• sin rostro ni rastro - Juliana Corrales

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    Doce del mediodia y el calor agobiante caracteristico de Ciudad Bolivar se hace inclemente para los habitantes de aquella pintoresca ciudad, capital del Estado Bolivar ubicado al sureste de Venezuela, localizada en la ribera sur del Rio Orinoco, se puede ver el agite de sus pobladores, presurosos por llegar a sus casas para luego regresar a sus labores. Los semaforos cambian constantemente y ni a si el trafico cesa, se pueden ver tambien los malabaristas que de momentos entretienen a mas de uno de los que en la cola aguardan esperando que el semaforo cambie a luz verde y asi seguir a sus destinos, desde malabares con aros y pelotas hasta cuchillos, piruetas con llamas, los mas osados. Por su parte las paradas de los transportes colectivos estan abarrotadas. Se escuchan los gritos de los vendedores ambulantes y en las aceras mas de un mendigo esperando la caridad de quien amablemente les de algo de comer. Sumergidos en este panorama se encuentran los indigenas provenientes de vecinos estados del oriente venezolano, entre guaraos del Delta, descendiente de los chaimas del Estado Monagas, de igual modo los pemones del mismo Estado Bolivar; llegados de la Gran Sabana, los piaroas de Amazonas y por ultimo los karinas de Anzoategui. Todos ellos caracterizados por aquella inocencia, tranquilidad y habilidades para todo tipo de artesania, migraron con la finalidad de conocer otro estilo de vida, dejaron sus culturas para vivir en el calor de la ciudad, viviendo en plazas, terminales de pasajeros, algun terreno baldio de la ciudad o donde los agarre la noche y mientras no llega esta, se dedican a las ventas callejeras de artesania y flores traidas de sus tierras, es lo que a simple vista se puede visualizar en aquel estado venezolano. Santo tomas de Guayana o Angostura del Orinoco, como era conocida antes de 1846, la actual Ciudad Bolivar, que se caracteriza por ser una ciudad universitaria, muchos de sus pobladores son jovenes estudiantes que migraron de distintas partes del pais desde el occidente hasta el oriente, reconocida por formarse alli profesionales de diversas carreras desde ingenieros hasta profesionales de la salud. En esta ciudad se encuentra una de las escuelas de medicina, mas reconocidas del pais, perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oriente Nucleo Bolivar. Es una nueva semana de clases en la mencionada escuela, los estudiantes regresan luego de un fin de semana, unicos dias que son duenos de su tiempo, por asi decirlo, debido a las exigencias academicas de esa reconocida universidad; por aquel porton azul entrada principal, se ven venir a mas de un estudiante, todos presurosos por entrar a las aulas y laboratorios de las distintas asignaturas, esperando reunirse cada quien con su grupo de amistades para contarse anecdotas del fin de semana y planificar las actividades universitarias. La escuela tiene un pasillo algo oscuro, y al final de este los laboratorios de anatomia, los estudiantes que cursan la materia aguardan en la entrada, una vez vista la teoria para proceder a las practicas. !Permiso por favor! Abrire el laboratorio. Se escucha la voz de Medina, -uno de los obreros encargados de realizar esta tarea, "den un permiso que el senor necesita abrir" continua diciendo unas de las estudiantes. Dando paso todos se hacen a un lado, se empujan y gritan unos con otros! Sudorosos y con deseos de entrar, hasta que por fin el encargado logra abrir el laboratorio, pasan todos de forma desorganizada y se ubican a cada lado de los mesones; cuya caracteristica principal es su hechura en granito, en el centro de los planchones se podia ver un drenaje central para que el formol que destilaban los cadaveres que alli reposaban corriera por el mismo, estos cadaveres se encontraban cubiertos con sabanas blancas, las cuales hacian juegos con las paredes pulcras del laboratorio y con las batas que lucian orgullosamente todos los estudiantes que en el laboratorio se encontraban presentes, tambien se podian visualizar amplios ventanales que en cada practica era obligatorio abrir debido a la carencia de extractores para que los vapores emanados por el formaldehido del que estan impregnados los cadaveres puedan salir, dejando que la brisa desahogue un poco el ambiente. Entusiasmados los estudiantes por aprender de la interesante asignatura que mostraba a detalle cada una de las partes del cuerpo humano de forma macroscopica permanecen atentos. Lo unico que hacia desagradable la estadia en el lugar era la congestion que mas de uno sentia en las mucosas nasales, pero en especial la conjuntiva ocular producida por el asfixiante vapor de aquel quimico irritante, lagrimeaban por lo fuerte que era aquel producto empleado para la preservacion de los cuerpos sin vida. Ocho estudiantes por meson era la distribucion para la practica, pero en mas de uno de ellos se encontraban un numero superior a ocho, debido a la poca capacidad que este laboratorio tenia y la sobrepoblacion. Todo los estudiantes dispuestos a aprender y a acatar las indicaciones que el profesor instructor les suministraba paseandose por todo el laboratorio con su bata blanca puesta dando ejemplo de la disciplina que debian tener, pide que retiren las sabanas blancas que cubrian los cadaveres que posteriormente serian diseccionados por capas empezando por la piel seguido por el plano subcutaneo, muscular y oseo para lograr la apertura de las cavidades toracicas y abdominales, dejando expuestos todos los organos de aquellos cuerpos frios sin vida y donados por el servicio de anatomia patologica, o de medicina forense del hospital de la ciudad. Al fondo del laboratorio un grupo de ocho estudiantes retiran la sabana y se deja ver el cadaver de una joven mujer con rasgos indigenas, con facciones unicas, cabello largo, negro y lacio de labios gruesos piel triguena, quien aun estando en aquel meson conservaba un rostro angelical y en su pelvis resaltaba la presencia del utero en estado de gestacion. Parecia dormir placenteramente, la muerte no logro quitarle su belleza nativa sin igual de las mujeres de su tierra, cada uno de los estudiantes compartia acerca de sus experiencias gustos ajenos a la medicina el cual tenian todos en comun, aquella confianza entre todos crecio tanto a tal punto que llegaron a conocerse tan bien que sin ser iguales en personalidad formaban grupos de amigos y las practicas en los laboratorios se hacian amenas. Todos los lunes el laboratorio era un sitio de encuentros, donde planeaban sus reuniones para estudiar en las residencias de cada uno de ellos o simplemente para salir a bailar, comer helado y asi cualquier actividad que les fuese de agrado. Uno de estos tantos lunes reunidos en las practicas. Juan Camilo un joven estudiante invita a todos los que en ese grupo se encontraban y al cual el pertenecia al cumpleanos de una amiga que vivia en el edificio donde el residia, la reunion tendria lugar el dia viernes por la noche, pero parecia ser que a Mariano y Ana Elisa la idea de asistir no les resultaba atractiva. Mariano no compartia ese tipo de reunion, era de conocimiento por todos que frecuentaba mas los lugares donde hacian presencia bandas de rock, se hablaba de grupos musicales reconocidos en este genero; Mariano era apasionado por la lectura y mas si estaba relacionada a los acontecimientos de la segunda guerra mundial y en especial al personaje Adolfo Hitler, por el hecho de que los bisabuelos del joven, llegaron a Venezuela huyendo de una muerte segura por ser estos judios, resultaba ser sus gustos diferentes a las ciencias medicas; por su lado la joven Ana Elisa dedicaba sus dias a solo estudiar, siempre apatica a la hora de salir a otro sitio distinto a la universidad; un poco acomplejada por unos cuantos kilos de mas, obsesionada por cualquier tipo de dieta de la que le hablaran, pero nunca lograba verse como ella deseaba y era de saber por ella que su desespero por lograr rapido los resultados la hacian decepcionarse de cuanta dieta hiciera, su unico refugio para desligarse un poco de su problema de peso era la carrera universitaria y obtener el mejor promedio.

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    Sin nombres, sin rostros ni rastros*. Jorge Eliécer Pardo**. Escritor colombiano. * Este cuento ocupó el primer puesto en el concurso de cuento sobre ...

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    11 oct 2019 — Fotografía “Inés Gonzales” de Jorge Eliécer Pardo tomada de la colección: Mujeres compasivas con las víctimas en el libro Los velos de la ...

  • SIN NOMBRE, SIN ROSTRO, NI RASTRO, un cuento de ...

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    9 ago 2015 — SIN NOMBRE, SIN ROSTRO, NI RASTRO, es un cuento que hace parte del libro LOS VELOS DE LA MEMORIA (Ediciones Vericuetos, París, ...

  • CRÍTICA: Dos ensayos sobre el cuento SIN NOMBRES ...

    http://www.jorgeeliecerpardo.com/2018/08/dos-ensayos-sobre-mi-cuento-sin-nombres.html

    3 ago 2018 — CRÍTICA: Dos ensayos sobre el cuento SIN NOMBRES, SIN ROSTROS NI RASTROS, del libro LOS VELOS DE LA MEMORIA. El arquetipo del Ánima en el ...

  • El amor es una montana rusa de Romina Naranjo

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    Nina es un desastre. Y superdramatica. Un torbellino de emociones locas. Todo le pasa a ella, que solo suena con ser una periodista de verdad. mientras trabaja como guionista en un reality que se esta viniendo abajo por momentos. Un ultimo error fatal la situa en la primera linea de fuego: pasara a ser la protagonista de un nuevo proyecto de telerrealidad que le augura fama y exito a manos llenas. si obvia ciertos escrupulos y a ciertas personas, como al camara que la productora le impone, Lucas, un clon de Jim Morrison (mas hipster, y mas guapo, y mas irresistible, y mas. buf) con el que va a chocar en todo, todo y todo. La vida de Nina quedara expuesta ante la audiencia las veinticuatro horas del dia, y entre idas y venidas llegara el momento de tomar decisiones importantes. o de dejarse llevar por la montana rusa que es el amor.

  • El Dragon de Su Majestad ( Temerario 1), Naomi Novik de Naomi Novik

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  • La biblia de los Caidos. Tomo 1 del Testamento de Sombra de Fernando Trujillo Sanz

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    Sueltaesecrucifijo,anormal--gruno Julio, lanzando un zarpazo alas manos desu companero. Oscar retrocedio para esquivar el golpe mientras aferraba con mas fuerza la cruz de plata que habia robado en una iglesia poco antes de acudiralli. Era grande, pesada y estabarecargadacon profusion de detalles ornamentales. --Nunca he visto a un vampiro --dijo con un levetembloren la voz--. Tener un crucifijo me daconfianza. Julio carraspeo. El sonido reboto entre las paredes curvadas del anden. Eran las tres de la madrugada y la estacion de metro de San Bernardo estaba desierta. --No eres creyente --se burlo--. No te servira de nada. Pero no temas, los vampiros no beben sangre de idiotas. Tengo entendido que les produce diarrea. Secagan patasabajo. Oscar no se dejo provocar ni desvio la atencion de las manos de su companero. Sabia que esperaba una oportunidad para arrebatarle la cruz. Julio podia ser muy molesto cuando se aburria. En el ultimo trabajo que les encargaron, les toco escoltar a una de las chicas del jefe. Tuvieron que esperar en elcoche cerca de cuatro horas mientras la mujer se probaba toda la ropa de un centro comercial. Julio no paro de incordiarlecon cualquier pretexto. Yahora,en aquelsolitario anden, no habia mucho que hacer. Ademas, elsi tenia miedo. No podiaadmitirlo abiertamente porqueeso no ofrecia una buenaimagen en alguien desu profesion. Sesupone que nada puedeasustara unmaton asueldo, y normalmenteeseeraelcaso, pero no esta vez, no cuando setrataba de un... --!Cerrad el pico de una vez! !Los dos! --Gruno Emilio,eljefe. Los dos guardaespaldas obedecieron. Irguieron sus musculosos cuerpos y aguardaron. En eso invertian la mayor parte del tiempo, en esperar. Emilio era un jefe razonable, quizas demasiado para ser el cabecilla de una red de trafico de drogas que introducia toda clase de sustancias ilegales en Madrid. Hablaba mucho. En opinion de Oscar, Emilio sobreestimaba el poder de la palabra y la conversacion, lo cual dejaba poco lugar para la accion intimidatoria, que era la especialidad de los dos guardaespaldas. Como consecuencia, tenian bastante tiempo libre, que Oscar invertia en el gimnasio. Curiosamente, ahora que daba menos palizas a los morosos, estaba mas fuerte que nunca. Que desperdicio. En cambio, con su anterior jefe, lascosaseranmuy diferentes.Allicuando alguien se pasaba delaraya, Oscar seencargaba desenalarleal insensato su error, de unmodo doloroso, por supuesto, porquesi no, secorriaelriesgo de queel pobreinfeliz no aprendieralaleccion. --No creo que venga --dijo Julio--. En cualquiercaso, sea o no un vampiro,es un impuntual. Emilio consulto elreloj. --Esperaremos --dijo eljefe--. Su reputacion es intachable. Eselmejor, nuncafalla, y siemprecumplesu palabra. Sise hacomprometido a venir, vendra. Oscar se pregunto como el jefe sabia tanto del vampiro. No es que figurara en las paginas amarillas, precisamente, aunque en realidad, ningun asesino asueldo lo hacia. Julio se habia ofrecido para hacerel trabajo elmismo, asegurando queentreel yOscar podrian liquidaral objetivo sin problemas. Oscar se puso bastante nervioso cuando se entero delatrevimiento de su estupido companero, que por supuesto no habia contado con su opinion antes deabrir la bocaza. Por fortuna, Emilio era un hombresensato y desestimo la oferta, lesaseguro que yateniaal hombreindicado paraeltrabajo. Oscar suspiro aliviado. Una cosa era proteger al jefe por la calle, intimidar a algun camello que se pasara de la raya, y dar alguna que otra paliza a quien se retrasara en un pago, pero matar a una persona, asesinarla a sangre fria, era algo muy diferente. Hacen falta algo mas que musculos para lograrlo;es necesario talento, inteligencia, y otrascualidades que seguro que Julio no tenia. Tal vezel bocazas de su companero podria liquidar a un delincuente vulgar, en la calle, a solas y sin un plan complejo. Pero se trataba de matar a un juez y de eso solo puede ocuparse un profesional. Oscarconsiguio mantener la compostura cuando Emilio les dijo que iba a contratara un vampiro. No sonrio nifruncio elceno, ni pregunto si habia oido bien. Porelcontrario, se mantuvo serio y espero a queeljefeexplicara que habiasido una broma. Pero no lo era. Oscar habia oido rumores en las calles sobre vampiros, demonios y otras criaturas. Estupideces. La gente dice cualquier cosa cuando esta drogada o para asustar a los demas. Tambien se hablaba de fantasmas, angeles y toda clase de figuras sobrenaturales muy poco originales. Incluso oyo una vez una leyenda sobre un hombre que no tenia alma. Menuda basura. Oscar se estaba cansando de lidiarcon tanta chusma en su trabajo, a veces incluso a pesar del dinero que ganaba. Estaba ahorrando y calculaba que en un par de anos, o tal veztres, podria salir de aquelasqueroso mundo. Sin embargo, su jefesicreiaen esas historias,almenos,en los vampiros. Cuando lesexplico queteniaa un asesino infalible y quesetrataba delreputado Sombra, Oscar no pudo evitar sorprenderse. Aquel nombrelesonaba, estabaseguro de quelo habia oido antes y enmas de una ocasion. Laincertidumbre de no recordar mas datos lellevo arobarelcrucifijo, por siacaso. Julio le dio una patada a una lata abollada, que fue rodando con un molesto chirrido hasta caer en las vias del metro. Dos ratas salieron corriendo entrelos railes. --?No puedesestarte quieto? --lereprendio eljefe. Julio seencogio de hombros. --Alo mejorelruido asustaalos vampiros. Un periodico que descansaba sobre un banco se elevo en elaire y oscilo en un baile lento y pausado. El panelelectronico que mostraba el nombre delaestacion parpadeo. Dela oscura boca deltunelsurgio humo, tal vez niebla. Elairesusurro. --La verdad es que el ruido no nos asusta. --Se giraron. Habia un hombre justo detras de Julio, con una sonrisa turbia en la cara--. Lo cierto es quelos queasustamos somos nosotros. Julio dio un paso atras, sobresaltado. El recien llegado era un hombre bien parecido, de cabello castano, un poco mas largo de lo que dictabala moda, pero queleconferiacierto airerebelde y atractivo. Calzaba unas llamativas deportivas decolor rojo, vaqueros gastados y una camisa de cuadros por fuera del pantalon, formando un conjunto muy informal. Media metro ochenta, mas o menos, y aunque no estaba ni la mitad defuerte quelos fornidos guardaespaldas de Emilio, seadivinabacierto tono muscular y bien proporcionado. --Tu debes deser Sombra --dijo Emilio. --Elmismo --confirmo elasesino--. Mis disculpas porelretraso. Otro asunto reclamaba miatencion. Se movia con aire despreocupado, despacio, pero sin dejar de pasear. AOscar le llamo la atencion que tuviera la piel bronceada, le habia imaginado tan palido como una hoja de papel. A pesar de que fuera un vampiro y un asesino implacable, su aspecto no le impresiono. No aparentaba mas de treinta anos, pocos para un autentico profesional, a menos, claro, que de verdad fuera inmortal. Lo cierto era que contemplarleestaba disipando sus miedos,empezabaacreer que no setrataba de un vampiro. --Tengo un trabajo parati. --Eljefechasqueo los dedos. Oscar saco un sobrecon documentacion y selo tendio a Sombra, pero laatencion del vampiro se habia dirigido a otra parte. --Bonita cruz --dijo. Alargo la mano y acaricio los bordes plateados con el dedo indice--. Es una cruz presbiteriana. Su diseno esta basado en las cruces celtas medievales de Irlanda y Gran Bretana. Representa una doctrina protestante del siglo XVI , una opcion religiosa interesante. --Yo no... --Oscar se quedo momentaneamentesin palabras--.?No te desagrada? --?Ami? --seextrano el vampiro--. Yo tengo tres, de oro. --?Podemoscentrarnosen los negocios? --dijo Emilio. --Desdeluego. --Sombratomo elsobre y extrajo la documentacion. Larepaso conmucharapidez, un par desegundos por pagina--. Un juez... No es una peticion habitual. --?Ya has leido todo elinforme? --pregunto Oscar un tanto asombrado. --Leo muy deprisa --aseguro Sombra. Oscar no le creyo. Estaba claro que era un fanfarron. Sintio el impulso de preguntarle algun dato concreto para desenmascararle, pero supuso que al jefe no le gustaria la idea. El vampiro retomo sus andares tranquilos, deslizandose entre ellos, silencioso, echando algun vistazo esporadico alas paginas delinforme. --?Algun problema? --quiso sabereljefe. --En absoluto --contesto Sombra--. Entiendo queestecaballero hainterferido en tus negocios y quieres librarte deel. --Tu tareaes matar y los motivos no teinteresan--dijo Emilio--. O almenoseso es lo que dicen deti. Eso y que nuncafallas. El vampiro se detuvo. Quedo deespaldasaellos, mirando las vias delmetro. --Puedesestar seguro de que yo no fallo jamas. La preguntaera por simplecuriosidad profesional. Emilio suspiro. --Es un juez muy testarudo. No quiere aceptar un soborno y eso que le he ofrecido una cantidad mas que razonable... Es una de esas personas conmoral, no las soporto. Ha encarcelado a varios miembros de mi organizacion y se ha convertido en una amenaza para mi red de trafico de drogas. Lo quiero muerto. Sieres tan bueno como se dice, puedes fijarel precio queteconvenga. --Ya veo. Es una gran oferta, sin duda --dijo Sombra aunmirando a la oscuridad del tunel--. Claro que asesinar a un juez no sera facil. Provocara unainvestigacion... --?Yeso que mas te da? --leinterrumpio Oscar--. ?No eres un vampiro? --Lo soy--dijo Sombrasin volverse. --Entonces no tendras problemasenmatarle --siguio Oscar--.Ano ser quete hayas inventado esachorrada paracobrar mas pasta y dar miedo alos demas. Sombrase volvio, le miro directamentealos ojos. --?Te doymiedo? Oscar dejo lacruzen elsuelo y saco su pistola. --No. Yno creo queseas un vampiro --dijo mientras leapuntaba directamenteal pecho--. Mas bien eres un fantoche. --?Queestas haciendo? --pregunto Julio. Su forzudo companero retrocedio un paso. --Guardaelarma --le ordeno eljefe. Oscar no obedecio. --?Por que? Sies un vampiro de verdad, la bala no le hara nada.?No esasi? Sombraempezo aandar haciael,con unasonrisaencogidaen los labios. Seacercaba despacio,zigzagueando. --Cierto, una bala no puede detenerme. --?Te has vuelto loco? --pregunto Julio. --No lo hagas --insistio eljefe. El vampiro seacerco mas, siempre mirando directamentea Oscar. --Quieres apretar el gatillo, ?verdad? Lo veo en tus ojos. --Sombra comenzo a caminar en circulos alrededor de Oscar, que mantenia el canon apuntandole en todo momento--. Tienes dudas, deseas dispararme y averiguar si de verdad soy o no un vampiro. Suponias que el crucifijo te protegeria de mi, pero hascomprobado que no y eso te ha puesto nervioso. Sombraacelero un poco el paso, estrechando un poco elcirculo con cada vuelta. Julio y Emilio le pedian a Oscar que bajaraelarma, pero el guardaespaldas no les haciacaso. --!Retrocede! --grito Oscar. Una gota de sudor resbalo por la mejilla. La pistola empezo a temblar en sus manos--. Disparare, te lo advierto. Elasesino aumento la velocidad. --Veo queeres un hombre muy fuerte ymusculoso. Si no soy un vampiro, no deberias necesitaresa pistola parareducirme. Como puedes ver, estoy desarmado. --Sombra sacudio su camisa de cuadros para hacer patente que no ocultaba nada. Siguio girando. Pasaba delante de Julio yEmilio cada vezmas rapido, siempre bajo laamenaza delcanon de Oscar--. Pero no guardas la pistola. Elmiedo te domina. Oscarestiro un poco el brazo. Ahorala pistolaestabaa menos de un palmo del pecho de Sombra. La mano letemblaba. --!Te he dicho queretrocedas! --?Por queibaa hacerlo? La bala no puedeconmigo. Vamos, dispara y compruebalo. No me pasara nada. --!Bajaelarma, imbecil! --grito Julio. --!Dejad de dar vueltas! --ordeno Emilio. Sin detener su movimiento alrededor de Oscar, Sombra separo los brazos y coloco su pecho a un centimetro escaso del canon de la pistola. --Asi, justo en elcorazon --dijo. El guardaespaldas, que continuaba girando al ritmo de Sombra para mantenerle encanonado, empezo a sentirseconfuso ymareado--. Manten el pulso, no tiembles tanto. Mucho mejorasi... Ahora dispara,acabemoscon esto. --!Tu telo has buscado! --Hazlo --dijo Sombra,con suavidad,casien un susurro--. No seascobarde, vencetumiedo. !Dispara! Sombrasonrio ymostro loscolmillos. Seinclino un poco hacia delante. Oscarapreto el gatillo. Un disparo atronador resono en elanden y quedo ahogado por la punzada de un gemido. Elcorazon de Oscar latia descontrolado. Cuando sumano temblorosaseabrio, la pistola humeantereboto contraelsuelo. --?Que has hecho? --grito Emilio. Oscar aun no lo entendia. Hacia un i

  • Duma Key de Stephen King

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  • Odiame manana de Sophie Saint Rose

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  • La Companera Del Oso de Jasmine Wylder

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    Serena siempre habia pensado en su abuela como una mujer fuerte. Desde que tuvo uso de razon, habia estado alli. De pie, alta y orgullosa, liderando el clan como su matriarca. Serena nunca penso que veria el dia en que su abuela yaciera en cama, con un aspecto fragil y debil, con mantas a su alrededor, y una bandeja de comida intacta a su lado. La joven lucho para concentrarse en el libro que tenia en sus manos. Habian pasado varios meses desde que una bomba estallo en la oficina de la matriarca, y la hirio gravemente. Durante un tiempo, no se supo si se recuperaria, y aunque sobrevivio, no recupero la fuerza que la caracterizaba. Las arrugas de su cara se habian profundizado. Habia una tristeza en sus ojos que la hacia parecer vieja. Serena nunca antes la habia considerado una anciana. A pesar de sus canas, su abuela siempre habia sido joven en su mente, joven y hermosa. Ahora no era menos bella, pero su edad se notaba de verdad. Serena dejo de leer por un momento y busco un vaso de agua. --?Como te sientes, abuela? --Nunca se habia sentido bien llamandola "abuela" o algo menos formal--. Deberias comer algo. --Estoy bien, Serena. --La mirada severa que le dio a su nieta fue atenuada por el agotamiento de sus ojos--. Puede que no este sanando tan rapido como cuando era mas joven, pero eso no significa que esto vaya a dejar ningun dano permanente. No soy tan fuerte como antes…. Si tu madre estuviera viva, me habria retirado de este puesto hace anos. --Aun eres fuerte y… --Silencio, Serena. --Su abuela le quito el libro y lo cerro--. No te pedi que vinieras aqui para que leyeras para mi. Mis ojos funcionan bien. Tu y yo necesitamos tener una charla seria. El estomago de Serena se apreto. Ella sabia exactamente lo que esta seria charla implicaria. A los veintitres anos, terminaria siendo la matriarca mas joven que jamas haya tenido este clan. No deberia ser asi. Si su madre estuviera viva o si su madre hubiera tenido alguna hermana, entonces serian ellas las que relevarian a su abuela. Pero se habia ido, y con la matriarca actual en este estado…. Sus manos se tensaron en su regazo, pero se nego a decir nada que hiciera pensar a su abuela que no estaba a la altura de las circunstancias. Si, era joven, pero no estaba sola en esto. Los hermanos de su padre, su tia Natasha y su tio Clifford, estaban alli para ella, sin mencionar a los asesores de la matriarca. Tampoco era como si la estuvieran arrojando de cabeza a su rol sin precedentes. Serena se habia estado reuniendo con su abuela en sus oficinas desde que tenia la edad suficiente para sellar sobres y contestar telefonos. Los ultimos meses ella tambien habia estado actuando como matriarca. --El mes del Orgullo de los Shifters de este ano anduvo muy bien --dijo Serena, como si se tratara de una reunion informativa, en lugar de una transferencia de poder--. Tuvimos algunas amenazas, pero ningun incidente, salvo unos cuantos manifestantes. Sin embargo, perdieron impulso bastante rapido. Las cosas estan mejorando. Desde el incidente con el doctor Alava, la mayoria de los grupos antishifters se han retirado. Sin embargo, estamos viendo un resurgimiento de una faccion. Hay pruebas de que se estan levantando sobre los preceptos de Dwayne Sawyer y lo estan convirtiendo en un martir. --Serena. --Ella se quedo en silencio e inclino la cabeza. --Me estoy cansando demasiado para esto. --Su abuela le agarro la mano--. La lentitud de mi curacion es prueba de ello. Me ha estresado mucho. El clan no puede tener a una anciana enfermiza como matriarca. --No eres anciana ni una enferma, abuela. Estallo una bomba y te llevara tiempo recuperarte. Su abuela le dio una mirada severa, haciendola caer de nuevo en silencio. --No te hablo como tu abuela, Serena, sino como tu matriarca. Si Annamarie no nos hubiera sido arrebatada tan tragicamente, ahora seria quien desempenaria el rol. No es bueno que una persona este sentada en el poder tanto tiempo. Es hora de que una generacion mas joven se haga cargo de su propio futuro. Serena asintio, mordiendose el labio. No era como si temiera convertirse en matriarca. Era solo una gran responsabilidad, y ella esperaba poder obtener mas experiencias del mundo real antes de que el traspaso fuera necesario. A pesar de que se habia graduado de la escuela secundaria antes de tiempo y habia estado tomando cursos universitarios en linea de economia, ciencias politicas y derecho, todo era conocimiento teorico. No habia visto el mundo, no habia viajado a todos los lugares que queria ver. Lo mas lejos que habia estado fue para visitar a su clan hermano a unos cuantos condados mas alla. Y ahora, ?alguna vez podria irse? El deber de una matriarca era hacia su clan. Sus propios deseos ni siquiera llegaban en segundo lugar. Estaban al final de la lista. --Si Annamarie estuviera aqui… --La matriarca se callo. Serena no recordaba mucho de su madre o padre. Ambos habian sido asesinados cuando ella era pequena. No estaba segura de si los pocos recuerdos que tenia eran reales o si provenian de las historias que le habian contado y de las fotos que habia visto. Se levanto sola. --No esta, abuela. Y por mucho que ambas lo deseemos, no esta. Se que crees que es hora de que me convierta en matriarca… Pero no estoy lista. Todavia soy joven, sin experiencia. Estoy acostumbrada a seguir tu ejemplo, no a tomar decisiones que afecten al clan. No estoy lista. --Tienes que estarlo, Serena. Ya es hora. Ya no soy apta para liderar el clan, y si tu no estas a la altura de la tarea, ?quien lo estara?. --dijo la abuela y Serena bajo la mirada de nuevo. --Y eso significara tomar un companero. Eso era lo que mas temia Serena. No la idea de tener un companero, sino de tener un companero siendo tan joven. Nunca antes habia salido con alguien, y eso era lo que mas le pesaba. Por supuesto, ella habia estado enamorada antes, pero nunca actuo en consecuencia. Ni siquiera tuvo la experiencia de tener mariposas en su estomago mientras sostenia la mano de un chico. Pero una matriarca no podria serlo sin un companero. Era una tradicion antigua. Los lideres, ya sean matriarcas o alfas, tenian que tener companeros. Los hacia mas estables y les daba un control de su poder; el companero era alguien que podia templar los instintos. --Cuando Annamarie se caso con Jackson, rompio con la tradicion --continuo la matriarca--. Durante generaciones, nos hemos apareado con hombres de nuestro clan hermano. Nuestros lazos con el clan McCloud se han debilitado por esa accion. Se han necesitado todos estos anos para reparar ese dano. Se que querias una pareja que pudieras conocer y amar antes del matrimonio, pero eso no sucedera. --Tengo que casarme con el hombre que me gane en la competencia.... --La voz de Serena se sentia vacia, sin emocion. La matriarca apreto su mano. Su expresion era comprensiva, pero no habia nada que decir. Serena sabia por que. Esto era lo que mas rechazaba, pero era necesario. El suyo era un clan pequeno. No podian permitirse alienar a su clan hermano. Aunque tenian varias personas muy ricas en su clan, el apoyo ofrecido por las McCloud era necesario para desarrollar una infraestructura para el futuro. --Yo no era feliz cuando estuve en tu situacion --continuo la matriarca--. Tu abuelo era un hombre rudo. Cuando me case con el, pense que seria miserable para siempre. Pero llegamos a ser muy unidos, el y yo. Quizas no los verdaderos companeros de los que tanto oimos hablar, pero funciono. Igual que paso con mi madre, mi abuela y con todas las mujeres de nuestros antepasados. Cuando eres una matriarca… --El clan es lo primero --concluyo Serena. Sin pensarlo, la imagen de Tristen Cade floto en su mente. Alto, con musculos prominentes y ojos de halcon. Era del clan McCloud. Habia sido traido por el tio Clifford para proteger a su companera embarazada de una amenaza, y a sus futuros bebes. Sin embargo, Tristen habia permanecido cerca, incluso despues de que se elimino esa amenaza. Aunque Clifford y Tristen eran mejores amigos, Serena no habia tenido mucho que ver con el hasta hacia poco. Tristen era un Navy Seal y solo venia a visitar al clan de vez en cuando para ver a Clifford. Mayormente, habian pasado tiempo juntos cuando Clifford estaba estudiando para ser abogado y lo que ella recordaba de el, de cuando era nina, era a un hombre llamativo que apenas le prestaba atencion. ?Y ahora que habian pasado tanto tiempo juntos? Serena se dio cuenta de que le gustaba mucho. Era un poco embarazoso, pues ella no podia controlarse cuando estaba cerca de el y siempre trataba desesperadamente de impresionarlo, a pesar de saber que nada saldria de ello. Tristen era mucho mayor, y sabia que el no estaba interesado en ella de esa manera. ?Y si lo estuviera? ?Como reaccionaria su familia si saliera con un hombre mucho mayor? La companera de Clifford, Lori, incluso, le habia advertido que no se acercara a Tristen, alegando que los hombres que iban por mujeres de la mitad de su edad solo buscaban a alguien a quien controlar. Serena sabia que ese no seria el caso de Tristen, pero de nuevo, caia en la cuenta de que el no estaba interesado en ella. Punto final. No tenia sentido pensarlo. A menos que si estuviera interesado, pero, debido a la gran diferencia de edad y a situaciones personales, no actuara en consecuencia…. Serena se mordio el labio. Era posible que adquiriera algo de experiencia antes de tener que tomar una pareja que apenas conocia…. --Hare lo que tenga que hacer por el clan --dijo, volviendo a mirar a los ojos de su abuela--. Puedes contar conmigo. --Bien. Ya he empezado a hablar con el clan McCloud. Estan organizando los juegos para que tu companero se pruebe a si mismo. Despues de que tu y el se hayan comprometido --aqui la matriarca se detuvo y Serena asintio para mostrar que entendia lo que queria decir-- despues de eso, te entregare oficialmente el manto de la matriarca. Serena volvio a asentir con la cabeza. Un bulto se levanto en su garganta, pero enderezo sus hombros y respiro profundamente para tragar. Tenia que suceder. Ya fuera hoy o dentro de un ano o mas. Sucederia. No tenia sentido llorar por lo inevitable. No era como si fuera a estar atrapada con alguien cruel. Su pareja estaria obligada a protegerla. ?Y si terminara hiriendola? Bueno, entonces seria la prueba de que no eran verdaderos companeros despues de todo, seria enviado de vuelta a su clan avergonzado, y se seleccionaria a un nuevo companero para ella. Todo lo que tenia que hacer era hablar. --Esto ha sido mucho para procesar. --La matriarca le dio a su mano un apreton final y la dejo ir--. Tomate un tiempo para pensar, Serena. Tendremos que hacer un anuncio al clan muy pronto. Con un asentimiento mas, Serena casi sale huyendo de la habitacion. Asi que esto estaba p a s a nd o. ? Q ue d e b i a ha c e r a ho r a ? ? S o l o e s p e r a r ? O… o, q ui z a s, p o d r i a l a nz a r s e a una u l t i ma a c c i o n i mp ul s i v a… Capitulo DOS Era hora de ir a casa para Tristen. La amenaza contra Lori y Clifford habia terminado, y no tenia sentido que se quedara mas tiempo. De todos modos, necesitaba volver a su puesto militar. A pesar de que se le habia prometido el tiempo libre que necesitara, estaba ansioso por volver… aunque fuera el unico shifter de su equipo y los demas lo condenaran al ostracismo por ello. Mas de una vez, estuvo a punto de ser expulsado por la forma en que lo trataban. En su linea de trabajo, tenian que confiar y depender el uno del otro. A pesar de todo lo que habian pasado juntos, su equipo no confiaba en el. No podia confiar en ellos. Aqui, trabajando con Clifford, habia sido diferente. Se sentia como debia ser un equipo. Serena entro en la habitacion. Su pelo castano chocolate caia en suaves olas a su alrededor, y se mordia el labio mientras retorcia las manos. Tristen casi se congela al verla. Aunque era muy joven, siempre tuvo una manera de ser que la hacia parecer la persona mas madura de la habitacion. Esa vulnerabilidad inusitada le hizo querer abrazarla y asegurarle que todo saldria bien. Aparto la mirada rapidamente. Llevaba meses luchando contra esos pensamientos. Fue chocante lo mucho que sus puntos de vista sobre ella habian cambiado desde que el habia venido a ayudar a Clifford. No era la nina de ojos estrellados que habia conocido en el pasado. Era una mujer madura con la suficiente determinacion como para avergonzar a la suya. --Hola, Serena --le lanzo con una media sonrisa--. ?Esta todo bien? --Bueno… supongo. Solo venia a ver si Clifford habia hablado contigo para que te quedaras. Tristen agito la cabeza. --Ha estado ocupado con Lori y los gemelos. --Oh. Si, lo ha estado. ?Has oido que mi abuela me va a ceder el liderazgo del clan? En ese momento, Tristen asintio. Cuando lo oyo por primera vez, le parecio natural que fuera el momento. Mas tarde, la gente empezo a comentar sobre la edad de Serena, y eso le recordo una vez mas que ella era, de hecho, todavia una mujer joven. Sin embargo, no tenia dudas de que ella seria brillante en ello. Con su inteligencia y empuje, no habia nadie mas adecuado para esa tarea. --Yo… tengo que tener un companero pronto --dijo ella--. De tu clan de origen. Milly Terrance ha sido muy energica acerca de querer que las cosas cambien y creo que me desafiara a ser la matriarca del clan. Es una buena persona, pero demasiado impulsiva para ser una buena lider. Asi que necesito tener un companero lo antes posible. --Entonces, ?quieres que te presente a algunos de los jovenes de mi clan? --Tristen ignoro como su oso gruno cuando se puso a pensar en cualquiera de ellos con sus brazos alrededor de ella. No todos eran terriblemente inmaduros. Ademas, seria beneficioso para Serena conocer a alguien de su edad… ?Verdad? La cara de Serena se tino de rosa, y agito la cabeza. --Habra desafios y juegos en los que podran competir, y quienquiera que gane tendra derecho a ser mi companero. El companero de la matriarca tiene que protegerla, despues de todo, y nosotros tenemos que asegurarnos de que el mio este a la altura de las circunstancias. --No estoy seguro de lo que me estas pidiendo, entonces. --Tuvo una idea y su corazon se estrello contra sus costillas. Se enderezo. --?Puedo ser totalmente sincera contigo? --pregunto Serena. Era una mala idea. Solo terminaria con uno de ellos decepcionado. Pero el asintio de todos modos. --Siempre he sabido que este dia llegaria. Esperaba ser mayor. Creo firmemente que dos personas deben saber quienes son antes de establecerse juntas esperando el "para siempre". Tristen no pudo evitar sonreir. --?Estas diciendo que no sabes quien eres? --?Que? --La frente de Serena se arrugo--. No. Eso no es lo que estoy diciendo. Estoy diciendo que quisiera ser mayor para que mi pareja tambien lo fuera. No quiero tener que lidiar con un nino inmaduro que solo me quiera porque soy bonita. O, quizas peor, alguien del doble de mi edad que piense que sera capaz de enganarme y hacer lo que quiera con el clan. Ese no es su trabajo. Sere matriarca y no voy a tener un companero que intente controlarme. Tristen asintio con la cabeza, aunque todavia no sabia adonde iba con esto. Serena levanto un poco la barbilla y lo miro fijamente a los ojos. --Quiero que compitas en los juegos y que ganes para ser mi companero. Quizas deberia haberlo visto venir. Quizas deberia haber pensado que era obvio que ella se estaba dirigiendo a eso. Pero, en realidad, no se lo esperaba, al menos, no todo. Ciertamente, no la parte de la lucha. Abrio la boca y la volvio a cerrar. --Se que esto es una…. peticion extrana. Pero lo he pensado mucho. Tienes experiencia de tu lado, asi que serias mas apto para ganar. Me permitiria elegir a mi propia pareja, y hemos demostrado que nos llevamos bien. Incluso en situaciones en las que tu y yo hemos tenido desacuerdos con respecto a las medidas de seguridad, no has tratado de desautorizarme en absoluto. Tu… --Tengo el doble de tu edad. Serena trago fuertemente y asintio. --Pero no intentarias controlarme porque crees que soy una nina tonta. Eso era bastante cierto. Tristen se encogio de hombros, inseguro. --Bueno…. no puedo. --?Por que no? Tristen agito la cabeza. Dentro de unos anos, se arrepentiria de su eleccion si esto sucediera. --Debido a mis antecedentes militares. Mis lazos con los no shifters pueden influir en mi juicio. Hay requisitos que hay que aprobar antes de que entrar en la competencia. --Pero tu entrenamiento militar ayudaria a protegerme mejor que alguien al azar… --No puedo. Las manos de Serena comenzaron a retorcerse de nuevo y se mordio el labio una vez mas. --De acuerdo. Bueno, en ese caso, ?puedes… puedes ensenarme algo? Tristen no respondio, esperando a que ella continuara. Su oso lo empujo, tratando de avanzar, pero no se movio. --Me gustaria que me ensenaras… a ser seductora. Como estar con un hombre. --Su cara se puso completamente roja y sus anchos ojos de chocolate brillaron. Su mirada lo persiguio de una forma que hizo que su oso practicamente ronronease con deleite. Algo se apreto dentro de el. Serena se acerco un poco mas y se mojo los labios--. Se que tengo que tomar la pareja que sea elegida para mi, a menos que sea verdaderamente repulsiva, pero no significa que tenga que evitar los placeres fisicos antes, incluso antes de que nos encontremos. Nunca he tenido la oportunidad de estar con un hombre, y quiero…

  • 3 noches en Oslo de Paula Gallego

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    Kenny se lo ha jugado todo a una carta; su ultima carta. Se ha despedido de sus padres y de su hermano. Esta preparado para irse.
    Sin embargo, las cosas cambian cuando conoce a Lena, una artista como el que ama la belleza en el desorden y las contradicciones. Ella es puro caos; es anarquia. Con ella, llega un atisbo de mejoria. Y, por primera vez en mucho tiempo, Kenny se permite tener esperanza. Pero tenerla es peligroso; puede ser cruel y devastador y ambos tendran que hacer frente al miedo y a la incertidumbre mientras su amistad toma un rumbo arriesgado.
    ?Que hay tras los dibujos de Lena? ?Que esconde la tinta en los versos de Kenny?
    Tomaran decisiones, haran promesas dificiles y, quiza, pasen tres noches en Oslo.

  • El asesinato de Harriet Krohn (Inspector Sejer 7) de Karin Fossum

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    La septima entrega de la serie del inspector Konrad Sejer.

  • Almas Guerreras de Raquel Campos

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    Brekken, frontera de Suecia con Noruega, 872 d.c Los dos ejercitos esperaban la senal para blandir sus armas contra los que cada uno consideraba sus enemigos. !Que equivocados estaban! Pues ambos bandos pertenecian al mismo pueblo. En el de Harald luchaban los mas grandes jarls del reino. Uno de ellos era Sulke, de la aldea de Trondheim. A su derecha se encontraba su hijo Thorkell, que blandia una espada casi tan grande como la suya. Lo observo de reojo, el joven se habia acerado con las continuas luchas y su caracter se habia encurtido tambien. A su izquierda estaba Bjorn. Lo habia adoptado tras la muerte de su padre y ambos ninos se habian criado juntos, ademas de ser inseparables. Hacia anos que la paz se tambaleaba, y esperaba que este fuera uno de los ultimos enfrentamientos, ya que su cuerpo no le respondia como antano. Un gran cuerno sono y su sonido reverbero hasta en las ultimas montanas, donde la vista se perdia. Los dos bandos se lanzaron en un amasijo de hierro y madera. Las estocadas de espada y hacha se lanzaban por doquier y los escudos de madera amortiguaban los poderosos golpes. Ni el gran Loki habia sonado nunca con una lucha de tal magnitud. Los guerreros no miraban, tan solo asestaban golpes con el pensamiento de que alguno fuese certero. Los guerreros de Trondheim se dispersaron, cada cual inmerso en una lucha sin cuartel. Eran fieros luchadores que aprendian desde una temprana edad el arte de la lucha. Thorkell de vez en cuando buscaba a su padre con la mirada, no le gustaba perderlo de vista y, sin darse cuenta, se habian alejado bastante unos de otros. Bjorn luchaba contra dos hombres, con la espada en una mano y el hacha en la otra. Su estatura era propicia para batir a cualquier guerrero en una lucha justa y lo demostraba en la batalla con un valor inusitado. --!El gran Sulke ha caido! El grito resono en la mente de Thorkell, que se negaba a admitir tal cosa; se giro para comprobar que continuaba luchando, pero ahogo un gemido en su pecho. El gran guerrero yacia herido de muerte. Un grito estremecio a todos, un grito que retumbo mas alla del cielo y que llego a Asgard. Una espada se abria paso entre los guerreros hasta el gran Jarl, dando golpes a diestra y siniestra para llegar a capturar el ultimo halito de vida de ese gran hombre. Sulke no sentia nada, salvo una extrana paz que se estaba tejiendo en el interior de su cuerpo. Estaba feliz, pues el Valhala lo esperaba. Tan solo...una cosa empanaba su viaje a la vida eterna. El joven guerrero, preso de la furia, se abria paso a traves de la batalla. Nada conseguia detenerlo, con su espada enarbolada en una mano y el hacha en la otra, parecia un berserker en pleno trance. Sulke sintio la tibieza de un cuerpo y miro al joven guerrero a los ojos. Ese era su ultimo deseo. --!!!Padre... --El joven se agacho junto al cuerpo del hombre al que habia venerado desde que nacio. La mirada vidriosa y la sangre perdida presagiaban que la vida se le escapaba muy deprisa. --Hijo…, pronto vendran las valquirias a por mi. Dirige el clan con honor y cuida de todos. Ademas... --Su cuerpo se negaba a seguir adelante--, te dejo la mision de seguir los pasos de Harald en su lucha por la unificacion. --Lo hare, padre, sere digno de la confianza que deposite en mi y... --El cuerpo de su amado padre sufrio un par de violentos estertores y dejo la vida con una fina sonrisa en los labios. Se levanto preso de la furia y, con la espada en la mano, se dirigio a buscar al asesino de su padre. Su hoja vencio a muchos guerreros, pero ninguno de ellos era el maldito Kjove. Alzo la cabeza al cielo y grito de nuevo. -- !Te vengare, padre! Aunque sea lo ultimo que haga en este mundo, mi espada vencera al hombre que te asesino de manera tan infame. Ese juramento llego hasta el rincon mas oscuro de su corazon y se quedo alli. Desde ese momento, el joven no volvio a ser el mismo. Su ser y su corazon estaban ansiosos de venganza. Capitulo 1 Thorkell tenia el cuerpo cubierto de sangre, las heridas comenzaban a escocerle, mas curarian. Pero la perdida de su padre no cicatrizaria. Nunca habia pensado que ese hombre, fuerte y robusto, podria llegar a morir algun dia; para el siempre habia sido un ejemplo ver las ganas de vivir y de libertad que poseia su amado padre. Ahora, mientras se quitaba la cota de malla, miraba el cuerpo frio y sin vida de su progenitor. No sabia muy bien que hacer, tan solo pensaba en atrapar a Kjove con vida y retorcerle el pescuezo hasta ver como la vida le abandonaba poco a poco. Sin querer, sus punos se cerraron con furia y con un dolor que no podia soportar. Mientras dejaba caer la pesada armadura, una imagen se forjo en su mente. Un rostro bello, de facciones suaves y expresivos ojos azules. Su madre. ?Como iba a contarle lo que habia sucedido? Ni el mismo se perdonaba, ya que podia haberlo impedido si hubiera luchado a su lado. La puerta de la tienda se abrio, no tenia necesidad de girarse para ver quien osaba interrumpir su dolor, solo habia una persona que se atreviera a hacerlo. Su fiel amigo Bjorn. Deposito la espada que tantas veces habia empunado su padre sobre una mesa pequena; al hacerlo, el rostro de su amigo se recorto a la luz de las velas. Pudo notar el dolor que invadia a su companero. Se habian criado juntos como hermanos, cuando el gran Sulke habia decidido que ese jovenzuelo desgarbado y casi abandonado viviria con ellos. --?Piensas volver? --pregunto Bjorn en un hilo de voz casi inaudible. Ahi estaba, la maldita pregunta que le estaba mortificando en esos mismos instantes. Un suspiro salio de su garganta. --No puedo..., necesito tiempo..., es egoista de mi parte, pero... --Nada es mezquino por tu parte. Todos comprenderan el dolor que invade tu alma. Yo hablare con tu madre. --Ruego a los dioses que me perdonen..., solo soy un cobarde. --Su amigo atraveso la estancia hasta llegar junto a el--. No digas nada, tan solo marcharos antes del alba. Cuando este preparado, volvere. Bjorn sabia que nada podia hacer para que cambiara de opinion, asi que salio de la tienda con la cabeza inclinada. Se llevarian el cuerpo de Sulke y lo engalanarian, solo esperaba que Thorkell volviera para enterrarlo con todos los honores. Al dia siguiente los guerreros se despidieron y cada uno tomo un camino diferente. Bjorn y Knut viajaban hacia su hogar. La aldea de Trondheim los esperaba, y esta vez sus gentes no festejarian ninguna victoria. Eran portadores de una triste noticia. Thorkell recogio todo lo que poseia en esos momentos y se dirigio, con su montura, hacia las frias y desiertas tierras del norte. Alli no tendria que lidiar con nadie, no le preguntarian donde habia estado cuando mataron a su padre. Pensar que no habia podido ayudarlo le embargaba de una culpa que atenazaba su corazon tornandolo frio y resentido. * Tras unos dias de marcha forzada, la caravana llego a las lindes de la aldea; era temprano y no se oia nada en las cercanias. Bjorn cabalgaba el primero, tras el iba Knut el jovial, a quien toda la alegria le habia abandonado y lucia un rostro serio y cetrino. Los demas guerreros portaban en un camastro el cuerpo sin vida del gran hersir de su aldea. Conforme se acercaban, iban reduciendo la marcha de los corceles. No querian llegar para contemplar la fatidica escena de dolor y desolacion de esas sencillas gentes. Isgendur estaba cosiendo, hacia horas que no lograba conciliar el sueno. Un oscuro presentimiento latia en su corazon. Las palabras que Fenja le habia dicho la noche anterior mientras le tiraba las runas la habian dejado muy preocupada y apenas habia sido capaz de dormir. "La oscuridad y el dolor vendran a esta aldea. Solo quien empune de nuevo la espada del hersir podra devolver la luz. Su camino sera dificil, el sentimiento de culpa sera superior a cualquier otra cosa que piense y, hasta que no se apacigue su espiritu, nada se podra hacer" Habia amanecido hacia un rato y salio a la puerta para sentir el sol sobre su piel, quizas eso calmara el desasosiego que sentia. A lo lejos, vio que se acercaba un grupo de caballos. !Por fin regresaban su amado esposo y su hijo! Esta vez habian estado ausentes un par de semanas, pero ahora todo volveria a ser como antes. Se equivoco. El grupo marchaba de forma lenta, como si no quisieran llegar nunca. Portaban algo arrastrando de un camastro y cerro los ojos con dolor al pensar que podia ser. El grupo se acerco y reconocio a Bjorn. Este, al darse cuenta de su presencia, se bajo del caballo. --Isgendur, somos portadores de una gran desgracia --dijo casi sin voz Bjorn. La mujer cerro de nuevo los ojos, aguantando el dolor que empezaba a lacerarle el corazon. Una lagrima rodo por su mejilla. --?Que ha pasado, Bjorn? --dijo Isgendur mirando a ese joven a los ojos. No era su hijo, pero lo trataba como a uno mas. --Quizas sea mejor que nos sentemos y...

  • El secreto de los gatos (Ojos de gata 3) – M.N. Mera de M. N. Mera

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    Val
    Desde que habiamos llegado de Estados Unidos, mi abuela hacia como si Hans no existiera. Al principio me habia sentido apenada, pero habia llegado un punto en el que estaba tan enfadada con ella que me daba exactamente igual lo que pensara. Y sin embargo, aquel dia me habia hecho llamar. ?Que querria?

  • El carrusel de las confusiones de Andrea Camilleri

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    En Vigata las escenas nocturnas adquieren una belleza leopardiana, pero no absorben el murmullo de las alas invisibles en la tiniebla. En una calle solitaria, una mujer de unos treinta anos es raptada, narcotizada con cloroformo y abandonada sin sufrir violencia ni robo, lo mismo que le ocurrio la vispera a la sobrina de Enzo, el propietario de la trattoria favorita de Salvo Montalbano. Ambas tienen en comun la edad y que trabajan en sucursales bancarias. Unos dias mas tarde, otra joven es secuestrada con identico modus operandi, pero liberada en este caso con una treintena de cortes superficiales por todo el cuerpo menos la cara. Y coincidiendo con estos sucesos tan extranos, un incendio a todas luces provocado arrasa en parte una tienda cuyo dueno y su novia han desaparecido sin dejar rastro.

  • La moneda de Akragas de Andrea Camilleri

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    Tras un largo asedio, Akragas (actual Agrigento) se rinde a los cartagineses en el ano 406 a.C. La ciudad es destruida. En 1909, es hallada en un campo de cultivo una pequena moneda de oro valiosisima y unica en el mundo. Presa de la emocion, el doctor Stefano Gibilaro, medico titular de Vigata, se cae del caballo y se rompe la pierna. Asi comienza una historia rocambolesca que se desarrolla entre los campos de Vigata y la Mesina destruida por el terremoto de 1908. Sus giros inesperados, tragicos y comicos, que Camilleri realiza con notable habilidad, nos llevaran a un imprevisible desenlace.

  • La ley del corazon de Amy Harmon

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    Una preciosa historia sobre nuevos comienzos y un amor eterno

  • Las ninfas a veces sonrien de Ana Clavel

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    En ese entonces me daba por tocarme todo el tiempo. Fluia. Me desbordaba. Jugueteaba con mis aguas. Claro, era una fuente. Pero no se crea que hablo en sentido figurado. Era transparente. Inmediata. Entera. Rotunda. Tambien era una diosa. En plenitud de poderes. Decia "viento" y los cefiros mecian el aire. Decia "belleza" y las aguas me devolvian mi imagen. Por supuesto, tuve que ir entendiendo cada cosa en su momento. Mis hermanas mayores me renian: "Te miras demasiado, terminaras por descubrir la muerte". Las desoia y entonces volvia a tocarme. Me envolvia en mis petalos, me gozaba sintiendome. Aspiraba mis olores. Respiraba. Latia. Bullia. Y vuelta a fluir. Yo era mi Paraiso. 2 Me gustaba recoger flores camino del templo. En ese entonces, en el trayecto, habia grandes extensiones sin edificios ni fabricas y los prados crecian a su aire por entre las vias abandonadas de un tren. Amapolas, margaritas, oropendolas, alcatraces, se inclinaban a mis pies, suplicandome que les concediera un lugar en mi regazo. Las elegia segun el arrebato del color, una transpiracion salvaje, el laberinto desnudo de una corola que empezaba a desflorarse. Era una abeja letal zumbando el placer de segarlas y hacerlas mias. Llegaba al templo cargada con un ramo copioso que no depositaba a los pies de ninguna efigie. Ahi tenian vasijas y floreros votivos con lanzas de gladiolas y penetrantes nardos. Asi que, antes de entrar, sacudia mis sandalias y abandonaba el ramo entre los jardines de rosas y narcisos cultivados que miraban con desden la agonia languida de sus hermanas silvestres. Una ocasion en que emprendia el camino de las vias del tren, me di cuenta que un hombre desconocido me seguia. De hecho, lo descubri al salir de la dulceria que estaba a un lado de mi casa, adonde habia ido por la diaria racion que don Eliseo me obsequiaba de corazones de caramelo, mis favoritos. Eran corazones encarnados y macizos pero se podian ir deshaciendo en la lengua con una suave succion. A don Eliseo le encantaba que le mostrase el avance de los dulces reducidos en mi boca, sobre todo porque --decia-- los labios entintados se me volvian mas coquetos que los de una muneca. Recuerdo que aquella vez traia yo puesto un vestido de gasa con unas cintas entretejidas a manera de corse y un ramito de violetas de fantasia en el nacimiento del pecho. "Parece que vas a una cita y aun no estas en edad", me reprendio una de mis hermanas mayores. No le hice caso, feliz del vuelo de la gasa que me envolvia como un capullo. Pero cuando atisbe que el hombre desconocido me habia visto al salir de la dulceria, supe que Teresa tenia razon: Destino se aprestaba a dar uno de sus pasos certeros. Cierto es que yo tambien le ayudaba al Destino: me detenia de tanto en tanto para verificar que el hombre me iba siguiendo. Le marcaba el camino. Tampoco podia evitarlo: el hombre me recordaba a mi padre, el mismo aire de titanes que saben lo que quieren y decirtelo con el palpito de una sola mirada. Y asi lo fui llevando por el sendero de las flores. Recuerdo que me inclinaba para cortar un diente de leon cuando percibi que el hombre estaba a mis espaldas y me tenia a su alcance. Me gire para ofrecerle las flores que habia segado hasta el momento y el se apresuro a tomarlas con todo y mi mano. Todo un senor titan pero cayo de rodillas ante mi y pude verlo a los ojos. Era la mirada que despues he visto en otros: un fervor sufriente, apremiante. Claro, yo era una diosa. Dispensadora de dones. Aparto las flores y me alzo la gasa tenue del vestido apenas lo suficiente para dar con mis pantaletas. Devoto, se inclino hasta hacerlas bajar a los tobillos. Entonces me toco. Conoci un nuevo Paraiso: ese que comienza en ser juguete del deseo de los otros --y disfrutarlo--. Aun puede quitarme el aliento recordar su respiracion entrecortada en mi vientre. O sus dedos tenues abriendome en flor. O sus labios bebiendome apenas sin pausa. 3 Nada que ver con los episodios que le escuche contar a otras diosas en el bosque. Ninas violentadas con el vientre despanzurrado como munecas inservibles. Olas pubescentes que se habian quedado atoradas en miasmas de dolor y ultraje. Fue el caso de Jazmin y el jardinero. Un hombre hermoso como el vigor de su piel, que afilaba las cuchillas de la podadora y la aceitaba con un esmero de amante solicito. Comenzo por ofrecerle granadas que Jazmin atrapaba en la falda del vestido, luego nisperos con los que le fue senalando el camino a una covacha, situada en la tapia de las plantas en sombra. Claro, se trataba de un juego. Siempre es un juego. ?En que momento dejo de serlo? Jazmin se llevo las manos a la boca como para acallar un gemido. Con los ojos bajos dijo: "Por eso no tolero que venga un heroe cualquiera y quiera montarme por detras… De cualquier otro modo, menos por detras". Durante el relato, estaban presentes sus hermanas. Un claro en el bosque y en la memoria de todas. Entonces hablo Dalila y conto que, en vez de nisperos, el jardinero habia usado con ella galletas y suspiros de dulce. Y luego Rosa que confeso que a ella solo tuvo que guinarle un ojo. Era un satiro en toda la extension de su miembro. Rosa reconocio recostandose en la hierba humeda: "Y sin embargo… se mueve". Las otras la miraron con furia. 4 Confieso que era ambiciosa. Un par de monedas podian hacerme sonreir solo de pensar en otros dones: ya lo he dicho: dulces con forma de corazon, un lazo para el cabello, una caja de diamantinas, un frasco para hacer burbujas. El debio de saberlo desde que me vio en la dulceria. El caso es que me espero a la salida de la tienda, lejos de la mirada de don Eliseo, y sin que nadie pudiera percatarse en la calle, ni el portero de palacio, ni los pretendientes de mis hermanas que hacian corro en el cofre de un Mustang estacionado, me mostro una reluciente moneda de plata. Por supuesto, lo segui cuando se introdujo en el corredor central de esa ciudadela donde viviamos. Atravesamos el primer foso. De un lado, aparecio la mujer del vigia con su cara de dragona enfurrunada y me dijo: "Acuerdate que a tu mama no le gusta que juegues en los patios de atras". El hombre habia seguido su camino y yo tuve que cortar hacia un pasadizo lateral. Era un mundo de pasadizos, no se como conseguia llegar alguna vez a mi torre. A punto de subir las escaleras, con un pie en el borde del primer escalon, descubri una mancha de lodo en mis botines de charol negro. Con toda la elegancia de una principessa, saque un panuelito de la manga y prepare un buen trago de saliva que deje estampar directamente sobre la mancha de lodo. Acto seguido, me aplique a limpiar con el panuelito la zona del estropicio que parecia haber aumentado. La mancha se habia tornado luminosa y comenzo a bailar de un lado a otro por la superficie lustrada del botin. Despues, subio por el tobillo hacia la calceta gris y luego a la rodilla y de ahi ascendio en rafaga hacia mis piernas que el vestido rabon no podia cubrir del todo. Me incorpore de un brinco. El brillo me salto al rostro y de ahi a la mirada. No pude verlo, pero lo adivine: desde el patio de luz en aquel mediodia fragante, el hombre de las monedas de plata las hacia espejear resplandores como un experto mago trashumante. Cuando me empujo suavemente al cubo sombrio de las escaleras, yo iba con el si de una sonrisa plena. Queria las monedas magicas. Me deje tocar por el mago que tambien era un caballero de manos dulces. Las monedas de plata me fueron conferidas. Juro que resplandecian en la penumbra con el fulgor de las promesas. Entonces, me llamaron mis hermanas. Primero, Clio; despues, Teresa. Sus gritos eran tan fuertes que tuve que zafarme del mago. El hizo aparecer mas monedas entre sus dedos --o solo una mas, pero la hacia serpentear entre uno y otro como si fueran varias--. Le prometi: "Volvere por mas". Pero mis hermanas me encerraron: "No te das cuenta… Una vez mas, te hemos salvado". Y escondieron la llave hasta que llego el Padre omnipotente. 5 Padre omnipotente --fulgurator, lucetius, pluvius, celestial, stator, terminus, tonante, victorioso, summanus, feretrius, optimus maximus, alias el magnanimo-- me mando llamar. Estaba en su trono y escuchaba el recuento del dia cuando entre a la sala de audiencias. Hice las reverencias necesarias y con su venia me acerque. "Asi que otra vez has hecho de las tuyas…". Baje la mirada. Me dio tres nalgadas y un jalon de orejas que era vehemencia, puro beso contenido. 6 Habia placer por todos lados. Hasta en recoger chicles pegados del suelo y volver a mascarlos. Competencias entre Pancho Pantera y Juan Pistolas para ver quien terminaba primero el tazon de ambrosia con cereal. Me gustaba mi nombre delicado y etereo --papa habia elegido el eco de un nombre con alas y poderes magicos-- pero no tenia empacho en convertirme en Juan Pistolas o en Aquiles Magno con tal de que reflejase todo mi poderio. El impetu de mis piernas bullentes, la entereza de mi espalda, el goce del aire en mi pecho, sin necesidad de coraza alguna. Sola la fuerza de mi espada… o de mis pistolas. Unos trabajadores del servicio de calderas del palacio habian hecho apuestas sobre quien entre todos los delfines se arrojaba desde el primer balcon sin romperse una costilla. Hicimos cola para medir nuestras destrezas en el arte de rebotar trovando pues ademas habia que cantar una cancioncilla antes de estamparse. Quisieron negarme el paso y sacarme de la fila: "Dijeron delfines, no infantas infantiles", me espetaron. Yo les dije: "Infantes ustedes, yo soy hija de monarcas, ?no conocen a las delfinas?" Entonces David, que traia su envidiada chamarra de cuero, blandio su honda ante los ojos de mis rivales: "Dejenla en paz, si quiere despanzurrarse… ella sabra". Pero no me despanzurre: cai perfecta sobre mis piernas de silfide amaestrada y les gane a todos porque a la hora de la caida se lastimaban un hombro, la cadera, un tobillo. Solo David, que era de mi tamano, cayo como pastorzuelo experimentado de barrancos y precipicios. Pero se le olvido entonar el himno: "Cuando se muere por una sirena, se va con ella al fondo del mar", que coreaban como buenos piratas los de la caldera. Y asi, con el titulo de Delfin Juan Pistolas, princesa Ada para mas senas, me coronaron vencedor de abejorros y picaflores. Por supuesto, los chicos se molestaron. Solo David, que ya he dicho era de mi tamano, me invito a jugar con el, traspuesta la honda y una montanita de piedras por si los otros se acercaban. Le comparti un caramelo acorazonado que chupamos por turnos. Me presto un caleidoscopio magico de letras que formaban mensajes cifrados. Cada vez nos ibamos acercando mas. Nos estampamos besos de vampiro en los brazos que quedaron con huellas amoratadas de tanta succion y en los que despues me volveria toda una especialista. Nos frotamos la piel hasta extraernos un exquisito eau de parfum no. 5 de gallina concentrado. De pronto, me cobijo entre el compas de sus piernas. El cuerpo y la piel eran una alegria rotunda, como en el principio de los tiempos, la piel y sus abismos, siempre la piel. El cuerpo que se enciende y cuyo goce es el mas profundo de los saberes. Solo estabamos sentados, uno adentro del otro. Yo recostaba la frente en su hombro para calmar tanto Paraiso, cuando llegaron a interrumpirnos. "Miralos, estan jugando a papa y mama…" Por supuesto, fueron a acusarnos. Esta vez llegaron Talia y el arcangel Azrael, que al igual que padre, trabajaba todo el dia, blandiendo nubes y truenos. David se asusto y sin que le pidieran explicacion alguna, confeso: "Solo jugabamos a las cebollitas…" "Asi que muy hortelanos, ?no?", nos amenazo Azrael secundado por Talia, "pero la proxima vez, los expulsamos del Paraiso".

  • 49 penurias de Troy de C. J. Benito

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    Troy estaba parado delante del ventanal de su despacho, desde alli podia ver gran parte de Llos Angeles. Nadie podia llegar a imaginar que el hombre mas rico de toda la costa oeste, lo daria todo por encontrar a una mujer que lo amara. A sus treinta anos, habia logrado crear la mayor compania petrolera del planeta, lo habia conseguido todo, incluso le propusieron presentarse para senador, pero a el nunca le intereso la politica. Tras el, sono el timbre de su telefono fijo, se acerco a su escritorio y pulso uno de los botones para accionar el manos libres. --?Si? --La senorita Thelia Komo del canal seis, esta aqui. --Hagala pasar. Thelia estaba temblando, hacia poco que la habian contratado como becaria y para su desgracia, la periodista que estaba a cargo de su formacion, se habia puesto enferma justo el dia en que debia entrevistar al magnate del petroleo, Troy Khasondo. Al menos, todo se reducia a hacerle unas preguntas, sacar la grabadora y salir corriendo a la menor oportunidad. La secretaria de Khasondo abrio la puerta del despacho y Thelia entro, decidio fingir seguridad y en cuanto escucho que se cerraba la puerta, camino con decision por el inmenso despacho. Tropezo con la alfombra, cayo rondando hasta una mesita de cristal, con la que se dio un cabezazo, se levanto como pudo, pero estaba muy mareada y perdio pie, se cayo contra una vitrina llena de figuritas de vidrio y se agarro a ella para mantener el equilibrio, pero esta cedio y se le cayo encima, junto con todos los objetos que acabaron estrellandose y rompiendose en mil pedazos contra el suelo. Troy se quedo mirando el espectaculo, no entendia como habian podido enviarle a una periodista tan torpe. Camino hasta la chica y levanto la vitrina para liberarla, le ofrecio la mano para ayudarla a levantarse y fue entonces cuando sus ojos se fundieron en una mirada que acabaria cambiando sus vidas para siempre. Troy palidecio al ver aquellos ojos verdes llenos de inocencia, mil y una imagenes brotaron de su mente, la vio tumbada en su cuarto secreto, adoptando mil posturas eroticas. --?Se encuentra bien? --Si. --contesto Thelia apartando de su boca una figura con forma de pene que se le habia caido encima--. Lo siento, le pagare todo lo que he roto. --No es necesario, solo son objetos. Llamare al servicio de limpieza para que arregle este estropicio, tenga cuidado, esta cubierta de cristales. Troy saco su panuelo y con cuidado fue apartando todos los pequenos cristalitos del pelo de Thelia, de su cuello, de su vestido.... Thelia estaba cada vez mas nerviosa, podia sentir mariposas en el estomago, las manos de Troy parecian muy expertas, ahora estaba tras ella, limpiando su espalda. Troy fue bajando por su espalda, lentamente, retirando cada pequeno cristalito y dejandolo caer en la moqueta. Deslizo su mano hasta el trasero de Thelia, procurando no hacer presion, no queria parecer un aprovechado, se agacho y apreto un poco con el panuelo sobre su culo para quitar un cristal que estaba muy enganchado. Thelia se tiro un pedo, al parecer no eran mariposas lo que sentia, se puso colorada como un tomate y Troy se quedo paralizado con los ojos muy abiertos, ?se acababa de tirar un pedo en su cara? Nooooo, no podia ser, habria sido la tela que habria crujido con la presion. --Por favor, sientese. --pidio Troy--. Martina, que limpien mi despacho. Troy se sento al otro lado del escritorio, se dejo caer sobre su sillon negro de ejecutivo y clavo sus ojos en ella. Thelia saco su grabadora y la coloco sobre el escritorio con torpeza, busco una libreta y leyo algo. Una parte de el queria meterle presion, pero otra se habia quedado encandilado con su belleza, no debia maquillarse y parecia muy joven. --Aqui esta la lista de preguntas, pan, cebollas, lechuga, tomates... esta no es, perdon. --Pulso el boton de grabacion y lanzo su primera pregunta--. ?Como logro convertirse en un empresario de exito? Duncan suspiro, le fastidiaba que siempre le preguntaran lo mismo. --Trabajo duro, cultivar sabias amistades y elegir bien a mis socios. --Debe ser muy inteligente, no todo el mundo es capaz de conseguir convertirse en millonario. --No todo el mundo se ha criado en la mas absoluta pobreza, el hambre es un gran motivador y yo jure que nunca mas volveria a padecerla. Thelia lo miro, aquellos ojos azules le intimidaban y haberse tirado un pedo en su cara de ricachon..., solto una carcajada involuntaria y Troy la miro sin comprender. --?Le hace gracia que pasara hambre? --No, perdon, me despiste pensando en otra cosa. --Una periodista con experiencia deberia saber concentrarse mas en su trabajo. --!Ah, no! Soy becaria, mi jefa se puso enferma y me enviaron a mi, parece que todo el mundo le tiene miedo, nadie queria venir. --?Y usted me tiene miedo, senorita Komo? --No, solo es un hombre con dinero y a mi eso no me impresiona. Troy la miro lleno de curiosidad, Thelia era la primera mujer que no quedaba impresionada nada mas verlo. --Continuemos con la entrevista. --pidio Troy. Thelia, trato de concentrarse y hacer las preguntas lo mas rapido posible, empezaba a sentirse incomoda con las miradas de Troy. El se sentia como hipnotizado, no podia dejar de mirarla, contestaba a cada pregunta con frialdad, siempre le hacian las mismas preguntas por lo que podria contestarlas hasta con los ojos cerrados. Thelia apago la grabadora, estaba muy nerviosa. Tras ella, se abrio la puerta y el equipo de limpieza se afano barriendo y aspirando la moqueta. --!Ya esta!, muchas gracias por recibirme y siento los danos que he provocado. Troy la miro, sonrio y la acompano hacia la salida. Thelia acelero el paso, necesitaba alejarse de el y el muy pesado no dejaba de seguirla. Pulso el boton de llamada del ascensor y espero a que las puertas se abrieran, en cuanto lo hicieron, se metio dentro. --Adios senor Khasondo. --Adios senorita Komo. Las puertas del ascensor se cerraron y pillaron la cabeza de Thelia, que se aparto y se rasco la cabeza dolorida. Troy se quedo mirando las puertas cerradas del ascensor, Thelia seria suya. Thelia salio del ascensor, arrascandose la cabeza, menudo chichon le iba a salir y ahora a correr, tomar el autobus hasta la cadena, dejar la grabadora en el despacho de su jefa y tomar otro bus a casa. El bus olia fatal, estaba sentada junto a un tipo que parecia que llevara una hamburguesa bajo cada brazo. Saco su pequeno frasco de colonia y disimuladamente, lanzo una pulverizacion hacia el tipo que solo arrugo un poco la nariz y continuo leyendo su periodico. Se levanto y pulso el boton de parada, estaba loca por salir y entregar la grabadora. Corrio hacia la entrada de la cadena y saludo al vigilante que la miro negando con la cabeza. Subio las escaleras hasta la primera planta y luego resoplo y continuo su ascenso, no tomaria el viejo ascensor para quedarse atrapada otra vez. Paso entre sus companeros de oficina y noto que algunos la miraban raro, entro en el despacho de su jefa y dejo la grabadora sobre su mesa, cerro la puerta y se topo de frente con Fred, el jefe de redaccion. --?Has hecho la entrevista? --Si, acabo de dejar la grabadora en el despacho de Linsy. --Bien, recoge tus cosas, estas despedida. --?Queeeeeeee? !Pero si ni me pagas! --Lo se, pero la cadena ha decidido no tener becarios durante una temporada. Thelia, cabizbaja, camino hasta su mesa, cogio la papelera vacia y aprovechando que tenia una bolsa limpia, fue metiendo en ella sus pocas pertenencias, una foto de su madre, su lapicero, un reloj con forma de ranita y poco mas, bueno , un paquete de galletas de chocolate, casi se le olvida. Hizo un nudo a la bolsa y camino hacia la salida, bajo la atenta y triste mirada de los que hasta ese dia fueran sus companeros, pero... ?seran asquerosos? Ni uno se habia levantado para despedirse de ella, ni siquiera Ted que le toco el culo hace unos dias, ahora que el guantazo que le pego, casi le pone todos los dientes en el mismo lado de la boca. Unas horas mas tarde, estaba sentada en su apartamento, un cubiculo de no mas de treinta metros cuadrados, compuesto por una unica habitacion que hacia de cocina, dormitorio, salon y bueno, tenia un cuarto de bano tan pequeno que tenia que entrar de lado, y para ducharse, poner un barreno en el suelo y conectar una manguera al grifo del lavabo. Para hacer sus necesidades, disponia de un agujero en el suelo, vamos, que su casero no habia reparado en lujos.

  • La primera vez en nuestras vidas de Ashin Licham

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    Daniela esta cansada de su monotona vida en la ciudad, planea pasar unas emocionantes vacaciones de verano en Nueva York con su gato llamado “Puma”, sin esperar que no todo siempre sale como uno piensa. Y que puedes encontrar el amor en la persona que menos esperas.
    Un encuentro furtivo, fotografias, gatos, aventura, drama y lo mas importante una loca historia romantica.

  • El secreto de la orquidea de Lucinda Riley

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  • Las chicas malas besan mejor de Elie Grimes

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  • Perfecto error de Ali Novak

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  • Mucho mas que sexo de Oliver Cruz

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    Las locuras de Gabriela y sus amigas, donde el sexo y la lujuria tomaron el control, terminan cuando Gabriela conoce a Jose Alberto.
    Comenzara la historia de un amor imposible y Gabriela tendra que darse cuenta de que solo el deseo no es lo que quiere.
    Es ahi cuando aparece Luis Fernando, quien le ensenara que el amor es mucho mas que juegos de cama.
    ?Podra tener con el lo que verdaderamente anhela?

  • El guardian de la muerte (Los guardianes de piedra 2) de Jess Dharma

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    El, ya no era un guerrero de la hermandad, habia perdido su honor, pagaria por ello cada dia de su miserable vida. Ahora cazaba y mataba a los raptores solo, viajaba alli donde oia que existian problemas, y eso haria hasta que los dioses decidieran quitarle esa vida que el no queria vivir. Esos eran los pensamientos de Marius camino de Nueva Orleans, ese era su nuevo destino. Una serie de asesinatos estaban asustando a la poblacion, hablaban sobre ello en todos los noticiarios. Decian que se trataba de un asesino en serie y pensaban que usaba algun tipo de magia vudu ya que los cuerpos estaban secos, parecia que les habian robado el alma… Pero el sabia que se trataba de raptores. Se hizo una promesa, les mataria o moriria en el intento; de las dos formas se cumpliria su deseo.

  • Esposa a la fuerza de Erina Alcala

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    ?Como? ?Que esta diciendo? ?Estan todos locos? Tiene que haber un error --decia Chad (levantandose como un rayo de la mesa), al notario y a los abogados que estaban sentados alrededor de la mesa de la empresa de decoracion BURTON ENTERPRISES. --?Que? --dijo Mara Gomez que estaba alli, con el pantalon y la bata de limpieza azul, sin maquillar, con la coleta recogida, algunos mechones salidos, por la prisa de llegar a la empresa y los zapatos blancos de agujeritos de trabajo. Mara, una chica normal, de cabello liso y castano oscuro por media espalda, vivia en Brooklyn, en un apartamento con su amiga Viola y Leo, que era gay y vivia con ellos. Mara vivio en el mismo barrio con su madre Lourdes, desde que se mudaron desde Espana a Nueva York. Su madre, era tambien limpiadora y se dedicaban a limpiar edificios en Manhattan para una gran empresa de limpieza. Pero tres anos atras su madre decidio volver a Espana, a Jaen de donde era y Mara quiso quedarse, y busco un apartamento compartido. Encontro a Viola y a Leo y fue muy feliz con ellos esos tres anos que llevaban viviendo juntos. No tenian problemas entre ellos de ninguna clase. Ponian un fondo comun y pagaban todos los gastos y la comida y aun podia ahorrar un poquito, no mucho porque su sueldo era bajo, aunque si habia alguna solicitud extra en el trabajo, ella siempre se apuntaba para sacarse un dinero que le venia bien, para salir algun fin de semana, ropa o ahorrarlo. O incluso por si algun mes llegaba a duras penas. El piso donde vivia Mara estaba situado en una buena zona, no muy cara, pero con accesos a Manhattan: autobuses, metro, etc. Era un piso de tres dormitorios, un salon mediano, un bano y una cocina, pequena, pero que Viola y Leo decoradores de interiores, por poco dinero, lo tenian precioso y limpio. Su amiga Viola era decoradora de interiores, pero tanto ella como Leo, trabajaban en una gran tienda de decoracion. Mara, al no haber estudiado sino hasta el instituto, no tenia otro trabajo que el de la misma empresa de limpieza y porque su madre consiguio que entrara en ella. Y llevaba desde los dieciocho anos trabajando, cinco anos ya. No hubo dinero para la Universidad. La noche anterior, al volver del trabajo, su amiga le dijo que le habian dejado un sobre blanco y ella lo leyo. --Mira. --Ensenandole el documento --tengo que ir a un despacho de una empresa de decoracion en Manhattan, no lo entiendo… --?Y eso? --No se, no he echado ningun Curriculum, habla de herencia. --?En serio?, a ver... --Y Viola le quito el folio. --Vas a heredar algo, seguro, si no, no te llamarian. --Anda mujer, si en la vida somos mi madre y yo, y esta lejos. No tengo padre, mi padre murio en Jaen, por eso nos vinimos. Yo, ni lo conoci. --Pues algo es, que extrano. Bueno tu presentate a ver. --No me dara tiempo de cambiarme, salgo tarde, tendre que ir directamente con la ropa de trabajo. --?Bueno y que? --Dijo Leo entrando en la conversacion--. Tu vas a ver que es. Eres una trabajadora y... ?BURTON ENTERPRISES?, pero esa es una empresa importante, una de las mejores en decoracion. Decoran hoteles de lujo, apartamentos, edificios enteros, hasta cines, y salas de arte. --!Que raro!, yo no tengo nada que ver con ellos. --?Sabes quien es el director o dueno? --No, no tengo la menor idea. --Espera que te lo miro en el movil. Y ella miro... --!Madre mia! --?A que esta bueno? Es un pedazo de tio... --suspiro Leo --!Joder que bueno!, pero mira la tipa que lleva al lado, tan alta como el y parece una maniqui --dijo Viola. --Ahora no podre dormir hasta manana. Estoy nerviosa. --En cuanto acabes, te vienes corriendo a casa, tengo ganas de saber que es. Mara paso la noche pensando, sobre todo, abrio su movil y miro a ese hombre. Nunca habia visto uno igual, estaba serio y parecia un tipo duro, pero estaba tan bueno... Ella nunca habia conocido a ninguno de ese tipo, ni de ese tipo ni de ninguno. Mientras vivio con su madre no salio con ningun chico y cuando su madre se fue, tampoco encontro a ninguno interesante. Y ya iba a cumplir en medio ano, veinticuatro anos. Y poco a poco fue quedandose dormida. Al dia siguiente por la tarde, tuvo que correr para llegar a la cita a las seis de la tarde. Se habia llevado la carta y cuando llego a la empresa, inmensa, de tres plantas, la esperaban. Era la unica que faltaba. Subio a la planta veinte y todos estaban sentados ya alrededor de una mesa ovalada de pino brillante e impecable. Se le habian salido algunos mechones de la cola e intento meterselos como pudo para estar presentable al menos. --Buenas tardes. Dijo al entrar. Perdon, no he podido llegar antes, el trabajo y el trafico... Todos permanecian callados. --Sientese senorita Gomez --y ella se sento donde le indicaron. El senor trajeado que hablo le fue presentando a todo el personal que alli habia: dos abogados, uno de la empresa, otro del hombre alto de ojos grises y guapo, el notario y una senora mayor y ella. Al final, no recordaba sino el nombre del guapo, Chad. --Bueno, senorita Gomez, demos comienzo a la sesion si estamos todos. Primero me dirigire a la senorita Gomez que parece ser que no sabe por que esta aqui. --Desde luego--, dijo ella timida. --Bien, para ello le explicare el tema a todos, y luego leeremos el testamento. Ella permanecia callada y atenta. La senora Diane Burton, abuela de Chad Burton, se caso en segundas nupcias con el senor Jack Burton, dueno de esta empresa, antes de que se casara con la senora Diane. Al fallecer los padres de Chad en un accidente de coche, se hizo cargo de la empresa junto con su abuelo politico, que se retiro a descansar hace tres anos, dejando a Chad al cargo de la empresa. La senora Lourdes Gomez... --Esa es mi madre, ?que tiene que ver mi madre? --Espere, vayamos por partes. --Antes de casarse Jack Burton con la senora Diane tuvo un affaire con una de las limpiadoras de la empresa, su madre Lourdes y la tuvo a usted. No se casaron, ni nunca la ayudo, pero siempre estuvo al tanto de sus vidas. --?Mi padre es el senor Burton? --dijo asombrada Mara. --Era. Murio la semana pasada. Y Mara permanecio muda. Ahora todo encajaba. El hombre de los ojos grises, era nieto de la mujer de su padre. --Su madre tuvo un desliz con un hombre que le llevaba veinticinco anos. Joder, llamaria a su madre y le pediria explicaciones. Cada vez estaba mas irritada. Ella creia que su padre murio en Jaen. --Teniendo todo esto en cuenta, pasamos a la lectura del testamento. --Continuo el notario. O sea que su padre al final le iba a dejar algo... Penso Mara. Nunca se preocupo de ellas hasta que iba a morir. Se habia arrepentido y queria compensarla. --Queridos amigos y familia, esta son mis ultimas voluntades: 1. --Querida Diane, a la que tanto he querido, te dejo la casa donde vivimos en Florida y dos millones de dolares que espero que lo sepas administrar bien, el resto de tu vida. Parecia no haberle hecho demasiada gracia. ?Le parecia poco? 2.-A mi hija Mara Gomez, le pido perdon como a su madre. Su madre fue un amor loco, que no pudo darse por circunstancias personales y que son nuestras, pero no puedo ver como mi hija trabaja limpiando como su madre toda la vida, teniendo yo lo que tengo. Y no tengo mas hijos que ella. A ella le dejo, toda la empresa, todo el dinero de la empresa y el apartamento que la empresa tiene y en la que vive Chad, todo es de la empresa y pasara a ser suya y estoy convencido de que lo hara muy bien. Y dirigira bien la empresa. Pasara a ser tuya. Chad se quedo con la boca abierta y fue cuando se levanto como un toro diciendo que eso no podia ser. Le quitaban todo por lo que habia trabajado durante tres anos dirigiendo la empresa y antes ayudando al abuelo. Y Mara fue consciente de ello cuando se levanto como un desesperado loco. --No hemos acabado Chad. --Y este se sento. 3. --A ti Chad, se que a estas alturas estaras enfadado, pero te tengo algo preparado. No te voy a dejar sin nada. Has trabajado duro y bien y por eso, la mitad de la empresa sera tuya dentro de dos anos, siempre que cumplas dos condiciones. Mara te devolvera tu mitad y el notario estara al tanto, la mitad de la empresa y del dinero que tenga la empresa, no asi el apartamento, siempre que te cases con mi hija en el plazo de un mes a contar a partir de hoy, y tengas un hijo en el plazo de los dos anos estipulados. Para tener la mitad de lo que tenias, debes tener un hijo, y vivir juntos en el apartamento de la empresa que sera siempre de mi hija. Yeso es todo. Se que mi hija te hara feliz. Es una buena chica. --Esto es una locura --y Chad la miro y Mara, lo miro a su vez y se sintio como si le hubieran dirigido su vida hacia un lugar lejano lleno de incertidumbre. --Pero eso no puede ser. Dijo ella susurrando. --Claro que no puede ser--, le contesto mas alto de lo debido ese Chad orgulloso y altanero, soberbio como nadie, intimidandola. La miro bien haciendo una pausa en la que todos permanecian callados. --?De donde has salido tu?, ?de donde?, ?Crees que voy a casarme contigo? Mirate --y a ella se le saltaron las lagrimas. El notario se dio cuenta. --Escucha Chad si no te casas con ella en un mes, tienes el mismo tiempo para dejar la empresa y el apartamento de Manhattan, es mi deber, velar por los intereses de Mara, ahora mismo.

  • A la luz del amanecer de Agnes Martin-lugand

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    ?Puede alcanzarse la felicidad si nos mentimos a nosotros mismos?

  • A Merced del Deseo de Tara Pammi

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    Valentina siempre habia creido en la pasion que consumia tanto a Kairos, su marido, como a ella. Hasta que descubrio que su matrimonio no era mas que un frio trato de negocios. A pesar de que entre ellos habia una quimica innegable, ella se nego a permanecer unida a aquel griego despiadado. No obstante, antes de concederle el divorcio, Kairos le exigio que volviera a actuar otra vez como su adorable esposa. Y, cuando se encendio de nuevo la llama de la pasion, Valentina descubrio que estaba a merced de su propio deseo.

  • Jaque Mate (Ronda mortal 3) de Lina Perozo Altamar

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    La revelacion de un secreto, guardado por anos, trastocara el mundo de Gonzalo Dorta, alejandolo de la estabilidad que habia conseguido, gracias al sentimiento que renacia en el y que creia olvidado. Sentira, que debe escapar de Nueva Orleans y dejar atras, todo lo vivido.
    Sin embargo, una vez mas, Deborah Wallis, lo atraera; dandole nuevos motivos para quedarse, pero esta vez, sus intereses habran cambiado; en adelante, se movera dentro del tablero, en funcion de descubrir la verdad, detras de la fachada de la familia Wallis.

  • Hotel Graybar de Curtis Dawkins

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    En este debut, Curtis Dawkins, condenado a cadena perpetua por el asesinato de un hombre, retrata la vida de la prision y sus habitantes. A traves de diferentes relatos y narradores, Dawkins revela las idiosincrasias, el tedio y la desesperacion de sus companeros de celda y la lucha de estos por mantener vivas sus almas a pesar de su situacion. Tambien se describen los entresijos de la carcel: como funciona el sistema de trueque, basado en los tatuajes; los juegos de cartas o el trafico de cigarrillos.

  • Tu dale samba, y yo… rock and roll, Sylvia Marx de Sylvia Marx

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  • Pupila de aguila de Alfredo Gomez Cerda

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    A pesar de que Martina es aun adolescente, en su vida ya hay un gran secreto con forma de ausencia: la de su hermano Toni, que ha puesto fin a su vida por motivos que nadie conoce. Empenada en averiguar quien fue su hermano en realidad, Martina se embarca en un investigacion inesperadamente peligrosa que la hara encontrar nuevas amistades, amor… y le revelara cosas sobre su hermano que tal vez habria preferido no saber.

  • No Soy Ella (Amores Imposibles 4) de Amaya Evans

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    Para Brianna Doyle, una chica rebelde, con un espiritu libre y un alma sonadora, conocer a David Bentham, conde de Darmond es todo un acontecimiento, pues a sus ojos es el hombre mas guapo y galante que haya conocido, sin embargo al enterarse de que es el antiguo novio de su prima, decide alejarse. El unico problema es que David tiene otros planes porque al verla queda tan sorprendido ante el parecido que ambas mujeres; Ursula, su antiguo amor y Brianna la chica que acaba de conocer tienen entre si, que decide hacerla suya y no descansara hasta lograrlo. Pero cuando por fin logra lo que desea, se da cuenta de que tal vez ha cometido la mayor equivocacion de su vida, pues al corazon nadie puede enganarlo, y el en su afan de hacerlo, tal vez termine perdiendo el tesoro mas valioso que ha podido encontrar.

  • Crimenes a la francesa de

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    Una completa y apasionante panoramica de la rica tradicion negro-criminal de la literatura francesa a traves de sus mas destacados representantes. Los relatos de esta excepcional antologia, cuidadosamente elegidos y prologados por Mauro Armino, proponen un recorrido de aproximadamente cien anos ;desde principios del siglo XIX hasta la decada de 1920; por las mas oscuras variantes de la literatura francesa: la detectivesca, la criminal, la policiaca, la judicial, el suspense, el enigma o el misterio. Junto a algunos de los grandes nombres de las letras galas ;Merimee, Balzac, Dumas o Gaston Leroux; aparecen tambien los de Richepin, Lermina o Allais, menos traducidos entre nosotros pero que sin duda aportan al genero una fresca vision del mundo del hampa y la vida cotidiana durante el fin de siecle y la Belle Epoque. Paul-Louis Courier, Prosper Merimee, Honore de Balzac, Alexandre Dumas, Emile Gaboriau, Jean Richepin, Guy de Maupassant, Leon Bloy, Jules Lermina, Alphonse Allais, Octave Mirbeau, Guillaume Apollinaire, Gaston Leroux, Charles-Louis Philippe y Maurice Leblanc

  • El escudo de los dioses de Lorena Concepcion

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    Scarlett Bouclier esta cumpliendo su sueno de ser directora de arte en una pequena compania de teatro, pero todo puede cambiar en un segundo y la aparicion del misterioso Nick y su hermano Ares, un moreno de ojos dorados y actitud enfadada con el mundo, hara que se cuestione todo lo que conocia hasta ahora. Entre Ares y Scarlett nacera una pasion prohibida y se vera envuelta en un mundo peligroso que creia inexistente, en el que ella tendra un papel fundamental.

  • La Asesina en el Imperio de Sarah J. Maas

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    La asesina Celaena Sardothien parece tenerlo todo: un lugar propio, el amor del atractivo Sam y, sobre todo, su libertad. Pero Celaena no sera absolutamente libre hasta que se distancie definitivamente de su maestro Arobynn Hamel, asi que Sam y ella deciden cometer un ultimo asesinato que los liberara para siempre. Y asi es como Celaena aprende que tenerlo todo significa poder perderlo todo.

  • Juicio a un alma atormentada de Ana Escudero

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    Lucas despierta en un lugar desconocido para el. Descubre que esta muerto y que su alma sera llevada a juicio para saber a donde debe ir. Sin embargo, sus buenas y malas acciones estan tan compensadas que debera llevar a cabo una mision en la Tierra: ayudar a una joven, cuya felicidad pende de un hilo. Pero ?quien es esa chica que le resulta tan familiar? ?Conseguira Lucas salvar la felicidad de la joven o estara
    condenada a sufrir mientras viva?

  • El secreto de tu mirada de Raquelita Gomez

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    Segunda y ultima parte de la Bilogia Secretos. Tracy es una chica alocada que, a sus dieciocho anos de edad, solo quiere vivir la vida y pasarselo bien. Esto se intensifica cuando se abre la posibilidad de viajar a Grecia. Alli conoce a su "amor fugaz de Grecia al que nunca volvere a ver". Pero quiza esa definicion no le agrade tanto al destino como le gusta a ella. Gael es famoso por impresionar y ser impredecible. Su naturaleza le hace querer ser un alma libre, pero lo que no espera es la conexion invisible que tiene con Tracy. Quiza los dos necesiten descubrir lo que es el amor. Quiza los dos esten hechos el uno para el otro. Quiza sean alma gemelas y no quieren darse cuenta.Quiza solo tengan que descubrirse. Eso lo decidira el destino.

  • La casa de los angeles rotos de Luis Alberto Urrea

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    “La casa de los angeles rotos” es una saga familiar epica, encabezada por el patriarca Angelote, que transcurre durante la ultima fiesta de cumpleanos que este celebra en su casa de San Diego con ocasion de su inminente muerte a manos de un cancer letal.
    Pero cuando la madre de Angelote, mama America, fallece en fechas cercanas a la fiesta, este debe organizar tambien su funeral y decide celebrar dos actos familiares en el mismo fin de semana: una doble despedida. Entre los asistentes esta su tocayo Angelin, que vuela desde Seattle para presentar sus respetos y despedirse, y que se encuentra con la gente con la que comparte un progenitor pero, como el fin de semana no para de recordarle, no su vida.

  • Belgravia, Julian Fellowes de Julian Fellowes

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    La nueva novela del creador de Downton Abbey.

  • Ojos que no se abren de Claudio Hernandez

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    Tenia las fotografias de aquellas siete pobres desgraciadas a las cuales se habian dado por desaparecidas y muertas, cuatro anos atras. Sin saber por que, habia abierto su cajon que carraspeo cuando mostro cuan largo era, en forma de lengua oscura. En su interior un buen monton de carpetas verdes; porque el las queria de ese color, una mania como tantas otras que tenia, que pugnaban por salir a flote, como si un muelle en la parte inferior del cajon las estuviese empujando. Dos de aquellas carpetas destacaban sobre las demas y por supuesto, estaban las primeras, las cuales cogio con su rechoncha mano. Volvio a sentir el aspero tacto del papel o la cartulina vieja; habian pasado cuatro anos viajando de un lado para otro, mientras por las noches, reposaban en el fondo del cajon, hasta que este, se lleno, y ocuparon la parte superior para poder manosearlas, como seguramente aquel hijo de perra las habia manoseado a todas ellas. O quiza no. Ava, Madelyn, Hannah, Emily, Zoe, Kilye y Audrey. Y como un despistado coleccionista las habia pegado en la pared de su despacho con cinta adhesiva; la pintura se resquebrajaba con cada fotografia que llenaba la pared, hasta que se repantigaba en su asiento giratorio para observarlas con detenimiento y desconcierto a la vez. Todas ellas estaban desaparecidas y su asesino en la carcel pudriendose; tenia un cancer terminal y Andrew esperaba escuchar el timbre de su telefono para descubrir que todo se habia acabado, pero su don de <> le decia que volveria a mirar el rostro de estas mujeres, que ahora solo eran fotografias descoloridas por el paso del tiempo, pegadas como chicles. No sabia por que, pero tenia la certeza de que algo extrano iba a suceder. Andrew no gozaba de este poder mental, sino de dos; la anterior mencionada y la Vision Remota. Sabia que algo iba a suceder. Vaya si lo sabia. Una de sus manias, era volver una y otra vez a releer las investigaciones de todos los casos que habian llegado a sus manos; muertes, infidelidades, desapariciones, ninas que habian sido... No, no queria pensar en esa maldita palabra. Su mano menuda, ahora en un puno, apretaba su frente hasta sentir el peso de un martillo. Y he aqui que el buen hombre tuvo la idea de sacar la carpeta de ellas y la de el; como si de pronto regresara al pasado. Una obsesion que le habia tenido obcecado toda la noche. No se habia tomado la maldita pastilla. No se habia tomado ninguna de ellas, solo el riego fresco de varias cervezas atravesando su garganta le hacia olvidar, pero regresaba a su mente, esas jodidas imagenes. No era normal en el, tampoco, que bebiera tantas cervezas. Las fotos. El asesino con un diente partido y con cara de loco. Las pruebas recogidas como las prendas de ropa de esas pobres mujeres, llenas de sus huellas y su saliva y sabe Dios que mas. No recordaba. Pero ahora, por la manana, mientras los rayos del sol quedaban atrapados en las rendijas de la persiana y apenas alargaban sus dorados dedos hasta la mesa con la lengua fuera, sabia de que se trataba. Semen. El liquido sedoso o peor aun, pegajoso, de un color blancuzco como la pus, que contenia millones de seres vivos dentro, que a buen seguro eran mejores que el. Parker Atkinson. El que se estaba muriendo lentamente sin decir donde cojones estaban los cuerpos de ellas. Hasta que, el telefono sonara y adios al secreto. La boca que podria expulsar con escupitajos los lugares donde habian sido enterradas o emparedadas o quien sabe; en el fondo de algun lago, se iba a cerrar para siempre llevandose el silbido con la expiracion final. Eso tambien lo sabia. Su incipiente calva se ilumino con uno de aquellos rayos de sol de primavera en CastleLakeHill; una pequena ciudad con frondosos bosques y seis profundos lagos, en el condado de Maine. Donde al parecer; todo lo mas extrano del mundo, sucede. Pero solo sucedio en tres de esos lagos. Eso todavia no lo sabia. Andrew Moore estaba ya casi jubilado, que no retirado, porque sus manias, se lo impedian. Las chicas como cuadros lo miraban a el con unos ojos inexistentes y el, las miraba a ellas, con unos ojos castanos. Mientras pensaba en el monstruo de Parker Atkinson. Y recordo que tampoco habia ido a la cita con su mejor amigo; su Psiquiatra. Un tipo alto y rubio y sobre todo joven, que se llamaba Grayson Lee. Recordaba como siempre le estrechaba la mano y le mostraba al mismo tiempo, de forma instintiva, una amplia sonrisa que no parecia tener fin. Una raya dibujada que podria rodear toda la cara hasta la nuca. Y vio. Cuando su corazon subia por el esofago es que algo iba mal; un dia vio de antemano el clavo que iba a atravesar el pie de mama; alla en los anos cuarenta, pero no se lo dijo y lo piso hasta tal punto que la punta afilada salio por la otra parte del pie, manchada de sangre. Nunca se lo perdonaria, pero ahora lo estaba viendo. Detras de sus ojos, donde el nervio optico acaba en una conexion con alguna parte del cerebro; la vio. Era Ava y estaba durmiendo. A su lado, a lo largo de su cabello de color azul, se enredaban las flores y las malas hierbas, como una fina telarana que lo cubre todo. Pero en su caso podia percibir olores y escuchar ruido. Era algo chapoteando en el fondo, como una vaga banda sonora; era agua y algo que rezongaba sobre el nivel de ella, una rana que se desganitaba mientras su boca permanecia abierta y su ridicula lengua colgaba hacia un lado. Otro animal le habia mordido la lengua tiempo atras, y la pobre rana debia conformarse con la vida. Con la dudosa existencia de Ava privada de esa vida, con los ojos que no se podian abrir. Le resulto algo trivial como todas las veces; veia las cosas que le sucederian despues, pero ahora habia visto algo que le hizo saltar todas las alarmas de su cuerpo. Su corazon golpeo con fuerza el fofo pecho y sus manos empezaron a sudar. El aspero o acido liquido subio hasta la amigdala de su garganta y se detuvo ahi con un escozor. Esta vez habia sido diferente. Pero seguia siendo el resultado de la Precognicion. A sus sesenta y tres anos, todo le habia parecido diferente. De pronto sono el telefono. Algo que la Precognicion no le habia avanzado. El que estaba sobre la mesa de madera caoba, en una esquina de la misma. Era uno de esos inalambricos, pero sonaba como una campanilla de los anos setenta; el mismo sonido que los telefonos antiguos. El estaba de espaldas al telefono y le habia pillado de imprevisto. Se movio bruscamente dentro de su silla giratoria al tiempo que algo frio se le subia a la cabeza. No habia visto detras de sus ojos ese escenario. No habia presagiado nada. Al fin y al cabo solo era una llamada de telefono, penso mientras se daba la vuelta con la silla acomodada. Era negra y estaba acolchada. Tenia un respaldo que le llegaba hasta la nuca. Cuando lo compro, muy caprichoso el; habia leido que tenia un respaldo con basculante con balanceo y que se podia ajustar al modo Toplift. Que lindeza. Dicho respaldo y donde iba a sentar la mayoria del tiempo su enorme culo, era de doble capa. Se habia asegurado bien de ello y ademas en el cartel ponia; puedes usar la silla mas de ocho horas todos los dias. Sus ojos habian brillado al leer aquello y lo siguiente; buena base estable con ruedas duras. El era grande y pesado, no gordo, sino pesado; cien kilos por lo bajo. Los reposa-brazos estaban desgastados por el constante refriego de su antebrazo. En verano, cuando se remangaba la camisa, su piel se aranaba con lo que parecia plastico, pero era cuero. Quejumbroso, hizo deslizar o mejor arrastrar, las cuatro ruedas de la silla hacia donde estaba el telefono. Solo le distanciaba de esos timbrazos un metro y medio, y decidio que no era bueno levantarse de la silla tan pronto como se habia sentado despues de pegar todas aquellas jodidas fotografias. Al cuarto timbrazo descolgo el telefono. --Le habla el detective Andrew Moore. ?Quien me molesta a estas horas? --Su voz grave y desgarrada a la vez habia aumentado de tono paulatinamente. Andrew no era uno de esos tipos con voz melosa y carinosa, sino todo lo contrario. Voz fuerte y grunon, pero sabia hacer bien su trabajo. --Son mas de las nueve y media Andrew --le dijo una voz de pito en el otro extremo de la linea. Andrew reconocio esa voz y fruncio el ceno. Sabia que algo malo o no, iba a decirle. --Maldito hijo de perra, ?para que me has llamado Colton? --Sus pies se apoyaron al suelo de linoleo y se impulso para darse la vuelta de nuevo hacia la pared. Hacia esas fotografias. Colton Allen era el alcaide de la prision del Centro Penitenciario en Warren, Maine. Un centro que solo tenia un cupo de 915 presos. Todo un lujo para el capullo de Parker Atkinson, porque tenian todas las comodidades del mundo; hasta television, eso si, en una sala. Un buen dia alguien dijo que los presos estan en la carcel para pagar una deuda con la sociedad, no para criar musculos y asaltar a gente inocente cuando dejen la prision. A Andrew siempre le habia quedado esa espina. --Detective Andrew, tengo que darle una buena noticia --respondio Colton jocosamente. Andrew parecia que lo estaba viendo escurriendo una risa contagiosa mientras su enclenque cuerpo se doblaba en dos y sus largos dedos, finos como boligrafos, estaban cerrados, probablemente en el telefono de la prision. --!Vaya! Una noticia. ?Que le hace tanta gracia? En el otro extremo, en una zona remota de Maine, Colton cerro sus estirados labios en un rictus serio, como si fuera un nino travieso que habia sido reganado por su padre. --?Se me ha escuchado reir? --Como si lo estuviera viendo --respondio Andrew con cara de malas pulgas. El siempre tan serio y pensativo. --Lo siento, pero dado que tenemos una cierta amistad me limite a dejar llevarme por mis impulsos, ya que creia que no le molestaria...

  • Sylvia de Leonard Michaels

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    En Sylvia no hay suspenso. Apenas empieza el relato, como en las tragedias griegas, la suerte esta echada, y esta echada aun antes de que se arrojen los dados. Prerrogativas de la ficcion autobiografica: Sylvia es la version estilizada del primer, catastrofico matrimonio de su autor, Leonard Michaels; el hombre que hacia fines de los anos ochenta se decide por fin a escribirla, casi treinta anos mas viejo que el que la vivio, escritor mas que reconocido, sabe demasiado bien que el menu con que termina su relato no incluye perdices sino cuarenta y siete pastillas de Seconal. La forma tragica, sin embargo, es una decision literaria, no un dictado de las circunstancias. El relato de Michaels no descubre, no devela nada que no este cifrado ya en la sorda combustion de sus primeras paginas, cuando el narrador, convencido de acudir a una cita inofensiva con una amiga de la universidad, tropieza de golpe con el plus de esa morocha desconocida que acaba de salir de la ducha, o en la eficacia sinoptica de una sola escena, un solo gesto, un solo objeto: el traje de bano del novio italiano de Sylvia, que esta deja colgando del picaporte del lado de afuera de la puerta mientras espera en el sillon, desnuda, que su nueva presa --el incauto narrador-- caiga en la trampa. Apenas los dejan solos, antes incluso de intercambiar las primeras palabras, el narrador dice sentir que son <>. Como pasa con los grandes relatos, lo que importa no es la carniceria sino la morbidez de la carne, el filo, el brillo y la elegancia de los cuchillos y, sobre todo, los matices infinitos que el rojo sangre es capaz de cobrar cuando los ilumina un ojo fotosensible. Todo esta escrito desde el comienzo, en Sylvia, de modo que todo puede suceder rapido, muy rapido, como solian suceder las cosas en los buenos viejos tiempos, y sobre todo en la Nueva York que describe Michaels, tan autobiografica como los hitos cada vez mas atroces de su via crucis sentimental: una ciudad que es pura simultaneidad, suerte de orgia de radicalidad donde el vociferante Lenny Bruce coexiste con las espaldas de Miles Davis, el saxo de Ornette Coleman musicaliza la predica de Malcolm X y el protoescritor que despierta entre cucarachas y ratas --zoo de cristal de los departamentostugurio donde palpita la bohemia neoyorquina-- se pasea una hora mas tarde en un Porsche descapotable con Jack Kerouac en el asiento delantero, declamando a voz en cuello las insidias que los criticos escriben sobre el. Para el narrador y Sylvia --flapper anacronica, cuyo flequillo Michaels trasplanta, ayudado por el psicoanalisis, de los roaring twenties a los golden sixties-- se trata ante todo de avanzar a toda velocidad, quemar etapas. Recien se conocen y ya se han mudado juntos de ciudad, ya se descubren durmiendo bajo el mismo techo. No es de extranar, pues, que ese primer hogar les dure lo que les llevo elegirlo: una noche, tiempo suficiente para que quien les alquila la pieza sufra en carne propia los efectos del soundtrack pasional (fornicar + pelear), aun indecorosos, al parecer, para los estandares mas bien laxos de los anos sesenta. Pero la calle en la que los amantes se sorprenden al otro dia no es un accidente sino una necesidad, la ley fatal de una relacion que ya al mes de nacer se piensa como <>: la intemperie es el espacio propio del calvario amoroso, no importa si adquiere la forma visible de un dos ambientes en Greenwich Village, un estudio en el SoHo o un piso en Columbia, tres de los puntos cardinales entre los que Michaels hace rebotar sin piedad a sus dos heroes sangrantes. Claro que no sangran por la misma herida. Sabemos que Sylvia Bloch tiene diecinueve anos, que es judia y huerfana y no <>, que nunca tuvo (ni tendra) un orgasmo, que cursa la carrera de Clasicas solo porque el narrador se lo sugiere, que tiene el primer y ultimo gesto de amor banal con el narrador --una vianda para el tren acompanada de una esquela con las palabras <>-- cuando acaba de separarse de el, que le gusta tirar y romper cosas, simular, sufrir y hacer sufrir, desproporcionar, amenazar con suicidarse, suicidarse por fin. Pero ?esta loca Sylvia? El lector precavido se lo pregunta bastante antes que el narrador, y con identica precocidad comprende tambien hasta que punto la pregunta es irrelevante, burguesa, incluso vulgar --tanto como los tapizados tajeados o los cachivaches rotos con que los filisteos confundian las obras maestras de la vanguardia-- aplicada a este frenesi que atraviesa en llamas una epoca que elogia la locura, donde la deformidad no es un accidente indeseado sino un valor (Diane Arbus es uno de los cameos conspicuos del libro de Michaels) y la inestabilidad menos una contrariedad a evitar que una experiencia imperdible, la unica verdaderamente digna de ser experimentada. Sin embargo, fieles a un identikit de mujer-bruja que vetea de un machismo aterrado pero reverencial un buen pano de la mejor literatura contemporanea --del despiadado Philip Roth de The Facts, donde Roth rememora su borrascosa relacion con Margaret Martinson, al paternalismo enternecido del Cortazar de Rayuela, con la Maga como musa loca e inocente --, los descalabros de Sylvia son tan culpables del veredicto psicopatologico con que el lector masculino se apura por neutralizarlos como de su propia envergadura de personaje: bigger than life, hilarante y feroz, extraordinario, o en todo caso extraordinariamente mas comprador --no importa lo mucho, lo en vano que intentemos ahora devolver eso que hemos comprado-- que la sensatez apatica y desconcertada del narrador, judio tambien pero de la rama victima, siempre sorprendido y perplejo y un poco farsante, siempre apagando incendios ajenos, siempre tironeado entre las bolsas de kreplaj y knishes con que lo carga su madre y los SOS colericos, los reclamos, los ultimatums de Sylvia. Cherchez la femme, sin duda. Pero ?para que buscarla si es ella --mujer medusa, monstruo inconformable, motor insomne-- la que esta todo el tiempo en camara, presente como una pesadilla, aun cuando el rostro palido que se desvive por ocupar el cuadro sea el del narrador? Y sin embargo hay que buscarla. Ademas de ser un retrato genial de psycho fatale y una de las memoirs de infierno sentimental mas espeluznantes que haya dado el fin de siglo pasado, Sylvia es tambien una fabula de iniciacion, la cronica de las primeras escaramuzas de un aprendiz de escritor que, para decirlo suavemente, no da pie con bola. Es un plano del libro que se suele pasar por alto, a tal punto tienden a eclipsarlo el magnetismo bestial de la mujer poseida y la logica autodestructiva, a la vez redundante y erratica, disparatada y monotona, de una gran pasion con destino de escombro. En rigor, la guerra amorosa va en Sylvia de la mano de la literaria. Amar y escribir: ese es el plan inicial del narrador, que el narrador mismo -- perfectamente al tanto, sin embargo, del final de catastrofe que lo espera-- evoca al principio fingiendo algo del entusiasmo, la fe, la virginidad originales con que lo acometio. Por candido que sea, el programa llama la atencion por lo persistente. A lo largo del libro, el narrador ama tanto como escribe --lo que, dada la clave catastrofe del relato, quiere decir mas bien que tropieza, pierde pie, se enfanga y naufraga tanto en el amor como en la escritura. Y aunque las batallas del primero lucen bastante mas espectaculares que las de la segunda, es dificil no ver hasta que punto estan conectadas, en que medida la intensidad critica del frente amoroso --frenesi, crispacion, imprevisibilidad-- no es la contracara de los traspies opacos del literario sino mas bien su combustible, su materia prima, incluso su condicion de posibilidad. ?Era asi como habia que amar para poder escribir, al uso psicopatico, vampirizandose hasta la demencia, en los <> anos sesenta? La leccion de Sylvia toca la relacion radioactiva entre vivir y escribir, pero la cosa no es tan simple. <>: si hay algo del paradigma sesentista a lo que Leonard Michaels sigue fiel en los noventa es esa compulsion a eludir lo directo, cierto goce del sentido obtuso que permitia que pelear fuera la metafora de follar (y viceversa) y, para un aprendiz de escritor, quiza, que escribir fuera la metafora de amar (y viceversa). <>, rememora el narrador, <>. En ese sentido, lo que el narrador le debe a Sylvia es mucho, muchisimo mas que cuatro anos de oscura, malsana, procelosa vida sentimental. Le debe en rigor su maquina de escribir: sin duda el artefacto mismo, la Olivetti Lettera 22 que Sylvia le regala (y luego, en uno de sus raptos de furor, le arroja a la cara y estrella contra la pared sin estropearla, al punto tal que es la misma que Michaels dice estar usando en los noventa), pero, de un modo mas fundamental, el programa literario que vertebra sus primeros pasos en la escritura.

  • El ultimo judio de Noah Gordon

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    El ultimo judio toma como punto de partida la expulsion de los judios en la Espana del siglo xv y como protagonista al joven Yonah Toledano. Cuando Yonah es separado de los unicos miembros de su familia que quedan con vida, se ve forzado a abandonar su hogar en busqueda de un nuevo lugar donde poder establecerse sin tener que renunciar a sus creencias. Contrario a la conversion e involucrado ademas en la investigacion del robo de reliquias, inicia un largo periplo por la Espana de la Inquisicion, durante el cual debera recurrir a su ingenio para salvaguardar su secreto. Los cambios continuos de identidad y de oficio seran duros de encajar, pero las dificultades no haran sino forjar su personalidad y reafirmar sus origenes. Desde sus dias de pobreza y soledad hasta sus ultimos anos como reputado medico, seguimos la vida de este extraordinario personaje y de un no menos interesante periodo historico, en el que las traiciones e intrigas estaban a la orden del dia. El viaje iniciatico de Yonah le sirve a Noah Gordon, autor de El medico y La bodega, como eje central de una novela que, a modo de tapiz, abarca desde la descripcion minuciosa de los acontecimientos historicos y el analisis de la compleja convivencia entre judios y cristianos, hasta la diseccion de la vida interior de un hombre sometido a unas circunstancias excepcionales.

  • El misterio de las cuatro cartas de Sophie Hannah

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    Hercules Poirot se encuentra con una mujer muy enfadada esperando a la puerta de su casa: le exige saber por que motivo le ha enviado una carta acusandola del asesinato de Barnabas Pandy, un hombre a quien no conoce y que aparentemente fallecio por causas naturales. El problema es que Poirot no le ha enviado ninguna carta y, ademas, tampoco conoce al Sr. Pandy. El desconcierto es total cuando el investigador belga descubre que en su salon le espera un desconocido que tambien afirma haber recibido una carta firmada por su puno y letra esa misma manana y, sorprendentemente, tambien lo acusa del asesinato de Barnabas Pandy. ?Cuantas cartas mas de este tipo se han enviado en su nombre? ?Quien las ha enviado y, sobre todo, por que? Y mas importante aun, ?alguien asesino a Barnabas Pandy?

  • Brezo blanco de Nieves Hidalgo

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    Los McDurney y McFersson estan enfrentados desde hace decadas. Desde que sus bisabuelos provocaron un choque que acabo con la vida de uno de ellos. Al regresar de una aldea en la que ha estado ayudando a sanar a los enfermos, la patrulla de Josleen McDurney hace prisionero a un hombre, creyendole culpable de un robo de caballos perpetrado a su clan. Atraida por el, averigua asombrada que se trata de un McFersson y, temiendo las represalias, le deja escapar para evitar posteriores complicaciones o incluso una guerra. Meses mas tarde, Josleen parte de Durney Tower hacia la fortaleza de Ian McCallister, con quien su madre se ha casado en segundas nupcias. Pero jamas llegara alli. La patrulla dispuesta a robar el ganado de su hermano Wain, esta liderada por el mismo guerrero al que ella dejo escapar. Y ese hombre, aunque ella lo ignora, no es otro que el laird Kyle McFersson, jefe del clan enemigo. Un guerrero sobre el que corren las historias mas terrorificas. La primera intencion de Kyle es pedir rescate por la joven, pero luego la idea de dejarla marchar se le hace imposible. Sin embargo, Wain McDurney no esta dispuesto a dejar a su hermana en manos del rival al que desea matar hace mucho tiempo. Josleen tendra que tomar una penosa decision: regresar con los suyos o permanecer al lado de las personas a las que acaba queriendo y del hombre que, aun enemigo de su clan, consigue ganar poco a poco su corazon. Y para angustia de la joven, Stone Tower se vera rodeada por huestes enemigas, al mando de su hermano, decidido a no dejar piedra sobre piedra. Autor: Hidalgo, Nieves ISBN: 9780898382631 Generado con: QualityEPUB v0.31 Los McDurney y McFersson estan enfrentados desde hace decadas. Desde que sus bisabuelos provocaron un choque que acabo con la vida de uno de ellos. Al regresar de una aldea en la que ha estado ayudando a sanar a los enfermos, la patrulla de Josleen hace prisionero a un hombre, creyendole culpable de un robo de caballos perpetrado a su clan. Atraida por el, averigua asombrada que se trata de un McFersson y, temiendo las represalias, le deja escapar para evitar posteriores complicaciones o incluso una guerra. Meses mas tarde, Josleen parte de Durney Tower hacia la fortaleza de Ian McCallister, con quien su madre se ha casado en segundas nupcias. Pero jamas llegara alli. La patrulla dispuesta a robar el ganado de su hermano Wain, esta liderada por el mismo guerrero al que ella dejo escapar. Y ese hombre, aunque ella lo ignora, no es otro que el laird Kyle McFersson, jefe del clan enemigo. Un guerrero sobre el que corren las historias mas terrorificas. La primera intencion de Kyle es pedir rescate por la joven, pero luego la idea de dejarla marchar se le hace imposible. Sin embargo, Wain McDurney no esta dispuesto a dejar a su hermana en manos del rival al que desea matar hace mucho tiempo. Josleen tendra que tomar una penosa decision: regresar con los suyos o permanecer al lado de las personas a las que acaba queriendo y del hombre que, aun enemigo de su clan, consigue ganar poco a poco su corazon. Y para angustia de la joven, Stone Tower se vera rodeada por huestes enemigas, al mando de su hermano, decidido a no dejar piedra sobre piedra. Libro de acceso libre, publicado en la web de la autora. Esta pendiente por revision, segun ella misma, y puede conseguirse aqui: http://nieveshidalgo.blogspot.com/ Capitulo 1 La neblina cubria la vereda del rio y hacia un frio espantoso. A pesar de todo, Josleen McDurney no quiso quedarse a pasar la noche en la aldea y prefirio que emprendieran el camino de regreso a Durney Tower. Miro con ojo critico los preparativos de los hombres que la acompanaron en el viaje y, mentalmente, les agradecio la ayuda prestada. La aldea de Dorland se habia visto atacada por una epidemia y Josleen no dudo en intentar prestar toda la ayuda posible. De eso, hacia ya un mes pero, afortunadamente, la epidemia habia remitido. No era la esposa del jefe del clan McDurney, pero era su hermana y dado que su cunada, Sheena, sufria un fuerte resfriado cuando se enteraron de los problemas, fue ella quien tomo en sus manos llevar ayuda a los campesinos. No lo lamentaba. Su deber era cuidar de quienes pertenecian al clan y lo mismo que su hermano, les procuraba alimentos, justicia y venganza --cuando esta era necesaria--, ella ayudaba en otros quehaceres. A pesar de todo, regresaba con el mal sabor de boca de no haber podido hacer mas por los enfermos. Seis de ellos murieron a causa de las fiebres y en sus oidos retumbaban aun los lamentos de aquella mujer que perdiera a su bebe. --?Un poco de vino? Josleen se medio volvio y miro al guerrero que le tendia un pellejo. Bebio un poco y se lo devolvio. --Deberias descansar, se te ve agotada. Ella accedio. Les quedaba un largo camino y era cierto que sus fuerzas flaqueaban, despues de tantos dias y noches sin apenas reposar. Se arrebujo en la piel que la cubria, se recosto sobre la manta, encogio las rodillas pegandolas al menton y dejo que el la cubriese con otra manta de gruesa lana. Aun asi, tirito sin poder contenerse. La bruma se le metia en los huesos. --Daremos una batida para ver que todo esta bien --le informo--. Aufert y Will se quedaran haciendo guardia en el campamento. Josleen no le escucho. Apenas cerrar los ojos, se quedo dormida. El guerrero la miro desde la altura. Con un grunido de disconformidad busco una manta mas y la echo sobre ella. Inconscientemente, Josleen agradecio el gratificante aumento de calor y gimio. El se alejo, hablo algo en voz baja con dos de sus companeros y montaron a caballo para dar una batida por los alrededores. No habian visto a nadie desde que salieran de Dorland, pero no debian olvidar que estaban muy proximos a las tierras de los McFersson, sus enemigos declarados desde hacia decadas. Desde que Colman McFersson mato en una pelea al bisabuelo de la muchacha, Ian McDurney. Y no era cuestion de caer en manos de aquellos desgraciados mientras dormian. Porque no era la primera vez que los McFersson atravesaban la linea divisoria para robarles el ganado. Claro que ellos hacian otro tanto cuando la ocasion les era propicia. Los dos hombres que quedaron de guardia se acomodaron cerca de la joven, dispuestos a protegerla contra cualquier eventualidad. Ella era la hermana bien amada de Wain McDurney, el jefe del clan, y sus cabezas peligraban si le sucedia algo. Capitulo 2 Ajeno a la presencia de enemigos tan cerca de sus tierras, Kyle se apeo del caballo, un inmejorable semental negro. Se habia alejado de todo y de todos y dejo que el animal decidiera la ruta, sin preocuparse de nada que no fuera escapar de sus fantasmas personales. Ahora, sin ser consciente de ello, se encontraba a mucha distancia de Stone Tower. Sabia que no era prudente salir sin una escolta, pero necesitaba unos momentos de paz. Demasiadas preocupaciones, demasiadas responsabilidades cenian en torno a el un grillete que, en ocasiones, le ahogaba. Desde que su padre muriera y se hiciera cargo del clan habian llovido sobre sus espaldas un sin fin de problemas. La educacion de sus hermanos, la viudedad de su madre, cada vez mas melancolica y apartada. Sobre todo, aquella criatura que le pertenecia y de la que se sentia incapaz de hacerse cargo. Era su hijo, si. Lo habia engendrado y lo queria, aunque no amo a la mujer que le alumbro. Aquello fue reciproco, de todos modos. Muriel nunca lo amo a el. Accedio al matrimonio porque la obligaron. Kyle siempre supo, desde el primer momento, que ella lo detestaba y que solamente las amenazas de su padre para conseguir la alianza con el clan McFersson la obligaron a dar su consentimiento. Y ahora, ?como explicar a una criatura de cinco anos todo aquello? ?Como decirle que su madre murio profiriendo gritos contra su hijo y su esposo? ?Como !por amor de Dios! hacerle entender que les maldijo antes de exhalar su ultimo aliento? Por eso, cuando el pequeno Malcom preguntaba acerca de su mama, Kyle escapaba. Huia como un cobarde y salia de Stone Tower, acompanado solo por un pellejo de whisky. Muchas veces, se emborracho hasta perder la conciencia. Mas tarde, al recobrar el sentido, buscaba de nuevo las fuerzas para regresar. Se dejo caer de rodillas a la orilla del rio. La densa neblina cubria el bosque y atravesaba sus ropas. Pero el frio no le importaba. Gateo hasta el agua. Necesitaba despejarse, volver a ser el mismo. Llevaba todo un dia fuera y era hora de regresar. !Valiente jefe del clan estaba hecho! Se mojo la cara, el cuello y el pecho. El agua lanzo punzadas de frio a su cuerpo, pero le despejo un poco. Se medio sento, aun ligeramente aturdido. Y tirito. Maldijo entre dientes su propia estupidez, porque alguien le habia robado mientras yacia completamente ebrio. Su capa de piel desaparecio a manos de aquel o aquellos asaltantes que, eso si, como muestra de buena voluntad, le habian dejado otra raida que apenas le abrigaba. No perdio el caballo porque con seguridad no lo vieron. De otro modo, hubiera tenido que regresar a pie y !maldita la gracia que le hacia tener que dar explicaciones a su llegada! Creyo escuchar una ramita troncharse a su espalda. Se volvio con rapidez, pero no lo suficientemente agil como para poder evitar que la empunadura de una espada le golpeara sobre la ceja. Kyle se derrumbo sin un quejido. El que lo dejara fuera de combate se agacho a su lado y le dio la vuelta. Tenia la ceja partida y la sangre manaba profusamente cubriendole el rostro. --?Quien sera? Barry Moretland se aupo sobre su montura con un rictus de hastio en la cara. --Sea quien sea es nuestro prisionero --dijo--. Por su capa, debe ser un pordiosero. --Es posible que pertenezca al grupo que nos robo varios caballos hace dos meses --opino otro. --No tiene tartan que lo identifique, Barry --se aventuro un tercero--, pero mira su complexion. Mas parece un guerrero. Y su caballo es un animal excelente. Moretland echo otro vistazo al sujeto al que acababan de apresar. Ciertamente, no parecia haber sufrido necesidades en toda su vida. De anchos hombros, brazos y piernas fuertes, bien podia tratarse de un hombre de guerra. --Seguro que el caballo es robado --dijo--. Ya nos lo dira cuando le interroguemos. Volvamos al campamento. Tiraron al prisionero sobre el animal y emprendieron la marcha. Hacia el bosque. Hacia los dominios de los McDurney. Un lugar al que, de haber podido evitarlo, Kyle jamas habria ido.

  • Los Graham de Mia Del Valle

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    Los Graham no son una familia normal y aunque aparentan ser educados y correctos, el clan tiene demasiados secretos como para poder mantenerlos ocultos por mucho tiempo mas.
    Derek, el hijo mimado del clan es un cerdo engreido, que pasa sus dias dando ordenes a todo aquel que se ponga en su camino, Diana su secretaria no lo soporta, y luego de una borrachera en la cena navidena le canta las cuarenta al multimillonario… pero la cosa no queda asi, ya que sin querer Diana se ha metido en la boca del lobo y ahora debera buscar la forma de escapar sin salir herida en el camino.

  • Cuando Cupido mete la pata de Nisha Scail

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    Cup observo como el sol despertaba elevandose en el horizonte, la tranquilidad de la manana, el canto de los primeros pajaros y el suave viento meciendo las copas de los arboles lo hizo sonreir. Este era el dia que esperaba ano tras ano, en el que daba comienzo su tarea y al mismo tiempo ponia punto y final, un trabajo eterno para un ser inmortal, pero uno del que disfrutaba como solo el dios del amor podia hacerlo. --Dios, haces que los demas quedemos a la altura del betun levantandote antes de que salga el sol. El saludo llego desde sus espaldas, sonrio interiormente y se giro para ver al hombre que llevaba el camping en el que llevaba un par de anos viviendo. Eros llevaba una taza de humeante cafe en las manos, a juzgar por su aspecto, el retirado Ranger no parecia de muy buen humor. --No te preocupes, dudo que nadie mas, exceptuandote a ti, este despierto a estas horas de la manana y menos en esta parte del pais --replico con tono jocoso--. Somos los unicos que nos despertamos al mismo tiempo que las gallinas. --Habla por ti, Cup, yo todavia estoy intentando quitarme las leganas. Sonrio. Eros era el gerente del camping The Woods, una serie de cabanas de madera destinadas al turismo rural, perfectas para aquellos que necesitaban escapar del mundanal ruido y las bulliciosas ciudades o, como hoy, para celebrar una romantica noche o largo fin de semana. --Sera mejor que empiece a hacer cafe para los demas, hoy va a ser un dia movidito -- continuo con una mueca, giro sobre sus talones y volvio a entrar en la cabana principal, el centro del camping y donde se encontraba el comedor, la cocina, el salon comun y las dependencias privadas del hombre. --No tienes idea de cuanto --replico en voz baja, mas para si mismo que para el. Las reservas para ese dia estaban completas, algunos de los campistas ya estaban alli y otros llegarian a lo largo de la manana, al final del dia, el complejo estaria lleno. Se llevo la mano al bolsillo trasero del pantalon y extrajo el cuaderno con solapas de color rojo. --Hora de ponerse a trabajar --murmuro abriendo el cuaderno y empezando a revisar sus paginas--. Veamos... tu no... tu tampoco... todavia no ha llegado tu momento… Repaso una a una cada pagina haciendo pequenas anotaciones aqui y alla con una pluma en forma de flecha dorada hasta encontrar lo que buscaba. --Ah, si. Aqui estas --golpeo un par de veces el papel--. Bien, bien... todo va segun lo planeado. Cerro el cuaderno satisfecho y lo devolvio al lugar de donde lo habia sacado. Tenia una larga jornada de trabajo por delante, una fiesta que organizar y un pellizco de romanticismo y deseo que esparcir por el camping. Solo esperaba que este ano algo de eso cayese tambien sobre Eros, ese hombre ya habia pasado bastante tiempo solo. CAPITULO 1 El silencio se rompio por la insistente y repetitiva melodia del despertador. Valentina odiaba aquel sonido que aguijoneaba la conciencia y obligaba hasta al mas dormido de los mortales a abandonar la calidez del lecho para enfrentarse a un nuevo dia. Se revolvio en la cama, refunfunando, deseando con todas sus fuerzas que aquel maldito cacharro se quedase sin pila, o mejor aun, estallara en pedacitos. No funciono, la melodia continuaba abriendose paso con abrumadora insistencia en su cabeza. Con un suspiro de rendicion, deslizo el brazo por debajo de las mantas y palpo a ciegas hasta encontrar el interruptor de la lampara de noche. La luz rosada que emitia despejo la oscuridad del dormitorio. Abrio un ojo a modo de prueba y volvio a cerrarlo inmediatamente ante la molesta claridad antes de suspirar y volver a intentarlo. Enfoco hasta conseguir leer la hora en el reloj digital que seguia vibrando sobre la mesilla. --Mierda. --mascullo, su voz pastosa por el sueno. Tenia que levantarse, le esperaba por delante un viaje en coche de lo mas estresante. ?En que momento se le habia ocurrido la brillante idea de ayudar a su madre con las entregas de la tienda online? !Y el catorce de febrero, nada mas y nada menos! En serio, ?quien diablos queria salir a la carretera, hacer un monton de kilometros para entregar una caja de San Valentin? Charleen Vishow era como la version femenina de Cupido cualquier mes del ano, pero en este era incluso peor y eso hacia que se le pusieran los pelos de punta. La semana anterior la habia llamado para pedirle que le echase una mano con las entregas, la ultima de las cuales tenia que entregar hoy. La dichosa caja tenia que ser entregada en Bear River, un pequeno pueblo a las afueras, tan a las afueras que le llevaria mas de seis horas llegar conduciendo. --Gracias por el palizon que voy a tener que pegarme, mama. Suspiro, hizo las mantas a un lado y se levanto de la cama. La luz del sol habia empezado ya a filtrarse por las rendijas de la persiana que habia quedado mal cerrada, lo cual era toda una novedad ya que la ultima semana habia llovido para llenar un lago y el sol apenas se habia dejado ver entre las nubes. Hoy, sin embargo, la manana presentaba un aspecto diferente. Tras levantarla y abrir la ventana para que entrase un poco de aire fresco, confirmo lo que podria llegar a ser un buen dia si las nubes llegaban a despejarse completamente. --Hora de darse una ducha y espabilarse --murmuro estirandose, le dio la espalda a la ventana y cruzo la habitacion para meterse en el bano y empezar su jornada. Le habria gustado quedarse en casa, abrir el frigorifico, coger un helado y pasarse todo el dia viendo peliculas, pero habia tenido que elegir entre hacerle ese favor a su madre o pasarse el dia envolviendo ramos de rosas en su floristeria; el encargo de su progenitora prometia ser menos vomitivo. No. No le gustaba San Valentin. Demasiado rojo, demasiados corazones y demasiado azucar, era como si la gente solo recordase ese dia que existia el amor y sintiesen unas ganas irrefrenables de restregarles su felicidad a todos en la cara. Consumismo puro y duro, eso era lo que era el catorce de febrero. Una excusa para comprar y gastar, esa fecha que no se olvidaba como los cumpleanos y los aniversarios y en los que, si no recibias una punetera flor o unos chocolates, eras practicamente una apestada. Amor. Oh si. A ella tambien le habria gustado creer en el amor, sentir ese cosquilleo en el estomago y soltar corazoncitos por los ojos, pero a lo largo de sus treinta y seis anos de vida, habia llegado a la conclusion de que Cupido ni siquiera conocia su direccion. Asi que, ?cual era el mejor sustituto del amor? El sexo. Que se olvidasen del chocolate, una sesion de cama podia arreglarle la noche a una chica, sobre todo si dicha sesion era con el companero adecuado. --Una pena que Keith no este en la ciudad --murmuro pensando en el abogado que habia conocido un par de meses atras y con el que solia salir muy de vez en cuando a tomarse algo. Su relacion se basaba en <>. Quien pensara que una mujer no podia tener la iniciativa en el sexo, era gilipollas. ?Donde decia que el hombre era el unico que podia salir a divertirse sin ser pisoteado despues? Su vision de las relaciones personales estaba bastante tocada, lo sabia, pero la culpa la tenia en gran medida la educacion liberal de su madre y los fallidos amorios que habia tenido a lo largo de su vida. Si, Cupido se habia olvidado completamente de ella. Termino de ducharse en tiempo record, se envolvio en una toalla y salio secandose el pelo con otra. Limpio el espejo con una pasada de la mano e hizo una mueca al ver su aspecto. --No. Ni el mejor de los estilistas va a poder arreglar esto. Llevaba el pelo casi a la altura de los hombros, cortado en lo que en algun momento habian sido dos capas, un color a caballo entre su natural color zanahoria y los reflejos que todavia le quedaban del ultimo cobrizo que se habia aplicado. --Semana que viene, a la peluqueria --se recordo. Suspiro y se apresuro en darle unas ultimas pasadas con la toalla para reemplazarla por el aire caliente del secador. El tiempo jugaba en su contra, los minutos parecian pasar mas rapido de lo normal, pero siempre era asi cuando se tenia prisa. Su estomago rugio recordandole que todavia no habia desayunado y si no se daba prisa en enfundarse la falda, la blusa y las botas para salir disparada hacia la cocina, seguiria rugiendo hasta que pudiese parar para comer

  • Una decision para Julia de Ana I. Martin

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    Una verdadera historia de superacion de una mujer valiente a la que la vida le pondra muchas trabas para seguir adelante y debera tomar decisiones.

  • En Barcelona o en Dublin (Volumen Independiente) de Luz Guillen

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    Desembucha --exigio Merche al ver aparecer a Daniela por la puerta. Habia llegado unos minutos antes, se habia colado en su despacho y la aguardaba sentada sobre la mesa mirando hacia la entrada. --?Que? --pregunto sobresaltada su amiga. Lo ultimo que esperaba ese lunes era que su companera estuviera en modo cotilla. --!Oh, venga, Dani, ya sabes a lo que me refiero! Ella se acerco quitandose la correa del bolso por encima de la cabeza, paso por su lado y lo colgo del perchero junto a la ventana. Con parsimonia, se deshizo de la chaqueta, que tambien colgo, antes de volver sobre sus pasos y encararla. --Merche, no seas chafardera. La curiosidad mato al gato --dijo guinandole un ojo. --Vale, pues que me mate. !Muerta de curiosidad ya estoy! Dani se rio con ganas. Merche era unica: simpatica, zalamera y entrometida, ademas de guapisima. --De acuerdo --concedio--, siempre y cuando tu tambien me pongas al dia. --Vale. ?Sobre que? --Para empezar... No, mejor sera que lo dejemos para la comida. Ahora tengo un monton de trabajo. Dentro de dos dias hay una auditoria y no querras que no la pasemos, ?verdad? --?Me vas a dejar asi? --pregunto Merche haciendo un gracioso puchero--. Dime, al menos, si hubo reconciliacion o no. --?Tu que crees? --replico Dani poniendo los ojos en blanco. Merche se puso en pie de un salto, cayendo sobre sus tacones. La miro con picardia levantando varias veces las cejas y contesto: --?Que?, ?hubo? No me has llamado en todo el fin de semana, no has estado disponible... Si, yo juraria que si. Cogio su bolso de encima de la mesa y, dirigiendose a la puerta, anadio: --Al mediodia me pones al corriente de todo. --Y, de paso, tu me cuentas que tal te fue con el hermano de Bruno. Merche se giro de golpe, seria. No contesto, pero lanzo un beso al aire, como solia hacer, antes de salir de la habitacion. Recorrio el pasillo que la separaba de su lugar de trabajo fingiendo una seguridad que no sentia. Desde la noche del viernes, todo su mundo se habia desbaratado. Cuando Ruben la habia mirado con esos intensos ojos verdes que la naturaleza le habia dado, se habia deshecho por dentro. Nunca habia experimentado algo parecido. Otros hombres, muchos de ellos muy atractivos, la habian devorado con la mirada. Algunas veces habia sucumbido, aunque muchas menos de las que se obstinaba en hacer creer, pero ninguno le habia llegado al alma como lo habia hecho Ruben con una simple ojeada. Entro en su cubiculo dispuesta a sumergirse en el trabajo, pero el recuerdo de aquellos ojos verdes no se lo facilito. Cada poco se descubria ensimismada pensando en aquel moreno que la habia fascinado con su voz, su conversacion, sus miradas, su presencia... A las dos de la tarde, Dani fue a recogerla. Merche estaba metiendo el brazo derecho por la ligera chaqueta de punto azul que completaba su atuendo: tejanos desgastados, camiseta blanca y sandalias de tacon. Sonrio a su amiga, cogio su bolso y se unio a ella. Juntas salieron de las instalaciones de la empresa de seguros en la que trabajaban camino del bar mas cercano. Durante el corto trayecto hablaron de temas laborales. Habia un problema con un asegurado que Dani no sabia como solucionar, y Merche era la mas indicada para resolver sus dudas. Pero, en cuanto se sentaron a la mesa, mientras esperaban que la camarera fuera a atenderlas, las preguntas cambiaron de tercio. --?Que tal con Bruno, Dani? --pregunto Merche con cierta preocupacion que intento disimular con una sonrisilla. --!Perfecto! --contesto ella. La felicidad se le escapaba por los poros. --Ya, pero... --El tambien esta enamorado de mi. ?Te lo puedes creer? --No lo entiendo. Entonces ?por que se alejo de ti? --Porque pensaba que yo no sentia lo mismo por el. --Daniela bajo la mirada a la mesa desnuda y suspiro antes de continuar--: Lo cierto es que en aquel momento yo no sabia que lo queria. Le estaba haciendo dano sin saberlo y no lo soporto por mas tiempo. --!Pobre chico! Menudo infierno para los dos por culpa de tu testarudez. Se veia a la legua que Bruno era importante para ti. --Si, supongo. Pero yo estaba ciega y sorda. No queria escuchar a mi corazon y por poco lo pierdo irremediablemente. --Bueno, no te entristezcas. Al fin estais juntos, os habeis dicho lo que sentis el uno por el otro y.... porque se lo has dicho, ?no? --Si --afirmo Dani en tono cansino--. Se lo he dicho y... se lo he demostrado. --Sin querer, se ruborizo--. Me he pasado casi todo el fin de semana demostrandoselo. --?<>? --pregunto su amiga inclinandose sobre la mesa para acercarse mas a ella--. ?Por que <>? --El domingo tuvo que trabajar --se lamento Dani. La camarera llego en ese momento. Ambas pidieron una ensalada: Dani, una Cesar, y Merche, de queso de cabra y nueces. Las regarian con agua porque al cabo de una hora debian estar de regreso en el trabajo. --Asi que, ?todo bien? ?Has vuelto a subir al paraiso? Dani no contesto. Sus mejillas se colorearon de nuevo y una sonrisa complice aparecio en sus labios. --Bueno, Merche, yo ya te lo he contado. Ahora te toca a ti. ?Que dijeron las chicas? Fliparian, supongo. --Carmen echaba sapos y culebras por la boca. Esta muy enfadada contigo, que lo sepas. Maria se lo tomo mejor. Nunca les habias hablado de Bruno y les sento muy mal tu falta de confianza. Daniela se removio inquieta en la silla, se coloco el pelo tras la oreja y suspiro. --Si les habia hablado de el. --Dani, no. Sabian que te veias con algun chico, que te acostabas con el, pero nunca supieron que solo te acostabas con Bruno, ni que llevabas anos haciendolo y, desde luego, no tenian ni idea de lo que sentias por el. --Ni yo misma lo sabia --se quejo ella. Callaron al ver aparecer de nuevo a la camarera con su pedido en las manos. --Ahora os traigo el agua. Las dos asintieron en silencio y, acto seguido, atacaron sus ensaladas. Estaban deliciosas. No dejaban de mirarse sin decir una palabra. --!Esta bien! --estallo Dani finalmente--. Hablare con ellas. ?Contenta? --Si, mucho. --Bueno, pues ahora me vas a contar que paso entre el hermano de Bruno y tu. Cuando me fui, os vi muy <> el uno en el otro. --Nada. --Merche se tenso--. Hablamos y ya esta. --?Os acostasteis? --pregunto Dani con el tenedor a medio camino entre el plato y la boca. Ambas miraron a la camarera, que regresaba con una botella de agua y dos vasos. La siguieron con la vista cuando se marcho, antes de volver a lo que estaban antes de que apareciera. --?Que?, ?os acostasteis? --pregunto Dani de nuevo antes de meterse un trozo de tomate en la boca. Merche acabo de masticar. No queria hablar de Ruben, pero sabia que no tenia escapatoria. --No. Estuvimos hablando mucho rato. Es un chico muy interesante... --se quedo callada un momento, recapacitando que decir sin que se notara su interes por el-- y muy divertido tambien. --Y ?no te lo llevaste a la cama? --pregunto su amiga sorprendida. --No. --?Por que? ?No era tu tipo? --se burlo Dani antes de pinchar un trozo de lechuga. --No esta mal. Solo... que no me apetecio ?Como decirle a su amiga que se habia sentido intimidada por lo que Ruben le habia hecho sentir? ?Ella, que siempre presumia de usar y tirar a los hombres, a pesar de ser mentira? --Pues, la verdad, Merche, no lo entiendo. Pareciais muy interesados el uno en el otro. Esta para mojar pan. --<>, penso Merche--. No es tan guapo como Bruno, pero los genes estan ahi. --Si, esta bien el chico, pero... simplemente no me apetecio. Le di mi telefono, eso si. --!Bien! No esta todo perdido... --Dani rio de su propia broma. Siguieron comiendo y comentando cosas del viernes anterior, pero sin que ninguna de las dos entrara en detalles. La una porque lo vivido con Bruno era tan intenso y personal que no deseaba compartirlo con nadie. La otra porque no queria seguir hablando de Ruben..., aunque no pudiera quitarselo de la cabeza ni un momento. Estaban pagando su consumicion cuando sono el movil de Dani. Apenas se oia por culpa de los sonidos tipicos de un comedor tan concurrido como aquel, en el que los trabajadores iban a tomar un tentempie antes de volver a su trabajo, tal y como habian hecho ellas. Lo saco del bolso y la cara se le ilumino. Un WhatsApp de Bruno, que le preguntaba: ?En tu casa o en la mia? Ella contesto sin dudar: En la tuya. Tengo ganas de volver a disfrutarla. Merche puso los ojos en blanco. A partir de ese momento, su amiga iba a estar insoportablemente empalagosa con su chico. Sin saber por que, penso que era ella la que recibia los mensajes, pero que el emisario era Ruben. Sacudio la cabeza para alejar esas ideas tontas. No podia ser. Ella... Ruben... No. Simple y llanamente, no. Sin embargo, la imagen de Dani contestando a Bruno no la dejo tranquila en toda la tarde. Ni siquiera vio a Dani al salir. Seguro que aquella loca enamorada habia salido disparada hacia casa de Bruno para recuperar el tiempo perdido (y los polvos tambien). Merche lo dejo todo ordenado antes de irse. Se despidio de los companeros que se encontro a su paso y fue derecha a coger el autobus. No habia sido un dia muy productivo en lo que al trabajo se referia. Habia estado distraida y, algo raro en ella, sonadora. Se sentia fatal. No podia dar credito a lo que le pasaba. Ella no se dejaba deslumbrar por los hombres, ?no? Sin embargo, Ruben se habia instalado en su memoria desde que lo habia visto dos dias antes. Merche taconeaba con rabia en su camino a la parada del bus. Hacia anos se habia prometido que no permitiria que ningun hombre le nublara el entendimiento. Su hermana mayor habia sufrido mucho por culpa de un rastrero hijo de puta que le ponia los cuernos cada dos por tres. Belen, tan enamorada como estaba, no atendia a razones. Cuando ella o quien fuera le decia algo sobre Oscar, simplemente se hacia la sorda. Entre su hermano Lucas y ella, idearon un plan maquiavelico para desenmascarar a Oscar. Lo consiguieron, si, pero el precio que pagaron fue enorme. Belen no les hablo durante seis meses. Encontrarse al hombre que amaba enterrado entre las piernas de una de sus amigas fue devastador para ella. Lloro, se desganito, cogio una depresion... Maldito Oscar. No solo habia destrozado a su hermana, sino tambien su propia confianza en los hombres. Por eso Merche se sentia tan enfadada consigo misma. Porque no podia parar de pensar y fantasear con Ruben. Y no solo en la cama, que eso no se le iba de la cabeza, sino en cosas mas simples como pasear, comprar una tele juntos y chorradas por el estilo. <> El autobus llego lleno a reventar. A punto estuvo de dejarlo pasar y esperar al siguiente, pero la necesidad de llegar a su casa y darse un buen bano la animo a embutirse dentro de esa lata de sardinas. !Estaba tan cansada! Cansada de luchar contra algo que no conocia... Ademas, ?de que se preocupaba? Seguro que no volvia a verlo. Si, le habia dado su numero, lo cual no queria decir que el fuera a llamarla. Y, dale, vuelta a pensar en Ruben. ?Se le habia fundido el cerebro, o que? Por suerte, la tortura de viaje acabo pronto. Su casa no estaba muy lejos de la oficina y, al cabo de poco mas de quince minutos, bajaba de aquel cacharro sin haber perecido de asfixia. Lo primero que hizo al poner un pie en su casa fue quitarse los zapatos que la estaban martirizando. Presumir estaba bien, pero !como fastidiaba los pies! Se puso sus zapatillas de gatitos, dejo la chaqueta y el bolso colgados del perchero de la entrada y fue derecha a la sala a poner algo de musica: Candyman,[1] de Christina Aguilera, estaria bien. Lo siguiente fue ir al bano, tapar la banera, cubrirla de sales y abrir el grifo del agua caliente. Mientras se llenaba, se bebio un zumo de pina antes de desnudarse; luego dejo su ropa cuidadosamente doblada sobre la silla de su habitacion y volvio al bano. Cambio la temperatura del agua porque abrasaba y espero a que se templara lo suficiente.

  • Dulces Escarchados de A.m. Willard

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    Morgan Lewis, una romantica sin esperanzas y la burbujeante duena de Polka Dot Bakery, no podia esperar para casarse con el hombre de sus suenos. Sintiendose mareada mientras camina por el parque llevando su hermoso vestido de novia por encima del hombro, ve algo que ninguna futura esposa deberia ver. En ese momento, la boda de sus suenos se convierte en una historia adecuada para una revista de chismes. Mientras las lagrimas corren por su rostro, ella se pregunta a quien cancelar primero: la iglesia o el proveedor.

  • 7 Alas de Victor Diaz Sanchez

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    ?Te imaginas un mundo en el que existen hadas y elfos que, unidos a los humanos, luchan codo con codo contra las huestes de orcos? Ese mundo existe y se llama Malphalis. En el se esta librando una guerra cruenta desde hace siglos, aunque a dia de hoy se siguen sin conocer muchos aspectos de los comienzos de esta.
    ?Y si existiera un modo de acabar con la guerra? ?De conseguir un periodo de paz que permita prosperar? El precio a pagar es la traicion hacia las hadas. Lo que las obligara a huir de ese mundo al que ya no pertenecen. ?Hay alguna posibilidad de restablecer la antigua alianza? Cuatro hadas regresaran a su antiguo mundo tras descubrir el deplorable estado en el que se encuentra despues de su marcha para intentar conseguirlo y de paso desvelar, poco a poco, todos los enigmas que se ocultan en la contienda.

  • La Posada de las dos brujas y Otros Relatos de Joseph Conrad

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    Escritas entre 1897 y 1915, tres de las cuatro narraciones de Joseph Conrad (1857-1924) incluidas en el presente volumen se hallan unidas por la tecnica del relato dentro del relato. El misterio anima <>, ambientada en la costa vasca espanola durante la Guerra de la Independencia, y flota tambien alrededor de <>, cuyo personaje principal es un pintoresco capataz de estibadores del puerto de Londres. Los sucesos que acompanan a la accidentada travesia que constituye el hilo argumental de <> estan relatados por el mismo capitan Marlow que reaparecera mas tarde en <> y en <>. <> es, por su parte, un prodigio de ironia acerca de la explotacion de Africa por parte de los europeos.

  • Fragmentos (Partials), Dan Wells de Dan Wells

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  • El estilo Virgin de Richard Branson

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    Con el estilo descomplicado, directo y fresco que lo caracteriza, Richard Branson comparte los secretos que lo convirtieron en uno de los empresarios de mayor reconocimiento y en un icono para los emprendedores. Para el, autonomia, libertad, apoyo y flexibilidad son claves para lograr que cada una de las personas en su organizacion, sin importar el cargo, ponga todo su empeno en lograr metas extraordinarias al tiempo que gozan cada minuto de sus actividades. Su filosofia de vida ha sido divertirse mientras persigue sus retos (asi parezcan disparates para los demas), no rendirse si fracasa ni dormirse en los laureles: un espiritu que ha contagiado a los cerca de 50 000 colaboradores de Virgin en todo el mundo y que lo ha convertido en un lider unico y admirado.

  • La chica y la bestia (Chicas Magazine 3) de Olivia Kiss

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    Todo el mundo teme a Dominic Miller, el director de la revista mas vendida de Nueva York, al que sus trabajadores apodan como "la Bestia". Es hermetico, imperturbable y su mirada fria y gris es capaz de conseguir cualquier reto que se proponga.
    Solo Ava Bell, su nueva y eficiente secretaria, parece ser capaz de seguirle el ritmo. Sin embargo, cuando Dominic le pide que se haga pasar por su novia para cerrar un trato con unos importantes inversores, hasta ella empieza a tener dudas. El problema es que Ava esconde secretos y, para conseguir huir de un pasado que la atormenta, necesita ese trabajo, especialmente cuando Dominic le promete un aumento de sueldo si acepta el trato.
    Pero ?es realmente su jefe tan insensible como aparenta? ?Y seran capaces de fingir que son novios sin terminar salpicados por su propia farsa?

  • La sangre no miente de Walter Kirn

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    En el verano de 1988, Walter Kirn (entonces un aspirante a escritor que hacia frente a un padre complicado y un matrimonio en crisis) se disponia a realizar un encargo de lo mas peculiar que cambiaria su destino para siempre: llevar personalmente un perro tullido desde su casa en Montana hasta un apartamento en Nueva York propiedad de Clark Rockefeller, un misterioso joven, banquero y coleccionista de arte que acababa de adoptar el perro por internet. Este hecho dio paso a una amistad de quince anos que condujo a Kirn a lo mas profundo del privilegiado mundo de un nino rico y excentrico, finalmente desenmascarado como un impostor en serie que ocultaba otros delitos mucho mas graves: el secuestro de su propia hija y un brutal asesinato cometido anos antes, en 1985.
    Combinando sus propias memorias, el reportaje periodistico y las mejores tecnicas narrativas, La sangre no miente es el relato de una autoinvencion en busca de un ascenso social imparable que expone las capas de corrupcion y ambicion de uno de los grandes estafadores norteamericanos.