• solo volver a empezar loren mills - Loren Mills

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    Ser agente de la CIA es para Zoe el trabajo de su vida. Al menos, hasta que mataron a su prometido y ocho anos despues le informan de que tiene que trabajar con el agente encubierto que le asesino.
    Noah White, un hombre serio y dedicado cien por cien a su trabajo, despertara en ella el odio y el rencor de los actos pasados, pero no seran los unicos sentimientos que surjan entre ambos. Una mision, un viaje, su mejor amigo David y sus dos companeros de armas bastaran para que Zoe descubra que Noah no es el hombre duro que aparenta ser.
    Dos almas destrozadas por la perdida y el dolor descubriran que para el amor siempre existe una segunda oportunidad.
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  • Donde se cumplen los suenos de Loren Mills

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  • Leona de Celia Del Palacio

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    Obligada a ocultarse en una cueva, como fiera perseguida, una mujer embarazada delira entre la fiebre y los dolores de su inminente parto. Las llagas en la cara, la oscuridad del cubil y la suciedad del cuerpo, ocultan el esplendor de una vida llena de lujos, luces y libros.

  • La criminologa (Los casos de Jennifer Palmer 1) de Arthur R. Coleman

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    En ese punto intermedio entre la noche y el amanecer, Jennifer Palmer se desperto. Mientras se desperezaba aun podia seguir oyendo a Jim Morrison en el recuerdo de su fogoso sueno. Enrollate, nena, enrollate, nena.... Una vez mas, como cada vez que aparecia en sus visitas nocturnas, se pregunto por que sonaba con torridos encuentros amorosos con un hombre que habia muerto antes de que ella naciese y que ni siquiera era su tipo. Ademas, su vida sexual era placentera, intensa y variada. Joven y atractiva, alta, largas piernas, sugerentes curvas y seductores ojos grises, Jennifer no necesitaba los encuentros eroticos en suenos de Jim Morrison para sentirse satisfecha. Abrio los ojos y aun podia oir en su mente a The Doors con Roadhouse blues: Si, vamos al bar de la carretera. Vamos a pasarlo realmente bien. Un buen rato... donde tienen habitaciones... y son para la gente que le gusta hacerlo despacio. Enrollate, nena, enrollate, nena... Entre suaves sabanas de algodon blanco, la joven se incorporo en la gran cama. Recogio su larga melena castana en una coleta y se despabilo lo suficiente para recordar que en unas pocas horas debia encontrarse con Donald Walker, uno de los miembros de la agencia de detectives y asesoramiento en materia criminal que ella dirigia. Donald estaba siguiendo a un marido, un importante hombre de negocios relacionado con el mundo del arte. Al contratarles, su mujer aseguro que estaba preocupada por el. Al parecer el hombre habia recibido alguna amenaza, pero no habia querido emplear escolta privada mas alla de los guardias de seguridad que vigilaban su magnifica galeria de arte y las camaras de vigilancia de su finca y la seguridad del propio residencial. Aunque, penso Jennifer, en realidad lo mas probable es que quisiese saber si le era infiel y conseguir pruebas comprometedoras y usarlas para sacar una buena tajada en el divorcio. Vaya estupidez, penso la joven, como si ser infiel o pretenderlo no estuviese en la naturaleza humana. Por su experiencia, lo raro era justamente lo contrario. De cualquier forma, aunque era un trabajo rutinario y anodino, estaba bien pagado. A pesar de que no era la actividad que mas le atraia, en realidad le interesaba mas bien poco, habia que hacer de todo para mantener a flote la agencia Solution Channel. Descalza por el pavimento de madera pulida, cruzo el salon por encima de la silueta de un dragon estampada en una gruesa alfombra rojiza. A Jennifer le gustaban estos enormes animales miticos. Desde nina le habian fascinado los cuentos de dragones, guerreros y princesas, aunque ella no tenia interes en ser una princesa, lo que deseaba en sus fantasias de nina era convertirse en una aguerrida guerrera que luchase contra el mal. Finalmente, su sueno se habia hecho, en buena parte, realidad. Jennifer era la propietaria de la agencia Solution Channel. Habia estudiado criminologia en SUNY, la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, y desde el principio sus profesores vieron su potencial. Al acabar la universidad pronto se labro un prestigio gracias a sus acertados diagnosticos. Tenia poco mas de treinta anos, y en ocasiones hacia labores de consultora en determinados casos para Inteligencia Criminal del Departamento de Policia de la ciudad de Nueva York: revision de casos desde el comportamiento y las perspectivas de investigacion, analisis del crimen, sugerencias de lineas de investigacion, perfiles de delincuentes desconocidos y estrategias para dar caza al asesino. Una joven precoz, una mente brillante, un cuerpo sensacional. Llego a la cocina y se sirvio un cafe largo bien cargado, solo, sin azucar. El primer cafe del dia solo; el segundo, a media manana, con azucar de cana. En ese momento sono el telefono. ?Quien seria a esas horas tan intempestivas? En el visor aparecio el rostro pecoso y juvenil de Donald. --Hola. --Sera mejor que nos veamos --oyo la voz alterada de su colaborador. --?Es grave? --Se han cargado al objetivo. --No fastidies. ?Donde estas? --Largandome del edificio. Esto se esta llenando de policias. --Esperame en El Mogador. Un contratiempo. La muerte del hombre al que estaban vigilando. Eso no era nada bueno para el negocio. Jennifer solia llevar ropa cenida, que resaltaba su cuerpo esbelto y llamativo. Se puso una blusa y un sueter de lino suave de color verde, abierto en pico, que dejaba ver la curva de sus senos, y unos pantalones beige ajustados a sus largas y torneadas piernas. Se calzo unos comodos zapatos de tacon bajo y se abrigo con un grueso chaqueton de lana trenzada a juego con los pantalones y los zapatos. La primavera estaba cerca, pero aun no harian mas de 10 grados centigrados. Se anudo una suave bufanda de cachemir alrededor del cuello, y salio rauda hacia la cafeteria donde habia citado a su fiel asociado. Donald Walker era fotografo, especialista en el seguimiento de personas y en obtener informacion, y experto en un poco de todo. Melena rubicunda, impulsivo, simpatico, ni muy alto, ni muy atletico. Un joven que pasaba desapercibido, ideal para su trabajo. Solia vestir de forma informal y desalinada, zapatillas de tela, vaqueros descoloridos por el tiempo, no por la moda, camisas amplias y sueltas por debajo de la cintura. Nunca usaba reloj y siempre sabia la hora exacta. El reloj atomico, solian llamarle en la agencia. Buena parte de la ciudad de Nueva York esta en tres islas: Manhattan, Long Island y Staten Island. Jennifer vivia en el distrito de Brooklyn en la punta oeste de Long Island en un apartamento de alquiler, lo que le permitia mudarse de casa y de barrio siempre que le apetecia. Su apartamento tenia una amplia habitacion y un gran salon con la cocina integrada. Cuando se instalo, el barrio era tranquilo y familiar, pero al cabo de un tiempo aparecio una reluciente lavanderia, cafes sofisticados, boutiques, restaurantes independientes y varias tiendas de vinos organicos que fueron la senal de que la zona habia sido conquistada por artistas y estudiantes con poder adquisitivo, y los precios del alquiler se elevaron drasticamente. De mil dolares se habia disparado al doble. Mucha gente trabajadora del barrio tuvo que trasladarse a las afueras donde los precios aun eran asequibles a sus posibilidades. Jennifer tambien estaba pensando en irse a una zona menos convencional. Las modas frivolas le repateaban, pero cerca de su casa aun quedaban lugares y establecimientos en los que se encontraba a gusto, como El Laberinto, un local con cocteles y bebidas de todo tipo, buena musica y amena compania. Jennifer se arrebujo en el chaqueton, salio del edificio y se subio en su Opel Cabrio blanco para dirigirse a Williamsburg, un agradable barrio de Brooklyn. Llego a Wythe Avenue y aparco en las cercanias. El sol apenas comenzaba a despuntar entre los altos edificios, cuando entro en El Mogador, un acogedor cafe bastante concurrido. Donald estaba sentado en una mesa en la parte del fondo iluminada de luz natural y ornamentada con plantas. Tomaba un sandwich de pollo con curry y una cerveza. Su desayuno predilecto, herencia de su padre, un veterano de la Guerra del Golfo. --A ultima hora de la tarde segui al objetivo tras su coche cuando salio de su galeria de arte. Le vi recoger a una joven en la esquina de una zona de dudosa reputacion --explico Donald cuando su jefa se sento frente a el. Le mostro una de las fotografias en la pantalla de su camara. Una chica de veintipocos anos, delgada, guapa, rubia, tez palida y nariz respingona. --Estuvieron hablando un buen rato en el coche, y luego fueron a un edificio en Manhattan, donde el tiene un lujoso apartamento. Estuve observando la entrada. Luego llego otra joven. Donald puso otra fotografia en el visor. Otra joven, unos treinta anos, recia, de mediana estatura, pelo largo moreno, nariz prominente. --Llamo al interfono y le abrieron. Mira --dijo senalando con el dedo indice la imagen--, apreto el boton de la casa de Adams. Al poco salio la acompanante de Adams, y una hora mas tarde la otra joven. Un rato despues vi que el portero no estaba en su puesto. Me extrano. Espere un rato mas y sali del coche a comprobar que pasaba, y justo cuando iba a entrar llego la mujer del fallecido. En cuanto la vi coger el ascensor, entre. El mostrador estaba vacio. El portero estaba inconsciente tumbado en el suelo en una pequena dependencia trasera. Subi al piso del apartamento del objetivo, la puerta estaba abierta. La mujer, Sarah Adams, estaba sola frente al cadaver de su marido. Creo que ni siquiera me vio. Estaba de pie con la mirada perdida y el telefono en la mano. --Vaya --expreso Jennifer mirandole con sus hermosos ojos grises que traspasaban a su interlocutor--. ?Viste entrar o salir a alguien mientras esperabas? --Entraron Adams y su acompanante, luego la otra joven y finalmente su mujer. --?Y salir? --Las dos jovenes, primero una, luego la otra. Nadie mas. Donald le mostro en el visor de su camara las fotografias que corroboraban su relato. El joven se puso un chicle en la boca, como si quisiese anadir una pausa a toda la informacion que acaba de soltar, y mascullo entre dientes. --Feo asunto. --Espera, tengo una llamada. !Hola! --Soy Mark. Mark Crowell, un apuesto y atletico inspector de la brigada contra el crimen de la ciudad de Nueva York. --?Que sucede? --Tenemos que vernos. Asunto oficial --la voz del inspector sonaba preocupada. --?De que se trata? --Asesinato. --?De quien? --el vello de la joven se erizo, signo de la llegada a su mente de una intuicion o, mas bien de una sincronia, como ella preferia explicar que su mente supiese algo que su razon aun no habia explicado. --William Adams, un tratante de arte. Te envio la direccion --dijo Mark, y colgo. Jennifer hizo un mohin con la nariz y fruncio sus labios sensuales y bien perfilados. William Adams. El mismo hombre que Donald estaba siguiendo por orden de su mujer. La joven no creia en las coincidencias. Y aquello era algo mas que una coincidencia. Pero nada ni nadie iban a quitarle las ganas de tomar su desayuno tranquilamente. Pidio al amable y sonriente camarero pan recien horneado, huevos benedictinos, zumo de naranja y cafe. --Nos vemos en la agencia --le dijo a Donald--. Informa a los demas, y prepara todo el material fotografico que tengas del caso. Tras el delicioso desayuno, al salir del local, Jennifer cogio su coche. Cuando una ligera bruma matizaba las aun frias aguas del rio y el sol lanzaba sus rayos matutinos, cruzo los casi dos kilometros del puente de Brooklyn. Aunque el aire era fresco, se veia bastante gente caminando en una u otra direccion del puente, runners, ciclistas y vendedores ambulantes instalando sus cuadros, llaveros y muchos otros recuerdos de la ciudad. Algunos eran turistas madrugadores haciendo fotos y mirando las vistas de la bahia, Manhattan, Brooklyn y a lo lejos la Estatua de la Libertad. Los edificios despertaban a uno y otro lado de la ciudad. Pero en uno de ellos, alguien no volveria a despertar jamas. 2 ELASESINATO La relacion entre Jennifer y Mark habia empezado una manana cuando ella impartio una ponencia sobre criminologia para miembros del cuerpo de policia. Jennifer tenia un especial don para descubrir los entresijos de los casos mas alla de las pruebas aparentes y establecer conexiones entre los hechos que pocos podian ver. Aunque a mas de uno podia parecerle una habilidad sobrenatural, Jennifer simplemente usaba su mente, su memoria y sus excepcionales conexiones sinapticas y redes de circuitos neuronales, trascendentales para los procesos biologicos que se hallan bajo la percepcion y el pensamiento. Cierto que esa genuina capacidad era algo con que la naturaleza le habia dotado, pero ella se ocupaba de mantenerla y mejorarla con sus profundos analisis y reflexiones. Al acabar la conferencia, el se acerco y le pregunto, con su voz segura y viril, algo insustancial para trabar conversacion. --Mejor sera que te conteste tomando algo en la barra de un bar --dijo Jennifer, y el estuvo encantado. Esa misma noche retozaron entre las sabanas gris marengo de la cama de Mark. Mejor en la primera cita, para que hacer esperar lo bueno, sino se corria el riesgo de que no sucediera, opinaba Jennifer, cuantas cosas placenteras dejamos para manana, y ese manana nunca llega. Habian pasado tres anos y su relacion seguia por los mismos derroteros. Compartian casos, cama y conversaciones, algunas de estas ligadas a su trabajo de asesoramiento para el departamento de policia, y otras previas a sus citas intimas. En ambas actuaciones, en los casos criminales y en los encuentros sexuales, al acabar ella se levantaba y se iba. Pocas veces se encontraban en casa de Jennifer, pero cuando lo hacian el tacito acuerdo era el mismo, el se vestia y se marchaba. Todo iba bien. Una relacion fructifera, placentera y sin ataduras. Hacia mas de un mes que Mark no la llamaba para cuestiones policiales, y cuando se encontraban era para otros menesteres mas ludicos. Una cena a la luz de las velas, un buen vino y la gran cama que Mark tenia en su agradable apartamento con vistas al Hudson. En Mark todo era grande. Jennifer media mas de un metro setenta centimetros, y aun asi Mark le sacaba toda la cabeza. Mediada la treintena, pelo rubio ligeramente rizado, aspecto agradablemente desalinado, tez curtida y bronceada y ojos azules, grandes y perseverantes, especialmente cuando miraba a Jennifer. Aunque vivian en Alpine, un exclusivo barrio residencial de Nueva Jersey, los Adams tenian un apartamento junto a la Sexta Avenida en Manhattan. Era una zona cosmopolita que se habia revalorizado mucho en los ultimos anos y un piso en ese barrio solo se lo podian permitir personas muy adineradas. Ante el edificio de piedra gris perla se veian curiosos y periodistas. Los medios de comunicacion ya estaban al tanto del luctuoso asunto. Furgonetas, hombres y mujeres jovenes microfono en mano ante sus respectivas camaras se agolpaban en las inmediaciones del toldo verde de entrada a las doce plantas del edificio. Jennifer se acerco conduciendo con cuidado, abriendose paso hasta llegar a la puerta de entrada custodiada por la policia donde se veia una ambulancia forense. Unos conos rojos y blancos marcaban la zona de la acera y de la calle protegida por la policia. Un autobus amarillo de una escuela precedia al coche de Jennifer y en cuanto paso por el carril libre frente al edificio, la joven aparco junto a la acera y una pequena zona ajardinada al aire libre. Perry Howard, un joven detective del grupo comandado por Mark, la esperaba mientras comprobaba la direccion hacia donde estaban enfocadas las camaras de vigilancia del edificio. De mediana estatura, corpulento, pelo corto oscuro, labios finos y cara sonrosada, al bajar la joven del coche, echo un furtivo vistazo a las largas y estupendas piernas de Jennifer y a su escote que, aunque prudente, se adivinaba entre el grueso chaqueton y dejaba ver parte de sus bien moldeados senos. Cuando Jennifer entro en el lujoso edificio, Mark estaba en el hall dando instrucciones a dos agentes para que hablasen con todos los vecinos del edificio. Vestido con chaqueta de sport y camisa gris, pantalones negros y mocasines comodos para poder moverse con facilidad en caso de necesidad. --El edificio tiene camaras --le indico Perry cuando se acercaron--. Cuatro, entre la entrada y la recepcion. --Compruebalas --ordeno Mark--. Y tu --se dirigio a Ron, otro de sus colaboradores--, ve tambien a hablar con los vecinos de los otros apartamentos de la planta doce por si han visto u oido algo. El detective Ron Speegle, adjunto a Mark, se aproximo. Pelo largo, castano y nariz prominente, un hombre macizo de voz grave a quien la gente solia escuchar con atencion, especialmente cuando movia sus grandes y recias manos. Mark se acerco a ella y le saludo con una sonrisa seductora. --Empieza desde el principio, mon ami --correspondio con otra sonrisa Jennifer. La joven habia pasado un ano aprendiendo frances y haciendo un master en la Universidad de Paris sobre criminologia y analisis de la conducta, y de vez en cuando le gustaba meter algun termino en frances con las personas a las que apreciaba y con las que se sentia a gusto. Y Mark era uno de sus preferidos. Guapo, amigo leal y gran amante. !Que mas se podia pedir! Mark miro con admiracion el sensual cuerpo embutido en el ajustado sueter, pero reprimio sus instintos sensuales y se limito a hablar del caso. --Un asesinato. --!Que novedad! Ni que estuviesemos en Nueva York. --Me ha llamado el capitan Mael para asignarme el caso y me ha dicho que te incorpore al grupo como consultora. --Al final acabare cayendole bien. --Me parece que el asunto no va por ahi --contesto Mark--. Ahora lo comprobaras. Mael y Jennifer tenian diferentes enfoques en cuanto al modo de enfocar los casos y los tramites reglamentarios. Y de ahi su cierta prevencion hacia Jennifer, quien a veces gustaba de coger atajos para evitar farragosos procesos burocraticos. --Vaya, que desilusion --chanceo Jennifer. Mientras hablaban se dirigieron al interior del edificio. El portero estaba siendo asistido por unos sanitarios. --Por lo que parece ha sido drogado, pero en un rato podra hablar con cierta coherencia -- dijo Perry, refiriendose a un hombre de mediana edad con una prominente calva, que estaba medio abatido en una silla y con los botones dorados de una chaqueta gris desabotonados. --?Aviso el a la policia? --pregunto Jennifer. --No, fue la mujer del difunto. La joven recordo el relato de Donald sobre la mujer con el telefono en la mano y la mirada extraviada. Los dos cogieron el ascensor y el detective pulso el boton de la ultima planta. --?Y la victima? --Millonario, norteamericano --contesto Mark. --?Norteamericano en Norteamerica? --dijo sarcasticamente Jennifer--. Esto se pone interesante. --Una de cada tres personas que viven en Nueva York no ha nacido en Estados Unidos. Bueno, ?vas a dejar de interrumpirme? --Claro, claro, continue --dijo la joven dando un toque en el brazo del inspector con su suave y firme mano. Un breve pasillo bien iluminado con apliques dorados en las paredes y revestido de marmol claro conducia a cuatro lujosos apartamentos. Ante la puerta abierta de uno de ellos se veia a dos policias hablando entre ellos con una cinta amarilla en la mano en donde se veia: escena del crimen, no pasar. Los miembros de la cientifica entraban y salian como si estuviesen en la cafeteria de la esquina. --Era un hombre hecho a si mismo --comento Mark. --Un canalla, vaya. --Un triunfador. --Vamos, eso. Nueva York, simbolo internacional y centro de las finanzas, sede del mayor mercado de valores del mundo y centro de grandes negocios en todos los ambitos incluyendo el arte de vanguardia. Y en esta area, William Adams habia sido el rey.

  • Nieve roja en diciembre de Simone Van Der Vlugt

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    Paises Bajos, 1552. Esta a punto de declararse la guerra de los Ochenta Anos y la joven catolica Lideweij se enamora de un medico protestante. Pese a la oposicion de su padre, elige el amor y huye con el. La pareja decide establecerse en Breda, donde el marido se convierte en el medico personal de Guillermo de Orange. Cuando el clima politico cambia bajo el reinado de Felipe II, Lideweij y su familia se refugian en una pequena ciudad donde confian en estar a salvo, hasta que un tragico destino los alcanza. Es tiempo de mujeres valientes y de luchar por todo aquello en lo que se cree.

  • Libre eleccion de Begona Gambin

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  • Parentesco de Octavia E. Butler

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    Mas de treinta y cinco anos despues de su lanzamiento, Parentesco sigue atrayendo a nuevos lectores con su profunda exploracion de la violencia y la perdida de la humanidad causada por la esclavitud en Estados Unidos, y el impacto complejo y duradero que aun tiene este hecho historico en la actualidad. La obra mas famosa de Butler, aclamada por la critica, cuenta la historia de Dana, una joven negra que de repente e inexplicablemente es transportada desde su hogar en la California de la decada de 1970 hasta la guerra civil.

  • No me da la vida de Lucia Be

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    Tras un par de giros imprevistos en su familia y su trabajo, vuelve la mas divertida Lucia Be con un diario personal que refleja a la perfeccion el dia a dia de muchas mujeres de su tiempo. Maternidad, estilo y living la vida freelance; amigas, pareja y copas de vino; infusiones, bizcochos recien salidos del horno y dibujos a mano en una libreta. NO ME DA LA VIDA es a la vez un grito optimista que se empena en continuar celebrando todo lo que viene al tiempo que expresa el agobio de una generacion que debe estar siempre disponible y mostrando lo que hace a cada instante. El desenfreno de vivir on fire las 24 horas necesita un nuevo manual de instrucciones que, al menos, nos lleve a tomarnos con humor y positividad la locura cotidiana.

  • La septima lapida de Igor De Amicis

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    < thriller que rezuma autenticidad y que no tiene piedad con nadie.>>
    Sandrone Dazieri, autor de No esta solo.

  • Tras el riesgo (eLit 3) de Tori Carrington

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    Nicole Bennett no solo era una chica mala, tambien era una ladrona. Y, aunque habia pasado malos momentos, nunca la habia seguido un tipo como Alex Cassavetes. El problema no era que la estuviera investigando, sino que ella tambien queria investigarlo a el… muy a fondo.Alex jamas habia conocido a una mujer como Nicole: era salvaje, desinhibida… y muy sexy. Pero tambien era su unica pista en un importante caso de robo. El peligro de intentar atrapar a un ladron con la ayuda de una ladrona era que podria ser el al que le robaran… ?el corazon?

  • Pecado y pecadores de Julio E. Zambrano

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    Danielle Fontaine vive su sueno. Ha hecho su debut en las pasarelas de Paris y alcanzo la cumbre. Su noche de triunfo, sin embargo, se hace anicos cuando Roberto Rossi, un amante del pasado, regresa inesperadamente queriendo retomar aquel fallido romance. Su unica noche de pasion se torna violenta y Danielle viaja a America dejando atras su mayor exito. Llega a South Beach, Miami, con poco equipaje y una gran necesidad de trabajar.

  • El banquete de las barricadas de Pauline Dreyfus

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    22 de mayo de 1968. Paris esta paralizado por la huelga general. En las calles hay barricadas. El pais esta en estado de shock. Se respiran miedo, tension y esperanza. En el senorial Hotel Meurice, sito en el 228 de la elegante rue de Rivoli, el personal no ha ido a la huelga, pero, tras reunirse, los trabajadores han decidido optar por la autogestion, dejando al director de lado. Sin embargo, en medio de ese incierto clima revolucionario, la vida sigue, y ese dia en el Meurice esta convocado el banquete del premio literario Roger-Nimier. ?Se podra entregar el galardon?

  • El silencio de las ruinas de Daniel Jerez Torns

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    Agosto de 2010, las obras del AVE, el tren de alta velocidad, provocan la caida de la Sagrada Familia.
    El caos se aduena de la ciudad y Barcelona dejara de ser lo que era.
    25 anos despues, a las puertas del aniversario del Derrumbe, un grupo terrorista intenta sumergir de nuevo a la ciudad en la oscuridad. Barcelona ha sufrido muchos cambios desde entonces.
    Salva intentara evitar el exito de la accion terrorista y defender la principal fuente de ingresos de la ciudad: el turismo.
    Una trama de misterio en una Barcelona de 2035 que pone en tela de juicio el modelo turistico de las ciudades y el impacto que tiene en la sociedad.

  • Una lista de jaulas de Robin Roe

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    <>. Todo el mundo conoce a Adam Blake: es el chico mas amable y sonriente del instituto, ese un poco torpe con tanto carisma que cualquiera pasa por alto sus despistes. A Julian, en cambio, no lo conoce nadie. Excepto Adam Blake. Hace anos fueron hermanos adoptivos durante un breve periodo de tiempo, hasta que un familiar reclamo su custodia. Cuando se reencuentran, Adam se entusiasma. Julian sigue siendo el mismo de siempre: generoso, algo callado, aficionado a escribir historias y leer libros infantiles. Pero tambien revela otros aspectos que ignoraba, como una actitud huidiza y el rechazo a hablar de como son las cosas en su nuevo hogar. Porque hasta la persona mas invisible puede ocultarse tras un velo de secretos y, si uno esta dispuesto a descubrirlos, <>. <>.

  • Cuando Pase tu Ira de Asa Larsson

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    La novela mas vendida de Asa Larsson. Un asesinato despierta viejos fantasmas de colaboracionistas nazis en Kiruna. Wilma y Simon son dos jovenes enamorados que han decidido sumergirse en el helado lago de Vittangijarvi, en el norte de Suecia, en busca de los restos de un avion aleman perdido en 1943. Mientras bucean, alguien corta la cuerda de seguridad de Wilma y tapa el orificio de salida en el hielo. No podran escapar. Cuando la primavera se acerca al norte de Suecia, el cuerpo de Wilma emerge de las aguas del rio Tornealven. Al mismo tiempo, una figura fantasmal aparece en los suenos de Rebecka Martinsson, la reputada abogada de Kiruna. ?Es el fantasma del cuerpo que ha aparecido en el rio? Junto a la inspectora de policia Anna-Maria Mella, Rebecka se sume en un enigma que despierta antiguos rumores de colaboradores nazis en Kiruna, un lugar donde la verguenza y el secreto controlan los recuerdos de la guerra. Y un asesino esta dispuesto a seguir matando para mantener el pasado enterrado para siempre bajo el hielo y la nieve. <>, Booklist. <>, SKTFtidningen. <>, Aftonbladet.

  • El mundo de Sir de Remedios Moreno

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    Despues de mas de quinientos anos, la leyenda de Barsali se reanuda. Llego el momento en que Drako y su jinete se encuentren para poder cumplir juntos su destino.
    Las vidas de un joven matrimonio y la de sus tres hijos cambiaran radicalmente durante una simple excursion familiar al descubrir, repentinamente, un mundo de seres fantasticos tan real como el que conocian.
    David, un chico de solo trece anos, descubrira que sobre el recae el destino de ambos mundos, tendra que luchar con criaturas temibles, crecera junto a su dragon y descubrira que todo lo que haga tendra sus consecuencias.
    Un destino para el que nadie lo ha preparado, una lucha inevitable, Barsali es solo el principio y la leyenda acaba de comenzar.
    ?Sera capaz el jinete de estar a la altura?

  • Te regalo una sonrisa de Josefina Fernandez

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    Maria se siente una mujer muy afortunada, hasta que un terrible accidente da un giro inesperado a su vida. Tras varias semanas en el hospital, despierta del coma, pero sus recuerdos mas felices con Miguel se borran de su memoria, y esa parte de su pasado desaparece. Miguel la quiere con locura, pero ahora, el es un extrano para ella.

  • AMAL, lola chinchilla de Lola Chinchilla

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  • Un millar de flores de Lis Haley

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    “Tras dejar atras su Japon natal, Kaori elije Nueva York como destino en el que vivir segun sus propias normas. Va disenando su futuro a traves del pequeno negocio de arreglos florales que dirige, y solo se lamenta porque posee una brujula de lo mas erronea para elegir pareja. Por este motivo, no le extrana verse atrapada en una irresistible atraccion hacia un hombre de negocios que tiene planificado hasta el ultimo milimetro del resto de su vida.
    Victor Tilman tiene un unico objetivo: conseguir que la Tilman Company Purchases, su empresa inmobiliaria, sea la numero uno a nivel internacional. Con ese objetivo, se compromete con Ariana Fox, hija del magnate que supone su principal competidor. A pocos dias de la boda, su sofisticada prometida le pide que consiga los centros florales mas bonit”

  • Palabra de meiga de Mara Mornet

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    La noche daba la bienvenida a una niebla proveniente de mal augurio en el Valle de las Almas, nombre con el que los aldeanos del condado de Monterrey bautizaron la zona ante las desapariciones que anos atras se estaban produciendo en ese lugar. Cascos de caballos se precipitaban a toda velocidad junto a sus jinetes, en busca de dos figuras encapuchadas que huian apresuradas junto al acantilado del mismo nombre que el bosque. La primera silueta, un hombre fuerte, de grandes dimensiones, con el emblema del condado, miraba varias veces hacia atras para calcular el avance de sus perseguidores, maldiciendo a cada paso que daba. La otra figura, una mujer delgada de cabellos dorados, intentaba seguir los pasos del primero sin mirar atras. Las lagrimas que le brotaban a esta ultima resbalaban por sus mejillas redondeadas, enrojeciendo sus ojos de color esmeralda. No podia cesar de correr si no queria ser capturada. Una flecha intercepto al hombre y lo derribo. La mujer se detuvo y se acerco a su amado herido, dando la vuelta a su cuerpo para verle la cara. En un acto de valor agarro fuertemente la flecha y se la despojo, sin poder evitar que el varon soltara un alarido de dolor. Rapidamente rompio un trozo de la manga de su vestido y tapono fuertemente la herida causada por el instrumento punzante, tallado en madera con filo de acero. --Laia, debes irte. !Ahora! --El hombre la aparto de su lado con un manotazo, debia huir sin mirar atras. --No te dejare, !no puedo! --exclamo la mujer llorando sin parar. --!Tienes que hacerlo! --Un hilo de sangre salio de su boca--. Salva lo unico que nos queda, yo intentare entretenerlos todo lo que pueda. El tronar de los cascos de los caballos anunciaba que estaban a menos de cien metros de la pareja y que la mujer debia partir. Ella vio que no tenia tiempo, beso los labios del amor de su vida y prometio salvar lo mas preciado que tenian. Corrio, pero se escondio en unos arbustos cerca de donde su amado se encontraba. Su amor por el era demasiado fuerte para abandonarlo. El hombre se levanto como pudo, miro hacia el camino donde su amada desaparecio y espero al ejercito del conde de Monterrey. --Te amo, amor mio --susurro el hombre bajando la cabeza, a la espera de su cruel destino. Los caballos se detuvieron frente a el, resoplando ante tal carrera. El general del batallon bajo de un salto de su montura y se dirigio al hombre herido, asestandole un punetazo en la cara que le tumbo en el acto. El hombre intento levantarse, pero la bota del jinete lo impidio, pisandole la herida que hacia poco le habian causado. El enemigo se quito su barbuta descubriendo asi su identidad, viendose las caras captor y perseguidor. La presion que la bota ejercia en la herida hacia que emanara mas sangre, arrancando los gritos del hombre herido. --Sabias que la traicion te costaria la vida y aun asi la preferiste a ella antes que a la familia. Debes morir por ello. El jinete le miro con maldad. Desenvaino la espada y coloco su brillante filo en el cuello del hombre herido mientras la mujer escondida presenciaba todo lo que pasaba, tapandose la boca para no gritar. --Padre, por favor. No pido piedad para mi, pero si para la persona que robo mi cora… El conde de Monterrey no dejo que terminara la frase, traspasando con la hoja de su espada el cuello de su hijo. Un grito desgarrador escapo de la garganta de la mujer y delato su posicion. Los captores miraron hacia los arbustos y la mujer salio del lugar, dejandose ver en su totalidad. --!Cogedla! --ordeno el conde de Monterrey. Los jinetes, ante la orden de su senor, avanzaron sobre sus caballos al galope mientras la mujer intentaba reaccionar corriendo hacia el acantilado como alma que lleva el diablo. En su travesia, miro atras un instante, viendo a su amado muerto en el suelo, desangrandose. Se toco el vientre y, con una ultima lagrima, desvio su mirada hacia el horizonte. Sabia lo que tenia que hacer. Al llegar al acantilado vio las olas romper contra las rocas. Miro la luna que alumbraba el lugar y grito a los cuatro elementos de la Atalaya, suplicando ayuda ante su inminente desenlace. El jefe del clan, que habia llegado a su altura, la cogio del cuello y la zarandeo, tirandola al suelo y descubriendo asi su prominente barriga. --?Como has podido? --Miro la tripa de la mujer, sabiendo que esa criatura llevaba su sangre--. Mi hijo murio por alguien tan insignificante como tu. No te lo perdonare --dijo el jinete empunando su espada. --Tu odio lo ha asesinado, no yo --grito la mujer con toda su rabia--. ?No ves que podriamos haber acabado con esta absurda disputa de tantos anos entre especies distintas? --?Disputa? Nosotros no nos juntaremos jamas con tal calana, sois el mal de nuestro planeta. Lo unico que tenemos que hacer con vosotros es exterminaros a todos. El odio del conde era tal que sus ojos estaban impregnados en sangre. Detestaba con todo su ser a una especie que podria arrebatarle su trono con tan solo un gesto de manos. !No! No podia permitirlo, mientras el viviera debia aniquilar todo rastro de ellos. --Te cortare el cuello y, mientras te desangras, te arrancare esa abominacion que crece en ti, viendolo morir ante tus ojos --continuo el conde. La espada del jinete fue directa al cuello de la mujer. Esta, con rapidez, agarro la hoja con las dos manos, deteniendo su filo. El jinete, ante tal acto, le asesto una patada en el vientre, haciendo que la mujer se encogiera retorciendose de dolor. Al verla en esa posicion, el hombre le asesto otra patada, esta vez logrando que la mujer abrazara el vacio del acantilado; pero se aferro rapidamente al termino del desfiladero en un intento de alargar su supervivencia. --Si yo muero, vosotros caereis conmigo por toda la eternidad --afirmo la mujer. --Bruja del demonio. --El hombre piso entonces la mano donde se sostenia, a su pesar, la mujer para no caer a las rocas. Entonces clamo al cielo: --Elementos ancestrales, el acto que se produzca ante vosotros hoy, que tenga consecuencias para mis asesinos. --Miro su destino. Sabia que iba a morir y no podria ver nunca la carita de su angel al nacer--. Que la oscuridad que produzcan mis enemigos se duplique en maldad, ante sus congeneres y ante ellos mismos. El pie del jinete dejo de pisar la mano de la mujer al escuchar tal maleficio. --?Que has hecho, bruja? --dijo el conde. Laia agarro el talisman que llevaba colgado en el cuello y lo apreto fuertemente con la mano que tenia libre. --Solo el talisman del amor podra romper mis palabras; y solo el podra perdonar la atrocidad cometida. Al termino de sus palabras se solto, cayendo al vacio. El hombre intento alcanzar el amuleto, pero no llego a tiempo; solo pudo contemplar como la mujer se precipitaba hacia las rocas y las aguas se la tragaban en su totalidad, junto con su salvacion. Al ver la imagen y la accion que habia cometido, el conde cayo de rodillas. Unas nubes negras surgieron de la nada. Truenos y relampagos empezaron a rugir haciendo que varios de los caballos del ejercito del conde se asustaran y salieran despavoridos del lugar. Otros, todavia con su montura en alto, se pusieron a dos patas por el pavor que les producia, haciendo que sus jinetes volcaran y se precipitaran al suelo. El lider, al mirar a sus companeros de batalla, descubrio con pavor como se estaba transformando aquella noche con niebla en una noche salvaje, llena de maldad y tempestades. Uno de los relampagos alcanzo al conde, electrificandolo y paralizandolo de dolor. Su grito envolvio todo el valle, cayo al suelo y vio como sus camaradas y el mismo empezaban a cambiar de aspecto. Tatuajes de lineas negras como la noche empezaron a salir en sus cuerpos fornidos por las batallas, confirmando que la maldicion pronunciada por la bruja muerta no eran palabras en vano. El conde de Monterrey tomo su escudo y se miro el rostro; el reflejo que presencio hizo que abriera completamente los ojos. Aquella mirada nada tenia que ver con un ser humano. Eran los ojos de una bestia, de un ser de las tinieblas, rojos como la sangre y petreos como el hielo. Lanzo su escudo al suelo, impactado por la transformacion que habia sufrido, y cogio su espada, colocando su filo en su pecho al tiempo que juraba que nunca seria como sus enemigos. Entonces se clavo su propia espada en el corazon, desplomandose en aquel instante sobre el suelo y abandonando a sus hombres con una maldicion palpable en sus cuerpos

  • Una Beldad Indomable (Las Elegidas 3) de Laura A. Lopez

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    Miembro de una familia burguesa en pleno apogeo, Agatha Millford se congracio con la sociedad y las matronas que regentaban Almack’s. Se desenvolvia con gran notoriedad y seguridad, augurando para ella un excelente porvenir. En su primera temporada tomo las riendas de Almack’s, apoyada por sus padres que la consentian en exceso y por las matronas que estaban encantadas con su belleza. --?Este ano no vendra el esperpento de la senorita Ross? --bufo, abanicandose, mientras observaba a los asistentes al club. Le parecia extrano no avizorar siquiera a la hermana de Melissa Ross. --?No te han contado, querida? La senorita Ross, la mayor, se casara despues de la menor. --Lo habia olvidado. Es que no me interesa --sonrio, acomodandose los guantes despues de cerrar su abanico--. Entonces, este ano nos libraremos de ellas. Es emocionante… --La competencia en Almack’s ya no existe. Morgana Ross era una muchacha preciosa --alego la matrona --. Ahora tienes todo este lugar para ti. Es una pena que la senorita Melissa Ross se haya comprometido con tan buen candidato. --El marques de Dorset era un buen candidato, pero no el mejor. Yo quiero cazar a un duque. Escuche de buena fuente que el duque de Sutherland estara pronto en Londres. No lo conozco, mas me han hablado de su atractivo y su riqueza y, conclui que es lo que me merezco --aseguro Agatha. La matrona que la acompanaba asintio con vehemencia a sus palabras. Agatha era rubia, de ojos verdes y de una piel tersa y delicada. Su astucia y su inteligencia eran innegables, pero era en ocasiones frivola y despreciable. Morgana Ross habia sido una competencia terrible, pues tenia una belleza incomparable y, deseaba que pronto se fuera para poder estar con tranquilidad. Sabia que ella cayo en un mal matrimonio con un conde arruinado y se alegro por su pesima suerte. Agatha bailaba con quienes ella escogia y no con los que la seleccionaban. Su padre recibio varias propuestas de matrimonio a las que quiso acceder para que ella fuera casada, sin embargo, no eran de lo que deseaba. No queria ser una senora burguesa como su madre. Aspiraba a pertenecer a la nobleza. Ellos no tenian nada que envidiar a los nobles, no obstante, estaba confiada de que tenia el porte para llevar un titulo y un gran apellido. Recorrio el salon de Almack’s criticando la vestimenta de algunas asistentes. Para Agatha parecian desde pasteles hasta naranjas aplanadas. Si por ella fuera les prohibiria la entrada a las poco agraciadas y agraciados. Una vez que se canso, fue junto a sus padres y se sento para beber una copa. --Si de mi dependiera, este lugar tendria menos personas --comento a su madre. --?Por que lo dices, Agatha? --Hay una diferencia entre poco agraciadas y desgraciadas. Aqui hay catastrofes para los ojos, madre. ?Ya vio el vestido de lady Katherine? Creo que intenta ocultar algo con aquella falda tan extendida. ?Tambien vio a la senorita Gertrude? Se va a asfixiar con sus senos tan arriba. --Enloqueceras si sigues buscando defectos en las personas. Tu debes casarte y mas nada. Llevamos una segunda temporada por tu capricho, Agatha --reclamo su padre--. Todos estos afanes tuyos nos estan costando demasiadas guineas… --Basta, John. Tu hija se casara con quien quiera. --?No he conservado suficiente contigo? Gasta demasiado --se molesto el senor Millford al ser desprestigiado por su esposa frente a aquella nina caprichosa. La senora Millford conocia la situacion economica de la familia, pero hacia oidos sordos a lo que le decia por no ofuscarse. --No escuchare como discuten --dijo Agatha, alejandose de ellos. Sus padres renian con frecuencia desde la temporada anterior. Recordo que le quisieron restringir sus compras de vestidos nuevos, mas ella se habia negado y continuaba como si nada. Se acerco a las demas damas que estaban muy entretenidas mirando a la entrada. --?No te parece interesante el caballero? Me han contado que Almack’s tiene un nuevo integrante --conto Mary Anne a Lady Louisa Blackbourne. --Es el conde de Sussex. --indico lady Louisa--. Oi hablar de el hace poco. Es un heredero muy reciente. --Y joven --indico jovial Mary Anne. --?De que estan conversando? --Agatha, le estaba diciendo a lady Louisa sobre el nuevo conde de Sussex. --Oh si ?El que aun huele a estiercol de las caballerizas del marques? --se burlo moviendo las manos de manera desinteresada. --Creo que si. Es aquel --senalo lady Louisa con discrecion. Ella miro al esbelto caballero que estaba acompanado de una mujer de mucha edad. Su melena castana estaba un poco sobre su hombro. De costado podia ver su nariz puntiaguda y sus labios ni tan finos ni tan gruesos, pero no llegaba a ver el color de sus ojos. A primera vista era un caballero con un gran atractivo por el que cualquier dama quizas arriesgara su buen nombre, pero no para Agatha. Era un simple beneficiario de un parentesco, no era alguien que tuviera sangre noble. No habia atractivo que compensara sus objetivos. --Mi mente me hace jugadas sucias. --profirio--. Puedo verlo como si estuviera vestido a modo de un mugriento mozo de cuadra con hedor a estiercol de caballo. Mi recomendacion, damas, es que solo una mujer desesperada se casaria con un hombre sin una gota de estirpe en su sangre. Es mejor acabar solterona. --A mi no me parece despreciable --contradijo Louisa. --Querida, a ti cualquier mosca te resultaria agradable. Deberias elegir mejor o cambiar de gustos y habitos. Louisa rodo los ojos al igual que Mary Anne. Ambas estaban deseosas de que Agatha dejara que Almack’s fuera un lugar mas sociable. Ella intentaba que todos tuvieran conflictos entre ellos, murmurando sus intrigas y opiniones como si fueran una verdad absoluta. Duncan no estaba en el lugar que deseaba. Preferiria estar en el campo adiestrando caballos para su antiguo patron. Aquel titulo lo habia hecho cambiar en todo. --?Ya vas a dejar de rascarte la cabellera como si fuera que tienes liendres, muchacho? -- gruno la dama de edad, golpeandolo en el brazo para llamar su atencion. --Lady Sophia, no me siento comodo. --?Quieres una esposa para perpetuar el titulo? Es tu obligacion. Aqui es donde estan las muchachas mas bonitas, de buena familia e inteligentes, aunque, no en todos los casos se da la agudeza. Como sucesor de mi esposo, la unica condicion que tienes es casarte y dar herederos. Era su ultimo deseo, puesto que, no pude cumplir con darle hijos. --Lo comprendo. ?Pero no podriamos buscar en otro lado? Quizas algun pueblo… --!No! Muchacho testarudo y salvaje. ?Que hare con dos barbaros? Es dificil darte clases a ti y, me imagino que sera mucho mas dificil impartirselas a una muchacha pueblerina que igual que tu no sepa leer. Duncan se sonrojo, avergonzado. El fue criado lejos y sin privilegios. Estaba aprendiendo a leer y a escribir. Aquella amable dama viuda que era su tutora y Thomas que desde un primer momento lo acogio como su par, lo ayudaban a intentar introducirse en la sociedad. Era ignorante en lo referente a la administracion del dinero de las tierras y del resto, el solo sabia de caballos, de cotizaciones de los mismos, de su procedencia y rendimiento. Esa era su vida o al menos, lo fue.--Observa ?Que no hay alguna que te resulte bonita? El observo alrededor y sabia que podia quedar ciego. Nunca habia visto tantas mujeres juntas y por sobre todo muy agraciadas. --Todas son preciosas, tanto que no se me da la eleccion… --Eres un mamarracho, Duncan --lo volvio a golpear--. Presta atencion… Obligado por la dulce lady Sophia, se decidio a mirar un poco mejor y no pudo pasar por alto a la belleza rubia que sostenia su abanico, mientras estaba acompanada de dos damas. --Esa es hermosa --senalo indiscreto y lady Sophia lo volvio a golpear para que recordara no hacer aquello. --!Es adorable! !Que nina tan bonita! Te dije que observaras mejor. No hay amor a primera vista, sino a una segunda --menciono la dama. --?Que debo hacer con ella? --A Dios le aviso que perdere la paciencia contigo. Buscaremos a alguien que nos presentara a la muchacha y, despues, tu la invitaras a bailar y el resto sera historia, una esposa e hijos. --?No es un poco pronto para hablar de hijos con una desconocida? --Pero sera tu conocida en unos instantes mas. Vaya perezoso resultaste --recrimino abriendo su abanico. Lady Sophia suponia que habia tenido encuentros con muchachas del pueblo o alguna criada por su atractivo. Era muy parecido a su esposo en sus epocas de juventud. Aquel Duncan Nolam podia sacarle mas canas a los pocos cabellos negros que le quedaban con aquella actitud timida y reservada que mostraba con la gente de su propia clase. Pese a haber crecido en las caballerizas del marques de Dorset, por sus venas corria la sangre de un aristocrata rebelde pariente del conde de Sussex, quien odiaba todo lo que era los convencionalismos y se aboco al entrenamiento de caballos para mantener a la familia que habia formado con la hija de humilde panadero de Bath. Despues de que sus padres murieran, Duncan se quedo para continuar con el trabajo de su padre en las caballerizas. Ella le habia caido del cielo al joven en una tarde de verano. Piso el estiercol de las cuadras cuando Duncan estaba hablando con Thomas. Recordo que ambos desconocian a la elegante dama que vestia de luto por la muerte de su esposo. Desde aquel momento, la tranquila vida de ese primo de su esposo cambio para siempre. Lo veia por las noches intentando comprender numeros que le eran dificiles de entender, tanto que, lo oyo gritar por la frustracion. Le daba pena en ocasiones, pero lo tenia que presionar para conseguir que el dinero y las propiedades quedaran a buen resguardo. Si bien comprendia que Duncan era un hombre de campo, lo veia con el animo suficiente de cumplir con lo estipulado con el apoyo del marques lo iba consiguiendo con lentitud. Lady Sophia se acerco a una dama elegante que observo a Duncan con curiosidad y admiracion. --Mi querido Duncan esta interesado en conocer a aquella muchacha… A la rubia --indico refiriendose a Agatha. --Bonita y seductora como una serpiente. ?Por que mejor no baila con lady Louisa? Ella es carismatica e inteligente. --El eligio a la serpiente. Demosle lo que desea --indico sonriente. Capitulo 2 La matrona querida disuadir a la condesa viuda de que escogieran a Agatha Millford. Cuando le contaron que tenian un nuevo miembro en Almack’s y, que era un humilde domador de caballos en su pasado, ella se habia quebrado de la risa por lo ridiculo que le resultaba aquello. --Esta bien, pero un joven tan buen mozo deberia apelar a algo mas agradable --insistio la mujer. Duncan bajo la cabeza al escuchar aquellos comentarios de la elegante dama que los guiaba hacia las damas de la tertulia. --Lady Sophia, tantos anuncios sobre la muchacha no terminan de convencerme. Que se refieran a alguien de serpiente y que quiera que apele a algo mejor, no es nada alentador. --Si te dejas convencer por todas las opiniones, nunca tendras una propia. Es mejor que uno afronte su eleccion --replico con decision. Mary Anne y Louisa sonreian porque se acercaria el atractivo joven de facciones timidas y ojos avellana. En cambio, Agatha no podia evitar que su rostro retratara la poca gracia que le producia conocer a un hombre que no le traeria un solo beneficio o ventaja en su vida. --Aqui estan las mas preciosas joyas de Almack’s. Quiero presentarles a estas personas. -- senalo, refiriendose a Duncan y a su tutora--. La dama es lady Sophia, condesa viuda y, el es Lord Duncan conde de Sussex. El fijo sus ojos en la desafiante rubia que lo miraba de manera despectiva. Miraba sus zapatos y prendas haciendo un gesto de molestia con los labios y otros de hartazgo con los ojos, mientras la matrona hacia la presentacion de las otras muchachas que reian ansiosas. --Es un placer conocerla, Lady Louisa, tambien a usted, senorita Mary Anne...--dijo besando las manos de cada una de ellas antes de llegar a la mas alejada de la tertulia--. Es un gust... --No me bese la mano. Se lo agradeceria --lo interrumpio presta al sentir el contacto de su mano con la de ella. La dama y lady Sophia no podian asimilar aquella groseria hacia Duncan, que asintio. Louisa y Mary Anne desaparecieron sus sonrisas al escuchar la insolencia de Agatha. --Disculpe si no es asidua a esos contactos. Estoy aprendiendo y le ruego me perdone si he sido grosero, grotesco y descortes... Agatha no se dejaba convencer por las disculpas de Duncan, pero por su propia reputacion hizo una venia para aceptarlo. Tuvo un pequeno desliz entre sus pensamientos y su lengua. --Senorita, el joven conde desea bailar con usted una pieza --anuncio la mujer dejando de lado aquel momento incomodo que los conmociono. Mary Anne codeo a Louisa que sonrio complice al ver que Agatha iba a refutar aquello de manera tajante, sin embargo, ellas dos querian que aquella altanera y frivola muchacha recibiera un escarmiento. Siempre habia salido impune de todos sus malos emprendimientos para dejar mal a los demas. Llego el momento de que se le devolviera un poco de su pesima estima por el resto. --Yo... --!Agatha lo hara! --interrumpio Mary Anne. Ella palidecio al escuchar aquello. De ninguna manera ella caeria en tal miseria para bailar con el menos sofisticado de los caballeros. --!No, no puedo! --se nego mirando a Mary Anne. --Sabemos que estas cansada por haber bailado tanto. Milord, solo debe esperarla un momento... --continuo la joven ante la imperterrita mirada de Agatha que amenazaba con desmayarse por las palabras de Mary Anne. --Creo que, entonces, mi querido Duncan vendra por usted en un momento mas. Esperara a que descanse ?No es asi, Duncan? --inquirio lady Sophia. Dudaba en responder porque estaba seguro de que el color del rostro de la joven no decia que estaba cansada, sino que iba a morir ahi. --Si, usted descanse y otra vez, perdoneme... Louisa le hizo un guino a la mujer que acompano a Duncan y lady Sophia para que conocieran a mas gente, mientras que aquellas muchachas estaban al borde de conocer la furia de Agatha. --!Mary Anne, como pudiste hacer eso! --reclamo Agatha, golpeando su falda con las palmas abiertas--. !No pienso bailar con ese...mozo de cuadra! --Deberias practicar ser tolerante eres hosca, Agatha. ?No es suficiente para ti que alguien con su atractivo te haya escogido para bailar? Tiene fortuna y un titulo... --razono Mary Anne para que ella se diera cuenta, pero el rostro grunon y hostil de Agatha decia que muy poco le importaba. --No necesito de amigas como ustedes... --espeto. Se retiro altiva y petulante como era su costumbre. A aquellas muchachas no les causo afectacion las palabras de resentimiento de Agatha, pues ella no era una persona asocial con quienes deseaba estar, sino con quienes por algun motivo estaban alejados de sus objetivos de ser noble. Sus relacionamientos debian ser con un proposito util, el resto era solo desperdicio de tiempo y saliva. Agatha suspiro cansina por lo que le dijo su amiga. No la perdonaria por haberla comprometido con alguien que no lo le hacia mucha gracia. Si bien era buen mozo, no era un caballero para ella o al menos para lo que apelaba en la sociedad. Se le olvido ser educada para rechazar la propuesta. Sus prejuicios sobre el origen del joven eran demasiados para que su mente lo aceptara. Mientras estaba sola, pensaba en las formas mas amenas de negarse a un baile con el caballero en cuestion. El tiempo se le agotaba y no se le ocurria nada que no fuese drastico. Hacer que se torcio el pie era una solucion que la salvaria de bailar. Saco el pecho y espabilo su cuerpo con soltura, decidida a cumplir con su cometido de no danzar. Negarse de la forma que fuera la dejaria mal parada, en cambio, que ella tuviera un percance, seria vista como la victima de la situacion. Duncan espero con tranquilidad a que Agatha Millford apareciera para pedirle el baile. No la habia visto entusiasmada y el tampoco estaba muy fervoroso por la compania. Se percibia en ella aquel ser arisco y ponzonoso que era. Miraba a lady Sophia golpeando su abanico contra su mano, esperando a la muchacha que debia danzar con el. --Vaya grosera… --gruno la dama. --?Que me decia sobre la segunda vista? --se chasqueo de la mujer que fijo sus ojos en el y luego desvio la mirada. --Eres pesimo hasta para la segunda vista. Es porque no pones de tu parte. --?Poner de mi parte? Estar aqui al borde de que este panuelo me mate es suficiente para poner de mi parte, milady. Elegi a la moza bajo presion suya. He ido a fiestas varias desde que estoy como conde y, no he visto mujer mas reacia a mi que esa tal senorita Millford.

  • Escocia, amor y secretos de Judith Paredes

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    Larissa tenia el presentimiento de que hoy seria un buen dia. Su amiga Sara y ella, no pudieron salir a dar su paseo rutinario de los sabados, porque llovia a cantaros. Era algo muy tipico en esta epoca del ano, cosa que a las dos les encantaba. Sara estaba de vacaciones de su trabajo como psicologa y Larissa estaba matriculada en un curso de esos que nadie queria hacer, pero que a ella le encantaban. Ellas se habian conocido en el instituto y no pudieron evitar hacerse amigas, lo hacian todo juntas. Estaba tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta del sonido del telefono y, como pudo, se levanto del sofa donde estuvo sentada toda la manana con su imprescindible taza de te con una rodaja de limon; no se cansaba de tomarla. --!Vas a contestar o lo hago yo! --le grito su amiga desde la puerta de la cocina. --!Que ya voy, pesada! --dijo tambien gritando. Se apresuro a cogerlo y se extrano por el raro numero fijo que marcaba su identificador de llamadas, con nerviosismo lo descolgo. --?Si? Digame. --Se quedo muy quieta esperando una contestacion--. ?Si? ?Hay alguien? --!Hola! Disculpa pero me podrias pasar con Larissa Acuna, soy un viejo amigo de la infancia. Eso le extrano mucho, ella no sabia quien podria ser, no le sonaba su voz y menos con aquel acento. --Hola, yo soy Larissa pero no me suena tu voz... --!Disculpa no te he dicho mi nombre! Soy Jack MacAlister y fuimos juntos a primaria, siempre jugabamos entre nosotros. No pudo evitar sumergirse en sus recuerdos intentando recordar su paso por la primaria y no hallo nada. --Me has dicho que te llamas Jack y que fuimos juntos a la misma escuela, pero no me acuerdo de ti. --?Tienes movil? --Si, ?para que lo quieres? --Tu damelo, creo que puedo alumbrar tus recuerdos. Rapidamente se lo dicto y, de igual manera, llego un mensaje con una imagen, sus recuerdos llegaron y gritando dijo. --!Ya me acuerdo! Pero, te fuiste antes de entrar a quinto y no supe mas de ti. Te extrane mucho en esa epoca. --Si, me tuve que ir por el trabajo de mi padre. Yo tambien te extrane, nunca me pude olvidar de ti, pero por lo que escucho, tu, si. Suerte que no la podia ver, porque se sonrojo ante esa aclaracion, estaba demasiado avergonzada y no sabia por que, no habia hecho nada malo. Ella metida en sus pensamientos no escucho que le estaban diciendo. --?Larissa, estas ahi? Esa pregunta la devolvio al mundo real y todavia mas sonrojada, contesto. --Si, si, disculpa. Esto me sorprende mucho, no me esperaba que me llamaras despues de tantos anos. --Eso no era lo que estaba pensando, pero fue lo unico que se le ocurrio decir. --Pues a mi me alegra mucho poder hablar contigo, pero no te llamaba para eso. --?Entonces..., para que? --dijo ansiosa. --Queria preguntarte si te gustaria pasar unos dias en mi casa, en Escocia, conmigo. ?Que te parece? La casa es grande y se que te gustara; tambien podremos recordar nuestros momento juntos. No podia hablar, no le salian las palabras, su sueno de conocer la cultura celta se hacia realidad. --?Larissa, estas ahi? ?Me escuchas? --!Claro que quiero ir, Jack! --exclamo ella. --Ja, ja, ja. !Cuanta efusividad!, pensaba que te habia pasado algo no me contestabas. --!No te rias! --grito--. !Y no me ha pasado nada! --exclamo ella refunfunando. --Yo aun me acuerdo de aquella excursion al bosque donde nos perdimos y la profesora nos estuvo buscando --conto divertido--. Nos encontraron dormidos debajo de un arbol, tan tranquilos. Mis padres al enterarse me castigaron. --!Ay si! Los mios tambien, pero no quito lo divertido, ?te acuerdas del riachuelo que habia? Tu me dijiste que habia peces, pero yo no te crei. --Su voz tambien sonaba divertida. --!Si, madre mia! Desde entonces, excursion que habia nos tenian a los dos muy vigilados. Los dos recordando anecdotas, se olvidaron de todo, hasta del tiempo. --!Bueno! Te tengo que dejar, tu seguro tienes cosas que hacer --dijo ella. --No te preocupes por eso, podria pasar horas hablando contigo, saber mas de ti --dijo el. Sin decirse nada mas, pero muy ilusionados, se despidieron. Larissa se dio cuenta que no habian acordado ni fechas ni pasajes, fue corriendo a la cocina a contarle a su amiga la sorprendente noticia. --!Sara! Que me voy a Escocia, ?te lo puedes creer? --le dijo. --!No me digas! ?Y como…? --?Te acuerdas que una vez te conte que tuve un amigo que se tuvo que ir del colegio y no sabia por que? --Si, claro --dijo frunciendo el ceno, pero luego dandose cuenta le dijo--. !Ha sido el! ?Verdad? !El que te ha llamado! --!Si!, me ha contado que se tuvo que ir de Madrid a Escocia por el trabajo de su padre --le conto--. Hemos estado un buen rato hablando y recordando. Cuando ella acabo de explicar lo sucedido en aquella llamada telefonica, se cogieron de las manos y saltaron de alegria por la inesperada sorpresa. Mas tarde se dispusieron a cenar, ninguna de las dos se lo podia creer. Larissa tenia la idea que podria ser una broma, pero inmediatamente la desecho, esa foto solo la pudo tener el. Despues de recoger los platos y ya en sus respectivos lados del sofa, las dos se pusieron a ver su serie preferida en la television. Larissa estaba muy cansada, no se concentraba, asi que le dijo a su amiga que se iba a dormir. Se ducho y se puso el pijama de seda, seco, cepillo y se trenzo el pelo. Se metio en la cama y con un suspiro intento cerrar los ojos. Larissa no podia quedarse dormida. Las imagenes de su infancia junto a Jack, ese nino que habia sido su companero de juegos en las horas del recreo, inundaban su mente. Los recuerdos, poco a poco, se le empezaban a hacer mas nitidos en su cabeza y con pereza se dirigio a la cocina para prepararse un te, eso le ayudaria a tranquilizarse, estaba demasiado nerviosa. Siempre le pasaba cuando recordaba cosas importantes como aquello. El sonido de la tetera la hizo aterrizar, cogio su taza favorita, le puso el te y el limon, se sirvio y se dirigio al salon. Ya sentada en su sillon predilecto con su infusion, empezo a hacer memoria de su pasado y un recuerdo se le cruzo. Larissa Era jueves y la profesora nos comunico que hoy tendriamos un nuevo companero en nuestra aula. Todos estabamos muy contentos pero eso no evito que siguieramos con nuestra clase de matematicas. El director, dos horas despues, llego con un chico. Tendria como siete anos, eso no fue lo que mas me extrano; fue que poseia los ojos mas azules que en mi corta vida habia visto, aunque solo los pude ver unos segundos, se notaba que era timido. Despues de las presentaciones, ya sabia que su nombre era Jack, que tenia siete anos y que venia de Escocia; inclusive que a su padre lo habian trasladado aqui, a Madrid, por trabajo. Como yo no tenia verguenza ninguna, me dirigi al grupo de chicos que lo estaban invitando a jugar con ellos al futbol, pero el parecia negarse. --!Hola! ?No veis que no quiere jugar? !Dejadle en paz! Ellos me miraron y se fueron, me senti una triunfadora. Con tranquilidad me sente a su lado para poder hablar con el, lo queria como amigo, me trasmitia buenas vibraciones como decia mi madre, aun riendome por mis pensamientos, el me paso su brazo por los hombros sorprendiendome. --!Gracias! No podia sacarmelos de encima. Mientras yo estaba atontada por su accion, el esperaba que le contestara y con impaciencia me dio unos golpecitos en el brazo que me hicieron volver de mi ensonacion. --!Oh!, no me lo tienes que agradecer, mi nombre es Larissa... --Ja, ja, ja, ya lo se y tu tambien sabes el mio. En ese mismo instante me puse colorada y con eso agrande su risa. --!No te rias! --!Lo siento! Es que eres muy graciosa. --Te voy a perdonar si vienes a jugar conmigo, ?trato hecho? Le extendi mi mano para sellar el acuerdo y el otra vez me sorprendio agarrandomela. --De acuerdo, entonces flur boidheach [1] . No entendi las ultimas palabras que me dijo, tampoco le pregunte que significaban. Eso, como tantas cosas se le habia olvidado pero hoy lo iba a descubrir. Dejo la taza encima de la mesa y en silencio, se dirigio a su habitacion a coger el portatil, que por suerte estaba encendido. Con nerviosismo se conecto a Google y su cara no podia ser mas epica. No podia asimilar que despues de tanto tiempo supo el significado de aquellas palabras que el tanto le decia. Sumida en sus pensamientos, se acordo de mirar el reloj del ordenador y se fijo que eran las cuatro y media. Lo dejo todo encima de la mesa del comedor y se dispuso a ir a dormir. Pocas horas despues, Larissa se dispuso a hacer la reserva online de su vuelo, encontro fecha para el catorce de diciembre a las doce y media, llegaria en tres horas a Edimburgo.

  • Los imperdonables de Cristina Campo

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    Imperdonable, Cristina Campo, como Hugo von Hofmannsthal, Marianne Moore o Gottfried Benn, porque su pasion es la perfeccion: <>. Estas son las primeras frases del texto <> que da titulo a este libro, en el que fueron reunidos sus escritos sobre las fabulas, sobre autores en los que ella se reconoce y cuya lectura llega hasta el fondo mismo de su ser para mostrarlos sin mascaras, en su mas absoluta desnudez, como le confeso intimidado William Carlos Williams.

  • Liberate me de Zorro Blanco

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    Hola, soy Claudine y esta es mi historia.

  • Vecinos cercanos y distantes de Jonathan Haslam

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    La laberintica historia del espionaje sovietico desde la Revolucion de Octubre hasta el final de la guerra fria y su relacion con la actualidad politica rusa.

  • Eres todo lo que necesito (Para toda la eternidad 3) de E. L. Todd

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    Cuanto mas dura su relacion, mas cuenta se dan Skye y Cayson de que estan hechos el uno para el otro. La conexion que comparten es natural y espontanea. Cuando Cayson piensa en su futuro, sabe que esta junto a Skye. Pero cuando recibe una carta de Stanford en la que lo invitan a hacer una entrevista para la carrera de Medicina, se pone nervioso. Si lo admiten, tendra que decidir si quiere dejar a Skye atras para seguir su sueno o si se quiere quedar en Nueva York solo para estar con ella. La pregunta lo atormenta, asi que intenta evitarla.
    Roland va de camino al bar con Conrad, pero se encuentra con alguien con quien no habia esperado toparse. Su cabello rubio y su sonrisa lo cautivan y, despues de tomar unas cuantas copas, su conversacion toma un giro inesperado. ?Como acabara la noche? ?Y cuales seran las consecuencias?
    Slade y Trinity siguen manteniendo una relacion en secreto, se quedan en casa por las tardes y leen juntos en la cama. Cuando los chicos presionan a Slade para que vaya a una cita triple, el no sabe que hacer. Si se niega, sabran que pasa algo. Pero si acepta, podria arruinar lo que tiene con Trinity.

  • No cambies por mi, Rubi de Olivia Saint

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    Siempre hay una segunda oportunidad en el amor

  • El laberinto de Aragon, Diana C. Acosta de Diana C. Acosta

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  • Las Alas de la Esfinge de Andrea Camilleri

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    Despues de lo acaecido en Ardores de agosto, la relacion entre Montalbano y Livia ha dado un giro tan pronunciado que Salvo se encuentra sumido en un mar de dudas, presa de un profundo desasosiego que el paso del tiempo no parece sino agravar. En tal estado de animo se encuentra el comisario cuando una llamada de Catarella lo obliga a zambullirse en la investigacion de un crimen. Ha aparecido el cadaver desnudo de una joven, y la unica pista sobre su identidad es un tatuaje en la espalda que representa una pequena esfinge, una mariposa nocturna. Con el buen pulso al que nos tiene acostumbrados, el escritor siciliano vuelve a poner el foco en la inmigracion ilegal y la explotacion que conlleva para mostrarnos, una vez mas, la turbia idiosincrasia en la que se asienta nuestra sociedad, con la doble moral como bandera y la complicidad del poder politico, el economico y el mediatico como sosten de los mas variados entramados, tan lucrativos como abyectos. Andrea Camilleri sigue dibujando con trazo fino los desvelos de su famoso personaje, en pleno debate amoroso y existencial. Sus teatrales excesos y geniales estrategias para sonsacar informacion forman parte de su persona tanto como su sabiduria de zorro viejo, su sentido del humor o su golosa sensualidad.

  • La catedral del mar, Ildefonso Falcones de Ildefonso Falcones

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    Una catedral construida por el pueblo y para el pueblo en la Barcelona medieval es el escenario de una apasionante historia de intriga, violencia y pasion.

  • Tierno y sensible de Andrea Munoz Majarrez

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    Tierno y sensible es la segunda y ultima novela de la bilogia romantica Tal y como eres de Andrea Munoz Majarrez, autora de Charlotte Beverly y Alguien especial.

  • La ciudad roja de Olga Ries

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    Los ultimos anos del siglo XVI. El Nuevo Mundo. La joven Anna Blome de Lubeck, Alemania, viaja, sola y vestida de hombre, por los paises recien descubiertos. Cuando llega a La Imperial, una de las ciudades mas australes del mundo conocido, encuentra el cadaver de la abadesa del monasterio local. Anna intentara resolver el asesinato y asi recomendarse al gobernador del Reino de Chile. Pero, ?puede su plan funcionar? ?O quedara atrapada en el conflicto entre los espanoles y los indigenas? ? En que se metio?

  • El olor de tu recuerdo de Lidia Herbada

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    ?Donde iran las historias pendientes que una vez olvidamos?

  • Con solo una mirada de Eva Gil Soriano

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    ?Confiarias en quien consideras tu enemigo?

  • El viejo teatro de la noche. Acto de sombras de Juanma Martin Rivas

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    Son una voz sin rostro, la sensacion de que hay alguien donde no hay nadie.Son algo atrapado entre nuestro mundo y el siguiente.Esperan agazapadas al otro lado, oliendonos, sintiendonos.No suba esas escaleras, Vanessa ya no es lo que usted recuerda.No debe mirarla, no debe buscarla, no debe tocarla? Esta advertido.? Barcelona, 1904. A traves de la ventana del tranvia Gabriel cree ver a un fantasma. Pero Vanessa desaparecio, murio, eso le dijeron al volver de la guerra, sinembargo? Una de las ultimas anotaciones en su diario habla de un lugar, un teatro, pero cuando Gabriel cruce sus puertas la realidad comenzara a disolverse poco a poco. Alli, la magia parece a un latido de existir, personajes desconcertantes le invitan a creer de nuevo en la vida o a desconfiar de las sombras. Si insiste en adentrarse en ellas podria hallar incluso? monstruos.

  • Pisa mi corazon (Tapa Negra), Elisa Beni de Elisa Beni

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    Las sombras se tornan inquietantemente negras, cuando las mujeres dominan y los hombres resultan sometidos.

  • Beseme, Duque (Liga de Caballeros Incasables 5) de Tamara Gill

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    HABIAN LLEGADO. Por fin. Molly bajo del carruaje y se estiro, disfrutando del calido sol mediterraneo que calentaba su sangre y curaba los muchos dolores y molestias de semanas de viaje. Roma. El solo pensamiento de donde estaba le envio un escalofrio por la columna y la expectativa le recorrio la sangre. Tantos lugares maravillosos para visitar y ver, y gracias a sus increibles amigos en Londres y al duque de Whitstone, se le habia asegurado un alojamiento de un mes en la Villa Maius. El caballero que residia aqui estaba fuera de la casa, pero sus sirvientes cuidarian de ella y su acompanante durante el poco tiempo que estuviera en la ciudad. La puerta principal de la villa se abrio y una mujer voluptuosa de cabello gris salio a la calle, con una sonrisa tan calida como el sol que brillaba en su espalda. "Signora, Molly Clare, bienvenida. Bienvenida a Roma. Venga, le serviremos refrescos. Debe de estar exhausta." Molly sonrio, aliviada de ser recibida con tanto carino en la casa. No sabia nada del senor Farley, que vivia alli, aparte de que era amigo del duque de Whitstone. Siempre habia existido una pequena preocupacion en su interior de que el personal pudiera estar molesto con su llegada, siendo desconocidos para ellos como ella era, pero no parecia ser asi. "Gracias por hospedarme. Espero que no sea una gran molestia estar aqui". Entro por la calle a un pequeno vestibulo que conducia a una gran habitacion rectangular parcialmente techada. En el centro habia una fuente, un querubin desnudo echando agua por la boca. Molly miro hacia arriba y noto que la abertura en el techo estaba directamente sobre la fuente y, en la antiguedad, seria el lugar donde la villa habria recogido el agua para la familia. "Oh, no, no, no. Estamos muy contentos de tenerla aqui". El sirviente ordeno a un hombre alto y de cabello oscuro que atendiera el equipaje mientras ella los conducia hacia un conjunto de escaleras. "El senor Armstrong no esta aqui. El estara en Napoles mientras dure su estadia y lo hemos estado esperando. Nos informo a todos antes de irse el mes pasado, para cuidarla bien. Tienen amigos en comun, ?no?" Molly miro alrededor de la villa. Pisos de mosaicos adornaban el espacio, imagenes de la vida romana, de escenas agricolas y animales. Todas las habitaciones del piso inferior tenian las ventanas abiertas y las cortinas ondeaban con el calido aire mediterraneo. La brisa olia a sal y especias, a naranjas y hierba recien cortada. Se detuvo un momento, contemplando la vista desde una de las ventanas que podia ver a traves de una puerta. El jardin del patio, lleno de olivos, la invito a sentarse y saborear su belleza. "Lo tenemos, si. El duque de Whitstone. Aunque nunca conoci al Sr. Armstrong, le estoy muy agradecido por permitirme quedarme aqui". La ama de llaves sonrio, aparentemente complacida por el cumplido a su empleador. "Es el mejor de los hombres a quien lamento que no tenga el honor de conocer". La mujer empezo a subir las escaleras de piedra. "Soy Maria, querida, la ama de llaves de Villa Maius. Si necesita algo, simplemente aviseme y hare todo lo posible para que su estadia sea placentera". "Gracias." Subieron las escaleras, el segundo piso se abria a una gran sala rectangular con sillas de mimbre reclinables. Un balcon estaba al final de la habitacion. Molly no podia pasar sin contemplar la vista. Salio al balcon, con el aliento atascado en sus pulmones. La vista daba a la calle por la que habian entrado. A esta altura, le daba un mejor punto de vista de la ciudad mas alla. Roma. Su gloria se extendio ante ella como un regalo de los dioses. Sus dedos se curvaron alrededor de la balaustrada de piedra, anclandose para no salir corriendo de la villa y ver de primera mano la antigua ciudad. Se oyeron sonidos que la provocaban e instaban a irse y explorar. Pronto, prometio. Tan pronto como se hubiera banado y bebido una taza de te. "El centro de Roma esta a pocos pasos de aqui. En el otro extremo de la villa hay otra habitacion similar a esta que da al rio Tiber. Sin embargo, siempre puede tener el carruaje a su disposicion si no quiere caminar. Para ver el Vaticano, tendra que hacer uso del vehiculo". La emocion vibraba por sus venas, y se inclino sobre la barandilla, espiando a algunas personas en las calles, algunas contemplando las vistas mientras otras ejercian su oficio. "Que ciudad tan magnifica. Siempre quise hacer turismo y ahora puedo. Increible." "Temo el viaje de regreso, sin embargo", dijo su companera, la senorita Sinclair, uniendose a ella y mirando a la ciudad con aire de descontento. "?Tomamos te?" Molly se mostro reacia a abandonar la magnifica vista, una de la que deseaba formar parte, y tampoco permitiria que la aversion de la senorita Sinclair por las distancias que habian atravesado apagara su emocion. Si su companera no deseaba ver Roma, podia quedarse en la villa. Molly iba por Londres la mayor parte del tiempo sola, no estaria fuera de lugar para ella. "Si, vamos, y luego puedo comenzar a explorar esta maravillosa ciudad". "?Le gustaria tomar el te en el balcon, signora Molly?" "Gracias, si", respondio ella, al ver el escenario al aire libre y sentarse. Los criados se apresuraron por la casa, llevando sus baules a las habitaciones. Molly casi podia pellizcarse a si misma solo para confirmar que efectivamente estaba en Roma. Su tiempo era precioso, solo un mes, y luego emprenderian el viaje de regreso a Inglaterra. El viaje le llevaria varias semanas y queria visitar otras ciudades del continente antes de regresar a Londres la nueva temporada. El te era dulce y refrescante, y carinosamente, el ama de llaves habia hecho unos bizcochos con almendras, que le aplastaron el estomago. Molly se reclino en su silla, dejando su servilleta, saciada despues de la fugaz comida. "?Terminamos el recorrido por la casa, veremos nuestras habitaciones y luego decidiremos adonde ir primero?" "Por supuesto, senorita Molly", dijo la senorita Sinclair, bostezando. Habia sido un dia largo, pero Molly estaba demasiado emocionada, habia esperado bastante para estar en Roma para acostarse por la tarde. Queria explorar, caminar por las calles, visitar los mercados y ser parte de la cultura aqui en esta antigua ciudad. "Si esta cansada, senorita Sinclair, siempre puedo salir sin usted. No me importa." Los labios de la senorita Sinclair se fruncieron en una delgada linea de desaprobacion. "No, eso nunca funcionaria. Necesita tener una acompanante y compania para mantenerse a salvo. Simplemente tendre que soportarlo". "No deseo que soporte Roma. Quiero que lo disfrute tanto como yo pretendo hacerlo". "No creo que eso sea posible, senorita Molly. Tengo aversion al calor, y si no lo percibio, hace mucho calor afuera". Molly se volvio hacia el balcon, la ligera brisa que entraba por las puertas le refresco la piel. Si, hacia calor, pero en Inglaterra siempre hacia mucho frio. ?Como podria alguien no aprovechar un clima tan hermoso y explorarlo? El ama de llaves dio un paso adelante y llamo la atencion de Molly. "Tenemos un criado aqui, senorita Clare. Estaria mas que feliz de acompanarla por Roma para que pueda ver algo de nuestra maravillosa ciudad". Molly le sonrio a la senorita Sinclair. "Ve, estare perfectamente a salvo. Podra tener la tarde para descansar y recuperarse, y esta noche nos reuniremos para cenar antes del baile de la noche". "?Tiene la intencion de asistir al baile de Lord y Lady Dalton esta noche? ?A pesar de que llegamos hoy?" "Por supuesto que tengo la intencion de ir". Molly nego con la cabeza a su companera, teniendo la sensacion de que no queria ir ni hacer nada mientras estuvieran alli. La perspectiva no era util ni seria posible. Molly tenia cuatro semanas para visitar esta maravillosa ciudad, y simplemente tendria que ignorar las quejas de su companera acerca de todo lo que pudieran hacer en ese tiempo. "Maria, ?me puede mostrar mi habitacion, por favor?" El ama de llaves se apresuro a recorrer un ancho pasillo hasta llegar a una habitacion que daba a mas terrenos de la villa, prados y jardines que nadaban con una variedad de colores. El tintineo del agua llego hasta ella y busco la fuente, pero no pudo verla desde su habitacion. Tendria que bajar las escaleras para encontrarla ella misma. Su habitacion era un piso de mosaico de baldosas que estaba hecho con una variedad de flores brotando. Su cama era grande, opulenta con su colcha y con abundancia de almohadas. Ella tambien era partidaria de tener muchas almohadas en las camas. De alguna manera las hacia parecer completas. Perfectas. Un pequeno escritorio ocupaba el espacio frente a una ventana, y un gran sofa estaba sentado frente a su fuego. Aunque no creia que necesitaria eso en absoluto mientras estuviera en Roma. No con el clima tan calido. "Hay agua dulce y ropa de cama detras del biombo para usted, senorita Molly. Cuando este lista para salir, baje las escaleras y le buscare a Marcus. El la mantendra a salvo y le mostrara todos los mejores sitios que ofrece Roma". "Muchas gracias. No puedo expresarle lo emocionada que estoy de estar aqui". El ama de llaves sonrio antes de dejarla con sus abluciones, el sonido de la voz de la senorita Sinclair mientras la llevaban a su habitacion resonaba en el pasillo. Molly camino hacia el pequeno balcon que tenia su habitacion y miro hacia el jardin. Levanto la cara hacia el sol, respirando hondo. Que lugar tan idilico para vivir. Una podria acostumbrarse a un lugar asi y nunca volver a casa en el viejo, lugubre y lluvioso Londres.

  • Se busca duende a tiempo parcial (Hostal Dreamers 2) de Lighling Tucker

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    Para Kya las ultimas navidades fueron un desastre, por poco muere a manos de su amante Tom en el Hostal Dreamers. Pues este ano no parece mejor, su exmarido ha hecho publico su divorcio a los medios y las camaras la siguen a donde quiera que vaya.

  • Secretos del corazon de Alison Roberts

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    !Amy Brooks no necesitaba a ningun hombre! Preferia centrar su vida en su trabajo como enfermera de urgencias en el hospital Queen Mary… Hasta que se dio cuenta de que le faltaba algo importante: una familia.

  • Lo que el jeque quiere de Alex Anders

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    “LO QUE EL JEQUE QUIERE” es la ultima publicacion del autor superventas internacional Alex Anders y es para aquellos a quienes les encantan las pequenas historias de amor en las que virgenes inocentes son corrompidas por poderosos machos alfa que exigen sumision y que disfrutan del BDSM.

  • Historia de las despedidas de Pedro Sorela

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    ?Donde comienzan los viajes?, se pregunta Crispin Rueda en el primer relato de esta Historia de las despedidas. Pero muy bien podria preguntarse: ?y como se cuentan? Pues estos relatos no cuentan el viaje en si mismo sino lo que inspiran, una suerte de creacion surgida del escenario, experiencia literaria en la que Pedro Sorela se adentra un poco mas, tras sus libros Ladron de arboles y Cuentos invisibles. Los cuentos de Pedro Sorela podrian caracterizarse por una ausencia de fronteras. Del desierto del Sahara a las manadas de nubes de Nuevo Mexico, de un Paris no contado aun a una sutil venganza en Hungria y a la lluvia de Portugal, que tiene efectos como en ninguna otra parte, se termina por comprender que estos episodios, narrados con una mirada sin duda original en su refi nado humor y en su nostalgia, componen a la postre una sola historia, y que todas las despedidas de las que habla son las de un solo viaje. Que continua.

  • Recompensa, una familia de Rosa Saenz

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    Rebeca fue condenada a un ano de prision por agresion cuando, en realidad, su unica falta habia sido defenderse de lo que, de otro modo, habria terminado siendo una violacion. Lo que empieza como una gran tragedia para ella, acaba convirtiendose en una bendicion. Ese parentesis forzoso que sufre su vida, le va a proporcionar lo que su severa rutina de estudio le habia impedido tener hasta ahora: una familia.
    Arturo se tiene por un patron justo. Cuando una persona empieza a trabajar para el, solo le advierte dos cosas. Que no permite que le desobedezcan y que no soporta que le mientan. Y, personalmente, solo tiene una norma: mantener siempre la relacion con sus trabajadores en un plano estrictamente laboral.
    Hasta ahora, con esas sencillas pautas, habia sido suficiente. Hasta ahora.
    Cuando conoce a Rebeca, ella le hace saltarse sus propias normas e incluso pone su vida en peligro con tal de protegerla.

  • Congo de David Van Reybrouck

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    El mas importante reportaje sobre Africa desde los tiempos de Kapuscinski.

  • El ano de la niebla de Begona Abraldes Parrado

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    Aquel mendigo que pedia libros viejos, periodicos atrasados y papeles inservibles dejo de pasar un dia por la puerta de su casa. Muchos anos despues, cuando otras cosas y otras personas habian desaparecido tambien de su vida, Maite se aventuro por las calles inusualmente desiertas de Bilbao, abriendose paso en medio de una espesa e impenetrable niebla, yendo a parar a un extrano edificio a varios kilometros de distancia. No podia imaginar que la aventura que habia vivido con Beltza (?Por que se empeno en llamar Beltza al perro que la acompano en su travesia?) iba a poner del reves su vida. O seria mejor decir que la enderezo, porque alli encontro mucho de lo que creia habia perdido. Y la magia. Encontro la magia, pero una magia de verdad, de la que se explica en los libros de saber herme

  • Miedo a amar de Concepcion Marin Albesa

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    Laura es una mujer que lo tiene todo. Descubrir que si marido la engana, desmorona su mundo perfecto. En su huida, encontrara a un joven que despertara en ella una pasion dormida y el temor al escandalo.

  • Vivir abajo de Gustavo Faveron Patriau

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    Me he puesto en contacto con Gus Fowley Partridge, con el objetivo de confirmar si ambas resenas biograficas, las unicas que he encontrado en estos veintitres anos, corresponden a la misma persona. Tambien para averiguar si mantiene algun tipo de contacto con George Bennett. Las respuestas, como supuse, han sido si a la primera pregunta y no a la segunda. Ha querido saber a que se debe mi interes. Le he contado parte de la historia. Tambien le he dicho que tengo todas las peliculas que George filmo en su vida. Como era de esperarse, ha mordido el anzuelo y me ha pedido una entrevista: quiere ver las peliculas. Quiere que le cuente todo lo que se sobre George. Fowley vive en Savannah. Ha dicho que puede venir a Boston la proxima semana. Le he explicado que la entrevista no puede ser en mi casa pero que las peliculas, en cambio, solo las puede ver aqui. No ha parecido comprender (ya entendera). Despues de colgar, he buscado en mis libretas de 1992 las cosas que escribi sobre George. He arrancado algunas paginas que no quiero que vea. A los fragmentos que le dare les he anadido una que otra frase explicativa, enmiendas, muchos borrones. LIBRETA 1. Octubre de 1992 ... Llega a Lima el 3 de enero de 1992. En julio es el secuestro. Despues vienen las torturas. En setiembre, el final. A principios de octubre comienzo a investigar... ... Viene desde Chile, a bordo de un autobus que ha tomado en alguna ciudad no lejos de la frontera. Baja en una estacion de La Victoria. Lo ven entrar y salir de hotelitos miserables. Alto, tripudo, de pasos largos. Lleva una maquina de escribir en un estuche. Se sienta en bancas en parques color tierra, al pie de estatuas. Redacta documentos, dibuja planos. Trae bluejeans, zapatones de montanista, un guante en la mano derecha, un gorro azul con una B roja en la frente. Entra y sale por compuertas y garajes; entra y sale de edificios en ruinas, excavaciones. Se reune con malvivientes en descampados. Acude a citas en casas vacias. Las paredes le dicen nombres. Divisa mensajes escritos en alcantarillas. Vaga entre bares, se detiene en las esquinas, la gente se lo queda mirando: el observa, enumera. Cruza una avenida del orfanato al manicomio, otra del malecon al colegio militar. El cielo se abre, el lo mira... ... En Lima, nadie sabe su nombre ni que hace ni por que esta en la ciudad. En huariques de Barranco toma de pie. Vigila un agujero del Centro. Camina con extrema rapidez por callejuelas de Lince y Jesus Maria. Se sienta en el atrio de una iglesia en Barrios Altos. Acude a burdeles pero no habla con nadie. Repudia a las prostitutas. Obsesivamente mira un vaso de whiskey. Tiene veintinueve, treinta anos. Espectral, el sol lo quema [es palido como su padre]. Anda con un mapa en las manos y encuentra los sitios que le interesan. Por ejemplo, los cineclubes: va de noche. Los chicos de San Marcos y la Catolica lo ven, se preguntan quien es. Circulan rumores, como pasa siempre en Lima. El mira la calle Colina desde una mesa en un tugurio. El hielo hace clic, clac. Hay edificios con ventanas rotas, esquirlas de vidrio en las veredas, tanquetas en las pistas, camiones con infantes de Marina, tranqueras y barricadas. Pero la gente circula alrededor como si no viera nada. Yo, por ejemplo: nunca veo nada... ... En Miraflores encuentra un hostal para mochileros en la esquina de Alcanfores y Cantuarias. El lleva diez dias en Lima la manana en que la mujer de la recepcion, que se llama Rita Moreno, como la actriz, lo ve arrastrar los pies por el tunel entre espejos de la recepcion. Ojeroso, seco, una sombra de barba, la boca grande, entreabierta. Camina cabizbajo. Le parecera divertida, a ella, su pinta de gringo estrafalario. Le hara gracia su cara anacronica de nino. Pero no sabe que pensar, Rita Moreno, cuando el coloca sobre el mostrador dos pasaportes americanos y le pide que escoja uno. Ella duda pero acepta el juego. Sonrie, se pasa dos dedos de unas turquesas por la mejilla, elije un pasaporte al azar. El abre el otro, le echa una mirada, lo guarda en su mochila. Dice: entonces llamame George. Ella ladea la cara, abre mas la sonrisa, le pide que llene un formulario. El firma: George Walker Bennett. Mas abajo, donde esta escrito domicilio permanente, apunta una direccion en Paraguay: el sotano de un edificio en la avenida Juscelino Kubitschek, en Asuncion. Le dice a Rita Moreno que quiere dormir en un cuarto compartido, de camas-camarote. Un cuarto lleno de extranos, es lo que dice. Ella responde que tiene muchos cuartos asi pero que estan vacios. George coge la llave y sube la escalera... ... Cuando no anda de ronda por las calles de Lima, lee y escribe. Escribia en una maquina que parecia de juguete y que, cuando la guardaba en su estuche, parecia un acordeon para ninos, me dice Rita Moreno. Y lo que escribia eran cartas, porque al terminar doblaba los papeles y los colocaba en sobres de correo. Un gordo en la oficina postal de Petit-Thouars lo ve todas las mananas. Esta de pie junto a la puerta antes de que abran la oficina, somnoliento, bostezando, leganoso. (El gordo, no el. El llega minutos despues, hace cola, despacha su carta). Rita jura haber leido mas de una vez el dorso de esos sobres, en el restaurante del hostal, despues del desayuno. El nombre del destinatario tambien era George Bennett, dice Rita: se enviaba cartas a el mismo, a una especie de carcel-manicomio en Estados Unidos. DIARIO, 24 de agosto de 2015 ... George se fue de Maine a los dieciocho, cuando le faltaban semanas para acabar la secundaria. La historia de sus padres es oscura, angustiante, implica tijeras. Toda su infancia la paso en la misma casa, en la calle McKeen, en Brunswick, dos horas y media al norte de Boston. En la casa habia un sotano y en el sotano estaba la coleccion de tijeras de su padre. La coleccion de camaras antiguas y la coleccion de libros de poesia estaban en el atico de la cochera. En el atico nunca murio nadie pero en el sotano si: un muchachito apunalado en 1980. Durante la decada siguiente, viajo por los paises en los que alguna vez vivio su padre. Despues llego a Lima... LIBRETA 1. Octubre de 1992 ... Pasa horas de cuclillas bajo los puentes de la Via Expresa. Estudia a los pordioseros. Algunos muladares le causan sobresalto. Otros lo imantan como un abismo. Come en puestos de mercado, da vueltas alrededor del Estadio Nacional. Un dia se queda mirando a unos ninos que juegan futbol en la explanada de Occidente. Huerfanos, piensa: tienen padres pero son huerfanos... ... Lleva una mochila de excursionista, de la que saca una camara. Segun unos, es una Leica obsoleta y oxidada; segun otros, una Instamatic, igualmente obsoleta y oxidada. Retrata hospicios, palacetes republicanos, un osario de carros desbaratados junto al Cuartel San Martin, casuchas malparadas, letras desprendidas de avisos de neon, animales agonicos. Segun otros, su camara no es ni una Leica ni una Instamatic, sino una filmadora. [Mucho despues se que son cuatro]. En la mochila tambien estan la maquina de escribir y la mascara de oso. Se ponia la mascara por las noches y dormia con ella, me dicen tres personas... ... Lee un libro distinto cada dia. Despues los revende donde los compro: en la feria de libros viejos de Grau. Interrogo a los vendedores: nadie lo recuerda. En otros circulos escucho dos rumores (ahora, en octubre, los rumores sobre George se han multiplicado, incluso los de caracter bibliografico). De acuerdo con el primero, todos sus libros son de poetas alemanes. Holderlin, Schiller, Trakl, Brentano, Rilke. Alguien menciona a Hans Carossa. Alguien, a Paul Celan. Pero Celan es rumano y Trakl es austriaco. Otros afirman que solo lee memorias, o novelas que parecen memorias, escritas por sobrevivientes del Holocausto, escritores que estuvieron en Auschwitz o en Buchenwald: Primo Levi, Jean Amery, Immanuel Krakauer, Tadeusz Borowski. [Tiempo despues, esto es extrano, descubro que, en 1992, no habia traducciones de Borowski]. En el fondo, esa parte de mi pesquisa me parece irrelevante. Porque nadie menciona a Robert Frost, y yo se, desde mayo o junio, que George lee concienzudamente a Robert Frost... ... La pregunta es si George llega a Lima sabiendo lo que hara. En otras palabras, si llega con un plan. Calculo que la respuesta tiene que ver con sus recorridos por la ciudad. De ahi que sea relevante describir sus caminatas. Al principio parecen azarosas, enloquecidas. Sonrie ante la Morgue Central. Fuma en ventanales de Pueblo Libre. Se sienta en la berma de la avenida del Ejercito, entre el Perez Aranibar y el Larco Herrera: ?atraido por orfanatos y manicomios? Gravita hacia los cementerios, en Ate, en El Agustino. Se para en una esquina de Aguajales y mira debajo de los carros. Comparte cigarrillos con los soldados de guardia. Lee bajo semaforos. Prefiere no subir a microbuses ni tomar taxis. En el Rimac ve a un loco con la piel renegrida y una caja de carton en la cabeza y se sienta a su lado y sostiene con el una animada discusion: hay un testigo presencial. Ademas del loco... ... Todos los jueves, en un callejon de Puente Piedra, habla con alguien a traves de un vitroven. ?Mentalmente le da la vuelta a un reloj de arena? En efecto, esa es la impresion que produce; es decir, parece un chiflado, en las primeras semanas. ?Eso es parte de su plan? Creo que no. Lo de George, en ese momento de su vida, no es una forma de locura pero tampoco es el fingimiento de la locura. Es el paso intermedio: el ultimo manoteo de su cordura antes de que la cuerda se rompa (cuerda: cordura). Debate consigo mismo, considera si es correcto hacer lo que ha proyectado (asumamos que si lo ha proyectado). Lee lapidas en los cementerios. Lee periodicos en basurales. Lee las lineas de su mano izquierda. Camina como un orate por la ciudad. Todo eso parece la locura pero todavia no lo es. No ha traspuesto por completo, por decirlo asi, el umbral de la demencia. Esta pensando en huir, en no hacer lo que ha planeado hacer, en renunciar a todo y largarse... ... Por eso es importante que, mas tarde, a principios de febrero, su conducta cambie: sus recorridos cobran un cierto orden, un aire rutinario. Todas las mananas camina del hostal a la avenida Larco. En Miraflores, no se aleja de la costa, sigue el borde del acantilado. Sube por la Perez Aranibar, baja por el Ejercito. En la Costanera regresa al malecon, camina por San Miguel hasta Maranga... ... A mediados de febrero su ruta se hace precisa, inalterable, diriase que maniatica: las mismas calles, las mismas esquinas, todos los dias. No cabe duda de que, en esa ruta, y en esa precision, se esconde una clave, porque en esos dias tiene que ser cuando George determina finalmente llevar a cabo su plan. Febrero, en esta historia, es el final de la duda. Eso se ve en el cambio que sufren sus recorridos. Ayer hice la prueba con un mapa. Esboce las rutas de George en enero: un garabato, un laberinto. Despues dibuje, una vez por dia, su camino de todas las mananas desde mediados de febrero. Tuve que trazarlo tantas veces que el papel se agujereo. El simbolo es evidente. ?Quien esta mal de la cabeza? ?El que camina indistintamente por cualquier parte o el que infinitamente recamina sus propias huellas, una y otra vez?... ... Y sin embargo, aun mas que la ruta, lo importante es el lugar donde termina. La ultima cuadra de la Costanera. En enero ha pasado por ahi mas de una vez, pero en febrero va todos los dias. A un lado ve el malecon, mas alla la playita de piedras ovales, mas alla el mar, al fondo las islas. Detras de el hay nueve casas, de cara a la costa. Se vuelve a mirarlas: la tercera de izquierda a derecha es simple, de dos pisos, con cercos de madera blanca a cuyos pies crecen hileras de hortensias y geranios. Es pulcra, pequenita, modesta (es una casita rosada). Tres puertas mas alla, ve una casona antigua, de los anos treinta. ?Esos muros ennegrecidos, esa torsion de los fierros en los tragaluces, esa hendidura de los tejados, son senales de que alguna vez la consumio un incendio? Averiguo. El incendio ocurrio a fines de los sesenta, pero, cosa rara, nunca han refaccionado la casona. Es una ruina flaca, enhiesta, de ventanas longitudinales, tiene un mirador (una especie de torre sobre el segundo piso) y, abajo, ante la puerta, una escalinata de siete peldanos. Todas las mananas camina hasta ahi, permanece un instante al pie de los escalones, no se acerca mas. Cruza la pista en direccion al malecon, se encarama en el murito. Desde ese sitio, entre el mar y la ciudad, ve a ratos la casita rosada y a ratos las barandas cenicientas, los mastiles torvos de la casona incendiada. (Piensa: tantos anos despues, es como si siguiera en llamas)... ... En la casona incendiada no debe vivir nadie (eso tambien es importante). En la casita rosada, en cambio, vive una chica llamada Ariadna Enzensberger. Tiene veintitres anos pero parece de diecisiete. Ha terminado historia en la Catolica y sopesa la idea de entrar a la maestria pero tambien estudia cine en talleres que toma de noche, uno en Barranco y otro en San Miguel. Su madre nacio en Lima pero se crio en la sierra y aunque Ariadna piensa en ella con frecuencia, nunca la conocio. Siempre ha vivido con su padre, que ensena Historia del Arte y se llama Rainer Enzensberger. Ariadna es bonita, simple, de ojos negros y corto pelo rubio a lo Jean Seberg. Es austera, la gobierna una especie de alegria melancolica o tal vez una conformidad con la vida que ella quiere hacer pasar por alegria. Tiene un grupo de amigos de San Marcos y otro de los talleres nocturnos pero prefiere la soledad. Va al cine cada vez que puede. Al cineclub del Banco de Reserva, al cineclub del Museo de Arte, al del colegio Raimondi, al cine Roma, al Cinematografo de Barranco, los mismos lugares a los que George va todas las noches. Es casi imposible que sea una coincidencia... ... Desde el muro del malecon, el la ve. Ella sale poco, casi siempre esta en casa cuidando a Rainer, que es un hombre mayor: mas parece su abuelo que su padre. Juntos arreglan el jardin de hortensias y geranios (o el jardin de margaritas y llamaplatas: la observacion es literaria, ornamental). Rainer se sienta bajo el dintel de la puerta, Ariadna entra y sale de la casita rosada. Laboriosa, lleva y trae mangueras, semillas, regaderas. ?Nunca ven a George al otro lado de la pista? Buena pregunta: un extrano con una mochila a la espalda, camaras fotograficas, una filmadora, una maquina de escribir, sentado en el muro del malecon, es un personaje conspicuo. ?Sera que George, apenas ellos salen de la casita rosada, se deja caer por el lado opuesto del muro, hacia la playa? Esa es mi conjetura: el se esconde, y, hasta entrada la tarde, los espia desde ahi. George es metodico, desde febrero... LIBRETA 2. Octubre de 1992 ... Cuando Ariadna sale sola, por las noches, los lunes y los miercoles, a los talleres, o al final de la tarde, los viernes o los sabados, para ir al cine, el va tras ella, guardando la distancia. En mi coleccion de VHStengo las imagenes que filma cuando la sigue por la calle. Rompe su costumbre de no subir a microbuses. Trepa al mismo que ella, se sienta en la ultima fila o se queda de pie cerca de la puerta trasera. Ariadna mira la ciudad. George mira a Ariadna. Cuando ella va a los talleres, el regresa al hostal. Cuando va al cine, el continua acechandola: se escurre en la sala detras de ella. Solo la primera vez hay un contratiempo: el portero le dice que no puede entrar con la mochila (Sendero Luminoso, las bombas). George se enfurruna, vuelve al Medialuna, a su cuarto vacio. Se pone la mascara de oso, supongo, intenta dormir ... ... Los dos sabados siguientes ella ve Portero de noche en el Cinematografo y El rey de Nueva York en el Museo de Arte. George se esconde en el viaje de ida, pero, en los cines, se asegura de que Ariadna note su presencia. Tropieza adrede con ella a la salida, se para justo detras en la cola de la boleteria. Ella lo mira de reojo. El sacon de camuflaje militar, la camiseta negra de ilegibles letras amarillas, los borceguies, la gorra de beisbolista: un tipo peculiar. ?Que cosa ve George cuando mira a Ariadna? Me cuesta responder esa pregunta... ... El tercer sabado es 29 de febrero (1992 es un ano bisiesto). Ariadna ve La batalla de Argel, de Pontecorvo, en el Raimondi. Al final, George se le acerca. ?Le dice algo sobre la pelicula? Lo imagino hablando acerca de la primera escena (seria lo logico: en la primera escena hay una tortura). Ella no sabe que responder. Esta asombrada de que George le hable: es un extrano. George quiere aprovechar su desconcierto. Le dice que no sabe si ella se ha dado cuenta, pero, en las ultimas semanas, se han cruzado tres veces en los mismos cines. Ariadna se sobrepone al pudor, inusualmente: responde que si se ha dado cuenta. George dice que eso no puede ser coincidencia. Ella le dice que, en efecto, no parece coincidencia, y que tal vez el la esta siguiendo. George sonrie, dice: quizas eres tu la que me esta siguiendo a mi. ?Ella tambien sonrie? No esta acostumbrada a hablar con desconocidos, y sin embargo, cuando se aleja del cine y George avanza a su lado, no se siente invadida. Vuelven a hablar de La batalla de Argel. El le ha de hacer notar que algunos de los actores no son profesionales, sino rebeldes argelinos que, en la pelicula, hacen el papel de ellos mismos. Ella dira que entonces no es una ficcion. El respondera que no puede no ser una ficcion. Sobre todo las escenas de torturas, debe decir. Ella ha de preguntar por que. El dira: porque una tortura siempre entrana una ficcion. ?Ella vuelve a preguntar por que? Supongamos que si y que George le dice que una persona que tortura a otra espera que le cuenten una historia, pero no siempre le interesa que la historia sea real: solo que parezca verosimil. Ella le da vueltas a esa idea... ... ?George le parece atractivo desde esa primera noche? Las cosas que dice tienen un pie en la truculencia pero suenan interesantes, piensa Ariadna. Van del Raimondi a Miraflores por la avenida Arequipa, una larga caminata (que para George no es nada) por la berma central. Mas alla del cerco de lanzas del Palacio Marsano, una niebla negra viene del parque de Miraflores, devora los jardines de pasto muerto, los troncos cascados de los arboles, las fachadas mugrosas de los edificios, la respiracion de los mendigos en las veredas. Cuando llegan al ovalo de Pardo, George la invita al Haiti. Eligen una mesa afuera. Al rato aparece un grupo de muchachos con chuspas y bigotitos y patillas incipientes, que conocen a Ariadna de los talleres de cine, y se sientan a su lado. Uno de ellos es importante en mi relato porque esta enamorado de Ariadna y porque unos meses mas tarde, despues del crimen, y durante muchos anos --?debido a su amor por ella?-- intentara recomponer los fragmentos de esta historia... DIARIO, 24 de agosto del 2015 (noche) Ese chico era yo. ?Hablaba con malvivientes en terrenos baldios? ?Les contaba historias a las lapidas en los camposantos, a medianoche? ?Marchaba por las calles de Lima con una brujula cuya aguja siempre me apuntaba al corazon? Nada de eso. Era callado. Habia ensenado Literatura al salir de la universidad, en academias preuniversitarias, pero desde hacia unos meses era fotografo en un periodico y por las noches iba a talleres de cine, en uno de los cuales conoci a Ariadna. Mis padres habian muerto dos anos antes. SIGUE LA LIBRETA 2. Octubre de 1992 ... Cuando veo a George, la manera en que reclina la cabeza sobre el hombro derecho y mira los hielos en su vaso de whiskey me produce la certeza de que entre su gorro de beisbolista y el vaso hay un dialogo que le interesa mas que las cosas que ocurren a su alrededor. ?Me demoro en notar que su filmadora, sobre la mesa, esta encendida? No, me doy cuenta de inmediato. En ese momento, no se por que (no me pregunten por que), yo, que tambien traigo una filmadora (vengo del taller), interpreto la suya como un desafio. Quizas es su pinta de americano sucio -- aunque George no esta sucio, nunca esta sucio, sino apenas desalineado-- lo que me sumerge en la atmosfera de un viejo western. El asunto es que de inmediato enciendo mi camara como si desenfundara un revolver. El se da cuenta, sonrie, es la primera imagen suya que grabo... ... Los chicos, mientras tanto, se han puesto a hablar de cine, de la manera en que los chicos de San Marcos y la Catolica hablan de cine, en Lima, en los noventa: entusiastas y aburridos a la vez. George los escucha; tengo la impresion de que los deja hablar. La conversacion es irrelevante. Yo menciono una pelicula de Klimov que nunca he visto. Digo que es la obra maxima del cine ruso. George dice que es una mala pelicula. Despues hace una pausa y se corrige, o eso parece (en verdad no se corrige: siempre responde dos veces, cosas opuestas). Al rato habla sobre una pelicula llamada Menilmontant, de Dimitri Kirsanoff. (Otra noche, mas adelante, una noche cualquiera en un lugar cualquiera de Lima, George me dira algo sobre Menilmontant pero de inmediato se interrumpira y hablara de Los olvidados de Bunuel y dira que una pelicula solo es buena si nos deja la sensacion de que sus personajes nunca perderian el tiempo mirandola). Dice que en Menilmontant esta la clave para entender la historia de la humanidad. Todos esperamos que elabore esa idea (y nadie tiene nada que argumentar porque no sabemos quien es Kirsanoff). George dice tres o cuatro frases sobre la bruma de la realidad y los agujeros que horadan las estrellas y de inmediato se queda callado y vuelve a mirar el vaso de whiskey. Ariadna dice que su pelicula favorita es Sola en la oscuridad, de Terence Young [la mujer ciega, la muneca, el sotano, los manotazos: tiene sentido, pobre Ariadna]... ... En las horas siguientes, George habla a ratos con los chicos y a ratos solo con ella, en voz baja. Ariadna sonrie, el parece sonreir. Le pide su numero de telefono. Ella se lo da. Yo miro todo (mi camara sigue encendida)... ... Esa tambien es la primera vez que veo a Rita Moreno. Dobla por Diagonal, saluda a George, tiene pinta de gitana. Le dice que esta yendo al hostal. El le pide que lo espere. Paga la cuenta de todos, acerca la cara a la cara de Ariadna, le habla al oido. Les pregunta a los chicos cuando piensan ir al cine. Le dicen que el jueves. Quedan en juntarse en el Paseo Colon, a las seis, para ver una de Costa-Gavras. George se va con Rita. Cuando los perdemos de vista, le pregunto a Ariadna como piensa irse a casa y ella me pide que la acompane a tomar un taxi. Nos internamos en la neblina del parque Kennedy. Le pregunto donde ha conocido al gringo y a su novia. Ariadna dice que la mujer no es la novia de George, sino la recepcionista de su hostal (eso le ha dicho). Recien entonces escucho el nombre de George. Es tan predecible que me suena falso, como el nombre de un personaje americano en una pelicula mexicana. El gringo torpe que muere acuchillado en un callejon --pero George no es torpe y solo es medio gringo y no muere, o no muere acuchillado, al menos no en un callejon--. Cuando Ariadna sube al taxi, me quedo mirando la calle y el taxi en la calle e imagino que estoy en el taxi con Ariadna y que le cojo la mano y ella no la retira (por eso se que el momento es imaginario) y que ella inclina la cabeza sobre mi hombro y yo le beso el corto pelo rubio a lo Jean Seberg. El taxi se pierde entre el barullo de los peatones y los microbuses de la calle Berlin, mas alla de la nube purpura del parque, y yo vuelvo a la realidad, y me quedo un rato en la realidad como adentro de una mazmorra y despues me voy caminando a la casa de mi tia...

  • La piel de Elisa Mayo

    https://gigalibros.com/la-piel.html

    Cuando no eres capaz de mirarte en el espejo, evitas incluso que te toquen.
    ?Como es una vida sin caricias?
    Y, ?como se despierta una piel?

  • Una fiesta en el Eden (Eden 3) de Olga Salar

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    Abby esta decidida a empezar una nueva vida en la que los hombres no terminen lastimandola. Para ello ha resuelto dejarlos fuera y dedicar su tiempo y esfuerzo al trabajo.
    Con lo que no ha contado es con su mala costumbre de verbalizar sus pensamientos, sean cuales sean. Ni con la aparicion de un hombre que la descoloca porque es completamente opuesto a lo que habia imaginado.
    En esas circunstancias esta perdida. Y lo que es aun peor, lo sabe.

  • Se llamaba Manuel de Victor Fernandez Correas

    https://gigalibros.com/se-llamaba-manuel.html

  • Conexion Inesperada (Victimas de Murphy 4) de Miriam Meza

    https://gigalibros.com/conexion-inesperada-victimas-de-murphy-4.html

    CASUALIDAD. MALA SUERTE.
    Todavia no se a quien culpar.
    Solo se que despues de ese mensaje las cosas no volvieron a ser iguales.
    El era un extrano, y yo me sentia sola.
    Nuestra conexion se volvio adictiva, y me hacia olvidar cosas en las que no deberia pensar.
    Hasta que choque con la realidad,.
    ?O seria con Murphy?

  • la sombra del secreto. El arcano de Beatriz Caceres

    https://gigalibros.com/la-sombra-del-secreto-el-arcano.html

    ” El Rey es asesinado en circunstancias muy extranas. Su cadaver es descubierto desnudo y atado a una silla Luis XV en su dormitorio en Palacio. Todo indica que hay una mujer involucrada.”

  • Radiografia de chica con tatuaje de Jordi Sierra I Fabra

    https://gigalibros.com/radiografia-de-chica-con-tatuaje.html

    Una noche de pasion finaliza con un crimen. El principal sospechoso niega los hechos pero todas las pruebas lo condenan. Un caso cerrado para todo el mundo menos para la novia del acusado, que se siente responsable porque aquella noche fatidica no estaba con el. Carla cree que hay piezas que no encajan. Mientras todo a su alrededor parece desmoronarse, ella iniciara una investigacion para descubrir el verdadero rostro del asesino.

  • La saga de la mandragora de Nuria Munoz Aige

    https://gigalibros.com/la-saga-de-la-mandragora.html

    Cuando tres excursionistas novatos sufren un terrorifico accidente y se extravian cerca del pico de Aneto, empieza para ellos una gran aventura sobrenatural que los transportara a un mundo que creian imposible: subitas grietas que se abren en un glaciar, un inquietante pueblo de otros tiempos inexistente en el mapa y, por encima de todo, la constante presencia de una malvada saga de criaturas singulares que parece haber sobrevivido al paso de los siglos.
    A lo largo de la novela, el presente de un pueblo del Pirineo aragones se entrelaza de manera escalofriante con la Edad Media, con la construccion de sus iglesias romanicas, sus supersticiones e incluso sus inquisidores en busca de brujas.
    Y todo, para acabar descubriendo sorprendentemente como ellas, a pesar de todo, siguen entre nosotros.

  • Lord John y un asunto privado de Diana Gabaldon

    https://gigalibros.com/lord-john-y-un-asunto-privado.html

    Una apacible manana de junio de 1757, lord John Grey, aristocrata y oficial de alta graduacion del ejercito de su majestad, sale de su club londinense sumido en una profunda confusion. Acaba de descubrir un secreto perturbador, que afecta directa y gravemente a su prima Olivia. Con el fin de evitar un escandalo que podria arruinar el buen nombre de su familia, lord John decide tomar cartas en el asunto, pero un deber mas urgente lo obliga a postergar sus planes: la Corona lo reclama para que investigue la muerte de un camarada de armas. Asi pues, enfrentandose a una red de traidores y delatores que se extiende por diversas capas de la sociedad inglesa, desde las casas de mala reputacion hasta las lujosas mansiones de la nobleza, lord John seguira la pista de un escurridizo lacayo y una enigmatica mujer, sinuosos personajes que tal vez puedan proporcionarle las claves de ambos casos.