• sucedio en larkswood - Valerie Mendes

    https://gigalibros.com/sucedio-en-larkswood.html

    Una saga familiar adictiva e inolvidable que desentierra los secretos mas profundos de una mansion inglesa.

  • SUCEDIO EN LARKSWOOD | VALERIE MENDES - Casa del ...

    https://www.casadellibro.com/libro-sucedio-en-larkswood/9788426405067/6309395

    Sinopsis de SUCEDIO EN LARKSWOOD ... Una saga familiar adictiva e inolvidable que desentierra los secretos más profundos de una mansión inglesa. Hay secretos que ...

  • Sucedió en Larkswood Versión Kindle - Mendes, Valerie

    https://www.amazon.es/Sucedi%C3%B3-en-Larkswood-Valerie-Mendes-ebook/dp/B07B4MJBZC

    Sucedió en Larkswood es una novela que indaga en el pasado de una familia a través de los problemas que sus miembros viven en el presente.

  • SUCEDIO EN LARKSWOOD - MENDES VALERIE

    http://quelibroleo.com/sucedio-en-larkswood

    SUCEDIO EN LARKSWOODMENDES, VALERIE ... 'Sucedió en Larkswood', una adictiva saga familiar cuidadosamente ambientada en Inglaterra ... Información del libro.

  • Sucedió en Larkswood - Anika Entre Libros

    https://anikaentrelibros.com/sucedio-en-larkswood

    Título: Sucedió en Larkswood Título Original: (Larkswood, 2014) ... de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, ...

  • Sucedió en Larkswood - Valerie Mendes - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Mendes-Sucedio-en-Larkswood/58747

    Críticas (2), citas extractos de Sucedió en Larkswood de Valerie Mendes. Es una versión light de `Flores en el ... Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • SUCEDIÓ EN LARKSWOOD (Libro en papel)

    https://www.popularlibros.com/libro/sucedio-en-larkswood_892187

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  • Sucedió en Larkswood | Penguin Libros ES

    https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/21616-sucedio-en-larkswood

    Sucedió en Larkswood ... La mansión de Larkswood, una elegante y preciosa villa familiar situada en la campiña inglesa, es el lugar donde ... Casa del libro.

  • Sucedió en Larkswood - Valerie Mendes -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a1462353/Valerie-Mendes-Sucedio-en-Larkswood

    12 abr 2018 — Sucedió en Larkswood, libro o eBook de Valerie Mendes. Editorial: Lumen. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • SUCEDIO EN LARKSWOOD - VALERIE MENDES - Agapea

    https://www.agapea.com/Valerie-Mendes/SUCEDIO-EN-LARKSWOOD-9788426405067-i.htm

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  • Sucedió en Larkswood - Valerie Mendes - Adivina quien lee

    http://adivinaquienlee.blogspot.com/2018/05/sucedio-en-larkswood-valerie-mendes.html

    29 may 2018 — Sucedió en Larkswood es una novela que indaga en el pasado de una familia a través de los problemas que sus miembros viven en el presente. Una ...

  • Arte y Venganza (Arte y placer 2) de Kris Buendia

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    Eva no sabia que tenia que pagar un precio tan caro cuando se enamoro de Miller. Y Miller no sabia que tenia que ajustar cuentas cuando su peor enemigo regresara a acecharlos. Ahora tendria que trazar el plan perfecto para mantener a Eva a salvo, aunque eso le cueste su relacion con Eva y hasta su propia vida.

  • Historia De Un Perro Llamado Leal de Luis Sepulveda

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    Es dificil, para un perro pastor aleman que vive al servicio de un grupo humano, no anorar la libertad que conocio como cachorro. Y sobre todo no sentir nostalgia por todo lo que perdio en sus vivencias con los mapuches, los indios de la Araucania en Chile. Y es que nuestro perro se cayo en la nieve y, rescatado por un jaguar, fue a dar en un poblado mapuche. Alli crecio con su companero Aukaman, el nino indio que era como un hermano para el, y alli aprendio a respetar a la naturaleza y a todas sus criaturas. Sin embargo, ahora debe obedecer las ordenes de aquellos para los que trabaja y dar caza a un fugitivo misterioso, escondido mas alla del rio. Adonde nos llevara la caza?
    El destino esta escrito en su propio nombre, Leal, y le llevara a una situacion que pondra a prueba, pasado tanto tiempo, su fidelidad a viejos lazos de afecto.

  • Rosa Cuchillo de Oscar Colchado Lucio

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    “Es una de las mejores novelas que se ha escrito en el Peru sobre esa etapa terrible de la historia peruana.”

  • Amame sin mas (Contemporanea) de Loles Lopez

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    Paro el coche cerca de la revuelta; desde el interior se veia a una veintena de jovenes manifestandose delante del Ministerio de Educacion. Pablo miro con resignacion a su amigo e inseparable companero; aquello no era de su competencia, pero los altos cargos no querian llamar a los de antidisturbios, para no crear mas animadversion hacia los politicos. Aunque el, y seguro que tambien su companero, estaba de acuerdo con lo que aquellos chicos reclamaban a gritos, no podia hacer nada al respecto. Ellos acataban ordenes y esta era muy explicita: debian disolver aquella marcha lo antes posible y sin incidentes. No estaban solos, tres coches mas de la Guardia Civil aparcaron a su lado. --!No nos moveran! !No a los recortes en educacion! --vociferaron al unisono los jovenes. Los transeuntes se arremolinaban ante los gritos de aquellos universitarios. Varias chicas alli reunidas no dudaron en despojarse de sus camisetas y ensenar sus atributos a la gente; querian que les hicieran caso y esa era otra manera de llamar la atencion. Los sargentos Medina y Rovira vieron aquella exhibicion y, con sonrisas contenidas, fueron al maletero a coger varias mantas para taparlas. --!La educacion es el poder, no nos despojeis de el! --seguian cantando llenos de frustracion ante los recortes que iba a realizar el gobierno. --Ya esta bien, chavales. Debeis marcharos --anuncio el sargento Rovira, mientras sus companeros hacian lo mismo, al tiempo que se acercaban por distintos puntos para rodearlos. --Venga, chicas, se acabo. Os teneis que ir de aqui, no teneis permiso para hacer esta manifestacion --explico el sargento Pablo Medina aproximandose a una de ellas; era rubia, con un bonito cuerpo. --!Quieto! --exclamo Elisabeth fuera de si, al ver que se acercaba a ella con la manta. --Vamos, rubita, ya se han enterado los del ministerio. Ya saben lo que quereis; ahora tapate, que tenemos que dar un paseo hasta el cuartel -- susurro en tono tranquilo. No era la primera vez que disolvia manifestaciones y sabia que debia mantener la calma. --!No me voy a mover de aqui! --grito Elisabeth, mirando de reojo como a una de sus amigas se la llevaba un uniformado y maldiciendo interiormente; esto se les habia escapado de las manos. --Yo acato ordenes y nos han dicho que os teneis que marchar. Tu eliges: ?por las buenas o por las malas? --comento en tono serio mientras abria la manta para intentar tapar el torso desnudo de aquella muchacha. Pablo Medina la observo, era una preciosidad: tenia los ojos claros, a esa distancia parecian grises; su piel era muy blanca, parecia albina, y sus pechos eran perfectos, ni muy grandes ni muy pequenos, como a el le gustaban. Desecho esos pensamientos de un plumazo y se centro en su tarea, que era sacar a aquellas chicas del centro de las miradas de los transeuntes. --!Tendras que llevarme a rastras! --amenazo ella con rabia sin achantarse--. Yo de aqui no me muevo --exclamo intentando huir de aquel hombre. --Luego no me digas que no te di a elegir... --suspiro lleno de frustracion. Rapidamente el sargento Medina corrio en busca de la joven y la agarro; Elisabeth intento zafarse, pero el era mucho mas fuerte y no pudo evitar que le colocara la manta alrededor del cuerpo, atrapando tambien sus brazos; no podia moverse. Comenzo a gritar que la soltara y, con una seguridad aplastante, Pablo Medina la apoyo en su hombro aferrandola por las piernas; la cabeza de ella colgaba por la espalda del sargento, que sonreia satisfecho de su buen hacer; entre insultos y patadas de ella, se la llevo al interior del coche, para conducirla ante su superior. El camino se le hizo eterno; sentada junto a su amiga Yolanda, en la parte de atras del vehiculo verde y blanco, no dejaba de pensar en las consecuencias de aquel acto. No hablaron en todo el trayecto, no queria que sus palabras pudiesen ser usadas para incriminarlas mas. Al llegar al cuartel de la Guardia Civil, los hicieron pasar a todos juntos a una sala de espera vigilada por varios de los uniformados que los habian llevado alli. Poco a poco los iban llamando para que entrasen en el despacho del teniente, quien les hacia varias preguntas rutinarias y los fichaba. --Elisa, estoy muerta de miedo... Como se entere mi padre, me mata --sollozo Yolanda. Seguian tapadas con las mantas; las camisetas habian desaparecido misteriosamente. --No te preocupes, ya veras como no se entera... --susurro Elisabeth mirando de reojo a los sargentos. --Yo no queria que pasara esto --murmuro su amiga con lagrimas en los ojos. --Yoli, no te angusties ahora. Seguro que todo sale bien --musito ella esperando que asi fuera. --La cara de esa chica me suena mucho, pero no la ubico --susurro Rovira a su buen amigo Medina, que se encontraba apoyado en una pared. --?Cual de ellas? --pregunto mirandolas una a una; habia siete en la sala. --La rubita. El sargento Pablo Medina la volvio a mirar; desde que habian entrado en el cuartel, sus ojos, instintivamente, se dirigian a esa muchacha tan peculiar. Le gustaba la frialdad de su mirada y el aspecto de dura que tenia; le encanto su osadia al enfrentarse a el, como peleaba por no ser arrestada. Nunca antes una chica tan joven se habia rebelado contra su cargo y contra el. Era decidida y fuerte. Lo habia impresionado. --Que pase el siguiente --se oyo desde dentro del despacho, mientras salia un chico con una sonrisa dirigida a sus companeros, que aun aguardaban a ser llamados. Poco a poco fueron pasando todos, uno a uno; al acabar, se iban hacia sus casas. La sala, gradualmente, se fue vaciando; en ella quedaron solo las dos chicas: Elisabeth y Yolanda. --Que pase el siguiente --se oyo de nuevo desde dentro. Yolanda se levanto y, timidamente, entro. Elisabeth observo aquella sala fria de colores tristes, y se topo con la mirada del guardia civil que la habia cogido. Era alto, moreno y con los ojos oscuros, muy atractivo; enseguida desvio la vista. No comprendia por que estaban alli, no habian hecho nada malo, unicamente reivindicar sus derechos. Al poco salio del habitaculo una llorosa Yolanda. Elisabeth se levanto corriendo para abrazar a su amiga.

  • Mentira de Care Santos

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    M 1 is padres son un rollo. Cada noche despues de cenar se enzarzan en todo tipo de discusiones sobre temas complicadisimos: los banqueros, la crisis, los Estados Unidos, la seguridad mundial, la delincuencia, la pobreza... Me recuerdan uno de aquellos debates de la tele que duran un monton y que son mas aburridos que un concierto de zambomba. En serio que no les entiendo. Entre ellos no suelen discutir por nada, pero son capaces de tirarse horas hablando de estas cosas. Hay que ser rarito. De la ultima discusion no hace tanto. En el telediario acababan de emitir unas imagenes donde se veia a un chaval rubio y alto propinando punetazos en la cara a un pobre chico mientras ambos viajaban en metro. Un ataque racista sin ningun motivo, dijeron. La victima era oriental, nacido en Mongolia. Al agresor lo detuvo la policia y el juez le envio a un centro de menores. En las imagenes no se le distinguia la cara porque la llevaba cubierta por una especie de velo transparente. Eso es porque la ley protege a los delincuentes mientras sean menores de edad, me explico mi madre. Mi padre hizo una mueca de desaprobacion. No esta de acuerdo en que las cosas ocurran asi. Mama piensa que los menores merecen otra oportunidad, que a los 17 anos no hay nada que no tenga arreglo. Mi padre le pregunto de que bando estaba, ya que defendia a los delincuentes. --De ese pobre chico nunca debe de haberse ocupado nadie. Si lo hubieran hecho, sabria distinguir entre lo que se debe hacer y lo que no, y no se comportaria de ese modo --dijo ella. --!Anda ya! Un chaval de 17 anos sabe muy bien lo que esta bien y lo que no, y tambien sabe lo que se hace. Y al pobre apaleado, ?quien le defiende, eh? --salto mi padre. --Todo el mundo, esta claro --dijo mama--. A la victima siempre la defiende todo el mundo. En nuestra sociedad el que sale mejor parado es el que sabe ir de victima. Bla, bla, bla. Como siempre. Una lata. Para mama <> --que soy hija unica-- significa un monton de cosas horribles: no dejarme ir jamas a la escuela con la ropa que me apetece; marearme con mil preguntas cada vez que salgo; quitarme el movil a las diez de la noche con la excusa de ponerlo a cargar; no dejar que me conecte nunca desde la cama (!ni siquiera los fines de semana!) o --peor aun-- no dejarme tener el ordenador en mi cuarto. Si, si, eso es lo peor: tener que hacer los deberes en la cocina solo porque ella quiere <> cuando me conecto a Internet; y tener que soportar que de vez en cuando se detenga detras de mi y mire la pantalla por encima de mi hombro solo para saber si hago algo que no le gusta. !Me pone muy nerviosa! --?Que quieres que haga, con la cantidad de trabajos que me ponen en el insti? --le pregunto, a ver si se da cuenta--. Ademas, ya soy mayor, mama, se muy bien cuales son los peligros de Internet. Pero nada, mi madre no es de las que se dejan convencer facilmente. Es como si no se fiara de mi. !Ni siquiera me deja tener Internet en el movil! !Es increible! Papa me mira apretando los dientes y como dandome la razon, pero el tampoco sabe que hacer para convencer a mama. Ninguno de los dos lo sabemos. Una vez mi padre dijo: --No es que mama no se fie de ti, Xenia. Es que en Internet existen peligros que ahora no puedes entender y que nos dan miedo. A ambos. --Se muy bien que peligros hay en Internet. Ya no soy una nina pequena. Papa meneaba la cabeza. --Dentro de unos anos entenderas nuestro modo de actuar --anadio. --Creo que no os entendere nunca --susurre yo, y papa se rio. Con papa es facil reirse. Eso es lo que mas me gusta de el. Puedo hablarle de todo, porque nunca se pone nervioso como mama y porque nunca me trata como si tuviera diez anos. No me importa hacerle confidencias a mi padre. Aquella noche, por ejemplo, casi le cuento lo de Marcelo. Me moria de ganas de hacerlo, de decirle como todo estaba cambiando de repente y como me sentia. Feliz, extrana, distinta. Hacia dias que no pensaba en nada mas. Si se lo hubiera dicho, seguro que no me habria echado ningun discursito de esos tipicos de padres y madres. Pero el se lo habria contado a mama, y eso si era un problema. Papa y mama siempre se lo cuentan todo. Por suerte, supe callar a tiempo. ?Por suerte? M 2 ama ya me lo habia notado. Mama siempre lo nota todo, no se como lo hace. <> <> <> Tenia razon. Estaba despistada. Mucho. Salia a tirar la basura y me quedaba como hipnotizada en mitad de la escalera, pensando. Me quedaba congelada a medio poner la mesa con una sonrisa bobalicona en los labios y los vasos en la mano, sin saber que hacer. Tambien comenzaba a temer que cuando llegaran las notas del segundo trimestre, seria un desastre. Ultimamente no estaba muy concentrada en los estudios, que dijeramos. Incluso suspendi dos examenes de matematicas seguidos. <>, pense. Y cuando mama me pregunto como me habian ido los controles, yo repuse con un breve: --Bien. --Entonces, ?nos van a gustar las notas de esta evaluacion? --pregunto ella (es una de sus preguntas mas tipicas). --No se --dije, con el corazon a mil. Sabia perfectamente que no les gustarian nada. Pero aun me quedaban 27 dias de margen antes del desastre. Aquellos dias encontraba justificacion para cualquier cosa. Cuando mis padres vieran las notas seria horrible, pero de momento vivia en una nube. Siempre habia sido buena estudiante, asi que no me preocupaba demasiado: ya lo arreglaria. De lo que no queria privarme --!de ningun modo!-- era de vivir aquella montana rusa de sentimientos que de pronto habia aparecido en mi vida. Me estaba pasando algo muy importante. Tal vez tendria consecuencias, pero deberian asumirlas. Yo ya lo habia hecho. ?O tal vez alguien cree que cuando un huracan de fuerza cinco pasa por tu vida deja algo en su lugar? Mi huracan de fuerza cinco se llamaba Marcelo y era un fantasma. Quiero decir que no era --aun-- un ser de carne y hueso. Era un ser virtual, que vivia dentro de mi cabeza y de mi ordenador. Le conoci de una manera muy curiosa: gracias a un libro que tome en prestamo en la biblioteca municipal. Era una recomendacion de la profesora de filosofia que servia para subir nota: El guardian entre el centeno, de un tal J. D. Salinger. La bibliotecaria me lo entrego junto a un punto de libro donde se leia: <>. Me parecio buena idea echarle un vistazo. Para ver de que iba y al menos saber que opiniones les merecia a los demas. Entre en el forum aquella misma noche. Husmee aqui y alla, en busca de opiniones interesantes. Entonces tropece con esto: ?Pensais que un libro puede cambiaros la vida? Yo antes habria dicho que no sin ni siquiera pensarlo. Pero este libro me ha hecho cambiar de opinion. Me lo he leido un monton de veces y cada vez me pregunto como se las ingenio el autor, ese Salinger, para escribir exactamente las cosas que yo a veces pienso o siento. Punto por punto, sin olvidar nada. Os prometo que da un poco de miedo. Me gustaria mucho ser amigo del autor para llamarle por telefono e invitarle a una cerveza. Le diria: <>. Tambien me gustaria hacerle algunas preguntas. Por ejemplo: <>. Venga, ya termino. Este libro es una pasada, hacedme caso. Es el unico consejo que pienso daros en toda mi vida. Aquel mensaje en el forum desperto mi curiosidad, y eso que entonces aun no sabia que El guardian entre el centeno es una novela muy famosa, que podria resumirse mas o menos asi: un tio que esta colgado hace un monton de estupideces en Nueva York despues de ser expulsado del instituto por holgazan y problematico. Es algo asi como la obra maestra de su autor, que tambien debio de estar un poco colgado, creo yo. Esta novela le hizo rico. Ahora ya esta muerto, pero el libro sigue teniendo miles de lectores todos los anos. Me lo lleve a la cama y comence a leerlo. Cuando mire la hora era medianoche y ya iba casi por la mitad. !Todo un record! Estaba en aquella escena en que Holden recibe a Sunny en la habitacion del hotel, pagina 103. !Me tenia completamente enganchada! Igual porque era lo mas fuerte que habia leido hasta entonces. Al dia siguiente regrese al forum virtual de la biblioteca y busque el comentario que me habia inspirado semejante maraton de lectura. En realidad, buscaba el correo electronico de su autor. Encontre su ficha, con algunos datos. Edad: 17. Instituto: Ricard Salvat. Correo: [email protected]... !Por supuesto! No podia ser otro. El nombre del protagonista desgraciado, como el habia escrito. Sonrei al leerlo. Le comprendi un poco. Escribi un mensaje de inmediato: Hola, caso perdido. Solo te escribo para decirte que gracias a tu recomendacion anoche empece a leer El guardian entre el centeno y estoy superenganchada. Creo, a diferencia de ti, que a mi no me gustaria nada conocer a su autor y aun menos al desastre del protagonista. Me cae bastante mal el Caulfield este y voy ya por la pagina 103. Y tambien me da un poco de miedo. ?Por que dices que te pareces a el? Ya se que dices que no merece la pena explicar nada a nadie, pero a mi me gustaria que lo hicieras porque de verdad me interesa saberlo. Espero que me contestes, Holden. Abrazos, Xenia. ?Verdad que es una manera completamente idiota de comenzar una historia? La vida a veces es completamente idiota.

  • La Marca Del Silver Wolf de Marcia Dm

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    El Silver Wolf andaba suelto, todos lo sabiamos.
    ?Quien es? Bueno, el es el hombre que hace que no puedas dormir por la noche, el es la sensacion de que alguien te esta observando, el es la adrenalina que corre por tu cuerpo cuando crees que te estas por morir...o al menos eso nos han dicho.
    Lo unico que se con seguridad es que:
    El es el hombre que cambiaria mi mundo por completo.
    El es el hombre que me haria sentir cosas que no sabia que podia sentir.
    El es el hombre que me marcaria para toda la vida.
    El es el Silver Wolf.
    Lo unico que no se es como sobrevivir a el.

  • Sherlock Holmes a la caza de Jack el Destripador de Arquimedes Gonzalez

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    En noviembre de 1889 Francis Tumblety, senalado como la persona vinculada a los asesinatos de varias mujeres en Whitechapel, Inglaterra, escapo en barco con destino a Nueva York, Estados Unidos. Los policias enviados por Scotland Yard para capturarlo jamas lo localizaron...
    Entre enero y febrero del siguiente ano se reportaron las muertes de seis mujeres en diferentes ciudades de Nicaragua.
    Sherlock Holmes a la caza de Jack El Destripador es una novela historica y policial que relata la llegada de Jack El Destripador a Nicaragua y tambien el arribo del famoso detective britanico Sherlock Holmes en su busqueda del asesino mas famoso de todos los tiempos.
    Este libro fue publicado en el 2002 con un prologo del escritor Sergio Ramirez Mercado (incluido en la contraportada), con un tiraje de 4,500 ejemplares. El libro fue reimpreso en el 2005 con un tiraje de 3,500 ejemplares. Una ultima edicion se hizo en el ano 2007 de 3,500 ejemplares.
    En el ano 2005 el detective britanico Trevor Marriot publico el libro Jack El Destripador, La Investigacion del Siglo XXI, en el que asegura que efectivamente el asesino pudo haber viajado de Nueva York a Nicaragua.
    En enero de 2009 el libro se presento en la Libreria Estudio en Escarlata, en Madrid, Espana. Entre el ano 2010 y el ano 2011, este libro fue el mas vendido en el genero de Suspenso, Crimen y Misterio en Amazon en espanol.

  • Nellie de Cynthia Woolf

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    Nellie Wallace es una joven viuda con dos hijos. Despues de la guerra civil en Nueva York quedan pocos hombres y como si fuera poco, ninguno de ellos desea cargar con la responsabilidad de una esposa e hijos. La familia de su difunto marido es rica pero cruel y en la desesperacion por escapar de esa influencia e impaciente por tener un hogar, un marido y una vida estable para sus hijos, Nellie decide empezar una nueva vida en San Francisco siendo una novia por contrato.

  • El amor como un elefante. Reliquum de L.v. Velasquez

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    Una serie de profundas reflexiones nos llevaran al repaso de la vida de Maia, quien en los dias previos a su partida definitiva del pais que la vio crecer, revivira las decisiones que en otra epoca moldearon su vida, y reevaluara los hechos que la obligaron a asistir al evento que pondra fin a su necesidad de seguir guardando el gran secreto que nadie se atrevio a imaginar.

  • Sin igual, Alyson Noel de Alyson Noel

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    Todo el mundo aspiraba a ser alguien.

  • La portadora de almas de Victoria Vilchez

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    Casandra no es una chica normal. Desde su infancia ha vivido torturada por su don. No solo es capaz de ver las almas que han quedado atrapadas en su mundo, sino que ademas tiene la capacidad de guiarlas a traves del tunel que conduce al mas alla.
    La aparicion de Gabriel, un chico desconocido que parece conocer su secreto, la situara en medio de una vieja lucha que lleva siglos desarrollandose.
    Mientras Casandra descubre quien es realmente Gabriel y la irracional atraccion que siente por el se transforma en algo mas profundo, tendra que lidiar no solo con los fantasmas que la acosan, sino con aquellos que ansian hacer uso de su poder.
    ?Y si todo lo que pudieras hacer para salvar a la persona que amas, fuera condenar tu alma?

  • Raoul Wallenberg de Ingrid Carlberg

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    La biografia definitiva del Schindler sueco.

  • Si la vida te da limones, haz culebrones de Lara Smirnov

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  • La maldicion de Tonr (Leyendas del Bosque Azul) de Leslie G

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    El gran bosque dormia sumergido en una densa niebla que lo cubria por completo como si intentara esconderlo del mundo. En el suelo, una triste criatura se arrastraba sobre la hierba mojada; el olor a tierra invadia su nariz y sus unas se enterraban en el lodo. La luz de la luna atravesaba la niebla y llegaba hasta ella transformada en sombras. Y, mientras su cuerpo maltrecho reptaba entre penumbras, la criatura se preguntaba si sobreviviria un dia mas. Sus piernas se habian convertido en dos pesos muertos que no hacian sino retrasarla en su viaje. Las piedras del camino habian abierto varios cortes en su abdomen, algunos bastante profundos, y la sangre que brotaba de su cuerpo dejaba charcos de plata escondidos entre las hojas. El cansancio iba venciendo a sus brazos, que batallaban duro para arrastrar aquel cuerpo inutil. Estaba exhausta, las lagrimas le nublaban la vista y su piel habia comenzado a agrietarse como una fruta seca. Pero no se detenia, porque llevaba el peso del mundo en su vientre desnudo, porque, si lo hacia, estaria condenandolos a todos. Cuando llego a la caverna, apenas conseguia mantenerse despierta, tenia la barriga lacerada y el rostro desfigurado por las heridas. Estaba muriendo, y el simple movimiento de estirar un brazo para impulsarse hacia el frente le parecia una tortura. Aun asi, logro colocar una mano en el agua, dejando que el frio penetrara en su piel y avivara sus sentidos. Poco a poco se arrastro hacia adentro de aquellas aguas negras con olor a muerte, cerro los ojos y se dejo llevar por la corriente hasta las entranas de la tierra. El primer sol se le perdio detras de una estalactita gigante cuya punta se hundia toscamente en el lago subterraneo. Y, cuando aquella agua congelada se llevo sus lagrimas, ella hizo un juramento. Capitulo 1: La caverna 1 Sylha solto un chiflido nada apropiado para una exprincesa de veinte anos, pero lo que tenia delante valia eso y mucho mas. Habia llegado a la isla justo cuando el primer sol comenzaba a aparecer en el horizonte, aprovechando la marea baja y las aguas calmas de la madrugada. Ahora, despues de pasarse la mitad del dia atravesando bosques y escalando el enorme morro de piedras que la separaba del extremo este, entendia por que le habian advertido que no podria rodear la isla con el bote. Delante de ella se extendia un precipicio hasta la playa, donde olas de mas de quince metros arremetian con tanta furia contra las rocas que el agua le llegaba a salpicar los pies. Cada vez que las olas se alejaban, era posible ver la arena blanca esperando para ser cubierta nuevamente. Parecia que el mar habia perdido la cordura. --Bonito, ?verdad? --sono una voz a su lado que le hizo dar un salto y desenvainar la espada --. Existe una belleza rara en todo lo salvaje --completo el anciano con una sonrisa en los labios. El hombre era rechoncho y un poco mas alto que ella. Llevaba una barba blanca que le llegaba al pecho y vestia un overol azul claro por encima de una camisa de cuadros con mangas largas. En contraste con la barba, su cabeza no ostentaba ni un solo cabello y brillaba bajo la luz del sol, cubierta de sudor. Tenia unos ojos pequenos que la miraban como ella siempre penso que lo hubiera hecho su abuelo de haberla conocido. --?Tu eres el guardian? --pregunto la chica guardando nuevamente su espada en el cinto. --Puedes llamarme asi si lo deseas, ?y tu eres la invasora? --Puedes llamarme asi. El viejo asintio, luego miro al mar: --No eres la primera que lo intenta. --Lo se. La ola que llegaba en ese momento les dio un bano de agua fria y le arrebato una carcajada al anciano. --?Vas a tratar de impedirmelo? --pregunto Sylha lamentando no haber resguardado sus pertenencias fuera del alcance de las olas. --Yo no, ese no es mi trabajo. Ella queria preguntarle cual era su trabajo; si el guardian no estaba alli para cuidar del prisionero, entonces, ?para que estaba? Se mordio la lengua, los dos soles ya habian recorrido la cuarta parte del camino y no tenia mucho tiempo si queria marcharse antes de que anocheciera. La unica entrada de la caverna se encontraba alla abajo. Sylha se pregunto de que forma el guardian le haria llegar las provisiones al prisionero, luego recordo que aquel recluso en particular no necesitaba provisiones y un escalofrio recorrio la piel de sus brazos. Sin perder mas tiempo, ato un extremo de su soga a la roca mas firme que encontro y se paso el otro por entre las piernas en forma de arnes. Conto los latidos de su corazon entre una ola y otra, y decidio que, si lograba alcanzar la entrada antes de llegar a treinta, estaria segura. Se colgo del precipicio y, cuando la proxima ola llego, el miedo la congelo en el lugar. --No tienes que hacerlo, mi nina --le dijo el anciano--. No vale la pena. Eso era todo lo que necesitaba escuchar. Sylha lleno sus pulmones de aire y espero una nueva ola. Lo ultimo que vio antes de lanzarse al vacio fue una sonrisa triste en el rostro del guardian. <>, penso y comenzo a contar. Cayo en la arena mojada con un golpe tan fuerte que abrio un hueco a su alrededor. A su espalda podia escuchar al mar preparandose para una nueva embestida; adelante, la entrada de la caverna la sorprendio por su tamano. --Es demasiado grande, no me protegera de la fuerza de la ola. Pero no habia otro lugar para donde correr, ni mucho menos tiempo de subir por la soga nuevamente. Asi que entro en la cueva, que se abria hacia el interior de la montana como una boca gigante. El enorme tunel se perdia en la oscuridad, pero continuaba siendo demasiado ancho para frenar la fuerza del mar. La chica acelero el paso, buscando entre las paredes algun refugio donde pudiera ponerse a salvo. Entonces, un instante antes de que el agua tapara por completo la luz del dia, un timido rayo de sol ilumino la grieta. 2 Cuando Sylha termino de pasar el cuerpo por la grieta, llego el agua, entrando en la caverna con un sonido estruendoso y llevandose la poca iluminacion que restaba. La chica sabia que la camara donde se encontraba ahora tambien se inundaria, pero el delgado espacio de la ranura frenaria la fuerza del mar y la salvaria de morir aplastada contra una roca. El nivel del agua comenzo a subir. Ella se sujeto de una estalagmita y contuvo la respiracion, contando los segundos en espera de que el agua se retirara de nuevo. Llego a treinta y aun no podia respirar. Algunas burbujas de aire escaparon por su boca, y la joven se vio obligada a luchar con fuerza para calmar los latidos de su corazon, era la unica forma de lograr que el poco aire que le quedaba en los pulmones le rindiera un tiempo mas. Estar rodeada de rocas no ayudaba en nada, tampoco el hecho de que ya iba por cuarenta y el agua no parecia querer salir de alli. <>. Y el agua salio. Lentamente, mucho mas despacio que como habia entrado, el agua abandono la cueva. Entonces la joven pudo ver donde se encontraba. Todo era como lo recordaba: un intrincado conjunto de grutas y rocas que se entrelazaban con la montana en caminos que ascendian a la oscuridad. Aquella era la verdadera entrada de la caverna; de haber seguido por el tunel principal, probablemente ya estaria muerta. No le fue dificil encontrar la ruta que debia seguir, ella ya habia estado alli demasiadas veces como para perderse. Sylha comenzo a subir, contemplando admirada como la oscuridad se intercalaba con los rayos de sol que atravesaban esporadicas ranuras entre las rocas que formaban la montana, manteniendo el ambiente envuelto en penumbras que a duras penas le permitian distinguir los toscos escalones. Las proximas olas tambien llegaron hasta ella, pero el agua poco a poco fue perdiendo terreno y, conforme la chica se adentraba en las entranas de aquella fortaleza escondida, el mundo en el exterior se le fue haciendo lejano. Habia muchos pasajes dentro de la montana, ninguno parecia hecho por los hombres. Las paredes de las grutas eran asperas y humedas. El techo estaba cubierto de estalactitas, algunas de las cuales se unian a las rocas en forma de columnas que la chica necesitaba rodear para seguir su camino. El suelo estaba mayormente seco, salvo por algunas pozas de agua que aparecian en medio del trayecto. Despues de un tiempo, Sylha comprendio que los <> no eran mas que irregularidades en las rocas que formaban la pendiente. Estaba tan ensimismada en su camino que no percibio cuando el aire se volvio mohoso y, solo cuando vio la enorme sombra pasar de un lado para otro a algunos metros de ella, Sylha se dio cuenta de que habia llegado a los dominios de la Raposa. 3 El corazon se le disparo en el pecho y su cuerpo entero se inmovilizo. Sylha se obligo a respirar, ella conocia al animal, podria identificar aquel olor con los ojos cerrados y sabia lo que tenia que hacer. --Espero no estar equivocada --se dijo--, no seria un buen momento para descubrirlo. Si alguien le hubiera dicho cinco anos atras a la princesa de Tonr que un dia se encontraria dentro de una caverna, jugando a los escondidos con un animal demoniaco, se hubiera echado a reir; no por causa de la caverna ni por lo siniestro del asunto, sino simplemente porque Sylha siempre odio esconderse. No lo hacia bien y odiaba todas las cosas que no se le daban bien. Aquella era otra epoca, tan distante que parecia la vida de una persona diferente. La joven se apretujo contra una estalagmita que, por su tamano, podia esconderla perfectamente. No necesitaba mucho espacio para eso, pues su cuerpo continuaba siendo tan delgado como siempre, demasiado escualido para el gusto de la mayoria de las personas. No tuvo que esperar mucho para que el animal apareciera y, aunque ella recordaba con exactitud cada detalle de su apariencia, la sangre abandono su cuerpo en el momento en que la enorme cabeza asomo por detras de las rocas. Tambien recordaba otras cosas. Sylha estiro el brazo con los ojos cerrados, intentando no pensar en las mandibulas de la Raposa, ignorando el olor a pescado descompuesto y las gotas de saliva que cayeron sobre su piel cuando la bestia acerco el hocico. Asi era el juego, la Raposa olfatearia su alma y decidiria si era digna, o al menos era eso lo que ella habia entendido despues de tantos encuentros desafortunados. Tal vez nada tenia sentido y la Raposa reaccionaba segun estuviera de humor ese dia, pero Sylha no queria ni imaginar que sucederia ahora si el animal decidiese atacarla. Mientras esperaba el veredicto, la chica se permitio un vistazo rapido e inmediatamente se arrepintio de haberlo hecho. La cabeza del animal era tan grande que el puno de la chica cabria enteramente dentro de uno de los orificios de su hocico grotesco. Su cuerpo tapaba la gruta por completo --Sylha llego a pensar que si la bestia no crecia mas era porque el limitado espacio donde vivia no se lo permitia --, y su aspecto era tal y como ella recordaba: desprovista de piel, la enorme Raposa ostentaba musculos y tendones que brillaban banados en una sangre hedionda; el rostro era una mascara de terror donde podian verse colmillos amarillentos enterrados en el hueso, como si hubieran sido implantados por la fuerza. Si algo habia aprendido la joven en sus tantos encuentros con la bestia, era que el miedo la traicionaria. Sylha mantenia el brazo firme, soportando el escrutinio de la Raposa, quien lanzaba ondas de aire caliente al olfatearle la mano. Pero no podia evitar que la chispa de temor que habia activado cuando la observo se encendiera cada vez mas. Sabia que el animal lo sentiria y sabia que aquel seria su fin. La bestia le dedico un grunido de advertencia, era una escena extrana considerando que el animal no tenia labios; aun asi, aterradora. Ella respiro con fuerza y cerro los ojos, concentrandose en el motivo que la habia impulsado a realizar aquel viaje, tenia que lograrlo. Un momento despues, la Raposa giro su cabeza y se fue. Sylha suspiro, habia pasado la primera prueba, pero no terminaria ahi. Sabia que el animal la dejaria deambular por las cavernas, pero, cuando descubriera hacia donde realmente ella se dirigia, la cazaria. 4 A partir de ese punto, los caminos por dentro de la montana se volvieron oscuros. Cuanto mas se adentraba en aquel laberinto de cuevas, mas desagradable se le hacia el viaje. Por las paredes de piedras comenzaron a aparecer rastros de sangre seca, espinas de pescados y huesos. En una de las camaras, Sylha se encontro un amontonado de armas oxidadas y viejas, entre las cuales se podian ver restos de personas. Virandose de espalda, la chica se ato un panuelo sobre la nariz y la boca, intentando filtrar el aire putrido y enfocar sus pensamientos en cualquier otra cosa fuera de aquel lugar. No podia permitirse vomitar, pues eso atraeria la atencion de la Raposa. Ella sabia lo que encontraria alla dentro, no era la primera vez que estaba alli. Sin embargo, no podia evitar que el estomago se le retorciera al recordar que, si el animal la tomaba desprevenida, acabaria uniendose a la coleccion macabra. De una cosa estaba segura: aquel era el camino correcto. Cuando se fue acercando a su destino, la luz la fue abandonando. Sylha continuaba encontrando algun que otro agujero entre las piedras; eran demasiado pequenos para poder mirar a traves de ellos, pero lo bastante grandes como para notar que alla afuera aun era de dia. Sin embargo, la luz no entraba en la caverna, sino que se limitaba a formar pequenas esferas alrededor de los huecos y el efecto optico era perturbador. La chica escuchaba los pasos de la Raposa alrededor de ella. La bestia la habia dejado ir, pero la mantenia vigilada desde los cientos de tuneles que se entrelazaban en la montana. Sylha sabia que no faltaba mucho para que el animal descubriera hacia donde se estaba dirigiendo y, disimuladamente, puso una mano sobre la empunadura de su espada. Ella era consciente de que no la podria matar, la Raposa era un animal magico que ni siquiera estaba vivo, pero se sentia mas segura de esa forma. Estaba tan oscuro que Sylha ya no veia donde colocaba los pies y tenia que pasar las manos por las paredes de las grutas para guiarse. Se encontraba cerca. Entonces, llego el silencio. Sylha detuvo sus pasos, sintiendo como el miedo formaba una bola fria en su garganta, y aguzo el oido. Las estalactitas habian dejado de gotear, la Raposa habia dejado de moverse... <>, penso mientras se dejaba llevar por el terror. Y corrio. La exprincesa de Tonr salio en disparada atravesando tuneles con el sudor mojandole la frente y una bestia milenaria siguiendole los pasos. La mayoria de las veces que habia visitado aquel lugar terminaban de la misma forma: ese era el momento en que moria. --Hoy no. Cada vez que doblaba una esquina sentia a la Raposa mas cerca. Despues de un tiempo perdio totalmente el sentido de sus pasos y temio estar dando vueltas en circulo. El hedor del animal llegaba cada vez mas fuerte, y casi podia sentir su odio. La Raposa le habia permitido pasar con una sola condicion, y ella la habia traicionado. --Lo siento --susurro como si sirviera de algo. Sylha corria con unas piernas que ya no parecian suyas, sin detenerse a buscar el camino correcto, volando sobre los charcos del suelo y girando entre tuneles oscuros. Estaba tan aterrorizada que no se dio cuenta de cuando la oscuridad la envolvio por completo, un detalle importante considerando lo que significaba: habia llegado. Sylha paro, intentando inutilmente mirarse las manos, con el corazon estallando dentro de su pecho. A pesar de no haber rejas ni cerraduras, ella sabia donde estaba; habia sonado demasiadas veces con aquel lugar, con aquella camara dentro de la montana donde, con solo colocar un pie, era invadida por una oscuridad perfecta. Llevaba exactamente cinco anos teniendo el mismo sueno, con finales diferentes. Cinco anos que habia dedicado a prepararse para el dia en que lo enfrentaria de verdad. Y alli estaba, aranada y cansada, destruida por la vida, cumpliendo su sueno; por algun motivo, aquello no parecia alegrarla. <>, penso. Entonces, unos ojos rojos aparecieron frente a ella: --Hola, Sylha, bienvenida a mi hogar.

  • Momentos especiales (Extras Moteros 5) de Patricia Sutherland

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    Despues de semanas viendo a Pau echar el resto para poder estar juntos, Tina decide, por una vez, ser quien de el paso, y se presenta por sorpresa en Menorca.

  • La luz azul de Yokohama de Nicolas Obregon

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    Recien destinado a la Unidad de Homicidios de la Policia Metropolitana de Tokio, el inspector Kosuke Iwata se hace cargo de un caso tan perturbador como complejo: una familia de cuatro miembros ha sido asesinada despiadadamente en su propia casa el dia de San Valentin. Y lo mas desconcertante es que el autor del brutal homicidio ha dejado unas cuantas pistas para los investigadores. Iwata, que cuenta con la ayuda de la joven policia Noriko Sakai, no deja de preguntarse por los extranos elementos ceremoniales de esa terrible tragedia, que apuntan a un sacrificio ritual, y que fue lo que llevo al afamado Hideo Akashi, el anterior investigador, a suicidarse saltando desde el emblematico Puente del Arcoiris al poco de empezar las pesquisas.

  • El Reino de Istar de Margaret Weis

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    El mundo de Krynn es fuente de inagotables sorpresas, basten dos ejemplos: en uno de los siete cuentos incluidos en el presente volumen, un Kender se convierte en caballero de Solamnia (bueno, casi lo consigue). En otra narracion, un ogro llega a ser salvador de la caza de los enanos, !vivir para ver! El libro se cierra con una novela corta de Margaret Weis y Tracy Hickman, <>, en la que se cuenta la suerte que corrieron los verdaderos clerigos y como Nuitari, guardiana de la magia negra, intenta frustar las ambiciones del hechicero Tunica Negra, conocido como Fistandantilus.

  • Pesadilla (Ametsgaiztoa) de Jon Hernandez Quintana

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  • Tu me salvaras de Angie Garcia Lopez

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  • Tras el riesgo (eLit 3) de Tori Carrington

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    Nicole Bennett no solo era una chica mala, tambien era una ladrona. Y, aunque habia pasado malos momentos, nunca la habia seguido un tipo como Alex Cassavetes. El problema no era que la estuviera investigando, sino que ella tambien queria investigarlo a el… muy a fondo.Alex jamas habia conocido a una mujer como Nicole: era salvaje, desinhibida… y muy sexy. Pero tambien era su unica pista en un importante caso de robo. El peligro de intentar atrapar a un ladron con la ayuda de una ladrona era que podria ser el al que le robaran… ?el corazon?

  • Como los pajaros aman el aire de Martin Casariego

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    En el barrio algunos nos llamaban el fotografo y la modelo. Es cierto que le hice bastantes fotografias, y que la mayoria fueron de la clase que imaginaban quienes apenas nos conocian mas que de vista, pero las que verdaderamente me interesaron no eran asi. Escogi vivir en aquella zona deteriorada y multicolor no solo por el precio de los alquileres, sino tambien por cortar en seco con mi pasado. Habia llevado durante mucho tiempo una vida de plastico. Ahora, de querer ser lo que parecia, habia pasado a preferir parecer lo que era; de hablar a los demas, a hablarme a mi mismo. Alli no me encontraria jamas a mi antigua esposa, ni a mis antiguos amigos (por llamarlos de alguna manera), ni, desde luego, a los companeros de mi anterior trabajo, que habia cambiado por uno mas tranquilo, aunque mucho peor pagado. El apartamento tenia unos treinta metros cuadrados, mas el dormitorio de la planta alta, abuhardillado. En el, cuando terminaba de subir la escalera, debia agacharme. Un ojo de buey, en la pared a la que estaba arrimada la cama, proporcionaba una amplia vista de una parte de Madrid, un Madrid sin rascacielos que semejaba un inmenso pueblo cubierto por una lluvia de tejas y vigilado por un ejercito de antenas. Lo que le daba vida a mi pequeno piso era una terracita rectangular abierta en el tejado. Si me encaramaba al borde de este, la vista de Madrid se perdia en el horizonte. Nunca habia estado en Argel, pero la primera vez que me sente alli pense, sin saber realmente por que, en aquella ciudad. Quiza me recordara alguna imagen de La batalla de Argel, que habia visto en el Griffith. Veia las tejas, la ropa tendida, una bandera pirata en el tejado de enfrente, a la que la brisa hacia flamear, las plantas y macetas, y me sentia en paz. En el tiempo de dolor y soledad comprendido entre mi separacion y la enfermedad y muerte de Gafas habia aprendido a querer mi barrio. Una noche me entretuve, callejeando hacia casa, en hacer una relacion de lo que iba distinguiendo en el suelo, desde vomitos y latas hasta preservativos y excrementos, y lo encontre casi arqueologicamente instructivo, en lugar de asqueroso, sin mas. Me gustaban sus calles, una libreria-cafe, atestada de libros, en la que a veces compraba una novela y tomaba algo en una mesa a la entrada, ciertos bares y cafes, como el Nuevo Cafe Barbieri, con sus espejos y mesas de marmol y sillas de madera y columnas de hierro fundido y canapes de terciopelo rojo, en la esquina de Primavera y Ave Maria. Ya ni siquiera me repugnaba tanto el hedor a orines de la calle Primavera, apreciaba tener tan a mano la Filmoteca, o encontrarme en la calle Salitre con el club de fumadores de marihuana con la hoja de marihuana de metal colgada de la fachada, a modo de reclamo o anuncio medieval. Ademas de espanol, se oia hablar chino, indio, arabe, rumano, diversas lenguas africanas que no identificaba. Habia mudanzas y pequenas obras constantemente, negocios que abrian y cerraban, y a todo lo envolvia un pano de provisionalidad. De unos anos para aca los robos proliferaban, aunque ultimamente habian descendido gracias, en parte, a las camaras instaladas en muchas esquinas. Salia del metro y bajaba hacia la plaza por la calle del Ave Maria, donde, fantaseaba, mas de uno habia rezado sus ultimas oraciones, o por la del Olivar, si tenia ganas de variar un poco, entre restaurantes asiaticos, tiendas de chinos, locutorios, verdulerias con especias y frutas exoticas, y a menudo me cruzaba con algun borracho que insultaba a voces a alguien, real o imaginario, o con un loco que pregonaba su suerte por haber conocido en persona a Dios. Pensaba entonces que estaba donde debia estar. Lo cual no era, sin embargo, ni un consuelo ni una alegria.

  • Las posesiones de Llucia Ramis

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  • El ultimo Leonardo de Ben Lewis

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    El ultimo Leonardo cuenta la historia de un fascinante icono con el poder de destruir la reputacion de eruditos, multimillonarios, reyes y jeques. Ben Lewis nos lleva al estudio de Leonardo da Vinci en la Italia del Renacimiento; a la corte de Carlos I y la Guerra Civil inglesa; a Amsterdam, Moscu y Nueva Orleans; a las galerias, a las casas de subastas y al taller de restauracion mientras la pintura emerge lentamente, con esmero, de la oscuridad. En este apasionante recorrido por la historia se trazan las vicisitudes del mercado secreto del arte a lo largo de seis siglos. Un relato imprevisible de genios y oligarcas, de cruces y desapariciones, en la que nunca estamos seguros de que creer.

  • Cuidado con las curvas (Escenas extras) de Maleja Arenas

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    --Manuela, mira este desastre --gruno. Boris a ha dormido sobre mi traje para la reunion que tengo dentro de una hora. Esta cubierto de pelos y no alcanzare a quitarlos todos y llegar a tiempo. --!Boris! Tu, pequeno bribon. !Ven aqui! --grita Manuela. La veo perseguir al gato por todo el apartamento. Lo alcanza por fin, cuando intenta escabullirse por la ventana--. Te he dicho mil veces que la ropa de papa se respeta. Voy a quitarte los bocadillos por dos semanas, ?me entiendes? Miau dice Boris, me mira y juro que cuando lo hace me da esas miradas de "eres un bocon". Es espeluznante. --Lo siento chico, mama exagero. Te dare los bocadillos si no vuelves a meterte entre mi ropa. Miau. --No me desautorices frente al nino --grune Manu. Se para frente a mi y tapa los odios de Boris--. Se supone que si yo doy un castigo, tu me apoyas. Hay que ponernos de acuerdo en su educacion. --?Eres consciente de que es un gato del que hablamos? --Es Boris. --Se encoje de hombros. La observo en blanco--. Este chico es mas inteligente que cualquier otro animal en el mundo. El cree que es un nino. --Porque tu le has hecho creer eso. --Camino hasta la cocina y tomo uno de los bocadillos que Manuela guarda para el. Boris los ve y empieza a retorcerse en los brazos de Manu. --?Que estas haciendo? Te dije que no me desobedecieras. --Voy a entrenarlo --digo con confianza. Manuela resopla y me fulmina con la mirada. --Buena suerte con eso. --Deja a Boris en el suelo y camina hacia la habitacion. --A ver amigo. ?Ves esto? --Senalo el bocadillo--. Si no vuelves a dormir encima de esto --Senalo mi traje--, te seguire dando de comer. Miau. --Eres un chico listo --apremio. Le doy la comida y voy hacia el bano para limpiarme y terminar de organizarme. Dejo el traje lleno de pelos encima de la cama y saco otro. Me ducho rapidamente y me aplico desodorante. Cepillos mis dientes y uso mis boxer. Salgo de la habitacion y me detengo a medio camino. --!Boris! --bramo. El peludo solo levanta la cabeza, su mirada perezosa en mi--. Te dije que no te acostaras encima de mi ropa. Miau. --Mierda, ahora este traje esta lleno de pelos tambien. --Eso te pasa por calabaza. Te lo dije. --Se burla Manuela. Entra en la habitacion con una taza de cafe. --Le dije que no se acostara en mis trajes y le di el bocadillo cuando contesto. --Tu le dijiste que no se acostara en ese traje --Senala el primero. Miau, el traidor la apoya--, pero nunca le dijiste que en ese tampoco. --Senala el nuevo traje. --Le senale ese porque era el que estaba a mano --farfullo. --Bueno, la proxima vez se mas especifico. ?Verdad bebe? Ese papa no sabe nada sobre educar hijos. --Sonrie y niega con la cabeza. Miau. --!Traidor! --Ahora debo alistar otro traje y lo mas probable es que llegue tarde a mi reunion. La ninera esta loca Manuela --Te digo que va a estar bien. --Es la tercera vez que David me dice lo mismo. Pero simplemente no puedo quedarme tranquila. --Es todo el fin de semana. Nunca me he alejado de el tanto tiempo. ?Y si se enferma de depresion? --Manuela, es un gato. --!Es mi nino! --refunfuno. --Nena, no te preocupes. Daniela es la mejor ninera gatuna de la ciudad. Ella va a cuidarlo bien, se divertiran y veras que cuando regresemos, todo sera igual que siempre. --Voy a extranarlo. --Yo tambien. Ahora vamos, que mis padres nos estan esperando en el aeropuerto. Suspiro y me dejo arrastrar por David. Este fin de semana iremos a Cartagena para descansar un rato. David tiene unos dias de vacaciones, asi que los aprovecharemos en la playa, sol y arena. --Dios, estoy tan cansada. Quiero ir a dormir ya. --A pesar del vuelo, vengo hecha nada. Quiero llegar a mi cama y dormir por horas. Me diverti demasiado en Cartagena, hicimos de todo y si, hubo sexo en la playa !Yeah! --?Estoy invitado a tu siesta? --pregunta. Sus brazos me atrapan desde atras y me lleva hacia su pecho. Puedo sentir su excitacion en mi trasero. --Tu no necesitas invitacion --susurro seductoramente. Pasa su nariz por mi cuello e inhala. Grune cuando presiono con fuerza mis caderas hacia atras. --Sera mejor que te detengas o te tomare en el pasillo de tu edificio, y la verdad no quiero que nadie escuche cuan bien se siente estar juntos. --Que bueno que ya estamos en casa --acoto. Abro la puerta de mi casa y un horrible olor a humo nos recibe. --?Que paso aqui? --exclama David preocupado. Entramos agitados al lugar. Lo primero que veo es muchas velas de incienso y esas mierdas, la silueta de una mujer arrodillada en el piso reverenciando algo que se encuentra en un pequeno e improvisado altar con cojines. --?Boris? --pregunto. Mi pequeno contesta con la voz ahogada. Miau. --?Que demonios te pasa loca? --Me abalanzo hacia mi gato y lo saco de su prision. --!No! --grita Daniela. La golpeo cuando intenta arrebatarme a Boris--. Ese gato esta poseido. Debemos ayudarlo a expulsar los demonios que consumen su alma gatuna. --!Estas loca tipa! --gruno. David viene y me ayuda a controlar a la lucifer del piso. --Ese gato esta poseido. Hay que sacrificarlo --grita. --Alejate de mi bebe, tu loca y estupida demente. --Senorita controlese o llamare a la policia --amenaza David. --Solo quiero ayudarles --musita. Fulmino con la mirada a la loca. El corazoncito de Boris se encuentra realmente acelerado, lo abrazo a mi pecho y le pido perdon por dejarlo con esta loca tanto tiempo. Pobre de mi bebe. La tipeja sigue gritando en la sala, yo me voy hasta el cuarto de mi bebe y lo encuentro vuelto nada. Jadeo. La estupida ha danado sus juguetes. --Es un gato endemoniado, el me habla. !Me habla! --grita la loca. --Llama a la jodida policia, David. O sere yo quien sacrifique a esa perra del infierno. Quince minutos despues, dos oficiales de policia se llevan a una desquiciada Daniela Rengifo. Cuando llamamos a sus padres informaron que con ella todo estaba bien, no entendian que habia sucedido con ella para actuar de esa manera. Una hora mas tarde, nos enteramos que ella presentaba trastorno de psicotico transitorio. La mujer de verdad estaba loca y creia que mi gato le hablaba. --Tenemos que llevarlo al psicologo, David. Mi bebe esta trastornado. --?Te das cuenta que ahora la que suena loca eres tu? Gruno y lo fulmino con la mirada. --Yo no estoy loca. La ninera esta tostada. Jamas contradigas a una mujer ebria. David --No puedo creer esto --susurro. Gonzalo y Samuel rien a mi lado. --Jesucristo, ?se bebieron todo el licor del planeta o que? --pregunta Samuel. --?Que pasa con esas pelucas? --inquiere Gonzalo. --No tengo idea --responde Fernando. Se supone que hoy es la noche de chicas y Manuela con su combo, decidieron venir nuevamente al karaoke, solo que al parecer bebieron mas de lo que cantaron. El propietario nos llamo para informarnos que aunque las chicas estaban divirtiendose, probablemente caerian dormidas en cualquier momento. Y no estaba exagerando. En realidad nos oculto informacion. Divirtiendose no es la palabra, las chicas estan haciendo todo un acto de si mismas. --Quien es ese hombreeeee... que me mira y me desnuda, una fiera inquieta que me da mil vueltas y me hace temblar, pero me hace sentir mujeeeeeerrrrr... --Me encojo ante el chirrido de Manuela en el microfono. --Nadie me lo quitaaaaaa, siempre sere yo su duena, por la que no duermee, por la que se mueeereee, por la que respiraaaaa, aaaa, aaaa, yo soy su mujerrrrrrr. --Y ni que decir de Amelia. Dios, son terribles. ?Como las soportan aqui? --Creo que me sangran los timpanos --susurra Samuel. --Ni me digas, creo que tengo desgarro interno --bromeo. Nos acercamos a las chicas, Teresa, quien ve primero a Gonzalo, se lanza directamente a sus brazos. Fabiola nos sonrie, Fernando toma inmediatamente su lugar al lado de ella y empieza a hablarle al oido. La pelirroja frunce el ceno, niega con la cabeza y se levanta hacia el escenario. Le dice algo al oido a Manuela, sus ojos se vuelven hacia nosotros. Cuando me ve, la mas hermosa sonrisa se dibuja en sus labios. La amo. Me hace un saludo ebrio con la mano, se tambalea y rie en el microfono, incluso su risa de ebria es adorable. --!Amorrrr! Te ves sexy esta noche --grita a todo el mundo--. Senoras, les presento a mi hombreeee... el sexy de camisa azul. ?A que esta bueno, no? --Cada mujer en el lugar se vuelve hacia nosotros y silban--. No se hagan las faciles, perras, es mio. --Palmea su trasero y ahora son los hombres quienes silban--. El es mio y yo soy suya, asi que manitos fuera. !He dicho! !Casi cerrado! --Esta realmente ebria --murmura Gonzalo--. Pero joder si no es divertido. Niego con la cabeza y sonrio. Manuela es otra cosa. --Bien, aqui mi mejor amiga quiere cantar algo. Esto esta dedicado para todos los idiotas, tu no David, tu tampoco Sami, Gonzalo yo creo que tu aplicas y definitivamente tu hermanito... eres un idiota. !Pinchalo DJ! Inmediatamente la melodia suena, todas las mujeres en el club aplauden y vitorean. Manuela es la primera en no caer en la nota. Senala a Fernando y comienza. Ese hombre que tu ves ahi, Que parece tan amable, tan atento y agradable Lo conozco como a mi --Pues es tu hermano tonta --grita Amelia --Callate tonta, estoy inspirandome aqui --grune, perdiendo totalmente la melodia. El publico se parte de risa--. ?Donde quede? --El publico responde cantando tambien--- Oh si. !Pinchalo otra vez DJ! Es un gran necio, un estupido, engreido, Egoista y caprichoso, Un payaso vanidoso, inconsciente y presumido, Falso, malo, rencoroso, Que no tiene corazon. Lleno de celos sin razones ni motivos, Como el viento impetuoso, Pocas veces carinoso, Inseguro de si mismo, Insoportable como amigo, Insufrible como amor. --!Eso! --exclama Fabiola. Procede ella entonces cantar el resto y Manuela solo la acompana en el coro. A pesar de que suenan como dos gallinas viejas cacareando, todos cantan con ellas y se divierten. Bueno, todos excepto Fernando, que fulmina con la mirada a Fabiola. --Creo que ya es suficiente --dice mi cunado con algo mas que irritacion. Se dirige al escenario y trata de alcanzar a Fabiola. Manuela esta tan concentrada en una nota alta, que nos esta desgarrando los oidos, que no se percata de la lucha de su amiga. Manuela Estoy concentrada poniendo todo mi esfuerzo en esta ultima nota de la cancion --Yo entrego todo en mis shows de karaoke--, y de pronto siento que el escenario se tambalea. Abro mis ojos y veo a Fer tratando de agarrar a Fabi. --Oye tu, hermano tarupido, dejala. --Tomo el microfono y le doy en la cabeza a mi hermano--. Acabas de hacerme perder el feeling, !era mi mejor interpretacion de la noche! --Si esa era la mejor, no quiero ni imaginar cual fue la peor --grune David. Todos en el lugar se rien. --Oh, pero mira quien habla, Alejandro Sanz --espeto. David sonrie y viene hacia mi. --Vamos, ya fue suficiente por esta noche. --Pero apenas y hemos bebido --digo. Sin embargo mis traidores zapatos se ponen en mi contra y me hacen tambalearme--. Esa no fui yo, fue la rotacion de la tierra. --!Rata de dos patasssss! Te estoy hablando a tiiii. !Joder acompanenme! --grita en el microfono Fabi. Fer la sostiene pero ella sigue removiendose de su agarre. Mi boca cae abierta, al escucharla maldecir. --?Acaba de maldecir o estoy realmente ebria? --pregunto confundida. --Las dos --dice David--. Vamos, carino. --Pero esa es la cancion de Paquita. Por ley las mujeres no podemos negarnos a ella. --argumento--. Es un himno femenino. Es nuestra obligacion apoyar a una hermana jodida, bueno a Fabi no se la ha jodido mi hermano, pero igual. --!Manuela! --exclama avergonzada Fabi. --?Que? --pregunto. --El microfon, idiota. --Senala mi mano y veo que tengo el microfono cerca de mi boca y todos nos han escuchado. Hay varios partiendose de la risa en sus mesas. --Ups. !Lo siento, babys! Solo por esa metida de patas voy a cantar con todo mi odio la cancion de paquita. --!NOOO! --gritan David, Fer y Gonzalo a la vez. --?Por que? Ya les he dicho, no le lleven la contraria a una ebria. Eso solo hace que hagamos mas rapido las cosas. !Pinchalo DJ! !Tomen esto, putos! --Senalo a la multitud y hago una senal de rock and roll. Rata inmunda Animal rastrero Escoria de la vida Adefesio mal hechoooo...

  • El abismo que nos separa de Claudia Cardozo

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    ?Puede el abandono de una mujer afectar de tal forma a un hombre? ?Es excusa suficiente la destruccion de sus ilusiones de joven enamorado para convertirse en un hombre danado? Victoria Sterling ha vivido siempre in con for Me con su destino. De caracter inquieto y deseosa de conocer nuevas aventuras, no duda en me ter se en toda clase de problemas para desespero de sus padres y de una hermana a quien ama pero que no puede ser mas distinta a ella. Nada cambia nunca en la serena region de Inglaterra en la que ve sus dias pasar hasta que la llegada de un atractivo joven de pasado tragico tras toca su mundo hasta sus cimientos. Pero ella no es la unica que alberga sentimientos por el recien llegado. Emma, su hermana, tambien lo ama.

  • Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos de Mary Ann Clark Bremer

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    Se reunen en este volumen todas las novelas cortas de Mary Ann Clark Bremer traducidas hasta la fecha al castellano y publicadas por nuestra editorial: Una biblioteca de verano, Cuando acabe el invierno, El librero de Paris y la princesa rusa y Una pasion parecida al miedo. A las que anadimos un breve relato, <>, coetaneo de los demas textos, y cuyo titulo fue tomado por la autora de un verso de William Shakespeare. Una oportunidad unica para adentrarse en el singular mundo de una escritora fundamental pero hasta hace poco secreta.

  • Kryptos de Blas Ruiz Grau

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    Un thriller actual en el que Blas Ruiz Grau, con la colaboracion de Bruno Nievas, Cesar Perez Gellida, Gabri Rodenas y Roberto Lopez-Herrero, difumina los limites de la legalidad y nos hace preguntarnos en manos de quien estamos.

  • Emparejame de Nina Minina

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    Disparatada, tierna, erotica y valiente, Emparejame propone un feminismo canalla carente de filosofia y con mucha picardia. Una de esas novelas que al acabar abrazas, te saca una sonrisa de buen rollo y regalas a tus amigas.

  • Tu eres tierra firme de Maira Varea

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    El mundo se habia vuelto oscuro. Negro. Sus parpados, tercos, se afanaban por permanecer cerrados. El dolor se expandia por su cuerpo como el fuego en una mecha. Tenia sed y mas frio del que hubiese tenido que soportar jamas. No lucho. Habia agotado sus fuerzas en el ataque, y habian quedado desparramadas sobre la cubierta del barco, resquebrajado por la tormenta y por las pisadas de los asaltantes. Sin vapor, sin velas y sin ancla. Se rindio y se dejo mecer al ritmo del mar, resacoso tras la tempestad. Supuso que la muerte llegaria en cualquier momento y lamento, con su escasa consciencia, no recordar si la criatura de carne brillante y humeda que lo habia arrojado al agua era humana o no; si era una sirena, una serpiente mitologica o el mismisimo kraken. Quizas habia tenido muy cerca a un monstruo marino, despues de tantos anos de busqueda pertinaz. Se maldijo varias veces, por mil motivos: por no haber salvado a sus companeros, por no haber luchado mas; por no haber podido acabar tampoco aquella expedicion, ni dibujado el mapa con James o escrito su propio libro de leyendas; por no haber garabateado una carta para su familia desde hacia mas de seis meses. Por no haber logrado ni una triste empresa mas alla de haber intentado escapar de su destino. Por no ser nadie. Solo un hombre que tiritaba en una balsa a la deriva. Perdio el sentido y llego la nada. No iba a despertar, ?para que? Pero oyo una voz y regreso, a bocanadas, al oxigeno y a la vida. Abrio los ojos y vio a la sirena, que lo atraveso con sus ojos grises como el Mediterraneo en invierno y lo cubrio con un manto de pelo dorado. Ella acerco su rostro, palido, translucido, y le canto. A el. Y, en un instante, la inmensidad del mundo que habia recorrido durante anos quedo reducida al regazo en el que lo acunaba. Quedo preso. Encadenado. Hechizado. Cuando volvio a cerrar los ojos, se dio cuenta de que el Arthur que habia sido hasta entonces se habia quebrado en mil astillas contra el acantilado. Capitulo 1 LA MUJER DE SAL Formentera, 1862 Lena habia vivido tres abandonos, y habia aprendido que el mejor modo de superar el dolor que provocaban era saborearlos. Despacio y sin descanso, hasta volverlos insipidos. El primero, casi de nina, habia sido amargo. El segundo, acido. El tercero habia resultado muy salado. Sal de lagrimas. El ultimo todavia le escocia en la lengua, a pesar de que su corazon habia comenzado a limpiarse por fin. A veces, el graznido de una gaviota, el tacto de la arena en los tobillos o la primera estrella de la tarde le recordaban que en ese instante podria haber sido una mujer muy diferente. Cogio aire, y el frio de enero le quemo la garganta. --Este cielo me recuerda al dia en que se marcharon. El pensamiento se le escapo en voz alta, y ni el fuerte viento de llebeig que soplaba aquella manana evito que su amiga Marina, que caminaba a su lado, se volviera con una sonrisa y le preguntara: --?Quienes? Lena no contesto, pero Marina, que sabia leer sus silencios mejor que nadie, no tardo en comprender. Se puso seria, se cambio de mano el cesto que transportaba y enlazo su brazo al de ella, a la espera de una respuesta. --Todos --dijo Lena al fin--. ?Que mas da quienes si todos se marchan? Siempre es igual: sopla el viento, el cielo se vuelve gris, casi blanco, llega la bruma y… huele a perdida. --Las perdidas no huelen, Lena. Y no ha sido asi todas las veces; cuando Joan se fue, era verano. --Pero el cielo estaba blanco --insistio. Marina sacudio la cabeza, confusa. Lena se sintio culpable por rememorar momentos tristes; su amiga irradiaba felicidad desde su reciente compromiso y no se merecia que ella enturbiara su alegria recordando sus miserias. Una fuerte rafaga le descoloco el panuelo con el que se cubria el pelo. Se lo sujeto con la mano libre y aprovecho para mirar hacia arriba. --Es el cielo de la perdida. La despedida de los que se van para no volver. --Contuvo el aire un momento para que la emocion no dominara su voz--. De los que me dejan atras. Marina le estrecho el brazo con carino. --Un dia vendra alguien y se quedara contigo. Ya lo veras. --A esta isla no viene nadie, Marina; de aqui solo se puede salir, y no siempre, por mas que lo desees. --Lena… --Mira --la interrumpio incomoda--, ahi esta Toniet. El muchacho se les acerco corriendo, casi a saltos. Vestia su ropa de domingo, muy distinta a su habitual traje de payes, y se habia limpiado los zapatos y la cara. A Lena le llamo la atencion la sombra oscura que cubria su rostro, ya de por si moreno; se habia hecho un hombre, y no estaba segura de que eso le agradara. --?A donde van las dos mujeres mas hermosas de la isla? --pregunto con su perpetua sonrisa. Marina rio con escandalo y fingio estar avergonzada. Lena, en cambio, se acerco a el y le dio un beso en la mejilla, como hacia desde que era pequeno. --?Tu no vas a darme uno? --le pregunto Toniet a Marina con picardia. --Lo siento, pero yo ya tengo novio --le recordo Marina con orgullo. --Es verdad. Una lastima. Pero me queda mi Lena; ella si me querra. Ella le saco la lengua con una mueca jocosa, pues sabia que Toniet estaba bromeando. Sus familias eran vecinas, por lo que habian crecido juntos, y, aunque la diferencia de edad entre ambos no era muy grande, Lena habia visto como le cambiaban muchos panales. A sus ojos, Toniet seria siempre un nino. --?Por que te has puesto tan guapo? --le pregunto curiosa. El se miro de arriba abajo. --Porque acaba de llegar el nuevo farero --respondio avergonzado, con tono inocente--, y voy a presentarle mis respetos; con suerte, me dara trabajo. --?Un nuevo farero? Lena se volvio hacia Marina de inmediato, inquisitiva. Su amiga solo asintio y echo a caminar de nuevo, con Toniet a su lado. Los siguio con el animo abatido y con un nudo apretado en la boca del estomago, como cada vez que se acercaba al faro. Recorrieron aprisa los escasos metros que restaban hasta la torre, que fue creciendo frente a ellos, fuerte, blanca, ruda y poderosa. Imponente en medio de la desolacion del paisaje rocoso, apenas vestido con algun pino diseminado y ariscas chumberas. Desde que lo habian terminado de construir y habian culminado su altura con la cupula de cristal, Lena lo observaba fascinada todas las noches desde la ventana de su habitacion. Hasta entonces, su casa habia sido el ultimo vestigio de vida humana de la meseta de la Mola, antes de que esta se truncara en el abismo de un acantilado que parecia no tener fin. Por las noches, mas alla de las velas que descansaban en el alfeizar, solo se habia extendido la oscuridad, el fin del mundo o el vacio, iluminado apenas por la luna timida. En ese momento, en cambio, le parecia que su corazon palpitaba al ritmo de la luz del faro. Como si fueran dos extremos de un mismo ser. Porque ambos pasaban las horas buscando vida en la penumbra, la sombra de algun barco que regresaba al hogar. Cuando llegaron al edificio, salieron a su encuentro dos hombres. Rafael, el novio de Marina, se acerco a la joven e hizo amago de darle un beso en la mejilla, pero ella se lo impidio con una risita y fingio que recolocaba en la trenza sus preciosos rizos oscuros. Se sonrieron como bobos. Acababan de prometerse y vivian presos el uno en el otro. Marina no hablaba de otra cosa mas que de su enamorado, y contaba los dias que le quedaban para casarse y trasladarse a vivir al faro con el. Lena la escuchaba con carino sincero, pero a la vez la envidiaba hasta el dolor; porque era feliz y libre, amaba el mar y tenia un companero. Y porque pronto podria recorrer aquel impresionante torreon y asomarse a curiosear el infinito. Por suerte, el otro hombre hablo y la saco de su ensimismamiento. --Soy Quim. Y tambien me siento un poco ignorado por ese par. Lena no pudo contener la risa. Tenia un acento peculiar, exotico, e imagino que debia de haber llegado desde muy lejos. Si de algo estaba segura era de que, en aquella isla, no nacian fareros. --Yo soy Lena. --Lena… --Lo repitio en voz baja, despacio, como si paladeara una cucharada de miel. --De Magdalena --aclaro. Se mordio la lengua antes de decirle que sus lagrimas frias en las noches de tormenta hacian honor a su nombre. --?Vienes a menudo por aqui? Porque, mientras recorria ese camino infernal hasta este lugar apartado de todo, ha empezado a asustarme la posibilidad de no volver a hablar con ningun otro ser humano. --Con Rafael… --apunto ella. --?Tu crees? Miralo. Lena le hizo caso y descubrio a los novios mirandose sin decir nada, embelesados. La envidia la golpeo de nuevo, y fijo su atencion en el rostro de Quim. Le sorprendio que fuera guapo, porque Rafael no lo era en absoluto; y Lena, que no entendia de fareros y que apenas conocia a nadie de fuera de la isla, habia dado por hecho que todos eran feos, como si fuera un requisito de la profesion. Aquel, en cambio, tenia unos bonitos ojos marron oscuro y el pelo negro y ensortijado. --Yo soy Toniet. --El muchacho habia permanecido callado hasta entonces, pero aprovecho el momentaneo silencio para colarse entre ambos y tenderle la mano al nuevo farero--. Si tiene algun trabajo o lo puedo ayudar en algo, estoy a sus ordenes. Quim hizo una mueca a Lena que le parecio de fastidio. Luego, le sonrio. Ella tambien. El tenia una sonrisa bonita. --?Que tal si vacias aquella carreta mientras yo acompano a Lena a ver el faro? Al principio, se asusto. La idea de entrar en aquel coloso la abrumo. Pero antes de que la Lena prudente, recatada y responsable que llevaba siendo desde nina se hiciera con el control, acepto la invitacion y se dispuso a otear el horizonte junto a aquel hombre, que parecia haber llegado como una senal del destino. Porque los fareros no se marchaban. Los fareros no se echaban al mar. Los fareros se quedaban en tierra. *** Conto cien escalones y llego a lo alto con las piernas temblorosas. No por el cansancio, pues estaba acostumbrada a caminar cuesta arriba, cargada de sacos de trigo y carbon o tirando de la mula, sino por la expectacion. Mientras seguia a Quim, imagino lo que iba a ver, y el corazon le trono con fuerza en el pecho. No se habia atrevido a preguntarle a su guia por que motivo la estaba conduciendo hasta alli, y no tuvo fuerzas para pararse a pensar si era apropiado quedarse a solas con un desconocido. Ni siquiera Marina habia subido, y eso que llevaba tiempo cortejando con Rafael y visitaba la zona del faro con frecuencia. Contuvo la respiracion cuando abandonaron el corredor de las escaleras y salieron a la luz del dia. Sobre sus cabezas, una enorme cupula de cristal proyectaba destellos, de un extremo de la estancia circular a otro, y protegia de la intemperie la inmensa lampara que, apagada a aquellas horas, ocupaba la parte central. Quim se aproximo hipnotizado hasta el artilugio y empezo a explicarle algo sobre su funcionamiento con su extrana forma de pronunciar las palabras. Lena no le presto atencion, aunque su voz sonaba agradable. Se acerco mucho hasta el cristal, puso las manos con cautela sobre el y se asomo al mar. Y no vio nada. Solo agua. Mar. Olas grises coronadas de espuma. El lugar donde no se atreveria nunca a poner un pie. Entorno los ojos y forzo la vista, sin resultado. Percibio como Quim se acercaba y se detenia a su lado. No le veia la cara, pero Lena estaba segura de que sonreia. --No se ve America --musito decepcionada. --?America? Eso esta muy lejos. --?Tanto? La tristeza la abatio. Porque, si desde el punto mas alto de la isla, desde donde parecia que podria dominarse el mundo y su inmensidad, no se veia America ni se veia nada, entonces no podria seguir conservando ninguna esperanza de recuperar lo que habia perdido. Jamas obtendria lo que habia ahi fuera. Salvo, quizas, a un hombre dispuesto a quedarse encerrado en el mismo minusculo punto del universo en el que ella vivia. --?Querias ver America? Lena percibio burla en su voz, pero no le dio importancia. El venia de lejos, el tenia un trabajo importante. Habria estudiado y sabria miles de cosas mas que ella. --Una tonteria. --Reunio valor para iniciar una conversacion y disimular su ingenuidad--. ?De donde eres, Quim? --Naci y creci en Tarragona, pero llevo varios anos viviendo en diferentes faros del pais. --Se volvio y la miro a los ojos, y Lena se puso nerviosa--. Como aprendiz, ya sabes. Estaba buscando un lugar en el que establecerme. --?Vas a ayudar a Rafael? --Si. Nos encargaremos los dos de esto. ?Vienes a menudo por aqui? --Solo cuando Rafael no puede ir a ver a Marina a su casa y esta no soporta mas su ausencia. --Le parecio ver decepcion en su rostro, y eso la alento--. Pero vivo muy cerca; mi casa es la ultima de la Mola, esta justo antes de llegar a los acantilados. El abrio los ojos con admiracion y sorpresa. --Me parece increible que alguien quiera vivir en un sitio asi. --A mi tambien --confeso. Quim rio, pero ella no encontro cual era la gracia. Le habria gustado ver si seguiria riendo despues de haber pasado toda su vida cercado por el agua, tan terrorifica y tirana, sin atreverse a poner un dedo en ella. --?Tienes novio? Estuvo a punto de mentirle, pero vio un brillo de ilusion en sus pupilas y decidio ser sincera. --Tengo tres, pero no se donde estan. Se lo dijo porque era su verdad, porque dolia como un golpe en el vientre cada vez que lo recordaba. Y porque, si iba a quedarse en la isla, tarde o temprano alguien del pueblo se lo contaria. Tal vez, incluso le hablarian de la maldicion; eran todos muy ridiculos. El volvio a romper en carcajadas. --Eres muy graciosa, Lenita, ?sabes? --Es verdad --insistio--. Queria subir aqui para averiguar si podia ver a alguno. O a mi padre. Le dio la impresion de que iba a preguntarle algo, pero ella se pego mas al cristal y volvio a buscar en la lejania. Nada. Ni America, ni Denia, ni algun islote en el que pudiera haberse perdido la barca de un pescador. Le parecio todo mucho mas inmenso, y su isla, mas pequena. Se sintio mas encerrada. Aunque habria deseado echar a caminar, a correr, a nadar, se quedo inmovil y se lamento en silencio mientras era consciente de la inmensidad que tenia frente a si; pero tambien de la carga que le pesaba detras, en tierra, a la espalda. Se quedo sin fuerzas, petrificada; sacudida por un anhelo danino que la llamaba a escapar, por una curiosidad infinita por averiguar que podria esperarla mas alla, adonde nunca podria llegar; blanca y quieta, contemplando lo prohibido, la tentacion. Como una estatua de sal. Y entonces, entre la bruma, percibio una sombra, diminuta y solida. --Alli hay algo --dijo. Quim siguio la direccion de su dedo y entorno los ojos. --Son las olas --aseguro. --No, mira. Esperaron unos segundos, y lo que parecia un espejismo fue tomando forma conforme la marejada lo empujaba hacia la costa. Su contorno se definio y sus colores se dibujaron. Entonces, Quim se aparto de su lado y corrio hacia la salida con un grito que retumbo de un lado a otro de la cupula. --!Un hombre! !Se acerca un hombre! !Un naufrago! *** Lena siguio a Quim escaleras abajo, tan rapido que se quedo sin aliento; pero el saltaba los peldanos de dos en dos, y lo perdio de vista de inmediato. Cuando llego a la sala de la planta baja, se detuvo un instante, indecisa y desorientada. Entonces oyo gritar a los hombres y salio al exterior. Los vio alejarse del faro y de las pequenas viviendas colindantes, y correr a lo largo del acantilado. Marina, asustada, se aproximo hasta ella. --?Que ocurre? --pregunto. --Un naufrago. Hay un hombre en una balsa, a punto de estrellarse. Su amiga se tapo la boca para contener una exclamacion. Ambas se quedaron paralizadas, sin saber que hacer. Vieron como los dos fareros corrian hacia el unico punto por el que se podia descender, y Toniet entro al edificio despues de que estos le dieran alguna orden que ellas no habian alcanzado a oir. Una fuerte rafaga de viento les trajo el olor y rugido del mar contra las rocas, y Lena le puso al desconocido que habia avistado en la distancia el rostro de todos los hombres a los que ella habia perdido. El de su padre, que habia partido rumbo a America; el de Guiem, su amor de sonrisa dulce que la habia dejado con el corazon roto; el de Sebastia, su futuro sereno, que habia desaparecido una manana de otono en la que habia salido a pescar; tambien, el de Joan, su anhelado companero, aunque a el todavia le guardaba un poco de rencor. Y, sin pensarlo, echo a correr en direccion al lugar por donde habian desaparecido Quim y Rafael. Marina la llamo a voces y la siguio. Cuando, muchos metros mas alla, llego hasta el inicio de la escalinata tallada en la roca que descendia hasta el mar, oyo que le preguntaba si se habia vuelto loca. Lena se agarro la falda y bajo la pendiente con pasos seguros, a pesar de la inclinacion y la humedad que volvia la piedra resbaladiza. Era la primera vez que se atrevia a hacerlo, pero no dudo. En unos minutos, se encontro, sofocada, sobre el pequeno varadero que remataba una cala minuscula. El temporal mojaba sin descanso los tablones de madera y le salpicaban la ropa, los zapatos y la cara. Se le habian caido el panuelo y el lazo de la trenza, pero no se habia detenido a recuperarlos. Su peinado se deshizo y el fuerte viento le metio el pelo en los ojos y en la boca. Cuando consiguio apartarselo, los dos fareros se habian subido a una barca y remaban en direccion a la balsa, que se dirigia implacable hacia las rocas cercanas. Gritaban para alertar a su ocupante, pero este parecia inconsciente. Uno de ellos se lanzo al agua, Lena no pudo distinguir quien. Si vio como se agarraba a la barca y el otro le tiraba un remo y un cabo, con el que rodeo su propio cuerpo de inmediato. Le costaba nadar y se hundia en las olas de forma intermitente. Logro subir sobre la balsa del naufrago y empezo a remar desde alli. Su companero, unido a el por la cuerda, hizo lo mismo. Tardaron una eternidad en llegar hasta el pequeno muelle. Otra mas en amarrar las barcas. Lena se acerco a ayudarlos, pero la ignoraron. Solo queria ver al hombre al que acababan de rescatar. Se le habia pasado por la cabeza la idea absurda de que pudiera tratarse de uno de los suyos, e intento distinguir su cara. Lo sacaron inconsciente de la balsa; uno lo agarro de los hombros y el otro, por los pies. Lo soltaron sin miramientos sobre un pequeno reducto de arena y posidonia; cayo a plomo, con un sonido hueco al golpearse y con un gemido que les dejo claro, al fin, que estaba vivo. --Necesitamos algo para subirlo --dijo Rafael--. A peso es imposible, ni siquiera entre los dos. --Unas tablas --respondio Quim con seguridad--. Vayamos a por unas tablas y unas cuerdas. Se fueron a toda prisa y Lena se quedo alli abajo, con el mar que la amenazaba a escasos centimetros y con un hombre inerte sobre la arena. Lo observo de lejos, temerosa, y le parecio enorme. Fragil. Su ropa era ligera y estaba hecha harapos. Se acerco un poco y vio que se movia. La sacudio la compasion; estaria helado y dolorido. Se aproximo mas y estudio su rostro. Era joven, y su frente y sus mejillas estaban cubiertas de sangre seca que apenas la dejaba adivinar sus rasgos. Se agacho y se arrodillo a su lado. Quiso hacer algo, decir algo, pero ella no entendia de naufragos. Se pregunto que se sentiria al creer que ibas a morir ahogado, que nunca mas verias a tus seres queridos. Contuvo un sollozo al pensar que, en algun lugar del mundo, habria alguien que lo esperaria por siempre. Deseo hacer que volviera, que viviera por si quien lo aguardaba era tal vez una mujer, una muchacha ilusa que, como ella, sonaba con un futuro mejor. Le temblaban las manos cuando se arrastro hacia el sobre la arena mojada; tomo su cabeza con suavidad y la poso sobre sus piernas, sobre su delantal. El volvio a gemir. Y Lena, que de verdad no entendia de naufragos aunque lo deseara, simplemente le canto. Porque no sabia que otra cosa hacer. Le canto suave, lento, desde el nudo asfixiante de su garganta. Una cancion de cuna. Y luego, una tonada de amor. Canto y canto y lo consolo, como querria que alguien hubiera hecho con los suyos. El, entre suenos, murmuro algo, pero Lena no se asusto. Le aparto el pelo, oscuro y demasiado largo, del rostro. Le acaricio las mejillas heladas. Rozo sus labios agrietados con los nudillos y, aunque estaban amoratados y frios, su tacto le hizo recordar el sabor de su primer beso. Y el abrio los ojos. De golpe y oscurecidos por la sorpresa, confusos. Su expresion se suavizo en cuanto la miro a la cara. Lena enrojecio y quiso salir corriendo. Pero el sonrio, complacido, y volvio a cerrar los parpados con un suspiro de placer. Lena siguio cantando. Lo acuno con ternura. Y penso, como una ilusa, que no siempre era malo que azotara el temporal.

  • Una lista de jaulas de Robin Roe

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    <>. Todo el mundo conoce a Adam Blake: es el chico mas amable y sonriente del instituto, ese un poco torpe con tanto carisma que cualquiera pasa por alto sus despistes. A Julian, en cambio, no lo conoce nadie. Excepto Adam Blake. Hace anos fueron hermanos adoptivos durante un breve periodo de tiempo, hasta que un familiar reclamo su custodia. Cuando se reencuentran, Adam se entusiasma. Julian sigue siendo el mismo de siempre: generoso, algo callado, aficionado a escribir historias y leer libros infantiles. Pero tambien revela otros aspectos que ignoraba, como una actitud huidiza y el rechazo a hablar de como son las cosas en su nuevo hogar. Porque hasta la persona mas invisible puede ocultarse tras un velo de secretos y, si uno esta dispuesto a descubrirlos, <>. <>.

  • El poder de la mente sin limite de David Reig

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    Deja de esforzarte sin resultado…
    Aprobar examenes y sacar mejores calificaciones es extremadamente importante, esto va a definir en quien nos vamos a convertir en un futuro: nuestros ingresos, nuestras oportunidades, el futuro de nuestra familia...

  • Senor Costabal de Conti Constanzo

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    A veces creemos que tenemos la vida resuelta, somos plenos y felices hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, todo puede cambiar, demostrandote que puedes quedar sin nada. Y cuando sucede, no nos queda otra opcion que ponernos la armadura, salir al mundo y pelear con nuestros propios demonios. Mauricio Costabal, o el diablo, como le llaman en su trabajo, es un verdadero H.D.P.: arrogante, soberbio, egoista., pero totalmente apetecible, que toma lo que quiere cuando se le antoja, hasta que se encuentra con alguien diferente que le hace darse cuenta que su corazon no es tan inerte como el quiere creer, porque tan solo con una sonrisa podria cambiarlo todo, pero el, el senor Costabal, no esta dispuesto a aceptarlo, asi que hara lo unico que se le da bien: apagar esa maldita luz. Beatriz Andrade es una joven inteligente, vivaz, decidida a seguir sus suenos y a encontrar al principe azul que la tome en sus brazos y le de el tan ansiado beso de amor, pero no todos los que tienen armadura lo son. Y lo aprende cuando aparece el, el hombre mas despota que habia conocido, que hace incluso que cambie su forma de pensar. Y como para estar con el diablo hay que estar dispuesta a pecar, ella lo intentara, aunque no por eso esta dispuesta a abandonar su tan ansiado cuento de hadas. Pero todas sabemos que. el que juega con fuego se quemar. ?Podra Beatriz domar al diablo que vive dentro del Sr. Costabal y no perderse ella en el intento? ?Es realmente tan fuerte el amor como para sacar a alguien de la oscuridad? No te pierdas esta nueva novela, donde conoceras al real H.D.P. y no sabras si amar u odiar a los personajes que te llevaran por un camino de extasis sin igual…

  • Compartiendo La Misma Cama de Penelope Dunn

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    Estoy totalmente impresionada. "?Como dices?", pregunto. "Es absurdo", manifiesta con sorpresa mi hermana menor. El abogado de mi padre, Alexis, intenta mostrarse relajado y peina su cabello suavemente. No tengo motivos para desconfiar de el. De hecho, confio totalmente en cada una de sus palabras y acciones. Ha laborado tantos anos para nosotros que se considera un integrante mas de nuestra familia. "Se que papa no seria capaz de atreverse a hacer eso. Supongo que todo es una equivocacion. Es realmente insolito", digo en voz baja, pero el niega con su cara. "Quiero ver su testamento, por favor, porque pienso lo mismo", dice Natalia. Le cede los documentos a mi hermana. "Ana, Natalia, era su voluntad, se los aseguro", dice viendonos fijamente. "Yo mismo escribi su testamento, luego su padre lo leyo, estuvo de acuerdo y firmo los papeles necesarios. Era su voluntad, se los aseguro". Hablamos sobre ese tema con mama unos dias antes de la partida definitiva de nuestro padre. Por eso, Natalia esta tan asombrada como yo. Entiendo lo que esta pensando, pues el mismo pensamiento atraviesa mi mente. En ese momento, nos acercamos a la cama de nuestra madre. Sabiamos que solo podiamos brindarle calidad de vida, porque su enfermedad la habia deteriorado tanto que ya no era posible sanarla. Esperabamos que se sintiera bien en sus ultimos dias de vida. "Quisiera pedirte algo", revelo mama en voz baja. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa que me pidiera. "Seguro, mama", le dije, con toda la seriedad del mundo. "Quiero pedirte que hagas todo lo necesario para conservar nuestra casa. "Siento que este hogar es parte de nuestras vidas. En estos muros estan las historias de mis padres y mis abuelos. Hay vida aqui, lo se. Esta ha sido mi casa desde que naci. Lo mismo paso con mis padres, y con ustedes. No quiero que nadie, salvo tu, se haga cargo de ella. Como eres la hija mayor, debes prometermelo. Quedara en tus manos, asi como mi madre la dejo en las mias al partir para siempre. Debes cuidarla hasta que tengas un hijo y puedas darselo como herencia familiar tambien. Debemos... conservarla", dijo, tomando mi mano con la poca fuerza que le quedaba. "Te lo prometo, mama", dije con fuerza. La idea de que otra persona comprara nuestro hogar no habia pasado por mi mente hasta ese momento. Esperaba tener hijos y que crecieran en ese espacio, al igual que mis sobrinos, si Natalia finalmente decidia tener hijos. Era nuestra casa, y mi deseo era que siguiera siendolo mientras estuvieramos vivos. No podia estar en otras manos que no fuesen las mias, porque era parte de nuestra identidad y nuestras vidas, como decia mama. Esperaba honrar ese compromiso, y no me importaba si eso implicaba cualquier sacrificio. Sin embargo, las cosas estaban cambiando. Al parecer, alguien me lo quitaria. Nos lo quitaria. Esa persona era Cristina. Nos quitaria nuestro hogar, ese que mi madre adoraba con toda su alma. Cristina estaba sentada en silencio, y su atuendo negro de pies a cabeza le ayudaba a simular que de verdad lamentaba la perdida de papa. "!Papa no le habria heredado La Estancia a esa... mujer!", dijo Natalia con fuerza. "Ella no simpatizaba con este lugar, o, mejor dicho, lo detestaba, y el era consciente de ello. Dijo que era una montana de excremento. !Lo dijo en las narices de papa!", dijo, senalando con su mano a nuestra madrastra. "Entiendo, Natalia, y no sabes cuanto lo lamento. Realmente tengo las manos atadas. La Estancia, el area circundante y todas las hectareas de bosque cercanas pasan a manos de Cristina por decision de su padre", dice nuestro abogado, y nos ve con una expresion de melancolia. Papa habia dicho que dejaria la casa en mis manos. Entendia lo especial que era el lugar para nosotras, en especial para mi. Mama le habia pedido como ultimo deseo que me la dejara como herencia. Y la habia puesto a mi nombre, pero solo por un tiempo, con la unica finalidad de evadir impuestos. Habia sido idea de su contador. Luego le habia asegurado a mi madre que, al fallecer, la pondria permanentemente a mi nombre. Fui testigo presencial de ese hecho. Incluso habia llorado al momento de decirselo. Entonces me siento en el borde de la cama. Aun no creo lo que esta sucediendo. No entiendo como es posible. Ahora soy yo quien cree que va a llorar. No puedo creer que nuestro padre haya faltado a su palabra y nos haya dejado a nuestra suerte. ?Por que lo haria? No lo entiendo. Lo acompane hasta el dia de su muerte. "Ana, hija adorada, te amo", susurro. "Eres mi hija mayor. Has sido mi favorita desde que naciste. Organice todo para que nadie ajeno a nuestra familia te perjudique ni te quite la casa", dijo. Sostuve su mano durante su ultimo aliento y me vio fijamente. !Hizo todo lo contrario a lo que dijo que haria! "De todos modos, su padre preparo todo para que ambas puedan vivir en el apartamento que dejo en El Rosal, si Cristina acepta. Pueden estar tranquilas. No van a quedarse en la calle", dice Alexis, tocando el hombro de Natalia. "Creo que no es necesario oir nada mas sobre casas", responde Cristina. "?Eduardo me lego algo mas?", dice. Se nota su molestia. "Desafortunadamente, no. Solo ese apartamento y una pension de por vida que podras disfrutar hasta que mueras", revela con crudeza Alexis. "?Nada mas?", pregunta con fuerza. "?Ese viejo tacano no me dejo nada, nada mas?". "No", responde Alexis. Su cara muestra su creciente molestia. "?Pero y la empresa? Las prendas antiguas de oro, la casa en Canada y la de Malta...", pregunta. Alexis respira con fuerza. "Lo repartio entre toda la familia. De todos modos, la suma mensual que recibiras es alta. Creo que tienes suerte". "?Alta? No quiero pensar como seria si fuese baja", le dice con altivez. "Merezco mucho mas, por todo lo que me esforce por nuestro padre. Ese viejo avaro y vil no me dejo nada mas, a pesar de que tuve que limpiar su tras…". Me levanto con furia. Aunque no se como lo hago, me pongo de pie y camino hacia Cristina. Le doy una bofetada en su mejilla izquierda, y el sonido que produce mi movimiento es tan fuerte que retumba en las paredes. Cuando puede voltear, noto la expresion de odio genuino en la cara de Cristina. No obstante, entiende que sus acciones me han hecho perder la compostura y olvidar mi educacion, asi que frena sus deseos de levantarse y golpearme. Natalia sonrie ante mi osadia. Es la primera vez que lo hace durante la reunion. "Vete. No mereces estar en este hermoso hogar. Solo eres una puta malvada que se caso con mi padre por dinero. No entiendo que vio mi padre en ti. Quiero apretar su garganta, pero no lo hago. "Sera mejor que salgas de aqui", le grito en cambio, con fuerza. "Yo si lo se. No es ningun misterio. Se como cabalgar un pene. Soy mas talentosa que muchas otras mujeres. Tal vez pueda ensenarte a hacerlo. Creo que te hace mucha falta aprender de ese tema", dice, y empieza a reir abruptamente. "!Me das asco!", lanza Natalia. "Sal, o te sacare a patadas", le exijo, con mis manos apretadas. Cruza sus brazos antes de salir. "Lo hare, pero antes de hacerlo les dire que voy a vender esta mierda. Quiero que antes del lunes desocupen este espacio. Si no lo hacen, lo lamentaran", informa, sonriendo maliciosamente mientras nos mira. CAPITULO 2 ANA Creo que voy a tener un infarto. Mi corazon acelerado hace que piense en ello. No puedo decir ni una palabra. Tampoco se que pensar. "Ana, ya puedes estar tranquila. Esa loca se fue", dice Natalia, y pone su mano en mi muneca. Se me ocurre una idea y empiezo a hablar con mi voz quebrada. "Usare mi asignacion mensual para comprar esta casa de una vez", digo. Subo mi mano y sujeto con fuerza la de Natalia. Giro para ver a Alexis. Pero el niega con su cara. "Eso no va a pasar", dice. Lo veo con asombro. "Por otra razon desagradable, supongo", dice Natalia. "Lo que sucede es que puedes disponer de ese dinero solo cuando cumplas veintiuno". "?Como? ?Que llevaria a nuestro padre a decidir algo asi?", digo. La noticia me sorprende aun mas y crea mas incertidumbre. "Algunas personas mayores toman ese tipo de decisiones cuando sus hijos son adolescentes o llevan una vida... un poco intranquila. Tambien lo hacen porque consideran que quienes rodean a sus hijos podrian enganarlos o hacerlos caer en trampas terribles", dice Alexis, y luego grune ligeramente y levanta sus manos. "Ya tengo veinte. La gente que me rodea tiene buenas intenciones, y llevo mi vida con tranquilidad. Papa era consciente de ello". Alexis encoge sus hombros y se queda en silencio. Suspiro y caigo en un sofa cercano. Entiendo que ese divan esta alli porque papa queria que sus clientes se sintieran comodos al visitarlos, pero ahora siento que es parte de una historia. La historia de terror que estoy viviendo por sus decisiones. Mis manos estan atadas mientras el espacio que ha sido el hogar de nuestra familia por cinco siglos es vendido como un pedazo de madera. Quedara en manos de gente ajena a la casa. Se que podrian remodelarlo por completo. Incluso tirar todo. Tal vez usen el espacio en el que esta enterrada mi abuela y mi madre para construir algo mas. No puedo dejar que lo hagan. Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que no hubiera imaginado, por muy pesimista que fuese, que viviria todas esas cosas tan terribles durante la lectura del testamento de papa. Natalia camina hacia mi, se arrodilla y toca mis manos. "Tiene que haber algo que podamos hacer. Quiero conservar La Estancia. Fue el juramento que le hice a mama. Le asegure que siempre seria parte de nuestra familia, como ha sido hasta ahora", digo, y subo mi cara para ver a Natalia. "?Si hay algo que podamos hacer?", le pregunto mientras me levanto con prisa. El frunce su ceno y luego sonrie ligeramente, aunque su expresion no indica nada mas. Se quita sus gafas para limpiarlas y yo tomo aire en espera de su respuesta. Natalia tambien esta expectante. "Puedes hacer algo, aunque tal vez no quieras hacerlo", responde, revisando los documentos frente a el. "Cuentanos". Aclara su garganta y me ve fijamente. "Como habras notado, ustedes tienen el cuarenta y ocho por ciento de las acciones de la compania de su papa". Natalia no entiende nada. Yo tambien siento que me habla en otro idioma. "No lo habia notado. Y es cierto. No sabia nada sobre el asunto. Solo habia escuchado que ya no seriamos duenas de La Estancia. Continua, por favor". "Antonio Jose Velez es el dueno del cincuenta y dos por ciento restante", dice. Natalia abre su boca de par en par. Antonio Jose Velez. Es un hombre con cabellera negra perfectamente cortada, una piel dorada por el sol, perforaciones en algunas partes de su cuerpo, una expresion desafiante en sus ojos y una anatomia trabajada durante anos en un gimnasio. Su cara es provocativa, pero por lo que habia dicho papa, no debia dejarme llevar por esa apariencia seductora. Es un tipo diabolico para los negocios. Negocios que se tratan casi siempre de comprar empresas. Empresas que se mostraban debiles o con resultados negativos inesperados. Hacia ofertas hostiles a los accionistas para comprarlas e insistia hasta que lo lograba. Aunque me siento cada vez mas confundida y perdida, la imagen de Antonio Velez llega paulatinamente a mi mente. "?Antonio Jose Velez tiene la mayoria de las acciones de la empresa?", pregunto, con mi voz expresando mi incredulidad. "!Dime que es mentira!", pide Natalia. Alexis niega con su cara. "Es verdad. Adquirio esa mayoria accionaria hace dos o tres anos". Dos o tres anos, pero yo no sabia nada de nada. Recorde que papa siempre me contaba lo que sucedia en la compania. Lo habia hecho desde que yo tenia diez anos, para despertar el interes de mi hermana y el mio en la compania. Tomo aire y levanto mi cara para intentar pensar con claridad. ?Por que papa lo habria hecho? Solo una razon llega a mi mente: la empresa estaba tan mal que la unica solucion que habia visto mi padre era cederle la mayoria a Antonio. Papa habia vendido parte de la compania a ese sujeto sin decirnos nada. Se habia desprendido de la mayor parte de su empresa, la que habia fundado y planeaba dejarnos como herencia, supuestamente, a un cazador de empresas en aprietos que seguramente la desguazaria para venderla otra vez y ganar mas dinero. "?Por que? ?La empresa tenia dificultades?", le pregunto. "Hasta donde recuerdo, siempre tuvo buenos resultados", dice Natalia. "Los tuvo. La empresa era exitosa. Me parece que la participacion de Antonio la hizo mas exitosa de lo que ya era. Creo que vender las acciones fue el mejor negocio que pudo hacer su papa". "?De que modo se relaciona ese senor con La Estancia?", pregunto. Otras interrogantes aparecen en mi mente. "De ningun modo. Sin embargo, en el testamento queda claro que, si una persona tiene el setenta por ciento o mas de las acciones de la compania, tendra la potestad de parar la venta o alquiler de la casa o el terreno alrededor. Queda claro que ustedes no llegan a esa cifra, pero en caso de que... de que... te convirtieras en la esposa de Antonio Velez… Cristina no podria vender la casa, y la comprarias cuando cumplas veintiuno, con tu herencia". Natalia abre sus ojos de par en par. "Es un chiste, ?verdad?", pregunto. Mis ojos tambien estan muy abiertos. "No. Solo haciendo eso podras quedarte con La Estancia". ?Entonces debere casarme con Antonio Velez para conservar la casa?

  • Las incorrectas de Paloma Bravo

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    Eva, Cristina, Candela e Inma no tienen nada en comun (ni el estado civil, ni la profesion, ni la actitud ante la vida) pero se encuentran en el club de futbol de sus hijos. Alli, inmersas cada una en su propia crisis vital, descubriran que la amistad lo puede todo.

  • Jamas seras Mia, pero… (El Tutor 2) de Paula Rossello Frau

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    < En Madrid Leandro alterna su trabajo con los partidos de Korfball con sus amigos, aunque no se espera el desafortunado giro profesional que pondra en peligro la empresa por la que tanto lucho.
    Y por su parte Ivy esta estudiando con teson para lograr su objetivo de ser oceanografa, pero llevada por la lealtad tomara una peligrosa decision.
    Cuando Hans regrese, por fin, para reunirse de nuevo con Ivy, la mision esta lejos de culminar aun.
    Sin que puedan imaginarlo ni evitarlo Hans, Leandro e Ivy se veran inmersos en una trama del mas alto nivel de corrupcion.
    ?Lograran los tres salir indemnes?>>.

  • Perfectos Extranos de Christina Hortet

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    Skyler es una persona fuerte, independiente y altiva o al menos, eso cree. Jared tiene la mision de hacer que deje su trabajo. Ella, una dominatriz insegura. El, un agente secreto mentiroso y sin escrupulos. ?Conseguira Jared ablandar su duro corazon?

  • Un revolver y siete rosas (Elizabethtown 1) de Brenna Watson

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    Le dolian tanto los pies que apenas podia continuar avanzando. Desde que habian abandonado Cold Harbor, donde la Union habia sufrido una de sus mayores derrotas, se habian dirigido a Petersburg para unirse al asedio de la ciudad. Alli pretendian hacerse con el control de aquel punto estrategico y cortar las comunicaciones ferroviarias que abastecian al ejercito del general Lee. Gabriel Sinclair no recordaba cuantas horas llevaba caminando y, cuando al fin alcanzaron su destino y obtuvieron permiso para descansar, lo primero que hizo fue quitarse aquellas malditas botas. Contemplo, con una mueca de dolor, sus pies ensangrentados y los dedos casi agarrotados y deformes a fuerza de llevar un calzado dos numeros menor al que le correspondia. Al menos, penso, no iba descalzo. No hacia muchos dias que habia contemplado el cadaver de uno de aquellos confederados, que habia cubierto sus pies con pedazos de carton pintados de negro. A su lado se tendio su primo Russell. El y Mitchell Chapman, Mitch, parecian los unicos conformes con su indumentaria, el ultimo a causa de unas relucientes botas que le habia hecho llegar su padre desde Saint Louis, aunque al parecer seguia echando de menos sus zapatos Oxford. <>, se dijo, aunque sin atisbo de acritud. Mitch era un buen chico, y generoso ademas. Compartia con sus companeros casi todo lo que le hacian llegar desde casa, desde dulces a camisas nuevas. De hecho, le habia sugerido a Gabriel intercambiar con el las botas de vez en cuando, solo para que pudiera descansar los pies, pero se habia negado a aceptar. Ya era suficiente con que sufriera uno de los dos, aunque en ocasiones, como esa en concreto, se arrepentia de no haber accedido. David Cassane se sento cerca de ellos, apoyo la espalda contra un arbol y, como era su costumbre, abrio aquel cuaderno de tapas negras que siempre llevaba con el para ponerse a escribir. Gabriel admiraba su capacidad de concentracion. Era capaz de abstraerse hasta en las condiciones mas adversas. --?Que crees que escribira ahora? --pregunto Brett McFarlane con su habitual sonrisa. Se dejo caer junto a Russell, que protesto cuando lo empujo sin querer--. Si no hemos hecho otra cosa que caminar durante dias. --Seguro que esta escribiendo sobre ti --bufo Russell. --Entonces necesitara un cuaderno mas grande --bromeo Brett. Mitch habia encendido un pequeno fuego y colocado una cafetera encima. Por suerte, en ese momento disponian de agua en abundancia, aunque nunca se sabia cuanto iba a durar la buena fortuna. Gabriel aun recordaba la ultima vez que habia recogido el agua de lluvia con sus botas y habia tenido que beber de ellas antes de llenar su cantimplora. David finalizo su escritura antes de lo acostumbrado, guardo el cuaderno en el bolsillo superior de su chaqueta, y la pluma, con sus iniciales grabadas, en el macuto. --?Que creeis que hacemos aqui? --les pregunto a bocajarro. --Impedir que los confederados entren o salgan de Petersburg --respondio Mitch, que siempre parecia el mejor informado de todos. --Es decir, que esto puede alargarse durante dias. --Si, supongo. Cuando la cafetera comenzo a silbar, Mitch la retiro del fuego y sirvio cafe para todos. Gabriel nunca habia sido muy aficionado a aquella bebida tan amarga, pero era una de las pocas cosas que el ejercito distribuia con profusion. Mientras disfrutaban de aquellos minutos de descanso, observo a los hombres que lo rodeaban uno a uno. Se habian conocido en Pennsylvania, al poco de alistarse en el ejercito, y en los tres anos infernales que llevaban juntos se habian vuelto inseparables. Juntos tambien padecieron hambre y sed, un calor abrasador y un frio que a punto estuvo de llevarselos al otro lado. Se habian curado mutuamente las heridas y compartido las provisiones y, en las noches mas oscuras, se habian consolado compartiendo lagrimas y suenos. Eran los mejores amigos que un hombre podia tener, estaba convencido. Gabriel Sinclair aun no podia saber lo que les aguardaba, ni sospechar siquiera que muy pronto iban a perder a uno de ellos en la que seria conocida como una de las acciones mas sangrientas de toda la guerra: la batalla del Crater. Capitulo 1 Elizabethtown, Kansas. Octubre de 1870 El sol aun estaba alto cuando Eleanor Montgomery se bajo del tren en Elizabethtown. La estacion no era mas que un conjunto de tablas desbastadas y una pequena oficina, con los cristales tan cubiertos de polvo que era imposible apreciar si habia alguien en su interior. Un hombrecillo emergio del edificio para ocuparse de que su equipaje fuese colocado en el anden. Cuando el tren se puso en marcha de nuevo, le dedico una leve inclinacion de cabeza y regreso a su cubiculo. Eleanor recorrio con la mirada el modesto apeadero para cerciorarse de que su marido, James Montgomery, no habia acudido a recibirla. Tras casi una semana de viaje desde Richmond, Virginia, llegaba por fin a su destino, al Salvaje Oeste del que tanto habia oido hablar. Se pregunto una vez mas si habia tomado la decision acertada. Un ano antes, tras el fallecimiento de su madre, le sugirio a su esposo la idea de reunirse con el en el Oeste, pero James alego multitud de buenas razones para que no lo hiciera, y ella se plego a sus deseos. La guerra le habia arrebatado a Eleanor cuanto poseia, empezando por su padre y sus dos hermanos, y luego su plantacion de tabaco, que vio arder hasta los cimientos a manos de los yanquis. Su madre y ella se vieron obligadas a aceptar la generosidad de los Cathaway, viejos amigos de la familia, para poder sobrevivir. James Montgomery III habia sido amigo de su padre toda la vida, a pesar de ser algo mas joven, y habia aceptado la propuesta de desposar a su hija como un favor personal. Su fortuna habia sucumbido bajo el ejercito del general Ulysses S. Grant, al igual que la de Eleanor y su familia, y los habitantes del viejo Sur habian tratado de estrechar aun mas los lazos que los unian. Con veinticuatro anos ya cumplidos, Eleanor seguia soltera, y las posibilidades de encontrar un esposo apropiado se habian desvanecido con la guerra. Su padre, que se recuperaba de una herida por aquel entonces que acabaria con el meses despues, habia propuesto un matrimonio de conveniencia que fue aceptado por ambas partes. Eleanor recordo, no sin cierto rubor, su noche de bodas. James era veinte anos mayor que ella, un viudo bien parecido que resulto ser un hombre considerado y atento, en el lecho y fuera de el. Hacia anos que Eleanor habia abandonado sus suenos romanticos de juventud, y vio el matrimonio con James como la ultima oportunidad de no convertirse en una solterona. Solo un mes despues del matrimonio, el se habia mudado al Oeste en busca de fortuna, con la esperanza de regresar con dinero suficiente como para empezar de nuevo. Cinco anos llevaba Eleanor aguardando reunirse con ese hombre que era practicamente un desconocido, y se habia cansado de esperar y de aceptar todas las excusas con las que el habia argumentado esa separacion. Nada la ataba ya a su Virginia natal y su deber era estar junto a su esposo, para labrar juntos su incierto futuro. Habia empaquetado sus cosas y, el dia antes de partir, le habia enviado una carta anunciando su llegada, sin otorgarle tiempo suficiente para una replica en la que intentaria hacerle cambiar de idea. Algo habia fallado en su plan, porque James no se encontraba alli. Sintio que el jefe de estacion la observaba desde el otro lado del sucio cristal de su ventanilla. Se imagino que no debia de ser muy corriente ver a una mujer ataviada con un vestido de muselina sentada sobre un desvencijado banco, rodeada por media docena de baules y otros tantos bultos de distintos tamanos. Esa manana, en el tren, se habia esmerado en acicalarse para causar buena impresion a un marido al que apenas recordaba. La estrategia no surtiria efecto si no aparecia pronto; el aspecto saludable y lozano que pretendia aparentar se iria al traste. Decidio concederle otros veinte minutos, tiempo mas que suficiente para que el hubiese oido el silbato del tren desde cualquier punto del pueblo en el que se hallase y acudiese en su busca. Transcurrio ese tiempo, y algo mas. La espera comenzaba a ser insoportable. Tal vez James no estaba ese dia en Elizabethtown, quizas habia viajado hasta Abilene, a cuarenta y cinco millas de distancia, y habia olvidado dejar instrucciones para que alguien acudiese a recogerla. O, peor aun, tal vez su carta aun no habia llegado. Ese pensamiento le helo momentaneamente la sangre. Se aproximo a la ventanilla, dispuesta a remediar el estado de incertidumbre en el que se hallaba. --?Necesita ayuda? --le pregunto el hombrecillo desde el otro lado del cristal. --Si, por favor --le respondio, ofreciendole su mejor sonrisa--. ?Podria guardar mi equipaje en la estacion mientras voy en busca de mi esposo? --Por supuesto --contesto solicito--. Ahora mismo me ocupo de ello. Eleanor permanecio erguida, retorciendose las manos con nerviosismo mientras el hombre salia de detras del mostrador, cruzaba la puerta y se aproximaba a sus baules. Su aspecto le resultaba simpatico, un hombre pequeno y energico, que caminaba dando saltitos y cuyos ojos, de un azul desvaido, se movian al mismo ritmo bajo la montura de sus lentes. --?Se le ofrece algo mas? --le pregunto, al ver que ella no se movia del sitio. --Le agradeceria mucho si pudiera orientarme. Acabo de llegar y aun no conozco el pueblo. --Me he dado cuenta de ello. --Le sonrio con amabilidad--. Permitame que me presente. Soy Matt Perkins, el jefe de estacion --le dijo, e inclino ligeramente la cabeza al tiempo que sus pulgares se enganchaban de los tirantes que sostenian sus pantalones--. Este es un lugar pequeno, y aqui nos conocemos todos. ?Que necesita saber? --?Podria indicarme como llegar al negocio de James Montgomery? --Le dedico su mejor sonrisa. --Crei que habia dicho que iba en busca de su esposo --contesto el hombre mientras la miraba con cierta suspicacia. --El senor Montgomery es mi marido --aclaro ella, irguiendose ante lo que parecia una inexplicable mirada de reproche. --!Que me aspen! ?Habla usted en serio? --Perkins la observo de arriba abajo, con las cejas ligeramente alzadas y la boca formando una extrana mueca que no supo interpretar. --Desde luego que si --contesto de forma rotunda, atonita ante la falta de modales de su interlocutor--. ?Como se atreve a dudarlo? --Disculpeme, senora, no era mi intencion ofenderla --le respondio con un tono mucho mas suave--. Es solo que no sabia que tuviera esposa… --Le escribi diciendole que venia, pero, como puede ver, no ha acudido a recibirme. Tal vez mi carta no llegara a tiempo --dijo con una voz apenas audible, mientras se recriminaba el proporcionar tanta informacion a un desconocido. De repente, el hombre parecio a punto de sufrir una apoplejia. Se saco un arrugado panuelo del bolsillo y se seco la frente, sin dejar de observarla durante todo el proceso. Luego se coloco las manos sobre los rinones, como si se estuviese preparando para pronunciar un discurso. Cuando volvio a meterlas en los bolsillos y a hundir los hombros, la que estaba a punto de sufrir la apoplejia era Eleanor. --Creo que sera mejor que se siente --le dijo al fin, indicandole el mismo banco que acababa de abandonar. --!Pero si acabo de levantarme! --Lo se, lo se, pero sera lo mejor --le aseguro con un expresivo gesto de las manos en direccion al descascarillado asiento. --?Que ocurre? !Me esta usted incomodando! --Oh, creame que lo lamento, de verdad que si. ?Quiere usted tomar un vaso de agua? --?Un vaso de agua? --Eleanor no salia de su asombro. --Si, claro, que estupidez --contesto Perkins sin mirarla, como si hablara consigo mismo--. Mejor un whisky, ?no? --?Un whisky? ?Pero se puede saber que ocurre? ?Donde esta mi marido? --Las sospechas se acumulaban en el aire como un remolino de polvo--. ?Le ha sucedido algo? La pausa fue tan elocuente que Eleanor cayo desmadejada sobre el banco. --Es eso, ?verdad? --pregunto con un hilo de voz, lamentando no haber aceptado ese vaso de agua. --Me temo que si, senora --balbuceo el hombrecillo--. Creame que siento ser yo quien le comunique la noticia, pero su marido… bueno, su marido ya no esta entre nosotros. --?Mi marido ha… muerto? --Eleanor sentia como si el mundo se hubiese puesto a dar vueltas a su alrededor. --Eso es, senora, exactamente --respondio Perkins, visiblemente aliviado. --?Como? ?Cuando? --balbuceo ella al cabo de una larga pausa. --Sufrio un ataque el domingo, y el medico no pudo hacer nada por el. Dijo que le habia fallado el corazon, asi, de repente. Fue enterrado hace dos dias. Lo siento mucho. Muerto. James habia muerto. Eleanor aguardo a experimentar el aguijonazo de dolor que ya le resultaba familiar, pero, para su sorpresa, no se produjo. Un latido sordo en el interior del pecho, producto mas del asombro que de la angustia, fue la unica senal que se dejo sentir. No era una reaccion inapropiada, se dijo a si misma, teniendo en cuenta que apenas se conocian. Pero era una desgracia. Aun era un hombre joven y era su marido. ?Como habia podido suceder algo tan terrible? ?Que iba a ser de ella ahora? Mientras esos pensamientos cruzaban por su mente, no era consciente de que el jefe de estacion observaba consternado los dos lagrimones que se deslizaban por sus mejillas. --?Quiere que vaya a buscar a alguien? --le pregunto transcurridos unos minutos. Eleanor emergio de su catarsis y observo al hombre, al que le parecia ver por primera vez. Su rostro angosto y veteado de arrugas, enmarcando esos ojillos vivaces de un azul traslucido que ahora parecian ligeramente empanados, las cejas tupidas y aun oscuras, el escaso cabello que ya empezaba a clarear… Su cara ahora amable la contemplaba con cierta preocupacion, que le parecio normal dadas las circunstancias. --No, gracias. No conozco a nadie en el pueblo --contesto mientras intentaba recuperar la compostura. --Podria avisar al reverendo Spencer. O al medico. ?Necesita usted sus sales? --?Mis sales? --inquirio con cierta perplejidad. --Si, ?no las necesitara? ?Y si se desmaya? ?No es eso lo que se utiliza cuando una mujer pierde el conocimiento? --No se inquiete. Estoy practicamente segura de que no voy a desmayarme --respondio, no del todo segura de sus palabras. El cansancio de los ultimos dias parecio abatirse sobre ella. Perkins asintio, aunque no parecio muy convencido con la respuesta. La vio fruncir el ceno y morderse el labio inferior, como si anduviera perdida en profundas cavilaciones, lo que no era de extranar. --?Podria usted indicarme ahora como llegar a la casa de mi marido? --pregunto al fin, clavando en el unos ojos de color miel que de repente parecian demasiado grandes para aquel rostro tan delicado--. Creo que sera lo mas apropiado. --Oh, bueno, vera… yo creo que estara mejor donde la viuda Dupre. Tiene una casa de huespedes y seguro que la acogera con mucho gusto, hasta que se sienta con fuerzas. --Es muy amable, pero creo que sera mas conveniente que me aloje en mi propia vivienda. --Si, por supuesto, pero… en fin… no se como… --Perkins se miraba los pies mientras trataba de encontrar las palabras apropiadas, para mayor consternacion de Eleanor--. Su marido no tenia una casa propiamente dicha. --?Donde vivia entonces? --inquirio, preguntandose que mas desagradables sorpresas la aguardaban--. ?En un hotel, quizas? --Oh, no, no, senora. James Montgomery tenia una buena propiedad --aclaro. --Senor Perkins, ?donde vivia mi marido? --Encima de su local, senora, en una especie de apartamento que se hizo construir a su gusto. Eleanor asintio, aprobando la idea de James de aprovechar el negocio tambien como vivienda, un modo de ahorrar un dinero que pensaba invertir en Virginia a su regreso. --?Y sabe usted donde esta? --pregunto con suavidad. --Por supuesto que si, senora --respondio con desparpajo, como si le ofendiera la idea de no saber donde se encontraba el lugar--. En la calle principal, justo pasada la barberia de Cooper, gire a la izquierda y se dara de bruces con el. --Muchas gracias, senor Perkins. --Le sonrio con dulzura mientras se incorporaba--. ?Me guardara el equipaje hasta que pueda hacer que alguien venga a buscarlo? --No pensara ir alli ahora, ?verdad? --Me temo que no tengo otra opcion. No puedo quedarme aqui indefinidamente, ?no le parece? --No, claro. Pero ya le he dicho que la viuda Dupre estara encantada de acogerla. Es una mujer muy amable, y su cocina es estupenda. --Gracias, lo tendre en cuenta. Ha sido usted muy considerado, senor Perkins, y se lo agradezco mucho. Espero que volvamos a vernos pronto. Eleanor se sacudio el vestido, irguio la espalda y, tras despedirse con un leve y estudiado gesto, cruzo la estacion y salio por el lado que daba al pueblo, que se arracimaba a escasa distancia. Elizabethtown habia crecido alrededor de una calle principal y se habia extendido hacia ambos lados mediante una serie de calles mas estrechas, formando una cuadricula. Eleanor sabia por las cartas de James que el ganado procedente de las propiedades situadas al sur bordeaba el pueblo una vez al ano, con destino a los corrales situados al otro lado de las vias, para ser posteriormente subido a los vagones y transportado hasta las fabricas del Este. Mientras recorria la arteria principal, apenas era consciente de las miradas curiosas de las personas con las que se cruzaba. Las visitas femeninas no eran muy frecuentes en un pueblo que vivia casi exclusivamente del ganado de los ranchos vecinos y de algunas manadas que llegaban desde Texas. Y menos visitas tan elegantemente ataviadas como aquella mujer, cuyo vestido de muselina amarillo palido destacaba como una flor en un prado. La gracia con la que caminaba, sosteniendo con elegancia su sombrilla y balanceando suavemente su ridiculo, atrajo mas de una mirada. Eleanor paso frente a varios negocios y viviendas sin fijarse en nada, buscando con la mirada la columna bicolor que anunciara la barberia del pueblo. Su mente solo registro que el pueblo no parecia demasiado grande, que las construcciones eran solidas y que hacia mucho calor. Los tacones de sus botines resonaban sobre el entarimado de madera con una cadencia ritmica, mientras iba inclinando la cabeza de forma mecanica ante todo aquel que se cruzaba en su camino. Se sentia tan aturdida y cansada que temia detenerse antes de llegar a su destino y echarse a llorar en mitad de la calle, algo que una senorita no debia hacer jamas. Su educacion y sus modales eran lo unico que poseia en esos momentos, y trataba de aferrarse a ellos como a una tabla de salvacion en medio de un naufragio. Se permitiria derrumbarse y llorar solo cuando se encontrase en el interior de su nuevo hogar, sin testigos.

  • Relatos de amor de Perla Mucino

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    En el 2015, estaba sentada a la orilla de una banqueta conversando con un amigo… Le platicaba de algunas historias que conocia; historias que habia escuchado a lo largo de mi vida y que, si bien distaban mucho de ser un cuento de hadas, eran autenticos relatos de amor. El, por su parte, me contaba de lo afortunado que habia sido en el amor comparado con el resto de sus amigos, decia que nunca estaria lo suficientemente agradecido con Dios por ello. Cuando me conto su historia, me encanto y me conmovio bastante; era una de esas historias en que no puedes dejar de pensar en su magia. Resultaba evidente que mi amigo era muy, pero muy afortunado. Emocionados por la historia, hicimos planes a futuro; estos incluian: una boda, ropa especial para los novios, banquete, flores y muchas cosas mas. Todos estos planes se cristalizarian en el 2020, pero en el 2019, mi amigo... !murio! Su perdida significo para mi, un duro golpe emocional. Ese fue el motivo que me llevo a escribir Relatos de amor. [?][?][?] Estaras en el ultimo relato de este libro, amigo. Ahi, viviras por siempre. Escribir es inmortalizar... Marissa se va Cuando el <> solo cambia de forma Mi nina hermosa, !no llores!, !aqui esta papa! !Marissa!, !si sigues corriendo te puedes caer! !No vas a salir con esa falda a ningun lado, jovencita! Que descanses princesa... te amo. Enseguida vuelvo, voy a ajustar cuentas con aquel patan. [?][?][?] --Papi... ?te gusta como se ve? Su tierna voz me saco de mis recuerdos. Vi a mi Marissa de cuatro anos preguntandome si se veia bien con su traje de hadas, se veia tan bella y tan alegre. --!Papa!, ?estas bien? --pregunto Marissa un poco angustiada--, te noto distraido. ?Vas a estar bien, verdad papi? --Si, mi nina, estoy bien, solo estoy pensando --le conteste con tristeza--, hace apenas unos anos usabas vestidos verdes con brillos y mallas amarillas y... !mirate ahora! --Papa, eso fue hace demasiados anos --exclamo--, yo tenia entonces cuatro anos y era un festival de primavera. --Si, lo se --anadi--, pero no pudimos quitarte esas mallas en varios dias porque creias que si te las quitabamos se acabaria la primavera, tu madre tuvo que banarte con ellas... !Sonia! -- murmure con tristeza al recordarla--. Tal vez tu madre estaria llorando ahora mismo si te viera vestida asi. --Papa... --dijo cabizbaja--, mama nos mira desde el cielo y si te pones triste, ella tambien lo estara. !Ven papi!, vamos por agua, tengo algo de sed. Nos levantamos, se colgo de mi brazo y caminamos en busca de agua. Yo solo queria alargar el camino, deseaba estar con mi hija el mayor tiempo posible. --Debo aceptar --confese--, que no se como reaccionar. Tu madre ya me habria dado algunos consejos para actuar con cordura y superar estos sentimientos tristes, me habria abrazado y me habria contado algun chiste tonto sobre la ocasion, pero no esta y no se como sobrellevar esto yo solo. --Papa --susurro con ternura--, deberias reirte porque tengo dos horas pensando en que mi mama diria que mi cabello parece un nido de golondrinas o algo parecido. Rei su observacion, sabia que su madre habria dicho algo similar y seria un comentario muy acertado, ese peinado parecia un nido de pajaro. Mi princesa habia heredado el sentido del humor de su madre, asi como su calidez y amabilidad. En cambio yo, un viejo de cincuenta y cinco anos, estoy amargado por la perdida de mi amada esposa y, ahora, por la partida de mi hija: mi mas hermoso tesoro sobre la tierra, la flor mas hermosa de mi jardin. ?Que sera de mi sin mis dos pilares? Lo habia pensado con tal intensidad, que no me di cuenta que mis pensamientos salieron por mi boca. --!Papa! --expreso con carino mientras me abrazaba--. Yo estare contigo siempre, y siempre necesitare de ti. No me ire nunca, solo estoy creciendo. Sus palabras sonaban tan calidas y certeras, que no pude oponerme mas. !Era verdad lo que ella decia! Mi hija solo estaba creciendo y seguiria su camino como yo lo segui en su momento... como lo siguio su madre conmigo. Entonces, por que habria de entristecerme el ver a mi retono florecer y enraizar en una mejor tierra, por que deberia dolerme su maduracion y crecimiento. Eso no tenia ningun sentido. --Tienes razon mi nina --comente convencido--, no es una despedida ni nada parecido. !Hagamos lo propio! Tome su mano, la mire a los ojos, le sonrei y nos dirigimos de vuelta al dormitorio. --!Vamos, mi nidito de golondrina! --dije en tono de broma--, !tenemos algo pendiente! Quince minutos despues caminabamos hacia <>. !Al fin!, ahi estaba yo llevando a mi hija del brazo, caminando en medio de un pasillo flanqueado por personas y, mientras caminabamos hacia el altar, los recuerdos de mi princesa me rondaban por la mente mientras escuchaba la marcha nupcial que, a decir verdad, me sabia mas a una marcha funebre. Vi a lo lejos a aquel nono, bobo, pazguato, papanatas que me habia arrebatado a mi mas hermosa flor. Ahi estaba el, esperando como buitre a que la presa muriera, mirando a mi Marissa con la misma sonrisa de idiota que lo caracterizaba. Y mi hermosa princesa, tan feliz y nerviosa como nunca. Tan bella ella, con ese vestido blanco y ese velo que le cubria la cara evitando que vieran su angelical sonrisa. ?Que puedo hacer?, me he prometido no llorar y no maldecir. Solo debo dejar a mi hija seguir su camino con quien ella ha escogido para compartir su vida. Sonrei, respire profundamente y entregue su mano a el: al maldito nuevo heroe de mi princesa. !La fiesta fue un exito!, mi hija estaba tan feliz como nunca y... si mi hija era feliz... !yo tambien deberia serlo! [?][?][?] Han pasado seis anos desde la boda y, como lo prometio en su momento, mi nina nunca me olvido. Ahora, Fernando, mi yerno, me ha hecho comprender la frase de la que siempre me burle: <>. El ha sido un excelente companero de mi amada Marissa, la ha tratado muy bien y que decir de... --!Esperen!, !que esperen, les digo!, !los atrapare!, !ya veran! Bueno, ustedes me disculparan, pero a estos pilluelos tengo que alcanzarlos... --!Manuelin, Yesenia!... ahora que les ponga la mano encima... !me los comere a besos!, !ya veran!

  • Algo increible de Andrea Adrich

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    La familia Dubrow vuelve a Santa Monica despues de una decada. Con su regreso, Andreas Johnson, conocido como Leon, revive el tragico pasado que le une a esa familia, por la que siente una enorme animadversion.
    Fabiola Dubrow es una nina rica que aparentemente lo tiene todo, menos algo tan preciado como la libertad. Se ha pasado toda su vida haciendo el papel de hija perfecta, hasta que se encuentra con Andreas, y ese chico rebelde de rasgos felinos e impresionantes ojos azules se convierte en la excusa perfecta para empezar a trasgredir las normas.
    Andreas, por su parte, no quiere saber nada de los Dubrow. Pero el destino le tiene preparado una sorpresa. Algo increible de la mano de quien nunca hubiera imaginado.

  • Mi Vida en la Maleza de los Fantasmas de Amos Tutuola

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    <>, basada en narraciones tradicionales de la mitologia africana, es la aventura de un nino que se adentra en un territorio poblado de seres que han fallecido a deshora y que esperan que llegue su momento para trasladarse definitivamente a la tierra de los muertos; seres que conviven con los vivos (a veces con el unico objeto de molestarlos), hablan y poseen poderes magicos. Seguir a Tutuola en ese viaje iniciatico a traves de la maleza es dar un paso adelante en el conocimiento de aquello que conforma el imaginario de millones de africanos en la actualidad. Pocas veces el lector occidental se enfrenta de forma tan descarnada e imaginativa a la esencia del miedo: el pavor del hombre solo en la naturaleza, del hombre postrado ante los dioses, convertido a su vez en dios y siempre dispuesto a impregnar su alma de nuevas creencias. Amos Tutuola, cuya lengua materna es el yoruba, escribe en ingles para reflejar mejor el sincretismo que se produce en las ideas y en la vida de un pueblo que, apegado a sus tradiciones, ha visto cambiar el mundo a su alrededor.

  • Conquistando a Alice de Susana Oro

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    Samuel Davila siempre sintio admiracion por la vida disipada de su tio Arturo, un hombre libre, independiente, y al que nunca le faltaba una mujer para compartir el lecho.
    Pero el tio Arturo ha muerto. Y su sobrino se ve acorralado por su idolo, puesto que le ha dejado su hostal en herencia con la condicion de que siente cabeza.
    Samuel Davila, digno sobrino de Arturo, necesita urgente una esposa para quedarse con la herencia de su tio. Lamentablemente, en su larga lista de mujeres, ordenada alfabeticamente, no hay una en la que pueda confiar para ofrecerle un matrimonio con fecha de caducidad.
    La unica confiable y que, por logica, no esta en su larga lista sino tachada de ella, es la honesta, noble y generosa Alice Montiel. Una amiga de la familia de toda la vida. Una romantica empedernida que le produce prurito. La mujer de la que siempre ha huido despavorido.
    ?Que son seis meses de soportarla?
    Pero en ese tiempo, Samuel descubre que Alice Montiel no es lo que siempre habia imaginado. Alice Montiel es una caja de sorpresas.

  • La pasion turca de Antonio Gala

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    Tras su fracaso matrimonial, Desideria inicia un viaje por Turquia, donde conocera a un apuesto comerciante que lleva una doble vida como traficante. En sus brazos descubre la mas desenfrenada pasion amorosa y lo abandona todo para quedarse a su lado.

  • Mas fuerte que el destino de Rose. A. Anderson

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    Solo seria pasarse por su novia una vez. Era algo simple; podia hacerlo, al menos eso es lo que piensa Julia hasta que descubre que las cosas no siempre funcionan de la manera que una las planea… y menos cuando tiene algo que ver con el.

  • El Club (La Terapia 2) de Rober Ortega

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    Tras los tragicos acontecimientos de “La Terapia”, Raul Duque huye a Italia junto con Maite Gallardo y Anais Baudin. Pero una llamada lo cambia todo. Es entonces cuando deciden hacer frente a la amenaza que les acecha y vuelven a Espana en busca de venganza. Un nuevo suspense con giros dramaticos donde las respuestas son la claves para desmantelar El Club.

  • Lo bueno que hay en mi (Violeta 2) de Vicky Hernan

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    Una muralla invisible que separa a Violeta y a Jan y que ambos deberan encontrar como superar. La llegada de mister Universo, cuya intensa personalidad lleva a provocar conflictos con la misma facilidad que genera situaciones comicas. El pasado y los secretos de la Diosa por fin desvelados. Sensualidad, deseo y pasion. Un amor que madura y otro que florece. Todo ello envuelto en la mas sincera y leal de las amistades.Los protagonistas de Lo Malo Soy Yo, junto a sus amigos y familiares, siguen entretejiendo una historia que nos fascina y cuyos resultados seran impredecibles.Lo Bueno que hay en mi es la segunda entrega de la trilogia “Serie Violeta”.

  • Querido plan B de Becca Devereux

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    Una alocada comedia romantica sobre dos personas que estaban destinadas a encontrarse. ?Y si el principe azul no fuera como te lo han contado?

  • Habitaciones de Alberto Mendoza

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    Salvador Neda se registro en el mismo hotel donde Miraflores desaparecio treinta anos atras despues de concluir el libro Niebla de otono. Preparo su viaje meses antes. Pidio un prestamo impagable de la nomina para costear el boleto de avion y reservar con tiempo suficiente la habitacion 408. El ultimo lugar donde residio Miraflores. Miraflores viajaba a El Providencia para hospedarse en el cuarto 408 por largas temporadas. Parte de la rutina que se le conocio consistia en dar paseos fascinado por el bosque de abetos que rodea el terreno del hotel, mas tarde se escondia en medio de borradores del libro. Todas las mananas, sin embargo, se le podia admirar contemplando el paisaje desde la ventana. El personal de El Providencia lo reconocia inmovil pegado al cristal. Pocas veces dejaba que lo vieran escribir, por lo que se llego a creer que lo unico que hacia era deambular como un ente taciturno. Salvador viajo con un pequeno equipaje. Unicamente se preocupo por guardar en la maleta la novela de Miraflores. Su plan, por muy trillado que resultara, consistia en leer Niebla de otono en el mismo lugar donde se termino de escribir. Al llegar a la habitacion 408, encontro que en el marco de la puerta se habia colocado una placa explicando a los huespedes que el cuarto habia sido renombrado en honor a Miraflores: <>. La mucama confeso que cuando entro al 408 no encontro senales de Miraflores. La ventana estaba abierta de par en par y solo se hallo el manuscrito en el escritorio. En la hoja superior, un titulo previo cruzado por dos diagonales invertidas, y debajo las palabras que darian nombre al libro de forma postuma. Junto a los papeles, tambien se descubrio una carta para su editor y cuyo contenido jamas se dio a conocer. Nadie supo con precision que habia ocurrido, pero los sucesos extranos, vendidos como una historia de fantasmas, resultaron atractivos para los huespedes que durante anos visitaron a El Providencia encantados por el relato. En sus primeros dias, Salvador se dedico a pasear por el bosque en una referencia factual del libro. Se midio con los troncos preguntandose si Miraflores lo habria hecho tambien al escribir sobre las gigantescas sombras nocturnas movidas por la luna. Imagenes descritas al pie de la ventana. Cogido por la emocion, tras la cena Salvador regresaba de inmediato a la habitacion donde leia por horas. Se decia que Miraflores se alejo del hotel volando convertido en un ave deseosa de vivir entre las ramas de los abetos. Al entrevistarlos, los empleados solo conocian que no hubo pistas de su cuerpo, ni el dia de su desaparicion ni en ninguna otra fecha. La directiva del hotel decidio homenajear al escritor dando su nombre al cuarto 408, para la policia y para el editor de Miraflores esto parecio ser suficiente. El tema paso al olvido con las decadas hasta que la nueva critica rescato a la figura de Miraflores y sus libros fueron reeditados. Salvador pedia que le subieran su comida a la habitacion. Desayunaba sin quitarle los ojos a los arboles que se inmiscuian a traves de los cristales y daban una sensacion de humedad al interior. En uno de los pasajes del libro, leyo: <>, y al menos durante el omelette a las finas hierbas que pedia todas las mananas, Salvador reconocia esto como unica verdad. Los muros del hotel se convirtieron en el refugio para Miraflores luego de jornadas prolongadas y visitas frecuentes a El Providencia. Por la noche, pese a las advertencias del jardinero sobre el alcance de las farolas, el escritor recorria el bosque hasta perderse; regresaba entrada la madrugada tiritando de frio. Era un intento de confrontar el paisaje real con el de su libro a costa de su propia salud. Luego de tener varios capitulos releidos, Salvador comprendio que cualquier hombre con los pensamientos de Miraflores tambien querria extraviarse. Contemplaba con un deseo oculto a traves del cristal templado por el frio, mientras la niebla ascendia para develar los abetos a bocajarro. Escasamente probaba bocado durante la tarde. El libro tenia una descripcion minuciosa de la estancia y Salvador se encargo de comprobarla detalle a detalle, incluso lo fue llenando de notas al margen de las paginas. El telefono de la habitacion sono varias veces. Nadie habia visto a Miraflores durante tres dias, no habia hecho ninguno de sus paseos; tampoco hubo indicios de el en la ventana bajo el amparo de sus libros. Contradiciendo las ordenes del escritor, el gerente ordeno a la mucama que entrara al cuarto para comprobar que todo estuviera en orden. Deseaba ahorrarle problemas a la directiva. Salvador corto sus salidas progresivamente. Comenzo y termino el libro varias veces. Dejo de recibir en la habitacion los omelettes a las finas hierbas. Empezo a tener un sueno recurrente donde se veia a si mismo parado frente a la ventana, detenido en el jardin aparecia Miraflores de espaldas; Salvador descendia apresurado solo para ver como el escritor levantaba el vuelo tal cual lo haria un picamaderos. La mucama no duro mucho mas tiempo en El Providencia. Dijo que en una de las ultimas noches que se supo del autor, este bajo al comedor. Luego de haberlo visto a lo lejos, la figura de Miraflores se le antojo de un talante desprolijo y palido; aunque reconocio que de su semblante tambien emanaba una tranquilidad supraterrenal. Despues de uno de estos suenos, Salvador decidio bajar hasta el jardin trasero esperando encontrarse con el escritor. Desde ahi vio hacia la ventana con la esperanza de que fuera Miraflores quien le devolviera la mirada. Solo encontro el deseo de volver a la lectura. Dentro del 408, penso en Miraflores huyendo a traves de los brazos de los abetos. En seguida lo imagino al borde de la excitacion escribiendo aquella carta para su editor y que debio acomodar a un lado del manuscrito para entonces dejarse absorber por el lado adverso de la ventana, el negativo de la habitacion, y cuya salida se perderia en el silencio de la noche.

  • Cicatrices. Abiertas (Serie Cicatrices 1.2) de Susana Bielsa

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    ?Cuando me vas a pedir que venga a vivir contigo? Aparto la vista de la television y miro a Emily. Esta seria. Lo confieso, me ha pillado fuera de juego. Se que es una excusa barata, pero estan emitiendo imagenes de "El transito de Venus"; por lo visto, el planeta ha decidido pasar hoy por delante del sol y parece una peca que adorna un rostro redondo y hermoso. La belleza del momento me ha dejado sin palabras y no se que contestar a la mujer que permanece sentada a mi lado. --?Perdona? --Dejalo, ya veo que para ti no es importante. Cierro los ojos y suspiro. Ya empezamos. --Emily, carino, estaba viendo... --!He dicho que lo dejes! Ya hablaremos de ello cuando no estes viendo la television. Agarro el mando, cabreado, y apago la puta pantalla. --Ya no estoy viendo nada. Vamos a ver, ?que me decias? Se cruza de brazos, como si la hubiera ofendido. --Llevamos casi un ano y todavia sigo viniendo a tu casa a escondidas. Entreabro los labios. Bueno, estamos liados desde hace unos diez meses, pero cuando hablamos de salir mas en serio fue hace tres. Aparto ese pensamiento y me centro en algo que ya hemos discutido. --Emily... sabes que la prensa no me gusta, y desde que grabe para los americanos no hacen mas que perseguirme. Pero eso no significa que no hayamos salido a cenar por ahi, o a pasarlo bien, ?verdad? --Yo quiero mas. Intento acariciarle una mejilla, pero me esquiva el gesto, dandome la espalda. Parece mentira, con la de cremas que se que se da para aparentar tener menos de sus treinta y dos y, por dentro, sigue siendo una cria. Suspiro, cansado de sus absurdas ralladas. Me levanto, voy hacia mi chaqueta y me saco un cigarro. Lo voy a necesitar. --Vamos a ver, ?que te molesta exactamente? --!No te implicas, Matt! --?!Que no que!? --Respiro hondo, enciendo el pitillo y miro a Emily desde el hueco que da a la cocina, apoyado en la pared, decidiendo como encarar la situacion--. ?Quieres venir a pasar unos dias y ver si estamos bien juntos? --?!Ves!? !A eso me refiero! Das por sentado que existe la posibilidad de que no estemos bien. Me dan ganas de darme de cabezazos contra la pared. --Emily... --?Podrias dejar de tratarme como a una estupida? Endurezco el gesto. --Deja de imaginar cosas y cuentame que quieres exactamente. Ya te he preguntado si querias quedarte, ?que mas quieres? ?Me pongo de rodillas? --No, lo unico que quiero es que no lo digas como si me fueras a echar a los dos dias. --Emily, de verdad, yo no lo he dicho en ese sentido, pero tienes que tener en cuenta que estar un rato con una persona no significa que, a la hora de convivir, todo vaya de maravilla. Creeme, lo se. --?!Podrias dejar de meter a tu ex en todas nuestras conversaciones!? Emily se pone de pie, se lleva una mano a sus casi inexistentes caderas y la otra a la cabeza. Se le empanan los ojos de repente y me da un vuelco el corazon. Apago el cigarrillo en el cenicero y la abrazo. --Perdoname, no pretendia... Yo solo... --No lo pretendes, pero lo haces. --Lo siento... Nos quedamos en silencio hasta que, por fin, cede y me devuelve el abrazo. Me da por suspirar; esbozo un amago de sonrisa que, en vez de alegrarme, duele. --Tengo muchas ideas, ?sabes? --?Ideas? --Si, tonto, ideas. Para empezar, hacer una pequena obra en el bano principal. ?Crees que podriamos poner un jacuzzi? Parpadeo. ?Jacuzzi? --La verdad es que yo no... --!Y tambien podriamos hacer un pequeno gimnasio en casa! Me echo a reir; me esta tomando el pelo, vuelve a ser la Emily que me presentaron Jonathan y Emma y que me hacia sentir cierto numero de mariposas en el estomago (mariposas que, tengo que admitir, se multiplicaron la primera vez que terminamos en la cama). Quiero seguir con la broma y con el buen rollo, asi que le beso el pelo y la achucho un poco mas. --A ver, ?donde pondrias ese gimnasio? --En cualquiera de las dos habitaciones que tienes libres. Me mira con atencion y una sonrisa sincera, esperando mi aprobacion, y me doy cuenta de la trampa en la que me he metido. No va de cona. --Emily, esas dos habitaciones no estan libres, son para mis hijos. Se desprende de mi abrazo con un mal gesto y vuelve a darme la espalda. --Tus hijos, !tus hijos! !!Tus hijos ni siquiera han venido a visitarte!! Estan perfectamente con su madre, y tu tienes la oportunidad de empezar una nueva vida. !Incluso de tener otros! Un escalofrio me recorre toda la espalda. ?Esta loca o que? --No vuelvas a decir algo asi jamas. Se gira, observandome con expresion furibunda. --!!Pero si es verdad!! Tu eres el unico que no quieres verlo. --Emily, ya basta. No estoy discutiendo contigo, estoy intentando hablar, y no haces mas qu... --!Encima tendre la culpa yo! --me corta--. Muy bien, !lo estas arreglando, Matt! La saliva que trago me sabe a hiel. Once anos soportando a una histerica y cuando por fin me decido a empezar algo, !me topo con otra! ?Como te lo montas, Jensen? Cierro los ojos y tomo una decision que, aunque me duele, se que es la correcta. --?Sabes que? Vete a casa. --?Me estas echando? Se acerca a mi, pero me aparto de ella. No quiero verla. No quiero que vuelva mas a mi casa. A la casa que comparto con mis hijos, aunque no hayan podido venir por culpa de Grethe. --Si. Fuera de aqui. Un hielo me atraviesa la garganta y se desplaza hacia mi pecho. El frio que se me instala en el corazon duele, pero no tanto como el portazo que da Emily al salir del piso. Mierda. Mierda. !!Mierda!! Me dejo caer contra la pared que separa el salon de la cocina comedor, mirando al infinito. Se ha terminado. Basta de intentar relaciones con mujeres que se parecen a Grethe. Nunca me gusto ella ni por dentro ni por fuera, ?por que ahora la busco en cada mirada? ?Por que no puedo dejar de ser un gilipollas? Bien, de acuerdo, me siento solo, terriblemente solo. Estoy aqui, en un exilio frustrante en el que invierto doce horas al dia en el estudio. Llego a casa y esta tan vacia, tan oscura, tan fria. Sin vida. Sin mis pequenos Hugo y Till, con los que jugaria al futbol en el parque que hay cerca del piso... dejandome ganar, por supuesto. Hasta he fichado la zona en la que pondria nuestras chaquetas para delimitar la porteria. Tambien tengo que pasar sin el gran sol de mi vida, mi pequena Pauline, que no se de donde ha sacado la voz que tiene, pero que cada vez que me canta por telefono me hace llorar. Sin ellos, sin mi hermana, sin mi madre, la casa se me cae encima. Venga, Jensen, reponte. Eres un machote, no es cuestion de hundirse otra vez. Me levanto del suelo, cojo otro cigarro y voy hasta el telefono. Busco a Luca en la agenda y marco su numero. --Luca al aparato. --Soy yo. --!Senor Jensen! ?Pasa algo? Me llevo la mano a la frente. --?Ya no te acuerdas del trato que tenemos? La oigo reir al otro lado de la linea. --En el trabajo, de usted; el resto del dia, de tu; al terminar el turno de los viernes, una cerveza antes de volver a casa. !Vale! ?Que quieres, pesado? ?Emily no puede quedar? Hago una mueca y me dejo caer en el sofa. --Acabamos de romper. --!Mierda! !Lo siento! ?Quieres que vaya? Yo llevo las birras. --?Ese matarratas japones al que llamas cerveza? No, pelirrosa, si vienes sera para beber de las mias. Sin verla se que se esta tocando el pelo. Lo lleva largo; hasta ahora, decolorado en rubio, pero hace un par de dias decidio hacer una locura rosa chicle que le queda fenomenal. --En una hora estoy alli. --Esa esta muy buena, ?eh? Le pego un buen trago a mi Schwarzbier. --No esta mal. --Voy a creer que hablas desde el rencor y el despecho, Matt. O eso o tienes un gusto pesimo. Nos echamos a reir, brindando con los botellines. --Que le voy a hacer, me chiflan las morenas. Las rubias me han dado demasiados problemas. --La rubia que mas problemas te va a dar todavia es muy joven, jefe. --Vete a la mierda. --Tengo razon y lo sabes. Volvemos a carcajearnos, tumbados en una cama que ya no parece tan grande. Luca esta ensenandome fotos de las mujeres con las que comparte sexo, diferenciando quienes estan dispuestas a participar en nuestro pequeno jueguecito y con cuales simplemente pasa muy buenos ratos. Desde que conoci a Emily no he tenido otro trio con Luca, pero me parece buena idea retomar el habito: una mujer, una desconocida para mi, recibiendo con gusto el placer que Luca y yo le damos. En la practica es como si dos hombres se follaran a una femina que permanece con los ojos vendados, aumentando el morbo de la situacion y preservando mi anonimato sexual. Dos hombres besando, chupando, lamiendo y penetrando un cuerpo, pero que ni siquiera intercambian un roce, un beso o un jadeo. --Si algun dia quieres perder la virginidad... dimelo, Luca. Al menos sabre que te han tratado lo mejor posible. --Pero, ?de que siglo te has escapado? La virginidad es un estado mental, !yo me he tirado a mas tias que tu! Ademas, los hombres no me atraeis lo mas minimo. --Se acerca al lobulo de mi oreja y me pega un mordisco que no me pone, solo me hace reir--. Prefiero meterla con el arnes, sentir como una mujer se corre estando yo entre sus piernas. Esa imagen es la unica que me pone cachonda. --Ya somos dos. Volvemos a brindar y Luca pasa a la siguiente foto. El corazon me da un vuelco: es una muchacha sonriente, llena de pecas, con el pelo castano y lleno de bucles. Parece pequenita, pero no fragil; eso me encanta.

  • Todos mis te quiero son para ti de Monica Maier

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    Vega sonaba con un amor para siempre.
    Vega penso que Dario seria su alma gemela.
    Vega se equivocaba. Dario la rompio el corazon.
    Vega ahora es una mujer adulta.
    Vega es fotografa y vive en Madrid.
    Vega sigue enamorada de Dario.
    Vega necesita dejar de querer.
    Vega se siente perdida y estancada.
    Vega quiere encontrar la felicidad, pero no sabe donde buscarla.
    Vega piensa que debe encontrar a otra persona para olvidar a Dario.
    Vega piensa. Siente. Se confunde. No sabe si esta tomando una decision desesperada. Quiza su concepto del amor esta equivocado. Quiza solo tenga que mirar en la direccion correcta para descubrirlo.

  • Cuatro vestidos para Carlota de Mercedes Alonso

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  • Pecados Ardientes de Ariel Omer

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    Todos tenemos un amor al cual nos aferramos, un amor verdadero que jamas vamos a olvidar.

  • Robinson Crusoe de Daniel Defoe

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    Despues de ser apresado y convertido en esclavo en Africa, como consecuencia de un naufragio, Robinson Crusoe llega a una isla deshabitada cerca de la desembocadura del rio Orinoco y se enfrenta al reto de crear un nuevo modo de vida, partiendo de cero.