• testimonio mortal - Anna Bagstam

    https://gigalibros.com/testimonio-mortal.html

    Situado a orillas del mar Baltico, Lerviken es el idilico pueblo pesquero en el que Harriet Vesterberg solia pasar los veranos de su infancia. Decadas mas tarde, Harriet abandona su trabajo como investigadora civil en Estocolmo y una relacion tormentosa, y regresa a Lerviken para trabajar con la policia local y estar cerca de su padre enfermo. Menos de veinticuatro horas despues, el cuerpo de Laura Andersson aparece brutalmente apunalado y con los parpados abiertos, pegados con cinta adhesiva. Empieza asi una frenetica carrera contrarreloj para encontrar a un asesino imparable. Cuando empieza a investigar por su cuenta, Harriet vera su vida amenazada a la vez que la red de mentiras que envuelve el caso se hace cada vez mas densa. ?Puede el asesino ser alguiena quien ella conoce?

  • TESTIMONIO MORTAL | ANNA BåGSTAM | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-testimonio-mortal/9788427045989/9628504

    Sinopsis de TESTIMONIO MORTAL ... Una recién llegada. Un crimen salvaje. Un pueblo idílico en el que nada volverá a ser igual. Situado a orillas del mar Báltico, ...

  • Testimonio mortal (Martínez Roca) Versión Kindle - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Testimonio-mortal-Volumen-independiente-B%C3%A5gstam-ebook/dp/B07TKDP24G

    Mirar en el interior de este libro. Testimonio mortal (Martínez Roca) de [Anna Bågstam, Pontus Sánchez Giménez]. Testimonio mortal (Martínez Roca) Versión ...

  • Testimonio mortal (Martínez Roca) Tapa blanda – 2 julio 2019

    https://www.amazon.es/Testimonio-mortal-2-Mart%C3%ADnez-Roca/dp/8427045980

    Testimonio mortal (Martínez Roca) : Bågstam, Anna, Sánchez Giménez, Pontus: Amazon.es: Libros.

  • TESTIMONIO MORTAL - ANNA BÁGSTAM | Alibrate

    https://www.alibrate.com/libro/testimonio-mortal/5dab3c84cb1c90137dcdc41e

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  • Testimonio mortal - Anna Bågstam - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Bgstam-Testimonio-mortal/93859

    Críticas (2), citas extractos de Testimonio mortal de Anna Bågstam. ... Este no es un libro de novela negra, realmente no, es demasiado ligero para ...

  • testimonio mortal - anna bågstam - Librería Luces

    https://www.librerialuces.com/es/libro/testimonio-mortal_613167

    TESTIMONIO MORTAL, ANNA BÅGSTAM, 17,90€. Harriet abandona su trabajo como investigadora civil en Estocolmo y una relación tormentosa y regresa a Lerviken, ...

  • Libro: Testimonio mortal - 9788427045989 - Marcial Pons

    https://www.marcialpons.es/libros/testimonio-mortal/9788427045989/

    Testimonio mortal.[ Bagstam, Anna; ]. Situado a orillas del mar Báltico, Lerviken es el idílico pueblo pesquero en el que Harriet Vesterberg solía pasar los ...

  • TESTIMONIO MORTAL - ANNA BAGSTAM - 9788427045989

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  • Testimonio mortal - Anna Bagstam -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a6766700/Anna-Bagstam-Testimonio-mortal

    2 jul 2019 — Testimonio mortal, libro o eBook de Anna Bagstam. Editorial: Martinez roca. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Recuerdame quien soy de Gisela Moon

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    a su vida y acaba de sufrir un divorcio complicado que la ha marcado de una manera dificil de digerir. Guiada por su pilar mas fuerte, su abuela Marina, decide mudarse por un tiempo a la casa en la que se crio su abuela en plena montana, en la Pontevedra mas profunda.Ella, junto con su amado companero Lor, un pastor aleman imponente de pelo largo, viviran ambos una de las experiencias mas enriquecedoras de sus vidas.Con lo que ella no cuenta al hacer este viaje para alejarse de todo y de todos, es con la reaparicion de un viejo amigo de su mas pequena infancia, el que en un primer momento no consigue recordar.Y es que, a veces, es necesario desaparecer para asi poder resurgir y reconectarse nuevamente con uno mismo, con una raiz fuerte e imperecedera.Gisela Menendez nace en Asturias hace treinta y cinco anos. Cantante y violinista de profesion se muda ya hace unos anos a Galicia. Se enamora de ella en todos los sentidos: aqui conoce a su actual marido y, recientemente abren un restaurante juntos en un paraje montanoso impresionante. Publica ahora su primera novela inspirada en este precioso lugar que ha tenido el placer de conocer.

  • Confusion. Cronicas de los Cazalet de Elizabeth Jane Howard

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    Primavera de 1942, el mayor conflicto armado de la historia de la humanidad se adentra en su cuarto ano. Las incursiones aereas y el racionamiento son moneda corriente, el caos se ha convertido en una forma de vida. Sin embargo, algo empieza a moverse entre los jovenes Cazalet: el tiempo de espera ha terminado y el ingreso en el incitante mundo adulto parece haber llegado por fin. Bajo la petrea moral victoriana del sacrificio y el esfuerzo belico apuntan, sobre todo para las mujeres, unos habitos menos encorsetados que permiten amar y trabajar con mayor libertad. Y asi, en una sucesion de nacimientos y perdidas, de matrimonios y relaciones ilicitas, va desarrollandose la vida del clan, de sus amigos y de sus amantes, que con la cabeza alta siguen adelante y suenan con la paz despues de la guerra, con el momento en que las familias volveran a reunirse y las heridas empezaran a sanar, con la igualdad y la justicia que el nuevo orden traera consigo, con el dia en que, definitivamente, acabara tanta confusion.
    La monumental saga de Elizabeth Jane Howard, una de las construcciones novelisticas mas ambiciosas y acabadas de la literatura inglesa del siglo XX, sostiene con toda precision en este tercer volumen el tempo y la intensidad a los que nos tiene habituados.

  • Afronus de Felix A. Bas

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    Afronus lleva la realidad virtual al nivel definitivo. No es una red social, ni un videojuego online multijugador masivo, sino una experiencia tan real como la vida misma. En Afronus el dolor y el placer se siente como si fuera real, por lo que salir de la seguridad que aporta la Tierra virtual es un precio que pocos estan dispuestos a pagar. Aquellos que lo hagan viajaran a los llamados mundos ilegales, peligrosos planetas que homenajean la edad de oro de los videojuegos y el cine, donde podran obtener poderes inimaginables: habilidades que superan los limites humanos y magias que podran desarrollar al escoger senda.

  • Vivo o muerto, Michael Robotham de Michael Robotham

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    ?Que clase de idiota se escaparia de una prision el dia antes de cumplir una condena de diez anos?

  • Mientras siga nevando de Iris Romero Bermejo

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    En un ambiente de secretos, asesinatos y misterios, el amor se hara un hueco en los corazones de los protagonistas.

  • Breve Historia de la Quimica de Isaac Asimov

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    La concision, amenidad y eficacia didactica caracteristicas de Isaac Asimov hacen de esta Breve historia de la quimica un instrumento inmejorable para todo aquel que este interesado en aproximarse a esta ciencia.

  • Amores y Desamores en Tiempos de Twitter de Aria Peralta

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    Victoria es una chica profesional, bella e inteligente, atraida por la metafisica y el estudio de lo oculto y no convencional. Jaime es un tipo brillante, trabajador ejemplar, con una personalidad encantadora. Jaime y Victoria se conocen laborando para la misma empresa y notan afinidad en su aficion por la astrologia, interes a partir del cual desarrollan un gran amor. Tras meses de noviazgo deciden casarse y dejar su pais para construir su hogar en el extranjero donde tienen mejores oportunidades de enriquecer su vida y fortalecer su relacion.

  • Lugares oscuros de Gillian Flynn

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    Una historia addictiva y formidablemente escrita que, a traves del misterio, indaga en el papel de la memoria y nos adentra en los sentimientos mas crudos del ser humano.

  • Arenas blancas de Geoff Dyer

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    Del autor de Pero hermoso, un magnifico libro de viajes sobre los lugares que visitamos y el poder de la memoria. Un precioso homenaje al arte y a la literatura.

  • Tu alteras mi mundo de

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  • La forma de la oscuridad de Mirko Zilahy

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  • Invierno En Paris, Imogen Robertson de Imogen Robertson

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    Paris, en el duro invierno de 1910. Maud Heighton suena con ser pintora. Estudia en la selecta Academia Lafond, pero mientras que los que la rodean disfrutan de los placeres de la Belle Epoque, Maud ve como su situacion economica se deteriora, el patrimonio heredado no le llega para pagar las clases y poder sobrevivir. Consigue un trabajo bien remunerado: acompanar e iniciar en la pintura a Sylvie Morel una inglesa de situacion acomodada que vive con su hermano Christian. Aunque descubre algunos de sus secretos inconfesables, la vida parece que empieza a sonreirle a Maud: mientras se va adentrando en el selecto y deslumbrante mundo de los Morel, el dinero que le pagan le permite vivir y seguir con sus clases de pintura. Todo se va a desmoronar cuando los Morel son acusados de impostores y ladrones, y la propia Maud es imputada en el robo de unas joyas. Solo podra escapar recurriendo a todas las artimanas que se le ocurren entre gentes para los que la vida no vale nada. ” Invierno en Paris ” es una novela historica, de aventuras, de intriga, negra…, rocambolesca. Una novela de mentiras y traiciones, enigmatica y elegantemente evocadora, que recrea de manera sin igual aquel Paris de fin de epoca, con sus luces y sombras, en el que el arte y la bohemia convivian entre la decadente aristocracia de media Europa y ambiciosos sin escrupulos, maestros de la apariencia, que no dudaban en recurrir a las mayores vilezas para mantener su estatus.

  • Milagro de Danielle Steel

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    Danielle Steel, la maestra de la novela romantica, nos ofrece de nuevo una novela milagrosa que entretiene y emociona.

  • Maple Hill de Antonio Jesus Fuentes Garcia

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    Michael Halley vuelve a su pueblo natal para asistir al entierro de su hermano pequeno. Repudiado por su familia anos atras, se da cuenta de que los terrorificos motivos que le empujaron a huir cuando solo era un adolescente, no eran unicamente producto de su mente destrozada. Una fuerza maligna acecha al idilico pueblo de Maple Hill, esperando con ansia su oportunidad para exprimir los secretos y deseos mas oscuros de sus habitantes. Michael, junto con el sheriff Vaughn y un anciano un tanto extravagante, deberan enfrentarse a sus errores del pasado para combatir el poder que se extiende como una enfermedad entre sus vecinos.

  • Leon, Lorena Guerra Mendez de Lorena Guerra Mendez

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    Dafne por fin regresa a casa, lleva anos deseandolo. Necesita a su familia y amigos cerca, los chicos no parecen tener cabida en su dia a dia. No parece que vaya a ser una chica afortunada en el amor. Compromiso? Eso que es? Hugo no sabe mirar mas alla de si mismo, la vida lo ha hecho egoista, pero el es feliz asi, con lo que tiene es suficiente. Quien necesita mas? El no, lo tiene claro. Sexo y punto, los sentimientos quedan fuera. Hugo y Dafne, dos jovenes que no buscan el amor porque no es para ellos, lo que no saben, es que uno nunca decide, sino que tu corazon es quien lo hace por ti.

  • Por el amor de un medjay de Iris Vermeil

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    Nacida en El Cairo, Egipto, Nailah Sarhan, es una joven abierta de mente que ha crecido en un seno familiar conservador, el cual la obliga a atarse en matrimonio a un hombre al que considera un amigo, nada mas. La pasion por Egipto la lleva en sus venas, adora su cultura y sus raices, por ello, decidio ser arqueologa. Aventurera de espiritu, se une a un proyecto de gran repercusion social; Excavar en el Valle de los Reyes hasta encontrar las riquezas del faraon Tuthbej X aun sospechando que puede ser la reencarnacion de la ultima princesa de Egipto; Hathor I.

  • El Libro de los Abrazos de Eduardo Galeano

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    El libro de los abrazos es una sintesis perfecta del imaginario mas inspirado de su autor. Celebraciones, sucedidos, profecias, cronicas, suenos, memorias y desmemorias, deliciosos y extraordinarios relatos breves en los que hasta las paredes hablan.

  • Mi diosa pelirroja de Marian Arpa

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  • Un trato con la NERD de Cynthia Walter

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    SINOPSIS: Nadia Rodriguez es una excelente economista, tiene una carrera brillante y mas meritos de los que necesita; ?Por que entonces no consigue mantener un trabajo? Es una nerd, si, esa chica cerebrito que sirve para todo pero nadie quiere ensenar. Adam Zavala es un empresario exitoso que tiene un plan para lanzar a lo mas alto el negocio heredado del mundo de la moda de su padre; ?Que hara cuando se de cuenta de que su plan no es viable? El padre de Adam mandara a Nadia a comprobar el trabajo de su hijo... Nadia se dara cuenta de que nunca habia conocido a nadie tan atractivo como su nuevo jefe... ?Podra Adam ver mas alla del trato que firmara con la Nerd para salvar su negocio? Capitulo 1 Nadia Me levante como cada manana a las cinco en punto al oir el despertador. El espejo me recibio en el bano con una especie de reproche por acostarme a las tantas; ?Nadie entendia que mi trabajo requeria estar siempre dispuesta a pasar sueno? Me duche tomando un poco mas de tiempo del necesario en mi pelo, rizado como una escarola no queria quedarse en su sitio y mas bien parecia que no me habia peinado en la vida. Odiaba el vaho que se formaba en el bano porque mis gafas se empanaban suficiente como para sentirme totalmente ciega; ?Habian pensado alguna vez en construir unas barras como las del coche para la lluvia instalandolas en unas gafas? Yo las llevaria. Sono el timbre y abri aun con el albornoz puesto para recibir a Tom, mi mejor amigo ademas de un crack de las finanzas tanto casi como yo. -No he visto ningun error en el documento que me mandaste a las dos de la manana. -dijo con cierto reproche por la hora en la voz. - ?Esta lloviendo? -pregunte al comprobar que sus gafas de culo de vaso tambien estaban empanadas. -Evidente. -contesto riendose cual cerdito. - ?Como es que tu intachable jefe te pidio que hicieras un balance de semejantes caracteristicas con tan poco tiempo? -anadio buscando alguna magdalena en mi cocina. -Aun no me ha dado tiempo a hacer el cafe. -asegure. No me senti nada violenta por estar en albornoz por la sencilla razon de que Tom y yo eramos como hermanos, ademas de que dudaba de que a cualquier hombre le pudiese gustar verme semidesnuda. -Diria que Enzo Zavala no se fia mucho de las cuentas que le mandan desde Shadows and ligths S. L. -afirmo riendose de nuevo con su sonora y tipica voz ronca. -Supongo que tienes razon. -conteste. Me dispuse a servir las tazas del brebaje magico llamado cafe para los dos y sali disparada hacia mi habitacion para buscar algo que ponerme en el armario; Escogi unos pantalones de vestir mas altos y con corte de hombre junto con una camisa blanca que no marcaba nada, y unos tirantes negros para unirlo todo. -Menos mal que eres un genio. -Tom se metio conmigo por mi vestimenta como de costumbre. Mi amigo tenia razon, nosotros eramos nerds al margen de la sociedad de la moda; Lo nuestro era la economia y los informes. Sentada a la mesa tomando el cafe pense en lo que habia dicho Tom sobre el senor Enzo. El tenia negocios por todo el pais e invertia en distinta empresas, yo era algo asi como su mano derecha para ese tipo de operaciones; Era extrano por tanto que me hubiese pedido hacer un analisis de esa empresa de moda que dirigia su hijo Adam en un plazo record. Ya eran las seis y media asi que debia salir para el trabajo si tenia en cuenta que mi coche arrancaba cuando queria. Tom se levanto de su asiento cogiendo su maletin recolocandose la corbata de cuadros muy a nuestro estilo para seguirme. Rojito era mi vehiculo desde que me habia conseguido sacar el carnet, por supuesto a la primera como todo lo que dependia unicamente de mi esfuerzo y no de mi imagen. Llegue a la esquina del edificio central donde trabajaba y deje que Tom se bajase para ir hasta su empleo; Uno por debajo de su cualificacion tal y como me pasaba a mi. Aparque como pude entre dos coches enormes y lujosos para despues bajarme asegurandome de pasar por recepcion para recoger las cartas ademas de un cafe que habia pedido que dejasen alli para Enzo Zavala. -Senorita Rodriguez, pase. -dijo mi jefe. A pesar de ser ya mayor seguia teniendo un porte elegante que, sin embargo, se encontraba empanado por un rostro de preocupacion. -Aqui tiene. -conteste sacando torpemente las diversas carpetas de mi bandolera cruzada. -He traido tanto el informe que me pidio, como un analisis sobre los numeros que me facilito. -anadi quedandome callada. -Despues de tanto tiempo y sigo sin conseguir que me tutees. -contesto con una pequena carcajada. -Pero lo que si se es que cuando no terminas una frase con rigurosidad es que hay algo malo. -anadio poniendome entre la espada y la pared. -Me resultan incompletos los numeros, como si hubiesen hecho el dosier sobre una parte de la informacion. Una vision optimista pero no estoy segura de si realista. -conclui aun sabiendo que de alguna manera estaba poniendo en duda algo cuya direccion llevaba su propio hijo. -Precisamente por eso... -dijo pensativo. -Necesito que me hagas un favor, voy a mandarte a la delegacion de Shadows and lights por un tiempo. Quiero que supervises los negocios de mi hijo porque su entusiasmo puede llegar a ser un riesgo para la compania. -Su mandato me cayo como un jarro de agua fria. -Pe-Pero... Yo no tengo ni idea de...De... Ese sector. -conteste tartamudeando por los nervios al borde de tirar el cafe del jefe. -Nadia. -El senor Zavala cogio el vaso de mi mano y lo dejo en la mesa para despues seguir sosteniendo mi mano entre las suyas. -Siempre ha hecho un trabajo excelente pero ahora necesito que vayas a esas oficinas y me ayudes a comprobar que todo sigue siendo solido. -Su peticion era totalmente seria. -Esta bien. -respondi recolocandome las gafas. Entre en mi despacho recogiendo las pocas cosas que tenia en el e imprimi los documentos que el mismisimo senor Zavala habia preparado para mi.

  • Desatame 2 de Christina Ross

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    De Christina Ross, autora de Aniquilame, llegan tres nuevos libros en la serie con mas de dos millones de libros vendidos en todo el mundo.

  • La ultima musa de Elle Catt

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    Tras abrir la ventana, una sensacion de libertad me invade. Siento un hormigueo por todo el cuerpo. Dejo momentaneamente que el frescor de la noche me acaricie el rostro. Joder, !que bien se siente! Con una mezcla entre excitacion y temor, salgo por la ventana y me encuentro sobre el inmenso techo plano de la casa de mis padres. Joder, jamas habia hecho esto. Si mi madre supiera... Ella, que nunca me ha dejado salir, y todavia menos despues de las diez de la noche... Le daria un ataque si me viera aqui. Veo el descapotable de Robin aparcado frente a la valla y mi corazon se acelera. Dios mio, Robin esta delante de mi casa. Robin. Ese por el que todas las chicas del instituto se pelean. Bendigo secretamente a Stella por haberme invitado a salir con su pandilla esta noche. Aunque rompa todas las normas de la casa, se que no me arrepentire jamas de esta locura. Ignorando los escalofrios que corren por mi piel, me escabullo discretamente por el techo y salto con agilidad sobre el muro de abajo. Al menos todos esos anos de danza sirven para algo. Me encuentro rapidamente sobre el cesped. Me doblo en dos para salir del patio sin dejarme ver. Al llegar al coche, reajusto mi ropa para quitar las arrugas. Robin esta frente a mi, apoyado contra la puerta del vehiculo con los brazos cruzados. Me mira con aire malicioso. Es guapo. Magnifico. De hecho, tiene el cabello oscuro, la piel mate y ojos negros como el ebano. No me sorprende que todas las chicas se enamoren de el. Porque aparte de estar bueno, es inteligente y amable. En un futuro sera cirujano, como su padre y el mio. Tiene un futuro prometedor y una bonita carrera como destino. Robin es el hijo de un colega de mi padre, el que ha cenado en casa y que yo he espiado toda la noche porque mi madre me ha prohibido salir de mi habitacion. Es el tipo de hombre que ella alaba y que pasa todas las pruebas con exito: una familia respetable y rica, un futuro bien planeado, una educacion ejemplar... <>, como dice ella. La perfeccion. Creo que me gusta un poco. Cuando Stella me dijo de salir con su grupo de amigos, me prohibi negarme. Por culpa de Robin. (O gracias a el). Y aqui, en este momento, por primera vez en mi vida, estoy desobedeciendo a mi madre. Peor, desobedezco la regla numero uno: <>. Pero voy a cumplir dieciocho anos, asi que decido desafiar la prohibicion. Esta noche, Robin me lleva a la fiesta de la musica. Noto las mariposas revolotear en mi estomago mientras me acerco a el. Veo que sus ojos se deslizan sobre mi y un destello de interes atraviesa sus ojos. Esta noche es excepcional, y he hecho un gran esfuerzo para arreglarme. Me he dejado el pelo suelto, me he maquillado ligeramente y me he puesto la unica falda que es un poco mas corta que todas las demas. --Eh, Kataline, estas... muy guapa. Me pongo roja en cuando su mirada desciende por mi cuerpo. Instintivamente cierro los lados de mi chaleco mientras subo a su descapotable. Hay algo en sus ojos que me intriga, un resplandor sucinto de deseo mezclado con algo mas que no logro identificar. Solo dura unos segundos, asi que me distraigo con otra cosa. *** Tras llegar al concierto privado de un grupo universitario de moda, nos encontramos con el resto de la pandilla, los amigos de Robin y Stella. Este concierto es un momento magico para mi, que nunca he salido. Es como un parentesis en mi cotidianidad lugubre y desprovista de fantasia. Rio como nunca. Y me atrevo a beber un poco de cerveza. !Que sensacion mas agradable la de sentirse como una chica normal! Tengo la sensacion de tener por fin una vida. Una verdadera, con ese punto de locura que la hace maravillosa. Cuando el concierto termina, mi voz esta ronca de tanto reir y no tengo ganas de volver a casa. Me gustaria que esta noche no terminara jamas. Durante la actuacion, Robin se ha acercado a mi. Incluso le he dejado que me cogiera de la mano. Y ahora quiero mas. No se por que, pero tengo la sensacion que debo aprovechar estos momentos como si fuera la ultima vez que pudiera divertirme. Cuando unos de los amigos de Robin, Miguel, un chico de origen puertorriqueno, nos propone acompanarlo a una fiesta, no dudo ni un segundo. Si me pillan cuando vuelva a casa, se que no me arrepentire de haber aprovechado la noche al maximo. --?Seguro que quieres venir, Kataline? Porque te puedo llevar a casa, si quieres. La mirada de Robin pasa rapidamente de Miguel a mi. Parece estar dividido entre el querer estar con su amigo y el deber de estar conmigo. No tengo ni la voluntad ni las ganas de ponerle fin a esta velada, asi que le respondo con determinacion: --Vamos a por la prorroga. Me apetece divertirme esta noche. Una sonrisa de complicidad con Miguel y nos vamos. Nos encontramos en una megafiesta de fraternidad, donde el alcohol fluye libremente y las chicas bailan sobre las mesas. Jamas habia visto a tanta gente joven divertirse (fuera de las peliculas que miro furtivamente en mi ordenador). No se hacia donde dirigirme entre las parejas que se comen la boca, los que hacen juegos para beber y los que se divierten sobre la pista de baile, improvisada en pleno centro de la sala. Miguel y Robin hablan mucho sobre su pasado. Aparentemente, Miguel acaba de volver del extranjero, asi que supongo que tienen mucho que decirse. Escucho vagamente su conversacion, aunque prefiero observar las escenas que se desarrollan bajo mi mirada. Quiero llenar mi memoria de imagenes de esta fiesta. Puede que sea la unica a la que jamas asistire. Hay una chica muy simpatica que me atrapa de la mano y me hace bailar. Yo me dejo hacer. Nunca lo habia hecho. Dejarme ir... Me hace bien. Por unos instantes siento las miradas de Miguel y Robin puestas en mi y tengo la impresion de que hablan de mi. Como sensacion, es algo nuevo. Yo, que paso los dias inadvertida, llamo su atencion y, en parte, me halaga que un chico como Robin se interese por mi. Me mira sutilmente cada vez con mas frecuencia, hasta que atrapo su mirada y deja de disimular. ?Podria ser que yo le gustara... un poco? Aun asi, me siento de todo menos sexi con mi falda plisada a media pantorrilla y mi blusa de manga corta. Nada que ver con los maniquies desvergonzados que desfilan bajo nuestras miradas desde el inicio de la noche. ?Podria ser que mi lado bien educado le guste a Robin? Mi madre se pondria verde de hastio. La noche avanza y los vasos vacios se multiplican en nuestra mesa. Los miembros del grupo ya se han ido y me encuentro sola con Miguel y Robin, quienes, al parecer, se han comprometido a regar sus reencuentros. Acabo en el sofa, esperando a que el tiempo pase y mirando como acaban con sus bebidas una a una. Me empiezo a preguntar si seran capaces de llevarme a casa. Tras un rato, empiezo a aburrirme, rechazando las bebidas que me van ofreciendo. La fiesta se resume finalmente a la droga, la musica neurotica, al alcohol y al sexo. !Nada divertido! Acabo por pedirle a Robin que me lleve a casa. Con un vistazo a Miguel, acepta sin quejas. Naturalmente, Miguel nos sigue, y salimos de la fraternidad hacia la noche clara por la luna llena. En el coche, nadie dice nada. Estoy decepcionada. Me hubiera imaginado otro final para esta salida, un momento romantico con Robin bajo la luz de la luna; quizas un beso. Pero ahi estoy, impaciente porque el coche aparque delante de mi casa. Deberia sentirme bien por volver a casa, pero, extranamente, cuanto mas conducimos, mas incomoda me siento. Miguel esta en el asiento trasero y Robin le lanza miradas regularmente a traves del retrovisor. Un silencio mortal se aduena del habitaculo y siento que algo se trama. Me retuerzo en mi asiento, ansiosa por encontrarme en el ambiente familiar de mi vecindario. Entiendo que las cosas van mal cuando Robin de repente gira a la derecha y aparca el vehiculo en el borde de un bosque. Abro la puerta instintivamente y salgo precipitadamente. Sin prestar atencion al terror que me revuelve el estomago, me alejo reculando, pero me detengo en seco cuando Robin sale y empieza a hablarme con una voz que no reconozco. --?Donde vas, carino? Ven aqui... No tengas miedo. Tiene un brillo en su mirada que hace que se me hiele el cuerpo. Hay algo de demente que lo hace terrorifico. Miguel me lanza una sonrisa carnicera mientras se acerca. En este momento empiezo a entrar en panico. En el fondo de mi se lo que tienen intencion de hacer. Me quieren hacer dano, pero soy incapaz de darme cuenta ni de moverme, o incluso llorar. Estoy completamente hipnotizada por la locura mortal que veo brillar en sus ojos oscuros. No es hasta que Miguel abre la boca que vuelvo en mi. --Te dejamos veinte segundos de ventaja, muneca. Quedo momentaneamente indecisa, como si mi cerebro no quisiera creer lo que esta pasando. --Vamos. El contador esta en marcha. Uno... Es como un clic. Sin gritar, con el miedo en el vientre, me doy la vuelta y huyo. Huyo tan lejos como mis piernas me dejan. Corro. Hasta perder el aliento. Sin saber adonde. Con la consternacion de la presa que huye de su depredador. Escucho la cuenta de los segundos y las risas diabolicas que me siguen a medida que me adentro en el bosque. --Corre mientras puedas, carino. La caza ha comenzado y nos encanta perseguir a nuestras presas... !Doce! Continuo adentrandome en el bosque, sin preocuparme de las ramas que me cortan los brazos y las piernas. Se que es mi unica posibilidad de sobrevivir: alejarme lo maximo posible de esta voz diabolica que lleva la cuenta de mi indulto. --!Veinte! Mi corazon se salta un latido y siento las lagrimas de despecho rodar por mis mejillas. Oigo ruidos detras de mi. Pasos que se acercan. Intento alejarme lo maximo posible. Tras lo que me parece una eternidad, me encuentro delante de una cabana, rezando por que este habitada... !Que error! Llamo. Llamo con todas mis fuerzas a la puerta de madera para que alguien me abra y venga a ayudarme. Pero la cabana esta vacia. Tiemblo y empiezo a sollozar. El desespero me asalta como una mano invisible que agarra mi garganta y me sofoca. No, esto no puede ser verdad... Me congelo cuando una rama se rompe justo detras de mi. Mi sangre se hiela en las venas. Lentamente, me doy la vuelta y me los encuentro de cara. Mis verdugos. Jamas olvidare sus sonrisas sadicas tras comprender que han ganado, que estoy a su merced y que me han ganado. Cuando Miguel habla, su voz esta llena de odio: --Sucia musa virgen, tan mojigata, tan inocente... ?Piensas que te vamos a dejar intacta antes de venderte? Robin ataca primero. Una fuerte patada en el estomago me dobla por la mitad. Se que soy mas debil que ellos. Que, ante su fuerza, yo no tengo ninguna posibilidad. Sin embargo, me defiendo. Como una loca. Logro rascarle la cara a Miguel de tal forma que tendra una cicatriz para el resto de su miserable vida. --!Puta, pagaras por esto! Y, de nuevo, tiene razon. Lo pago. Me persiguen por varios minutos. Me golpean por turnos por todo el cuerpo, sin parar. Los golpes me llueven de tal forma que soy incapaz de devolverselos ni de esquivarlos. Siento que se me rompen las costillas cuando Miguel me patea en el torax. Mi cuerpo no es mas que dolor. Tengo hematomas y heridas por todas partes. Al final, el sufrimiento es tan intenso que estoy a punto de desvanecer. Robin interviene, deteniendo mi calvario. --Para, Miguel, se va a desmayar. En este momento pienso inocentemente que ha terminado. Que han desahogado sus frustraciones conmigo y que ahora me dejaran tranquila. De nuevo, otro error. --Mierda, no es normal --dice Robin con voz jadeante--. Deberia haber reaccionado. Miguel me mira con desprecio. --Si, creo que tienes razon. Aunque no es tan grave. De todas formas, aprovechemos. No hemos hecho todo esto para nada. No entiendo a que se refiere. Lo unico que veo son sus ojos inyectados en sangre y como su cara forma una expresion tan feroz que parece poseido. Se deshace de sus pantalones ante mi mirada aterrada. --Vamos, Rob, sostenla. Robin obedece y en este momento quiero morirme. Miguel se pone encima de mi y comienza a besar mis labios avidamente mientras Robin me agarra. Aprieto los dientes, pero me muerde hasta hacerme sangre y no puedo hacer otra cosa que permitirle el acceso. Su lengua invade mi boca con rudeza y me quedo sin fuerzas para luchar. Despues, arranca mi blusa y mi falda y me quedo en ropa interior, a su merced. --Joder, si esta buena... Jamas me habria imaginado que bajo su ropa de mierda encontraria tal tesoro. Arranca mis bragas con un brillo demente en los ojos. Un sabor a bilis invade mi boca cuando comienza a entrar en mi. El dolor que he sentido cuando me han pegado no es nada en comparacion al que ahora me retuerce el estomago. Las lagrimas corren por mis mejillas mientras Miguel me roba lo mas preciado que tengo. Mi pureza, mi inocencia. Me viola mientras Robin me mantiene en el suelo, disfrutando del espectaculo con una sonrisa demoniaca. Me siento humillada, danada en lo mas profundo de mi cuerpo y de mi alma. Sin embargo, mientras dura el calvario, me obligo a mirar a Miguel a traves de las lagrimas. Quiero fijar su cara en mi memoria, sus ojos mientras me brutaliza de la manera mas vil. Estas imagenes me perseguiran hasta el fin de mis dias. Cuando Miguel ya ha tenido suficiente de mi, se endereza sin siquiera mirarme. Ahi cruzo la mirada con la de Robin. Se lo que quiere hacer y me duele. Me duele decir que habia confiado en el, que estaba preparada para confiarle mi corazon, y de verlo traicionarme de la forma mas despreciable. Con una mirada fria, Miguel se acerca y extiende la mano para acariciar mi pecho sin apartar los ojos de mi. Tiene una voz dulce que contrasta con la dureza de su mirada. Su mano recorre mi mejilla en un gesto casi tierno. --?Que es lo que esperabas saliendo esta noche, Kataline? ?De verdad pensabas que me interesabas? ?Que saldriamos juntos como los demas idiotas? Pero mirate... Con tu ropa de vieja, no eres nada. Si no hubieramos tenido dudas sobre tu naturaleza, ni siquiera te habria mirado. Es una pena, porque en realidad estas buena. Quizas mas que la mayoria de las musas que conocemos. No entiendo a que se refiere ni tengo fuerza para responderle, asi que me contento con mirarlo con todo el odio que puedo darle. Robin suelta una risita desdenosa. --Apuesto a que no entiendes lo que esta pasando, ?verdad? No pasa nada, son cosas fuera de nuestro control. Miguel interviene y da un golpecito a la cabeza de su complice. --Callate, Robin, no es el momento de dar explicaciones. Tenemos que terminar el trabajo. No podemos arriesgarnos a que ella abra... Se lo que significa eso. No me dejaran salir de aqui sin terminar su sucio trabajo. Quizas acabaran por matarme. No se arriesgaran a que se lo cuente a la policia. Realmente, me da igual. De todas formas, no creo que pueda vivir despues de lo que me han hecho. Impasible, miro como Miguel saca un cuchillo de su chaqueta. Avanza hacia mi con una mirada mortifera. Respiro profundamente mientras su mano se levanta para atacar. Pero en el momento en el que cierro los ojos esperando el golpe letal, suena un estruendo. Una sombra gigantesca aparece en el marco de la puerta. No se lo que es, pero inmediatamente me siento en paz. Una ola de calor me acaricia suavemente y me da un alivio liberador. Mis musculos se relajan y el dolor se desvanece. Me siento vacia de todas mis fuerzas, asi que me dejo ir, y mi cuerpo finalmente se rinde. Justo antes de hundirme en la nada, escucho la voz de Miguel transformada por el miedo. --Joder, mierda, un maldito... 1 Cuatro anos mas tarde Si me hubieras dicho que una modificacion del empleo del tiempo podria cambiar toda una vida, me habria reido en tu cara. Sin embargo... Las 9:30. Toca ir a la siguiente clase. Recojo mis cosas y las meto en mi bolsa. Tengo que ir a la sala de trabajos practicos, y esta en la otra punta del edificio. Pfff. Si hubiera sabido que este ano seria tan complicado, me lo habria pensado dos veces. Me levanto demasiado rapido de la silla y se me cae la bolsa, que se vacia bajo las mesas. <>. Me doblo en dos para reagrupar las hojas de dibujo mientras mi vecina de mesa se inclina para ayudarme. La chica tiene una pequena sonrisa burlona con el don de irritarme, pero me abstengo de decirle nada; ya esta bien que me ayude. Ademas, ha pasado mucho tiempo desde que no he despertado el miedo a ninguna chica de mi edad, asi que me resigno. --Kataline, ?verdad? --Kat, si no te importa. La sequedad de mi voz le hace recular, y me arrepiento de mi exceso de humor. Maldita sea, lo voy a joder todo de nuevo. Pero no puedo hacer nada, me horroriza que pronuncien mi nombre entero. Me recuerda demasiado a mis origenes. Ya tengo un nombre un tanto particular, y si encima lo pronuncian entero, le da un aire pomposo que no soporto. La chica me pasa el resto de mis pertenencias con una sonrisa dudosa. Parece realmente simpatica. Recojo mis croquis evitando su mirada. --Gracias, eres muy amable. --De nada. No se que mas anadir y, viendo mi verguenza, me dirige un pequeno asentimiento de cabeza. --Bueno, ?hasta la semana que viene, entonces? --Si, claro. Me precipito hacia la salida, pero en el momento en el que salgo del anfiteatro, ella me llama. --Eh, Kat, el taller es hacia el otro lado. !Mierda! Freno en seco y doy media vuelta mientras le dirijo un pequeno gesto de agradecimiento. Corro para llegar a tiempo a la siguiente clase. Corro. Todavia y siempre. Tengo la impresion que es lo unico que hago desde que entre en esta escuela de locos. Sin embargo, es mi culpa. Si no hubiera decidido seguir un doble grado este ano, no estaria como estoy. Y si, lo se, soy una loca. Me ha dado por hacer dos carreras completamente distintas. Esto llena mis dias, no me deja reflexionar demasiado y, sobre todo, no me deja tiempo para ningun tipo de relacion social. Y asi, me divido entre mis dos pasiones: las ciencias y el arte. De golpe he aumentado el numero de horas lectivas un treinta por ciento. Eso, mas el trabajo en casa para ponerme al dia de las clases a las que no he podido asistir. Una locura. Y, como si no fuese suficiente, no me he integrado a esta nueva universidad a la que he entrado. Hace mas de seis semanas que estoy en esta universidad y estoy tan sobrecargada con mis horarios que no he tenido tiempo de conocer a nadie. !Vaya cosas! Me doy cuenta con amargura de que no conozco el nombre de la chica que me ha ayudado antes. Es patetico. Sin embargo, cuando pienso en su rostro, me digo que podria ser una amiga. Hace mucho tiempo que no he tenido una amiga... Entro precipitadamente al taller de diseno y me acerco al profesor, que se sienta frente a su escritorio. --Buenos dias, profesor. Soy Kataline du Verneuil. La senora Martin debe haberlo avisado de que me incorporaba hoy a su clase. Me dirige una mirada vaga y me senala el fondo de la sala, sacudiendo la mano en el aire. --Ah, si. Bien, ?a que esperas? Instalate en algun sitio, ya hemos empezado. <>. La sala es grande, sin embargo, solo queda un sitio libre. Me instalo delante de una mesa de dibujo, evitando cruzar las miradas curiosas que siento sobre mi. Deslizo mis pertenencias bajo la mesa y me pongo rapidamente una bata de trabajo. El profesor ya ha dado sus explicaciones. Continua el programa donde lo habia dejado, como si yo no hubiera interrumpido su clase. Dios, pero ?que me ha dado para agregar esta clase en plena mitad del semestre? Don Cretino --ese sera su apellido para el ano-- nos pide varias herramientas para el trabajo practico. Tras servirme en el armario de los consumibles, vuelvo a mi sitio. Es entonces cuando me doy cuenta de que un chico ocupa la misma mesa que yo. No habia contemplado hasta ahora. Me mira con media sonrisa, como si yo fuera el evento que vino a alegrarle el dia. Avergonzada, bajo la vista. --Hola. Su voz ronca me hace saltar. Le lanzo una mirada de soslayo y veo su rostro agradable que me anima a contestarle, aunque yo no quiera hacerlo. --Hola. Sus ojos se fijan en mi con interes. --?No nos hemos visto por algun lado? No respondo. Me escudrina intentado encontrar algo entre sus recuerdos. Despues, su sonrisa se ensancha. --Vale... Entonces, ?eres nueva en esta clase? Maldita sea, sigue insistiendo. Muestro un ceno fruncido que espero que calme sus ardores. --Es eso, eres nueva. Es por eso que todos te miran como si fueras un extraterrestre. ?De donde vienes? Mierda. Me ha tocado el pesado. Suspiro. ?Tengo la obligacion de responderle? <>. Mi pequena conciencia me pone en orden y le saco la lengua interiormente antes de volverme hacia mi vecino. --Columbia. El chico parece impresionado e intrigado a la vez. --Ah, he ahi el acento. Imita la entonacion de mi voz y me arranca una sonrisa muy a mi pesar. Efectivamente he pasado los ultimos diez anos de mi vida en Estados Unidos. Y aunque volvi a Francia hace mas de diez meses, conservo un ligero acento americano del que me resulta dificil separarme. --?Y que ha hecho que dejes una de las mejores universidades del mundo para venir aqui? Mi corazon se hunde y una sensacion familiar de estres me invade. Respiro lentamente para calmarme. Aunque me parezca simpatico, me recito mis argumentos habituales como un automata. --He decidido retomar mis estudios en Arte. Y solo podia venir a esta universidad presentandome directamente a ultimo ano. --Guau, impresionante. ?Has conseguido convencer al jurado de seleccion? Hago una mueca. --Si, bueno, no tengo ningun merito puesto, salvo que ya habia estudiado todas las asignaturas en mi anterior... universidad. Seguia el curso a distancia. El profesor nos interrumpe. --Eh, artistas, sera mejor que os concentreis en vuestro trabajo en vez de parlotear como urracas. Thomas, pasa el programa. Joder, !que irritante es!

  • Un destino propio de Maria Montesinos

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    El mundo esta cambiando y nadie podra impedirlo. Una sociedad se resiste al fin de una epoca. Una mujer busca su propio destino.

  • La Guarida de Jaime Blanch

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    Una figura avanzaba con paso tranquilo por la avenida, apenas iluminada por las farolas recien encendidas. A derecha e izquierda, se alzaban en silencio refinadas casas. Todo estaba en calma. El hombre consulto su reloj y, luego, miro a lo alto. Soplaba una suave brisa y el cielo estaba cerrado por nubes bajas. La temprana luna no le descubriria. Mejor asi. Incluso si alguien llegara a fijarse en el seria muy improbable que luego recordara sus rasgos. Justo al pensarlo, se cruzo con una pareja que se alejo trotando, con un perro que les seguia. Pasaron a su lado sin ni siquiera echarle un vistazo, como si fuera un fantasma. Camino cien metros mas y se paro frente a la entrada de la finca. A traves de la verja se vislumbraba una gran extension de cuidado cesped, flanqueada a la derecha por una piscina y a la izquierda por una cochera en la que se veia el BMW de su dueno. Contemplo el edificio con detenimiento y distinguio luz en una de las ventanas del segundo piso. Sin duda, el viejo debia estar leyendo comodamente en su biblioteca. Se alejo unos pasos y examino la verja. Su parte inferior era un muro que imitaba la piedra natural, pero a partir del metro y medio de altura estaba hecha de estilizadas barras negras verticales, que ascendian hasta los dos metros. Era muy elegante, se dijo, pero facil de saltar. Miro a ambos lados y, no viendo a nadie, trepo con agiles movimientos y se dejo caer al otro lado. Una vez dentro del recinto, camino con tranquilidad hacia la puerta principal. Sabia de sobra que el doctor nunca habia querido recurrir a camaras ni sensores, confiando ciegamente en la seguridad privada de la urbanizacion. Se acerco hasta la puerta de la casa y movio el pomo. Este giro en silencio. No pudo evitar sonreir. El viejo siempre tan confiado. Como de costumbre, no echaria la cerradura hasta la hora de dormir. Dejo la puerta entreabierta y avanzo por el amplio recibidor. Frente a el, las escaleras daban acceso al piso superior; a la derecha se situaba la cocina con una despensa y una pequena habitacion, destinada a los sirvientes que nunca hubo en la casa; y a la izquierda, se distinguia un amplio comedor y otra habitacion mas. En ese momento oyo voces arriba y se sobresalto. Se suponia que el doctor estaba solo. Subio en silencio y se acerco sigiloso a la puerta de la biblioteca. El hombre hablaba con alguien, pero enseguida cayo en la cuenta de que estaba usando el telefono. Se disponia a bajar cuando algo de la conversacion le detuvo. --Manana vendra a verme ese antiguo alumno del que le hable, Lucas Drusell. (...) --Si, le dare los tres cuadernos, ademas del escrito que ahora mismo he terminado, en el que lo explico todo. (...) --Si, eso es. Es diferente del que tengo preparado para entregar a la policia. Tambien ese lo acabo de terminar. (...) --No. Tengo mis motivos para pensar que el puede ser una pieza importante para resolver este asunto. (...) --No estoy seguro de que se acuerde de mi, pero no importa. Estoy convencido de el se ha visto afectado, aunque todavia no lo sabe. Una vez se lo explique todo, nos ayudara. Drusell sera una pieza clave para contrastar todas mis afirmaciones y proporcionar mayor validez a mis argumentos, una vez nos decidamos a entregarselo todo a las autoridades. Pero primero debo ganarme su confianza antes de contarle toda la verdad; sera duro para el. Hay que acabar con todo esto, lo que hacen alli no tiene nombre. El intruso noto como la ira aumentaba en su interior y sintio deseos de matar con sus propias manos al anciano. Tal y como imaginaba, se habia ido de la lengua y lo que habia oido seguramente no seria mas que la punta del iceberg. Cerro los punos con fuerza y respiro varias veces hasta que consiguio calmarse. Aunque sabia que nunca podrian encontrar pruebas que lo involucraran, tenia que parecer un accidente, y utilizar un poco de gasolina era algo muy distinto de abrirle la cabeza con un hacha. No obstante, habia conseguido una informacion muy util. <>: no debia olvidar ese nombre. Se felicito en su interior por encontrarse alli en aquel instante y se dispuso a terminar su cometido. En una de las paredes del salon, una timida lumbre crepitaba en la chimenea. Era mas de lo que necesitaba. Esparcio pequenos troncos de la lenera alrededor del hogar, mientras miraba a su alrededor con aprobacion: paredes forradas de listones de pino, una gran mesa de roble, todo el suelo alfombrado... El viejo iba a tener una pira funeraria impresionante. De su mochila extrajo un pequeno bote de gasolina. Esparcio el combustible por la alfombra y golpeo una de las brasas con un tronco. Esta salto de la chimenea y en un instante, toda la alfombra prendio. La figura abandono la casa y cerro la puerta con cuidado tras de si. Rodeo la pared hasta situarse bajo la ventana de la biblioteca y alli dejo un pequeno objeto con cuidado. Desanduvo el camino hecho y al cabo de unos instantes ya estaba fuera de la propiedad. Jose Antonio Brull colgo el viejo telefono, colocandolo sobre el interruptor de gancho, y se sento en el comodo sillon que utilizaba para leer. La biblioteca constituia para el su recinto sagrado. Era la sala mas grande de la casa. Cuando adquirio la vivienda, reformo esa habitacion, tirando varios tabiques para dejar espacio a su amplia coleccion. Asi, las cuatro paredes estaban adornadas con elegantes estanterias repletas de libros cuidadosamente ordenados. En un lugar accesible conservaba, ademas, los cuadernos en los que, durante su dilatada carrera profesional como psiquiatra, habia ido anotando la evolucion de los enfermos tratados por el. Durante unos minutos estuvo sentado, sin hacer nada, pensando en la reunion del dia siguiente. Su antiguo alumno no habia confirmado su asistencia, ni la recepcion de la carta, pero estaba seguro de que acudiria. No sabia por que tenia esa certeza, como si lo conociera de siempre, a pesar de que habian hablado en contadas ocasiones. De pronto, tuvo la sensacion de no estar solo. Percibio en su cuerpo un estremecimiento que le resultaba familiar

  • Pandemocracia de Daniel Innerarity

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    Cuando Daniel Innerarity me planteo prologar este texto lo hizo sugiriendome utilizar las ideas que habia expresado en un articulo de prensa, <>, sobre la funcion y exigencias de la politica y, en especial, de la actividad parlamentaria en el contexto de la epidemia del Covid-19. Conociendo a Daniel y sus ideas esperaba, pues, que este librito fuera un texto <>, inscribiendose asi en una muy honrosa linea de pensamiento que, no solo no se desmiente con los errores de quienes nos dedicamos a la politica, sino que se reafirma cada vez que comprobamos los desastres que genera su sustitucion por la huida a los falsos refugios de la Verdad con mayusculas, la (unica) voluntad del pueblo o la seguridad nacida de la irresponsabilidad y la demagogia. Y sin embargo este libro va mas alla. El lector tiene en sus manos un autentico alegato en favor de la honestidad, de la humildad, del respeto al otro y del aprendizaje. Virtudes que, sin duda, se necesitan en la politica, pero que valen tambien para muchos otros campos de la actividad humana y, desde luego, para la reflexion filosofica y cientifica. En momentos de busqueda de certezas y seguridades, de decisiones claras y efectivas, de liderazgos unitarios, es bueno recordar que las crisis surgen precisamente en ambitos de incertidumbre, duda y hasta desorientacion. Identificar unanimemente y sin dudas una amenaza parece permitir una identificacion igualmente unanime e indubitada de la respuesta <>. Pero esa correlacion es erronea. La <> no es siempre facil de identificar ni hay consenso sobre la misma o sencillamente no existe. Las respuestas expertas son habitualmente plurales, las perspectivas desde las que identificarlas y sus posibles consecuencias son tambien diversas y distintas para cada uno de sus destinatarios. Las crisis invariablemente plantean opciones inciertas, afectan a diversos ambitos y valores, y exigen ponderar sus efectos en todos ellos. La decision en la incertidumbre y la ponderacion son eminentemente politicas, tambien porque sobre el peso de los valores afectados no hay expertos, sino juicios y opciones personales y sociales, como explica este libro con la caracteristica elegancia de su autor al definir la politica como <> que <>, aunque esas dificultades no sean <>. Confiar la decision, en tales casos, a la politica democratica es signo de humildad y respeto al otro, que quiza tenga razon; pero sobre todo es un instrumento para conseguir que esa decision sea informada, razonada, integre el maximo de aportaciones, sea asumible por los ciudadanos y se adopte de modo plenamente responsable. A las crisis se responde tambien con el pluralismo y la discusion politica, aunque exijan modular el debate partidista ante el objetivo compartido y las necesidades de una actuacion convincente y compartida. En frase especialmente feliz, Daniel Innerarity afirma que <>, aunque afirmarlo en lugar de desearlo sea quiza un caso benevolo y comprensible de sacrificio del rigor en beneficio de la esperanza. No es extrano que sea Innerarity precisamente quien nos recuerde que esa es la responsabilidad institucional que debe prevalecer ante las visiones de la crisis como oportunidad de autoafirmacion partidista, senal clara, en sus palabras, <>. Reivindicar la politica democratica, la discusion plural y el sentido institucional es una posicion esperable en una diputada, mas aun si asume la Presidencia de la Camara de representacion ciudadana. Pero de un texto de Daniel Innerarity el lector espera algo mas, y este libro no le defraudara, al menos en dos aspectos: por una parte, la defensa de una politica marcada por la relevancia de lo publico y por su caracter multinivel; por otra, la exigencia no solo etica sino profundamente pragmatica de una actitud personal de apertura, humildad, comprension y aprendizaje, en los politicos y en el conjunto de los ciudadanos. Primer aspecto: la politica es quien fija las prioridades sociales, y las instituciones son quienes permiten que esa fijacion se haga de modo publico, responsable, consciente de sus efectos y alternativas y con respeto a los valores que hemos decidido proteger reforzadamente. Ni los estudios de television ni las calles pueden hacerlo. Las instituciones publicas son nuestro instrumento mas poderoso como sociedad, y son quiza el unico instrumento para quienes disponen de menos recursos. Si no funcionan o no lo hacen suficientemente, podemos reformarlas o cambiar a sus miembros; pero no podemos permitirnos sustituirlas ni renunciar a ellas. Solo las instituciones garantizan una explicacion y una argumentacion publica de las medidas, considerando y dando respuesta a las dudas, objeciones y alternativas que se susciten. Unicamente ellas permiten integrar el maximo de aportaciones, pues como afirma el autor, <>. Solo en las instituciones quien decide lo hace sometido al control y a la presion del otro, cuyas alternativas se someten asi tambien a las reglas propias del debate institucional y al mismo escrutinio publico. Unicamente ellas, en fin, hacen legitimo responder a la crisis, la sanitaria y sus consecuencias sociales y economicas, con un uso intenso y responsable de lo publico, que siempre asume la respuesta y la responsabilidad de actuar. En tiempos de crisis, todos nos refugiamos en los medios publicos, y a los representantes publicos les corresponde en consecuencia dirigir la respuesta. De la crisis saldremos gracias a lo publico; gracias, pues, a las decisiones politicas que generaron sus capacidades y a las que lo ponen en funcionamiento. Saldremos gracias a las instituciones de todos. Unas instituciones que integran hoy necesariamente diversos niveles. Frente a quienes ven en la crisis una oportunidad para recuperar el protagonismo de los estados o poner en duda las instituciones supranacionales, este libro nos pone ante una realidad incuestionable que su autor expresa como la disociacion de los grandes asuntos politicos del Estado como marco unico de generacion, impacto y solucion. Por ello, el Estado, y en concreto Espana, actua hoy en distintos niveles: algunos de ambito mas reducido, autonomico y local, y otro mas amplio, el de la Union Europea. Todos ellos son, a mi juicio, necesarios y estan profundamente interconectados. Con el fin de mejorar la respuesta a los nuevos retos hemos decido que el poder sea, de nuevo en palabras de Daniel, <>. El lector encontrara en estas paginas argumentos para reforzar la dimension europea de nuestras capacidades, pero lo hara consciente de los limites actuales de las instituciones de la Union y de las razones de esos limites, condicion necesaria para su superacion. Segundo aspecto: las finalidades a las que sirve la politica no se alcanzan de modo automatico. La politica la hacemos personas, y de nuestra responsabilidad y acierto depende que el sistema parlamentario funcione y que sus fines se hagan reales tambien en la gestion y superacion de las crisis. En tales casos, el pluralismo de nuestras instituciones debe ser solo un instrumento real para mejorar el camino hacia el objetivo que ahora todos compartimos: superar la crisis del Covid-19. Para ello es requisito inexcusable el respeto por el otro; un respeto que nace de la necesaria humildad de cada uno, de la conciencia de las limitaciones, las propias y las que impone la realidad, de la exigencia de asumir las propuestas utiles, independientemente de su procedencia, y tambien del reconocimiento del esfuerzo y la voluntad del otro. Al debate politico y partidista en tiempos de crisis puede aplicarse lo que Daniel afirma sobre el debate entre estados dentro de la Union: <>. Admitamos las limitaciones y asumamos, sin rendirnos, que en ocasiones chocaremos con obstaculos insuperables. Ni la ciencia ni la politica son infalibles. Desconfiemos de quienes lo tienen todo claro, pues en el debate publico no hay mejor senal de soberbia ni mayor riesgo de error. Con muertes de seres queridos, con afectacion de los negocios, con incertidumbre sobre el futuro, con pisos pequenos y sin luz... se que es dificil, pero mas que reproches y diatribas, demoliciones y bilis, hace falta prudencia, serenidad, comprension y empatia. Respeto por el trabajo y la contribucion ajenos y prudencia en su valoracion; comprension por el esfuerzo realizado e incluso por la impotencia que pueda encontrar; implicacion en la oferta de respuestas; empatia y solidaridad con quienes mas sufren, con quienes pierdan recursos, fuerzas y, sobre todo, personas queridas. Esos son los signos que distinguen a quienes luchan contra la crisis, quienes se comprometen para superarla, frente a quienes querran utilizarla para sus intereses. En estas semanas, los responsables publicos hemos asumido intimamente la decision de incluir siempre en nuestras intervenciones el agradecimiento, institucional y personal, a quienes durante la crisis trabajan por el conjunto de los ciudadanos: trabajadores publicos, gestores, responsables, profesionales y empleados en servicios esenciales, fuerzas de seguridad y tantos otros junto a los profesionales sanitarios que asumen ademas el riesgo para su propia salud y su vida. A su lado, palidece el agradecimiento a Daniel Innerarity por este texto, pero en su justa medida es enormemente gratificante encontrar una reflexion serena, constructiva y coherente con las virtudes que defiende de honestidad, humildad, respeto al otro y aprendizaje. Gracias pues, tambien, a quienes reflexionan, sobre todo cuando lo hacen desde la humilde voluntad de aprender antes de ensenar.

  • Estocolmo de Rodolfo Alpizar Castillo

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    Estocolmo: una novela que no dejara impasible a ningun lector. Presentes en esta magnifica narracion estan el asesinato y la busqueda de un asesino en serie. En algun momento, escenas de maltrato fisico, muerte violenta de un personaje ante los ojos del lector: elementos basicos de una novela policial. Pero Estocolmo no es una novela policial; antes del crimen y la indagacion, se ha asistido a otra muerte, callada, en vida: la anulacion paulatina de una mujer por el hombre que eligio como marido. Una mujer que, como muchas, intenta mantener ante si misma la fachada de un "hogar perfecto". La violencia fisica, pues, no es la tonica de la obra, sino el maltrato cotidiano, moral, que borra la personalidad, al cual, sin embargo, la propia victima se acomoda poco a poco, hasta crear una "zona de confort" donde se siente segura, hasta convencerse de que, fuera de ese espacio, ya no podra vivir. Despues de leer la novela Estocolmo seria bueno preguntarse "amigo lector" cuantas mujeres que conocen padecen el sindrome Estocolmo, cuantas estan conscientes de padecerlo y sobre que preceptos descansa la satisfaccion personal de muchas feminas, la vida holgada y la paz hogarena.

  • La mision de Bullsi de Alfonso San Eugenio

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a llegar para conseguir tu sueno? Bullsi, un joven campesino que aspira a ser un gran aventurero legendario, sale de su pequeno pueblo natal para buscar aventuras que lo conviertan en una leyenda.

  • El profesor de musica de Lizzy Bronte

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    MISTERIO Y ROMANCE SE ENTRELAZAN EN ESTA HISTORIA QUE NO DA RESPIRO.
    -SCARLETT O’CONNOR

  • El hijo de las cosas de Luis Mateo Diez

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    Dos hermanas y un hermano forman un trio familiar tan habitual que apenas nos llama la atencion. Dos hermanas que asumen, con frecuencia, una responsabilidad afectiva que cobra todavia mayor relieve cuando los padres faltan. Ellas son dos personajes cruciales en esta novela con la que Luis Mateo Diez vuelve a sorprendernos con un giro humoristico llevado a sus ultimas consecuencias, intensificando el aliento desorbitado de su escritura expresionista. A las dos hermanas les ha caido en esta historia, que no concede sosiego al lector, un hermano tarambana, disoluto, lo que podriamos considerar una penosa herencia que puede llevarlas a la ruina moral y material, si se descuidan. Otros personajes las amparan y ayudan o, en el peor de lo casos, las ponen de los nervios. La historia nos lleva por derroteros sorprendentes, inusitados o absurdos. Ellas no cejan en el empeno de salvar al hermano, un hijo de las cosas que tanto merece lo que no es capaz de ganar, como si en su vida todo se lo debieran. Estamos ante una fabula, tan verdadera como inquietante, entre la risa y la melancolia, sobre los sentimientos manipuladores, la impostura de los afectos, las coartadas de los bienes familiares, la desgracia de lo que tan penosamente se reparte en las responsabilidades de las hermanas y los hermanos. Esta puede ser la novela mas divertida de un autor del que conocemos muchos registros, un prolifico novelista dueno de un mundo inagotable.

  • Otono en Londres de Andrea Izquierdo

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    <>. Alli va a parar LILY, admitida en la universidad gracias a una beca y atonita por su lujosa residencia. Para MEREDITH, ese ambiente es muy comun, al igual que para AVA, mas interesada en que sus secretos no salgan a la luz pese a la insistencia de CONNOR, ese chico coreano que siempre acompana a REX (del que todos hablan debido a su madre) y a MARTHA, la del pelo azul que armo un numero cuando se cruzo en una fiesta con TOM; si, !el mismisimo Tom Roy!, amigo de FINN, el pelirrojo aficionado a los videojuegos que siente antipatia por OLIVER… Ese al que Lily preferiria no tener que ver nunca mas. Con el inicio del otono, todos ellos coinciden en el entorno mas exclusivo de Londres, donde cuanto mas alta es la cima, mas riesgo entrana el precipicio.

  • Mas alla de los limites de Claudia Cardozo

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    Maria Cabrera es una joven oficial de policia que se encuentra con el caso mas complicado y excitante de su carrera; una serie de robos en Boston se acaba de cobrar su primera victima y ella sera la encargada de resolver el crimen. Ahora, su unico problema es su nuevo companero, la ultima persona que quisiera ver a su lado cada dia.

  • La reina del baile (Bajo sospecha 5) de Mary Higgins Clark

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  • A la caza de la dama de Olivia Kiss

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    Lo ultimo que Alastair Miller espera cuando pasa la noche en una posada y descubre a un intruso merodeando en su carruaje, es que ese intruso no sea un ladron al uso, sino una mujer. Una mujer preciosa que dice dedicarse al oficio mas antiguo del mundo. Alastair no quiere problemas, pero es incapaz de dejarla abandonada a su suerte, asi que termina compartiendo parte del camino con la joven, pero ?es Diane quien dice ser o esconde mas secretos de los que Alastair puede siquiera empezar a imaginar? ?Y es posible que uno de los solteros mas famosos de la ciudad termine enamorandose de esa dama misteriosa que podria cambiarlo todo?

  • Rendida de Tierra Salvaje

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    Su desdichado y pobre pene encerrado en el interior de su ajustado boxer Calvin Klein, se estremecia y palpitaba a causa de las diabluras llevadas a cabo durante la manana debajo del mostrador junto a Rosalia, su joven companera en la recepcion. Ciriaco sacudio la cabeza a un lado y al otro con fuerza y se dijo a si mismo que era un tonto de capirote. ?Pero que diablos le estaba ocurriendo? Le complacia la frecuencia y la variedad en las relaciones sexuales, y adoraba a cualquier femina lozana con la que se le presentara la oportunidad de acostarse, pero habitualmente no se lanzaba al vacio como si fuera un vulgar adolescente. Sobre todo, si tenia la certeza de que iba a quedar insatisfecho. Sucedia, sin embargo, que su companera Rosalia lo volvia completamente loco haciendole perder la razon sin remedio. Habia algo en aquella muchacha, no podia precisar exactamente el que, algo poco comun en otras mujeres, que lograba perturbarle intensamente. No se trataba simplemente de una respuesta puramente erotica, ni tan solo que su polla se agitara por el sexo y el deseo hacia ella junto a toda aquella memorable feminidad que lo acompanaba. Aunque debia reconocer que sus redondos pechos, sus rotundas nalgas y aquel par de estilizadas piernas resultaban tremendamente sensuales para cualquier mortal. Cualquier miembro de aquel hotel, fuese hombre o mujer, se sentia irremediablemente atraido por la curvilinea figura de la guapa recepcionista. Los multiples escarceos de Rosalia con diferentes miembros del hotel e incluso con algun conocido cliente que les habia visitado, tanto hombres como mujeres, eran bien conocidos por todos ellos pues ella no trataba en modo alguno de ocultarlos. No, lo que verdaderamente lo seducia era el espiritu indomable de aquella linda gatita. Su energica repulsa a todo aquello que pudiera desacreditarla, ya fuera la prepotente actitud machista de Ciriaco --de la que en numerosas ocasiones el muchacho se avergonzaba-- o bien otros elementos como la zorra, engreida y vanidosa de Valentina. La subdirectora era astuta y malpensada y, dicho sea de paso, ni la mitad de eficaz en su trabajo que Rosalia. Vicente, el director del hotel, era aun mas incompetente que su arrogante asistente, y no deberia estar al frente ni tan siquiera de una pequena pension asi que aun menos de un hotel de cinco estrellas archiconocido en todo el pais. Ciriaco llego al fin al primer piso y, al tiempo que gozaba de la discreta, pero opulenta decoracion penso que el Hotel Alameda era, sin ningun genero de dudas, uno de los mejores hoteles del pais. Los enormes lienzos que colgaban en las paredes de la galeria de la primera planta junto a las antiquisimas estatuas de bronce y los jarrones de estilo chino deberian tener un valor incalculable --supuso mientras intentaba menguar su incipiente ereccion. Penso en dirigirse directamente a la suite ocupada por Celia Luzaro, la famosa escritora vitoriana y de exito mundial; sin embargo, volvio sobre sus pasos y se paro ante un cuadro de un autor del siglo XVIII nada celebre. La figura femenina que aparecia en el lienzo era de cabellos de tonos rojizos, de pronunciadas curvas bajo aquel vestido de epoca y de bellos bordados. Una mujer representativa de la sociedad burguesa de la epoca y que por alguna siniestra razon le recordo al instante a Rosalia. Al imaginar a su estupenda companera de recepcion engalanada con aquel magnifico vestido de seda, en lugar de con su habitual traje de chaqueta de color gris marengo, su mano se encamino al instante hacia su entrepierna en busca de una leve caricia. Se presiono su miembro por encima de los pantalones de pinzas, al mismo tiempo que fantaseaba con la imagen de Rosalia despojandose del vestido y quedandose desnuda ante el. Imaginaba el roce con su desnudo cuerpo y el perfil redondeado de su delicado trasero, redondo como un par de manzanas, mientras el se dedicaba a palparlo a conciencia. Era plenamente consciente de que dicha caricia complaceria enormemente a la muchacha: ciertamente apenas media hora antes su descarado y audaz magreo sobre sus nalgas habian logrado arrancarle un sonoro orgasmo. Mientras seguia acariciando su cada vez mas inquieta virilidad, Ciriaco sopeso la opcion de llevar a cabo una necesaria pausa en su habitacion. Experimentaba una profunda incomodidad entre las piernas. Debia resolver un par de cosas que tenia pendientes, pero una efimera masturbacion lograria que sus pensamientos se relajasen. Penso en el momento de la placentera descarga, pero al mismo tiempo imagino que le resultaria poco o nada gratificante. No queria correrse con la sola compania de su imaginacion y su mano, sino que deseaba compartir aquel momento con Rosalia. O en su defecto con cualquier otra mujer. Volvio a su cabeza la faena que la recepcionista le habia encargado y recordo la penetrante mirada que Celia Luzaro, la popular novelista cuya ducha no funcionaba desde hacia veinte minutos, le habia regalado el dia anterior. Ciriaco, eres un sinverguenza y un bribon --se dijo al dirigir sus pasos hacia la suite numero veintisiete, la cual ocupaba aquella madura mujer en cuyo sinuoso y apetecible cuerpo reparo desde la primera vez que la vio. Debia reconocer que se sentia plenamente atraido por aquella dama. Si senor, la senora Celia Luzaro era deliciosamente atractiva para un joven muchacho como el. Nada mas verla llegar al hotel se quedo prendado de su esbelta figura y de aquellos expresivos ojos verdes que tanta curiosidad le habian inspirado. Ciriaco sospecho que el aspecto confusamente idealista de aquella mujer, acaso vendria dictado por su prolifica inspiracion a la hora de imaginar historias, pero por otro lado penso que seguramente se correspondiese con un problema en la vista, pues al firmar en el libro de registro del hotel necesito echar mano de las gafas que tenia guardadas en el bolso. Luego supo, por boca de la propia senora Luzaro, que desde hacia tres anos tenia un problema de vista cansada debido al uso asiduo del ordenador al escribir sus novelas. Pese a la evidente molestia de Celia Luzaro con su vista, no le habia impedido obsequiarle con una pronta y encantadora ojeada por debajo de aquel par de lentes de exquisito diseno italiano que la hacian parecer mas joven de lo que realmente era. Cuando el muchacho le sonrio, ella se sonrojo de manera encantadora y volvio a tomar del mostrador el bolso de mano de Valentino que debia haberle costado un buen monton de dinero. Luego cuando le entrego una suculenta propina y apenas se rozaron sus dedos, volvio a enrojecer intensamente. Ciriaco se cuestiono sobre que temas versarian las novelas de aquella mujer, y en cuanto tuvo ocasion se lo pregunto a Rosalia. Pues para serte franca, la verdad es que no tengo ni la mas remota idea. Nunca lei ninguno de sus libros. La informacion de Claudia, su camarera favorita, le resulto mucho mas valiosa. !Bah! Menuda bazofia, son unos libros sin el mas minimo interes. A las jovencitas y las marujonas que no buscan mas que sensibleria y cursileria y nada de follar les encantan. No gastaria ni un euro en uno de ellos. Ciriaco sonrio abiertamente meditando sobre todas aquellas cosas que la rubita de Claudia estaria dispuesta a tantear, a succionar y lamer, a manosear y acoger en aquel soberbio cuerpo. Llamo a la puerta dos veces con los nudillos y enseguida escucho ruido en el interior de la suite. Celia Luzaro le habia dado la sensacion de ser una mujer un tanto inocente pese a ser una persona celebre y haber corrido mucho mundo. No daba la sensacion de estar muy convencida de su feminidad, pese a que cualquiera la hubiese imaginado como una autora de novela rosa con unos modales refinadamente femeninos. Hola --saludo cuando la senora Luzaro abrio la puerta. Tengo entendido que tiene un problema con la ducha. Pues la verdad es que si --le contesto ella mirandole con cara de sorpresa y una expresion apocada en el rostro. Necesito darme un bano para relajar los musculos del cuello que los tengo agarrotados y apenas salen unas gotas... ?Seria tan amable de arreglarla? Se lo agradeceria infinito... Tras estas palabras en busca de auxilio, entro a la habitacion con un frufru de seda rosa palido que balanceaba en torno a sus piernas. Ciriaco trato de contener la risa mientras la seguia hasta el cuarto de bano. Pese a la abundancia de invencion que se le podia imaginar gracias a su profesion, Celia habia claudicado ante un evidente y recurrente estereotipo: La idea de la mujer fatal que recibe al fontanero, cubierta con un simple neglige transparente y zapatillas de bajo tacon. Aquella prenda no daba lugar a que corriese la imaginacion de uno, pues se traslucia todo y ademas el escote de la espalda le llegaba hasta el inicio de las nalgas. El problema radicaba en que las artimanas de aquella madura mujer lograron el efecto deseado. Ciriaco noto que su libido se aceleraba y que su virilidad se encabritaba por debajo del pantalon. No tuvo duda de que se habia topado con una nueva admiradora. La vestimenta, los ademanes de la escritora y la sensual fragancia que la envolvia asi lo atestiguaban. Ciriaco centro su vista en aquel excitante balanceo de las caderas de la senora Luzaro bajo aquella ligera prenda y se interrogo sobre las causas que la llevaban a mostrarse de ese modo tan sumamente explicito. La suavidad de la tela era de una delicadeza sublime y, si se hubiera encontrado en un casino, hubiese apostado todo su dinero a que la mujer no llevaba ninguna otra prenda. Ante aquel pensamiento su miembro se rebelo debajo del pantalon buscando un mejor acomodo. Miro disimuladamente a la senora Luzaro, la cual corrio la puerta de la mampara a un lado y aparento un gran interes por la averiada ducha. Ciriaco, mientras revisaba el mando de la ducha que no parecia sufrir ningun dano, penso que Celia Luzaro poseia una belleza realmente cautivadora. Con su ondulado cabello, sus modales y su semblante indiferente, no guardaba la mas minima relacion con Rosalia, pero poseia un gran atractivo. Celia era delicada y fragil al mismo tiempo, lo cual la hacia mas interesante que aquella estampa refinada y artificial que pretendia sugerir. Aquella mujer era toda ella ternura, un ser candido y sin ningun atisbo de malicia. En ese momento le vinieron a la cabeza las palabras de Claudia sobre sus empalagosos escritos y reflexiono si todo aquello se debia a que la senora Luzaro tenia pensado variar la tematica de sus novelas y pasar a desarrollar unas narraciones de caracter mas erotico y donde el elemento sexual fuera mucho mas evidente. Si fuera tan amable... necesito darme un bano y como vera el mando esta atascado. No funciona ni a un lado ni al otro. --le comento mientras se acercaba a el y casi rozo el brazo del muchacho con su seno.

  • Superwoman de Begona Ameztoy

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    La protagonista de esta historia, Almudena Cortazar, vive la ficcion de un mundo imaginario construido a su imagen y semejanza. Se cree una heroina, un icono de belleza y elegancia, una triunfadora temida y envidiada por la fauna de mediocres que la rodea. Pero, en realidad, es un bluf, y aun no lo sabe. Lo descubriras tu misma en cada linea y en cada pagina de esta historia divertida y original.
    Superwoman es un prototipo de nuestro tiempo, el mito erotico y robotico que esta sociedad de mierda merece. Un hibrido aberrante de progre implacable, liberada y canalla con toques del marujeo mas cutre y ramplon.
    Dinero, poder, amor, sexo. Solo son salidas de emergencia que ella utiliza para escapar de sus frustraciones y complejos.
    Como no podia ser de otra manera, el final de su recorrido es tan catastrofico y sorprendente como la vida misma. Y tan impredecible que no hay dios que te haga un spoiler.

  • Un dia para no olvidar de Dylan Martins

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    Un guino de amor a todas esas lectoras que comparten un momento conmigo.
    Por todas y cada una de vosotras…
    El amor en el dia de San Valentin en esta variedad de relatos.

  • El ultimo riesgo (Match Point 1) de Kristel Ralston

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    Colette esta cansada de ser la oveja negra de su familia, es decir, el proyecto fallido del prestigioso matrimonio Kessler. Ahora, mas que nunca, esta dispuesta a demostrar su valia profesional como periodista. Cuando le llega una oportunidad laboral, acepta jugarselo todo. Pero no cuenta con reencontrarse con la unica persona capaz de confundirla lo suficiente para echar por tierra su determinacion de alejarse de aquello que todos llaman tentacion. Sin embargo, lo mas dificil sera lidiar con un gran secreto que llegara para desequilibrarla, dejandola confusa y vulnerable.

  • Matar a un ruisenor de Harper Lee

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    Cuando tenia casi trece anos, mi hermano Jem sufrio una grave fractura en el brazo a la altura del codo. Cuando sano y por fin se disiparon sus temores de que nunca podria volver a jugar al futbol americano, en raras ocasiones volvia a acordarse de aquella lesion. El brazo izquierdo le quedo algo mas corto que el derecho; cuando estaba de pie o andaba, el dorso de la mano formaba casi un angulo recto con su cuerpo, y el pulgar estaba paralelo a sus muslos. A el no podria haberle importado menos, con tal de poder pasar y chutar. Cuando transcurrieron anos suficientes para poder verlos en retrospectiva, a veces hablabamos de los acontecimientos que condujeron a su accidente. Yo sostengo que los Ewell fueron quienes lo comenzaron todo, pero Jem, que era cuatro anos mayor que yo, decia que eso habia empezado mucho antes. Dijo que comenzo el verano en que Dill vino a vernos, cuando nos hizo concebir por primera vez la idea de hacer salir a Boo Radley. Yo decia que si el queria tener una amplia perspectiva de lo sucedido, en realidad comenzo con Andrew Jackson. Si el general Jackson no hubiera perseguido a los indios creek arroyo arriba, Simon Finch nunca habria llegado hasta Alabama, y ?donde estariamos nosotros si no lo hubiera hecho? Eramos demasiado mayores como para zanjar la discusion con una pelea, de modo que consultamos a Atticus. Nuestro padre dijo que los dos teniamos razon. Al ser del Sur, era un motivo de verguenza para algunos miembros de la familia que no tuvieramos constancia de que alguno de nuestros antepasados hubiera peleado en la batalla de Hastings. Tan solo teniamos a Simon Finch, un boticario de Cornualles cuya piedad solo se veia superada por su tacaneria. En Inglaterra, a Simon le irritaba la persecucion de aquellos que se autodenominaban metodistas a manos de sus hermanos mas liberales, y ya que Simon se consideraba metodista, cruzo el Atlantico hasta Filadelfia, de ahi a Jamaica, y desde alli a Mobile subiendo hasta Saint Stephens. Teniendo en cuenta las estrictas normas de John Wesley sobre no enriquecerse en los negocios aprovechandose de los demas, Simon se dedico a la practica de la medicina logrando un gran exito; pero en esta empresa era infeliz, pues habia sido tentado a hacer lo que el sabia que no era para la gloria de Dios, como llevar oro y ropas costosas. De modo que Simon, habiendo olvidado lo que su maestro habia dicho sobre la posesion de bienes humanos, compro tres esclavos y con su ayuda establecio una hacienda a las orillas del rio Alabama, a unos sesenta y cinco kilometros mas arriba de Saint Stephens. Regreso a Saint Stephens solamente una vez, para encontrar esposa, y con ella establecio una descendencia con muchas hijas. Simon vivio hasta una edad impresionante y murio rico. Era costumbre de los hombres de la familia quedarse en la hacienda de Simon, Finch's Landing, y ganarse la vida con el algodon. El lugar se sostenia a si mismo. Modesto en comparacion con los imperios que lo rodeaban, Landing producia sin embargo todo lo necesario para la vida excepto hielo, harina de trigo y prendas de vestir, que proporcionaban las embarcaciones fluviales de Mobile. Simon habria considerado con impotente rabia los problemas entre el Norte y el Sur, ya que arrebataron a sus descendientes todo a excepcion de su tierra; sin embargo, la tradicion de vivir en esa hacienda siguio inalterable hasta bien entrado el siglo XX, cuando mi padre, Atticus Finch, fue a Montgomery para aprender Derecho, y su hermano menor fue a Boston para estudiar Medicina. Su hermana Alexandra fue la Finch que se quedo en Landing: se caso con un hombre taciturno que pasaba la mayor parte de su tiempo tumbado en una hamaca al lado del rio preguntandose si sus redes de pesca estarian llenas. Cuando mi padre fue admitido en la abogacia, regreso a Maycomb y comenzo a ejercer. Maycomb, a unos treinta kilometros al este de Finch's Landing, era la capital del condado de Maycomb. La oficina de Atticus en el edificio del juzgado contenia poco mas que una percha para sombreros, una escupidera, un tablero de damas y un impecable Codigo de Alabama. Sus dos primeros clientes fueron las dos ultimas personas a las que ahorcaron en la carcel del condado de Maycomb. Atticus los habia instado a que aceptaran la generosidad del Estado, que les permitiria declararse culpables de homicidio en segundo grado y asi evitar la pena capital, pero ellos eran Haverford, un apellido que en el condado de Maycomb es sinonimo de burro testarudo. Los Haverford habian liquidado al principal herrero de Maycomb por un malentendido que surgio por la supuesta <> de una yegua, fueron lo bastante imprudentes para hacerlo en presencia de tres testigos e insistieron en que <> era una defensa lo bastante buena para cualquiera. Persistieron en declararse no culpables de homicidio en primer grado, de modo que no hubo mucho que Atticus pudiera hacer por sus clientes, a excepcion de estar presente en su partida, una ocasion que fue probablemente el comienzo de la profunda antipatia de mi padre hacia la practica del Derecho Penal. Durante sus cinco primeros anos en Maycomb, Atticus practico mas que cualquier otra cosa la Economia; y durante varios anos desde entonces invirtio sus ganancias en la educacion de su hermano. John Hale Finch era diez anos menor que mi padre, y decidio estudiar Medicina en un momento en que no valia la pena cultivar algodon; pero despues de tener a Jack encauzado, Atticus comenzo a obtener ingresos razonables practicando la abogacia. Le gustaba Maycomb, habia nacido y se habia criado alli; conocia a su gente, ellos le conocian, y debido a los negocios de Simon Finch, Atticus estaba emparentado por sangre o matrimonio con casi todas las familias de la ciudad. Maycomb era una vieja poblacion, pero ademas era una vieja poblacion cansada cuando yo la conoci. En el tiempo lluvioso las calles se convertian en un barrizal rojizo; crecia hierba en las aceras, y el edificio del juzgado parecia combarse sobre la plaza. En cierto modo, hacia mas calor entonces: un perro negro sufria los dias de verano; las flacas mulas enganchadas a los carros espantaban moscas bajo la sofocante sombra de las encinas que habia en la plaza. A las nueve de la manana, los cuellos rigidos de los hombres se veian languidos. Las damas se banaban antes de la tarde, despues de su siesta de las tres, y al atardecer estaban como blandos pastelitos cubiertos de sudor y dulce talco. La gente se movia despacio entonces. Cruzaban la plaza a paso lento, entrando y saliendo de las tiendas que la rodeaban, y se tomaban su tiempo para todo. Un dia tenia veinticuatro horas, pero parecia mas largo. No habia ninguna prisa, ya que no habia ningun lugar adonde ir, nada que comprar y nada de dinero con el cual comprar, nada que ver fuera de los limites del condado de Maycomb. Pero era una epoca de vago optimismo para algunas personas: al condado de Maycomb se le habia dicho recientemente que no tenia nada que temer, solamente a si mismo. Viviamos en la principal calle residencial de la ciudad: Atticus, Jem y yo, ademas de Calpurnia, nuestra cocinera. Jem y yo estabamos contentos con nuestro padre: jugaba con nosotros, nos leia y nos trataba con cortesia. Calpurnia era otra cosa. Toda angulos y huesos, era miope, tambien bizca, y sus manos eran tan anchas como un travesano de cama, y dos veces mas duras. Siempre me estaba ordenando que saliera de la cocina, preguntandome por que no podia comportarme tan bien como Jem aunque sabia que el era mayor, y me llamaba para volver a casa cuando yo no estaba lista para regresar. Nuestras batallas eran epicas y con un final sin variacion. Calpurnia ganaba siempre, principalmente porque Atticus siempre se ponia de su lado. Ella habia estado con nosotros desde que nacio Jem, y yo habia sentido la tirania de su presencia desde que podia recordar. Nuestra madre murio cuando yo tenia dos anos, de modo que nunca senti su ausencia. Ella era una Graham de Montgomery; Atticus la conocio cuando fue elegido por primera vez para la legislatura estatal. Para entonces, el era de mediana edad y ella quince anos mas joven. Jem fue el resultado de su primer ano de matrimonio. Cuatro anos despues naci yo, y dos anos despues nuestra madre murio de un ataque repentino al corazon. Decian que era cosa de familia. Yo no la extranaba, pero creo que Jem si. El la recordaba claramente, y algunas veces en mitad de un juego daba un largo suspiro, y despues se marchaba y jugaba el solo detras de la cochera. Cuando se ponia asi, yo sabia que era mejor no molestarle. Cuando yo tenia casi seis anos y Jem se acercaba a los diez, nuestras fronteras en el verano (al alcance de la voz de Calpurnia) eran la casa de la senora Henry Lafayette Dubose, dos puertas al norte de la nuestra, y la Mansion Radley, a tres puertas al sur. Nunca sentimos la tentacion de traspasarlas. La Mansion Radley estaba habitada por una entidad desconocida, cuya mera descripcion era suficiente para hacer que nos portaramos bien durante dias. La senora Dubose era el mismo demonio. Ese fue el verano en que vino Dill. Una manana temprano, cuando estabamos comenzando nuestros juegos en el patio trasero, Jem y yo oimos algo en la puerta contigua, en el parterre de coles de la senorita Rachel Haverford. Fuimos hasta la malla de alambre para ver si habia un perrito, pues la perra terrier de la senorita Rachel estaba prenada, pero en cambio encontramos a alguien sentado que nos miraba. Sentado, no era mucho mas alto que las coles. Nos quedamos mirando fijamente hasta que el hablo: --Hola. --Hola, tu --contesto Jem amablemente. --Soy Charles Baker Harris --dijo el--. Se leer. --?Y que? --pregunte yo. --Solo pense que os gustaria saber que se leer. Si teneis algo que necesiteis leer, yo puedo hacerlo... --?Cuantos anos tienes? --pregunto Jem--. ?Cuatro y medio? --Voy para siete. --Entonces no es nada --dijo Jem, senalandome con el pulgar --. Aqui Scout lee desde que nacio, y ni siquiera ha comenzado aun la escuela. Pareces muy canijo para tener casi siete anos. --Soy pequeno pero mayor --afirmo el. Jem se aparto el cabello para mirarlo mejor. --?Por que no vienes aqui, Charles Baker Harris? --dijo--. Senor, vaya nombre. --No es mas curioso que el tuyo. Tia Rachel dice que te llamas Jeremy Atticus Finch. Jem fruncio la frente. --Soy lo bastante alto para estar en consonancia con mi nombre --dijo--. Tu nombre no es mas largo que tu. Apuesto a que es un palmo mas largo. --La gente me llama Dill --dijo Dill, intentando pasar por debajo de la valla. --Te ira mejor si pasas por encima en lugar de por debajo -- observe yo--. ?De donde vienes? Dill era de Meridian, Mississippi, e iba a pasar el verano con su tia, la senorita Rachel, y desde entonces pasaria todos los veranos en Maycomb. Su familia era del condado de Maycomb originariamente. Su madre trabajaba para un fotografo en Meridian, habia presentado una fotografia de el a un concurso de ninos guapos, y gano cinco dolares. Le dio el dinero a Dill, quien lo empleo en ir veinte veces al cine. --Aqui no hay exposiciones de fotografia, excepto a veces las de Jesus en el juzgado --dijo Jem--. ?Viste alguna pelicula buena? Dill habia visto Dracula, una revelacion que movio a Jem a mirarle con cierto respeto. --Cuentanosla --le pidio. Dill era un chico muy curioso. Llevaba pantalones cortos azules de lino que se abotonaban a la camisa, su cabello era blanco como la nieve y lo llevaba pegado a la cabeza como si fuera un plumon de pato; era un ano mayor que yo, pero yo le sobrepasaba en altura. Mientras nos relataba la vieja historia, sus ojos azules se iluminaban y se oscurecian; su risa era repentina y feliz, y solia tirarse de un mechon de cabello que caia sobre su frente. Cuando Dill hubo reducido al polvo a Dracula, y Jem dijo que la pelicula parecia mejor que el libro, le pregunte a Dill donde estaba su padre. --No has dicho nada de el. --No tengo ningun padre. --?Esta muerto? --No... --Entonces, si no esta muerto, si lo tienes, ?verdad? Dill se sonrojo y Jem me dijo que me callase, una senal segura de que Dill habia sido estudiado y hallado aceptable. A partir de entonces el verano paso con una diversion constante. La diversion constante era: hacer mejoras a nuestra casa del arbol que descansaba entre dos cinamomos gigantes en el patio trasero, alborotar, recorrer nuestra lista de obras de teatro basadas en las de Oliver Optic, Victor Appleton y Edgar Rice Burroughs. En este asunto teniamos la fortuna de tener a Dill. El representaba los papeles que anteriormente me daban a mi. El mono en Tarzan, el senor Crabtree en The Rover Boys, el senor Damon en Tom Swift. De ese modo llegamos a conocer a Dill como un merlin de bolsillo, cuya cabeza estaba llena de planes excentricos, anhelos extranos y fantasias raras. Pero a finales de agosto nuestro repertorio era aburrido, por haberlo representado incontables veces, y fue entonces cuando Dill nos dio la idea de hacer salir a Boo Radley. La Mansion Radley fascinaba a Dill. A pesar de nuestras advertencias y explicaciones, le atraia como la luna atrae al agua, aunque no mas cerca de la farola de la esquina, a una distancia segura de la puerta de los Radley. Ahi se quedaba, rodeando el grueso poste con un brazo, mirando fijamente y haciendose preguntas. La Mansion Radley hacia una curva cerrada mas alla de nuestra casa. Andando hacia el sur, se pasaba por delante de su porche; la acera daba un giro y estaba en paralelo con la finca. La casa era baja, en otra epoca era blanca y con un ancho porche y persianas verdes, pero hacia mucho tiempo que se habia oscurecido hasta llegar al tono de pizarra gris que la rodeaba. Unas tablas descompuestas por la lluvia caian sobre los aleros del barandal; unos robles mantenian alejados los rayos de sol. Los restos de una cerca guardaban el patio frontal, un patio <> que nunca se barria, donde crecian en abundancia hierbajos y flores silvestres. Dentro de la casa vivia un fantasma maligno. La gente decia que existia, pero Jem y yo nunca lo habiamos visto. La gente decia que salia de noche, cuando se ponia la luna, y miraba por las ventanas. Cuando las azaleas de la gente se helaban en una noche fria, era porque el habia soplado sobre ellas. Cualquier pequeno delito cometido en Maycomb era obra del fantasma. En una ocasion, la ciudad estaba aterrorizada por una serie de macabros acontecimientos nocturnos: encontraban mutilados pollos y animales domesticos; aunque el culpable era Addie el Loco, quien finalmente termino ahogandose en el remolino de aguas de Barker, todos seguian mirando la Mansion Radley, sin estar dispuestos a descartar sus sospechas iniciales. Un negro no pasaria al lado de la Mansion Radley de noche; cruzaria a la acera contraria e iria silbando mientras caminaba. Los terrenos escolares de Maycomb lindaban con la parte trasera del terreno de los Radley; desde el gallinero de los Radley, altos arboles de pacanas dejaban caer su fruto al patio de la escuela, pero los ninos no tocaban ninguna de aquellas nueces: las pacanas de los Radley mataban. Una bola de beisbol que cayera en el patio de los Radley era una bola perdida, y no se hacian preguntas. La desgracia de aquella casa comenzo muchos anos antes de que Jem y yo nacieramos. Los Radley, bien recibidos en cualquier parte de la ciudad, se encerraban en su casa, una predileccion imperdonable en Maycomb. Ellos no iban a la iglesia, que era el entretenimiento principal de Maycomb, sino que rendian culto en su casa; la senora Radley en raras ocasiones llegaba a cruzar la calle para tomar un cafe a media manana con sus vecinas, y sin duda nunca se unio a ningun circulo misionero. La senora Radley caminaba hasta la ciudad a las once y media cada manana y regresaba prontamente a las doce, a veces llevando una bolsa de papel marron que los vecinos suponian que contenia las provisiones de la familia. Yo nunca supe como el viejo senor Radley se ganaba la vida, Jem decia que <>, un termino educado para decir que no hacia nada, pero el senor Radley y su esposa habian vivido alli con sus dos hijos durante tanto tiempo como cualquiera podia recordar. Las persianas y las puertas de la casa de los Radley estaban cerradas los domingos, otra cosa ajena a las costumbres de Maycomb: puertas cerradas significaba solamente enfermedad y tiempo frio. De entre todos los dias, el domingo era dia para las visitas formales por la tarde: las senoras llevaban corse, los hombres llevaban abrigos, los ninos llevaban zapatos. Pero subir los peldanos de la Mansion Radley y decir <> una tarde de domingo era algo que sus vecinos no hacian nunca. La casa de los Radley no tenia puertas de tela metalica. Una vez le pregunte a Atticus si alguna vez tuvo alguna; Atticus dijo que si, pero antes de que yo naciera. Segun la leyenda del barrio, cuando el joven Radley estaba en la adolescencia hizo amistad con algunos de los Cunningham, de Old Sarum, una tribu enorme y confusa que estaba domiciliada en la parte norte del condado, y formaron lo mas parecido a una pandilla que se viera jamas en Maycomb. Hacian muy poca cosa, pero lo bastante para que hablaran de ello por la ciudad y los amonestaran publicamente desde tres pulpitos: merodeaban por la barberia; subian en el autobus hasta Abbottsville los domingos e iban al cine: asistian a bailes en los lugares de juego en el condado al lado del rio: la posada Dew-Drop y Campamento Pesquero: probaban el whisky de contrabando. Nadie en Maycomb tenia las agallas para decirle al senor Radley que su muchacho andaba con malas companias.

  • No te olvides de mi de Carlos Fonseca

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    La Transicion no fue el periodo modelico que muchos politicos pregonan, sino una etapa conflictiva y tragica, en la que decenas de personas perdieron la vida intentando asentar las fragiles libertades que comenzabamos a recuperar frente a quienes defendian la pervivencia de un franquismo sin Franco.
    Yolanda Gonzalez Martin, una estudiante bilbaina de 19 anos, fue una de esas luchadoras anonimas. Ni fue la primera ni seria la ultima victima de aquel tiempo convulso, pero las circunstancias que rodearon su brutal asesinato en febrero de 1980 en Madrid la convirtieron en el simbolo de una generacion de jovenes idealistas que se echo a la calle decidida a cambiar el mundo.

  • Rayuela de Julio Cortazar

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  • La CancioN Del Lobo. Wolfsong de T. J. Klune

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    Suspiro por lo bajo de forma brusca y le tomo un momento voltearse en mi direccion. -?Cuando llegaste a casa? -Hace un rato -me dio una comezon que no se sintio nada bien. Papi echo un vistazo al reloj viejo sobre la pared. La cobertura plastica del frente estaba agrietada. -Es mas tarde de lo que pensaba -sacudio la cabeza-. Mira, Ox... Parecia nervioso. Confundido. Mi padre era muchas cosas: un alcoholico, rapido para enfadarse y atacar con palabras o punos, un dulce demonio con una risa que retumbaba como esa vieja Harley Davison que habiamos MOTAS DE POLVO/ FRIO Y METAL enia doce anos cuando papi puso una maleta al lado de la puerta. T-?Para que es eso? -le pregunte desde la cocina. reparado el verano anterior. Pero jamas se lo veia nervioso, jamas parecia confundido. No como lo estaba ahora mismo. Presenti algo terrible. -Se que no eres el muchacho mas listo del mundo -me dijo mientras ojeaba su maleta. Era cierto, no habia sido provisto de una gran inteligencia. Mi mama una vez dijo que yo estaba bien. Mi papa pensaba que era lento. Mama le respondio que no se trataba de una carrera. Papa ya habia bebido demasiado whisky y comenzo a gritar y romper cosas. No la golpeo. No aquella noche, de hecho. Mama lloro mucho, pero el no la golpeo, yo mismo lo verifique. Cuando comenzo a roncar en su vieja silla, me escurri a mi habitacion y me oculte bajo mis mantas. -Lo se, senor -replique. Me miro de nuevo y jurare hasta el dia en que me muera que vi amor en sus ojos. -Mas tonto que un buey -dijo. No se oia malicioso viniendo de el. Tan solo lo era. Me encogi de hombros. Esa no era la primera vez que me lo decia, incluso cuando mama le habia pedido que dejara de hacerlo. Estaba bien, era mi papa, sabia mas que cualquier otra persona. -La gente hara que tu vida sea una mierda. -Soy mas grande que la mayoria -afirme, como si eso significara algo. Y lo era, las personas me temian, aunque no queria que asi fuera. Era grande, como mi papa. El era un hombre de gran tamano con un temperamento inestable gracias a la bebida. -La gente no te comprendera. -?Eh? -No te entenderan. -No necesito que lo hagan -en verdad queria que lo hicieran, pero podia comprender por que no lo harian. -Debo irme. -?A donde? -Lejos. Mira... -?Lo sabe mama? -Claro... Tal vez. Sabia que sucederia, probablemente lo sabe desde hace tiempo -rio, pero no se oyo como si encontrara gracioso lo que acababa de decir. -?Cuando regresaras? -di un paso hacia el. -Ox, la gente sera mala. Solo ignoralos y manten tu cabeza baja. -La gente no es mala, no siempre -no conocia a demasiadas personas. De hecho, no tenia amigos. Pero la gente que si conocia no siempre era mala. Simplemente la mayoria no sabia que hacer conmigo. Eso no estaba mal, yo tampoco sabia que hacer conmigo. -No me veras por un tiempo -agrego-. Tal vez por mucho... -?Que hay del taller? -le pregunte. Papi trabajaba en lo de Gordo. Siempre olia a metal y grasa cuando regresaba a casa, y sus dedos estaban ennegrecidos. Tenia camisas con su nombre bordado con puntadas de rojo, azul y blanco: Curtis. Siempre pense que esa era una de las cosas mas maravillosas. La marca de un gran hombre, tener tu nombre grabado en una camisa. En ocasiones me permitia acompanarlo. Me enseno a como cambiar el aceite cuando tenia tres, como cambiar un neumatico a la edad de cuatro y como reconstruir el motor de una Chevy Bel Air Coupe de 1957 cuando tenia nueve anos. Esos dias llegaba a casa oliendo a grasa, aceite y metal, y sonaba que tenia una camisa con mi nombre bordado. Diria Oxnard o tal vez solamente Ox. -A Gordo no le importara -dijo mi padre. Se sentia como una mentira. A Gordo le importaba todo. Era algo malhumorado, pero una vez me dijo que cuando fuera lo suficien temente mayor, podria pedirle empleo. "Los tipos como nosotros deben mantenerse juntos", me dijo. No supe que quiso decir, pero me basto el hecho de que pensara en mi. -Oh -fue todo lo que pude decirle a mi padre. -No me arrepiento de haberte tenido -dijo-. Pero me arrepiento de todo lo demas. -?Esto se trata de...? No sabia de que se trataba. -Me arrepiento de estar aqui -continuo-. No puedo tolerarlo. -Bueno, eso esta bien -respondi-. Podemos solucionarlo. Quizas podriamos irnos a algun otro lugar. -No hay solucion, Ox. -?Cargaste tu telefono? -le pregunte porque jamas recordaba hacerlo-. No olvides cargarlo para que pueda llamarte. Hay cosas de Algebra que aun no entiendo. La senora Howse me dijo que podia pedirte ayuda. Aunque sabia que mi padre no entenderia los problemas numericos mas que yo. La llamaban Prealgebra. Eso me asustaba porque si ya era dificil siendo pre, ?que pasaria una vez que solo fuera Algebra, sin el pre incluido? -Maldita sea, ?acaso no lo entiendes? -grito. Conocia ese gesto, era su expresion de enfado. Estaba colerico. -No -le respondi, porque no lo entendia. Intente no encogerme por el miedo. -Ox, no habra ayuda para Algebra, ni llamadas por telefono. No hagas que me arrepienta de ti tambien. -Oh... -Ahora tienes que ser un hombre, por eso intento explicarte todo esto. La mierda te va a llegar, solo deberas sacudirtela y seguir adelante -tenia los punos apretados a los costados. No sabia por que. -Puedo ser un hombre -le asegure porque tal vez eso lo haria sentir mejor. -Lo se -respondio. Sonrei, pero aparto la mirada. -Debo irme -concluyo al fin. -?Cuando vas a regresar? -pregunte. Dio un paso vacilante en direccion a la puerta, con la respiracion repiqueteando en su pecho. Tomo su maleta y se marcho. Pude oirlo arrancar su vieja camioneta afuera, el motor tardo en encenderse. Se oia como si necesitara una nueva correa de distribucion. Tendria que re - cordarselo mas tarde. -?Ox? -pregunto. Se veia muy cansada-. ?Que sucede? -Hola, mama. -?Por que estas llorando? -No estoy llorando -y no lo hacia porque ahora era un hombre. -?Que sucedio? -acaricio mi rostro. Sus manos olian a sal, patatas fritas y cafe mientras frotaba sus pulgares sobre mis mejillas mojadas. Baje la cabeza para mirarla. Siempre habia sido pequena y yo, en algun momento del ano pasado, habia crecido mucho. Ojala recordara ese dia, debio haber sido monumental. -Cuidare de ti -le prometi-. Ni siquiera debes preocuparte. -Siempre lo haces -su mirada se suavizo. Pude ver las lineas alrededor de sus ojos, el cansado conjunto de su mandibula-. Pero... -se detuvo. Tomo aire-. ?El se marcho? -pregunto y su voz se oyo tan pequena. -Eso creo -enrosque su cabello con mi dedo. Oscuro, como el mio, como el de papa. Eramos todos oscuros. -?Que te dijo? -me pregunto. -Ahora soy un hombre -repeti. Eso era todo lo que necesitaba oir. Mama se partio de la risa. Mama llego tarde a casa esa noche, luego de trabajar doble turno en el restaurante. Me encontro en la cocina, de pie en el mismo lugar en donde estaba cuando mi papa atraveso la puerta. Las cosas eran diferentes ahora. Tampoco se llevo fotografias. Solo un poco de ropa, su afeitadora, su camioneta y algunas de sus herramientas. Si no lo hubiera conocido mejor, hubiera pensado que jamas estuvo aqui. Sono un par de veces hasta que un mensaje dijo que el telefono ya no estaba en servicio. La manana siguiente tuve que disculparme con mama, habia colgado con tanta fuerza que quebre la base del telefono. Ella dijo que estaba bien, y no volvimos a mencionarlo nunca mas. -Mantenlas limpias y Dios te libre si las encuentro tiradas afuera. Se oxidaran y te dare una paliza. Esta mierda no es para jugar, ?entiendes? -me dijo. -Si -respondi y las toque con reverencia porque eran un regalo. No podia encontrar las palabras para decir lo completo que se sentia mi corazon. Papa no se llevo el dinero cuando nos dejo. Al menos no todo. Aunque tampoco habia demasiado, a decir verdad. Lo llame en el medio de la noche, cuatro dias despues. enia seis cuando mi papi me compro mi propio set de herramientas. No de las que eran para ninos. Nada de colores brillantes ni plastico, eran de metal frio y reales. T Un par de semanas tras su partida, me hallaba de pie en la habitacion de ellos (de ella). Mama estaba en el restaurante otra vez, en un nuevo turno. Sus tobillos estarian adoloridos cuando llegara a casa. La luz del sol se vertia a traves de una de las ventanas sobre la pared del fondo y atrapaba las pequenas particulas de polvo. Olia a el dentro de la habitacion. A ella. A ambos, a una mezcla de los dos. Pasaria mucho tiempo hasta que el se desvaneciera. Pero al final lo haria. Abri la puerta del armario y uno de los lados estaba casi vacio, aunque quedaban algunas cosas. Las pequenas partes de una vida que ya no era vivida. Como su ropa de trabajo, cuatro camisas que colgaban al final del armario. Lo de Gordo, en cursiva. Todas decian Curtis. Curtis, Curtis, Curtis. Toque cada una de ellas con la punta de mis dedos. Quite la ultima de su gancho, la deslice por mis hombros. Era pesada y olia a hombre, sudor y trabajo. -Okey, Ox -me dije-. Tu puedes hacerlo. Entonces comence a abotonarla. Mis dedos se trababan sobre sus botones, muy grandes y redondos. Era torpe e ingenuo, solo manos y piernas, sin encanto y soso. Era demasiado grande. Acabe con el ultimo boton y cerre mis ojos, respire profundo. Recorde como lucia mama esa manana: las lineas moradas debajo de sus ojos, sus hombros caidos. -Se bueno, Ox, mantente lejos de los problemas -me habia dicho, como si los problemas fueran la unica cosa que yo conociera. Como si me metiera en problemas a menudo. Abri los ojos y me enfrente al espejo que colgaba en la puerta del armario. La camisa era demasiado grande o yo era demasiado pequeno. No estaba seguro de ninguna de las dos cosas. Me veia como un nino disfrazado, como si fingiera ser alguien mas. -Soy un hombre -dije con voz baja luego de fruncir el ceno al ver mi reflejo. >>Soy un hombre -no creia en mis palabras. >>Soy un hombre -repeti con una mueca de dolor. Al final me quite la camisa de mi padre, la devolvi al armario y cerre las puertas. A mis espaldas, las motas de polvo siguieron flotando en la luz solar que desaparecia.

  • Tu mirada oscura sobre mi vestido de calaveras rojo de Yaiza Castro

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    Escoge la senda del pecado, y desnuda tu alma al romance mas ardiente y peligroso. Una policia temeraria, pin up y alocada. Un agente de operativos especiales letal y que exuda peligro por cada poro de su piel. Una explosion. Una investigacion. Un amor envuelto en llamas. Un entramado criminal que clava las garras en lo mas profundo del corazon del organigrama policial. Dos enigmaticas figuras que dirigen el destino de todos desde las sombras. Un amor del pasado. Un misterio por resolver. Un romance que hunde sus cimientos en el erotismo mas salvaje.
    Disfruta del mejor romance y el mejor suspense en una historia donde ambos generos se aunan para conformar una novela pasional y trepidante.

  • Samsara. Dentro de mis suenos de Isabel Quilis Bayona

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    La informacion le llegaba a traves de terribles pesadillas. Cada dia perdia mas el control de su vida experimentando vivencias ajenas a ella que la sumergian en una voragine de sensaciones y emociones fuera de su realidad. No sabia como salir del mundo de sombras que la rodeaba y que cada noche la acosaba y la sacrificaba para volver a revivirlo una y otra vez sin posibilidad escapar. La locura se iba instalando poco a poco en su interior, debia encontrar una salida antes de volverse completamente loca.

  • Sola en mi oscuridad (Eternity) de Carolyn Sanfel

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    Primera entrega de la saga Eternity, promete una historia llena de amor y romanticismo, accion, y mucho sexo… Vampiros, licantropos, brujas… todos juntos seran tu companero ideal. Todo en la vida de la joven Juliette era tranquilo. Tenia diecisiete anos, una familia que la adoraba, un novio que la queria… hasta que un dia un barco pesquero llego a Livorno. Giovanni era un poderoso vampiro creado en el siglo XII, cuando llego al puerto de Livorno, jamas penso que se enamoraria perdidamente de una humana.

  • Te quiero, baby (HQN), Isabel Keats de Isabel Keats

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  • Seirs (Guardianes Del Alma 5) de Kim Richardson

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    Una tibia briza acariciaba su rostro mientras Kara corria a traves de la multitud de mortales que atiborraban el elaborado laberinto de calles. Ella intento seguir al bulldog ingles que corria a su lado manteniendose cerca de los edificios y fuera de la parte mas concurrida de la conmocion. Los olores iban de lo fragante hasta lo apestoso, habia un debil olor de gases de escape mezclada con un toque de flores. Se deslizo entre unos hombres con trajes que discutian en voz alta por sus telefonos celulares, mujeres equilibrando grandes bolsas mientras intentaban aferrarse a sus ninos, y adolescentes agrupados riendose animadamente sobre alguna cosa de sus telefonos inteligentes. Kara ignoro el hermoso parque exuberante y el dulce aroma de las flores de verano. Ni si quiera le echo un vistazo a los cachorros Golden Retriever colocados en la ventana de la tienda de mascotas. No tenia tiempo para detenerse. "?Cuanto mas hasta que lleguemos?" susurro Kara, deslizandose alrededor de una gran mujer que bebia una gaseosa. "Los mortales me estan viendo". Thor se zambullo debajo de las piernas de un anciano con un baston y mantuvo sus ojos en la calle. "No muy lejos, justo despues de la proxima cuadra". Kara golpeo accidentalmente a un hombre con su hombro, el se la comio con la mirada. "Perdon, perdon. No lo vi, dije que lo siento". Viro alrededor de el y corrio para alcanzar a Thor. "?Vas a decirme que esta pasando?", pregunto en voz alta al perro, ignorando el aspecto confuso con el que los mortales le veian. Le parecia justo saber que era lo que estaba pasando. Thor se detuvo y dio la vuelta, su lengua gris colgaba al lado de su mandibula y rozaba la acera formando un charco caldoso. "Lo veras cuando lleguemos alli, entonces vas a entender. Simplemente no puedo hablar de ello ahora, especialmente aqui". Sus grandes ojos marrones observaron los alrededores inquietamente, levanto su hocico y olfateo el aire. Con un rebote en su paso se volvio, y continuo su camino por la calle. Kara sintio un peso en el pecho y acelero su paso. Estaba en una excursion sin autorizacion en una cafeteria de Boston con Jenny cuando Thor aparecio de repente. Los Sensibles habian sufrido un ataque. Thor habia sabido donde estaba, y eso significaba que la Legion tambien lo sabia. Dejando a Jenny librada a sus propios recursos, Kara siguio a Thor fuera de la tienda. No lamentaba haber mentido acerca de una posible Grieta a la Division Contadora de Demonios. De hecho, lo haria otra vez con tal de ver esa sonrisa en la cara de Jenny cuando se encontro con ese guapo adolescente. Jenny casi habia muerto en el inframundo, y merecia un descanso y un poco de diversion. Tal vez los angeles guardianes eran buenos para esconder sus sentimientos, pero eso no significa que no los tuvieran. Kara queria hacer algo significativo para su amiga, aunque sin duda sabia que estaba infringiendo una ley sagrada. Estaba consciente de que sus acciones probablemente le costarian un descenso en la Legion o algo peor: un viaje al Tartaro, la prision de angeles, su lugar favorito. Pero parecia que los recientes ataques a los Sensibles le habian ahorrado el viaje. Y ahora, parecia que Tartaro era el menor de sus problemas. Las rodillas de Kara se doblaron al pensar en esos malvados Seirs descuartizando a los Sensibles en un ataque sin piedad. Un escalofrio le rodo por la espalda mientras recordaba las malvadas muecas pintadas en los horribles rostros de los Seirs. Los terribles ojos tatuados en la parte posterior de sus cabezas parecian seguirla dondequiera que iba, sus abrigos de piel negra y espadas de muerte la espantaban. Aunque una vez habian sido Sensibles, dotados con la capacidad de ver lo sobrenatural, los Seirs se habian vuelto malvados y habian jurado lealtad al inframundo. Ahora se habian convertido en enemigos contra los que los angeles de la guarda no podian luchar ni matar. Como todos los angeles guardianes, Kara habia hecho un juramento para proteger a todos los mortales, y aunque los Seirs eran los mas siniestros de todos, todavia eran mortales y no debian ser tocados. Los Seirs estaban fuera de sus limites. Kara adopto una mirada furibunda y apreto su mandibula decidiendo que de alguna manera encontraria como detenerlos. Alguien debia hacerlo, y ella bien podria ser ese alguien. Recordaba las caras amables y la expresion de confianza en los ojos de los Sensibles que la habian salvado a ella y a sus amigos de los Seirs en el almacen hacia una semana. Se veian tan elegantes con sus trajes y sombreros fedora, como los gansteres de las viejas peliculas que amaba ver con su abuela. Pero si los Sensibles a habian sido tan habiles con sus brillantes espadas y tan bien entrenados en las artes marciales, ?como los habian vencido los Seirs en estos recientes ataques? ?Estaba Lilith detras de esto? De alguna manera, Kara tenia la desagradable sensacion de lo estaba. Los Seirs seguian las ordenes de Lilith como perros obedientes. Se les habia prometido poder e inmortalidad, y a cambio obedecian los mandatos de Lilith. Cuando Kara habia rescatado a Jenny de sus garras, Lilith habia prometido que iba a vengar la muerte de su padre. Parecia como si la venganza de Lilith ya hubiese comenzado. La ultima visita de Kara al inframundo la habia dejado preocupada. No habia compartido las conversaciones que habia tenido con Morthdu, el guardian del inframundo, con nadie; ni siquiera con David. Ya era bastante malo haber sido marcada como para ahora resultar ser un engendro del demonio. Ella no podia culpar a la Legion por sospechar de ella, deben haber sabido que tenian traidores entre ellos. Kara no solo era hija de Asmodeus, sino que tambien compartia un enlace con Morthdu. Seria un error decirle a alguien algo sobre eso. La entidad verde habia dicho: La oscuridad vive dentro de ti… Kara se estremecio ante la idea. Ella sabia que era parte del inframundo y tenia una conexion inequivoca a otro nivel consciente. Lo que le habia dicho el sol verde era verdad, Kara tenia la oscuridad dentro de ella. Pero ?como llego alli? Desde su viaje al inframundo habia estado obsesionada por lo que Morthdu le habia dicho. Repetia las conversaciones en su cabeza una y otra vez. ?Se habia perdido de algo? ?No habia escuchado bien a Morthdu? Kara trato de negarlo en repetidas ocasiones, pero al final supo que tenia una oscuridad en ella, podia sentirlo. Pero queria desesperadamente compartirlo con alguien, de esa forma podrian decirle que no era cierto. La idea la corroia, como una bacteria comedora de carne, como un par de manos frias envueltas alrededor de su cuello asfixiando su vida angel. Y sin embargo, ella no podia sacudirse la emocion por ese poder y mas… Kara se estremecio. ?Era esa la oscuridad? Lo que es peor, cuanto mas usaba sus poderes elementales, mas se sentia atraida por el inframundo. Ella trato de negarlo, pero la sensacion era embriagadora. Parte de ella queria explorar estos sentimientos, y la otra parte estaba absolutamente aterrorizada de lo que eso significaba. Ella no era como su padre o su hermanastra Lilith, era una de los buenos. Los edificios de ladrillo alrededor de ellos proyectaban largas sombras, y Kara se apresuro para alcanzar a Thor. Dio vuelta en la esquina proxima al final del bloque. Una pared de edificios de piedra rojiza se asomo ante ellos. Thor corrio a traves de la calle. Kara ignoro los fuertes comentarios respecto a tener a su perro sin correa provenientes de una pareja de mediana edad y galopo detras de el. El se lanzo por un conjunto de escaleras de concreto que conducia a una gran puerta de madera negra. A Kara le sorprendio la agilidad de las mugrosas patitas del bulldog. El edificio de piedra tenia un calido color marron, y Kara imagino que el ladrillo estaba hecho de chocolate. !Como echaba de menos el sabor del chocolate derritiendose en su lengua! Sus dias mortales parecian estar realmente lejanos. Vibrantes cajas de flores con una variedad de pensamientos purpuras y geranios rojo sangre colgaban por debajo de las altas ventanas de los edificios vecinos, pero las flores que colgaban de las ventanas del edificio marron chocolate estaban muertas. Habia una sola vela prendida en una de las ventanas mas bajas. Thor se escurrio entre la barandilla de metal lateral y presiono una pata sobre el timbre de bronce en forma de daga. Despues de unos segundos hubo un zumbido, un clic y la puerta se abrio. Thor salto al balcon y abrio la puerta empujandola con su cara. Kara cerro la puerta detras de ella. El suelo crujio cuando ella piso el recibidor de la entrada y siguio a Thor por un pasillo. Intrincadas molduras decoraban las paredes como pastillaje en un pastel de fantasia. Era como un gran hotel, pero en menor escala. El sonido de las botas de Kara fue sofocado por exuberantes alfombras persas que corrian a lo largo del pasillo, la tenue iluminacion de un gran candelabro proyectaba una lugubre luz y Kara podia oir voces murmurando en el fondo. El aire olia a sangre y a desinfectante. Thor desaparecio por una puerta al final del pasillo, Kara camino detras de el a traves del umbral. David, Peter y algunos Sensibles ya estaban dentro. Frente a ellos, los cuerpos de hombres y mujeres yacian enredados uno sobre el otro con sus extremidades horriblemente retorcidas. Tenian heridas abiertas a traves de sus cuellos y sus manos vacias se aferraban a sus gargantas en un ultimo intento para evitar que la sangre abandonara sus cuerpos. La espeluznante escena le horrorizaba, y sin embargo se sintio obligada a investigar mas. Era como una escena del crimen de una de las series policiales de la television que amaba a ver con su madre. La sangre cubria las paredes como si hubieran lanzado cubos de pintura roja contra ellas. Kara busco pero no pudo encontrar ninguna arma. Una mujer joven con los ojos rojos e hinchados habia comenzado a limpiar la sangre de los pisos. Limpio las gotas que salian de la nariz con la manga y tallo un pano rosa sobre el piso. Su largo cabello rubio caia sobre su rostro. Ella lo empujo hacia atras murmurando incomprensiblemente mientras trabajaba tallando vigorosamente las manchas color marron oscuro que se colaban entre las tablas del piso de madera.

  • Te lo dare todo de Arwen Grey

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    ?Que significa tenerlo todo cuando has perdido tu corazon?
    Nueva York 1839
    En una ciudad nueva como el amanecer, todos luchan por crearse un futuro, aunque sea a costa de los demas.
    Flynn y Alba han crecido juntos. Sus corazones laten al mismo ritmo y no dudan que tambien moriran juntos un dia. Sin embargo, recien llegados a la joven Nueva York, se ven obligados a rehacer sus vidas en el mismisimo corazon del infierno, Hell’s Kitchen.
    El hombre mas cruel y despreciable de la ciudad se interpone entre ellos y les separa. hasta que el destino y la fuerza del amor les vuelven a unir y les dan la oportunidad de vengar un pasado que nunca podran olvidar.

  • En el jardin del ogro de Leila Slimani

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    Adele parece tener una vida perfecta. Trabaja como periodista, vive en un bonito apartamento en Montmartre con su marido Richard, medico especialista, y con su hijo de tres anos, Lucien. Sin embargo, bajo esta apariencia de cotidianidad, Adele esconde un inmenso secreto, la necesidad insaciable de coleccionar conquistas. <> es la historia de un cuerpo esclavo de sus pulsiones, una novela feroz y visceral sobre la adiccion sexual y sus implacables consecuencias. <> De la autora de <>, Premio Goncourt 2016.

  • Cena de gala de F. Carod

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    Todos los matrimonios tienen problemas pero hay algunos que no tienen vuelta atras. Despues de diez anos de matrimonio, Abigail e Inaki festejan este dia con una gran cena de gala en el salon Montana Azul, sin embargo, cerca de la media noche, Inaki lleva a su esposa a un mirador en donde le tiene preparada una sorpresa, pero Abigail regresa al salon en lagrimas: Inaki ha desaparecido.

  • Corazones para siempre (Corazones Traicioneros 5) de Kira Freitas

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    Corazones para siempre: El diario de Alec

  • LA CLAUSULA: Piensalo bien antes de firmar de Mirian G. Blanco

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    Cuando se te aparezca una oportunidad… !tomala!
    Y eso fue lo que Melisa Baker hizo cuando Tyler Mccartney le propuso un descabellado contrato. La idea de ocupar el puesto de secretaria en una de las empresas mas prestigiosas a nivel internacional, !era realmente tentadora! Pero ser la <> del hombre mas sexy del planeta Tierra, aun lo hacia mas emocionante.

  • PROMESAS DE AMOR CUMPLIDAS de Claudia Velasco

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    PROMESAS DE AMOR CUMPLIDAS, segundo libro de la Saga Lancaster, cumple diez anos y lo celebramos con una nueva edicion revisada y actualizada.
    “Despues del exito de El medallon de los Lancaster, primer libro de la serie Lancaster, Claudia Velasco vuelve a unir los destinos de los Forterque-Hamilton y los Lancaster y nos entrega el segundo libro de la saga, Promesas de amor cumplidas, donde conoceremos una nueva y apasionante historia de amor y donde nos reencontramos con Elizabeth y William Forterque-Hamilton, los grandes protagonistas de esta Saga en la que un apasionante viaje en el tiempo nos lleva a la Inglaterra de Enrique VIII.
    Filadelfia, 1920. Madeleine McDonaldson, hija de una acaudalada familia, suena con poder cambiar su destino, esta en contra de las costumbres de su tiempo y se resiste a contraer matrimonio con el hombre que su madre ha elegido para ella. Todos en su familia la ven apenas como a una muchacha confundida por su juventud y cegada por las nuevas ideas que se propagan en la epoca. Cuando la fecha de la boda se vuelve inminente, Madeleine ve como ultimo e improbable recurso para escapar un medallon que ha estado en su familia durante generaciones y del que, dicen, contiene el secreto para viajar en el tiempo.
    Condado de Berkshire, 1537, mientras William Forterque-Hamilton, el respetado duque de Forterque, pena por la ausencia de su esposa Elizabeth, su hermano James, un oficial del ejercito de su Majestad britanica, temido y respetado, se ve sorprendido por la aparicion en sus tierras de una joven misteriosa, que no solo llegara a su condado con las pruebas de un complot para asesinarlo, sino que tambien desatara a su alrededor una gran aventura que los llevara a conocer el amor y una enorme pasion que transformara sus vidas para siempre.

  • Un Distinguido Amor de Lily Cerda

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    Un Distinguido Amor.