conocimientos medicos y tambien un alivio que hubiera estado alli para encargarse de Dalman. Aunque, una vez mas, algo parecido a los celos o, tal vez, a una envidia malsana, asomo a su mente. De nuevo, habia preferido ser atendido por una mujer extrana, una desconocida, antes de permitir que fuera Jacques quien pusiera sus manos sobre el. Llamo a la puerta sin obtener respuesta. La preocupacion por si su estado habia empeorado se mezclo con la rabia que bullia en su interior por sentirse rechazado; ambas hicieron que entrara en la habitacion y el sonido del agua lo llevo hasta el bano. Nada lo habia preparado para lo que encontro alli.

  • El medico frivolo del campo de Melissa Eyre

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    Cuando el medico visita el hospital balneario, apenas puede creer lo que ven sus ojos…..

  • Chispas de pasion de Michelle Celmer

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  • Cartas Quemadas de Angel Paudo Veloso

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    Mi abuelo hace mucho que nos dejo, tanto, que yo apenas recuerdo que alguna vez haya estado aqui. En mis escasos recuerdos, el siempre estaba triste, callado, ausente. Por eso, el dia que fallecio, todos lo vimos como un paso mas, no como la interrupcion de algo. Mi abuelo pasaba la mayor parte del dia en su despacho, siempre sentado en aquel mueble de caoba tan senorial. Cuando enfermo, la llave giro sobre la cerradura y aquel despacho quedo cerrado durante muchos anos sumido en la mas profunda oscuridad. Ahora que mi familia se planteaba vender la vieja casa, habia que abrir aquella habitacion y vaciarla, dando salida a todos los fantasmas tristes, callados y ausentes que alli debian habitar. Cuando la puerta se abrio, nadie queria entrar alli, ni siquiera mi abuela. Todos miraban hacia aquella oscuridad como si hubiese algo que ellos veian, pero que yo no podia imaginar. El polvo ocupaba cualquier minusculo espacio de aquella oscuridad infinita. Al final, fue mi abuela la primera que se decidio a entrar y cuando levanto las persianas, incluso a la luz le costaba introducirse en aquel espacio, buscando huecos entre las manchas de los cristales para iluminar la estancia. Mi abuela atraveso la puerta despacio, con cautela, como si tuviera miedo de pisar algun recuerdo que hubiese quedado olvidado en el suelo. Yo la observaba desde fuera sin atreverme a cruzar el umbral, era como un viaje al pasado, a un pasado demasiado oscuro, tras ella la puerta se cerro de nuevo. No tardo mucho en abandonar el despacho, apenas quince minutos. Cuando salio, lo hizo con una vieja caja de zapatos atada con un lazo raido, intente hablar con ella, curiosear que era aquello, pero estaba como ausente, mis palabras no llegaban a sus oidos, camino por el pasillo despacio, con la mirada perdida y, finalmente, entro en su habitacion y cerro la puerta suavemente, luego echo la llave. Mi abuela habia reaccionado de un modo extrano, encerrandose en su habitacion. Ella no era como mi abuelo, a ella le gustaban los cuartos abiertos, nunca antes habia echado la llave de su habitacion. Yo, preocupado, desde la ventana la observaba en silencio, agazapado, con la curiosidad del que ve, que las cosas cambian demasiado rapido e intenta asimilarlas a una velocidad normal, antes de que estas perdieran su sentido, mientras mi familia se desmoronaba rapidamente. A traves de la ventana, podia ver a mi abuela leyendo una montana de cartas que se amontonaban junto a un raido lazo rojo. Mi abuela leia y leia sin apartar la vista, de manera casi enfermiza, como quien ha entrado en un sitio del que ya no puede salir. Mientras ella leia, en la penumbra yo podia ver el reflejo de sus lagrimas descendiendo por sus mejillas. Cuando por fin termino de leer, con los ojos enrojecidos de tanto llorar, amontono las cartas en una papelera, se seco las lagrimas, encendio una cerrilla y les prendio fuego. Mi padre siempre decia que todos queremos dejar algo a nuestro paso por la tierra, pero no por cuestion de ego, en realidad es una necesidad o, mas bien, una obligacion que todo ser humano sentia a lo largo de su vida; y mi abuela le acababa de robar a mi abuelo todo eso en un instante, porque aquellas cartas eran su legado, lo unico que aquel hombre triste y callado habia dejado de su paso por este mundo. Eso y un colgante, con un extrano trozo de metal retorcido que siempre llevaba al cuello como su reliquia mas preciada. Tras las llamas vino el silencio, mi abuela se nego a responder a ninguna de nuestras preguntas sobre lo que alli ponia, sobre aquellas palabras que habian removido tanto en su interior como para hacerla reaccionar de una manera tan encendida. Por la noche me acerque a la papelera y entre los restos negros de papel carbonizado, apenas pude rescatar parte de la direccion de un remite, como unica prueba de que alli antes existieron letras, que formaron palabras, que formaron frases y que juntas cobraron tanto sentido que hicieron llorar a mi abuela desconsoladamente durante un dia entero. Yo, por mi parte, intente que me contase que ponia en aquellas cartas, que se abriera y se sincerase, necesitaba que compartiera conmigo aquello, lo unico interesante que habia aparecido en medio de todo el silencio que envolvia la vida de mi abuelo. Pero, de repente, no tenia nada que decir, parecia que habitaba ahora en el extrano lugar donde antes lo hacia mi abuelo. Era ella ahora la que no hablaba, la que observaba la vida pasar en silencio, ausente, con una mirada perdida. Todo esto provocaba aun mayor necesidad en mi de saber que era lo que habia ocurrido, que era lo que ponia en aquellas cartas y que extrano secreto habia dejado dos vidas en suspension de aquella manera. Mis abuelos siempre habian mantenido una relacion cordial, se querian, se respetaban, pero nunca vi ese algo especial que si observaba en la relacion de mis padres, practicamente, hasta que mi padre fallecio. En pocos anos, los cambios habian sido tantos y afectado a generaciones tan diferentes entre si, que quien podia calificar el comportamiento o las costumbres de una generacion que nada tenia que ver con la nuestra. En cualquier caso, mis abuelos siempre estuvieron juntos, se hacian compania y no se dejaban ni a sol ni a sombra, yo solo eche de menos entre ellos esa pasion que en mis padres desbordaba por todas partes. Yo habia perdido a mi padre por una enfermedad larga y agonica que fue acabando con el poco a poco y, realmente, tengo pocos recuerdos suyos fuera de la cama o alejado de su enfermedad. Ademas, su padre murio en la guerra. Esa era una de las razones por las que la guerra civil era un tema tabu para el, como si, por no hablar de las cosas, estas desaparecieran. La familia para nosotros era un gran conjunto de fantasmas sin ningun recuerdo ni ninguna historia a la que aferrarse. La abuela decia que el abuelo se rompio en la guerra y que no siempre fue un hombre triste y melancolico, el hombre que vino con ella a Alicante fue transformandose a lo largo del trayecto, de manera que el hombre que llego a Alicante nada tenia que ver con el hombre que salio del pueblo. Era como si con cada paso, con cada trecho recorrido, sus recuerdos y lo que el habia sido, se iban quedando alli en el barro, en cada pisada. Pero que hubo un tiempo, antes de que la gente empezase a dispararse unos a otros, en que cuando mi abuelo entraba a un sitio, ese sitio resplandecia, se iluminaba. Despues de lo de las cartas, le di muchas vueltas a todo, yo estaba pasando un extrano momento, una epoca mala, una epoca mala que duraba ya demasiado tiempo. Me habia dejado llevar y estaba completamente perdido, apatico y sin ganas de hacer nada, sin ilusion, sin ninguna meta, asi que me propuse averiguar lo que pudiera de aquellas cartas, a lo mejor asi, averiguaba algo de aquella familia de la que no sabia absolutamente nada. La mia. El domingo, unos dias despues de lo de las cartas, cogi una mochila, guarde en una bolsa de plastico el pequeno trozo del remite, algo de dinero y me subi sin pensarmelo demasiado en un autobus con direccion a Madrid a visitar a una amiga y a buscar un pedazo de la historia. La historia de mi familia, que al igual que la historia del pais durante aquellos anos, se escondia entre las sombras a buen recaudo, enterrada en una montana de remordimientos, rencores y pena, mucha pena. Antes de marcharme, busque entre las cosas de mi abuela y cogi uno de los pocos recuerdos que en la casa quedaban, quiza el unico. Sin contar aquel extrano colgante con un trozo de hierro retorcido, que, desde hacia ya tiempo, era mi posesion mas preciada. Aquel extrano colgante que mi abuelo antes de morir me colgo un dia al cuello, dedicandome una sonrisa, la unica que yo recuerdo haberle visto, pero sin explicarme nada. Asi de raro era mi abuelo. Como digo, cogi ese recuerdo, una foto de aquella epoca en blanco y negro castigada por el tiempo, por si me era de ayuda en mi busqueda. En la foto estaban mi abuelo, mi abuela y un grupo de personas desconocidas para mi, conectadas por sus cuerpos, buscando un lugar en el encuadre, compartiendo el espacio fotografiado con una sonrisa como del que no sabe lo que se le avecina. Estas fotos de antes y del periodo de entreguerras me producian miedo y nostalgia, parecen de una epoca tan lejana, en la que siempre intuyo una extrana felicidad y una mirada con un brillo especial, del que nada tiene y nada espera. Creo que hemos perdido algo necesario y muy importante en este tiempo, pero no se bien que es, solo se que, cuando veo fotos de aquella epoca, los rostros tienen un brillo especial que ahora soy incapaz de encontrar. Es como si, con el paso del tiempo, hubiesemos perdido nuestra razon de ser y ahora no supiesemos muy bien lo que queremos o lo que buscamos. Llegue a Madrid al atardecer, la sensacion al llegar a la ciudad en la que creci era siempre especial y dificil de explicar, una mezcla de nostalgia y de falso arrepentimiento de haberla cambiado por otra ciudad. Pero, sobre todo, me sentia importante, siempre paseaba altivo sintiendome alguien especial por sus calles, aunque era como si se pudiese oler que ya no pertenecia a ella, pero andaba por sus calles con la seguridad de alguien que sabe por donde pisa. Al mismo tiempo, mientras caminaba me sentia insignificante, dejaba de ser alguien, ese alguien que en las ciudades pequenas tenia nombre y apellido y era reconocido por todos, para integrarme en esa masa sin forma con multitud de individuos que vagaba de un sitio a otro sin fijar su mirada en nada ni en nadie. Esa masa donde la singularidad perdia todo su sentido, una autentica contradiccion, como todo lo que esta ciudad me hacia sentir. La casa de Eva estaba en pleno barrio de Malasana, uno de los barrios mas antiguos y autenticos de Madrid. Tenia el encanto de las viejas construcciones de principio de siglo, una corrala donde el cuarto de bano estaba fuera de la casa, aunque varios de los estudios que se habian creado en las antiguas viviendas ya reformadas, disponian de cuarto de bano en su interior. Pero esto te recordaba como habian cambiado las cosas en poco tiempo y esos patios exteriores ahora vacios, te hacian pensar en la vida que antes debian tener en su interior, donde todos sus vecinos se conocian y no se esquivaban unos a otros como hacen hoy en dia y era facil imaginar a toda aquella gente relacionandose y hablando en esa zona donde ahora no habia vida ninguna y donde reinaba el silencio mas absoluto. Eva tardo bien poco en encontrar una direccion y el nombre del pueblo en aquel pequeno trozo de papel casi vacio, con apenas unas letras. Le resulto muy facil, tan solo tuvo que hacer un filtrado en internet y unas cuantas busquedas en Google Maps. Apenas tardo una hora en conseguir algo que yo podia haber tardado toda una vida en averiguar. "Masegoso del Tajuna" en Guadalajara era el sitio elegido, el pueblo al que debia ir a buscar las raices sobre las que descansaba el futuro incierto de mi familia, a punto de ser talado por los rapidos golpes certeros del destino. Es curioso como un pueblo completamente desconocido para mi, con un nombre que me sonaba tan extrano, habia marcado el principio y el final de mi familia. Un pueblo donde descubriria con el tiempo que mi apellido era compartido por gran parte de los aldeanos. Que mis ancestros habian corrido por aquellas callejas y vivido durante decadas en un sitio que para mi era completamente desconocido. Aquel sitio, que no significaba nada para mi, era el sitio donde descansaba toda la historia de mi familia, una clara muestra de que todo lo importante en la vida, queda sepultado por el tiempo. El ?De donde venimos? y el ?A donde vamos? ahora cobraba un nuevo sentido y una de las dos preguntas al final quedaba respondida y quien sabe si quiza la segunda a raiz de este viaje tambien quedase respondida. Porque a veces las respuestas como las desgracias vienen todas de golpe sin saber si quiera si estamos preparados para ellas. Sin mas dilacion, le dije a Eva que al dia siguiente por la manana saldria para Masegoso. Yo no era una persona paciente y una vez sabido el nombre del pueblo no tenia sentido que siguiera en aquella casa, no debia perder mas tiempo en Madrid. Ademas, la situacion con Eva se habia convertido en algo un poco raro e incomodo. Es increible como se puede querer y compartir tanto con una persona y, con solo estar un par de anos separados, ser ahora los dos tan distintos, como dos extranos que buscan a la otra mitad que dejaron, siempre en el sitio equivocado y que echan mano a recuerdos de un pasado tan cercano como lejana esta ahora la quimica que antes habia. Era como, si desde el momento de nuestra separacion, cada uno hubiera tomado el camino mas alejado del que habiamos compartido hasta entonces, pero en direcciones opuestas y nos hubieramos convertido en dos personas tan distintas, que ni siquiera nuestros recuerdos de los mismos hechos coincidian ahora, por no hablar de esos silencios incomodos que estaban cubiertos de reproches. De camino a la estacion volvi a caer en la cuenta de que Madrid sigue siendo una ciudad especial para mi y que siempre lo sera por mucho tiempo que pase y que cada rincon de la ciudad me traia algun extrano recuerdo. Recuerdos olvidados que venian a la cabeza al pasar por aquellas calles. Ahora que me marchaba, en la estacion tuve claro que amaba tanto a Madrid por la capacidad que tenia para ponerme triste. Ademas de encontrarme la direccion del pueblo, Eva me dijo algo en lo que yo no habia pensado. Y es que, practicamente, todo en esta vida tiene su reverso y en este caso, no simplemente era importante la direccion, sino que habia algo mucho mas importante. Todas las cartas que vinieron tuvieron respuesta en otras que fueron y que, aunque mi abuela quemo unas, las cartas de mi abuelo, si es que las hubo, no pudo quemarlas y habia una posibilidad de que tambien descansaran en la oscuridad de algun armario o de alguna caja de zapatos y estuvieran alli esperandome, quiza en Masegoso, aquel pueblo que me esperaba en la provincia de Guadalajara, una provincia que era una autentica desconocida para mi.

  • Suenos de una cita de Anna Olsson

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    Todo empieza con una conversacion en internet. Esta pareja promete juntarse en persona hasta lograrlo convirtiendose en un hermoso romance.

  • La institutriz (Viaje por las Highlands 1) de Sonia Lopez Souto

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    Blair ha tenido una vida dificil desde su mas tierna infancia. Con un padre borracho del que huir y una madre que dio su vida para alumbrar a su hermano, se ve obligada a trabajar a sus dieciseis anos para sobrevivir.
    Tras cuatro anos sirviendo como institutriz para los Cockburn, una adinerada y poderosa familia, intima del rey Jacobo, la muerte del pequeno heredero hace peligrar su sustento.

  • El rastro de los cuerpos de Jose Miguel Tomasena

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    Circulabamos por uno de esos tuneles mal hechos que hacen en Mexico, en el que cada tres dias se mata alguien, porque en lugar de hacerlo en linea recta, lo construyeron con mas curvas que una carretera de montana. Tania manejaba. Era medianoche y casi no habia trafico. Al salir de la primera curva nos encontramos con un perro tirado a la mitad de la avenida. Tania alcanzo a esquivarlo y se orillo. ?Esta vivo?, pregunto mirando por el retrovisor. En efecto, el perro aun movia la cabeza y parecia hacer un gran esfuerzo por moverse. Antes de que yo pudiera decir algo, Tania ya se habia bajado del coche y corria entre los carriles hacia el animal herido. Vi el reflejo de unos faros en la pared del tunel y escuche el sonido de un motor que se acercaba. Le adverti a gritos del peligro y Tania se hizo a un lado. Por un momento temi que el coche rematara al animal ahi, enfrente de nosotros, pero alcanzo a esquivarlo y paso entre nosotros zumbando el claxon. Era una hembra. Una pointer cafe que tenia las tetas hinchadas y que nos miraba con sus enormes ojos grises. Sus aullidos retumbaban en el tunel. El golpe le habia dislocado la cadera, y aunque intentaba usar las patas delanteras para moverse, la parte trasera de su cuerpo parecia un tren volcado. Tania se cubrio la nariz y la boca con las manos. Tenemos que ayudarla, suplico. Me acerque al animal, arrastrando los pies. La perra gruno, mostrandome los colmillos, sin dejar de mirarme. En sus ojos habia furia, pero sobre todo habia dolor, miedo. Ya, dije extendiendo la mano para tocarla, no te vamos a lastimar, pero la perra me respondio con una dentellada caliente que apenas pude esquivar. Del punto ciego del tunel, iluminado por unas farolas con luz naranja que pendian del techo humedo, aparecian coches a toda velocidad. Sus luces blancas nos cegaban y parecia que nos iban a embestir, pero luego frenaban, cambiaban de carril y, en algunas ocasiones, nos mentaban la madre con el claxon. ?Que vamos a hacer?, dijo Tania. Levante los hombros. Esta muy lastimada, respondi, y ella me suplico que hicieramos algo, por favor. ?Que? Dime. Pues no se. Algo. Entonces se acerco a la perra, muy despacio, extendio la mano y la perra levanto la cabeza y siguio los movimientos de Tania. Tranquila, susurro como una encantadora de serpientes o domadora de leones. No te voy a hacer nada. La perra lanzo un aullido de dolor que retumbo en el tunel. No tengas miedo, dijo Tania mientras volvia a acercarse. Ya, ya, te vamos a ayudar. La perra seguia tensa, mirando su mano, pero acepto que le tocara la cabeza. Eso, dijo. Te vamos a sacar de aqui. En sus ojos vi consuelo mientras Tania la acariciaba, cierta calma, la confianza en que seria salvada, y yo ya estaba pensando como conseguiriamos subirla al coche y acomodarla en el asiento trasero, a donde la llevariamos, quien conseguiria salvarla, cuando el motor de un camion bufo desde la boca del tunel, la perra se asusto y lanzo un mordisco sobre la mano de mi esposa. Era un camion de mudanzas que no tenia por que circular por ahi. Un letrerote lo decia clarito al inicio del tunel: NO BICIS, NO MOTOS, NO CAMIONES. Pero si en Mexico puedes destripar a tu vecino y regarlo por la ciudad en bolsas negras, puedes secuestrar autobuses llenos de migrantes, desechar los residuos de tu fabrica en el rio, esclavizar indigenas para que cosechen tomate, comprar elecciones con monederos electronicos, ?que puede pasarte por meter un camion de mudanzas a un tunel mal hecho? El chofer imbecil todavia nos sonrio al pasar y hasta agito su manita para saludarnos. Estoy bien, dijo Tania. Yo habia pegado un grito mas escandaloso que los grunidos de la perra, pero era una herida superficial: dos rasgunos en el dorso de la mano. Yo sabia que Tania se impresionaba facilmente con la sangre desde que se cayo de una patineta cuando era nina y se abrio la cabeza, pero ella insistia en la perra, la perra, habia que salvarla. No se puede, dije. Esta muy lastimada. Y ella: La perra, hay que salvarla. Y yo: Es muy peligroso, nos tenemos que ir. Estabamos solos, en la salida de una curva ciega, a media noche, ante un animal dispuesto a morir peleando. ?Quienes eramos nosotros? ?Que podiamos hacer? Pero Tania nunca se daba por vencida, creia que siempre se podia hacer mas, siempre algo mas. Nunca me perdono que yo quisiera protegerla y yo no me perdono no haber podido hacerlo, aunque esa noche consegui imponerme y llevarla de regreso al coche. Luego tuve que soportar su desprecio durante tres o cuatro dias: yo era un cobarde, un insensible, un pusilanime. No podemos dejarla, me suplico por ultima vez en el coche, despues de que yo tomara el volante. Mirate la mano, Tania, ?que quieres hacer? Y entonces ella vio la sangre, dos hilos que le escurrian por el antebrazo y que en algunas partes ya se estaban secando, y vio la mancha roja casi negra en los dedos y en la muneca, en su falda de flores. Saco un Kleenex de la guantera, que al entrar en contacto con la sangre se quebro en oscuras lombrices alargadas. Vamonos, dijo, mientras se ponia el cinturon, sin voltear a verme. Luego recargo la cabeza contra el respaldo y empezo a llorar. Quise tocarla, pero esquivo mis caricias. Por el retrovisor pude ver a la perra haciendose mas pequena mientras nos alejabamos, hasta que nuestro coche salio a la superficie y el tunel se convirtio tan solo en una boca iluminada en medio de la noche. Tal vez Tania tenia razon. Tal vez pudimos haber avisado a una patrulla, o hablar al 066, o poner senales de advertencia en la entrada del tunel para que los otros conductores nos dieran tiempo. Cuando recuerdo sus aullidos de dolor, pienso incluso que pudimos haberla rematado con nuestro Chevy. Le habriamos hecho un favor: la violenta compasion. Quien sabe cuanto tiempo estuvo asi, cuantas horas tuvieron que pasar antes de que le dieran el golpe definitivo. Todavia pienso en ella, como si aun estuviera esperando nuestra respuesta. La imagino escupiendo sangre o arrastrando su cuerpo, escucho sus aullidos magnificados por el tunel, y siento que aun estamos ahi, que en realidad no nos movimos, que todo lo que nos paso despues es una ilusion, que nunca existio el coche en el que supuestamente nos fuimos al hospital a que curaran la mano de Tania y que ella y yo seguimos intentando salvar a una perra que de antemano estaba condenada.

  • Cenicienta no pertenece a nadie de Rachel Bels

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    Erase una vez una princesa valiente…
    Una prostituta.
    Una esclava.

  • Los motivos del Lobo de Liliana Escliar

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    Dos anos atras, el fue el senuelo. La noche anterior, Daniel Parodi y su hija se habian desvelado con la noticia de la caida de un meteorito gigante en una ciudad impronunciable de Rusia, algo que segun los entendidos confirmaba el inminente fin del mundo. Zoe tenia diecisiete anos y una pasion morbosa por ese tipo de noticias. Creia en los fenomenos paranormales, los ovnis, la existencia de una conspiracion universal y el Apocalipsis, queria estudiar la carrera de Letras y en las ultimas semanas se habia <> al veganismo, una forma de vegetarianismo extremo que a Daniel, carnivoro consecuente, le parecia una aberracion. Sin embargo ahi estaba, insomne a las cinco de la manana frente a la heladera abierta llena de tofu, hamburguesas de lenteja y brotes de soja. Desde la muerte de Patricia --siete meses atras la habian empujado a las vias del tren para arrebatarle la cartera-- que Parodi no podia dormir. El, criminologo, jefe del laboratorio de investigacion forense de la Policia, no habia podido cazar al raterito que habia matado a su mujer. Habia hecho que Fabian, ese prodigio de las computadoras de solo veintidos anos, un adolescente lleno de granos y complejos que se le quedo pegado del curso de criminologia que dicto cinco anos atras y es como un hijo, destripara cuadro a cuadro el video de seguridad de la estacion de Belgrano. Habia visto las imagenes tantas veces, que podia recordar la secuencia sin errores: Patricia en el extremo del anden que va a Retiro ve aproximarse el tren hacia el paso a nivel de Juramento, mira la hora y despues hacia atras, como si esperara a alguien. En ese momento, una persona --?un hombre joven?-- entra en la imagen, le arrebata la cartera y Patricia cae hacia las vias boca arriba, como quien se tira en un colchon de agua. A las siete y media, todavia sin dormir, se lavo la cara y los dientes sin mirarse al espejo y fue a llevarle a Zoe el desayuno a la cama. Siempre lo habia hecho para <> y despues de la muerte de Patricia lo habia seguido haciendo para su hija. Para mimarla y, tambien, porque sin ese ritual no tendria por que ni para quien levantarse. La manana del dia que iba a morir, Zoe se desperto feliz. Iba a anotarse en la facultad. Cuando salio del cuarto, Daniel la miro y fue como cuando la veia jugar: se habia vestido y actuaba una urgencia eficiente <>. Habia desmontado todos los gestos de nena, como quien saca las munecas de los estantes. Le ofrecio llevarla pero no, claro que no. En cambio, le dio las llaves del auto e imposto, el tambien, el rol de viejo canchero y despreocupado que nunca habia sido. Hacia calor y se habia quedado dormido en el sillon, arrullado por el ruido del ventilador de techo mientras esperaba a Zoe. Desperto con el filo de un cuchillo en la garganta. Podia ver las gotas de sudor y sentir el olor de la transpiracion de su verdugo, ridiculamente enmascarado --penso-- como un ninja criollo. Daniel repaso mentalmente todos los movimientos que deberia hacer para llegar a la cocina, al estante donde guardaba su arma, pero no conto con que tenia quince kilos de mas y todos en la panza. Cuando intento incorporarse, el ninja lo noqueo de un golpe en la sien. Lo que siguio en esas horas que parecieron dias fue una rutina de tortura meticulosa en la que Parodi no tuvo, no pudo tener, ni siquiera la posibilidad de descontar el marcador con una trompada. El hombre no hablaba, no decia quien lo habia mandado ni por que. Lo habia atado por las munecas con una soga que despues izo hasta dejarlo colgado. Parodi estaba molido a golpes, apenas podia abrir los ojos, que empezaban a hincharse; la lengua era un pez globo contra la mordaza. El ninja lo habia pateado, escupido, cortado y a el lo unico que se le ocurria pensar era que asi colgado seguro parecia una pinata. No iba a matarlo. Nadie se cubre la cara para matar. Parodi tomo nota del tatuaje que asomaba del antebrazo de su torturador --algo asi como una esvastica deformada-- y penso que era cuestion de aguantar hasta que terminara. No habia entendido nada. Horas mas tarde, cuando Zoe entro y lo vio colgado de la viga como una pinata, el entendio que ya no habria tiempo para nada y que era --iba a ser-- victima por efecto transitivo: un <> inapelable como un balazo en la cabeza. El verdugo lo habia molido a palos y ahora esperaba justo eso: que Zoe entrara asi como entro, liviana y sin presentimientos. Que abriera esos ojos verdes que tenia, desorbitados de sorpresa y de miedo. Que lo mirara a el: --Papa, que pasa... ?Cuanta desesperacion entra en un segundo? Parodi quiso gritar <>, pero no pudo nada. La mordaza le anudaba la lengua y fue un segundo, o tal vez menos: su hija giro la cabeza y a lo mejor, ojala, no llego a ver como brillo el filo antes de cercenarle el cuello. Zoe se inclino hacia el como un muneco oscilante, los pies firmes en el piso, y golpeo con la frente la panza de Parodi. Cuando cayo --y Parodi juraria que pudo oir como crujia la frente de su hija contra el piso-- el verdugo saludo con una inclinacion de cabeza y salio tarareando: raton que te atrapa el gato/ raton que te va a atrapar/ raton que si no te atrapa/ manana te atrapara. Lo que siguio fue el derrumbe, una demolicion dia tras dia y piedra tras piedra de todo lo que alguna vez el fue o tuvo, que es lo mismo. Estuvo internado tres semanas en un limbo de morfina. El ninja le habia quebrado los dos brazos, la nariz y un par de costillas. Tenia un pulmon perforado, la cara reventada y varios dientes menos. Lo habia destrozado a conciencia, cuidadosamente, para romperlo sin matarlo, pero a el le dolia otro dolor. Era --intento explicarle a Ernesto-- como si le hubieran sacado toda la piel y estuviera cayendo en un pozo interminable y tan estrecho, que su cuerpo en carne viva raspara contra las paredes mientras caia. Ernesto, el viejo, no se movio de al lado de la cama en los veintitres dias. Se habia retirado de la Policia <>, en el 76, y desde entonces mal llevaba una libreria especializada en espias, detectives y buenos autores en general, sin best sellers ni novedades. Todo un exito. Era lo mas parecido a un padre desde que los de Daniel murieron en un accidente en la ruta 2 volviendo de Coronel Vidal, treinta anos atras. A Martin Parodi, que tambien se habia retirado de la Policia, se le habia metido en la cabeza que era un buen negocio criar conejos. Los habian chocado de atras y el Valiant en el que viajaban se despisto y dio tres vueltas antes de terminar con las ruedas girando en el aire. Nunca encontraron al culpable ni a los conejos. Cuando Parodi salio del hospital no tenia a quien llevarle el desayuno a la cama ni por que levantarse. O vestirse, o trabajar, o seguir vivo. Ernesto fue con el al departamento. Olia a cloro. Los de limpieza de escenas habian hecho un buen trabajo pero, aun asi, la sangre de Zoe habia dejado vetas negras en la madera del living. Daniel miraba el parquet descolorido desde la puerta, sin entrar. Estaba encogido, como si tuviera que agacharse para pasar por el marco. --No puedo. Era la casa que habian comprado con Patricia. Ahi habian comido su primera cena de casados, un picnic de pizza en caja de carton porque no tenian ni muebles, ni platos, ni cubiertos. Ahi habia llevado a su beba recien nacida y se habia desvelado con la primera fiebre. Ahi habia vuelto despues de enterrar a su mujer, pero ya no. No podia volver a vivir ahi. El viejo no insistio. Dijo <> y amontono en dos bolsos la ropa de Parodi. Cuando termino, cerro la puerta y podria haber tirado las llaves por la ventana. Daniel no volvio nunca mas. Meses mas tarde, cuando terminaron los tramites de sucesion, acepto la primera oferta que le hicieron y malvendio el departamento con muebles y todo. En 2005, la <> --un nombre que, segun el mismo Ernesto admitia, era muy <>-- habia cambiado a <>: un homenaje a la hermosa libreria catalana y un intento, fallido, de atraer mas clientes. Era una construccion de 1900 con piso damero, techos altisimos, una enorme mesa central donde se apilaban <> y estanterias en todas las paredes. En una de ellas, un riel sostenia la escalera con ruedas para desplazarse por los estantes superiores <>, decia, orgulloso, el viejo. Aunque la pelicula, con un Fred Astaire demasiado viejo para la librera Audrey Hepburn, decia tambien, era <>.

  • Juego Cerebral. La Cofradia del Conejo de Jose Miguel Vasquez Gonzalez

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    Peter Mark-Hodges, exitoso escritor, siente que su vida da un vuelco fatal al recibir la noticia de que tiene un tumor cerebral inoperable. Ni en sus tramas mas escalofriantes se le hubiera ocurrido tal situacion. Su hijo Jake, el centro de su vida, de apenas 10 anos, depende emocional y economicamente de el. Tras una riesgosa operacion, Peter sobrevive pero nuevamente la vida le da sorpresas. Su cerebro le empieza a jugar malas pasadas. Con la extirpacion del tumor, recibe el extrano don de transformar lo que escribe en realidad, convirtiendose en el blanco de poderosos grupos, que ven en el la oportunidad de controlar el mundo.

  • Aquel ultimo verano de Susanna Herrero

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    Alex y Priscila se conocieron un verano de color verde y de canciones de los 90, cuando solo tenian ocho y cinco anos, el llego de Londres y se mudo a la casa de enfrente.
    Alex y Priscila se dieron su primer beso dos veranos mas tarde, flotando en esas aguas que eran parte de su historia.
    Alex y Priscila se besaron de verdad cinco veranos despues en un juego de la botella y con la noche de San Juan como telon de fondo.
    Alex y Priscila vivieron juntos muchisimas aventuras mas.
    Para ella, Alex era el vecino que le enseno a contar numeros y a poner colores a los veranos.
    Para el, Priscila era el angel con zapatos de pompones y lazos extravagantes, la chica ingeniosa y la Reina del Desierto.
    Pero entonces sucedio aquello y Priscila huyo al otro lado del oceano.
    Cuatro anos despues, Priscila regresa a su pueblo natal para asistir a la boda de uno de sus hermanos.
    Regresa a su amado Mediterraneo, al sol y al agua, pero tambien a. Alex.
    Alex, que no quiere saber nada de ella.
    Alex, cuyos ojos solo reflejan resentimiento y hostilidad.
    Alex, que continua siendo su marido.
    ?Que fue lo que ocurrio aquel ultimo verano?

  • Un dia de estos de Robyn Carr

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    Sullivan’s Crossing es un camping en el cruce de los senderos del Colorado y de la Gran Divisoria, donde todo el mundo es bienvenido, ya sea para una escapada de fin de semana o para un cambio de vida. Es un lugar maravilloso, donde muchas personas afrontan sus retos con humor, fuerza y amor.

  • Contigo hasta el final (#KissMe 4), Elle Kennedy de Elle Kennedy

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  • El coral y las aguas de Juan Eduardo Zuniga

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    Juan Eduardo Zuniga (Madrid, 1919) es un escritor fundamental en la literatura espanola de los siglos XX y XXI. Vinculado a la narrativa social de la generacion del medio siglo, opto por un simbolismo a la vez realista y magico para renovar el lenguaje de la novela y el cuento. En este volumen recogemos las dos novelas que ha publicado: “Inutiles totales” (1951) y “El coral y las aguas” (1962), en las que ya anticipa su personalidad literaria. En 2003 obtuvo el premio de la Critica y en 2016 el Premio Nacional de las Letras Espanolas.

  • George Orwell fue amigo mio – Adam Johnson de Adam Johnson

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    Inteligentes e irreales, comicas y oscuras, hilarantes a la vez que desgarradoras: las seis historias magistrales que conforman el nuevo libro de Adam Johnson suponen un paso mas hacia su consolidacion como uno de los escritores mas originales de la actualidad. Yo fui amigo de George Orwell ofrece al lector puntos de vista inusuales sobre problemas universales y nuevas formas de asomarse al mundo: Johnson se vale de la ficcion para profundizar en temas como el amor y la perdida, los desastres naturales, la influencia de la tecnologia o como lo politico da forma a lo personal.

  • El demonio bajo mis pies de Ka Barcelo

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    Aquel dia fue devastador. La llamada desde la residencia le desperto a las seis y media. Su madre habia muerto. A pesar de que Ivan ya se habia ido haciendo a la idea de que seguramente moriria pronto, debido a las complicaciones que le habia producido el Alzheimer, aquella noticia le cayo como un jarro de agua fria. Por la tarde, Ivan permanecia sentado en la sala numero tres del tanatorio Sancho de Avila, enfundado en un abrigo de lana. En un rincon estaba el ataud cerrado y, encima, una corona de flores blancas y un lazo con la inscripcion: <> A pesar del ambiente gelido y el aviso de ola de frio polar, durante la hora del almuerzo fueron algunos vecinos de la escalera a darle el pesame, y se sorprendio de algunas de las visitas. Se acerco el matrimonio del segundo tercera: Remedios y su marido, que nunca iban a las reuniones de la comunidad; Rosa, que siempre iba de cabeza y con quien apenas habia hablado, con sus dos hijos --?pero que hacen aqui, estas criaturas?--, y Jose, un abogado jubilado que pintaba cuadros impresionistas al que todos consideraban un tipo bohemio y extrano. Todo el mundo se mostro tan carinoso, incluso el hurano pintor, que tuvo ganas de llorar. Mas tarde comenzaron a llegar companeros de trabajo. Los primeros, Nestor y Nadia, colegas del departamento a quienes queria como si fueran de su familia y que le dieron un fuerte y largo abrazo. --?Como estas, tio? --dijo Nestor con gesto compungido mientras Nadia frotaba con la mano la espalda de Ivan. --Estoy bien --dijo el con una ligera sonrisa de circunstancias--. Gracias por venir. Los dos amigos firmaron el libro de condolencias y se sentaron con el un buen rato, en silencio, hasta que empezaron a llegar otros companeros. Pedro, community manager de la empresa y gran animador en el trabajo y en las fiestas en la azotea del piso de Ivan; Andreu y tambien su mujer, Carmen, a quien conoceria por primera vez y, poco despues, Eduard, el jefe de departamento con su esposa. Un poco mas tarde, se presento Estel. Ni siquiera el movimiento de sus caderas enfundadas en aquella falda de tubo sobre el pedestal de unos zapatos de tacon kilometrico le hicieron reaccionar. Estel era el amor platonico de todos los companeros; solteros, casados y divorciados y, segun Nadia, una fuente de envidia entre las mujeres con las que se cruzaba en la oficina. De hecho, la mayoria de ellas pensaban que se habia ganado su ascenso meteorico, a los veintisiete anos, gracias a su <>. Pero en el tanatorio no sonreia. Se acerco a Ivan para darle dos besos y un tierno abrazo, y le susurro unas palabras de animo. El paso el brazo por su cintura en un gesto de agradecimiento mientras presenciaba la estampida de miradas furtivas. La llegada de mas conocidos del barrio y de algunos de sus clientes le obligo a atenderlos. <>, repetia Ivan mientras le surgia un sentimiento de consuelo y alivio por tantas muestras de afecto. Su madre era el unico familiar cercano que le quedaba y, pese a no haber podido comunicarse con ella los ultimos meses, habia constituido uno de los pilares de su rutina: Ivan no fallo a la cita semanal en la residencia de ancianos, cuando le llevaba ropa o crema fijadora para la dentadura postiza y le contaba como habia ido la semana mientras ella le ajustaba bien la corbata, en un gesto tan obsesivo como carinoso. Era el motivo mas importante por el que trabajaba duro, para que tuviera la mejor calidad de vida posible en los ultimos dias de su vida, y para pagar las cuotas de la residencia que ya habian agotado el dinero de la venta del piso donde Ivan habia crecido. Hacia las ocho menos cuarto de la tarde la sala quedo casi vacia, e Ivan se volvio a sentar junto a Nadia y Nestor, que habian aguantado estoicamente toda la tarde. --Nosotros tambien nos vamos, xiquet. Ya sabes que puedes llamar si lo necesitas, a la hora que sea --dijo Nadia levantandose de la silla. --Manana iremos al entierro y comeremos juntos, si quieres. --Nestor puso su mano en el hombro de Ivan, que se aflojo la corbata--. Haznos un favor, ve a dormir a casa y descansa. --Gracias chicos. Tranquilos, lo hare. Hasta manana. *** Nadia se arrebujaba con el abrigo cruzando los brazos, intentando que el viento no se colara por la botonadura. Estaba nerviosa como si fuera el primer dia que quedaron para liarse en el hotel. Habia seguido a Ivan por la calle hasta llegar cerca del Auditorio. Y alli estaba, apoyado sobre la barandilla del puente que cruzaba las vias del tren, con la solapa del abrigo levantada para huir del frio y, tal vez, para preservar su intimidad. Parecia mirar con deleite los railes que brillaban bajo las luces anaranjadas de la ciudad y ella decidio intervenir en ese romance. --Ivan… --El se incorporo despacio--. Perdona que te haya seguido… La expresion de el era tan triste como atrayente, con el ceno fruncido y los labios entreabiertos que exhalaban con ritmo sincopado el humo blanquecino de la helada. Nadia se lo habria comido alli mismo. Ambos permanecieron inmoviles unos segundos antes de abrazarse con ternura, justo en el momento en que empezo a caer aguanieve de aquel cielo tan turbio. --He pensado que quizas querrias estar acompanado un rato mas. --Un rato --dijo el. Ella se acerco y le beso en la mejilla. Esa noche, por causa de fuerza mayor, solo la acompanaria hasta el portal de su casa. PRIMERA PARTE 1 ESTEL Deambulaba por los alrededores de Via Laietana entre la multitud de turistas y locales. Aquel lunes habia sido un dia agotador en el trabajo y Estel, como de costumbre cada ano, fue a dar un paseo por el centro de la ciudad para disfrutar de la Diada de Sant Jordi. Alli estaban los restos de la fiesta; en la calle Plateria solo habian quedado las mesas y los cubos vacios de los vendedores ocasionales, petalos de rosa multicolores esparcidos por todas partes sobre las mesas y el suelo, espigas verdes y secas ignoradas por los peatones, y carteles manuscritos con los saldos del dia abandonados entre la riada de gente que iba y venia. Hacia tres anos que en el trabajo no regalaban rosas a las chicas; la crisis habia hecho desaparecer la cortesia en la empresa, y hacia mucho mas tiempo que el companerismo entre los colegas iba bien escaso. Camino hasta el Fossar de les Moreres, donde se sento bajo el pebetero de la llama eterna y se quito los zapatos; el placer del contacto de los pies sobre el suelo de piedra fue tal que cerro los ojos durante unos segundos, inspirando el aire fresco de la primavera en la ciudad. Alli fue objeto de las miradas de los hombres, jovenes y maduros, acompanados o solos que pasaban cerca, y tambien se sintio escrutada por algunas mujeres. Estel observaba aquel amasijo de gente bajo los muros de la basilica de Santa Maria del Mar. Observaba las familias de turistas enfundados en camisetas del Barca, los vendedores ambulantes lanzando al aire luces voladoras aunque aun no habia oscurecido, y chicas y senoras luciendo la rosa de Sant Jordi en las manos, junto a sus parejas. En un arrebato cogio el movil y busco entre los contactos. Aquel era un buen dia, era un buen momento para llamar a Ivan. Ya habria llegado a casa, o tal vez estaria dando una vuelta. Quizas habria decidido bajar el centro, como ella, y estaria en la terraza de cualquier bar tomando una cerveza bien fresca. Se lo imagino sentado en la cerveceria, con la chaqueta plegada sobre la silla, con las mangas de la camisa arremangadas, acariciandose la barba de tres dias que siempre llevaba impecablemente recortada. Le veia con su espalda cultivada en el gimnasio apoyada en el respaldo, mientras leia la novela de Ken Follet que le habia visto en la oficina. A pesar de la diferencia de edad, ella se sentia tan atraida por el que cuando le veia sonreir con aquella expresion tan dulce se fundia de ganas de hacerselo saber. ?Que podria pasar si le contactaba? Podria pasar que no le cogiera la llamada, o que la enviara a paseo. Pero, ?no podria haber un termino medio? Animada, se puso los zapatos bajo la atenta mirada de un turista que estaba sentado un par de metros mas alla y, tomando aire, se levanto. Entonces, se dirigio hacia la puerta del Born esperando encontrar un poco de intimidad para llamar. Alli, bajo la puerta de la basilica, apreto el icono verde del telefono y espero unos segundos. Calling Mobile. El corazon le iba a cien. En diez segundos le paso de todo por la cabeza: <> La persona a quien llama no esta disponible, por favor, deje su mensaje despues de la senal. Estel colgo antes de oir el pitido. Aliviada, bajo los escalones de la portalada y fue directa a comer una pizza y una cerveza para compensar el trance. <>

  • La piel no olvida de Fernanda Perez

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    Novela coral sobre mujeres que rompen con los moldes de la epoca y hombres comprometidos con un mundo que cambia.

  • El hilo de sangre de Ernesto Mallo

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    Ernesto Mallo, figura insoslayable del panorama negro-criminal, cierra poderosamente la serie dedicada a su mitico investigador.<>. JUSTO NAVARRO, BabeliaUn inesperado giro del destino ha hecho subitamente rico al Perro Lascano: el comisario ha recuperado el amor de Eva y se ha jubilado de su puesto en la policia. Su vida se ha vuelto previsible, tranquila y segura. Pero, siendo desde siempre un hombre de accion, el Perro no sabe aburrirse. Por eso, cuando un criminal que agoniza en un hospital penitenciario dice saber quien asesino a los padres de Lascano cuando este era solo un nino, el excomisario se embarca de inmediato en una obsesiva persecucion entre Buenos Aires y Barcelona, poniendo asi en peligro cuanto ama, para despejar la incognita que lo ha acompanado toda la vida. Pero la verdad que le aguarda sera muy distinta de cuanto hubiera podido imaginar…Intenso, emocionante y conmovedor, el ultimo caso del ya mitico investigador creado por el argentino Ernesto Mallo es mucho mas que una novela policiaca. Se trata de un relato certero y desnudo sobre la condicion humana, construido como un preciso mecanismo de relojeria que, a la vez que tensa y pone en guardia todos los sentidos del lector, fascinado y temeroso por lo que pueda acontecer a continuacion, lo empuja inevitablemente a volver la pagina y dejarse arrastrar de lleno por la inigualable potencia de lo narrado.

  • Lynnae de Margotte Channing

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    Groenlandia, ano1113
    Gunnar, hijo menor de Erik e Yvette, y BERSERKER, decide abandonar el hogar familiar para luchar como mercenario del rey Filip Halstensson. Ante los demas, se va porque quiere labrarse un futuro, pero en realidad, siente que la bestia que hay en su interior cada vez es mas fuerte, y teme hacer dano a su familia, por eso decide abandonarles, lo que provoca una fuerte discusion con su padre.

  • La saga de la mandragora de Nuria Munoz Aige

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    Cuando tres excursionistas novatos sufren un terrorifico accidente y se extravian cerca del pico de Aneto, empieza para ellos una gran aventura sobrenatural que los transportara a un mundo que creian imposible: subitas grietas que se abren en un glaciar, un inquietante pueblo de otros tiempos inexistente en el mapa y, por encima de todo, la constante presencia de una malvada saga de criaturas singulares que parece haber sobrevivido al paso de los siglos.
    A lo largo de la novela, el presente de un pueblo del Pirineo aragones se entrelaza de manera escalofriante con la Edad Media, con la construccion de sus iglesias romanicas, sus supersticiones e incluso sus inquisidores en busca de brujas.
    Y todo, para acabar descubriendo sorprendentemente como ellas, a pesar de todo, siguen entre nosotros.

  • Desde las sombras de M.c. Sark

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    Romantica, victoriana y llena de sombras.