• tiempo extrano joe hill - Joe Hill

    https://gigalibros.com/tiempo-extrano.html

    En Tiempo extrano, “uno de los mejores escritores norteamericanos de terror” (Time), que va “mas alla de los convencionalismos del genero hasta un nuevo extremo” (The New York Times), expone con sutileza la oscuridad que se oculta bajo la superficie de la vida cotidiana a traves de cuatro espeluznantes e imaginativas novelas cortas. “Instantanea” es la perturbadora historia de un adolescente de Silicon Valley que se descubre amenazado por el dueno de una camara Polaroid capaz de borrar los recuerdos con cada foto que hace.

  • Tiempo extraño - Nocturna Ediciones

    https://www.nocturnaediciones.com/libro/160/tiempo_extrano

    Si eres fan de Joe Hill, la espera habrá merecido la pena. Si no lo eres, este es el libro que te hará serlo. Kirkus. En momentos como este, cuando los horrores ...

  • Tiempo extraño (NOCHES NEGRAS) - Joe Hill - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Tiempo-extra%C3%B1o-Joe-Hill/dp/8416858705

    Tiempo extraño (NOCHES NEGRAS) : Joe Hill, Joe Hill: Amazon.es: Libros.

  • TIEMPO EXTRAÑO | JOE HILL | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-tiempo-extrano/9788416858705/7252918

    17 sept 2018 — Sinopsis de TIEMPO EXTRAÑO ... "Instantánea" es la perturbadora historia de un adolescente de Silicon Valley que se descubre amenazado por el ...

  • Tiempo extraño - Libro de Joe Hill: reseña, resumen y opiniones

    https://www.lecturalia.com/libro/104589/tiempo-extrano

    En Tiempo extraño, «uno de los mejores escritores norteamericanos de terror» (Time), que va «más allá de los convencionalismos del género hasta un nuevo ...

  • TIEMPO EXTRAÑO - HILL JOE - Sinopsis del libro, reseñas ...

    http://quelibroleo.com/tiempo-extrano

    En Tiempo extraño, «uno de los mejores escritores norteamericanos de terror» (Time), que va «más allá de los convencionalismos del género hasta un nuevo ...

  • Tiempo extraño. Joe Hill. Nocturna. Reseñas de Anika Entre ...

    https://anikaentrelibros.com/tiempo-extrano

    Título: Tiempo extraño. Título Original: (Strange Weather, 2017) Autor: Joe Hill Editorial: Nocturna Colección: Noches Negras. Copyright: © 2017, Joe Hill.

  • Tiempo extraño - Joe Hill - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Joe-Hill-Tiempo-extrano/89556

    Críticas, citas (2) extractos de Tiempo extraño de Joe Hill. No era su derecho a tener pistola ... Añadir crítica. Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • Tiempo extraño - Joe Hill -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a5886910/Joe-Hill-Tiempo-extrano

    17 sept 2018 — Tiempo extraño, libro de Joe Hill. Editorial: Nocturna. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.

  • TIEMPO EXTRAÑO - JOE HILL - 9788416858705 - Agapea

    https://www.agapea.com/Joe-Hill/Tiempo-extrano-9788416858705-i.htm

    Comprar el libro Tiempo extraño de Joe Hill, Nocturna Ediciones (9788416858705) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en nuestra librería online Agapea.com; ...

  • Tiempo Extraño - Joe Hill - Rincón del Lector Constante

    http://rincondellectorconstante.blogspot.com/2017/11/strange-weather-joe-hill.html

    22 nov 2017 — Sinopsis: Tiempo extraño es la primera colección de novelas cortas de Joe Hill. El autor escribió estas historias en diferentes etapas de su ...

  • Las redes del terror de Jose Maria Faraldo

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    Las redes del terror traza la historia de las policias secretas de la Europa comunista, como se formaron e iniciaron su actividad represiva. Describe su labor de espionaje, su accion para combatir la disidencia y la vigilancia que ejercieron sobre la poblacion. Se centra primero en la policia secreta sovietica (desde la Cheka, el NKVD y el KGB) para analizar despues otros tres casos (la Stasi en la Republica Democratica Alemana, la Securitate en Rumania y el SB en Polonia). Estudia la influencia de las actividades de las policias en las transiciones a la democracia y los <> causados por la exposicion al publico de los nombres de los delatores y colaboradores. Como ejemplo de la accion de las policias secretas, el autor utiliza documentos ineditos de los archivos de los cuatro casos mencionados, parte de ellos relacionados con Espana, los espanoles y las labores llevadas a cabo por sus espias en Espana. Este es un libro sobre lo que significa la vigilancia y la represion y, aunque se refiere especificamente a la epoca comunista, entronca con los debates en torno a facebook, wikileaks y la vigilancia por parte de las agencias estatales y las empresas de redes sociales.

  • Zapatos de tacon italiano de Magdalena Tulli

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    Una nina con la boca manchada de tinta. Unas llaves perdidas sistematicamente. Un piano que debe afinarse despues de cada bombardeo. Unos zapatos de tacon italiano que levantan recelos en Varsovia. Un pais libre y un pais que siempre pierde. La protagonista de Zapatos de tacon italiano, medio polaca, medio italiana, se descubrira a si misma. Vuelve a casa para cuidar de su madre por un alzheimer que avanza hacia recuerdos cada vez mas distantes. Asi, combinara la dureza del cuidado de su madre con los recuerdos de su infancia y los secretos que la enfermedad ya no puede esconder. Esta historia intima y conmovedora, basada en elementos autobiograficos, gano el Premio Gdynia y el Premio Gryfice. Tulli es una de las escritoras europeas de mas prestigio de la literatura actual. En 2013, ademas, gano un premio a la trayectoria, el Premio Julian Tuwim.

  • Un Legado Sorprendente de Cathy Williams

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    VIOLET DUDO durante un instante antes de enviar el correo. Habia empezado a sentir como el vacio de la perdida empezaba a clavarle los dientes. Respiro profundamente y trato de contener el panico al pensar en lo desconocido, que se abria ante ella como si fuera un abismo insondable. Ya no era una nina, sino una adulta de veintiseis anos. No resultaba apropiado tener miedo a lo que le esperaba a la vuelta de la esquina. Podia enfrentarse a ello. Apreto la tecla, cerro los ojos y trato de ignorar todos los ruidos de fondo, los que indicaban que la vida seguia desarrollandose con normalidad en el exterior de su lujosa casa a las siete y media de una preciosa tarde de domingo del verano londinense. Sabia exactamente como iba a reaccionar su jefe al recibir aquel correo. Para empezar, gracias a Dios, no lo leeria hasta la manana siguiente, cuando entrara en su despacho ridiculamente temprano, a las seis y media. Se prepararia una taza de cafe bien cargado, se sentaria a su escritorio, que siempre estaba cubierto de papeles, notas, informes y una impresionante coleccion de objetos de papeleria y empezaria su dia. Lo primero que haria seria leer sus correos y el de Violet estaria entre ellos. Lo abriria y entonces... enfureceria. Violet se puso de pie y se estiro para aliviar sus doloridas articulaciones. Decidio que, en aquel momento, habia un limite para las cosas en las que podia centrarse y, hacerlo en la reaccion de su jefe cuando supiera que ella habia dimitido tendria que esperar. No le quedaria mas remedio que enfrentarse a el cuando fuera al trabajo al dia siguiente. Habia decidido hacerlo a las nueve y media, que era una hora mucho mas segura. La oficina estaria llena de empleados y la posibilidad de que el perdiera el control delante del resto de todos ellos era menor. En realidad, a Matt Falconer parecia importarle un comino lo que pensara el resto de la gente. Se regia por sus propias leyes. En los dos anos https://www.facebook.com/novelasgratis 5 y medio que Violet habia estado trabajando para el, lo habia visto abandonar hecho una furia reuniones de alto nivel porque alguien le habia contrariado o porque no habia logrado seguir su directa y brillante logica. Ella habia impedido que rechazara informes redactados incorrectamente y habia trabajado con el hasta altas horas de la madrugada para completar un acuerdo simplemente porque no podia esperar. Violet tambien habia sabido evitarle su presencia cuando el se habia metido entre las cuatro paredes de su despacho, como en trance, porque la inspiracion le habia abandonado temporalmente. Antes, se habia preparado una ensalada, pero no le apetecia comer. Tenia la cabeza demasiado llena. En el espacio de solo una semana, su vida se habia puesto patas arriba y aun no habia conseguido serenarse. A Violet no le gustaban los cambios. Ni las sorpresas. Le gustaba el orden, la estabilidad... la rutina. Le encantaban todas las cosas que, normalmente, las chicas de su edad despreciaban. No queria aventuras. Nunca hubiera considerado dejar su trabajo, aunque, en lo mas profundo de su ser, sabia que habria tenido que hacerlo mas temprano que tarde porque... a lo largo del tiempo, los sentimientos por su inteligente, temperamental e imprevisible jefe se habian convertido en algo un poco incomodo. Sin embargo, verse obligada a dejarlo... Aparto el plato y miro a su alrededor. Se sintio como si lo estuviera viendo todo por primera vez, algo que, por supuesto, no tenia ningun sentido. Llevaba viviendo en aquella hermosa y exclusiva casa desde que tenia veinte anos. Sin embargo, la posibilidad de alquilarla a un perfecto desconocido le hacia considerar todo lo que tenia. Anos de recuerdos perfectamente organizados, las estanterias cargadas de sus tomos de trabajos musicales, de manuscritos con anotaciones realizadas a lo largo de muchos anos, de fotografias, de adornos... Las lagrimas amenazaron con aparecer. Una vez mas. Trago saliva y las contuvo. Se centro en recoger la cocina mientras la radio sonaba. Musica clasica, por supuesto. Su favorita. Solo se dio cuenta de que habia alguien en la puerta cuando resonaron unos fuertes golpes, incansables e innecesarios, porque, fuera quien fuera, no habia tenido la decencia de darle tiempo a reaccionar para poder llegar a la puerta. Se apresuro a abrir antes de que los vecinos empezaran a quejarse. Y alli estaba el. https://www.facebook.com/novelasgratis 6 Matt Falconer. Su jefe y la ultima persona que habia esperado ver alli en aquel momento. ?Como demonios sabia donde vivia? Ella ciertamente nunca se lo habia dicho. Habia convertido la reticencia de hablar sobre su vida privada en un arte. Sintio que se sonrojaba. Se sentia totalmente desprevenida, sin haber tenido tiempo para prepararse para el impacto que el ejercia sobre ella, por lo que solo pudo mirarlo y admirar los hermosos rasgos de su rostro. Dos anos y medio y el aun ejercia el mismo efecto sobre Violet. Era muy alto y su constitucion perfecta, con una estrecha cintura y unas largas y musculosas piernas. Llevaba el cabello algo largo y sus ojos azules estaban enmarcados por unas oscuras y espesas pestanas. Ademas, tenia un tono de piel muy exotico, ligeramente bronceado. Tenia sangre espanola por parte de su madre. A su lado, el resto de los mortales tenian un aspecto enfermizo y anemico. -?Como? Senor, ?que esta haciendo aqui? -tartamudeo Violet mientras se recogia unos mechones de su cabello castano detras de la oreja. -?Senor? ?Senor dices? ?Desde cuando me tratas de usted? Hazte a un lado. Quiero entrar. Violet dio automaticamente un paso atras, pero no retiro la mano del pomo de la puerta. Esta estaba ligeramente abierta, pero ella no podria impedirle el paso por muy suave que fuera el empujon que el le diera. Ademas, por el gesto airado que el tenia en el rostro, se veia que no iba a pensarselo mucho si tenia que forzar la entrada. -Es domingo -dijo Violet con voz muy tranquila, la voz que reservaba para el trabajo y, en especial, para su temperamental jefe-. Supongo que has venido por mi... carta... bueno, por mi correo. -?Carta? -rugio Matt-. De algun modo, una carta implica que el contenido de la misma va a ser cortes. -Vas a molestar a los vecinos -le espeto Violet. -En ese caso, dejame entrar y asi no los molestare. -Ha sido una carta de dimision muy educada. -?Quieres tener esta conversacion aqui fuera, Violet? A mi no me importa llamar a todas las puertas de tus acaudalados vecinos para invitarles a que salgan a escuchar. A todo el mundo le gusta estar al aire libre con este tiempo tan bueno y mucho mas si hay algo interesante que ver.

  • La ultima sefarad de Toledo de Miguel Angel Rico

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    La ultima Sefarad de Toledo
    Miguel Angel Rico
    Meses antes del descubrimiento de America y de la Expulsion de los judios de "Espana 1492", dos jovenes mercaderes pertenecientes a una de las familias con mas linaje del barrio judio de Toledo emprenden un largo viaje en busca de nuevas tierras donde establecerse con sus familias. Esta larga empresa estara llena de peligros y aventuras por los caminos de la Espana de principios del siglo XV. Mientras, en el transcurso de la novela, parte real y parte ficcion, apareceran grandes personajes reales de la historia: Abraham Zacuto, Cristobal Colon, Gonzalo de Cordoba, los Reyes Catolicos...y la belleza de la Judia de Toledo que deslumbrara con su hermosura a un joven principe nordico en su cruzada por la expulsion de los morisco de Espana.
    282 paginas con ilustraciones en blanco y negro

  • La dama de Sandbeck Park de Laura A. Lopez

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    Su padre no podia decir una sola palabra mas. La enfermedad apagaba la vida del vizconde con premura, entretanto, Wynona tenia sujeta la mano de su progenitor esperando que le dijera lo que tenia guardado. Con la mano libre, su padre senalo hacia unos libros que estaban en un estante en su habitacion. --Digame, padre, no se vaya con este secreto --rogo la muchacha, que hacia caso omiso a lo que el hombre le senalaba. El insistia con el dedo hacia el mueble, pero Wynona esperaba que hablara. De repente, dejo de sentir el agarre y noto como la mano que senalaba, cayo en la cama. --!No! !Padre! !No puede irse sin decirme! --exigio. Zarandeo el cuerpo inerte del hombre. --Calmese, lady Wynona --pidio su nana. Intentaba que ella no perdiera la compostura atracando al cuerpo. --!Se fue sin confesarmelo! !Que maldad ha hecho mi padre! Nunca dejare de arrepentirme por haberle decepcionado, pero este castigo es mas de lo que yo puedo soportar, nana. --Milady, hallaremos otra solucion. Podemos indagar a algunas personas puntuales de confianza de su padre. --Estoy segura de que lo hizo solo. El no dejaria que nadie supiera de su verguenza. La nana no sabia como consolar a su nina. Su progenitor seria enterrado con sus secretos y pecados. Wynona vestia de luto y recibia las pocas condolencias del vecindario donde fueron a vivir hacia ya dos anos, abandonando Londres con angustia por su causa. Advirtio como en el cementerio del pueblo enterraron bajo la tierra sus esperanzas y su arrepentimiento. Wynona creia que no iba a poder sobrevivir con el peso de sus culpas. El padre carinoso se convirtio en hombre hostil y meditabundo, el cual juro nunca confesar lo que esperaba. --Lady Wynona, mis condolencias por la muerte de su excelentisimo padre --hablo la voz de un caballero que se acerco a ella en aquel tetrico entierro. Ella le dirigio su mirada aguada. Sus ojos estaban rojos, al igual que su nariz, y su boca tenia aquella curva de inconsolable tristeza. La nana no habia dejado de abrazarla en todo aquel momento. Nunca abandonaria a su pequena nina. --Deje que me presente, milady. Soy el senor Wellington, letrado de su padre. Si me permite unas palabras, le comentare sobre sus ultimas disposiciones en su testamento. --Disculpe, senor Wellington, si no soy capaz de responder a muchos asuntos en este momento. ?Le molestaria ir a casa manana? --Por supuesto, milady. Ahi estare… Observo que el hombre se perdia en las brumas del camposanto. La manana estaba fria y el cielo amenazaba con desprender una tormenta de nieve. Cuando subieron al carruaje para regresar, la aguanieve casi habia congelado a su inocente y viejo cochero. Todo el personal de la casa era de avanzada edad, su nana era la unica que no llegaba a los cincuenta anos. Wynona tenia la mirada perdida en el paisaje invernal de arboles desnudos y nieve al costado del camino. Aprendio a vivir en el campo sin despertar el interes de la gente. Como soltera en edad casadera, una vez que dejo Londres, se recluyo por completo en la gran casona de Riverton Manor. El vecindario era amable y compuesto por una pequena nobleza del campo, despues estaban los terratenientes y comerciantes importantes del condado. --?Que tendra que decirle el abogado, milady? --pregunto la Nana. --No tengas esperanza en que me dira lo que deseo. --?Por que no? --Porque no se lo diria a nadie. Te lo he dicho, nana. No puedo esperar nada bueno de lo que mi padre pudo dejarle al letrado. Intuyo que querra que olvide todo y vuelva a iniciar. --Milady, creo que su padre estaba en lo correcto. Necesita regresar al camino. --No quiero ser una casadera otra vez. Estoy bien sin intentar casarme. --Mi nina, no sabemos que le dejo dicho su padre por ese hombre, debe estar preparada. Solo tiene que saber que yo no me separare de usted... diga lo que diga ese senor. Wynona agarro la mano de la mujer que la acompanaba y agradecio con una tibia sonrisa. --Eres lo unico que me queda. Nunca me abandones, nana, te lo ruego… --Solo la dejare cuando me muera, milady… Cuando llegaron a la propiedad, la casa parecia mas invernal que el clima del campo. Los pasillos eran helados y las sombras que producian los candelabros eran aterradoras. Se olia a soledad, tristeza y muerte. La nana le llevo una manta a Wynona para que se tapara mientras estaba sentada junto a la chimenea, acurrucada en un sillon, mirando el fuego sin perderlo de vista. No probo un solo bocado del almuerzo que le fue servido. --Si sigue asi, enfermara --recrimino la mujer con una taza de te, para que al menos eso pudiera llevarse a la boca. --Gracias, pero no tengo hambre --rehuso al contemplar lo que le ofrecia. --Se lo va a tomar porque se lo tomara y es mi ultima palabra, lady Wynona --exigio su nana. Tuvo que agarrar la taza caliente de te, pues ya aquella buena senora perdia la paciencia con ella. --?No quiere bordar? He encontrado un lindo panuelo de lino para que lo haga. Distraiga su mente, de lo contrario, no acarreara nada bueno. --?Que beneficio me traeria bordar? --Solo ocuparse en algo. El ocio hace que usted piense en cosas terribles. Wynona se bebio el te; le resulto relajante el liquido tibio. Se durmio un poco despues de acabarlo. En sus suenos vinieron imagenes confusas de su vida. No eran recuerdos, sino retazos de lo que despues se convertiria en un castigo. Al dia siguiente, muy temprano en la manana, recibieron al letrado. El caballero corpulento de altura considerable parecia ser un hombre de confianza. Quiza su padre lo tenia en alta estima. --Lady Wynona, gracias por recibirme tan temprano. Debo partir a Londres pronto, pero no puedo hacerlo sin que usted sepa sobre lo que tengo aqui --indico alzando su maletin. --Buen dia, senor Wellington, por favor, sientese y digame, ?que es eso que lo tiene tan apresurado? --Milady, su padre ha dejado ciertas disposiciones para usted. Aqui tengo los papeles que semanas antes de que esta temible enfermedad lo tomara por sorpresa, fue a dictarme. Parecia que presintio que su muerte estaba muy cerca. --Quiza, lastima que no lo haya notado yo antes…

  • Las chicas de Rosewood de Osvaldo Semrik

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    Anne no es como todas las ninas.
    No tiene las mismas habilidades que los demas para comunicarse. Su familia resuelve entonces enviarla a un instituto de salud mental.
    Al poco tiempo, pierden contacto con ella.
    Anne ha desaparecido.

  • El simbolo perdido de Dan Brown

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    Washington. El experto en simbologia Robert Langdon es convocado inesperadamente por Peter Solomon, mason, filantropo y su antiguo mentor, para dar una conferencia en el Capitolio. Pero el secuestro de Peter y el hallazgo de una mano tatuada con cinco enigmaticos simbolos cambian drasticamente el curso de los acontecimientos. Atrapado entre las exigencias de una mente perturbada y la investigacion oficial, Langdon se ve inmerso en un mundo clandestino de secretos masonicos, historia oculta y escenarios nunca antes vistos, que parecen arrastrarlo hacia una sencilla pero inconcebible verdad.

  • Lo que esta en juego es la moral de G. B Tatian

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    La luz naranja de las farolas iluminaba las calles aquella oscura madrugada de invierno. Benicio San Emeterio caminaba erguido por la acera de aquella larga calle sujetando las asas de una bolsa de deporte negra y rectangular. Con la otra mano agarraba un tetrabrik de leche. Su rostro reflejaba seriedad y el sonido que provocaba al caminar era casi imperceptible a pesar del silencio de la noche y de sus 109 kilogramos de peso de puro musculo. Su figura era intimidante y robusta incluso desde lejos. Media casi un metro noventa y hacia parecer que su bolsa de deporte era pequena a su lado, aunque no lo era. Se detuvo un momento para dar el ultimo sorbo al tetrabrik de leche e inclino la cabeza hacia atras para beber. Vio una pequena parte de la luna sobresaliendo por encima de la azotea de un edificio. La calle completamente vacia. Los cristales de los coches aparcados reflejaban la luz de las farolas. Deposito el carton de leche en la papelera y siguio caminando. Al cabo de unos metros empezo a sentir los golpes de la punta de sus cordones contra sus zapatillas. Se detuvo de nuevo y se agacho posando una rodilla contra el suelo. Solto la bolsa de deporte y al caer hizo un breve pero tremendo ruido pesado de objetos metalicos chocando unos con otros. Se ato los cordones y se puso en pie enseguida, agarro su bolsa y la levanto del suelo como si no pesara nada. Siguio caminando por aquella calle y a la altura de un callejon a pocos metros empezo a escuchar ruidos extranos, como de un animal sollozando. Empezo a caminar mas despacio y a medida que se acercaba el sonido era mas perceptible. Siguio hasta la entrada del callejon y se detuvo en medio. Dentro habia alguien, y vio como la enorme figura de Benicio aparecia de la nada y se detenia a la entrada. De pronto aquel sonido desaparecio de golpe. Benicio permanecio parado unos segundos mirando hacia el fondo, pero no pudo ver nada, la escasez de luz y la lejania no lo permitian. Desde dentro vieron como su oscura figura empezaba a moverse y desaparecia tras la esquina. Tras unos escasos segundos un sonido leve y suave salio del interior del callejon. El sonido que hace alguien cuando pide silencio: -- Shhh... Entonces vieron desde el interior la enorme y oscura figura de Benicio retrocediendo sobre sus pasos hasta situarse en el centro de la entrada de nuevo. Hubo unos segundos de completo silencio. De pronto Benicio comenzo a caminar hacia el interior del callejon. Se escuchaba el sonido de la cremallera de su bolsa de deporte abriendose. La luz era insuficiente y solo podia ver a unos escasos metros a su alrededor a medida que se adentraba. Los muros, el suelo y el fondo oscuro. Camino hasta el final y se detuvo cuando se le hizo visible. Habia una mujer con el torso inclinado y apoyado sobre una mesa de madera al lado de la basura. Tenia los pantalones bajados y sollozaba, cayendo lagrimas de sus ojos. Tras ella, un hombre sujetando una navaja sobre su nuca. El hombre se aparto de ella y sujeto con fuerza la navaja. Benicio se hizo a un lado y la joven salio corriendo y volvio a situarse en el medio frente al hombre. Hubo un breve instante de silencio. Rebuscaba en su bolsa y el choque de piezas metalicas emitia un leve sonido. El hombre se mantenia estatico en la distancia. De pronto Benicio saco una escopeta corta de aspecto antiguo, la amartillo y empezo a alzarla hasta colocarla a la altura del pecho y justo cuando el hombre abrio la boca para decir algo, abrio fuego y cayo derribado. El estruendo fue enorme y camuflo el fuerte gemido del hombre cuando la violencia del disparo vacio el aire de sus pulmones. Se acerco hasta el y se quedo alli de pie hasta que se aseguro de que habia dejado de respirar. Despues siguio caminando por la calle hasta el pequeno hotel de la esquina, subio a la habitacion y se sento en la cama. La bolsa estaba a sus pies, se inclino y abrio la cremallera del compartimento lateral y saco un boligrafo negro. Saco un billete de cincuenta euros de su bolsillo y lo sujeto con las dos manos frente a el. Habia algo escrito a lo largo del billete, en la parte baja. Samanta T. Cruz – (Asesinato) Le quito la capucha al boligrafo y lo tacho hasta que quedo ilegible. Encima de el habia mas nombres tachados. Le dio la vuelta al billete y vio que por la otra cara tambien estaban todos tachados. Entonces se levanto de la cama y fue hasta la ventana y la abrio, saco de su bolsillo una caja de cerillas y encendio una, coloco el billete en la repisa exterior y puso la cerilla sobre el billete y cerro la ventana. Se tumbo en la cama y extendio su brazo y agarro la delgada cuerda de la lampara, tiro de ella y se apago. 2 Andres levanto la cabeza de la almohada y le vio sentado en el extremo de la cama de al lado con la cabeza entre sus manos, sobre su gorro. Tiro de la cuerda de la lampara y la luz fragil ilumino solo una parte de la habitacion. Miro el reloj que estaba al lado de la lampara en la mesita de noche con los ojos entrecerrados por culpa de la luz. Las 03:33 de la noche. Se levanto de la cama y se sento en el borde frente a el y le agarro del brazo. La pequena ventana era un agujero oscuro hacia la madrugada. Se desplazo por la cama hacia la mesita de noche y agarro la pequena libreta y el boligrafo que estaban encima y volvio a sentarse en el mismo lugar. Con la mano que sujetaba el boligrafo le acaricio su hombro y luego puso las dos entre sus brazos para que pudiera coger las cosas. -- Antonio, ?Que te pasa? Antonio levanto la cabeza y le miro a los ojos. Cogio la libreta y el boligrafo y comenzo a escribir. Le entrego la libreta y el la oriento hacia la luz para poder leer. -- No puedo seguir haciendo esto. Andres se quedo mirandole pensativo. -- ?Es por lo que paso ayer? Antonio asintio con la cabeza mientras Andres le devolvia la libreta. El volvio a empezar a escribir. -- No puedo seguir haciendo como que no he visto nada. Eso no es lo que hace un hombre justo. Ellos eran mas y ese hombre no podia defenderse, pero nadie nunca hace nada. Todo el mundo mira para otro lado y hace como que no lo ha visto, y esperan que la injusticia se resuelva sola. Eso es exactamente lo que hacen los cobardes y yo no quiero serlo, pero el miedo me detiene y para entonces ya es tarde. La injusticia ha sucedido y despues llega la noche, y no puedo dormir, porque es imposible dormir cuando estas decepcionado contigo mismo. Andres leia mientras Antonio agachaba la cabeza y miraba al suelo. Cuando acabo de leer le agarro de la mano. -- Se muy bien como te sientes, pero no tiene sentido atormentarse. No puedes volver atras y cambiarlo. Asi que todo lo que puedes hacer es comprender que eres un hombre justo y bueno, pero que te equivocaste, y rectificar la proxima vez. Antonio no levanto la mirada del suelo, pero asintio con la cabeza. Andres se levanto sin soltarle la mano y tiro de el para que se pusiera de pie. Le abrazo y le paso la mano por la espalda para consolarle, luego le solto. -- ?Vuelves a la cama? Antonio miro el reloj y luego nego con la cabeza. -- No te atormentes tio, no lo hagas. -- Andres se metio en la cama y Antonio le tapo con el edredon y apago la luz, luego salio de la habitacion y se sento en el sillon a mirar por la ventana. Miraba el arbol que habia enfrente. El unico arbol que habia. Era grande y no tenia ni una sola hoja. Todas las ramas estaban desnudas. 3 Antonio abrocho su abrigo y metio las manos en los bolsillos. Lo unico que llevaba al descubierto era la cara. Llevaba puesto su gorro negro y el abrigo le cubria el cuello hasta la barbilla. De largo era casi hasta las rodillas. Andres cerraba la puerta de la casa, la de abajo, mientras acariciaba su barba corta y despejaba sus ojos del sueno. Empezaron a caminar a las seis de la manana, cuando todavia el Sol no habia salido. A lo lejos se veian en el cielo los primeros hilos de luz. La calle tenia un muro a cada lado y los dos estaban completamente llenos de grafitis iluminados por la luz blanca de los faroles de pared. Los muros eran muy extensos, pero no habia sitio para un solo grafiti mas, por lo que, cada cierto tiempo, algunos habian desaparecido y se habia pintado otro encima. Antonio y Andres caminaban atentos para ver los nuevos y cuando pasaron por al lado de los cubos de basura, varios gatos salieron corriendo y se metieron debajo de los coches. Despues de los muros habia una zona abierta. A la derecha habia un parque a media distancia, oscuro por la madrugada, y un bloque de edificios con soportales. En el interior de un portal de los soportales se veian las piernas de un sintecho, y del interior del portal salio una revista rotando en el aire que fue a parar justo en el centro de la fogata que habia a sus pies. A la izquierda habia un puente a lo lejos, por donde pasaba el rio cuando habia agua. Ahora habia un grupo de jovenes debajo y desde la distancia se veia el punto rojo diminuto de sus cigarrillos. Ahi se reunian para drogarse. Despues de pasar por ahi, pasaron por el parque en el que habia un hombre sentado en un banco, tapado con una manta vieja y hablando y riendose solo. De vez en cuando guardaba silencio y luego se giraba para gritar a alguien que el creia que le perseguia, pero detras no habia nadie. Siguieron caminando hasta la calle que corta las vias del tren y giraron. Tenian que cruzar las vias para ir al trabajo. Debajo de las escaleras del puente que cruza las vias habia una chica. Andres no la vio, pero Antonio la senalo y fueron hasta ahi. La chica estaba recogida sobre si misma y lloraba. -- ?Que te pasa? -- Pregunto Andres. La chica levanto la cabeza. -- Tengo frio. -- Dijo ella temblando. Lloraba y le temblaban mucho las manos. Llevaba puesta solo una camisa. Los chicos se miraron. No hicieron preguntas. Antonio desabrocho la cremallera de su abrigo y se lo quito y levanto a la chica. Se lo paso por la espalda y la ayudo a meter los brazos en las mangas, se lo abrocho y le metio las manos en los bolsillos, le puso la capucha y luego metio las manos dentro para limpiarle las lagrimas. La chica habia parado de llorar y le miraba a los ojos. Era un poco mas joven que ellos. Todavia menor de edad. Antonio saco del bolsillo de su pantalon la libreta y el boligrafo. Escribio y se la enseno. -- ?Tienes a donde ir? La chica asintio ligeramente con la cabeza. Entonces los chicos se giraron y se fueron.

  • Alfas de Jorge Borges

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    La Montana: Boxeador, Mafioso y Amante
    Roberto Montana.
    "Montana" para los Amigos.
    Ex-boxeador profesional.
    Hoy, boxeador de los suburbios.

  • Destilando fantasmas de Jose Paya

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    Bonn (Alemania), 1935. Durante una noche de miedo y de cristales rotos, el azar lleva a tres profesores universitarios a encontrar un legendario diamante.

  • Divas (completa) de Emma Madden

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    DiVAS contiene en un solo volumen tres historias de tres mujeres famosas, exitosas y apasionadas. Una actriz, una modelo y una cantante, Chloe, Giselle y Paisley, que comparten no solo una fama esplendorosa y una vida llena de glamour, tambien comparten su entrega y su ilusion por el amor.
    CHLOE
    Chloe Miller es una conocida estrella de Hollywood que a los veintiocho anos, recien divorciada y con una larga y prestigiosa carrera, tiene que cambiar sus habitos y contratar un equipo de escoltas de primer nivel para cuidar de su seguridad.
    Una experiencia incomoda al principio, que acabara por transformar su existencia y que le regalara la historia de amor mas importante, inesperada y trascendental de su vida, con el unico hombre del que no se podia enamorar.
    Chloe Miller y Kenan Yaman se conocen, se rechazan y mantienen las distancias, hasta que el amor y la pasion se abren paso en toda su plenitud, sin que ninguno de los dos pueda controlarlo.
    GISELLE
    Giselle Erikson, extenista sueca, Top Model y una personalidad internacional reconocida, llega a Oregon, en los Estados Unidos, para pasar dos semanas en Green Mountain, una exclusiva clinica de reposo donde pretende curar su corazon roto, rehacerse y disfrutar de unos dias alejada del mundanal ruido, sin otra preocupacion que cuidarse y descansar. Unos planes muy precisos que se enriquecen cuando conoce Daniel, un misterioso artista, un colaborador de la clinica, con el que entabla una insolita y novedosa relacion que le cambiara la vida para siempre.
    El pasado complicado de Giselle, la familia de Daniel, los secretos y los malentendidos, la falta de comunicacion, los celos, los llevaran a vivir una historia de amor llena de altibajos que, sin embargo, lograra encontrar el camino hacia la felicidad.
    PAISLEY
    Paisley Campbell-Evans empezo su carrera musical muy joven, triunfo a los veintidos anos y a los veintisiete, en el mejor momento de su carrera, su vida personal se desmorona, llega un divorcio inexplicable, y una epoca sentimental muy dura salpicada por intromisiones ajenas, mentiras y malos entendidos que, sin embargo, no logran destrozar su animo, ni la pasion que siente por su hija, por su musica y por el gran amor de su vida, su exmarido, Michael Evans.
    Paisley, la gran estrella mundial de la musica, sobrevive, lucha y brilla en los escenarios para alegria de sus millones de fans, mientras en la intimidad intenta recuperar la estabilidad y la felicidad que le fue arrebatada de forma tan injusta.

  • El temerario (Los hermanos Walker 4) de Amanda Adams

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    Derek Walker esta en Las Vegas para la boda de su hermano. Una despedida de soltero. Un poco de juego. Una semana de diversion con sus hermanos. ?Que podria salir mal? ?Podria enamorarse? Puede que encuentre su pareja… pero cuando el pasado lo llame, desafiara todo lo que cree saber sobre la familia, la lealtad y el amor.

  • Justa venganza de Alejandro Khan

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    Un viaje de rutina de un politico europeo a los Estados Unidos se va a convertir en el origen de la mayor conspiracion politico criminal de la historia reciente. Najla, una joven desilusionada con el sistema, tras la injusta muerte de su marido, va a luchar por lo que la ley no le ha dado: justicia. Con la ayuda del joven abogado Alejandro Novely y del hacker “Bicho”, Najla emprende su particular forma de venganza, como la unica forma de conseguir justicia, sin sospechar siquiera como van a cambiar sus vidas cuando descubren . lo inimaginable. Ladrones y asesinos a sueldo, de Washington a Madrid, de Marbella a Panama y a Mar del Plata, seran incapaces de detener la cruzada de venganza que Najla ha empezado para conseguir una especial forma de justicia.

  • A Sexy Berling New Year (Sexy Berling 2), Maya Blair de Maya Blair

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  • Pasado imperfecto de Julian Fellowes

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  • Suplicame, esclava de Alba Duro

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    Nunca pedi tenerla, pero ahora es mia, hasta que suplique piedad. Soy el perfecto polvo de una noche. El macho que todos desean, pero el novio que ninguna quiere. El mejor polvo de sus vidas... ... a manos de un dominante musculado y con experiencia. Material para follar duro y desechar a la manana siguiente. Salvo para las sumisas. Para ellas soy el amo perfecto. El senor con el que suenan. El dueno que siempre han querido. Y entonces Elena, mi mayor fantasia, llamo a mi puerta. Una preciosidad angelical. 18 anos recien cumplidos. Inocente. Pura. Virgen. Magullada. Hambrienta. Necesitada. Vivo en medio de la nada. Donde nadie puede oirla gemir. Donde nadie escuchara sus gritos. Donde no puede escapar. Y necesita mi ayuda. Le ofreci comida y una cama. Aquella chiquilla habia pasado por un infierno. Y habia acabado a mis pies. Yo podia ofrecerla la vida que siempre ha deseado. Pero a cambio, tenia que rendirse a mi. Ella lo sabia. Y en el fondo, deseaba ser mi sumisa. Mi z*rra. Mi p*ta. Mi esclava. Hora de hacer sus suenos realidad.

  • Una valkiria perdida en el Midgard de

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    Tras la muerte de dos de los grandes lideres de los Valkyr en la Tierra, sus clanes se dividieron ocasionando que los Elfos oscuros ganasen territorio, lo que hizo que el mal se apoderara del Midgard.
    Por otro lado, los incesantes recuerdos de un pasado atormentaran a Lyss, intentando demostrarle lo que tiempo atras le fue arrebatado. Pasado y presente se entrelazaran, y una profecia, su historia y un destino haran que tenga que cumplir como una guerrera.
    El fin del mundo se acerca, el Ragnarok esta a punto de estallar, y solo ella podra evitarlo. Junto a sus hermanas valkyrias, Lyss tratara de descubrir lo que el mundo le oculta para asi lograr detener el ocaso de los dioses.
    Me llamo Lyss y vengo a salvar la humanidad.

  • La sexy caza a la chica Hitchcock, Cristina Prada, Tiare Pearl de Cristina Prada

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  • No quiero solo un verano de Dama De Hierro

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    Mis vacaciones de verano dieron un giro inesperado cuando papa dijo que se casaria , eso no tendria nada de malo a no ser que la novia, sea la madre del chico que me robo el corazon el primer dia que llegue a este hermoso pais.

  • No he acabado contigo de Jessica Lozano

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    Tara no le conoce, no sabe su nombre y aun asi se deja llevar por la pasion en aquella sala de cine. Todo comienza como una erotica fantasia, pero se transforma en algo obsesivo y en una descontrolada atraccion. El la arrastra hasta el limite logrando que lo desee con solo mirarla. Intenta alejarse, no puede permitirse tener una relacion, pero Damyan es directo y muy persuasivo, sabe que algo le oculta e intenta que confie en el. Tara no puede hacerlo y lo que penso que seria un simple juego, se convertira en algo peligroso. Su oscuro pasado volvera para recordarle que este donde este la encontrara y su vida dependera de la decision que tome.

  • Eres real de Andrea Smith

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    ?Que pasaria si confundieras a tu companero de piso con un ladron y lo dejases inconsciente en el salon de tu casa?
    Lily Sullivan ha empezado el primer ano de universidad, lejos de su hogar y de su perro Pizza, y suena con convertirse en escritora. Todo iba bien hasta que descubre que sus padres guardan un secreto que podria cambiar su vida para siempre. Por si fuera poco, la relacion con su nuevo companero de piso, Blake, no podria haber empezado peor. A pesar de su desafortunado primer encuentro, Lily no podra evitar sentirse atraida por Blake, de ojos oscuros y sonrisa amable. ?Seran capaces de superar sus diferencias y construir algo juntos?

  • Amigos y nada mas (Serie Amigos 5) de Ana Alvarez

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    ?Quien es la misteriosa mujer que ha conseguido que Javier olvide a su amor de siempre?

  • La esclava de Manila de Jesus Maeso De La Torre

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    Al amanecer, los expedicionarios del Galeon de Manila se concentraron en el malecon de Cavite. Una brisa humeda les cortaba el resuello. Las chozas y los baluartes emergian de las sombras y una luz amarillenta difuminaba las siluetas del mastodontico barco. Dos jovenes, ama y esclava, olieron el mar y oyeron el silbido del viento zumbando entre las arboladuras gigantescas de la embarcacion. Temblaban con el estruendo de la partida y se cogian del brazo de un criado. La esclava filipina se ocultaba de las miradas indiscretas bajo una capa de lana parda, y se pegaba a su tambien asustada duena. Desde el primer instante, la sobrecogio el desafiante perfil de la colosal nave: la Santa Rosa de Lima, con su soberbio mascaron de proa que representaba un leon policromado de singular belleza. Imelda del Rosario era esclava del armador don Natalio Zornoza y dama de compania de su hija Aurora, una joven de su misma edad, diecinueve anos, rubia, fragil y asustadiza. Ella era en cambio una mujer esplendorosa a la que todos miraban por su exotismo. No necesitaba afeites ni polvos, pues su semblante brillaba con luz propia. Ya desde el mismo momento de embarcar, la tripulacion cayo de inmediato en el embrujo de su natural seduccion, y corrio el rumor de que era hija del emperador de China. Don Natalio, cansado de vivir en Manila, deseaba presentar en sociedad a su hija, demasiado influenciada para su gusto por su confesor, y acaparada por los oficios religiosos. El armador era un hombre que vivia con desahogo, pues poseia, ademas de sus naves, una plantacion cerca de Manila de te de Wulong, el llamado <>, el mas puro de Fujian, de la misma China, que vendia en exclusiva a mercaderes ingleses en su casa comercio de la calle de la Carne de Cadiz. Cuando el navio se hizo a la mar entre el griterio de la gente y se cargaron en el baluarte de Santiago las arcas y las cajas de seguridad llenas de doblones, perlas de Ceilan y las joyas hindues de oro-- la carga mas valiosa, que esperaban los oficiales del rey en Cadiz--, siete canonazos, numero de la suerte en Filipinas, despidieron a la Nao de la Seda y, de paso, a su sangrante corazon que se alejaba de los suyos. El criado Maximiliano, un mulato libre que trabajaba en la casa desde nino y al que las muchachas querian como un padre, se arrodillo en la cubierta y rezo al milagroso Nino Jesus de Manila, para que los preservara de todo peligro, mientras las jovencitas se exponian en la proa a las brisas del oceano del Sur. Imelda tuvo el palpito de que ya nunca regresaria a su amada tierra natal. La esclava, --cuyo nombre natal era Xiao--, temia la larga travesia desde Manila a Acapulco en el Galeon de Manila --el <> lo designaban los nativos--, y luego desde Veracruz a Cadiz. Pero tras dos meses de tormentosa navegacion avistaron Acapulco, y, tras trasladarse por tierra y descansar en Veracruz, cruzaron el Atlantico, protegidas por la segura Flota de Indias, y finalmente arribaron a Cadiz sin novedad. La ciudad vivia un siglo magico, donde las riquezas se multiplicaban en manos de los comerciantes y los cargadores de Indias. Gentes de todo el orbe merodeaban por su puerto, y cerca de cien mil almas se afanaban por sus calles. Era tal la claridad del aire de Cadiz que la luz reverberaba en las torres miradores que oteaban sin desmayo el oceano, y en las azoteas y los balcones sembrados de geranios que miraban al mar. Imelda del Rosario, o la Filipina, como dieron en llamarla en los mentideros gaditanos, seguia siendo un misterio para los vecinos, no asi Maximiliano, que ya habia estado con el patron otras veces en Cadiz. Solo salia de la casa en las grandes celebraciones de la Iglesia, de la era fervorosa creyente, luciendo su belleza junto a Aurora, aunque caminando, eso si, un paso atras de su ama, junto al mulato, al tiempo que despertaba la envidia de las jovenes casaderas y damitas atildadas del puerto gaditano. A la filipina le seducia el embrujo de la bulliciosa ciudad andaluza, donde nadie se sentia extrano y el rumor del oceano armonizaba sus aires como una orquesta. Pero lo realmente hermoso de Cadiz apenas si se veia. Se hallaba oculto en el interior de las casas y en sus estancias guarecidas tras las puertas, rodeadas de patios y zaguanes donde crecian los nardos y los jazmines blancos. Cadiz hacia las veces de centro neuralgico del comercio nacional, y en sus salones, donde se hablaba en todos los idiomas, se servia cafe y chocolate. Y entre las acaloradas partidas de billar, una copa de brandy y el humo de un habano, los armadores de buques, entre ellos don Natalio, arreglaban tratos, ordenaban fletes, enrolaban tripulaciones, disponian los precios del palo de Campeche, de las salazones, del cacao, o de las sedas de Manila, o tasaban el valor del real de plata con el doblon mexicano. Las casas de Cadiz maravillaban a la filipina, que no habia visto nunca tal lujo. Olian a especias y vainilla, y los comerciantes destinaban los bajos para tiendas y almacenes donde se mostraban al publico los escaparates y mostradores de venta. El reloj de la fortuna habia sacado a Imelda de la indigencia en la que vivia en Manila. Apenas si se acordaba de su familia, que habia escapado de la pobreza con los dos mil pesos que habia recibido por su compra, siendo una nina de cuatro o cinco anos. Y daba gracias al cielo por su buena ventura. Si, el reloj de su vida y de su fortuna marchaba acompasado y, aunque debia soportar el celo indisimulado del padre de su ama, don Natalio, entre platonico y enfermizo, se hallaba satisfecha por el trato que recibia de sus senores, y en especial de Aurora, su confidente, amiga y casi hermana. Imelda poseia dotes curativas, inventaba y elaboraba balsamos, pomadas y esencias y conocia las virtudes saludables de las plantas. En sus ratos libres, y a la tremula luz de los flameros del sotano, creaba balsamos y cremas reparadoras y maceraba hojas con las que preparaba afeites y lociones para las damas gaditanas. Destilaba luego en su alambique aguas olorosas, que luego su amo vendia en la tienda de la calle San Francisco de monsieur Fatou, que las suministraba a precios prohibitivos. Una vez a la semana, el laborioso Maximiliano llevaba al frances tres cajas atiborradas de tarros de perfumes y redomas de fragantes unguentos para las damas burguesas de los puertos. A veces, el aroma intenso de las resinas adormecia mansamente los sentidos y Aurora e Imelda se quedaban dormidas en el obrador, con Aurora acurrucada en su pecho, como si anorara la madre a la que apenas recordaba, pues murio siendo ella muy nina. El derroche odorifico de las mas sofisticadas esencias orientales las transportaba a suenos deliciosos. Penetradas por una irresistible sutilidad de olores y, con el vaho de la amalgama de fragancias, permanecian horas con las manos entrelazadas y sus cuerpos jovenes apretados, en un afecto que duraba horas a la luz titubeante de las lamparas de aceite. Despertaban con el rayo tibio del sol del postmeridiano que entraba por el tragaluz, henchidas de emociones que debian guardar en sus memorias. Como suele ocurrir cuando la bonanza bendice a una familia, la paz y el sosiego se quebraron en la mansion de don Natalio, que perdio una de sus dos naves en un tifon que asolo las Antillas. Hallaron los restos en las costas de Barbados y lo que quedo fue expoliado por las gentes de las islas. Estaba casi arruinado. Pidio un prestamo a la Banca Aramburu de veinte mil reales para cambiar su negocio, y dedicarse con la que le quedaba a la importacion de cochinilla de Mexico y del azogue de Brasil, donde, por otra parte, existia gran competencia. En la Natividad del segundo ano de estancia en Cadiz, tuvieron que prescindir de la mitad del servicio, excepto del bueno de Maximiliano, que puso dinero suyo, ahorrado durante anos, para contribuir a la subsistencia de la familia. Natalio vendio a un consorcio holandes la nave que le quedaba, la mas marinera y querida: la Atrevida. Se distancio de las muchachas, pero ellas, en cambio, ante la adversidad, unieron aun mas sus corazones. Despues de la Epifania, Aurora, cada dia mas melancolica, comenzo a visitar el dormitorio de la asiatica y a quedarse con ella a dormir, costumbre hasta entonces inexplorada por ellas. Y entre platicas y complicidades aminoraban sus penas. El vino dulce y la difusa atmosfera alimentaban sus intimidades y exploraban su piel y sus partes mas ocultas. La exotica camara de Imelda, repleta de redomas de aromas y cremas, se convirtio para Aurora en un lugar de sortilegios y sexo fuera del tiempo. Y la desgracia de su padre le parecio menor y sin importancia. --Me has devuelto el deseo de vivir y recompuesto mi alma rota. No me separare nunca de ti, Xiao --llego a confesarle la pasional Aurora, cuando un amanecer abandonaba la estancia con las luces de la alborada. Aurora seguia recibiendo el cristiano consuelo del prior del convento de San Agustin, el vitalista fray Sebastian Gomez, asi como su asistencia en los sacramentos, y acudia a el acompanada por Maximiliano, su inseparable y protectora sombra. Pero un dia nefasto, en el que la bruma se dispersaba desdibujando el perfil de una luna rotunda, las mas terribles dudas afloraron en la mente de Aurora, testigo casual de una conversacion que penetro en su alma como un estilete turco. Aurora, tan asustadiza como un pajarillo, escucho la platica de su padre en el despacho con un adinerado tratante genoves, micer Jose Jacome, un hombre de barba rizada y larga cabellera anudada con un lazo negro en la nuca, que mostraba un inusitado interes por su adorada Imelda, la Filipina, la llamaba una y otra vez, su refugio y abrigo de amistad imperecedera. Aguzo los oidos. Hablaban de la asiatica como si de un barril de polvora se tratara, y eso la exaspero sobremanera. --Yo me hago cargo de vuestra deuda, y vos me traspasais a la filipina. Para cuando regrese de Gibraltar, en unas tres semanas, firmaremos el contrato y esa esclava pasara a ser de mi propiedad --le ofrecio tentador. --Asi sera, don Jose --reconocio don Natalio--. Teneis mi palabra. --Espero sacar buenos dineros con su saber en los emplastes, esencias y pocimas curativas, que vendere en mi almacen --hablo el negociante con voz ronca, y sus palabras entraron como un trueno en el cerebro de Aurora.

  • El sabor de tus labios de Patricia Geller

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    Anahi necesita desconectar de la ajetreada y rutinaria vida que lleva en Madrid, por lo que decide irse unos dias de vacaciones. Pero no imagina con quien coincidira en el paradisiaco destino elegido. Enseguida se siente fuera de lugar, sin embargo, una velada inesperada le hara cambiar de opinion. Todo empieza con un baile, un encuentro a oscuras y el enigma de no conocer la identidad de la persona que la ha seducido. Un peligroso juego con el que experimentara emociones inesperadas y que le hara replantarse si todo vale por amor. Sensual, misteriosa, romantica y adictiva: asi es El sabor de tus labios. Capitulo 1 Sonando despierta No puedo esconder la emocion que aflora por cada poro de mi piel. Ya estoy aqui, dispuesta a desconectar, a disfrutar de mis merecidas vacaciones. !Soy libre! No es demasiado tiempo, pero con seis dias amaneciendo frente al mar y sin que mi telefono suene cada media hora, me conformo. Al llegar al resort, me dan una calida bienvenida y me indican, a traves de un mapa de papel, donde queda la pequena villa en la que me alojare. Finales de mayo, sol, playa y soledad. ?Que mas puedo pedir? Soy afortunada. Sonrio, arrastrando por el camino de madera la unica maleta que he traido, recorriendo las villas que se encuentran a mi alrededor. Unas mas grandes, otras inmensas; algunas como la mia, modestas. Mientras consigo llegar al que sera mi refugio en los proximos dias, saco el movil de la mochila que cuelga en mi espalda y le escribo a mi hermana para contarle que ya he llegado a mi destino, a Republica Dominicana, concretamente, a Punta Cana. De paso, le pido que avise a mis padres y a mi hermano, su mellizo. No soy una persona muy apegada a la familia y suelen quejarse de ello a menudo, por lo que no quiero ni pensar en como actuarian si no doy senales de vida. Enseguida entrarian en panico. Con mas razon; al ser conocedores de que he adquirido un telefono de ultima generacion para este viaje y que tengo todas las prestaciones necesarias para comunicarme con ellos. De modo que envio el mensaje con rapidez y guardo el IPhone en el short que llevo puesto. !Que paz! He decidido venirme sola para que nadie me moleste y hacer lo que me de la gana. En mi barrio hay mucho curioso y se pasan los dias pendientes de los posibles cotilleos, algo que no va conmigo. Por lo que intuyo y quiero creer que, si aqui no me conocen, tampoco me juzgaran. Ultimamente tengo la sensacion de que todo se critica, de que cualquier comentario es motivo o excusa para crear polemica. !Que aburrimiento! Con lo facil que es no ver o no leer aquello que no te aporte nada, asimismo, no hablar con quienes no te ayuden a crecer y mejorar como persona. Mi lema es <>, ?por que no lo ponen en practica la mayoria de los mortales? Descubririan un mundo nuevo y mucho mas sano. Conocerian la verdadera libertad. --?Anahi? --Me quedo inmovil, tratando de recordar por que me suena la voz que me esta llamando desde atras--. ?Eres tu? <>. Me giro muy despacio y, de manera automatica, mi corazon empieza a latir freneticamente. Siento que en cualquier instante se me saldra del pecho. ?Como ha podido suceder? !Necesitaba estar sola! Y se trata de el. !El! Al ser consciente de la situacion, quiero gritar de impotencia. ?En serio he tenido tan mala suerte? Yago Silva: espanol, treinta anos, empresario. Moreno y de ojos muy oscuros. Complexion fuerte. Suele vestir ropa casual, pero con mucha elegancia. Lo conoci hace poco mas de un mes, me enrolle con el cinco veces y hui en cuando me di cuenta de que buscaba algo mas serio, yo no podia ofrecerselo. ?Y que ha hecho el destino? Joderme, si. ?El karma? --Hola --lo saludo finalmente, fingiendo que me entusiasma este reencuentro--. ?Que haces por aqui? --Mi agencia de viaje de confianza me comento que tenian una buena oferta para venir... y ya me ves. No pude negarme. --Que bien --miento con una fingida sonrisa. --No he vuelto a saber de ti desde la ultima noche que... --Carraspea y yo hago un gesto con la mano. No es necesario entrar en detalles sexuales de primeras--. ?Por que? Ni siquiera has respondido a mis llamadas. Me rasco la cabeza, incomoda, hasta que encuentro una excusa: --Ya, tuve problemas familiares y no me apetecia hablar con nadie. --?Se han solucionado? --pregunta mas preocupado. Esta guapisimo, con la piel mas tostada que de costumbre. Va de blanco, lo que ayuda a resaltar todas sus cualidades fisicas, que no son pocas--. ?Estas bien, Anahi? --Si, si, gracias --musito a punto del infarto, pues da un paso hacia mi. No puedo permitir que se acerque, siempre terminamos en la cama--. Tengo que irme, ?vale? He de atender un asunto. --?Has venido sola? --Asiento, dubitativa. !No se como salir de esta!--. Avisame luego y tomamos algo, asi nos ponemos al dia. ?Te apetece? --Aja --susurro, agobiada--. Hasta luego, Yago. --Adios, bombon --dice, guinandome el ojo--. Estas preciosa. Esbozo una escueta sonrisa y me giro tan rapido que casi me caigo. ?Como gestiono esto? Lo mas prudente es huir de nuevo. De hecho, practicamente salgo corriendo hacia mi alojamiento. Este se encuentra dos puertas mas alla de donde hemos coincidido. !Me cago en...! <>, <>, repito sin cesar. No es que me desagrade su compania, al contrario, es el hombre perfecto. Atento, carinoso y detallista. En la cama es paciente, delicado, aunque muy fogoso. Lo tiene todo, tanto es asi, que podria enamorarme de el con facilidad y esta opcion no entra en mis planes. El solo pensamiento me produce un rechazo absoluto. Ya pase la etapa de sufrir por amor, me niego a que Cupido me lance sus flechas por tercera vez. Por culpa de mi ultima pareja quede hecha polvo, literalmente. Me converti en un trapo. Lo pase muy mal, apenas comi durante semanas, no queria ver a mis amigos. Lloraba por cada rincon de la casa. No vivia. Ahora jamas le permitiria a un hombre que ejerciera ningun tipo de poder sobre mi, por minimo que fuera. Me he cansado, por ello, cuando consegui recuperarme; cambie completamente mi forma de pensar y de ver la vida. Me propuse conocer a mas chicos, divertirme con ellos y gozar del buen sexo, pero Yago se cruzo en mi camino antes de que esto sucediera y entorpecio todo, confundiendome. Por lo que tuve que frenar las cosas a tiempo. Con el pretendia utilizar el refran de <>. El destino, en cambio, tiene otros planes para mi. !Y yo pensando que lo que me ofertaban era algo que no muchos se podrian permitir! Fue lo que me impulso a aceptar el viaje a traves de la agencia, di por hecho que no me encontraria con nadie conocido. El precio no era un chollo precisamente. ?O si? Supongo que ya es lo de menos. Finalmente llego a mi villa. Todavia con manos temblorosas, abro la puerta y ahogo un grito de felicidad. !El paraiso! Suelto la maleta, tambien la mochila, y entro en la habitacion que se halla justo a la derecha. Ahi me lanzo a la cama cual nina pequena en una piscina de bolas. !Que amplia!

  • Una fiesta en el Eden (Eden 3) de Olga Salar

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    Abby esta decidida a empezar una nueva vida en la que los hombres no terminen lastimandola. Para ello ha resuelto dejarlos fuera y dedicar su tiempo y esfuerzo al trabajo.
    Con lo que no ha contado es con su mala costumbre de verbalizar sus pensamientos, sean cuales sean. Ni con la aparicion de un hombre que la descoloca porque es completamente opuesto a lo que habia imaginado.
    En esas circunstancias esta perdida. Y lo que es aun peor, lo sabe.

  • Tu maldita voz en mi memoria de Maria Estevez

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    ?Puede un famoso brillante destrozar la vida de una familia? La historia de una joya heredada por dos hermanas en los albores del nazismo.

  • Musa Decima de Jose Maria Merino

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    ?Quien fue Olivia Sabuco, a quien Lope de Vega apodo <>?

  • El secreto de Marina de Alexa Ardente

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    Marina guarda un secreto que no le permite entregarse al amor de Jorge. El piensa que las reservas de Marina son porque el es unos cuantos anos mayor que ella. Pero no se trata de eso. Peter, el que habia sido su novio la tortura con un secreto que quiere poner al descubierto.

  • El gran dragon negro de Clara Fuertes

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    Escenarios: La ciudad de Praga y el campo de concentracion de Terezin. Una epoca: La Segunda Guerra Mundial. Basada en hechos reales (ficcion historica). “Bajo nuestras ventanas espera paciente el gran dragon negro. Me gusta mirarlo, cuando la luz se refleja sobre su lomo recien pintado de negro. Tambien cuando llega desde Praga, bramando, enfadado, humeando de gris el horizonte. Cuando parte, sin embargo, no soporto su vision, ni el cementerio de vidas que se van, encerradas en vagones, hacinados como animales.

  • Siempre te extranare de Myrian Gonzalez Britos

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    Volver a la vida no era una tarea sencilla para Paula Bellini y Nicolas Ricci. Ambos habian sido privados de su libertad por aquellos que menos esperaban. Cuando Paula llego a la vida de Nicolas, a traves de sus suenos, algo renacio en su interior. ?Como era eso posible? ?Sonar con alguien que nunca habia conocido? Paula llevaba anos haciendose la misma pregunta, sonaba despierta con el desde su adolescencia, conocerlo en persona fue la magia que necesitaba en su vida. El destino les tenia preparada una gran sorpresa. Una sanacion que no esperaban, un milagro que no creian posible. <>.

  • Locura salvaje (Weretigers 2), Brianne Miller de Brianne Miller

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    Gabriel pertenece al linaje real de los weretigers, una raza de cambiantes residente en Escocia. Ahora que Nahuel tiene a su heredero, vive dedicado a la clinica gratuita en la que el y su primo Adriel tratan a las personas mas necesitadas de la ciudad. Pero una visita inesperada cambiara su vida para siempre: tendra que ser el rey de la congregacion de su tio en Nueva York. Nueva ciudad, nuevas personas… Y nuevos problemas. Danielle vive recluida en un siquiatrico a pesar de no estar loca. Cree que es el unico lugar donde la bestia que la ataco una noche en el cementerio no podra encontrarla. Pero un dia llega a su habitacion Gabriel, un hombre sexy que intenta sacarla de su farsa, sabe que no esta loca y pretende ayudarla. ?Podra confiar en el?

  • Trece fantasias (STEEL 2) de Rose Gate

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    Laura esta viviendo una pasion arrolladora junto a Marco, poco a poco todas sus fantasias se van haciendo realidad. Pero un nuevo sentimiento esta comenzando a nacer en Laura, la pasion que siente por el Genio de sus deseos se esta convirtiendo en algo nuevo y diferente para ella ?sentira Marco lo mismo? Marco ha descubierto una mujer llena de pasion que ha desequilibrado su mundo, le ha hecho revivir experiencias que le marcaron en el pasado pero de un modo totalmente diferente. Un sentimiento de posesion y algo mas inunda su pecho cada vez que esta con ella. ?Podra acabar Laura con los fantasmas del pasado de Marco? ?Sera Laura una catarsis para curar su alma? ?Se le puede llamar amor cuando siempre ha sido sexo?

  • Porque tu lo vales de Noe Casado

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    Me llamo Maria Asuncion Peralta de la Merced y Luengo Medina. ?A que es un nombre elegante? Como no podia ser de otro modo, en mi circulo social todos tenemos nombres similares, aunque cuando cumpli los quince elegi uno mas abreviado e igual de elegante: Sun.

  • En un lugar del Caribe de Irene Mckinstry Oria

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    Mientras el Imperio espanol y el Reino de la Gran Bretana se enfrentan en elCaribe en la Guerra del Asiento, la hija de un almirante ingles se enamora de unmarino vasco, prisionero de la Real Armada britanica. Anne Stewart e Inigo deIturriaga deciden romper las rigidas normas de una sociedad que habia previstodos destinos muy diferentes para ellos y, a partir de ese momento, se enfrentan alas consecuencias de su arriesgada decision.

  • Nuestra Luz de Arwen Grey

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    Primero tenia que encontrar el lugar. Soleado, amplio, con espacio para trabajar, moverse, caminar, pensar, discutir consigo mismo en frances. Que poseyera aquella luz dorada, mas dulce justo al atardecer, que era capaz de dar a todo una patina decimononica. Silencioso, a ser posible, aunque sabia que era complicado en la gran ciudad. De toda su lista de peticiones, la agencia habia dicho que aquella seria la mas complicada de cumplir. Y tambien la de que no hubiera vecinos en las cercanias. Al final, como solia ocurrir, de todo lo que queria, solo habia conseguido la luz dorada. Una luz dorada maravillosa, que estuvo a punto de hacerle llorar. Y lo habria hecho de estar a solas y la agente inmobiliaria no le estuviera mirando y mascando chicle, esperando su firma, impaciente, como toda la gente de ese siglo. Firmo, y pudo quedarse a solas, mirando el patio con limoneros plantados en enormes macetas de color verde chillon, que no les favorecian. Un patio de limoneros como el de Machado. Maravilloso. Si se quedaba el tiempo suficiente, pintaria aquellos maceteros de un tono adecuado. Dio la espalda al patio y a la luz dorada y contemplo su nuevo estudio de pintura. No era grande, ni amplio, ni podria dar muchas zancadas en sus paseos en busca de inspiracion, pero la luz era perfecta. Con un suspiro de satisfaccion, dedico una hora entera al disfrute de aquel logro sin igual. Elsa se aparto y contemplo la obra de Agustina desde la distancia, pensando que asi podria mejorar. Giro la cabeza. El nuevo angulo solo le hizo abrir los ojos de la impresion. --!Cielo Santo! ?Es un pene? Agus achico los ojos y contemplo el acrilico con ojo critico. La boca con dentadura postiza de un blanco doloroso estaba tan fruncida que parecia un diseno de Fortuny. --Si tanto te ha costado verlo, es que no esta bien --dijo la anciana en tono serio--. Volvere a empezar. Elsa inspiro hondo y se volvio para que su alumna no viera su expresion. A lo largo de sus anos como profesora de pintura, habia visto todo tipo de obras, desde las mas clasicas hasta las mas rompedoras, pero, en general, eran los ancianos los que mas la sorprendian. --Seguro que el modelo quedara encantado --dijo por encima del hombro. Muy concentrada en lo suyo, Agustina se limito a asentir y a morder el pincel, como si estuviera planeando si era mejor retocar aquella monstruosidad o si de verdad debia volver a empezar, con el gasto que aquello conllevaba. Elsa camino de un caballete a otro, dando consejos y animando a su grupo de tarde del miercoles. La media de edad duplicaba la suya con creces, pero su entusiasmo tambien lo hacia en ocasiones. Desde que habia iniciado aquellas clases, la vida le habia demostrado que nunca se podia dar nada por perdido, y que las ganas de vivir eran una de aquellas cosas. Desde que se habia divorciado y habia decidido que iba a retomar su carrera como artista, habia descubierto que la vida era una cabrona con un sentido del humor muy negro. Para empezar, los artistas, asi, tal cual, no podian vivir de lo suyo. Ella, al menos, no. En definitiva, descubrio que no habia tenido jamas una carrera como artista, asi que era imposible retomarla. Lo mas cercano que habia podido encontrar para poder vivir de su trabajo era dar clases de pintura a ninos, a ancianos y a gente con discapacidades diversas. Y resultaba que aquello si que era vivir. Vivir de verdad. Casi nunca pintaba, eso era cierto, mas alla de unas pinceladas en los cuadros de los demas, pero lo que se divertia ensenando a otros y aplicando lo que habia aprendido en la universidad y en diferentes cursos, eso no se lo quitaba nadie. Y, ademas, tenia aquel maravilloso apartamento, con aquel patio de limoneros que habia plantado durante su primera semana alli. Aquello era un paraiso. Y tambien tenia aquella luz que no se pagaba con dinero. No habia sido mas feliz en toda su vida. 2 Claudio estaba convencido de que habia nacido con un destino marcado, como los grandes. Ya de nino sabia que no era como los demas. Mientras otros jugaban y se despellejaban las rodillas detras de un balon y se peleaban por los columpios, el perdia dioptrias mirando una margarita y tratando de comprender como la luz incidia en sus petalos, y como el tono de blanco cambiaba en un dia nublado o en un dia de sol. Luego llegaba el jardinero y cortaba la hierba y todo se iba al carajo. Se acababan las margaritas y la contemplacion. Sus padres decian que era rarito, con ese tono que utilizan los padres, los abuelos, los vecinos, los tios y todo el mundo en general, para decir que no eres como el resto, pero todavia peor. Es decir, que no estaba en la mediania, que no le gustaba el futbol, los deportes, que no salia con chicas, que no iba al cine, que no jugaba a la consola, que no le gustaba el rock ni el pop, ni lo que estaba de moda. Su madre no habria sufrido mas si se hubiera declarado gay. El dia que le pillo besando con torpeza a una companera de Bellas Artes en su dormitorio juraria que respiro tranquila. Pero es que, incluso siendo rarito, Claudio era distinto. No era raro en el sentido de que se apuntaba a la moda de ir a contracorriente, llevar los tobillos al aire y gafas de pasta, sino que el habia descubierto un buen dia algo que le habia marcado y habia decidido que queria ser eso. Y hacia ello habia enfocado su vida. Claudio deberia haber sabido, ya antes de dar aquella clase sobre la pintura del siglo XIX, que su nombre no venia de la nada. Era un nombre antiguo, desfasado, de viejo, que decian algunos. Era el nombre de Monet. Evidentemente. Si se miraba al espejo, incluso se parecian. Solo le faltaba la barba. Asi que decidio un buen dia dejarsela. Y entonces su familia le dio por perdido. Empezo su periplo de casa en casa, de luz en luz. Pinto y trabajo, hasta que la magia desaparecia. No era conocido, pero se ganaba bien la vida. El estilo clasico siempre tenia sus compradores, aunque no fuera algo que estuviera precisamente de moda. A esa hora de luz dorada que era su favorita, Claudio se enfundaba su bata, su bonete, se colocaba frente al ventanal enorme, observando el patio con limoneros. En general necesitaba un tiempo de reflexion antes de poder mirar el lienzo. Las otras ventanas del edificio daban al patio, y el podia observar lo que hacian las personas al otro lado, desearlo, pero no era del tipo voyeur. En general, lo que hicieran sus vecinos se la traia al pairo. Solian ser gente sin interes, grises, con vidas corrientes. En ocasiones habia alguien que despertaba su interes durante una temporada corta, pero no solia durar. Normalmente, este duraba lo que tardaban en cruzar dos palabras en el ascensor o en el portal. Parejas chillonas o amorosas, ninos que jugaban o pedian la cena, bebes que mamaban del pecho de sus madres, ancianos mirando por la ventana, con la vista distraida. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo... La nota discordante atrajo su mirada al instante. Aquello no deberia estar ahi, justo enfrente, en un ventanal vecino del suyo, disfrutando casi de la misma luz y de su patio con limoneros. Ademas, nadie con una tecnica depurada deberia sostener un pincel de aquella manera. Era imposible que una pincelada correcta saliera... en fin, correcta. Claudio apreto los labios y sintio que los pelos del bigote se le metian dentro de la boca. Aquella barba de hacia dos siglos era incomoda y poco practica, aunque no se atreviera a reconocerlo. Aquella mujer no era una artista, se dijo con desden. No era como el. 3 --?Sabes que hay otro artista en el vecindario? Elsa termino de preparar la paleta de colores, aunque era raro que la usara. Aquella era una costumbre que no queria perder. Odiaba pensar que era una de aquellas profesoras que se limitaba a soltar una ristra de trucos baratos y lecciones vacias y luego paseaba alrededor de los caballetes. Ella queria sentir que sus alumnos disfrutaban y aprendian, y que ella aprendia de ellos tambien. --Querras decir que hay un artista en el vecindario --respondio, mientras se ponia la camisa de cuadros, vieja y manchada de pintura, sobre la ropa limpia--. Artista es el que se gana la vida con sus obras, ya sabes --anadio con ironia. Agustina, que llevaba bajo el brazo su cuadro con el pene, enorme y con venas bien marcadas, arrugo los labios, como si necesitara pensar en aquel concepto. --Entonces si es un artista. Me he informado bien al respecto. Se llama Claudio algo. --?Como el gallo? --Como Monet, segun el. Elsa enarco una ceja y asintio, incapaz de fingir seriedad. --Ya veo. Es ese tipo de artista. Espero que no le hayas dicho que doy clases aqui, porque es capaz de quemarme la casa por blasfema. --Aunque fingia ligereza, Elsa era consciente de que su tono estaba lejos de ser alegre. Durante su vida habia conocido a mucha gente que despreciaba el tipo de trabajo que ella hacia. Ser artista no era eso, pensaban. Una profesora de academia o de casa de cultura, creian, no era un artista de verdad. Antes preferian morir de hambre que caer tan bajo--. Por cierto, ?como te has enterado? Agus disimulo yendo a colocar su pene en el caballete con mejor luz del apartamento. Los demas alumnos sabian que no podian disputarle ese puesto si no querian morir desollados. --Me equivoque de escalera --dijo la anciana, encogiendose de hombros--. No se como ocurrio. Gire a la izquierda, luego a la derecha y de pronto estaba ahi. Soy vieja y soy debil, no me juzgues. Elsa la miro con los ojos entrecerrados. Nunca dejaba de asombrarla la increible cara dura de esa gente. --?Fuiste a mostrarle a Monet tu obra? Me gustaria saber lo que piensa al respecto. Elsa trato de aguantar la risa al ver que Agus se sonrojaba. La anciana podia fingir desparpajo, pero estaba claro que no se habia atrevido a tanto. --Le ha gustado --replico, rebelde. --!Oh, seguro que si! Mientras llegaba el resto de los alumnos y escuchaba rezongar a la mas discola de todos ellos, Elsa se volvio hacia el ventanal para abrir las cortinas. Rara vez las cerraba, pero no le gustaba la luz matinal, demasiado dura y brillante. Preferia la de la tarde, dorada y dulce, casi amelocotonada. Echo un vistazo a sus limoneros. Los habia plantado al llegar alli, hacia cinco anos. Todavia eran jovenes, pero ya daban fruto. Y sobre todo alegraban el patio, tan triste cuando llego, tan frio y abandonado. Ahora todo era luz y alegria. Sintio un sobresalto al ver que habia alguien rondando sus arboles. Vestia una especie de batamanta, como si fuera Gandalf. ?Que diablos estaba haciendo ese friki con sus limoneros? Entonces en tipo se aparto y vio el bote de pintura y la brocha. --Lo mato. Yo lo mato...

  • El solitario de Jesus Duva

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    La caza y captura del atracador de bancos mas famoso.

  • Estocolmo de noche de Caridad Bernal Perez

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    Ella no buscaba historias con final feliz, sino ser feliz en su propia historia.

  • Henry Townsend conde de Hamilton (Los Townsend 2) de Nunila De Mendoza

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  • Titeres con cabeza de Rocio Duran Bollo

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    Viernes, 24 de diciembre de 2004 Ricardo Gabarra, tumbado bocabajo sobre el suelo, junto al quitamiedos de la carretera mas transitada de las afueras de Madrid, respiraba despacio e intentaba recuperar la calma, mientras se juraba a si mismo no volver a disparar a un hombre. Lo peor ya habia pasado y estaba vivo. Era libre. Jamas habia vivido esa sensacion antes. Era una mezcla de felicidad, triunfo y miedo que le impedia hasta pensar. No sabia que esos sentimientos fueran la expresion de la libertad, o al menos no era asi como los recordaba de cuando era un hombre libre, siete anos atras, antes de que la prision acabase con cualquier minimo atisbo de esperanza. La carretera aun podia verse sin demasiada dificultad, pero pronto se convertiria en unas lineas reflectantes sobre un fondo negro. Levanto la mirada. Con mucho esfuerzo alcanzo a ver un panel de esos que anuncian los pormenores del trafico, en el que se leia una advertencia: <>; una fecha: <<24 de diciembre de 2004>>; y un deseo: <>. Despues de leerlo se quedo paralizado un instante al darse cuenta de como un simple panel destinado a otras personas y a otros fines resumia tan bien su situacion: el peligro, que desde luego existia; la lluvia, que en unos minutos habia provocado que el frio se pegase a su cuerpo y que la humedad penetrase hasta lo mas profundo de su ser; y, quiza lo peor, que ese deseo era lo mas cerca que iba a estar de la felicidad en esas Navidades. Sacudio la cabeza. Sabia que aun no podia relajarse y mucho menos permitir que su mente le jugara malas pasadas, aunque la ansiedad, el terror sufrido por lo que acababa de ocurrir y una mezcla de sensaciones que luchaban sin tregua dentro de el y que daban paso al cansancio, comenzaban a invadirle. Aparto por un instante los ojos del asfalto que observaba entre la maleza, apoyo la frente en un monton de tierra que asomaba entre los hierbajos aplastados por el peso de su cuerpo y volvio a respirar. Necesitaba ser otra persona, tener una nueva identidad... otra vez. Pero esta seria la ultima: o lo lograba o se dejaria atrapar, asesinar, o lo que fuera que quisieran hacerle. No podia seguir huyendo. Estaba demasiado cansado y se sentia demasiado mayor. Ademas, habia abandonado toda idea relativa a reencontrarse con su mujer, que era el motor que habia guiado sus pasos hasta ese momento; ella no lo merecia. Tantos anos pensando que estaba muerto, todos esos suenos frustrados e imposibles de recuperar. Por no hablar de las heridas. Miles de heridas forjadas con el paso del tiempo que no cicatrizarian jamas. <>, penso mientras una ligera sonrisa se dibujaba en sus frios y agrietados labios. Queria descansar unos minutos mas, pero era consciente de que debia estar alerta. Se enderezo con cuidado para buscar un coche que creyo haber oido acercarse. Fue entonces cuando la vio. No estaria a mas de cien metros de distancia y apenas se distinguia pese a su fondo blanco: la corona real sobre el haz de lictores entrelazado con el hacha y una espada rendida. <>, recordo, y se quedo quieto, abandonado a su destino. Al menos esperaba que realmente fueran los buenos. --Ni se te ocurra moverte. Una sola estupidez y eres hombre muerto. El acero que sintio en la nuca lo convencio. Lunes, 12 de abril de 2004 Ana --Hola, guapa --dijo el hombre--. ?Como te llamas? La pequena miraba a aquel hombre intentando adivinar por que la saludaba a ella. Sus labios apretados no parecia que fuesen a abrirse para pronunciar palabra alguna desde el asiento trasero de ese Volvo XC90 detenido en la calle Eloy Gonzalo, frente a la panaderia Orio, donde se encontraba sentada. --?No me vas a decir nada? ?Cuantos anos tienes? El silencio de la nina incomodo al hombre, pero no se dio por vencido. --El se llama Aki y solo tiene seis meses. --Le enseno un gatito negro, con la punta de la cola blanca, que escondia bajo el abrigo. El rostro de la pequena se ilumino. --Me llamo Ana y tengo siete anos. ?El gatito es tuyo? --Si. El gatito es mio. ?Donde esta tu mama? --Ha entrado un momento a comprar el pan. --Ah, vaya, el pan. ?Y te ha dejado aqui solita? --Me dijo que tardaria un minuto. --La nina hablaba con seguridad mientras acercaba a la ventanilla una muneca vestida de color rosa y con unos tirabuzones de ese rubio blanco y brillante que les suelen poner--. Y no estoy sola, estoy con Pepilla. --!Que bien! --El hombre sonrio de forma exagerada--. ?Y crees que a Pepilla le gustaria jugar con Aki? La nina dudo. Agarro mas fuerte a la muneca y la apreto contra su pecho. Desde donde se encontraba podia ver la panaderia aunque no a su madre, por mucho que estirara la cabeza. Segun se movia, sus pequenos rizos negros se balanceaban y sus enormes ojos oscuros se abrian mas y mas, buscandola. --Vale --dijo mientras se quitaba el cinturon y tiraba de la palanca de la puerta--. Pero quiero coger yo al gatito. --Claro, princesa, no te preocupes. La nina dio un salto para bajar del coche. Tardo mas de lo esperado porque se distrajo un segundo mirando al frente al escuchar que las campanas de la parroquia de Santa Teresa y Santa Isabel comenzaban a sonar. El hombre aguardaba con impaciencia, vigilando la panaderia y, a la vez, a la pequena. Cuando sono la segunda campanada, a la nina aun no le habia dado tiempo a posar ambos pies sobre el suelo. El hombre lanzo el gato contra la pared y, con sus dos enormes manos, agarro a la cria, le tapo los ojos y la boca, y la llevo en volandas hasta el maletero del coche aparcado detras del Volvo. El sonido de la ultima campanada coincidio con el ruido que hizo la bailarina azul de la pequena al impactar contra el suelo. Capitulo 1 Miercoles, 6 de octubre de 2004 El rostro vendado y la piel fria, mojada e inerte de una nina junto a un gato negro muerto fue la imagen que, con un sobresalto, desperto a Laura a las dos de la manana. Tras el desconcierto inicial, se incorporo y se seco las gotas de sudor que perlaban su frente. No estaba segura de saber donde se encontraba. Miro a su alrededor pero no consiguio reconocer lo que veia. Cerro los ojos de nuevo y respiro hondo con el unico deseo de que, al volver a abrirlos, la muerte se hubiese alejado de su mente. Las pesadillas habian vuelto despues de tanto tiempo. Ya casi habia olvidado esa sensacion de miedo e impotencia que tanto sufrimiento le habia causado anos atras. Le resultaba curioso como la mente era capaz de olvidar y de recordar con la misma facilidad. Por fin se atrevio y despego los parpados. Sus ojos se encontraron sin querer con el espejo sobre su comoda que solia darle los buenos dias, y la imagen que reflejo le hizo sentirse vacia. Se volvio a tumbar en la cama. El sol se colaba por las rendijas de la persiana y mostraba con sus reflejos los colores del arco iris en los sitios mas insospechados, como en su mano, y decidio jugar a agarrarlos entre los dedos mientras meditaba y respiraba para tranquilizarse. <>, penso. Lo malo de esa pesadilla en concreto era que ya formaba parte de su vida y, por desgracia, tenia gran semejanza con el mundo real. <>. Se lo habian aconsejado una y otra vez, y ella se lo repetia casi a diario, pero no lo lograba. Ese caso, esa nina, ese hombre... la estaban poniendo a prueba. No era la primera vez que le ocurria. Habia trabajado en muchos asuntos que la habian llevado hasta el limite, pero nunca se habia planteado abandonar. Y ahora, cuando creia que la experiencia y la frialdad por fin la acompanaban, sentia que por primera vez en toda su carrera estaba a punto de darse por vencida. Pero no debia, no podia. A veces sentia como si tuviera una deuda con los muertos que podria saldar con esta nina. Como si todos los asesinatos a los que se habia tenido que enfrentar y que no habia sido capaz de resolver se hubiesen reencarnado en este, lo que no dejaba de ser algo absurdo y obsesivo. ?Acaso los muertos daban segundas oportunidades? Decidio levantarse y sentarse frente al ordenador. Escribio en un buscador las palabras clave: <>, <>, <>, pero todo lo que aparecia eran muertes de pequenas a manos de sus familiares, muchas veces un padre despechado que lo que queria era vengarse de la madre o, si no, depredadores sexuales. En muchas ocasiones pertenecientes al entorno de la menor; en otras, las menos, simples desconocidos que las pequenas habian tenido la inmensa mala suerte de cruzarse. Laura sabia que cuando empezaba a sonar con sus asuntos la cosa era grave y que no dejaria de hacerlo hasta el final: con la sentencia condenatoria. Lo extrano era que las pesadillas solian llegar con los crimenes sin culpable o con un sospechoso contra el que aun no habia suficientes pruebas; incluso en los supuestos en los que, pese a haber culpable y pruebas, el juicio se presumia complicado. Nada de eso ocurria en este asunto: aqui habia un asesino confeso que llevaba cerca de seis meses en prision provisional a la espera de juicio. Jaime Andradas tamborileaba con sus dedos sobre la mesa de nogal del despacho del jefe de la seccion IV de la Unidad de Droga y Crimen Organizado, Joaquin Gutierrez, mientras este le dedicaba una mirada escrutadora. Su companero se retrasaba, no era nada extrano, pero si dificil de disculpar una y otra vez. --Llevamos mas de veinte minutos esperando a Olivares. ?Donde demonios se ha metido? -- pregunto Gutierrez aflojandose el nudo de la corbata. --Lo he llamado al movil pero no me lo coge. Quiza este conduciendo. Estoy convencido de que estara a punto de entrar por la puerta --respondio Jaime sin levantar la vista de la antigua mesa y sin dejar de golpear sus dedos contra ella. Rodrigo Olivares, oficial del Cuerpo Nacional de Policia, llevaba cinco anos destinado en la UDYCO central. En concreto en el grupo 41, dedicado a cocainicos, integrado en la seccion IV. Bajito, con el pelo recogido en una coleta y con un tatuaje en el antebrazo derecho --en el que con letras antiguas, grandes y negras podia leerse non omnis moriar--, se movia por todo el territorio nacional segun la femina de turno. Era capaz de organizar un viaje a Las Palmas un fin de semana, el miercoles siguiente pasar el dia en Valencia, y el jueves llegar a un juzgado de Madrid a declarar en cualquier juicio en el que hubiese sido citado como testigo. Jaime no sabia como lo conseguia. Ese rasgo de su personalidad despertaba tanto recelo en el resto de los agentes de la unidad como admiracion en su companero. Pero eso a veces le hacia perder la nocion del tiempo, y no siempre en el mejor momento

  • La magia de tu musica (Galway Snowshill 2) de Elena De La Cruz

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    Adele, es una londinense afincada en Barcelona, propietaria y directora de la empresa de eventos Dream Wedding, una mujer con mucho caracter y las prioridades muy claras. Oriol, musico y guitarrista de rock, al que no le ha llegado aun el exito, trabaja para ella y ameniza con su grupo bodas y eventos. Son el dia y la noche, el blanco y el negro, la luz y la oscuridad, dos trenes chocando de frente, antagonicos, incompatibles y opuestos. Una noche loca los acerca demasiado y las consecuencias los llevaran a un callejon. ?sin salida? Solo parece haber algo que los une sin remedio: la magia de la musica.

  • Primavera en Tokio de Andrea Izquierdo

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    AVA huye a Tokio para alejarse de todo y alli conoce a KANNA, una tatuadora con una personalidad arrolladora. Por su parte, LILY no podria estar peor en Londres: OLIVER parece incapaz de dejarla tranquila y TOM necesita tiempo para superar lo ocurrido con XIMENA, con ALICE. y si, tambien con JASMINE. Menos mal que CONNOR se ha convertido en un apoyo inesperado, ahora que se encuentra lejos de la influencia de REX y MARTHA.

  • Cenicienta no pertenece a nadie de Rachel Bels

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    Erase una vez una princesa valiente…
    Una prostituta.
    Una esclava.

  • Alta costura de Beatriz Espejo

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    Relatos de mujeres que por sus prejuicios se condenan a si mismas a vivir en lucha permanente con su realidad.
    Alta costura, Premio Nacional de Cuento 1996, es una de las mejores obras de una de las grandes escritoras mexicanas. Serie de cuentos que nos narran las preocupaciones de las mujeres maduras obsesionadas por su peso fisico, la llegada del inevitable deterioro fisico y la paulatina extincion de la belleza. Asimismo, Espejo nos describe, de manera magistral, a mujeres preocupadas por cubrir los vacios dejados por su poco placentera vida sexual.

  • Los Viajes de Tuf de George R. R. Martin

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    Haviland Tuf, mercader independiente sin demasiada suerte en su oficio es contratado para una misteriosa mision que parece tener como finalidad encontrar una leyenda: una misteriosa estrella que azota ciclicamente un planeta con las mas virulentas plagas imaginables. Los viajes de Tuf se puede considerar como una space opera que ejemplifica el fenomeno de los fix-up (montaje de diversos relatos interrelacionados entre si) y que utiliza la figura del antiheroe para demostrar una conocida moraleja: !Que mas vale mana, que fuerza!

  • El secreto de Blackstone House de S.f. Tale

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    Una historia de amor y secretos en plena campina inglesa.

  • Rendicion (Premio Alfaguara de novela 2017), Ray Loriga de Ray Loriga

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  • Asesinos multiples de Vicente Garrido

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    La atractiva fascinacion del mal.

  • El Informe Krinar de Anna Zaires

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    Dos anos desde la invasion. No me podia creer que ya hubieran pasado dos anos desde la invasion, y que todavia no supieramos casi nada sobre los alienigenas que habian tomado el control de la Tierra. Frustrada, me quite las gafas y me frote los ojos, al notar el cansancio de haber estado mirando la pantalla del ordenador todo el dia. Durante las ultimas dos semanas, desde que decidi ponerme a mi misma a prueba escribiendo un articulo de investigacion sobre los invasores, habia escudrinado hasta la ultima linea de informacion disponible en internet, y lo unico que tenia eran rumores, una serie de relatos poco fiables de testigos oculares, algunos videos pixelados de YouTube y las mismas preguntas sin respuesta que al principio. Dos anos despues del Dia K, los K, o los krinar, como ellos preferian hacerse llamar, suponian un enigma casi tan grande como cuando llegaron. Mi ordenador hizo un ruidito que me saco de mi ensimismamiento. Al mirar la pantalla vi que era un e-mail de mi editor. Richard Gable queria saber cuando tendria el articulo sobre los cachorros siameses que le debia. Al menos no era otro de esos correos electronicos tipo <> de mi madre. Suspire y me frote los ojos de nuevo, intentando evitar distraerme pensando en los chiflados de mis padres. Ya era bastante malo que mi carrera todavia no hubiese despegado. No tenia ni idea de por que todos los reportajes de pacotilla acababan siempre en mi mesa. Habia sido asi desde que empece en el periodico, tres anos atras, y ya estaba mas que harta de ello. A los veinticuatro, tenia casi tanta experiencia en escribir sobre noticias reales como un estudiante en practicas. !A la mierda!, habia decidido el mes anterior. Si Gable no queria asignarme trabajo de verdad, yo misma encontraria una historia. ?Y que otra cosa habia que fuese mas interesante o controvertido que los misteriosos seres que habian invadido la Tierra y convivian ahora con los humanos? Si podia descubrir algo, cualquier cosa, que fuese cierta sobre los K, eso me ayudaria a avanzar mucho en demostrar que era capaz de manejar historias de mas relevancia. Me puse las gafas de nuevo y escribi un correo rapido a Gable, solicitandole un par de dias mas para terminar el articulo de los cachorros. Mi excusa fue que queria entrevistar al veterinario y me estaba costando ponerme en contacto con el. Por supuesto, era mentira. Habia entrevistado al veterinario y al dueno en cuanto me pasaron el encargo… pero queria evitar que me mandaran otro articulo de segunda durante unos dias. Asi tendria tiempo para explorar un tema interesante que me habia encontrado en mi investigacion de ese dia: los llamados clubs-X. --Hola, pequena, ?tienes planes para esta noche? Al oir aquella voz conocida, levante la vista y sonrei a Jay, mi companero de trabajo y mi mejor amigo, quien acababa de entrar en mi minuscula oficina. --No --dije alegremente--. Voy a ponerme un poco al dia con el trabajo y luego vagueare apoltronada en el sofa. El exhalo un suspiro dramatico y me lanzo una mirada de fingido reproche. --Amy, Amy, Amy… ?Que vamos a hacer contigo? Es viernes por la noche, ?y tu vas a quedarte en casa? --Todavia me estoy recuperando del fin de semana pasado -- dije con una sonrisa cada vez mas amplia--. Asi que no creas que puedes volver a arrastrarme a salir tan pronto. Una noche de fiesta al mes al estilo de Jay es suficiente para mi. La fiesta al estilo de Jay era una experiencia unica que consistia en multiples chupitos de vodka al principio de la noche, seguidos de varias horas de ir de club en club, rematadas con una cena/desayuno en un restaurante coreano de los que abren las veinticuatro horas. No le mentia al decirle que todavia me estaba recuperando… la combinacion de vodka y comida coreana me habia causado tal resaca que mas bien se habia parecido a un mal caso de intoxicacion alimentaria. Apenas fui capaz de salir arrastrandome de la cama el lunes para ir a trabajar. --Oh, vamos --intento engatusarme, con una mirada igual que la de un cachorro en sus ojos castanos. Sus tupidas pestanas, su cabello rizado y sus finos rasgos hacian de Jay alguien casi demasiado lindo para ser un tio. De no ser por su constitucion musculosa, habria parecido afeminado. Sin embargo, la cuestion era que asi el atraia a mujeres y hombres por igual… y disfrutaba de ambos sexos con identico entusiasmo. --Lo siento, Jay. Otra semana sera. --Lo que de verdad necesitaba ahora era concentrarme en mi articulo sobre los K… y en los clubs secretos que supuestamente frecuentaban. Jay dejo escapar otro suspiro. --Muy bien, como quieras. ?En que estas trabajando ahora mismo? ?En el articulo de los cachorros? Titubee. Todavia no le habia hablado a Jay acerca de mi proyecto, sobre todo porque no queria quedar como una estupida si no podia encontrar una buena historia. A Jay tampoco le encargaban muchos articulos jugosos, pero a el no le importaba tanto como a mi. Su objetivo en la vida era divertirse, y todo lo demas, incluida su carrera periodistica, iba en segundo lugar. Opinaba que la ambicion era algo que solo era util con moderacion y no se esforzaba mas de lo estrictamente necesario. --Es solo que no quiero ser un vago total… por mis padres, ya sabes --me habia explicado una vez, y esa afirmacion resumia perfectamente su actitud frente al trabajo. Yo, por otro lado, queria algo mas que simplemente no ser una vaga. Me molestaba que el editor hubiera echado un vistazo a mi cabello rubio cobrizo y a mis rasgos de muneca, y me hubiera encasillado de forma permanente en la seccion de noticias triviales. Habria creido que Gable era un sexista, de no ser porque habia hecho lo mismo con Jay. Nuestro editor no discriminaba a las mujeres; solo hacia suposiciones sobre las capacidades de las personas basadas en su apariencia. Al final decidi confiar en mi amigo y le dije: --No, no es el articulo de los cachorros. En realidad, he estado investigando para un proyecto propio. Las cejas perfectamente delineadas de Jay se elevaron. --?Si? --?Has oido hablar alguna vez de los clubs-X? --pregunte, echando un vistazo rapido a nuestro alrededor para asegurarnos de que nadie nos oiria. Por suerte, las oficinas que rodeaban la mia estaban vacias en su mayor parte, con solo un becario trabajando a la otra punta de la planta. Eran casi las cuatro de la tarde de un viernes, y la mayoria de la gente habia encontrado una excusa para salir pronto aquella tarde de verano. Jay abrio mucho los ojos. --?Clubs-X? O sea: ?los clubs para xenos? --Si. --Mi corazon latio mas deprisa--. ?Has oido hablar de ellos? --?No seran esos sitios a los que van a ligar con los K los que estan locos por los aliens? --Aparentemente. --Le sonrei--. Acabo de enterarme hoy mismo de que existen. ?Conoces a alguien que haya estado en uno? Jay fruncio el ceno, una expresion que parecia fuera de lugar en su rostro normalmente alegre. --No, en realidad no. Es decir, siempre hay eso del <>, pero nadie que yo conozca en persona. Asenti. --Vale. Y tu conoces a medio Manhattan, asi que esos clubs, si existen, son un secreto celosamente guardado. ?Te imaginas el reportaje? --En mi mejor voz de locutora, enuncie dramaticamente --: ?Clubs nocturnos alienigenas en el corazon de la ciudad de Nueva York? !El New York Herald les cuenta las ultimas noticias sobre los K! --?Estas segura de que es buena idea? --Mi amigo parecia esceptico--. He oido que esos clubs estan cerca de los Centros K. ?Estas diciendo que hay alguno en la ciudad de Nueva York? --Creo que si. Hay ciertos rumores online sobre un club en Manhattan. Quiero encontrarlo y ver de que va todo eso. --Amy... no se si es una gran idea. --Para mi sorpresa, Jay parecia mas inquieto que emocionado, y su ceno tan poco caracteristico se hizo aun mas pronunciado--. No querras meterte con los K. --Nadie quiere meterse con ellos, y por eso todavia no tenemos mucha informacion suya. --Mi anterior frustracion volvio. Me molestaba que todos se mostraran tan intimidados aun por los invasores--. Lo unico que pretendo es escribir un articulo objetivo con datos sobre ellos. Especificamente, sobre sitios que presuntamente frecuentan. Seguro que eso esta permitido. En este pais todavia existe la libertad de prensa, ?verdad? --Tal vez --dijo Jay--. O tal vez no. Personalmente, creo que hacen desaparecer cualquier informacion que no quieren que se haga publica. Antes lo normal era que lo que se subia a internet se quedara alli para siempre, pero ahora ya no es asi. --?Crees que podrian eliminar mi articulo de alguna manera? -- pregunte preocupada, y Jay se encogio de hombros. --No tengo ni idea, pero si yo fuera tu, me concentraria en el articulo de los cachorros y me olvidaria de los K. E las ocho de la tarde cuando me tope con ello: una mencion sobre la ubicacion de uno de los clubs-X en un foro de sexo poco conocido. Estaba enterrada en medio de la larga, y bastante improbable, narracion de la experiencia sexual de un tipo con un grupo de K. El sentimiento de extasis que aquel hombre describia me sonaba sospechosamente parecido a un subidon causado por las drogas, aunque habia historias similares esparcidas por toda la red, dando lugar a todo tipo de rumores sobre los invasores… incluido el del vampirismo. Yo no me los tragaba, aunque claro, gracias a la obsesion de mi madre por las teorias de la conspiracion mas descabelladas, yo desconfiaba de los rumores por naturaleza. Me gustaban los hechos: por eso mismo habia estudiado periodismo en vez de dedicarme a escribir ficcion. Segun el relato de ese hombre, habia ido al club justo despues de cenar en el Meatpacking District. Nombraba el restaurante donde habia cenado, y luego escribia que el club estaba justo al otro lado de la calle. Y asi, sin mas, habia conseguido una pista. Me levante de un salto, agarre el bolso y sali corriendo de la oficina, saludando con la cabeza al conserje al pasar. Parecia que mi noche de viernes estaba a punto de ponerse mucho mas interesante.

  • Piso para dos de Beth O'leary

    https://gigalibros.com/piso-para-dos.html

    Tiffy y Leon comparten piso.
    Tiffy y Leon comparten cama.
    Tiffy y Leon no se conocen.

  • Dominada de Sheila Maldonado

    https://gigalibros.com/dominada.html

    Frederick Valverde, escritor y musico, atormentado por un pasado siniestro, busca en el sexo la liberacion de sus penas. Se sumerge en ambientes lascivos liberando sus propios demonios. Se encuentra en uno de sus conciertos con una mujer muy especial que se convierte en su musa, pero que sin pretenderlo, la arrastra a sus infiernos. En Venecia la adiestra para que sea su esclava y ella accede a ser su mejor discipula

  • En lo mas profundo de la Meseta Solitaria de Don Winslow

    https://gigalibros.com/en-lo-mas-profundo-de-la-meseta-solitaria.html

    Tercera entrega de la serie protagonizada por el detective Neal Carey, del autor del bestseller mundial El poder del perro.

  • En el mar de Toine Heijmans

    https://gigalibros.com/en-el-mar.html

    Inmerso en una profunda crisis personal, Donald decide navegar en su velero durante tres meses, con el silencio y la soledad como unica compania. Solo en la ultima etapa de la travesia recogera a su hija de siete anos, Maria, para que lo acompane del norte de Dinamarca a los Paises Bajos. Alejados del mundo, el viaje se anuncia idilico, y entre padre e hija surge una complicidad que nunca antes habian conocido. Pero de pronto las nubes negras acechan en el horizonte y Donald esta cada vez mas angustiado; la noche en que estalla la temida y aterradora tormenta, Maria desaparece del barco. “En el mar” es una evocadora alegoria sobre la travesia de la vida y la posibilidad de gobernar el propio destino, y un magnifico homenaje a los navegantes legendarios, desde Ulises hasta el capitan Ahab.