• tierra sobre la memoria - Estela Melero Bermejo

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    En la posguerra espanola, en la humildad mas absoluta, surge el amor entre dos personas que no deben estar juntas por sus circunstancias personales. Son Irene y Arturo. Un hecho inesperado hace que se separen. Mientras sufren los abusos mas descabellados, trataran de volver a encontrarse. La fuerza de Irene, que se resiste a ser una mujer manipulada por los dictamenes de la sociedad, la hara salir adelante. Sus vidas y las de los personajes que les rodean, estaran marcadas por la ideologia politica que presentan ahora o que demostraron durante la guerra civil.

  • [PROMOCIᴏ́N] Tierra sobre la memoria.: Una historia...

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  • Tierra sobre la memoria. : Melero Bermejo, Estela - Amazon

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  • Tierra sobre la memoria. - Estela Melero Bermejo - Babelio

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    Críticas (20), citas (22) extractos de Tierra sobre la memoria. de Estela Melero Bermejo. ... Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • Tierra sobre la memoria. - Estela Melero Bermejo - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Melero-Bermejo-Tierra-sobre-la-memoria/107008

    No soy yo de llorar con los libros pero me ha sobrecogido de tal manera que me quedé huérfana al terminarla, necesitada de consuelo. Estela, tienes un talento ...

  • Tierra sobre la memoria. by Estela Melero Bermejo - Goodreads

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    "Tierra sobre la memoria" es el primer libro de su autora y espero que no sea el último. Nos sitúa en un pequeño pueblo de la meseta castellano-manchega en el ...

  • Tierra sobre la memoria - Escritores.org

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    Novedades editoriales, libros, Escritores, editorial, escritor, escribir, libro. ... Tierra sobre la memoria. Autor: Estela Melero Bermejo; Biografía Autor: ...

  • tierra sobre la memoria. - Ambra Llibres

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    TIERRA SOBRE LA MEMORIA., MELERO BERMEJO, ESTELA, 12,48€. ...

  • Tierra sobre la memoria. - Melero Bermejo, Estela - IberLibro ...

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  • Libro - Tierra Sobre La Memoria - Estela Melero Bermejo Pdf

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  • Jenny, la chica del barrio de Ariadna Baker

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    Tres meses... ese era el tiempo que tenia para la mayor locura de mi vida. Porque si, la vida se compone de locuras, algunas salen bien, otras no tanto, y otras, simplemente, no salen. Pero yo estaba dispuesta, no, dispuestisima, a que la mia saliera bien, pero bien, bien. Vamos, que yo acabara con un final de esos en los que ves hasta fuegos artificiales. No, no soy "Antonita la fantastica", pero dejadme sonar un poquito, que eso es lo unico que no me cuesta dinero. Pues si, a puntito estaba de cometer una locura, una de esas que no tienen ni pies ni cabeza, pero, ?que era la vida sin un poco de accion y emocion para el cuerpo? Me presento, que se me ha ido la cabeza por otros mundos. Mi nombre es Jenny, bueno, Jennifer, pero siempre me han llamado asi en el barrio y ya como que hasta me molaba muchisimo, me sentia mas chula, mas guay. Si, pero ya no soy asi, ahora me he transformado en pija, si, a mis veinticinco anos, es lo que tiene madurar de la noche a la manana y mas, cuando tienes un objetivo... Recuperar al hombre de tu vida. Locura total despues de tantos anos, ?eh? Para que no digais que no iba a tener un verano de emociones fuertes. Vamos, ni puenting de ese, ni saltar de un avion, ni nada. Yo, a lo Indiana Jones, en, "En busca del ex perdido". ?Estara disponible James Cameron para llevar mi aventura veraniega al cine? Pensamientos que le vienen a una de vez en cuando, disculpad mis divagaciones. Jesus, si ya hablo finamente y todo, quien me ha visto y quien me ve... Volviendo a mi locura, o sea, mi ex. ?Quien era el y en que lugar se enamoro de mi? Pues muy facil, en el barrio, ?donde si no? Kevin, asi le puso su madre cuando lo pario, ni que hubiera nacido en la manzana esa de New York, en fin, cosas del barrio que queria ser fino. El, me conocia desde que naci, ya que era diez anos mayor que yo, pero segun decia mi madre, desde los cinco anos yo ya iba diciendo y pregonando a los cuatro vientos que Kevin era mi novio, vamos que apuntaba fuerte. Si es que me veia llegando a la iglesia del padre Marcos en calesa y todo, con el esperandome en el altar, tan guapo como siempre. Ay, Kevin... Recuerdo que en mi comunion me hicieron increibles regalos, pero ninguno mejor que cuando lo vi aparecer por el convite, ese si que fue un regalazo. Estaba guapisimo y me sorprendio con un regalo en la mano de parte de su familia, el ya tenia veinte anos, pero vamos, que yo tenia claro que a esa edad ya me habia hecho hasta madre. De que me casaba con el, me casaba, aunque el no lo supiera, me iba a convertir en el amor de su vida. Solo hicieron falta cinco anos, el mismo dia que cumpli quince y sali a celebrarlo con mis amigas, y por suerte del destino, nos encontramos a mi Kevin, al que le pedimos que nos comprara la bebida, ya que a nosotras no nos la vendian por ser menores de edad. El, tan ricamente nos trajo ese surtido para hacer el botellon, y, no contento con eso, se apunto con nosotras porque, como el dijo, no tenia otro plan mejor. Interiormente yo estaba dando saltos de alegria, haciendo el pino puente, saltos mortales hacia atras, la voltereta y un baile de la victoria, que para mi se quedo. Y mori de amor ese dia con el, lo veia tan guapo, tan macarrilla, tan lider de barrio... Es que aquello fue como un sueno, ?sabeis? Eso de que estas con el chico que te gusta, ese que te debe ver como una nina, pero que se queda para celebrar tus quince anos, los conocidos como "la nina bonita". Me imagine hasta a los del Duo Dinamico cantando. <> Pero no, el famoso duo no aparecio por alli, ni mucho menos, eso si, yo sentia de todo por el cuerpo, y mas aun, cuando ocurrio lo que ocurrio. Pues si, nos liamos y nos volvimos a liar, asi durante dos anos que yo me sentia la chica mas envidiada de la zona, pero claro, siempre pasa algo que jode los planes y... paso. A sus padres les toco la loteria, y a lo grande, no tardaron en hacer las maletas e irse a vivir a Ibiza, alli tenian a la familia paterna, y Kevin, con todo el dolor de su corazon, se despidio de mi. Mentiria si dijera que me hice la indiferente cuando lo vi marchar, puesto que no podia ser asi. Habia estado durante dos anos con el chico que me gustaba desde que era una nina, aquella que sonaba con un vestido blanco, una calesa, el cura diciendo eso de "puedes besar a la novia" y a Kevin, cogerme por la cintura, cual actor de Hollywood, y plantarme un beso de esos de pelicula que te dejan con las canillas temblando. En aquel entonces aun tenia diecisiete anos, una nina a ojos del mundo que nos viera juntos, ayudaba a mi padre con la casa, ya que no tenia madre, bueno si, la tenia, pero se marcho con otro y nos abandono unos anos atras, asi que seguia siendo menor de edad y con una responsabilidad que no me pertenecia. Pense que Kevin vendria a por mi en algun momento, pero no, desaparecio como la espuma, como si yo no hubiese pintado nada en su vida. Aquello dolio, y mucho, pensar que solo habia sido un entretenimiento para el durante dos anos, que no habia significado mas que aquellos encuentros a escondidas, me mataba. Aunque yo, jamas lo olvide... Asi que ahora estaba en Ibiza, me habia alojado en un camping, ya que mi presupuesto era escaso y tenia para sobrevivir alli tres meses como dije. ?Que sabia de el? Nada, absolutamente nada. Solo que vi en una foto indagando a sus familiares en Facebook, que ellos habian montado un restaurante muy pijo en la playa, de copas y comida, casi estaba segura de que Kevin, estaba alli de encargado por unos comentarios que lei en la red. Y alli estaba mirando de lejos para ver si lo veia, ya habia dejado todo en el camping y me habia ido en busca del amor de mi vida, ese que esperaba que no hubiera rehecho la suya porque me daria algo, pero claro, era diez anos mayor que yo y ya podria tener hasta su propia familia. Me acerque y me sente en una de las mesas, pedi una cervecita, aunque cuidado, cuatro pavos que me iban a cobrar por ella, vamos, ni que la botella estuviera banada en oro. --Perdona ?Kevin suele venir? --pregunte al camarero. --Lo raro es que no este ya por aqui controlando --sonrio--. Debe de estar al llegar. ?Quieres que le diga algo? --Si, que su mejor amiga esta en la mesa --sonrei. --?Y te llamas? --Jenny, me llamo Jenny. --Yo soy Paco --dijo el muchacho, extendiendo su mano. --?Se caso Kevin? --No ?Tiene pareja? --pregunto, como pensando que se habia perdido algo. --No lo se --rei--, pero es que hace como ocho anos que no lo veo. --Buenos amigos sois... --dijo con ironia. --En verdad era su novia, pero me dejo cuando se vino a la isla. --?Y ahora le quieres dar una sorpresa? --se reia. --O matarlo de un disgusto, pero aqui estoy para descubrirlo. --No, no le des disgustos que me lo estresas y luego no lo aguanta ni Dios. --?Es mal jefe? --No --se rio--. Es buena persona, las cosas como son, un poco maniatico, pero buena persona. Es muy fino, eso si. --?Fino mi Kevin? ?El chico mas chulillo de mi barrio? --Pues se ve que cambio, un poco pijo si que es. --Ay Dios, que voy a tener que hacerle una reverencia. Entonces, ?no tiene novia? --Novia en si, no, pero algun que otro ligue, si. --?Y me ves a la altura de recuperarlo? --Me puse de pie para que me viera. --Si yo fuera Kevin, no perdia ni dos minutos en llevarte conmigo. --?Adonde? --Nada, dejalo --se rio--, voy a atender a aquella mesa. En nada llegara tu ex --me hizo un guino. --Paco por Dios, ayudame. --Vale, sere tu aliado. --Asi me gusta --aplaudi emocionada. No sabia que acabaria pasando, si la locura que me habia llevado a coger cuatro cosas e instalarme en un camping ibicenco saldria bien, regular, o mal, pero aqui estaba y, como suele decirse, "De Ibiza no, no me moveran, hasta que recupere a Kevin y me lleve al altar". ?O no era asi? Me persigne y pense aquello de, "suerte maestro, y al toro"

  • Sumisa de cinco leones de Saray Gil Diaz

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    Sonia miraba a Maria a traves del precioso espejo charro, todo en dorado, extranada mientras Maria sonreia. ?Que cono haces Maria? ?Tu? te me has caido de un pedestal, tres hombres ?Que va a pensar la gente. Maria la miro muy seria volviendose lentamente. Me caso con Josh, a efectos legales, ademas hoy en dia todo esto esta bien visto. Sonia se miro las unas y la volvio a mirar seriamente. Eso dices tu. A mi no me importa lo que piense nadie, lo que piense la gente no me abraza ni me hace el amor por las noches. Esta bien, quitate al menos esa pulsera de cuero, no te pega. Maria se toco la pulsera negando. No. Que no te pega Maria. Intento alcanzarla pero ella metio sus manos tras su espalda. ?Te obligan a llevarla? Sonia la increpo mientras sacaba su mano mirando la fina tela. Me gusta, me la regalaron mis maridos. Ella levanto las manos aceptando que Maria no se la quitaria. Esta bien. Maria miro a Sonia a su hermosa altura, de pelo rojo liso hasta sus nalgas y ojos verdes zafiro, al igual que el hermoso vestido que lucia nerviosa tocandose su collar de sumisa en su muneca, era su amiga, pero no sabia nada sobre el BDSM (bondaje y sumision) y ella era demasiado prepotente para este mundo y le sonrio. Esta bien Maria, vamos. Vio a Sonia agacharse a ponerse sus lindos zapatos de tacones de aguja negros y le sonrio sabiendo que despues de su boda ella se quedaria en Nueva York con sus maridos y ella volveria a Espana, Sonia se incorporo y se acerco a ella con una preciosa sonrisa de carmin rojo. Vamos a terminar de arreglarte. Sonia calzo tambien a Maria en sus preciosos zapatos, tambien de tacon alto y le puso su hermosa corona de diamantes, busco alrededor con una furtiva lagrima el ramo de hermosas rosas blancas con una roja en medio y se lo entrego sin querer volver a mirarla. Sonia. Maria le abrio los brazos hasta que Sonia bajo una ceja que tenia alzada mirandola, acepto su toque y se sento junto a ella. Siempre estare aqui, algun dia encontraras el amor, tienes que intentar ser mas amigable con los hombres, debes abrirte a conocer gente y ser mas simpatica. No puedo, sabes como me he criado, siempre he sido una nina rica que debia de cuidar sus amistades y su vida, para no aparecer en la television o en una revista del corazon, tu has sido siempre mi mejor amiga y mis padres, pero ellos ya no estan, ahora solo tengo una cuenta llena de tantos ceros que no los gastaria ni siquiera quemandolos, a Mateo mi guarda espaldas, a si y a Pin mi interna. Maria miraba atenta a su amiga intentando consolarla, la vio cambiar la cara de tristeza que tenia completamente levantandose a mirarse al espejo. Nunca debi presentarte a tus futuros maridos. Sonia estaba de vuelta a ella, parecia que ni tan siquiera hubiera soltado una lagrima. No digas eso, siempre seremos amigas, nadie puede romper nuestra amistad, estare aqui para lo que quieras, vente a vivir a Nueva York. Sonia volvio al espejo su mirada, se inclino en el y comenzo a pintar sus ojos con un lapiz negro para terminar de rematar con un poco de sombra. Tu vida cambiara hoy para siempre Maria. Sonia se volvio hacia ella nuevamente sonriente mientras soltaba un suspiro. Si tus maridos nunca te han dejado mas de diez minutos sola desde que te conocieron, a partir de hoy menos aun, vamos es tarde, tienes que dar un si quiero hoy, bueno o tres. No mucho mas tarde Sonia dejo a Maria al lado de las puertas de la preciosa iglesia de San Patricio y espero a que entrara, no queria ser el centro de atencion de todo el mundo, espero paciente a que acabara la musica de entrada de la novia y empezara a hablar el cura, cuando se decidio a entrar, no quedaba un hueco libre atras, delante habia uno reservado para ella, nada mas y nada menos que en la primera fila, queria huir, hacer sonar la campana, aquello estaba abarrotado, habia hasta indios, hombres con chilaba, otros llenos de tatuajes y casi todos los demas en opulentos y costosos trajes, miro mas alla y filas de jeques, chinos, japoneses, acompanados de muy pocas mujeres o una solitaria rodeada de tipos, la madre de Maria miro para atras en ese momento y le hizo una sola sena hacia el asiento con el rostro completamente serio, sabia que si no lo hacia de malas se quedaria donde estaba o en un rincon oscuro, volvio a senalar el asiento libre y no le quedo mas remedio que ir, levanto la cabeza y deseaba taparse con las manos para que no la vieran, pero ella era Sonia Gonzalez, una pelirroja insolente, cuando llego a su asiento Maria la miro en ese momento sintiendola y Sonia le sonrio, los hermanos de Josh estaban al lado de la madre de Maria, vestidos como el novio y sonrientes ,todo fue muy lento y solo oia blablabla... pensaba Sonia, de repente sintio algo, se sintio observada, notaba una punzada que le llamaba a mirar para atras y ni queria, vio a Maria y Josh bajar la corta escalera y a los invitados ponerse de lado, pero no queria perder a su amiga de vista, cuando paso Maria le dio el ramo y siguio su camino hacia la calle, Sonia salio del banco para dejar salir a los maridos de Maria y miro alrededor buscando la mirada de antes, vio a cinco hombres, cada cual mas hermosos, casi todos ellos de rica piel tostada y cuerpos fornidos en puro musculo mirandola, no podia desprender la mirada de ellos estaba completamente absorta cuando sintio a Mateo, su guarda espaldas cogerla por el codo y mirarla seriamente. Sonia, ?estas bien? Ella lo miro asintiendo: Maria, es muy graciosa. Mateo bajo la mirada al ramo aguantandose una inmensa carcajada: Ya lo veo. Sonia se percato de nuevo del ramo de rosas blancas con una roja en medio que tenia en las manos y su mirada bajo a el. ?Vamos? aun te queda ir al banquete. Sonia miro a los ojos de Mateo tratando de arrojar suplicas: ?Tengo que ir? El le sonrio con maldad y asintio con la cabeza: Si. Sonia siguio a Mateo sin volver la mirada a los hermosos hombres hasta su limusina, cuando estuvo bajo la seguridad de sus lunas tintadas los vio salir rodeados de guardaespaldas y mirar a Mateo dando la vuelta para montarse a conducir, el que parecia mas mayor no quitaba los ojos de la ventana donde estaba ella, como si supiera que lo miraba, era majestuoso, inmenso, de piel tostada por el sol y de ojos negros brillantes. Hay trafico hasta llegar a la autovia, tardaremos en llegar. Mateo la miraba a traves del espejo retrovisor: Podemos ir al hotel. Este le nego seriamente: Sonia, aguanta esta noche, manana estaras a estas horas en tu casa y no volveras a ver a tu amiga. Ella bajo la mirada y se sumergio en sus pensamientos mientras caia la tarde en la gran manzana de Nueva York.

  • ?Quien necesita un angel? de Maya Moon

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    Ella no necesitaba un guardaespaldas pero el debia cumplir con su trabajo.
    ?O quizas si que lo necesita?

  • En la penumbra de Catherine Parker Larranaga

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    La vida de Geanpierre Sabadini, magnate italiano poseedor de importantes companias internacionales, esta sumergida en la busqueda constante de quien fuera su padre, aquel que nunca conocio pero cuyo pasado ensombrecio su vida y la de su madre. El amor clandestino de ella, una cortesana, con un hombre de alto nivel social, determinan su llegada al mundo, nacimiento que dejara al descubierto una obscena infidelidad dificil de afrontar. Incapas de resistir esa carga en sus espaldas y el repudio familiar, el padre de Geanpierre los abandona a su suerte tomando una drastica decision. Su madre, se vera obligada a huir para intentar olvidar al hombre que amo y evitarle a su hijo la verguenza de su origen. Esa verdad se la confesara antes de morir, para no llevar a la tumba un secreto que peso por anos en su conciencia. Solo entonces Geanpierre conocera el verdadero nombre de su padre e ira tras lo que quedo de el.
    Mientras lleva a cabo la estrategia ideada para desenterrar su pasado, que devela realidades dolorosas, encuentra el amor; un amor que tendra que conquistar constantemente debido a su propia reputacion: la de un mujeriego.
    La novela, envuelve al lector, en la vida de un hombre de cautivante personalidad, cuyo afan de romance, con una mujer racional y calculadora, se transformara en su propia debilidad. Sera Elizabeth quien, con su belleza y escurridiza forma de ser, terminara por seducir a Geanpierre.
    La hermosa ciudad de Positano es el escenario donde este hombre viaja al pasado, vuelve al presente y enfrenta un futuro desafiante. Un entorno de bellos riscos y anaranjados atardeceres mediterraneos que enmarcan una historia romantica, intrigante e inesperada.

  • El secreto de Sullivan’s de Robin Murphy

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    En la idilica Sullivan’s Island, un despiadado asesino en serie anda suelto.

  • Cuando Lisboa temblo de Domingos Freitas Do Amaral

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    El 1 de noviembre de 1755 la tierra temblo en Lisboa,

  • El Camino a la Realidad de Roger Penrose

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    Un libro definitivo e imprescindible para tener en la mano, en un solo volumen, todo el saber acumulado hasta la actualidad sobre el universo, el espacio, las leyes que lo rigen y los conceptos esenciales.

  • El espiritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia de Patricio Pron

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    Una novela sobre la responsabilidad de padres y abuelos en los hechos tragicos de la historia reciente. Una historia universal que afecta a todos aquellos que han vivido y muerto por defender una idea.

  • Dos cafes y una aventura (Dos mas dos 2) de Ana Alvarez

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    Amor, intriga, aventuras, riesgo, la segunda entrega de la bilogia <> hara que te emociones y que no puedas dejar de leer la apasionante historia de Cesar y Monica.

  • Suburbana de Claudio Mazza

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    Suburbana arranca con una llamada de telefono en la madrugada. Renzo, un argentino exiliado en Madrid, debe viajar de inmediato a Buenos Aires para asistir a la operacion de su padre enfermo. Su regreso estara marcado por la inesperada aparicion de una mujer llamada Alma, junto a la cual desgranara la trayectoria vital de dos familias cuyo destino corre paralelo a la historia de su pais.

  • Nuestra Luz de Arwen Grey

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    Primero tenia que encontrar el lugar. Soleado, amplio, con espacio para trabajar, moverse, caminar, pensar, discutir consigo mismo en frances. Que poseyera aquella luz dorada, mas dulce justo al atardecer, que era capaz de dar a todo una patina decimononica. Silencioso, a ser posible, aunque sabia que era complicado en la gran ciudad. De toda su lista de peticiones, la agencia habia dicho que aquella seria la mas complicada de cumplir. Y tambien la de que no hubiera vecinos en las cercanias. Al final, como solia ocurrir, de todo lo que queria, solo habia conseguido la luz dorada. Una luz dorada maravillosa, que estuvo a punto de hacerle llorar. Y lo habria hecho de estar a solas y la agente inmobiliaria no le estuviera mirando y mascando chicle, esperando su firma, impaciente, como toda la gente de ese siglo. Firmo, y pudo quedarse a solas, mirando el patio con limoneros plantados en enormes macetas de color verde chillon, que no les favorecian. Un patio de limoneros como el de Machado. Maravilloso. Si se quedaba el tiempo suficiente, pintaria aquellos maceteros de un tono adecuado. Dio la espalda al patio y a la luz dorada y contemplo su nuevo estudio de pintura. No era grande, ni amplio, ni podria dar muchas zancadas en sus paseos en busca de inspiracion, pero la luz era perfecta. Con un suspiro de satisfaccion, dedico una hora entera al disfrute de aquel logro sin igual. Elsa se aparto y contemplo la obra de Agustina desde la distancia, pensando que asi podria mejorar. Giro la cabeza. El nuevo angulo solo le hizo abrir los ojos de la impresion. --!Cielo Santo! ?Es un pene? Agus achico los ojos y contemplo el acrilico con ojo critico. La boca con dentadura postiza de un blanco doloroso estaba tan fruncida que parecia un diseno de Fortuny. --Si tanto te ha costado verlo, es que no esta bien --dijo la anciana en tono serio--. Volvere a empezar. Elsa inspiro hondo y se volvio para que su alumna no viera su expresion. A lo largo de sus anos como profesora de pintura, habia visto todo tipo de obras, desde las mas clasicas hasta las mas rompedoras, pero, en general, eran los ancianos los que mas la sorprendian. --Seguro que el modelo quedara encantado --dijo por encima del hombro. Muy concentrada en lo suyo, Agustina se limito a asentir y a morder el pincel, como si estuviera planeando si era mejor retocar aquella monstruosidad o si de verdad debia volver a empezar, con el gasto que aquello conllevaba. Elsa camino de un caballete a otro, dando consejos y animando a su grupo de tarde del miercoles. La media de edad duplicaba la suya con creces, pero su entusiasmo tambien lo hacia en ocasiones. Desde que habia iniciado aquellas clases, la vida le habia demostrado que nunca se podia dar nada por perdido, y que las ganas de vivir eran una de aquellas cosas. Desde que se habia divorciado y habia decidido que iba a retomar su carrera como artista, habia descubierto que la vida era una cabrona con un sentido del humor muy negro. Para empezar, los artistas, asi, tal cual, no podian vivir de lo suyo. Ella, al menos, no. En definitiva, descubrio que no habia tenido jamas una carrera como artista, asi que era imposible retomarla. Lo mas cercano que habia podido encontrar para poder vivir de su trabajo era dar clases de pintura a ninos, a ancianos y a gente con discapacidades diversas. Y resultaba que aquello si que era vivir. Vivir de verdad. Casi nunca pintaba, eso era cierto, mas alla de unas pinceladas en los cuadros de los demas, pero lo que se divertia ensenando a otros y aplicando lo que habia aprendido en la universidad y en diferentes cursos, eso no se lo quitaba nadie. Y, ademas, tenia aquel maravilloso apartamento, con aquel patio de limoneros que habia plantado durante su primera semana alli. Aquello era un paraiso. Y tambien tenia aquella luz que no se pagaba con dinero. No habia sido mas feliz en toda su vida. 2 Claudio estaba convencido de que habia nacido con un destino marcado, como los grandes. Ya de nino sabia que no era como los demas. Mientras otros jugaban y se despellejaban las rodillas detras de un balon y se peleaban por los columpios, el perdia dioptrias mirando una margarita y tratando de comprender como la luz incidia en sus petalos, y como el tono de blanco cambiaba en un dia nublado o en un dia de sol. Luego llegaba el jardinero y cortaba la hierba y todo se iba al carajo. Se acababan las margaritas y la contemplacion. Sus padres decian que era rarito, con ese tono que utilizan los padres, los abuelos, los vecinos, los tios y todo el mundo en general, para decir que no eres como el resto, pero todavia peor. Es decir, que no estaba en la mediania, que no le gustaba el futbol, los deportes, que no salia con chicas, que no iba al cine, que no jugaba a la consola, que no le gustaba el rock ni el pop, ni lo que estaba de moda. Su madre no habria sufrido mas si se hubiera declarado gay. El dia que le pillo besando con torpeza a una companera de Bellas Artes en su dormitorio juraria que respiro tranquila. Pero es que, incluso siendo rarito, Claudio era distinto. No era raro en el sentido de que se apuntaba a la moda de ir a contracorriente, llevar los tobillos al aire y gafas de pasta, sino que el habia descubierto un buen dia algo que le habia marcado y habia decidido que queria ser eso. Y hacia ello habia enfocado su vida. Claudio deberia haber sabido, ya antes de dar aquella clase sobre la pintura del siglo XIX, que su nombre no venia de la nada. Era un nombre antiguo, desfasado, de viejo, que decian algunos. Era el nombre de Monet. Evidentemente. Si se miraba al espejo, incluso se parecian. Solo le faltaba la barba. Asi que decidio un buen dia dejarsela. Y entonces su familia le dio por perdido. Empezo su periplo de casa en casa, de luz en luz. Pinto y trabajo, hasta que la magia desaparecia. No era conocido, pero se ganaba bien la vida. El estilo clasico siempre tenia sus compradores, aunque no fuera algo que estuviera precisamente de moda. A esa hora de luz dorada que era su favorita, Claudio se enfundaba su bata, su bonete, se colocaba frente al ventanal enorme, observando el patio con limoneros. En general necesitaba un tiempo de reflexion antes de poder mirar el lienzo. Las otras ventanas del edificio daban al patio, y el podia observar lo que hacian las personas al otro lado, desearlo, pero no era del tipo voyeur. En general, lo que hicieran sus vecinos se la traia al pairo. Solian ser gente sin interes, grises, con vidas corrientes. En ocasiones habia alguien que despertaba su interes durante una temporada corta, pero no solia durar. Normalmente, este duraba lo que tardaban en cruzar dos palabras en el ascensor o en el portal. Parejas chillonas o amorosas, ninos que jugaban o pedian la cena, bebes que mamaban del pecho de sus madres, ancianos mirando por la ventana, con la vista distraida. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo... La nota discordante atrajo su mirada al instante. Aquello no deberia estar ahi, justo enfrente, en un ventanal vecino del suyo, disfrutando casi de la misma luz y de su patio con limoneros. Ademas, nadie con una tecnica depurada deberia sostener un pincel de aquella manera. Era imposible que una pincelada correcta saliera... en fin, correcta. Claudio apreto los labios y sintio que los pelos del bigote se le metian dentro de la boca. Aquella barba de hacia dos siglos era incomoda y poco practica, aunque no se atreviera a reconocerlo. Aquella mujer no era una artista, se dijo con desden. No era como el. 3 --?Sabes que hay otro artista en el vecindario? Elsa termino de preparar la paleta de colores, aunque era raro que la usara. Aquella era una costumbre que no queria perder. Odiaba pensar que era una de aquellas profesoras que se limitaba a soltar una ristra de trucos baratos y lecciones vacias y luego paseaba alrededor de los caballetes. Ella queria sentir que sus alumnos disfrutaban y aprendian, y que ella aprendia de ellos tambien. --Querras decir que hay un artista en el vecindario --respondio, mientras se ponia la camisa de cuadros, vieja y manchada de pintura, sobre la ropa limpia--. Artista es el que se gana la vida con sus obras, ya sabes --anadio con ironia. Agustina, que llevaba bajo el brazo su cuadro con el pene, enorme y con venas bien marcadas, arrugo los labios, como si necesitara pensar en aquel concepto. --Entonces si es un artista. Me he informado bien al respecto. Se llama Claudio algo. --?Como el gallo? --Como Monet, segun el. Elsa enarco una ceja y asintio, incapaz de fingir seriedad. --Ya veo. Es ese tipo de artista. Espero que no le hayas dicho que doy clases aqui, porque es capaz de quemarme la casa por blasfema. --Aunque fingia ligereza, Elsa era consciente de que su tono estaba lejos de ser alegre. Durante su vida habia conocido a mucha gente que despreciaba el tipo de trabajo que ella hacia. Ser artista no era eso, pensaban. Una profesora de academia o de casa de cultura, creian, no era un artista de verdad. Antes preferian morir de hambre que caer tan bajo--. Por cierto, ?como te has enterado? Agus disimulo yendo a colocar su pene en el caballete con mejor luz del apartamento. Los demas alumnos sabian que no podian disputarle ese puesto si no querian morir desollados. --Me equivoque de escalera --dijo la anciana, encogiendose de hombros--. No se como ocurrio. Gire a la izquierda, luego a la derecha y de pronto estaba ahi. Soy vieja y soy debil, no me juzgues. Elsa la miro con los ojos entrecerrados. Nunca dejaba de asombrarla la increible cara dura de esa gente. --?Fuiste a mostrarle a Monet tu obra? Me gustaria saber lo que piensa al respecto. Elsa trato de aguantar la risa al ver que Agus se sonrojaba. La anciana podia fingir desparpajo, pero estaba claro que no se habia atrevido a tanto. --Le ha gustado --replico, rebelde. --!Oh, seguro que si! Mientras llegaba el resto de los alumnos y escuchaba rezongar a la mas discola de todos ellos, Elsa se volvio hacia el ventanal para abrir las cortinas. Rara vez las cerraba, pero no le gustaba la luz matinal, demasiado dura y brillante. Preferia la de la tarde, dorada y dulce, casi amelocotonada. Echo un vistazo a sus limoneros. Los habia plantado al llegar alli, hacia cinco anos. Todavia eran jovenes, pero ya daban fruto. Y sobre todo alegraban el patio, tan triste cuando llego, tan frio y abandonado. Ahora todo era luz y alegria. Sintio un sobresalto al ver que habia alguien rondando sus arboles. Vestia una especie de batamanta, como si fuera Gandalf. ?Que diablos estaba haciendo ese friki con sus limoneros? Entonces en tipo se aparto y vio el bote de pintura y la brocha. --Lo mato. Yo lo mato...

  • La cara oculta de Mari Jungstedt

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    EL AVION MODELO Cessna 182 con capacidad para cuatro personas habia comenzado a temblar de forma tan violenta que cualquiera habria creido que iba a estallar por los aires de un momento a otro. El piloto acelero al maximo el motor para alcanzar la velocidad correcta y provoco que la tension se apoderase de todos los que se encontraban en el interior. Aun seguian en la pista esperando la senal de despegue. Mientras tanto, el piloto revisaba las normas de seguridad, controlaba el timon de direccion, el panel de mandos, las valvulas, el nivel de aceite y la temperatura de los cilindros. El ruido ensordecedor imposibilitaba cualquier conversacion y los pasajeros tenian que gritar a pleno pulmon en caso de que necesitaran algo. Habian quitado los asientos para mayor comodidad y tanto Krister como su viejo amigo Peter se habian puesto de rodillas en el suelo. Una paracaidista que Krister no habia visto antes iba sentada al lado del piloto, de espaldas al panel de mandos. Los dos amigos, agazapados en la parte de atras y con sus paracaidas a la espalda, llevaban varios anos sin verse. Peter lo habia llamado la noche anterior para anunciarle que estaba de paso por Estocolmo y habia insistido en que fueran juntos a hacer paracaidismo como antes. Ademas, ya habia reservado en el centro al que iban cuando eran jovenes. Cecilia, la hija de dieciseis anos de Krister, estaba de visita aquel fin de semana y no escondio su decepcion al saber que su padre habia preferido quedar con otra persona en lugar de pasar el sabado con ella. Esa manana no tuvo mas remedio que ir de compras a la ciudad con la nueva novia de su padre. <>, penso Krister. No podia rechazar la invitacion y perder la oportunidad de reencontrarse con su amigo, que vivia en Estados Unidos desde hacia varios anos. Para compensar a su hija, la invitaria a cenar por la noche en un restaurante de Gamla Stan, los dos solos. Los motores rugieron. En el centro de la aeronave, habia otra mujer agachada que no habia dicho ni una sola palabra. Era bastante guapa, bajita y tenia el cabello oscuro. Parecia una de esas personas que no expresan nada. De vez en cuando, miraba fijamente por la ventanilla del avion con cara de pocos amigos. Aquel dia, Krister y Peter iban a saltar juntos a la vez, tal y como solian hacer cuando Peter vivia en Suecia y ambos participaban en las actividades del centro de paracaidismo. Los dos eran paracaidistas experimentados y llevaban practicando ese deporte desde hacia casi veinte anos. Los motores tronaron con mas fuerza y Krister supuso que ya se aproximaban a las tres mil revoluciones que se precisaban para alzar el vuelo. En ese momento, el avion empezo a dar sacudidas y a balancearse de un lado a otro. El piloto se comunico por radio con la torre de control y finalmente obtuvo autorizacion para iniciar el despegue. Acelero aun mas y la aeronave se puso en marcha. Tardaron veinte segundos en alcanzar la distancia inicial de cuatrocientos metros. A partir de ese momento, el avion empezo a dar bandazos cada vez mas fuertes hasta que finalmente se separo de la pista. Se sintieron liberados, pese a que las turbulencias y sacudidas se volvieron mas violentas. Aquel momento era el peor de todos. Parecia que el aeroplano fuera a desmoronarse cada vez que tomaban un poco mas de altura. Alcanzaron los tres mil metros despues de media hora de vuelo. Las piernas se les habian dormido debido a la postura incomoda en la que estaban y, ademas, la temperatura corporal les habia disminuido a causa de la altura. Al avion le faltaba la puerta, que habia sido sustituida por una cortina de tela que tapaba la abertura y que se cerraba con una cinta de velcro. Krister trato de pensar en otra cosa conforme perdia la sensibilidad en las piernas. Ademas, notaba que los dedos se le helaban aun mas a medida que ascendian. De repente, le vinieron a la cabeza los anos de amistad con Peter y todo lo que habian hecho juntos. Justo entonces, a bordo de aquella pequena aeronave en compania de su amigo, se dio cuenta de cuanto lo habia echado de menos. El avion continuo volando en circulos unos minutos sobre la zona de salto hasta que, finalmente, el piloto se dirigio a un area de arboles frondosos. Era importante acertar y calcular el salto correctamente segun la direccion del viento. El piloto les dio la senal y la primera paracaidista que estaba mas cerca de la cortina se coloco en posicion y bajo el pie izquierdo para apoyarse en el soporte externo. Unos segundos despues, salto del avion y desaparecio. Krister se abrio paso y se dirigio al mismo punto. Cruzo la mirada con Peter y justo despues le hizo senas con un brazo para indicarle que era el momento de saltar. Primero estiro el brazo, luego se lo pego al cuerpo y por ultimo volvio a extenderlo; Peter y Krister contaron hasta tres y se tiraron del avion a la vez. En ese momento, empezo la caida libre. Era crucial saltar exactamente al mismo tiempo para descender a la par, pues la minima desviacion de movimiento podia modificar la velocidad del descenso. El salto se realizo con exito y, mientras flotaban en el aire, ambos se encontraron de frente. Cada uno poso una mano en el brazo del otro, se agarraron de la muneca y juntos formaron una sola figura. Sin perder la concentracion, mantuvieron el contacto visual todo el tiempo. El cielo azul de mayo los envolvia y a su alrededor las nubes blancas auguraban el principio del verano. Ante su miraba, la vida humana y el paisaje verde se fundian en la inmensidad del horizonte. Durante la caida libre, que transcurria a doscientos kilometros por hora, la mente se quedaba en blanco. Peter le hizo un gesto con la cabeza a Krister y enseguida ambos doblaron la rodilla derecha y el codo izquierdo para hacer una pirueta simultaneamente. Krister pudo entrever que Peter le sonreia mientras el viento los azotaba con fuerza. Unos segundos despues, se hicieron otra senal y extendieron los brazos y flexionaron las rodillas, esta vez para realizar una voltereta hacia atras mientras continuaban precipitandose a una velocidad de vertigo. Justo despues, intercambiaron otra sonrisa cuando sus miradas se cruzaron de nuevo. Se animaron con una ultima pirueta antes de que llegara el momento de soltar el paracaidas, aunque primero se aseguraron de mantener la distancia apropiada para no acabar chocando. Krister tiro firmemente de la anilla del paracaidas para que se abriera en el aire. Sin resultado. Volvio a tirar una vez mas, pero no sucedio nada. Empezo a sentir que el panico le presionaba ligeramente el pecho. La velocidad de la caida era de doscientos kilometros por hora y sabia que tan solo contaba con unos segundos antes de que fuera demasiado tarde. Sin embargo, no era la primera vez que le ocurria, pues a veces el paracaidas tardaba en desplegarse. Era consciente de que siempre podia haber algun fallo, pero no era lo habitual. En cualquier caso, para su alivio, todos los equipos llevaban un paracaidas de emergencia. <>, se dijo. Alzo la cabeza un poco y observo que Peter ya flotaba a una distancia considerable de el, y a lo lejos pudo ver a la otra paracaidista que se habia lanzado al vacio antes que ellos. A ella tambien se le habia abierto el paracaidas sin problema. ?Que le habria pasado al suyo? En ese instante, se acordo de que la noche anterior habia revisado el equipo de vuelo para comprobar que todo estuviera en orden. No lo entendia. Tal vez deberia haberlo revisado una vez mas antes de montarse en el avion tal y como solia hacer. Al fin y al cabo, todos los paracaidistas comprobaban el correcto funcionamiento de los sistemas de seguridad antes de saltar. <> Krister se habia concentrado tanto en la conversacion con Peter que ni siquiera se habia preocupado de revisarlo de nuevo. Tras varios intentos mas, todos fallidos, busco el arnes que tiraba del paracaidas de repuesto e hizo todo lo posible porque se soltara. Pero fue en vano. El paisaje se iba fundiendo delante de sus ojos a medida que caia en picado. Las copas de los arboles, el campo, el bosque y, al fondo, en algun lugar, el centro de paracaidismo. De pronto lo invadio un panico absoluto. El corazon le latia a mil por hora mientras se precipitaba hacia el suelo, y la desesperacion se apodero de el en el instante en que se dio cuenta de que ya era demasiado tarde. Noto una fuerte presion en el pecho y sintio que ya no podia seguir respirando. El paracaidas no se abriria nunca. En ese momento, vio pasar ante sus ojos los rostros de su hija, Cecilia, de su madre, Annika, y de Anki, su novia. En cuestion de segundos, la vida llegaria a su fin. Y tan solo con cuarenta y siete anos. De repente, noto como si algo le estuviera succionando el cuerpo de la cabeza a los pies. A su alrededor solo quedaba el viento, la hierba, la tierra... Y, al final, el suelo se lo trago. EN ALGUN LUGAR de mi ser soy consciente de que he comenzado un viaje, un camino hacia la destruccion y la eterna oscuridad. Las arrugas de mi frente asi lo reflejan, al igual que mis ojos, donde se plasma la inquietud, y los musculos de mi rostro, que siento cada vez mas tensos. Al mismo tiempo, me muevo de manera inconsciente y un tanto mecanica, como si ya no hubiera vuelta atras. Estoy sola, sentada delante de este enorme espejo, despues de que se hayan marchado todos. Se perfectamente que nadie volvera a entrar aqui hasta manana temprano. Hace unos momentos se podia palpar y oir el ajetreo, las voces, las risas y el parloteo de los actores. Mientras algunos mostraban su enfado, a otros se los veia nerviosos y preocupados. Una pareja se abrazaba y alguien le daba un masaje en los hombros a su companero con movimientos lentos e inconscientes mientras ambos se miraban fijamente a los ojos en el espejo. Siempre se respira cierto erotismo en el aire. No lo soporto. La mayoria iba a salir a tomar unas cervezas por la ciudad, pero yo he preferido quedarme con la excusa de que aun tengo trabajo que terminar. Y bueno, en cierto modo, asi es. Cuando todos se van y tan solo quedo yo es cuando me retraigo en una calma y un silencio absolutos. Es algo de lo que me es imposible escapar, no tengo adonde huir. Me viene a la cabeza una estrofa del poeta Birger Sjoberg: <>. No ha dejado de llover en todo el dia. Es una lluvia fresca que anticipa el verano y que lo humedece todo. Me gusta el silencio que deja a su paso. Cuando miro a mi alrededor, me parece que el pasado aun estuviera presente en este lugar. Al fin y al cabo, los enormes muros medievales albergan la historia de cientos de anos y representan la memoria viva de una epoca que ya no existe. No se puede olvidar. Nunca. Jamas. Un destello de color plomizo se cuela por los recovecos de los ventanales. Pronto llegara el verano y con el volvera la luz a pesar de que dentro de mi reine la oscuridad. Como ha pasado el tiempo. Delante de mi tengo todo lo que necesito. Voy a peinarme el pelo hacia atras y lo sujetare con un gorro ajustado de forma que quede completamente pegado a la cabeza, aunque, por si acaso, usare tambien cinta adhesiva. Me encuentro con mi propia mirada en el espejo, serena y decidida a la vez. Entonces alcanzo la brocha de maquillaje y empiezo a aplicarme la base. Poco a poco, la transformacion empieza a cobrar forma. Los ojos me llevan mas tiempo, pues he de ponerme varias capas de sombra oscura en los parpados hasta que quedan totalmente cubiertos. Despues, utilizo un lapiz negro y un buen perfilador para hacerme la raya, incluso me hago unos rabillos a lo Audrey Hepburn. A continuacion me pongo el colorete y me pinto los labios con calma y esmero para no perder la concentracion. Se lo que hay que hacer cuando se trata de lograr una transformacion perfecta. Por ultimo, llega la guinda del pastel. Retiro la peluca de la cabeza del maniqui que hay en la mesa y me la coloco. No lo he podido remediar, he soltado un profundo suspiro en cuanto he visto el resultado final en el espejo. Efectivamente, esa es la mujer que buscaba. Guapa, morena, misteriosa y sexy. Soy el cebo perfecto antes de la muerte, y lo mas importante de todo es que estoy irreconocible. Este es un rostro que nunca habia visto y que no habria imaginado ni en suenos. Es mi otro rostro. Ha llegado la hora de hacer lo que debo. Podria considerarlo una mision, una obligacion, aunque me gusta mas pensar en ello como una llamada de la muerte. El mero hecho de pensarlo hace que se me erice la piel y sienta cosquillas de emocion en el estomago. Llevo toda la vida esperando este preciso momento. Bueno, miento. Quiza no toda la vida. Mas bien lo llevo esperando desde el 4 de mayo de 1998. Ahi fue cuando empezo todo HENRIK DAHLMAN TENIA los ojos clavados en el techo cuando de repente un brote de ansiedad le azoto todo el cuerpo. Ese podria haber sido un domingo cualquiera, pero al final decidio hacer otros planes. Sus dos hijas mayores entraron de golpe en la habitacion con el perro y se subieron de un salto a la cama. De pronto, a Henrik lo rodearon las risas y los lametones efusivos del labrador feliz que se revolcaba sin parar en la cama de matrimonio de sus duenos. Tenia tres hijas. A la menor, Inez, de tan solo dos anos, la habia tenido con su nueva pareja. A las dos mayores, Ebba y Angelica, con su exmujer. Tenian diez y doce anos, y ambas se iban con su madre cada dos semanas. Ademas, tambien tenia una hijastra, Beata, hija de su exmujer, fruto de una relacion sentimental anterior. Beata ya habia cumplido veinte anos, se habia mudado y vivia en Estocolmo. Nunca termino de aceptar el hecho de que su padrastro hubiera tenido otra hija al poco tiempo de echarse una nueva novia, y apenas habian seguido en contacto despues del divorcio. Henrik Dahlman era consciente de lo afortunado que era a pesar de todo, pues era un artista reconocido con galeria propia y con un estudio en el centro, justo al lado de la muralla. Ademas, estaba recien casado y tenia, ni mas ni menos, que una mansion en Visby y una casa de verano en Ljugarn. Las ventanas del dormitorio de la casita de piedra situada junto al jardin botanico ofrecian unas vistas preciosas a la muralla y a un manto verde y frondoso. Se apreciaba como el verano arrancaba con todo su esplendor. Las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina y la vida era llevadera y sencilla para cualquiera que asi lo deseara. Por desgracia, Henrik Dahlman habia optado por lo contrario y habia preferido complicarsela. Muy a su pesar, ya no habia vuelta atras. Despues de los mimitos y el alboroto matutinos, dejo a las ninas y al perro metidos entre las sabanas y almohadas y se levanto para ir al bano. Amanda ya estaba despierta, la oia trajinar en la cocina mientras tarareaba el estribillo de una cancion que sonaba en la radio.

  • Mas alla del hielo de Douglas Preston

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    El descubrimiento de un meteorito gigantesco que lleva millones de anos enterrado en una isla de la costa sur de Chile atrae la atencion de Palmer Lloyd, un coleccionista multimillonario que es capaz de pagar cualquier precio con tal de conseguir algo unico y valioso.

  • Hue 1968: El punto de inflexion en la guerra del Vietnam de Mark Bowden

    https://gigalibros.com/hue-1968-el-punto-de-inflexion-en-la-guerra-del-vietnam.html

    Gracias a un acceso sin precedentes a archivos de la guerra en EEUU y en Vietnam, asi como a entrevistas con participantes de ambos bandos, Bowden narra cada fase de esta crucial batalla a traves de multiples puntos de vista.

  • Cuando un hombre ama (Gillander’s Whisky 1) de Eleanor Rigby

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    Vuelve Eleanor Rigby con una nueva serie que tiene de todo: amor, intriga y mucha mucha pasion, ambientada en la regencia inglesa.

  • Una marquesa enamorada (Amor amor 3) de Mile Bluett

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    Continua la serie <> de Mile Bluett con esta historia de amor con tintes de intriga y misterio.

  • Los amantes de Richmond de Maeve Anne

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    Lord Christopher ha decidido casarse con su amada, aunque antes toma distancia de Londres para poder comprender como ha llegado, de ser un hijo sin padre, desconocedor del protocolo de la alta sociedad, a heredero del condado de Hampshire.
    Tambien su amada, lady Grace, toma distancia para asumir que su medio hermana, no quiere saber de ella.
    Sin embargo, en Richmond, las cosas no son tan sencillas; los recuerdos estan vivos y el miedo tambien, pues la sociedad de Londres es muy estricta e hipocrita. Ademas, existen secretos en Richmond, que luchan por salir a la luz.
    ?Estan a la altura? ?Les aliviara la boda que tienen entre manos?

  • Amor en el desierto de Maribel Roa

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    Samira Leibe es una mujer como la mayoria de las mujeres de la faz de la tierra, luchadora, segura y enamorada. Sin embargo, un dia todo salta por los aires. Un matrimonio que se esfuma, una inseguridad que se apodera de ella y una batalla de sentimientos que la deja devastada.
    Un dia, su confidente y mi mejor amiga, Cayetana, le propone embarcarse en una aventura, ir a visitar el pais vecino de vacaciones y hacer una ruta por las kasbahs. Sin saber muy bien por que, acepta.

  • Besos a un tirano de Francine J.c

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    ?Un hombre que no besa jamas en los labios es capaz de amar?

  • Carrozas, calabazas y unos manolos de Rose B. Loren

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  • Zona prohibida de Clare Connelly

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  • Sumisas Reales de Sara Toledano

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    --Tienes que salir con el. --Pero, ?por que? --Solo tienes que hacerlo, Carol. Es una cuestion de negocios. No lo entenderias. No supe que decir cuando mi padre me dijo esas palabras. Recuerdo que estaba en la cocina de la casa, sentada en la mesa que estaba alli. Me llamo para que hablaramos sobre mi futuro y pense estupidamente que se trataba de una charla sobre la universidad o algo asi. No. Resulto todo lo opuesto. Me levante y fue a mi habitacion. Aun podia escuchar el trinar de los pajaros afuera. Cerre la ventana porque no pude tolerar otro sonido. El que habia dentro de mi cabeza era demasiado fuerte. Como si tuviera mil cornetas haciendo ruido al mismo tiempo. Estaba destrozada. Sere sincera, no es que mi padre sea el perfecto ejemplo para mi. De hecho, es una figura casi inexistente en mi vida. Solo tengo flashes de el cuando era pequena. Supe que era alguien "importante" porque llevaba los negocios de gente en la politica y de otros ambientes. Gracias a eso, vivimos muy bien por largos anos: viajes a Europa, ropa de marca, comidas en los restaurantes mas exclusivos de la ciudad. Cualquier cosa que quisieramos o imaginaramos la podiamos lograr. Pero las cosas eventualmente fueron en picada. Comence a verlo con un rostro de preocupacion que no se le quitaba ni con el Xanax ni el whiskey. Desde hacia varios dias me miraba como si estaba tomando las fuerzas para decirme algo. No ignore porque francamente estaba en lo mio. Pero luego me cito para que charlaramos y bueno... El resto es historia. Me sente en la cama para pensar en todo lo que estaba pasando. Fije la mirada en los posters de Anthrax, Megadeht y Black Sabbath, en el closet medio abierto y con algun bota de pantalon que salia de alli, los zapatos sobre el suelo de parque. Me resulto ironico que el dia estuviera particularmente calido y bonito mientras estaba alli, sintiendome como un trozo de carne. Cualquiera hubiera pedido la intervencion de su madre o de cualquiera. Mi caso es diferente. Mi mama murio hace un par de anos atras gracias a su aficion al alcohol; por otro lado, mi hermano mayor hizo todo lo que pudo para alejarse de la familia. No se en donde esta ni que hace, pero presiento que este mucho mejor que yo. Finalmente me acoste y pense en la maleta pequena que tenia debajo de la cama. La usaba cuando queria escaparme por unos dias pero no era tan mala idea de tomar unas cuantas cosas e irme por la noche. Dejaria a mi padre solucionar su problemita y yo estaria a unos cuantos kilometros de alli… Hasta que me encontrasen, hasta que me volvieran a arrastrar a este pantano. Asi que deseche la idea. No tiene sentido huir cuando sabes que el pasado te alcanzara de alguna manera u otra. Pero no me malinterpreten, no es que tenga miedo a esas cosas relacionadas con el sexo. Mas bien es algo que disfruto inmensamente. He tenido toda clase de experiencias desde que recuerdo. He estado abierta a probar cosas nuevas. Mi primera vez, por ejemplo, fue con un hombre casado que conoci cuando tenia 15 anos. Aunque nos confesamos las ganas, no hicimos nada hasta que nos reencontramos un par de anos despues. Como formaba parte del mismo circulo de amigos que mi padre, lo vi en una fiesta con su mujer. Ella estaba durmiendose en la silla y el no paraba de verme desde el otro lado del salon. Por supuesto que estaba nerviosa, pero lo disimule un poco al tomarme un trago de lo que tuve cerca. Tosi y senti un impulso que me llevo hasta donde se encontraba. Le roce el hombro y fuimos hacia una de las habitaciones que habia. Cuando cerro la puerta tras el, mi corazon latia demasiado rapido. Tanto que pense que sufriria de un infarto. Se acerco a mi y me tomo por la cintura y me beso. Lo hizo con fuerza, con determinacion. No pare de gemir gracias a que sus caricias se pasearon por todas partes. Mis caderas, mi espalda, mis pechos. Su lengua se adentro en mi boca para buscar la mia. Mordio mis labios y hasta me los rompio un poco. Alli presenti que el dolor era un buen companero del placer. Bajo el cierre de mi vestido y me llevo suavemente a la cama. Su mirada mezclaba ansiedad y tambien emocion. Supongo que yo tambien senti lo mismo aunque mas bien estaba curiosa. Veia todo como una aventura. Me dejo desnuda y me acoste. No mentire, hubo una parte de mi que quiso salir de la habitacion. El miedo parecio abrumarme hasta que senti la boca de ese tio en mi cono. Tuve que taparme la boca con ambas manos para reprimir los gritos que aquello me produjo. No hay sensacion comparable con eso. Cerre los ojos y senti su lengua dentro de mi, moviendose, al mismo tiempo que le escuchaba chupar intensamente. De vez en cuando lo miraba y el solo me respondia con una sonrisa malevola. Siguio comiendo de mi hasta que se levanto y se desvistio. Cuando estuvo desnudo, pude ver su pene. Se veia grande y grueso y temia el dolor que iba sentir. Eso era algo que mis amigas y yo del colegio hablabamos, asi que estaba un poco aprehensiva. Por supuesto que no conte con el hecho de que el era un hombre mucho mas experimentado que yo, asi que pense que era el paso obvio, resulto otra sorpresa. Tomo su mano y comenzo a masturbarme. Primero introdujo y dedo y luego dos, poco a poco a pesar que lo veia contenido entre sus ganas. Cuando los introducia y los sacaba, se los lamia para volver a meterlos. Es una imagen que aun hoy me produce la piel de gallina. Volvi a perderme en la excitacion hasta que senti que el se preparaba para penetrarme. Le tome de los brazos y el se inclino hacia mi. Me beso y finalmente lo senti. Su pene entro en mi. Paralelamente senti una mezcla de dolor agudo y un placer infinito. En la misma cantidad o un poco de una y mucho de la otra. Era algo que todavia no me queda claro. El se quedo alli un rato hasta que comenzo a moverse. Al principio lo hizo con cuidado hasta que poco a poco fue un poco mas rapido e intenso. Mis piernas no paraban de temblar, su boca estaba anclada en mi cuello y sus dientes mordian la piel que estaba alli. Me despedazaba por dentro y por fuera. Siguio follandome hasta que rodee su espalda con mis piernas, queria que estuviera mas dentro de mi. El calor de nuestros cuerpos se volvio intenso y delicioso. En un punto, experimente algo que hasta despues supe se trato del orgasmo. Puse los ojos en blancos y me agite con fuerza. El siguio penetrandome con fuerza hasta que senti que me deshice entre sus brazos. Las cosas se tornaron oscuras, un negro cerrado para quedar desconectada de la realidad. Al poco tiempo abri los ojos y me encontre con su cuerpo a mi lado. --?Estas bien? --Si. ?Que sucedio? Aun veo esa sonrisa descarada. --Tuviste un orgasmo. Al terminar de decir esto, volvio a colocarse sobre mi y me follo con mas fuerza que la primera vez. De nuevo, tuve que hacer el esfuerzo por no gritar como loca. El pene de ese hombre me producia cualquier cantidad de espasmos y placer, claro. Estuvimos alli un rato. Al terminar, me levante para lavarme. Por suerte, las sabanas no se mancharon demasiado. El quiso hacerlo conmigo dentro de la pequena ducha y tuve que decirle que no. De seguro su esposa lo estaria buscando como loca y era mejor que lo encontrara con la excusa de que habia bebido de mas y que la disculpara por eso. Salio de la habitacion un poco molesto pero me dio igual. El solo fue un medio para introducirme a esto del sexo. Dias posteriores, me busco como loco. Incluso establecio negocios con mi padre como una excusa para tenerme cerca. No se como hice para quitarmelo de encima. Lo cierto es que ese encuentro me marco para siempre. Despues de el, estuve con un chico que estudiaba en el mismo colegio pero era un ano mayor que yo. Nos veiamos en los pasillos pero no se nos ocurrio acercarnos salvo por la fiesta de fin de curso. Estaba sola, sentada en las gradas, fumando y burlandome internamente de estos rituales tontos adolescentes. El se me acerco con un vaso de ponche. Recuerdo que hizo una especie de broma al respecto porque rei un poco. Estuvimos hablando un rato hasta que pusieron una cancion lenta. Nos miramos fijamente hasta que se acerco y nos besamos. Sus labios me supieron a dulce y supongo que eso fue gracias al ponche. Aunque habia profesores y monjas en todo el lugar, parece que nos ignoraron por completo. El hecho es que me tomo la mano y salimos de alli. Nos montamos en su coche y dimos vueltas por la ciudad. La noche estaba hermosa, la luna se veia grande y brillaba como si fuera de dia. Dimos mas vueltas hasta que aparco en un estacionamiento vacio. Como el coche esta descapotable, abrio el techo y los dos quedamos bajo las estrellas. Volvimos a mirarnos y supe lo nervioso que estaba, asi que fui hacia su regazo y le baje le cierre con cuidado. Tome su pene con suavidad y lo masajee un poco. Supongo que tuvo una cara de sorpresa porque senti que se sobresalto. Eso me dio un poco de risa porque me hizo recordar el miedo que experimente en mi primera vez. Ese fue otro momento cumbre para mi, mientras le masajeaba, experimente lo duro que estaba su pene, incluso pude ver como su glande estaba empapandose cada vez mas. Era un espectaculo para la vista. No pude aguantar mas y me incline hacia su pene y lo bese un poco. Volvio a estremecerse y me lo introduje en la boca por completo. El pobre chico estaba que no podia mas. Incluso me tomo por el cabello para que fuera mas rapido y asi lo hice. Continue hasta que le escuche decir: --No puedo mas. Lo mire con toda la lujuria dentro de mi ser y espere a que eyaculara en mis boca. Mis labios quedaron empapados de su semen. Relami un poco para saborear un poco. Volvi a verlo y nos reimos un poco. Era como si acababamos de hacer una travesura. Desde ese dia, los dos eramos inseparables. Puedo decir incluso que me enamore de el aunque no estoy muy segura de ello. Pero, como suele suceder, me aburri y lo deje. Por suerte, ese ano termino muy rapido y supe mas tarde que se habia ido muy lejos a estudiar en una universidad. Suspire de alivio. Mis aventuras no terminaron alli, tambien me relacione con una chica que vivia en nuestra urbanizacion. La primera vez que la vi quede impresionada por su belleza, de hecho, no era la unica. Quien la viera, quedaba prendado de inmediato. A primera vista no quise prestarle atencion pero luego me di cuenta que tambien le gustaba. Al cabo de unos dias, ya estaba sobre su cama, comiendole el cono y haciendole llegar tantas veces como queria. Sin duda, fueron unos meses deliciosos e intensos. La lista se amplio cada vez mas. Nunca tuve interes en coleccionar amantes pero si llegue a pensar que tenia unos cuantos. Quise darme la oportunidad de vivir experiencias y no quedarme siempre en lo mismo; eso tambien me dio la oportunidad de juntarme con gente de todo tipo y conocer toda clase de gustos y estilos de vida. A veces pienso que eso tambien fue porque en casa las cosas eran diferentes. El ambiente pesado era suficiente para escaparme unas cuantas horas de esa realidad. Cualquier distraccion era bienvenida. La decision de mi padre de usarme como moneda de cambio era algo que de lo que le crei incapaz. Si, era corrupto. Corrupto en todo el sentido de la palabra, sin embargo no pense que fuera tan lejos. ... Quisiera huir tan lejos como fuera posible. II Despues de esa noticia, mi padre me dio una advertencia muy clara: --Erik es un hombre de poder. Debes tener cuidado y procurar no exacerbar tus instintos rebeldes. A el no le gusta eso. Permaneci callada, pensando que todo esto quizas se trataba de un sueno. De uno muy malo. Aquella ilusion, sin embargo, se rompio en mil pedazos al darme cuenta que no era asi. El continuo hablando como si hubiera aceptado la mision alegremente. Por supuesto no era asi. --Tienes que hacerlo bien. De lo contrario nos podria ir mal. Francamente me daba igual perder todo. Ese imperio que mi padre construyo en base a mentiras y chantajes, era un burdo montaje. Sabia que el cualquier momento esa casa de naipes caeria con el viento. Me levante de la mesa y me fui a mi habitacion. Encendi un cigarro, de esos mentolados porque son mis favoritos y encendi la laptop. Espero un rato mas. En esos minutos me percate que habia fumado increiblemente rapido y que ya me encontraba encendiendo el segundo con mucha naturalidad. La velocidad de esta accion menguo un poco cuando introduje el nombre de Erik en el buscador. Inmediatamente aparecio una serie de imagenes de el en todas las formas posibles. En unas estaba acompanado por modelos y actrices de Hollywood. Ellas sonrientes y el todo galante. Unas cuantas aparecia solo haciendo un gesto para las camaras. Las restantes eran imagenes en donde se le veia en fiestas y reuniones en la alta esfera de la politica. Fui un poco mas alla y encontre que era un hombre importante y misterioso. Los tabloides lo calificaban como el soltero del momento, aunque en la prensa de economia, la mayoria de los articulos lo vinculaban con redes menos licitas. Pense en mi padre y en la deuda. Senti una punzada en el estomago y la ira me hizo encender un tercer pitillo. --Maldita sea. Segui investigando pero despues volvi en las imagenes. Lucia alto, moreno, con el cabello negro aunque casi rapado. Los ojos verdes lucian penetrantes e intimidantes. Ademas, era alguien que se vestia bastante bien. Fuera verano o invierno, Erik tenia estilo. Esa foto me dejo perpleja. Fue tomada como si hubiera estado muy cerca de el. Casi podia sentir que estabamos frente a frente. Me pregunte si el hizo lo mismo conmigo. Si se dispuso a investigar sobre mi y sobre mi vida. Si sabia que mi madre habia muerto y que mi hermano se autoexilio. Si mis fotos se verian en Internet y si me habia convertido en el objeto del deseo. Si no fuera asi, podria correr con la suerte de liberarme de esta obligacion. Pasaron los dias y se acerco el momento de conocernos. Nos veriamos en una fiesta en donde se congregarian las personalidades mas importantes de la ciudad. Si queria salvar el pellejo de mi familia, tendria que hacer el esfuerzo de verme bien, o al menos lo suficientemente seductora para el. Entonces, luego de un buen rato en la ducha, sali y fue hacia el closet. A pesar de los jeans rotos, las camisetas de bandas de rock o con estampados de cuadros, tenia una bonita seleccion de vestidos. Tome uno de color amarillo intenso el cual iria bastante bien con mi color de piel. Era escotado en la espalda y tenia una raja en la pierna derecha. Gracias a ello, se pueden ver los tatuajes. Las tiras finas servian para enmarcar mi espalda y hombros. Estaba cobrando un aspecto casi como femme fatal. Como hacia poco me habia cortado el cabello bastante corto, no perdi demasiado tiempo en arreglarmelo, mas bien me concentre en el maquillaje. Ojos ahumados y labios de color rojo. Lo ultimo fue colocarme un par de sandalias altas de color negro. Estaba lista para enfrentar la batalla. --Vamonos. Nos fuimos en el Alfa Romeo como pretendiendo que las cosas estaban mejor que nunca. El quiso entablar una conversacion pero no quise. Le respondi con monosilabos y sin intencion de extender innecesariamente la interaccion. Tuve suficiente con tener que compartir los minutos incomodos antes de llegar a la fiesta. Llegamos y nos dimos cuenta de la concurrencia. No pense que seria asi porque imagine que se trataria de una reunion de peces gordos. Aparcamos en la entrada y enseguida se aparecio un valet. Tomo las llaves del coche mientras que nosotros subimos la escalinata hasta la entrada. Alli se encontraba un par de guardias y una chica con aspecto amable quien se encargaba de revisar las invitaciones. Luego de un saludo formal, nos topamos con un recibo y una sala amplia repleta de gente. Mujeres hermosas con joyeria fina, hombres con trajes costosos, mesones con comidas de todo tipo. Los meseros iban y venian con bandejas de tragos, asi que aproveche en tomar una copa de champana mientras trataba de localizar al objetivo. --Erik debe estar por aqui. Tomo mi brazo y me guio hasta el centro del lugar. Una gran arana con pequenas luces, colgaba del techo. La luz tenue hacia que el ambiente luciera calido y hasta sensual. Mi padre fue interceptado por un tio que no reconoci asi que aproveche para seguir mi camino como un acto de exploracion. Muchos rostros me resultaron familiares asi que presumi que alli se encontraba de todo. Segui caminando hasta que lo vi. Estaba conversando con un par de personas con bastante animosidad. Tome casi por completo la champana para contar con un poco de fuerza en mi interior. No sabia por que estaba tan nerviosa. A medida que me acercaba, el corazon parecia que se me iba a salir del pecho. Me senti confundida porque no sabia a que se debia. Fui entonces hasta la barra y fingi que pedia algo para tomar. Me apoye un poco para que viera mi espalda o mis piernas. Gire y senti que sus ojos estaban sobre mi. Lo interprete como una victoria. Dejo de hablar con el grupo y se acerco a mi. --Hola... --Hola. ?Como estas? Le respondi con toda la picardia posible. --?Sabes? Hay algo que no entiendo. --?Que sera? --?Como una mujer tan hermosa puede estar sola? Es algo que no cabe en mi comprension. --Es una pregunta interesante pero es probable que eso sea asi porque esta esperando a encontrarse con el hombre correcto. ?No crees? Bebi un trago de vino blanco mientras me veia los ojos. Senti que me atravesaba con ellos. --Me llamo Erik. Mucho gusto. --El placer es mio. Carol. Nos estrechamos las manos y senti una especie de electricidad que me recorrio el cuerpo. Nunca senti algo asi. En ese momento, aparecio oportunamente mi padre. Salio de no se donde y se interpuso entre los dos. --Erik, querido. Ella es mi hija. Ya veo que los dos se estan conociendo. Que agradable sorpresa. Le lance una mirada de odio que no pude evitar. --Si. Estabamos de unas cuantas cosas. --Perfecto. Por cierto, ?podemos hablar del asunto del que conversamos el otro dia? Creo que es pertinente. --Seguro... Carol, espero que tengamos oportunidad de encontrarnos luego. --Me encantaria. Los dos se fueron a un lado del salon mientras que yo me quede en el mismo lugar. Estando alli, trate de reflexionar sobre mis sentimientos. Por un lado, Erik me produjo un impacto que casi me estremecio. No se si fueron sus ojos verdes o la fuerza que transmitio cuando me estrecho la mano, la sonrisa blanca y brillante o el porte cuando se acerco a mi. Cualquier cosa pudo detonar este deseo que no se cuando nacio. Vi que seguian hablando por lo que decidi caminar hasta otras escaleras que parecian conducir a la piscina. Alli habia un ambiente un poco mas festivo. Se encontraba un DJ y un par de chicas guapas que repartian chupitos de tequila y vodka. Una serie de mesas rodeaban la gran piscina. A un lado, incluso se encontraba un jacuzzi para los mas aventureros. Por mi parte, preferi seguir caminando hasta que me tope con un pequeno jardin con vista a la ciudad. Las luces de los edificios, casas y coches parecian pequenas estrellas en la tierra. Estaba embelesada con el panorama hasta que senti el calor de alguien. Gire y vi el perfil de Erik. --Linda vista, ?no crees? --Si. Es hermosa. Esta ciudad tiene algo que parece magnetico. --Coincido. Aunque no naci aqui, siento que siempre perteneci a este lugar. Creo que suena un poco tonto. --Para nada. Me sonrio y senti que el mundo se movio debajo de mis pies. --?Que te ha parecido la fiesta? --Un poco formal para mi gusto. -Rei. --Lo presenti. Espero que no estes aburrida. --Con tu compania lo dudo mucho. Pero creo que estas muy ocupado. --Un poco, si. Cansa un poco esto de estar saludando a los contactos, pero forma parte del trabajo. Estuve tentada en preguntarle como habia conocido a mi padre, sin embargo, las palabras no salieron de mi boca. Estaba mas bien concentrada en ese rostro que me tenia hipnotizada. Senti que cualquier cosa que me pidiera, se lo cumpliria sin importar que. --Te confesare algo, aunque creo que no me lo creeras. --Pruebame. --Llamaste mi atencion apenas entraste a la fiesta. --Es broma, ?cierto? --Para nada. Te soy muy sincero. Incluso pense que no tendria tanta suerte, quizas me pasarias al lado lanzandome al foso de la ignorancia. No pude evitar soltar una carcajada. El sonrio tambien y volvi a quedarme como estupida, mirandolo. Sin duda era guapisimo. --Pero aqui estamos. Hablando y pasandola bien. --Tu compania ha hecho que mi noche cambie por completo. Erik sabia como seducir a una mujer. Decia las palabras correctas y en el tono correcto. Pude notar ademas que se me acerco lentamente. De una distancia prudente, casi pude sentir el calor de su aliento. Aunque no podia verme, senti que mis mejillas estaban sonrojadas. Hice un gran esfuerzo para disimular tanto como pude.

  • El Acuerdo del Matrimonio (Juegos del Multimillonario 1) de Sandra Edwards

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    Camille Chandler es una periodista sensacionalista cuya carrera va por buen camino, hasta que su jefe vea un anuncio curioso en el L.A. Trades.

  • De repente, el amor (Edentown 4) de Annabeth Berkley

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    Isabella Rossetti cogio el mapa con la mano derecha mientras con la izquierda sujetaba el volante del coche que habia alquilado. Fruncio el ceno. Todas las carreteras le parecian iguales. Sabia que estaba cerca asi que no iba a detenerse pese a que llevaba toda la noche conduciendo. Acababa de amanecer y conducir con luz era mas rapido y seguro. Tenia bastante sueno. Estaba agotada. Emocional y fisicamente. Se restrego los ojos luchando por mantenerlos abiertos. Sabia que debian haber parado a descansar, pero como los ninos se habian dormido, no quiso despertarles. Solo queria aprovechar un poquito mas. Ya descansaria durante el dia cuando llegaran a Edentown… si lo encontraba… Peter Muldoon observo extranado desde su bicicleta, un destartalado coche rojo avanzando despacio por el camino de tierra, paralelo a la carretera por donde circulaba el. A esas horas no solia haber nadie por las carreteras. Quedaba poco para las fiestas navidenas, lo que traeria algunos turistas a la zona, pero aun quedaban unos dias para ello, asi que supuso que sus ocupantes habrian adelantado su periodo vacacional. Suspiro. Otro ano que acababa en breve. Habia decidido que su vida necesitaba un cambio. Era feliz alli, no se podia quejar. Su negocio marchaba bien… pero no tenia nada mas. Hasta su irascible hermana habia encontrado pareja y se habia mudado de la casa de sus padres en la que todavia residia el. Ahora vivia solo en la residencia familiar, y habia descubierto que no le gustaba la soledad. Sus padres seguian de viaje, volverian para Navidad, pero, sin duda alguna, no era su solucion. Se incorporo al camino de tierra que le llevaba al pueblo. Quiza debia ver la casa que Megan le habia dicho que estaba hecha para el. Megan siempre pensaba que todo el mundo necesitaba una casa con jardin para que el perro y los ninos, que todo el mundo debia de tener, disfrutaran. Quiza asi, su vida comenzara a cambiar, sonrio distraido… El coche rojo se le echo encima. Isabella freno en seco. El corazon amenazaba con salirsele del pecho. !Que habia sido eso! !No lo habia visto! Solo se le habian cerrado los ojos un momento. Miro el asiento trasero mientras se desabrochaba el cinturon. La parejita de ninos no se habia despertado. Salio asustada y se arrodillo ante el ciclista mientras empezaba a palparle los brazos en busca de un hueso roto. Peter trato de incorporarse ligeramente dolorido. Intento calmar su respiracion. Vio la bicicleta en el suelo junto a ellos. Afortunadamente no habia salido muy mal parada. Vaya susto… fue consciente de que habian empezado a tocarle el brazo. -Scusa, scusa, scusa… -murmuraba una joven llorosa. -Podrias tener mas cuidado -gruno sin mirarla-. Te has echado encima de mi. Dejame, -le dijo molesto intentando levantarse. -No. Puedes tener algo roto -le respondio ella pasando a tocarle sus musculosas y duras piernas sin dejarle levantar. Peter la miro extranado por esa orden. Esa mujer no era de alli. Tenia un acento extranjero. Observo su oscuro cabello recogido en una coleta muy despeinada. Sus manos eran largas y finas. Entonces levanto su mirada y se encontro con unos preciosos ojos verdes con largas pestanas oscuras. Nariz pequena y pecosa y una boca que invitaba a besarla sin dudar. Sintio como si la garganta se le secara al momento. Isabella lo miro unos segundos y bajo la mirada sonrojada. Estaba tocando a un hombre. Un hombre en el sentido literal de la palabra. No tenia nada roto, no era un enfermo. Era un hombre con unas piernas fuertes y musculosas. No tenia motivo alguno para tocarle. Se levanto murmurando mas disculpas mientras cogia la bicicleta para apartarla de las ruedas del coche. Peter se incorporo rapido sin quitarle la vista de encima. Parecia aturdida y tenia ojeras bajo sus hermosos ojos. Se llevo la mano al codo. Le dolia, tenia un enorme raspon. Se sacudio el polvo de su ropa deportiva y observo con una mueca que tenia otro raspon en el muslo y la rodilla sobre la que habia caido. Le cogio la bici. -Lo siento, no te vi. -Eso es evidente -le respondio Peter bajando la cabeza para mirarla. Ella seguia cabizbaja y miro hacia dentro del coche preocupada por los ninos, que afortunadamente, seguian dormidos. Peter le siguio la mirada y se sorprendio al ver a los pequenos. Busco en las manos que retorcia nerviosa una alianza, pero no la encontro. -Yo… ?Estas bien? Tengo un poco de prisa, pero puedo acercarte al siguiente pueblo -murmuro ella sin mirarle -, si lo encuentro… Peter observo su bici. Podria seguir el camino sobre ella. -No, no hace falta. Pero ten cuidado -le dijo protector notando la preocupacion y el cansancio en su rostro-. No estaras huyendo de alguien -la acuso. Isabella sintio como si la hubieran abofeteado y levanto la mirada agresiva. Era mucho mas alto que ella. Con el cabello castano un poco mas largo de lo habitual, su mandibula recta, una barba incipiente, sus labios carnosos, sus ojos de color avellana. Era bastante guapo. Quiza demasiado. Sintio que se sonrojaba. -Los ninos son mios -exclamo con mas seguridad de la que parecia que podria contener en su cuerpo. Se metio en el coche. Se abrocho el cinturon y siguio su camino bastante mas alterada de lo que queria reconocer. Peter la miro mientras se alejaba. No habia sido su intencion ahuyentarla, aunque saltaba a la vista que algo escondia. Pero… ?que le importaba a el? Volvio a inspeccionar las heridas antes de subirse a la bici y volver a su casa pensando en los ojos verdes mas bonitos que habia visto nunca. Isabella suspiro aliviada al ver el cartel que le daba la bienvenida a Edentown. Casi tenia ganas de llorar. Llevaba toda la noche conduciendo, y el susto con el ciclista habia sido la gota que colmara el vaso de sus emociones controladas. Siguiendo unos letreros llego hasta el acogedor hotel. Aparco el coche. Suspiro profundo. Por fin habia llegado. Sintio que le temblaban las piernas. Entro a pedir habitacion antes de despertar a los pequenos. Rezaba para que todo fuera a salir bien. De momento, mas o menos, asi estaba siendo, aunque le quedaba la parte mas dificil. -Me alegro de que al final te hayas decidido a ver la casa -le comento la pelirroja Megan Saint James a su amigo mientras caminaban por las calles empedradas hacia su inmobiliaria-. Ya te dije que era perfecta para ti, y la tienes muy cerca de tu trabajo. -No se… -se sincero Peter-. Me gusta la idea de la casa, realmente es bonita, pero no se que hare con tantas habitaciones. -No hay tantas -le contesto Megan-. Ademas, nunca se sabe. Algun dia las llenaras, ya sabes – sonrio por su conocida obsesion: pareja, ninos uno o dos perros… -Si, claro -le respondio-. Tengo tantas opciones. -Peter, eres uno de los hombres mas atractivos de aqui. No tienes mujer porque no quieres. -Seguro -las relaciones de una noche no le satisfacian lo suficiente y las mujeres con las que se relacionaba no le atraian tanto como para que durara mucho mas. -Incluso la barba te hace parecer mas… interesante. -No digas tonterias -le dijo con una sonrisa pasandose la mano por la mandibula. Sentia que su vida necesitaba un cambio y habia empezado por dejarse barba. Al principio parecia que le picaba, que le molestaba, pero ya se estaba acostumbrando a esa sensacion y a la imagen que le ofrecia el espejo cuando se miraba. -Vamos a ver, Peter -se detuvo con los brazos en jarras haciendole detenerse-, lo que no puedes hacer es esperar a que una mujer venga a buscarte y se arroje en tus brazos pidiendote matrimonio. Tendras que poner algo de tu parte. Peter iba a abrir la boca cuando sintio un fuerte empujon que le derribo sobre las heridas que se habia hecho horas antes con la bici. -Scusa, scusa -volvio a oir murmurar con acento extranjero al motivo de que el volviera a estar en el suelo. Isabella se encontro sobre un duro pecho musculoso que ademas olia maravillosamente bien. Noto que se sonrojaba. Volvia corriendo al hotel donde habia dejado a los ninos solos un momento y no habia esperado encontrarse con alguien al doblar la esquina. Habia dejado el coche de alquiler en la gasolinera de la entrada del pueblo, que era donde le habian indicado que debia dejarlo y ya se habia entretenido demasiado rellenando la documentacion. Peter miro entre molesto y divertido a la morena de preciosos ojos verdes que se levantaba con rapidez sacudiendose las rodillas de sus leggins oscuros. Isabella contuvo la respiracion al encontrarse de nuevo con el guapisimo ciclista al que habia atropellado a primera hora de la manana. No pudo evitar mirarlo de arriba abajo descaradamente. Con un anorak azul marino y unos vaqueros no recordaba haber visto otro hombre mas atractivo en su vida. Peter le sonreia ante su descarada mirada. -Podria acostumbrarme a que me tumbaras -se sacudio ligeramente la ropa mientras se levantaba. Megan, pasado el susto inicial, miraba la escena extranada. Carraspeo divertida por la situacion. Isabella dio un respingo y paso de mirar al apuesto desconocido a fijarse en su pelirroja acompanante, que sonreia amistosamente, enfundada en un abrigo verde a juego con su gorro de lana. -Lo siento -le dijo a Megan-. No era mi intencion echarme encima. -Pues yo empezaria a dudarlo -le respondio Peter. Isabella lo miro sonrojada. Su mirada era calida, tanto como su voz aterciopelada. Tenia que dejar de mirarlo, y de encontrarse con el. -Lo siento, de verdad -salio corriendo en direccion al hotel. Megan la vio alejarse sorprendida y miro a Peter con una ceja levantada esperando una explicacion. -No me mires asi -le respondio divertido-. Es una madre con dos hijos. Empezo a caminar -?Y? -Pues que habra detras un marido, o un exmarido. -?Y? -Ya esta, no se mas.

  • Las recetas de Adelgaza para siempre de Angela Quintas

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    ?Perdere peso si como alimentos light? ?Debo comer aunque no tenga hambre? ?Que platos elijo si como fuera de casa? ?Me puedo tomar una copa de vino si estoy a dieta?

  • Clarissa y las mujeres sin importancia de Alicia Cameron

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    En Inglaterra, en la epoca de la Regencia, la Academia para senoritas de la Sra. Thorne esta a punto de cerrar debido al fallecimiento de la madre de la joven Clarissa, hace ya un ano. Esto deja a Clarissa Thorne, de solo dieciocho anos, y a sus tres amigas sin mas opcion que acudir a la caridad de sus familias, para ser por siempre las despreciadas “parientes pobres” – y atender a todo deseo y necesidad que ellos manifiesten por el resto de sus vidas.

  • No te fies de un bandido de Bel Frances

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    La confianza, a veces, es fruto de la desesperacion.
    En el otono de 1813, la derrota de las tropas de Napoleon Bonaparte es inminente, y con ella, su caida del trono de Francia.
    La condesa de Mirecourt vive alejada de su familia en la corte del Emperador. Frecuenta los bailes, participa de la vida social de la aristocracia y hasta se codea con la emperatriz Maria Luisa, quien le tiene un sincero afecto. Sin embargo, la crisis politica que se avecina le hace comprender que es imperioso reunir a su familia. Inicia, entonces, un arriesgado viaje para lograrlo; un viaje que la llevara desde Paris hasta los Estados Unidos de America.
    Jacques Bonnier, un bandido irredento y mujeriego, se cruza en el camino de la Condesa y, deslumbrado por su belleza, aplaza la posibilidad de asaltarla para acompanarla en su travesia.
    Ella, aun a sabiendas de quien es Jacques, necesitara contar con su ayuda y se encomendara a su coraje para llegar a destino. Entre la confianza y la desconfianza, atravesaran el oceano y deberan enfrentar las peripecias de una aventura que los unira para siempre de un modo impensado

  • El jardin de los poemas (Un romance en la colonia 2) de Arlene Sabaris

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    Amada Ana Lucia Salinas: El murmullo del viento trae hasta mi su nombre, como una caricia sublime que me envuelve. Siento su recorrido cual suave terciopelo, paciente, como aquella mirada de silencio infinito que me honra pocas veces, pero con tal dulzura que me embriaga enseguida. Se ve usted inalcanzable, como la cumbre inmensa que surge en la llanura y se pierde en las nubes. Mas muero por tocarla, por sentir en mis labios sus labios desafiantes, callarlos con un beso y dormir en sus pechos, me muero por palparla, por descubrirla entera y escuchar su voz tibia amedrentarme a veces y otras tantas cantarme. !Que lejos y que cerca! !Que fugaz y distante! Los vientos traen su nombre y dormir no me dejan, las luces en el cielo alumbran mi amargura de no ver su sonrisa, su graciosa figura subiendo a la calesa, su cabellera ondeante y el vaiven de su falda… me abruma su belleza. Si el cielo de esta noche no se desprende todo, si el mal tiempo termina, si la tormenta cesa… tal vez vuelva a sus ojos de centellas ardientes y me pierda en su voz de magica sirena, si el miedo me abandona, si esta carta le llega… si es que mi cruel destino, de verla y no tenerla, se lo llevan los vientos, en esta noche negra. Suyo, Un poeta enamorado Lucia no daba credito a lo que leian sus ojos. La carta misteriosa se la habia entregado su doncella Juliana la tarde del domingo, cuando estuvieron a solas en el aposento. <>, le dijo, la saco del bolsillo de su falda y se la entrego. La carta iba envuelta de forma cilindrica con un hilo de seda roja alrededor y el sello de lacre en color bermellon para cerrarlo donde colgaba el hilo. Al ver el pequeno papel que no media mas que su mano, abrio sus ojos verdes, invadida por la sorpresa, y lo tomo con rapidez. Al principio penso en reprender a Juliana, pero despues la advirtio a salir del aposento con un <>. Se sento en el tocador, de frente a su espejo. Desato con delicadeza el hilo y rompio el sello lacrado con un circulo sencillo. Leyo el contenido, y en cada palabra su confusion crecia. Era evidente que estaba dirigida a ella, no habia dudas; sin embargo, lo que decia no tenia sentido. <>, penso. Su incredulidad la llevaba a repasar los versos del poema: <>, y ella solo podia pensar en que los dias recientes habian sido soleados en la isla que albergaba la colonia espanola de Santo Domingo y la colonia francesa de Saint Domingue. Una espantosa tormenta habia azotado ambos territorios haria cosa de un mes, pero en el paraiso de interminable verano, el sol ya brillaba de nuevo. Lucia podia recordar con claridad el tiempo transcurrido desde aquella tempestad porque la verdadera tormenta se habia desatado dias despues, cuando salio a la luz el escandalo de Alonso Romero y su genuina identidad. El dia de Ana Lucia Salinas habia comenzado como cualquier otro. Ese domingo habian realizado la primera proclama del casamiento de Sofia, su hermana mayor, con el recien descubierto conde de Valette. La lectura se hizo con anticipacion a la misa, tal como dictaba la ley, pues a pesar de que los esponsales se habian celebrado unos dias antes, no podian casarse formalmente hasta que no fuera tres veces proclamada la union en la iglesia. !Que rapido habian cambiado los acontecimientos! Habian viajado desde Sevilla a visitar a su padre y para que Sofia celebrara sus esponsales con el marques Jean Pierre de Ferrand, el marido que habian escogido para ella. Pero de repente aquello habia quedado en el olvido, y ya la familia celebraba encantada los esponsales de Sofia con otro pretendiente, el conde de Valette, que ademas no tenia mas que unos dias siendo conde. Era una situacion excepcional que le costaba comprender, sabiendo que su padre, el vizconde de Salinas, era dificil de complacer. No podia dejar de preguntarse que habia pasado con el marques de Ferrand, pues al parecer habia abandonado la ciudad. Parecia como si la tormenta hubiera removido los planes de todo el mundo y ya nada era igual. La entrada de su melliza en el aposento que compartian la hizo esconder de subito el papel en el bolsillo de su falda. Fingio mirarse en el espejo y arreglar su cabello. --Si que sabes disimular tu envidia, Lucia. Recuerda que es un pecado capital, con esa forma de comportarte no podras convertirte en monja --dijo Leonor al entrar, mirando con enojo a su melliza. --No se de que me estas hablando. --?Me vas a decir que no quisiste venir con nosotros a casa del gobernador por pura casualidad? Tu amiga Maria del Carmen no hacia mas que preguntar por ti, que si estabas bien, si deberia venir a asistirte. --Me dolian los pies. Ademas, como bien sabes, nuestra madre no se encontraba bien y debia acompanarla a la casa, en caso de que me necesitara. --?Todavia te duelen los pies? Si, claro, por eso no has ido a verla por la tarde. De casualidad acabo de venir de su aposento y dice que no te ha visto desde que regresaron de la iglesia. No te entiendo, Lucia. Las religiosas son personas amables con todo el mundo, no importa cuanto le molesten. ?Estas segura de que podras dedicar toda tu vida a un convento si eres incapaz de alegrarte por la felicidad de los demas? --Crees leer mis pensamientos. ?Como podrias saber si estoy o no estoy feliz por Sofia? La he felicitado, ?no? --Dices unas cosas con esos labios enganosos, pero tus ojos verdes cuentan una historia de terror, hermana. No lo se… la envidia es algo verde tambien, ?no es asi? --Supones mal, no envidio nada que tenga Sofia, no envidio nada que tengas tu y, si quieres saberlo, lo unico que me parece extrano de esta situacion es que todo ha pasado muy rapido. Espero que no haya entregado su virtud por una simple promesa de casamiento, que ya vemos que no tiene valor para algunos en estos dias. --!Oh! !Ahora te vas a desquitar con el pobre marques de Ferrand! Mira que me parece aburrido, pero mala persona no debe ser. --Algunos reciben lo que no merecen y otros no valoran lo que si deberian. Me da igual el marques, me da igual Sofia y me das igual tu. Lucia tomo un rosario de su tocador y su abanico de encajes blancos. Se puso en pie, tomo la mantilla negra que reposaba sobre su cama y salio de la habitacion protestando en latin, idioma que su hermana apenas reconocia por las oraciones que repetia en la iglesia. A Leonor no le quedo mas remedio que sentarse en la cama y pensar en lo que en realidad molestaba a su hermana, que en un dia cualquiera no le hubiese respondido de aquel modo. La melliza mas joven siempre habia sido docil y sumisa, pero desde que pisaron la isla de Santo Domingo, los temperamentos de todo el mundo se habian alterado, y a cuatro meses de su llegada, la familia Salinas parecia una familia distinta. Las hermanas conocieron al senor Alonso Romero, pocos dias despues de llegar a la ciudad; el era administrador de las fincas de la condesa Angelique Saint-Hilaire, viuda de Valette, la duena de la propiedad colindante a la residencia familiar. Ahora tendrian que llamarlo conde a quien durante semanas no era otra cosa que un empleado de la viuda. Lucia era la unica a quien este cambio la exasperaba. Habria jurado por su alma que la viuda de Valette terminaria casada con Alonso Romero, pues iban juntos a todas partes, mas que unos verdaderos esposos. Sin embargo, un domingo a la salida de la iglesia, despues de la adoracion del angelus, Lucia vio a su hermana mayor con Alonso y supo en seguida que algo se traian entre manos, pero jamas penso que su padre lo permitiria, no eran de la misma clase social, por lo menos hasta ese momento; el era un criollo, y Sofia era la hija mayor de un vizconde. Pero de pronto, lo que antes hubiera sido un sacrilegio, ya era motivo de celebracion. En poco tiempo su hermana se casaria con el heredero del titulo del difunto conde de Valette, su unico hijo, quien habia logrado ocultar el secreto por mas de la mitad de su vida. Lucia, todavia disgustada por su intercambio con Leonor, bajo al salon inferior, alli estaban sentados Sofia y su prometido a poca distancia del vizconde de Salinas, que la invito a acompanarlos. --Querida, espero que ya te sientas mejor. ?Te quedas a conversar con nosotros? Tu amiga Maria del Carmen te manda sus recuerdos, queria saber si irias al angelus hoy. --Buenas tardes… Estoy bien, padre. Ire con Juliana a la iglesia, por eso he bajado. ?nos vamos, Juliana? La mulata, que acomodaba una bandeja sobre la mesa del salon, sin ningun entusiasmo, abandono la tarea enseguida para acompanarla. Faltaba poco para que las campanadas anunciaran el inicio de los rezos, y debieron salir apresuradas. Lucia aprovecho el trayecto para interrogar a su doncella. --Juliana, ?no tienes ninguna sospecha de quien pudo entregar esta carta? --No, su merced, se lo juro por mi alma. ?Dice acaso un mensaje peligroso? --No seas entrometida. No es asunto tuyo lo que dice. Solo quiero saber quien te la ha dado. --Perdon, su merced, no quise ofenderla. --?Puedes leer? --No, su merced. --Tendremos que ensenarte, asi podras escribir y leer tus propias cartas. Y dejaras de inmiscuirte en lo que dicen las cartas de los demas. --No tendria nadie a quien escribirle, su merced. --Todos tenemos a quien escribir, Juliana. Las campanadas se escucharon al principio del atardecer, justo cuando llegaban a la entrada de la iglesia. La conversacion se detuvo, y los pensamientos tomaron el lugar de las palabras. Lucia decia sus oraciones, sentada en el primer banco de la inmensa edificacion de piedra, pero su corazon recorria cada palabra en el papel que guardaba en su bolsillo, convirtiendo aquellas frases en su inolvidable oracion.

  • El sentido del rumor de Marc Argemi

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    Las redes sociales son el habitat que estaba esperando el rumor para recuperar su hegemonia en el competitivo mundo de la informacion. Datos sin contrastar, fotografias manipuladas, afirmaciones fuera de contexto o simples y llanas mentiras se mezclan con estadisticas oficiales, mensajes institucionales, declaraciones de famosos, comentarios de sesudos expertos y la produccion informativa de los principales medios de comunicacion.

  • La vida juntos de Sophie Kiss

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    La vida nos da sorpresas. Fue lo que le paso a Paul, una enfermedad terminal le pone fin a su vida lentamente, para que su esposa no se quede sola, decide buscarle un nuevo companero de vida, comienzan las citas clandestinas por internet; a sabiendas de Paul para encontrar al candidato adecuado y por si fuera poco aparece Mark, el amigo de toda la vida de Paul, un multimillonario y desvergonzado; el cual es otro candidato para quedarse con ella. Aillen ama con todo su corazon a Paul ?Con quien se quedara Aillen?

  • Deja de huir, mi amor de Sophie Saint Rose

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    Kate llevaba media vida observando a sus senores, anhelando las visitas del futuro heredero del castillo Drummond. Era mas guapo que Adonis y todo un conquistador. ?Como iba a fijarse en una simple doncella? Eso era del todo imposible, a no ser que quisiera convertirla en su amante y ella era muy decente.
    Pero el milagro ocurrio. ?Podria resistirse a esos ojos grises que le habian robado el corazon?

  • El secreto de Marina de Alexa Ardente

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    Marina guarda un secreto que no le permite entregarse al amor de Jorge. El piensa que las reservas de Marina son porque el es unos cuantos anos mayor que ella. Pero no se trata de eso. Peter, el que habia sido su novio la tortura con un secreto que quiere poner al descubierto.

  • Mas alla de los limites de Claudia Cardozo

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    Maria Cabrera es una joven oficial de policia que se encuentra con el caso mas complicado y excitante de su carrera; una serie de robos en Boston se acaba de cobrar su primera victima y ella sera la encargada de resolver el crimen. Ahora, su unico problema es su nuevo companero, la ultima persona que quisiera ver a su lado cada dia.

  • El murmullo de los arboles de Karen Viggers

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    Leon siempre ha cuidado de la gente que tenia a su alrededor y de los arboles de su parque. Ahora, lejos de su isla de Bruny natal, al sur de Tasmania, el joven debera encontrar su lugar en el mundo, hacer amigos y descubrir su objetivo en la vida. Su nueva vida entre hombres duros que se dedican a la tala de arboles no sera facil. Leon crea nuevos lazos de amistad con Max, un nino acosado por sus companeros de colegio, y Miki, una chica que anhela ser libre y escapar del yugo de su hermano, que la condena a vivir recluida y sin poder moverse con libertad. Cuando los intereses de su nueva comunidad choquen con la conservacion de un eucalipto milenario, Leon debera decidir que significa ser un buen hombre.

  • El farol del diablo de Adriana Hartwig

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    En las noches oscuras puede verse en el campo una luz a lo lejos. Los lugarenos se horrorizan y escapan entre rezos y santiguos: saben que es un alma que no ha purgado sus penas, que sigue en el mundo de los vivos. A esa luz, la llaman el farol del diablo.

  • Esclava de Fuego, Fantasia Erotica con la Princesa Virgen y el Senor de los Dragones de Sara Toledano

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    Los lamentos del hombre retumbaron en el gran campo de batalla. Con una pierna fracturada y con su caballo mal herido a su lado, las suplicas fueron su unica alternativa. ?La razon? Estaba rodeada del olor de la muerte. De trozos de cuerpo, de sangre, de agonia. Era asi. Por donde se mirara. Apenas tuvo fuerza para moverse lo suficiente como para tratar de hablar con fuerza. Sobre el, estaban las patas de un enorme caballo negro. Con el resoplido en el hocico y con los globos oculares rojos de ira. La mirada fria de un par de ojos grises, le hizo sentir que cualquier cosa que le dijera, era inutil. El caballero era el senor de esas tierras y el desafio de invadirlas, requirio pagar el precio. La osadia era un descaro que no pudo pasar por debajo de la mesa. No ante El Padre. La tierra retumbo sobre el cuerpo del hombre porque el caballero de ojos frios, bajo de su fiel animal. Acaricio su cabeza por un rato, como ignorando la presencia de esa pobre alma que imploraba misericordia. -Por favor, mi senor. La gente habla que usted es poderoso, que usted es valiente y que sabe el valor de la vida. Usted debe de saberlo porque arriesga la suya cuando va en batalla. Senor... El Padre dio unos cuantos pasos hasta que su enorme sombra cubrio por completo la figura disminuida del hombre herido. -No todas las vidas tienen valor, mi senor. El no supo que decir ante semejante respuesta. En parte porque las palabras hicieron eco en su mete y retumbaron hasta en el ultimo rincon de su cuerpo. Sin embargo, tambien era porque la presencia de su interlocutor, le resultaba intimidante y mas aun cuando lo miro despojarse de su casco. Al hacerlo, los cabellos de un rojo encendido, se movieron con el viento, luciendo como unas largas e intensas llamadas. Su figura alta, altisima de mas de 2 metros, se impuso ante la planicie de lo que fue una vez un escenario de muerte y desesperacion. Dejo el casco en el lomo del caballo y se agacho para hablar con un poco mas de cercania. En esa posicion, el hombre pudo admirar con mas temor la contextura de El Padre. Piernas y muslos enormes, torso firme, brazos de hierro. Una espalda ancha y gruesa. Parecia mas una bestia que un hombre. -Por favor, senor. Me han hablado de su misericordia, de que es capaz de perdonar, que tiene buen corazon. El sonrio con ironia. -?En serio? ?Asi se refieren a mi? ?Como si fuera una buena persona? Vaya, eso si que es nuevo. -Se lo suplico, mi senor. Tengo esposa e hijas. Solo quiero regresar con ellas. El Padre extendio su mano cubierta del metal brillante de la armadura para acariciar el menton del moribundo. Contuvo unas palabras porque le parecio divertido verlo asi, humillado. -No hara falta, mi senor. Ellas lo estan esperando en el otro lado. Se coloco de pie con rapidez y antes de que el hombre pudiera exclamar palabra, el acero caliente de la espada del caballero, corto su cabeza limpiamente. El aire se cargo del olor metalico de la sangre. Al fondo, el sonido de las aves en el cielo. -Hoy fue un buen dia. A cientos kilometros de alli, un monarca de un reino prospero y libre, miro con preocupacion una correspondencia que se le entrego horas antes. En pocas palabras, una gran amenaza se acercaba a pasos agigantados. En vista de la situacion, se levanto de la silla y dio unos cuantos pasos por el estudio. El unico espacio en que se permitia estar lejos de la guardia real. La verdad, era que no sabia que hacer. Se llevo las manos en la cabeza y siguio preguntandose cual era la mejor solucion. Sin embargo, era algo dificil de decir. Temia por si mismo y por su gente. II -Mi senora, no puede permanecer demasiado tiempo aqui. Es peligroso para usted. -Venga, Eleonora. No pasa nada. He venido para aqui infinidad de veces. Aqui ya me conocen. -Por eso se lo digo. Aqui saben que usted es la princesa y podrian hacerle dano. -Confia un poco en la gente, Eleonora. No todos son tan malos como crees. Helena camino por la calles del bazar sin preocupacion alguna. Fue de aqui para alla, comprando, mirando y riendo. Era lo que mas le gustaba hacer durante los dias que tenia tiempo para bajar al pueblo. El conocer a la gente, el de saber como vivian. Desde nina siempre fue asi. Al principio, sus padres la sometieron a un regimen estricto de vigilancia debido a que se escapa demasiadas veces. Sin embargo, llego el punto en que se rindieron y optaron dejarla pasearse entre la gente como quisiera. Asi llego a volverse tan familiar como una mas del monton. Esa identidad de mujer comun y corriente le daba una agradable sensacion de que por lo menos algunas horas, podria pretender que era alguien mas. Por otro lado, hubo un hecho que no se dejaba escapar del ojo publico. Era innegable su belleza. Era alta, de tez blanca y ojos verdes. Su cabello, largo y dorado, siempre estaba arreglado con trenzas porque le gustaba la sensacion de libertad que le daba. La nariz recta y los labios finos, una cintura pequena y un andar dulce que la hacia ver como si flotara sobre el suelo. Su imagen era impactante para quien la viera. Su personalidad dulce tambien resaltaba por su caracter fuerte. No temia ser sincera ni decir las cosas de frente. Fue por ello que mas de una vez se metio en problemas con su padre. A pesar de eso, el rey la consideraba su mas preciado tesoro asi que trataba de cuidarla y protegerla tanto como podia. Mientras seguia hablando con su dama de compania, la guardia real se abrio paso en el medio del camino. La gente los miro pasar impresionada pero solo por unos segundos. Al poco tiempo, recobraron la cotidianeidad, sin embargo, Helena tuvo el presentimiento de que algo habia pasado. En contadas ocasiones, ellos actuaban con premura. Aquello era un mal augurio. -Mi senora, mejor vamonos. Ya se esta haciendo de noche y no es seguro. -Esta bien, esta bien. Recogio su cesto y se encaminaron al castillo. El paseo le resulto agradable y desde ese momento, comenzo a planificar el proximo dia. -Quizas una caminata, quizas una cabalgata por el bosque. Si, no es mala idea. - Se dijo a si misma mientras sonria para sus adentros. Al llegar al castillo, se encontro con lo mismo de siempre. Los sirvientes caminando de un lado para el otro, lo cual daban una sensacion de bullicio que le animaba. Asi no sentia que el gran castillo era un lugar vacio o triste. Subio las amplias escaleras y entro a su habitacion la cual ya estaba comenzando a oscurecerse. Dejo el cesto sobre la cama, busco varias velas y las encendio. Se sento y comenzo a revisar lo que tenia entre las cosas que habia comprado. Unas cuantas manzanas y un panuelo de seda. Toco la tela y cerro los ojos. Era tan suave, tan delicada que temio romperla. La doblo delicadamente y la coloco sobre una mesita de noche que tenia alli.

  • Para regalo de Merche Diolch

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    Seguro que este libro le gustara. La joven que habia detras del mostrador ofrecio un pequeno y colorido cuento al matrimonio mayor que habia entrado en la libreria hacia media hora. Buscaban un regalo, un cuento diferente de los que encontrarian en cualquier gran superficie y que atrajera la atencion de su nieto. Les habian aconsejado que acudieran a Para Regalo, una pequena tienda ubicada en el callejon Sin Retorno que escondia entre sus paredes una biblioteca con libros peculiares. Y, aunque al principio las dudas se habian apoderado de la pareja al observar el deterioro de la fachada exterior del edificio --la pintura verde de la puerta estaba desconchada, la cristalera estaba deslucida y el cartel que daba nombre al establecimiento pendia precariamente de una de sus esquinas, dando una imagen de abandono--, nada mas traspasar la puerta, sus temores desaparecieron. Habian llegado al <>: las paredes estaban cubiertas de estanterias de madera repletas de libros de todos los tamanos que desaparecian en el interior de la tienda, por lo que nadie podria haberla descrito como <>. Unos hilos invisibles cruzaban el establecimiento de lado a lado, de los que colgaban bombillas que proporcionaban la iluminacion necesaria para, junto con la poca luz solar que se filtraba desde la cristalera, ofrecer al espacio un halo de ingravidez. El reflejo de pequenos cristales que se ubicaban en lugares estrategicos formaba en algunas esquinas arcoiris multicolores. Ademas, para contribuir al ambiente de fabula, habia sillones de diferentes tamanos y tonalidades entre los corredores que se creaban a partir de las estanterias, animando a los clientes a que se acomodaran mientras decidian si llevarse uno u otro libro. El lugar era magico, pero al mismo tiempo hogareno. El sonido de una pequena campanilla, colgada en el techo, habia tintineado en la libreria, avisando a la duena de que tenia clientes y, sin mucha demora, ella los habia recibido con una enorme sonrisa. De eso hacia mas de media hora ya, y aunque la indecision de la anciana habia llevado a que encima del mostrador hubiera bastantes cuentos desechados, Marta sospechaba que finalmente habian dado con el elegido. --?Usted cree? --pregunto la mujer mayor mientras hojeaba las paginas del cuento. La duena rodeo la mesa que hacia de mostrador y se acerco hasta ellos. Se recoloco las gafas de pasta roja y la blusa que llevaba, la cual habia perdido el brillo del blanco tras numerosos lavados, y tomo el libro de entre las manos de la mujer. --El gato Sonrisas conseguira enamorar a su nieto. --Paso una a una las hojas, deteniendose de vez en cuando en alguna de las ilustraciones para que observaran los detalles. --Leonor… --el hombre mayor se dirigio a su esposa--, haz caso a la senorita… --Pero… Marta miro a la pareja y tomo una decision. --Hagamos una cosa. --Cerro de golpe el cuento infantil--. Llevenselo. No me paguen nada. --Se recoloco de nuevo las gafas mientras asia una de las bolsas de regalo y metia el libro en su interior--. Si a su nieto le gusta, vienen y me lo abonan y, si no… --les ofrecio el paquete con una sonrisa--, me lo devuelven y buscaremos otra cosa. El matrimonio la observo asombrado. --?No le pagamos? --pregunto incredulo el hombre. --No --confirmo ella--. Tomen --ofrecio de nuevo. La anciana cruzo una mirada con su marido. A continuacion, agarro la bolsa y afirmo: --La fiesta de cumpleanos no es hasta el fin de semana. Marta asintio con la cabeza. --Los espero la semana que viene --senalo. --La semana que viene entonces --ratifico el hombre. La pareja se despidio de ella y se marcho. En cuanto desaparecieron, una dulce carcajada resono entre las estanterias. --Marta, asi nunca saldaras la hipoteca de Para Regalo. Una rubia de casi dos metros con un cuerpo escultural, embutida en un vestido de tubo de color blanco y subida a unas botas negras de gran tacon, se acerco hasta la duena de la libreria. --Volveran --dijo la aludida con sus ojos marrones fijos en la pared de ladrillo que habia enfrente de la tienda. --Pero, si por lo menos lo hubieran pagado, te habrias asegurado un dinero --senalo su amiga al tiempo que se ponia el abrigo negro que habia sobre uno de los sillones proximos al mostrador. --Cris, volveran --insistio ella. La rubia bufo, cogio su bolso y se acerco a la puerta de la calle. --Marta, no puedes seguir asi. Piensa en lo que hemos hablado. --La miro--. Me voy, que tengo una reunion. ?Comemos esta semana? La duena de la libreria se subio las gafas rojas, que se habian escurrido de su pequena nariz, y asintio con la cabeza. --Decide tu el dia. Eres quien tiene la agenda mas complicada. Cristina le guino un ojo. --Te llamo. En cuanto la puerta se cerro tras ella, Marta se acerco para dar la vuelta al pequeno cartel que indicaba que estaria ausente diez minutos. Necesitaba pensar en todo lo que habia sucedido desde que su amiga Cris habia aparecido esa manana. Se adentro en la libreria hasta una escalera que ascendia al piso superior, donde se encontraba su apartamento, de un solo ambiente. La cama presidia todo el espacio, rodeada de montanas de libros que debia sortear cada vez que queria llegar hasta ella. Sobre el lecho destacaba un edredon blanco con una gran estrella en el centro del mismo, siendo el unico abrigo que necesitaba por las noches. La barra americana, que ella misma habia decorado con fragmentos de los libros que mas le gustaban, separaba los espacios de la cocina y el salon-dormitorio, y por una pequena puerta se accedia hasta un minusculo cuarto de bano, del que su duena lamentaba que, en vez de tener un reducido plato de ducha, no hubiera espacio suficiente para una banera de esas de patas de garra que aparecian en algunos de los libros romanticos que tanto leia. Se sento en el poyete de una de las ventanas que daban al otro lado del callejon y dejo que sus ojos se perdieran por la verde arboleda que poblaba el parque. Habia ninos jugando a la pelota, familias completas paseando o parejas de enamorados que caminaban agarrados de la mano, sin ser conscientes de lo que los rodeaba. Marta expulso el aire que retenia y recordo la conversacion que habia mantenido con su amiga, y tambien abogada, momentos antes de que entrara la pareja de ancianos a la libreria: --Cada vez tienes mas deudas, Marta --le indico Cris mientras bebia de la botella de agua que habia cogido de la nevera. --El negocio no marcha bien ultimamente… La risa de su amiga la interrumpio. Se acerco hasta ella, que, sentada en el mismo lugar donde ahora se encontraba, intentaba recogerse el cabello en un mono, utilizando para ello uno de los miles de lapices que habia por la habitacion. Siempre llevaba sujeta su larga melena castana, aunque para ello utilizaba cualquier cosa que tuviera cerca (menos una goma). Cristina atrapo sus manos y la insto a que la mirara. --Marta, la libreria no ha dado beneficios nunca. Ni cuando era propiedad de tu tia ni cuando tu la heredaste. --Pero… Su amiga aparto uno de los mechones marrones de su rostro y le subio las gafas rojas, acariciandole la mejilla en su camino. --Carino, no puedes seguir asi. --Le dio un beso y se sento a su lado--. Vas a tener que cerrar la tienda. Marta ahogo un grito y se levanto de golpe para dejarse caer luego sobre la cama con resignacion. --No puedo. La libreria --abarco con los brazos todo cuanto las rodeaba-- es mi hogar. Cris se aparto un mechon rubio del rostro y se cruzo de brazos. --Lo se, pero… --Dudo--. Marta, estas en la ruina. La libreria soporta una segunda hipoteca que no puedes…, que tus ingresos no pueden afrontar. Tienes que vender y… --!Vender! --grito ella mientras le daba la espalda. Sabia que su situacion no era muy holgada. Sospechaba que debia algunas mensualidades de la hipoteca, pero de ahi a… ?vender? --Marta… --Su amiga se acerco e intento agarrarla por los hombros, pero esta se alejo de nuevo en cuanto intuyo sus intenciones. --?Como? ?Por que? Se sento en uno de los dos taburetes rojos cercanos a la cocina y se recogio la larga falda negra que llevaba para no pisarla, dejando expuestos sus pies desnudos --le gustaba estar descalza, por lo que las sandalias esperaban a su duena al lado de la puerta--, y se deshizo el mono para volver a hacerselo de nuevo. La rubia la miro y dejo que todo su cuerpo cayera sin fuerzas sobre el edredon blanco de la cama. --Cada vez que me llegaba una carta del banco te avisaba, pero tu no querias saber nada. Marta gruno. Era verdad. Escudada en que nunca le habian gustado los numeros y que para ella los recibos estaban escritos en chino --idioma que ella no hablaba--, lo habia dejado todo en manos de Cristina, su abogada. Ella, como buena amiga, habia insistido mas de una vez en que debia buscar una solucion al problema que se le venia encima, pero… la libreria no daba para pagar nada. A duras penas sobrevivia y, aunque habia intentado mas de una vez buscar una solucion --sobre todo cuando recibia alguna visita o llamada <> por parte de Cris--, no la habia hallado. De acuerdo, la culpa era de ella, nadie mas podia tenerla, mas aun cuando solia perderse y alejarse de ese mundo materialista con cualquiera de los miles de libros que inundaban la tienda. Pero… era una realidad: su mundo de suenos se derrumbaba. Hacia diez anos que Para Regalo habia llegado a su vida. Habia sido una herencia de una tia lejana --tan lejana que ni la recordaba--, con la que habia creido que se resolverian todos sus problemas. Tenia un oficio. Tenia un trabajo que adoraba, pero era una profesion con poco futuro. Cada vez mas, los clientes escaseaban. Eran muchos los que preferian sumergirse en el nuevo juego de la ultima consola que habia salido al mercado o <> delante la television. Por no hablar del ebook… En fin…, las ventas se habian reducido y, por consiguiente, las deudas de Para Regalo habian aumentado. Si no encontraba pronto una solucion, Marta perderia todo lo que tenia. De pronto, un grito atrajo su atencion devolviendola al presente. Miro hacia el linde del parque y observo como un perrito cruzaba la calle esquivando los coches que circulaban por la via en ese momento. Fue un milagro que llegara hasta la otra acera sano y salvo. Un hombre rubio, vestido con unos vaqueros y un polo verde, se acerco corriendo hasta el paso de cebra y llamo de nuevo al animal. Marta no supo identificar muy bien lo que gritaba, pero, por los gestos que hacia con las manos, sin saber muy bien que hacer con ellas, supuso que era el dueno del animal y que estaba preocupado. Entonces observo como cruzaba la calle en pos del cachorro y desaparecia de su vista. --Espero que lo encuentre --rezo Marta en voz alta. Capitulo 2 No podria decir que momento, que lugar, que mirada o que palabra sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que si se decirte es que, para cuando me di cuenta, ya estaba metido hasta el cuello. JANE AUSTEN, Orgullo y prejuicio Unos golpes insistentes en la puerta de entrada de la tienda provocaron que Marta descendiera precipitadamente a la planta baja, dejando aparcadas las preocupaciones sobre sus deudas. Atraveso los pasillos de libros, sorteo el enorme sofa azul, ubicado en mitad del establecimiento, y llego casi sin resuello para atender a quien requeria que se le abriera con tanta urgencia. Las prisas la llevaron a tropezar con un par de libros que se encontraban en el suelo, haciendose dano en los dedos del pie (con las prisas, habia olvidado ponerse las sandalias). --!Mierda! --espeto en voz alta--. Cris, como seas tu la de los golpes, te vas a acordar de mi por un tiempo --juro mientras abria la puerta.

  • Azul de Prusia de Philip Kerr

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    1956. El general Erich Mielke, un alto mando de la Stasi al que no le gustan las negativas como respuesta, ha viajado hasta la Riviera francesa para obligar a Bernie Gunther a asesinar a una mujer. Es una mision suicida y Gunther lo sabe, asi que huir es su unica opcion. Mientras escapa de los agentes de la Stasi, el antiguo detective rememora otro caso: en 1939 fue enviado a Baviera a resolver un asesinato cometido en la segunda residencia de Hitler. Diecisiete anos separan ambas historias, pero los vinculos entre pasado y presente nunca se acaban de romper.

  • Al vuelo de la pagina de Juan Malpartida

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    Al vuelo de la pagina, de Juan Malpartida, es un diario que abarca la ultima decada del siglo XX. El autor no se limita a reflejar su punto de vista, sus observaciones sobre literatura, filosofia, politica y vida literaria, sino que deja testimonio de su dialogo con escritores, desde la lectura pero tambien desde la amistad, como Octavio Paz, Fernando Savater, Juan Gil-Albert, Enrique Molina, Charles Tomlinson y muchos otros que vemos aparecer en estas paginas que se convierten, asi, en un testimonio historico.

  • Un vaquero de Texas de Erina Alcala

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    En Carolina del Norte, la vida parece haber sonreido a Candela, quien imparte clases de espanol en un pequeno instituto. Su hermana Bea, se ha casado con un marine y es feliz mama del pequeno David. Pero la tragedia se cierne sobre la familia, cuando Bea y su marido mueren en una operacion de riesgo en Afganistan. En ese instante, Candela debe hacerse cargo de su sobrino. Sin su hermana, ni su cunado, ambos se quedan solos en la vida... O eso piensa ella, hasta que una noche alguien llama a su puerta.

  • En la piel de Barbra (Mujeres heroinas 2) de Anna Anudi

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    Y tu ?que harias por las personas que quieres?

  • Caraval, Stephanie Garber de Stephanie Garber

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    Recuerda, solo es un juego. Scarlett Dragna nunca ha abandonado la pequena isla en la que ella y su hermana Tella viven bajo la vigilancia de su estricto y cruel padre. Desde hace anos Scar suena con asistir a la celebracion anual de Caraval, unos legendarios juegos que duran una semana y en los que la audiencia participa para ganar el Gran Premio. Caraval es magia, misterio y aventura. Y para Scarlett y su hermana representa la libertad y poder huir de su padre. Ahora que esta a punto de casarse con un hombre al que nunca ha visto, Scar cree que su sueno nunca se cumplira. Pero justo dos semanas antes de la boda recibe las tan ansiadas invitaciones a los juegos. Sin embargo, una vez alli nada sale como espera: Legend, el Maestro de Caraval, secuestra a Tella y Scarlett se vera obligada a entrar en un peligroso juego de amor, suenos, medias verdades y magia en el que nada es lo que parece. Real o no, solo dispone de cinco noches para descifrar todas las pistas que conducen hacia su hermana, o esta desaparecera para siempre.

  • Una muerte merecida de Peter Swanson

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    Matar es facil, cualquiera puede hacerlo. Pasa constantemente, en un arrebato de furia la mujer mata al marido o viceversa.
    Pero matar sin que te pillen, eso es lo realmente dificil. Por suerte, Lily cree haber encontrado la solucion.
    Sin cuerpo no hay asesinato. Sin cuerpo, un muerto se convierte en un desaparecido.
    No es que Lily encuentre placer en ello, aunque tampoco siente remordimientos; hay personas en el mundo que merecen morir y hay asesinos que merecen salirse con la suya. Asi de simple, piensa en la gente que muere en un huracan, solo que el huracan que encontraran Ted, el marido, Miranda, la mujer, y Brad, el amante, se llama Lily.
    ?Crees que puedes entender a un asesino? Cuidado, Lily puede acabar convenciendote.

  • Disparo al corazon de Emma Fraser

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    Sam Smith se levanto antes de que llegara el alba, tal y como tenia por costumbre, y preparo todo para comenzar un nuevo dia en su empresa. Podia presumir de ser el dueno de una de las companias informaticas mas importantes de Estados Unidos: Smith Corporation. Amasaba una fortuna que era la envidia de sus conocidos. A lo largo de toda su carrera empresaria se habia ganado tanto aliados con los que aumentar sus ingresos como enemigos, personas a las que habia pisoteado para escalar hacia la cima en la que se encontraba. Era una persona a la que le gustaba vestir con trajes de marca. Nadie lo habia visto jamas con otro tipo de ropa que no fuera un traje de Versace o cualquier otra marca importante. Tenia la suerte de vivir en una gran mansion a las afueras de Nueva York que, por lo que sabia, habia pertenecido a una gran celebridad de Hollywood y que la habia vendido tras arruinarse. Su nueva mujer se habia encaprichado de ella y no habia podido resistirse a comprarla. Con el paso de los anos, su figura habia aumentado como su fortuna. Era un hombre de complexion fuerte y estatura baja. Su pelo rubio siempre habia encandilado a la que fue su mujer, fallecida en un accidente de trafico, y sus ojos azules se habian empequenecido con el aumento de las bolsas de sus parpados. Cuando murio su primera mujer, estuvo a punto de caer en una profunda depresion. Sin embargo, Mary, la que era su secretaria, logro sacarlo del pozo en el que se habia sumido y se casaron un par de anos despues de la muerte de su esposa, algo que jamas acepto su unica hija, de la cual fue perdiendo poco a poco el carino, ya que pensaba que nunca habia querido realmente a su madre. Con el paso del tiempo y el aumento de su fortuna, su fanfarroneria y extravagancia tambien se acrecento, algo que enfurecia a los que consideraba sus enemigos e incluso a sus empleados, a los que trataba como si fueran la peor escoria. A principios de mayo, varios empleados hackearon el sistema informatico de una empresa del sector que estaba aproximandose a las cuantiosas ganancias de Smith Corporation. Aquella iniciativa fue llevaba a cabo sin su permiso y despidio a todos los culpables para evitar manchar el buen nombre de su empresa. Suspiro cuando paso por delante de la puerta de la habitacion que habia pertenecido a su hija, Ashley. Hacia ya mas de dos semanas que no sabia nada de ella desde la ultima pelea que habian tenido. La joven no soportaba la presencia de Mary en su casa y cuando regreso de la universidad de terminar sus estudios tuvo una gran pelea con ella. Sam no quiso posicionarse con ninguna debido a que las queria a ambas, y aquello fue lo que mas le dolio a su hija, que hizo las maletas y se fue a vivir a Lehigh, un municipio del condado de Northampton. Su orgullo le impedia llamarla para pedirle perdon y para que regresara junto a el para trabajar en la empresa familiar. Sin embargo, la joven le habia dicho claramente que no queria saber nada de el ni de su empresa. A pesar de eso, Sam habia enviado a varios de sus hombres para que siguieran su rastro y saber donde estaba y a que se dedicaba. No podia dejar a su hija sola. Sacudio la cabeza para alejar de el esos pensamientos tan negros y preparo su maletin para ir a trabajar. Con lentitud, bajo las escaleras que conducian al garaje donde su Porche descansaba resguardado de la incesante lluvia que sacudia Nueva York ese dia de principios de junio. Pisando el acelerador y disfrutando del camino, llego rapidamente al edificio donde habia montado su empresa. Esta era una construccion con una veintena de plantas y cuyas paredes estaban recubiertas en su totalidad de cristales. Su despacho se encontraba en la ultima planta del edificio y desde alli podia disfrutar de unas impresionantes vistas de las calles principales de la ciudad. Con parsimonia, subio al ascensor y tras diecinueve pisos accedio al ultimo, donde lo recibio la secretaria que habia ocupado el puesto de su actual mujer. --Buenos dias, senor Smith --lo saludo casi con miedo. La joven conocia el temperamento de su jefe y no queria provocarlo desde tan temprano--. Ya tiene el correo sobre su mesa. Sam asintio casi de forma imperceptible, pues casi nunca se detenia a hablar con sus empleados, ni queria que ellos se tomaran esa libertad, ya que consideraba que si el era el lider, no debian dirigirse a el como uno mas de la plantilla. Con pasos firmes y rapidos se dirigio a su despacho. Deseaba saber si ya habia llegado la carta que estaba esperando con los resultados de las encuestas sobre las empresas dedicadas al sector informatico. Abrio con la llave que siempre llevaba encima y se aproximo con rapidez a la mesa. Sin embargo, el correo era el que normalmente llegaba a su mesa. Ni rastro de la carta que estaba esperando. Las tiro como si nada sobre la mesa, pero una de ellas logro escurrirse y cayo al suelo. Esta llamo la atencion de Sam, puesto que no tenia remitente y era un tipo de sobre que no solian usar con el. Lo palpo antes de abrirlo y fruncio el ceno con extraneza. Cogio su abrecartas y rasgo el papel. Con cuidado, saco un folio y lo abrio. Su corazon comenzo a palpitar con fuerza y necesito sentarse para leer de nuevo el contenido de aquella carta. Por un momento, penso que se trataba de una broma, pero despues de leerla una y otra vez, supo que no era asi. Numerosos recortes de periodico formaban un mensaje claro y contundente: "Tu querida hija morira en pocos dias. Ella pagara por todo lo que me has hecho". No podia creer lo que sus ojos veian a pesar de que releia la carta una y otra vez. Volvio a mirar dentro del sobre y descubrio una foto en la que aparecia su hija saliendo de la que parecia ser la casa que habia alquilado en Lehigh. Un circulo en rojo rodeaba la cabeza de Ashley, completamente ajena al peligro que se avecinaba. Alargo la mano hacia el telefono y, con dedos temblorosos, marco el numero de un amigo suyo, cuyo hijo acababa de recibir una distincion honorifica, a pesar de su juventud, como detective.

  • Lo que crees es mentira (Las doce puertas 4) de Vicente Raga

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    Dos historias narradas en paralelo. La primera trascurre en los principios del tribunal de la inquisicion de Valencia, donde es protagonista destacado el humanista Luis Vives y sus secretos. Todos los personajes existieron en su epoca y todos los hechos narrados se corresponden con la realidad historica. La segunda historia es protagonizada por un grupo de amigos en actualidad, que descubren que el misterio que creian resuelto, en realidad no ha hecho mas que comenzar.

  • ?Cual es tu historia? – Ana Paula Benitez de Ana Paula Benitez

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    Con el corazon roto, Cara, una escritora promedio, se dirige a la cafeteria en busca una dulce taza de te para aliviar su tristeza. Alli se encontrara con Albert, un anciano con quien forjara una gran amistad y de quien aprendera sobre la vida, el amor y la muerte.

  • La habitacion de los susurros de Dean Koontz

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    Jane Hawk, una de las mejores agentes del FBI hasta hace poco, se ha convertido en una fugitiva de la justicia. Gente muy poderosa desea verla muerta, porque ha descubierto una ambiciosa conspiracion para mantener controlada a la poblacion mediante la nanotecnologia. Una de las primeras victimas de ese plan diabolico fue su marido. Ahora le ha tocado el turno a Cora Gundersun, una amable profesora que, obedeciendo a una voz en su cabeza, se ha suicidado al volante de un todoterreno cargado de gasolina.Hawk es valiente, extraordinariamente inteligente y muy escurridiza, pero necesita aliados en quien confiar para seguir adelanteEN TIEMPOS DE CAOS Y MIEDO, HACEN FALTA HEROINAS.

  • Me matan! Me matan! de A. R. Cid

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    !Hola! No, no os estais volviendo locos. Si, soy un perro y si, estoy viendo a mi amo pasar de mi y saltar sobre una mujer de forma bastante divertida.
    Hace pocos dias que la conoce y ya le hace mas caso que a mi, pero !si creeis que voy a dejar que me gane vais buenos! Ella es bonita y ha tratado de comprarme con un chuleton de domingos, eso que tienen su grasilla. !que rico! Pero me mantuve firme y me tire un pedete a discrecion.
    Mi amo se ha vuelto loco con esta mujer. No deja de mirarle las mamas y solo tiene dos. ?Como se supone que va a criar a una buena camada? Este tio no aprende, si es que tengo que hacerlo todo yo.

  • Cowboy de Jorge Borges

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    Ariadna acababa de mudarse.
    No iba a durar ni 2 dias.
    ?Una mocosa de ciudad en este pueblo?
    Imposible.

  • Promesa de venganza (Miniserie Deseo 3) de Yvonne Lindsay

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    En cuanto ella dijo “si, quiero”, su plan se puso en marcha...

  • Porque si de Daniel Glattauer

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    Una intriga policiaca por el autor de Contra el viento del norte y Cada siete olas.

  • La ultima vecina de Ana Viladomiu

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