• sonia y el ladron de besos - Eva D. Island

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    *Una comedia romantica sobre la amistad entre mujeres, los perros y la busqueda del amor.
    *Eva S. Island debuta en Titania con una novela fresca, que se lee entre sonrisas y que no puedes soltar hasta el final.
    *Con una trama ligera, la autora nos muestra todo un abanico de emociones cotidianas, con unos personajes tan cercanos como entranables.

  • Sonia y el ladrón de besos (Titania amour) - Libros - Amazon.es

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  • (PE) SONIA Y EL LADRÓN DE BESOS | EVA D. ISLAND

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  • Sonia y el ladrón de besos - Ediciones Urano España

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    • Una comedia romántica sobre la amistad entre mujeres, los perros y la búsqueda del amor. ... Eva S. Island debuta en Titania con una novela fresca, que se lee ...

  • Sonia y el ladrón de besos - Titania

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  • Sonia y el ladrón de besos - Anika Entre Libros

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    "Sonia y el ladrón de besos" es una novela de Eva D. Island. En ella nos narra la peculiar búsqueda del amor de su protagonista, Sonia, una mujer que lleva una ...

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    30 abr 2018 — Sonia y el ladrón de besos, libro o eBook de . Editorial: Titania. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • SONIA Y EL LADRON DE BESOS - EVA D. ISLAND - Agapea

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    SONIA Y EL LADRÓN DE BESOS, ISLAND, EVA D., 12,00€. • Una comedia romántica sobre la amistad entre mujeres, los perros y la búsqueda del amor.

  • 'Sonia y el ladrón de besos', una comedia romántica de Eva D ...

    https://www.atrapalibros.es/sonia-ladron-besos-una-comedia-romantica-eva-d-island

    3 may 2018 — Eva D. Island debuta en Titania con Sonia y El ladrón de besos, una novela divertida, real, actual y fresca que engancha desde la primera ...

  • sonia y el ladron de besos - Profitécnicas

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    SONIA Y EL LADRON DE BESOS, EVA D. ISLAND, $50000.00. ? Una comedia romántica sobre la amistad entre mujeres, los perros y la búsqueda del amor.

  • Vacunas sin miedo de Gloria Cabezuelo

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    Un libro con toda la informacion para despejar las dudas acerca de las vacunas y sus consecuencias, escrito por dos pediatras de reconocido prestigio en la materia.

  • No puedo evitar amarte (Hermanos McGregor 2) de Josephine Lys

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  • Las balas perdidas de Alicia San Miguel

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    Ni siquiera sabia la posicion en la que debia ponerse ese folio para seguir las instrucciones de montaje. En esos momentos, no le importaba; era mas importante estar inmerso en la adrenalina del momento que en pensar que pasaria si montaba mal esa bomba. <>, se dijo para si. Ekain, estaba serio, entornaba los ojos y apretaba los labios. Ojos rasgados color caramelo, labios finos, boca pequena y nariz aguilena. No era guapo, tampoco feo, menos aun corpulento. Un tipo del monton. En una mesa, el folio con varios dibujos. Cada dibujo iba acompanado de un numero. En otra mesa, cada pieza necesaria para ensamblar ese puzzle de mierda con el que se estrenaba. Tiros si, bombas no. Hoy era el dia. Unio cada pieza con precision, paso a paso, sin prisa; ni siquiera le importo la curiosidad de sus dos companeros, que, expectantes, le observaban como envidiando el momento. --!Hostia, Ekain! !La vas a liar muy gorda, tio! --le dijo el tipo que, nervioso, fumaba sin parar. Ella, la que estaba a su lado tambien mirando, le golpeo en el hombro, acompanando el gesto con una picara sonrisa de satisfaccion--. !Me caguen la hostia! --Si no nos explota esta mierda en las manos, seguro que si --le contesto Ekain sin levantar la mirada de las piezas que seguia ensamblando--. !A ver como cojones lo bajamos al coche sin que nos vean y sospechen! --exclamo. --Eso es facil --dijo ella--. Esta noche, de madrugada, acercamos el coche a la campa de ahi detras, y como si nos estuviesemos tomando unas birras y fumando unos cigarros la vamos acabando de montar. --!Esta Olga es la rehostia! --volvio a exclamar el tipo con excitacion y simpleza. Ella sonrio satisfecha--. Y el coche, ?que? ?Cuando lo plantamos alli? --!Relajate, Zuri, joder! --le llamo la atencion Ekain--. Estas de los nervios y eso no nos conviene a ninguno, ?vale, tio? Zuri se mantuvo callado ante las palabras de su amigo. Ekain dejo lo que estaba haciendo y se acerco a sus companeros. Olga se habia levantado y volvia con unas cervezas; Zuri, aun sin decir nada, le ofrecio un cigarro; el lo cogio, tranquilo, sin dejar de mirar el folio de la mesa. --Esta noche la dejamos montada y manana por la manana, cuando el barrio este lleno de gente, dejaremos el coche aparcado donde hemos pensado --les indico Ekain tras dar un buen sorbo a la cerveza. Callo unos segundos y, tras mirarlos varias veces y apretar los labios, prosiguio--: Zuri, tu iras en la moto por si algo se complica. Aun asi, solo para controlar que nadie me para, porque yo volvere en bus --Trago saliva y espero a que Zuri asintiese--. No es buena idea que nos vean juntos. Olga, tu encargate de los billetes de autobus. En tres dias maximo salimos de aqui. Manana, a las veintiuna y treinta, nos vemos en el bar de siempre, como si nada hubiese pasado, como cada dia de los que estamos aqui. Ekain Alzaga, de diecinueve anos, Zuri Garmendia, de dieciocho, y Olga Larralde, de veintiuno, brindaban con sus botellines de cerveza, esperando que cayese la noche para acabar de fabricar un caballo metalico mas danino que el mismisimo caballo de Troya. --Yo tengo hambre --comento Zuri mas tranquilo. --Vamos a comer algo entonces --contesto Ekain dandole un golpe en la espalda y apagando el cigarro en el cenicero lleno de colillas. Olga seguia sonriendoles satisfecha. I 19 de febrero de 1992 Estaba agobiado de tanto autobus. Por la manana, habia dejado el coche en el lugar previsto, con la complicacion de que el pensaba que su peso hacia que fuese muy dificil de conducir, pero no era cierto, el coche aguantaba ese peso sin dificultad. Cada semaforo era una pesadilla, pensando que, si el coche se paraba, al arrancarlo podia volar por los aires, algo imposible con ese tipo de explosivo. <>, se repetia. <>. Tras dejar el coche en una isleta sin urbanizar y utilizada como parking temporal, esquivo a la gente, ignorantes de lo que estaba ocurriendo y de lo que estaba por ocurrir, y volvio al piso. Tenia hambre, se hizo un bocadillo de chorizo y se bebio una cerveza. Lo comio tranquilo, esperando que sus companeros volviesen y ver que todo estaba organizado. Olga fue la primera en llegar. Era una mujer atractiva. Su pelo negro, tez canela, ojos marrones y facciones marcadas le otorgaban una imagen de mujer dura y distante que no se alejaba de la realidad. Tras echar un buen polvo, Ekain y Olga se ducharon tranquilos y sin mucha conversacion. Zuri no tardo; estaba nervioso, excitado y sus pocas neuronas no le ayudaban en disimular con naturalidad. Ekain lo sabia e intentaba calmarle dandole tareas faciles y que le mantuviesen ocupado. Zuri no habia tenido una vida facil. Su padre habia estado entrando y saliendo de prision desde que el era un nino. Era un chico enclenque sin ningun tipo de atractivo y totalmente manipulable. Se pasaba el dia mordiendose las unas y era imposible mantenerle sentado durante mucho rato. Su mirada parecia siempre estar perdida y su rostro paliducho, asustado. Era carne de canon para la banda. Habia llegado la hora y Ekain estaba de nuevo en ese autobus. Se bajo en la parada cercana al cruce. Frente a el, la calle por donde pasaria el furgon policial para dirigirse a la sede de la Jefatura Superior de Policia. Tenia buena visibilidad y no habia mucho margen de error. La calle paralela no le importaba demasiado y la que se situaba a su derecha tampoco, ya que la manera de huir de alli seria exactamente por donde habia venido. Respiro profundo y se encendio un cigarrillo. Eran las diecinueve horas y cincuenta minutos... Decidio entrar rapido a por un botellin de agua en el bar de al lado. Estaba casi lleno, pero todos estaban pendientes del partido que se jugaba y que el bar tenia sintonizado en su televisor. El volumen estaba alto, solo dos o tres hombres se voltearon para mirarle. En un barrio pequeno todos se conocen, y Ekain, estaba claro, no era de por alli. Nunca se molestaria en saber si gano el partido Espana o la Comunidad de Estados Independientes, por todos conocida como Rusia. Pago el botellin y volvio a su posicion. Veia el coche a la perfeccion; el furgon policial se veria obligado a hacer el stop que estaba unos metros antes. Esos segundos le darian el suficiente tiempo para presionar el boton del mando, en la posicion correcta y en el momento perfecto. Todo apuntaba a ser un exito. Eran las veinte horas y cinco minutos... Se sentia tranquilo y sabia que era cuestion de minutos que apareciese la puta furgoneta. !A ver como sacaba el el mando sin que nadie le viese! El furgon policial bajaba despacio, en direccion al stop del cruce. Los dos policias charlaban tranquilos, deseando hacer el cambio y acabar el turno. En la radio, de fondo, se escuchaba el numero uno de esa semana, Un pedazo de cielo, de Luz Casal. A ellos no les gustaba mucho el futbol y no tenian el canal deportivo sintonizado. Dos hombres normales, con una vida normal e ilusiones. Uno recien llegado al cuerpo de policia, otro acercandose a la puerta de la jubilacion. Ekain giro la cabeza a su derecha, el furgon hizo el stop y dejo pasar a un par de coches. Retomo lentamente la marcha. Ekain, metio la mano en la parte interna de la cazadora. Hacia frio, pero el no lo sentia. Estiro la antena sin pensar que alguien pudiese verle. Los segundos se hacian largos. El furgon seguia avanzando. El furgon llego a la altura del coche aparcado y Ekain pulso el detonador. <> II El estruendo fue brutal. Veinticinco kilos de amonal, treinta y cinco kilos de metralla y una onda expansiva que arraso con todo lo que habia a su paso. Ekain no espero para ver los resultados de su obra. Entre la gente, los gritos, la confusion y la oscuridad, se alejo en direccion contraria. En casa averiguaria si esos dos policias habian muerto por una causa que, en ocasiones, ni siquiera el entendia. Su causa, sus ideas, sus convicciones... Tiros si, bombas no. Hoy habia sido el dia. Los noticieros no tardaron en hacerse eco de lo sucedido: <> Muchos edificios se habian visto afectados, las casas de al lado, de enfrente, del otro lado; pequenas casas de trabajadores que no habian aguantado una onda expansiva inesperada. A menos de cincuenta metros, un colegio y un instituto, vibraron y respiraron tranquilos al encontrarse vacios cuando recibieron el impacto cercano. A la hora del suceso, se encontraban fuera del horario escolar. Calles anegadas de miedo y sumidas en la oscuridad de la incertidumbre. El barrio de la Albericia tenia su historia. En su dia, el barrio albergo el primer aeropuerto de la region cantabra, inaugurado en mil novecientos diez y que tuvo su mayor auge durante la guerra civil espanola !Incluso tuvo una fabrica de aviones! Sus hangares, su torre de control, sus festivales aereos, el recuerdo mohino de albergar a la legion condor alemana o la recuperacion del trafico aereo civil, habian sido olvidados y sustituidos por el espanto y la destruccion. Pero tenia su historia... !mucha historia! El primer partido de futbol de Cantabria se jugo alli; su hipodromo, dio luz y diversion a la aristocracia nacional del siglo XIX; la pista de aterrizaje, anos mas tarde, se convertiria en una avenida, la del Deporte, ya que los terrenos se habian sustituido por un gran complejo deportivo. Tambien se ubicaba a escasos metros, la jefatura superior de policia de Cantabria... punto clave para borrar en unos minutos la historia de un barrio, y sustituirla por un recuerdo lacerante. !Tenia mucha historia! En la zona del suceso, asimismo se encontraba la sede de uno de los periodicos locales. Parte de sus instalaciones tambien se habian danado. Uno de los periodistas acudio raudo al lugar de la explosion. Alli, entre el amasijo de hierros, el polvo en el aire y el olor a muerte informo como pudo de lo sucedido.

  • Un sueno real de Megan Maxwell

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    Erase una vez una joven llamada Clara. Un dia su padre le revelo la magica realidad que escondia la montana del Olvido, un lugar sorprendente, plagado de patranas y quimeras, y al que todos los habitantes del pueblo temian. Durante generaciones, su familia trato de ocultar el secreto, pero cuando ella lo descubrio ya nada volvio a ser como antes. Si te gustan los cuentos, las leyendas y las historias llenas de magia, romanticismo y fantasia, Un sueno real te enamorara.

  • Como un diamante de Jacqueline Baird

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    Tenia licencia para emocionar.

  • El holocausto espanol de Paul Preston

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    La represion durante la guerra y en la inmediata posguerra contada por el mas prestigioso hispanista de la actualidad.

  • De repente sucede de Dina Reed

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    Peter Dune es el jugador del momento de la liga de futbol italiana y lo tiene todo: guapo, talentoso, rico y famoso, pero a el lo que mas le gusta es perderse con su camara por el mundo, siempre que sus obligaciones deportivas se lo permiten, retratando desde el anonimato todo lo que le fascina.
    Despues de una dura y larga temporada, Peter tiene miles de invitaciones para disfrutar de sus vacaciones, si bien el pasa de mujeres y de fiestas en yates, y decide viajar solo por Estados Unidos para hacer lo que mas le gusta.
    En Seattle, una tarde en un parque retrata a una chica que llama completamente su atencion y, cual no es su sorpresa que al dia siguiente, se la encuentra en el hotel en el que se aloja.
    Susan es camarera de planta en el mejor hotel Seattle, por nada del mundo quiere perder su trabajo, pero la llegada a su hotel de Peter Dune esta a punto de revolucionarlo todo.
    ?Que sucede cuando una estrella del deporte pierde la cabeza por una chica normal? ?Que sucede cuando la chica normal se vuelve loca de remate y se deja llevar como nunca antes se atrevio a hacerlo?

  • Doble o nada (Doble o nada 3) de Veronica L. Sauer

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    Debo conf esar que no me llamo Veronica L. Sauer. Si asi f uera, si ese f uera mi nombre real, jamas me atrev eria a contarles lo que les v oy a contar. Y si no estuv iera a miles de kilometros del sitio donde comenzo todo, puede que tampoco. Me f ui de Uruguay sin dirigir ni una sola mirada al ay er, con la esperanza de encontrar en el f uturo y en otro lugar, una nuev a historia de amor. Y de poder elegir, que esta v ez f uera la mia. Estoy v iv iendo en New York, lista para enfrentar un nuev o desaf io en esta v ida llena de av enturas que elegi llev ar hace un tiempo. Y no me arrepiento ni lo hare nunca, porque es precisamente mi espiritu av enturero el culpable de que Ana hay a entrado en mi v ida, y junto a ella la esperanza de algun dia poder v iv ir un amor asi. Un bonito amor. En f in; no es nuev o para nadie, que la historia que les acabo de narrar en "Septimo cielo" y "El quinto inf ierno", llego a mi a trav es de Ana. Lo que seguramente nadie sabe, es como llego Ana a mi v ida. Y y o les quiero contar. Ya lo saben, no me llamo Veronica L. Sauer. Pero si me llamo Veronica. Y lo q u e le s v o y a n a r r a r a c o n tin u a cio n, s e g u r o la s v a a s o r p r e n d e r. 1. Cuando llegue a Uruguay el v erano pasado, me senti perdida. Acababa de dejar Barcelona, luego de haber sido durante dos largos anos lo que jamas hubiese querido ser: el adorno de un abogado catalan presumido y f ormal. Y que ademas, me maltrataba. En ese momento no me daba del todo cuenta, pero mirandolo en retrospectiv a, debi mostrarle a ese capullo de que estaba y o hecha. O no... Jordi no era malo. Miento, si lo era. Y disfrutaba enormemente de menospreciarme con diplomacia. Decia cosas como: "Veronica, que bien te la pasas aqui conmigo ?no? Y pensar que hasta hace poco v endias boletos para el bus turistico en la calle..." o "?Que piensa tu f amilia, alla en Sudamerica, de la v ida de reina que te doy, carino? Tenia una incontrolable compulsion a hacerme notar lo que me daba, cada v ez que me lo daba. Y una f orma de decir "Sudamerica" cargada de desprecio que me hacia sentir muy mal la may oria del tiempo. Creo que no estaba del todo errado, sin embargo. Me sentia comoda a su lado, y como todo aquel que no quiere salir de su zona de conf ort, desestimaba las alarmas que sonaban en mi cabeza cada v ez que decia cosas desagradables. O las ignoraba, o las minimizaba, o las justif icaba. "Sudamerica" estaba muy lejos y queria que se mantuv iera a esa distancia siempre. No queria v olv er a mi Gualeguay chu natal ni a palos. No necesitaba mas discusiones, mas presiones... No deseaba enfrentarme a mi papa, el prototipo de marido en serie, y a su sequito de esposas con f echa de caducidad. Ni a mi mama, con su eterna pose de martir. No queria mas mentiras, mas enganos... Mas bien queria estar lejos de todo eso, tan lejos como el oceano me lo permitiera. Y tal v ez por eso f ue que aguante a Jordi tanto tiempo. Pero un dia, todo termino. Y lo mejor (o lo peor) es que no f ue por un acto ref lexiv o de mi parte o por un subito espiritu de arrojo; ni siquiera f ue por hartazgo. Fue porque me lie con el paseaperros y el gilipollas de Jordi me pillo. Me llamo golf a, perra, zorra y algo mas. Tenia razon, desde luego. El me saco del f ango y y o le meti los cuernos con el primero que se me cruzo. Y encima, tan sudaca como y o. Al principio me senti perdida, pero luego acepte el destierro con la may or dignidad. Y lo mas sorprendente de todo es que pudiendome quedar en Casteldef elds con el paseaperros, elegi v olv er a "Sudamerica". Rasque el f ondo de mi hucha y mi amigo sudaca hizo otro tanto. Y asi f ue que logre reunir quinientos euros que junto a millas acumuladas en mi tarjeta de credito, me hicieron aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Carrasco, un candente v iernes de enero. No me habia alcanzado para un v uelo directo a Buenos Aires, asi que tendria que cruzar la frontera en micro si queria llegar a mi pais. Inspire hondo y con mi pequena maleta a cuestas, me instale en la parada del bus que me iba a dejar en la terminal, donde tomaria el que me dev olv eria a Gualeguay chu. Solo me quedaban un par de tramos y estaria en casa... En casa. Un dolor punzante en la boca del estomago comenzo a molestarme. Para cuando el bus llego, ese dolor me tenia sin aire... Lo deje pasar. Al bus, porque el dolor se habia instalado. Y por primera v ez en mi v ida me senti perdida. No me habia sentido asi jamas, ni siquiera cuando supe esa v erdad que me hizo huir, o cuando llegue a Barcelona, sin dinero y sin amigos.

  • Proxima estacion, Atenas de Petros Markaris

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    En su serie de novelas policiacas, Petros Markaris envia siempre al comisario Kostas Jaritos a investigar por el laberinto de Atenas, al principio en su Mirafiori, luego en su Seat y ultimamente, debido a la crisis, en autobus. Ahora, el autor se lleva al lector consigo y lo acompana por la ciudad, siguiendo la
    linea mas antigua de metro de la capital griega. Es un viaje por todos los estratos sociales: desde la ciudad portuaria del Pireo hasta el centro, y de alli, a traves de los barrios mas pobres, a la noble Kifisia. Como en una maquina del tiempo, el pasajero viaja a la Antiguedad, a pleno siglo xix y al presente; y si
    quiere huir del ajetreo, encuentra, bajo la guia experta de Markaris, rincones escondidos donde el tiempo parece suspendido.

  • La promesa de no olvidarte (Skye 2)-Yolanda Revuelta de

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    Connor, con ayuda de su endoscopio, escucho los lentos y fragiles latidos de su paciente. Su tez cetrina, su respiracion casi apagada, arritmica y debil dejaban claro su diagnostico: no le quedaba mucho tiempo de vida. El infarto que habia padecido tan solo unos dias atras, habia diezmado el organo vital y la muerte acechaba, estaba cada vez mas cerca. <>, penso mientras guardaba el endoscopio en su maletin de piel y luego arropaba a la enferma para que no se enfriase. Ellen Campbell se habia negado a ser ingresada en un hospital y su familia, a pesar de estar totalmente en desacuerdo, al igual que el, habian respetado su ultima decision. Uno debia elegir como vivir y como morir. Esa era una cuestion. La otra, pensando de forma egoista, era peor: ?Como se lo iba a decir a Kate? Debia ser sincero y obrar como medico de familia. Kate merecia saber la verdad, aunque le doliese. Se pregunto que diria Sloan al respecto, pero su amigo estaba lejos, demasiado lejos para comentarle algo asi. Ademas, estaba de lo mas ocupado viviendo su propia historia de amor con Madison. No, no podia empanar un momento asi. Sloan y Madison necesitaban su propio espacio de paz y tranquilidad, no tardarian en estar de vuelta, pero mientras tanto, el debia hacerse cargo de la situacion. Cerro el maletin y, antes de salir de la habitacion, su mirada recayo de nuevo en la moribunda. Ellen Campbell se moria, le quedaban pocas horas y nadie podia hacer nada para remediarlo. Algunos rezarian y otros llorarian, el penso que Kate seria de los ultimos y lo lamento, porque ella no necesitaba mas sobresaltos ni disgustos. Con cierto pesar dejo la habitacion, cerro la puerta tras de si, y se dispuso a buscar a Ian, el marido de la enferma, el era el primero al que debia comunicar lo que estaba a punto de suceder. *** El dia, como era de esperar, se torno gris y ventoso. El invierno parecia querer ganar su ultima batalla a una primavera que habia entrado casi a hurtadillas en la isla. El plomizo cielo auguraba lluvia y solo las plegarias del padre Mills parecian retrasar lo inevitable. El feretro ya descansaba en suelo santo. Ellen habia muerto serena, y al parecer, en paz consigo misma. --Yo soy la resurreccion, y la vida, dice el Senor: el que cree en mi, aunque este muerto, vivira; y todo aquel que vive, y cree en mi no morira eternamente... Las palabras del reverendo se escucharon entre un silencio doloroso y abrumador, solo roto por el rugido del mar. Connor levanto su mirada del suelo y sus ojos, casi sin pretenderlo, buscaron a Kate entre los asistentes. No habia sido facil notificarle la muerte de su madre, pero aun mas dificil habia sido no poder abrazarla y darle consuelo. Elliot y Matt se encontraban a su lado, cabizbajos y algo confusos por tantos cambios, por tanto dolor. Kate los protegia, dejando descansar el peso de sus manos abiertas sobre los respectivos hombros de sus hijos. <>, penso Connor. --De Jesucristo, nuestro unico Mediador y Abogado. Amen. Con las ultimas palabras del padre Mills se dio por concluido el acto religioso. El sacerdote se santiguo mientras las primeras gotas de lluvia comenzaban a hacer acto de presencia. Algunos de los presentes empezaron a desligarse del resto por varios puntos del cementerio; solo un gracil y profugo rayo de sol encontro un resquicio entre las densas y cenicientas nubes. Connor se percato del pequeno fenomeno y no pudo evitar decir en voz queda: --Hasta siempre, Ellen. En ese mismo instante, alguien tiro de su americana y Connor no tuvo mas remedio que prestar atencion al zarandeo de la tela. Sonrio al ver al hijo mayor de Kate, que estaba de pie a su lado. --?Que tal, Elliot? --le saludo. El nino se encogio de hombros y a continuacion, sus labios se levantaron mas por un lado que por otro de la boca. Connor, como respuesta, le revolvio el pelo con la mano. --?Podemos ir manana a tu casa? Hace mucho que no vamos --se quejo. Connor fruncio los labios. --?Tu madre esta conforme? --Supongo que si. --?Solo lo supones? Elliot lo miro con expresion compungida. --Hablare con tu madre, ?de acuerdo? El nino asintio despacio, no muy convencido. --Esta triste. Connor atrajo a Elliot hacia el. --Es logico. Todos lo estamos. --!Elliot, nos vamos! La voz de Kate se dejo oir por el silencioso cementerio. Tanto Connor como el nino miraron en direccion a ella. Estaba preciosa, a pesar de que sus ojos estaban irritados e hinchados por las lagrimas. Vestia de negro riguroso y Connor penso que su aspecto parecia mas endeble que la ultima vez que se habian visto. Kate hizo un ademan con la mano. A su lado se encontraban su padre, su hermana Rosemary y Matt que lo observaba con los ojos muy abiertos, como si deseara que la incursion de su hermano hubiese sido todo un exito. --Debes obedecer a tu madre, ve con ella. --Pero...--comenzo a protestar el nino. --No la hagas enfadar --le aconsejo. Elliot, cabizbajo y arrastrando los pies, se alejo muy a su pesar de Connor. El nino anduvo un par de pasos y, sin previo aviso, le dio una patada a una piedra con la punta de su zapato. Por el movimiento parabolico que alcanzo el guijarro, Connor supo que la frustracion de Elliot era considerable. Matt debio imaginarse el resultado de la conversacion porque en ese mismo instante, su mirada se perdio en el suelo. El lo vio marchar y su corazon se agrieto un poco mas. Deberia haber mantenido las distancias, se lo habia reprochado miles de veces a lo largo de estos ultimos dias, por nada del mundo deberia haber besado a Kate aquella tarde, en su casa, pero ya era tarde para las lamentaciones. El dano estaba hecho y las consecuencias de su error, las estaban pagando tambien los ninos. Algo imperdonable por su parte. Los vio marchar y tuvo que hacer un esfuerzo para no echar a correr tras ellos. Debia ser sincero consigo mismo y aceptar las consecuencias: Lo habia intentado y habia perdido. CAPITULO 2 --Muchacho, tienes peor aspecto que yo, y eso ya es decir. Connor ignoro el comentario y se centro en escuchar el potente latido de Graham a traves del endoscopio. --Tu corazon es como un roble, fuerte y potente. Graham sonrio de oreja a oreja. --Los escoceses morimos en el campo de batalla, no en la cama. Connor sonrio, pero no comento nada al respecto, rodeo al paciente y coloco de nuevo el endoscopio en la espalda, a la altura de donde se encontraban los pulmones. --Haz una respiracion profunda. Graham obedecio. --Otra. --?Todo bien? --pregunto Graham una vez expulsado el aire. --Perfecto. No queda rastro de esa tos que te ha dado tanto la lata. Graham se levanto de la camilla y se dispuso a ponerse la camisa. --No se que habria hecho sin ti. --Hubieses buscado otro medico--comento sin mas a la vez que se alejaba de su paciente. Los labios de Graham se curvaron ligeramente. --Tu eres el mejor medico que conozco. Esta vez fue el turno de Connor en sonreir. --Te agradezco la confianza, pero tu no conoces a demasiados medicos para afirmar algo asi. Tienes una salud de hierro. El orgullo se reflejo en los ojos de Graham. --Ha sido un exceso de trabajo, el cansancio y el no poder dormir --comento abrochandose la camisa--. Si no llega a ser por ti y por Kate, hubiese desfallecido sobre la barra. --Y Alison --afirmo Connor.

  • De las cenizas renaceras de Laura Marquez Garcia

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    Lo que parece haber sido una noche demasiado larga de la que Marta no recuerda nada, se convierte en el inicio de la busqueda de su pasado, un pasado que parece haber sido borrado de su memoria como por arte de magia. Las situaciones que va viviendo durante esa busqueda le van recordando fragmentos de un pasado que poco a poco debe ir uniendo, como las piezas de un puzle, para llegar a descubrir el origen de todo. Por el camino, Joaquin, un autentico desconocido que se ofrece a ayudarla, jugara un papel muy importante.Narrada en flashback, la historia te sumerge en la mente de Marta para conocer en primera persona como fue su juventud, su primer amor, su amor verdadero, el peor acontecimiento y la peor perdida de su vida y como lo supero para renacer de las cenizas.

  • La Casa del Crepusculo de Laura Gallego Garcia

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    Lazaro es un joven de trece anos obligado a trasladarse de la ciudad al pueblo donde vive el resto de su familia. En este aburrido y caluroso verano, Lazaro se siente irremediablemente atraido por un viejo caseron abandonado donde, tras colarse en el jardin una noche, ve el espectro de una joven. Desde entonces dedicara todo su tiempo a desentranar el misterio de su muerte.

  • Los Pecados de Olivier (Senor Brooks 1) de Andrea Adrich

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    Noah ha dejado su pueblo natal y su familia para perseguir su sueno: ser disenadora de moda. Con mucho trabajo y parte de los ahorros de sus padres abre una pequena tienda en Nueva York. Su sueno y todo su mundo se vienen abajo el dia que un desconocido entra en su tienda anunciando que es el nuevo propietario del local y que tiene que marcharse.
    Ese desconocido es Olivier Brooks, el chico malo de las finanzas. Un empresario despota, manipulador y adicto al control; dueno de un imperio que maneja con mano dura.
    Olivier siempre consigue lo que quiere. hasta que se encuentra con Noah. Ella no esta dispuesta a que le arrebate su sueno, y Olivier no esta dispuesto a que se salga con la suya: las cosas se hacen a su manera o no se hacen.
    ?Sera Noah lo suficientemente imprudente para caer en sus redes? ?Cedera Olivier, por una vez en su vida, el control?

  • Insufrible amor de Sophie Saint Rose

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    Marion necesita un trabajo nuevo pero antes de volver a servir hamburguesas y aguantar a los clientes prefiere la tranquilidad de limpiar una casa. La tranquilidad y Jack Spencer no tienen nada que ver.

  • Os salvare la vida de Joaquin Leguina

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    Os salvare la vida es una solida y emocionante novela que recrea la vida de Melchor Rodriguez, personaje
    historico y singular absolutamente apasionante con un papel infravalorado hasta ahora durante la Guerra Civil y en la trayectoria del anarcosindicalismo espanol. El Angel Rojo, como es conocido, defendio a ultranza siempre, aun a riesgo de su propia vida, todo aquello en lo que creia y puso fin a las lamentables sacas producidas a principios de la guerra, sacas que se cobraron la vida de miles de espanoles. Director de Prisiones, evito vejaciones en las carceles y ejecuciones irregulares y arbitrarias. Tras la guerra, fue detenido y juzgado. En uno de los consejos de guerra al que fue sometido, en una escena casi de pelicula, solo el testimonio del general del bando nacional Munoz Grandes y miles de firmas de personas a las que habia salvado, de todo sesgo politico, evitaron que lo condenaran a pena de muerte.

  • Una cancion bajo las estrellas, Laura Morales de Laura Morales

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  • La bella Helena de Mills Bellenden

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    ?Que se esconde detras de un nombre?
    Puede ser un barco que asole los mares, puede ser una mujer por la que ir a la guerra.
    ?Que se esconde detras del nombre La bella Helena?Una historia, un barco, una mujer. Pero, mas que nada, se esconde un destino, un puerto que se ofrece despues de haber pasado todas las tormentas.

  • True colors de Ximena Renzo

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    True Colors es la historia de dos chicos llamados Abril Rizzo y Nate Collins, quienes deciden aventurarse a conocer el mundo mediante un viaje a varios paises, entre ellos Estados Unidos, Mexico, Venezuela, Colombia, Peru e Italia, pero su viaje mas valioso sera el de la amistad y el amor, el cual los llevara a sumergirse en sus propias aguas, y a superar momentos aciagos en la vida gracias a ingredientes esenciales para la felicidad: la reafirmacion y la busqueda de los suenos, la independencia, la fortaleza, la esperanza, el agradecimiento, el perdon y la reconciliacion.

  • El hijo de todos de Louise Erdrich

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    Dakota del Norte, verano de 1999. Landreaux Iron dispara a un ciervo en la linde de su propiedad pero, al acercarse, descubre que ha abatido al hijo de sus vecinos: Dusty Ravich, de cinco anos de edad y mejor amigo de su propio hijo, LaRose. Las dos familias han estado siempre muy unidas y los ninos practicamente se han criado juntos. Landreaux, horrorizado ante lo sucedido, busca consejo en las visiones y ritos de sus antepasado indios, quienes le descubriran una manera de reparar en parte el mal causado. Al dia siguiente, junto con su esposa Emmaline, entregaran al pequeno a los desconsolados padres de Dusty: <>. LaRose se convierte asi en la piedra angular que mantiene en pie a ambas familias, permitiendo que su dolor comience lentamente a remitir. Pero la subita intervencion de un extrano, vendra a poner en peligro el fragil equilibrio alcanzado…
    Con una prosa desgarradora, la nueva novela de Louise Erdrich examina con gelida belleza las insondables consecuencias de una tragedia cotidiana. A traves de una intensa historia de duelo y redencion, la autora propone un personal acercamiento a temas universales como el poder curativo del amor o la insaciable necesidad de consuelo que todos los seres humanos necesitan.

  • Campanita, la decision de Samuel de Belgica Cortes Jimenez

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    Hace cuatro anos que Samuel Hardy estudia pedagogia en Historia en la PUCV, no solamente es considerado uno de los mas inteligentes de la carrera, sino que es uno de los mas atractivos de su generacion con su atletico fisico, largo cabello rubio e intensa mirada verde. Aunque es un chico relajado y casanova dentro de sus conocidos, nadie sabe realmente que sus pensamientos estan posados en Ginevra Jones, la enigmatica chica considerada la Reina del Hielo dentro de sus companeros.
    Descubre si Samuel es capaz de seguir con la travesia de conocerla, y si es que logra decidir avanzar adelante con su vida luego de conocer a la verdadera Campanita.

  • Cautiva Del Capitan de Amanda Mariel

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    Boston, Massachusetts, 1818 Prudence Drake inclino la cabeza, mirando fijamente a su padre por sobre la taza de te. --No puedes irte tan pronto. Solo han pasado quince dias desde que llegaste de tu ultimo viaje. Detestaba quedarse sola mientras su padre se hacia a la mar. No habia nuevas aventuras en Boston y, aunque le gustaba su casa, no tenia cabeza para dirigirla. Simplemente tenia que convencerlo de que la llevara con el. El se acomodo en la silla de brocado y cruzo las piernas, taza de te en mano. --Es por negocios, Poppet. Volvere enseguida. Apenas notaras mi ausencia. Con veintiun anos, ya habia pasado largamente la edad de los apodos, sin embargo, todavia le gustaba cuando la llamaba asi. Una pequena sonrisa le asomo a los labios. --Llevame contigo. --Voy a Londres. El cruce puede ser peligroso. No es nada parecido a navegar por la costa de norte a sur como estas acostumbrada. --Por favor… --suplico ella, utilizando su mejor version de ojos de carnero degollado para convencerlo. No voy a dar problemas. Te lo prometo. Durante estos veintiun anos, habian sido solo ella y papa. Su madre habia muerto al dar a luz, y aunque, a veces, habia deseado tener una, siempre anhelaba estar con su papa. Algunos de sus mejores recuerdos eran de navegar con el. Tal vez su vinculo fuera mas fuerte debido al el tiempo que pasaban juntos, solo ellos dos. El hombre se paso una mano por la barbilla. --Nunca causas problemas, Poppet. Sin embargo, tu lugar esta aqui. ?Quien se ocupara de las cosas en mi ausencia, si vienes? --El senor Stratford. Sabe mucho mas sobre el negocio que yo --dijo y puso la taza de te sobre la mesa--. Has estado capacitandolo durante anos. --Cierto… pero me referia a la finca. --Oh, papa, las responsabilidades domesticas no me interesan en lo mas minimo, y tu tambien lo sabes --echo la cabeza hacia atras, desafiante--. Nuestros sirvientes se ocupan de todos los asuntos domesticos. Lo haran igual de bien en mi ausencia. Papa rio entre dientes, los ojos encendidos. --Ya temia que ese defecto te mantuviera soltera. Tenemos suerte de que el senor Stratford te haya encontrado agradable --miro la miniatura de su difunta esposa sobre el escritorio--. Tal vez deberia haberme vuelto a casar. La guia de una mujer podria haberte sido de provecho. --No mires atras, papa. No cuando el futuro es tan brillante. El senor Stratford era un hombre agradable y bastante guapo. Seria un buen esposo. No habia chispa, ni entusiasmo entre ellos, pero el tiempo podria modificar eso. La cortejaba de forma admirable y la colmaba de atenciones, y todo el mundo asumia que pronto le propondria matrimonio. Lo mas importante era que papa deseaba que se casara con el. --Brillante, en verdad. Y una razon mas para que permanezcas aqui. Ella se mordio el labio, al tiempo que una idea estaba tomando forma en su mente. Tal vez… si, podria funcionar. --Papa, si me llevas contigo… eso puede darle tiempo al senor Stratford para echarme de menos. Empujarlo… a que me haga una oferta. --Se inclino hacia el --. La distancia trae carino al corazon, dicen. El hombre lanzo un suspiro de exasperacion. --No tienes intencion de dejar el tema. --No hasta que digas que puedo ir. No me dejes aqui, papa. --Miro en sus viejos ojos verdes, como instando a que diera su consentimiento. El se inclino hacia delante, estudiandola, las manos como en rezo, unidas por la punta de los dedos. --Sera un viaje largo, a veces duro. --Me gusta estar a bordo de una nave. --Ella le dirigio lo que esperaba fuera una sonrisa tranquilizadora--. Y sabes muy bien que se como comportarme. Incluso ayudar, si es necesario. Me has visto escalar aparejos y reparar fugas. Estoy mas en casa en un barco que aqui. La idea misma de administrar la finca hizo que quisiera salir navegando en ese instante. Nunca habia sido buena para dar ordenes a los sirvientes, planificar eventos sociales, ni comprar suministros, entre otras cosas. El ama de llaves siempre hacia esas tareas. Prudence habia hecho un intento real de aprender el manejo del hogar, pero nunca habia sobresalido en la tarea. --Los camarotes son pequenos. Mucho mas pequenos que en los que has estado anteriormente --tomo un sorbo de te. --No necesito mucho espacio. Yo tambien soy pequena. --Trajo las piernas contra su pecho y envolvio los brazos alrededor de ellas para demostrarlo. Un camarote pequeno era preferible a quedarse atras, y no habia mentido. No necesitaba mas una habitacion grande, que cintas y volantes. Su padre dejo la taza de te a un lado y la estudio. --?Estas dispuesta a compartir un camarote con tu doncella? Su corazon latio con fuerza. Habia ganado este round. El brillo en los ojos de papa se lo dijo. --Louisa ha estado conmigo tanto tiempo que se ha convertido en una amiga. Sera una feliz aventura. La mirada de su padre, un tanto dura, se suavizo. --Muy bien. Puedes acompanarme. Que Louisa haga empacar tu baul y esten listas para abordar al amanecer. Prudence se puso en pie, se dirigio a su lado y lo beso en la mejilla. --Gracias. No te arrepentiras. --Rezo por eso, Poppet --le dio unas palmaditas en la mano enguantada--. Ahora, ala, nina --Buenas noches, papa. --Prudence camino hacia la puerta a paso vivo. --Dulces suenos, mi amor. --Solo los mas dulces. --Ella le sonrio por sobre el hombro--. Y manana… los viviremos. Capitulo 1 Oceano Atlantico, 1818 --!Barco a la vista! --El aviso descendio desde la cofa. Jasper Blackmore levanto el catalejo para mirar. Lo que vio, hizo que el entusiasmo le corriera por la sangre. Una balandra pirata, y a juzgar por la actividad en la cubierta, habia visto batalla recientemente. --Es la Black Dawn, y se la ve cargada. --Le paso el catalejo a su condestable, Reed Hawkins--. Echa un vistazo. Parecia que habia pasado casi una vida desde que Jasper dejara la finca ducal familiar para luchar contra Napoleon. Nunca se habria imaginado en aquel entonces que se convertiria en un pirata, destinado a surcar los mares llenos de despiadados asesinos junto a su primo, Hawkins, como su mano derecha. --Parece que encontramos un objetivo, capitan. --Hawkins bajo el catalejo y esbozo una sonrisa astuta--. Deberian de ser presa facil. El mastil parece estar danado. --Jasper miro de nuevo. -- Y parece que tambien nos estan observando. Habia tenido tratos con la Black Dawn en el pasado. Era un grupo repugnante que no se oponia a matar a inocentes. Hoy no permitiria que escaparan. No le gustaba matar a otros hombres -ciertamente no lo hacia-, pero despues de todo lo que habia visto y sufrido, no permitiria que la tripulacion de la Black Dawn presenciara otro amanecer. Su mente volvio a sus dias de corsario para la corona. Los gritos de sus hombres heridos y moribundos despues de que la tripulacion de la Black Dawn los atacara. Habian estado debiles, habian sufrido danos en una escaramuza anterior y estaban escasos de polvora para las armas. Los hombres de Jasper habian dado todo en la lucha, pero, al fin, mas de la mitad de la tripulacion se habia ido a reunir con su creador. Hawkins asintio con la cabeza. --Los superamos en poder de fuego y en numero. Comencemos la persecucion. Jasper se volvio para dar ordenes a su tripulacion. --!Tripulacion, a sus puestos! !Vamos por la Black Dawn! !Cargad los canones de estribor y poned a Styles al frente! Styles Wither era el mejor artillero que Jasper hubiera tenido el placer de comandar jamas. Con la velocidad de su barco y su tripulacion experta, todavia tenian que enfrentarse a un enemigo al que no pudieran conquistar. Hoy no seria diferente. Ganarian la batalla y se beneficiarian de ella. Cerro los dedos con firmeza sobre la empunadura de su alfanje, mientras la anticipacion de la batalla calentaba su sangre. Esto era por lo que vivia: el mar abierto, la camaraderia de sus hombres y la excitacion de la batalla. El hecho de que el camino elegido irritara a su padre solo endulzaba las cosas aun mas. En cuanto al duque, Jasper dejo de existir cuando peleo con su hermano mayor despues de que la mujer que estaba cortejando, la senorita Anna, lo abandonara por el primogenito heredero. El padre habia ordenado a Jasper que se inclinara ante su hermano, olvidara la traicion y se comportara como correspondia a un segundo hijo. Eso no sucederia. Jasper dejo su casa y nunca miro hacia atras, aunque mantuvo correspondencia con su madre y su hermana. El duque debia de estar muy enojado con su hijo, el pirata, hecho que le convenia perfectamente a Jasper.

  • La ruta de los reyes de Morgan Rice

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    El rey MacGil ha muerto. Sus perversos enemigos esta vez si han logrado el objetivo que ya persiguieran en La senda de los heroes y, con su asesinato, el caos se aduena rapidamente del Reino Occidental del Anillo: las luchas por el poder, los celos, la violencia y la traicion se apoderan de la situacion y los McClud tratan de aprovecharla para hacerse con el reino. Al mismo tiempo, Thor intenta saber mas sobre su origen y esos extranos poderes que tantos contratiempos le han ocasionado. Sus descubrimientos pueden ayudarle a acabar con la sinrazon que gobierna el reino, asi como servirle para otro de sus fines mas anhelados: recuperar el amor de la hija del rey, Gwendolyn.

  • Codigo criminal de Alfredo De Braganza

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    Una esfera estroboscopica de estilo de los anos setenta giraba sobre la pista de baile. La discoteca estaba llena de gente. Parapetado tras su cristal, el disc jockey pinchaba una mezcla de canciones de peliculas clasicas de Bollywood con modernas de musica electronica. Jaime Herrero escruto el ambiente. Habia un grupo de chicas jovenes altas, flexibles, parecian modelos. De hecho, estaba seguro de que lo eran, tenian cuerpos de infarto. Como estrategia de marketing, los hoteles de cinco estrellas de Nueva Delhi promovian a agencias de modelos femeninas a invitar a sus representadas a sus piscinas, pero tambien a las discotecas, para llenar el ambiente con guapas y atractivas mujeres. Desde que habia llegado a Nueva Delhi para ocupar el cargo de agregado cultural en la embajada espanola no habia visto mujeres de ese tipo. <>, se dijo apoyandose en la barra. Aquel era el nuevo orden en la India. Un pais moderno en el que se fundia lo occidental con lo oriental. Fuera del hotel de cinco estrellas, podria encontrar la miseria mas putrefacta, y en el interior, el lujo mas fatuo. <>. Pidio una cerveza Kingfisher. <>, dijo al barman, alzando la voz debido al volumen altisimo de la musica que hacia que incluso en algunos momentos le vibrase el pecho. Aquel sabado habia participado en un pesado y somnifero simposio sobre la historia de la literatura india. Nada mas llegar a su apartamento, se encontro con la necesidad de salir, de despejarse. Al dia siguiente comenzaban sus vacaciones y el vuelo a Espana lo tenia reservado para la tarde. Se ducho, se cambio de ropa, cambiando el traje y la corbata por ropa mas juvenil y moderna, se hizo un sandwich, que devoro conforme bajaba al parking, y condujo con su coche oficial a la conocida discoteca Privee Club del hotel Shangri-La's Eros. Degustando su cerveza, Jaime Herrero disfrutaba observando el ambiente alegre y juvenil. Al ritmo de parpadeantes luces de colores, en la pista de baile la multitud de cuerpos se contoneaba al son de la musica electronica y disco. La gente cantaba a grito pelado estribillos de una cancion en hindi, al tiempo que reian. Un grupo de sijs salto a la pista. La escena le parecio jocosa al espanol, que saco su telefono movil y grabo a los jovenes con turbante moviendose como si fueran modernos John Travolta en Fiebre del sabado noche. El siempre quiso aprender a bailar. Desde muy joven disfrutaba viendo las peliculas de Gene Kelly que ponian los fines de semana durante la sobremesa en el canal publico de la television espanola. Una joven india se acerco a el y le pregunto si queria bailar. No era muy guapa, pero iba vestida de modo atractivo; un top rojo y unos pantalones estampados de flores. Jaime acepto con una sonrisa y un <>. <>, se dijo a si mismo mientras ella le cogia de la mano y se iban a la pista de baile. Jaime comenzo a moverse torpemente. Nadie parecia fijarse en el. <>. La chica le sonreia y le animo a adentrarse un poco mas en la masa giratoria de gente bailando. Jaime se encogio de hombros, haciendo saber que le parecia bien. <>. Se atrevio a mover con mas desenfado brazos y piernas. <>. El consumo de cerveza le habia hecho estragos en los rinones. Tenia ganas de vaciar la vejiga. Por encima de la cabeza de varias personas vio el simbolo de los servicios. --Ahora vuelvo --dijo a la joven senalando el lateral semioscuro donde se veia el signo en neon de los servicios de caballeros. La chica asintio alegremente sin dejar un momento de contonearse. Jaime maniobro hasta salir de la pista, camino entre las mesas y fue directo al pasillo que indicaba la senal. Bajo unas escaleras y camino por otro pasillo revestido de madera. Una puerta indicaba con un vector de hombre que era el servicio de caballeros. Jaime entro. Orino y fue a lavarse las manos. Frente al espejo, mientras se enjuagaba, vio que el hombre que tenia a su lado sacaba una jeringuilla e hizo amago de clavarsela en el cuello. Jaime hizo una finta esquivando su mano. El hombre blandio la jeringuilla como si se tratase de un cuchillo. Un joven sij entro en el servicio, quedandose estremecido por la escena. Entonces el atacante echo una mano a la espalda y saco una pistola, momento que aprovecho Jaime para situarse detras del sij, abrir la puerta y salir corriendo. Cuando cruzaba el pasillo escucho una detonacion producida dentro de los servicios. Se estremecio. Una expresion de horror aparecio en su rostro. Se tropezo con el primer escalon de las escaleras. --!No! !No! --exclamo en voz alta, levantandose de un salto. Corrio hacia el interior de la discoteca. El horror se transformo en desesperacion, abriendose paso a empujones. Iba a alcanzar la salida situada al otro extremo del local cuando sintio un fuerte impacto en la cabeza. Un disparo habia acabado con su vida. 2 Aquella misma noche, a esa misma hora, Agustin Cortazar se encontraba con un empleado indio de la embajada espanola en Nueva Delhi, en el local Dabaang Delux, en el limite entre el estado de Delhi y Uttar Pradesh. La musica estridente parecia que saliese de un radiocasete. Todo parecia casero. Aquel sabado por la noche Sudeep Agarwal habia llevado al joven espanol a conocer un espectaculo donde los hombres echaban billetes a las bailarinas. Repantingado en su silla, Agustin no dejaba de reirse de la absurdidad de aquel espectaculo. El espanol se lo habia pedido desde hacia tiempo, pero Sudeep argumentaba que esos espectaculos eran ilegales, y que mejor se fuera al Mall y se tomase una cerveza tranquilamente en un lugar limpio y con buena gente, como el bar habitual al que iban los becarios espanoles de la embajada, como el Ruby Tuesday en Connaught Place. Agustin Cortazar llevaba cinco meses trabajando como becario en la seccion consular y estaba convencido de que en la Camara de Comercio de su comunidad autonoma no le renovarian por otros seis meses. Por este motivo Sudeep accedio, pero con la promesa de que no se lo dijera a ningun espanol de la embajada. De este modo, Agustin les dijo a sus companeros de apartamento que se iba al cine y que mas tarde cenaria en Old Delhi en un puesto callejero: comida tipica india y deliciosa hecha en barbacoas o tandoor. Habian quedado en un punto de encuentro y, desde alli, con Sudeep conduciendo su moto, habian llegado al local que ocupaba tres plantas de un edificio cubierto de cables y anuncios de todo tiempo de productos a la venta. Era una edificacion dentro de una zona llena de comercios. Habia tanto ruido en la calle que el volumen de la musica que hubiera en el interior pasaba desapercibido. --Tu no hables. No digas nada. Ya de por si tienes aspecto de musulman --le dijo aparcando la moto. --?Me tomas el pelo? --pregunto Agustin sin evitar reirse. --Si se enteran de que eres extranjero esperaran de ti que gastes todo el dinero que llevas contigo. --Bueno, no llevo mucho. --Pues entonces, mejor no abras la boca --termino de advertirle mientras subian las escaleras --. Y ni se te ocurra sacar el movil y grabar como si fueras un turista en un local de estriptis de Las Vegas. El interior del local era cochambroso. Habia cables electricos pelados que colgaban de todas partes. El suelo estaba levantado en algunas zonas, y el joven becario habia visto ya dos ratas corriendo de un lugar a otro. Una vez que se sentaron en una mesa, Sudeep pidio unas cervezas y contemplaron el espectaculo. Para el espanol, las jovenes bailarinas le parecieron de las indias mas feas que habia visto, pero no vulgares; vestian con trajes elegantes. Podrian pasar incluso por bailarinas de una pelicula de Bollywood de bajo presupuesto. La verdad es que no era lo que se habia imaginado: ver a jovenes indias con cuerpos perfectos contoneandose en posturas que le despertarian la imaginacion, como hizo la primera vez que vio un libro ilustrado sobre las posturas del Kamasutra. En la mesa de al lado, un indio con una barriga enorme y con pinta de comerciante silbaba estruendosamente mientras que su companero tiraba billetes al aire en direccion a una bailarina cargada de peso que movia sus caderas al son de la musica hindi. El espanol se tapaba la cara riendose a mas no poder de lo cutre que le parecia todo aquello. --?Y ya esta? --pregunto Agustin a Sudeep en voz baja. --?Como que si ya esta? --Hombre, ?luego no hay…? --Y se rio--. Ya me entiendes. --Agustin --contesto frunciendo el ceno--, te dije que esto no es un burdel. Aqui, en el norte, no tienen mucho glamur, pero en Bombay estos espectaculos son mas sofisticados. Aun asi, siguen siendo ilegales. --?Por que? --Porque la mayoria de estas chicas estan forzadas a hacer esto. Las traen de los interiores de la india para bailar delante de hombres. A muchas incluso las fuerzan a prostituirse. --Venga ya, hombre. Lo que tengo ganas es de emborracharme, quitarme la camiseta y salir a bailar. --Ni se te ocurra, que nos echan a palos. Ya sabia yo que habia sido mala idea traerte. Como se entere el senor Federico Villa… --Calla, calla, el agregado comercial esta de viaje en Calcuta. Conociendole, a esta hora estara en algun lugar con los pantalones bajados. Dos hombres se situaron frente a ellos, tapandoles la vista de la pista de baile. Llevaban pantalones vaqueros y chaquetas de cuero. Sudeep penso que eran policias de paisano, y que habia llegado el momento de soltar el argumento plausible que tenia preparado para la ocasion: <>. Agustin ni se inmuto, pensaba que si llegara el caso tendria que ensenar su tarjeta de visita con el escudo de Espana encima de la frase Embassy of Spain. --Os lo pasais bien, ?eh? --dijo uno de ellos mientras un tercer hombre, por la espalda, levantaba el menton de Sudeep y le rebanaba el cuello con rapidez y adiestramiento, como lo hacian los vendedores de pollos matando al animal, al estilo halal. La conmocion sacudio a Agustin Cortazar con tal violencia que lo dejo sin aliento. El fue el siguiente. 3 En Madrid, como inspector general de Servicios del Ministerio de Asuntos Exteriores, a Santiago Gonzalez no le habia costado renunciar a la cerveza y al vino. El itinerario entre su residencia al trabajo y su rutina diaria llena de reuniones y eventos sociales, le habian hecho perder las ganas de beber por si solas. En cambio, ocupando el puesto de embajador de Espana en la India, esas ansias habian reaparecido con contundencia. Nueva Delhi es considerada la ciudad con mas sedes diplomaticas del mundo. Cada semana se suceden fiestas oficiales de celebracion del dia nacional de un pais extranjero, recepciones y cualquier otro motivo plausible que implique el contacto entre extranjeros e indios y fortalecer lazos politicos y comerciales. En esos eventos se come y se bebe, y Santiago se habia excedido en el consumo de alcohol y comida, especialmente de dulces, durante los pasados meses. Ademas, el clima sofocante de Nueva Delhi, y el letargo de su rutina diaria en la embajada, le habia incitado a ingerir grandes cantidades de cerveza fria. Incluso no parecia que hubiera ningun problema en beberse diariamente una botella entera de vino. Le habia prometido a Carmen Losada, su mujer desde los ultimos treinta y cuatro anos, que se jubilaria tras su puesto como embajador en la India. A ella le repetia que sus ganas de ascender en el escalafon de la diplomacia fuera una buena prueba de su narcisismo y que a la hora de la verdad no habia lugar para ella. ?Por que, si no, habia aceptado su puesto en la India? En Estepona, en Malaga, tenian un apartamento cerca de la playa. Desde que el invierno habia tocado su fin en Nueva Delhi y habia comenzado el caluroso verano, no habia dia que rememorasen los paseos en el cercano Puerto Banus de Marbella, las cenas en las terrazas, los banos en la playa y las partidas de cartas de la tarde. <>, le habia dicho para animarla. <>. Aquel domingo al mediodia, sentado en su lujosa residencia, Santiago leia los periodicos digitales en su ordenador portatil mientras degustaba un sabroso aperitivo y una cerveza fria antes de comer. Aun no habia trascendido a la prensa las noticias sobre la muerte de los espanoles empleados en la embajada. La policia habia puesto en la morgue los cuerpos de los fallecidos a la espera de los miembros del departamento de criminologia, a quienes se les esperaba el lunes. Al ser domingo, se acentuaba aun mas la lentitud burocratica. No habian avisado a nadie. Mas tarde, el gobierno de Espana exigiria explicaciones por este flagrante modo de actuar. Por su parte, el gobierno indio se escudaria en que los asesinatos habian sido tan crueles que merecian ser investigados de manera profesional antes de informar a la embajada de Espana. En el salon de la residencia del embajador, el aire acondicionado estaba puesto a dieciseis grados y los ventiladores de techo estaban a una velocidad media. En las noticias nacionales indias se comentaba que aquel verano iba a ser el mas caluroso de los ultimos cincuenta anos. --Traeme otra --pidio a su mujer, levantando la mirada de la pantalla de su ordenador.

  • Mientras Dormian de Donna Leon

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    La existencia del comisario Guido Brunetti se ve alterada por la irrupcion en su vida de ciertos elementos religiosos inquietantes. Durante un almuerzo familiar descubre que las clases de religion que recibe su hija, la adolescente Chiara, son impartidas por un sacerdote que da signos de un comportamiento poco menos que inadecuado. Al mismo tiempo, una monja que Brunetti conoce (Vestido para la muerte) llega a la questura de Venecia para exponer sus sospechas sobre las circunstancias de la muerte de unos ancianos en una residencia. En una aventura, la sexta que protagoniza el comisario, impregnada del pesimismo que envuelve a Venecia, Brunetti se enfrenta a poderes que se creen por encima de la ley de los hombres, por el hecho de asentarse sobre un entramado de intereses economicos e ideologicos. La acerada mirada de Donna Leon denuncia en esta ocasion las perversas practicas sexuales que llevan a cabo algunos miembros de la Iglesia Catolica, asi como la corrupcion que afecta a las esferas mas influyentes de la institucion ante el Papa.

  • Eh, cowboy, ?de que vas? de Chloe Santana

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    Algunos lo llaman San Valentin, para otros es el Dia de los enamorados, pero para
    Summer es, literalmente, el peor dia del ano.
    Despues de su ultimo desengano amoroso, Summer decide empezar de nuevo en
    el rancho abandonado que heredo de su bisabuela. Pero resulta que la propiedad
    esta en un pueblo alejado de la mano de Dios, se ha perdido y… vaya, por alli
    parece que viene alguien dispuesto a ayudarla.
    Lo ultimo que Connor espera encontrar cuando vuelve de trabajar es a una mujer
    perdida en mitad de la carretera. Ni tampoco que ella lo confunda con un criminal
    cuando decide echarle un cable.
    Ahora el destino de Summer y Connor esta unido a pesar de que no hayan
    empezado con buen pie. Un 14 de febrero, muchos malentendidos y dos personas
    que reniegan del amor pero estan obligadas a entenderse. ?Hara Cupido de las
    suyas con dos corazones testarudos?

  • Una chica desconocida, Mary Kubica de Mary Kubica

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  • Destino austral. Antologia de Yamila Bianqueri

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    C Diciembre en el fin del mundo omenzaba la segunda quincena del mes de noviembre, cuando Morena y Ainara mantuvieron una conversacion en la cual se proponian sacar a Saiana del pozo donde se ocultaba. No aguantaban ver como su amiga, la mujer que algun dia habia brillado, hoy era un fantasma, una sombra. En cambio, ella no queria saber nada de nadie, por una vez en su vida queria estar sola, esconderse y perderse en sus recuerdos de la mano de una botella de vodka. Lograr que no la molestaran era su principal objetivo. Segun su forma de ver las cosas, habia perdido todo, no le quedaba nada. La traicion de su reciente exmarido la tenia devastada. Le habria entregado hasta su ultimo aliento a cambio de que no llevara adelante esa estafa y sobre todo para que no la involucrara. Lamentablemente, ella no estaba al tanto de nada, por lo menos no lo estuvo hasta ese fatidico dia. Su palabra ya no tenia mas valor, su orgullo estaba danado y su trabajo se habia desvanecido. El castillo de ensueno que creia poseer se habia venido abajo, al igual que las casitas de naipes al soplarlas. Era consciente de que sus amigas querian ayudarla, pero el tema era que ella no queria recibir ese empujon. Definitivamente estaba convencida de que vivia mejor encerrada entre las paredes en las que algun dia fue feliz. Una de esas noches en las que se sintio extremadamente acorralada por los malos recuerdos, se dispuso a salir a caminar. No se fijo que era de madrugada, ni con que se vistio; solo procuro cubrir su cuerpo, aun le quedaba un poco de pudor. Anduvo abstraida en su propio mundo vagando sin destino, como si eso borrara todo lo que habia sucedido. Lamentablemente no fue asi, esa noche no solo se arriesgo a todo tipo de peligros, sino que tambien puso en riesgo a los demas al cruzar una avenida con el semaforo en verde. Estaba tan borracha que no sintio nada, ni los gritos de la poca gente que andaba por las calles, ni las bocinas de los autos, y mucho menos, el golpe que recibio su cuerpo al ser embestido por una camioneta. La ambulancia llego al lugar e inmediatamente atendieron a la mujer que yacia inconsciente sobre el asfalto. Le colocaron un cuello ortopedico y la cargaron en una camilla para poder trasladarla al hospital mas cercano. Al salir de su casa solo con lo puesto, Saiana no llevaba encima el telefono celular, ni dinero, no habia forma de que supieran quien era hasta que despertara y eso recien sucedio veinticuatro horas despues del accidente. Cuando abrio los ojos no entendia nada, se encontraba absolutamente desorientada y le dolian hasta las unas de los pies. Amenazada por las nauseas y el mareo que la atacaba trato de observar con atencion todo lo que la rodeaba. Al descubrir que se hallaba en la habitacion de un hospital quiso incorporarse, pero el fuerte dolor que martillaba su craneo se lo impidio. Busco tanteando con dificultad sobre la cama, hasta que dio con el boton para llamar a las enfermeras y lo presiono. Unos segundos despues la habitacion se lleno de gente. La revisaron, le hicieron una serie de pruebas y preguntas a las que pudo responder con bastante dificultad, y la dejaron descansar. A los pocos segundos cayo rendida, preguntandose por que se encontraba en ese lugar. Las enfermeras hicieron las anotaciones pertinentes en la historia clinica, que recientemente habian abierto para la paciente, y entre ellas comentaban sobre el estado en el cual ella habia ingresado. No entendian como una mujer tan hermosa se danaba a si misma de esa forma. Unas horas mas tarde se detenian frente al mostrador de la recepcion, un oficial de la policia, acompanado de dos mujeres absolutamente descontroladas a causa de los nervios. Estas le exigieron a la recepcionista, practicamente a los gritos, que les informara donde se encontraba la paciente Saiana Lopez; alegando que ellas eran las unicas familiares que ella poseia. Esto le fue comunicado al medico que la estaba atendiendo y el se encargo de darle el parte a las mujeres que estaban creando un surco en el piso de la sala de espera. Morena y Ainara escucharon atentamente las palabras que recitaba el doctor. Sus caras estaban tintadas por la angustia y el miedo que las inundaba. Jamas se esperaron que el pronostico fuese tan malo. Su amiga no estaba nada bien. El impacto habia dejado una secuela muy importante; Saiana tenia una conmocion cerebral. El medico les explico que unas horas antes, cuando la paciente desperto, presentaba todos los sintomas y que la confirmacion la habian obtenido al realizarle una tomografia computada. Lo favorable de esa situacion era que por el momento, se descartaban danos mayores y por eso no era necesario realizar un drenaje cerebral. El hombre les pidio que se tranquilizaran y que confiaran en que su amiga se pondria bien, no sin antes advertirles que habia probabilidades de que la paciente, por el momento, no volveria a ser la misma. Efectivamente la advertencia que el medico les habia hecho ese dia, no habia sido en vano. A Saiana le llevo semanas recuperarse fisicamente. Poco a poco, se fueron desvaneciendo los cardenales del rostro, del torso y de los brazos. La incapacidad para despertar fue desapareciendo y el entumecimiento de sus extremidades se fue esfumando. El habla fue lo que mas le costo mejorar, pero lo que mas les agobiaba a las tres era el estres postraumatico que persistia en el tiempo. Saiana pasaba de la tristeza a los ataques de ira en un abrir y cerrar de ojos. Asi como de repente llegaba la sensacion de soledad, esta se iba y la inundaba la culpa; si bien ella no sabia el porque de ese sentimiento, este estaba ahi. El dia del alta, al salir de la clinica, los recuerdos del accidente la golpearon con vigor. Sus piernas se tambalearon y estuvo a punto de caer, pero ahi estaban sus amigas para sostenerla y sacarla a flote. Al entrar a su departamento, nuevamente la sensacion de soledad la golpeo, seguia sin saber el porque de la existencia de ese sentimiento y eso la perturbaba. A causa del estres postraumatico, Saiana tenia una perdida de memoria a corto plazo y sus amigas, por recomendacion del doctor, no debian apresurarla ni animarla a recuperar sus vivencias. Por eso le habian preparado una sorpresa, la cual estaban a punto de darle. --Sai, tenemos algo para decirte --comento Ainara, nerviosa. La verdad era que no sabian como se iba a tomar todo eso. --Si ?que es lo que tienen que decir? --respondio indagando mientras tomaba asiento en el sofa de la sala de estar. Todo debia hacerlo con cuidado, ya que los movimientos exabruptos le provocaban ataques de vertigo. --Ambas creemos que lo mejor es alejarte de la ciudad por unas semanas. Por eso, hace unos dias, con autorizacion de tu medico, compramos tres pasajes aereos con destino a Tierra del Fuego. !Manana mismo partimos hacia Ushuaia o mejor dicho a la ciudad conocida mundialmente como la mas austral del mundo o como el fin del mundo! --expuso Morena encogiendose de hombros bajo la atenta mirada de su amiga. Saiana no podia creer lo que estaba escuchando. --?Ustedes se volvieron locas? ?Como se les ocurre planear un viaje cuando yo estoy en estas condiciones tan deplorables? --sentencio con tono firme pero calmado. Las otras dos se miraron entre ellas y despues clavaron sus ojos en la mujer que las miraba incredula. --No estamos locas, querida amiga. Buscamos una forma de que te relajes y ese lugar es el sitio ideal. Ya te voy advirtiendo que no aceptamos un no como respuesta --afirmo, poniendose de pie y extendiendo los brazos hacia las demas. Ellas se levantaron, se acercaron y aceptaron encantadas el abrazo grupal que se llevaba a cabo. Saiana seguia indecisa pero muy en el interior de su corazon sabia que seria lo mejor. No era capaz de despreciar todo lo que le daban, estaba mas que segura de que sus pilares la cuidarian y la ayudarian a salir adelante. Abrazadas caminaron hacia la habitacion en la cual, entre charlas, risas y alguna que otra anecdota, comenzaron y finalizaron de armar las valijas para el tan inesperado viaje que harian. El veinte de diciembre, las tres mujeres llegaron a Ushuaia, aquella ciudad que se ubicaba en las costas del canal Beagle rodeada por la cadena montanosa del Martial, en la Bahia de Ushuaia. Ese lugar contaba con un clima humedo, aunque era tal la persistencia del frio que en pleno verano austral estaba nevando y la temperatura no superaba los cero grados. El hotel donde se hospedaron era perfecto para la ocasion; no habia ni muchos, ni pocos huespedes. Estaba en una zona accesible para los turistas y no necesitarian manejarse en transporte publico en el caso que quisieran salir. Ya instaladas en su habitacion se dedicaron a descansar para luego, ducharse y bajar al restaurante a cenar.

  • Fantasia mediterranea de Julia James

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    Su proposicion habia sido por pura conveniencia... pero el deseo que habia nacido entre ellos no era conveniente en absoluto.

  • Corre de Celinda Labrousse

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    El juego

  • Jardin de invierno, Kristin Hannah de Kristin Hannah

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    Una gran historia de amor ambientada en la Segunda Guerra Mundial de Kristin Hannah, la autora de El Ruisenor.

  • La razon de estar contigo: Una novela para humanos, William Bruce Cameron de William Bruce Cameron

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    Reconfortante, profunda y repleta de momentos de felicidad y risas, La razon de estar contigo no es tan solo la historia emotiva de las multiples vidas de un perro, es tambien la narracion de las relaciones de los humanos vistas desde los ojos de un perro y de los inquebrantables lazos que existen entre el hombre y su mejor amigo.

  • Una influencer y un giro inesperado (Influencer 2) de Hugo Sanz

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    Un ano despues, tras el inesperado giro que ha sufrido su vida, Chloe decide que es hora de resurgir de sus cenizas. Para ello, se plantea hacer un viaje por Asia que, aparte de para ver mundo, le sirva para reencontrarse consigo misma.

  • Tu y Solo Tu de Lynda Sandoval

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    ?Habria vuelto para darle una segunda oportunidad o para vengarse?

  • La noche sin ventanas de Raul Tola

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    Una novela historica vibrante sobre dos peruanos apresados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

  • Irresistible 4 de Robyn Hill

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    Su cadera se contoneaba de una forma febril, salvaje, provocando en mi cuerpo un estado de continua excitacion. El cuerpo de aquella mujer era fantastico: unas piernas bien torneadas, unos pechos generosos que a duras penas lograba contener el bikini de lentejuelas, y un ombligo muy sexy. Su flexibilidad no dejaba de asombrarme. Tan pronto se sentaba sobre mi regazo, como se levantaba para girarse y ensenarme su trasero; todo en movimientos elegantes y energicos. Trague saliva. Era dificil no caer en la tentacion ante aquel despliegue exuberante y erotico. Su melena pelirroja no cesaba de moverse sobre sus hombros, o sobre su espalda cuando echaba la cabeza hacia atras. A lo lejos sonaba la musica, creando una burbuja de espacio y tiempo en el que ambos nos encontrabamos muy comodos. Ella dominaba la situacion al ser una profesional, mientras que yo era testigo de su maravilloso talento para la seduccion y el baile. Sin darme tiempo a reaccionar, me coloco sus pechos sobre mi cara hasta el punto de imposibilitarme la respiracion. ?Como me ha dicho que se llama?, me pregunte. Debido a la masiva ingesta de alcohol, mi memoria habia menguado a un cincuenta por cien de su capacidad. Se giro de nuevo al son de la musica para que observase su espalda, y como se desabrochaba la parte de arriba al tiempo que me lanzaba una mirada coqueta. La prenda cayo al suelo, pero mis ojos esperaban el excitante momento de ser colmados con la vision explosiva de sus pechos. Senti la ereccion incomodandome en mis calzoncillos, pero estaba concenciado a no airear el pene de su madriguera. Por eso una parte de mi, para enfriarme, busco el recuerdo de personas u objetos nada sexuales, como una abuela o un billete de autobus. Nada de eso sirvio, aquella chica sabia bien la reaccion que causaba en los hombres. Por fin, sus pechos quedaron a la vista y no pude mas que reconocer su perfeccion. El detalle del piercing en los pezones resultaba provocador, por lo que sacudi la cabeza para que evitar que los malos pensamientos me invadieran por completo. El numero acabo con su pierna por encima de mi cabeza, muy cerca de su tanga de lentejuelas. Haciendo gala de su celebre flexibilidad, me beso la mejilla. --Eres guapo. Si quieres fiesta, te espero en la habitacion de alli --dijo senalando con la cabeza. Asenti, aun abrumado por el exuberante espectaculo. La chica recogio el bikini y desaparecio ante la atenta mirada de Lou, David y la mia, por supuesto. --Lo pagareis caro, malditos --dije mirando a mis amigos. La fama de las fiestas de despedida de soltero son legendarias, pero ellos me habian prometido que las strippers se mantendrian al margen. Desde la irrupcion de Amanda en mi vida, el deseo por otras mujeres habia desaparecido. Ella me llenaba de arriba a abajo. No necesitaba a nadie mas. --No sera para tanto, Eric --dijo Lou, entregandome una copa de whisky y sentandose a mi lado. --Ademas, una ereccion no cuenta como infidelidad --dijo David, sonriendo mientras se palpaba su entrepierna. --?La tuya o la mia? --pregunte. --La de los dos. Sera mejor que nadie diga ni una sola palabra --dijo David mirando a Lou. --Sere una tumba. Os lo prometo. Ademas, manana con la reseca se me habra olvidado todo --dijo Lou despues de tomar un trago de su copa. --Entonces lo de pasar a la habitacion con ella, ni hablar --dijo David. Los tres nos miramos sin decirnos nada durante unos segundos. A continuacion, estallamos en una carcajada al unisono. Confieso que estaba disfrutando mucho mas de lo que pensaba, y eso era asi porque me sentia arropado por la amistad de Lou y David. Los tres formabamos un trio de lo mas pintoresco: un frances a punto de casarse, un americano ya casado, y otro empezando una relacion. --Me parece que es hora de regresar a casa --dije mirando mi reloj, que marcaba las dos de la madrugada. --Ni hablar --dijo Lou negando con la cabeza. --?Te has vuelto loco? --pregunto David con los ojos bien abiertos--. Aun queda mucha noche. --?Que mas teneis planeado? --pregunte alzando las manos en senal de rendicion. Lou y David se miraron, encogiendose de hombros. --?Nada mas? --pregunte--. Entonces, vamonos a casa que ya echo de menos a mi futura mujer... --Tu lo que pasa es que estas cachondo --dijo Lou, soltandome un codazo. --La verdad es que si --dije, riendo--. Ademas, tampoco hay ningun plan. --Eric, esto es Las Vegas, algo sucedera. Llevas el tiempo suficiente para saber que cualquier cosa puede pasar... --Oh, vamos, no sera para tanto... En ese momento entro en la habitacion una chica de cuerpo escultural. Llevaba el pelo muy corto, casi rapado al cero. De su nariz colgaban unos flamantes piercings y sus brazos estaban tatuados al completo. --Hola, chicos. Me llamo Sally y necesito testigos para mi boda, ?os apuntais? Me quede de piedra mientras David y Lou me lanzaban miradas como diciendo <>. *** Los cuatro nos montamos en una limusina que nos esperaba a la salida del club. Sally nos presento a su prometido, un tipo gordito con cara de buena persona y vestido de Elvis, el cual nos saludo efusivamente. --Gracias, chicos, por hacernos este favor. Sally y yo nos acabamos de conocer, ?no es fantastico? --?Esta noche? !Enhorabuena! --exclame sorprendido por la locura, aunque cada vez menos, ya que desde que habia llegado a Estados Unidos me habia pasado de todo. --Es tan romantico... --dijo Sally, mirando tiernamente a su prometido. Ambos se besaron con pasion, sobandose el cuerpo del otro, ignorando nuestra presencia. --Nos pone que haya gente mirandonos --dijo Elvis, a modo de excusa. --Oh, estupendo --dijo Lou mirando fijamente--. Por nosotros, no os corteis. --Estais hecho el uno para el otro, no hay duda --dijo David, ironico. Mientras los novios no dejaban de saciarse carnalmente, me incline sobre el minibar y empece a servir copas a mis amigos. Los tres brindamos por la boda de Elvis y Sally, y nos bebimos el vodka de un sorbo. La cabeza empezaba a darme vueltas. Me costaba recordar la ultima vez que me habia emborrachado. --?Esta bien? --me pregunto Lou. --Si, si --dije con una sonrisa. --!Por cierto, os regalo unos puros! --exclamo Elvis de repente, deshaciendo el beso con su prometida. Del bolsillo interior de su chaqueta blanca y con flecos, saco tres puros que repartio a cada uno de nosotros. --Vaya, que nivel, es un Monte Cristo numero 4 --dije oliendo el aroma intenso del tabaco--. El puro mas famoso del mundo, y cubano. Elvis saco de otro bolsillo un cortador de puros y un encendedor. Procedio a cortar la vitola y, finalmente, para los encendio con solemnidad. --?Se puede fumar aqui? --pregunte. --No, pero un dia es un dia --dijo Elvis con una amplia sonrisa. David y yo aspiramos el suave aroma del tabaco, mientras que Lou tosio un par de veces. Al parecer, no estaba acostumbrado a fumar. Enseguida el humo se apodero de la atmosfera de la limusina como si fuera una niebla. Por suerte, llegamos a nuestro destino a los pocos minutos. Estaba deseoso de participar en una de esas boda rapidas y locas de las que tanto se describen en las peliculas de Hollywood. Cuando nos apeamos de la limusina, me fije en un letrero luminoso que decia "Capilla Viva Las Vegas". Nos encontrabamos aun El Strip, pero en la zona alejada de los casinos. En la puerta se encontraba un Cadillac adornado con flores y cintas blancas. Una pareja de recien casados salio de la capilla y, tras despedirse de los invitados, se subio al coche y se marcharon ante mi estupefacta mirada. Al entrar, dejamos que los novios hablaran con el recepcionista. Tras recibir el pago, enseguida se nos invito a pasar a la capilla. Mi primera impresion fue que se asemejaba al decorado de una pelicula. Las flores eran de plastico y la musica sonaba enlatada. David, Lou y yo nos quedamos de pie, detras de la novia. De una puerta trasera salio un reverendo con barba grisacea y calvo como una bola de billar. Empezo a soltar el discurso mientras mis amigos y yo nos mirabamos con asombro, divertidos y encantados de vivir una experiencia tan insolita. --Es la primera vez que estoy en una boda de estas --dijo Lou, entusiasmado. --Yo tambien --dijo David. --Yo tambien --dije yo. Sally se veia radiante, y deduje que bajo esa imagen dura que le gustaba llevar, se escondia una mujer dulce y romantica. Elvis no paraba de sonreir, pero su mirada parecia un tanto perdida, por lo que me pregunte si estaria colocado. --Si, quiero --dijo Sally sin dejar de mirar a Elvis cuando el reverendo le formulo la ansiada pregunta. --?Y tu, Mike Post, aceptas a Sally Carter como tu esposa? -- pregunto. Elvis en vez de responder afirmativamente, bajo del altar y empezo a correr con expresion de angustia. --!No quiero casarme! --exclamo, fuera de si. Miramos a la novia, quien con un gesto de la mano nos ordeno que lo detuvieramos. El cuerpo de Elvis era robusto, pero entre los tres conseguimos retenerlo, a pesar de su pataleo. Elvis insistia en su deseo de no contraer nupcias, por lo que los tres nos miramos sabiendo que era algo a lo nosotros no le podiamos obligar. Nuestra etica nos lo impedia. --Si no me caso con el, me caso con uno de vosotros, pero hoy me caso --dijo tajante Sally. Ante esa ferrea determinacion, empujamos al novio hacia el altar. La situacion no resultaba sencilla, pues Elvis se revolvia como un autentico profesional de lucha libre. El reverendo, para nuestra sorpresa, permanecia inmutable, como si fuese una escena mil veces vista. Sally, brazos en jarra, esperaba a su prometido con el ceno fruncido. --!Nos acabamos de conocer esta noche! !Es de locos! -- exclamo Elvis. --Soy el amor de tu vida, lo que pasa es aun no lo sabes --dijo Sally, emocionada. Elvis solto un punetazo al aire que impacto en el estomago de Lou, el cual se doblo por el dolor y por la falta de aire. Aqui fue cuando se desmadro todo. David, en solidaridad con su amigo, le propino una patada a Elvis, pero fue un acto que no gusto demasiado a la novia. --!Eh, a mi prometido no se le pega! --exclamo Sally bajando del altar. Sin esperarlo nadie, la novia armo su brazo y propino un punetazo a David, que se agacho a tiempo. Sin embargo, el golpe lo recibio mi mandibula. Cai hacia atras. Lou se revolvio contra Elvis, y este contra David. Sally sacudia con el ramo de flores a quien se pusiera por delante. En un segundo se formo un magma de pies y brazos que resultaba imposible de dilucidar quien atizaba a quien. El reverendo con gran parsimonia, suspiro y grito por un interfono situado en la mesa. --Seguridad, por favor.

  • Y si te toco yo de Chloe Collins

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    ?Como comenzar a contar mi historia? Todo empezo en el colegio. No es facil sobrevivir cuando eres pelirroja y tienes la cara llena de pecas, y todos te llaman <>. Te pasas escuchando la misma cantinela durante tu infancia y cuando vas al instituto o a la universidad la cosa cambia un poco, pero no mejora cuando te encuentras con el tipico tio que se enrolla contigo y, en el meollo del asunto, te dice: <>. Venga ya. ?En serio? !Pense que te gustaba yo, mi cuerpo, mi cara! Esta claro que nadie se enamora de Berta, la chica desastrosa y gafe, nadie se enamora de ella aunque haya heredado el cerebro de su padre y el fisico de su madre. Solo les interesa saber si soy pelirroja natural o si tengo pecas en el trasero. No soy nada popular, al contrario que mis padres: mi madre es presentadora de un reality en una famosa cadena de television y mi padre es un prestigioso cientifico. De ahi que al final, con mi buen don para las matematicas y la buena influencia recibida en casa, decidiera optar por sacarme la carrera de Quimica. Pero dada mi penosa popularidad y mis desastres continuos, tras finalizar mi carrera he decidido poner rumbo a Madrid para intentar comerme el mundo. Buen intento, Berta, pero se va a quedar en eso. No he tardado ni tres meses en darme cuenta de que todos mis intentos por conseguir un trabajo de lo mio se ven abocados al fracaso asi que tengo que conformarme con trabajos que no se adaptan a mis expectativas. Comparto piso con varias chicas que, aunque no son mala gente, no me entienden para nada asi que ahora solo como donuts, una nueva adiccion. Si mi madre la descubre estoy segura de que me mataria. Esa es mi nueva vida: donuts, entrevistas de trabajo, soledad y asco. Solo espero que pronto me toque la loteria, porque esto va de mal en peor... Capitulo 1 Apago el despertador por cuarta vez. !Vale hoy tengo otra entrevista! Pero aunque quiero ser positiva, no dejo de pensar que no me cogeran. Ademas, ?quien quiere trabajar como teleoperadora? La gente te cuelga cuando les intentas vender algo y para colmo el sueldo es minimo y comisionado por ventas. --!Berta! !Levantate de una vez! --me recrimina Carla, una de mis companeras de piso--. !Llegaras tarde! --Voy bien de tiempo... --le contesto mientras me desperezo sin mucha prisa. --!Ja! Son las ocho y media y tienes la entrevista a las nueve. ?Vas bien de tiempo? --Siiii, tranquila. Al final me levanto y ni siquiera me ducho, me visto con cualquier cosa y me pongo en camino. Tiene razon, no llego ni de chiste, la entrevista esta a la otra punta de la ciudad, pero da igual. No quiero ese trabajo. Solo estoy haciendo el paripe porque les debo ya dos meses de alquiler y tengo que admitir que yo en su situacion me habria echado a la calle a patadas, son unas santas. Pero, ?que culpa tengo yo de que no me duren los trabajos? Primero fue el de recepcionista en un hotel. Me duro quince dias. Me echaron en cuanto mande a tomar por donde amargan los pepinos, por decirlo de una manera mas finolis, a unos huespedes que tenian mucha prisa pero que resultaron ser VIP. Despues fue el de camarera. La bandeja se me cayo encima de unos clientes derramando toda la comida encima. A eso tengo que sumarle que me dieron otra oportunidad y destroce media vajilla. Dure una semana. Despues he trabajado de repartidora, de dependienta y de ninera. Ninguno me duro mas de un mes. El ultimo fue en una cafeteria con bolleria, donuts en su mayoria. Hace una semana que me despidieron. Me empache porque me comi diez donuts seguidos, todos de chocolate. Acabe vomitandole al jefe. Deprimente, esta claro. El problema es que para colmo de males, el contrapunto a lo que suele pasar cuando te empachas con alguna comida es que sueles odiarla despues, pero yo no, yo me he vuelto adicta a los donuts. ?Se puede ser mas estupida? A las nueve y media llego al lugar de mi entrevista y la persona que me va a entrevistar me mira de manera despectiva. Supongo que por llegar tarde, o por mis pintas, o por las dos cosas. --Siento el retraso --digo con fingida inocencia--. Perdi el metro. Vuelve a echarme un vistazo y me hace pasar. Revisa mi curriculo y despues me pregunta: --?Cree estar capacitada para el puesto? --No estoy segura... Pero necesito el dinero --le respondo con sinceridad. --Senorita Martinez, no me haga perder el tiempo. Tengo cincuenta entrevistas que hacer hoy, si no quiere el trabajo, ?por que viene? --pregunta malhumorado. --Si le soy sincera, no lo se. Mis companeras de piso llevan dos meses fiandome el dinero del alquiler y aunque este trabajo no es lo que ansio para mi futuro... --!Ya! Nadie quiere ser teleoperador toda su vida, lo entiendo. Ni yo quiero entrevistar a gente todos los dias --dice el entrevistador con sarcasmo--, lo que quiero es que me toque la loteria. --!Anda, y a mi! ?A que juega? --le pregunto y me mira cenuda. --Centremonos. ?Cree que puede trabajar, o no? --Sinceramente, no es lo mio. --Perfecto. Entonces no perdamos el tiempo. Gracias por su claridad. Salgo de alli y me dirijo a mi antiguo trabajo, pero en cuanto mi jefe me ve, su cara se enciende como un tomate. --!Fuera de aqui! --Perdone, vengo como cliente, ?acaso no puedo? --digo indignada--. Quiero, necesito donuts. Mi ex jefe resopla e indica a una chica nueva, diria que mi sustituta, que me atienda y pido un capuchino y un donut de chocolate para llevar. Luego me acerco al quiosco de la esquina a por el periodico, ademas de jugar a la Primitiva, al cupon de la Once y al Eurojackpot, y tambien he cogido un rasca de la Once. Bueno, me he gastado diez euros. Mi tarifa normal en juegos del azar. Si, quizas si guardara todo ese dinero podria pagar a mis amigas una parte del alquiler, pero es que la suerte esta a punto de llamar a mi puerta, estoy segura. !Lo presiento! Me siento en un banco y antes de mirar el periodico en busca de alguna oferta de empleo que me guste, rasco mi boleto y, como todos los dias, nada. Cero patatero. No ha habido suerte. Hoy mirare el resto de juegos a ver si esta vez suena la flauta. <>, me digo a mi misma, pero no me hago caso. Al final el que la sigue la consigue, ?no? Miro el reloj y creo que es la hora de irse a casa. Mis companeras me dejan estar en casa aunque por ahora no pueda pagar a cambio de que vaya a entrevistas, encuentre un empleo pronto y les haga la comida. Ya son las once y media, tengo que coger dos buses y comprar el pan. He ojeado un poco el periodico pero, como siempre, no hay ninguna oferta interesante para mi. Termino mi donut y, como el cafe me gusta mas bien frio, lo llevo en la mano para que termine de estar a mi gusto. Voy un poco despistada ojeando las redes sociales en mi movil cuando un armario empotrado se choca contra mi. --!Mierda! Podria usted mirar por donde va, ?no? --me suelta y cuando me fijo en el caballero que me ha recriminado con tanta osadia frunzo el ceno--. Alan, tengo que colgar, una estupida ha estampado su cafe en mi carisima camisa de Armani. Te llamo luego --espeta sin mas fijando duramente de nuevo su mirada en mi. ?Estupida? ?En serio? ?Y el, que? Voy a contenerme porque en cierto modo tiene razon, iba despistada, pero estoy segura que el tampoco iba mirando al frente. No soy tan pequena e insignificante como para que no me vea, ?o si? Vuelvo a mirarlo, tengo que admitir que es un tio bastante fornido y que quizas, solo quizas, no me haya visto. Aun asi, podria tener mejores modales, por muy camisa de Armani que lleve el chulo este. --!Ayudeme al menos! --dice, y cuando dejo de mirarle a el, veo que hay un monton de papeles por el suelo. --?Me llama estupida y quiere que le ayude? ?De verdad? --le replico indignadisima. --Senorita, o me ayuda o le hago pagar la camisa, usted decide. !Joder! Lo que me faltaba. No rechisto, aunque me gustaria decirle cuatro cositas bien dichas. !Esto es abuso de poder! Pero por la pinta, seguro que es abogado y me toca ir a los tribunales, y ya tengo bastante con deber a mis companeras de piso como para seguir aumentando mi morosidad. Con la suerte que tengo... Me arrodillo como puedo con la minifalda que llevo y recojo los papeles, y cuando me percato de la documentacion que estoy recogiendo mis ojos se salen de las orbitas. !Son formulas quimicas! !Santo cielo! ?Sera de los mios? --!Apremie! No tengo todo el tiempo del mundo. --Ya va, ya va... Recojo varios papeles y como este tio me esta puteando de lo lindo decido esconderme uno de los folios en el doblez del periodico. --!Tenga! --le digo entregandole los folios. Y cuando esta a una distancia prudencial, le grito --: !Estupida tu puta madre! Igual me he pasado, pero odio a los pijos prepotentes que se creen mas que nadie por tener un buen trabajo. Me voy a casa y mientras hago la comida echo un vistazo a la hoja que le he robado al pijo estirado. !Santo cielo! Esto es como volver a la universidad. En cuanto termino la comida, voy a mi habitacion, cojo un cuaderno y me centro en descifrar las formulas, no me lleva mas de una hora.--!Que te den, capullo! --digo triunfal al terminar--. ?Ahora quien es la estupida? Me gustaria decirselo a la cara, pero me conformare con la satisfaccion de saber que cuando llegue a su despacho no tendra las formulas, mientras yo las tengo aqui y en poco mas de una hora las he descifrado. Sonrio y cuando llegan mis companeras, comemos juntas, les cuento lo desastroso de mi entrevista, maquillando la realidad, pero no les hablo del pijo estirado. De momento esta es una victoria que quiero saborear en secreto.

  • Mentiras en La Hora del Te de Susana F. Ameijeiras

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    Consiguio vaciar su habitacion de cualquier trasto inutil a la misma velocidad que eliminaba de su interior todo pensamiento inservible. Los dos habitaculos se eliminaron a la vez sin haberse puesto de acuerdo. Ya no quedaba nada a lo que poder echar mano para seguir buscando; habia agotado todos sus recursos: los externos y tambien los internos. Estaba vacio. --Senor... La cabeza del senor se dio la vuelta muy despacio; le costaba despegar su cuerpo erguido mirando a traves de aquella enorme cristalera que, de manera curiosa, todavia estaba brillante y limpia. La cristalera era la unica superviviente de todo aquello; quizas, aquel senor todavia la necesitaba para algo. --Dime, Carlos. --Creo que ya esta todo, senor. --Querras decir que ya no queda nada. Carlos balbuceo. --Puede que, para usted, senor, no quede nada, pero yo le aseguro que, para mi, irme de aqui hace que comience todo. El senor levanto las cejas; en realidad, las retorcio de una manera extrana. Aquellos ojos parecian moverse de una manera poco usual detras de sus pequenas gafas cada vez que al senor le llamaba algo la atencion. --Entonces, nos vamos ya, senor. --Estoy listo. Carlos conducia el coche mientras aquel hombre iba detras. Una de sus cejas habia quedado arqueada, sintoma inequivoco de que algo estaba pensando. Tal vez su cabeza todavia seguia sin estar vacia del todo; quizas, todavia se agarraba a algo. Siendo sinceros, aquel hombre a poca cosa podia agarrarse, ya que, por no tener, no tenia ni un hogar. Lo habia perdido todo o casi todo. --Carlos, ?has guardado el dinero donde te dije? --Si, senor --contesto Carlos--. ?Sigue queriendo que lo traspase a la cuenta que me dio? --Si, hazlo cuando puedas, gracias. Carlos miraba de vez en cuando a aquel hombre por el espejo retrovisor. Habia sido su mano derecha durante muchos anos, su chofer, su asistente personal, su chico de los recados... Si Carlos no habia fallado, entonces, ?que habia sido lo que habia provocado aquel desastre? Carlos era solo un chico normal, sin mas. No tenia pretensiones; no buscaba reconocimiento. Cualquier persona lo habria etiquetado, tal vez, de pusilanime o, quizas, habria pensado que carecia de objetivos, de foco, de ilusion, de reconocimiento... Todo lo que se le ocurria pensar a aquel hombre eran etiquetas, muchas etiquetas. Todo lo pasaba por una etiqueta. Era posible que las etiquetas pudieran resolver sus dudas. Quizas una mala colocacion de estas habia producido todo aquel caos que lo habia llevado a perder anos de trabajo. Una mala organizacion, un mal enfoque como lider... --Senor, ?se encuentra bien? El hombre levanto despacio la mirada. --Si, estoy bien. Mas de media hora en el coche casi habia conseguido que aquel hombre terminara echandose una pequena cabezada en el asiento de atras, pero ya habian llegado a su destino y debia bajarse. --Senor, deje que le abra la puerta. --Gracias, Carlos. El hombre miro aquella oficina donde debia dejar las llaves de todas sus posesiones. Algo le agarro el pecho. Suspiro levemente y se volvio a sentar. --Senor, debe hacerlo y, cuanto antes, mejor. --Lo se, Carlos, lo se. Hubo un silencio pequeno, o no. --Carlos, ?tienes dinero en la cartera? Creo que necesito dar un paseo, tomar el aire y beber un vaso de agua. Carlos lo miro, sin juicio, solo lo miro. Eran muchos anos con el. Lo normal era que Carlos quisiera asegurarse de que el senor estuviera bien. --Tome, senor, lo espero en el coche. Aquel hombre entro en una cafeteria. Intuitivamente, se sento en la mesa con menos atractivo de todas: la que estaba justo al lado de la puerta de la cocina y por la que salian todos los olores cuando algun camarero la abria. El sitio no podia reflejar mejor el valor que se daba a si mismo: ninguno. --Un cafe, por favor --pidio de manera correcta aquel hombre con el hilo de voz justo para ser amable con alguien una vez mas. El camarero poso un pequeno tazon con algo de leche y dos gotas de cafe. Aquel hombre miro la taza, un poco antigua y con restos de lo que podria haber sido el cafe anterior alli vertido. <>, penso. El senor abrio despacio el sobre del azucar, tambien malogrado por la torpeza del camarero al depositar el cafe encima de la mesa, y comenzo a fijarse como aquellos pequenos granos caian de una manera casi perfecta: no habia una sola arena de aquel azucar que se desviara hacia ningun lado. Siendo el un hombre que, en sus mejores tiempos, tomaba cafe casi a diario, el olor que desprendia aquella mezcla comenzo a parecerle muy desagradable. Su estomago termino por rechazar aquel olor y dejo el cafe. En ese momento en que no tenia ni un cafe que tomar, comenzo a sentir una extrana emocion que no controlaba. Se asusto; aquel hombre siempre lo controlaba todo. Fueron quizas los dos peores segundos en mucho tiempo: sudor, desesperacion, miedo, nervios... Por una vez en su vida sintio lo que siempre habia tenido miedo de sentir: vacio, desesperanza y ansiedad. --Ja, ja, ja. --Algo interrumpio la lucha interna de aquel hombre; unas risas y unas voces que venian de algun sitio llamaron su atencion. El senor miro. Llamo al camarero. --Un boligrafo, un papel y un vaso de agua. --Si, caballero. --Ah, una ultima cosa --continuo el senor--. Llevese este cafe y planteese cambiar de marca. Escribio y escribio, etiqueto y etiqueto; las anotaciones se iban amontonando en la mesa. Pidio mas y mas papel. Sus manos sudorosas empezaron a temblar al no poder seguir el ritmo intenso de su escritura. Carlos ya se habia asomado a la cristalera, tambien brillante (quizas lo unico brillante), de la cafeteria, pero Carlos esperaba; Carlos no tenia prisa. Solo era una persona fiel con ganas de seguir sirviendo a su senor. Carlos no protestaba. Aquel hombre dejo el boligrafo, pidio un whisky y respiro, siempre cabizbajo, pero respiro. Tras pagar la cuenta, salio en busca de Carlos, que esperaba pacientemente en el vehiculo. --Carlos, a mi casa. --Senor... --Lo se, tengo que devolver las llaves, pero todavia me queda algo por coger. Por favor, a mi casa. Carlos no dijo nada, arranco el coche y dejo a aquel hombre justo en la entrada de su casa. El senor abrio el portal, subio las escaleras y abrio la puerta. Solo fueron unos minutos. --Ya esta, Carlos, ahora vamos al banco. --No se preocupe, senor; eso ya lo hago yo como usted me mando. --No, Carlos, hay cambio de planes; yo me encargo del dinero. --Como usted quiera. El senor se fue, tal vez a cualquier habitacion de un hostal. Devolvio las llaves de todas sus pertenencias y tuvo muy claro lo que tocaba hacer a partir de ese momento. Carlos tambien se fue. Sus caminos no se volvieron a juntar.

  • La bahia de los suspiros (Los Guardianes 2) de Nora Roberts

    https://gigalibros.com/la-bahia-de-los-suspiros-los-guardianes-2.html

    Segundo libro de la <>.

  • Tubing de K.a. Mckeagney

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    ?Que pasaria si las miradas matasen?

  • La isla de las ultimas voces de Mikel Santiago

    https://gigalibros.com/la-isla-de-las-ultimas-voces.html

  • Nunca sere tu heroe de Maria Menendez-ponte

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    Andres es un joven que no vive su mejor momento: esta harto del colegio, de su madre, de su eterno acne… Solo le anima dibujar comics, su novia y odiar a Jorge, el pijo del colegio. ?Que hara para encontrar su sitio en la vida? Humor y lios en una novela que resalta la importancia de la amistad y el esfuerzo.

  • Las Huellas del Exito: Estrategias para manifestar lo que quieres, Lazaro Bernstein de Lazaro Bernstein

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    El linaje de Lazaro Bernstein viene directo de Andrew Carnegie. El comenzo muy pobre cuando llego desde Escocia a los Estados Unidos cuando nino.
    Andrew Carnegie se convirtio en la persona mas adinerada que existio en USA en ese entonces. De hecho, la historia nos cuenta que fue el primer billonario que tuvo el mundo.
    Alli por 1908 Andrew Carnegie fue entrevistado por Napoleon Hill. Carnegie pensaba que era una verguenza que personas como el se fueran a la tumba con todo su conocimiento. Que las leyes del exito y los logros jamas habian sido organizadas. Y el estaba buscando a alguien.
    Hill paso 3 dias con Carnegie. En esos 3 dias Carnegie le explico de que se trataba la filosofia que el estaba buscando organizar. Y luego le pregunto a Hill. “Dedicarias el resto de tu vida a una idea por la cual probablemente no recibiras compensacion monetaria por lo menos por los proximos 20 anos”.
    Y sin que Hill lo supiera Carnegie tenia un reloj de bolsillo en su mano. En 25 segundos Hill contesto que “SI”. Carnegie escribio cartas y lo introdujo a Hill a la gente mas importante en el mundo. Lideres de negocios e industrias. Y luego escribio “Piense y Hagase Rico”.
    Y escribio este libro en 1937

  • Sirius: El perro que (casi) cambio la Historia de Jonathan Crown

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    ?Como puede un perrito encantador alterar el rumbo de la Historia mundial?

  • Descubriendote de Brenda Novak

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    India Sommers tenia una familia perfecta, hasta que un exnovio disparo a su marido. Aquello no solo le arrebato al hombre que amaba, sino que la hizo sentirse responsable de lo ocurrido.

  • Regreso a Irlanda de Jojo Moyes

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    Tres mujeres, tres voces de distintas generaciones. Una oportunidad para reencontrarse.

  • La hermandad de la diosa (Insomne 3) de Samuel Vernal

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    El hallazgo del cuerpo de una nina de siete anos en el monte Oiz y de otra pequena dias despues en el Anboto, cumbre sagrada para la mitologia vasca, desata el terror en la zona. Comienza a extenderse la creencia de que una bruja esta secuestrando y asesinando a menores, a las que viste de blanco y ofrece en sacrificio a la montana.
    La filologa e investigadora Anne Wellington presiente que esos crimenes estan conectados de alguna forma con el secreto ancestral que acaba de descubrir: la existencia de un mundo primigenio ocultado por la historia y directamente relacionado con el enigmatico origen del euskera, la lengua viva mas longeva de Europa. Resuelta a desentranar el misterio, y acuciada por la extrana desaparicion de su companero Jon Arkaute, Anne se lanza a una carrera contrarreloj por tierras vascas, britanicas y del Mediterraneo en busca de las respuestas que necesita. El peligroso culto a una antigua diosa sobrevuela cada uno de sus pasos mientras una terrible guerra estalla en el seno de la Fundacion Petunia.
    El momento ha llegado. Las brujas seran convocadas y Anne debera afrontar su destino, en un epico final que pondra en riesgo su vida asi como la de la criatura que lleva en su vientre.

  • El pueblo del viento de Grazia Deledda

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    Una luna de miel, un encuentro inesperado y las iridiscencias de un amor juvenil son las lineas que Grazia Deledda ha dibujado en esta novela, recorriendo variados caminos estilisticos desde una perspectiva moderna.

  • Tranquilas. Historias para ir solas por la noche de Varios Autores

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  • ?Que quieres de mi?, Mary Orvay de Mary Orvay

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  • Cuando me veas, Laura Gallego de Laura Gallego

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    ?Quien o que es? ?Que intenciones tiene? ?Una amenaza desconocida o una luz en la oscuridad? ?Tiene algo que ver con el caso del "chico de la azotea"?
    Extranos sucesos inexplicables. Un secreto. Una muerte repentina. Una investigacion. !Descubre que hay detras!

  • Todos menos tu (Menos tu 2) de Estrella Correa

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    Itxel se traslada a Madrid a vivir su sueno.
    Nico tambien esta alli, intentando rehacer su vida. Busca, pero no encuentra. Nada lo llena.

  • Un hombre al mando de Laurelin Paige

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    Tenia el brazo levantado y el movil en la mano mientras buscaba cobertura cuando lo oi. Un maullido leve. El tipico sonido de un gatito en apuros. Aguce el oido y examine a mi alrededor. Detras de mi, cuatro estructuras con forma de silo se erigian apinadas. Abajo, el bar de la azotea bullia de actividad. Enfrente, el Empire State atraia todas las miradas, resplandeciente con los colores del arcoiris (en honor a la manifestacion en favor del colectivo LGBTQ, convocada para ese fin de semana), pero el exceso de luces centelleantes de discoteca del local hacia palidecer la atraccion turistica. Habia mucho barullo, una de las razones por las que me habia escabullido a la parte mas alta del edificio: queria hacer una llamada. El otro motivo que me habia empujado a subir a la azotea era que todavia no habia conseguido que en mi pantalla apareciera mas de una raya de cobertura. Los maullidos, conclui, debian de proceder de los depositos, sirvieran para lo que sirvieran. Imagine que hacian las veces de trastero para guardar objetos mecanicos para el edificio: para el sistema electrico, el aire acondicionado y vete a saber que mas. Algun arquitecto de esos de prestigio habia decidido, por alguna razon, que unas torres cilindricas de un tono bronce con tapas que parecian un sombrero conico asiatico eran el mejor modo de hacer que el material industrial quedara mas bonito. De verdad, la ultima moda en diseno de la ciudad de Nueva York escapaba a mi entendimiento. Para mi, tenian una pinta rarisima. Ademas, los habian colocado en la parte mas alta de un edificio de sesenta plantas, de modo que la probabilidad de que hubiera oido a un gatito extraviado era bastante infima. De todas formas, el ruidito habia cesado. Es probable que hubiera sido el chirrido de un generador o que me lo hubiese imaginado. Volvi a centrarme en el movil. Dos rayas si me situaba en esa direccion. Termine de subir los tres escalones que faltaban para llegar por fin a la planta superior. !Tres rayas! Con eso bastaria. Pero... volvi a oir al gatito. Otra vez. Y otra. Quedaba descartado que fuera algo mecanico. Baje la mano con la que sostenia el telefono y empece a rodear uno de los depositos. Si no se trataba de un gato (porque tan arriba no podia ser, ?no?), ?que era entonces? ?Esos ruidos los podian hacer las ratas? Solo de pensarlo me puse a temblar. Lo cierto es que no tenia ningun motivo para ponerme a buscar de donde procedia el sonido. Pero ?y si era un gatito? Quiza los del bar hipster de abajo tenian uno aqui en la azotea para que mantuviera a raya a los ratones. No era una idea tan descabellada y me empezo a picar la curiosidad, asi que, en contra de lo que me dictaba el instinto, segui rodeando el segundo deposito. De pronto, me quede petrificada. Aquel ruidito no lo emitia un animal, sino una mujer. Se encontraba a unos cinco metros y apoyaba la espalda en la pared de ladrillos de una chimenea al otro lado de los depositos. Tenia los ojos cerrados, llevaba un vestido de fiesta remangado por la cadera y los sonidos que emitia eran gemidos de placer, no de sufrimiento. Segun parecia, se los estaba provocando el hombre situado delante de ella. En concreto, su mano, que se movia entre sus piernas. Y !uf!, a juzgar por la expresion de la mujer, el hombre sabia lo que hacia. Retrocedi con sigilo y a toda velocidad mientras rodeaba el deposito y solte el aire despacio. No sabia si echarme a reir o... bueno. ?Es que que otra reaccion iba a tener, si no? Desde luego, el cosquilleo instantaneo de excitacion que se me habia despertado entre los muslos no era la respuesta adecuada. Vamos, que lo mejor era reirse. Me rei en silencio, para no molestar a los <>. Sin embargo, cuando el impulso de tomarmelo con humor se desvanecio, el cosquilleo seguia ahi. Hacia mucho tiempo desde la ultima vez que habia echado un polvo. La ultima relacion seria que habia tenido termino en verano, y luego busque un clavo que sacara a otro calvo durante el fin de semana de Halloween, pero, desde entonces, nada... y estabamos a principios de septiembre. !Madre mia, pero si ya casi hacia un ano! No me extranaba que sintiera tanta curiosidad por aquel par de desconocidos que se metian mano en un rincon apartado de la juerga en la azotea. La excitacion indirecta era demasiado tentadora. Sin hacer ruido, rodee el deposito de puntillas con el cuerpo pegado al edificio. Solo queria... echar una miradita. Guau. Esta segunda vez, la escena era tan sensual como la primera. Mas incluso ahora, que la mujer empujaba las caderas hacia la mano de el. La forma en que el hombre le sostenia las manos por encima de la cabeza, el hecho de que no se estuvieran besando, que los unicos puntos de union entre sus cuerpos fueran la mano de el que le agarraba las munecas y la otra metida entre sus piernas, constituian un espectaculo obsceno, lisa y llanamente. Y cuando ella solto otro gemido, por poco no se me escapo uno a mi tambien. Tome nota mental: <>. Tanto, que habia olvidado por completo la razon por la que habia subido a la azotea. Tanto, que me palpitaba la entrepierna. Tanto, que ni se me ocurrio esconderme cuando la mujer profirio un ultimo grito ahogado y se estremecio al llegar al orgasmo. Era evidente que aquel era el preciso instante en que deberia haberme ido. Bueno, vale, deberia haberme ido antes, pero como no lo habia hecho, el momento era ese. Sin embargo, me quede ahi, pasmada por la actitud indiferente con la que el hombre se saco un panuelo de un bolsillo interior del esmoquin y se limpio la mano antes de metersela en el bolsillo. Ni siquiera se lo ofrecio a la mujer. No fui la unica que se dio cuenta. Ella puso mala cara mientras se recolocaba el vestido, pero enseguida recupero la sonrisa. Se echo la melena castana por encima del hombro (oscura, pero no tanto como la mia), se acerco a el y le toco la entrepierna. --Va, Eden, que tu ya has terminado... --Aunque no alcanzaba a oirlo todo desde mi escondite privilegiado, si que vi con claridad que el le apartaba la mano. --Pero tu no --dijo ella entre susurros. El la miro fijamente unos segundos. Ojala hubiera estado de cara a mi para poder ver su expresion. Oye, que complicado era espiar a gente que no cooperaba. --No te esfuerces --repuso al final. Una negativa, clara como el agua. No necesite verle el rostro para saberlo--. La unica razon por la que he hecho que te corrieras ha sido para que me dejes en paz. <>. !Menudo imbecil, el tio! Bueno, o quiza no. Habia que tener en cuenta que, antes de rechazarla, le habia provocado lo que, a todas luces, habia sido un orgasmo de calidad excepcional. Claro que carecia de la informacion necesaria para formarme una opinion a partir de lo que habia visto. Pero era dificil no figurarme los detalles de la situacion mientras observaba la escena como quien come palomitas, y, en mi imaginacion, al tipo se le daba tan bien follar como tener los modales de un autentico imbecil. La experiencia me habia ensenado que ambas caracteristicas iban de la mano. Eden se aclaro la garganta, pero parecia que sabia cuando retirarse: --Tu te lo pierdes. Sabes perfectamente que te trato muy bien. --Si, exacto. Ese es el problema. Madre mia, menudo cabron. Era el tipico tio que necesitaba poner distancia. El tipico que solo se enrollaba contigo una vez y si te he visto no me acuerdo. Recorde que habia alquilado el bar de abajo entero, en la azotea, para celebrar una fiesta con invitados de clase alta, y lo cale: un ricachon arrogante que se creia que tenia privilegios. Todo un casanova, vamos. Lo mejor que Eden podia hacer era salir disparada en direccion contraria. Se le borro la sonrisa. Irguio la espalda y lo fulmino con la mirada. --Eres un imbecil. <>. El casanova se encogio de hombros. --Ya te lo adverti. --Me avisaste, pero sabias que, al hacerlo, darias ni mas ni menos que la imagen contraria. Mira, ?sabes que? Te mereces estar tan amargado. Parecia que estaba a punto de irse, lo que significaba que yo debia salir por patas, pero vacile al ver que el alargaba la mano y la agarraba del brazo. --Espera, Eden. La expresion de esta se suavizo, aliviada, como si hubiera deseado que el la detuviera. Yo tambien sabia lo que era albergar esa esperanza. Ademas, estaba bastante segura de que Eden sabia donde se metia cuando se habia enrollado con este cabron, pero, aun asi, me costaba no empatizar. Le solto el brazo y le acaricio el rostro. Y, justo cuando creia que el casanova quiza no estaba tan mal, espeto: --Limpiate antes de bajar. Se te ha corrido el rimel. Eden se aparto de golpe y, sin mediar palabra, se fue echa una furia. Una furia que venia derechita hacia mi. <>. Sali disparada y rodee el deposito lo suficiente para que no me viera cuando bajara las escaleras, pero no tanto como para que don imbecil me viera desde el otro lado. Entonces, espere mientras trataba de oir sus pisadas para saber cuando podria salir de mi escondite. Por lo visto, el cabron caminaba de forma muy silenciosa, porque no se oia ni una mosca. Asi que me puse a contar hasta doscientos, solo para estar segura de que habia pasado el tiempo suficiente. Y me pase de los doscientos tambien, porque perdi la cuenta un par de veces cuando me asalto una imagen de la escena tan sensual con la que me habia encontrado. Sin duda, en la lista de pendientes debia anadir <>. No podia seguir asi. Al fin, asome la cabeza por donde lo habia visto la ultima vez. No habia nadie. Avance unos pasos para asegurarme. No estaba en ninguna parte. Suspire, aliviada. --?Buscas a alguien? Di un bote al oir la voz a mi espalda. Gire sobre los talones y lo vi de pie, entre las sombras, donde habia estado escondida hacia tan solo unos segundos. Era imposible que supiera que yo estaba alli. Imposible. Igual de imposible que que supiera que los habia visto. Llegue a esas conclusiones en un instante, de modo que me hice la inocente: --Me habia parecido oir a un animal. Un gatito atrapado. Solo estaba echando un vistazo. <>. --Un gato. En la azotea de un edificio de sesenta plantas. --No se lo creyo, como era logico. --Ya, a mi tambien me parecia raro. Por eso estaba echando un vistazo. --Aja. Estaba tan nerviosa que me habia puesto a sudar. Tenia muy presente que habia venido a la fiesta haciendome pasar por quien no era y, aunque no habia ninguna razon para que este tipo lo pusiera en duda, la posibilidad habia hecho que me pusiera en guardia. Pero eso no tenia por que ser positivo per se. Porque deberia haber defendido mi version (era la verdad, al fin y al cabo) y haberme largado. El seguia entre las sombras, con el rostro oculto en la oscuridad. Tampoco es que fuera a tratar de impedirmelo. Con todo, esas dos silabas encerraban una provocacion, un reto implicito, y quien me conocia sabia que yo no era de las que salian corriendo ante un desafio. Di un paso adelante para acercarme. --?Aja? ?Aja, que? ?Que quieres decir con eso? ?No me crees? Se encogio de hombros con la misma indiferencia que le habia demostrado a Eden. --Aja solo quiere decir aja. --Ah. --Quiza me lo habia imaginado. Toda esta odisea habia sido un error. ?Por que habia creido que seria capaz de hacerlo sin perder los papeles? Tal vez era el tipo de persona que no se achicaba ante un desafio, pero tampoco era estupida, y haber venido a esta fiesta habia sido una absoluta insensatez. Ademas, estaba imaginando conflictos donde no los habia--. Bueno, pues... --dije y me di la vuelta para alejarme de ese hombre misterioso. Del mismo modo que habia alargado la mano para detener a Eden, elevo la voz para detenerme a mi. --?Sabes? Creo que has venido a echar un vistazo porque has oido algo y luego te has topado con otra cosa. Y en vez de irte..., has preferido quedarte. Gire sobre mis talones de nuevo. --No me he... --perdi el hilo de golpe. Habia salido de las sombras y ahora, por primera vez, le vi la cara. Y era impresionante. Impresionante nivel: te quedabas sin respiracion. Impresionante nivel: braguitas chorreando. No me extranaba que Eden se hubiera muerto del gusto con el. Los hombres normales y corrientes no eran asi. Este era como un modelo de portada de revista. Si me hubiesen obligado a describirlo, no habria sido capaz de decir que lo hacia tan atractivo. Todo. La forma en la que encajaban sus rasgos. Los pomulos marcados. La mandibula cincelada y manifiesta bajo una barba castana, cuidada y corta. Los ojos... (habia demasiada poca luz para identificar el color, pero estaban colocados en el lugar perfecto). Y, aunque su apariencia por detras se disimulaba bastante, el traje confeccionado a medida que llevaba revelaba lo suficiente de la parte frontal para apreciar que tenia un cuerpo muy bien definido como quien no solo tiene un gimnasio en casa, sino que tambien se pasa horas en el. Me sorprendio tanto, me pillo tan desprevenida, que vomite las palabras antes de tener la oportunidad de refrenarlas: --Ostras, menudo pibon. La verguenza me subio por el cuello hasta el rostro. Mi piel olivacea no se sonrojaba con facilidad, pero la sangre todavia se me acumulaba en la cara cada vez que hacia el ridiculo. Y acababa de hacer un ridiculo monumental. Era imposible arreglarlo. Mientras me mosqueaba conmigo misma y me moria por el bochorno, el metio cucharada como si nada: --Justo estaba pensando lo mismo de ti. Me acababa de tirar los tejos. Y hacia nada que le habia provocado un orgasmo a otra mujer. Pero que bien lo habia calado. Era un donjuan de manual. Me eche a reir, en parte por los nervios y tambien porque no me lo podia creer. --Eh... no. Eso no. No vamos... No. Gracias, pero creo que me voy a ir. Estaba tan nerviosa que no habia acabado de dar la media vuelta cuando me detuvo de nuevo. --No, espera. Lo siento. No queria pasarme de la raya. Como lo has dicho tu primero, creia que podia responderte en los mismos terminos. Reflexione unos segundos antes de contestar (algo que sabia que deberia hacer mas a menudo). Bueno, vale. Habia decidido que no era mas que un ligon, pero no tenia pruebas de ello. Y luego habia sido yo quien le habia soltado aquello a un completo desconocido. Sin duda, era yo quien se habia pasado de la raya. --Si que lo he hecho --admiti--. Lo siento, me ha salido solo. --No hace falta que te disculpes. --Su sonrisa brillaba como el oro. Resultaba hipnotica. Capaz de convencer a muchas mujeres para cometer estupideces con tan solo exhibirla. Desee que ese <> no me incluyera a mi. Pero tambien era realista, asi que me puse en guardia porque lo mas probable era que yo tambien formara parte de dicho grupo. Y todavia estaba alli parada. --Tambien se aplica a que te hayas quedado aqui arriba despues de presenciar lo que te has encontrado. --Estaba decidido a obligarme a admitir lo que habia visto. Eran meras suposiciones. Solo tanteaba el terreno. Sin embargo, ?habia alguna razon de peso para negarlo? Sentia curiosidad por saber hacia donde queria llevar la conversacion, de modo que me limite a preguntar: --?Y? --Y eso, combinado con el comentario que has hecho sobre mi fisico, me ha dado a entender que esta conversacion podria terminar de una forma muy distinta. --Avanzo hacia mi al acecho, como un depredador. Lo juro. Como un depredador. Que locura lo sensual que podia resultar un hombre con tan solo dar un par de pasos. Y una locura todavia mayor era lo mucho que me estaba afectando. Y, ay, la madre, me habia costado unos segundos procesarlo, pero ?de verdad acababa de soltarme eso? --Por favor --dije, con un grunido de irritacion que iba tan dirigido a mi como a el--. Solo porque te he pillado en plena faena por casualidad, ?crees que ahora yo tambien voy a querer? --No, claro que no. --Se volvio a encoger de hombros con indiferencia--. Solo porque te hayas quedado mirando... Otra oleada de sangre me incendio las mejillas. El habia estado de espaldas a mi durante todo el rato. Eden ni siquiera me habia visto y era ella quien estaba de cara a mi. ?Me habia equivocado? Quiza en la pared de ladrillo habia algo reflectante. Me gire para examinar el lugar donde habia estado el. Volvi la vista atras hacia el punto donde habia estado yo. No, para nada. Imposible. No me habia visto. Me gire para enfrentarme a el con una sonrisa de satisfaccion. --Es imposible que lo sepas. Entonces, me devolvio la misma sonrisa, porque acababa de confesar que, en efecto, me habia quedado mirando. --Estaba evaluando si habia sido consentido --anadi, en un arranque. --Claro, te preocupaba la seguridad de otra mujer. --Exacto. --La mentira me hizo sentir honrada. Como si, en realidad, me hubiera comportado como una heroina en vez de una mirona, motivada por la preocupacion de si Eden estaba sufriendo una violacion o no. Su sonrisita de autosuficiencia me decia que no lo enganaba, pero me siguio el juego: --Espero que hayas llegado a la conclusion de que era consentido. --Al menos por parte de ella. --Lo dije porque pense que seria una pulla, pero, al oirlo, me di cuenta de que parecia que estuviera tonteando. Joder. Quiza si que tonteaba. Su expresion reflejaba la misma duda. --No me he visto obligado a hacer nada que no quisiera. Pero si, razon no te falta. Estaba un poco distraido. En cambio, tu tienes toda mi atencion. --Dudara o no, tenia un descaro impresionante. Y a mi me encantaban los ligones atractivos y descarados. Pero enrollarme con uno no formaba parte del plan de esa noche, asi que tenia que irme. --Ah, muy bien --continue, echa un lio y atontada--. Vale. Si. Me... Bueno. Gracias, pero no. Solo habia subido para hacer una llamada, asi que voy a ello. --Tuve la sensatez de largarme, pero fui incluso mas sensata al decirle mientras me iba--: Por favor, no me sigas. Bueno, quiza no habia sido la sensatez lo que me habia impulsado a echar un ultimo vistazo en su direccion. Queria saber si estaba mirando como me iba. Y, quiza soy una idiota, pero me encanto saber que, efectivamente, lo hacia. Capitulo 2 Teyana respondio tras el primer tono de llamada. --Cuentamelo todo. Yo seguia con la cabeza perdida entre los depositos, en ese desconocido tan atractivo y exasperante. Seguramente, deberia haberme esperado a que me bajara el sofoco antes de llamar, pero me moria por ponerme al telefono para que pareciera que estaba haciendo algo, por si se le ocurria seguirme. No obstante, no habia sido el caso y ahora estaba condenada a hacer un esfuerzo por hablar. Solte algo a medio camino entre un grunido y un suspiro. --Todo iria mejor si estuvieras aqui --asegure, y era la verdad, pero no lo habria expresado como una quejica si hubiese estado centrada. Al instante, trate de suavizar mi comentario--. Quiero decir, se que no seria lo mejor para ti, pero lo seria para mi, y no trato de hacer que te sientas mal, pero es que me gusta que me acompane mi amiga. Joder, que insensible. Mira que centrarme en como me sentia yo y lo mierda que era tener que estar sin ella en vez de preocuparme porque Teyana si que sufria a nivel fisico. Sabia comportarme como una buena amiga para alguien que padecia una enfermedad cronica y agotadora, pero, de vez en cuando, metia la pata hasta el fondo. --Lo siento --anadi, mientras desee haber comenzado por ahi. --Eh, va, no empieces... --Como solia pasar, Tey termino por consolarme a mi--. Soy muy consciente de que mis brotes no solo son una molestia para mi. --Pero es que ahi esta el problema: que solo para mi son una molestia. Para ti, son algo mucho peor. --Si --reconocio--. Son una absoluta mierda. Ojala pudiera estar contigo, de verdad. Ese habia sido el plan original: venir juntas. De hecho, cuando habia visto la invitacion entre la correspondencia de mi jefa, mi idea habia sido tirarla a la basura y no darle mas vueltas, pero Tey me la habia quitado de las manos y los ojos se le habian iluminado con un plan. <>, le habia senalado yo. <>. <>. <>. Fue entonces cuando me lo plantee en serio. Kendra nos habia prestado ropa a Teyana y a mi millones de veces desde que las tres nos conocimos y nos hicimos amigas cuando cursabamos el master en la Universidad de Georgetown. Aunque ya no eramos tan intimas como entonces (convertirse en mi jefa tras la graduacion habia cambiado las dinamicas de la relacion), sin duda me habria prestado algo de haber estado alli. Claro que, si hubiera estado alli, yo no habria fisgado entre su correspondencia y no habria descubierto que se celebraba esta fiesta. Tey debio de darse cuenta de que mi conformidad se abria paso: <>. Los Sebastian pertenecian a la realeza estadounidense. Tenian dinero invertido en todo, desde el acero y el petroleo hasta medios de comunicacion y tecnologia, de modo que, practicamente, la ciudad entera les pertenecia. Su apellido figuraba en tantos edificios como el de los Rockefeller, entre los que se contaba el Sebastian Center, la sede principal de la mayor parte de sus negocios en Nueva York. Y una fiesta con estos fabulosos millonarios como anfitriones resultaba, sin duda, tentadora. <>, habia insistido Tey. <>. Y como razon no le habia faltado en ese sentido, y dado que ultimamente estaba un tanto resentida con Kendra, yo habia accedido. Pero entonces, Teyana sufrio un brote que la mando derechita a la cama y en posicion fetal. Solo habia aceptado acudir a la fiesta para que ella pudiera vivirla de forma indirecta a traves de mi. Hacia tanto tiempo que eramos amigas que era consciente de que, a veces, lo unico que podia hacer para aliviar su enfermedad era vivir mi propia vida al maximo. En muchos sentidos, el hecho de que Teyana padeciera esta enfermedad me habia impulsado a ir mas lejos de lo que habria ido yo sola. Y eso me hacia sentir incluso mas culpable. --?Como te encuentras? --le pregunte esta vez. --Mareada, y es como si alguien no dejara de clavarme un cuchillo de sierra entre las costillas. Pero, sobre todo, estoy aburrida, asi que distraeme y cuentame como va la fiesta. --Bueno... --Lo cierto era que apenas habia pisado la fiesta. Me habia paseado de una punta a la otra de la azotea, habia pillado unos cuantos aperitivos exoticos de las bandejas que se paseaban por el local y, por fin, habia subido por la escalerilla para buscar cobertura y llamarla. Sin embargo, esta version de la noche no iba a distraerla, asi que trate de echarle mas miga: --Todo el mundo va muy elegante, por supuesto. Ropa exclusiva, de diseno. De hecho, me da la sensacion de que no voy todo lo arreglada que deberia, y mira que llevo un Dolce & Gabbana. --He visto la foto. Encajas a la perfeccion, te lo aseguro. Baje la mirada en direccion a la falda de tul rosado. --Parezco una bailarina. --Pareces la primera bailarina del ballet de Nueva York, en todo caso, y eres un pibonazo. Y punto. ?Que mas? Venga, cuenta.